muerte de un burócrata - Universidad de Granada

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Cine y literatura como
herramientas didácticas
MUERTE DE UN BURÓCRATA.
EL DERECHO A UNA BUENA ADMINISTRACIÓN
Francisco Miguel Bombillar Sáenz
Dpto. Derecho Administrativo
Universidad de Granada
PID 10-238 “CINE Y LITERATURA COMO HERRAMIENTAS DIDÁCTICAS”
1. Película
Título original: Muerte de un burócrata
Ficha técnico-artística:
Año: 1966
País: Cuba
Director: Tomás Gutiérrez Alea (1928-1996)
Productor: Margarita Alexandre
Guión: Alfredo L. Del Cueto, Ramón F. Suárez y Tomás Gutiérrez Alea
Música: Leo Brower
Reparto: Salvador Word, Silvia Planas, Manuel Estanillo
Duración: 85 minutos
El director Tomás Gutiérrez Alea es un brillante exponente del movimiento conocido
colectivamente como “Nuevo Cine Latinoamericano”, “Cine Libre” o “Cine Imperfecto”.
Un movimiento que apuesta por la función social del cine frente a la comercial, que
concibe sus películas como herramientas para conseguir el cambio social y político y que
pretende convertir a sus espectadores en los principales artífices de ese cambio.
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En esta ocasión, este afamado director cubano realiza una sátira social de la
burocratización a la que se encontraba sometida la Administración cubana de la década
de los sesenta; una crítica que podemos extrapolar, salvando las distancias, a la
Administración española de nuestros días.
Esta película, que fue galardonada con el Premio especial del jurado del Festival
Internacional de Cine de Karlovy Vary, rinde en el plano artístico un homenaje al cine
cómico clásico y al slapstick (uso de la violencia física exagerada como elemento
humorístico) y, por ende, a los grandes autores de este género como Buster Keaton,
Charlie Chaplin o Laurel y Hardy (El Gordo y el Flaco).
También son de resaltar las referencias en este film al cine surrealista de Luis Buñuel, de
las que son reflejo las pesadillas que sufre el personaje de Juachín ante la impotencia y
desasosiego que le produce el hecho de no poder enterrar a su tío.
Sinopsis
Francisco J. Pérez, El Tío Paco, obrero de una fábrica de bustos en serie del héroe de la
revolución José Martí, muere en un accidente de trabajo, al caer dentro de la máquina a
la que él mismo dio nacimiento y de cuyo manejo se ocupa. Sus compañeros de la fábrica
deciden, con el fin de rendirle homenaje, enterrarlo junto con su carné laboral, como
documento que acredita su insigne condición de proletario. No se percatan éstos de que
su viuda necesitará presentar a las Autoridades cubanas el referido carné para poder
cobrar la pertinente pensión de viudedad.
De este modo, la película da cuenta, en tono de comedia negra, del sin fin de “aventuras”
a las que se ve sometido Juachín, el sobrino del obrero difunto, en su esperpéntica odisea
para conseguir, en primer lugar, la exhumación del cadáver de su tío y poder así recuperar
el mencionado carné laboral y, en un segundo momento, tras haberlo desenterrado con
sus propias manos al amparo de la noche, para volver a darle sepultura; lo que no es
posible pues, mientras no conste que ha sido exhumado oficialmente, no se le puede
volver a enterrar. La película finaliza, como bien reza su significativo título, con la muerte
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de un burócrata, el administrador del cementerio, a quien el sobrino da muerte
enloquecido por el absurdo de tanto trámite burocrático sin sentido.
2. Temática jurídica
Palabras claves
Derecho a una buena Administración. Burocracia. Acto administrativo. Procedimiento
administrativo.
Interesado
en
el
procedimiento.
Simplificación
administrativa.
Administración electrónica. Servicios mortuorios.
Comentario del profesor
El largometraje seleccionado pretende hacer reflexionar al alumnado al que se dirige,
estudiantes del Grado en Comunicación Audiovisual, sobre la fuerte burocratización a la
que se encuentra sometida la Administración pública, hoy y antaño, y la posición que con
respecto a la misma ocupan los ciudadanos y ciudadanas en el marco de los diferentes
procedimientos administrativos que ante ella tienen lugar.
