a cadena perpetua - Fundación Juan March

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Á CADENA PERPÉTUA.
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PIEZA EN u:-; ACTO Y E:'i PROS \ 1
ARREGLAD.\ D!L FRA.NCÍ:S
POR
DON JOSÉ MARJA GARCIA .
Üllt•nada en el
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Pnncipe á 12 rl1
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IIPIIE TI PE JOSf' ROOHHa;¡:;z, r.ALI"IHIO. j ' •
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PERSONAJES.
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D0:\1 SILVESTRE, esposo det .
DOXA CÁNDIDA, tia de 1 .•..• .
PA ' TALEO:\'A. , ............ .
RA!MUNDO .... . ........... .
DON PH!SCO¡ .... .. ... . ... . ,
ACTORES.
Do~
JosÉ AusEDo
OnG,\Z .
DoÑA FEL!P .\
DoilíA !11ATILDE SEnRA:"lO.
Do~ Ruw~ MARISCAL .
Do:'!
ERAFI:"l
GAnrr \.
La escena pasa en l\ladrid y en nuestros días.
La ~ropledad de esta obra pertenece 5 su autor, quien perseguir;\
ante la ley al que la reimprima ó represente sin su permiso.
Los Corresponsales y agentes de la Admin•!tracion l.trrco·dram¡)o
tica son los encargados exclusivos de la venta de e¡emplares y del eo·
bro de derechos de representaeion en todas las poblaciones del reino .
Queda hecho el depósito que exige la ley.
1 ('\fud '1)
~
ACTO UNICO.
ala en casa de D. ilv~strc; puerta al foro, que es la principal .
otras laterales que corresponden á las habitaciones de Doii~
Cándida y de Pantaleona. En el primer término de la derecha,
una consola con espejo; á la izc¡uier,la, una mesa con legajos y
recado de escribir. Sillas, butacas, etc., cte.
ESCENA PRJl\IERA.
DO:'ü CÁNDIDA, PA!'ITALEO:'lA.
PA :"'T.
CANO.
PA:'IT.
CA :'iD.
Estoy bien así, tía?
Á ver... Yuel1·e la cara... Phis! El peinado pueclr
pasar; pero tienes unas ojeras!. .. Por qué no te pint~
un poco? Anda: mira que ya no puede tardar en ven.
tu futuro.
Que venga: me verá como soy. Cada uno es como Dio
le crió.
Ya! pero puede parecer otra cosa, y la que quiere atrapar un marido, debe disimular sus defectos. Cuántas
mujeres conozco yo que pasan por hermosas, y son mas
feas que una nor.he de truenos! Es preciso que cuando
venga tu novio, te encuentre siempre muy limpia, muy
sonro>ada; que des á tu rostro una expresion modesta
y apacible.
(Mirándose al espejo.)
B
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fundac
1J
:m Marrh ('Madrt )
-6CA~O.
PA:'o/T.
CANO.
PANT.
CAllO.
I'Ai'IT.
CA110.
PA:'o/T.
PAl'\T.
CANO.
J>ANT.
CANO.
PANT.
CANO.
PANT.
CA :<lO.
Eso último no rne costará gran trabajo. Ya sabe usted
que tengo buen carácter.
Demasiado bueno por Lu desgracia!
Por mi desgracia'!
Solo falta que la eches La mbien sensible! . .
Corno que IG soy.
Es decir; que serás capaz de querer á Ruimundo d e ~ ­
pues que os eclJH1 las bendiciones'!
Ya lo creo: como aliara: con toda mi almn!
Jesus, qué blasfemia!
Si nn debo amar á Raimunuo, cuando sea mi espo,;o,
para qué quiere usted que me case con él?
Porque el himeneo es una necesidad social para nosotras. Óyeme, niña. Los hom!Jres han inventado el lazo
del matrimonio para avasallar á las mujeres; pero cuando
las mujeres se dan bt1c.na maña, son ellos los que caen
en el luzo! Qué bien dijo el que dijo, que cada uno se
labra su buena ó rnula ventura!. .. En la comedia de¡
mundo, no hay mas que dos papeles: r!l de verdugo y el
de víctima, Escoge el que mejor te convenga.
Yo compartiré con mi e!<poso los bienes y los males.
Es tan bueno Raimundo!
Otra necedad! llay acaso alguo marído bueno, sin que
su mujer le haya obligado á que lo sea?
Sí, señora: mi ti o.
Tu tia! Tu tio!
Siempre está contento ...
Pudiera no estarlo l
Á todo rlice amen ...
Ay de él si me contradijese!
No tiene voluntad propia ...
Con la mía le basta. Ht\ aquí mi obra, el triunfo de mt
sistema, puesto en planta desde el dia en que me casé,
sin transiguir una vez tan siquiera . Mucho he trabajado; pero el éxito me recompensa de todos mis afanes .
(Aparece Raimundo en la puerta del foro.)
PANT.
(Viéndolo y eon alegria.)
Bibl.:c.tec
laFm
Ah! Raimundo!
1
\far<h !Mad!i:l!
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CA ·n
(Ap. á Panteltona.)
Disimula, muchacha.
ESCENA U.
BAI"IJ:'IUO, IJICBAS.
HAll!.
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HAI\1.
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11,
n., ••.
C.I\U
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n.mr.
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PA~T.
llAI>I.
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l.mr.
CA "iD.
n~m.
(Salndando.) Seiiora ... Seíior1ta ...
Deje ustecl el sombrero ...
Es usted muy bonrlado<a!
Mi . ohrina 111e lo ha conliado todo, y pueden ustcdc"
contar con mi aprobacion.
De veras? Ah! No encurntro p~labras con r¡ue maniftJs1ar ú usted mi reconocimiento.
Yo tambien agradezco la prcdilecc10n que usted uos
dispensa, aspirando ¡\ formar [Jarte de lllle<'lra f¡¡mÍiia.
{Ap. :i Pantal•ona.) Baja los ojos.
Si consigo esa honra, seré rl hombre ma~ vcntnro~o clr
la li1•rra; porque hace mucho lit•mpo r¡uc adoro á csl;t
scíior~ta .
. í, tia: hace mucho tiempo r¡uc los dos nos.
(Ap. á Pantaleono.) Basta! Ba,ta!
\'erla dichosa, será rni único anhelo!
Yo estoy segura de que ella por su parte corresponderá ..
Oh! sr, SP.Üora.
(Bajo a Pantal•oroa.) Quiere usted callar? (,\tto.J Mi sobrina es como yo: humilde, senciiiJ, trabajadora, ccon(tmica ...
Educada por usted ...
Su tio la ha mimado un poquillo ...
Mi ti o es un ángel!
(Á Dooa Cándido.) Cuándo me tlispen,;nrá usted el honor
de presentarme al seiior don. ilreslre:'
'
Para qué?
Para manifestarle mi gratítutl.
Le debe usted algun favor?
Le debo mi feliciJad, pues t.> que habrá tia do la ml1ien
Biblio ca
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su consentimiento.
No señor, no le ha dado.
Es po>ible! Se opone?
No le ha dado, ni le dará, porque no se le ha ped11.lll,
ni hay necesidad de pedírselo.
Yo creía que era tutor de esta señorita?
Sí, sei10r, que lo es.
Entonces á él le corresponde ...
Á él no le corresponde nada. Pues qu.S, no puedo yo
dil'poner de la mano de mi sobrina sin la intervencion
tle un tercero~
(Desconcertado.) Ciertamente ... usted ... es muy rlueiia ...
tlc ...
r.~:'ID.
1\AtM.
CA:'ID.
flAtM.
CA :'ID.
11Am.
HAlli.
CI~O.
Adrmas, qué entiende mi marido de hacer matrimonios?
Perdone usted, señora. Al elegir una compañera como
u ted, ha demostrado qur. es muy entendido.
Gracias por la parte que me toca.
Supongo qne el serior don Silvestre tendrá ya notiCia de
nuestros tleseos.
Tampoco.
Siendo así, permítame usted al menos que explore sus
intenciones. Pudiera tener algun compromiso ...
Imposible! Mi esposo no se compromete con nadie sin
que yo le autorice ... Es decir, sin consultar mi parecer.
Excelente costumbre! El marido y la muJer deben ca~
minar en to1l0 de comun acuerdo.
