El ININ hoy CULTIVO DE TEJIDOS: una herramienta para el fitomejoramiento Por Josefina González, ([email protected]) Departamento de Biología, ININ. En la actualidad un gran número de investigaciones en el mundo se dedican al mejoramiento, el rescate o la selección de diferentes especies animales o vegetales. Mejoramiento y rescate, aunque distintos, ambos tienen los mismos objetivos, mientras que la selección es solo uno de los pasos de las estrategias a seguir para alcanzar cualquiera de los dos objetivos señalados. Para lograr su propósito el investigador selecciona diversas estrategias en las que empleará una o varias técnicas para reducir el tiempo y los costos de su estudio. En el ámbito agrícola, la estrategia debe incluir básicamente dos etapas: a) aumento en la variabilidad por medio de la irradiación; y b) disminución del tiempo requerido para obtener y propagar la variante deseada (alto rendimiento, proteínas con mayor contenido de aminoácidos esenciales, resistencia a enfermedades o a condiciones adversas, mayor número de flores o frutos, o mayor vida de anaquel, entre otras) por ejemplo, a través de técnicas de cultivo de tejidos. En la naturaleza, la variabilidad genética ocurre en forma espontánea (con el transcurso del tiempo), mientras que en el laboratorio se aplican elementos que las promueven. Entre las herramientas empleadas por los investigadores para mejorar a las especies vegetales están las técnicas nucleares cuya aplicación ha permitido la obtención de más de 1500 variedades mejoradas de cultivo como cereales, leguminosas ornamentales y frutícolas. En México, el Instituto Nacional de Investigaciones Nucleares emplea la energía nuclear en conjunto con otras técnicas como el cultivo de tejidos, para incrementar dicha variabilidad y obtener organismos mejorados aptos para el mercado nacional o internacional. El cultivo de tejidos, micropropagación o cultivo in vitro es una técnica de cultivo artificial que permite producir organismos similares a partir de un explante (trozo de la planta) bajo condiciones controladas. Esta técnica nació hace cerca de 150 años cuando Saks y Knop (en 1860 y 1861) observaron que los principales nutrientes de las plantas superiores eran sustancias inorgánicas y no orgánicas como se creía desde la época de los griegos, dando origen al desarrollo del primer caldo o medio nutritivo. En los siguientes años estudios sobre polaridad de las plantas (Vochting, 1898) y la primera obtención de callo en segmentos de dientes de león (Rechinger, 1893) propiciaron que muchos fisiólogos vegetales iniciaran estudios de lo que se llamaría posteriormente totipotencialidad, la cual es exclusiva (por lo menos hasta el momento) de los vegetales, y que explica la característica que tienen algunas células vegetales conocidas como células meristemáticas1, de poder formar un organismo completo y similar siempre y cuando se tengan Contacto Nuclear 3 7 las condiciones necesarias para ello. Posteriormente, en 1902 el fisiólogo y botánico alemán Haberland propone por primera vez el cultivo de células vegetales in vitro desarrollando más adelante la teoría de la totipotencialidad, razón por la que se le considera el padre del cultivo de tejidos. Haberland motivó en muchos investigadores el interés en conocer los elementos y/o mecanismos involucrados en el desarrollo de la plantas. Posteriormente, en la década de los cincuenta y cuando algunos de los reguladores vegetales (mal llamados fitohormonas, pues el nombre es exclusivo de sustancias animales) habían sido descubiertos, el cultivo de tejidos comenzó a estar presente en la mayoría de las investigaciones y la producción masiva de muchas plantas de interés comercial, ya que presentaba no sólo la ventaja de obtener cientos de organismos sino que éstos estaban libres de patógenos. Holanda, Costa Rica y Japón (entre otros) actualmente emplean para su producción (florícola, ornamental, alimenticia, etc) alguna de las modalidades del cultivo de tejidos y es tal su ganancia que inclusive puede ser comparada con los ingresos que México ha tenido por la venta de petróleo. El establecimiento de la técnica de micropropagación es particular para cada especie, inclusive para cada línea y por ello implica invertir no sólo dinero sino tiempo para lograr determinarla; sin embargo una vez establecida, la producción puede ser constante durante el año. Existen muchas modalidades del cultivo in vitro en las que puede variar el explante a utilizar o el medio nutritivo. Respecto al explante se emplea desde unas cuantas células hasta órganos completos de la planta. Utilizar polen, óvulos o Los meristemos son grupos de células con capacidad de dividirse. Gracias a los distintos tipos de meristemos la planta crece, genera nuevas hojas y brotes, entre otros desarrollos. 