El contexto veneciano de Antonio Vivaldi - E

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laridad alcanzada cuando la misma sociedad evoluciona y cambia rápidamentesus
gustos y preferencias. En este contexto, Antonio L
El contexto veneciano de Antonio Vivaldi.
ANTONIO VIVALDI
Venecia, 1678 - Viena, 1741
ucio Vivaldi no fue una excepción, ya que pasó de una gran aceptación a un
lamentable olvido que duró más de un siglo.
LA ÉPOCA
XII.
Venecia, la "Serenissima", fue,
hasta poco antes de nacer
Vivaldi, una importante
potencia comercial, naval y
también militar. Disponía del
"Arsenale", que era una de las
bases navales más grandes del
mundo. De allí salían los barcos
de guerra y comerciales que
hicieron de Venecia una grande
y sólida potencia, dueña de las
rutas marítimas y líder en el
comercio internacional, en gran
competencia con Genova. Esta
poderosa y rica República fue
admirada y respetada por todos
los Países desde el fin del siglo
Sin embargo sobrevinieron trágicas instancias, originadas por sucesos internos
relacionados a luchas por el poder, sumadas a guerras contra el Papado, contra
Francia y contra los turcos. Todos estos factores debilitaron paulatinamente al
Estado.
En 1669, Venecia de perdió la isla de Candia (Creta), que era una base muy
importante, vital para su comercio exterior. Con este hecho se inicjó la decadencia
de la República. La isla de Candia había sido cedida a Venecia, en el año 1204, por
el Marqués de Monferrato. En el año 1645 fue atacada por los turcos, quienes
encontraron una feroz resistencia. No obstante, Venecia no logró retenerla, pese a
la heroica defensa dirigida por Francesco Morosini, que pereció junto a millares de
venecianos luego de 24 años de lucha casi continua. Esta derrota fue una gran
humiliación para la “Serenissima” y produjo, con el tiempo, grandes cambios en su
desarrollo. En efecto, cuando se inició el periodo de decadencia, se modificaron las
relaciones internacionales del Estado y también el comportamiento de la sociedad
veneciana. Sus costumbres, hasta entonces aferradas a su propia condición de
estado líder, cambiaron por una visión más abierta al mundo, aceptando la
discusión de nuevas ideas y tendencias.
Fue en ese periodo cuando nació y vivió su juventud, Antonio Lucio Vivaldi.
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EL ARTISTA Y SU OBRA
Vivaldi nació el 4 de Marzo de 1678, el
mismo día en que un fuerte temblor
estremeció la ciudad de Venecia. Sus
padres fueron Giovanni Battista Vivaldi
y Camilla Calicchio. Fue el primogénito
de la pareja, que luego tuvo cinco hijos
más.
Su padre, de clase media, era de
profesión peluquero, pero actuaba
como violinista en la Iglesia de San
Marcos, gozando de gran prestigio por
su habilidad como solista tanto que,
cuando su hijo Antonio cumplió siete
años, dejó la peluquería para dedicarse
por entero al violín. También fue el
primer maestro de Antonio, y pudo
apreciar bien pronto sus grandes y
continuos progresos. Ya a los 13 años,
el hijo podía reemplazar al padre en la
orquesta de San Marcos cuando éste tenía que faltar para tocar en algún concierto.
Evidentemente el joven, de cabellos intensamente rojos, había heredado el arte de
la música, a diferencia de todos sus hermanos menores.
Las ocupaciones del joven Antonio en la Iglesia de San Marcos, como violinista, le
dieron oportunidades para relacionarse con distintas autoridades religiosas,
naciendo en él la vocación hacia el sacerdocio. Fue así que el 18 de setiembre de
1693 (tenía poco más de quince años), aceptó la tonsura del círculo en los cabellos
de la coronilla (de acuerdo con las costumbres religiosas de la época), como primer
paso hacia la carrera sacerdotal, que coronó diez años más tarde, el 23 marzo de
1703.
Ya sacerdote, trabajó como asistente en distintas iglesias de la ciudad y obtuvo
también algo muy importante para su carrera de artista: fue nombrado profesor de
violín en el Seminario Musical
del Hospedaje de “la Pietá”,
bajo el maestro del coro,
Francesco Gasparini. Su salud
no era perfecta, ya que sufría
una enfermedad, nunca
claramente definida, que lo
dificultaba para ejercer
plenamente el sacerdocio, así
que fue dispensado, por las
autoridades eclesiásticas, de
recitar misas, dedicándose
entonces de lleno a su profesión
de músico.
