Poder Judicial de la Nación Año del Bicentenario PODER JUDICIAL DE LA NACIÓN R.S. I T 141 f* 165/168 En la ciudad de La Plata, a los 11 días del mes de noviembre del año dos mil diez, reunidos en Acuerdo los Señores Jueces que integran la Sala I de la Cámara Federal de Apelaciones de La Plata, toman en consideración el presente expediente N°° 16.830/10, caratulado: “L., A.F. c/ Y.P.F. S.A. s/ Despido S.A.”, procedente del Juzgado de Primera Instancia N° 4 de La Plata, para resolver el recurso de apelación interpuesto contra la sentencia (…). Practicado el pertinente sorteo el orden de votación resultó: Dr. Carlos R. Compaired y Dr. Julio Víctor Reboredo. EL DR. COMPAIRED DIJO: I. El actor inició el presente expediente en reclamo del cobro de USO OFICIAL indemnización por despido sin causa en los términos del Artículo 245 de la Ley de Contrato de Trabajo. La sentencia de primera instancia hizo lugar a la acción articulada contra Yacimientos Petrolíferos Fiscales y, consecuentemente, condenó a dicha empresa a abonar al señor A.F.L. en concepto de indemnización por despido sin causa la suma que resulte de la liquidación a practicar conforme las pautas que establece en su considerando III, con más sus intereses. Asimismo, impuso las costas de la instancia a la demandada vencida, y difirió la regulación de honorarios para su oportunidad procesal. Para así decidir el a quo consideró que, en el caso, no se encontraban acreditados los presupuestos necesarios para subsumir la conducta de la parte actora en la figura de la injuria laboral. En consecuencia, estableció la improcedencia de la aplicación de la figura del despido con justa causa establecida en el Artículo 242 de la L.C.T.. II. Contra dicho pronunciamiento, la apoderada de Y.P.F. S.A. interpuso recurso de apelación con simultánea expresión de agravios (...), con réplica de la contraria (…). III. Los agravios de la recurrente se circunscriben fundamentalmente a los siguientes: a) el despido del Sr. L. fue realizado con justa causa, motivo por el cual no corresponde la aplicación de la figura establecida en el Artículo 245 de la L.C.T., ni, por tanto, el pago de la indemnización allí prevista, y b) la imposición de costas. IV. Los hechos de la causa consistieron en el despido del actor – el 27 de mayo de 1995- , que se desempeñaba como “sondeador” en el sector “Medición y Bombas” de la empresa Yacimientos Petrolíferos Fiscales S.A., a causa de considerarlo responsable en la participación del suceso acaecido con fecha 23/01/1992 en el cual desaparecieron 400 m3 de gas oil durante una operatoria de carga de combustible en el Buque P.D.; hecho que motivó el inicio de una causa penal que tramitó en el Juzgado Federal N° 3 de esta ciudad y de una investigación interna llevada a cabo por la propia empresa demandada que tramitó en expediente reservado. V. La cuestión a dilucidar se centra en la posibilidad o no de enmarcar el comportamiento del actor en la figura de la causal de injuria, en los términos del Artículo 242 de la Ley de Contrato de Trabajo, lo cual traerá como consecuencia, una concreta definición sobre si ha existido justa causa de despido y, por ende, falta de derecho a un reclamo indemnizatorio. Al respecto cabe señalar que el Artículo 242 de la L.C.T. ha dispuesto el término injuria a efectos de caracterizar la justa causa de despido, además de establecer que ésta última debe ser grave. En líneas generales, se ha dicho que la injuria que configura la justa causa de despido consiste en un "(…)daño, material, físico o moral, producido por la conducta de una de las partes y que afecta gravemente la esencia de la relación de trabajo que estriba en el cumplimiento leal de los deberes mutuos. Este daño debe ser tan grave que ni siquiera la continuación de la relación por el término del preaviso puede consentirse(…)" (Krotoschin, Ernesto, “Manual de Derecho del Trabajo”, Bs. As., 1993, p. 161). Asimismo, cabe establecer que la gravedad del hecho injurioso debe guardar una relación de proporcionalidad con el despido, esto significa que la conducta considerada injuriosa debe ser de tal gravedad, que impida la continuación de la relación laboral. Ello así, corresponde a esta altura del debate formular el siguiente interrogante: ¿cuándo resulta grave el hecho injurioso?. Poder Judicial de la Nación