Las opiniones expresadas en este libro son las de los autores, y no necesariamente reflejan las opiniones o puntos de vista del Centro Berghof, la Fundación Berghof, el Observatorio para la Paz y el Cinep. © Centro de Investigación y Educación Popular, Cinep Carrera 5ª No. 33A - 08, PBX: (571) 2456181 Bogotá D.C., Colombia www.cinep.org.co Agosto de 2009 © Berghof Research Center for Constructive Conflict Management Altensteinstrasse 48a D-14195 Berlín, Germany Tel. 49-030-8441540 www.berghof-center.org Editores versión en inglés: Veronique Dudouet y David Bloomfield Editor versión en español: Mauricio García-Durán Coordinación editorial: Helena Gardeazábal Garzón Traducción: Ana María Galvis Corrección de estilo: Álvaro Delgado Diseño y diagramación: Alberto Sosa Diseño carátula: Carlos Cepeda Ríos Impresión: Ediciones Antropos Ltda. ISBN: 978-958-644-126-1 Impreso en Colombia – Printed in Colombia ÍNDICE ACRÓNIMOS ............................................. 5 PRESENTACIÓN ................................................................. 9 PRÓLOGO ........................................................................ 15 Y ABREVIATURAS INTRODUCCIÓN GENERAL Contexto y referentes de la investigación ................................ 19 CAPÍTULO 1 El camino del M-19 de la lucha armada a la democracia: una búsqueda de cómo hacer política en sintonía con el país ..... 43 CAPÍTULO 2 El Congreso Nacional Africano (ANC) y la transición negociada hacia la democracia y la paz en Sudáfrica .................................................................... 107 CAPÍTULO 3 El camino hacia la paz en Irlanda ................................................ 161 CAPÍTULO 4 De la política a las armas y de vuelta a la política. La transición del Gerakan Acheh Merdeka (Movimiento Acheh Libre, GAM) ................................................. 205 —3— DE LA INSURGENCIA A LA DEMOCRACIA CAPÍTULO 5 En búsqueda del poder del Estado: Partido Comunista de Nepal (Maoísta) ....................................................................... 245 CAPÍTULO 6 La política de la transformación: los LTTE y el proceso de paz en Sri Lanka, 2002-2006 .................................................. 315 CONCLUSIONES Factores, dinámicas y resultados de la transición de la lucha armada a la política noviolenta ............................................ 385 EPÍLOGO ¿Qué podemos aprender para hacer la paz en Colombia? ........................................... 433 AUTORES ......................................................................... 441 —4— ACRÓNIMOS ACTC AD-M19 ADO AMM Anapo ANC APO Ard fheis AZAPO BCM CFA CGSB CODESA COHA COSATU CPN CPN (UML) Y ABREVIATURAS All Ceylon Tamil Congress [Congreso de Todos los Tamiles de Ceilán] Alianza Democrática M-19 Autodefensa Obrera Acheh Monitoring Mission [Misión de Observación (o Monitoreo) de Acheh] Alianza Nacional Popular African National Congress [Congreso Nacional Africano] African People´s League [Organización del Pueblo Africano] Congreso anual del partido Sinn Féin , Azanian People s Organisation [Organización del Pueblo de Azania] Black Consciousness Movement [Movimiento Conciencia Negra] Ceasefire agreement [Acuerdo de Cese al Fuego] Coordinadora Guerrillera Simón Bolívar Convention for a Democratic South Africa [Convención para una Sudáfrica Democrática] Cessation of Hostilities Agreement [Acuerdo de Cese de Hostilidades] Congress of South African Trade Unions [Congreso de Sindicatos Surafricanos] Communist Party of Nepal [Partido Comunista de Nepal] Communist Party of Nepal (United Marxist-Leninist) [Partido Comunista de Nepal (Marxista-Leninista Unido)] —5— DE LA INSURGENCIA A LA DEMOCRACIA CPN-M CRS CSCE CTC Dáil Éireann DDR ELN Eme EPL FARC GAM i. e. ICG IFP Indupalma IPP IRA ISGA JVP LOGA LTTE M-19 MAS ME MK MPLA MRL NA/RNA NC NC (D) Communist Party of Nepal (Maoist) [Partido Comunista de Nepal (Maoísta)] Corriente de Renovación Socialista Conferencia de Seguridad y Cooperación en Europa Confederación de Trabajadores de Colombia Cámara de Representantes de Irlanda [Dáil, de manera abreviada] Desarme, desmovilización y reintegración Ejército de Liberación Nacional Expresión usada para referirse al Movimiento 19 de Abril Ejército Popular de Liberación Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia Gerakan Acheh Merdeka [Movimiento Acheh Libre] Esto es International Crisis Group Inkatha Freedom Party [Partido de la Libertad Inkatha] Industrial Agraria La Palma Irish Parlamentary Party [Partido Parlamentario Irlandés] Irish Republican Army [Ejército Republicano Irlandés] Interim Self-Governing Authority [Autoridad Interina de Autogobierno] , Janatha Vimukthi Peramuna [People s Liberation Front, Frente de Liberación Popular] Law on the Governing of Acheh [Ley para el Gobierno de Acheh] Liberation Tigers of Tamil Eelam [Tigres por la Liberación de la Patria Tamil] Movimiento 19 de Abril Muerte a Secuestradores Memorando de Entendimiento Umkhonto we Sizwe [Lanza de la Nación] Movimiento Popular por la Liberación de Angola Movimiento Revolucionario Liberal [Royal] Nepalese Army [(Real) Ejército Nepalí] Nepali Congress [Congreso Nepalí] Nepali Congress (Democrat) [Congreso Nepalí (Demócrata)] —6— ACRÓNIMOS Y ABREVIATURAS NESOHR NGK NHK NP OAU ONG ONU OPM p. ej. PAC PC-ML PLA PRT RLM RUC SACP SDLP Sinn Féin SLFP SPA SSR TNA TRC TUF TULF UDF North East Secretariat on Human Rights [Secretariado para los Derechos Humanos del Noreste] Nederduitse Gereformeerde Kerk [Iglesia Reformada Holandesa] Nederduitse Hervormde Kerk [literalmente, Iglesia Reformada de la Baja Alemania]. National Party [Partido Nacional] Organisation of African Union [Organización para la Unión Africana] Organización no gubernamental Organización de las Naciones Unidas. Organización político-militar í ítico-militar Por ejemplo Pan-Africanist Congress [Congreso Panafricanista] Partido Comunista-Marxista Leninista Popular Liberation Army [Ejército Popular de Liberación] Partido Revolucionario de los Trabajadores Resistance/Liberation Movements [Movimientos de resistencia/liberación]. Royal Ulster Constabulary [Policía Real del Ulster] South African Communist Party [Partido Comunista Surafricano] Social Democratic and Labour Party [Partido Socialdemócrata y Laborista] Partido republicano irlandés; su nombre quiere decir “nosotros, nosotros mismos” Sri Lanka Freedom Party [Partido de la Libertad de Sri Lanka] Seven Party Alliance [Alianza de los Siete Partidos] Security Sector Reform [Reforma del sector de seguridad] Tamil National Alliance [Alianza Nacional Tamil] Truth and Reconciliation Commission [Comisión para la Verdad y la Reconciliación] Tamil United Front [Frente Unido Tamil] Tamil United Liberation Front [Frente Unido para la Liberación Tamil] United Democratic Front [Frente Democrático Unido] —7— DE LA INSURGENCIA A LA DEMOCRACIA UDR ULF UNMIN UNP UNPM UP UPFN v. Ulster Defence Regiment [Regimiento para la Defensa del Ulster] United Left Front [Frente de la Izquierda Unida] United Nations Mission to Nepal [Misión de las Naciones Unidas en Nepal] United National Party [Partido Nacional Unido] , United National People s Movement [Movimiento Nacional del Pueblo Unido] Unión Patriótica , United People s Front Nepal [Frente del Pueblo Unido de Nepal] Ver o véase —8— PRESENTACIÓN El Centro de Investigación y Educación Popular, Cinep, se siente honrado y satisfecho al poder presentar el libro que el lector tiene en las manos en una edición en español. Y esto porque consideramos que ‘De la Insurgencia a la Democracia’ es una contribución importante para el público colombiano e hispanoparlante al menos por tres razones. En primer lugar, ‘De la Insurgencia a la Democracia’ es el resultado de un proceso de más de dos años en el que un grupos de militantes e investigadores, convocados y liderados por el Centro de Investigación Berghof para el Manejo Constructivo de Conflictos y la Fundación Berghof para el Apoyo a la Paz, nos dimos a la tarea de reconstruir desde adentro la historia de lo que había sido o estaba siendo el proceso de transición de grupos armados insurgentes a partidos políticos activos e influyentes en la vida democrática de sus países. En la tarea de negociar la paz (peacemaking), han primado las perspectivas de académicos y de mediadores (tanto nacionales como internacionales), quienes han presentado desde su perspectiva, en gran medida externa, la manera de hacer la paz con los ‘rebeldes’. No siempre han tenido suficientemente en cuenta la voz de aquellos que ha sido actores primarios de estos procesos de transición política. Uno de los objetivos principales del proyecto de investigación que subyace a esta publicación ha sido permitir que estas voces emerjan y se consoliden en un conocimiento sistematizado, útil para otros grupos —9— DE LA INSURGENCIA A LA DEMOCRACIA y para un público más amplio, que incluye los expertos en los estudios de paz. Por eso, en los distintos estudios de caso que aquí se presentan, en la medida de lo posible, se buscó que fueran realizados por equipos de investigación en los que participaran miembros de los movimientos que habían hecho el proceso de transición y un investigador que con un perfil más académico conociera dicho proceso de paz. Por tanto, esta publicación da acceso al público colombiano e hispanoparlante, en general, a esta nueva manera o perspectiva de aproximarse a los procesos de paz y a las transiciones políticas que se derivan de los mismos. Pensamos que es una verdadera contribución al estudio de la resolución de conflictos armados y las transiciones políticas a la democracia. En segundo lugar, uno de los retos que tenemos en la resolución de conflictos y en la construcción de la paz en el mundo de habla hispana es la limitada cantidad de literatura disponible en español sobre el tema. Ello se ve con claridad cuando se comparan las bibliografías que tenemos a disposición en nuestro idioma con la literatura que sobre los distintos aspectos de construcción de la paz se encuentra en inglés, en la cual el lector halla amplios análisis teóricos y presentación de casos y experiencias, tanto en el campo de la contención de los conflictos (peacekeeping), en los procesos de negociación de la paz (peacemaking) y en la construcción de la paz y el postconflicto (peacebuilding), como también en los distintos métodos de trabajo a favor de la paz, particularmente aquellos que tienen que ver con la no-violencia. Ello ha limitado en un medio como el nuestro el acceso a la discusión conceptual sobre los distintos aspectos y procesos relacionados con la paz y la posibilidad de aprender de las experiencias que se han dado en otros países, de donde podríamos sacar importantes lecciones para ayudar a configurar una alternativa que nos permita avanzar hacia una paz duradera y sostenible en Colombia. Dar acceso a un buen estudio de procesos de paz y transición política es, pues, otro de los motivos para haber promovido la publicación de este texto en lengua española, recogiendo en un solo libro tanto los seis distintos estudios de caso como la síntesis y el análisis comparativo que se hizo de los mismos, los cuales fueron publicados separadamente por — 10 — PRESENTACIÓN el Centro Berghof, en inglés, durante el 20081. Por esta razón, el análisis que hacen los textos sólo llega hasta finales del 2007 y, en algunos casos, a una parte del 2008. Eventos que ocurrieron posteriormente, como la derrota militar del LTTE en Sri Lanka ó algunas situaciones críticas en el proceso de transición en Nepal, ocurridas durante el 2009, no alcanzan a considerarse en los análisis que se realizan en los estudios de caso. Actualizar dichos análisis hubiera demorado esta publicación, de tal manera los estudios de caso se presentan como estuvieron editados para la versión en inglés. Una tercera razón para haber pensado en esta edición en español tiene que ver con la contribución que puede hacer al contexto colombiano. La realidad del conflicto armado parece empeñarse en acompañar al país en su devenir histórico. No sólo llevamos más de 40 años en esta fase del conflicto armado desde el surgimiento de las guerrillas de izquierda en los años sesenta, sino que hemos vivido procesos de paz por más de 25 años, los cuales han arrojado sólo resultados parciales en términos de acuerdos de paz y tránsito de los alzados en armas a la vida civil y el ejercicio no-violento de la política. Los colombianos hemos tenido serias dificultades para aprender de nuestra propia historia de negociaciones de paz, lo que ha llevado a que se repitan errores que nos han alejado de la posibilidad de terminar definitivamente con el conflicto armado que ha azotado al país. Por eso, requerimos en Colombia un redoblado esfuerzo por aprender con seriedad y sistematicidad de nuestra propia historia de negociaciones de paz así como de la historia de otros conflictos. El presente libro aporta en ambos sentidos. Hace una mirada retrospectiva de la transición del M-19 de las armas a la política, buscando desentrañar las lecciones que nos quedan para futuras negociaciones y procesos de reinserción. Pero además el libro nos presenta las lecciones que quedan de otras cinco transiciones, cuatro de ellas exitosas y una fallida: la del Congreso Nacional Africano en Sudáfrica, la de Sinn Fein en Irlanda del Norte, la del Partido Comunista Maoísta en Nepal, la del Movimiento por un 1 En la página web del Centro Berghof, se encuentran todos los PDF de los estudios de caso: http://www.berghof-center. org/std_page.php?LANG=e&id=337&parent=11 — 11 — DE LA INSURGENCIA A LA DEMOCRACIA Acheh Libre en la Provincia de Acheh en Indonesia y la de los Tigres Tamiles en Sri Lanka. Estamos seguros que las lecciones de todos estos casos nos ayudarán a los colombianos a discernir cuáles son los componentes y medidas que requeriría un futuro proceso de paz que pueda poner fin al conflicto armado interno y garantizar las condiciones para una transición exitosa de los grupos armados a la vida social y política del país. Para Cinep y, en concreto, para mí ha sido una gran oportunidad haber participado en el proyecto de investigación cuyos resultados parciales estamos publicando hoy. Cuando el Centro Berghof nos contactó para explorar la posibilidad de realizar un estudio de caso sobre el M-19, inmediatamente le expresamos nuestro interés ya que nos permitía dar continuidad al trabajo que habíamos hecho anteriormente sobre el tema y además nos ofrecía la posibilidad de profundizar una mirada comparativa de la experiencia colombiana con otras experiencias de procesos de paz y transiciones políticas a nivel mundial. Por otro lado, también nos ofreció la oportunidad de retomar nuestros contactos con el Observatorio para la Paz y, especialmente, con Vera Grabe y Otty Patiño, quienes como comandantes del M-19 habían participado en el proceso de negociación y en la transición del grupo de su lucha armada a la lucha política legal. Ha sido un rico proceso de aprendizaje, un verdadero diálogo de saberes, tanto en lo referente a la experiencia colombiana, como por la posibilidad de confrontarnos con otras experiencias y aprender de ellas lecciones que iluminan las falencias de nuestros procesos de paz y de los procesos de paz en otros países. Desde el Cinep, tanto institucional como personalmente, quiero agradecer al Centro Berghof y a la Fundación Berghof por habernos invitado a participar en este proyecto, el cual ha implicado un proceso altamente estimulante y enriquecedor para personas e instituciones que quieren mantenerse comprometidas aportando a la construcción de la paz. Siempre hemos contado con el apoyo de todo el personal del Berghof, en particular de Veronique Dudouet, quien incansablemente nos ha motivado y estimulado en el proceso de producción de los estudios de caso, en las correcciones a los mismos, en la preparación de los encuentros de inter- — 12 — PRESENTACIÓN cambio y en realizar el análisis comparativo de nuestro trabajo. No menos importante es agradecer al apoyo financiero que el Centro Berghof ha dado para hacer posible esta edición. Quiero igualmente agradecer a todos los autores de los textos, quienes compartieron con honestidad y transparencia sus experiencias y contribuyeron ampliamente a hacer del proceso una aventura colectiva de aprendizaje y camaradería. Igualmente agradezco a Vera Grabe y Otty Patiño, por su interés y compromiso en el proyecto, por su generosidad para poner toda su experiencia en el M-19 al servicio de un proceso de auto-reflexión y aprendizaje, con la serenidad que les otorga haber vivido a fondo la negociación de la paz y un tránsito sin ambigüedades a la vida civil y política. Quiero también agradecer a todos los que me han colaborado en el Cinep para que la edición de este texto haya sido posible de la mejor manera: a Helena Gardeazábal por la coordinación editorial; a Álvaro Delgado por su cuidadosa corrección de estilo; a Ana María Galvis, por la traducción del inglés al español; a Vladimir Caraballo y Andrés Yepes por el apoyo en detalles puntuales de traducción y corrección de la misma traducción. Mauricio García-Durán Director General Centro de Investigación y Educación Popular, Cinep — 13 — PRÓLOGO En el Centro de Investigación Berghof para el Manejo Constructivo de Conflictos y en la Fundación Berghof para el Apoyo a la Paz nos sentimos muy complacidos por la publicación del libro ‘De la Insurgencia a la Democracia’, el cual recoge toda la discusión y análisis que hemos realizado sobre los procesos de transición a la política de los grupos armados no estatales, o más precisamente de los Movimientos de Resistencia/Liberación (RLM, por su sigla en inglés). Estos grupos son movimientos políticos que buscan desafiar y eventualmente transformar las estructuras estatales, cambiando el balance de poder existente. Mientras la percepción internacional de su papel y legitimidad siempre ha sido controversial, en los últimos tiempos distintos actores han asumido una perspectiva más reflexiva y diferenciada de los RLM, por buenas razones. La legitimidad de los RLM no viene propiamente de leyes escritas, sino que es con frecuencia fuerte porque tiene sus raíces en el pueblo que el movimiento representa y del cual ellos son parte. El número de casos en los que RLM han forzado exitosamente a previos regímenes a salir del poder o a compartirlo han aumentado considerablemente, especialmente en Latinoamérica. Pero al mismo tiempo estos movimientos son retados a transformarse en gobernantes políticamente responsables. Las transiciones al poder conllevan a que los antiguos RLM entren a desempeñar papeles políticos importantes, con la exigencia de actuar responsablemente y con real competencia en dichas funciones de gobierno. De esto es de lo que trata este libro. Los capítulos de este libro se basan en los resultados de un proyecto iniciado en el 2006 de manera conjunta entre el Centro de Investigación Berghof y la — 15 — DE LA INSURGENCIA A LA DEMOCRACIA Fundación Berghof. Por medio de una combinación de investigación-acción y reuniones de intercambio, nosotros buscábamos (y aún buscamos) aprender y compartir de las experiencias de los RLM en procesos de transición a un manejo no-violento de la política, y, especialmente, sobre cómo han manejado estos frecuentemente difíciles, minuciosos y riesgosos procesos. La importancia de estas experiencias se basa en el hecho que los RLM no son solo actores claves en los conflictos, pero también socios necesarios en la transformación de los conflictos. Sin embargo, estos movimientos raramente han tenido la oportunidad de reflexionar en sus procesos de transición y en los intríngulis siempre únicos que éstos conllevan. Sólo a través de esta auto-reflexión o sistematización de las experiencias puede llegar a generarse y compartirse un cuerpo de conocimiento sobre cómo manejar los procesos de transición de la lucha armada a la lucha política legal. El conocimiento de primera mano que es recopilado en este libro es de alta relevancia y utilidad, no sólo para otros movimientos que puedan pasar por un proceso similar, sino, también, para la comunidad internacional y la comunidad académica interesadas en ganar claridad sobre cuál puede ser la mejor forma para apoyar estos procesos de transición de manera balanceada y justa. El valor de los estudios que aquí se presentan reside en la variedad de rutas de transición asumidas por los movimientos, las lecciones aprendidas y, obviamente, los errores cometidos. El cuerpo de experiencia que aquí se recopila puede ayudar a inspirar nuevas maneras de pensar, ofrecer nuevas opciones, ayudar a definir prioridades y secuencias, promover realismo, y mucho más. Nos alegra mucho que estas experiencias puedan compartirse ahora también en el mundo hispanoparlante. Y esto no solamente porque el ámbito de los que hablan español cubre una amplia región geográfica que va de América Latina a España, pero también porque hay muy valiosos aprendizajes que emergen de la experiencia de grupos ubicados en ese contexto. Mientras estas experiencias requieren ser aprehendidas más sistemáticamente, hay también un número significativo de grupos que están aún activos en diversos conflictos armados. En una situación como esa, nuevas aproximaciones, nuevas formas de pensamiento y nue- — 16 — PRÓLOGO vas opciones para el cambio (político, cultural, social y económico) parecen requerirse de forma tal que se permita a estos grupos embarcarse en una transición a un ejercicio no-violento de la política llena de sentido. Esperamos, por tanto, que el libro encuentre amplio interés dentro de la inmensa comunidad de estudiosos de los conflictos y de los activistas por la paz en América Latina. Éste no es solamente interesante por la perspectiva que “desde adentro” ofrecen los estudios en él presentados, sino también por el potencial y riqueza de perspectivas que suponen las distintas experiencias presentadas en los estudios de caso. Valoramos altamente y agradecemos los esfuerzos que Mauricio García Durán, Vera Grabe Loewenherz y Otty Patiño Hormaza, han hecho para contribuir a la edición en español de este libro ‘De la Insurgencia a la Democracia’. Más allá de colaborar en la edición del libro, siempre apreciamos su compromiso y motivación como investigadores y participantes en el proyecto. En las reuniones, siempre contribuyeron activamente a generar discusiones constructivas y promover un proceso de aprendizaje. Y su propia experiencia con el M-19 ofrece valiosos aportes e importantes lecciones. Agradecemos al Cinep por todo el trabajo editorial que ha requerido esta versión en lengua española, pasando por la traducción, revisión de la misma, corrección de estilo y diseño e impresión del libro. Gracias a todos los que colaboraron en estas tareas por su excelente y profesional trabajo. Por último, pero no por ello menos importante, queremos también agradecer al Centro Internacional para el Desarrollo y la Investigación (IDRC por su sigla en inglés), del Canadá, por su apoyo para esta publicación, como también para todo el proyecto. Esperamos que este libro contribuya al propósito de promover un cambio social justo y pací pacífico en Colombia, en el mundo hispanoparlante y en todo lugar donde existan conflictos violentos. Hans-Joachim Giessmann Director - Centro de Investigación Berghof para el Manejo Constructivo de Conflictos Oliver Wils Director Ejecutivo - Fundación Berghof para el Apoyo a la Paz Berlín (Alemania), mayo de 2009 — 17 — INTRODUCCIÓN GENERAL Contexto y referentes de la investigación Veronique Dudouet INTRODUCCIÓN La experiencia reciente alrededor del mundo ha demostrado que los movimientos de resistencia y liberación se han convertido en una característica distintiva de los conflictos políticos contemporáneos, y que la tarea de alcanzar acuerdos políticos necesita eventualmente de su participación activa y su compromiso cooperativo. La gran mayoría de los “conflictos armados mayores” de la década pasada (30 de los 33 totales) se pelearon dentro de los límites de un Estado, entre el respectivo gobierno y uno o varios movimientos insurgentes no estatales, los cuales estaban comprometidos en una lucha armada por cuestiones de territorio (9) o de poder gubernamental (21) (Harbom & Wallensteen, 2008: 73).1 Si la violencia política es una herramienta tanto del Estado como de los actores no estatales, reemplazarla por métodos pacíficos de manejo del conflicto es algo imprescindible para construir una paz sostenible, y los movimientos de liberación/resistencia se han convertido en actores políticos centrales 1 Los criterios empleados para clasificar los que se consideran como “conflictos armados mayores” (major major armed conflict ict) se describen en el Programa de Datos sobre Conflictos de Uppsala (UCDP) como “una disputa en torno a una incompatibilidad con respecto al gobierno y/o al territorio en la cual el uso de confrontación armada entre las fuerzas militares de las dos partes –de las cuales al menos una es el gobierno de un Estado– ha resultado en al menos 1.000 combatientes muertos en un solo año” (Harbom & Wallensteen, 2008: 72). — 19 — DE LA INSURGENCIA A LA DEMOCRACIA en los procesos de finalización de la contienda e implementación de la paz. Desde que terminó la Guerra Fría, un creciente número de conflictos armados se ha resuelto a través de acuerdos negociados, más que mediante victorias militares,2 y han sido seguidos de una serie de programas de construcción de paz en la posguerra orientados a la desmilitarización, la democratización, el desarrollo y la reconciliación del país. A pesar de estos programas de consolidación de la paz, con frecuencia acompañados por una significativa asistencia internacional, muchos acuerdos de paz recientes no han sido plenamente implementados y, de hecho, a partir de 1990 más de un tercio (34%) de los conflictos terminados como resultado de un acuerdo negociado han reincidido en un cierto grado de confrontación violenta en un lapso de cinco años (Human Security Center, 2008). Esas diversas estadísticas han movido a científicos políticos e investigadores de resolución de conflictos a analizar en estudios recientes (v. Ricigliano [ed.], 2005; Deonandan et al. [ed.], 2007; Manning, 2007; Lekha Sriram, 2008; Soderberg, 2008; De Zeeuw [ed.], 2008; Dayton y Kriesberg [ed.], 2009) el papel desempeñado por los llamados “grupos armados no estatales” en procesos de paz y en la construcción de paz una vez terminada la confrontación, así como a explorar los cambios organizativos y estratégicos que una insurgencia armada clandestina experimenta al vincularse a negociaciones de paz, convertirse en actor político convencional en el posconflicto y alcanzar –de forma compartida– el poder estatal. No obstante que estos estudios suministran algunas intuiciones clave, agrupadas temáticamente y por área de experticia, en realidad muy pocos se involucran directamente con los grupos insurgentes mismos para escuchar sus propios puntos de vista, la racionalidad y la autocomprensión del contexto en que están insertos y de sus cursos de acción. 2 De acuerdo con el Informe sobre Seguridad Humana 2007, en el periodo 1990-2005, 58 conflictos armados terminaron mediante un acuerdo negociado, en comparación con 28 que finalizaron con la victoria militar de una de las partes (Human Security Center, 2008: 35). — 20 — INTRODUCCIÓN GENERAL Con este telón de fondo, el proyecto de investigación-acción del Centro Berghof que está en curso3 bajo la denominación “Los movimientos de liberación/resistencia y su transición a la política”,ha arrojado comprensiones únicas y novedosas de estos temas, al invitar a miembros destacados de seis movimientos de resistencia y liberación a involucrarse en una autorreflexión interna y un análisis sobre la formación y el desarrollo de cada organización, su experiencia en la transformación del conflicto y los cambios estratégicos, organizativos y estructurales que dichas transiciones conllevan. En 2008 publicamos seis estudios de caso en los que se consideraban las respectivas experiencias de transición política del Congreso Nacional Africano (ACN, por su sigla en inglés) en Sudáfrica, el Movimiento 19 de Abril (M-19) en Colombia, el Partido Comunista de Nepal-Maoísta (CPN-M, por su sigla en inglés) en Nepal, los Tigres por la Liberación de Tamil Eelam (LTTE, por su sigla en inglés) en Sri Lanka, el Movimiento por un Acheh Libre, Gerakan Acheh Merdeka (GAM) en Acheh (Indonesia) y el Sinn Féin en Irlanda del Norte. Según el caso, cada estudio argumenta firmemente la necesaria inclusión del movimiento en cualquier acuerdo que se produzca, o bien documenta claramente la manera como dicho papel se cumplió. Cada estudio de caso fue elaborado por miembros destacados de los movimientos en cuestión o, en algunos casos, por investigadores independientes en estrecha cooperación con miembros de los movimientos. Este libro compila algunos hallazgos comparativos importantes que emergen de los estudios de los seis países considerados. 3 El proyecto es dirigido en conjunto por el Centro de Investigación Berghof para el Manejo Constructivo del Conflicto (BRC, por su sigla en inglés) y la Fundación Berghof para el Apoyo a la Paz (BFPS, por su sigla en inglés), con sede en Berlín, Alemania, en cooperación con el Instituto para la Justicia y la Reconciliación, de Ciudad del Cabo. La financiación para este proyecto se ha recibido del Centro de Investigación para el Desarrollo Internacional (Canadá) y de la Fundación Ford (EE.UU.). Aparte de su componente investigativo, el proyecto también está orientado a la práctica: (a) mediante la construcción de una red de personas que representan dicha experiencia de transiciones y que se involucran en el intercambio de información y ‘asesoría entre iguales’; (b) haciendo que esa experiencia y asesoría estén disponibles directamente para otros que ahora están envueltos en la misma transición o consideran la posibilidad de hacerlo; y (c) diseminando los resultados de ese compromiso en forma de recomendaciones sobre políticas a seguir por organizaciones internacionales, gubernamentales y no gubernamentales. — 21 — DE LA INSURGENCIA A LA DEMOCRACIA El objetivo de este capítulo introductorio es presentar los objetivos, metodología y marco conceptual que subyacen a los seis estudios de caso que siguen en los ulteriores capítulos y una aproximación al proyecto de investigación que dio origen a los mismos. TERMINOLOGÍA Y DEFINICIONES Si se exceptúan los casos de violencia unilateral –como ocurre con la represión estatal de disidentes no-violentos o con el genocidio–, para comenzar un conflicto armado se requieren dos partes, y también son necesarias dos partes para transformar ese conflicto en paz y democracia duraderas. Ahora bien, es importante tener presente que esta investigación focaliza la mirada en un lado de la ecuación: el papel de los movimientos de resistencia y liberación en la escalada y la transformación de los conflictos. La terminología empleada en la literatura para calificar dichos movimientos gira en torno a las nociones de “grupos armados no estatales”, “movimientos rebeldes” e “insurgencias” (vistas como etiquetas relativamente neutrales que evitan la parcialidad y la moralidad inherentes en términos ambiguos como los de “organizaciones terroristas”,“guerrilleros” o “luchadores por la libertad”). Desde el principio, los participantes de este proyecto del Centro Berghof se dieron cuenta de la insuficiencia y las limitaciones que implicaba el uso de algunos de los términos mencionados arriba, y se rehusaron a hacerlo. Por ejemplo, la etiqueta “no estatal” niega la aspiración de algunos movimientos a formar estados separados, como también, a veces, sus características cuasi gubernamentales, que hacen de ellos un ‘Estado dentro del Estado’. La etiqueta “grupos armados” tampoco se consideró apropiada, ya que no consigue dar cuenta del rango de medios complejos de la acción política, tanto armada como desarmada, que evoluciona constantemente de acuerdo con las circunstancias y los cálculos estratégicos. Por lo tanto, decidimos llamar a dichos movimientos de acuerdo con sus objetivos fundamentales, y optamos por la terminología incluyente de “movimientos de resistencia/liberación” (RLM, por su sigla en inglés). — 22 — INTRODUCCIÓN GENERAL Cuando se refiere a la identificación y definición de estos movimientos, la literatura ha establecido una lista de criterios que van desde definiciones muy extensas hasta más limitadas, de acuerdo con sus metas, estructura y ambiente geopolítico. Las definiciones más clásicas incluyen a grupos que poseen una organización jerárquica (o estructura de mando básica), apelan a la violencia con fines políticos, son independientes de la dominación del Estado y mantienen cierto grado de control territorial sobre determinada área geográfica (Bruderlein, 2004). Definiciones más minimalistas caracterizan a los RLM como “rivales del monopolio del Estado en el uso legítimo de la fuerza coercitiva” (Policzer, 2005). Al reconocer la complejidad de los conflictos nacionales internos y la necesidad de adoptar una comprensión incluyente de los actores del conflicto, este ensayo adopta la definición incluyente utilizada por Conciliation Resources en su publicación especial de la revista Accord No. 16, “Choosing to engage: Armed Groups and Peace Processes” [Eligiendo involucrarse: grupos armados y procesos de paz paz] (Ricigliano, 2005). Allí se los define como grupos “que operan principalmente dentro de las fronteras de un Estado y están involucrados en intentos violentos de desafiar o reformar el equilibrio y la estructura del poder político y económico, vengar injusticias del pasado y/o defender o controlar recursos, territorio o instituciones para el beneficio de una parte de un grupo étnico o social”. Una definición como ésta también es de mucha ayuda para delimitar el alcance de la investigación: excluye a grupos que buscan principalmente una agenda privada más que unos objetivos políticos, económicos o sociales (tales como organizaciones criminales, carteles de la droga o agencias privadas de seguridad), grupos que son patrocinados por el Estado (tales como organizaciones paramilitares) o actores transnacionales y redes que operan a través de las fronteras y no reclaman control sobre un territorio en particular (caso de Al Qaida). Los términos clave de transición y transformación también deben definirse, ya que ellos han sido igualmente cuestionados y debatidos por los participantes del proyecto. Mientras que la literatura tiende a adoptar un entendimiento más bien lineal y en una sola dirección de los cambios en los que han incurrido los RLM en su tránsito “de la rebelión a la polí- — 23 — DE LA INSURGENCIA A LA DEMOCRACIA tica” (Soderberg Kovacs, 2008), este proyecto asume que los grupos han mantenido por largo tiempo una desarrollada visión política de su país, la cual en diversos momentos ha llevado al empleo de una variedad de estrategias (violentas, no-violentas o una combinación de ambas) para implementarla. Por lo tanto, estamos interesados, más que en el simple tránsito de lo armado a lo político, en los cambios e interacciones entre estrategias militares y políticas que asumen dichos movimientos durante los periodos de conflicto armado activo y de proceso de paz, hasta el momento de la reconversión de sus estructuras políticas en la posguerra y su adopción de medios exclusivamente “convencionales” de compromiso político. Nuestro entendimiento de política convencional no se restringe al ámbito electoral e incluye también otras formas de actividad no-violentas, como un partido político, un movimiento social o una organización de la sociedad civil. Los conflictos armados que operan en los límites de un Estado han terminado de varias maneras. En algunos casos, los estados han acudido a la fuerza de manera exitosa para derrotar a sus rivales armados (p. ej. Argentina en la década de 1970). En otros casos, los rivales armados han derrotado exitosamente por la fuerza al Estado titular y se han convertido en los nuevos gobernantes (p. ej. Movimiento Popular de Liberación de Angola (MPLA, por su sigla en portugués) en Angola; el Frente Popular por la Democracia (PFD, por su sigla en inglés) en Eritrea; y el Frente Sandinista para la Liberación Nacional, FSLN, en Nicaragua). Pero este estudio se preocupa por los contextos en los cuales el gobierno y los RLM han acordado terminar su confrontación mediante negociaciones, por lo general al final de una prolongada lucha. La dinámica de dichos conflictos se puede ilustrar en un ciclo de transformación del conflicto que supone el recorrido de ocho etapas principales: cambio social pacífico, conflicto latente (violencia estructural), confrontación no-violenta, confrontación violenta, mitigación del conflicto, resolución del conflicto, implementación de la paz, consolidación de la paz (Dudouet, 2006: 21). Este enfoque reconoce que las trayectorias de la guerra a la paz son complejas, multidireccionales y con frecuencia erráticas, ya que los conflictos pueden retroceder o avanzar junto con el ciclo de transformación del conflicto, — 24 — INTRODUCCIÓN GENERAL “saltarse” etapas o exhibir simultáneamente propiedades de una etapa de escalamiento o de una de desescalamiento. El término “proceso de paz” se usará con referencia a las etapas de mitigación y resolución del conflicto, caracterizadas por una serie de iniciativas unilaterales o bilaterales, o por mediación de terceros, tales como declaraciones de cese del fuego, encuentros de diálogo no oficiales de bajo perfil o negociaciones de alto perfil entre los principales actores políticos, que llevan a la firma de acuerdos de paz provisionales o globales. Con excepción de los LTTE (quienes en 2006 suspendieron oficialmente el acuerdo de cese global del fuego firmado en 2002, sin llegar exitosamente a un acuerdo pacífico con el gobierno), todos los RLM objeto de estudio han firmado un pacto de paz con el Estado: el Acuerdo Político de 1990 en Colombia, el Acuerdo de Paz Nacional de 1991 en Sudáfrica, el Acuerdo de Viernes Santo de 1997 en Belfast, el Memorando de Entendimiento de 2005 en Acheh y el Acuerdo de Paz Global de 2006 en Nepal. Las dos etapas siguientes del ciclo de transformación del conflicto, llamadas implementación de la paz y consolidación de la paz, son con frecuencia presentadas como “construcción de paz en la posguerra (o postacuerdo)” tanto por académicos como por profesionales que realizan trabajos de campo. Como lo manifestaron Hampson (1996), Stedman y otros (2002), la paz no emana automáticamente de la firma de los acuerdos de paz, y lo que sigue en el terreno y en los círculos políticos y diplomáticos es por lo menos importante para determinar la sostenibilidad de los procesos de paz, especialmente cuando la mayoría de las situaciones de posconflicto son altamente volátiles y propensas a rompimientos violentos. De igual manera, el proyecto del Centro Berghof asume que la transformación del conflicto se extiende más allá de la dinámica de las negociaciones y define la construcción de paz como un proceso de largo plazo, multidimensional, que involucra una combinación de cambios militares y de seguridad, integración política y democratización, reconstrucción y desarrollo de orden económico y social, así como reconciliación psicosocial y justicia. — 25 — DE LA INSURGENCIA A LA DEMOCRACIA Resumen de la literatura: movimientos de liberación/resistencia y transiciones políticas Dada la definición multisectorial de transformación del conflicto y construcción de paz descrita arriba, esta corta revisión de la literatura también es multidisciplinaria: resalta recientes investigaciones académicas sobre el papel de los movimientos de liberación/resistencia en los procesos de paz y las transformaciones estratégicas, ideológicas y organizativas que se operan en el curso de las complejas y no lineales transiciones entre la lucha armada y un ejercicio político democrático. Esta corta revisión ayudará a identificar la originalidad y el valor agregado de los hallazgos que aquí se reportan y de aquellos a que ha dado lugar el proyecto del Centro Berghof, los cuales contrastan en general con los de las investigaciones existentes. Un primer tipo de estudio académico relacionado con el papel y la dinámica de los RLM se sitúa en los campos humanitario, jurídico y de los derechos humanos. Comenzando por los límites impuestos por el derecho internacional, el cual solo reconoce la legalidad y responsabilidad de los estados; los autores dirigen su atención a los dilemas de compromiso que enfrenta la comunidad internacional (p. ej. la ONU, las ONG y las agencias de socorro) cuando tiene que hacer frente a actos de violencia cometidos por actores no estatales. Buscan la manera de animar a estos grupos a respetar los derechos humanos internacionales y las normas humanitarias (Bruderlein, 2004; Hoffmann, 2004)4, por ejemplo, a través de la labor del “Geneva Call” (Llamamiento de Ginebra) y otras ONG en temas tales como los de minas antipersona y niños soldados.5 Los campos de las relaciones internacionales, seguridad y estudios estratégicos también han venido reconociendo de manera progresiva 4 5 Ver también el proyecto de grupos armados de la Universidad de Calgary (www.armadagrupos.org), dirigido por Pr. Pablo Policzer. Ver, por ejemplo, el Llamamiento de Ginebra (www.genevacall.org), Grupo de Trabajo de Actores No Gubernamentales (GTANG) en la Campaña Internacional para Prohibir las Minas Terrestres (www.icbl.org) y la Coalición para Detener el Uso de Niños Soldados (http://www.child-soldiers.org/). — 26 — INTRODUCCIÓN GENERAL que los estados ya no son actores exclusivos de la escena internacional, toda vez que su soberanía ha sido erosionada tanto desde arriba (organizaciones internacionales, actores transnacionales) como desde abajo (actores no gubernamentales). En este contexto, varios investigadores y académicos han publicado estudios sobre movimientos de insurgencia contemporáneos en el contexto de la política exterior estadounidense y su “guerra contra el terror” (Thomas y Casabeer, 2004; Shultz et al., 2004), o con respecto a los patrones cambiantes de los conflictos en la era de la posguerra fría (Reno, 2003; Rotberg, 2004; Chestérminoan et al., 2004; Mair, 2003; Münkler, 2004; Mehler, 2004) y las economías de guerra (Berdal y Malone, 2000; Francois y Rufin, 2003; Ruf, 2003; Weinstein, 2007). Estos trabajos se orientaron principalmente a analizar temas como la formación, movilización y labor interna de los movimientos insurgentes (¿por qué los individuos y los grupos toman las armas para alcanzar sus objetivos políticos?, ¿están motivados por la “codicia” o por los “agravios”?), ya sea desde una perspectiva de escala micro (Weinstein, 20076) o ya en relación al ambiente geopolítico más amplio en el que operan (enlaces a través de las fronteras, diásporas, “estados fallidos” y “privatización de la violencia”, etc.). En este hilo de la literatura la acción de hacer y negociar la paz no es realmente escrutada, y los procesos de posguerra se consideran principalmente desde el ángulo del desarme, la desmovilización y la reintegración (DDR) o reforma del sector de seguridad (SSR, por su sigla en inglés), con frecuencia analizados de manera aislada de otros niveles y procesos de construcción de paz. El propósito de la mayoría de los estudios desplegados en el campo de las relaciones internacionales y la seguridad es ofrecer información que sea útil para la elaboración de políticas públicas con relación a los RLM, ya sea para el control o para el diálogo con ellos, tanto por estados como por actores internacionales. Por ejemplo, Heiberg y otros (2008) realizaron una reseña exhaustiva y comparativa de once grupos insurgentes violentos y examinaron el impacto de varias políticas gubernamentales 6 Ver también los estudios del Grupo de Investigación sobre Micropolíticas de la Universidad de Humboldt, Berlín (http:// www2.rz.hu-berlin.de/mikropolitik/?área=projekt&lang=en) — 27 — DE LA INSURGENCIA A LA DEMOCRACIA sobre sus patrones de comportamiento y evolución a través del tiempo. Con base en sus hallazgos, sugieren un grupo de pautas de polí política nacional e internacional para ayudar a crear las condiciones necesarias para mover a los militantes armados hacia estrategias no-violentas. Por su parte, los estudiosos del campo de la ciencia política y la democratización relacionan la transformación del conflicto con el proceso de emergencia de una democracia multipartidista, cosa que los lleva a enfocarse en la transformación organizativa de las insurgencias, en el paso de un movimiento guerrillero clandestino a un partido político convencional (Nissan y Schilchte, 2006; Manning, 2007; Deonandan et al., 2007; Soderberg Kovacs, 2007). A través de estudios comparativos de transiciones exitosas y fallidas, o casos de estudio únicos ilustrativos, analizan los desafíos de la institucionalización y los ajustes operacionales en el paso “de las balas a las balotas [electorales]” (como son el paso de la clandestinidad a la transparencia, de la coerción a la persuasión, de la rigidez ideológica al pragmatismo, de las estructuras verticales a las horizontales). También buscan identificar los factores que afectan su desempeño democrático en un ejercicio de la política luego de la guerra, y pueden explicar por qué algunos movimientos se las ingenian para tomarse el poder a partir de acuerdos de gobierno compartido o con sistemas de democracia mayoritaria (p. ej. La Unión Nacional Africana de Zimbabwe, ZANU; el Congreso Nacional Africano, ACN, en Sudáfrica), mientras que otros permanecen en posiciones marginales o, peor aún, fracasan en la transformación a partidos políticos viables (p. ej. El Frente Revolucionario Unido, RUF, en Sierra Leona; el Jemer Rojo en Camboya). En este asunto Soderberg Kovacs (2007) suministra el marco explicativo más comprensivo, al presentar tres niveles de análisis: dentro del partido (grado de cohesión interna durante el proceso de paz); entre el partido y la población (nivel de apoyo popular en la población en general), y entre el partido y la comunidad internacional (grado de legitimidad internacional a lo largo de la etapa de transición). Finalmente, el campo de transformación de los conflictos reconoce el papel central asumido por los RLM en los procesos de paz, aunque pone un — 28 — INTRODUCCIÓN GENERAL mayor énfasis en los procesos de compromiso de terceras partes con tales grupos7 que en su dinámica interna y su contribución directa al cambio social y político. Tradicionalmente, en una situación de conflicto, investigadores y profesionales prácticos en el terreno, por igual, han tendido a concentrar su atención en los “moderados”, es decir, en aquellos considerados como los que tienen la capacidad de crear e implementar un cambio pacífico. En este campo el Centro Berghof es una de las pocas instituciones que reconoce la necesidad de involucrarse con un rango más amplio de actores políticos influyentes, incluidos los movimientos armados, cuyas capacidades para liderar o bloquear los cambios macropolíticos los convierten en actores decisivos en la transformación del conflicto. Hay tres publicaciones recientes que vale la pena mencionar por su vínculo cercano con este proyecto; todas ellas adoptan un análisis comparativo entre diversos casos para observar la dinámica de los RLM durante los procesos de paz y después de ellos. La serie “Accord”, ya mencionada (Ricigliano, ed., 2006), orienta su análisis prioritariamente al compromiso externo (terceras partes) con diferentes grupos armados, pero también contiene varios artículos que analizan anteriores experiencias de procesos de paz ( (peacemaking ) de dichos grupos. En concreto, la contribución de McCartney,“De la lucha armada a las negociaciones políticas: ¿por qué?, ¿cuándo?, ¿cómo?”,presenta una exploración interesante de diferentes elementos que favorecen la militancia (tales como falta de opciones alternativas, compromiso con la campaña, evasión del compromiso y divisiones, etc.), en contra de aquellos que privilegian una estrategia de transformación del conflicto (como son las oportunidades reales de cambios y beneficios tangibles, las debilidades inherentes de la opción militar, la legitimidad y el reconocimiento, las garantías y la dependencia mutua, la intermediación de terceros). En segundo término, un estudio reciente del Instituto Clingendael (De Zeeuw, ed., 2008) compara ocho casos de transformaciones de “rebeldes-a7 Las ONG que dirigen dicho compromiso con los RLM para los propósitos de la pacificación y la construcción de paz incluyen el Centro para el Diálogo Humanitario, de Ginebra; Iniciativas de Manejo de Crisis, de Helsinki; Fundación Berghof para el Apoyo de la Paz, de Berlín; Foro de Conflictos del Oriente Medio, etc. Hoffman y Schneckener (Stiftung Wissenschaft und Politik, Berlín) están trabajando actualmente en un proyecto de investigación sobre el compromiso de ONG internacionales con grupos armados no estatales. — 29 — DE LA INSURGENCIA A LA DEMOCRACIA partidos”, que son analizadas tanto en su dinámica estructural (i. e. desmilitarización de estructuras organizativas y desarrollo de la organización del partido) como en sus cambios de actitud (i. e. democratización de la toma de decisiones y adaptación de estrategias y metas). El enfoque principal es el de explicar transiciones completas, parciales o fallidas a través de múltiples factores causales internos y externos, y suministrar a la comunidad internacional recomendaciones sobre políticas que favorezcan la desmilitarización y la transformación política de estos movimientos. Finalmente, otro proyecto de investigación colectiva reciente (Dayton y Kriesberg, 2009, de próxima aparición) examina los “procesos que lideran los grupos que desafían las estructuras de poder existentes para que se involucren en luchas violentas, procesos que contribuyen al des-escalamiento del conflicto y a la participación de rivales en actividades políticas pacíficas, y los procesos que sostienen y nutren esta transformación”, mediante una combinación de capítulos temáticos y casos de estudio relacionados con Brasil, Guatemala, Mozambique, Nepal, Palestina, País Vasco, Sudáfrica y Sri Lanka. Mientras que los estudios reseñados en esta sección suministran algunas apreciaciones académicas interesantes basadas en el análisis externo de la dinámica de los RLM, el propósito de este proyecto de investigación ha sido el de dar prioridad al autoanálisis de aquellos factores que provienen del interior de los movimientos, con la esperanza de producir más hallazgos de primera mano que conduzcan a un análisis más enfocado, específico y sustancial. Creemos que este enfoque único es de gran valor, tanto para los grupos que participan en este ejercicio comparativo y autorreflexivo, como para la investigación internacional y los responsables de elaborar las políticas públicas, por cuanto les ofrece una visión precisa, realista y mucho más matizada de todo el tema. METODOLOGÍA Se seleccionó un enfoque comparativo de estudios de caso como la mejor manera de tener acceso a un rango más amplio de experiencias y trayectorias de transición. Para la selección de los grupos participantes nos regimos por los criterios que detallamos enseguida. Primero, tienen una experiencia — 30 — INTRODUCCIÓN GENERAL suficientemente larga de lucha militante violenta en contra de estructuras de autoridad estatales o subnacionales. Segundo, han alcanzado grados disímiles de efectividad en el desarrollo político y sus procesos de transición no han sido uniformes; algunos se embarcaron durante algunos años en procesos de paz, participaron en la reconstrucción post-acuerdo de su sociedad y se involucraron en políticas convencionales, mientras otros están comprometidos actualmente en procesos de transición, con todos los desafíos organizativos, políticos, de recursos y de reciclaje y sensibilidades que dichas transformaciones conllevan. Tercero, están difundidos geográficamente en diferentes continentes, lo cual permite una exploración de los factores culturales y geopolíticos que afectan la transformación de conflictos prolongados alrededor del mundo. Cuarto, la selección de casos de estudio fue también en parte un asunto de contingencias prácticas e institucionales, como ocurrió con algunos grupos que, una vez contactados, declinaron nuestra invitación a participar en el proyecto, en tanto que otros fueron seleccionados a causa de las relaciones directas establecidas previamente entre sus jefaturas y nuestro instituto, a través de otros proyectos del Centro Berghof. Hechas estas consideraciones, se seleccionaron las siguientes seis organizaciones: • M-19 (Colombia): pasó de grupo armado a partido actuante en la arena política, inicialmente con gran suceso pero posteriormente con un éxito político moderado durante un periodo de más de diez años, sin regresar a la violencia; • ANC (Sudáfrica): hizo una transición completa de grupo proscrito por largo tiempo a partido gobernante por tres periodos consecutivos; • Sinn Féin (Irlanda del Norte): tiene muchos años de experiencia en el desarrollo de estrategias militares y estrategias políticas paralelas, y actualmente participa del poder en un gobierno compartido, en la fase final de una transición prolongada; • GAM (Acheh/Indonesia): a partir de 1976 emprendió una guerra de liberación nacional, claudicó de sus intenciones separatistas y disol- — 31 — DE LA INSURGENCIA A LA DEMOCRACIA vió su ala armada en cumplimiento del acuerdo de paz de 2005, y hoy está vinculado a la administración autónoma de la provincia; • CPN-M (Nepal): luego de una insurrección armada que duró una década, firmó un acuerdo de paz en 2006, ganó la elección de la Asamblea Constituyente de 2008 y actualmente lidera un gobierno compartido que busca hacer el tránsito a una república; • LTTE (Sri Lanka): ha estado envuelto en sucesivas campañas de liberación armada y de negociaciones con el gobierno durante las últimas dos décadas, con una violencia bilateral renovada desde el año 2006. Tabla 1: Comparación de los seis casos bajo estudio País o Región RLM Tipo de conflicto Inicio del conflicto armado 1973 1961 Acuerdo de paz 1990 1991 Colombia Sudáfrica Irlanda del Norte M-19 ANC Pro democracia Pro democracia Sinn Féin Territorial 1969 1997 Acheh GAM Territorial 1976 2005 Nepal CPN-M Pro democracia 1996 2006 Sri Lanka LTTE Territorial 1983 No rige Actual estatus político Partido de oposición marginal. Al frente del gobierno del país. En un gobierno local de poder compartido. Al frente del gobierno de la provincia. Al frente del gobierno del país. No rige: el conflicto armado continúa. Este proyecto encaja asimismo en el enfoque general del Centro Berghof, de una investigación orientada a la práctica y a la obtención de resultados, que apunta a entender y apoyar los procesos prácticos de cambio social constructivo. Para apoyar esta meta general usamos la herramienta metodológica de investigación de acción participativa, que resulta de la conjunción de tres principios: investigación (producción de conocimiento social válido), acción (contribución a procesos de transformación del conflicto) y participación (inclusión de actores políticos como coinvestigadores). De acuerdo con estos principios, los métodos y el proceso de investigación para este proyecto se definieron, implementaron y evaluaron de — 32 — INTRODUCCIÓN GENERAL manera cooperativa por parte de equipos locales implícitos, en cada escenario, de uno o dos investigadores (reconocidos académicos del contexto, o miembros del RLM con importantes credenciales académicas) y uno o más representantes oficiales del RLM. Todos los movimientos aprobaron la participación activa de sus miembros en el proyecto, actitud que aseguró su apropiación del proceso de investigación y de sus resultados. En la fase de recolección de información, el personal del Centro Berghof ha limitado su participación a un papel de coordinación, facilitación, edición y control de calidad, para permitir el enriquecimiento mutuo y el aprendizaje continuo entre los equipos de investigación local. Una vez seleccionados los equipos, en marzo de 2007 se llevó a cabo en Berlín un seminario de investigación preliminar, durante el cual los convocantes del proyecto y los investigadores de cada uno de los seis grupos confirmados discutieron y acordaron un marco de investigación común, que incluía una lista de temas de investigación y preguntas a ser respondidas en los casos de estudio. Durante el periodo de marzo a julio de 2007 los investigadores recolectaron en cada país información sobre la historia de su movimiento y seleccionaron los métodos más apropiados de recolección de datos en cada contexto, a saber: recolecciones y memorias personales, entrevistas con los representantes del grupo, amplias comunicaciones con otros miembros del grupo mediante cuestionarios, discusiones de grupo y grupos focales, consulta de archivos, etc. En agosto de 2007 se organizó una segunda conferencia en Ciudad del Cabo (Sudáfrica), donde todos los miembros de la red (convocantes del proyecto, investigadores y representantes de los grupos) compartieron, compararon y discutieron sus hallazgos, basados en los primeros borradores de los estudios de caso. Posteriormente, los seis equipos de investigación terminaron sus estudios, que en el año 2008 se publicaron en inglés, cada uno separadamente, en la serie “Transition Reports” del Centro Berghof. En marzo de 2008 se efectuó en Berlín una tercera mesa redonda, enfocada más específicamente en los desafíos de la negociación entre las partes en conflicto, dirigida a alcanzar un acuerdo de paz y a la implementación de lo previsto en él. Los aportes más importantes de tercer encuentro se publicaron en un nuevo reporte (Dudouet, 2008), y por lo tanto solamente se mencionarán brevemente en este capítulo. — 33 — DE LA INSURGENCIA A LA DEMOCRACIA MARCO DE INVESTIGACIÓN Este proyecto no ve a sus participantes como “conversos a la paz” sino como pragmáticos que en algún punto del camino escogieron expandir las estrategias políticas para alcanzar sus metas, y que en el curso del conflicto han hecho la transición de oponentes al régimen del Estado a participantes en la construcción de un sistema político nuevo, más democrático. Nuestro propósito principal es entender mejor de qué manera la elección entre estrategias violentas y no-violentas se hace en función de la búsqueda de ciertos fines políticos, los cuales inciden en estas decisiones e, inversamente, cómo esta elección afecta la transformación del conflicto y la reconstrucción de la posguerra. Adicionalmente a las consideraciones sobre cómo se alcanzaron dichos cambios en los papeles y las estrategias –los obstáculos, los desafíos y los éxitos derivados de esta experiencia colectiva–, el proyecto también está interesado en explorar cuándo ocurren estos cambios. Por supuesto, dado el hecho de que los grupos participantes han evolucionado en áreas de conflicto complejas y heterogéneas, y de que alcanzan etapas de desarrollo y transformación muy diversas, el propósito del proyecto no era definir un proceso uniforme y lineal o un marco temporal único. Más bien, creímos que la interpretación de los participantes en una historia que ayudaron a moldear a través de sus acciones puede permitir de una manera más adecuada la identificación de los “tiempos de madurez”, los momentos decisivos y los puntos de quiebre que se presentan en las diferentes fases de transformación del conflicto. De manera colectiva, los convocantes del proyecto y los participantes formularon cinco preguntas básicas de investigación: 1. ¿Cuál es/fue el objetivo del movimiento? 2. ¿Cómo llegó el movimiento a la lucha armada? 3. ¿Qué factores internos y externos persuadieron al movimiento de considerar y buscar una estrategia política no-violenta? 4. ¿Cómo se movilizó/moviliza el movimiento mismo y sus bases de apoyo hacia la consecución de una estrategia política? — 34 — INTRODUCCIÓN GENERAL 5. ¿Cuál es la naturaleza de las transformaciones potenciales o resultantes? Adicionalmente, se suministró a los participantes un marco analítico más detallado, basado en un ensayo de investigación conceptual previo (Dudouet, 2006), con el fin de guiarlos en su proceso de investigación. Este marco sugería posibles dinámicas y “conductores del cambio” que pudieran ayudarles a explorar, tanto los diferentes espacios de transición a través de los cuales pasaron sus movimientos y sus países, como los distintos factores que influyeron en dichas transformaciones. Los puntos centrales de este marco fueron los siguientes: • Cambios internos: • Cambios de motivación: ¿Qué valores y metas orientaron la lucha? ¿Los cambios estratégicos entre un ejercicio político violento y no-violento reflejan una transformación más honda de las metas del grupo? o ¿Estaban simplemente motivados por una emergente convicción acerca de la capacidad de una reforma política para alcanzar las metas originales? • Desarrollo político: ¿Cuál es la experiencia del movimiento en materias de formulación, consolidación y evolución de un partido político? ¿Cuál fue el proceso seguido por los miembros del movimiento para asumir funciones políticas en entes políticos reconocidos constitucionalmente (i. e. asambleas y gobiernos locales, regionales y nacionales), o para ser integrados en un aparato de seguridad del Estado (i. e. Policía, Ejército)? ¿Estas transformaciones estructurales del grupo llenaron las expectativas de sus miembros, y qué tan irreversible parece ser este proceso? • Cambios de financiación: ¿Qué recursos permitieron a los grupos sostener sus actividades durante la lucha? ¿Cómo manejaron sus intereses “económicos” y sus mecanismos de financiación luego de emprender la transición política (i. e. cambio de la financiación pri- — 35 — DE LA INSURGENCIA A LA DEMOCRACIA vada a la pública)? ¿Cómo afecta al grupo armado desmovilizado la transformación de las economías de guerra en economías de paz? ¿Sus miembros se benefician de los “dividendos de la paz” y de los procesos de redistribución de la riqueza que acompañan la reconstrucción y el desarrollo de la posguerra? • Dinámicas organizativas: ¿Cómo evoluciona la jefatura del grupo y la estructura de mando jerárquico durante las diferentes fases de la transformación del conflicto? ¿Cambió el equilibrio entre ciertos subgrupos durante periodos de transición (p. ej. entre “ideólogos”, “guerreristas”,“pragmáticos”, etc.)? ¿Hubo preocupación o interés en mantener la cohesión y la unidad internas del movimiento? ¿Cómo manejó el grupo el desafío de integrar múltiples voces internas con relación a las diferencias de sexo y de generaciones? ¿Cómo manejaron el desafío de evitar la marginación de ciertos sectores del grupo en la toma de decisiones y en la dinámica de transformación interna que implicó la transición? • Cambios en la base social de apoyo: ¿Qué funciones políticas, económicas y de seguridad desempeñó el movimiento en las comunidades? ¿Llevó a cabo su lucha en nombre de un grupo social o de identidad específica? De ser así, ¿qué relaciones y nivel de apoyo tuvo/tiene de esta base social de apoyo más amplia? ¿Hubo una movilización de la sociedad civil y las organizaciones sociales a favor del diálogo y las negociaciones? De ser así, ¿tuvo dicha movilización algún impacto en los cálculos de la jefatura del movimiento y en el curso de acción definido? Inversamente, ¿qué esfuerzos hizo el movimiento para convencer a su base de apoyo social de que los respaldara en los cambios estratégicos asumidos? • Dinámicas entre las partes enfrentadas: • Cambio estructural: dado que todos los conflictos en el seno del Estado o los conflictos etnopolíticos están arraigados en las asimetrías económicas, sociales y políticas entre los que buscan el poder y los — 36 — INTRODUCCIÓN GENERAL que tienen el poder, ¿de qué manera las transformaciones estructurales afectaron la formulación de las metas y las estrategias del grupo? Inversamente, ¿ayudó la lucha armada a alterar la asimetría de poder? ¿Fue instrumental en forzar las fuerzas pro statu quo a reconocer al movimiento armado, primero, como una contraparte legítima en la negociación y, luego, como eventual participante en el gobierno? Cuando se firmó un acuerdo de paz, ¿se procedió por mutuo acuerdo o fue una imposición de una de las partes? ¿Respondió el acuerdo a las demandas más importantes del movimiento? En la fase post-acuerdo, ¿cumplió el Estado con su compromiso de garantizar los derechos económicos, políticos y sociales, y de desmantelar las estructuras de opresión o desigualdad? • Cambio de percepción: ¿Qué factores permitieron que tanto el gobierno como el movimiento de oposición superaran su desconfianza en el “otro” y se reconocieran como partes legítimas de una negociación, acordaran un cese del fuego conjunto, se involucraran en un diálogo político y luego aceptaran colaborar participando en las instituciones del poder? • Relaciones con otros grupos armados no gubernamentales: ¿El movimiento creó alianzas con otros grupos similares? O bien, ¿compitió con otros grupos en su demanda de lealtad de una misma comunidad o base social? En la fase del post-acuerdo, ¿hubo algunos grupos disidentes que continuaron sus actividades armadas? De ser así, ¿qué influencia tuvo esta continuidad de la lucha armada en el compromiso político del movimiento en su fase de posguerra? • Factores internacionales: • Dinámica regional e internacional: ¿Cuál fue el impacto de los eventos más importantes del contexto internacional en las opciones estratégicas y el proceder del movimiento? — 37 — DE LA INSURGENCIA A LA DEMOCRACIA • Mediación de un tercero: ¿Confió el movimiento en bases de apoyo externo (p. ej. comunidades de diáspora, aliados extranjeros)? ¿De qué grado de legitimidad y reconocimiento internacional disfrutó el movimiento? ¿Qué estrategias se emplearon para implementar el apoyo internacional? ¿Qué formas de intervención utilizaron los actores externos en sus intentos por influenciar el comportamiento del movimiento y qué impacto tuvieron? ¿La intervención de un tercero, de un Estado extranjero o de actores no gubernamentales constituyó una dimensión crucial del proceso de paz? ¿Qué grado de apoyo financiero, humano o logístico se ofreció para la construcción de paz en la posguerra por parte de agencias extranjeras? Para facilitar su comprensión, todas las preguntas de investigación planteadas arriba se pueden resumir en la Tabla 2. Tabla 2: Marco de investigación comparado Cambios internos Cambios en objetivos e ideología. Dinámica organizativa. Desarrollo político. Cambios en la financiación. Cambios en la base de apoyo. Dinámicas entre las partes del conflicto Cambios estructurales. Cambios de percepción. Relaciones con otros actores no estatales. Factores internacionales Dinámicas regionales e internacionales. Intervención de terceras partes. Habiendo hecho claridad en el marco analítico (preguntas de investigación) que une los seis estudios de caso, ahora se pueden presentar dichos estudios de caso y reseñar en el capítulo comparativo los principales hallazgos, los rasgos comunes y las singularidades que emergieron de los estudios mismos, como también de los encuentros en los que se presentaron y debatieron dichos estudios de caso.8 8 Las apreciaciones y los compendios de las mesas redondas que se han tenido a lo largo del proyecto se identificarán en las Conclusiones de este libro que realiza el análisis comparativo con la referencia Minutas de la reunión escrita entre paréntesis, para distinguirlas de los argumentos planteados en los capítulos de los casos de estudio. — 38 — INTRODUCCIÓN GENERAL BIBLIOGRAFÍA Berdal, M. and D. M. Malone (Eds.) (2000). Greed and Grievance. Economic Agendas in Civil Wars. Boulder: Lynne Rienner. Bruderlein, C. (2000). The Role of Non-State Actors in Building Human Security. 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New York: Palgrave Macmillan. — 42 — El camino del M-19 de la lucha armada a la democracia: una búsqueda de cómo hacer política en sintonía con el país Otty Patiño Hormanza Vera Grabe Loewenherz Mauricio García-Durán INTRODUCCIÓN El caso de Colombia es especialmente interesante cuando se considera el tránsito de la lucha armada a la disputa política legal y electoral por parte de movimientos de liberación o de resistencia. No solo es uno de los lugares del mundo con uno de los conflictos guerrilleros de más larga duración (más de 40 años en la actualidad), sino que también es un país donde se han explorado procesos de paz con la insurgencia armada por más de 25 años. En los años noventa estos procesos llevaron a diversos acuerdos de paz que permitieron la desmovilización e incorporación a la vida social y política de cerca de 5.000 guerrilleros. Aunque ello no significó el fin del conflicto armado en el país, sí implicó una serie de transformaciones políticas que cambiaron el contexto en el que éste se desarrollaba y abrieron un horizonte de solución definitiva del mismo. El Movimiento 19 de Abril (M-19) fue el primero de los diversos grupos guerrilleros colombianos que entró en un proceso de negociación que culminó en un acuerdo final de paz y cuya desmovilización como destacamento armado posibilitó que algunos de sus miembros se convirtieran en gestores de un nuevo partido político, la Alianza Democrática M-19 (AD-M19). Ello no solo abrió el camino para que otros siete grupos — 43 — COLOMBIA CAPÍTULO 1 COLOMBIA DE LA INSURGENCIA A LA DEMOCRACIA guerrilleros emprendieran negociaciones de paz que terminaron en su transformación de actores armados en actores políticos legales, sino que además incidió en la ejecución de la mayor reforma política que vivió el país en el siglo XX: la Constitución de 1991, posiblemente el más importante esfuerzo de democratización de la vida social y política de Colombia en su existencia como república. El presente trabajo es un resultado de la interacción entre experiencia y conocimiento sobre dicho proceso de paz. Por una parte, está la experiencia vivida directamente por Otty Patiño y Vera Grabe, quienes fueron comandantes del M-19 y desempeñaron un rol importante, tanto en su etapa como organización armada como en la vida política posterior a su desmovilización; a partir de su propia experiencia ellos han reflexionado sobre los retos e implicaciones de este tránsito de la lucha política armada a la lucha política legal (v. Grabe: 2000, 2003 y 2004; Patiño: 2000 y 2001). Por otra parte, está el conocimiento de Mauricio García Durán, quien ha investigado los procesos de paz desarrollados en Colombia desde 1990 (v. García Durán: 1992, 1995, 2000, 2001, 2004 y 2006a). Este estudio de caso, pues, no solo derivó del examen sostenido de la literatura pertinente elaborada en estos años en Colombia, sino que, ante todo, fue el producto de un sostenido y rico “diálogo de saberes” entre los tres autores. El trabajo se divide en cuatro partes. La primera considera el contexto en el que surge el M-19, las razones de su origen y la forma como asume la lucha armada hasta configurar un movimiento político-militar. En segundo lugar, localiza las causas internas y externas que llevaron a esta guerrilla a explorar el camino de la paz. Un tercer apartado analiza la manera como el M-19 entra en el proceso de paz, negocia un acuerdo político y, posteriormente, configura un movimiento político legal que participa en la vida electoral. Por último, el texto presenta los resultados que, en nuestro criterio, arroja este proceso, y que resaltan lecciones aprendidas que pueden presentarse en el camino de otras agrupaciones armadas. — 44 — ORÍGENES DEL MOVIMIENTO: OBJETIVOS E INGRESO A LA LUCHA ARMADA El M-19 no fue el primer grupo guerrillero que surgió en Colombia. Ya durante la época de violencia que sacudió al país en los años cincuenta del siglo pasado1 emergieron grupos armados bajo la forma de autodefensa de sectores de la población, particularmente campesinos. Las guerrillas de carácter revolucionario solo surgieron al calor de la Revolución Cubana, y abogaban por una transformación radical de la vida social y política del país. Una primera generación de tales agrupaciones aparece en los años sesenta: en 1965, el Ejército de Liberación Nacional (ELN), de orientación pro cubana; entre 1964 y 1966,2 las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (Farc), de tendencia pro soviética, y en 1967 el Ejército Popular de Liberación (EPL), de perfiles pro chinos.3 En los años setenta y ochenta emerge una segunda generación de guerrilleros: en 1973, el Movimiento 19 de Abril, de orientación más nacionalista; en 1981, el Movimiento Armado Quintín Lame, una autodefensa indígena, y en 1983 el Partido Revolucionario de los Trabajadores (PRT), como expresión de la división más fuerte que se presentó en los sectores marxistas leninistas colombianos de los años setenta. A estos se sumaron otros frentes o disidencias de las mencionadas expresiones armadas: Comandos Ernesto Rojas, Frente Manuel Garnica, Autodefensa Obrera (ADO) y Corriente de Renovación Socialista (CRS). 1 2 3 En 1948 se produjo el asesinato de un carismático líder popular, Jorge Eliécer Gaitán, quien proclamaba la necesidad de unir al pueblo contra las oligarquías que gobernaban el país. Afiliado al Partido Liberal, candidato del mismo y posible Presidente para el periodo 1950-1954, su desaparición estimuló la confrontación violenta entre los partidos Liberal y Conservador, que había comenzado hacia mediados de los años cuarenta y se había extendido durante gran parte de los cincuenta, provocando más de 200.000 muertos. En 1964, cuando el Ejército ataca a grupos de autodefensas campesinas cercanas al Partido Comunista en Marquetalia, El Pato, Riochiquito y Guayabero, hace que estos grupos formen guerrillas móviles, que crean lo que se conoció como el Bloque Sur, que en su segunda Conferencia (1966) da origen a las Farc. El Partido Comunista-ML se crea en 1965 como disidencia del Partido Comunista y en 1967 promueve, según el modelo chino, su Ejército Popular de Liberación. — 45 — COLOMBIA El camino del M-19 de la lucha armada a la democracia COLOMBIA DE LA INSURGENCIA A LA DEMOCRACIA Contexto histórico y asuntos conflictivos de la sociedad colombiana El surgimiento de la lucha guerrillera colombiana se arraiga en dinámicas sociales de larga duración, es decir, situaciones estructurales que hacen que la emergencia de los núcleos armados, y en concreto del M-19, no se reduzca a hechos de carácter voluntarista protagonizados por militantes políticos sino que constituya una respuesta política a circunstancias históricas específicas. Entre esos elementos es importante llamar la atención sobre los siguientes (v. González, 2004): 1. El conflicto agrario. En primer lugar, el proceso de poblamiento y colonización del país no solucionó el problema agrario y campesino. En otras palabras, los campesinos siempre fueron expulsados de sus tierras por la expansión del latifundio, que los obligó a abrir nuevos frentes de trabajo agrícola y a colonizar tierras ubicadas en territorios marginales, precariamente vinculados a la vida política y económica del país. Los intereses latifundistas no permitieron que los intentos de impulsar una reforma agraria pudieran prosperar. El sector de los campesinos colonizadores sirvió como base de apoyo de la insurgencia armada que apareció en el país en los años sesenta y setenta y que en el decenio siguiente se convirtió en terreno fértil para el arraigo de la producción de coca, una vez que ella fue reprimida en Perú y Bolivia. 2. La violencia como instrumento para dirimir la política. Un segundo elemento que incide en el surgimiento de las guerrillas es la violencia que vivió el país en los años cincuenta como producto del enfrentamiento entre los dos partidos políticos tradicionales (el Liberal y el Conservador). Alrededor de 200.000 personas murieron como producto de la confrontación y muchos sectores de población campesina tuvieron que desplazarse a las ciudades. Su impacto en las emergentes guerrillas de los sesenta y setenta viene no solo de haber arraigado una cultura proclive a la solución violenta de los conflictos sociales, sino también de la experiencia acumulada — 46 — por la autodefensa campesina y las guerrillas, que fue recuperada por los grupos alzados en armas que surgen en esos años. 3. La exclusión política del Frente Nacional. Un tercer elemento es el Frente Nacional, que se inicia en 1958 como un pacto de cogobierno entre los dos partidos tradicionales enderezado a poner fin a la guerra civil que ellos mismos habían prohijado. La decisión consistió en alternarse en el manejo del gobierno y distribuirse entre los dos toda la burocracia estatal, al costo de provocar una creciente exclusión del resto de sectores políticos del país. Las distintas fuerzas de oposición quedaron reducidas a la ilegalidad, como ocurrió con el Partido Comunista hasta 1970. Las expresiones de oposición podían existir legalmente únicamente como disidencias dentro de los partidos tradicionales. Así sucedió con el Movimiento Revolucionario Liberal y la Alianza Nacional Popular (Anapo), que operaron como disidencia dentro de los dos partidos (Anapo liberal y Anapo conservadora). Las guerrillas surgen como rechazo a esta exclusión política, y en el caso concreto del M-19 como reacción al fraude electoral de que fue víctima la Anapo en 1970. 4. El impacto de la Revolución Cubana. En cuarto lugar aparece el impacto de la Revolución Cubana, que en Colombia fue tan grande como en el resto de América Latina. El movimiento triunfante en la isla caribeña apareció como un camino a seguir por diversos sectores sociales que se sentían excluidos económica y políticamente. La figura del Che Guevara es el símbolo más representativo de ese influjo. Los efectos del movimiento popular triunfante no se detuvieron en la población campesina y cubrieron igualmente a amplios sectores estudiantiles y obreros. El surgimiento de la insurgencia armada colombiana estuvo ligado en gran medida a los esfuerzos por establecer “focos guerrilleros”4 en distintas zonas del país, en la ma- 4 Según la teoría de Régis Debray que pretendió universalizar la aplicación del modelo de la Revolución Cubana a otros países, particularmente de América Latina. — 47 — COLOMBIA El camino del M-19 de la lucha armada a la democracia DE LA INSURGENCIA A LA DEMOCRACIA COLOMBIA yoría de los casos en sitios donde existía una tradición de resistencia campesina o guerrillera desde la Violencia de los años cincuenta. 5. La urbanización acelerada del país. Finalmente, entre 1930 y 1970 Colombia pasa de ser un país eminentemente rural a ser un país que aloja la mayoría de la población en las ciudades (entre el 70% y el 75% del total). Los campesinos desplazados por la violencia en los años cuarenta y cincuenta migran del campo a la ciudad y en la mayoría de los casos configuran la voluminosa población marginada que rodea las grandes ciudades, que en general soporta condiciones precarias de inserción en la vida urbana, como consecuencia del desempleo o el empleo precario y de la invasión de predios para levantar viviendas carentes de servicios públicos. Esta situación explica el carácter marcadamente urbano que tendrá el M-19, tanto en su origen como a lo largo de toda su historia, y los múltiples esfuerzos que desplegará para vincularse a tales sectores de la población. Surgimiento del M-19 como grupo armado El Movimiento 19 de Abril toma cuerpo como resultado del encuentro del inconformismo existente en el seno de la Anapo con un grupo de jóvenes conspiradores, en su mayoría provenientes de las Farc y el Partido Comunista, aunque críticos de la estrategia de resistencia armada campesina concebida como una lucha de largo plazo. Ambos sectores tienen una identidad urbana. Por una parte, la Anapo era una expresión política con arraigo principal en sectores urbanos, y, por la otra, el Grupo Comuneros había nacido de la necesidad de llevar la guerra a las ciudades.5 En ese sentido, se puede decir que el M-19 nace como un grupo urbano y con vocación urbana, lo cual lo diferencia de las expresiones guerrilleras existentes en el país en ese momento, de marcado carácter rural, particularmente las Farc. 5 El Grupo Comuneros surge en la V Conferencia de las Farc, cuando se decide llevar la guerra a la ciudad. Ante las discrepancias que experimenta con la visión “tradicional” de la lucha armada, este grupo se “retirará” (en algunos casos serán expulsados) de las filas de las Farc para comenzar un nuevo proyecto de lucha política armada. — 48 — La composición social del núcleo originario fue una combinación de franjas de clase media con formación universitaria (cuando no abandonaron sus estudios para entrar a la lucha armada) con sectores populares urbanos. Se trataba de un agrupamiento marcadamente juvenil, en particular los provenientes del núcleo conspirador, aunque entre quienes procedían de la Anapo había figuras de mayor edad (i. e.Toledo Plata, Almarales, Tristancho). En la medida en que el M-19 planteó una alternativa más conectada con las expresiones urbanas de la sociedad colombiana y menos inspirada en los modelos internacionales (soviético, chino o cubano), se constituyó en un punto de referencia y confluencia de los sectores de la izquierda que chocaban con tales paradigmas. De ahí que al grupo inicial proveniente de la Anapo y las Farc se sumaran otros militantes, igualmente jóvenes, que venían del ELN y otros sectores de la izquierda, particularmente los marxistas leninistas (M-L). Un hecho histórico específico desata la dinámica política que lleva a la configuración del movimiento. El 19 de abril de 1970 ocurrió el fraude electoral que frenó en seco la carrera presidencial del candidato de la Anapo, el general retirado Gustavo Rojas Pinilla.6 La Alianza había recogido la oposición e inconformidad popular contra los dos partidos tradicionales y toda esa masa social sintió que le habían robado las elecciones. Como lo planteó Jaime Bateman, primer comandante del M-19, “La frustración que produjo ese hecho creó una base política que permitió el desarrollo de una organización como la nuestra y que, al tiempo, marcó el declinar histórico de la Anapo” (citado por Villamizar, 1995: 39). Entre abril de 1970 y noviembre de 1973 transcurrió el proceso de articulación del grupo inicial de fundadores. El movimiento se conoció públicamente el 17 de enero de 1974, al término de una inusual campaña publicitaria desplegada en la gran prensa, cuando un comando sustrajo la espada del Libertador Simón Bolívar de la Quinta de Bolívar, ubicada en 6 El general Rojas gobernó el país entre 1953 y 1957, luego del golpe de Estado dado al gobierno conservador. Cuando Rojas trató de actuar con independencia del Partido Liberal y sectores conservadores que lo apoyaban, éstos promovieron su remoción por una Junta Militar, que abrió el camino para la vuelta a la democracia en 1958, luego del acuerdo bipartidista que creó el Frente Nacional. — 49 — COLOMBIA El camino del M-19 de la lucha armada a la democracia COLOMBIA DE LA INSURGENCIA A LA DEMOCRACIA el centro de Bogotá. La consigna que acompañó esta jornada fue “¡Con el pueblo, con las armas, con María Eugenia7 al poder!” (Villamizar, 1995: 53). Una circunstancia como la anterior explica que el M-19 haya nacido como protesta armada: “Tan dolorosa experiencia nos dejó una gran lección, la de que las conquistas populares solo serán duraderas y definitivamente respetadas por las oligarquías en la medida en que esas conquistas estén respaldadas por el poder de las armas en manos del pueblo mismo”.8 En otras palabras, el núcleo que dio inicio al M-19 percibió la necesidad de crear un aparato militar como instrumento para canalizar la indignación social y respaldar la voluntad popular. Inicialmente el M-19 apareció vinculado con la Anapo. Sin embargo, un doble proceso interno llevó a que se distanciaran. Por una parte, el movimiento anapista propiamente dicho comenzó a agotarse con celeridad y dejó de ser esa expresión del sentimiento de inconformidad que lo había vinculado con el M-19.9 El general Rojas Pinilla muere en enero de 1975 y su hija, María Eugenia, quien hereda su liderazgo, se acomoda prontamente a los intereses institucionales. Por otra parte, y de manera paralela, a la Alianza arribaron elementos con formación marxista que se insertaron en sus estructuras y le aportaron la “ideología” y la “estrategia”. Entonces surge la Anapo Socialista, que inicialmente implicó un distanciamiento respecto de las instancias oficiales del movimiento anapista y posteriormente, a finales de 1975, provocó la ruptura total. Entre 1976 y 1978, todos en el M-19 abogaban por el socialismo. El contenido de la nueva propuesta político-militar partió de reconocer las condiciones de “opresión y miseria” en las que se encontraba el pueblo colombiano, y defendió una concepción nacionalista y bolivariana, antiimperialista y antioligárquica, que predicaba la búsqueda de un “socialismo a la colombiana”. El M-19 buscó superar los ‘ideologismos’ que circulaban en las organizaciones marxistas de izquierda y adoptó una ideología re7 8 9 María Eugenia Rojas es hija del general Rojas. Primer boletín público del M-19 en que da a conocer su existencia, en Villamizar, 1995: 57. Jaime Bateman, primer comandante del M-19, valoraba de la Anapo el hecho de que fuera popular y no que fuera socialista. — 50 — volucionaria y socialista, pero igualmente nacionalista. Surgió como una crítica a la izquierda existente en el país y rompió con los “modelos” internacionales (maoísmo, leninismo, etc.) que dominaban particularmente en la izquierda armada colombiana. Fueron, en gran medida, eclécticos y heterodoxos en sus planteamientos sobre la lucha armada. Así, • En el plano de la estrategia, plantean que “no están para comer micos” (es decir, para mantener frentes guerrilleros en zonas rurales marginales, con dificultades para un adecuado abastecimiento). • En el plano de la ideología, consideran que es necesario hacer un planteamiento que parta de la historia colombiana, donde se encontraban las razones que justificaban la lucha, y no de hechos de la historia universal (Rusia, China, Cuba, Albania), por muy revolucionarios que ellos pudieran ser. • En el plano del lenguaje, plantearon que su interlocutor no era la izquierda (que demandaba el empleo de los términos de un debate internacional vigente en ese momento), sino la gente del común, y que por tanto tenían que usar un lenguaje comprensible para esta población. • En el plano de la estructura organizativa, buscaron que sus militantes no asumieran una visión ‘aparatista’ (es decir, centrada en el aparato, en la organización armada), sino que estuvieran vinculados con los sectores populares y estudiantiles. • En el plano de la interacción con el resto de expresiones guerrilleras, expresaron una gran preocupación por construir la unidad entre los distintos grupos existentes, en un contexto donde imperaba un extendido sectarismo y la drástica separación entre unos y otros. Una vez agotada la Anapo como expresión de la inconformidad popular, y por la necesidad de conquistar una nueva base popular, el M-19 se orienta a una vinculación con el movimiento obrero. Para ello decide adelantar una acción ejemplar contra la dirigencia sindical corrupta y favorable a los patrones. Ello los lleva a realizar en 1976 el secuestro, juicio y — 51 — COLOMBIA El camino del M-19 de la lucha armada a la democracia COLOMBIA DE LA INSURGENCIA A LA DEMOCRACIA posterior asesinato de José Raquel Mercado, presidente de la Confederación de Trabajadores de Colombia (CTC), la más antigua del país.“A través de este juicio, el M-19 buscaba juzgar todo el andamiaje político, social y económico que servía de soporte a las centrales sindicales; era así mismo un juicio contra el sistema y un campanazo de alerta contra aquellos dirigentes que actuaban a espaldas de sus bases” (Villamizar, 1995: 83). El Movimiento promovió una nueva manera de hacer política, que buscaba la conquista del apoyo popular en las grandes ciudades mediante acciones ‘robinhoodescas’, más bien de tipo simbólico y populista, como la distribución de periódicos y boletines para difundir las ideas y propuestas; la toma de sindicatos, colegios, sitios de reunión de trabajadores, maestros y estudiantes, o la distribución de alimentos y juguetes en sectores marginados y escuelas públicas. Igualmente ejercieron presión amenazante para forzar la resolución de conflictos laborales en marcha, como ocurrió en el caso de la empresa Industrial Agraria La Palma (Indupalma).10 Fueron ante todo un grupo de “propagandistas armados”, en búsqueda de encuentro e interpretación de las necesidades e intereses de los sectores populares. Este tipo de acciones les proporcionó amplias simpatías entre la población y en sectores de la opinión pública. Nuevo estilo de guerrilla El estilo y la forma organizativa del M-19 rescataron, más de lo que ocurrió con otros grupos guerrilleros, la importancia de la identidad, del encuentro cultural y la valoración positiva de las diferencias. A más de ser una guerrilla de origen urbano, no dogmática, con más preocupación política que doctrinaria, el M-19 logró importantes niveles de comunicación y simpatía con la población por razones de carácter cultural. Veamos: 1. Encuentro de culturas diversas. Colombia es un país de regiones diversas por la idiosincrasia de sus habitantes. En el núcleo fundador 10 El M-19 secuestró a Hugo Ferreira Neira, gerente general de Indupalma, para presionar una solución de la huelga en la empresa de manera favorable a los trabajadores. El secuestrado fue liberado una vez se solucionó el conflicto laboral en la empresa (v. Villamizar, 1995: 100-106). — 52 — del M-19 participaron fundamentalmente jóvenes de tres regiones bastante características: Bogotá, Cali y Santa Marta. Bogotá, la capital de la República, ya en el tiempo de la fundación del Movimiento ostentaba características multifacéticas. Allí, más que una “cultura bogotana” que antaño la había señalado como ciudad introvertida y fría, se desarrollaba ya una urbe que acrisolaba todas las regiones colombianas y exhibía una personalidad cosmopolita. Cali, la capital de uno de los departamentos más ricos y desarrollados del país, pese a su ubicación geográfica en la costa del Océano Pacífico, tenía una fuerte compenetración de la cultura caribeña, conformada por gente extrovertida y alegre. Adicionalmente, fue notable la influencia de quien luego se convertiría en el primer comandante general del M-19, Jaime Bateman, oriundo de Santa Marta, en la costa caribe: Bateman logró verbalizar un nuevo discurso vital, cálido y muy cercano al entendimiento de la gente del común. Por supuesto, personas de otras regiones participaron en la conformación del M19, pero los componentes de estas tres regiones le imprimieron un sello particular. 2. “La revolución es una fiesta” esta”. La crítica del M-19 a la izquierda no era solamente de carácter estratégico. También era una crítica metodológica, de lenguaje y de estilo. Mientras que en otras guerrillas inspiradas por los modelos heroicos y de sacrificio se hablaba un lenguaje épico y trascendental, el M-19 inauguró un coloquio suave y cautivador, siempre relacionado con actos, propuestas y acciones con gran sentido publicitario. La frase de Bateman “la revolución es una fiesta” no era una simple consigna; resumía un talante, un espíritu que se expresaba en la cotidianeidad, en los hechos y los pronunciamientos más destacados. El M-19 reivindicó igualmente el amor, la modestia, la tradición libertaria de nuestros antepasados, la hermandad latinoamericana, los símbolos patrios, mientras que la izquierda reivindicaba el odio de clases, el vanguardismo, el heroísmo de los luchadores comunistas, la solidaridad proletaria, la cohesión del campo socialista, el himno de la Internacional y la “hoz y el martillo”. — 53 — COLOMBIA El camino del M-19 de la lucha armada a la democracia DE LA INSURGENCIA A LA DEMOCRACIA COLOMBIA 3. Una actitud frente a la vida. Otro elemento cultural importante del M-19 fue su actitud frente a la vida. Mientras que, por una tradición de violencia en las zonas rurales de Colombia, había la costumbre de “limpiar las zonas”11 para garantizar la hegemonía territorial, el M-19 decidió no utilizar sus armas para entronizar regímenes de terror y sometimiento de la población y criticó duramente los fusilamientos discrecionales ejercidos por comandantes guerrilleros para afianzar su jefatura. El punto más alto de este repudio lo tuvo en 1985, cuando un destacamento armado insurgente que se había separado de las Farc y adoptado el nombre de Grupo Ricardo Franco asesinó a más de 150 de sus combatientes acusándolos de infiltrados del enemigo. La comandancia del Movimiento, enterada de lo que estaba ocurriendo, decidió hacer una denuncia pública que detuvo la masacre y produjo la desaparición del grupo homicida y la condena tanto de sus dirigentes como de esas prácticas por parte del resto de la guerrilla. 4. Apertura al mundo. Otro elemento novedoso del Eme en esos tiempos fue su apertura al mundo, no solo para establecer contactos con otras organizaciones guerrilleras afines, sino igualmente para intercambiar iniciativas, posturas y propuestas políticas (Internacional Socialista, Copal, etc.), promover debates y cultivar relaciones con gobiernos latinoamericanos y europeos de catadura nacionalista y democrática, dispuestos a escuchar opiniones como las del M19. Los planteamientos heterodoxos del Eme fueron elemento de discusión o renovación para otras expresiones armadas y políticas del continente americano. Este tipo de actividad diplomática se intensificó sobre todo a raíz de la toma de la Embajada de República Dominicana, acto por el cual el M-19 fue conocido ampliamente en el mundo como organización armada, pero asimismo como una organización que tenía una naciente propuesta de paz. 11 “Limpiar las zonas” es una práctica recurrente de los distintos grupos armados colombianos, incluida la fuerza pública, consistente en desterrar o eliminar a aquellos habitantes de quienes se sospecha o comprueba su afiliación al bando contrario. — 54 — 5. Espacio para las mujeres. Una de las consecuencias más importantes de este estilo de organización fue la posibilidad que ofreció el Movimiento de plantear y debatir las diferencias de sexo. Las mujeres encontraron espacio para su militancia en la organización, no solo como guerrilleras rasas sino también como integrantes de puestos de comando. Más que ningún otro grupo guerrillero, el M-19 contó con un amplio grupo femenino en su dirección nacional. No es que no existieran dificultades al respecto y que el peso de las concepciones machistas no afectara la marcha interna de la organización. De hecho, el conjunto de las mujeres asistentes a la VIII Conferencia de la guerrilla promovió un debate sobre el asunto, como bien lo narra Vera Grabe: “En el 82, en la octava Conferencia, cuando se estaba planteando la construcción de un ejército, surgió la discusión de la participación de la mujer. El Flaco12 argumentó: ‘En ese ejército no debe haber mujeres porque eso crea demasiados problemas. Mujeres en los ejércitos no hay, ni siquiera en el ejército soviético’. Citó otros ejemplos y, por supuesto, se armó la gazapera más horrorosa porque las mujeres dijimos: ‘Estamos aquí, ¿nos va a echar o qué? ¿Qué van a hacer con nosotras? ¿Cómo vamos a vincularnos?’ La reacción de las mujeres fue lindísima: nos agrupamos y citamos al comandante Bateman. Éramos veinte mujeres emplazándolo... Eso sirvió para plantear los problemas específicos de las mujeres: compañeras a las que les pegaban los compañeros, otras a las que ponían a lavar ropa, y el embarazo como una dificultad para los guerrilleros. Hablamos de las expresiones de machismo que se estaban dando al interior del M-19. Entonces el Flaco se vio obligado a cambiar su posición y de allí surgió una ordenanza que escandalizó a muchos. Incluía: no al maltrato, sí al aborto, sí al derecho al control natal, igualdad de trato, educación para las mujeres que se vinculaban a la guerrilla” (citado por Madariaga, 2006: 127). 12 Así se conocía a Jaime Bateman, comandante del M-19, entre sus compañeros y amigos. — 55 — COLOMBIA El camino del M-19 de la lucha armada a la democracia COLOMBIA DE LA INSURGENCIA A LA DEMOCRACIA De la protesta armada urbana al desarrollo de un aparato militar rural Aunque la lucha armada estuvo presente en el M-19 desde sus inicios, fue a partir de la VI Conferencia (marzo de 1978) cuando esta guerrilla insistió en su consolidación como una organización político-militar (OPM), con presencia en las ciudades y desarrollando además “guerrillas móviles” en distintas regiones del país, como una forma de avanzar en la construcción de un verdadero ejército. Esta apuesta por construir el aparato militar se concretó en tres esfuerzos diferenciados. Un primer elemento del desenvolvimiento militar es la combinación de acciones urbanas tipo comando con el empeño por construir un ejército más arraigado en el ámbito rural. El M-19 se caracterizó por realizar operaciones audaces en centros urbanos, particularmente en la capital del país. • El primer ejemplo fue el robo de armamento de una guarnición militar de Bogotá (el Cantón Norte), realizado en el añonuevo de 1979. Mediante un túnel excavado desde una casa vecina, el Eme sustrajo más de 5.700 armas de un depósito del Ejército. La fuerte reacción de los militares provocó golpes significativos a la organización y numerosos miembros de la misma fueron detenidos y sometidos a juicio. • La segunda operación fue la ocupación de la Embajada de la República Dominicana en Bogotá, efectuada entre el 27 de febrero y el 27 abril de 1980 para exigir la liberación de sus presos políticos y denunciar la crisis de derechos humanos que vivía Colombia. Al término de una negociación con el gobierno que se prolongó por 60 días, se llegó a una solución incruenta que permitió la liberación de los embajadores retenidos y la salida pacífica de los guerrilleros. Aunque no hubo liberación de presos políticos, el debate de la amnistía y la paz quedó planteado. — 56 — • Una tercera expresión del tipo de acciones puestas en marcha por el Movimiento tuvo lugar el 6 de noviembre de 1985, cuando un grupo de 35 guerrilleros asaltó el Palacio de Justicia, en plena Plaza de Bolívar de Bogotá, con la intención de enjuiciar al gobierno por su incumplimiento del acuerdo de paz. La maniobra, sin embargo, se estrelló con la negativa al diálogo dispuesta por el Ejecutivo, y contingentes de todas las armas del Estado realizaron una cruenta recuperación del edificio que dejó un saldo cercano a cien muertos, entre ellos el presidente de la Corte Suprema de Justicia y otros magistrados, guerrilleros y empleados sin vínculos probados con los asaltantes. Por otra parte, a partir de 1978 el M-19 se empeñó en la construcción de un ejército guerrillero, tarea que comenzó con la creación de un grupo armado,‘Móvil del Caquetá’, origen del Frente Sur y que puso de manifiesto la existencia de una guerrilla audaz, con mentalidad ofensiva aunque sin mayores recursos tácticos y técnicos, que ejecutó acciones como las emboscadas al Ejército y sobre todo la toma de Florencia, capital del departamento de Caquetá. Las escuelas de formación militar realizadas en Cuba y los desarrollos ulteriores permitieron un creciente avance de la estructura militar, que logró la confluencia de elementos tácticos intuitivos, de origen más que todo campesino, con elementos militares técnicos, como la adecuación del terreno de combate mediante obras ingenieriles (trincheras, fosos, zanjas de comunicación, casamatas, etc.), el uso de la radiocomunicación táctica, operativa y estratégica, el camuflaje para operaciones de infiltración y el minado para operativos de defensa activa. En otras palabras, en la formación de la nueva fuerza se juntaron el campo y la ciudad, hasta alcanzar un nivel de ataque que permitió a la guerrilla infligirle derrotas significativas al ejército gubernamental, como ocurrió en el caso de Yarumales (diciembre de 1984), donde el M-19 alcanzó su mayor desarrollo militar, tanto táctico como técnico. De hecho, la agrupación tuvo capacidad para enfrentar al Ejército durante 22 días. Estos avances en el desarrollo militar los va a aplicar el M-19 en el despliegue de nuevas estructuras armadas, como el Frente Occidental y el Batallón América, y, al mismo tiempo, los va a “exportar” a otros destacamentos alzados en — 57 — COLOMBIA El camino del M-19 de la lucha armada a la democracia COLOMBIA DE LA INSURGENCIA A LA DEMOCRACIA armas a través de las escuelas de formación guerrillera que organizó con efectivos del ELN, el EPL y la agrupación ecuatoriana Alfaro Vive. Un segundo elemento del desarrollo militar lo constituyen las relaciones con organizaciones armadas de otros países, una de ellas los Montoneros, del Uruguay. Bajo su influencia trabajaron en el desarrollo de una organización político-militar (OPM) encargada de construir frentes armados rurales (guerrillas móviles) con participación de grupos guerrilleros del exterior, como Alfaro Vive. A tales núcleos los introducen en elementos técnicos de la guerra que permiten realizar acciones como la interferencia de emisiones televisivas. A esto se suma el desplazamiento de contingentes del M-19 para el entrenamiento militar, tanto en Libia como en Cuba. Además del ejercicio castrense recibido, estos cursos fueron cruciales para tejer relaciones de carácter internacional. Como producto de tales entrenamientos se forman las “fuerzas especiales”, que aunque alcanzan niveles altos de ‘eficacia’ bélica, terminan olvidando la política y sobrestimando el “aparato militar”, en la medida en que consideran a la OPM como una estructura que genera poder político, en una perspectiva en la que se busca profundizar la guerra. Un tercer elemento de este desarrollo militar fue la preocupación por la unidad guerrillera en Colombia. Desde sus comienzos el M-19 manifestó su interés en impulsar la articulación de los distintos grupos armados existentes en el país. Esto se observó claramente en su interacción bilateral con los demás grupos insurgentes, como ocurrió en la creación de la Fuerza Conjunta EPL-M19, las escuelas de entrenamiento para unidades de compañía con el ELN y las campañas conjuntas con el Quintín Lame, y de la misma manera en el papel protagónico que el Eme tuvo en la configuración inicial de la Coordinadora Nacional Guerrillera y luego de la Coordinadora Guerrillera Simón Bolívar. En coherencia con esta perspectiva, se mantuvo un esfuerzo por socializar entre los grupos guerrilleros los avances militares logrados por la agrupación, como ocurrió en las escuelas de formación guerrillera. Sin embargo, los avances en el proceso de unidad fueron muy lentos, particularmente en lo atinente a la discusión política, debido a las diferencias ideológicas y a los escrúpulos — 58 — abrigados por cada organización en la salvaguarda de sus concepciones y opciones propias. Esto va a producir en el M-19 un desencanto en relación con la coordinación de los grupos guerrilleros: ¿cómo, sumando entre todos más de 15.000 combatientes, no arrancan para ningún lado, no definen un objetivo político común, claro y estratégico? Ello llevó a la paradoja de que no hubo decisión conjunta para hacer la guerra, pero tampoco para hacer la paz. Una anotación final se refiere a la forma de financiación del M-19, que nunca fue una organización de “grandes finanzas”. La mayor fuente de financiamiento emanó de los secuestros. En los asaltos bancarios, al ‘tomarse’ una población, lograban conseguir ‘plata de bolsillo’, que complementaba los ingresos por los rescates de los secuestrados. A escala internacional el apoyo fue más bien logístico (casos de Panamá, Cuba y Venezuela) o de espacio político (casos de México y Costa Rica). Solo muy ocasionalmente recibieron de fuentes internacionales “uno que otro dolarcito”. DINÁMICA HACIA LA PAZ: CAUSAS INTERNAS Y EXTERNAS La trayectoria del M-19 hacia la paz y el ejercicio político legal estuvo relacionada con factores tanto internos como externos, que afectaron su actividad político-militar y causaron el viraje de su línea estratégica. Veamos primero las que pueden considerarse causas internas, y luego las externas. Causas internas del proceso de desmovilización como organización armada Diversas dinámicas propias llevaron al M-19 a un debate interno sobre la dirección política del movimiento, a cuestionarse si la estrategia política y militar que estaban desarrollando los conectaba suficientemente con la vida política del país, dado que ésta era su razón de ser como grupo político-militar. — 59 — COLOMBIA El camino del M-19 de la lucha armada a la democracia COLOMBIA DE LA INSURGENCIA A LA DEMOCRACIA 1. Redefinición política: la lucha por la democracia y la paz. En primer lugar, en su VII Conferencia (1979), el M-19 redefine su concepción política: proclama como su estrategia central la lucha por la democracia. De presentarse inicialmente como una organización que lucha por el socialismo, pasa a adoptar la democracia como fundamento de su proyecto político y militar y a asumirse posteriormente como una ‘democracia en armas’. En otras palabras, pese a que entre 1975 y 1978 había radicalizado su discurso, recobró el carácter original de una ideología amplia después de haber constatado que la urgencia del cambio en Colombia era de carácter democrático, que las luchas y los objetivos más sentidos tenían ese sello. “En nuestros orígenes nosotros planteamos la cuestión del socialismo ‘a la colombiana’ (siguiendo las huellas de la Anapo, que fue la matriz política del M-19, agregaríamos nosotros), pero después encontramos que más que el socialismo lo que era necesario era profundizar la democracia en Colombia. Siempre, de una manera u otra, la izquierda había aceptado que la oligarquía era democrática, por el solo hecho que había elecciones en el país, sin ver el trasfondo de esa democracia formal, y sin mirar que era una democracia pervertida, lo cual suponía un reto para los revolucionarios, el de instaurar una democracia real. Nosotros encontramos ese elemento de la democracia a raíz de que la reacción frente a la ofensiva militarista [...] provino de la sociedad civil, de la lucha por los derechos humanos que es una lucha democrática por excelencia. El tema de la democracia [...] se fue convirtiendo en el eje fundamental de las definiciones ideológicas del M-19” (Patiño, 2001). Un año después, a raíz de la ocupación de la Embajada Dominicana, Jaime Bateman descubre que la paz, la lucha por la paz, puede ser instrumento revolucionario. “A partir del proceso de negociación para buscar una salida incruenta a la toma de la embajada, Bateman vio, con claridad, que el proceso para resolver la toma a la embajada era como una maqueta de lo que podía ser la solución negociada al conflicto armado en Colombia. Ese fue el primer nombre que tuvo la paz en Colombia, la propuesta de una salida negociada que pro- — 60 — puso Bateman, a través de un diálogo, a través de una tregua y de una amnistía. La paz desde su comienzo, antes que unos contenidos, estuvo signada por unos procedimientos. La posibilidad de encontrar una salida pacífica al conflicto político y social del país. Ese fue el primer nombre de la paz” (Patiño, 2001). De modo que estos dos conceptos, paz y democracia, perfilaron durante la década de los ochenta toda la lucha armada del M-19. Se puede decir, entonces, que el M-19 vivió su propia perestrioka entre 1979 y 1981, es decir, antes de que se profundizara la crisis de los países socialistas. Y esta apuesta política de luchar por la democracia y la paz facilitó posteriormente el paso hacia una paz negociada. 2. La guerra llevada hasta su límite. En segundo lugar, con la configuración de sus ‘fuerzas especiales’, el esfuerzo por formar un ejército con el Batallón América, el impulso a las milicias urbanas y a la coordinación de los grupos guerrilleros, el M-19, bajo la comandancia de Álvaro Fayad, llevó la guerra hasta el límite. En ese momento proliferaba en el seno del Eme una mentalidad heroica y guerrera muy fuerte. Esto llevó a que priorizaran lo militar y la profundización de la guerra en los planteamientos políticos y los desarrollos organizativos del grupo armado. Ejemplo de ello fue que las milicias, una expresión social urbana, fueran subordinadas a la lógica militar. Este fenómeno interno permitió la realización de operaciones militares grandes, como el asalto a batallones militares en Armenia y en Ipiales, la ‘toma’ de Cali con el apoyo urbano de milicias populares y los atentados hechos al general Zamudio, comandante de las Fuerzas Militares, y al ministro del Interior, Jaime Castro. Aunque constituyeron sucesos que implicaron acciones de una envergadura militar significativa, se pueden considerar como actos políticos fallidos, ya que, erróneamente, el momento fue interpretado como el comienzo de un proceso insurreccional, con el resultado de que el Estado y sus fuerzas militares tuvieron una reacción negativa que fortaleció a los sectores opuestos al impulso de reformas sociales y políticas y a la profundización de procesos de paz con los grupos insurgentes. — 61 — COLOMBIA El camino del M-19 de la lucha armada a la democracia COLOMBIA DE LA INSURGENCIA A LA DEMOCRACIA La mayor expresión de este énfasis en una acción militar apoyada en ‘fuerzas especiales’ fue el asalto al Palacio de Justicia en noviembre de 1985, que, a causa de la reacción desmedida de las fuerzas armadas del Estado, terminó en un holocausto de atroces proporciones, que incluyó el incendio de la enorme edificación y la muerte de 95 personas, entre ellas la mayoría de los magistrados de la Corte Suprema. Por supuesto, no obstante los propósitos que abrigaba la comandancia guerrillera, la toma del Palacio no logró conectarse políticamente con la opinión pública y quedó como una simple acción terrorista. Pasada la tragedia del Palacio, el M-19, no obstante reforzar su acción militar, se sintió “atravesando un desierto”, según expresión de Carlos Pizarro, su comandante general en ese momento, ya que no solo el pueblo no los respaldaba metiéndose masivamente a la guerra, sino que mostraba cada día mayor cansancio con sus efectos, particularmente porque la ‘guerra sucia’ se había desatado con fuerza a partir de 1985. No solo se constataba la simpatía de la población con un proceso de paz que llegara a acuerdos definitivos con los grupos guerrilleros, sino que, un año después de la masacre del Palacio de Justicia, surgía un ‘movimiento por la vida’ que abogaba por el respeto a la vida de los líderes sociales y políticos que estaban siendo víctimas de las balas de los actores armados, particularmente de los grupos paramilitares en ascenso. 3. Debate sobre los riesgos del autoritarismo. En tercer lugar, en diciembre de 1985, en el municipio de Tacueyó (Cauca), aparecen enterrados en fosas comunes los cadáveres de 163 personas pertenecientes al grupo guerrillero Ricardo Franco que habían sido asesinadas por sus propios jefes como resultado de una purga interna. Como el M-19 venía concertando operaciones conjuntas con esta disidencia de las Farc, los hechos de Tacueyó desataron un serio cuestionamiento interno sobre la relación entre guerra y autoritarismo, así como sobre las consecuencias perversas que el hecho podría tener en el esfuerzo por construir un país más justo y democrático. Esto — 62 — afianzó internamente la postura que defendía la necesidad de hacer una apuesta clara y transparente por la democracia, no solo en el ámbito político sino también en las filas del movimiento. 4. Incidencia del liderazgo dentro de la organización. En cuarto lugar, el tema del liderazgo en el M-19 también jugó como uno de los elementos importantes en su proceso de paso de la lucha armada a la política legal. En otras palabras, la capacidad de su dirección para vincularse políticamente con el país sería elemento crucial de este cambio. Al respecto, es posible identificar varios momentos: 1) En el proceso de configuración y despegue del M-19 (1973-1983), Jaime Bateman (‘Comandante Pablo’) ejerció un liderazgo indiscutido.13 No solo era excelente en el plano militar sino que gozaba de un carisma que le permitía mantener una proyección que iba más allá de los límites de la misma organización guerrillera. A partir de la captura de la Embajada Dominicana, Bateman entendió que la bandera de la paz sería crucial en el desarrollo social y político del país. Su muerte trágica en un accidente aéreo dejó al M-19 con un horizonte de futuro incierto y con un problema de continuidad en el liderazgo. 2) Aunque con posterioridad a la desaparición de Bateman, Iván Marino Ospina, segundo al mando, asumió la comandancia del Movimiento por 22 meses, al reunirse la IX Conferencia de la organización en Los Robles (febrero de 1985) se planteó la necesidad de remover al comandante, por estimar que había sido políticamente errático y no se había destacado en el terreno militar.“Muchos calificaban de desacertada la actuación del nuevo comandante, ausente en los momentos álgidos de las negociaciones con el gobierno y en los difíciles días de la crisis de Yarumales” (Villamizar, 1995: 391). Desde luego, había una disputa por el poder entre los distintos li13 Darío Villamizar (1995: 303/304) recoge distintos testimonios de cómo lo valoraban sus propios compañeros de lucha armada. — 63 — COLOMBIA El camino del M-19 de la lucha armada a la democracia COLOMBIA DE LA INSURGENCIA A LA DEMOCRACIA derazgos que se venían afianzando dentro del M-19 (Iván Marino Ospina, Álvaro Fayad, Carlos Pizarro, Gustavo Arias), lo cual hizo aparecer fisuras en el cuerpo de dirección. Finalmente, Fayad es elegido comandante general y encara el reto de demostrar que poseía los méritos necesarios para serlo, cosa que se verá reflejada en la prioridad que imprime a la acción militar y en particular a las ‘fuerzas especiales’, como pudo verse en la toma del Palacio de Justicia. 3) En medio de la confrontación con el Estado, los mandos del M-19 experimentaron pérdidas grandes, toda vez que algunos de sus más reconocidos dirigentes perecieron a manos de las fuerzas armadas gubernamentales. Los casos más notables fueron los de Iván Marino Ospina (agosto de 1985), Andrés Almarales y Luis Otero (noviembre de 1985), Álvaro Fayad (marzo de 1986), Israel Santamaría (marzo de 1986) y Gustavo Arias (julio de 1986). “Esta larga cadena de muertes en las filas del M-19 [...] estaba logrando minar su estructura, su capacidad política y militar; la alta cantidad de pérdidas en vidas humanas mostraba a las claras una decisión de aniquilamiento por parte de las autoridades contra el M-19; también mostraba sus propias debilidades y errores” (Villamizar, 1995:475). 