Juan Manuel Ávila Silva*1 RESUMEN: El aut

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PONENCIA
“PROPUESTA DE ASEGURAMIENTO OBLIGATORIO DE LOS TRABAJADORES
DOMÉSTICOS”
Juan Manuel Ávila Silva*1
RESUMEN: El autor de esta ponencia analiza la regulación jurídica laboral y de la
seguridad social, en la cual se encuentran sujetos los trabajadores domésticos,
concluye que estas garantías son mínimas, a través de un análisis histórico, así
como el análisis de la legislación laboral y de seguridad social vigente en México, el
autor expone la problemática de los derechos de los domésticos, los que resultan
ser claves en el presente trabajo, concluye con una propuesta de aseguramiento
obligatorio de los trabajadores domésticos.
Palabras clave: seguridad social, trabajadores domésticos, incorporación voluntaria
al régimen obligatorio, protección social.
Presentado en la mesa “seguridad social y trabajo”
* Estudiante de Posgrado en Derecho de la División de Estudios de Posgrado de la Facultad de Derecho
y Ciencias Sociales de la Universidad Autónoma de Morelos. Correo electrónico: jmavila_silva
@hotmail.com.
ASEGURAMIENTO OBLIGATORIO DEL TRABAJADOR DOMÉSTICO
I. INTRODUCCIÓN
El trabajo doméstico en México, es regulado por la Ley Federal del Trabajo y La
Ley del Seguro Social, que tiene su origen ambas en la Constitución Política de los
Estados Unidos Mexicanos, que a partir de 1917, no obstante de que esta ha
reconocido a los trabajadores domésticos como sujetos del derecho laboral, esas
garantías son mínimas, y se ha negado a estos la protección de la seguridad social
obligatoria.
El presente trabajo, trata de demostrar el desamparo que sufren los trabajadores
domésticos por parte de la seguridad social, al no existir la obligación de los
empleadores de darlos de alta al Instituto Mexicano del Seguro Social, mediante el
análisis de la legislación, es necesario señalar que en la Ley del Seguro Social en su
artículo 13 fracción II, se reconoce que voluntariamente pueden ser sujetos de
aseguramiento voluntario al régimen obligatorio los domésticos, esto es letra muerta,
pues como sabemos, el cumplimiento de la ley radica en su obligatoriedad y
coercibilidad, y en este supuesto, dicho aseguramiento queda a iniciativa del patrón, por
lo que en la práctica es difícil que estos, cumplan con tal disposición.
II. TRABAJADORES DOMÉSTICOS
Un trabajador doméstico, de acuerdo con la
Real Academia de la Lengua
Española, la palabra “doméstico” “proviene del latín domesticus, y de domus, que
significa casa, es decir lo relativo a la casa. En otra acepción, “dícese del criado que
sirve en una casa ”.
21
Para el maestro Mario de la Cueva “el Trabajo Doméstico en
cuanto a su denominación proviene de la palabra latina domus, que significa casa,
domicilio u hogar de una persona o familia”. 32 La Ley Federal del Trabajo de 1970,
define a los domésticos, como los que prestan los servicios de aseo, asistencia y
demás propios e inherentes al hogar de una persona o familia art. 331 de la ley antes
citada. De lo que podemos establecer tres elementos en este tipo de relación primero,
el lugar donde se ha de prestar el servicio, que será el hogar o casa de una persona o
familia; en segundo la actividad que consistirá en el aseo, asistencia en el hogar;
tercero la finalidad no genera un lucro para quien se beneficia de este trabajo. El trabajo
doméstico se presenta como un fenómeno en una sociedad dividida en clases sociales,
los dueños de la tierra y la riqueza se hacen servir de los que no la tienen. El trabajo del
ser humano se desarrolla en una amplia gama de actividades de diferentes naturalezas,
que van desde la utilización de la fuerza manual hasta las que van a la utilización del
intelecto. Dentro de esa gama de actividades laborales aparece el trabajo doméstico,
mismo que presenta una serie de elementos especiales, por lo que tenemos que, el
trabajador doméstico es aquel que realiza su
trabajo en el hogar de una familia,
asistiendo a esta, y que dicho trabajo no genera una ganancia para el empleador.
1
Sánchez Castañeda, Alfredo et al., Trabajadores domésticos, Diccionario Jurídico Mexicano P-Z, Ed.
Porrúa- Instituto de Investigaciones Jurídicas de la Universidad Nacional Autónoma de México, México,
2004. pp. 3702-3705.
