SENTENCIA CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL 0132/2016

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SENTENCIA CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL 0132/2016-S2
Sucre, 22 de febrero de 2016
SALA SEGUNDA
Magistrado Relator: Juan Oswaldo Valencia Alvarado
Acción de amparo constitucional
Expediente:
12839-2015-26-AAC
Departamento:
La Paz
En revisión la Resolución 044/2015 de 7 de octubre, cursante de fs. 676 a 679, pronunciada dentro de la acción
de amparo constitucional interpuesta por René Alberto Lozada Pardo contra Rita Susana Nava Durán y Rómulo
Calle Mamani, Magistrados de la Sala Civil del Tribunal Supremo de Justicia.
I. ANTECEDENTES CON RELEVANCIA JURÍDICA
I.1. Contenido de la demanda
El accionante, mediante memorial presentado el 7 de septiembre de 2015, cursante de fs. 148 a 159,
subsanado por escrito de 14 de igual mes y año (fs. 162 a 164 vta.), manifestó lo siguiente:
I.1.1. Hechos que motivan la acción
Dentro del proceso ordinario de acción revocatoria o acción pauliana, instaurado en su contra por Mery
Gonzales Mendivil, el Juez Primero de Partido Civil y Comercial del departamento de La Paz, pronunció la
Sentencia 155/2012 de 17 de septiembre, declarando probada la demanda así como la nulidad expresa con
efecto retroactivo y absoluto de la escritura pública 189/91 de 27 de junio de 1991, mediante la cual Sarah
Fernández Vda. de Alarcón le transfirió en calidad de venta un inmueble ubicado en calle Cañada Strongest
1817 de la zona de San Pedro en la ciudad de La Paz, sobre el cual, al momento de la compra e inscripción en
Derechos Reales (DD.RR.), no pesaba gravamen hipotecario alguno.
Añade que, contra la vendedora, la demandante siguió proceso ejecutivo persiguiendo el pago de $us5000.(cinco mil dólares estadounidenses), demanda que resultó favorable a la solicitante, quedando ejecutoriada
la demanda.
Asimismo, manifiesta que la vendedora instauró proceso ordinario contra la demandante persiguiendo la
nulidad del proceso ejecutivo; pretensión que se declaró improbada, confirmándose la decisión en apelación
y quedando debidamente ejecutoriada.
Respecto a dichos procesos, no tuvo participación alguna y mucho menos conocimiento de la existencia de
adeudo alguno de Sarah Fernández Vda. de Alarcón respecto a Mery Gonzales Mendivil; y que la primera
falleció cinco años antes de que se iniciara en su contra la acción pauliana o revocatoria.
Manifiesta que, la propia autoridad jurisdiccional que conoció la causa, estableció la carencia de elementos
de convicción para dictar resolución; sin embargo, obrando ultrapetita y con exceso de poder, dictó sentencia
declarando probada la demanda, habiendo además el Juzgador, emitido el Auto complementario de 11 de
octubre de 2012, declarando improbadas las excepciones de falta de acción y derecho y perención opuestas
por el codemandado René Alberto Lozada Pardo.
Contra la Sentencia 155/2012 y su Auto complementario, el 22 de noviembre de 2013, planteó recurso de
apelación denunciando como agravios la declaratoria de una nulidad que no fue objeto de la demanda y que
devino en afectación a su derecho a la propiedad privada; por lo que, la Sala Tercera Civil y Comercial del
Tribunal Departamental de Justicia de La Paz, mediante Auto de Vista 252/2014 de 26 de agosto, luego de
efectuar un análisis cabal de antecedentes, revocó los fallos impugnados declarando improbada en todas sus
partes la demanda deducida por Mery Gonzales Mendivil contra su persona y otra, en aplicación del art.
237.I.3 del Código de Procedimiento Civil (CPC), decisión sobre la cual la perdidosa solicitó explicación y
enmienda que fue declarada no ha lugar por Auto de 16 de octubre del indicado año.
Continúa relatando que, contra la decisión asumida por el Tribunal de apelación se formuló recurso de
casación que fue de conocimiento de la Sala Civil del Tribunal Supremo de Justicia, instancia que pronunció el
Auto Supremo 463/2015 de 19 de junio, declarando infundado el recurso de casación en la forma y, en el
fondo, casó el Auto de Vista 252/2014, manteniendo firme y subsistente la Sentencia 155/2012.
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Dicho pronunciamiento -manifiesta-, en primera instancia, debió ser declarado improcedente por cuanto fue
presentado por una persona ajena a la litis, correspondiendo en consecuencia la aplicación del art. 272.3 del
CPC; del mismo modo, el recurso planteado no cumplía con los requisitos exigidos en el art. 258.2 del adjetivo
civil; sin embargo, los ahora demandados incurriendo en errores procesales; así, cual si se tratara de un
tribunal de apelación, se refirieron al análisis de “agravios”, señalando además al accionante como quien
presentó el recurso de casación, haciendo evidente una enredada redacción, así como una insalvable impericia
y falta de tecnicismo que los llevó a emitir una resolución manifiestamente contraria a los preceptos legales
señalados.
