PONENCIA “PROPUESTA DE ASEGURAMIENTO OBLIGATORIO DE LOS TRABAJADORES DOMÉSTICOS” Juan Manuel Ávila Silva*1 RESUMEN: El autor de esta ponencia analiza la regulación jurídica laboral y de la seguridad social, en la cual se encuentran sujetos los trabajadores domésticos, concluye que estas garantías son mínimas, a través de un análisis histórico, así como el análisis de la legislación laboral y de seguridad social vigente en México, el autor expone la problemática de los derechos de los domésticos, los que resultan ser claves en el presente trabajo, concluye con una propuesta de aseguramiento obligatorio de los trabajadores domésticos. Palabras clave: seguridad social, trabajadores domésticos, incorporación voluntaria al régimen obligatorio, protección social. Presentado en la mesa “seguridad social y trabajo” * Estudiante de Posgrado en Derecho de la División de Estudios de Posgrado de la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales de la Universidad Autónoma de Morelos. Correo electrónico: jmavila_silva @hotmail.com. ASEGURAMIENTO OBLIGATORIO DEL TRABAJADOR DOMÉSTICO I. INTRODUCCIÓN El trabajo doméstico en México, es regulado por la Ley Federal del Trabajo y La Ley del Seguro Social, que tiene su origen ambas en la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, que a partir de 1917, no obstante de que esta ha reconocido a los trabajadores domésticos como sujetos del derecho laboral, esas garantías son mínimas, y se ha negado a estos la protección de la seguridad social obligatoria. El presente trabajo, trata de demostrar el desamparo que sufren los trabajadores domésticos por parte de la seguridad social, al no existir la obligación de los empleadores de darlos de alta al Instituto Mexicano del Seguro Social, mediante el análisis de la legislación, es necesario señalar que en la Ley del Seguro Social en su artículo 13 fracción II, se reconoce que voluntariamente pueden ser sujetos de aseguramiento voluntario al régimen obligatorio los domésticos, esto es letra muerta, pues como sabemos, el cumplimiento de la ley radica en su obligatoriedad y coercibilidad, y en este supuesto, dicho aseguramiento queda a iniciativa del patrón, por lo que en la práctica es difícil que estos, cumplan con tal disposición. II. TRABAJADORES DOMÉSTICOS Un trabajador doméstico, de acuerdo con la Real Academia de la Lengua Española, la palabra “doméstico” “proviene del latín domesticus, y de domus, que significa casa, es decir lo relativo a la casa. En otra acepción, “dícese del criado que sirve en una casa ”. 21 Para el maestro Mario de la Cueva “el Trabajo Doméstico en cuanto a su denominación proviene de la palabra latina domus, que significa casa, domicilio u hogar de una persona o familia”. 32 La Ley Federal del Trabajo de 1970, define a los domésticos, como los que prestan los servicios de aseo, asistencia y demás propios e inherentes al hogar de una persona o familia art. 331 de la ley antes citada. De lo que podemos establecer tres elementos en este tipo de relación primero, el lugar donde se ha de prestar el servicio, que será el hogar o casa de una persona o familia; en segundo la actividad que consistirá en el aseo, asistencia en el hogar; tercero la finalidad no genera un lucro para quien se beneficia de este trabajo. El trabajo doméstico se presenta como un fenómeno en una sociedad dividida en clases sociales, los dueños de la tierra y la riqueza se hacen servir de los que no la tienen. El trabajo del ser humano se desarrolla en una amplia gama de actividades de diferentes naturalezas, que van desde la utilización de la fuerza manual hasta las que van a la utilización del intelecto. Dentro de esa gama de actividades laborales aparece el trabajo doméstico, mismo que presenta una serie de elementos especiales, por lo que tenemos que, el trabajador doméstico es aquel que realiza su trabajo en el hogar de una familia, asistiendo a esta, y que dicho trabajo no genera una ganancia para el empleador. 1 Sánchez Castañeda, Alfredo et al., Trabajadores domésticos, Diccionario Jurídico Mexicano P-Z, Ed. Porrúa- Instituto de Investigaciones Jurídicas de la Universidad Nacional Autónoma de México, México, 2004. pp. 3702-3705. 