4) A la muerte de Fayad, Carlos Pizarro asumió la comandancia junto con el reto de hacer frente a las fisuras que se venían presentando en la unidad de la organización. Dada su capacidad militar, tenía la autoridad suficiente para hacer frente a esta desarticulación y recuperar la capacidad de una apuesta colectiva del grupo armado, orientada hacia un proyecto político de paz. Pizarro intuyó que la posibilidad que tenía el Eme de recuperar su protagonismo político descansaba en una propuesta decidida y clara de paz, y en esa dirección se jugó su prestigio sin ambigüedades. 5. Replanteamiento estratégico. Es necesario tener presente que hubo un replanteamiento estratégico clave del M-19, que recogió en gran medida el significado y el impacto que las causas hasta ahora mencionadas habían tenido en la organización guerrillera. En enero de — 64 — 1988 ésta tuvo una reunión en la que participaron la Comandancia (ya en cabeza de Carlos Pizarro), la mayoría de la Dirección Nacional y militantes de todas las estructuras políticas y militares del M-19 que habían sido decisivos en el último periodo. Al sitio de encuentro lo bautizaron “Campo Reencuentro”, ya que significaba volver a encontrar a muchos de los compañeros y amigos de lucha que, por los avatares de la guerra, habían permanecido distantes hacía tiempo. La discusión que allí hubo les permitió mirarse críticamente como organización y proyectarse políticamente. El encuentro tuvo la virtud de reconocer la situación de crisis que atravesaba la organización. “La crisis ha sido grande, pero la decisión y convicción democrática de nuestra gente y la esencia unitaria han sido mayores. Ahora los retos son superiores y exigen reelaborar los criterios de organización y de funcionamiento, estilos y mecanismos. Enfrentamos una crisis que es de desarrollo, porque al lado del desgaste, han surgido nuevas expresiones que requieren ser integradas. Por lo tanto, se trata de organizar este desarrollo para estar en capacidad de potenciarlo en toda su dimensión hacia el país y volver a incidir de manera definitiva en el proyecto democrático [...] No se trata solo de conducir una organización sino un proyecto de nación” (documentos del M-19 citados por Villamizar, 1995: 517). La fórmula de solución de la crisis estuvo ligada a un replanteamiento de la línea estratégica de confrontación militar que había profundizado en los últimos años. La consigna que sintetizó dicho replanteamiento fue: “¡Vida a la nación, paz a las fuerzas armadas, y guerra a la oligarquía!”. Ello significó, en primer lugar, apostar por la defensa de la vida de la población afectada por una espiral de ‘guerra sucia’; en segundo lugar, parar la guerra con las fuerzas armadas del Estado, ya que los muertos, de un lado y otro, eran gente del pueblo; y, en tercer lugar, poner el foco en lo crucial: la lucha contra una dominación oligárquica que no permitía una convivencia sin violencia ni tampoco consolidar una verdadera democracia. La bandera de la paz era, por tanto, la clave para recuperar su conexión con el país, para recuperar la incidencia del Movimiento en la vida política de la nación. — 65 — COLOMBIA El camino del M-19 de la lucha armada a la democracia COLOMBIA DE LA INSURGENCIA A LA DEMOCRACIA Causas externas del tránsito a la lucha política legal Como elementos importantes del viraje que dio el M-19 de la lucha política armada a la lucha política legal se pueden mencionar seis factores. Cinco de ellos corresponden al ámbito nacional y uno al internacional. En primer lugar, el problema del narcotráfico fue un factor que favoreció las posibilidades de paz en el contexto colombiano, ya que el gobierno no podía mantener la confrontación bélica en dos frentes distintos. Hasta 1980 Colombia era más que todo un lugar de tránsito y procesamiento de la pasta de coca producida en Bolivia y Perú, pero durante los años ochenta se operó un crecimiento significativo de la producción de coca en su propio territorio. Con el peso que ganó la elaboración de la cocaína, también se multiplicó el influjo de los narcotraficantes en la vida social y política colombiana. Su intento de conquistar espacios de decisión en la vida política nacional los llevó al enfrentamiento con el Estado. El 30 de abril de 1984 asesinaron al ministro de Justicia, Rodrigo Lara Bonilla, acto que desató una contienda abierta que incluyó la aprobación de la extradición de colombianos, particularmente a Estados Unidos, que los solicitaba en su suelo para juzgarlos por tráfico de narcóticos. En esta coyuntura los narcotraficantes recurrieron a acciones de corte terrorista, como la puesta de artefactos explosivos en el espacio urbano –como en el caso del edificio del Departamento Administrativo de Seguridad– y la destrucción de un avión en pleno vuelo en noviembre de 1989. En consecuencia, el gobierno tuvo que enfrentar dos guerras al mismo tiempo: una contra la insurgencia armada y otra contra el narcotráfico. La necesidad de resolver una de ellas fue un factor que favoreció la apertura gubernamental a una negociación de paz que pudiera llevar a la desmovilización de los grupos armados, así implicara la ejecución de reformas políticas. Un segundo factor que operó como causa externa del tránsito del M19 hacia la política legal tiene que ver con la creciente ‘guerra sucia’ que estaba viviendo el país en ese momento. Como puede observarse en el Gráfico 1, los asesinatos políticos y las masacres tuvieron un crecimiento exponencial durante los años ochenta; más grave aún, el número de vícti- — 66 — mas civiles fue significativamente mayor que los muertos que resultaban de la confrontación directa entre guerrillas y Fuerzas Armadas. A medida que las guerrillas crecieron también lo hicieron los grupos paramilitares, que configuraron sus primeras retaguardias en el Magdalena Medio, Córdoba y Urabá; su táctica no fue enfrentar directamente a los grupos guerrilleros sino atacar lo que consideraban su base de apoyo: la población inerme. Mientras los destacamentos guerrilleros, particularmente las Farc, el EPL y el M-19, ganaban protagonismo político con los acuerdos de tregua suscritos con la administración Betancur, los paramilitares desataron una ‘guerra sucia’ orientada en gran medida contra los militantes de la Unión Patriótica (UP), contra los avances electorales que esta organización había alcanzado y contra líderes sociales y políticos que, por sus posiciones públicas, apoyaban o podrían apoyar las demandas de apertura democrática de los grupos insurgentes. Entre los asesinatos políticos hay que mencionar el perpetrado el 17 de diciembre de 1986 en la persona de Guillermo Cano, director de El Espectador, uno de los diarios más importantes del país; el del dirigente de la UP Jaime Pardo Leal, el 11 de noviembre de 1987, y el atentado que el 18 de agosto de 1989 acabó con la vida de Luis Carlos Galán, candidato a la Presidencia de la República por el Partido Liberal. El M-19 no quería seguir echando combustible a una hoguera inextinguible que estaba afectando mayoritariamente a la población civil. Internamente comenzó a considerarse que era tiempo de buscar alternativas a la guerra. Un tercer factor, relacionado con el anterior, fue la percepción nítida de un cansancio social con la guerra, que comenzó a manifestarse en la creciente movilización ciudadana por la paz (v. Gráfico 1). Una de sus primeras expresiones fue el ‘movimiento por la vida’, que hizo aparición pública en el primer aniversario del holocausto del Palacio de Justicia (noviembre de 1986). Poco a poco fueron ganando espacio expresiones sociales que clamaban por la defensa de la vida y que comenzaron a cuestionar la legitimidad de la guerra y del uso de la violencia como medio para alcanzar las transformaciones sociales que necesitaba el país. Al tomar la decisión de entrar en el proceso de paz, la dirección del M-19 tuvo entre sus cálculos el hecho de que existía un creciente sector de po- — 67 — COLOMBIA El camino del M-19 de la lucha armada a la democracia — 68 — 0 500 1000 1984 1983 1981 Asesinatos políticos y masacres 1989 1988 1987 Muertos en combate 1994 1993 1992 Acciones colectivas por la paz 0 50 100 150 200 2000 1500 250 1982 1980 1979 1978 Fuente: García-Durán, 2006b: 353. Número de víctimas 2500 1996 300 1997 3000 Gráfico 1: Conflicto armado, guerra sucia y movilización por la paz 1995 1991 1990 1986 1985 COLOMBIA DE LA INSURGENCIA A LA DEMOCRACIA Número de acciones por la paz blación que respaldaría una opción sincera de cesación de la contienda, como de hecho ocurrió. Un cuarto factor tiene relación con la existencia de sectores del establecimiento que ven la necesidad de modernizar el Estado y ajustar la institucionalidad para hacer frente a la lucha contra el narcotráfico, que puede hacerlos colapsar. Estos sectores alcanzaron un lugar privilegiado en las esferas de poder durante la administración presidencial de Virgilio Barco (1986-1990). Estimaban que era necesario un proceso de normalización democrática, que no podía tener como eje articulador una política represiva. Agregaban que era necesario ofrecer canales institucionales adecuados para el trámite de los conflictos sociales y políticos mediante la promoción de las reformas constitucionales que fueran necesarias, negociando la protesta social y favoreciendo las opciones políticas legales frente a las opciones armadas. La posición gubernamental favoreció la oferta de negociación que hizo el gobierno en su Iniciativa de Paz (septiembre de 1988) y la disposición que tuvo para ofrecer en la mesa de diálogos el trámite de reformas constitucionales que respondieran a algunas de las demandas de los grupos alzados en armas. Un quinto elemento que tendrá incidencia en el tránsito del M-19 hacia la paz tiene relación con los límites que el Eme percibe en el proceso de unidad guerrillera. Por una parte, en las agrupaciones guerrilleras incidieron distintas culturas políticas que dificultaron ese proceso y que anteponían su verdad doctrinaria y estratégica a las posibilidades de coordinación y articulación entre sí, factor al cual se sumaron las tensiones entre los grupos, como ocurría con el mutuo odio irreconciliable que el EPL y las Farc habían anidado desde su origen. Esto impidió que pudieran tramitar de manera colectiva las distintas crisis que enfrentaron.14 Cada cual prefirió hacer su propia reflexión “interna” y su propio replanteamiento, sin abrirse a la posibilidad de una salida colectiva que les permi- 14 La crisis del ELN después de Anorí, cuando el Ejército estuvo a punto de exterminarlos; la crisis del EPL después del asesinato de los hermanos Calvo, sus principales líderes, y la crisis de las Farc después del genocidio de la UP, cuando se dispara la ‘guerra sucia’. — 69 — COLOMBIA El camino del M-19 de la lucha armada a la democracia COLOMBIA DE LA INSURGENCIA A LA DEMOCRACIA tiera tener mayor incidencia social como fuerzas revolucionarias. Por otro lado, el afán de protagonismo y vanguardismo, del cual el M-19 no estuvo exento, afectó las posibilidades de acción conjunta. En concreto, las otras guerrillas le tenían recelo a la manera de ser del M-19, al que llegaron a calificar como una organización irresponsable y aventurera. En fin, la propuesta de una acción unitaria para resolver la confrontación armada no tuvo espacio real. Las ‘coordinadoras guerrilleras’, primero sin las Farc y luego con las Farc, no fueron más que un saludo a la bandera de la unidad revolucionaria, sin avances significativos en el plano operativo. Esa constatación la hizo Pizarro en su última visita a Cuba, donde pretendió hacer un gran esfuerzo para que la unidad guerrillera tuviese carácter real y estratégico y no obtuvo resultados concretos. Pese a este fracaso, al borde de las conversaciones de paz con el gobierno, el Comandante insistió en el proceso conjunto sin lograr una respuesta clara del resto de organizaciones. De modo que el M-19 se convenció de que los límites de la unidad habían llegado a su tope y que era necesario emprender en solitario el camino de la paz. Finalmente, es importante tener presente un sexto factor, de carácter internacional, que operó como causa externa del proceso de paz que emprendió el M-19. Sobre la dirigencia del Eme tuvo efecto político el tránsito a la democracia que se vivió entonces en América Latina. De un lado, las transiciones de las dictaduras del Cono Sur hacia regímenes democráticos fortalecieron la percepción de la posibilidad e importancia de promover un fortalecimiento democrático en los países de la región. Esto coincidió con la apuesta estratégica del M-19 de lucha por la democracia. De otro lado, algunos países del continente, entre ellos Colombia, promocionaron el Grupo de Contadora como apoyo político para la búsqueda de una salida negociada de los conflictos armados que se vivían en Centroamérica (El Salvador, Guatemala, Nicaragua). Obviamente, la participación del gobierno colombiano en esta gestión diplomática internacional planteó un interrogante hacia adentro del país: si se favorecía una salida negociada en Centroamérica, ¿por qué no se podía impulsar algo semejante en Colombia? La sugerencia se vio reforzada con la participación colombiana en el grupo de los Países No Alineados, que favoreció una — 70 — mayor autonomía del país en la política internacional, con cierto margen de independencia frente a los Estados Unidos. ESTRATEGIA DE MOVILIZACIÓN HACIA LA PAZ La conexión del M-19 con la sociedad colombiana se recupera a fondo cuando el Movimiento hace suya una apuesta social por la paz. Por lo tanto, es necesario que repasemos los distintos momentos de ese tránsito y la forma como él configuró un proceso de paz irreversible e implicó el paso de la organización guerrillera a la lucha política legal. De la paz como táctica a la paz como estrategia Para entender la forma como el M-19 llegó a asumir el camino de una negociación de paz con el gobierno es necesario tener en mente el debate político interno que produjo un cambio en su línea estratégica y, por tanto, en la visión que tenía de la paz: “Los del M-19 empezamos a entender esas cosas a comienzos de 1980, a raíz de la toma que un comando nuestro hizo de la Embajada de la República Dominicana para exigir la libertad de nuestros presos y donde, por primera vez, el tema de la paz aparece como una iniciativa desde las filas de la insurgencia. Eso fue un quiebre ideológico porque nosotros, los revolucionarios latinoamericanos, nacimos influenciados por fenómenos como la revolución cubana, que tenía la consigna de ‘vencer o morir’, no de negociar, no de conciliar. Entonces atreverse a plantear la salida negociada era una herejía absoluta” (Patiño, 2001). La propuesta que la agrupación hizo en ese momento comprendió tres componentes: la tregua en el enfrentamiento armado, el diálogo nacional y la derogatoria del Estatuto de Seguridad. A esta propuesta de paz el gobierno del presidente Turbay Ayala respondió negándose a cualquier tregua y a cualquier diálogo político con la insurgencia. Se limitó a tramitar en el Congreso de la República una amnistía bastante restringida, que fue rechazada por los grupos guerrilleros. Para ellos, la simple amnistía no era la paz, ya que eso los remitía a la amnistía con sabor a derrota que se había utilizado con las guerrillas liberales en los años cincuenta. — 71 — COLOMBIA El camino del M-19 de la lucha armada a la democracia COLOMBIA DE LA INSURGENCIA A LA DEMOCRACIA Cuando Belisario Betancur llega a la Presidencia de la República cambia la perspectiva gubernamental en relación con la paz. El nuevo mandatario asumió como propias las banderas que estaba planteando la insurgencia, en particular el M-19, y promovió un gran diálogo nacional y la concertación de compromisos de tregua con los grupos guerrilleros dispuestos a aceptarla. De hecho, se firmaron acuerdos de tregua con las Farc, el M-19, el EPL, el ADO y algunos sectores del ELN (v. Cuadro 1). Sin embargo, el momento para la paz todavía no estaba maduro. La ruta del diálogo nacional que planteó Betancur no fue clara ni contaba con el respaldo político necesario para conducirla a la ampliación de la democracia y la paz, como se esperaba. Ni los militares ni los sectores dominantes la apoyaron, y más bien favorecieron la consolidación de los grupos paramilitares, que en esos años crecieron significativamente. Pero tampoco las guerrillas, entre ellas el M-19, estuvieron dispuestas a jugársela estratégicamente por la paz. Aunque la paz ganó importancia en su discurso, éste seguía siendo retórica de guerra, es decir, la paz continuó levantándose como una bandera táctica. La apuesta estratégica siguió siendo formar un ejército que garantizara la fuerza necesaria para llegar a ser gobierno. Pasados los hechos del Palacio de Justicia y de la soledad política que le sobrevino, el M-19 asumió una perspectiva estratégica de paz: sintió que esta opción tendría la capacidad de reconectarlo con el país y se convenció de que esa actitud podía ser revolucionaria en el contexto colombiano: “Fue el M-19 la primera organización insurgente que descubrió que la paz en Colombia podía ser un elemento transformador, podía ser un elemento revolucionario. Porque en Colombia, durante los últimos cincuenta años, la violencia se había vuelto un ejercicio ligado con el poder, para mantenerlo, para conseguirlo, o para ejercerlo. La clase dirigente colombiana supo que mantener esa violencia podía ser la mejor manera de impedir las transformaciones sociales y políticas del país. El M-19 descubre que la paz puede ser un elemento muy importante para cambiar eso. Es decir, la clase dirigente colombiana, mirada globalmente, es poco amiga de la paz porque ha logrado incorporar la violencia al mantenimiento del estatu quo, y con ello ha generado — 72 — Barco (1986-90) Betancur (1982-86) Cuadro 1: Tipos de acuerdos de paz, por periodos presidenciales, 1982-199415 Acuerdos de tregua y cese al fuego • Acuerdo de Uribe: Farc (marzo de 1984). • Acuerdo con M-19 y EPL (agosto de 1984). • Acuerdo con ADO (agosto de 1984). • Acuerdos con sectores del ELN (diciembre de 1985, abril y julio de 1986). Agendas y acuerdos preliminares y de procedimiento Acuerdos finales de paz • Acuerdo entre las Farc y la Comisión de Paz (marzo de 1986) para prorrogar el acuerdo de Uribe. • Acuerdo del Tolima: M-19 (enero de 1989). • Acuerdos para iniciar procesos de paz con EPL, PRT y Quintín Lame (mayo-junio de 1990). • Pacto político: M-19 (noviembre de 1989). • Acuerdo político: M-19 (marzo de 1990). una manera de gobernar. Necesita permanentemente una cierta cantidad de violencia para poder justificar la exclusión, el autoritarismo, para conculcar libertades democráticas, en fin, para tener una cierta legitimidad en el manejo de un Estado donde el elemento de la fuerza es muy importante” (Patiño, 2001). De la lucha antioligárquica a la negociación política El punto de partida del cambio fue el secuestro de Álvaro Gómez, ex candidato presidencial y exponente preclaro de la oligarquía nacional. Lo que comenzó como una acción de guerra terminó en un proceso de concertación, una vez que, en las reacciones de los distintos sectores políticos y sociales ante el secuestro, la dirección del M-19 percibió la oportu15 Cuadro elaborado por Mauricio García Durán y publicado previamente en Accord 14 (2004: 80). — 73 — COLOMBIA El camino del M-19 de la lucha armada a la democracia COLOMBIA DE LA INSURGENCIA A LA DEMOCRACIA nidad que se abría para la concertación. Esta concertación tuvo distintos momentos, pero posiblemente el más importante tuvo como escenario la llamada Cumbre de Usaquén (29 de julio de 1988), que, aunque sin la participación del gobierno, volvió a abrir las puertas para un proceso de paz. En esa ocasión el M-19 dio a conocer una propuesta, uno de los puntos de partida de la ulterior negociación con el gobierno. La propuesta inicial del gobierno de Barco era poco menos que un itinerario de desmovilización, sin mayor contenido político. En la Cumbre de Usaquén el Movimiento, en cambio, planteó una propuesta de negociación eminentemente política. Se puede decir que la hoja de ruta que finalmente se asumió para la negociación de paz fue el resultado de la confluencia de los dos aportes: el del gobierno y el del grupo guerrillero. Por eso, cuando se firmó el primer acuerdo que dio inicio al proceso de paz en enero de 1989, el tema político ya hacía parte esencial de la agenda a trabajar. Todavía los hechos del Palacio de Justicia estaban muy frescos en la opinión pública y en el mismo gobierno, y ello se traducía en una alta dosis de desconfianza para embarcarse en una negociación de paz con la guerrilla, ante todo con la del M-19. Lo que le dio confianza al gobierno fue la disposición del Eme para el desarme. Para la dirección guerrillera fue claro que si el gobierno estaba dispuesto a realizar las reformas que se demandaban, ellos estaban dispuestos a desarmarse. Dada esta situación de desconfianza, para Carlos Pizarro quedó claro que era clave la construcción de una relación con el gobierno como interlocutor, actitud que resultó favorecida por las actitudes y el reconocimiento del ‘otro’ como tal. ¿Cuál fue el esquema de negociación del M-19? Se fue construyendo poco a poco. Había dos puntos de partida: la iniciativa de paz del gobierno y la iniciativa de la guerrilla. La iniciativa de Barco era muy procedimental, y en el proceso mismo las dos se fueron fundiendo. El 1º de septiembre de 1988, el Presidente dio a conocer su “Iniciativa para la paz”, donde expuso la posición del Ejecutivo nacional sobre las condiciones y estrategias para una paz negociada. La propuesta oficial contemplaba tres fases: 1) una fase de distensión, destinada a crear un ambiente de credibilidad y — 74 — confianza mediante una manifiesta voluntad de reconciliación por parte de los grupos guerrilleros; 2) una fase de transición, dirigida a iniciar el tránsito hacia la normalidad institucional y el regreso a la democracia de los grupos alzados en armas; y 3) una fase de incorporación, en la que se alcanzaría la reintegración plena de los alzados en armas a la vida social y política del país, con las garantías y estímulos necesarios para tal fin (indulto, garantías para la participación electoral, medidas de asistencia económica temporal, esquemas de seguridad y protección de la vida de las personas incorporadas y diálogos regionales para recoger las iniciativas que contribuyeran a aclimatar la convivencia, la normalización y la reconciliación). Por su parte, la iniciativa del M-19 era bastante sustantiva y estaba referida a una propuesta de Carlos Pizarro en la cual exponía lo que él llamó “las tres grandes rectificaciones”, enderezadas a superar la crisis colombiana: 1) una nueva Constitución que, en sus contenidos y en su forma, se convierta en un auténtico tratado de paz; 2) un plan de desarrollo económico concertado regional y nacionalmente, que sirva como guía en el avance hacia la prosperidad con justicia social; 3) una filosofía de convivencia, unidad nacional y soberanía, que oriente la definición de una política única para las armas de la República y que se concrete en el manejo democrático del orden público y en el restablecimiento del imperio de la justicia, dentro de un marco de garantías para el pleno ejercicio de los derechos ciudadanos. Se trabajaron cuatro escenarios de concertación y negociación: • Discusión y negociación bilateral entre el gobierno y el M-19, que tuvo lugar básicamente en el campamento de Santodomingo (departamento del Cauca). • Acuerdos políticos, que se alcanzaron en la Mesa de Trabajo por la Paz y la Reconciliación Nacional, instalada el 3 de abril de 1989 y en la cual participaban las expresiones políticas legales, el gobierno y el M-19. El escenario estuvo abierto a la participación de otras guerrillas que quisieran incorporarse al proceso. — 75 — COLOMBIA El camino del M-19 de la lucha armada a la democracia COLOMBIA DE LA INSURGENCIA A LA DEMOCRACIA • Mesas de Análisis y Concertación, complementarias de la Mesa de Trabajo por la Paz y que fueron un escenario mucho más abierto, donde participaron organizaciones y expresiones regionales y sectoriales que discutieron los temas sustanciales de un eventual pacto político, cuyos contenidos se convertirían en leyes de la República o decisiones del Ejecutivo. • Preparación para la construcción de un movimiento político de carácter civil, debate que se entablaba con la gente que visitó las mesas de Santodomingo, y con la cual se establecieron compromisos políticos para la participación electoral del M-19 después de la desmovilización. Hubo otro eje, que podríamos llamar de “Nuevo Entendimiento y Reconciliación”. Este empezó a construirse de manera informal con distintos actores, por iniciativa de Pizarro y por fuera de los escenarios pactados. Con las otras guerrillas, sin éxito al comienzo, por los celos y los desencuentros propios de organizaciones desconfiadas, sectarias y vanguardistas. Sin embargo, a mediados de 1990 tres grupos guerrilleros –el EPL, el PRT y el Quintín Lame– empezaron a transitar la trocha abierta por el M-19 y firmaron acuerdos de paz en 1991. También hubo acercamientos con algunos personeros de la clase política, especialmente aquellos con quienes habían tenido una confrontación más aguda, como fue el caso del ex presidente Turbay Ayala. Pizarro también tuvo gestos de reconciliación con la fuerza pública, especialmente con el Ejército, y estableció diálogos con los generales Guerrero Paz y Valencia Tovar. Respecto de la contrainsurgencia ilegal, los Emes empezaron a reunirse con las Autodefensas del Magdalena Medio, las cuales terminaron desmovilizándose en 1992. Algo se intentó con los señores de la droga, sin mucho éxito, ya que estaban muy divididos, tenían una apreciación muy diversa sobre el proceso de paz guerrillero y jugaban con muchos naipes y sin reglas claras. Una de las decisiones dirigidas a facilitar la negociación fue la concentración de la fuerza militar prioritariamente en el campamento de Santodomingo. Este diseño facilitó la “separación de fuerzas” con una “franja — 76 — desmilitarizada”16 entre este sitio y las poblaciones ubicadas más abajo de la montaña, así como el inicio de una virtual tregua bilateral. Se trató de un proceso que se fue desenvolviendo a lo largo de todo el año 1989. A él fueron llegando gentes procedentes de distintos frentes armados y sitios del territorio nacional. De la negociación con el gobierno a un diálogo con la sociedad Al introducir un debate más político en la agenda de negociación, el M-19 buscó adelantar un intercambio de opiniones con los sectores políticos y, en alguna medida, con la sociedad en general. En últimas, la discusión giró en torno a las condiciones exigidas para consolidar una democracia real y garantizar una paz duradera. La idea fue construir un consenso político que se tradujera posteriormente en leyes o reformas de la Constitución. En razón de ello se pueden identificar dos ejes diferentes en los asuntos que fueron negociados entre el gobierno y el Eme: la reinserción de la fuerza guerrillera y las reformas políticas, sociales y económicas. Los problemas que tenían que ver directamente con la reinserción de la fuerza guerrillera (indulto, esquemas de seguridad, garantías económicas y sociales para los desmovilizados y programas de desarrollo en las zonas de influjo del grupo guerrillero) se negociaron directamente entre el gobierno y el M-19 y constituyeron parte importante del acuerdo de paz final (v. Cuadro 2). El mismo esquema sería utilizado por el gobierno en las negociaciones que se emprendieron después con otros grupos guerrilleros (EPL, PRT, Quintín Lame, CRS). La discusión de los temas de carácter más político, como fueron las condiciones de favorabilidad política, las reformas de la Constitución para ampliar la democracia, las medidas referentes a derechos humanos, 16 Aunque en el proceso del M-19 no hubo un tercer actor (como los Cascos Azules de la ONU) que garantizara una tregua y la separación de las fuerzas, el diseño de su ubicación en el campamento de Santodomingo fue de hecho el de mantener separadas las fuerzas insurgentes mediante su concentración en un área y la creación de una zona desmilitarizada, tal como puede observarse en otros acuerdos de alto el fuego (v. Fisas y Herbolzheimer, 2007). — 77 — COLOMBIA El camino del M-19 de la lucha armada a la democracia COLOMBIA DE LA INSURGENCIA A LA DEMOCRACIA justicia y orden público y las reformas de las políticas públicas de orden social y económico, tuvo otro escenario. Carlos Pizarro pidió que tales asuntos fuesen considerados en el debate político abierto a partir de la instalación de la Mesa de Trabajo por la Paz y la Reconciliación Nacional, el 3 de abril de 1989. Además, el 3 de mayo de 1989, en carta dirigida al Presidente de la República, Pizarro propuso un Pacto Político por la Paz y la Democracia, cuyas bases serían: 1) Dar fuerza de ley a todos los acuerdos que resulten del consenso de los participantes en las Mesas de Análisis y Concertación y en la Mesa de Trabajo. 2) Acordar una reforma electoral. 3) Comprometer a las fuerzas políticas con asiento en el Congreso en el impulso y la aprobación de las iniciativas legislativas surgidas de los acuerdos logrados en la Mesa de Trabajo. 4) Comprometer al Gobierno Nacional en la convocación de un Referéndum por la Paz y la Democracia, con el propósito de que el pueblo colombiano dijera la palabra definitiva sobre el conjunto de reformas acordadas y definiera una política única sobre las armas de la República. Las partes acordaron que para cada una de las tres grandes áreas temáticas planteadas por el M-19 se conformara una Mesa de Análisis y Concertación en la que podrían participar ciudadanos y fuerzas representativas de la sociedad. Estas empezaron a funcionar un mes después y el 13 de julio de 1989 entregaron sus resultados a consideración de la Mesa de Trabajo por la Paz y la Reconciliación Nacional como insumos del pacto político que debería plasmarse en el acuerdo de paz. En el nivel operativo del proceso de paz es necesario mencionar la disposición que hubo para encontrar soluciones a los problemas que se presentaron en el camino, tanto de parte del M-19 como del gobierno. Ejemplo claro de ello se tuvo cuando Afranio Parra fue asesinado en Bogotá por la Policía (abril de 1989). Muchos pensaron que el proceso de paz se rompería, pero el M-19 mostró una enorme disposición a no po- — 78 — Cuadro 2: Comparación entre los acuerdos negociados con el M-19 (1989-1990)17 Pacto político (noviembre 2 de 1989) - Convocatoria de un referéndum extraordinario por la paz y la democracia (punto central: posibilidad de reforma de la Constitución por Asamblea Constituyente). Favorabilidad - Reforma electoral (tarjeta electoral, política financiación, información, voto obligatorio). - Reconocimiento legal de los partidos que surjan del proceso de paz y circunscripción nacional especial de paz. - Establecer comisiones para la reforma de la justicia, estudio del problema del narcotráfico y estudio de la ratificación del Protocolo II. Justicia, derechos - Publicar información sobre las humanos y orden autodefensas bajo responsabilidad de las público Fuerzas Armadas. - Revisión del Estatuto para la Defensa de la Democracia. Acuerdo político (marzo 9 de 1990) Temas negociados - Se reafirma la necesidad de tramitar: • Una circunscripción especial para la paz • Reforma electoral • Reforma de la Constitución que permita ampliar los espacios democráticos - El gobierno procederá al nombramiento de las mencionadas comisiones y a la aplicación de los restantes puntos negociados. - Indulto. - Programa de reinserción. - Plan de seguridad hasta agosto de 1990; luego se redefinirá con el nuevo gobierno que comienza el 7 de agosto. - Creación de un Fondo Nacional para la - El Fondo podrá ser ampliado con Desarrollo regional paz, encargado de adelantar programas en aportes del gobierno, la empresa y social zonas de influencia de los desmovilizados. privada y fundaciones internacionales. - Medidas de políticas públicas de planeación participativa, ingresos, - El gobierno iniciará su aplicación y Políticas sociosalarios, aspectos laborales, vivienda, ejecución a partir de la fecha de la económicas salud, seguridad alimentaria, producción dejación de armas. campesina y comercialización. - Entrega ante una comisión de la Internacional Socialista designada para - Se había designado a la Iglesia Católica este fin. Veeduría como ‘tutora moral y espiritual’ del proceso - Una comisión de seguimiento de paz. para concretar y dar viabilidad a los compromisos adquiridos en el acuerdo de paz. Garantías sociales - Indulto y jurídicas para los - Programa de reinserción ex guerrilleros - Plan de seguridad 17 Elaborado por Mauricio García-Durán (1992) con base en los textos de los acuerdos. — 79 — COLOMBIA El camino del M-19 de la lucha armada a la democracia COLOMBIA DE LA INSURGENCIA A LA DEMOCRACIA larizar la situación y el gobierno detuvo a los policías responsables del hecho y buscó aclarar lo ocurrido. De la audacia del líder a una decisión democrática El punto de partida del proceso dependió mucho de la genialidad de Carlos Pizarro. La posibilidad de iniciar una negociación con el gobierno fue una expresión de audacia política que partía de su confianza en el pueblo y del respaldo político que esperaba del mismo. Pizarro pudo embarcarse en la aventura de una negociación no solo por su intuición política sino, ante todo, por el ascendiente que tenía en la militancia del M-19, en particular en los más comprometidos con la estructura militar. Dado el reconocimiento de que Pizarro gozaba en el campo militar, la gente lo siguió cuando se planteó la opción de entrar en una negociación de paz. Se puede decir que aquí operó la ‘religiosidad’ que procrean las estructuras jerárquicas: el comandante no se equivoca. El paso a la paz se asumió siguiendo al comandante. “Pizarro, quien encarnaba la dirección del Eme, se atrevió él, en un acto audaz y solitario, a arriesgarse a firmar una declaración con el Gobierno Nacional, mediante la cual se daba comienzo a un proceso de paz. Solitario, porque, pese a los esfuerzos que Pizarro hizo porque fuese un proceso conjunto con las demás fuerzas guerrilleras, eso no fue posible. Solitario porque esa declaración no fue consultada con el conjunto de la organización, ni siquiera con la dirección del M-19. Audaz porque en esa declaración Pizarro planteaba como remate del proceso la desmovilización del M-19. Eso fue en enero de 1989. Después nos reunimos y se empezó a encontrarle consenso [...] En eso consistió el trabajo interno que hubo que hacer durante el año 89, para que toda la gente asimilara esa posibilidad, la del desarme. Había una comprensión política teórica, pero había una gran dificultad de interiorizar el significado que eso tenía en cuanto a la vida personal de toda la gente que hacíamos parte del M-19. Pizarro, con esa declaración del 10 de enero de 1989, empezó a poner las cosas en el punto. Las armas como fetiche para clasificar posturas revolucionarias quedaron definitivamente cuestionadas” (Patiño, 2001). — 80 — No todos los militantes del Movimiento estaban convencidos de la pertinencia de avanzar, sin retorno, hacia la paz. Sin embargo, la discusión interna y el dinamismo político que se imprimió a la marcha en el campamento de Santodomingo fueron convenciendo aun a los más renuentes. Fue el caso, por ejemplo, de Rosemberg Pabón, quien había sido el comandante de la toma de la Embajada Dominicana. Su posición reacia al desarme cambia cuando tres buses llenos de gente de Yumbo (su lugar de origen) arriban al campamento para pedirle que “se baje”, es decir, que deje las armas, que lo necesitaban como líder político en su región. En ese momento cambió su percepción del proceso y fue uno de los primeros en entrar en la lucha política legal. Una de las partes más difíciles del proceso fue el reto que planteó el manejo de la angustia que vivió la gente de base de la organización por la incertidumbre que implicaba la desmovilización, ya que el paso a la vida civil no solo les arrebataba la referencia colectiva que los articulaba y les daba identidad, sino que también implicaba perder el reconocimiento social y político que tenían por el hecho de ser guerrilleros, de portar un arma. El campamento se convirtió en un lugar de romería popular, movilización social y comunicación de masas. La oficina de prensa ubicada en Santodomingo se volvió uno de los sitios centrales del campamento. Líderes sociales, estudiantes, representantes de organizaciones y grupos políticos, gente del común, se dieron cita en la montaña caucana para contactar a los guerrilleros y debatir con ellos. Y este ejercicio de masas fue mostrando al conjunto de la militancia que la decisión por la paz era la correcta. No en vano, en octubre de 1989, cuando se efectuó la X Conferencia del M-19 y se votó democráticamente para decidir si el movimiento dejaba las armas y se reintegraba a la vida civil para formar un partido político, los resultados fueron contundentes: de 230 votos emitidos, 227 fueron a favor de la desmovilización del grupo armado. El reto de la paz a pesar del incumplimiento El 2 de noviembre de 1989 se firmó un Pacto Político entre el M-19, el Gobierno Nacional y la dirección del Partido Liberal. Este pacto recogió, tan- — 81 — COLOMBIA El camino del M-19 de la lucha armada a la democracia COLOMBIA DE LA INSURGENCIA A LA DEMOCRACIA to los consensos a los que habían llegado las mesas de análisis y concertación en el mes de julio anterior, como los puntos clave para garantizar una adecuada reinserción del grupo guerrillero (v. Cuadro 2) y la serie de reformas sociales y políticas necesarias para avanzar hacia un fortalecimiento de la democracia. Se buscaba traducir en medidas específicas los consensos políticos que se habían alcanzado con la administración Barco y el partido político gobernante. La ejecución de lo acordado en el Pacto Político dependía de la reforma constitucional entonces en curso en el Congreso, y que fue retirada por el Gobierno Nacional ante el intento de algunos congresistas de introducir la no extradición de colombianos enjuiciados, actitud que era inaceptable para la Presidencia de la República en razón de la guerra entablada con el narcotráfico en ese momento. Al hundirse la reforma constitucional, naufragaron los instrumentos más importantes acordados con el M-19 en relación con reformas de la Constitución Nacional y la convocación de un referendo. Como bien lo describe Otty Patiño (2001), “Sin embargo, el gobierno volvió a meter su reforma a la justicia en el Congreso y la adosó al paquete que habíamos pactado, y allí fue Troya. El Congreso reaccionó contra la iniciativa del gobierno y aprobó lo contrario, es decir, la no extradición, y el gobierno entonces retiró su propuesta de reforma, permitiendo que se archivara todo el proyecto. Todo un año de trabajo se perdió. Fue un momento bastante crítico, el más crítico de todos. Obligó a crear un plan de emergencia y la salida a Bogotá de Pizarro y Navarro para construir a la carrera un nuevo pacto político que viabilizara la paz. Lo bueno que tuvo esa crisis fue que demostró la impotencia del gobierno y del Congreso para crear caminos de paz. Allí se fue abriendo la necesidad de una Asamblea Constituyente como escenario para discutir y concertar las reformas que se habían cocinado en las Mesas de Análisis y Concertación”. ¿Volvería el M-19 a la guerra? ¿Podría seguir en su apuesta por la paz a pesar del incumplimiento de parte del gobierno y los partidos políticos mayoritarios en el Congreso? Fue un momento difícil para el movimiento armado. Con palabras de Antonio Navarro, se vieron abocados a dar “un — 82 — salto al vacío y sin red protectora”. Era saltar al vacío sin saber si el pueblo los iba a agarrar. El Eme, pese a todo, realizó la maniobra y los resultados electorales mostraron que la población había acogido sus propuestas más allá de lo esperado. Es pertinente una palabra adicional sobre el papel de la veeduría en los acuerdos de paz. En el caso del M-19 se acordó nada más que la “tutoría moral de la Iglesia Católica”, toda vez que el acuerdo estaba planteado, más que todo, de cara al país. En los acuerdos posteriores, de 1991 y 1994, se establecieron veedores tanto nacionales (la Confederación de Iglesias Evangélicas y la Asamblea Constituyente) como internacionales (la Internacional Socialista y el Consejo Mundial de Pueblos Indios). Ahora bien, a más de su presencia en los actos de desmovilización, las guerrillas difícilmente ejercieron un papel de control sobre el cumplimiento de los acuerdos.18 En el caso concreto del M-19, más de diez años después de firmado el acuerdo de paz, existían puntos que el gobierno nunca cumplió, como fueron la creación de una comisión para estudiar el problema del narcotráfico y el suministro de los nombres de los grupos paramilitares creados por el gobierno; tampoco se aclaró quiénes fueron los responsables del asesinato de Carlos Pizarro que obraron detrás de la escena del crimen. Del triunfo electoral a la dispersión política El M-19 se desmovilizó el 9 de marzo de 1990 y dos días después participó en elecciones conjuntamente con la Acción Nacionalista por la Paz.19 Pese a tan corto tiempo de campaña, alcanzó unos resultados sorprendentes: más de ciento veinte mil votos para distintos cargos. Carlos Pizarro logró 70.901 (7,8% de la votación total) para la alcaldía de Bogotá, que lo ubicaron en el tercer lugar; salieron electos dos representantes a la Cámara, un 18 19 Es la ironía del intento del gobierno del presidente Álvaro Uribe de querer firmar un acuerdo de punto final con los grupos desmovilizados en los años noventa, y así dar por terminado definitivamente el proceso de reinserción de dichos grupos guerrilleros desmovilizados. De esta coalición, formada antes de la desmovilización, hacían parte el M-19, el Frente Democrático, la Democracia Cristiana, Colombia Unida y un grupo de demócratas independientes. — 83 — COLOMBIA El camino del M-19 de la lucha armada a la democracia COLOMBIA DE LA INSURGENCIA A LA DEMOCRACIA alcalde en el municipio de Almaguer y cinco concejales en cinco ciudades distintas (v. Dirección General para la Reinserción, 2000). El 2 de abril de 1990 se creó un nuevo movimiento político nacional liderado por el M-19: la Alianza Democrática M-19 (AD-M19), que contó con la participación de sectores de la Unión Patriótica (Círculos Bernardo Jaramillo), Frente Popular, Socialismo Democrático, Colombia Unida, Movimiento Inconformes y otras agrupaciones cívicas y políticas de alcance regional. Sus fundadores consideraron que estaban configurando un “movimiento unificado nacionalmente para transformar la actual situación y donde, además, exista la convicción plena de que en la Colombia de hoy las vías civilistas y los métodos de la democracia sean los únicos válidos para el ejercicio de la acción política” (citado por Dirección General para la Reinserción, 2000: 21). En el mes de mayo del mismo año la AD-M19 se lanzó a la campaña electoral para la Presidencia con Carlos Pizarro como su candidato. Con el asesinato de Pizarro cometido el 26 de abril de 1990, mientras se desplazaba en un avión, los enemigos de la paz pretendieron parar el avance que mostraba esta alianza de sectores desmovilizados y de izquierda. Pero el Movimiento se mantuvo en el proceso de paz y Antonio Navarro asumió la candidatura presidencial de la AD-M19. Ahora bien, no lo hizo como comandante del M-19, cargo que había dejado de existir a raíz de la firma de los acuerdos de paz. Los avances iniciales de la AD-M19 fueron verdaderamente positivos y reflejaron el respaldo que la opinión pública otorgó a la desmovilización del grupo armado. Esto se vio con claridad en los resultados de las elecciones presidenciales del 27 de mayo de 1990, cuando la alianza capturó el 12,5% de la votación total, y en la elección de delegatarios para la Asamblea Nacional Constituyente hecha el 9 de diciembre de 1990, cuando sus listas obtuvieron el 27,3% de los sufragios (v. Cuadro 3). Fue un proceso electoral extraordinario, que no respondía a la dinámica política normal que tradicionalmente se ponía en juego en los comicios para cuerpos colegiados y el poder ejecutivo del Estado, en sus tres niveles. — 84 — En octubre de 1991 se renovó el Congreso que había sido revocado para dar paso a la Asamblea Nacional Constituyente, y comenzó el descenso del apoyo electoral del M-19, aunque todavía fue elegida una fuerza parlamentaria significativa. En 1994, cuatro años después de la desmovilización, el respaldo electoral osciló entre el 3% y el 4%, que correspondía a los niveles históricos de la izquierda colombiana. Ya en marzo de 1998 no se eligió ningún senador y apenas salieron avante tres representantes (entre ellos Antonio Navarro y Gustavo Petro), quienes, sin embargo, fueron inscritos por el Movimiento Vía Alterna. Cuadro 3: Resultados electorales de la AD-M19 Fecha Tipo de elección Votos % Elegidos 27-05-1990 Presidencia de la República 754.740 12,5 --- 09-12-1990 Asamblea Constituyente 950.174 27,3 19 delegatarios (de 70) 27-10-1991 Congreso de la República 483.38220 13-03-1994 Congreso de la República 153.185 2,7 1 representante 29-05-1994 Presidencia de la República 219.241 3,8 --- 9,0 9 senadores, 13 representantes Fuente: Dirección General para la Reinserción, 2000. Algo similar ocurrió en las elecciones de carácter regional. En marzo de 1992 la AD-M19 eligió un alcalde, 260 concejales y 17 diputados. En octubre de 1994 obtuvo 5 alcaldes, 129 concejales por el sistema ordinario y 42 por la circunscripción electoral para la paz, y 7 diputados. En octubre de 1997 eligió 2 alcaldes, 44 concejales y 2 diputados. Lo singular de esta elección fue que se presentó una mayor dispersión en las listas de los representantes de los grupos guerrilleros desmovilizados. La ADM19 ya no articulaba a la mayoría de estas fuerzas, dado que algunas de ellas conformaron otros movimientos (el Movimiento de Integración Democrática, por ejemplo), e incluso un grupo de antiguos militantes ‘re20 Para esta elección de Congreso y la de 1994 se toma el resultado de los votos para Cámara de Representantes, ligeramente mayores que los de Senado. — 85 — COLOMBIA El camino del M-19 de la lucha armada a la democracia COLOMBIA DE LA INSURGENCIA A LA DEMOCRACIA fundaron’ el M-19 como un movimiento político distinto de la AD-M19. Además, se presentaron en coaliciones con otras fuerzas políticas y en el panorama electoral apareció un nuevo núcleo guerrillero desmovilizado, la Corriente de Renovación Socialista (v. Dirección General para la Reinserción, 2000). La opción política implicó continuidad y ruptura al mismo tiempo. Continuidad, por cuanto el nombre y el prestigio del M-19 se asumen como parte de lo que se quiere conservar; no obstante, en la alianza política que se configuró aparecían fuerzas distintas de las del Eme. Y esta es, por tanto, la dimensión de la ruptura: lo que emergió después de los acuerdos de paz no fue solo la conversión en partido político de un grupo guerrillero, sino igualmente la apuesta por una alianza con otras fuerzas, que incluyó, tanto a otros grupos desmovilizados (EPL y PRT), como a diversas fuerzas sociales y políticas que no habían estado en la lucha armada. Una dificultad que se presentó en este momento fue el tipo de liderazgo que se configuró dentro de la AD-M19. Los afanes de la lucha electoral en una serie de votaciones muy consecutivas (elecciones locales, presidenciales, para la Asamblea Constituyente, para el nuevo Congreso) no dieron tiempo ni permitieron realizar eventos democráticos dentro de la nueva fuerza política, de tal forma que se discutiera y acordara colectivamente el horizonte político a tomar. De hecho, Antonio Navarro fue investido de un liderazgo que limitó la participación democrática y la formación de un partido político. La gente que quería participar electoralmente a nombre de la AD-M19 solicitaba el aval a quien aparecía como el líder de la organización, y Navarro, como hombre pragmático que es, y por las circunstancias organizativas y políticas, se vio entonces obligado a tomar con frecuencia decisiones inconsultas o no consensuadas,21 lo cual le ganó fama de autoritario y autocrático. 21 Paradójicamente, en el espacio de la guerra fueron mucho más “comandantes” Bateman y Pizarro, quienes tomaron decisiones inconsultas con estilo, con la elegancia propia de quien se siente investido del don de mando, sin que nadie se sintiese agredido. — 86 — En la transición faltó conciencia de la necesidad de construir partido político con base en los positivos resultados electorales iniciales (en los comicios para la Asamblea Constituyente alcanzaron a ser la segunda fuerza electoral). En este primer momento las encuestas de opinión otorgaron una favorabilidad muy grande a Antonio Navarro, cosa que llevó a pensar a muchos, comenzando por el mismo Navarro, que la AD-M19 sería opción de poder en las siguientes elecciones presidenciales. Eso les impidió valorar suficientemente lo que se había alcanzado. En verdad, los resultados electorales de 1991, destinados a conformar el nuevo Congreso, fueron interpretados como una derrota, ya que, de constituir la segunda fuerza política en la Asamblea Constituyente, se pasó a contar únicamente con 22 parlamentarios (9 senadores y 13 representantes). Esto se tradujo en cierta tensión entre el grupo parlamentario electo y Navarro, eventual candidato presidencial, quien se dedicó a “dar madera” (criticar) a la gestión de sus compañeros en el Congreso. En últimas, no hubo conciencia de la urgencia de actuar como colectividad política. Por lo demás, les faltó entender colectivamente el carácter del poder (tradicional) y la diferencia entre un voto de opinión (que depende más del apoyo que se da a una “figura”) y la manera concreta como operaba la política clientelista a través de una maquinaria electoral (una red de apoyo o clientela con el voto “atado”) en los procesos electorales. Por tanto, no se tuvo capacidad para responder a ese desafío. Antes bien, en el seno de la AD-M19 nacieron nuevos liderazgos individuales, aprovechando que la expresión colectiva y jerarquizada del aparato guerrillero había dejado de funcionar. La consecuencia apareció clara en las elecciones de 1994. La opción que entonces se adoptó no fue la una lista unificada sino la conocida como “operación avispa”, es decir, la dispersión de listas de candidatos. Y ahí fue la debacle. Los 22 parlamentarios se redujeron a uno. Los compañeros de ruta no habían construido fuerza política. Constataron dolorosamente que construir cultura política es una tarea de máximas exigencias. Además de las dificultades que se presentaron en el ámbito político, hubo también problemas en el proceso de reinserción económica de la — 87 — COLOMBIA El camino del M-19 de la lucha armada a la democracia COLOMBIA DE LA INSURGENCIA A LA DEMOCRACIA fuerza desmovilizada. Para los que estaban en la política (en su mayoría, comandantes antes de la desmovilización), la reinserción no era tan importante, ya que su participación en la vida política en gran medida había resuelto los dilemas que planteaba el tránsito de la vida guerrillera a la vida civil. Pero para muchos de los militantes rasos la cuestión fue distinta, y allí se produjo una escisión. Por eso, cuando colapsó la participación de los desmovilizados en el ámbito político, estos aspectos de la reinserción volvieron a tornarse importantes, ya que hubo dificultades y demoras para la implementación de lo pactado en cuanto a auxilios económicos, créditos para proyectos productivos, capacitación y asistencia técnica, dotación de tierras y ubicación laboral. “Debido a la demora en los desembolsos y a las condiciones particulares que vivían muchos de los ex combatientes al asumir obligaciones sociales y familiares sin tener una real base económica. En un alto grado estos proyectos nunca se iniciaron y los recursos se utilizaron para satisfacer necesidades básicas, como arrendar y dotar un lugar para vivir, pagar deudas, etc.” (Franco, 2000: 138). En estas circunstancias, en 1993 hubo necesidad de renegociar con el gobierno una profundización de los aspectos que habían sido suscritos en los acuerdos de paz de 1990 y 1991 (v. Plan Nacional de Rehabilitación, 1993). Rehacer los proyectos personales y construir la política desde lo local Para concluir esta parte es importante que mencionemos dos aspectos significativos puestos en juego con la desmovilización y las dificultades para afincarse en la dinámica política legal. Por una parte, ante los desmovilizados, en su paso de ser guerrilleros a ser ‘civiles’, apareció un reto muy grande: era necesario rehacer su proyecto de vida personal. María Eugenia Vásquez (2000: 426) narra así ese momento crítico: “¡Estaba tan confusa! No ser guerrillera me dejaba en el limbo. ¿A dónde pertenecía? Muchas veces tuve la ilusión de que si me vestía con la ropa elegante que me regalaba la abuela de mi hijo podría ser una señora como la dueña de la prenda, y me esforzaba en parecerlo para luego darme cuenta de que me cansaban los tacones y los gestos impostados. Quise ser como la ma- — 88 — yoría de mujeres y tener familia, casa y trabajo seguros. En otras ocasiones, cansada de todo, solo soñaba con tropezar en la calle con un hombre corriente que ofreciera cuidar de mí. Entregar a otro la responsabilidad de mi existencia. Quería, parecía, fingía... y, finalmente, adentro estaba yo, sin saber bien quién era. El mío era un continuo ir y venir de identidades parciales a desconocimientos; pero lentamente, en medio de tales contradicciones, me reconstruía”. Por otra parte, algunos de los que habían sido miembros del M-19 siguieron operando políticamente. Conocidos los resultados electorales de 1994, un grupo de los antiguos militantes se planteó la necesidad de reconstruir la opción política desde lo local. Este fue el caso de Antonio Navarro, que, de ser candidato presidencial, se presentó a la elección para alcalde de la ciudad de Pasto. Una vez elegido, va a desempeñar una administración bastante positiva, que le permitirá proyectarse de nuevo al plano regional y nacional. “Cabe señalar que durante las administraciones municipales de Antonio Navarro en Pasto y Lucho Gómez en Riohacha, se dieron importantes procesos de participación ciudadana. La gestión de Navarro en la capital de Nariño fue considerada como la mejor entre los más de 1.100 alcaldes de todo el país” (Dirección General para la Reinserción, 2000: 106). Algo similar pasó tres años después con Rosemberg Pabón cuando ejerció la alcaldía de Yumbo, en el Valle del Cauca. Además de lo anterior, los desmovilizados, tanto del M-19 como de los otros grupos que firmaron acuerdos de paz, han sido un factor importante en la configuración del Polo Democrático Alternativo –opción que aglutina actualmente a los sectores de izquierda democrática– y desempeñado un importante rol en proyectos sociales, en las consejerías de paz departamentales y municipales, en los grupos de mujeres y en el trabajo adelantado en estos años con víctimas del conflicto armado. “Desde los ex combatientes han surgido multitud de iniciativas para trabajar en frentes específicos o para desarrollar acciones de impacto regional, constituyendo una rica experiencia que ha generado más de 150 ONG” (Franco, 2000: 120). — 89 — COLOMBIA El camino del M-19 de la lucha armada a la democracia COLOMBIA DE LA INSURGENCIA A LA DEMOCRACIA RESULTADOS DEL TRÁNSITO DEL M-19 DE GUERRILLA A PARTIDO POLÍTICO ¿Se pueden considerar exitosos los procesos de paz vividos en Colombia en los años noventa, particularmente el proceso con el M-19? “No digamos que un éxito. Fue lo que se podía hacer en ese momento. Aquí nunca se había hecho un proceso de paz en esas condiciones. Había una gran dosis de inexperiencia. Como se dice popularmente: ‘uno es muy inteligente después’. Pese a sus deficiencias tuvo una gran legitimidad y una gran validez. Incluso podríamos afirmar que las dificultades y fracasos que tuvimos después, no fueron producto del proceso sino de nuestra incapacidad para apreciar y administrar los resultados. El proceso tuvo unos resultados buenos en si mismos, no por el Acuerdo Final de Paz sino por el proceso de apertura democrática que se desató. La desmovilización, el atrevernos a meternos en la vida política, el generar una nueva Constitución; éstos fueron los impulsos iniciales para un avance importante que nos benefició a nosotros y benefició a Colombia. Sobre todo a Colombia” (Patiño, 2001). En esta parte final del estudio de caso queremos llamar la atención sobre dos aspectos que, aunque estrechamente ligados, es pertinente diferenciar. Uno tiene que ver con los resultados que produjo el tránsito del M-19 de la lucha política armada a la lucha política legal. El otro, en función del diálogo con otras experiencias, se refiere a traducir los elementos más importantes de este análisis en lecciones que se pueden aprender tanto de los logros como de las dificultades y limitaciones de este proceso. • “Este proceso de paz significó un cambio de paradigma dentro de la revolución y dentro de los procesos de paz: fue una herejía dejar las armas en un país donde eso era impensable porque se asociaba a la rendición. Sin que esto quiera decir que no existan sectores políticos y armados que así lo valoren, este proceso no fue producto de una derrota militar [...] Desde la realidad que nos arroja el panorama actual de la confrontación armada en Colombia, su degradación, su — 90 — barbarie, su funcionalidad con lo establecido, se reafirma la justeza y el valor de la renuncia a las armas. Es cuestión de ética, de saber leer cada momento histórico, y de entender que ser revolucionario significa también estar dispuesto a cambiar, a aventurarse en terrenos desconocidos, abandonar los propios esquemas y repensarse en otras lógicas no excluyentes y no-violentas. Así, el solo hecho de haber asumido la paz como paradigma del cambio, es ya un logro y confirma que este proceso valió la pena” (Grabe, 2004: 46). Se mostró que la paz era posible, que se podía luchar por un cambio social sin el recurso a la violencia, y que se podía avanzar como resultado de una voluntad política. • Las reformas políticas y constitucionales que resultaron de los procesos de paz con el M-19 y otros grupos guerrilleros colombianos desmovilizados permitieron un avance importante en el camino de la democratización del país y lograron hacer de la nueva Constitución una verdadera carta de derechos. Sin embargo, a partir de su expedición en julio de 1991 ha habido distintos esfuerzos por revertir algunos de los puntos más progresistas alcanzados con ella. “La lección que queda es que una redefinición de las bases del estado tiene que estar articulada a un pacto político de largo aliento para garantizar los fundamentos sobre los cuales se edifique la nueva casa. La Constitución expresó un nuevo país, pero eso no quiso decir que la dirigencia tradicional y su cultura política estuvieran derrotadas” (Grabe, 2004: 46). En consecuencia, en el proceso de negociación se requiere que las reformas acordadas se amarren a un pacto político de más largo aliento, es decir, que se acuerde una transición pactada para hacer irreversibles ciertos cambios y consolidar suficientemente una expresión política verdaderamente democrática. • Es necesario preparar adecuadamente el paso de una estructura militar a un partido político, ya que el cambio convoca a dos lógicas organizativas distintas, dos tipos de cultura política. No obstante las continuidades existentes, la desmovilización implicó, por — 91 — COLOMBIA El camino del M-19 de la lucha armada a la democracia COLOMBIA DE LA INSURGENCIA A LA DEMOCRACIA una parte, el surgimiento de un nuevo tipo de organización política, distinta de la armada. Por otra parte, también supuso pasar de una cultura político-militar a una cultura civil(ista), lo cual no fue fácil. “Volvernos civiles sin dejar de ser revolucionarios era un paso difícil de imaginar” (Patiño, 2001). Dada esta herencia cultural del tiempo de la guerrilla, los desmovilizados del M-19 no entendieron con la rapidez necesaria que era crucial arribar a una nueva mentalidad. La desmovilización conllevó la pérdida de la cohesión interna que ofrecía la apuesta armada compartida, y también puso en cuestión un manejo vertical de la autoridad. El gran reto de la desmovilización fue la individualización, el desafío a la libertad. Los desmovilizados tuvieron entonces la opción de continuar o no con la vida política como decisión personal. Si la opción de la guerrilla que firma un acuerdo de paz es transformarse en partido político legal, es necesario alcanzar en este plano la mayor claridad estratégica posible y poder engendrar las expresiones organizativas y de debate ideológico y cultural que permitan al grueso de los miembros de la organización hacer ese tránsito adecuadamente. • El proceso de paz con el M-19 abrió la puerta a otros procesos de paz de la década de los noventa (v. Cuadro 1): del PRT en enero de 1991, del EPL en febrero de 1991, del Movimiento Armado Quintín Lame en mayo de 1991, así como los adelantados por los Comandos Ernesto Rojas en marzo de 1992, la CRS en abril de 1994, las milicias urbanas de Medellín en mayo de 1994 y el Frente Garnica en junio de1994. Con la decisión del M-19 se hizo operativo un modelo de negociación que se aplicó en dichas negociaciones. Y todavía hoy, no obstante las derrotas electores sufridas, un grupo de los antiguos militantes de estos grupos persiste en la vida política, operando como una fuerza importante en la construcción de una izquierda democrática no armada. Ellos han logrado mantener en alto las banderas políticas de una mayor democracia, de una mayor justicia social y de defensa de la soberanía nacional. La lección que se desprende de esto es la importancia de consolidar la voluntad de la paz con otros grupos colombianos todavía alzados en armas. — 92 — • La AD-M19, alianza política producto de la desmovilización, tuvo unos resultados políticos y electorales significativos que la ubicaron como la segunda fuerza política nacional, logro nunca antes alcanzado por la izquierda colombiana. Ello les permitió jugar un papel protagónico en el proceso de reforma constitucional de 1991. Sin embargo, tuvieron dificultades para mantenerse positivamente en la arena política, dado que no lograron consolidar una estructura partidista con el arraigo social necesario para hacer frente a las maquinarias de los partidos tradicionales (el Liberal y el Conservador). Una lección clara que deja esa coyuntura es la necesidad que tiene la fuerza guerrillera que se va a desmovilizar de trabajar en la construcción de un discurso y una estructura política que les permita sostener una positiva relación con el país y los habilite para participar en las luchas electorales, respondiendo a los retos sociales y reformas políticas que plantea la reconstrucción de la nación. En este esfuerzo el grupo desmovilizado tendrá que entrar en interacción y alianza con otras fuerzas políticas. En ese momento, es preferible equivocarse en la amplitud política que mantenerse en la pureza de las identidades ideológicas o de origen. El desafío de una construcción política es saberse mezclar en el proceso sin perder la identidad.22 • Debido al peso del componente político en el acuerdo de paz, el factor de reinserción económica y social de quienes dejaron las armas no fue adecuada y suficientemente desarrollado. A esto se sumó la inexperiencia en estos aspectos de la reinserción, tanto del gobierno como de los desmovilizados, que condujo a una serie de fallas en la implementación de los distintos elementos (proyectos productivos, educación, salud) y se tradujo en una situación crítica para muchos de los ex combatientes, particularmente en los prime22 Esto se puede ver en las listas que conformó la AD-M19 para las elecciones. La Lista Nacional que alcanzó una importante votación en la Asamblea Constituyente fue una lista que mezcló personas diferentes, pero todas con vocación de transformación social, democracia y paz. Lo mismo que la lista al Senado que en 1991 encabezó Vera Grabe. Pero las listas a la Cámara ya fueron listas “muy M-19”, es decir, se fueron sectarizando y el discurso se fue volviendo más excluyente. — 93 — COLOMBIA El camino del M-19 de la lucha armada a la democracia COLOMBIA DE LA INSURGENCIA A LA DEMOCRACIA ros años que siguieron a los acuerdos de paz. Conviene, por tanto, hacer un balance adecuado de las condiciones que garanticen una reinserción económica y social exitosa de los ex combatientes y la configuración de una apuesta política. Sin embargo, el énfasis en los temas económicos de los acuerdos de paz puede implicar la derrota del planteamiento político de los mismos. Si lo que prima es “vender” el desarme del grupo guerrillero, los problemas políticos, que son claves para el futuro desempeño de la fuerza desmovilizada, quedan en un segundo plano, y con ello se limitan seriamente el contenido y el sentido mismo de la negociación de paz. • Un acuerdo de paz con actores armados, como en el caso del M19, demandó un esquema de favorabilidad jurídica que incluyó medidas para posibilitar la negociación del indulto –no obstante los procesos judiciales en contra del grupo guerrillero–, y, al final, un esquema de reconocimiento legal de la organización política resultante del proceso, con capacidad para participar en eventos electorales. El punto jurídico, con todos sus requisitos y efectos, requiere un seguimiento en detalle, porque de otra manera queda siempre inconcluso, con zonas grises de no cumplimiento (situaciones no resueltas, ex guerrilleros presos después de largo tiempo de haber firmado los acuerdos de paz, etc.). La lección que arroja este proceso es que se requiere una “normalización jurídica mediante métodos transicionales” que posibilite o facilite el ejercicio político de quienes dejan las armas. Los indultos, las amnistías y los mecanismos de acceso a los procesos electorales deben ser expeditos y flexibles para facilitar la incorporación a la política y al régimen legal vigente, pero al mismo tiempo deben dejar la puerta abierta a una salida de reconciliación con aquellos sectores con los cuales fue más empecinada la confrontación armada. • Toda transición de grupo guerrillero a partido político legal plantea un dilema de seguridad: ¿cómo salvaguardar la vida de los militantes luego de la entrega de las armas? Aunque se pactaron esquemas de seguridad, particularmente para los comandantes, ellos — 94 — no necesariamente garantizan que no se pueda atentar contra la vida de los desmovilizados. En el M-19 fue paradigmático el asesinato de Carlos Pizarro, pero hubo más militantes asesinados luego de la firma de los acuerdos de paz. Entre 1989 y 2005 se contabilizan 160 homicidios de militantes que pertenecieron al M-19, que corresponden al 17,8% de sus miembros desmovilizados y al 20% de todos los homicidios cometidos contra los guerrilleros desmovilizados de los distintos grupos en los años noventa (Álvaro Villarraga, 2006: 80-81). Ahora bien, la mayoría de los militantes del M-19 asesinados no corrieron esa suerte dentro de la disputa política. Se desmovilizaron en un país que seguía soportando un conflicto armado con altos niveles de violencia social.23 Y, desde luego, un ex guerrillero es más vulnerable a la violencia social que un ciudadano común y corriente. Esto pone de presente que en las negociaciones se requiere analizar a fondo este punto de seguridad y buscar medidas que garanticen un mayor nivel de protección contra el riesgo de perder la vida. • ¿Cómo se puede garantizar la sostenibilidad de un acuerdo de paz? ¿Cómo no retroceder en los aspectos sustantivos que se han acordado como condición del desarme? A partir de la experiencia vivida por el M-19 habría al menos cuatro aspectos a considerar: 1) el acuerdo de paz debe materializarse en una ley o una reforma constitucional para que no quede al vaivén del desenvolvimiento político de las cosas; 2) hay que construir una fuerza política que pueda defender dichos cambios o reformas en las instancias ordinarias de la vida democrática, que pueda profundizarlos y acompañarlos de las necesarias medidas complementarias encaminadas a hacerlos una realidad operante en la vida social; 3) ha de construirse un régimen político de transición que aguante las debilidades e inexperiencias de las fuerzas nacidas de los procesos de paz, es decir, un régimen de favorabilidades que garantice a quienes dejaron las armas, aún en las peores condiciones de fracasos electorales, unos mínimos de 23 El 75% de los homicidios que se cometían a diario en Colombia no tenían razones ligadas con la política. — 95 — COLOMBIA El camino del M-19 de la lucha armada a la democracia COLOMBIA DE LA INSURGENCIA A LA DEMOCRACIA poder; 4) las comisiones de seguimiento que se establezcan en un proceso de paz y los acuerdos que resulten del mismo deben ir más allá de la presencia en los actos formales de firma de los acuerdos y de desmovilización de la fuerza armada. Es necesario que tengan la fuerza suficiente para poder exigir a las partes, particularmente al gobierno, el cumplimiento de lo acordado. BIBLIOGRAFÍA Behar, Olga (1990). Las guerras de la paz. Bogotá: Planeta Editorial. Dirección General para la Reinserción (2000). Huellas de paz: Los desmovilizados y su participación en los escenarios de elección popular. Balance 1990-2000. Bogotá: Ministerio del Interior. Fondo Editorial para la Paz (1993). Caminos entre la guerra y la paz. La reinserción. Bogotá: Fundación Progresar. Franco Echavarría, Carlos (2000). “Apuntes a la reinserción económica. Diez años de sobrevivencia a la crisis de la economía y de la paz”, en Ministerio del Interior, De las armas a la democracia. Bogotá: Ministerio del Interior/Instituto Luis Carlos Galán, vol. 1, pp. 97-156. García Durán, Mauricio (1992). De la Uribe a Tlaxcala. Procesos de paz. 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Plantea la necesidad de defender con las armas la voluntad del pueblo, bajo el lema:“Con el pueblo, con las armas, al poder”. 24 Basada en las cronologías desarrolladas en: Villamizar (1995), Grabe (2003) y García (2004). — 98 — 1974, enero: con la sustracción de la espada de Simón Bolívar de la Quinta de Bolívar, de Bogotá, el M-19 hace su aparición pública como movimiento guerrillero. Construcción de un proyecto político-militar (propaganda armada y OPM) (1974-1978) 1974-1976:: el M-19 inicia su actividad política y militar, fundamentalmente de carácter urbano, realizando acciones de recuperación de infraestructura y de propaganda armada. 1976, febrero-abril: el M-19 secuestra y ajusticia a José Raquel Mercado, líder sindical, acusado de “traidor a los intereses de la clase trabajadora” por sectores del sindicalismo, previo intento de negociación con el gobierno y una campaña plebiscitaria en busca de un “veredicto popular”. 1977, febrero: en su quinta conferencia, el M-19 decide adoptar la OPM, una estructura de organización de orden político-militar, jerarquizada, orientada a una acción integral, política y militar. Agosto: el M-19 secuestra al gerente de Indupalma, empresa agroindustrial de palma africana, en apoyo a la lucha de sus trabajadores, que demandaban mejores condiciones de trabajo. Luego de una negociación y el reconocimiento de las demandas, el M-19 libera al retenido. 1978: Julio César Turbay Ayala es elegido presidente de Colombia y promulga el Estatuto de Seguridad, como medida contra la las expresiones de inconformidad social e instrumento contrainsurgente. Desafío al régimen y redescubrimiento de la democracia y la paz como diálogo (1979-1980) 1978, 31 de diciembre: mediante un túnel, el M-19 sustrae más de 5.700 armas de un depósito del Ejército ubicado al norte de Bogotá. — 99 — COLOMBIA El camino del M-19 de la lucha armada a la democracia COLOMBIA DE LA INSURGENCIA A LA DEMOCRACIA 1979:: la reacción del Ejército es inmediata y se desata una ola de allanamientos, detenciones y torturas sin precedente, que afecta no solo al M-19 sino a amplios sectores poblacionales sin relación con el movimiento. Muchos de los cuadros medios y de la dirección del M-19 caen prisioneros. Junio: el M-19 realiza su séptima conferencia, en la cual rediseña su concepción política: de definirse como una organización que lucha por el socialismo pasa a adoptar la democracia como fundamento de su proyecto político y militar, y a asumirse posteriormente como “democracia en armas”. 1980, febrero 27-abril 27: el M-19 toma la embajada de República Dominicana en Bogotá para exigir la liberación de los presos políticos y denunciar la crisis de los derechos humanos en Colombia. Luego de 60 días de negociaciones se produce una solución incruenta, con la salida de los embajadores retenidos y los guerrilleros. No hay liberación de presos políticos, pero queda planteado el debate de la amnistía y la paz. Julio: el gobierno Turbay presenta al Congreso un proyecto de ley de amnistía que el M-19 rechaza por considerarlo condicionado a la rendición de los alzados en armas. Sectores políticos democráticos, familiares de presos políticos y organizaciones sociales inician la lucha por una amnistía amplia y sin recortes. El cuatrenio de las guerras por la paz (1981-1984) 1981: el presidente Turbay constituye una Comisión de Paz encabezada por el ex presidente Carlos Lleras Restrepo. Diciembre: como reacción al secuestro de Martha Nieves Ochoa por parte del M-19, hacendados y narcotraficantes crean el grupo Muerte a Secuestradores (MAS) para exterminar a las guerrillas, en represalia por los secuestros, tanto de ellos como de sus familiares. — 100 — 1981-1982:: se inician las llamadas “guerras por la paz”. En el marco de la promoción y lucha de la propuesta de paz que viene planteando desde la toma de la Embajada, el M-19 realiza una serie de acciones militares por el levantamiento del estado de sitio y la derogación del Estatuto de Seguridad, por amnistía general y sin condicionamientos y por el diálogo nacional. 1982: Belisario Betancur, que durante su campaña había enarbolado la bandera de la paz, es elegido Presidente. El 7 de agosto, día de su posesión, el M-19 le envía una carta para proponer el diálogo. Agosto: en su VIII Conferencia, el M-19 decide profundizar en la construcción de estructuras de ejército guerrillero. Septiembre: el presidente Belisario Betancur establece una comisión de paz con representación de todos los partidos para comenzar diálogos con las fuerzas políticas ííticas y los grupos guerrilleros, en concreto con las guerrillas M-19 y EPL. Diciembre: el gobierno aprueba una ley de amnistía amplia. Los presos políticos salen de la cárcel a finales de 1982. 1983, abril: muere el comandante general del M-19, Jaime Bateman, en un accidente aéreo ocurrido entre Colombia y Panamá, cuando realizaba gestiones de diálogo con el gobierno Betancur. El M-19 sigue buscando el desarrollo de la propuesta de paz. Octubre: primera entrevista secreta entre dos dirigentes guerrilleros del M-19 y el presidente Belisario Betancur, en Madrid. El primer proceso de paz: tregua y diálogo nacional (1984-85) 1984, agosto: en las poblaciones de Corinto, El Hobo y Medellín el gobierno de Betancur y las guerrillas del M-19 y del EPL firman un Acuerdo de “Tregua y diálogo nacional”. — 101 — COLOMBIA El camino del M-19 de la lucha armada a la democracia COLOMBIA DE LA INSURGENCIA A LA DEMOCRACIA Diciembre: el Ejército ataca al M-19 en Yarumales. Los combates duran 26 días. 1984-1985: se realiza el llamado “Diálogo Nacional”, que busca convocar a amplios sectores políticos, sociales y gremiales a debatir las transformaciones que requiere el país. Es un proceso con escaso apoyo por parte del establecimiento, animadversión de sectores gubernamentales y oposición de las Fuerzas Militares. 1985, junio: en varias ciudades del país el M-19 crea “campos para la paz y la democracia”, los cuales atraen particularmente a jóvenes de los barrios pobres. La acción alarma a los líderes empresariales y políticos ííticos y es prohibida. Julio: a raíz de un atentado contra Antonio Navarro y otros dialogantes guerrilleros, se rompe la tregua y se reactiva la confrontación armada de parte y parte. De la paz armada a los límites de la guerra (1985-1987) 1985, noviembre 6 y 7: un grupo de 35 guerrilleros del M-19 toma el Palacio de Justicia, situado en la Plaza de Bolívar, en el centro de Bogotá, para enjuiciar al gobierno por su incumplimiento del acuerdo de paz. Fuerzas de todas las armas del Estado realizan un rescate de la edificación que deja un saldo cercano a 100 muertos, entre magistrados de la Corte Suprema de Justicia, guerrilleros y empleados de la institución. Diciembre: en el municipio de Tacueyó (Cauca) aparecen enterrados en fosas comunes los cadáveres de 163 combatientes pertenecientes al grupo guerrillero Ricardo Franco, asesinados por sus propios jefes como resultado de una purga interna. 1986: el M-19 participa en la organización de la Coordinadora Nacional Guerrillera, compuesta, además del M-19, por el ELN, el EPL, el PRT y Patria Libre. — 102 — 1987, febrero: el M-19 propone la reanudación de los diálogos y la desmilitarización conjunta de resguardos y zonas indígenas del Cauca. Septiembre: se constituye la Coordinadora Simón Bolívar, con la incorporación de las Farc. El reencuentro con la paz (1988-1989) 1988, enero: el M-19 realiza una reunión nacional para analizar la situación del país y considerar su aporte a la solución de la crisis nacional. Hace un replanteamiento estratégico: declara terminada la confrontación con las fuerzas armadas oficiales y plantea como ejes de su lucha: “vida a la nación, paz a las fuerzas armadas, guerra a la oligarquía”. El M-19 anuncia un cese del fuego de seis meses. Mayo: el M-19 secuestra al dirigente de derecha Álvaro Gómez, hecho que se convierte en prólogo de un nuevo proceso de paz. Julio: hay una cumbre política íítica en Usaquén para resolver la situación y en ella se crea la Comisión para la Convivencia Democrática, destinada a presentar una propuesta de paz al gobierno. Septiembre: el presidente Barco presenta la “Iniciativa de Paz”, como su propuesta para una negociación con los alzados en armas. Diciembre: el gobierno anuncia que comenzará negociaciones con el M-19. La paz como camino hacia la Asamblea Nacional Constituyente (1989-1991) 1989: enero: el comandante del M-19, Carlos Pizarro, y el Comisionado para la Paz, Rafael Pardo, comienzan negociaciones en el departamento del Tolima. — 103 — COLOMBIA El camino del M-19 de la lucha armada a la democracia COLOMBIA DE LA INSURGENCIA A LA DEMOCRACIA Marzo: en la población de Santodomingo (Cauca) se establece un campamento donde se adelantarán las conversaciones. Abril: en Bogotá se impulsan Mesas de Concertación y Análisis, donde se promueven y se recogen propuestas de transformación en temas sociales, políticos, jurídicos y económicos, con amplia participación. Julio: las Mesas de Concertación y Análisis entregan el resultado de sus deliberaciones como un insumo para los acuerdos de paz. Septiembre: en su X Conferencia, el M-19 vota por la dejación de armas como resultado de las negociaciones. Noviembre: el gobierno y el M-19 firman un pacto político íítico en el que reconocen los resultados de las Mesas de Análisis y Concertación. Diciembre: fracasa en el Congreso la reforma constitucional que avalaba las reformas políticas ííticas acordadas con el M-19. Por el contrario, se aprueba la ley de indulto. 1990, enero: con apoyo del gobierno, Carlos Pizarro y Antonio Navarro se desplazan a Bogotá para realizar acuerdos políticos ííticos que hagan posible su desmovilización. Marzo: el M-19 firma un acuerdo de paz que conduce a hacer dejación de sus armas y a constituirse como movimiento político legal. En las elecciones municipales y para Congreso el M-19 participa con candidatos propios, producto de la coalición con otras fuerzas. Abril: con participación de otras fuerzas políticas ííticas de izquierda no comprometidas en la lucha armada, se crea la Alianza Democrática M-19. El 26 de abril es asesinado Carlos Pizarro, comandante del M-19, principal gestor del proceso y candidato presidencial. Sin embargo, el M-19 continúa en su decisión de paz. — 104 — Mayo: la AD-M19 participa en las elecciones presidenciales con Antonio Navarro como candidato, y obtiene el 12,5% de la votación total. Junio: el gobierno comienza a dialogar con el EPL, el PRT y el Quintín Lame. Agosto: la AD-M19 participa en el gobierno, con Antonio Navarro como Ministro de Salud. Diciembre: un acuerdo político íítico apoyado por decisión de las altas Cortes convoca a la realización de una Asamblea Nacional Constituyente. En las elecciones para escoger a los constituyentes, la AD-M19 obtiene el segundo número más alto de delegados a la Asamblea Nacional Constituyente (19 delegatarios). El mismo día íía de la votación para esta elección, el Ejército ataca “Casa Verde”, sede del secretariado de las Farc, en Uribe (Meta). 1991, enero y febrero: las Farc llevan a cabo uno de los mayores escalamientos de actividades militares de su historia, mientras otras organizaciones guerrilleras, como el EPL, el PRT y el Quintín Lame realizan su propio proceso de paz, pactan su reinserción y participan en la Asamblea Constituyente. Febrero: La Asamblea Constituyente se reúne para desarrollar una nueva Constitución Nacional. Julio: se promulga la nueva Constitución, resultado de un amplio proceso de concertación. Es considerada como un verdadero acuerdo de paz. Participación en la vida política electoral (1991-1994) 1991, octubre: en las elecciones para el nuevo Congreso, la AD-M19 alcanza el 9% de la votación total y elige 9 senadores y 13 representantes. 1993: los grupos guerrilleros que habían firmado acuerdos de paz firman con el gobierno un pacto de consolidación de los procesos de paz. — 105 — COLOMBIA El camino del M-19 de la lucha armada a la democracia COLOMBIA DE LA INSURGENCIA A LA DEMOCRACIA 1994, marzo: en las elecciones de Congreso, la AD-M19 muestra un declive: obtiene solo el 2,7% de los votos y elige únicamente un representante a la Cámara. Abril: la Corriente de Renovación Socialista (desprendimiento del ELN), así como fuerzas milicianas, realizan su propio proceso de paz y se reinsertan. Mayo: en las elecciones presidenciales, la AD-M19 obtiene el 3,8% de la votación. — 106 — El Congreso Nacional Africano (ANC)1 y la transición negociada hacia la democracia y la paz en Sudáfrica Mac Maharaj ORÍGENES Y OBJETIVOS DEL MOVIMIENTO SUDAFRICANO DE LIBERACIÓN Las luchas de liberación surafricanas tienen orígenes en los procesos de colonización que tuvieron lugar en esta región de África. Los primeros colonos llegaron en 1652, cuando la Compañía Holandesa de las Indias Orientales estableció una estación de reabastecimiento en el Cabo de Buena Esperanza. Los colonos procedían de los Países Bajos y Alemania e incluyeron a hugonotes franceses que escaparon de las persecuciones religiosas desplegadas en Europa. Al principio se identificaron como ciudadanos (burghers), y posteriormente como boers. Durante un periodo de 150 años o más sus descendientes desarrollaron los rasgos de una nueva identidad como afrikáners, que hablan una adaptación del idioma holandés llamada afrikáans. Con la colonización surgió la esclavitud. Los esclavos eran traídos del archipiélago indonesio, Bengala, el sur de India, Ceilán (Sri Lanka), Madagascar y la costa oriental de África. Cuando la esclavitud fue abolida bajo el régimen británico, había 36.000 esclavos en El Cabo. Los descendientes de los esclavos y la población indígena, los Khoisan, así como la progenie de las relaciones mixtas, terminaron siendo llamados ‘de color’. 1 Acrónimo de nombre en inglés: African National Congress. — 107 — SUDÁFRICA CAPÍTULO 2 SUDÁFRICA DE LA INSURGENCIA A LA DEMOCRACIA Debido a la rivalidad entre los poderes europeos, el control de este rincón del sur de África pasó de mano en mano en diferentes ocasiones y finalmente, en 1910, se convirtió en un Estado independiente –Sudáfrica–, que existía dentro de la esfera de la hegemonía británica. Durante siglo y medio El Cabo estuvo controlado por la Compañía Holandesa de las Indias Orientales. En ese periodo surgió una jerarquía social. Los derechos individuales dependían de la posición dentro de la jerarquía de la Compañía: los colonos, las razas ‘mixtas’ y, al final, los esclavos. Esta escala social fue la base con la cual se institucionalizó la discriminación racial en Sudáfrica desde sus inicios. Existían muchas divisiones entre los afrikáners y los blancos de habla inglesa, pero los dos estaban unidos en su determinación de mantener a los negros en permanente condición de subordinados. Dicha subordinación se consiguió y definió mediante leyes que negaban a los negros el derecho al voto y a participar en el gobierno de la ciudad, y limitaban sus derechos a poseer tierras y ejercer actividades económicas. Sucesivos gobiernos del apartheid promulgaron e hicieron cumplir un conjunto de leyes rigurosas basadas en la raza y que aseguraban que el poder social, económico y político se mantuviera monopolizado por la población blanca. La población negra –africanos, indios y gente de color– estaba, por ley, separada físicamente y se decidió darle un trato diferente. Las políticas del apartheid con respecto a la mayoría negra eran el típico caso de “divide y reinarás”, que buscaba enfrentar un grupo negro contra otro y fomentar un sentido de rivalidad y división entre ellos. Al mismo tiempo, cada aspecto de la vida de los negros era fundamentado en la necesidad de preservar y perpetuar el poder blanco. “Era un mundo en el cual el color de tu piel determinaba todo lo que pudiera pasarte, donde las oportunidades de vida se definían en el momento de tu nacimiento si eras negro –y si eras negro, no hacía diferencia que fueras africano, indio o de color” (O’Malley, 2007: 31). La estructura social sudafricana basada en las razas promovía un sentido de división entre las comunidades negras, a la par que un sentido de unidad nacido de la experiencia común que las cobijaba. Estas dos ten- — 108 — dencias –hacia la diferenciación y la integración– determinaron la configuración de la lucha por la libertad en Sudáfrica. De una parte, cada comunidad negra desarrolló organizaciones políticas separadas para defender su causa. El Congreso Indio de Natal se formó en 1894; la Organización de los Pueblos Africanos (APO, por su sigla en inglés), que se identificaba con la población de color, en 1906; y el Congreso Nacional Africano (ANC) en 1912. Por otra parte, estas comunidades separadas y sus organizaciones buscaban unirse alrededor de una causa común de liberación. La expresión más importante de este propósito común se encuentra en la Carta de la Libertad (The Freedom Charter), adoptada en 1955 por el Congreso del Pueblo reunido en Kliptown, cerca de Johannesburgo.2 Por expresar las peticiones y aspiraciones principales del movimiento de liberación nacional liderado por el ANC, se convirtió en una plataforma común de éste, de los congresos aliados y del Congreso Sudafricano de Sindicatos. Por lo tanto, mientras el objetivo común de los movimientos de liberación nacional era derrocar a la minoría blanca gobernante y establecer una democracia en la que toda persona tuviese derecho al voto, había una lucha simultánea para crear plataformas organizativas apropiadas que unieran a las comunidades negras. Este último aspecto implicó un debate ideológico y organizativo considerable. El Congreso Panafricano (PAC, por su sigla en inglés) se estableció en 1958, cuando un grupo encabezado por Robert Sobokwe se separó del ANC porque no estaba de acuerdo con la Carta de la Libertad. En la cúspide de la represión, a finales de los sesenta y principios de los setenta, apareció el Movimiento de la Conciencia Negra (BCM, por su sigla en inglés), bajo el liderazgo de Steve Biko. Mientras el BCM rechazó inicialmente tomar partido entre el ANC y el PAC, algunos de sus miembros se agruparon como Organización Popular de Azania (AZAPO, por su sigla en inglés), para encontrarse después en un conflicto organizativo e ideológico con aquellas entidades que se alineaban tras la Carta de Libertad. 2 Hay dos páginas de Internet muy útiles para acceder a documentos e información sobre la lucha contra el apartheid: www.anc.org.za y www.omalley.co.za. Para el texto de la Carta de la Libertad, v. p. ej. http://www.anc.org.za/ancdocs/ history/charter.html. — 109 — SUDÁFRICA El Congreso Nacional Africano (ANC) y la transición negociada SUDÁFRICA DE LA INSURGENCIA A LA DEMOCRACIA Durante este debate entre organizaciones rivales que propugnaban la liberación nacional hubo momentos en que parecía imposible predecir cuál de ellas tenía mayor respaldo social. Hasta las primeras elecciones democráticas, realizadas en 1994, cada organización era libre de argumentar sobre su capacidad y el apoyo social con que contaba. Los comicios de 1994 suministraron una evidencia indudable de la supremacía del ANC, que obtuvo el 62,6% de la votación, mientras el PAC alcanzó apenas el 1,2% y la AZAPO no presentó candidatos. En las elecciones de 1999 el PAC y la AZAPO recibieron el 0,8% y el 0,2% de la votación, respectivamente, y, con pequeñas variaciones, éste ha sido el patrón desde entonces. Por consiguiente, en el espacio que sigue este estudio se concentrará primordialmente en el ANC y sus aliados, al igual que en su expresión armada, Umkhonto we Sizwe (MK). DE LA RESISTENCIA NO-VIOLENTA A LA LUCHA ARMADA Factores que explican la adopción de estrategias armadas de liberación Hasta finales de la década de 1950, a todas las organizaciones surafricanas involucradas en la lucha por la libertad, incluido el llamado Partido Comunista Sudafricano (SACP, por su sigla en inglés), les fue negada la oportunidad de participar de cualquier manera significativa en los procesos parlamentarios. Sin embargo, adhirieron en la práctica a formas de lucha no-violentas.3 En 1946, 70.000 mineros negros estuvieron en huelga durante una semana en Reef. La protesta fue organizada por el Sindicato de Mineros Africanos, encabezados por J. B. Marks, Dan Tloome y Gaur Radebe, miembros del ANC y el SACP. Las represalias del Estado fueron despiadadas: los líderes fueron arrestados y doce mineros murieron cuando la policía 3 En el caso de comunidades a las que se les concedía el derecho al voto en alguna oportunidad, había la tendencia de algunas organizaciones de proponer candidatos para dichas elecciones como una acción de propaganda y una herramienta de movilización social. Así, el SACP presentó candidatos en algunas elecciones de gobiernos locales. Algo semejante se aplicó en un momento dado al proponer candidatos blancos para servir como “representantes nativos” en el Parlamento, en el que solo participaban blancos. — 110 — repelió a los manifestantes de manera brutal. La huelga fue suprimida y el sindicato aplastado. Ese mismo año, el conjunto de la comunidad india lanzó una campaña de dos años de resistencia pasiva para oponerse a la Ley Asiática de Tenencia de Tierras, la cual limitó el movimiento libre de los indios, restringió las áreas donde podían habitar y negociar y limitó con severidad su derecho a adquirir propiedades. En el transcurso de su campaña, no menos de 2.000 voluntarios fueron encarcelados. Los dirigentes de la misma, los doctores Dadoo y Naicker, fueron sentenciados a seis meses de trabajos forzados. Éstas fueron solo dos de las muchas acciones de resistencia masiva que marcaron el incremento de la militancia entre los negros durante la década de 1940. El espíritu de acción militante masiva fue central para el surgimiento en 1944 de la Liga Juvenil del ANC. La Liga tuvo éxito en la conferencia anual del ANC realizada en 1949 en Bloemfontein, al comprometerse con un Programa de Acción que convocaba a diferentes formas de acción de masas, entre ellas boicots, huelgas, actos de resistencia pasiva, marchas de protesta y permanencia en las casas. El escenario estaba preparado para el conflicto que surgió en la década de 1950. Por una parte, había una sarta de leyes aprobadas por el régimen del apartheid en su implacable determinación de institucionalizar el racismo en cada faceta de la vida, con el fin de preservar y perpetuar el monopolio del poder de la minoría blanca. Por otra parte, se organizó una serie de protestas pacíficas con respaldo de masas. Una huelga general de un día, realizada el 1º de mayo de 1950 y que exigía la abolición de las leyes de paso y de toda la legislación discriminatoria, vio morir a dieciocho africanos y muchos más fueron heridos cuando la policía abrió fuego contra manifestantes pacíficos. En 1952, el ANC inició una Campaña de Resistencia de escala nacional contra las leyes injustas. A lo largo de seis meses de campaña más de 8.500 voluntarios fueron sentenciados a diverso lapso de permanencia en prisión. Sudáfrica entró en un ciclo de represión y resistencia. La respuesta del régimen a las protestas pacíficas de las agrupaciones que luchaban por — 111 — SUDÁFRICA El Congreso Nacional Africano (ANC) y la transición negociada SUDÁFRICA DE LA INSURGENCIA A LA DEMOCRACIA la libertad fue la de apretar las leyes del apartheid y desatar un estado de violencia. Los individuos fueron vetados y se impusieron restricciones a sus actividades y movimientos. En diciembre de 1956, 156 líderes del Movimiento del Congreso4 fueron arrestados en allanamientos efectuados por la policía en todo el país. Los acusaron de alta traición. Luego de soportar un juicio de cuatro años, fueron absueltos. Con los líderes inmovilizados por procesos judiciales y restricciones, y con las organizaciones severamente limitadas, el carácter pacífico de la militancia masiva que había marcado el comienzo de la década de 1950 se vio debilitado por revueltas espontáneas e incipientes a finales del decenio. Esto se hizo particularmente evidente en las áreas rurales. En Zeerust, el jefe Abram Moilwa dirigió a su pueblo para resistir a las llamadas Autoridades Bantu, que les fueron impuestas. Un gran número de personas fueron arrestadas, procesadas, encarceladas, proscritas, golpeadas, torturadas y asesinadas. En Sekhukuneland, la población negra se alzó en revueltas y el jefe supremo y muchos de sus consejeros fueron proscritos o arrestados. Un jefe Sekhukune, a quien la gente consideraba lacayo del gobierno, fue asesinado. Para 1960, la resistencia en Sekhukuneland se había convertido en provocación abierta y la gente se negaba a pagar impuestos. En Pondoland oriental, partidarios del gobierno fueron atacados y asesinados. Un movimiento campesino llamado Intaba (‘La montaña’) se apoderó de áreas completas mediante el empleo de tácticas guerrilleras, antes de que el gobierno lo reprimiera. Estas revueltas espontáneas en áreas rurales, y el incremento de la militancia en las protestas de las áreas urbanas, indicaban la agitación que se hacía evidente entre la población. En diferentes círculos políticos, activistas y líderes comenzaron a contemplar la necesidad de acudir a la violencia organizada como forma de lucha. Había un creciente sentido de que las organizaciones de liberación debían moverse rápidamente, para 4 El Movimiento del Congreso, también conocido como la Alianza del Congreso, era una alianza de liberación no racial encabezada por el ANC y que incluía al ANC, el Congreso Indio Sudafricano, el Congreso de los Pueblos de Color, el Congreso de los Demócratas y el Congreso Sudafricano de Sindicatos, y tenía el apoyo del clandestino Partido Comunista Sudafricano. — 112 — estar a la altura del sentimiento de la gente e impedir la alternativa de la violencia descontrolada. Nelson Mandela comentó después que “La violencia habría comenzado, la hubiéramos iniciado o no nosotros. Si no tomamos el liderazgo ahora, muy pronto seremos seguidores advenedizos de un movimiento que no controlamos” (Sampson, 1999: 150). El punto de quiebre llegó el 21 marzo de 1960, cuando la policía disparó contra cerca de 5.000 manifestantes pacíficos encabezados por el PAC. Sesenta y nueve personas fueron asesinadas, la mayoría por disparos en la espalda mientras huían. Tan pronto pasó esta masacre, el ANC y el PAC fueron declarados organizaciones proscritas y el 30 de marzo de 1960 se decretó el estado de emergencia en todo el país. Al prohibírseles tener existencia legal en Sudáfrica, tanto el ANC como el PAC se vieron obligados a establecer organizaciones clandestinas para continuar su lucha contra el gobierno. Establecimiento del MK, el brazo armado del ANC La decisión de establecer un ala militar del ANC, Umkhonto we Sizwe (MK: Lanza de la Nación, también conocida como Umkhonto), exigió de cierta manera un proceso complejo. Fue una decisión que implicó un gran cambio en la política y la práctica de la organización. Muchos de los líderes del ANC y sus organizaciones aliadas se preguntaron si realmente habían llegado a los límites de las acciones no-violentas. Sobre todas las cosas, era una decisión tomada en una situación en que las organizaciones tenían prohibido operar de manera pacífica. El ANC y sus Congresos aliados estaban acostumbrados a procesos abiertos de creación de políticas, pero con la decisión de emplear la violencia no pudieron mantener la misma forma de operar. La idea fue propuesta primeramente en junio de 1961 al comité de trabajo del ANC, que la rechazó. En una reunión posterior, Mandela trajo el asunto a colación y esa vez el planteamiento fue aceptado. La propuesta se escaló hasta el nivel del Comité Ejecutivo Nacional5, el cual se reunió de manera clandes5 Entre las conferencias nacionales, organizadas periódicamente, el Comité Ejecutivo Nacional es la más alta institución del ANC autorizada para tomar decisiones. — 113 — SUDÁFRICA El Congreso Nacional Africano (ANC) y la transición negociada SUDÁFRICA DE LA INSURGENCIA A LA DEMOCRACIA tina bajo la presidencia de su jefe Albert Luthuli, presidente del ANC. En la reunión se acordó autorizar a Mandela para que estableciera una formación militar, el MK. La noche siguiente, el Comité Ejecutivo Nacional se reunió con los líderes de otros Congresos, les informó su decisión y juntos discutieron la propuesta. Estuvieron de acuerdo con ella pero enfatizaron en que cada organización continuaría existiendo y haría campaña como una entidad política distinta. Esto también se aplicaría en el caso del ANC, que había sido declarado ilegal por el régimen del apartheid. Otras organizaciones vieron también la necesidad de acudir a la violencia. El SACP, que ya había tomado la decisión de crear unidades semimilitares, estuvo de acuerdo en hacer parte del MK. Además, jóvenes estudiantes y profesionales, principalmente blancos, establecieron su propia organización, el Movimiento Africano de Resistencia, el cual realizó ataques con bombas y dejó de existir después de 1964. Poqo, una rama colateral del PAC que operaba en El Cabo, se ocupó de una campaña de terror en contra de colaboradores blancos y negros.6 En contraposición, el MK escogió como objetivos determinados lugares que simbolizaban las reglas blancas, pero tuvo el cuidado de evitar comprometer vidas humanas (v. adelante la subsección La lucha armada como estrategia política). El manifiesto del MK publicado el 16 de diciembre de 1961, día en que el MK llevó a cabo de manera oficial y por primera vez actos de sabotaje, explicó que su formación era una iniciativa independiente pero que operaría “bajo la total guía política del movimiento de liberación nacional”.7 ¿Cómo se llevaría esto a la práctica? En la primera Alta Comandancia del MK, bajo la dirección de Mandela, se creó el cargo de comisario político, ejercido por Walter Sisulu, quien encabezaba el secretariado del ANC y a la vez era miembro del secretariado del SACP. La decisión original del Comité Ejecutivo Nacional consistió en que el MK sería un tanto distinto del ANC, para evitar amenazas al estatus legal de la organización y para 6 7 En 1962 y desde Basutoland, Potlako Leballo, presidente en funciones del PAC, reclamó tener comando sobre Poqo. “Pero el movimiento Poqo derivó esencialmente de emociones de odio y, a falta de una estrategia política coherente, no se dotó de autocontrol” (Pogrund, 1990: 180). Para el texto del Manifiesto del MK v. http://www.anc.org.za/ancdocs/history/manifesto-mk.html — 114 — que el ANC continuara enfocándose en actividades extralegales pero no- violentas. A los dieciocho meses, el vínculo entre las dos organizaciones se hizo público cuando uno de los líderes del ANC que operaba desde el exilio afirmó públicamente que el MK era el ala militar del ANC. El segundo punto notable del manifiesto del MK mantenía la puerta abierta a un cambio negociado. Establecía que: Nosotros Umkhonto, nosotros Sizwe siempre hemos buscado –como lo ha hecho el movimiento de liberación– el logro de la liberación sin derramamiento de sangre ni conflicto civil. Todavía lo hacemos. Esperamos –aun en esta hora tardía– que nuestras acciones despierten a todos para que se den cuenta de la desastrosa situación a la que está llevando la política Nacionalista. Esperamos hacer que el gobierno y sus partidarios se den cuenta antes de que sea demasiado tarde, para que tanto el gobierno como sus políticas se puedan cambiar antes de que los hechos lleguen al desesperado estado de guerra civil. ¿Cómo vieron Mandela y sus colegas el desarrollo de la lucha armada luego del lanzamiento del MK? 1960 fue el Año de la Independencia Africana y había grandes expectativas sobre la cercana libertad de los países limítrofes con Sudáfrica, que podrían proveerle a la lucha armada de Sudáfrica bases de retaguardia y refugio seguro, tal como Marruecos lo hacía con Argelia. Nadie contempló la idea de que a lo largo de treinta años de exilio los campos estarían localizados en las remotas Tanzania, Angola y Uganda, ya que las circunstancias de los países vecinos hicieron imposible que allí se contara con retaguardias seguras e instalaciones de base. En 1962 Mandela viajó al extranjero para recibir entrenamiento militar en Etiopía. Se hicieron preparativos para que otros obtuvieran similar instrucción en países socialistas y en Etiopía. Luego de los reveses del arresto de Mandela y el Juicio de Rivonia, efectuado en 1963-19648, el movimiento se tomó algunos años antes de poder hacer un balance de sus circuns8 El juicio de Rivonia trajo como consecuencia la condena a cadena perpetua de Nelson Mandela, Govan Mbeki, Walter Sisulu, Dennis Goldberg, Ahmed Kathrada, Raymond Mhlaba, Andrew Mlangeni y Elias Motsoaledi. La hoja de cargos y el juicio registraron 193 actos de sabotaje. — 115 — SUDÁFRICA El Congreso Nacional Africano (ANC) y la transición negociada SUDÁFRICA DE LA INSURGENCIA A LA DEMOCRACIA tancias y planear un esquema comprensivo para la guerra de guerrillas, llamado “Estrategia y tácticas del ANC”, que fue adoptado en el exilio, en 1969, durante la Conferencia de Morogoro, reunida en Tanzania.9 La lucha armada como estrategia política Una de las definiciones típicas de la guerra la hizo Clausewitz: “La guerra es simplemente una continuación de la política”. La consideración de Clausewitz era que la guerra siempre debe estar subordinada a la política, como medio para un fin político. Argumentaba que la guerra no debe existir en ausencia de la política ni sin un propósito político que la guíe. En el contexto sudafricano, y más específicamente en el caso del ANC, sus aliados y el MK, siempre hubo un propósito político que orientaba la decisión de acudir a la lucha armada. Fue concebida como una forma de acción que tenía la intención de hacer realidad las metas del movimiento de liberación nacional. Se hizo la distinción entre formas de lucha no-violentas y formas violentas. Este continuo de estrategias se establece de manera sucinta en un ensayo escrito en prisión en 1976 por Walter Sisulu, quien argumentó: En todo tiempo existe una multiplicidad de formas de lucha que el movimiento aprovecha como parte de su arsenal de armas. Cualquier forma de lucha, incluida la lucha armada, solo puede surgir como preponderante a lo largo del tiempo y como resultado de un esfuerzo constante. Sin embargo, aun si la forma de lucha armada se consolida como la dominante, esto no significa que otras formas de lucha no coexistan con ella. Lo que quiere decir una situación tal es que otras formas de lucha vienen a ocupar lugar secundario y están reforzando principalmente a la que es dominante (Sisulu, 2001: 84). La idea de dicho continuo facilita el viraje de la estrategia y las tácticas exigidas al cambiar las circunstancias. También permite a las partes involucrarse en conflictos en diferentes situaciones y contextos, para recon9 Para el texto de este documento, v. http://www.anc.org.za/ancdocs/history/stratact.html — 116 — siderar sus propias estrategias y tácticas de vez en cuando. En el caso de Sudáfrica, la estrategia política abarcó e incluyó la lucha armada. • Legitimidad de la lucha armada: el derecho a sublevarse Cierto número de documentos del ANC también enfatizaron en el argumento de que los pueblos oprimidos tienen el derecho a sublevarse y que, bajo ciertas circunstancias, los medios de lucha incluirán la violencia. Estas condiciones fueron explicitadas públicamente en el Manifiesto del MK de 1961, y elaboradas plenamente en un documento escrito por Mandela en 198910, en el que expresamente había desarrollado con habilidad sus argumentos dentro del panorama de la historia sudafricana. Luego de citar el criterio universal de que “con el paso de los años los pueblos oprimidos han peleado por su derecho de nacimiento por medios pacíficos, donde fue posible, y por la fuerza donde los canales pacíficos fueron cerrados”, Mandela describió la resistencia de los africanos, y también de los afrikáners, contra el imperialismo británico al tomar las armas “en defensa de su libertad”. Afirmó que el movimiento de liberación recurrió a la violencia como “una forma legítima de defensa propia contra un sistema de gobierno moralmente repugnante que ni siquiera permite formas de protesta pacífica”. El argumento tiene importancia más allá de las fronteras de Sudáfrica. La democracia ha sido el resultado de sublevaciones contra el dominio feudal y monárquico absolutista y las dictaduras. Las ideas de libertad, igualdad y fraternidad son las piedras angulares de la democracia. Al finalizar la Segunda Guerra Mundial, y con la creación de las Naciones Unidas, estos principios fueron detallados a manera de derechos civiles y políticos consagrados en la Declaración Universal de los Derechos Humanos. Nadie puede hablar sobre la era de la democracia y los derechos humanos fundamentales sin hacer mención del derecho a la sublevación. 