2
De la Cueva, Mario, El Nuevo Derecho Mexicano del Trabajo, Tomo I, Ed. Porrúa, 20ª ed., México,
2005. p. 571.
III. ANTECEDENTES DE LOS TRABAJADORES DOMÉSTICOS
Los romanos establecieron el arrendamiento de locatio et conductione mismo que
es un contrato por el cual una persona se compromete con otra a procurarle el goce
temporal de una cosa, o a ejecutar por ella cierto trabajo mediante una remuneración en
dinero que definían como merces. Estos distinguieron dos clases de arrendamiento el
arrendamiento de cosas locatio rerum; y el que nos interesa para el presente trabajo el
arrendamiento de servicios, locatio operarum u operis. 43
Por lo que podemos establecer que en esta cultura se encontraban regulados los
servicios prestados por las personas a través de la “ locatio operarum cuando el locator,
en lugar de procurar el disfrute al conductor de una cosa por la que le debe la merces,
le presta servicios determinados a otra”.
54
Por tanto este contrato obligaba a una de las
partes a prestar un servicio a otra a cambio del pago de una merces que ambos
convenían el cual versaba sobre la prestación de los propios servicios, durante un
cierto tiempo y a cambio de una remuneración. Los servicios prestados en las artes
liberales abogacía, medicina, etc. No eran prestadas dadas las ideas en la sociedad
romana, sino gratuitamente. 65
A causa de la esclavitud este contrato de trabajo no era muy frecuente en la
antigua Roma, la línea divisoria entre los contratos de trabajo y de obra no era muy
clara entre estos. En cuanto al salario, como la renta se pagaba postnumerando, salvo
acuerdo en contrario de las partes. 67
Si el trabajo no podía llevarse a cabo por dolo, culpa grave o, inclusive, culpa
leve del conductor (patrón), éste o sus herederos debían pagar el salario por todo el
43
Cfr. Petit, Eugéne, Tratado Elemental de Derecho Romano, 25ª ed., México, Porrúa, 2009, p. 401.
Ibídem, p. 404.
65
Cfr. Iglesias, Juan, Derecho Romano, 15ª ed., España, Ariel, 2004, p. 267.
76
Cfr. Floris Margadant, S. Guillermo, El Derecho Privado Romano, México, Esfinge, 1960, p. 402.
54
tiempo convenido o por un plazo fijado de buena fe, restándole, empero, el salario que
el obrero había ganado durante este tiempo en otro lugar. 87
Las
obras
históricas
de
Roma
señalan
que
las
familias
pudientes
económicamente, exigían abundante trabajo doméstico; Suetonio ha dejado testimonio
de la conducta de los Césares en lo que toca a las costumbres que comportaban la
necesidad del servicio doméstico. En Julio César, XLVIII, la disciplina doméstica
(impuesta por Julio César) era severísima en su casa, tanto en las cosas pequeñas
como en las grandes, haciendo encarcelar en una ocasión a su panadero por haber
servido pan diferente a sus invitados del que le sirvió a él; es conocido que los césares
ofrecían banquetes y festines, los cuales eran abundantes en manjares e invitados, lo
que requería numerosos sirvientes domésticos.
98
“El trabajo doméstico estuvo en Roma a cargo de esclavos preferentemente pues
no era correcto que hombres libres realizaran tareas de esta naturaleza. En efecto,
existió en Roma la locatio conductio operarum, o sea arrendamiento de servicios
(cuando una persona se obliga a prestar a otra servicios determinados mediante pago
de un salario)”, 109 siendo condenado por las costumbres sociales de esa época que un
hombre libre contratase mediante una remuneración en dinero sus
servicios
en
beneficio de otro.
Los servicios de los domésticos, eran valorados por los amos en cuanto a las
aptitudes o conocimientos personales a la hora de la prestación de determinados
servicios, “Así, se sabe que el verdadero arte culinario apareció en Roma por virtud de
los aportes brindados por esclavos orientales –muchos de ellos condicionados por las
familias ricas- conocedores de nuevas y diferentes maneras de preparar las
comidas.”1110 Cuando empezaron a entrar a Roma esclavos griegos quienes habían
prestado sus servicios en la clase media, entre estos se encontraba gente culta, en la
que habían profesores, escritores, técnicos, y también cocineros selectos, obreros de
87
D.19.2.19.9 y 10. Apud Floris Margadant, S. Guillermo, El Derecho Privado Romano, México, Esfinge,
1960, p. 402..