2 De la Cueva, Mario, El Nuevo Derecho Mexicano del Trabajo, Tomo I, Ed. Porrúa, 20ª ed., México, 2005. p. 571. III. ANTECEDENTES DE LOS TRABAJADORES DOMÉSTICOS Los romanos establecieron el arrendamiento de locatio et conductione mismo que es un contrato por el cual una persona se compromete con otra a procurarle el goce temporal de una cosa, o a ejecutar por ella cierto trabajo mediante una remuneración en dinero que definían como merces. Estos distinguieron dos clases de arrendamiento el arrendamiento de cosas locatio rerum; y el que nos interesa para el presente trabajo el arrendamiento de servicios, locatio operarum u operis. 43 Por lo que podemos establecer que en esta cultura se encontraban regulados los servicios prestados por las personas a través de la “ locatio operarum cuando el locator, en lugar de procurar el disfrute al conductor de una cosa por la que le debe la merces, le presta servicios determinados a otra”. 54 Por tanto este contrato obligaba a una de las partes a prestar un servicio a otra a cambio del pago de una merces que ambos convenían el cual versaba sobre la prestación de los propios servicios, durante un cierto tiempo y a cambio de una remuneración. Los servicios prestados en las artes liberales abogacía, medicina, etc. No eran prestadas dadas las ideas en la sociedad romana, sino gratuitamente. 65 A causa de la esclavitud este contrato de trabajo no era muy frecuente en la antigua Roma, la línea divisoria entre los contratos de trabajo y de obra no era muy clara entre estos. En cuanto al salario, como la renta se pagaba postnumerando, salvo acuerdo en contrario de las partes. 67 Si el trabajo no podía llevarse a cabo por dolo, culpa grave o, inclusive, culpa leve del conductor (patrón), éste o sus herederos debían pagar el salario por todo el 43 Cfr. Petit, Eugéne, Tratado Elemental de Derecho Romano, 25ª ed., México, Porrúa, 2009, p. 401. Ibídem, p. 404. 65 Cfr. Iglesias, Juan, Derecho Romano, 15ª ed., España, Ariel, 2004, p. 267. 76 Cfr. Floris Margadant, S. Guillermo, El Derecho Privado Romano, México, Esfinge, 1960, p. 402. 54 tiempo convenido o por un plazo fijado de buena fe, restándole, empero, el salario que el obrero había ganado durante este tiempo en otro lugar. 87 Las obras históricas de Roma señalan que las familias pudientes económicamente, exigían abundante trabajo doméstico; Suetonio ha dejado testimonio de la conducta de los Césares en lo que toca a las costumbres que comportaban la necesidad del servicio doméstico. En Julio César, XLVIII, la disciplina doméstica (impuesta por Julio César) era severísima en su casa, tanto en las cosas pequeñas como en las grandes, haciendo encarcelar en una ocasión a su panadero por haber servido pan diferente a sus invitados del que le sirvió a él; es conocido que los césares ofrecían banquetes y festines, los cuales eran abundantes en manjares e invitados, lo que requería numerosos sirvientes domésticos. 98 “El trabajo doméstico estuvo en Roma a cargo de esclavos preferentemente pues no era correcto que hombres libres realizaran tareas de esta naturaleza. En efecto, existió en Roma la locatio conductio operarum, o sea arrendamiento de servicios (cuando una persona se obliga a prestar a otra servicios determinados mediante pago de un salario)”, 109 siendo condenado por las costumbres sociales de esa época que un hombre libre contratase mediante una remuneración en dinero sus servicios en beneficio de otro. Los servicios de los domésticos, eran valorados por los amos en cuanto a las aptitudes o conocimientos personales a la hora de la prestación de determinados servicios, “Así, se sabe que el verdadero arte culinario apareció en Roma por virtud de los aportes brindados por esclavos orientales –muchos de ellos condicionados por las familias ricas- conocedores de nuevas y diferentes maneras de preparar las comidas.”1110 Cuando empezaron a entrar a Roma esclavos griegos quienes habían prestado sus servicios en la clase media, entre estos se encontraba gente culta, en la que habían profesores, escritores, técnicos, y también cocineros selectos, obreros de 87 D.19.2.19.9 y 10. Apud Floris Margadant, S. Guillermo, El Derecho Privado Romano, México, Esfinge, 1960, p. 402.. 