CJI/RES.II-4/1988 INFORME SOBRE EL TEMA EL PRINCIPIO DE

Anuncio
CJI/RES.II-4/1988
INFORME SOBRE EL TEMA EL PRINCIPIO DE
AUTODETERMINACION Y SU CAMPO DE APLICACION 1
(presentado al Comité Jurídico Interamericano, por el relator doctor Policarpo Callejas Bonilla)
En el período de sesiones del Comité de enero de 1985, el Relator doctor Policarpo Callejas
Bonilla presentó un informe sobre el tema de la autodeterminación y del tratamiento que había
recibido de los distintos relatares y Miembros que se ocuparon de él.
Llamaba la atención hacia el hecho de que en la práctica de las Naciones Unidas, el principio
de la autodeterminación se ha aplicado, esencialmente, al derecho que tienen los pueblos bajo
dominación colonial a acceder a la independencia. Indicaba, sin embargo, que este aparente
predominio de ninguna manera excluye a los pueblos de Estados independientes.
Precisamente porque estos pueblos también gozan del derecho de autodeterminación, es que
el Comité Jurídico Interamericano aún lo mantiene en su temario, ya que en nuestro Continente,
dichosamente, el colonialismo ha desaparecido casi del todo. Apenas queda, cual espina clavada en
el costado de América, la posesión británica de las Islas Malvinas...
Decía también, el Relator, que era curioso que en la Carta de la OEA no se hablara
expresamente del derecho de autodeterminación de los pueblos, aunque sí lo incorpora de manera
implícita. Es más interesante aún, que el Protocolo de Cartagena, suscrito en diciembre de 1985,
mediante el cual se reforma la Carta y ratificado ya por más de una docena de países, tampoco se
mencionó la palabra "autodeterminación".
Se reitera que en el ámbito americano, integrado por Estados soberanos e independientes, el
concepto de libre determinación está indisolublemente unido al de libre escogencia y que ésta, a su
vez, es inherente al sistema democrático de gobierno.
En este sentido y por constituir la expresión última del pensamiento jurídico-político de
América, vale la pena citar el Protocolo de Cartagena, cuando, en el Preámbulo de la nueva Carta,
tajantemente afirma: "Ciertos de que la democracia representativa es condición indispensable para
la estabilidad, la paz y el desarrollo de la región", idea que reitera en el Artículo 2 (b), propósitos,
al decir: "Promover y consolidar la democracia representativa dentro del respeto al principio de no
intervención". Entre los principios enunciados en el Artículo 3, el Protocolo deja igual la actual
letra d), que reza: "La solidaridad de los Estados Americanos y los altos fines que con ella se
persiguen, requieren la organización política de los mismos sobre la base del ejercicio efectivo de
la democracia representativa".
Ahora bien, cuando la Carta habla del derecho que tiene el Estado "de organizarse como
mejor lo entendiere" (Art. 12) y "a desenvolver libre y espontáneamente su vida cultural, política y
económica" (Art. 16) y el Protocolo de Cartagena, en su Artículo 3 (b), de su "derecho a elegir, sin
injerencias externas, su sistema político, económico y social y a organizarse en la forma que más le
convenga y tiene el deber de no intervenir en los asuntos de otro Estado", debemos entender que
son los pueblos los que tienen el derecho de determinar libremente la suerte de sus respectivos
Estados y que esta escogencia debe realizarse dentro del marco que proporciona la democracia
representativa. Siendo esto así, es evidente que hay una contradicción entre los Artículos 12 y 16 de
la Carta y el 2b) del Protocolo, que, con el 3d), consagran la democracia como el sistema de
gobierno que debe regir en los Estados miembros. En otras palabras, los pueblos americanos, de
conformidad con la Carta y con el Protocolo de Cartagena, tienen el derecho a elegir el sistema
político, económico y social que más les convenga, siempre y cuando el sistema que elijan sea el de
la democracia representativa.
