N° 07 - Poder Judicial de la Provincia de Santa Fe

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Nº07
En la ciudad de Venado Tuerto, a los
16 días del mes
de Febrero de Dos Mil Diez, se reunieron en Acuerdo los
Señores Vocales de la Cámara de Apelación en lo Penal de esta
ciudad, Dres. Tomás Orso, Fernando Vidal y Carlos Chasco, con
el fin de dictar sentencia definitiva en el proceso seguido a
D. V. V., argentino, instruido, viudo, jubilado, domiciliado
en
Lavalle
2836
de
esta
ciudad,
hijo
de
V.
y
de
María
Galeano, nacido el 02/09/1928, en San Gregorio –Santa Fe-,
con
L.E:
Nº
06.102.703,
por
la
comisión
del
delito
de
LESIONES CULPOSAS, en Causa Nº 131/2009 de esta Cámara.
Estudiados
los
autos,
se
resolvió
plantear las siguientes cuestiones:
1º) ES JUSTA LA SENTENCIA APELADA?
2º)
QUE
PRONUNCIAMIENTO
CORRESPONDE
DICTAR EN DEFINITIVA?
Practicado el sorteo de ley, resultó que
la votación debía efectuarse en el siguiente orden: Dres.
Vidal, Orso y Chasco.A la primera cuestión planteada, el Dr.
Vidal, expresó:
I)
Abril
de
2009
Contra
dictado
por
el
Fallo
Nº
el
Sr.
Juez
248
en
del
lo
13
de
Penal
Correccional y Faltas local, Dr. Jorge Gastonjauregui, por el
que condenó a D. V. V., con demás datos de identidad obrantes
en autos, como autor penalmente responsable del delito de
LESIONES LEVES CULPOSAS
a la pena de UN MES DE PRISION DE
EJECUCION CONDICIONAL E INHABILITACION ESPECIAL PARA CONDUCIR
VEHÍCULOS AUTOMOTORES POR EL TERMINO DE UN AÑO Y COSTAS,
interpone
recurso
de
apelación
el
imputado,
el
que
fue
concedido a fs. 84 de autos.
1) El Señor Defensor General, Dr. Eduardo
Bianchini, en representación de V., dice que el A-quo basó su
decisorio en que su representado obró en forma negligente,
imperita, violando las normas de tránsito y el más elemental
deber de cuidado objetivo. V. se desplazaba con su vehículo
por calle Lavalle y emprendió la intersección, sin advertir
que
colocaría
un
obstáculo
en
la
trayectoria
de
quien
circulaba en un ciclomotor, sobre calle Aufranc, en dirección
a la Ruta 8. Afirmó el A-quo que ambos rodados se desplazaban
a una velocidad adecuada y que el comportamiento de V. ha
sido negligente, porque si efectivamente fue encandilado por
el sol, debió frenar antes de avanzar hacia la encrucijada.
El imputado en su momento confesó que circulaba lentamente en
su
vehículo
y
que
no
vio
a
la
víctima,
porque
resultó
encandilado por el sol. Estos dichos son corroborados por la
propia víctima, Miguel Angel Robles, quien expresó que el
vehículo transitaba despacio y que observó que su conductor
no lo vio. También avala la levedad de los daños físicos y
materiales que en su oportunidad se constataron. Por ello se
puede involucrar en este caso al encartado en una violación
de
deber
de
cuidado?.
Esto
es
negativo.
Las
tomas
fotográficas, prueba objetiva de autos, ilustran nítidamente
que el sol encandilaba. Además el órgano de acusación resalta
que existió encandilamiento solar, un pequeño contacto que
provocó excoriaciones leves, etc. El encandilamiento genera
por
un
brevísimo
espacio,
una
especie
de
ceguera.
Un
conductor medio necesita para recuperar la visión
de 4 a 5
segundos, el cual puede variar según la persona. En este caso
si bien no se ha determinado la velocidad de desplazamiento,
si se puede afirmar que era adecuada y que el impacto, fue
suave teniendo en cuenta los daños registrados en el Renault
12 y las lesiones padecidas. Cita Doctrina al respecto.
En
este
marco,
el
imputado,
antes
emprender el cruce, conducía normalmente e imprevistamente
fue encandilado por el sol, no circulaba mal, ni desatento,
ni
descuidado,
ni
en
forma
imperita.
Lo
sorprendió
la
colisión porque no vio al motorista por la causa apuntada. No
advirtió la presencia del ciclomotor por la sencilla, pero
esencial, razón, que al sufrir el encandilamiento no lo pudo
ver. Por lo tanto, no se lo puede involucrar al encartado
precisamente en la violación de deber de cuidado. El caso
mantiene
nebulosa
la
culpa
del
conductor,
no
lográndose
enervar el estado jurídico de inocencia que lo ampara.
Lo
imprevisible
e
inesperado
del
encandilamiento –está probado- aparece como una conducta que
exime de responsabilidad culposa al embistente, aún la duda
favorece
por
el
principio
in
dubio
pro
reo.
Solicita
se
revoque la sentencia apelada y dicte la Absolución de Culpa y
Cargo.
