Resolución de la Dirección General de los Registros y del Notariado en relación con la inscripción de unas Cuentas Anuales con informe desfavorable del auditor de cuentas José Ángel Soteras Enciso Abogado. Miembro de la AEDAF Que el derecho es una realidad global y que sus diferentes disciplinas se encuentran íntimamente interrelacionadas entre si es algo que cada vez apreciamos más en el ámbito del derecho fiscal. Así, es frecuente que el incumplimiento o cumplimiento defectuoso de normativa de otras especialidades pueda afectar a la tributación de las operaciones, a pesar de que, a nivel fiscal, se cumplan escrupulosamente todos los requisitos exigibles en la legislación de aplicación, por lo que la deducibilidad de un gasto puede verse perjudicada a pesar de cumplirse con todos los requisitos establecidos en la ley 27/2014, de 27 de noviembre del Impuesto sobre Sociedades (en lo sucesivo, LIS) o la Ley 35/2006 de 28 de noviembre, del Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (LIRPF, a partir de ahora) por incumplir normativa que, en principio, es relativa a otras especialidades del derecho. Por ello en nuestra profesión hemos de atender cada vez más al contenido de otras disciplinas del derecho por cuanto el legislador fiscal o el Inspector de los Tributos en un eventual procedimiento de comprobación e investigación van a solicitar la comprobación de que dichas especialidades se cumplan para acreditar la deducibilidad fiscal de un gasto, la aplicación de una deducción, etc… Por ejemplo, el no poseer el contrato con el socio único previsto en el artículo 16 del Real Decreto Legislativo 1/2010, de 2 de julio, por el que se aprueba el texto refundido de la Ley de Sociedades de Capital (en adelante, LSC) cumpliendo escrupulosamente la totalidad de los requisitos establecidos en el citado artículo, puede generar problemática en cuanto a la deducibilidad del gasto. En efecto, el apartado primero del artículo 16 de la LSC establece que: “Los contratos celebrados entre el socio único y la sociedad deberán constar por escrito o en la forma documental que exija la ley de acuerdo con su naturaleza, y se transcribirán a un libro-registro de la sociedad que habrá de ser legalizado conforme a lo dispuesto para los libros de actas de las sociedades. En la febrero de 2016 1 memoria anual se hará referencia expresa e individualizada a estos contratos, con indicación de su naturaleza y condiciones.” Frecuentemente cumplimos con la totalidad de los requisitos relativos a las operaciones vinculadas establecidos en el artículo 18 de la LIS pero el libro de contratos con el socio único no existe o, si en el mejor de los casos existe, no está legalizado o no se encuentra perfectamente documentado. Otro ejemplo lo encontramos en la celebérrima Sentencia del Tribunal Supremo (Sala 3ª) de 13 de noviembre de 2008 sobre el caso Mahou, S.A. y la deducibilidad de los pagos efectuados a los administradores en caso de no constar el cargo retribuido en los estatutos sociales. O simplemente la obligación de la llevanza de un Libro de Inventarios y Cuentas anuales y otro Diario de conformidad con lo establecido en el artículo 25 del Código de Comercio, o la obligación de hacer constar en la Memoria la Deducción por Reinversión con el Importe de la renta acogida a la deducción, fecha de la reinversión y plazo de mantenimiento o la obligación de incluir en las Cuentas Anuales las actualizaciones de balances habida, las revalorizaciones contables voluntarias, etc…. Requisitos todos ellos de componente mercantil que tienen inevitablemente efectos en la fiscalidad del día a día de las personas físicas y jurídicas. O en derecho laboral, el cumplimiento escrupuloso de la normativa con ocasión de un despido para que la renta se encuentre exenta a los efectos del 7 e) de la LIRPF. Todas ellas son obligaciones de otras áreas del derecho pero que evidentemente tienen un impacto de consideración en la fiscalidad. No obstante lo anterior, todas ellas, además, tienen un elemento en común: su cumplimiento depende del obligado tributario. Está en sus manos el darles cumplimiento o no, por lo que siendo precavidos no ha de haber problema en cuanto a la fiscalidad de las operaciones. Existen otras obligaciones en otras áreas del derecho que no dependen del obligado tributario, el cual en principio nada puede hacer, pero que tienen innegable e indudable trascendencia fiscal. Esto es, la fiscalidad de una operación va a depender