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La “Pietá” había sido fundada algunos siglos antes y era el más importante de los
cuatro orfelinatos que, en esa época, existían en Venecia. Los orfelinatos eran
instituciones creadas para hacer frente al grave problema de los niños sin hogar y
también a los que eran abandonados al nacer. En aquellos tiempos, era común
dejar los niños no queridos en espacios asignados (generalmente eran canastas
apoyadas sobre un pilar) en iglesias y conventos de monjas, para que ellas los
criaran. Al inicio, los orfelinatos eran solamente refugios, pero con el tiempo se
designaron maestros para que dieran a los niños una concreta educación para
enfrentar la vida. Ya en tiempos de Vivaldi, la enseñanza de la música era
considerada muy importante.
En la “Pietá” alojaban solamente niñas, y se dividían en dos categorías: una de ellas
se denominaba "figlie del coro" (hijas del coro), mientras la otra se llamaba "figlie
del comune" (hijas de la comunidad). Las primeras recibían, adicionalmente, una
enseñanza musical realmente de excepción, con el propósito de formar orquestas y
coros para exhibición pública, cosa que se logró magníficamente y que representó
un gran orgullo para la ciudad. Además representaba un buen ingreso de dinero
para la manutención de los orfelinatos, que ya eran muy costosos. Aquí se
menciona solamente la “Pietá”, pero también existían otros orfelinatos que hacían
lo mismo, aunque no eran tan famosos.
La tarea que desarrolló el cura Vivaldi en la
“Pietá” fue realmente maravillosa. Su condición
de cura y de violinista era la más apropiada para
él y se dedicó al trabajo con pasión durante
muchos años de su vida.
Tuvo la suerte de encontrar, en las niñas, un
material humano de gran valor, que supo
amoldar y enseñar a su gusto, hasta formar
excelentes solistas en distintos instrumentos.
Compuso música y dirigió la orquesta del
orfelinato con el aporte de esas solistas, cosa que
representó una primera y gran innovación en los
conciertos de entonces.
Es posible afirmar que Vivaldi se creó a sí mismo
como compositor ya en los primeros años de ese
periodo afortunado, donde su estro encontró
todo lo que precisaba, desde una gran
motivación personal hasta la oportunidad única
de disponer todo tipo de instrumentos y también
concertistas de excelente valor individual. Los
conciertos que ofreció en La “Pietá” fueron
célebres; no había turista que llegara a Venecia
sin que concurriera a escucharlos. Vivaldi, denominado entonces "il prete rosso" (el
cura colorado), ya comenzaba a ser famoso en Venecia y también en Europa. Ese
apodo se debía a su rebelde cabellera de color rojo.
En el año 1705, Vivaldi comenzó a publicar música en Venecia (doce sonatas op. 1),
iniciando también la composición del "Estro Armónico". En 1709 publicó una serie
de sonatas para violín (op.2) y, a partir de entonces, su actividad como compositor
fue intensísima y continua hasta sus últimos días. Esto está avalado por sus 540
composiciones orquestales, de las cuales se cuentan 73 sonatas de dos y tres
instrumentos; sus 465 conciertos, de los cuales 210 cuentan con solistas de violín y
violonchelo; y sus 43 óperas líricas conocidas (además de las que se perdieron con
el tiempo).
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Vivaldi no vivió siempre en
Venecia. Su actividad en La
“Pietá” fue dejada y retomada
por lo menos tres veces. Viajó
a Mantua, donde vivió durante
el periodo comprendido entre
los años 1719 y 1722,
ocupando el cargo de Director
Musical de la Corte; luego
estuvo en Roma para presentar
alguna de sus óperas y tocar
como solista de violín en
presencia del Papa.
