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Senado de la Nación
Secretaría Parlamentaria
Dirección General de Publicaciones
(S-1807/10)
PROYECTO DE LEY
El Senado, la Cámara de Diputados,...
Artículo 1º- Agrégase el artículo 4016 ter al Código Civil conforme la
siguiente redacción
“Artículo 4016 ter. El que durante cuatro años continuos ha poseído
con buena fe un automotor adquiere el dominio por prescripción
Siempre que el usucapiente hubiere recibido la posesión de manos del
titular inscripto o sus sucesores por un acto que tenía como fin la
transmisión del derecho correspondiente
La sentencia que declara operada la prescripción adquisitiva del
automotor del usucapiente se anotará como inscripción originaria,
eliminándose la anterior.”
Artículo 2º- Comuníquese al Poder Ejecutivo.
Teresita N. Quintela.FUNDAMENTOS
Sr. Presidente:
Esta elaboración legislativa se ha construido para que aquellos que
adquirieron un vehículo o lo recibieron por el motivo que fuere,
donación, dación en pago, compensación, transacción, etc, mediante
instrumentos privados -o aún sin ellos- puedan llegar al dominio del
bien mediante un proceso de usucapión por un término breve o
medianamente breve.
Hoy día la jurisprudencia unánime e unidireccionalmente tiene el
concepto que, para adquirir vía usucapión un vehículo, se necesitan
los veinte años que prescribe el artículo 4016 del Código Civil, así:
“En materia de automotores el viejo principio de que la posesión vale
título debe sustituirse por el de inscripción vale título (conf. Mariani de
Vidal, Marina,"Automotores: La buena fe como requisito, etc.", L. L. , T.
1991-B-1142 b)”.
Para poder adquirir el dominio por usucapión, en el caso de
automotores, es indispensable que el que así lo pretenda, se
encuentre en la situación que establece el art. 2 del decreto ley
6582/58, de acuerdo al cual no es la posesión de buena fe la que “vale
título”, sino que es “la inscripción de buena fe de un automotor en el
Registro” la que confiere al inscripto la propiedad del vehículo y el
poder de repeler cualquier acción de reivindicación, si el automotor no
hubiese sido hurtado o robado.
Por lo tanto, “quien invoca buena fe, debe contar con el automotor
registrado a su nombre, pues de lo contrario no podría estar
convencido sin duda alguna de la legitimidad de su adquisición, ya que
el dominio no se adquiere sino con la inscripción” (Marina Mariani de
Vidal).
Y para alegar la buena fe, debe tenerse en cuenta lo normado por el
art. 16 del decreto ley 6582/58, que dice “A los efectos de la buena fe
previstos en los arts. 2, 3 y 4 del presente, se presume que los que
adquieren derechos sobre un automotor, conocen las constancias de
su inscripción y de las demás anotaciones que respecto de aquel
obran en el Registro de la Propiedad Automotor, aun cuando no hayan
exigido del titular o del disponente del bien, la exhibición del certificado
de dominio que se establece en este artículo”
Volvemos a decir entonces que, para poder adquirir un vehículo
mediante usucapión corta es indispensable que el que la pide tenga
inscripto el vehículo a su nombre. Sin inscripción, no existe la buena
fe.
Si no es así, tendrá que poseer por veinte años, (usucapión larga),
aunque no toda la doctrina está de acuerdo con la usucapión larga en
el supuesto de automotores.
La prescripción adquisitiva: de automotores según el art. 4016 bis
Código Civil no comprende el supuesto en que el dueño se desprende
voluntariamente del automotor.
Señala C.M. Kiper ("La prescripción adquisitiva de cosas muebles y el
proyecto de unificación de la legislación civil y comercial", LL l.968-c868 y ss), el art. 4016 bis del Código Civil no comprende los casos en
que el dueño se desprendió voluntariamente de la cosa, sino sólo el
supuesto de cosas robadas o perdidas. O sea que, si el iniciado un
juicio de usucapión y el actor sostiene que fue el demandado quién le
vendió el automotor, no puede ampararse en el artículo citado que no
comprende ese supuesto de desprendimiento voluntario de la cosa a
usucapir. Continúa ese autor diciendo que la "posibilidad de adquirir
por prescripción se limita -al menos en forma expresa- a la hipótesis
de que el poseedor de buena fe tenga inscripto a su nombre el
automotor hurtado o robado, nada dice la ley sobre el poseedor de
mala fe de un automóvil que no sea hurtado o robado, o que sí lo sea.
Corresponde aclarar que la falta de inscripción registral a nombre del
poseedor, importa la mala fe de este último, pues es exigible del
adquirente una investigación sobre la situación jurídica del objeto y
porque que quien adquiere un automotor inscripto a nombre de una
persona distinta del vendedor, no actúa con la diligencia debida al no
haber hecho esa averiguación que le hubiese permitido advertir que no
podría inscribir a su nombre el vehículo. Además dicho poseedor no
podría alegar la falta de necesidad de la inscripción, pues su creencia
reposaría en un error de derecho, que no es excusable (arts. 2.356,
4.006 y su nota del C.C. art. 16 decreto Ley 6.582/58, texto según Ley
22.977).
A su vez, Elena T. Highton ("Dominio y Usucapión", T.II,pág. 153),
destaca que el art. 4.016 bis del C.C. "solamente se refiere a las cosas
mueble robadas o perdidas poseídas de buena fe" y Lopéz de Zavalía
("Derechos Reales" T.II, pág. 234), analiza: "Pero, ¿por qué la
prescripción bienal está prevista como la trienal, para las cosas
robadas o perdidas y nada dice sobre las confiadas? La respuesta
sólo puede ser esta: porque el legislador da implícitamente por
supuesto que para las registrales confiadas, hay también un método
de adquisición instantánea.
Cabe entonces coincidir en que existe una laguna en el derecho que
impide que alguien que hubiese recibido de buena fe un automotor y
pretenda usucapirlo pueda hacerlo en un período breve. Tendrá que
atenerse al transcurso de los 20 años que prescribe el código.
Mientras su bien, que pudo haberle costado muchos esfuerzos
adquirirlo, puede deteriorarse, consumirse, o desaparecer en un lapso
mucho menor. Es un bien preciado que no tiene la misma extensión de
durabilidad que un bien inmueble. Para éste bien si cabe una
adquisición veinteañal, que con las últimas leyes se ha disminuido
bastante.
Por otro lado es injusto y cae en una desigualdad evidente que el
código otorgue tanto tiempo para usucapirlo que a otro bien de distinta
naturaleza y fin,.
Por ello es que creemos que cubrimos una laguna legal y
solucionamos a su vez una desigual situación que también resulta
discriminadora de derechos constitucionalmente adquiridos.
Por las razones apuntadas solicito, Sr. Presidente, la aprobación del
presente proyecto de ley.
Teresita N. Quintela.-
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