de un tercero, por mucho que cumplamos escrupulosamente la totalidad de la normativa fiscal de aplicación. Por ejemplo nos referimos a la deducibilidad de las bases imponibles negativas establecida en el artículo 26.5 de la LIS. El citado artículo establece lo siguiente: “El derecho de la Administración para comprobar o investigar las bases imponibles negativas pendientes de compensación prescribirá a los 10 años a 2 contar desde el día siguiente a aquel en que finalice el plazo establecido para presentar la declaración o autoliquidación correspondiente al período impositivo en que se generó el derecho a su compensación. Transcurrido dicho plazo, el contribuyente deberá acreditar que las bases imponibles negativas cuya compensación pretenda resultan procedentes, así como su cuantía, mediante la exhibición de la liquidación o autoliquidación y de la contabilidad, con acreditación de su depósito durante el citado plazo en el Registro Mercantil.”1 Como puede apreciarse, se vincula la deducibilidad de unas bases imponibles negativas no solo a la generación de las mismas y a su acreditación, al mantenimiento de una contabilidad y exhibición de la misma, etc… sino también al depósito de las cuentas anuales “durante el citado plazo en el Registro Mercantil”. Con independencia de que no es este el foro para hablar de que implica el concepto “con acreditación de su depósito durante el citado plazo2 en el Registro Mercantil”, lo realmente importante es que se está vinculando una deducibilidad de unas bases imponibles negativas3 a un doble factor que no depende en algunas ocasiones del obligado tributario. En primer lugar, el depósito en sí mediante el cumplimiento de la normativa mercantil al respecto, en segundo lugar, qué sucede cuando debemos someter las cuentas anuales a informe de un experto independiente (auditor de cuentas) y éste no es favorable o deniega la opinión… ¿se inscriben dichas cuentas anuales? Y lo que es peor, si no se inscriben, ¿la base imponible generada que tan escrupulosamente hemos acreditado es aplicable? Por norma general, el Registrador Mercantil niega la inscripción a las Cuentas Anuales que no cuenten con opinión favorable del Auditor, lo que provocaría, con la literalidad de la Ley, la no aplicación de la base imponible negativa a pesar de contar con la totalidad de los requisitos, facturas, comprobantes, etc… que dependen del obligado tributario. La opinión de dos terceros (experto auditor y Registrador Mercantil) provocan innegables efectos fiscales a un obligado tributario. En este sentido, la Resolución de 2 de julio de 2015, de la Dirección General de los Registros y del Notariado (DGRN en lo sucesivo), en el recurso interpuesto contra la nota de calificación extendida por la registradora mercantil y de bienes muebles de Jaén, por la que se rechaza el depósito de cuentas de una sociedad correspondiente al ejercicio 2013, https://www.boe.es/boe/dias/2015/08/12/pdfs/BOE-A-2015-9077.pdf, 1 En idéntico sentido pero referente a deducciones se establece en los artículos 31.7 y 32.8 de la LIS. El concepto “el citado plazo” es un concepto jurídico indeterminado que seguro que será fuente de numerosos conflictos. 2 3 Recordemos que también se establece para las deducciones del 31.7 y 32.8 de la LIS. 3 se postula a cerca de la desestimación del recurso y confirmación de la nota de calificación de la Registradora, finalizando con un párrafo frecuentemente repetido en Resoluciones de este órgano que establece que: “No es cierto en definitiva que a efectos de depósito sea admisible cualquier informe de auditor y cualquiera que sea su contenido sin que este último pueda condicionar el hecho del depósito. Basta reiterar una vez más que una pretensión semejante vacía de contenido la exigencia de la Ley y el derecho reconocido a los socios y terceros de que las cuentas estén debidamente verificadas de forma que contengan una expresión técnica sobre su fiabilidad y sobre la imagen del estado patrimonial y financiero de la sociedad en términos tales que les permitan el ejercicio adecuado de los derechos reconocidos en la Ley.” Normalmente ello se debe a limitaciones muy significativas al alcance de la opinión por causas que se acreditan imputables a la sociedad, por deficiente información proporcionada al auditor de cuentas por la sociedad, o ausencia de información relevante sobre cuestiones necesarias para que el auditor de cuentas exprese su opinión. Las cuentas no pueden