10 Antes de su primera reunión con el presidente sudafricano, en julio de 1989, Mandela preparó una declaración escrita para transmitirla a Botha, posteriormente referido como el Documento de Mandela. Para ver el texto de este documento, ir a http://www.anc.org.za/ancdocs/history/mandela/64-90/doc890705.html. — 117 — SUDÁFRICA El Congreso Nacional Africano (ANC) y la transición negociada SUDÁFRICA DE LA INSURGENCIA A LA DEMOCRACIA • Una estrategia de liberación armada que establecía sus propios límites A finales del decenio de 1950 y principios del siguiente había muchas discusiones, aunque cautelosas, sobre la eficacia de la no-violencia y la necesidad de dar el viraje hacia la violencia organizada como forma de lucha. La Revolución China, la Revolución Cubana, el libro del Che Guevara sobre la guerra de guerrillas y la guerra de independencia argelina eran una inspiración. Para el caso de la violencia organizada hubo que tomar en cuenta algunos aspectos específicos de la situación sudafricana. Primero, a pesar de que los negros eran siempre reclutados en el ejército, estaban ahí como sirvientes, porteros, excavadores de trincheras, y no como combatientes. No tenían acceso a entrenamiento en el uso de armas y explosivos. Lo mismo se aplicaba a los reclutados por la policía. Los negros iban armados de bastones y no les era permitido el acceso a armas de fuego. En segundo lugar, el pueblo negro había resistido valientemente la imposición del dominio colonial. El último destello de dicha resistencia –la Rebelión Bambata– había sido aplastado en 1906. Algunos hechos explican el éxito de las fuerzas coloniales. Por ejemplo, tenían acceso a mayores recursos y disponían de capacidad de fuego (uso de armas), además de una organización superior. Más aún, el pueblo negro no peleaba como un pueblo unido y la resistencia tuvo lugar sobre la base de desenvolverse tribu por tribu. Finalmente, el movimiento de liberación tuvo que tener en cuenta que al llevar a cabo actos violentos contra el Estado podía desatar una espiral de violencia racial descontrolada en cualquiera de los dos lados de la división racial. En la práctica, esto significó que, bien por consideraciones teóricas o bien por prácticas dictadas por las condiciones prevalecientes en Sudáfrica, desde el principio el movimiento expuso un camino con el objetivo de evitar o minimizar este peligro. — 118 — En su autobiografía, publicada en 1995, Mandela arroja alguna luz sobre el pensamiento estratégico que subyace en este curso de la acción: Al planear la dirección y la forma que debía seguir el MK, consideramos cuatro tipos de actividades violentas: sabotaje, guerra de guerrillas, terrorismo y revolución abierta. Para un ejército pequeño e inexperto, la revolución abierta era inconcebible. El terrorismo inevitablemente se veía mal en aquellos que lo empleaban, y minaba cualquier apoyo público que, de otra manera, podría recibirse. La guerra de guerrillas era una posibilidad, pero como el ANC había sido reacio a asumir la violencia de cualquier manera, tuvo sentido comenzar con la forma de violencia que causara el menor daño contra a los individuos: el sabotaje. Como no involucraba la pérdida de vidas, ofrecía la mejor esperanza para la reconciliación entre las razas. No queríamos comenzar una pelea a muerte entre blancos y negros. El rencor entre afrikáners e ingleses [sic] era aún marcado cincuenta años después de la guerra anglo-boer ¿Cómo serían las relaciones raciales entre blancos y negros si provocáramos una guerra civil? El sabotaje tenía la virtud adicional de requerir la menor cantidad de fuerza humana. Nuestra estrategia fue hacer incursiones selectivas en contra de instalaciones militares, plantas eléctricas, líneas telefónicas y conexiones de transporte; eran objetivos que no solamente obstaculizaban la eficacia militar del Estado, sino que también asustaban a los partidarios del Partido Nacional, ahuyentaban el capital extranjero y debilitaban la economía. Esto, esperábamos, traería al gobierno a la mesa de negociación. A los miembros del MK se les dieron instrucciones estrictas de que no toleraríamos la pérdida de vidas. Pero si el sabotaje no producía los resultados que esperábamos, estábamos preparados para movernos a la siguiente etapa: la guerra de guerrillas y el terrorismo (Mandela, 1995: 232). Todo el tiempo, el apuntalamiento de la lucha armada tal como lo concibió el ANC y sus aliados sería la lucha política y la movilización política del pueblo. Con el tiempo, la estrategia para el derrocamiento del apartheid y el establecimiento de una Sudáfrica unida, no racial y democrática, por parte del ANC, se basó en lo que el partido llamó los cuatro pilares de la lucha. Estos pilares se describieron, desde finales de los setenta, de la siguiente manera: movilizaciones y acciones de masas; clandestinidad política; lucha armada y campaña internacional para aislar a la Sudáfrica del apartheid. El desarrollo y la combinación de estos cuatro pilares fueron considerados como la base para hacer realidad los objetivos de la lucha. — 119 — SUDÁFRICA El Congreso Nacional Africano (ANC) y la transición negociada SUDÁFRICA DE LA INSURGENCIA A LA DEMOCRACIA Enfatizamos en estos aspectos para que tengamos una apreciación clara de que el giro hacia las formas violentas de la lucha fue determinado por una profunda evaluación política, que desde sus inicios el MK nunca se concibió operando por fuera de la dinámica política del movimiento de liberación y mantuvo la puerta abierta a un acuerdo negociado. Sin embargo, hubo periodos en los cuales la idea de un acuerdo negociado del conflicto sudafricano fue un anatema. Estas son características específicas del camino tomado en Sudáfrica, que tienen relevancia para la comprensión de la manera como el ANC y sus aliados pudieron acomodarse y eventualmente desempeñar un papel destacado en la transición negociada a la democracia. EL CAMINO HACIA LA TRANSICIÓN NEGOCIADA Una vez que un conflicto llega a la etapa armada es difícil retroceder. Y cuanto más tiempo dura la lucha armada, más difícil se torna ese cambio. En el caso de un conflicto armado interno, un proceso de negociaciones es un paso esencial para encontrar una solución. Esta sección presenta algunos desarrollos cruciales de la década de los ochenta en los ámbitos doméstico e internacional, que afectaron los cálculos y acciones estratégicas tanto del movimiento de liberación como de los líderes políticos del Estado sudafricano, persuadiéndolos de abrir el camino a la negociación. Dinámica social dentro de Sudáfrica En el muro de granito del apartheid estaban comenzando a aparecer grietas y el movimiento de liberación tuvo que hacer la evaluación continua de una situación que evolucionaba rápidamente. En 1979 el régimen aceptó la recomendación de la Comisión Wiehahn, según la cual se debía legalizar la existencia de sindicatos de negros. La decisión se produjo como resultado de una serie de huelgas y de la evaluación de la situación económica bajo el apartheid. La primera de estas huelgas tuvo lugar en enero de 1973, cuando dos mil trabajadores africanos de una compañía de ladrillos y tejas de Durban exigieron salarios más altos. Las huelgas fueron en gran parte espontáneas, pero exitosas. La legalización de los — 120 — sindicatos de los negros tuvo una importante consecuencia imprevista, como fue la de abrir un espacio que permitió a los sindicatos pasar a la primera línea de la lucha. Mientras tanto, la idea de Conciencia Negra, propugnada por Steve Biko, asesinado en reclusión en septiembre de 1977, llamó la atención de los estudiantes negros, quienes se sublevaron en junio de 1976. En el periodo posterior al Levantamiento de Soweto11 las revueltas estallaron en diferentes momentos y lugares de Sudáfrica. Las protestas siguieron expandiéndose y las filas del MK crecieron con jóvenes que escapaban de la represión e iban en busca de armas y entrenamiento militar. Durante la década de 1980 Sudáfrica entró en una fase de repetidos estados de emergencia dirigidos a aplastar las sublevaciones masivas que barrían el país. Los intentos por poner anillos metálicos alrededor de los municipios africanos rebeldes resultaron ser inútiles. La movilización masiva en contra del apartheid tomó un nuevo giro con la creación en 1983 del Frente Democrático Unido (UDF, por su sigla en inglés), que agrupó a diversas organizaciones comunitarias, culturales, deportivas y políticas comprometidas en la acción unitaria destinada a desafiar el apartheid. Esto fue seguido por la creación del Congreso de Sindicatos Surafricanos (COSATU, por su sigla en inglés), el cual alineaba a la mayoría de los sindicatos en un frente antiapartheid. Tales desarrollos tuvieron un mayor empuje dentro de las iglesias. El Consejo Sudafricano de Iglesias y el Instituto de Teología Contextual comenzaron a asumir un papel más activo frente al apartheid. Un documento publicado por un grupo de teólogos en 1985, el “Documento Kairos: desafío para la Iglesia”, despertó un enérgico debate. Influidos en parte por la Teología de la Liberación promovida en América Latina, 29 teólogos, en su mayoría establecidos en el municipio negro de Soweto, desa11 Entre 500 y 700 personas, incluidos muchos niños y estudiantes, fueron asesinados entre el 16 y el 17 de junio de 1976 en Soweto (Johannesburgo), durante una serie de disturbios que enfrentaron a los residentes del municipio contra la policía Sudafricana. — 121 — SUDÁFRICA El Congreso Nacional Africano (ANC) y la transición negociada SUDÁFRICA DE LA INSURGENCIA A LA DEMOCRACIA fiaron a las iglesias para que respondieran a las políticas del apartheid. Afirmaron que “lo más amoroso que podemos hacer tanto por los oprimidos como por nuestros enemigos, que son los opresores, es eliminar la opresión, sacar a los tiranos del poder y establecer un gobierno justo por el bien común de todo el pueblo”.12 Las Iglesias Reformadas del establecimiento afrikáner, tanto la Iglesia Reformada Holandesa (NHK) como la Iglesia Reformada de la Baja Alemania (NGK)13, que dieron la justificación teológica para el apartheid, estaban ahora aisladas. El soporte ideológico que tenía el régimen para atacar al movimiento de liberación en general y a la lucha armada había comenzado a perder su estatus de legitimidad. El régimen intentó poner una cuña entre la población negra creando un ámbito institucional separado para los indios y las comunidades de color. Estableció un parlamento de tres cámaras, con una Cámara de Representantes separada para los de color y una Cámara de Diputados para los indios, en un esfuerzo concertado para atraer el apoyo de los de color y de los indios del lado de la minoría blanca. La maniobra fracasó. Ambas comunidades rechazaron el intento de acercamiento y se alinearon en masa con la mayoría africana y el UDF. Las estructuras gubernamentales y administrativas locales de los municipios africanos empezaron a desintegrarse. El sueño de los movimientos de liberación de que las masas negras –africanos, de color e indios– se movilizaran con el respaldo de un pequeño pero vigoroso grupo de blancos antiapartheid se hizo realidad. El ANC, mientras tanto, buscó activamente una estrategia para unir fuerzas entre el UDF, el COSATU, las iglesias y él mismo, e intentó encontrar maneras y medios para redoblar su campaña de propaganda armada dentro de Sudáfrica. Como parte de este proceso, comenzó a desplegar 12 13 Para el texto del Documento Kairos, v. www.sahistory.org.za/pages/library-resources/official%20docs/kairos-document. htm. Tanto la NHK (Nederduitse Nederduitse Hervormde Kerk Kerk) como la NGK (Nederduitse Gereformeerde Kerk Kerk) hacen parte de las iglesias nacidas de la Reforma Protestante europea. La NHK animó el surgimiento de algunas denominaciones protestantes en Sudáfrica, entre ellas la NGK. — 122 — esfuerzos sistemáticos para llegar a la comunidad blanca, conseguir aliados allí y quitarle apoyo al establecimiento del apartheid.14 Para comienzos de la década de 1980 los principales medios se volvieron en contra del apartheid y comenzaron a describir al ANC y sus actividades armadas con una visión un tanto favorable. Factores externos: el contexto internacional Entretanto, el desenvolvimiento de los hechos fuera de Sudáfrica empezó a cambiar en contra del régimen del apartheid. En el despertar de la independencia de Angola, Mozambique y Zimbabwe (en 1975, 1976 y 1980, respectivamente), el cordón sanitario que Sudáfrica había intentado establecer más allá de sus fronteras norteñas comenzó a derrumbarse. La resolución 435 de 1978 de la ONU abrió asimismo las puertas a la independencia de Namibia. Durante el decenio de 1970 Sudáfrica envió sus fuerzas armadas a Angola en una apuesta desesperada por prevenir que el rebelde Movimiento Popular por la Liberación de Angola (MPLA) se convirtiera en partido gobernante. Esta aventura militar lo afectó gravemente en la circunscripción electoral blanca, a medida que aumentó el número de muertos. El costo financiero comenzó a sentirse en la economía. La entrada en gran escala de las fuerzas cubanas en el lado del MPLA después de 1975 creó una situación en la que los Estados Unidos no tuvieron otra opción que abandonar a su aliado sudafricano, cuyo ejército se vio forzado a retirarse. Los poderes occidentales que tradicionalmente habían apoyado al apartheid en Sudáfrica15 comenzaron a sentirse bajo una creciente presión de sus propios ciudadanos y de los foros internacionales. En la Con14 15 Por ejemplo, tuvo una fuerte influencia en el montaje en 1983 de la Campaña por el Fin del Reclutamiento, constituida por objetores de conciencia y sus partidarios, que se oponían al reclutamiento de todos los surafricanos blancos en el servicio militar. Otro evento significativo respecto a esto fue la reunión en Dakar (1987) de cincuenta afrikáners, personajes del mundo de los negocios y la política abiertos a las reformas, con diecisiete miembros expertos del ANC. Estos eran Estados Unidos, Reino Unido, Francia (que gozaban de derecho a veto en el Consejo de Seguridad de la ONU) y República Federal de Alemania. — 123 — SUDÁFRICA El Congreso Nacional Africano (ANC) y la transición negociada SUDÁFRICA DE LA INSURGENCIA A LA DEMOCRACIA ferencia del Commonwealth llevada a cabo en Nassau en octubre de 1985, la Primer Ministro británica, Margaret Thatcher, se opuso enérgicamente a sanciones contra Sudáfrica, pero estuvo de acuerdo en formar el Grupo de Personas Eminentes que fue enviado por el Commonwealth al país africano en una misión de monitoreo, para evaluar si había hechos suficientes para determinar que las sanciones eran una herramienta apropiada para ayudar a la finalización del apartheid. A regañadientes, Botha permitió que el grupo visitara el país e incluso que se reuniera con Mandela en la cárcel. El Grupo de Personas Eminentes, encabezado por el general Olusegun Obasanjo, ex presidente de Nigeria, y el ex primer ministro australiano Malcolm Fraser, encontró que “Los eventos [de Sudáfrica] se han salido cada vez más del control del gobierno” (Sampson, 1999: 350). El general Obasanjo ayudó a esbozar un “concepto de negociación” cuidadosamente redactado, que vinculaba la liberación de presos por parte del gobierno con la suspensión de la violencia por parte del ANC. Mandela estaba interesado en aceptar esto como un punto de partida, pero Botha mintió y muchos de su gabinete insistieron en que el ANC debía renunciar a la violencia de una vez por todas y no simplemente suspenderla. Oliver Tambo, presidente del ANC, fue cauteloso y pensó que el concepto podía ganar adeptos entre sus colegas. Pero sospechó que Botha estaba utilizando tácticas de retraso, y dudó de su buena fe. La misión del Grupo de Personas Eminentes colapsó en mayo de 1986, cuando el régimen del apartheid llevó a cabo bombardeos aéreos y ataques comando a viviendas de civiles de Gaberone (Botswana), Harare (Zimbabwe) y Lusaka (Zambia), aduciendo que eran escondites de la guerrilla del ANC. Los asaltos dejaron al Grupo de Personas Eminentes sin más opción que la de dar por terminada su misión. Pero en el amplio esquema de sucesos, los amigos de Botha tuvieron un nuevo disgusto: Thatcher consideró los asaltos como “desastre absoluto”, mientras que Chester Crocker, de la administración de los Estados Unidos, estimó que Botha había “hecho un giro decisivo hacia el camino de la represión” (Sampson, 1999: 351). — 124 — Por su parte, el ANC emprendió esfuerzos sostenidos para ganar amigos en los países extranjeros y las organizaciones multilaterales internacionales. Llevó a cabo campañas para el boicot de productos surafricanos (comenzadas en el Reino Unido), para la liberación de Nelson Mandela y todos los presos políticos, para el aislamiento de Sudáfrica y para la imposición de sanciones. Apoyó la cuarentena cultural y deportiva de Sudáfrica y creó relaciones firmes con el Consejo Mundial de Iglesias, cuya Declaración de Lusaka (1987) sancionó el uso de la violencia por parte de los movimientos de liberación. Previamente, en 1982, el Consejo General de la Alianza Mundial de Iglesias Reformadas había declarado, en reunión efectuada en Ottawa, que “el apartheid (…) es un pecado, su justificación moral y teológica es una parodia del Evangelio y su persistente desobediencia de la palabra de Dios, una herejía teológica” (Blei, 1994: 1). En numerosos países, un vibrante Movimiento Antiapartheid, que tuvo sus inicios en Gran Bretaña, se dio a conocer movilizando apoyo y presionando a gobiernos, instituciones públicas y empresas privadas a que rompieran sus relaciones con el Estado del apartheid y, más adelante, a que aislaran a la Sudáfrica del apartheid. En los Estados Unidos, acciones realizadas en el nivel comunitario forzaron a muchas instituciones a abandonar sus inversiones en Sudáfrica. En 1985, el Banco Chase Manhattan se rehusó a girar créditos al régimen y el Congreso de los Estados Unidos comenzó a desempeñar un papel más intervencionista en la situación sudafricana. El ambiente global estaba cambiando. La Guerra Fría estaba relajándose como resultado de desarrollos internos ocurridos en el campo soviético. La utilidad del gobierno sudafricano para Occidente estaba disminuyendo. Mientras estas dinámicas presentes en Sudáfrica y en el extranjero tenían una fuerte influencia en el curso de los eventos y en el giro hacia negociaciones entre las partes, en el seno de estas mismas apareció un ingrediente decisivo, merecedor de un análisis cuidadoso y que se puede encapsular en una palabra: liderazgo. — 125 — SUDÁFRICA El Congreso Nacional Africano (ANC) y la transición negociada SUDÁFRICA DE LA INSURGENCIA A LA DEMOCRACIA Cálculos estratégicos internos y movidas de prenegociación En la transición sudafricana se dio el hecho que ninguna de las partes del conflicto armado estaba preparada para reconocer públicamente que había llegado el momento de buscar nuevas maneras de poner término a la confrontación. Sin embargo, cuando miramos hacia atrás la dinámica política existente durante la década de 1980, también queda claro que cada una de las partes, dentro de sus propios límites, había comenzado a sentir que el desarrollo de los hechos no podía o no debía permanecer en la trayectoria existente. Mientras que el conflicto se intensificaba y la guerra se tornaba más sucia, los dos liderazgos se enviaban mutuamente pesados mensajes cifrados, con el fin de maniobrar hacia posiciones que deberían ofrecer a cada una de las partes mayores ventajas en el espacio político. ¿Cuál de estas señales traería verdadera esperanza sobre la posibilidad de negociar? De hecho, no había dicha señal crucial sino más bien una acumulación de eventos. • Comprensión de la necesidad de negociar En 1985 el presidente P. W. Botha anunció en el Parlamento que estaba listo para dejar en libertad a Nelson Mandela. Agregó que lo único que se interponía entre Mandela y su libertad era Mandela mismo, y que lo que se necesitaba era que él “rechazara incondicionalmente la violencia como instrumento político”. Fue una maniobra oportunista con la que pretendía ganar puntos. No estaba interesado tanto en encontrar una solución de fondo al conflicto de Sudáfrica como en hacer un gesto hacia los amigos occidentales del apartheid que comenzaban a pedir con insistencia mayor flexibilidad porque estaban siendo presionados cada vez más para imponer sanciones y aislar al apartheid de Sudáfrica, como dijimos. En retrospectiva, sin embargo, el ofrecimiento de Botha marcó el punto en el cual el gobierno del apartheid se dio cuenta de que no podía mantener por más tiempo la gobernabilidad con el tipo de manejo que le había dado hasta el momento. El régimen necesitaba ajustarse de alguna manera al movimiento de liberación, así en ese momento lo concibiera como algo que se podía alcanzar bajo sus propios términos. — 126 — Este anunció recibió una respuesta acorde con los principios de Mandela, que fue leída por su hija Zindzi en una concentración de masas efectuada en el estadio Jabulani de Soweto: No puedo vender mi derecho de nacimiento y tampoco estoy preparado para vender el derecho de nacimiento del pueblo a ser libre (…) Solo los hombres libres pueden negociar. Los presos no pueden firmar contratos. No puedo hacer y no haré un compromiso en un momento en que yo y ustedes, el pueblo, no somos libres (Parkin, 2006: 208). La respuesta de Mandela hizo de la liberación incondicional de los presos políticos surafricanos un elemento integral de cualquier negociación sobre el futuro del país. El hombre tuvo mucho cuidado en la elaboración de su respuesta. Adicionalmente a la corta y tajante réplica pública, escribió una carta al ministro de Relaciones Exteriores, en su nombre y en el de sus colegas con los que se encontraba retenido en la prisión de Pollsmoor, en la cual rechazaba las condiciones de su liberación. Recuerda: Quería exponer un número de cosas en mi respuesta porque el ofrecimiento de Botha era un intento de poner una cuña entre mis compatriotas y yo, al tentarme con aceptar la política que el ANC rechazaba. Quería reafirmar al ANC en general, y a Oliver [Tambo, el presidente del ANC] en particular, que mi lealtad a la organización era incuestionable. También quería enviar al gobierno el mensaje de que mientras rechazaba su ofrecimiento debido a las condiciones que él conllevaba, estaba sin embargo pensado que la negociación, y no la guerra, era el camino para una solución (Mandela, 1995: 509). Esto indica que Mandela también arribó a la conclusión de que había llegado el momento para que él tomara la iniciativa de persuadir al régimen sudafricano de que negociara con el ANC. Esto lo hizo sin consultar con sus cercanos compañeros de prisión, porque temía que rechazaran tal iniciativa. Fue una evaluación hábil de la situación que se estaba desarrollando en Sudáfrica, y del ánimo y actitudes de sus compañeros de prisión. Al mismo tiempo, confiaba en que los pasos que estaba dando no entrarían en conflicto con las posiciones políticas del ANC y sus aliados. — 127 — SUDÁFRICA El Congreso Nacional Africano (ANC) y la transición negociada SUDÁFRICA DE LA INSURGENCIA A LA DEMOCRACIA • Impedimentos para la negociación En esta etapa temprana, sin embargo, se presentaron dos obstáculos en la exploración del camino hacia una solución negociada del conflicto. Primero, mientras no podía esperarse que alguna de las partes “picara el ojo”, persistía la pregunta de quién debía hacer el primer movimiento y cómo lo haría sin que pareciera que estaba retrocediendo. “Era el momento de hablar”, escribe Mandela. “Esto era extremadamente sensible. Ambos lados consideraban las discusiones con la otra parte como un signo de debilidad y traición. Ninguna parte se sentaría a la mesa mientras la otra parte no hubiera hecho concesiones significativas” (Mandela, 1995: 513). El segundo gran obstáculo consistía en que, en casi todos los conflictos que han alcanzado un estadio violento, el poder del Estado establecido exige que los insurgentes/revolucionarios renuncien al uso de la violencia como precondición para que las negociaciones tengan lugar. Estos dos aspectos están interrelacionados, y la respuesta de Mandela, así como el documento que preparó para su reunión con Botha en 1989, señalan los caminos con los que él pretendía desatar el nudo. Cuidadosa y persistentemente, avanzó en el argumento de que él no estaba “negociando”. Más bien, estaba pidiendo con insistencia al gobierno que diera pasos hacia la negociación con el ANC. Fue categórico al decir que “renunciar a la violencia (…) no debería ser una precondición para la negociación sino un resultado de la misma”. También dejó claro su punto de vista en el sentido de que “la Sudáfrica blanca debe aceptar el simple hecho de que el ANC no suspenderá, para no decir no abandonará, la lucha armada hasta que el gobierno muestre voluntad de dejar el monopolio del poder político y negociar directamente y de buena fe con reconocidos líderes negros”. Ahora era cuestión de tiempo que Tambo tuviera en sus manos el Documento de Mandela, a pesar de que, en agosto de 1989, estaba ocupado elaborando la Declaración de Harare (v. más abajo). ¿Qué se necesitaba entonces para que el ANC incluso considerara la suspensión de la lucha armada? La Declaración de Harare lo dejó claro: una vez se creara un ambiente propicio para las negociaciones, éstas incluirían entonces “la sus- — 128 — pensión de hostilidades de ambos lados, al acordar mutuamente el cese al fuego que hay que cumplir”.16 De esta manera menos directa, el obstáculo sobre quién tomaría la iniciativa se eliminó del escrutinio y la exigencia del régimen de que el ANC “renunciara a la violencia” desapareció de la mesa como elemento a ser considerado en el curso de las negociaciones. En junio de 1986 Mandela comenzó a ocuparse de una serie de conversaciones con representantes del Estado en su celda, primero con el ministro de Justicia y Prisiones, Kobie Coetzee, y luego con un equipo nombrado por Coetzee y encabezado por el Dr. Neil Barnard, jefe del Servicio Nacional de Inteligencia. Estas conversaciones llevaron a la liberación, en noviembre de 1987, de Govan Mbeki y Harry Gwala, quienes cumplían diferentes sentencias. Ésta fue la primera manifestación concreta de cambios hacia las negociaciones. Las liberaciones fueron hechas aparentemente sobre un “terreno humanitario” –la edad y la salud de los dos presos–. El régimen estaba probando a la reacción pública. Mandela, por su parte, vio este gesto como una brecha significativa en el muro de granito del apartheid: por cerca de tres décadas el régimen había insistido en que la cadena perpetua para Mandela y sus compañeros era algo natural, ni más ni menos. Estas conversaciones de prenegociación culminaron con una reunión entre el presidente Botha y el prisionero Mandela, sostenida en julio de 1989, y con la liberación, en octubre de 1989, de Walter Sisulu y otros siete presos políticos. Los coloquios, que tuvieron lugar fuera del alcance de la mirada pública, comenzaron a producir resultados tangibles. Cualesquiera que fueran las dificultades a enfrentar, ‘el genio se había escapado de la botella’ y no había manera de que volviera a entrar en ella. • Ampliación del sendero del diálogo Mientras Mandela estaba ocupado en las conversaciones de prenegociación con los representantes del gobierno, otros líderes del ANC co16 Para el texto de la Declaración de Harare v. http://www.anc.org.za/ancdocs/history/transition/harare.html. — 129 — SUDÁFRICA El Congreso Nacional Africano (ANC) y la transición negociada SUDÁFRICA DE LA INSURGENCIA A LA DEMOCRACIA menzaron a buscar estrategias similares, y en el periodo posterior a 1986 había rumores de posibles negociaciones. En 1987, el Comité Ejecutivo Nacional del ANC analizó la situación y publicó una declaración con el título “Sí a negociaciones reales, no a negociaciones falsas”. Poco después, y en completo sigilo, se llevaron a cabo en el Reino Unido contactos personales entre miembros del establecimiento afrikáner y representantes del ANC: fueron las llamadas Conversaciones de Mells Park, comenzadas en octubre de 1987. Para la segunda reunión, efectuada en febrero de 1988, estos contactos se convirtieron en una caja de resonancia, tanto para el régimen del apartheid como para el ANC.17 Sirvieron como un conducto para la primera reunión entre una delegación de dos personas del ANC y el Servicio Nacional de Inteligencia del Estado del apartheid, realizada en Suiza en octubre de 1989. ¿Cuáles fueron las opciones que se le presentaron al ANC en esta situación interna y externa que evolucionaba tan rápidamente? O’Malley (2007) trajo a la luz un conjunto de documentos que revelaron las tendencias y evaluaciones conflictivas y el complejo conjunto de variables que debían ser tenidos en cuenta en el curso a seguir. Él hace la siguiente evaluación sobre el acercamiento “holístico” que Tambo, el presidente del ANC, asumió durante la segunda mitad de la década de 1980: Tanto para una toma del poder como para una lucha armada prolongada, tuvo que planear maneras de balancear los cuatro pilares de la lucha18, para estrangular al régimen mediante sanciones económicas y un acuerdo negociado. Cada curso de la acción tenía que ser efectivo. Las diferentes actividades estaban interrelacionadas: [la Operación] Vula [comandada por] Mac Maharaj19 y los diálogos 17 18 19 De acuerdo con Esterhuyse, uno de los delegados afrikáner a la primera reunión realizada en Mells Park, la cabeza del SIN, le pidió que hiciera un reporte sobre las discusiones que tenían lugar con el ANC. Él accedió, por estimar que podía decírselo a las personas de alto rango del ANC presentes en las conversaciones. Thabo Mbeki, quien encabezaba las delegaciones del ANC, fue informado sobre el tema antes de las segundas conversaciones de Mells Park en Eastwell Manor, Kent. Ver atrás la Sección Establecimiento del MK, el brazo armado del ANC. La Operación Vula, iniciada en 1986 bajo el comando directo de O. R. Tambo, asistido por Joe Slovo, fue un proyecto político-militar ultrasecreto encaminado a localizar a líderes del movimiento de alto rango dentro de Sudáfrica para que se encargaran de la lucha dentro del país. Mac Maharaj fue nombrado comandante supremo y Simpiwe Nyanda su segundo. Esto solo se dio a conocer en julio de 1990, cuando algunos de los participantes fueron arrestados. — 130 — de Mbeki en Mells Park se complementaban entre sí. Tambo orquestaba los esfuerzos de ambos, y también sabía (…) que Mandela estaba en contacto con el gobierno sudafricano (O’Malley, 2007: 261). • La Declaración de Harare: un golpe preventivo para asegurar un liderazgo del ANC en las negociaciones por venir En este “acercamiento holístico” el ANC hacía malabarismos con dos series de “circunstancias opuestas que necesitaba poner en equilibrio. Por un lado, se creía que había poca perspectiva de negociaciones ‘reales’. Por otro, la situación los obligaba a prevenir que las crecientes presiones para que negociaran, ejercidas por los gobiernos de Occidente y la Unión Soviética, llegaran a un punto tal, que los dejaran sin piso para negociar según sus intereses” (O’Malley, 2007: 319). Hacia mayo de 1989 Tambo planteó: Estamos bajo una intensa presión por parte de amigos y aliados, y también porque Margaret Thatcher lidera en Occidente un cambio de estrategia, en el contexto que sigue a la independencia de Namibia. La competencia por quién tomará el control de los desarrollos en nuestro país ha comenzado en serio y deberíamos estar dirigiéndolos. Amigos nuestros, no menos que nosotros, [nos piden con insistencia que] no abandonemos la carrera a favor de Margaret Thatcher y otros aliados del régimen (O’Malley, 2007: 315). Para enfrentar el reto y tomar el liderazgo, Tambo inició y dirigió un proceso que culminó en la elaboración de un documento publicado en agosto de 1989 y que se conoció como la Declaración de Harare. El borrador fue redactado por el ANC después de consultar con algunos líderes dentro de Sudáfrica, con Mandela en prisión y con varios dirigentes de Estados africanos. Tambo estaba decidido a obtener el compromiso de los Estados de Primera Línea20 y la Organización para la Unidad Africana (OAU, por su sigla en inglés). Con este fin, informó a Maharaj que, 20 Nota aclaratoria del editor en español: Estados de Primera Línea (en inglés Front Line States) fue una organización establecida para alcanzar el gobierno de mayorías negras en Sudáfrica. Sus miembros eran: Angola, Botswana, Lesotho, Mozambique, Tanzanía, Zambia y Zimbabwe. Durante la administración Reagan, el Secretario de Estado adjunto para Africa, Chester A. Crocker, realizó gestiones diplomáticas con los Estados de Primera Línea para alcanzar acuerdos de paz entre Sudáfrica, Mozambique, Angola y Namibia (Cf. http://en.wikipedia.org/wiki/Front_Line_States). — 131 — SUDÁFRICA El Congreso Nacional Africano (ANC) y la transición negociada DE LA INSURGENCIA A LA DEMOCRACIA SUDÁFRICA A pesar de que el borrador refleja el consenso del Comité Ejecutivo Nacional, se decidió dejar vía libre para introducir correcciones después de haber hecho un sondeo sobre el documento entre una selecta lista de individuos tanto de nuestras filas como de amigos externos de confianza, con la inclusión de selectos líderes de los Estados de Primera Línea. En dependencia de las respuestas de todos ellos, es probable que debamos revisar el documento (O’Malley, 2007: 318). Se previó que los Estados de Primera Línea dieran a conocer el documento a la OAU, organismo que lo entregaría a la ONU en diciembre de 1989.21 De esta manera el ANC aseguraba que la declaración, que contenía una estrategia para negociar, fuera recibida como una posición africana y obtuviera el apoyo pleno de las Naciones Unidas. En esencia, era una estrategia “que nos permitía controlar y dirigir estas presiones en favor de nuestra lucha y mantener las iniciativas en nuestras manos” (O’Malley, 2007: 317). Lo que comenzó como una medida preventiva se convirtió en un proceso de consolidación y expansión del apoyo básico a la lucha de liberación sudafricana en todo el mundo. Al mismo tiempo, ayudó al ANC a hacer incursiones en las bases internacionales que apoyaban el apartheid en Sudáfrica: las grandes potencias occidentales. Cualesquiera que fueran las reservas que estas potencias tuvieran con respecto al ANC, no había nada en la Declaración de Harare que pudieran objetar con firmeza. Este fue un logro destacable, especialmente si se tiene en cuenta que se consiguió al mismo tiempo en que uno de los más firmes aliados de la lucha –la Unión Soviética y los países socialistas– estaba desmoronándose. La Declaración fue un golpe maestro de Tambo. En un movimiento que lo abarcaba todo, recopiló una estrategia concisa que definía los objetivos y lo que se deseaba que fuera el resultado de las negociaciones, expuso las fases críticas de este proceso y suministró una sencilla hoja de ruta para las bases de apoyo internas y externas de la lucha de liberación sudafricana. Al mismo tiempo, superaba cualquier maniobra que buscara suplantar o minimizar el papel del ANC en las negociaciones. Fue una estrategia desarrollada bajo una presión enorme, y en un momento en que 21 La Commonwealth lo adoptó en octubre de 1991. — 132 — la necesidad de una acción rápida y decisiva era imperativa. Planteaba una posición que permitía a todas las fuerzas alinearse detrás de la Declaración de Harare e, ipso facto, detrás del ANC. Tal vez vale la pena anotar la destacable similitud de las maneras como Mandela y Tambo razonaron los temas en dos momentos críticos diferentes: aquél en que se pasó a la violencia y aquél en que se vio la necesidad de negociar. Cuando, a comienzos de la década de 1960, Mandela enfrentó la necesidad de pasar a formas violentas de lucha, percibió la necesidad de actuar rápidamente para mantenerse unido a las masas y tomar el control del movimiento hacia la violencia. A finales de los ochenta, cuando el ANC comenzó a enfrentarse con las crecientes presiones favorables a un acuerdo negociado en Sudáfrica, Tambo rápidamente se puso a escribir la Declaración de Harare para “prevenir el influjo de grupos de presión, grandes o pequeños, que deseaban imponer sus propias perspectivas al problema sudafricano” (O’Malley, 2007: 315/16). En ambos casos, los pasos dados fueron guiados por la intención de “controlar y liderar” los procesos y evitar resultados que podrían ser indeseados. Tambo dirigió este proceso en un concentrado arranque de energía, y pocos días antes de que fuera adoptado por los Estados de Primera Línea, en 1989, sufrió un infarto. Si bien nunca más regresó al centro del escenario, a través de la Declaración de Harare sentó las bases para que el ANC pudiera reunir a todos los que lo apoyaban, dentro y fuera de Sudáfrica, e incluso a toda la comunidad internacional, alrededor de una estrategia que se había convertido en uno de sus más grandes legados para Mandela y sus colegas, cuando ellos tomaron la batuta en un mundo y en un país que estaba en Estado de cambio, donde cualquier cosa podía suceder y un paso mal dado podía llevar todo hacia un desastre. ¿Cuáles fueron los elementos principales de esta hoja de ruta? El preámbulo de la Declaración de Harare22 reafirma el compromiso de la 22 Texto completo en: http://www.anc.org.za/ancdocs/history/transition/harare.html. — 133 — SUDÁFRICA El Congreso Nacional Africano (ANC) y la transición negociada SUDÁFRICA DE LA INSURGENCIA A LA DEMOCRACIA OAU de “ayudar a intensificar la lucha de liberación y la presión internacional en contra del sistema del apartheid hasta que este sistema termine y Sudáfrica se transforme en un país unido, democrático y sin discriminación racial, con justicia y seguridad para todos sus ciudadanos”, y sostiene que “la paz y la estabilidad permanentes en África del Sur solo puede lograrse cuando el sistema del apartheid se elimine en Sudáfrica”. La segunda parte la constituye una Declaración de Principios. Partiendo del presupuesto de que “existe una particular coyuntura en la cual, si hay una disposición demostrable de parte del régimen de Pretoria para comprometerse en negociaciones de manera genuina y seria, se puede crear la posibilidad de terminar con el apartheid de manera negociada”, la Declaración enumera nueve principios que deberían determinar el resultado de las negociaciones. Vistos en conjunto, estos principios son una garantía de que la democracia reemplazará al apartheid. La Declaración concluye que “el acuerdo sobre los principios debe consolidar los fundamentos para una solución internacionalmente aceptable”. El documento establece más adelante cinco medidas que el régimen del apartheid debe tener en cuenta a fin de “crear un clima para las negociaciones”. Ellas eran: la liberación incondicional de los presos políticos, el levantamiento de la prohibición y las restricciones a todas las organizaciones y personas, la salida de las tropas de los municipios y la finalización del estado de emergencia, así como la revocación de la legislación que restringía la actividad política y el cese de todas las ejecuciones de carácter político. Estas medidas harían posible, entonces, el comienzo de un proceso de negociaciones. Dicho proceso incluiría: lograr la “suspensión de las hostilidades de ambas partes por medio del acuerdo de un alto el fuego de mutuo cumplimiento”; establecer las bases para una nueva Constitución, acorde, entre otras cosas, con los nueve principios incluidos en la Declaración; constituir un gobierno interino destinado a supervisar el cumplimiento de la nueva Constitución y ganar la transición hacia la democracia, que incluyera la celebración de elecciones. La Declaración previó que — 134 — “luego de adoptar la nueva Constitución, todas las hostilidades armadas deben declararse formalmente terminadas”. Esta perspectiva debe complementarse con la manera como Mandela definió, en sus notas de 1989, el reto de enfrentar las negociaciones (v. atrás el Documento de Mandela): Dos temas centrales deberán tratarse en dicha reunión [entre el gobierno y el ANC]; primero, la solicitud de que la mayoría gobierne en un Estado unitario; segundo, la preocupación de la Sudáfrica blanca acerca de esta solicitud, como también la insistencia de los blancos en contar con garantías estructurales de que el gobierno de la mayoría no signifique la dominación de la minoría blanca por parte de los negros. • Movilización del ANC y su base de apoyo hacia las negociaciones Se operó igualmente un proceso de consolidación, profundización y expansión de las bases de apoyo. En diciembre de 1989, el Movimiento Democrático de Masas23 convocó a un encuentro de la abrumadora mayoría de organizaciones actuantes dentro de Sudáfrica en la Conferencia para un Futuro Democrático. Esta Conferencia, celebrada en Johannesburgo, constituyó una plataforma importante para la difusión de la Declaración de Harare. La Declaración facilitaba asimismo una alineación apropiada y clara, con efectos reales, entre las posiciones del ANC y de Mandela. Sin embargo, hasta cuando su enfermedad lo obligó a hacerse a un lado, Tambo permaneció cauteloso, si no dudoso, sobre el compromiso de Pretoria en un acuerdo negociado. Más aún, existía siempre el peligro de que la manera como el ANC actuaba para asumir las posibilidades de un acuerdo negociado pudiera causar mucha desunión y desconfianza dentro de sus propias filas. Mandela era consciente de estos peligros y buscó incluirlos como un factor en su conducta. Desde la prisión, comenzó un proceso de consulta e información a una serie de dirigentes de organizaciones de ma23 El Movimiento Democrático de Masas se formó como resultado de una alianza de la coalición de sindicatos COSATU y la organización paraguas del Frente Democrático Unido (FDU). — 135 — SUDÁFRICA El Congreso Nacional Africano (ANC) y la transición negociada SUDÁFRICA DE LA INSURGENCIA A LA DEMOCRACIA sas. En el documento que envió al presidente Botha señala explícitamente: “Debo agregar que el propósito de esta discusión no solamente es pedir con insistencia al gobierno que hable con el ANC, sino también ponerlo al tanto de los puntos de vista actualmente existentes entre los negros, especialmente los del Movimiento Democrático de Masas”. A pesar de estas precauciones, los propios compañeros de Mandela estaban preocupados de que él pudiera ser víctima de las maquinaciones del régimen. En el país, muchos activistas del Movimiento Democrático de Masas no aprobaron el diálogo con el enemigo. Entre la comunidad en el exilio e incluso entre los líderes del ANC y sus aliados existía el temor de que Mandela pudiera ser manipulado por sus captores. Incluso cuando algunos leyeron el texto del Documento, no entendieron su contenido. Todas estas sospechas eran pequeñas manifestaciones de los enormes peligros de desunión dentro del movimiento de liberación, tanto en el país como entre los líderes del ANC establecidos en Lusaka. Las inseguridades tenían sentido. Por ejemplo, luego de que Mandela saliera de la cárcel, en febrero de 1990, hubo muchos retrasos y prevaricaciones en la liberación de los demás presos políticos. Al mismo tiempo, veinticinco prisioneros de la cárcel de Robben Island no confiaban en el proceso de liberación y se negaron a cooperar con la amnistía que el gobierno les ofreció. Mandela envió emisarios para que explicaran el asunto a los presos, pero ellos seguían sin convencerse. Finalmente, acudió a reunirse con ellos personalmente para asegurar su cooperación. Si existía algún riesgo de perder la unidad y la cohesión en el seno del movimiento de liberación, uno de los temores que también persistían en Tambo era el de que décadas de conflicto armado y del mismo rencor que había despertado podían nublar el juicio y hacerles perder o malinterpretar una señal crítica que abría nuevas posibilidades. La Declaración de Harare y el Documento de Mandela suministraron una base sólida para asumir ambos retos: no echar a perder el momento en que el régimen parecía estar avisando que estaba preparado para ne- — 136 — gociar, y disponer de un marco estratégico y una visión para moverse en el difícil terreno de las negociaciones. Tambo aseguró que, armadas con la Declaración de Harare, sus fuerzas marcharían a compás. Cualesquiera que hubiesen sido las dudas e indecisiones que hubieren enfrentado el ANC y el movimiento de liberación, ellas fueron dejadas de lado cuando el recién nombrado presidente de Sudáfrica, F. W. de Klerk, anunció el 2 de febrero de 1990 que, a partir de ese momento, a la ANC y a todas las organizaciones que habían sido proscritas se les permitiría operar legalmente. Nueve días después liberó a Mandela. Las negociaciones habían emergido de las sombras hacia el pleno resplandor de la luz pública. Ellas se convirtieron en un nuevo terreno de lucha y pronto llegarían a ocupar el lugar principal de la controversia. Para esta fase de la lucha, el ANC y sus aliados estaban equipados con una hoja de ruta y una brújula. Sin embargo, el viaje que emprendían no iba ser fácil de navegar. TRANSICIÓN A LA POLÍTICA: LOS RETOS DE HACER LA PAZ Y DEMOCRATIZAR Suspensión de la lucha armada por parte del ANC En una reunión bilateral con el gobierno, efectuada en agosto de 1990, el ANC anunció que suspendía de manera unilateral la lucha armada.24 Esto no era un cese de hostilidades como el que se preveía en la Declaración de Harare. Mandela, en otro momento, había hecho una distinción entre “una suspensión voluntaria” y “un cese del conflicto armado”.“En el significado de una suspensión voluntaria de algo está implícita la posibilidad de retornar a lo que uno voluntariamente ha suspendido”. Por otra parte, “un cese del conflicto armado involucra a todas las partes [y se ejecuta] sin la condicionalidad de un posible retorno” (O’Malley, 2007: 13). 24 Para el texto de la “Minuta de Pretoria” v. http://www.anc.org.za/ancdocs/history/minutes.html#PRM — 137 — SUDÁFRICA El Congreso Nacional Africano (ANC) y la transición negociada SUDÁFRICA DE LA INSURGENCIA A LA DEMOCRACIA Es significativo que la suspensión unilateral fuese anunciada por el ANC y no por Umkhonto WeSizwe, el ala militar responsable de adelantar la lucha armada. La decisión de dar este paso se tomó el 22 de julio de 1990 durante una reunión del Comité Ejecutivo Nacional. Como se explica previamente (v. atrás la Sección Establecimiento del MK, el brazo armado del ANC ANC), la lucha armada estuvo sujeta a la primacía de los objetivos políticos de la lucha y, en concordancia con ello, bajo la guía política del ANC. La decisión de suspender la lucha armada fue un movimiento táctico cuya intención era permitir al ANC ponerse en ventaja, intensificar el ritmo del proceso y forzar al régimen hacia las negociaciones formales, más pronto que tarde. En un momento dado, cuando la llamada violencia ‘negro contra negro’ estaba devastando el país (v. más abajo), el ANC estuvo convencido de que esta violencia estaba siendo fomentada por fuerzas de las agencias de seguridad del Estado. Mandela formuló entonces la pregunta de si no sería apropiado levantar la suspensión y volver a la lucha armada. No obstante, la interrupción no significaba que el ANC frenaría otras actividades, tales como el contrabando de armas hacia el país, la organización de unidades de autodefensa para proteger a las comunidades que eran víctimas de la violencia ‘negro contra negro’, etc. Estos eran asuntos que seguían aflorando en la periferia de las negociaciones principales, pero no se desarrollaron hasta el punto de paralizar dichos contactos. De hecho, el MK solo se disolvió formalmente en diciembre de 1994, casi ocho meses después de instalado el gobierno elegido democráticamente en Sudáfrica. Este era un testimonio más de la cuidadosa reflexión que se hizo para diseñar la Declaración de Harare, la cual establecía que “luego de la adopción de la nueva Constitución, todas las hostilidades serán estimadas como formalmente terminadas”. El ejemplo prueba asimismo que el hecho de que los movimientos de liberación hagan dejación de las armas, aunque con frecuencia es exigido como una precondición, usualmente resulta parte del proceso de negociación. Sería extraño que una de las partes del conflicto armado renunciara a su lucha sin haber avanzado en las negociaciones hasta un punto tal, que justifique la suspensión de las acciones armadas. — 138 — Incremento de la violencia dentro de la mayoría negra Décadas de represión creciente e inmoralidad del sistema del apartheid habían creado en la sociedad sudafricana una atmósfera en la cual la violencia se había vuelto endémica. Lo que vino a describirse como violencia ‘negro contra negro’ a mediados del decenio de los ochenta y principios del siguiente fue un fenómeno más complejo, nacido de la rivalidad entre organizaciones negras, que ya a finales de los años setenta había comenzado a dar un giro peligroso y violento. A mediados de los ochenta la violencia estalló en la parte oriental de El Cabo y en el complejo industrial Witwatersrand, entre partidarios de Conciencia Negra (seguidores de AZAPO que se conocieron como ZimZims) y UDF/ANC. En KwaZulu-Natal había guerra total entre los miembros del Partido de la Libertad Inkatha (IFP, por su sigla en inglés) y la alianza ANC/UDF/COSATU. Esto alcanzó al Witwatersrand, donde los habitantes de hostales seguidores del IFP y residentes en el municipio se involucraron en hechos de sangre. Para agravar el asunto, surgió el fenómeno del ‘neck-lacing’ (ahorcamiento), forma de muerte particularmente brutal a la que sometían a los sospechosos de ser agentes o colaboradores del enemigo. En la situación sudafricana, donde la división de color negro/blanco había penetrado cada aspecto de la vida, una de las terribles pesadillas fue que la violencia incontrolada hubiese tomado la forma de asesinatos indiscriminados de blancos contra negros. De hecho, esta posibilidad se convirtió en una realidad bajo la forma de ‘negros asesinando negros’. Los opositores de la alianza ANC/UDF/COSATU fueron perspicaces en señalar que el común denominador en esta llamada violencia ‘negro contra negro’ era el ANC y sus aliados. Otros pretendieron utilizar esta modalidad para condenar la lucha armada, pues sostenían que la violencia ‘negro contra negro’ era el resultado inevitable de la lucha armada y de la táctica del ANC de “volver ingobernable a Sudáfrica y hacer impracticable el apartheid”. Solo posteriormente, y poco a poco, comenzó a revelarse que algunos de los negros involucrados, de hecho, trabajaban para las fuerzas — 139 — SUDÁFRICA El Congreso Nacional Africano (ANC) y la transición negociada SUDÁFRICA DE LA INSURGENCIA A LA DEMOCRACIA de seguridad del apartheid; que varios eran entrenados y armados por el ejército del apartheid en bases militares remotas; que incluso el primer ‘neck-lacing’ (ahorcamiento) que se ejecutó fue provocado por un agente del apartheid, y que elementos de las fuerzas de seguridad del apartheid estaban profundamente implicadas en la manipulación de la violencia. Nada de esto fue importante en ese momento. La violencia se extendió a lo largo de los municipios, arrastrando a todos en su vorágine. Mientras tanto, el Estado parecía impotente y sin disposición para adoptar medidas, y sobre este telón de fondo las negociaciones comenzaron a ocurrir en Sudáfrica. Para muchos, parecía inconcebible que dicha violencia incontrolada no hubiera descarrilado las negociaciones. Representantes de los sectores económicos, laborales, gubernamentales y políticos se reunieron en junio de 1990 para buscar la paz en estas comunidades asoladas. Ello llevó al Acuerdo Nacional de Paz de septiembre de 1991 y al establecimiento de Comités de Paz en numerosas localidades. El Acuerdo permitió igualmente la organización de unidades de autodefensa/protección, por comunidades. Aunque el Acuerdo nunca alcanzó la paz completamente, se convirtió en un elemento importante de contención, cuyo objetivo era contar con una forma de hacer frente a la violencia cuando ésta estallara en cualquier localidad. El mecanismo tuvo un papel significativo en cuanto permitió que tales manifestaciones violentas pudieran ser asumidas y discutidas en foros distintos al proceso de la negociación principal. Sin el Acuerdo de Paz y sus mecanismos, las negociaciones para el paso del apartheid a la democracia se habrían tornado extremadamente complicadas, por no decir sin esperanza. Estrategia política del movimiento de liberación durante el proceso de negociación Las negociaciones formales comenzaron en diciembre de 1991 con la inauguración de la Convención para una Sudáfrica Democrática (CODESA, por su sigla en inglés). — 140 — No obstante, el Comité Ejecutivo Nacional se mantuvo como la más alta instancia de toma de decisiones en el seno del ANC entre una y otra conferencia nacional, se estableció una Comisión de Negociaciones, que se reuniría con frecuencia a lo largo del proceso de negociación con el fin de mantener informadas a todas sus regionales sobre el desenvolvimiento de las negociaciones, evaluar constantemente dichos eventos y, en consulta con todas sus regionales, determinar las acciones a seguir. Este mecanismo aseguró que hubiera un alto grado de control (accountability) y un máximo de cohesión entre miembros y partidarios. También tability fue un mecanismo para asegurar que los hechos registrados en la mesa de negociación no se separaran de los acontecimientos ocurridos entre la masa poblacional y de las políticas generales del país. El ANC definió las negociaciones como un nuevo terreno de lucha y por consiguiente buscó mantener una relación y un equilibrio entre los eventos de la mesa y la acción política de las masas del pueblo. La concepción del ANC de su papel como el movimiento que encabezaba la lucha de liberación nacional también fue fundamental para entender la manera como se comportó, tanto durante las negociaciones como en el amplio terreno político. Después de treinta y un años de existencia clandestina pudo realizar, en julio de 1991, su primera conferencia en tierra sudafricana. No se veía a sí mismo en el molde de un partido político ortodoxo, sino más bien como una organización amplia que buscaba la liberación nacional. Con este perfil participó en las elecciones de 1994 e incluso hoy en día adhiere a esa autodefinición. El ANC se autoconceptúa como un movimiento dirigido a darle lugar a la liberación nacional del pueblo oprimido y a la consecución en Sudáfrica de una sociedad no racial, no sexista. Aunque la llegada de la democracia en 1994 significó un primer paso, esta tarea debe todavía completarse. Por consiguiente, también reafirma que hay necesidad de mantener la antigua alianza ANC /COSATU/SACP. De hecho, en contraste con el concepto general de concebir los partidos políticos como rivales, el ANC siempre entendió como su tarea la reunión en acciones unitarias de masas del mayor espectro de fuerzas y organizaciones posible, para poder alcanzar los objetivos de la lucha de liberación de la mejor manera. — 141 — SUDÁFRICA El Congreso Nacional Africano (ANC) y la transición negociada SUDÁFRICA DE LA INSURGENCIA A LA DEMOCRACIA En el caso específico de las negociaciones, la posición del ANC se reflejó en la iniciativa que asumió para reunir y crear una posición común dentro del llamado Frente Patriótico. De la misma manera como puso en marcha la idea de desarrollar y dirigir el proceso que llevó a la Declaración de Harare, tuvo que agrupar a las diferentes fuerzas del movimiento de liberación nacional y cargar con la tarea de conducir las negociaciones. La idea de un Frente Patriótico era importante en las negociaciones formales. Cuando, en 1986, Mandela comenzó sus movimientos para persuadir al régimen de negociar, previó dos fuerzas principales: el gobierno y el ANC. Por supuesto, el centro de la fase de prenegociaciones, destinada a intercambiar opiniones sobre el proceso, fue realmente el diálogo entre el gobierno y el ANC. Sin embargo, el acuerdo para comenzar las negociaciones formales definió la mesa en términos de suministrar un lugar a todos los partidos políticos existentes, independientemente de su pasado, de cómo se habían conformado, de qué papel habían tenido en la lucha contra el apartheid o de sus inclinaciones ideológicas, para que todos juntos hicieran parte del proceso con el gobierno sudafricano. Como consecuencia, la aplastante mayoría de los partidos que se sentaron a la mesa de debate había nacido durante la era del apartheid –un buen número de ellos como resultado de prerrogativas ofrecidas por el apartheid a algunos grupos raciales, tribales y étnicos, y en una variedad de grados en deuda con el patrocinio del apartheid–. En vista de esto, parecía que el ANC y sus aliados eran sobrepasados en número en la mesa. Pero la idea de un Frente Patriótico permitió al ANC interactuar con todos los partidos y desarrollar un consenso que dependió crucialmente de su asentimiento. Una de las manifestaciones públicas significativas de esa situación fue la Conferencia del Frente Patriótico llevada a cabo en Durban en octubre de 1991, la cual reunió un gran número de organizaciones culturales, religiosas y políticas, entre ellas el PAC, AZAPO y el ANC. No solamente pendía sobre el régimen una fuerte sospecha, sino que existían también profundas divisiones entre las organizaciones que hacían parte del frente de liberación. Sin embargo, los participantes lograron encontrar un terre- — 142 — no común. La conferencia confirmó la demanda de una Asamblea Constituyente elegida democráticamente; de unas estructuras interinas que debían asegurar que el régimen sudafricano no presidiría o manipularía la transición, y de una conferencia de todos los partidos que asegurara los principios constitucionales generales y acordara los plazos para el cambio a un orden democrático. En gran medida, las negociaciones formales de CODESA y el Proceso de Negociación Multipartidista que siguió se pronunciaron sobre estas exigencias. Sin embargo, el PAC boicoteó la apertura de las negociaciones formales en diciembre de 1991, a pesar del acuerdo del Frente Patriótico. Cuando ellas comenzaron, tres grandes partidos parecían dominar el escenario: el Partido Nacional (NP, por su sigla en inglés), que representaba al gobierno y a la minoría blanca; el Partido para la Libertad Inkatha (IFP), que actuaba por mandato del pueblo Zulu, y el ANC. De ellos, el NP y el IFP actuaron como aliados. Los eventos ulteriores determinaron, sin embargo, lo contrario. El IFP se autoaisló y el proceso vino a depender del NP y el ANC, que constituyeron el cimiento de cualquier consenso. La idea de la Declaración de Harare de resaltar una serie de principios claramente consagrados en la Constitución fue importante para dar seguridad a los partidos. Asimismo facilitó los acuerdos que estipularon que, mientras se negociaba una Constitución Interina entre estos partidos autonombrados, las dos cámaras del parlamento elegidas (que en conjunto formaban la Asamblea Constituyente) serían las que decidirían sobre la Constitución final. Esta Constitución final tendría que cumplir con los principios que habían sido acordados en las negociaciones y que se habían incorporado a la Constitución Interina. Una certificación expedida por la Corte Constitucional, a ser establecida por el Gobierno de Unidad Nacional elegido democráticamente, determinaría si la Constitución final acogería estos principios. El segundo desarrollo crucial consistió en la idea de un grupo de cláusulas transitorias defendidas por el ANC y enderezadas a despejar los temores de la minoría blanca y, en particular, del servicio civil, que com- — 143 — SUDÁFRICA El Congreso Nacional Africano (ANC) y la transición negociada SUDÁFRICA DE LA INSURGENCIA A LA DEMOCRACIA prendía a las fuerzas de seguridad del Estado del apartheid. Aunque el ANC se resistió enérgicamente a cualquier derecho de veto de las minorías, apoyó la realización de elecciones basadas en la representación proporcional y propuso un Gobierno de Unidad Nacional obligatorio por un máximo de cinco años. Era una forma de poder compartido que, al mismo tiempo, aseguraba que, durante un periodo no superior a cinco años a partir de las primeras elecciones democráticas, Sudáfrica disfrutaría de un gobierno de las mayorías. En contraste con la Declaración de Harare, que proponía un gobierno interino, en las negociaciones se acordó que mientras el gobierno existente continuara administrando el país, las elecciones serían dirigidas por una Comisión Electoral Independiente. Así mismo se aprobó que hubiera un conjunto de mecanismos para asegurar el juego limpio y evitar que el gobierno se aprovechara de los poderes y recursos a su disposición. Una parte importante de este mecanismo fue el Comité Ejecutivo Transicional y sus subcomités, así como la Comisión Independiente de Medios de Comunicación. Finalmente, la Constitución Interina estipuló que en la administración democrática habría amnistía bajo ciertas condiciones para aquellos que hubieran cometido flagrantes violaciones a los derechos humanos durante el periodo del gobierno del apartheid. Manejar la violencia del pasado: la amnistía y la Comisión para la Verdad y la Reconciliación (TRC, por su sigla en inglés) El asunto de la amnistía tiene una historia accidentada. Surgió en la etapa inicial de ‘conversaciones sobre el proceso’, cuando el ANC sugirió una amnistía global para las personas de ambas partes en el conflicto, a fin de facilitar la participación en las negociaciones formales. La propuesta tenía sentido para el ANC porque la mayoría de sus miembros exiliados figuraban en la lista de buscados por el régimen y otros estaban en prisión o bajo una u otra manera de restricción dentro del país. En ese tiempo el gobierno rechazó esta oferta y prefirió conceder indemnizaciones según — 144 — cada caso. El problema persistió en los corredores de las negociaciones. La liberación de presos políticos se alargó y el regreso de los exiliados se llevó a cabo por rachas. Cuando las negociaciones se acercaban a su final, en el lado gubernamental comenzó a manifestarse una sensación de inseguridad. Los miembros de sus fuerzas de seguridad temían la no continuidad de sus cargos en la nueva administración. Mientras tanto, el ANC había Estado estudiando las experiencias de otros países que habían enfrentado problemas de flagrante violación de los derechos humanos perpetrados durante el curso de largos y amargos conflictos. Comenzó a desarrollar ideas sobre la creación de un proceso de verdad y reconciliación para manejar el violento y brutal legado del pasado, y esas ideas comenzaron a incorporar la posibilidad de una amnistía dentro de dicho mecanismo. No obstante, el tema de una Comisión para la Verdad y la Reconciliación (TRC) no hizo parte de las negociaciones. La sugerencia solo se resolvió cuando el Consejo Negociador del Proceso de Negociación Multipartidista adoptó la correspondiente cláusula en la Constitución Interina de 1993, la cual concedió la amnistía obligatoria en el primer gobierno democrático de Sudáfrica. El texto estipula que La búsqueda de la unidad nacional, el bienestar de todos los ciudadanos surafricanos y la paz requiere la reconciliación entre el pueblo de Sudáfrica y la reconstrucción de la sociedad. La adopción de esta Constitución pone los fundamentos firmes para que el pueblo sudafricano transcienda las divisiones y se libere del pasado, que ocasionó violaciones flagrantes de los derechos humanos, la transgresión de principios humanitarios en conflictos armados y un legado de odio, miedo, culpabilidad y venganza. Esto puede abordarse ahora sobre la base de que existe una necesidad de entendimiento y no de venganza, una necesidad de reparación y no de retaliación, una necesidad de ubuntu25 y no de persecución. 25 Nota aclaratoria del editor en español: Ubuntu es una regla ética o ideología sudafricana centrada en la lealtad de las personas y las relaciones entre ellas. La palabra proviene de las lenguas zulú y xhosa. Ubuntu es visto como un concepto africano tradicional. Se puede traducir al español como “humanidad hacia otros”, “soy porque nosotros somos” o “una persona se hace humana a través de las otras personas”. El arzobispo Desmond Tutu la definió así: “Una persona con ubuntu es abierta y está disponible para los demás, respalda a los demás, no se siente amenazada cuando otros son capaces y son buenos en algo, porque está segura de sí misma, ya que sabe que pertenece a una gran totalidad, que decrece cuando otras personas son humilladas o menospreciadas, cuando otros son torturados u oprimidos” (v. http://es.wikipedia.org/wiki/Ubuntu). — 145 — SUDÁFRICA El Congreso Nacional Africano (ANC) y la transición negociada DE LA INSURGENCIA A LA DEMOCRACIA SUDÁFRICA Para avanzar en dicha reconciliación y reconstrucción, la amnistía deberá concederse respecto a actos, omisiones y ofensas asociados con objetivos políticos y cometidos en el curso de la confrontación del pasado. Con este fin, el Parlamento existente bajo esta Constitución adoptará una ley que determine una fecha límite, que deberá ser posterior al 8 de octubre de 1990 y anterior al 6 de diciembre de 1993, y que provea los mecanismos, criterios y procedimientos, incluida la intervención de tribunales si es necesario, a través de los cuales dicha amnistía deberá ser resuelta en cualquier momento después de que se haya aprobado la ley. ¿Por qué el tema de la amnistía tardó tanto tiempo en resolverse? La respuesta sencilla es que algunos elementos del gobierno vieron esto como un mecanismo con el potencial de mantener la presión sobre el ANC durante las negociaciones. Este potencial se marchitó a medida que avanzaban las negociaciones y, al final, la demora en dar la amnistía se convirtió en un dolor de cabeza, más para el gobierno que para el ANC. Durante el lapso del Gobierno de Unidad Nacional se promulgó la legislación que estableció la Comisión para la Verdad y la Reconciliación.26 Su paso por el Gabinete estuvo acompañado de mucho debate. Con posterioridad a la aprobación de esa ley, y luego de que la Constitución final se hiciera efectiva en febrero de 1997, el Partido Nacional abandonó el Gobierno de Unidad Nacional antes de que su término expirara. Sin embargo, las negociaciones triunfaron. Sudáfrica, que en algún momento se vio al borde del abismo, hizo la transición del apartheid a la democracia por el camino de las negociaciones. LEGADO DE LA LUCHA ARMADA: CONFLICTO ARMADO EN UN MUNDO CAMBIANTE Consideraciones sobre “terrorismo” y la ética de la violencia política En agosto de 1996, como parte de las declaraciones hechas ante la Comisión para la Verdad y la Reconciliación, el ANC respondió a la siguien26 Promoción de la Ley de Unidad Nacional y Reconciliación, Número 34 de 1995. — 146 — te pregunta: ¿Perpetró alguna violación flagrante a los derechos humanos?27 En cualquier otro momento esa habría sido una extraña pregunta para una organización que había liderado la lucha armada en Sudáfrica durante treinta años y que ahora encabezaba el gobierno en una democracia; habría parecido extraño que se le interrogara y se le pidiera rendir cuentas ante una audiencia pública de la Comisión que debatía sus actividades al respecto. El hecho llama aún más la atención cuando se observa que en casi todos los continentes cientos de civiles han sido asesinados arbitrariamente y con aparente impunidad. Pero el mundo está cambiando. Con respecto al conflicto armado, dos asuntos han saltado al primer plano. Primero, cada vez más aparece como algo inaceptable que población civil y no combatiente sea deliberadamente víctima de una violencia que pretende alcanzar fines políticos. Segundo, la flagrante violación de los derechos humanos que ocurre durante el conflicto armado crea un legado que debe ser manejado aun después de que la confrontación haya terminado. En general, se acepta que tener deliberadamente como objetivos de guerra a civiles y no combatientes es un acto que busca suscitar el miedo, no solo entre las víctimas sino también en un espectro poblacional más amplio. Este concepto se diferencia de lo que se conoce como ‘terrorismo’. Tal empleo de la violencia para alcanzar fines políticos es común, tanto en grupos estatales como en no estatales. Sin embargo, desde los días de la Liga de las Naciones hasta el día de hoy, la comunidad mundial ha fracasado en la intención de acordar una definición de terrorismo. Y pese a ello, el término se usa ampliamente y aparece a diario en los medios de comunicación de todas las naciones. Se emplea de una manera que sugiere una falta de moral y de legitimidad. 27 Para el texto de la declaración del ANC, v. http://www.anc.org.za/ancdocs/misc/trctoc.html. Acotaciones posteriores en esta sección, a menos de que se indique lo contrario, son de este documento. — 147 — SUDÁFRICA El Congreso Nacional Africano (ANC) y la transición negociada SUDÁFRICA DE LA INSURGENCIA A LA DEMOCRACIA Tal aplicación peyorativa del término está diseñada claramente para manipular a la opinión pública y se presta fácilmente para llevar a la gente a pensar en grupo. El lugar común en que esto se manifiesta más claramente es la contraposición de “bueno” contra “malo”. El fracaso en acordar una definición [de terrorismo] opera como obstáculo para elaborar reglas y regulaciones que minimizarían y eliminarían la identificación de objetivos civiles deliberados en cualquier conflicto armado. Antes bien, se acude a definiciones rivales, que incluyen las acciones de una parte y excluyen las de la parte enfrentada. Por ejemplo, algunos Estados, que se encuentran entre los que han perpetrado el mayor número de muertes de civiles, rechazan la definición que incluye el asesinato de civiles y no combatientes por parte de agencias estatales. Por razones específicas de la situación sudafricana, a la que nos hemos referido previamente, el ANC y su ala militar, el MK, evitaron el “terrorismo”. En su declaración ante la Comisión para la Verdad y la Reconciliación, el ANC definió el término como “ataques militares contra civiles por parte de grupos armados o individuos”. El pasaje relevante de su declaración comienza así: ¿Qué consideraciones dio el ANC a asuntos de moralidad y códigos de conducta militar durante estos años de intensificada actividad armada? Las bajas civiles son frecuentes y una consecuencia notoria de formas irregulares de combate militar. Hubo casos en los que las políticas propias del ANC al respecto fueron contradictorias o ignoradas (…) Al mismo tiempo, el registro histórico es inequívoco. Evitar la pérdida innecesaria de vidas fue política del ANC –incluso desde la creación del MK en 1961–. El ANC nunca ha permitido ataques aleatorios contra objetivos civiles (…) El ANC buscó escrupulosamente que los civiles no fueran objetivos bélicos. La declaración hecha ante la Comisión llamó la atención sobre el hecho de que “parte del entrenamiento de cada combatiente del MK era política e incluía la insistencia de que el enemigo no debía ser definido simplemente en términos raciales”. En 1980 el ANC se convirtió en signatario del Protocolo de la Convención de Ginebra, relacionado con la guerra irregular, y confirmó de ese modo su compromiso de evitar ataques — 148 — contra civiles y la conducción ‘humanitaria’ de la guerra. En 1985 reconoció también que, aunque la guerra se intensificara, no habría “bajas civiles inevitables”. Por lo tanto, decidió que el peligro de esas bajas inevitables no debía permitirse más porque minaba la campaña para intensificar la lucha armada. Tan cuestionable como puede ser la existencia de algo como una guerra ‘limpia’, las reglas de la guerra establecidas a través de mecanismos como la Convención de Ginebra son fáciles de transgredir cuando el conflicto se intensifica. En el caso de Sudáfrica, los disparos hechos en Sharpeville contra manifestantes desarmados, muchos de ellos por la espalda mientras huían de la policía, subrayaron el hecho de que el régimen no se veía a sí mismo obligado por ninguna de las normas. Era un hábito arraigado en el Estado del apartheid debido a su control del poder del Estado y a su ideología de raza superior. Cuando el ANC firmó unilateralmente el Protocolo de Ginebra, el régimen del apartheid ignoró el gesto porque para él firmar ese protocolo sería reconocer que en el país se estaba desarrollando una guerra civil. En sus libros, los combatientes del MK eran terroristas y criminales. En ningún momento el régimen admitió que había presos políticos en las cárceles de Sudáfrica. A pesar de que esa administración había recurrido a formas de guerra cada vez más sucias, la declaración del ANC sostuvo que El ANC mantuvo su compromiso con formas de combate internacionalmente aceptadas; nunca consintió el ‘terrorismo’ (…) Cuando algunos de sus cuadros transgredieron esta política sus acciones fueron rechazadas y en algunos casos repudiadas públicamente. El ANC no aceptó la violencia sistemática y la intimidación sobre civiles; no empleó los métodos militares utilizados en la defensa del racismo. Por otra parte, el ANC reclamó el derecho a sublevarse (v. atrás la Sección La lucha armada como estrategia política). Al mismo tiempo, por la naturaleza y la forma de opresión prevalecientes en Sudáfrica, restringió las condiciones bajo las cuales hacía valer este derecho y se autolimitó en la forma como buscó conducir la lucha armada. Así, desde el punto — 149 — SUDÁFRICA El Congreso Nacional Africano (ANC) y la transición negociada SUDÁFRICA DE LA INSURGENCIA A LA DEMOCRACIA de vista del pasado, y en la perspectiva de construir una sociedad donde victimario y víctima de flagrantes violaciones de los derechos humanos vivan juntos y construyan una nueva sociedad, la manera como el ANC manejó los casos en los que, inconscientemente o por su planificación, sus acciones cruzaron los límites de conducta aceptables que se habían fijado, se convierte en un planteamiento interesante y significativo. Como lo reconoció ante la Comisión, Parecería natural intentar justificar todo lo que pasó dentro del contexto de la lucha en contra del apartheid como aceptable [por ser una guerra justa] y, por lo tanto, no escrutable según el mandato de la Comisión. Pero la moralidad del ANC, sus objetivos entonces y ahora, y las normas que se autoimpuso, justifican que estudiemos de manera crítica la conducta de la lucha y reconozcamos dónde hubo errores (…) La lógica de la Comisión es que se debe reconocer la verdad, no importa lo dolorosa que ella sea, para asegurarse así de que se han creado condiciones bajo las cuales es imposible que los terribles hechos del pasado vuelvan a ocurrir. La zona gris de los “blancos legítimos” Otra sección de la declaración resume brevemente la experiencia y postura del ANC: El constante desafío que enfrentaban el ANC y el MK era el de cómo canalizar la ira para asegurarse de que la perspectiva estratégica de una sociedad democrática y no racial no se sacrificaba en el altar de acciones de arreglo rápido, drástico y mal dirigidas. La tensión entre dicha intensificación de la lucha y la necesidad de evitar una guerra racial, expresada elocuentemente en el Manifiesto del MK cuando se dio inicio al ejército de liberación, se mantuvo en el movimiento hasta el último día de la lucha armada. La presión sobre el ANC para que contraatacara con furia y venganza provenía de la gente que habitaba Sudáfrica y de sus propios cuadros desplegados en los campos militares establecidos fuera del país, y permeaba la declaración. Civiles que estaban siendo asesinados en Sudáfrica y en los Estados vecinos, eran con frecuencia ciudadanos de esos países y no cuadros del ANC/MK. — 150 — Un caso bastaría para demostrar las dificultades que encontraban sus operativos dentro del territorio nacional. En diciembre de 1985 Andrew Zondo, un cuadro del MK de diecinueve años, colocó una bomba en una caneca de basura de un centro comercial de Amanzimtoti. Cinco personas murieron, entre ellas un niño de ocho años, y cuarenta resultaron heridas. En su juicio, Zondo confirmó que su entrenamiento de dos años en el extranjero había enfatizado que no debería poner a los civiles en peligro. Regresó a Sudáfrica en 1985. “Nuestro trabajo –testificó– se hizo muy bien. Fuimos cuidadosos en nuestros objetivos. Las instrucciones que nos dieron fue evitar cobrar vidas e insistí en esta instrucción. A veces los otros camaradas se molestaban conmigo por eso”. El 20 de diciembre de 1985 el régimen del apartheid lanzó sobre la vecina Lesotho una incursión militar en la que nueve personas resultaron muertas. El régimen negó su responsabilidad en esos asesinatos, en los que se utilizaron armas con silenciador. Zondo fue a Amanzimtoti a reconocer un objetivo. Verificó la estación de policía local, pero concluyó que no podía atacarla él solo. Más tarde, ese mismo día, fue a un restaurante del centro comercial para comprar algo de comer. Después él mismo testificó: Mientras estaba comiendo vi gente leyendo el periódico que mostraba la foto de una mujer abaleada en Lesotho, mamá de un bebé de nueve meses. Yo mismo compré el periódico. Al volver a mi casa decidí ir y poner la mina [una mina lampa] en el centro comercial. La decisión que tomé ese día fue de carácter racial, porque noté que el área tenía muchas personas blancas. Antes de colocar la mina le di vueltas al asunto. Pero el lunes decidí hacerlo, con una motivación tan racial como la que tenía. Sabía que las personas eran inocentes y que no tenían nada que ver con el gobierno. Esperaba que no les hiciera daño, pero esperaba que el gobierno recapacitara. Fue condenado a muerte cinco veces y rehusó presentar una apelación. Antes de la sentencia le dijo al tribunal:“Deseo decirle esto a las personas que hayan podido perder a sus amigos, hijos y familias. Les digo que lo siento. Lo otro que deseo es que mi país sea amigable con sus países vecinos”. — 151 — SUDÁFRICA El Congreso Nacional Africano (ANC) y la transición negociada SUDÁFRICA DE LA INSURGENCIA A LA DEMOCRACIA Poco tiempo después de la explosión ocurrida en Amanzimtoti, Oliver Tambo explicó: Sudáfrica entera comienza a desangrarse (…) Si se me hubiera acercado una unidad del ANC y me hubiera preguntado si debería ir y colocar una bomba en un supermercado, le habría contestado: ‘Por supuesto que no’. Pero cuando nuestras unidades se enfrentan a lo que pasa a su alrededor es entendible por qué algunos de ellos dicen: ‘Bueno, puedo haber sido disciplinado, pero voy a hacerlo’. El testimonio de Zondo habla claramente de los dilemas que viven los cuadros de ANC/MK: la presión sobre el cuadro para contraatacar; el peso de la responsabilidad sobre él; la tensión causada por la necesidad de actuar y de saber que lo hacía en contra de la política del partido y de su mejor juicio. El comentario de Tambo también demuestra la comprensión sobre la presión que vivían sus cuadros en el campo de batalla y la constante necesidad de mantenerlos bajo control –un control que emergía solo de los valores políticos y las reservas morales–. Tal como lo establece la declaración de 1996 ante la TRC, Dentro de las filas del ANC y el MK se suscitaban continuamente debates sobre la limitada definición de objetivos legítimos. En algunos casos, las observaciones al respecto eran manifestadas públicamente. Como ya se mencionó, esto reflejaba la tensión permanente entre la política perseguida desde la formación del MK y la presión de los cuadros y la masas para que se emprendieran acciones retaliativas en respuesta a la brutalidad del Estado. Hubo casos en los que figuras de alto rango del ANC hicieron comentarios que podrían describirse como el establecimiento de una ‘zona gris’ con relación a cuáles objetivos eran considerados legítimos. No obstante ello, el movimiento permaneció fiel a sus principios. ¿Cómo la organización manejó esta tensión y logró mantenerse en el rumbo que había sido establecido con anterioridad? Los comandantes de alto rango del MK pudieron testificar que, de hecho, muchos objetivos no fueron específicamente atacados, en prevención de que pudieran ocasionar muchas bajas civiles. Una unidad que hizo un reconocimiento de la refinería de Mobil Oil en Durban a finales de la década de 1970, reportó que habría sido poco inteligente haberla atacado, ya que las instalaciones se encontraban muy cerca de las viviendas civiles levantadas alrededor de la refinería y habrían estado en peligro por una probable explosión de gas en su área de residencia. — 152 — La decisión de no continuar con un ataque al gabinete de PW Botha durante las celebraciones del Día de la República de 1981 en Bloemfontein… suministra otro ejemplo. Antes de que se aprobara el ataque a Koeberg [la planta de energía nuclear], el ANC se tomó la molestia de contratar en Europa a expertos nucleares confiables para determinar sin ninguna sombra de duda que no habría ningún peligro para los civiles como resultado de las explosiones. Este compromiso firme con la política fue puesto a prueba en los años ochenta, en el momento decisivo de la represión del Estado. Como la ‘Guerra de la hamburguesa’ parecía convertirse en una tendencia (ataques a Wimpy Bars y supermercados), el Presidente Tambo ordenó una reunión especial del Consejo Político Militar y todos los comandantes militares para debatir y replantear la política sobre los objetivos de guerra. Aunque cierto número de ataques pudieron haber sido ejecutados por militantes del MK, la evidencia comenzó a sacar a la superficie que algunos eran, de hecho, ‘operaciones de bandera falsa’ del Estado del apartheid, y por las vidas sacrificadas para tratar de desacreditar al ANC, los responsables deberían informar a esta Comisión [de Verdad y Reconciliación]. Prácticamente en todos los casos en que hubo violación de políticas por parte de militantes del MK se adoptaron medidas disciplinarias. En algunos de ellos, comandantes y cuadros operativos fueron retirados del país y enviados de vuelta a campos de entrenamiento. En casos excepcionales hubo cuadros que se volvieron indisciplinados, desobedecieron abiertamente todas las normas y atacaron a enemigos personales o tomaron parte en conflictos violentos ocurridos en lugares públicos, como shebeens. En un caso, un cuadro del MK mató a dos personas en un shebeen de Soweto; esa persona está pagando una cadena perpetua y el ANC no ha pedido su liberación en el plano político. La TRC debe también tomar nota de que en muchos de los casos los cuadros responsables de estas operaciones fueron arrestados, torturados y sentenciados a largas penas de cárcel. Sostenemos que cuando se consideran asuntos relacionados con estos casos debería tenerse en cuenta la justicia natural. La declaración se ocupa de manera exhaustiva de diferentes categorías de acciones armadas que tuvieron como resultado bajas de civiles. Vale la pena leer toda la sección porque ella ofrece una excelente comprensión de la naturaleza real de la guerra que se desarrolló en Sudáfrica y de las profundas heridas que dejó en la psique del pueblo, que es la urdimbre y la trama de la nación que se está construyendo. — 153 — SUDÁFRICA El Congreso Nacional Africano (ANC) y la transición negociada SUDÁFRICA DE LA INSURGENCIA A LA DEMOCRACIA Epílogo En la naturaleza del mundo contemporáneo se encuentra que tanto el legado del pasado como la tarea de construir una sociedad partiendo de los enemigos de ayer es un reto que cada vez más confrontan distintas naciones en el momento en que emergen del conflicto armado. Sin embargo, si enemigos y ‘terroristas’ de ayer han sido capaces de negociar su salida del conflicto, como sucedió en los casos de Sudáfrica e Irlanda del Norte, entonces una lección crítica debe consistir en evitar descalificarse uno al otro, de tal forma que se consolide una visión contraria a la posibilidad de reunir a las partes para negociar un acuerdo. Por lo tanto, el desafío para todos los actores de un conflicto es evitar conductas que destruyan la aparición de una visión de paz: como mantener el espacio abierto para que el ‘terrorista’ de hoy se convierta en nuestro cómplice en la paz. ¿Qué hizo que Mandela percibiera desde la cárcel que había llegado el momento de presionar al régimen para que negociara con el ANC? ¿Qué llevó a Tambo a impulsar la adopción de la Declaración de Harare como una posición africana para que la dinámica de las negociaciones pudiera ser liderada por el ANC? ¿Qué hizo posible que el ANC acogiera las negociaciones mientras luchaba por mantener su propia unidad y la del amplio movimiento democrático de Sudáfrica, aun cuando seguía abrigando reservas profundas sobre un compromiso real del gobierno para negociar el fin del apartheid? Una buena parte de la respuesta recae en el hecho de que el ANC concebía la lucha armada como una entre una variedad de formas de lucha, y de que cualquiera que fuese la combinación de estrategias que se adoptaran en un momento dado, el ANC siempre se guiaría por políticas y propósitos políticos. Mandela percibió el giro al terreno de las negociaciones como una oportunidad y un reto, y Tambo lo hizo como una respuesta preventiva. Los dos líderes pudieron marchar acompasados dentro del ANC porque ambos compartían una estrategia política global que permi- — 154 — tía cambiar la combinación de formas de lucha y agregar nuevas formas cuando las condiciones requerían tales adaptaciones. Sudáfrica se convirtió en un Estado constitucional en 1994. El ANC ganó una victoria abrumadora en las votaciones y ha regresado al poder con mayorías más fuertes en dos elecciones consecutivas. El resultado de Sudáfrica ha sido una victoria del no racismo, del no sexismo, de la unidad y la democracia. En un mundo inflexible donde el poder se mide por el tamaño de la economía y la capacidad militar, la transición de Sudáfrica del apartheid a la democracia a través de negociaciones la revistió justamente con el reconocimiento de “superpotencia moral”. Johannesburgo, septiembre de 2007 BIBLIOGRAFÍA Blei, Karel (1994). “Apartheid as a status confessionist”. Studies from the World Alliance of Reformed Churches (WARC), volume 25. Accessible on http://www.warc.ch/dcw/bs25/03.html Kate Parkin (ed.) (2006). Mandela: The Authorised Portrait. Bloomsbury, London. Mandela, Nelson (1995). Long Walk to Freedom: the Autobiography of Nelson Mandela, Macdonald Purnell, Randburg. O’Malley, Padraig (2007). Shades of Difference: Mac Maharaj and the Struggle for South Africa. Viking (Penguin Group), New York. Pogrund, Benjamin (1990). How Can a Man Die Better. The Life of Robert Sobokwe. Jonathan Ball Publishers, Johannesburg. Sampson, Anthony (1999). Mandela: The Authorised Biography Biography, HarperCollins, London. Sisilu, Walther (2001). “We Shall Overcome” in Maharaj, Mac (ed.), Reflections in Prison, Zebra Press, Cape Town and Massachusetts University Press, USA, pp.71-90. — 155 — SUDÁFRICA El Congreso Nacional Africano (ANC) y la transición negociada SUDÁFRICA DE LA INSURGENCIA A LA DEMOCRACIA Documentos y otros recursos Hay dos sitios web útiles para accede a documentos e información sobre la lucha del ANC contra el apartheid. La mayoría de los documentos citados en el artículo pueden encontrarse en uno de estos sitios. http://www.anc.org.za http://www.omalley.co.za ANEXO 1 Cronología 1910 Se crea la Unión Sudafricana. 1911 Se funda el Congreso Nacional de Nativos Surafricanos, que más tarde (1923) cambia su nombre a Congreso Nacional Africano (ANC). 1921 Se forma el Partido Comunista de Sudáfrica (SACP). 1944 Se forma la Liga Juvenil del Congreso Nacional Africano, como parte del ANC. 1950 Se aprueba una serie de legislaciones del apartheid: Ley de Delimitación de Zonas, Ley de Supresión del Comunismo (que proscribe al SACP), Ley de Registro de Población y Ley de Inmoralidad. 1952 El ANC, en alianza con el Congreso Indio Sudafricano, comienza su resistencia llamada Campaña de Leyes Injustas. Durante ella, más de 8.500 voluntarios fueron encarcelados. 1955 En el Congreso del Pueblo llevado a cabo en Kliptown se adopta la Carta de la Libertad. 1956-1961 Comienza el Juicio de la Traición. 156 acusados son imputados con cargo de alta traición. Durante el transcurso del juicio los cargos de todos, excepto 34, fueron postergados. Los 34 fueron absueltos en 1961. — 156 — 1959 Robert Sobokwe crea el Congreso Panafricanista (PAC). 1960 Año de la Independencia Africana. El 21 de marzo asesinan a 69 personas en Sharpeville cuando la policía abre fuego contra manifestantes que protestan contra las leyes aprobadas. Se declara el primer estado de emergencia. Se detiene a más de 11.000 personas. Proscriben al ANC y al PAC. 1961 Albert Luthuli, presidente del ANC, es galardonado con el Premio Nobel de la Paz. Se forma el Umkhonto weSizwe (MK) y el 16 de diciembre de 1961 se inicia su campaña de sabotaje. 1962 Arrestan a Mandela y lo sentencian a cinco años de encarcelamiento. En octubre de 1962 se lleva a cabo la primera conferencia del ANC fuera de Sudáfrica, en Lobatse, Botswana (entonces Bechuanalandia). La conferencia vincula explícitamente al ANC y el MK. 1963 Mandela y varios de sus colegas del Alto Comando del MK, junto con otros, son sentenciados a cadena perpetua. 1969 Steve Biko forma la Organización Estudiantil Sudafricana, iniciando de ese modo el Movimiento de Conciencia Negra (BCM). 1975 Angola se vuelve independiente. Tropas surafricanas entran secretamente en su territorio con la intención de cerrar el paso a un gobierno del MPLA. Cuba envía tropas para ayudar al MPLA. 1976 El 16 de junio comienza el Levantamiento de Soweto. La policía abre fuego contra cerca de 10.000 estudiantes que realizan una manifestación. La resistencia se extiende por todo el país. Mozambique logra su independencia. 1977 En septiembre, Steve Biko muere en prisión como resultado de la brutalidad de la policía. Diecisiete organizaciones de resistencia son proscritas. Naciones Unidas impone un embargo de armas. Aumentan los llamados para imponer sanciones económicas a Sudáfrica. 1980 Zimbabwe se vuelve independiente. 1982 El Consejo Mundial de Iglesias declara al apartheid una ‘herejía teológica’. — 157 — SUDÁFRICA El Congreso Nacional Africano (ANC) y la transición negociada SUDÁFRICA DE LA INSURGENCIA A LA DEMOCRACIA 1983 Se lanza el Frente Democrático Unido (UDF). 1984 Se forma el Congreso de Sindicatos Surafricanos (COSATU). 1985 El Presidente Botha ofrece libertad a Mandela y todos los presos políticos si renuncian a la violencia. Mandela rechaza la oferta por las condiciones que trae adjuntas. Estados Unidos aprueba la Ley General en contra del Apartheid, que impone sanciones comerciales y financieras a Sudáfrica. La Commonwealth nombra el Grupo de Personas Eminentes para que visiten Sudáfrica en una misión de investigación. La misión aborta debido a los asaltos militares surafricanos en Botswana, Zambia y Zimbabwe. 1986 En junio, Mandela comienza a entablar conversaciones con representantes del Estado, primeramente con el ministro de Justicia y Prisiones sobre la necesidad del gobierno y el ANC de negociar un acuerdo. El Comité Ejecutivo Nacional del ANC resuelve que el presidente Tambo envíe líderes de alto rango para que se establezcan clandestinamente en Sudáfrica. Esta decisión marca el nacimiento de la Operación Vula. 1987 El Comité Ejecutivo Nacional del ANC considera el tema de las negociaciones y publica una declaración en la cual proclama su apoyo a negociaciones genuinas y no a negociaciones falsas. Govan Mkebi y Harry Gwala, ambos bajo cadena perpetua, son liberados. En octubre, se lleva a cabo la primera de las conversaciones de “Mells Park”, Reino Unido, entre el ANC y miembros de la clase dirigente Afrikáner. 1988 Sudáfrica firma los Acuerdos de Nueva York, acepta retirarse de Angola, y acoge la Resolución 435, allanando el camino para la independencia de Namibia. Dentro de Sudáfrica se lanza la Operación Vula. 1989 En mayo el presidente Tambo comienza a redactar el borrador de lo que posteriormente se conocerá como la “Declaración de Harare”, después de que los Estados de Primera Línea la adoptaran en una reunión efectuada en Harare. En julio se encuentran Mandela y el presidente Botha. En octubre se lleva a cabo en Sui- — 158 — za la primera reunión entre el ANC y el Servicio de Inteligencia Nacional del Estado del apartheid. También en octubre se libera a Walter Sisulu y otros que cumplían cadena perpetua. En diciembre tiene lugar la Conferencia para un Futuro Democrático en Sudáfrica. 1990 El 2 de febrero se levanta la proscripción del ANC, el PAC, el SACP y otras 31 organizaciones políticas. El 11 de febrero Mandela abandona la cárcel. Se firma el Acta de Groote Schuur. Se destapa la Operación Vula. Se firma el Acta de Pretoria. El ANC declara una suspensión unilateral de la lucha armada y regresan a Sudáfrica los primeros exiliados. 1991 Comienzan las negociaciones multipartidistas formales con el lanzamiento de la Convención para una Sudáfrica Democrática (CODESA). En septiembre se firma el Acuerdo de Paz Nacional. En octubre se reúne en Durban la Conferencia del Frente Patriótico. 1992 Comienza la campaña de acciones de masas del ANC y sus aliados. En junio ocurren las masacres de Boipatong. La CODESA fracasa. Ocurre la masacre de Bisho. En septiembre se firma el Documento de Entendimiento entre el gobierno y el ANC, que allana el camino para la reanudación de las negociaciones multipartidistas. 1993 El Foro de Negociaciones Multipartidistas reanuda las negociaciones. Asesinan a Chris Hani. Entierran a O. R. Tambo. En el Foro de Negociaciones Multipartidistas se acuerda la Constitución Interina. 1994 El 27 de abril se celebran las primeras elecciones democráticas. El ANC forma el Gobierno de Unidad Nacional y Mandela se convierte en presidente de Sudáfrica. 1996 Comienza a trabajar la Comisión para la Verdad y la Reconciliación. La Asamblea Constitucional ratifica la Constitución Sudafricana. F. W. de Klerk retira a su partido, el Partido Nacional, del Gobierno de Unidad Nacional. — 159 — SUDÁFRICA El Congreso Nacional Africano (ANC) y la transición negociada SUDÁFRICA DE LA INSURGENCIA A LA DEMOCRACIA 1997 Quincuagésima Conferencia Nacional del ANC: Mandela dimite como presidente y en su lugar se elige a Thabo Mbeki. 1999 Finaliza el periodo del primer gobierno democrático de Sudáfrica. Mandela se retira. El ANC vuelve al poder en las elecciones y Thabo Mbeki es investido presidente de Sudáfrica. — 160 — IRLANDA Bairbre de Brún NORTE El camino hacia la paz en Irlanda DEL CAPÍTULO 3 INTRODUCCIÓN La historia de resistencia a la interferencia inglesa/británica en Irlanda por más de ocho siglos ha pasado por muchas fases diferentes: resistencia pasiva, disturbio agrario, levantamiento armado, adversidades, derrotas y reagrupaciones, victorias temporales, movimientos populares y agitación política, luchas por la lengua y la cultura, triunfos democráticos y acuerdos constitucionales y parlamentarios. La última es con frecuencia la fase más exigente para cualquier movimiento revolucionario. El análisis podría perderse o empantanarse rápidamente entre demasiados detalles históricos o una discusión sobre la variedad de personalidades y bases de poder cambiantes y de rivalidades que se involucraron durante muchos siglos. Por lo tanto, voy a concentrarme principalmente en los desarrollos principales de nuestra lucha desde los tiempos del movimiento de derechos civiles que tuvo lugar en el norte de Irlanda en 1968. Trataré los tres puntos que se plantearon en este proyecto de la manera siguiente: • ¿Cómo un movimiento llega a la lucha armada? • ¿Qué factores convencen a la gente de ir hacia una estrategia política no armada? • ¿Cómo se define esa estrategia? — 161 — IRLANDA DEL NORTE DE LA INSURGENCIA A LA DEMOCRACIA Para los intereses de este trabajo, cuando utilizo el término político me refiero a no armado. Por supuesto que hubo lucha armada política y hubo lucha política no armada, pero cuando digo “político” en el contexto de este proyecto, quiero decir no armado. LOS PRIMEROS AÑOS Los irlandeses, como cualquier otro pueblo que ama la paz y que fue sujeto de ocupación y expropiación, habrían preferido gozar de sus derechos sin recurrir a la fuerza y el conflicto. El enemigo, la potencia ocupante, fue precisamente la potencia ocupante porque no tuvo ningún reparo en utilizar su aplastante poder militar para doblegar al pueblo. El ciclo de resistencia al gobierno británico en Irlanda fue un patrón establecido que otro pueblo colonizado reconocería fácilmente. Agitaciones políticas y apelaciones, que se extendieron por décadas, fracasarían, y luego, como respuesta a ese fracaso, y teniendo en cuenta que había líderes y una organización dedicada a sostenerse en el lugar, seguirían la resistencia, la insurrección o el levantamiento. El partido político Sinn Féin se formó en 1905. Sinn Féin y la clandestina Hermandad Republicana Irlandesa, predecesora del Ejército Republicano Irlandés (IRA, según su sigla en inglés), se anticiparon a rechazar al gobierno británico. Sin embargo, en ese momento el electorado irlandés votó en su mayoría por el Partido Parlamentario Irlandés (IPP, por su sigla en inglés), que envió a sus diputados al parlamento británico, en Westminster. Allí tuvieron poco o ningún éxito en sus demandas de derechos para los irlandeses. El papel de Sinn Féin, dirigido a politizar y agitar a la población en contra del gobierno británico, complementó los planes de la Hermandad Republicana Irlandesa para organizar un levantamiento armado en 1916 (en adelante, el Levantamiento) junto con el Ejército Ciudadano, cuando tomaron y ocuparon Dublín durante una semana y proclamaron la República Irlandesa. La despótica retaliación británica –represión y ejecución inmediata de los líderes del Levantamiento– alienó al pueblo irlandés. Muy pronto — 162 — La guerra de independencia duró muchos años y culminó en negociaciones poco satisfactorias que escindieron al IRA y al Sinn Féin. Gran Bretaña dividió Irlanda en norte y sur, otorgó la independencia a 26 de los 32 condados sureños y en cinco condados del norte entregó todo el poder a los Unionistas, que permanecieron fieles a Gran Bretaña y a la ‘unión’ con ella. En su mayoría eran protestantes descendientes de los primeros colonizadores del noreste irlandés instalados en el siglo XVII. El Estado irlandés del sur (26 condados), luego de una trágica y sangrienta guerra civil, evolucionó eventualmente en la actual República de Irlanda. Con los Seis Condados del norte de la isla Gran Bretaña constituyó el Estado de Irlanda del Norte. Es un Estado nacido en medio de la violencia contra la comunidad nacionalista irlandesa, que fue obligada a vivir como ciudadanos de segunda categoría. De hecho, un Primer Ministro de ese Estado describió su Asamblea o ente administrativo como “un parlamento protestante para un pueblo protestante”, entendiendo el término protestante como sinónimo del término Unionista, es decir, fiel a Gran Bretaña. Los representantes nacionalistas elegidos boicoteaban con frecuencia este parlamento porque no podían tener ninguna influencia en su legislación y siempre eran relegados y humillados. Pero en cada década de existencia del Estado siempre hubo un pequeño grupo de personas, organizadas alrededor del IRA, que mantuvo su desafío al Estado, incluso si ese desafío no era siempre hecho a través de la lucha armada. Esto significó que siempre hubo prisioneros políticos en las cárceles y una continuada cultura de resistencia. Sin embargo, hay que decir que el IRA tuvo inicialmente poco impacto, hasta comienzos de la década de 1970, — 163 — DEL IRLANDA cambiaron su apoyo del partido constitucional, el IPP, al partido republicano, Sinn Féin, que obtuvo la mayoría de los escaños en las elecciones generales de 1918. Sinn Féin se rehusó a ocupar sus escaños en Westminster y a cambio estableció un parlamento irlandés, el Dáil Éireann. El gobierno británico proscribió al Dáil Éireann y persiguió a sus líderes, y posteriormente el IRA emprendió una guerra de independencia contra las fuerzas de ocupación británicas. NORTE El camino hacia la paz en Irlanda IRLANDA DEL NORTE DE LA INSURGENCIA A LA DEMOCRACIA cuando, luego de la represión del llamado Movimiento de Derechos Civiles, esa agrupación armada resurgió. Estaba mejor organizada y contaba con apoyo popular en la clase obrera urbana y en las áreas nacionalistas rurales de estratos pobres. PROTESTA POR LOS DERECHOS CIVILES El Movimiento de Derechos Civiles del norte de Irlanda se inspiró en el que lideró Martin Luther King en los Estados Unidos. También tuvo influencia de las revueltas estudiantiles europeas de mayo de 1968 y del movimiento de rechazo a la guerra de Vietnam. La gente marchó para exigir derechos civiles muy limitados: la finalización de la manipulación del gobierno local; el derecho al voto de cada persona; el derecho a una vivienda decente y el fin de la discriminación en el empleo. Por supuesto, los republicanos irlandeses y muchos nacionalistas también aspiraban a una Irlanda unida y a la erradicación del poder británico en la isla. No pocos anhelaban una república democrática y socialista, de 32 condados. Pero la policía estatal, la Real Policía del Ulster (RUC, por su sigla en inglés), atacó a los manifestantes de los derechos civiles. Utilizaron cañones de agua, gases lacrimógenos y porras para retirar a las personas de las calles. En un incidente tristemente famoso, la policía entró en el área nacionalista de Bogside, de Derry, y golpeó a un hombre frente a su familia. El ciudadano murió poco después, y cuando se llevó a cabo una investigación sobre su muerte, la policía se negó a cooperar y nadie fue procesado. En 1969 las áreas nacionalistas de Belfast fueron invadidas por chusmas unionistas y la RUC. Muchas personas fueron asesinadas a tiros y miles fueron quemados en sus casas. Al comienzo, el IRA estaba precariamente organizado, pero como resultado de éste y otros incidentes decidió rearmarse y defender a la comunidad de las chusmas. La mayor represión intensificó el conflicto creciente entre el IRA y las fuerzas del Estado, especialmente en 1971, cuando el gobierno británico introdujo la reclusión sin juicio. A pesar de que se presentara una violencia extendida por parte de paramilitares unionistas, incluida una racha de — 164 — NORTE En enero de 1972, un grupo de manifestantes por los derechos civiles que protestaban en contra de la reclusión fueron asesinados a tiros en las calles de Derry por paracaidistas británicos, en lo que se conoció como “domingo sangriento”. Tan humillados y frustrados llegaron a estar los nacionalistas, que incluso John Hume, el líder del moderado y nacionalista Partido Socialdemócrata y Laborista (SDLP, por su sigla en inglés), que representaba a los nacionalistas pero se oponía al IRA, a raíz del Domingo Sangriento declaró que la solución era “una Irlanda unida, o nada”. El enconado debate que el suceso promovió en el seno de la comunidad nacionalista giró en torno de si era posible un cambio pacífico, constitucional, logrado a través del SDLP, o si la campaña armada del IRA, que en ese momento estaba muy animada, podría forzar el cambio de los británicos. En ese momento, las exigencias republicanas eran las tradicionales, y fundamentalmente la de que Gran Bretaña debía reconocer el derecho del pueblo irlandés de todos los 32 condados del país a decidir su propio futuro, declarar su intención de retirarse para siempre de Irlanda y otorgar una amnistía a los prisioneros políticos. La visión general y la atmósfera prevaleciente entonces dentro de la comunidad republicana daban a entender que la lucha armada iba a terminar con el dominio del gobierno británico; que la lucha armada, y solo la lucha armada, iba a dar lugar a la liberación de los británicos. La teoría decía que una vez los británicos se convencieran de abandonar Irlanda, el pueblo irlandés podría instaurar una conferencia constitucional del tipo que se había visto en otros países, donde la gente pudiera decidir su futuro. Todo estaría en la mesa para ser negociado, todos serían participantes interesados en una conferencia de ese carácter, y todo tipo de relaciones, internas y externas, se acordaría y resolvería. — 165 — DEL asesinatos, la reclusión se utilizó de manera parcializada, en contra de los republicanos irlandeses, activistas de los derechos civiles y estudiantes. En 1978 el Tribunal Europeo de Derechos Humanos encontró a Gran Bretaña culpable de “tratamiento inhumano y degradante” a los prisioneros, en un acto histórico asumido por el gobierno irlandés. IRLANDA El camino hacia la paz en Irlanda IRLANDA DEL NORTE DE LA INSURGENCIA A LA DEMOCRACIA DEBATE INTERNO Por razones históricas –y supongo que esto es algo que comparten muchos movimientos revolucionarios–, en las filas del republicanismo irlandés había desconfianza sobre las políticas constitucionales y de partido. Eso permitió el regreso de las divisiones que habían surgido entre el IRA y Sinn Féin durante las negociaciones de 1920-1921, que habían llevado a la división de Irlanda y a la guerra civil. Persistía el temor de que los principios republicanos fundamentales se diluyeran y que el margen revolucionario se perdiera o fuera comprometido. Había incluso desconfianza en la palabra paz, dado que ella había sido empleada por oponentes que veían la represión militar del Estado como necesaria y legítima y al mismo tiempo calificaban la resistencia a la represión como violenta e inmoral. Incluso aquellos comprometidos en la lucha estaban esforzándose para dar lugar a una situación pacífica. Entre mucha gente del común había el criterio de que paz significaba rendirse y que política significaba no solo abandonar el uso de las armas sino también la idea de un cambio fundamental en Irlanda. En otras palabras, la gente sentía que aquellos que se habían lanzado a la lucha política lo habían hecho con frecuencia para llevar su propia situación más allá y no por el bien general de su comunidad. Este temor lo resume mejor uno de los líderes del Levantamiento de 1916, Pádraig MacPiarais, quien, dos años antes de su ejecución, declaró: “…desarmados solo conseguirán tanta libertad como Gran Bretaña esté preparada para concederles. Armados, conseguirán tanto como estén preparados para recibir”. Sin embargo, había muchas discusiones sobre la responsabilidad de los republicanos de velar por el bienestar de las personas que vivían en áreas en las cuales habían conseguido apoyo. Sin importar su oposición al Estado, o los intentos por derrocar el Estado, es imposible ignorar totalmente o rechazar sus instituciones, su administración o sus oficinas. Mientras la lucha armada del IRA se estaba desarrollando, los activistas del Sinn Féin abrían centros de orientación y representaban a la gente del común en sus batallas diarias contra la burocracia de las agencias del Estado, contra empleadores o contra los tribunales de justicia. Durante — 166 — NORTE Por una parte, la comunidad nacionalista, en su perspectiva y en su psiquis, casi representaba “un Estado dentro del Estado”. Por otra, esa comunidad, incluidos los activistas republicanos, que se oponían al Estado y se dedicaban a su derrocamiento, tuvo que involucrarse de manera pragmática con el Estado para atender apropiadamente a las necesidades de la población local. EL PAPEL DE LOS PRISIONEROS En la década de 1970 los prisioneros políticos desempeñaron un papel importante en el desarrollo del pensamiento republicano, al discutir y debatir la necesidad de crear una alternativa de estructuras comunitarias en las instancias controladas por el Estado. Lo más seguro es que estas discusiones habrían progresado de cualquier modo, hasta incluir la discusión sobre la necesidad de formas de lucha político-partidista destinadas a incrementar la política pública y las acciones armadas. Sin embargo, lo que realmente aceleró el desarrollo de la masa política de frente amplio, y luego el compromiso político del partido en las elecciones, fue la campaña dentro y fuera de las cárceles en solidaridad con los prisioneros políticos. En 1976 el gobierno británico decidió no seguir reconociendo como prisioneros políticos a aquellos que habían sido arrestados bajo las facultades de emergencia y mantenidos en las cárceles como resultado del conflicto. La estrategia del gobierno británico fue forzar a los presos políticos a usar los uniformes de los criminales comunes, una forma de calificarlos simbólicamente como presos comunes. Al incriminar a los prisioneros se esperaba criminalizar la causa política de la independencia irlandesa por la que ellos habían peleado. Hombres y mujeres eran tratados con brutalidad dentro de las prisiones. Por más de cuatro años los hombres se rehusaron a usar el uniforme de la prisión y, una vez despojados de su propia ropa, llevaban solo — 167 — DEL este periodo, cuando la policía, la RUC, fue boicoteada, el IRA también asumió el papel de vigilar a la comunidad nacionalista, así fuese de manera bastante imperfecta. IRLANDA El camino hacia la paz en Irlanda IRLANDA DEL NORTE DE LA INSURGENCIA A LA DEMOCRACIA una cobija alrededor del cuerpo. Fuera de las cárceles se desarrollaron movimientos masivos destinados a apoyar a los “hombres de la cobija” en los ‘Bloques H’ de Long Kesh1, como habían comenzado a ser conocidos, y a las mujeres de la Cárcel de Armagh. Decenas de miles se tomaron las calles mientras la protesta general escalaba peldaños hacia las huelgas de hambre de 1980 y 1981, en las cuales murieron diez prisioneros republicanos. Probablemente el más famoso de esos prisioneros fue el voluntario del IRA y poeta Bobby Sands. Al momento de su deceso, en mayo de 1981, luego de sesenta y seis días de huelga de hambre, fue elegido diputado al parlamento británico. Su compañero de prisión, Kieran Doherty, fue promovido al parlamento del sur de Dublín, junto con otro “hombre de la cobija”, Paddy Agnew. Su elección significó una impugnación total del argumento expuesto por la Primer Ministro británica Margaret Thatcher, según el cual los prisioneros no gozarían de ningún apoyo popular. Owen Carron, agente electoral de Sands, lo sucedió como diputado en una segunda elección, ocurrida luego de su muerte, y utilizó su condición de parlamentario para exponer la existencia de dobles estándares británicos para definir la democracia. La campaña alrededor de las cárceles y las sorprendentes victorias electorales mostraron la importancia de un voluminoso movimiento popular. Enseñaron que fuera de la acción política armada existían formas de acción política que podían involucrar a cientos de personas, que la lucha podía obtener reconocimiento y credibilidad internacional y que así se desafiaban y se invertían las intenciones de la propaganda promovida por el gobierno británico. Sin lugar a dudas, la lucha republicana puesta en marcha en el norte de Irlanda tenía ahora una dimensión electoral y estaba desarrollándose junto a las dos vías, la lucha armada y la política electoral, caracterizadas como la doble estrategia de “la caja de armalita y la urna” (la armalita es un explosivo). Por un lado, Sinn Féin apuntaría a las victorias electorales, a aumentar el apoyo popular y a ganar los corazones y las mentes de la comunidad nacionalista más amplia; por el otro, el IRA 1 En la prisión de Long Kesh se construyeron nuevas celdas con este propósito, cada bloque de celdas separado y constituido por cuatro alas en forma de H. — 168 — La estrategia republicana consistió en repudiar, resistir y vencer todas las opciones y propuestas que los británicos hicieron y que buscaban apenas “contener” la resistencia, en lugar de encauzar apropiadamente los motivos del conflicto y las injusticias e inequidades que lo habían creado y mantenido. UNA ESTRATEGIA ELECTORAL Las encuestas de opinión hechas en el sur de Irlanda mostraban repetitivamente que la mayoría de las personas todavía anhelaban una Irlanda unida. Ciertamente, todos los grandes partidos profesaban ese pensamiento como un objetivo. La crítica de Sinn Féin, sin embargo, es que tales partidos escasamente tienen esa aspiración de “dientes para afuera” y que en la práctica nunca han protegido a los nacionalistas del Norte, nunca han presionado de manera efectiva a Gran Bretaña por su violación de los derechos humanos en el Norte y jamás han hecho un llamado a una retirada británica. Por eso los nacionalistas del Norte siempre tuvieron la sensación de estar abandonados y haber sido dejados a su suerte. El Movimiento Republicano de toda Irlanda mantuvo vivo el asunto de la independencia irlandesa y encaminó los esfuerzos de las personas — 169 — DEL La huelga de hambre de 1981 es reconocida hoy como un hito político en la historia irlandesa, comparable en magnitud con el Levantamiento de 1916 por parte de quienes lucharon en la subsecuente guerra de independencia irlandesa. La huelga de hambre y las consecuentes victorias electorales establecieron claramente el problema irlandés, a escala internacional, como un problema político y no simplemente como un asunto de seguridad, a tiempo que permitieron al Movimiento Republicano hacer una transición relativamente fácil a la política electoral sin la división del movimiento, a pesar de que había algunos, especialmente aquellos que pensaban en términos tradicionales, que abrigaban reservas, como saldría a flote más adelante. IRLANDA continuaría apostándole a su lucha armada con el objetivo de presionar al gobierno británico para obligarlo a abrir negociaciones. NORTE El camino hacia la paz en Irlanda IRLANDA DEL NORTE DE LA INSURGENCIA A LA DEMOCRACIA de mentalidad nacionalista de ambos lados de la frontera hacia la agitación, la resistencia y la actividad política. El Movimiento disfrutó asimismo de un apoyo financiero y material importante y crucial de la comunidad emigrante irlandesa alrededor del mundo, especialmente de Norteamérica, así como de muchísimo respaldo de organizaciones solidarias internacionales. En 1986, luego de un largo debate, Sinn Féin puso fin a su política abstencionista destinada a boicotear el parlamento de Dublín (El Dáil). Sin importar qué visión ideológica tenían, Sinn Féin tuvo que reconocer que la mayoría de las personas que vivían dentro del Estado –que en 1949 se refundó como República de Irlanda– habían opinado que las instituciones de la Nación eran legítimas. Cuando Sinn Féin sepultó su posición abstencionista, un pequeño número de sus miembros abandonaron sus filas y crearon el Sinn Féin Republicano, bajo liderazgo del ex presidente del partido, Ruairí O Brádaigh. Abrir un frente electoral e involucrarse en políticas electorales fue un desarrollo importante, que no dejó de presentar un desafío complicado para el Estado del Norte. Sucesivos gobiernos británicos reclamaban que no podían hablar con los republicanos porque éstos no tenían ningún mandato. Pero una vez que Sinn Féin consiguió apoyo electoral, la reacción del gobierno británico fue la de dar comienzo a un ataque a fondo contra ese mandato e intentar marginar a nuestro partido. A nuestros representantes electos, que estaban ansiosos por involucrarse con el público británico, se les prohibió la entrada a Gran Bretaña,2 bajo una pena de prisión de cinco años, aunque simultáneamente ese mismo gobierno argumentaba que éramos ciudadanos británicos. Los ministros británicos se negaron a reconocer a los diputados del Sinn Féin. Los salarios de los miembros de la Asamblea pertenecientes a Sinn Féin fueron retenidos. Se impuso un veto a la difusión y las voces de los miem2 Obsérvese que el término “Gran Bretaña” comprende las tres naciones que habitan la isla de Gran Bretaña (Inglaterra, Escocia y Gales), mientras que la entidad del “Reino Unido” también incluye a Irlanda del Norte. — 170 — Al entrar en vigor el veto a la propaganda de Sinn Féin, el gobierno británico estaba siguiendo los pasos consecutivos de los gobiernos irlandeses que desde 1973 habían impuesto el estado de censura contra los republicanos, que solo levantarían en 1994, después de que el IRA anunciara su cese del fuego. Los medios de comunicación de ambos lados de la frontera eran hostiles al Movimiento Republicano y a cualquier persona –escritor, poeta, músico, artista, independiente– que intentara poner el conflicto en contexto. Una vez, durante un programa de jardinería emitido por la radio del Estado del sur, RTE, el presentador descubrió que la persona a quien estaba entrevistando por teléfono sobre el tema de las flores era un concejal de Sinn Féin. Inmediatamente sacaron del aire al concejal, aunque no estaba haciendo comentarios sobre política. En 1985 Sinn Féin luchó por alcanzar posiciones en las elecciones de concejos locales que tuvieron lugar en el Norte. En un intento por forzar al partido a abstenerse de ocupar sus escaños, los británicos introdujeron un juramento de mandato que cada concejal debía hacer y en el cual renunciaba al uso de la violencia política. Con pragmatismo revolucionario, y con los concejos en su mira, Sinn Féin se negó a que ese obstáculo le bloqueara el camino y comenzó a ocupar sus curules en los concejos a todo lo largo de Irlanda del Norte. Los concejales Unionistas se resistieron — 171 — DEL Por supuesto, la ironía de la posición británica fue que antes, en 1972, el gobierno británico había sacado de la prisión a Gerry Adams y lo había trasladado en secreto a Londres, en compañía de otros líderes republicanos, para entablar conversaciones de tregua en un momento en que Sinn Féin carecía de cualquier mandato popular. Sin embargo, diez años después, cuando Gerry Adams ganó las elecciones como diputado al parlamento británico, en su calidad de presidente del Sinn Féin, el gobierno británico se negó a hablar con él. IRLANDA bros de Sinn Féin estaban vetadas en la radio y la televisión y eran reemplazadas por las de actores. Para que no faltara nada, los leales escuadrones de la muerte, con frecuencia organizados por la Inteligencia Británica, desataron una campaña de asesinatos de dirigentes de Sinn Féin. NORTE El camino hacia la paz en Irlanda IRLANDA DEL NORTE DE LA INSURGENCIA A LA DEMOCRACIA y constituyeron subcomités ilegales en buen número de los concejos que controlaban, procediendo a volcar los poderes del concejo en dichos subcomités, de los cuales luego excluyeron a Sinn Féin. El partido emprendió acciones legales, ganó sucesivas batallas en los tribunales y restableció los derechos del electorado a la representación política. Fue una batalla larga y dura, durante la cual muchos concejales de Sinn Féin fueron asesinados o seriamente heridos cuando viajaban hacia las reuniones del concejo o al trabajo diario, o a su retorno de las mismas actividades. COMENZANDO UN PROCESO DE PAZ En 1987 Sinn Féin publicó un documento de discusión, “Un escenario para la paz” (v.Anexo 1). La palabra paz, particularmente en boca de sus oponentes, era interpretada solo como una cosa: la derrota del IRA. En respuesta, argumentamos que el conflicto de nuestro país tenía implicaciones históricas más profundas que la de meros oponentes armados en lucha por la supremacía o la “victoria”. Nos dispusimos a reclamar el derecho a la palabra paz. Los principios básicos de nuestra estrategia fueron: vincularnos políticamente con nuestros oponentes, dar lugar al ejercicio del derecho a la autodeterminación nacional y establecer un proceso de paz para abrir un espacio de diálogo sobre esta problemática y resolver las causas del conflicto. En el documento decimos: “[Este artículo] no representa la posición republicana definitiva, ni excluye otras propuestas que tienen que ver con escenarios alternativos para una retirada de los británicos de Irlanda”. La interferencia colonial británica estaba en el núcleo del conflicto. Convocamos a poner fin a la división territorial y realizar elecciones para una Asamblea Constituyente. Debía haber garantías escritas para los Unionistas. La Asamblea sería responsable de determinar la naturaleza y composición de un servicio de policía nacional y una magistratura emergentes. Planteamos que todos los prisioneros políticos debían ser liberados incondicionalmente. — 172 — Después entramos en una larga discusión con nuestros rivales políticos dentro de la comunidad nacionalista, el SDLP. Aunque sus partidarios, al igual que los republicanos, aspiraban a una Irlanda unida, en la práctica el SDLP no tenía una posición o estrategia para trabajar de manera activa en ese propósito. En efecto, sus energías eran en gran parte malgastadas en lamentarse de la situación y condenar a los republicanos en lugar de desafiar a los británicos. En nuestros intercambios descubrimos que nunca pidieron explícitamente a los británicos que abandonaran Irlanda. Nuestra posición era la siguiente: si en Irlanda hay personas que no creen en la lucha armada, pero sí en una Irlanda unida y en un nuevo futuro, entonces deberían entablar con nosotros, en público y en privado, una discusión sobre cuál es su papel y qué van a hacer para crear una Irlanda unida. Este argumento se desarrolló mucho más en un documento posterior, “Hacia una paz duradera”, en el cual establecimos lo que estimamos que era el papel de otros actores políticos en Irlanda, en ese momento y en el futuro. El documento “Hacia una paz duradera en Irlanda” (v.Anexo 2) se presentó en 1992 al Sinn Féin ard fheis (congreso anual del partido), como parte del debate sobre la mejor manera de desarrollar una estrategia para la paz. En él reiteramos que “la paz no solamente es la ausencia de guerra sino también el establecimiento de condiciones que aseguren una paz duradera”. Argumentamos que la búsqueda de la paz es una responsabilidad de todos, pero particularmente de las organizaciones que representan al pueblo, y específicamente de los gobiernos de Londres y Dublín. Resalta- — 173 — DEL IRLANDA La resolución del conflicto, expresamos, consistiría en “liberar a los Unionistas de su larga mentalidad histórica y otorgarles una seguridad real en vez de una tregua basada en la represión y el triunfalismo”. Expresamos que, en gran medida, “Un cese de todas las acciones de ofensiva militar por parte de todas las organizaciones crearía un clima necesario para una transición pacífica hacia un acuerdo negociado”. NORTE El camino hacia la paz en Irlanda IRLANDA DEL NORTE DE LA INSURGENCIA A LA DEMOCRACIA mos la negativa del nacionalismo constitucional a desafiar la existencia de la división territorial y la responsabilidad de Gran Bretaña en el conflicto actual: “El gobierno de Dublín debe asumir su responsabilidad en relación a la reunificación, bien sea con la cooperación de Gran Bretaña o bien, si es necesario, de manera independiente…” Afirmamos que la interferencia británica en Irlanda es un problema europeo y llamamos a las Naciones Unidas a monitorear la división y el papel central de Gran Bretaña en el conflicto. En otras palabras, queríamos internacionalizar el problema y encauzarlo de manera exitosa en los años siguientes, particularmente en relación al cabildeo ante los Estados Unidos. Éramos conscientes de que, a pesar de toda la fanfarronería de los sucesivos primeros ministros británicos y secretarios de Estado –aquellos que administraron el gobierno directo desde Londres–, dentro del emplazamiento británico, incluidos los militares, había muchos que sabían que no podían derrotar al IRA. El comandante británico del ejército de tierra en el Norte, brigadier James Glover, consignó secretamente que el IRA “tiene la entrega y el nervio de la guerra para incrementar la violencia (…) para el futuro inmediato (…) es probable que la campaña de violencia [del IRA] continúe mientras los británicos permanezcan en Irlanda del Norte”.3 Todos los alardes sobre la inminente derrota del IRA en los decenios de 1970 y 1980 demostraron ser vanos, ya que esa agrupación intensificó exitosamente su campaña militar. En 1989, el Secretario de Estado británico para Irlanda del Norte, Peter Brooke, concedió una entrevista al término de sus primeros cien días en el cargo. Declaró que era muy difícil prever una derrota militar del IRA debido a las circunstancias en las que operaba, y que veía a las fuerzas armadas británicas adelantando mejor una política de contención. Brooke llegó a decir que el gobierno británico no tenía “intereses egoístas, estratégicos o económicos” en el norte de Irlanda. Estos comentarios dejaron 3 Tonge, Jonathan (2006). Irlanda del Norte. Londres: Polity, p.70. — 174 — En 1990 el gobierno británico abrió una línea de comunicación con Sinn Féin a través de un canal confidencial (‘backdoor channel’) que se había establecido hacía varios años. Así prosiguió un prolongado periodo de diálogo en privado. En 1993, cuando la información sobre estos intercambios se hizo pública, los británicos negaron en un primer momento lo que había sucedido y posteriormente continuaron tergiversando los intercambios, aunque el periódico Irish Times detalló inconsistencias mayores en la narración de los eventos por parte de los británicos. Mientras esto sucedía, los líderes republicanos también se comunicaban en privado con el gobierno irlandés y continuaban sus discusiones con el SDLP, principalmente a través de Gerry Adams y John Hume (quien después sería galardonado con el Premio Nobel de la Paz). Esto llevó a la iniciativa de Hume-Adams, que fue una declaración de algunos principios clave acordados: • Que el pueblo irlandés constituye un todo único y tiene el derecho a la autodeterminación nacional. • Que el ejercicio de este derecho es una cuestión que exige un acuerdo entre el pueblo de Irlanda. 