Panorama Normativo Colombiano sobre las Formas Jurídicas de Vinculación y Regímenes Laborales. Análisis Jurídico Leonardo Corredor Avendaño ∗ Palabras Clave Derecho del Trabajo – Laboralidad – Presunción de relación de trabajo – Representación – Administración Pública – Empresas de Servicios Temporales – Empresas Asociativas de Trabajo – Teletrabajo – Cooperativas de Trabajo Asociado – Sana Crítica – Elementos constitutivos de laboralidad. Atendiendo la invitación que me ha extendido la doctora María Elena López de Ulrich para enviar algunas líneas descriptivas y analíticas, al ampliar una elemental presentación de “zonas grises” en materia laboral en Colombia, la cual realicé en el seno del IV Curso Avanzado en Derecho del Trabajo en la Universidad de Sevilla en septiembre de 2011; consideré prudente establecer un panorama normativo de la legislación laboral colombiana, pasando por una descripción de algunas figuras típicas que generan discusiones en torno a su laboralidad, para finalmente extraer algunos elementos emanados de la jurisprudencia y de otros análisis de orden jurídico que, asociados a los presupuestos que se desprenden de la aplicación de la Recomendación 198 de la OIT, permitan orientar hacia la protección de verdaderas relaciones laborales que en algún momento puedan estar encubiertas en otras formas jurídicas de vinculación. Colombia ha sido un país donde se ha controvertido el cumplimiento real de la normatividad laboral1, sobre todo en el plano de la utilización de figuras jurídicas que Abogado egresado de la Facultad de Derecho, Ciencias Políticas y Sociales de la Universidad Nacional de Colombia, Especialista en ‘Derecho del Trabajo’ y en ‘Instituciones Jurídico-Procesales’ de la misma Universidad. Candidato a ‘Magíster en Derecho – Área de Profundización en Derecho del Trabajo y Seguridad Social’ en la Universidad Nacional de Colombia. Con Curso Avanzado en Derecho del Trabajo de la Universidad de Sevilla y del Instituto Europeo de Relaciones Industriales – IERI. Anteriormente Docente de pregrado de Seguridad Social y Derecho Laboral Colectivo en la Universidad Nacional de Colombia. Actual Docente de posgrado en la Cátedra “Tendencias Contemporáneas en Derecho del Trabajo” en la Especialización en ‘Derecho del Trabajo’ en la Universidad Nacional de Colombia. Abogado Litigante en asuntos laborales y administrativos, Profesional de Auditoría de la Dirección de Vigilancia Fiscal del Sector Defensa, Justicia y Seguridad de la Contraloría General de la República. Actualmente Juez Doce Laboral del Circuito de Bogotá D.C. 1 Uno de los principales referentes sobre el estado del arte en Colombia de un fenómeno de desregularización del trabajo, retomo el trabajo realizado por Carlos Rodríguez Mejía, Mauricio Velásquez Ospina y Catherine Cañón Sarmiento, en el artículo “La deslaboralización de las relaciones de trabajo” en Cuadernos de Integración Andina. No 20 – La Subcontratación Laboral – perspectivas y análisis. Consejo ∗ 1 originalmente se ubican en el plano del derecho cooperativo o en el comercial, bien sea para encubrir las relaciones laborales, para intentar eludir el cumplimiento de la laboralidad como norma de orden público, o en su defecto, cuando la aplicación de las normas de otro carácter involucra una discusión seria sobre la aplicación del derecho del trabajo. En los primeros eventos estaríamos hablando de las relaciones encubiertas de trabajo (incluso de fraude y simulación en la contratación); y en el último de los eventos hablaríamos de las relaciones ambiguas de trabajo. Para efectos de realizar una ambientación a la normatividad colombiana, podemos reseñar que el derecho del trabajo edifica su estructura sobre la noción jurídica del contrato de trabajo – que lo define como aquel por el cual una persona natural (trabajador) se obliga a prestar un servicio personal a otra persona natural o jurídica (empleador), bajo la continuada dependencia o subordinación de la segunda y mediante remuneración. Si se analiza, la palabra “aquel” contenida en el artículo 22 del Código Sustantivo del Trabajo colombiano (CST), implica que no ha podido desligar su carga civilista, puesto que al no establecer claramente la institución, se remitirá a la normatividad civil, donde el contrato es un acuerdo de voluntades tendiente a la producción de consecuencias jurídicas, desconociendo que los elementos propios de todo contrato civil (capacidad, consentimiento, objeto y causa) pierden fuerza vinculante cuando se intenta encasillar al contrato de trabajo dentro de esta noción. Aun así, la noción iuslaboralista del CST, comprende tres presupuestos para determinar la existencia del Contrato de Trabajo, los cuales han sido producto de la construcción jurídica producto de la especialidad del derecho del trabajo: 1) La actividad personal del trabajador; 2) La remuneración o retribución del servicio materializado en el Salario; y 3) La continuada subordinación y dependencia del trabajador respecto del empleador, que faculta a exigir órdenes en cuanto a modo, tiempo o cantidad, e imponer reglamentos, lo que debe mantenerse por todo el tiempo de duración del contrato. La especialidad que toma el Derecho del Trabajo en la primera mitad del siglo XX2, la hizo trascender a tal punto que la disciplina jurídico-laboral se convierta en objeto de regulación supralegal, al insertar los derechos sociales en las Constituciones e identificarse con algunos principios específicos, que en el caso específico de Colombia se enuncian la obligatoriedad social y libertad del trabajo, el carácter mínimo e irrenunciable de los derechos del trabajador, la aplicación de la norma más favorable, y, especialmente, la presunción de laboralidad del trabajo prestado3. Esta presunción de laboralidad en el derecho colombiano ha sido precisada por la Corte Constitucional, en el sentido que cuando se alega la subordinación jurídica, en ningún Consultivo Laboral Andino – Programa Laboral de Desarrollo – Instituto Laboral Andino. Lima. 2007. pp 87104. Cf. http://www.ccla.org.pe/publicaciones/cuadernos-integracion/pdf/cuaderno20.pdf 2 OJEDA Avilés, Antonio. La Deconstrucción del Derecho del Trabajo. Wolters Kluwer España – La Ley. Madrid. 