Universidad Austral de Chile Facultad de Ciencias Agrarias Escuela de Agronomía Curva de retención de humedad, de contracción y de permeabilidad de aire en función de distintas densidades aparentes de un suelo rojo arcilloso. Memoria presentada como parte de los requisitos para optar al título de Ingeniero Agrónomo PABLO CESAR SANDOVAL HUAIQUIMIL Valdivia – Chile 2009 PROFESOR PATROCINANTE JOSE DÖRNER F. Ing. Agr. Dr. sc. ag. Instituto de Ingeniería Agraria y Suelos PROFESORES INFORMANTES JUAN NISSEN M. Ing. Agr. Dr. rer. hort. Instituto de Ingeniería Agraria y Suelos DRIES HUYGENS Bio-Ingeniero Dr. lr. Instituto de Ingeniería Agraria y Suelos AGRADECIMENTOS Quiero agradecer a mis padres y hermanos por todo el apoyo brindado durante todo este tiempo, por sus palabras de aliento en los momentos difíciles, sin ellos no hubiese podido llegar a buen puerto esta etapa. Quiero agradecer a mi profesor patrocinante Dr. José Dörner, quien fue un pilar fundamental para la ejecución de esta tesis, con sus consejos y palabras de aliento, siempre para ir en mejora de esta investigación; y a su esposa Dr. Dorota Dec, quien también tuvo la gentileza de brindarme su apoyo y consejo cuando le fue requerido. Quisiera agradecer a mis amigos, a cada uno de ellos, tanto por darme una mano cuando más la necesitaba como cuando compartieron momentos de alegría junto a mí. A Cristian Muñoz, Gabriel Echenique, Francisco Arias y Francisco Quiñones. Y en especial a Claudia Catalán, a quien acudí muchas veces por consejo y apoyo, y nunca me pidió nada a cambio, sólo mi amistad. También debo mencionar a mis compañeros de universidad, amigos con los cuales aún seguimos en contacto. No puedo dejar de agradecer a todo el personal de laboratorio y administrativo del Instituto de Ingeniería Agraria y Suelos, los cuales siempre tuvieron una buena disposición cada vez que fueron requeridos. I INDICE DE MATERIAS Capítulo Página RESUMEN 1 SUMMARY 2 1 INTRODUCCION 3 2 REVISION BIBLIOGRAFICA 5 2.1 El suelo como medio poroso 5 2.2 Densidad aparente 6 2.2.1 Efecto de la densidad aparente sobre aspectos cuantitativos del 7 suelo 2.2.1.1 Efecto de la densidad aparente sobre la curva de retención de 8 humedad (pF) y distribución de poros 2.2.1.2 Efecto de la densidad aparente sobre la curva de contracción 8 2.2.2 Efecto de la densidad aparente sobre aspectos funcionales del 10 sistema poroso 2.2.2.1 Efecto de la densidad aparente sobre la conductividad hidráulica 10 2.2.2.2 Efecto de la densidad aparente sobre la conductividad de aire 11 2.3 Efecto de ciclos de humectación-secado, la actividad biológica 12 y la macrofauna del suelo sobre la estructura 2.3.1 Efectos del secado y la humectación 13 2.3.2 Efectos de los microorganismos del suelo 14 2.3.3 Efectos de la macrofauna del suelo 14 2.4 Efecto del secado y humectación sobre el paso de fluidos a 14 través del suelo 3 MATERIAL Y MÉTODO 16 3.1 Materiales 16 II 3.1.1 Suelo y manejo agronómico 16 3.1.2 Material de laboratorio 17 3.2 Método 17 3.2.1 Recolección de las muestras 17 3.2.2 Armado de las muestras 18 3.2.3 Caracterización general del suelo estudiado 19 3.2.3.1 Curva de retención de humedad (curva pF) 19 3.2.3.2 Permeabilidad de aire (Ka) 19 3.2.3.3 Curva de contracción 23 3.2.4 Diseño estadístico 25 4 PRESENTACIÓN DE LOS RESULTADOS 26 4.1 Características generales del suelo estudiado 26 4.2 Curvas de retención de agua (pF) y distribución de poros en 26 función las distintas densidades aparentes 4.3 Curvas de contracción en función de las distintas densidades 29 aparentes 4.3.1 Coeficiente de elasticidad lineal (COLE) 30 4.3.2 Índice de contracción de poros (PSI) 31 4.4 Permeabilidad de aire en función de las distintas densidades 32 aparentes 5 DISCUSIÓN DE LOS RESULTADOS 37 5.1 El secado y la humectación de los suelos 37 5.2 Aspectos cuantitativos del suelo en función de la densidad 38 aparente 5.2.1 Porosidad 38 5.2.2 Contracción 41 5.2.2.1 Coeficiente de elasticidad lineal (COLE) 42 5.2.2.2 Índice de contracción de poros (PSI) 44 5.3 Aspectos funcionales del suelo en relación a la densidad 45 aparente 5.3.1 Permeabilidad de aire 45 6 CONCLUSIONES 47 III 7 BIBLIOGRAFIA 48 ANEXOS 56 IV INDICE DE CUADROS Cuadro 1 Página Requerimientos de suelo para las diferentes densidades 18 aparentes 2 Pesos y presiones utilizados para alcanzar las distintas 19 densidades aparentes 3 Caracterización del suelo estudiado 26 4 Caracterización de los distintos componentes de la ecuación de 35 Ball et al. (1988) y el Índice de poros bloqueados (𝜀 b) en función de las distintas densidades aparentes 5 Definición del grado de expansión-contracción del Coeficiente de Elasticidad Lineal 43 V INDICE DE FIGURAS Figura 1 Página Diagrama esquemático para la curva típica de la contracción 9 con cuatro zonas de contracción 2 Permeamómetro de aire 20 3 Determinación de la deformación vertical de una muestra de 24 suelo por medio de un profundímetro 4 Curvas de retención de humedad para las distintas densidades 27 aparentes 5 Distribución volumétrica del tamaño de los poros para las 28 distintas densidades aparentes 6 Curvas de contracción para las distintas densidades aparentes 29 de suelo 7 Coeficiente de elasticidad lineal en función de la densidad 30 aparente 8 Índice de contracción de poros vs distintos tamaños de poros, 31 para cada una de las distintas densidades aparentes evaluadas 9 Permeabilidad de aire de las distintas densidades aparentes 33 según la tensión 10 Permeabilidad de aire (Ka) en función de la fracción de poros 34 con aire (𝜀a) para cada una de las distintas densidades aparentes analizadas 11 Índice de poros bloqueados (𝜀b) en función de las distintas 35 densidades aparentes 12 N en función de las distintas densidades aparentes 36 VI INDICE DE ANEXOS Anexo 1 Página Test de Próctor para determinar la humedad necesaria para 57 alcanzar la máxima densidad aparente 2 Tabla de datos para la curva de retención de humedad de los 57 distintos tratamientos 3 Tabla para la distribución volumétrica de los distintos tamaños 58 de poros para cada uno de los diferentes tratamientos 4 Gráfico de Distribución volumétrica de los Poros de Drenaje 58 Rápido (PDR), para los distintos tratamientos sin considerar las muestras estructuradas 5 Gráfico de Distribución volumétrica de los Poros de Drenaje 59 Lento (PDL), para los distintos tratamientos sin considerar las muestras estructuradas 6 Gráfico de Distribución volumétrica de los Poros de Agua Útil 59 (PAU), para los distintos tratamientos sin considerar las muestras estructuradas 7 Gráfico de Distribución volumétrica de los Poros de Agua Inútil 60 (PAI), para los distintos tratamientos sin considerar las muestras estructuradas 8 Tabla de datos para las curvas de contracción 60 9 Valores de porosidad total para ser evaluados por COLE 61 10 Tabla de PSI para los distintos tipos de poros 62 11 Tabla para Ka para las distintas tensiones a las que fueron 62 sometidas las muestras 12 Fracción de poros con aire para las distintas tensiones 62 13 Análisis de varianza para determinar diferencias estadísticas en 63 las Curvas de Retención de Humedad 14 de varianza para COLE, evaluado para la porosidad total 63 15 Análisis de varianza para PSI 64 16 Análisis de varianza para la permeabilidad de aire 65 VII 17 Análisis de varianza para determinar diferencias estadísticas de 66 las rectas de la Ecuación de Ball 18 Análisis de varianza para determinar la regresión de la 66 permeabilidad de aire a una tensión de 60 hPa 19 Análisis de varianza para determinar la regresión de la 66 permeabilidad de aire a una tensión de 150 hPa 20 Análisis de varianza para determinar la regresión de la 67 permeabilidad de aire a una tensión de 330 hPa 21 Análisis de varianza para determinar la regresión de la permeabilidad de aire a una tensión de 500 hPa 67 1 RESUMEN El objetivo general de esta investigación fue determinar en laboratorio el efecto de la densidad aparente sobre propiedades físicas en muestras estructuradas y muestras homogenizadas a distintas densidades aparentes, tales como la curva de retención de humedad, la permeabilidad de aire y la contracción. Se analizaron muestras no disturbadas y muestras ensambladas a distintas densidades aparentes (desde 0,8 a 1,1 g cm-3) de un suelo de la serie Cudico. Se determinó la curva de retención de humedad (pF), la curva de contracción y la permeabilidad de aire (Ka). Para la determinación de la curva pF y contracción, las muestras se saturaron lentamente para después ser sometidas a un drenaje a distintas tensiones (-10, -20, -30, -60, -150, -330 y -500 hPa) y luego ser secadas al aire y a temperaturas de 60ºC y 105ºC, en ambos casos por 24 horas; en el caso de la permeabilidad de aire, sólo se realizaron las mediciones a -60, -150, -330 y -500 hPa de tensión de agua. Las curvas de retención de humedad muestran que, a medida que aumenta la densidad aparente de las muestras, estas experimentan una disminución de la porosidad gruesa mientras que la proporción de la porosidad media y fina tiende a aumentar. A partir de los resultados obtenidos se desprende que la contracción se ve disminuida con un aumento en la densidad aparente, así como la permeabilidad de aire. El suelo no es un medio rígido, sino que se contrae cuando se ve afectada por la pérdida de agua. Esto se traduce en un reordenamiento de las partículas de suelo, lo que provoca una reducción de los poros con aire, cambios en la permeabilidad de aire, reducción en los índices de contracción y una redistribución de la porosidad. 2 SUMMARY The general mission of this investigation was to determine in laboratory the effect of the bulk density on physical properties in structured samples and homogenized samples to different bulk density, such as the curve of humidity retention, the air permeability and the shrinkage. Samples undisturbed were analyzed and assembled samples to different bulk density (from 0.8 to 1.1 g cm-3) of a ground of the Cudico‟s series. One determined the curve of humidity retention (pF), the curve of shrinkage and the air permeability (Ka). For the determination of the curve pF and shrinkage, the samples were saturated slowly later to be put under a drainage to different tensions (- 10, -20, -30, -60, -150, -330 and -500 hPa) and soon to be dried from the air and to temperatures of 60ºC and 105ºC, in both cases by 24 hours; in the case of the air permeability, the measurements to -60, -150 were only realised, -330 and -500 hPa of water tension. The curves of humidity retention show that, as increases the bulk density of the samples, these undergo a diminution of the heavy porosity whereas the proportion of the average and fine porosity tends to increase. From the obtained results one follows that the shrinkage is fallen with an increase in the bulk density, as well as the air permeability. The ground is not rigid means, but it is shrinkage when it is affected by the loss of water. This is translated in a reordering of ground particles, which brings about a reduction of pores with air, changes in the air permeability, reduction in the shrinkage indices and a redistribution of the porosity. 