En cuanto al pronunciamiento sobre la casación en el fondo, el Auto Supremo 463/2015, sin efectuar una
fundamentación que demuestre los errores in judicando presuntamente cometidos por el Tribunal de
apelación, se limitó a mantener firme la Sentencia 155/2012, sin fallar respecto a lo principal del litigio,
dictando en consecuencia una resolución contraria al art. 1446 del Código Civil (CC) por no aplicar los arts.
271.4 y 274 del CPC.
Del mismo modo -señala-, los ahora demandados contradiciendo la doctrina y jurisprudencia existente,
procedieron a la valoración de la prueba, actuación que no correspondía al tratarse de una demanda de puro
derecho, por lo que, dicha actividad le estaba restringida a los jueces de primera y segunda instancia.
El fallo emitido por los Magistrados demandados, no obstante de contener los mismos argumentos y
fundamentos que la decisión del Tribunal de apelación sobre el cumplimiento de los requisitos que debió
contener la acción paulinana para su procedencia, de manera contradictoria terminó casándolo manteniendo
firme y subsistente la Sentencia 155/2012, sin emitir pronunciamiento alguno respecto a su Auto
complementario con lo que no existió decisión sobre si se dictó decreto de autos para sentencia; si en la
enmienda se dispuso que el expediente ingresara a despacho, desde cuándo se computó el plazo para dictar
resolución; y, finalmente, en qué situación quedaron la excepciones perentorias de falta de acción y derecho,
y prescripción que formuló.
I.1.2. Derechos supuestamente vulnerados
El accionante, denuncia la vulneración de sus derechos al debido proceso en sus elementos de una debida
fundamentación y motivación, a la valoración de la prueba y al principio de verdad material, citando al efecto
los arts. 56.I, 115.II; y, 180.I de la Constitución Política del Estado (CPE).
I.1.3. Petitorio
Solicita se conceda la tutela, dejando sin efecto el Auto Supremo 463/2015, debiendo emitirse uno nuevo
respecto al Auto complementario de 16 de octubre de 2014, que forma parte del Auto de Vista 252/2014; así
como también se exprese criterio respecto al Auto complementario de 11 de octubre de 2012,
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complementario a la Sentencia 155/2012; sea en aplicación correcta de la normativa constitucional y legal,
tomando en cuenta lo expuesto en la presente acción tutelar así como los efectos vinculantes contenidos en
la “SCP 0879/2014”.
I.2.Audiencia y Resolución del Tribunal de garantías
Efectuada la audiencia pública el 23 de septiembre de 2015, conforme consta en acta cursante de fs. 666 a
672, se produjeron los siguientes actuados:
I.2.1. Ratificación de la acción
El abogado del accionante se ratificó en el contenido íntegro de la demanda.
I.2.2. Informe de las autoridades demandadas
Mediante informe escrito cursante de fs. 188 a 191 vta., Rita Susana Nava Durán y Rómulo Calle Mamani,
Magistrados de la Sala Civil del Tribunal Supremo de Justicia, informaron lo siguiente: a) Sobre la supuesta
lesión del derecho a la propiedad, los requisitos exigidos para la procedencia de la acción pauliana, descritos
en el art. 1446 del CC, fueron cumplidos, especialmente el detallado en el numeral, 3 del señalado artículo,
demostrándose el nivel de parentesco entre la deudora y el ahora accionante; de donde se infirió que
resultaba ilógico que este último desconociera sobre la deuda existente; motivo principal que originó el fallo
de fondo del Tribunal Supremo de Justicia que casó el Auto de Vista recurrido, manteniendo firme y
subsistente la Sentencia de primera instancia a través de la cual el Juez de la causa dispuso correctamente la
invalidez e ineficacia de la escritura pública 189/91 y que se proceda a la cancelación de la partida
computarizada “01122837” de igual fecha; y que, la similar “01033529” de 7 de octubre de 1986, inscrita a
nombre de Sarah Fernández Vda. de Alarcón, sea rehabilitada; de donde se concluye que no existe vulneración
al derecho a la propiedad privada; por cuanto, al anularse la escritura pública como efecto de la acción
pauliana, el inmueble objeto de la misma fue restituido a su anterior propietaria; b) En cuanto al derecho al
debido proceso, por presuntamente no haberse emitido pronunciamiento sobre los autos complementarios
tanto de la Sentencia de primera instancia como del proferido en apelación, manifestaron que al casar el Auto
de Vista de segunda instancia, implícitamente casó su complementario, pues ambas resoluciones componen
una sola unidad y la falta de mención expresa de este aspecto resulta intrascendente; asimismo, en lo que se
refiere a la Sentencia de primera instancia, al haberse dispuesto que la misma se mantenía firme y subsistente,
conlleva también su complementario, por tanto el accionante no puede pretender la nulidad del Auto
Supremo 463/2015 en base a meros formalismos, cuando debe predominar el acceso a una justicia pronta,
oportuna y sin dilaciones; y, c) Sobre la supuesta falta de motivación del citado Auto Supremo, al haberse
limitado éste a la mención de los arts. 271.4 y 274 del CPC, es menester señalar que de conformidad a lo
previsto por el art. 271 del adjetivo civil, existen cuatro formas en las cuales el Tribunal Supremo de Justicia
puede resolver las causas sometidas a su conocimiento, entre ellas la descrita en el numeral 4, que prevé que
se podrá casar el fallo impugnado cuando aquel infringiera las normas denunciadas en el recurso, fallando en
el fondo en aplicación de las leyes conculcadas y sancionando con responsabilidad al infractor cuando el error
no sea excusable; en este sentido, dicha instancia se expresó en el Considerando III del Auto Supremo
463/2015, no existiendo en consecuencia transgresión alguna de lo acusado.