2010. pp 61-62 3 Art. 24 CST Se presume que toda relación de trabajo personal está regida por un contrato de trabajo. 2 caso se le puede trasladar al trabajador la carga de la prueba de ella – ni siquiera en los casos del desarrollo de profesiones liberales o en desarrollo de contratos civiles o mercantiles – puesto que se produciría una discriminación en relación con el resto de los trabajadores, colocando a estos últimos en una situación más desfavorable frente al empleador, no obstante que la Constitución exige para todos un trato igual, situación que en los casos en los cuales sea invocada, debe ser examinado y decidido por el juez del trabajo en el correspondiente juicio4. Como quiera que el principal objetivo de este documento es el mostrar un panorama del ordenamiento jurídico colombiano en el ámbito de las zonas grises o relaciones de trabajo ambiguas, donde puede discutirse el carácter laboral de la situación jurídica en concreto, basta por enunciar algunas figuras donde el parámetro de discusión se abre en torno a la condición de los trabajadores, o la configuración del empleador – el cual deja de ser la persona natural y se convierte en una abstracción – o de la misma relación de trabajo. Bajo ese entendido, procedemos a describir dichas figuras dentro de la normativa colombiana: Primer escenario: Representatividad del patrono – empleador y la solidaridad En primer lugar, podemos enunciar la representatividad del patrono – empleador y la solidaridad, toda vez que, conforme lo establece el CST, los representantes del patrono, según la ley, la convención o el reglamento de trabajo, son: 1) Las que ejerzan funciones de dirección o administración, tales como directores, gerentes, administradores, síndicos o liquidadores, mayordomos y capitanes de barco, y quienes ejercitan actos de representación con la aquiescencia expresa o tácita del patrono; y 2) Los intermediarios (entendido como las personas que contraten servicios de otras para ejecutar trabajos en beneficio y por cuenta exclusiva de un empleador, señalando tal calidad). Por otra parte, se excluye de esta representación a los contratistas independientes (verdaderos patronos y no representantes ni intermediarios), las personas que contraten la ejecución de una o varias obras o la prestación de servicios en beneficios de terceros, por un precio determinado, asumiendo todos los riesgos, para realizarlos con sus propios medios y con libertad y autonomía técnica y directiva. Finalmente, el beneficiario del trabajo o dueño de la obra es solidariamente responsable con el contratista de salarios e indemnizaciones a que tengan derecho los trabajadores de esta, y de los subcontratistas frente a sus trabajadores, aún en el caso de que los contratistas no estén autorizados para contratar los servicios de subcontratistas. Estas disposiciones se aplican a todos los trabajadores con contrato de trabajo tanto del sector público como del privado5. 4 Corte Constitucional Sentencia C-665 de 1998. MP. Hernando Herrera Vergara. Debe precisarse este postulado en función que hay una distinción entre la regulación de los trabajadores del sector público y los del sector privado, conforme lo establece el artículo 3º del CST. Sin embargo, el Decreto 2127 de 1945, que regula las relaciones de trabajo de los trabajadores oficiales (con contrato de trabajo en el sector público) trae esta misma regla sobre solidaridad. 5 3 Se excluye de la responsabilidad del beneficiario cuando se trate de labores extrañas a las actividades normales de su empresa o negocio. Así, sobre el tema de representatividad, puede decirse que son solidariamente responsables de todas de las obligaciones que emanen del contrato de trabajo, las sociedades de personas y sus miembros y éstos entre sí en relación con el objeto social y sólo hasta el límite de responsabilidad de cada socio, y los condueños o comuneros de una misma empresa entre sí, mientras permanezcan en indivisión. Como quiera que en el sector público existe – por regla general – un esquema de relaciones legales y reglamentarias, la figura de trabajador oficial (contrato de trabajo) es excepcional, aplicable para labores de: 1) Construcción y sostenimiento de obras públicas; 2) Empresas industriales y comerciales del Estado, cuya naturaleza del cargo no sea directiva; y 3) en instituciones idénticas a las de los particulares o susceptibles de ser fundadas y manejados por estos en la misma forma. Entonces, varias de las controversias donde se discute la laboralidad de las relaciones, bien sea por su ambigüedad o por su encubrimiento, penetran esta normatividad, entre otros casos por: 1) cuando el trabajador labora a través de intermediarios, pero que no son tan “ajenos” a la labor del beneficiario, o que no es clara la mención “expresa” de su calidad; 2) Cuando el trabajador en principio es representante tácito del patrono, pero que en la realidad