9 8 Cfr. Chalbaud Zerpa, Reinaldo, Op.cit., p. 10. 109 Ibídem, p. 11. 1110 Ídem, fino, costureros, joyeros cosas que subían su precio cuando eran vendidos en el mercado. 1211 Por lo que podemos deducir, que el trabajo doméstico en la cultura romana era prestado por los esclavos y aun por ciudadanos romanos que arrendaban sus servicios personales locatio conductio operarum, para la prestación de determinados servicios, a cambio de una remuneración en dinero llamada merces, el arrendamiento de estos servicios, eran prestados a otros ciudadanos romanos, sin embargo, este debió haber sido realizado preferentemente por esclavos, siendo beneficiadas las clases altas que seguramente serian la de los patricios. En cuanto a Grecia, este tipo de trabajo, lo encontramos en referencias históricas como son las obras de literatura clásica, los pasajes de la Odisea, citan: Penélope esta asistida por unas cincuenta sirvientas. Platón en sus Diálogos Socráticos en el banquete se lee: El criado . . . Le lavo los pies lecho. para que pudiera reclinarse en el 13124 En Egipto, las labores domésticas eran realizadas por servidores libres, retribuidos y mantenidos por quien los empleaba y por esclavos. Se ocupaban de tareas variadas y entre ellos los «escuchadores», los «coperos» o ubauque eran los despenseros servían la mesa actuando simultáneamente como confidentes al estar atentos a cuanto se decía en los banquetes, los chemsu acompañaban su señor en las salidas. Las señoras disponían de sirvientas a quienes podían hacer azotar y despedir. Los sirvientes podían aprender un oficio, adquirir propiedades y si tenían suficientes medios podían ser también servidos, los esclavos eran de origen extranjero capturados en las guerras y eran vendidos o alquilados, los esclavos que sabían desenvolverse dejaban la condición servil. 145 13 Por lo que respecta a México, durante la época de los Aztecas muchas familias pudientes utilizaron el trabajo de los Tlatlacotín (esclavos) en labores domésticas. Los Tlatlacotín correspondían a la categoría inferior dentro de la jerarquía social existente 12 11 Ibídem, p. 12. Ibídem, p. 7. 5 13 Ibídem, p. 12. 4 12 en la sociedad azteca; pertenecían a un amo, a modo de esclavos trabajaban al servicio de este, sin percibir remuneración alguna, pero les daban comida, techo y vestido.14 156 Los pueblos prehispánicos en México estaban formados por sociedades organizadas, la cultura más destacada mexica también llamada azteca, tuvo su organización social basada en estratos sociales, en los cuales encontramos muy acentuados sus estilos de vida con una función social definida, siendo esta clasificación en orden decreciente la siguiente; los nobles, llamados pillis o pipiltzines, siendo esa nobleza hereditaria, distinguiéndose tres niveles, los tlatoanis, que eran los jefes de caciques, los tecuhtlis, señores o principales, los pillis o parientes subordinados de los anteriores, esta primera clase social los que se dedicaban al sacerdocio o eran guerreros o comandantes militares; una segunda clasificación estaba integrada por los denominados pochtecas, quienes eran comerciantes y desarrollaban labores de espionaje y embajadores; una tercera clasificación la encontramos en los macehuales o macehualtin, que era gente común equivalente a plebeyos, se dedicaban a la artesanía o al campo, agrupándose por especialidades en los diferentes barrios de la ciudad; una cuarta clasificación era los tamemes, quienes tenían el oficio de cargadores, ya que los aztecas no conocieron las bestias de carga; una quinta clasificación podemos señalar los mayeques, quienes eran tributari os de los pueblos vencidos por los aztecas, eran hombres libres, pero debían pagar tributo a los aztecas y trabajar la tierra que había sido de ellos, sin poder desplazarse; y la última clasificación la integraban los esclavos o tlacollis. 1516 Los esclavos en la sociedad azteca se dedicaban a los trabajos del hogar, a la limpieza de las calles y plazas y a la construcción de obras públicas. 