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I.2.3. Intervención de la tercera interesada
Por escrito cursante de fs. 238 a 240 vta., Mery Gonzales Mendivil en calidad de tercera interesada, expresó
que estando constituido el domicilio de los demandados en Sucre, la competencia para conocer la presente
acción tutelar correspondía al Tribunal Departamental de Justicia de Chuquisaca y no a su similar de La Paz,
solicitando en consecuencia al Tribunal de garantías decline competencia, debiendo remitir actuados ante el
primero sin más trámite; asimismo, denunció que la demanda constitucional no se dirigió contra el Juez de
primera instancia no obstante de que la Sentencia emitida por él, también la impugna; además de no haberse
considerado que, dentro del proceso ordinario de acción pauliana, también participó Gloria Alcira Fernández
a quien también alcanza la calidad de cosa juzgada respecto al primer fallo.
I.2.4. Resolución
La Sala Civil Primera del Tribunal Departamental de Justicia de La Paz, constituida en Tribunal de garantías,
mediante Resolución 044/2015 de 7 de octubre, cursante de fs. 676 a 679, concedió la tutela solicitada,
dejando sin efecto el Auto Supremo 463/2015 de 19 de junio, debiendo las autoridades demandadas emitir
nueva resolución, pronunciándose respecto a los Autos complementarios de 11 de octubre de 2012 y 16 de
octubre de 2014, con el respaldo de los antecedentes fácticos y normativos del proceso; decisión asumida
sobre la base de los siguientes argumentos: 1) El Auto Supremo 463/2015, a momento de declarar infundado
el recurso de casación en la forma y casar el fallo impugnado en el fondo, no emitió pronunciamiento alguno
respecto al Auto complementario de 11 de octubre de 2012, mismo que enmienda la Sentencia 155/2012
pronunciada por el Juez de instancia, al disponer el ingreso del expediente a despacho y complementa el fallo,
declarando improbada la excepción de falta de acción y derecho; y, la excepción perentoria de prescripción
opuestas por el hoy accionante, motivo por el cual no debieron soslayarse; situación que se replica con
referencia al Auto de 16 de octubre de 2014, que si bien no modifica o enmienda nada en lo sustancial, forma
parte del Auto de Vista 252/2014, por lo que ameritaba pronunciamiento, no siendo posible, -como
manifiestan los Magistrados demandados-, que se halle tácitamente comprendido en el dictamen supremo;
y, 2) La SCP 0582/2013-L de 28 de junio, estableció que el auto complementario forma parte de la sentencia,
por lo tanto es recomendable que ambos fallos sean notificados de forma conjunta a efectos del cómputo del
plazo para la interposición de los respetivos recursos; de donde el reclamo efectuado por el accionante resulta
válido, habiéndose lesionado el debido proceso en su elemento de una debida fundamentación y motivación,
explicado y desarrollado a través de la SC 1326/2010-R de 20 de septiembre y la SCP 0515/2012 de 9 de julio,
que cita a la SC 2401/2010-R de 19 de noviembre.