su relación no tiene el alcance para ostentar una verdadera delegación de la persona del empleador (supervisores, comercializadores, etc.); 3) cuando hay sucesiones o subrogaciones del empleador, a través de relaciones de derecho privado (subcontratación, redes de empresas, franquicias); 4) Cuando se cuestiona si el beneficiario de la obra tiene una causal de exclusión de la responsabilidad por cuanto el trabajador ejerce actividades que aparentemente son “no extrañas” a las actividades normales de su empresa o negocio. Estas situaciones serán objeto de la observación, examen y decisión del juez del trabajo. Segundo escenario. Las modalidades de vinculación con la Administración Pública Habíamos mencionado arriba que la modalidad general de vinculación con la administración pública era la relación legal y reglamentaria; donde los empleados al servicio del Estado ingresan a la administración mediante actos administrativos donde se reconoce un determinado status jurídico; ya sea mediante un nombramiento en propiedad por méritos, temporal o por periodo fijo, o bien una designación por elección popular. En estos casos, el ingreso y asignación de funciones a los empleados públicos se hace de acuerdo a la existencia de cargos que la ley o el Gobierno Nacional hayan realizado previamente. Para estos funcionarios, la unilateralidad de la administración es la encomendada para la determinación específica de su ámbito laboral. Sin embargo, de acuerdo a la actual normatividad interna, estos empleados no tienen derecho efectivo al ejercicio de la negociación colectiva ni a la huelga, a pesar de los constantes señalamientos de los organismos internacionales promoviendo la aplicación del 4 Convenio 151 de 1978 de la OIT, instrumento aprobado por el Congreso de la República de Colombia y ratificado por el Gobierno Nacional6. El empleo público en su nominación de carácter individual tiene una clasificación general; 1) De libre nombramiento y remoción (por las autoridades nominadoras) 2) De carrera; 3) De período fijo 4) Temporales 2) Directivos, Asesores, Profesionales y Asistenciales; 5) Empleos de elección popular (Presidente, Vicepresidente, Senadores, Representantes, Gobernadores, Alcaldes, Concejales, Municipales y distritales y miembros de las juntas administradoras locales). Por otra parte, se considera como servidor público pero, en la categoría de trabajador oficial aquellos que obtienen su vinculación con la administración mediante contrato de trabajo, y se ubican, bien sea en labores de construcción y mantenimiento de obra pública, o en el sector descentralizado por servicios de la administración (Empresas Industriales y Comerciales del Estado, Sociedades de Economía Mixta, o empresas cuyos negocios hacen parte de la actividad netamente comercial) Al interior de la Administración, hay un régimen general en la Rama Ejecutiva del Poder Público (a nivel nacional y territorial en departamentos, el Distrito Capital y municipios), varios especiales por el aspecto orgánico7, y algunos sistemas específicos de carrera administrativa, donde la singularidad y especialidad de las funciones que cumplen las entidades en las cuales se aplican, contienen regulaciones específicas para el desarrollo y aplicación de la carrera en materia de ingreso, capacitación, permanencia, ascenso y retiro del personal, tal y como los ha señalado la ley colombiana8. Sin embargo, en el sector público, se han visto prácticas muy frecuentes, que giran en torno a la contratación administrativa mediante la figura de la “prestación de servicios”, e incluso, mediante Cooperativas de Trabajo Asociado y Empresas de Servicios Temporales. De estas dos figuras nos ocuparemos más adelante. Por lo pronto nos enfocaremos en la figura del contrato de prestación de servicios, toda vez que este se ha considerado como el instrumento por medio del cual se vincula una persona natural para desarrollar actividades relacionadas con la administración o funcionamiento de la 6 Este Convenio fue aprobado por el Congreso de la República mediante ley 411 de 1997 Entre ellos podemos incluir a) Personal del Ministerio de Defensa Nacional, las Fuerzas Militares y a la Policía Nacional, b) Rama Judicial del Poder Público, c) Procuraduría General de la Nación y Defensoría del Pueblo, d) Contraloría General de la República y Contralorías Territoriales, e) Fiscalía General de la Nación, f) Entes Universitarios autónomos, g) Personal regido por la carrera diplomática y consular, h) el que regula el personal docente, i) Personal de carrera del Congreso de la República. 8 Entre ellos podemos incluir a) El que rige para el personal que presta sus servicios en el Departamento Administrativo de Seguridad (DAS), b) El que rige para el personal que presta sus servicios en el Instituto Nacional Penitenciario y Carcelario (INPEC), c) El que regula el personal de la Unidad Administrativa Especial de Impuestos y Aduanas Nacionales (DIAN), d) El que regula el personal científico y tecnológico de las entidades públicas que conforman el Sistema Nacional de Ciencia y Tecnología, e) El que rige para el personal que presta sus servicios en las Superintendencias. f) El que regula el personal que presta sus servicios en el Departamento Administrativo de la Presidencia de la República, g) El que regula el personal que presta sus servicios en la Unidad Administrativa Especial de la Aeronáutica Civil. 