9 8
Cfr. Chalbaud Zerpa, Reinaldo, Op.cit., p. 10.
109
Ibídem, p. 11.
1110
Ídem,
fino, costureros, joyeros
cosas que subían su precio cuando eran vendidos en el
mercado. 1211
Por lo que podemos deducir, que el trabajo doméstico en la cultura romana era
prestado por los esclavos y aun por ciudadanos romanos que arrendaban sus servicios
personales locatio conductio operarum, para la prestación de determinados servicios, a
cambio de una remuneración en dinero llamada merces, el arrendamiento de estos
servicios, eran prestados a otros ciudadanos romanos, sin embargo, este debió haber
sido realizado preferentemente por esclavos, siendo beneficiadas las clases altas que
seguramente serian la de los patricios.
En cuanto a Grecia, este tipo de trabajo, lo encontramos en referencias históricas
como son las obras de literatura clásica, los pasajes de la Odisea, citan: Penélope esta
asistida por unas cincuenta sirvientas.
Platón en sus Diálogos Socráticos en el
banquete se lee: El criado . . . Le lavo los pies
lecho.
para que pudiera reclinarse en el
13124
En Egipto, las labores domésticas eran realizadas por servidores libres, retribuidos
y mantenidos por quien los empleaba y por esclavos. Se ocupaban de tareas variadas y
entre ellos los «escuchadores», los «coperos» o ubauque eran los despenseros
servían la mesa actuando simultáneamente como confidentes al estar atentos a cuanto
se decía en los banquetes, los chemsu acompañaban su señor en las salidas. Las
señoras disponían de sirvientas a quienes podían hacer azotar y despedir. Los
sirvientes podían aprender un oficio, adquirir propiedades y si tenían suficientes medios
podían ser también servidos, los esclavos eran de origen extranjero capturados en las
guerras y eran vendidos o alquilados, los esclavos que sabían desenvolverse dejaban
la condición servil. 145 13
Por lo que respecta a México, durante la época de los Aztecas muchas familias
pudientes utilizaron el trabajo de los Tlatlacotín (esclavos) en labores domésticas. Los
Tlatlacotín correspondían a la categoría inferior dentro de la jerarquía social existente
12 11
Ibídem, p. 12.
Ibídem, p. 7.
5 13
Ibídem, p. 12.
4 12
en la sociedad
azteca; pertenecían a un amo, a modo de esclavos trabajaban al
servicio de este, sin percibir remuneración alguna, pero les daban comida, techo y
vestido.14 156
Los pueblos prehispánicos en México estaban formados por sociedades
organizadas, la cultura más destacada mexica también llamada azteca, tuvo su
organización social basada en estratos sociales, en los cuales encontramos muy
acentuados sus estilos de vida con una función social definida, siendo esta clasificación
en orden decreciente la siguiente; los nobles, llamados pillis o pipiltzines, siendo esa
nobleza hereditaria, distinguiéndose tres niveles, los tlatoanis, que eran los jefes de
caciques, los tecuhtlis, señores o principales, los pillis o parientes subordinados de los
anteriores, esta primera clase social los que se dedicaban al sacerdocio o eran
guerreros o comandantes militares; una segunda clasificación estaba integrada por los
denominados pochtecas, quienes eran comerciantes y
desarrollaban labores de
espionaje y embajadores; una tercera clasificación la encontramos en los macehuales o
macehualtin, que era gente común equivalente a plebeyos, se dedicaban a la artesanía
o al campo, agrupándose por especialidades en los diferentes barrios de la ciudad; una
cuarta clasificación era los tamemes, quienes tenían el oficio de cargadores, ya que los
aztecas no conocieron las bestias de carga; una quinta clasificación podemos señalar
los mayeques, quienes eran tributari os de los pueblos vencidos por los aztecas, eran
hombres libres, pero debían pagar tributo a los aztecas y trabajar la tierra que había
sido de ellos, sin poder desplazarse; y la última clasificación la integraban los esclavos
o tlacollis.
1516
Los esclavos en la sociedad azteca se dedicaban a los trabajos del
hogar, a la limpieza de las calles y plazas y a la construcción de obras públicas. 1716
Señala Cruz Barney que el concepto azteca de esclavitud es diferente del
concepto occidental, ya que en el caso del primero el esclavo gozaba de una serie de
libertades y prerrogativas ajenas a la esclavitud clásica. Por lo que se llamaba esclavos
a los tracolli o tlacotli, quienes conservaban siempre su carácter de persona, sin llegar a
614
ibídem, p. 15
Cfr. Pérez De los Reyes, Marco Antonio, Historia del Derecho Mexicano, México, Oxford, 2007, p. 86.