II. CONCLUSIONES
Del análisis y compulsa de los antecedentes que cursan en el expediente, se concluye lo siguiente:
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II.1. Dentro de la acción pauliana o revocatoria planteada por Mery Gonzales Mendivil contra René Alberto
Lozada Pardo -accionante- y Gloria Alcira Riss Fernández, pidiendo se declare nula e inválida la venta de un
inmueble sito en calle Cañada Strongest 1817, zona San Pedro de la ciudad de La Paz, con una superficie de
281.00 m2, efectuada por Sarah Fernández Vda. de Alarcón en favor de René Alberto Lozada Pardo, mediante
escritura pública 189/91, de transferencia a título de compraventa de 26 de junio de 1991; el Juez Primero de
Partido Civil y Comercial del departamento de La Paz, pronunció la Sentencia 155/2012 de 17 de septiembre,
declarando probada la demanda y la nulidad expresa con efecto retroactivo y absoluto de la referida escritura
pública, disponiendo se proceda a la cancelación absoluta de la partida computarizada “01122837” de 27 de
junio de 1991 en DD.RR., así como la rehabilitación plena de la partida “01033529” de 7 de octubre de 1986,
inscrita a favor de Sarah Fernández Vda. de Alarcón (fs. 2 a 7; 71 a 72 vta.; y, 87 a 92 vta.).
II.2. Por escrito de 10 de octubre de 2012, Mery Gonzales Mendivil solicitó al Juez de la causa, enmendar,
corregir o aclarar la Sentencia 155/2012, se complemente a “fs. 260 ó 260 vta.” con la providencia de autos;
se emita pronunciamiento respecto a la excepciones formuladas por el demandado y se impongan costas;
habiéndose pronunciado Auto de 11 de igual mes y año, por el que, el Juez Primero de Partido Civil y Comercial
del departamento de La Paz, enmendó el Resultando III, disponiendo que por decreto de “fs. 260 vta.” pasen
obrados a despacho; asimismo, procedió a la complementación de la parte resolutiva de la Sentencia,
declarando improbada la excepción perentoria de falta de acción y derecho y excepción perentoria de
prescripción opuestas por el codemandado René Alberto Lozada Pardo; con costas (fs. 93 a 94 vta.).
II.3. El accionante por escrito de 23 de noviembre de 2012, planteó recurso de apelación impugnando la
Sentencia 155/2012 y su Auto complementario de 11 de octubre de del mismo año, recurso que siendo
conocido por la Sala Civil Tercera del Tribunal Departamental de Justicia de La Paz, fue resuelto mediante Auto
252/2014 de 26 de agosto, por el que se revocaron los fallos recurridos y se declaró improbada en todas sus
partes la demanda deducida por Mery Gonzales Mendivil contra Gloria Alcira Riss Fernández y René Alberto
Lozada Pardo; decisión que ameritó solicitud de explicación y enmienda formulada que fue declarada no ha
lugar por Auto de 16 de octubre de 2014 (fs. 96 a 103; y, 107 a 111).
II.4. El 4 de noviembre de 2011, Mery Gonzales Mendivil, planteó recurso de casación en la forma y fondo
contra el Auto de Vista 252/2014 y su complementario de 16 de octubre del mismo año, que por escrito de
26 de noviembre del indicado año, mereció respuesta por parte de Ricardo Iván Alemán Menduiña en
representación legal de René Alberto Lozada Pardo, procediendo posteriormente la Sala Civil del Tribunal
Supremo de Justicia, a dictar el Auto Supremo 463/2015 de 19 de junio, por el que declaró infundado el
recurso de casación en la forma y, fallando en el fondo, casó el Auto de Vista 252/2014, pronunciado por la
Sala Civil Tercera del Tribunal Departamental de Justicia de La Paz, manteniendo firme y subsistente la
Sentencia 155/2012, notificándose a las partes el 24 de junio de 2014 (fs. 113 a 132).
III.
FUNDAMENTOS JURÍDICOS DEL FALLO
El accionante alega la vulneración de sus derechos al debido proceso en sus elementos de una debida
fundamentación y motivación, a la valoración de la prueba y al principio de verdad material, por cuanto el
Auto Supremo 463/2015 debió inicialmente declarar la improcedencia del recurso de casación porque no
cumplía con los requisitos previstos por el art. 258.2 del CPC y que además, no efectuó una adecuada
fundamentación que demuestre los errores in judicando presuntamente cometidos por el Tribunal de
apelación, sin pronunciarse respecto a lo principal del litigio en franca contradicción al art. 1446 del CC por no
aplicar los arts. 271.4 y 274 del CPC; asimismo, los demandados procedieron a la valoración de la prueba,
actuación que no correspondía al tratarse de una demanda de puro derecho, por lo que, dicha actividad le
estaba restringida a los jueces de primera y segunda instancia; y que, no obstante reconocer el incumplimiento
de requisitos para la procedencia de la acción pauliana, contradictoriamente casaron el fallo emitido en
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apelación, manteniendo firme y subsistente la Sentencia 155/2012, sin emitir pronunciamiento alguno
respecto a su Auto complementario.
Corresponde en consecuencia dilucidar si la tutela solicitada, deber ser concedida o denegada.
III.1.
El debido proceso en sus vertientes de una debida fundamentación y motivación de las
resoluciones vinculadas con el principio de congruencia
Conforme se ha establecido a través de la reiterada jurisprudencia emanada por este Tribunal y a la
luz de la Constitución Política del Estado, el debido proceso alcanza en su aplicación interpretativa una triple
dimensión, constituyéndose tanto en derecho, como en garantía y a su vez, en principio procesal.