7 5 entidad, y estas no puedan realizarse con personal de planta o requieran conocimientos especializados9. Pero bajo el velo de los contratos de prestación de servicios, y so pretexto de la insuficiencia de personal el interior de las entidades estatales, se han vinculado trabajadores, desconociendo el régimen laboral correspondiente. Esto fue objeto de análisis por parte de la Corte Constitucional colombiana cuando consideró que, pese a la prohibición de vincular mediante contratos de prestación de servicios a personas que desempeñan funciones permanentes en la administración pública, en la actualidad es una práctica regular en las relaciones laborales con el Estado la reducción de las plantas de personal de las entidades públicas, el aumento de contratos de prestación de servicios para el desempeño de funciones permanentes de la administración, en lo que comúnmente se ha conocido como “nóminas paralelas” o la designación de una gran cantidad de personas que trabajan durante largos períodos en las entidades públicas en forma directa o mediante las cooperativas de trabajadores, empresas de servicios temporales o los denominados outsourcing10. Así, en la práctica se muestra un contexto distinto al que tanto la norma de contratación administrativa, como la de función pública11 alude. En la Sentencia C-614 de 2009, la Corte Constitucional encuentra ajustado a la Constitución que el legislador haya prohibido a la administración pública celebrar contratos de prestación de servicios para el ejercicio de funciones de carácter permanente, porque para ello se requiere crear los empleos correspondientes, en aras de impedir la aplicación abusiva de figuras constitucionalmente válidas. Tercer escenario. Otras formas jurídicas de vinculación. Varias figuras del ordenamiento jurídico pueden asociarse en este sentido. En primer lugar, la Empresa de Servicios Temporales, como aquella que contrata la prestación de servicios con terceros beneficiarios para colaborar temporalmente en el desarrollo de sus actividades, mediante la labor desarrollada por personas naturales, contratadas directamente por la empresa de servicios temporales, la cual tiene con respecto de éstas el carácter de empleador12. Esta figura tiene como particularidades que: 1) Las empresas de servicios temporales celebran con las usuarias, contrato de prestación de servicios para el envío de trabajadores en misión. 2) Los usuarios sólo podrán contratar temporales cuando se trate de labores ocasionales, accidentales o transitorias a que sé refiere el artículo 6o. del CST; cuando se requiera remplazar personal en vacaciones, en uso de licencia, en incapacidad por enfermedad o maternidad; o para atender 9 Art. 32 num. 3. Ley 80 de 1993. Corte Constitucional Sentencia C-­‐614 de 2009. MP Jorge Ignacio Pretelt Chaljub 11 Artículo 2º del Decreto Ley 2400 de 1968, modificado por el Artículo 1º del Decreto Ley 3074 de 1968. 12 Ley 50 de 1.990, artículo 71º, concordante con el artículo 1º del Decreto Reglamentario 24 de 1.998 y el artículo 2º del Decreto 4369 de 2006. 10 6 incrementos en la producción, el transporte, las ventas de productos o mercancías, los períodos estacionales de cosechas y en la prestación de servicios, por un término de seis (6) meses prorrogables hasta por seis (6) mes más. 3) Las empresas de servicios temporales deben constituirse como personas jurídicas, contar con resolución de aprobación expedida por el Ministerio del Trabajo debidamente ejecutoriada y tendrán como único objeto el citado en el artículo 71 de la Ley 50 de 1.990. Del mismo modo podemos enunciar al Teletrabajo como aquella modalidad que puede pactarse a tiempo parcial o completo, y que requiere la utilización de medios de telecomunicación a través del cual se ponen en contacto el trabajador y el empleador. También se precisa que el trabajador tenga a su disposición un sistema de procesamiento electrónico de la información. Se regula en la ley 1221 de 2008 la cual tiene por objeto promover y regular el teletrabajo como un instrumento de generación de empleo y autoempleo mediante la utilización de tecnologías de la información y las telecomunicaciones (TIC). Esta modalidad comprende varias opciones a saber: 1) Por cuenta propia y por cuenta ajena; 2) Trabajo en el domicilio, o en la sede de un centro de teletrabajo o telecentro móvil o itinerante; 3) Autónomos (utilizan su propio domicilio o un lugar escogido para desarrollar su actividad profesional); 4) Móviles (No tienen un lugar establecido y sus herramientas son las TIC, en dispositivos móviles); 5) Suplementarios (laboran dos o tres días a la semana en su casa y el resto lo hacen en una oficina. Respecto a las Empresas Asociativas de Trabajo (Ley 10 de 1991 y Decreto 1100 de 1992) puede mencionarse que son organizaciones económicas productivas, cuyos asociados aportan su capacidad laboral, por tiempo indefinido y algunos aportan su tecnología, destreza u otros activos; tienen como objeto principal la producción, comercialización y distribución de bienes básicos de consumo familiar ( transformación de recursos naturales, insumos, productos semielaborados y su elaboración, en cualquier rama de la actividad para generar bienes destinados a la satisfacción de las necesidades del núcleo familiar o individual ) ó la prestación de servicios individuales o conjuntos de sus miembros. Esta figura jurídica excluye la regulación del CST, le da un carácter netamente comercial, y si la empresa asociativa actúa como empleador, se configura una causal de cancelación de su personería jurídica. La responsabilidad de los socios está regida por las normas previstas para las sociedades de personas. Cuarto Escenario. El caso de las Cooperativas