¿por qué no a la reforma laboral?

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¿por qué no a la reforma laboral?
Una reforma que estimula el despido, elimina derechos y recorta
salarios
La reforma no intenta crear empleo
En un país en el que la tasa de paro supera el 20%, en el que uno de cada dos jóvenes
no tiene trabajo, en el que la temporalidad laboral alcanza cifras récords (un ejemplo: en
Asturias, de cada diez contratos que se firman, nueve son temporales), declarar la guerra
al paro debería ser la obligación de cualquier gobierno. Lamentablemente, tanto el Ejecutivo
del PSOE como ahora el del PP optan por el camino contrario. Lejos de estimular la actividad
económica mediante un programa de Inversión pública que permita Impulsar un cambio
de modelo productivo en nuestro país, apostando por nuevos sectores capaces de generar
empleo, mantienen el camino del ajuste y del recorte que sólo retrasará la salida a la crisis
y provocará más paro y empobrecimiento en nuestro país.
La crisis es la coartada perfecta para desmantelar el Estado del Bienestar, privatizar servicios
públicos para garantizar mercados para los grandes grupos empresariales y eliminar
derechos sociales. Han pasado ya varios años desde el Inicio de esta crisis y se han
reformado el mercado laboral (varias veces), el sistema de pensiones, se han generalizado
los recortes en educación, sanidad y servicios sociales... pero seguimos a la espera de la
reforma del sistema financiero. El verdadero culpable de esta crisis que, paradojas de estos
tiempos sigue sin haber adoptado ni una sola medida dirigida a evitar que esta crisis se
repita en un futuro.
Reformar el mercado laboral para facilitar el despido
La reforma laboral que aprobó el Partido Popular supone, en primer lugar, una clara apuesta
por el abaratamiento del despido, facilita la reducción generalizada de salarios, refuerza
el poder de los empresarios y reduce considerablemente la capacidad de defensa colectiva
de los trabajadores. Estas son algunas de las características del texto del Real-Decreto
aprobado por el Consejo de Ministros del pasado viernes 10 de febrero. Otra de las
novedades es la eliminación del control previo de la Administración Pública en el caso de
Expedientes de Regulación de Empleo (EREs). Es evidente que esta Reforma Laboral
renuncia a facilitar la contratación o estimular la creación de puestos de trabajo. El único
objetivo es reducir costes a costa de eliminar y sacrificar conquistas laborales adquiridas
en las últimas décadas.
Supone una clara agresión al movimiento sindical y una notable reducción de la capacidad
de negociación de los trabajadores. Las relaciones laborales, caracterizadas por el equilibrio
entre empresa y trabajadores, se alteran por completo reforzando el poder de los empresarios
a costa de los trabajadores. La reforma laboral generaliza el despido procedente, ya que
basta con acreditar pérdidas en los últimos nueve meses, y reduce notablemente la
indemnización a la que tienen derecho los trabajadores hasta dejarlo en 20 días por año
trabajado y un límite de 12 meses.
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Despidos de saldo
Despido con 20 días, nuevo despido estándar
La reforma laboral generaliza el despido objetivo. Será el principal Instrumento para despedir:
por razones económicas, organizativas, técnicas o de producción.
Para alegar las razones económicas bastará acreditar que la empresa tiene una situación
económica negativa:
» existencia de perdidas actuales o previstas
» disminución persistente de su nivel de ingresos o ventas durante tres trimestres consecutivos
El Real-Decreto precisa que nueve meses consecutivos (tres trimestres) de bajada de
Ingresos o ventas son causa suficiente para despedir con este procedimiento. Se trata de
un dato muy relevante porque en medio de esta crisis nueve meses de descensos de
ventas o Ingresos es absolutamente frecuente. Es decir, se abre de par en par la puerta
a esta vía de despido.
La reducción de la Indemnización es notable: 20 días de salario por año trabajado, con un
máximo de 12 mensualidades. Hasta el momento la vía más frecuente por parte de las
empresas era el despido disciplinarlo Improcedente. Se Indemnizaba con 45 días por año,
con un máximo de 42 mensualidades. Se trataba de una forma de despido Ubre porque
no era necesario acreditar causa para hacerlo. Otro dato que se debe tener en cuenta, los
contratados antes de la reforma podrán recibir 45 días por año por el tiempo de contrato
hasta el momento de la entrada en vigor de la reforma: sus derechos acumulados hasta
ese momento se mantienen.
ERES sin control público
Los Expedientes de Regulación de Empleo se simplifican de forma notable. Ya no será
necesaria la autorización por parte de la Administración. Este control era un mecanismo
que, en la práctica, fomentaba los acuerdos pactados con Indemnizaciones más elevadas.
Al eliminarlo, el empresario puede plantear un despido colectivo de 20 días por año con
un máximo de 12 mensualidades. SI los trabajadores no están de acuerdo, se recurrirá al
juez, que en todo caso se limitará a verificar si se cumplen los requisitos exigidos por el
despido objetivo (la disminución del nivel de Ingresos o ventas durante tres trimestres
seguidos). Otro dato relevante es que también se elimina el control administrativo en los
Expedientes de suspensión y reducción de jornada.