Año del Bicentenario La ley no brinda una definición legal al respecto, motivo por el cual la valoración de la gravedad queda sujeta a la libre discreción del juez quien, guiado por las propias pautas de la Ley de Contrato de Trabajo, las modalidades y circunstancias personales de cada caso, establecerá la proporcionalidad o no entre el despido y el hecho que lo motivó (art. 242, segundo párrafo, de la L.C.T.). También debe repararse que, teniendo particularmente presente que el despido con justa causa supone una excepción al derecho del trabajador a ser indemnizado, la valoración en estos casos debe ser sumamente estricta, requiriendo del juez extrema prudencia en la ponderación de los medios de prueba. USO OFICIAL VI. Ahora bien, cabe poner de resalto que no debe confundirse la ilicitud en materia penal con la ilicitud contractual, que es la que determina la existencia de una injuria definida en el Derecho Laboral como “inobservancia” y que amerita la aplicación del despido con justa causa por parte del empleador. De esta manera, y separando acabadamente ambos conceptos, el hecho de que exista sobreseimiento en sede penal –no obstante constituir un elemento junto con el resto de las constancias probatorias arrimadas a la causa para valorar la conducta reprochada- no resulta óbice para considerar si esa misma conducta puede ser considerada ilicitud contractual y dar lugar de este modo, a la aplicación del despido con justa causa previsto en el Artículo 242 de la L.C.T.. Ello así, es necesario evaluar la totalidad de las constancias de la causa para establecer si en el caso el hecho que motivó el despido del actor debe ser considerado injurioso en los términos del derecho laboral. Bajo esa premisa se advierte que (…)luce agregada copia de la Resolución en el expediente penal que tramitara ante el Juzgado Federal N° 3 de esta ciudad de la cual el actor fuera sobreseído respecto de la comisión del ilícito que se le imputaba. De la compulsa del presente expediente no surge ningún dato relacionado con la investigación reservada llevada a cabo por la demandada con motivo del presente hecho y que culminó, tal como surge de la lectura de la carta documento (…), con el despido del Sr. L. Y en este punto, la empresa accionada es la que mayor interés posee, atento que pesa sobre ella el deber de aportar a la causa la prueba que acredite los hechos que invoca. Con relación a la distribución de la carga de la prueba, considero que en los supuestos de despido directo cuestionado por el trabajador, la prueba de la justa causa debe estar a cargo del demandado (art. 377 del CPCC, art. 155 de la ley 18.345). Esta situación concita una excepción al derecho del trabajador a ser indemnizado dentro del esquema de protección general dispensado por la Ley de Contrato de Trabajo, razón por la cual, entiendo que su prueba corresponde necesariamente al empleador; máxime en consideración a que es este quien se encuentra en mejor posición para probar tales extremos. VII. La pericia contable (…) informa las fechas de ingreso y egreso del actor en la empresa Y. P. F. junto con la categoría por él ocupada. Asimismo, referencia la inexistencia de sanciones disciplinarias durante el período en el cual el Sr. L. trabajó para la demandada, no aportando otro dato de interés para dilucidar la cuestión en debate. VIII. Las declaraciones testimoniales (…) resultan contestes en la descripción que realizan de las labores que se corresponden con la categoría ocupada por el actor. Aluden de manera coincidente a la existencia de supervisión con respecto a la tarea de carga y descarga de combustible desarrollada por el Sr. L.. A su respecto el testigo F.D.A. refirió: “…la medición se realiza en forma conjunta entre el ayudante L. y el inspector…había además personal de vigilancia, cumpliendo la misma función en el sondeo de tanques…”. A mayor abundamiento e indagado sobre el procedimiento de descarga de combustible agregó: “…se llama por teléfono al coordinador para saber que tanque es el despachado y por que línea va su descarga, una vez contestadas esas preguntas concurre el inspector a verificar el tanque, la temperatura, el vacío y el agua, luego se comunica telefónicamente a la rivera donde está el buque tanque, se habla con la gente de la rivera para coordinar la hora de inicio