ser depositadas, según doctrina reiterada45 de la DGRN, al no poder cumplir el informe la finalidad prevista en la Ley “pues el patente incumplimiento por parte de la sociedad de su obligación en materia de formulación de las cuentas y de su obligación legal de colaboración con el auditor designado, se constituyen en un motivo esencial por el que éste no puede emitir opinión.” Esta ha sido la postura mayoritariamente aceptada por la DGRN al respecto, si bien recientemente hemos tenido conocimiento de nuevos pronunciamientos en los que la DGRN ha realizado un giro copernicano a su planteamiento y, a pesar de contar con informes con opinión denegada o incluso desfavorable, y con calificación negativa por parte del Registrador Mercantil, ha aceptado la inscripción de las Cuentas Anuales de la compañía. En este sentido, queremos destacar la Resolución de 20 de octubre de 2015, de la DGRN, en el recurso interpuesto contra las notas de calificación extendidas por el registrador mercantil y de bienes muebles VII de Madrid y por el registrador mercantil y de bienes muebles X de Madrid, por las que se rechazan los depósitos de cuentas de una sociedad correspondientes a los ejercicios 2012 y 2013 https://www.boe.es/boe/dias/2015/11/19/pdfs/BOE-A-2015-12496.pdf 4 https://www.boe.es/boe/dias/2014/11/25/pdfs/BOE-A-2014-12220.pdf 5 https://www.boe.es/boe/dias/2014/11/25/pdfs/BOE-A-2014-12223.pdf 4 En la citada resolución, basada en una de Resolución de la DGRN de 10 de enero de 20146 que admitió el depósito de cuentas con un informe de auditoría en el que no se expresaba una opinión sobre las cuentas anuales debido al efecto muy significativo de las incertidumbres observadas por el auditor, que entendía que la falta del depósito de las cuentas desvirtuaría su finalidad y sustraería a los socios y a los terceros una información mercantil relevante, se admite el depósito de unas cuentas anuales en cuyo informe el auditor de cuentas no solo deniega la opinión, sino que ésta es desfavorable porque entendía que “El registro y la exigencia de dicho pasivo por parte de las autoridades tributarias podrían afectar a la continuidad de la Sociedad y a la aplicación del principio de empresa en funcionamiento, debido a su impacto en la situación económico-patrimonial de la misma.” En el supuesto analizado, se remarca que nos encontramos ante una opinión desfavorable7, no ante una opinión denegada. No obstante lo anterior, establece que el “ informe de auditor con opinión desfavorable es apto para el depósito de las cuentas” y todo ello porque se postula en relación a que “No debe admitirse el depósito de cuentas cuando los motivos que impiden al auditor expresar su opinión, pueda ser imputada a la actitud de la propia sociedad, por haberse comprometido la objetividad o independencia del auditor o por no haberse realizado por la sociedad la entrega de la documentación correspondiente” por lo que si a pesar de contener opinión denegada o en este caso desfavorable, se contiene en las cuentas anuales información especialmente relevante para los socios y terceros, y si con la denegación se consigue el no dar publicidad a esa información relevante y siempre y cuando la opinión denegada o desfavorable venga precedida de una actuación responsable, con facilitación de la tarea de auditoría por parte de la compañía, cooperando en todo momento con el auditor de cuentas, las cuentas deben ser inscritas, a juicio de la DGRN. Entendemos positivo este cambio en el criterio de la DGRN por cuanto que una postura irreflexiva ante una situación en la cual, por ejemplo, no se obtenga un informe limpio por parte del auditor de cuentas porque no se ha facilitado informe de expertos independientes en relación a la valoración del inmovilizado de la compañía, lo que ha impedido al auditor de cuentas el emitir un informe sin salvedades, pero en el que se ha visto favorecido en todo momento con la facilitación de información por parte de la compañía, no tiene ningún sentido que ésta se vea penalizada con el cierre del registro y, lo que es peor, con una eventual imposibilidad de aplicación de las bases 6 https://www.boe.es/boe/dias/2014/02/05/pdfs/BOE-A-2014-1198.pdf 7 Recordemos que la opinión puede ser favorable, favorable con salvedades, desfavorable o con opinión denegada. 5 imponibles negativas, deducciones pendientes de aplicar, etc… por la redacción del 26.5, 31.7 y 32.8 de la LIS. 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