Silvestre está siempre de acuerdo conm1go.
Lo creo; y e a es una razon mas, para que yo deba
darle cuenta de mis pretensiones y de la buena acogida que en usted han hallado.
Es una tontería. Pero, en fin, hable usted con él, ya
que tanto le seducen las ceremonias. No tarllará en venir á esta s,lla: está acabando de cuidar Jos canarios y
la codorniz.
Entonces, le espero.
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R~m.
C\:'\!1 .
Yoy con el perm1•o ile u ted á nam1nar unas cuentas.
i r¡uiere ugted inspirarme confianza, es necesario que
me trate sin ningun cumplimiento.
(\p. á Pantaleona.) Cuidado! (Se sienta. á 1a meso. y t!x.amina
lns papeles.) Alguien ha andado aquí ... Ya se RaLe, donue hay hombres ... (Panteleona y llaimundo hablan entre ,¡
con recato.)
n •m.
l'.l,T.
RADI.
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~'.nT.
HAI\1.
PA'IT.
RAUI.
P.t.~T.
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RAUI.
CA :'ID.
PA'IT.
LA . 'O ,
¡_Pero es V('rdad que no le han dicho nada á tu tio?
Ni una sola palabra.
Y si e opusiera á nuestro casamiento?
Oponerse él á nada? ... Pohre ti o! Qué mal le conoce!'.
Pncdes hablarle de cualquier asunto sio temor de que
te contradiga.
Sabe que aun con esa seguridad va á costarme no poco trauaJo entablar m1 d('maoda?
,:Es dec1r que prefer1rias ver á mi tia cuando estuviese
preven1tlo?
¡\'a lo creo!
1'111rl<1 mas fácil. Vete; vuelve dentro de media hora: yo
rn!l encargo de prevenirle, y te respondo de que cuando te presentes á él te recibirá con los brazos
abiertos.
¡Qué buena eres! ...
'o le detdngas ... (Señal•ndo á Doña Cándida.) Despídete
con cualquier pretexto.
Ya estoy. (Á Doña Cándida.) Señora ... Un asunto urgente
me obliga á abandonar á ustedes; pero vuelvo en seguida.
Hasta luego.
l~stoy á los pies de usted. (Vhe por el foro.)
;,Dónde se habrá metido Silvestre? Uf! Qué posma.
(Po ro si) Tiene miadode hablar á mi tío ...
:'io hay duda. Áquí falta un recibo. Voy á vtlr i lo IJe
guardado en otros papeles. (váoe por la izquierdo.)
Bib
tec
io 1Ju
M 1:h
-10ESCENA Ill.
PANTALEO!IA.
'r luego dicen que los hombres son atrevidos! ... Lo qu
es mi novio maldito el atrevimiento que tiene. !'ii me
ha estrecharlo la mano al despedirse ... ni ... vamos á
rer: qué trabajo le podrá costar el decirle á mi tutor,
caballrrro: yo soy un jóven honrado, que ha terminaJo
su carrera universitaria, y desea malricular:<c al primer año de matrimonio. Usted tiene una sobrina
muy ... bonita, que me gusta á rabiar; la atloro, ella
me rorresponde; ¿qnirrc usted otor"arme su mano'/ Entonces el tutor se enternece, le abre sus brazos y le
contesta ...
ESCENA IV.
D. SILVESTRE, PA:'!TALEONA.
Sn.v.
(Qoe ha entrndo momento• anlee, muy ensimhmndo y con noa
jaula de codorniz tn la mano, exclama contemplándola al mismo
tiempo que termina su monólogo Pantaleona.) Pobre animal!. ..
Aunque no tan desdichado como yo! ... Ambos arrastramos las cadenas del cautiverio, pero tú siquiera tienes el consuelo de encontrarte viudo!
Preso en e~ trecho lazo
cual codorniz seneilla,
ya tarde arrepentido
lamentaré mis cuitas.
¡Ay de mi! papa natas,
diono de albarda y cincha,
que antes cantaba jotas
y ahora entono elegías!
Perdí mi eHarlo honesto,
perdí en él mis delicias,
al fin pcrdílo todo
•endo á la vicaria.
Madrid
-11-
J'.l:'iT.
S!L'I'.
ILV.
PA·n.
SIL V.
PA;'¡T,
¿Por qué tlc>gracia tanta?
Por qué tanta desdicha?
Pc.r una pupilera!. ..
i o¡, c;,ra polo~iua!
El npelito ciego
¡á cuántos precipita,
que por gozar un nada
venden su autonomía!
Pero no, no fué el apelito ciego r¡uien IM precipitó; s1
no mi amigo Corretaje, uno de eso,; homi.Jrcs que se
entretienen en casar á to,Jo uicho vil'icnte que les Cllf~
por i.Janda, y tlei.Jen ser corresponsales de los cxtranguladores de la lnúia. Él me llevó úe huespccl á casa
de doña Candidita, que era su patrona, me ponderó sus
cualidades, y me ... En fin, él fué el que me casó con
ella. Poco de~pucs se largó á su pais, y si te ví no me
acuerdo. ¡Ay, si yo tropezara con él algun dial. .. Qué
feliz seria yo si le encontrara sentado en un pretil de
los que dan al campo del moro, vuelto de cara hácia el
precipicio ... (Haci•ndo ad•m•n do empujar.)
(Pm sí.) Qué di. traída está! (Tose.) Eje m! ...
(Asustado, y dejaodo caer la jaula.) Eh! ... Quién? ... Ah! ...
Eres tú? (Para si.) Me pareció la tos rle mi esposa!
Gracias á Dios que ha reparado usteú en mí!
¿Eslás sola?
Solita.
Y tu tia?
Debe andar por allá dentro. (o. 'ilvestre recoge la jaula y
la coloca sobre la mua.)
'u.v.
I'ANT.
Entonces acúrcate. {Para si, contemplándola.) lié aquí una
frente donde no han marcado todavía sus huellas las
contracciones de la ira ...
Qué tiene usted? Siente usted alguna novedad?
Novedad! ... Novedad! ... ¿Sé yo por ventura Jo que es
novedad? Quince aiíos hace que me casé! Quince años
hace que rivo sin tener novedad!
Le gustan á usted las novedades?
Jlibliot: ra de
fw dac u J
1 March
(M tid)
Su.v.
PANT.
Sn.v.
PANT.
Sil v.
PANT.
Su.v.
PANT.
SJLV.
!:'JLV.
PANT.
SIL V.
PANT.
SJLV.
PANT.
SIL V.
PA~T.
SILV.
PANT.
Su.v.
PANT.
SIL V.
f2-
Me gustan muchísimo.
Pues no faltan en casa. Dentro de poco vendd á visitar
á usted un ~ujeto .•.
Es verdad. Mi amigo Prisco, á quien no veo hace die:r.
y siete años, y me escribió la semana pasada, anunciándome su venida á Madrid!
No se trata de don Prisco, sino de otra persoua que le
hablará á usted de mí, y á quien espero que recibirá
usted con mucha amabilidad.
(Mirándola y diciendo para oí.) Qué dulzura! qué fisonomía
tan cándida! Y sin embargo, con solo pronunciar un
sí delante del cura de la parroquia, este ángel se con vertirá en un demonio.
Conque me promete usted recibirle con mucha amabilidad.
Es alguna amiguita?
Es todo un doctor en medicina.
Déjame á mí de médicos. Yo estoy bueno, á Dios gracias.
Pero si lo que pretende es consultar su opinion de usted, no que usted le consulttJ.
Entonces que se dirij'l á tu tia, yo no tengo opinion.
¿Quiere usted oírme? ...
Yo no puedo querer sino lo que quiera tu tia.
Ese jóven necesita su consentimiento de usted.
l'ues que se lo pida á mi esposa, y se evitará un rodeo
inútil.
Es decir que si mi tia consiente? ...
Es cosa resuelta.
Qué bueno es usted!
Di mas bien que soy un pedazo de atun.
Dios me libre!
Qué importa? tu tia me llama imbécil con bastante frecuencia; y lo malo es que tiene razon!...
Pero tío! ...
Tú sí que eres buena! Y sin embargo, una sola palalJra
bastará para convertirla en ...