4 Traducción del término inglés “loyalists”, que significa leales a la Gran Bretaña y que reclaman mantener su unión con la Corona Británica. — 175 — DEL IRLANDA entrever un cambio sutil aunque significativo en la posición de la población británica. Dichas declaraciones fueron propicias para el desarrollo de la estrategia de paz de Sinn Féin y para la evolución del proceso de paz. La respuesta de Gerry Adams en ese momento expresó que si el gobierno británico no podía derrotar al IRA, tenía la responsabilidad moral de terminar la pelea y eliminar las condiciones que causaban el conflicto. Posteriormente, el periódico Independent de Londres citó declaraciones de figuras militares británicas que pensaban que había un estancamiento militar. A pesar de esto, la pelea no terminó y se intensificaron los asesinatos por parte de los lealistas4, impulsados, ahora lo sabemos, por agentes de inteligencia británicos. NORTE El camino hacia la paz en Irlanda IRLANDA DEL NORTE DE LA INSURGENCIA A LA DEMOCRACIA • Que el consentimiento y el acuerdo de los Unionistas (quienes se consideraban a sí mismos como británicos) es un ingrediente importante, pero que los Unionistas no pueden tener derecho de veto sobre política pública británica [en Irlanda]. Casi de la misma manera como el Congreso Nacional Africano (de la República Sudafricana) resumió su posición en la Declaración de Harare –presentada primeramente a los Estados de Primera Línea, luego a la Unión Europea y finalmente a la ONU–, la Iniciativa de Hume-Adams fue entregada inicialmente al gobierno irlandés, que a la vez la hizo conocer del gobierno británico. De manera paralela con estas discusiones mantenidas entre Hume y el SDLP, Sinn Féin y las autoridades británicas prosiguieron su diálogo confidencial, que contemplaba el intercambio de algunos documentos. Y todo esto ocurría desde 1990. En ese mismo año 1993 los británicos y el gobierno irlandés emitieron un documento conjunto, la Declaración de Downing Street. Aunque basada en los principios de Hume-Adams, se trataba de una versión más débil. Entonces, a diferencia de lo que ocurrió en Sudáfrica, en donde un texto acordado continuó su camino y fue aceptado por las demás partes como la base para seguir adelante con el proceso, lo que los británicos y el gobierno irlandés adoptaron estaba tan diluido, que no tenía ningún potencial real para progresar. Gerry Adams preguntó si era un documento con potencial o era apenas una obra maestra de ambigüedad. Pero mientras los republicanos creían que la Declaración de Downing Street no representaba una solución, valoraron el proceso que la había sacado a la luz. Creyeron que el procedimiento de diálogo podía tener, posiblemente, un potencial con alcance significativo. En el seno del Sinn Féin había un intenso debate sobre la manera adecuada de responder. Los activistas del partido habían permanecido expectantes ante una respuesta imaginativa de los británicos, debido al fortalecimiento alcanzado por el potencial mediante la Iniciativa Hume-Adams, el diálogo confidencial y toda la serie de respuestas originadas fuera de Irlanda. — 176 — A pesar de las dificultades encontradas en torno de la Declaración de Downing Street, está claro que varios de los elementos que hemos resumido en este ensayo fueron todos ellos factores que contribuyeron al avance hacia el cese del fuego del IRA en 1994: las conversaciones Sinn Féin/SDLP, la “Declaración de los Cien Días” del Secretario de Estado británico Peter Brooke, la reactivación de una canal de comunicación secreto, la Iniciativa Hume-Adams y el trabajo de aclaración alrededor de la Declaración de Downing Street entonces en curso. De este modo, el 31 de agosto de 1994 el IRA declaró la suspensión de sus actividades militares para promover el progreso político, en lo que constituyó otro hito importante del proceso. Un proceso que resultó tortuoso. Los políticos Unionistas rechazaron el cese del fuego y esa fue una oportunidad que se perdió. El gobierno conservador británico de John Major, con su decreciente mayoría, confió en los votos Unionistas para sobrevivir. Eso significó que no hubo un progreso real hasta que el Partido Laborista, liderado por Tony Blair, llegó al poder en 1997. COMENZANDO UN PROCESO POLÍTICO Durante el largo y difícil periodo de construcción, hacia negociaciones sustanciales, los republicanos irlandeses se sintieron un tanto nerviosos, como si pisaran un territorio desconocido. Sin embargo, contamos con la ayuda y el consuelo de los activistas del ANC, del proceso de negociación de Sudáfrica y de las declaraciones alentadoras de Nelson Mandela. En una visita hecha a Dublín en 1990, luego de su excarcelación, al gran dirigente africano se le preguntó sobre el IRA y afirmó: “Lo que nos gustaría — 177 — DEL IRLANDA Entonces el Sinn Féin buscó la aclaración del texto de la Declaración, a fin de comprender las posiciones de varios de los protagonistas, mientras el partido mismo se involucraba en una controversia y una discusión amplias. El IRA también seguía de cerca los eventos, con agudo interés. Con frecuencia, a lo largo del conflicto tomó la iniciativa y declaró varias treguas y ceses del fuego, encaminados a promover el diálogo y explorar si las posiciones habían cambiado. NORTE El camino hacia la paz en Irlanda IRLANDA DEL NORTE DE LA INSURGENCIA A LA DEMOCRACIA ver es que el gobierno británico y el IRA adoptaran precisamente la línea que tomamos con respecto a nuestra propia situación interna. No hay nada mejor que oponentes que se sientan a resolver sus problemas en una forma pacífica”. Tiempo después Mandela fue el anfitrión de un fin de semana de conversaciones privadas en Sudáfrica, que incluyó a Unionistas y republicanos, quienes tuvieron la oportunidad de sacar lecciones de la experiencia surafricana. Entre los asistentes estaba el negociador jefe del Sinn Féin, Martin McGuinness, quien continuó su labor en 2007 y se convirtió en Primer Ministro Delegado del Ejecutivo, con participación en el poder del Norte. En un momento dado, un hombre que había sido comandante militar provincial de Umkhonto We Sizwe habló con los activistas republicanos sobre sus propias dudas en ese momento. Había participado en debates con sus organizaciones y sus activistas de base, y había discutido la carta de Mandela y el proceso de negociación que le siguió, y en las noches iba a casa diciéndose a sí mismo: “Los republicanos irlandeses iban en ese tiempo dando vueltas, manteniendo debates similares con las bases y los activistas, y asimismo esperando que Gerry Adams supiera lo que estaba haciendo”. A finales de la década de 1990 las negociaciones sustanciales comenzaron en serio, asesoradas y facilitadas, hay que decirlo, por el presidente Clinton en los Estados Unidos. La Unión Europea también suministró un programa de financiación especial para la paz y la reconciliación en el norte de Irlanda, que ayudó a quienes estaban marginados de tiempo atrás y a quienes habían sido mayormente afectados por el conflicto, a participar de manera más activa en la creación de un mejor futuro para todos. Fui miembro del equipo de Sinn Féin que tomó parte en las negociaciones con otros partidos políticos, el gobierno irlandés y el gobierno británico. Las conversaciones fueron presididas por el senador estadounidense George Mitchell, el general John de Chastelain, de Canadá, y el ex Primer Ministro finlandés Harri Holkeri. — 178 — A pesar de que las discusiones tenían que ver con un rango de problemas políticos que habían originado y avivado el conflicto armado, ellas estuvieron siempre presididas por el poderoso impacto emocional que el conflicto había causado en los propios negociadores. Los republicanos hicieron su mejor esfuerzo por aparecer como los más imparciales y por mantenerse centrados en los problemas, no en las personas que estaban sentadas en frente de ellos, al otro lado de la mesa. Representantes de partidos Unionistas más pequeños, vinculados formalmente con grupos paramilitares pro británicos, con frecuencia también deseaban dejar el pasado atrás. Sin embargo, los negociadores de los principales partidos Unionistas permitían con frecuencia que en sus intervenciones interfirieran en sus prejuicios personales. Esto llevó a una situación en la que todos los partidos políticos Unionistas se negaron a negociar directamente con los personajes del Sinn Féin, tanto en el salón de sesiones como fuera de él. El objetivo del amplio acercamiento del Sinn Féin a las negociaciones fue el de extraer las mayores posibilidades de cambio de los británicos y el gobierno irlandés; después de todo, ellos era los dueños del poder. También se involucraron en una negociación intensa con la base activista republicana: los voluntarios del IRA y los activistas del Sinn Féin. Esta base de apoyo se mantuvo al corriente de los desarrollos a medida que evolucionaban, y en tanto que fuera posible, conocían los desarrollos antes de que fueran publicados por los medios de prensa. — 179 — DEL IRLANDA Las negociaciones resultaron muy significativas. Fueron las primeras conversaciones formales y públicas que involucraban en el conflicto a todas los partidos, desde el Tratado de negociaciones de 1920, que llevó a la división territorial de Irlanda. El intercambio de opiniones fue un reto para los participantes, porque todos estaban inmersos en una guerra que había durado casi un cuarto de siglo; varios miles de personas habían perecido, muchas miles habían sido asesinadas, otras miles habían sido heridas y miles más habían sido encarceladas. Durante ese tiempo los republicanos, y especialmente los líderes del Sinn Féin, como Gerry Adams y Martin McGuinness, habían sido satanizados por los británicos. NORTE El camino hacia la paz en Irlanda IRLANDA DEL NORTE DE LA INSURGENCIA A LA DEMOCRACIA El senador George Mitchell tuvo asimismo un papel crucial como presidente de los hilos de las conversaciones. Por naturaleza él es un hombre cauteloso y que sabe escuchar bastante bien. Su paciente y silenciosa diplomacia se volvió legendaria y fue una contribución incalculable al estado de ánimo general de las conversaciones, y en última instancia al resultado, el Acuerdo de Viernes Santo. Las negociaciones culminaron en el histórico Acuerdo de Belfast, o Acuerdo de Viernes Santo, como se le conoce popularmente, por el día de 1998 en que fue firmado. Tenía que ver con la Constitución, las instituciones políticas, la igualdad y los derechos humanos, el problema de las armas, las víctimas del conflicto, la liberación de los prisioneros políticos, la vigilancia y la justicia. En esta nueva ‘dispensa’ todas las partes tuvieron que comprometerse. El gobierno irlandés enmendó su solicitud territorial sobre el Norte. Sinn Féin desechó su política de abstención hacia la Asamblea del Norte y acogió un rango de medidas que sumaron de su parte un compromiso significativo. Aceptaron el Acuerdo de Viernes Santo como un marco de transición para trabajar pacíficamente en la reunificación y la independencia; el partido cambió su constitución –una enorme concesión hecha a los Unionistas–, a fin de participar en la administración del Norte, tanto en el poder ejecutivo como en la Asamblea. Esta decisión revocó un principio fundamental, básico de la política de independencia del Sinn Féin. En vez de liberación inmediata, el partido aceptó una fórmula a corto plazo para liberar a todos los prisioneros políticos, cosa que fue especialmente difícil para muchos republicanos. La organización aceptó asimismo que se tomaría su tiempo, y una campaña de gran perfil por parte del partido, la tarea de sacar de las calles a las fuerzas armadas de la Corona británica y desmantelar sus numerosas bases militares del Norte. El partido adoptó un acercamiento similar hacia el reemplazo del RUC por el nuevo Servicio de Policía de Irlanda del Norte, el PSNI (por su sigla en inglés). Este menú de cambios no fue fácil de acoger para los republicanos, después de un cuarto de siglo de guerra y de todo lo que ella había aca- — 180 — NORTE Los británicos tuvieron que abandonar el gobierno directo, desmilitarizar el territorio mediante el retiro de las tropas y el desmantelamiento de las bases militares, establecer una comisión de vigilancia y liberar a los prisioneros. Los Unionistas tuvieron que unirse a los del Sinn Féin como ministros de igual rango y número en un ejecutivo de poder compartido y con vínculos con el resto de Irlanda, a través de instituciones para toda la isla y con participación de ambos gobiernos. Por supuesto, el debate promovido en el seno del republicanismo no se detuvo con el Acuerdo, ya que posteriormente se presentaron mayores desafíos para ajustarse a la nueva situación. En particular, en relación con los llamados hechos al IRA para que se deshiciera de sus armas, había preocupaciones nacionalistas en torno a la defensa de sus áreas, que rememoraban los ataques que habían sido desencadenados contra comunidades nacionalistas indefensas en 1969. Sin embargo, con el paso del tiempo y el lento crecimiento de la confianza, los republicanos demostraron su compromiso con la paz y su confianza en el futuro. De todos los asuntos en los cuales los republicanos tenían que comprometerse, el tema de las armas del IRA fue el más difícil. Dentro de la comunidad nacionalista o republicana no había ninguna exigencia para que el IRA hiciera algo con sus armas distinto de silenciarlas, y para que al hacerlo contribuyese significativamente al proceso de paz. La exigencia de que se “deshiciera” de sus armas era esencialmente animada por los ‘segurócratas’ (expertos en seguridad) británicos, que personificaban una influencia maligna para el proceso de paz, que a la vez estaba articulada por los políticos Unionistas tradicionalistas. A pesar de que el problema de las armas del IRA fue asunto preeminente en los medios de comunicación durante años, la jefatura del IRA ideó un manejo del tema que gozaba del apoyo de sus voluntarios, si bien era difícil de sostener mientras se fortalecía el proceso de paz. — 181 — DEL rreado. Sin embargo, los órganos dirigentes del Sinn Féin y el IRA hicieron posible todo eso gracias a la calidad de liderazgo que mostraron ante su base activista por un prolongado periodo. IRLANDA El camino hacia la paz en Irlanda IRLANDA DEL NORTE DE LA INSURGENCIA A LA DEMOCRACIA El progreso político era la llave para abrir muchas puertas complicadas, entre ellas la que conducía a tratar con el IRA el problema de las armas y al mismo tiempo la finalización de su lucha armada. Republicanos y nacionalistas pudieron constatar el progreso que se había hecho mientras el tiempo transcurría. La fase de paz en desarrollo y las diversas iniciativas tomadas por el Sinn Féin y el IRA durante un largo lapso crearon un nuevo sistema político a todo lo largo de la isla. Por insistencia del Sinn Féin, la igualdad se convirtió en la prueba para este nuevo sistema, aplicado al conjunto de la población de los Seis Condados. La naturaleza del Acuerdo de Viernes Santo, que supone un horizonte que cubre toda Irlanda, con su Consejo Ministerial ampliado de toda la isla, significó que nunca jamás la vida política del Norte daría vueltas alrededor de un Estado de seis condados. En julio de 2005 la jefatura del IRA anunció formalmente la finalización de su lucha armada y ordenó a todos sus miembros que “ayudaran al desarrollo de programas puramente políticos y democráticos a través de medios exclusivamente pacíficos”. En septiembre la organización confirmó que el proceso de dejación de las armas había terminado. CONCLUSIÓN En la implementación del Acuerdo de Viernes Santo se ha progresado mucho, incluso con avances en la desmilitarización del territorio por parte del Ejército británico. Hasta la fecha, los paramilitares Unionistas se rehúsan a deponer sus armas, aunque –hay que reconocerlo– están bajo presión de los políticos Unionistas tradicionales para que lo hagan. En varias etapas de las negociaciones, una pequeña minoría de los disidentes republicanos rechazó la estrategia de diálogo y compromiso pragmático pregonada por el Sinn Féin, e intentaron descarrilar el proceso de paz. Tienen poco o ningún apoyo, no cuentan con organización política y no han articulado ninguna alternativa a la estrategia a la que adhiere la abrumadora mayoría de activistas republicanos y ex prisioneros. La aprobación de la posición de los republicanos tradicionales ha provenido — 182 — También hay mucho trabajo por hacer en el camino hacia una Irlanda unida. En su discurso ante el congreso anual del Sinn Féin de 2008, el presidente del partido, Gerry Adams, anunció la creación de una fuerza operante dentro del partido para trabajar en la hoja de ruta que los guíe hacia la consecución de ese propósito. Sin embargo, hemos entrado de verdad en una nueva era, y creemos que el conflicto ha quedado atrás. Esperamos que la resolución del mismo, tal como sucedió en Sudáfrica, pueda actuar de cierta manera como un ejemplo para otros pueblos del mundo que están atrapados en las penalidades de la guerra. — 183 — DEL La implementación del Acuerdo de Viernes Santo y la ampliación de lo obtenido hasta ahora demandan todavía muchas batallas por venir. Los republicanos reclaman la devolución de más facultades al poder ejecutivo del Norte, que incluyan ministerios para la vigilancia y la justicia, a lo que los Unionistas se oponen. Reclamamos una Declaración de derechos y reclamamos que sea revelada la verdad con relación a la ‘guerra sucia’ de Gran Bretaña en Irlanda y a la forma como la Inteligencia británica operó en secreto, respaldó a los lealistas y los rearmó con el apoyo del régimen segregacionista surafricano. IRLANDA cada cierto tiempo del electorado nacionalista del norte de Irlanda, lo cual ha convertido al Sinn Féin en el partido más grande que representa a esa comunidad, una posición que antes ostentaba el SDLP. NORTE El camino hacia la paz en Irlanda IRLANDA DEL NORTE DE LA INSURGENCIA A LA DEMOCRACIA ANEXO 1 Un escenario para la paz Una proposición publicada por Sinn Féin Ard Chomhairle en mayo de 1987 (Reeditada en noviembre de 1989)5 Introducción Este documento fue presentado por Sinn Féin para discutirlo y como una respuesta a quienes alegaron que no había alternativa para la continuación del gobierno británico en Irlanda. No representa la posición republicana definitiva ni excluye otras propuestas que tienen que ver con escenarios alternativos para una retirada británica de Irlanda. La primera sección reitera el derecho del pueblo irlandés a la autodeterminación nacional, la segunda sección trata el tema de los lealistas6 y la sección final propone la manera como el gobierno británico puede retirarse y transferir el poder a una convención constitucional y a un gobierno nacional de toda Irlanda. Autodeterminación nacional A lo largo de la historia, la isla de Irlanda ha sido vista a escala universal como una unidad. La existencia histórica y contemporánea de la nación irlandesa nunca se ha cuestionado. El pueblo irlandés jamás ha renunciado a su reclamo del derecho a la autodeterminación. Lo que ha Estado en pugna es el derecho del pueblo irlandés, como un todo, a la autodeterminación y a la libertad, como ejercicio de ese derecho. 5 6 También se puede acceder al documento en http://www.sinnfein.ie/pdf/AScenarioforPeace.pdf. Traducción del término inglés “loyalists”, que significa leales a la Gran Bretaña y que reclaman mantener su unión con la Corona Británica. — 184 — Desde finales del siglo XVII esa usurpación provocó, tanto la resistencia revolucionaria como la oposición constitucional, adelantada dentro de los más estrechos márgenes de la legalidad constitucional británica. En el curso del siglo XIX, la opresión británica y la hambruna provocaron la reducción de la población de Irlanda. La única ocasión en la que se permitió al pueblo de toda Irlanda celebrar elecciones libres y justas para determinar su futuro político se presentó en las elecciones de Westminster, de 1918. Sinn Féin, con un programa político que reclamaba la independencia total del Estado unitario de Irlanda, ganó esas elecciones con el 69% de los votos. Los representantes del pueblo irlandés elegidos democráticamente crearon entonces la Dail Eireann, y el 21 de enero de 1919 promulgaron la Declaración de Independencia. El Tratado Anglo-Irlandés de 1922, la división territorial de Irlanda y la Constitución del Estado Libre irlandés fueron impuestos al pueblo de la isla bajo la amenaza de “guerra inmediata y terrible’’. Los documentos no fueron sometidos a la consideración del pueblo irlandés para su ratificación, y su imposición representa una negación de la libertad de ese pueblo de ejercer el derecho a la autodeterminación. El pretexto de la división territorial –la determinación de una minoría nacional de mantener el gobierno británico– no tiene ninguna validez frente los deseos expresados por la mayoría del pueblo irlandés. Secesión no es lo mismo que autodeterminación. La división territorial perpetúa la negativa del gobierno británico de reconocer el derecho a la — 185 — DEL IRLANDA El perpetuo ciclo de opresión/dominación/resistencia/opresión ha sido una característica constante de la implicación del gobierno británico en Irlanda y del rechazo del pueblo irlandés a la usurpación por parte de ese gobierno de su derecho a ejercer control sobre su destino político, social, económico y cultural. Durante siglos, la relación entre el gobierno británico y el pueblo irlandés ha sido una relación entre el conquistador y el conquistado, el opresor y el oprimido. NORTE El camino hacia la paz en Irlanda IRLANDA DEL NORTE DE LA INSURGENCIA A LA DEMOCRACIA autodeterminación del pueblo irlandés. Perpetúa el ciclo de opresión/ dominación/resistencia/opresión. En palabras de Seán MacBride, ganador de los premios Nobel y Lenin de Paz,“El derecho de Irlanda a la soberanía, la independencia y la unidad es inalienable e inexpugnable. Es el pueblo irlandés como un todo el que determina la condición futura de Irlanda. Ni Gran Bretaña ni una pequeña minoría seleccionada por Gran Bretaña tiene ningún derecho a dividir la antigua isla de Irlanda, ni tampoco lo tiene para determinar su futuro como una nación soberana”. Leyes El derecho de Irlanda a la soberanía, la independencia y la unidad, el derecho del pueblo irlandés, como un todo, a la autodeterminación, tienen respaldo en los principios del derecho internacional reconocidos universalmente. El derecho a la autodeterminación está consagrado en los dos Pactos de las Naciones Unidas de 1966, el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos y el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales. El artículo 1º de cada convenio establece: “1. Todos los pueblos tienen el derecho a la autodeterminación. En virtud de este derecho determinan su desarrollo económico, social y cultural”. El punto de referencia de la Declaración de Principios del Derecho Internacional con respecto a las relaciones amistosas y la cooperación entre los Estados, de acuerdo con la Carta de las Naciones Unidas, declara: “... todos los pueblos tienen el derecho a determinar libremente, sin ninguna influencia externa, su condición política y a alcanzar su desarrollo económico, social y cultural, y cada Estado tiene el deber de respetar este derecho de acuerdo con lo dispuesto en la Carta”. La división territorial contraviene la Declaración de las Naciones Unidas relativa a la concesión de la independencia a los países y pueblos coloniales. Su artículo 6 establece: — 186 — Lealistas El gran obstáculo para la independencia es la interferencia colonial británica. Sin embargo, a los británicos –y a los lealistas– les favorece que los lealistas sean presentados como el verdadero obstáculo para esa independencia y permite a Westminster librarse de una situación incómoda, al proyectarse a sí mismo como el ‘mediador’. Mientras que de ningún modo deseamos ignorar el desafío económico que representa la unificación, o minimizar el alcance del problema, o el gran trauma que experimentará la población Unionista, creemos que el lealismo deriva de una fuerza psicológica artificial, a partir de la presencia británica, a partir de la Unión. En efecto, la relación entre la intransigencia y el tradicional e incondicional apoyo británico fue reconocida –si bien no tenida en cuenta– por el gobierno de Thatcher, cuya estrategia, expresada por la vía del Tratado de Hillsborough, consistió en estremecer el espíritu de los lealistas, dividir a los Unionistas y forzar la aparición de una jefatura pragmática que concertaría un acuerdo interno con el SDLP. En Irlanda los lealistas son una minoría nacional. La mayor parte de las encuestas de opinión comprueban que la mayoría de la población de Gran Bretaña desea desentenderse de Irlanda. Cada vez más, los lealistas se están encontrando a sí mismos en una posición inaceptable. Su campaña de protesta en contra del Tratado de Hillsborough les ha costado muchísimo en términos de relaciones públicas, y en opinión del público británico solo ha servido para subrayar las diferencias entre los Seis Condados y Gran Bretaña. Su negativa a hacer parte del diálogo (con cualquiera) y su desilusión con el gobierno británico están llevando velozmente hacia el desastre, donde la guerra civil, una declaración unilateral de independencia o una distribución de poderes figuran entre las propuestas irracionales expuestas por algunos paramilitares y dirigentes políticos. — 187 — IRLANDA DEL “Cualquier intento de trastorno parcial o total de la unidad nacional y de la integridad territorial de un país es incompatible con los propósitos y principios de la Carta de las Naciones Unidas”. NORTE El camino hacia la paz en Irlanda IRLANDA DEL NORTE DE LA INSURGENCIA A LA DEMOCRACIA Sinn Féin busca una nueva Constitución para Irlanda, que contemplaría garantías escritas para aquellos actualmente establecidos como ‘lealistas’. Esta solución reconocería la realidad social de nuestros días e incluiría, por ejemplo, cláusulas para la planeación familiar y el divorcio civil. La resolución del conflicto liberaría a los Unionistas de su histórica guarida mental y les otorgaría una seguridad real en vez de una tenencia basada en la represión y el triunfalismo. No intentamos devolver las páginas de la historia, o despojar a los lealistas e intentar desatinadamente revocar la colonización. Les ofrecemos un acuerdo basado en su relación con el resto del pueblo irlandés y la finalización del sectarismo. Les ofrecemos paz. Les ofrecemos igualdad. Solo a través del proceso de descolonización y diálogo podrá surgir una Irlanda pacífica y estable. Solo cuando la independencia se restaure, Irlanda podrá prosperar y ocupar su lugar entre las naciones del mundo. Gran Bretaña debe tomar la iniciativa y declarar su intención de retirarse. Ese es el primer paso en el camino hacia la paz. Los republicanos responderán rápida y positivamente. Un escenario para la paz La finalización de la división territorial, una desvinculación británica de Irlanda y la devolución al pueblo irlandés del derecho a ejercer la autosoberanía parecen ser la única solución del conflicto colonial británico en Irlanda. El Tratado de Hillsborough y los procesos que involucra buscan escasamente camuflar el hecho de que el Estado de los Seis Condados es una entidad fallida social, económica y políticamente. El convenio no cuestiona la condición constitucional de la Unión sino que, por el contrario, la refuerza. Sinn Féin busca crear condiciones que lleven a un cese de hostilidades permanente, a la finalización de nuestra larga guerra y al desarrollo de una sociedad irlandesa pacífica, unida e independiente. Dichos objetivos solo se alcanzarán cuando un gobierno británico adopte una estrategia para la descolonización. — 188 — Esta necesitaría alcanzarse en el periodo más corto en términos prácticos. Se debería determinar una fecha definitiva para su retirada dentro del curso de funciones de un gobierno británico. Tal declaración de intención irreversible minimizaría cualquier reacción violenta de los lealistas e iría más allá, a traer de vuelta a la realidad a la mayoría de los lealistas y a aquellos de sus representantes genuinamente interesados en la paz y la negociación. El propósito de esta negociación sería establecer, mediante una asamblea constituyente, los arreglos constitucionales, económicos, sociales y políticos constitutivos de un nuevo Estado irlandés. Asamblea constituyente La convocación de una asamblea constituyente de toda Irlanda se realizaría en elecciones libres. Estaría conformada por los representantes elegidos por el pueblo irlandés y abierta a todas las organizaciones significativas de Irlanda (p. ej. el Movimiento Unionista, el Movimiento Feminista, las Iglesias), aprobaría una nueva Constitución y organizaría un sistema nacional de gobierno. Aunque la Constituyente no tendría ninguna influencia en la decisión de Gran Bretaña de retirarse de la isla, desempeñaría un papel importante en la organización de la transición a un nuevo sistema gubernamental. De lograrse el acuerdo para una nueva Constitución, o para cualquier otro asunto, el retiro británico procedería de cualquier manera, durante un lapso fijo. Los republicanos han afirmado repetidamente que a los lealistas, como a los demás ciudadanos, debe dárseles garantías firmes sobre el — 189 — DEL Además, debe declarar que sus fuerzas militares y su sistema de administración política permanecerán solo por el tiempo que tome concertar su retirada permanente. IRLANDA Debe comenzar por revocar la Ley del Gobierno de Irlanda y declarar públicamente que el pequeño Estado de ‘Irlanda del Norte’ ya no hace parte del Reino Unido. NORTE El camino hacia la paz en Irlanda IRLANDA DEL NORTE DE LA INSURGENCIA A LA DEMOCRACIA ejercicio de sus libertades religiosas y civiles, y reiteramos nuestra creencia de que, frente al retiro de los británicos y la eliminación de la división territorial, un volumen considerable de la opinión lealista aceptaría, en su sensatez, negociar el tipo de sociedad que reflejaría sus necesidades e intereses. La naturaleza irreversible de un retiro británico tendría enorme influencia para convencer a los lealistas de que estamos adentrándonos en una nueva situación, que no podría cambiarse a través de los métodos tradicionales de la intransigencia lealista. Retiro británico Como parte del retiro militar, la RUC y el UDR (por su sigla en inglés)7 se desarmarían y disolverían. El ingreso de fuerzas de las Naciones Unidas o de contingentes europeos para supervisar el retiro británico o cubrir cualquier presunto vacío no haría otra cosa que frustrar un acuerdo, y por eso debe ser evitado. La experiencia de otros conflictos ha mostrado que una presencia ‘temporal’ como esa se convertiría en permanente y el despliegue tendría una tendencia política. El retiro posterior se convertiría en un punto de disputa y habría el reinicio de un escenario de ‘baño de sangre’. Así mismo, se presentaría un estímulo real a la introducción de fuerzas en los 26 condados. La asamblea constituyente tendría a su cargo determinar la naturaleza y la composición de un servicio de policía y justicia nacional emergente. En nuestras mentes no abrigamos ninguna duda de que, si Gran Bretaña fuera sincera en la acción de retirar las tropas y comprometerse a poner en marcha una adecuada transferencia del poder, esto se podría lograr con un mínimo de desorden. Todos los prisioneros políticos deberían ser dejados en libertad de manera incondicional. Un cese de todas las acciones de ofensiva militar por parte de todas las organizaciones crearía el clima necesario para la transición a un acuerdo negociado. 7 En inglés Ulster Defence Regiment, en español Regimiento en Defensa del Ulster. — 190 — ANEXO 2 Hacia una paz duradera en Irlanda Guía resumida de la propuesta de paz de Sinn Féin8 El propósito del presente texto es suministrar una introducción a los puntos principales contenidos en el documento de discusión lanzado durante la Ard Fheis (convención nacional) de Sinn Féin realizada en 1992 y reconfirmado en 1994. El documento consta de 14 secciones y cada una es una consideración importante para la concepción de cualquier estrategia de paz. Sección uno: Introducción Esta sección resume los criterios de Sinn Féin para una paz duradera en Irlanda. Cada seguimiento de sección asume y desarrolla los temas con base en estos criterios. • Un final del conflicto no necesariamente conduce a una paz duradera, y en el contexto de Irlanda solo ha llevado al surgimiento de renovadas hostilidades después de unos años. Un proceso de paz, que conduzca a una paz duradera, debe dirigirse hacia las causas originarias del conflicto. 8 Publicada por Sinn Féin en octubre de 1994. También se puede acceder al documento en: http://www.sinnfein.ie/pdf/ TowrdsaLastingPeace.pdf. — 191 — DEL IRLANDA Como parte del acuerdo, el gobierno británico deberá aceptar la responsabilidad de suministrar apoyo financiero, al acordar, a través de un tratado con el gobierno nacional, el suministro de una subvención económica por el periodo que fuese acordado. Dada la desastrosa participación del gobierno británico en Irlanda, las reparaciones que haga por un periodo acordado son la mínima contribución que Gran Bretaña podría hacer para asegurar una transición ordenada a una democracia nacional y a la armonización de las economías, del Norte y del Sur. NORTE El camino hacia la paz en Irlanda IRLANDA DEL NORTE DE LA INSURGENCIA A LA DEMOCRACIA • Un proceso de paz genuina y sostenible debe basarse en la democracia y la autodeterminación. Sección dos: Democracia nacional y paz Esta sección considera el papel de la autodeterminación nacional, la democracia y las estructuras democráticas que son fundamento para una paz duradera, y el hecho de que la negativa de Gran Bretaña a practicar estos derechos en Irlanda, así como las medidas que adopta para fortalecer esta política, siguen siendo la causa y la raíz del conflicto. • El pueblo irlandés tiene derecho a la paz: el derecho a erigir estructuras políticas que sean capaces de establecer una paz duradera; el derecho a decidir por ellos mismos qué estructuras deberían existir; y la obligación de asegurar que ellas respondan a los intereses de todo el pueblo irlandés. • La paz no solamente es la ausencia de guerra sino también el establecimiento de condiciones que aseguran una paz duradera. Esto significa erradicar la causa origen del conflicto mediante la conquista de la autodeterminación nacional, que a su vez da fundamento a la justicia, la democracia y la igualdad –garantías de una paz duradera. • La política de Gran Bretaña en Irlanda es la causa originaria del conflicto en el seno del pueblo irlandés y entre Gran Bretaña e Irlanda; su propósito es mantener y proteger los intereses de Gran Bretaña en Irlanda. La política británica niega el derecho fundamental a la autodeterminación nacional y por lo tanto contraviene el derecho de las naciones a la autodeterminación, aceptado internacionalmente. • La política de Gran Bretaña en Irlanda se mantiene mediante la coerción política y militar, la división territorial de Irlanda en 6 y 26 condados, la manipulación destinada a crear una mayoría Unionista — 192 — • En realidad, esto significa defender y mantener la desigualdad, la injusticia y la inestabilidad, que son el resultado de un pequeño Estado fundado en un sistema de privilegios políticos, sociales y económicos. Sección tres: La soberanía irlandesa: derecho internacional y derechos democráticos irlandeses Esta sección resume ejemplos de los principales documentos históricos en los que el nacionalismo, la independencia y la soberanía del pueblo irlandés se han reafirmado tanto en Irlanda como internacionalmente. En muchas oportunidades la independencia nacional, que hace referencia a un Estado unitario gobernado por un gobierno, se ha declarado en Irlanda. Algunas de esas oportunidades son las siguientes: • La Proclamación de Pascua de 1916; • La Declaración de Independencia del primer Dail, enero 21 de 1919; • Los artículos 1, 2, y 3 de la Constitución de 1937; — 193 — DEL • Gran Bretaña alega que la razón principal para permanecer en Irlanda no es la de sostener sus propios intereses sino primordialmente la de salvaguardar la democracia; sin embargo, para proteger sus intereses en Irlanda, Gran Bretaña ha concedido a una minoría Unionista pro británica el poder de vetar la independencia nacional, acto que está en contravención directa con el principio de autodeterminación nacional y por lo tanto es una negación de la democracia misma. IRLANDA artificial en los Seis Condados (los Unionistas forman el 20% de la población de Irlanda y por lo tanto son una minoría y no la mayoría de la nación), el privilegio protestante, el veto Unionista (i. e., el apoyo de Gran Bretaña a los deseos políticos de los Unionistas). NORTE El camino hacia la paz en Irlanda IRLANDA DEL NORTE DE LA INSURGENCIA A LA DEMOCRACIA • La Declaración Unánime, Casa Leinster, mayo 10 de 1949; • El Foro de la Nueva Irlanda, mayo de 1984; • El discurso del Dr. Patrick Hillary, Ministro de Asuntos Exteriores del gobierno de Dublín, ante en Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, 1969; • El Acuerdo de Hillsborough, noviembre de 1985; • Corte Suprema de Dublín en McGimpsey vs. Irlanda, etc. En derecho internacional, principio universal de autodeterminación, está consagrado en: • El Pacto Internacional sobre Derechos Civiles y Políticos de las Naciones Unidas, 1966; • El Pacto Internacional sobre Derechos Económicos, Sociales y Culturales de las Naciones Unidas; • La Declaración de Principios del Derecho Internacional con respecto a Relaciones Cordiales y de Cooperación entre Estados que están de acuerdo con la Carta de las Naciones Unidas; • La Declaración de las Naciones Unidas sobre la concesión de independencia a los países y pueblos coloniales, Artículo 6; • La Conferencia sobre Seguridad y Cooperación en Europa, párrafo VIII. Sección cuatro: División y coerción Esta sección se divide en dos partes: la primera es la estrategia británica de división y coerción en Irlanda como la causa origen del conflicto, y la segunda analiza el papel de la propaganda que elimina las culpas de Gran Bretaña en el conflicto y, por el contrario, estipula que el problema es de divisiones entre el pueblo irlandés –divisiones, por supuesto, deliberadamente promovidas por el propio interés colonial de Gran Bretaña–. Esta sección cuestiona si Gran Bretaña es una fuerza neutral en Irlanda. En la segunda parte de esta sección se analizan los efectos económicos de la división territorial. — 194 — — 195 — DEL • Gran Bretaña ha desplegado la clásica estrategia colonial de dividir y gobernar en Irlanda estimulando la división territorial. Sin embargo, la propaganda británica ha enmascarado esta causa del conflicto distrayendo la atención del papel de Gran Bretaña en su creación. La amenaza y el empleo de la fuerza han apoyado esta estrategia británica al promulgar un estado de emergencia permanente, con las represiones militares y judiciales que se le asocian. Durante dos décadas se desplegó un fuerte ejército de ocupación de 30.000 hombres, se asesinó a 3.000 personas y se hirió a otras 30.000, proporciones que en Gran Bretaña equivaldrían a 100.000 muertos y más de un millón heridos. • Los argumentos de Gran Bretaña para permanecer en Irlanda son: respuesta a los “deseos democráticos de la mayoría Unionista”; para evitar un “baño de sangre” en el momento de un retiro británico; y, más recientemente, que Gran Bretaña no tiene ninguna estrategia egoísta o interés económico para permanecer en Irlanda y lo hace solo para mantener la paz (Peter Brooke, El discurso de los 100 días, 1987). • Sin embargo, su ‘neutralidad’ declarada se contradice con la amplia declaración de Brooke de que el partido conservador está comprometido en mantener los Seis Condados como parte del Reino Unido. John Hume llegó a la conclusión de que Gran Bretaña era neutral y que al serlo dejaba en los hombros de los nacionalistas la responsabilidad de hacer que Gran Bretaña se uniera a los persuasores de los Unionistas para buscar la reunificación nacionalista. Brooke rechazó la conclusión de Hume. • La posición del gobierno británico formal, Conservador, Laborista o de Coalición, se encuentra en la Cláusula 1(a) del Acuerdo de Hillsborough, de 1985, en la cual Londres y Dublín “afirman que cualquier cambio en el Estado de Irlanda del Norte solo se produciría con el consentimiento de la mayoría del pueblo de Irlanda del Norte”. Era, por lo tanto, una división territorial con herrajes de cobre. • Desde 1973 el gobierno británico ha intentado captar el apoyo acti- IRLANDA Primera parte NORTE El camino hacia la paz en Irlanda IRLANDA DEL NORTE DE LA INSURGENCIA A LA DEMOCRACIA vo de los nacionalistas irlandeses, el SDLP y el gobierno de Dublín a favor de una división territorial a través del Acuerdo de Sunningdale, 1973; el reparto del poder ejecutivo, 1974; el Tratado de Hillsborough, 1985, y las Conversaciones de Brooke, 1991. Lo que se ha defendido no es la paz sino simplemente un programa para la estabilidad política y la división política perpétua. Segunda parte Los efectos sociales y económicos de la división territorial han sido desastrosos para los trabajadores, en el norte y en el sur. • La división territorial ha llevado a la discriminación en el empleo, el despilfarro de millones para mantener la frontera, la dependencia externa de los dos Estados, el subdesarrollo industrial, el desempleo, la emigración y la pobreza. • La división territorial ha ido más allá en: administraciones conservadoras en ambos estados; baja condición de las mujeres; control clerical; estancamiento en el suministro de educación y salud. Un proceso de paz genuino requiere el reconocimiento de los efectos de la división territorial. Sección cinco: Condiciones para la democracia y la paz Esta sección contempla la responsabilidad con relación al proceso de paz y los criterios por medio de los cuales cualquier proceso de paz debe ser juzgado. También explora el proceso de reconciliación nacional: • La búsqueda de la paz es una responsabilidad de todos, pero especialmente de aquellas organizaciones que representan al pueblo y específicamente a los gobiernos de Londres y Dublín. Es también una responsabilidad internacional. Los criterios a partir de los cuales se juzga cualquier iniciativa de paz es el grado en el cual se promueve la autodeterminación nacional. — 196 — Sección seis: Conflicto armado Esta sección traza la historia de los últimos veinte años y los lugares de la lucha armada en el contexto de la liberación nacional y las luchas coloniales alrededor del mundo. • Durante la crisis de la Autonomía de 1912 fueron los británicos y las fuerzas de sus partidarios las que amenazaron y utilizaron la violencia en contra de la reunificación de Irlanda. A esto siguieron cincuenta años de opresión estatal a la comunidad nacionalista, que llegó a provocar ataques y matanzas por parte de las fuerzas del Estado. En la fase actual de la lucha armada, la violencia del Estado y el conflicto armado son anteriores a la campaña del IRA. • Las fuerzas del Estado atacaron brutalmente la campaña, oficial y no oficial, por los derechos civiles de la década de 1960. • Se envía al ejército británico, no para proteger a los nacionalistas sino para fortalecer el sindicalismo en el resto de Gran Bretaña. • De 1969 a 1971, la comunidad nacionalista estuvo sujeta a repetidos ataques RUC/lealistas/ejército británico. • El 90% de las muertes de civiles han sido causadas por los lealistas. — 197 — DEL IRLANDA • Los elementos necesarios para establecer las condiciones para la paz son: un gobierno británico que haga de la finalización de la división territorial su política en Irlanda; un gobierno de Dublín que tenga esta misma política; la cooperación entre los gobiernos de Londres y Dublín para que esto ocurra en el menor tiempo posible, con el mayor consentimiento posible y con el mínimo de costos de cualquier tipo; que esto se haga con la cooperación de los Unionistas y los nacionalistas del norte, i. e. comenzar el proceso de reconciliación nacional. NORTE El camino hacia la paz en Irlanda IRLANDA DEL NORTE DE LA INSURGENCIA A LA DEMOCRACIA El 55% de los asesinados ejecutados por el ejército británico han sido civiles. • A lo largo de la historia, la lucha armada ha sido considerada como una parte legítima de la resistencia de los pueblos a la opresión extranjera. • Para los republicanos la lucha armada es una opción de último recurso. • No existe estrategia constitucional para alcanzar la independencia nacional. • Dadas las circunstancias, la responsabilidad está en aquellos que condenan la opción de la lucha armada para avanzar en una alternativa creíble. Sección siete: El gobierno británico Esta sección trata de las razones por las cuales deben continuar la división territorial y la responsabilidad del gobierno británico en la persuasión de los Unionistas para buscar una Irlanda unida. • Hay muchas razones por las cuales la división territorial debe terminar: es antidemocrática; produce estados anormales; ha fallado y continúa fallando en el logro de una paz duradera; provoca conflicto y las condiciones para el conflicto. • El cardenal O’Fiach declaró que un cambio [político en Irlanda] sólo por el consentimiento de aquellas personas que habitan en los artificiosos Seis Condados “no [es] realmente una política... significa que no se ha hecho nada... es un impulso a mantenerse firme [en el conflicto]”. — 198 — • El gobierno de Dublín tiene una clara responsabilidad en el establecimiento de la democracia nacional. Posee los recursos y el acceso a los centros de poder del mundo. Desde la fundación de los 26 condados por parte del Estado, éste ha asumido un papel negativo hacia la democracia nacional, tomando el tema solo para beneficio electoral. • A partir del Acuerdo de Hillsborough se ha involucrado activamente en el apoyo a la división territorial. Una estrategia de Dublín para la paz debe involucrar persuasión: al gobierno británico, de que la división territorial es un fracaso; a los Unionistas, de que la reunificación los beneficiaría a ellos; y a la comunidad internacional, de que apoye los derechos nacionales irlandeses. • Más todavía, Dublín defendería los derechos democráticos de los nacionalistas del norte y resistiría cualquier otra erosión de los derechos nacionales irlandeses a través de la disolución de la Constitución de 1937. Sección nueve: Una estrategia para el cambio Esta sección resume las observaciones de Sinn Féin sobre lo que es necesario que hagan los gobiernos tanto de Dublín como de Londres si realmente quieren alcanzar una paz genuina y duradera. • Gran Bretaña tiene la responsabilidad de reconocer el derecho del pueblo irlandés a la autodeterminación; cambiar su política actual por una que ponga término a la división territorial y entregue la soberanía al gobierno de toda Irlanda; influir para que finalicen las — 199 — DEL Esta sección resume la responsabilidad del gobierno de Dublín en la búsqueda genuina de una paz duradera. IRLANDA Sección ocho: El gobierno de Dublín NORTE El camino hacia la paz en Irlanda IRLANDA DEL NORTE DE LA INSURGENCIA A LA DEMOCRACIA actitudes Unionistas; consultar con Dublín para acordar la finalización de la división territorial. • Si Gran Bretaña rehúsa hacerlo, entonces Dublín debería obtener el apoyo internacional para los derechos nacionales irlandeses; movilizar el apoyo entre el pueblo irlandés y sus descendientes que viven en el extranjero; aprovechar cada uno de los foros internacionales a su disposición; movilizar en Gran Bretaña la opinión sobre la autodeterminación nacional irlandesa; iniciar un debate con los Unionistas del norte respecto a la reunificación nacional; movilizar el apoyo a cada aspecto de la vida irlandesa para asegurar la independencia nacional; revisar cada tratado con Gran Bretaña en asuntos tales como la extradición; organizarse nacional e internacionalmente en defensa de los derechos democráticos sociales y económicos y establecer estructuras democráticas a través de las cuales los objetivos antes mencionados se puedan alcanzar. Sección diez: El papel de los partidos nacionalistas • Esta sección resalta la contradicción que enfrentan el SDLP y Fianna Fail en su negativa a cuestionar la existencia de la división territorial y la responsabilidad de Gran Bretaña en el conflicto actual. • Fianna Fail y el SDLP tienen una influencia considerable en los centros de poder del mundo. Ellos podrían y deberían rechazar la propaganda británica que observa a “Gran Bretaña como un agente honesto”. • Si creen que la división territorial no es una solución viable del conflicto, deberían rechazar con firmeza cualquier solución propuesta que se refiera a la división territorial. • Deberían exigir que Gran Bretaña continúe con su fin lógico de ale- — 200 — Sección once: Los Unionistas Esta sección se refiere al impacto que los Unionistas tienen en la exigencia de la autodeterminación y resume el acercamiento de Sinn Féin a la discusión con ellos con relación a este respecto. • Los Unionistas son el 20% del pueblo irlandés y tienen un impacto considerable en el proceso de paz. La paz requiere un acuerdo entre los nacionalistas irlandeses y los Unionistas irlandeses. • Este debate no puede comenzar mientras Gran Bretaña garantice la continuación de la mayoría artificial Unionista en los Seis Condados. El ‘veto Unionista’ debe acabarse. Para lograr la reconciliación nacional los temores más profundamente arraigados en la gente deben resolverse. Con un acuerdo democrático todos ganan. Sección doce: La dimensión europea Esta sección se refiere a los diferentes cambios que han tenido lugar en Europa Occidental y Oriental y ubica la reunificación irlandesa en ese contexto. • El proceso de reestructuración política y económica que tiene lugar en Europa ha planteado el tema de la autodeterminación nacional. La división territorial de Irlanda, anómala en el derecho internacional, debe ser considerada en este contexto. Muchos gobiernos europeos ya han aceptado que la reunificación irlandesa es una ne- — 201 — DEL • Deberían resaltar todos los abusos cometidos contra los derechos humanos en Irlanda y exigir que la CSCE (Conferencia de Seguridad y Cooperación en Europa) monitoree los abusos a los derechos humanos que ocurren actualmente en los Seis Condados. IRLANDA gar que son neutrales y aceptar formalmente el derecho del pueblo irlandés a la autodeterminación. NORTE El camino hacia la paz en Irlanda NORTE • La Conferencia de Seguridad y Cooperación en Europa tiene el poder de llevar a cabo verificaciones sobre los abusos cometidos contra los derechos humanos. Debería ser invitada a hacerlo en los Seis Condados. IRLANDA cesidad para que se establezca una paz duradera. Varios reportes de la Comisión Europea han reconocido el Estado “anómalo” de la jurisdicción de Gran Bretaña que persiste en Irlanda. DEL DE LA INSURGENCIA A LA DEMOCRACIA Sección trece: Las Naciones Unidas Esta sección tiene que ver con el papel de las Naciones Unidas en la resolución de conflictos y con sugerencias sobre la manera de aplicarlo en el contexto de Irlanda. La situación en el Norte es un fracaso del proceso político normal y hay muy pocas razones para tener confianza en la intención del gobierno o en su habilidad para resolver el conflicto. En este caso es posible que se pida a las Naciones Unidas que ayuden con la resolución. • El secretario general de las Naciones Unidas y el Comité de Descolonización de la ONU comparten con los Estados miembros la tarea de crear las condiciones en las que el “el deseo libremente expresado de las personas involucradas” pueda ser establecido de manera fidedigna. Esto significa, en primer término, eliminar todas las formas de represión. En Irlanda significaría la eliminación de cada una de las barreras creadas para imponer la división territorial. • Las personas preocupadas por la paz en Irlanda deberían pedir a las Naciones Unidas que solicite a Gran Bretaña reportes anuales sobre su papel en Irlanda, de acuerdo con el Artículo 73 de la Carta de la ONU; solicitar al Comité de Descolonización que lleve a cabo una revisión anual del precio de la división territorial. — 202 — • Se podría pedir a las Naciones Unidas la convocación de una conferencia de todas las partes involucradas. Sección catorce: Resumen 1. La paz requiere condiciones de democracia, libertad y justicia para erradicar las causas de la guerra. 2. El pueblo irlandés tiene el mismo derecho histórico a la soberanía y al nacionalismo que es reconocido por el derecho internacional. La división territorial contraviene estas leyes y frustra la democracia nacional y la reconciliación nacional. 3. El gobierno británico de Irlanda no tiene legitimidad democrática y ha recaído en la división y la coerción. Debería reconocer el fracaso de la división territorial. 4. El gobierno de Dublín debería asumir su responsabilidad con relación a la reunificación, bien sea con la cooperación de Gran Bretaña o, de ser necesario, de manera independiente. 5. La minoría Unionista no tiene nada que temer de una Irlanda unida. Al eliminar el veto se abrirán las posibilidades de un diálogo constructivo. 6. Los republicanos irlandeses están comprometidos a desempeñar un papel constructivo en la edificación de la democracia nacional cuando el gobierno británico adopte finalmente una política de retiro de Irlanda. — 203 — DEL • Cualquier punto muerto que se encuentre durante el proceso del retiro británico podría ser llevado hacia una resolución adoptada por las Naciones Unidas. IRLANDA • Sinn Féin no apoya el despliegue de tropas de la ONU en Irlanda. NORTE El camino hacia la paz en Irlanda IRLANDA DEL NORTE DE LA INSURGENCIA A LA DEMOCRACIA 7. La división territorial de Irlanda y la demanda británica de la jurisdicción sobre los Seis Condados es un asunto europeo. 8. Las Naciones Unidas tienen la autoridad y el mandato para monitorear un proceso de descolonización en Irlanda. Como una medida interina, Sinn Féin propondría que las Naciones Unidas monitoreen la división territorial y el papel de Gran Bretaña en este hecho. — 204 — De la política a las armas y de vuelta a la política La transición del Gerakan Acheh Merdeka (Movimiento Acheh1 Libre, GAM) Aguswandi & Wolfram Zunzer Basado en contribuciones de Tgk. Nashiruddin Ahmad & Dolly INTRODUCCIÓN El achenés y el Movimiento Acheh Libre (Gerakan Acheh Merdeka, GAM, por su sigla en lengua achenés) siempre han descrito la naturaleza de su rebelión en contra del Estado indonesio como un asunto ‘político, no armado’. Según la cúpula del GAM, decidieron tomar las armas porque era el único lenguaje que les quedaba disponible para hacer que el gobierno central de Yakarta entendiera la situación que se presentaba en Acheh, una provincia indonesia localizada en la punta norte de la isla de Sumatra. Tomar las armas fue una acción política destinada a ponerle contrapeso al lenguaje del enemigo. La cúpula del GAM, tanto en Acheh como en el exilio, ha afirmado que el conflicto nunca consistió en el empleo de la violencia per se, sino más bien en una confrontación política que necesitaba una solución política. Por tanto –añade–, siempre que la otra parte del conflicto, el gobierno central indonesio, ha mostrado voluntad 1 Acheh es un territorio especial de Indonesia, localizado en el extremo norte de la isla de Sumatra. Su nombre completo es Nanggröe Acheh Darussalam. Otras formas de escribir este nombre fueron Aceh, Atjeh y Achin (v. http://es.wikipedia. org/wiki/Aceh). — 205 — ACHEH CAPÍTULO 4 ACHEH DE LA INSURGENCIA A LA DEMOCRACIA política para negociar una solución política, el GAM ha respondido positivamente. A partir de la fundación del GAM en 1976, la historia del conflicto de Acheh se puede desglosar en cuatro fases (v. Anexo 1). El periodo corrido entre 1976 y 1989 comprende la formación del movimiento del GAM, la declaración de independencia de Acheh por parte de su líder, Hasan Di Tiro, y el desarrollo de un conflicto armado de baja intensidad. En la segunda fase, de 1989 a 1998, y como respuesta al incremento de los esfuerzos militares del GAM, el ejército indonesio se comprometió en una operación de contrainsurgencia conocida como ‘Zona de Operaciones Militares’ (Daerah Operasi Militer Militer). La tercera fase comenzó luego de la caída de Suharto en mayo de 1998, que incluyó protestas masivas, renovado compromiso político para la independencia, medidas represivas incrementadas por las fuerzas de seguridad del Estado y un primer intento, infructuoso, de la comunidad internacional destinado a facilitar un acuerdo negociado. Durante la cuarta fase, de 2004 hasta hoy, la catástrofe humanitaria del tsunami fue un factor desencadenante de la reanudación de las negociaciones, que el 15 de agosto de 2005 llevaron a la firma de un Memorando de Entendimiento. Dentro de este marco se negociaron competencias de autogobierno de gran alcance para Acheh, que incluían el derecho a formar partidos provinciales, y la legislación para su implementación se reguló formalmente en la Ley para el Gobierno de Acheh (LOGA, por su sigla en inglés), promulgada por el parlamento indonesio el 11 de julio de 2006. El actual acuerdo de paz alcanzado por el GAM y el gobierno de Indonesia ha traído cambios importantes al paisaje político de la provincia de Acheh y transformado al GAM, del grupo armado que era, en un movimiento político no armado que compite en un verdadero proceso electoral. El estudio de caso que se presenta en este capítulo está orientado a mostrar la transición del GAM de la lucha armada a la lucha política. Analiza cómo se vio mezclado en la lucha armada, los factores y eventos que afectaron su adopción de una estrategia política y el resultado actual de su transición. Fue escrito por un becario achenés y un investigador alemán, basados en las contribuciones hechas por dos miembros — 206 — destacados del GAM en el transcurso de varias discusiones de grupos de análisis. NACIMIENTO DEL MOVIMIENTO DEL GAM Una rebelión reactiva Los recientes movimientos políticos de Acheh han evolucionado de manera parecida hacia la lucha achenés por la justicia económica, social y política. El discurso alrededor del nacionalismo no fue el primer y único punto de partida para la lucha. Durante mucho tiempo los acheneses dedicaron sus energías a poner fin a los prolongados abusos y violaciones de los derechos humanos cometidos a lo largo del tiempo por los sucesivos gobiernos indonesios y sus fuerzas armadas. La emergencia del nacionalismo contemporáneo en Acheh ha sido la reacción frente a un sentimiento de desigualdad y opresión al parecer interminable. En 1953, nueve años después de que Indonesia proclamara su independencia (1945) y cuatros años después de que la soberanía total de Indias Orientales Holandesas fuera transferida al gobierno de Sukarno en Indonesia, Daud Bereueh lideró una rebelión achenés en contra del gobierno central. Como dato interesante, él fue uno de los líderes locales de la lucha contra la reocupación holandesa de Indonesia entre 1945 y 1949, y su popularidad provino de su imagen como héroe republicano que peleó por asegurar la independencia de la república de Indonesia. Durante esos tiempos revolucionarios el pueblo achenés contribuyó mucho a la lucha anticolonial, que llevó a que Acheh fuera llamada un ‘daerah modal’ (un modelo) para Indonesia. Yakarta usó la región para demostrar a los holandeses y a la comunidad internacional que Indonesia todavía existía y que la república proclamada era indomable. Entonces, ¿cómo un héroe republicano se convirtió en un rebelde? La causa principal que obró detrás de la revuelta de Bereueh se puede encontrar en la primera gran decepción del pueblo achenés frente a su gobierno central, que había conducido el proceso de construcción de las — 207 — ACHEH De la política a las armas y de vuelta a la política ACHEH DE LA INSURGENCIA A LA DEMOCRACIA instituciones poscoloniales con una acentuada concepción central de Estado-nación. La centralización del poder en Yakarta dio como resultado la creación de la provincia de Acheh, que había sido fusionada con la de Sumatra del Norte. Bereueh, quien entonces era el gobernador de Acheh, decidió emprender una revuelta en contra de las decisiones injustas del gobierno central respecto de su ‘periferia’. En ese momento su movimiento no hizo un llamado para que Acheh se separase de Indonesia. Más bien, hablaba de las políticas injustas del gobierno central, que no solamente había incumplido la promesa de autonomía sino que, incluso, había abolido la existencia misma de la Provincia de Acheh. De esa manera Bereueh criticaba la manera como estaba construyéndose el Estado-nación indonesio en la era poscolonial. A pesar del carácter reactivo de esta revuelta, el gobierno central respondió enviando cientos de soldados y matando a muchos de los involucrados. La revuelta liderada por Bereueh solo se resolvió en 1959, a través de un acuerdo negociado que estableció a Acheh como un ‘territorio especial’ (Daerah Istimewa), con mayor autonomía de poder en aspectos religiosos, educativos y culturales. Sin embargo, el cuantioso despliegue de tropas y la brutal operación para sofocar la rebelión dieron como resultado un rencor colectivo entre la población local y un fuerte resentimiento hacia el gobierno central. Esto fue especialmente cierto en las áreas rurales, donde la campaña en contra de los aldeanos que habían apoyado la revuelta de Bereueh fue particularmente brutal. Este resentimiento popular creció a medida que el estatus de ‘Daerah Istimewa’ se fue tornando en algo sin mayor significado y que los beneficios prometidos en el pacto de autonomía permanecieron en gran parte sin realizarse. La situación degeneró más con la subida del llamado régimen del Nuevo Orden, liderado por el general Suharto, quien depuso a Sukarno en 1966 y asumió la presidencia. El proyecto de construcción de nación de Suharto era aún más centralizado y militarizado que el anterior y fue objeto de fuertes críticas por su explotación masiva de los recursos — 208 — naturales. Suharto fue acusado también de ser cómplice de las matanzas de cientos de miles de personas durante la purga anticomunista de 1965. Ese sentimiento de rencor entre el centro y la periferia, así como el deterioro de las relaciones entre Yakarta y Acheh, abonaron el terreno para el nacimiento del Movimiento Acheh Libre. Identidad política como arma inicial El Movimiento Acheh Libre (GAM), llamado oficialmente Frente de Liberación Nacional Acheh-Sumatra, comenzó en 1976 cuando Teugku (lord) Mohammad Hasan di Tiro, quien apoyaba al movimiento Darul Islam (Residencia del Islam), bajo el liderazgo de Bereueh, regresó a Acheh proveniente de los Estados Unidos. Fundó el GAM y el 4 de diciembre de 1976 (re)declaró la independencia de Acheh. El carácter generalmente reactivo de la revuelta achenés se puede observar en la evolución de la ideología política de Di Tiro, quien en 1958 había publicado un libro titulado Democracy for Indonesia (Democracia para Indonesia), en el cual argumentaba a favor de un cambio en las relaciones estructurales entre Acheh y Yakarta. Su libro promovía un sistema federal basado en la adaptación de los estados multiétnicos de Indonesia. Sin embargo, desilusionado por el carácter inamovible de las instituciones indonesias, el discurso de identidad javanés dominante y los políticos indonesios, en gran parte de sus últimos escritos y discursos Di Tiro promovió una narrativa histórica que enfatizara en la edad de oro del pasado, en los problemas del presente y en el mejor futuro que tendría la posibilidad de alcanzar Acheh si de independizaba de Indonesia. La identidad e historia política de Acheh fueron las primeras armas cruciales para Di Tiro. De hecho, fue la única arma que en un principio utilizó de manera efectiva. Para ganarse el apoyo del pueblo achenés, promovió retóricamente el patriotismo local, haciendo referencia a la historia de Acheh y argumentando que la región nunca había sido colonizada por los holandeses. Por lo tanto, él percibió la transferencia de la Acheh soberana a Indonesia por parte de los colonialistas holandeses como un acto ilegal y abogó para que la soberanía de Acheh se devolviera a los acheneses. — 209 — ACHEH De la política a las armas y de vuelta a la política ACHEH DE LA INSURGENCIA A LA DEMOCRACIA A su regreso del exterior a Acheh, el 30 de octubre de 1976, Di Tiro comenzó a crear conciencia entre la juventud y los intelectuales acheneses sobre la identidad achenés y sobre la posición injusta de la provincia dentro de la nueva República de Indonesia. La reacción positiva que obtuvo entre sus amigos lo animó a abogar por la separación de Acheh de Indonesia. El 4 de diciembre de 1976, junto con un número limitado de seguidores cercanos, declaró a Acheh como estado independiente. Además de los argumentos que giraban alrededor de la historia y el derecho a la autodeterminación, la proclamación alegaba además que el gobierno indonesio estaba robando 15 millones de dólares por año de los ingresos que correspondían a Acheh por sus recursos naturales. El objetivo estratégico de Di Tiro en las semanas que siguieron a la declaración de independencia fue el de mantener el conflicto en un nivel político, tanto como fuera posible, a fin de preparar políticamente al pueblo para la lucha armada. Como declaró después, “Una lucha armada exitosa solo puede librarse por personas políticamente conscientes y que están políticamente organizadas y movilizadas. Nuestra declaración de independencia es un instrumento para lograrlo; es un paso preparatorio para una lucha armada exitosa” (Di Tiro, 1984: 17). El discurso de identidad política de Di Tiro le permitió movilizar el apoyo de los intelectuales acheneses, quienes posteriormente se convirtieron en la principal base de apoyo de su movimiento. Gran parte de la primera cúpula del GAM estuvo ciertamente compuesta por acheneses educados en universidades. El autodeclarado gobierno paralelo, que constituyó el primer gabinete achenés desde 1911, estaba compuesto por doctores en medicina, ingenieros y hombres de negocios. Fueron nombrados ministros para cubrir todos los departamentos políticos correspondientes a un gobierno nacional, y Teugku Hasan Di Tiro fue designado Jefe del Estado de Acheh-Sumatra y al mismo tiempo jefe del comando militar. La estructura administrativa se construyó con base en las estructuras de gobierno históricas de la época en que Acheh había sido un sultanato independiente. La dirección del movimiento dividió los territorios libera- — 210 — dos y semiliberados de Acheh-Sumatra en 17 provincias, cada una encabezada por un gobernador, que era asistido por un comandante militar. Cada provincia estaba dividida en varios distritos, gobernados por un jefe de distrito, a la vez asistido por un comandante militar de distrito (Di Tiro, 1984: 41). Durante las dos primeras décadas que siguieron a esta declaración hubo muy poca reflexión y debate sobre la forma y la dirección que debería tomar una Acheh soberana, y la opinión imperante afirmaba que primero debía alcanzarse la independencia, antes de comenzar el proceso democrático interno destinado a clarificar instituciones, competencias y posiciones. Un criterio común dentro del GAM era que Acheh se convertiría en una monarquía constitucional, algo así como Tailandia o Malasia, con Di Tiro como sultán o “Wali Negara”. Esta opinión provino en gran parte del hecho de que el abuelo de Di Tiro, Teungku Tjik di Tiro Muhamoad Saman, había recibido el mandato de continuar la lucha contra los invasores holandeses emprendida por el sultán Muhamoad Daud en 1903, justo antes de su última rendición y de su exilio (Kingsbury, 2007: 9). PONIENDO CONTRAPESO AL LENGUAJE DEL ENEMIGO El movimiento se vio involucrado en la lucha armada por dos razones principales: en primer lugar, como una estrategia de autodefensa en contra del enfoque militarista del gobierno central, y, en segundo lugar, en un intento por desarrollar y completar la estructura de un movimiento independiente o gobierno autoproclamado. Como grupo, el GAM nunca creyó que podría ganar la pelea con el Estado indonesio con el solo fortalecimiento de su capacidad militar. La estrategia del GAM de emplear las armas no estaba destinada a alcanzar una victoria militar sino a demostrar la inhabilidad de Yakarta para controlar la situación, humillando y debilitando al ‘enemigo’. Con este fin, las tácticas de guerra de guerrillas se aplicaron ampliamente. La unidad militar del GAM explotó su conocimiento del terreno y el apoyo del pueblo, pero todos estos actos se llevaron a cabo con un entendimiento muy cla- — 211 — ACHEH De la política a las armas y de vuelta a la política ACHEH DE LA INSURGENCIA A LA DEMOCRACIA ro –excepto por parte de algunos elementos– de que la lucha no podía ganarse por medios militares. Por el contrario, intentaban convencer al gobierno central de que ellos no podían suprimir su lucha, y de esa manera motivarlo para que se involucrara en negociaciones pacíficas. Durante la primera fase del conflicto, de 1976 a 1989, la movilización de la política y la educación para la formación de identidad fueron importantes prioridades para el gabinete del GAM. Paralelamente, en 1977 la organización adoptó una estrategia de guerrilla defensiva cuyos principios centrales incluían mantenerse en las montañas, estar siempre en el vecindario del enemigo, impedir que las tropas de línea consiguieran cualquier base permanente, usar tácticas de sorpresa, tales como emboscadas, “convertirse en una sombra engañosa pero poderosa en el horizonte” (Di Tiro, 1984: 68). El apoyo popular al movimiento de Di Tiro fue bastante limitado en los primeros años. Comenzó como un agrupamiento político con un número pequeño de miembros armados y un claro comando centralizado. Era, de hecho, una organización muy elitista, apoyada solo por unos pocos cientos de individuos, entre ellos profesores universitarios, doctores en medicina e ingenieros. Su principal base de apoyo vino de unas pocas áreas rurales dominadas por parientes de Di Tiro y otros líderes del GAM en Pidie, Acheh del Norte y Acheh del Este, y un puñado de antiguos seguidores de Bereueh que estaban insatisfechos con los acuerdos políticos previos. No obstante, como el gobierno indonesio y las fuerzas armadas bajo el Nuevo Orden comenzaron a explotar los recursos naturales de Acheh y a aterrorizar a su pueblo, incrementando las operaciones de contrainsurgencia en toda la provincia e imponiendo una restricción total a los reportes en los medios que simpatizaran con la ideología del GAM o con sus demandas políticas, el nivel de apoyo a la rebelión aumentó. Las políticas estatales represivas y autoritarias aplicadas en Acheh nutrieron los resentimientos locales en contra del gobierno central, haciendo que más y más acheneses perdieran la esperanza y la confianza de poder partici- — 212 — par en un proyecto indonesio común. Cuanto más brutal era la reacción de Yakarta frente a este resentimiento popular, más activamente se movilizaban los acheneses detrás del movimiento de resistencia. El GAM se convirtió realmente en un grupo armado solo después de las primeras ofensivas, a principios de la década de 1980. La violencia estalló cuando el gobierno indonesio descubrió las crecientes operaciones informativas del movimiento, y su cúpula fue forzada a organizar más sistemáticamente sus capacidades de autodefensa. Para 1982, más de la mitad del primer gabinete del GAM había sido asesinada y muchos otros ministros estaban presos o habían sido obligados a huir al exilio. Esto incluyó a Di Tiro, quien a finales de 1979 abandonó Acheh para establecerse finalmente en Suecia. Para 1980, al menos 700 seguidores del entonces comparativamente pequeño movimiento estaban en prisión. En los años siguientes, el ala militar del GAM, también conocida como AGAM, estableció grupos armados en todos los distritos situados a lo largo de la costa entre Acheh Oriental y la capital, al norte, y en Acheh Occidental. La dirigencia en el exilio buscó el apoyo del gobierno libio, cosa que permitió al GAM extender su reclutamiento y comenzar a impartir entrenamiento militar a los jóvenes partidarios del GAM que vivían en Libia. En el lapso de 1986 a 1989, entre 600 y 1.000 hombres recibieron este tipo de entrenamiento. El regreso de los guerrilleros entrenados en Libia fue decisivo para mejorar la organización de las unidades militares del GAM en el terreno. Tras la captura de unos pocos cientos de armas del arsenal indonesio en 1989, las fuerzas del ejército y la policía se tornaron fundamentalmente violentas en contra de cualquiera que tuviese la menor conexión con los guerrilleros, y el uso de la tortura de combatientes y civiles se incrementó de manera significativa. La decisión de Yakarta de declarar a Acheh zona de operaciones militares en 1989 demostró ser el más grande error en relación con el conflicto. Esta forma de tratamiento de la situación no solo se mostró infructuosa para hacer frente al GAM, sino que también trajo como consecuencia una intensificación del resentimiento popular hacia — 213 — ACHEH De la política a las armas y de vuelta a la política ACHEH DE LA INSURGENCIA A LA DEMOCRACIA Yakarta, cosa que incrementó a su vez el apoyo al movimiento independentista. En lugar de aplastar la rebelión separatista, la operación produjo, en efecto, una nueva generación de miembros del GAM. Al endurecer las posiciones de los acheneses con respecto a la lucha, la brutalidad del ejército de Indonesia creó el mejor escenario para que el movimiento floreciera. Durante el periodo de la Zona de Operaciones Militares de 1989 a 1998, hubo un número enorme de ejecuciones extrajudiciales, desapariciones, violaciones sexuales, torturas y otras violaciones de los derechos humanos. Según diversos cálculos, entre 10.000 y 26.000 personas fueron asesinadas durante este periodo (Kingsbury 2007, Aspinall 2005a). Como resultado de la continua impunidad y falta de responsabilidad del régimen, sus víctimas comenzaron a buscar diferentes maneras de conseguir justicia; por ejemplo, uniéndose a la rebelión armada. De hecho, después de 1998 esta nueva generación de activistas del GAM se convirtió progresivamente en la mayoría de los miembros del movimiento. Estos nuevos comandantes incidieron en el seno del movimiento para que éste buscara mejorar sus capacidades militares durante la década de 1990. Sus miembros comenzaron a comprar armas individualmente y a organizar sus capacidades de defensa y resistencia mediante el entrenamiento en el uso de armas y en el desarrollo de unidades militares más sofisticadas. La fase más intensa de movilización militar tuvo lugar en el periodo de 1998 a 2000. Las armas eran compradas a varios proveedores, incluidos soldados indonesios que habían sido enviados a Acheh para luchar contra la rebelión. Un activista del GAM afirmó que “comprar armas era más fácil que comprar una coca cola”. En particular, los acheneses exiliados en Malasia se unieron al movimiento para convertirse en una columna logística destinada a armar a sus camaradas que se habían quedado en Acheh. Como resultado, las armas se convirtieron en la herramienta principal a través de la cual el GAM pudo equilibrar su posición de poder con Yakarta y crear así oportunidades de negociar. Cuando se cerró el espacio político, la opción militar era la única alternativa disponible. — 214 — Después de 1979, a pesar de estar separados físicamente de los que luchaban en Acheh y de su base social, la mayoría de la cúpula política del GAM en el exilio asumió responsabilidades políticas y administrativas y al mismo tiempo buscó ganar incidencia internacional (cabildeo) y trabajo de apoyo a favor de la lucha achenés. El gobierno en el exilio, ubicado principalmente en el suburbio sueco de Norsborg, Estocolmo, estaba liderado por el padre fundador del GAM, wali negara (jefe de Estado) Di Tiro, como también por otros líderes como Malik Mahmut y Zaini Abdullah. La dirección política y la estructura militar de medio nivel del GAM estaban organizadas en Acheh, con ésta última técnicamente subordinada a la primera. A pesar de que la dirigencia exiliada tenía el poder final en la toma de decisiones, el comandante en jefe (panglima) y el comandante militar regional (panglima wilayah) de cada una de las 17 provincias de Acheh eran los verdaderos poseedores de poder, ya que la mayoría de las decisiones en el campo de acción eran dictaminadas por las realidades del conflicto y los imperativos militares. Entre la dirección exiliada y la estructura militar del GAM al mando en Acheh se mantuvo el constante contacto telefónico. Por una parte, había una cadena lineal de mando entre Suecia y el comandante en jefe y las tropas en el campo. Por otra, la cúpula exiliada también mantenía línea de comunicación directa con los comandantes regionales, quienes reportaban asiduamente a los líderes del GAM instalados en Suecia, a veces a diario (Schulze, 2004: 13). En la esfera política, la cúpula exiliada se concentró en las gestiones de incidencia política internacional destinadas a buscar el reconocimiento del derecho de Acheh a la autodeterminación, especialmente en las Naciones Unidas. En 1992, Di Tiro hizo una propuesta a la 48a Sesión de la Comisión de Derechos Humanos y a la 44a Sesión de la Subcomisión de la ONU para la Prevención de Discriminaciones y Protección a las Minorías (Schulze, 2004: 51). Sin embargo, el trabajo de apoyo internacional del GAM recibió muy poca atención, excepto la de unos pocos grupos e individuos simpatizantes del exterior. El apoyo más importante que recibió el movimiento tuvo lugar por los lados de su alianza con el gobierno libio. — 215 — ACHEH De la política a las armas y de vuelta a la política ACHEH DE LA INSURGENCIA A LA DEMOCRACIA El contexto general internacional no favorecía al GAM. Los intentos de Di Tiro de explotar la lucha por el poder global durante la Guerra Fría se vieron frustrados porque los países occidentales estaban más interesados en respaldar al gobierno de Indonesia como un aliado en la guerra contra el comunismo en el sureste de Asia. El apoyo de los Estados Unidos a Yakarta le dio seguridad a Indonesia para continuar sus operaciones militares y su brutalidad en Acheh. La zona de operaciones militares estuvo en vigencia en Acheh hasta el colapso del Régimen del Nuevo Orden en 1998. DE LAS ARMAS A LA POLÍTICA, DE NUEVO La evolución de la lucha del pueblo achenés deja entrever con claridad que cualquier intento por resolver el conflicto mediante un acuerdo político solo sería posible con un cambio en el sistema político de Indonesia. En mayo de 1998, debido a la crisis financiera que golpeaba a Asia, y varios meses después de intensas protestas pro democracia adelantadas en Yakarta por fuerzas políticas opuestas al régimen del Nuevo Orden, Suharto fue obligado a dejar el poder y fue sustituido por su vicepresidente, Jusuf Habibie, quien inició reformas democráticas de largo alcance y terminó con el estatus de Acheh como zona de operaciones militares. El movimiento de reforma existente en Yakarta y el colapso de la dictadura militar abrieron la posibilidad de diálogo entre el GAM y el gobierno central. Proceso de paz entre las partes hasta el tsunami del 2005 El gobierno indonesio y el GAM adelantaron negociaciones entre 2000 y 2003. Ello fue posible por una combinación de factores propicios: la actividad decidida de las directivas de ambos lados, las percepciones y el apoyo de la comunidad internacional, así como el deseo general de la población achenés de avanzar en la solución política del conflicto. En el año 2000 se observó una creciente influencia de facciones internas favorables al diálogo en ambas partes. Tales facciones demostraron — 216 — capacidad para reconocer las oportunidades potenciales que ofrecía un acuerdo y que podían asegurar el compromiso mínimo necesario para buscar un acuerdo negociado en los sectores ‘duros’ que se resistían al mismo. El sentimiento prevalente después de tantos años de confrontación armada inconclusa estaba a favor de un intento de llevar a buen término las metas del movimiento político por medios no-violentos. Y en ese entonces, los costos de un diálogo infructuoso también parecían lo suficientemente bajos para que ambas partes pudieran justificar su entrada en dicha apuesta política. La participación del GAM en las negociaciones estuvo fuertemente motivada por un deseo de mayor legitimidad internacional, manifestado en el hecho de invitar a un organismo internacional –el Centro Henry Dunant– como tercera parte en las negociaciones, así como en la realización de varias rondas de negociación fuera de Indonesia. Del lado del gobierno indonesio fue decisivo el papel del nuevo presidente, Abdurrahman Wahid, quien asumió el cargo después de las elecciones generales de junio de 1999. Su actitud conciliadora hacia el conflicto de Acheh estaba hondamente influida por las fuertes reacciones de condena de la comunidad internacional conocidas con ocasión de las atrocidades cometidas en Timor del Este, y deseaba restablecer la imagen y la reputación de su país explorando un acercamiento diferente con el movimiento de liberación achenés. En marzo de 2000 el primer ministro hizo la primera demostración de la intención política de su gobierno dirigida a una solución negociada del conflicto achenés, al desplazar a un enviado, Bondan Gunawan, con la tarea de reunirse en Acheh con el líder militar del GAM, Abdullah Syafie. Fue el primer acto de comunicación directa entre un funcionario de alto nivel del gobierno central y un líder del GAM desde el inicio del movimiento en 1976. Posteriormente el gobierno indonesio invitó al Centro Henry Dunant, con sede en Ginebra, para facilitar y mediar en las negociaciones entre ellos y el GAM. A pesar de la poca voluntad que mostró el Ejército para apoyar la iniciativa de Wahid, el acercamiento conciliador continuado y las conversaciones dieron como resultado un “Entendimiento Conjunto — 217 — ACHEH De la política a las armas y de vuelta a la política ACHEH DE LA INSURGENCIA A LA DEMOCRACIA sobre una Pausa Humanitaria para Acheh”, firmado por Hassan Wirayuda, como Representante Permanente de Indonesia ante las Naciones Unidas en Ginebra, y Zaini Abdullah, Ministro de Salud del GAM, el 12 de mayo de 2000. Fue el primer acuerdo formal que se alcanzó entre el gobierno de Indonesia y el GAM. Se estableció un Comité Mixto de Seguridad, compuesto por el GAM, el Ejército indonesio y observadores internacionales, para monitorear la conformidad con el acuerdo e investigar posibles violaciones. Pasada la Pausa Humanitaria, en diciembre del 2002 se hizo efectivo el más sustancial ‘Acuerdo de Cese de Hostilidades’ (COHA, por su sigla en inglés). El COHA previó un alto el fuego, el establecimiento de ‘zonas de paz’, el desarme del GAM y la reubicación de las fuerzas de seguridad indonesias. Estas medidas debían observarse a través de un diálogo exclusivo, con el fin de involucrar a sectores más amplios de la sociedad achenés y crear mecanismos locales para una paz duradera. En la secuencia de procedimiento se esperaba que las condiciones pacíficas promovieran un clima de mayor confianza y permitieran esfuerzos creativos para encontrar una solución permanente. El ambiente de cooperación que hizo posible esta fase de diálogo entre el GAM y Yakarta apenas duró por corto tiempo. El cambio de la situación política en Yakarta afectó una vez más el conflicto achenés, ya que los nacionalistas radicales, que eran la base de apoyo del nuevo presidente Megawati Sukarnoputri –posesionado en junio de 2001–, no consideraron el diálogo pacífico como la manera más favorable de tratar con Acheh. De hecho, ambos bandos tenían puntos de vista fundamentalmente diferentes del proceso de cese de hostilidades y del asunto central del futuro estatus político de Acheh. Los líderes indonesios creían que se debía encontrar una solución en el marco del Estado unitario de Indonesia. En julio de 2001 se le concedió un estatus de “Autonomía Especial”, y después del acuerdo de cese de hostilidades el gobierno permaneció firmemente convencido de que su generosa ley no necesitaba ampliarse más. El GAM, — 218 — sin embargo, percibía la autonomía especial solo como un ‘punto de partida’, y seguía resuelto a buscar la independencia. Prefirieron considerar el acuerdo como un medio de internacionalizar el conflicto. Dadas las diferencias fundamentales en percepciones y posiciones y la persistente falta de confianza básica, de hecho no se alcanzó ningún progreso en términos de seguridad, como habría sido una reubicación de tropas o una entrega de armas. Los enfrentamientos armados comenzaron a reaparecer poco después de que se firmara el acuerdo y el proceso se vio afectado por acciones perturbadoras de sectores interesados en sabotear el proceso (Aspinall 2005a). Una serie de demostraciones organizadas militarmente forzaron a quienes monitoreaban los acuerdos a evacuar los distritos, y actividades de las milicias apoyadas por el Ejército minaron el proceso de negociación. Durante el mismo, el GAM aceptó la propuesta final indonesia de una resolución política con el fin de permitir la continuación del Acuerdo de Cese de Hostilidades, pero ello estuvo seguido por una exigencia más del gobierno indonesio: el desarme del GAM. En términos reales, eso habría significado que el GAM se rindiera y aceptara, bajo términos dictados unilateralmente por el gobierno indonesio, una “autonomía especial” para Acheh con el nombre de Nanggroe Acheh Darussalam (Estado Pacífico de Acheh). El GAM se rehusó a rendirse y las conversaciones de rompieron en mayo del 2003. La negativa dio pretexto para renovar las operaciones militares (Kingsbury 2007): el 19 de mayo Yakarta declaró la ley marcial y lanzó la Operasi Terpadu, la operación militar más grande en la historia moderna de Indonesia desde la anexión de Timor del Este. En correspondencia, el GAM redobló su lucha armada, lo cual dio como resultado una nueva posición de estancamiento en ambos lados. La movilización del GAM para una estrategia política Del lado del GAM, las conversaciones se veían como una oportunidad para profundizar en las raíces del problema –el problema político–. Además, con Acheh en el punto de mira de la opinión pública internacional, — 219 — ACHEH De la política a las armas y de vuelta a la política ACHEH DE LA INSURGENCIA A LA DEMOCRACIA el movimiento tuvo más confianza sobre su participación en el diálogo, sobre el acto de sentarse con el ‘enemigo’. La internacionalización del asunto de Acheh fue por algún tiempo la agenda principal de la dirigencia política del GAM. Las negociaciones con Yakarta fueron consideradas inconcebibles sin la participación de un tercer actor de la comunidad internacional. Esta política se conservó y mantuvo a lo largo del tiempo, con la esperanza de que la participación internacional ayudara al movimiento a ganar apalancamiento y corregir su posición asimétrica con el gobierno indonesio. El nuevo clima internacional se hizo más favorable para que la cúpula en el exilio se involucrara con gobiernos extranjeros y la sociedad civil internacional. El comienzo de un compromiso internacional más intenso y abierto en el año 2000 contribuyó así mismo a que el movimiento cambiara su actitud y buscara políticas no-violentas para exponerlas en otras agendas internacionales, tales como el discurso sobre derechos humanos. Para contrarrestar su imagen externa como grupo armado que se había involucrado en las complejidades de la violencia en Acheh, el GAM comenzó a utilizar las denuncias de violaciones de derechos humanos en la provincia como un arma para avanzar en la causa política de Acheh. La Pausa Humanitaria acordada en el año 2000 ayudó igualmente al movimiento a construir opciones, desarrollar una mejor política estratégica y aprender a usar los medios de manera más efectiva y con fines políticos. Incrementó la legitimidad interna de la cúpula dentro del movimiento, identificándolo como la contraparte más importante para negociar un acuerdo político. Forzó al GAM a organizarse mejor y unir su ala política, dirigida por los líderes en el exilio, y el ala militar, que estaba ubicada principalmente en Acheh. El núcleo de dirección del GAM instalado en Suecia desempeñó un papel clave en las negociaciones políticas. Sus miembros tenían la ventaja de encontrarse en el exilio y no estar directamente afectados por la dinámica política dentro de Acheh y de Indonesia. Podían manipular más libremente su campaña política destinada a apoyar sus esfuerzos por in- — 220 — ternacionalizar el conflicto de Acheh y adelantar su lucha sin preocuparse por su protección y su seguridad. El espacio creado por la Pausa Humanitaria fue así mismo utilizado de manera más efectiva por el GAM para movilizar el apoyo de las áreas rurales. El reclutamiento, el entrenamiento, la expansión y la consolidación de la organización marchaban paralelamente con las conversaciones de paz con el gobierno indonesio. El ala política del GAM se fortaleció en áreas adonde el movimiento no había llegado. Se organizaron concentraciones y se pronunciaron discursos en muchos lugares. Para mayo de 2003 el GAM controlaba entre el 60 y el 80 por ciento de las áreas geográficas y de la población acheneses. Incluso obstaculizaba la marcha de la dinámica administrativa del gobierno indonesio en Acheh. El GAM comenzó a organizar y fortalecer de manera más sistemática su estructura de Estado paralela a la estructura administrativa indonesia. Varios elementos del propio programa del GAM se reformularon y modernizaron en la Declaración de Stavanger, de julio de 2002. La dirigencia del GAM establecida en Suecia se convirtió en el gobierno del Estado de Acheh en el exilio, encabezado por el presidente Di Tiro, el primer ministro y ministro de Defensa (Operacional) Malik Mahmud, el ministro de Relaciones Exteriores y ministro de Salud Zaini Abdullah, y el ministro de Información Bakhtiar Abdullah. El resto del equipo de gobierno estaba ubicado en otros lugares, en los Estados Unidos (Musanna Abdul Wahab, ministro de Educación) o en Tailandia (Zakaria Zaman, ministro de Defensa para Adquisiciones). Mientras que las ideas de revivir el Sultanato de Acheh o de restablecer el Estado islámico histórico habían sido observadas previamente como opciones clave (Di Tiro, 1984: 136), la Declaración de Stavanger hizo una manifestación clara a favor del establecimiento de un sistema democrático en Acheh. El movimiento cambió también el nombre de su unidad militar, que se convirtió en Tentara Negara Acheh (Ejército del Estado de Acheh), y el mismo GAM se convirtió en Pemerintah Negara Acheh (Gobierno del Estado de Acheh). Una estructura estatal completa fue luego introducida en los niveles de base por medio de una reforma del aparato administrativo y la introducción de un sistema de impuestos. — 221 — ACHEH De la política a las armas y de vuelta a la política ACHEH DE LA INSURGENCIA A LA DEMOCRACIA Estas medidas positivas se reforzaron más cuando el movimiento recibió el apoyo de la sociedad civil local, nacional y transnacional. De hecho, el GAM ha construido tres niveles de movilización y solidaridad política. Primero está el nivel internacional. El movimiento ha trabajado duro para explotar cualquier evento internacional que parezca apropiado para avanzar en el respaldo a la causa de Acheh. En el extranjero, los exiliados acheneses se convirtieron en una base de apoyo clave, tanto por razones financieras como políticas. Mientras las tropas enfrentaban dificultades para establecer la logística en el campo, los inmigrantes acheneses contribuían a la lucha haciendo aportes financieros a los fondos. Políticamente, la diáspora era percibida como un grupo de ‘soldados diferentes’, que eran importantes para involucrarse con la población que vivía fuera de Acheh. Las redes de solidaridad transnacionales, tales como el Foro Internacional para Acheh, ayudaron así mismo al GAM al ofrecerles una plataforma internacional para exponer sus argumentos. En el ámbito indonesio, desde la independencia de Timor del Este y el colapso del régimen de Suharto, varios grupos de la sociedad civil habían sido contactados para avanzar y apoyar la campaña para Acheh. Grupos de derechos humanos indonesios se volvieron más críticos y escépticos sobre el comportamiento de su propio gobierno en las zonas de conflicto, como Acheh y Papúa Occidental. Esto presionó al gobierno hacia un acercamiento no militar a la solución de sus conflictos domésticos. La mayoría de los contactos con la sociedad civil indonesia los hicieron grupos acheneses independientes del GAM. Finalmente, en las provincias de Acheh, los comandantes militares del GAM se incorporaron e intentaron trabajar con muchos actores que por motivo del conflicto no pertenecían al Movimiento, con el ánimo de ampliar sus alianzas para la lucha. En particular, los movimientos juveniles y estudiantiles se convirtieron en aliados del GAM. Se construyeron vínculos con grupos interesados en apoyar la democracia, un referendo o la independencia de Acheh. Uno de los grupos más importantes se volvió un aliado clave: el Sentral Informasi Referendum Acheh (Centro de Infor- — 222 — mación sobre el Referendo para Acheh) se transformó en una extensión política del GAM dentro del fuerte movimiento de la sociedad civil que ha surgido en Acheh desde 1998. El colapso de la Pausa Humanitaria y la imposición de la ley marcial en mayo de 2003 trajeron como consecuencia una nueva ofensiva contra el GAM y sus partidarios por parte de las fuerzas de seguridad y las milicias locales reclutadas y equipadas por el Ejército. Incluso ex negociadores, a quienes se les había garantizado la seguridad durante las negociaciones del Acuerdo de Cese de Hostilidades, no se escaparon de la nueva ola de arrestos. Con la mayoría de los líderes políticos del GAM detenidos o muertos, el ala militar se convirtió en la fuerza dominante en el campo. Sin embargo, el ala política en el exilio continuó su trabajo. En Malasia, el Consejo de Gobierno del Movimiento Acheh Libre (también llamado Majelis GAM) se convirtió en la unidad decisiva que tuvo un papel significativo en el apoyo al ala militar en el campo, mientras la cúpula de Suecia continuó haciendo lo mejor que pudo para llamar la atención internacional. El último acuerdo político, que resultó del proceso de paz de Helsinki y del Memorando de Entendimiento, dio al GAM una mayor oportunidad para organizar los asuntos de Acheh en colaboración con la polí política local y los actores civiles. El proceso de paz de Helsinki El estancamiento se rompió una vez más en razón del cambio operado en la dirigencia de Yakarta después de que, en septiembre del 2004, fuera elegido el actual gobierno de Indonesia, encabezado por el presidente Susilo Bambang Yudhoyono y su vicepresidente Jusuf Kalla. Estos dos líderes estaban totalmente comprometidos con las negociaciones, ya que ambos se involucraron personalmente en la facilitación informal durante las negociaciones de paz de 2002-2003. Pronto reabrieron el canal de comunicación con el GAM, ya que entendieron que el acercamiento militar no era sostenible y que para resolver el conflicto de Acheh debían dirigirse a sus raíces. — 223 — ACHEH De la política a las armas y de vuelta a la política ACHEH DE LA INSURGENCIA A LA DEMOCRACIA Ya a principios de 2004, cuando todavía era ministro de Bienestar del Pueblo en el gobierno del presidente Megawati y cuando la ofensiva militar estaba en completa operación, Kalla desplegó esfuerzos secretos para reiniciar las conversaciones con el GAM utilizando un acercamiento de doble vía. A través se algunos intermediarios confiables, intentó primero hacer contacto con los comandantes del GAM en el campo y ganar su complacencia de varias maneras, incluida la promesa de incentivos materiales. Cuando esto se hizo evidente, la cúpula del GAM en Suecia expidió un comunicado que advertía a “Todos los grupos de protegerse en contra de la explotación del gobierno indonesio o de que los haga quedar en ridículo” (ICG, 2005: 3). De hecho, durante largo tiempo ha estado presente el objetivo del gobierno indonesio de inducir divisiones dentro del GAM, especialmente mediante acercamientos por separado y el ofrecimiento de grandes beneficios personales a los comandantes de campo. Tales acercamientos siempre han resultado infructuosos en el pasado. Los comandantes de campo siempre han sido, y casi sin excepción son, leales a la dirección establecida en Suecia, con deferencia hacia su juicio, en especial en asuntos políticos. Kalla intentó acercarse a los líderes exiliados en Suecia por otra vía. A su ayudante más cercano, Farid Hussein, se le asignó la tarea de abrir un canal de diálogo informal con la cúspide del GAM. Sin embargo, esto produjo pocos resultados al comienzo, principalmente porque la posición del Movimiento siempre ha estado en contra de cualquier forma de diálogo que no involucre un tercero internacional digno de confianza. Un canal alternativo, que luego se llamó el Canal Helsinki, se abrió cuando Hussein conoció a Juha Christensen, un hombre de negocios finlandés que vivía en la región indonesia de Sur Sulawesi. Christensen se convirtió en un intermediario entre las dos partes, ya que él conocía a los líderes del GAM de Estocolmo. Como resultó difícil organizar reuniones en el nivel cimero de ambas partes, Christensen decidió acercarse a Martti Ahtisaari y su organización Iniciativa para la Gestión de Crisis, con la idea de que actuara como mediador. Ahtisaari era el ex presidente — 224 — finlandés que había desempeñado papel destacado como negociador de la Unión Europea en los Balcanes. En julio de 2004 el ex mandatario se reunió con líderes del GAM en Estocolmo. Sin embargo, sus intentos iniciales por reanudar las negociaciones formales no tuvieron mayor progreso debido a que todavía era muy bajo el nivel de confianza dentro del partido. La situación cambió significativamente después del tsunami que azotó la región a finales de 2004. El 26 de diciembre, un terremoto de una magnitud de 9,0 grados ocurrido frente a la costa occidental de Acheh desencadenó un tsunami que golpeó gran parte de la costa oeste y norte de las provincias. Su impacto provocó una catástrofe humanitaria sin precedente, en la que murieron al menos 160.000 personas de Acheh. El fenómeno alteró considerablemente el escenario político. Este hecho, combinado con la creciente presión de la comunidad internacional, constituyó un factor desencadenante que permitió a ambas partes reconsiderar sus posiciones y volver a la mesa de negociación, dispuestos a ofrecer mayores concesiones. El núcleo dirigente de Yakarta se tornó más asertivo en su búsqueda de la paz para la región de Acheh y puso fin a la operación militar. Aprovecharon el tsunami como una oportunidad para buscar un final de la guerra y permitir un mayor desarrollo de Acheh. “Recuerden a aquellos que murieron por el tsunami –manifestó el vicepresidente Jusuf Kalla en varias ocasiones–. Debemos poner término al conflicto en Acheh”. La primera ronda de conversaciones tuvo lugar el 27 de enero en Helsinki. Del lado indonesio los negociadores decisivos incluyeron al ministro de Justicia y Derechos Humanos, Hamid Awaluddin, y al viceministro para el Bienestar del Pueblo, Farid Hussein, ambos cercanos a Kalla, y el ministro de Estado para la Comunicación y la Información, Sofyan Djalil, oriundo de Acheh. Del lado del GAM, los negociadores incluían a líderes de alto nivel, como el ‘primer ministro’ Malik Mahmud y el ‘ministro de Relaciones Exteriores’ Zaini Abdullah, como también a miembros prominentes de la diáspora achenés y consejeros extranjeros. Debido a problemas de salud, Di Tiro no asistió a las sesiones. — 225 — ACHEH De la política a las armas y de vuelta a la política ACHEH DE LA INSURGENCIA A LA DEMOCRACIA Dada la experiencia de los miembros de las delegaciones negociadoras, rápidamente se hicieron obvios los asuntos que debían tratarse en primer término y aquellos que se dejarían para las rondas de conversaciones futuras entre el GAM y el gobierno de Indonesia. Ya, durante el diálogo facilitado por el Centro Henri Dunant2, se había identificado una agenda general y demarcado unos puntos centrales de negociación (Aspinall, 2005b: 22). La fórmula “Nada está acordado hasta que todo esté acordado”, acuñada por Ahtisaari durante la primera ronda de negociaciones, ayudó a las dos partes a continuar negociando sin temor a desprestigiarse. El hecho de que la organización para asuntos de seguridad solo se estableció en una etapa posterior subraya el impacto continuo de posiciones e intereses previos, así como la necesidad de construir confianza personal antes de alcanzar un compromiso en asuntos sustantivos. A pesar de que inmediatamente después del tsunami el GAM declaró un alto el fuego unilateral, las operaciones militares continuaron de manera paralela con las medidas de ayuda humanitaria tomadas durante la primera mitad de 2005. El estado de emergencia civil se levantó solo a finales de marzo de 2005, cuando el cese del fuego unilateral declarado no había sido todavía correspondido. La situación de escaramuzas y emboscadas irregulares entre personal del GAM y efectivos del Ejército indonesio solo se redujeron con posterioridad a los avances logrados en la quinta ronda de conversaciones de Helsinki, que terminaron el 16 de julio de 2005 (Zunzer/Garatwa 2005). Finalmente, el 15 de agosto de ese mismo año, las dos partes del conflicto llegaron al punto de firmar un Memorando de Entendimiento. LOS RESULTADOS DE LA TRANSICIÓN ACTUAL Contenido e implementación de los acuerdos de paz El asunto más controvertido en la negociación, aquel sobre el estatus territorial de Acheh, se resolvió cuando el GAM desistió de su exigencia de hacer de la provincia un Estado separado, mientras el gobierno indonesio estuvo de acuerdo en permitir a los acheneses representación política 2 Posteriormente cambió su nombre por el de Centro para el Diálogo Humanitario. — 226 — por el conducto de partidos políticos locales y en otorgar la transferencia de mayores poderes a la provincia. El término ‘autonomía’, que fue rechazado contundentemente por los líderes del GAM, que la asociaban con un sistema de opresión brutal y de burla de los derechos humanos, fue reemplazado por la fórmula de ‘autogobierno’, aceptada por las dos partes. El acuerdo constaba igualmente de un cese de hostilidades inmediato y de la desmovilización de 3.000 rebeldes del GAM para finales del año 2005. El propio gobierno de Yakarta se comprometió a reubicar o disolver todas las unidades paramilitares y reducir sustancialmente el número de soldados y policías desplegados en Acheh. Todos los asuntos de seguridad habrían de ser negociados bajo la supervisión de la Misión de Observación de Acheh (AMM, por su sigla en inglés). Los acuerdos legislativos fueron alcanzados en el marco político del Memorial de Entendimiento, el cual en sí mismo operaba como una forma avanzada de autogobierno provincial, ya que de hecho incluía la devolución de varias competencias al nivel provincial. Acheh ganó poder significativo en lo que respecta a gobierno, economía y derechos humanos, mientras que Yakarta retenía la autoridad en las áreas de defensa, política fiscal y monetaria, relaciones exteriores, justicia, y libertad religiosa. El acuerdo establece que todas las decisiones del gobierno indonesio sobre asuntos internacionales, nacionales y administrativos relacionados con Acheh necesitan el consentimiento de la legislatura de Acheh. Los acheneses tienen el derecho de usar símbolos regionales, nombres y títulos específicos, y gozan de un derecho consuetudinario establecido de acuerdo con la tradición de Acheh. En términos de participación política, un logro clave es el derecho a formar partidos provinciales para presentarse con candidatos a las elecciones distritales, provinciales y nacionales –terminando así con la larga historia de proscripción de los partidos locales o regionales en Indonesia–. Incluso en elecciones directas podría presentarse un candidato independiente a la jefatura de la administración de Acheh. Con respecto a la economía, Acheh queda con el derecho a recaudar fondos con préstamos externos, así como a establecer tasas de interés, — 227 — ACHEH De la política a las armas y de vuelta a la política ACHEH DE LA INSURGENCIA A LA DEMOCRACIA comerciar y hacer negocios de orden interno y externo, buscar inversión directa extranjera y atraer el turismo a la región. En materia económica resalta el hecho de que Acheh tendrá derecho a quedarse con el 70 por ciento del ingreso de todos los depósitos de hidrocarburos actuales y futuros y de otros recursos naturales que se encuentren en su territorio y en el mar circundante. Los puertos marítimos y los aeropuertos serán administrados por la autoridad de Acheh, que a la vez tendrá jurisdicción sobre los recursos naturales vivientes en su mar circundante. Se permite el libre comercio con Indonesia y con países extranjeros. Finalmente, el gobierno será transparente en términos de recolección y afectación de ingresos entre Acheh y Yakarta. En términos del Estado de derecho, las leyes de Acheh deben respetar los principios universales de derechos humanos como se establece en los pactos internacionales de la Organización de Naciones Unidas sobre derechos civiles y políticos y sobre derechos económicos, sociales y culturales. El acuerdo contempla también el establecimiento de un sistema de cortes independiente e imparcial, que incluye una corte de apelaciones. El jefe de policía y el fiscal deberán ser aprobados por el jefe de la administración de Acheh. Éste también es el caso con respecto al reclutamiento de policías y fiscales. Otro avance con relación al Estado de derecho consiste en que todos los crímenes civiles cometidos en Acheh por personal militar se deben tratar en las cortes civiles de Acheh. En la región será establecida una corte de derechos humanos y una comisión para la verdad y la reconciliación con la tarea de formular y determinar medidas de reconciliación. Finalmente, bajo la amnistía decretada para el conjunto de ex prisioneros políticos, todos aquellos que fueron detenidos por participar en actividades del GAM han sido liberados. Para facilitar la rehabilitación de ex combatientes, el gobierno indonesio ha creado un fondo de reinserción administrado por el gobierno de Acheh y enderezado a brindarles tierras para cultivo y empleo o, en caso de incapacidad para trabajar, a permitirles contar con una seguridad social adecuada. Los fondos también han sido destinados a la reconstrucción de propiedad pública y privada destruida o deteriorada como — 228 — consecuencia del conflicto. Más todavía: parte del Memorando de Entendimiento contempla la compensación para civiles que hayan sufrido pérdidas demostrables a causa del conflicto, aunque las cantidades exactas y los procedimientos no se detallaron en el acuerdo mismo. A cambio, el GAM acordó desmovilizar y desarmar a sus combatientes. El gobierno indonesio, a la vez, se comprometió a retirar de Acheh sus tropas y unidades de policía no orgánicas3, con excepción de 14.700 soldados destinados a la defensa externa y 9.100 policías a preservar la ley y el orden internos en la región. La implementación del acuerdo fue supervisada por la Misión de Observación de Acheh (AMM), integrada por 230 representantes de varios países miembros de la Asociación de Naciones del Sureste Asiático y de la Unión Europea. La AMM monitoreó la desmovilización del GAM y su entrega de las armas, que se realizó en cuatro etapas y terminó antes de finalizar diciembre de 2005, de conformidad con el Memorial de Entendimiento. Una última ceremonia de entrega de armas se celebró en Banda Acheh el 21 de diciembre de 2005. Durante las cuatro fases del proceso de desarme, el GAM entregó un total de 840 armas. Simultáneamente se produjo la reubicación de las tropas militares y de policía no orgánicas, también monitoreada por la AMM. Las ceremonias con que se completaron los procesos de reubicación de tropas no orgánicas se celebraron en el puerto de Lhokseumawe, el 29 y el 31 de diciembre de 2005, respectivamente para las tropas militares y las policiales. Un total de 25.890 miembros de las Fuerzas Armadas de Indonesia y 5.791 de la policía fueron reubicados durante las cuatro fases. Tan pronto como se implementaron ambos procesos paralelos, la violencia y la confrontación armada fueron suspendidas de inmediato. Líderes del GAM destacados en Suecia, que no habían puesto el pie en Acheh desde que se vieron precisados a abandonar la provincia, la mayoría 3 En el contexto de Acheh las tropas no orgánicas consisten en soldados indonesios que son reclutados por el gobierno central, tales como las Fuerzas Especiales Kopassus (Komando Pasukan Khusus), así como soldados reclutados en una región y enviados a otra. Los soldados reclutados localmente son considerados tropas orgánicas. — 229 — ACHEH De la política a las armas y de vuelta a la política ACHEH DE LA INSURGENCIA A LA DEMOCRACIA de ellos en 1979, regresaron en 2006 y viajaron a lo largo de ella en medio de una gran acogida. Poco tiempo después el ala militar del GAM fue abolida y sustituida por una nueva entidad, el Komite Peralihan Acheh (Comisión para la Transición en Acheh), cuyo objetivo es prestar apoyo a la transición y la reinserción de los ex guerrilleros. En realidad, es una entidad muy importante para los ex combatientes del GAM, ya que les permite mantener su cohesión en la fase de preparación de las próximas elecciones. Desde sus comienzos, el GAM fue un movimiento unido y cohesionado. Sin embargo, una vez desmantelado como organización armada, no tuvo éxito en la formación de un partido político único con vistas a las elecciones de 2006, destinadas a elegir al jefe de la administración de Acheh, y en cambio permitió a sus miembros hacer campaña con candidatos independientes. Esto creó divisiones dentro del movimiento, que se fraccionó en dos campos. La cúpula de Suecia, apoyada por antiguos elementos del GAM de Acheh, escogió a un par de candidatos que construyeron una alianza con una agrupación nacional, el Partido del Desarrollo Unificado. Por otro lado, el sector más joven se opuso a esta decisión y se presentó con candidatos propios de la facción juvenil del movimiento. El Comité para la Transición en Acheh, que una vez culminado el proceso de paz se había convertido en la fuerza más significativa del GAM, apoyó a esta última facción. Al final, el ‘campo joven’ ganó las primeras elecciones locales directas que hubo en Acheh y, a pesar de la división, el GAM pudo proclamar una victoria electoral. En diciembre de 2006 la elección del ejecutivo provincial trajo como consecuencia el triunfo de dos líderes militares del GAM, que obtuvieron el 38% de la votación. Mediante esta mayoría relativa de votos, el señor Irwandi Yussuf y el señor Nazar Abdullah se convirtieron respectivamente en el gobernador y el vicegobernador de la provincia de Acheh. El otro par de candidatos afiliados al GAM, que figuraban en la lista del Partido del Desarrollo Unificado, obtuvo el 16% de los sufragios, mientras los otros partidos nacionales –el Golkar, el Partido Justicia Próspera y el Partido Democrático del presidente Yudhoyono– recibieron respectivamente el 14%, el 11% y el 8% de la votación. — 230 — En las elecciones locales, muchos candidatos que se presentaron por el GAM como jefes de distrito en varias partes de Acheh también tuvieron éxito. El movimiento ganó en casi todos los distritos donde alguno de sus candidatos hizo campaña, incluso en áreas que no habían sido sus bastiones. Para finales del año 2007, casi la mitad de Acheh era gobernada por individuos con afiliaciones al GAM en el nivel distrital (Large/Aguswandi 2008). Desafíos de la construcción de paz: el demonio está en el detalle El hecho de suscribir el Memorando de Entendimiento y ganar las elecciones no significó el final para el GAM. Fue el comienzo de una lucha completamente nueva y destinada a implementar el acuerdo de paz. En su esfuerzo por crear una mejor Acheh, tanto el GAM como la sociedad de Acheh en general están enfrentando tipos de ‘lucha’ muy diferentes de los del pasado. Todo el acuerdo de paz debía ser seguido por una progresiva implementación de su contenido; por ejemplo, la puesta en marcha de los cambios concretos en el plano local. Es importante precisar esto para responder a ciertas voces que todavía son escépticas sobre el proceso –entre ellas, las que sostienen que “ya hemos estado aquí antes”, en algún punto de la historia: antes ya se habían firmado acuerdos de paz, terceras partes ya habían estado involucradas, ya se habían creado grupos que monitorearan y observaran la implementación de los acuerdos, pero hasta ahora la implementación continúa fallando. Aunque es verdad que “ya hemos estado aquí antes”, la situación actual en Acheh es diferente. El actual proceso de paz ha transcurrido paralelamente con el trabajo de reconstrucción masiva puesto en marcha a partir del tsunami. Acheh, un lugar desconocido para el mundo en el pasado, de repente se convirtió en el foco de la atención internacional, la cual ha sido muy influyente para presionar en favor de la implementación completa del acuerdo de paz. Todo el mundo está mirando y observando de cerca los eventos que ocurren en Acheh, un punto del mapa que se mantiene en la agenda internacional. En los últimos tres años las — 231 — ACHEH De la política a las armas y de vuelta a la política ACHEH DE LA INSURGENCIA A LA DEMOCRACIA constantes visitas internacionales y la presión de líderes mundiales han cambiado la dinámica de implementación de la paz. Los acheneses jamás habían experimentado algo semejante. El periodo de pos-acuerdo de paz podría describirse mejor como ‘Acheh en la encrucijada’. Es un momento de transición crucial que nos puede llevar en la dirección correcta o en una equivocada. Los desafíos posteriores al acuerdo de paz y posteriores a las elecciones son enormes: nos referimos al rango de problemas que surgen en la búsqueda de mecanismos detallados que implementen el acuerdo y sus múltiples cláusulas; el problema de reintegrar a ex combatientes y compensar a las víctimas de la guerra; la habilidad de la nueva administración dirigida por el GAM para probar que ellos son mejores que el gobierno de Yakarta; el problema de reconstruir la economía, manejar la justicia y las violaciones de los derechos humanos en el pasado, e incluso el problema de implementar la ley Sharía en la provincia. En cuanto a la implementación total del Memorando de Entendimiento, el gobierno de Indonesia lo ha legalizado al integrarlo a una nueva ley, llamada “Ley para el Gobierno de Acheh” (LOGA, por su sigla en inglés). El Presidente presentó el proyecto y el parlamento central lo adoptó en julio de 2006. Por lo tanto, aparte del acuerdo político que supone el Memorando de Entendimiento suscrito entre el GAM y el gobierno indonesio, Acheh dispone ahora, con esta nueva ley de gobierno, de un fundamento legal para la implementación del acuerdo de paz. No obstante, los ex negociadores del GAM se autodesignaron ‘Guardia del Acuerdo de Helsinki’ y protestaron contra el hecho de que este acuerdo no ha sido adoptado completamente en la LOGA. En efecto, hay puntos del Memorando de Entendimiento que no aparecen claramente establecidos en la Ley, como es el relacionado con la devolución del poder asignado a las estructuras de gobierno locales. Con respecto a la reinserción de los ex combatientes y la compensación para las víctimas de la confrontación armada, el gobierno central y el achenés han establecido la Junta de Reinserción de Acheh, un aparato — 232 — que tiene la responsabilidad de cumplir las promesas de Yakarta de reintegrar a los ex combatientes y compensar a las víctimas de los conflictos, tal como lo establece el Memorando de Entendimiento. El problema con el programa de reinserción, considerado por muchos como un proyecto corto de miras, sin una visión a largo plazo, estriba en la falta de planeación apropiada. La creación de empleo, los programas de sustento y las actividades económicas sostenibles para aquellos que entregaron sus armas constituyen un elemento crucial en la reconstrucción de Acheh, pero es algo que dependerá también del avance en el desarrollo económico de la región. En el nivel gubernamental, no obstante que resultaron electos los candidatos del GAM, la provincia ha heredado una administración local débil y corrupta. De acuerdo con ‘Corruption Watch’, Acheh en uno de los lugares más depravados de Indonesia, mientras que, según Transparencia Internacional, Indonesia clasifica entre los países más descompuestos del mundo. Este problema, combinado con una administración débil, tendrá consecuencias en la habilidad de Acheh para maximizar las oportunidades que han surgido como resultado del acuerdo de paz. La enorme cantidad de dinero disponible para propósitos de desarrollo puede volverse irrelevante si el gobierno falla en utilizarlo de manera efectiva y si permite que continúe la corrupción. Otro desafío en esta situación de transición aparece en la división intracomunitaria que se creó a raíz del tsunami. La asistencia internacional para las labores de reconstrucción se ha centrado principalmente en las poblaciones de las áreas azotadas por el desastre, mientras que muy poco ha estado disponible para las áreas de posconflicto. Esta brecha no solo ha despertado sentimientos de resentimiento sino que también pudo haber afectado la asistencia a largo plazo para reconstruir la provincia. La clave no es reconstruir zonas pos-tsunami o posconflicto, sino reconstruir Acheh como un todo. Esta brecha, de continuar y no ser dirigida apropiadamente, tendrá un impacto a largo plazo en la recuperación de Acheh y en el proceso de construcción de la paz en su totalidad. — 233 — ACHEH De la política a las armas y de vuelta a la política ACHEH DE LA INSURGENCIA A LA DEMOCRACIA La justicia, los derechos humanos y el problema de los abusos del pasado son también puntos de referencia importantes en el periodo de transición de la provincia, y todavía debe trabajarse en cuanto a la manera como los compromisos relacionados con estos problemas van a implementarse en el Memorando de Entendimiento. El plan anterior era el de establecer una Comisión de Verdad y Reconciliación (TRC, por su sigla en inglés) para Acheh, como parte de una comisión nacional, tal como se estipula en el Memorando de Entendimiento. Se ha elaborado un marco legal nacional para una TRC y el parlamento de Yakarta lo aprobó. Sin embargo, en diciembre de 2006 la Corte Constitucional de Indonesia anuló la ley aprobada para reglamentar la TRC. Como resultado, hay cierta incertidumbre sobre el establecimiento de la TRC en Acheh. Desarrollos recientes incluyen una propuesta del gobierno para crear una TRC especial para Acheh, pero actualmente la idea está apenas en proceso de elaboración. La imposición de la ley Sharía4 en Acheh, finalmente, es otro desafío que puede causar efectos de largo plazo en la región. Su práctica ha provocado debates y controversias entre los acheneses. El Islam es la religión principal de Acheh, pero el conflicto no ha tenido nada que ver con el Islam, ya que el GAM es un movimiento nacionalista. La implementación de la Sharía fue propuesta primeramente por Yakarta como una manera de aislar a Acheh de la comunidad internacional, que tiene una fobia muy fuerte hacia el Islam. Ésa es otra forma de la política de aislamiento. Al fomentar en Acheh un tipo de Islam conservador, la ley Sharía proyectaría así mismo una imagen errónea de Acheh e introduciría la provincia en el campo de los musulmanes conservadores o de los países islámicos militantes. Esto dificultaría que Acheh recibiese más apoyo de la comunidad internacional. Algunos acheneses creen así mismo que la Sharía podría dividir a la sociedad de Acheh entre quienes la defienden y quienes se oponen a ella. En los hechos, esta división ya ha beneficiado al gobierno central, deseoso de una Acheh menos sólida y unida. Más aún: también 4 Ley Sharía: se entiende como la ley islámica que proviene del Corán, es decir, la ley de Dios tal y como fue revelada por Mahoma para los creyentes musulmanes (nota del editor en español). — 234 — puede distraer la atención puesta sobre los principales asuntos conflictivos, ante todo los de la crítica situación de injusticia, a cambio de concentrarla en las disensiones religiosas entre los acheneses. En todos estos dominios, la división de poderes reales entre Acheh y Yakarta continúa siendo un asunto de debate y conflicto. Epílogo: el futuro del movimiento GAM El futuro del GAM como fuerza política significativa se verá seriamente afectado por la transición política que tiene lugar actualmente en Acheh. Las disensiones internas han continuado en la fase poselectoral. El establecimiento de partidos políticos locales por parte de varios elementos de la sociedad achenés, incluido el GAM, ha creado una nueva dinámica en la provincia. Hasta el momento existen seis agrupaciones políticas con base local que compiten en el proceso electoral. El GAM se ha asociado de manera cercana con el Partai Acheh (Partido de Acheh), presidido por Muzakir Manaf, antiguo comandante militar del GAM. Los cinco restantes son el Partido del Pueblo de Acheh, el Partido la Voz Independiente de Acheh, el Partido por un Acheh Seguro y Próspero, el Partido Unido de Acheh y el Partido por un Acheh Soberano. Durante un tiempo, la división interna del GAM, que estalló antes de las elecciones de diciembre de 2006, continuó causando daño a la organización. No obstante, el establecimiento y la consolidación del Partai Acheh los ha reunificado nuevamente para un propósito común: ganar las elecciones de 2009. La clave de esta pseudounidad fue la decisión de elementos cercanos al gobernador Irwandi de no crear un partido político separado. Si lo hubieran hecho, la división entre ex combatientes y la base de apoyo del GAM se habría prolongado a todo lo largo del distrito de Acheh. La mayoría de los líderes del GAM involucrados en el Partai Acheh han expresado su interés en ganar las elecciones parlamentarias de 2009 para presionar a favor de más cambios en Acheh. Para poder hacerlo, el movi- — 235 — ACHEH De la política a las armas y de vuelta a la política ACHEH DE LA INSURGENCIA A LA DEMOCRACIA miento no solo debe competir con otros partidos locales sino también enfrentarse a los de orden nacional. En comparación con las organizaciones nacionales, el GAM y muchos otros partidos locales tienen poca experiencia de participación en procesos electorales. A diferencia de los comicios anteriores para elegir al jefe de la administración de la provincia, las parlamentarias requerirán una confrontación más ardua entre los partidos, en todos los niveles y en cada comunidad de Acheh. La competencia con destacamentos nacionales experimentados y bien financiados exigirá mejores herramientas y mayores destrezas. Esta es un área en la que el GAM y muchos otros partidos locales no tienen mayor experiencia. El desarrollo de capacidades de los miembros del Comité de Transición de Acheh y muchos otros activistas del GAM no es solo deseable sino que se convierte en un imperativo. Es especialmente importante tener en cuenta las debilidades del Movimiento en los planos distrital y subdistrital. La verdadera confrontación política ocurrirá en el proceso electoral de 2009. En el futuro inmediato, la participación del GAM lo llevará a involucrarse crecientemente en asuntos más específicos. Será importante tener habilidad para convencer al público y para articular mejor sus ideas y propuestas acerca de lo que significa un mejor futuro para Acheh. Hacia adelante, los que incidirán en la región no serán quienes rememoren el pasado sino aquellos que puedan hablar más sobre el futuro. La cuestión que determinará el porvenir del GAM es si son capaces de desempeñarse adecuadamente ante estos retos. La actitud de Yakarta hacia el desarrollo del proceso de paz en Acheh también afectará la transformación a largo plazo del Movimiento. Si la actual voluntad política se mantiene y el proceso de paz se hace sostenible en términos generales, tal vez podamos asistir a una de las transformaciones más exitosas de la historia de los conflictos sociales, la de un destacamento rebelde que se ha convertido en un grupo democrático no armado y que ha actuado en los marcos establecidos por un proceso democrático. — 236 — BIBLIOGRAFÍA Aspinall, Edward (2005a). Acheh/Indonesia Conflict Analysis and Options for Systemic Conflict Transformation. Berlin: Berghof Foundation for Peace Support. Aspinall, Edward (2005b). The Helsinki Agreement: A More Promising Basis for Peace in Acheh? (Policy Studies 20), Washington: East-West Center. Disponible en http://www.eastwestcenter.org/fileadmin/stored/pdfs/ PS020.pdf Di Tiro, Hasan M. (1958). Democracy for Indonesia. Indonesia: Teplok Press. Di Tiro, Hasan M. 