Son constantes las referencias en esta película a instituciones claves del Derecho
Administrativo, en especial, a todo lo relativo al procedimiento administrativo (concepto
de interesado y principios y fases del procedimiento). No en vano, los propios títulos de
crédito del film se presentan a modo de un supuesto acto administrativo.
1.- Uno de los primeros conceptos jurídicos que se abordan en este largometraje es el de
persona “interesada” en un procedimiento administrativo. El funcionario encargado de
tramitar la solicitud de pensión de viudedad advierte a la viuda y al sobrino del obrero
fallecido de que sin el carné laboral no es posible iniciar este procedimiento (minutos
7:32 a 9:30, aproximadamente) y, cuando éstos le piden la realización de un duplicado de
este documento, pues el original se encuentra enterrado junto al cuerpo del difunto, el
funcionario les responde que ese procedimiento sólo lo puede iniciar el propio
“interesado”, destinatario del mismo, esto es, el finado.
A efectos del artículo 31.1 de nuestra Ley 30/1992, de 26 de noviembre de Régimen
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Jurídico de las Administraciones Públicas y del Procedimiento Administrativo Común (en
adelante, LPC), se consideran interesados en el procedimiento administrativo:
A) Quienes lo promuevan como titulares de derechos o intereses legítimos individuales o colectivos.
B) Los que, sin haber iniciado el procedimiento, tengan derechos que puedan resultar afectados por
la decisión que en el mismo se adopte.
C) Aquéllos cuyos intereses legítimos, individuales o colectivos, puedan resultar afectados por la
resolución y se personen en el procedimiento en tanto no haya recaído resolución definitiva”.
2.- El Doctor Medina, a quien podemos identificar como el “jefe de servicio” de la
estructura administrativa encargada de la tramitación de la pensión de viudedad, es
consultado a este respecto por dos de sus subordinados (minutos 10:15 a 12:15,
aproximadamente); lo que sirve para ilustrar el principio de jerarquía que rige dentro de la
Administración pública. Este superior jerárquico, tras analizar el asunto planteado e
interpretar –con referencias, incluso, a la cultura egipcia– la “laguna” que al respecto
presenta el ordenamiento jurídico cubano, a nivel legislativo y jurisprudencial, entiende
que la única solución posible para solventar la falta de este documento esencial pasa por
la exhumación del cadáver y la recuperación del referido carné.
Siguiendo este requerimiento, el sobrino del difunto se dirige a la administración del
cementerio donde fue enterrado su tío para solicitar –esto es, nos encontramos ante un
procedimiento administrativo iniciado a instancia de parte– que se exhume el cadáver de
su tío (minutos 12:40 a 14:24, aproximadamente). El problema es que la legislación en la
materia exige que para ello hayan transcurrido dos años desde que se diese sepultura al
cuerpo o, en su caso, que se aporte una orden judicial o una autorización administrativa
especial de la Dirección de Sanidad.
El Derecho Administrativo nos acompaña hasta nuestra propia tumba. Son normas
administrativas las que regulan, una vez que nuestra vida ha llegado a su fin, cuándo,
cómo y dónde tenemos que ser enterrados. En Andalucía, este ámbito es regulado con
detalle por el Decreto estatal 2263/1974, de 20 de julio, por el que se aprueba el
Reglamento de Policía Sanitaria Mortuoria, el Decreto andaluz 95/2001, de 3 de abril,
por el que se aprueba el Reglamento de Policía Sanitaria Mortuoria, y, en especial, por las
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respectivas ordenanzas municipales de los Ayuntamientos Andaluces. Esta normativa en
materia de policía sanitaria mortuoria ha sido estudiada con detalle por el Profesor Juan
Francisco PÉREZ GÁLVEZ.
A modo de ejemplo, veamos cómo aborda todo lo relativo a la exhumación la Ordenanza
reguladora de los Servicios Funerarios y del Cementerio de San Fernando, aprobada por
el Ayuntamiento de Sevilla por Orden de 2 de noviembre de 2004:
Artículo 11. Concepto
Exhumar consiste en desenterrar un cadáver o restos humanos.