Bibl oteca
la Fm. .1eion Juan 'vlarch (Madrtd)
-13PA:'lT .
SIL V.
En qué?
En ... (Oyendo
lo voz de Cóndida.)
tu tia! ...
(Vuelve á coger la
codorniz.)
(Dentro.)
Conque, mucho cuidado ó le ajusto la cuenta.
(D. Sílvrstre vuelve á tomar la jaula y apart"nltl arl'eglnl'la con
afan.)
SiL V.
(Á
Doña Cándida y coDlinuando su tarea, sin apartar la vista de
Ocurre algo, Candidita?
No es cosa! (Á Pantaleona.) vete tú .
Pero ...
Vete. (váse Panlaleona.)
la jaula.)
CA !iD
PANT.
c .~:-~n .
ESCENA V.
DOÑA CÁNDIDA , O, SILl'ESTRE .
S! LV .
SIL V.
• ILV,
C.No.
StLV.
CANO.
SIL V.
CA\0.
Tengo dicho que solo estamos en casa para las personas
que pregunten por mi, y si no llego á tiempo nos embocan la visita de tu amigo don Prisco!
(Con alegria.) Cómo, era Prisco? (Con sentimiento.) Por qué
no le has dejado que entre?
1
Porque necesito saber antes qué es lo que viene á buscar á esta casa.
Querrá verme! Es paisano mio, un amigo de la niñez.
Y cómo nos hemos querido! Vinimos á :Madrid juntos,
y puede decirse que no me separé de él hasta un año
antes de casarme contigo.
Es lástima que no se hu hiera quedado á vivir con nosotros!
No me pesaría que se hubiese quedado .
Para qué babia de quedarse?
Para ... para ser testigo de ... mi felicidad!
Ese hombre es soltero?
Si: tiene esa .•. desgracia; pero en cambio disfruta la
dicha ... digo ... no; disfruta ...
Sí; la licenciosa Ji bertad que tú disfrutarias cuando andabas con él!
Biblio~ca
dE'
~
Fwulaci n Ju·
1 'VIarch
(Madlid)
-14Lo que es eso ...
Yo he sido pupilera, hija de pupilera y nieta de pupi~e ­
ra ...
Ya lo sé.
SIL V.
Y he conocido mucho~ hombres! ...
CANO.
Lo creo! P~ro eso no prueb¡¡ que Prisco y yo ...
SJLV.
Vamos á ver: ¿qué disfruta tu amigo en cambio de enCA:'iO.
contrarse soltero?
SILV.
Disfruta ... salud ... buen humor ... lo cual no me parece un inconveniente para que pueda visitarme.
Te parece flojo inconveniente para recibirle en tu casa
CANO.
el tener una esposa jóven y no mal parecida?
StLV.
Yo estoy seguro de tu virtud; y ademas me consta que
Prisco 110 lrr ha echado nunca de conquistador y de
buen mozo.
Eras tú un buen mozo cuando solicita;:te mi corazon,
cuanúo te preferí entre mas de cincuenta adorauores?
Ciertamente que no; pero de seguro era entonces mas
SIL V.
jóven que ahora, y como Prisco y yo contamos una
misma edad!
La edad!. .. Sí, sí, fíate de la edad. Yo he tenido un
huésped con setenta años á la cola, y andaba tras de m¡
cocinera.
SJLV.
Seria gastrónomo.
Será un vicioso como todos Jos hombres; y cuanto mas
CANO.
viejos-'-'rE'ñlíñ, no quiero que don Prisco ponga los
pies e o esta casa, entiendes?
SJLV.
Pues yo soy el amo de ella, y...
Y qué't
CANO.
SIL V.
Nada, nada. Yo iré á verle á la s11ya.
CANO.
Eso menos que todo.
S! LV.
Pero mujer ...
GANO.
Alguien viene. Silencio!
Pn1sco. (Dentro.) Si ha salido, le esperaré.
SIL V.
Pues si es Prisco! ( \'g a adotantarse háeia lo puerto uel roro
y su mujer lo detiene sujetándole por to bal•·)
Biblioteca de la Ftutd<Jcion Juan March (1\!adrid)
'
-
!5-
ESCENA VI.
O. PRISCO, OICIIOS.
D. Prisco entra. en eseana, repara en D. Silvestre y so abalanza á él con lo
bratos abiertos.
Aquí está! .. Un abrazo, mi querirlo Silvestre! ... Otro ...
y otro! Hombre, cómo has envejecido! ... Estás enfermo? ... Tienes algun uisguslo?
ILV
Yo? ... No. Te pre~enlo á mi esposa.
Pn1>CO.
Ah! ... (Á Cándida.) Perdone usted, señora; no hab1a reparado ... La alegria ... Hace diez y siete aiios r¡ull no le
reo ...
CA,O.
·o necesita usted disculparse.
PRISCO.
Creerás, Silvestrillo, que me han negado dos veces rrne
estabas en casa?
CA 'íD.
(Afectando gran •orpreoa.) Es posible?
Pn1:;co. Gracias al portero, que si no ...
CA 'íD.
Ay seiior don Prisco, los criados tienen el don de errar!
r como no conocen á usted ...
PRISCO .
Por eso me he tomado la libertad de colarme.
CA. o. Ha hecho usted perfectamente. (Bajo á Silvestre.) Despídi!le.
(Bajo á CándiJa.) Cómo ... quieres que yo ...
tDajo á Silve>tro.) Ahora mismo! (Alto a n. Prisco.) Pero,
seiior don Prisco, hágame usted el favor de sentarse.
PRISCO.
Con permiso de usted. (Tomando ana silla.)
CA:'iO.
i'i"o, no: la butaca es mas cómoda. (Arrimóntlole """huPRISCO.
taca.)
Pnrsco . • 'o se moleste usted. Cuánta amabilidad!
(Totlos se
tan quedando Silvestre f'n medio.)
CA :>iD .
¿Qué esperas? Despide! e.
a l:•ollitla.) Es una gruseria.
CA :>iD,
(B.ojo á Sihestre.) De qué sirve la diplomacia'!
Pmsco. Dccm usted ...
!LV.
(Bajo a Silvestre.)
( llajo
la
Ju
•••n-
-16Hace mucho que llegó usted á la córk?
Ayer tarde. (D. Silvestre mira al rel ó .)
SIL V,
Pues si no quieres quedarte sin misa, ya puedes echar
á correr. Son las dos menos cuarto.
PRISCO. He oido misa á las ocho.
Sn.v.
Qué lástima!
Pn1sco . Por qué?
SIL V.
Por qué? ... porque ... podías oirla en Santo Tom<ís,
donde concurren las mujeres mas hermosas de todo
Madrid. (Hace señas á Prisco para que se Taya . )
CANO.
Á la iglesia no se va á ver mujeres ... (Ap. á Silvestre.)
Eres un libertino!
SIL V.
Yo! ... (Ap.) ~laldita ocurrencia!
CAND.
(Bajo á Silvestre.) Despide á ese hombre.
SIL V.
Tú estarás en ayunas?
PRISCO . Qué disparate! Yo almuerzo temprano.
SIL V.
Lo siento.
PR ISCO.
Ya almorzaré contigo otro dia.
SIL V.
No lo digo por eso, sino porque ... aquí cerca, ea esa
fonda de la esquina, dan muy bien de almorzar, hay
cuartitos para dos personas, y tienen una manzanilla
excelente. (Hace s•ñas á Prisco para que se nya.)
Cómo sabes tú? ...
CANO.
Yo ... no ... (Ap.) OtrJ barbaridad! {Dajo á Prisco) Mira,
SIL V.
hazme el favor de marcharte en seguida.
PRISCO. Eh?
Madrid está desconocido. Qué tiendas! qué calles! qué
SIL V.
puerta del Sol! Es preciso que veas el circo del Príncipe Alfonso, los Campos Eliseos. Esta es Ja mejor !Jorá
para tomar un baño . ¿Por qué no te metes en una berlina, y te ...
PRISCO, No tengo costumbre de bañarme en invierno.
SIL V.
(Bajo á Prisco.) Hombre, vete .
(Ap.) Qué significa? ...
PRISCO.
(Bajo á Prisco. ) Ya hablaremos.
SIL V.
(A p. y levantándose.) Me voy.
PRISCO.
C:AND .