A este respecto, el Embajador Galo Leoro, en la Conferencia que dictó en el Curso de
Derecho Internacional en agosto de 1987, intitulada "El Protocolo de Cartagena de Indias de 4 de
noviembre de 1985: Las Enmiendas de Carácter Político a la Carta de la OEA", formula varias
interesantes y atinadas observaciones. Nos recuerda que en 1973, la Asamblea General de la OEA,
1
Presentado a la consideración del Comité Jurídico por el relator y encaminado al Secretario General, como
documento de responsabilidad personal, al conocimiento del Consejo Permanente.
2
aprobó la Resolución 128, en la que se consagra el principio de la pluralidad de ideologías o
pluralismo ideológico, como se le llama en la actualidad, el cual implica el de autodeterminación.
Sin embargo, este principio no aparece en la Carta ni en el Protocolo identificado por su propio
nombre, lo cual es curioso. Explica que "el alma del pueblo americano, que ha puesto como el
mayor ideal alcanzar la democracia representativa, ha dejado a un lado el posible conflicto de la
interpretación de sus principios para abrir una ruta que deberá írsela haciendo paso a paso,
modelándola, si cabe, a la luz de la experiencia, ya que sólo ésta habrá de proporcionar respuestas
realmente orientadoras". Y agrega, "el propósito de la Carta, de promover y consolidar la
democracia debe ser recibido como un auténtico reflejo de los más profundos sentimientos
políticos de América, y por ello como una estimulante nueva posición regional".
Por su parte, Germán Arciniegas, en su conferencia intitulada "América es Otra Cosa", que
aparece en el libro "OEA, La Suerte de una Institución Regional", publicado en 1985, afirma que
"los Estados Americanos tienen un origen común. Vienen de una independencia que, en nuestro
caso, no fue de España sino de Europa. Aquí no se hizo la guerra para cambiar de virrey ..., sino
para inaugurar, con todos los demás pueblos de América, una forma de gobierno que fuera al revés
de la tradicional europea… Cuando decimos Estados Americanos, estamos diciendo Estados
distintos, con otra proyección y otro destino. Se inauguró en América el sistema de la constitución
escrita, se elevó a sistema normal la República nacida de elecciones, se rechazó la idea de las
presidencias vitalicias que copiaban el consulado napoleónico. Se acordó que el mandato
presidencial tuviera un tiempo limitado. Todo eso es nuestro, nació en esta tierra y es fundamento
de una filosofía que tratamos de exponer en abierta contradicción con los esquemas que vienen de
Europa. Todo eso es el Pacto, la Carta de Bogotá, y sigue vigente en el espíritu ciudadano del
hombre común americano. Aquí no hay pluralidad posible. Lo que nosotros llevamos a los otros es
un mensaje propio. Diluirlo en cualquier trato que destruya la personalidad americana es favorecer
concesiones imposibles, trabajar sobre una concepción diferente del Estado americano. Hay que
tender la mano a los del otro bando, tener capacidad para el diálogo, sin entregar el alma que es
americana. El pluralismo no es posible dentro de uno mismo. Si así fuera, seríamos fantasmas
vacilantes. Cosa que no es posible cuando estamos al comienzo feliz de formular la filosofía
americana que barra los atrevimientos imperiales de Hegel y hasta las propias doctrinas de Santo
Tomás. -Ahí está el atrevimiento bien fundado".
En el referido informe de 1985, el Relator del tema sugería la posibilidad de que el Comité,
en un eventual pronunciamiento, tomara en cuenta los principios y compromisos generales
contenidos en el proyecto de "Acta de Contadora para la Paz y la Cooperación en Centroamérica",
mediante los cuales los firmantes se obligan a respetar "la igualdad de derechos, la libre
determinación de los pueblos y la promoción del respeto a los derechos humanos". Por causas que
no es del caso mencionar aquí, el Acta de Contadora no pasó de ser un mero proyecto, que no logró
siquiera firmarse.