1. La exhumación de cadáveres del Grupo 2 del artículo 2 de esta Ordenanza [los de personas cuya causa
de defunción no represente un riesgo sanitario tanto para el personal funerario como para la
población en general, tales como: Contaminación por productos radiactivos, enfermedad
«CreutzfeldtJakob», fiebres hemorrágicas víricas, carbunco, cólera, rabia, peste y aquellas otras que,
en su momento, determine expresamente por razones de salud pública la Consejería de Salud a
través de la Dirección General de Salud Pública y Participación], será autorizada por el Ayuntamiento
cuando hayan transcurrido cinco años desde la inhumación.
2. La autorización de exhumación de un cadáver para su cremación o reinhumación en otro cementerio se
solicitará al Delegado Provincial de la Consejería de Salud correspondiente, por un familiar o su representante
legal, acompañando un certificado literal de defunción, de conformidad con lo previsto en el párrafo anterior.
3. A juicio de los responsables del cementerio y por causa justificada (fenómenos meteorológicos etc. ...) podrán
suspenderse temporalmente las actividades de exhumación.
4. La exhumación de restos cadavéricos contaminados por material radiactivo dependerá de las instrucciones
del Consejo de Seguridad Nuclear.
Artículo 12. Requisitos documentales
Primero: Solicitud formulada ante el Servicio del Cementerio.
–La solicitud de exhumación podrá ser formulada tanto por el cónyuge del difunto, no separado legalmente,
como por los parientes por consanguinidad, siguiendo el orden previsto en el Código Civil para la sucesión
intestada.
–Si el fallecido era soltero, viudo o estaba separado legalmente, la solicitud podrá ser formulada tanto por la
persona que conviviere con aquel, como por los parientes por consanguinidad, siguiendo el orden previsto en el
Código Civil para la sucesión intestada, asumiendo el declarante la responsabilidad derivada de la
manifestación expresada.
–Si el fallecido no convivía con nadie, no tenía cónyuge y tampoco parientes, la solicitud de exhumación podrá
ser formulada por cualquier persona que, como consecuencia de un vínculo con aquel, asuma la
responsabilidad de su declaración y de la exhumación.
–La condición de cónyuge, pariente o compañero del fallecido, se reconocerá y declarará en la instancia
formulada en el Servicio del Cementerio.
–Las declaraciones realizadas por los solicitantes de la exhumación, serán titulo suficiente para proceder a la
misma, asumiendo los declarantes las responsabilidades de todo tipo que pudieran derivarse de los datos
aportados y de su vinculación con el difunto.
Segundo: Si la exhumación se va a realizar en una unidad de enterramiento previamente concedida será
necesaria la autorización, al menos, de uno de los titulares de la misma.
Artículo 13. De la obligación de exhumar
En las concesiones de unidades de enterramiento por el plazo de cinco años, una vez finalizado el plazo de la
concesión, los familiares o amigos del fallecido deberán solicitar la exhumación de los restos cadavéricos, antes
del día 15 del mes siguiente al que finalice la concesión. En todo caso, el Servicio de Cementerio deberá
notificar a los solicitantes de la inhumación, la finalización del plazo de concesión temporal. Ante el
incumplimiento del deber de solicitar la exhumación, la Administración Municipal procederá a la exhumación
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de oficio.
En esta misma Comunidad Autónoma, por su actualidad, y aunque sólo sea a modo de
apunte, debemos también hacer una mención especial a las exhumaciones llevadas a cabo
en el marco de la política estatal de recuperación de la Memoria Histórica, de
reconocimiento institucional y social de las personas desaparecidas durante la Guerra
Civil Española y la Posguerra. La Orden de 7 de septiembre 2009 de la Consejería de
Justicia y Administración Pública aprobó el Protocolo Andaluz de actuación en relación
con las exhumaciones de estas víctimas. Atendiendo a la Disposición Adicional Octava de
Ley 20/2011, de 21 de julio, del Registro Civil, relativa a la inscripción de defunción de
los desaparecidos durante la guerra civil y la dictadura, el expediente registral, resuelto
favorablemente, será título suficiente para practicar la inscripción de la defunción de las
personas desaparecidas durante este periodo, siempre que, de las pruebas aportadas,
pueda inferirse razonablemente su fallecimiento, aunque no sean inmediatas a éste.
