Edición N° 16 - 2013 - Institución Universitaria de Envigado

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ISSN 0124-7816
No.16, julio-diciembre de 2013
Katharsis
Publicación de la Facultad de Ciencias Sociales
Programa de Psicología
Institución Universitaria de Envigado
ISSN 0124-7816
Nº 16, julio-diciembre de 2013
Rector
Jaime Alberto Molina Franco
Vicerrector académico
Henry Roncancio González
Decano Facultad de Ciencias Sociales
Álvaro Ramírez Botero
Coordinación de la publicación:
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Edición y corrección de textos:
Ignacio Escobar
Traducción de textos:
Escuela de Idiomas de la IUE
Diseño, diagramación e impresión:
L. Vieco s.a.s.
Carátula y solapas:
Mujer saliendo del psicoanalista
Remedios Varo
Óleo sobre tela
1963
Dirección y contactos
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Contenido
No. 16, julio-diciembre de 2013
ISSN 0124-7816
Editorial
Álvaro Ramírez Botero
Curarse, es dirigir una mirada nueva a sí mismo
Juan David Nasio.............................................................11
Inconsciente, palabra e imagen. Reflexiones sobre el uso del dibujo
en la clínica
Nicolás Uribe Aramburu.................................................29
Cuerpo e Internet: una aproximación desde el psicoanálisis
Herwin Eduardo Cardona Quitián.................................53
El cuerpo en la psicología analítica
Eliana Marcela Fernández Vanegas............................... 81
Esquemas Maladaptativos Tempranos en sujetos con Organización
de Significado Personal Depresiva
Alejandro León
Andrés Salazar
Daniel Puerta...................................................................99
La empatía: ¿un concepto unívoco?
Adriana Patricia Muñoz Zapata
Liliana Chaves Castaño................................................. 123
Búsqueda de orígenes: reencuentros en la triada: familia biológica,
hija(o) y familia adoptante en la ciudad de Medellín
Isabel Cristina Villa González
Angie Correa Mejía
Sara Correa Gómez
Sara Páramo Velásquez
Verónica Pérez Ricaurte................................................ 147
Análisis de las perspectivas teóricas sobre la noción de violencia,
y su relación con la violencia intrafamiliar
Juan Gabriel Carmona Otálvaro
Jorge Iván Jaramillo Zapata.........................................181
Los discursos de Poliméstor y Hécuba a partir de la metáfora
aristotélica
Rafael Gonzalo Angarita Cáceres................................. 199
La imagen el indio Caribe y el español conquistador en Muy
caribe está: un cuadro de semejanzas
Wilson Andrés Cano Gallego......................................... 219
Martha Nussbaum: la relación entre literatura y filosofía desde
una perspectiva aristotélica
Claudia Patricia Fonnegra Osorio................................245
Implementación del plan curricular 2011 en la educación básica
en México. Desafíos enfrentados por los profesores
Celia Carrera Hernández
María del Rosario Piñón Durán
José Luis Aguirre Sáenz................................................269
Los jóvenes universitarios y las contradicciones en el ejercicio de
ciudadanía
Ana Castro Ríos
Eugenio Saavedra Guajardo.........................................293
Editorial
Álvaro Ramírez Botero*
Editor
P
resentamos la revista KATHARSIS número 16 de con una
variedad de temas de interés para las ciencias sociales y la
psicología. En principio el tema de la clínica encuentra diversos
abordajes, uno con la traducción del francés al español hecha por el
profesor Héctor Bermúdez del texto de Juan David Nasio: Curarse
es dirigir una mirada nueva a sí mismo. Esta traducción ofrece una
mirada fresca al trabajo psicoanalíto y sus efectos curativos al tiempo
que repasa “los reproches” que se hacen a este tipo de intervención.
Con un discurso fluido con planteamientos ágiles, claros y concretos
que discurren a lo largo del texto, se aborda el problema de la
cura y se deja abierto el interrogante por su mecanismo psíquico.
Igualmente desde los planteamientos psicoanalíticos, se encuentra
el artículo del investigador Nicolás Uribe Aramburu: Inconsciente,
palabra e imagen. Reflexiones sobre el uso del dibujo en la clínica
que se fundamenta en la idea del inconsciente estructurado como un
lenguaje, propiedad que se indaga en el dibujo usado en la práctica
clínica, lo que permite que este sea usado como un técnica válida de
acceso a los contenidos psíquicos en el psicodiagnóstico y un medio
de elaboración psíquica en las intervenciones terapéuticas.
Por otra parte, alrededor de la pregunta por el cuerpo, desde la línea
teórica del psicoanálisis, se propone un trabajo comprensivo sobre los
*
Psicólogo Universidad de Antioquia, Magíster en Educación Pontificia Universidad
Javeriana – Universidad de Medellín.
5
cambios que han tenido lugar en el cuerpo con el uso del internet. El
artículo Cuerpo e Internet: una aproximación desde el psicoanálisis
del Profesor Herwin Eduardo Cardona Quitián, ofrece una mirada a
las transformaciones del cuerpo, considerado como una construcción
social. En esta medida, a partir de la reconfiguración del lazo social con
el auge de las mediaciones técnicas, se observa un impacto en la matriz
generadora de la condición humana que ha llevado a una existencia en el
mundo de las imágenes que, según el autor, ha permitido un rechazo del
cuerpo del otro y un efecto contrario: el debilitamiento del lazo social.
Y desde la psicología analítica jungiana, la psicóloga Eliana Marcela
Fernández Vanegas nos presenta en su texto El cuerpo en la psicología
analítica, fruto del trabajo de grado Cuerpo e intervención clínica:
experiencias psicoterapéuticas en psicología analítica, las concepciones
de cuerpo con las que proceden algunos analistas junguianos para
aproximarse a lo psíquico reconociendo el cuerpo como posibilitador de
vida que proporciona, como dice la autora, materia al espíritu y espíritu
a la materia; un aporte para pensar la interacción cuerpo psique en la
práctica clínica.
En la vía, también, de la psicología clínica los autores Alejandro
León, Andrés Salazar y Daniel Puerta en su artículo Esquemas
Maladaptativos Tempranos en sujetos con Organización de Significado
Personal Depresiva, fruto de un trabajo investigativo, establecen
la conexión entre la psicología cognitiva y la posracionalista. En su
investigación los autores parten de la idea de la conexión existente
entre la concepción de la psicología cognitiva de los esquemas como
estructuras de conocimiento y de la psicología posracionalista de la
concepción de organizaciones de significado personal y establecer los
esquemas presentes en la organización depresiva y en la desapegada.
Un trabajo que para el Programa de Psicología de la IUE representa
un interés especial puesto que permite la puesta en diálogo de dos
enfoques teóricos, reconociendo la presencia del posracionalismo en los
procesos formativos de los estudiantes al tiempo que marca un camino
6
para nuevas investigaciones que aborden las otras organizaciones de
significado personal y permitan asociar a ellas mayor información que
será de utilidad en la práctica clínica. También en la línea de la práctica
clínica, y en otras esferas de relación establecidas entre las personas, se
usa cotidianamente el concepto empatía; en la perspectiva de las posibles
precisiones y claridades frente al término y su uso las investigadores
Adriana Patricia Muñoz Zapata y Liliana Chaves Castaño con el trabajo
La empatía: ¿un concepto unívoco? hacen un rastreo del concepto
desde los diferentes modelos explicativos que tradicionalmente se han
instalado en concepciones que vienen desde lo emocional y lo cognitivo
para llevarnos a la reflexión sobre ella como una representación del
mundo, una habilidad comunicativa, una competencia ciudadana o un
componente de la inteligencia emocional (Muñoz y Chávez, 2014).
Otro tema relevante para la práctica clínica es el referido a las
implicaciones emocionales de los niños adoptados frente al reencuentro
con la familia biológica, de esto se ocupa el artículo de investigación
Búsqueda de orígenes: reencuentros en la triada: familia biológica,
hija(o) y familia adoptante en la ciudad de Medellín. En él las
investigadoras Isabel Cristina Villa González, Angie Correa Mejía, Sara
Correa Gómez, Sara Páramo Velásquez y Verónica Pérez Ricaurte se
ocupan de indagar en un grupo de siete familias, tomadas como siete
casos, sobre la experiencia emocional que tiene lugar en las situaciones
de reencuentro que pueden hacer parte de la satisfacción de las
necesidades emocionales que tienen los niños de conocer sus orígenes,
las que además de tener un soporte legal, permiten la reconstrucción
de la historia biográfica que forma parte de su identidad y refuerza
los lazos emocionales con la familia adoptante. En la actualidad la
adopción es una práctica que ha cobrado importancia lo que muestra
la relevancia de esta investigación y la pertinencia para el apoyo
psicológico a lo largo del proceso no solo de adopción sino también de
reencuentro con la familia biológica cuando las preguntas por la familia
de origen conduzcan a él; acompañar a la familia adoptante en este
7
proceso permite lograr la integración de otras relaciones que pueden
los posibles nuevos vínculos familiares generados.
Ahora, de vuelta a la revisión de conceptos y con referencia al tema de
la familia, publicamos el artículo Análisis de las perspectivas teóricas
sobre la noción de violencia, y su relación con la violencia intrafamiliar,
de los investigadores Juan Gabriel Carmona Otálvaro y Jorge Iván
Jaramillo Zapata. Encontramos aquí un llamado a la rigurosidad que
como lo hicieron sobre el uso del concepto de empatía las investigadoras
Adriana Patricia Muñoz Zapata y Liliana Chaves Castaño, alude a las
diversas concepciones desde las cuales se puede hacer uso de nociones
que se han hecho cotidianas en el trabajo psicológico y cuya carga
simbólica depende de la comunidad lingüística en que se circunscribe.
Para el caso de familia y violencia desarrollado por los investigadores,
el panorama es abierto a las consideraciones de sentido y significación
que se otorgan y a la concepción de violencia intrafamiliar. El recorrido
que hacen los autores invita a dilucidar el sentido de la acción violenta
como función que permite cierto tipo de vinculación, única en cada
caso. Se pretende entonces favorecer el análisis de la acción violenta
que, como consideran Carmona y Jaramillo, es vinculante desde su
función y su intensión.
Saliendo de la temática clínica y de la revisión de conceptos que
encuentran relación con ella, presentamos tres artículos que aportan
a las ciencias sociales desde la filosofía y la estética Los discursos de
Poliméstor y Hécuba a partir de la metáfora aristotélica, La imagen el
indio Caribe y el español conquistador en Muy caribe está: un cuadro
de semejanzas y Martha Nussbaum: la relación entre literatura y
filosofía desde una perspectiva aristotélica.
En primer lugar el artículo del profesor Rafael Gonzalo Angarita
Cáceres Los discursos de Poliméstor y Hécuba a partir de la metáfora
aristotélica, nos presenta una aproximación a la metáfora en la
Retórica y en la Poética. Desde la revisión del uso de la metáfora en los
discursos de Poliméstor y Hécuba con el fin de lograr la persuasión; con
8
este trbajo se obtienen serias bases para argumentar la unidad entre
retórica y poética. Luego el investigador Wilson Andrés Cano Gallego
con su artículo La imagen el indio Caribe y el español conquistador
en Muy caribe está: un cuadro de semejanzas, propone el análisis de
la novela Muy Caribe está. En este trabajo se pone en relieve lo que la
literatura desde la ficción puede aportar al registro histórico de una
época y la relevancia que logra un autor colombiano en el escenario
de la novelística americana que registra los elementos culturales que
permiten establecer los rasgos diferenciadores entre los españoles y los
Caribes, donde el papel de la mujer Caribe no se encasilla en el estereotipo
de la mujer española de la época. Por su parte la investigadora Claudia
Patricia Fonnegra Osorio con el artículo Martha Nussbaum: la relación
entre literatura y filosofía desde una perspectiva aristotélica, aborda
el problema de la relación entre el discurso filosófico y el literario, lo
que permite que la literatura contenga un fondo filosófico que aporta
elementos para el juicio desde la creación de escenarios donde la
presencia de dilemas invita a la toma de decisiones que ponen en juego
la inteligencia práctica. Se abre entonces, con la literatura, un campo
de experiencia que ahonda en la formación humana por encima de la
formación estrictamente técnica o científica.
Con estos tres artículos se encuentra en este número de la revista
una apuesta por la formación humana desde el discurso filosófico y
el literario. Un puntal para ubicar esta publicación en el horizonte de
los aportes a la formación humana. Restan dos artículos que desde su
especificidad recurren a preguntas por elementos relacionados con
los procesos de formación; uno desde las reformas curriculares en la
educación básica y el otro desde la formación para la ciudadanía en las
universidades.
En la línea de las investigaciones sobre la organización de los
procesos de formación en al básica los autores Celia Carrera Hernández,
María del Rosario Piñón Durán y José Luis Aguirre Sáenz ofrecen el
trabajo investigativo Implementación del plan curricular 2011 en la
9
educación básica en México. Desafíos enfrentados por los profesores.
En él se observa con detenimiento el fenómeno correspondiente a la
implementación de los cambios curriculares en la educación básica
en México y el desfase existente con la formación y la experiencia de
los profesores. El trabajo de los autores logra pertinencia por fuera
de México, puesto que los procesos de reformas educativas emergen,
muchas veces, de unas prácticas legislativas que se presentan con
un carácter exógeno que no prevén las realidades de los procesos
desarrollados en la práctica docente. En el caso que aborda el artículo
se pretende determinar como hacen los profesores para implementar
la Reforma Integral de Educación Básica que al final resulta en una
tamización de lo que hacen profesores y alumnos con la propuesta en
su realidad particular.
Por su parte, los investigadores Ana Castro Ríos y Eugenio Saavedra
Guajardo presentan como resultado parcial de una macroinvestigación
el artículo titulado Los jóvenes universitarios y las contradicciones en el
ejercicio de ciudadanía. La indagación está orientada por preguntas sobre
los efectos de la formación universitaria en contraste con lo que su supone
esta debe lograr respecto a prácticas ciudadanas de representación y
participación. Los resultados invitan a pensar que los jóvenes universitarios
no experimentan el reconocimiento que de ellos hace la sociedad y por
ende se alejan de procesos de participación democrática, el mensaje
expreso en este trabajo alude a la carencia de los espacios para el ejercicio
de la ciudadanía desde las propuestas curriculares que proporcionen a los
jóvenes formación para el ejercicio de la ciudadanía.
Por último, y en una línea ubicada expresamente en la experiencia
estética ofrecemos también, en la presente revista, otro tipo de
aproximación al mundo en que devenimos. El trabajo que el profesor
Fredy Romero hace con su lente para captar algunas imágenes de
la naturaleza del sur de la América en la que discurrimos en estas
reflexiones tan humanas.
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es dirigir
mirada nueva a sí mismo
Katharsis–Institución Curarse,
Universitaria
de una
Envigado
Curarse, es dirigir una mirada
nueva a sí mismo
Juan David Nasio*
Traducido del francés por Héctor L. Bermúdez**
Resumen
Se presenta aquí, traducido del francés al español, un artículo escrito por Juan David
Nasio que fue publicado en el libro editado bajo la dirección de Alain Houziaux,
La psychanalyse peut-elle guérir? Una compilación en la que cuatro autores se
preguntan «si la exploración del inconsciente alivia los síntomas del sufrimiento
psíquico». Como se verá en este escrito, para Nasio no hay duda: efectivamente el
psicoanálisis puede curar. Justamente por lo anterior, se llevó a cabo la presente
traducción, como una divulgación de un autor sobresaliente, puesta al servicio de
profesores y estudiantes de psicología colombianos, algunos de ellos, interesados en
las posibilidades terapéuticas del psicoanálisis.
Palabras clave: Psicoanálisis; la cura psicoanalítica; Juan David Nasio
Abstract
Presented here, a translation from French to Spanish, an article written by Juan
David Nasio that was published in the book edited under the direction of Alain
Houziaux, La psychanalyse peut-elle guérir? A compilation in which four authors
wonder «whether the exploration of the unconscious relieves symptoms of mental
suffering.» As discussed in this paper, for Nasio there is no doubt: psychoanalysis can
actually heal. Precisely for the previous statement, was carried out this translation,
as a divulgation of an outstanding author, to the service for Colombians psychology
teachers and students, some of them interested in the therapeutic possibilities of
psychoanalysis.
Keywords: Psychoanalysis; psychoanalytic cure; Juan David Nasio
*
**
Psiquiatra y psicoanalista. Director de los seminarios psicoanalíticos de Paris. Director de
la colección Desir/Payot de las ediciones Payot.
Chargé de cours Sociología de la empresa HEC-Montréal.
Katharsis—ISSN 0124-7816, No. 16, pp. 11-25—julio-diciembre de 2013, Envigado, Colombia
11
Juan David Nasio
«¿El psicoanálisis puede curar?» Por supuesto, yo lo aseguro de
entrada: Sí, el psicoanálisis cura. Esto no es una opinión personal ni
una vaga impresión, sino una constatación establecida por numerosos
profesionales. Yo mismo, he tenido la satisfacción de haber tratado a
muchos pacientes cuyos problemas, a menudo graves, se han esfumado
definitivamente. La cura es un hecho que yo constato regularmente
desde hace más de cuarenta años en el ejercicio de mi oficio, recibiendo a
niños, adolescentes, adultos o parejas. La mayoría vienen a consultarme
por estar entregados a un sufrimiento que se ha vuelto insoportable.
Aquellos que consultan a un psicoanalista, lo hacen porque su vida,
o una parte de ella, está invalidada por el sufrimiento; vienen porque
sufren, no para hacer una experiencia intelectual. El psicoanálisis no
es un lugar de meditación, consuelo para el pensamiento; al contrario,
es una relación eminentemente afectiva, incluso apasionada, donde
aquello que domina es el amor, la frustración, algunas veces el odio,
y siempre lo inesperado. Es una relación hecha de emociones porque
es con la emoción que, analista y paciente, tendrán la posibilidad de
comprender, en la intensidad de su intercambio, cuál es la causa del
origen de sus sufrimientos.
Seguramente, el trabajo analítico no puede avanzar sin el concurso
del pensamiento y la palabra, pero no son, ni el pensamiento, ni la
palabra, los que finalmente aliviarán al paciente del mal que le agobia.
Para que pensamiento y palabra actúen, es preciso además, que éstos
sean animados por la fuerza de la emoción.
Aprender a quererse a sí mismo
El psicoanálisis alivia, no solamente porque logra suprimir los
síntomas de una enfermedad, y a menudo, la enfermedad en sí misma,
sino sobre todo porque consigue provocar un cambio profundo de la
personalidad del paciente. En efecto, el mayor éxito de un análisis es el
de modificar la actitud del analizante de cara a su sufrimiento, de cara
a sí mismo y de cara a los demás.
12
Katharsis
Curarse, es dirigir una mirada nueva a sí mismo
Para nosotros, los psicoanalistas, el ideal supremo es que el paciente
sufra menos —eso se sobreentiende—, pero fundamentalmente, que
sufra menos de manera sostenible porque habrá aprendido a conocer
mejor su sufrimiento y sobre todo a quererse mejor a sí mismo. Es un
asunto de conocimiento, pero también de amor, de autoconocimiento
y de amor propio. Me explico. Si el paciente alcanza a comprender
emocionalmente por qué sufre, veremos su sufrimiento aligerarse; si,
por el contrario, él no quiere saber nada, se crispa y se atrinchera en el
confort de un problema al cual se ha acostumbrado, entonces veremos
su sufrimiento agravarse.
En cuanto al amor propio, cuando un análisis es plenamente
eficaz, lleva al paciente a cambiar su visión de sí mismo y a amarse
diferentemente. El análisis le enseña a entrar en su mundo interior y a
descubrir una fuerza insospechada que se despierta en él, le sobrepasa,
y le dirige hacia el otro. Entrar en sí mismo, es encontrar la fuerza para
actuar fuera de sí, es hallar las ganas de ir hacia el otro. Quererse a sí
mismo después de salir de un análisis exitoso, no es pues complacerse
en un estéril amor propio, sino sentirse lo suficientemente seguro de
sí para no tener más miedo del otro. ¿Cuál otro? No el otro que me es
indiferente, sino aquél que cuenta para mí. El otro a quien yo temo y el
otro a quien yo amo. Amarse a sí mismo siendo feliz de ser ese que uno
es, conduce a librarse de ese miedo nocivo, frecuente entre nuestros
pacientes, el miedo de que el otro sea una amenaza: «Si yo lo quiero,
dirá el paciente, me va a dejar; si yo me entrego a él, va a abusar
de mí; y, si me le acerco, va a humillarme». Ese miedo insidioso,
tan presente en nuestros analizantes, representa el miedo asfixiante,
prisión imaginaria que solamente un repetitivo e incansable retorno
sobre sí mismo, operado muchas veces en el curso del tratamiento,
podrá abatir.
Aquí, yo quisiera hacerles escuchar la voz de Marguerite Yourcenar
cuando ella hace, justamente el elogio de la mirada luminosa dirigida
a sí mismo: «El verdadero lugar de nacimiento, escribe ella, es aquel
Katharsis—ISSN 0124-7816, No. 16, pp. 11-25—julio-diciembre de 2013, Envigado, Colombia
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Juan David Nasio
en el cual uno ha dirigido, por la primera vez un vistazo inteligente a sí
mismo»1.
En efecto, para muchos pacientes, el psicoanálisis es el primer
descubrimiento de sí, pero sobre todo —eso es lo que quiero señalar— la
primera experiencia en la cual, el descubrimiento de sí se prolonga en
un descubrimiento del otro, y más allá del otro, en un descubrimiento
de la belleza de la vida, de la belleza de las grandes y las pequeñas
cosas de la existencia. Lo importante, en psicoanálisis, no es solamente
descubrirse, conocer sus límites y amarlos, sino poder perdonarse
a sí mismo, ir sin temores hacia el otro y simplemente saborear la
oportunidad que tenemos de ser los actores y los testigos del tiempo
presente; la oportunidad, por ejemplo, que tengo en este instante de
olvidar mi cuerpo, de olvidar el mundo y de estar enteramente en el
acto de dirigirme a ustedes; y ustedes, en el acto de leerme.
Así, a la pregunta «¿El psicoanálisis puede curar?», yo respondo
afirmativamente. Desde luego, no cura a todos los pacientes, no alivia
a todos de manera completa y sin recaídas. Siempre quedará una
parte de sufrimiento que, en cualquier momento puede reactivarse, un
sufrimiento invencible inherente a la vida, necesario a la vida. Vivir sin
sufrimiento no es vivir.
«Sí, estamos de acuerdo, el psicoanálisis cura, pero ¿A qué precio?
¿Al precio de cuánto esfuerzo, de cuánto tiempo y cuánto dinero?»
He ahí los tres grandes reproches que se le dirigen corrientemente al
psicoanálisis: es un tratamiento largo, caro y doloroso. En efecto, un
tratamiento analítico puede durar varios años. Pero, si el tiempo de
un análisis es largo, es más porque el acceso al inconsciente es lento,
difícil, y porque exige de socios analíticos, perseverancia, paciencia y
flexibilidad de espíritu. Sin embargo, la duración de un tratamiento
depende de la gravedad de los problemas y de la manera que tiene el
psicoanalista de manejar la relación con su analizante. Personalmente,
1
14
Nota de Nasio: M. Yourcenar, Mémoires d’Hadrien, Plon, 1951.
Katharsis
Curarse, es dirigir una mirada nueva a sí mismo
yo practico ciertos tratamientos a adultos que pueden durar entre dos
y tres años. Cuando los pacientes consultan en pareja, para sobrepasar
una crisis conyugal, por ejemplo, yo fijo de antemano un calendario
de sesiones repartido en un periodo de unos seis meses. Si se trata
de un niño, yo no comprometo un tratamiento a menos que sea
verdaderamente indispensable; y en ese caso, dura en promedio entre
seis meses y un año y medio, dependiendo, repito, de la gravedad de los
síntomas.
El segundo reproche expresado en contra del análisis concierne a su
costo financiero. En este sentido, yo sé que emprender un tratamiento
reclama un esfuerzo pecuniario importante. Aunque nuestros
honorarios sean a menudo adaptados a las posibilidades del paciente,
de todas maneras, el presupuesto consagrado a un tratamiento de dos
sesiones por semana es, algunas veces, difícil. Pero este tipo de costos
cuenta relativamente poco en relación a las apuestas vitales por las
cuales se compromete un análisis: separaciones desgarradoras; duelos
inconsolables; problemas sexuales y de fecundidad; crisis de pareja,
relaciones dramáticas con un adolescente en dificultad; conflictos
profesionales graves o incluso depresiones con riesgo de suicidio. Es
preciso saber que el análisis es algunas veces el último recurso de
una persona desesperada y que la emergencia de un tratamiento es
para ella una cuestión de vida o muerte. Además, no se olvide que
algunos pacientes sin recursos pueden felizmente beneficiarse de un
tratamiento psicoanalítico en el marco de un dispensario o de diferentes
instituciones especializadas.
La última crítica está dirigida al carácter doloroso del tratamiento.
No cabe ninguna duda que en el curso de la terapia, el analizante
atraviesa periodos dolorosos y que le llega a pasar que deja nuestro
consultorio trastornado. Indiscutiblemente, durante el análisis tienen
lugar ciertas sesiones penosas, pero, desde luego, todas no lo son.
También nosotros compartimos con el paciente ciertos momentos
felices en los cuales reímos juntos, o inclusive unos momentos
Katharsis—ISSN 0124-7816, No. 16, pp. 11-25—julio-diciembre de 2013, Envigado, Colombia
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Juan David Nasio
tranquilizadores en los cuales el analizante toma placer al volver sobre
su historia, medir los progresos realizados gracias al tratamiento, y
proyectarse al futuro.
También hay otra objeción que se le dirige al psicoanálisis, y a la
cual yo quisiera responder. Más que una objeción, se trata de una
desconfianza. Algunos se preguntan si un psicoanálisis es peligroso,
si eso no arriesga a desestructurar al paciente o a desestabilizar su
vida familiar. Yo respondería citando las palabras que una analizante
me escribió recientemente después de una sesión: «En el trabajo que
usted hace conmigo, usted no destruye, usted no repara, usted no
remplaza, usted no ajusta, usted refuerza eso positivo que existe».
En efecto, el principio que me guía se puede decir en los siguientes
términos: el paciente, entregado a sus conflictos nocivos, debe
reencontrarse a sí mismo a partir de eso que él tiene y de eso que
él es. Mi objetivo no es el de remodelar su personalidad sino el de
enriquecerlo en sí restituyendo lo positivo que él ya tiene sin saberlo,
y me dispongo a enseñarle a quererse de manera diferente. Si, por
ejemplo, un artista, desde su primera consulta, e independientemente
del motivo que lo haya llevado a consultarme, me hace parte de su
temor de ver su inspiración agotarse en el curso del tratamiento, yo lo
tranquilizo enseguida afirmándole que yo no retiraré ni ajustaré nada
a eso que él ya es, sino que, al contrario, ensayaré de estimular en él
toda su potencialidad creadora.
He ahí las respuestas a las principales objeciones que se oponen al
psicoanálisis. Quisiera ahora abordar un último punto que yo resumo
en la siguiente interrogación: Una vez admitido que el psicoanálisis
cura ¿cuáles son los medios que se utilizan para lograrlo? ¿Qué es lo
que debe pasar precisamente entre el paciente y su analista para dirigir
el tratamiento hacia la vía de la curación? Desde luego, es una vasta
pregunta que merece un largo desarrollo, del cual me limitaré a señalar
los puntos esenciales.
16
Katharsis
Curarse, es dirigir una mirada nueva a sí mismo
La cura de un paciente, un enigma para el psicoanalista
Para liberar al paciente de sus síntomas y conducirlo a esa
reconciliación profunda consigo mismo, y por lo tanto con del otro,
es preciso, de entrada, que el terapeuta descubra el conflicto infantil
y reprimido, generador de los problemas. Pero, tal como ya he dicho,
esta operación intelectual no es suficiente. Hace falta además que
el practicante pueda sentir en él mismo, y eso sin dejarse afectar
personalmente, el antiguo dolor vivido por el paciente cuando él era
niño y del cual no tiene ya consciencia. Más exactamente, no se trata de
sentir el sufrimiento del cual se queja el paciente, sino el dolor olvidado
de su traumatismo infantil: sentir en sí eso que el paciente ha olvidado.
Nuestra dificultad, la de todo psicoanalista, es primero, lograr un
tal compromiso íntimo con el paciente sin dejarse afectar; y enseguida,
inmediatamente después de esa experiencia emocional, decirle al
paciente eso que probablemente él ha sentido cuando era niño, de
decírselo con palabras sencillas y expresivas y llevarlo a vivir de
nuevo, en el presente de la consulta, toda la intensidad de la emoción
olvidada. Es una experiencia compleja que hay que experimentar para
verdaderamente comprenderla.
Sin embargo, a nosotros los profesionales, nos pasa —y es mejor que
sea así—, que no comprendemos por qué algunos de nuestros pacientes
han visto mejorar su estado. El salto hacia la curación permanece
para nosotros, los psicoanalistas, un enigma insondable. No quisiera
limitarme a declarar que el psicoanálisis alivia sin también reconocer
nuestra ignorancia: nosotros no sabemos cuál es el soporte último
de la cura. Toda la teoría de Sigmund Freud, de Jacques Lacan, y de
todos nuestros maestros anteriores, puede ser considerada como una
inmensa tentativa de responder a la enigmática pregunta, una cuestión
que todos los psicoanalistas se hacen desde la última de un paciente, el
cual se vio por fin, liberado de su sufrimiento.
Katharsis—ISSN 0124-7816, No. 16, pp. 11-25—julio-diciembre de 2013, Envigado, Colombia
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Juan David Nasio
La pregunta que todos nosotros nos hacemos, después del último
apretón de manos, y una vez cerrada la puerta detrás de aquél que no
será más nuestro paciente, es la siguiente: ¿Qué fue lo que pasó para
que él vaya bien ahora? ¿Cuál fue el verdadero agente de su alivio? Al
final de cada tratamiento, yo me hago siempre esta misma pregunta sin
jamás encontrarle una respuesta definitiva.
Es por eso que el mejor lema que puede darse un psicoanalista,
resuena al eco del célebre adagio de Ambroise Paré. Nuestro sabio
constataba: «Yo lo cuido, Dios lo cura»; yo diría: «Yo escucho a mi
paciente con toda la fuerza de mi inconsciente, y es lo Desconocido
quien lo cura».
Una hipótesis para explicar el mecanismo de la cura
Quisiera ahora responder más precisamente y más largamente a la
pregunta suscitada arriba, a saber, eso que debe pasar entre el paciente
y su analista para conducir un tratamiento hacia la vía del alivio.
Yo creo que la particularidad del psicoanálisis consiste en lo
siguiente: cuando es exitoso, lleva al paciente a conquistar una nueva
facultad, una nueva capacidad psíquica, aquella de percibir en sí mismo,
al interior de sí mismo, la causa desconocida de su sufrimiento. Repito:
«percibir la causa de su sufrimiento». Sin duda, esa es una expresión
inhabitual porque más bien se diría: «comprender la causa de su
sufrimiento». Pero la facultad de percepción interior no es una facultad
intelectual que permita comprender racionalmente por qué se sufre. No.
Se trata de descubrir emocionalmente, y, yo ajustaría, visualmente, el
núcleo del dolor. Hacia el fin del tratamiento, esa «experiencia afectiva
de autopercepción» —como yo la llamo— se realiza, y tiene todas las
oportunidades de que el sufrimiento que ha obligado al paciente a
consultar, disminuya, incluso, desaparezca.
Preciso inmediatamente que ese gesto de autopercepción visual no
es solamente el resultado de un doblegamiento psíquico progresivo del
paciente, es también y sobre todo, un gesto aprendido en el corazón
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Katharsis
Curarse, es dirigir una mirada nueva a sí mismo
de la relación transferencial. Yo diría incluso, que la capacidad de
autopercepción adquirida por el analizante, le ha sido transmitida por
su psicoanalista. Un analizante no alcanzará jamás a entrar en sí, si el
practicante no le ha mostrado qué es eso que significa sumergirse en sí
mismo.
En efecto, al punto más agudo de una escucha concentrada, el
psicoanalista se sumerge en sí mismo, para percibirlo, en sí mismo —
insisto— el inconsciente del otro. Es en ese sentido que yo digo que
el analista es un educador, un maestro en el arte de autopercibir: él
enseña, en acto, al paciente el gesto de sumergirse en el inconsciente.
El analista se sumerge en su propio inconsciente para captar los
reflejos del inconsciente del otro… mientras que el paciente debe
aprender a sumergirse en su inconsciente para percibir la causa de su
sufrimiento.
Me es preciso recordar brevemente la respuesta dada por Freud a
una pregunta capital: ¿Cómo opera el psicoanálisis?
Freud pensaba que si analista y analizante alcanzaban juntos a
reemplazar el inconsciente por el consciente, a traducir el inconsciente
en el consciente, entonces la causa del síntoma perdía su poder
patógeno, y la cura —es decir la desaparición de los síntomas—resultaría
naturalmente, como beneficio anexo.
Subrayo esa expresión: «como beneficio anexo», porque ella recuerda
el célebre aforismo de Lacan: «la cura viene por añadidura». Que la
cura sea un «beneficio anexo» o que ella venga «por añadidura», es
para que el practicante lo entienda como una consigna que formularé
así:
Si quiere que la cura tenga alguna oportunidad de ocurrir ¡entonces
no la acose! Usted puede, por supuesto, esperarla ¡pero no se afane! No
se encargue usted de la cura. Mejor ocúpese de construir —en el aquí y
el ahora de la consulta— la relación con su paciente, y eso, con miras a
reemplazar el inconsciente por el consciente.
Katharsis—ISSN 0124-7816, No. 16, pp. 11-25—julio-diciembre de 2013, Envigado, Colombia
19
Juan David Nasio
O aun, para emplear el vocabulario de este texto, yo diría: «Ocúpese
de construir la relación con su paciente con miras a conducirlo a la
autopercibir su inconsciente».
A esa concientización —que yo llamo visual— del inconsciente, Freud
no renunció jamás. Se puede incluso decir que la evolución de la técnica
psicoanalítica no ha sido sino una sucesión de acondicionamientos
en vista de operar más seguramente el pasaje del inconsciente al
consciente. Al principio, Freud utilizó el método catártico2; después
de éste, el método de la asociación libre3, y, casi simultáneamente,
al descubrir el fenómeno de la transferencia4, hizo de éste un agente
terapéutico.
Que sea la catarsis, la asociación libre o la interpretación de la
transferencia, todos esos procedimientos perseguían un mismo
objetivo: hacer consciente el inconsciente comprendiendo bien que no
se trata de un acto intelectual que iría de la ignorancia al saber, sino del
resurgimiento de una emoción dolorosa y olvidada.
Autopercibir su inconsciente significa autopercibir su fantasma
Pero, es aquí que yo quisiera exponer mi tesis de la autopercepción,
la cual se inscribe en el trabajo de una investigación. Hasta aquí, he
hablado de autopercepción del inconsciente, pero de hecho, habría
debido decir: autopercepción de un fantasma. Yo considero que la
concientización visual del inconsciente o la revivificación de un acto
reprimido, no son sino unas maneras de designar una experiencia
esencial: la visualización de un fantasma.
20
2
Nota de Nasio: Se trata, para el paciente, de liberarse de las pulsiones y afectos que él ha
reprimido en su subconsciente y que son el origen de su sufrimiento.
3
Nota de Nasio: La asociación libre reposa sobre la relación espontánea de palabras, de
imágenes de recuerdos.
4
Nota de Nasio: La transferencia es el acto por el cual el analizante reporta sobre la persona
del psicoanalista un sentimiento olvidado, que ya había sentido en su infancia en relación
a alguien próximo.
Katharsis
Curarse, es dirigir una mirada nueva a sí mismo
Pero ¿por qué hablar de fantasma, y lo que es más, de visualización?
Habitualmente, y como vengo de decirlo, nosotros empleamos los
términos de emoción, de afecto, de sentimiento, o aun, de manera más
abstracta, nosotros hablamos de pulsión, de deseo, incluso de energía.
De hecho, todas esas intensidades afectivas no existen jamás en estado
puro, ellas son siempre la expresión vivida de una representación, en
general inconsciente, que nosotros llamamos: «fantasma».
Es preciso pues, saber que toda carga afectiva no es nunca vivida
como una emoción pura. Ella siempre aparece bajo la forma de
fantasmas, es decir de escenas imaginarias —repito: no siempre
conscientes— en las cuales intervienen lo más seguido, uno, dos, o tres
personajes, entre los cuales, frecuentemente, un niño; unos personajes
que ponen en escena un escenario de seducción sexual, de castigo o de
penosa humillación, o inclusive de abandono doloroso. Los fantasmas
son siempre situaciones de placer, de angustia o de dolor.
Pero la principal particularidad de estas creaciones fantasmáticas,
las cuales indestructibles, reinan en el inconsciente desde la infancia,
es su poder patógeno en nuestra vida relacional. Esos fantasmas,
esas escenas imaginarias, funcionan como unos filtros que deforman
socarronamente la percepción de nuestra realidad afectiva, y que son
el origen de nuestros conflictos más irreducibles. Es por eso que yo
diré que todo síntoma, todo sufrimiento, es la manifestación de un
fantasma inconsciente.
Por lo tanto, la acción del psicoanalista consiste en desalojar
los fantasmas dominantes en su paciente. ¿Cómo? Primero,
reconstruyéndolos racionalmente en la medida de los progresos
del tratamiento; luego, en el momento crucial de una consulta,
percibiéndolos en sí mismo, al interior de sí mismo —Freud había
hablado de «percepción endopsíquica del analista—; y, por último,
verbalizando al analizante el contenido de las escenas percibidas.
Katharsis—ISSN 0124-7816, No. 16, pp. 11-25—julio-diciembre de 2013, Envigado, Colombia
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Juan David Nasio
Así, el paciente, con ayuda de sus propios progresos en el tratamiento
e intervenciones del psicoanalista, alcanza a tener la experiencia de
percibir en sí mismo la escena fantasmada, a describir el contenido
y vincularla a circunstancias de su vida real. Si el analizante, en el
curso de una o varias consultas, llega a representarse y a nombrar el
fantasma, causa de su malestar, es probable que él fuera aliviado. Salvo
que él deberá efectuar otra tarea en las consultas que seguirán a la
autopercepción, a saber la perlaboración de esa experiencia, es decir
la integración progresiva de los contenidos fantasmáticos hasta ahora
reprimidos.
Es como si el psicoanalista, después de haber dado su interpretación,
dijera al analizante: «Ahora que yo le he entregado mi visión de su
fantasma inconsciente, cuénteme usted, la escena que percibe, y no
dude en hacerlo en las próximas consultas».
Observemos de nuevo que la autopercepción del fantasma no se
opera siempre en una sola vez. A menudo, esta experiencia es una
sucesión de múltiples micropercepciones discontinuas de la misma
escena presentadas bajo diferentes facetas.
Secuencia de la interacción psicoanalista-analizante
Esquema director del tratamiento
+
Percepción endopsíquica por el analista del fantasma dominante
en el paciente (el analista percibe, en él, el fantasma del otro)
↓
Interpretación analítica
↓
Autopercepción por el analizante de una escena fantasmada
↓
Perlaboración Supresión del síntoma
Quisiera ajustar una precisión importante que concierne a la
visualización de la escena fantasmada. Hay que comprender que la
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Katharsis
Curarse, es dirigir una mirada nueva a sí mismo
imagen del fantasma no tiene siempre la nitidez de una foto o de un
diseño figurativo. Ciertamente, el analizante percibe algunas veces su
fantasma como una película que sería proyectado delante de sus ojos,
pero la mayoría de las veces, es otro tipo de representación plástica lo
que aparece.
¿Cuál es esa representación? Quisiera explicarme tomando como
ejemplo el de los jugadores de ajedrez profesionales. Si usted les pide
qué es lo que tienen en mente cuando se concentran antes de hacer
sus jugadas, ellos declaran no ver la forma de las fichas; la imagen
figurativa de las propias piezas les sería más perjudicial que útil. Lo que
se representan no es el aspecto exterior de la ficha, sino su potencia, su
alcance y su valor, en una palabra: su función. Un alfil no es un pedazo
de ébano con una forma más o menos rara, es una «fuerza oblicua»;
la torre figura una «fuerza directa»; el caballero, una ficha que salta
y se mueve según una ley bien precisa, etc. Es por eso que, más allá
de las fichas, el jugador se representa el conjunto de la partida como
una composición de fuerzas, o mejor, como un tejido de relaciones
complejas entre potencias aliadas y hostiles. En suma, la actividad
mental de un jugador de ajedrez es un encadenamiento acelerado de
representaciones abstractas y no de representaciones figurativas.
Igualmente, diremos del analizante
fantasmada no es necesariamente una
distinta, sino más bien una impresión
percepción de la dinámica general de la
afectivas.
que su visión de la escena
imagen pictográfica clara y
de la situación global, una
acción y de sus intensidades
Así entonces ¿Cómo explicar que la visualización del fantasma
favorece la eliminación del síntoma? Por el razonamiento siguiente:
en lugar de oponer a las escenas fantasmadas, la brutalidad de una
represión ciega, se le opone la flexibilidad de un yo perceptor el cual,
iluminando la escena fantasmada, la expone al gran día, y le retira así su
virulencia. Poco a poco, el síntoma, despegado de su base fantasmática,
se debilita y puede incluso desaparecer.
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Juan David Nasio
Si ustedes aceptan concebir que el debilitamiento de los síntomas es
el efecto benéfico de la autopercepción del fantasma, podemos sacar el
corolario siguiente: el analizante, dirigido hacia el interior, encaminado
hacia un esfuerzo de visión interior, reproduce el gesto mental que el
psicoanalista ha efectuado cada vez que él ha percibido en él mismo el
inconsciente del analizante. ¡Qué mejor prueba de una transferencia
exitosa que aquella de ver al analizante reproducir eso que el analista
le ha enseñado: captar el inconsciente!
Se comprende desde entonces que todo análisis llevado a ese punto
es un análisis fundamentalmente didáctico, porque el analizante ha
aprendido a operar solo el acto analítico esencial, percibir en sí el
inconsciente; y a repetir espontáneamente ese acto llegado el momento.
Progresivamente, se desarrolla en el analizante una inteligencia
del interior, una intuición del adentro que no tiene nada que ver con
la introspección obsesiva, la autoobservación paranoide, o incluso,
la sensibilidad hipocondriaca. Al contrario, la intuición del interior
es un acto sereno. Es un acto hacia sí mismo que se repite muy
naturalmente al filo de las consultas, y prepara al sujeto a encontrarse,
una vez terminado el análisis, en las mejores condiciones para manejar
mejor las crisis, separaciones o angustias existenciales, las cuales,
inevitablemente se producirán una vez terminado el tratamiento.
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Katharsis
Curarse, es dirigir una mirada nueva a sí mismo
Referencias
Nasio, J. (2005). Guérir, c’est porter un regard neuf sur soi-même. En: A. Houziaux (dir.). La
psychanalyse peut-elle guérir? (pp. 67-92). Paris: Les éditions de l’Atelier.
Katharsis—ISSN 0124-7816, No. 16, pp. 11-25—julio-diciembre de 2013, Envigado, Colombia
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Fredy Romero, El sur: magia en El Calafate 1. Argentina, 2012.
Inconsciente,
palabra e imagen. Reflexiones
sobre
el uso del dibujo en la clínica
Katharsis–Institución
Universitaria
de Envigado
Inconsciente, palabra e imagen.
Reflexiones sobre el uso del dibujo
en la clínica*
Unconscious, word and image.
Reflections on the use of drawing in clinic
Nicolás Uribe Aramburu**
Resumen
Con base en los conceptos y teorías del Psicoanálisis Freudiano, de la Lingüística de
F. Saussure y de la Semiología estructuralista de R. Barthes, se describen y analizan
algunas de las principales diferencias y semejanzas entre los sistemas de significación
compuestos de significantes lingüísticos e icónicos. Se articula el inconsciente y el
dibujo con las propiedades del lenguaje, tales como la arbitrariedad y la multivocidad
del signo lingüístico, los usos singulares y el consenso social del significante,
mostrando la radical diferencia de la imagen y la palabra respecto a la disposición
lineal del conjunto de los signos y su carácter discreto. Se argumenta porque en el
trabajo clínico las imágenes y las palabras presentan una relación de cooperación y
no de exclusión, cuestionando la idea de que en el psicoanálisis el uso de otros medios
diversos a la palabra, tales como el dibujo, representa una desviación técnica.
Palabras claves: Inconsciente, imagen, palabra, lenguaje, significante, dibujo.
Abstract
Based on the concepts and theories of Freudian Psychoanalysis, linguistics of F.
Saussure and Structuralist semiology of Roland Barthes, it is described and analyzed
some of the main differences and similarities between the systems of significance
composed of linguistic and iconic signifiers. The unconscious and the drawing
*
**
Texto elaborado por el autor a partir de la revisión del capítulo 3 del Trabajo de grado
titulado: “Una mirada psicoanalítica sobre la función terapéutica del dibujo y la simbolización en algunos casos de maltrato infantil”, presentado en el año 2009 para optar al
título de Magister en Investigación Psicoanalítica, del Departamento de Psicoanálisis de
la Facultad de Ciencias Sociales y Humanas de la Universidad de Antioquia.
Psicólogo, Magister en Investigación Psicoanalítica, Docente e Investigador Fundación
Universitaria Luis Amigó, Docente Universidad San Buenaventura.
Katharsis—ISSN 0124-7816, No. 16, pp. 29-49—julio-diciembre de 2013, Envigado, Colombia
29
Nicolás Uribe Aramburu
are articulated with the properties of language, such as the arbitrariness and the
multivocity of the linguistic sign, the unique uses and significant social consensus,
showing the radical difference of the image and the word with regard to the linear
arrangement of set of signs and their discrete nature. It is argued that in clinical work
pictures and words have a cooperative relationship rather than an exclusion one,
questioning the idea that in psychoanalysis the use of various means to the word,
such as drawing, represents a technical deviation.
Keywords: Unconscious, image, word, language, meaningful, drawing.
Introducción
A continuación se presentan algunas de las principales semejanzas
y diferencias entre las funciones simbolizadoras de la palabra y
la imagen, es decir, de significantes lingüísticos e icónicos, tanto
desde el psicoanálisis freudiano como desde la Lingüística de F.
Saussure y la Semiología estructuralista de R. Barthes. Con base
en dicha comparación, se mostrará que en el trabajo clínico estos
medios simbólicos entran en una relación de cooperación y no de
exclusión, cuestionando y ampliando así la visión tradicional, dentro
del Psicoanálisis, según la cual en la clínica psicoanalítica el único
medio que puede ser empleado por el analizante es la palabra, pues
de otro modo se incurría en una supuesta desviación técnica, que no
promovería la actualización de lo inconsciente.
Lenguaje, imagen e inconsciente
Es bien sabido que los sistemas de significación por la imagen (entre
ellos el dibujo) constituyen uno entre muchos sistemas simbólicos de
signos, que expresan ideas, siendo posible compararlo y diferenciarlo
con otros sistemas de significación, como el lenguaje oral y escrito
(Freud,1898b; Saussure, 1945), con los cuales entra en una relación de
sustitución, relevo y complementariedad (Freud,1898b; Freud,1916b),
por lo que es posible hablar de un “lenguaje en imágenes” (Freud,
1898b: 106-7).
30
Katharsis
Inconsciente, palabra e imagen. Reflexiones sobre el uso del dibujo en la clínica
A pesar de que toda imagen es lenguaje, puesto que podemos
formular en palabras lo que se representa, se piensa que ello obedece
a una transposición, pues los signos gráficos que componen la imagen
“no se refieren, por convención, a los de la lengua. Lo que expresan, lo
significan por ellos mismos y el relato o la descripción con la ayuda de
palabras, que damos de ello, resulta de una verdadera transposición”
(Widlocher, 1975: 69). Lo anterior implicaría entonces que la relación
entre lenguaje y escritura solo sería “el término de una evolución, pues
en el punto de partida la escritura sólo guardaba lejanas relaciones
con el lenguaje, de suerte que los signos gráficos en su relación con la
lengua se basaban en la imagen” (Widlocher, 1975: 70). Por ello, algunos
autores plantean que:
los signos utilizados en la antigüedad básicamente eran dibujos, esto es,
la pictografía. La escritura nacería del encuentro entre la cosa dibujada
y la palabra, de manera que tal sistema de notación del lenguaje tenía
un alcance limitado, pero en una etapa más avanzada, las imágenes se
articularían entre ellas en una sucesión coherente, de manera análoga
a las bandas dibujadas de los periódicos. La evolución de la escritura
depende pues de la evolución del signo gráfico, primero como ideograma
(símbolo de la palabra) y luego como signo fonético (símbolo de la sílaba
y luego de la letra). Ahora, habrían sistemas de escritura de alcance
limitado (símbolo matemático o la señalización caminera) y sistemas
de expresión más complejos (como la pintura o el dibujo del niño) que
pretenden figurar todo lo real (Widlocher, 1975: 74)
Para realizar la comparación entre palabra e imagen, y sus relaciones
con los sistemas preconsciente, consciente e inconsciente, vamos a
referirnos a las leyes de estos sistemas psíquicos y de significación, con
el ánimo de señalar algunas semejanzas y diferencias (Widlocher, 1975:
153; Uribe, 2009a; Uribe, 2009b; Uribe, 2011b, Uribe, 2011c) que nos
permitan establecer coordenadas para el uso del dibujo en la clínica.
Es bien sabido que Lacan articula lenguaje e inconsciente a
partir de ciertas semejanzas entre los mecanismos inconscientes de
condensación y desplazamiento y las figuras lingüísticas de la metáfora
y la metonimia, que lo condujeron a establecer la tesis de que “el
Katharsis—ISSN 0124-7816, No. 16, pp. 29-49—julio-diciembre de 2013, Envigado, Colombia
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Nicolás Uribe Aramburu
inconsciente está estructurado como un lenguaje”, con lo cual se ha
otorgado primacía a los elementos lingüísticos del significante (Lacan,
1953b: 83; Lacan, 1957: 191-2, 200-1; Lacan, 1960a: 317; Lacan, 1966a:
8). Sin embargo, tanto para Freud como para Lacan, el lenguaje en
imágenes tiene una importancia fundamental en el forjamiento de las
fantasías.
Empecemos recordando que lo inconsciente y el dibujo comparten
el hecho de estar compuestos por imágenes, y que su naturaleza visual
(representaciones cosa) contrasta con lo acústico de la palabra y de los
contenidos preconscientes/conscientes (representaciones-palabra). Es
que, según Freud (1915d):
la representación consciente abarca la representación-cosa más
la correspondiente representación-palabra, y la inconsciente es la
representación-cosa sola. El sistema Icc contiene las investiduras
de cosa de los objetos, que son las investiduras de objeto primeras y
genuinas; el sistema Prcc nace cuando esa representación-cosa es
sobreinvestida por el enlace con las representaciones-palabra que le
corresponden (p.198).
Este punto de vista Freudiano, presente en diversos textos
(Freud,1895a; Freud,1898b; Freud,1910k; Freud,1923a; Laplanche,
1993), es importante para nosotros, pues nos indica que al examinar
el dibujo desde el Psicoanálisis hay que diferenciar entre los principios
de los sistemas de significación que se componen de signos icónicos
y los que se componen de signos lingüísticos, pues solo así podemos
entender las relaciones entre estos sistemas y los sistemas psíquicos
inc/prec/conc (Widlocher, 1975; Uribe, 2009b; Uribe, 2011b).
En ese sentido, recordamos que para Saussure (1945) los principios
fundamentales del sistema del lenguaje son: 1) la arbitrariedad del
signo lingüístico y su carácter convencional, 2) la disposición lineal del
conjunto de los signos, y 3) su carácter discreto. En cuanto al sistema
inconsciente, Freud señala que las leyes de este sistema descansan en
los siguientes rasgos: “ausencia de contradicción, proceso primario
32
Katharsis
Inconsciente, palabra e imagen. Reflexiones sobre el uso del dibujo en la clínica
(movilidad de las investiduras), carácter atemporal y sustitución de la
realidad exterior por la psíquica” (Freud, 1915d: 184).
Teniendo presente estas leyes y principios de cada sistema (del
lenguaje y del inconsciente), pasamos a examinar algunas de las
principales semejanzas y diferencias entre la imagen y la palabra, para
mostrar que tanto el dibujo como la palabra comportan una relación
esencial con lo inconsciente (Freud, 1898b; Freud, 1916b; Uribe, 2009a;
Uribe, 2009b; Uribe, 2011b, Uribe, 2011c), y que a menudo en el trabajo
clínico ambas formas simbólicas trabajan en relación de cooperación y
no de exclusión para favorecer los procesos de simbolización.
Arbitrariedad, multivocidad, usos singulares y consenso
social
Al hablar del carácter convencional del signo lingüístico, resulta
evidente que el consenso social apunta a reducir la arbitrariedad en
la relación del significante con el significado, pues es un hecho que el
significante lingüístico es multívoco y permite articular de manera
singular múltiples significaciones que el uso social no comparte (Freud,
1898b; Saussure, 1945; Barthes, 1964; Uribe, 2009a; Uribe, 2009b;
Uribe, 2011a; Uribe, 2011b).
En ese sentido, el signo icónico comporta un menor grado de
arbitrariedad entre significante y significado, pues, aun cuando las
imágenes también son sometidas a un consenso social (Barthes, 1964;
Uribe, 2009a; Uribe, 2009b) en ellas la semejanza de rasgos visuales
reduce tal arbitrariedad. Por lo demás, es obvio que a diferencia de la
palabra, la imagen tiene una capacidad expresiva diversa a la primera,
ya que al no ser exclusiva de ninguna lengua, no tiene barreras
lingüísticas (Widlocher, 1975; Uribe, 2009a; Uribe, 2009b).
Por otra parte, recordamos que al igual que el signo lingüístico,
el icónico también es multívoco y polisémico, pudiendo ser utilizado
de forma singular (Freud, 1898b; Barthes, 1964; Widlocher, 1975;
Uribe, 2009a; Uribe, 2009b). Por ello a menudo se utilizan imágenes
Katharsis—ISSN 0124-7816, No. 16, pp. 29-49—julio-diciembre de 2013, Envigado, Colombia
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Nicolás Uribe Aramburu
sin código social, como en el caso de la fotografía, cuyo mensaje no
es connotado sino denotado (Barthes, 1964), o como sucede en el
cine, donde las escenas traumáticas generalmente son representadas
mediante imágenes sin palabras, para producir efectos enigmáticos,
dado que así resulta difícil captar el sentido o significado de los objetos
y de los gestos de los personajes, que así resultan inciertos (Barthes,
1964).
Lo anterior permite entender que la función del mensaje lingüístico
en las imágenes, es decir, la prosopopeya (Péninou, 1972) sirve para
fijar y anclar un sentido posible (Barthes, 1964), por lo que “se trata de
la descripción denotada de la imagen (descripción a menudo parcial),
o según la terminología de Hjelmslev, de una operación (opuesta a la
connotación)” (Barthes, 1964: 132). Pero la función de las palabras al
lado de la imagen también sirve para relevarla o complementarla, tal
como se observa en las caricaturas y cuentos. Aquí palabra e imagen
pueden ser complementarias, pues apuntan a hacer pasar el mensaje de
la historia o cuento (Barthes, 1964).
Pero con el uso de palabras en las imágenes se pierde la economía
de medios, por lo que se dice que la imagen es “perezosa”. Por ello
en publicidad se busca una articulación entre ambas, pero nunca se
encuentra una imagen literal en estado puro (Barthes, 1964; Péninou,
1972). Otra forma de fijar la significación es la repetición de imágenes
mediante las cuales se intenta resaltar un sentido posible (Widlocher,
1975; Péninou, 1972).
En cuanto al inconsciente, que trabaja con representaciones-cosa,
con imágenes, en ellas la arbitrariedad entre significante y significado
es mayor, dado que, según Freud, estos signos no guardan relación
con la realidad exterior sino con la realidad psíquica, y por ende no
se articulan con los códigos sociales que establecen los usos comunes
de los signos, tal como sucede con el lenguaje y los sistemas de
significaciones basados en imágenes. De allí que Freud (1898b, 1915d)
hable de la multivocidad de lo inconsciente.
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Katharsis
Inconsciente, palabra e imagen. Reflexiones sobre el uso del dibujo en la clínica
Esto último no quiere decir que lo inconsciente tenga un sentido
oculto, sino que lo inconsciente se presta para ser articulado a múltiples
sentidos cuando se liga a otras representaciones (Laplanche, 1993).
Esta es una de las razones por las cuales la organización del sistema
inconsciente no es totalmente igual a la estructura del lenguaje, ni
a la del dibujo u otros sistemas de significación por imágenes o por
signos lingüísticos, pues como vimos, estas últimas comportan un
carácter convencional basado en la relación con la realidad social que
no aplica en la primera, pues los procesos Icc no conocen miramiento
por la realidad social (Freud,1898b; Freud,1915d; Uribe, 2009a; Uribe,
2009b). Y es que al considerar que los contenidos del inconsciente no
tienen un sentido oculto, pues ellos mismos no tienen ningún sentido,
siendo restos con mayor o menor intensidad (Freud, 1915d), el estudio
del mismo no puede reducirse a una hermenéutica que busca descubrir
sentidos ocultos (Laplanche, 1989).
En cambio, detrás de las formaciones inconscientes circulan
significaciones singulares que no corresponden a significaciones
socialmente aceptadas, que permanecen ocultas y pueden ser develadas,
pues como formaciones de compromiso articulan (de forma más o
menos coherente) elementos y procesos inconscientes (que no son una
representación memorizada, sino desechos de procesos de inscripción)
y preconscientes conscientes (Laplanche, 1989; Freud, 1898b).
Sin embargo, señalamos que a pesar de que las leyes del inconsciente
y las de sistemas de significación como el dibujo no son iguales, el hecho
de que dibujo e inconsciente trabajen con imágenes permite entender
la propiedad del primero para actualizar las representaciones-cosa del
inconsciente.
Ahora, aun cuando el dibujo artístico sí tiene un carácter codificado
(Barthes, 1964), en el dibujo libre que se usa con los niños en el
trabajo clínico ya no puede hablarse de una codificación del mismo,
dado que el uso de las imágenes es singular, tal como lo afirmaban
los psicoanalistas pioneros en el trabajo clínico con niños (Klein,
Katharsis—ISSN 0124-7816, No. 16, pp. 29-49—julio-diciembre de 2013, Envigado, Colombia
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Nicolás Uribe Aramburu
1927; Klein, 1929a; Klein, 1929; Klein, 1930; Klein, 1937; Klein, 1939;
Garma, 1943; Morguenstern, 1948a; Morguenstern, 1948; Garma,
1952; Milner, 1965; Aberastury, 1971; Widlocher, 1971; Winnicott,
1972; Freud, A., 1975; Nejamkis, 1977; Winnicott, 1980; Dolto, 1986;
Rodulfo & Rodulfo, 1992; Scheneider, 1996; Rodulfo, 1999; Levin,
2005). Claro está, excepto cuando el dibujo es usado como test, pues
allí la interpretación del dibujo ya está predeterminada en un manual
(Anastasi, 1968). Es que el dibujo artístico intenta reproducir un objeto
o escena mediante transposiciones reguladas históricamente, como el
uso de la perspectiva, del estilo, que exigen un aprendizaje (Barthes,
1964). Sin embargo, la lectura de tales imágenes varía de individuo
a individuo, por lo que en publicidad y en el arte, las significaciones
posibles están pensadas de antemano, de modo que las lecturas no sean
totalmente anárquicas, de allí que aparezcan imágenes con palabras
que intentan fijar los posibles sentidos (Barthes, 1964).
Al respecto, recordamos que el dibujo libre en el niño es diverso,
pues allí no prima el interés estilístico, de perspectiva, etc., sino sobre
todo su intención significante que no está fijada a priori en un código.
Así, por ejemplo, a menudo el niño se vale de su pensamiento simbólico,
inconsciente, para introducir, sin saberlo conscientemente, símbolos
que ayudan a contar el cuento (Widlocher, 1975; Freud, 1898b), los
cuales, a pesar de ser usados típicamente por los niños, sin embargo, no
pueden ser descifrados según una clave de significados consignada en
un código analógico, dado que su uso también es particular, por lo que
se requiere de las asociaciones de pensamiento del niño para esclarecer
los simbolismos y el dibujo en general (Widlocher, 1975).
Por ello, en los dibujos hay que ir más allá de los signos manifiestos
que participan del mundo imaginario y simbólico del niño, para
hallar alegorías inconscientes en la historia que nos cuenta, y así
poder aislar los mecanismos inconscientes que emplea para expresar
desfiguradamente sus deseos, conflictos y temores que han sido
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Katharsis
Inconsciente, palabra e imagen. Reflexiones sobre el uso del dibujo en la clínica
rechazados de la conciencia y de los cuales no quiere saber nada
(Widlocher, 1975).
Debido a ello, a menudo la insistencia de ciertas temáticas resulta
inexplicable para el propio niño, aun cuando tales imágenes se refieran
precisamente a situaciones actuales o pasadas de su vida cotidiana y de
los cuentos que lee (Widlocher, 1975). Prueba del carácter inconsciente
de tales contenidos que aparecen en el dibujo, es el hecho de que se
exteriorizan según las leyes del mismo, de forma análoga al sueño, de
suerte que el tiempo y el espacio no operan de igual forma que en el
lenguaje, ubicado en el sistema preconsiente-consciente, por lo que
tales contenidos se articulan sin mayor miramiento por la realidad, y lo
imaginario se despliega ampliamente (Widlocher, 1975; Freud, 1898b;
Uribe, 2009a; Uribe, 2009b).
Ahora, en los dibujos, la ambigüedad, las incoherencias y la falta
de lógica, propias de las relaciones de los contenidos del inconsciente,
se producen en el momento de asociar libremente sobre el dibujo
manifiesto (Widlocher, 1975). Sin embargo, en la asociación libre o en
el sueño la estructura del lenguaje es diversa que cuando se lo utiliza
comúnmente (Freud, 1898b), pues no sigue los tres principios del mismo,
lo cual explica la ambigüedad, las incoherencias, la falta de lógica.
Por ello algunos piensan que esta articulación de representaciones de
diversa procedencia que llevaría al devenir consciente, es el punto más
complejo del trabajo analítico, pues estas representaciones-cosa no se
vinculan más que consigo mismas, dado que al devenir inconscientes
pierden la referencia original a la cosa y con ello la relación entre la
representación-cosa y la representación-palabra podría seguir siendo
arbitraria (Laplanche, 1993).
De allí que sea indispensable que el niño hable sobre lo dibujado para
develar su vínculo con lo inconsciente y para permitir que estos últimos
devengan conscientes (Widlocher, 1975; Uribe, 2009a; Uribe, 2009b),
pues según Freud (1915d) la sobreinvestidura de las representacionescosa por enlace con las representaciones-palabra:
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Nicolás Uribe Aramburu
son las que producen una organización psíquica más alta y posibilitan
el relevo del proceso primario por el secundario que gobierna en
el interior del preconsciente. Ahora podemos formular de manera
precisa eso que la represión, en las neurosis de transferencia, rehúsa
a la representación rechazada (cf. Pág. 177): la traducción en palabras,
que debieran permanecer enlazadas con el objeto. La representación
no aprehendida en palabras, o el acto psíquico no sobreinvestido, se
quedan entonces atrás, en el interior del Icc, como algo reprimido (p.
198).