Esta triple dimensión, asegura la protección de todos los derechos conexos que pudieran verse vulnerados
por actos u omisiones indebidas en la tramitación de cualquier proceso, sea éste judicial o administrativo.
Así, el derecho a una debida fundamentación y motivación de las resoluciones, se constituye en la garantía
del sujeto procesal de que el juzgador al momento de emitir una decisión, explicará de manera clara,
sustentada en derecho, los motivos que lo llevaron a tomar una decisión; argumentación que deberá seguir
un orden coherente respecto a los hechos demandados y exponer con puntualidad los elementos jurídicolegales que determinaron su posición.
Dicho de otra forma, toda autoridad que dicte una resolución debe imprescindiblemente exponer los hechos,
realizar la fundamentación legal y citar las normas que sustenta la parte dispositiva de la misma, por cuanto
la estructura de una resolución tanto en el fondo como en la forma, dejará pleno convencimiento a las partes
de que se ha actuado no sólo de acuerdo a las normas sustantivas y procesales aplicables al caso, sino que
también la decisión está regida por los principios y valores supremos rectores que orientan al juzgador,
eliminándose cualquier interés y parcialidad, dando al administrado el pleno convencimiento de que no había
otra forma de resolver los hechos juzgados sino de la forma en que se decidió (SSCC 0863/2007-R, 0752/2002R, SC 1369/2001-R, entre otras).
En cuanto a la motivación, la SC 1365/2005-R de 31 de octubre, determinó lo siguiente: "…la motivación no
implicará la exposición ampulosa de consideraciones y citas legales, sino que exige una estructura de forma y
de fondo. En cuanto a esta segunda, la motivación puede ser concisa, pero clara y satisfacer todos los puntos
demandados, debiendo expresar el Juez sus convicciones determinativas que justifiquen razonablemente su
decisión en cuyo caso las normas del debido proceso se tendrán por fielmente cumplidas. En sentido contrario,
cuando la resolución aún siendo extensa no traduce las razones o motivos por los cuales se toma una decisión,
dichas normas se tendrán por vulneradas", coligiéndose que toda resolución emitida dentro de un proceso
judicial o administrativo, debe contener inexcusablemente una adecuada motivación respecto a los hechos
en los que se base, a las pruebas que se aportaron y a las disposiciones legales en las que sustente su decisión,
puesto que el relacionamiento de éstas con los hechos que le dieron origen, constituye la fundamentación y
motivación a la que el debido proceso se refiere.
Ahora bien, de manera inescindible, el derecho a una debida fundamentación y motivación de las
resoluciones, se halla interrelacionado con el principio de congruencia entendido como “…la estricta
correspondencia que debe existir entre lo peticionado y lo resuelto, en materia penal la congruencia se refiere
estrictamente a que el imputado no podrá ser condenado por un hecho distinto al atribuido en la acusación
o su ampliación. Esa definición general, no es limitativa de la congruencia que debe tener toda resolución ya
sea judicial o administrativa y que implica también la concordancia entre la parte considerativa y dispositiva,
y que debe mantenerse en todo su contenido, efectuando un razonamiento integral y armonizado entre los
distintos considerandos y juicios de valor emitidos por la resolución, esta concordancia de contenido de la
resolución y su estricta correspondencia entre lo pedido, lo considerado y lo resuelto, conlleva a su vez la cita
de las disposiciones legales que apoyan la razón que llevó a la determinación que se asume” (SCP 0387/2012
de 22 de junio); de donde se infiere que las resoluciones judiciales deben emitirse en función al sentido y
alcance de las peticiones formuladas por las partes procesales.
III.2.
Interpretación de la legalidad ordinaria y valoración de la prueba
Conforme ha establecido la reiterada jurisprudencia constitucional, la interpretación de la legalidad
ordinaria es una facultad privativa de la jurisdicción ordinaria; sin embargo, corresponde a la jurisdicción
constitucional comprobar si en esa labor interpretativa no se quebrantaron principios constitucionales, como
ser de legalidad, seguridad jurídica, proporcionalidad, igualdad, jerarquía normativa y debido proceso, mismos
que se constituyen en rectores de la administración de justicia ordinaria y a los cuales se halla sujetos todos
aquellos que la imparten.