17 16
Ídem.
16 15
pertenecer como “cosa” a su amo, por lo que apunta que mas que esclavitud a decir de
él se puede hablar de diversas formas de servidumbre, por lo que distingue tres tipos de
trabajos que estos realizaban 1. Acarreo de materiales, en el que no solo se empleaban
esclavos sino también indios tributario; 2. Producción campesina, y 3. Servicios
personales en casas. 1718
Dentro de las causas por las que se tenía la condición de esclavo en la sociedad
azteca encontramos las siguientes, a) Cautivos de guerra, no existía el canje de
prisioneros; por lo que adquiría la condición de esclavo el individuo que era apresado
por un guerrero azteca; b) Por venta, en esta sociedad un padre podía vender a uno de
sus hijos por encontrarse en extrema pobreza con la condición de tener por lo menos
cuatro hijos, de tal manera que a uno lo hacía esclavo y tres quedaban libres; c)
Autoventa, en ocasiones un sujeto azteca se vendía a sí mismo a otro, incluso se
vendían familias completas, en ocasiones de manera temporal o permanente, y hasta
en forma rotativa; d) Por delito, algunos delitos hacían caer en esclavitud a los
delincuentes en favor de la víctima.
1819
Nos relata el maestro Floris Margadant, desde el régimen de Netzahualpizintli,
el hijo de esclavo ya nace libre, la liberación de este era posible por matrimonio con el
dueño o dueña; o por autor rescate mediante pago cabe destacar el hecho de que el
patrimonio del esclavo no era absorbido por el del amo, lo que hacía posible que el
escavo recibiera dinero propio, (por herencia, préstamo, donación), con el que podía
obtener su libertad, también por disposición del dueño mortis causa, por escapar del
mercado de esclavos y poner un pie en excremento humano, y por alcanzar asilo en el
palacio del rey, el esclavo se liberaba; un esclavo no podía ser vendido en contra de su
voluntad en caso de haber observado un buen comportamiento, caso contrario cuando
resultaba incorregible era vendido al templo para su sacrificio, en Azcapotzalco y en
Itzocan existieron famosos mercados de esclavos. Podemos destacar como una
característica la libertad con que nacen los hijos de esclavos , la continuación de la
personalidad patrimonial de un esclavo y el hecho de que se le solicitara su
1817
Cfr. Cruz Barney, Oscar, Historia del Derecho en Mexico, Ed. Oxford, 2ª ed, México, 2007. p. 28.
Ídem.
19 18
consentimiento para su venta en los casos antes señalados constituyeron un
reconocimiento de ciertas ventajas para estos.
2019
Como podemos observar los aztecas, contaban con una organización social
definida lo que denota un desarrollo intelectual importante para su tiempo. Dentro de las
actividades laborales encontramos fundamentalmente la agricultura, las artesanías, al
trabajo rudo que ejecutaban los tamemes, y el de los esclavos, en cuanto a estos
últimos se mencionan escasamente en las obras de historia.
Muchas familias pudientes utilizaron el trabajo de los Tlatlacotín (esclavos) en
labores domésticas. Los Tlatlacotín correspondían a la categoría inferior dentro de la
jerarquía social existente en la sociedad azteca; pertenecían a un amo, a modo de
esclavos trabajaban al servicio de este, sin percibir remuneración alguna, pero les
daban comida, techo y vestido. 2120
Por lo analizado anteriormente podemos establecer que el trabajo doméstico
tiene como característica principal, que es el que realizaba el estrato social más bajo de
la sociedad azteca los Tlacollis o Tlatlacotín que eran los esclavos, pudiendo ser
prestado también por hombres libres (jornaleros); “estos últimos ofrecían sus servicios
en los mercados a cambio de un jornal. En este sentido se conoce una carta de Hernán
Cortés para el emperador Carlos V en la que expresa: “Hay en todos los mercados y
lugares públicos de dicha ciudad (Tenochtitlan, México) todos los días, muchas
personas, trabajadores y maestros de todos los oficios, esperando quien los alquile por
su jornal”.
2221
De este trabajo se beneficiaban las clases altas como eran los nobles
pillis o pipilitzines, los tlatoanis, los tecuhtlis, los pillis y seguramente también los
pochtecas como lo pudimos constatar por la forma en la que estaba integrada la
estructura social de los aztecas.