1716 Señala Cruz Barney que el concepto azteca de esclavitud es diferente del concepto occidental, ya que en el caso del primero el esclavo gozaba de una serie de libertades y prerrogativas ajenas a la esclavitud clásica. Por lo que se llamaba esclavos a los tracolli o tlacotli, quienes conservaban siempre su carácter de persona, sin llegar a 614 ibídem, p. 15 Cfr. Pérez De los Reyes, Marco Antonio, Historia del Derecho Mexicano, México, Oxford, 2007, p. 86. 17 16 Ídem. 16 15 pertenecer como “cosa” a su amo, por lo que apunta que mas que esclavitud a decir de él se puede hablar de diversas formas de servidumbre, por lo que distingue tres tipos de trabajos que estos realizaban 1. Acarreo de materiales, en el que no solo se empleaban esclavos sino también indios tributario; 2. Producción campesina, y 3. Servicios personales en casas. 1718 Dentro de las causas por las que se tenía la condición de esclavo en la sociedad azteca encontramos las siguientes, a) Cautivos de guerra, no existía el canje de prisioneros; por lo que adquiría la condición de esclavo el individuo que era apresado por un guerrero azteca; b) Por venta, en esta sociedad un padre podía vender a uno de sus hijos por encontrarse en extrema pobreza con la condición de tener por lo menos cuatro hijos, de tal manera que a uno lo hacía esclavo y tres quedaban libres; c) Autoventa, en ocasiones un sujeto azteca se vendía a sí mismo a otro, incluso se vendían familias completas, en ocasiones de manera temporal o permanente, y hasta en forma rotativa; d) Por delito, algunos delitos hacían caer en esclavitud a los delincuentes en favor de la víctima. 1819 Nos relata el maestro Floris Margadant, desde el régimen de Netzahualpizintli, el hijo de esclavo ya nace libre, la liberación de este era posible por matrimonio con el dueño o dueña; o por autor rescate mediante pago cabe destacar el hecho de que el patrimonio del esclavo no era absorbido por el del amo, lo que hacía posible que el escavo recibiera dinero propio, (por herencia, préstamo, donación), con el que podía obtener su libertad, también por disposición del dueño mortis causa, por escapar del mercado de esclavos y poner un pie en excremento humano, y por alcanzar asilo en el palacio del rey, el esclavo se liberaba; un esclavo no podía ser vendido en contra de su voluntad en caso de haber observado un buen comportamiento, caso contrario cuando resultaba incorregible era vendido al templo para su sacrificio, en Azcapotzalco y en Itzocan existieron famosos mercados de esclavos. Podemos destacar como una característica la libertad con que nacen los hijos de esclavos , la continuación de la personalidad patrimonial de un esclavo y el hecho de que se le solicitara su 1817 Cfr. Cruz Barney, Oscar, Historia del Derecho en Mexico, Ed. Oxford, 2ª ed, México, 2007. p. 28. Ídem. 19 18 consentimiento para su venta en los casos antes señalados constituyeron un reconocimiento de ciertas ventajas para estos. 2019 Como podemos observar los aztecas, contaban con una organización social definida lo que denota un desarrollo intelectual importante para su tiempo. Dentro de las actividades laborales encontramos fundamentalmente la agricultura, las artesanías, al trabajo rudo que ejecutaban los tamemes, y el de los esclavos, en cuanto a estos últimos se mencionan escasamente en las obras de historia. Muchas familias pudientes utilizaron el trabajo de los Tlatlacotín (esclavos) en labores domésticas. Los Tlatlacotín correspondían a la categoría inferior dentro de la jerarquía social existente en la sociedad azteca; pertenecían a un amo, a modo de esclavos trabajaban al servicio de este, sin percibir remuneración alguna, pero les daban comida, techo y vestido. 2120 Por lo analizado anteriormente podemos establecer que el trabajo doméstico tiene como característica principal, que es el que realizaba el estrato social más bajo de la sociedad azteca los Tlacollis o Tlatlacotín que eran los esclavos, pudiendo ser prestado también por hombres libres (jornaleros); “estos últimos ofrecían sus servicios en los mercados a cambio de un jornal. En este sentido se conoce una carta de Hernán Cortés para el emperador Carlos V en la que expresa: “Hay en todos los mercados y lugares públicos de dicha ciudad (Tenochtitlan, México) todos los días, muchas personas, trabajadores y maestros de todos los oficios, esperando quien los alquile por su jornal”. 