de Trabajo Asociado De conformidad con el artículo 70 de la Ley 79 de 1988 "Las cooperativas de trabajo asociado son aquellas que vinculan el trabajo personal de sus asociados para la producción de bienes, ejecución de obras o la prestación de servicios". El Decreto N° 4588 de 2006, define a las Cooperativas de Trabajo Asociado como, “organizaciones sin ánimo de lucro, pertenecientes al sector solidario de la economía, que asocian personas naturales que simultáneamente son gestoras, contribuyen económicamente a la cooperativa y son aportantes directos de su capacidad de trabajo para el desarrollo de actividades económicas, profesionales o intelectuales, con el fin de 7 producir en común bienes, ejecutar obras o prestar servicios, para satisfacer las necesidades de sus asociados y de la comunidad en general.” El trabajo cooperativo se rige por sus propios estatutos, en consecuencia, las relaciones entre la Cooperativa y sus asociados por ser de naturaleza cooperativa y solidaria, están reguladas por la legislación cooperativa, los estatutos, el Acuerdo Cooperativo y el Régimen de Trabajo Asociado y de compensaciones que parten de la base del animus societatis como elemento que sirve de cohesión entre las partes. No obstante la Corte Constitucional colombiana en sentencia C-211 de 2000, sostuvo que “los miembros de las cooperativas de trabajo asociado no ostentan una relación empleador - empleado, lo que de suyo implica que bajo tales respectos el asociado ha de trabajar individual o conjuntamente para la respectiva cooperativa en sus dependencias”… “Sin embargo, en la práctica es posible encontrar casos en los que pese a parecer formalmente como relaciones cooperativas lo que en realidad existe es una relación laboral”. Respecto a la afiliación de los asociados al sistema de seguridad social y los efectos de dicha afiliación, la Corte Suprema de Justicia ha precisado los alcances, en cuanto a la obligatoriedad, afirmando que el artículo 59 de la Ley 79 de 1988 señala, entre otros aspectos, la obligación de incluir en sus estatutos o reglamentos el régimen de previsión y de seguridad social de las Cooperativas. La misma Corte Suprema de Justicia Colombiana – Sala de Casación Laboral, en sentencia N° 22404 del 31 de mayo de 2005, M.P. Camilo Tarquino Gallego, indicó que de esta norma se desprende que las Cooperativas “no deben ellas sustraerse del sistema de riesgos de protección, precisamente porque en el ejercicio de sus funciones de vigilancia y seguridad privada, sus asociados están sometidos a determinadas contingencias que los hace vulnerables, sin que puedan excluirse totalmente de las previsiones, en esa específica materia” En sentencia N° 25725 del 2 de febrero de 2006, M.P. Luis Javier Osorio López, la misma Sala Laboral de la Corte Suprema de Justicia, afirmó: “Es por lo tanto indudable que al tomar el seguro por parte de la Cooperativa Especializada de Seguridad y Escoltas "COOPES" y afiliar a sus asociados que se traducen en los asegurados, los cuales como se dijo no están excluidos del Sistema, y por demás cumplir con la cancelación oportuna de la prima de aseguramiento o cotización, la lógica consecuencia no es otra que la asunción del riesgo y el pago de las prestaciones económicas que se originan al sobrevenir el suceso, a cargo de la aseguradora ARP SEGUROS DE VIDA COLPATRIA S.A La Corte Constitucional colombiana ha establecido que si por conducto de la Cooperativa de Trabajo Asociado llega a suscitarse una relación laboral de un trabajador asociado con la cooperativa, para prestarle servicios a un tercero -con elementos de subordinación, horario y remuneración propios del contrato de trabajo-, 8 esta relación laboral prevalece sobre el acuerdo cooperativo, y en tal caso aplican todas las regulaciones laborales, incluyendo, por supuesto, la protección laboral reforzada a las mujeres embarazadas o lactantes (Sentencias T-177/03, T-291/05, T-873/05, T063/06, T-195/07, T-531/07), a las personas en estado de debilidad manifiesta (T1219/05, T-002/06), o a los discapacitados o disminuidos físicos (T-504/08, T-962/08, T1119/08). De comprobarse la existencia de un contrato laboral paralelo o concomitante con la relación de índole cooperativa, la Corte también ha impuesto el cumplimiento de las obligaciones relacionadas con los aportes al sistema de salud (T-413/04), al sistema de riesgos profesionales (T-632/04), o incluso la muy elemental de reconocer los salarios pactados con el trabajador (T-353/08). Cuando los hechos del caso lo ameritan, la Corte ha ordenado, no a la Cooperativa, sino al tercero que se beneficia de la labor del trabajador asociado, que responda por las obligaciones laborales omitidas (T-471/08), más aun si el vínculo entre el trabajador y la cooperativa ya no pasa por la prestación de servicios a un tercero, sino que se trata de una relación laboral ordinaria entre aquel y ésta (T-900/04). Por la vía normativa, la ley 1233 de 2008 crea las contribuciones especiales a cargo de las Cooperativas y Precooperativas de Trabajo Asociado, y establece que la actividad de trabajo desempeñada por parte de los asociados dará origen a las contribuciones especiales, a cargo de ellas; precisa los derechos mínimos irrenunciables y prescribe que las Cooperativas y Precooperativas de Trabajo Asociado serán responsables del proceso de afiliación y pago de los aportes de los trabajadores asociados al Sistema de Seguridad Social Integral (salud, pensión y riesgos profesionales). Por otra parte, de acuerdo a la ley 1249 de 2010, el personal requerido