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Zunzer, Wolfram and Wolfgang Garatwa (2005). Peace and Safety/Security Analysis Acheh, Indonesia. Internal Report for German Technical Cooperation and BMZ. Documentos y otros recursos Frente de Liberación Nacional de Acheh/Sumatra (ASNLF): http://asnlf. com/topint.htm Misión de Observación de Acheh (MOA): http://www.Acheh-mm.org/index.htm Declaración de Stavanger (2002): http://www.asnlf.com/asnlf_int/política/stavangerdeclaration.htm Marco de acuerdo del cese de hostilidades entre el gobierno de la República de Indonesia y el Movimiento Acheh Libre (2002): http://www. usip.org/library/pa/Acheh/Acheh_12092002.html Ley para la Administración de Acheh (2006): www.bra-Acheh.org/download/archive/loga/loga_law_on_the_governing_of_Acheh_english_version.pdf Memorando de entendimiento entre el gobierno de la República de Indonesia y el Movimiento Acheh Libre (2005): http://old.theYakartapost. com/RI_GAM_MOU.pdf Se accedió a todos los sitios web el 19 de septiembre de 2008. — 238 — De la política a las armas y de vuelta a la política ACHEH ANEXO 1 Cronología5 1976-1989: formación del GAM y la declaración de independencia 1976: El líder achenés en el exilio Hassan Di Tiro regresa a Acheh desde los Estados Unidos. El 4 de diciembre, establece el Frente de Liberación Nacional de Acheh, más conocido como Movimiento de Acheh Libre (GAM), y declara la independencia de Acheh. 1977: El ejército indonesio lanza una operación militar de contrainsurgencia. 1979-1986: Di Tiro y otros líderes del GAM huyen de Indonesia e instauran un gobierno en el exilio, con base en Estocolmo. 1986-1989: 600 y 1.000 guerrilleros del GAM reciben entrenamiento militar en Libia. 1989-1998: insurgencia renovada y represión militar severa 1989: Lo guerrilleros del GAM entrenados en Libia regresan a Acheh y reanudan las actividades guerrilleras contra de las fuerzas de seguridad indonesias. 1989-1998: El presidente Suharto impone una zona de operación militar en Acheh, que abre el camino a un periodo de represión militar severo y a violaciones sistemáticas de los derechos humanos de la población achenés. Entre 10.000 y 26.000 personas son asesinadas y torturadas. 5 Recopilada de las cronologías publicadas por Schulze (2007) y Large/Aguswandi (2008). — 239 — ACHEH DE LA INSURGENCIA A LA DEMOCRACIA 1992: Di Tiro hace cabildeo por una Acheh independiente en el escenario internacional, al intervenir en la 48ª Sesión de la Comisión de Derechos Humanos y la 44ª Sesión de la Subcomisión de la ONU para la Prevención de la Discriminación y Protección de Minorías. 1998-2004: actividades políticas y militares después de la caída de Suharto 1998: En mayo, frente a las protestas populares provocadas por la crisis financiera que ha estallado en Asia, Suharto es obligado a renunciar y lo sucede su vicepresidente B. J. Habibie. El nuevo mandatario inicia reformas democráticas, elimina la zona de operaciones militares de Acheh y retira de ese territorio a los soldados del Kopassus (fuerzas especiales). 1999: Pasadas las elecciones generales de junio de 1999, Abdurahman Wahid es elegido presidente de Indonesia. En una efervescencia de la actividad política antigubernamental en Acheh, el 8 de noviembre un millón de personas se congrega en Banda Acheh para exigir la terminación de las violaciones de los derechos humanos y un referendo sobre la autodeterminación. El ejército y la policía llevan a cabo tácticas de intimidación y asesinatos selectivos de manifestantes. 2000: Las conversaciones entre el gobierno indonesio y la dirección del GAM en el exilio, facilitadas por el Centro Henry Dunant, se iniciaron en Ginebra en el mes de enero. En mayo, ambos lados llegan a un acuerdo de entendimiento conjunto en una Pausa Humanitaria, pero la violencia se mantiene de manera significativa hasta finales del año. 2001: El 19 de enero se extiende la Pausa Humanitaria, seguida por conversaciones de todos los partidos en Suiza. En julio, Megawati Sukarnoputri asume la presidencia. En agosto se concede a Acheh el estatus de “Autonomía Especial”, lo que implica la introducción — 240 — de la ley islámica Sharía y una mayor participación en los ingresos de sus recursos naturales. En la práctica, esta ley nunca será implementada. 2002: En enero el ejército indonesio asesina a Abdullah Syafie, comandante del GAM. No obstante, se reanudan las conversaciones de Ginebra, que culminan con la firma de un acuerdo de cese de hostilidades en diciembre. El pacto no intenta resolver los problemas cruciales del conflicto sino solamente establecer otro cese del fuego. Incluye dos medidas de desmilitarización importantes y un comité de seguridad conjunto para monitorear su puesta en marcha. 2003: A causa de un incremento de la violencia se dificulta la implementación del acuerdo de cesación de hostilidades y después de una reunión final efectuada en mayo en Tokio se rompen las conversaciones. El gobierno enfatiza de nuevo en el tratamiento centrado en la seguridad, implanta en Acheh la ley marcial y lanza su ofensiva militar más grande en la provincia (Operasi Terpadu). Mientras tanto, el GAM extiende de manera considerable su base de membresía y sus áreas de actividad, y entra a controlar entre un 60 y un 80 por ciento de la provincia. 2004-2008: negociaciones de paz pos-tsunami y dinámica de implementación de la paz 2004: En septiembre es elegido Susilo Bambang Yudhoyono como presidente de Indonesia. El vicepresidente Jusuf Kalla intenta iniciar conversaciones secretas con el GAM; los primeros contactos no oficiales se abren en septiembre y se intensifican en noviembre, pero se avanza muy poco. El 26 de diciembre un tsunami azota a Acheh y mata a no menos de 160.000 personas. El 29 de diciembre el GAM declara un alto el fuego unilateral. — 241 — ACHEH De la política a las armas y de vuelta a la política ACHEH DE LA INSURGENCIA A LA DEMOCRACIA 2005: Paralelamente con las medidas de ayuda humanitaria continúan las operaciones militares. El 27 de enero se abre en Helsinki una ronda de negociaciones de paz entre el GAM y el gobierno, facilitada por la ONG Iniciativa de Gestión de Crisis (IGC), encabezada por el ex presidente finlandés Marri Ahtisaari. En marzo se levanta el estado de emergencia civil. Luego de varias rondas de conversación, el 17 de julio las dos partes firman un Memorando de Entendimiento, que incluye un reconocimiento del “autogobierno” de Acheh, un cese inmediato de hostilidades y la desmovilización de 3.000 guerrilleros del GAM a finales de 2005. El gobierno de Indonesia se compromete a reubicar o disolver todas las unidades paramilitares y a reducir sustancialmente el número de soldados y policías destacados en Acheh. Estas medidas marchan exitosamente, bajo la supervisión de la Misión de Monitoreo internacional de Acheh (AMM). En octubre el GAM constituye el Comité de Transición de Acheh para supervisar la desmovilización de los combatientes. 2006: El 11 de febrero se crea la Junta de Reintegración de Acheh, autorizada para dirigir el reintegro de ex miembros y ex combatientes del GAM. La legislación para la implementación del Memorando de Entendimiento se codifica formalmente en la Ley de Gobierno de Acheh (LOGA), aprobada por el parlamento indonesio el 11 de julio. La AMM termina su función de monitoreo y apoyo al proceso de paz. El 11 de diciembre se celebran en Acheh las elecciones provinciales y de distrito. Los miembros del GAM participan con candidatos independientes. El ex líder militar del GAM, Irwandi Yussuf, gana el periodo de gobernación con el 38% de los votos, y los candidatos afiliados al GAM salen victoriosos en 6 de las 19 elecciones municipales y de distrito. 2007: Los candidatos del GAM ganan varias elecciones distritales retardadas. En julio, algunos miembros del GAM, detrás del ‘primer mi- — 242 — nistro’ en el exilio Malik Mahmud, abren una oficina del partido político del GAM. polí 2008: En abril, el partido del GAM, de manera oficial, cambia su nombre por el de Partai Acheh (Partido de Acheh). Otros cinco partidos locales se forman para competir en las elecciones legislativas de abril de 2009, en las que los votantes escogerán a sus representantes en los niveles distrital, provincial y nacional. — 243 — ACHEH De la política a las armas y de vuelta a la política ACHEH DE LA INSURGENCIA A LA DEMOCRACIA ANEXO 2 Mapa de Acheh Fuente: ICG (2007): 16. — 244 — En búsqueda del poder del Estado: Partido Comunista de Nepal (Maoísta) Kiyoko Ogura INTRODUCCIÓN El 13 de febrero de 1996 el Partido Comunista de Nepal (Maoísta) (CPNM, por sus siglas en inglés), emprendió un movimiento de insurrección armada conocido como Guerra Popular. Seis años antes, este reino del Himalaya había sufrido un importante cambio político. En abril de 1990, luego de cerca de treinta años de gobierno directo de una monarquía autocrática, los nepalíes restablecieron una democracia multipartidista con una monarquía constitucional como resultado de una movilización social que tomó las calles durante 50 días. El campo político de la izquierda estaba dividido en varias facciones comunistas, las cuales atravesaron una fase de reestructuración muy importante que llevó a la formación del Partido Comunista de Nepal (Unión de Marxistas-Leninistas) –CPN (UML), por sus siglas en inglés–, el partido comunista más grande de Nepal, así como del Partido Comunista de Nepal (Centro Unido) y del Frente del Pueblo Unido de Nepal (UPFN, por sus siglas en inglés), dos organizaciones que se formaron a partir de los grupos más radicales. En la primera elección general celebrada después de 1990, el partido Congreso Nepalí (NC, por sus siglas en inglés) obtuvo la mayoría en la Cámara de Representantes y formó un gobierno, mientras el CPN (UML) y el UPFN se convirtieron respectivamente en la segunda y la tercera formaciones más grandes. Pasados algunos años de debates internos, en marzo de 1995, — 245 — NEPAL CAPÍTULO 5 NEPAL DE LA INSURGENCIA A LA DEMOCRACIA dos facciones radicales del Partido Comunista de Nepal (Centro Unido) y su frente político abierto, el UPFN, encabezados respectivamente por Prachanda y el Dr. Baburam Bhattarai, cambiaron formalmente el nombre de su partido por el de CPN-M, con el objetivo principal de emprender una rebelión armada: la Guerra Popular. En la primera fase de su insurgencia, los Maoístas concentraron sus actividades sobre todo en la región montañosa del oeste de Nepal. Progresivamente expandieron sus fuerzas armadas y ampliaron sus zonas de operación a lo largo del país, atacando a las fuerzas del Estado y llevando a cabo acciones militares contra estaciones de policía. Para el momento de la primera negociación de paz aseguraban que el 80 por ciento del territorio nepalí estaba bajo su control. Establecieron sus propias estructuras de poder diferentes en las áreas que controlaban, denominadas “Gobierno Popular”. A pesar de que cuando iniciaron la Guerra Popular los objetivos políticos de su insurgencia eran ambiguos, durante las negociaciones de 2001 aclararon esto y solicitaron la elección de una Asamblea Constituyente (AC), que desde entonces se ha mantenido como su principal exigencia. El paso autocrático dado por el rey Gyanendra en febrero de 2005, al tomar el control del poder ejecutivo por la vía militar, inauguró una gran transformación de la escena política del país, ya que obligó al CPN-M y a una alianza de siete grandes partidos políticos, incluidos el NC y el CPN (UML), a unir fuerzas contra la monarquía. En abril de 2006, a raíz de de una manifestación masiva que se mantuvo en las calles de todo el país durante 19 días, el rey devolvió la soberanía al pueblo de Nepal. Un gobierno conformado por la Alianza de Siete Partidos (SPA, según sus siglas en inglés) inauguró las negociaciones de paz con el CPN-M, con el propósito común de celebrar las elecciones para la Asamblea Constituyente. En noviembre de 2006 las dos partes firmaron un Acuerdo de Paz Comprensivo, con lo cual se puso fin de manera oficial a una guerra de diez años que había cobrado más de 13.000 víctimas.1 1 De acuerdo con el Informal Sector Service Centre (Centro de Servicios del Sector Informal), entre el 13 de febrero de 1996 y el 31 de diciembre de 2006 el número total de personas muertas por el Estado en relación con la Guerra Popular fue de 8.377, mientras que 4.970 personas fueron asesinadas por el CPN-M. — 246 — En enero de 2007, tras la firma del Acuerdo Comprensivo de Paz, se estableció una legislatura interina con representantes maoístas, seguida por un consejo de ministros interino que incluía a cinco ministros del CPN-M. Entre junio y noviembre de 2007 el proceso de paz se desarrolló sin mayores problemas, hasta que se produjo el primer aplazamiento de las elecciones para la Asamblea Constituyente. Este impedimento llevó al CPN-M a cambiar su táctica de priorizar la elección a la de exigir el establecimiento previo de una república, cosa que acarreó un segundo aplazamiento de las elecciones. Finalmente, tras una serie de negociaciones, el 21 de diciembre de 2007 el CPN-M y otros partidos acordaron celebrar la elección en abril de 2008 y declarar a Nepal como república federal en la primera sesión de la Constituyente.2 El presente artículo hace un seguimiento de la historia del CPN-M desde que comenzó en 1995, se centra en momentos decisivos claves y analiza cómo la organización intentó constantemente adaptar su estrategia y sus tácticas con relación al desenvolvimiento de los sucesos políticos que ocurrieron dentro y fuera de Nepal. Para este propósito se hicieron entrevistas exclusivas con líderes maoístas, más frecuentemente con el Dr. Baburam Bhattarai, uno de los principales polí políticos del CPN-M y figura cimera de las sucesivas negociaciones de paz con el Estado. CONTEXTO HISTÓRICO Y CREACIÓN DEL CPN-M El sueño de mucho tiempo de los radicales comunistas Desde su formación en 1949 en Calcuta, India, el Partido Comunista de Nepal (CPN) ha experimentado continuos debates internos sobre los medios más efectivos para implementar cambios. Una facción favorecía una transición pacífica dentro del sistema político existente. En contraposición, la otra abogaba por la lucha armada contra la monarquía autocrática nepalí. Como lo explica el Dr. Baburam Bhattarai, segundo al 2 Este artículo se escribió en enero de 2008 y se publicó en inglés en marzo de 2008. Para esta edición en español, hecha en 2009, al final de la conclusión se agregó un epílogo corto que informa brevemente sobre las elecciones para la Asamblea Constituyente de abril de 2008 y la posterior declaración de la república en Nepal. — 247 — NEPAL En búsqueda del poder del Estado NEPAL DE LA INSURGENCIA A LA DEMOCRACIA mando del CPN-M, “El objetivo primordial al formar el CPN era dar lugar a una nueva revolución democrática, básicamente la de los campesinos, aboliendo la monarquía feudal a través de la lucha armada”. Sin embargo, hasta cuando el CPN-M emprendió la Guerra Popular en 1996, los grupos comunistas nepalíes no habían recurrido a acciones armadas a gran escala.3 En 1960 el rey Mahendra tomó el poder por la vía militar e inició el sistema Panchayat, el cual prohibía rigurosamente cualquier actividad de los partidos políticos nepalíes. En varias oportunidades del periodo Panchayat el CPN se disolvió y en 1974 se produjo una escisión importante. Bajo el liderazgo de Mohan Bikram Singh y Nirmal Lama se formó un nuevo partido, el CPN (Cuarta Convención), parte del cual se convertiría en el actual CPN-M. Bhattarai explica que, “Mientras el CPN (Cuarta Convención) intentó seguir el camino de la lucha armada, la mayoría del CPN nunca estuvo preparada para eso”. Por consiguiente, casi diez años más tarde, el CPN (Cuarta Convención) experimentó una escisión más profunda, la de su facción más radical, dirigida por Mohan Bikram, quien se retiró para formar en 1983 el CPN (Masal). Dos años después, esta facción se escindió a su vez cuando Mohan Vaidhya4 estableció el CPN (Mashal). Estas divisiones tan frecuentes, que influyeron en la incapacidad a largo plazo de este grupo para tomar las armas y lograr su objetivo, tuvieron lugar principalmente por enfrentamientos personales entre los dirigentes, con la fuerte personalidad de Mohan Bikram Singh como factor especialmente pertinente.5 A pesar de que tanto el CPN (Masal) como el CPN (Mashal) buscaron promover la lucha armada, no llevaron esta idea a la práctica. De acuerdo 3 4 5 Hay, sin embargo, una importante excepción: influidos tanto por la Gran Revolución Cultural de China como por el movimiento Naxalite de la India, el grupo Jhapali, que operaba en el este de Nepal, emprendió a comienzos de la década de 1970 una campaña dirigida a asesinar terratenientes de la región. Vahadilla, hoy en día el líder más viejo del CPN-M. Durante el periodo, Mohan Bikram Singh tuvo un papel muy importante en el establecimiento de bastiones comunistas (“áreas rojas”) en los distritos de Rolpa y Rukum, en Nepal occidental. Singh tuvo muchos simpatizantes entre los profesores de colegios locales, quienes contribuyeron a difundir la ideología comunista en estas regiones. Tales bastiones se convirtieron después en áreas base de la insurgencia del CPN-M. — 248 — con Chandra Prasad Gajurel, ex líder del CPN (Mashal) y ahora miembro del Comité Central del CPN-M, ninguno de los dos grupos pudo nunca ponerse de acuerdo en planes concretos para adelantar la insurgencia armada ni tenían conocimiento suficiente sobre cómo hacerlo. No obstante, continúa diciendo, Después de nuestra participación en la primera convención del Movimiento Internacional Revolucionario en 1984, recibimos muchos documentos sobre el inicio de una guerra popular, procedentes del Partido Comunista Peruano, Sendero Luminoso, ya que ellos también participaron en esta convención. Asimismo tuvimos contactos con agrupaciones armadas de la India, tales como el grupo indio Naxalite y el Centro Comunista Maoísta. Al analizar dichos documentos y los ejemplos disponibles en la India, pensamos que, aunque la “línea de masas” estuviera ausente en el Perú, el plan militar y los principios básicos de la guerra popular adoptados por el Sendero Luminoso podrían sin embargo aplicarse en Nepal. A pesar de esta consideración, tomaría cinco años más antes de que se realizara cualquier intento de lucha armada. En 1989, por ejemplo, el CPN (Mashal) emprendió una insurrección urbana en Katmandú, la capital nepalí, y atacó garitas de la policía. Sin embargo, esta insurrección no fue efectiva y terminó con el arresto de varios núcleos del partido. Vaidhya, quien luego sería secretario general del partido, asumió completamente la responsabilidad del fracaso de esta campaña y fue degradado, y en su reemplazo ocupó el cargo Prachanda (alias Pushpa Kamal Dahal), actual presidente del CPN-M. En enero de 1990, siete facciones proscritas del Partido Comunista, de las cuales la mayor fue el CPN (Marxista-Leninista), constituyeron el Frente de la Izquierda Unida (ULF) con el propósito de construir un movimiento popular contra el sistema Panchayat.6 De forma crucial, ni el CPN 6 Nota aclaratoria del editor en español: “La Constitución de 1962 estableció un sistema de panchayats (consejos) ‘sin partidos’. El rey consideró que era una forma democrática de gobierno más cercana a las tradiciones nepalesas. Como estructura piramidal que progresa desde asambleas en las villas hasta un Rastriya Panchayat (Parlamento Nacional), el sistema panchayat entronizó el poder absoluto de la monarquía y mantuvo al rey como jefe de Estado, con total autoridad sobre todas las instituciones gubernamentales, incluido el gabinete (Consejo de Ministros) y el parlamento” (v. http://es.wikipedia.org/wiki/Historia_de_Nepal) — 249 — NEPAL En búsqueda del poder del Estado NEPAL DE LA INSURGENCIA A LA DEMOCRACIA (Mashal) ni el CPN (Masal) se unieron al ULF. En cambio, crearon el Movimiento Nacional del Pueblo Unido (UNPM, por su sigla en inglés), que incluyó igualmente a otros grupos de izquierda más radicales. El ULF lanzó un movimiento de protesta masivo, conocido posteriormente como ‘Movimiento Popular’ ((Jana Andolan), que operó con la cooperación del partido proscrito más grande, el Congreso Nepalí (NC), para abolir el sistema Panchayat y restablecer la democracia multipartidista. En sus últimos cincuenta días esta campaña fue tan exitosa, que en abril de 1990 el entonces rey Birendra finalmente invitó a los representantes del NC y el ULF a negociar sobre la reinstalación de un sistema político multipartidista en Nepal. A pesar de que los dos grupos aceptaron la proclamación real (posteriormente se declaró el fin de sus movimientos masivos), el UNPM la rechazó y exigió en cambio la celebración de las elecciones para la Asamblea Constituyente, destinada a establecer una nueva Constitución. La alianza mayoritaria, al igual que el rey, rechazó la exigencia y acordó que un comité con representantes del NC, el ULF y el Palacio real elaborarían la Carta constitucional, actitud que dejó al UNPM enteramente por fuera del nuevo proceso político. La nueva Constitución definió un sistema político con una monarquía constitucional y un sistema multipartidista parlamentario, y las primeras elecciones generales tuvieron lugar en abril de 1991. Luego de que, en 1990, los partidos políticos del país volvieran a ser legalizados después de casi treinta años de estar proscritos por el sistema Panchayat, varias facciones izquierdistas nepalíes se unificaron antes de las elecciones parlamentarias programadas. Un número de ellas –más que todo radicales y principalmente el CPN (Cuarta Convención), liderado por Nirmal Lama, el CPN (Mashal), encabezado por Prachanda, y un grupo conducido por Bhattarai que se rebeló contra el CPN (Masal)– crearon el Centro Unido (CPN). Basado en su compromiso permanente con la lucha armada revolucionaria, el CPN se mantuvo como organización clandestina pero formó una rama política, el Frente del Pueblo Unido de Nepal (UPFN), encabezado por Bhattarai, para participar en el debate electoral. La maniobra resultó exitosa: la nueva agrupación se convirtió en el tercer partido con mayor votación dentro de la recién electa Cámara de Repre- — 250 — sentantes,7 con nueve escaños de un total de 205. Solo el NC, con 110 escaños, y el CPN (UML), con 69, tuvieron más respaldo popular.8 Bhattarai explica los objetivos perseguidos al participar en la elección, a pesar del rechazo ideológico del sistema parlamentario por parte del CPN (Centro Unido): Participamos para utilizar la elección como un foro destinado a promover políticas revolucionarias mediante la exigencia de derechos fundamentales para el pueblo oprimido. También queríamos exponer el hecho de que un sistema parlamentario en Nepal sería inadecuado porque solo una pequeña parte de gente rica disfrutaría de la ‘democracia’. Nuestras actividades en el parlamento eran, de hecho, una manera de prepararnos para la guerra popular. El líder maoísta Ananta (alias Barsa Man Pun), de Rolpa, refuerza este criterio al reconocer que las victorias electorales del UPFN en este distrito, tanto en las elecciones parlamentarias generales de 1991 como en las locales de 1992, facilitaron el trabajo de los activistas de su partido. De hecho, Rolpa y su distrito colindante, Rukum, se convirtieron, finalmente, en bastiones maoístas. Creación del CPN-M e inicio de la lucha armada A finales de 1991 el CPN (Centro Unido) reunió su Congreso de Unidad, donde las líneas partidarias se dividieron una vez más, debido a diferencias sobre cómo implantar el cambio revolucionario. Una facción, encabezada por Prachanda, apoyaba la prolongada Guerra Popular al estilo chino; la otra, orientada por Nirmal Lama, favorecía una insurrección general al estilo ruso. Aun después de que la propuesta de Prachanda fue acogida por el congreso, continuó un intenso debate dentro del partido, que al final desembocó en la separación de la facción de Nirmal Lama en 1994. Esto 7 8 Luego del regreso de la monarquía constitucional en 1990, el parlamento nepalí estaba compuesto por dos cámaras, la Cámara de Representantes (Pratinidhi Sawa) y la Asamblea Nacional (Rastriya Sawa). La Cámara estaba conformada por 205 miembros elegidos por el pueblo, mientras el Consejo Nacional tenía sesenta miembros, diez designados por el rey, treinta y cinco elegidos por la Cámara de Representantes y los restantes quince elegidos por el colegio electoral, compuesto por dos escaños de aldeas y pueblos. Creado en 1990, era el resultante de una fusión entre el CPN (Marxista-Leninista) y el CPN (Marxista). — 251 — NEPAL En búsqueda del poder del Estado NEPAL DE LA INSURGENCIA A LA DEMOCRACIA mostraría un momento crucial en el surgimiento del CPN-M. Cerca de seis meses después, a comienzos de 1995, la facción de Prachanda y el UPFN de Bhattarai realizaron la Tercera Reunión Ampliada del Comité Central, que tomó la decisión de cambiar el nombre de ambas organizaciones a Partido Comunista de Nepal (Maoísta), bajo la presidencia de Prachanda. De acuerdo con Bhattarai, este cambio de nominación estuvo orientado al fortalecimiento de la imagen revolucionaria del partido. Durante la mencionada reunión el recién nombrado CPN-M decidió formalmente abandonar las políticas parlamentarias y comenzar a prepararse para la lucha armada. Bhattarai describe así el fundamento de la decisión: Por 238 años, la monarquía ha regido este país de una forma o de otra. Aunque desde 1950 la población de Nepal ha realizado frecuentemente movimientos políticos dirigidos a dar inicio a la democracia, no hemos podido establecerla. Económicamente, nuestra sociedad se encuentra todavía en una etapa semifeudal. Todavía hay grandes terratenientes y muchos campesinos no pueden producir lo suficiente con sus labores. Otro problema es la dominación de fuerzas extranjeras, especialmente de nuestro vecino, la India. La relación semicolonial con la India continuó aun después de la independencia de ese país. Nepal tenía que firmar un tratado desigual con la India en 1950 y su dominio político y económico sobre Nepal continúa hasta hoy. Para resolver todos estos problemas, necesitamos introducir cambios revolucionarios. Tenemos que derrocar la monarquía y luego dar lugar a radicales cambios socio-económicos y reformas de tierras, y adquirir poder político a través de la lucha armada. Ananta aporta nuevos detalles sobre la observación de Bhattarai e identifica cinco problemas de clase que deben resolverse en Nepal: Somos comunistas y por eso siempre hablamos de lucha de clases. Primeramente, en nuestra sociedad hay distintas clases: capitalistas ricos, campesinos y trabajadores pobres. Segundo, la mayoría de las personas que están en el poder son indoeuropeos hindúes de casta alta, pero muy poca gente de las castas bajas y Janajatis [grupos étnicos] están incluidos en la estructura de poder. Tercero, pobladores de regiones como Madhes [comarca de llanura que limita con la India] y Kanerli [región himalaya situada al oeste de Nepal] han sido tradicionalmente excluidos de la estructura de poder. Cuarto, los hindúes parias, los Dalits, todavía son — 252 — discriminados, incluso en el siglo XXI. Y quinto, en parte por la religión hindú, las mujeres nepalíes no tienen los mismos derechos que los hombres con respecto a la propiedad, la educación, la salud, y así sucesivamente. Durante muchos años luchamos pacíficamente por estas clases oprimidas en el parlamento y en el movimiento callejero, pero el gobierno intentó suprimirnos usando la fuerza pública y acusándonos de miles de crímenes falsos. En particular, luego de que, en julio de 1994, el Primer Ministro del Congreso nepalí Girija Prasad Koirala disolviera la Cámara de Representantes por una disputa interna del partido, concluimos que el sistema parlamentario en este país no puede trabajar en beneficio del pueblo. Entonces optamos por retirarnos del Parlamento y boicotear las elecciones parciales en noviembre de 1994. Al decidirse por emprender la lucha armada en su reunión de 1995, el CPN-M se vio precisado a determinar una estrategia militar apropiada. En concordancia con la radicalización de su imagen al cambiar su nombre, adoptaron el concepto de Mao Tse-tung de Guerra Popular Prolongada como guía básica de la lucha armada revolucionaria. La propuesta consiste en tres tácticas primordiales: 1) rodear las áreas urbanas en el campo; 2) emplear una estrategia de guerra de guerrillas; y 3) desarrollar la guerra en tres fases distintas y en ascenso: defensa estratégica, equilibrio estratégico y ataque estratégico. Bhattarai aclara por qué el CPN-M consideró útil esta particular estrategia militar: En un país como Nepal, donde más del 80 por ciento de la población está compuesta por campesinos que viven en áreas rurales, habría sido difícil organizar a las masas para que se levantaran en contra del Estado. Tuvimos que empezar primero con pequeñas fuerzas que pudieran expandirse y controlar áreas rurales, y luego continuamos con las áreas urbanas para movilizar a la población. Básicamente, decidimos seguir la estrategia de Mao. Sin embargo, como en ese tiempo la situación de Nepal era muy diferente a la de China medio siglo antes, pensamos que era necesario desarrollar a nuestra manera particular tanto la ideología como la estrategia militar. Luego de su Tercera Reunión Ampliada, el CPN-M comenzó su preparación ideológica, política, organizativa y material para la guerra popular. Mientras que Mao Tse-tung emprendió la insurgencia en una sola área de China, el CPN-M trabajó en tres frentes diferentes, donde contaba con fuertes bases de apoyo: 1) los distritos de Rolpa, Rukum y Jajarkot, en el — 253 — NEPAL En búsqueda del poder del Estado NEPAL DE LA INSURGENCIA A LA DEMOCRACIA medio oeste de Nepal; 2) los distritos de Gorkha y Lamjung, en el centro del país; y 3) los distritos de Sindhuli, Kavre y Sindhupalchok, en el oriente. En octubre de 1995 los miembros del Comité Central del CPN-M organizaron dos reuniones en los distritos de Gorkha y Rolpa, destinadas a culminar sus planes para emprender la insurgencia. En respuesta a estas actividades, el gobierno inició su tristemente célebre Operación Romeo, que buscaba controlar a los maoístas movilizando cientos de policías a Rolpa. Aunque durante esta operación, que duró dos meses, la fuerza pública arrestó a cerca de cien personas, no logró evitar que el CPN-M empezara su lucha armada. Los maoístas comenzaron a tener reuniones masivas en todo Nepal, incluso en Katmandú, destinadas a dar publicidad a su intención de desencadenar una insurrección armada. La responsabilidad de determinar la fecha de inicio se le dejó al cuerpo más alto del partido, el Politburó. Como explica Gajurel, uno de sus miembros,“A finales de enero de 1996 tuvimos una reunión del Politburó en Katmandú y decidimos comenzar la Guerra Popular el 13 de febrero. Mantuvimos la fecha de iniciación de manera confidencial y comenzamos las preparaciones para el día uno de la lucha armada”. Al mismo tiempo que la reunión, el Politburó preparó un memorando de cuarenta peticiones relacionadas con el nacionalismo, la democracia del pueblo y el sustento, y afirmaba que si para el 17 de febrero el gobierno no había mostrado ningún interés, entonces el CPN-M emprendería un movimiento armado contra el Estado. El 4 de febrero, Bhattarai y una líder femenina del partido, Pampha Bhushal, acudieron a la oficina del Primer Ministro Sher Bahadur Deuba para entregar la lista de peticiones en nombre del UPFN. El gobierno no dio a conocer ningún tipo de interés y entonces el CPN-M inició su Guerra Popular, tal como se había planeado. La insurgencia armada maoísta: crecimiento organizativo y evolución estratégica durante la Guerra Popular Esta sección analiza las características de diez años de insurrección armada por parte del CPN-M y el desarrollo de tres instrumentos de esa — 254 — contienda: el aparato del partido, el Ejército Popular de Liberación (PLA, por sus siglas en inglés) y la rama del poder ejecutivo del movimiento, el Gobierno Popular, también llamado “Frente Unido”. Entre 1996 y 2006 el partido maoísta expandió sus fuerzas armadas ampliamente –hasta agrupar a 30.000 combatientes–, y transformó el escenario, tanto de las políticas nepalíes como del territorio, que llegó a ser controlado hasta en un 80 por ciento. Las tres etapas cronológicas de la Guerra Popular también son reseñadas sucesivamente: estrategia defensiva, estrategia de empate y estrategia ofensiva. Primera etapa: estrategia defensiva Cuando el CPN-M comenzó la Guerra Popular el 13 de febrero de 1996, al frente del trabajo había menos de cien trabajadores de tiempo completo, que solo incluían a miembros del Comité Central, los Comités Regionales y las Secretarías de Distrito.9 Según Gajurel, que en ese momento era el encargado del partido para el este de Nepal, el partido tenía comités de distrito en menos de la mitad de los distritos del país (solo 35 entre 75). Como Ananta lo confirma, el número de unidades armadas entrenadas era igualmente pequeño: Formamos tres tipos de fuerzas, llamadas Radak Dal [Grupos de Pelea], Gaun Surakcha Dal [Grupos de Defensa de las Aldeas] y Swayamsewalias Dal [Grupos Voluntarios]. En Rolpa, por ejemplo, formamos cuatro Radak Dals; muchos de sus miembros pertenecían al Comité de Distrito y cada grupo estaba formado por quince miembros (…) Pero el número total de nuestras fuerzas armadas en el país era solo de cerca de doscientos. Las primeras acciones de la Guerra Popular fueron ataques simultáneos a puestos de policía en tres distritos diferentes –Rolpa y Rukum en el oeste y Sindhuli en el este–, que culminaron con la incautación exitosa de un número limitado de fusiles y explosivos. En la misma noche, el CPN- 9 Para el mapeo de las estructuras del CPN-M, v. Anexo 3. — 255 — NEPAL En búsqueda del poder del Estado NEPAL DE LA INSURGENCIA A LA DEMOCRACIA M distribuyó cientos de panfletos para atraer el apoyo de las masas a la Guerra Popular como medio para establecer un nuevo Estado democrático en Nepal. A pesar de cifras tan pequeñas, durante los quince primeros días de la lucha armada el CPN-M llevó a cabo cerca de 6.000 acciones a lo largo y ancho del país, entre ellas procesiones de antorchas, explosiones focalizadas, quema de documentos bancarios y ataques físicos a sus enemigos (es decir, terratenientes, burócratas y capitalistas). La insurgencia del CPN-M estaba muy bien planeada y bastante organizada. Durante el Primer Plan de su campaña militar, bajo la consigna “Déjennos marchar hacia adelante en el camino de la lucha para establecer las reglas del pueblo provocando destrozos en el sistema de reglas reaccionario del Estado”, se llevaron a cabo cuatro tipos distintos de acciones: 1) publicidad; 2) sabotaje al enemigo; 3) acciones guerrilleras; y 4) asesinatos de enemigos de clase. Una vez que el gobierno comenzó su contraofensiva contra las actividades maoístas, el CPN-M entró en su Segundo Plan, consistente en transformar los Radak Dals en Pelotones. Recapitulando los objetivos del CPN-M, la consigna de los Planes Segundo y Tercero fue “Déjennos desarrollar la guerra de guerrillas de una manera planeada”. Siguiendo esta estrategia, los combatientes maoístas llevaron a cabo un número creciente de emboscadas a las fuerzas policiales. Luego de dieciocho meses de iniciado el Tercer Plan, el CPN-M formó unas fuerzas a escala de sección destinadas a adelantar mayores acciones en contra de las fuerzas policiales. El propósito primordial de este incremento de la capacidad militar era doble: 1) recolectar armas y municiones; y 2) crear vacíos locales de poder. En mayo de 1998 el gobierno encabezado por el NC lanzó una operación policial contrainsurgente más avanzada, Kilo Sierra 2, la cual elevó el número de bajas maoístas. Como respuesta a esta creciente cuota de muertes, el CPN-M convino con el Comité Central realizar en agosto del mismo año una Cuarta Reunión Ampliada. Tal como lo explica Ananta, la determinación pudo marcar un cambio importante en la estrategia militar del CPN-M: — 256 — Luego de que sufriéramos muertes a gran escala durante la operación Kilo Sierra 2, nos dimos cuenta de que debíamos construir nuestra área base para desarrollar la insurgencia. Para ese entonces el poder local ya había comenzado a erosionar algunos distritos, como Rolpa y Rukum. Tuvimos que desarrollar estas zonas guerrilleras para ampliar nuestra área base. Como resultado de la decisión de reorientar su estrategia militar, el Cuarto Plan del CPN-M consistió en organizar una fuerza especial que pudiera llevar a cabo más acciones militares profesionales. Bajo este Plan, los maoístas comenzaron a realizar asaltos a gran escala a puestos de policía. Esta estrategia de guerra móvil fue muy efectiva: puestos policiales y oficinas gubernamentales fueron desalojados en muchas aldeas y ello permitió que el CPN-M empezara a establecer sus propias bases de poder locales y creara Comités Populares y posteriormente Gobiernos Populares. En diciembre de 2000 y marzo de 2001 se establecieron en Rukum y Rolpa los primeros Gobiernos Populares de orden distrital. En septiembre de 2000, las dos primeras compañías de las fuerzas armadas maoístas, basadas en el occidente de Nepal, realizaron una de las primeras acciones militares significativas de la Guerra Popular. Su fuerza combinada constaba de 416 unidades armadas y 150 voluntarios10 y contaba con más de cien mujeres (Pasang 2007). Al término de un duro y largo camino a pie a través de los Himalayas, a 4.400 metros sobre el nivel del mar, llegaron a Dunai, cuarteles del gobierno del Distrito de Dolpa, donde realizaron ataques en el Distrito de Policía, la cárcel distrital, la sede distrital del Banco de Nepal y los cuarteles del gobierno distrital. Durante esta acción militar murieron 15 oficiales de policía y cerca de 50 más quedaron heridos, todos los presos de las cárceles locales fueron dejados en libertad y Rs. 50’000.000 (� 544.000) en efectivo cayeron en manos de los atacantes. Como explica Ananta, que lideró las fuerzas como comisario político, “Por primera vez atacamos un cuartel distrital y capturamos un Agente Jefe de Distrito. El ataque de Dunai fue un clímax de las acciones armadas durante la etapa de Defensa Estratégica de la Guerra Popular”. 10 Los voluntarios eran maoístas desarmados y aldeanos encargados de ayudar a transportar combatientes heridos, armas y municiones que caían en su poder. — 257 — NEPAL En búsqueda del poder del Estado NEPAL DE LA INSURGENCIA A LA DEMOCRACIA Cambio estratégico: el sendero Prachanda Cinco meses después del ataque a Dunai, en febrero de 2001, el CPN-M tuvo su Segunda Conferencia Nacional en la India, que constituyó la primera reunión masiva del partido desde el inicio de la insurgencia armada. Su objetivo era hacer un repaso de los primeros cinco años de la Guerra Popular y articular planes futuros. Específicamente el partido concluyó que no podía alcanzar sus objetivos políticos únicamente mediante una prolongada Guerra Popular. A partir de ese momento era necesario realizar cambios estratégicos a gran escala. Con este fin, los líderes del CPN-M decidieron adoptar una estrategia de insurrección urbana, así como esforzarse por movilizar hacia la rebelión a la población en general. Designada como “Sendero Prachanda”, la nueva estrategia fue referida como una fusión del modelo chino de Guerra Popular Prolongada y el ruso de insurrección urbana. Igualmente se decidió formar el Ejército Popular de Liberación (PLA), la fuerza armada regular del CPN-M, encargado de adelantar acciones militares más centralizadas. Sucesivamente, esto fortalecería la capacidad del partido para una guerra móvil. En abril, poco después de esta conferencia, el CPN-M hizo operativo su nuevo plan estratégico, atacó dos campos base de la policía en los distritos de Dailekh y Rukum, y mató a más de 60 agentes de policía. Como resultado, prácticamente todas las fuerzas policiales en estas áreas se retiraron de sus avanzadas en las aldeas y se reubicaron en sus cuarteles de distrito. El personal de la administración gubernamental local también se fue. Al crear de manera efectiva un vacío de poder, estos eventos combinados permitieron el establecimiento de una unidad base maoísta, donde el CPN-M podía ejercer el poder libremente. A partir de ese momento, la intensificación de la escala de sus actividades militares permitió al CPN-M expandir cuidadosamente las áreas bajo su control y establecer gobiernos populares locales. En este contexto ocurrió la masacre del Palacio Narayanhiti, un fatídico incidente que cambió completamente el panorama político de Nepal y el curso de la misma Guerra Popular. — 258 — El 1º de junio de 2001, durante una cena en Palacio, fueron asesinados diez miembros de la familia real, incluido el soberano rey Birendra. Esa noche fatal hubo, sin embargo, una ausencia notable: Gyanendra, el hermano menor del rey, cuya sucesión al trono fue inmediata. Luego de la masacre, el rey Gyanendra conformó un comité de alto rango para investigar el incidente. Una semana después el organismo concluyó que el príncipe heredero Dipendra había disparado y matado a los otros nueve miembros de la realeza, entre ellos sus padres, el rey y la reina. No obstante, Dipendra también murió en el lance, aunque el reporte del comité no explicó cómo y simplemente sugirió que se había suicidado o había sido asesinado por alguien más. A pesar de que los reportajes de los medios extranjeros apoyaban la conclusión del comité, la mayoría del pueblo nepalí no creyó que el príncipe heredero hubiese sido el responsable de todo lo sucedido. En cambio, sospechaba que el rey Gyanendra había estado involucrado porque ninguno de los miembros de su hogar –con excepción de su esposa, que resultó herida– había sufrido algún daño en el incidente. En medio de la confusión, cinco días después del evento el alto ideólogo del CPN-M, Bhattarai, publicó un artículo en Kantipur Kantipur, un popular periódico nepalí, en el que afirmaba que Gyanendra, un militarista, había tramado la masacre con el apoyo del Bloque Sur –léase Ministerio de Exteriores de la India– y el gobierno del los Estados Unidos, para reemplazar a su predecesor, estimado más “democrático”. Bhattarai explica el análisis que el CPN-M hizo de estos eventos: Después de la masacre de Palacio, la monarquía tradicional fue reemplazada por una monarquía partidaria radical apoyada por fuerzas extranjeras (…) Fue una conspiración planeada en contra de los maoístas. El primer ministro Koirala había pedido a Birendra, comandante supremo del Ejército Real Nepalí (RNA, por su sigla en inglés), movilizar el ejército en contra de los maoístas, pero él no se mostró dispuesto a hacerlo. En consecuencia, estas fuerzas extranjeras, junto con los radicales cercanos a Palacio, hicieron un pacto con Gyanendra. Gajurel amplió un poco sus comentarios y afirmó: Algunos meses antes de la masacre de Palacio, [el rey] Birendra envió en dos oportunidades a su hermano Direndra como su emisario oficial a reunirse con — 259 — NEPAL En búsqueda del poder del Estado NEPAL DE LA INSURGENCIA A LA DEMOCRACIA nuestros líderes (…) Entendimos que la intención del rey era informarnos que debería haber un buen entendimiento entre nosotros y la monarquía para así salvaguardar la soberanía de Nepal, especialmente contra la India. En la reunión del Comité Central discutimos la carta que trajo Direndra (…) Sin embargo, la masacre del Palacio Narayanhiti cambió todo. Como resultado de los criminales sucesos palaciegos y de los eventos subsiguientes, el CPN-M asumió un cambio táctico más importante en relación con su objetivo primordial. Bhattarai vuelve a ser quien explica las cosas: Antes de la masacre de Palacio, el rey estaba en el fondo de la escena política. Fue el gobierno del NC el que movilizó las fuerzas policiales en contra nuestra. En este momento, el RNA aún no se había movilizado. Por lo tanto, no atacamos directamente a la monarquía y al ejército del rey. Más bien, atacamos el poder del Estado, el cual estaba controlado por las fuerzas parlamentarias. Pasada la masacre de Palacio, sin embargo, la ecuación política cambió y el nuevo rey tomó el poder para ejercerlo de manera absoluta. De esa manera se hizo evidente nuestro nuevo objetivo: la monarquía. Luego de la masacre de Palacio, el CPN-M intensificó sus actividades en áreas tanto rurales como urbanas. En respuesta, el primer ministro Koirala solicitó al rey Gyanendra que desplegara el ejército real para rescatar a los agentes de policía secuestrados, como lo atestiguaban los reportes de los medios locales. Una semana después, con un repentino e inexplicable movimiento, Koirala renunció. Como se supo después, la causa primordial de su renuncia se debió al hecho de que el Ejército fue desplegado pero no combatió a las fuerzas maoístas. El 22 de julio, inmediatamente después de la dimisión de Koirala, Sher Bahadur Deuba fue designado nuevo Premier. Esa misma noche las fuerzas maoístas asaltaron el puesto de policía de Bajura, situado en un distrito vecino del natal del Primer Ministro Deuba, y eliminó a 17 agentes de policía. El funcionario estaba claramente horrorizado por ese ataque armado y al día siguiente declaró un cese del fuego que los maoístas aceptaron de buena gana. Bien pronto, entonces, el gobierno y el CPN-M declararon una tregua oficial y acordaron mantener las negociaciones de paz, por primera vez desde el comienzo de la Guerra Popular cinco años atrás. — 260 — Segunda etapa: estancamiento estratégico y expansión maoísta durante el primer cese del fuego Mientras despachaba una delegación para negociar con el gobierno de Deuba (v. adelante la Subsección Las primeras conversaciones de paz (agosto-noviembre de 2001)), en la reunión del Comité Central efectuada en Siliguri (India) en julio de 2001, el CPN-M decidió asimismo entrar en la segunda etapa de la Guerra Popular, la de estancamiento estratégico. De acuerdo con Bhattarai, Luego de la declaración de la primera tregua, pensamos que habíamos entrado en la etapa de estancamiento estratégico porque habíamos vencido militarmente a las fuerzas militares de ese momento. Habíamos conquistado también una posición política superior a la del gobierno. Así que pensamos que estábamos en pie de igualdad con el Estado. El estancamiento estratégico apunta a ganar un equilibrio de poder con las fuerzas del Estado mediante la reducción de su capacidad y su influencia, mientras se construye un gobierno de espera alterno. Entre julio y noviembre de 2001, el CPN-M tomó ventaja del clima positivo y el ambiente de apertura creado por las negociaciones en curso, para expandir sus fuerzas armadas y ampliar sus bases locales. A principios de septiembre el partido realizó una conferencia general en la zona montañosa del distrito de Rolpa, y formó el Consejo Popular Revolucionario Unido de Nepal. Encabezado por Bhattarai, éste fue el Gobierno Popular Central del CPN-M. Como el alto el fuego continuó, el CPN-M también ahondó sus esfuerzos para establecer un gobierno popular local a lo largo y ancho del país. Cuatro meses después, el CPN-M había formado unos cuerpos de gobierno de nivel distrital en cerca de una docena de los 75 distritos de Nepal. Además, se organizaron reuniones masivas abiertas, en áreas rurales y urbanas, entre ellas el valle de Katmandú. En la conferencia general de Rolpa se iniciaron igualmente importantes proyectos militares. Específicamente, el CPN-M creó oficialmente el — 261 — NEPAL En búsqueda del poder del Estado NEPAL DE LA INSURGENCIA A LA DEMOCRACIA Ejército Popular de Liberación y el propio presidente Prachanda se convirtió en su comandante. Ahora los maoístas tenían estructuras en su lugar para cada uno de los tres instrumentos de la Guerra Popular: el partido, el ejército y el poder, o Gobierno Popular. Como afirma Ananta, “En términos de organización militar, entrenamiento y equipo, desarrollamos nuestro ejército más que todo durante el primer periodo de la tregua”. Bhattarai resume de la siguiente manera las ventajas que la tregua tenía para el CPN-M: Durante la primera tregua ganamos más y perdimos menos. Pudimos ir hacia las masas y propagar nuestras peticiones políticas en una variedad de formas. En lo interior, el ambiente más abierto nos permitió realizar algunas reuniones y sesiones de entrenamiento importantes. A pesar de que las negociaciones no fueron exitosas, no nos arrepentimos de nada. Luego de que la tercera ronda de negociaciones se rompiera en noviembre de 2001 (v. adelante la Subsección Las primeras conversaciones de paz (agosto-noviembre de 2001)), el CPN-M puso fin unilateralmente a su cese del fuego y reanudó la Guerra Popular con ataques simultáneos a dos cuarteles de distrito, incluso el de Ghorahi (distrito de Dang), donde el PLA utilizó una fuerza de 1.100 efectivos para asaltar las barracas del RNA. Fue el primer ataque del PLA al ejército real y constituyó un cambio significativo en su estrategia militar. Ananta, quien en ese entonces estaba a cargo del los Cuarteles Militares Regionales del Oeste, expone lo siguiente: Para el momento del ataque de Holeri [en el mes de julio] nuestras batallas con la policía ya habían terminado. Los habíamos derrotado. Pero después de la masacre de Palacio, tanto el rey como su ejército se habían reactivado. Eventualmente descubrimos que aún durante el periodo de cese del fuego el RNA había estado aumentando sus fuerzas y su capacidad armamentista en diferentes lugares. En Ghorahi, por ejemplo, el RNA elevó el rango de sus tropas de compañía a batallón, como preparación para atacar nuestra unidad base. Por lo tanto, nos vimos obligados a atacar las barracas del ejército en ese lugar. El ataque fue exitoso y los maoístas se apropiaron de gran número de armas y municiones. Al día siguiente Prachanda emitió un comunicado — 262 — oficial para anunciar la creación del PLA y del Consejo Popular Revolucionario Unido de Nepal. Establecidos pocos meses antes, el cuerpo de gobierno del CPN-M y el ejército regular eran ahora realidades públicas. El exitoso ataque a Ghorahi marcó asimismo un cambio en la estrategia militar del CPN-M. Como lo señala Ananta, Antes usábamos tácticas de guerra móvil contra la policía, es decir, tácticas de ‘pegar y correr’ con fuerzas relativamente pequeñas. Pero a partir del ataque a Ghorahi entramos en una etapa de guerra altamente móvil y comenzamos a desarrollar una estrategia bélica posicional, que empleaba fuerzas del PLA más grandes contra nuestros objetivos en el gobierno. Dos días después, tras otro asalto del CPN-M hecho al oriente de Nepal, el gobierno declaró el estado de emergencia por seis meses y, por primera vez, hizo un despliegue a gran escala, en el conjunto del territorio nacional, de las fuerzas del RNA contra el CPN-M. Fue un momento decisivo. Hasta entonces solo la Policía de Nepal y la Fuerza Armada de la Policía11 se habían desplegado para contener la insurgencia del CPN-M. Ahora, luego de la declaración del estado de emergencia, ambas fuerzas policiales se unieron bajo el comando del RNA. Esto trajo como resultado un marcado aumento del número de bajas en ambos lados de la contienda. En los meses siguientes el CPN-M amplió la escala de sus actividades militares, especialmente en sus unidades base desplegadas al oeste de Nepal, donde emprendieron varios ataques victoriosos contra las fuerzas de seguridad. No obstante, el avance del PLA se detuvo cuando intentaron atacar Khalanga (distrito de Jumla), en noviembre de 2002. A pesar de que les ganaron a las fuerzas policiales (al eliminar a 33 agentes), no pudieron derrotar al ejército. Fue una experiencia amarga que trajo como resultado un cambio profundo de su estrategia militar, como lo explica Bhattarai: 11 La Fuerza Armada de la Policía es un cuerpo paramilitar establecido en octubre de 2001 para contrarrestar la insurgencia maoísta. — 263 — NEPAL En búsqueda del poder del Estado DE LA INSURGENCIA A LA DEMOCRACIA NEPAL [Hasta noviembre de 2002] realizamos las acciones militares más exitosas. Pero durante esos periodos los gobiernos de los Estados Unidos y la India prestaban asistencia militar al RNA, proveyéndolo de armas modernas y entrenamiento del ejército norteamericano. Este ejército también enseñó al RNA a fortificar sus barracas, lo que dificultó la realización de nuestros asaltos. A partir del ataque de Jumla cambiamos, por consiguiente, nuestras tácticas para obligar a las fuerzas de seguridad a salir fuera de sus barracas. Tercera etapa: ofensiva estratégica En enero de 2003, una Fuerza de Operaciones Especiales del PLA asesinó en el valle de Katmandú al comandante de la Fuerza de Policía Armada, junto con su esposa y su guardaespaldas. Esto produjo un resultado sorprendente cuando, tres días después, el gobierno y el CPN-M determinaron por separado declarar públicamente una tregua. En simultánea con las negociaciones bilaterales con el Estado (v. adelante la Sección Entre acuerdo y revolución: una serie de negociaciones de paz fallidas con el Estado nepalí nepalí), en mayo de 2003 el CPN-M realizó una reunión del Comité Central en el distrito de Rolpa, donde se tomaron importantes decisiones militares. De acuerdo con Ananta, el partido decidió, en particular, formar milicias populares y comenzar así a dar entrenamiento militar a todos los trabajadores de tiempo completo, e igualmente a la población en general en sus unidades base.12 De igual manera, en junio, constituyó en el oeste de Nepal una fuerza del PLA en el nivel de división, seguida de otra en el este un año después. A finales de agosto, en cuanto el CPN-M rompió su segunda tregua, se llevaron a cabo dos asaltos infructuosos en las bases de la Fuerza de Policía Armada instaladas al oeste de Nepal. En seguida el PLA se involucró primordialmente en acciones descentralizadas (p. ej., asesinatos y emboscadas a vehículos de las fuerzas de seguridad). En marzo de 2004 se reiniciaron los ataques a gran escala y se realizaron asaltos a dos cuarteles de distrito, Bhojpur al oriente y Beni al occidente. 12 Las milicias populares fueron organizadas con base local, separadas de las otras unidades militares del PLA. — 264 — En términos de personal y armamento, el ataque a Beni fue la acción militar más grande emprendida hasta ese momento por el PLA. Se operó con una variedad de armas y un total cercano a las 4.500 unidades, incluidos 2.600 combatientes armados, todos procedentes de cuatro de las brigadas de la División Oeste del PLA. Como lo explica el comandante de la División, Pasang (alias Nanda Kishor Pun), “Necesitábamos pasar nuestra guerra de tácticas móvil a la guerra posicional y teníamos que mostrar que podíamos llevar a cabo acciones militares a gran escala”.13 En el ataque, el PLA ocupó la Oficina de la Policía de Distrito y el distrito de Jail, y destruyó prácticamente todos los edificios del gobierno de Beni. A pesar de que no se tomaron las barracas del RNA, esta acción fue un éxito: las fuerzas del PLA ocuparon los cuarteles de distrito por cerca de doce horas. Junto con estas actividades militares, en enero de 2004 el CPN-M también comenzó un nuevo ejercicio político, diseñado para posibilitar la gobernabilidad autónoma por parte de los pobladores locales. Específicamente, el país estaba dividido en nueve regiones autónomas; seis de ellas estaban definidas por la nacionalidad y las otras tres eran regionales. Igualmente formaron un Gobierno Popular con Cámara de Representantes Popular en cada región (excepto en el valle de Katmandú).14 Al crear estos cuerpos regionales, el CPN-M culminó la erección de su propia estructura de gobierno paralelo, empezando desde el nivel de aldeas y ascendiendo hasta el gobierno central. A su vez, la estructura militar del PLA se volvió altamente desarrollada, con dos divisiones, siete brigadas, 19 batallones y muchas más compañías, secciones y pelotones en operación activa. En consecuencia, pasados tres años de la segunda etapa de la Guerra Popular –la de estancamiento estratégico–, el CPN-M decidió que había llegado el momento de entrar en la etapa final, la ofensiva estratégica, 13 14 Entrevista con Pasang en Rolpa, marzo de 2006. Después, los maoístas lo cambiaron a “República Autónoma”. — 265 — NEPAL En búsqueda del poder del Estado NEPAL DE LA INSURGENCIA A LA DEMOCRACIA con el propósito de hacerse al control del poder gubernamental en el nivel del Estado, o central. Esta decisión se tomó en agosto de 2004, durante una reunión del Comité Central realizada en Phuntibang (distrito de Rolpa), donde el partido adoptó otra decisión crucial: movilizar la opinión popular en contra de la India. Este desarrollo estratégico se basó en los cambios operados en las políticas gubernamentales indias hacia el CPN-M, muchos de cuyos efectivos solían refugiarse en ese país. Por ejemplo, en agosto de 2003, un importante miembro del Politburó del partido, Gajurel, fue arrestado en el aeropuerto de Chennai. Pocos meses después otros líderes maoístas corrieron la misma suerte y en abril de 2004 once de los 95 miembros del Comité Central habían sido arrestados en la India. Debido a estos incidentes, el CPN-M decidió trasladar a Nepal los cuarteles que el partido tenía en la India (donde se habían refugiado el presidente Prachanda y su personal). La reunión de Phuntibang estuvo marcada igualmente por una confrontación interna que protagonizaron el presidente Prachanda y su segundo al mando, Bhattarai. Bhattarai expone el desacuerdo de la manera siguiente: Luego de más de ocho años de insurgencia una especie de clase apareció en nuestro partido. Comenzaron a emerger lentamente caracteres burgueses que imprimieron sentimientos de insatisfacción entre los núcleos. Otro asunto fue la centralización del liderazgo. En el año anterior, cuando adoptamos los conceptos de Prachanda sobre “El desarrollo de la democracia en el siglo XXI”, también acordamos poner marcha la idea de democratizar el partido para evitar la concentración del poder en un líder. Sin embargo, en contra de esto, el Comité Central concluyó que todo el poder del partido debía centralizarse en el presidente, incluso la autoridad sobre los tres instrumentos de la Guerra Popular –el partido, el ejército y el poder, o Gobierno Popular–. Como estábamos entrando en la etapa final de la guerra, el Comité decidió que necesitábamos un liderazgo fuerte. Junto con otros camaradas, me opuse a esta decisión. Pensábamos que si una persona se volvía muy poderosa, entonces el partido se tornaría autocrático. Igualmente diferimos en opiniones con respecto a la campaña anti-India. Al no haber intervención militar directa india en Nepal (por ejemplo, como la de los Estados Unidos en Vietnam y la de Japón en China), dijimos que mejor nos enfocáramos en pelear contra la monarquía. Sostuvimos que la democracia, no el — 266 — nacionalismo, debería ser el asunto primordial, mientras que otros camaradas insistían en la necesidad de prepararse para una intervención extranjera. Luego de que la facción de Bhattarai utilizara los medios de prensa nepalíes para exponer su confrontación en una “Nota de disensión” publicada a finales de 2004, este conflicto de liderazgo se tornó más serio. Había tantas cosas involucradas que, de acuerdo con Ananta, el CPNM estuvo a punto de dividirse. El Politburó respondió fuertemente a la fuga de información sobre el conflicto interno del partido. En una sesión efectuada a finales de enero de 2005 en Lahabang (distrito de Rukum), el alto organismo acordó acciones punitivas contra tres de sus miembros: Bhattarai, su esposa Hishira Yami y Dina Nath Sharma. Sin embargo, el 1º de febrero, al día siguiente de aprobada esta decisión, el rey Gyanendra dio un golpe de Estado con el apoyo del RNA. Ese fue el momento decisivo de la disputa interna del partido, según Bhattarai: “Luego del golpe dado por el rey, nuestra disputa interna sobre asuntos prioritarios se resolvió automáticamente porque estuvo claro que él era nuestro principal enemigo. De hecho, el movimiento del rey en contra del Estado nos unió”. En una nueva reunión del comité hecha en octubre de 2005 en Chunbang (distrito de Rukum), fue retirada la sanción impuesta a Bhattarai y los otros dos líderes y la unidad del partido quedó restablecida. Pese a haber declarado un nuevo cese del fuego unilateral un mes antes (v. adelante la Subsección Cooperación entre el CPN-M y la Alianza de los Siete Partidos15 contra la monarquía), el partido decidió continuar con su estrategia ofensiva y movilizar sus fuerzas armadas hacia la capital para atacar a los cuerpos centrales del poder. Al respecto, Ananta afirma: Bajo la nueva consigna de “Ataque a la cabeza [poder central, o el Palacio], parándonos en la columna [la autopista]’, centralizamos nuestras fuerzas de PLA en las regiones que se extienden alrededor del valle de Katmandú. Intensificamos 15 La Alianza de los Siete Partidos (SPA, por sus siglas en inglés) incluye: el NC, el NC (D), el CPN (UML), el ULF, el Frente del Pueblo de Nepal, el Partido de Trabajadores y Campesinos de Nepal y el Partido Sadhbhavana de Nepal (Anandi Devi). — 267 — NEPAL En búsqueda del poder del Estado NEPAL DE LA INSURGENCIA A LA DEMOCRACIA nuestras acciones militares en las autopistas, las áreas urbanas y los cuarteles de distrito. A la vez aumentamos las fuerzas del PLA de tres a siete divisiones –en parte porque nos enteramos de que el RNA también estaba elevando sus divisiones a seis y en parte porque teníamos que estar preparados para posibles levantamientos de la población en áreas urbanas–. Ocurrido esto, tantos trabajadores de tiempo completo del partido como fue posible se unieron al PLA. Aunque el RNA mató al comandante de la división del PLA durante un ataque aéreo realizado en noviembre en el distrito de Rolpa, el CPN-M extendió voluntariamente un mes más su cese del fuego de tres meses. Sin embargo, luego de que, a finales de diciembre, las fuerzas de seguridad oficiales emprendieran la que hasta entonces fue su más grande operación contra el CPN-M –con la clara intención de provocarlo y obligarlo a romper su tregua–, el CPN-M dio por terminado el alto el fuego unilateral y retornó a la acción militar en enero de 2006. A pesar de todo, esta última serie de campañas solo habría de durar unos pocos meses; terminó en abril, cuando los maoístas reunieron otras fuerzas políticas para participar en una revolución pacífica y un nuevo proceso de paz se inició en el mes siguiente. Los eventos posteriores son tratados más adelante en la Sección Transición a la paz y políticas no-violentas en un Estado democrático, luego de repasar las dinámicas de las negociaciones de paz entre el CPN-M y el Estado nepalí desde 2001. Entre acuerdo y revolución: una serie de negociaciones de paz fallidas con el Estado nepalí El CPN-M está en el corazón del partido y siempre ha subordinado su estructura militar y sus estrategias a su visión política de largo plazo. Su objetivo inicial era asegurarse el poder del Estado y establecer una democracia socialista. Su petición política primordial se articuló primero durante la conferencia nacional del partido, se tornó coherente durante los últimos años de la Guerra Popular y se desarrolló alrededor de: 1) la convocación para que todos los partidos políticos se reúnan en una conferencia de deliberación; 2) la formación de un gobierno interino que — 268 — incluyera al CPN-M; y 3) la elección de una Asamblea Constituyente orientada a elaborar una nueva Constitución. La presente sección estudia los intentos sucesivos hechos por el CPNM y el gobierno nepalí para terminar el conflicto armado y solucionar los diferentes asuntos estructurales y de seguridad mediante negociaciones dentro del partido. El periodo en cuestión comienza en 2001 y termina en mayo de 2006, cuando los maoístas hacen un giro decisivo para la resistencia pací pacífica. Las primeras conversaciones de paz (agosto-noviembre de 2001) La primera serie de negociaciones entre el CPN-M y el gobierno nepalí tuvo lugar poco tiempo después de la masacre del Palacio, la sustitución del primer ministro Koirala y su colega Deuba del NC y las declaraciones mutuas del cese del fuego por parte de los maoístas y del gobierno en julio de 2001 (v. atrás en la Sección La insurgencia armada maoísta: crecimiento organizativo y evolución estratégica durante la Guerra Popular Popular). En agosto sostuvieron la primera ronda de conversaciones de paz en las afueras de Katmandú. Un equipo de negociación de tres miembros representó a los maoístas y en la primera reunión no se presentó ninguna agenda, tal como lo informa Bhattarai: Queríamos un cambio político con el menor sacrificio. Por lo tanto, le dimos al gobierno la oportunidad de idear una solución política. Al mismo tiempo, quisimos comunicar a las masas nuestro deseo político de encontrar una solución a través de negociaciones pacíficas. Políticamente, el equilibrio de poder estaba a nuestro favor porque [el rey] Gyanendra no era popular entre la gente y había disputas entre los miembros del partido del NC. Así que pensamos que había poca oportunidad de éxito. Solo dos días antes de que comenzara la segunda ronda de conversaciones programada ocurrió el ataque al World Trade Center de Nueva York. Este evento lejano cambió radicalmente la escena política nepalí. En particular, tuvo enormes consecuencias negativas para el CPN-M y la — 269 — NEPAL En búsqueda del poder del Estado NEPAL DE LA INSURGENCIA A LA DEMOCRACIA oposición a ellos creció, tanto dentro como fuera del país. Siguiendo la tendencia antiterrorista, los gobiernos indio y estadounidense incluyeron al CPN-M en la lista de grupos terroristas proscritos y el gobierno indio desplegó sus fuerzas de seguridad a lo largo de la frontera con Nepal e inhabilitó a la organización hermana del CPN-M en la India. A pesar de estos acontecimientos, la segunda ronda de conversaciones continuó tal como estaba previsto. El CPN-M presentó al equipo negociador del gobierno una lista de peticiones de 31 puntos. Tres exigencias políticas tuvieron especial significación: 1) dar al pueblo el derecho a establecer una nueva Constitución; 2) disolver el gobierno actual y formar un gobierno interino; y 3) dar un paso adelante hacia la introducción de una república en Nepal. Esta última petición resultó ser un punto de fricción, aunque el CPN-M eventualmente cambió su posición. Bhattarai dice lo siguiente sobre las razones que actuaban detrás de ese cambio: Nuestra prioridad era declarar llanamente la república, pero el lado gubernamental no estaba preparado para ello. Entonces, a cambio, propusimos celebrar unas elecciones para Asamblea Constituyente en las cuales el asunto se pudiera debatir. Esta fue nuestra segunda opción. Sin embargo, la otra parte ni siquiera aceptó esta petición alterna y respondió que la Constitución de Nepal era una de las mejores del mundo y que no había necesidad de elaborar una nueva. Aunque el CPN-M participó en la tercera ronda de conversaciones, efectuada a mediados de noviembre, no existía la posibilidad de que las dos partes encontraran una solución para sus desacuerdos. Por el contrario, el gobierno rechazó rotundamente las tres peticiones principales del CPN-M. Claramente, esto fue efecto del creciente sentimiento antiterrorista que había en el mundo, como lo confirma Ananta: Antes del 11 de septiembre el gobierno había mostrado flexibilidad. Había una ligera posibilidad de encontrar un camino medio. Pero después de esto se perdieron todas las posibilidades. En concreto, el apoyo de los Estados Unidos al gobierno de Deuba comenzó a comportarse con nosotros como queriéndonos decir: “Deben rendirse; de lo contrario, vuelvan a la guerra”. — 270 — El 21 de noviembre, luego de un final inconcluso de la tercera ronda de negociaciones, Prachanda hizo una declaración pública para anunciar que las negociaciones de paz se habían roto. Dos días después, el CPN-M tomó la decisión unilateral de romper la tregua y atacó dos cuarteles de distrito, y el 25 de noviembre el gobierno anunció la implantación de un nuevo estado de emergencia, de seis meses de duración (v. atrás la Sección La insurgencia armada maoísta: crecimiento organizativo y evolución estratégica durante la Guerra Popular Popular). Diálogo informal durante el estado de emergencia (noviembre 2001-abril 2003) Aunque las negociaciones oficiales llegaron a un punto muerto y los partidos reanudaron la guerra, entre el CPN-M y otros partidos políticos principales hubo movimientos tras bambalinas. Ya en septiembre de 2001 los maoístas habían organizado en Siliguri (India) una reunión secreta con los principales líderes de otros partidos comunistas en la cual se ofrecieron a luchar en conjunto por establecer una república. Sin embargo, el CPN (UML), el partido comunista más grande de Nepal, se mostró en desacuerdo. Posteriormente, en abril de 2002, en Nueva Delhi, Prachanda y Bhattarai se encontraron por primera vez con el presidente del NC, Koirala, aunque la reunión tampoco arribó a ningún acuerdo final sobre la unión de fuerzas contra de la monarquía. Cuando el Estado de emergencia de seis meses estaba a punto de expirar en mayo de 2002, dentro del NC gobernante se presentó una disputa a gran escala sobre su extensión. El Primer Ministro Deuba solicitó al rey Gyanendra permiso para disolver la Cámara de Representantes y extender el Estado de emergencia por tres meses más. El rey lo concedió pero solo con la condición de que se celebraría una elección general en los próximos seis meses, como lo estipulaba la Constitución. Aunque esto parecía ser un movimiento táctico de Deuba, Bhattarai afirmó que la Cámara de Representantes se había disuelto porque el rey había sido informado del intento del CPN-M de formar una alianza con otros partidos políticos en contra de la monarquía. Como resultado de esta disolución, — 271 — NEPAL En búsqueda del poder del Estado NEPAL DE LA INSURGENCIA A LA DEMOCRACIA que estuvo seguida por una disolución nacional del gobierno local en agosto, Nepal careció completamente de cualquier tipo de liderazgo político representativo. Esta maniobra permitió al rey Gyanendra ejercer el poder más fácilmente y al tiempo provocó una división en el NC, con la permanencia de Koirala como líder de la corriente dominante del partido y del Primer Ministro Deuba a la cabeza del nuevo Congreso Nepalí (Demócrata), NC (D) según su sigla en inglés. El CPN-M manifestó su deseo de reanudar las negociaciones a la vez que denunció las maniobras del Primer Ministro Deuba. Pero, más allá de mostrar un interés en negociar, la administración continuó con su intento por controlar la insurgencia maoísta por medios militares. Durante este tiempo, el rey Gyanendra simultáneamente hacía publicidad a su intención de involucrarse en la política mediante apariciones frecuentes en los medios, tanto nacionales como internacionales. El 4 de octubre, cuando el Primer Ministro Deuba pidió al rey posponer las elecciones generales a causa de la situación de seguridad pública, el soberano respondió destituyéndolo junto con su gabinete. Una semana después nombró nuevo primer ministro a uno de sus partidarios, Lokendra Bahadur Chand. Se trató en realidad de un golpe palaciego sin derramamiento de sangre, porque la Constitución no concedía ese derecho al rey. Segundas conversaciones de paz (abril-agosto 2003) Como reacción al movimiento anticonstitucional del rey, en el otoño del año 2003 los cinco principales partidos políticos nepalíes, entre ellos el NC y el CPN (UML), comenzaron movimientos de protesta callejeros contra el régimen del rey Gyanendra. Cuando el CPN-M y el gobierno respaldado por Palacio anunciaron sorpresivamente un segundo cese del fuego mutuo (v. la atrás la Sección La insurgencia armada maoísta: crecimiento organizativo y evolución estratégica durante la Guerra Popular Popular), este gesto despertó sospechas en las filas de los partidos mayoritarios. Dentro de la estructura triangular de la política nepalí, ellos habían sido efectivamente dejados de lado por el rey y el CPN-M. — 272 — A pesar de sus esfuerzos por avanzar en una alianza antimonárquica con los partidos opositores, el CPN-M aceptó la oferta del monarca para una segunda ronda de negociaciones de paz. Bhattarai habla del raciocinio detrás del movimiento: Luego de la masacre de Palacio, interactuamos constantemente en diferentes niveles con otros partidos políticos para unirnos en contra del rey. Sin embargo, no tuvimos eco. Por el contrario, el monarca nos ofreció la oportunidad de negociar… Tal vez pensó que al invitarnos a negociar podría adquirir legitimidad política. Nosotros, pese a no abrigar muchas esperanzas en el éxito de las negociaciones, reflexionamos que no teníamos nada que perder. Luego de luchar con el RNA por cerca de un año, habíamos ganado fortaleza, tanto política como militar. Como el monarca no era popular… y los demás partidos políticos estaban marginados, pensamos que estábamos en una posición más favorable que cuando se habían presentado las primeras negociaciones de paz. Por eso enviamos a líderes de alto rango a la segunda ronda de negociaciones, a pesar de nuestras aprehensiones de que el monarca solo estuviera jugando. Las negociaciones comenzaron en Katmandú a finales de abril de 2003. El equipo del gobierno estaba encabezado por el Ministro de Información y Comunicaciones, Ramesh Nath Pande, con Bhattarai a la cabeza de un equipo de tres personas del CPN-M. La lista de 24 peticiones del CPN-M incluía la formación de un gobierno interino y la organización de elecciones para Asamblea Constituyente en el plazo de los próximos seis meses. Respecto a la Constitución, nuestros hombres pidieron la soberanía absoluta del pueblo, un sistema proporcional de representación para las elecciones parlamentarias, la formación de un nuevo ejército nacional que incorporara al PLA y al RNA y la declaración de Nepal como Estado secular. A principios de mayo, los dos equipos negociadores discutieron la posibilidad de restringir la actividad del RNA a un radio de cinco kilómetros desde sus barracas y durante el periodo de cese del fuego. El asunto aumentó el ya fuerte rechazo de esta idea por parte de los altos líderes del RNA. Aunque el ministro Pande dijo en una entrevista con la BBC que el gobierno había contemplado tal restricción de la actividad del RNA solo como una propuesta, el CPN-M reclamó que, de hecho, — 273 — NEPAL En búsqueda del poder del Estado NEPAL DE LA INSURGENCIA A LA DEMOCRACIA ellos habían llegado a un acuerdo que habían anunciado en una rueda de prensa. Pocos días después de esta controversia Chand presentó su renuncia. El 4 de junio, el rey designó como nuevo primer ministro a Surya Bahadur Thapa, partidario de la monarquía aún más radical. La administración de Thapa conformó un nuevo equipo para las conversaciones pero su relación con el CPN-M se fue enfriando cada vez más. Luego de que durante el mes de julio las fuerzas de seguridad comenzaran a arrestar a miembros del CPN-M en la capital, el partido cerró repentinamente sus oficinas de Katmandú. Los miembros de su equipo de negociación, junto con otros activistas del partido, también pasaron a la clandestinidad. A finales de julio el CPN-M presentó al gobierno un ultimátum de cinco días, que incluía cinco condiciones para continuar participando en el proceso de paz. Demandaron, especialmente, la participación directa del soberano en las negociaciones y la anulación del anti-Acuerdo de Asistencia Antiterrorismo, que había sido firmado con el gobierno de los Estado Unidos tres meses antes. Aunque el gobierno no cedió a todas las exigencias del CPN-M, aceptó participar en una nueva ronda de negociaciones. Según Bhattarai, lo hicieron “solo por captar la atención pública”. Dos días de conversaciones comenzaron a mediados de agosto al oeste de Nepal, cuando el equipo negociador del gobierno presentó su propio documento de conceptos, que proponía enmiendas a la Constitución. A pesar de ello, el CPN-M no se rindió en su solicitud de elecciones para una Asamblea Constituyente. El día programado para iniciar las negociaciones, este estancamiento empeoró porque en el distrito de Ramechap, asentado al oriente de Nepal, el RNA mató a 19 maoístas y civiles que estaban desarmados. Una semana después, el presidente Prachanda anunció, a través de la página de Internet del partido, que la tregua de sietes meses había concluido y con ella la segunda ronda de negociaciones de paz. — 274 — Cooperación entre el CPN-M y la Alianza de los Siete Partidos16 contra la monarquía El espectro político se alteró significativamente en 2005 y continuó el acercamiento entre los maoístas y los partidos de oposición mayoritarios en contra del rey. Un factor importante que permitió este cambio fue la reorientación ideológica emprendida por los maoístas en mayo de 2003, durante la segunda serie de negociaciones de paz. En una reunión del Comité Central efectuada en el distrito de Rolpa, Prachanda presentó una propuesta titulada “El desarrollo de la democracia en el siglo XXI”, que fue acogida unánimemente. Uno de sus conceptos principales afirmaba que el CPN-M aceptaba un sistema político multipartidista competitivo en vez del sistema tradicional de un partido comunista. Como explica Bhattarai, Analizamos las experiencias comunistas en el siglo XX, y especialmente la razón por la cual el socialismo no había resultado exitoso. Sacamos la conclusión de que, para hacer posible que el pueblo corrigiera los errores del sistema unipartidista, debía existir una competencia entre los partidos políticos dentro de un marco constitucional. Este no es un sistema completamente abierto y, por el contrario, restringe la competencia a partidos antimonárquicos y antiimperialistas. Por lo tanto, aceptar el sistema multipartidista no significa que hubiéramos dejado de lado nuestro esfuerzo por establecer el socialismo. Pensamos más bien que, aun en un sistema socialista, debía haber competencia política. Otro acontecimiento que facilitó la cooperación del CPN-M y la Alianza de Siete Partidos (SPA) fue el segundo golpe incruento del rey. En la mañana del 1o. de febrero de 2005 Gyanendra apareció en la televisión estatal para dirigirse a la nación. En un discurso de 30 minutos reveló inicialmente que había intentado desestimar la administración Deuba17 en el contexto en que estaba abandonándose el asunto de celebrar una elección general. El mandatario acusó asimismo a los políticos de dedicarse a reñir dentro de los partidos por el control del poder, y más adelan16 17 La Alianza de los Siete Partidos (SPA, por sus siglas en inglés) incluye: el NC, el NC (D), el CPN (UML), el ULF, el Frente del Pueblo de Nepal, el Partido de Trabajadores y Campesinos de Nepal y el Partido Sadhbhavana de Nepal (Anandi Devi). Deuba fue restituido como Primer Ministro en junio de 2004, luego de una protesta política intensa. — 275 — NEPAL En búsqueda del poder del Estado NEPAL DE LA INSURGENCIA A LA DEMOCRACIA te declaró que integraría un nuevo gobierno bajo su dirección. Prometió restablecer el sistema político multipartidista en el curso de tres años y restaurar una vez más la paz y la seguridad en Nepal. Respecto de la insurgencia maoísta, anunció que el Estado tomaría decisiones drásticas. Simultáneamente con esta proclamación real, las fuerzas de seguridad del RNA se desplegaron. Detuvieron a los líderes de los principales partidos políticos y cortaron todas las instalaciones de comunicación, incluidas líneas telefónicas, teléfonos móviles y conexiones a Internet. Esa misma noche se declaró otro estado de emergencia nacional, que restringió los derechos fundamentales de la población, entre ellos el de libre expresión, libertad de reunión en lugares públicos y libertad de movimiento. El golpe tuvo un enorme efecto político en todo el país. Una respuesta inmediata del CPN-M consistió en enviar a Bhattarai a la India, para que se uniera a otros dirigentes políticos nepalíes que habían salido de Katmandú luego de la maniobra del rey y para hacer cabildeo ante los políticos indios con el propósito de conseguir apoyo para la resistencia a la monarquía. Mientras estuvo en la India, Bhattarai se mantuvo muy ocupado, como lo indican estas palabras: En cuanto llegué a Nueva Delhi, me reuní con Praliassh Karat, Secretario General del Partido Comunista Marxista de la India, y también con algunos líderes del NC y el CPN (UML), y para el 13 de junio de 2005 organicé reuniones en Nueva Delhi entre el camarada Prachanda y el líder Koirala, del NC. Por esa época, los siete partidos políticos más importantes decidieron unirse y enfrentar la norma autocrática del rey. En la mencionada reunión presentamos a Koirala nuestra petición de crear una alianza con nosotros para unir el movimiento en favor de la creación de una república. Dijimos que solo mediante un movimiento unido podríamos derrocar la monarquía. Koirala contestó: ‘Podemos ir en esa dirección lentamente’. Aunque no nos respondió claramente, la reunión allanó el camino para la creación de la alianza con la SPA. Los tres gobiernos extranjeros –India, Estados Unidos y Reino Unido–, que habían estado suministrando ayuda militar ofensiva a Nepal contra el CPN-M, expresaron igualmente su descontento con el golpe palaciego y suspendieron su apoyo. — 276 — En mayo de 2005 la SPA emprendió un movimiento pacífico contra el rey Gyanendra. Exigió tanto el completo restablecimiento de la democracia en Nepal como la reinstalación de la Cámara de Representantes, que había sido disuelta tres años antes, en mayo de 2002. El NC también tomó una decisión histórica, al eliminar de la Constitución del partido toda referencia a la forma monárquica. Simultáneamente, diversos grupos de la sociedad civil se manifestaron en las calles en contra de la monarquía. En la reunión de agosto de los representantes del NC y del CPN (UML), efectuada en Nueva Delhi, el líder del CPN-M, Bhattarai, y el portavoz del partido, Krishna Bahadur Mahara, anunciaron su deseo de declarar una tregua unilateral. De acuerdo con Bhattarai, las razones para tomar esta decisión fueron las siguientes: El rey Gyanendra planeaba viajar a Nueva York para asistir a la conferencia general de las Naciones Unidas a realizarse en septiembre. Pensamos que si declarábamos la tregua unilateralmente y el gobierno del rey no respondía, lo pondríamos en una situación difícil en la conferencia de la ONU. A pesar del escepticismo de la SPA con respecto a nuestra decisión, por estimar que ella le daría una ventaja al soberano, a principios de septiembre nosotros, sin embargo, declaramos un cese del fuego de tres meses. En realidad, la estrategia del CPN-M funcionó: Gyanendra canceló su viaje a Nueva York y la alianza entre los maoístas y la SPA se tornó más real. Un mes después de declarada la tregua, el CPN-M celebró en Chunbang (distrito de Rukum) una reunión del Comité Central en la que se tomó la decisión histórica de aliarse con la SPA para luchar contra la monarquía. El partido acordó asimismo emprender un movimiento popular guiado por la consigna de “República Democrática” (Loktantric Ganatantra) y enfocar sus campañas internacionales en contra del imperialismo norteamericano. Pasada la reunión del Comité Central, las reuniones bilaterales entre los líderes del CPN-M y el CPN (ULM) tomaron la decisión de convocar a todos los grandes líderes del partido a una reunión que debería realizarse el 17 de noviembre en Nueva Delhi. Allí alcanzaron un entendimiento — 277 — NEPAL En búsqueda del poder del Estado NEPAL DE LA INSURGENCIA A LA DEMOCRACIA histórico alrededor de doce puntos, que incluían el fin de la dominación directa del rey, la instauración completa de la democracia a través de la elección de una Asamblea Constituyente que articularía una nueva Constitución y la solicitud a la ONU de supervisar tanto al RNA como al PLA para garantizar una elección de Asamblea Constituyente justa e imparcial. Bhattarai recuerda: En la reunión las discusiones se presentaron primordialmente entre tres partidos políticos: el NC, el CPN (UML) y el CPN-M, más unos pocos directivos del CPN (Centro Unido). Mientras se redactaba el entendimiento, insistimos en el término “república democrática” en vez de “democracia total”, pero los dirigentes del NC no estuvieron de acuerdo con el empleo de la palabra “república”. Entonces tuvimos que llegar a un acuerdo sobre este asunto [con ellos] (…) porque pensamos que lo más importante era formar un frente unido con la SPA para luchar contra la monarquía. Después de aliarnos con ellos, una disputa en tres sentidos entre las fuerzas políticas centrales de Nepal se convirtió, por primera vez, en una controversia en dos sentidos. Esto quiere decir que los partidos maoístas revolucionarios y los parlamentarios demócratas unieron fuerzas para hacer frente a la monarquía autocrática. Fue un momento importante. El gobierno del rey declaró que a principios de febrero de 2006 celebraría elecciones municipales en todo el país. Como respuesta a esta determinación, y con el apoyo tácito de la dirección de la SPA, el CPN-M anunció la finalización de su cese del fuego unilateral y dejó claro que haría todo lo que estuviera a su alcance para obstruir la elección. Luego de reanudar sus actividades militares en enero, el PLA asaltó varios municipios, incluso el pueblo histórico de Tansen (distrito de Palpa) y la estación de policía de Tankot, situada en el valle de Katmandú. Asesinó asimismo a un número de candidatos postulados para la elección y, como resultado de estas acciones, cerca del 75 por ciento de los escaños ofrecidos se quedaron sin candidatos y la proporción de votantes alcanzó apenas al 21 por ciento. Díez días después de las elecciones municipales, a mediados de febrero de 2006, el presidente Prachanda emitió un comunicado en que anunciaba que el 14 de marzo comenzaría un bloqueo indefinido del valle de Katmandú y de los cuarteles de distrito, seguido de un paro general indefinido a todo lo largo del país. Cinco días después de que empezara — 278 — el bloqueo, los líderes del CPN-M se reunieron en Nueva Delhi con la SPA y acordaron que los maoístas cancelarían la “huelga política general” que tenían planeada, mientras que la SPA emprendería una huelga general de 4 días el 6 de abril. Participación maoísta en la revolución de 19 días en abril de 2006 La huelga general de cuatro días duró en realidad 19. Aunque la SPA la convocó públicamente, el CPN-M participó activamente de diferentes maneras. Según Bhattarai, la SPA dudó en emprender un movimiento conjunto.