Como es obvio, por razones de salud pública, la normativa en materia de sanidad
mortuoria marca como destino final de todo cadáver, resto cadavérico y resto humano la
inhumación o la cremación. Es más, esto sólo podrá tener lugar con autorización
municipal y siempre en cementerios municipales, mancomunados o privados y demás
lugares de enterramiento y cremación autorizados. Por ello, el cuerpo del Tío Paco,
conservado en casa en hielo por su viuda, es retirado para ser enterrado finalmente por
los inspectores de salud pública (minutos 1.15:00 a 1.15:20, así como 1.17:45 a 1.18:42,
en ambos casos, aproximadamente).
Por último, de acuerdo con lo previsto en el Código penal español (Ley Orgánica 10/1995,
de 23 de noviembre), entendemos que la conducta llevada a cabo por el sobrino del
finado, quien procede a la exhumación del cadáver sin contar con autorización judicial o
administrativa alguna para ello (minutos 16:00 a 22:00, aproximadamente), no debería
ser castigada en el plano penal, pues no se ajusta al tipo infractor previsto en el artículo
526 del mencionado cuerpo legal, precepto donde se establece y tipifica el delito contra la
memoria de los difuntos, ya que falta el elemento subjetivo del injusto, el sobrino no ha
querido faltar al respeto debido a la memoria de su tío fallecido:
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“El que, faltando al respeto debido a la memoria de los muertos, violare los sepulcros o
sepulturas, profanare un cadáver o sus cenizas o, con ánimo de ultraje, destruyere, alterare o
dañare las urnas funerarias, panteones, lápidas o nichos será castigado con la pena de
prisión de tres a cinco meses o multa de seis a 10 meses”.
3.- Cambiando de tercio, en el largometraje podemos encontrar continuas referencias, de
forma ciertamente exagerada, a algunos de los principios que guían la actuación de las
Administraciones públicas en el ejercicio de su labor para perseguir el cumplimiento del
interés general, como son los principios de jerarquía (vid supra), eficacia (recuérdense las
metas del semestre fijadas para la administración del cementerio, minutos 12:28 a 12:35,
aproximadamente), de eficiencia y de economicidad (se vea la divertida escena del
racionamiento del papel higiénico que realiza el superior de una oficina de la
Administración respecto a uno de sus subordinados, en los minutos 41:50 a 42:00,
aproximadamente) o, claro, de desconcentración y coordinación (rememórese la escena en la
que un funcionario firma a Juachín el acto administrativo autorizando la exhumación del
cadáver de su tío pero remite a éste a otro departamento para que allí le sellen el referido
documento, minutos 44:50 a 46:14, aproximadamente). Estos principios son
proclamados en el artículo 103.1 de la Constitución y en el artículo 3 de la LPC.
Del mismo modo, son también reiteradas las remisiones y críticas a los principios que
informan el procedimiento administrativo presentes en este film. Entre otros, podemos
citar los siguientes: carácter contradictorio del procedimiento, “in dubio pro actione”, el principio
de celeridad (artículo 74.1 LPC), el principio de economía procesal o la instrucción del
procedimiento de oficio por parte de la propia Administración. Así, esta película, en la
totalidad de su metraje, refleja, por el contrario, la infinidad de obstáculos a los que la
Administración ha sometido a este ciudadano en la tramitación de su petición y, lo que es
peor, la falta de respuesta que se la ha dado a sus pretensiones (lo que vulnera, a su vez, el
principio de congruencia, artículos 89 y 113 LPC). Muy ilustrativa a este respecto resulta la
serie de secuencias que se encadenan desde los minutos 39:19 a 48:52, aproximadamente.
En otro orden de cosas, uno de los múltiples absurdos que aparece reflejado en esta
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largometraje se encuentra en la escena en la que un lisiado es obligado a firmar un
documento de la Administración porque la norma así lo exige (minutos 41:42 a 41:50,
aproximadamente). En nuestro ordenamiento jurídico, lo cierto es que el artículo 70.1 de
la LPC, letra d), al recoger los requisitos que debe contener todo escrito por el que se dé
inicio a un procedimiento administrativo a instancia de parte, señala que será necesario
contar con la firma del solicitante o, en su caso, “acreditación de la autenticidad de su
voluntad expresada por cualquier medio”; lo que permite, cuando esta firma no sea
posible (como, por ejemplo, en el caso en el que el interesado tenga amputada esta
extremidad), sustituir la firma del interesado en el procedimiento por otro medio que
acredite la autenticidad de su voluntad.
