Sebastián Castella: “A todos los toros intento imponer mi toreo”. Vive la temporada de su consagración definitiva imponiendo su ley, triunfando a golpe cantao y creciendo como torero. Dice que la impavidez frente al toro es consecuencia de una personalidad serena y consciente y que si alguna vez atropelló la razón fue durante un periodo de búsqueda que experimenta todo torero “aunque para ser figura haya siempre que tirar la moneda al aire”. Que el cuerpo humano no es una maquina y que el valor se desgasta cuando se pisa el terreno del toro, arena conquistada a base de sufrimiento y grandes cornadas. Y no se olvida del gusto, el temple y el sentimiento, virtudes que asegura llevar dentro. Desde hace varios años Sebastián Castella (Beziers, Francia, 1983) reside en España. En Gines, Sevilla, asegura sentirse feliz y adaptado a un nuevo concepto de vida, el que se respira a orillas del río Guadalquivir: “aunque no fuese torero viviría en esta cuidad por su forma de entender y sentir la vida”. Atraviesa su mejor momento profesional, contrastado tarde a tarde con triunfos incontestables, y hemos creído oportuno hacer un alto en el camino para hablar de toros y reflexionar. Nos encontramos en pleno mes de julio y ha transcurrido más de la mitad de la temporada, ¿qué balance puede hacer hasta la fecha? La temporada marcha bien, aunque uno siempre quiere y necesita de triunfos rotundos. Pero como tampoco soy de acelerar ni forzar las cosas, prefiero que vayan llegando poquito a poco. Hasta el momento, lo más negativo ha sido mi fallo con la espada y la mala suerte con los toros en tardes clave, factores me han impedido alcanzar éxitos importantes; 16 Taurovent sobre todo en Madrid, donde el ganado no me ayudó nada. Sin embargo en Madrid, y a pesar de estas dificultades, se mantuvo al mismo nivel frente a toros de muy distinta condición las tres tardes. ¿Viene esto a demostrar que es un torero con más registros de lo que en un principio pudiera parecer?. Pienso que sí, que estuve a un buen nivel las tres tardes. Afortunadamente, Madrid aun siendo exigente es una plaza justa y supo reconocerlo. De los seis toros a los que me enfrenté, creo sinceramente que fue un triunfo cortarle la oreja al de Garcigrande en mi primera tarde, un toro que sólo fue medio bueno y que fue protestado desde un principio por falta de fuerza. Poner a todos de acuerdo haciendo el toreo bueno no fue tarea fácil. Además, creo que pude demostrar que soy capaz de torear despacio y con sentimiento, de hacerle a los toros cosas que llevo dentro y que son del gusto de la afición de Madrid. A partir de ahí todo fue a la contra. El segundo de mi lote, de José Luís Pereda, fue una prenda, muy complicado. Tampoco sirvieron los de Valdefresno y de la Corrida de Beneficencia mejor ni hablamos. Fue un desastre total. Lo que se dice por derecho no embistió ni uno. Ése toro de José Luis Pereda de la primera tarde habrá sido de los más peligrosos y complicados a los que haya tenido que enfrentar en esta plaza. Sin lugar a dudas. Ése y otro de Charro de Llen que lidie el año pasado en la feria de San Isidro. A mí los toros castaños en Madrid… ¡no veas! Es cierto que se movieron pero también que desarrollaron peligro y muchas complicaciones. Son toros de cara o cruz que sirven para demostrar que uno quiere ponerse “El que sea capaz de darle fiesta al toro que lo demuestre y el que no que se marche a su casa”. Entrevista arriba del todo, en figura máxima del toreo. El que sea capaz de darles fiesta que lo demuestre y el que no que se marche a su casa. ¿Qué porcentaje hay en su toreo de apuesta, de tirar la moneda al aire a ver que pasa, y cuanto de convicción y seguridad frente al toro? Para ser una figura del toreo hay que tirar la moneda al aire todas las tardes. Sobre todo cuando pisas plazas importantes y de responsabilidad. Lo que ocurre es que con el tiempo uno va adquiriendo profesionalidad y madurez delante del toro, y esa experiencia se va transformado en una mayor seguridad a la hora de apostar. Digamos que gracias a ella cuando tiras la moneda al aire estas