Más poder para los empresarios
Supone un claro quebranto de una de las características de sistema de relaciones laborales:
el equilibro de poderes entre el empresario y los trabajadores. Los mecanismos de
negociación colectiva y defensa de los interesas de los trabajadores son los "daños
colaterales" de esta reforma.
Se hace más fácil cambiar sustanciaimente ias condiciones de trabajo, en materia de
salarios, jornada, turno, funciones... Estas modificaciones estarán justificadas "cuando
existan probadas razones económicas, técnicas, organizativas o de producción. Se
consideraran tales las que estén relacionadas con la competi.ti.vi.dad, productividad u
organización técnica o del trabajo en la empresa". Como casi todo en una empresa se
puede vincular con la "competitividad" o la "productividad", resulta fácil echar mano de
estas causas.
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El proceso sería el siguiente:
» El empresario comunica sus intenciones al trabajador al menos 15 días antes de que se
apliquen, y si el trabajador no está de acuerdo podrá rescindir su contrato (20 días de
Indemnización, máximo 9 mensualidades) o tendrá que recurrir a los tribunales.
» En el caso de que las modificaciones afecten a un grupo de trabajadores, se abre un
periodo de consultas no vinculantes con los representantes de los trabajadores (no más
de 15 días); si no hay acuerdo, se impone la voluntad del empresario (aunque los trabajadores
pueden también rescindir su contrato o acudir a los tribunales, como en el caso de las
modificaciones individuales).
Antes las exigencias eran mayores y no se podían modificar los salarios por esta vía. El
plazo de comunicación era el doble (30 días). También se simplifican los requisitos para
facilitar que el empresario aplique la movilidad geográfica (cambio de centro de trabajo
que exige mover la residencia del trabajador) y movilidad funcional (cambio de las tareas
que desempeña).
Más facilidades para descolgarse del Convenio
Basta tan sólo dos trimestres seguidos de disminución de Ingresos o ventas para descolgarse
del convenio colectivo. Se amplían mucho las materias que una empresa puede Lnapilcar:
salarios, jornada, horarios, turnos...
El PSOE también apostó por facilitar que las empresas se descolgaran de los convenios
colectivos. Ahora el PP va más allá. De esta forma, los colectivos de trabajadores más
vulnerables al salario mínimo, sobre todo en el sector servicios quedarán absolutamente
desprotegidos.
Estamos ante un hecho gravísimo: se dinamita una de las principales conquistas del
movimiento obrero de este país, la negociación colectiva. Por si todas las facilidades
previstas en la reforma laboral fueran pocas, el PP abre también una enorme puerta de
atrás: nn los casos que no puedan descolgarse (por no tener dos trimestres de disminución
de ingresos o ventas) podrán alegar razones "de competitividad o de productividad". Un
auténtico coladero por el que se pueden rebajar unilateralmente todas las condiciones
laborales consolidadas (sueldos incluidos por primera vez en la historia)
El convenio de empresa prevalece sobre el convenio del Sector
Lo pactado en un convenio de empresa se aplica con prioridad a lo dispuesto en otros
convenios superiores en ciertas materias, de máximo interés para los trabajadores: salario
base, complementos, horas extra, horarios, turnos...
Nuevas modalidades de contrato: minijobs made in Spain (un año
de pruebas o contrato de formación perpetua)
La reforma del PP no incluye ningún estimulo a la contratación estable y con derechos. No
reduce las modalidades de contratación indeñnida. Impulsa, facilita y estimula los contratos
basura.
Un año a prueba
Las empresas pequeñas (menos de 50 trabajadores), es decir, buena parte del tejido
productivo de este país, que contraten a un menor de 30 años como primer empleado o
a un parado (sea su primer empleado o no), presenta dos características especialmente
notables:
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» El contrato dice tener vocación de Indefinido, pero establece un periodo de prueba de
un año. Es decir, el doble del máximo existente hasta ahora. La consecuencia práctica más
Importante es que el empresario puede despedirlo sin pagar ninguna Indemnización durante
este periodo. Se trata de una condena a la precariedad en estado puro.
» Una persona desempleada contratada con esta modalidad al que le quede prestación
por desempleo podrá complementar su salarlo mensual con hasta el 25% de la prestación
que le correspondería.
Esto supone un Incentivo al empresario para pagar menos contando con que el trabajador
completará su salarlo) y además hace que el empleado esté consumiendo su derecho a
la prestación, en vez de estar generando uno nuevo.
Contrato de formación
El contrato para la formación y el aprendizaje cambia en distintos aspectos:
La modificación principal es que se podrán encadenar contratos de formación, Incluso en
la misma empresa, siempre que cambie la "actividad laboral u ocupación" a desempeñar;
esto antes estaba prohibido.