2 Radicular: de la raíz. 1 38 Contacto Nuclear protoplastos es un poco complicado. Seguramente, hemos visto como un «piecito» o pedacito de alguna planta que nos regalan, se transforma en una planta completa con solo sumergir parte de ella en agua. ALCANCES EN EL ININ. En la década de los setenta, el laboratorio de cultivo de tejidos vegetales del ININ implantó la primera metodología de cultivo in vitro para maíz, y poco después se determinaron 3 técnicas para el cultivo de papa. Durante los últimos 15 años, se ha trabajado en colaboración con diversas instituciones privadas y gubernamentales como la Sociedad Nacional de Floricultores y la UNAM, logrando producir plantas de ornato mejoradas vía irradiacióncultivo in vitro (con dicha tecnología se induce mayor resistencia ó vigor, diversidad en color, incremento en la producción, y ó tamaño, etc.). Entre dichas especies podemos mencionar a las más comerciales como: clavel, rosa de tallo largo, orquídea (Phalaenopsis), y ave del paraíso, entre otras. Asimismo se apoyó al Museo de Ciencias Naturales y a la UNAM en el rescate y conservación de dos plantas que se encontraban en peligro de extinción. En el primer caso se trabajó con una especie cuya zona de distribución abarca el ININ, la llamada flor de lis o pata de gallo (Sprekelia formossisima), especie que ha luchado no sólo contra la disminución de su hábitat sino con el repentino deterioro de su sistema radicular2. Estos factores provocaron una alta mortandad de las plantas, por lo que para tener un mayor número de individuos se determinó en el ININ un método de propagación in vitro. Posteriormente, mediante la aplicación de radiación gamma su sistema radicular fue mejorado (Figura 1). Las plántulas obtenidas fueron entonces introducidas a su hábitat natural. En el segundo caso se trabajó con una cactácea Figura 1. Proceso de mejoramiento de plantas por medio de radiación ionizante endémica del Distrito Federal, Mammilaria San angelensis cuyo hábitat, debido al desarrollo humano, quedó tan reducido que sólo fue posible rescatar 8 semillas. A partir de éstas, el laboratorio de cultivo de tejidos de la UNAM determinó un método de propagación in vitro, logrando producir cientos de plantas similares. El ININ, mediante la aplicación de radiaciones in vitro, incremento la variabilidad genética de las plántulas obtenidas. Posteriormente éstas fueron reintroducidas a su hábitat en las reuniones conocidas como «tardes de café» del Jardín Botánico de la UNAM. Recientemente, junto con la investigadores de las universidades Autónoma del Estado de México (UAEM), Autónoma de Chapingo (UACH) y Nacional Autónoma de México (UNAM) se está trabajando un proyecto sobre el mejoramiento, conservación y selección de seudocereales mexicanos. La colaboración ha consistido en la determinación de las técnicas de propagación vía meristemo y semilla, así como el rescate de embriones para la producción masiva de quinua, chía roja, y amaranto. Asimismo, se han Figura 2. Diagrama de fecundación in vitro Contacto Nuclear 3 9 determinado las fases de desarrollo tanto del gineceo como del polen en quinua y chía roja (empleando las técnicas in vitro), colaborando con ello al establecimiento de una nueva técnica de producción de híbridos interespecíficos. Aunado a lo anterior se realizan estudios para la producción de dobles haploides, una técnica de cultivo in vitro que involucra trabajar con el polen de las plantas y por lo tanto «cambiar»su función de fecundador por la de productor, es decir que en lugar de producir un tubo polínico y efectuar la doble fecundación (Figura 2) el polen debe desdiferenciarse, diferenciarse y especializarse hasta formar un organismo completo. Lograr estos cambios conlleva mucho trabajo pero cabe mencionar que para disminuir el tiempo y costo de la investigación, el laboratorio ha establecido una técnica nueva que involucra el uso de microsporas (σπορα = semilla) y no de polen. Con ello se ha logrado incrementar el número de explantes con respuesta positiva y se ha incrementado el número de haploides producidos (con método tradicional: 1 en 1000 y con nuestro método: 10 en 500). No podemos decir todavía que se han logrado todos nuestros objetivos, pero los resultados indican que estamos avanzando. Cultivo de anteras Rescate de embriones Fases del gineceo 40 Contacto Nuclear