En ese orden de ideas, dice Freud (1915d) que: “bien comprendemos
que el enlace con representaciones-palabra todavía no coincide con el
devenir-consciente, sino que meramente brinda la posibilidad de ello,
por tanto, no caracteriza a otro sistema sino al del preconsciente” (p.
198-99). Tenemos pues que ni el dibujar, ni el hablar por sí mismos
garantizan el devenir consciente de aquellos elementos inconscientes,
que se presentan desfigurados en las fantasías asociadas a los dibujos
y relatos (Freud, 1895ª; Freud, 1898b; Freud, 1910k; Freud, 1923a).
Estos medios simbólicos lo que permiten en primera instancia es la
exteriorización desfigurada de lo inconsciente, que puede o no ser
reconocido por el niño como producto de tendencias pulsionales propias,
pues en la fantasía es otro el que satisface tales deseos prohibidos o el
que padece los dramas.
Sin embargo, en el psicoanálisis suele considerarse que el enlace de
las imágenes con las representaciones-palabras resulta indispensable
para que finalmente se produzca el devenir consciente y la cancelación
de los síntomas, asociados al reconocimiento de tales tendencias
inconscientes (Freud,1915d; Klein, 1939; Lacan, 1953b; Lacan, 1953/4;
Lacan, 1954/5; Lacan, 1960a; Widlocher, 1975; Forrester, 1980; Gallo,
1989; Porret, 1994; Gallo, 1999; Ramírez, 2003;Uribe, 2009a; Uribe,
2009b).
Ahora bien, en la obra de Freud se encuentra un caso de una neurosis
obsesiva que relativiza esta última idea, pues allí Freud (1916c) habla
de un paciente al que “los productos del trabajo mental inconsciente
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Katharsis
Inconsciente, palabra e imagen. Reflexiones sobre el uso del dibujo en la clínica
no le devienen conscientes sólo como pensamientos obsesivos, sino
también como imágenes obsesivas” (p. 344). En este caso Freud indica
claramente las diversas relaciones que se establecen entre la imagen
y la palabra para exteriorizar lo inconsciente, al señalar que los
pensamientos y las imágenes obsesivas “pueden ir juntos o presentarse
de manera independiente” (p.344-5. Véase también Freud, 1898b: 1067). Veamos lo que dice Freud respecto a la relación de cooperación entre
la palabra y la imagen para exteriorizar lo inconsciente en este caso:
En cierta época, cada vez que veía a su padre entrar en la habitación, le
emergían, íntimamente enlazadas, una palabra y una imagen obsesivas.
La palabra decía: “Vaterarsch” (culo de padre), y la imagen concomitante
figuraba al padre como la parte inferior de un cuerpo desnudo, provisto
de brazos y piernas, al que le faltaban la parte superior del cuerpo y la
cabeza. Los genitales no se mostraban, y los rasgos del rostro estaban
pintados sobre el abdomen” (1916c: 344).
En este orden de ideas, destacamos el hecho de que respecto a este
síntoma Freud (1916c) enseña que la imagen obsesiva “es una evidente
caricatura” (p. 345), cuya función consiste en traer:
a la memoria otras figuraciones que, con propósito denigratorio,
sustituyen a la persona total por un solo órgano, por ejemplo, sus
genitales; trae a la memoria también fantasías inconscientes que llevan
a identificar los genitales con el hombre total, y giros idiomáticos en
broma como ‘soy todo oídos’” (p. 345).
Ello quiere decir que si la imagen puesta en función de caricatura
permite la exteriorización de fantasías inconscientes, que apuntan a la
satisfacción de un deseo denigratorio sobre el otro, es lógico considerar
que algunas imágenes dibujadas por los niños, en especial aquellos
que han sido objeto de maltratos, pueden promover la emergencia de
fantasías inconscientes que apuntan a la satisfacción de la agresión
vengativa sobre ese otro que ha maltrato al niño (Uribe, 2009a; Uribe,
2009b). En el caso Freudiano, el propósito denigratorio sobre el padre
se articulaba con el temor hacia este derivado de la sofocación de las
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tendencias pulsionales (Freud, 1916c), lo cual a menudo es interpretado
por el niño como una forma de maltrato (Uribe, 2009b, p. 186).
Respecto a este síntoma obsesivo, que se sirve de las imágenes,
Freud (1916c) muestra ciertas semejanzas con algunas caricaturas
francesas y también establece un paralelo con ciertas figuraciones
antiguas indicando “una total concordancia con la imagen obsesiva”
(p. 345). Así mismo, sobre esta correspondencia entre lo individual y lo
colectivo, Freud señala la relación entre el sombrero y la cabeza como
símbolo de los genitales –que permite la figuración de la castración– y
“el significado notorio bien conocido de las inscripciones que se hacen
sobre las paredes (grafiti)” (p. 346-7.), en los cuales “la cabeza estaba
destinada a figurar un miembro masculino” (p. 347).
En esa vía, Gavarenta plantea que: “Freud ubicó a la caricatura
como un medio para volver cómico a alguien o a algo, y estableció
que la caricatura opera por el rebajamiento del objeto sublime”
(Gavarenta, 2005, p.1), o, también, que la caricatura es una vía regia
“para cuestionar la identificación a lo sublime de esa autoridad, por que
produce el rebajamiento de la imagen” (2005, p.2). En ese sentido, esta
autora recuerda que “la emergencia de la risa en la cura fue recortada
por Cristina Marrone como un signo a ser leído por el analista, en
cada ocasión” (p. 1). Por ello propone que el dibujo del niño puede
ser utilizado como una vía para abordar el sufrimiento infantil (p. 1).
Además, esta autora recuerda que Lacan relacionó el dibujo con la
escritura cuando plantea que “el dibujo puede ser considerado, no sólo
como imagen del objeto, sino como escritura de su nombre, escritura
entonces de imposible de ser dicho” (p. 1. Véase también Glaze, 2001)
En síntesis, las imágenes por si mismas –o en conjunto con las
palabras– comportan una capacidad de actualización de los contenidos
inconscientes, razón por la cual los dibujos de los niños pueden
facilitar la exteriorización y elaboración de fantasías inconscientes.
Continuemos viendo entonces otros nexos entre la palabra, la imagen
y el inconsciente.
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Katharsis
Inconsciente, palabra e imagen. Reflexiones sobre el uso del dibujo en la clínica
Disposición lineal del conjunto de los signos y su carácter discreto
Al considerar que la escritura es una transposición gráfica
secundaria de la lengua hablada, de suerte que la naturaleza de los
signos es auditiva, se comprende por qué los lingüistas consideran que
estos signos se desarrollan en el tiempo y por ello la estructura de los
mismos representa una extensión mensurable en una sola dimensión:
es una línea (Freud,1898b; Saussure, 1945; Barthes, 1964), una cadena
significante dirá Lacan, que permite expresar relaciones causales,
sucesiones, semejanzas, comparaciones, entre otras (Lacan, 1949;
Lacan, 1953b; Lacan, 1953/4; Lacan, 1955; Lacan, 1957; Lacan, 1956/7;
Lacan, 1958a; Lacan, 1964/5; Lacan, 1966a; Uribe, 2009a).
En contraste, en los sistemas de significación por imágenes
(como el dibujo) este principio de linealidad no aplica de igual forma
(Saussure, 1945; Barthes, 1964), pues, aunque también forman un
conjunto coherente en donde los elementos (las imágenes) no solo se
aglutinan sino que guardan relaciones entre sí, en virtud del principio
de solidaridad que permite hablar de una estructura de las imágenes
(Barthes, 1964), en ellos los elementos se articulan por el principio de
espacialidad, según el cual los elementos son presentados de “golpe”,
simultáneamente, creándose una dificultad para expresar relaciones
causales o lógicas, tal como había observado Freud respecto del sueño
y el inconsciente (Freud,1898b; Widlocher, 1975. Véase también Uribe,
2009a; Uribe, 2009b).
En ese sentido, algunos autores consideran que “al carácter lineal
del significante lingüístico hay que oponer, pues, la espacialización
del signo ‘icónico’” (Widlocher, 1975: 84). De forma semejante, en el
inconsciente tampoco aplica este principio de linealidad, por lo que este
sistema también presenta esta dificultad para expresar tales relaciones
causales (Freud, 1915d).
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Nicolás Uribe Aramburu
Vemos entonces que, en contraste con el inconsciente, donde no
aplica el principio de solidaridad y por tanto no se puede hablar de una
estructura idéntica a la del lenguaje, en el lenguaje y en los dibujos sí
aplica tal principio, aunque a la manera de una cadena articulada, de
formas muy diversas.
Es que en el inconsciente reina el proceso primario, la movilidad
libre de las investiduras, que se opone al principio de solidaridad
de los elementos, pues allí los elementos subsisten sin influirse ni
contradecirse entre ellos. Y es que según Freud (1915d) el núcleo del Icc:
consiste en agencias representantes de pulsión que quieren descargar
su investidura; por tanto en mociones de deseo, las cuales subsisten
unas junto a las otras sin influirse y no se contradicen entre ellas (…)
dentro del Icc no hay sino contenidos investidos con mayor o menor
intensidad (p. 183).
Por ello, al contrario de los signos del lenguaje que se desarrollan en
coordenadas temporales, en el inconsciente las representaciones-cosa
no están ordenadas con arreglo al tiempo, no tienen relación alguna
con éste (Freud, 1915d. Véase también Freud, 1898b).
Ahora, tanto en el inconsciente como en el dibujo, tal posibilidad de
expresión de relaciones causales, sin el recurso a signos lingüísticos,
palabras, que sirvan de conectores de ideas, es dada por el recurso a
una serie de mecanismos, como el “miramiento por la figurabilidad”, la
condensación y el desplazamiento, o también mediante artificios, como
la sucesión o repetición de imágenes, que permite expresar relaciones
causales. Así mismo, el uso de la yuxtaposición de imágenes permite
expresar la alternativa, la semejanza o la oposición (Freud, 1898b;
Widlocher, 1975). Estos mecanismos y artificios dan a las imágenes la
apariencia de conformar una extensión lineal como la del lenguaje, de
modo que estas relaciones pueden ser expresadas de forma indirecta y
abreviada (Freud, 1898b; Widlocher, 1975).
Así pues, la disposición de los signos en los dibujos es vacilante,
pues solo sirve de marco para representar una escena (Widlocher,
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Katharsis
Inconsciente, palabra e imagen. Reflexiones sobre el uso del dibujo en la clínica
1975), de modo semejante a la disposición de las representaciones-cosa
en el inconsciente, que no tienen un lugar fijo, puesto que allí no hay
cadena significante. En ese sentido, lo importante del dibujo del niño
en la clínica es que “cuenta un cuento figurándolo con un conjunto de
signos imaginados” (Widlocher, 1975, p. 8), de manera análoga a las
caricaturas o comics, sin importar qué tan bien lo haga (1975, p. 94;
Kaes, 1987).
Esto último permite distinguirlo de la caricatura y del fenómeno
cinematográfico llamado travelling, en donde conscientemente se
busca figurar una acción, presentando partes de la misma en una
secuencialidad que intenta describir la escena como en una narración
(Widlocher, 1975). De allí que un estudio psicoanalítico del dibujo no se
centra en los medios técnicos que tiene el niño para dibujar, ligados a sus
aptitudes intelectuales, perceptivas y motrices, sino en sus intenciones
narrativas que están más asociadas a su historia dentro de la familia,
que a la maduración biológica, y en los mecanismos inconscientes
que permiten figurar pensamientos abstractos y relaciones causales
(Widlocher, 1975).
En lo referido al carácter discreto del significante, igualmente se
piensa que este principio no aplica en los sistemas de significación por
imágenes, pues estos, de modo semejante al sistema inconsciente, no
tienen una estructura binaria, de oposición (Freud, 1915d; Barthes,
1964). El hecho de que los contenidos Icc no se contradicen, no se
oponen entre ellos mismos, permite a Freud (1915d) decir que en el
sistema Icc “no existe la negación” (p. 183-4).
De allí que muchos lingüistas consideren que los sistemas de
significación por imágenes son rudimentarios con respecto a la lengua
y, por ende, le otorguen un estatuto inferior al de aquella (Barthes,
1964). Así mismo, algunos analistas consideran que el recurso a otros
medios diversos de la palabra, como son las imágenes, solo conduce
a lo imaginario tal como hemos indicado. Sin embargo, precisamente
el hecho de ser un sistema más rudimentario que el lenguaje, permite
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entender las posibilidades de articulación con el inconsciente, pues como
observa Freud (1915d), las palabras primitivas y las representaciones
cosa del inconsciente comparten el hecho de ser más multívocas que
las de los actuales niveles más desarrollados del lenguaje y del sistema
preconsciente-consciente, por cuanto son antitéticas, es decir, porque
contienen dos significaciones opuestas sin relación de exclusión (Véase
también. Freud, 1910c).
Por ello no hay negación en el inconsciente y puede darse la
transformación en lo contrario. Así pues, al entender que el sueño es una
vía regia para acceder al inconsciente por cuanto allí los pensamientos
inconscientes se expresan de forma multívoca, arcaica, regresiva (Freud,
1910c; Freud, 1915d), podemos comprender que otras formas, también
rudimentarias como el dibujo, permiten acceder al inconsciente, dado
que las formas de expresión son similares. En las palabras antiguas, la
forma de fijar el sentido que se quería expresar consistía en agregarle la
imagen del mismo. En cambio, según vimos, en el psiquismo, la única
manera en que las representaciones-cosa adquieren un sentido fijado
temporalmente es vinculándose con representaciones-palabra (Freud,
1915d. Véase también Freud, 1898b; Freud, 1910k; Freud, 1923a).
Sin embargo, aun cuando la imagen puede descomponerse en
elementos que parecen tener posibilidad de significación propia, estos
“no toman su representatividad más que de su pertenencia al conjunto”
(Widlocher, 1975, p. 85). De modo que, tal como lo señalábamos, el
principio de solidaridad de los elementos aplica en estos casos (Barthes,
1964), y por lo tanto, ya que la imagen también es arbitraria, polisémica
o multívoca, como el signo lingüístico (Freud,1898b; Barthes, 1964), la
diferencia entre ambos sistemas básicamente radicaría en el segundo
principio, pues “esta forma de lectura difiere radicalmente de la del
signo lingüístico y establece la especificidad del sistema de significación
propio de la imagen” (Widlocher, 1975, p.86).
Por ello se distinguen tres tipos de mensajes: 1) un mensaje icónico
simbólico, cultural, semejante a las significaciones consensuadas, 2) un
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Katharsis
Inconsciente, palabra e imagen. Reflexiones sobre el uso del dibujo en la clínica
mensaje icónico, perceptivo (que permite identificar los objetos), literal,
semejante al significante, y 3) un mensaje propiamente lingüístico en
el cual las palabras aparecen al lado de las imágenes (Barthes, 1964).
Ahora, ya que un sistema de signos que se ocupa de los signos de otro
sistema, para convertirlos en sus significantes, implica un sistema de
connotación, se piensa que la imagen literal es denotada y la simbólica
connotada, pues el mensaje literal es soporte del simbólico (Barthes,
1964). Lo anterior implica que:
a nivel del mensaje “simbólico”, el mensaje lingüístico guía no ya la
identificación, sino la interpretación, constituye una especie de tenaza
que impide que los sentidos connotados proliferen hacia regiones
demasiado individuales (es decir, que limite el poder proyectivo de la
imagen) (Barthes, 1964, p.132).
De allí que algunos autores piensan que sueño, literatura e imagen
comparten una forma retorica haciendo uso de la metáfora y metonimia.
Veamos:
De este modo la retórica de la imagen (…) es específica en la medida en
que está sometida a las exigencias físicas de la visión (diferentes de las
exigencias fonatorias, por ejemplo), pero general en la medida en que
las “figuras” no son nunca más que relaciones formales de elementos.
(Barthes, 1964, p. 138-9).
Aquí la metonimia opera por la continuidad o yuxtaposición de las
imágenes, mediante las cuales se transfiere el sentido de una imagen
abstracta a una concreta, o se realza una parte de un todo para expresar
ese todo, y la metáfora opera por sustitución de una imagen por otra
creando un nuevo sentido (Barthes, 1964; Péninou, 1972)
Conclusiones
Una vez que hemos establecido, desde el Psicoanálisis, la Lingüística
y la Semiología estructural, algunas semejanzas y diferencias entre las
leyes de los sistemas de significación compuestos de signos lingüísticos
y visuales, y sus relaciones con las leyes de los sistemas psíquicos Icc
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/ Prec / Ccia, propuestos por Freud, concluimos que, el dibujo, al
igual que la palabra, constituyen sistemas de signos que permiten una
transposición simbólica de una realidad sensible o imaginada, pero,
a diferencia del lenguaje, el dibujo impone a su trascripción una serie
de artificios estilísticos como la sucesión o yuxtaposición de imágenes,
permitiendo representar los propios dramas en una situación fantaseada,
donde el yo y sus objetos aparecen bajo un disfraz, de modo que su
uso permite la exteriorización, construcción y atravesamiento de los
fantasmas de los niños, en el marco del proceso clínico, lo cual, como se
sabe, permite la ligazón de los afectos, del monto o suma de excitación
que se divorcia de las representaciones de carácter traumático, gracias
al proceso psíquico defensivo de la represión, siendo entonces el dibujo
un sistema simbólico que favorece la simbolización, la rehistorizacion,
la resignificacion y la reintegración de lo reprimido al sistema psíquico
consciente.
Por lo anterior, el dibujo y la palabra representan medios
simbólicos que no solo tienen funciones expresivas, comunicativas,
psicodiagnósticas, sino también funciones simbolizadoras, elaborativas,
terapéuticas, de modo que en el marco de procesos clínicos, con niños
o con adolescentes y adultos, estos medios no se excluyen mutuamente
sino que, por el contrario, se complementan o se relevan en sus
funciones psicodiagnosticas y terapéuticas.
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Katharsis
Inconsciente, palabra e imagen. Reflexiones sobre el uso del dibujo en la clínica
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Cuerpo e Internet:
una aproximación
desde el psicoanálisis
Katharsis–Institución
Universitaria
de Envigado
Cuerpo e Internet: una aproximación
desde el psicoanálisis*
The Body and the Internet: an approach from psychoanalysis.
Herwin Eduardo Cardona Quitián**
Resumen
El presente trabajo surge del interés por comprender los cambios que ha sufrido
el cuerpo a partir de la influencia de las nuevas tecnologías de la comunicación,
especialmente la Internet. El objetivo es ubicar la estructura sobre la que se ha
organizado este dispositivo, logrando su anclaje en la vida cotidiana y las relaciones
sociales. El estudio se realiza a partir del psicoanálisis. Expone los aspectos de la
configuración humana que permiten el funcionamiento de la Internet y los impactos
que genera en el cuerpo.
Palabras Clave: Psicoanálisis, cuerpo, Internet, comunicación, tecnología, sujeto.
Abstract
This paper arises from the interest in understanding the changes undergone by the
body from the impact of new communication technologies, especially the Internet.
The objective is to place the structure on which this device has been organized,
making its anchoring in everyday life and social relations. The study was conducted
from psychoanalysis. It exposes the aspects of human settings that allow the
operation of the Internet and the impact it has on the body.
Keywords: Psychoanalysis, body, internet, communication, technology, subject.
*
**
El presente trabajo hace parte de la investigación titulada “El engranaje del discurso capitalista y sus efectos sobre el lazo social contemporáneo”, (2012), desarrollada a lo largo de
la maestría en Psicoanálisis, subjetividad y Cultura, para optar al título de Magister en la
Universidad Nacional de Colombia.
Licenciado en Psicología y Pedagogía (UPN), MG en Psicoanálisis, Subjetividad y Cultura
(UN). Docente de la Universidad Santo Tomás; docente de la UDEC. E-mail: [email protected]
Katharsis—ISSN 0124-7816, No. 16, pp. 53-78—julio-diciembre de 2013, Envigado, Colombia
53
Herwin Eduardo Cardona Quitián
Introducción
Las nuevas tecnologías de la comunicación han reconfigurado el lazo
social contemporáneo y las subjetividades. Si entendemos el cuerpo, no
como un dato biológico de entrada, sino como producto del discurso
social, es indudable que este también se ha transformado. El presente
trabajo surge del interés por comprender aquellos cambios que ha
sufrido el cuerpo a partir de la influencia de las nuevas tecnologías
de la comunicación, especialmente la Internet. Su objetivo es ubicar
la estructura sobre la que se ha montado este dispositivo, logrando
su anclaje en la vida cotidiana y las relaciones de los sujetos. La veta
teórica por la que se ha optado es la del psicoanálisis, pues algunos de
sus presupuestos sitúan coordenadas para comprender, por un lado,
los elementos estructurales de la configuración humana que permiten
que funcione con tanto éxito la Internet, y por otro, los impactos que
podría tener sobre el cuerpo del sujeto.
La metodología empleada para el desarrollo de esta investigación
ha sido de tipo histórico-hermenéutico, realizando un recorrido por
la emergencia de la teoría de la comunicación, a la luz de algunos
postulados del psicoanálisis. En primer lugar se analizan tres tesis
del psicoanálisis que dan luces sobre la estructura subjetiva en la
cual se cimientan las nuevas tecnologías de la información: la tesis
de la configuración subjetiva en el espejo y su consecuencia: habitar
otro espacio y otro tiempo. La tesis de la neotenia humana y su
consecuencia: el uso de prótesis. La tesis de la estructura binaria del
lenguaje y su consecuencia: el desarrollo del lenguaje binario aplicado a
la programación teleinformática. En segundo lugar, se sitúa el contexto
específico en el que surge la teoría de la comunicación, para comprender
desde allí los enunciados de este discurso en torno al cuerpo y las
relaciones sociales. A partir de estos presupuestos se evalúa el posible
impacto de las tecnologías de la comunicación sobre la constitución de
las nuevas corporalidades en la contemporaneidad.
54
Katharsis
Cuerpo e Internet: una aproximación desde el psicoanálisis
1. Algunas cuestiones de estructura
La estructura sobre la que se plantea el conjunto de la técnica, es la
misma que permitió al hombre todos los desarrollos tecnológicos desde
el invento de la lanza, hasta el de las bombas teledirigidas. Incluso la
escansión espaciotemporal que plantea la Internet, solo sería una fase
más de la configuración de un espacio (allá) y otro tiempo (después
o antes), que a manera de complejo ha construido desde siempre el
hombre para poder existir. Asimismo, el lenguaje binario, código a
través del cual circulan hoy todas las informaciones, mostraría en su
forma más elemental la estructura binaria del lenguaje, estructura a
la que el niño se aventura desde su más temprana edad, para poder
vincularse al discurso social. De esta manera, lo que sitúan ciertas
tendencias de la tecnociencia actual son, hasta cierto punto, verdades
sobre la estructura del sujeto, que se encuentran veladas tras la promesa
y la fantasía que instalan.
La captura imaginaria: la realidad virtual requiere de una
renuncia al espacio inmediato del sujeto, para aventurarse en otro
espacio en el que se configuran tanto el yo, las relaciones sociales, como
el contacto con el mundo. El sujeto en este juego virtual aparece en
otro espacio que no es el suyo (allá) y en otro tiempo, en la medida en la
que, más que jugarse en un ahora, se configura a veces en un después
y otras en un antes. Es evidente que la tecnología de la información
plantea una especie de inmediatez en la relación que establece el sujeto
con otros, pero es también una anticipación, en la medida en la que
confluye con el otro, con los objetos, o con el mundo ofrecido a través
de la red, antes de que en realidad pueda estar allá. Se anticipa así en
el mundo virtual, pero también su tiempo aparece como un retorno, en
tanto el mundo de las imágenes eterniza una forma de existencia sobre
la que vuelve para constatar, no solo su bella imagen, sino también su
eterna juventud.
Lacan revela en “El Estadio del Espejo”, la matriz primera en la que
se configura el yo: un complejo que ofrece el espejo al sujeto. Se trata
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Herwin Eduardo Cardona Quitián
de algo que ocurre en la vida del niño luego de que aprende a distinguir
el reflejo de su propia imagen en el espejo. Constituye un momento
de anticipación y júbilo, por cuanto el niño aún no logra coordinar
el conjunto de sus movimientos, “no tiene dominio de la marcha ni
postura en pie” (Lacan, 1987, p. 86), por lo que frente a su impotencia
real se aventura a configurar su imagen del otro lado del espejo, que le
ofrece un complejo integrador.
Este complejo virtual, al tiempo que le permite configurar su imagen,
le devuelve también la imagen del mundo y de los objetos, es decir,
aparece al mismo tiempo para el niño el yo, el mundo y los objetos,
por lo que en adelante tendrá que establecer las relaciones con estos a
través de un complejo virtual. Esta estructura lo condena a tener que
aprehender el mundo y los objetos del lado del espejo, configurando un
“conocimiento paranoico del mundo” (Lacan, 1987, p.87).
Se trata de una matriz simbólica en la que se constituye el sujeto, aun
antes de engancharse en la lógica del discurso, en la que el “yo [je]1 se
precipita en una forma primordial, antes de objetivarse en la dialéctica
de la identificación con el otro y antes de que el lenguaje le restituya en
lo universal su función de sujeto” (Lacan, 1987, p. 87). Esta matriz se
constituirá en el tronco de las identificaciones posteriores. En adelante
el yo quedará en una línea de ficción irreductible para siempre.
Este complejo especular le da existencia al cuerpo del sujeto en la
imagen, cuerpo fragmentado que se anticipa al espejo, que le ofrece
una imagen ortopédica; exterioridad que le es dada como Gestalt:
forma total, que “simboliza la permanencia mental del yo [je] al mismo
tiempo que prefigura su destinación enajenadora” (Lacan, 1987, p. 88).
Así pues, el sujeto queda envuelto en una imagen que lo captura,
con la cual se identifica, pero que además lo atrapa en su belleza,
constituyéndose en una imagen tanto formativa como erógena. Es
1
56
En Francés existe una diferencia entre el yo de la imagen (moi) y el yo de la enunciación
(je). En este caso Lacan se refiere al yo (je) de la enunciación
Katharsis
Cuerpo e Internet: una aproximación desde el psicoanálisis
decir, esta imagen le ofrece además una zona de goce, que es su propio
cuerpo proyectado en la imagen. Pero esa poca realidad en la que ha
quedado atrapado el sujeto, devela uno de los vértices de la realidad del
ser humano, a saber, la insatisfacción a la que queda condenado, toda
vez que de este lado del espejo queda él como ser inacabado, revelando
la prematuración de su especie.
Lo que muestra Lacan (1987) es el atrapamiento del sujeto, condenado
a las fantasías de su completitud:
El estadio del espejo es un drama cuyo empuje interno se precipita de la
insuficiencia a la anticipación; y que para el sujeto, presa de la ilusión de
la identificación espacial, maquina las fantasías que se sucederán desde
una imagen fragmentada del cuerpo hasta una forma que llamaremos
ortopédica de su totaIidad, y a la armadura por fin asumida de una
identidad enajenante, que va a marcar con su estructura rígida todo su
desarrollo mental (p. 90).
En adelante la identificación con su imagen se realizará por vía de
la ilusión que le ofrece el complejo virtual del espejo, que le apresa a
una existencia en otro espacio que no es el suyo, y con una imagen que
lo atrapa y lo enajena, por cuanto le ofrece la fantasía de completitud.
Asunto que la Internet no puede más que evocar, sobre todo en su
vertiente de las redes sociales, lugar que colma el tiempo del sujeto,
subrepticios en los que se pierde vía la imagen, bien de los otros o
de sí mismo, en las que queda capturado, por cuanto constituye una
instancia erótica.
La lógica de “El Estadio del espejo” revela que la matriz primera,
sobre la que se constituye el yo, el mundo y los objetos, es la del espejo.
Asunto que lo ha condenado a constituirse del lado de la imagen que
lo enajena, y en donde la Internet no sería sino una vertiente más de
aquella matriz especular, en la que trata de encontrar los objetos, el yo,
y el mundo, de lo cual se puede deducir que desde siempre el sujeto ha
estado condenado a construir un espacio de ilusión para configurarse y
anticipar su existencia, frente al estructural inacabamiento.
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Herwin Eduardo Cardona Quitián
La neotenia humana: la neotenia hace referencia a un estado
de inmadurez o de prematuración de un organismo. Dufour expone la
tesis de la neotenia propuesta por Bolk, y retomada por Lacan (1987) en
“El Estadio del Espejo”:
Esta relación con la naturaleza está alterada en el hombre por cierta
dehiscencia del organismo en su seno, por una discordia primordial
que traiciona los signos de malestar y la incoordinación motriz de los
meses neonatales. La noción objetiva del inacabamiento anatómico
del sistema piramidal, como de ciertas remanencias humorales del
organismo materno, confirma este punto de vista que formulamos
como el dato de una verdadera prematuración específica del nacimiento
en el hombre. (p. 90)
La tesis sobre la neotenia explica no solo el problema de la inmadurez
humana, sino que también muestra cómo se consagra la supervivencia
del hombre a la irrealidad, y al mismo tiempo, condena los actos
humanos a una irremediable ficción en la que se aventura no solo con la
pura imaginación, sino concentrando toda su fantasía en la realización
de un ser protético que lograría superar su estado de inmadurez. El
humano, frente a la insuficiencia de su propio cuerpo, recurrirá a la
creación de prótesis que le permitirán relacionarse con el mundo. Pero
estas prótesis, antes que nada, son entendidas como extensiones de
sí mismo, al menos así lo expone Freud (1988) cuando, al referirse al
asunto, concluye: “el hombre es un dios con prótesis” (p. 25).
De hecho, en “El Malestar en la Cultura”, Freud explica cómo todo
el movimiento de la civilización estaría encaminado vía la técnica, a
la creación de una serie de prótesis, que no solo intentarían resolver
la insatisfacción a la que se encuentran sometidos los hombres por
su estructural inacabamiento, sino que al tiempo lo convertiría
paulatinamente en Dios. Todo eso que la técnica le promete al hombre,
lo había puesto hace tiempo en manos de sus dioses:
Les atribuyó todo lo que parecía inasequible a sus deseos -o le era
prohibido-. Es lícito decir, por eso, que tales dioses eran ideales de
cultura. Ahora se ha acercado tanto al logro de ese ideal que casi ha
58
Katharsis
Cuerpo e Internet: una aproximación desde el psicoanálisis
devenido un dios él mismo… El hombre se ha convertido en una suerte
de dios prótesis, por así decir, verdaderamente grandioso cuando se
coloca todos sus órganos auxiliares… Épocas futuras traerán consigo
nuevos progresos, acaso de magnitud inimaginable, en este ámbito de
la cultura, y no harán sino aumentar la semejanza con un dios (Lacan,
1988, p. 35).
Freud preveía ya el camino hacia el que se conducía la técnica
moderna, quizá por el hecho de ser un lector asiduo de Goethe,
quien mostraba en el Fausto aquel recorrido en el cual, de la mano
de Mefistófeles, iba a desafiar las posibilidades de la ciencia. Podía ver
en su sociedad todavía industrial, el engrandecimiento que producían
las prótesis en el hombre que, sin embargo, por tratarse de prótesis
mecánicas, aún no se integraban por completo a su cuerpo. ¿Pero esta
similitud del hombre con Dios lo hace feliz? Advierte Freud (1988) que
el malestar no desaparecerá por la vía de la civilización y la técnica,
por más que lo prometa el progreso: “no debernos olvidar que el ser
humano de nuestros días no se siente feliz en su semejanza con un
dios” (p. 35).
La matriz binaria del Fort-Da: la teleinformática y la ingeniería
genética, insinúan que el cuerpo y la mente son reductibles al puro
código. La genética con el trabajo sobre el ADN, que desembocó en un
descubrimiento del mapa genético, asegura que toda la información
sobre la vida se encuentra allí consignada. Este asunto adviene en
una especie de mito sobre la posibilidad de manipular los genes para
generar cualquier modificación sobre la vida. Asimismo, la teoría de
la información logró generar, gracias al descubrimiento del lenguaje
de programación, una serie de posibilidades para traducir el mundo
en bits, lenguaje reducido a una lógica binaria (ceros y unos) en la
que puede traducirse todo lo existente. Así, encontramos que ambas
ciencias apuntan a lo más elemental del humano: el lenguaje.
El sujeto nos muestra que lo más elemental de su enganche con el
mundo simbólico, es esta relación de presencias y ausencias (ceros y
unos); estructura sobre la que aparecerán luego las demás palabras.
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Herwin Eduardo Cardona Quitián
Freud lo devela en “Más allá del principio del placer”. Allí demuestra
cómo dicha función, que denomina pulsión de muerte, se encuentra
presente desde los inicios de la incursión del sujeto en el lenguaje.
Dirigiéndose hacia este principio, que parecía contradecir el
principio del placer, por cuanto situaba una lógica en la que el sujeto se
apegaba a un displacer, con el que gozaba, Freud intentó argumentar
la existencia de una pulsión de muerte por diferentes vías. Una de ellas
remite a la experiencia de juego de un niño que apenas comenzaba a
articular sus primeras palabras.
Relata Freud cómo el niño tenía la costumbre de arrojar todos los
objetos de los que se apoderaba lejos de sí, mientras pronunciaba algo
como o-o-o-o-o, que en la traducción de la madre significaba Fortfuera. El juego del niño, que consistía en echar sus juguetes fuera, se
convirtió en una acción repetitiva, a partir de un carrete que tenía y
del que pendía una cuerda. De esta manera, a su juego del carrete,
se agregó un segundo momento luego de que, al aparecer, de nuevo
acompañaba su regreso de un: da-aquí.
Se trata de un juego de presencias y ausencias, de desaparición y
reaparición ligadas al pronunciamiento de estas dos palabras: Fort-da.
En las observaciones Freud pudo constatar que el juego del carrete se
concentraba más en el Fort-fuera que en da-aquí. Así, al juego del niño
se le sumó el hecho de que frente a la partida de su madre, aumentaba
la frecuencia de repetición. Así, “el niño se resarcía en el acto poniendo
en escena la misma desaparición y reaparición con los objetos que a su
alcance encontraba” (Freud, 1984: 166).
En la repetición del juego, Freud observa un principio que iría más
allá del principio del placer, en tanto el niño, al repetir el juego del
carrete, pone en acto algo que ha sido supremamente penoso para él.
Más aún cuando la acción que más repite en su juego del Fort-da es la
primera parte. Pero añade que es otro el motivo que ha llevado al niño
a repetir aquel juego penoso: se trata de la posibilidad que le ofrece el
60
Katharsis
Cuerpo e Internet: una aproximación desde el psicoanálisis
juego de no quedar ante la situación penosa de la partida de su madre
como mero sujeto pasivo, sino de poder asumir un papel activo. De
esta manera, al arrojar el juguete fuera, él puede ausentarse también
como su madre. Según Freud (1984), podría tratarse del intento por
satisfacer un impulso vengativo, que, frente a la ausencia de la madre,
significaría algo así como: “vete, ya no te necesito. Soy yo mismo el que
te echa” (p.167).
Lo que ocurre al final del juego, cuando al llegar la madre, en vez
de decir da-aquí, dice Fort-fuera, es que ha descubierto la manera de
simbolizar la ausencia a través del lenguaje, por lo que ya no necesita
su presencia. Esta matriz le permitirá integrarse al discurso. Ahora el
sujeto puede asumir un papel activo, el de separarse de la madre que,
no obstante, acarreará una consecuencia: al decir Fort, más que decirle
vete, le dice algo así como “me voy”. Es él quien, al llegar la madre,
puede repetir la acción que ella apenas realizaba; así reconoce no solo
que puede ausentarse por medio de la palabra, que representará su
ausencia, sino que además su existencia en el mundo simbólico queda
reducida a la ausencia misma.
Es a costa de su propia ausencia como el sujeto ingresa en el mundo
discursivo, es, a través del par significante Fort-Da (sobre el que se
montará todo significante), como el sujeto se relaciona con el lenguaje,
se trata de la nuda vida del significante: Fort-cero, da-uno, par de
ausencia-presencia en donde el sujeto logra una ex-sistencia. Pero este
par de oposiciones será resignificado más adelante, cuando el sujeto
a partir de la identificación con el Otro emerja como ser sexuado. Es
decir, este elemento que se encuentra en la estructura, al igual que
la identificación del espejo, se resignificará por vía simbólica y será
traducido en la lógica de la castración2.
2
La castración hace referencia a la diferenciación de los sexos por medio de un mismo elemento que cobra valor significante y que queda excluido para todos los miembros. Se trata
del falo como objeto que entra a reorganizar la serie de objetos de deseo, y que además
sería aportado por el padre como agente que priva del falo, al tiempo que lo dona.
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61
Herwin Eduardo Cardona Quitián
2. El auge de la cibernética y la producción del objeto
ausente
Una vez se han demostrado los aspectos estructurales sobre los que
se ancla la Internet en la subjetividad, a saber, el lenguaje binario, el
uso de prótesis y la alienación imaginaria, es necesario observar un
último elemento sobre el cual se organiza la subjetividad humana. Se
trata de la relación de objeto.
Para el psicoanálisis, la subjetivación es producto de la relación
entre el sujeto y el objeto de su deseo. Desde la teoría freudiana, se
trata de que en principio un sujeto es separado, cortado, de los objetos
parciales que desea. Tal es el caso del seno, las heces y el objeto genital.
Esta privación del objeto será experimentada por el sujeto como una
pérdida del objeto. En razón de esto, su deseo estará marcado por la
pérdida. Esto quiere decir que estará orientado por un objeto perdido.
El objeto perdido deja una huella que Freud denomina huella mnémica
y que encamina al sujeto hacia la búsqueda del anhelado objeto3. Lacan
reorganiza la teoría freudiana a partir de lo que denomina objeto a.
Se trata del objeto perdido del sujeto en su doble versión: como objeto
de deseo y objeto de goce. Es decir, un objeto que busca para lograr
satisfacción.
Podría decirse que la cultura está orientada desde los orígenes
a organizar el acceso a los objetos, (limitando el goce) y al mismo
tiempo, a producir suplementos del objeto (generando prótesis). El
objeto a ingresa en la lógica de la neotenia humana en el intento de
generar prótesis para superar su estado de inmadurez biológica. Puede
concluirse que toda prótesis es un intento por fabricar el objeto que
orienta el deseo del sujeto.
Observemos ahora lo que ocurre en el siglo XX con la producción
del objeto en el arte y la industria. Berman devela lo propio de la
3
62
Lacan (1994) va a decir que “El objeto se presenta de entrada como un objeto perdido. El
objeto es siempre el objeto vuelto a encontrar, objeto implicado de por sí en una búsqueda”
(p.28) Este objeto es el que va a señalar Lacan como objeto a
Katharsis
Cuerpo e Internet: una aproximación desde el psicoanálisis
modernidad a través de la frase de Marx: “Todo lo sólido se desvanece
en el aire”. Esta frase enuncia el punto fundamental sobre el cual se
asienta la producción capitalista, a saber, que cada objeto creado debe
ser relevado para que advenga otro nuevo en su lugar, por lo que toda
producción es evanescente.
Berman logra anclar en su análisis la verdad de la producción
capitalista: los objetos se hacen obsoletos rápidamente por lo que
deben ser relevados a través de la innovación constante y la producción
de lo nuevo. Así, el espíritu del hombre moderno se inscribe en
un desprecio de lo viejo frente a una exaltación de lo novedoso. La
modernidad implica un imperio de lo nuevo, por lo que todo se vuelve
viejo rápidamente, proceso constante de destrucción de lo viejo y
construcción de lo nuevo. De esta manera, todo lo que fue sólido hoy,
mañana será gaseoso (evanescencia del objeto).
Para Berman, la modernidad podría observarse a través de dos
procesos: modernización y modernismo. El primero hace referencia a los
cambios arquitectónicos, infraestructurales y tecnológicos; el segundo,
a los cambios culturales, expresados en las vanguardias del arte. En el
campo del arte se podría observar el espíritu que se encuentra en juego
en la modernidad: dadá, surrealismo y ready-made, serán expresiones
marcadas por la ruptura con los cánones tradicionales del arte. El
ready-made fue una de las expresiones más polémicas al desacralizar
el museo con objetos comunes producidos por la industria, que, una
vez sacados de su contexto inicial, fueron llevados como objetos de arte
autorizados por la firma del autor.
Producir nada: Duchamp, con su famosa Fountain (fuente4),
estalla en mil pedazos el santuario del arte. Por su parte Malevich instala
el nada-para-ver del arte contemporáneo, a través de su “cuadro negro
sobre fondo blanco” en sus dos versiones: el cuadro y el bloque blanco
que en una de sus caras sitúa el cuadrado negro. Según Wajcman, este
4
Un orinal llevado al museo
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Herwin Eduardo Cardona Quitián
bloque abriría la ventana del nada-para-ver permitiendo observar por
allí el objeto del siglo: la ausencia.
Wajcman ha logrado ver a través de aquella ventana instalada por el
Cuadrado negro sobre fondo blanco, que una vez extraído por Malevich
de una pared, nos muestra el estatuto del objeto que le concierne al
sujeto: la ausencia de objeto. El ready-Made había producido la nada, la
ausencia. Wajcman lo pudo ver claramente con las lentes de la teoría de
Lacan sobre el objeto a, objeto causa de deseo, objeto que falta. Un sujeto
cuyo deseo está dirigido desde siempre por la ausencia, por un objeto
ausente e irrepresentable. Malevich presenta este objeto estructural. Las
vanguardias transgreden el mundo de las representaciones para mostrar
que es posible producir nada, un objeto que muestra nada-para-ver.
El objeto del siglo había aparecido para anunciar el lugar hacia el cual
conducía la producción de lo nuevo: producción de una nada que desde
los orígenes había alentado el proceso de producción. La civilización se
había encaminado desde el inicio de los tiempos hacia una empresa que
produjera el objeto más perfecto, y este objeto es el objeto que orienta el
deseo del sujeto, un objeto perdido, un objeto que falta.
El descubrimiento del cero marca una ruptura en las matemáticas.
Se trata de un descubrimiento que revolucionará el cálculo y las
civilizaciones, abstracción que permitía realizar nuevas operaciones
para tratar de explicar el mundo. Este número aparece para marcar la
ausencia, ante la cual lo único que existía para señalarla era un espacio
vacío que se dejaba, y sobre el cual debían tener mucho cuidado los
escribas para no obviarlo. El cero había venido para darle valor a la
nada. Se trata de una cifra que representa una cantidad pero al mismo
tiempo la niega. A partir de allí podrá ser nombrada la ausencia. Esta
lógica del cero posibilitará siglos después la primera máquina de
calcular diseñada por Pascal, y con Leibniz dará paso a la aritmética
binaria. El sistema universal de Leibniz, terminará por imponerse a
partir de la máquina telegráfica, que ha logrado transmitir un mensaje
a partir de la lógica binaria.
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Katharsis
Cuerpo e Internet: una aproximación desde el psicoanálisis
Como vemos, la modernidad estuvo marcada por la aparición del
cero en Occidente; la ausencia habría hecho su carrera para advenir
luego como producción misma de ausencia. Hasta aquí se trataba de
un elemento referencial para señalar la nada, pero llegaría el momento
en el que se intentaría producir la nada misma, carrera impulsada a su
vez por algo más fuerte que cualquier intención racional. Se trata de la
búsqueda pulsional, de aquello que se encuentra en el sustrato del objeto
de deseo para todo sujeto, un objeto que falta, un objeto ausente. Desde
luego, el humano se las había arreglado para dar vía a esta búsqueda del
primer objeto, bien fuera produciendo objetos en su lugar, frente a los
cuales reaparecería el objeto ausente como efecto de la insatisfacción
obtenida con el segundo, o repitiendo la pérdida original como vestigio
de aquel primer objeto, instalando una suerte de lógica que decía algo
como “hubo una vez un objeto”. Pero esta economía psíquica del objeto
no se contentará con esto, pues la producción industrial ofrecía una
solución final: producir la nada, producir un objeto que falta. Solo la
producción de la ausencia podría convertirse en la prótesis fiel del
cuerpo-nada del neoteno.
La producción de objetos desde la edad de piedra hasta la de las
máquinas, había valido en cuanto suplemento del cuerpo inacabado del
neoteno, que, desde luego, enuncia una falta de cuerpo. La producción
capitalista logra organizar una economía sobre la base de la acumulación
de esta pérdida. En cada objeto se condensa un pequeño goce que
guarda el secreto del objeto de la apetencia humana signado desde el
origen por la pérdida misma. Pero esta pérdida se revertía ahora en
el valor del objeto-mercancía, un valor que se funda en el trabajo no
pagado al trabajador, pero que encubre el goce de haber fabricado
un objeto que ha perdido. Desde luego, el objeto condensa tiempo de
trabajo, como lo afirma Marx, pero también condensa la ausencia, toda
vez que el trabajador pierde no solo el objeto que produce sino el trabajo
no pago que se positiviza en este como valor: el trabajador pierde su
cuerpo por efecto de la explotación.
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Herwin Eduardo Cardona Quitián
Faltaba que apareciera el ready-made para mostrarlo. Si existen
tantas Fountains como Duchamp firmó, es justo porque se había
descorrido el velo del objeto-mercancía. De-secularizado, ahora el
objeto tenía un autor; desde luego no el trabajador que había invertido
tiempo de trabajo para producirlo sino la rúbrica del artista que al
firmarlo demostraba no solo la ausencia que se escondía detrás del
proceso productivo al negar al autor mismo, sino que dejaba claro
que detrás del objeto no había nadie, “sólo una perfecta máquina
producida a su vez por otras perfectas máquinas” (Wajcman, 2001, p.
63). El objeto común por fuera de su contexto perdía sentido, el objeto
descontextualizado caía en el sinsentido constituyendo la ausencia a
través de un nada-para-ver. Con esto el ready-made mostraba aquello
que se ocultaba tras el mercado del objeto, un mercado atiborrado de
imágenes, un todo-para-ver en donde el deseo queda congelado en
los objetos. Duchamp había anticipado el movimiento hacia el que se
encaminaba la producción por fuera de la lógica del ideal; el horror del
dios protético devolvía al neoteno hacia un momento anterior en la que
él devendría ángel al identificarse con un cuerpo negativado, y ahora
debería buscar producir aquel cuerpo identificado con la ausencia o,
como dice Pommier, un cuerpo angélico.
Cómo fabricar un ángel: el objeto perdido, que según Freud se
configura a partir de la privación de los objetos parciales que dirigen
el deseo del sujeto (seno, heces, pene), transita desde una lógica pregenital hacia una lógica genital. Lo que denomina complejo de Edipo,
tiene que ver con aquel momento en el que el sujeto ingresa en la
castración, que le permite simbolizar la pérdida de los objetos de su
deseo. Se trata de un momento en el que el sujeto se identifica con la
figura paterna para obtener una posibilidad de hacerse a los objetos de
su deseo en el futuro. Tendrá por lo tanto que postergar la satisfacción.
Pero la identificación con la figura paterna es el resultado de un proceso,
que tiene serias implicaciones durante el tránsito del deseo.
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Katharsis
Cuerpo e Internet: una aproximación desde el psicoanálisis
Volvamos de nuevo al asunto de que su deseo está signado por un
objeto del cual es privado. Este objeto quedará por lo tanto en el campo
del Otro y la posibilidad de adquirir el objeto supone un estado de
completud en el que es Uno con el objeto; lo que supone ser Uno con el
Otro. Este primer Otro es la madre del niño. Si el sujeto dirige su deseo
hacia el objeto que está en el campo del Otro-materno, lo que anhela
es una completud imaginaria. Esto es lo que denomina el psicoanálisis
incesto. Pero se trata al mismo tiempo de la identificación con algo que
no existe, pues el sujeto para lograr unidad con su madre debe suponer
que él es aquello que a ella le haría falta. Esta identificación del objeto es
considerada mortífera, pues se trata de una identificación con la nada
(objeto ausente). Es en razón de esto que adviene el padre5, como una
figura que al convertirse en simbólica (ideal del yo6), le da la entrada al
sujeto en el lazo social.
Si la técnica no desemboca en la utopía del dios protético es en la
medida en la que el patrón de identificación se encuentra ausente; así,
frente a la sustracción de los patrones de identificación, el neoteno
regresa a aquel estado inicial, único momento en donde puede decirse
que tuvo un cuerpo. Allí, junto al cuerpo de su madre, el neoteno
regresa a la identificación primordial, que por estar en el origen se
jugará siempre en el campo de las identificaciones. Algún día el cuerpo
de su madre fue el aposento desde donde se proyectó como aquello que
a ella le faltaba. Esta primera identificación con la falta de la madre
constituirá lo imposible de su cuerpo, pues al identificarse con el falo
de la madre, con aquello que le faltaría, ha designado su existencia
con un lugar imposible, y con un objeto inexistente. El neoteno se ha
identificado con la ausencia.
5
No se trata del padre del niño, sino del valor simbólico de un relato social que le es transmitido.
6
La figura paterna tomará diversos rostros en la historia, que se pueden señalar a través de
las distintas ideologías existentes. Lo importante, en síntesis, es que exista un ideal con
el cual el sujeto pueda identificarse, de lo contrario, quedará identificado con la nada del
Otro-materno (objeto ausente).
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Cioran (1988) en varios apartados de su obra se ha dedicado a exaltar
el valor de los judíos considerándolos como raza superior. Los judíos
representarían el principio y el fin de la potencia angelical del neoteno.
Para Cioran (1988), solo un ser superior hubiese podido vagar cuarenta
años por el desierto. Era menester que esos cuerpos fueran tan leves
como los de los ángeles. Los judíos serían la representación del cuerpo
flotante que identificado con la nada podía trasegar por el desierto por
tanto tiempo. Sin ley, desprovistos del significante de la identificación
materializado en el Decálogo, eran seres angelicales.
Los judíos representan desde entonces el horror humano de la
identificación con la nada, con la ausencia, pues la constitución de
ese cuerpo, que se supone haber tenido, señala el horror humano al
incesto. Si los judíos en efecto habían podido resistir en el desierto era
por la ausencia de cuerpo, lo cual denota que se trataba de un cuerpo
negativo, ausente, esto sitúa una identificación con la falta de la madre,
identificación mortífera por cuanto la madre no tiene falo. El odio a los
judíos, expresado tantas veces en la historia, señala el horror al incesto,
pero al mismo tiempo, el deseo, presente desde el origen de constituir
un cuerpo con la madre. Exorcizar esta tendencia era una empresa que
tenía como fin eliminar lo horroroso de la constitución humana. El
holocausto nazi habría traspasado la lógica del rechazo de la diferencia;
se trataba, más bien, de producir aquel cuerpo que por tanto tiempo
nos había horrorizado. Si los nazis no se sintieron avergonzados de la
solución final, fue porque su labor transcendió para ellos el exterminio
y se elevó a la potencia creadora del dios protético, última prótesis del
neoteno fabricada en los campos de concentración. Los nazis habían
logrado lo imposible: fabricar un cuerpo ausente, un cuerpo angelical, y
para hacerlo habían utilizado la potencia de la industria de producción
capitalista.
La obra de Wajcman “El objeto del siglo” será una apuesta por
encontrar dicho objeto en los objetos-del-arte; por eso Shoah, el film de
Claude Lanzmann, constituye según Wajcman el objeto del siglo XX.
68
Katharsis
Cuerpo e Internet: una aproximación desde el psicoanálisis
Este film de 9 horas logra mostrar el nada-para-ver de los campos de
concentración desolados, en donde lo único que habría quedado serían
testigos sin pruebas. Convirtiendo en testigo al espectador, Lanzmann
muestra la ausencia a través de su film. En adelante tendremos que decir
de manera nostálgica “hubo una vez un cuerpo judío”, testimonio que se
convertiría en delirio, toda vez que su prueba se asienta en la ausencia
misma de la prueba. Campos desolados… ¿cómo comprobar que por
allí habían pasado alguna vez miles de cuerpos judíos convertidos en
cenizas? La solución final devuelve el estatuto de cuerpo angelical a la
única raza capaz de soportar el horror del cuerpo ausente. Al hacerlo,
muestra el sustrato de la identificación primera del neoteno, pero al
mismo tiempo logra producir un cuerpo angelical. La carrera de la
producción del cuerpo angelical pasaría luego a manos de la cibernética.
Pero la producción de la ausencia, del cuerpo ausente, había sido
fallida, pues la fantasía de los nazis contemplaba la idea de eliminar
toda evidencia para que si algún día preguntaban por los campos de
concentración, pudieran decir que allí nunca había pasado nada:
“lo que tiene lugar aquí jamás tuvo lugar” (Wajcman, 2001, p. 220).
Enmarcada en una lógica totalizante, la economía sin resto reciclaba
cada desecho para la industria misma7.
Los campos de concentración eran campos de trabajo de muerte,
pero se trataba de una muerte planificada, trabajada, programada
y tecnicizada. Crimen de paz, como lo denomina Wajcman, que al
intentar pacificar el horror del cuerpo angelical, había descubierto los
medios técnicos necesarios para fabricarlo y al mismo tiempo para
olvidarlo. Se trataba de fabricar la muerte sin dejar rastro para no dejar
memoria. Si la potencia de la producción de las fábricas de muerte nazi
horrorizaba al mundo, era porque ponían de presente el peligro del
7
Wajcman cuenta cómo los problemas de la solución final tenían que ver con lograr hacer
entrar un cuerpo de dos metros en un féretro de cincuenta centímetros, o lograr descargar
diez toneladas de brazos en un vagón para tres. La cámara de gas habría venido como
modernización de la máquina de muerte. La producción industrial, a través de la modernización, había realizado lo que el arte anunciaba décadas atrás.
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Herwin Eduardo Cardona Quitián
dios protético, pero al mismo tiempo anunciaban el poder demiúrgico
que pasaría de la industria de la muerte a la programación cibernética.
“Las cámaras de gas son el lugar donde los cuerpos y la memoria
fueron precipitados en la era industrial.”(Wajcman, 2001, p. 224). Allí,
la producción de cuerpos angélicos, así como la producción de olvido
se convertían en la última utopía del hombre moderno: sin dios, y con
el horror que le causaba su cuerpo protético, la industria de producción
de la ausencia le prometía un desierto para vagar sin cuerpo, y vaciar la
memoria, realización de la idea de constituir un cuerpo con la madre,
de encarnar el objeto de su falta.
La utopía de la comunicación: según Breton (2000), la
cibernética se constituye en principio como un campo interdisciplinar
que buscaba unificarse a través de la modalidad de la red. Momento en
que los expertos tienen una fuerte influencia sobre la toma de decisiones
políticas y militares. La ciencia cibernética había emergido durante la
Segunda Guerra Mundial en donde el campo de las comunicaciones
militares y el espionaje configuraban un trabajo de codificación y
decodificación de mensajes que se enviaban de manera oculta, al
mismo tiempo que se diseñaban aparatos para hacer transparentes las
comunicaciones del enemigo.
Muchos de los exponentes de la cibernética, como Norbert Weiner
(1948), citado por Breton (2000), plantearon extender el alcance de la
cibernética al campo de la acción política y social. La cibernética estaba
dedicada a la “investigación de las leyes generales de la comunicación,
que implicarían fenómenos naturales o artificiales” (Breton, 2000, p.
21), toda vez que estos tienen en común “la existencia de relaciones”
(2000, p. 21). Weiner (1948), citado por Breton (2000), afirma que
la comunicación constituye un valor central para el hombre y la
sociedad, por lo que supone que todos los fenómenos del mundo visible
pueden comprenderse en términos de relaciones, de intercambio y de
circulación de información.
70
Katharsis
Cuerpo e Internet: una aproximación desde el psicoanálisis
El campo de la cibernética se funda sobre un componente
fundamental de lo humano: el vínculo social, las relaciones. De ahí que
en adelante se privilegien más las relaciones que lo que contienen. Pero
al suponer que las relaciones se expresan en el umbral de lo visible,
y que esta es la finalidad del comportamiento de los seres, comienza
a configurarse un campo de lo externo en donde no existe resto,
pues todo es susceptible de expresarse en términos de relaciones. En
últimas, como lo muestra Breton (2000), lo que subyace a la utopía de
la comunicación es la idea de transparencia.
La cibernética como un nuevo valor social en contra de la
devastación de las ideologías, surge también como antídoto a la
entropía, suponiendo que la información es totalmente opuesta a ella.
Se suponía que el reconocimiento de la importancia de los fenómenos
comunicativos lograría diferir localmente la entropía. Esto a su vez
iría configurando un campo global de unificación. De esta manera, la
utopía de la comunicación va a permitir configurar un campo global
superando las barreras nacionales a través de la unificación de la
información. Esto lleva a introducir un nuevo concepto de sociedad,
determinado por las informaciones y los medios de intercambio de las
mismas, lo que culmina con la noción de sociedad en red.
La idea de la cibernética, al plantear la reductibilidad de todo lo
existente a información, en su pretensión por hacerlo todo transparente
y al mismo tiempo no dejar resto, vacía al hombre de interioridad. Se
trata de un “ser sin interioridad y sin cuerpo, que vive en una sociedad
que no tiene secretos, un ser por entero volcado hacia lo social, que
sólo existe a través de la información y el intercambio, en una sociedad
transparente gracias a las nuevas máquinas de comunicar”(Breton,
2000, p. 52). Esta arquitectura del vínculo social, va a llevar a que el
vínculo mismo sea expulsado fuera de la relación, entrando así en la
lógica de las máquinas de comunicar. Esto instala una ruptura, por
cuanto aquello que permitía hacer vínculo y que estaba enlazado con
las ideologías, era excluido ahora del campo social, y de esta manera el
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vínculo con el otro quedaba reducido al yo ideal,8 campo de la imagen
en donde la identificación se juega a nivel de la falta de la madre.
Desde luego la utopía supone un espacio social transparente, en
donde el hombre es considerado un sujeto a partir de la actividad
del intercambio social, lo que permite al tiempo su universalización.
Ser digital, constituido por información y por lo tanto reductible a su
transmisión como mensaje. En esta lógica, el hombre se convierte en un
ser manipulable, operable y transferible, por lo que estar vivo equivale
a participar de un amplio sistema mundial de comunicación. En esta
medida, la particularidad misma de lo humano, el lazo social, ha sido
llevado al campo técnico de la comunicación, lo que a su vez genera una
suerte de desconfiguración del vínculo social. Se había colocado por
completo afuera lo que se jugaba a nivel de su subjetividad: el lenguaje
como intento de dar respuesta a su lugar dentro del deseo del otro y
destinado por ello a fracasar. Ahora se pone por entero en una lógica
del intercambio mediado.
El auge de la cibernética marca la última extensión protética del
humano. Poniendo afuera su cabeza, el fundamento del pensamiento
se convierte en mecanismo de comunicación masiva. El hombre ha
perdido la cabeza, y la computadora, así como otros dispositivos
mediáticos, vendrán al lugar de la articulación del lenguaje. En adelante
su relación con el otro9 estará mediada por estos dispositivos que
decodifican y recodifican la información. Las máquinas encarnaban
lo esencial del hombre: el lenguaje. El hombre encarnaba lo esencial
de la máquina: el cuerpo ensamblado y la reproducción mecánica del
discurso del Otro.
72
8
Existe en psicoanálisis una diferencia entre el yo-ideal y el ideal del yo. El primero corresponde a la identificación imaginaria del sujeto. El segundo a la identificación simbólica vía
los ideales de la cultura.
9
Me refiero aquí al otro como semejante. No al gran Otro, que Lacan escribe con mayúscula
Katharsis
Cuerpo e Internet: una aproximación desde el psicoanálisis
3. Efectos de la utopía de la comunicación en el lazo
social
ParaBreton(2000)lacomunicaciónseinstala como valorpostraumático
luego del holocausto. La pregunta que se hace va encaminada a explicar
por qué razón el tema de la comunicación funcionó tan bien. Afirma
que el éxito de la comunicación reside en que intervino en un plano de
vacío de los valores de los sistemas de representación política. Si la ética
protestante se había amalgamado con el capitalismo desde el siglo XVI,
de alguna manera estos valores habían comenzado a decaer en el siglo
XIX, dando origen a las utopías modernas, pero ahora estas utopías
demostraban no ser la salida. Se trata de un momento histórico en donde
los puntos de referencia se difuminan. El valor que aparece con la teoría
de la comunicación es el de la transparencia, vínculo entre la obsesión
por la transparencia y el asesinato en secreto. De alguna manera son dos
contrarios, pero vistos desde la lógica de producción de la ausencia, son
dos caras de la misma moneda.
El ser comunicativo se había fundado sobre la lógica de evitar
una pérdida y obtener una ganancia, por lo que se configura una
sociedad sin resto. Esto se hace posible, gracias a la construcción de
un hombre universal, racional y transparente. “La primera operación
consiste en separarlo de su cuerpo biológico para tratarlo como puro
ser de comunicación… hombre protegido de toda prisión del cuerpo,
de toda posibilidad de marcar su ser por medio de la filiación, un
hombre protegido del hombre por su superación, su exteriorización
en la comunicación” (Breton, 2000, p. 97). Si ya no había nadie allí
¿qué peligro representaba el semejante? Sin embargo, algo estaría
por venir, pues el rechazo del cuerpo pulsional,10 aquel que permite el
vínculo social, llevaría al advenimiento horroroso de los cuerpos en la
modernidad. La supresión del cuerpo pulsional, llevaría implícita la
10
El cuerpo pulsional hace referencia al cuerpo deseante que busca un objeto para su satisfacción. Al estar este objeto en el campo del Otro, y al estar organizado por medio del ideal,
el cuerpo pulsional obliga a hacer vínculo con el semejante para lograr la satisfacción que
busca. Esto es lo que se denomina la castración.
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misma lógica de la descorporalización llevada a cabo por los nazis en la
solución final. Producción del objeto-nada que, al eliminar al contrario,
reafirmaba la imagen aria ante el objeto ausente. Con la ausencia del
cuerpo, el asesinato queda cancelado, pues ¿cómo asesinar a un hombre
sin cuerpo?
Atrapado el neoteno en su propia imagen, está condenado a la
alienación imaginaria, pero por otro lado, dependiente del mundo
simbólico había añorado superar la condición humana, y la cibernética
ofrecía una salida: deshacerse del cuerpo pulsional para superar el
sufrimiento ocasionado por el fracaso inminente del goce.
La absorción del lazo social: la computadora había encarnado la
última “extensión de sí mismo” (Breton, 2000, p. 109), una que ofrecía la
posibilidad de transmutar su pensamiento a través del lenguaje, ahora
convertido en binario. La toma de decisiones había pasado a manos
de la máquina. Si la máquina decidía por el humano, el vínculo social
quedaba absolutamente determinado por el lenguaje binario y la lógica
de los procesos informáticos. Incluso aparecieron textos con títulos
como: “hacia una nueva máquina de gobernar”. El hombre había creado
la máquina, pero en la transmutación del lenguaje hacia la máquina,
esta última podía instalar ahora su dictadura sobre los hombres.
Como lo muestra Breton (2000), surgen varios campos de difusión
de la teoría de la comunicación. Por un lado, los campos disciplinarios y
la literatura, y por otro la ciencia ficción y los futurólogos. En los relatos
de los escritores de ciencia ficción hay uno que salta a la vista: “El sol
desnudo” de Isaac Asimov. Relata la vida de un planeta, Solaria, en
donde “todos viven solos, no hay ciudades sino propiedades aisladas,
y el encuentro físico es considerado como un verdadero tabú, y vivido
como algo insoportable (los médicos, por ejemplo, son consultados
a distancia, utilizando medios de comunicación)” (Breton, 2000, p.