3 1 INTRODUCCION Para un óptimo rendimiento de los cultivos agrícolas, siempre es necesario preocuparse de algunos factores como la fertilización química, aspectos físicos del suelo y la microbiología. La agricultura tradicional, sin embargo, se ha ocupado principalmente de los aspectos químicos del suelo, obviando su parte física, sustentada por un sistema trifásico compuesto de agua, aire y sólidos, donde el mejor establecimiento y rendimiento de las plantas esta dado por un buen equilibrio de estos tres componentes. El arreglo entre las partículas del suelo (arcilla, limo y arena), la actividad biológica, materia orgánica y otros cementantes, en combinación con el clima (ciclos de mojado y secado del suelo), dan como resultado la estructuración del suelo, generando un espacio físico para el arraigamiento de las plantas. Propiedades físicas del suelo como la densidad aparente, porosidad, continuidad y tortuosidad de los poros son muy importantes para que el suelo pueda cumplir con funciones como: 1) permitir el anclaje de las raíces; 2) almacenar agua, aire y nutrientes y 3) regulación de ciclos biogeoquímicos, entre otras. La estructura del suelo cambia constantemente, ya sea por factores externos como la compactación e internos como la contracción. La actividad agrícola hace que el espacio físico para el arraigamiento de las plantas se vea afectado por diferentes motivos en diferentes épocas del año. Por ejemplo, arar el suelo provoca que se pierda la estructura, rompiendo la continuidad del sistema poroso, disminuyendo su densidad aparente y cambiando las proporciones de porosidad ya existentes; un pastoreo de una pradera va a provocar un asentamiento del suelo aumentando su densidad aparente, disminuyendo la cantidad de macroporos del suelo, por lo que el espacio de arraigamiento para las plantas se hace menor. Al cambiar las condiciones imperantes en el suelo, también se van a ver alteradas algunas de sus propiedades. Al aumentar la cantidad de macroporos también va a 4 aumentar la capacidad del suelo de conducir agua y aire. La contracción del suelo será mayor, ya que tendrá más espacio para retraerse, en la medida que disminuya la cantidad de agua en el suelo. Esto puede ser favorable o no dependiendo del manejo que se le quiera dar. Muchos macroporos van a permitir un buen intercambio gaseoso, pero una gran cantidad de agua no será aprovechada por las plantas; una gran capacidad de contracción va a permitir que el asentamiento del suelo sea más rápido. Estos cambios en la estructura ocurren a lo largo del periodo de cultivo o pastoreo y tienen un efecto sobre la disponibilidad de agua, aire y calor en el suelo. Debido a lo anteriormente expuesto, es necesario caracterizar como los cambios en la densidad aparente influyen sobre otros parámetros de suelo que son importante para los cultivos vegetales, como la capacidad de almacenar agua y aire, entre otros. La hipótesis planteada para la presente investigación es la siguiente: Un incremento en la densidad aparente del suelo provoca: - Una disminución en el volumen de los poros, que se manifiesta de distintas formas dependiendo de su diámetro equivalente. - Una reducción de la capacidad del suelo para conducir aire. - Un incremento en la rigidez de los poros del suelo (menor capacidad de contracción). - Por otro lado, se espera que la estructuración del suelo se traduzca en una mayor funcionalidad de los poros (mayor capacidad de conducción). El objetivo general de esta tesis es caracterizar en laboratorio las propiedades hidráulicas en muestras homogeneizadas y no disturbadas a distintas densidades aparentes de un suelo rojo arcilloso de la Región de los Ríos. El objetivo específico es determinar el efecto de la densidad aparente sobre i) la curva de retención de agua y la distribución de poros, ii) la permeabilidad de aire y iii) la capacidad de contracción del suelo. Tesis financiada por el Proyecto Fondecyt 11060130. 5 2 REVISION BIBLIOGRAFICA 2.1 El suelo como medio poroso El suelo es un medio poroso que presenta una fase sólida, liquida y gaseosa (BEAR, 1972). En este cuerpo trifásico se produce el almacenamiento y transporte de fluidos como el agua, el aire y el calor (HILLEL, 1998). Las tres fases del suelo están representadas como sigue: la fase sólida representa la matriz del suelo; la fase líquida está representada por el agua presente en el suelo, la que contiene sustancias disueltas, y también es conocida como solución de suelo; y la fase gaseosa, que corresponde a la atmósfera del suelo (HILLEL, 1998). La fase sólida del suelo es capaz de adsorber agua y nutrientes, intercambia iones con la fase líquida y alterna el hinchamiento y la contracción si se humedece o seca, así como también alterna los fenómenos de floculación y dispersión de suelo (HILLEL, 1998). La porosidad del suelo es el volumen de aire y agua contenido en una unidad de volumen de suelo (NARRO, 1994). El sistema poroso de un suelo puede ser caracterizado por la distribución del tamaño de sus poros, la cual se calcula comúnmente con la capacidad especifica de retener agua (DURNER, 1994). Una forma de clasificar la distribución de la porosidad en el suelo sería de acuerdo al tamaño de estos. Los poros finos o microporos presentan un diámetro menor a 0,2 m y se les denomina poros de agua inútil (PAI). Los poros de agua útil (PAU) tienen diámetros que van desde los 0,2 m a 10 m. Los poros de drenaje lento (PDL) varían entre los 10 y 50 m, y los poros de drenaje rápido (PDR) son todos aquellos mayores a 50 m (Ellies et al., 1982; Kehr, 1983; Álvarez, 1984; Mihovilovic, 1984, citados por MONREAL, 1992). 6 El medio poroso se evalúa a través de su volumen o cómo se distribuyen los poros, pero también de acuerdo a la capacidad que tengan para transmitir fluidos, como el agua o los gases. Los aspectos funcionales del sistema poroso se pueden medir a través de la conductividad o permeabilidad de agua y/o aire. La conductividad depende de las cualidades del suelo y del fluido, mientras que la permeabilidad (también conocida como permeabilidad intrínseca) se considera como una característica exclusiva del material (DÖRNER y HORN, 2006). La distribución del espacio poroso es importante para la economía de aire y agua en el suelo. Los poros finos retienen agua con tal fuerza que esta no está disponible para las plantas, en los poros de tamaño intermedio se retiene el agua disponible para las plantas, y en los poros gruesos el agua percola, por lo tanto este espacio está libre de agua y facilita la aireación (Stallings, 1962; Taylor y Ashccroft, 1972; Kramer, 1983 citados por MONREAL, 1992). La importancia relativa de estos poros depende del tipo de cultivo, condiciones climáticas, posición del nivel freático y posibilidades de riego. Donde el agua puede obtenerse por lluvia o riego, los poros de almacenamiento de agua no son tan importantes, pero sí lo son los poros de aireación. En zonas con poca precipitación, los poros de almacenaje son vitales, y también es necesario tener suficientes poros grandes para obtener una adecuada infiltración (GAVANDE, 1991). 2.2 Densidad aparente La densidad aparente de un suelo es la relación entre la masa de los sólidos y el volumen total que estos ocupan, es decir, se incluye el espacio poroso existente entre las partículas. Como los suelos están compuestos por partículas individuales, no se produce un relleno total del volumen con sustancias sólidas. Debido a ello la densidad aparente es menor que la densidad del mineral (HARTGE y HORN, 1991; NARRO, 1994). Desde el punto de vista agrícola, valores más bajos de densidad aparente, se asocian con mejores condiciones para el establecimiento de los cultivos (NARRO, 1994). 7 Terzaghi y Peck (1963) y Taylor (1969), citados por MONREAL (1992), afirman que al compactar un suelo se produce una reducción de sus vacíos, como consecuencia, ocurren cambios de volumen, es decir, el suelo se deforma. Esta deformación está dada por una reorganización de las partículas debido al deslizamiento entre ellas. Según PALMA (1996), un cambio en la porosidad se manifestará con un aumento en la densidad aparente del suelo, provocando una disminución de la porosidad gruesa y aumentando los poros pequeños del suelo, esto motivado principalmente por el pisoteo animal, ya que en suelos con cultivos permanentes este efecto no se aprecia ya que el laboreo enmascara los eventuales cambios en la porosidad. Según MONREAL (1992), a medida que aumenta la densidad aparente del suelo, la responsable de la porosidad es la textura del suelo, ya que al aumentar la densidad aparente se provoca una destrucción de los agregados y un aumento de las partículas pequeñas. Un aumento en el valor de la densidad aparente refleja una disminución en el espacio poroso existente, un incremento en la conductividad térmica, también incrementa la compactación y la resistencia a la penetración. Este incremento puede ser causado por la disminución de la materia orgánica, la degradación de los agregados del suelo o la aplicación de una fuerza que reduzca el espacio poroso (NARRO, 1994). 2.2.1 Efecto de la densidad aparente sobre aspectos cuantitativos del suelo. Según BAVER et al. (1973), la compactación del suelo se define como el incremento de la densidad aparente producto de una carga aplicada sobre él. Este efecto compactante produce una reducción de los vacíos (pérdida de volumen de suelo) principalmente de los macroporos. Este proceso es posible gracias a un reordenamiento de las partículas de suelo y a la fractura de éstas, o bien a la ruptura de sus ligaduras (Terzaghi y Peck, 1963;Taylor, 1969; Sowers y Sowers, 1972, citados por PASQUALETTO, 1993; DREWRY, 2006). La contracción del suelo es un cambio en el ordenamiento interno de las partículas del suelo, inducidas generalmente por procesos de tensión interna del suelo. Por lo tanto, 8 los manejos físicos y químicos del suelo desempeñan un papel importante en el comportamiento de la contracción del suelo (PENG y HORN, 2005). 2.2.1.1 Efecto de la densidad aparente sobre la curva de retención de agua (pF) y distribución de poros. Un indicador de la calidad de suelo es el espacio poroso y la distribución de los poros por tamaño. En el espacio poroso se acumulan las reservas de agua y en él se producen el intercambio metabólico de las plantas. En la porosidad gruesa penetran las raíces donde explorarán por agua, aire y nutrientes. Interesa que el suelo tenga un alto volumen de estos poros; este tipo de porosidad en los suelos de textura fina depende exclusivamente de la estructura (ELLIES, 1999). SOANE et al. (1981) sostienen que la compactación altera el volumen y la estructura de los poros del suelo. Reduce el tamaño y el número de los macroporos, afectando su forma y su continuidad. Modifica el estado de agregación y las interacciones existentes entre las fases sólida, líquida y gaseosa, disminuyendo la conductividad, permeabilidad y difusión del agua y aire a través del sistema poroso. 2.2.1.2 Efecto de la densidad aparente sobre la curva de contracción. La contracción de suelo está definida por un cambio de volumen específico del suelo en relación con el contenido de agua. Las características de la contracción son consideradas como un indicador de la estructura y de la estabilidad del suelo (Haines, 1923; Stirk, 1954, Tempany, 1917; Haines, 1923; Lauritzen y Stewart, 1941, citados por BOIVIN et al., 2006). La curva de contracción presenta cuatro zonas características, las que se van formando a medida que el suelo se va secando. Estas cuatro zonas son: I) contracción estructural, II) contracción proporcional, III) contracción residual y IV) cero contracción. En la contracción estructural y residual, la reducción del volumen ocurre en menor medida que la pérdida de agua. En la contracción proporcional, la pérdida de volumen de suelo es igual a la perdida de agua. En la cero contracción, no hay un cambio en el volumen de suelo, pero si hay una pérdida del agua residual del suelo (McGarry y Malafant (1987); Tariq y Durnford (1993), citados por PENG y HORN, 2005). 9 Bronswijk y Evers-Vermeer (1990), citados por SANDER y GERKE (2007) afirman que la curva característica de contracción de un suelo describe, cuantitativamente, el cambio de volumen de un suelo contra el contenido de agua, expresado por el cociente de humedad (volumen de agua/volumen de sólidos) y el cociente de vacío (volumen de vacíos/volumen de sólidos). 3,50 1 Cociente de Vacíos [-] 3,00 2 2,50 3 2,00 1,50 4 1,00 0,50 0,00 0,00 0,50 1,00 1,50 2,00 2,50 3,00 Cociente de Humedad[-] FIGURA 1 Diagrama esquemático para la curva típica de la contracción con cuatro zonas de contracción. 1.- Contracción estructural. 2.Contracción proporcional. 3.- Contracción residual. 4.