También viajó al extranjero,
especialmente a Alemania y
Holanda, en calidad de
violinista, de director de
orquesta y de empresario de
sus propias obras. Contrataba cantantes y músicos, dirigía los ensayos, comerciaba
con los instrumentos y controlaba los ingresos de dinero. Tuvo también algunos
problemas con algunas de las cantantes contratadas, especialmente con la francesa
Anna Giraud, que luego lo acompañó, con su hermana Paulina, ayudándolo en su
trabajo y cuidando de su salud. En Amsterdam, un editor imprimió muchísimas de
sus composiciones. Su actividad era realmente extraordinaria y su fama se extendió
por toda Europa: ya era famoso. En 1725 se anunciaban, en esa ciudad, doce
conciertos con el título de "Armonía e Innovación". Los cuatro primeros eran nada
menos que Las Cuatro Estaciones.
Entre 1725 y 1735, Vivaldi estrenó once de sus óperas en Venecia, retomando
luego el cargo de Maestro de Conciertos en la “Pietá”. A partir de entonces, los
tiempos sufrieron un lento pero inexorable cambio. Su música se siguió tocando,
pero en sitios cada vez menos importantes, recibiendo además la expresa
prohibición de presentar sus obras en la ciudad de Ferrara, por la firme oposición
del Cardenal Fusco, de esa ciudad, que tenía un mal concepto personal del artista.
Esto afectó su prestigio y, en consecuencia, le fue difícil conseguir jugosos
contratos, reduciendo de tal manera sus ingresos de dinero, de los cuales dependía
cada vez más por su enfermedad.
Vivaldi comenzó a vender sus composiciones cuando dejó su posición en la “Pietá”,
decidiendo además trasladarse a Austria. En ese país contaba con los favores del
Emperador Carlos VI, y sus esperanzas de continuar su obra eran grandes. Sin
embargo, en el mes de octubre de 1740, falleció el Emperador, y Vivaldi se quedó
sin ayuda alguna. Estaba solo, enfermo, muy desilusionado y casi sin dinero; no
tenía voluntad ni fuerza para intentar un viaje a otras ciudades, donde contaba con
amigos. Su enfermedad y su estado anímico lo vencieron, falleciendo en Viena, el
28 de julio de 1741, huésped en un hospital de pobres. Fue sepultado en el
cementerio del mismo hospital, hoy desaparecido (En ese lugar pasa una autopista).
COMENTARIOS
Creemos necesarias algunas reflexiones, luego de recordar la vida de Antonio
Vivaldi y su maravillosa música. Para comenzar, se deben considerar las
innovaciones que el artista introdujo en el arte musical. Fue el primer compositor
que utilizó la forma del "ritornello", o sea, la repetición de una misma melodía en
una composición, pudiendo variar la tonalidad de la misma. Esto se transformó
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luego en un modelo. Vivaldi fue quien puso de moda la música barroca (#1), y sus
conciertos fueron un modelo de este tipo en toda Europa. Sus composiciones eran,
a los oídos, de una extraordinaria brillantez, buscando la evolución de las formas
mediante la introducción de solistas en contraposición al "tutto" (conjunto). Su
música fue particularmente innovadora, añadiendo distintos contrastes armónicos e
inventando también temas y melodías novedosas. Fundamentalmente, el talento de
Vivaldi consistía en componer una música no académica, que pudiera ser apreciada
por el gran público y no solamente por una minoría de especialistas. De allí provino
su éxito popular, especialmente con las melodías dedicadas al carnaval.
Vivaldi fue muy admirado por grandes compositores. Cabe señalar, por ejemplo, a
Juan Sebastian Bach (1685 - 1750), que fue intensamente influenciado por las
formas de sus conciertos, a tal punto que transcribió numerosos de ellos: uno para
solista de piano, seis adaptados al clavicémbalo, uno para cuatro clavicémbalos,
dos para órgano y otros para orquesta, entre los cuales se encuentra el famoso
concierto para cuatro violines, viola, violonchelo y arcos (RV 580). No hay que
olvidar tampoco a Franz J. Haidn (1732-1809) y especialmente a Ludwig van
Beethoven (1770-1827), que compuso su novena sinfonía (Coral), introduciendo los
solistas, como caso único en su historia.