De acuerdo a la historia, el trabajo doméstico, era aquel que realizaban los
esclavos, y en algunas culturas como la romana existió el arrendamiento de servicios
personales, es decir existía una retribución económica por la prestación de un servicio;
2019
Cfr. Floris Margadant, S. Guillermo, Introduccion a la Historia del Derecho Mexicano, Ed. Esfinge, 18ª
ed, México, 2004. p. 32.
21 20
Cfr. Chalbaud Zerpa, Reinaldo, Op.cit., p. 15
22 21
Ídem.
en la cultura griega encontramos antecedentes del servicio doméstico que de cierta
forma los sirvientes eran tratados con respeto y en ocasiones valorados; en cuanto a la
cultura egipcia tenemos que se daba un maltrato a los sirvientes, pero tenían la
oportunidad estos de hacerse libres si sabían desenvolverse; en la cultura azteca este
trabajo era realizado por la clase más baja de la sociedad, esclavos por lo general, y no
percibían remuneración, sólo comida, techo y vestido.
IV. ANÁLISIS Y PROBLEMÁTICA DE LAS CONDICIONES LABORALES Y DE LA
INCORPORACIÓN VOLUNTARIA AL RÉGIMEN OBLIGATORIO DEL SEGURO
SOCIAL DE LOS TRABAJADORES DOMÉSTICOS.
En México, nuestra Constitución de 1917,
otorgó a los derechos de los
domésticos una indiscutible naturaleza laboral al mencionarlos expresamente al inicio
del articulo 123; Ley del Seguro Social 1973, reconoció a los trabajadores domésticos
como beneficiarios desde este año; la primera Ley Federal del Trabajo de 1931 se
dedicó un capítulo especial a estos refiriéndose a este tipo de trabajo en sus artículos
41, 69, 87, 100, 129, 678 Ley Federal del Trabajo; en cuanto a la Ley Federal del
Trabajo 1970, señala que trabajadores domésticos, son los que prestan los servicios de
aseo,
asistencia y demás propios e inherentes al hogar de una persona o familia
artículo 331 Ley Federal del Trabajo. Es un trabajo especial de acuerdo a lo establecido
por el artículo 181 de la referida ley; que son reglas aplicables a un grupo de
actividades que fijan condiciones a la particular naturaleza de su desempeño.
Derivado de esta reglamentación encontramos la siguiente problemática en torno a
este tipo de trabajadores que encontramos en la Ley Federal del Trabajo, que a saber
son, los patrones no están obligados a pagar las aportaciones a que refiere el art. 136
de la Ley Federal del Trabajo, que hace referencia de las aportaciones al Fondo
Nacional de la Vivienda; 146 de la citada ley; los empleados domésticos no participan
del reparto de utilidades art. 127 Fracción VI de la ley de la materia; no tienen
estabilidad en el empleo de acuerdo al artículo 343 de la multicitada ley, ya que el
patrón puede rescindir la relación dentro de los 30 días de la contratación o en cualquier
tiempo pagando las indemnizaciones a que se refiere el artículo 49 fracción IV y 50 de
nuestra Ley Federal del Trabajo.
En cuanto a la seguridad social de este sector laboral tenemos que la Ley del
Seguro Social establece la Incorporación voluntaria al régimen obligatorio del Seguro
Social de los domésticos al señalar: son sujetos de incorporación voluntaria al régimen
obligatorio del Seguro Social art. 13 fracción II Ley del Seguro Social.22
237
Lo que
presenta los siguientes problemas:
a) cotizar por anualidades adelantadas, la falta de pago de una parcialidad o anualidad
faculta al instituto para suspender el servicio;
b) no procede el aseguramiento voluntario por disposición de ley
cuando pueda
comprometerse el equilibrio financiero del instituto o la eficiencia de los servicios a los
asegurados del régimen obligatorio;
c) no existe La obligatoriedad de afiliar al instituto por parte del empleador al trabajador
domésticos ya que la ley establece que podrán. Lo que no denota la obligatoriedad de
su inscripción ante el Seguro Social.
Vulnerándose sus derechos a la salud, ya que no existe un mecanismo legal que
les garantice este derecho, porque la Ley y a la misma interpretación de la Suprema
Corte de Justicia de la Nación tenemos que los trabajadores domésticos no tiene
derecho a una inscripción retroactiva ante el Instituto Mexicano del Seguro Social, de
acuerdo al siguiente criterio Jurisprudencial:
“TRABAJADORES
DOMÉSTICOS.