- Cero contracción. FUENTE: adaptado de PENG y HORN (2005) El conocimiento de la contracción de suelo mejora la compresión y la predicción de características hidráulicas no saturadas de los suelos (PENG y HORN, 2005). Las características de la contracción del suelo pueden influenciar directamente las características mecánicas e hidráulicas de este, cambiando el espacio y la geometría de los poros (Braudeau y Mohtar, 2004; Garnier et al., 1997; Giraldez y Sposito, 1985; Tuller y Or, 2003; Kim et al., 1999; Philip, 1969; Smiles, 2000; Chertkov, 2004; citados por SANDER y GERKE, 2007). 10 DEC et al. (2008) determinaron que un aumento en la densidad aparente afecta la capacidad de contracción de un suelo Luvisol. Una mayor contracción se produjo en las muestras con una menor densidad aparente, provocado principalmente por una disminución de la porosidad gruesa. PENG et al. (2009), dividen en dos tipos a los poros del suelo: poros rígidos y poros no rígidos, y son estos últimos los que se ven sometidos a las tensiones internas y externas del suelo, provocando la contracción. Los poros no rígidos también están sometidos a las mismas tensiones, pero la contracción que en ellos se produce es despreciable para ser considerada importante dentro de la curva de contracción. 2.2.2 Efecto de la densidad aparente sobre aspectos funcionales del sistema poroso. La densidad aparente está directamente relacionada con la estructura del suelo, y por lo tanto depende de los mismos factores. La densidad aparente presenta limitaciones importantes a la hora de caracterizar el medio poroso, ya que no permite obtener información relacionada con el tamaño de los poros, su continuidad o sobre fuerzas que dieron lugar a una estructura específica (INGARAMO et al., 2003). Es por ello que se utilizan mediciones de conductividad de agua y permeabilidad de aire para evaluar en efecto del manejo sobre la estructura del suelo. Según Baer (1972), citado por DÖRNER y DEC (2007), la permeabilidad tiene una estrecha relación con factores geométricos del suelo como la porosidad total, la distribución de los poros por tamaño, la forma del sistema poroso, la continuidad y tortuosidad de los poros del suelo. Estos factores geométricos, caracterizados muy bien por la permeabilidad de aire, son susceptibles a los cambios estructurales del suelo, por lo que son un buen parámetro para evaluar la calidad física de un suelo (DÖRNER y DEC, 2007). 2.2.2.1 Efecto de la densidad aparente del suelo sobre la conductividad hidráulica. La conductividad hidráulica o la habilidad del suelo para transmitir agua controla el movimiento del agua hacia las raíces de las plantas, la entrada de agua en el suelo y el flujo de agua de drenaje, entre otras situaciones (DIRKSEN, 1999). Esta depende de la cantidad, distribución de poros (SCHEFFER Y SCHACHTSCHABEL, 1976; MARKOWITZ, 1968) y la continuidad y tortuosidad de los mismos (DÖRNER y 11 DEC, 2007). Es por esto que la conductividad hidráulica varía de un sitio a otro, y también difiere para las distintas orientaciones del suelo (ELLIES et al., 1997). El transito producido por maquinaria o animales sobre el terreno agrícola provoca compactación, cambiando la morfología, orientación y magnitud del sistema poroso, lo que también provoca un cambio en la conductividad hidráulica del suelo (Hartge y Ellies 1990, citados por ELLIES, 1997). JANSSEN et al. (2004) afirman que un suelo con una menor densidad aparente tienen una percolación de agua más rápido cuando se le mide la conductividad hidráulica. Además, con un aumento del tiempo de percolación del agua se lixivian elementos cementantes que podrían provocar un desplazamiento de partículas y obstruir los poros. DEC et al. (2008), afirman que la conductividad hidráulica saturada decrece con un incremento de la densidad aparente, como respuesta al pequeño volumen de poros gruesos existentes en muestras disturbadas. La obtención de datos confirmó que valores más bajos de conductividad hidráulica saturada coincidían con las muestras que presentaban mayores densidades aparentes, consecuencia de una disminución en el volumen de poros y su continuidad (DEC et al., 2008; RAMIREZ et al., 2005). 2.2.2.2 Efecto de la densidad aparente sobre la conductividad de aire. El espacio entre las partículas primarias del suelo nunca está vacío, cuando no contiene agua está lleno con aire. Este aire puede estar en contacto directo con la atmósfera, o bien puede estar rodeado de partículas de suelo o meniscos de agua (HARTGE y HORN, 1991). La capacidad que tiene el suelo de almacenar o conducir aire depende de la textura. En un suelo arenoso esta corresponde al 25% o más del volumen total del suelo. En suelos con texturas más finas, como los arcillosos, esta sólo representa un 10% del total del volumen de suelo. Cuando en un suelo estructurado, su estructura se rompe producto de procesos físico-químicos o por fuerzas mecánicas externas, el volumen de aire se puede reducir hasta un 5% del total de volumen de suelo (HILLEL, 1998). 12 El proceso de aireación del suelo es un factor importante en su productividad (HILLEL, 1998). En condiciones de aireación restringida, la producción de cultivos en el campo está en función de ella, esto ocurre cuando la aeración está por debajo de un valor crítico para la planta y condiciones del suelo. El valor crítico para cada planta depende de las condiciones físicas del suelo: temperatura, cantidad de agua en el suelo y compactación del mismo; también hay que considerar algunos factores químicos y biológicos (GAVANDE, 1991). DEC (2006) afirma que la permeabilidad de aire decrece de forma exponencial a medida que aumenta la densidad aparente de un suelo Luvisol, y que las diferencias en la permeabilidad de aire dependen de la tensión de agua presente en el suelo. En un suelo Luvisol, DÖRNER y DEC (2007) afirman que la permeabilidad de aire de las muestras analizadas cambia en profundidad cuando existe un manejo convencional del sitio de muestreo, como consecuencia de la formación de un pie de arado (incremento en la densidad aparente). 2.3 Efecto de ciclos de humectación-secado, la actividad biológica y la macrofauna del suelo sobre la estructura La estabilidad de los agregados en el suelo depende de características como la presencia de materia orgánica, las arcillas (cantidad y tipo) y los óxidos. El carbono orgánico tiene un mayor efecto sobre los macroagregados del suelo, mientras que los sesquióxidos de fierro y aluminio tienen mayor injerencia sobre los microagregados del suelo (Oades, 1984; Yao et al., 1990; Zhang et al., 1996; citados por ZHANG y HORN, 2000). La estabilidad de los agregados del suelo es más bien estacional, los agregados son menos estables en invierno y aumentan su estabilidad cuando tienen menos agua. Estas variaciones ocurren sin importar si hay tratamientos de residuos, el tipo de suelo o el sistema de cultivo. Son dos los factores que controlan estas fluctuaciones, el clima y la incorporación de la materia orgánica. El clima pude influenciar directamente la estabilidad de los agregados con su acción en la humedad del suelo, e indirectamente 13 con el estímulo estacional de la actividad microbiana (Perfect et al., 1990; Angers et al., 1999; citados por CONSENTINO et al., 2006). 2.3.1 Efectos del secado y la humectación. Durante la formación de los agregados a través de ciclos de mojado y secado se produce un reordenamiento de las partículas generando estructura lo que depende del número y la intensidad de los procesos de hinchamiento y contracción, de la estabilidad mecánica y la presencia de componentes orgánicos, afectando así la resistencia de los agregados (HALLET et al., 2001; HORN, 2002). Posteriormente, debido a sucesivos procesos de mojado (hinchamiento) y secado (contracción) se van generando tensiones que inducen la formación de grietas, primero en forma de bloques y posteriormente en bloques subangulares (HORN, 2002). El suelo presenta varios cambios en el ámbito físico, químico y biológico, lo que implica cambios en la estructura del suelo, la materia orgánica y la microflora del suelo. Los efectos sobre la estabilidad del suelo aun están un poco confusos, ya que el efecto del secado sobre el suelo no es uniforme y ocurre a distintas tensiones, provocando que el suelo se contraiga y se formen grietas (Soulides y Allison, 1961; Sorensen, 1974; Utomo y Dexter, 1982; citados por DEFNER et al., 2001). Según DEFNER et al. (2001), con datos obtenidos por Paustian et al. (1999), encontraron una disminución en la agregación del suelo arado en comparación de suelos no arados, unido a esto también encontró un menor valor de materia orgánica en suelos arados. Estas observaciones indican una interrelación entre la intensidad de labranza, ciclos de secado y humectación y la materia orgánica del suelo. Baumgartl (2002); Peng et al., (2005); Peng y Horn (2005), citados por SEGUEL (2006) afirman que el secado y la humectación favorecen la formación de estructura, cada vez más fuerte, cuando son ciclos que ocurren muy a menudo. La contracción normal inicial da lugar siempre a disminución irreversible del espacio poroso y un aumento en la densidad aparente, los ciclos repetidos de secado y humectación se pueden detectar por un comportamiento elástico estructural de la contracción que se puede relacionar 14 con la intensidad máxima del presecado y se puede determinar como la tensión del presecado equivalente a la tensión de la precompresión. 2.3.2 Efectos de los microorganismos del suelo. Los microorganismos del suelo en asociación con raíces de plantas de cultivo pueden ayudar a reconstruir la estructura del suelo en un cierto periodo de tiempo. Intervenciones humanas, tales como la pasada de un arado en el suelo, provocan cambios drásticos en éste; sin embargo, existen algunas plantas con capacidad de arraigo agresivo, que pueden tener efectos rápidos y beneficiosos sobre la estructura del suelo, incluso en situaciones muy degradadas. Diversos organismos, tales como hongos basidiomicetes, pueden estabilizar y realzar la estructura del suelo, mientras que sistema radical juega un papel complementario importante inyectando el carbón en el suelo (UPHOFF et al., 2006). 2.3.3 Efectos de la macrofauna del suelo. El deterioro de las propiedades físicas del suelo puede hacer colapsar su estructura. Después de esto, la recuperación de las características fiscas del suelo no es posible sin la intervención de la flora y fauna (incluido el hombre) que crean las condiciones necesarias para restaurar la integridad estructural del suelo (UPHOFF et al., 2006). La estructura del suelo se puede mejorar por las actividades de la variada fauna existente en el suelo, que crea un ambiente más hospitalario para el crecimiento vegetal, y con este crecimiento se sigue contribuyendo al proceso de la mejora de suelo. Un número de especies, particularmente gusanos, las termitas, los escarabajos, y las hormigas, conocidas colectivamente como macrofauna, son parte importante de la cadena alimenticia del suelo y juegan un papel crucial en el rol de “ingenieros del ecosistema” (UPHOFF et al., 2006). 2.4 Efecto del secado y humectación sobre el paso de fluidos a través del suelo Un cambio en el volumen de suelo, o compactación de suelo, o el aumento de la densidad aparente de este, provoca que existan líneas de flujo preferencial para el tránsito de fluidos a través del suelo, ya sea en forma vertical u horizontal (DÖRNER y DEC, 2007; STORMONT, 1995). 15 PENG et al. (2007), afirman que los ciclos de secado y humectación en los suelos ocurren de forma natural en el suelo, afectando la estructura de los poros con el estrés hidráulico. Un incremento en la densidad aparente de los suelos no sólo afecta la distribución de la porosidad y la capacidad de contracción de los suelos, sino que también la habilidad de transmitir fluidos en fase no saturada (DEC et al., 2008). ANTIPA (2009) también afirma que el movimiento de las partículas solidas y su reordenamiento después haber sometido las muestras a ciclos de secado y humectación, producen una disminución en el paso de aire a través de las muestras. Finalmente, PENG et al. (2007) encontraron que existe una disminución de la porosidad cuando los suelos son sometidos a ciclos de secado y humectación, particularmente en suelos que son más orgánicos. 