“Abrigaban el temor de mantener una alianza directa con nosotros, debido a la presión de las fuerzas internacionales, principalmente la de Estados Unidos. Para respaldar la huelga, arreglamos y ella se anunció formalmente en nombre de la SPA”. Días antes de que se programara el inicio de la huelga general, el CPNM declaró una tregua unilateral en el valle de Katmandú para que la SPA pudiera adelantar libremente sus programas callejeros, como demostraciones y concentraciones. El 4 de abril, el rey emitió una orden de prohibición de reuniones masivas y manifestaciones en Katmandú y Lalitpur. En cuanto comenzó la huelga, se detuvo todo el tráfico y la mayoría de colegios y oficinas cerraron en todo el país. A pesar de la orden de prohibición y del toque de queda durante el día en Katmandú y las áreas circundantes, más y más gente salió a las calles a corear consignas antimonárquicas. Ananta, segundo comandante del PLA y encargado de la Región Central Especial, que incluía el valle de Katmandú, describe de la siguiente manera la participación del CPN-M: Durante los 19 días de huelga general, una brigada de la Tercera División del PLA estaba en el valle de Katmandú. Asistieron a demostraciones y participaron en agitaciones, lanzando piedras y peleando con la fuerza pública. También enviamos a todas las personas posibles desde los distritos aledaños al valle de Katmandú, bajo la prohibición de la SPA de participar en las demostraciones. Desde el distrito de Kavre enviamos a más de 90.000 personas, solamente a las ciudades, entre ellas Katmandú y Banepa. — 279 — NEPAL En búsqueda del poder del Estado NEPAL DE LA INSURGENCIA A LA DEMOCRACIA A pesar de que se había impuesto el toque de queda y el gobierno real había hecho su mejor esfuerzo por controlar a la población mediante la movilización de todas las fuerzas de policía, la Fuerza de Policía Armada y el RNA, los enfrentamientos entre la gente y los destacamentos de seguridad se intensificaron día a día. La huelga se extendió por todo el país e incluso involucró a funcionarios del gobierno. El 21 de abril de 2006 tuvo lugar la más grande manifestación ocurrida hasta el momento en Nepal, que contó con varios cientos de miles de personas que coparon los 27 kilómetros de la carretera de circunvalación que rodea a Katmandú y Lalitpur. Esa noche el rey Gyanendra respondió declarando que el poder administrativo sería devuelto al pueblo. También solicitó a la SPA que eligiera un primer ministro y lo recomendara al monarca, pero la SPA rechazó esta oferta y, en cambio, invitó a una “Demostración del Millón de Personas”, a cumplirse el 25 de abril en la carretera de circunvalación. Sin embargo, el 24 de abril, en una emisión nocturna del canal gubernamental, Gyanendra anunció que devolvería la soberanía al pueblo y reinstauraría la Cámara de Representantes (disuelta cuatro años antes, en mayo de 2002), que era una de las peticiones primordiales de la SPA. También les pidió que formaran un nuevo gobierno. Al día siguiente la SPA anunció el fin de su huelga general y calificó la proclamación real como una victoria. Esta decisión produjo reacciones confusas entre la población en general y los activistas políticos, quienes, como muchas personas, no estaban satisfechos con la decisión de levantar la huelga. Pensaban que si ella hubiera continuado por unos pocos días más, habrían podido alcanzar el objetivo de la república. El CPN-M reclamó a la SPA por aceptar la proclamación real sin consultarles y dejó en claro que intentó rechazarla. Más adelante informó que comenzarían a aplicar bloqueos a todos los cuarteles de distrito, hasta que se anunciara oficialmente la convocación de nuevas elecciones para la Asamblea Constituyente. Sin embargo, en respuesta a una solicitud de la dirección del NC, el CPN-M replicó que pospondría los bloqueos hasta el día siguiente, en espera de la nueva reunión de la reinstaurada Cámara de Representantes. Según Ananta, — 280 — La SPA nos traicionó al comprometerse con el rey sin consultarnos. A pesar de que éramos la misma fuerza en lucha contra la monarquía, la SPA acordó con Gyanendra ganar poder y hacerse a puestos públicos en el Parlamento. También pensamos que hicieron una concesión enderezada a mantener una monarquía formal. Pero el pueblo nepalí, que había participado en la huelga general, quería deshacerse de la monarquía e instaurar una república. Entonces, en ese sentido, la SPA nos había traicionado y había traicionado al pueblo. Al mismo tiempo, sabíamos que el pueblo de Nepal anhelaba la paz. Además, la SPA nos aseguró que habría una reunión de la reinstaurada Cámara de Representantes solo por uno o dos días más antes de disolverla. También nos aseguraron que después de esto habría una reunión de trabajo para formar un gobierno interino que incluiría al CPN-M. Pero… en lugar de disolver la Cámara de Representantes rápidamente, siguió gobernando por ocho meses más. La SPA designó nuevo primer ministro a Koirala, un dirigente del NC de 83 años que ejercía por cuarta vez el poder. La reinstaurada Cámara de Representantes aprobó el 30 de abril la celebración de elecciones para la Asamblea Constituyente. Con el control sobre más del 90 por ciento de la Cámara, el 18 de mayo la SPA adoptó la “Proclamación de la Cámara de Representantes 2006”, lo cual acarreó un número significativo de cambios históricos en materia constitucional. En especial, todos los derechos especiales del rey fueron abolidos y él mismo se convirtió en un ciudadano nepalí común y corriente. El RNA se transformó en Ejército Nepalí (EN). El monarca perdió su poder de escoger al comandante en jefe del Ejército, quien de ahora en adelante sería nombrado por el gabinete. Y Nepal abandonó su título oficial de Estado hindú para convertirse en un Estado secular. El CPN-M dio la bienvenida a esta proclamación, a pesar de que manifestaron su insatisfacción con la SPA por no abolir totalmente la monarquía y la acusaron de tratar de mantener la monarquía formal.18 El 26 de abril, el CPN-M anunció un cese del fuego de tres meses y el nuevo gobierno de la SPA hizo lo mismo el 3 de mayo, con lo cual se establecieron las condiciones para una tercera, y decisiva, serie de negociaciones de paz. 18 Declaración oficial de Prachanda, mayo 18 de 2006. — 281 — NEPAL En búsqueda del poder del Estado NEPAL DE LA INSURGENCIA A LA DEMOCRACIA TRANSICIÓN A LA PAZ Y POLÍTICAS NO-VIOLENTAS EN UN ESTADO DEMOCRÁTICO Esta sección final presenta tanto las transformaciones internas del CPNM, de un movimiento de tiempo de guerra a un partido en tiempos de paz –siguiendo su decisión de dejar la lucha armada y comprometerse con un proceso de desarrollo político pacífico–, como su interacción con otras fuerzas políticas nepalíes a partir de mayo de 2006. Igualmente describe la dinámica de un inestable pero decisivo proceso de conciliación y democratización, junto con los múltiples temas estructurales y de procedimiento que repetidamente impidieron su desarrollo. Por ejemplo, el cambio constitucional, la elección de Asamblea Constituyente, los enfrentamientos entre etnias y la representación de grupos minoritarios. Negociaciones hacia un acuerdo de paz comprensivo El 26 de mayo de 2006 los maoístas y el gobierno llevaron a cabo en Katmandú la primera reunión de negociación, con dos equipos encabezados respectivamente por el portavoz Mahara, del CPN-M, y el ministro del Interior, Krishna Prasad Sitaura. Acordaron un Código de Conducta de 25 puntos, que cada uno debería respetar durante la tregua. En una rueda de prensa celebrada después de la reunión, Mahara afirmó: “Al contrario de las dos negociaciones de paz anteriores, esta vez ambas partes ya han acordado celebrar las elecciones para la Asamblea Constituyente. Por eso estimamos que el futuro de las negociaciones es prometedor. No regresaremos a la guerra sangrienta nuevamente”. En una confirmación de la justeza de las palabras de Mahara, los líderes del CPN-M y los núcleos, que habían trabajado en la clandestinidad desde el comienzo de la Guerra Popular, lentamente comenzaron a aparecer en público y a participar en concentraciones de masas y otros eventos públicos. A principios de junio el CPN-M efectuó asimismo enormes demostraciones masivas en el centro de Katmandú, que congregaron a cientos de militantes del PLA y a numerosos núcleos de otras regiones de Nepal. Tanto en discursos públicos como en las entrevistas dadas a la — 282 — prensa, los líderes maoístas intentaron expresar su intención de no retornar a la lucha armada. El presidente Prachanda y Bhattarai, quien hasta entonces había permanecido en la clandestinidad, también comenzaron a tener apariciones públicas y en revistas y programas de televisión nacional e internacional plantearon su deseo de una solución pacífica del conflicto. La primera comparecencia de Prachanda en los medios en 35 años de vida política tuvo lugar en una rueda de prensa realizada luego de su reunión, el 16 de junio, con los líderes de la SPA en la residencia oficial del primer ministro. Esta cumbre fue un evento espectacular e histórico. La cabeza del equipo de negociación del gobierno, el ministro del Interior Sitaula, dispuso las cosas a fin de que los dos líderes más importantes del CPN-M fueran traídos en helicóptero desde Siklis (distrito de Kaski), donde estaban realizando una sesión de entrenamiento político. La reunión, que duró hasta bien avanzada la noche, dio como resultado un acuerdo de ocho puntos entre los ocho partidos políticos, es decir, el CPN-M y la SPA. Las cuestiones a destacar de este acuerdo incluían: 1) elaboración de una Constitución y formación, en el curso de un mes, de un gobierno interino que incluyera a representantes maoístas; 2) disolución de la Cámara de Representantes y de varios niveles de los gobiernos populares del CPNM; y 3) invitación a la ONU para que supervisara el proceso de manejo de armas para el NA y el PLA, hasta que se celebraran las elecciones para la Asamblea Constituyente. A pesar de la presencia de los altos directivos de la SPA en esta primera reunión, poco después algunos de estos partidos –y de manera destacada el CPN (UML) y el NC (D)– culparon al NC y al CPN-M de adoptar decisiones sobre temas importantes sin consultarles. Específicamente se refirieron a la decisión de disolver la Cámara de Representantes. Además de dichas pugnas en el seno de la SPA, la deteriorada salud del primer ministro, ya entrado en años, afectó el progreso del proceso de paz. Una variedad de desacuerdos, relacionados en particular con el tema del decomiso de armas del PLA, rompió las disposiciones del acuerdo. Luego de varias rondas de negociación, el gobierno y el CPN-M entregaron al Secre- — 283 — NEPAL En búsqueda del poder del Estado NEPAL DE LA INSURGENCIA A LA DEMOCRACIA tario General de la ONU, Koffi Annan, una solicitud conjunta: 1) monitorear la situación de los derechos humanos en Nepal a través de la Oficina de la Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos en el país; 2) monitorear si las dos fuerzas armadas, el NA y el PLA, respetaban el código de conducta durante la tregua; 3) utilizar a expertos civiles para verificar y monitorear los soldados y las armas del PLA, asegurarse de que el EN permaneciera dentro de sus barracas y de que ninguno de los lados estuviera usando armas; y 4) supervisar las elecciones de la Asamblea Constituyente. A pesar de esta iniciativa conjunta, el primer ministro Koirala dejó en claro que él no iba a incluir al CPN-M en el gobierno interino hasta que las armas del PLA hubieran sido decomisadas. El Comité que había sido diseñando para elaborar la Constitución Interina encontró asimismo dificultades para terminar su misión debido a opiniones divergentes entre sus miembros. Uno de los temas principales en los que no pudieron ponerse de acuerdo fue la monarquía. En especial, los miembros del comité del CPN-M sostuvieron que la Constitución Interina debía declarar una república mientras que otros miembros argumentaron que el futuro de la monarquía debía ser decidido en la Asamblea Constituyente. Al finalizar agosto, el comité presentó finalmente una versión incompleta a los dos equipos de negociación, que no solucionaba la mayoría de los temas importantes. A finales de agosto el CPN-M llevó a cabo otra reunión del Comité Central en Kamidanda, cerca del valle de Katmandú, para discutir la estrategia dirigida a manejar el estancamiento presente. El presidente Prachanda presentó una propuesta que fue sumamente crítica con el papel del Estado. Por ejemplo, acusó a los líderes de los partidos parlamentarios mayoritarios de rehusarse a disolver la Cámara de Representantes y manifestó su sospecha de que las fuerzas extranjeras y sus seguidores nepalíes intentaban llevar a los maoístas de vuelta a la guerra. Al finalizar su cuarto día de reuniones, los maoístas concluyeron que no abandonarían el proceso de paz. Fundamentalmente para dar continuidad a las protestas pacíficas en las calles de las ciudades, decidieron ejercer mayor presión sobre el gobierno para que ideara una solución política. Más ade- — 284 — lante acordaron que aceptarían la supervisión de la ONU en el proceso de manejo de armas, pero solo después de que fueran resueltos los temas relacionados con la Constitución Interina (p. ej., el futuro de la monarquía) y el gobierno interino. Debido a las opiniones encontradas entre el gobierno encabezado por Koirala y los maoístas, la SPA y el CPN-M no realizaron una segunda ronda de negociaciones antes de casi cuatro meses. A principios de octubre, los altos líderes de ambos lados se reunieron otra vez en la residencia del primer ministro. Tomó un mes llegar a un acuerdo conjunto en todos los temas fundamentales, que incluían el futuro de la monarquía y el manejo de las armas. Bhattarai, miembro del equipo negociador del CPN-M, expone exhaustivamente los temas más difíciles para llegar a un consenso, así: El tema más controvertido era la monarquía. Queríamos declarar directamente el fin de la monarquía y establecer una república en la Constitución Interina. Sin embargo, en particular los líderes del NC… no querían decidir el futuro de la monarquía antes de las elecciones de la Asamblea Constituyente; querían esperar hasta después. Nuestra opinión era que las elecciones podían tomarse un par de años y no queríamos que el futuro de la monarquía quedara sin resolverse durante todo ese tiempo. Al final tomamos el camino del medio y acordamos que el problema se decidiría por simple mayoría de votos durante la primera reunión de la Asamblea Constituyente. Este fue nuestro primer acuerdo durante las negociaciones. Otro tema difícil era el proceso de manejo de las armas. El gobierno quería licenciar a nuestro ejército a través del así llamado proceso de Desarme, Desmovilización y Reinserción (DDR). Sin embargo, lo rechazamos porque no habíamos sido vencidos. Además, el PLA era la fuerza principal detrás del cambio político. Entonces adujeron que el antiguo Ejército Nepalí (EN) debía ser licenciado junto con el nuestro y que ambos debían integrarse para entregar las armas, pero tampoco aceptamos. Igualmente, querían que entregáramos las armas, exigencia a la cual nos negamos. El punto común de acuerdo entre nosotros era que el antiguo ejército debía permanecer en sus barracas y nuestro ejército en los cuarteles temporales hasta después de que se celebraran las elecciones de la Asamblea Constituyente. Mientras tanto, acordamos depositar nuestras armas para la supervisión de la ONU, dejándolas bajo un sistema de candado simple del que nos quedaríamos con la llave. El mismo número de armas del EN debía ser dejado también bajo la — 285 — NEPAL En búsqueda del poder del Estado NEPAL DE LA INSURGENCIA A LA DEMOCRACIA supervisión de la ONU. Sobrellevamos unas negociaciones bastante duras antes de arribar a este convenio. El tercer problema era la reestructuración del Estado. De manera repetitiva usamos las mismas palabras en todos los acuerdos hechos con la SPA, las cuales consistían en ‘reestructurar el Estado para resolver el problema de clases, nacionalidades, regiones, género y casta’. Así discutimos diferentes modelos de sistema de Estado. Un modelo reestructuraba el presente sistema unitario e introducía el federalismo. En una versión que elaboramos para la Constitución Interina, titulada ‘Constitución de la República Federal de Nepal’, habíamos avanzado en esta idea. Incluso practicamos este modelo durante la guerra, al establecer nueve regiones autónomas. Pero algunos partidos, especialmente el NC, se opusieron a la frase ‘sistema de república federal’. Al final, sin embargo, aceptaron ‘sistema federal’. El CPN-M también cedió su posición respecto de que los miembros de la Asamblea Constituyente fueran elegidos mediante un sistema proporcional de representación, y a cambió aceptó que el 50 por ciento de los escaños se reservaran para elección directa, a pesar del intenso debate dentro del partido sobre este tema. A principios de noviembre, ambos equipos negociadores alcanzaron un histórico acuerdo de seis puntos en el cual, en primer lugar, hicieron el compromiso de firmar un acuerdo de paz comprensivo no más tarde del 16 de noviembre, y celebrar las elecciones de la Asamblea Constituyente a mediados de junio de 2007. Además, acordaron limitar ambos ejércitos a sus respectivas bases para el 21 de noviembre; finalizar y presentar la Constitución Interina para el 26 de noviembre; disolver ambas cámaras del parlamento para crear una nueva legislatura interina unicameral ese mismo día, y crear un consejo de ministros interino para el 1º de diciembre. El 21 de noviembre de 2006 –varios días después de lo esperado–, en ceremonia llevada a cabo en Katmandú en presencia de diplomáticos y medios de prensa nacionales e internacionales, el gobierno de Nepal y el CPN-M firmaron un Acuerdo de Paz Comprensivo. El acto marcó la terminación oficial del conflicto armado que había empezado diez años atrás. El acuerdo también declaró oficialmente que el rey ya no tendría ninguna autoridad en los asuntos de gobierno del Estado y anunció la creación de — 286 — un fideicomiso para administrar las propiedades del difunto rey Birendra y de su familia como intereses del Estado, como también la nacionalización de todas las propiedades que el rey Gyanendra había heredado al subir al trono. Sin embargo, la implementación de este acuerdo tuvo una demora significativa. La democratización del Estado: la Constitución Interina, la legislatura y el consejo de ministros Luego de firmar el Acuerdo de Paz comprensivo, los equipos negociadores de la SPA y del CPN-M comenzaron a elaborar inmediatamente la Constitución Interina. El 16 de diciembre, lograron alcanzar un acuerdo conjunto sobre 168 puntos a especificar en ella pero, una vez más, el primer ministro Koirala insistió en que el texto solamente se podría validar una vez finalizado el acuerdo sobre la supervisión del proceso del manejo de armas por parte de la ONU. Días después Koirala y el presidente Prachanda llegaron a un arreglo interino: los soldados Gurkha19 serían desplegados para supervisar las fuerzas del PLA, que estaban replegadas en sus cuarteles temporales hasta que el equipo de la ONU arribara a Nepal. También acordaron que la Constitución Interina sería validada inmediatamente, una vez que los ex-Gurkhas llegaran a los cuarteles temporales. El 15 de enero de 2007, la Cámara de Representantes validó la Constitución Interina y más tarde, esa misma noche, se llevó a cabo la primera sesión de la legislatura interina. Compuesta por 329 miembros, incluía antiguos miembros de la Cámara de Representantes (excepto los monárquicos), 73 representantes del CPN-M20 y 48 nuevos designados que fueron extraídos de todos los ocho partidos políticos.21 Aunque el CPN-M dejó una solicitud para obtener la presidencia o la vicepresidencia de la legislatura interina, arribaron a un convenio y cedieron los dos escaños al 19 20 21 Los Gurkhas son soldados nepalíes que trabajan en los ejércitos indio y británico. Incluyeron a 29 mujeres (muchas de ellas viudas de combatientes del PLA y miembros del partido muertos durante la Guerra Popular), 23 Janajatis (minorías étnicas), 11 Dalits (personas descastadas) y 20 Madhesis (personas de origen indio). Díez de ellos fueron designados por el CPN-M. — 287 — NEPAL En búsqueda del poder del Estado NEPAL DE LA INSURGENCIA A LA DEMOCRACIA CPN (UML) y al NC (D), respectivamente. A cambio, acordaron ocupar el puesto de primer ministro encargado en el gobierno interino. La creación del nuevo consejo de ministros interino tuvo dificultades, por varios obstáculos. Una de las principales causas para esta demora fueron los disturbios en la región de Tarai, que tiene frontera con la India. El 19 de enero, un soldado del PLA que custodiaba a un líder maoísta mató a uno de los activistas que participaban en una huelga general convocada por el Foro de Derechos del Pueblo Madhesi. El incidente provocó una serie de revueltas a lo largo del este de Tarai. El gobierno no pudo controlar la situación y los disturbios se expandieron, convirtiéndose sorpresivamente en serios conflictos entre la comunidad Madhesi (de origen indio) y la comunidad Pahadi (de la región montañosa de Nepal). Al tomar en serio esta creciente situación, el primer ministro Koirala se dirigió a la nación a finales de enero. En este discurso se comprometió a iniciar una democracia federal en Nepal y restituir, para las elecciones de la Asamblea Constituyente, las circunscripciones políticas que reflejaran la realidad tanto de la población como de la geografía de Nepal. Al día siguiente, el presidente Prachanda realizó una rueda de prensa en Katmandú y acusó a las fuerzas nacionales e internacionales de no apoyar las elecciones a la Asamblea Constituyente –principalmente a los fundamentalistas hindúes de la India y al gobierno norteamericano, por incitar a las revueltas–. Al mismo tiempo expresó su compromiso con la política de autodeterminación del CPN-M para las minorías étnicas oprimidas, como los Madhesis y los Janajatis. A principios de febrero, tanto el CPN-M como la SPA acordaron ceder el 49 por ciento de todos los escaños para ser distribuidos por elección directa a los 20 distritos de la región de Tarai, y 51 por ciento a los 55 distritos de las regiones de colinas y montañas. Sin embargo, la situación en la región empeoró y, el 21 de marzo, activistas del Foro de Derechos del Pueblo Madhesi asesinaron a 29 maoístas que se preparaban para una concentración en Gaur (Distrito de Rautahat). Otro retraso en la creación del Consejo de Ministros interino estaba relacionado con la crítica de los líderes de la SPA al comportamiento maoísta. El primer ministro Koirala amenazaba frecuentemente al CPN-M de que serían — 288 — excluidos del gobierno interino a menos de que pusieran término a sus actividades ilegales (p. ej., portar armas) y devolvieran a la gente las propiedades que les habían arrebatado durante la guerra. A finales de febrero, cuando la Misión de la ONU en Nepal (UNMIN, por sus siglas en inglés) publicó las cifras comparativas de combatientes del PLA (30.852) y las armas que habían sido decomisadas en los campamentos temporales bajo su supervisión (3.428), se levantaron más voces de sospecha, debido a la enorme discrepancia de los guarismos.22 El CPN-M fue todavía más criticado cuando los medios revelaron que su organización de jóvenes, la Liga Comunista Juvenil, creada en diciembre de 2006, estaba involucrada en actividades ilícitas, como las de castigar a criminales y controlar el tráfico en las carreteras. Las últimas etapas de formación del Consejo de Ministros interino también fueron entorpecidas por las disputas entre los tres partidos políticos principales sobre la distribución de las carteras de gobierno. Aunque todos los ocho partidos acordaron renovar el mandato del primer ministro Koirala, el NC lo rechazó tercamente, hasta el punto de renunciar a otras carteras importantes, incluida la de Primer Ministro encargado, a pesar del acuerdo previo con el CPN-M. Los maoístas accedieron una vez más a deponer sus exigencias para permitir que las elecciones de la Asamblea Constituyente se celebraran a tiempo. A cambio, recibieron cinco cargos ministeriales: Información y Comunicación, Planeación Física y Construcción, Desarrollo Local, Conservación Forestal y de la Tierra, y Bienestar de la Mujer, la Infancia y Social. El 1º de abril, finalmente, se conformó el Consejo de Ministros Interino. Aplazamiento de las elecciones a la Asamblea Constituyente A mediados de abril de 2007 la Comisión Electoral anunció que sería físicamente imposible celebrar las elecciones como se había programado originalmente porque no habían tenido tiempo suficiente para prepararlas. Los partidos políticos respondieron con opiniones mezcladas. El 22 La Subsecretaria de Estado de los Estados Unidos, Henrietta Fore, quien estaba de visita en Nepal a principios de marzo, manifestó la insatisfacción de su gobierno con el Primer Ministro. — 289 — NEPAL En búsqueda del poder del Estado NEPAL DE LA INSURGENCIA A LA DEMOCRACIA CPN-M insistió en declarar una república, bien a través de movimientos callejeros populares o en la legislatura interina. Ananta, miembro del Comité Central, explica su criterio: Determinamos que la India y los Estados Unidos intentaban obstruir las elecciones de la Asamblea Constituyente provocando a los Madhesis y los Janajatis porque pensaron que si se celebraban las elecciones entonces Nepal se convertiría en una república y el poder estaría en manos maoístas, lo que querían evitar a toda costa. Vinimos a las negociaciones de paz para reestructurar el Estado. Queríamos ver cambios. Por largo tiempo pedimos una Asamblea Constituyente, una república, un sistema federal y una reforma revolucionaria de la tierra pero algunos partidos políticos no querían esto. Por el contrario, todavía pretendían mantener intactos la monarquía y el antiguo sistema. Concluimos que la elección, aun en diciembre de este año [2007], no se celebraría y no podríamos formar una república a través de la Asamblea Constituyente. Así que enfatizamos la declaración de una república en la legislatura interina y decidimos seguir la línea del movimiento pacífico para alcanzar nuestro objetivo. Luego de que la Comisión Electoral publicara su decisión, Prachanda enfatizó reiteradamente el argumento de que, con base en la unidad entre los ocho partidos políticos, las elecciones de la Asamblea Constituyente debían celebrarse a mediados de junio de 2007, y que su aplazamiento significaría que tendrían que unirse bajo una nueva política, encaminada hacia una república democrática. Por su parte, el primer ministro Koirala favoreció la opción de una monarquía soberana, sugiriendo que el rey Gyanendra debía abdicar a favor de su nieto de cinco años, Hriyadendra. Bhattarai aclara la influencia extranjera en esta postura: Una ’monarquía soberana’ no es una idea del pueblo nepalí, sino más bien una creación de fuerzas extranjeras como la India y los Estados Unidos, que están a favor de mantener la monarquía en Nepal. Es por esto que el NC, el cual siempre depende de las fuerzas extranjeras, no asume una posición clara sobre la monarquía. Cada vez que tienen que tomar decisiones importantes, se sienten incapaces de hacerle frente a la presión extranjera. A mediados de abril, las llamas que se encendieron en la región de Tarai se dispersaron hasta la legislatura interina. Los legisladores de diferentes partidos políticos Madhesi comenzaron a obstruir sus procedimien- — 290 — tos, mientras algunos grupos Madhesi que no estaban representados en la legislatura interina, entre ellos el Foro de Derechos del Pueblo Madhesi y núcleos armados desprendidos del CPN-M, se levantaron como movimiento de protesta, pidiendo tanto autonomía como un sistema representativo proporcional para las elecciones. La situación relacionada con las fuerzas del PLA fue otro problema esgrimido por la parte maoísta. El CPN-M rechazó la fecha de 1º de mayo para comenzar la verificación del proceso de los combatientes del PLA registrados en los campamentos temporales, y a cambio exigió como condición para su cooperación que el gobierno acordara suministrar una prestación mensual de Rs. 3.000 (�33) por combatiente y mejorara las condiciones físicas de los campamentos temporales. El ejecutivo accedió a estas exigencias el 20 de mayo. El 14 de junio el gobierno interino aprobó su segunda enmienda a la Constitución Interina con una mayoría abrumadora. Ésta incluyó una disposición, según la cual la legislatura interina podía abolir la monarquía con dos tercios de la mayoría de los votos si podía probarse que el rey intentaba interrumpir las elecciones de la Asamblea Constituyente. Diez días después el gobierno interino declaró que la elección se celebraría el 22 de noviembre 22 de 2007. Debate estratégico dentro del campo maoísta: acoger una movimiento popular versus continuar con el camino de la negociación Desde su participación en el movimiento de abril de 2006, el CPN-M ha estado debatiendo constantemente sobre la mejor estrategia política a seguir una vez terminada la lucha armada. Durante la reunión del Comité Central realizada en mayo de 2006 en Panjab, India, se discutieron dos opciones alternativas, tal como lo indica Bhattarai: Nuestra meta (…) era lograr una república democrática en Nepal a través de una asamblea constituyente. Con este fin, preparamos dos opciones. Primero, al no — 291 — NEPAL En búsqueda del poder del Estado NEPAL DE LA INSURGENCIA A LA DEMOCRACIA conseguir nuestro objetivo durante la huelga general de 19 días, haríamos nuestro mejor esfuerzo para asegurarlo a través de las negociaciones de paz, pero, conocida la historia de la SPA, especialmente el NC, probablemente no querría una república. Segundo, en caso de que falláramos en nuestro cometido a través de las negociaciones, entonces pasaríamos a la siguiente fase de movilizaciones masivas, que serían pacíficas, como la Revolución de Octubre en Rusia. Aunque el propósito de la Revolución de Octubre era alcanzar el socialismo, en nuestro caso este movimiento se lanzaría para establecer una república democrática. En los meses siguientes, el CPN-M hizo más énfasis en presionar al gobierno primordialmente con negociaciones, más que con protestas masivas. Pero en abril de 2007, luego de que la Comisión Electoral aplazara por primera vez las elecciones para la Asamblea Constituyente, una reunión tenida por el Comité Central en Katmandú decidió emprender movimientos callejeros para pedir el establecimiento de una república en la legislatura interina. En mayo, los líderes maoístas reiteraron su amenaza de emprender el Movimiento de las Tres Eses –en Sarak (las calles), en Sarkar (el gobierno) y en Samsad (el Parlamento) –. Posteriormente, del 3 al 8 de agosto, el partido efectuó en Katmandú su quinta Sesión Ampliada. Fue su reunión más grande hasta el momento y en ella participaron más de 2.000 miembros del partido de todo el país, entre ellos la mayoría de los miembros principales del Comité de Distrito y los comandantes de alto rango del PLA. En la reunión los maoístas analizaron sus experiencias en el proceso de paz del último año y medio y discutieron las directivas futuras. Sudarshan (alias Hemanta Praliassh Oli), miembro del Comité Central, explica de la siguiente manera el análisis general hecho por el partido: En la quinta Sesión Ampliada acordamos que era una buena decisión que fuéramos a la mesa de negociación de la paz. Antes de unirnos a la legislatura interina, en enero, estábamos en el camino correcto. Sin embargo, las cosas empezaron a ir mal después de esto. Grupos de Madhesis y Janajatis comenzaron a acudir a las calles y a promover antiguas consignas. En especial, hacían un llamamiento a la introducción de un sistema de representación proporcional absoluto para las elecciones de la Asamblea Constituyente y la adopción de una república democrática federal, que nosotros habíamos estado solicitando anteriormente pero que habíamos abandonado durante las negociaciones. Aún después de unirnos a la legislatura interina, no hubo ninguna diferencia. No pudimos trabajar con eficacia en el gobierno. — 292 — Los medios nepalíes reportaron que durante esa reunión las directivas maoístas habían enfrentado una fuerte crítica de los núcleos del partido, especialmente por su excesiva flexibilidad durante las negociaciones de paz. Como lo describe uno de los participantes, Vividh (alias Kali Bahadur Kham), Adoptamos una táctica de máxima flexibilidad en la reunión de Chunbang efectuada en octubre de 2005. Entonces fuimos a las negociaciones de paz para llegar a un acuerdo, pero algunos camaradas pensaron que estábamos haciendo más acuerdos de los que deberíamos. Los acuerdos debían hacerse en beneficio del pueblo. Sin embargo, se hacían en el cuarto oscuro de la residencia del primer ministro, sin que la gente se enterara (…) De hecho, los líderes deberían haber expuesto lo que estaba pasando en esas reuniones, aún a costa de demorar las conversaciones por un par de días. El presidente Prachanda admitió este error y se autocriticó durante la reunión. Según otro miembro del Comité Central, Gajurel, la idea de emprender movimientos populares se convirtió asimismo en un gran tema durante la reunión: “Muchos camaradas sostuvieron que deberíamos emprender los Movimientos Populares justo después de la decisión del Comité Central tomada en abril y se quejaron del fracaso de esa idea”. Cuatro días después de que terminara la quinta Sesión Ampliada, el presidente Prachanda ofreció una rueda de prensa en Katmandú para anunciar que su partido había llegado a la conclusión de que, mientras no se aboliera la monarquía de Nepal, no sería posible celebrar elecciones justas y que no había más alternativa que ir a una Jana Vidroha (revuelta popular). El 20 de agosto, en declaraciones separadas, Prachanda y Bhattarai hicieron 22 peticiones como precondiciones para las elecciones, con el 17 de septiembre como fecha límite. Las condiciones principales incluían: 1) proclamar el fin de la monarquía para establecer una república a través de la legislatura interina; 2) comenzar procesos de nacionalización de las propiedades del difunto rey Birendra y su familia, así como los de todas las propiedades heredadas por el rey Gyanendra y su familia; 3) retirar todas las fuerzas del EN del Palacio Narayanhiti; 4) castigar a todos aquellos encontrados culpables por la Comisión Raya- — 293 — NEPAL En búsqueda del poder del Estado NEPAL DE LA INSURGENCIA A LA DEMOCRACIA majhi;23 5) crear inmediatamente un Consejo de Estado que democratizaría el EN y lo integraría con el PLA; 6) organizar una reunión de trabajo que aseguraría la representación proporcional de todas las clases, nacionalidades, regiones, Madhesis, mujeres, Dalits y grupos étnicos minoritarios; y 7) pagar no menos de Rs. 100.000 (�1.100) por persona a todas las familias de aquellos que habían perecido en relación con la Guerra Popular. Un extracto de esta declaración explica el raciocinio del CPN-M: De acuerdo con el plan dirigido por la monarquía y sus partidarios extranjeros, el criterio de que las elecciones no podrían celebrarse en junio se creó a través de confrontaciones innecesarias, asesinatos, terror y anarquía en diferentes partes del país, incluido el Madhes (…) la principal obstrucción para las elecciones de la Asamblea Constituyente en ese tiempo era la monarquía. En consecuencia, solo destruyendo la monarquía y proclamando la república mediante la legislatura interina podremos construir la infraestructura para las elecciones. Para nosotros es una necesidad ineludible luchar en el gobierno, en el parlamento y en las calles. Estas declaraciones fueron seguidas por intensas negociaciones entre el CPN-M y el gobierno, encaminadas a mantener a bordo a los maoístas. Solo dos días antes de que expirara la fecha límite, la situación en la región de Tarai empeoró cuando otra masacre ocurrió en el distrito de Kapilbastu.24 Los maoístas denunciaron estos hechos como una conspiración monárquica. Las negociaciones se rompieron el 18 de septiembre y poco después el CPN-M convocó una concentración masiva en Katmandú, donde Bhattarai anunció que los ministros del CPN-M habían renunciado y que una serie de programas de agitación –entre ellos atentados para interrumpir las elecciones de la Asamblea Constituyente– comenzarían ese día y du23 24 La Comisión Rayamajhi, encabezada por el ex miembro de la Corte Suprema de Justicia Krishna Jung Rayamajhi, era una alta instancia judicial conformada por el gobierno de la SPA para investigar las atrocidades cometidas por las fuerzas de seguridad y el gobierno apoyado por el rey al ocultar el movimiento masivo de abril de 2006. Al menos 23 personas murieron y cientos resultaron heridas. Luego de su investigación, la Comisión recomendó acciones en contra de 202 personas, entre ellas el actual comandante del Ejército de Nepal y la mayoría de los ministros de entonces. Sin embargo, la Comisión no recomendó ninguna acción contra el rey Gyanendra, quien era del líder del gobierno en ese entonces. Luego del asesinato de un dirigente local por un grupo desconocido, se produjeron disturbios en aldeas cercanas a la frontera india. Durante estos incidentes, al menos 22 personas fueron reportadas como muertas a manos de grupos Madhesi, 119 viviendas fueron incendiadas y más de 5.000 personas fueron desplazadas. La mayoría de las víctimas eran Pahadis. — 294 — rarían hasta el 6 de octubre. En esta concentración Bhattarai insistió en que “Nuestro movimiento será pacífico y no debe romper el Acuerdo de Paz ni abandonar el proceso de paz”. Indicó además que si el gobierno intentaba suspender su movimiento pacífico de manera violenta, el CPN-M regresaría a la lucha armada. Cambio organizativo hacia la lucha pacífica dentro del CPN-M El presente apartado investiga los cambios estructurales implementados en el partido maoísta, el ejército y el poder ejecutivo (p. ej., los gobiernos populares) luego de que tomaran la decisión de abandonar la lucha armada como consecuencia del exitoso movimiento de abril de 2006 (véanse también anexos 3 y 4). Como lo indica Bhattarai, Luego de diez años de Guerra Popular entramos en una fase de desarrollo pacífico de la revolución. La forma de nuestra lucha había cambiado. Antes, nuestras actividades se concentraban en las áreas rurales y nuestra principal fuerza de lucha era el PLA. Pero ahora debemos trabajar más en las áreas urbanas, con movilizaciones masivas y actividades abiertas como el enfoque principal de nuestro trabajo. Por lo tanto, debemos entrenar al partido y los núcleos del PLA en este nuevo enfoque. Para este propósito, durante mayo y junio de 2006 el camarada Prachanda y yo visitamos todas las cinco regiones para dar clases políticas, principalmente sobre cómo desarrollar esta revolución pacífica. Tan pronto como comenzaron las negociaciones de paz, el CPN-M inició una variedad de cambios organizativos para adaptar su estructura a la nueva estrategia. Por ejemplo, muchos comisarios políticos del PLA fueron transferidos desde el aparato militar a la organización del partido y muchos ex miembros del Comité Central fueron nombrados como encargados de distrito para adelantar las conversaciones con otros partidos políticos en todo el país. En diciembre de 2006, durante una reunión del Comité Central hecha en Bhaktapur, el CPN-M decidió cambiar toda la estructura global del partido, de un sistema para tiempos de guerra a otro para tiempos de paz. La decisión entrañó principalmente adaptar su estructura organizativa de partido para adoptar aquella propia de la administración del Estado. En — 295 — NEPAL En búsqueda del poder del Estado NEPAL DE LA INSURGENCIA A LA DEMOCRACIA estos términos se creó un Secretariado Central25 de once miembros, que se convirtió en el cuerpo más alto en la toma de decisiones. Para proseguir con la formación de la legislatura interina con los representantes maoístas, en enero de 2007 Prachanda emitió una declaración en la que sostenía que todos los gobiernos populares paralelos del CPN-M, junto con los tribunales populares (su sistema judicial), debían ser disueltos. Como resultado, los directivos maoístas enfrentaron retos para mantener su imagen revolucionaria, que se había debilitado cuando se unieron al Estado. Para defender a su partido de dichos reclamos, Prachanda afirmó: “Aún no hemos dejado el comunismo. Nuestro objetivo final era alcanzar el comunismo a través de una república democrática”.26 Finalmente, en una reunión del Comité Central que tuvo lugar inmediatamente después de la Quinta Sesión Ampliada de principios de agosto, el CPN-M decidió cambiar radicalmente su estructura de poder nacional y disolver todas las Agencias Regionales. Presentada por primera vez luego de comenzar la Guerra Popular, su propósito había sido establecer canales de comunicación efectivos entre la dirección central del partido y los núcleos distritales. Estas agencias regionales fueron reemplazadas por once nuevos Comités de Estado, que reflejaban mejor las diversas identidades étnicas y la geografía de Nepal. Como lo explica Prachanda, “Creamos Comités de Estado que cubrían toda la geografía del país, teniendo en cuenta la reconstrucción del Estado en relación con el concepto de autonomía étnica”.27 Con una jerarquía que detentaba la más alta autoridad del partido, después del presidente, se crearon cinco agencias centrales encabezadas por altos dirigentes partidarios. Incluían una Agencia Militar Central, una Agencia de Organización Central, una Agencia de Frente Central, una Agencia Internacional y una Agencia de Publicidad, Publicaciones y Entrenamiento Central.28 25 26 27 28 Los miembros de este Secretariado incluían al presidente Prachanda, Baburam Bhattarai, Ram Bahadur Thapa Magar, Krishna Bahadur Mahara, Dev Gurung, Mohan Vaidhya, Chandra Prasad Gajurel, Ananta, Post Bahadur Bogati y Netra Bikram Chand. Entrevista con el Servicio Nepalí de la BBC Radio, 18 de enero 18 de 2007. Declaración por correo electrónico, 16 de agosto de 2007. Respectivamente, estas Agencias estaban encabezadas por Prachanda, Ram Bahadur Thapa Magar, Baburam Bhattarai, Chandra Prasad Gajurel y Mohan Vaidhya. — 296 — Un acuerdo histórico: Nepal se convierte en una república federal Los eventos de septiembre de 2007 descritos anteriormente (v. atrás la Subsección Debate estratégico dentro del campo maoísta: acoger una movimiento popular versus continuar con el camino de la negociación) ocurrieron cuando el CPN-M abandonó el gobierno interino y dio por terminadas las negociaciones con sus antiguos aliados de la SPA, que potencialmente habrían podido llevar a un trastorno mayor del proceso de paz. A cambio, algunos desarrollos políticos importantes, más que el proceso de reestructuración del Estado, facilitaron la resolución del conflicto. El 26 de septiembre, por primera vez en 60 años de historia, el NC adoptó oficialmente una nueva política de apoyo a la república federal democrática. En consecuencia, inesperadamente, la posibilidad de instaurar una república durante la primera reunión de la Asamblea Constituyente se hizo más real. A pesar de esto, el CPN-M no renunció a su petición de establecerla antes de las elecciones. El 28 de septiembre presentó una solicitud escrita para convocar a una sesión especial de la legislatura interina destinada a enmendar la Constitución Interina. Los maoístas tenían dos objetivos específicos: 1) que Nepal fuera declarada república; y 2) que se adoptara un sistema de representación proporcional absoluta para las elecciones de la Asamblea Constituyente. Comenzó otra serie de negociaciones de alto nivel. A pesar de los esfuerzos continuos por evitar un voto en la legislatura interina que pudiera provocar una división dentro del partido, no se pudo llegar a un acuerdo porque tanto el NC como el CPN-M se negaron a moverse de sus posiciones. El 5 de octubre las elecciones para la Asamblea Constituyente se pospusieron indefinidamente por segunda vez, a pesar de la fuerte presión extranjera en contra de tal decisión. El 4 de noviembre, el CPN-M alcanzó un acuerdo de último momento con el CPN (UML) destinado a solicitar la adopción de un sistema de representación proporcional absoluto y pedir al gobierno que determinara inmediatamente el proceso dirigido a establecer una república. — 297 — NEPAL En búsqueda del poder del Estado NEPAL DE LA INSURGENCIA A LA DEMOCRACIA Pese a la oposición del NC, ambos proyectos de ley fueron aprobados por mayoría simple en la legislatura interina. Sin embargo, el primer ministro Koirala no mostró ninguna intención de hacerlos valer. Los líderes maoístas comenzaron entonces a levantar sus voces para exigir un cambio de gobierno. El 15 de diciembre, luego de muchas semanas de intensos debates dentro del partido, los siete partidos29 acordaron finalmente celebrar las elecciones de la Asamblea Constituyente antes del 12 de abril de 2008 y presentaron un proyecto de ley que enmendaba la Constitución Interina. Para explicar las razones que obraban detrás de la decisión de los maoístas de cambiar una vez más su estrategia del movimiento callejero para apoyar la de las elecciones de la Asamblea, Prachanda manifestó: Nuestra exigencia de instaurar una república federal fue el problema más crucial. En el momento en que sentimos que había un ambiente muy propicio y que los otros partidos estaban listos para dar el paso, cerca de la tercera semana de noviembre, llegamos a la conclusión de que debíamos celebrar las elecciones. El 23 de diciembre, los siete partidos firmaron un “Convenio de 23 puntos”. Este paquete incluía el acuerdo de declarar a Nepal como una república democrática federal en la Constitución Interina y hacerlo valer por simple mayoría en la primera sesión de la Constituyente. También anunció el incremento del número de miembros de la Asamblea de 497 a 601, de los cuales 335 serían elegidos a través del sistema de representación proporcional, 240 mediante el sistema de “escrutinio uninominal mayoritario” y 26 serían designados por el Primer Ministro. El CPN-M También accedió a reincorporarse al Consejo de Ministros Interino. En torno a las concesiones del CPN-M, Prachanda da las siguientes razones: Si, por ceñirnos a nuestras peticiones, las elecciones de la Asamblea Constituyente no hubieran sido celebradas, nosotros [los maoístas] habríamos sido culpados del fracaso del proceso de paz. No queríamos que esto pasara. Declarar el fin de la monarquía en la Constitución Interina era un gran cambio. También triunfamos 29 Éstos son el CPN-M y los seis partidos restantes de la SPA luego de la reunificación del NC y el NC (D) en septiembre de 2007. — 298 — al ganar mayor representación proporcional. De hecho, la mayoría de nuestras 22 peticiones fueron aceptadas como un paquete de acuerdo con fechas limitantes pactadas. Entonces decidimos aceptar el consenso. La dirección del CPN-M también tomó las precauciones adecuadas para evitar críticas de fondo en el seno del partido por organizar un encuentro con miembros de la sociedad civil para recibir su consejo a pocas horas de firmado el acuerdo. Al mismo tiempo, convocó una reunión del Secretariado Central para discutir la decisión de aceptar un sistema electoral mixto. En concordancia con el “Acuerdo de 23 puntos”, el gobierno presentó la tercera propuesta de enmienda de la Constitución Interina a la legislatura interina, que el 28 de diciembre la aprobó por abrumadora mayoría. Los siete partidos determinaron asimismo celebrar las elecciones a la Asamblea Constituyente el 10 de abril de 2008. CONCLUSIÓN En abril de 2006, luego de abandonar diez años de lucha armada y entrar en el proceso de paz, el CPN-M mantuvo sostenidamente una estrategia política doble: participar en las negociaciones y emprender un movimiento de protesta pacífico. Cuando, en septiembre de 2007, anunció el comienzo de su movimiento de protesta luego de abandonar la coalición de cinco meses con el gobierno, intentó repetidamente transmitir al público su compromiso de continuar en el proceso de paz. De tanto en tanto, los líderes del CPN-M expusieron públicamente su deseo de retomar las armas pero estas amenazas estaban dirigidas principalmente a presionar al gobierno. Sobre la probabilidad de regresar a las armas los tres líderes más altos del CPN-M, todos ellos participantes de las negociaciones de paz,30 hicieron las observaciones que reseñamos a continuación. 30 Según Badal, estos tres líderes mayores fueron los principales representantes en la negociación por el CPN-M, junto con el portavoz del partido, Krishna Bahadur Mahara. Después de agosto de 2007, se unió a este equipo un quinto líder, Kiran (alias Mohan Vaidhya). — 299 — NEPAL En búsqueda del poder del Estado NEPAL DE LA INSURGENCIA A LA DEMOCRACIA Badal (alias Ram Bahadur Thapa Magar): Aún no hemos abandonado nuestra concepción sobre la lucha armada. Mantendremos esta opción abierta inclusive durante el presente proceso de paz. Sin embargo, consideraremos esta opción solo cuando el Estado o las fuerzas regresivas intenten suprimirnos. Bhattarai: Definitivamente, nuestra elección es no regresar a la lucha armada. Luego de diez años de lucha armada logramos lo que queríamos. Si fuerzas externas no quieren un cambio pacífico en Nepal e intentan intervenir y sabotear el proceso de paz, los obligaremos a regresar a la guerra. Sin embargo, entre las posibilidades disponibles ésta no es nuestra preferencia. Finalmente, el presidente Prachanda: No hay posibilidad de que volvamos a la guerra. Nuestra Guerra Popular ya ha traído cambios radicales a Nepal, política y socialmente. No es necesario que retomemos las armas. Como se demuestra en este relato, uno de los factores que han asegurado un progreso estable en el proceso de paz, a pesar de las frecuentes situaciones sin salida, ha sido el firme propósito que la dirección del CPN-M ha desplegado de arribar a una solución política. Otro factor que tuvo un papel importante en la mesa de negociaciones fue la flexibilidad de los maoístas, especialmente su deseo de llegar a un acuerdo. De hecho, ese fue uno de los principales dilemas para la dirección del partido: ¿cuánta flexibilidad deberían permitir durante las negociaciones de paz? Como afirma Bhattarai, “Lo que hemos enfatizado constantemente, desde el principio, es ser firmes en nuestros principios y flexibles en nuestras tácticas”. Badal lo refuerza: “No podemos –afirma– ser flexibles respecto de los dos problemas políticos, el republicanismo y el federalismo. Pero podemos ser flexibles frente a asuntos relacionados con el proceso, [tales como] (…) la elección de la Asamblea Constituyente”. Mientras que durante la preparación del Acuerdo de Paz Comprensivo los negociadores del CPN-M reafirmaron la necesidad de llegar a un — 300 — acuerdo para asegurar que las elecciones de la Asamblea Constituyente fueran celebradas a tiempo, muchos miembros del partido pensaron que habían hecho muchas concesiones. Esto hizo que la dirección maoísta recibiera fuertes críticas en la quinta Sesión Ampliada, de agosto de 2007, especialmente por sacrificar las peticiones mantenidas por largo tiempo sobre una república federal y un sistema de representación proporcional absoluto que favoreciera la inclusión de los pueblos oprimidos a lo largo de la historia, como los Janajatis, los Dalits y los Madhesis. Como resultado, para las elecciones de la Asamblea Constituyente, el CPN-M decidió presentar 22 demandas en calidad de precondiciones, seguidas de la renuncia de los ministros maoístas y una decisión del gobierno de posponer nuevamente las elecciones. Estos desarrollos llevaron a una grave crisis del proceso de paz que sembró la duda en otros partidos políticos, la comunidad internacional e incluso el pueblo nepalí sobre las verdaderas intenciones y el compromiso con el proceso de paz por parte de los maoístas. Algunas voces incluso sugirieron que el CPN-M no quería que se celebraran las elecciones para la Asamblea Constituyente porque temían ser derrotados miserablemente. Sin embargo, la actitud de compromiso de los maoístas se vio finalmente recompensada: la mayoría de sus 22 peticiones fue aceptada en el acuerdo de 23 puntos alcanzado el 23 de diciembre. Específicamente, la Constitución Interina fue enmendada para declarar que, en la primera reunión de la Asamblea Constituyente, Nepal se convertiría en una república federal. Celebrar las elecciones de la Asamblea Constituyente para articular una nueva Constitución es ahora un objetivo común para todos los partidos involucrados en el proceso de paz desde abril de 2006. Pero, para lograrlo, deben sobrellevarse algunas preocupaciones que quedan: 1) Monarquía. Hay todavía algunas facciones que apoyan la monarquía, tales como los oficiales del Ejército de Nepal cercanos a Palacio, líderes conservadores del NC y algunos partidos políticos monárquicos. El gobierno interino ha fallado en castigar a los monárquicos que fueron encontrados culpables de reprimir los movimientos popula- — 301 — NEPAL En búsqueda del poder del Estado NEPAL DE LA INSURGENCIA A LA DEMOCRACIA res de 2006 y los maoístas están preocupados porque estos grupos pueden intentar la interrupción de las próximas elecciones de la Asamblea Constituyente. 2) Fuerzas extranjeras. El CPN-M ha declarando de manera reiterada que algunas fuerzas extranjeras, especialmente la India y los Estados Unidos, están interviniendo en la política nepalí con la intensión de debilitar la posición de los maoístas. Políticos indios, según se ha informado, se muestran muy preocupados por posibles acercamientos entre el Partido Comunista de China y el CPN-M, y, en general, están todavía más preocupados por mantener una fuerte influencia sobre su vecino nepalí que por buscar la satisfacción de los intereses del pueblo nepalí. 3) Factor Madhesi. La situación de seguridad en la región Madhesi, en la frontera india, es la mayor preocupación para las elecciones de la Asamblea Constituyente, porque cuando se acerque la fecha de las elecciones se espera que aumenten los actos violentos por parte de grupos Madhesi. La reciente decisión de los políticos Madhesi de abandonar los partidos existentes y adherir a los recién creados partidos Madhesi indica una gran insatisfacción de su comunidad con los siete partidos y con el actual proceso político. La respuesta del gobierno a las peticiones de dichos grupos étnicos minoritarios afectará, ciertamente, el proceso de paz y se necesita una solución política adecuada para este nuevo reto que apareció luego de comenzado el proceso de paz. 4) Manejo de las fuerzas armadas. El 27 de diciembre de 2007, la Misión de las Naciones Unidas en Nepal (UNMIN) anunció que solo 18.923 personas de las 31.318 registradas con el PLA habían pasado la verificación. Entre los descalificados, 8.640 personas no se presentaron y 2.973 eran menores de edad. Cómo rehabilitar a aquellos que fueron descalificados y al mismo tiempo mantener la moral de las fuerzas armadas en los campamentos temporales son desafíos importantes para el CPN-M, dada la lentitud del proceso de paz y — 302 — el hasta ahora futuro de sus miembros del PLA. Los maoístas han culpado al gobierno de pasar por alto las precarias condiciones de vivienda que prevalecían en los cuarteles temporales. 5) Integración del PLA y el EN. Un año después de que las fuerzas armadas maoístas se trasladaran a sus cuarteles temporales, su proceso de integración al EN no ha comenzado todavía. El futuro de los miembros del PLA está muy poco claro y en los medios de prensa aparecen con frecuencia reportes sobre la poca intención de algunos oficiales de alto rango del EN de fusionar sus fuerzas armadas con el ejército maoísta.31 6) Disputas dentro del partido. Especialmente después de la quinta Sesión Ampliada del CPN-M, en agosto de 2007, los medios han estado informando acerca de disputas internas del partido en torno a los temas relacionados con el proceso de paz. Aunque la dirección maoísta rara vez lo acepta, la insatisfacción con su actitud de arribar a acuerdos en la mesa de negociación parece haber aumentado entre los núcleos partidarios. Últimamente, incluso el problema del trato a aquellos descalificados en la verificación de la UNMIN se ha convertido en un punto de discusión en el partido.32 7) Dificultad para controlar los núcleos del partido. Pese a las frecuentes declaraciones de los líderes maoístas sobre su compromiso para controlar las actividades de las organizaciones juveniles maoístas, la Liga Comunista Juvenil, siguen denunciándose hechos de violencia cometidos a menudo por sus miembros, lo cual deteriora la imagen de los maoístas. Debido a la rápida expansión de la organización, especialmente en las áreas urbanas, donde hace poco cientos de jóvenes se han unido a la Liga Comunista Juvenil y al sindicato de 31 32 El 6 de enero de 2008, el jefe del Ejército Nepalí Rukmangat Katawal declara que se opone a la incorporación al ejército nacional de combatientes políticamente adoctrinados. A pesar de que la dirección del partido acordó devolverles sus casas, se informó que un comandante de división se opuso (Kantipur, Kantipur, 2 de enero de 2008). Kantipur — 303 — NEPAL En búsqueda del poder del Estado NEPAL DE LA INSURGENCIA A LA DEMOCRACIA filiación maoísta, será un tanto difícil para el partido controlar completamente a sus núcleos. Luego de interrumpir el proceso de paz y retrasar las elecciones para la Asamblea Constituyente, finalmente el CPN-M ha llegado a la conclusión de que nuevas demoras en la transición hacia la paz y la democracia de Nepal serían bastante desventajosas para sus intereses. Existen todavía muchos obstáculos en el camino de alcanzar su objetivo final: establecer una nueva Nepal. EPÍLOGO Desde que el Centro Berghof publicó este estudio en marzo de 2008, en Nepal han ocurrido grandes cambios que vale la pena mencionar en esta edición en español. A principios de enero de 2008 el CPN-M anunció formalmente la finalización de su Jana Vidroha (revuelta popular) y comenzó a prepararse para la elección de la Asamblea Constituyente, dando entrenamiento político a sus cuadros en todo el país. Oficialmente lanzaron su campaña electoral en una gigantesca reunión de masas realizada en el centro de Katmandú el 13 de febrero, durante la cual Baburam Prachanda anunció que los maoístas “tomarían” el poder del Estado legalmente, en las próximas elecciones de la Asamblea. Al mismo tiempo, la coalición de los partidos Madhesi empezó una huelga general indefinida en Tarai, que obstruyó las actividades electorales durantes los quince días siguientes. En medio del temor de que las elecciones pudieran ser pospuestas una vez más, el 28 de febrero el gobierno consiguió llegar a un acuerdo con estas fuerzas políticas y aceptó la mayoría de sus peticiones. Una vez solucionado el conflicto étnico, los partidos políticos se sumergieron en una intensa campaña electoral. Un total de cuarenta y cinco partidos presentaron sus candidaturas, con el CPN-M a la cabeza, en términos de actividades electorales. Con propaganda electoral del tipo de “Para una nueva Nepal, nuevas ideas y nuevas directrices” y “Hemos — 304 — visto a todos los demás partidos muchas veces, veamos a los maoístas esta vez”, los candidatos de ese partido enfatizaron en que eran el único partido político que podía construir una nueva Nepal. El CPN-M intentó crear una alianza electoral con el CPN (UML), pero más adelante rechazó esta oferta con la esperanza de convertirse en el partido más grande presente en la Asamblea Constituyente. A medida que la campaña se intensificaba, aumentaron los enfrentamientos entre los cuadros maoístas y los de otros partidos. Aunque los maoístas, especialmente los miembros de la Liga Comunista Juvenil, fueron acusados en varias oportunidades de emplear la violencia y la intimidación, también resultaron víctimas de ataques, y durante el periodo electoral por lo menos catorce cuadros del CPN-M fueron asesinados en diferentes incidentes, lo que representa una cuota alta para el conjunto de los partidos participantes. Los maoístas –que supieron mantener la compostura– atribuyeron la mayoría de estos asesinatos a los monárquicos, cuya intención era sabotear las elecciones de la Asamblea Constituyente.33 El 10 de abril de 2008, con la participación masiva de observadores electorales nacionales e internacionales, las elecciones de la Asamblea Constituyente se celebraron en su mayor parte de forma “pacífica”, sin grandes incidentes.34 Al contrario de las expectativas de la mayoría de las personas,35 el CPN-M ganó con una votación aplastante y se convirtió con ventaja en el mayor partido político presente en la Asamblea, al obtener 120 de los 240 escaños por el sistema electoral de escrutinio uninominal mayoritario, y 100 de los 335 escaños por el Sistema de Representación Proporcional.36 Aunque muchos dirigentes reconocidos de otros grandes partidos políticos perdieron sus escaños, la mayoría de los maoístas, incluido el presidente Prachanda, fueron elegidos. Durante la primera reunión de la Asamblea 33 34 35 36 El 2 de abril Prachanda dio públicamente la orden a sus cuadros de la Liga Comunista Juvenil de convertirse en ‘Gandhi’, es decir, ‘no-violentos’ a partir de la semana siguiente. El día de la votación no menos de tres personas fueron asesinadas en Tarai con relación a las elecciones. La mayoría de los expertos y personas relacionadas pronosticaron que en las elecciones de la Asamblea Constituyente el CPN-M el partido sería tercero después del Congreso Nepalí y el CPN (UML). El Congreso Nepalí se convirtió en el segundo partido con mayor votación, al obtener 37 escaños para el sistema electoral de escrutinio uninominal mayoritario y 73 por el sistema de representación proporcional, y el CPN (UML) ocupó el tercer lugar con 33 y 70 curules, respectivamente. — 305 — NEPAL En búsqueda del poder del Estado NEPAL DE LA INSURGENCIA A LA DEMOCRACIA Constituyente, efectuada el 28 de mayo, se presentó un proyecto de ley destinado a abolir la monarquía y establecer una república, moción que pasó con una mayoría abrumadora de 560 votos frente a solo cuatro en contra. Después de dos años de un proceso de cambio pacífico, Nepal finalmente se convirtió en una república democrática federal. BIBLIOGRAFÍA Ogura, Kiyoko (2004). “Realities and Images of Nepal’s Maoists after the attack on Beni”, European Bulletin of Himalayan Research. Kathmandu: Social Science Baha. Ogura, Kiyoko (2007). “Maoists, People and the State as seen from Rolpa and Rukum”, en H. Ishii, D.N. Gellner and K. Nawa (Eds.), Political and Social Transformations in North la India and Nepal (Social Dynamics in Northern South Asia, vol. 2). India: Manohar. Ogura, Kiyoko (2008). “Maoist People’s Government – the Power in Wartime”, en D.N. Gellner and Krishna Hachhethu (eds.), Local Democracy in South Asia: Micro Processes of Democratization in Nepal and its Neighbours. India: Sage. Onesto, Li (2003). “The People’s War in Nepal”, en A. Karki and D. Seddon (eds.), Inside the Revolution in Nepal. Delhi: Adroit Publishers. Pasang or Nanda Kishor Pun (2007). Itihaaska Raktim Paila. Nepal: Sanbad. The CPN (Maoist) (2004). Some Important Documents of the Communist Party of Nepal (Maoist). Nepal: Janadisha Publications. The CPN (Maoist) (2006). Historical Documents of CPN (Maoist). Nepal: Mechi-Koshi Regional Bureau Entrevistas con líderes del CPN-M: Amrita Thapa Magar, Secretaria general de la Asociación de Todas las Mujeres de Nepal (Revolucionaria), miembro de la legislatura interina: mayo 21, junio 4, agosto 20 de 2007. Ananta alias Barsa Man Pun. miembro del Secretariado Central y comandante encargado del PLA: mayo 16 y 20, junio 1º de 2007. — 306 — Baburam Bhattarai, encargado de la Agencia del Frente Central, jefe del Frente Popular Revolucionario de Nepal y miembro del Secretariado Central: mayo 15, 17 y 19 de 2007. Badal alias Ram Bahadur Thapa Magar, encargado de la Agencia Organizativa Central y miembro del Secretariado Central: diciembre 30 de 2007. Chandra Prasad Gajurel, encargado de la Agencia Internacional Central: mayo 26, agosto 23 de 2007. Prachanda alias Puspa Kamal Dahal, presidente del partido, encargado de la Agencia Militar Central y comandante supremo del PLA: diciembre 25 de 2007. Sudarshan alias Hemanta Praliassh Oli, miembro del Comité Central y jefe del Comité de Estado Magarat: Agosto 10 y 26, 2007. Vivid alias Kali Bahadur Kham, comandante de división del PLA: agosto 17 de 2007. ANEXO 1 Cronología 1949 Creación del Partido Comunista de Nepal (CPN) en Calcuta, India. 1960 Golpe militar del rey Mahendra e iniciación del sistema Panchayat (en 1962). 1974 División dentro del CPN y creación del CPN (Cuarta Convención), encabezado por Mohan Bikram Singh y Nirmal Lama. 1983 División dentro del CPN (Cuarta Convención) y creación del CPN (Masal), encabezado por Mohan Bikram Singh. 1985 División dentro del CPN (Masal) y creación del CPN (Mashal), encabezado por Mohan Vaidhya. 1990 Enero: siete partidos comunistas forman el Frente de Izquierda Unido (ULF) para emprender un movimiento popular con el partido — 307 — NEPAL En búsqueda del poder del Estado NEPAL DE LA INSURGENCIA A LA DEMOCRACIA Congreso Nepalí (NC) en contra del sistema Panchayat. Otros, incluido el CPN (Masal) y el CPN (Mashal), formaron el Movimiento Popular Nacional Unido (UNPM). Abril: éxito del Movimiento Popular: abolición del sistema Panchayat y restablecimiento de la democracia multipartidista. Noviembre: algunas facciones comunistas, entre ellas el CPN (Cuarta Convención) y el CPN (Mashal), formaron el CPN (Centro Unido). 1991 Enero: el frente abierto del CPN (Centro Unido) se constituye como Frente del Pueblo Unido de Nepal. Abril: elecciones parlamentarias. Girija Prasad Koirala, líder del partido Congreso Nepalí (NC), se convierte en primer ministro. 1995 Marzo: tercera Reunión Ampliada del Comité Central del CPN (Centro Unido). Establecimiento del CPN (Maoísta), liderado por Prachanda. Toma la decisión de seguir la estrategia de Mao Tse-tung de guerra popular prolongada. Noviembre: el gobierno emprende una campaña policial, Operación Romeo, en el bastión maoísta del distrito de Rolpa. 1996 Febrero 4: los maoístas entregan 40 peticiones a la oficina del Primer Ministro. Febrero 13: el CPN-M emprende la insurrección armada. 1998 Mayo: el gobierno encabezado por el NC emprende una operación policial contrainsurgente en Kilo Sierra 2. 2001 Febrero: Segunda Conferencia Nacional del CPN-M. Adopción de una nueva estrategia llamada el “Camino Prachanda”. Junio 1: masacre del Palacio Narayanhiti. El rey Birendra, una de las víctimas, es sustituido en el trono por su hermano Gyanendra. Julio: renuncia del PM Koirala (en su tercer mandato) y es sustituido por su colega del NC Sher Bahadur Deuba. Después de un asalto maoísta en Bajura, se produce la declaración de cese del fuego conjunta del gobierno y el CPN-M. — 308 — Agosto-septiembre: primera y segunda ronda de negociaciones de paz entre el gobierno y el CPN-M. Noviembre: tercera ronda de conversaciones y ruptura de la tregua por el CPN-M, que reanuda sus acciones militares contra la policía y el Ejército Real Nepalí. Formación oficial del Ejército de Liberación Popular (PLA) y el Consejo Popular Revolucionario Unido de Nepal. El gobierno declara seis meses de estado de emergencia. 2002 Mayo 22: el rey Gyanendra disuelve la Cámara de Representantes. Octubre: el rey desestima la administración Deuba y nombra a Lokendra Bahadur Chand como nuevo primer ministro. 2003 Enero 29: declaración de cese del fuego separada por el gobierno y el CPN-M. Abril-agosto: primera, segunda y tercera rondas de renovadas negociaciones de paz entre el gobierno y el CPN-M. Mayo: reunión del Comité Central del CPN-M y adopción de la propuesta llamada “El desarrollo de la democracia en el siglo XXI”, que acepta una democracia multipartidista competitiva. Agosto 27: el presidente del CPN-M, Prachanda, anuncia la finalización del cese del fuego de siete meses. 2004 Marzo: una de las acciones militares más grandes del CPN-M en Beni, cuarteles de distrito de Myagdi. Involucró a 4.500 soldados maoístas de la División Oeste del PLA. Agosto: reunión del Comité Central CPN-M en Phuntibang (distrito de Rolpa): se decide emprender la etapa de ofensiva estratégica. 2005 Febrero 1: golpe de Estado del rey Gyanendra, quien declara el estado de emergencia y desestima al gobierno. Mayo: la Alianza de los Siete Partidos (SPA), que incluye al NC y al CPN (UML), emprende un movimiento pacífico por la democracia contra el rey Gyanendra. — 309 — NEPAL En búsqueda del poder del Estado NEPAL DE LA INSURGENCIA A LA DEMOCRACIA Septiembre 3: el CPN-M anuncia un cese del fuego unilateral de tres meses. Octubre: reunión del Comité Central del CPN-M en Chunbang: se decide cooperar con la SPA. Noviembre 22: el CPN-M y la SPA concluyen un entendimiento de 12 puntos. 2006 Enero 2: rompimiento del cese del fuego unilateral del CPN-M. Abril 6: el CPN-M y la SPA emprenden conjuntamente una huelga general. Abril 21: demostración histórica en la capital con la participación de varios cientos de miles de personas. Abril 24: el rey Gyanendra anuncia que reinstaurará la Cámara de Representantes. Abril 25: la SPA anuncia el fin de su huelga general. Koirala es nombrado primer ministro (su cuarto mandato). Abril 26: el CPN-M anuncia un cese del fuego unilateral de tres meses. Abril 28: se reinstaura la Cámara de Representantes luego de cuatro años de suspensión. Abril 30: la Cámara de Representantes anuncia la elección de la Asamblea Constituyente (AC). Mayo 3: el gobierno de la SPA anuncia un cese del fuego. Mayo 18: se promulga la “Proclamación de la Cámara de Representantes 2006”. Todas las prerrogativas del rey son abolidas. Mayo 26: apertura de negociaciones de paz entre el gobierno y el CPN-M. Junio 16: primera aparición pública en los medios de prensa de los dos líderes del CPN-M Prachanda y Bhattarai. Los partidos de la negociación alcanzaron un Acuerdo de ocho puntos. — 310 — Octubre 8: apertura de la segunda ronda de negociaciones. Noviembre 8: conclusión de las negociaciones con la firma de un acuerdo de seis puntos. Noviembre 21: el gobierno y el CPN-M firman un Acuerdo de Paz Comprensivo. Finalización oficial del conflicto armado. Compromiso de celebrar las elecciones de la Asamblea Constituyente a mediados de junio de 2007. 2007 Enero 15: promulgación de la Constitución Interina. Disolución de la Cámara de Representantes, reemplazada por una legislatura interina. Enero 18: disolución de los Gobiernos Populares y las Cortes Populares del CPN-M. Enero-marzo: disturbios en la comunidad Madhesi. Empeoramiento de la situación de seguridad en la región de Tarai, fronteriza con la India. Abril 1: formación del Consejo de Ministros Interino, encabezado por el PM Koirala y que incluye a cinco ministros del CPN-M. Junio 24: el Consejo de Ministros Interino pospone las elecciones de la AC para noviembre 22. Agosto 3-8: Quinta Sesión Ampliada del CPN-M en Katmandú (2.200 participantes). Fuertes críticas dentro del partido a la flexibilidad de los líderes durante las conversaciones de paz. Agosto 20: el CPN-M emite una lista de 22 precondiciones para las elecciones de la Asamblea Constituyente, que incluyen el establecimiento de una república a través de la legislatura interina. Septiembre 18: los ministros del CPN-M abandonan el gobierno interino y los maoístas emprenden un movimiento de protesta pacífico. Octubre 5: postergamiento indefinido de las elecciones de la AC. Diciembre 23: el CPN-M y los otros seis partidos políticos concluyen un “Acuerdo de 23 puntos”. Las elecciones de la AC se celebrarán el 12 de abril de 2008. — 311 — NEPAL En búsqueda del poder del Estado NEPAL DE LA INSURGENCIA A LA DEMOCRACIA Diciembre 28: en la legislatura interina pasa la tercera enmienda del proyecto de ley de la Constitución Interina. Nepal será declarada una república democrática federal en la primera reunión de la AC. Diciembre 31: los cinco ministros maoístas se reincorporan al Consejo de Ministros Interino. ANEXO 2 Estructura organizativa del CPN-Maoísta durante la guerra (Octubre de 2005, después de la reunión de Chunbang) Partido Cuarteles Generales (Presidente) Comité Permante (5 personas) Ejército de Liberación Popular Comisión Militar Central (incluyendo al Presidente del Partido) Poder (Gobierno Popular) Consejo Popular Revolucionario Unido de Nepal (Gobierno Popular Central) Comandantes superiores (incluye Gobiernos populares de Repúblicas todos los comandantes de divisiones) Autónomas (9 regiones) Politburó Oficiales de división (7 divisiones) Gobierno popular de distrito (17 personas) Comité Central (35 personas) Brigadas (incluyen fuerzas especiales Gobiernos populares de la aldeas de seguridad) Comando (Oeste, Especial, Este) Batallones Agencia regional Compañías Comités de distrito Pelotones Comités de Área Secciones Comités de aldea — 312 — ANEXO 3 Estructura organizativa del CPN-Maoísta durante el tiempo de paz (Agosto de 2007, luego de la Quinta Sesión Ampliada) Partido Ejército de Liberación Popular Frente Unido Cuarteles Generales (Presidente) Comisión Militar Central (incluye al presidente del partido) Consejo Popular Revolucionario Unido de Nepal Encargados de las Agencias Centrales (5 personas) Comandantes superiores (incluye a todos los comandantes de división) Concejos Populares de Comités de Estado Secretariado Central (11 personas) Oficiales de división (7 divisiones) Consejo Popular de distrito Comité Central (35 personas) Brigadas Consejo Popular de aldea Comités de Estado (11, más 3 subcomités) Batallones Comités de Distrito Compañías Comités de Área Pelotones Comités de Aldea Secciones — 313 — NEPAL En búsqueda del poder del Estado La política de la transformación: los LTTE y el proceso de paz en Sri Lanka, 2002-20061 Suthaharan Nadarajah Luxshi Vimalarajah INTRODUCCIÓN El conflicto de Sri Lanka es uno de los más prolongados y multifacéticos del mundo. Ha sido descrito acertadamente como un conflicto “donde las privaciones económicas, políticas y culturales y los agravios de una minoría han provocado una rebelión violenta contra un Estado que ha visto considerado como representativo solo del grupo étnico mayoritario” (Orjuela, 2003: 198). El conflicto ha aumentado en intensidad y complejidad desde que las tensiones entre la comunidad tamil de la isla y el Estado dominado por los cingaleses, tensiones que llevaban gestándose desde mucho tiempo atrás, estallaron a principios de la década de 1980 en una confrontación abierta entre distintos grupos militantes y las fuerzas armadas gubernamentales del país. Los “Tigres por la Liberación de Tamil Eelam (de la Patria Tamil)” (LTTE, por su sigla en inglés)2 emergieron como el protagonista tamil dominante luego de una serie de confrontaciones con un movimiento de resistencia tamil más amplio; desde entonces, en las zonas de la isla donde establecieron su control, han desarrollado tanto una fuerza militar convencional como un importante aparato administrativo civil. Desde que comenzó el conflicto, ha habido cinco intentos formales para resolverlo a través de negociaciones, pero todas ellas de1 2 La versión inicial en inglés de este texto se terminó en diciembre de 2007; por tanto, no cubre eventos posteriores del conflicto de Sri Lanka. Liberation Tigers of Tamil Eelam. — 315 — SRI LANKA CAPÍTULO 6 SRI LANKA DE LA INSURGENCIA A LA DEMOCRACIA mostraron ser infructuosas y la contienda armada parece renovarse cada vez con mayor crueldad. El presente estudio analiza las significativas actividades no militares de los LTTE a partir del proceso de paz iniciado en 2002 con el apoyo internacional de Noruega y que se vio precisado a enfrentar una amplia oposición a cualquier forma de transición de la guerra a la paz. Las posibilidades de transformar o resolver un conflicto prolongado como el de Sri Lanka no pueden ser discernidas sin entender el desarrollo de las condiciones sociopolíticas en las cuales los movimientos políticos armados emergen, crecen y funcionan. Por ejemplo, la aplicación de la etiqueta “actores no estatales” a los LTTE, que controlan un territorio claro y demarcado y han establecido allí estructuras de gobierno importantes, oscurece aspectos significativos del conflicto y de la organización misma. Un “estado dentro del estado” (Kingston, 2004) parecería un término más apropiado en este contexto, como vamos a considerarlo minuciosamente más adelante. Por lo demás, al analizar la transformación política de movimientos armados no asumimos una aproximación normativa. Analizamos dinámicas y procesos claves sin tomar una posición moral sobre el empleo de la violencia política (e incluso sobre modos o actos de violencia). Buscamos suministrar elementos de discernimiento en el proceso de toma de decisiones de los LTTE y en su lógica para asumir determinadas estrategias, en la manera como las acciones y las formulaciones políticas de los LTTE están entretejidas con las de otros actores dentro del sistema conflictivo; señalamos de qué manera esta postura viene a reforzarlos entre sí y a provocar además un ciclo destructivo de intenso antagonismo que contribuye en gran escala a recaer en una violencia renovada luego del optimismo inicial que despertó la iniciativa noruega. El proyecto de Berghof sobre “movimientos de resistencia/liberación y transiciones a la política”, del cual hace parte este estudio, pretende analizar el proceso político, incluida su “transformación”, desde las perspectivas de los movimientos cuyas actividades son estudiadas. El presente documento pretende ir más allá de la narrativa histórica y analizar crítica- — 316 — mente las bases ontológicas y epistemológicas adoptadas para la investigación. Para comenzar, dos hipótesis claves sustentan la mayoría de las definiciones del concepto “transformación”. La primera es que los movimientos de resistencia/liberación comienzan como luchas político-militares que acuden a diferentes grados de violencia y luego, eventualmente, viran hacia una lucha puramente política y no-violenta. La segunda sostiene que solo la participación en la política democrática convencional y los procesos electorales puede, tanto constituir como facilitar dicha transformación. De esta manera el concepto de transformación política de actores armados no estatales está enmarcado en el concepto más amplio de transformación del conflicto. Recientemente, la transformación del conflicto y la transformación política de actores no estatales han dado en adoptar significados específicos, aunque no siempre explícitamente, alrededor de valores como los de democracia, no-violencia, pluralismo político, etc. Estas nociones “liberales” son, inevitablemente, debatibles, tanto en su significado como en su práctica. Para comenzar, la conceptualización de estas transformaciones políticas hecha con base en el sentido común termina atrapada en una serie de dicotomías explícitas o implícitas: violencia y paz, autoritarismo y democracia, pluralismo y nacionalismo, y así sucesivamente. En particular, los términos político y violento con relación a las estrategias de actores armados no estatales son vistos como mutuamente exclusivos y contradictorios. Los “grupos armados no estatales” son descritos con frecuencia como organizaciones inicialmente violentas que con el tiempo desarrollan agendas políticas y se transforman a sí mismas en actores no-violentos, políticos. En otras palabras, los actores armados no estatales no son considerados desde el comienzo como actores políticos. Sin embargo, los movimientos de liberación/resistencia son, por definición, intrínsecamente actores políticos, que visiblemente persiguen metas políticas a través de medios violentos, a pesar de que este aspecto crucial es con frecuencia eficazmente sustituido por el hoy creciente discurso dominante del “terrorismo”. Además, de acuerdo con esta interpretación de la transformación de los movimientos armados, la noción de lo “político” ha terminado significando — 317 — SRI LANKA La política de la transformación: los LTTE y el proceso de paz en Sri Lanka SRI LANKA DE LA INSURGENCIA A LA DEMOCRACIA algo bastante limitado y específico: política electoral. Esto, directamente, crea expectativas sobre los comportamientos específicos y los cambios institucionales promovidos por los movimientos armados antes de que se pueda decir que dicha “transformación”, normativamente deseable, está ocurriendo efectivamente. Tales comportamientos incluyen la renuncia a la violencia y la participación directa, sin intermediarios, en la política electoral. Sin embargo, en el caso de los movimientos armados que luchan por la independencia de estados que consideran opresivos, dichos requerimientos pueden ser profundamente problemáticos, particularmente cuando se insiste en que sean previos a la implementación de una solución permanente que resuelva las causas estructurales del conflicto. Estas dificultades se acrecientan, además, si el movimiento de resistencia ya está desarrollando su propio gobierno civil en un territorio “liberado” del Estado. El caso de Sri Lanka constituye asimismo un reto para otra hipótesis clave, en la cual recae la transformación política de los actores armados no estatales: que ya existe una organización política democrática y procesos electorales con integridad, o éstos se están formando, para que los movimientos armados puedan hacer la transición a ellos. En Sri Lanka es argumentable que fue precisamente el fracaso repetido de políticas ‘democráticas’ destinadas durante décadas a orientar los agravios de la comunidad tamil y la concomitante falta de mecanismos efectivos para poder promover una reforma constitucional, lo cual, combinado con la acrecentada violencia estatal, condujo en primer lugar a la resistencia armada. Este ensayo analiza las actividades y la conducta de los LTTE en la dinámica de la transformación política y enfoca en particular el periodo que se inicia en el año 2002, cuando en Sri Lanka comenzó en serio la altamente internacionalizada iniciativa de paz de Noruega. La meta establecida por los LTTE es un autogobierno de los tamiles en su ocupación histórica del noreste de la isla.3 Como luchadores por la independencia 3 Convenio Indo-Sri Lanka (29 de julio de 1987). El acuerdo, firmado por India y Sri Lanka, reconocía que “las provincias del norte y el este han sido históricamente ocupadas por pueblos de Sri Lanka que hablan tamil” (Cláusula 1.4). Además, dado este reconocimiento, bajo los términos del mismo convenio, el norte y el oriente fueron fusionados para crear una entidad administrativa única (Cláusula 2.1). El gobierno de Sri Lanka revocó de manera unilateral el convenio en 2006, cuando anuló la fusión. Sin embargo, para mantener la nomenclatura política de la lucha tamil, usamos el término noreste para referirnos a las zonas tamiles de la isla. — 318 — por parte de un movimiento de liberación, los LTTE simbolizan un desafío fundamental a la legitimidad del Estado mayoritario cingalés. Adicionalmente, luego de arrebatar al Estado una amplia porción del territorio, los LTTE han establecido en él un gobierno civil paralelo. Estos dos aspectos, como se indicó anteriormente, presentan desafíos específicos para el compromiso de los LTTE en la “transformación” lineal. No obstante, este ensayo argumenta que, a través del conflicto, y particularmente desde el año 2002, los LTTE se han involucrado en actividades políticas importantes y multifacéticas, cuyo potencial transformativo no ha sido estudiado y comprendido suficientemente, lo cual ha dado como resultado el énfasis en un enfoque de la política electoral demasiado reducido (con la insistencia concomitante en el desarme y la desmovilización). Basado en un repaso de las actividades no militares de los LTTE desplegadas desde 2002, el ensayo expone dos argumentos centrales. Primero, la conceptualización ordinaria de la ‘transformación política’ es excesivamente restrictiva y prescriptiva, lo que implica que no considera las actividades que están por fuera de ella y se extienden más allá de una campaña armada; de hecho, ellas abarcan y ponen en operación los valores implicados en la demanda normativa de transformación política. Segundo, aun asumiendo los marcos de transformación comúnmente aceptados, una mirada que solo considera el comportamiento del movimiento armado, separado del contexto político y socioeconómico local e internacional en el cual opera, falla en reconocer impedimentos neurálgicos (estructurales y otros) para dicha ‘transformación’ y, por lo tanto, para los pasos decisivos que el movimiento está dando en esa dirección. Nuestro estudio argumenta así mismo que, como consecuencia del enfoque estrecho que asumen actores externos y que enfatizan en la falta de comportamientos específicos por parte del movimiento armado, los esfuerzos que éste hace por abarcar valores internacionales no son suficientemente reconocidos y, dato más importante aún, falla el apoyo internacional necesario para sostenerlos. Por supuesto, el fracaso internacional en el apoyo de los esfuerzos de los LTTE por adoptar y arraigar los valores internacionales en su aparato administrativo ayudó a minar — 319 — SRI LANKA La política de la transformación: los LTTE y el proceso de paz en Sri Lanka SRI LANKA DE LA INSURGENCIA A LA DEMOCRACIA el potencial para la transformación del conflicto cingalés y, de manera discutible, contribuyó a la desintegración posterior del proceso de paz dirigido por Noruega. Más adelante analizamos en detalle este punto crucial; por ahora, cabe anotar aquí que, en términos de la transición de Sri Lanka de la guerra a la paz, la comunidad internacional tiene un papel crucial en garantizar la seguridad, especialmente la humana4, así como la estabilidad y la durabilidad de cualquier acuerdo negociado. Los LTTE, como otros actores, poseen su propia capacidad de intervención, (“agency”), pero pensamos que su transformación depende en gran parte de las relaciones entre la organización y la comunidad internacional, y menos de su relación con el Estado de Sri Lanka. Este es el enfoque que asumimos aquí. Antes de considerar, con cierta profundidad, los antecedentes históricos de la lucha armada de los LTTE, comencemos por resumir brevemente el conflicto armado de Sri Lanka. El propósito de esta sección, que esboza el contexto en el cual la lucha tamil pasa de la agitación pacífica a la lucha armada, tiene dos propósitos: primero, resaltar los obstáculos históricamente existentes que impiden esta transición, y, segundo, esbozar los impedimentos estructurales que hoy en día presenta la transformación del Estado cingalés y sus órganos políticos para que la consecución de las metas políticas de los tamiles mediante un proceso electoral sea incluso posible. De dos maneras analizamos entonces las actividades no militares de los LTTE después de que el proceso de paz noruego comenzara en 2001; por una parte, haciendo una interpretación más estrecha de la transformación como un “cambio de lucha armada a política electoral”, y, por otra, utilizando la noción de transformación como un “cambio de lucha armada a gobierno”. A las actividades de construcción de instituciones que los LTTE comenzaron a principios de la década de 1990 y han continuado desde entonces las observamos como un proceso de trans4 El concepto de seguridad humana apareció en el Reporte sobre Desarrollo Humano del UNPD de 1994. Una característica esencial es que identifica los individuos como la referencia propia para la seguridad, en oposición a la noción ‘tradicional’ de seguridad nacional como seguridad centralizada en el Estado. El Reporte sobre Desarrollo Humano del UNDP argumenta la expansión de la seguridad global para incorporar amenazas en siete áreas: seguridad económica, seguridad alimentaria, seguridad en salud, seguridad ambiental, seguridad personal, seguridad de la comunidad y seguridad política. — 320 — formación política, que supone el paso de ser guerrilla a ser gobierno. En particular, observamos los cambios estructurales y estratégicos efectuados por los LTTE desde 2002 y argumentamos que ellos constituyen pasos importantes hacia el arraigo de valores normativos de “transformación del conflicto”. Luego repasamos críticamente la participación internacional en estos esfuerzos, y concluimos con un resumen de hallazgos sugestivos. Unas palabras sobre la metodología. Este estudio de caso se sirve de un rango de fuentes que incluye documentos oficiales y narraciones impresas y orales del conflicto y del proceso de paz. En particular, los autores aprovechan sus conversaciones y entrevistas con ex funcionarios y funcionarios en servicio, entre ellos jefes y empleados de alto rango de diferentes departamentos de los LTTE, parlamentarios tamiles, diplomáticos internacionales y algunos dignatarios del gobierno cingalés. Una parte del material aprovechado se recopiló para este estudio de caso específicamente desde marzo de 2007, y el resto se recolectó en años recientes, como parte de los proyectos de investigación para las tesis doctorales de los autores. EL CONFLICTO DE SRI LANKA Los orígenes, los objetivos y el carácter mismo del conflicto de Sri Lanka son debatidos inevitablemente, ya que se trata del “resultado de una compleja mezcla de factores que ha cambiado y mutado a través del tiempo” (Goodhand, 2001: 26/7). Los LTTE argumentan que dirigen una lucha armada por la autodeterminación e independencia política del pueblo tamil en su tierra natal, como respuesta al racismo institucionalizado y a la intensa violencia de un Estado adversario cuya población es de mayoría cingalesa.5 En resumen, se trata de una “lucha de liberación nacional” (Balasingham, 1983). Por otra parte, al describirse a sí mismo como una democracia sitiada, el Estado de Sri Lanka denuncia la violencia de los 5 Los LTTE, que buscan el autogobierno tamil, señalan que la tierra natal tamil fue arbitrariamente integrada con la patria cingalesa por decisión del imperio británico antes de que la isla obtuviera su independencia. El movimiento considera que lo que ha dado fundamento a su lucha ha sido una discriminación institucionalizada. — 321 — SRI LANKA La política de la transformación: los LTTE y el proceso de paz en Sri Lanka SRI LANKA DE LA INSURGENCIA A LA DEMOCRACIA LTTE como un desafío terrorista a su autoridad, unidad e integridad territorial. Añade, por lo tanto, que está “combatiendo el terrorismo”.6 La confrontación parece presentar dos protagonistas, a pesar de la presencia, en ambas partes, de otros actores armados no estatales y de la multiplicidad de posiciones en asuntos relacionados con el conflicto (independencia o secesión, federalismo, etc.); y todo esto se justifica con base en que el Estado y los LTTE son los dos actores primarios a través de los cuales se manifiesta la violencia estratégicamente organizada en el país.7 La confrontación armada entre las fuerzas armadas de Sri Lanka y los LTTE (quienes, luego de una serie de discordias destructivas, a mediados de los años ochenta establecieron su hegemonía sobre otros grupos militantes tamiles)8 se ha desenvuelto en tres fases (conocidas comúnmente como las Guerras Eelam) de creciente intensidad y escala territorial: 19831988 (Guerra Eelam 1), 1990-1994 (Guerra Eelam 2) y 1995-2002 (Guerra Eelam 3). En las batallas de 2000 y 2001 los LTTE utilizaron una estructura militar convencional y arrebataron al Estado el control de grandes extensiones del territorio. De esa manera la lucha armada, “que había comenzado como una guerra de guerrillas, para 1998 se había intensificado en un conflicto guerrillero/ semiconvencional con los LTTE [en control de] grandes áreas del Norte y el Este” (Arunatilake et al., 2001: 1484), y, desde 1999, en una guerra convencional caracterizada por batallas estratégicas de ambas partes y la presencia de miles de combatientes apoyados por armas pesadas. En la década de 1990, la fuerza naval de los LTTE, los Tigres del Mar, surgió para desafiar a la Marina nacional. En 2007 los LTTE reve6 7 8 Una afirmación, advierten algunos eruditos, que se origina, al menos en parte, en una ideología etno-religiosa. Al discutir los aspectos de la ‘guerra justa’ de la campaña militar del Estado en contra de los Tigres Tamiles, Tessa Bartholomeusz observa cómo “él [gobierno de Sri Lanka] les pide a sus guerreros considerar sus campañas en contra del terrorismo como un trabajo religioso” (2002: 36). A pesar de las afirmaciones hechas por grupos paramilitares anti-LTTE como el Grupo TMVP/Karuna Group, sobre su independencia en el escenario del noreste, ahora se dispone de amplia evidencia de colaboración y coordinación entre estos grupos y las fuerzas regulares de Sri Lanka (p. ej. Human Rights Watch 2007, Rock 2006). Aunque a finales de la década de 1970 se registró la existencia de 37 grupos militantes, solo cinco tenían importancia en el conflicto posterior: LTTE, Organización Popular para la Liberación de la Patria Tamil, Organización para la Liberación de la Patria Tamil, Frente Revolucionario para la Liberación de la Patria Tamil y Organización Revolucionaria de Estudiantes de la Patria Tamil. No obstante su objetivo común declarado de buscar un país independiente, los enfrentamientos con los LTTE llevaron al colapso de los otros grupos mayoritarios y, en el contexto del Acuerdo entre India y Sri Lanka de finales de los ochenta, a cambiar su lealtad a las fuerzas armadas estatales, dejando a los LTTE como el movimiento de liberación tamil dominante. — 322 — laron la posesión de una fuerza aérea incipiente, conformada por aviones ligeramente armados. Desde que comenzó el conflicto armado se han iniciado varios procesos de negociación, en 1985, 1987, 1989-1990, 1994-1995 y 2002-2003. Si bien ninguno de ellos logró realmente avanzar hacia una solución duradera, el esfuerzo más reciente –facilitado por los noruegos e iniciado en 2001–, condujo al cese de hostilidades más prolongado conseguido hasta el momento y, en principio al menos, propició un espacio para que los LTTE se embarcaran en una serie de actividades no-violentas y buscaran realizar sus objetivos políticos. El cierre de ese espacio, que ocurrió por las razones que enumeraremos más adelante, contribuyó en gran parte al colapso del proceso de paz y, eventualmente, también al cese del fuego. Según los LTTE, el propósito primordial de esas negociaciones era establecer en el nororiente de la isla un gobierno interino que pudiera restaurar la normalidad en una región destrozada por la guerra.9 En abril de 2003 los LTTE abandonaron las conversaciones en protesta por la falla del gobierno en la implementación de los acuerdos ya alcanzados, y hasta el presente los esfuerzos por recomenzar las negociaciones han sido infructuosos. Antecedentes Ceilán, como fue llamado el país por Inglaterra en el último de los tres gobiernos coloniales que lo rigieron (después de Portugal y los Países Bajos), obtuvo su independencia en 1948 y adoptó el nombre de Sri Lanka en 1972.10 La isla, que tiene forma de mango, se extiende por 270 millas de largo y 150 de ancho en su punto más amplio. Aloja a tres comuni9 10 Argumentando que la estrecha mayoría del entonces gobierno de Sri Lanka precluyó sus propuestas de reestructuración política, los dirigentes del LTTE propusieron diálogos destinados a “la formulación de un gobierno interino para el noreste, en el cual los LTTE pudieran participar” (Comentarios hechos a la prensa por Vellupillai Pirapaharan, líder de los LTTE, el 10 de abril de 2001). El nombre en cingalés, Sri Lanka, junto con la Constitución cingalesa-budista aprobada ese año, permanecen como parte de los motivos de tensión entre tamiles y cingaleses. Por conveniencia, en el presente trabajo la expresión Sri Lanka será ampliamente utilizada para referirnos tanto a la isla como al Estado existente a partir de su independencia, sin importar el periodo histórico. — 323 — SRI LANKA La política de la transformación: los LTTE y el proceso de paz en Sri Lanka SRI LANKA DE LA INSURGENCIA A LA DEMOCRACIA dades étnicas: los cingaleses (74%), los tamiles (18,2%) y los musulmanes (7,4%). Los tamiles se dividen en dos categorías: tamiles de Sri Lanka (12,6% de la población) y tamiles indios o “del país de arriba” (5,6%), que son descendientes de trabajadores del sur de la India introducidos a la isla por los británicos a partir de 1825. Los cingaleses son predominantemente budistas y la mayoría de los tamiles son hindúes, aunque algunos de ellos acogen las creencias cristianas. Por lo demás, “a lo largo del siglo diecinueve, la religión ganó importancia como una indicador de origen étnico (…) De manera creciente desde la independencia en 1948, la simple categoría de los budistas cingaleses ha sido retóricamente opuesta al resto, quienes entonces, por reducción, son no budistas, no hablantes de cingalés y, a los ojos de algunos, no son verdaderos pobladores de Sri Lanka” (Winslow y Woost, 2004: 5). Los tamiles han predominado en las regiones del norte y el oriente, mientras la mayoría cingalesa habita principalmente las zonas del centro, el occidente y el sur. Los musulmanes se asientan en las áreas urbanas del occidente y suroccidente, así como en la costa oriental, mientras los tamiles “del país de arriba” viven en las provincias montañosas del centro de la isla. Sin embargo, desde la independencia, y promovidos por el Estado, se han presentado varios procesos de colonización de cingaleses en asentamientos de las zonas de habla tamil del noreste (Manogaran, 1994). Es debatible que, a pesar de que el origen étnico no es en sí mismo causa del conflicto cingalés, no obstante es la identidad principal alrededor de la cual se movilizan las tensiones políticas, incluso antes de la independencia y especialmente desde ese momento. Como lo indica Camilla Orjuela, la población de Sri Lanka “a través de los años se polarizó en grupos étnicos relativamente definidos de manera clara” (2003: 202). Al mismo tiempo, muchos analistas privilegian el papel del Estado poscolonial en el fomento y la exacerbación de las divisiones y tensiones étnicas. Sankaran Krishna, por ejemplo, argumenta que “la evolución de Sri Lanka de un pacífico e idílico Ceilán a un sinónimo de violencia étnica y macabra es la historia del intento de la comunidad mayoritaria por crear una nación a su propia imagen mediante la monopolización del Estado y la consecuente aparición de un movimiento nacional étnico separatista” (1999: 31). — 324 — El menoscabo de las medidas de equilibrio de poderes y protección de las minorías que fueron incorporadas en la Constitución cingalesa por los británicos comenzó casi inmediatamente después de la independencia, con la marginación de más de 900.000 tamiles ‘del país de arriba’11 por parte del recién elegido Partido Nacional Unido (UNP, por sus siglas en inglés).12 Al mismo tiempo, un asentamiento cingalés de gran escala, patrocinado por el gobierno en las áreas tamiles del noreste, principalmente bajo la forma de zonas de irrigación, comenzó a alterar rápidamente la demografía étnica en los territorios tamiles tradicionales. Un año después de la independencia, alarmados por el giro de los eventos, que incluyeron la reducción de las regiones de mayoría tamil, una facción del principal partido tamil, el Congreso de Todos los Tamiles de Ceilán (ACTC, por su sigla en inglés) se dividió y formó el Partido Federal, que, como lo indica su nombre, defiende “la exigencia de una región de mayoría tamil con un alto grado de autonomía provincial en un orden más federal que unitario” (Krishna, 1999: 71). En la primera gran manifestación de la crisis que se avecinaba, las elecciones de 1956 “trajeron al poder a un gobierno con la ideología hegemónica cingalés-budista, que ese mismo año aprobó una Ley solo para los Cingaleses” (Goodhand, 2001: 31). Esta legislación (formalmente titulada “Ley de Idiomas Oficiales”) declaró al cingalés como el idioma del Estado, en vez del inglés, cosa que, de un golpe, dejó en desventaja a los tamiles, particularmente para acceder a los empleos públicos. De manera notable, los otros partidos cingaleses, entre ellos el abatido UNP, apoyaron la ley. Las subsiguientes protestas tamiles llevaron al primer disturbio violento de considerables proporciones conocido en Sri Lanka. Las elecciones de 1956 vieron al Partido Federal “ganar una victoria aplastante, al obtener un mandato claro del pueblo tamil para buscar una forma de autogobierno federal” (Balasingham, 2004: 11). La puesta en marcha de la “Ley de Idiomas Oficiales” y de otras formas de discriminación institucional tuvo graves consecuencias económicas 11 12 Esto fue implementado mediante tres leyes interconectadas del Parlamento: Ley de Ciudadanía Cingalesa, de 1948; Ley de Residentes Indo-pakistaníes (Ley de Ciudadanía), de 1949, y Ley de Elecciones Parlamentarias (Enmienda), de 1949. El surgimiento de los principales partidos políticos en Sri Lanka se comenta más adelante. — 325 — SRI LANKA La política de la transformación: los LTTE y el proceso de paz en Sri Lanka SRI LANKA DE LA INSURGENCIA A LA DEMOCRACIA para los tamiles. En las dos décadas siguientes, un gran volumen de jóvenes tamiles vio reducidas sus posibilidades de empleo, especialmente en el sector público. Como el Estado era entonces el mayor empleador de la isla, la exclusión tuvo impactos extremadamente negativos para las posibilidades sociales de los tamiles. Además, las restricciones de regulación por porcentaje étnico en admisiones universitarias, al disminuir los estándares de admisión para los estudiantes tamiles de las áreas de mayoría cingalesa, tornaron más difícil que los estudiantes tamiles obtuvieran cupos en las universidades (Winslow y Woost, 2004: 36). Vale la pena anotar las condiciones socioeconómicas inexorablemente deterioradas en las que crecía la agitación política tamil. Inevitablemente, “había una resistencia tamil sólida y [el gobierno] respondió usando poderes de emergencia para limitar los derechos políticos de los tamiles” (Ross y Savada, 1990: 48). La resistencia tamil adoptó la forma de manifestaciones masivas y campañas de desobediencia civil. Después de casi dos décadas de aprobada la ley “solo para los cingaleses” surgieron las primeras expresiones de resistencia violenta. La adopción de la Constitución republicana de 1972 –aparte de cambiar el nombre Ceilán por el preferentemente cingalés Sri Lanka– eliminó las garantías que contemplaba la Carta anterior (inspirada por los británicos), otorgó una posición preferente al budismo, además del idioma cingalés y, lo más importante, concentró el poder en una legislatura dominada por los cingaleses (Goodhand, 2001: 31). En medio de estos cambios, la implacable colonización cingalesa apoyada por el Estado dejó a los tamiles con el temor de “la infiltración de más y más cingaleses en sus áreas de dominio, creando así el peligro de que se convirtieran en minoría en sus propias provincias” (Tambiah, 1986: 80). Los tamiles no ignoraban que al “diluir demográficamente las áreas con mayoría tamil, la propuesta de transferencia de poderes como solución del conflicto étnico se convertiría en algo menos efectivo” (Herring, 2001: 151).13 De esta manera, como lo señala Stanley Tambiah, asuntos tales como la oposición a la co13 Ver la investigación de Ronald Herring sobre el papel de la colonización –incluido el proyecto Mahaweli, masivamente auspiciado a escala internacional– en la exacerbación de las tensiones tamiles-cingalesas (2001: 147-153). — 326 — lonización se convirtieron en algo importante, “porque ellos sienten que son las únicas garantías de seguridad e integridad del pueblo tamil para el futuro. El eslogan ‘tradicionales tierras natales’, cualquiera que sea su verdad objetiva, es primero y ante todo un reclamo político que tiene la intención de preservar la seguridad de los tamiles (…) está conectado de manera integral con la insistencia de los tamiles en la autonomía regional” (1986: 80). En mayo de 1972 el Partido Federal, el ACTC y el Congreso de los Trabajadores de Ceilán se unieron para formar el Frente Unido Tamil (TUF, por su sigla en inglés). Fue un preludio de la radicalización de la lucha tamil por sus derechos políticos, en términos tanto de fines como de métodos. A medida que la demanda por la independencia y por un Estado democrático se tornó cada vez más fuerte, la militancia tamil comenzó a actuar “en las sombras” (Balasingham, 2004: 18-21). En 1975 el TUF cambió su nombre por el de Frente Unido para la Liberación Tamil (TULF, por su siglas en inglés), con el ánimo de “indicar explícitamente su propósito separatista” (Krishna, 1999: 76), y emitió un llamado inequívoco a la conquista de un Estado independiente de Eelam. Fue vistosamente articulado en la famosa Resolución Vaddukoddai, del 14 de mayo de 1976. Al establecer que los tamiles son “una nación bien diferenciada y aparte de los cingaleses” y al esbozar un argumento de discriminación sistemática, la Resolución proclamó “la reconstitución del Estado de Tamil Eelam Libre, Soberano, Secular, Socialista (…) se ha tornado en algo inevitable para salvaguardar la existencia precisa de la nación tamil en este país” (citado en Balasingham, 2004: 28; énfasis añadido). El surgimiento de esta “conciencia nacional tamil” se constató en las elecciones de 1977, en las cuales el TULF se presentó “precisamente buscando un mandato para crear un Estado tamil independiente” (Balasingham, 2004: 29). Los tamiles votaron de manera abrumadora a favor del Frente y eligieron en el noreste a 17 candidatos del TULF. Sin embargo, como lo señala Anton Balasingham, teórico de los LTTE, el resultado también “creó el marco para una confrontación: los tamiles reivindicaban la secesión y la existencia separada como Estado soberano, mientras el partido cingalés en el poder buscaba el poder absoluto del Estado (…) Se intensificó la contradicción étnica, — 327 — SRI LANKA La política de la transformación: los LTTE y el proceso de paz en Sri Lanka SRI LANKA DE LA INSURGENCIA A LA DEMOCRACIA que se manifestaba en (…) una violencia [estatal] sin precedentes hacia los tamiles” (2004: 29). Hay varias razones para incluir en este estudio la evaluación detallada de los eventos ocurridos desde que la isla obtuvo su independencia. Primero: la intención es resumir el proceso excluyente de construcción de Estado después del periodo colonial, que para mediados de la década de 1970 se convirtió en “un viraje crucial en las aspiraciones políticas de los tamiles, que pasaron de exigencias de cambios estructurales y reforma constitucional a una afirmación del derecho a la autodeterminación” (De Silva, 1998: 154). Segundo, para resaltar la historia de la pacífica agitación tamil previa a la lucha armada: los líderes políticos tamiles han llegado a varios acuerdos de ‘paz’ con sucesivos líderes cingaleses, pero después todos fueron rescindidos, normalmente bajo las exigencias de otros partidos cingaleses “con mejores ofertas”. Tercero, para hacer seguimiento a la intensificación de las exigencias de los tamiles en sí mismas: a una representación protegida en la legislatura, a una autonomía territorial (en forma de federalismo) y en última instancia para llegar a declarar la independencia. Cuarto, para esbozar el contexto histórico en el que las expectativas internacionales actuales con relación a los LTTE –renunciar a la lucha armada, participar en la política electoral y aceptar una solución federal dentro de una Sri Lanka unida– serán inevitablemente observadas: no como un compromiso razonable con la lucha tamil sino como un revés o un “volverse atrás”, incluso como una rendición. Los LTTE Los LTTE fueron fundados por su actual líder, Velupillai Pirapaharan, y surgieron por primera vez en 1972. Entonces la organización se hacía llamar “Nuevos Tigres Tamiles”, aunque el 5 de mayo de 1976 se renombraron como Tigres de la Liberación de Tamil Eelam (LTTE). Al principio estaban estructurados como una fuerza de guerrilla urbana pero luego se reconstruyeron como una base más amplia y “un movimiento de resistencia armada bien organizado de tamiles que plantean un grave desafío para el aparato represivo del Estado” (LTTE, 1988: 8). Posteriormente evoluciona- — 328 — ron hacia un ejército permanente y establecieron el gobierno civil de Tamil Eelam. Desde la década de 1990 los LTTE han desarrollado una fuerza naval y en 2007 revelaron la existencia de una incipiente fuerza aérea. El movimiento se ve a sí mismo como la vanguardia de la lucha por la liberación tamil. Desde la perspectiva de la “transformación política”, la autocaracterización de los LTTE es significativa: “La lucha armada de nuestra organización es solo un medio para alcanzar nuestros fines políticos (…) Por lo tanto, los LTTE dan primacía a la política y sostienen que la polí política dirige las armas” (LTTE, 1988: 9). Argumentan que El surgimiento del movimiento de los Tigres marcó una nueva época histórica en la lucha por la liberación nacional tamil, al extender y avanzar el paso de la lucha política a la lucha armada popular. Nuestro compromiso con la lucha armada política como forma de lucha masiva popular fue asumida después de una valoración cuidadosa y cauta de las condiciones históricas objetivas específicas para nuestro caso, con la mayor comprensión de la situación concreta, en la que las masas tamiles fueron dejadas sin ninguna alternativa más que recurrir a la resistencia revolucionaria para avanzar en su causa nacional (LTTE, 1988: 8). En 1979, en respuesta a la penalización de los LTTE por parte del gobierno de Sri Lanka bajo la Ley de Prevención del Terrorismo, el movimiento dio a conocer una declaración de mayor calado: Somos revolucionarios comprometidos con la práctica política revolucionaria. Representamos el movimiento de liberación extraparlamentario más poderoso de la nación tamil. Representamos la expresión militante del deseo colectivo de nuestro pueblo, que está decidido a luchar por la libertad, la dignidad y la justicia. Somos la vanguardia armada de la lucha de masas, los luchadores de la libertad de los oprimidos. De ninguna manera estamos aislados o marginados de las masas populares, sino más bien inmersos e integrados con el deseo popular, con el alma colectiva de nuestra nación (LTTE, 1979). Además, como parte de su lucha por la liberación nacional a través de la independencia política, los LTTE están comprometidos en un proyecto de construcción de Estado en las zonas ‘liberadas’ de la patria tamil. Desde el decenio de 1990 han construido firmemente una estructura de gobierno civil en las áreas que controlan. Esto incluye fuerza pública y ju- — 329 — SRI LANKA La política de la transformación: los LTTE y el proceso de paz en Sri Lanka SRI LANKA DE LA INSURGENCIA A LA DEMOCRACIA dicial, sistema de bienestar, aduana, etc. Desde finales de los años noventa tal situación ha venido desarrollándose de tal manera, que las zonas bajo control tamil han sido descritas como un Estado de facto (Wilson y Chandrakanthan, 1998; Stokke, 2006). Como asunto crucial para esta investigación, a partir de la puesta en marcha del proceso de paz noruego en 2002, los LTTE han fortalecido y expandido significativamente su gobierno civil. En paralelo, han utilizado el sistema político cingalés tanto para movilizarse como para demostrar el apoyo popular de que gozan supuestamente entre los tamiles. En el año 2001, por ejemplo, antes del cese de hostilidades, los cuatro partidos políticos tamiles más grandes de Sri Lanka14 formaron una coalición, la Alianza Nacional Tamil (TNA, por sus siglas en inglés), y dieron a conocer un manifiesto que reconoce a los LTTE como los “únicos representantes” del pueblo tamil en futuras negociaciones con el Estado. Posteriormente la TNA ganó varios escaños en las elecciones de 2001 y en 2004 aseguró la mayoría de ellos en el noreste.15 LA ARENA ELECTORAL “Tiranía de la mayoría” En 1948, cuando Ceilán consiguió su independencia, se estableció como una democracia parlamentaria con una Constitución redactada a imagen de la existente en el poder colonial, Gran Bretaña. La Constitución de Soulbury incorporó garantías para las minorías tamil y musulmana. Sin embargo, éstas se dejaron de lado a medida que la política de las mayorías fue estableciéndose como la expresión predominante. En el proceso de ‘cingalización’ estatal se descartó la Constitución post-independencia (que, en sí misma, fue débil en cuanto a la protección de los derechos de las minorías), y en 1972 se adoptó una nueva, desde la perspectiva de las mayorías cingaleses. De esta manera el motivo central de queja por 14 15 El Congreso de Todos los Tamiles de Ceilán, el Frente Unido por la Liberación Tamil, la Organización por la Liberación de la Patria Tamil y el sector de Suresh Premachandran en el Frente Revolucionario por la Liberación Popular de la Patria Tamil. El TNA obtuvo 15 escaños en 2001 y 22 en 2004. En el conjunto del norte y el este aparecen solo 25 mandatos, de un total de 225 de que dispone el Parlamento cingalés. — 330 — la discriminación racial de los tamiles estaba alojado en la Carta misma. El documento, por ejemplo, asigna al budismo, la religión de la mayoría, un “primer y destacado lugar”. Este proceso de un Estado capturado por el nacionalismo cingalés durante los 25 años corridos a partir de la independencia está muy bien documentado. Mientras algunos eruditos han analizado el dominio del espacio político convencional por el discurso nacionalista cingalés (DeVotta, 2004), otros estudiosos han destacado el vínculo entre la academia y la política mayoritaria en Sri Lanka (Uyangoda, 1998). Desde la conquista de la independencia, la política electoral cingalesa ha estado dominada por partidos constituidos de manera étnica. Incluso en 1924 “era virtualmente un final anunciado que los cingaleses (…) dominarían la legislatura nacional y las instituciones del ejecutivo” (Shastri, 1994: 211). En las primeras elecciones para el nuevo Parlamento, los cingaleses obtuvieron el 67 por ciento de los escaños, una porción que en las últimas décadas aumentó a un estable 80 por ciento (Krishna, 1999: 67-8). Adicionalmente, “el sistema electoral uninominal contribuyó a alentar el surgimiento de un sistema de partidos altamente competitivo y dominado por dos destacamentos cingaleses, el Partido Nacional Unido (UNP) y el Partido de la Libertad de Sri Lanka (SLFP) [mientras que] los tamiles (…) fueron cada vez más marginados políticamente” (Shastri, 1994: 211). El papel del UNP, el SLFP y otros partidos políticos para sostener las divisiones en Sri Lanka no puede exagerarse. Como lo observa Krishna, “Cuando adquirir poder político se convirtió en una cuestión de números (…) la tentación de movilizar a tres cuartas partes de la población bajo el rubro de identidad cingalés-budista en contra de los tamiles se tornó irresistible. Los dos partidos principales, el UNP y el SLFP, estaban trabados en una batalla por la lealtad de la mayoría, y el atractivo por el chovinismo étnico se convirtió en una grapa de la política cotidiana” (1999: 68). En efecto, al anotar que en Sri Lanka “la ideología de Estado dio importancia a la identidad de la mayoría de la comunidad”, Jonathan Goodhand observa: “La democracia y el énfasis en las dinámicas comunitarias se han alimentado uno al otro. Los políticos, atraídos por los incentivos — 331 — SRI LANKA La política de la transformación: los LTTE y el proceso de paz en Sri Lanka SRI LANKA DE LA INSURGENCIA A LA DEMOCRACIA de la aritmética electoral, se movilizaron a lo largo de líneas comunitarias” (2001: 32). Aparte de la polarización étnica que inevitablemente siguió, la incesante lucha entre los dos partidos mayoritarios para apoyar “lo que es cingalés” tuvo otra consecuencia para la reconciliación: como lo indica Eric Meyer, “a pesar del hecho de que sucesivos gobiernos cingaleses le dieron vueltas a la idea de concesiones [a los tamiles], no se cumplió ninguna promesa, ya que el partido de la oposición del momento, bien fuese el UNP o el SLFP, constantemente traía a colación la puja comunitaria” (1984: 145). Incluso hoy, como lo muestra la investigación de Neil DeVotta, la tendencia a “superar la oferta del otro” continúa quitando piso aun a las limitadas iniciativas de los gobiernos cingaleses destinadas a compartir el poder o a negociar una paz duradera (2004).16 El reciclaje del nacionalismo cingalés en la Sri Lanka contemporánea, junto con décadas de conflicto étnico, ha engendrado partidos políticos constituidos de manera étnica y una organización política, unos medios de comunicación, un sistema universitario y una sociedad civil étnicamente polarizados (Orjuela, 2003: 199). Adicionalmente, en las seis décadas de independencia, la demarcación territorial de las luchas electorales se ha reinventado repetidamente para excluir la afirmación del poder de las minorías en el noreste. Tal como lo tipifica la creación del ‘nuevo’ distrito de Amparai y de nuevas entidades gubernamentales en el distrito de Trincomalee, en repetidas ocasiones las fronteras electorales han vuelto a dibujarse buscando diluir el efecto de una votación en bloque de las minorías en la distribución del poder en el centro. Esto ha sido reforzado por la colonización cingalesa apoyada por el Estado en zonas estratégicas del oriente. Este es el telón de fondo de una pregunta básica que concierne a la transformación política de los LTTE: ¿por qué el movimiento no se involu16 Balasingham describe las propuestas de ISGA (por su sigla en inglés: Autoridad Interina de Autogobierno) de los LTTE eran “el único instrumento que habría podido salvar las conversaciones de paz de un largo estancamiento, pero se convirtió en víctima de la lucha de poder en Colombo entre los dos partidos cingaleses más importantes, el UNP y el SLFP (…) La lucha por el poder entre las elites gobernantes cingalesas, el abuso calculado del conflicto étnico para promover y maximizar su poder político y su influencia, fueron las causas fundamentales del fracaso del proceso de negociación” (2004:462). — 332 — cra directamente en la política electoral dentro de Sri Lanka? La pregunta ha sumado fuerzas, dada la participación de diversos partidos tamiles, incluido el TNA –una coalición que los Tigres apoyaron en las elecciones parlamentarias de 2001 y 2004–. En general, se piensa que la participación electoral le sirve a un movimiento de liberación para buscar la independencia política y el acceso al Estado. Se podría argumentar que las elecciones pueden, como última opción, contribuir a movilizar y revelar la dimensión del apoyo popular para el movimiento y sus políticas entre la comunidad en cuyo nombre lucha. La representación en las asambleas legislativas puede contribuir también a que el movimiento se comprometa en la gobernabilidad local o parlamentaria y, de ese modo, a permitirle ganar control sobre mecanismos necesarios para construir respaldo político (p. ej., proyectos de desarrollo), posiciones que, de otra manera, serían inaccesibles. Finalmente, pero no menos importante: se puede dar como argumento que, en una era caracterizada por la “guerra global al terror”, ganar unas elecciones puede permitir a un movimiento armado ganar legitimidad internacional en cierta medida. En consecuencia, vale la pena estudiar los obstáculos ideológicos y “prácticos” que los LTTE enfrentan para su participación electoral en Sri Lanka. Obstáculos ideológicos Si una contienda electoral sirve para identificar el nivel de apoyo popular de que gozan diferentes opiniones o valores dentro de un sistema político, esta supondría la existencia de un marco institucional y de valores al que todos se acogen. El sistema electoral incluye el marco político (aquellos cuyo voto está siendo buscado, las posiciones o puestos elegidos – parlamento, gobierno local, Presidente, etc.)– y la demarcación territorial (p. ej. la composición de los distritos electorales) en los cuales se celebran elecciones. Pero en Sri Lanka estos dos aspectos de la política están inherentemente ligados a los objetivos por los que se ha luchado de manera central a lo largo del conflicto. Para comenzar, los LTTE insisten en que una solución del conflicto debe estar basada en la aceptación de los tamiles como una nación diferente, que vive en una patria identificada como tamil y que tiene derecho a la autodeterminación. Estos aspectos — 333 — SRI LANKA La política de la transformación: los LTTE y el proceso de paz en Sri Lanka SRI LANKA DE LA INSURGENCIA A LA DEMOCRACIA fundamentales se formularon en los “Principios Thimpu”, los cuales fueron promovidos por los más importantes grupos militantes tamiles17 en las primeras conversaciones de paz negociadas por India con el Estado de Sri Lanka, en 1985. Los Principios Thimpu son: 1. Que se reconozca a los tamiles de Sri Lanka como poseedores de una nacionalidad diferente; 2. Que se les reconozcan una patria tamil delimitada y la garantía de su integridad territorial; 3. Que se reconozca el derecho de los tamiles de Sri Lanka a la autodeterminación; 4. Que se reconozcan los derechos de ciudadanía de los trabajadores tamiles de las plantaciones. Los principios Thimpu en sí mismos no necesariamente constituyen una exigencia por la independencia y un Estado distinto; pueden ser la base para una Constitución federal o confederal, por ejemplo, pero ellos van en contra del encuadre actual del electorado “de Sri Lanka” en un colectivo singular, cuando de hecho está compuesto de ciudadanos de origen tamil, musulmán y cingalés. La diferencia entre las dos aproximaciones al asunto es crucial. Si dividir el poder entre tamiles y cingaleses es crear una base para un proceso de negociación y una solución del conflicto, entonces la sola noción de ‘coexistencia de colectivos’ (“naciones”, como las definen los principios Thimpu) puede ser el punto de partida. Por el contrario, la perspectiva de un ‘colectivo singular en Sri Lanka’, que es apuntalada por la actual Constitución unitaria, solo puede dar espacio para un proceso consistente en devolver poderes a las regiones (esto es, localizando las funciones del Estado), no para compartir el poder. En resumen, como la Constitución y el sistema político de Sri Lanka no reconocen a los tamiles como una nación que habita en su propia patria (a 17 En las negociaciones de Thimpu, llevadas a cabo en julio de 1985, todas las seis organizaciones por la liberación tamil, a saber, el Frente Revolucionario para la Liberación Revolucionaria de los Pueblos de la Patria Tamil, la Organización Revolucionaria de la Patria Tamil, los Tigres de la Liberación de la Patria Tamil (LTTE), la Organización Popular para la Liberación de la Patria Tamil Tamil Eelam, la Organización para la Liberación de la Patria Tamil y el parlamentario (no militante) Frente Unido para la Liberación Tamil (TULF), conjunta y unánimemente, apoyaron la declaración. — 334 — diferencia, por ejemplo, del reconocimiento del pueblo escocés por parte de los británicos), este factor hace parte del problema. En segundo término, los LTTE se consideran a sí mismos como representantes de la nación tamil en la lucha contra un Estado dominado por los cingaleses, más que como una entre varias facciones políticas tamiles. El concepto “únicos representantes” –algunas veces caracterizado también como “auténticos representantes”– se basa en el vínculo entre el conflicto armado y las negociaciones, es decir: quien pelea es quien negocia. Los Tigres argumentan que son el único movimiento armado que confronta al Estado “etnocrático” cingalés en nombre del pueblo tamil. La historia de las relaciones étnicas que aparecieron en la isla con posterioridad a la época colonial muestra que si el Estado de Sri Lanka está negociando un arreglo para compartir el poder entre cingaleses y tamiles, es solo como consecuencia directa de la lucha armada de los LTTE. Los partidos políticos tamiles que han abandonado la lucha por la liberación tamil y a cambio han apoyado y participado en las políticas represivas del Estado de Sri Lanka, incluso en sus esfuerzos de contrainsurgencia (a través de milicias de un partido armado) no tienen –como alegan los LTTE– el derecho de representar a los tamiles en estas discusiones.18 Los Tigres aceptan que el grado de participación en el poder que necesitan los tamiles, los términos de su gobierno autónomo y otros elementos son asuntos que no están definidos (aunque, tomando como punto de referencia los resultados de las elecciones de 1977, consideran que la independencia cuenta con un amplio apoyo). No obstante ello, es una cuestión a ser resuelta entre los tamiles, como puede observarse en el debate sobre federalismo e independencia que surgió dentro del movimiento de la nación tamil después de 2002. Los LTTE argumentan que la carta constitucional y el sistema político de Sri Lanka no dan cabida a que se forme a través de ellos una voz tamil colectiva (v. la discusión sobre dificultades prácticas más abajo). Sin embargo, la creación del TNA, una 18 La pregunta que surge frecuentemente y de manera separada sobre la representación especial de los musulmanes en la mesa de negociación no hace parte del análisis de este trabajo, que se concentra en la lucha tamil y los LTTE. — 335 — SRI LANKA La política de la transformación: los LTTE y el proceso de paz en Sri Lanka SRI LANKA DE LA INSURGENCIA A LA DEMOCRACIA coalición de los políticos partidos tamiles más grandes de Sri Lanka, fue un esfuerzo por aprovechar el espacio limitado que les otorgaron. En tercer lugar, los LTTE también se refieren a la historia de los inútiles esfuerzos tamiles por reorientar la situación a través de la participación en elecciones y protestas pacíficas. El último de dichos esfuerzos se realizó en las elecciones generales de 1977, en las cuales el TULF –frente único detrás del cual se unieron todos los partidos tamiles– barrieron a sus adversarios en las zonas tamiles al esgrimir un programa que hacía un llamado a la independencia. A pesar de tan espectacular resultado, los valores y el control nacionalistas cingaleses estaban más arraigados en la Constitución de 1978, y la recién introducida Presidencia ejecutiva concentró el poder en una oficina cuyo ocupante llegó a ella por una simple mayoría. Antes del TULF de 1977, el Partido Federal había ganado convincentemente el voto tamil en elecciones anteriores. Sin embargo, dada la distribución del poder electoral existente en Sri Lanka, ninguno de estos resultados electorales otorgó a los tamiles suficiente poder de negociación para detener o reversar políticas estatales definidas por la mayoría cingalesa, y el movimiento quedó sin mayores posibilidades de lograr un acuerdo que implicara compartir el poder de manera equitativa. Además, los pocos acuerdos alcanzados por los líderes tamiles elegidos con sus pares cingaleses se concentraron en aspectos relativamente menores relacionados con la distribución de fuerzas en el aparato del Estado. En cualquier caso los acuerdos, uno tras otro, fueron al poco tiempo rescindidos por los líderes cingaleses como parte de su enfrentamiento a la agitación nacionalista. En efecto, los LTTE argumentan que la política electoral fracasó en resolver los problemas étnicos y –aspecto todavía más importante– deterioró la seguridad física de los tamiles debido a la violencia del Estado, que dio como resultado el surgimiento de la lucha armada tamil. Hay también otro punto ideológico importante. Como movimiento que lucha por la independencia política, los LTTE se ven a sí mismos más como un Estado putativo que como un partido político. Puesto de manera sencilla: argumentan que su legitimidad entre los tamiles debería — 336 — estar determinada por la calidad de su gobierno, más que por su desempeño comicial (en las urnas) bajo el sistema electoral de Sri Lanka. Por eso las actividades y las estrategias de los LTTE están dirigidas, no precisamente a la construcción de un partido político, sino hacia la construcción de instituciones relacionadas con la gobernanza. Esta perspectiva produce prácticas en diferentes niveles, desde la toma de decisiones estratégicas hasta el manejo de aspectos prácticos del día a día. Por ejemplo, el embargo económico y otras restricciones impuestas por el Estado cingalés a las áreas controladas por los LTTE han resultado en un esfuerzo considerable destinado a conquistar la autosuficiencia en las áreas afectadas, más que en mover a los parlamentarios tamiles a buscar que las prohibiciones sean levantadas (si bien esto también se hizo). Por estas razones, los LTTE sostienen que las elecciones no son hoy el foro en el que se puedan realizar las aspiraciones de la nación tamil en Sri Lanka. Entrar solo a jugar en ese ámbito, dado el espíritu que apuntala la Constitución y la organización política cingalesas, constituiría un fuerte limitante a la exigencia fundamental tamil de autodeterminación. Por lo tanto, es imposible representar a la nación tamil a través de los procesos políticos y electorales de Sri Lanka, y tampoco es necesario hacerlo. Subsecuentemente, los problemas esenciales que subyacen en la cuestión étnica cingalesa pueden ser resueltos mediante negociaciones directas con el Estado de Sri Lanka y, por tanto, la participación de los LTTE en las elecciones carece de sentido. Obstáculos políticos y constitucionales Más allá de las limitaciones ideológicas impuestas a la participación de los LTTE en la vida electoral del país, existen varias dificultades legales, constitucionales, de seguridad y de otro tipo. Asumiendo que el movimiento decidió alcanzar la autodeterminación tamil, incluida la independencia, a través del proceso electoral, esta sección del estudio pretende analizar los obstáculos más obvios y condicionantes de ese cometido, comenzando por la Constitución cingalesa. — 337 — SRI LANKA La política de la transformación: los LTTE y el proceso de paz en Sri Lanka SRI LANKA DE LA INSURGENCIA A LA DEMOCRACIA Para comenzar, digamos que la sexta enmienda de la Constitución, hecha en 1978, reformó la cláusula 161 e introdujo la cláusula 157A. Esta última establece: 1) Ninguna persona deberá, directa o indirectamente, dentro o fuera de Sri Lanka, apoyar, propugnar, promover, financiar, fomentar o abogar por el establecimiento de un Estado separado dentro del territorio de Sri Lanka. 