en toda institución y/o empresa pública y/o privada para el desarrollo de las actividades misionales permanentes no podrá estar vinculado a través de Cooperativas de Servicio de Trabajo Asociado que hagan intermediación laboral o bajo ninguna otra modalidad de vinculación que afecte los derechos constitucionales, legales y prestacionales consagrados en las normas laborales vigentes. Incluso, administrativamente las Precooperativas y Cooperativas que intermedien laboralmente serán objeto de disolución y liquidación; así como el Servidor Público que contrate con Cooperativas de Trabajo Asociado que hagan intermediación laboral para el desarrollo de actividades misionales permanentes incurrirá en falta grave, e incluso en causal de disolución y liquidación. Esta norma fue reglamentada por el Decreto 2025 de junio 8 de 2011, el cual entró a regir en armonía con el Plan de Desarrollo del cuatrienio 2010-2014 “Prosperidad para todos” (Ley 1450 de 2011); cuyo artículo 276 estableció la aplicación automática de las sanciones y el régimen de prohibición arriba comentada sobre intermediación laboral de las Precooperativas y Cooperativas de Trabajo Asociado. 9 Consideraciones sobre los elementos que permitan vislumbrar la laboralidad de relaciones jurídicas. Comencemos por establecer que el juez del trabajo es el principal protagonista de la protección de los derechos de los trabajadores en países subdesarrollados como el nuestro13, y que su libre convencimiento en la prueba debe ir ligada a la sana crítica, entendida como la serie de “…reglas del correcto entendimiento humano; contingentes y variables con relación a la experiencia del tiempo y del lugar; pero estables y permanentes en cuanto a los principios lógicos en que debe apoyarse la sentencia”14. En ella intervienen las reglas de la lógica y las máximas de la experiencia del juez. El juez que debe decidir con arreglo a la sana crítica, no es libre de razonar a voluntad, discrecional o arbitrariamente. La sana crítica es la unión de la lógica y la experiencia sin excesivas abstracciones de orden intelectual, pero también sin olvidar esos preceptos que los filósofos llaman de higiene mental, tendientes a asegurar el más certero y eficaz razonamiento. Frente a esa sana crítica del juzgador, conviene aportar algunos elementos que permitirán establecer las condiciones laborales dentro de algunas relaciones jurídicas de vinculación, los cuales especifican aun más el sentido y alcance de los indicios que establece el Núm. 13 de la Recomendación 198 de 2006 OIT15: Sea lo primero señalar con absoluta claridad, que el trabajo hoy tiene el carácter de derecho fundamental16, por encima de cualquier formalidad legal con la cual se le revista, y sin restricción a la actividad subordinada; puesto que más que al trabajo se protege al trabajador y a su dignidad. 13 Señala Mozart Víctor RUSSOMANO que la justicia laboral está siendo cada vez más abandonada por los países industrializados, que prefieren utilizar los contratos colectivos de trabajo; sin embargo, continúa siendo necesaria en las naciones subdesarrolladas o en vías de desarrollo, como una garantía plena de los derechos de los trabajadores. Cf http://biblio.juridicas.unam.mx/libros/1/114/21.pdf 14 COUTURE, Eduardo J. Estudios de Derecho Procesal Civil Tomo II. Buenos Aires. Depalma. 1979, p. 195. 15 Entre esos indicios podrían figurar los siguientes: “a) el hecho de que el trabajo: se realiza según las instrucciones y bajo el control de otra persona; que el mismo implica la integración del trabajador en la organización de la empresa; que es efectuado única o principalmente en beneficio de otra persona; que debe ser ejecutado personalmente por el trabajador, dentro de un horario determinado, o en el lugar indicado o aceptado por quien solicita el trabajo; que el trabajo es de cierta duración y tiene cierta continuidad, o requiere la disponibilidad del trabajador, que implica el suministro de herramientas, materiales y maquinarias por parte de la persona que requiere el trabajo, y b) el hecho de que se paga una remuneración periódica al trabajador; de que dicha remuneración constituye la única o la principal fuente de ingresos del trabajador; de que incluye pagos en especie tales como alimentación, vivienda, transporte, u otros; de que se reconocen derechos como el descanso semanal y las vacaciones anuales; de que la parte que solicita el trabajo paga los viajes que ha de emprender el trabajador para ejecutar su trabajo; el hecho de que no existen riesgos financieros para el trabajador”. 16 Corte Constitucional Sentencia T-449 del 15 de junio de 2010. MP. Humberto Antonio Sierra Porto. 10 Uno de los principales elementos para establecer laboralidad deberá ser entonces, la prestación efectiva de trabajo, siempre que se realice una actividad en condiciones de subordinación17 Otro de los elementos que pueden derivar la laboralidad de la relación jurídica es la relación de verticalidad entre las partes, situación evidente cuando la aparente igualdad se convierte en una condición de forzosa aceptación como en la adhesión a las cooperativas de trabajo asociado18, en tres contextos: 1) si el cooperado haya cumplido con la labor en las condiciones indicadas por la cooperativa o el tercero a favor del cual la realizó para proceder al pago de las compensaciones a que tiene derecho; 2) la sujeción indiscriminada a las condiciones en las cuales trabajará por parte de la Cooperativa o del tercero a favor del cual se va a ejecutar la labor contratada y; 3) el ejercicio de poder