16 3 MATERIAL Y MÉTODO 3.1 Materiales El estudio se realizó con suelo rojo arcilloso de la serie Cudico. Para lograr los objetivos del presente trabajo, se trabajó con dos tipos de muestras: no alteradas y disturbadas a distintas densidades aparentes. 3.1.1 Suelo y manejo agronómico. Según IREN-UACH (1978), la serie Cudico deriva de material metamórfico de la costa o de cenizas volcánicas pleistocénicas depositadas sobre materiales metamórficos. Estos suelos presentan pendientes onduladas o escarpadas, predominado la topografía ondulada a quebrada. La serie Cudico corresponden a antiguos depósitos de cenizas volcánicas sobre sedimentos marinos de la formación Chol-Chol. Se presentan en forma de terrazas disectadas y erosionadas, lo que conforma un paisaje de lomas, con una altura de de 60 – 90 m.s.n.m. Son suelos moderadamente profundos a profundos de colores pardo oscuro en superficie a pardo rojizo en profundidad; presenta textura más bien fina, son bien estructurados, con bloques subangulares hasta 44 cm y prismática en profundidad; son suelos duros, firmes, plásticos y adhesivos. El arraigamiento es bueno hasta los 45 cm aprox., siendo las raíces aisladas en profundidad (IREN UACH, 1978). Los suelos de esta serie se encuentran en la comuna de La Unión, Provincia del Ranco, Región de Los Ríos, y ocupan una superficie de 13402 hectáreas (IRENUACH, 1978). Durante la recolección de las muestras, el manejo del suelo correspondía a una pradera compuesta de una mezcla de ballica italiana (Lolium multiflorum) con avena (Avena strigosa), la que fue sembrada en Marzo de 2006, y usada principalmente para pastoreo de animales vacunos. 17 3.1.2 Material de laboratorio. Para el análisis de las muestras en el laboratorio se usaron bandejas de arena para obtener los valores de tensión entre -10 y -60 hPa de tensión de agua. También se utilizaron platos de cerámica que se introdujeron dentro de ollas de presión para tensiones más altas entre -150 y -15430 hPa. Para el ensamblaje de las muestras con las distintas densidades aparentes, se ocupó un tamiz de 2 mm de malla en el cual se homogenizó el suelo, que fue previamente secado a 30ºC en una sala acondicionada para tal efecto. En el caso de las mediciones de contracción, se utilizó un profundímetro (0,05 mm de precisión) con un cilindro de acrílico que va por fuera de la muestra, con el fin de medir en los mismos puntos la contracción vertical que sufre la muestra. Para la permeabilidad de aire se utilizó el permeamómetro de aire (Figura 2). 3.2 Método Las muestras fueron analizadas en el Laboratorio de Física de Suelos Profesor Dr. Achim Ellies Sch. del Instituto de Ingeniería Agraria y Suelos, perteneciente a la Facultad de Ciencias Agrarias de la Universidad Austral de Chile. 3.2.1 Recolección de las muestras. Se recolectaron muestras disturbadas y no disturbadas de suelo. Las muestras no disturbadas se extrajeron en cilindros de 250 cm3 a una profundidad entre 10 y 20 cm. Con estas muestras se determinó la curva de retención de agua (curva pF), la curva de contracción y la permeabilidad de aire (cada una con 6 repeticiones). Una vez que las muestras fueron recolectadas, estas se envolvieron en alusa plástica, para evitar que pierdan humedad durante el viaje. Luego, fueron embaladas en cajas cerradas de madera y aluminio especialmente acondicionadas, para evitar que el movimiento del traslado afecte los cilindros con las muestras no disturbadas. Para las muestras disturbadas se recolectó suelo en baldes, donde se consideró una profundidad de hasta 20 cm. 18 3.2.2 Armado de las muestras. Para el caso de las muestras disturbadas, estas fueron confeccionadas a partir de suelo seco tamizado a 2 mm. El suelo, una vez tamizado, fue pesado y separado según los distintos requerimientos de cada suelo para cada una de las distintas densidades aparentes (Cuadro 1). Las muestras se humectaron a 20% (bss) para alcanzar la máxima compactación de las muestras. Esto fue determinado previamente mediante un Test de Próctor (ANEXO 1), realizado a este tipo de suelo antes de ensamblar las muestras en los cilindros. CUADRO 1 Requerimientos de suelo para las diferentes densidades aparentes (cilindros de 250 cm3). Densidad aparente (g cm-3) Suelo 0,8 0,9 1,0 1,1 Seco (g) 200 225 250 275 Húmedo (g) 240 270 300 330 Por ejemplo, como se presenta en el Cuadro 1, para alcanzar una densidad aparente de 0,9 g cm-3 fue necesario pesar 225 g de suelo seco, y al humectarlo al 20%, su peso aumenta a 270 g. El llenado de los cilindros se hizo a través de distintas capas o estratos los que se distribuyeron en forma homogénea en ocho partes, en función del peso según las distintas densidades aparentes. Una vez que la cantidad de suelo determinada se colocó en el cilindro, se procedió a nivelar el estrato de suelo con un pincel Nº 10, para asegurar que la presión ejercida hacia la capa de suelo sea homogénea, y por ende, la compactación; es por esto que se usa un cilindro compactador (Figura 2) que es el encargado de compactar las capas de suelo que se agregaron a los cilindros metálicos. La presión ejercida para compactar las muestras está determinada por tiempo, cada compactación duró tres minutos, tiempo suficiente para permitir un buen ensamblaje de las muestras. La compactación se realizó mediante un cilindro compactador, más el arco de soporte y los pesos de una máquina de corte que se utilizaron para este fin. Los pesos utilizados para las distintas densidades aparentes están especificados en el Cuadro 2. Este método está basado en el efectuado por DEMOND (1996). 19 CUADRO 2 Pesos y presiones utilizados para alcanzar las distintas densidades aparentes (cilindros de 250 cm3). Densidad aparente (g cm-3) Pesos (kg) Presión (hPa) 0,8 0,7 14 0,9 4 107 1,0 26 547 1,1 52 1067 Una vez que se efectuó esta operación, se repitió hasta que el cilindro se llene; una vez lleno, se pesó para asegurar que se ha alcanzado la densidad aparente deseada. Para comprobar la homogeneidad de las muestras ensambladas se determinó la permeabilidad de aire de cada una de ellas. 3.2.3 Caracterización general del suelo estudiado. Con el fin de caracterizar físicamente el suelo, se determinó la textura, la curva de retención de agua, la curva de contracción y la permeabilidad de aire de todas las muestras no disturbadas. En lo que respecta a la parte química, se determinó la materia orgánica y el pH. 3.2.3.1 Curva de retención de humedad (curva pF). Para la determinación de la curva pF se registró el contenido de agua a distintos niveles de saturación. Para lograr esto las muestras fueron saturadas lentamente con agua por capilaridad, para así evitar que el aire quede atrapado en los poros del suelo. Luego fueron equilibradas en bandejas de arena (-10, -20, -30 y -60 hPa por medio de control de columna de agua colgante), y ollas de presión (-150, -330, -500 y -15000 hPa). Una vez obtenido el contenido gravimétrico de agua (base masa) se determinó el contenido volumétrico en base a la densidad aparente registrada después de secar las muestras a 105ºC por 24 horas. La porosidad total del suelo y su distribución se determinó de acuerdo a HARTGE y HORN (1992). 3.2.3.2 Permeabilidad de aire (Ka). Esta propiedad del suelo se determinó por medio de un permeamómetro de aire (Figura 3). La Ka se midió cuando las muestras estaban equilibradas a potenciales mátricos de -60, -150, -330 y -500 hPa, por un método de 20 flujo constante de aire, donde se aplica una diferencia de presión menor a 1 hPa para permitir un flujo laminar ascendente constante a través de la muestra de suelo. 4 6 5 2 3 1 FIGURA 2 Permeamómetro de aire. 1.- Campana de vacío; 2.- Recipiente de la muestra; 3.- Recipiente de los pesos; 4.- Tabla graduada; 5.Manómetro inclinado; 6.- Manómetro. El equipo cuenta con una campana de vacío, donde se colocan las muestras. En el otro extremo existe un recipiente al cual se le irán agregando los pesos necesarios para producir la diferencia de presión y ejercer vacío, y así el paso del aire por el cilindro con suelo. Además, se cuenta con un manómetro inclinado que mide la diferencia de presión y con una tabla graduada que nos permite saber cuál es la cantidad de aire que pasa a través de la muestra. 21 Se controló la temperatura ambiente y la presión atmosférica, con el fin de determinar la densidad del aire al momento de las mediciones. Para el cálculo de la densidad del aire, se utilizó la siguiente fórmula: n Tn * p n * T (3.1) Donde 𝜌𝑙 = es la densidad del aire durante la medición [kg m-3] 𝜌𝑛 = es la densidad del aire en condiciones estándar (1013 mbar, 273,15º K) = 1,293 [kg m-3] 𝑇𝑛 = es 213,15º K = 0º C 𝑝 = es la presión atmosférica durante la medición [mbar] 𝑇 = es la temperatura durante la medición en [ºK] Una vez que conocida la densidad del aire, es posible calcular la conductividad del aire en el suelo: 𝐾𝑙 = 𝜌𝑙 ∗ 𝑔 ∗ (Δ𝑉 ∗ 𝑙 ∗ Δ𝑝 ∗ 𝐴) (3.2) Donde: 𝜌𝑙 = densidad del aire durante la medición [kg m-3] g = aceleración de gravedad = 9,81 [m s-2] Δ𝑉 = volumen de aire que fluye en la muestra durante el tiempo [m3] l = longitud del cilindro Δ𝑝 = diferencia de presión [hPa] A = area del cilindro [m2] 22 Como ahora ya está calculada la conductividad de aire, se pueden hacer los cálculos para la permeabilidad de aire, con la siguiente fórmula Ka Kl * 981* l 100 (3.3) Donde: ɳ = es la viscosidad Ka = es la conductividad de aire Kl = es la permeabilidad de aire l = es la densidad del aire durante la medición Con el fin de determinar la geometría del medio poroso, se determinó la relación entre Ka y 𝜀𝑎 tal como lo propone BALL et al. (1988): log(𝐾𝑎 ) = log 𝑀 + 𝑁 log(𝜀𝑎 ) (3.4) Ahuja et al. (1984), y Ball et al. (1988), citados por DÖRNER y DEC (2007) explican que M y N son parámetros empíricos. N es un índice de continuidad de poros que refleja el incremento de la permeabilidad del aire en función del aumento de los poros con aire. El mismo parámetro representa la disminución de la tortuosidad de los poros y del área superficial con el incremento de la fracción de poros disponibles para el flujo. Un índice que permite estimar el volumen de poros bloqueados (𝜀b) que no participan del flujo de aire por convección fue propuesto por BALL et al. (1988). Los autores mencionan que suelos que presentan una permeabilidad de aire igual o menor a 1 µm2 pueden ser considerados como impermeables; por lo tanto, el intercepto en la abscisa corresponde a un estimador de 𝜀 b, tal que: 𝜀𝑏 = 10(− log 𝑀)/𝑁 (3.5) 23 3.2.3.3 Curva de contracción. La determinación de esta curva se hizo en forma paralela a la determinación de la curva de retención de agua. Por lo tanto, junto con determinar el contenido de agua por medio de pesaje, se determinó la deformación vertical del suelo por medio del uso de un profundímetro. Una vez alcanzado los -500 hPa (último punto de la curva pF), las muestras fueron secadas al aire, a temperatura ambiente (seis mediciones), luego a 30ºC (cuatro mediciones), a 60ºC (dos mediciones) y una final a 105ºC. La contracción vertical del suelo fue medida con un profundímetro y un cilindro de acrílico externo a la muestra, como lo muestra la Figura 5. El cilindro externo aporta un soporte fijo que se usa como base de referencia para medir la deformación vertical siempre en los mismos puntos (Figura 4). PENG y HORN (2005) afirman que la mejor manera de registrar la contracción de un suelo es por medio de la curva de contracción, que permite conocer cómo cambia el volumen de poros en la medida que el suelo se seca. Para graficar esto es necesario conocer el cociente de vacios (e) y el cociente de humedad (ϑ), expresados de la siguiente manera: ℮= ϑ= 𝑣𝑓 (3.6) 𝑣𝑠 vw (3.7) vs Donde Vf es el volumen de poros; Vs es el volumen de sólidos y Vw es la cantidad de agua. Para el cálculo del volumen de sólidos (Vs), fue necesario saber la relación entre el peso (ss) seco de las muestras y la densidad real (dr) de las mismas, lo que se expresa de la siguiente