2) Ningún partido político u otra asociación u organización deberá tener como uno de sus propósitos u objetivos el establecimiento de un Estado separado dentro del territorio de Sri Lanka. La cláusula 157A establece igualmente: 4) Ninguna persona podrá solicitar a la Corte Suprema una declaración en la cual dicho partido político u otra asociación u organización tenga como uno de sus propósitos u objetivos el establecimiento de una Estado separado dentro del territorio de Sri Lanka. 5) En el párrafo 4, y en relación con cualquier partido político, asociación u organización, la Corte Suprema hace la declaración de que tal partido político, asociación u organización deberá ser estimado, por todo motivo, como proscrito. La cláusula 157A, de manera efectiva, hace imposible que los LTTE (o, en su defecto, cualquier otro partido político) puedan defender su demanda de independencia. Dada su historia, los LTTE deberían abandonar explícitamente su propósito independentista incluso antes de registrarse como partido político, si no quieren ser denunciados ante la Corte Suprema por cualquier oponente. La sexta enmienda, por lo tanto, descarta con eficacia la posibilidad de asegurar por vía electoral un mandato de los tamiles bajo la Constitución de Sri Lanka, para el propósito de autodeterminación interna y externa. En segundo lugar, incluso si los LTTE abandonaran su propósito de un Estado independiente y, por el contrario, buscaran un modelo de auto- — 338 — nomía interna –supongamos, el federalismo–, la arraigada naturaleza de la Constitución del país –en otras palabras, los obstáculos innatos para enmendarla– hace de la reducida exigencia tamil algo imposible de alcanzar de todas maneras: la reforma de la Carta exige, no solo las dos terceras partes de la mayoría en los 225 escaños del Parlamento (en los cuales las áreas del noreste hablantes de tamil están representadas solo por 25 escaños), sino también la aprobación mediante referendo presentado a toda la nación. El requerimiento de las dos terceras partes del Parlamento concentra el poder en las mayorías cingalesas. En el pasado reciente, incluso el cambio de un sistema de gobierno presidencial a uno parlamentario (un asunto que nada tiene que ver con la cuestión étnica) no pudo realizarse, y los medios extraconstitucionales tuvieron que ser considerados. Pero el requerimiento de un referendo a lo largo y ancho de la isla asegura aún más el veto a cualquier acuerdo por parte de los nacionalistas cingaleses. Como lo observa Jayadeva Uyangoda,“cualquier propuesta de acuerdo que surja de la organización política tamil como una oferta creíble excedería por mucho aquello que la clase política cingalesa pudiera considerar de manera constructiva, precisamente porque prevería una reconstitución radical del Estado existente” (2007: 19). En efecto, los LTTE sostienen que casi todos los acuerdos alcanzados entre los líderes tamiles y cingaleses han sido rescindidos posteriormente, en medio de la furia nacionalista del pueblo cingalés. Para los LTTE, dado que es imposible sortear las provisiones de estabilidad de la Constitución, en el caso de que se implementara alguna solución, las rutas extraparlamentarias tendrán que ser seguidas inevitablemente. En tercer lugar, la Constitución limita con severidad el alcance de la equitativa transferencia de poder que es posible bajo ella. La jurisprudencia de la Corte Suprema que rigió en la 13a enmienda observa que los poderes concedidos a los Consejos Provinciales (establecidos por la enmienda) fueron equivalentes al nivel máximo de transferencia de poderes permitida por la Carta vigente. Por último, los artículos 2, 3, 4, 75, 76 y 82 de la Constitución excluyen la posibilidad de hacer borrón y cuenta nueva del actual punto muerto — 339 — SRI LANKA La política de la transformación: los LTTE y el proceso de paz en Sri Lanka SRI LANKA DE LA INSURGENCIA A LA DEMOCRACIA constitucional y convocar una Asamblea Constituyente encargada de redactar una nueva Constitución para el país (Thamilmaran, 2003). Dada la manifiesta imposibilidad de reformar la Constitución, particularmente en un asunto tan cargado étnicamente como el de compartir el poder con los tamiles, los límites de poderes que pudieran obtenerse bajo la actual Constitución centralizada y la precondición necesaria (incluso para la lucha electoral) de renunciar a la independencia nacional como una aspiración tamil, no hay manera de que los LTTE –o en su defecto cualquier otro actor tamil– logre el objetivo de la autodeterminación interna o externa tamil mediante la participación y el triunfo en las elecciones. En efecto, incluso el TNA, que en los comicios de 2004 barrió en el noreste con una campaña que buscaba el reconocimiento de los LTTE como los representantes auténticos y únicos del pueblo tamil, estuvo peligrosamente cerca de ser considerado como una organización violadora de la Constitución y por eso mismo descalificado para participar en la justa. Por tanto, los LTTE sostienen que, precisamente porque son un movimiento extraparlamentario, el criterio de un Estado cingalés que negocia un arreglo para compartir el poder con ellos está lleno de sentido. Para los LTTE, por el contrario, la participación en las elecciones sería vista con toda probabilidad, por partidarios y por opositores, como una manera de agotar o entregar la causa de la autodeterminación tamil. Más allá de estos asuntos constitucionales, hay otras dificultades prácticas, que excluyen una evaluación de los sentimientos tamiles a partir de los resultados electorales: • Desplazamiento masivo de los tamiles. Uno de cada cuatro tamiles del noreste está internamente desplazado o está refugiado en el extranjero. Muchos han huido de áreas que desde entonces el Ejército cingalés ha convertido en Zonas de Alta Seguridad.19 19 Estas zonas de seguridad, que el acuerdo de cese del fuego de 2002 obligó al Ejército de Sri Lanka a abandonar, se convirtieron en un serio punto de contradicción en las conversaciones de paz de diciembre de 2002, cuando el Ejército se negó a cumplir lo acordado. — 340 — • Falta de seguridad. La amenaza permanente impuesta por los paramilitares, apoyados por el Ejército, hace que el trabajo en defensa de los derechos políticos tamiles sea inherentemente peligroso. A pesar del acuerdo de alto el fuego que obligaba al gobierno cingalés tanto al desarme de los paramilitares como a su desbande o su absorción en las fuerzas armadas gubernamentales, no hubo ningún resultado. Mientras tanto, desde el año 2002, cientos de partidarios y activistas del amplio movimiento nacionalista tamil han sido asesinados por los paramilitares apoyados por el Ejército. Entre las víctimas se encuentran parlamentarios, consejeros locales, periodistas, activistas de la sociedad civil, estudiantes y sus familiares. Varios cuadros del ala política de los LTTE también han sido muertos en áreas controladas por el gobierno. VISIÓN GENERAL DE UN ESTADO DENTRO DEL ESTADO20 Ian Spears describe los ‘estados-dentro-de-estados’ como incipientes entidades políticas que “han impuesto un control efectivo sobre un territorio dentro de un estado más grande y pueden tener una admirable selección de estructuras institucionales que, entre otras cosas, permite la recolección de impuestos, brindar servicios, y hacer negocios con otros actores internacionales. Pero no tienen aquello que los cuasi estados si poseen: estado jurídico” (2004: 16). Anota además que “los únicos criterios para los ‘estados-dentro-de-estados’ es que no reciben, o no recibieron, el reconocimiento de la comunidad internacional, pero no obstante sí exhiben elementos claves de una definición weberiana de estatalidad” (2004: 17). Enfatiza en que “los ‘estados-dentro-de-estados’ son con frecuencia un hecho empírico simplemente” de la política internacional contemporánea:“Primero y probablemente lo más obvio, los ‘estados-dentro-de-esta20 Esta sección se basa en las inferencias extraídas de extensas entrevistas llevadas a cabo por los autores en julio de 2003, tanto para este estudio y como para sus tesis doctorales, con individuos en posiciones de liderazgo y no ejecutivas dentro de diferentes brazos de los LTTE y su gobierno civil, que incluyen los servicios judiciales, de policía y de salud de Tamil Eelam, el ala política de los LTTE, el Secretariado de Paz y los militares. Los autores también hicieron entrevistas a organizaciones no gubernamentales (ONG) locales e internacionales que trabajan en el noreste de Sri Lanka. — 341 — SRI LANKA La política de la transformación: los LTTE y el proceso de paz en Sri Lanka SRI LANKA DE LA INSURGENCIA A LA DEMOCRACIA dos’ ofrecen medios de protección contra gobiernos ‘extranjeros’ hostiles (que puede ser de hecho el mismo gobierno central) o alternativamente, en el caso de extrema debilidad del estado o colapso del mismo, como un medio de alcanzar las necesidades de bienestar social de los individuos” (2004: 27). En un horizonte de sugerencias de política para la comunidad internacional, Paul Kingston y Ian Spears sostienen que, “Finalmente, en aquellos raros casos en los que el ‘estado-dentro-de-un-estado’ es viable y existe en una relación irreconciliable con el Estado formal, o cuando este existe en situaciones de colapso profundo del Estado, la comunidad internacional puede no tener otra opción que considerar algún tipo de reconocimiento para los ‘estados-dentro-de-estados’. Sin embargo, en el corto plazo, el reconocimiento formal debería mantenerse en reserva como un medio para influir y garantizar una buena y responsable gobernanza” (2004: 191). Citando a Smith (2004), Stokke va más allá y plantea que “construir paz se traduce en resolver de manera sistemática los fracasos del Estado en la búsqueda de seguridad, bienestar y representación” (2006: 1025). Al describir esto como “las tres funciones principales de cualquier estado moderno”, argumenta que “las actividades de construcción de estado de los LTTE se deben entender como una contra-estrategia política para institucionalizar en el terreno la realidad de un poder estatal dual que funcione como precursor de futuros acuerdos para compartir el poder, con un autogobierno interno o externo para el noreste de Sri Lanka”(2006: 1026, con énfasis añadido). El proyecto de construcción de Estado, añade Stokke, “está minuciosamente vinculado con sus proyectos políticos de representar la nación tamil y poner en marcha una autodeterminación para ella” (2006: 1026). Para comenzar, el proyecto de construcción de Estado de los LTTE no puede ser analizado a partir de la visión del movimiento como un actor político tamil entre otros más. En efecto, los LTTE se ven a sí mismos como el aparato de Estado de Tamil Eelam, es decir, como el vehículo a través del cual el derecho de los tamiles a la autodeterminación se hace realidad, una autoconcepción que frecuentemente se manifestó en los res- — 342 — ponsables de distintas ramas de la administración (al respecto, los LTTE argumentan que son ellos la única entidad capaz de confrontar con eficacia a los militares de Sri Lanka en defensa de la nación tamil, algo que también han tratado de hacer otros actores tamiles). Este estudio amplía el argumento de Stokke de que el proyecto de construcción de Estado de los LTTE constituye por tanto una forma de transformación política. Sin embargo, mientras que el estudio detallado de Stokke se compone de un repaso sistemático de los esfuerzos de construcción de Estado de los LTTE, nosotros aquí nos enfocamos en la relación entre la construcción de instituciones y la transformación política. Un importante elemento contextual es que el proyecto de creación de Estado de los LTTE se ha iniciado y está siendo conducido mayormente entre periodos de intensa lucha. El proyecto comenzó a mediados de la década de 1980 en la península norteña de Jaffna y se aceleró luego de que gran parte de la región quedara bajo el control de los LTTE, a comienzos de los noventa. Las experiencias y resultados dispares obtenidos durante ese lapso han contribuido desde entonces a la evolución del gobierno civil de los LTTE, que ahora se encuentra en Vanni (el Ejército de Sri Lanka se tomó Jaffna en 1995). El proyecto de construcción de Estado sigue hasta hoy, además, en medio de un contexto de amenaza externa latente, aunque significativa, del Ejército de Sri Lanka, un factor que influye en todas las tres funciones principales: seguridad, bienestar y representación. Desde una perspectiva de construcción estatal, aparecen dos elementos para la seguridad (del Estado), uno externo y otro interno. El primero hace referencia a la formación de fuerzas militares capaces de defender los territorios ‘liberados’ de las fuerzas armadas de Sri Lanka, que incluyen una fuerza naval y una fuerza aérea. Como nuestro enfoque se centra en la transformación política, aquí nos detenemos en los aspectos de la seguridad interna, de la cual hay dos dimensiones: el apoyo de la seguridad externa y la provisión de la ley y el orden. La policía de Tamil Eelam y el poder judicial de Tamil Eelam se encargan de la ley y el orden. La policía opera a través de estaciones policiales abiertas a lo largo de los territorios — 343 — SRI LANKA La política de la transformación: los LTTE y el proceso de paz en Sri Lanka SRI LANKA DE LA INSURGENCIA A LA DEMOCRACIA ‘liberados’. También hay escuelas de entrenamiento para policías, oficinas administrativas y laboratorios forenses. La estructura del poder judicial se compone de tribunales de distrito y dos altas cortes, la de apelación y la Corte Suprema. Tanto el Código Penal como el Código Civil de Tamil Eelam fueron promulgados en 1994 y están basados en la preexistencia (i. e. de las leyes de Sri Lanka), pero fueron ampliados a la dirección de temas sociales –derechos de las mujeres y sistema de casta, por ejemplo–. Los jueces y los abogados se forman en la Escuela de Leyes. Mientras que el poder judicial de los LTTE ha sido desestimado por algunos críticos del movimiento por considerarlo falto de autonomía, otros apuntan a la legitimidad de los tribunales entre la población civil del noreste del país, hasta el punto de que muchas personas optan por presentar sus reclamos allí y no en las cortes de Sri Lanka (Stokke, 2006: 1028). La policía de Tamil Eelam, creada en 1991, tiene la tarea de ejercer las funciones tradicionales de policía, que incluyen la prevención y la detección del crimen, la regulación del tráfico y otras labores. El cese de hostilidades que se presentó en 2002 –y la ausencia de guerra que ello acarreó– condujeron a refinamientos de la ley y de la conducta de la policía, incluso con tropas del LTTE fuera de servicio y que quedaron bajo la jurisdicción de la ley y el orden domésticos. Como sucede con el poder judicial, la policía es pagada por el Estado del LTTE. Hay un énfasis en las relaciones públicas que busca “tanto darle a la fuerza legitimidad entre la población tamil, como implementar una estrategia para prevenir el crimen”, y mientras los LTTE consideran los bajos índices de criminalidad como una muestra del enraizamiento de la policía en la comunidad, los críticos de los LTTE afirman que es más un control autoritario que un ejercicio comunitario de la función de vigilancia. En cualquier caso, observa Stokke, la policía y el poder judicial pueden ser vistos como factores que mantienen un alto grado de ejercicio de la ley (rule rule of law law) en las áreas controladas por los LTTE, y mientras ellos fortalezcan indudablemente la capacidad coercitiva estatal en el ámbito de la seguridad interna, “la manera como estas instituciones operan parece darles un grado de legitimidad entre la población civil tamil y contribuir también, de esa manera, a la hegemonía de los LTTE en el noreste” (2006: 1028). La policía de Tamil — 344 — Eelam ha recibido una cantidad limitada de asistencia institucional y de construcción de una capacidad de los actores internacionales orientada a contribuir a un ejercicio efectivo de sus funciones de policía en las comunidades. En 2003 este factor hizo posible un viaje de estudios de dos docenas de policías a Irlanda. El bienestar social ocupa un “lugar central” en el proyecto de construcción de Estado de los LTTE, así él esté subordinado al mantenimiento de la seguridad externa e interna (Stokke, 2006: 1029). El bienestar se crea a través de un amplio rango de instituciones, que incluye notablemente a ONG que suministran ayuda humanitaria y desarrollo social, así como a los departamentos de salud y educación de los LTTE. Un aspecto interesante del esfuerzo de construcción de Estado de los LTTE es la incorporación de instituciones estatales locales de Sri Lanka en sectores sociales claves, como la salud y la educación, que hacen parte de su arquitectura de provisión de bienestar. En efecto, a lo largo de la lucha los LTTE no han desmantelado completamente el gobierno civil del Estado cingalés en las áreas que se han tomado, sino que lo han incorporado al Estado de Tamil Eelam,“buscando que las instituciones estatales locales trabajen para su beneficio y simultáneamente desarrollen programas adicionales de bienestar” (Stokke, 2006: 1030). Esto, en contraste con el total desmantelamiento que han hecho de las maquinarias de seguridad, ley y orden del Estado de Sri Lanka en las áreas controladas por los LTTE. La función ‘colaboradora’ de los LTTE, mediante la cual la planeación y la coordinación se llevan a cabo de manera centralizada, pero la ejecución de los proyectos se hace a través de ONG y otros organismos, establece un terreno intermedio entre la economía de comando y los acercamientos neoliberales. En esencia, mientras se busca el apoyo internacional para la rehabilitación, reconstrucción y desarrollo, se opera una expansión paralela del Estado de Tamil Eelam. En efecto, mientras que las instituciones de los LTTE orientadas al bienestar se caracterizan por una fuerte interacción con actores externos (que incluyen en el primer y más importante lugar a la diáspora Tamil, aunque también a donantes extranjeros y hasta a instituciones estatales de Sri Lanka), éstos son vistos como — 345 — SRI LANKA La política de la transformación: los LTTE y el proceso de paz en Sri Lanka SRI LANKA DE LA INSURGENCIA A LA DEMOCRACIA elementos que cumplen un papel de apoyo al emergente aparato del Estado de Tamil Eelam. Con posterioridad a 2002, ese Estado buscó elevar su capacidad institucional para responder a las necesidades humanitarias y de rehabilitación y para coordinar iniciativas de desarrollo, todo lo cual resultó en una expansión sustancial de la capacidad estatal para proveer servicios de bienestar y opciones de progreso en el nivel local, mediante el establecimiento de relaciones con donantes internacionales, agencias humanitarias y la diáspora (Stokke, 2006: 1033). El establecimiento de la Secretaría de Planeación y Desarrollo en 2004 tuvo la intención de coordinar los recursos y habilidades de la diáspora que estaban accediendo a las áreas controladas por los LTTE con la llegada del cese del fuego. Poco después del tsunami de diciembre de 2004, cuando el flujo de la migración tomó las proporciones de una avalancha, la Secretaría de Planeación y Desarrollo de los LTTE y la Organización de Rehabilitación Tamil21 se convirtieron en vehículos críticos, no solo de la rehabilitación y la reconstrucción sino también de la coordinación del Estado de Tamil Eelam y de la ejecución “tercerizada”, respectivamente. La principal crítica al Estado de Tamil Eelam, lanzada de manera fuerte por los críticos de los LTTE, se pregunta hasta dónde este Estado puede servir como plataforma para una representación política democrática. Stokke señala que “la forma dominante del gobierno en áreas controladas por los LTTE es aquella de un Estado fuerte y centralizado con pocas instituciones formales para una representación democrática”, pero también apunta que “esta forma jerárquica de gobernanza está complementada con elementos de acuerdos de asociación, especialmente con respecto al bienestar social y el desarrollo económico” (2006: 1035). Por lo tanto –lo sostiene de manera crucial–, el Estado de los LTTE “tiene el potencial para transformarse hacia una gobernanza basada en una coordinación y facilitación por parte del Estado de actores no estatales en los mercados 21 La Organización para la Rehabilitación Tamil está registrada como una entidad no gubernamental bajo la Ley de Servicios Sociales del Gobierno de Sri Lanka, y sostiene que es una agencia humanitaria imparcial que provee rehabilitación, desarrollo y alivio urgente a las personas afectadas por la guerra y los desastres naturales. Tiene muchas sucursales y lugares donde desarrolla proyectos a lo largo y ancho del noreste cingalés. Su oficina principal está situada en Kilinochchi, población controlada por los LTTE. — 346 — y en la sociedad civil”(2006: 1035). Desde el punto de vista de los LTTE, las políticas dentro de Tamil Eelam tienen lugar en el contexto de una amenaza patente y significativa de la seguridad externa proveniente de las fuerzas armadas de Sri Lanka. Partidarios de los LTTE argumentan que el surgimiento de un espacio democrático está condicionado por la eliminación de este riesgo de seguridad, bien sea por un acuerdo de paz integral o por un convenio interino con fuertes garantías de seguridad. Pero los críticos de los LTTE opinan que ceder más poder al movimiento solo conducirá a más autoritarismo y no a más democracia. Sin embargo, como apunta Stokke, cualesquiera que sean las fallas de los LTTE en este momento, “no hacen que ellos necesariamente descarten la posibilidad de futuras transformaciones políticas” (2006: 1035). La expansión posterior a 2002 desplegada por el ala política de los LTTE, la participación del movimiento en elecciones por conducto de la Alianza Nacional Tamil, su estímulo en la formación del Secretariado de Derechos Humanos del Noreste, así como sus “emergentes experimentos con la descentralización y participación de la comunidad en la planeación e implementación de la reconstrucción y el desarrollo”(2006: 1035/6), constituyen esfuerzos indicativos claves en este sentido. LOS LTTE Y EL PROCESO DE PAZ DE 2002 Podría decirse que el proceso de paz noruego en Sri Lanka ha sido la intervención internacional más directa, coordinada y prolongada hecha a todo lo largo del conflicto de la isla.22 La iniciativa de Oslo comenzó secretamente en 1999 como un proceso de contacto entre los LTTE y el gobierno de Sri Lanka, y salió a la luz pública en 2000 como un esfuerzo formal de facilitación, inclusive mientras el conflicto alcanzaba nueva intensidad. Sin embargo, solo después de la estrecha victoria de la coalición centroderechista y pro-mercado del Frente Nacional Unido en las elecciones parlamentarias de diciembre de 2001, el proceso de paz noruego ganó un real impulso. En efecto, para sorpresa de muchos, el proceso de paz 22 Fue más allá de la intervención militar de India de finales de la década de 1980, en término de número de actores, tipos y profundidad de los compromisos. — 347 — SRI LANKA La política de la transformación: los LTTE y el proceso de paz en Sri Lanka SRI LANKA DE LA INSURGENCIA A LA DEMOCRACIA se movió entonces a un ritmo vertiginoso. A los pocos días de la victoria del Frente Nacional Unido, los LTTE anunciaron un cese del fuego unilateral de un mes de duración, gesto que fue correspondido en seguida por el nuevo gobierno. En el curso de dos meses los protagonistas dieron el paso de las hostilidades a la negociación de un mutuo Acuerdo de Cese al Fuego (CFA, por su sigla en inglés). Las negociaciones de los términos del pacto estuvieron dirigidas por diplomáticos noruegos, que iban y venían. Desde febrero de 2002 hubo una serie de “medidas de buena voluntad” adoptadas entre ambas partes y que incluyeron la liberación de prisioneros y el levantamiento de los bloqueos gubernamentales en áreas controladas por los LTTE. El gobierno levantó la prohibición que pesaba sobre los LTTE y, a pesar de algunas muestras de acrimonia (con frecuencia sobre la falta de implementación de los amplios términos del CFA), los LTTE y el gobierno de Sri Lanka entraron en negociaciones directas (cara a cara), animadas por los noruegos. Desde septiembre de 2002 y durante seis meses, las delegaciones se reunieron una vez por mes en Tailandia, Noruega, Alemania y Japón, y sus conversaciones fueron coordinadas por diplomáticos noruegos de alto rango. En diciembre del mismo año, a escasos tres meses de haber comenzado los diálogos y menos de un año después del cese de hostilidades, las dos partes alcanzaron el acuerdo histórico de “explorar” el federalismo como una solución permanente del conflicto. Pero casi tan rápido como habían aparecido, la euforia subsiguiente se evaporó y el impulso del proceso de paz se disipó. Entre una agresividad en alza (en particular por las acusaciones que los LTTE hicieron al gobierno por no implementar los aspectos humanitarios del CFA y acuerdos previos sobre cuestiones humanitarias), en abril de 2003 los LTTE abandonaron “temporalmente” las negociaciones –aclarando, sin embargo, que estaban “todavía comprometidos” con el proceso de paz–. A pesar del rompimiento de las conversaciones directas, el proceso de paz continuó por conducto de la diplomacia noruega, que iba y venía, con un cambio en el foco de discusión, que, de estar centrado en las estructuras de poder federal susceptibles de ofrecer una solución permanente, pasó a discutir sobre estructuras interinas que incluían la propuesta de — 348 — los LTTE de una Autoridad de Autogobierno Interina (ISGA, por su sigla en inglés), y, una vez pasado el devastador tsunami de diciembre de 2004, a debatir mecanismos de distribución de ayuda humanitaria, entre ellos la frustrada Estructura de Manejo de la Operación Pos-tsunami. A partir del año 2004 el proceso de paz noruego se desintegró en medio de un implacable ciclo escalonado de violencia. Argumentamos que los LTTE entraron en el proceso de paz noruego con un solo propósito: establecer una administración interina para el noreste y preparar el terreno en términos de legitimidad internacional, a fin de ejercer un papel preponderante en esa administración. El proceso de paz noruego, por lo tanto, constituyó una iniciativa de transformación crucial para los LTTE, que de ser un movimiento de resistencia armada hizo la transición al ejercicio de una gobernanza interina. Con este fin, además de la expansión anticipatoria substancial de su capacidad de construcción de Estado –como se señaló en la sección anterior–, los LTTE se comprometieron con un número de estrategias políticas determinantes, que incluían: (a) Entrar en el año 2002 en un Acuerdo de Cese al Fuego (CFA) integral y monitoreado internacionalmente con el Estado de Sri Lanka, bajo el amparo del CFA, insistiendo en el acceso de sus funcionarios del ala política a las zonas del noreste del país controladas por el gobierno; (b) Mantener un alto nivel de las negociaciones facilitadas por los noruegos con el Estado de Sri Lanka y continuar con las negociaciones a pesar del ataque y el hundimiento de los barcos de suministro de los LTTE y del asesinato de dos docenas de cuadros a principios del año 2003; (c) Acordar mecanismos de coordinación conjunta con el Estado (Subcomité de Necesidades Humanitarias Inmediatas y Rehabilitación, Subcomité de Desescalamiento y Normalización y Subcomité de Temas de Género); (d) Buscar un papel directo en la toma de decisiones sobre los desembolsos de la asistencia internacional para la rehabilitación y reconstrucción de áreas del noreste desgarradas por la guerra; — 349 — SRI LANKA La política de la transformación: los LTTE y el proceso de paz en Sri Lanka SRI LANKA DE LA INSURGENCIA A LA DEMOCRACIA (e) Responder positivamente a la crítica internacional sobre sus indicadores de infracciones de derechos humanos y del reclutamiento de menores de edad (incluso, por ejemplo, negociar una carta de derechos humanos con el gobierno de Sri Lanka y acordar un plan de acción con Unicef, mediante el establecimiento de la Secretaría del Nordeste para los Derechos Humanos, Nesohr); (f ) Explorar el federalismo como una posible solución permanente mientras se urge por una administración interina; enviar una delegación de 25 personas a visitar varios países de Europa para analizar diferentes aspectos prácticos de gobierno de estilo federal y participar en el monitoreo de las elecciones de Sudáfrica mediante una invitación de ese gobierno; (g) Apoyar activamente una iniciativa independentista procedente de los cuatro partidos tamiles más grandes de Sri Lanka, destinada a unirse en una plataforma única (la Alianza Nacional Tamil) basada en los intereses de los tamiles y que incluya una administración interina y el respaldo a los LTTE como únicos representantes de dichos intereses; (h) Buscar alianzas políticas con otras comunidades minoritarias, los tamiles del ‘país de arriba’ y los musulmanes, e involucrarse en un proceso de reconciliación con la comunidad musulmana que incluya disculpas públicas hechas por los principales líderes de los LTTE y los comités de coordinación conjuntos sobre el terreno, compuestos por federaciones de mezquitas locales y funcionarios locales de los LTTE; (i) Adelantar un largo y detallado ejercicio de consulta entre expertos de derecho constitucional, particularmente de la diáspora, sobre la propuesta de una autoridad de autogobierno interina (ISGA), las primeras propuestas concretas lanzadas por los LTTE para una solución, interina o permanente; (j) Aceptar una expansión del ala política de los LTTE que contemple el establecimiento de oficinas políticas en áreas del noreste manejadas por el gobierno, para emprender iniciativas políticas que incluyan de manera sistemática la presentación a conocimiento — 350 — público de las propuestas de la ISGA y la movilización local (aldeana) en apoyo de la Alianza Nacional Tamil; (k) Acordar con el Estado de Sri Lanka un mecanismo destinado a administrar conjuntamente la ayuda internacional pos-tsunami a los territorios del noreste devastados por la catástrofe. Una cuestión de legitimidad Hacia el año 2002, cuando comenzó el proceso de paz, podría considerarse que los LTTE habían establecido una paridad militar estratégica vis a vis con el Estado de Sri Lanka. Los tamiles no solamente habían ocupado una extensión considerable de territorio en la que establecieron un gobierno civil, sino que además derrotaron la capacidad ofensiva de las fuerzas armadas gubernamentales de Sri Lanka. Al contrario, el gobierno detuvo la avanzada de los LTTE en la península de Jaffna, aunque no pudo recuperar el terreno perdido con los LTTE. Además, con la economía en recesión en ese momento, la presión internacional por una negociación se tornó inevitable. Los LTTE entraron en el proceso de paz con una fuerte posición estratégica, aunque con débiles credenciales internacionales, dado que en el extranjero eran percibidos como un grupo terrorista despiadado y fanático, casado irracionalmente con la idea de un Estado independiente. De esa manera, la ‘legitimidad’ internacional –es decir, el hecho de ser aceptados por la comunidad internacional como un actor político legítimo y creíble– se había convertido entonces para los LTTE en un asunto de presión, incluso central. Ellos buscaban, además, aceptación internacional específicamente en el contexto de su apuesta por gobernar las áreas tamiles de la isla. Tal como observaba en septiembre de 2002 Anton Balasingham, teórico de los LTTE: “Nosotros ya tenemos una estructura administrativa masiva en las áreas bajo nuestro control. Lo que necesitamos es legitimidad internacional para poder coordinar y trabajar con el gobierno de Sri Lanka y la comunidad internacional”.23 23 The Guardian, 19 de septiembre de 2002: “Los Tigres Tamiles lanzan reclamo de independencia”. — 351 — SRI LANKA La política de la transformación: los LTTE y el proceso de paz en Sri Lanka SRI LANKA DE LA INSURGENCIA A LA DEMOCRACIA Sin embargo, entre algunos actores internacionales había la percepción extendida de que los LTTE estaban involucrados en la iniciativa noruega principalmente para escapar de la ‘guerra (global) al terrorismo’. Mientras que, sin duda alguna, para los LTTE existía el imperativo de tomar distancia del medio internacional, que se deterioraba aceleradamente después de los sucesos del 11 de septiembre de 2001, para los actores armados no estatales ello no daba cuenta de la coherencia estratégica de la multiplicidad de actividades asumidas y desarrolladas por los LTTE. No obstante eso, la lógica que terminó dominando el compromiso internacional vino a ser aquella de que los LTTE solamente estaban respondiendo a la amenaza que suponía la acción internacional en contra del terrorismo, una percepción reforzada por el Estado cingalés. Es importante anotar que los LTTE y la comunidad internacional abrigaban expectativas divergentes sobre el proceso de paz noruego: los primeros buscaban una transición ‘de guerrilleros a gobierno’ (no obstante, en términos de un modelo de gobernanza de un ‘estado-dentro-del-estado’), mientras la comunidad internacional, y el Estado de Sri Lanka, estaban preocupados por contener a los LTTE y obligarlos a seguir el camino del desarme y la desmovilización (o, como dicen los Estados Unidos: “renunciar al terrorismo de palabra y de hecho”). Como se afirmó atrás, el objetivo estratégico de la participación de los LTTE en el proceso de paz noruego era el establecimiento de una administración interina para el noreste del país (que no era un idea novedosa: en uno u otro momento los dos partidos cingaleses en escena sugirieron que se discutiera públicamente la propuesta de un “Consejo Interino” para el noreste). Sin embargo, los LTTE imaginaron una estructura más robusta y expansiva, con autoridad ejecutiva significativa y capaz de asumir la reconstrucción y la rehabilitación masivas que necesitaba el noreste destrozado por la guerra. Desde finales de 1999 la participación noruega no promovió la aparición de un movimiento significativo hacia un proceso de paz, ni en el gobierno ni en los LTTE. Pero la iniciativa noruega prosiguió con una rapidez sorprendente después de las elecciones de diciembre de 2001, en las cuales la coalición de oposición liderada por el UNP, que defendía la propuesta de una solución negociada con los — 352 — LTTE, derrotó por escaso margen a la gobernante Alianza por la Libertad del Pueblo Unido (UPFA).24 De manera notable, el manifiesto del UNP declaraba, en la sección titulada “Proceso de paz”, que “una administración interina se establecerá para las provincias del norte y el este”25, mientras que los LTTE apoyaron al UNP, situación que dio como resultado que los votos tamiles consignados fuera del territorio nororiental respaldaran ampliamente a este partido.26 Hay una fuerte evidencia que sugiere que las negociaciones entre el UNP y los LTTE sobre la administración interina comenzaron antes de que el primero llegara al poder. El establecimiento exitoso de una administración interina que funcionara efectivamente para el noreste tenía un potencial considerable para convertir el uso de la fuerza en algo innecesario y problemático para los protagonistas, en tanto que continuaban las prolongadas negociaciones destinadas a encontrar una solución permanente. De esa manera, una administración interina en la que los LTTE tuvieran un papel dominante podría erguirse promisoriamente como una piedra angular de un proceso de transición “de la guerra a la paz”: (a) Una administración civil, o estructura de gobernanza, apoyada internacionalmente y sujeta a los principios de transparencia y responsabilidad condicionaría el comportamiento tanto de los LTTE como del Estado de Sri Lanka; (b) Suministraría un medio de transición para los LTTE, de movimiento de resistencia armada a gobierno interino; (c) Suministraría un medio de transición para que el Estado de Sri Lanka comenzara el proceso de compartir (de manera limitada) el poder con los tamiles en el noreste; (d) Unificaría los territorios controlados por los LTTE y los controlados por el gobierno en el noreste devastado por la guerra en una úni24 25 26 Conviene anotar, sin embargo, que a pesar de atraer a la mayoría de los votos tamiles ‘del país de arriba’ y de los votos musulmanes, como también los votos tamiles depositados fuera del noreste, el UNP logró solo estrecha victoria sobre la UPFA, liderada por el SLFP, que conquistó la mayoría de los votos cingaleses. Manifiesto del UNP, septiembre de 2001, p. 7. Disponible en http://unp.lk/Menifestos/05_UNP%202001%20Manifito.pdf Ver comentarios del líder de los LTTE, Vellupillai Pirapaharan, en su discurso del Día de los Héroes, 27 de noviembre de 2001. — 353 — SRI LANKA La política de la transformación: los LTTE y el proceso de paz en Sri Lanka DE LA INSURGENCIA A LA DEMOCRACIA SRI LANKA ca estructura, capaz de asumir los muy necesarios proyectos de reconstrucción; (e) Permitiría resolver las urgentes necesidades humanitarias del noreste, mientras se negociaba una solución política permanente (esto se anticipaba como el inmediato “dividendo de la paz”, pero al final fracasó en su materialización). Pero en las primeras rondas de las conversaciones, facilitadas por los noruegos en 2002 y 2003, el gobierno liderado por el UNP rechazó la administración interina. A cambio, se estableció un trío de subcomités que incluía uno para manejar las necesidades humanitarias urgentes del noreste. Estas instituciones, débiles a la larga, demostraron ser un fracaso. La crisis humanitaria del noreste continuó creciendo, especialmente cuando el ejército cingalés se negó categóricamente a cumplir con requerimientos decisivos dentro del CFA, compuestos de “medidas para restablecer la normalidad”. Con el estímulo internacional y no poca presión, las conversaciones se orientaron hacia discusiones sobre el federalismo como solución permanente del conflicto. En abril de 2003 los LTTE suspendieron su participación en las conversaciones y así mismo boicotearon la conferencia de donantes decisivos que tuvo lugar en Tokio ese mismo año, para lo cual citaron dos razones principales: (i) los acuerdos alcanzados con el gobierno en las primeras rondas de conversaciones no estaban siendo implementados por este último, y (ii) los LTTE habían sido marginados deliberadamente del programa internacional de rehabilitación y reconstrucción del noreste.27 Propuestas para una Autoridad Interina de Autogobierno (ISGA) Con posterioridad a su retiro de las conversaciones, a mediados de 2003 los LTTE hicieron un llamado al gobierno dirigido por el UNP respecto de sus propuestas sobre una administración interina para el noreste. Luego de rechazar las dos primeras sugerencias del gobierno, por estimarlas in27 A pesar de que estaban vetados en los Estados Unidos, los LTTE buscaban que la segunda de las tres conferencias de donantes decisivos se realizara en Washington el 14 de abril de 2003. — 354 — adecuadas, los LTTE expusieron las suyas respecto de la ISGA. Eso ocurrió en octubre de 2003, al término de varios meses de deliberaciones entre expertos constitucionales tamiles, tanto residentes en la isla como pertenecientes a la diáspora dispersa en distintos países. Fue un momento decisivo en términos de proceso de transición. Fue la primera vez en que los LTTE expusieron sus propias proposiciones para un tipo de estructura política, permanente o interina, distinta de la de un Estado independiente. Además, las propuestas incorporaban compromisos con estándares internacionales de gobierno. De manera significativa, los LTTE querían que la ISGA formara la base de las negociaciones renovadas con el Estado de Sri Lanka al amparo de la mediación noruega, factor que implicaba que sus iniciativas estaban abiertas a cambios en el curso de la discusión. Las ofertas de los LTTE promovieron una agitada tormenta de controversias en el sur, alimentadas por funcionarios leales al presidente del país, Chandrika Kumaratunga. La ISGA fue descartada por sus críticos como un conjunto de exigencias maximalistas, y recibió críticas por ir más allá del modelo federal, consistente en compartir el poder, tal como las dos partes habían acordado explorar a finales de 2002. Sin embargo, mientras la ISGA podía ser caracterizada como una propuesta basada en la noción confederal de compartir el poder (Edrisinha, 2007)28, la idea fue introducida en el contexto del gobierno de Sri Lanka sin haber presentado ninguna propuesta que estuviera muy distante de la estructura de Estado unitario que existía. La ISGA, por lo tanto, no era inadecuada para renovar un proceso de negociación. En efecto, las propuestas “claramente se abstenían de tratar de manera frontal temas emotivos (…) no eran banderas rojas que pusieran inmediatamente a hervir la sangre de alguien” (Perera, 2003). No obstante, los críticos de los LTTE, especialmente los nacionalistas cingaleses, condenaron la ISGA como un “escalón para avanzar” hacia la separación y se opusieron a las negociaciones con los Tigres –aunque, por extensión lógica, cualquier solución para compartir el poder, temporal o permanentemente, podía interpretarse como una parada intermedia 28 Comentarios hechos por Rohan Edrisinha en el discurso magistral pronunciado en la conferencia “Batallando con etiquetas o buscando una solución”, patrocinada por la Institución para la Paz del Sur de Asia y la Friedrich Ebert Stiftung, el 30 de octubre de 2007 en el Royal Colombo Golf Club. — 355 — SRI LANKA La política de la transformación: los LTTE y el proceso de paz en Sri Lanka SRI LANKA DE LA INSURGENCIA A LA DEMOCRACIA hacia un Estado independiente. Al resaltar que “un gobierno serio sobre la paz negociada en Sri Lanka también debería poder ver una ISGA negociada como el preludio de la reunificación después de años de guerra separatista”, Uyangoda manifestó que “a cambio, sustituyeron la retórica por un análisis riguroso [de esta oportunidad]” (2004). Al contrario de las afirmaciones de sus críticos, la ISGA, como propuesta para negociaciones renovadas, no excluía compromisos más profundos sobre una solución duradera una vez que una administración interina estuviera en marcha. En efecto, dado que las expectativas de que “la administración interina es admisible, y realista de alcanzar, en este punto, necesariamente tendrá menos poderes y democracia que los que pueda tener la solución final” (Perera, 2003), y la ISGA tenía una vida útil de cinco años, que podía extenderse si hasta ese momento no se alcanzaba un acuerdo final. Además, hay aspectos sobresalientes de la ISGA que, considerados como contrapunto de la transformación política, hacen de las propuestas de los LTTE una oportunidad preciosa –no obstante ahora perdida– para comenzar en el país una transición de la guerra a la paz. La ISGA ofrecía una administración sencilla de los ocho distritos del noreste, pero aunque los LTTE buscaban una mayoría en la composición de la ISGA, hicieron previsiones explícitas para las ‘minorías’ cingalesa y musulmana del noreste. Excluyeron su prolongada insistencia en ser reconocidos como “únicos representantes” (o “auténticos representantes”) de los tamiles. Además, la ISGA proponía que después de cinco años y de no haberse alcanzado un acuerdo final para ese momento, se celebrarían elecciones “a conveniencia con los principios democráticos internacionales y estándares bajo observancia internacional”, a fin de elegir la composición subsecuente de la ISGA. Hubo, indudablemente, motivos de preocupación entre quienes estaban comprometidos en una Sri Lanka unida: no había vínculo explícito entre la ISGA y el Estado de Sri Lanka, entre las propuestas que solicitaban el control de recursos marinos y submarinos de los mares colindantes con el noreste, y así sucesivamente. Pero tampoco había ninguna razón para que estos temas no se discutieran en las negociaciones. Sin embar- — 356 — go, la observación más concisa y quizás más lúcida la hizo Dharmeratnam Sivaram, político veterano y analista militar, quien se burló del alboroto causado por el contenido de la ISGA, que a la larga era “mucho ruido y pocas nueces”, por la sencilla razón de que cualquier cosa que finalmente se acordara en la mesa estaba en condiciones de ser implementada bajo la atrincherada Constitución de Sri Lanka. “La ISGA, como todas las propuestas y todos los planes sin excepción preparados y presentados por los tamiles desde 1978, no puede ser implementada ni en parte ni completamente, pase lo que pase. Se ha demostrado hasta la saciedad y más allá de todas las dudas razonables que incluso un ápice de autonomía regional para los tamiles más allá de lo que se concedió en la 13ª Enmienda a la Constitución es absolutamente imposible” (2004). En cualquier caso, las propuestas de la ISGA no arribaron a nada. A principios de noviembre de 2003, el presidente Kumaratunga, trabado en una lucha de poderes con el primer ministro Ranil Wickremesinghe, arrestó a tres ministros del gobierno parlamentario y con ello precipitó una crisis política que continuó hasta las elecciones de abril de 2004, cuando el UNP fue derrocado y se eligió a la Alianza para la Libertad de los Pueblos Unidos en un programa de línea dura que incluía el rechazo de la ISGA. El proceso de paz comenzó a colapsar rápidamente, aunque por otras razones. La “guerra en la sombra” entre grupos paramilitares apoyados por el Ejército y los LTTE, que había estado cocinándose a fuego lento desde la tregua de 2002, se intensificó repentinamente a comienzos de 2004 y lo que siguió fue la rebelión contra los líderes de los LTTE por parte del comandante de Batticaloa-Amparai, el coronel Karuna. Aunque la rebelión de seis semanas de Karuna fue aplastada por los LTTE en abril, él y unos cuantos partidarios escaparon a Colombo, donde comenzaron, con apoyo del Ejército, una campaña de asesinatos destinada a los LTTE y, de manera notable, a sus partidarios conocidos.29 Esta guerra en la sombra se intensificó gradualmente y encaminó hacia confrontaciones directas entre los LTTE y las fuerzas armadas luego de que, a finales de 2005, fuera 29 A partir de mediados de 2004 varios cuadros del ala política de los LTTE apostados en las áreas controladas por el gobierno bajo los términos del CFA fueron asesinados a tiros, junto con parlamentarios, periodistas, trabajadores auxiliares, sociedad civil y activistas políticos tamiles. — 357 — SRI LANKA La política de la transformación: los LTTE y el proceso de paz en Sri Lanka SRI LANKA DE LA INSURGENCIA A LA DEMOCRACIA elegido el presidente Mahinda Rajapakse con un programa nacionalista cingalés de línea dura que insistía en una estructura de Estado unitaria y rechazaba el federalismo y la facilitación de Noruega, e incluso el CFA de 2002. A pesar de que las dos partes permanecieron formalmente comprometidas con el CFA hasta enero de 2008, una “guerra no declarada” a gran escala estalló en 2006. El sigiloso ciclo de violencia que a la larga aplastó el CFA tiene sus raíces en la “guerra en la sombra” entre los paramilitares apoyados por el Ejército y los LTTE, que en realidad nunca terminó, a pesar del acuerdo de 2002. Una seria preocupación de los defensores del proceso de paz desde finales de 2002 fue el asesinato de miembros y cuadros de partidos políticos tamiles opositores de los LTTE. Mientras que los LTTE, como organización, no hacen comentarios sobre estas acusaciones, algunos funcionarios revelan que informantes del Ejército y agentes eran blancos de sus ataques –de la misma manera, añaden, que los agentes de los LTTE se habían convertido en blancos para el Ejército–. En torno a los nexos de la inteligencia militar y las milicias asociadas a los partidos políticos tamiles opositores de los LTTE, acusaciones y contra-acusaciones permanecen inverificables. Pero está claro que los ‘asesinatos políticos’ de los que se culpa a los LTTE llevaron a que aumentaran las serias preocupaciones que había, especialmente entre los actores internacionales, sobre el compromiso de los LTTE con el proceso de paz. Más adelante discutiremos cómo, a pesar de transitarse un ciclo de violencia, entre algunos actores internacionales hubo una tendencia a culpar a los LTTE, si no totalmente, sí principalmente, de la profundización de las dificultades. Justificada o no, esta frustración con los LTTE se convirtió en ira contra el ministro de Relaciones Exteriores de Sri Lanka, Lakshman Kadirgamar, quien fue asesinado por un francotirador el 12 de agosto de 2005. El gobierno culpó a los LTTE y de inmediato la Unión Europea (sin hacer muchas investigaciones) impuso al movimiento la prohibición de viajar a sus territorios y pocos meses después, junto con Canadá, proscribió a los LTTE al tildarlos de organización terrorista. Estas proscripciones tenían la intención de ser poderosas censuras contra los LTTE, que eran — 358 — vistos como intransigentes y beligerantes. Sin embargo, las prohibiciones no llevaron a un proceso de paz renovado. Por el contrario, la condena internacional de los LTTE animó al gobierno de línea dura de Sri Lanka para intensificar su ofensiva militar contra los Tigres y los civiles tamiles. En privado, funcionarios de la Unión Europea admitieron su sorpresa ante este resultado y algunos expresaron posteriormente su arrepentimiento por la prohibición.30 Sin embargo, como lo han señalado eruditos de la diplomacia coactiva, la intervención conminatoria dirigida a un actor en un sistema de conflicto afecta invariablemente el comportamiento de los otros actores, especialmente el de sus opositores, quienes se sentirán animados a aprovecharse de la nueva presión endureciendo sus posiciones y empeorando potencialmente la situación (Burg, 2003: 104). Un análisis más amplio de la dinámica del conflicto predominante habría llevado sin duda a una estrategia más matizada y efectiva para promover la paz (de la cual acciones en contra de los LTTE podrían haber sido un componente). En vez de observar el ciclo de violencia en el cual los cuadros de los LTTE y sus partidarios fueron también blanco de grupos paramilitares que operaban con el apoyo del Estado de Sri Lanka, hubo la tendencia a ver a los LTTE como los que dirigían sus ataques mortíferos contra el gobierno y sus rivales políticos. Incluso cuando el Estado comenzó a hacer la guerra abiertamente, bombardeando dos veces con desfachatez al jefe del equipo de monitoreo internacional del cese del fuego, la comunidad internacional permaneció en gran parte en silencio. Esta coyuntura está acertadamente ilustrada por las actitudes internacionales sobre el problema de los paramilitares anti-LTTE apoyados por el Ejército cingalés. Los paramilitares fueron una fuente de preocupación para los LTTE desde el principio del proceso de paz: la cláusula 2.10 del CFA de 2002 obligaba al gobierno a desarmar y disolver los cuerpos paramilitares o incorporarlos al Ejército regular. Los LTTE señalaron sistemáticamente que esto no se estaba cumpliendo, pero los actores internacionales no se tomaron en serio el asunto (especialmente porque con frecuencia los ase30 Las conversaciones de los autores con diplomáticos de la Unión Europea se efectuaron a finales de 2006 y principios de 2007. — 359 — SRI LANKA La política de la transformación: los LTTE y el proceso de paz en Sri Lanka SRI LANKA DE LA INSURGENCIA A LA DEMOCRACIA sinatos eran vistos como si los LTTE tuvieran como su objetivo a opositores políticos y éstos tomaran retaliaciones). La sugerencia internacional hecha al Estado para desarmar a los paramilitares solo comenzó a finales de 2005, cuando se expandieron los secuestros, asesinatos extrajudiciales y otros abusos contra los derechos atribuidos a estas fuerzas. En resumen, los LTTE se involucraron en el proceso de paz auspiciado por los noruegos con el objetivo de establecer una administración interina para el noreste del país. Por las razones esbozadas arriba, tal estructura de gobierno podía suministrar un firme fundamento para la transición de la guerra a la paz en Sri Lanka, y proporcionar tanto a los LTTE como al Estado un camino para hacer una transición alejada de la violencia, hacia un trabajo asociado a favor de la paz que posibilitara al mismo tiempo resolver la crisis humanitaria que vivía esta región desgarrada por la guerra. Sin embargo, el pronto abandono de la administración interina como tema central de la negociación y el paso simultáneo hacia la discusión de un acuerdo federal como solución permanente no solo clausuraron una ruta ideal para una transición gradual de la guerra a la paz, sino que igualmente precipitaron la aceptación de temas fundamentales cuando las condiciones básicas –humanitarias y de seguridad– estaban convirtiéndose paulatinamente en menos propicias para llegar al acuerdo de una solución duradera. En particular, la indignación de los LTTE al ser marginados de la rehabilitación internacional y los procesos de desarrollo en relación con el noreste –esto es, los intereses de los tamiles– exacerbaron sus sospechas acerca del papel de la comunidad internacional en Sri Lanka. En efecto, la “red de seguridad internacional” que el gobierno del UNP citaba con frecuencia parecía tener más la intención de atrapar al Tigre que apoyar el proceso de paz. La pregunta, entonces, es: ¿por qué un proceso de paz tan internacionalizado, que comenzó tan promisoriamente, se deterioró inexorablemente y retornó a una guerra a fondo? EL PAPEL DE LA COMUNIDAD INTERNACIONAL Miradas las cosas retrospectivamente, está claro que el proceso de paz noruego adolecía de una fragilidad inherente en cuanto a asegurar la — 360 — transformación del conflicto. La larga serie de acciones y signos asociados con los LTTE, el Estado de Sri Lanka y la comunidad internacional en el curso del proceso de paz fueron interpretados con visiones del mundo claramente contrastantes. La percepción internacional de los LTTE como esencialmente militaristas, intransigentes y dogmáticos, y de su participación en el proceso de paz como cínica y poco sincera (y solo como producto de la coerción internacional), significó que cualquier acción del movimiento de liberación que pareciera desviarse de su compromiso con una solución no-violenta dentro de una Sri Lanka unida fuese vista como renuencia a entrar en un compromiso político o a considerar una alternativa pacífica de la lucha armada. Como ocurre con otros actores participantes del sistema de conflicto cingalés, la comunidad internacional es diversa y no constituye un bloque monolítico. Las políticas de los actores internacionales están determinadas por una variedad de intereses nacionales, consideraciones de seguridad, factores económicos, acuerdos de cooperación centrados en el Estado y políticas relacionadas con la construcción de paz después del conflicto. Afuera, son discernibles cuatro escuelas de pensamiento: el enfoque de condicionalidad, el enfoque transformativo, el enfoque de contraterrorismo y la política del “dejar hacer”. El planteamiento de la condicionalidad fue asumido por los actores internacionales que querían influenciar el proceso de paz usando una perspectiva de “zanahoria y garrote” por medio de la asistencia y ayuda para el desarrollo. Los proponentes de la escuela de transformación del conflicto insistieron en la necesidad de comprometerse con los LTTE y, en función de las negociaciones, en dar a las partes un tratamiento de iguales. Los partidarios del enfoque de contraterrorismo suministraron asistencia militar al gobierno de Sri Lanka en la eventualidad de una reanudación de las hostilidades. Los partidarios del planteamiento del laissez fair seguían el principio de no interferencia. Sin embargo, de hecho, todos estos planteamientos coexistían uno junto al otro sin llevar a mayores cambios en las políticas implementadas o a contradicciones significativas entre los protagonistas internacionales. Frecuentes declaraciones, tales como la del entonces embajador de los Estados Unidos, Jeffrey Lunstead, en la que afirmó que, — 361 — SRI LANKA La política de la transformación: los LTTE y el proceso de paz en Sri Lanka SRI LANKA DE LA INSURGENCIA A LA DEMOCRACIA “como parte de su estrategia para promover el proceso de paz, los Estados Unidos comenzaron a fortalecer su relaciones militares con el gobierno de Sri Lanka” (2007: 17), causaron un poco de agitación, aunque la paradoja es inherente en la declaración. Las categorías de estados de “mentalidad similar” y de “mentalidad divergente”, utilizadas con frecuencia, resultaron más confusas que útiles en el contexto de Sri Lanka. En general, una falta de coherencia y complementariedad, las restricciones de la real politik y las metas contradictorias en las acciones, políticas y estrategias de la comunidad internacional en torno a la transformación del conflicto y la lucha frente al contra-terrorismo, condujeron invariablemente al debilitamiento de los esfuerzos internacionales por asegurar la paz en Sri Lanka. Al principio, los LTTE veían el proceso de paz como un espacio temporal y político en el cual, mientras mantenían su paridad militar con el Estado de Sri Lanka, podían demostrar a la comunidad internacional la dimensión de su competencia práctica y el apoyo popular con que contaban para gobernar. Los LTTE, por lo tanto, tenían varios supuestos inherentes: (i) que al demostrar su competencia en el gobierno civil y dar pasos de manera gradual hacia la adopción de estándares internacionales (en derechos humanos, gobernanza, etc.) podrían asegurar un nivel de legitimidad exterior en su apuesta por un gobierno interino; (ii) que el proceso de paz noruego les permitiría adelantar un proceso concomitante de interacción con otros actores internacionales, especialmente sus críticos del ámbito internacional; y (iii) que el proceso les daría acceso a los medios y los recursos necesarios (ayuda internacional, acceso político, apoyo institucional) para demostrar su capacidad administrativa. Lo que tiene crucial importancia es el lente a través del cual los actores internacionales –en particular los Estados Unidos pero también otros gobiernos importantes– observaron a los LTTE: como una entidad inherentemente violenta y beligerante que estaba involucrada en el proceso de paz como respuesta a la coerción internacional, o que aprovechaba el espacio para prepararse hacia otra campaña militar, o las dos cosas al tiempo. Las consecuencias de esta concepción fueron: la significativa — 362 — asistencia internacional para que el Estado de Sri Lanka se rearmara y reorganizara sus fuerzas militares, cansadas de la guerra; los esfuerzos internacionales orientados a restringir el reabastecimiento de los LTTE (y que incluyeron el apoyo a la Armada de Sri Lanka para destruir la flota mercante de los LTTE, que podría estar transportando armamento); la provisión de ayuda masiva bilateral y multilateral para contribuir a estabilizar y reconstruir la economía de Sri Lanka, deteriorada por la guerra, etc. Con el tiempo, el efecto acumulativo de estas medidas fue claro: inclinar de manera inexorable el equilibrio estratégico –que había alterado el proceso de paz– a favor del Estado cingalés. Las acrecentadas preocupaciones sobre seguridad, provocadas especialmente por el deterioro del ciclo de violencia estimulado por la ‘guerra en la sombra’ que se desató, clausuraron la posibilidad de una negociación significativa de iniciativas compartidas, tales como una administración interina, y dejaron solo la opción de entrar a discutir ‘temas de fondo’ como una solución federal. A pesar del compromiso formal adquirido con una solución negociada y del respeto de los noruegos a una paridad de procedimiento con los LTTE y el gobierno, el escepticismo de la comunidad internacional hacia los Tigres era palpable. Algunos actores, como los Estados Unidos, introdujeron claramente a los LTTE en los marcos de la ‘guerra global al terror’. La frecuente interpretación negativa de las acciones de los LTTE (y de indulgencia general con el Estado) que esto implicó condujo –argumentamos aquí– a que varias oportunidades que habrían podido asegurar la transición “de la guerra a la paz” fueron ignoradas y, detalle más importante aún, minaron la dinámica transformativa clave que había surgido dentro de los LTTE cuando éstos hicieron de la consecución de una administración interina su objetivo estratégico para el proceso de paz. Como cualquier otro actor político, los LTTE tampoco son una entidad monolítica y sus decisiones, que se toman en el ápice de una jerarquía, provienen de un profundo análisis interno de las opciones disponibles. Por conversaciones con altos funcionarios de los LTTE, resulta claro que las etapas iniciales (positivas) del proceso noruego provocaron una considerable discusión interna, animada por las interacciones entre funcionarios — 363 — SRI LANKA La política de la transformación: los LTTE y el proceso de paz en Sri Lanka SRI LANKA DE LA INSURGENCIA A LA DEMOCRACIA del LTTE, de diferentes niveles de la organización, y actores internacionales que apoyaban el proceso de paz. En tanto que la cruda clasificación de ‘palomas’ y ‘halcones’ no representa la multiplicidad de miradas de que se dispone, está claro que las secciones poderosas de los LTTE fueron astutas en explorar las posibilidades proporcionadas por el proceso de paz apoyado internacionalmente, de manera particular con miras a establecer una administración interina y trasladar la lucha tamil al escenario político global. Otros eran escépticos sobre las intenciones internacionales y mostraban, por ejemplo, cómo aliados decisivos del Estado de Sri Lanka durante los años precedentes al conflicto brutal, cuando los civiles tamiles sufrieron la violencia del Ejército, estaban ahora defendiendo las negociaciones y enfatizando la urgencia de las necesidades de rehabilitación.31 Lo que está claro es que este debate continuó por un tiempo, con las ‘palomas’ ganando fuerza en las primeras etapas del proceso de paz, ya que la presión internacional parecía restringir la actividad de actores poderosos que operaban en el sur y se oponían al proceso de paz. Esto llevó a que la participación en un número de iniciativas de los LTTE con la comunidad internacional, entre ellas el viaje de 2003 para estudiar los tipos de federalismo, el plan de acciones con la Unicef para el reintegro de reclutas menores de edad, el compromiso con selectos gobiernos y organizaciones europeos destinado a mejorar los procesos policiales y judiciales de los LTTE, y así sucesivamente. Una rápida acción por parte de miembros determinantes de la comunidad internacional destinada a reformar las Fuerzas Armadas de Sri Lanka (en medio de un amplio esfuerzo por reforzar la economía), combinada con una frecuente hostilidad manifiesta hacia los LTTE, minó los esfuerzos de las ‘palomas’. El fracaso de los actores internacionales en asegurar la adhesión del Estado al CFA (en concreto, el desarme de los paramilitares, la retirada del Ejército de grandes extensiones de áreas residenciales tamiles, etc.) o a acuerdos alcanzados en conversaciones de paz previas, reforzó los argumentos de los ‘halcones’ en torno a la exis31 Como hecho interesante, las palomas y los halcones iban a ser encontrados dentro de cada una de las secciones, aunque en diferentes grados de dominio. — 364 — tencia de una ‘trampa de paz’. La situación de seguridad comenzó a deteriorarse en medio de un ciclo de violencia en el cual especialmente los cuadros del LTTE, miembros del más amplio movimiento de la nación tamil (parlamentarios, periodistas, cooperantes y activistas de la sociedad civil), fueron abiertamente considerados blanco de los paramilitares, que estaban apoyados por el Ejército, y como resultado de ello los partidarios de un planteamiento de transformación fueron marginados y muchas de las iniciativas listadas arriba quedaron moribundas. En efecto, la multiplicidad de la participación internacional en el proceso de paz se redujo con frecuencia a los cálculos de los ‘halcones’, consistentes en asumir la perspectiva de ‘guerra contra terrorismo’ liderada por los Estados Unidos. Una vez que la seguridad estratégica se convirtió en la principal preocupación de los LTTE, superior a la de establecer una estructura de gobierno, las iniciativas de transformación fueron perdiendo prioridad. De esta manera una profecía autocumplida se hizo realidad. Los miembros de la comunidad internacional que se mostraban escépticos frente al deseo de los LTTE de transformarse señalaron esta atenuación de sus actividades de transición como la evidencia que necesitaban para sustentar sus dudas. En medio del empeoramiento de la situación de seguridad –que invariablemente se atribuyó a los LTTE–, poderosos actores internacionales, entre ellos Estados Unidos, urgieron por una respuesta coactiva robusta para forzar a los LTTE a continuar con el proceso de paz. En su momento, tal conducta redujo el espacio que necesitaban las actividades de transición. Por ejemplo, la prohibición de viajar a la Unión Europea impuesta en 2005 y la proscripción –como terroristas– de los LTTE por parte de la Unión Europea y Canadá hecha a principios de 2006 clausuraron de manera drástica el espacio de interacción entre la comunidad internacional y los LTTE. En estas prohibiciones no se hizo ninguna excepción; rigió, por ejemplo, para relacionarse con el ala política o los brazos administrativos civiles de los Tigres. Si la intención era animar la transformación política de los LTTE (tal como la entendía la comunidad internacional), el paso resultó paradójico, dado que precisamente estos brazos de los insurgentes habían estado interactuando más preferente- — 365 — SRI LANKA La política de la transformación: los LTTE y el proceso de paz en Sri Lanka SRI LANKA DE LA INSURGENCIA A LA DEMOCRACIA mente con actores internacionales en acercamientos y actividades de transición. La prohibición no solo clausuró dichas iniciativas sino que asimismo quitó el piso a los partidarios de tales esfuerzos dentro de los LTTE. De manera sugestiva, mientras hay países de la Unión Europea que continúan afirmando su compromiso con un acuerdo negociado y con los LTTE, en la práctica, la proscripción del movimiento por parte de la Unión Europea en 2006 elimina el espacio necesario e insinúa que ese compromiso es ambiguo. Mientras el Estado de Sri Lanka se sintió fortalecido por la acción internacional contra los Tigres para proseguir la opción militar con mayor vigor, la violenta respuesta de estos últimos ha animado a los protagonistas internacionales a realizar mayores esfuerzos enderezados a adoptar medidas enérgicas frente al movimiento insurgente. De esa manera, también desde la perspectiva internacional, la ‘falta de voluntad para transformarse’ de los LTTE se convirtió en una profecía autocumplida. Esta afirmación no pretende sostener que los críticos internacionales de los LTTE no tuvieran objeciones específicas para señalar. Los Tigres tamiles habían sido criticados por los impuestos con que gravaban las actividades comerciales en el noreste del país (incluidas las áreas controladas por el gobierno), el reclutamiento militar de menores de dieciocho años, los asesinatos políticos de miembros de grupos tamiles opositores, la oposición a la prensa libre y la pluralidad de política en las áreas bajo su control y el ejercicio de una forma de administración autocrática. Pero estos cargos no dejan de presentar complicaciones, y, sin aprobar ni condenar dichas acciones, estimamos que cada una de ellas debe ser considerada en su contexto. Una hoja de ruta para resolver estos problemas habría podido ser acordada de manera conjunta con los LTTE, con puntos de referencia e hitos. El asunto aquí es que, mientras estos aspectos se han impuesto redomadamente en la conciencia internacional, en contraste con ello han recibido poca atención los graves fracasos del Estado de Sri Lanka, que incluyen su represión a la comunidad tamil motivada en el racismo y ahora institucionalizada, su falta de voluntad para aceptar acuerdos destinados a compartir el poder con la comunidad tamil, así como su desviación de las negociaciones hacia la solución militar. De hecho, muchos aspectos — 366 — de esta represión, tales como los falsos arrestos de cientos de personas, fueron reducidos a ítems negociables destinados apenas a figurar en la agenda de las conversaciones entre los LTTE y el Estado. El escepticismo internacional sobre la buena fe de los insurgentes tamiles ha evitado apreciar la flexibilidad que ellos exhibieron durante el proceso de paz con acompañamiento de Noruega. Por ejemplo, los LTTE entraron en las conversaciones de paz de 2002 a pesar de que el Ejército cingalés, deliberadamente, no implementó la normalización de las cláusulas del CFA, pese a que los LTTE habían insistido desde el comienzo en que la implementación total era un prerrequisito para iniciar las negociaciones directas con Colombo. Además, los LTTE persistieron en tales negociaciones directas pese a que su objetivo principal –una administración interina– fue simplemente retirado de la agenda (para ofrecer a cambio la creación de subcomités de bajo nivel e inadecuados). Los LTTE continuaron acogiéndose al CFA a pesar de que en 2003 la Armada cingalesa hundiera en alta mar dos de sus barcos, acto que entrañó la muerte de dos decenas de cuadros que habían sobrevivido al ataque. Por lo demás, el acuerdo de los LTTE de explorar el federalismo –una declaración dolorosa para un movimiento que comenzaba su lucha con el propósito de alcanzar un Estado independiente– fue considerado, en el mejor de los casos, como una continuación de la táctica un ‘un paso más’ hacia la independencia y, en el peor, como una cínica treta para ganar tiempo y rearmarse. Fue el mismo escepticismo internacional el que dictó el uso de métodos coactivos como la forma de interacción apropiada con los Tigres. La consecuencia más importante del escepticismo internacional respecto de los LTTE fue la interpretación dada a los esfuerzos de contracción de instituciones por parte del movimiento. Con el desarme y la desmovilización de los LTTE, y su conversión en un partido político, como único criterio utilizado para dar cuenta de la transformación política del movimiento, su construcción de institución era considerada problemática, incluso regresiva. No pocos actores internacionales buscaron activamente evitar intervenciones que pudieran contribuir a fortalecer las instituciones de los LTTE. Algunos, como los Estados Unidos, argumen- — 367 — SRI LANKA La política de la transformación: los LTTE y el proceso de paz en Sri Lanka SRI LANKA DE LA INSURGENCIA A LA DEMOCRACIA tando impedimentos legales, eludieron cualquier interacción con los insurgentes. En 2005, cuando éstos firmaron con el gobierno el acuerdo para una estructura de manejo operativo pos-tsunami, los Estados Unidos inmediatamente se negaron a permitir que cualquiera de sus ayudas para enfrentar la tragedia arribara a través de esta estructura –así la Unión Europea y otros organismos hubiesen declarado públicamente que eran partidarios de un mecanismo destinado a compartir la ayuda de manera conjunta–. Como señalamos arriba, las estructuras institucionales del Estado colapsaron grandemente en el noreste como resultado del conflicto y la marginación ejercida por el gobierno. Es sabido que en estos casos las estructuras institucionales, especialmente en las zonas de guerra, se necesitan urgentemente para efectos de actividades de reconstrucción, rehabilitación y desarrollo. A más largo plazo, y si compartir el poder ha de ser algo efectivo, las estructuras institucionales exigen ser desarrolladas en el noreste e integradas en el nuevo acuerdo constitucional (cualquiera que él sea). Por tanto, pretender evitar el reforzamiento del gobierno civil de los LTTE con el interés de impedir el regreso a la guerra es una medida paradójica, por decir lo menos –especialmente cuando simultáneamente se brinda al Estado substancial asistencia financiera y de otro carácter–. Como dato interesante, cuando la comunidad internacional donante se reunió en Tokio, en junio de 2003, fue prometido un total de 4.500 millones de dólares, pero solo una pequeña proporción de ese dinero se designó para el noreste. Como lo establece claramente la Declaración de Tokio, los necesarios y urgentes fondos para la reconstrucción y la rehabilitación se condicionaron a que los LTTE y el gobierno progresaran hacia una solución federal. Sin embargo, otra ayuda bilateral y multilateral dada al gobierno cingalés no estuvo sujeta a esta condición. De hecho, solo las concesiones políticas por parte de los LTTE (que el Estado de Sri Lanka debería aceptar) podrían liberar la ayuda internacional para el noreste. El caso de la Secretaría del Noreste para los Derechos Humanos (Nesohr) captura esta paradoja. A mediados de 2004 la Secretaría se estableció en Vanni, controlada por los LTTE, con el propósito de monitorear violaciones e implementar acciones destinadas a fortalecer los derechos humanos en el noreste.32 La misión contó con la aprobación de los LTTE, — 368 — a pesar de que sus miembros eran líderes religiosos, parlamentarios, funcionarios sindicales y activistas de la sociedad civil, pero no miembros de los LTTE. Los LTTE asumieron la cooperación con las investigaciones de la Nesohr sobre acusaciones de abusos de derechos humanos en sus áreas de control, pero se acordó mutuamente que el órgano debería ser independiente en el nivel operativo. Con todo eso, los esfuerzos desplegados por la Nesohr para asegurar el apoyo financiero internacional indispensable para continuar su funcionamiento de manera independiente resultaron un fracaso. Los donantes se negaron a suministrar fondos, alegando que la Nesohr hacía parte de la estructura civil de los LTTE y por lo tanto no era una institución independiente. En contraste, la Comisión de Derechos Humanos, que también fue fundada por el gobierno de Sri Lanka, no es objeto de dudas sobre su neutralidad en asuntos de derechos humanos. Más todavía, el equipo humano que trabajaba en la Nesohr estaba compuesto por personas de reconocida presencia en la ‘sociedad civil’ y que no pertenecían a los LTTE. A pesar de haber conseguido un éxito creíble en el manejo de algunos abusos cometidos en Vanni, entre ellos el de la liberación de menores de edad reclutados por los insurgentes, la organización está ahora virtualmente paralizada. Estas profecías autocumplidas pueden observarse asimismo en el caso de la Nesohr. Para la comunidad internacional, la Nesohr es casi que una treta cínica concebida para desviar las críticas de los abusos de derechos humanos, y quizás una manera de inducir fondos de donantes internacionales. De esa manera, al negarse a apoyar a la Nesohr, la artimaña de los LTTE queda desbaratada. Mientras tanto, desde la perspectiva de los rebeldes tamiles, el caso de la Secretaría del Noreste es un estudio del compromiso de la comunidad internacional con los derechos humanos33 32 33 Tamilnet 2004. “Grupo de DH se reúne para terminar Carta”, 1º de agosto. Disponible en http://www.tamilnet.com/art. html?catid=13&artid=12576, consultada el 30 de septiembre de 2007. En un discurso pronunciado en 2005, en el Día de los Derechos Humanos, S. P. Thamilselvan, jefe del ala política de los LTTE, dijo: “En los últimos años los derechos humanos han ganado importancia gracias a que el ambiente de terror a escala global ha permitido a los estados avanzar en sus propios intereses nacionales utilizando los derechos humanos como un instrumento”. TamilNet, 2005, 11 de diciembre. “La participación de los LTTE en la construcción de los caminos de los derechos humanos. Thamilchelvan”. Disponible en http://www.tamilnet.com/art.html?catid=13&artid=16523, consultada el 30 de septiembre de 2007. — 369 — SRI LANKA La política de la transformación: los LTTE y el proceso de paz en Sri Lanka SRI LANKA DE LA INSURGENCIA A LA DEMOCRACIA que parece estar basado primordialmente en la conveniencia política. Se argumenta que solo pueden alcanzarse resultados positivos si se establece una secretaría de derechos humanos en el noreste de Sri Lanka. Para comenzar, si existen dudas sobre su imparcialidad, no hay razones para que la Nesohr no haya podido recibir las donaciones mínimas necesarias para arrancar, condicionando posteriores donaciones a un desempeño que despeje dichas dudas. Segundo, una Nesohr apoyada internacionalmente (y de esa manera transparente), compuesta de personalidades locales con credibilidad, podría ejercer una seria presión sobre los LTTE en el problema de los derechos humanos. De manera más general, en medio de las numerosas declaraciones sobre el interés de los donantes en promocionar los derechos humanos a lo largo y ancho de Sri Lanka, la Nesohr habría podido ser un activo más y, en cualquier caso, debería tener reconocimiento internacional y un apoyo basado en un compromiso con los principios existentes para este propósito. La ayuda humanitaria internacional y la promoción de los derechos humanos estuvieron fuertemente politizadas en Sri Lanka, como lo indican el condicionamiento establecido para la ayuda internacional prometida en Tokio y el ejemplo resaltado de la Nesohr. Esta afirmación no pretende argumentar en contra del condicionamiento o la promoción de derechos humanos. Más bien resulta útil para anotar que los donantes y una comunidad internacional más amplia habrían podido alcanzar más fácilmente un resultado positivo en el proceso de paz si en los asuntos humanitarios y de derechos humanos hubiesen adoptado posiciones inspiradas en principios. De manera crucial, la comunidad internacional no fue, como sus miembros han sugerido con frecuencia, una “externalización” del sistema de conflicto de Sri Lanka. Más bien es una parte integral del sistema del conflicto, que reacciona ante los actores locales y a la vez los hace reaccionar ante él. La tendencia a enfocarse y actuar con base en tendencias estrechas del sistema del conflicto (p. ej., proscribiendo a los LTTE con base en sus actos de violencia), sin considerar el impacto de estas acciones en el sistema más amplio, ha tenido efectos negativos serios en el — 370 — proceso de paz auspiciado por Noruega y, a la larga, ha ayudado a precipitar el regreso al conflicto total. Dicho enfoque internacional estrecho también ha sido apropiado para el Estado de Sri Lanka en su búsqueda de una solución militar del conflicto, y le ha evitado hacer concesiones políticas sustantivas a los tamiles. En resumen, la negación internacional o la inhabilidad para desviarse de un marco caracterizado por el escepticismo, favorable al Estado y con restricciones legales para hacerse cargo de un actor “no estatal”, ha servido para reforzar la represión del Estado de Sri Lanka sobre los tamiles. CONCLUSIÓN Las complejidades del conflicto cingalés revelan las limitaciones del análisis lineal y muestran la necesidad indiscutible de un acercamiento sistemático. Incluso el punto de partida temporal del análisis del conflicto, el año 1983, es problemático. Sugerimos que el conflicto de Sri Lanka hunde sus raíces en el periodo colonial, incluida la imposición equivocada de un acuerdo constitucional parlamentario al estilo Westminster en un conjunto de comunidades fragmentadas étnica y religiosamente. En Sri Lanka la democracia ha arraigado como una ‘tiranía de la mayoría’ y ha allanado el camino hacia la institucionalización de la represión de los tamiles por parte de un Estado dominado por los cingaleses. Los LTTE y otros grupos armados surgieron debido al fracaso demostrable de la agitación pacífica dirigida a resolver los agravios tamiles. A partir de la independencia, las exigencias de los tamiles han cambiado, desde la pretensión de alcanzar un poder compartido hasta la conquista de la autonomía (federalismo) y, al final del proceso, de la independencia política y en un Estado independiente. El medio de lucha se movió de la agitación pacífica a la resistencia armada y, finalmente, a la construcción de un ‘estado-dentro-del-estado’. Los LTTE han evolucionado de un grupo militante en la sombra a un movimiento de resistencia, y finalmente a un ejército permanente y un gobierno civil. El proceso de paz noruego, que comenzó en 2002, constituyó una oportunidad creíble para la transición de la guerra a la paz en Sri Lanka. El fundamento de tal transición pudo haber sido el establecimiento de — 371 — SRI LANKA La política de la transformación: los LTTE y el proceso de paz en Sri Lanka SRI LANKA DE LA INSURGENCIA A LA DEMOCRACIA una administración interina dominada por los LTTE para avanzar en el acuerdo, pendiente en el noreste, de una solución permanente del conflicto: mientras los LTTE habrían hecho la transición de un ‘estado-dentrodel-estado’ a una administración interina, el Estado de Sri Lanka habría transitado de la etnocracia unitaria al compartimiento del poder con los tamiles, así fuese de manera limitada. La participación internacional con los LTTE durante el proceso de paz noruego estimuló el debate dentro del movimiento en torno a las opciones de la lucha tamil, que contó con la participación de ‘palomas’ que pedían mayor participación en procesos políticos y ‘halcones’ que advertían sobre el debilitamiento de la lucha armada. La participación internacional en el proceso de paz estaba ampliamente basada en el escepticismo sobre la buena fe (bona fides) de los insurgentes. Esto impidió que ganaran apoyo oportunidades genuinas de transición de la guerra a la paz. A cambio, dio como resultado acciones predispuestas contra los LTTE y, como una consecuencia, desestabilizó la paridad estratégica entre el Estado de Sri Lanka y los Tigres por la Liberación, factor que, en primer lugar, afectó el proceso de paz. El escepticismo internacional que se cernió sobre los LTTE se reflejó en sus acciones y a la vez reforzó el escepticismo de los ‘halcones’ dentro de sus filas. Una definición de ‘transformación política’ como cambio de la lucha armada a la lucha política, con el significado de cambio de la lucha armada a la participación en procesos electorales, es una plantilla bien estrecha, pues puede argumentarse que el paso del ejercicio de la lucha armada al ejercicio del gobierno –paso de ‘guerrilla a gobierno’– es también un caso de transformación política que pudo allanar el camino para una transición de la guerra a la paz. Como tal, el concepto de una administración interina para el noreste cingalés constituyó un vehículo creíble y poderoso para la transición de la guerra a la paz en ese país. Las conclusiones teóricas claves de esta investigación sobre los LTTE, por lo tanto, son: - Los acercamientos graduales a la resolución del conflicto que están enfocados en asegurar acuerdos de paz enderezados a celebrar — 372 — elecciones y apoyar la ‘democracia’ no serán efectivos a largo plazo, ya que el conflicto es el resultado de contradicciones estructurales subyacentes. Un proceso de paz sostenible debe estar anclado en la transformación fundamental de estructuras, temas, actores, visiones y políticas a partir de una comprensión integral de la situación. En resumen, un conflicto largo requiere una larga construcción de la paz. - El sistema de conflicto es de larga duración y no lineal; por lo tanto, los actores, los temas y el contexto se desarrollan también de manera no lineal. Por eso mismo los actores no son entidades estáticas y homogéneas sino diversas y en constante proceso de cambio (autodirigido). - El proyecto de liberación nacional de los tamiles es esencialmente una lucha política librada a través de medios violentos. La lucha sufrió una transformación periódica, de una agitación pacífica, no-violenta, a la lucha armada. Esta lucha armada ha evolucionado ahora en un proyecto concomitante de construcción de Estado. Los LTTE establecieron inicialmente una estructura de gobierno como forma de institucionalizar el Estado de derecho y desde entonces ella se desarrolló en un efectivo gobierno civil. Por lo tanto, en el contexto de Sri Lanka es más apropiado hablar de un ‘estado-dentro-de-un-estado’ o un Estado paralelo o subnacional, más que de grupos armados o actores no estatales. - El entendimiento lineal de los procesos de transformación debe ser rechazado. A cambio, es más productivo concebir los procesos de transformación como una interacción compleja de distintas vías para el desarrollo, simultáneas, ambivalentes y contradictorias. Esto está mejor ejemplarizado en el caso de Sri Lanka, donde (i) los LTTE, que siempre han sido un actor político con una visión política, adelantan su lucha política de manera predominante a través de medios violentos, mientras que (ii) el Estado de Sri Lanka, fundado como un Estado democrático, se ha investido a sí mismo de poderes legales — 373 — SRI LANKA La política de la transformación: los LTTE y el proceso de paz en Sri Lanka SRI LANKA DE LA INSURGENCIA A LA DEMOCRACIA para establecer un Estado de nación cingalés-budista exclusivo. La noción de paso de un actor militar a un actor político o de un Estado autoritario a uno democrático, debe ser reexaminada a fondo en el contexto cingalés, sesenta años después de iniciadas la tensión y la violencia poscoloniales. - La estrategia de la comunidad internacional consistente en apoyar el proceso de paz fue encuadrada en diversos y contradictorios marcos políticos. Una “división del trabajo” indiscutible (Lunstead, 2007: 7) entre los diferentes actores internacionales contribuyó a una mayor confusión y a la falta de predicción. Los actores internacionales operaron de manera predominante sobre dos paradigmas opuestos: la transformación del conflicto y el contra-terrorismo. Mientras que el primero enfatiza en la necesidad de una participación constructiva de todos los actores del conflicto para un proceso de paz que los beneficie, el segundo se enfoca en el debilitamiento militar del actor no estatal. Pensamos que las dos estrategias no se pueden implementar simultáneamente si la prioridad es alcanzar una solución justa para un conflicto intratable. Con otras palabras, el objetivo de llevar la paz a Sri Lanka se habría visto mejor servido con un apoyo más coherente, transparente y neutral en sus intereses. BIBLIOGRAFÍA Arunatilake, Nisha, Sisira Jayasuriya and Saman Kelegama (2001): The Economic Cost of the War in Sri Lanka. World Development Development, 29(9), 1483500. Balasingham, Anton (1983): Liberation Tigers and Tamil Eelam Freedom Struggle. Madras: Political Committee, Liberation Tigers of Tamil Eelam. Balasingham, Anton (2004): War and Peace: Armed Struggle and Peace Efforts of Liberation Tigers. London: Fairmax Publishing. Bartholomeusz, Tessa J. (2002): In Defense of Dharma: Just-War Ideology in Buddhist Sri Lanka. London: RoutledgeCurzon. Bose, Sumantra (1994): States, Nations, Sovereignty: Sri Lanka, India and the Tamil Eelam Movement. 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(2005) 1802 Ceilán entra a ser colonia de la Gran Bretaña. 1833 Por primera vez en la historia del país, los británicos establecen una administración única en toda la isla. 1915 Primeras revueltas étnicas en Ceilán: los cingaleses se enfrentan a los musulmanes en Kandy. 1948 El 4 de febrero Ceilán obtiene su independencia. La nueva Constitución mantiene el Estado unitario establecido durante el colonialismo. Un millón de tamiles “del país de arriba” son despojados del derecho de ciudadanía. — 377 — SRI LANKA La política de la transformación: los LTTE y el proceso de paz en Sri Lanka SRI LANKA DE LA INSURGENCIA A LA DEMOCRACIA 1949 Se crea el Partido Federal, encabezado por SJV Chelvenayagam. 1956 El gobierno del SLFP aprueba la Ley 33 (“solo para los cingaleses”). Las protestas tamiles ocurridas en el norte desatan enérgicas medidas militares. Más de cien personas mueren en las revueltas anti-tamiles. 1958 Se adopta el acuerdo Bandaranaike-Chelvenayagam para compartir el poder, pero el gobierno lo anula luego de las protestas de nacionalistas cingaleses contra el mismo. Las protestas antitamiles dejan cientos de muertos y 12.000 desplazados. 1962 Se adopta la política íítica de reclutar para el Ejército solo a cingaleses. 1965 Se alcanza el acuerdo Dudley-Chelvenayagam, pero el gobierno lo rescinde como consecuencia de la enérgica oposición de los nacionalistas cingaleses. 1970 Se introduce la “estandarización”, que contempla medidas restrictivas del acceso de los tamiles a la educación superior. 1971 En el sur son aplastados varios levantamientos armados del ala izquierda y los ultranacionalistas cingaleses, el Frente de Liberación Popular (JVP, por su sigla en cingalés), y mueren cientos de personas. 1972 Se aprueba la nueva Constitución republicana, que otorga privilegios a los cingaleses por parte del gobierno del SLFP, agrupación que gana las elecciones con una victoria aplastante. Se da primacía al budismo como la religión del país y el nombre de la isla, Ceilán, es cambiado por Sri Lanka. Los partidos tamiles se unen para formar el Frente Unido Tamil (TUF). Se crea el grupo militante armado Nuevos Tigres Tamiles. 1976 El TUF, ahora rebautizado como Frente Unido para la Liberación Tamil (TULF), aprueba el llamado de la “Resolución Vaddokoddai” a favor de un Estado independiente de Tamil Eelam. Los Nuevos Tigres Tamiles se convierten en los Tigres de la Liberación de Tamil Eelam (LTTE). — 378 — 1977 Con motivo de las elecciones, el TULF barre en las áreas tamiles con un programa de un solo punto: buscar un mandato para un Estado independiente de Tamil Eelam. En las revueltas anti-tamiles mueren más de mil personas. 1978 Se aprueba la segunda Constitución republicana, que crea una Presidencia ejecutiva poderosa y debilita al Parlamento. 1981 Crece la militancia de los LTTE. Aumenta la represión militar en el norte y en otros lugares se presentan revueltas anti-tamiles. Los ministros encabezan las fuerzas de policía en el incendio de la biblioteca pública de Jaffna, depósito invaluable de la historia y la cultura tamiles. 1983 Primer ataque importante de los LTTE: matan a trece soldados en una emboscada. Pasado el funeral de Estado de los soldados, se produce un masivo ataque anti-tamil (pogromo). Más de 3.000 personas son masacradas y arriba de 150.000 migran hacia el norte. Se aprueba la sexta enmienda a la Constitución, que proscribe la petición de independencia. Miles de jóvenes radicalizados se unen a los movimientos guerrilleros, entre ellos los LTTE. 1983-85 El conflicto armado se transforma en guerra abierta en el noreste. 1985 India acoge conversaciones de paz en la capital de Bhutan, Thimpu. Grupos tamiles, entre ellos los LTTE, forman un frente único que reivindica los “Principios Thimpu” como una solución, pero el gobierno los rechaza y se rompen las conversaciones. 1987 India y el gobierno de Sri Lanka firman un acuerdo denominado Convenio India-Sri Lanka. La Fuerza de Mantenimiento de la Paz de India llega a imponer el tratado y desarmar a los LTTE. Durante tres años sigue una fuerte pelea a lo largo y ancho del noreste. El JVP lanza la segunda insurrección armada. Las fuerzas del Estado responden con una contrainsurgencia sangrienta; se estima que matan a 60.000 jóvenes cingaleses. 1988 El gobierno de Sri Lanka inicia conversaciones de paz con los LTTE. — 379 — SRI LANKA La política de la transformación: los LTTE y el proceso de paz en Sri Lanka SRI LANKA DE LA INSURGENCIA A LA DEMOCRACIA 1990 Una vez aplastada la rebelión de JVP, el gobierno cingalés ordena a las tropas indias que abandonen la isla. Fracasan las conversaciones de paz. Los LTTE comienzan a establecer un gobierno civil en sus áreas de control. 1991 El ex primer ministro indio Rajiv Gandhi es asesinado por un terrorista suicida. India culpa a los LTTE y los proscribe. 1993 El presidente Premedasa muere en un atentado con bomba atribuido a los LTTE. La confrontación militar del noreste queda en un punto muerto. 1994 Los LTTE empiezan conversaciones con el nuevo gobierno. 1995 Se rompen las conversaciones. La guerra se reanuda con renovada crueldad. 1996 Las fuerzas gubernamentales ocupan la península de Jaffna. Los LTTE trasladan su gobierno civil a la región de Vanni, en el continente. Los LTTE accionan una bomba en el Banco Central y matan a 150 personas, e invaden la base militar de Mullaitivu. 1997 Estados Unidos proscribe a los LTTE. El gobierno de Sri Lanka lanza la más grande ofensiva hasta el momento, destinada a tomar Vanni. La operación aborta luego de 18 meses. 1998 Como consecuencia de un ataque con bomba al Templo del Diente, situado en Kandy, el gobierno ilegaliza a los LTTE. 1999 Comienza la facilitación noruega, de manera silenciosa. Los LTTE lanzan una ofensiva mayor y recuperan la mayoría del territorio de Vanni. 2000 Los LTTE asaltan la base militar más grande del país: Elephant Pass. El presidente Kumaratunga pide formalmente a Noruega que explore las conversaciones de paz. El gobierno cingalés rechaza la oferta de cese al fuego hecha por los LTTE. 2001 Gran Bretaña proscribe a los LTTE. Fracasa la gran ofensiva militar de Jaffna. Un ataque de grandes dimensiones de los LTTE al aeropuerto internacional de Sri Lanka causa graves daños a la economía. Los LTTE inician conversaciones con los opositores — 380 — del UNP. La coalición liderada por el UNP, partidaria de proponer negociaciones a los LTTE, gana estrechamente las elecciones a la coalición liderada por el SLFP. Los cuatro mayores partidos tamiles se unen para formar la Alianza Nacional Tamil (TNA), que gana varios escaños legislativos al presentar una plataforma que apoya a los LTTE como representantes tamiles. Los LTTE ofrecen un cese del fuego y el nuevo gobierno lo acepta con reciprocidad. La iniciativa de paz noruega se acelera. Proceso de paz noruego: 2002-2005 2002 El 22 de febrero los LTTE y el gobierno de Sri Lanka firman el Acuerdo de Cese al Fuego (CFA). El gobierno cingalés levanta el embargo en las áreas dominadas por los LTTE y abre la autopista A9, que corre de Vanni a Jaffna. Levanta la ilegalización de los LTTE y comienzan las conversaciones facilitadas por los noruegos. El gobierno rechaza la “administración interina” del noreste, pero está de acuerdo con una solicitud conjunta de ayuda de reconstrucción internacional. En noviembre, ambas partes participan en la primera de las tres conferencias de donantes internacionales que tienen lugar. En diciembre, en la Declaración de Oslo, los LTTE y el gobierno cingalés acuerdan explorar el federalismo como una solución del conflicto. 2003 La acritud se introduce en el proceso de paz. Los LTTE alegan crisis humanitarias que el gobierno cingalés ignora y el Ejército se niega a implementar las cláusulas de “normalización” en el CFA, con lo cual evita el reasentamiento de los desplazados tamiles. Barcos de los LTTE son atacados y hundidos alegando que llevan armas. Entre los LTTE y grupos paramilitares apoyados por militares comienza un ciclo de violencia de baja intensidad. Los LTTE “suspenden temporalmente” su participación en las conversaciones debido a su exclusión de la segunda conferencia de donantes que tiene lugar en Washington. Continúa la crisis humanitaria. Los LTTE se niegan a asistir a la tercera y más grande — 381 — SRI LANKA La política de la transformación: los LTTE y el proceso de paz en Sri Lanka DE LA INSURGENCIA A LA DEMOCRACIA SRI LANKA conferencia de donantes, que tiene lugar en Tokio. Los donantes firman la Declaración de Tokyo y prometen una ayuda de 4.500 millones de dólares para Sri Lanka; la ayuda para el noreste (estimada en el 15% de esa suma) se condiciona a un “progreso” del conflicto hacia la solución federal. Los LTTE hacen un llamado para nuevas conversaciones en torno a una “administración interina” para el noreste y presenta las propuestas ISGA. El presidente Chandrika Kumaratunga (del SLFP) arresta a tres ministros decisivos en el gobierno del UNP. Arguyendo “falta de claridad” sobre quién está a cargo del proceso, Noruega suspende su papel como facilitador de paz. 2004 Kumaratunga llama a nuevas elecciones para el Parlamento. Su coalición, liderada por el SLFP, derrota al UNP. La TNA se presenta con una plataforma electoral que defiende las propuestas de la ISGA, y gana casi todos los escaños en las áreas tamiles. El comandante de los LTTE en el este, el coronel Karuna, se rebela contra los dirigentes del movimiento; pasadas seis semanas termina su desobediencia, pero termina por desertar. La ‘guerra en la sombra’ entre los LTTE y los paramilitares se recrudece. Noruega retorna a la facilitación de la paz, pero las conversaciones permanecen estancadas por desacuerdos en la agenda. El tsunami ocurrido en el Océano Índico devasta las costas del norte, el oriente y el sur de la isla. Mueren 30.000 personas, diez mil de ellas pertenecientes a las comunidades tamil, musulmana y cingalesa. 2005 La comunidad internacional responde al tsunami con grandes cantidades de ayuda. Los donantes piden a las dos partes que acuerden un mecanismo para compartir los aportes. Luego de seis meses de conversaciones se llega al acuerdo del PTOMS, pero su validez constitucional es demandada exitosamente por nacionalistas cingaleses ante la Corte Suprema. La ‘guerra en la sombra’ continúa su escalada. El ministro de Relaciones Exteriores de Sri Lanka es asesinado. Joseph Pararajasingham, parlamentario del TNA, corre igual suerte. El candidato del — 382 — SLFP, Mahinda Rajapakse, gana las elecciones presidenciales luego de hacer campaña en torno al manifiesto nacionalista cingalés. Conflicto renovado: 2006-2008 2006 En febrero, Noruega asegura las negociaciones de Ginebra. Ambas partes se comprometen con el CFA, pero aumenta la violencia. En abril, un terrorista suicida hiere al comandante del Ejército. El gobierno cingalés responde con el bombardeo de la región de Sampur, que provoca el desplazamiento de 43.000 personas más. La Unión Europea proscribe a los LTTE. A finales de julio estallan grandes peleas en la provincia oriental y se extienden hacia el norte, donde las dos partes enfrentadas desatan ofensivas sin éxito. El gobierno de Sri Lanka cierra la ruta de la carretera A9 y aísla la península de Jaffna. Otra ronda de negociaciones, la Ginebra II, fracasa en llegar a cualquier acuerdo. El gobierno cingalés divide las provincias del norte y el oriente, que habían sido unidas en 1987 mediante el convenio India-Sri Lanka. 2007 El gobierno incrementa su ofensiva y en julio anuncia que ha liberado la provincia oriental. Los LTTE revelan la existencia de su “fuerza aérea” y realizan tres ataques aéreos sobre Colombo. En octubre atacan la base de la Fuerza Aérea instalada en Anuradhapura. En noviembre, el jefe político íítico de los LTTE y jefe negociador, S. P. Thamilselvan, es muerto en un ataque aéreo. 