En su lugar, los Presidentes de los cinco países centroamericanos, el 7 de agosto de 1987,
suscribieron en la ciudad de Guatemala un documento intitulado "Procedimiento para Establecer la
Paz Firme y Duradera en Centroamérica", el cual ha recibido un masivo respaldo internacional,
inclusive el otorgamiento del Premio Nóbel de la Paz al Presidente Oscar Arias, de Costa Rica, por
considerársele como su inspirador y principal promotor. Pues bien, en el acápite 3 de este
documento, titulado "Democratización", se establece lo siguiente:
Los gobiernos se comprometen a impulsar un auténtico proceso democrático
pluralista y participativo que implique la promoción de la justicia social, el respeto
de los Derechos Humanos, la soberanía, la integridad territorial de los Estados y el
derecho de todas las naciones a determinar libremente y sin injerencias externas de
ninguna clase, su modelo económico, político y social, y realizarán, de manera
verificable, las medidas conducentes al establecimiento y, en su caso, al
perfeccionamiento de sistemas democráticos, representativos y pluralistas que
garanticen la organización de partidos políticos y la efectiva participación popular en
la toma de decisiones y aseguren el libre acceso de las diversas corrientes de opinión
a procesos electorales honestos y periódicos, fundados en la plena observancia de los
derechos ciudadanos.
3
Dejando a un lado la pobre redacción de este larguísimo párrafo, creo que merecen
destacarse algunas inconsistencias en su contenido. En primer lugar, "los gobiernos se
comprometen a impulsar un auténtico proceso democrático pluralista y participativo". Luego se
asegura "el derecho de todas las naciones a determinar libremente y sin injerencias externas de
ninguna clase, su modelo económico, político y social", pero, a renglón seguido, se dice que los
gobiernos realizarán "las medidas conducentes al establecimiento y, en su caso, al
perfeccionamiento de sistemas democráticos, representativos y pluralistas".
No cabe duda, manifestó el Relator, que el derecho a escoger libremente, el modelo
económico, político y social del Estado, tiene una enorme limitante: que el modelo no sólo no esté
reñido con la democracia, sino que tienda a establecerla o perfeccionarla. Lo mismo podría decirse
respecto al concepto de pluralismo, al que tantas veces se refiere este acápite. Por un lado se admite
"el pluralismo político partidista total", pero, ¿qué pasaría si un partido comunista o neo-facista o
neo-nacional socialista, que, por definición, niegan los valores democráticos, ganara unas
elecciones libres y accediera al poder? Evidentemente estaría al margen de lo acordado para los
países centroamericanos en "Esquipulas II", pero además, también iría contra los propósitos y
principios establecidos en la Carta de la OEA y reforzados por el Protocolo de Cartagena.
De todo esto se deduce que, en el sistema interamericano, el principio o derecho de
autodeterminación, tiene una muy limitada aplicación. En efecto, como ya se mencionó, la facultad
de escoger que tienen los Estados el modelo político, económico y social, se reconoce en tanto ese
modelo se encuadre dentro del sistema democrático.
La única forma de eludir esta conclusión es aceptar cambiar el tradicional concepto de
"democracia" que tenemos en Occidente. El actual gobierno de la Unión Soviética asegura que está
introduciendo modificaciones en su sistema político y desarrollando una noción de democracia
mucho más amplia que la occidental, pues implica una mejor distribución de la riqueza, la creación
o fortalecimiento de sistemas de bienestar y de seguridad social, la eliminación de los extremos en
lo que a riqueza y pobreza se refiere, etc. Cabe hacer notar que nuestra concepción de la
democracia en absoluto está reñida con estos objetivos y que los soviéticos, convenientemente
relegan a un segundo plano las libertades políticas y el respeto a los derechos humanos. Si nos
conformamos con tal idea de democracia, renca y desnaturalizada, entonces sí podríamos decir que
en nuestro Continente existe la autodeterminación.
Para terminar, se considera que este Comité tiene a su disposición, en los trabajos de los
diferentes relatores que se han ocupado del tema, suficientes elementos de juicio acerca del derecho
de autodeterminación de los pueblos y de lo restringido de su ámbito de aplicación en el marco de
la Organización de los Estados Americanos, como para formular algún pronunciamiento o
eliminarlo del temario.
Rio de Janeiro, 17 de agosto de 1988
Fdo. Policarpo Callejas Bonilla
Biblioteca/pesquisa/democracia
e4RII88 – Callejas Bonilla – autodeterminación
PCB/mari – 13/10/2010
Descargar