manera: vs ss dr (3.8) 24 Para caracterizar la contracción del suelo se calcularon los parámetros COLE y PSI. El coeficiente de extensibilidad lineal (COLE), define la deformación unidimensional del suelo desde saturación a condiciones de menor humedad. Como el suelo va cambiando su volumen a medida que se seca, se toma como límite de mojado el estado saturado del suelo, y la magnitud de la contracción se va definiendo de acuerdo a los distintos tipos de poros que presenta el suelo (Grossman et al. 1968, citado por PENG et al., 2007). FIGURA 3 Determinación de la deformación vertical de una muestra de suelo por medio de un profundímetro. El COLE fue calculado de la siguiente manera: COLE = La − Lb L 105 0 C Donde La = es la longitud de la muestra en saturación Lb = Longitud de la muestra a una tensión determinada L105º C = es la longitud de la muestra seca al horno a 105º C (3.9) 25 Según lo expresado por PENG et al. (2007), la capacidad de contracción de los poros puede ser definida por el Índice de Contracción de Poros (PSI), que es la contracción del volumen de suelo cuando los poros llenos de agua comienzan a deshidratarse. La ecuación se presenta de la siguiente manera: PSIi = ∆V ti ∆V pi (3.10) Donde: ∆Vt = es la contracción de volumen del suelo ∆Vp = es la diferencia de volumen a medida que el poro pierde agua i = es el distinto tamaño de los poros (PDR, PDL, PAU, PAI) 3.2.4 Diseño estadístico del ensayo. Los tratamientos ensayados corresponden a un diseño experimental completamente al azar, con cuatro grupos de muestras y seis repeticiones cada una. Se realizó un análisis de varianza enteramente al azar y un test de Tukey con el programa SPSS versión 13.0, para determinar diferencias estadísticamente significativas. Para analizar las rectas de regresión de la permeabilidad de aire se realizó una comparación de rectas de regresión utilizando el programa StatGraphics Plus versión 5.1. 26 4 PRESENTACIÓN DE RESULTADOS 4.1 Características generales del suelo estudiado A continuación, se presenta una caracterización general del suelo estudiado (Cuadro 3). CUADRO 3 Caracterización del suelo estudiado. Textura MO pH arcillosa 6,5 DR -3 (%) Franco DA 5,6 -3 PT PDR PDL PAU PAI (g cm ) (g cm ) (%) (%) (%) (%) (%) 1,04 2,42 59,07 2,01 6,34 19,09 29,38 MO: materia orgánica; DA: densidad aparente; DR: densidad real; PT: porosidad total; PDR: poros de drenaje rápido; PDL: poros de drenaje lento; PAU: poros de agua útil; PAI: poros de agua inútil. Los valores obtenidos son característicos para un suelo de este tipo (Rojo arcilloso de la serie Cudico) según IREN-UACH (1978) y TOSSO (1985), en donde cabe destacar el bajo volumen de PDR (capacidad de aire) que presenta este suelo. 4.2 Curvas de retención de agua (pF) y distribución de poros en función las distintas densidades aparentes La figura 4 ilustra las curvas de retención de agua en función de la densidad aparente. Las muestras poseen una porosidad total (contenido de agua a pF=0) entre un 60 y 70%. En las muestras no disturbadas, la porosidad total alcanzó 59.07%. En las muestras disturbadas la porosidad total sufrió un alza con respecto a las muestras estructuradas (EST). Para el tratamiento de DA 0,8 g cm-3 el aumento de la porosidad total (PT) fue de 5,14 % (PT= 62,27%). La DA 0,9 g cm-3 fue la que presentó un mayor alza en la porosidad total, un 14,48%, alcanzó una PT= 69,08%. La DA 1,0 g cm-3 mostró un alza de 12,67% con respecto a las muestras EST, con una PT= 67,65 %; mientras que la DA 1,1 g cm-3 presentó un alza de 1,47%, con una PT= 59,96%. 27 80 Contenido de Agua [%Bv] 70 60 DA (0,8) 50 DA (0,9) 40 DA (1,0) DA (1,1) 30 EST 20 10 0 0 0,5 1 1,5 2 2,5 3 3,5 4 4,5 pF FIGURA 4 Curvas de retención de humedad para las distintas densidades aparentes; barras de error indican error estándar; n=6. DA (0,8)= densidad aparente 0,8 g cm-3; DA (0,9)= densidad aparente 0,9 g cm-3; DA (1,0)= densidad aparente 1,0 g cm-3; DA (1,1)= densidad aparente 1,1 g cm-3; EST= muestra estructurada. Mientras las muestras con DA 0,8 g cm-3 pierden gran volumen de agua a bajo valor de pF, lo contrario ocurre con las DA de 1,0 y 1,1 g cm-3 y también con el material estructurado. Estas diferencias se aprecian de mejor forma en la Figura 5, que presenta el porcentaje de distribución de poros. Las muestra de DA 0,8 g cm-3 presentan el mayor porcentaje de PDR (48%). Sin embargo tiene una menor proporción en el resto de los poros en comparación con las otras densidades. La muestra EST (no disturbada o estructurada) es la que presenta la mayor cantidad de PAU y PAI (32,31% y 49,73%, respectivamente). Aquellas muestras con una menor densidad aparente poseen un gran porcentaje de poros gruesos (PDR y PRL), como es el caso para DA 0,8 y 0,9 g cm-3. Las muestras con una densidad aparente mayor, incluida la muestra estructurada (EST), presentan un mayor porcentaje de porosidad más fina (PAU y PAI). 28 45 40 DA (0,8) DA (0,9) a DA (1,0) Volumen [%] 35 DA (1,1) 30 a a b EST 25 c b a d 20 a a b 15 b b 10 c c c c c d d 5 0 PDR (>50 µm) PDL (50-10 µm) PAU (10-2 µm) PAI (< 2 µm) Poros [-] FIGURA 5 Distribución volumétrica del tamaño de los poros para las distintas densidades aparentes. Las distintas letras indican diferencias estadísticamente significativas para el mismo tipo de poro en función de la densidad aparente (P ≤ 0,05). Barras de error indican error estándar, n=6 (PDR= Poros de Drenaje Rápido; PDL= Poros de Drenaje Lento; PAU= Poros de Agua Útil; PAI= Poros de Agua Inútil). Para los PAI se determinó que no existen diferencias estadísticas significativas entre las muestras DA 1,1 g cm-3 y EST. Estas últimas, a su vez, presentan diferencias con las demás muestras. Los PAI presentan valores altos, característicos de este tipo de suelos. PASQUALETTO (1993) obtuvo resultados similares trabajando con el mismo tipo de suelo. Además, se puede apreciar que la muestra EST tiene un comportamiento distinto de las demás muestras, ya que es la que presenta una menor cantidad de macroporos (PDR y PDL) respecto al resto de las muestras, incluso menos que aquella muestra armada que posee la misma densidad aparente (DA 1,0 g cm-3). Se presentan diferencias estadísticamente significativas entre el mismo tipo de poro en las densidades aparentes bajas; para las más altas no existen diferencias estadísticas en los PDR y PAI. 29 Cabe destacar que los mayores cambios se presentan en la porosidad gruesa, donde se aprecia la gran variación que existe a medida que la densidad aparente de las muestras va en aumento (ver Anexo 4). En este mismo caso (PDR), cuando se aumenta la densidad aparente, los cambios que sufre este tipo de porosidad se van haciendo menores, la cual presenta una disminución exponencial. En los otros tipos de poros, la tendencia es exactamente la contraria, ya que el porcentaje de poros aumenta junto con la densidad aparente de la las muestras (ver Anexo 5 y 6), y donde mejor se observa esta tendencia es en los PAI, acá la tendencia es al alza en forma lineal (ver Anexo 7). 4.3 Curvas de contracción en función de las distintas densidades aparentes La Figura 6 muestra las curvas de contracción en función de las distintas densidades aparentes. En general, se observa que en todos los tratamientos, incluido el material estructurado, ocurrió una contracción como consecuencia de la pérdida de agua. La magnitud de la contracción es diferente para cada tratamiento, lo que se caracterizará a través de los índices COLE y PSI (Figuras 8 y 9). 2,50 Contracción, e (m3 m-3) 2,00 DA(0,8) DA (0,9) 1,50 DA (1,0) DA (1,1) 1,00 EST 0,50 0,00 0,00 0,50 1,00 1,50 2,00 2,50 Pérdida de agua, ϑ (m3 m-3) FIGURA 6 Curvas de contracción para las distintas densidades aparentes de suelo. Barras de error indican error estándar; n=6. 30 Las curvas de contracción presentan una fase de contracción estructural (ϑ >e), tenuemente una fase de contracción normal (ϑ=e), posteriormente la fase de contracción residual, pero carece de la fase de cero contracción. Las muestras con menor densidad aparente tienden a contraerse más a mayores índices de humedad. Además, se puede apreciar que la muestra EST y DA 1,1 g cm-3 presenta casi la misma curva de contracción, salvo en la fase de contracción proporcional, donde es mayor en la muestra DA 1,1 g cm-3. 4.3.1 Coeficiente de elasticidad lineal (COLE). La Figura 7 presenta el Coeficiente de Elasticidad Lineal para porosidad total, en función de las distintas densidades aparentes. La figura muestra que la capacidad de contracción del suelo tiende a disminuir cuando aumenta la densidad aparente. La menor densidad aparente presenta un COLE de 0.10, que es significativamente mayor al observado en el material estructurado (P ≤ 0,05). porosidad total 0,12 y = 0,2173e-0,911x R² = 0,8277 COLE (cm3 cm-3) 0,10 0,08 0,06 0,04 0,02 0,00 0,70 0,80 0,90 1,00 Densidad Aparente (g cm-3) 1,10 1,20 FIGURA 7 Coeficiente de elasticidad lineal en función de la densidad aparente. Barras de error indican error estándar; n=6 (P ≤ 0,1). Punto rojo muestra COLE material estructurado (EST), el que no fue considerado dentro del cálculo de la línea de tendencia (regresión). 31 El punto rojo en la Figura 7 corresponde al COLE de las muestras no disturbadas, el que no fue considerado para obtener la línea de tendencia, ya que considera el efecto de la estructura, lo que no ocurre con las muestras disturbadas. Sin embargo, cabe resaltar que EST presenta un COLE menor que las muestras que presentan la mayor densidad aparente. 4.3.2 Índice de contracción de poros (PSI). La capacidad de contracción de los poros puede ser definida como el volumen de contracción de suelo, producto de la pérdida de volumen de un poro lleno de agua causada por la deshidratación de éste. 1,0 a 0,8 C 0-60 a (> 50 µm) a a PSI 0,6 a a 0,4 b C 60-330 (50 - 10 µm) a a a b b ab ab ab ab a a b C 330-105 (< 10 µm) b porosidad total 0,2 0,0 0,8 0,9 1 1,04 1,1 DENSIDAD APARENTE (g cm-3) FIGURA 8 Índice de contracción de poros vs distintos tamaños de poros, para cada una de las densidades aparentes evaluadas. Barras de error indican error estándar, n=6 (P ≤ 0,05). El análisis del PSI en función de las distintas densidades aparentes se presenta en la Figura 8. Para la densidad aparente de 0,8 g cm-3 existe un mayor PSI en los poros de almacenaje de agua, mientras que en el resto de la porosidad, incluyendo la Porosidad Total, los valores son estadísticamente similares. Para la densidad aparente de 0,9 g cm-3 no se observan diferencias estadísticas entre los distintos tamaños de poros, a 32 pesar que los poros grandes presentan una mayor contracción. Para la densidad aparente de 1,0 g cm-3 se observa que los poros medianos presentan una menor contracción con respecto a los demás, siendo los grandes los que presentan un mayor valor de PSI. Para el caso de la densidad aparente de 1,04 g cm-3 (que corresponde a las muestras estructuradas), son los poros grandes los que presentan un mayor índice de contracción, y además, cabe destacar el alto valor del error estándar de los poros medios que los hace parecer iguales estadísticamente con los poros medios, a pesar de la gran diferencia entre sus valores. En la densidad aparente de 1,1 g cm-3 es bastante notoria la diferencia que existe entre los poros grandes y los poros medios, siendo los primeros los que tienen un alto valor de PSI. El PSI de los distintos tamaños de poros cambia de acuerdo a la densidad aparente de las muestras. En la Figura 8 se observa que para los poros gruesos (> 50 µm) existe un alza en el PSI a medida que aumenta la densidad aparente de las muestras. Caso contrario ocurre con la porosidad media (50-10 µm), que muestra una baja en el PSI cuando se aumenta la densidad aparente en las muestras. Para los poros pequeños (< 10 µm), la tendencia que sigue el PSI es a mantenerse constante cuando se aumenta la densidad aparente, al igual que el PSI de la Porosidad Total. 