convencido que saldrá cara. ¿Convencido? Hombre, convencido del todo nunca estas porque si fuera posible cualquiera sería torero y todos sabemos que eso es imposible. Por poner un ejemplo, el toro de Pereda del que estamos hablando, hace un par de temporadas me hubiera metido en la cama estando igual de valiente y dispuesto. Sin embargo, este año fui técnicamente capaz de buscarle las vueltas, de exponer con la cabeza muy fría sabiendo en todo momento los terreros que pisaba y asumiendo los riesgos. “Hace dos temporadas el toro de José Luís Pereda me hubiera metido en la cama”. Entonces, ¿para crecer en el toreo es necesario exponer? Para crecer en el toreo hace falta mucha afición, mucha inteligencia y querer mucho delante del toro. Luego cada torero es distinto y evoluciona en función de sus condiciones y su concepto. Desde luego sin exponer no se puede ser torero. ¿Le parece injusto que en determinados momentos le sigan acusando de atropellar la razón? Ni hago caso, la verdad. ¿Que dicen que atropello la razón?... pues bueno. ¿Pero le llegarán estos comentarios? Antes si, pero ahora creo que ya no lo dicen. Además, pienso que a estas alturas de mi carrera ya he demostrado algunas cosas. Si en algún momento atropellé la razón fue al principio, durante un periodo de formación, cuando buscaba conquistar unos terrenos determinados y profundizar en mi toreo. Y claro, ahí los toros cogen. Si después de sufrir varias cornadas, alguna de ellas graves, sigo siendo capaz de ponerme en ese sitio será porque quiero ser alguien en esta profesión. A eso le llamo valor sereno. Dicen que los toreros que pisan ese terreno duran poco en el toreo, que el valor es algo que se va desgastando, ¿esta de acuerdo? Si, estoy totalmente de acuerdo, aunque sea duro reconocerlo. Pero es así. Las figuras del torero que se colocaron un paso más allá no duraron mucho tiempo en esto. Salir con esa mentalidad todas las tardes cuesta muchísimo esfuerzo y no podemos olvidar que el cuerpo no es una maquina y se resiente. El valor es algo que se desgasta y para soportar esa presión hay que tener la mente muy fuerte y preparada. Por eso, lo más inteligente cuando se tiene esta mentalidad es plantear las “Los toreros que pisaron el terreno del toro no duraron mucho en esto”. temporadas en consonancia con este esfuerzo. Si te vacías cada tarde es imposible torear más de setenta corridas de toros. El cuerpo a veces necesita un descanso. Y cómo remonta cuando una mañana se despierta sin ganas de hacer ese esfuerzo, cuando siente aquello de que la voluntad quiere pero el cuerpo dice que no que aseguraba el maestro Antonio Bienvenida. La verdad es que esa sensación la he sufrido en muchas ocasiones. Pienso que la clave de todo esta en la mente, que es la que domina y controla nuestro cuerpo. Efectivamente hay días en los que uno se levanta sin ganas de torear, con mal cuerpo o dolorido por un percance, y no te queda más remedio que acudir a la plaza y ponerte delante del toro. En las horas previas a la corrida, antes de vestirte de torero, tienes que darle la vuelta a la tortilla y experimentar un cambio interior. A medida que pasan las horas te vas transformando hasta llegar a un punto en el que estas mentalizado para salir a la plaza a jugarte la vida. Creo que es una mezcla de ilusión y fuerza interior. ¿Considera que su actitud frente al toro, sin inmutarse ni cambiar el gesto, puede transmitir una sensación de cierta frialdad? Es posible. Lo que ocurre es que cada torero tiene su forma y su personalidad y yo no sé hacer teatro. Cuando el toro no transmite emoción Taurovent 17 Entrevista dad de quedarme muy quieto con los novillos, pero me engancharon y no fui capaz de cogerles el sitio. ¿Y cuándo resurge Castella? Fue llegando con el tiempo. Desde que decidí ser torero mi deseo fue siempre colocarme en un sitio donde cuesta mucho ponerse. Necesitaba tiempo para adquirir el oficio necesario y madurar como persona y como torero. Poco a poco me fui encontrando a mí mismo. en su embestida no sirvo para engañar a nadie ni para vender algo que no existe. Esto