Ya nos abandona usted? Esta es una visita de médico?
CANO.
PRISCO.
Bi'Jliote a de h F fn
io 1 Jua"l !'.fan;h
(!\~, dlid)
·- 1i
IL\'.
PRISCO.
ChN!l.
PRTS(;(l.
Su.v.
PRISCO .
Sn.v.
PltJSCO.
c~~n.
PRI~CO.
PRISCO.
SIL V.
Pnrscn.
CANO.
S! LV.
PRISCO.
CAJ~;D.
Pmsco.
S1LV.
P111Sco.
Dónde vas tan deprisa?
(con intencion.) Voy <Í ver á un amigo, un verdadero
umigo, que desea tenerme á su lado.
Siento que nos prive usteJ tan pronto Je su grata
compnilia.
Gracias, señora. Es usl.cd muy amable!
Por qué no te esperas un poco? es muy temprano .. .
Vamos, siéntate.
{Ap. ó Silv•stre, tirán~ole un tiron de l• bola.) Animal!
Si es empeño tuyo? (Hace arleman de volverse á •entar.)
No, hombre, no: lo primero es lo primero. Tendrás muchos asuntos á qne atendt•r, y .. (ll:iudolc la mano.) Adio<,
Prisco: no permito que le detengas por mí ni un instante.
Volveré mas despacio.
Cojo á uslerlla pala!Jra, y espero que no dejará c.ICl
cumplirla.
La cumpliré. (Ap., mirando á Silv.stre.) Se ha vuelto loco?
(Á Doña Cándida dánrlole la mano.) Señora, usted me puede
contar desde hoy en el número de sus verdadero:;
amigos.
Mil gracias. Ya sabe usted que esta casa está á su disposicion.
Ah! ... (Hace que se voy dice á la puerta ~el foro.) No saldré
de ella in parricipar á usted mi próximo enlace.
(Con espanto.) Cómo, tú te vas á casar?
Á eso solo he venido á la córtc.
(ll•jo á Silvestre.) Detenle.
(A p.) Pol11·e Prisco!
Ya daré á ustedes noticia oficial de mi casamiento,
Ahora me retiro.
(A p. á Silvestre.) Detenle, detenle.
(Saludando á Cándida.) Á los pies de usted.
(Á Poiseo.) Espera, hombre, y dinos la causa que te ha
decidido á casarte.
(Bajando.) El egoismo. Como tengo cincuenta años y una
renta de sesenta mil reales, nece,ito una compa!Jera
Bibli:Jtec de la ft ndacion Jwnl\Ian:h (ll;ladrid)
-18-
SrLv.
Co~:~o.
Sr LV.
Pnrsco.
SILV.
CA :lO.
Pnrsr.o.
Sr LV.
CI;¡O.
PRI co.
Srtv.
C,\NO.
PRISCO.
CANO.
SIL V.
CA;¡o.
SrLv.
PRISCO.
Sn.v.
Pn1sco.
Su.v.
Pnrsco.
CANO.
PRISr.o.
CANO.
que me ayude á gastar el dinero y á llevar con paciencia el reuma.
Cuidado, Prisco. !\Jira que hay mujeres que molestan
mucho mas que el reuma!
Qué sabes tú?
No, lo digo por mí.
Ya lo creo! Tú eres muy dichoso!
Muchísimo!!
Solo en el matrimonio existe la verdadera felici1lad.
Justo!. ..
Justo!. ..
El 4uid está en la eleccion de persona.
Cierto.
Cierl o! ... (A p.) Ay, si yo pudiera echar la vista encima
á Corretaje! ...
Por eso, antes de elegir. debe consultarse la opinion de
los buenos amigos.
Hace tiempo que pedí á Silvestre la mano ele su sobrina
Pantaleona; pero me la negó.
Por qué causa?
Por ... por la diferencia de edades.
Tres mil duros de renta es una eclad que le conviene ú
cualquiera muchacha. (A p. á Sil•estre.) :'\o le dejes marchar.
¿Y dónde has conocido á la novia?
Es hija de nuestro paisano 13ustamnnte. Excelente sujeto, muy honrado y muy ...
Yo ignoraba que Uustamante estuviera en Madrid.
Ilace una semana que le trasladaron á la direccion tle
la Deuda.
Vivireis reunidos?
Paramo~ interinamente en la fonda de Europa. Conr¡uc
ya saben ustedes donJe pueden mandarme. Adios, señora ... Adios, Silvestre ...
Que no nos eche u ·tcd ·~n olvido.
Imposible! (Dtrigiéndose al foro.)
(.\p. á llvest••, em¡>ujándole.) Acompúñale, hombre!
h (r\
lid)
• ILV.
Ya voy. (va
i()-
hastnln puerta 'i vuelve )
ESCENA VII.
DOÑA CÁNDIDA, D. SILVESTRE.
CA~D .
JLV.
ILV .
CA 'ID.
ILV.
CANO.
(Subiendo al foro! trayendo de un liron á Silvestr..) Yen
acá, viejo zorro. ¿Por qué no me dijiste nada cuanrlo te
piuió Prisco la mano de Pnntaleona? Por qué se la negaste, por qué?
Porr1ue hubiera sido uu cargo de conciencia el contribuir para que el pobre Prisco ... Digo, no; para que esa
pobre muchacha se uniese por toda la vida con un
hombre ... tau ... tan ...
Don Prisco era un exce!entc partido para nuestra sobrina.
Ya lo creo!
No tienes sentido comun.
Qué quieres ... yo ...
Quiero que te conozcas; que no hagas nada sin mi conocimiento.
Pero oJUjer ...
Calle usted. Oh! qué desgracia la mia! Eres un tonto,
un majadero, un estúpido, un .. Me voy, porque acabaré por perder los escribas. {Vase por lo izquierda.)
ESCENA VIII.
SILVESTRE.
(Qued:l como es1upcfaclo "iendo 3ltja.rse ó. su eEposa, y apenas
dess¡•arece estn, e-xclama eco brUSCR lransidon recorriendo la es ..
Pero, ~CÍlOr. ¡,Dónde encolltruria yo á Corretaje? •. Qué me traigan á Corretaje! .. . Yo necesito ahogar
entre mis manos á Corretaje, al infame casamentero
origen de f(ldns mis rlesgraci~s! ... Uf! Esto no 'C puecle
sufrir! ... 13a. ta de Lirania! Basta ue lmmillacion! Hoy
ceno.)
B lio'
dt> l f und
1
n J an \1: ,1 'Vladr )
•
20rompo mis cadenas, y en seguida me dedico á buscar á
Corretaje ... ¿Habní muerto? ... No importa! S1 ha muerto, tendrá hijos, nietos, biznietos ... Yo he de vengnrme
aunque sea en su cunrla generacion! ..• Pero ya me olvidaba de mi pobre amigo Prisco. Debo sa!l·arle y le salvaré á toda costa. Aun es tiempo .. Pero, ¿cómo? .. Ah!
qué idea tan feliz! Puesto que sn futuro suegro Bustamante vive en la fonda de Europa, le escribiré un anónimo ... No: tomaré el nombre de una dama ... TJna
víctima de Prisco ... Admirable!. .. Manos á la obra ...
(se sienta á la rr.eso y eseribe.) «Caballero: acabo de saber
que ha concedido usted la mano de su hija á don Prisco
Amores, el primer libertino de Europa, A. ia, África,
América y la Oceanía. Esa boda es imposible, y usted
no querrá ser cómplice de un delito de poligamia. Aclemas, si persistiese usted 11n su propó>ito, y el perjuro
tuviera la audacia de con~lncir á s•1 hija de usted al pie
de los altare~, se interpondría entre ambos esta madre
desgraciada y sus catorce hijos!! ... » (Para sí.) Muchos
hijos son!. .. Pero qué importa? Yo no los tPogo que
mantener! (Sigue dicltlndose y eseribicn<lo.) Ct Y >US catorce
hijos ... »
•
ESCENA lX.
RA!liC:'iDO, D. SILVESTRE.
HA 111 •
Sn. v.
R... nt.
IL\.
Hi\Bt.
Su.v.
(Enlrandn.) Caballero!. ..
(Ocultando precipitadament& Ja co.rtn
y
me(lio levtwtándose.)