disciplinario de la cooperativa sobre el cooperado, de acuerdo con las reglas previstas en el régimen cooperativo. Es más, en función de ese libre convencimiento de juzgador en la determinación de la laboralidad de las relaciones jurídicas, individual o colectivamente consideradas, consideramos que el espectro analizado en el Sector Público por las sentencias de la Corte Constitucional puede ampliarse y verificarse incluso por los jueces del trabajo que deben conocer las controversias de carácter privado. Entre otras pueden contarse como circunstancias objeto de verificación: i) El elemento volitivo en la celebración del vínculo contractual, es decir, si la persona natural que va a integrar la cooperativa, empresa de servicios temporales, Sociedad de Acciones Simplificada; en verdad quiere hacer parte de una asociación, o, si por el contrario, es tan solo un requisito de ingreso para laborar en otra empresa (generalmente el beneficiario); o con la cual celebra el contrato de prestación de servicios queriendo realizar una actividad autónoma, o al contrario, ingresar a realizar actividades subordinadas. ii) La finalidad con la que se acude a la forma contractual, puesto que si se celebran contratos de prestación de servicios para desempeñar funciones permanentes de la entidad, se desnaturaliza la protección laboral proveniente de la función pública. Se genera la misma desnaturalización si se contrata una prestación de servicios personales subordinados a cambio de una remuneración económica con una cooperativa de trabajo, con las facilidades de remoción de nómina o cambios de personal, independientemente que se encuentre en el ámbito del desempeño de funciones propias de la entidad, o del objeto social de la empresa, o el giro ordinario de los negocios. La misma situación ocurre cuando quiera que se conmina al trabajador a “transitar” entre diversas Empresas de Servicios Temporales, pero con la misma empresa 17 18 Corte Constitucional Sentencia C-1110 del 24 de octubre de 2001. MP. Clara Inés Vargas Hernández. Corte Constitucional Sentencia T-445 del 02 de junio de 2006. MP. Manuel José Cepeda Espinosa. 11 usuaria, a fin de garantizar continuidad, pero desmoronando cualquier posibilidad de ejercicio de negociación colectiva de los trabajadores, dada la debilidad de la sindicación por rama de industria en el país y la prelación por el sindicato de empresa. Incluso, acudir a figuras propias del Derecho Comercial como las Sociedades de Acciones Simplificada19 o las Empresas Unipersonales, para que el trabajador haga parte o conforme estas personas jurídicas, diluyendo formalmente su vinculación laboral. Ahora bien, téngase en cuenta que en muchas ocasiones estas instituciones pierden sus esencia al utilizarse como distractores de relaciones laborales, cuando las aparentes sociedades dejan de acudir a propaganda o marketing, y en verdad solamente obedecen a los requerimientos de un único cliente que en últimas es el beneficiario de la labor iii) La prestación directa del servicio y el animus con que el beneficiario del trabajo lo recibe. También debe analizarse cuál es la finalidad del servicio prestado, y en qué condiciones el beneficiario del mismo lo acepta; es decir, si el beneficiario exige subordinación por debajo del amparo autónomo del contrato celebrado, aprovecha la intermediación para realizar su negocio misional, genera beneficios y/o reducción de costos laborales con la subcontratación, y torpedea el derecho de asociación al reducir los alcances y la aplicación de las convenciones (convenios) colectivos, por la imposibilidad de hacerlos extensivos legalmente a las vinculaciones triangulares. iv) Igualdad de tratamiento frente a relaciones laborales en situaciones de protección especial constitucional. Cuando quiera que se ventilan controversias por la vía de la acción constitucional de tutela, ha recibido una protección especial cuando se evidencian condiciones tales como estado de gravidez20, o discapacidad por enfermedad profesional21/ accidente de trabajo22, donde se entra a analizar posibles encubrimientos de relaciones laborales e intermediación23 en función de la garantía especial que brinda la Carta Política colombiana. v) Funcionalidad de la actividad. Esta situación se predica – sobre todo en el sector público – cuando la ejecución de funciones se refieren al ejercicio ordinario de las labores constitucional y legalmente asignadas a la entidad pública. En el sector privado puede considerarse que si la función contratada está referida a las que 19 Creadas por la ley 1258 de 2008 Corte Constitucional Sentencia T-286 del 03 de abril de 2003. MP. Jaime Araujo Rentería. T-531 del 12 de julio de 2007. MP. Álvaro Tafur Galvis. T-305 del 28 de abril de 2009. MP. Mauricio González Cuervo. 21 Corte Constitucional Sentencia T-968 del 07 de octubre de 2008. MP. Jaime Araujo Rentería. 22 Corte Constitucional Sentencia T-449 del 15 de junio de 2010. MP. Humberto Antonio Sierra Porto. Sentencia T-467 del 16 de junio de 2010. MP. Jorge Iván Palacio Palacio. 23 Ley 1233 de 2008. Artículo 7. Las Cooperativas y Precooperativas de Trabajo Asociado no podrán actuar como empresas de intermediación laboral, ni disponer del trabajo de los asociados para suministrar mano de obra temporal a terceros o remitirlos como trabajadores en misión. En ningún caso, el contratante podrá intervenir directa o indirectamente en las decisiones internas de la cooperativa y en especial en la selección del trabajador asociado. 