109). Las interacciones se encuentran mediatizadas, de tal forma que
los dispositivos permiten, por ejemplo, “mostrarse” desnudo ante el
interlocutor, lo que no provoca ninguna molestia. Esto evita el asesinato
74
Katharsis
Cuerpo e Internet: una aproximación desde el psicoanálisis
y el daño que podrían generar los encuentros reales. Esta sociedad de
la comunicación había logrado evitar el asesinato a costa de aislar a
cada sujeto de los demás.
Entropía en la sociedad de la información: la pregunta
pendiente a esta altura es: “¿se concretó la utopía de Weiner?” (Breton:
2000, p.127) Desde luego todas las sociedades han sido sociedades de
la comunicación, pero la utopía supone que cada problema encuentra
solución en el enfoque racional de la comunicación. Weiner había predicho
que “si la información se convertía en una mercancía la entropía contra
la cual se suponía que lucharía se desarrollaría de una manera mucho
más devastadora aún” (Breton, 2000, 127) ¿Asistimos a la entropía
anunciada por Weiner? En una sociedad capitalista se exige que toda
relación de producción entre en la lógica de la mercancía, es decir, que
produzca valor. Así, lo que en otras sociedades había sido gratuito, ahora
hay que pagarlo. La cibernética había hecho posible la producción de
valor a través de la comunicación, ahora que había llevado el lenguaje a
la máquina. A partir de aquí podríamos decir que hablar es trabajar.11 Se
ha desvelado el estatuto del trabajador como ser hablante.12
Si el trabajador moderno se define por los intercambios
comunicativos, la denominada flexibilización laboral presenta al
nuevo proletario, no ya un trabajador asalariado ubicado en su sitio de
trabajo y dependiente del control espacio-temporal, sino un trabajador
vagabundo independiente del control espacio-temporal de la fábrica,
y dependiente de los intercambios y las relaciones espacio-temporales
del ciberespacio.13
11
Si antes era posible el intercambio social de la información sin ningún costo objetivado,
ahora todo intercambio por medio de los dispositivos mediáticos sería facturado según el
tiempo y la distancia. Esto implica que a mayor tiempo de comunicación, mayor plusvalía.
Y por consiguiente, a mayor cantidad de intercambios mayor plusvalía.
12
El ser hablante funciona a nivel de aquel que debe comunicarse sin importar qué diga. Por
tanto hablar genera plusvalor para aquellos que aprovechan la “libre expresión “del sujeto
en las redes sociales.
13
Si los muros de las empresas y las industrias se derribaron, y si los horarios se flexibilizaron fue porque la fábrica se trasladó a los hogares; ahora el tiempo de ocio es más productivo que el tiempo destinado a actividades de trabajo o estudio. En España existe un debate
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Conclusiones
Pongamos en tensión la idea fundamental que sostenía la utopía de la
comunicación: se trata de lograr generar mayores intercambios sociales
a través de la comunicación, lo que supondría un fortalecimiento del lazo
social. Pero el resultado fue opuesto, con los medios de comunicación:
prolifera el voyerismo social, mientras el individualismo y el aislamiento
marcan la condición de la sociedad contemporánea. Todo se muestra
en el espectáculo televisivo, en una especie de simulacro que lleva a
desrealizar el espacio de las relaciones cotidianas, concediendo mayor
valor a la tragedia televisada que a la comedia diaria.14
La utopía cibernética culmina con la absorción de lo más esencial
de las actividades humanas: el vínculo social. Con esto aparece un
mecanismo capaz de reabsorber cualquier idea y cualquier elemento
simbólico hacia el universo de las representaciones mediáticas, de tal
forma que el medio de comunicación “absorbe, como una especie de
‘agujero negro’, todos los mensajes y como mínimo deja en ellos una
marca indeleble” (Breton, 2000, p. 140).
Este espacio virtual genera la ilusión de liberación, de no estar
sujeto a nada, y de autodeterminación. Al mismo tiempo absolutiza el
control, generando una homogenización sobre los gustos y las normas,
y encerrando al sujeto dentro de sí mismo en un mundo imaginario. La
consecuencia de la virtualización de los cuerpos en su angelización, que
implica la negación de la condición sexual y la negación de la finitud y
la muerte, efecto que ha sido buscado desde siempre por los hombres,
quienes, como menciona Freud (2008) en El malestar en la cultura, se
ven amenazados por la finitud de su cuerpo.
sobre la generación NiNi: jóvenes que ni trabajan ni estudian. La pregunta es si acaso es
posible que en la era de la información existan jóvenes que ni trabajan ni estudian, o será
más bien que la transformación de la sociedad industrial trasladó la fábrica y la escuela a
los hogares.
14
76
Las personas parecieran insensibles frente a varias de las problemáticas que se presentan
a diario, como si se tratará de algo irreal, mientras aquello que ocurre en los reality show
pareciera conmoverlos por completo.
Katharsis
Cuerpo e Internet: una aproximación desde el psicoanálisis
Privilegiando la vida del contacto virtual, aparece una nueva
xenofobia, que no es ya “la de un pueblo frente a otros, sino la de un
individuo frente a los otros”, (Breton, 2000, p. 21), estadio del espejo
que atrapa al sujeto en una lógica de la agresividad, lo que como
consecuencia desemboca en el intento de eliminar al semejante, con
quien compite por el reconocimiento.
En esta tecnificación de las relaciones, el sexo se convierte en
una pornografía normalizada, espacio que constituye el voyerismo
absoluto. En una sociedad colmada de imágenes y publicidad, aparece lo
realmente horroroso: no hay nada-para-ver. Al igual que la vanguardia
ready-made y que la desolación de la Shoah, la proliferación de las
imágenes muestra por el revés la falta-de-gozar del mundo capitalista.
El hombre digital prescinde del otro, la sensación de omnipotencia
lograda gracias a los dispositivos mediáticos promete realizar sus
deseos sin moverse de casa y apenas moviendo un dedo. El dedo en
contacto con la pantalla sin ninguna clase de mediación, introducido
por Jobs, muestra en esencia al hombre moderno, un dios, que al señalar
o hablar obtendrá de inmediato lo que quiere. Entonces, si el hombre
moderno es dios y dios está muerto, se ha identificado con la ausencia,
pero por otro lado si cada uno es dios, es menester eliminar al otro. Si
la presencia física del otro constituye una especie de relación fóbica, es
porque su cuerpo no puede más que recordar aquel cuerpo pulsional
rechazado por la utopía de la comunicación. Eliminar el cuerpo del otro
será en esencia un mecanismo para proyectar en otro cuerpo lo que se
dirige hacia sí mismo. Si admitimos que aquí se juega la identificación
del sujeto con el falo de la madre, identificación del ser con la nada en
el mundo de las imágenes, obtenemos como consecuencia el rechazo de
la ley fundamental, a saber, la castración.
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Herwin Eduardo Cardona Quitián
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Fredy Romero, El sur: magia en El Calafate 3. Argentina, 2012.
cuerpo
en la psicología analítica
Katharsis–Institución UniversitariaElde
Envigado
El cuerpo en la psicología analítica*
The body in analytical psychology
Eliana Marcela Fernández Vanegas**
Resumen
El presente artículo condensa parte de los hallazgos del trabajo de grado Cuerpo e
intervención clínica: experiencias psicoterapéuticas en psicología analítica. Se
toman aspectos conceptuales relevantes de la primera, de cuatro categorías que
emergieron en las entrevistas realizadas a cinco analistas junguianos de Colombia
y el exterior, sobre las concepciones de cuerpo. Desde la investigación de corte
cualitativo con enfoque hermenéutico, además, encontrará una reflexión en torno
a la herramienta de Imaginación Activa en Movimiento, con el fin de mostrar un
acercamiento más vivencial a esta forma de psicoterapia. Dentro de los hallazgos
significativos se ratificó la idea de que hay un solo cuerpo en el que se viven todas las
transformaciones del alma, pero se habla de dos tipos de cuerpo a modo didáctico:
el primero, el cuerpo psíquico o cuerpo emocional y el segundo, el cuerpo somático.
Esto hace parte de lo que Jung llamó fenómenos psicoides.
Palabras Clave: Psicología Analítica, cuerpo psíquico, cuerpo somático, cuerpo
psicoide, Imaginación Activa en Movimiento, imagen psíquica.
Abstract
This article condenses part of the findings of the thesis: Body and clinical
intervention: psychotherapeutic experiences in analytical psychology. Relevant
conceptual aspects were taken from the first of four categories that emerged in the
interviews made to five Jungian analysts from Colombia and abroad, on concepts
of the body. From the qualitative research with hermeneutic approach will also be
found a consideration on the tool Active Imagination in Motion, in order to show
a more experiential approach to this form of psychotherapy. Among the significant
findings, it is ratified the idea that there is only one body in which happen all the
*
**
Este artículo se deriva del trabajo de Grado, Cuerpo e intervención clínica: experiencias psicoterapéuticas en psicología analítica, para optar por el título de psicóloga de la
Institución Universitaria de Envigado, presentado en mayo del 2013.
Psicóloga Institución Universitaria de Envigado, Egresada en Danza Escuela Popular de
Artes de Medellín, Diplomada en Arteterapia Integrativa Universidad San Buenaventura.
Email: [email protected]
Katharsis—ISSN 0124-7816, No. 16, pp. 81-95—julio-diciembre de 2013, Envigado, Colombia
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Eliana Marcela Fernández Vanegas
transformations of the soul, but two types of body are mentioned in a didactic mode:
First, the psychic body or emotional body and the second: The somatic body . This is
part of what Jung called psychoid phenomena.
Keywords: Analytical Psychology, psychic body, somatic body, psychoid body, Active
Imagination in Motion, psychic image.
“Jung entendió el cuerpo como la vasija alquímica donde se dan a cabo todas
las transformaciones y todas las coagulaciones del alma.”
Méndez1
Introducción
El propósito de este trabajo fue comprender la experiencia de los
analistas respecto del cuerpo en la psicoterapia o análisis junguiano,
para ello se indagó en las concepciones de cuerpo que tenían, en las
herramientas conocidas y aplicadas por éstos, dificultades vividas
y los efectos de sus intervenciones en sus pacientes. Este trabajo fue
importante por tres razones. La primera, poner a disposición de la
comunidad académica una manera particular de hacer psicoterapia que
en los medios universitarios es poco conocida, a excepción de algunas
universidades que han ido incorporando la asignatura de psicología
analítica; la segunda, porque por primera vez en la historia de Colombia,
hay un grupo de analistas formados por la Asociación Internacional
de Psicología Analítica IAAP, máximo estamento en esta corriente de
pensamiento, lo que facilita y abre caminos a la investigación, estudio
y profundización de esta mirada; en tercer lugar, desde que se fundó el
programa de Psicología en la Institución Universitaria de Envigado se
buscó integrar propuestas diferentes, en torno al ámbito interventivo
y esta investigación se sumó a este objetivo institucional como una
apuesta a la comprensión e interacción cuerpo–psique desde las
técnicas expresivas a través del arte y el movimiento.
1
82
Margarita Méndez, Psicóloga y Analista Junguiana venezolana. Hizo parte de los analistas
expertos entrevistados para esta investigación.
Katharsis
El cuerpo en la psicología analítica
Se encontró que el tema del cuerpo en la psicología analítica no está
circunscrito a una definición concreta y particular, sino que se rastrea
implícitamente en toda la obra de Jung. En este sentido, se amplifica el
tema desde conceptos como los arquetipos, los complejos, los aspectos
contra sexuales de ánima y ánimus. Se localizó, además, en diversidad
de mitos que hacen alusión al tema, en especial el mito de Asclepio,
el sanador herido, el cual brindó una imagen clara de la ruta a seguir
en el camino psicoterapéutico en el que desde esta mirada el sanador
sana sanándose. Aportes de autoras como Marion Woodman, desde
la práctica psicoterapéutica, con pacientes con problemáticas como
anorexia y bulimia, plantea una mirada alentadora de reconexión con
los aspectos femeninos psíquicos y con lo trascendente. También la
analista brasilera Denise G. Ramos trabaja el fenómeno de cuerpo psique
visto desde lo psicosomático, o Mara Sidoli las imágenes arquetípicas
y su formación en el self. Joan Chodorow, una de las primeras danza
terapeutas, ofrece un desarrollo en el tema de la imaginación activa
en movimiento, herramienta utilizada en la psicoterapia junguiana.
Chodorow (1997) en su libro Jung o la imaginación activa, condensa
los aportes en los que éste habla de cuerpo y psique, como fenómeno
que ocurre de manera interconectada y en constante comunicación,
cuando dice, “Lo que llamamos psíquico incluye las dimensiones física
y espiritual” (Jung, 1929, en Chodorow, 1991). Otra cita de Jung al tema
(Jung 1988): “No habría sentido si no existiese conciencia… y dado que
no hay conciencia sin cuerpo, no puede existir sentido sin el cuerpo”
(pág. 94).
La imaginación activa es el método que Jung utilizó para posibilitar
a la psique su expresión, más adelante fueron los postjunguianos
quienes desarrollaron y ampliaron este tema, algunos desde el
movimiento y otros desde otras herramientas, como el diario intensivo
o el Sandplay. En la indagación para esta tesis se halla un extenso
material bibliográfico, en su mayoría en el idioma inglés.
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Eliana Marcela Fernández Vanegas
Metodología
Esta investigación se centró en la experiencia de los psicoterapeutas
desde sus saberes y subjetividades. El trabajo de grado
metodológicamente está sustentado en la investigación cualitativa
a través del método hermenéutico, la técnica de recolección es la
entrevista a profundidad y la observación participante. Los hallazgos
surgen como categorías emergentes de acuerdo a los lineamientos de
Coffey y Atkinson (2003). Se contactaron a cinco analistas, una de
Venezuela, dos de Bogotá y dos de Medellín. Sus valiosos aportes y
experiencias enriquecieron y dieron vida a este estudio. Paralelo a ello,
al entrar en contacto con la herramienta de la imaginación activa en
movimiento por parte de la autora, se le dio forma al rompecabezas de
esta búsqueda de comprensión de cuerpo–psique.
Hallazgos
Las cuatro categorías encontradas en esta tesis fueron: La vasija
alquímica: Concepciones de cuerpo; Las herramientas: Mediaciones
de contacto; Incorporadas: Experiencias significativas; y Ordalías:
Desafíos en psicoterapia. A continuación se exponen los elementos
conceptuales que dan sustento a la primera categoría.
La vasija alquímica: Concepciones de cuerpo.
Fuente: Imagen del Rosarium Philosophorum, extraída del libro la Psicología de la
transferencia Jung 1983.
84
Katharsis
El cuerpo en la psicología analítica
Esta categoría recogió varios niveles de comprensión con relación
a la temática del cuerpo en la psicología analítica. Emergieron cuatro
subcategorías: el cuerpo en la psicoterapia, el cuerpo psíquico, el cuerpo
somático y cuerpo y género.
1. Cuerpo psíquico
Cuando en psicología analítica se habla de cuerpo se refiere
básicamente a que cuerpo es psique: cuerpo–psique o psique–cuerpo,
están en relación, comunicación e interconexión. No existe un punto
específico donde se pueda decir hasta aquí es lo físico y hasta aquí lo
psíquico o viceversa, no existe un comienzo o un final, sin embargo, para
darse a una idea, Jung hace referencia al concepto de energía psíquica,
entendida como totalidad. Dicha energía es la que permite que se movilicen
los procesos corporales por un lado y los procesos psíquicos por el otro,
esto es, las percepciones instintivas con las imágenes arquetípicas. De
allí la importancia de la imagen psíquica en la concepción de la psicología
analítica. Esto lo descubre Jung (2006) cuando dice:
Mientras lograra traducir las emociones en imágenes –es decir,
encontrar las imágenes en las emociones– me sentía calmo y seguro. De
haber dejado estas imágenes escondidas en las emociones, hubiese sido
despedazado por éstas. (…) Como resultado de mi experimento aprendí
cuan útil puede ser desde un punto de vista terapéutico, encontrar las
imágenes particulares que moran tras las emociones (p. 186).
Un ejemplo de ello, en el trabajo psicoterapéutico, es que el tema
de cuerpo psíquico, llega psiquisado, es decir, a través de una fantasía,
un pensamiento, un sueño o una imagen del paciente. Al respecto,
Quijano2 dice:
En la fantasía de un paciente, la imagen está impregnada de la fuerza
vital que proviene del instinto, de la zona inferior, del infrarrojo.
La imagen de esa fantasía, viene mucho más profunda, de lo que
inicialmente se puede pensar, no podemos decir –esa fantasía es solo
2
María Patricia Quijano Restrepo, Psicóloga y analista junguiana de Medellín. Hizo parte
de los analistas expertos entrevistados para esta investigación.
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un fenómeno psicológico– no, es un fenómeno global. Esa es una ruta
muy interesante en lo junguiano, constatar cómo lo instintivo y lo
arquetípico están en estrecha relación.
Se ilustró a través de la siguiente metáfora, que utilizó Jung y mencionada
por los analistas, la explicación de los fenómenos psicoides;3 un tema
emergente de máximo interés en este trabajo porque condensó la manera
como Jung mostraba esa dinámica continua entre cuerpo y psique.
Ver gráfica. Fuente realizada por la autora de este texto.
Quijano expuso de esta forma este concepto:
En el intermedio estarían todos los fenómenos psicológicos y
adicionalmente el fenómeno psicoide, que correspondería a las áreas
que se encuentran entre lo psíquico y la siguiente escala, tanto hacia
el infrarrojo o sea hacia el instinto, como hacia el plano espiritual;
esas áreas, son cuasi psíquicas, son áreas de transformación. (…) Jung
considera que los fenómenos psicosomáticos (…) se presentarían en
el área psicoide en lo tocante a la esfera del instinto, mientras que los
fenómenos paranormales se presentarían en la misma área psicoide
pero hacia la esfera arquetípica.
Lo que significa que lo psicoide es un área tránsito o puente entre
unos procesos y otros. Méndez4 brindó su explicación al respecto:
86
3
Para mayor información al respecto, consultar el libro El mapa del alma de Murray Stein e
Introducción a Jung de Eisendrath & Dawson.
4
Se transcribe la explicación que brinda la analista para explicar este tema.
Katharsis
El cuerpo en la psicología analítica
Tenemos una realidad que es más concreta, instintiva y que es de
alguna manera autónoma porque está vinculado con los aspectos
que Jung llama infrarrojos, el instinto materno, el instinto sexual y
los distintos instintos que nos habitan. Y luego, toda la gama que va
desde el rojo hasta el violeta con la gran variedad e inmensa variedad
de la experiencia humana posible, con la capacidad de vivir el cuerpo
emocionalmente, psíquicamente. (…)
Jung entendió el cuerpo como la vasija alquímica donde se dan a cabo
todas las transformaciones y las coagulaciones del alma. El cuerpo mismo
es la vasija alquímica, es propiamente el cuerpo humano, es decir, las
transformaciones se dan dentro de nosotros mismos y dentro de nuestro
cuerpo, debemos estar incorporados, metidos en nuestro cuerpo y no
disociados de él, porque en este caso no se puede dar la transformación
psíquica necesaria para poder desarrollar el proceso de individuación.
Lo que dieron a entender estas comprensiones es que hay un solo
cuerpo, llamado cuerpo psíquico o emocional, con un monto libidinal
o energético proveniente de las imágenes arquetípicas expresadas en
los instintos. Éstos, a diferencia del hombre con los demás animales,
permite que se haga una reflexión sobre los impulsos, actitudes y
comportamientos que están afectados por lo hormonal, como dice Stein
(2004): “La partie inférieure, es decir, el nivel somático de la psique,
está fuertemente influenciada por los procesos corporales.” (p.134).
Ahora, Jung habló de la forma como el yo vive ese cuerpo psíquico,
de un modo distinto a lo corporal totalmente, y tomó la escala de la
luz y el sonido para hacer la analogía, donde puso en el área de los
infrarrojos los instintos. A dicha área la llamó la inferior y la parte de
los ultravioletas, lo trascendente, la llamó la superior. Sin embargo,
no le puso categoría de valor o juicio a ninguna de estas dos áreas,
ninguna es mejor que la otra. Luego explicó que entre estas dos partes
hay un área intermedia, en la que se suceden todos los fenómenos
psicológicos, entre ellos el fenómeno psicoide que es un área límite; los
procesos psicosomáticos se dan en el área relacionada de lo intermedio
hacia la parte inferior, o sea a lo más físico e instintivo, y los fenómenos
paranormales se dan en el área intermedia o la parte superior, hacia la
consciencia, los arquetipos, el área de lo espiritual; ambas conectadas.
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Eliana Marcela Fernández Vanegas
2. Cuerpo en psicoterapia
La importancia de la observación del cuerpo mismo tanto del analista
como el del paciente, hace parte de lo que se llama témenos psíquico
o espacio de contención, en el cual ocurre el análisis junguiano. Para
explicar esto Henao5 parafrasea a Rafael López Pedraza:
Quien dice que un analista para poder atender todas las patologías,
todas las emociones, todas las imágenes, que llegan cargadas a su
consulta debe tener un cuerpo psíquico, es decir, poseer la capacidad
de contener las emociones propias frente a las emociones del paciente
y ¿eso por qué se llama cuerpo?, muy simple, porque estamos hablando
de emociones y ellas estas afincadas en el cuerpo.
En el proceso psicoterapéutico constantemente estos dos cuerpos
se comunican, en una relación que ocurre de manera básicamente
inconsciente y es ésta relación la que más hay que cuidar y estar atento
por parte del analista, porque es la que muestra lo que va ocurriendo,
acerca de los fenómenos contra–transferenciales que se puedan generar
entre paciente–analista. El témenos psíquico es una especie de espacio
creado para cuidar y proteger al analizado de sí mismo y del analista,
es la seguridad brindada por éste para que esa relación terapéutica
pueda llevarse a cabo en un espacio de contención emocional. Por esto
los analistas insistieron en que es necesario el que ellos conozcan su
tipología con respecto a la tipología del paciente, porque si hay una
tipología dominante hay una inferior o inconsciente que va a estar
haciendo “ruido”6, es decir, va a estar operando con mayor fuerza, de
forma inconsciente y se va a manifestar en el cuerpo.
Los analistas también nombraron otros aspectos importantes para
leer el cuerpo partiendo de la comprensión de que el cuerpo posee
memoria y en él se registra no solo la historia individual sino también
la colectiva, de allí la importancia en la anamnesis, de indagar a nivel
88
5
Lisímaco Henao Henao, Psicólogo y analista junguiano de Medellín. Hizo parte de los
analistas expertos entrevistados para esta investigación.
6
Expresión utilizada por uno de los analistas entrevistados, para referirse a cómo lo inconsciente se puede manifestar.
Katharsis
El cuerpo en la psicología analítica
personal por la historia familiar, de accidentes, cicatrices, observar
el tono de voz, los gestos, las posturas, que adopta el individuo en el
proceso, todo ello puede dar cuenta del tono emocional y de eso que
está ocurriendo en la vida del paciente, y a nivel colectivo estar al
tanto de cómo se propician o manipulan los nuevos acercamientos y
contactos humanos. Por ejemplo las comunicaciones virtuales, las
necesidades sociales, culturales y políticas de un individuo tienen y
están permeadas de su entorno social e influyen continuamente en esas
carencias o necesidades que el individuo pone en la psicoterapia, habla
de su cuerpo también, los espacios que habita, la manera de habitarlos,
las ciudades y los objetos y su relación con ellos.
3. Cuerpo somático
Lo somático tiene una naturaleza corporal que se diferencia de lo
psíquico. Se presenta de dos maneras. Salazar7manifestó que en los
trastornos psicosomáticos el síntoma orgánico es real y tiene una base
psicológica mientras que en los trastornos somatoformes se presenta
un síntoma orgánico sin correlación física, como en el caso de la histeria
freudiana. A su vez, el analista venezolano Eduardo Carvallo concibe y
explica de esta manera los fenómenos psíquicos:
Una cosa es el sufrimiento que se traduce en una depresión o en un
duelo, cargado de imágenes y de experiencias emocionales, y otra es el
sufrimiento que se traduce en una contractura muscular o en la lesión
de un tejido, donde el movimiento simbólico y su carga emocional se
quedaron atrapados en los terrenos más profundos del inconsciente
(Carvallo, 2007, p.37).
Quijano, en su entrevista ofreció un ejemplo de la complejidad del
tema de lo somático:
Las enfermedades psicosomáticas son difíciles de trabajar porque las
personas que las padecen, tienen dificultad en poder hacer imagen lo que
7
Ana María Salazar, analista junguiana de Bogotá, formada en el instituto Jung de Brasil.
Hizo parte de los analistas expertos entrevistados para esta investigación.
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Eliana Marcela Fernández Vanegas
acontece en el cuerpo. (…) en estos casos no hay un mediador, sino que se
vive la experiencia directamente en el cuerpo, estos pacientes en general
recurren a la queja ‘este dolor no me deja moverme, es que mira como me
limita’ pero no hay una posibilidad de acceder a la imagen que eso representa.
En los comentarios de los analistas se hizo una relación importante a
modo de alerta, sobre el cuerpo somático y la manera como es manejado en
los medios de consumo, como lecturas y terapias desde varias corrientes,
no solo psicológicas, sino también de las medicinas alternativas y
ancestrales, lo que ocurre con esto es que puede correr el peligro de
volverse un catálogo, en el cual se hacen asociaciones generalizadas a los
pacientes y se olvida de la subjetividad, particularidad y el contexto de
su historia, en este caso, en la psicoterapia analítica, lo que se busca es
permitirle o facilitarle a la persona que ella misma encuentre imágenes
que soporten sus estados emocionales y el sentido de su dolencia o estado.
Carvallo en su artículo, plantea que aún queda un camino muy largo por
recorrer, en relacionar lo psíquico y lo somático.
4. Cuerpo y Género
Por la inmensa importancia que tiene el observar los fenómenos
socioculturales y los cambios que los sujetos vienen asumiendo en sus
cuerpos en el tema de género, entendido este como constructo social, se
indagó en las entrevistas por el tema de cuerpo y género. Los analistas
respondieron desde sus lugares de experiencia, lo que hace interesante
esta mirada en diversos contextos socioculturales: Venezuela, Brasil,
Estados Unidos y Colombia. Algunas miradas particulares: Henao
dijo que la mujer tiene una relación con su cuerpo más directa vía sus
ciclos menstruales, en cambio el hombre debe construir esa relación de
afuera hacia adentro; Salazar mencionó la espontaneidad y soltura del
cuerpo del brasilero en general, sea hombre o mujer, su naturalidad,
en contraste con el ideal de cuerpo perfecto de la mujer colombiana,
en especial en contextos como el de Medellín; Quijano mencionó
que siempre hay un ideal de cuerpo en general más en la mujer que
90
Katharsis
El cuerpo en la psicología analítica
en el hombre, ya sea en términos de querer alcanzarlo o de apartase
totalmente de él y caer en el extremo opuesto; Méndez expresó cómo
en el hombre en particular, en la cultura latina, son más aceptadas las
emociones de fuerza y rabia y más reprimidas las de dolor y tristeza,
mientras que en las mujeres son más reprimidas las emociones de rabia
y agresividad y existe mayor aceptación del llanto y el contacto físico;
De la Ossa8 mencionó que las búsquedas de autores que trabajaron el
cuerpo a finales del S. XIX y principios del XX hasta hoy, lo que han
hecho es darle importancia a esa dimensión femenina de conexión con
el cuerpo, con las emociones de forma más orgánica y esta es la vía
para recuperar e integrar eso femenino necesario, tanto en hombres
como en mujeres, que en la psicología analítica toca con los aspectos de
ánima y ánimus. Habla de la herramienta de la imaginación activa en
movimiento como una manera de encontrar esa dimensión femenina
orientada a reconciliarse con lo orgánico, con los propios ritmos
internos, con la expresión creativa.
Las herramientas: mediaciones de contacto
La herramienta es el puente que muestra y contacta al paciente con
su asunto y a su vez lo apoya para asimilarlo, para comprenderlo, para
digerirlo, para pasarlo o atravesarlo. Las herramientas pueden ser
ofrecidas por el psicoterapeuta, quien hace de lazarillo en las intrincadas
ordalías de los pacientes, pero también los pacientes tienen sus propias
herramientas psíquicas, físicas, emocionales, o de otra índole que el
psicoterapeuta debe saber devolverle y potenciarle al paciente.
En este apartado se encuentra que la herramienta privilegiada en
la psicoterapia analítica es la imagen psíquica. Jung (1969) explica:
“una palabra o una imagen es simbólica cuando representa algo más
que su significado inmediato y obvio. Tiene un aspecto ‘inconsciente’
más amplio que nunca está definido con precisión o completamente
8
Inés de la Ossa Izquierdo, Psicóloga y analista junguiana de Bogotá. Formada en el
Instituto Jung de San Francisco. Hizo parte de los analistas expertos entrevistados para
esta investigación.
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Eliana Marcela Fernández Vanegas
explicado.” (pág. 20). Hay varias maneras de contactarse con la imagen
psíquica a través de la imaginación activa en todas sus dimensiones:
desde el sueño, desde el cuerpo, desde la escritura, desde el dibujo,
desde el moldeado, desde el Sandplay.
Se insistió en no convertir la herramienta como una fórmula o un
método. La relación paciente analista es ante todo una relación única que
irá tomando su propia manera, y ella misma trazará un rumbo en el que
el analista estará muy atento para permitir que se dé un ambiente seguro.
El encuentro con los paisajes interiores
Es importante anotar que el proceso psicoterapéutico en psicología
analítica da especial importancia a las imágenes oníricas, lo cual,
cuando se va accesando a estas imágenes a partir de los sueños, se
prepara el terreno psíquico adecuado para la emergencia de material
inconsciente significativo en el paciente y su conexión a la consciencia.
Luego lo que puede ocurrir en el proceso es que, dependiendo de
las habilidades del paciente o sus necesidades, se pueda llevar a un
momento más profundo de acercamiento con las imágenes internas a
partir del proceso de imaginación activa, en el cual, como se mencionó
anteriormente, hay un dialogo entre la parte consciente con la parte
inconsciente de la persona. Esto se puede hacer de acuerdo a las
habilidades del paciente, si es más auditivo o visual, entonces podrá
escribir o dibujar, o si es más kinésico se hará por medio del movimiento.
La herramienta de la imaginación activa en movimiento fue
ampliada por Joan Chodorow y Janet Adler en Estados Unidos, en los
años cincuenta. Estas mujeres venían de la danza y como analistas
junguianas desarrollaron esta vía de encuentro con el movimiento,
al que llamaron inicialmente Movement in depth, movimiento en
profundidad, el cual consiste en dejar que emerja un impulso espontáneo
de movimiento y de allí seguir las imágenes que lo acompañan, esto se da
entre un testigo y el movedor, el testigo da testimonio de la experiencia
del movedor y luego le traduce con el cuerpo sus movimientos, no
92
Katharsis
El cuerpo en la psicología analítica
interpreta ni juzga sus movimientos. Luego cambian, el movedor es
testigo y el testigo movedor. La idea es que con el tiempo el movedor
internalice su testigo de tal forma que pueda ser él mismo movedor y
testigo al mismo tiempo. Luego se lleva al plano creativo a través de la
pintura o la escritura y luego se verbaliza. Estos tres componentes son
indispensables en este tipo de trabajo.
Quijano menciona en su entrevista que lo interesante de esta
herramienta es que cuando surjan las imágenes o el movimiento, no sea
acomodado o manipulado por el yo o por la consciencia, es decir, este
tipo de prácticas son difíciles en principio si no se está familiarizado con
el lenguaje del inconsciente, en tanto el pensamiento y la consciencia
intentan controlar las imágenes para beneficio del yo, lo que coarta la
verdadera información que llega, de allí que cuando esta información
emerge, realmente lo hace con fuerza, como un impulso y atraviesa el
ser.
Los analistas comentaron que este tipo de herramientas no son
recomendables para todas las personas, en especial aquellas que tengan
una estructura psíquica tendiente a la psicosis o estados border line,
porque pueden emerger imágenes que luego el individuo no es capaz de
contener y lo pueden desbordar.
Conclusión
“El cuerpo psíquico es la experiencia emocional vivida
en un cuerpo físico ‘animado’, es decir, en conexión con el Ánima.”
Méndez.
Cuando Méndez utilizó el término de animado en el parágrafo
anterior, se entiende como algo que da vida, no es la vida misma, pero
sí la posibilita. Está hablando de que lo anímico corresponde a una
especie de enlace intermedio entre lo emocional y lo físico. Lo anímico,
en relación con el ánima, es uno de los hallazgos importantes porque
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Eliana Marcela Fernández Vanegas
plantea que una de las rutas privilegiadas para cultivar y comprender
el cuerpo psíquico es a través de la integración, desarrollo y cuidado del
aspecto ánima en una persona, sea hombre o mujer, lo que favorece el
encuentro con el arquetipo del sí mismo o la totalidad de la personalidad.
Jung la denominó proceso de individuación. Esta animación del cuerpo
psíquico ocurre en tanto hay una fuerza, que permanentemente provee
y moviliza ambos ámbitos: el ámbito corporal y el ámbito psíquico.
El tema de cuerpo psicoide en el análisis junguiano busca el proceso
de individuación, éste a su vez implica que se establezca un puente entre
el ego y el self, en otras palabras, desde lo corporal esto implica darle
materia al espíritu y espiritualizar la materia, para lograr un equilibrio
entre dos instancias que están en un constante dialogo e interconexión,
y que muestran cómo está operando una estructura psíquica en un
individuo y la cultura.
El símbolo en la psicoterapia junguiana es importante en tanto
moviliza, da forma a esas imágenes creativas que provienen del
inconsciente, dando significado y sentido a lo que acontece en el ser,
permitiéndole resignificar su propio destino y su propio mito interior,
en otras palabras, el símbolo es sanador porque unifica cuerpo, psique
y alma.
Esta investigación deja un interés sembrado en la Institución
Universitaria de Envigado, para posibilitar encuentros y grupos
de psicoterapia donde se puedan estudiar con mayor rigurosidad
académica el análisis junguiano y sus respectivas herramientas.
94
Katharsis
El cuerpo en la psicología analítica
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Esquemas Maladaptativos
Tempranos
en sujetos con
Organización de Significado...
Katharsis–Institución
Universitaria
de Envigado
Esquemas Maladaptativos
Tempranos en sujetos con
Organización de Significado
Personal Depresiva
Early maladaptive schemas in patients with Organization of
Depressive Personal Meaning
Alejandro León*
Andrés Salazar**
Daniel Puerta***
Resumen
La presente investigación se enmarcó en dos teorías de la psicología, la primera es
la organización del significado personal, definida por Vittorio Guidano y la segunda
teoría, los esquemas maladaptativos tempranos, definida por Jeffrey Young. Ambos
fueron grandes teóricos de la psicoterapia posracionalista y la psicoterapia cognitiva
respectivamente. A partir de estas dos teorías, la investigación pretende describir
los perfiles de esquemas maladaptativos tempranos que se hallan en personas con
la organización de significado personal depresivo, a partir de la aplicación del test
de esquemas maladaptativos tempranos (YSQL-2), y el test de organizaciones del
significado personal (MQOP-Esp), en una población de estudiantes universitarios.
En base a los resultados hallados con las herramientas anteriormente mencionadas,
se encontró que los esquemas maladaptativos tempranos más prevalentes en la
organización del significado personal desapegado fueron: Deprivación emocional,
Estándares inflexibles 1, Autosacrificio, Estándares inflexibles 2 e Inhibición
emocional. Lo que en definitiva permitió concluir que existe coherencia entre un estilo
depresivo de ordenamiento de la experiencia subjetiva y los contenidos semánticos
de los esquemas maladaptativos tempranos referentes a ciertas temáticas.
*
Psicólogo, Universidad de San Buenaventura. Especialista en psicoterapia posracionalista,
CETEPO. MSc. en Psicología Cognitiva, Universidad de Buenos Aires. Correo electrónico:
[email protected].
** Estudiante de psicología, Institución Universitaria de Envigado.
*** Estudiante de psicología, Institución Universitaria de Envigado
Katharsis—ISSN 0124-7816, No. 16, pp. 99-120—julio-diciembre de 2013, Envigado, Colombia
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Alejandro León, Andrés Salazar, Daniel Puerta
Palabras Clave: Esquemas Maladaptativos Tempranos (EMTs), Organización de
Significado Personal (OSP), Estilo de personalidad desapegada.
Abstract
This research was framed into two theories of psychology; the first is the organization
of personal meaning, defined by Vittorio Guidano and the second theory, the early
maladaptive schemas, defined by Jeffrey Young. Both were great theorists of
posracionalist psychotherapy and cognitive therapy respectively. From these two
theories, the research aims to describe the profiles of early maladaptive schemas that
are in people with Organization of Depressive Personal Meaning from the application
of the test of early maladaptive schemas (YSQL-2), and the test organizations of
personal meaning (MQOP-Esp), applied to a population of college students. Based
on the results found with the above tools, we found that the most prevalent early
maladaptive schemas in the organization of unattached personal meaning were:
emotional deprivation, Inflexible Standards 1 Self-Sacrifice, Inflexible Standards 2
and Emotional Inhibition. This is what ultimately led to the conclusion that there
is consistency between a depressive style system of subjective experience and the
semantic content of early maladaptive schemas related to certain topics.
Keywords: Early Maladaptive Schemas (EMS), Personal Meaning Organization
(PMO), Detached personality style.
1. Introducción
El concepto de esquema, de tan vital importancia para la
psicología cognitiva, y cuyo origen en dicha disciplina se le atribuye
a Sir Frederic Bartlett y sus estudios sobre la memoria (Bartlett,
1932/1995), fue trasplantado también al cognitivismo clínico. Aaron
T. Beck definió los esquemas como “una estructura cognitiva para el
cribado, la codificación y la evaluación de los estímulos que inciden
en el organismo” (Beck, 1967, p. 233). Desde entonces, el concepto
de esquema ha sido adoptado por la mayoría de investigadores y
teóricos que desarrollan las diferentes variantes de las psicoterapias
cognitivas, no siendo la excepción las diferentes iniciativas
autodenominadas constructivistas dentro de este gran grupo de
enfoques psicoterapéuticos (Mahoney, 1991).
100
Katharsis
Esquemas Maladaptativos Tempranos en sujetos con Organización de Significado...
Aunque el concepto no tenga la misma y exacta connotación entre
los enfoques clásicos de la psicoterapia –como es el caso de los enfoques
de Beck y Ellis– y los enfoques constructivistas y posracionalistas –de
Mahoney y Guidano, entre otros– nunca se debe entender la noción
de esquemas como copias representacionales de la realidad, sino
como estructuras de conocimiento (que puede ser ideo-afectivo o
emocional, motor, somatosensorial, propioceptivo, etc., además de
lógico-lingüístico) que “comprenden y/o generan patrones o temas de
experiencia […] y recientes diálogos en las ciencias cognitivas sugieren
que sus propiedades abstractas e inconscientes [de los esquemas] han
señalado un importante desarrollo en las teorías contemporáneas del
conocimiento” (Mahoney, 1991, p. 78).
La presente investigación parte de la suposición de que existe un
vínculo teórico en el concepto de esquema hallado en la obra de dos
relevantes teóricos del cognitivismo en psicoterapia: Jeffrey E. Young,
quien planteó la teoría de los esquemas maladaptativos tempranos
(EMTs en adelante) y la terapia enfocada en esquemas (Young, 1999); y
Vittorio F. Guidano, creador de la psicoterapia cognitiva posracionalista
y su original teoría de la organización del significado personal (OSPs en
adelante) (Guidano, 1994).
La terapia enfocada en esquemas es un modelo de intervención para
la depresión y los trastornos de personalidad principalmente, basada en
la premisa teórica de que las personas, como resultado de experiencias
interpersonales problemáticas tempranas, construyen esquemas
disfuncionales para procesar el significado de la experiencia en curso,
los llamados EMTs (Stein & Young, 1992; Young, Rygh, Weinberger &
Beck, 2008; Young, 1999). A partir de la observación clínica, Young ha
logrado distinguir 18 EMTs que se organizan dentro de cinco dominios
hipotéticos. Los dominios constituyen la temática dentro de la cual se
pueden agrupar varios esquemas similares, éstos son: “desconexión y
rechazo”, “autonomía y desempeño deficientes”, “límites insuficientes”,
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Alejandro León, Andrés Salazar, Daniel Puerta
“tendencia hacia el otro”, “sobrevigilancia e inhibición” (para mayor
detalle véase Young, 1999).
Por otra parte, el modelo posracionalista de psicoterapia cognitiva
surge en la década de los años 80s del siglo pasado, creado por Vittorio
Guidano (Guidano, 1994) e incluyéndose dentro del marco de las
psicoterapias cognitivas de orientación epistemológica constructivista.
Esencial para el pensamiento de su autor, la psicoterapia cognitiva
debía contar con un modelo del sujeto y del desarrollo de la identidad
personal desde una perspectiva de la epistemología genética y de la
mente humana como un proceso-sistema auto-organizado (Guidano,
1987; Mahoney, 1991). Guidano le dio solución a este problema
articulando el concepto de OSP.
La OSP puede entenderse como un sistema personal –único de cada
sujeto– de ordenamiento de la experiencia que ocurre en dos niveles o
tipos de procesos. En un primer momento, la experiencia es apreciada por
el sujeto de manera holística a partir de estructuras esquemáticas ideoafecticas tácitas que le permiten construir una percepción inmediata de
la experiencia en curso y del estar en el mundo momento a momento.
Este tipo de procesos se reconoce en la literatura posracionalista como
cierre organizacional tácito, el nivel de la experiencia inmediata, el
‘yo’ que experimenta como sujeto en primera persona e incluso en años
recientes, como la mismidad (Arciero & Bondolfi, 2009; Arciero, 2006;
Guidano, 1987, 1994).
Tras este procesamiento de primer orden, el sujeto de manera
predominantemente explícita ordena en términos narrativos (i.e.
semióticos, en función de las capacidades cognitivas que proporciona
el uso del lenguaje) su experiencia inmediata. En otras palabras, el
sujeto le da un significado a la experiencia en curso y la articula en
función de su causalidad, cronología y temática percibida; pero este
ordenamiento no se hace “objetivamente”, sino de acuerdo a la propia
imagen consciente percibida del sujeto; este procesamiento de segundo
orden se le ha denominado dentro del modelo posracionalista como
102
Katharsis
Esquemas Maladaptativos Tempranos en sujetos con Organización de Significado...
apertura estructural explícita, el ‘mí’ que observa la experiencia como
si fuera en segunda persona o la ipseidad.
Como se mencionó anteriormente, esta investigación busca
relacionar las teorías de Guidano y Young, ya que por un lado la teoría
de la OSP parte del supuesto de que el cierre organizacional tácito
está conformado por esquemas ideo-afectivos y sus reglas de orden
jerárquico (Guidano, 1987), esquemas que se constituyen sobre la base
de las relaciones intersubjetivas emocionalmente significativas durante
el desarrollo del sujeto, que el modelo posracionalista ha teorizado
con ayuda del paradigma del apego (Bowlby, 1993). Y por otro, Young
teoriza sobre la constitución de diferentes esquemas maladaptativos
de formación temprana en el desarrollo del sujeto, y que se adhieren a
diferentes temáticas según las experiencias vividas por dicho individuo.
Es factible entonces hipotetizar algún tipo de relación en la temática de
algunos de estos EMTs de acuerdo a la OSP que posee el individuo. La
presente investigación se limitará a buscar la mencionada relación en
sujetos con OSP depresiva.
Este estilo de personalidad se desarrolla a partir de contextos de
reciprocidad temprana (i.e. de relación entre el infante y sus figuras
de cuidados-apego) caracterizados por una distancia afectiva percibida
por el infante con respecto a sus padres cuidadores (Guidano, 1987).
Esta condición de desamparo, que puede ser generada por un gran
número de configuraciones y situaciones parentales y que no se limita
al rechazo por parte de los padres hacia el niño, la muerte de uno de los
padres o el abandono (e.g. como puede ser la discapacidad o la ocupación
de los cuidadores), termina generando un cierre organizacional sobre
estas emociones de tristeza, desesperanza, rabia (Guidano, 1994)
y un sentido de autonomía y autodeterminación; o sea, el sentido
de sí mismo de que se debe ser una persona capaz de desenvolverse
en su vida por sus propios medios, sin necesidad de depender de
nadie, especialmente a nivel afectivo (Balbi, 2009)intersubjetividad
e individuaci\u00f3n. En principio el infante se identifica con su
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Alejandro León, Andrés Salazar, Daniel Puerta
cuidador al empatizar con \u00e9l, mientras que progresivamente se
delimita a si mismo, discriminando la propia experiencia emocional
de la realidad interpersonal compartida y de las intenciones y estados
emocionales atribuidos al otro. Esa recurrencia emocional forja
un dominio emocional individual que paulatinamente ser\u00e1
reconocido como propio. Paralelamente al desarrollo cognitivo del
ni\u00f1o, se despliegan nuevas formas de relacionamiento que lo
conducen a la experiencia metarrepresentacional recursiva. Durante
este recorrido hacia niveles cognitivos abstractos de complejidad
creciente, las relaciones vinculares que se conservan en el tiempo se
pautan progresivamente dando lugar a patrones vinculares es- tables
que tienen una impronta fundamental en la determinaci\u00f3n del
sentido organizado y continuo de la pro- pia identidad, y de las relaciones
con los otros, que la persona portar\u00e1 durante el resto de su ciclo
vital. El sentido de si mismo se constituye en el determinante de las
distinciones e interpretaciones que el individuo es capaz de realizar de
su entorno afectivo, y este sesgo en las distinciones e interpretaciones
contribuir\u00e1, a su vez, a la construcci\u00f3n y mantenimiento
del propio sentido personal. El desempe\u00f1o eficaz en las
relaciones interpersonales requiere de la organizaci\u00f3n durante el
desarrollo de una metaconciencia afectiva suficientemente articulada
y abstracta, que facilite interpretaciones funcionales de los complejos
procesos metarepresentacionales implicados en los v\u00ednculos.
Interferencias en el armado de este dispositivo inconsciente, ser\
u00edan las principales responsables de la emergencia de trastornos
psicopatol\u00f3gicos. Los s\u00edntomas se conciben como un
resultado de la irrupci\u00f3n en la conciencia fenomenol\u00f3gica
de emociones (ligadas a n\u00facleos ideo-afectivos subconscientes, al
tiempo que la soledad se percibe como condición intrínseca de la vida
(Nardi, 2007, 2008).
Retomando la teoría de Young, esta investigación indaga aquellos
EMTs que podrán hallarse con mayor predominio en individuos
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Katharsis
Esquemas Maladaptativos Tempranos en sujetos con Organización de Significado...
diagnosticados con OSP depresiva, al tiempo que se destacarán los
dominios esquemáticos más significativos que se hallaron.
2. Diseño metodológico
El presente estudio es una investigación de corte cuantitativo
(Hernández, Fernández, & Baptista, 1991), a partir de una metodología
descriptiva donde, a partir de la relación de dos teorías, se buscó
describir los contenidos concretos entre ambas, en este caso, cuáles
EMTs se activaron con mayor prevalencia en la OSP depresiva. El estudio
es un análisis descriptivo de distribución de porcentajes en donde se
extrajeron los porcentajes de prevalencia de cada EMT en la muestra
poblacional obtenida, la cual no es estadísticamente representativa.
De esta manera se puede definir la metodología descriptiva como el
análisis de los datos recogidos en una investigación con respecto a las
unidades de un colectivo, mediante técnicas estadísticas, en este caso
las relaciones a partir de la distribución de porcentajes que se dan entre
los EMT’s y la OSP desapegada.
2.1 Muestra poblacional
El estudio se realizó en una muestra poblacional de 79 sujetos, los
cuales se discriminaron a partir del diagnóstico de las OSP de cada
uno, el cual se realizó mediante la aplicación del Mini-Cuestionario de
la Organización Personal (MCOP-Es) (León, 2013a; Nardi, Arimatea,
Giovagnoli, Blasi, Bellantuono, & Rezzonico, 2012) ; y posteriormente
a la aplicación de este test una vez diagnosticados los sujetos evaluados
se discriminó a los sujetos que resultaron con la OSP depresiva y
se les aplicó el test de EMT’s (YSQ-L2) (Castrillón, Chaves, Ferrer,
Londoño, Maestre, Marín & Schnitter, 2005). Tal selección se realizó
sin discriminación en razón de sexo, y sin ningún tipo de clasificación
en función de su coeficiente intelectual, bastando con que pudieran
comprender la ejecución de ambos cuestionarios (MCOP-Es y el
YSQ-L2), además de la comprensión y firma previa del consentimiento
informado.
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Alejandro León, Andrés Salazar, Daniel Puerta
Para hallar la predominancia de los EMT’s en función de la OSP
depresiva, se utilizó el análisis descriptivo de los resultados de los datos
arrojados a partir de la aplicación de dos test psicométricos, para medir
la OSP y los EMTs en la muestra poblacional elegida, en este caso 79
estudiantes universitarios mayores de edad (i.e. 18 años en adelante),
de ambos sexos, muestra estadísticamente no representativa. Los datos
arrojados fueron analizados estadísticamente con el soporte técnico
del software Microsoft Excel 2007, versión castellana.
2.2 Instrumentos:
2.2.1 Mini Cuestionario de la Organización Personal (MCOP): Este
cuestionario fue diseñado por Nardi et al. (2012) y traducido y adaptado
al español por León (2013b) para diagnosticar la organización de
significado personal. Es una escala tipo Likert autoaplicada de 20 ítems.
Se diseñó para fines investigativos, ya que la OSP de un individuo puede
diagnosticarse con mayor facilidad mediante la entrevista clínica por
parte de un psicoterapeuta entrenado en el modelo posracionalista.
El cuestionario lanza puntajes para cada una de las cuatro OSPs
descritas por Guidano (1987), que Nardi et al. (2012) han llamado
Desapegadas Controlantes, Contextualizadas y Normativas (la
OSP correspondiente a la depresiva para Guidano es llamada aquí
desapegada). Ya que la teoría plantea la posibilidad de que un mismo
individuo posea rasgos de diferentes OSP’s, se considera el diagnóstico
a partir de aquella con una puntuación más alta, esta prueba fue
validada por Nardi te al. (2012) en Italia con una población clínica de
un centro juvenil.
2.2.2 Cuestionario de Esquemas Maladaptativos de Young: El
Young schema questionnaire long form – second edition, desarrollado
por Young y Brown, en 1990, es un cuestionario publicado en la tercera
edición del libro Cognitive therapy for personality disorders: A schema
focused approach de Young (1999). El instrumento consta de 205 ítems,
con opciones de respuesta tipo Likert del 1 al 6. El cuestionario evalúa
106
Katharsis
Esquemas Maladaptativos Tempranos en sujetos con Organización de Significado...
11 esquemas maladaptativos tempranos, contenidos en la teoría y
metodología psicoterapéutica cognitiva de Young. Este cuestionario ha
sido validado en población colombiana, específicamente en Medellín,
con estudiantes universitarios por Castrillón et al. (2005).
La teoría de los esquemas maladaptativos tempranos de Young
(1999) hace referencia a 21 esquemas. Sin embargo, la versión validada
en población colombiana por Castrillón et al. (2005) del YSQ evalúa
11 de esos 21 esquemas. Por ende, la presente investigación solo tomó
en consideración para el análisis de resultados, esos 11 esquemas
maladaptativos tempranos.
Este cuestionario no corresponde completamente a la última
clasificación de esquemas maladaptativos propuesta por Young (1999).
De esta clasificación, descrita en el marco teórico, no están incluidos
en el cuestionario tres esquemas: búsqueda de aprobación/búsqueda
de reconocimiento, negatividad/vulnerabilidad al error y condena.
Además, se evalúa un esquema que no aparece en la clasificación:
indeseabilidad social.
3. Presentación de resultados
Dadas las características de la investigación, la calificación primaria
del test MCOP de organizaciones del significado personal arrojaron
resultados generales de las diferentes organizaciones, las que se pueden
observar en la Gráfica 1 donde se muestra que de 79 sujetos, 19 hombres
y 60 mujeres, 15 poseen una organización del significado personal
contextualizada, 15 sujetos poseen una organización controlante,
15 sujetos poseen una organización normativa, 10 sujetos poseen
una organización mixta y 24 poseen una organización desapegada.
Estos últimos 24 sujetos son de interés para la investigación ya que
se les aplicó el YSQ-L2, es decir, el test de esquemas maladaptativos
tempranos.
El YSQ-L2 se realizó exclusivamente a los sujetos que arrojaron
una OSP desapegada, que son los sujetos que le competen a esta
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Alejandro León, Andrés Salazar, Daniel Puerta
investigación. De los 24 sujetos desapegados, por cuestiones de fuerza
mayor, solo se les aplicó a 21, de los cuales 7 resultaron ser hombres
y 14 resultaron ser mujeres. Los resultados del YSQ-L2 se obtuvieron
estadísticamente a partir de la media poblacional y la desviación típica
obtenida en la validación del test realizada en la ciudad de Medellín
con población universitaria. Medias y desviación típica que podemos
observar en la Tabla 1, y los resultados generales arrojados por este test
se podrán observar en la Figura 2.
Tabla 1 Medias y desviaciones típicas del Young Schema Questionnaire
Long Form – Second Edition
Nombre del esquema
Media (DT)
f1: abandono
16.09 (7.47)
f2: insuficiente autocontrol
13.13 (6.16)
f3: desconfianza/abuso
13 (6)
f4: deprivación emocional
11.03 (5.01)
f5: vulnerabilidad al daño
10.34 (5.53)
f6: autosacrificio
11.85 (4.98)
f7: estándares inflexibles 1
9.29 (4.76)
f8:estándares inflexibles 2
9.17 (4)
f9: inhibición emocional
6.17 (3.49)
f10: derecho/grandiosidad
6.55 (3.11)
f11: entrampamiento
4.42 (2.58)
Nota. Adaptado de: “Validación del Young schema questionnaire long form - second
edition (YSQ-L2) en población colombiana” (Castrillón et al., 2005).
La investigación exige realizar un análisis específico de cada EMT
en correlación con la OSP desapegada, ya que las demás OSP no hacen
parte del propósito de esta investigación. Para ello se determina
dentro de las características metodológicas que la prevalencia de un
esquema o la no presencia de él, dependerá del número de prevalencias
en la sumatoria de todos los sujetos, teniendo en cuenta que de 1 a 6
prevalencias no aplicaron como un EMT presente en la organización
108
Katharsis
Esquemas Maladaptativos Tempranos en sujetos con Organización de Significado...
desapegada y con una prevalencia de 7 a 10 significó que el esquema
específico estuvo presente en la organización desapegada.
Figura 1. Gráfica general de EMTs prevalentes
en la muestra de sujetos con OSP depresiva.
PREVALENCIA
9
9
8
7
6
5
4
3
2
1
0
9
8
8
7
6
5
5
4
4
2
ESQUEMAS MALADAPTATIVOS TEMPRANOS
3.1 Discusión de resultados
En la concepción teórica de Nardi (2008) –elaborador del
cuestionario utilizado para determinar la OSP de los sujetos en la
presente investigación– se especifica que la organización depresiva
tiende a estar en menor medida dentro de la población general, lo
que no concuerda con los resultados locales. Se puede decir que las
circunstancias socioculturales en las que se validó el test de Nardi
son diferentes a los estándares locales. Además, la muestra no tiene
ninguna relevancia en términos de representatividad estadística.
El primer esquema denominado Factor 1 (F1) dentro de la estructura
del YSQ-L2 es el “abandono”, el cual puntúa con una prevalencia de
n=2 (ver Figura 12), la prevalencia de este esquema concuerda con la
teoría de la organización del significado personal desapegado, debido
a su baja prevalencia, dado que los pensamientos automáticos que
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Alejandro León, Andrés Salazar, Daniel Puerta
tienen los sujetos con esquema de abandono como “me preocupa que
las personas a quienes me siento cercano me dejen abandonado”,
“cuando siento que alguien que me importa está tratando de alejarse
de mi me desespero” (Young, 1994). Paradójicamente, a pesar de que
la personas que articulan durante su desarrollo una OSP depresiva
lo hacen en un contexto de reciprocidad, marcado por sentimientos
de soledad y abandono, al atravesar la adolescencia, el sujeto, para
mantener un sentido de sí mismo que le sea viable y tolerable (i.e. con
una autoestima mínimamente positiva) construye un sentido personal
de autosuficiencia afectiva, es decir, la imagen de ser alguien que no
necesita del afecto de otras personas para subsistir (Balbi, 2009).
Esta hipótesis de la autosuficiencia afectiva permite sugerir que las
personas con OSP depresiva tendrán una baja prevalencia de este
esquema, o que éste permanecerá latente hasta que una experiencia
personal genere discrepancia en la imagen autosuficiente de sí mismo.
El segundo esquema, denominado F2 dentro de la estructura del
YSQ-L2, es el de “insuficiente autocontrol/autodisciplina”, el cual
puntúa con una prevalencia de n=4 (ver Figura 1). Concuerda con
la teoría de la OSP depresiva, debido a la baja prevalencia, dado que
los pensamientos automáticos que tienen los sujetos con esquema de
insuficiente autocontrol/autodisciplina como “parece que no puedo
disciplinarme a mí mismo para completar tareas rutinarias o aburridas”,
“sino consigo una meta, me frustro fácilmente y la abandono”, “es para
mí muy difícil sacrificar una satisfacción inmediata para alcanzar una
meta a largo plazo”, entre otros. (Young, 1994), no son pensamientos
automáticos recurrentes en los sujetos con OSP desapegada.
Como se mencionó anteriormente, la imagen de sí mismo de ser
alguien autosuficiente y autónomo es contraria a la de una persona con
una marcada presencia del esquema F2. Esta actitud se podría hallar
con mayor facilidad en perfiles de personalidad con mayor asociación
con el parón de apego coercitivo (Tipo C), como es el caso de la OSP
fóbica, quienes tienden a buscar la gratificación personal por sobre
110
Katharsis
Esquemas Maladaptativos Tempranos en sujetos con Organización de Significado...
la ajena. Mientras que las personas marcadas por un apego de tipo
ambivalente (Tipo A), como aquellos de OSP depresiva, tenderán a
poner las necesidades ajenas por encima de las propias como estrategia
para evitar el rechazo de los demás (Crittenden & Landini, 2011).
El tercer esquema denominado F3, dentro de la estructura del
YSQ-L2, es “desconfianza/abuso”, el cual puntúa con una prevalencia
de n=5 (ver Figura 1). La baja prevalencia de este esquema concuerda
con la teoría de la organización del significado personal desapegado,
dado que los pensamientos automáticos que tienen los sujetos con
esquema de desconfianza/abuso como “si alguien se comporta muy
amable conmigo, asumo que esa persona debe estar buscando algo”,
“me da una gran dificultad confiar en la gente”, “sospecho mucho de las
intenciones de las otras personas”, entre otros similares (Young, 1994),
son pensamientos automáticos que se asemejan más a la definición de
la OSP fóbica nuevamente, quienes durante su desarrollo y de maneras
muy diversas, encuentran al mundo y a los desconocidos como fuentes
de peligro y amenaza, gracias al estilo engañoso y sobreprotector de sus
cuidadores (Balbi, 1998).
El cuarto esquema denominado F4 dentro de la estructura del YSQ-L2,
es el de “deprivación emocional”, el cual puntúa con una prevalencia de
n=9 (ver Figura 1). La alta prevalencia de este esquema concuerda con
la teoría de la organización del significado personal desapegado, dado
que los pensamientos automáticos que tienen los sujetos con esquema
de deprivación emocional como “las personas no han estado ahí para
satisfacer mis necesidades emocionales”, “por mucho tiempo de mi
vida no he tenido a nadie que quiera estar estrechamente ligado a mí
y compartir mucho tiempo conmigo”, “la mayor parte del tiempo no
he tenido a alguien que realmente me escuche, me comprenda o esté
sintonizado con mi verdaderas necesidades y sentimientos”, “rara vez
he tenido a una persona fuerte que me de consejos sabios o dirección
cuando no esté seguro de que hacer” y “no puedo contar con que las
personas que me apoyan estén presentes en forma consistente” (Young,
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Alejandro León, Andrés Salazar, Daniel Puerta
1994), son pensamientos automáticos recurrentes en los sujetos con
OSP depresiva.
Dado que este esquema es uno de los que se presenta en mayor
prevalencia (n=9) dentro de los resultados de la investigación, da cuenta
de que la teoría específicamente en este caso, concuerda de manera
muy clara con las expectativas de los sujetos con OSP depresiva, ya
que ambas estructuras hipotéticas se forman en la temprana edad
con un sentimiento de distancia frente a los otros. Ambas concuerdan
en que estos sujetos tienen una visión desapegada del mundo, por lo
tanto el esquema de deprivación tiende a activarse continuamente en
sujetos de organización depresiva. Allí los vínculos entre el sujeto y sus
figuras vinculares se estructuran a partir de la falta física o afectiva,
generando en los sujetos un filtro de interpretación de la realidad en
base a la soledad, y comparándola con los pensamientos automáticos
que se presentan en el esquema, se puede observar una relación directa
entre ambas interpretaciones de la realidad en la que se desenvuelven.
El quinto esquema, denominado factor 5 dentro de la estructura del
YSQ-L2, es el de “vulnerabilidad al daño y a la enfermedad”, el cual
puntúa con una prevalencia de n=4 (ver Figura 1). La baja prevalencia de
este esquema concuerda con la teoría de la organización del significado
personal desapegado, dado que los pensamientos automáticos que
tienen los sujetos con esquema de Vulnerabilidad al daño y a la
enfermedad como “me preocupa volverme un indigente o vago”, “me
preocupa ser atacado”, “siento que debo tener mucho cuidado con el
dinero porque de otra manera podría terminar sin nada, en la ruina” y
“me preocupa perder todo mi dinero y volverme un indigente” (Young,
1994), no son pensamientos automáticos recurrentes en los sujetos con
OSP desapegada. Nuevamente, este EMT resulta más congruente con la
OSP fóbica u otra configuración de personalidad, con mayor tendencia
a desarrollarse en contextos de reciprocidad temprana de estilo
coercitivo (i.e. como los sujetos de OSP obsesiva de base coercitiva)
112
Katharsis
Esquemas Maladaptativos Tempranos en sujetos con Organización de Significado...
que, como se mencionó con anterioridad, pueden construir una noción
del mundo y de los demás como fuentes de amenaza.
El sexto esquema, denominado factor 6 dentro de la estructura del
YSQ-L2, es el de “Autosacrificio”, el cual puntúa con una prevalencia de
n=8 (ver Figura 1). La alta prevalencia de este esquema concuerda con
la teoría de la organización del significado personal desapegado, dado
que los pensamientos automáticos que tienen los sujetos con esquema
de Autosacrificio como “le doy más a los demás de lo que recibo a
cambio”, “usualmente soy el/la que termino cuidando a las personas
a quienes tengo cerca”, “no importa que tan ocupado(a) esté, siempre
puedo encontrar tiempo para otros” y “siempre he sido quien escucha
los problemas de todo el mundo” (Young, 1994), son pensamientos
automáticos recurrentes en los sujetos con OSP desapegada.
Se puede decir a partir de la prevalencia de este esquema (n=8),
una de las prevalencias más altas dentro de los resultados del
YSQ-L2, y relacionándolo con la definición de la OSP desapegada, los
pensamientos automáticos presentes en el esquema de autosacrificio
concuerdan perfectamente con la estructura interpretativa del sujeto
con OSP desapegada, ya que en la infancia los sujetos con esta OSP
deben sacrificarse por el cuidador, quien no está presente físicamente o
afectivamente. Estas actuaciones de la figura vincular se manifiestan a
través de conductas de rechazo y de padres que no valoran las acciones
que realiza el niño en la búsqueda permanente de reconocimiento, esa
búsqueda del niño permanece en la estructura del sujeto en la adultez,
pues afectivamente siempre estará buscando reconocimiento en el
otro, sintiendo que sus esfuerzos no son valorados por los demás y, en
su actuar, el sujeto siempre tendrá la sensación de que será rechazado
por los demás, por lo cual evita la vinculación emocional.