Minutos después de esta escena, nos percatamos de algo que ya no permite nuestro
ordenamiento jurídico en vigor (minutos 42:50 a 43:05, aproximadamente), tras la
aprobación de la Ley 28/2005, de 26 de diciembre, de medidas sanitarias frente al
tabaquismo y reguladora de la venta, el suministro, el consumo y la publicidad de los
productos del tabaco, esto es, que se fume en centros y dependencias de las
Administraciones públicas y entidades de Derecho público.
5.- La película expuesta engarza de lleno con el derecho a una buena administración
proclamado por el Tribunal de Justicia de la Unión Europea desde el año 1984 y recogido
entre los “derechos de ciudadanía” de la Carta Europea de Derechos Fundamentales, en
cuyo artículo 41.1 se señala expresamente el derecho de toda persona «a que las
instituciones, órganos y organismos de la Unión traten sus asuntos imparcial y equitativamente y
dentro de un plazo razonable».
En particular, ello se materializa en una serie de derechos concretos para el ciudadano
como son «el derecho de toda persona a ser oída antes de que se tome en contra suya una medida
individual que le afecte desfavorablemente», «el derecho de toda persona a acceder al expediente que
le concierna, dentro del respeto de los intereses legítimos de la confidencialidad y del secreto
profesional y comercial» y «la obligación que incumbe a la Administración de motivar sus
decisiones» [apartados a), b) y c) del artículo 41.2].
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Dentro del derecho a una buena administración, el artículo 41 de la Carta también
recoge, en otro orden de cosas, por un lado, en el punto tercero, el derecho de toda
persona a la reparación por la Unión de los daños causados por sus instituciones o sus
agentes en el ejercicio de sus funciones (responsabilidad patrimonial), de conformidad
con los principios generales comunes a los Derechos de los Estados miembros; y, por
otro, en el punto cuarto, el derecho de toda persona a dirigirse a las instituciones de la
Unión, y a ser contestada por éstas, en una de las lenguas oficiales.
En conexión con los dictados del precepto trascrito, hemos de aspirar a una
Administración que respete los derechos del ciudadano ante los procedimientos
administrativos, eficaz y eficiente, participativa e imparcial; a una Administración que, en
el plano organizativo, sea transparente, equiparable a una “gran casa de cristal”; y a unos
empleados públicos comprometidos con el ciudadano/a, centro de preocupación de las
normas que regulen la actuación administrativa.
6.- Esta película se erige en una magnífica oportunidad para reflexionar sobre la necesidad
de poner en marcha en nuestro país una fuerte simplificación de los procedimientos
administrativos a la luz de los (supuestos) avances de la Administración electrónica; apostando
por la tramitación integrada de los procedimientos administrativos conexos y por la
reducción de la carga de presentación de documentos ante la Administración Pública. Los
trabajos brillantemente elaborados al respecto por Profesores como César Cierco Seira o
Eduardo Gamero Casado nos servirán de guía para ello.
Especialmente hilarante a este respecto, es la mención en este film a un supuesto
DEPATRAM, Departamento de Aceleración de Trámites (minutos 44:50 a 48:52,
aproximadamente) o la ficticia campaña institucional del Gobierno cubano bajo el lema
“Muerte a la burocracia” (minutos 01:01:58 a 01:03:34), aproximadamente), en
particular, a la vista de todos los hechos que en esta película se han dado cita.
En dicho DEPATRAM, una vez que las oficinas quedan vacías, el sobrino del finado
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estampa, por su cuenta y riesgo, diversos sellos sobre el documento que portaba consigo
autorizando la exhumación del cadáver de su tío. Esta acción incurre en una conducta
tipificada como delito de falsificación de documento público (según nuestro Código Civil,
aquel autorizado por un notario o empleado público competente, con las solemnidades
previstas por la ley), al haber alterado el mismo, al incluir este sello, en uno de sus
elementos o requisitos de carácter esencial (artículo 392.1 en conexión con el artículo
390.1 del Código Penal, que contempla una agravación de la pena cuando la conducta es
llevada a cabo por quien ostente la condición de autoridad o funcionario público).