2008 El gobierno de Sri Lanka pone fin al Acuerdo de Cese al Fuego suscrito en 2002 y lo que sigue es la guerra total entre las partes. — 383 — SRI LANKA La política de la transformación: los LTTE y el proceso de paz en Sri Lanka SRI LANKA CONCLUSIONES Factores, dinámicas y resultados de la transición de la lucha armada a la política noviolenta Veronique Dudouet Este capítulo de conclusiones sintetiza los hallazgos más importantes que emergen de los seis estudios de caso presentados en los capítulos anteriores. Está organizado en tres secciones: la Sección Uno analiza las vicisitudes de las transiciones a través de la evolución de las metas y medios de lucha política de los seis movimientos objeto de estudio. La Sección Dos se centra en los factores internos y externos que influyeron en sus elecciones estratégicas respecto a la transformación del conflicto; y, finalmente, la Sección Tres se ocupa de los resultados de las transiciones ya realizadas o en curso en cuanto a paz y democracia, así como de los retos de su compromiso político en el posconflicto, tal y como lo experimentaron los seis movimientos objeto de estudio. SECCIÓN UNO Dinámicas de transición: los fines y los medios en los movimientos insurgentes La evolución entre la lucha armada y la acción política no-violenta de los movimientos de resistencia y liberación está orientada principalmente por sus decisiones de cambiar y reconsiderar sus metas, ideología, estrategias y tácticas generales. Esta sección intenta hacer un examen cruzado de los medios y fines de la lucha revolucionaria y sus dinámicas, con base en los hallazgos de los reportes de los seis casos de estudio. — 385 — DE LA INSURGENCIA A LA DEMOCRACIA Objetivos de la lucha: ¿continuidad o adaptación? • Papel del Estado como fuente principal de agravios Los seis autores identificaron la aparición de los RLM como una respuesta política a un grupo de circunstancias históricas complejas, que datan de un pasado distante (p. ej. el colonialismo y su herencia), o a eventos políticos más recientes centrados principalmente alrededor del papel del Estado (como son la legalización de situaciones de desigualdad, elecciones fraudulentas, etc.). A pesar de que la mayoría de los seis movimientos aparecieron en contextos de democracia formal (con una Constitución, un sistema de gobierno electoral competitivo, etc.), argumentan que era solo una pretendida democracia y que la cerrazón del sistema político o la existencia de estructuras de poder altamente desiguales incitó a la formación de movimientos de oposición que representaban un electorado oprimido. En Sudáfrica, los orígenes de la lucha de liberación del ANC, que comenzó a principios del siglo XX, se encuentran en la colonización de la región por los blancos, la institucionalización de la discriminación racial y la subordinación política de la mayoría negra a la minoría blanca. De igual manera, en Sri Lanka los LTTE se formaron en 1972 como respuesta al racismo y las discriminaciones institucionalizadas por un Estado dominado por los singaleses. El estudio menciona el legado colonial británico como un factor exacerbante de las divisiones y tensiones étnicas, y asimismo argumenta que la etnicidad no fue en sí misma la causa del conflicto, sino la identidad principal alrededor de la cual se movilizaron las tensiones políticas. En Nepal, las causas principales de la rebelión maoísta de 1995 fueron la inhabilidad del régimen monárquico para llevar a cabo los cambios sociopolíticos requeridos y la opresión continua de los campesinos y la clase trabajadora urbana, las castas menores, los grupos étnicos minoritarios y las mujeres. En Colombia, el movimiento M-19 apareció en 1973 en un contexto de exclusión política de los partidos de la oposición, conflicto agrario agudo y urbanización acelerada, y un legado de expe- — 386 — CONCLUSIONES riencia acumulada de conflicto de guerrilla en el país y en la región (como fue la revolución cubana). En Irlanda del Norte,1 las causas estructurales del conflicto se sitúan en la historia de la colonización de los británicos, y el partido Sinn Féin, formado en 1905, representa a los descendientes de la población nativa que fue privada de sus derechos y forzada a vivir como ciudadanos de segunda clase. Finalmente, el GAM, de la Provincia de Acheh de Indonesia, nació en 1976 como protesta contra las tendencias centralistas del Estado poscolonial y el surgimiento de un régimen militar represivo bajo el mando del general Suharto. • Articulación de objetivos y demandas políticos Cuando se trata de definir el objetivo global de los movimientos aquí analizados, todos los autores insisten –explícita o implícitamente– en lo inadecuado de la etiqueta “de la violencia a la política” para caracterizar las transiciones de los RLM, movimientos que desde el comienzo han adelantado una lucha política, con independencia de los diversos medios –violentos y no-violentos– que han utilizado para conducirla. De hecho, desde el principio todos ellos tuvieron muy claramente definidos sus objetivos políticos, enraizados en una ideología revolucionaria basada en desigualdades de clase o en diferencias de identidad, o en ambas, y que buscaban, ya fuese reemplazar los gobiernos existentes o avanzar en el terreno de la autodeterminación local. Tres de los movimientos pueden ser definidos como movimientos por la democracia, marxistas propiamente dichos (CPN-M) o de influencia marxista (ANC, M-19), impulsados por miembros de la elite (M-19) o de clases subalternas (ANC, CPN-M), enfrentados a un bloqueo en la movilidad y la participación sociopolítica. Los objetivos del ANC se plasmaron en la Carta de la Libertad de 1955 y giraron principalmente en torno a la lucha por derrocar el gobierno minoritario blanco de Sudáfrica y establecer una Sudáfrica unida, no racial, democrática y basada en el principio de “una 1 Por razones de claridad y simplicidad, el término oficial “Irlanda del Norte” se emplea en este ensayo en referencia a los seis condados irlandeses que están bajo la soberanía del Reino Unido, a pesar de que el caso de estudio del Sinn Féin utiliza la etiqueta republicana “Norte de Irlanda”. — 387 — DE LA INSURGENCIA A LA DEMOCRACIA persona, un voto”. El M-19 fue un movimiento urbano encabezado por elementos de clase media, educados en universidades y que se iniciaron con una ideología socialista, nacionalista. Fue menos doctrinario y menos dependiente de la inspiración externa2 que otros grupos guerrilleros que operaban en el país (como las Farc y el ELN), y estuvo más interesado en fortalecer la democracia y (re)construir una identidad nacional enraizada en las tradiciones colombianas y la historia pasada (como lo evidenció su referencia al líder de la independencia iberoamericana, Simón Bolívar). Los objetivos iniciales del CPN-M, inspirado por el legado chino maoísta, fueron los de luchar contra la pobreza y la discriminación social mediante la toma del poder del Estado, la abolición de la monarquía feudal y el encauzamiento de una revolución democrática de campesinos a través del cambio socioeconómico y la reforma territorial radical. Los otros tres RLM considerados en este proyecto iniciaron sus luchas de liberación nacional contra un gobierno central represivo, considerado como extranjero u hostil para la comunidad, a la cual ellos dicen representar; su meta histórica ha sido secesionista (GAM y LTTE) o irredentista –que busca reunificar una patria dividida (Sinn Féin)–. Las luchas de los LTTE están encaminadas a conseguir el autogobierno del territorio tradicional del pueblo tamil, bajo un acuerdo constitucional que garantice el reconocimiento y la protección de su identidad y una distribución equitativa del poder y los recursos (v. Minutas de reuniones). La meta histórica del Sinn Féin ha sido la de resistir la interferencia inglesa/británica en Irlanda, y después de 1921 en los seis condados del norte que permanecieron bajo la soberanía del Reino Unido. Sus principales exigencias giraron alrededor del reconocimiento del derecho a la autodeterminación para el pueblo irlandés en todos los 32 condados, del retiro británico de la isla y de la conformación de una conferencia constitucional en la que el pueblo irlandés pudiera decidir su futuro y sentar las bases para una nueva sociedad en la que todos serían tratados de igual manera. Finalmente, el fundador del GAM, Hassan Di Tiro, lanzó oficialmente el movimiento al declarar la independencia de Acheh, como la única manera que él vio 2 Como fueron los modelos revolucionarios ruso, chino y cubano para algunos de los otros grupos guerrilleros. — 388 — CONCLUSIONES de reclamar justicia y el derecho a su propia identidad por parte de los acheneses. • Apertura y flexibilidad ante los cambios ideológicos Un hallazgo interesante que surgió de varios de los estudios contradice algunas creencias que comúnmente se abrigan respecto de la rigidez y terquedad ideológica de los movimientos insurgentes, a saber, la preparación de las jefaturas de los RLM para revaluar el propósito de su lucha, sus objetivos originales y el marco discursivo a la luz de un contexto en evolución. En Colombia y en Nepal, una redefinición de sus principales metas de parte del M-19 y el CPN-M fue una precondición clara para un cambio de medios y de estrategia en el tránsito de la rebelión armada a la negociación, que de esa manera abonó el camino para un proceso de paz exitoso. Hacia 1979, los líderes del M-19 modificaron el principal objetivo político de su lucha del socialismo a la democracia. De igual manera, hacia 2001, los maoístas nepalíes efectuaron un viraje ideológico de importancia: de buscar un sistema comunista de partido único pasaron a promover una democracia multipartidista competitiva. A partir de ese momento su programa político se orientó a la elección de una Asamblea Constituyente, la elaboración de una nueva Constitución y la instauración de una república. Tan resaltantes cambios les permitieron crear una alianza y unir fuerzas con sus antiguos enemigos, los partidos legales de la oposición, en contra del régimen autocrático del rey Gyanendra. Para los movimientos secesionistas, los elementos de flexibilidad han girado principalmente alrededor de la definición y contenido de la autodeterminación. El GAM argumenta que su decisión de un acuerdo que no incluye la declaración de independencia no representó un compromiso en sus metas originales. Por el contrario, como lo divulgaron en la Declaración Stavanger, de 2002, la decisión de renunciar a su reclamo de un Estado islámico independiente en Acheh y más bien acordar un autogobierno dentro de un sistema democrático descentralizado, fue resultado de una estimación pragmática en la cual el contenido de lo que entendían — 389 — DE LA INSURGENCIA A LA DEMOCRACIA por “independencia” resultaba más importante que el término en sí mismo (v. Minutas de la reunión). En este sentido, ellos consideran que lograron sus aspiraciones históricas. Por su parte, la indagación sobre el Sinn Féin reconoce una radicalización del discurso dentro de la comunidad nacionalista como consecuencia de la masacre del Domingo Sangriento (1972), cuando, de una exigencia de derechos civiles limitados, pasaron a proclamar “una Irlanda unida, o nada”. Posteriormente, y en concreto a través de los documentos públicos que emitió en 1987 (Un escenario para la paz) y en 1992 (Hacia una paz duradera en Irlanda), el Sinn Féin mantuvo su exigencia de una Irlanda unida pero simultáneamente buscó reivindicar la palabra paz, que había sido interpretada por gente de su propio campo como rendición y por el otro campo como la derrota del IRA. Por primera vez, el Sinn Féin invitó a su electorado, y también a sus oponentes, a crear “condiciones que asegurarán una paz duradera” (v. Capítulo 3 de este libro); posteriormente, y en nombre de la paz, se estableció un marco transicional para trabajar pacíficamente por la reunificación y la independencia con base en el Acuerdo de Viernes Santo de 1998. Finalmente, en Sri Lanka muchos comentaristas han argumentado que el fracaso de las sucesivas rondas de negociación se debió en parte a la inflexibilidad de los LTTE, cuya insistencia en la autoadministración tamil como un punto no negociable parece ser todavía estimada inaceptable por el Estado singalés. Sin embargo, el estudio pretende demostrar que el objetivo general de los LTTE es “la distribución equitativa del poder y los recursos, que se articulan en demandas políticas que van del federalismo y el confederalismo al conservacionismo (consociationism) y a una declaración abierta de independencia” (v. Capítulo 6 de este libro). En otras palabras, los términos de su gobierno autónomo no están dados, y durante el proceso de paz que tuvo lugar entre 2002 y 2006 el movimiento acordó formalmente explorar el federalismo como solución duradera del conflicto. Medios de lucha: de estrategias políticas armadas a estrategias no-violentas Los seis RLM describen el empleo de la violencia como una forma legítima de autodefensa frente a las violaciones de los derechos humanos y — 390 — CONCLUSIONES la negación de la democracia, como una forma de intervención política y como un medio escogido cuidadosamente con relación a su finalidad. Asimismo, los autores presentan la lucha guerrillera como una entre las diversas formas de lucha que emplearon simultánea o consecutivamente, y argumentan que estas estrategias fueron seleccionadas e intercambiadas en respuesta a un ambiente político en constante evolución. La mayoría de los movimientos siguieron trayectorias comparables que, de una oposición no-violenta, pasaron a la lucha armada y, una vez que sus metas fueron alcanzadas o que negociaron una solución de compromiso con el Estado, a la política convencional. • Justificación de la lucha armada: el “derecho a rebelarse” Cuando los movimientos exponen las razones que tuvieron para haber recurrido a las estrategias violentas, el papel del Estado sale a relucir una vez más. Todos los reportes de los casos de estudio apoyan la clásica tesis de que se adoptó la acción armada como recurso último (“la única alternativa”), como respuesta a la represión violenta con la cual el Estado respondió a la protesta no-violenta de la población. El recurso a la negociación y a la política convencional, como un asunto de principios, nunca fue descartado, sino que simplemente fue estimado como imposible o inefectivo bajo las circunstancias dadas. El ANC adhirió a formas de lucha no-violentas hasta finales del decenio de 1950, y en 1961 organizó su ala armada, el Umkhonto we Sizwe (MK), al término de una campaña de represión violenta (p. ej. la masacre de Sharpeville, de 1969) y de la ilegalización de la organización en 1960, acto que le prohibió operar pacíficamente e incluso tener existencia legal. Había también una sensación de inevitabilidad de la violencia y la necesidad de canalizar y dirigir la indignación social:“La violencia comenzaría, la hubiéramos iniciado nosotros o no. Si no tomábamos el mando en ese momento, muy pronto habríamos quedado rezagados dentro de un movimiento que no controlábamos” (v. Capítulo 2 de este libro). Los autores del estudio de los LTTE se trenzaron en una larga discusión sobre la inhabilidad de los tamiles para canalizar sus motivos de descontento a — 391 — DE LA INSURGENCIA A LA DEMOCRACIA través de un sistema democrático que favoreció el ejercicio de la política acorde con la mayoría étnica, y explican el viraje dado en 1983 –de la participación parlamentaria y la agitación pacífica a la oposición armada– por el fracaso de los procedimientos democráticos enderezados a encauzar las demandas tamiles y por la escalada concomitante de la represión estatal. Más adelante constatan que “el enemigo decide qué pasa –si peleamos o si hablamos–” (v. Minutas de la reunión). De igual manera, en Nepal el CPN-M ingresó en un primer momento a la política parlamentaria, que abandonó en 1995 con el propósito de prepararse para una “guerra popular prolongada” luego de que los miembros del partido se convirtieron en víctimas de la política de represión, los “juicios falsos” y los arrestos masivos. El ensayo sobre el M-19 arroja una imagen similar sobre la aparición del movimiento al término de unas elecciones fraudulentas, y señala igualmente la convicción de sus miembros de que su lucha solo sería respetada por la oligarquía si estaba apoyada en el poder de las armas. En Acheh, la decisión de los fundadores del GAM de recurrir a una “rebelión reactiva” está descrita como “el único lenguaje que Yakarta entendió” y como una postura defensiva “para equiparar el lenguaje del enemigo” (v. Capítulo 4 de este libro) después de la violenta y brutal retaliación del gobierno a su declaración de independencia. Finalmente, en Irlanda del Norte la represión violenta del movimiento de derechos civiles en la década de 1960 y el recurso al encarcelamiento sin juicios en 1971 convencieron a los miembros del Sinn Féin de que solo la lucha armada podría poner fin al gobierno británico en la totalidad de la isla. • Estructura interna y organización: las armas al servicio de la polí política Como se dijo atrás, la mayoría de los seis RLM comenzaron como una organización o un partido político antes de asumir estructuras militares o guerrilleras. A medida que desarrollaron e intensificaron sus actividades, algunas agrupaciones mantuvieron estructuras duales muy distintas, que, en algunos casos (p. ej. Sinn Féin/IRA, ANC/MK) permitieron la simultaneidad de formas de lucha, tanto armadas como no-violentas. El brazo militar del ANC “Umkhonto we Sizwe” (MK) se mantuvo autónomo por mucho tiempo para permitir al frente político concentrarse en formas — 392 — CONCLUSIONES de actividad no-violenta, pero sus acciones siempre estuvieron guiadas y evaluadas por la jefatura política del movimiento de liberación nacional. Otros grupos presentaron estructuras más unificadas, como en el caso del M-19, que se definió a sí mismo como una “organización político-militar” con una estructura de mando combinada. El GAM tenía un comando central unido en la persona de Di Tiro, pero sus jefaturas política y militar crecieron claramente separadas una de otra cuando la primera mantuvo su base principalmente en el exilio (Suecia), mientras la segunda operaba en el terreno. La Declaración de Stavangher (2002) redesignó ambas estructuras como “Gobierno en el exilio del Estado de Acheh” y “Ejército del Estado”, respectivamente. En los años finales de la década de 1990 los LTTE de Sri Lanka se transformaron a sí mismos en un Estado de facto, al extender su aparato administrativo civil en las “zonas liberadas”, que incluyó una fuerza de policía, sistema judicial, banco central, sistema de bienestar social, etc. • Énfasis en autolimitar la insurrección armada: la violencia como medio para conseguir un fin Otro asunto que vale la pena plantear con respecto a la estrategia del conflicto asimétrico es que, a pesar de la inmensa variedad de tácticas violentas adoptadas por estos grupos (p. ej. , operaciones urbanas o rurales bajo la forma de sabotajes, robos, asedios, emboscadas al Ejército o la Policía, asesinatos de enemigos de clase, ataques suicidas), varios RLM compartieron el énfasis en la autolimitación de la insurrección armada y escogieron deliberadamente no convertirse en grupo guerrillero, con todo lo que ello implicaría, o mantener ciertos estándares morales de conducta. El estudio del ANC hace alusiones recurrentes a la selección de “objetivos legítimos” y menciona varias instancias en las cuales, frente a la represión del Estado, el movimiento hace la elección deliberada de no cruzar el umbral de la resistencia defensiva para ordenar ataques contra el régimen, retener la superioridad moral sobre sus enemigos, evitar la provocación de retaliaciones brutales y mantener la puerta abierta a una solución negociada. Los lugares seleccionados por el MK para sus accio- — 393 — DE LA INSURGENCIA A LA DEMOCRACIA nes simbolizaban el gobierno blanco pero intentaban cuidadosamente evitar la eliminación de vidas humanas, e incluso en 1980 firmaron el Protocolo de la Convención de Ginebra, relacionado con el conflicto irregular, e hicieron énfasis en su compromiso de evitar el ataque a civiles y en la conducción ‘humanitaria’ de la guerra. El estudio del M-19 menciona que esa agrupación rehusó involucrarse en el tráfico de drogas, condenó públicamente a otras guerrillas por sus acciones de retaliación violenta contra civiles o sus propias tropas, y expresó su decisión de no usar sus armas para crear regímenes de terror o para doblegar a la población civil. Dichas políticas fueron justificadas por la búsqueda del apoyo popular y por su insistencia en adelantar la guerra con un objetivo político y no simplemente hacer la guerra por sí misma. Los otros cuatro estudios de caso no entran realmente en dichas discusiones alrededor de la ética y las fronteras del conflicto y, de hecho, los LTTE de Sri Lanka y el CPN-M de Nepal se enrutaron de manera progresiva hacia la construcción de ejércitos plenamente desarrollados, cosa que los llevó a mostrar más similitudes con fuerzas armadas convencionales que con fuerzas guerrilleras rurales o urbanas. El CPN-M ocupó hasta un 80% del territorio nepalí y, al seguir los pasos consecutivos de defensa estratégica, estancamiento y ataque, pasó rápidamente de ser un grupo muy pequeño de cien miembros a un movimiento sofisticado capaz de desplegar acciones militares de gran escala. Por su parte, en los últimos meses los LTTE se han involucrado en un conflicto casi convencional entre dos ejércitos enfrentados, que utiliza armas pesadas, barcos y aviones. • Un continuo entre las estrategias armadas y desarmadas complementarias De acuerdo con varios autores, los RLM nunca apoyaron las acciones guerrilleras como una estrategia exclusiva, aislada de otras expresiones de resistencia. Ese fue el caso del ANC, que definió las actividades armadas como uno de los cuatro “pilares de la lucha”, como complemento de movilizaciones masivas no-violentas, del movimiento político clandestino y de la campaña internacional enderezada a aislar al régimen del apartheid. — 394 — CONCLUSIONES Los LTTE buscaron igualmente, tanto el modo de acción armado como el desarmado, de manera simultánea o con uno u otro en la delantera, en dependencia del contexto en curso y de las consideraciones tácticas de los líderes. En el curso de más de 800 años, el movimiento republicano irlandés pasó por diferentes fases de lucha política, que incluyeron “resistencia pasiva, agitación agraria, levantamiento armado, movimientos masivos y agitación política, luchas en defensa del lenguaje y la cultura, compromiso constitucional y parlamentario” (v. Capítulo 3 de este libro). Las acciones armadas emergían públicamente cada vez que el quehacer político fallaba. Y simultáneamente con sus actividades armadas adelantadas durante las décadas de 1970 y 1980, recurrieron a la resistencia no-violenta, especialmente en las prisiones, mediante huelgas de hambre o de la “protesta de la cobija”,3 para exigir un estatus de prisioneros políticos. Incluso comenzaron a involucrarse en actividades electorales paralelas al conflicto guerrillero, una doble estrategia (“armalita y urnas”) que les permitió obtener ganancias electorales para conquistar los corazones y las mentes de la comunidad nacionalista más amplia, mientras mantenían la lucha armada para presionar al gobierno británico a iniciar las negociaciones. • Una revaluación estratégica de los medios: cambio hacia la polí política no-violenta Los cambios de estrategia y tácticas por parte de los RLM pudieron resultar de una transformación de las metas primordiales de su lucha (v. más arriba), pero también pudieron proceder de una revaluación de los medios más apropiados para conseguir los objetivos originales, que se mantuvieron inalterados. Los seis estudios definen, de hecho, la adopción de estrategias violentas como una elección instrumental más que ideológica, y describen la decisión de los movimientos de ingresar en un proceso de paz como una determinación de cálculo racional sobre las posibilidades y limitaciones inherentes a la política no-violenta (p. ej. negociacio3 Negativa de los prisioneros a vestir los uniformes carcelarios de los presos comunes, y que por tanto solo cubrían el cuerpo con una cobija. — 395 — DE LA INSURGENCIA A LA DEMOCRACIA nes, participación en elecciones y otras formas de política convencional), frente a la continuación del conflicto armado. Hacia 1990, el ANC sudafricano tomó una decisión proactiva, encaminada a acoger las negociaciones como un “nuevo terreno de lucha” y un “espacio principal de disputa” (v. Capítulo 2 de este libro), y a suspender unilateralmente su lucha armada para forzar al régimen a aceptar conversaciones de paz formales. En el curso de la década de 1980, la jefatura del M-19 colombiano comenzó asimismo a darse cuenta de que la guerra se había convertido en un obstáculo para el cambio, ya que la oligarquía estaba buscando explotar la violencia para perpetuar el statu quo. En la búsqueda de alternativas, los guerrilleros reformularon su estrategia de “armas al servicio de la política” por “paz al servicio de la política”, y de “cambio para la paz” por “paz para el cambio” (v. Minutas de la reunión). En otras palabras, se apropiaron de la noción de paz como de una estrategia de acción transformadora en sí misma, más que como un fin absoluto y distante. Al plantearse esta perspectiva, fueron capaces de asumir un papel político. En Irlanda del Norte, la adopción de una estrategia electoral en 1981, cuando Bobby Sand y otros prisioneros políticos fueron elegidos para ocupar asientos en Westminster, fue fruto de un intenso debate interno sobre los medios y fines de la lucha, y su eficiencia sirvió para demostrar el empleo práctico de la acción política. El estudio del CPN-M, finalmente, presenta los cambios del movimiento en sus políticas y estrategias militares como una ilustración de su lema “firme con los principios y flexible con las tácticas”. Con posterioridad a 2006, finalmente, pusieron punto final a sus actividades armadas para continuar con su lucha simultánea de protestas callejeras pací pacíficas y negociaciones. La dinámica, los escenarios, las formas y el contenido de las negociaciones de paz entre los estados y sus contendores –los RLM– no están directamente analizados en este ensayo, ya que estos elementos fueron tratados en otra publicación (Dudouet, 2008). En cambio, el propósito de las dos secciones restantes es, primero, resaltar los diferentes factores internos y externos que influyeron en la decisión de los RLM de adoptar estrategias políticas no-violentas, y, luego, explorar los resultados de dichas transiciones en los seis casos bajo estudio. — 396 — CONCLUSIONES SECCIÓN DOS Factores internos y externos de la transición política Esta sección reseña los múltiples factores que han afectado el curso de las transiciones políticas entre quienes buscan el poder del Estado y las instituciones que están al mando, a través del cese de hostilidades, las negociaciones de paz y la transformación no-violenta del conflicto. Se analizan cuatro tipos de factores: la dinámica interna y las estructuras de mando dentro de los movimientos, las relaciones de los RLM con sus comunidades (tanto con su base de apoyo como con otras fuerzas sociales y políticas), la dinámica con la otra parte del conflicto (i. e. relaciones con el Estado) y, finalmente, el ámbito internacional. Papel de la jefatura y dinámicas organizativas • Sentido proactivo de la iniciativa Con respecto a los procesos internos que permiten un paso estratégico de la rebelión a la negociación, el conjunto de los seis estudios enfatiza en el papel crucial desempeñado por los respectivos líderes de los movimientos, y especialmente en su habilidad para evaluar y reaccionar rápidamente a las ventanas de oportunidad emergentes. “Algunas veces los líderes tienen que actuar en el momento, y dar explicaciones después”, argumentó Nelson Mandela, líder del ANC (v. Minutas de la reunión). Este fue el caso, por ejemplo, de la carta que Mandela le envió al presidente Botha desde la cárcel, en 1989, en la cual establece el principio del gobierno de la mayoría, pero asimismo tiene en cuenta los temores y preocupaciones de la minoría blanca. Esta acción unilateral, emprendida sin consultar previamente con sus colegas y consejeros, cumplió una labor preventiva muy importante para las futuras negociaciones, al asegurar al ANC una función central en el proceso de paz y prevenir su marginación por fuerzas extranjeras. Mientras tanto, el presidente del ANC, O. Tambo, luego de reconocer la necesidad urgente — 397 — DE LA INSURGENCIA A LA DEMOCRACIA de recuperar la iniciativa en el campo internacional, con la expedición del “documento de Harare” estableció una guía para las negociaciones y se ganó la aprobación del mismo por parte de la Organización de la Unidad Africana y la ONU. La suspensión unilateral de la lucha armada por parte del ANC en agosto de 1990 fue también un movimiento táctico que tuvo la intención de “permitir al ANC tomar el liderazgo, acelerar el ritmo y forzar al régimen hacia negociaciones formales” (v. Capítulo 2 de este libro). Los demás casos mencionan asimismo la significación de líderes carismáticos con fuerte autoridad personal, como Prabakharan, figura emblemática de los LTTE, o Hassan Di Tiro, fundador del GAM. El hecho de que las negociaciones de paz del GAM en Helsinki las liderara su jefatura en el exilio les permitió tomar decisiones racionales sin estar afectados directamente por la dinámica política puesta en marcha en Acheh e Indonesia. Por su parte, el estudio del M-19 resalta la religiosidad de las estructuras jerárquicas (“el comandante nunca se equivoca”, (v. Capítulo 1 de este libro) y el papel incuestionable de los sucesivos líderes del movimiento. Por ejemplo, la primera apertura a favor del diálogo, la tregua y la amnistía, hecha por el comandante Bateman en 1980, resultó de su acertada evaluación del final pacífico de la ocupación de la Embajada dominicana por las fuerzas del M-19, como un modelo a escala de cuál podría ser una solución negociada del conflicto armado colombiano. Posteriormente su sucesor, Carlos Pizarro, mostró su habilidad para cambiar su investidura de militar por la de líder político, cuando inició un proceso de paz con el gobierno colombiano, en 1989. Su audaz oferta de desarme la hizo sin ninguna consulta previa a su propio movimiento o a otras agrupaciones guerrillas, pero fue aprobada después internamente, mediante una votación democrática favorable a la terminación de la revuelta armada. En el caso del CPN-M, de Nepal, la habilidad de la jefatura para tomar iniciativas audaces se expresó en su inesperada declaración de cese del fuego unilateral hecha en agosto de 2005, en una maniobra proactiva que forzó al rey a reaccionar y dio oportunidades a los maoístas para resolver las divisiones internas del partido y crear una nueva alianza con los partidos políticos mayoritarios en contra de la monarquía. Finalmente, la investigación sobre el Sinn Féin menciona varios ejemplos sobre sus ac- — 398 — CONCLUSIONES ciones preventivas y su habilidad para adoptar decisiones acertadas en el momento oportuno (p. ej. terminar el boicot al Parlamento de Dublín y publicar en 1987 el documento “Un escenario para la paz”, o anunciar un cese del fuego unilateral en 1994), acciones que les ayudaron a romper el ciclo de represión/resistencia y a empujar el avance por la vía de la negociación política. • Consulta intra-partido y dinámicas de poder Las negociaciones exitosas exigen la presencia de dirigentes reconocidos y resueltos, pero también de movimientos fuertes y con cohesión interna. La literatura sobre solución de conflictos armados afirma que los procesos de paz son inducidos frecuentemente por los cambios de poder en el seno de las partes concernidas, entre sectores moderados y sectores de línea dura, y que, por lo tanto, tales procesos son particularmente vulnerables a expresiones de “violencia que estropean” su cometido (Stedman, 1997), promovidas por disidencias que buscan descarrilar o evitar el acuerdo de paz. En esas circunstancias, los líderes de los seis RLM objeto de estudio se destacaron por su habilidad para asegurar un compromiso de los integrantes de la línea dura con sus organizaciones, destinado a intentar una solución negociada y a marginar a la violencia disidente, y de esa manera mantenerse en la senda del diálogo. Los estudios destacan el proceso de consulta e intensos debates internos que se puso en marcha, acompañado o seguido por negociaciones, tanto discretas como formales, de forma tal que se pudiera asegurar un alto grado de corresponsabilidad y cohesión entre los miembros y los seguidores. El papel de los prisioneros políticos se menciona en los estudios del ANC, el Sinn Féin y el M-19; las cárceles se describen como un espacio para encuentros y discusiones políticas y como un puente o cinturón de transmisión entre la jefatura y la base activista durante el proceso de paz. El Sinn Féin mantuvo un proceso de negociación intensa con su base de apoyo republicana (voluntarios del IRA y activistas del Sinn Féin), la cual “se mantuvo al día de los desarrollos del proceso a medida que se iban dando y así poder saber cuanto fuera posible sobre éste antes de que los — 399 — DE LA INSURGENCIA A LA DEMOCRACIA medios de comunicación los anunciaran” (v. Capítulo 3 de este libro). En el caso del CPN-M, las líneas de comunicación fueron primordialmente de arriba hacia abajo, a manera de entrenamiento político, para explicar a los cuadros maoístas el cambio estratégico operado durante el proceso de paz. El estudio de los LTTE hace una breve referencia al hecho de que la organización Tamil no es una entidad monolítica y que las etapas iniciales del proceso de paz auspiciado por los noruegos despertaron una considerable discusión interna entre ‘halcones’ y ‘palomas’. Por su parte, el tema del faccionalismo se menciona especialmente en los casos del Sinn Féin y el ANC, ya que los procesos de paz de Irlanda del Norte y Sudáfrica estuvieron acompañados por un incremento de la violencia provocada por antiguos aliados o por componentes del movimiento insurgente opuestos a un acuerdo de paz o que protestaban en contra de su supuesta marginación de las acciones. Sin embargo, las jefaturas salieron airosas, por cuanto lograron mantener su compromiso con el proceso de negociación y, al mismo tiempo, la mayoría del movimiento unido en torno de una posición común. La indagación sobre el CPN-M menciona la ocurrencia de confrontaciones dentro del partido en el año 2004, en torno de las cuestiones de la democracia interna y la definición del enemigo principal del movimiento (i. e. India o la monarquía). La unidad interna se restableció después del golpe de Estado del rey, ocurrido a comienzos de 2005, lo que ayudó a resolver la disputa sobre las prioridades estratégicas. Otro subtema –que quizás habría merecido un mayor análisis en la investigación– hace referencia al fenómeno de la participación, durante las negociaciones de paz, de algunos segmentos de los RLM, como en el caso de las mujeres combatientes, cuyas necesidades e intereses pueden diferenciarse de aquellos que enarbolan sus contrapartes masculinos y que con frecuencia son marginadas de la toma de decisiones (Mazurana, 2004). A pesar de que se animó a los autores para que encauzaran el papel de las mujeres en el proceso de transición de su movimiento, solo los estudios del M-19 y el CPN-M hacen referencia al papel de las dirigentes y a la importancia de la igualdad de sexos en la agenda del movimiento — 400 — CONCLUSIONES para una sociedad justa y representativa, aunque no analizan específicamente el papel desempeñado por los destacamentos femeninos en el proceso de transición. Dinámicas entre las partes enfrentadas y el papel del Estado El proceso de toma de decisiones dentro de los RLM y los debates suscitados en el seno de las organizaciones armadas sobre cambios de estrategia para iniciar una transición política aparecen fuertemente influidos por eventos externos que tienen lugar en los contextos sociales, nacionales y regionales en los que estos movimientos operan. Las relaciones con el Estado representan un factor particularmente importante en la decisión de los movimientos insurgentes de optar por la búsqueda de un acuerdo negociado del conflicto. • Cambios en la jefatura del Estado y en las políticas Varios estudios de caso atribuyen el cambio de estrategias de retaliación a estrategias de acomodación de quienes detentan el poder a un cambio operado en los actores que están en el gobierno. Estos nuevos líderes fueron inducidos a intentar diferentes soluciones debido a su comprensión de los perjuicios que el conflicto armado provoca en la economía (inestabilidad doméstica y alejamiento de la inversión externa, o efectos de sanciones y boicots externos propinados al país), al incremento en la inseguridad de las elites, al aislamiento diplomático internacional o a un genuino interés por iniciar reformas democráticas o hacer frente a las causas de fondo de la confrontación bélica. Uno de los momentos de quiebre importantes en el panorama político sudafricano fue el cambio de jefatura dentro del Partido Nacional y del régimen del apartheid que se hizo evidente en 1989, ya que el nuevo presidente del país, F. W. de Klerk, viró decisivamente hacia una política de negociaciones: comenzó a desmontar la segregación, levantó el veto al ANC y el 11 de febrero de 1990 liberó a su líder, Mandela. En Indonesia, el colapso de la dictadura militar en 1998 abrió nuevas posibilidades para el — 401 — DE LA INSURGENCIA A LA DEMOCRACIA diálogo con los nacionalistas de Acheh, y el nuevo presidente del territorio ha desempeñado un papel decisivo en el inicio de las negociaciones al enviar un representante para que se reuniera con el líder militar del GAM. Después del fracaso del primer proceso de paz, un nuevo cambio en el gobierno, realizado en 2003, condujo a renovar las conversaciones. De la misma manera, la victoria de una coalición de centro-derecha en las elecciones parlamentarias efectuadas en Sri Lanka en 2001 permitió el paso rápido de las hostilidades a la firma de un acuerdo de mutuo cese del fuego en el curso de apenas dos meses. El ensayo sobre el M-19 hace una lista de variados ceses del fuego y acuerdos de paz negociados bajo tres presidencias colombianas sucesivas entre 1982 y 1994, y señala el papel especialmente eficaz del presidente Virgilio Barco (1986-1990), quien centró su atención en la lucha contra el tráfico de drogas y por lo tanto concibió las negociaciones con las guerrillas bajo una luz más favorable. El ensayo sobre el Sinn Féin, finalmente, cita la declaración hecha en 1989 por el nuevo Secretario de Estado británico para Irlanda del Norte, Peter Brook, en la cual sostuvo que “sería difícil de prever una derrota militar del IRA” y que el Reino Unido no mantenía “intereses egoístas, estratégicos o económicos” en el norte de Irlanda (v. Capítulo 3 de este libro), como una señal clara hecha a los republicanos de que el gobierno británico estaba abierto a considerar formas de compromiso alternas. El gobierno británico, sin embargo, tuvo que esperar hasta la victoria del Partido Laborista lograda por Tony Blair en 1997 para lanzar finalmente, de manera oficial, las negociaciones de paz, ya que la anterior administración, de signo conservador, se vio forzada a depender de los votos Unionistas4 para su sobrevivencia política. En contraste con estos movimientos preventivos progresistas impulsados por líderes de Estado titulares, un escenario opuesto se desplegó en Nepal, donde el golpe de Estado interpuesto por el rey en 2005 y su imposición del estado de emergencia dieron estímulo a los maoístas y a una alianza de siete partidos políticos para unir sus fuerzas en contra de 4 Es decir, los votos de los sectores que querían mantener la unión con Gran Bretaña. — 402 — CONCLUSIONES la realeza; en abril de 2006, tras una campaña de protesta masiva, obligaron al gobierno a aceptar las negociaciones. • Alteración de las relaciones de poder De acuerdo con la literatura sobre resolución de conflictos sociales, los procesos de paz ocurren con mayor frecuencia cuando, entre el gobierno y su contendor armado, cambian las asimetrías estructurales y perceptivas (militar, política, social, económica, moral, legal, etc.), de tal forma que cada uno de los adversarios reconoce la habilidad del otro para frustrar su éxito. Esto ha sido descrito como un “estancamiento mutuamente doloroso” (Zartman, 1996), aliado al concepto de “momento de madurez”, ese corto lapso en el cual el campo de juego tiene un nivel aceptable para ambas partes y las conversaciones se tornan posibles (Miall et al., 1999: 162-3). En sí misma, la aceptación del gobierno de negociar con los RLM expresa un fuerte cambio del poder a favor de los actores no estatales, pues significa un reconocimiento de la validez que ostenta su reclamo de legitimidad. Varios autores de los estudios de caso están de acuerdo en que los cambios de poder expresan una dimensión crucial de la transformación del conflicto. Ese factor se presentó, ciertamente, en los LTTE con ocasión del proceso de paz de 2002, que fue mediado por la diplomacia noruega. El experimento resultó exitoso en el establecimiento de una paridad estratégica relativa entre los rebeldes y el Estado de Sri Lanka, una vez que los primeros capturaron un trecho de territorio sustancial en el cual se estableció una administración civil y que asimismo la capacidad ofensiva de las fuerzas armadas estatales había sido derrotada. La asimetría se alteró una vez más a favor del Estado, debido a la intervención de partisanos internacionales (v. más adelante). El estudio sobre el GAM también menciona el logro de cambios de poder a través de la estrategia armada de la guerrilla, que abrió la posibilidad de negociar una solución política más favorable. La estrategia fundamental del movimiento no fue ciertamente la de derrotar militarmente al Estado sino la de demostrar que los insurgentes no podían ser derrotados en sus tácticas de provocación, hu- — 403 — DE LA INSURGENCIA A LA DEMOCRACIA millación y debilitamiento permanente de las tropas gubernamentales indonesias. Evaluaciones similares se hacen implícitamente en el resto de los estudios, cosa que parece indicar que quienes buscan el poder son renuentes a involucrarse en negociaciones con los representantes del Estado cuando no se sienten en una posición fuerte, pero una vez alcanzan una paridad relativa de poder con el Estado –ya sea estratégica o simbólica–, se tornan ansiosos de transferir esa ganancia a la mesa de negociación. Factores sociales: relaciones entre los RLM, su comunidad y otras fuerzas sociopolíticas Aparte de las relaciones directas entre los RLM y el Estado, se registran dos tipos de factores sociales que influyen en el curso de los procesos de paz: por un lado, el empleo por los grupos insurgentes de su base de apoyo y la construcción de alianzas con otros actores sociales y políticos como una forma poderosa de nivelar el cambio en las relaciones de poder entre las partes enfrentadas; por otro lado, el papel social del “cansancio con la guerra” y la presión pública por la paz como elementos que favorecieron la “madurez” para negociar. • Movilización de una base de apoyo Los RLM dicen representar a determinados sectores, con los cuales mantienen una compleja red de relaciones. En Sudáfrica y Nepal, una movilización popular masiva a favor de la democracia, respectivamente durante la década de 1980 y en 2006, entrañó un poderoso apoyo para el ANC y los Maoístas y una expresión social en contra del régimen imperante. El movimiento de liberación sudafricano aprovechó la oportunidad de la movilización social creciente en contra del apartheid para crear alianzas con sectores de la sociedad civil de pensamiento similar (p. ej. el Frente Democrático Unido, fundado en 1983), otras facciones de resistencia armada pequeñas, las iglesias, los medios de comunicación, los sindicatos y elementos de las comunidades blancas. En Nepal, la convergencia lograda en 2005 entre los Maoístas y la alianza de los siete partidos explica el — 404 — CONCLUSIONES éxito de la tercera ronda de negociaciones de paz, luego de que las dos anteriores habían fracasado. Tal alianza estratégica fue un factor crucial para reducir el poder de la monarquía y crear condiciones para una transformación política. El GAM de Acheh aprovechó asimismo la oportunidad de la “pausa humanitaria” de 2000 para ampliar sus bases de apoyo, reclutar, expandir y consolidar su ala política en áreas que antes estaban fuera de su alcance (especialmente en zonas rurales), y terminar controlando en 2003 entre el 60% y el 80% del territorio y la población de Acheh. También fortaleció sus conexiones con el emergente movimiento de protesta de la sociedad civil de Acheh después de 1998, y con organizaciones de derechos humanos que se movilizaron a lo largo y ancho de Indonesia en el despertar de la independencia de Timor del Este. En Irlanda del Norte, el Sinn Féin aumentó su popularidad en zonas nacionalistas pobres, de población obrera, donde mejoró el bienestar de sus partidarios, abrió centros de atención al ciudadano, representó a las personas en litigios legales, etc. En su “Escenario para la Paz” de 1987, el movimiento también comenzó a involucrarse de manera constructiva en la comunidad Unionista, con el argumento de que la resolución del conflicto los liberaría de su “mentalidad de barracas” y les ofrecería “igualdad”, (v. Capítulo 3 de este libro). En la mayoría de los casos, los RLM mantenían el monopolio de la lucha armada dentro de su electorado (LTTE, CPN-M, GAM) o eran la organización insurgente de vanguardia (ANC, IRA). Por contraste, el M19 colombiano era solo uno entre múltiples grupos de la oposición armada, y ese factor tuvo un papel crucial en su proceso de toma de decisiones. Sus intentos por promocionar la unidad de varias agrupaciones guerrilleras fueron obstaculizados por las profundas divergencias ideológicas que había entre ellas, así como por la desconfianza con la cual varias de ellas observaban su estrategia de paz. Sin embargo, el Eme pudo participar en un diálogo constante con los partidos políticos de oposición y organizaciones sociales de todo el país. Esta fragua de alianzas y coaliciones fue instrumental en el empoderamiento del M-19 y los otros cinco RLM que ingresaron en el proceso de las negociaciones. — 405 — DE LA INSURGENCIA A LA DEMOCRACIA • Fatiga social Una característica común a muchas sociedades que sufren un conflicto armado es el ansia popular por su pronta terminación: la extensión de la movilización de la sociedad civil es un factor que determina el ritmo y el resultado de un proceso de paz. En Colombia, el incremento inusitado del número de muertes de civiles operado en la década de 1980 y una paralela y creciente movilización por la paz llevaron a los líderes del M-19 a cuestionarse resueltamente el empleo de la violencia para lograr la transformación social del país. Como se reclamaban representantes de la voz de la nación, no querían perder el arraigo moral de su lucha en caso de continuar avivando una confrontación que estaba afectando principalmente a la población civil: “Si la revolución [iba] en contra de la gente, no [era] válida” (v. Minutas de la reunión). Por ejemplo, la ocupación del Palacio de Justicia en 1985, que se convirtió en una pavorosa tragedia y fue percibida por la población como un ataque terrorista más que como una acción política, forzó al movimiento a revaluar sus medios y fines y a adoptar una estrategia de paz para “reconectarse con el país”. El estudio sobre el GAM presenta igualmente, como factores propicios para las negociaciones de 2000-2003, el incremento del costo en vidas humanas del conflicto armado y el deseo general de la población de Acheh de avanzar políticamente. Finalmente, durante las mesas redondas del proceso de paz, los participantes del GAM y del Sinn Féin mencionaron el papel instrumental de las diásporas, a pesar de que el mismo no aparece en los estudios. Los irlandeses estadounidenses desempañaron una labor de apoyo que fue crucial para la lucha republicana, hasta el punto de que comenzaron a ver al IRA como un estorbo y a presionar al gobierno de los Estados Unidos para que interviniera en favor de las negociaciones de paz. Esto ilustra el impacto de los vínculos internacionales y los tipos de influencia que emergen en los conflictos entre estados y en los procesos de solución de conflictos armados. — 406 — CONCLUSIONES Dimensión internacional A pesar de que la mayoría de los RLM operan en los confines de los territorios fronterizos, ordinariamente mantienen relaciones más allá de su ámbito regional o nacional, con otros grupos armados o con patrocinadores estatales (como sucedía, para nuestro asunto, con Libia, Cuba o la URSS). La mayoría de los estudios de caso que glosamos citan a movimientos insurreccionales que sirvieron como modelos o fuentes de inspiración: en Colombia, la revolución cubana; en Nepal, la Guerra Popular desarrollada por China y por Sendero Luminoso del Perú; en Sudáfrica, las tesis revolucionarias del Che Guevara, las revueltas de mayo de 1968 y el movimiento contra la guerra de Vietnam en el caso de la lucha por los derechos civiles puesta en marcha en Irlanda del Norte. El resto de esta subsección trata del complejo papel –constructivo o perjudicial– cumplido por gobiernos y actores no estatales de Occidente –con frecuencia asociados bajo la noción amplia de la “comunidad internacional”–, así como de la influencia que el ambiente geopolítico regional o global más amplio desempeñó para obstaculizar o facilitar la transformación de los conflictos reseñados. • Búsqueda de legitimidad internacional En Sudáfrica y en Indonesia, los poderes de Occidente respaldaron inicialmente el régimen que ellos consideraron como aliado en su confrontación con los gobiernos comunistas y las luchas de liberación del sur de Acheh y el sureste de Asia. Sin embargo, los RLM participaron con éxito en campañas de cabildeo e incidencia política que provocaron un viraje de las posiciones internacionales hacia el favorecimiento de un cambio de régimen y un manejo pacífico del conflicto. El cuarto “pilar de lucha” del ANC (aislar a las fuerzas del apartheid en el ruedo internacional) estimuló la campaña de sanciones extranjeras lanzada sobre el gobierno sudafricano durante el decenio de 1980, así como la aprobación internacional del “Documento de Harare” en 1989 (v. atrás). Por su parte, durante el proceso de paz de 2000-2003 el GAM intensificó su trabajo de cabildeo e incidencia política internacional y construyó una red de solidaridad transnacional afincada en grupos de la sociedad civil. En la búsque- — 407 — DE LA INSURGENCIA A LA DEMOCRACIA da de la legitimidad internacional, necesaria para equilibrar su posición asimétrica con Yakarta, la jefatura del movimiento en el exilio avanzó en su causa política al virar del discurso anticapitalista y antioccidental a un discurso que apelaba a los derechos humanos y la democracia. El tsunami que azotó a Acheh en diciembre de 2004 atrajo una creciente atención internacional hacia la provincia y su conflicto en curso, y acrecentó las presiones para que se reanudara el proceso de paz. Al entrar en las negociaciones, tanto los LTTE como el CPN-M se encontraron a sí mismos en una posición estratégica fuerte, aunque con débiles credenciales internacionales, y esperaron a que su cambio a una posición conciliatoria fuera “premiado” con el reconocimiento como actores políticos legítimos en el escenario internacional. Sin embargo, a lo largo del proceso de paz la mayoría de los estados de Occidente y los vecinos de la región –particularmente la India– mantuvieron una posición parcial, a favor del Estado; por eso, en ambos estudios, tales gobiernos son tratados como “saboteadores” (spoilers) que obstaculizaron la solución del conflicto. En el caso de Nepal, los ataques terroristas desencadenados el 11 de septiembre de 2001 contra los Estados Unidos y la subsecuente “guerra contra el terror” resultaron desfavorables para los Maoístas. Éstos fueron clasificados como una organización terrorista, tanto por el gobierno de la India como por el de Estados Unidos, que a la par expresaron su apoyo explícito a la monarquía nepalesa, suministraron ayuda militar a la operación de contraofensiva y presionaron al rey –y en seguida a los partidos mayoritarios– para que se negaran a negociar con los Maoístas mientras éstos no se desarmaran. El estudio sobre los LTTE también describe en detalle la perjudicial influencia de los gobiernos occidentales en el curso del proceso de negociación, al negarse a reconocer la autodeterminación de las estructuras de gobierno del movimiento insurgente en el territorio bajo su control, descartando las discusiones sobre autodeterminación en la mesa de negociación, presionando a los LTTE a entrar por un camino de desarme y desmovilización y desconfiando de sus motivos para negociar y de su preparación para transformarse a sí mismos en un actor político no-violento. La proscripción del movimiento decretada en 2006 por los legisladores de la Unión Europea y Canadá alteró más todavía el — 408 — CONCLUSIONES equilibrio del poder estratégico a favor del Estado nepalés y animó al gobierno de línea dura de Sri Lanka a acelerar su ataque militar. • Facilitación extranjera para hacer la paz (peacemaking) Cuando no intervienen para apoyar a cualquiera de los lados de la mesa de negociación, muchos gobiernos extranjeros intentan desempeñar un papel facilitador durante las negociaciones de paz entre el Estado y los actores armados. Sin embargo, cabe anotar que al menos en tres de los seis procesos de paz objeto de estudio (Sudáfrica, Colombia, Nepal) fueron principalmente actores nativos y locales los que realizaron una labor intermediaria importante, y no ningún actor foráneo –fuese él estatal, no estatal o intergubernamental–. En Irlanda del Norte, dos estados soberanos (llamados Reino Unido e Irlanda) participaron en las negociaciones, pero en calidad de partes primarias del conflicto, más que como actores externos. La facilitación internacional promovida a finales de los años noventa adoptó varias formas, desde las contribuciones tras bambalinas del gobierno Clinton hasta un programa de la Unión Europea destinado a la financiación para la paz y la reconciliación, así como la diplomacia privada de las tres copresidencias extranjeras de las conversaciones, encabezadas por el ex senador estadounidense Chris Mitchell, que culminó con el Acuerdo de Viernes Santo de 1998. En Acheh, las series sucesivas de rondas de negociación fueron facilitadas respectivamente por el Centro Henry Dunant (convertido posteriormente en Centro para el Diálogo Humanitario) y las Iniciativas de Manejo de Crisis, y de igual manera por el desempeño del gobierno noruego durante las conversaciones de 20022006 en Sri Lanka. Noruega fue el único actor extranjero considerado relativamente imparcial por los autores del estudio de los LTTE. Un modelo muy diferente de mediación se menciona en el estudio del Sinn Féin. En concreto, se trata del patrocinio que el presidente de la república Sudafricana y ex líder del ANC, Nelson Mandela, ofreció para las conversaciones privadas de construcción de confianza entre el Sinn Féin y los líderes Unionistas que tuvieron lugar en Sudáfrica. El estudio concluye declarando que, a su vez, el Sinn Féin está listo para ofrecer su — 409 — DE LA INSURGENCIA A LA DEMOCRACIA experiencia en la solución de conflictos como un ejemplo para otros, y de hecho sus líderes han sido consultores externos en varios procesos de paz. En Colombia, el modelo de negociación desarrollado por el M-19 fue replicado después por grupos guerrilleros más pequeños que siguieron el mismo camino de transición. Este tipo de intervención de consejeros pares –elemento importante del proyecto del Centro Berghof sobre el paso de la lucha armada a la política– ofrece una alternativa interesante a la mediación del conflicto por parte de actores profesionales o estatales, que merecería más investigación y análisis comparativo. • Impacto de los eventos externos y los factores geopolíticos Además de la intervención directa de actores foráneos en conflictos intraEstado y en luchas de liberación nacional, otras variables externas entran en el juego en las transiciones políticas. Por ejemplo, la desintegración del bloque de países comunistas y el fin de la Guerra Fría constituyeron un factor que permitió la finalización de la guerra en Sudáfrica y Acheh, al privar a los gobiernos al mando o a los RLM de sus fuentes externas de apoyo político o financiero y motivarlos para cambiar sus discursos y estrategias en un nuevo escenario geopolítico. La última ola regional de transiciones democráticas despertada en Latinoamérica, por su parte, tuvo efectos en el cambio estratégico del M-19 hacia una lucha pro democracia y animó asimismo al gobierno colombiano a unirse a los esfuerzos diplomáticos regionales de paz de Centroamérica y a tomar distancia de los Estados Unidos. Una década después, los ataques del 11 de septiembre de 2001 y la llamada “guerra global contra el terror” crearon un nuevo cambio internacional importante, orientado a respetar las fronteras de los estados y mirar con menor simpatía a los movimientos de liberación nacional de base musulmana. Esto explica en parte la redefinición del futuro Estado del GAM en Acheh, de un sultanato islámico a una democracia. Finalmente, la influencia de factores ambientales, tales como los desastres naturales ocurridos en el curso del conflicto armado, se ejemplariza en los efectos del tsunami que azotó a Acheh en 2004, fenómeno na- — 410 — CONCLUSIONES tural que introdujo a la provincia en la esfera pública internacional a través del intenso cubrimiento de los medios y de las operaciones de ayuda masivas, y que creó un incentivo para que el gobierno pusiera término al conflicto y facilitara los esfuerzos de reconstrucción. SECCIÓN TRES Resultados de la transición: reseña de los procesos de construcción de paz en el posconflicto desde la perspectiva de los movimientos de insurgencia Las Secciones Uno y Dos han hurgado en los procesos vividos y los cambios tácticos, estratégicos e ideológicos que marcaron la transición de los RLM de la lucha armada a las negociaciones de paz y al compromiso político no-violento. Esta última sección hace hincapié en los desafíos de la construcción de la paz que acompañan y siguen a dichas transformaciones, en su mayoría durante el periodo transicional que se presentó entre los ceses del fuego y las primeras elecciones del posconflicto, así como en los subsecuentes procesos de consolidación de la paz y la democracia a largo plazo. Las múltiples dinámicas de compromiso de los RLM en la etapa de posguerra, según se analiza en los cinco estudios,5 incluyen: construcción de instituciones democráticas para resolver las causas de fondo del conflicto, los cambios organizativos operados con el paso de la clandestinidad a la política electoral pública, la seguridad en los procesos de transición, la provisión de mecanismos para la justicia transicional, la manera de hacer frente al pasado con responsabilidad y el empeño de mantener la cohesión interna de las organizaciones. Reformas estructurales y democratización La “desmilitarización de la política” (Lyons, 2005) y la transformación política de movimientos de resistencia/liberación clandestinos en cuerpos legales (normalmente en partidos políticos) es un tema analítico central 5 El caso de Sri Lanka no se considera en esta sección, ya que entre los LTTE y el gobierno no se firmó ningún acuerdo de paz. — 411 — DE LA INSURGENCIA A LA DEMOCRACIA de este proyecto. Un preludio necesario a esta transformación es una transición democrática que abra el sistema político a grupos a los que previamente se les negó una representación. Usualmente eso adopta la forma de mecanismos de consulta multilaterales y cuerpos conjuntos de toma de decisiones, gobiernos interinos de poder compartido (en Irlanda del Norte, Sudáfrica, Nepal), elección de una asamblea constituyente (Colombia, Nepal), establecimiento de una nueva Constitución y una carta de derechos que introducen reformas institucionales y electorales (Colombia, Sudáfrica, Nepal), o introducción de instituciones democráticas descentralizadas en el acuerdo de paz (Irlanda del Norte, Acheh). La eficiencia de la transición con posterioridad a los acuerdos de paz depende en gran medida de la extensión y el éxito de dichas reformas. Sin embargo, además de Colombia y Sudáfrica, los otros países objeto de estudio todavía están sufriendo la democratización y transiciones de construcción del Estado, y por lo tanto los estudios no pueden suministrar análisis retrospectivos de dichos logros, aparte de describir procesos y eventos que todavía están en marcha. En algunos casos el acuerdo de paz firmado entre los RLM y el Estado contenía provisiones muy amplias y dejaba por fuera los arreglos detallados para ser elaborados en el marco constitucional futuro; ese fue el caso, hasta cierto punto, de Colombia, Sudáfrica y Nepal. En el contexto irlandés, el Acuerdo de Viernes Santo se describe como un pacto comprensivo, que comprendía asuntos de reforma constitucional, reestructuración institucional, equidad y derechos humanos, tratamiento de las víctimas del conflicto, liberación de prisioneros políticos, manejo de armas y asuntos de policía y justicia. En Acheh, el Memorando de Entendimiento igualmente estipuló un amplio rango de arreglos de devolución de poder a la provincia en las áreas de gobernanza, economía y derechos humanos, y definió varias cláusulas sobre desarme, desmovilización y reintegración, reforma del sector de seguridad, justicia y veeduría (accountability), accountability), e imaccountability plementación de monitoreo. En ausencia de una reforma constitucional, el convenio de paz se legalizó en 2006 bajo la forma de una nueva Ley de — 412 — CONCLUSIONES Gobierno de Acheh, aunque los autores del estudio de caso argumentan que ésta no incluyó todos los acuerdos pactados anteriormente. La distribución del poder y de los recursos entre las partes firmantes de un pacto de paz influyen fuertemente en la efectividad de su implementación, como puede observarse en los casos contrastantes de Nepal y Colombia: los maoístas nepalíes, que dominaron la Asamblea Constituyente, impulsaron con éxito el cambio radical del régimen político, que pasó de una monarquía centralista a una república federal, mientras el M-19 no pudo evitar el colapso de su capacidad de convocación política apenas unos pocos meses después de haber comenzado el proceso. De guerrilla a gobierno Una de las áreas de transformación más desafiantes de la etapa de posguerra para los movimientos de insurgencia es su establecimiento como entidades legales después de décadas de existencia ilegal, exilio o desarrollo de operaciones clandestinas. La transición de la resistencia armada a la política convencional les exige adoptar una nueva cultura política, formular un nuevo programa, configurar las estructuras organizativas de un partido, reclutar cuadros para ese partido y construir su capacidad para gobernar. Por supuesto, los movimientos que antes del conflicto armado tuvieron una historia como partido político o retuvieron una estructura de mando civil y una rama política a lo largo del conflicto pueden avanzar más fácilmente en esta reformulación en las condiciones de posguerra (De Zeeuw, 2008: 13). Es el caso de Irlanda del Norte, donde el Sinn Féin, uno de los partidos políticos más antiguos de la isla, ha participado en actividades electorales desde el principio de la década de 1980 y actualmente es la segunda agrupación más grande de la Asamblea de Irlanda del Norte. En Sudáfrica, el ANC y su rama armada también mantuvieron distintas identidades todo el tiempo, lo que puede explicar más fácilmente su tránsito de movimiento con actividades clandestinas a colectividad que participa en la política electoral y logra un éxito arrollador en los primeros comicios posteriores al acuerdo de paz: ganaron el 62,6% de los votos — 413 — DE LA INSURGENCIA A LA DEMOCRACIA en 1994 y se consolidaron en el poder en las elecciones subsiguientes. Sin embargo, el autor del estudio de caso argumenta que su movimiento ha debido dedicar más esfuerzos, previos al proceso de paz, para preparar un equipo que estuviera listo para gobernar y construir su capacidad para responder con eficacia a los retos del país (v. Minutas de la reunión). En el caso de Nepal, la investigación menciona la primeras apariciones públicas de la jefatura del CPN-M, hasta ese momento clandestina, poco después de la firma del acuerdo de paz, y el cambio organizativo del movimiento “de un sistema de tiempo de guerra a un sistema de tiempo de paz” (v. Capítulo 5 de este libro), por el camino de reestructurar su aparato civil para conformarlo de acuerdo con los sectores de la administración pública y entrenar a sus cuadros para la acción política y “el cambio revolucionario pacífico” con anterioridad a la elección de la Asamblea Constituyente (abril de 2008). Su victoria electoral permitió al partido ganar la mayoría de los escaños de la Asamblea y controlar las carteras gubernamentales más importantes, incluido el puesto de Primer Ministro, ocupado en la actualidad por uno de los principales líderes maoístas, Prachanda. Durante el proceso de paz, el GAM de Acheh pudo expandir y fortalecer su ala política y establecer estructuras de gobierno paralelas en todos los niveles de la administración. Su partido político, recientemente formado, ganó las elecciones provinciales de 2006, así como muchas de las justas electorales de nivel distrital. El estudio afirma que su actual desafío es probar que puede gobernar la provincia de Acheh mejor que el gobierno de Yakarta y que el partido necesita incrementar sus habilidades y capacidades políticas antes de la elección parlamentaria de 2009, cuando tendrá que competir por primera vez con otras fuerzas políticas locales y con los partidos de carácter nacional más experimentados. Todos los movimientos descritos arriba han alcanzado un suceso considerable en su trayectoria política de posguerra, ya sea recientemente o a más largo plazo, y han podido mostrar a sus miembros algunos dividendos de paz, nacidos de su transformación estratégica y organizativa. Por el contrario, si los ex líderes guerrilleros no obtienen participación en la — 414 — CONCLUSIONES toma de decisiones y permanecen confinados a trabajar en la oposición en un sistema de democracia mayoritaria donde “el ganador se lleva todo”, los procesos de paz arriesgan a generar descontento interno y a desanimar a otras facciones armadas a seguir el mismo camino, que solo ofrece magros beneficios. En Colombia, el nuevo partido Alianza DemocráticaM19, formado de una coalición del M-19 y otras fuerzas desmovilizadas, fracasó en la consolidación de su inicial éxito electoral y desde entonces ha permanecido como una fuerza política menor. Las explicaciones de este fracaso incluyen la pérdida de cohesión interna y la dispersión política que supuso el proceso de desmovilización (v. más adelante), la inhabilidad del nuevo partido para consolidar sus bases sociales y su falta de experiencia en procesos electorales y en el juego político institucional. No obstante ello, esta fuerza política ha cumplido un papel importante en otros espacios, como ha sido su contribución en proyectos sociales, en instancias de gobiernos departamentales y municipales, en el trabajo con grupos de mujeres y con víctimas de la violencia. Por su parte, el LTTE sigue comprometido en actividades armadas y hasta el momento y se ha negado a adelantar actividades políticas por la vía electoral sin que previamente se hayan producido cambios estructurales hacia la democratización de la isla. Sin embargo, el reporte del estudio de caso menciona la ampliación de su ala política durante el proceso de paz. También dibuja una pintura interesante del viraje dado por el movimiento en años recientes, al pasar de “la lucha armada al gobierno” o de la “resistencia al autogobierno”. Las actividades políticas del LTTE en Tamil Eelam (noreste de Sri Lanka), como son las de autoadministración, provisión de la ley y el orden, ofrecer una estructura judicial, prestar servicios de bienestar social, salud y educación, implicaron un horizonte de construcción de Estado. Dichas actividades podrían servir como precursoras de futuros arreglos de tipo federal o de participación en el poder... Seguridad en los procesos de transición En el área de la seguridad, desde el punto de vista de los RLM, los desafíos más sensibles del proceso de transición conciernen a la liberación de prisio- — 415 — DE LA INSURGENCIA A LA DEMOCRACIA neros, el desarme, el acuartelamiento y desmovilización de sus combatientes, la integración en las fuerzas armadas y de policía regulares, la reforma del sector de seguridad y los programas de rehabilitación socioeconómica. La puesta en marcha de los procesos de construcción de paz y democratización aparece fuertemente influenciada por el tratamiento secuencial que los partidos políticos den a la transición en seguridad y a las reformas políticas, especialmente en los casos en que el Estado o un actor extranjero insisten en la entrega de las armas como prerrequisito para el ajuste institucional que se deriva de las demandas de los RLM. Por el contrario, la mayoría de los estudios de caso demuestran que la desmovilización y el desarme de los movimientos insurgentes solo pueden fluir de la negociación y de los procesos de democratización o de reforma del Estado. Por ejemplo, la exigencia prematura del gobierno indonesio para el desarme del GAM durante el primer proceso de paz (entre 2000 y 2003) provocó el rompimiento de las conversaciones, pues las fuerzas rebeldes sintieron que, al entregar sus armas, quedarían desprotegidas ante la ausencia de un compromiso recíproco del Estado para reducir sus fuerzas armadas en la provincia y dar respuesta a los agravios de los acheneses. Por el contrario, durante la segunda serie de conversaciones de paz, ambas partes entendieron la importancia de construir confianza recíproca antes de poder alcanzar compromisos en los arreglos de seguridad. El pacto de paz de 2005 comprendía un cese de hostilidades inmediato, la desmovilización de 3.000 rebeldes del GAM, la reubicación o disolución de todas las unidades paramilitares y una significativa rebaja del número de tropas indonesias presentes en Acheh, así como la implementación de un mecanismo de veeduría y seguimiento (la Misión de Monitoreo de Acheh). De acuerdo con el cronograma establecido, todos estos arreglos de seguridad se terminaron a finales de 2005. Poco después fue abolido el aparato militar del GAM y reemplazado por una nueva entidad, el Comité para la Transición en Acheh, cuyo objetivo formal consistía en apoyar la transición y la reintegración de los ex guerrilleros. También en Irlanda del Norte, la demanda de los ‘segurócratas’ británicos y el establecimiento de los políticos Unionistas en el desarme del IRA — 416 — CONCLUSIONES han sido descritos como una influencia negativa para el proceso de paz. Los republicanos estuvieron listos para abandonar su derecho a la resistencia armada solo por el camino del progreso político, con la creación de un órgano ejecutivo interino en el que compartían el poder y un nuevo despacho administrativo que abarcaba toda la isla (de Irlanda), con el establecimiento de instituciones conformadas por representantes de ambos lados de la frontera. En julio de 2005, ocho años después de suscrito el acuerdo de paz, la jefatura del IRA anunció formalmente el fin de su lucha armada e impartió a todos sus miembros la instrucción de “apoyar el desarrollo de programas puramente políticos y democráticos a través de medios exclusivamente pacíficos” (v. Capítulo 3 de este libro). En septiembre, la agrupación anunció públicamente que el proceso de deponer las armas había concluido. De manera recíproca, el estudio anota que el Ejército británico ha avanzado en la desmilitarización, pero los paramilitares lealistas6 todavía se niegan a desarmarse y apenas reciben un poco de presión para hacerlo por parte del establecimiento de los políticos Unionistas. El ANC de Sudáfrica suspendió oficialmente su lucha armada en agosto de 1989, en un gesto táctico enderezado a forzar al régimen a adelantar negociaciones formales. Sin embargo, su fuerza armada solo se disolvió en diciembre de 1994, ocho meses después de las primeras elecciones democráticas, una vez que ese movimiento tuvo el control del Estado y del Ejército. Resistieron un proceso de desmovilización anterior, en parte por el curso de violencia puesto en marcha por elementos de la “tercera fuerza” (p. ej. militantes de derecha) durante el proceso de paz. En 1994 se creó un nuevo ejército nacional, formado por elementos de las anteriores fuerzas de liberación y del antiguo ejército del Estado del apartheid y ahora convertido en un símbolo poderoso de la nueva nación democrática. El estudio de caso de Nepal cita el asunto del manejo de armas del PLA como la principal fuente de demora en las negociaciones de paz, ya que los partidos dominantes, fuertemente respaldados por voces extranjeras (entre ellas el embajador estadounidense) condicionaban el ingreso del 6 Traducción del término inglés “loyalists”, que significa leales a la Gran Bretaña y que reclaman mantener su unión con la Corona Británica. — 417 — DE LA INSURGENCIA A LA DEMOCRACIA CPN-M en el gobierno interino al desarme de sus combatientes. Al final, los partidos acordaron un proceso recíproco y simultáneo de acuartelamiento y registro del PLA y de las fuerzas armadas oficiales (a efectuarse el día de la firma del acuerdo de paz), así como la supervisión de las armas maoístas y de un número igual de armas del ejército gubernamental por parte de equipos de verificación y monitoreo de la ONU. El sensible y delicado problema de la integración en el Ejército y la desmovilización de los combatientes maoístas no se discutió sino después de la elección de la Asamblea Constituyente, y actualmente está negociándose, en un comité especial multipartidista, la integración en el Ejército bajo un gobierno liderado por el CPN-M. Mientras tanto, la continuación de actividades armadas por parte del grupo paramilitar maoísta Liga Comunista de Juventudes está despertando muchas críticas y tensiones entre el CPN-M y el resto de partidos. A lo largo del conflicto y el proceso de paz en Sri Lanka, los LTTE no se han mostrado dispuestos a abrir negociaciones sobre el manejo de sus armas, ya que su objetivo ha sido mantener sus propias fuerzas de seguridad –tanto interna como externa–, a la manera de un Estado formal. El estudio también argumenta que la insistencia internacional sobre el desarme y la desmovilización, junto con una visión estrecha de la política electoral, a partir del año 2002 han eclipsado las otras expresiones de transformación política del movimiento, como son sus sustantivas y multifacéticas actividades políticas no-violentas. Finalmente, el M-19 adoptó un enfoque diferente del empleado por el resto de RLM en la esfera de la seguridad. Su líder, Carlos Pizarro, tomó una iniciativa eficaz, audaz, –posteriormente aprobada de manera casi unánime por una votación interna democrática–, consistente en desmovilizarse y desarmar el movimiento incluso antes de la firma de un pacto con el gobierno que debería responder a sus demandas de una reforma política y socioeconómica. La determinación fue calificada como un “salto en el vacío” (v. Minutas de la reunión). El mismo día del acuerdo político el movimiento se desarmó y dos días antes de las elecciones parlamentarias de 1990 fundió las armas, en un gesto simbólico que demostraba que — 418 — CONCLUSIONES sus hombres no se habían rendido sino que nunca más las blandirían. Infortunadamente, tiempo después el movimiento se encontró atorado en un dilema de seguridad, imposibilitado para salvaguardar la vida de sus militantes desmovilizados en un contexto nacional de conflicto armado en curso y aguda violencia social: el 18% de los ex combatientes del M-19 fueron asesinados después de 1989. Esto resalta la necesidad de incluir en los acuerdos de paz garantías de protección para los ex combatientes y medidas legales en la posguerra. Con respecto a la rehabilitación y la reinserción en la sociedad civil de aquellos combatientes desmovilizados que eligen unirse a las fuerzas de seguridad, el modelo colombiano que negoció el M-19 se presenta como muy comprehensivo, ya que incluyó garantías económicas y sociales para los desmovilizados (p. ej. educación, vivienda, capacitación, tierra, empleo) y programas de desarrollo económico en áreas que estaban controladas por la guerrilla. Al mismo tiempo, el estudio argumenta que el acuerdo de paz dio más importancia a los asuntos políticos que a lo acordado en materia social y económica, lo cual dio pábulo a retrasos y errores en su implementación. Otro punto interesante se refiere al contraste de trayectorias entre los antiguos comandantes que entraron activamente en la vida política (al menos durante los primeros años) y los combatientes rasos que enfrentaron una transición más difícil de su vida de guerrilleros a su reincorporación en los espacios civiles. Aparte del M-19, solo el estudio sobre el GAM explora los componentes socioeconómicos de la transición a la posguerra por parte de los RLM. Menciona la conformación de un fondo para la reintegración de los ex combatientes, para suministrarles empleo y tierras para cultivo o, en caso de incapacidad para trabajar, adecuada asistencia de seguridad social. Estos instrumentos se pusieron bajo la responsabilidad institucional de una estructura específica, la Junta de Reintegración de Acheh, establecida tanto por el gobierno de Yakarta como por el de Acheh. Se trata de un cuerpo institucional innovador que no tiene equivalente en otros contextos contemporáneos, a pesar de que el estudio critica su falta de planeación apropiada y visión de largo plazo. — 419 — DE LA INSURGENCIA A LA DEMOCRACIA Se debe mencionar, por último, la extrema sensibilidad de los seis movimientos cuando se trata del vocabulario utilizado para designar los procesos de desarme, desmovilización y reintegración (DDR), un concepto que los RLM, por lo general, asocian con derrota o rendición. Por lo demás, en algunos contextos el término reintegración se emplea sin dudarlo, mientras que en otros se lo critica por ser inadecuado para describir a militantes que nunca se aislaron de la sociedad sino que, por el contrario, estaban completamente inmersos en sus comunidades. De igual manera, el término desarme es rechazado fuertemente en varios contextos, mientras que la deposición de las armas (“decommissioning”) o el “manejo de armas” se consideran más aceptables. Además de la necesidad de una flexibilidad terminológica, estos comentarios apuntan a la necesidad de reenmarcar y redefinir unos parámetros de interpretación más comprehensivos y aceptables para designar los distintos componentes de los problemas de seguridad en los procesos de transición. Este criterio pretende elaborarse más adelante de manera conceptual y práctica, en un previsible proyecto del Centro Berghof (2009-2011). Justicia transicional, responsabilidad y “tratamiento del pasado” En el marco de referencia de este proyecto de investigación no se ha otorgado importancia a los temas de justicia transicional, responsabilidad y “tratamiento del pasado”, y por eso no son desarrollados en profundidad en los estudios de caso. El reporte del ANC suministra la aproximación más detallada a los mecanismos de justicia transicional. El “post-amble” (tránsito tranquilo) a la Constitución interina (1993) determinó que, “para poder avanzar en la reconciliación y la reconstrucción [de la nación] se debe conceder amnistía con respecto a los actos, omisiones y ofensas asociados con objetivos políticos y cometidos en el curso de los conflictos del pasado” (v. Capítulo 2 de este libro). En 1995, el gobierno de unidad nacional promulgó una ley que establecía una Comisión de Verdad y Reconciliación, dentro de la cual la amnistía individual se podía aplicar y otorgar bajo la condición de que los crímenes fueran proporcionales y motivados políticamente, y de que toda la verdad fuera revelada. La Comi- — 420 — CONCLUSIONES sión de Verdad y Reconciliación comenzó su trabajo en 1996, y el estudio cita largos extractos de la Declaración y testimonios de los miembros del ANC rendidos ante ella. El autor anota que ninguna forma de compensación individual para las víctimas del conflicto armado será posible alguna vez en un país con tal historia de opresión y que, al final, la forma más efectiva de reparación y sanación de las heridas es la política, que ocurre a través de cambios estructurales y de la construcción de una sociedad justa e igualitaria (v. Minutas de la reunión). En Colombia y en Acheh, por el contrario, la amnistía para todos los combatientes y prisioneros políticos hizo parte del acuerdo de paz y se otorgó colectivamente a todos los miembros del RLM, a cambio de su cese de actividades militares y como parte del proceso de normalización legal dirigido a permitir su compromiso político. El acuerdo de paz establecido en Acheh estipula asimismo que se debe crear un tribunal de derechos humanos y una comisión de la verdad y la reconciliación, cuyo marco legal –provincial o nacional– debe ser igualmente acordado. El gobierno nepalí ha comenzado también un proceso de conformación de una comisión de verdad y reconciliación, si bien el estudio no lo menciona. Y, en Irlanda del Norte, las campañas del Sinn Féin enderezadas a la introducción de una Carta de Derechos, así como de mecanismos de “responsabilidad” destinados a encontrar la verdad sobre el papel de Gran Bretaña durante la guerra y la dimensión de su involucramiento con paramilitares lealistas. Mantener la cohesión interna y consolidar la base social, soporte del partido El desafío de mantener la unidad frente al riesgo del faccionalismo durante las transiciones políticas posteriores a la guerra se menciona en todos los cinco casos de estudio y ocupó un lugar importante en la lista de inquietudes que los participantes del proyecto expusieron en las mesas redondas. Un factor que fue citado como estimulante de las tensiones en el seno de los movimientos fue el regreso de los líderes después de su exilio o su prisión, cuando surgieron desacuerdos, falta de entendimiento — 421 — DE LA INSURGENCIA A LA DEMOCRACIA o rivalidad con los dirigentes que habían actuado clandestinamente dentro del país. Eso se hizo más evidente en el caso de Acheh. A pesar de que la formación de una nueva entidad destinada a apoyar la desmovilización y el proceso de reintegración ayudó al movimiento a mantener un frente unido como preparación para las elecciones, el retorno a Acheh del gobierno en el exilio condujo a una división del antiguo GAM en dos campos –el grupo de Suecia versus el grupo del Comité de Transición de Acheh y los comandantes ubicados en el terreno–, que presentaron candidatos diferentes para las elecciones provinciales. Desde la elección, en diciembre de 2006, del gobernador Irwandi, apoyado por el “campo juvenil”, la consolidación de Partai Acheh los reunificó nuevamente detrás de una causa común: ganar las elecciones de la primavera de 2009. También en Sudáfrica, todavía hoy tienen repercusión las tensiones políticas entre las fuerzas internas, externas y en prisión del ANC (los “isleños de Robben”, v. Minutas de la reunión), y los fracasos del partido para crear una jefatura unificada se evidenciaron en la reciente crisis de la jefatura y en la formación de un partido disidente. En Nepal, el CPN-M no se ha visto afectado de la misma manera por el faccionalismo de la posguerra, pero el estudio menciona algunos desacuerdos internos que se expresaron en la convención de todo el partido realizada en agosto de 2007, en torno a decisiones ideológicas y estratégicas en el camino y el ritmo de los procesos de implementación de la paz. Desde entonces, y especialmente a partir de la formación del gobierno encabezado por los maoístas, el nivel de las tensiones internas del partido parece haber aumentado, ya que quienes aparecen enfrentados a las realidades del poder –en concreto, el primer ministro Prachanda– enfatizan en una posición y un discurso pragmáticos, en tanto que los ‘ideólogos’ y los ‘radicales’ del partido permanecen concentrados en salvaguardar los valores maoístas y la lucha por una democracia socialista. En Irlanda del Norte, por su parte, la adopción por el Sinn Féin de una estrategia de diálogo llevó a la formación de grupos republicanos disidentes que intentan desviar el curso del proceso de paz; el estudio afirma que, a pesar de que tales discrepancias todavía existen, “no tienen apoyo — 422 — CONCLUSIONES ni organización política, y no han articulado alternativas a la estrategia a la que suscribe la abrumadora mayoría de los activistas y ex prisioneros republicanos”. La situación en Colombia, una vez más, no se puede comparar con las reseñadas atrás, ya que los líderes del M-19 transformaron su movimiento de resistencia en un partido, aunque sobre la base de unir fuerzas con otros activistas de izquierda para crear una coalición política amplia. Por lo tanto, el desafío que enfrentaron en el periodo de la posguerra no fue tanto un fenómeno de divisiones dentro del partido como un riesgo de dispersión. Para los ex combatientes, la transición hacia la vida civil implicó la pérdida del reconocimiento social y político que tenían como guerrilleros, y supuso al mismo tiempo la pérdida de la referencia colectiva que les había dado su identidad como grupo armado. El subtítulo original del estudio dedicado al M-19, tal como lo sugirieron sus autores, “Una búsqueda de cómo hacer política en sintonía con el país”, refleja una seria preocupación de los activistas desmovilizados por la pérdida de contacto con su anterior base social de apoyo y poder, cosa que parece ser una tendencia común vinculada al proceso de institucionalización de los movimientos sociales. Todos los cinco RLM comparten una preocupación común por mantener su imagen revolucionaria o su identidad como “servidores del pueblo” después de haber tomado el poder del Estado. De hecho, el ANC continúa definiéndose a sí mismo como un movimiento de liberación más que como un partido político, y se esfuerza por conservar una relación estrecha con las organizaciones de masas que le ayudaron a derrotar el apartheid apartheid, entre ellas los sindicatos (v. Minutas de la reunión). Por su parte, el Sinn Féin defiende una política que salarios iguales para la jerarquía del partido, en parte con el propósito de recolectar fondos (los salarios adicionales recibidos por sus representantes en el Parlamento y por quienes son miembros del Parlamento Europeo son transferidos a las arcas del partido), pero también para mantener su conexión con la realidad que enfrenta la ‘gente del común’ (v. Minutas de la reunión). — 423 — DE LA INSURGENCIA A LA DEMOCRACIA Aparte de la necesidad de consolidar movimientos cohesionados y de fuertes entronques con sus raíces populares, el éxito en el ámbito electoral también está condicionado por la habilidad de las nuevas formaciones políticas para ampliar su base de apoyo más allá de su electorado inicial. El ANC ha sido más bien exitoso en la consagración de un programa muy incluyente, que atraviesa las líneas raciales e ideológicas del partido. Los antiguos líderes del M-19, como se establece atrás, participaron activamente en la consolidación de una izquierda democrática desarmada y enarbolaron las banderas de la justicia social, la mejor democracia y la defensa de la soberanía nacional, e intentaron igualmente apoyar de manera activa la búsqueda de acuerdos de paz con el resto de grupos armados del país. El Sinn Féin es ahora el partido más voluminoso que obra en representación de la comunidad nacionalista –una posición de que antes gozaba el Partido Socialdemócrata y Laborista–, pero se mantiene como una agrupación cuya base es una comunidad, es decir, centrada en las demandas de una parte del electorado de Irlanda del Norte, y no busca realmente congregar el apoyo de sectores sociales que operan por fuera de los límites de dicha comunidad. Ya que las transiciones de movimientos de insurgencia a formaciones políticas no-violentas todavía se están desplegando en Nepal y Acheh, es muy prematuro hacer comentarios sobre cuál puede ser su probable desempeño en este proceso de transformación. Para los LTTE es muy difícil predecir su trayectoria en la posguerra, pues incluso el prospecto de las negociaciones de paz parece actualmente más distante que nunca antes. CONCLUSIÓN Para resumir y concluir este estudio, puede ser útil hacer referencia nuevamente al marco analítico original mencionado al final de la Introducción General de este libro, que presentó tres tipos de “generadores del cambio” en la transformación del conflicto armado: cambios internos, relaciones entre las partes y factores internacionales. ¿De qué manera los seis estudios de caso contribuyen al avance del estado del arte en la investigación analítica sobre los factores, las dinámicas y los resultados de las transiciones de la guerra a la paz? — 424 — CONCLUSIONES • Cambios internos: Primero que todo, los estudios que glosamos en esta sección enfatizan en la compleja interacción entre los medios y las metas de las luchas de la insurgencia, y en la incompetencia de aproximaciones lineales para entender la transición de la guerra a la política. La mayoría de los RLM, incluidos los seis movimientos involucrados en este proyecto, emprenden la lucha política desde sus inicios a través de objetivos flexibles y adaptables y de una combinación de estrategias violentas, no-violentas y convencionales (como la electoral), que constantemente revalúan y ajustan a la luz de un contexto que evoluciona constantemente. Algunos de estos ensayos buscan justificar la legitimidad de la lucha armada como el “derecho a rebelarse” y a elegir tácticas de lucha violentas ligadas a reglas normativas de “autolimitación de la insurrección armada”. Los autores explican asimismo el paso de los RLM de la escalada del conflicto a la resolución del mismo como algo procedente de un cálculo racional de las posibilidades y limitaciones que se derivan de la opción de entrar en la polí política convencional o de continuar la lucha armada. Los estudios hacen énfasis igualmente en el papel de los procesos internos de toma de decisiones y en la importancia del liderazgo en las transiciones políticas de los RLM. Para manejar efectivamente el cambio que entraña el hecho de llevar a una insurgencia armada a encabezar un gobierno o al menos un partido político efectivo, los líderes de la sublevación necesitan tener el deseo de adoptar iniciativas audaces, de participar activamente y reaccionar con rapidez a los cambios estructurales y geopolíticos. La determinación de estos movimientos de ingresar en la vía de las negociaciones está descrita en varios casos como resultado de una decisión estratégica individual, basada en una evaluación acertada de las relaciones de poder presentes en el momento (v. más adelante la dinámica entre las partes). La importancia de la cohesión interna y la consulta dentro del movimiento –incluida su base de apoyo– durante todas las fases de transformación del conflicto aparece como un importante factor de éxito de las — 425 — DE LA INSURGENCIA A LA DEMOCRACIA transiciones políticas. De hecho, ninguno de los seis RLM enfrentó una división significativa dentro del grupo o una deserción importante, y en los pocos casos en que los procesos de paz provocaron el surgimiento de facciones disidentes de antiguos miembros o aliados que cuestionaron los cambios estratégicos u organizativos, las jefaturas fueron fuertes y se comprometieron en proporción suficiente para mantener sus movimientos con firmeza en el camino de las negociaciones y la reforma interna. Finalmente, la lección clave que surge de los estudios es que la habilidad de los RLM para dirigir un nuevo país democrático (o convertirse en un partido de oposición efectivo) e implementar las reformas estructurales necesarias depende del manejo exitoso de la transición del campo de batalla al ruedo electoral. Deben, por lo tanto, estar preparados adecuadamente para la transición de una estructura militar a un partido político, mutación que implica el manejo de diversas culturas políticas y lógicas organizativas. • Dinámicas entre las partes del conflicto El papel del Estado y sus actores determinantes están omnipresentes en los estudios, y comienza con las causas de fondo y los eventos coyunturales que desencadenan la formación de los RLM y su adopción de estrategias violentas. Las principales fuentes de agravios están ubicadas en la cerrazón del sistema político o en estructuras de poder altamente desiguales, y el tránsito de oposición a insurrección aparece definido como la única alternativa que se abrió para las comunidades oprimidas, de cara a la represión violenta de la protesta no-violenta o a determinadas estrategias electorales adoptadas por el Estado. Cuando se trata de definir y explicar el momento del viraje decisivo, cuando las partes del conflicto armado comienzan a explorar las posibilidades de una solución pacífica negociada, los autores del estudio mencionan el papel de los cambios de poder (reales o percibidos) hacia lo que en la literatura se ha definido como una situación de “empate (o estancamiento) mutuamente doloroso”. Cuando los RLM lograron exitosamente — 426 — CONCLUSIONES cambiar la relación asimétrica que generalmente reina entre los que tienen el poder y los que buscan el poder, de tal forma que el gobierno y su ejército (o las autoridades subnacionales) se dieron cuenta de que no iban a derrotar a la insurgencia por la fuerza, los movimientos comenzaron a percibir el tiempo como “maduro” para transferir estas ganancias de poder a la mesa de negociación. Otros factores sociales, tales como la construcción de alianzas con la sociedad civil y otras fuerzas políticas, son también citados en varios estudios como un apalancamiento poderoso destinado a modificar las relaciones entre las partes y a presionar al gobierno a aceptar las conversaciones. Por otra parte, un aumento de la “fatiga de la guerra” en el seno de la sociedad y de la presión pública por la paz, especialmente de las bases de apoyo y las comunidades que los RLM dicen representar, es considerado como un estímulo poderoso para decidirse por negociaciones de paz. Una vez firmado el acuerdo de paz, el éxito de su implementación está en parte condicionado por el grado de poder y de apalancamiento de que gozan las diferentes partes signatarias, como también por su nivel de compromiso y su voluntad política. Al respecto, el estudio del M-19 ofrece lecciones muy relevantes, que pueden ser aplicadas igualmente a los otros casos. Vale la pena citarlas por completo: - “el acuerdo de paz debe materializarse en una ley o una reforma constitucional para que no quede al vaivén del desenvolvimiento político de las cosas; - hay que construir una fuerza política que pueda defender dichos cambios o reformas en las instancias ordinarias de la vida democrática (…) - ha de construirse un régimen político de transición que aguante las debilidades e inexperiencias de las fuerzas nacidas de los procesos de paz, es decir, un régimen de favorabilidades que garantice a quienes dejaron las armas, aun en las peores condiciones de fracasos electorales, unos mínimos de poder; - las comisiones de seguimiento que se establezcan en un proceso de paz y los acuerdos que resulten del mismo (…) es necesario que — 427 — DE LA INSURGENCIA A LA DEMOCRACIA tengan la fuerza suficiente para poder exigir a las partes, particularmente al gobierno, el cumplimiento de lo acordado” (v. Capítulo 1 de este libro). • Factores internacionales Además del caso del LTTE, ninguno de los estudios profundiza realmente en los factores internacionales y de más allá de las fronteras que favorecen u obstaculizan el cambio, lo cual puede explicarse por el hecho de que al menos tres de las transiciones fueron dirigidas internamente a través de negociaciones directas, y los extranjeros que intervinieron en ellas solo desempeñaron un papel secundario de apoyo, y en algunos casos entorpecieron el proceso. Cuando se mencionan los actores internacionales, y en concreto los gobiernos u ONG occidentales, se describen alternativamente en tres actitudes: ayudando a cambiar las relaciones de poder entre las partes a favor de los RLM (al darles legitimidad diplomática o promover la imposición de sanciones contra el Estado); actuando a favor del Estado (al listar y tratar a los grupos armados no estatales como ilegales “organizaciones terroristas”); o bien ejerciendo una labor imparcial como facilitadores de los procesos de paz. Hay que mencionar otros factores del contexto internacional que incidieron en la transformación del conflicto, como la terminación de la Guerra Fría, los fatales sucesos del 11 de septiembre de 2001 y la subsecuente “guerra contra el terror”, una ola regional de transiciones democráticas ocurrida en América Latina o el tsunami de 2004 en el sureste de Asia. Valdría la pena investigar y profundizar en los numerosos temas que surgen de los seis estudios. En concreto, hay un asunto crucial que la mayoría de los autores trató de manera corta y superficial, como son las relaciones entre las transiciones políticas, de seguridad y socioeconómicas de la posguerra. La etiqueta “desmilitarización de la política” (Lyons, 2005) encaja muy bien en este proyecto, si es entendida como un cambio del ejercicio violento de la política a uno que prioriza el empleo de medios electorales o convencionales. Incluye al menos tres expresiones interrelacionadas: — 428 — CONCLUSIONES • la construcción de instituciones capaces de apoyar la democratización, tales como partidos políticos, asambleas constituyentes y mecanismos para compartir el poder; • la restructuración del aparato de seguridad por medio de la desmovilización y la construcción de nuevas fuerzas armadas y de policía; • la rehabilitación de los combatientes desmovilizados, para permitirles construir nuevos proyectos de vida personal y así convertirlos en participantes activos en la construcción de la paz y en la reconstrucción en la etapa de posguerra. Todos estos procesos son interdependientes: por un lado, la mayoría de los estudios muestra que los militantes no desean transformar sus estructuras militares mientras no estén firmemente convencidos de que pueden alcanzar sus intereses por medios no-violentos; por el otro, la desmovilización aumenta la confianza de todas las partes para participar en un proceso político; y finalmente, la reintegración social y económica ayuda a prevenir la reincidencia de ex combatientes en actividades armadas, tengan ellas una motivación política o criminal. Estas diferentes dinámicas merecerían un análisis más profundo, y ellas mismas constituirán una de las materias principales de un proyecto del Centro Berghof destinado a dar continuidad al análisis de los RLM y la seguridad en los procesos de transición. Para concluir, quiero expresar mi profunda gratitud para con los autores y los contribuyentes de los seis estudios, que aceptaron audazmente ofrecer su punto de vista sobre los desafíos de las transiciones de la violencia política a la democracia y reflexionaron honesta y críticamente sobre sus trayectorias y su propia experiencia. Estos estudios son importantes porque reflejan las voces de actores políticos cruciales que normalmente son excluidos o desvalorizados por los expertos externos y los encargados de definir las políticas públicas. Al escoger el camino de confiar en sus voces, lo que podemos haber perdido en objetividad o neutralidad (si acaso hay algo así como un punto de vista analítico objetivo o neutral) lo ganamos en autenticidad y legitimidad. Esperamos que estos ensayos contribuyan a un mejor entendimiento del papel y de la práctica de los movimientos de liberación o resistencia, al hacer la guerra y al hacer la paz. — 429 — DE LA INSURGENCIA A LA DEMOCRACIA BIBLIOGRAFÍA A/ Serie Berghof sobre la Transición: García Durán, Mauricio, Vera Grabe Loewenherz and Otty Patiño Hormaza. M-19’s Journey from Armed Struggle to Democratic Politics: Striving to Keep the Revolution Connected to the People (Transition Series 1, January 2008), (v. Capítulo íítulo 1 de este libro). Maharaj, Mac. The ANC and South Africa’s Negotiated Transition to Democracy and Peace (Transition Series 2, January 2008), (v. Capítulo íítulo 2 de este libro). Ogura, Kiyoko. Seeking State Power: The Communist Party of Nepal (Maoist) (Transition Series 3, March 2008), (v. Capítulo íítulo 5 de este libro). Nadarajah, Suthaharan and Luxshi Vimalarajah. The Politics of Transformation: The LTTE and the 2002-2006 Peace Process in Sri Lanka (Transition Series 4, April 2008), (v. Capítulo íítulo 6 de este libro). Aguswandi and Wolfram Zunzer. The Successful Transition of the Gerakan Achech Merdeka (Free Aceh Movement, GAM). From Politics to Arms to Politics Again. (Transition Series 5, October 2008), (v. Capítulo 4 de este libro). De Brun, Bairbre. The Road to Peace in Ireland (Transition Series 6, December 2008), (v. Capítulo íítulo 3 de este libro). B/ Referencias de libros y artículos: De Zeeuw, J. (Ed.) (2008). From Soldiers to Politicians: Transforming Rebel Movements after Civil Wars. Boulder: Lynne Rienner. Dudouet, V. (2008). Negotiating Conflict Settlements: Lessons Learnt and Challenges. Roundtable Meeting Report. Berlin: Berghof Research Center for Constructive Conflict Management. — 430 — CONCLUSIONES Lyons, T. (2005). Demilitarizing Politics: Elections on the Uncertain Road to Peace. Boulder: Lynne Rienner. Mazurana, D. (2004).“Women in Armed Opposition Groups Speak on War, Protection and Obligations under International Humanitarian and Human Rights Law”. Geneva: Geneva Call. Miall, H., O. Ramsbotham and T. Woodhouse (1999). Contemporary Conflict Resolution: The Prevention, Management and Transformation of Deadly Conflicts. Cambridge: Polity Press. Zartman, W. (Ed.) (1996). Elusive Peace: Negotiating an End to Civil Wars. Washington DC: Brookings Institute. — 431 — EPÍLOGO ¿Qué podemos aprender para hacer la paz en Colombia? Vera Grabe Loewenherz Otty Patiño Hormaza Mauricio García-Durán Para cerrar este libro nos han pedido que realicemos una reflexión acerca de las lecciones que nos deja para Colombia la experiencia de haber participado en este proyecto en el que consideramos el tránsito de movimientos de resistencia o liberación, que hacían uso de la lucha armada, al mundo de la lucha política sin el recurso a las armas, configurándose como una fuerza política más en la arena política democrática. No es fácil sintetizar las lecciones de un proceso de memoria, reflexión y análisis que ha durado más de dos años, y con experiencias tan diversas como las de Sudáfrica, Nepal, Irlanda del Norte, Aceh, Sri Lanka y Colombia. Además del proceso de elaboración de los estudios de caso de cada país, los distintos participantes hemos tenido la oportunidad de encontrarnos tres veces, primero en Cape Town (Sudáfrica), luego en Berlín (Alemania) y por último en Bangkok (Tailandia). Estos encuentros permitieron una interacción entre los representantes de los distintos países, intercambio que ha sido muy enriquecedor y ha ofrecido nuevas luces sobre los procesos mismos de transición. Lo bueno de los encuentros ha sido la percepción directa, cara a cara, de personas que participaron en los procesos de transición (y escribieron los estudios de caso), de sus gestos, de la entonación de sus voces, de su lenguaje corporal, que nos muestran un ángulo de los procesos en cada uno de sus países, y que van más allá de las palabras que pueden quedar en un texto. Dados los retos que un análisis comparativo a fondo implicaría, lo cual escapa de las posibilidades en este epílogo, nos limitaremos a presentar — 433 — DE LA INSURGENCIA A LA DEMOCRACIA cuatro aspectos, entre los muchos que se derivan de estas experiencias, que se han suscitado en nosotros a partir de la participación en este proceso de intercambio promovido por el Centro Berghof y que consideramos son un aporte a la búsqueda de la evasiva paz para Colombia. • El paso de las armas a la política pide legitimidad, legitimidad de los actores involucrados en el proceso y legitimidad de los resultados que se pretenden con el proceso. En cuanto a la legitimidad de los actores armados, encontramos que en los distintos contextos considerados se encontró que de una u otra manera se dio una “combinación de las formas de lucha”, tanto en los sectores opuestos al gobierno como en el gobierno mismo y sus aliados. En todas partes, la consecuencia de ello fue la victimización de la sociedad civil no combatiente en medio de la dinámica de la guerra, en la mayoría de los casos con más víctimas civiles que los combatientes mismos. Situaciones como éstas afectan negativamente la legitimidad tanto del gobierno como de la oposición armada y de los grupos paramilitares existentes. Es importante resaltar que se da mayor legitimidad en aquellos actores que han buscado el mayor respeto posible de la población en el momento de la guerra, lo cual normalmente se traduce en mayor capital político en el momento de la paz, al hacer la transición a la política. Un ejemplo bien llamativo a este nivel es el caso de Sudáfrica, donde el CNA y su ala militar el MK tuvieron como política explícita buscar que los civiles no fueran objetivos [militares]. “En 1980 el CNA se convirtió en signatario del Protocolo de la Convención de Ginebra relacionado con la guerra irregular” (v. Estudio de caso sobre Sudáfrica, capítulo 2 de este libro). Este código de conducta en el accionar militar le granjea reconocimiento y respaldo en el accionar político. En este sentido hay una lección importante para los actores involucrados en un conflicto que se ha ido degradando con el correr de los años, como lo indican infracciones al Derechos Internacional Humanitario como las masacres, las desapariciones forzadas, los secuestros, las bombas antipersonales y los ‘falsos positivos’. Esto ha afectado la legitimidad de todos los actores armados (guerrillas, paramilitares y fuerza pública) y plantea re- — 434 — EPÍLOGO tos grandes en la perspectiva de una negociación de paz. No en vano la movilización por la paz y la protesta social han ayudado a poner de presente lo que es inaceptable para la sociedad colombiana. El caso del secuestro es paradigmático, dadas las grandes movilizaciones que ha suscitado en el país en los últimos 10 años. Los largos secuestros y retenciones de ‘enemigos de guerra’, de más de 10 años en algunos casos, ha sido un tipo de infracción al DIH que se ha vuelto como un boomerang contra la misma guerrilla. Es necesario que las Farc y el ELN asuman con claridad la necesidad de acogerse a los códigos internacionales que regulan los conflictos internos como condición para poder contar con la legitimidad mínima necesaria para liderar procesos de negociación con el gobierno y con el país que lleven a transformaciones importantes para toda la sociedad colombiana. Pero la legitimidad no viene solamente de asumir un código de conducta aceptable en la guerra, emerge realmente de la meta misma del proceso. Los movimientos de resistencia y/o liberación deben su existencia al objetivo central de su lucha, que implica enfrentarse a situaciones de injusticia, discriminación o exclusión significativas. Por eso, en prácticamente todos los casos lo que postulan es una refundación del país, es decir, transformaciones importantes en las estructuras políticas, económicas, sociales y culturales.Y en gran medida la legitimidad del movimiento está vinculada a la manera como éste logra liderar las banderas de estos cambios socio-políticos. En el caso de Sudáfrica la apuesta era la construcción de un país sin discriminación racial. En el caso de Irlanda del Norte la meta era encontrar un camino político para avanzar hacia la autodeterminación en el horizonte de una isla unida. En el caso de Colombia, con el M-19, era ampliar las posibilidades de la participación política. En el caso de Nepal la apuesta venía dada por el paso de una monarquía autocrática a una democracia. En el caso de Acheh el horizonte estuvo marcado por las posibilidades de autonomía y autodeterminación de la región. El éxito de los movimientos estudiados vino dado por la capacidad política que mostró cada uno para liderar la movilización social para hacer posible esa causa política que hacía sentido en el horizonte de cada uno de los países. En la actual situación colombiana, en la que la guerra se ha degradado por las infracciones indiscriminadas al DIH y por el fuerte influjo del nar- — 435 — DE LA INSURGENCIA A LA DEMOCRACIA cotráfico, la legitimidad de las pretensiones políticas de los actores armados emerge como una necesidad imprescindible. Sin una clara apuesta política, legítima para la mayoría de la población, difícilmente se puede liderar una alternativa que tenga posibilidades de éxito. ¿Cuál es la agenda de cambios sociales y políticos a los que pueden apostar hoy guerrillas activas como las Farc y el ELN? El horizonte más plausible que se abre en un contexto crecientemente autoritario pensamos es el de una agenda que defienda y consolide el estado de derecho y la democracia en el país. Ahora bien, ello implica un viraje político al interior de los grupos guerrilleros, una redefinición de sus objetivos políticos para ajustarlos a la realidad del país, para hacerlos realistas. Se perciben algunas señales de ello, pero falta todavía un largo trecho por andar en esa dirección. • La transición a la política pide un proceso de negociación en función del país, es decir, una negociación incluyente que legitime el ejercicio de la política y muestre que un país en paz es posible. Ello pide tener la paz como horizonte del país. El objetivo de la negociación no puede ser la defensa de la existencia de un grupo o de unos determinados intereses, así ello pueda estar en juego parcialmente. Lo que debe determinar la negociación es la construcción de un país en el que todos tengan cabida, un país en el que las transformaciones socio-políticas que las mayorías demandan sean posibles. Se requiere una apuesta estratégica por la paz, una paz justa y sostenible. Este tipo de paz pide un esquema de negociación particular. - Un modelo de negociación incluyente en el que todos los actores relevantes se puedan sentar en la mesa de negociación para articular un nuevo consenso para el país. - Un modelo de negociación que reconozca en la práctica la importancia de la comunidad internacional para forjar una alternativa de paz sostenible y duradera. - Un modelo de negociación que haga adecuado uso de los distintos niveles posibles de diálogo e interacción, particularmente de los canales de diplomacia secreta (back channels). — 436 — EPÍLOGO • El proceso de transición al ejercicio de la política sin armas exige que se articulen procesos de transformación personal y de transformación social que muestren en la práctica que otro país es posible. Se dan procesos de transformación personal en el paso de combatientes a actores civiles y políticos; hay un cambio de lógica que es necesario asumir positivamente. Por eso para nosotros la principal enseñanza que dejaron esos conversatorios fue percibir la enorme madurez que han dejado los procesos de paz en las personas que tuvieron papeles protagónicos en ellos. La gente que lucha por los cambios se mueve en dos mundos simultáneamente: su mundo subjetivo, el de sus ideales, el de sus proyectos individuales y colectivos, y el mundo real que comprende también el mundo de sus enemigos y el mundo de muchas personas que no son militantes de ninguna de las causas en disputa. Esa irrealidad, esa ensoñación de la lucha revolucionaria tiene un tope cuando, a través de la victoria o de los acuerdos de paz, quienes antes sólo eran responsables de ser consecuentes con sus sueños y los de sus seguidores, pasan a ser también responsables de los sueños de todos y tienen que asumir la realidad en plenitud, con todos los vericuetos y atajos, avances y retrocesos que ésta implica. En Cape Town (agosto de 2007) pudimos apreciar la madurez de un Mac Maharaj, que luego de varios años en el gobierno, ya podía mirarse en su pasado con mucho desprendimiento. Lo extraordinario de Mac es que no dejaba de soñar con un mundo todavía mejor, más allá del apartheid pero lo hacía sin ansias de poder y sin angustias. Había paz en su espíritu, pero no conformidad con la realidad. Sabía con precisión cual era la realidad, no la confundía con sus sueños. Tampoco, pese a su inconformidad, no le daba rabia esa realidad. Esa serenidad de Mac contrastaba con los demás, con los irlandeses que apenas avizoraban el proceso de las responsabilidades que iban a tener que asumir, y también con Kiyoko Ogura que nos pintó la compleja situación de Nepal en ese momento, inmersa todavía en la conjunción de la paradoja de un partido como el de los maoístas, que soñaban transformaciones hacia una sociedad socialista, y que les tocó asumir un proceso de fundación de un estado repu- — 437 — DE LA INSURGENCIA A LA DEMOCRACIA blicano. Igualmente, uno podía sentir el dolor y los sentimientos confusos en los de Sri Lanka y en los de Acheh. Lo de Berlín (marzo de 2008) fue muy enriquecedor porque nos mostró a los irlandeses cada vez más maduros para la paz, como lo percibimos a través de Bairbre de Brun, quien encabezaba la delegación, y se mostraba ya serena, con sus responsabilidades como miembro del Parlamento Europeo, mirando la guerra como el pasado y mirando el futuro desde la tranquilidad de quien ya traspasó el Rubicón de la violencia. También pudimos apreciar que en Sudáfrica no sólo los que lucharon contra el apartheid habían madurado; también lo habían hecho los que defendieron el apartheid, como lo percibimos en Roelf Meyer1 y eso nos dio una dimensión completa del proceso de Sudáfrica. También vimos a los de Nepal, ya plenamente conscientes del desafío que les tocaba afrontar, donde se habían quitado los lentes ideológicos para mirar la realidad con más claridad y mirar los desafíos que tenían por delante con menos miedo, con mayor sentido de responsabilidad y de oportunidad. En esa percepción hemos visto cómo los países allí representados y los personajes que han participado en esos procesos crecen en poco tiempo, alcanzan la serenidad, su reconciliación con una realidad que sin ser la de sus sueños puede ser más rica, más humana, mejor que los sueños muchas veces excluyentes que se tuvieron en los tiempos de la lucha. Pero subyacentes a estas transformaciones personales deben darse las transformaciones políticas y sociales que daban sentido a las organizaciones que han hecho el tránsito de las armas a la política. En otras palabras, el proceso de transición debe llevar a que se resuelvan los problemas estructurales que alimentaban el conflicto armado. Normalmente el camino para dicha resolución ha quedado establecido en los acuerdos de paz que permitieron dicho tránsito. Sin embargo, lo que se pone en juego es la capacidad para asumir la realidad en toda su complejidad y promover desde el lugar que entran a ocupar en los espacios del poder las transformaciones necesarias, aunque muchas veces paulatinas, que 1 Quien fue el negociador principal de parte del gobierno surafricano durante el proceso de paz con el Congreso Nacional Africano que puso fin al apartheid. Participó en la ronda de conversaciones de Berlín como moderador en el tema de negociaciones con los gobiernos. — 438 — EPÍLOGO deben poner en marcha el proceso de resolución de aquellas contradicciones que dieron pie a la confrontación armada. Ese fue el reto del Congreso Nacional Africano al tratar de fraguar una nación sin discriminación racial pero también sin una dinámica de venganza por los sufrimientos padecidos durante tantos años. O el esfuerzo de Sinn Féin por cogobernar con los Unionistas en el horizonte de lograr una Irlanda unida. O el reto de los maoístas en Nepal de construir una república en medio de las resistencias de los sectores monárquicos y tradicionales. Pero estos procesos de transformación socio-política no son lineales ni sin errores o dificultades. La lucha continúa, sólo que ahora por medios no-violentos y democráticos. • El paso de la lucha armada a la lucha política sin recurso a la violencia demanda procesos de reconciliación, tanto reconciliación de los que han sido combatientes con su propia realidad, como también reconciliación entre los que se han enfrentado en la sociedad. Proceso de reconciliación con ellos mismos, con su pasado y con su proyecto de vida. Esa dimensión de la paz como una terapia que nos permite apreciar mejor la realidad en todos sus vericuetos, sobre todo en aquellos vericuetos que no queríamos ver porque no se acomodaban con nuestros sueños, es muy, muy importante. Solo la hemos podido apreciar con plenitud en esos conversatorios. Porque es un proceso de sanación no sólo de las personas, es un proceso de sanación de todo un pueblo cuyo principal logro es llegar a un nuevo nivel de serenidad (y a un nuevo nivel de inconformidad), a un nuevo nivel de sabiduría, a un nuevo nivel de inclusión y de auto-reconocimiento. También nos muestra la diversidad de los procesos, pero en esa diversidad, las palabras con que se definen las cosas son muy importantes. Cuando se alcanzan las palabras justas, y eso solo lo pueden hacer los protagonistas, se hace posible el dialogo, se hacen posibles los acuerdos, se hace posible la paz. Pero esas palabras de paz no son universales, son aplicables a los procesos en particular de cada país. Sólo son universales — 439 — DE LA INSURGENCIA A LA DEMOCRACIA cuando logramos entender las palabras de los otros, cuando desde nuestras propias verdades dejamos de ser jueces de los demás y nos volvemos escolares, aprendiendo, escuchando las palabras, el lenguaje de los otros, entendiendo sus mensajes cifrados sin pretender traducirlos a nuestras propias palabras. Ese ha sido el aporte más hermoso de los conversatorios en Cape Town y Berlín. Además de la reconciliación de los excombatientes con ellas y ellos mismos, se requiere avanzar en procesos de reconciliación con la sociedad. La guerra ha producido múltiples heridas y ha implicado abusos e infracciones al Derecho Internacional Humanitario de parte de todas las partes. De ahí la necesidad de que se den procesos de justicia transicional que permitan manejar la necesidad de verdad, justicia y reparación que tiene la sociedad y, en particular, las víctimas de los abusos que se cometieron durante la guerra. Sin ello, la reconciliación aparece como una palabra vacía. Ahora bien, no es fácil hacer frente a esta necesidad de ajustar cuentas con el pasado. Es un tema sensible en el que no siempre están todas las partes listas a enfrentar y eso lleva a que se posponga su aplicación, como puede percibirse en el caso de Irlanda del Norte. Es un tema en que cada sociedad tiene que encontrar el balance posible entre los distintos componentes de la ecuación. En el caso de Sudáfrica la fórmula por la que se opta es amnistía a cambio de verdad. En el caso colombiano, se aplica una amnistía a los excombatientes que se desmovilizaron en los años noventa, pero en tanto sigue el conflicto, el tema queda abierto. En este epílogo hemos nombrado sólo cuatro aspectos en los que nosotros encontramos lecciones para Colombia. Son sólo algunas entre muchas más que se pueden sacar de la rica experiencia de los procesos de paz, tanto en Colombia mismo como en Sudáfrica, Irlanda del Norte, Nepal, Acheh y Sri Lanka. Ahora bien, la más importante de todas es que la paz es posible. No importa lo difícil de las situaciones que se han tenido que enfrentar, como queda claro en algunos de los casos que se han presentando en este libro, es posible encontrar caminos hacia la negociación y los acuerdos de paz que permiten hacer una transición de la lucha armada a la lucha política no-violenta. — 440 — AUTORES Aguswandi es asesor en temas de post-conflicto, defensor de derechos humanos y analista político en torno a los asuntos que se refieren a las relaciones de la región de Acheh y del estado central de Indonesia. Ha sido recientemente el coeditor temático de la revista Accord Nº 20: Reconfiguring politics, the Indonesian-Aceh Peace Process. London: Conciliation Resources (2008). Bairbre de Brún es miembro de Sinn Féin y miembro del Parlamento Europeo por el Norte de Irlanda. Nacida en Dublín, vive en Belfast. Es profesora de profesión y enseñó en el nivel de educación media irlandés. Antes y durante las huelgas de hambre de comienzos de la década de 1980, Bairbre fue miembro del Comité Nacional en contra de los Bloques H y Armagh Gaol. Trabajó en el Departamento de las Mujeres y fue jefe de dos departamentos, el Cultural y el Internacional. Hizo parte del equipo negociador de Sinn Féin en las conversaciones que llevaron al Acuerdo del Viernes Santo. Ha viajado exhaustivamente, tanto por Irlanda como por el extranjero, promocionando el proceso de paz. En 1998 fue elegida por Sinn Féin como miembro de la Asamblea de Irlanda del Norte por la circunscripción del Oeste de Belfast. Bairbre trabajó como Ministro de Salud, Servicios Sociales y Seguridad Pública en el primer gobierno compartido con los Unionistas en el norte de Irlanda (1999-2002). — 441 — DE LA INSURGENCIA A LA DEMOCRACIA July Zulkarnain (conocida como Dolly) es miembro del GAM. Originalmente del norte de Acheh, ha trabajado con el Centro Henry Dunant durante la primera etapa del proceso de paz (2000-1) en temas relacionados con la seguridad. Durante los años 2005 y 2006 trabajó para la Misión de Monitoreo de Acheh liderada por la Unión Europea como representante del GAM en el Norte de Acheh, en Lhokseumawe. Kiyoko Ogura es una periodista japonesa radicada en Nepal desde 1993. Ha hecho una investigación exhaustiva y cubrimiento de medios desde 2001 sobre la guerra popular de los maoístas en Nepal, que incluye un amplio trabajo de campo en el distrito de Rolpa, bastión maoísta. Es la autora de numerosas publicaciones sobre política nepalesa en inglés, japonés e idiomas nepaleses, incluyendo Katmandú Spring: People’s Movement of 1990 (Himal Books, Katmandú, 2001) y Nepal Ousei Kaitai [Dissolving the Nepali Monarchy] (NHK Books, Japan, 2007). También escribió algunos capítulos en el libro reciente de H. Ishii, D.N. Gellner & K. Nawa (Eds.), Political And Social Transformations in North India and Nepal (Manohar, Delhi, 2007), y D.N. Gellner & Krishna Hachhethu (Eds.), Local democracy in South Asia: Micro Processes of Democratization In Nepal and its Neighbours (Sage, India, 2008). Luxshi Vimalarajah es coordinadora de programa para el proyecto de transformación del conflicto en Sri Lanka, implementado por la Fundación Berghof para el Apoyo a la Paz en Berlín. Desde el 2003 se estableció en Sri Lanka y ha trabajado allí durante los últimos cinco años en la Red de Recursos para el Estudio y la Transformación del Conflicto. Es la responsable de la planeación estratégica y la evaluación general del proyecto y de dirigir programas principalmente con sectores Tamiles en Sri Lanka y en la diáspora. Luxshi también ha trabajado en Nepal e hizo parte de proyectos relacionados con género y construcción de paz. Sus áreas de interés académico son la teoría y práctica sistemática y los procesos de transformación en el contexto de conflictos étnico-políticos arraigados. Tiene una maestría en Ciencia Política de la Universidad Libre de Berlín. — 442 — AUTORES “Mac” (Sathyandranath Ragunanan) Maharaj es veterano de la ANC resistencia que luchó contra el Apartheid en Sudáfrica, en los últimos 55 años ha sido activista, prisionero político, comandante de la subversión en la clandestinidad, negociador y ministro en el primer gobierno democrático surafricano. Fue arrestado en 1964 mientras trabajaba clandestinamente y fue sentenciado a 12 años de prisión en Robben Island. Después de su liberación, escapó al exilio y trabajo con el Consejo Ejecutivo Nacional de la ANC. Antes de volver clandestinamente a Sudáfrica para servir como comandante general del proyecto político-militar “Operación Vula” entre 1988 a 1990. Después de 1990, Maharaj fue uno de los líderes del ANC en los diálogos de negociación con el Gobierno Nacional, y secretario adjunto del Consejo Ejecutivo que supervisó la transición a la democracia en Sudáfrica. Mandela lo nombró Ministro de Transporte al ser elegido Presidente en 1994. Fue también miembro del parlamento hasta 1999. En 2005, fue nombrado presidente del Proyecto para la Democracia en el Bennington College en Vermont, EE.UU., donde es profesor de tiempo parcial. En 2001, editó y publicó una colección de ensayos titulada “Reflections in Prison”. En el 2007 fue publicada su biografía, escrita por Padraig O’Malley con el título de “Shades of Difference: Mac Maharaj and the Struggle for South Africa”. Mauricio García-Durán es sacerdote jesuita con formación como politólogo, profesional en Teología, maestría en Filosofía y doctorado en Estudios para la Paz de la Universidad de Bradford (Inglaterra). Los últimos 20 años ha investigado los procesos de paz y movilización por la paz en Colombia. Ha publicado tres libros y más de 40 artículos sobre temas de paz, y fue el editor temático del Accord Nº 14: Alternativas a la Guerra – Los Procesos de Paz en Colombia (Colombia´s peace processes). Actualmente es el Director del Centro de Investigación y Educación Popular Popular, Cinep. Nashiruddin Ahmad es miembro y comandante del Gerakan Acheh Merdeka - GAM (Movimiento de Liberación del Acheh). Fue parte del equipo de negociación durante el proceso de paz con el gobierno de — 443 — DE LA INSURGENCIA A LA DEMOCRACIA Indonesia que llevó al acuerdo de cese de hostilidades en 2002. Después del “Memorado de Entendimiento” en 2005, Nashiruddin fue candidato del GAM para el puesto de gobernador de la región en las elecciones de 2006, pero renunció. En 2007 estableció la Sociedad de Desarrollo de Acheh la cual promueve el desarrollo económico de la comunidad, especialmente para ex combatientes. Otty Patiño es arquitecto con maestría en estudios políticos. Fue cofundador del M-19 en 1972 y uno de los comandantes que negoció el acuerdo de paz y proceso de reinserción/ reintegración con el gobierno colombiano. Fue miembro de la Asamblea Nacional Constituyente en 1991 la cual redactó la nueva carta constitucional para el país. Asimismo ha sido miembro de la ONG “Observatorio para la Paz” y columnista del principal diario del país “El Tiempo”. Actualmente Otty trabaja con la Alcaldía Mayor de Bogotá en temas culturales. Suthaharan Nadarajah es candidato al doctorado en el Departamento de Estudios Internacionales y Política en la Escuela de Estudios Orientales y Africanos (SOAS) de la Universidad de Londres. Su tesis, que tiene como caso de estudio el conflicto de Sri Lanka y su reciente proceso de paz, estudia cómo la comunidad internacional se protege a sí misma de amenazas emergentes en contra del orden internacional a través de marcos globales que combinan temas de seguridad internacional, desarrollo y libre gobierno. Ha estudiado a Sri Lanka y los LTTE por aproximadamente diez años y ha publicado sobre su investigación doctoral. Tiene una maestría en Estudios Internacionales y Diplomacia de la SOAS. Vera Grabe es antropóloga, candidata al doctorado de Estudios para la Paz de la Universidad de Granada (España). Fue cofundadora del M-19 y comandante hasta 1990. Luego fue elegida como miembro del Congreso de la República (1990-1994). Después y hasta 1998 fue miembro diplomático de la Embajada de Colombia en Madrid-España. A partir de ese año ha estado trabajando con el Observatorio de Paz, enseñando educación para la paz a comunidades y en universi- — 444 — AUTORES dades. Vera también es activista del movimiento de No-Violencia en Colombia. Veronique Dudouet es investigadora en el Centro de Investigación Berghof para el Manejo Constructivo de Conflictos en Berlín. Estudió Relaciones Internacionales y Seguridad en el Instituto de Estudios Políticos de Toulouse (2000) y realizó un máster (2001) y doctorado (2005) en Resolución de Conflictos en el Departamento de Estudios de Paz de la Universidad de Bradford en el Reino Unido. Sus actuales áreas de interés incluyen la teoría de transformación de conflictos, los conflictos asimétricos, la resistencia no-violenta, los procesos de negociación, los grupos armados no-estatales, las organizaciones de la sociedad civil. Wolfram Zunzer trabajó como coordinador para la Red de Recursos para el Estudio y la Transformación de Conflictos en Sri Lanka y la Fundación Berghof para el Apoyo de la Paz en Berlín de 2001 a 2006. Actualmente se desempeña como consultor, entrenador, facilitador e investigador de paz y desarrollo para agencias bilaterales de desarrollo y organizaciones internacionales, y coordinador del programa asociado Acheh/ Indonesia para BFPS. Es politólogo de la Universidad Libre de Berlín, con estudios de relaciones internacionales y derecho internacional público en Ámsterdam. Wolfram es autor y coautor, entre otras, de las siguientes publicaciones: Training manual on conflict prevention and peacebuilding approaches for OECD/DACCPDC, en cooperación con InWent (2007); The Systemic Approach to Conflict Transformation – Concept and Fields of Application, Berghof Foundation for Peace Support. Berlin (2006); Development Cooperation and Non- State Armed Groups, [Background study for GDI-DIE and BMZ, 2005]; Peace and Safety/ Security Analysis Aceh, Indonesia [Evaluation Study for GTZ/BMZ, 2005. — 445 —