El séptimo esquema, denominado F7 dentro de la estructura del
YSQ-L2, es el de “Estándares inflexibles 1”, el cual puntúa con una
prevalencia de n=9 (ver Figura 1). La alta prevalencia de este esquema
concuerda con la teoría de la organización del significado personal
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Alejandro León, Andrés Salazar, Daniel Puerta
desapegado, dado que los pensamientos automáticos que tienen los
sujetos con esquema de Estándares inflexibles 1 como “mis relaciones
interpersonales sufren porque yo me exijo mucho”, “mi salud está
afectada porque me presiono demasiado para hacer las cosas bien”,
“con frecuencia sacrifico placer y felicidad por alcanzar mis propios
estándares” y “cuando cometo errores, me merezco fuertes críticas”
(Young, 1994), son pensamientos automáticos recurrentes en los sujetos
con OSP desapegada.
Durante el desarrollo de un individuo de OSP depresiva,
generalmente la percepción de no ser merecedor del afecto de los
cuidadores es atribuido al sí-mismo del niño, este acto automático
se corresponde con una frecuente idealización de la figura cuidadora
como estrategia automática del apego para mantener la cercanía del/
los cuidador(es). En la adolescencia, el joven será capaz de circunscribir
esta negatividad percibida a una parte de sí mismo (como a un defecto
físico o de carácter) contra la cual debe luchar y superar (Balbi, 2009;
León, 2013b) Esta característica de luchar por superar la propia
negatividad podría hallarse detrás de asumir estándares inflexibles de
este tipo.
El octavo esquema, denominado F8 dentro de la estructura del
YSQ-L2, es el de “Estándares inflexibles 2”, el cual puntúa con una
prevalencia de n=8 (ver Figura 1). La alta prevalencia de este esquema
concuerda con la teoría de la organización del significado personal
desapegado, dado que los pensamientos automáticos que tienen los
sujetos con esquema de Estándares inflexibles 2 como “me esfuerzo por
mantener casi todo en perfecto orden”, “tengo que parecer lo mejor la
mayoría del tiempo”, “trato de hacer lo mejor” y “no puedo conformarme
con lo suficientemente bueno” (Young, 1994), son pensamientos
automáticos recurrentes en los sujetos con OSP depresiva y en la OSP
obsesiva y dápica.
A pesar de que la presencia de este EMT puede deberse de igual
manera a las razones sugeridas para el esquema anterior (estándares
114
Katharsis
Esquemas Maladaptativos Tempranos en sujetos con Organización de Significado...
inflexibles 2), vale la pena resaltar que la muestra elegida para esta
investigación está constituida por adolescentes. La sensibilidad al
juicio externo, particularmente de los pares, es un rasgo característico
de los adolescentes que se encuentran experimentando un proceso
de consolidación de su personalidad, por lo que es muy probable que
cualquier grupo de adolescentes puntúe con alta prevalencia de este
EMT y se halle en menor prevalencia en muestras de sujetos con OSP
depresiva maduros.
El noveno esquema, denominado F9 dentro de la estructura del
YSQ-L2, es el de “inhibición emocional”, el cual puntúa con una
prevalencia de n=7 (ver Figura 1). La alta prevalencia de este esquema
concuerda con la teoría de la organización del significado personal
desapegado, dado que los pensamientos automáticos que tienen los
sujetos con esquema de inhibición emocional como “me da vergüenza
expresar mis sentimientos a otros”, “me es más difícil ser cálido y
espontaneo” y “me controlo tanto que los demás creen que no tengo
emociones” concuerda con la tendencia característica de las personas
de esta organización a evitar la expresión emocional y a inhibir la
expresión de las emociones, que también coincide con el apego evitante
durante el desarrollo (Young, 1994).
Existe una persistente y significativa relación, ya mencionada, entre
el patrón de apego evitante durante el desarrollo y la OSP depresiva
posterior a la adolescencia (Arciero & Bondolfi, 2009; Guidano &
Liotti, 2006; Guidano, 1987; Nardi, 2007). La característica definitoria
del apego evitante es la inhibición de la expresión del afecto negativo
(Crittenden & Landini, 2011; Crittenden, 2005), que en el infante se
manifiesta como la falta de conductas de apego o de demanda de la
presencia de la figura cuidadora. Durante el desarrollo, sin embargo,
esta actividad se automatiza como una falta de atención a los estados
emocionales negativos internos y una falta de expresión emocional
observable. Dicha característica de la OSP depresiva podría sugerirse
como relacionada con las creencias propias de este EMT.
Katharsis—ISSN 0124-7816, No. 16, pp. 99-120—julio-diciembre de 2013, Envigado, Colombia
115
Alejandro León, Andrés Salazar, Daniel Puerta
El décimo esquema, denominado F10 dentro de la estructura del
YSQ-L2, es el de “Derecho/Grandiosidad”, el cual puntúa con una
prevalencia de n=5 (ver Figura 1). La baja prevalencia de este esquema
concuerda con la teoría de la organización del significado personal
desapegado, dado que los pensamientos automáticos que tienen
los sujetos con esquema de Derecho/Grandiosidad como “tengo la
sensación de que lo que ofrezco es de mayor valor que las contribuciones
de los demás”, “usualmente pongo mis propias necesidades por
encima de las de otras personas” y “con frecuencia siento que estoy
tan involucrado en mis propias prioridades que no tengo tiempo para
dar a los amigos o a la familia” (Young, 1994), no son pensamientos
automáticos recurrentes en los sujetos con OSP depresiva, ya que no
es consistente con un estilo de personalidad que suele construir una
imagen generalmente negativa de sí mismo.
El undécimo esquema, denominado F11 dentro de la estructura del
YSQ-L2, es el de “Entrampamiento”, el cual puntúa con una prevalencia
de n=6 (ver Figura 1). La baja prevalencia de este esquema concuerda
con la teoría de la organización del significado personal desapegado,
dado que los pensamientos automáticos que tienen los sujetos con
esquema de Entrampamiento como “mis padres y yo tendemos a
involucrarnos demasiado en la vida y problemas de cada uno” y “es muy
difícil tanto para mis padres como para mí, callar detalles íntimos sin
sentirnos traicionados o culpables” (Young, 1994), no son pensamientos
automáticos recurrentes en los sujetos con OSP depresiva en donde,
como se ha dicho, la historia del desarrollo del sujeto se corresponde
con la situación diametralmente opuesta a la descrita por las creencias
de este EMT.
Para finalizar este apartado, podría sugerirse, desde una postura
netamente teórica y especulativa, que el dominio esquemático que
más caracteriza a la OSP depresiva es el de Desconexión y Rechazo.
Este dominio incluye los esquemas de Abandono/Inestabilidad,
Desconfianza/Abuso, Deprivación emocional, Defectuosidad/
116
Katharsis
Esquemas Maladaptativos Tempranos en sujetos con Organización de Significado...
Vergüenza y el de Aislamiento social/Alienación. Desafortunadamente,
la versión en castellano del YSQ-L2 estandarizada en población
colombiana no evalúa la totalidad de los EMTs que se hallan en la
teoría de Young (1999).
4. Conclusiones
Luego de hacer un recorrido y un análisis de la prevalencias de cada
uno de los esquemas maladaptativos tempranos, con la organización del
significado personal depresivo, se puede observar que teóricamente, y
según los resultados arrojados por la investigación, ambos constructos
teóricos están sujetos a comparación empírica. El análisis, que buscaba
cuáles eran los esquemas con prevalencias más altas y relacionar
esos esquemas con la OSP desapegada, y también, en busca de darle
coherencia teórica a la investigación, se preocupó en la misma medida
por los esquemas con menor prevalencia. Esto posibilitó un análisis
más objetivo de ambas estructuras teóricas, pues tanto las prevalencias
altas como las bajas fueron indicadores relevantes a la hora de realizar
la correlación analítica de ambas teorías.
Debe también evitarse concebir a la OSP como un perfil de creencias
que se tienen en mayor o menor grado. Más bien puede visualizarse
como un estilo de adjudicarle sentido a la experiencia subjetiva, la cual
está arraigada en la emoción y que involucra procesos en su mayoría
implícitos o tácitos. Las creencias propias de los EMTs pueden verse
como una forma más explícita de darle un ordenamiento en el lenguaje
a ese sentido tácito para lograr la coherencia interna que busca el
sistema mental humano.
Los EMTs con mayor prevalencia en los sujetos de OSP depresiva
evaluados fueron los de Deprivación emocional y el de Estándares
inflexibles 1, la definición de ambos y las creencias asociadas pueden
relacionarse muy de cerca con la OSP depresiva, las experiencias que
suelen caracterizar un desarrollo de este tipo y el tono emocional que
la marca. En segundo lugar, se hallaron los esquemas de Estándares
Katharsis—ISSN 0124-7816, No. 16, pp. 99-120—julio-diciembre de 2013, Envigado, Colombia
117
Alejandro León, Andrés Salazar, Daniel Puerta
inflexibles 2 y el de Inhibición emocional, cuyas características
también son ampliamente sujetas a ser relacionables con la OSP
depresiva. Contrariamente, el EMT de Abandono, fue el esquema de
menor prevalencia en la muestra, lo cual puede explicarse como una
forma de autoengaño que permite darle coherencia y continuidad a
una historia de desarrollo marcada por la soledad y el distanciamiento
afectivo característicos de esta OSP, al tiempo que permite mantener un
cierto grado de autoestima. Los esquemas de Insuficiente autocontrol/
autodisciplina y de Vulnerabilidad al daño y a la enfermedad también
puntuaron entre los más bajos en la muestra, explicados como más
factibles de ser hallados en OSPs de base afectiva durante el desarrollo
de tipo coercitiva, particularmente en la OSP fóbica.
Finalmente, esta fue una oportunidad para relacionar dos
constructos teóricos de aplicación clínica históricamente emparentados,
pero también a partir de dos modelos con claras diferencias. No
solo la clínica cognitivista puede ampliar más su comprensión de
los fenómenos clínicos que trata y estudia, comprendiendo cómo
los esquemas pueden cristalizarse a partir del desarrollo cognitivoafectivo del paciente, sino que el modelo posracionalista también puede
abrirse metodológicamente y ampliar la comprensión de las OSPs, en la
medida en que la investigación permita relacionarlas con lo observado
desde otros modelos. Deben realizarse investigaciones con poblaciones
más representativas, que incluyan más variables y que se animen a
incluir a las organizaciones restantes (i.e. la fóbica, dápica y obsesiva).
118
Katharsis
Esquemas Maladaptativos Tempranos en sujetos con Organización de Significado...
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120
Katharsis
Fredy Romero, El sur: magia en El Calafate 5. Argentina, 2012.
La de
empatía:
¿un concepto unívoco?
Katharsis–Institución Universitaria
Envigado
La empatía:
¿un concepto unívoco?
Empathy: A unique concept?
Adriana Patricia Muñoz Zapata*
Liliana Chaves Castaño**
Resumen
La empatía ha sido un constructo teórico trabajado desde corrientes muy diversas.
A lo largo de la historia, ha existido un fuerte debate teórico sobre su naturaleza.
En principio, tras la pregunta de si era un fenómeno cognitivo o emocional, lo cual
parece superarse tras el enfoque integrador de Davis (1980, 1983), quien plantea que
tanto los aspectos cognitivos como emocionales son parte del mismo fenómeno.
Sin embargo, en los actuales desarrollos sobre la empatía, aún persisten diferencias.
En esta ocasión son producto de las diversas corrientes que se han ocupado del
fenómeno de la empatía, desde la mirada de biólogos, educadores, psicólogos,
neurólogos, entre otros, llevando el término a expresar diferentes asuntos de acuerdo
con el modelo que lo enuncia.
El presente artículo trata esas diferentes acepciones de la empatía, hallando la
relevancia que el término tiene desde cada enfoque.
Palabras clave: Empatía, teorías, competencias, teoría de la mente, inteligencia
emocional.
Abstract
Empathy has been a theoretical construct worked from very different currents.
Throughout history, there has been a strong theoretical debate about its nature. In
principle, after the question of whether it was a cognitive or emotional phenomenon,
which seems to be overcome after the integrative approach of Davis (1980,1983),
*
**
Magister en Educación y Desarrollo Humano, CINDE – Universidad de Manizales.
Psicóloga Universidad de Antioquia. Correo electrónico: [email protected].
Profesora e investigadora del Departamento de Psicología de la Universidad de Antioquia
y Fundación Centro Internacional de Educación y Desarrollo Humano-CINDE. Correo
electrónico: [email protected].
Katharsis—ISSN 0124-7816, No. 16, pp. 123-143—julio-diciembre de 2013, Envigado, Colombia
123
Adriana Patricia Muñoz Zapata, Liliana Chaves Castaño
who suggested that both cognitive and emotional aspects are part of the same
phenomenon.
However, in the current developments of empathy, there are still differences. This
time they are product of the various currents that have addressed the phenomenon of
empathy, from the perspective of biologists, educators, psychologists, neurologists,
and others, taking the term to express different issues according to the model that
stated it.
This article discusses these different meanings of empathy, finding the relevance that
the term has from each approach.
Keywords: Empathy, theories, skills, theory of mind, emotional intelligence.
Introducción
El debate sobre empatía ha tenido lugar en los ámbitos académicos,
investigativos, literarios, filosóficos, pedagógicos, clínicos, sociales,
políticos, de mercado, etc. (Fernández-Pinto, López-Pérez & Márquez,
2008). Estos estudios, desde diversos campos disciplinares, no
consolidan un sentido unívoco del concepto de empatía; aún persisten
las diferencias, lo que implica que el mismo término recibe una
definición distinta según el enfoque teórico desde el cual se analice.
Eisenberg y Strayer (1987), al referirse a las dificultades para
hacer unívoco el término, mencionan algunos autores como Deutsch
y Madle (1975), quienes ven la empatía como un proceso cognitivo; a
Feshbach (1978), Batson y Coke (1981) y Hoffman (1984), quienes la
hallan primordialmente afectiva; a Goldstein y Michaels (1985), que la
ubican dentro de la terapia psicológica como un proceso con función
comunicativa.
Como un ideal de las relaciones humanas, la empatía ha sido
concebida de muchas maneras, tratando de impulsar comportamientos
de cooperación y convivencia positiva, unidos a la necesidad de
ponerse en el lugar del otro para ser buenos ciudadanos, entre las que
encontramos a Leibniz y Rousseau, citados por Wispé (1987). En la
actualidad, autores como Ruiz y Chaux (2005); Melgarejo y Ramírez
124
Katharsis
La empatía: ¿un concepto unívoco?
(2006); Orjuela, Rozo y Valencia (2010) continúan en la misma línea
argumentativa.
También ha sido considerada como una de las bases de los
sentimientos morales, de acuerdo con Adam Smith, citado por Wispé
(1987). Así, se ha enfatizado en el papel de las emociones y el afecto
en el desarrollo moral de las personas, considerando la empatía como
motivadora del altruismo, favorecedora de conductas prosociales y la
cognición social, e inhibidora de la agresividad (Eisenberg & Strayer,
1987; Mestre Escrivá, Pérez Delgado, & Samper García, 1999; Eisenberg,
2000; Musitu Ochoa, 2002; Urquiza & Casullo, 2005; Melgarejo
Caicedo & Ramírez Forero, 2006; Moreno Ruiz, Estévez López, Murgui
Pérez & Musitu Ochoa, 2009; Moya Albiol, 2011).
La respuesta empática incluye la capacidad para comprender
al otro y ponerse en su lugar, a partir de lo que se observa, de la
información verbal o de información accesible desde la memoria
(Toma de Perspectiva) y, además, la reacción afectiva de compartir su
estado emocional, que puede producir alegría, tristeza, miedo, rabia
o ansiedad. (Davis, 1980,1983; Eisenberg & Stayer, 1987; entre otros).
1. Implicaciones de la historia. Diversos modelos explicativos
El hecho de que la empatía haya sido tratada desde enfoques tan
diferentes, tuvo como consecuencia que los énfasis realizados sobre
sus características tendieran por momentos a señalar como contrarias
algunas de ellas.
1.1 Empatía cognitiva y emocional
Respecto a los componentes afectivos y cognitivos de la empatía,
han existido grandes defensores y opositores de su naturaleza, quienes
intentaron diferenciar claramente cada una de estas características de
su “opuesta”.
Katharsis—ISSN 0124-7816, No. 16, pp. 123-143—julio-diciembre de 2013, Envigado, Colombia
125
Adriana Patricia Muñoz Zapata, Liliana Chaves Castaño
Las primeras referencias sobre empatía, según Davis (1980, 1983),
inician con la distinción entre los componentes instintivos y los
intelectuales de la empatía, o bien podría decirse entre los afectivos y
los cognitivos; desde 1759, Adam Smith hace una diferenciación inicial
entre la simpatía (empatía) como una reacción emocional involuntaria
ante las experiencias de otros y la habilidad de reconocimiento de las
emociones de otros, como una experiencia vicaria de lo que le ocurre a
otros. Esta distinción persiste hasta nuestros días.
A partir de su investigación, Fernández- Pinto et al. (2008) concluyen
que la mayoría de los estudios que analizan son clasificados en la visión
cognitiva de la empatía, ya que la conciben
fundamentalmente en la adopción de la perspectiva cognitiva del otro
(cognitive role-taking) […] esta visión de la empatía la sitúa muy cerca del
constructo de teoría de la mente, definido por Gallagher y Frith (2003)
como la habilidad de explicar y predecir el comportamiento de uno
mismo y de los demás atribuyéndoles estados mentales independientes,
tales como creencias, deseos, emociones o intenciones (p.285).
El componente afectivo de la empatía es un sentimiento vicario o
compartido, frente a la experiencia emocional de otra persona; esto
puede llevar a sentimientos y conductas positivas como la compasión y
el altruismo, o a experiencias emocionales negativas, como la angustia
y la aversión (Davis, 1980, 1983; Eisenberg & Strayer, 1987).
En este sentido, “Davis aclara que desde la perspectiva cognitiva se
habla de capacidades o tendencias de la persona; y desde la perspectiva
emocional de la reactividad emocional individual” (Davis, 1980, 1983;
citado por Fernández-Pinto et al. 2008, p. 285).
1.2. Empatía disposicional o situacional
El constructo teórico de la empatía también tuvo un fuerte debate
al pensarla como un efecto reactivo a la situación emocional de otro
o como un asunto meramente cognitivo que implicaba solo una
disposición para la acción.
126
Katharsis
La empatía: ¿un concepto unívoco?
En un estudio con gemelos, Zahn-Waxier, Robinson y Emde (1992)
hallan que los componentes emocionales de la empatía pueden ser
factores disposicionales, debido a que solo en algunas situaciones
especiales una persona se pone en el lugar de otro y experimenta
emociones como la alegría, la tristeza, el miedo, la rabia, ternura u otras
en respuesta a la vivencia de otra persona. Además, según FernándezPinto et al. (2008) solo provocan reacciones empáticas personas con
características específicas relacionadas con la supervivencia (en
situaciones de riesgo) o con vivencias emocionales que presenten
semejanzas con la historia y los aprendizajes previos de la persona que
experimenta la emoción, cognición o respuesta empática.
Los factores situacionales son mediados por las habilidades
cognitivas, que permiten discernir cuál es la acción a seguir frente a la
situación de otros, basado en experiencias anteriores y las reflexiones
del momento.
En síntesis, es posible afirmar, desde un enfoque reactivo, que la
empatía es una respuesta emocional a las situaciones contingentes
de los otros, así como una predisposición para actuar de una manera
determinada ante situaciones emotivas vividas por otros y, en esa
medida, es susceptible de ser aprendida y enseñada. Por tanto, incluye
componentes afectivos o emocionales y cognitivos.
1.3. Modelo integrador de Davis
Un enfoque de amplia aceptación en el mundo académico es el de
Davis (1980, 1983), el cual integra los diversos conceptos existentes
hasta el momento, mostrando que son partes de un mismo fenómeno;
así, conserva la visión de la empatía en su naturaleza cognitiva, pero la
enlaza a la versión emocional, dando a entender que tanto lo cognitivo
como lo emocional son dos caras de una misma moneda. Por tanto,
sustenta que la empatía es un concepto multidimensional, en el cual
se hace necesario evaluar tanto lo instintivo, como los procesos
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Adriana Patricia Muñoz Zapata, Liliana Chaves Castaño
de construcción cognitiva que permiten reconocer la experiencia
emocional del otro a partir de los propios aprendizajes.
En 1996, Davis describe la empatía en términos los siguientes
términos: “conjunto de constructos que incluyen los procesos de
ponerse en el lugar del otro y respuestas afectivas y no afectivas”
(Citado por Fernández-Pinto et al., 2008, p.12).
Este autor construye un instrumento para evaluar la empatía, el
Interpersonal Reactivity Index (IRI), como resultado de un proceso
investigativo que incluye una extensa revisión teórica y la observación
empírica del fenómeno empático; éste ha sido traducido al español y
tiene amplia aceptación en el mundo académico (Pérez-Albéniz, de
Paúl, Etxeberría, Montes & Torres, 2003).
Los diversos componentes de la empatía de acuerdo con el modelo
de Davis son:
Componentes cognitivos
El componente cognitivo busca interpretar y comprender la emoción
de otros. Sus elementos son:
Toma de Perspectiva: que implica buscar una lógica comprensiva
a la situación emocional de los otros (comprender la causa, intensidad y
posibles alternativas de solución a lo que les sucede).
Fantasía: como una apuesta cognitiva de representarse en la
situación de otros, por ejemplo con personajes de cine.
Componentes emotivos
El componente emocional es comprendido por Davis (1980, 1983);
Eisenberg y Strayer, (1987); Mestre Frías y Samper (2004) como:
Preocupación empática: Son los sentimientos de compasión,
preocupación y cariño ante el malestar de otros. Son sentimientos
orientados al otro, que pueden derivar en comportamientos de ayuda.
128
Katharsis
La empatía: ¿un concepto unívoco?
Malestar personal o Distrés: Son las reacciones emocionales
de ansiedad y malestar que la persona experimenta al observar las
vivencias negativas de los demás. Son sentimientos orientados hacia
la propia persona, que generalmente producen una reacción de huida e
ineficacia en la acción hacia el otro.
2. Aportes de la biología
Por ser un comportamiento compartido con otras especies
(especialmente con los mamíferos), la empatía ha sido del interés de
etólogos, genetistas, neurólogos y neuropsicólogos, todos ellos buscando
el origen y asiento de los comportamientos empáticos. Aunque tiende
a hallarse mayor complementariedad en los modelos biológicos, ellos
también evidencian las diferencias en el tratamiento de la empatía:
Desde una perspectiva evolucionista, la empatía es una serie
compleja de estados de ánimo, comportamientos y aprendizajes
heredados (que se pueden desarrollar o inhibir en el contexto social).
La empatía es esencial para la supervivencia de los individuos y de las
especies (Plutchik, 1980, 1985) citado en Plutchik (1987), pues facilita
la supervivencia de las crías, el resguardo de los depredadores, las
actividades de cortejo y los vínculos de los grupos (manadas, bandadas,
cardúmenes, etc.). Los comportamientos empáticos implican una
comunicación emocional entre los individuos y el grupo, así como
una serie de aprendizajes del contexto social en el que se desarrollan
(Plutchik, 1987).
Desde una perspectiva desarrollista, al igual que en los animales,
nuestros comportamientos empáticos tienen como trasfondo generar
cambios en el comportamiento y en la vivencia de otros. Trevarthen
(1984), citado en Plutchik, (1987) sostiene que los bebés son altamente
“sensibles a la calidad afectiva de las respuestas que elicitan de los
adultos... Las expresiones (entre dos sujetos que sienten) pasan a ser
manifestaciones de una conciencia empática y de control mutuo” (p.
55). En la medida en que el cerebro madura, desarrolla la capacidad de
Katharsis—ISSN 0124-7816, No. 16, pp. 123-143—julio-diciembre de 2013, Envigado, Colombia
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Adriana Patricia Muñoz Zapata, Liliana Chaves Castaño
reconocer que las experiencias de otras personas son independientes de
las nuestras y que conservan elementos similares (Clemente & Adrián,
2004).
Posteriormente, a través de los aprendizajes sobre el reconocimiento
de la propia emoción y de las intenciones de los otros, los niños logran
comenzar el proceso de regulación emocional, que en los primeros años
de vida tendrá regulaciones a través de pedidos y normas externas.
A partir de los 10 años, se inicia un proceso paulatino de
comprensión de las necesidades y sentimientos del otro, se desarrollan
estas potencialidades de acuerdo con las condiciones neurológicas de la
persona (herencia y madurez cerebral), a la forma en que es rodeada de
prácticas sociales y culturales, en su medio familiar, social y educativo,
que le permiten el desarrollo de un sistema inferencial de causaconsecuencia, en el cual va desarrollando un sentido de representación
del otro, por medio de un aprendizaje significativo. Este proceso de
desarrollo emocional llegará a su mayor nivel de desarrollo al finalizar
la adolescencia (Eisenberg, Carlo, Murphy & Van Court, 1995; Clemente
& Adrián, 2004).
Desde esta perspectiva, la empatía es parte del desarrollo emocional
de las especies, donde “las emociones son cadenas complejas de
sucesos con eslabones de retroalimentación estabilizadora” (Plutchik,
1987, pág. 56), lo cual hace que la respuesta empática sea multicausal,
pues no solo depende de la capacidad de experimentar razonamientos
y emociones sobre las contingencias de los otros, sino que depende de
los sucesos mismos, en los que la respuesta de los otros es esencial
para elegir la acción más apropiada a manera de ayuda sobre lo que les
acontece.
Desde una perspectiva localizacionista, en las últimas décadas los
avances de las neurociencias han llevado a investigar el funcionamiento
cerebral en actividades específicas, incluso sobre el procesamiento
emocional y con él, se ha observado el comportamiento empático. A
130
Katharsis
La empatía: ¿un concepto unívoco?
través de diversas investigaciones, los neurocientíficos evidencian
que estamos equipados biológicamente para ser empáticos, como una
estrategia de supervivencia que permite construir lazo social, en esta
medida la empatía nos facilita acercarnos a otros, comprender y sentir
como ellos.
Estos estudios han identificado como áreas de procesamiento
emocional, especialmente ligadas con la empatía como el lóbulo
prefrontal medial, lóbulo temporal, surco temporal superior, lóbulo
parietal inferior y estructuras límbicas:
la ejecución exitosa de las distintas capacidades y funciones implicadas
en el fenómeno de la empatía depende de una red neural amplia en la que
están implicadas distintas áreas cerebrales en las que se procesarían
distintos tipos de información […] proponen el córtex prefrontal medial
como la zona central en la que se produciría la conexión o vinculación
de la información cognitiva a las emociones, proceso central para
experimentar empatía (Fernández-Pinto et al., 2008, p. 290).
Un aporte de las neurociencias, que actualmente goza de gran
popularidad, es el descubrimiento de las neuronas espejo, las cuales
tienen por finalidad básica el reconocimiento y la comprensión de las
acciones y expresiones gestuales de los demás, para orientar la respuesta
hacia conductas empáticas y relaciones interpersonales basadas en el
reconocimiento de los otros (de sus intenciones, necesidades, emociones
y afectos). Los autores más destacados en este sentido son: Decety &
Jackson (2004); Shamay-Tsoory et al. (2004); Rizzolatti & Singaglia
(2006).
El descubrimiento de las neuronas espejo ha permitido reconocer
que existe un mecanismo perceptivo encargado de observar a
otras personas mientras realizan diversas actividades intentando
comprender sus intenciones y se ha comprobado que las personas más
empáticas presentan mayor actividad en las neuronas espejo (Moya
Albiol, Herrero & Bernal, 2010).
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3. Los abordajes actuales sobre la empatía
Más allá de hallar como diferentes o contradictorios los elementos
que componen la empatía, las implicaciones históricas de la diversidad
de disciplinas que han reflexionado sobre el asunto, hicieron que,
aunque se logren reconocer elementos en común, persistan versiones
complemente diferentes sobre el contenido del concepto y sus
implicaciones; prueba de ello son las siguientes líneas de desarrollo que
ha tenido:
3.1. Empatía como habilidad comunicativa
Al referirse a la comunicación, autores como Matamoros (2000)
sostienen que ésta debe cumplir unos requisitos básicos para que sea
de buena calidad; la empatía es uno de ellos. Vista como una forma de
comunicación positiva, la empatía se halla inmersa en el discurso médico,
en la relación con los pacientes (Otero, 2008), en el medio académico,
como la posibilidad de comprender los procesos del estudiante (Parra,
Gomariz y Sánchez, 2011), y en otras áreas en las que se hace esencial
comprender algunos de los procesos que otros están viviendo.
En los modelos de funcionamiento familiar (Olson, Russell &
Sprenkle, 1979; Estévez, Musitu & Herrero, 2005; Jiménez, 2006;
Martínez-Pampliega, Iraurgi, Galíndez & Sanz, 2006; MendozaSolís, Soler-Huerta, Sainz-Vásquez, Gil-Alfaro, Mendoza-Sánchez &
Pérez-Hernández, 2006; Chaves Castaño & Restrepo Ochoa, 2006;
Martínez-Ferrer, Murgui-Pérez, Musitu-Ochoa & Monreal-Gimeno,
2008; López, Barrera, Cortés, Guines & Jaime, 2011), la empatía es
comprendida como una habilidad comunicativa que facilita la cohesión
y la adaptabilidad del grupo familiar, opera a manera de agente
movilizador, estableciéndose una relación causal, en la que a mejor
comunicación familiar mejor funcionamiento familiar. A este respecto,
Rodrigo (1999) insiste en que “si en el seno de una familia sus miembros
no tienen empatía entre sí, es muy probable que las relaciones familiares
se deterioren más fácilmente” (p.4).
132
Katharsis
La empatía: ¿un concepto unívoco?
Chaves y Restrepo (2006) reconocen que
las habilidades positivas para la comunicación familiar, tales como
la empatía, los comentarios de apoyo, la escucha atenta, entre otros,
facilitan a las parejas y las familias compartir los cambios en sus
necesidades y preferencias, respecto a sus formas de interacción
(cohesión y adaptabilidad) (p.22).
En este aspecto coinciden con las investigaciones de Rabazo (1999),
quien agrega las habilidades en la resolución de problemas cotidianos
que se desarrollan como consecuencia de una comunicación positiva.
Como todo proceso de comunicación, la empatía implica un juego
entre emisor y receptor, en el que debe existir escucha activa por
parte del receptor y habilidades del emisor para hacerse comprender,
libertad de expresión, claridad de expresión, continuidad, respeto y
consideración (Martínez-Pampliega et al., 2006). Dichos elementos
pueden estar presentes en comunicaciones verbales y no verbales
(Rabazo, 1999). En estos términos, la empatía estaría implícita en la
escucha, en la intención frente al mensaje recibido, en las acciones que
surgen como respuesta al acto comunicativo, generando un clima que
posibilita el encuentro humano.
3.2. Empatía como competencia ciudadana
De acuerdo con Ruiz y Chaux (2005), uno de los grupos de
competencias ciudadanas que mayor importancia han retomado
tras numerosos estudios en los últimos años son las emocionales:
“Entendemos aquí las competencias emocionales como las capacidades
necesarias para identificar las emociones propias y las de los otros y
responder a ellas de forma constructiva” (p. 40).
Estos autores, al igual que Orjuela et al.(2010), Melgarejo y Ramírez
(2006), incluyen a la empatía dentro de este grupo, y le dan una gran
importancia señalando que ella es la base para la interacción con las
demás personas, en la medida en que permite reconocer y nombrar
los estados emocionales de los otros. Al mismo tiempo, evidencian
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implícitamente su componente emocional al decir: “la empatía requiere
también involucrarse con los estados emocionales de otras personas.
Es poder sentir y compartir el dolor ajeno, o su alegría”. (Ruiz & Chaux,
2005, p. 42).
Melgarejo y Ramírez (2006) explican que la exposición a la violencia
en los contextos familiar, escolar y social, disminuyen los niveles de
empatía, y con esta “menor será el nivel de estas competencias para
actuar de manera constructiva en la sociedad” (p. 19).
Desde las competencias ciudadanas, el estudio de la empatía cobra
importancia en el contexto escolar porque estudios preliminares en
diferentes partes del mundo han demostrado que:
a. La empatía está relacionada con la conducta prosocial, por tanto
motiva a las personas a tener comportamientos de ayuda, cuidado,
evitar el daño a otro, buscar conciliar diferencias y pedir perdón
cuando se reconocen equívocos; aumenta la independencia en la
toma de decisiones y mejora la salud mental. En general, mejora
la regulación emocional y el encuentro con los demás. Se halla
positivamente relacionada con procesos imaginativos, flexibilidad
mental, creatividad, aceptación de ayuda y adaptabilidad (Davis,
1980, 1983; Eisenberg & Strayer, 1987; Hoffman, 1981, 2000;
Clemente & Adrián, 2004; Ruiz & Chaux, 2005; Garaigordobil &
García, 2006; Martínez-Ferrer et al., 2008; entre otros).
b. Los bajos niveles de empatía se hallan relacionados con conductas
disruptivas o antisociales, descuido de las normas y escaso
reconocimiento de las situaciones que viven otros, dificultad para
establecer relaciones de amistad, incluso con bajos niveles de
rendimiento escolar (Eisenberg & Strayer, 1987; Hoffman, 1981,
2000; Clemente & Adrián, 2004; Ruiz & Chaux, 2005; MartínezFerrer et al., 2008; Musitu, Jiménez& Povedano, 2009, entre otros).
Las competencias emocionales, como parte de las competencias
ciudadanas, son indispensables en el contexto escolar debido a que
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Katharsis
La empatía: ¿un concepto unívoco?
los niños, niñas y jóvenes que se encuentran en la escuela se hallan
en un proceso de formación, al final del cual deben saberse comportar
adecuadamente en sociedad y esto implica actuar en el marco de los
deberes y derechos que tienen como ciudadanos, al mismo tiempo
que reconocer y valorar la existencia de otros y otras con las mismas
garantías y obligaciones que los cobijan (Ministerio de Educación
Nacional de Colombia, 2003).
3.3. Empatía como parte de la inteligencia emocional
La inteligencia emocional es un constructo teórico que, al igual que la
empatía, ha tenido bastante controversia; por ser un concepto reciente
(Salovey & Mayer, 1989-1990; Mayer, Salovey, Caruso & Sitarenios,
2001; Mayer, Salovey & Caruso, 2002; Salovey, Mayer, Caruso & Yoo,
2002; Mestre, Guil, Mestre, 2005; Mestre, Gil-Olarte, Guil & Núñez,
2006; Gilar, Miñano & Castejón, 2008; Fernández, 2009), los debates
teóricos aún se encuentran sobre la mesa sin llegar todavía a un enfoque
integrador.
El concepto inteligencia emocional es creado por Salovey y Mayer
(1989-1990) quienes la definían como la “habilidad para manejar los
sentimientos y emociones propios y de los demás, de discriminar entre
ellos y de utilizar esta información para guiar el pensamiento y la acción
de uno mismo y de los demás” (citados por Candela, Barberá, Ramos,
López y Sarrió, 2002, p. 4).
Además, plantean un modelo explicativo de la inteligencia
emocional que comprende cinco capacidades: reconocimiento de las
propias emociones, control emocional, capacidad de motivarse a uno
mismo, empatía y habilidades sociales. En sus planteamientos se hace
evidente que la inteligencia emocional comprende dos vertientes, una
intrapersonal y la otra interpersonal.
Posteriormente, Mayer et al. (2002) plantean cuatro ramas de
la inteligencia emocional: percibir, usar, entender y manejar las
emociones. En estos términos, la empatía formaría parte de la capacidad
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de entender las emociones de otros y manejar las propias de manera
tal que pueda hacerse de la emocionalidad un punto de conexión con
otros, usándola de manera prosocial.
Como una parte facilitadora de la interacción con los demás, la
empatía tiene valor en el constructo de la inteligencia emocional, que
supone una habilidad para percibir, evaluar y actuar de acuerdo con las
emociones de los demás; también favorece la regulación emocional al
tomar en cuenta el impacto de los propios actos sobre los demás.
La empatía también ayuda a la adaptación, pues permite tener
acciones sociales congruentes con el estado emocional, las acciones y
las intenciones de los demás. En otras palabras, favorece actitudes de
intuición, responsabilidad y conexión (Mayer et al., 2001; Candela et
al., 2002; Mestre et al., 2005; Mestre et al., 2006; Gilar et al., 2008;
López et al., 2011). En este sentido se relaciona la empatía, la inteligencia
emocional y las competencias sociales, debido a que mediante la
inteligencia emocional (en su componente relacionado con la empatía)
es posible influenciar las acciones de otros, resolver conflictos, tener
liderazgo, desarrollar habilidades para el trabajo en equipo, como la
cooperación y la tolerancia, entre otras.
Por último, es necesario reconocer que las mujeres puntúan más
alto en las pruebas de inteligencia emocional, precisamente porque
puntúan más alto en el componente empático (Cortés, Barragán &
Vázquez, 2000; Candela et al., 2002; López et al., 2011).
3.4. Empatía como representación del mundo. La “teoría de la
mente”
Fernández-Pinto et al. (2008) en su estudio citan a Hogan (1969),
quien define la empatía como “un intento de comprender lo que pasa
por la mente de los demás o, en otras palabras, como la construcción
que uno mismo tiene que llevar a cabo sobre los estados mentales
ajenos”. (p. 285). Ellas actualizan la propuesta de Hogan, afirmando
que coincide con importantes hallazgos de algunos estudios recientes.
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Katharsis
La empatía: ¿un concepto unívoco?
Tales apreciaciones coinciden con la “Teoría de la mente” (TMo) que
es un constructo que va mucho más allá de la empatía, aunque se halla
íntimamente ligada a ésta. Cuando nos referimos a la TMo, hablamos
de “la habilidad para comprender y predecir la conducta de otras
personas, sus conocimientos, sus intenciones y sus creencias” (TirapuUstárroz, Pérez-Sayes, Erekatxo-Bilbao & Pelegrín-Valero, 2007, p.
479); a lo que Téllez-Vargas (2006) suma los sentimientos en el otro.
La “Teoría de la Mente” permite, tanto en humanos como en
primates, acordar “acciones en beneficio de la comunidad social o
utilizar estrategias para engañar al enemigo. Cooperar y también
competir con los congéneres requiere, en cierto modo, explorar,
anticipar y manipular el comportamiento ajeno” (Tirapu-Ustárroz et
al., 2007, p. 479).
De acuerdo con Tirapu-Ustárroz et al. (2007), se han utilizado
diversos conceptos refiriéndose al mismo fenómeno, “como ‘Teoría
de la mente’, ‘cognición social’, ‘mentalización’, ‘psicología popular’,
‘psicología intuitiva’ o ‘conducta intencional’” (p. 479).
Al igual que la “Teoría de la Mente”, la empatía implica factores
cognitivos y emocionales. A diferencia de la “Teoría de la Mente”, la
empatía tiene fines sociales en tanto que promueve las conductas
prosociales (de ayuda), mientras que la “Teoría de la Mente” hace
referencia a una habilidad ‘heterometacognitiva’, en la medida en que
implica que un sistema cognitivo logre reconocer los contenidos de
otro sistema cognitivo diferente al suyo (Crespo, 2000; García, 2008;
Salcedo-Albarán, Zuleta, Rubio & De León, 2006; Téllez-Vargas, 2006).
En última instancia, la “Teoría de la Mente” es una meta-representación,
una cognición de una cognición.
Dentro del mismo modelo surgen diferencias, pues Völlm, Taylor,
Richardson, Corcoran, Stirling, McKie, Deakin y Elliot, (2006)
se refieren a la “Teoría de la Mente” como la habilidad de atribuirle
estados mentales a otros y a la empatía como la habilidad de inferir
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experiencias emocionales que son importantes en la cognición social,
en alguna medida restándole a la empatía su carácter cognitivo.
Gran parte de la comprensión de la “Teoría de la Mente” surge del
estudio de patologías como el asperger, el autismo, y la alexitimia, en
las que las alteraciones en el funcionamiento cerebral permitieron
identificar áreas cerebrales, como la amígdala y la corteza prefrontral,
como centrales en la producción de la Teoría de la Mente (ToM) y por
tanto de la empatía (Téllez-Vargas, 2006).
Niveles de expresión de la teoría de la mente: Se reconocen
los siguientes, de acuerdo con Tirapu-Ustárroz et al. (2007):
Reconocimiento facial de emociones: En especial las emociones
negativas de miedo, ira, rabia y tristeza.
Creencias de primer y segundo orden: las cuales llevan a establecer
el orden lógico de las acciones de otros y a inferir los resultados de
acciones que no pueden ver.
Comunicaciones metafóricas e historias extrañas: ironía, mentira
y mentira piadosa: capacidad de comprender las palabras y acciones
en un contexto específico, que puedan alterar el sentido que tuviesen
en otros escenarios.
Meteduras de pata: es la capacidad para comprender situaciones
sociales complejas en las que la persona debe ponerse en el lugar de los
diferentes protagonistas.
Expresión emocional a través de la mirada: identificación de la
emoción que expresa un gesto facial, es un asunto netamente empático,
pues a partir del gesto se promueve la respuesta de ayuda, de huida, o
se crean razonamientos lógicos para la toma de decisión sobre la acción
más conveniente en cada caso.
Empatía y juicio moral: hace referencia a los motivantes evolutivos
que nos llevan a ser empáticos y que se ponen en juego generando
juicios personales o impersonales basados en los fenómenos sociales
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Katharsis
La empatía: ¿un concepto unívoco?
de ingroup-outgroup, haciendo que sea más fácil tener una respuesta
de ayuda a personas con las que se tengan vínculos de cercanía, de
afecto o características en común. Implica un nivel de observación y
razonamiento mayor y es el punto culmen de la empatía, pues en toda
decisión moral está la relación que se establece con los otros, con sus
pensamientos, sentimientos, emociones y el impacto en la vida que
puede generar un acto específico.
4. Conclusiones
En el acercamiento al concepto de empatía, se encuentran muchos
autores con diversos enfoques, todos ellos hablan de la importancia del
reconocimiento de los sucesos emocionales y contingentes de la vida de
los otros, como el núcleo común y unificador del concepto de empatía;
sin embargo, el lugar desde el que lo hacen demuestra profundas
diferencias.
Desde los inicios del uso del término empatía se hallan estas
diferencias, las cuales parecen ser salvadas por el modelo integrador
de Davis (1980, 1983) cuando evidencia que la empatía tiene tanto
componentes cognitivos como emocionales, lo cual era el centro del
debate hasta el momento.
En la actualidad las discrepancias no se hallan en pensar si es
un fenómeno cognitivo o emocional, sino en verla como una parte
de la representación del mundo (Teoría de la Mente), una habilidad
comunicativa, una competencia ciudadana o un componente de la
inteligencia emocional, puesto que aunque tiene un núcleo común que
tiende hacia la unificación del concepto, el abordaje que se hace sobre
sus alcances lleva a establecer marcadas diferencias, de tal forma que
cuando se hace alusión al término empatía, es necesario aclarar desde
dónde se habla de él.
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Búsqueda de orígenes:
reencuentros
la triada: familia biológica...
Katharsis–Institución
Universitaria
deen
Envigado
Búsqueda de orígenes: reencuentros
en la triada: familia biológica, hija(o)
y familia adoptante en la ciudad de
Medellín*
The Search for Origins: reencounters in the triad: birth family,
daughter (son) and adopter family in Medellin.
Isabel Cristina Villa González**
Angie Correa Mejía
Sara Correa Gómez
Sara Páramo Velásquez
Verónica Pérez Ricaurte***
Resumen
Este artículo desarrolla algunos aspectos de la adopción, centrándose principalmente
en las repercusiones emocionales y en los vínculos afectivos del reencuentro de la
triada: familia adoptiva, hijo/hija adoptada y familia biológica. Objetivo: Comprender
la experiencia emocional y las repercusiones en los vínculos afectivos que produce el
reencuentro. Método: Diseño cualitativo, enfoque fenomenológico de tipo descriptivo
con 7 familias participantes. Resultados: El reencuentro ha contribuido a la (re)
estructuración de una identidad personal y social positiva de las personas adoptadas
entrevistadas, ha posibilitado una (re)valorización de los vínculos afectivos
familiares, ha permitido la (re)significación de la condición de persona adoptada y
*
El presente artículo corresponde a los resultados de investigación finalizado del proyecto
titulado: Búsqueda de orígenes, Una mirada comprensiva sobre las repercusiones emocionales en los vínculos afectivos del reencuentro en la triada: familia biológica, hija(o),
familia adoptante. Fue presentado en el XXXIV Congreso Interamericano de Psicología,
Brasilia-Brasil el 17 de Julio de 2013. Los resultados parciales fueron publicados en las
memorias del V seminario internacional de familia, educación y cambio. “miradas desde
la intervención/actuación hacia la transformación de conflictos familiares y sociales” en
Manizales-Colombia en abril de 2013.
** Psicóloga, Magister en Psicología, Especialista en Familia, Docente Titular Facultad de Psicología,
Escuela de Ciencias Sociales, Universidad Pontificia Bolivariana, Medellín (Colombia). La correspondencia relativa a este artículo debe dirigirse a [email protected]
*** Auxiliares de investigación, estudiantes de pregrado de la Facultad de Psicología, Universidad
Pontificia Bolivariana, Medellín (Colombia).
Katharsis—ISSN 0124-7816, No. 16, pp. 147-178—julio-diciembre de 2013, Envigado, Colombia
147
Isabel C. Villa G., Angie Correa M., Sara Correa G., Sara Páramo V., Verónica Pérez R.
un nuevo sentido frente a las creencias de rechazo o abandono en ellos. Conclusión:
el reencuentro entre hijos adoptivos y sus familias de origen es un derecho y una
estrategia positiva que contribuye al sano desarrollo de los niños y niñas adoptados,
en especial, cuando se cuenta con el apoyo profesional, institucional y de la familia
adoptiva.
Palabras Clave: familia, reencuentro, identidad, adopción, vínculos familiares.
Abstract
This article develops some aspects of adoption, primarily focusing on the emotional
impact and the emotional ties of the reunion of the triad: adoptive family, adopted
son/daughter and biological family. Objective: To understand the emotional
experience and the impact on the emotional ties that the reunion produces. Method:
Qualitative Design, descriptive phenomenological approach with 7 participating
families. Results: The reunion has contributed to the (re) structuring of a positive
personal and social identity of the adopted people interviewed, it has enabled a (re)
valorization of family affective bonds, it has allowed the (re) signification of the
adopted personhood and a new sense against the beliefs of refusal or neglect in them.
Conclusion: the reunion between adopted children and their birth families is a right
and a positive strategy that contributes to the healthy development of the children
adopted, especially when you have the professional, institutional and adoptive family
support.
Keywords: family, reunion, identity, adoption, family ties.
Introducción
El estudio fue realizado en la ciudad de Medellín, entre el 2012 y
2013, y estuvo orientado a comprender la experiencia emocional y las
repercusiones en los vínculos afectivos cuando se produce el reencuentro
entre un hijo(a) adoptado(a) y su familia biológica, incluyendo las
repercusiones relacionadas con la familia adoptiva. A su vez, busca
identificar las necesidades de acompañamiento pos adopción, tanto
profesional como institucional, a las familias y los hijos adoptivos a
lo largo del ciclo vital de estos, y en especial, cuando se interesan por
comenzar la búsqueda de sus propios orígenes, situación que en algunas
ocasiones llega hasta el encuentro real e incluso al establecimiento de
vínculos familiares cercanos y recurrentes con la familia biológica.
148
Katharsis
Búsqueda de orígenes: reencuentros en la triada: familia biológica...
Es importante para la sociedad, las instituciones y el Estado,
el cuidado y la protección de los niños y adolescentes como futuro
de la cultura, en especial, cuando se encuentran en condiciones de
vulnerabilidad o abandono. La adopción es uno de los mecanismos
más efectivos para garantizar la restitución de la familia como derecho
inalienable de las nuevas generaciones, y la calidad y acompañamiento
institucional de este proceso debe ser un asunto prioritario para el
Estado y la legislación que lo regula.
La base del derecho a la familia se fundamenta en la consigna del
Artículo 44 de la Constitución Política de Colombia (1991) que define:
Son derechos fundamentales de los niños: la vida, la integridad física,
la salud y la seguridad social, la alimentación equilibrada, su nombre
y nacionalidad, tener una familia y no ser separados de ella, el cuidado
y amor, la educación y la cultura, la recreación y la libre expresión de
su opinión. Serán protegidos contra toda forma de abandono, violencia
física o moral, secuestro, venta, abuso sexual, explotación laboral
o económica y trabajos riesgosos. Gozarán también de los demás
derechos consagrados en la Constitución, en las leyes y en los tratados
internacionales ratificados por Colombia. La familia, la sociedad y el
estado tienen la obligación de asistir y proteger al niño para garantizar
su desarrollo armónico e integral y el ejercicio pleno de sus derechos.
Cualquier persona puede exigir de la autoridad competente su
cumplimiento y la sanción de los infractores (p.3).
En los casos en que los niños deben ser institucionalizados, el Estado
es responsable de evaluar y aprobar las condiciones de adoptabilidad
de los niños, niñas y adolescentes y quien establece los mecanismos
bajo los cuales se corrobora el cumplimiento de todas las condiciones
de la familia solicitante de la adopción.
Según cifras del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF),
unos 40 mil niños ha sido dados en adopción (39.723 entre 1997 y 2011),
casi el 60% (23.428) se va al exterior, y solo 40% (16.540) se queda en
hogares colombianos. Colombia es uno de los siete países del mundo
que más niños entrega en adopción internacional, junto con China,
Rusia y Corea y, actualmente, es el primer emisor en América Latina.
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Isabel C. Villa G., Angie Correa M., Sara Correa G., Sara Páramo V., Verónica Pérez R.
Durante el 2011, fueron aprobadas 227 adopciones, de los cuales 68 se
quedaron con familias colombianas, 49 con italianas, 34 con francesas,
27 con españolas, 14 con holandesas, 12 con alemanas y 9 con
norteamericanas. En 2012 fueron adoptados 353 niños en Medellín,
Antioquia, las edades oscilaban entre los 0 meses de edad y los 7 años.
Aún no hay reporte definitivo, pero en 2013 las cifras son similares.
Las condiciones de bienestar y cuidado a los que se compromete
la familia adoptante, implica la atención de todas las necesidades
físicas, emocionales y psicológicas del hijo(a) durante todas las etapas
del desarrollo, incluso las que corresponden a las necesidades de
información y conocimiento acerca de su historia previa a la adopción
y de sus orígenes familiares, étnicos y culturales. Respecto a esto, la ley
colombiana de adopción, en su Lineamiento Técnico, expedido el 6 de
septiembre de 2012 y titulado: el Rencuentro con la Familia de Origen,
que, a su vez, atiende lo prescrito en la Ley 1098 de 2006, respecto al
artículo 76, valida el derecho del adoptado a conocer familia y origen,
define:
Sin perjuicio de lo dispuesto en el artículo anterior, toda persona
adoptada tiene derecho a conocer su origen y el carácter de su vínculo
familiar. Los padres juzgarán el momento y las condiciones en que no
resulte desfavorable para el niño, niña o adolescente conocer dicha
información (p.5).
En este sentido, la ley define que la persona adoptada que llega a
la mayoría de edad tiene derecho a conocer la información disponible
sobre sus antecedentes familiares y sociales y las circunstancias
que rodearon la adopción. Para ello, presentará una solicitud por
escrito a la Subdirección de Adopciones, la cual le informará sobre el
procedimiento a seguir.
En todo caso, respecto a la historia pre adoptiva, mientras la
información y comunicación acerca de la condición de adopción
es abierta y natural desde temprana edad en la adopción abierta (la
modalidad más usada en Norteamérica y varios países nórdicos y
150
Katharsis
Búsqueda de orígenes: reencuentros en la triada: familia biológica...
de Europa), en la adopción cerrada (modalidad aceptada y legislada
en Colombia), la información sobre el origen y los antecedentes pre
adoptivos es menos accesible y las posibilidades de hallar todas las
respuestas a sus preguntas pueden convertirse en un camino largo y
difícil, que trae consigo temores, fantasías, frustraciones, expectativas
y un sinnúmero de experiencias emocionales y relacionales complejas,
tanto para el hijo adoptado como para su familia adoptiva, que puede
estar menos preparada para enfrentar o apoyar a su hijo cuando este se
inquieta por conocer acerca de sus orígenes.
En la Adopción abierta, los padres adoptivos conocen todos los
antecedentes de origen de sus hijos, pueden mantener comunicación
fluida y eficaz con la familia biológica, antes durante y después de la
adopción, he incluso, realizar acuerdos de contacto telefónico, por
correo, encuentros periódicos, ocasionales o permanentes o, incluso,
el establecimiento de relación de estos con el niño (a) durante todo el
ciclo vital de la persona entregada en adopción (Snow & Covell, 2006).
La posibilidad de mantener el contacto se convierte en un recurso
para que las personas adoptadas puedan construir su realidad sin tener
que obviar su verdadero origen (Millen y Roll, 1985).
El acompañamiento institucional y profesional es definitivo en
estos procesos y como recurso personal podría apoyar la estabilidad
emocional del niño (a) y su sano desarrollo, siempre que sea empleado
y asumido de manera adecuada.
Los defensores de la apertura, han argumentado que el contacto
entre los hijos e hijas adoptivas y sus padres biológicos, ayuda a los
niños adoptados en el desarrollo de un sentido más fuerte de identidad
(Bertocci & Schechter, 1991; Berge, Mendenhall, Wrobel, Grotevant &
McRoy, 2006).
Para la antropología y la etnografía, la adopción es, en sí misma,
un objeto de estudio que ejemplifica las concepciones culturales de
cada época. Como por ejemplo la “supremacía de la familia nuclear y la
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Isabel C. Villa G., Angie Correa M., Sara Correa G., Sara Páramo V., Verónica Pérez R.
vulnerabilidad del niño”, propias de los finales del siglo XIX (Howell,
2009a, p.35). En cuanto a las experiencias de reencuentro, son una
oportunidad para identificar la relevancia del “parentesco social”
y afectivo sobre el parentesco “biológico”, y la forma como la trama
narrativa que se teje en esas nuevas conversaciones, permite nuevas
relaciones entre estos parentescos. Como lo plantea Yngvesson (2005),
es un encuentro donde se juntan dos pisos predominantes: una historia
de abandono y una historia sobre las raíces; una historia sobre la pérdida
y la transformación de la pérdida que reclama por reconstruirse y que
desde los principios éticos, sustenta el movimiento de búsqueda en las
adopciones nacionales e internacionales, y le da piso a los argumentos
para el debate sobre los documentos sellados, así como el movimiento
para mantener las adopciones abiertas.
De igual forma, las reuniones son una oportunidad para resolver
los vacíos y las interrupciones biográficas que, a causa de la separación
temprana, ocurren en la memoria de quienes lo viven (Carsten, 2000;
Howell, 2009a). Howell (2009a) enfatiza que la razón fundamental
que explica la alta prevalencia de los casos de adopción ocurre,
principalmente, para proveer a las parejas sin hijos con progenie social,
y para proporcionar herederos a una propiedad de la persona de la pareja.
Por ende, es de suponer que la falta de los niños disponibles a nivel
local es la explicación para el aumento de la prevalencia de adopciones
internacionales. De igual manera, la adopción, y especialmente la
internacional, plantea preguntas importantes a cerca del parentesco, la
biología y la pertenencia, y sobre la política de las naciones que envían
y reciben, pues ésta, en algunos casos, está atravesada por fenómenos
de discriminación racial, étnica, política y económica. De tal forma que
las adopciones cerradas de niños provenientes de países pobres, por
personas de países ricos, pueden favorecer la ruptura tajante con las
historias de origen, que, en sí mismas, violentan los derechos de los
niños a su origen étnico y cultural (Howell, 2009b).
152
Katharsis
Búsqueda de orígenes: reencuentros en la triada: familia biológica...
Por su parte, Jones y Hackett (2007) aseguran que la política y la
práctica en materia de transparencia en la adopción han cambiado
sustancialmente en los últimos 30 años. Hay un creciente cuerpo de
investigación empírica que apoya la apertura estructural y comunicativa,
y existe un consenso generalizado acerca de que la apertura comunicativa
es deseable dentro de las familias adoptivas. A pesar de esto, los mismos
autores exponen: “no hay pruebas de que algunos padres adoptivos y sus
hijos adoptivos luchan por alcanzar el nivel de apertura comunicativa a
la que aspiran” (Jones & Hackett, 2007, p. 157).
Los investigadores argumentan que cuando esta comunicación es
efectiva y positiva, se abre un proceso continuo de información que
con base en la naturalidad entre las partes de acompañar este proceso,
transmiten al niño adoptado unas fortalezas de identidad y seguridad,
que ayudan a su vez a crear un apego seguro que se evidencian en las
relaciones interpersonales, siendo así coherentes con el beneficio del
bienestar y desarrollo del niño y estos a su vez se verán reflejados en
todas las etapas de su vida (Berge, et al.,2006; Bertocci y Schechter,
1991; Thriseliotis, 1993).
Muchos hijos adoptivos emprenden las tareas de búsqueda de esta
información con o sin el apoyo de sus familias o de las instituciones de
adopción, a través de la lectura de su expediente y los contactos con las
redes de información que les permita conocer su historia y acceder a la
información sobre su vida antes de integrarse en su familia adoptiva,
saber si fueron abandonados o responsablemente confinados a otras
personas, conocer el motivo por el cual esto ocurrió, reconstruir, en
la medida de lo posible, lo que sucedió desde ese momento hasta que
llegaron a su familia adoptiva.
El fenómeno creciente de búsqueda de orígenes por parte de los
hijos adoptivos en el mundo, ha llamado la atención de las autoridades
e instituciones que regulan esta medida y ha suscitado el interés de
los investigadores en ciencias sociales, hallándose cada vez mayores
evidencias de la necesidad de fortalecer los servicios pos adopción que
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Isabel C. Villa G., Angie Correa M., Sara Correa G., Sara Páramo V., Verónica Pérez R.
favorezcan las condiciones de búsqueda y encuentro, y garanticen que
este se dé con éxito, beneficiando a todas las partes involucradas en un
proceso tan sensible y relevante para la vida de los hijos adoptados y
sus familias.
La búsqueda de orígenes se ha conceptualizado como “el proceso que
realizan las personas adoptadas para conocer, conectar y relacionarse
con personas significativas de su familia biológica o su cultura de
origen” (Ortiz & Rosso, 2007, p. 336). Este proceso puede comenzar a
temprana edad, cuando los niños despiertan el interés por información
sobre sus orígenes, quieren saber más de su familia biológica y cómo
fue este proceso de adopción.
Hace unos años, para muchos de los padres adoptivos y los hijos
adoptados, hablar sobre sus orígenes era sinónimo de secreto, tabú
o perjuicio. Actualmente esta situación ha venido cambiando y la
apertura en la comunicación ha ido permeando y resolviendo los tabúes
al respecto, lo que ha permitido a estas personas cuestionarse más
libremente y aclarar su historia personal, asunto que puede implicar
desde conversaciones profundas con sus padres adoptivos, hermanos y
otros allegados, hasta la lectura del expediente de adopción, o incluso
el encuentro cara a cara y la posibilidad de que se generen nuevas
vinculaciones con familiares biológicos.
Amorós, Fuertes y Paula (1996) plantean que “Todos los seres
humanos sienten la necesidad de conocer sus orígenes para forjar su
identidad y desarrollarse en las mejores condiciones posibles” (p. 107).
El término búsqueda de los orígenes cubre el conjunto de pasos que
una persona adoptada emprende para retomar contacto con su pasado
pre-adoptivo. Generalmente, el niño adoptado no solo desea conocer
la identidad de su padre y su madre de origen, sino que también desea
(y a veces únicamente) obtener informaciones generales (a veces sin
necesidad de identificar a una persona en concreto) sobre la comunidad
socioeconómica de origen en la que vivió hasta que entró a formar parte
de su familia adoptiva.
154
Katharsis
Búsqueda de orígenes: reencuentros en la triada: familia biológica...
La búsqueda de orígenes está orientada a la integración de la
información para la reconstrucción de la historia personal, pues
permite a las personas interpretar las nuevas voces e historias sobre su
existencia. La integración progresiva de las nuevas personas, historias,
relatos e información de origen posibilita una mayor coherencia en las
narrativas personales que delimitan la identidad propia y permiten
afianzar los sentimientos de valía personal de manera progresiva,
como lo afirma Loizaga (2010): “El origen biológico forma parte de la
identidad del individuo porque lo individualiza y lo distingue de otros
seres humanos” (p. 361).
Por otro lado, el acompañamiento profesional es un recurso
importante para que dicha integración de sé de manera más fluida y
sana, dado que la información recibida y los encuentros vivenciados
pueden desajustar de manera significativa el mundo afectivo del hijo y,
por ende, repercutir de manera significativa en sus vínculos previos y
en las nuevas relaciones (Nisbett & Ross, 1989).
Según Penny (1998), citado en Loizaga (2010) las fases que atraviesan
las personas adoptadas para elaborar su propia identidad son: primero,
la negadora: la adopción es considerada una influencia positiva en su
vida. La segunda es aquella donde se dan sentimientos de rechazo,
resentimiento y tristeza por la adopción, la experiencia de abandono o
pérdida se vuelve más vívida. La tercera, el conocimiento emergente,
considerando la adopción, donde el adoptado reconoce las pérdidas
de la adopción pero también sus logros y beneficios. Por último, el
encuentro en paz, donde el sujeto ha trabajado su realidad y llega un
momento de serenidad, integración y mayor coherencia interna. Es
favorable al proceso que la persona adoptada que está realizando la
búsqueda de origen, esté acompañada por sus familiares y pareja, y
que estos estén enterados de lo que hace, porque es muy importante la
participación de ellos en dicho proceso, pues se favorece la seguridad al
recibir el apoyo de sus seres queridos.
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Los mayores motivos de búsqueda del hijo adoptado están
relacionados básicamente con la genética y la necesidad de resolver las
preguntas por su historia pre adoptiva y sus sentimientos de pérdida
o falta. Los estudios sugieren que el afrontamiento de los momentos
vitales más significativos, suelen ser el motor de la búsqueda de los
orígenes personales: la enfermedad o muerte de un pariente cercano, la
muerte de alguno de los padres adoptivos, el embarazo, el nacimiento
de un hijo, la separación o divorcio y, en general, las situaciones que
puedan generar sentimientos de soledad, vulnerabilidad o pérdida.
La preocupación por el bienestar de la madre biológica, así como
recuperar el periodo de vida que habían perdido por la separación, son
otros motivos comunes (Sachdev, 1992).
Los sentimientos que acompañan esta motivación, en general,
tienen que ver con la curiosidad de saber cómo son, el saber que los
padres de nacimiento no son una fantasía sino una realidad, el deseo
de desarrollar una relación, la curiosidad por saber de sus hermanos y
el deseo de saber sobre la historia médica. Como lo menciona Amorós
et al. (1996) las personas adoptadas sienten el deseo de comenzar
la búsqueda de sus orígenes para recopilar la mayor información
posible sobre su pasado y así poder dar comienzo a una vida adulta
sin dudas ni confusiones. Por tanto, la adolescencia marca una etapa
muy representativa en esta búsqueda; el matrimonio también juega
un papel importante en la vida de la persona adoptada y es un evento
que suele estimular la necesidad de contacto, a veces desde el temor de
encontrarse con un hermano o pariente cercano sin saberlo. La vida de
casado viene acompañada muchas veces de los hijos, un embarazo activa
en las mujeres el sentimiento materno y genera un deseo de contactar
a la madre biológica, ya que este hecho puede revivir sentimientos de
abandono o pérdida, como lo puede ser también la muerte de un padre
adoptivo por el vacío que genera la pérdida.