de la carga, una vez coordinada la hora se procede a poner en marcha la bomba…” Poder Judicial de la Nación Año del Bicentenario Cabe puntualizar que ninguno de los deponentes se pronuncia sobre la posibilidad de la autoría del actor con respecto al hecho que se le imputa, por el contrario, hacen alusión a la necesaria supervisión de la tarea del Sr. L. Los deponentes describen las tareas que debió realizar el actor en base a su conocimiento como compañeros de trabajo. No obsta a su idoneidad probatoria el hecho de que posean juicios contra la demandada, por cuanto dicha circunstancia sólo, en principio, afectaría la credibilidad de sus testimonios (art. 441, inc. 3°, del CPCCN); circunstancia que en definitiva deberá ser evaluada por el juzgador relacionándola con el resto de los elementos probatorios aportados a la causa. USO OFICIAL IX. La pericia ingenieril (…) desarrolla una exhaustiva descripción del proceso de carga de combustible de los buques. En ella el experto en perito ingeniero Naval y Mecánico, (…), concluye: “…Una sola persona puede manejar todo esto sin que algún otro lo advierta? La respuesta evidentemente es la negativa.- Solamente con saber que el actor terminó su jornada laboral dejó el turno,…y fue reemplazado por uno de la guarida entrante, pues el tiempo de la maniobra de carga supera el límite de la jornada laboral. Esto último se comprueba con facilidad y en forma fehacientemente con solo ver la hora de egreso de la tarjeta de control personal de la actora del día que se realizó la carga al buque D. y la hora de finalización de la misma”. X. En virtud de las consideraciones precedentes y examinado el expediente, se advierte una orfandad en materia probatoria que impide –a criterio del suscripto- endilgar responsabilidad al Sr. L. en el hecho que se le imputa. Como ya se puntualizó, no fueron aportadas a la causa copias de la investigación que llevó a cabo la demandada, circunstancia que revela una acentuada inactividad en la etapa probatoria, máxime teniendo en cuenta que ella es quien mayor interés tiene en su producción, ya que es a quien le corresponde comprobar los hechos a los cuales hace referencia; comportamientos estos que no pueden dejar de ser valorados al momento de sentenciar (arts. 163, inc. 5º, último párrafo y 386 del C.P.C.C.N.; art. 155 de la Ley 18.345). XI. En conclusión, valoradas las constancias de la causa conforme el criterio de la sana crítica (art. 386 del C.P.C.C.N.), considero que no se encuentran debidamente demostrados los hechos fundantes de la justa causa de despido invocada por la demandada, lo que legitima el reclamo indemnizatorio del actor en razón de considerar al despido sin justa causa. La misma tesitura fue adoptada por esta Sala en el expediente N° 13.598/06, caratulado “Martinez, Ramón Héctor c/ Y.P.F. S.A. s/ cobro de indemnización”, fallo del 20 de abril de 2007 de similares características al presente. Ello así, en tanto el hecho que motivara el despido del Sr. L. no configura un injuria grave en los términos de la legislación laboral, es que cabe rechazar los agravios esgrimidos por la demandada contra la sentencia de primera instancia, la que debe ser confirmada. XII. Por último, en cuanto al agravio relacionado con la condena en costas a la demandada, atento la propuesta de rechazo del recurso de apelación establecida en el presente voto, considero que no existe motivo alguno para apartarse en el caso del principio objetivo de la derrota, por lo cual ellas deben confirmarse. Por tanto, en mérito a las consideraciones que anteceden, propongo al Acuerdo rechazar el recuso interpuesto contra la sentencia de primera instancia (…), la que se confirma en cuanto fuera motivo de agravios; imponiendo las costas de la Alzada a la demandada vencida (Art. 68 del C.P.C.C.N.). Así lo voto. EL DR. REBOREDO DIJO: Que adhiere al voto que antecede. Por ello, en orden al Acuerdo que antecede, el Tribunal RESUELVE: Rechazar el recuso interpuesto contra la sentencia de primera instancia (…), la que se confirma en cuanto fuera motivo de agravios; Poder Judicial de la Nación Año del Bicentenario imponiendo las costas de la Alzada a la demandada vencida (Art. 68 del C.P.C.C.N.). Regístrese, notifíquese y devuélvase.Fdo.Jueces Sala I Dres. USO OFICIAL Carlos Román Compaired – Julio Víctor Reboredo.