LA
JUNTA
DE
CONCILIACIÓN
Y
ARBITRAJE SE ENCUENTRA IMPEDIDA PARA CONDENAR AL PATRÓN A
INSCRIBIRLOS
AL
INSTITUTO
MEXICANO
DEL
SEGURO
SOCIAL
RETROACTIVAMENTE, PORQUE SÓLO PUEDEN SER SUJETOS DE
ASEGURAMIENTO VOLUNTARIAMENTE.
El hecho de que el patrón niegue la relación de trabajo y la actora acredite que
prestaba sus servicios como empleada doméstica, no es motivo para que la
Junta de Conciliación y Arbitraje lo condene a inscribirla al Instituto Mexicano del
Seguro Social retroactivamente, porque al resolver debe tomar en cuenta el
artículo 338, fracción II, de la Ley Federal del Trabajo, que obliga al patrón a
7 22
México, Ley del Seguro Social, Publicado en el Diario Oficial de la Federación el 21 de diciembre de
1995.
proporcionar a los trabajadores domésticos, en caso de enfermedad que no sea
de trabajo y no sea crónica, asistencia médica entre tanto se logra su curación,
lo que descarta que esté obligado a efectuar esa inscripción, lo cual se corrobora
con lo señalado en la fracción II del artículo 13 de la Ley del Seguro Social, que
establece que voluntariamente podrán ser sujetos de aseguramiento al régimen
obligatorio, los trabajadores domésticos.
23248
El patrón de un trabajador doméstico cuenta con la opción que le otorga la Ley del
Seguro Social, de no inscribir
al trabajador en el Régimen Obligatorio del Seguro
Social, lo que viola sus derechos ya que se le niegan sus derechos en tanto que en el
supuesto de no ser incorparado voluntariamente al régimen obligatorio por parte del
patrón trae como consecuencia que no tengan prestaciones de pensión por cesantía
en edad avanzada y vejez, que cubre las pensiones o prestaciones en dinero, seguro
de enfermedades y maternidad, que cubre las prestaciones en especie y en dinero
derivadas de maternidad, así como tampoco tendría derecho a las prestaciones en
dinero y en especie que se originen en enfermedades no profesionales, así como
también no estaría protegido el trabajador doméstico por los Seguros de Invalidez y
Vida, contemplados en nuestra Ley del Seguro Social, que cubre las pensiones de
Invalidez, viudez, así como tampoco tendrían derecho a pensiones por orfandad y
ascendientes sus dependientes económicos, en el caso de que el trabajador doméstico
sufriera invalidez o en su caso la muerte y la causa de este acontecimiento encuentre
su origen fuera de un riesgo de trabajo.
Así como no se encontraría protegido el trabajador doméstico, por los Seguros de
Retiro.
8 23
Tesis II.T.331 L., Laboral, Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta Novena Época, t. XXVIII,
Agosto de 2008, p. 1212.
En el supuesto de que el patrón de un trabajador doméstico decida incorporar al
trabajador doméstico voluntariamente al régimen obligatorio del Seguro Social, este se
encontraría cubierto por el seguro de: riesgos de trabajo; Seguro de enfermedades y
maternidad; Seguro de invalidez y vida, Seguro de retiro cesantía en edad avanzada y
vejez. 2524
25 24
208.
Cfr. Mendizábal Bermúdez, Gabriela, La Seguridad Social en México, Ed. Porrúa, México, 2007. p.
En México, la Ley del Seguro Social no protege de una manera eficaz el derecho
a la salud de estos trabajadores, ya que de acuerdo a datos del INEGI, en nuestro país
tenemos
1,994,993
trabajadores
en
servicio
domésticos,
de
los
cuales
aproximadamente el 96 por ciento de estos se encuentran sin acceso a instituciones de
salud, como se muestra a continuación:
Trabajadores en servicio doméstico
Población ocupada
Periodo encuesta : Tercer trimestre del 2010
No especificado
Trabajadores en
servicios
domésticos
21,962
Sin acceso a
instituciones de
salud
Trabajadores en
servicios
domésticos
1,895,620
Con acceso a
instituciones
de salud
Trabajadores
en servicios
domésticos
77,411
Total
Trabajadores en servicios domésticos
1,994,993
Consulta de: Población ocupada Por: Cond acceso inst salud y Grupos de ocupación
FUENTE: Elaboración propia con
datos proporcionados por el INEGI.
Encuesta Nacional de Ocupación y
Empleo.