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Así, partiendo de la interpretación de los arts. 125 y 128 de la CPE, se estableció jurisprudencialmente que,
estas acciones de tutela (amparo constitucional y acción de libertad), son aplicables ante vulneraciones a los
derechos y garantías constitucionales, ocasionadas por una interpretación que tenga su origen en la
jurisdicción ordinaria, que infrinja principios y valores constitucionales; en este sentido, la SC 1748/2011-R de
7 de noviembre, señaló: “La interpretación de las normas legales infra constitucionales, de manera general,
es atribución exclusiva de los jueces y tribunales ordinarios; así, a través de la presente acción tutelar, no es
posible que esta labor sea conocida por la jurisdicción constitucional como una instancia de casación adicional
o complementaria ante la que pueda solicitarse un nuevo análisis de la interpretación efectuada, salvo que la
problemática concreta adquiera relevancia constitucional, cuando se advierta afectación a algún derecho
fundamental o garantía constitucional y un evidente desconocimiento de los principios rectores en los que se
fundamenta la jurisdicción ordinaria”.
Con ese razonamiento, la SCP 0695/2012 de 2 de agosto, estableció: “…la acción de amparo constitucional,
no está instituido como una instancia procesal de revisión de las resoluciones pronunciadas dentro de los
procesos ordinarios o administrativos que el ordenamiento jurídico prevé, que no es una instancia que forme
parte de las vías legales ordinarias, lo que significa que esta acción tutelar se encuentra abierta respecto a los
actos u omisiones que lesionan derechos y garantías fundamentales, pero de ningún modo se activa para
analizar el fondo del proceso”.
No obstante lo precedentemente anotado, la SC 1718/2011-R de 7 de noviembre, estableció dos presupuestos
imprescindibles para que la jurisdicción constitucional de manera excepcional, ingrese a revisar el análisis de
la interpretación de la legalidad ordinaria efectuada por los jueces de instancia, manifestando que. “En
consecuencia, excepcionalmente puede analizarse la interpretación efectuada por los jueces y tribunales
ordinarios; empero, es necesario que el accionante a tiempo de cuestionar la interpretación de la legalidad
ordinaria cumpla ciertas exigencias, a objeto de que la situación planteada adquiera relevancia constitucional,
como ser:
1)
Explique por qué la labor interpretativa impugnada resulta insuficientemente motivada, arbitraria,
incongruente, absurda o ilógica o con error evidente, identificando, en su caso, las reglas de interpretación
que fueron omitidas por el órgano judicial o administrativo,
2)
Precise los derechos o garantías constitucionales que fueron lesionados por el intérprete, con dicha
interpretación, y
3)
Establezca el nexo de causalidad entre la ausencia de motivación, arbitrariedad u otra situación
absurda, por no aplicar la interpretación que considera debió efectuarse, y los derechos y/o garantías que
conforman el bloque de constitucionalidad, y que han sido lesionados con dicha interpretación, explicando sí
el resultado, cuál la relevancia constitucional”.
De donde se infiere que si bien, la labor interpretativa de la ley corresponde a la jurisdicción ordinaria, la
constitucional puede excepcionalmente verificar si en aquella acción, se incurrió en lesión de derechos
fundamentales, mismos que deben ser acreditados por quien los reclama, expresando los motivos por los
cuales considera que la labor interpretativa resulta lesiva a sus derechos y/o garantías constitucionales,
identificándolos con precisión y estableciendo la forma en la que fueron vulnerados a partir de la errónea
interpretación de la ley; requisitos sin los cuales, este Tribunal se ve impedido de efectuar verificación alguna,
debido a que lo contrario implicaría la intromisión de la jurisdicción constitucional en la órbita de la jurisdicción
ordinaria, hecho que podría generar un desequilibrio entre ambas.
Asimismo, respecto a la valoración de la prueba en jurisdicción constitucional, la SCP 0039/2012 de 26 de
marzo, señaló: “…el Tribunal Constitucional Plurinacional, al no ser una instancia adicional o suplementaria de
los procesos, sino más bien de tutela de los derechos fundamentales; en los casos de las acciones de defensa,
no tiene atribución para la valoración de prueba sobre el fondo del asunto de donde emerge la acción tutelar,
puesto que ello es también atribución exclusiva de los jueces y tribunales ordinarios, a menos que como
resultado de esa valoración se hayan lesionado derechos y garantías constitucionales por apartamiento de los
marcos legales de razonabilidad y equidad o cuando se hubiere omitido arbitrariamente valorar una
prueba…”; así lo entendió también con anterioridad la SC 0939/2011-R de 22 de junio, al manifestar que
“…cuando se impugnen actos y resoluciones de los jueces y tribunales ordinarios, la jurisdicción constitucional
no puede ingresar a valorar la prueba producida durante el proceso, por cuanto esa labor corresponde
exclusivamente a las autoridades jurisdiccionales ordinarias y no así al Tribunal Constitucional dada su
finalidad protectora de derechos fundamentales y no de instancia de apelación o casación.
Consecuentemente, la acción de amparo constitucional no puede constituirse en una instancia más de
revisión de resoluciones, a menos que dentro de esa valoración exista apartamiento de los marcos legales de
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razonabilidad y equidad previsible para decidir o cuando se haya omitido arbitrariamente valorar la prueba y
su lógica consecuencia sea la lesión de derechos fundamentales y garantías constitucionales” (las negrillas son
nuestras).