20 12 usualmente debe adelantar el empleador, así proceda a la tercerización, la intermediación o la flexibilidad. vi) Igualdad de actividades frente a personas que tienen vinculación laboral. Puede advertirse laboralidad de la relación jurídica cuando quiera que las labores que se prueban, guardan relación con las mismas que las de los servidores públicos vinculados en planta de personal de la entidad o con las personas que al interior de la unidad de explotación económica tengan contrato de trabajo. vii) Habitualidad y continuidad. Consistente en que las actividades que desarrolla el trabajador hacen parte de la cotidianidad de la función estatal, que puedan colegir el cumplimiento de un horario o un turno presencial en la empresa o entidad; como por ejemplo el análisis presupuestal de ejecución de recursos, la programación administrativa de flujos de caja, el control de calidad de producción; y para ello la vinculación sea sucesiva en el tiempo, por figuras como la contratación administrativa de la que habíamos hecho alusión. De igual forma sucede cuando la gestión contratada por medio de otra relación equivale al giro normal de los negocios de una empresa, las cuales deben vincularse mediante una relación laboral y no puramente contractual24. Consideraciones Finales Frente al derroche de técnicas y modelos de organización del trabajo para el siglo XXI, es importante mencionar que, sea cual fuere el modelo de explicación teórica, es claro que el Derecho Laboral no puede ser ajeno al flujo flexible las nuevas formas de composición social, y, en últimas a la intervención en la legislación social de los principios económicos; que, en algunos países, ha tendido a establecer poderes patronales (posibilidad de despedir con o sin causal justificada) en un sentido contrario a la historia del Derecho del Trabajo, así como también a la flexibilidad irracional cuyo fin es desregular el sistema de protección del trabajador (en términos de RUSSOMANO); y, en general, que el trabajador asalariado ya deja de ser ese simple engranaje desprovisto de iniciativa en una organización fuertemente jerarquizada para convertirse en un elemento que dirige el devenir empresarial , mientras que el trabajador independiente deja de ser el profesional o empresario libre de obrar como quiera. Así el trabajo asalariado cede el terreno a lo que se puede llamar la “autonomía en la subordinación”, mientras que el trabajo no asalariado se proyecta a lo que se denomina el “vasallaje en la independencia”, categorías que contempla Alain SUPIOT25, teórico francés del Derecho del Trabajo. Esto evidencia que la discusión del futuro del Derecho del Trabajo frente a los cambios sociales no es pacífica ni tiene soluciones bipolares, de inclusión o exclusión al Derecho del Trabajo. 24 Corte Suprema de Justicia Sentencia del 21 de abril de 2004, Rad. 22426. Magistrado Ponente Eduardo López Villegas, 25 Alain SUPIOT. Trabajo Asalariado y Trabajo Independiente. Informe para el VI Congreso europeo de derecho de trabajo (Varsovia, 13-17 de septiembre de 1999). 13 Con todo, sea cual fuere el planteamiento economicista o de derecho económico, o la resurrección reencauchada de los planteamientos liberales llevadas a la aversión de la intervención estatal en pro de los trabajadores, no se puede admitir que ni por la vía de la flexibilización ni por la reducción de la reglamentación (limpieza de la legislación) se llegue a la reducción de los derechos fundamentales o indispensables de la dignidad del trabajador como ser humano, como ciudadano y como persona26. RUSSOMANO señala así que las tribulaciones sufridas por el Derecho del Trabajo, las empresas y el Estado se extienden también a la Seguridad Social y al Derecho Procesal del Trabajo. Por último, los elementos anteriormente considerados permiten de alguna forma considerar que las condiciones de existencia de relaciones de trabajo hoy por hoy no están dependiendo de la vinculación específica, puesto que la transversalidad de circunstancias de laboralidad están direccionadas más al reconocimiento de un status civitatis comunes, donde el ser humano incorpora la traducción laboral de unos derechos que el titular posee desde antes o desde fuera de su ámbito contractual, basados en una concepción global del trabajo y en el que se concilien los imperativos de libertad, de seguridad y de responsabilidad27, consistente en la conversión de un Derecho del Trabajo regulador de toda prestación profesional, de servicios o actividades28. Bogotá D.C., febrero de 2012. 26 De acuerdo a los comentarios de GARCÍA AMADO, los puntos de propuesta frente al “divorcio” entre lo individual y lo colectivo, a partir de fenómenos como la globalización y la flexibilidad, pueden establecerse así: 1) El mantenimiento de las conquistas legales y convencionales imprescindibles para un auténtico ejercicio de la autonomía individual del trabajador, entendida no como mera libertad contractual, sino como capacidad de mínimo autogobierno de su vida y su destino; 2) La conservación de la negociación colectiva, pero bajo reglas procedimentales que garanticen la representatividad de sus resultados y el protagonismo del trabajador individual; y 3) La reivindicación del papel del Estado y del protagonismo de la ley, expresión de una voluntad general que ha de admitir los menos solapamientos posibles. 27 Alain SUPIOT. Transformaciones del trabajo y porvenir del Derecho Laboral en Europa. Revista Internacional del Trabajo 118-1. 1990. pp 40 28 Antonio OJEDA AVILÉS. La Deconstrucción del Derecho del Trabajo. Wolters Kluwer España – La Ley. Madrid. 2010. pp 113. 14