V. TRABAJO DOMÉSTICO EN AMÉRICA LATINA
El trabajo doméstico constituye desde el punto de vista numérico la ocupación
más importante para las mujeres en América Latina: alrededor de 12 millones de
mujeres son trabajadoras domésticas en la región. 2625
En América Latina encontramos la característica de que este tipo de trabajo está
sujeto a un régimen especial, lo que denota una diferencia del régimen general, siendo
esto una limitación a los derechos de este tipo de empleados.
Dentro de las reformas legales recientes al servicio doméstico en América Latina,
encontramos las siguientes: 2726
País
Instrumento legal
Argentina
Decreto 485 (2000). Reglamentación del régimen especial de seguridad
social para empleados del servicio doméstico.
Establece la obligatoriedad de aportes y contribuciones por parte del
empleador para sus empleados domésticos que trabajan 6 o más horas
semanales.
Bolivia
Ley de la trabajadora del hogar (2003).
Regula el trabajo asalariado del hogar estipulando derechos y
obligaciones para empleados y empleadores.
2625
Valenzuela, María Elena y Rangel, Marta, “Las trabajadoras domésticas sufren los mayores déficit de
trabajo decente en América Latina”, Un trabajo decente para los trabajadores domésticos, Suiza, 2007,
148/149, pp.67-73.
2726
Ídem.
Brasil
Constitución de la República Federativa de Brasil (1988).
Amplia los derechos de los empleados domésticos establecidos en la
ley 5.859/1972 (2006).
El senado aprobó una medida provisora por la cual los empleadores
pueden obtener beneficios fiscales disminuyendo su impuesto a la
renta si cotizan para dos empleados (ya tienen beneficios si cotizan
para uno). El gobierno va a intentar impedir este cambio. El senado,
ratificó otra reforma la cual el gobierno se opone: la inclusión obligatoria
de los empleados domésticos en el régimen del FGTS, que va a veto o
sanción presidencial.
Chile
Ley 19.591 (1998).
Reconoce el derecho al fuero maternal para las trabajadoras
domésticas.
Costa Rica
Proyecto de Ley (2002).
El proyecto de ley fue enviado al Parlamento. Propone equiparar los
derechos de los empleados domésticos a los de los demás
trabajadores con relación a la jornada laboral y a los periodos de
descanso.
Nicaragua
Reglamento 202 (1978). De aplicación del seguro social a los
trabajadores del servicio doméstico.
Establece los mecanismos de cálculo del salario de referencia, de
financiamiento y de caudación, define la contribución patronal (12%),
laboral (3%) y estatal (4%), además de otros beneficios tales como el
seguro de maternidad, de invalidez y ayuda de funeral.
Perú
Ley 27.986 (2003). De los trabajadores del hogar.
Regula el trabajo asalariado del hogar estipulando los derechos y
obligaciones para empleados y empleadores.
Uruguay
Ley 18.065 (2006).
Equipara los derechos de las trabajadoras domésticas a los del restos
de los asalariados.
VI. CONCLUSIONES
Podemos señalar, que los trabajadores domésticos están desprotegidos, con
salarios muy bajos, aun en nuestros días, el trabajo del hombre es visto como un
artículo de comercio a conveniencia de intereses de poder. Cabe destacar que la
inscripción voluntaria al Instituto Mexicano del Seguro Social en nuestro país de un
trabajador doméstico queda a iniciativa del empleador, trabajan con mínimos de
garantías ya que como hemos visto no tiene garantizado su derecho a la salud. Así las
cosas, los trabajadores domésticos se ven limitados en sus derechos ya que la Ley no
les garantiza el derecho a una vivienda digna, al no obligar a los patrones a realizar
aportaciones al Fondo Nacional de la Vivienda de acuerdo a lo establecido por el
artículo 146 de la Ley Federal del Trabajo.
Resulta importante destacar que existe un aislamiento de estos trabajadores,
viciado por la desinformación, no existe una igualdad, libertad y en muchos casos se
viola su dignidad, existen condiciones, que no se mencionan en el trabajo especial se
aplican supletoriamente las disposiciones generales a los trabajos comunes, siendo
que, “en el trabajo doméstico, estamos en presencia de una verdadera relación jurídica
de trabajo, de naturaleza contractual, y cuyo contenido se traduce en la prestación de
servicios de carácter doméstico”.
27289
Consideramos que el régimen de los domésticos rompe con los principios que
consagra el artículo 123 constitucional, ya que el trabajo que desarrollan se da con un
mínimo de garantías laborales y de seguridad social.
En nuestro país puede considerarse el trabajo doméstico como la expresión
moderna de la esclavitud.