3. Actividad a desarrollar por el alumno/a
Tras la proyección de la película, los estudiantes del Grado en Comunicación Audiovisual
reflexionarán sobre la fuerte burocratización a la que se encuentra sometida la
Administración pública, hoy y antaño, y la posición que con respecto a la misma ocupan
los ciudadanos y ciudadanas en el marco de los diferentes procedimientos administrativos
que ante ella tienen lugar.
El alumnado se centrará, en particular, en abordar el tratamiento que recibe la labor de la
Administración y, por ende, la de los empleados públicos, en los medios de comunicación
social, el cine y la literatura, esto es, el alumnado testará la percepción que de la
Administración tiene hoy la opinión pública.
La ciudadanía percibe la Administración pública, y esta es la visión que recoge el film en
clave de humor, como una estructura alejada de sus intereses, que trata sus asuntos de
forma impersonal y, en definitiva, que no atiende de forma adecuada a sus peticiones. La
Administración, cuya misión es velar por el interés general de la ciudadanía, es
presentada, paradójicamente, como el gran “enemigo” de ésta, y no como su “aliado”.
A este respecto, resultará interesante estudiar si esta percepción de la opinión pública,
destinataria de estos medios, ha mejorado con el paso del tiempo o si, por el contrario, la
misma se ha estancado, esto es, sigue siendo igual de negativa hoy como ayer.
Para dar respuesta a estos interrogantes, procederemos a la comparación de documentos y
obras sobre este particular correspondientes a diferentes periodos históricos. En especial,
se recomienda la lectura del ensayo “Vuelva usted mañana”, de Larra.
Obviamente, todo ello podremos ponerlo en conexión con los nuevos avances que se
supone trae consigo a este respecto la Administración electrónica. Para ello, podremos
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sacar a colación el certificado electrónico (CERES-FNNT), el DNI digital o, en otro orden
de cosas, los procedimientos administrativos íntegramente telemáticos impulsados desde
la Consejería de Innovación y Ciencia de la Junta de Andalucía.
Cuando las circunstancias así lo permitan, se aconseja al equipo docente organizar una
pequeña charla-coloquio, tras la proyección de esta película, en la que intervengan
representantes de algunas de las Administraciones Públicas existentes en la ciudad
(estatal, autonómica y/o local), con el fin de que acerquen al alumnado los problemas
que en la práctica se suscitan dentro de sus respectivas estructuras administrativas.
4. Lecturas recomendadas, películas relacionadas y sitios web de interés
a) Lecturas recomendadas:
Los siguientes manuales, de los que se da cuenta indicando su última edición, son
fundamentales para el estudio del Derecho Administrativo español:
BERMEJO VERA, J. y otros: Derecho Administrativo. Parte General, Civitas, Madrid, 2009
(9ª ed.) y Derecho Administrativo. Parte Especial, Civitas, Madrid, 2009 (7ª ed.).
COSCULLUELA MONTANER, L.: Manual de Derecho Administrativo, Civitas, Madrid,
2010 (21ª ed.).
ENTRENA CUESTA, R.: Curso de Derecho Administrativo, vols. I y II, Tecnos, Madrid,
1998 y 1999.
ESTEVE PARDO, J.: Lecciones de Derecho administrativo, Marcial Pons, Barcelona, 2011.
GARCIA DE ENTERRIA, E. y FERNANDEZ RODRIGUEZ, T. R.: Curso de Derecho
Administrativo, vols. I (14ª ed.), y II (11ª ed.), Civitas, Madrid, 2008.
JIMENEZ-BLANCO, A. y otros: Derecho Administrativo práctico, Tirant lo Blanch,
Valencia, 2002 (5ª ed.).
MORELL OCAÑA, L.: Curso de Derecho Administrativo, 2 vols., Ed. Complutense,
Madrid, 2003.
PARADA VAZQUEZ, R.: Derecho Administrativo, Tomo I (Parte general), 18ª ed., Tomo II
(Organización y empleo público) 21ª ed. y Tomo III (Bienes y urbanismo), 12ª ed.,
Marcial Pons, Madrid, 2010.
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SANTAMARIA PASTOR, J. A.: Principios de Derecho Administrativo General, 2 vols.,
IUSTEL, Madrid, 2009.
SANCHEZ MORON, M: Derecho Administrativo, Tecnos, Madrid, 2010 (6ª ed.).