no quiere decir que no sienta el toreo, todo lo contrario. La faena al toro de Garcigrande este año en San Isidro tuvo temple y sentimiento y me permitió expresar cosas que llevo dentro. Si no sientes nada es mejor no vestirse de torero. Pero sí es cierto que en determinados momentos esa actitud de impavidez ante el peligro se ha vuelto en mi contra. Hagamos un poco de memoria. En el año 2000 se presentó en Las Ventas durante la Feria de la Comunidad, tras proclamarse vencedor del III Certamen Mundial de Novilleros de San Sebastián. No rodaron las cosas y pareció desaparecer del mapa. Marchó a Francia y permaneció tres temporadas sin pisar plazas españolas, ¿Qué ocurrió? Cuando me presente en Madrid era muy joven y había toreado muy poco, además, creo que venia con un concepto equivocado de lo que es esta plaza…si, equivocado, pero eso son cosas mías y no voy entrar en ellas… Simplemente creo que no estaba preparado y que no era el momento de presentarme en Las Ventas, ya está. Lo importante es que hoy me siento feliz y satisfecho de haber pasado por aquella etapa y de haber vivido en esta plaza las dos caras de la moneda, la del triunfo y la del fracaso, porque la verdad es que esa tarde me mandaron a mi casa. ¿No le parece exagerado? No, son las cosas que ocurren cuando llegas a una plaza de responsabilidad con tanto ambiente y no das la cara. Salí a la plaza con la mentali- 18 Taurovent En 2004, año en el que confirma la alternativa, recuerdo una actuación heroica frente a un torazo de Samuel Flores, una tarde que posiblemente marcó un punto de inflexión en su carrera. Si si, estoy de acuerdo y además recuerdo perfectamente aquel toro de Samuel que fue tan importante para mí. Fue un toro muy agresivo, una fiera. Me pego una cornada en la axila y hasta que no me monté en la furgoneta no dije que estaba herido. Ese día demostré al público de Madrid que había cambiado y que venia dispuesto a ser alguien en el torero. Volvamos al presente. Su evolución con el capote ha sido espectacular y en el ultimo tercio, con la muleta, no sólo navega en la corta distancia, sino que ahora sus muletazos describen un trazo más largo. Eso es lo que buscaba, ligar los muletazos en la corta distancia con la misma intensidad e idéntica dimensión que en la media. Hasta que lo he conseguido he sufrido mucho en el camino y me han pega- “El toro de Victorino no va con mi concepto. No se quitarme y ponerme”. do fuerte los toros. Pero ese era el reto y lo he conseguido. A todos los toros intento imponer mi toreo. En unas declaraciones he leído algo muy interesante acerca de la espada. Que teniendo valor más que de sobra le ha faltado agresividad a la hora de matar los toros. Cuando estas muy a gusto con un toro y lo has toreando despacio, inconscientemente y por inercia entras a matar a la misma velocidad que lo has toreado, y es ahí cuando se pincha. Matar un toro requiere un punto de agresividad y de violencia. Otra cosa es el ritmo al que hay que echar la muleta en el hocico, pero en el momento de volcarte encima del morrillo tienes que atacar porque en definitiva se trata de matar a un animal. Por qué siendo un torero técnico y capaz, poderoso y templado en la lidia no se le ve anunciado con ninguna corrida de Victorino Martín. Porque no me gusta ese encaste, ni albaserradas ni santacolomas. No va con mi concepto el quitarse y ponerse. Otra cosa es que sea capaz de matarlas, que lo soy, pero con una de Victorino hay que torear sobre las piernas y para eso no valgo. Hace un par de años maté una en Bilbao y por no quitarme un toro me pegó tres volteretas. No tengo nada más que decir al respecto. Vive la temporada de su consagración definitiva, ¿Qué le falta a Sebastián Castella para ser la figura del toreo que quiere ser? Uf, muchísimas cosas. Hay figuras y figuras, y algunos creen que por haber cortado orejas en Madrid y en Sevilla ya lo soy. Aún quedan muchas tardes y mucho que demostrar y no soy de los que se conforma con lo ya conseguido. Ser figura significa mandar en el toreo. José Ignacio de la Serna Fotografías: Juan Pelegrín