Algunas personas adoptadas nunca inician la búsqueda. Los motivos
generalmente son por miedo al daño que puedan ocasionar a los padres
156
Katharsis
Búsqueda de orígenes: reencuentros en la triada: familia biológica...
adoptivos y los sentimientos de satisfacción con la identidad adoptiva
(Rosso & Camacho del Río, 2010).
La calidad de la comunicación y el acompañamiento por parte de
la familia adoptiva juegan un papel crucial, dado que el comenzar la
búsqueda implica remover historias, temores y conflictos de lealtades,
es revivir momentos del proceso de adopción o la entrega del niño que
no siempre han sido vivenciadas de manera positiva y que, en ocasiones,
por problemas de apertura, han sido vedadas o pobremente develadas
al hijo adoptivo.
Según Rosso y Camacho del Río (2010) la apertura en la comunicación
abre una probabilidad mayor para que la persona adoptada cuente qué
piensa, siente y sucede frente al proceso de iniciar la búsqueda. Ahora
bien, todos los autores coinciden que el inicio de esta búsqueda no se
relaciona con una pobre relación con sus padres adoptivos, simplemente
es la necesidad del adoptado de saber quién es, quién lo trajo al mundo,
porqué lo entregó y poder realizar toda una reestructuración de su propia
historia, para así poder construir una mayor confianza de sí mismo.
Tal como lo plantea Amorós et al. (1996), los motivos de iniciar
una búsqueda no son simplemente una actividad cognitiva, pues
existe un componente emocional importante dentro de este proceso.
Metafóricamente, las personas adoptadas dicen que la motivación por
la búsqueda de los orígenes fue generada por un vacío que sienten en
su interior, como un rompecabezas al cual le faltara una pieza, que
en la mayoría de los casos se completa con éxito una vez obtenida la
información, en ocasiones, de la mano de los propios protagonistas.
Autores como Ortiz y Rosso (2007), describen que para lograr
una búsqueda exitosa los hijos adoptivos siguen unos pasos que, en
general, pueden tomar varios meses e incluso años; algunas veces esta
búsqueda la realizan de la mano de las instituciones, y acompañados
de sus familias, aspecto que fortalece y mejora sus recursos personales
para emprender la tarea.
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En primer lugar, buscan la información que les permita integrar
su historia adoptiva, en segundo lugar, se produce un intercambio
de información sin contacto, generalmente leyendo el expediente de
adopción, cuando existe, visitando la institución que facilitó la entrega
o visitando el lugar de origen, en especial en los casos de adopción
internacional, para conocer sus raíces étnicas y su cultura, asunto que
toma especial relevancia en este tipo de adopciones.
La mayoría de las veces los hijos adoptivos finalizan su búsqueda
en esta fase, dado que la información satisface sus curiosidades
y necesidades, logrando integrarla de manera coherente con sus
expectativas iniciales, aunque en ocasiones puedan vivenciar un
desajuste o algún nivel de sufrimiento transitorio. Los autores señalan
que las principales razones para detenerse en esta etapa son, entre otras:
la lealtad y sensibilidad hacia los sentimientos de los padres adoptivos,
la necesidad de digerir la información recibida, el no querer irrumpir
en la vida de las propias familias de origen y el miedo a enfrentarse al
posible rechazo (Ortiz & Rosso, 2007).
Otras personas adoptadas sienten que deben avanzar a otras etapas,
que implican la localización e identificación de su familia biológica,
y es allí donde aparece el contacto entre las partes “cara a cara”, “la
reunión de reencuentro es como un puente que posibilita la respuesta
a preguntas sobre el pasado y el futuro del adoptado” (Amorós et al.,
1996, p.110).
La última fase se refiere a las interacciones post contacto en las que
ocurren, desde encuentros ocasionales que van disminuyendo hasta
desaparecer o se mantienen, pero infrecuentes y esporádicos, hasta
verdaderas vinculaciones y nuevas redes familiares, especialmente
con los hermanos: “Para las personas adoptadas es mucho más fácil y
mucho más cómodo encontrarse con hermanos biológicos que con los
mismos padres biológicos” (Loizaga, 2010, p. 215).
158
Katharsis
Búsqueda de orígenes: reencuentros en la triada: familia biológica...
Luego que el hijo adoptado se reencuentra con su historia y conoce
sus orígenes, tiene la posibilidad de integrar su historia, re- significar
sus relaciones con los padres adoptivos, forjar una interacción positiva
con su familia biológica, e incluso nuevas relaciones y vínculos
significativos con hermanos y otros familiares.
En general, las investigaciones sobre reencuentro y búsqueda de
origen arrojan evidencia positiva acerca de la experiencia de encuentro
con familiares biológicos y los hijos reportan que la percepción del
encuentro fue positiva, la experiencia mejora su auto concepto, su
autoestima y la capacidad para relacionarse con las otras personas.
Reconocen haber tenido una vida mucho mejor que la que hubieran
tenido con los padres biológicos.
La mayoría consiguen la búsqueda con éxito, pocos se arrepienten de
su experiencia y muchos de ellos se enriquecen con las nuevas relaciones
significativas con sus orígenes. Expresan tener un sentimiento más
profundo y de aprecio hacia sus padres adoptivos, a los cuales sienten y
ven como verdaderos padres psicológicos y expresan cómo el rencuentro
ha favorecido y fortalecido estos lazos. La mayoría pierden contacto
con sus parientes biológicos en el transcurso de los primeros dos
años posteriores al encuentro, en los casos en que se generan vínculos
afectivos, las relaciones establecidas permanecen como verdaderas
redes de apoyo principalmente con los hermanos (Amorós, Fuertes &
Paula 1996; Brodzinsky, Marshall & Hening, 1992; Faulkner & Madden,
2012; Freixa & Negre, 2010; Pacheco & Eme, 1993; Rosso & Camacho,
2010; Sachdev, 1992; Sorosky, Baran & Pannor, 1984).
Dado que la búsqueda de orígenes es un fenómeno creciente y la
tendencia a la apertura en la comunicación sobre la adopción permea,
cada vez más, las políticas y programas de adopción en el mundo, las
investigadoras pretender describir algunas experiencias significativas
en los hijos adoptivos que han vivenciado el rencuentro con personas de
su familia de origen, para comprender cómo esta vivencia ha repercutido
en sus vidas, tanto a nivel emocional como en las relaciones y vínculos
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Isabel C. Villa G., Angie Correa M., Sara Correa G., Sara Páramo V., Verónica Pérez R.
posteriores con su familia adoptiva, y los familiares biológicos con
quienes se ha vivido dicho encuentro.
Método
Dada la naturaleza de la presente investigación, se inscribe dentro
de la investigación social cualitativa, el enfoque es fenomenológico de
nivel descriptivo.
Los textos analizados se derivaron de la participación voluntaria en
el estudio de 7 familias (casos). Los subtipos de adopción de los casos
fueron: dos (2) de agencia para adopción local, dos (2) de agencia para
adopción internacional, uno (1) de ellos en adopción múltiple de dos
hermanos, niño y niña, dos (2) de adopción relacionada y una (1) de
adopción de padrastro. Todos ellos adoptados antes de los dos años
de edad y la gran mayoría aún siendo neonatos. El grupo total de
participantes se compone así: ocho (8) hijos adoptivos, un (1) hombre
y seis (6) mujeres, tres (3) de ellos adolescentes menores de edad con
el consentimiento de sus padres adoptivos y cuatro (4) adultos jóvenes,
los rangos de edad son entre los 14 y los 31 años, tres (3) de ellos
estudiantes de educación media y una (1) universitaria; los 3 adultos
cuentan con educación superior (2 educación técnica y 1 profesional)
y en la actualidad trabajan y son independientes económicamente
de sus familias adoptivas. En cuanto a los miembros de las familias
adoptivas se entrevistaron trece (13) personas: tres (3) parejas, tres (3)
madres adoptivas y una (1) abuela, finalmente, se entrevistan cinco (5)
miembros de la familia biológica con quienes los hijos aún mantienen
contacto: una (1) tía, un (1) primo, un (1) padre y dos (2) hermanas. El
contacto con los participantes se realizó bajo la modalidad de “bola de
nieve” y se contó con el apoyo de “La casita de Nicolás”, institución
autorizada por el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF)
para adelantar procesos de adopción en la ciudad de Medellín.
El sentido construido en torno a lo narrado por los (as) entrevistados,
estuvo encaminado a reconocer las vivencias, sentimientos y
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Katharsis
Búsqueda de orígenes: reencuentros en la triada: familia biológica...
valoraciones de la experiencia de reencuentro y posteriores contactos.
Los criterios de inclusión entonces son: Adolescentes o adultos en
condición de hijos adoptivos que realizaron el proceso de búsqueda
de sus familiares de origen y lograron por lo menos un contacto con
algunos de ellos.
La técnica utilizada fue la entrevista semiestructurada, con una
guía que provocó una conversación dirigida, en donde el entrevistador
tiene conocimiento de los tópicos a tratar y también propicia libertad al
entrevistado para poder desarrollar el tema.
El diseño de la entrevista consideró cuatro momentos para la
elaboración de las preguntas guías: la revelación y comunicación de
la condición de adopción, las experiencias y los eventos significativos
previos al encuentro con la familia biológica, el encuentro propiamente
dicho y los acontecimientos relevantes, las repercusiones emocionales
y los cambios en los vínculos familiares posteriores a dicho encuentro.
Por otra parte, se consideraron preguntas generales para todos los
entrevistados, así como preguntas exclusivas para los hijos, para las
familias adoptivas y para los familiares biológicos.
Todas las entrevistas se realizaron por separado a cada parte de la
tríada adoptiva. Las parejas de padres y los hermanos se entrevistaron
juntos por preferencia de los participantes. En ninguno de los casos
se logra acceder al testimonio de la madre biológica, en un caso no
respondió a la invitación y en los demás casos el contacto del hijo
(a) con ella se había perdido. En tres (3) de los siete (7) casos no se
logra entrevistar a ningún miembro de la familia biológica por
distanciamiento del hijo adoptivo con ellos, posterior a las reuniones
iniciales de rencuentro.
La categoría central la constituye el encuentro entre hijos (as)
adoptivos con familiares de origen. Las unidades de análisis son los
miembros de la tríada adoptiva: Familia adoptiva, hijos adoptivos y
familia biológica. Las categorías emergentes (de segundo orden) que
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surgieron en la sistematización de las entrevistas y permitieron el
análisis de las vivencias y significados, fueron: Revelación y apertura
en la comunicación, Motivaciones y gestión de búsqueda, Experiencia
emocional del encuentro, Significado personal de la experiencia y
Cambios en los vínculos familiares.
Para el análisis de las entrevistas se codificaron los testimonios de
los actores de la experiencia de reencuentro, donde se señala el número
de caso según el orden en que fueron entrevistados, el lugar que ocupa
cada persona de la tríada: Familia adoptiva (F.A.), hijos adoptivos (H.aH.o) y familia biológica (F.B.) y el rol ocupado (madre, padre, hermano
(a), tía, primo). A continuación se ejemplifica el sistema de codificación:
CASO 1.F.A., Madre.
Resultados
Revelación y apertura en la comunicación: Esta categoría
hace referencia al momento y las circunstancias en que la familia decide
informar a su hijo(s) sobre su condición de adopción. Además, en esta
categoría se realiza un análisis sobre la comunicación en las familias y
cómo la apertura de estas, brinda al hijo (a) la oportunidad de resolver
sus dudas y hablar sobre las diferentes inquietudes que se generen a
partir del conocimiento de su origen adoptivo.
En las 7 familias entrevistadas se identifican 3 tipos de abordaje,
respecto a la revelación de la condición de adopción y cómo, a partir de
esta, se genera o no apertura en la comunicación. En algunas familias
la revelación es temprana y la comunicación es abierta, es decir, las
personas crecen conociendo su condición de adopción y tienen la
posibilidad de hablar abiertamente con sus padres sobre el tema,
resolver inquietudes a través de las diversas etapas de su vida. A su
vez, los padres fortalecen sus recursos y afianzan la seguridad de su
rol parental, pues se naturaliza el tema de la adopción, los temores y
prejuicios se resuelven y las implicaciones del afrontamiento social
de la condición de adopción se asumen con apertura y confianza. Es
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Katharsis
Búsqueda de orígenes: reencuentros en la triada: familia biológica...
importante señalar que esta forma de comunicación es particularmente
abierta y tranquila en las familias con adopción internacional, donde se
evidencia un alto nivel de confianza, también en dos casos de adopción
nacional lo demuestra:
Desde el día que me la entregaron, inmediatamente el papá y yo le
decíamos, quién es la niña adoptiva más linda del mundo. Fuera de
eso, teníamos un libro que se llama “por qué me adoptaron”; ese libro
es espectacular, nosotros se lo leíamos cuando estaba pequeña pero ya
cuando ella aprendió a leer dejábamos que ella leyera el libro, siempre
fue un tema natural. (Caso 3, Fa, Madre).
En el caso de los hijos muestran una aproximación a sus padres y se
sienten tranquilos a la hora de buscar solucionar sus inquietudes:
Es muy importante que nos digan desde el principio las cosas como son,
porque así los niños no vamos a pensar que los padres adoptivos nos
van a querer menos, que no va a cambiar el amor que los padres nos
tienen como sus hijos (Caso 1, Ha, A).
En otros casos, aunque la revelación es temprana, la comunicación y
la apertura frente al tema son reducidas, trazada por los temores de los
padres de generar algún daño en el niño, barreras de comunicación en
el núcleo familiar que dificultan la resolución de preguntas referentes a
la condición de adopción o la procedencia del niño. Las familias deciden
informarles a sus hijos de su condición de adopción a temprana edad.
Sin embargo, a estos padres se les dificulta hablar sobre la condición
de adopción de sus hijos, en especial, cuando la información sobre la
historia pre adoptiva contiene antecedentes de abandono o negligencia.
En estos casos, el criterio fue proteger a los hijos, y la manera de hacerlo
fue omitir información, no dar detalles, distorsionar algunos hechos y
no revelar toda la historia completa. Así se evidencia:
Saber el nombre de su madre biológica la llevó a querer preguntar y
saber más; entonces es así como ella decide preguntarle a su padre que
muy toscamente le responde unas cortas palabras sobre su madre, luego
se acerca a mí, yo no le confirmo ni le desconfirmo lo que su padre ha
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dicho, pero le digo que su familia somos nosotros y que esté tranquila,
que no vaya a hacer nada (Caso 6, Fa, Madre).
Por su parte, esta actitud hace que los hijos adoptivos no sientan la
tranquilidad ni la apertura de sus padres para indagar más sobre el tema
y muchos de los interrogantes quedan sin plantearse: “Él simplemente
me dijo, ella se fue y los dejó, los abandonó, entonces obviamente uno
tiene demasiadas preguntas para hacerle, pero no se podía hablar con
él de eso y no quería preguntarle absolutamente nada, porque tenía
demasiado miedo (Caso 6, Ha, A).
Por último, se encontró que algunas familias optan por no revelar
esta información y, por ende, el hijo desconoce su condición de hijo
adoptado, por tanto, está restringido el acceso a su historia pre-adoptiva,
hasta que un evento súbito y fortuito en su infancia o adolescencia
abre las puertas de acceso a su historia temprana, generalmente por
la intervención sorpresiva e inconsulta de terceros y sin el debido
acompañamiento de sus familias adoptivas.
Por otra parte, cuando la revelación es tardía y en circunstancias
fortuitas, se genera una crisis y un desajuste emocional mayor que afecta
las relaciones familiares, se produce distanciamiento, resentimiento,
sentimientos de desarraigo, engaño o fraude, alejamiento, así como
inseguridades y temores que, en ocasiones, tardan mucho en resolverse
o tienen el riesgo de producir rupturas permanentes:
En ocasiones me preguntaban qué pasaría o qué haría si no fuera
hijo de mi papá de crianza o que yo no fuera parte de la familia, yo
le contestaba simplemente: nada, porque yo no tenía que manejar esa
situación…. después de que me fui de la casa, el me llamó y me dijo
que necesitaba hablar conmigo, cuando yo llegué a la ciudad llegué
directamente a su consultorio, mi familia y él estaban furiosos conmigo
y de una me lo soltó y me dijo sabe qué, es que su papá no es su papá...”
(Caso 2, Ho, A).
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Katharsis
Búsqueda de orígenes: reencuentros en la triada: familia biológica...
Motivaciones y Gestión de Búsqueda: Los motivos por los
cuales los hijos adoptados inician la búsqueda de su historia de origen
son diversos, así como el momento en que ocurre. En las familias
entrevistadas se identifican dos tipos de eventos: en tres de ellas la
ocurrencia de hechos súbitos o fortuitos, que implican la revelación de
la condición de adopción y, por ende, la necesidad de conocer los hechos
tal como ocurrieron y, en segundo lugar, en cuatro casos, se evidencia
una necesidad creciente que emerge paulatinamente desde temprana
edad y se va concretando en algún momento de la adolescencia o el
inicio de la adultez.
Por otro lado, la calidad del apoyo familiar e institucional determina
la manera cómo se generan los procesos de gestión de la búsqueda, el
grado de dificultad y los sentimientos y vivencias de los hijos. “Hace
cinco años cambié de pensamiento, como empecé a ver que estaba
creciendo, entonces dije: de pronto en un futuro puedo encontrarlos
y voy a empezar ahora a buscar quiénes son mis padres” (Caso 5, Ha).
Cuando la familia se involucra de manera positiva en el proceso
de búsqueda con sus hijos, los adoptados sienten que pueden contar
con ellos, contarles lo que sienten, creen y quieren hacer con esta
información, teniendo en cuenta los temores que se pueden generar en
ellos y sus familias por el temor a perder la aceptación de su padres y
el conflicto de lealtad probable tanto en unos como en otros: “Yo quería
saber mi origen, pero yo no quería hacerle daño a mis padres, porque
yo creía que si empezaba a buscar a mis padres biológicos, les iba hacer
mucho daño a mis padres adoptivos” (Caso 5, Ha).
En algunos casos, fueron los mismos padres quienes buscaron
información inicialmente y esto les permitió hablar con sus hijos con
propiedad, lo que diluye los temores que este proceso puede acarrear:
Era mejor que nosotros les contáramos la historia para decirles
las cosas mejor, para hablar, para responder a las preguntas que los
niños tengan. Después de un año y medio de la adopción tuvimos la
oportunidad de volver a Medellín y la oportunidad de encontrar a la
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madre biológica y saber más sobre la historia de los niños antes que nos
los entregaran” (Caso 1, Fa, Padre).
Las familias adoptivas donde la comunicación no ha sido abierta y
la condición de adopción ha sido develada de manera tardía o parcial,
experimentan mayor temor al revelarles conocimientos de la historia
a sus hijos adoptados por el miedo a herir los sentimientos de ellos,
presentan dificultades de comunicación como no hablar con la verdad,
interferir en el proceso para que el encuentro no ocurra, no entregar
la información correcta o simplemente no involucrase con sus hijos en
la búsqueda de información. Esto puede generar conflicto en los hijos
entre la lealtad con sus padres adoptivos y su necesidad de información,
además de una mayor soledad en ellos frente a la gestión de búsqueda.
Dos testimonios evidencian esta situación: “Por parte de nosotros,
nunca nos ha gustado mucho que ellas se hubieran conocido. A mí me
llenó de temor el día que María me contó, me da miedo que ella pueda
decidir algún día irse con su mamá” (Caso 7, FB, Madre). Otra madre
comenta:
Yo sabía que ella se quería ver con ella (mamá biológica), pero no estuve
tranquila, le pregunté que cómo le había ido, me dijo, no mami no muy
bien mami, yo le dije que le respetaba su decisión si quería volver a
verse con ella (Caso 3, Fa, Madre).
Experiencia emocional del reencuentro: El encuentro cara a
cara es un momento importante en la vida del hijo adoptado y viene
acompañada de múltiples emociones y sentimientos. Este les permite
responder de una u otra manera a las preguntas fundamentales
sobre su origen y se constituye en el momento de verdad de todo el
proceso que han llevado a cabo. Es una experiencia intensa, cargada de
expectativas, emociones contradictorias, temores, alegría, ilusión; es
multivariada y compleja. Se diferencian dos momentos: las emociones
previas y las emociones en el reencuentro.
Las emociones previas se enmarcan en la expectancia y las fantasías,
que se hacen más intensas a medida que se acerca el momento de
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Búsqueda de orígenes: reencuentros en la triada: familia biológica...
encuentro, se reportan mayor tranquilidad y seguridad en los hijos que
son acompañados por sus padres: “Sí, me sentí tranquila y acompañada,
siento mucha satisfacción porque siempre escondía lo que realmente
sentía. Yo nunca quería reconocer que me faltaba eso, no me atrevía
empezar ese proceso del encuentro” (Caso 5, Ha, A). Los hijos que lo
afrontan solos expresaron sentir mayor desasosiego y sentimientos de
extrañeza y temor: “Yo no sabía qué hacer, ni qué decir, yo me sentía
muy raro, con miedo, como un completo desconocido, quería salir
rápido de eso” (Caso 2, Ho, A).
Las emociones durante el reencuentro son variadas, la curiosidad,
la tristeza, la alegría, la satisfacción, desilusión, el rechazo, el miedo
a encontrar una información dolorosa o a personas en una condición
desmejorada o vulnerable; sin embargo, en todos los casos la experiencia
se valora positiva, aunque es vivenciada de diversas maneras: “Fue una
experiencia muy buena porque yo estaba buscando un reconocimiento
en mi familia biológica, siento mucha satisfacción porque comenzaba a
reconocer este proceso del haber sido adoptada” (Caso 5, Ha. A).
Para las familias biológicas el reencuentro es una experiencia
inesperada en su mayoría, pues son los hijos o los padres adoptivos
quienes los contactan. La familia biológica puede vivir esa experiencia
con felicidad, curiosidad y ansiedad. Esta experiencia revive momentos
que, en ocasiones, fueron difíciles. Sin embargo, el interés por conocer
el desenlace en la vida y trayectoria del niño(a) entregado los motiva
al reencuentro. Así lo testimonian un padre y una hermana biológica:
Sí, me alegré cuando lo vi, porque cuando él nació me dijo la mamá
que él era hijo mío, pero nunca más me lo dejó ver… entonces cuando
ya lo conocí, y luego él me llamaba como para verme, por saludar, por
conversar conmigo (Caso 2, FB, Padre).
El reencuentro es un momento importante en la vida de los
adoptados y sus familias, es necesario tener en cuenta los diferentes
sentimientos que ellos puedan presentar al saber que enfrentarán
un tema y una historia que se encuentra inconclusa. Las vivencias
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individuales de cada sujeto hacen que la experiencia del encuentro
tenga repercusiones emocionales de manera distinta en cada uno
de los actores. En esta experiencia, los actores de la triada tienen la
oportunidad de comprender e integrar elementos perdidos o confusos
de sus historias y “darle el trámite emocional” para poderlas integrar a
su propia biografía.
Luego del reencuentro, se inicia ese proceso de elaboración y re
significación emocional y los resultados van a depender de los recursos
propios y de la red social, afectiva, familiar y profesional con la que
cada hijo cuenta. Este proceso, y las repercusiones en la identidad y
vida posterior, dependerá de la riqueza y oportunidad de estos recursos
personales y sociales y tendrá repercusiones diversas a lo largo de
la vida de los protagonistas, aunque, en la mayoría de los casos, la
experiencia en sí misma se valora positivamente y se percibe como útil
e importante para sus vidas.
Millen y Roll (1985), plantean que el contacto entre familia biológica
y familia adoptiva va a contribuir en la reestructuración de la identidad
personal y social del adoptado, así como también ofrecer una variedad
de opciones para las familias en contactos que puedan realizarse
posteriormente, permitiendo así que las emociones generadas en un
primer encuentro vayan en descenso o aumento, dependiendo de la
relación que se genere luego del primer encuentro.
Significado personal de la experiencia de reencuentro: En
esta categoría se hace énfasis en la valoración personal y la re significación
e integración de la propia historia y de las relaciones familiares
construidas. Se identifican las valoraciones positivas o negativas del
encuentro cara a cara y las repercusiones personales del mismo.
Como significado positivo en este proceso, las siete (7) familias
encontraron sentido a la vivencia, ya que se logra la integración de la
nueva información a la propia historia, beneficiando así el desarrollo
de su auto identidad. Algunos de los hijos adoptados cambiaron su
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Katharsis
Búsqueda de orígenes: reencuentros en la triada: familia biológica...
percepción sobre la adopción, dado que la experiencia les permitió
transformar su idea de abandono en una decisión responsable de
cuidado:
Yo pensaba cuando fui adoptada que era que a mí no me querían y me
encontré con todo lo contrario. Me querían tanto que por eso me dieron
en adopción y me mostraron que yo era bienvenida ahí cuando quisiera
llegar (Caso 5, Ha, A).
La familia biológica también demuestra la satisfacción en el proceso
del reencuentro: “Sí me alegre cuando lo vi, porque ya la mamá me
había dicho hace años que él era hijo mío. Entonces, cuando lo conocí,
me dio mucha alegría” (Caso 3, Fb, Padre).
En todos los casos, se puede identificar claramente la tranquilidad
que vive el hijo adoptivo tras resolver sus inquietudes al conocer su
historia: “Resolví mis curiosidades, la conocí, supe cómo era y cómo
vivía, un poco de lo que le había pasado en estos años, como que maté
un fantasma” (Caso 4, Ha, A).
Las valoraciones negativas de la experiencia se encontraron en los
hijos donde la revelación de la adopción fue fortuita e inesperada y que,
además, afrontaron la experiencia sin apoyo:
Pues en ese momento no me sirvió mucho, pues creo que más bien me
hizo mucho mal, porque yo estaba en una edad bien difícil y me pasa
eso, mi vida en ese momento cambió demasiado y no tenía la madurez
para asumir algo así (CASO 3, Ha, A).
En cuanto a las repercusiones de la Identidad Personal del Hijo
Adoptado, en todos los casos se evidencian cambios en las concepciones
sobre la propia adopción, la oportunidad de verla desde una
perspectiva diferente, permitiendo el mejoramiento de su autoestima,
reconstruyendo su historia personal de una manera más coherente e
integrada y fortaleciendo su auto concepto y finalmente resolviendo sus
dudas: “Fue una experiencia muy buena porque yo estaba buscando
un reconocimiento en mi familia biológica, siento mucha satisfacción
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porque comenzaba a reconocer este proceso de haber sido adoptada”
(Caso 5, Ha, A).
Este camino permite afianzar las relaciones entre la familia adoptiva
e hijo, ya que hay una mayor comprensión de sí mismo y mejora su
calidad de vida y permite en el hijo adoptado una reestructuración de la
identidad. Los hallazgos coinciden con los de Amorós et. al. (1996), que
aseguran que los cambios significativos que obtienen los actores de la
triada familiar son satisfactorios para ellos, reconocen que encuentran
más tranquilidad para continuar con sus procesos de vidas y que este
les permitió resolver inquietudes y continuar más confiados y seguros;
los autores afirman: “Es por esto que una vez el hijo adoptado observa
que a través del encuentro aumenta la compresión de sí mismo, la
familia adoptiva también lo comprende mejor” (p.21).
Vínculos y Cambios Pos encuentro: Respecto a los encuentros
posteriores y la oportunidad de actos de resiliencia y reparación con
la familia biológica, en dos casos los encuentros fueron únicos, los
hijos sintieron que las expectativas y necesidades se habían cumplido
y que requerían tiempo para “digerir” la experiencia. Posteriormente,
la necesidad de contacto se fue desvaneciendo, hasta desaparecer. En
5 casos existieron encuentros posteriores, algunos de ellos ampliados
a familia extensa, tíos, abuelos y primos. Las interacciones llegaron
a ser periódicas y frecuentes, pero en el transcurso del primer año
fueron desvaneciéndose. Al momento de realizar las entrevistas, en
cuatro casos los contactos permanecían, aunque infrecuentes, uno con
la madre biológica vía virtual, otro con el padre y el tercero con los
hermanos, este último muy valorado por ellos. Un aspecto relevante es
la oportunidad de apoyo y reparación que los encuentros cara a cara
posibilitan.
Respecto a las familias biológicas, la expectativa de establecer
relaciones permanentes es explícita. Sin embargo, la responsabilidad
hacia la búsqueda de contacto recae de manera natural en el hijo, sin
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Katharsis
Búsqueda de orígenes: reencuentros en la triada: familia biológica...
que se presenten presiones familiares para forzarlos. Los familiares
biológicos experimentan gratitud y satisfacción:
Bueno, rescato mucho y agradezco a la familia que hayan tenido la
oportunidad de escoger a estos niños, porque son unos niños muy
tiernos, muy juiciosos, le dieron la oportunidad a los niños de estar con
alguien que de verdad los valorara y los quisiera (Caso 1, Fb, Hermana).
La familia extensa también experimenta alegría y satisfacción por el
encuentro y las posibilidades que abre de futuras interacciones:
Mucha alegría, porque ella quería conocernos y en especial a mi mamá,
también conocer sus raíces, su historia, para nosotros fue una gran
sorpresa el que nos haya visitado y que aún se le despertara su interés
de saber de nosotros (Caso 5, Fb, Primo).
Para algunos padres biológicos existe un anhelo de tener una
relación más cercana con sus hijos: “Nos miramos, como amigos, él
me trata como si yo fuera un amigo de él y yo lo trato como si fuera un
amigo mío y eso me gusta mucho” (Caso 2. Fb, Padre).
En algunos casos, los hijos se relacionan con sus padres biológicos de
una forma significativa y se van creando lazos de unión con la familia
biológica: “No sé si alguna vez en la vida le diré mamá, pero nunca lo he
pensado. Para mí ella se convirtió en una muy buena amiga. Entonces
me parece importante pues como que la relación esté bien” (Caso 6, Ha).
Con relación a los cambios en las relaciones familiares, los hijos
adoptados no reportan cambios significativos respecto a las relaciones
con su familia adoptiva. Los desajustes emocionales propios de
los momentos previos al reencuentro, se experimentan de manera
más intensa en los casos en los que la revelación de la condición de
adopción ocurre de manera fortuita y esto implica momentos de difícil
confrontación con las personas de la familia adoptiva que han ocultado
durante años esta condición. Sin embargo, y a pesar de que en estos
casos se presenta distanciamiento y resentimiento inicial, los lazos
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familiares prevalecen y las relaciones afectivas retornan a su dinámica
previa.
En este estudio se encontró que cinco de los hijo(a) s adoptivos
contaron con el apoyo o el acompañamiento de sus padres para
continuar los contactos con las familias biológicas: “La estamos
apoyando muchísimo. Nosotros queríamos que ella fuera a buscar
su familia biológica. Creíamos que ella lo necesitaba pero todavía no
estaba lista. Estamos muy contentos de poder hacer todo como una
familia” (Caso 5, Fa, Padre). Sin embargo, en dos de ellas se encuentra
resistencia u oposición frente a esto, porque surgen temores a la pérdida
por la emergencia de un vínculo fuerte y esto acentúa la tensión y
las dificultades en la comunicación para darle trámite al tema de la
adopción.
Cuando los hijos adoptados han decidido tener un encuentro
con su familia biológica, van dispuestos a que de ese encuentro se
genere una relación positiva o negativa, a que ese vínculo de sangre
que tienen con esa persona sea o no lo suficientemente fuerte como
para crear un vínculo que pueda darse, en beneficio a esa nueva
relación que se creará entre ambos. Apoyar al hijo adoptivo posibilita
sentimientos de seguridad y soporte que facilitan la generación de
nuevas redes afectivas y de apoyo, que más adelante ayudarán a que
las relaciones construidas y los vínculos establecidos perduren o se
disuelvan sin perturbación. Las familias adoptivas, en especial los
hermanos biológicos, experimentaron mucha alegría y valoraron muy
positivamente la oportunidad de relacionarse con sus nuevos hermanos
de sangre: “es algo muy bonito, porque yo quería buscarlos y que ellos
aparecieran como si diosito hubiera escuchado y también quería que
nos reencontráramos. Entonces fue muy bonito y seguir en contacto es
una bendición” (Caso 1, Fb, Hermana).
En la investigación se evidencia que las relaciones que prevalecen
son principalmente con los hermanos biológicos, donde se establecen
verdaderos vínculos fraternos, puesto que el sentimiento de abandono
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Búsqueda de orígenes: reencuentros en la triada: familia biológica...
no está ligado directamente con estos; las relaciones se generan con
más rapidez entre hermanos que entre hijos y padres biológicos. Tanto
los hijos adoptivos como los hermanos describen sentirse muy a gusto
con las nuevas relaciones fraternas y disfrutan mucho del contacto:
“nos estamos escribiendo por correo, yo les estoy escribiendo, estoy
muy bien al saber que reciben noticias mías y que yo sé de ellos, la
madre adoptiva siempre responde los correos, igual con mi hermana
hablamos por el Facebook” (Caso1, F.b. Hermana).
La comunicación que tienen con sus familias adoptivas, el apoyo
que reciben de estas es crucial para tener una buena interacción y re
significación de la experiencia:
Mis padres me apoyan, hoy la relación con mi hermanita es muy buena,
de amigas más que hermanas, somos muy amigas y nos apoyamos en
todo, me entristece que no vivamos juntas, pero me hace feliz saber que
cuento con ella (caso 7, Ha.A).
Estos resultados coinciden con otras investigaciones en la década de
los 70, como las de Baran (1975) citado por Crea y Barth (2009), quienes a
su vez también evidenciaron que, en general, el reencuentro tranquilizó
a los padres y hermanos biológicos, en especial porque podían conocer
el hogar amoroso y seguro que los padres adoptivos proporcionaron
para sus hijos, además de darles la oportunidad de conocer el destino
de la vida de sus hijos y hermanos. Los padres biológicos estaban
menos abrumados constantemente por sentimientos de tristeza,
pérdida y culpa, lo que lleva a una vida más plena y a efectos positivos
en las relaciones con sus niños no abandonados. Pacheco y Eme (1993),
citados en Amorós et al. (1996), indican que en la relación con la familia
biológica, una mayoría significativa de adoptados confirmaron que la
reacción de la búsqueda de los orígenes en la adopción de los padres
biológicos a la reunión fue positiva; eso se aproxima a la conclusión
de Sachdev (1991) citado por los mismos autores, que asegura que las
reacciones de la mayoría de las madres biológicas fue de moderada
a fuertemente entusiasta. Los mismos estudios evidencian que, en
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ocasiones, la relación es más satisfactoria con los hermanos que con
los propios padres. La explicación para este hecho emerge claramente
de la literatura de la adopción (Small, 1987). Los intensos sentimientos
de miedo, pérdida, rechazo o abandono son reacciones comunes en
los adoptados hacia sus padres de origen, pero disminuyen hacia los
hermanos u otros parientes, lo que puede provocar una alianza mayor
con los hermanos biológicos que con los padres biológicos.
Conclusiones
El apoyo de los padres adoptivos y el asesoramiento profesional, son
elementos clave para que el encuentro cara a cara con la familia biológica
tenga éxito y permita responder a las expectativas iniciales y, sobre todo,
apoyar los momentos posteriores de reflexión e interpretación, que
permitan paulatinas y graduales integraciones a la historia personal de
todos los elementos nuevos que suponen el encuentro con otra familia,
otras historias y otras voces sobre sí mismo.
La revelación a temprana edad y la apertura en la comunicación,
permitió a los hijos tener una comunicación más fluida con los
padres y que las dudas fueran resueltas con el acompañamiento de
sus familias; se generó un proceso de búsqueda y reencuentro más
natural, favoreciendo los vínculos afectivos, permitiendo expresar
los sentimientos y experiencias asociadas a dicha condición de ser
adoptado. Después de pasar por todo este proceso, los vínculos afectivos
entre padres adoptivos e hijos se consolidan y fortalecen. Los hijos los
consideran su verdadera familia y se reafirman sus vínculos afectivos.
Aunque las relaciones con la familia adoptiva se fortalecen y en
ningún caso se ven amenazadas, las familias que han afrontado la
condición de adopción con menor apertura y aquellas más desligadas
o con vínculos más frágiles, son más vulnerables a mayores desajustes
en la dinámica familiar, mayor presencia de temores y conflictos
de lealtad por la ocasión del rencuentro, haciéndose más difícil la
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Búsqueda de orígenes: reencuentros en la triada: familia biológica...
integración en sus vidas y biografías personales los nuevos elementos
que el reencuentro arroja.
Las relaciones con familiares biológicos, luego del reencuentro
cara a cara, se intensifican al inicio, pero luego se van desvaneciendo.
La responsabilidad y motivación hacia el contacto queda asignada
naturalmente y de manera implícita en los hijos adoptivos, quienes, una
vez resueltas sus curiosidades y preguntas, sienten de manera gradual
menores motivaciones o deseos de mantener el contacto con los nuevos
familiares. Solo frente a los hermanos prevalecen y permanecen
en el tiempo las interacciones y, en algunos casos, se convierten en
verdaderas redes fraternas de apoyo mutuo y amor.
Las familias cuya modalidad de adopción fue de agencia, tuvieron
mayor oportunidad para prepararse, capacitarse y ser acompañados, y
esto parece haber favorecido la apertura comunicativa y las estrategias
para afrontar la historia de adopción y la gestión de búsqueda,
evidenciando mayores recursos afectivos y relacionales para hacer
frente al proceso y brindar al hijo el apoyo requerido.
Las familias en modalidad de adopción relacionada o de padrastro,
a pesar de haber legalizado el proceso de custodia y adopción, tuvieron
menor oportunidad de acompañamiento institucional o profesional.
Esto pudo haber impactado, aumentando las dificultades en la
comunicación y en el afrontamiento de la revelación de la adopción y los
momentos y preguntas posteriores. Esta situación se agudiza una vez
el hijo toma la decisión de buscar información y personas relacionadas
con sus orígenes pre adoptivos, lo que incrementa los temores y las
dificultades para abordar el tema y tramitar los miedos y conflictos que
emergen.
El apoyo y acompañamiento familiar y profesional al hijo adoptivo,
en el proceso de gestión de búsqueda, debe estar encaminado a
prepararlo para enfrentar el encuentro, releer, ampliar y comprender
los contenidos del expediente y reconocer y valorar las repercusiones
Katharsis—ISSN 0124-7816, No. 16, pp. 147-178—julio-diciembre de 2013, Envigado, Colombia
175
Isabel C. Villa G., Angie Correa M., Sara Correa G., Sara Páramo V., Verónica Pérez R.
posteriores. Además, promover una perspectiva y expectativa realista,
facilitar la aceptación por parte de la familia, apoyar la redefinición de
roles, contención frente a los desajustes emocionales y relacionales y
tratamiento psicológico, si fuese necesario, para comprender, priorizar,
aceptar y/o integrar las nuevas personas, vínculos e historias.
176
Katharsis
Búsqueda de orígenes: reencuentros en la triada: familia biológica...
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Análisis
de las perspectivas teóricas
sobre lade
noción
de violencia, y su relación...
Katharsis–Institución
Universitaria
Envigado
Análisis de las perspectivas teóricas
sobre la noción de violencia,
y su relación con la violencia
intrafamiliar*
Analysis of theoretical perspectives on the notion of violence,
and its relation to domestic violence
Juan Gabriel Carmona Otálvaro**
Jorge Iván Jaramillo Zapata***
Resumen
Partiendo de un análisis crítico reflexivo sobre la noción de violencia, el lector del
presente artículo podrá hallar una reformulación o resignificación de la concepción
que tradicionalmente han guiado los estudios y/o intervenciones sobre el fenómeno
violento. En otros términos, los autores del presente texto pretenden subsanar la
dificultad que representa la falta de una rigurosa conceptualización de la violencia.
En ese sentido, los investigadores asumen que las implicaciones significantes de la
noción superan con creces la limitada concepción que la reduce a la aplicación de
una fuerza que posee la intención de causar daño. La noción de violencia en general,
y la noción de violencia intrafamiliar en particular, constituyen un intercambio, una
especial forma de vincularse con el otro. En ese tipo especial de relación, la influencia
o el poder, la fuerza o la potencia, vitalizan los vínculos subjetivos y sociales,
dotándolos de nuevos sentidos o formas significantes.
*
Este artículo es producto del proyecto de investigación documental denominado
Análisis Crítico de la Noción Violencia Intrafamiliar. 2011- 2012, inscrito en el Centro de
Investigaciones de UNIMINUTO, Seccional Bello. Leydi Mariam Álvarez Ibarra y Karim
Fausto Hincapié Restrepo (estudiantes) participaron de la investigación en calidad de auxiliares.
** Psicólogo. Magíster en Investigación Psicoanalítica. Docente Investigador. Facultad de
Ciencias Humanas y Sociales. Programa de Psicología. UNIMINUTO. Seccional Bello.
Dirección: Carrera 45N° 22D25, kilómetro 0, autopista Medellín-Bogotá. Tel: (54)
4669200, extensión: 4137. Email: [email protected].
*** Psicólogo. Magíster en Investigación Psicoanalítica. Docente Investigador. Facultad de
Ciencias Humanas y Sociales. Programa de Psicología. UNIMINUTO. Seccional Bello.
Email: [email protected]
Katharsis—ISSN 0124-7816, No. 16, pp. 181-196—julio-diciembre de 2013, Envigado, Colombia
181
Juan Gabriel Carmona Otálvaro, Jorge Iván Jaramillo Zapata
A la luz de una renovada concepción sobre la noción de violencia, concluyen los
autores de este artículo, podrá vislumbrarse que, más allá de romper las relaciones
o los vínculos que establecen los miembros de una familia por medio de la llamada
violencia intrafamiliar, ésta última propicia una forma especial de relación que posee
una función particular a desentrañar.
Para arribar a la conclusión que sostiene que la violencia en general, y la violencia
intrafamiliar en particular, constituyen una fuerza cuya función no se limita a
la ruptura de los vínculos que sostienen las relaciones familiares, este artículo
inicialmente presenta una introducción al problema; acto seguido continúa con un
análisis del término “violencia” y las teorías explicativas del mismo, y finalmente se
produce un replanteamiento de la concepción del término objeto de este trabajo, la
violencia.
Palabras Clave: función, lenguaje, sentido, violencia, violencia intrafamiliar.
Abstract
From a reflective critical analysis of the notion of violence, the reader of this article
may find a reformulation or redefinition of the conception that have traditionally
guided the studies and/or interventions on violent phenomenon. In other words,
the authors of this text intended to overcome the difficulty of the lack of rigorous
conceptualization of violence. In this regard, researchers assume that the significant
implications of the concept overcome by far the limited conception that reduces it to
the application of a strength that has the intent to cause harm. The notion of violence
in general, and the notion of domestic violence in particular, constitutes an exchange,
a special way of relating to the other. In this special relationship, the influence or
power, the strength or power, vitalizes the subjective and social ties, giving them new
meanings or significant ways.
Considering a renewed conception of the notion of violence, the authors of this article
conclude it will be glimpsed that, beyond breaking relations or links that establish
the members of a family through the so called domestic violence, this last fosters a
special form of relationship that has a particular function to unravel.
To reach the conclusion that argues that violence in general and domestic violence in
particular, is a force whose function is not limited to breaking the links holding family
relationships, this article first, provides an introduction to the problem; thereupon, it
continues with an analysis of the term “violence” and explanatory theories of it, and
finally it is produced a rethinking of the concept of the term object of this work, the
violence.
Keywords: function, language, meaning, violence, domestic violence.
182
Katharsis
Análisis de las perspectivas teóricas sobre la noción de violencia, y su relación...
A modo de introducción
Dada la constante presencia del fenómeno violento, y el
reconocimiento intelectual, social o publicitario que de allí se deriva, a
la violencia intrafamiliar se le ha otorgado el estatuto de una realidad
cotidiana, pues su creciente incremento ―[en el año 2011 se registraron]
unos 50.000 casos de esta naturaleza (Editorial eltiempo.com, 2011)―y
consecuencias en los espacios en los cuales se privilegia la intimidad,
la protección y la seguridad de la familia (Palacio, 1995), ha logrado
que este tipo de violencia sea merecedora de un creciente interés por
parte del Estado, organizaciones no gubernamentales, e instituciones
académicas que centran sus esfuerzos en tratar de explicar las causas
del fenómeno, como en lograr un tipo de intervención acorde con la
explicación ofrecida.
El interés que suscita el maltrato o el daño que vivencian los
miembros de una familia es debido, en gran medida, a la importancia
que esta clase de institución representa para una sociedad. La familia,
de acuerdo con la carta magna de Colombia (2010/1991), constituye
el órgano base de la sociedad, porque a partir de ella se estructura
el conjunto de relaciones que soportan al grupo de personas que
comparten una lengua, una cultura y un territorio común, es decir, una
sociedad. En razón de ello, la Constitución Política de Colombia dispone
que “la honra, la dignidad y la intimidad de la familia son inviolables”,
y en consecuencia, “cualquier forma de violencia en la familia se
considera destructiva de su armonía y unidad…” (Constitución Política
de Colombia, Artículo 42, p. 13).
Como se evidencia en materiales académicos, informes
institucionales, estatutos legales y diversos medios informativos,
ese tipo de violencia (intrafamiliar) constituye una problemática que
debe ser intervenida, puesto que hace parte de la realidad social e
individual que atenta contra la unidad representada por la familia. El
establecimiento de las causas, mecanismos o procesos conducentes
a este tipo de violencia, ha sido un requisito indispensable en el
Katharsis—ISSN 0124-7816, No. 16, pp. 181-196—julio-diciembre de 2013, Envigado, Colombia
183
Juan Gabriel Carmona Otálvaro, Jorge Iván Jaramillo Zapata
propósito de lograr la moderación o eliminación de un fenómeno cuyos
estragos en la institución que sostiene a una sociedad, la familia, son
inadmisibles sin más.
Asumiendo una postura crítica, y contraria a la que se evidencia en la
concepción que reduce la problemática sobre la violencia intrafamiliar a
un fenómeno execrable que hace parte de la realidad social e individual
de una comunidad o sociedad particular, el análisis crítico-reflexivo
que sustentanlos autores del presente texto, se ampara en una posición
epistemológica de carácter hermenéutico que demuestra que la realidad
y sus fenómenos no hacen más que adoptar las formas establecidas por
las diversas lenguas. Dicho de otra manera, el presente informe parte de
la premisa según la cual la percepción de la realidad está determinada
por la expresión lingüística que recibe la misma realidad.
Gracias a la reflexión que en el siglo XX inició la lingüística sobre el
lenguaje, y a la importancia que a partir de éste adquirió la noción de
discurso, y por tanto de estructura, las Ciencias Sociales y Humanas
han adoptado una posición que invita a considerar la realidad como
una categoría dependiente de una lengua; así, la realidad no debe ser
pensada como una categoría autónoma, su dilucidación debe partir de
su íntima comunión con el registro simbólico que nos caracteriza como
seres humanos.
De acuerdo con Benveniste (1979), un importante lingüista cuyas
elaboraciones continúan siendo pertinentes y eficaces en distintos
campos del saber, “…el conocimiento del mundo está determinado por
la expresión que recibe” (p. 27); en otros términos, puede decirse que
es posible explicar la realidad del mundo, pero a sabiendas de que el
saber obtenido se encuentra circunscrito a la estructura de una lengua.
Por esa razón plantea el mismo autor: “El lenguaje reproduce el mundo,
pero sometiéndolo a su organización propia” (p. 27).
Las palabras y discursos, en consecuencia, se alzan como un
representante de la realidad―símbolos de la misma― puesto que no es
184
Katharsis
Análisis de las perspectivas teóricas sobre la noción de violencia, y su relación...
posible su plena aprehensión. Esta característica hace de la expresión
lingüística un importante recurso del que no puede prescindir el ser
humano, dado que lo define y lo caracteriza en cuanto tal, de igual
modo que al mundo o la realidad que habita y sostiene. En razón de
ello, plantea el mismo autor, Benveniste:
La existencia de tal sistema de símbolos nos descubre uno de los
datos esenciales, acaso el más profundo, de la condición humana:
no hay relación natural, inmediata y directa entre el hombre y el
mundo, ni entre el hombre y el hombre. Hace falta un intermediario,
este aparato simbólico, que ha hecho posibles el pensamiento y el
lenguaje (1979, p. 31).
En la misma dirección que sostiene la lingüística, la disciplina
antropológica se apoya en la premisa que concibe al ser humano como
un animal que interpreta su relación con el mundo que habita (Pérez
Burgos, 2009). Es así como los fenómenos o experiencias constituyen
representaciones que surgen gracias a la relación entre racionalidad y
lenguaje.
Gracias al razonamiento anterior, se deduce que la realidad depende
de la influencia del lenguaje. Por ello Pérez Burgos (2009) sostiene:
Todos nosotros [los seres humanos] dependemos del ejercicio
interpretativo que nos permite dotar constantemente al mundo de
sentido y significación. Esto es así, porque el mundo o la realidad
nunca nos develan su esencia; luego los conocimientos de los que
podemos disponer a este respecto, no son espejos de las cosas o de una
exterioridad que se nos ofrece sin obstáculos, transparentemente. Por
el contrario, todos los conocimientos y las experiencias humanas son
traducciones, reconstrucciones, es decir, interpretaciones, sean éstas
vivenciales, lingüísticas, conceptuales, estéticas, emocionales, sociales,
psíquicas, etc., que se expresan siempre en contextos simbólicos
culturales (p. 38).
Con base en la anterior apreciación antropológica y lingüística,
debe entonces considerarse que el fenómeno de la violencia
intrafamiliar constituye una interpretación, un modo simbólico de
aprehender la realidad que vivencian los seres humanos. Dicho de
Katharsis—ISSN 0124-7816, No. 16, pp. 181-196—julio-diciembre de 2013, Envigado, Colombia
185
Juan Gabriel Carmona Otálvaro, Jorge Iván Jaramillo Zapata
otro modo, no es aventurado plantear que la experiencia o vivencia
de la violencia en el seno de una familia, está determinada por el
sentido o significación que el uso de una lengua le ha asignado a la
noción violencia intrafamiliar. Dicho de otra manera, esta última es
vivenciada de acuerdo con significaciones (daño, maltrato, violación,
entre otras) aportadas por una lengua, la cual confiere, como ya se
dijo, el estatuto de realidad.
Si se concibe la realidad y sus fenómenos desde esta perspectiva
epistemológica (hermenéutica)1, las consecuencias o implicaciones
sobre un problema a resolver no se hacen esperar: la concepción
que delimita a la noción violencia intrafamiliar constituye una
interpretación, un modo de otorgar sentido o significación, y a su
vez, esta misma interpretación o representación le otorga realidad
a la definición de la violencia que se expresa en el seno de los
vínculos familiares. En otros términos, la violencia, y su calificativo
“intrafamiliar”, se instauran gracias ala función de una lengua sobre
nosotros, los seres humanos.
En este sentido, los hechos, ideas, vivencias o actos que se desarrollan
en el interior de los vínculos familiares y que se inscriben en el campo de
la violencia, es representado por el conjunto de significaciones aportadas
por una lengua. En consecuencia, las relaciones que establecen los
miembros del grupo que se denomina familia, responden de acuerdo
a las implicaciones socialmente aceptadas, inclusive bajo la forma del
rechazo, que se derivan de la significación del término violencia.
Antes de presentar una concepción alternativa sobre el vocablo
violencia, y por tanto, sobre la violencia intrafamiliar, a continuación
se presentan y analizan algunas modalidades de interpretación de
esa problemática que permitirán soportar de una mejor manera la
propuesta que pretenden sostener los autores de este texto.
1
186
Por cuanto el conocimiento deriva de una lengua que otorga forma a lo real material.
Katharsis
Análisis de las perspectivas teóricas sobre la noción de violencia, y su relación...
Análisis de la definición de la noción “violencia”
Para Berrío, Grisales y Osorio (2011), aun cuando sólo brindan
una descripción y no una definición del término violencia, y asumen,
por ejemplo, que la misma “es algo propio de la humanidad y no debe
entenderse como un ente autónomo” (p. 77); o que la califiquen como
“un fenómeno constante que sigue marcando el curso de las sociedades”
(p. 77), destacan que se instala en procesos sociales, más que
biológicos. Esta apreciación sitúa el objeto de este análisis en un ámbito
marcadamente sociocultural; es decir, ubica el fenómeno a considerar
en un territorio en el que el símbolo creado por una lengua determina
su función y aplicabilidad. Quizás por ello, plantea Sanmiguel (1993):
“la violencia es el poder de la palabra” (p. 87).
Respaldando el anterior argumento, Berrío et al. (2011), propone
que la comprensión de la noción de violencia y sus múltiples
interpretaciones, es tan compleja como el fenómeno por medio del cual
se expresa; de tal característica, los autores extraen una consecuencia
que posee el valor de un hallazgo en el plano del conocimiento: “(…)
el uso extensivo y abusivo de la palabra violencia [da cuenta de] la
dificultad de su conceptualización” (p. 78).
Una de las principales consecuencias que Berrío et al. (2011) extraen
de la anterior premisa, es que la indefinición a la que se ha sometido
la noción de violencia, se ha resuelto con certidumbres autosuficientes
que no logran nombrar al fenómeno en cuestión, y mucho menos los
contextos particulares en los que se desarrolla, por ejemplo, la violencia
propia de las relaciones familiares.
Para explicar por qué la noción de violencia no se ha conceptualizado
adecuadamente, haciéndose inaprehensible y polisémica, Berrío et al.
(2011), recurre a un lugar común en el campo de las explicaciones: el
marco del conflicto político de un país. En razón de ello, plantea Berrío
et al. (2011), pueden encontrarse expresiones como guerra urbana,
conflicto armado, lo cual no denota, necesariamente, poca claridad,
Katharsis—ISSN 0124-7816, No. 16, pp. 181-196—julio-diciembre de 2013, Envigado, Colombia
187
Juan Gabriel Carmona Otálvaro, Jorge Iván Jaramillo Zapata
sino una diversidad de la violencia que se produce en el contexto de la
ciudad.
Sin restarle razón al argumento, consideramos que la noción de
violencia sí carece de un sustrato conceptual que delimite el fenómeno,
y provea de una potencia explicativa que signifique o resignifique de un
modo mucho más adecuado el término en cuestión.
En ese sentido, en el de las diversas explicaciones ofrecidas al
fenómeno de la violencia, y en particular la violencia al interior de la
familia, aparecen varios puntos de vista que intentan explicarla por
enfoques (político, económico, cultural, moral, entre otros). Así, por
ejemplo, se piensa la violencia como una realidad endémica, heredada
del pasado, y circunscrita a los determinantes del aparataje político, en
el que la ausencia del Estado se erige como un factor determinante. Una
mirada económica indaga la violencia a partir de la condición de miseria
y pobreza que rige la vida del ciudadano colombiano. Por último, un
punto de vista más piensa la violencia desde una perspectiva holística
e integral, a través de la cual se hacen presentes factores históricos que
se conjugan con factores económicos, sociales, culturales y políticos,
cada uno de ellos con un marcado acento ideológico o valorativo (moral
social), que desencadenarían, a su vez, el desarrollo de la intolerancia
que deviene en violencia (Palacio, 1995) y (Daza y Zuleta, 1997).
Los anteriores modos explicativos de las causas de la violencia
concluyen que las relaciones intersubjetivas en el seno de una familia
están mediadas por acciones destructivas ―violencia― que abarcan
desde el asesinato, las lesiones físicas, hasta la manipulación, el
chantaje y el abandono emocional, que sobrevienen como consecuencia
de las relaciones de dominación entre los miembros de una familia.
Domínguez (1993) refiere una “cultura de la violencia,” marcada
por un acento ideológico que se erige a partir de la constitución de
determinados valores morales que influyen en el comportamiento del
pueblo colombiano. Como consecuencia de este último punto de vista,
188
Katharsis
Análisis de las perspectivas teóricas sobre la noción de violencia, y su relación...
considera que la violencia se graba en la historia individual y familiar,
y por tanto, se transmite a la siguiente generación. Las perspectivas de
género se alzan como un referente explicativo más en la medida en que
son estructurantes de los vínculos violentos en el seno de una familia.
Ahora bien, independientemente del enfoque teórico que trata de
explicar el fenómeno de la violencia, todos ellos poseen una concepción
con una alta carga valorativa que no puede más que restringir el alcance
de la noción de violencia. En efecto, todos estos modelos explicativos
asumen que la violencia se define como “la aplicación de una fuerza
excesiva a algo o alguien con la intención de causar daño” (Domínguez,
1993, p. 24), y que tiene como consecuencia la ruptura de los vínculos
que favorecen la adecuada convivencia con otro ser humano.
Respecto de la noción de violencia ejercida en el ámbito de la familia,
basta con aplicar la definición del término, circunscrito a los lazos de
parentesco simbólico que unen a un determinado grupo social, para intentar
conceptualizarla. En razón de ello, se define la violencia intrafamiliar
como “un estado personal, como todo aquello que impide, inhibe o retarda
el acercamiento y comunicación en nuestra vida particular. Cada gesto,
cada palabra, pensamiento o movimiento tendiente a proteger, justificar o
culpar es violencia” (Linares, 1996, p. 42).
En la misma línea de pensamiento, si para el derecho el término
violencia da cuenta de la negación o limitación de los derechos
individuales o colectivos, como consecuencia, en el seno de una familia,
la violencia se presenta como el predominio de la imposición; en otros
términos, la palabra se sustituye por la fuerza dada la imposibilidad de
presuponer en el otro los mismos derechos y deberes, impidiendo de
esa manera el acuerdo o el diálogo (Foronda y Echavarría, 2001).
Cabe apreciar que las anteriores concepciones sobre la violencia
intrafamiliar no delimitan adecuadamente el uso del término, puesto
que sin ahondar demasiado, se podría plantear que, desde la perspectiva
de Linares (1996), Foronda y Echavarría (2001), el término violencia se
Katharsis—ISSN 0124-7816, No. 16, pp. 181-196—julio-diciembre de 2013, Envigado, Colombia
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Juan Gabriel Carmona Otálvaro, Jorge Iván Jaramillo Zapata
aplicaría, en general, a la interacción que llevan a cabo diariamente los
seres humanos, y por consiguiente, se tendría que concluir que el ser
humano posee la intención de generar daño de una manera constante
dado que los vínculos entre las personas, y por consiguiente las acciones
que de ellos se derivan, generalmente se encuentran mediados por
el privilegio del interés propio, por la interpretación particular de la
intención comunicativa que deriva en malentendido.
Así, la definición que se encuentra en la base de los anteriores enfoques
explicativos, antes que demostrar la pertinencia de la concepción que
se tiene sobre una noción, la difumina haciéndola perder rigurosidad
y coherencia, puesto que no logra captar o aprehender la estructura o
lógica interna2 que guía las relaciones que se califican como violentas, y
por tanto, no permite intervenir eficazmente sobre las mismas.
Las violencias, en la diversidad de sus expresiones ―política,
social, cultural, económica, moral, etc.―, se hacen objeto de análisis
en la medida en que parece que se han constituido en una modalidad
contemporánea de vínculo, contrariamente a lo que asumen los
diversos enfoques antes descritos. Ahora, la estigmatización del
término violencia, y en particular la violencia intrafamiliar, introduce
cierta desconfianza en el modo como se concibe la misma, ya que, a
pesar de los modelos intervencionistas o de prevención, la violencia
intrafamiliar continúa siendo preponderante entre los miembros de un
grupo familiar adscrito a una sociedad determinada; así, por ejemplo,
puede observarse que actualmente, entre el 1 de enero y 5 de mayo
del presente año (2013), en Colombia se registraron 11.029 casos de
violencia intrafamiliar (Policía nacional, 2013, Descripción estadística)
Con el fin de empezar a introducir la orientación conceptual que
pretende este análisis, se hace adecuado reflexionar otro tanto sobre las
2
190
Esta expresión alude al modo de organización y función de las diversas razones que determinan la relación violenta.
Katharsis
Análisis de las perspectivas teóricas sobre la noción de violencia, y su relación...
teorías explicativas de la violencia con el objetivo de hacer más propicia
tal orientación.
Teorías explicativas de la violencia
Tradicionalmente, la violencia se ha entendido como “el resultado
de cierta cultura o ideología que justifica el ejercicio de la [agresión]
sobre otros, ya sea por su condición social, raza, etnia y género”
(Arteaga, 2007, p. 44). Solidaria de la anterior perspectiva, la violencia
se constituye “en un medio para obtener un determinado fin: ganar o
mantener el poder sobre algo o alguien” (2007, p. 44), o es vista como
el resultado del cambio en las estructuras sociales, lo cual conduce a
un desajuste en los ambientes en los que normalmente desarrollan su
vida los grupos sociales, por ejemplo los procesos de modernización, el
desgaste de la autoridad, o la expansión de la globalización (Arteaga,
2007, p. 44).
Desajuste ante el cual reaccionan los ciudadanos, ya que la estructura
social los mantendría alejados del beneficio de ciertos bienes. Sin
embargo, y como ya se sugirió, las explicaciones tradicionales sobre la
violencia dejan como estela un sentimiento de vacío, pues enmudecen
cuando se enfrentan ante la esterilidad de sus aproximaciones. De
acuerdo con Arteaga (2007):
(…) ya sea a través de ofrecer modelos sintéticos que incorporan diversos
niveles y escalas de análisis, o de dar cuenta de distintos factores que
producen la violencia, lo único que se obtiene regularmente (…) es una
mezcla de géneros que deriva en una confusión enorme de los planos
de análisis y que lleva a la obtención de yuxtaposiciones de análisis e
impresiones, más que a una explicación clara del fenómeno (p.44).
Ahora, como puede apreciarse, es difícil prescindir del carácter
causal del fenómeno (dar cuenta de distintos factores que producen3
la violencia). Parece que es inevitable referirse a las causas cuando se
trata de abordar el problema. No obstante, esta reflexión no pretende
3
La cursiva es nuestra.
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Juan Gabriel Carmona Otálvaro, Jorge Iván Jaramillo Zapata
centrarse en tal nivel de análisis; antes bien, considera que en la medida
que sea abordada y resignificada la concepción que sobre el término
se posee, las causas del fenómeno violento podrán ser auscultadas
desde otros ángulos, podrán ofrecer nuevos y renovados rendimientos,
precisamente a la luz de una nueva concepción.
Dada la importancia que otorga Arteaga (2007) al papel de la acción
de los sujetos, ya que concibe que los mismos construyen la violencia
a partir de que se crean a sí mismos en la producción de sentido, los
autores de este texto proponen centrar el análisis de la violencia, y de
la violencia intrafamiliar, en la intencionalidad del individuo que se
vincula con el otro de un modo violento.
Haciendo énfasis en la función de la acción de los seres humanos,
o en la intencionalidad del individuo que se vincula violentamente, el
abordaje de la violencia podría ofrecer un mayor alcance en cuanto a
las posibilidades de intervención. Pero esto sólo será posible si, como
ya se ha indicado, se concibe el tema de este análisis teniendo en cuenta
otros elementos que no se destacan en la actual concepción: “aplicación
de una fuerza excesiva a algo o alguien con la intención de causar daño”
(Domínguez, 1993, p. 24), y que tiene como efecto la ruptura de los
vínculos que favorecen la adecuada convivencia con el otro o semejante.