Eh!. .. Quién? ... Ah! ... UsteJ querrá ver á mi espo:;a '?
Pase usted :í la ~ala ... por allí ...
Caballero ... Es á usteJ á quien busco.
Á mí?
Yo supongo que estará usted prevenido ...
Sí sei10r: yo esto~ siempre prevenido ... Pero permitame usted que acabe de escribir esta carta ... Se trata de
evitar una horrible desgracia!..! Puede usted hablar ...
yo escucho perfecllmentc. (Leyendo lo que ha eserilo.) ctY
lio
de
FuMa 1on Ju 11\ m:h 1\fad:
)
-211\mt.
Su.V.
HAut.
Su.v.
Ruu .
SIL v.
HAIM.
. ILV.
sus catorce hijos ... ,,
Puesto que está usted enterado de todo ...
Adelante. (Dictándose y escribiendo.) C<Ese hombre ... rnalJJVado es el origen de todas mis desdichas."
Decia, que teniendo u ·te1l conocimiento del motivo ...
Crea usted c¡uc no pierdo una sola palabra de su interesante conver,;acion, (Diclandosc y escribiendo.) nDe loJJdas mis desdichas, ai.Jantlooándome despues de di>ipa
J)ITIÍ patrimonio en el juego y en infames orgias."
Yo esperaba ...
(Escribiendo.) Cl u atenta y segura servidora que su malto
JJuesa.J> (Discurriendo.) Ahora la firma. :'1/ecesilo un nombre poco comuo ... Casta... ~lagnífico!. .. Casta ... de ...
Casta de Amores. (cierra lo carla hablando con Raimundo.)
He concluido.
Gracias á Dios!
Ya vé usted cóm11 no me ha impedido su comersaClOII. ..
RAut.
!::rLV.
RAlll.
ILV.
RAUI.
ILV.
ILV.
Ya Jo veo.
(Escribiendo el sobro.) Señor don Aguedo Bustamantc.
Fonda de Europa. (Se ve cruzar un muchacho por el fondo
•• dirige a él, le da la carla y le dice:) Oye tú, Lorencillo.
Lleva esta carta inmed1atarnente á la fonda de Europa.
(Volviendo á la escena y hablanrlo con Raimondo.) Soy todo de
usted.
Yo he venido á molestar la atencion de usted, en la
confianza de que le habrían enterado del objeto que
aquí me conduce.
Es posible; pero confieso á usted que no recuerdo ...
Cómo? No le ha prevenido á usted mi señora doña C<índida? ...
Mi esposa? Ah! usted habló ya del asunto con mr esposa?
Sí señor; y he tenido b dicha de obtener su benephíclto; pero deseaba asimismo alcanzar el de usted.
El mio? Qué disparate! Con el de mi esposa le sobra y
le basta. Yo no tengo otra voluntad que la suya ...
Biblioteca
Fwuiacwn Juan M.'lrt h (11¡ rllidl
RABI.
SIL V.
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Sn.v.
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SIL V.
RAI~I.
SJLV.
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SIL V.
HAIM.
SIL V.
RAI~I.
SILV.
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SIL V.
SIL V.
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RAIY,
SIL\'.
2~-
¿Es decir que usted aprueba ...
Yo apruebo todo lo que aprueba mi esposa.
Gracias, señor don Silvestre, gracias ... El favor que
acaba usted de dispensarme! ...
No vale tres pitos.
Ese favor va á labrar la felicidad de toda mi vida.
¿De veras?
Lo juro por mi honor.
hle alegro. Siempre es grato contribuir á la fclicitlatl
del próJimo. Ademas, usted tiene un a,pecto muy simpático, y aunque sea esta la primera v~z que logro la
satisfaccion de verle, ya le considero como una de las
personas de mi may{)r afecto.
Gracias.
Yo 5oy aficionado iÍ hacer bien. Cuando u~ted entró me
estaba ocupando en salvar á un amigo. Y á propósito,
¿es usted casado ó soll.cro?
(Estupefacto ) Qué?! ..
Perdone usted. Scntiria haLer cometido una inrliscrecion.
Dudar de mi estado es una ofensa.
Por qué no he de dudar si es esta la primera vez que
nos vemos y hasta ignoro su nombre?
Pues no acaba usted de concederme la mano de su sobrina?
(Con espanto.) Eh! La mano de mi sourina! Usted quiere
casarse y busca la novia en mi casa?
Hace un cuarto de hora que le estoy pidiendo su consentimiento.
Mi consentimiento! ... Mi consentimiento para una lloda! Jamás! Nunca, uunca!
Doiia Cándida me hizo confiar en que u•ted accederia ...
(lrolerrumpiéndole con solemnirlarl,) Caballero, un instante.
llíreme usted frente á freo te.
Ya le miro.
Tengo yo cara de ser un hombre perverso?
la Fwf
on u ¡ll¡farrl \ dr :t)
-2:5HA!.!.
Su.v.
Ru.1.
SIL\",
Hwr.
ILV
Hwr
ILV.
RAm
Sn.1·.
RADI.
ILI'.
n,nl.
SIL V.
IIAI\1.
Su1·.
HADI.
.~ 11 . \'.
IIAIM.
Sn.v.
• JI\'.
Ciertamente que no.
Entonces, no le asombre que rehuse aceptarle por sobnno.
¿Oesconfia usted de mi honradez?
Dios me liLrc!
Le desagrada usted mi persona, mi posicion?
Todo lo contrario.
Yo adoro á Pantalcona.
Es natural.
Creo que ella me corresponde.
Es natural.
Entonces, ¿qué puede oponerse á nue~tra union!
~¡ concienc1a!
'
1 'eru qué mi'tcrio'!...
Por qué ama ustul á mi ohrina?
Por qué'! ... porque la amo.
Porque es bonita, porque es d1~creta, porque tiene el
genio ele un ángel. Lo mismo era C1Í11uitla cuando le
cntreguti mi corazou y mi mano. Le gusta á ustetlmi
esposa? Se cusnrin usted cou ella si lue~e soltera ó
viuda?
Caballero ... yo...
Le parece á usted fea, indiscreta, fastidiosa, insufrible ...
Seiior do11 Silvestre! ...
Bable usted con franqueza. Á mí me parecp un drmonio! Y sin embargo ha sido mas bella, m;1s seductora
que mi sobrina! No lo cree usted posible? \oy ;í conYencerle en el acto. (So dirige á lo sala.)
Oiga usted.
Vaya usted buscando una cuerda, un re,·ólver, una caja de fósforos. (\'he.)
E CENA X.
J>A:'iTALEO:u,
Rm1.
RAmu:-;no,
dcopucs oo5; 1 c .\:-;DID 1.
Este hombre está loco!
Biblio
a de 1 Fw1da ion J :m 'vlan:b (M 1nd)
-24PA:-.T.
HAIM.
p,-;T.
11 '¡¡J.
J>.\'(T.
1: \'(0.
ILm1.
f:A:';D.
ll
\DI.
I: A\0.
!.mi.
(~luy al•gre.)
Habló usted ya con mi ti o?
Sí señora ... le habltl.
Verdad que es muy bondado~o?
Oh! muchí~imo: Pero á pesar de ~u amabilidad, el señor don Silvestre se opone á nuestro matrimonio.
(Que ha oido las últimas palabras dice al en trae) Quién se opone aquí á mda sin mi consentimiento'!
.Mi tio, que no quiere concedernos el suyo.
Im¡.JOsi!Jie!
Es verdad.
Sabe que es gusto mio?
Sí seiwra.
Entonces, ó usted se ha explicado mal 6 él no lo ha entendido bien.
Va á volver en seguida y se convencerá usted de yue
no hay espcranz>~.
Veremos!. .. (,\ Paulalcona.) Vete á tu cuarto (A Roimundo.) litiga me usted el obsequio de espcrat· en e~a sala
hasta que yo le llame. (Vansc Raimundo y Puntuleoua cado
(Con profunda tristEza.)
uno por su lado.)
ESCENA XI.
D. SILVESTRE, DOÑA CÁNDIDA.
CANO.
Conque el seiwr don Silvestre se opone 6 la boda de
Pantalcona, sabiendo que yo he dado rni consentimiento? Ilolal hola! Este es un principio de in su bordinacion
que necesito castigar. Ya viene. Me parece que le voy
á arrancar una orPja.