Son muchas las obras doctrinales de referencia en relación con el derecho a una buena
Administración, entre otras, destacamos por su interés las siguientes:
PONCE SOLÉ, J.: Deber de buena administración y derecho al procedimiento administrativo
debido: las bases constitucionales del procedimiento administrativo y del ejercicio de la
discrecionalidad, Lex Nova, Valladolid, 2001.
TOMÁS MALLÉN, B.: El derecho fundamental a una buena administración, Instituto
Nacional de Administración Pública, Madrid, 2004.
RODRÍGUEZ-ARANA MUÑOZ, J.: El buen gobierno y la buena administración de
Instituciones Públicas, Thomson-Aranzadi, Cizur Menor, 2006.
De cara al análisis de los pasos emprendidos en pos de la simplificación administrativa en
el seno de la Administración española, es imprescindible el estudio de los trabajos de
César CIERCO SEIRA: «Algunas reflexiones sobre la simplificación de los
procedimientos administrativos a la luz de los avances de la Administración electrónica»,
Revista General de Derecho Administrativo, n. 19 (2008); «Simplificación administrativa y
principio de precaución: ¿Objetivos incompatibles? (Reflexiones a propósito del asunto
Monsanto, STJCE de 9 de septiembre de 2003)», Revista Española de Derecho Europeo, n.
13 (2005), pp. 111-155; «La tramitación integrada de los procedimientos administrativos
conexos», Revista Vasca de Administración Pública, n. 65, 1, 2003, pp. 11-50; o «La
reducción de la carga de presentación de documentos ante la Administración Pública»,
Revista Andaluza de Administración Pública, n. 48 (2002), pp. 389-436.
En relación con la implicaciones de la Administración electrónica en el procedimiento
administrativo común, consúltese la obra de Eduardo GAMERO CASADO, con
monografías como Los medios de notificación en el procedimiento administrativo común,
Instituto Andaluz de Administración Pública, 2001; y Notificaciones telemáticas y otros
medios de notificación administrativa en el procedimiento común, Bosch, 2005.
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El Profesor Juan Francisco PÉREZ GÁLVEZ cuenta con una amplia bibliografía en la que
aborda el estudio de los servicios mortuorios, a saber: El sistema funerario en el derecho
español, Editorial Aranzadi, 1997; «Policía sanitaria mortuoria. Especial referencia a la
cremación: una necesaria reformulación jurídico-administrativa», Derecho y salud, Vol. 3,
N. 1, 1995, pp. 235-246; «Liberalización de servicios funerarios: empresas funerarias»,
Actualidad administrativa, N. 15, 1997, pp. 257-287; o «Liberalización de los servicios
mortuorios», Noticias de la Unión Europea, N. 146, 1997, pp. 51-76.
Fuera del ámbito jurídico, aunque en perfecta sintonía con la trama de la película objeto
de este comentario, es obligada la referencia al célebre ensayo “Vuelva usted mañana
(artículo del Bachiller)” del escritor Mariano José de LARRA, publicado en El Pobrecito
Hablador, en enero de 1833, una de las obras cumbres del Romanticismo español.
b) Películas relacionadas:
Esta película cubana guarda un gran paralelismo con la divertida secuencia conocida
como “La casa que enloquece” de la película de animación francesa “Las doce pruebas de
Astérix” (R. Goscinny y A. Uderzo), de 1976; donde la búsqueda de un formulario casi
conduce también a los dos protagonistas (Astérix y Obélix) al borde de la locura.
c) Sitios webs de interés:
CERES, departamento de la Fábrica Nacional de Moneda y Timbre encargado de la
tramitación del certificado electrónico reconocido por la amplia mayoría de las
Administraciones Públicas: http://www.cert.fnmt.es/
En relación con el derecho a una buena Administración, podemos sacar a colación la
figura del Ombudsman o Defensor del Pueblo, quien investiga las reclamaciones acerca de
los casos de mala administración dentro de las diferentes Administraciones públicas
(Unión Europea, Estado, Comunidades Autónomas…):

Defensor del Pueblo Europeo: http://www.ombudsman.europa.eu/es

Defensor del Pueblo de España: http://www.defensordelpueblo.es/
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
Defensor del Pueblo Andaluz: http://www.defensor-and.es/
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