También se debe mencionar la relegación paulatina de casi toda la obra de Antonio
Vivaldi, en sus últimos tiempos y luego de su muerte. Lo único que perduró fue la
op. 8 "Las Cuatro Estaciones", mientras que todo lo demás pasó lentamente al
olvido. Sus composiciones ya no eran tenidas en gran consideración ni siquiera en
Venecia, al principio. El cambio de gusto musical ponía todo rápidamente fuera de
moda. Sus obras escritas comenzaban a catalogarse, casi a escondidas, en muchas
bibliotecas, adquiridas a precio de liquidación por la sociedad acomodada, cuando el
mismo Vivaldi las ofrecía para reunir el dinero que necesitaba. Cierta cantidad de
ellas fue a parar en el Colegio San Carlos de Monferrato, que la vendió a la Librería
Nacional de Turín recién en el año 1927, cuando el gran compositor apenas
comenzaba a ser redescubierto. A partir de entonces, se inició la búsqueda de sus
obras, que fueron apareciendo cada vez más rápidamente por mano de varios
interesados, que las buscaban en casi todas las bibliotecas europeas. En el año1939,
Alfredo Casella (compositor y director italiano, profesor del Conservatorio de París;
fundó la Sociedad Nacional de Música) organizó la Primera Semana de Vivaldi,
evento que es recordado como histórico porque, a partir de esa fecha, la música de
Antonio Vivaldi ocupó el lugar que se merecía, con pleno éxito.
CURIOSIDADES
La historia de los 4 caballos de San Marcos
La historia de los cuatro caballos de bronce expuestos en la terracita sobre la
entrada a la Catedral de Venecia, dio siempre mucho de que hablar respecto a su
origen. Sin embargo y con absoluta certeza, se conoce lo siguiente por
documentación histórica:
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El Estado Veneciano participó,
en el año 1202, en la cuarta
cruzada y, al terminarla en
1204, conquistó Constantinopla
(el 12 de Abril de ese año). En
esa época el Doge de Venecia
era el anciano Enrique Dándolo,
que falleció poco después.
Como botín de guerra, los
venecianos se llevaron los
cuatro caballos de bronce,
colocándolos primeramente en
la Plaza San Marco, sobre
pedestales construidos al efecto.
En tiempos posteriores fueron
expuestos en la terracita
abierta sobre la fachada de la
Catedral de San Marco, y allí
quedaron hasta el 1798. En ese
año, Napoleón Bonaparte
conquistó el territorio
veneciano y se llevó los
caballos a París. Solamente
cuando el imperio napoleónico
fue vencido (en 1815), la firme
acción diplomática de Venecia
logró que se devolvieran los ya
famosísimos caballos.
Sin embargo, la historia no
termina aquí. Durante la
primera guerra mundial (años
1915-1918) los venecianos
llevaron los caballos al Vaticano
en Roma, para preservarlos
contra cualquier otro
inconveniente. Solamente
fueron reinstalados en San
Marco en el año 1919, a guerra
terminada. Últimamente (hace
escaso tiempo), los caballos
fueron resguardados en un
lugar reservado de la Catedral
por motivos de contaminación.
A este punto, queda pendiente el primitivo origen de estos magníficos caballos. A
ese respecto, eruditos de arte antigua afirman que los mismos son de factura
griega, perteneciente al período clásico de las Artes en tiempo de su apogeo (época
de Fidias, 498/432 antes de Cristo.
Dando crédito a esta evaluación, es posible aventurar los siguientes
acontecimientos:
Los Romanos, entre los años 190 al 119 a.c, luego de largas guerras contra Grecia,
la conquistaron y se llevaron numerosas obras de arte inclusive los caballos como
trofeos, colocando éstos en el Circo Máximo para simbolizar las carreras de
cuadrigas que, en aquel entonces, era un deporte muy aceptado por la sociedad y
se efectuaban en ese lugar (noticia histórica).
Luego, en el año 324 de nuestra era, el imperio romano se dividió en dos: el
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occidental y el oriental. En aquel acontecimiento, el emperador romano Constantino
(el Grande) decidió trasladar la capital del imperio oriental en la ciudad de Bizancio
(en latín Bizantium). Desde entonces, la misma ciudad cambió de nombre y se
llamó Constantinopla (la ciudad de Constantino). La nueva sede del gobierno
romano de Oriente fue agrandada y embellecida, creándose además un gran
hipódromo con una capacidad excepcional de espectadores (los historiadores
hablan de cien mil). Para adornar este gran hipódromo, Constantino se llevó desde
Roma los ya famosos 4 caballos de bronce que representaban las cuadrigas de
carreras y los colocó sobre el edificio que dominaba la pista; y desde allí se los llevó
la flota veneciana cuando ocupó esa Ciudad.
actuar solistas.
Adolfo Ruspini
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