(Sale con un relrato al oleo de una jÓ\'en boraita y de expresion
modesta. El lieuzo le cubre la eRra y le impide ver á Doña Cán-
C.l~lJ.
SILV.
Coo.
d:da.) Ecce horno! Aquí tiene usted cómo era rni esposa
antes de nuestro matrimonio.
Qué significa esta comedia?
(D•jando caer el cuadro.) Jesucristo! El original!
Para qué traes ar¡uí ese cuadro?
B lio
de
nJ
'\'larc h (Madi d)
Su\".
C.nv.
SJLI',
~JL\.
c1,u.
!::;JLV .
Cll.'iD.
Su.v.
CA :'iD.
SiL V.
CA~!)
ILV.
CA :'ID.
CA'i[l.
qiLV.
Cnu.
SJLV .
CA 'iD .
IL\'.
Cl'iO .
JL\"
2J-
Yo? ... ¡¡ara ... nada ... Es decir, para que le v1ese ...
dón1le se ba metido ese jóven?
'ia! El selíor don Raimunclo. Y á qué venia enseñarle
mi retrato?
Yo te diré ... Como gozo tanto, tanto con esta pintura,
y creo que todos han de tener el nliSmo ... la... misma .. .
Basta. Dime a!Jorn, pue lo que conoces á ese caballero,
qué opinio!J has formado de él.
Ah! Tú quieres sa ber la opiuion ... Pues me parece un
buen chico .. . Phs ... algo inexperto ....\ su edad todos
sun ... todos .... hemos :::ido inexpertos.
Es un ¡óven de carrera!
E ·o no quila para que sea inexperto . Al contrario: los
houJbres u<! carrera son los mas bobalicones.
abes que está enamorado de Pantaleona'!
Oc!Je estarlo cuando se resuelve á casarse con ella.
Y sabes que ya le he dado mi consentim iento?
Lu sé.
Eutonces, no tenemos nadn que hablar. Dispon las
cuentas de la tulona. Ténlo lodo corriente. (Yúudose.)
Para (jUé? (Doña Cándida •• deliene.)
l'io has oido que he resuelto casar á mi sobrina con ese
caballero?
Sí; pero como yo he decidido que ese caballero no ,e
case con nue, lra sobrina ...
(\'olviendo furiosa.) Conque era verdad? Conque tú te rebe las contra mIS disposiciones?
Ju tito. (Ap.) Firmeza!
Silvestre!. .. Tengamos la fiesta en pnz!. ..
Tendremos las liestas corno le dé la gana; pero JJO
te11dr:ls bo,Ia.
Silvcstrtl! ... Tú no me conoces!. ..
Ojalá!!
.\lira que soy capaz de sacarte los ojos!. ..
.\Jejor que mejor! Con eso no tendré el disgusto de
verte.
Biblio
a de
dl
26-
SIL\'.
CANO.
Me insultas!... Me insultas, porque soy una déuil
mujer?
Buena debilidad nos dé Dios!
Ay! Yo me ahogo •. Á mí me va á dar algo! ( e """J'
sohre una sil/a.)
SIL V.
¿Quieres que te hagan una taza de tila?
Tila, eh? .. . Ay! si yo me pudiera volver hasllisco!. ..
(se levanta furiosa.) Voy á pe"ar fuego á la casa!
Yo voy :í avisar á la parroquia. Atlio~, hiJa. (A p. Hndo sc.) !\le he portado como un héroe. {Vise.)
ESCENA XIII.
003lA CÁ:'lDIDA, despue.• PANTALEO:'IA.
Y se va!... Y no vuelve!. .. Esto se acabó! He perd1do
la fue rza moral! Uf! La cólera me ahoga! Socorro!. ..
(C•e sobre un oillon.)
PA~T.
CA~O.
PA:'IT .
CA:ID.
Qué sucede? Qué tiene usted, tia?
Y me preguntas qué ten<•o? (Levantándose y dirigióndose
:i la puerta.) Nada: no vuelve!
Pero ¿qué es Jo que pasa?
Pasa, que tu ti o no es ya tu tio! ... no es mi espo<o ...
E· un infame! ...
l'or Dios, tia!
Yo tampoco soy tu tia!. .. no soy nada! ... ~Ji pfld,.r,
rni innuencia, todo desapareció corno el humo!
Conr1ué Raimundo tenia razon?
Qué me importa á mí tu Raimundo, cua11do se trata de
rlestronarme? Pero no abdicaré!. .. He resuelto casarte,
y te rasarás á pesar de tu tiol
Sí, sí: no ceda usted .
Te casnrós con Raimundo 6 con otro.
Con otro, no!
Con cualquiera. Es preciso salvar el principio «le autoridad, y caiga el que caiga.
Su auloridaJ de u ·tetl cstú interesada en c¡nc yo me
B Iio
dl'
~¡-
case con RaimundiJ.
Silencio! Esta es una sublevaciou general:
ESCENA XIV.
O. PlliSCO, DICIIOS.
D. Prisco ''ie ne alterado y descomJIUHlo.
PRISCO.
f.A,'O.
l'nr>co.
PIIISCO .
CA :'ID.
PRISCO.
CA "m.
1 RW>ro.
CA:'\0 ,
PRISCO,
1• puerto.j Da usted su permiso?
Quién? ...
Perdone usted, señora, si vuelvo á la presencw de usted
sin anunciarme; vero en e~le momento soy el ser ma
dc>graciado de la tierra, y he venido ú esta casa buscando los consuelos ele la amistad.
(A p.) Á buena parte llegas! Si espera que yo le consuele! ...
(Á Pantaleona.) Á Jos pies de usted, señorita ... no había
repararlo ...
Y cuál es la desgracia de usted?
Acaba de desbaratarse mi ca amiento.
(con al•@.'ria.) De veras? (Ap.) Oh! Si yo le pudiera
atrapar! (Alto.) Pero ¿cómo ha sido eso? Qué causa?
Una horriiJle calumnia! Despues de separarme de us tedes y de evacuar ciertos encarguillo·, compré en la
Mnhonc•a una libra de caramelos para mi ex-futura,
que es algo golosa; llego á la fonda CIJII el cartucho en
la mano, penetro en la lmbitacion de la niña, le presento la dulcísima of1·enda, y se Interpone mi ex->uegro esclamando co11 I'OZ e::lentórea. ccGuarde usted sus obsequios para la e::posa y para los catorce hijos que tiene
ubandonados. Huya usted dn aquí, mlscrai.Jl e, si no
quiere que le arranque la vida!n
Qué barbaridad 1...
Juzgue usted cuál sería mi sorpre~a. \le quedé cstupe~
facto. Así que me repu e un poco, lrat~ de >inccrarrne;
pero ¡qu~ bobería! La hija lloraba, el padre, que tiene
mas pulmonPs que un lrro, ponía el gr1to en el c1elo.
(D•sde
Bib
te
J;¡ w
ion Juan v._
1 1'\i dri1)
-28-
CA :'lO.
PRISCO.
CA'\0.
I'IIISCO.
CA'\0,
PRISCO.
PRISCO.
PRISCO .
PA:'IT,
CANO.
PANT .
PRISCO,
CANO.
PRISCO.
Acuuieron los huéspcues, los camareros, el t!ueiio tle
la fonda, Jos agentes de la autoridad, los tran~eunles,
los dependientes de las tiendas ... Aquella era una Babilonia! Y todos daban la razon á mi ex-suegro en vista
de no sé qué carta de mi supuesta esposa. Salí á
empellones, y gracias que no me han IJevado á la
cárcel. ..
Sospecha usted quién pueda ser el calumniador?
Yo no he hecho mal á nadie ... Yo no puedo tener enemigos ...
Y enemigas'!
Tampoco. Vamos, si parece imposil.>le!
Tranquilícese usted . Todo tiene remedio en el mundo.
Perdone usted, señora, despues de Jo ocurrido yo no
ueuo transigir con aquella familia.
Ciertamente. Pero no hay mas que esa mujer en el
mundo? Ustcu pueuc aspirar ..•
Soy muy desgraciado! ya conoce usted el éxito de mi~
pretensiones, cuando resuelto á casarme por ha!Jer mejorado de fortuna, tuve la auaacia de pretender la
mano de esta bella señorita.