2) El Sr. Fiscal de Cámaras Subrogante,
Dr. Fernando Palmolelli, contesta los agravios y, dice que
queda plenamente probado en autos el accidente, protagonizado
por
un
automóvil
Renault
12
conducido
por
D.
V.
y
un
ciclomotor guiado por Miguel Ángel Robles, resultando éste
último
con
lesiones.
El
hoy
imputado,
manifiesta
en
sede
judicial que cuando llega a la intersección de calle Aufranc
mira primero hacia el lado izquierdo y después mira hacia la
derecha y agrega que el sol lo encandiló porque al chico no
lo vio, reiterando que al chico no le dio el paso porque en
ningún momento lo vio.
Debemos tener en cuenta que quien tenía
prioridad de paso era el conductor del ciclomotor, ya que lo
hacía por una arteria situada a la derecha, por lo tanto
quien circulaba a la izquierda en este caso era imputado,
quien al llegar a la bocacalle de Lavalle y Aufranc, no
gozando de dicha prioridad debió extremar las precauciones
disminuyendo
marcha,
totalmente
quedando
desde
su
velocidad
ya
a
la
y
hasta
expectativa
detener
para
que
su
si
alguien aparecía conduciendo desde su derecha gozara de ese
paso, y no convertirse en un verdadero obstáculo para el
mismo. Cita Jurisprudencia al efecto.
Si a eso se le suma, lo manifestado por
V.,
sobre
que
encandilaba,
no
debió
vio
el
al
ciclomotor,
mismo
potencial
porque
la
el
sol
atención
lo
para
hallarse en condiciones de poder superar todo trance, y no
continuar su marcha a ciegas con el consiguiente perjuicio
para los demás como en este caso ocurrió con la víctima de
autos. Cita Jurisprudencia y Doctrina. Solicita se rechacen
los agravios planteados y confirme el fallo recurrido.
II)
Corresponde
en
las
presentes
actuaciones resolver el recurso de apelación interpuesto por
el. Dr. Eduardo Bianchini -Defensor General de Venado Tuerto
y asistente letrado de D. V. V.- contra la sentencia n° 248,
dictada en fecha 13 de Abril de 2009 por el Dr. Jorge Raúl
Gastónjauregui –titular del Juzgado en lo Penal Correccional
de la Segunda Nominación- mediante la cual el imputado fue
condenado, por el delito de Lesiones Leves culposas (Art. 94
CP) a una pena de un mes de prisión de ejecución condicional,
inhabilitación
especial
para
conducir
automotores
por
el
término de un año y las costas del proceso (arts. 26 y 29
inc. 3° del CP).
Sintetizando
la
línea
de
ataque
de
la
defensa respecto al decisorio apelado y la plataforma fáctica
sobre la cual construyo su teoría del caso el actor penal y
teniendo en cuenta que la materialidad del hecho delictivo
imprudente
motivante
de
las
presentes
actuaciones
no
se
encuentra controvertida por las partes y que tampoco existe
disonancia respecto a que la víctima venía por Aufranc y que
la
colisión
se
produce
la
que
arteria
por
Renault
12
en
central
a
decidir
tuvieron
los
en
la
circulaba
dirección
pasa
involucrados
al
por
en
intersección
el
imputado
Norte,
surge
determinar
el
con
Lavalle,
conduciendo
que
la
accidente,
la
un
cuestión
conducta
que
inmediatamente
antes de que sucediera el mismo. En concreto: si el imputado
provocó el resultado lesivo como consecuencia de no haber
disminuido la velocidad del auto o directamente detenido el
mismo
al
llegar
a
la
intersección
-con
lo
cual
el
motociclista, quien accedía al cruce por la derecha, hubiera
traspasado normalmente el mismo- y si no advirtió el avance
de la moto por encontrarse distraído o por efecto del impacto
solar
en
la
vista;
imprudentemente
al
o
si
fue
continuar
la
con
víctima
su
quien
marcha
no
actuó
obstante
comprobar que el automovilista hacia lo propio y no lo había
visto.
Luego de analizar los agravios vertidos
por el recurrente -quien solicita se absuelva a su pupilo en
orden
al
delito
culposo
por
el
cual
fuera
condenado,
argumentando que el accidente aconteció debido a la culpa
exclusiva del motociclista quien circulaba desatento y debió
detenerse al comprobar que el imputado, quien marchaba a una
velocidad adecuada, no advertía el avance del birodado- a la
luz de los elementos probatorios obrantes en autos, criterios
evaluatorios del delito imprudente y réplica del actor penal
–sostiene que la víctima tenía prioridad de paso y que V.
debió detenerse en la encrucijada ante el encandilamiento
solar que padecía- tras lo cual considero que le asiste razón
al apelante correspondiendo revocar el decisorio impugnado.