El contrato podrá durar un máximo de tres años (hasta ahora eran dos, prorrogables uno
más) y se podrá celebrar con personas menores de 30 años hasta que la tasa de paro
caiga por debajo del 15% (hasta ahora, ese límite de edad se aplicaba hasta finales de
2013) para luego volver al límite de edad ordinario de 25 años
Despidos en el Sector Público
La reforma también facilita a las administraciones u organismos públicos despedir a su
personal laboral (no a los funcionarlos, que no se rigen por el Estatuto de los Trabajadores)
por causas económicas.
En línea con lo dispuesto para los trabajadores fijos del sector privado, lo que se hace es
definir con precisión cuándo se puede recurrir al despido de 20 días. Como es evidente,
en las administraciones no se puede hablar en sentido estricto de "pérdidas", "ventas" o
"Ingresos", así que el Gobierno lo autoriza cuando se produzca en las mismas una situación
de Insuficiencia presupuestarla sobrevenida y persistente para la financiación de los servicios
públicos correspondientes. En todo caso, se entenderá que la Insuficiencia presupuestarla
es persistente si se produce durante tres trimestres consecutivos.
Algunas conclusiones...
La reforma estimula el desempleo, la precariedad y refuerza el poder de los
empresarios
SI el Gobierno del PSOE apostó por recortar los derechos laborales e inyectar más precariedad
en el Mercado laboral español, el Gobierno del Partido Popular opta por la misma medicina
pero con doble ración.
Esta reforma es un poderoso instrumento para facilitar el despido en nuestro país, abre
la puerta al empobrecimiento generalizado de los trabajadores y trabajadoras. Finalmente,
también otorga mayores poder a los empresarios. El objetivo de la reforma es empeorar
las condiciones de trabajo (y por tanto de vida) de las trabajadoras y trabajdores de este
país. Permitirá sustituir trabajadores con derechos por nuevos contratos con salarios más
bajos y más precarios.
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La apuesta estratégica de esta política es aumentar el ejército de reserva de desempleados
para que se acaben aceptando trabajo en cualquier circunstancia (con menos derechos,
con menos sueldo, con menos estabilidad), dinamitando completamente todas las conquistas
adquiridas en el ultimo siglo de movilización obrera.
Abaratando el despido no se crea empleo
El Gobierno de Zapatero apostó claramente por facilitar el despido como mecanismo para
afrontar el elevadísímo paro. El Partido Popular mantiene el mismo criterio pero con mayor
Intensidad. Bajo el argumento de la supuesta "rigidez" de nuestro mercado laboral se
aprueba una nueva reforma. El argumento es falso. El rígido mercado laboral español fue
capaz de crear más empleo que el resto de países de la UE y también de destruirlo con
mayor Intensidad (somos uno de los países de la UE con mayor tasa de paro).
Para luchar contra el desempleo es necesario Invertir, estimular la actividad económica y
garantizar el acceso al crédito.
El PP mantiene las subvenciones públicas al despido que impulsó el PSOE.
Uno de los aspectos que más duramente criticamos de la reforma laboral del Partido
Socialista fue la subvención con dinero público de los despidos, aunque fueran Improcedente.
Sacrificios sin vuelta atrás.
La reforma laboral no recoge mecanismos que permita a los trabajadores recuperar sus
derechos y salarlos en cuanto se produzca la recuperación económica.
El PP mintió
Resulta evidente que el Gobierno del PP tiene toda la legitimidad para Imponer esta reforma
laboral. Tanto como que hace apenas unas semanas se presentó a las elecciones con un
programa electoral en el que no recogía ni una sola de las medidas que ahora aprueba.
El PP no defendió ante la sociedad la necesidad de abaratar el despido o recortar de forma
generalizada los sueldos de los trabajadores y trabajadoras.
Es un auténtico fraude político a los ciudadanos de este país, uno más en un tiempo record.
Esta reforma es la mayor mutilación de derechos individuales y colectivos.
El Gobierno ha Impuesto una reforma que dinamita el principio de estabilidad en el empleo
y ataca a los pilares fundamentales de la regulación de las relaciones laborales, situando
al empresario en el centro del sistema y multiplicando sus capacidades de decisión unilateral
sobre las condiciones de trabajo, precarlzando a los trabajadores y amputando gran parte
del contenido del derecho al trabajo así como cercenando espacios de decisión propios
de la acción colectiva de los trabajadores para someterlos al poder empresarial.
Una reforma al servicio de los intereses de la patronal y los mercados
La reforma laboral del PP continua el camino que empredló el PSOE en el Gobierno: utilizar
las normas laborales como un elemento de amortiguación de las consecuencias de la crisis
financiera y del modelo de producción. Para ellos, la creación de empleo se vincula a la
desregulación normativa del mercado de trabajo y la práctica eliminación del derecho de
los trabajadores a la estabilidad en el empleo.
Esta reforma laboral constituye un poderoso Instrumento al servicio de los Intereses de los
grandes grupos empresariales y económicos de este país. Es evidente que la crisis es la
coartada perfecta para desmantelar el Estado del Bienestar y la provisión de servicios
públicos con carácter universal y gratuito, pero también las conquistas sociales y laborales
alcanzadas en las últimas décadas.
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