4.4 Permeabilidad de aire en función de las distintas densidades aparentes La Figura 9 ilustra la permeabilidad de aire en función de la densidad aparente del suelo para las distintas tensiones a las cuales fueron medidas. La permeabilidad de aire va disminuyendo a medida que se aumenta la densidad aparente de las muestras, pero se puede observar que, a medida las muestras van perdiendo agua (aumento de la tensión), la permeabilidad de aire aumenta, lo que ocurre en cada uno de los distintos tratamientos. Además, es destacable la densidad aparente de 1,04 g cm-3, que corresponde a las muestras no disturbadas, que en todas las tensiones presentan valores mayores de permeabilidad de aire para las densidades aparentes similares (1,0 y 1,1 g cm-3), pero estas muestras no fueron consideradas al momento de la regresión porque considera el efecto de la estructura. 33 Las muestras presentan una tendencia exponencial a la baja, ya que a mayor densidad aparente es menor el paso del aire. 150 hPa 3 3 2,5 2,5 2 2 Ka (log µm2) Ka (log µm2) 60 hPa 1,5 1 y = 101,21e-4,664x R² = 0,8432 0,5 1,5 y = 10,683e-1,868x R² = 0,6821 1 0,5 0 0,6 0,7 0,8 0,9 1 Densidad Aparente (g 1,1 0 1,2 0,6 cm-3) 0,7 3 3 2,5 2,5 Ka (log µm2) Ka (log µm2) 3,5 2 y = 11,141e-1,792x R² = 0,7981 1 0 0 0,8 0,9 1,2 1 Densidad Aparente (g 1,1 cm-3) 1,2 y = 10,788e-1,687x R² = 0,9539 1,5 0,5 0,7 1,1 2 0,5 0,6 1 500 hPa 3,5 1 0,9 Densidad Aparente (g cm-3) 330 hPa 1,5 0,8 0,7 0,8 0,9 1 Densidad Aparente (g 1,1 1,2 cm-3) FIGURA 9 Permeabilidad de aire de las distintas densidades aparentes según la tensión de agua. Barras de error indican error estándar (P ≤ 0,1 para 60, 150 y 330 hPa; P ≤ 0,05 para 500 hPa); n=6. Punto rojo indica muestras no disturbadas, las que no fueron consideradas en la regresión. El punto rojo en los gráficos de la Figura 9 corresponde a las muestras estructuradas, pero no fueron consideradas al momento de confeccionar la línea de tendencia. Sin 34 embargo, es necesario destacar la diferencia que existe con respecto a las muestras disturbadas en lo que se refiere al paso del aire a través de las muestras. En la Figura 10 está representada la permeabilidad de aire de las muestras analizadas en función de los poros llenos de aire, según lo descrito por BALL et al. (1988). La fracción de poros con aire disminuye a medida que aumenta la densidad aparente; en consecuencia, Ka también disminuye. La relación entre Ka y 𝜀a fue ajustada de acuerdo a la ecuación propuesta por BALL et al. (1988). Los parámetros se presentan en el Cuadro 5. Las Figuras 11 y 12 presentan N y 𝜺b en función de la densidad aparente. En las regresiones, los valores correspondientes a la DA 0,8 g cm-3 no fueron considerados ya que no se observó una relación estadísticamente significativa para Ka y 𝜀a, lo cual puede llevar a una mala interpretación de los resultados. 3,500 3,000 DA 0,8 DA 0,9 DA 1,0 2,500 DA 1,1 Ka [log µm2] EST 2,000 y = 1,1303x + 3,2626 R² = 0,0892 1,500 y = 2,7655x + 3,5943 R² = 0,9497 1,000 y = 2,168x + 3,2284 R² = 0,9465 y = 1,2222x + 2,5345 R² = 0,9965 0,500 y = 2,4099x + 4,5016 R² = 0,9989 0,000 -2,000 -1,500 -1,000 -0,500 0,000 Poros llenos de aire [log m3 m-3] FIGURA 10 Permeabilidad de aire (Ka) en función de la fracción de poros con aire (𝜀a) para cada una de las distintas densidades aparentes analizadas. Barras de error indican error estándar, salvo para las muestras estructuradas que tienen error típico. n=6 (P ≤ 0,01). 35 CUADRO 4 Parámetros de la ecuación de Ball et al. (1988) y el Índice de poros bloqueados (𝜺b) en función de las distintas densidades aparentes. Tratamiento M N R2 𝜺b (Vol. %) DA 0,8 3,26 B 1,13 D 0,089 1,575 A DA 0.9 3,59 A 2,76 A 0,949 1,223 E DA 1,0 3,22 C 2,16 B 0,946 1,265 D DA 1,1 2,53 D 1,22 C 0,996 1,392 B EST(1,04) 4,50 E 2,41 E 0,999 1,311 C Letras distintas indican diferencias estadísticas significativas; n=6 (P ≤ 0,01). La continuidad de los poros (N) tiende a disminuir conforme la densidad aparente de las muestras va aumentando. Una excepción en la muestras EST que presenta un valor superior, tal como lo muestra el Cuadro 5. El parámetro N, que representa la disminución de la tortuosidad de los poros y del área superficial con el incremento de la fracción de poros disponibles para el flujo, disminuye con el incremento de la densidad aparente entre 0.9 y 1.1 g cm-3. y = 0,8242x + 0,4652 R² = 0,9131 1,6 1,4 Eb (V %) 1,2 1 0,8 0,6 0,4 0,2 0 0,7 0,75 0,8 0,85 0,9 0,95 Densidad Aparente (g cm-3) 1 1,05 1,1 1,15 FIGURA 11 Índice de poros bloqueados (𝜀b) en función de las distintas densidades aparentes. Punto verde indica muestras DA 0,8, que no fue considerado para la regresión (P ≤ 0,05). 36 El índice de poros bloqueados muestra una tendencia a aumentar cuando aumenta la densidad aparente, excepto en el caso de las muestras DA 0,8 g cm-3, tal como lo muestra la Figura 11. El índice de poros bloqueados se correlaciona bastante bien con la densidad aparente de las muestras, y es la ecuación lineal la que mejor se ajusta, con un R2 de 0,913. La Figura 12 muestra los valores individuales de las pendientes (N) de cada uno de los tratamientos en los cuales fue medida la ecuación de BALL et al. (1988). Si bien la tendencia es a disminuir a medida que aumenta la densidad aparente, DA 0,8 g cm-3 es el tratamiento que se sale de la norma (punto verde), al igual que las muestras EST (punto rojo). La ecuación lineal es la que mejor se ajusta a la correlación que presentan las muestras DA 0,9, DA 1,0 y DA 1,1, con un R2 de 0,983. 3 y = -7,7175x + 9,7693 R² = 0,9833 2,5 N 2 1,5 1 0,5 0 0,7 0,75 0,8 0,85 0,9 0,95 1 1,05 1,1 1,15 Densidad Aparente (g cm-3) FIGURA 12 N en función de las distintas densidades aparentes. El punto rojo indica la muestra EST, punto verde indica DA 0,8 que no fue considerado para la regresión (P ≤ 0,05). 37 5 DISCUSION DE LOS RESULTADOS 5.1 El secado y la humectación de los suelos El suelo fue tamizado a 2 mm y posteriormente secado al aire antes de la preparación de las muestras disturbadas con diferentes densidades aparentes. La principal consecuencia de este método es la ruptura total de la estructura; sin embargo, esta es una condición muy similar a la que se da en suelos de cultivo, donde cada cierto tiempo se rompe su estructura y se homogeniza el suelo para permitir un mejor establecimiento de las semillas. Brusseau y Rao (1990), citados por HORN et al. (1994), afirman que la estructura del suelo juega un papel fundamental en el transporte de solutos. El intercambio iónico es afectado por la difusión y el flujo de masas, la estructura afecta el intercambio y transporte de iones a través de la porosidad interna y externa de los agregados (Beese, 1984; Horn et al., 1989; citados por HORN et al., 1994). Para el caso de esta investigación, como la estructura fue eliminada por completo, los procesos de transporte de solutos se podrían ver afectados, pero no interrumpidos por completo. La conectividad que se produce por la conexión de los poros en un suelo estructurado hace que el flujo sea más fácil y expedito. Al no haber estructura, la densidad aparente cambia y también la distribución de la porosidad; hay una mayor cantidad de poros de drenaje, provocando que exista una menor retención por parte del suelo. Hantschel et al. (1988); Kaupenjohann (1991), citados por HORN et al. (1994) afirman que en la solución del suelo infiltrada a través de muestras de un suelo estructurado, los cationes tienen más contactos con las partículas de suelo que si estuviera en contacto con el material homogeneizado, mientras se estructuran los suelos. Cuanto más pronunciada la macroporosidad, mayores son las diferencias. Cuando el suelo comienza a sufrir los efectos de las tensiones internas y externas comienza a aumentar su densidad aparente, cambia la distribución de la porosidad y el suelo comienza a formar estructura. 38 5.2 Aspectos cuantitativos del suelo en función de la densidad aparente Como aspectos cuantitativos del suelo se escogió la porosidad y la capacidad de contracción de las muestras, ya que la evaluación de la distribución del medio poroso y la capacidad que tenga de disminuir este volumen puede aportar datos importantes respecto a la dinámica de su estructura. 5.2.1 Porosidad. Las muestras presentan diferencias estadísticamente significativas con respecto a su porosidad. Así se tomaron los valores promedios para cada una de los distintos tamaños de poros y se presentaron en la Figura 5. La distribución del espacio poroso mantiene una estrecha relación con la estructura (BAVER y GARDNER, 1973), lo que se aprecia perfectamente en la Figura 5. La porosidad gruesa que presentan las muestras se van transformando en poros más finos a medida que aumenta la densidad aparente. Esto se aprecia en la Figura 4, donde las curvas de retención de humedad muestran que las densidades aparentes bajas poseen una gran cantidad de poros gruesos y un menor volumen de poros finos, esto provocado porque esas muestras no presentan una estructura ni tampoco han pasado por ciclos de secado y humectación, por lo que no existe un reordenamiento de las partículas de suelo. A medida que aumenta la densidad aparente existe una redistribución de la porosidad. Según ELLIES (1995), al incorporar suelo virgen a la actividad agrícola, se produce un asentamiento del suelo, lo que provoca un cambio en su porosidad. Estos cambios en la estructura del suelo, como consecuencia del incremento en la densidad aparente, alteran la economía de agua, aire y el transporte de calor en el suelos (DEC et al., 2009). Según HERNANDEZ (1992), quien también trabajó con el suelo Cudico, es una limitante tener más de un 20% de macroporos en el suelo, lo que se manifiesta prácticamente en todas las muestras disturbadas, no así en la muestra EST, como se presenta en la Figura 6. El agua percola con mayor facilidad hacia napas subterráneas, pudiendo crear líneas de flujo preferencial para el agua, lo que haría perder humedad al suelo por percolación, en desmedro de la vegetación existente. Por otro lado, autores como Grable (1971); Cannell (1977); Carter (1988), citados por GREENWOOD 39 y McNAMARA (1992), mencionan que una macroporosidad de menos del 10% indica limitaciones para las condiciones de salud de las plantas y la aireación del suelo. La porosidad total de las muestras EST fue de 59,07%, valor que se encuentra dentro de lo esperado, ya que DÖRNER (1999) y PASQUALETTO (1993) obtuvieron valores de porosidad total de 56,8% y 58,9% respectivamente, para el mismo tipo de suelo. En relación a los distintos tipos de poros, los macroporos (PDR y PDL) ocupan un 8,35% en las muestras EST. Según datos aportados por DÖRNER (1999), los macroporos aportan un 14% a la porosidad del suelo medido fuera de la huella, mientras que PASQUALETTO (1993) obtuvo 15% para los macroporos. La diferencia en la porosidad se debe al distinto manejo al cual han sido sometidos los suelos utilizados para esta investigación. PASQUALETTO (1993) determinó PAU en distintas densidades aparentes y obtuvo valores de 18,3% de PAU para una densidad aparente de 1,0 g cm-3 y de 14,51% para muestras con 1,1 g cm-3 de densidad aparente. Este mismo autor analizó muestras hasta una densidad aparente de 1,4 g cm-3, para lo cual obtuvo valores de PAU 5,75%, muy similar a lo obtenido en DA 0,8 g cm-3. PASQUALETTO (1993), trabajó con distintas densidades aparentes (1,0 g cm-3 a 1,4 g cm-3), donde se repitió la misma tendencia que en esta investigación, que a medida que se aumenta la densidad aparente, la porosidad gruesa da paso a la porosidad más fina, y además existe una pérdida de la porosidad por la mayor masa de suelo que debe haber en un mismo volumen. Además, este autor asegura que la destrucción de agregados en conjunto con la reorganización y encaje de las partículas es lo que genera la reducción de la porosidad gruesa y favorece a los poros más pequeños, donde se observó un alza sostenida de los PAI a medida que se les aumentaba la densidad aparente a las muestras. En relación a los PAU, en esta investigación se encontró una tendencia al alza, excepto en la DA 0,8 g cm-3 y DA 1,1 g cm-3 que presentan valores notoriamente más bajos que los demás (6,42% y 8,92% respectivamente). 