2221 De este trabajo se beneficiaban las clases altas como eran los nobles pillis o pipilitzines, los tlatoanis, los tecuhtlis, los pillis y seguramente también los pochtecas como lo pudimos constatar por la forma en la que estaba integrada la estructura social de los aztecas. De acuerdo a la historia, el trabajo doméstico, era aquel que realizaban los esclavos, y en algunas culturas como la romana existió el arrendamiento de servicios personales, es decir existía una retribución económica por la prestación de un servicio; 2019 Cfr. Floris Margadant, S. Guillermo, Introduccion a la Historia del Derecho Mexicano, Ed. Esfinge, 18ª ed, México, 2004. p. 32. 21 20 Cfr. Chalbaud Zerpa, Reinaldo, Op.cit., p. 15 22 21 Ídem. en la cultura griega encontramos antecedentes del servicio doméstico que de cierta forma los sirvientes eran tratados con respeto y en ocasiones valorados; en cuanto a la cultura egipcia tenemos que se daba un maltrato a los sirvientes, pero tenían la oportunidad estos de hacerse libres si sabían desenvolverse; en la cultura azteca este trabajo era realizado por la clase más baja de la sociedad, esclavos por lo general, y no percibían remuneración, sólo comida, techo y vestido. IV. ANÁLISIS Y PROBLEMÁTICA DE LAS CONDICIONES LABORALES Y DE LA INCORPORACIÓN VOLUNTARIA AL RÉGIMEN OBLIGATORIO DEL SEGURO SOCIAL DE LOS TRABAJADORES DOMÉSTICOS. En México, nuestra Constitución de 1917, otorgó a los derechos de los domésticos una indiscutible naturaleza laboral al mencionarlos expresamente al inicio del articulo 123; Ley del Seguro Social 1973, reconoció a los trabajadores domésticos como beneficiarios desde este año; la primera Ley Federal del Trabajo de 1931 se dedicó un capítulo especial a estos refiriéndose a este tipo de trabajo en sus artículos 41, 69, 87, 100, 129, 678 Ley Federal del Trabajo; en cuanto a la Ley Federal del Trabajo 1970, señala que trabajadores domésticos, son los que prestan los servicios de aseo, asistencia y demás propios e inherentes al hogar de una persona o familia artículo 331 Ley Federal del Trabajo. Es un trabajo especial de acuerdo a lo establecido por el artículo 181 de la referida ley; que son reglas aplicables a un grupo de actividades que fijan condiciones a la particular naturaleza de su desempeño. Derivado de esta reglamentación encontramos la siguiente problemática en torno a este tipo de trabajadores que encontramos en la Ley Federal del Trabajo, que a saber son, los patrones no están obligados a pagar las aportaciones a que refiere el art. 136 de la Ley Federal del Trabajo, que hace referencia de las aportaciones al Fondo Nacional de la Vivienda; 146 de la citada ley; los empleados domésticos no participan del reparto de utilidades art. 127 Fracción VI de la ley de la materia; no tienen estabilidad en el empleo de acuerdo al artículo 343 de la multicitada ley, ya que el patrón puede rescindir la relación dentro de los 30 días de la contratación o en cualquier tiempo pagando las indemnizaciones a que se refiere el artículo 49 fracción IV y 50 de nuestra Ley Federal del Trabajo. En cuanto a la seguridad social de este sector laboral tenemos que la Ley del Seguro Social establece la Incorporación voluntaria al régimen obligatorio del Seguro Social de los domésticos al señalar: son sujetos de incorporación voluntaria al régimen obligatorio del Seguro Social art. 13 fracción II Ley del Seguro Social.22 237 Lo que presenta los siguientes problemas: a) cotizar por anualidades adelantadas, la falta de pago de una parcialidad o anualidad faculta al instituto para suspender el servicio; b) no procede el aseguramiento voluntario por disposición de ley cuando pueda comprometerse el equilibrio financiero del instituto o la eficiencia de los servicios a los asegurados del régimen obligatorio; c) no existe La obligatoriedad de afiliar al instituto por parte del empleador al trabajador domésticos ya que la ley establece que podrán. Lo que no denota la obligatoriedad de su inscripción ante el Seguro Social. Vulnerándose sus derechos a la salud, ya que no existe un mecanismo legal que les garantice este derecho, porque la Ley y a la misma interpretación de la Suprema Corte de