927
Ríos Estavillo Juan José, Derechos de los Trabajadores Domésticos, Ed. Universidad Nacional
Autónoma de México-Instituto de Investigaciones Jurídicas, México, 2000. p.8I.
En su mayoría son mujeres que debido a su bajo nivel cultural desempeñan esta
actividad laboral, por lo que vemos en la realidad una discriminación social, laboral y
legal hacia esta clase de trabajadores.
Es necesaria una reforma legislativa en México, que proteja los derechos de los
trabajadores domésticos.
Por lo que consideramos que el trabajo doméstico constituye una actividad
humana personal, subordinada, y bajo una dependencia económica que aun cuando no
contribuye a la obtención de un lucro por parte del patrón, esto no es justificante para
que se les siga explotando como ocurre en la realidad en nuestro país. Por lo que de la
información analizada consideramos su incorporación al régimen obligatorio del seguro
social, por las características del trabajo que desempeñan, nuestra propuesta tiene un
fundamento humano y de carácter social, ya que la seguridad social, debe ser un bien
social que debe alcanzar a toda la sociedad mexicana, y más aun a la clase trabajadora
que de manera directa o indirecta somos el motor de la economía en nuestro país.
Un trabajo socialmente y económicamente valioso, una fuente importante (en
algunos países la más importante) de empleo para mujeres de bajos ingresos.
Uno de los segmentos más desprotegidos y desfavorecidos de la fuerza laboral,
altamente vulnerables a violación de derechos fundamentales y a violencia laboral.
Trato diferente y menos favorable de derecho respecto a los demás trabajadores,
vemos un desajuste entre lo que establece la ley y la práctica. 2928
2928
Tomei, Manuela, “Hacia instrumentos internacionales sobre trabajadores domésticos. Principales
ejes a ser debatidos en la conferencia Internacional del Trabajo de 2010 y 2011”, OIT, Ginebra.
VI. BIBLIOGRAFÍA.
1. Libros
CHALBAUD ZERPA, Reinaldo, El Trabajo Doméstico, Breve Bosquejo Histórico Legal
en Relación con Venezuela, Facultad de Derecho, Universidad de los Andes MéridaVenezuela, 1974.
CRUZ BARNEY, Oscar, Historia del Derecho en Mexico, Ed. Oxford, 2ª ed, México,
2007.
DE LA CUEVA, Mario, El Nuevo Derecho Mexicano del Trabajo, Tomo I, Ed. Porrúa,
20ª ed., México, 2005.
FLORIS MARGADANT, S. Guillermo, El Derecho Privado Romano, México, Esfinge,
1960.
____________________, Introduccion a la Historia del Derecho Mexicano, Ed. Esfinge,
18ª ed, México, 2004.
MENDIZÁBAL BERMÚDEZ, Gabriela, La Seguridad Social en México, Ed. Porrúa,
México, 2007.
PETIT, Eugéne, Tratado Elemental de Derecho Romano, 25ª ed., México, Porrúa, 2009.
IGLESIAS, Juan, Derecho Romano, 15ª ed., España, Ariel, 2004.
PÉREZ DE LOS REYES, Marco Antonio, Historia del Derecho Mexicano, México,
Oxford, 2007.
RÍOS ESTAVILLO, Juan José, Derechos de los Trabajadores Domésticos, Ed.
Universidad Nacional Autónoma de México-Instituto de Investigaciones Jurídicas,
México, 2000.
SÁNCHEZ CASTAÑEDA, Alfredo, et al., Trabajadores domésticos, Diccionario Jurídico
Mexicano P-Z, Ed. Porrúa- Instituto de Investigaciones Jurídicas de la Universidad
Nacional Autónoma de México, México, 2004.
2. Hemerografía
VALENZUELA, María Elena y Rangel, Marta, “Las trabajadoras domésticas sufren los
mayores déficit de trabajo decente en América Latina”, Un trabajo decente para los
trabajadores domésticos, Suiza, 2007, 148/149, pp.67-73.
3. Legislación
Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos.
Ley Federal del Trabajo.
Ley del Seguros Social.
4. Jurisprudencia
Tesis II.T.331 L., Laboral, Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta Novena
Época, t. XXVIII, Agosto de 2008, p. 1212.
5. Otros
TOMEI, Manuela, “Hacia instrumentos internacionales sobre trabajadores domésticos.
Principales ejes a ser debatidos en la conferencia Internacional del Trabajo de 2010 y
2011”, OIT, Ginebra.
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