Resignificación de la concepción sobre la “violencia”.
Análisis crítico.
La adopción de la posición epistemológica basada en la hermenéutica,
la cual se presentó en el inicio de este texto, permite declarar que
la concepción del término violencia, y en particular de la noción
“violencia intrafamiliar”, delimita y estructura el fenómeno violento, y
las modalidades de intervención sobre el mismo.
Por tanto, el interés por eliminar o moderar “las violencias”, requiere
este análisis crítico de la misma noción y su subsidiaria, la violencia
intrafamiliar, con el fin de reformular el modo como se la concibe, y
de esta manera, lograr nominar un poco más consistentemente lo
192
Katharsis
Análisis de las perspectivas teóricas sobre la noción de violencia, y su relación...
que ofrece el mismo fenómeno en el interior de una familia. De una
renovada concepción se podrán generar propuestas de intervención o
prevención mucho más acordes con la lógica de la experiencia violenta.
La reflexión, entonces, que sobre la violencia intrafamiliar han
llevado a cabo disciplinas como la sociología, la psicología y el derecho,
se ha basado en un análisis descriptivo sobre el modo cómo se percibe
el fenómeno. Cuando se trata del abordaje de las causas que genera la
violencia intrafamiliar, las disciplinas antes mencionadas recurren a
la relación del fenómeno con la política, la historia, la sociedad, para
dar cuenta de una imbricación de factores constitucionales y culturales
que, cobijados por la estigmatización del conjunto de valores que rigen
a una sociedad en un momento determinado, propician la emergencia
del fenómeno en cuestión.
De una manera no explícita, sin embargo, cada una de esas disciplinas
da relieve a la dimensión simbólica en el abordaje de la violencia puesto
que acentúan la filiación de la misma con determinantes culturales,
pero no se reconoce, por ejemplo, que el origen latino del término, el
cual tiene por significación “fuerza” o “potencia”, alude a una dinámica
vital presente en el origen de la vida; es decir, el término violencia,
originalmente se aplicó a la fuerza con poder de oposición y transgresión,
en el sentido que es transformadora, creadora, propulsora de vida y
libertad (González, 1998).
Cercano a la anterior idea, Roldán (1993) manifiesta que el
significado primero del término “atentar” o “violar,” alude a una fuerza
vital propia de la vida misma, el cual originalmente se aplicó a la lucha
por sobrevivir, y por tanto, se encuentra íntimamente unido al origen
de la cultura, ya que para cultivar, morar, o transformar, términos
todos relativos a la acción simbólico-cultural, se tuvo que recurrir a
la acción violenta. Por ejemplo, plantea Roldán (1993): “para construir
una morada el hombre tiene que violar la materia que se opone a esa
forma…” (p. 71).
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De acuerdo con Walter Benjamin (1991), para llevar a cabo un
correcto análisis crítico de la noción de violencia, ésta no debe
separarse del dominio de los medios; es decir, no se debe considerar
como perteneciente al dominio de los fines. Bajo esta orientación, la
violencia constituye un medio utilizado para alcanzar un determinado
fin u objetivo, no constituye un fin o finalidad en sí misma, por ejemplo,
dominar o ejercer poder sobre otro ser humano.
Ahora, unas líneas atrás quedó consignado que los autores del
presente material centran el estudio de la violencia en la función de la
acción de los sujetos o en la intencionalidad del que se vincula con el
semejante de una manera violenta. No lo hace en el nivel de las causas,
puesto que esa dirección, paradójicamente, ha sido la causante de la
indiferencia o eliminación del sentido de la acción violenta que vincula
a dos o más miembros de una comunidad o grupo.
Por tal razón, es mucho más pertinente asumir que la acción violenta
que realiza un ser humano constituye un medio que debe conducir a un
fin determinado. Ahora, aun cuando no se le otorgue importancia al fin,
debe considerarse que la acción violenta posee una intención portadora
de sentido, el cual dota a la misma de un ropaje simbólico, de una lógica
que se debe descifrar o develar.
Bajo esta renovada orientación, el sentido de la acción violenta se
revelaría y, por tanto, daría a conocer su función; es decir, permitiría
determinar la relación implicativa que une a los participantes de la
experiencia que se califica como violenta. Por lo demás, es adecuado
enfatizar que la función que une a los participantes de la experiencia
violenta es única en cada caso. La posición contraria no resulta
conveniente puesto que separa la función de la intención particular de
quien o quienes se vinculan bajo esa modalidad.
Así mismo, este renovado modo de abordaje de la violencia, debería
propiciar la suspensión de adjetivos (maléfica, destructora, mortal)
que de una manera peyorativa estigmatizan las formas de vinculación
194
Katharsis
Análisis de las perspectivas teóricas sobre la noción de violencia, y su relación...
resultantes del hecho de pertenecer a una determinada sociedad, y por
tanto, a una determinada cultura.
La concepción sugerida por los autores del presente texto para
abordar la noción de violencia, debería favorecer la moderación de los
adjetivos que la reducen a un fenómeno enteramente negativo, puesto
que tales adjetivos vician la percepción y el análisis de la misma, además
de que amplían el desconocimiento del sentido o lógica inherente a la
acción violenta, o promueven su anulación bajo la premisa que indica
que este tipo de acto rompe el sentido que tejen los miembros de una
sociedad, o alimenta el sin-sentido propio del fenómeno violento.
A modo de conclusión
El desarrollo del anterior análisis crítico-reflexivo permite plantear
una renovada concepción de la noción objeto de este trabajo: la
violencia en general, y la que se deriva de ésta, la violencia intrafamiliar,
constituye una fuerza que se ejerce en relación con otro u otros seres
humanos; posee una intención, y por lo tanto, una función particular.
Bajo esta propuesta no sería válido afirmar que la aplicación de la
fuerza tiene como efecto la ruptura de los vínculos que favorecen la
“adecuada” convivencia con el otro o semejante, ya que tal y como se
ha insinuado a lo largo de este análisis, el ejercicio de la violencia posee
una función que implica necesariamente dos elementos; es decir, si
se asume que la violencia posee un sentido y, por consiguiente, una
función, es inevitable considerar que vincula a dos o más participantes
de la misma.
La violencia entre padres, padres e hijos o entre hermanos, por
ejemplo, posee una lógica o sentido aún por develar. De ello depende que
el fenómeno pueda ser estudiado de un modo distinto, y probablemente,
intervenido de una manera más eficaz.
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Juan Gabriel Carmona Otálvaro, Jorge Iván Jaramillo Zapata
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Los
discursos de Poliméstor
y Hécuba ade
partir
de la metáfora aristotélica
Katharsis–Institución
Universitaria
Envigado
Los discursos de Poliméstor y
Hécuba a partir de la metáfora
aristotélica*
The speeches of Polymestor and Hecuba
from the Aristotelian metaphor
Rafael Gonzalo Angarita Cáceres**
Resumen
Este artículo se adentra en la estructura de los discursos de Hécuba y Poliméstor,
en Hécuba, de Eurípides, con el objeto de mostrar los diferentes oficios que cumple
en ellos la metáfora teorizada por Aristóteles, tanto en Retórica como en Poética.
Aleccionados por estas indicaciones, se constata que las prescripciones establecidas
en el texto estético están dirigidas a hacer hincapié en la persuasión (propósito de la
retórica), gran objetivo de los contendientes para justificar sus acciones.
Palabras clave: Aristóteles, Hécuba, Poética, Poliméstor, Retórica y Metáfora.
Abstract
This article goes to the speeches of Hecuba and Polymestor, in Hecuba, by Euripides.
The objective is to show the different roles that the metaphor, theorized by Aristotle in
both Rhetoric and Poetics, plays in them. Taught by these indications, it is confirmed
that the requirements established in the aesthetic text are directed to emphasize
persuasion (purpose of rhetoric) major of the contenders objective to justify their
actions.
Keywords: Aristotle, Hecuba, Poetics, Polymestor, Rhetoric and Metaphor.
*
**
El presente escrito corresponde a un artículo de reflexión que se inserta en el marco de
los trabajos teóricos desarrollados al interior del grupo de investigación POLITEIA, de la
Universidad Industrial de Santander (UIS), dirigido por el Profesor Titular Alonso Silva
Rojas Ph. D. en Ciencias Sociales. La investigación conjunta desarrollada por POLITEIA
tiene por objeto dar cuenta de la configuración de la Polis en la Grecia Antigua. Asimismo,
conviene aclarar que algunas de las tesis aquí formuladas fueron presentadas en el marco de
la VIII Semana Internacional del Pensamiento Filosófico “Los Griegos con Nosotros”, evento
académico realizado por la Escuela de Filosofía UIS, del 9 al 11 de diciembre de 2009.
Filósofo UIS (2007), Magíster en Filosofía UIS (2011), Profesor Asistente Escuela de Filosofía,
Universidad Industrial de Santander (UIS). Correo electrónico: [email protected]
Katharsis—ISSN 0124-7816, No. 16, pp. 199-215—julio-diciembre de 2013, Envigado, Colombia
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Rafael Gonzalo Angarita Cáceres
Los discursos de Poliméstor y Hécuba a partir de la metáfora aristotélica
La historia era increíble, en efecto, pero se impuso a todas, porque
sustancialmente era cierta. Verdadero era el tono de Emma Zunz, verdadero el
pudor, verdadero el odio. Verdadero también era el ultraje que había padecido;
sólo eran falsas las circunstancias, la hora y uno o dos nombres propios.
J. L. Borges, Emma Zunz.
1. Introducción
Werner Jaeger, en su libro Paideia: Los Ideales de la Cultura
Griega, al analizar la obra de Eurípides, sostiene que en ella se
pueden encontrar, básicamente, “tres formas sociales: el realismo
burgués, la fuerte presencia de la retórica y la filosofía” (Jaeger,
1992, p. 303). El adjetivo que acompaña a retórica se hace tan
fuerte que nos arrastra, nos lleva y nos compele a escribir sobre
ella. Y no solo por lo resaltado en Jaeger, sino porque, tal y como lo
sostiene Vernant, la aparición de la Polis acaba por ser un elemento
decisivo en la configuración del pensamiento griego y, dentro de
su estructura, la palabra reclama la mayor importancia en lo que a
mecanismos de poder se refiere. A tal punto que se convierte en el
origen de la autoridad de la Polis. Por ello,
(…) son la retórica y la sofística las que, mediante el análisis que
llevan a cabo de las formas del discurso como instrumento de victoria
en las luchas de la asamblea y del tribunal, abren el camino a las
investigaciones de Aristóteles y definen, al lado de una técnica de la
persuasión, las reglas de la demostración (…) (Vernant, 2004, p. 62).
Así, al hablar de la retórica, se presenta el elemento fundacional del
pensamiento griego. Se tiene, sin embargo, una limitante de tiempo
y de espacio que nos impide acometer, por completo, la retórica. Por
ello, solo se intenta dar unos breves rodeos sobre uno de sus tropos,
la metáfora. Decir lo anterior es comenzar por lo más delicado de
Retórica y de Poética, pues, como se verá, el tratamiento de este tropo
200
Katharsis
Los discursos de Poliméstor y Hécuba a partir de la metáfora aristotélica
resulta de suma importancia tanto para lograr la persuasión en el
discurso mismo (objetivo de la retórica) como para obtener una obra
bien lograda en términos estéticos. Por tanto, difícil será decir que
se ha delimitado el tema y, más todavía, que se ha logrado. Tiempo
y espacio pueden acudir en nuestra ayuda si se observa la forma
en que Eurípides formula la metáfora en los discursos de Hécuba y
Poliméstor en su tragedia Hécuba, no huelga insistir en que la base
teórica para nuestro propósito serán algunos apartes de lo indicado
por Aristóteles sobre el tropo en cuestión, tanto en Retórica como en
Poética.
En ese recorrido propuesto desde Jaeger, pasando por Aristóteles
para llegar a Eurípides, nos encontramos atrapados o, mejor aún,
transportados y desplazados en y por lo metafórico; pues, como lo
recuerda Derrida: “(…) metaphorikos sigue designando actualmente,
en griego, como suele decirse, moderno, todo lo que concierne a los
medios de transporte (…)” (Derrida, 1989, p. 35). El recorrido postula,
entonces, desde el principio, la obligatoriedad de ocuparse de la metáfora
y de lo metafórico. No obstante lo anterior, a la conjunción propuesta
podría objetársele que no es más que un artificio o un pretexto para
juntar dos textos de Aristóteles con la finalidad de escribir sobre un
tema específico: Hécuba, de Eurípides. Y, por tanto, que ambos textos
tienen una dimensión específica totalmente demarcada y, por ello
mismo, quizá imposibles de unir. Para justificar esta conjunción se
tomarán en cuenta, por el momento, dos aspectos. El primero, referido
a la tematización estética y persuasiva de la metáfora, presentada de
manera sumaria en el párrafo anterior. El segundo, en la vecindad del
anterior, muestra que Aristóteles entiende a tal punto la conjunción
presentada, que al referirse a la metáfora en Retórica, señala los
ítems que ya especificó en Poética, por tanto, considera que no se hace
prudente volver sobre lo ya dicho. Más allá de lo indicado, el tratamiento
aristotélico de la metáfora quizá permita observar un precursor en la
temática: Eurípides.
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Rafael Gonzalo Angarita Cáceres
2. El acto Creativo en el Poeta y en el Orador
Pues bien, anclados ya en Poética, lo metafórico nos hace ir de atrás
para adelante. De este modo, Aristóteles, en el apartado veintidós,
utiliza su harto conocida formulación de “virtus in medio” para
señalar que “La virtud del lenguaje consiste en ser claro sin ser trivial”
(Aristóteles, 1991, p. 1458a).1 Justo aquí, en la preocupación por el
lenguaje y por su uso, entre otros tropos, se encuentra la metáfora. Debe
el poeta, por un lado, y gracias a su capacidad creativa, saber hallar
esa adecuación del lenguaje que le permita la obtención de claridad
en las formulaciones sin caer, desde luego, en la trivialidad. Por otra
parte, el poeta no puede perder la claridad del lenguaje en su horizonte
de composición, pues ello le llevaría a elevarse a las nebulosas de la
solemnidad. Con lo indicado anteriormente queda claro que, para el
estagirita, el uso de la metáfora debe ir acompañado, para que resulte
inteligible, del lenguaje corriente. Lo formulado se compagina con lo
preceptuado en la tragedia como imitación de acciones virtuosas; ya
que un mal manejo de la metáfora, nos dice el autor, podría movernos
a risa, es decir, nos situaría en el género contrario, en el de la comedia.
La importancia de este aspecto se constata en la siguiente formulación:
“Importa utilizar con propiedad cada uno de los [tropos] mencionados,
los nombres dobles y los exóticos, pero lo más importante, con mucho,
es el ejercicio metafórico” (1991, p. 1459a).
En efecto, si el poeta no es cauto a la hora de presentar su lenguaje y
lo expresare en metáforas, se halla, entonces, frente a un enigma que,
en el mejor de los casos, lo haría tocar, como ya se indicaba, el otro
extremo, el de la comedia. En esto radica la importancia del correcto
uso de la metáfora.
Más acá en Poética, el autor define la metáfora como “(…) la imposición
de un nombre ajeno, en que el género sustituye a la especie, la especie
1
202
En adelante, las citas a la obra de Aristóteles se realizarán exclusivamente por el número
de la paginación universal.
Katharsis
Los discursos de Poliméstor y Hécuba a partir de la metáfora aristotélica
al género, una especie a otra o hay una analogía” (Aristóteles, 1991, p.
1457b). Con todo, Aristóteles, al formular la anterior clasificación no
la presenta como una jerarquía o, por lo menos, no nos lo dice. De tal
modo que se hace imposible determinar si tal o cual forma de metáfora
es más perfecta que otra, ya que todas se extienden sobre un mismo
plano en el que lo importante es el ejercicio mismo de la metáfora en la
escritura de la obra trágica.
En Retórica, pareciere que tampoco se presenta una jerarquización
de la metáfora, pues en cuanto se comienza a tematizar sobre ella, en lo
tocante a su definición y clasificación (como se enunciaba en el segundo
de los aspectos señalados sobre la conjunción de Poética y Retórica), se
constata una remisión a Poética (Aristóteles, 1999). Más adelante, sin
embargo, el autor dará cierto privilegio a la analogía, pues ella hace que
la metáfora se diga de un modo mucho más ajustado. La explicación del
autor es la siguiente: “Porque como más se manifiestan los contrarios es
enfrentándolos” (Aristóteles, 1999, p. 1405a). Tal afirmación nos lleva al
inicio mismo de Retórica, pues el comienzo que propone Aristóteles es
una analogía entre Dialéctica y Retórica, para así constatar claramente
su diferenciación y sus puntos de encuentro (aquí se constata, entonces,
el tercer aspecto del que se hablaba líneas arriba).
De lo dicho se puede registrar rápidamente dos conclusiones.
La primera, dirigida a la pertinencia de la conjunción de Poética y
Retórica, pues esta cuestión, como se acaba de ver, comienza con el
tropo trabajado por el autor en los apartados veintiuno y veintidós de
Poética. La segunda, señala que la metáfora no es, dentro de la retórica,
un tropo entre otros, sino que es el gran tropo o, simplemente, el tropo.
Lo anterior se ve confirmado por la sistematización que pretende llevar a
cabo Aristóteles de la retórica, toda vez que ésta empieza, precisamente,
por la metáfora y por aquella clase a la que le va a conceder (muchas
páginas más allá, pero siempre desde el inicio) cierto privilegio.
En Retórica, la capacidad creativa del orador se enfrenta al
obstáculo de la carencia de medios. En efecto, tal y como lo sostiene el
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Rafael Gonzalo Angarita Cáceres
estagirita, el discurso posee menos recursos que la poesía, lo que hace
que en lo tocante al ejercicio de la metáfora se exija un mayor esfuerzo
(Aristóteles, 1999). Posteriormente, Aristóteles hace precisión en que,
para que se pueda predicar de la metáfora que está bien lograda, es
necesario que ella se tome del mismo género o de especies similares
(Aristóteles, 1999). Sin embargo, la gran diferencia del uso de la
metáfora en la retórica son las dos dimensiones que adquieren en la
finalidad del discurso, es decir, en la persuasión. Así, la metáfora unas
veces se utiliza para alabar, esto es, para poner de relieve lo mejor del
género y, otras, para censurar, esto es, para enfatizar que se trata con lo
contrario, es decir, con lo peor del género (Aristóteles, 1999).
3. Examen de los Discursos
Expuesta de este modo, más que sucinto, la teoría de Aristóteles
sobre la metáfora, se pasa, ahora, al modo en que se estructuran los
discursos de Poliméstor y Hécuba y la función que cumple la metáfora
en cada uno de ellos. Es necesario insistir en que lo dicho por Poliméstor
y Hécuba en su enfrentamiento es propiamente discurso agonal y no
diálogo. Cada una de las alocuciones se configura como discurso porque
ambos están en abierta pugna y dirigidos a un público que los debe
aprobar o improbar. Al respecto, las palabras de Agamenón resultan
más que claras: “Detente [Poliméstor]. Una vez que hayas expulsado
de tu corazón la barbarie, habla, para que, después de oírte a ti y a
ésta [Hécuba] en turno, juzgue yo con justicia por qué has sufrido esto”
(Eurípides, 2000, p. 485).2 Aquí se ve claramente que las palabras de
Agamenón lo postulan como juez y público de los discursos: a él se
dirigen y, cumplido lo anterior, dará el veredicto.
Pero se hace necesario abrir el espacio de la discusión, pues ya se
acerca el atormentado Agamenón, quizá atormentado por la metáfora
2
204
En adelante, las citas a la tragedia de Eurípides se realizarán en el texto con indicación del
número de los versos.
Katharsis
Los discursos de Poliméstor y Hécuba a partir de la metáfora aristotélica
misma (para hacer creer que no lo está) y, quizá por ello, la expresa.
Así, le dice a Poliméstor:
He venido al oír tu grito. Pues la hija de la roca montañosa, Eco, está
chillando sin reposo a través del ejército, causando tumulto. Si no
supiéramos que las torres de los frigios han caído bajo la lanza de
los helenos, este estruendo nos habría causado miedo y no en forma
moderada. (Eurípides, 2000, Vv. 1105-1115).
Se nota que Agamenón, al igual que Aristóteles, es traído a lo
agonal de la retórica por la metáfora; y, como el estagirita, por la
forma de metáfora a la que se le concede ese cierto privilegio. En
efecto, lo que formula Agamenón con el eco producido por los gritos de
Poliméstor es una analogía. No obstante lo anterior, podría argüirse,
de modo ingenuo, que la construcción metafórica no se compadece
del todo con lo preceptuado por Aristóteles en Retórica, referente al
extraer la metáfora de lo más bello. Y que, por tanto, resulta más que
incómodo que la diosa no cante sino que chille. Pero la objeción parece
desbaratarse por la necesidad poética de Eurípides, pues requiere de
un grito tan horrendo y, por tanto, de un eco que se adjetive del mismo
modo que haga justificar tanto la presencia de Agamenón como el gran
padecimiento a que es sometido Poliméstor, quien sufre de tal modo
que hasta hubiese hecho espantar a guerreros que, por su condición,
estarían preparados para las más viles de las acciones, sin ningún
reparo de miedo.
3.1. El discurso de Poliméstor
Una vez ha hablado el terror de la metáfora, sigamos en ella, con
ella. El turno es ahora para Poliméstor que debe justificar el crimen que
cometió al asesinar a Polidoro, el hijo de Hécuba. Ante la invitaciónmandato hecha por Agamenón, Poliméstor establece su tesis: “Lo maté”
(Eurípides, 2000, V. 1136). El hecho es claro y no se discute, Poliméstor
ha cometido un homicidio, pero a continuación esboza las razones para
justificar el crimen y, de ese modo, intentar salir librado de cualquier
responsabilidad. La primera de las razones esboza la peligrosidad que
Katharsis—ISSN 0124-7816, No. 16, pp. 199-215—julio-diciembre de 2013, Envigado, Colombia
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Rafael Gonzalo Angarita Cáceres
ejerce un hijo de Príamo, tanto para Agamenón y los helenos, como
para la misma Troya y los pueblos vecinos (Eurípides, 2000). En efecto,
Polidoro podría significar el restablecimiento de Troya y una nueva
incursión de los aqueos en ese territorio, lo cual, además, demandaría
grandes pérdidas para los territorios fronterizos entre los que se cuenta
el regentado por Poliméstor.
Posteriormente, pasa a referir los hechos que causaron tanto la
muerte de sus hijos como su ceguera. De este modo, según la promesa
hecha por Hécuba asiste a ese lugar con sus hijos para que se le confíe el
secreto de los depósitos de oro que quedan en Troya (Eurípides, 2000).
Justo ahí, Poliméstor introduce su primera metáfora: “Como en casa
de un amigo las hijas de los troyanos estaban sentadas” (Eurípides,
2000, Vv. 1150-1155). Nótese que la metáfora utilizada corresponde a
la cuarta clase de este tropo, pero a diferencia de Agamenón quien lo
antecede en la intervención y de Aristóteles en Retórica, Poliméstor no
la establece desde el principio sino que la hace derivar de los hechos.
Pero la metáfora resulta formidablemente astuta, en la medida en que
con ella pretende hacer implicar la responsabilidad de todas las mujeres
de Troya en los padecimientos que lo agobian: la muerte de sus hijos y
la pérdida de la visión.
Lo anterior se agrava si se tiene en cuenta que, una vez recibido,
dice Poliméstor: (las mujeres) “contemplando mi lanza tracia, me
privaron de mi doble arma” (Eurípides, 2000, Vv. 1155-1160). En efecto,
el arma es doble, no solo por su utilidad como arma de guerra, sino
en el sentido de que serviría para defender tanto la vida de sus hijos
como su propia integridad física. El modo en que Poliméstor ordena
su discurso está orientado a recalcar la afirmación que lo acontecido
es parte de un complot traicionero orquestado por Hécuba y seguido
al pie de la letra por las troyanas. Pero lo realmente importante de
extender la acusación a la totalidad de las mujeres, se expresa en la
pretensión de ganar para sí el veredicto de Agamenón por el ejercicio
de la persuasión. En efecto, la alocución tiene por finalidad hacer
206
Katharsis
Los discursos de Poliméstor y Hécuba a partir de la metáfora aristotélica
que Agamenón deje de obrar como juez imparcial y pase a ocupar el
lugar de víctima de los hijos de troyanas, es decir, de aquellos que le
infringieron padecimientos tanto a él como a su pueblo, en la guerra
que recién termina. En suma, la intervención está tan bien construida,
desde el terreno de la persuasión, que Poliméstor intenta colocar en un
mismo bando su sufrimiento y el de su juez, con el objeto, claro está, de
lograr una sentencia favorable a sus intereses.
Pero se prosigue con lo relatado por Poliméstor, para él no hay duda de
que los padecimientos que le infringieron fueron cometidos a traición.
Aseveración que se confirma en la forma en que las mujeres se van de
la casa, pues huyen después de que, como lo formuló en la metáfora
mencionada anteriormente, la casa les resultare tan acogedora como la
de un amigo. Ante la amenaza de impunidad, Poliméstor introduce la
segunda metáfora. Así, nos dice: “Y yo, dando un salto, persigo como
una fiera a las perras manchadas de crimen, rastreando toda la pared,
como un cazador, tirando cosas, dando golpes.” (Eurípides, 2000,
Vv. 1170-1175). Otra vez la analogía, la forma privilegiada. Pero ahora
pretende llevarnos a otra noción aristotélica: la definición.
Según las formas de la metáfora, la definición no se halla lejos del
tropo. En efecto, al definir, dice Aristóteles (1990) en la Metafísica, lo
que se hace es designar el género próximo y la diferencia específica.
Esto es, precisamente, lo que hace Poliméstor. Así, luego de sufrir los
padecimientos de que es objeto persigue como una fiera a las perras.
Tanto él como las mujeres son vistos por el discurso en el género
propio, es decir, animal, por ello se designa como fiera, una fiera
herida mortalmente en su integridad y en el amor a sus hijos, pero a
las mujeres, a las que han perpetrado el gran daño, las rebaja a lo peor
de la condición animal, a perras. Con lo cual se configura la censura, es
decir, el traer a colación y poner de relieve lo peor del género.
Se recuerda que, en los griegos, los perros y las aves de rapiña,
devoraban los cadáveres insepultos (Homero, 2007) y, por ello, no son
más que animales despreciables. Más allá en la metáfora, Poliméstor
Katharsis—ISSN 0124-7816, No. 16, pp. 199-215—julio-diciembre de 2013, Envigado, Colombia
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Rafael Gonzalo Angarita Cáceres
dice asemejarse al cazador, pues al carecer del sentido de la visión no le
queda más remedio que sostenerse de la pared para intentar seguir el
rastro de las homicidas. Esto hace que su padecimiento sea aún mayor,
pues las que han infringido tales males y que, por ello, no son más que
perras, escapan impunemente del lugar de los crímenes. Pero lo que
hay que poner de relieve en todo esto es la pretensión de justificar la
venganza contra las mujeres que le han ocasionado tal daño, pues es
propio del cazador, y otra vez refiriéndose a lo peor del género, perseguir
y matar a las fieras salvajes, a lo más alejado de la condición humana.
En su recorrido, Poliméstor llega a la siguiente conclusión: “Tales
cosas acabo de sufrir, Agamenón, porque me afano en favor tuyo y he
matado a tu enemigo” (Eurípides, 2000, Vv. 1175-1180). La conclusión,
como se ve, refuerza la esbozada arriba sobre la persuasión. De nuevo,
el acento se pone en la relación amistad-enemistad. La lógica de la
frase es absolutamente perversa. En efecto, la formulación tiende a
considerar amigo a alguien y, por ese solo hecho, amigo de sus amigos y
enemigo de sus enemigos. De este modo, la enunciación se realiza con la
pretensión de que Agamenón tome una decisión a favor de Poliméstor,
pues, según su discurso, actuó contra uno de los enemigos de su juez.
Lo anterior, en la lógica de la intervención, refuerza lo dicho atrás sobre
la calidad de juez imparcial que pudiera perder Agamenón. Además,
observada más de cerca, la formulación indicada trasciende el ámbito
de lo particular, ya no se trata solamente del enemigo de Agamenón,
sino del enemigo de todos los helenos y, teniendo en cuenta la guerra
acontecida, también del enemigo de los pueblos vecinos de Troya.
En suma, lo consignado a este punto dice lo siguiente: Hécuba y las
troyanas son conjuradas porque la otrora reina conduce a sus antiguas
siervas al lugar señalado, donde se instalan como en la casa de un amigo
a cometer la deplorable conducta llevada a cabo desde la dimensión de
la amistad. Pero a esta amistad se opone otra amistad, la de Poliméstor
y Agamenón. Amistad que se deja ver totalmente, según Poliméstor, en
la muerte misma de Polidoro como un beneficio para todos. Un bien que
208
Katharsis
Los discursos de Poliméstor y Hécuba a partir de la metáfora aristotélica
le ha comportado un mal terrible, la pérdida de la visión y la muerte de
sus hijos. Pero un agravio que no puede ir más allá, es decir, hacia la
impunidad de tan horrendos crímenes. Por ello, tras la intervención de
Poliméstor, parece que solo una cosa se hace posible, la ejecución de la
venganza sobre Hécuba y las troyanas.
Según lo apuntado, el discurso de Poliméstor presenta una estructura
que va de lo particular a lo general. Así, en su ataque a Hécuba, la que
planea el mal en su contra, pretende hacer responsables también a todas
las troyanas y, luego, a todas las mujeres, pues en la última metáfora
que nos presenta refiriéndose a las mujeres dice: “ni el mar ni la tierra
crían una raza de tal laya” (Eurípides, 2000, V. 1181). Con lo cual vuelve
general la responsabilidad de lo que le ha ocurrido. Así, su desgracia
no es solo obra de Hécuba, sino de las troyanas y de todas las mujeres.
Por otra parte, el bien que dice haber realizado al matar a Polidoro
tiene el mismo movimiento, va de lo particular a lo general. En efecto,
el bien no es solo para Agamenón, sino para todos los helenos junto
con los pueblos vecinos de Troya. A su vez, en el caso de que el fallo
sea contrario, no solo se lesionaría la persona de Poliméstor dejándose
impunes tanto el crimen cometido contra él como el sacrificio de sus
hijos, sino que comportaría no solo el más grave de los atentados
a la amistad entre él y Agamenón, sino una ofensa a las alianzas de
los pueblos en la guerra y, por esta vía, a la amistad en general. Sin
embargo, se debe hacer notar que lo que sostiene toda la estructura es
la segunda metáfora, es decir, aquella en que se rebajaba a la mujer a
lo peor de la animalidad, ya que las demás metáforas y razones crecen
y se fundan en ella. Al utilizar el tropo de este modo, Poliméstor logra,
como se decía hace un momento, que la metáfora cumpla la finalidad
retórica de la censura al poner de relieve lo peor del género.
3.2 El discurso de Hécuba
Con el discurso pronunciado por Hécuba irrumpe otra vez, desde el
comienzo, la fuerza de la metáfora: “Entre los hombres sería necesario que
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la lengua jamás tuviera más fuerza que los hechos.” (Eurípides, 2000, Vv.
1186-1188). Este comienzo nos deja ver que, de lo que se trata aquí, no es
de una metáfora cualquiera, es una metáfora que se usa y enfila contra
la retórica, es un ataque a la retórica desde la retórica misma. Pues en
un primer momento se desprecia a la retórica, pero tal desprecio se hace
justamente por medio de una metáfora, es decir, por uno de sus tropos.
Lo anterior acaba por configurar a la metáfora como el más elevado de
los usos de la argumentación con fines persuasivos, en la medida en que
su perfecta utilización logra hacer que el discurso no sea visto en parte
alguna como retórico. Solo así se puede asegurar la censura que comporta
la metáfora a lo peor del género humano, en este caso, a quienes hacen uso
de la retórica para hacer pasar por justa una acción vil.
Para demostrar lo anterior, Hécuba enfrenta los retóricos a los
hombres justos, a los hombres que actúan bien pero no poseen
la facultad de la fuerza de la palabra para hacer engrandecer sus
acciones. Y esto es, como se veía en Aristóteles, lo que hace patente la
analogía, pues ella muestra a los contrarios ahí, en el propio lugar de
enfrentamiento, donde más claramente se pueden ver sus diferencias.
Muestra a Poliméstor, el retórico, que hace pasar por justa una acción
injusta y a Hécuba, no menos retórica, que dice no serlo, pero que, como
se decía, enfila las mismas armas de la retórica, es decir, la fuerza de las
palabras y el gran tropo para atacar no a la retórica, sino a los hombres
que se valen de ella de modo imperfecto, como Poliméstor.
Como si lo anterior fuera poco, queda más discurso, es decir, más
persuasión, más retórica, más metáfora. Así, en adelante, Hécuba
se dedicará a rebatir los puntos expuestos por Poliméstor. Con este
propósito cita la primera razón enunciada por su opositor, es decir, que
su acción estaba destinada a librar a los aqueos de un doble trabajo
y estuvo sustentada en la amistad de Agamenón. Hécuba atiende
directamente el punto de la amistad entre los aliados en la guerra.
Por ello, expresa la persuasión cuando apela al sentimiento patrio de
Agamenón y, en consecuencia, cifra como centro de su argumento
210
Katharsis
Los discursos de Poliméstor y Hécuba a partir de la metáfora aristotélica
la formulación de que un pueblo bárbaro no puede ser amigo de los
helenos (Eurípides, 2000). Lo anterior desbarata completamente
la tesis de Poliméstor, fundada en la amistad como justificación del
homicidio de Polidoro, por un lado; y, por el otro, como consecuencia
de lo anterior, pretende deshacer cualquier intento de castigo sobre ella
y las demás troyanas. Gracias a este ataque, Hécuba muestra que la
causa de la muerte de su hijo fue el oro y el deseo de lucro.
Pero como Poliméstor se niega a aceptarlo, tiene que forzar los
argumentos hasta el límite. La proposición se podría formular más o
menos en estos términos: si Poliméstor mató a Polidoro y tal muerte
fue un hecho justo, debió serlo, por ello mismo, en cualquier tiempo, tal
y como lo expresa el interrogante formulado por Hécuba a Poliméstor:
¿Cómo es que cuando Troya era afortunada, y la muralla de torres
estaba en torno a la ciudad, y vivía Príamo y la lanza de Héctor florecía,
por qué no mataste entonces a mi hijo ya que lo criabas y tenías en tu
palacio, si habías deseado hacerle a éste [Agamenón] un favor, o fuiste a
llevárselo vivo a los argivos? (Eurípides, 2000, Vv. 1205-1215).
En resumidas cuentas, lo que Hécuba afirma es que la muerte de
Polidoro no se dio en el momento en que vivía Héctor, pues en vida
del formidable guerrero su hermano Polidoro ya era huésped de
Poliméstor, además, en ese momento, se ejecutaba la guerra. Pero
como la lanza florecía, arguye Hécuba (o por lo menos hacia allá va
la proposición) Poliméstor no se atrevió a hacer nada en contra de su
huésped por miedo a la palpitante lanza de Héctor, es decir, a Héctor
mismo. En el mismo sentido de la proposición, de la validez o invalidez
de la muerte de Polidoro en cualquier tiempo, Hécuba afirma que la
muerte de su hijo se dio en el preciso instante en que Héctor caía en
batalla y Príamo y ella ya no ostentaban la calidad de reyes, es decir,
cuando “(…) nosotros no estábamos ya bajo la luz del sol por obra de
nuestros enemigos” (Eurípides, 2000, Vv. 1210-1215).
Esta metáfora tiene por objeto significar dos eventos: el primero,
la muerte de los hombres de la casa y, en segundo lugar, la caída del
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reinado mismo. Justo aquí adquiere relevancia el tropo, ya que no estar
en el poder, no ejercerlo es, en la metáfora presentada, como no estar
vivo o, en suma, como no ser. Justo eso es lo que aprovecha Poliméstor,
el hecho de que una parte de la familia del muchacho ha desaparecido
de la faz de la tierra y la otra ha sido reducida a la esclavitud, lo que
asegura o podría asegurar la impunidad de su crimen. Pero para que el
crimen se lleve a cabo es necesaria una señal, como si desde la llegada de
su huésped Poliméstor pensare en la forma y en el momento preciso de
dar muerte con el objeto de lucrarse. Momento que halla, precisamente,
cuando la caída de Troya había sido indicada por la misma ciudad con
el humo que despedía (Eurípides, 2000). En ese momento, Poliméstor
ejecuta su crimen aprovechando una situación de inferioridad tanto de
Polidoro como de su familia. Pues bien, qué se puede decir sino que
Hécuba lo ha hecho a la perfección, pues ha destrozado un argumento
retórico con las mismas armas de la retórica. En efecto, Poliméstor ha
hecho pasar por justa una acción injusta, Hécuba la ha rebatido desde el
comienzo por una analogía general de la que se derivan tres metáforas
haciendo pasar por justa su venganza.
Hécuba demuestra que la muerte de su hijo no fue un hecho justo,
sino, por el contrario, injusto y abominable, pues el móvil es el oro. Se
trata, pues, de un doble crimen: robar y matar o, más precisamente,
de la ejecución de uno para asegurar la impunidad de otro, impunidad
que, en última instancia, cobijaría a los dos crímenes. Pero atendiendo
a los hechos más de cerca, los crímenes de Poliméstor no son solo robar
y matar, se trata de un crimen que Hécuba hace ir mucho más allá, es un
crimen contra la amistad. Lo cual acaba por desbaratar el argumento
esgrimido por Poliméstor tendiente a la amistad con Agamenón y con
los helenos como móvil de su acción. Así, Hécuba enfatiza: “los buenos
amigos se notan muchísimo en la desgracia” (Eurípides, 2000, Vv.
1220-1225). Con lo que se constata que por acomodarse a una situación,
Poliméstor actúa mal en la desgracia. Lo anterior da cabida a una
quinta metáfora en el discurso que refuerza el carácter de la amistad,
212
Katharsis
Los discursos de Poliméstor y Hécuba a partir de la metáfora aristotélica
tropo concretado en las siguientes palabras: “si hubieras escaseado de
dinero y él [Polidoro] hubiera sido rico, mi hijo habría sido para ti un
gran tesoro” (Eurípides, 2000, Vv. 1225-1230).
Luego de haber rebatido cada uno de los puntos de Poliméstor,
Hécuba cierra su discurso del mismo modo como lo abre, es decir,
dirigiéndose al auditorio representado por Agamenón para que éste
apruebe el conjunto de su disertación. De no hacerlo, es decir, si el
dictamen de Agamenón contradice las pretensiones de Hécuba, el
griego, dice Hécuba, se situaría en el mismo rango de infamia en que
se halla Poliméstor (Eurípides, 2000). Lo que se constata en este punto
es la censura mediante la utilización de la metáfora con la finalidad
de lograr la absoluta persuasión que se traduce en un fallo a favor
de Hécuba. Si tal cosa no llegare a ocurrir, Agamenón pasaría a ser
inmediatamente lo peor del género, es decir, uno de esos hombres que
acometen acciones viles y las hacen pasar por justas.
Lo anterior muestra contundentemente que Hécuba alcanza
una maestría en el uso de la retórica y del tropo con el que se logra
la persuasión, toda vez que ella no solo se dirige contra su oponente,
sino contra el juez-auditorio que tiene, por esa misma calidad, la
facultad de aprobar o improbar lo dicho. El recurrir a este proceder
acaba por asegurar que su discurso, gracias a la contundencia de la
metáfora, sea necesariamente aprobado. Pues bien, tal y como se ha
visto: “La tragedia expone el hecho terrible de un modo que suscita
empatía en los espectadores o lectores, además de horror y propicia
cierta comprensión e indulgencia hacia esta acción extrema por su
violencia y crueldad” (Trueba, 2004, p. 67). Lo consignado por Trueba
sobre la totalidad de la pieza trágica se aplica de modo paradigmático a
Agamenón, toda vez que él asiste en calidad de espectador cualificado,
pues se postula como el juez del certamen. Desde esa posición surge la
empatía, el horror y, por sobre todo, la compresión que lo conduce a la
indulgencia frente a las acciones de Hécuba.
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Rafael Gonzalo Angarita Cáceres
4. A modo de conclusión
Como se ve, el efecto y las armas retóricas de cada uno de los
discursos son diferentes. Esto lo muestra la estructura misma de lo que
se dice. En Poliméstor, como se apuntaba arriba, hay un movimiento
triple que se empeña en abrir las esferas de la responsabilidad, del daño
y de la aprobación que es totalmente inductivo. En Hécuba, por su parte,
se procede del modo contrario, la argumentación se hace deductiva,
comienza por un ataque a los que utilizan la fuerza de las armas de la
retórica para justificar la infamia, hasta llegar a constatar tal actuar
en las palabras de Poliméstor, e implicar a Agamenón con el objeto
de lograr su persuasión, todo guiado, como se vio, por la analogía, la
forma privilegiada del gran tropo de la retórica. De este modo, se nos
muestra que la persuasión solo se logra gracias a la retórica y en la
retórica misma, en y desde el gran tropo, la metáfora.
El análisis acometido en estas breves líneas quizá indique la
posibilidad de pensar la Retórica de Aristóteles como un trabajo de
campo extraído, ya no de las luchas de la asamblea y del tribunal como
origen del pensamiento griego, del modo en que lo señala Vernant, sino
como una formulación teórica que toma a la tragedia como base de
estudio. Esta afirmación no deja de ser temeraria, al tener en cuenta
que solo se han dado algunas indicaciones sobre uno de los tropos
teorizados en Retórica, visto desde una de las muchas tragedias, pero
de nuestra parte es el comienzo de una investigación que pretende
analizar la totalidad del corpus trágico, con el objeto de fundamentar
totalmente la afirmación presentada. Si tal cosa es posible, la unidad
entre Poética y Retórica se hará aún más patente, en la medida en
que su fundamento estaría constituido por la tragedia. Con todo, se
hace necesario resaltar que los resultados presentados en los discursos
estudiados nos ponen directamente en esa dirección.
214
Katharsis
Los discursos de Poliméstor y Hécuba a partir de la metáfora aristotélica
Referencias
Aristóteles (1990). Metafísica. Madrid: Gredos.
Aristóteles (1991). Poética. Caracas: Monte Ávila.
Aristóteles (1999). Retórica. Madrid: Gredos.
Derrida, J. (1989). La deconstrucción en las Fronteras de la Filosofía. La Retirada de la
Metáfora. Barcelona: Paidós.
Eurípides (2000). Obras Completas. Madrid: Gredos.
Jaeger, W. (1992). Paideia: Los Ideales de la Cultura Griega. México: Fondo de Cultura
Económica.
Homero (2007). Iliada. Madrid: Cátedra.
Trueba, C. (2004). Ética y Tragedia en Aristóteles. Barcelona: Anthropos.
Vernant, J. P. (2004). Los Orígenes del Pensamiento Griego. Buenos Aires: Paidós.
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Fredy Romero, El sur: magia en El Calafate 9. Argentina, 2012.
LaKatharsis–Institución
imagen el indio Caribe Universitaria
y el español conquistador
en Muy caribe está...
de Envigado
La imagen el indio Caribe y el
español conquistador en Muy caribe
está: un cuadro de semejanzas*
The image the Caribbean Indian and Spanish conquistador in
Muy caribe está (novel): a picture of similarities.
Wilson Andrés Cano Gallego**
Resumen
El presente artículo es un análisis de la novela Muy Caribe está, del escritor antioqueño
Mario Escobar Velásquez (1928-2007). El trabajo parte de la hipótesis según la cual
el escritor hace un balance de la imagen del indio Caribe y el español conquistador,
para destacar en ambos bandos al hombre de carne y hueso que en sus logros y sus
excesos se vio enfrentado en las primeras décadas del siglo XVI en la región del Caribe
colombiano. Es, a su vez, una reivindicación de la condición humana frente al dolor,
el sufrimiento y las ansias de poder y riqueza que se dieron en el encuentro de las dos
culturas. Se busca además establecer un diálogo entre la novela y algunas fuentes
documentadas de los Cronistas de Indias, de modo que esto permita una visión más
humana del relato ficcional con relación a la ofrecida por la historia oficial.
Palabras Clave: Mario Escobar Velásquez, Muy Caribe está, novela, historia, ficción,
indio Caribe, español conquistador
Abstract
This article is an analysis of the novel Muy caribe está, by writer Mario Escobar
Velasquez from Antioquia (1928-2007). The work starts off the hypothesis according
to which the writer makes a balance of the image of the Caribbean Indian and
*
**
Este texto se enmarca dentro proyecto de investigación Narraciones de la imagen.
Relaciones entre palabra e imagen en la narrativa latinoamericana contemporánea,
realizado en el Semillero de Investigación de Hermenéutica Literaria, en el año 2013.
Adscrito a la Escuela de Ciencias y Humanidades de la Universidad EAFIT.
Candidato a Magister en Hermenéutica Literaria de la Universidad EAFIT. Especialista en
Administración de la Informática Educativa, UDES. Licenciado en Humanidades Lengua
Castellana de la Universidad de Antioquia. Docente del municipio de Medellín. Correo
electrónico: [email protected]
Katharsis—ISSN 0124-7816, No. 16, pp. 219-242—julio-diciembre de 2013, Envigado, Colombia
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Wilson Andrés Cano Gallego
Spanish conquistador, to highlight in both sides the man of flesh and blood that in
his accomplishments and his excesses he was confronted in the early decades of the
Sixteenth Century in the Colombian Caribbean region. It is, in turn, a vindication
of the human that confronts pain, suffering and the desire for power and wealth
that occurred at the encounter of the two cultures. It also seeks to establish a
dialogue between the novel and some documented sources of the Chroniclers of the
Indies, in order to allow a more humane vision of fictional narrative in relation to
that offered by the official story.
Keywords: Mario Escobar Velásquez, Muy caribe está, novel, story, fiction, Caribbean
Indian, Spanish conquistador.
“El Caribe y Español eran razas de los mismos propósitos,
rapiñeras, crueles, sin piedad” (Escobar, 1999, p. 258)
1. Preámbulo
El choque cultural que significó la Conquista de América no solo
puede medirse en la abundancia, la exuberancia y la grandeza de las
tierras del Nuevo Mundo para España; o en el caudal de riquezas
que representaron para Europa las montañas de oro, plata y perlas
arrancadas al indígena a cuenta de vejámenes y crímenes de magnitudes
incalculables; o la libertad pisoteada del indígena en nombre de la cruz
y la espada, la enfermedad y la muerte. También –y allí reside el mayor
impacto de este encuentro– está en la forma como la imaginación
europea se pobló de aves, árboles, frutas, ríos, mares y civilizaciones
insospechadas, gracias a la pluma de los cronistas que contaron lo que
vivieron y lo que oyeron de los conquistadores y los conquistados, unas
veces desde una mirada desbordada de frescura y candor frente a la
indefensión de los “salvajes”, y otras veces exacerbada por los crímenes,
la rapiña y la vesania del español conquistador.
Estas dos miradas frente a la Conquista de América, debido en parte
a la visión ofrecida por cronistas1 tan diversos como Bartolomé de Las
1
220
Si bien se usa el término “cronista de Indias” para referirse al hombre conquistador que da
cuenta de la forma de vida de los indígenas y la geografía del nuevo territorio en un relato
Katharsis
La imagen el indio Caribe y el español conquistador en Muy caribe está...
Casas (1474/84- 1566), Gonzalo Fernández de Oviedo (1478- 1557),
Hernán Cortés (1485- 1547) o Bernal Díaz del Castillo (1496-1584),
entre otros, han generado una amplia producción de obras históricas
y literarias que buscan reconstruir el pasado de los pueblos indígenas
de América y el papel que supuso la influencia de unos sobre otros,
españoles e indígenas, y viceversa, con relación a aspectos sociales,
económicos y culturales en la Conquista del Nuevo Mundo.
Sin entrar aquí en esa discusión, se entiende que la literatura en
Hispanoamérica ha tomado partido de uno u otro lado para reconstruir
esas imágenes del conquistador y del conquistado, o para recrear los
vacíos que la historia oficial ha silenciado. Son claros los ejemplos,
aunque variados y distantes en el tiempo, del épico poema de La
Araucana (1569) de Alonso de Ercilla, o las obras de ficción histórica
como El Entenado (1983) de Juan José Saer y El arpa y la sombra
(1979) de Alejo Carpentier. Más cercano aún se sitúa Ursúa (2005) y El
país de la canela (2008) de William Ospina, así como Muy Caribe está
(1999), del escritor antioqueño Mario Escobar Velásquez como obras
que se enmarcan en este convulso período del Descubrimiento y la
Conquista del Nuevo Mundo.
Esta última novela en particular se reviste de interés y actualidad
para la temática que se quiere plantear aquí, en cuanto a la forma como
el autor recrea la imagen de los personajes históricos y las acciones en
el encuentro de los conquistadores españoles y los indios Caribes. Es
por esto que, en la búsqueda de un acercamiento crítico a esta obra,
se parte de la siguiente hipótesis: en Muy caribe está, el escritor hace
un balance de la imagen del indio Caribe y el español conquistador,
para destacar en ambos bandos al hombre de carne y hueso que en
sus logros y sus excesos se vio enfrentado en las primeras décadas del
siglo XVI en la región del Caribe colombiano. En este sentido, tiene
relevancia también el rol de la mujer Caribe, en tanto que rompe con
específico llamado crónica, se trata de varios géneros que incluyen a la historia o crónica
propiamente, las cartas y la relaciones (Mignolo,1982).
Katharsis—ISSN 0124-7816, No. 16, pp. 219-242—julio-diciembre de 2013, Envigado, Colombia
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Wilson Andrés Cano Gallego
estas semejanzas y cumple una función, que como se verá, difícilmente
se inscribe en la imagen de mujer del siglo XVI.
Este trabajo busca a su vez una reivindicación de la condición
humana frente al dolor, el sufrimiento y las ansias de poder y riqueza
que se dieron en el encuentro de las dos culturas. Además, se establece
un diálogo entre la novela y algunas fuentes documentadas de los
Cronistas de Indias, de modo que esto permita una visión más humana
en el relato ficcional con relación a la ofrecida por la historia oficial.
Para cumplir con este propósito, primero se harán algunos apuntes al
contexto de la obra en general del escritor y a los aspectos planteados
en la novela con relación a la tradición de la “Nueva Novela Histórica”,
para luego entrar en el análisis propiamente donde las semejanzas
en las acciones entre españoles e indios caribes, así como la no
correspondencia de estas semejanzas en la mujer Caribe, configuran el
entramado ficcional.
2. Muy Caribe está
Mario Escobar Velásquez (1928-2007) es un escritor tardío que
comienza a publicar a los 50 años de edad cuando ya tenía tras de sí
por lo menos 30 años de arduas lecturas y ejercicios escriturales que
le permitieron mostrarse al público como un autor maduro, crítico
y consciente de su función social y artística. Desde su primera obra,
Cuando pase el ánima sola (1979), hasta Diario de un escritor: extractos
(2001), hay una veintena de títulos en las que el autor refleja un realismo
intenso, Con sabor a fierro (1991), y una fuerza inusitada en los diálogos
que hacen de su lenguaje un estilo propio. Inventa palabras, las fractura
y las une con otras, arremetiendo con una sintaxis a menudo pedregosa
que, no siendo ajena a la crítica (Montoya, 2009), le han dado una
posición relevante en la producción novelística colombiana.
222
Katharsis
La imagen el indio Caribe y el español conquistador en Muy caribe está...
Muy Caribe está (1999),2 en este sentido, no es una excepción en ese
camino de consolidación del autor, ya que se presenta como una obra
de gran riqueza de imágenes en la que los personajes, los lugares y las
acciones se revisten de interés histórico, y en la que el autor bordea
sin escrúpulos historicistas ese paso movedizo entre lo histórico y lo
ficcional. En esta novela los hechos históricos son narrados en primera
persona a modo confesional3 por un nonagenario español, quien nunca
revela su nombre, exiliado en un convento de Extremadura. Próximo
a la muerte, este testigo reconstruye las hazañas vividas en el primer
viaje navegable de conquista por el Golfo de Urabá, acompañado de un
puñado de hombres históricos entre quienes figuran Juan de la Cossa,
Francisco Pizarro, Alonso de Ojeda, Vasco Núñez de Balboa, Diego de
Nicuesa y Pedrarias Dávila, hacia las primeras décadas del siglo XVI,
cuando se dan acontecimientos como la fundación de San Sebastián de
Urabá y Santa María la Antigua del Darién, así como el descubrimiento
del mar Pacífico por Balboa, en 1516.
También cobran valor, como punto central del relato, las peripecias
que vivió este protagonista con un grupo de indios Caribes cuando
su padrino, Juan de la Cossa, le pidió que se quedara en el lugar para
que aprendiera la lengua y las costumbres de los indios y sirviera
como traductor al servicio de los conquistadores. Allí permaneció por
varios años, no solo adaptándose a las costumbres, a la forma de vida,
2
Todas las citas que remitan a la obra son tomadas de Escobar Velásquez, Mario (1999).
Muy Caribe está. Medellín: Fondo Editorial Universidad EAFIT.
3
Manuel Alberca (2007) distingue tres formas de “novelas del yo” (p. 92): la autobiografía
ficticia, la novela autobiográfica y la autoficción. Ninguna de estas tipologías se ajustan
estrictamente a la obra analizada aquí, mejor sería hablar de lo que él denomina “el pacto
novelesco o ficción” (p. 70), que si bien mantiene ciertos aspecto del relato autobiográfico, se diferencia radicalmente de esta en dos características: 1. Hay un distanciamiento
del autor con su narrador (el novelista desaparece del texto y cede su protagonismo al
narrador, de modo que este asume toda la responsabilidad de lo relatado); 2. El novelista
construye un mundo que solo puede ser cotejado en el texto, aunque aclara que en novelas históricas, [como es el caso en esta], el novelista pone al servicio de la “verosimilitud
hechos y personas que existieron fuera e independientemente del texto […] en realidad los
hechos y los personajes históricos no están allí para levantar un expediente de lo real […]
sino como elementos privilegiados de la verosimilitud de un relato que en su componente
básico es ficticio” (p. 73).
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Wilson Andrés Cano Gallego
al amorío de sus mujeres e incorporando toda la cosmovisión de ese
mundo indígena, sino que terminó con la “mente India”4 (Escobar,
1999, p. 56) como varias veces lo reitera el protagonista, convirtiéndose
en un aliado-espía de los Caribes en tiempo de guerra.
La novela se enmarca en la tradición de lo que Seymour Menton
denomina la “Nueva Novela Histórica”, cuyo origen se da entre 1949 y 1979
en América, con la producción de algunas novelas de Alejo Carpentier5.
Según este teórico, la NNH6 se define como “aquellas novelas cuya acción
se ubica total o por lo menos predominantemente en el pasado, es decir,
un pasado no experimentado directamente por el autor” (Menton, 1993,
p. 32). Algunas de las características que predominan en esta forma
particular de novela son el carácter cíclico e imprevisible de la historia,
en la que esta se distorsiona de manera consciente mediante omisiones,
exageraciones y anacronismos; las figuras históricas más relevantes de
ciertos periodos son ficcionalizadas; y el discurso oficial de la historia
se dinamiza a través de la intertextualidad, la metaficción, la parodia,
lo carnavalesco y lo dialógico como vía de reconstrucción de hechos y
personajes del pasado, entre otras (Menton, 1993).
En la novela de Escobar son evidentes algunos de estos aspectos. Los
personajes históricos (Pizarro, Alonso de Ojeda o Balboa, por nombrar
algunos) son ficcionalizados hasta situaciones dramáticas, como es el
caso del llanto de impotencia y odio de Ojeda frente a la indefensión
y la derrota (Escobar, 1999) o el episodio paródico de la situación en
que Francisco Pizarro pierde a su yegua andaluza al caer en las fauces
de un prehistórico caimán (Escobar, 1999), por solo nombrar algunos
apartados. También son constantes los anacronismos del narrador
224
4
Hay toda una tradición novelesca sobre el conquistador que se convierte al mundo de los
salvajes, el gone native. Es, como el primitivismo, un tropo que permite ver desde afuera
la cultura occidental. El entenado (1983) de Juan José Saer o El etnógrafo de J. L. Borges
tiene un testimonio muy revelador de ese imposible retorno. La obra de Escobar parece
focalizarse desde esta perspectiva.
5
Las obras de Carpentier que entran en este orden son el reino de este mundo (1949); el
siglo de las luces (1962); Concierto barroco (1972); y el arpa y la sombra (1979)
6
Siglas para designar la Nueva Novela Histórica, NNH.
Katharsis
La imagen el indio Caribe y el español conquistador en Muy caribe está...
en el relato cuando apunta, por ejemplo, a datos de la “civilización
industrial” (Escobar, 1999, p.223) que no encajan con los “saberes” de
un hombre conquistador del siglo XVI.
También es claro cómo el narrador establece vínculos intertextuales
al criticar reiteradamente los vacíos y las omisiones de los textos
históricos; afirma que no se “ha propuesto hacer historia” (Escobar,
1999, p. 383), pero reconoce que en todos los infolios que sí pretendieron
hacerlo hay muchas carencias, ya que en otras palabras, la historia no
es más que “una ramera que se acuesta con los que ganan” (1999, p.
319). Critica duramente a los cronistas por sus omisiones como en las
crónicas del Perú (Escobar, 1999) o por los excesos retóricos de escritos
similares, solo rescatando a Bartolomé de las Casas de quien afirma
que, aunque no estuvo en ninguna de las gestas de la Conquista, sus
narraciones son las más verídicas (Escobar, 1999).
Lo metaficcional también se presenta en pasajes donde el narrador
declara que su escritura no tiene finalidad alguna, pues otros han escrito
de lo mismo y él solo lo hace para distraer el tedio de los largos días;
otras veces, cuando hablando de su inmensa biblioteca en el convento
desde el cual cuenta su historia, confiesa su amor por el latín, o afirma
cómo la gramática le importa menos que el vocabulario (Escobar, 1999).
La figura del escribano que los acompañó en la travesía de conquista
por el Golfo de Urabá es el pretexto para hablar del escritor quien,
según el narrador, entiende que la función de contar todos los sucesos
es una obligación moral, por encima del hambre y las penalidades; un
personaje de quien, según el narrador, Bartolomé de las Casas pudo
haber tomado los escritos que después firmó como suyos (Escobar,
1999).
A esta enumeración esquemática de algunos aspectos de la NNH en
Muy Caribe está se le suman, por otra parte, las observaciones hechas
a la novela por algunas inconsistencias (Pineda, 2005) que apuntan
a aspectos como las imprecisiones de orden temporal (lenguaje
anacrónico y en desuso buscando un discurso acorde a la época);
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225
Wilson Andrés Cano Gallego
el papel del narrador, como un lugar común de la literatura, que ya
anciano cuenta desde sus últimos días, cansado y con algo de afán por
terminar su relato para que “la Muerte se lo lleve”, los sucesos acaecidos
cincuenta años atrás; o incluso la extensión desigual de los tres capítulos
de la obra con un final apresurado. Esta situación en particular parece
justificarla el narrador al final de la novela cuando expresa: “soy un
distraído insigne. No tendré tiempo, ni ganas de ponerme a enmendar,
a corregir, a organizar capítulos, a borrar repeticiones e iteraciones. Mi
libro quedará como lo acabe cuando lo acabe” (Escobar, 1999, p. 383).
Ante estas críticas, Jairo Morales (2005), por el contrario, destaca
las escenas de la novela por su fuerza evocadora y su aliento dramático,
así como la validez de los arcaísmos, los giros sintácticos enrevesados
y una sintaxis anacrónica para un autor que gusta de los experimentos
con el lenguaje y de una tendencia estilística en la que abundan las
imágenes bien logradas y originales. Por su parte, Pablo Montoya
(2009) en el estudio sobre la novela histórica en Colombia, señala que
la novela de Escobar es una “excelente recreación novelística de las
primeras jornadas de la Conquista” (p.122), en el que la “naturaleza
estremece a los personajes de principio a fin”. Y Juan Carlos Orrego
Arismendi (2010), retomando estos aportes ya mencionados, reivindica
la capacidad creativa del autor que dejó a la posteridad una novela que
“sirve a la historia y se sirve de ella” revelando “verdades comunes
perdidas” (p. 58).
3. Españoles y caribes: un cuadro humano de semejanzas.
La obra de Escobar tiene el gran mérito, como se verá a continuación,
de poner tanto a los personajes históricos españoles como a los
aguerridos Caribes en sus facetas más humanas. Lo que llama la
atención inicialmente es el primer contacto que tiene el protagonista
con la tribu Caribe. En el recorrido por el río Atrato, a medida que se
van adentrando en el golfo de Urabá, el español-narrador entabla una
conversación con su padrino, Juan de la Cossa. Mientras dialogan, la
226
Katharsis
La imagen el indio Caribe y el español conquistador en Muy caribe está...
mirada se pierde en la orilla del río y la exuberancia del paisaje hasta
que, de repente, ve al indio entre las ramas, “no lo vi salir. Cuando
lo capté, estaba en cuclillas […] miraba hacia la nave con un gesto
indescriptible. Entre sus piernas brillaba el oro de un cuenco en forma
de caracola” (Escobar, 1999, p. 24).
El asombro del indio ante las naves que se desplazan por el río y
la mirada del español atónito ante el oro que cubre los genitales del
indio, ponen de manifiesto dos actitudes que se van a dar a lo largo
del relato y que perfilan, en parte, el ser de cada individuo en este
encuentro. Por un lado está el sentido de los expedicionarios en pos
del oro, las especias y las riquezas de las tierras descubiertas pasando
por encima de cualquier obstáculo natural o humano; y en segundo
lugar, la perplejidad del indio frente a las costumbres, la vestimenta, la
indumentaria (espadas, armaduras, barcos, perros, caballos) y la forma
de proceder del español conquistador.
Las descripciones que hacen Colón y Gonzalo Fernández de Oviedo
en el primer contacto con los indios y la forma como el “otro” es
asimilado en el imaginario europeo, dan cuenta de este primer aspecto;
en Colón (1982), además, se encuentra el primer relato donde se da
cuenta del pueblo Caribe y Taíno;
Ellos andaban todos desnudos como sus madres los parió […] fermosos
cuerpos y buenas caras […] Ellos no traen armas ni las conocen, porque
les amostré espadas y la tomaban por el filo […] y yo estaba atento y
trabajaba de saber si había oro, vide que algunos de ellos traían un
pedezuelo colgado en un agujero que tienen a la nariz (pp. 13-15).
El español llega a conquistar y a dominar en nombre de la corona y
la cruz, no solo los lugares y las riquezas que ella produce, sino como
lo plantea Todorov (1987) los cuerpos desnudos e “indefensos” (p. 44),
símbolo de la incivilidad y el salvajismo, de la ausencia de costumbres,
de ritos, de religiones.
Fernández de Oviedo (2009), por su parte, en la monumental
Historia General, historia que por lo demás está estructurada según
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Wilson Andrés Cano Gallego
la historia clásica de Plinio, va a describir este momento del encuentro
a la llegada de Colón a América, ya sin tantos detalles y de una forma
que demuestra claramente su aversión frente a la condición del indio.
Cuasi desnuda y tan silvestre, que se dice e afirman algunos que no
tenían lumbre ni la tuvieron hasta que los cristianos ganaron aquellas
islas. Sus armas eran piedras e varas, con las cuales mataron muchos
cristianos, hasta ser sojuzgados e puestos, como están, bajo la
obediencia de Castilla (Cap. V, p. 24).