Justicia de la Nación tenemos que los trabajadores domésticos no tiene derecho a una inscripción retroactiva ante el Instituto Mexicano del Seguro Social, de acuerdo al siguiente criterio Jurisprudencial: “TRABAJADORES DOMÉSTICOS. LA JUNTA DE CONCILIACIÓN Y ARBITRAJE SE ENCUENTRA IMPEDIDA PARA CONDENAR AL PATRÓN A INSCRIBIRLOS AL INSTITUTO MEXICANO DEL SEGURO SOCIAL RETROACTIVAMENTE, PORQUE SÓLO PUEDEN SER SUJETOS DE ASEGURAMIENTO VOLUNTARIAMENTE. El hecho de que el patrón niegue la relación de trabajo y la actora acredite que prestaba sus servicios como empleada doméstica, no es motivo para que la Junta de Conciliación y Arbitraje lo condene a inscribirla al Instituto Mexicano del Seguro Social retroactivamente, porque al resolver debe tomar en cuenta el artículo 338, fracción II, de la Ley Federal del Trabajo, que obliga al patrón a 7 22 México, Ley del Seguro Social, Publicado en el Diario Oficial de la Federación el 21 de diciembre de 1995. proporcionar a los trabajadores domésticos, en caso de enfermedad que no sea de trabajo y no sea crónica, asistencia médica entre tanto se logra su curación, lo que descarta que esté obligado a efectuar esa inscripción, lo cual se corrobora con lo señalado en la fracción II del artículo 13 de la Ley del Seguro Social, que establece que voluntariamente podrán ser sujetos de aseguramiento al régimen obligatorio, los trabajadores domésticos. 23248 El patrón de un trabajador doméstico cuenta con la opción que le otorga la Ley del Seguro Social, de no inscribir al trabajador en el Régimen Obligatorio del Seguro Social, lo que viola sus derechos ya que se le niegan sus derechos en tanto que en el supuesto de no ser incorparado voluntariamente al régimen obligatorio por parte del patrón trae como consecuencia que no tengan prestaciones de pensión por cesantía en edad avanzada y vejez, que cubre las pensiones o prestaciones en dinero, seguro de enfermedades y maternidad, que cubre las prestaciones en especie y en dinero derivadas de maternidad, así como tampoco tendría derecho a las prestaciones en dinero y en especie que se originen en enfermedades no profesionales, así como también no estaría protegido el trabajador doméstico por los Seguros de Invalidez y Vida, contemplados en nuestra Ley del Seguro Social, que cubre las pensiones de Invalidez, viudez, así como tampoco tendrían derecho a pensiones por orfandad y ascendientes sus dependientes económicos, en el caso de que el trabajador doméstico sufriera invalidez o en su caso la muerte y la causa de este acontecimiento encuentre su origen fuera de un riesgo de trabajo. Así como no se encontraría protegido el trabajador doméstico, por los Seguros de Retiro. 8 23 Tesis II.T.331 L., Laboral, Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta Novena Época, t. XXVIII, Agosto de 2008, p. 1212. En el supuesto de que el patrón de un trabajador doméstico decida incorporar al trabajador doméstico voluntariamente al régimen obligatorio del Seguro Social, este se encontraría cubierto por el seguro de: riesgos de trabajo; Seguro de enfermedades y maternidad; Seguro de invalidez y vida, Seguro de retiro cesantía en edad avanzada y vejez. 2524 25 24 208. Cfr. Mendizábal Bermúdez, Gabriela, La Seguridad Social en México, Ed. Porrúa, México, 2007. p. En México, la Ley del Seguro Social no protege de una manera eficaz el derecho a la salud de estos trabajadores, ya que de acuerdo a datos del INEGI, en nuestro país tenemos 1,994,993 trabajadores en servicio domésticos, de los cuales aproximadamente el 96 por ciento de estos se encuentran sin acceso a instituciones de salud, como se muestra a continuación: Trabajadores en servicio doméstico Población ocupada Periodo encuesta : Tercer trimestre del 2010 No especificado Trabajadores en servicios domésticos 21,962 Sin acceso a instituciones de salud Trabajadores en servicios domésticos 1,895,620 Con acceso a instituciones de salud Trabajadores en servicios domésticos 77,411 Total Trabajadores en servicios domésticos 1,994,993 Consulta de: Población ocupada Por: Cond acceso inst salud y Grupos de ocupación FUENTE: Elaboración propia con datos proporcionados por el INEGI. Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo. V. TRABAJO DOMÉSTICO EN AMÉRICA LATINA El trabajo doméstico constituye desde el punto de vista numérico la ocupación más importante para las mujeres en América Latina: alrededor de 12 millones de mujeres son trabajadoras domésticas en la región. 2625 En América Latina encontramos la característica de que este tipo de trabajo está sujeto a un régimen especial, lo que denota una diferencia del régimen general, siendo esto una limitación a los derechos de este tipo de empleados. Dentro de las reformas legales recientes al servicio doméstico en América Latina, encontramos las siguientes: 2726 País Instrumento legal Argentina Decreto 485 (2000). Reglamentación del régimen especial de seguridad social para empleados del servicio doméstico. Establece la obligatoriedad de aportes y contribuciones por parte del empleador para sus empleados domésticos que trabajan 6 o más horas semanales. Bolivia Ley de la trabajadora del hogar (2003). Regula el trabajo asalariado del hogar estipulando derechos y obligaciones para empleados y empleadores. 2625 Valenzuela, María Elena y Rangel, Marta, “Las trabajadoras domésticas sufren los mayores déficit de trabajo decente en América Latina”, Un trabajo decente para los trabajadores domésticos, Suiza, 2007, 148/149, pp.67-73. 2726 Ídem. Brasil Constitución de la República Federativa de Brasil (1988). Amplia los derechos de los empleados domésticos establecidos en la ley 5.859/1972 (2006). El senado aprobó una medida provisora por la cual los empleadores pueden obtener beneficios fiscales disminuyendo su impuesto a la renta si cotizan para dos empleados (ya tienen beneficios si cotizan para uno). El gobierno va a intentar impedir este cambio. El senado, ratificó otra reforma la cual el gobierno se opone: la inclusión obligatoria de los empleados domésticos en el régimen del FGTS, que va a veto o sanción presidencial. Chile Ley 19.591 (1998). Reconoce el derecho al fuero maternal para las trabajadoras domésticas. Costa Rica Proyecto de Ley (2002). El proyecto de ley fue enviado al Parlamento. Propone equiparar los derechos de los empleados domésticos a los de los demás trabajadores con relación a la jornada laboral y a los periodos de descanso. Nicaragua Reglamento 202 (1978). De aplicación del seguro social a los trabajadores del servicio doméstico. Establece los mecanismos de cálculo del salario de referencia, de financiamiento y de caudación, define la contribución patronal (12%), laboral (3%) y estatal (4%), además de otros beneficios tales como el seguro de maternidad, de invalidez y ayuda de funeral. Perú Ley 27.986 (2003). De los trabajadores del hogar. Regula el trabajo asalariado del hogar estipulando los derechos y obligaciones para empleados y empleadores. Uruguay Ley 18.065 (2006). Equipara los derechos de las trabajadoras domésticas a los del restos de los asalariados. VI. CONCLUSIONES Podemos señalar, que los trabajadores domésticos están desprotegidos, con salarios muy bajos, aun en nuestros días, el trabajo del hombre es visto como un artículo de comercio a conveniencia de intereses de poder. Cabe destacar que la inscripción voluntaria al Instituto Mexicano del Seguro Social en nuestro país de un trabajador doméstico queda a iniciativa del empleador, trabajan con mínimos de garantías ya que como hemos visto no tiene garantizado su derecho a la salud. Así las cosas, los trabajadores domésticos se ven limitados en sus derechos ya que la Ley no les garantiza el derecho a una vivienda digna, al no obligar a los patrones a realizar aportaciones al Fondo Nacional de la Vivienda de acuerdo a lo establecido por el artículo 146 de la Ley Federal del Trabajo. Resulta importante destacar que existe un aislamiento de estos trabajadores, viciado por la desinformación, no existe una igualdad, libertad y en muchos casos se viola su dignidad, existen condiciones, que no se mencionan en el trabajo especial se aplican supletoriamente las disposiciones generales a los trabajos comunes, siendo que, “en el trabajo doméstico, estamos en presencia de una verdadera relación jurídica de trabajo, de naturaleza contractual, y cuyo contenido se traduce en la prestación de servicios de carácter doméstico”. 