Cuando digo á usted que todo tiene remedio en este
mundo.
(Con al boro••·) Cómo, usted cree que puedo e>perar
aun'?...
(Ap · á Doña Cándida .) Tia!. ..
(Ap. á Pantalec.na . ) Déjame hacer. Se trata de una renta
de sesen ta mil reales!
(Ap.) Esto solo me faltaba! ...
Hable usted, por piedau!
(Con solemnid>d ridíeola.) Caballero, vaya mtetl á ponerse
no frac nuevo. una corbata blanca, unos guantes idem,
y vuelva sin uemora á pedir á mi esposo la mano de mi
sobrina.
Es posible? Usted se digna autorizarme?... Esta señorita
consiente? ...
l'io se detenga usted .
de
.
F•u d
nJ
1
M 'Ch
• :ind
-29Pntsco.
p,~T.
CA'ill.
Antes de se1s minutos estaré de vuelta. (Ap.) Ai lin dl!
la calle he vi to una ropería ... (Alto y hariecdo <orte•ios.)
Adios, sriir>ra, a1lios, sciiorita. ('·ase.)
Ducn modo tiene u•ted de sostener 1'1 prinr1pio de autoridad!
Qué entientles tú ele diplomacia? lié aquí un rasgo
uigno del Baron Ricn,oli, de lli,mark, hasta del mismo
:\'apnlenn tl'rcero. Tu tio no acepta el c,;poso que yo te
he eiPgido; pues bieu: voy á ol>ligarle á 1ceptar el que
él prefiPre. (V:ise.)
E CENA XV.
P.\:IT ILEO~A, despucs D. SIL VES TRI::.
p,,T,
:u.,·.
PA '\T.
;;,u.\·.
l'ío espere usted que me case cou c¡¡e carcamal. .. Se
va ~in oirme! ... Dios mio! Dios mio! Una sola vez en
su vida ha tenido voluotatl mi lío, y es para labrar m1
desdicha! Oh! . i yo pudiera rlisuaJirle .. . i.\'o me queda
otra e,:peranza! Probemos. (Aproximándose IÍ la puerta.)
Tío! Querido tío!
¿Quién mP llama?
Soy yo. Estoy sola, no ten na usted miedo.
( alienrlo.) Yo no tengo miedo á nadie. (Se acerca á la
ruertn del euuto de su mujer ' rt:lrocetl'e con trmor.)
I'A 'T.
:u.v.
p,..,r,
Sil. V.
1' 1
T.
Sn.r.
1' \'\.L.
C,JLL
P\~T.
Sn.1·.
Sin emhar»o, e~tá ulctl ptílido. de~cncajarlo ...
La alegria!... Acauo de romper mis cadena , me he
declarad~ ÍIHlrpendiente, soy libre, dichoso!. ..
Á mi costa! i'io llene usted corazon!
\1 uchacha! ..
Repito que no tiene u•tetl cornzon. Pobre de mí; sin
padres. y dPsamparatln de tollo,;! ...
Eso no es ver,lad. Yo te proft!,n ef cariño de un padre.
Entonces ¿por qué se opL•ne usted tl mi boda con Raimundo?
Yo me entiendo.
Qu1ere usterl ca. arme con otro?
Dios me libre!
B Jioteca
la Fw d
nJ
M -ch(M• nd)
-30Vamos, ti o, concéuame usted su autorizacían.
Eso nunca.
Conque nunca?
Jamás! soy inflexible!
Es usted un ingrato! Bien paga usted los favores que
le dispensó el padre de 1. aimundo.
Qué favores debo yo al padre do Raimundo?
¿No es fineza haber arreglado su casamiento de usted
con mi tia?
(E•tup•facto.) ¿Cómo, fué su padre ... quien ...
Sí, señor.
(31uy alegro.) Oh! Providencia!. .. Cómo se llama tu novio'?
Raimundo Corretaje.
Corretaje!. .. El hijo de Corretaje! Yo he tenido uu Corretaje frente á frente, á dos pasos de distancia, entre
mis uíws, corno quien dice ... (Con disguoto . ) Caramba!
,•ucs si creo que le he dado la mano! No importa , con
tal de que ... (.~ Pantaleooa.) Pero ¿estás segura do qne
Haimundo ...
No Jo dude nsted. Por eso le protege m1 t1a.
{Con maligna int•ncion.) Ah! yo tambien le protegeré!
Oe veras'? Qué felicirlatl!. ..
Todos vamos á ser muy felices!
Haimunuo no tlesea otra cosa que casarse.
(tuteol'umpiénd ola.) Se casarü! Le casaremos ' ... Le casaría yo una, dos, veinte, ciento, mil veces si fuera posible!
No, seiwr: una sola y conmigo.
(rorándose.) Contigo?
Claro está. Pues no sabe usted que me adora'?
Casarle con una muchacha tan bonita!
Mejor para él.
Es verdad. Pero como la hermosura desaparece tun
pronto! ...
Las cualidades morales viven eternamente. Yo soy
(Con mimo.)
SttV.
PANT.
SIL V.
PANT.
SIL V.
PANT.
SIL V.
r.~~r.
SIL V.
PANT.
Stt.V.
!'A);T .
SIL V.
PANT.
SIL V.
PANT.
Su.v.
PA:-iT.
SIL V .
I'ANT.
Su.v.
PA ·r.
SIL V.
d
onJ
M;u h (1\ :bid)
Sidócil, humilde, ...
, iLV.
PA:'<IT.
SiL V.
PA:-oT.
SiL V.
PA'iT.
·u.v.
l'A:'iT.
ILV.
I'A:'<íl.
, ILI'.
PA:'\T.
Su.v.
PA'iT.
SIL V.
(Discurriendo p••• si mismo en alta •oz.) Qué lástima?
Cariñosa, económica, honrada ...
Qué lástima!
Eh?
Digo ... que es una lástima... que no reunas todas las
perfecciones imaginables ...
Yo haré la felicidad 1le Rnimundo; porque le amo, porque será dueiio absoluto de su · acciones, porque no
tendré otra voluntad que la suya ...
Poco á poco, señorita. Una e'posa discreta debe mandar dentro de su casa, debe dirigir á su marido, debe
atarle corto, muy corto, para que no se extravie, para
que no se entregue á las seducciones del mundo. Ah!
tiene usted á su tia, el mo1lelo de una esposa perfecta.
Perdone usted, t10, pero ...
No hay pero que valga. Si quiere usted casarse con
Raimundo, es preciso que me JUre imitar en todo á su
tia.
La imitaré.
Que siga sus consejos al pie de la letra.
Sí, señor sí, señor. Ohl cuando epa Raimundo ...
Está en casa?
Aquí lle!:(a.
Yete. Necesito halhr á solas con él
ESCENA XVI.
RAIHU:'iOO, DICUOS.
fiAI\t .
PA~T.
Su.v.
(Saliendo.) t;f! Estoy cansado de esperar!
Raimundo, Railllunrlo, hemos triunfado, mi t1o es el
hombre mas generoso de la tierra!
(F.n ad•ruan de arrojarse á •us planlas.) Sciíor don Silve·tre!. ..
(rtelirllndose y r.chuándole con la aedon.) Apártese usted.
(..\ Pan la leona.) Ya le he dicho que le retires.
Malh(M
d
-32PA~T.
Me voy. (Ap.) Qué tenrlrá que de cirle? {V:i e )
Ya rstamos sol0s, caballero.
R1m .
(Ap.) Qué miradas me echa!
Sn.v.
Su nombre de usted?
nmi. Raimundo Corretaje.
Sil. V.
Hijo de ...
R.1ni.
De Máximo Corretaje .
SIL V.
t:n agente zurupP.to que vivi;j !tace mas de vrinte a ii n~
en la ralle de la Pasa?
fl Al~!.
Justamente.
Su.v.
Y existe su pa1lre de usted?
R~1~r.
Á Dios gracias.
SILY .
En dónde?
RAJM,
En Ceuta.
SI!. V.
La justicia divina!
R.AI)!.
Allí le lleYaron ...
StLV.
Comprenclo. Nada mas natural.
RAPI.
Sus negocios mercantiles
SiL V.