En la obra de Escobar está tan claro la misión que ha venido a cumplir
el conquistador a América, que cuando el narrador cuestiona a Juan de
la Cossa sobre el derecho que tienen los españoles de quitarle, no solo el
oro, sino los alimentos al indio, aquel sabe muy bien qué responder y lo
repite en varias ocasiones como un discurso bien conocido llamado “la
bula de donación” o inter-caetera7; un requerimiento o documento que
legitimaba la conquista. “Que el papa dividió a este mundo en dos” y a
España le tocó una parte, “la otra es de Portugal, y deben predicar la Fe
católica y quienes no la acepten se esclavizan o se destruyen” (Escobar,
1999, pp. 35-140). También reconocía abiertamente sobre el oro: “Todos
estaban allá por él. El oro es mágico […] lava prontuarios ominosos […]
pone el alma con derechuras […] Y lava las sangres ajenas de manos
asesinas” (1999, pp. 32-33).
Los indios Caribes veían el mundo de manera diferente. A la llegada
de los españoles por el Golfo, el viejo de la tribu le contará después
al español el espanto y la sorpresa de su pueblo, así como la falta de
palabras o expresiones para describir “esas naves nuevas, tan grandes,
tánta cosa blanca sobre ella” (Escobar, 1999, p. 17) que se adentraban
en sus tierras creyendo que los dioses habían llegado. O el pavor que
suscitaban los perros asesinos que desgarraban y se alimentaban de los
7
228
El documento dice claramente que el Papa dona, concede y asigna a los Reyes y sus herederos todas y cada una de las islas y tierras predichas y desconocidas que hasta el momento
han sido halladas por vuestros enviados, y las que se encontrasen en el futuro y que en la
actualidad no se encuentren bajo el dominio de ningún otro señor cristiano, junto con todos
sus dominios, ciudades, fortalezas, lugares y villas, con todos sus derechos, jurisdicciones
correspondientes y con todas sus pertenencias (Remeseiro, 2004, pp. 13-14).
Katharsis
La imagen el indio Caribe y el español conquistador en Muy caribe está...
cuerpos indios; o los desmayos, aspavientos y las huidas despavoridas
de los aborígenes ante la visión de la yegua andaluza de Pizarro
(Escobar, 1999), ese demonio de cuatro patas que corría tan veloz como
una flecha india. Pero esto solo daba cuenta de una parte muy humana
donde el miedo acudía como a cualquier otro y en este sentido, de
modo paradójico, parece mostrar Mario Escobar Velásquez una visión
ingenua e idílica del mundo indígena, como se verá a continuación.
La comunicación entre los pueblos Indios desperdigados por todo
el Atlántico y el Golfo de Urabá era permanente, las reuniones en
los bohíos “empezaba con una recitación colectiva, de viva voz, de la
historia de la tribu” (Escobar, 1999, p. 105) de modo que los hechos y
las particularidades de la comunidad nunca quedaran en el olvido; no
sabían qué era la riqueza ni la acumulación o para qué tanta destrucción
por el oro que para ellos tenía un sentido ornamental. “Allá no habían
ricos ni pobres. Todos vivían igual” (1999, p. 115).
Cada uno se abastecía y compartía con los otros, no necesitaban usar
ropa y lo único almacenable era el maíz, “una bendición granulada” o
las flechas, lanzas y hachas para defenderse y atacar, puesto que “el
Caribe no temía a la muerte. La sabía como una consecuencia de la vida”
(Escobar, 1999, p. 106). Las mujeres se dedicaban a la recolección del
alimento, los oficios del hogar y el cuidado de los hijos y de su hombre,
pero cuando debían pelear eran tan aguerridas como los mismos
hombres, dedicados estos a los sembradíos, a pescar o a invadir otros
poblados y a hacer la guerra. Si no morían en batalla o de vejez, tenían
la extraordinaria capacidad de hacerlo solo con el deseo, con las “ganas
de morir” (1999, p. 14).
Si bien en este reconocimiento de la “alteridad” donde el español y
el indio muestran formas de ser propias, hay aspectos en su proceder
que en la obra de Escobar no se diferencian: la violencia, el exterminio,
la crueldad y la venganza son tan comunes a uno como a otro bando.
Un ejemplo, entre muchos otros que ofrece la novela, es la muerte de
Juan de la Cossa. Cuando este capitán intenta regresar a recoger a su
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Wilson Andrés Cano Gallego
ahijado en el asentamiento caribe donde lo dejó, se pierde en el trayecto
y desemboca con otros 180 hombres en Turbaco, lugar en el que luego
de saquear y embriagarse, son emboscados por unos caribes “feroces
como los más, ceñudos, vengativos” (Escobar, 1999, p. 49).
Allí, de la Cossa se enfrenta con valentía mostrando el rango de
Jefe; lucha con denuedo hasta que las flechas ponzoñosas lo doblegan,
“después de recibir cuatro o cinco de eso virotes, mi padrino se
derrumbó […] clavó la espada en el suelo para sostenerse en ella, las
manos puestas en la empuñadura, y oró” (Escobar, 1999, p.62). A pesar
de que los indios vieron que el español ya no iría a ninguna parte,
estrecharon el círculo en el que lo tenían encerrado y uno a uno, cada
indio “disparó todas sus flechas. De una en una se clavaron hasta que
Juan de la Cossa más pareció un puerco espín que el Piloto Mayor”
(1999, p. 62).
Esa noche de barbarie, 120 invasores más fueron masacrados y
quemados. Alonso de Ojeda lo presenció todo desde un manglar en el
que pudo esconderse por varias horas y allí, solo consigo mismo, “Lloró
la derrota. Lloró el oro rapiñado y tirado luego. Lloró a los compañeros
machacados” (Escobar, 1999, p. 64). Cuando los pocos españoles que
sobrevivieron lo recogieron en la playa, se fueron en busca del poblado
y allí, como hicieron con sus compañeros, descargaron toda la ira.
La venganza cumplió su cometido. Esperaron hasta la noche para
emboscar, y arreciaron con los bohíos; los indios salían aturdidos,
“e incendiados, entontecidos por el sueño. Los aparaba la estocada
o el lanzazo […] mujeres humeantes con cabellera de llamas, y niños
soasados” (1999, p. 65). Luego, solo el humo, el miedo y la desolación
se unían a la carne putrefacta que había dejado el ataque indio el día
anterior. A su regreso a la embarcación, los españoles no olvidaron
arrancar de los cuerpos las narigueras, los brazaletes, los pectorales y
los ídolos de oro como premio de su hazaña.
Sin embargo, esta situación no era extraña para ninguno de los dos
bandos. En una de las largas conversaciones en las que el “viejo” Caribe
230
Katharsis
La imagen el indio Caribe y el español conquistador en Muy caribe está...
interrogaba al español aliado sobre el porqué habían ido los invasores a
sus tierras, este le aclaraba que habían llegado a conquistar, autorizados
a matar y esclavizar a todo el que no aceptara la religión en busca del
anhelado oro y del disfrutar de las mujeres indias; el viejo entonces “no
se extrañaba, ni lamentaba. Eran esas las prácticas del guerrero […] así
era el pueblo Caribe, igual. Así trataban a los otros pueblos, salvo lo de
la religión, que no entendía” (Escobar, 1999, p. 93).
Ahora bien, mirado desde otra perspectiva, es claro en este sentido
el papel ético que cumplió la monumental obra de Bartolomé de las
Casas (1574/84-1566)8, la cual estuvo encaminada a lo largo de su vida
a la defensa de “esas indianas gentes, pacíficas, humildes y mansas que
a nadie ofenden” (De las Casas, 1985a, p. 66), que fueron diezmadas por
la brutalidad, las enfermedades, la explotación, las horas extenuantes
de trabajo, el desplazamiento y la destrucción de su medio habitable. Sin
embargo, para Gonzalo Fernández de Oviedo estas mismas gentes solo
fueron parte de su interés “científico” y “botánico” como objetos que
se sumaban a “cuantos valles, e flores, llanos e deleitosos” (Fernández
de Oviedo, 2009, pp. 7-8), con sus ríos, arboles, flores, ríos y mares
8
Según Bernard Lavalle (2009) en su biografía Bartolomé de las Casas. Entre la espada
y la cruz, el Padre de las Casas, como sería conocido posteriormente, dejó un invaluable
legado a lo largo de su vida en el que numerosos escritos de gran extensión dieron cuenta
de su labor misionera en defensa de los indios americanos. En 1566, a pocos meses de su
fallecimiento, el dominico escribió una larga Súplica al Consejo en el que se resumían
todas sus ideas llevadas a cabo en 52 años de peregrinaje y luchas en pro de los indios. Los
ochos principios fundamentales fueron un requerimiento gubernamental, entre tantos
otros que no fueron escuchados, como reivindicación de la condición humana del indio
americano:
La constatación de que la tenencia española de los reinos indios es una usurpación; las
encomiendas y los repartimientos son inicuos, intrínsecamente malignos; quienes los
otorgan o se benefician de ellos se hallan en estado de pecado mortal; el Rey no puede
justificar en absoluto lo que hizo en las Indias; todo el oro, la plata, las perlas y demás
riquezas traídas ultramar han sido robadas; se impone la restitución a los indios para bien
de salvación de las almas españolas […] y el derecho de las indias a la justísima guerra
(Lavalle, 2009, pp. 253-254)
Estos principios, que en líneas generales encierran el legado del pensamiento del dominico, fueron pensados y propuestos en obras como Del único modo de atraer a todos los
pueblos a la verdadera religión (1537); Apologética historia Sumaria (n.d); Historia de
las indias y brevísima relación de la destrucción de las Indias (1553), entre otras.
Katharsis—ISSN 0124-7816, No. 16, pp. 219-242—julio-diciembre de 2013, Envigado, Colombia
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Wilson Andrés Cano Gallego
navegables revelaba el nuevo mundo. Pues además eran ociosas, viles,
cobardes y con grandes vicios.
Esto no sorprendió a Bartolomé, que en el Tomo III (cap. 24)
de su monumental Historia de Indias desmiente a Oviedo de sus
exageraciones y tergiversaciones sobre los habitantes del Caribe:
Oviedo dice muchas cosas, como suele, que no vio, de costumbres
malas de la gente de aquella isla, que ni yo supe, que fui de los primeros
y estuve allí algunos años […] nunca tuvieron un día de alivio, sino que
toda su ocupación era en los trabajos que los mataban (De las Casas,
1985b, pp. 97-98).
Por otro lado, una de las prácticas alimenticias con la que se relacionó
a las tribus en América en tiempos de Conquista, y muy especialmente al
pueblo caribe, fue la antropofagia. Según Adelaida Sourdis (2001), “en
algún momento el nombre caníbal se asimiló al Caribe; seguramente
porque venían de la tan mencionada isla de los Taínos llamada Carib”
(p. 28). Colón ya los nombraba como “hombres comedores de hombres”
a aquellos grupos de indios, debido en parte a la fiereza resistencia que
opusieron al dominio conquistador.
También el canibalismo podría explicarse, según la autora, como
una forma de sobrevivir ante el desplazamiento, las invasiones y las
extendidas guerras en las que la devastación de las tierras no daba
otra opción (Sourdis, 2001). Esta parece ser la justificación que ofrece
Escobar en la novela, al invertir los papeles y poner a los españoles en
esa otra posición desde la cual se puede ver que la práctica antropofágica
es normal en condiciones de hambre extrema.
En el Fuerte de San Sebastián, los españoles fueron acorralados
por los caribes y al verse en esta situación, deciden salir al ataque; “los
españoles hicieron una carnicería […] iban dejando a su alrededor una
hueste de cadáveres y de heridos, que si podían, se arrastraban sobre
su propia sangre” (Escobar, 1999, p. 162). La derrota de los indios y el
triunfo de los españoles renuevan los ánimos del conquistador, pero el
hambre es aún más terrible y devastadora que cualquier guerra.
232
Katharsis
La imagen el indio Caribe y el español conquistador en Muy caribe está...
Por varias semanas, el hambre ha debilitado los cuerpos y no queda
otra opción que recurrir a los cadáveres esparcidos por la playa. Alguien
se atreve a decirlo, “no vamos a morir de hambre habiendo tanta
carne afuera como se precise” y después de cierta airada polémica,
otro más zanja la disputa diciendo: “la elección es libre. Yo no me
moriré de hambre ni de escrúpulos” (Escobar, 1999, p. 163). Llevan
entonces algunos cadáveres al interior del Fuerte, los destazan y con
“un sentimiento de culpa que imponía silencio” (1999, p. 164) fueron
quemando las carnes y comiendo de ellas hasta el hartazgo.
Para los Caribes no era extraña esta práctica, y aunque el narrador
relata que nunca los vio realizarla, declara que de ella se habló varias
veces, pues “era connatural y tenía hondos ancestros. No solo comían
de sus enemigos vencidos por la lanza o la macana, sino que engordaban
a infantes robados de poblados enemigos” (Escobar, 1999, p. 166).
Aquí parece hacer eco la famosa discusión de Bartolomé de Las
Casas y Juan Ginés de Sepúlveda, entre 1550 y 1551, en relación con
el segundo argumento debatido allí: las prácticas inhumanas del
canibalismo y de los sacrificios humanos de los indios de América
(Zuluaga, 2009). Las otras tres razones discutidas en ese entonces
fueron que el sometimiento de los indígenas se validaba por el hecho
de que se les consideraba “bárbaros”; porque violaban la ley natural
con sus costumbres y porque con el sometimiento, se facilitaba el curso
de la evangelización.
Tanto Ginés de Sepúlveda como de las Casas había interpretado el
canibalismo y los sacrificios humanos siguiendo de cerca al catedrático
de la Escuela de Salamanca, Francisco de Victoria, para quien la
intervención bélica a los indígenas era una forma de proteger a los
inocentes; de las Casas tomó argumentos de los historiadores griegos
y romanos, y del derecho natural tomista para terminar por admitir la
legitimidad de tales prácticas antropofágicas, y declarar que aunque
no las compartía, consideraba que era un derecho inalienable de
las culturas. Además aducía que en la defensa de esta práctica, los
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españoles no tendrían ninguna autoridad moral para castigar a los
indios por los sacrificios o el canibalismo, ya que todos los pueblos de
la antigüedad habían reverenciado a los dioses con seres humanos y
prácticas antropofágicas, fuera por necesidad o para atemorizar a sus
contrincantes (Zuluaga, 2009).
Además de las prácticas de canibalismo señaladas en la obra, hay
otros aspectos de comportamiento y formas de ser que Mario Escobar
compara en el desarrollo de la novela, entre españoles e indios. El
narrador reconocía que al lado de Juan de la Cossa había aprendido
de navegación y de un gran cúmulo de saberes sobre el mar y sus fieros
recorridos, y luego, al conocer al Viejo de la tribu, quien le aportó
conocimientos botánicos, le enseñó a caminar y alimentarse de la selva,
le puso a disposición varias mujeres como compañeras de amor y de
lecho, sentía que en sus largas conversaciones con este se encontraba
frente a su padrino, pues “hablaban de lo mismo cada uno en su lengua.
El uno en su nao, y este otro en su escollera. Cada uno desde muy hondo
de sí” (Escobar, 1999, p. 98).
De la misma manera, el narrador comparaba la grandeza y la
valentía, así como las bajezas de los españoles que lo acompañaban;
admiraba el porte de mando, la sabiduría y la prevención de Juan de la
Cossa; la rapidez, la sagacidad y la forma de evadir la muerte en Alonso
de Ojeda, como el “gamo” que era, quien en una de las incontables
batallas con los Caribes, sabía llevar en la mano izquierda la espada y
en la derecha la daga; las flechas no lo tocaban (Escobar, 1999), pues
encabezaba todos los ataques que hacían como destinado al triunfo.
La desconfianza y el analfabetismo no le quitaban a Francisco
Pizarro la vivacidad y la lógica de su grandeza, que en su sed insaciable
de riquezas “sabía ser una furia viva y grande combatiendo” (Escobar,
1999, p. 208). Su faceta más humana se muestra cuando pierde a su
yegua andaluza devorada por un prehistórico caimán, que de Las
Casas (1985b) refiere en Historia de indias como un hecho ocurrido a
Ojeda y no a aquel, o en las incontables noches cuando “agrio” por la
234
Katharsis
La imagen el indio Caribe y el español conquistador en Muy caribe está...
falta de mujer presiente sus triunfos futuros descubriendo imperios,
traicionando compañeros y rivales (Balboa y Atahualpa), o previendo
la estocada final al cuello que acabará con su vida como algo merecido.
También estaba la imagen de “el legalismo puntilloso y cansón”
(Escobar, 1999, p. 133) del bachiller Enciso, cobarde como ninguno;
las improvisaciones e indecisiones en la navegación de Nicuesa; la
incapacidad de Pedrarias de Ávila para gobernar y sus modos brutales
de autoritarismo(Escobar, 1999); y el aire inconfundible del linaje y el
porte de noble en Vasco Núñez de Balboa, quien esgrimía la espada
como el mejor; su técnica lo hacía rápido y eficaz en la estocada y decían
de él que tanto en torneos como en batalla, su espada “era una cortina,
atajadora, que era como 20 espadas, múltiple” (1999, p. 162).
Uno a uno, la novela busca resaltar las cualidades tanto de españoles
como de Caribes. En los indios también se destacaban algunos hombres
por su sabiduría (el Viejo); por el porte de jefe y aguerrido combatiente
en el campo de batalla (Tirupí); por la prosperidad y las dimensiones
inimaginables de sus riquezas (Cémaco); y por la distinción de noble y
la agilidad en el combate (Panquiaco), quien juega un papel importante
no solo como guía que muestra el camino a Pizarro hacia el imperio
Inca, sino como aguerrido y sagaz en el combate, que en un duelo con
Pizarro se igualó en fuerza, rapidez y valentía (Escobar, 1999).
No obstante, los Caribes también eran iguales en crueldad a los
españoles. Si bien sus lanzas y macanas podían hacer mucho daño, el
tósigo que preparaban para untar las puntas de las flechas y los dardos
era muestra de su crueldad. La ponzoña con la que untaban sus flechas
era de doce ingredientes entre frutas, alacranes y hormigas letales –solo
aspirar los humos de su preparación podía quitar la vida– (Escobar,
1999) para una muerte lenta, dolorosa y sin escapatoria. El Caribe no
temía a la muerte, ni sentía lastima por el derrotado. “La tuvo tanto
tan poco como la tuvo el español en esas tierras […] el Caribe con el
enemigo y aun consigo mismo, era indeciblemente cruel” (Escobar,
1999, p. 209). Además, eran belicosos, no sabían de la compasión,
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Wilson Andrés Cano Gallego
rapiñaban mujeres para el placer y niños para el engorde; reconocían la
invasión como propia y solo temían a la derrota (Escobar, 1999).
Entre ataque y ataque, de uno y otro bando, mostraban formas de
guerra y de muerte similares, un hecho que lleva al narrador a decir,
después de una tarde en que ve cómo las hormigas acabaron devorando
una cabeza española cercenada, que los Caribes habían puesto visible
en la playa como escarmiento: “Ahí fue cuando entendí que Caribe y
Español usaban de la misma crueldad” (Escobar, 1999, p. 109).
4. La mujer Caribe en la novela: un contraste necesario
Si bien las alusiones a la mujer española en la novela son mínimas, la
mujer Caribe sí está presente con mayor fuerza en el relato. Se creería
que cumple una función cercana al tema del romance que se encuentra
en Pocahontas y otras novelas coloniales en las que la Conquista se
reduce a una historia de amor, pero muy pronto se comprueba que
su intervención es mucho más fundamental en la narración, en tanto
que rompe claramente con el cuadro de semejanzas entre indios y
españoles, y se convierte en el motivo velado que mueve las acciones y
las transgresiones del narrador-protagonista.
Este llega a la isla siendo un joven inexperto y ávido de conocimiento.
Todo su despertar sexual se da gracias a Miel, una india joven e
inteligente, de rasgos “bellamente fieros”, quien lo relacionó con la
cultura Caribe, con los saberes ancestrales de la medicina y con los
deliquios del placer. “Llegaba desnuda, enteramente, como salida
de un paraíso” (Escobar, 1999, p. 51). Ella lo sedujo por un tiempo
mientras lo conocía, pasaban horas aprendiendo el uno del otro, hasta
que finalmente, él pudo acceder a ella, a “la sabida, la más lujuriosa, la
seductora.” Y con el encuentro sexual, “atroz, el amor me llegó como un
dolor” (1999, pp. 57-60), declara el narrador.
Miel se convirtió en la esposa con la que tuvo un hijo, el cual pudo
haber sido abortado con las prácticas naturales comunes en la tribu
(Escobar, 1999), pero que ella conserva como muestra del gran amor
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Katharsis
La imagen el indio Caribe y el español conquistador en Muy caribe está...
hacia el español converso. Un hijo a quien el protagonista no conoció
y que murió luchando contra los españoles. Ella, por su parte, se
alejó de su esposo con total libertad cuando lo consideró necesario y
lo siguió acompañando siempre desde la lejanía y llevándole noticias
de sus andanzas. Los deliquios del amor ofrecido por la mujer, la
ternura desbordada, los cuidados en el bohío y la sabiduría médica sin
precedentes, llevan muchos años después a reflexionar al narrador.
¿Era mi mujer salvaje? Era una médica, y era una cultora de su deber […]
En ella descansaba toda una antigua sabiduría de muchas curanderas
que la antecedieron […] una sabiduría que, hasta donde podía juzgarlo
yo, era más y mejor que la europea (Escobar, 1999, p. 91).
Pasaron otras mujeres por la vida del narrador, que le dejaron otro
hijo, sin que la infidelidad o el hecho de compartir varias mujeres
fuera un problema para la convivencia. Ya se habló sobre el papel
que cumplían las mujeres en el hogar y la determinación denodada y
violenta con la que cumplían las labores de la guerra si así se requería,
pero en cuestiones del amor y del placer podían compartir a su esposo
y alejarse del hogar en cualquier momento.
La mujer española es pocas veces referida en la obra, pero cuando
alguno de los personajes alude a ella, el cuadro que pinta lleva una
marca de santurronería y desprecio. El que más la compara con las
indias es Pizarro, pues estas “son cariñosas. No son como esas hembras
españolas, austeras, monacales” (Escobar, 1999, p. 40). Si bien la mujer
española tiene rasgos pulidos o delicados frente a la rudeza del rostro
de la mujer india, esta se presenta al español como un premio que
puede ser adquirido con mayor facilidad, ya que en España las mujeres
son un lujo y muy costosas (Escobar, 1999). Además, dice el narrador
en otro aparatado, la mujer española sabe dar derrotas con su forma
reticente para entregarse; una reticencia que en el fondo no muestra la
mujer india, pero que en aquella esconde la amargura y el dominio que
busca imponer al hombre (Escobar, 1999).
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Wilson Andrés Cano Gallego
Esta figura de la mujer inteligente, trabajadora, entregada al esposo
y al hogar, cariñosa, sensual y dueña de su libertad que caracteriza a
Miel, así como a esas otras compañeras que lo acompañan en las noches,
escapa completamente a esa otra imagen de la mujer “paradisíaca” y
distorsionada que presentan ciertas descripciones de los Cronistas de
Indias en la que las mujeres indias se muestran como salvajes y faltas
de todo conocimiento; o en otros casos, solo destinadas a la satisfacción
sexual de los conquistadores9.
Así como el placer homosexual era una práctica común entre los
hombres de la tribu Caribe, pues “¿Qué es natural y quien lo determina?”
(Escobar, 1999, p. 123) se pregunta el Viejo de la tribu, también se veía
con buenos ojos que las mujeres escogieran con quién acostarse y hasta
qué momento permanecer a su lado. “Eso de dos o tres esposas era un
asunto muy común entre los indianos” (1999, p. 253), las tenían bajo el
mismo techo y encontraban los modos de que las mujeres se llevaran
bien entre sí. Pero también sabían que el hombre debía satisfacer a
sus mujeres para que no fueran en busca de otros hombres. Una de
las amantes del protagonista lo tenía claro, “cuando no me sienta bien
contigo, te dejaré. No soy yo tu esclava, si no tu amiga. Estoy contigo
porque quiero estar” (p. 267).
9
238
Este último es el caso del relato de Michel de Cuneo, el primer aventurero italiano que
fue al Nuevo Mundo en busca de placer, según refiere en sus cartas personales dirigidas
a su amigo Jerónimo Annari, y que dan cuenta, entre otras cosas, de la primera violación
documentada perpetrada a una india por un español (Da Cuneo, 1982). Después de partir
el 24 de septiembre de 1493 con 17 carabelas en el segundo viaje de Colón, llegan a una de
tantas Islas Canarias, “una isla grande que estaba poblada de caníbales” (Da Cuneo, 1982,
p. 25). Allí, algunos de los expedicionarios se pierden o los creen perdidos, pero en su búsqueda se encuentran con “doce mujeres, muy bellas y gordas, entre quince y dieciséis años
de edad” (1982, P. 26) . Se impresiona el narrador porque cuenta cómo los hombres que
vienen con ellas tienen el miembro cortado a ras para que no se mezclen con las mujeres o
tal vez para engordarlos y después comerlos, aclara. Uno días después, cuenta el cronista
que luego de un ataque de mujeres y hombres “caníbales” que los flecharon ferozmente con
sus arcos, lograron doblegar a los atacantes y degollar algunos indios. Cuneo apresa a una
“caníbal bellísima” que el Almirante le regaló como botín y cuenta entonces el estupro:
Yo la tenía en mi camarote y como según su costumbre estaba desnuda, me vinieron deseos de solazarme con ella. Cuando quise poner en ejecución mi deseo, ella se opuso y me
atacó en tal forma con las uñas, que no hubiera querido haber empezado […] tomé una soga
y la azoté tan bien que lanzó gritos inauditos que no podrías creerlo (Da Cuneo, 1982, pp.
27-28).
Katharsis
La imagen el indio Caribe y el español conquistador en Muy caribe está...
El viejo también deja claro la necesidad de una mujer como compañía
y siente el desprecio que le hacen cuando no queda más que la vejez,
“antes las mujeres me buscaban […] todavía las deseo, y puedo, y las
espero. Pero todas creen que estoy de tirar”(Escobar, 1999, p. 97). De
ahí que le recuerde al español las bondades de la mano, “porque es más
fiel que la mujer más fiel: no se va nunca” (1999, pp. 97-98) y cuando en
otra ocasión le recrimina al español por el abandono en que tiene a las
tres mujeres que lo visitan en las noches, vuelve a recordarle cómo para
la mujer india lo que importa es lo que lleva el hombre en su caracola.
5. A modo de cierre
Si bien el análisis hasta aquí propuesto no pretende ser exhaustivo
ni agota las posibilidades de la novela, sí dispone algunos puntos de
consideración para la hipótesis inicial del trabajo: en Muy Caribe está,
Mario Escobar Velásquez busca recrear, por medio de su obra históricoficcional, un cuadro de semejanzas entre el español conquistador y el
indio Caribe enfrentados en las primeras décadas del siglo XVI en la
región del Caribe colombiano.
Los hechos, los personajes, los lugares y las acciones parten de la
historia para enmarcar con credibilidad una narración que abunda
en imágenes, fuerza y colorido. Escobar hace que el lector se apasione
y sienta lo que viven sus personajes; la hostilidad de la naturaleza, la
impotencia frente al horror de la guerra, la fragilidad humana ante
el dolor y la alegría, la exuberancia y el erotismo del encuentro de los
cuerpos. Es un relato que se construye desde adentro y con múltiples
miradas en el que los bandos enfrentados se presentan con gran
verosimilitud.
De ahí, que frente a la visión europea que ha desconocido toda la
cosmogonía del indio americano y la grandeza de su organización
social, política y cultural, así como ante la satanización del español
conquistador marcada por el saqueo sin escrúpulos y su empresa suicida,
Escobar presente un cuadro de semejanzas entre indios y españoles que
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Wilson Andrés Cano Gallego
no pretende ignorar los vejámenes cometidos al indio americano con la
llegada del europeo, ni negar esa realidad que dejó setenta millones
de muertos en ambos bandos y ha sido bien documentada (Todorov,
1987), sino mejor, parece haber un intento en el autor por reconstruir
los hechos del pasado de una manera equilibrada como una forma de
lavar las culpas por los crímenes cometidos.
La novela tiene un trasfondo bélico que lleva a reflexionar sobre la
guerra como una forma de destrucción mutua, donde la venganza y
la crueldad parecen tener una fuerte correspondencia en el choque de
las culturas, y las “víctimas” terminan adoptando las mismas formas
de crueldad y exterminio que los victimarios. Escobar demuestra
que ante este efecto refractario, el relato se erige como balance de las
responsabilidades compartidas en el que la narración cumple el papel
de juez. Las pasiones humanas se ponen en juego cuando las diversas
formas de violencia irrumpen el orden social; la vida y el amor, la pasión
y la codicia, el odio y la venganza, la gloria y la derrota, la crueldad en
toda su expresión y los miedos más humanos que se ponen a prueba
como paradoja de las diferencias constitutivas de lo humano que se
transforma en semejanzas.
De igual manera, la novela sienta una posición frente al rol de la
mujer. Con la llegada a América del español conquistador, viene también
una imagen mítica e idealizada de la mujer que durante muchos años
llenó el imaginario europeo. Esa “conquista erótica de las Indias” (Mira
Caballos, 2007, p. 6), como se le llamó a la unión voluntaria de la mujer
indígena con el español conquistador, Escobar lo presenta con un matiz
diferente y aparentemente deliberado, en tanto que esa mujer dueña de
su voluntad y clara en sus propósitos frente al amor y ante la guerra,
como se pudo rastrear, no se asemeja a ninguna otra mujer de su tiempo
y está mucho más cercana al rol de la mujer del siglo XX.
Con esto, el papel de la mujer en la novela entra a romper las
semejanzas entre Caribes y españoles, y se reafirma como una figura
difícilmente “encasillable” en algún estereotipo. Además, su fuerte
240
Katharsis
La imagen el indio Caribe y el español conquistador en Muy caribe está...
presencia en el relato mueve a las acciones y a las decisiones que tanto
el narrador-protagonistas como los diferentes personajes responden.
Mario Escobar Velásquez parece no olvidar el papel fundamental que
ha cumplido la mujer en los rumbos de la historia y, de esta forma,
reivindica su imprescindible presencia.
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Wilson Andrés Cano Gallego
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Katharsis
Fredy Romero, El sur: magia en El Calafate 10. Argentina, 2012.
Martha Nussbaum:
la relación entre
literatura y de
filosofía
desde una perspectiva...
Katharsis–Institución
Universitaria
Envigado
Martha Nussbaum: la relación
entre literatura y filosofía desde una
perspectiva aristotélica*
Martha Nussbaum: the relationship between literature and
philosophy from an Aristotelian perspective
Claudia Patricia Fonnegra Osorio**
Nuestra relación verdadera con los libros que amamos es de por sí confusa,
compleja, erótica. Realmente “leemos como si la vida fuera en ello”, llevando
a los textos literarios que amamos (así como a los textos filosóficos admitidos
como tales) nuestras cuestiones apremiantes y perplejidades, buscando
imágenes de lo que deberíamos ser y hacer, y manteniéndolas contra las
imágenes que extraemos de otras concepciones literarias, filosóficas y religiosas.
Martha Nussbaum. Justicia poética.
Resumen
Martha Craven Nussbaum, siguiendo a Aristóteles, presenta una concepción amplia
de la sabiduría práctica en la que se reivindica la importancia de la percepción de
casos particulares, de las emociones y de la imaginación para juzgar diferentes
alternativas que comprometen la deliberación racional. En este contexto, la lectura
de narraciones literarias ocupa un lugar preponderante, puesto que quien las sigue
encuentra casos ejemplares que amplían el horizonte de la formación del juicio en
torno a cómo llevar a cabo una vida buena.
*
**
Este artículo es el resultado de una versión revisada y ampliada de uno de los capítulos
de la tesis de maestría “La narración como vía para la reflexión ética y política. Una aproximación a partir de los argumentos teóricos de Paul Ricoeur, Hannah Arendt y Martha
Nussbaum”, presentada en la Universidad EAFIT.
MSc en Estudios Humanísticos y Especialista en Hermenéutica Literaria, Universidad
EAFIT. Licenciada en Filosofía, Universidad de Antioquia. Docente de cátedra de la
Universidad de Antioquia. Correo electrónico: [email protected].
Katharsis—ISSN 0124-7816, No. 16, pp. 245-265—julio-diciembre de 2013, Envigado, Colombia
245
Claudia Patricia Fonnegra Osorio
Palabras clave: ciencia, sabiduría práctica, imaginación, emociones, literatura,
kátharsis.
Abstract
Martha Craven Nussbaum, following Aristotle, has a broad conception of practical
wisdom where it is claimed the importance of the perception of individual cases,
emotions and imagination to try different alternatives that compromise rational
deliberation. In this context, the reading of literary narratives finds a preponderant
spot, since anyone who follows them finds exemplary cases that expand the horizon
of the formation of judgments about how to conduct a good life.
Keywords: science, practical wisdom, imagination, emotions, literature, catharsis.
Introducción
Martha Craven Nussbaum sostiene que para corrientes de
pensamiento como la platónica, la estoica o la marxista, la narración
literaria se ha concebido como peligrosa. Es peligrosa porque da cuenta
de historias que alejan al hombre del ejercicio del bien, porque impide
alcanzar la serenidad del alma exponiendo a los hombres al vaivén
de los caprichos de la fortuna o porque su individualismo impide la
búsqueda del cambio de estructuras sociales que incluyan a todo un
colectivo social. En este sentido, sería necesario evitar la enseñanza
de relatos que nieguen el mantenimiento de arquetipos morales
tradicionales, la búsqueda serena de la felicidad, la comprensión lógica
del mundo. Nussbaum (2010) recuerda cómo desde el libro II y III de
la República de Platón se ha sostenido que la narrativa literaria es
necesario suprimirla, ya que:
muestra a un héroe como Aquiles llorando la muerte de Patroclo,
rodando en el polvo y gritando, en vez de reconocer que esas cosas
no tienen verdadera importancia. Suscita así malos deseos en el acto
mismo de leer o mirar, y proporciona al público un mal paradigma para
imitar en la vida (…). Su forma misma, sus personajes y la estructura
de su trama son subversivas ante los intentos filosóficos de enseñar la
libertad racional (p. 90-91).
246
Katharsis
Martha Nussbaum: la relación entre literatura y filosofía desde una perspectiva...
Contrariando lo anterior, Nussbaum asegura que la relación entre
el discurso filosófico y la narrativa literaria no puede plantearse como
antagónica. Para la teórica estadounidense, en ambos tipos de textos se
encuentran preguntas legítimas acerca del sentido y las potencialidades
de la existencia humana. Ahora bien, es innegable que cada tipo de
texto presenta una forma o estructura diferente al momento de indagar
por lo humano, pero ello no significa que un tipo de texto sea superior
a otro. En lugar de hablar de querellas insuperables, la autora afirma
que la literatura puede considerarse aliada de la filosofía en la medida
en que comparte con ella preguntas afines. De modo que “La forma
literaria no se puede separar del contenido filosófico sino que es, por sí
misma, parte de ese contenido” (Nussbaum, 2005a, p. 26).
A continuación se presentará la manera en que Nussbaum, desde
una perspectiva aristotélica, concibe la sabiduría práctica y por qué
conforme a esta perspectiva tiene cabida la lectura de narraciones
literarias.
1. Presentación de una concepción amplia de la sabiduría práctica
En Ética Nicomáquea, Aristóteles (1993a) asegura que el alma
humana posee dos partes, una irracional y otra racional. La parte
irracional se subdivide en vegetativa y apetitiva o desiderativa. La
primera es la garante de la protección del hombre en tanto ser biológico,
puesto que aquí está en juego la nutrición y desarrollo de la vida. La
segunda escucha los preceptos racionales optando por seguirlos o
alejarse de ellos. La parte racional del alma se divide, a su vez, en dos:
científica y deliberativa. Una tiene como objeto el conocimiento de
aquello que sólo puede ser de una manera, otra se ocupa del juicio en
torno a lo contingente del mundo humano.
Para el estagirita, la ciencia corresponde a la disposición del alma
que busca la verdad en el conocimiento de principios absolutos y
necesarios que rigen lo que es. Se trata de un saber susceptible de ser
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Claudia Patricia Fonnegra Osorio
demostrado a través de un riguroso método de investigación que va de
lo particular a lo universal (inductivo) o que parte de silogismos lógicos
que van de lo universal a lo particular (deductivo), lo cual no da lugar
ni a la discusión ni a la crítica, “en efecto, cuando uno está convencido
de algo y le son conocidos sus principios, se sabe científicamente”
(Aristóteles, 1993a, 1139b 35).
La prudencia, en cambio, versa sobre lo que “puede ser de otra
manera”. Se trata de la disposición del alma que busca la verdad en
el análisis de las potencialidades de la acción humana. El hombre
prudente es el que sabe elegir, el que pondera los puntos a favor y los
puntos en contra de una acción antes de que ésta se lleve a cabo. A
diferencia de la ciencia, que versa sobre principios que pretenden ser
apodícticos o de la técnica que se ocupa del saber hacer, la prudencia
exige deliberar. “En efecto, parece propio del hombre prudente el ser
capaz de deliberar rectamente sobre lo que es bueno y conveniente para
sí mismo, no en un sentido parcial, por ejemplo para la salud, para la
fuerza, sino para vivir bien en general” (Aristóteles, 1993a, 1140a 25).
La deliberación requiere ponderar diferentes alternativas, lo cual
exige tiempo, investigación, un cálculo racional que dé como resultado
una elección, cuyo modo de ser devela el carácter de un hombre, lo cual
se constituye en el punto de partida de la ética y de la sabiduría práctica
en general:
Puesto que la virtud ética es un modo de ser relativo a la elección, y la
elección es un deseo deliberado, el razonamiento por esta causa, debe
ser verdadero, y el deseo recto, si la elección ha de ser buena, y lo que [la
razón] diga [el deseo] debe perseguir. Esta clase de entendimiento y de
verdad son prácticos (Aristóteles, 1993a, 1139a 25).
Se tiene, pues, que para Aristóteles la sabiduría práctica no es ciencia,
puesto que en ésta está en juego lo que no puede ser de otra manera, en
cambio en la sabiduría práctica lo que está en juego es lo conveniente
conforme a un fin bueno, justo. En la contemporaneidad, Martha
Craven Nussbaum retoma los planteamientos del filósofo y afirma que
248
Katharsis
Martha Nussbaum: la relación entre literatura y filosofía desde una perspectiva...
los dilemas éticos y valorativos no se resuelven siguiendo un corpus
de principios claros y homogéneos que eviten al hombre la angustia de
elegir. En esta medida la autora rechaza las teorías cientificistas que,
a partir de la formulación de una idea única del bien, de un método y
de un fin preestablecido, intentan evitar los conflictos que atraviesa la
existencia, de ahí que critique las teorías morales platónicas, kantianas
o utilitaristas, porque consideran que los conflictos humanos pueden
resolverse a la manera de una ecuación matemática1.
Nussbaum niega la existencia de un único camino que libere al hombre
de la duda y del error, asegura que no existen guías completamente
certeras que indiquen qué debe estimarse en cada contexto particular
de la vida o cómo hacer siempre lo correcto; asimismo sostiene que
la virtud no es un bien que, una vez poseído, dure para siempre. Sin
embargo, al afirmar lo anterior, Nussbaum no está cayendo en el
relativismo. La autora reconoce que las prescripciones sociales pueden
tener pretensiones de universalidad, pero sabe que éstas, en virtud de su
generalidad, dejan por fuera un sinnúmero de experiencias particulares
y, por tanto, no pueden asumirse como principios inmutables2.
En una línea semejante, Nussbaum se muestra en contra de teorías
axiológicas objetivas que le apuestan a la existencia de valores absolutos,
ya que, según ella, no existen definiciones trascendentes que den
1
Para Nussbaum (2005a) las perspectivas morales propias del platonismo, el kantismo y el
utilitarismo dan cuenta de visiones monistas del mundo que encierran una única noción
de lo bueno (metricidad), poseen un único método para descubrir sistemas axiológicos y
normativos (unicidad), y, finalmente, persiguen un sólo fin que orienta la acción (consecuencialismo).
2
En el ensayo Virtudes no relativas: un enfoque aristotélico, Nussbaum (1996) propone
seguir a Aristóteles en el momento de pensar cómo establecer principios sociales: primero
se evalúa una experiencia común a todo ser humano, lo cual es denominado “experiencia
terrenal mundana”. Segundo, se procede a debatir acerca del modo en que los hombres llevan a cabo sus elecciones en torno a lo correcto. Tercero, se da paso a una definición débil
de la virtud, en donde diversas teorías compiten entre sí. Finalmente, se construye una
especificación fuerte de la virtud, válida para cualquier contexto cultural. Este método
parte de ámbitos concretos de la experiencia, tiene en cuenta diferentes posturas sobre un
tema e intenta construir principios objetivos desde la evaluación de múltiples nociones de
lo bueno; lo anterior sería esencial para construir una definición incluyente de las normas
de vida comunitaria, las cuales podrían someterse a escrutinio crítico conforme a los cambios que se van gestando en sociedad.
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Claudia Patricia Fonnegra Osorio
cuenta de la esencia de los valores, de lo cual se sigue la imposibilidad
de establecer, conforme a su importancia, un ordenamiento jerárquico
claro e invariable que sirva de parámetro para guiar la acción.
La complejidad de la existencia humana no puede simplificarse a
partir de escalas estimativas, puesto que el hombre constantemente
afronta dilemas con alternativas encontradas en los que cualquier
decisión puede entrañar la pérdida de un bien querido. Así que no hay
trueque sin pérdida. Siempre que se elige se abandona una opción de
vida y no es posible evitar el sentimiento de que algo querido se ha
escapado.
Nussbaum (2005a) afirma que el juicio acerca de lo que puede
considerarse como valioso o como carente de valor no se sigue de
axiomas o principios hieráticos, ya que siempre se valora a partir de
patrones humanos.
El valor es antropocéntrico, no establecido de forma completamente
independiente de los deseos y necesidades de los seres humanos; pero
afirmar esto está muy lejos de afirmar que cada preferencia de cada ser
humano cuenta a efectos evaluativos (p. 127).
Los valores son plurales, se refieren a la estimación positiva de
todo aquello que le da dignidad a la existencia y que, por tanto, se
torna fundamental para buscar una vida feliz. Sin embargo, el azar, la
vulnerabilidad y la finitud humana impiden que se logre integrar a la
propia vida la totalidad de los valores.
¿Cómo tomar decisiones correctas cuando el hombre se encuentra
ante alternativas encontradas?, ¿cómo orientar la acción? No hay un
proceso científico que indique de qué manera hacerlo. Nussbaum
(2005a) asegura que la inteligencia práctica no tiene que ver con el
saber teórico, ésta no se adquiere huyendo de experiencias mundanas,
siguiendo principios formales o maximizando el placer individual.
El modo verdaderamente racional de elegir, dice muy plausiblemente
Aristóteles, es reflexionar sobre, y admitir, la contribución especial de
250
Katharsis
Martha Nussbaum: la relación entre literatura y filosofía desde una perspectiva...
cada objeto, y hacer de la comprensión de esa heterogeneidad la parte
central de la cuestión de la deliberación. La evasión no es progreso
(p.124).
Para deliberar de manera correcta no se requiere ciencia, sino
inteligencia práctica. Tal y como precisa Aristóteles (1993a) en el
siguiente apartado de Ética Nicomáquea:
En efecto, nadie delibera sobre lo eterno, por ejemplo, sobre el cosmos
o sobre la diagonal y el lado, que son inconmensurables; ni sobre las
cosas que están en movimiento, pero que ocurren siempre de la misma
manera, o por necesidad, o por naturaleza o por cualquier otra causa,
por ejemplo, sobre los solsticios y salidas de los astros; ni sobre las cosas
que ocurren ya de una manera ya de otra, por ejemplo, sobre las sequías
y las lluvias; ni sobre lo que sucede por azar, por ejemplo el hallazgo de
un tesoro. Tampoco deliberamos sobre todos los asuntos humanos, por
ejemplo, ningún lacedemonio delibera sobre cómo los escitas estarán
mejor gobernados, pues ninguna de estas cosas podrían ocurrir por
nuestra intervención. (1112a 25).
La inteligencia práctica exige, entonces, centrarse en las alternativas
reales que puede asumir el hombre mediante sus acciones, lo cual
supone un razonamiento reflexivo que tenga en cuenta prestar atención
a casos particulares en los que está en juego valores queridos, asumir
el riesgo de tomar partido y elegir. “La deliberación tiene lugar, pues,
acerca de cosas que suceden la mayoría de las veces de cierta manera,
pero cuyo desenlace no es claro y de aquellas en que es indeterminado”
(Aristóteles, 1993a, 1112b 5).
Cuando de orientar la acción se trata, la inteligencia práctica debe
darle un importante lugar a las prescripciones racionales, a las reglas
de conducta que permiten el mantenimiento de una comunidad; pero
cuando se trata de juzgar casos nuevos que no pueden ser subsumidos
bajo una ley general, o cuando el cumplimiento de nociones legítimas
del bien resultan incompatibles, la inteligencia práctica debe reconocer
la importancia de las emociones y de la imaginación para intentar
hacer lo correcto. Sin embargo, Nussbaum (2005a), reconociendo la
problematicidad de su tesis respecto a las emociones escribe:
Katharsis—ISSN 0124-7816, No. 16, pp. 245-265—julio-diciembre de 2013, Envigado, Colombia
251
Claudia Patricia Fonnegra Osorio
Algunos filósofos, en efecto, han considerado que las emociones son
bastantes parecidas al hambre y la sed en tanto sentimientos corpóreos
que no tienen contenido cognitivo, que son malos y que inducen a
error porque, cuando estamos imbuidos en ellos, es imposible pensar
profunda o claramente (p. 684).
Mientras que el Platón de la República, o los estoicos, plantearon
la necesidad de superar la influencia de las emociones para actuar
conforme a los imperativos de la deliberación racional, Nussbaum
(1995) confiere a la emoción un importante estatuto epistemológico: “la
emoción puede jugar un papel cognitivo y la cognición, si ha de estar
informada apropiadamente, debe sacar conclusiones del trabajo de los
elementos emotivos” (p. 135). Las emociones son respuestas humanas
que dejan ver qué nociones del mundo son operantes en una comunidad
y en qué medida los hombres se vinculan o no con dichas nociones. Así,
por ejemplo, la compasión o la solidaridad pueden revelar la existencia
de un ethos comunitario vivo; mientras que la impiedad o la cólera
pueden revelar la destrucción de consensos sociales. Del mismo modo,
El miedo conlleva a la creencia de que hay cosas muy importantes que
podrían dañarnos y cuyo daño no podemos evitar. El amor supone la
atribución de un valor muy alto a un ser que está separado del sujeto y
que no se controla totalmente; no puede haber amor si la reacción está
plenamente controlada. Cuando el mundo nos daña o nos quita algo
que queremos, experimentamos dolor; cuando a algo a que atribuimos
un gran valor es dañado por otra persona, sentimos angustia. Y así en
adelante (Nussbaum, 2005a, p. 685).
De manera que las emociones dan indicios acerca de lo que hace que
una vida sea digna de vivirse de acuerdo a determinadas creencias o
visiones del mundo.
Por otra parte, Nussbaum no concibe la imaginación solamente
como ensueño o escape de la realidad, sino que retoma el sentido del
concepto aristotélico de phantasia, el cual apunta al reconocimiento de
la posibilidad que tiene el hombre de superar las particularidades del
mundo interior y de su presente inmediato. A partir de la phantasia
252
Katharsis
Martha Nussbaum: la relación entre literatura y filosofía desde una perspectiva...
puede evaluarse una situación concreta, ya que ella permite asociar
elementos heterogéneos, confrontar el presente con el pasado,
reflexionar sobre las posibles consecuencias que las acciones de
un hombre pueden generar en el futuro. La phantasia es entonces
fundamental al momento de deliberar sobre un particular, esto es, al
momento de tomar decisiones en las que se compromete la elección de
un bien en lugar de otro.
Para Aristóteles, todo pensamiento (en los seres finitos) está
necesariamente acompañado por una imaginación que es concreta,
incluso, donde el propio pensamiento es abstracto. No es más que un
hecho de la psicología humana. Pero en tanto el matemático puede
ignorar tranquilamente los rasgos concretos de su triangulo imaginado
cuando está probando un teorema sobre triángulos, la persona
prudente cuando está pensando sobre la virtud o el bien, no descuidará
los anclajes concretos de la imaginación (Nussbaum, 2005a, p. 153).
La imaginación permite, entonces, no perder de vista los rasgos
concretos que están comprometidos en una elección. Es gracias a la
facultad imaginativa que el hombre puede pensar cómo alcanzar la
excelencia, cómo moldear su carácter, cómo evaluar las situaciones
vividas, de modo que sin ella sería imposible construir un proyecto de
vida conforme a un ideal de virtud.
En suma, Nussbaum reivindica la concepción aristotélica de la
sabiduría práctica por darle importancia a los parámetros de vida
comunitarios, por reconocer, no obstante, las contingencias de la
existencia humana, el pluralismo de los valores, la heterogeneidad
de nociones del bien, el aporte de la emoción y de la imaginación al
momento de elegir y de buscar un ideal de vida buena.
2. Contribución de la narrativa literaria a la formación de
la filosofía práctica
La narración literaria posee una estructura, una forma, un estilo
que le son característicos y que la diferencian del saber conceptual.
Para Nussbaum el estudio de una narración literaria exige identificar
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Claudia Patricia Fonnegra Osorio
la presencia de una “voz autoral” que le da unidad al relato y que crea
un modelo de lector3. Ahora, la voz autoral no puede confundirse con
la vida real de quien escribe, y el lector ideal solo puede configurarla a
partir de la totalidad de una historia.
A mí me interesa lo que está encarnado en el texto y lo que el texto, por
su parte, requiere del lector (…). Sólo estoy interesada, pues, en cada
uno de esos pensamientos, sentimientos, deseos, actividades y otros
procesos que son los que realmente se pueden encontrar en el texto
(Nussbaum, 2005a, p. 36).
Para Nussbaum, el hecho de centrar la interpretación de una
narrativa literaria en los datos biográficos de su autor sería reducir su
riqueza a una hermenéutica psicologizante4. Desde su perspectiva, una
interpretación objetiva no debe centrarse en la vida de quien escribe,
puesto que para ella un análisis sólido requiere prestar atención a
aspectos formales de una historia, los cuales son inseparables de su
contenido.
Una concepción de la vida es contada. El contar mismo -la selección
del género, las estructuras formales, las frases, el vocabulario, de la
manera en que encara el sentido de la vida del lector: todo ello expresa
un sentido de la vida y del valor, una noción de lo que importa y de lo
que no, de lo que son el aprendizaje y la comunicación, de las relaciones
y de conexiones de la vida. La vida nunca es meramente presentada por
un texto; siempre es representa como algo (Nussbaum, 2005a, p. 29).
254
3
La presencia de lo que llama Nussbaum voz autoral se puede comparar con lo que denomina Umberto Eco como autor modelo, a saber: “El autor modelo es una voz que habla
afectuosamente (o imperiosa, o subrepticiamente) con nosotros, que nos quiere a su lado,
y esta voz se manifiesta como estrategia narrativa, como conjunto de instrucciones que
nos imparten a cada paso y a las que debemos obedecer cuando decidimos comportarnos
como lector modelo” (Eco, 1997, p. 22). Así se colige que en la narrativa “hay, pues, reglas
de juego y el lector modelo es el que sabe atenerse al juego” (1997, p. 18). Para Nussbaum
(1995) este sentido normativo de la literatura será análogo al sentido de las normas políticas y morales de una sociedad en la que los ciudadanos deben aprender a actuar conforme
a principios, los cuales, sin embargo, pueden someterse a crítica (p. 26).
4
De nuevo Nussbaum coincide con Umberto Eco en que en el análisis de un texto literario
deben dejarse de lado interpretaciones orientadas hacia la búsqueda del autor empírico,
esto es, hacia la búsqueda de la intención del autor. En la misma línea, Paul Ricoeur (1999)
rechaza un trabajo hermenéutico basado en la indagación de las condiciones existenciales
de quien escribe.
Katharsis
Martha Nussbaum: la relación entre literatura y filosofía desde una perspectiva...
Para Nussbaum, lo propio de la narración, lo que caracteriza su
forma, es su estructura temporal, el devenir de episodios en los que
se pone de manifiesto la dificultad que entraña para un personaje la
persecución de un bien querido, la dificultad de tomar partido, de
elegir, de formarse una imagen del mundo y de sí mismo.
El seguimiento de una narración coloca al lector ante la expectativa
de cómo personajes diversos persiguen alcanzar sus propósitos en
medio del devenir de una red temporal de acontecimientos que no se
pueden controlar.
Como lectores de relatos estamos profundamente inmersos en el mundo
desordenado e impuro de la particularidad humana; y aprendimos, en
tanto lectores, a conceder una elevada importancia a los episodios que
les suceden a nuestros héroes y heroínas particulares a medida en que
se mueven en el mundo de la contingencia (Nussbaum, 2005a, p. 683).
La Odisea resulta para la autora estadounidense un relato
emblemático, ya que el lector está atento a los cambios de fortuna que
atraviesa el héroe al intentar regresar a su patria. Particularmente, se
destaca el momento en que Ulises es seducido por Calipso, divinidad
que promete al rey de Ítaca vida eterna, placer y juventud. De aceptar
esta propuesta, las penurias del héroe concluirían y, con ellas, el interés
que el lector proyecta sobre la trama, pues lo que de ella seduce es el
discurrir temporal de una vida.
Los relatos han conformado y siguen conformando los deseos de
los lectores, asignándoles una preferencia por el movimiento hacia
adelante sobre el estancamiento, por el riesgo sobre la autosuficiencia,
sobre la forma humana del tiempo sobre la intemporalidad divina
(Nussbaum, 2005a, p. 651).
La narración literaria presenta “movimientos característicos del
tiempo humano” (Nussbaum, 2005a, p. 693) al poner en escena casos
concretos en los que están en juego sueños acerca del futuro, cambios de
fortuna, pasiones, equívocos, deliberaciones en las que se pone a prueba
el deseo de obrar correctamente. Paul Ricoeur señala que en un relato
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El hombre aparece así de golpe tanto como sufriente que como actuante,
y sometido a esos avatares de la vida que hacen hablar a la excelente
helenista y filósofa Martha Nussbaum de la fragility of goodness, que
habría que traducir por la fragilidad de la cualidad buena del obrar
humano (Ricoeur, 1996, p.184).
Entonces, la lectura de narraciones literarias en las que se
encuentran elementos contingentes que caracterizan la vulnerabilidad
de la existencia humana permite ampliar la experiencia, esto en virtud
de la imaginación narrativa, la cual se define como “la capacidad de
pensar cómo sería estar en el lugar de otra persona, de interpretar con
inteligencia el relato de esa persona, y entender los sentimientos, los
deseos y las expectativas que podría tener esa persona” (Nussbaum,
2010, p. 132). Así, el lector puede, no solo colocarse en el lugar de unos
personajes que atraviesan múltiples cambios y asumir sus experiencias
como si fueran propias, sino también reflexionar sobre estas
experiencias, establecer distancia crítica y ahondar sobre su sentido.
La literatura es una extensión de la vida no sólo horizontal, poniendo al
lector o a la lectora en contacto con acontecimientos, lugares, personas
o problemas que de otro modo no puede conocer, sino también, por así
decir, vertical, proporcionando al lector una experiencia que es más
profunda, más intensa y más precisa que gran parte de lo que tiene
lugar en la vida (Nussbaum, 2005a, p. 102).
Aristóteles (1974) sostiene en La poética, que situaciones de la
existencia que no se aceptan y que se rechazan por su crudeza pueden
someterse a escrutinio crítico a partir del distanciamiento que produce
la representación mimética, esto es, la configuración artística de la
realidad (p.1448b). A diferencia de Platón, para el estagirita la mimesis
no se interpreta como simulacro engañoso que se aparta de un arquetipo
ideal, accesible a través de la contemplación; antes bien, para Aristóteles
el arte, en particular la tragedia, permite la liberación de pasiones
inmoderadas como la compasión y el temor (Kátharsis). La primera se
produce cuando el espectador se reconoce con el destino de personajes
que, a pesar de su virtud, se enfrentan ante las consecuencias de errores
256
Katharsis
Martha Nussbaum: la relación entre literatura y filosofía desde una perspectiva...
(propios o ajenos) que los llevan inmerecidamente al infortunio. La
segunda tiene lugar ante el reconocimiento de fuerzas trascendentes,
incontrolables, que interfieren en el curso de acontecimientos humanos
(Aristóteles, 1974). Esta liberación se concibe como una purificación de
las afecciones que niegan o imposibilitan la acción, de ahí que la tragedia
pueda interpretarse como un elemento esencial para el mantenimiento
de la vida pública, esto es, para el ejercicio de la acción ciudadana5.
Al igual que el espectador de la tragedia griega, para Nussbaum
(1995), el lector de relatos literarios, especialmente el de novelas6, puede,
como señala Aristóteles, purgar sus pasiones a través de los sentimientos
de conmiseración padecidos en el seguimiento de una historia.
Como los espectadores de tragedias, los lectores de novelas comparten
el trance de los personajes, experimentando lo que les sucede como si
tuvieran su mismo punto de vista, y también piedad, algo que trasciende
la empatía porque supone que el espectador juzga que los infortunios de
los personajes son graves y no han surgido por su culpa (p. 100).
5
En el libro VIII de la Política, Aristóteles presenta también en la música un efecto formativo y purificador. Formativo en tanto que, quien sigue una pieza musical, re-conoce la
hondura del mundo humano, sus peripecias, su valor o su vileza, así es posible acercarse
a una mayor comprensión de lo que es la virtud y de lo que es el vicio. En este sentido, la
música enseña diversidad de caracteres humanos. “Como resulta que la música es una de
las cosas placenteras, y que la virtud consiste en gozar, amar y odiar de modo correcto,
es evidente que nada hay que aprender y practicar tanto como el juzgar con rectitud y el
gozarse en las buenas disposiciones morales y en las acciones hermosas. Y en los ritmos
y las melodías se dan muy especialmente imitaciones conforme a su propio natural de la
ira y de la mansedumbre, y también del valor y la templanza, así como de sus contrarios
y de las demás disposiciones morales” (Aristóteles, 1993b, 1340a). Sobre el efecto purificador de la música se asegura que la variación de pasiones producidas por ésta opera
como “bálsamo medicinal” necesario para el apaciguamiento del espíritu. “Algunos son
especialmente propensos a quedar dominados por esta influencia, y los vemos, cuando se
usan las melodías que arrebatan el alma, durante los cantos religiosos, sentirse excitados,
como si encontraran en ellos su medicina y purificación. Eso mismo es necesario que experimenten los dominados por la compasión y el terror, o, en general por cualquier pasión,
y los demás, en la medida en que esté afectado cada uno por tales sentimientos, y en todos
se operará cierta purificación y se sentirán aliviados con placer. De un modo parecido también los cantos catárticos procuran a los hombres una alegría inocente” (1993b, 1342a).
6En La fragilidad del bien, Nussbaum (1995) analiza cómo aparece en la tragedia griega
preguntas de la vida práctica cuya dignidad de análisis serían disputadas por el discurso
filosófico; en posteriores textos, Nussbaum también se ocupa de la importancia del análisis de novelas como las de Dickens y James, en las que encuentra la vitalidad de preguntas
de talante filosófico.
Katharsis—ISSN 0124-7816, No. 16, pp. 245-265—julio-diciembre de 2013, Envigado, Colombia
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Claudia Patricia Fonnegra Osorio
El seguimiento de relatos no es una actividad pasiva, ya que al leer
se produce una alteración de la subjetividad, una modificación del sí
mismo. Quien sigue una historia experimenta múltiples emociones
que lo llevan a reconocer el carácter contingente del mundo humano, a
con-moverse frente a la acción representada, y por qué no, a intervenir
políticamente la propia realidad. En este sentido la lectura se constituye
en una suerte de “terapia” que libera al yo de sus temores y lo prepara
para la acción pública. “La forma artística hace que el espectador
perciba por un momento las personas invisibles de su mundo, y, eso,
por lo menos, es un comienzo de justicia social” (Nussbaum, 2005b, p.
128).
Nussbaum (1995) encuentra en la narración literaria la posibilidad
de expandir las fronteras del juicio, estableciendo a su vez ejemplos
modélicos acerca de la recta conducta.
La novela construye un paradigma de un estilo de razonamiento ético
que es específico al contexto sin ser relativista, en el que obtenemos
recetas concretas y potencialmente universales al presenciar una idea
general de la realización humana en una situación concreta, a la que se
nos invita a entrar mediante la imaginación. Es una forma valiosa de
razonamiento público, tanto desde una perspectiva intracultural como
desde una perspectiva intercultural (p. 33).
Lo anterior no significa que un relato se reduzca a un instrumento
edificante que permita, sin más, la moralización de los hombres. Para
constatar lo anterior resulta lícito citar la novela El lector, de Bernhard
Schlink (2009). En ésta se presenta la historia de Hanna, una mujer
que, a pesar de conmoverse profundamente ante historias en las que
sus personajes enfrentan penalidades, se adhiere al régimen Nazi,
pierde autonomía y ayuda a cometer múltiples crímenes, amparada
bajo ideologías que negaban la diferencia. ¿No es éste un ejemplo
ofrecido por la literatura para mostrar que pocas veces las historias
que se siguen contribuyen a la reflexión moral o política?
258
Katharsis
Martha Nussbaum: la relación entre literatura y filosofía desde una perspectiva...
Contrariando a Nussbaum se podría afirmar que no se trata de
encontrar en la literatura meras “recetas” para enseñar la virtud, ya
que, como ella misma sostiene, no solo leemos buenas historias en
las que sus protagonistas, después de enfrentar múltiples obstáculos,
resuelven felizmente sus conflictos; la misma Nussbaum (2005a)
reconoce que la literatura, entre otras manifestaciones del arte,
también puede constituirse en un eficaz instrumento estético para
alejar al hombre de la realidad: “los libros pueden también promover
el ensimismamiento y entorpecer la reciprocidad” (p. 434). De ahí que
sea pertinente pensar en la necesidad de una conexión estrecha entre el
sentido de la existencia que está presente en la configuración temporal
de un relato y el debate crítico propio del discurso filosófico.
No se trata, entonces, de la posibilidad de encontrar en relatos
fábulas edificantes en las que se amenaza con castigos o se seduce
con recompensas, se trata más bien de cotejar las nociones del bien
presentes en una historia con nuestras propias concepciones de vida
en un proceso crítico que ayude a liberar al yo de su solipsismo, lo
cual permitiría asumir una visión más profunda de los móviles que
mueven a la acción e intentar comprenderla, en compañía de lectores
que juegan a interpretar e interpretarse a través de las mediaciones
culturales ofrecidas por la ficción.
En síntesis, mi visión no exhorta a confiar cándida y acríticamente en la
obra literaria. He insistido en que las conclusiones que podemos extraer
de nuestra experiencia literaria requieren del continuo escrutinio crítico
del pensamiento moral y político, de nuestras intuiciones morales y
políticas, y del juicio de otros (Nussbaum, 1995, p. 111-112).