A
partir
del
análisis
la
de
conclusión
precedente
la
recogida
prueba
arribo
durante
a
la
instrucción -la que fue tenida en cuenta por el sentenciante
para condenar y por el actor penal de alzada para sostener el
recurso-
de
la
que
se
desprende,
conforme
el
acta
de
inspección y croquis del lugar del hecho y relatos de los
involucrados en el accidente, que la colisión se produce en
la parte media de la intersección vial y que ambos vehículos
marchaban a escasa velocidad, circunstancia que corrobora los
dichos del sometido a proceso en cuanto afirma que marchaba
muy despacio. Agrega además que no pudo ver la moto porque
resultó encandilado por el sol. Esta circunstancia resulta
central para resolver si el automovilista no cumplimentó su
rol e incrementó indebidamente el riesgo vehicular permitido
ya que el lesionado –si bien sólo hace mención acerca de que
había sol y dice que el imputado no se había percatado de su
presencia porque estaba distraído- reconoce que se dio cuenta
de que V. continuaba con su despaciosa marcha y que no lo
había visto, razón por la cual el conductor de la moto debió
detenerse
y
dejar
suficiente
tiempo
despacio.
Sin
pasar
para
embargo
el
auto,
ello
y
en
no
máxime
virtud
que
de
obstante
contaba
que
lo
ambos
con
iban
anteriormente
señalado, optó por continuar con su marcha precipitando con
tal conducta el impacto causante de lesiones leves. Por ello
considero
que
el
nexo
de
determinación
del
resultado
se
encuentra más en el proceder conductivo de la víctima que del
sometido a proceso.
Examinando la cuestión desde el punto de
vista del inculpado no advierto que el mismo haya actuado
violando el deber de cuidado y colocándose fuera del riesgo
permitido ya que la velocidad que imprimía a su conducido era
adecuada, trasponía una arteria de poca circulación y realizó
un esfuerzo visual –abortado por el encandilamiento solar,
según
sus
dichos
a
lo
que
solo
se
contraponen
los
del
motociclista quien dijo que estaba distraído- para verificar
si por la calle que estaba atravesando venía otro vehículo.
Teniendo en cuenta dicho cuadro de situación considero que en
situaciones como las de autos -independientemente del sentido
de ingreso a la encrucijada- el conductor del vehículo que se
percata
que
por
una
circunstancia
particular
el
otro
conductor no logra advertir el avance vehicular ajeno debe
detenerse, máxime que –tal como ya fuera indicado- por la
velocidad en que venían ambos vehículos el margen de maniobra
era amplio y la evitación del resultado recaía en Robles y
resultaba
posible.
Lo
expuesto
neutraliza
el
reproche
jurídico penal que se le formulara al encausado, motivo por
el cual resulta pertinente disponer su absolución.
Al respecto la jurisprudencia señaló que
“aún cuando se pueda afirmar un accionar imprudente por parte
del
sujeto
activo,
éste
no
infringiría
deber
objetivo
de
cuidado alguna, ya que la secuencia fáctica de ocurrencia al
evento, no permite exigirle al nombrado que en la oportunidad
haya
desplegado
una
maniobra
diversa
a
la
que
efectuara,
salvo que se intente fijar su responsabilidad mediante un
criterio objetivo incompatible con los más básicos postulados
de un derecho penal liberal como el nuestro” (Suprema Corte
de Justicia de Buenos Aires, 24 de Abril de 2002, “Schwind,
Horacio
Abel
Revista
de
s/
Homicidio
Derecho
Penal,
Culposo”,
Delitos
c.
65.403,
Culposos
I,
citado
en
Rubinzal-
Culzoni, 2002, pag. 284).
A la misma cuestión el Dr. Vidal dijo:
Estimo correcta la solución que da el Dr.
Orso a la cuestión planteada, por lo que adhiero a la misma y
voto en consecuencia, de igual forma.
A la misma cuestión el Dr. Chasco dijo:
Habiendo
dos
votos
concordantes,
me
abstengo de votar. (Art. 26 L.O.P.J.).
A la segunda cuestión planteada, el Dr.
Orso dijo:
Por
todo
lo
argumentado,
jurisprudencia
citada y considerando que en el caso de autos adquiere plena
operatividad el principio jurídico procesal que establece el
beneficio de la duda a favor del imputado –positivizado en el
art. 5 del CPP- considero que corresponde declarar exento de
responsabilidad penal al sometido a proceso, revocar el fallo
condenatorio y disponer en consecuencia la absolución de D.
V. V., en orden al delito de Lesiones Culposas (art. 94 del
Código Penal) que se le atribuyera en la presente causa.
A la misma cuestión el Dr. Vidal dijo:
Estimo correcta la solución que da el Dr.
Orso a la cuestión planteada, por lo que adhiero a la misma y
voto en consecuencia, de igual forma.
A la misma cuestión el Dr. Chasco dijo:
Habiendo
dos
votos
concordantes,
me
abstengo de votar. (Art. 26 L.O.P.J.).
En definitiva, leídas que han sido las
partes, la Cámara de Apelación en lo Penal
RESUELVE: Revocar
la sentencia apelada y disponer la absolución de D. V. V. en
orden al delito de Lesiones Culposas (Art. 94 del Código
Penal) por el cual fuera sometido a proceso.
Insértese copia autorizada, hágase saber
y bajen.
Dr. Tomás Orso
Dr. Fernando Vidal
Dr. Carlos Chasco
(Art. 26 L.O.P.J)
Dr. Sergio Fenice
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