40 MIHOVILOVIC (1984) aplicó distintas cargas a suelos Palehumults, entre ellos de la serie Cudico, y pudo observar que existió una pérdida moderada de la porosidad en comparación con otras series, debido a diferencias en sus características físicas y por el tipo de minerales constituyentes. ELLIES (1986) afirma que los suelos Palehumults pierden cantidades apreciables de su escasa porosidad, restándole calidad al suelo, cuando son sometidos a cargas y presiones externas, como un pastoreo animal o el tránsito de maquinaria agrícola. MIHOVILOVIC (1984) sometió a cargas y descargas con distintos niveles de humedad a suelos Palehumults, dejando en evidencia que existe una clara deformación del suelo, el cual es capaz de recuperarse, pero no en toda su magnitud. Esto provoca cambios en la porosidad del suelo, principalmente en los macroporos, y los suelos deficitarios en este tipo de poros experimentan un daño relativo mayor por el efecto de las cargas. Esto es lo que ocurre con las muestras disturbadas, ya que a medida que aumenta la densidad aparente la porosidad tiende a disminuir, proceso que se aprecia bastante bien en la pérdida de los macroporos. Si esta situación la llevamos al terreno práctico, donde después de preparar una cama de semillas, vemos que las posibilidades que el agua percole en profundidad son bastante altas, ya que la gran cantidad de macroporos hace que esto sea posible. Con el tiempo y como consecuencia de ciclos de humectación-secado y la contracción se produce una redistribución del sistema poroso, como se puede apreciar en las muestras EST, que en el caso del suelo estudiado se manifiesta con un incremento de la porosidad fina y una reducción de la gruesa, pero presentando una mayor capacidad de conducir fluidos a una misma densidad aparente (Figura 5). Existen diferencias en las curvas de porosidad entre las muestras disturbadas y estructuradas y esta diferencia es mayor cuando los suelos estructurados tienen un mayor desarrollo estructural. Cuando se rompe la estructura del suelo para el establecimiento de algún cultivo, cambia completamente la distribución de la porosidad. Con las labores posteriores al establecimiento de la semilla, también ayudan a que la porosidad cambie. El paso de maquinaria sobre el suelo provoca una carga, donde existe un reacomodo de las partículas, una redistribución de la porosidad y también un 41 cambio en la densidad aparente. Sin embargo, el suelo es capaz de recuperar sus condiciones originales, no en su totalidad, pero si se acerca bastante a ello, dependiendo de su capacidad de resilencia. 5.2.2 Contracción. La contracción del suelo es un proceso que implica un reordenamiento de las partículas, efecto que es provocado por la formación de meniscos de agua como consecuencia de su alta tensión superficial. Para una tensión dada, los suelos que presentan una estructura frágil son más fáciles de contraer o deformar (PENG y HORN, 2005), tal como ocurrió en las muestras con una menor densidad aparente, las que se vieron más afectadas a la pérdida de agua. Lo anterior ratifica lo observado por otros autores en cuanto a que el suelo no es un cuerpo rígido, sino que cambia su volumen dependiendo de la intensidad con que sean capaces de perder agua o cuan intensos sean los ciclos de humectación y secado a los que es sometido el suelo. SEGUEL y HORN (2006) señalan que es normal que la contracción inicial resulte en un decrecimiento irreversible del espacio poroso y en un incremento en la densidad aparente. ANTIPA (2009), asegura que un suelo, cuando es sometido a varios ciclos de secado y humectación, existe un reordenamiento de las partículas de suelo, lo que finalmente se manifiesta en una reducción de la porosidad. Si bien en esta investigación no se realizaron ciclos de secado y humectación, es importante destacar este hecho, ya que gracias a ellos es posible la formación de la estructura. Según DEC et al. (2008), el incremento en la densidad aparente no sólo induce cambios en la distribución de la porosidad, sino que afecta también la capacidad de contracción de los suelos; mientras mayor es la densidad aparente, la porosidad disminuye, por lo que el espacio que dispone la muestra para contraerse es menor, provocando una menor contracción. PENG et al. (2009), argumentan que la mayor contracción se produce en los poros más finos a partir de los 300 hPa, permitiendo que la contracción en los poros grandes sea menor o nula, debido a que estos últimos se contraen cuando existen fuerzas externas al suelo, como una carga. Esto se puede ver reflejado en las curvas de 42 contracción presentadas en la Figura 7, donde la contracción al inicio es menor que la pérdida de agua (contracción estructural); y a medida que se avanza en la pérdida de agua, el decrecimiento en el volumen de las muestras va en aumento. Sin embargo, es destacable el hecho que las curvas no presenten fase de cero contracción, ya que se puede apreciar una pequeña pendiente en las curvas, esto se debe, presumiblemente, a la microestructura que comienza a actuar y la gran cantidad de microporos que presenta este tipo de suelo. Datos obtenidos por ARMAS et al. (2003), sugieren que las prácticas de manejo que conlleven a una deformación de la estructura de los suelos, tienden a aumentar la magnitud de la contracción, lo que se condice con los resultados obtenidos en esta investigación, ya que a menores densidades aparentes los valores de contracción resultaron más altos. En este aspecto, la estructura del suelo juega un rol fundamental, ya que es en suelos no disturbados o estructurados donde la contracción fue menor. La formación de la estructura está estrechamente ligada a la cantidad de ciclos de secado y humectación que presente el suelo y al reordenamiento de las partículas de suelo para la formación de agregados, lo que conlleva a un cambio en la densidad aparente (HORN y SMUCKER 2005). También hay que destacar la participación de los microorganismos del suelo, la macrofauna y la acción de las raíces. Todo esto en conjunto hace que el suelo, de cierta manera, se estabilice gracias a la formación de estructura, la cual va a ir cambiando en el tiempo de acuerdo al manejo que sea sometido. 5.2.2.1 Coeficiente de elasticidad lineal (COLE). Este componente nos indica la capacidad que tiene el suelo para contraerse. Esto nos permite saber si el suelo es susceptible a la formación grietas que pueden provocar vías de flujo preferencial para el paso de agua y aire, lo que va en desmedro de una distribución homogénea de agua en el perfil de suelo y un mal intercambio gaseoso entre el suelo y la atmósfera (PENG et al., 2007). Según MITCHELL y VAN GENUCHTEN (1992), afirman que las raíces juegan un papel importante en la contracción de los suelos, siendo ellas las que posibilitan que exista 43 un menor cambio de volumen en las muestras donde están presentes, o sea que las características de la contracción de un suelo pueden cambiar de acuerdo a las características del cultivo que presente el suelo. Valores de COLE se han determinado para tres clases de contracción-expansión, y que son definidas en el Cuadro 5. CUADRO 5 Definición del grado de expansión-contracción del Coeficiente de Elasticidad Lineal. Grado de expansión-contracción COLE BAJO < 0,03 MEDIO 0,03 – 0,06 ALTO > 0,06 Adaptado de ELIZALDE y VILORIA (2001). De acuerdo con el Cuadro 5, todas las muestras presentan un alto grado de contracción, ya que los valores están en un rango de 0,07 a 0,10, tal como lo muestra la Figura 7. Se aprecia una baja en el COLE, a medida que aumenta la densidad aparente (Figura 8). El mayor COLE de las muestras con menor densidad aparente se debe a que estas muestras están más susceptibles al estrés interno que se produce con la pérdida de agua, tal como lo señalan PENG et al. (2007). Si la tendencia es a la baja, las muestras EST, con una densidad aparente de 1,04 g cm-3, presentan un valor menor de COLE que las muestras DA 1,1 g cm-3, ya que se encuentran en una situación de equilibrio estructural, lo que hace que puedan soportar mejor el estrés de la pérdida de agua, debido a que han estado sometidas a un alto número de ciclos de humectación y secado (formación de estructura). Al aumentar la densidad aparente, el número de puntos de contacto entre las partículas de suelo también aumenta, lo que le confiere mayor estabilidad y, consecuentemente, mayor resistencia a la deformación. 44 5.2.2.2 Índice de contracción de poros (PSI). PENG et al. (2007) confirmaron de sus resultados que el PSI depende del tipo de suelo y de la intensidad de los ciclos de secado y humectación. Además, observaron que la reducción total del volumen de los poros en suelos con un alto contenido de materia orgánica, producía un decrecimiento en la magnitud de la contracción. Lo que se aprecia en la Figura 9 es que los distintos tipos de poros reaccionan de manera diferente, incluso a distintas densidades aparentes. Si bien a una menor densidad aparente el PSI de los mesoporos es mayor, este disminuye cuando aumentamos ese valor. Caso contrario ocurre con los macroporos, donde el PSI va en aumento junto con la densidad aparente. Finalmente, los microporos se mantienen prácticamente constantes en su valor de PSI, lo que indican que casi no sufren cambios en la contracción si aumenta la densidad aparente. PENG et al. (2007), citando a Braudeau et al. (2004), afirman que es posible determinar el PSI a través de la curva de contracción. Un pequeño cambio de volumen en la contracción estructural indicaría un bajo PSI de los macroporos. Con los datos obtenidos en esta investigación, es posible corroborar esto, ya en la fase de contracción estructural de las muestras DA 0,8 g cm-3 la curva de contracción presenta una mayor pendiente, coincidiendo con un alza en el PSI de los mesoporos del mismo tratamiento. También es posible apreciar que el mayor PSI de los macroporos coincide con la pendiente más pronunciada en el tratamiento DA 1,1 g cm-3. PENG et al. (2009) dividen en 2 los tipos de poros: rígidos y no rígidos, en donde los primeros están definidos por los macro y mesoporos, mientras que los no rígidos serían los microporos. El PSI de los suelos depende de la rigidez del poro y las tensiones internas, incluso la tensión capilar. En la Figura 8 muestra la capacidad de contracción que presentan los distintos tamaños de poros. Los macroporos presentan una tendencia a aumentar el valor de PSI a medida que aumenta la densidad aparente; lo contrario ocurre con los mesoporos, que disminuyen su PSI cuando la densidad aparente aumenta. En el caso de los microporos, estos se mantienen relativamente estables con el aumento de la densidad aparente, al igual que la porosidad total. PENG et al. (2007) encontraron que el PSI de los poros finos no era siempre el valor más alto 45 de los 3 tipos de poros para 2 suelos inorgánicos de Alemania (Calcic Gleysol y Dystric Gleysol), pero para suelos orgánicos (Eutric Histosol y Histic Gleysol) si encontraron valores altos de PSI para los poros más pequeños (<10 µm). En el caso de esta investigación, el PSI de los poros pequeños se mantuvo casi constante para todas las densidades aparentes estudiadas y fueron los otros tipos de poros (grandes y medianos) los que sufrieron cambios en función de las distintas densidades aparentes (Figura 8). 5.3 Aspectos funcionales del suelo en relación a la densidad aparente Según DÖRNER y DEC (2007), la permeabilidad es un buen parámetro para evaluar la calidad física del suelo y que son varios los autores que utilizan la permeabilidad de aire para caracterizar el medio poroso, pero pocos la han utilizado para determinar la calidad física del suelo. Además, explican que la caracterización funcional del sistema poroso es fundamental para entender los procesos de transporte que ocurren en el suelo. 