¿Cómo, todavía negocia?
R lm.
Es muy vividor!
SIL V,
Ya lo sé!
HA DI.
Muy amante de su familia!
SIL V.
Su familia! ¿No es usted hijo único?
(Ü!M.
No, señor; tengo diez hermanos varones.
StLV.
(Con disgusto.) Nada mas?
RAll! .
Nada masY Le parece á usted poco?
Sn.v.
Desearía que su p~dre de u led tuviera u na gruesa dr
hijos varones para sacrificarlos á mi venganza!
RAm.
Caballero!. ..
SJLV.
Él es el origen de todas mi~ desdichas!
RAI)f.
Si alguna deuda tiene usted con mi seíior pa rlre, será
de gratitud solamente.
SIL V.
Por supuesto! Pero no me moriré sin pagársela.
lhm.
Señor don Silvestre; creo que para negarme la mano rle
su sobrina, no tenia usted necesidad de calumniar á mi
padre.
Su.v.
Yo no le calumnio.
S tLV.
CWl\
uan!'v
-55RAtM.
StLV.
RAIM.
SJLV.
RAlA!.
SILV.
Entonces aquí estoy para responder de sus actos. Nombre usted sus padrinos.
El que necesita padrino es usted.
Bien está! Tome usted mi tarjeta. (Se la da.) Hasta la vista. (Saluda y se dirige á la puerta.)
(Cortándole el paso.) Alto ahí, caballero! No saldrá usted
de esta casa sino muerto 6 casado!
(A p.) Este llombre está loco. (Tentando de salir.) Apártese
usted.
(Llamando á ''oces.) Pantaleona! ... Pautaleona! ... Leo-
na! ...
ESCENA XVII.
PANTAIEONA, DICHOS. Despues DOÑA CANDIDA y D. Pll!SCO,
PANT.
SJLV.
PANT .
SILV.
PANT.
SILV.
PA;';T.
SILV.
J'A:I'T.
IIAIM.
<!AND.
SrLv.
t;AND.
Sn.v.
l't·ISCO.
Suv.
}
1
R!SCO.
Su.v.
l' 1\LlCO.
Aquí estoy ... aquí estoy!. ..
Sujeta inmediatamente <Í ese jóvcn.
Yo? ...
Obedece!
Pero tio ...
Obedece si quieres casarte.
Ya le tengo. (Sujetando á Raimuntlo por el h<azo.)
Cuidado con dejarle cscnpar.
No se escapará!
Señot·ita!. ..
tÁ D. Prisco, desde la puerta.) Pase usted adelante.
(Volviendo lo cabeza.) l\li esposa! Llega á buena ocasiou.
(Pre•cntando á D. Prisco.) Te preselltO ú tu amigo don
Prisco.
Otra Yez por aquí?
Deseo que me otorgues tres minutos de audiencia.
.l\Ias tarde haLlaremos.
Perdona, pero hay circunstancias en la vida ...
Sí; ya sé que se ha dcsbaratauo tu matrimonio. (D:í.nctole
h mnno.) Te tloy la cohoraburua!
Hombre!
Bi'Jlio e ca de h F mdac n J :m Marc h (lVIadrid)
!LV.
PRISCO.
Su.v.
PRISCO.
SILV.
PniSCO.
SIL V.
CA :ID.
PRISCO.
CANO.
PRISCO.
CA~D.
SILV.
C~N!J.
PRISCO.
Su.v.
PRisco.
Sn.v.
Pmsco.
Su.v.
Pn1sco.
:'l!tv.
CA.~n.
;)4-
No, no ... uigo .. que lo siento en el ahna!
Pero ¿quién le ha contado? ...
Á mí? ..• No recuerdo precisamente ...
En efecto, soy libre; y una vez dcciuitlo á casarme, !te
fijado mi eleccion en otra persona.
Dime donue vive, su nombre, y verás qué cartita le cnvoco para que ni siquiera te reciba eu su c:tsa.
Cómo'! Será:> tú el autor de la ulra cartilu?
La otra cartita? ... Ah! (Ap.) Se me escapó! (Alto.) Pues
bien; yo he sido el autor U!J la otra carlita ... Y qué?
No le quiero como un hermano? !\o trngo obligacion
de mirar por lu suerte?
(Ap.) Ohl qué ra)'O tic luz!
¡Buen modo de mirar por mi suerte, y si me descuido,
me arrojan por tu causa de cabeza á la calle! (con ir•
r•concentrodo.) Hombre, si uo fuera pot; el respeto que
me inspii a esta sciiora ...
Pitio la palabra!
Hable usted.
Cuando mi e:<pos:¡ h ~ cn::i,J convcnieatc cl•struir e~a
botla, tcndria sus razones.
Ya se ve que las tengo.
(Ap. A n. Prisco.) !\o t•onoce ustetl que lt) quiere casar
con mi sobrina?
(rora si.) Es \'Crdad! Y yo be,tia de mí que no habia
comn,·cndido! .•. (Ailo.) Lu abrazo, mi queritlo Silvestre! (Ahra.andole.) Tú eres mi salvatlor!. ..
Ya Jo creo!
Mi providencia!
Ya lo creo!
~li segundo pnpú!
No tanto, no tanto.
Bien pueuo llamar padre al que lo es adoptivo de mi
futura esposa.
Qué padre, ni qué e~J'OSa, ni qué unrengena! Dónde está
esa futura?
Nada te dice ese frac negro, r.:a corbata blanca, esos
B ho
ad
F uuiaci
Juan M
h (M
. )
guantes ...
• ·¡pizca. No comp1·endo una jota.
El seiior don Pri~co ha venido para ¡,e, irte tll tuda forma la mano de nurslra sohrma
Ahora salimos con <'so'? Pue~ yo le contesto <'11 toda forma que no se la doy.
Pmsco. Oye usted, doiia Cúndida~
CA~O.
Hoy si que reviento!
Pn1.cu. Ten entendido que tu esposa consiente.
SIL\ .
Ar¡uí no hay mas voluntad qne la mia.
p, ... ,._
(Ap.) Braví,:imo!
l'IIJSC:O.
(con aonenua.) Silvestre, tú no sabes lo que es un hombre resuelto á casarse!
SIL\' .
Prisco, tú no sabes lo que es un hombre despues de
casado!
PRISCO.
SIL\',
C\:>!D.
ILV.
PRISCO.
Su.v.
PA:-iT.
HAll!.
Sil. V.
Ya r¡ue me niegas la mano de tu sobrina, necesito
saber por qué has dcslJeclJo mi !Joúa con la otra muchacha?
Por qué? ... Oye a¡wrte.
(.\p.) Tambi<•n secret1tos?
(Á Prisco ron recato.) Cuanúo yo dejtl de existir, que llO
lardará mucho tiempo, l!ásatc con mi viuda y sabrás el
lliOtiro.
Gracia ! Á esa costa prefiero ignorarlo.
P.aimundo, Pantaleona, consiento en vuestro enlace; y
en prueba de mi afecto exiJo que vivan en nuestra compañia.
(Á fiaimundo.) Lo estaba esperando!
(Ofreciéndole su mano.) Señor don Silvestre .. .
(Con el bnzo e:xtdndido y ,.eñalando con el dedo índíeo á Dnrh.
Cándida.)
, IL\
Primero á mi esposa.
(llnímundo, Doña Cándid• y
Pa11laleona forman un grupo rcsulttnclo en medio fiaimundo.)
(.\p.) Enlre las dos! Dios mio, si habré llel'atlo dernasiu-
úo lejos mi venganza! (Al público.)
Quien debió IÍ la suerle ingrata
una suerte cual mi suerte,
Jutga la pena úc muerte
h
-36preferible á la inmediata .
Solo la muerte desata
el lazo que me encadena;
y pues con perpétua pena
pa;;o un error temporal.
'uplico á este tribunal
que no agrave mi romlena.
Fl.. •
lJabiendo examinado la pieza c11 un acto, por tltulo Á
cadena perpétua, no hallo inconveniente en que se nulorice st' 1·epresentacion.
Madrid 5 de Enero de i861.
El censor interino,
L~;tS FER . A:>Ob:t: Gl'ERR
Bíb
Bib' tec. r':e lt F111 dad n J
M'll'C 1
(1\"úldri:l.)
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