MAT,eldilemadelasostenibilidad - Universitat Internacional de

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decepción de Poca la retroalimentaba un clima dominado por envidias, nombramiento de amigos y rivalidades cainitas entre las distintas
fuerzas de una coalición que nació
inestable.
Es intrahistoria anecdótica, ciertamente, pero ayuda a entender la fragilidad de un esperado y esperanzado proyecto de cambio que hoy pareAbril, 2015
ce 7
prehistoria.
c
ta en Grecia fue de 399 euros y en
España de 212 euros, casi la mitad.
Sorprende que del partido Syriza nada se haya escuchado al respecto y
que quienes son tan estrictos en reclamar las deudas nada hayan tenido que decir sobre la reducción de
estos gastos. Tal vez porque vayan
destinados a la compra de armamento que ellos mismos suministran ventajosamente. Continuará.c
Miquel Bastons Prat
P
MAT, el dilema de la sostenibilidad
royectos como la línea de muy alta tensión (MAT), inaugurada el
día 20 de febrero, ponen en evidencia el dilema entre conservación de los recursos y desarrollo, que afecta a la idea de sostenibilidad. A nadie le
gustan las torres eléctricas, pero todos
queremos electricidad en casa. Desde
que en 1987 la Comisión Mundial de Medio Ambiente y Desarrollo dijo que sostenible es “el desarrollo que satisface las necesidades del presente sin comprometer
M. BASTONS PRAT, profesor de Organización de
Empresas. Universitat Internacional de Catalunya
la capacidad de las generaciones futuras
para satisfacer las suyas”, se ha visto que
la cuestión es cómo se entiende ese “sin
comprometer…”. Algunos han interpretado que significa, sobre todo, mantener y
conservar recursos. Y en la práctica eso
se traduce en las actitudes de no intervención, como en el túnel del AVE cerca de
la Sagrada Família, o en exigencias de paralización, que afectan a proyectos como
la MAT.
Pero la interpretación conservacionista
de la sostenibilidad tiene dos puntos débiles. El primero es que se basa en el supuesto implícito de que el conjunto de recur-
sos para satisfacer las necesidades de la humanidad es estático, que los seres humanos futuros tendrán las mismas necesidades, y que han de poder resolverlas con los
mismos recursos que tenemos ahora. El segundo problema de esta visión es que choca con la pretensión humana natural de
crecer y mejorar, la que explica que se luchara contra la esclavitud, que se haya desarrollado la penicilina o que hayamos ido
a la Luna. Las necesidades humanas cambian y los recursos para satisfacerlas también. No se trata de conservar un planeta
igual; se trata de hacer un planeta mejor.
Sólo con mejores recursos podemos lle-
gar a satisfacer mejores necesidades. La
sostenibilidad no es simple conservación;
también es crecimiento, aunque no en el
sentido cuantitativo, que sabemos bien
que puede ser autodestructivo y despierta
temores justificados. Entre la no intervención y el crecimiento autodestructivo, cabe el crecimiento cualitativo. La sostenibilidad no es una cuestión de nivel de vida,
sino de calidad de vida; no es cuestión de
hacer más o menos, sino de hacer mejor o
peor. El auténtico crecimiento sostenible
no es el económico; es, sobre todo, el crecimiento moral. Y ese es el que deberíamos
poner en el centro de la discusión.c
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