5.3.1 Permeabilidad de aire. DÖRNER y DEC (2007) y MOLDRUP et al. (2001) indican que más que el volumen de poros presentes en el suelo, es la continuidad del sistema poroso la juega un rol fundamental en el flujo de aire y/o agua, característica dada por la estructura. Esto concuerda con los resultados obtenidos en esta investigación, como se muestra en el Cuadro 4, donde se aprecia que los resultados de Ka EST presentan un mayor valor de N en comparación con muestras disturbadas de similar densidad aparente. Las distintas densidades aparentes presentan una variación en el flujo de aire entre ellas, esto debido a la cantidad de espacio que presentan los distintos grupos de muestras. La figura 10 ilustra de buena manera esta situación, pero el grupo de muestras DA 0,8 g cm-3 no sigue la misma tendencia; esto se debe a que la poca continuidad de los poros que presenta este grupo de muestras no ayudan a un flujo de aire continuo, a pesar de presentar un gran volumen de poros conductores. La permeabilidad de aire en los suelos es distinta dependiendo de la humedad que presenten, si son muestras ensambladas o si son muestras no disturbadas (MOLDURP 46 et al., 2001). Los grupos DA 1,1 y EST presentan una densidad aparente similar, sin embargo, la permeabilidad de aire fue mayor en el grupo EST, esto provocado principalmente por la continuidad en la porosidad que presenta este grupo de muestras como consecuencia de sucesivos ciclos de humectación y secado. El índice de poros bloqueados muestra una diferencia estadísticamente significativa entre todas las muestras, tanto disturbadas y como las no disturbadas. El volumen de poros bloqueados determinado en el presente trabajo son menores a los obtenidos por DÖRNER y HORN (2006) en un suelo Luvisol (7,96% vol). Las características intrínsecas del suelo analizado, p.ej. la baja densidad aparente, la formación de microagregados, contribuyen a que los valores de εb sean menores. La Figura 11 muestra que el índice de poros bloqueados aumenta en función de la densidad aparente. Esto significa que se requiere alcanzar un menor contenido de humedad para alcanzar una fase continua de aire que permita el flujo por convección. Este incremento de 𝜀b también se ve reflejado en una reducción de la continuidad de los poros como consecuencia del reordenamiento de las partículas en el suelo. 47 6 CONCLUSIONES A medida que aumenta la densidad aparente, la porosidad gruesa va disminuyendo, aumentando la porosidad más fina. El suelo estudiado presenta una gran capacidad de contracción (COLE > 0,06). El Coeficiente de Extensibilidad Lineal decrece exponencialmente conforme aumenta la densidad aparente. Los distintos tamaños de poros reaccionan de forma independiente de acuerdo aumenta la densidad aparente. Los macroporos tienden a aumentar su PSI cuando aumenta la densidad aparente. Los mesoporos presentan un comportamiento contrario, ya que disminuyen su PSI con el aumento de la densidad aparente. En cambio, los microporos mantienen constante su valor de PSI. La estructura del suelo juega un rol fundamental en la contracción, manteniendo un ordenamiento que permite la estabilidad al suelo, permitiendo una buena absorción de agua, un buen intercambio gaseoso y un óptimo anclaje de las plantas de cultivo. Ka disminuye con un aumento en la densidad aparente de las muestras no disturbadas de suelo. El desarrollo estructural y la actividad biológica permiten la formación de un sistema poroso continuo que permite conducir una mayor cantidad de aire, incluso a densidades aparentes similares, cuando se compararon las muestras disturbadas con las estructuradas. 48 7 BIBLIOGRAFIA. ANTIPA, Z. 2008. Efecto de la aplicación de lodos de salmón sobre la estructura de un suelo. Tesis Lic. Agr. Valdivia. Universidad Austral de Chile, Facultad de Ciencias Agrarias. 56 p. ARMAS, S., HERNANDEZ, J. y REGALADO, C. 2003. Evaluación de la retracción en suelos volcánicos cultivados y su relación con algunas propiedades físicas. Actas de las VI Jornadas de Investigación sobre la Zona no Saturada del Suelo. http://www.zonanosaturada.com/publics/V6/p125-130.pdf BALL, B.C., O„SULLIVAN, M.F. y HUNTER, R. 1988. Gas diffusion, fluid flow and derived pore continuity indices in relation to vehicle traffic and tillage. J. Soil Sci. 39: 327-339. BAVER, L. GARDNER, W. H. y GARDNER, W. R. 1973. Física de suelos. 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Geoderma. 99: 123-145. 56 ANEXOS 57 ANEXO 1 Test de Próctor para determinar la humedad necesaria para alcanzar la máxima densidad aparente. 1,300 1,100 dA [g/cm³] 0,900 0,700 0,500 0,300 0,100 0 10 20 30 40 50 Agua [%bss] ANEXO 2 Tabla de datos para la curva de retención de humedad de los distintos tratamientos. hPa pF DA (0,8) DA (0,9) DA (1,0) DA (1,1) EST (N*cm ) (log hPa) (%) (%) (%) (%) (%) 0 0 62,27 69,08 67,65 59,96 59,07 10 1,00 40,18 55,42 62,29 59,77 58,90 20 1,30 34,04 52,89 60,46 55,74 57,58 30 1,48 33,34 49,30 57,71 54,32 56,77 60 1,78 32,38 46,53 54,57 53,54 54,80 150 2,18 26,72 40,23 44,49 38,80 50,87 330 2,52 26,78 36,78 40,34 38,06 48,47 500 2,70 24,70 34,28 37,63 35,03 46,69 15430 4,19 20,36 24,28 26,55 29,14 29,38 -2 58 ANEXO 3 Tabla para la distribución volumétrica de los distintos tamaños de poros para cada uno de los diferentes tratamientos. Poros DA (0,8) DA (0,9) DA (1,0) DA (1,1) EST (%) (%) (%) (%) (%) PDR 37,69 17,79 6,40 3,63 4,27 PDL 5,60 9,75 14,22 15,48 6,34 PAU 6,42 12,50 13,79 8,92 19,09 PAI 20,36 24,28 26,55 29,14 29,38 TOTAL 70,07 64,32 60.96 57,17 59,08 ANEXO 4. Gráfico de Distribución volumétrica de los Poros de Drenaje Rápido (PDR), para los distintos tratamientos sin considerar las muestras estructuradas. PDR 45,00 40,00 y = 22932e-8,054x R² = 0,9286 volumen (%) 35,00 30,00 25,00 20,00 15,00 10,00 5,00 0,00 0,7 0,75 0,8 0,85 0,9 0,95 1 densidad aparente (g cm-3) 1,05 1,1 1,15 59 ANEXO 5. Gráfico de Distribución volumétrica de los Poros de Drenaje Lento (PDL), para los distintos tratamientos sin considerar las muestras estructuradas. PDL 20,00 18,00 16,00 volumen (%) 14,00 12,00 10,00 8,00 y = 34,136x - 21,167 R² = 0,8388 6,00 4,00 2,00 0,00 0,7 0,75 0,8 0,85 0,9 0,95 densidad aparente (cm 1 1,05 1,1 1,15 g-3) ANEXO 6. Gráfico de Distribución volumétrica de los Poros de Agua Útil (PAU), para los distintos tratamientos sin considerar las muestras estructuradas. PAU 18,00 16,00 volumen (%) 14,00 12,00 10,00 8,00 6,00 y = 10,584x1,1329 R² = 0,177 4,00 2,00 0,00 0,7 0,75 0,8 0,85 0,9 0,95 densidad aparente (cm 1 g-3) 1,05 1,1 1,15 60 ANEXO 7. Gráfico de Distribución volumétrica de los Poros de Agua Inútil (PAI), para los distintos tratamientos sin considerar las muestras estructuradas. PAI 35,00 30,00 volumen (%) 25,00 20,00 y = 28,609x - 2,0952 R² = 0,9207 15,00 10,00 5,00 0,00 0,7 0,75 0,8 0,85 0,9 0,95 1 1,05 1,1 1,15 densidad aparente (cm g-3) ANEXO 8 Tabla de datos para las curvas de contracción. Pérdida DA(0,8) DA (0,9) DA (1,0) DA (1,1) EST Humedad e e e e e [-] [-] [-] [-] [-] [-] 2,081 2,081 1,940 1,733 1,399 1,369 1,343 1,886 1,731 1,656 1,371 1,369 1,137 1,824 1,704 1,655 1,356 1,344 1,114 1,800 1,672 1,631 1,351 1,353 1,082 1,746 1,642 1,583 1,319 1,318 0,893 1,652 1,566 1,526 1,262 1,297 0,895 1,624 1,539 1,502 1,250 1,274 0,825 1,637 1,502 1,457 1,220 1,218 0,663 1,567 1,414 1,373 1,148 1,141 61 Continuación Anexo 8 0,394 1,451 1,319 1,268 1,029 1,005 0,338 1,430 1,304 1,256 1,001 0,984 0,275 1,411 1,294 1,237 0,982 0,972 0,237 1,383 1,276 1,237 0,974 0,969 0,215 1,388 1,271 1,234 0,965 0,955 0,198 1,380 1,271 1,229 0,960 0,949 0,167 1,370 1,259 1,219 0,941 0,901 0,160 1,357 1,259 1,213 0,948 0,152 1,382 1,247 1,210 0,945 0,146 1,374 1,244 1,202 0,943 0,059 1,352 1,216 1,182 0,919 0,071 1,347 1,219 1,174 0,934 0,000 1,311 1,191 1,144 0,907 ANEXO 9 Valores de porosidad total para ser evaluados por COLE. COLE DENSIDAD APARENTE 3 -3 (cm cm ) (g cm-3) 0,1008 0,80 0,103 0,90 0,084 1,00 0,080 1,10 0,071 1,04 62 ANEXO 10 Tabla de PSI para los distintos tipos de poros Densidad aparente -3 (g cm ) PT 3 C 0-60 -3 3 (cm cm ) C 60-330 -3 (cm cm ) 3 C 330-105 -3 (cm cm ) (cm3 cm-3) 0,8 0,370 0,335 0,649 0,350 0,9 0,384 0,462 0,388 0,337 1 0,340 0,455 0,227 0,346 1,04 0,342 0,531 0,328 0,306 1,1 0,352 0,719 0,201 0,386 ANEXO 11 Tabla para Ka para las distintas tensiones a las que fueron sometidas las muestras. Densidad aparente Ka 60 Ka 150 Ka 330 Ka 500 (g*cm-3) (log um2) (log um2) (log um2) (log um2) 0,8 2,800 2,672 2,963 2,927 0,9 1,459 1,870 1,940 2,216 1 0,675 1,346 1,750 1,986 1,04 2,386 2,755 2,568 2,768 1,1 0,765 1,600 1,687 1,730 ANEXO 12. Fracción de poros con aire para las distintas tensiones. Densidad ea 60 ea 150 ea 330 ea 500 (log cm3 cm-3) (log cm3 cm-3) (log cm3 cm-3) (log cm3 cm-3) 0,8 0,38 0,43 0,43 0,45 0,9 -0,777 -0,625 -0,564 -0,526 1 -1,200 -0,783 -0,686 -0,632 1,1 -1,449 -0,738 -0,721 -0,657 EST -1,614 -1,197 -1,077 -0,993 Aparente -3 (g*cm ) 63 ANEXO 13 Análisis de varianza para determinar diferencias estadísticas en las Curvas de Retención de Humedad. Fuente SM GI CM F-calculado P Valor PDR PDL PAU PAI Entre grupos 5300,122 4 1325,030 Dentro de los grupos 243,960 25 9,758 Total 5544,081 29 Entre grupos 482,339 4 120,585 Dentro de los grupos 54,698 25 2,188 Total 537,037 29 Entre grupos 565,053 4 141,263 Dentro de los grupos 82,877 25 3,315 Total 647,930 29 Entre grupos 337,944 4 84,486 Dentro de los grupos 23,214 25 0,929 Total 361,158 29 135,784 0,00* 55,114 0,00* 0,00* 90,986 0,00* *Indica diferencias estadísticas significativas P ≤ 0,05 ANEXO 14 Análisis de varianza para COLE, evaluado para la porosidad total. Fuente SM GI CM F-calculado P valor Entre grupos 0,004 4 0,001 5,596 0,002* Dentro de los grupos 0,005 25 0,000 Total 0,009 29 *Indica diferencias estadísticas significativas P ≤ 0,05 64 ANEXO 15 Análisis de varianza para PSI. Fuente P 0-60 P 60-330 P 330-105º P 0-105º SM GI CM F-calculado P Valor Entre grupos 0,000 4 0,000 2,069 0,115 Dentro de los grupos 0,000 25 0,000 Total 0,000 29 Entre grupos 0,000 4 0,000 3,382 0,024* Dentro de los grupos 0,000 25 0,000 Total 0,000 29 Entre grupos 0,000 4 0,000 2,278 0,089 Dentro de los grupos 0,000 25 0,000 Total 0,000 29 Entre grupos 0,000 4 0,000 1,686 0,185 Dentro de los grupos 0,000 25 0,000 Total 0,000 29 *Indica diferencias estadísticas significativas P ≤ 0,05 65 ANEXO 16. Análisis de varianza para la permeabilidad de aire. Fuente Ka 60 Ka 150 Ka 330 Ka 500 SM GI CM F-calculado P Valor Entre grupos 21,773 4 5,443 55,016 0,000* Dentro de los grupos 2,473 25 0,099 Total 24,246 29 Entre grupos 9,691 4 2,423 93,319 0,000* Dentro de los grupos 0,649 25 0,026 Total 10,340 29 Entre grupos 7,491 4 1,873 23,377 0,000* Dentro de los grupos 2,003 25 0,080 Total 9,494 29 Entre grupos 6,232 4 1,558 48,133 0,000* Dentro de los grupos 0,809 25 0,032 Total 7,042 29 *Indica diferencias estadísticas significativas P ≤ 0,05 66 ANEXO 17 Análisis de varianza para determinar diferencias estadísticas de las rectas de la Ecuación de Ball (1988). Fuente SC GI CM F-calculado P valor Tratamientos 6,098 1 6,098 68,45 0,000* Punto Corte 53,721 4 13,430 150,75 0,000* Pendiente 4.833 4 1,208 13,56 0,000* total 64,652 9 *Indica diferencias estadísticas significativas P ≤ 0,05 ANEXO 18 Análisis de varianza para determinar la regresión de la permeabilidad de aire a una tensión de 60 hPa. Parámetro Estimación Error estándar Estadístico T P-Valor Ordenada 4,61722 1,36061 3,39348 0,0769 Pendiente -4,66399 1,42241 -3,27893 0,0818 ANEXO 19 Análisis de varianza para determinar la regresión de la permeabilidad de aire a una tensión de 150 hPa. Parámetro Estimación Error estándar Estadístico T P-Valor Ordenada 2,36863 0,862666 2,74571 0,1110 Pendiente -1,86801 0,901845 -2,07132 0,1741 67 ANEXO 20 Análisis de varianza para determinar la regresión de la permeabilidad de aire a una tensión de 330 hPa. Parámetro Estimación Error estándar Estadístico T P-Valor Ordenada 2,41061 0,609806 3,95307 0,0584 Pendiente -1,79245 0,637502 -2,81168 0,1066 ANEXO 21 Análisis de varianza para determinar la regresión de la permeabilidad de aire a una tensión de 500 hPa. Parámetro Estimación Error estándar Estadístico T P-Valor Ordenada 2,37843 0,250806 9,48315 0,0109 Pendiente -1,68665 0,262197 -6,43276 0,0233