27289 Consideramos que el régimen de los domésticos rompe con los principios que consagra el artículo 123 constitucional, ya que el trabajo que desarrollan se da con un mínimo de garantías laborales y de seguridad social. En nuestro país puede considerarse el trabajo doméstico como la expresión moderna de la esclavitud. 927 Ríos Estavillo Juan José, Derechos de los Trabajadores Domésticos, Ed. Universidad Nacional Autónoma de México-Instituto de Investigaciones Jurídicas, México, 2000. p.8I. En su mayoría son mujeres que debido a su bajo nivel cultural desempeñan esta actividad laboral, por lo que vemos en la realidad una discriminación social, laboral y legal hacia esta clase de trabajadores. Es necesaria una reforma legislativa en México, que proteja los derechos de los trabajadores domésticos. Por lo que consideramos que el trabajo doméstico constituye una actividad humana personal, subordinada, y bajo una dependencia económica que aun cuando no contribuye a la obtención de un lucro por parte del patrón, esto no es justificante para que se les siga explotando como ocurre en la realidad en nuestro país. Por lo que de la información analizada consideramos su incorporación al régimen obligatorio del seguro social, por las características del trabajo que desempeñan, nuestra propuesta tiene un fundamento humano y de carácter social, ya que la seguridad social, debe ser un bien social que debe alcanzar a toda la sociedad mexicana, y más aun a la clase trabajadora que de manera directa o indirecta somos el motor de la economía en nuestro país. Un trabajo socialmente y económicamente valioso, una fuente importante (en algunos países la más importante) de empleo para mujeres de bajos ingresos. Uno de los segmentos más desprotegidos y desfavorecidos de la fuerza laboral, altamente vulnerables a violación de derechos fundamentales y a violencia laboral. Trato diferente y menos favorable de derecho respecto a los demás trabajadores, vemos un desajuste entre lo que establece la ley y la práctica. 2928 2928 Tomei, Manuela, “Hacia instrumentos internacionales sobre trabajadores domésticos. Principales ejes a ser debatidos en la conferencia Internacional del Trabajo de 2010 y 2011”, OIT, Ginebra. VI. BIBLIOGRAFÍA. 1. Libros CHALBAUD ZERPA, Reinaldo, El Trabajo Doméstico, Breve Bosquejo Histórico Legal en Relación con Venezuela, Facultad de Derecho, Universidad de los Andes MéridaVenezuela, 1974. CRUZ BARNEY, Oscar, Historia del Derecho en Mexico, Ed. Oxford, 2ª ed, México, 2007. DE LA CUEVA, Mario, El Nuevo Derecho Mexicano del Trabajo, Tomo I, Ed. Porrúa, 20ª ed., México, 2005. FLORIS MARGADANT, S. Guillermo, El Derecho Privado Romano, México, Esfinge, 1960. ____________________, Introduccion a la Historia del Derecho Mexicano, Ed. Esfinge, 18ª ed, México, 2004. MENDIZÁBAL BERMÚDEZ, Gabriela, La Seguridad Social en México, Ed. Porrúa, México, 2007. PETIT, Eugéne, Tratado Elemental de Derecho Romano, 25ª ed., México, Porrúa, 2009. IGLESIAS, Juan, Derecho Romano, 15ª ed., España, Ariel, 2004. PÉREZ DE LOS REYES, Marco Antonio, Historia del Derecho Mexicano, México, Oxford, 2007. RÍOS ESTAVILLO, Juan José, Derechos de los Trabajadores Domésticos, Ed. Universidad Nacional Autónoma de México-Instituto de Investigaciones Jurídicas, México, 2000. SÁNCHEZ CASTAÑEDA, Alfredo, et al., Trabajadores domésticos, Diccionario Jurídico Mexicano P-Z, Ed. Porrúa- Instituto de Investigaciones Jurídicas de la Universidad Nacional Autónoma de México, México, 2004. 2. Hemerografía VALENZUELA, María Elena y Rangel, Marta, “Las trabajadoras domésticas sufren los mayores déficit de trabajo decente en América Latina”, Un trabajo decente para los trabajadores domésticos, Suiza, 2007, 148/149, pp.67-73. 3. Legislación Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos. Ley Federal del Trabajo. Ley del Seguros Social. 4. Jurisprudencia Tesis II.T.331 L., Laboral, Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta Novena Época, t. XXVIII, Agosto de 2008, p. 1212. 5. Otros TOMEI, Manuela, “Hacia instrumentos internacionales sobre trabajadores domésticos. Principales ejes a ser debatidos en la conferencia Internacional del Trabajo de 2010 y 2011”, OIT, Ginebra.