De donde se concluye que, la jurisdicción constitucional al no constituirse en una nueva instancia procesal, no
puede realizar la interpretación de la legalidad ordinaria aplicada en el caso concreto, y tampoco puede
efectuar una nueva valoración de los elementos probatorios aportados por los sujetos procesales, sino que,
su ámbito de acción ante estos presupuestos, se limita a la verificación que, en esa labor, las autoridades
jurisdiccionales, no se hayan apartado de los principios del derecho y que sus actos se enmarquen dentro de
los límites de la razonabilidad, objetividad y equidad.
III.3.
Análisis del caso concreto
De acuerdo a los argumentos expresados por el accionante, los Magistrados demandados habrían
vulnerado sus derechos al debido proceso en sus elementos de una debida fundamentación y motivación,
valoración de la prueba y al principio de verdad material; toda vez que, en conocimiento del recurso de
casación formulado por Mery Gonzales Mendivil contra el Auto de Vista 252/2014 y su complementario de 16
de octubre del indicado año, pronunciados por la Sala Civil Tercera del Tribunal Departamental de Justicia de
La Paz, en apelación de la Sentencia 155/2012 que declaró probada la demanda de acción revocatoria o
pauliana instaurada por la antes nombrada contra el accionante, la Sala Civil del Tribunal Supremo Justicia,
profirió el Auto Supremo 463/2015, por el que declaró infundado el recurso en la forma y, fallando en el fondo,
casó la resolución impugnada.
Las autoridades demandadas -según el accionante-, antes de admitir el recurso, en primer lugar debieron
declarar la improcedencia del mismo, por cuanto no se habían cumplido los requisitos previstos por el art.
258.2 del CPC; y en segundo, al emitir el fallo debieron exponer una adecuada fundamentación, explicando
con claridad los supuestos errores in judicando en que habría incurrido el Tribunal de apelación; sin embargo,
no se manifestaron sobre el objeto principal del litigio en observancia del art. 1446 del CC por no aplicar los
arts. 271.4 y 274 del CPC.
Asimismo, denuncia que los Magistrados demandados procedieron a la valoración de la prueba, actividad
restringida a los jueces de primera y segunda instancia; y que, no obstante reconocer el incumplimiento de
requisitos para la procedencia de la acción pauliana, contradictoriamente casaron el fallo emitido en
apelación, manteniendo firme y subsistente la Sentencia 155/2012 sin emitir pronunciamiento alguno
respecto a su Auto complementario.
Ahora bien, con carácter previo al análisis de la presente problemática, individualizaremos los supuestos actos
lesivos con la finalidad de efectuar una mejor compulsa de los hechos y establecer si en verdad, los derechos
reclamados fueron lesionados o no; así tenemos que, el accionante identifica como actos u omisiones ilegales
o indebidos:
i)
Sobre la supuesta inobservancia de los requisitos de admisión del recurso de casación, previstos en
el art. 258.2 del CPC; se observa que, el Auto Supremo 463/2015, sí dio cumplimiento a lo previsto en el
artículo señalado, por cuanto en el Considerando II de manera amplia y detallada en quince numerales,
estableció las causales de la impugnación; es decir que, del memorial de casación identificó el fallo recurrido
y su foliación, así como las normas presuntamente vulneradas o aplicadas erróneamente; elementos que le
permitieron establecer en qué consistieron los errores del Tribunal de apelación y que, necesariamente
debieron ser expuestos por la recurrente; por lo que, al respecto no existe lesión alguna al debido proceso.
ii)
En cuanto a la denuncia de falta de fundamentación respecto a los supuestos errores cometidos por
el Tribunal de apelación; de la revisión del fallo se observa que en el Considerando III, se ha realizado un
análisis pormenorizado de los elementos fácticos del litigio, lo denunciado y los actos realizados por el Juez
de alzada, habiéndose procedido a la identificación de cada uno de los supuestos hechos lesivos y,
abordándolos por separado, a través de una estructura por demás didáctica, han establecido con precisión los
errores en los cuales incurrió la autoridad de alzada, habiendo explicado de manera concreta pero clara, las
razones por las cuales consideraban que los errores denunciados eran evidentes; es decir que, el Auto
Supremo 463/2015, cuenta con una debida fundamentación y motivación, no siendo en consecuencia
evidente lo alegado por el accionante.
iii)
Con referencia a la errónea aplicación del aplicación del art. 1446 del CC; conforme establece la
jurisprudencia constitucional, a esta instancia no le es permitido ingresar a verificar la labor interpretativa de
la jurisdicción ordinaria a menos que el accionante observe las exigencias desglosadas en el Fundamento
Jurídico precedente, situación que no acontece en el presente caso, por cuanto el accionante no expresó con
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claridad suficiente los motivos por los cuales considera que la labor interpretativa realizada por las
autoridades demandadas resulta lesiva a sus derechos y/o garantías constitucionales, identificándolos con
precisión y estableciendo la forma en la que fueron vulnerados a partir de la errónea interpretación de la ley;
motivo por el cual, no puede emitirse pronunciamiento alguno.
iv)
Sobre la alegada falta de valoración de prueba, supuestamente efectuada por los citados
Magistrados, este Tribunal encuentra, de la atenta lectura del Auto Supremo 463/2015, que la misma no es
evidente y que si bien los miembros de la Sala Civil del Tribunal Supremo de Justicia, señalan elementos que
formaron parte del proceso, no se pronuncian respecto a ellos dándoles un valor probatorio específico, sino
que, solamente los mencionan como parte de la estructura argumentativa del fallo que hace más clara su
fundamentación; entonces, este reclamo resulta también inatendible.
v)
Finalmente, respecto la falta de pronunciamiento respecto al Auto de 11 de octubre de 2012,
complementario de la Sentencia 155/2012, la jurisprudencia constitucional ha entendido que tanto la
Sentencia y el Auto complementario conforman una sola decisión, por cuanto el segundo, enmienda o
complementa el contenido de la primera dentro de un mismo concurso procesal, por lo que, los extremos
que pudieran ser parte del contenido del complementario deben haber sido necesariamente parte del litigio
y haberse omitido involuntariamente al momento de emitir el fallo; en esta consideración, queda claro que,
el Auto complementario forma parte indisoluble del fallo principal.
Bajo este razonamiento, en el caso objeto de análisis, se tiene que la Sala Civil Tercera del Tribunal
Departamental de Justicia de La Paz, constituida en Tribunal de apelación, revocó la Sentencia 155/2012 y el
Auto complementario de 11 de octubre del mismo año, mediante Auto de Vista 252/2014, decisión ésta última
que fue objeto del recurso de casación y que mediante Auto Supremo 463/2015, fue casada en el fondo; es
decir anulada, lo cual implica que lo dispuesto por el fallo objeto de casación también se anula,
permaneciendo las cosas en la misma situación en que se encontraban antes; en el caso presente, al anularse
el Auto de Vista 252/2014, se anuló la decisión de revocar la Sentencia 155/2012 y su Auto complementario
de 11 de octubre de igual gestión, quedando ambas resoluciones en completa vigencia y validez.
Es en este sentido, conforme fue expuesto en el informe presentado por los demandados, el Auto Supremo
objeto de la presente acción tutelar, al casar el Auto de vista dictado en apelación y mantener firme y
subsistente la Sentencia 155/2012, implícitamente incluyó a su Auto complementario, por cuanto, de
acuerdo a lo previamente anotado, ambos fallos conforman una sola unidad y se corresponden al momento
de resolver un caso específico; entonces, resulta de ilógica comprensión que los demandados hubieran
podido modificar o alterar el contenido del Auto complementario cuya falta de pronunciamiento alega como
lesión al debido proceso el accionante y que además, en todo caso, hubiera correspondido sea reclamada por
quien activó el recurso de casación en caso de considerar que un pronunciamiento expreso al respecto era
necesario.
En tal sentido, los Magistrados demandados no incurrieron en lesión al debido proceso por falta de
fundamentación respecto al Auto de 11 de octubre de 2012, complementario de la Sentencia 155/2012, por
cuanto inicialmente éste no fue objeto de casación y debido a que, al mantenerse firme y subsistente el fallo
al que complementaba, implícitamente se validaba su vigencia, tratándose su mención en la parte resolutiva
del Auto Supremo 463/2015, en un formalismo que no modifica el fondo de lo resuelto, motivo por el cual,
corresponde denegar la tutela impetrada.
En consecuencia, el Tribunal de garantías, al haber concedido la tutela solicitada, ha evaluado en forma
incorrecta los datos del proceso y las normas aplicables al mismo.
POR TANTO
El Tribunal Constitucional Plurinacional, en su Sala Segunda; en virtud de la autoridad que le confiere la
Constitución Política del Estado Plurinacional de Bolivia, los arts. 12.7 de la Ley del Tribunal Constitucional
Plurinacional y 44.2 del Código Procesal Constitucional en revisión, resuelve: REVOCAR en todo la Resolución
044/2015 de 7 de octubre, cursante de fs. 676 a 679, pronunciada por la Sala Civil Primera del Tribunal
Departamental de Justicia de La Paz, y en consecuencia, DENEGAR la tutela solicitada.
Regístrese, notifíquese y publíquese en la Gaceta Constitucional Plurinacional.
Fdo. Juan Oswaldo Valencia Alvarado MAGISTRADO
Fdo. Dra. Mirtha Camacho Quiroga MAGISTRADA
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