Se trata de llevar a cabo, al leer, un proceso hermenéutico que,
al tener en cuenta múltiples perspectivas sobre un tema, ayude al
reconocimiento de la otredad, y, con ello, a la consolidación de una
esfera pública abierta al debate y a la crítica. A propósito, Nussbaum
(1995) recuerda la importancia que Wayne Booth da a la lectura:
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Booth arguye que el acto de leer y evaluar lo que hemos leído es
éticamente valioso precisamente porque su estructura exige tanto la
inmersión como la conversación crítica, porque nos insta a comparar lo
que hemos leído, no sólo con nuestra experiencia sino con las reacciones
y argumentaciones de otros lectores. Si creemos en este tipo de lectura,
en la combinación de nuestra imaginación absorta con periodos de
escrutinio crítico más distante (e interactivo), comprenderemos por qué
puede resultar una actividad adecuada para el razonamiento público en
una sociedad democrática (p. 34).
Ahora, quien le apuesta al seguimiento rígido de principios morales
generales y a la superación de las emociones por considerarlas
irracionales, asegura que la imaginación narrativa y sus contingencias
impide el seguimiento de prescripciones sociales. Pero quien reconoce
que la estructura temporal propia de la narración contribuye a la
ampliación del juicio, encuentra en los textos literarios singulares
aliados de la filosofía práctica.
Muchas de las teorías contemporáneas de la racionalidad, tal como
se enseña y practica en el mundo académico y en la vida pública,
comparten los objetivos y las prácticas políticas de Mr. Grandrind7.
Esto es, vuelcan todas sus energías en cultivar el intelecto calculador
y ninguna en cultivar la “fantasía” y la emoción. No se ocupan de los
libros (especialmente, de las obras literarias) que cultivarían este
tipo de respuestas; es más, niegan implícitamente que tengan alguna
relevancia para la racionalidad. Aristóteles nos dice inequívocamente
que los prudentes, tanto en la vida pública como en la privada,
cultivarán la emoción y la imaginación en su propia persona y en la
de los demás, y tendrán mucho cuidado en no basarse excesivamente
en una teoría técnica o puramente intelectual que pudiera reprimir o
dificultar estas respuestas. Fomentarán una educación que cultive la
fantasía y el sentimiento a través de las obras literarias e históricas,
mostrando ocasiones apropiadas para esas respuestas, así como sus
grados (Nussbaum, 2005a, p. 160).
Vale la pena señalar que la estructura temporal propia de la narración
literaria se diferencia del texto filosófico “profesional”, el cual suele
7
260
Personaje de Tiempos difíciles, de Dickens, caracterizado por su concepción utilitarista
del mundo (la aclaración es mía).
Katharsis
Martha Nussbaum: la relación entre literatura y filosofía desde una perspectiva...
caracterizarse en la contemporaneidad por la ausencia de elementos
sorpresivos, por su escritura argumentativa plana, por su apuesta por
la consistencia, la generalidad, la precisión y la explicación conforme a
la selección de un método riguroso copiado del modelo de las ciencias
empíricas o formales.
Pero, pese a las diferencias entre el estilo del discurso filosófico y
del texto narrativo, Nussbaum retorna a los griegos, particularmente
a Aristóteles, para mostrar que ambos saberes pueden configurar una
totalidad. La tragedia griega y las artes clásicas en general no se oponían
a la filosofía práctica, antes bien, la complementaban. Esquilo mostró
en sus tragedias el orgullo de un pueblo libre que no sucumbió frente
a las pretensiones expansionistas de los persas. Sófocles le apostó al
enaltecimiento de la democracia ateniense y a sus ideales de formación
humana, exaltó las virtudes de hombres que, a pesar de los cambios de
fortuna, conservaron su virtud. Eurípides dio cuenta, en medio de la
guerra del Peloponeso, de las consecuencias de la destrucción del nomos
que condujo hacia procesos de desmoronamiento de un gran imperio.
Para los griegos del siglo V y de principios del IV a de C., en el área de
la elección y la acción humana no había dos conjuntos independientes
de cuestiones, unas estéticas y otras filosófico-morales, sobre las
cuales escribirían y estudiarían colegas separados en departamentos
diferentes. Así, tanto la poesía dramática como lo que ahora
denominamos investigación filosófica en el campo de la ética, se
encuadraban, vistas como vías para la investigación, en una cuestión
singular y general, a saber: cómo deberían vivir los seres humanos
(Nussbaum, 2005a, p. 46).
Los griegos comprendieron bastante bien la importancia de la épica
homérica y de la tragedia para la formación de la vida ateniense, en
ellas encontrarían elementos importantes para la sabiduría práctica,
como por ejemplo, el reconocimiento de que los hechos del mundo
pueden poner a prueba el carácter (como en el caso de Hécuba) o el
reconocimiento de que perspectivas valorativas pueden enfrentarse
entre sí (como en el caso de Antígona).
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Nussbaum pretende mostrar que, así como los griegos no dividieron
el conocimiento en compartimentos o esferas claramente diferenciadas
que separaran el arte de la política y de la ética, es posible plantear en la
contemporaneidad el retorno a un saber humanístico, orientado hacia
la búsqueda de una mejor comprensión de lo que es el hombre y de lo
que es la vida en comunidad.
Conforme a lo anotado, en la lectura de un texto literario puede
tener lugar una experiencia de formación, la cual, como señala Jorge
Larrosa, no se reduce a la memorización de reglas de conducta.
En la tradición humanística, cuando las letras constituían el núcleo
del curriculum, la educación era entendida básicamente como lectura.
(…) La idea de formación estaba tan estrechamente unida a la idea de
experiencia que se diría que formación y experiencia no eran sino el haz
y el envés de una misma superficie (Larrosa, 2003, p. 586).
Y, como señala Nussbaum, siguiendo a Aristóteles, la experiencia
es fundamental para guiar la acción, la cual es el principio de la vida
democrática.
Conclusión
Todo proyecto ético y político exige tener en cuenta que el hombre
está inscrito en una compleja red de relaciones intersubjetivas de la que
no es posible ni deseable sustraerse, ya que, como señala Aristóteles,
el aislamiento sólo es concebible entre dioses o bestias. La sabiduría
práctica se centra en las potencialidades de la acción, en la deliberación
sobre su sentido, en el carácter contingente e impredecible del
mundo humano, en la búsqueda de la vida buena. En este contexto el
seguimiento de relatos permite, a partir de la imaginación, la ampliación
de la experiencia, estableciendo un puente entre un individuo y su
comunidad. Al respecto, Nussbaum (1995) escribe:
Concebir a los otros seres humanos como entidades amplias y profundas,
con pensamientos, anhelos espirituales y sentimientos propios no es un
proceso automático. Por el contrario, lo más fácil es ver al otro como
262
Katharsis
Martha Nussbaum: la relación entre literatura y filosofía desde una perspectiva...
apenas un cuerpo, que puede ser usado para nuestros propios fines,
sean estos buenos o malos. Ver un alma en ese cuerpo es un logro, un
logro que encuentra apoyo en las artes y en la poesía (…) (p. 139).
Así que, la imaginación, al hacer familiar lo extraño, contribuye a la
formación de un pensamiento incluyente que permite superar visiones
dogmáticas, las cuales se tornan peligrosas en tanto que niegan el
reconocimiento de la alteridad.
Tal como insiste Whitman, la comprensión literaria es una
forma de receptividad imaginativa y emocional que puede parecer
profundamente amenazadora al tipo de persona que demonizaría a
un grupo. Dar cabida en nuestra mente a personas que nos parecen
extrañas y aterradoras es demostrar una capacidad de apertura
y sensibilidad hacia los demás que corre a contrapelo de muchos
estereotipos culturales de autosuficiencia (Nussbaum, 2005b, 132).
En el mundo de hoy, donde la tendencia es darle prioridad a la
ciencia y a la técnica, en donde se le ha apostado a la educación como
empresa en la que se estima únicamente aquello que reporta ganancias
económicas, en el que parece que se olvida que se cuentan con hombres
y no con clientes, justamente en este contexto resulta vital un llamado
a defender la importancia del saber humanístico, lo cual se constituye
en “experiencia de formación”. Particularmente la lectura de relatos,
al ampliar las fronteras del juicio, contribuye al reconocimiento de la
otredad, a la consolidación de la esfera democrática, de una memoria
individual y colectiva que dé testimonio de lo que se es a partir de
lo que se ha sido. A propósito, para terminar este texto, vale la pena
traer a cuento nuevamente una cita de Nussbaum (2010) en la que se
argumenta de manera contundente la urgencia de lo anotado:
Las democracias cuentan con un gran poder de imaginación y
raciocinio, pero también son propensas a las falacias, al chovinismo,
a la prisa, a la dejadez, el egocentrismo y a la estrechez de espíritu.
La educación orientada principalmente a la obtención de renta en el
mercado global magnifica estas fallas y produce semejante grado de
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codicia obtusa y de docilidad capacitada que pone en riesgo la misma
vida democrática, además de impedir la creación de una cultura
mundial digna. Si el verdadero choque de las civilizaciones reside, como
pienso, en el alma de cada individuo, donde la codicia y el narcisismo
combaten contra el respeto y el amor, todas las sociedades modernas
están perdiendo la batalla a ritmo acelerado, pues están alimentando
las fuerzas que impulsan la violencia y la deshumanización, en lugar
de alimentar las fuerzas que impulsan la cultura de la igualdad y del
respeto.
Si no insistimos en la importancia fundamental de las artes y las
humanidades, éstas desaparecerán, porque no sirven para ganar
dinero. Sólo sirven para algo mucho más valioso: para formar un
mundo en el que valga la pena vivir, con personas capaces de ver a
los otros seres humanos como entidades en sí mismas, merecedoras de
respeto y empatía, que tienen sus propios pensamientos y sentimientos,
y también con naciones capaces de superar el miedo y la desconfianza
en pro de un debate signado por la razón y la compasión (p. 189).
264
Katharsis
Martha Nussbaum: la relación entre literatura y filosofía desde una perspectiva...
Referencias
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265
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Implementación
del plan curricular
2011 en
educación básica en México
Katharsis–Institución
Universitaria
delaEnvigado
Implementación del plan curricular
2011 en la educación básica en
México. Desafíos enfrentados por los
profesores
Implementation of the curriculum in basic education in Mexico
in the year 2011: Challenges faced by teachers.
Celia Carrera Hernández*
María del Rosario Piñón Durán**
José Luis Aguirre Sáenz***
Resumen
Los procesos de reforma curricular emprendidos en las instituciones educativas
mexicanas durante la última década, sitúan a los profesores como responsables
últimos de concretar los modelos educativos en el aula (Díaz-Barriga, 2010). Con
el propósito de conocer la forma en la que los profesores de educación básica
implementan el currículo prescrito (plan curricular 2011) en la educación básica
en México, se realizó un estudio exploratorio con una metodología mixta en la
región serrana y en la Ciudad de Chihuahua, Chihuahua, México. Participaron 142
profesores de educación básica. Se utilizaron la observación, entrevista y encuesta
para recuperar la información. Los hallazgos encontrados permitieron establecer
comparaciones entre las dos regiones, reflejando diferencias y elementos comunes
respecto a las condiciones en la implementación y el conocimiento teórico-práctico,
además se apreciaron rasgos de desigualdad que ponen en desventaja la educación
de la región serrana frente a la de la ciudad.
Palabras clave: Currículo, profesores, práctica docente, implementación, conocimiento.
*
Celia Carrera Hernández. Doctora en educación. Asesora de tiempo completo de la
UPNECH, campus Chihuahua. Perfil PROMEP. Correo electrónico: carrera.celia@gmail.
com.
** María del Rosario Piñón Durán. Maestra en Educación. Asesora de tiempo completo de la
UPNECH, campus Chihuahua. Correo electrónico: rosariopiñ[email protected]
*** José Luis Aguirre Sáenz. Pasante de maestría en Gestión Educativa de la UPNECH, campus Chihuahua. Profesor de Educación Primaria. Correo electrónico: joluagsa@hotmail.
com.mx
Katharsis—ISSN 0124-7816, No. 16, pp. 269-290—julio-diciembre de 2013, Envigado, Colombia
269
Celia Carrera Hernández, María del Rosario Piñón Durán, José Luis Aguirre Sáenz
Abstract
The process of curriculum reform started in Mexican educational institutions during
the last decade, situates teachers like ultimately responsible to particularize the
educational models in the classroom (Diaz-Barriga, 2010). In order to know the way
in which teachers in basic education implement the prescribed education curriculum
(curriculum 2011) in basic education curriculum in Mexico, an exploratory study
was conducted with a mixed methodology in the mountain region and the City
of Chihuahua, Chihuahua, Mexico. 142 teachers of basic education participated.
Observation, interview and survey for retrieving information were used. The findings
allowed making comparisons between the two regions, reflecting differences and
commonalities regarding the conditions in the implementation and the theoreticalpractical knowledge; besides, traits of inequality were found putting education in
disadvantage in the mountain region compared to that of the city ​​.
Keywords: Curriculum, teachers, teaching practice, implementation, knowledge.
Introducción
En México se observa que las instancias que administran la educación,
suelen focalizar sus esfuerzos en el diseño formal de modelos y planes
de estudio, dejando en segundo plano la formación de los profesores
para el cambio y la previsión de los apoyos requeridos durante la fase
de apropiación e implantación de las propuestas formales en el aula,
traducidos en conocimientos teóricos y prácticos, como herramientas
para el logro de los propósitos de la educación y del propio diseño.
La forma en la que se da a conocer el currículo a los profesores es
de forma tradicional, a través de la cual se explican los fundamentos
psicopedagógicos orientados en el constructivismo, carente de
recuperación de experiencias docentes, lo cual refleja que existe
desvinculación entre teoría y práctica. Además de olvidar contextualizar
el discurso, cuestión por la cual los profesores no logran comprender el
conocimiento pedagógico en el que se sustenta la Reforma Integral de
la Educación Básica (RIEB). Los docentes son solo receptores del saber
de científicos y diseñadores.
270
Katharsis
Implementación del plan curricular 2011 en la educación básica en México
Los profesores poseen conocimientos teóricos y prácticos, los
primeros, tienen que ver con una formación pedagógica en la que se
revisan conceptos, principios y teorías psicopedagógicas a través
de procesos de capacitación y profesionalización; por otro lado, el
conocimiento práctico es producto de su experiencia como docente a
partir de procesos de reflexión sobre la pertinencia de sus acciones y
los resultados de la docencia en el aprendizaje de los alumnos. Estos
conocimientos son recursos que utilizan los profesores al implementar
el currículo y que influyen en el logro de los propósitos establecidos.
Sin embargo, el conocimiento teórico-práctico no es suficiente para
implementar un currículo con fundamentos teóricos que requieren
niveles de análisis complejos y de recuperación de experiencias
individuales y colectivas en contextos específicos, por lo que los
profesores enfrentan problemas para implementar la RIEB durante el
desarrollo de la práctica docente. Debido a lo anterior, se planteó lo
siguiente: ¿cómo implementan los profesores de Educación Básica la
Reforma Integral de Educación Básica?
Se buscó conocer la forma en que se implementa la RIEB en
Educación Primaria, considerando el conocimiento teórico-práctico
que poseen los profesores para poner en práctica el currículo prescrito,
las dificultades que enfrentan los profesores al implementar la RIEB
y la forma en la que se implementa el currículo. Se estudiaron dos
regiones del Estado de Chihuahua, profesores de Ciudad de Chihuahua
y la Región Serrana. Se utilizaron las técnicas de la observación, la
entrevista y la encuesta. Se observaron las prácticas de los profesores en
la realidad del aula a partir de videos. Se aplicaron cuestionarios para
identificar el conocimiento que tienen sobre la RIEB, para comparar
los resultados entre las dos regiones se utilizó la T de students, en
el software estadístico SPSS V. 15 con los datos arrojados por el
cuestionario, se entrevistó a los profesores observados para conocer
las dificultades que enfrentan los profesores en las aulas y la forma en
la que las superan.
Katharsis—ISSN 0124-7816, No. 16, pp. 269-290—julio-diciembre de 2013, Envigado, Colombia
271
Celia Carrera Hernández, María del Rosario Piñón Durán, José Luis Aguirre Sáenz
En los últimos años, la videograbación de clase se ha utilizado con
más frecuencia y de formas variadas, como un recurso que permite
captar de mejor manera lo que sucede en el aula. A diferencia de los
instrumentos tradicionales, como los registros de observación o las
entrevistas, que, independientemente de sus limitaciones, deben
desarrollarse en muy poco tiempo, mientras múltiples eventos están
sucediendo en la clase, los videos permiten registrar y codificar
comportamientos complejos a la vista de los observadores.
Fundamentos teóricos
La escuela es la unidad básica de referencia para desarrollar el
currículo, por lo que diseña líneas generales de adaptación del programa
a las exigencias del contexto social, institucional, personal y define las
prioridades. Es el profesor que lleva a la práctica esas previsiones.
Únicamente él puede adoptar decisiones específicas ya referidas al
curso. Él realiza la síntesis de lo general (programa), lo situacional
(programa escolar) y lo próximo (contexto del aula, contenidos, tareas).
El profesor ha de apostar decididamente por ser él mismo codiseñador
y gestor de su propio trabajo del aula.
Los profesores como colectivos, en unión con padres y otras personas
de la comunidad social implicados en la enseñanza, diseñan líneas de
trabajo. Cómo pueden resolver los problemas anteriores y reforzarse
los éxitos, con qué tipo de recursos, qué aspectos instruccionales se
han de priorizar. Luego en el aula pondrá en práctica esos criterios
consensuados adoptándolos a través de su propio desarrollo
programático a las características de sus alumnos y a la especificidad
de los aprendizajes a lograr.
Se consideró como sustento teórico a la teoría del currículo como
autorrealización, ya que se pretenden reconocer las opiniones y
el conocimiento de los profesores respecto al currículo formal de
educación básica para que puedan realizar sugerencias y mejorar el
diseño.
272
Katharsis
Implementación del plan curricular 2011 en la educación básica en México
La razón de estudiar el currículo y teorizar sobre él, es mejorar la
práctica. Las teorías del currículo son teorías sobre cómo resolver los
problemas del currículo (Reid, 1979). La teoría del currículo puede
aportar el fundamento estratégico y moral para enfrentarse a los
problemas del currículo y a la mejora de la educación, entendiendo
que no es una teoría la que mejora en sí la práctica, pero puede dar
recursos para evitar caminos equivocados, lo mismo que la estética no
produce arte, pero proporciona elementos de juicio para superar las
limitaciones y seguir buscando en la práctica.
Analizar el currículo como proceso, que consiste en identificar los
elementos críticos y positivos del currículo durante su implementación.
Schwab (1974) propone un método práctico para la solución de
los problemas del currículo que pretende averiguar cuáles son los
problemas y cuál la solución que cabe darles en función de los deseos y
valores de los implicados en esos problemas. Debe descubrir los hechos
significativos en el caso concreto, tratar de hallar las dificultades y crear
soluciones alternativas. Rastrear las consecuencias de cada alternativa
y elegir la alternativa no solo correcta sino la mejor.
El currículo formal que se implementa en la educación básica es la
RIEB, ya que México está pasando por un proceso de transformación, el
cual se debe a múltiples cambios que se han ido dando desde un marco
internacional. Estos cambios, generados en un contexto mundial,
también obedecen a situaciones propias de cambios en las sociedades
actuales; y, por consiguiente, la función de la educación, sobre todo
la Educación Básica, a nivel internacional retoma un rumbo que se
define como un nuevo modelo educativo. Estos cambios propuestos
fueron presentados en diversos documentos y acuerdos elaborados por
organismos internacionales como la UNESCO. Así pues, este cambio en
la educación que se plantea a nivel internacional ha tenido su impacto
en México.
La Declaración Mundial sobre la Educación para Todos elaborada
en Jomtien, Tailandia, en 1990, es un documento amplio que ha sido
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273
Celia Carrera Hernández, María del Rosario Piñón Durán, José Luis Aguirre Sáenz
tomado como referente para impulsar cambios educativos en muchas
naciones. Sin embargo, ello no significa que todos hayan sido en el
mismo sentido, con la misma dirección y con el mismo alcance. Cada
Estado nacional, o más precisamente, cada sector dominante en los
distintos países, tiene claro el tipo de ciudadano que necesita para
llevar adelante su proyecto socio-político, ya sea que éste manifieste
una tendencia a favor de los intereses nacionales, para la mejora de
las condiciones de vida de sus poblaciones y para ampliar su régimen
democrático interno; o también puede tener una tendencia parcial o
totalmente contraria a la anterior.
En el documento La Educación encierra un Tesoro (Delors, 2002),
se plantean la necesidad de educar para toda la vida, respondiendo
a los retos de un mundo que cambia rápidamente. “El concepto de
educación a lo largo de la vida es la llave para entrar en el siglo XXI”
(Rúa, C. 2013, p.88). Lo cual, según el autor, conduce directamente a
la noción de sociedad educativa, es decir, una sociedad en la que se
ofrecen múltiples posibilidades de aprender, tanto en la escuela como
en la vida económica, social y cultural. Lo que conlleva a la enunciación
de lo que la comisión considera como los cuatro pilares de la educación:
aprender a aprender, aprender a hacer, aprender a ser y aprender a vivir
juntos conociendo mejor a los demás.
Derivado de lo anterior, en México la Reforma Integral para la
Educación Básica (RIEB) retoma los elementos antes mencionados
y reorienta los planes y programas de estudio de educación básica;
propone como principal estrategia para la consecución de sus objetivos
retomar la noción de competencias, la cual coadyuve a lograr una
mayor articulación y eficacia entre educación preescolar, primaria y
secundaria.
Por otra parte, haciendo un análisis de lo que la RIEB propone, se
pueden destacar el hecho de que introduce cambios sustanciales al
currículum. Entre otras cosas, establece una coordinación entre los
tres niveles de educación básica (preescolar, primaria y secundaria), la
274
Katharsis
Implementación del plan curricular 2011 en la educación básica en México
definición de un perfil de egreso, y la organización de las asignaturas
en campos formativos: lenguaje y comunicación, pensamiento
matemático, exploración y comprensión del mundo natural y social, y
desarrollo personal y para la convivencia, así como la incorporación de
las tecnologías de la información y la comunicación.
El conocimiento de los profesores
El conocimiento de los profesores puede ser del tipo teórico y práctico.
El conocimiento teórico se conforma de la información que integra
la estructura cognitiva del profesor que en algún momento puede o
no afectar la práctica, ya que el uso del conocimiento en la práctica
requiere de situaciones y experiencias que demanden su aplicación. El
conocimiento práctico se compone de información y habilidades para
hacer algo que guía y conforma la conducta de los profesores.
El conocimiento que los profesores tienen sobre el currículo es
teórico, sin embargo, requieren de experiencia en su implementación
y reflexión sobre la realidad de la práctica docente, para que ese
conocimiento transite de teórico a práctico. Debido a la carencia de
espacios de reflexión y recuperación, de experiencias individuales
y colectivas sobre el currículo, su implementación y evaluación, el
conocimiento teórico que se maneja en la capacitación que reciben los
profesores resulta poco atractivo e interesante. El currículo es algo
que se concreta en un proceso, es decir, que no es independiente de la
práctica y un estilo profesional de los docentes (Gimeno, 1989).
Como resultado del ejercicio de análisis sobre la práctica docente
y el consenso de los profesores que laboran en un mismo espacio
escolar, surge el conocimiento profesional de los docentes. Se entiende
por conocimiento profesional al cuerpo de conocimiento y habilidades
necesarios para funcionar con éxito en alguna profesión. En este caso,
el conocimiento que poseen los profesores, producto de la reflexión y
el diálogo, situación que no se propicia en los espacios dedicados a la
capacitación.
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275
Celia Carrera Hernández, María del Rosario Piñón Durán, José Luis Aguirre Sáenz
El conocimiento práctico también puede ser personal, es el
conocimiento que puede ser visto a través del desempeño de los
profesores. El conocimiento práctico personal
es un término diseñado para captar la idea de experiencia en una forma
que nos permita hablar sobre los profesores como personas informadas
e instruidas... El conocimiento no se encuentra sólo “en la mente”, está
“en el cuerpo y es visto y encontrado en nuestras prácticas” (Connelly y
Clandinin, 1988:25).
“En muchos aspectos... es privado, pero no necesita permanecer así.
Es un conocimiento que puede ser descubierto en las acciones de la
persona y bajo algunas circunstancias por el discurso o la conversación”
(Connelly y Clandinin. 1988, pp. 134-148).
La conducta actual de una persona en su campo profesional es
resultado de la interacción entre el conocimiento profesional y el
personal. Este conocimiento es adquirido a través de experiencias
dirigidas-proyectadas-planificadas, tales como diversos cursos
de capacitación, igual que la totalidad de las experiencias de vida
encontradas por la persona (Pérez, 1999).
De acuerdo a lo anterior, los ejes temáticos en torno a los cuales gira
la investigación, se definen de la siguiente manera:
Tareas preactivas. Son todas las acciones que el maestro realiza
antes de iniciar el desarrollo de las clases, implican el proceso de
planeación de las estrategias didácticas que utilizará en sus clases,
materiales, formas de evaluación. Actividades previas para poner en
acción el currículo, que van desde la planeación y la investigación,
hasta la capacitación y la auto capacitación para lograr los aprendizajes
esperados.
Detrás de cualquier currículum para Lundgren (1983) existe una
serie de principios que ordenan la selección, organización y los métodos
para la transmisión; y eso es un código que condiciona la formulación
del currículum previa a su realización. El currículum, para este autor,
276
Katharsis
Implementación del plan curricular 2011 en la educación básica en México
tiene un contexto de realización y un contexto de formulación. Es en
este último donde cobran sentido y muestran más directamente su
operatividad.
El currículo puesto en acción. Es la forma en la que se pone en
práctica el currículo prescrito.
El currículum no puede entenderse al margen del contexto en el que
se configura ni independientemente de las condiciones en que se
desarrolla; es un objeto social e histórico y su peculiaridad dentro de un
sistema educativo es un rasgo entitativo sustancial (Gimeno, 1989:127).
El currículo puesto en acción es la operacionalización del currículo
prescrito a partir de los significados que el maestro ha construido
con la experiencia como docente en el manejo de otros planes de
estudio, los procesos de capacitación y el conocimiento adquirido con
la implementación del nuevo plan de estudios, ya que el currículo se
justifica en la práctica y desemboca en actividades escolares, lo que
no quiere decir que esas prácticas sean solamente expresión de las
intenciones y contenidos curriculares.
Los profesores y el currículo prescrito. Si el currículum es una
práctica, quiere decir que todos los que participan en ella son sujetos,
no objetos, es decir, elementos activos, es por ello que el profesor como
individuo o colectivo profesional se le cuestiona si ha de intervenir o
no, en dónde y en qué medida, es decir, no se trata solo de ver cómo
los profesores ven y trasladan el currículo a la práctica, sino que tienen
el derecho y la obligación de aportar sus propios significados (Grundy,
1991).
El currículo prescrito de la educación básica es el documento
rector que define las competencias para la vida, el perfil de egreso, los
estándares curriculares y los aprendizajes esperados que constituyen
el trayecto formativo de los estudiantes, y que se propone contribuir a
la formación del ciudadano democrático, crítico y creativo que requiere
la sociedad mexicana en el Siglo XXI, desde las dimensiones nacional
Katharsis—ISSN 0124-7816, No. 16, pp. 269-290—julio-diciembre de 2013, Envigado, Colombia
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Celia Carrera Hernández, María del Rosario Piñón Durán, José Luis Aguirre Sáenz
y global que consideran al ser humano y al ser universal según el
programa oficial de la Secretaría de Educación Pública (2011).
El currículo prescrito tiene un carácter nacional, fue diseñado por
la Dirección General de Currículo, a partir de 23 acciones explicadas
en el proceso de construcción. El Consejo Nacional de Autoridades
Educativas analizó y aprobó los procesos y productos derivados de
la construcción de la RIEB, así mismo tomó y dio seguimiento a 49
acuerdos sobre ésta en 16 reuniones.
Reforma Integral de la Educación Básica. Es una política pública
que impulsa la formación integral de todos los alumnos de preescolar,
primaria y secundaria con el objetivo de favorecer el desarrollo de
competencias para la vida y el logro del perfil de egreso, a partir de
aprendizajes esperados y del establecimiento de estándares curriculares,
de desempeño docente y de gestión.
Método
Se realizó un estudio exploratorio con una metodología mixta. En
esta investigación el objeto de estudio es el currículo en el proceso
de implementación por los profesores a partir de la identificación del
conocimiento teórico y práctico, ya que son dos variables que determinan
el papel del profesor en la concreción del currículo específicamente en
los procesos de enseñanza y aprendizaje, además de influir en el logro
de los propósitos del mismo.
Los sujetos del estudio son:
Profesores de Educación Básica en Ciudad Chihuahua. Participaron
7 de preescolar, 50 de primaria y 14 de secundaria, siendo un total de
71 profesores. Profesores de Educación Básica de la Región Serrana del
Estado de Chihuahua. Participaron 13 de preescolar, 55 de primaria, 3
de secundaria, en total 71. La muestra fue al azar, se seleccionaron a los
profesores (20 de preescolar, 105 de primaria, 17 de secundaria, siendo
un total de 142 los participantes) que asisten a diversos programas de
278
Katharsis
Implementación del plan curricular 2011 en la educación básica en México
profesionalización docente en cada región en diferentes instituciones
educativas de educación superior.
Se utilizó la técnica de la observación. Se realizaron observaciones
de aula durante el periodo enero-octubre de 2012. También se aplicó
la técnica de la encuesta con cuestionarios de preguntas abiertas y
cerradas para identificar el conocimiento que tienen los profesores
sobre los fundamentos de la RIEB, cuyo índice de consistencia interna
es de α=.95. Además se realizaron entrevistas a los profesores sobre las
dificultades que enfrentan al implementar la RIEB y las acciones que
realizan para superarlas.
Resultados
Dificultades que enfrentan los profesores al implementar la RIEB.
Después de entrevistar a los profesores de educación básica se
encontró que, al poner en acción el currículo prescrito (SEP, 2011), se
encontró que los profesores enfrentan dificultades de tipo metodológico
para desarrollar las actividades didácticas que se sugieren. Por ejemplo:
no saben cómo desarrollar las estrategias de aprendizaje como la de
proyectos, aprendizaje basado en problemas y el método de casos.
Quieren acompañamiento directo para realizar sus clases y planear
con estas estrategias, ya que sienten inseguridad.
Otra dificultad que enfrentan es la evaluación del aprendizaje de los
alumnos, ya que menciona uno de los testimonios: “se han introducido
cambios importantes y nos piden que utilicemos una variedad de
instrumentos para evaluar pero nos sentimos perdidos”.
Los profesores enfrentan un sinnúmero de dificultades, como en
cada reforma curricular se aprecian una serie de desafíos y resistencias
a los procesos de cambio. Es a través de un conjunto de condiciones
que se han de ir superando exitosamente. Las resistencias se deben a la
falta de conocimiento sobre el plan curricular y a la falta de experiencia
en la metodología propuesta. Paredes (2004) establece que en este
Katharsis—ISSN 0124-7816, No. 16, pp. 269-290—julio-diciembre de 2013, Envigado, Colombia
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Celia Carrera Hernández, María del Rosario Piñón Durán, José Luis Aguirre Sáenz
proceso, el centro educativo es la unidad de cambio, que para que
éste ocurra son necesarias personas comprometidas con el mismo. De
igual manera, los docentes, como esos agentes de cambio necesitan
autonomía y poder y un motor interno que dinamice los procesos.
En este sentido, el cambio depende más de las iniciativas, el trabajo
de los profesores y de la dirección escolar que de la reforma legislativa;
y el centro educativo es posible que mejore si es capaz de aprender de
sí mismo. Las actitudes de los profesores cuando no se producen tales
condiciones se convierten en un verdadero lastre para el progreso, por
ello las actitudes hacia el cambio tienen sentido entendidas desde su
integración en el seno de las culturas escolares (Paredes, 2004).
La principal dificultad encontrada es el desconocimiento del
nuevo plan curricular, debido a la falta de capacitación. El 85% de los
profesores de la Región Serrana, no tienen idea de la Reforma Integral
para la Educación Básica, pues no han recibido capacitación, solo han
escuchado sobre ella, sin embargo, manifiestan el deseo de conocerla.
El 15% de los profesores tienen información sobre el currículo, ya que
han investigado en la web sobre el tema y expresan que han modificado
su visión respecto a la forma en que los alumnos acceden al aprendizaje,
por lo que han requerido cambios de actitud como profesores, pues
realizan actividades de investigación sobre los contenidos que van
abordar en clases y fundamentan su quehacer en nuevas perspectivas
teóricas y concepciones de aprendizaje.
La Reforma ha generado un malestar generalizado entre los docentes;
los motivos son múltiples y, por supuesto, no tienen que ver únicamente
con la política educativa, sino con el momento y el contexto más amplio,
nacional, regional y global. Algunos aspectos de este malestar tienen
que ver de manera directa con las reformas educativas, no solo con sus
contenidos y con la abultada agenda de cambios propuestos, sino con
el modo como han sido planteadas y han pretendido implementarse
(Torres, 2000).
280
Katharsis
Implementación del plan curricular 2011 en la educación básica en México
Los profesores de la Región Serrana opinan que no han tenido
capacitación sobre la RIEB, por lo que no quisieron opinar. Sin
embargo, el 15% de los profesores opinaron que para implementar el
nuevo plan y programa, demanda mucho trabajo de los profesores para
planear actividades y desarrollarlas en el salón de clase, consideran que
la reforma es necesaria, ya que los programas anteriores comenzaban
a tener contenidos obsoletos. Respecto a los libros de texto, opinan
que éstos son poco llamativos e interesantes para los alumnos, la
información es escueta y las ilustraciones poco atractivas.
Bajo la perspectiva de los maestros, estas problemáticas pueden ser
ubicadas en diferentes contextos: en el sistema educativo, en el aula,
en los materiales educativos y hasta en las actitudes de los sujetos que
forman parte de los procesos educativos, como lo son los alumnos,
docentes mismos, directivos y padres de familia.
Es así como se considera que la planeación de las autoridades
educativas carece de previsión y continuidad, y que existe una
sobrecarga de tareas de origen administrativo que merman el tiempo
efectivo del docente ante el grupo para la implementación del trabajo
por proyectos.
Aunada a esta situación, está la falta de cooperación de los padres, a
quienes debe concientizarse de que su participación e involucramiento
efectivo en los procesos formativos de sus hijos es fundamental para la
obtención de mejores resultados.
Después de analizar la información que arrojó la encuesta sobre el
conocimiento de los profesores respecto del Plan curricular 2011, se
pudo comparar, considerando que los profesores de educación básica
de la Región Serrana no han sido capacitados y se ven obligados a
implementar un nuevo currículo, a diferencia de los profesores que
laboran en la Ciudad de Chihuahua, Chihuahua, México, encontrándose
lo siguiente:
Katharsis—ISSN 0124-7816, No. 16, pp. 269-290—julio-diciembre de 2013, Envigado, Colombia
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Celia Carrera Hernández, María del Rosario Piñón Durán, José Luis Aguirre Sáenz
Tabla 1. Comparación del conocimiento teórico de los profesores de
Educación Básica de la Región Serrana y Ciudad Chihuahua.
Media
(Chihuahua)
Desviación
típica
(Chihuahua)
Media
(Sierra)
Desviación
típica
(Sierra)
Enfoque curricular
3
.437
2
.684
Concepto de competencias
3
.504
2
.436
Estrategias metodológicas
3
.682
2
.543
Aspectos de la planeación
3
.554
2
.427
Recursos de evaluación
3
.511
2
.658
Uso de las tecnologías
2
.501
2
.543
Diversidad cultural
3
.617
2
.545
Principios del modelo
2
.649
2
.445
Concepto de aprendizaje
3
.756
1
.554
Teorías psicopedagógicas
en las que se fundamenta
el plan
2
.759
1
.553
Aspectos
La correlación de medias es de .548, con un alto grado de significancia
respecto a la diferencia en el conocimiento teórico que poseen los
profesores. Se considera significativa por alcanzar una diferencia de
.043, a partir de la prueba estadística T en la correlación de diferencia
significativa de muestras relacionadas.
Los profesores de la Región Serrana se encuentran en desventaja
respecto al conocimiento teórico en relación con los de Ciudad
Chihuahua, ya que no han recibido la capacitación adecuada por la
distancia entre las comunidades indígenas y la capital.
Respecto a las tareas preactivas del currículo como la capacitación a
los profesores, se encontró que la capacitación sobre la nueva propuesta
curricular sigue un formato tradicionalista, a pesar del abordaje que
se hace de las teorías constructivistas como principales motores de la
transformación educativa. La escasa recuperación de experiencias y
prácticas docentes y el papel asignado a los docentes como receptores
282
Katharsis
Implementación del plan curricular 2011 en la educación básica en México
del conocimiento, los pone ante un discurso descontextualizado y una
práctica profesional desvinculada del sustento teórico de la RIEB.
La capacitación de los profesores ha sido de forma lineal, sin
considerar su praxis sustentada en los conocimientos teóricos y
prácticos, donde los primeros tienen que ver con una formación
pedagógica revisando conceptos, principios y teorías psicopedagógicas,
y los segundos, la experiencia de implementar otros programas y la
RIEB. La capacitación es descontextualizada de la realidad de los
profesores y del contexto, por lo que es necesario que la capacitación
se desarrolle en el colectivo escolar, recuperando la experiencia de los
profesores y las necesidades educativas de los estudiantes. Además, en
la primera lengua y espacios dentro del contexto socioeducativo donde
se desempeña.
Los profesores poseen conocimientos teóricos en los que se sustenta
el currículo, pero tienen dificultades para concretarlos en situaciones
didácticas, debido a las capacitaciones con discursos teóricos
desvinculados de la realidad.
El currículo prescrito contiene elementos curriculares sustentados
de forma suficiente en principios, teorías y paradigmas educativos que
orientan hacia las nuevas tendencias educativas, como la educación para
la vida, un enfoque por competencias, la construcción del aprendizaje y
el desarrollo de habilidades para la solución de problemas.
Los profesores de educación básica demandan un currículo prescrito
regionalizado, capacitación en sus propios espacios con oportunidades
de discusión teórico-práctica y socialización de experiencias docentes
exitosas. El currículo se pone en acción con falta de claridad sobre
el currículo prescrito, ausencia de reflexión sobre su experiencia y
conocimiento pedagógico, lo cual influye para que la docencia se
siga centrando en los contenidos y se priorice la participación de los
profesores sobre la actividad del alumno, situación que influye para
que no se logren los resultados esperados.
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Celia Carrera Hernández, María del Rosario Piñón Durán, José Luis Aguirre Sáenz
Falta desplazamiento de la capacitación centrada en el discurso
teórico a un discurso práctico, con base en la reflexión de los profesores
sobre el currículo puesto en acción.
Existen barreras áulicas que impiden usar en el debate pedagógico
la realidad en la que opera el currículo prescrito, impuestas por los
profesores debido a la falta de procesos de auto reflexión y socialización
de la propia experiencia. Barreras que requieren de un rompimiento
epistemológico de parte de los profesores, favorecido por los
capacitadores y administradores.
La capacitación gira en círculos viciosos interfiriendo en la planeación
reflexiva de la práctica, considerando la lengua, la experiencia docente
y la realidad socioeducativa de los profesores. El currículo puesto
en acción refleja una relación pasiva del profesor frente al currículo
prescrito al desarrollar actividades didácticas del libro de texto.
Respecto a los profesores y el currículo prescrito, se identificó, a
través de la entrevista, que el significado que poseen los profesores
responde a un discurso teórico sin transitar a un discurso anticipatorio
de la puesta en práctica en relación a su experiencia didáctica. La
planeación didáctica es lineal de acuerdo a los materiales de texto y
directrices de los Asesores Técnico-Pedagógico.
El tiempo de clase para aprender, invadido por la participación de
los profesores, el uso de los libros de texto invadiendo el espacio para
que el alumno construya su aprendizaje. El currículo prescrito carece
de explicaciones prácticas sobre las innovaciones metodológicas que
se introducen. Se explican con claridad fundamentos teóricos que
resultan sencillos de comprender para profesores recién egresados
de la educación normal y para los profesores que se encuentran en
procesos de profesionalización, no así para los profesores emergentes
sin formación pedagógica, lo cual se constituye en un obstáculo entre
profesores y el currículo prescrito.
284
Katharsis
Implementación del plan curricular 2011 en la educación básica en México
Gráfica 1. Conocimiento que poseen los profesores sobre los planes y
programas de educación básica.
CREEL
CHIHUAHUA
1
E- Enfoque
A. No contesta
2
CO- Competencias
B. Incorrecta
3
SD- Secuencia didáctica
C. Correcta
4
EM- Estrategias Metodológicas
5
PL-Planeación
6
EV- Evaluación
7
TIC- Uso de tecnologías
8
DIV- Diversidad
9
TD- Tipos de diversidad
10
PM_ Principios del Modelo
11
AP- Aprendizaje
12
FT- Fundamentos teóricos
13
AF- Acciones que favorecen el diseño del plan
14
PR-Profesores
El conocimiento que poseen los profesores con mayor claridad
es el relacionado con el enfoque, competencias y fundamentos
psicopedagógicos, sin embargo, el conocimiento que no tienen claro
es el relacionado con la operación del currículo que se refiere a las
secuencias didácticas, estrategias de aprendizaje y evaluación del
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Celia Carrera Hernández, María del Rosario Piñón Durán, José Luis Aguirre Sáenz
aprendizaje de los alumnos. Lo anterior refleja que la capacitación
recibida ha girado alrededor de conceptos y teorías, con menoscabo de
ejemplificaciones y reflexiones sobre la puesta en práctica de los planes
de estudio.
El currículo puesto en acción
Después de analizar la información que arrojaron las observaciones
de la práctica al interior de las aulas, se encontró lo siguiente:
Los profesores siguen dando prioridad al libro de texto como recurso
de aprendizaje.
El tiempo destinado a las explicaciones es muy alto, por lo que
dedican poco tiempo a la participación de los alumnos.
Realizan actividades de búsqueda de información utilizando las
tecnologías y dan por hecho que los alumnos saben usar la Internet y
seleccionar información, por lo que usan fuentes poco confiables para
realizar sus actividades. Además, la inforamción recuperada no es
analizada. Se aprecia desconocimiento del profesor sobre los procesos
cognitivos que sigue el alumno para llegar al conocimiento, por lo que
con pequeñas explicaciones se considera que el alumno puede aplicar
el conocimiento.
Los profesores de la Ciudad utilizan recursos como multimedia,
pero presentan ejercicios parecidos a los del libro de texto, los contestan
entre todos, se precia que no todos los alumnos participan, solo los que
están sentados al frente, los demás esperan otro tipo de participación,
pero cuando la maestra cambia de actividad a una individual o por
equipo, realiza muchas interrupciones y no da tiempo para que el
alumno construya su aprendizaje.
Los profesores de la Región Serrana realizan actividades en las que
los alumnos comparan el conocimiento con su realidad, situación que
les facilita el aprendizaje. Los profesores rarámuris o tarahumaras, que
son de la etnia en Chihuahua, están concientes de las necesidades que
286
Katharsis
Implementación del plan curricular 2011 en la educación básica en México
tienen para mejorar su práctica, pero requieren apoyos metodológicos
en su propia lengua. Los profesores rarámuris de la Región Serrana son
muy creativos en su forma de enseñanza y se aprecia que los alumnos
están entusiasmados por aprender a diferencia de los profesores de la
Ciudad.
Conclusión
La reforma no solo busca transformar detalles del funcionamiento
escolar por parte de los docentes, sino que tiene la intención de implantar
un nuevo paradigma de la educación; sin embargo, se debe reconocer
que, en general, los docentes no comparten las tesis centrales de las
reformas (Díaz-Barriga e Inclán, 2001). A pesar de ello, la percepción de
los educadores se da en el sentido de que son un elemento que garantiza
el éxito de un proceso social de cuyo origen fue excluido. Es por ello que
se da ese sentir colectivo de que son favorecidos por la Reforma.
Los docentes consideran que el trabajo con la RIEB les ha dejado
nuevos conocimientos que van desde la incorporación de importantes
elementos teóricos y experienciales, a su práctica pedagógica, como lo
son el trabajo colaborativo con una diferente manera de interactuar
tanto con sus alumnos como con sus compañeros maestros, la
correlación y vinculación de temas en la consolidación de la labor
áulica, hasta la modificación de aspectos cotidianos, como la forma de
llevar a cabo los proceso de planeación didáctica y evaluación, así como
el uso de variados materiales en línea que complementan y enriquecen
su práctica cotidiana.
Asimismo, durante este proceso de transición curricular, los
docentes se apropian de referentes teóricos que les han permitido
acercarse paulatinamente a la comprensión de la política educativa que
sustenta y justifica a la RIEB. Sin embargo, exige al docente una dosis
importante de participación en el diseño de situaciones didácticas,
que permitan el logro de los aprendizajes esperados contemplados
en el currículum, alineados éstos a las competencias planteadas en el
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Celia Carrera Hernández, María del Rosario Piñón Durán, José Luis Aguirre Sáenz
perfil de egreso de la educación básica y a los estándares curriculares
definidos para este tipo educativo.
Se hace evidente que el currículo puesto en acción refleja una relación
pasiva del profesor frente al currículo prescrito durante el desarrollo
de actividades didácticas del libro de texto; aunque paradójicamente
el tiempo efectivo de clase es absorbido por el docente, limitando los
espacios en que el alumno construye su propio aprendizaje.
A pesar de lo anterior, existe en los docentes la percepción de que,
durante este proceso de transición curricular, se han apropiado de
referentes teóricos que les permiten acercarse paulatinamente a la
comprensión de la política educativa que sustenta y justifica a la RIEB.
Sin embargo, la implementación del currículo prescrito exige al docente
una dosis importante de participación en el diseño de situaciones
didácticas que permitan el logro de los aprendizajes esperados,
alineados estos a las competencias planteadas en el perfil de egreso de
la educación básica y a los estándares curriculares definidos para este
nivel educativo.
Un elemento que ha sido de gran peso en la implementación del
plan de estudios es el referente a la capacitación docente. El proceso de
dar a conocer a los profesores la nueva propuesta curricular sigue un
formato tradicionalista, a pesar del abordaje que se hace de las teorías
constructivistas como principales motores de la transformación
educativa. La escasa recuperación de experiencias y prácticas docentes
y el papel asignado a los docentes como receptores del conocimiento,
los pone ante un discurso descontextualizado y una práctica profesional
desvinculada del sustento teórico de la RIEB.
Los estudios academicistas o discusiones teóricas sobre el diseño
curricular que no incorporen el contexto real en el que se estructura
y desarrolla, llevan a la incomprensión de la realidad misma que se
quiere explicar y transformar.
288
Katharsis
Implementación del plan curricular 2011 en la educación básica en México
El valor de cualquier currículo, de toda propuesta de cambio para
la práctica educativa, se contrasta en la realidad en la que se realiza,
en el cómo se concrete en situaciones reales, por lo que el currículo
en acción desde Gimeno (1989) al expresarse a través de una praxis,
cobra definitivo significado para los alumnos y para los profesores en
las actividades que unos y otros realizan, y será en la realidad aquello
que esa tamización permite que sea.
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Celia Carrera Hernández, María del Rosario Piñón Durán, José Luis Aguirre Sáenz
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Katharsis
Fredy Romero, El sur: magia en El Calafate 12. Argentina, 2012.
Los jóvenes universitarios y las contradicciones en el ejercicio de ciudadanía
Los jóvenes universitarios y las
contradicciones en el ejercicio de
ciudadanía
University students and their contradictions
in the exercise of citizenship Abstract
Ana Castro Ríos*
Eugenio Saavedra Guajardo**
Resumen
La Universidad Católica del Maule se hace partícipe a partir del año 2008, en una
investigación que desarrolla la Pontificia Universidad Católica de Chile, a la cual
somos convocados, así como otras universidades del país y el extranjero.1
La investigación es un estudio de carácter longitudinal, que se ha planteado como
objetivo central evaluar los procesos de cambio y/o estabilidad que experimentan los
jóvenes a través de su experiencia universitaria en el plano de los sistema de valores
y creencias, identidad social y religiosa, actitudes sociales y políticas, consumo
cultural, prácticas sociales y religiosas, autoconcepto, así como su visión acerca de
la universidad y de la formación universitaria recibida en general. Los estudiantes
fueron encuestados los años 2008, 2010, 2012 y se espera el 2014 como forma de
seguimiento.
Para este artículo, nos centraremos en el área de la encuesta que tiene relación con las
preguntas de las temáticas actitudes sociales y políticas de los jóvenes universitarios,
como interés específico de los investigadores. Se trabajará sobre los resultados de la
*
**
1
Trabajadora Social, Magíster en Educación para el Trabajo Social, Doctora en Estudio de
las Sociedades Latinoamericanas, mención Sociología, Investigadora Facultad de Ciencias
Sociales y Económicas, Universidad Católica del Maule. Correo electrónico: [email protected]
Psicólogo, Magister en Investigación, Doctor en Educación, Docente e investigador
Facultad de Ciencias de la Salud, Universidad Católica del Maule. Correo electrónico: [email protected]
Tanto la idea original de este estudio como la encuesta aplicada, son creación del Equipo
Investigativo de la PUC, liderado por el Dr. Roberto González, de la Escuela de Psicología
de esa casa de estudio.
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293
Ana Castro Ríos, Eugenio Saavedra Guajardo
primera encuesta aplicada en el año 2008 y la comparación de datos de los resultados
de la segunda aplicación, durante el segundo semestre 2010.
Palabras claves: ciudadanía, participación, actores políticos, credibilidad.
Abstract
The Universidad Católica del Maule becomes a participant since the year 2008, in a
research carried out by the Pontificia Universidad Católica de Chile, to which we are
called, as well as other universities in the country and abroad.
The research is a study of longitudinal nature which has planned as a central objective
to evaluate the processes of change and/or stability experienced by young people
through their college experience in terms of the system of values ​​and beliefs, social
and religious identity, social and political attitudes, cultural consumption, social
and religious practices, self-concept, as well as his views on college and university
training received in general. Students were surveyed in the years 2008, 2010, 2012
and 2014 is expected as a form of monitoring.
For this article, we will focus on the area of ​​the survey that is related to the questions
about the topic of political and social attitudes of young college students, as a specific
interest of researchers. It will be worked on the results of the first survey conducted
in 2008 and data comparison of the results of the second application during the
second half of 2010.
Keywords: citizenship, participation, political actors, credibility.
Introducción
La educación y especialmente la universitaria, debe responder a las
siguientes demandas en las labores profesionales (CINDA, 2000):
a) Capacidad creativa, de trabajo autónomo, espíritu emprendedor y
condiciones para la adaptación a situaciones emergentes.
b) Desarrollo de la potencialidad para estar constantemente
actualizándose.
c) Competencias para trabajar en grupos de carácter interdisciplinarios.
d) Habilidades para identificar, acceder y utilizar información
relevante en el momento oportuno.
294
Katharsis
Los jóvenes universitarios y las contradicciones en el ejercicio de ciudadanía
Por otro lado, se sostiene que cualquier acto educativo, especialmente
el universitario, debe realizarse tomando en cuenta tres ejes: la
formación personal, la formación para la producción y el trabajo y la
formación para vivir en sociedad.
La formación personal está asociada a la capacidad del sujeto
para actuar con autonomía, para desarrollarse adecuadamente en
las etapas que debe atravesar. La formación para la producción y el
trabajo, se refiere al conjunto de habilidades para desempeñarse en
la generación de los bienes materiales o intangibles que requiera la
sociedad, necesitando para ello aprender desde la práctica, del ejercicio
de la creatividad y la capacidad de reflexión sobre su quehacer y la
realidad, además de la adquisición de hábitos básicos de trabajo. La
formación para vivir en sociedad está vinculada al área de destrezas
de la interacción con otros, a sus comportamientos y compromisos con
sus pares, equipos de trabajo y participación ciudadana.
Valdría la pena preguntarse: ¿estamos formando en las universidades
en todas estas dimensiones a los jóvenes? ¿Los impulsamos al
desarrollo o ampliación de su ciudadanía? ¿El estado de la participación
universitaria nos refleja algo? Pareciera que el lenguaje y las acciones
de educación se tiñen de terminología economicista, y la discusión
del proceso de formación de ciudadanos se sigue relegando o, como
nos indica Juan Carlos Gómez (2002), en la actualidad el creciente
desarrollo del mercado ha ido situando a los ciudadanos en una nueva
y compleja relación vertical, fundamentalmente de carácter mercantil
y donde su ciudadanía se realiza en el acto de consumir y no en la
participación política.
El presente artículo es parte de una investigación de carácter
longitudinal, que se ha planteado como objetivo central evaluar los
procesos de cambio y/o estabilidad que experimentan los jóvenes a través
de su experiencia universitaria en el plano de los sistemas de valores
y creencias, identidad social y religiosa, actitudes sociales y políticas,
consumo cultural, prácticas sociales y religiosas, autoconcepto, así
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Ana Castro Ríos, Eugenio Saavedra Guajardo
como su visión acerca de la universidad y de la formación universitaria
recibida en general. Sin embargo, nos centraremos en el área de la
encuesta que menciona la relación con las preguntas de las temáticas
actitudes sociales y políticas de los jóvenes universitarios, de las
aplicaciones 2008 (833 estudiantes) y 2010 (473 estudiantes).
Algunos procesos históricos
Como nos indica Sandoval (2002), solo se cuentan con antecedentes
y estudios sobre juventud a partir de los años 60 y es posible afirmar que
en esos años existían grupos inquietos por los temas sociales y políticos,
algunos vinculados a la Iglesia e inspirados en los planteamientos del
Concilio Vaticano II y otros motivados por los diferentes procesos
revolucionarios de la época en América Latina.
Otros jóvenes participaron activamente en la revolución en libertad
del gobierno democratacristiano de Eduardo Frei (1964-1970),
comprometiéndose con los pobres y con los cambios sociales. Nacerá
el MIR en los años 65 en la Universidad de Concepción, surgiendo así
propuestas por la vía armada para conquistar el poder. La década del
60 sin duda fue la de los cambios y de los proyectos de futuro, donde los
sueños de un país y de una sociedad diferente eran posibles.
La década de los 70 estará marcada por visiones contradictorias de
mundo y por duros enfrentamientos de proyectos societales. Un sector
de la juventud se comprometió con “la vía por el socialismo” del gobierno
de la Unidad Popular, luchando por los cambios revolucionarios; otro
sector, en cambio, se ubicó en una férrea oposición y se organizó en
grupos paramilitares con orientación fascista (por ejemplo Patria y
Libertad).
Con el golpe militar del 11 de septiembre de 1973, la situación
cambió profundamente. Durante los años de dictadura los jóvenes
enfrentaron diferentes situaciones, los que habían apoyado los procesos
revolucionarios sufrían la persecución y toda la represión característica
296
Katharsis
Los jóvenes universitarios y las contradicciones en el ejercicio de ciudadanía
de la dictadura; en cambio, para los que apoyaban a los militares se
generaron espacios de participación política.
Según la autora Irene Agurto, citada en Sandoval (2002), la década
de los 80 presenta algunas etapas que caracterizaron la participación
de los jóvenes, especialmente del sector poblacional. El período entre
1980 y 1982, se identifica por prácticas de “nuevo tipo”:
•
Organizaciones menos institucionalizadas, de carácter alternativo.
•
Surgen temáticas y estilos centradas en deportes y recreación,
delegando a segundo plano la acción comunitaria.
•
Comienza a crearse una identidad a través de temas “culturales”
que involucran expresiones como el folklore, el canto nuevo, el
teatro denuncia, etc.
Cobra especial relevancia en este período la valoración de la
cotidianeidad, del espacio común, de la población. Otro elemento
que caracterizará este período será la distancia que se ampliará entre
los jóvenes organizados y los estigmatizados como despolitizados,
obstaculizando la formación de movimientos juveniles y el
posicionamiento de los temas juveniles.
El período entre 1983 y 1984 se caracterizó por la irrupción de las
protestas; ello apareció como una respuesta de los jóvenes, como una
manera de expresar la “voluntad de ser socialmente reconocidos”.
Los jóvenes organizados políticamente intentaron proyectar la
organización más allá de las acciones puntuales, pero aspectos como la
falta de comunicación entre diferentes sectores juveniles, la fragilidad
de sus experiencias y referentes político-culturales, lo impidieron. Los
sectores universitarios y secundarios aún tuvieron menos que aportar.
Sandoval (2002), por su parte, complementa esta visión de etapas,
indicando que en este período “el imperativo político de intervenir en
la coyuntura se convirtió en una tarea de primer orden para los jóvenes
militantes” (p.153), lo que generó alterar ritmos y dinámicas de trabajo
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Ana Castro Ríos, Eugenio Saavedra Guajardo
partidario significando con ello en algunos casos la disolución de las
organizaciones.
Para el período de 1986, el autor señala que el contexto en el que
operaron las organizaciones juveniles, se enmarcó en el proceso de
institucionalización del régimen representado en el plebiscito de 1988.
De esta manera se perdió el sentido o centralidad, pues las condiciones
cambiaron desde un escenario nacional a uno de carácter institucional.
A partir del año 1987, las organizaciones juveniles toman otra vez
temáticas a desarrollar, pero nuevamente las organizaciones vinculadas
a lo coyuntural (“Comités por el No”) adherirán más participantes.
Continúa el autor diciéndonos que en los 90 los jóvenes pasan a
ser, paradojalmente, un problema para el orden democrático, pues
se convierten en una preocupación del Estado, un costo a asumir
para lograr su integración en la sociedad. El lenguaje y los análisis
comienzan a centrarse, como vimos anteriormente, en la lógica del
mercado. Es así que las intervenciones públicas y privadas hacia los
jóvenes se posicionan desde las carencias y desde la evaluación de sus
comportamientos como riesgo social. Las evaluaciones extremas que
se realizan de ellos son como sujetos problemas o bien apáticos. En
esta perspectiva, Klaudio Duarte, citado también por Sandoval (2002),
nos indica que la visión de jóvenes se ha situado desde un enfoque
“adultocéntrico”, valorando a este mundo por sobre el de los jóvenes
que aún se encuentra en construcción, “de preparación para”, y fuera
de la historia.
Sin embargo, los sucesos de participación masiva de estudiantes,
tanto universitarios como secundarios que se han estado generando en
el gobierno de Piñera (a partir del mes de mayo 2011), han despertado
las acciones concertadas por los estudiantes, tanto políticas, artísticas,
por un grupo, así como las más violentas contra el sistema, por otros.
Todas manifestaciones políticas de descontento por las condiciones de
lucro del actual sistema educacional chileno.
298
Katharsis
Los jóvenes universitarios y las contradicciones en el ejercicio de ciudadanía
Diversos actores sociales han apoyado estas movilizaciones, no
observadas desde el movimiento que se denominó de los pingüinos, en
la administración de Bachelet… ¿marcará esto un cambio en el estilo
de participación de los jóvenes en la segunda década de los años 2000?
Participación y ciudadanía
En términos más amplios que el mundo juvenil, según Nuria
Cunill (2002), la manifiesta desafección de los ciudadanos con la
política, más que con esta misma, está ligada a la manera como está
constituido el sistema político en las democracias, vale decir a una
crisis de representación. En esta medida, la autora nos indica que se
están produciendo cambios en estos temas y uno de los más visibles es
la instalación creciente de la idea de respeto a la diversidad, apelando
entonces a ciudadanías diferenciadas, donde se posibiliten la expresión
y defensa de intereses colectivos y a la vez difusos, como por ejemplo
jóvenes, indígenas, mujeres, entre otros. Vale decir que, aparte de
manifestar decisiones en las elecciones de representantes, también
se aspire a intervenir directamente en asuntos de interés colectivo
o, como manifestara Viviane Brachet-Márquez (2001), que otro
aspecto a considerar en estos nuevos escenarios, es la formación de
identidades colectivas para fortalecer los procesos democráticos, pues
una democracia basada solamente en intereses propios la torna frágil y
vulnerable, y donde serán los movimientos populares y cívicos los que
consolidarán los procesos democráticos.
Las opiniones de la encuesta realizada a la cohorte 2008 en
nuestra universidad, refleja claramente la desafección a los sistemas
tradicionales de participación política, donde las instituciones con
menor confianza por parte de los estudiantes son los partidos políticos,
con un 81,2%, y el parlamento, con un 74.9%, pero no la democracia en
sí como sistema político, pues aún el 57.6% la valora como alternativa.
Los estudiantes manifiestan claramente la necesidad de tomar más
en cuenta la opinión de las personas, mostrando que las iniciativas
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Ana Castro Ríos, Eugenio Saavedra Guajardo
de los ciudadanos deben ser el principal motor de nuestra sociedad,
estando altamente de acuerdo con esta opción en un 45,3%, seguida
por medianamente de acuerdo con un 43,0%. Por otro lado, el 64,8%
manifiesta no estar inscrito en los sistemas electorales, ratificando
la desafección al sistema político. Es importante señalar que en la
medición de 2010 de este grupo, no han cambiado significativamente
estas evaluaciones en torno al tema político. Será bastante interesante
conocer la próxima evaluación en estas áreas, a propósito del
movimiento estudiantil iniciado el año 2011.
Adela Cortina hace referencia a la necesidad de que la ciudadanía se
comprometa en la cosa pública, con el fin de hacer frente al individualismo
promovido por el modelo económico. Hace hincapié en que tanto “el
reconocimiento de la sociedad hacia sus miembros, como la consecuente
adhesión por parte de éstos a los proyectos comunes son dos caras de
una misma moneda que componen ese concepto de ciudadanía que
constituye la razón de ser de la civilidad” (Cortina, 2001: 25).
En esa medida es importantísimo reforzar en los individuos su
sentido de pertenencia a una comunidad. Hay, en este sentido, una
revisión de los valores y la necesidad de formar, educar en los jóvenes,
una visión y un sentido de sociedad amplia, en el que identifiquen temas,
áreas, problemáticas, esfuerzos, que los movilicen a sentirse ciudadanos
activos, participantes, no sólo de su comunidad más estrecha, sino de
temas universales por los cuales trabajar, de tal manera que puedan ir
construyendo escenarios comunes más que particulares a una realidad
específica (sin renunciar por cierto a éstos).
Como nos indica Norbert Lechner (2002) es necesario reconstruir
los mapas para acompañar las transformaciones de la política. Según
el autor, es necesario redefinir nuestras claves de interpretación y para
ello propone considerar tres elementos:
a) Redimensionamiento de las escalas: en la actualidad funcionamos
con mapas de escala grande que nos impiden establecer con claridad
300
Katharsis
Los jóvenes universitarios y las contradicciones en el ejercicio de ciudadanía
puntos significativos. De esta forma es necesario establecer mapas
que permitan ver la complejidad y articular relaciones y acciones de
mediano y largo plazo.
b) Simbolización: el universo simbólico ha sido modificado por
los cambios a nivel societal; se ha producido una erosión de los
símbolos colectivos y por ello se hace necesario reconstruir los
sentidos colectivos.
c) Dimensión temporal: se ha modificado la noción de futuro. Se
trabaja sobre la base de la inmediatez, perdiendo entonces sentido
la perspectiva de futuro. Es necesario renovar las nociones de
tiempo y visualizar las formas emergentes de la democracia.
Es necesario que miremos entonces las necesidades existentes en
estos temas tan trascendentales, visualizando prioridades, diseñando
nuevas estructuras de funcionamiento, nuevos enfoques para los
problemas o áreas necesarias de abordar. En las universidades es
necesario discutir con los jóvenes en torno a sus representaciones
actuales sobre democracia y participación, pues, y especialmente, en
las profesiones que trabajan en directa relación con personas, ellos
también son agentes de discusión y formación a través de su labor
profesional.
En esta misma línea de reflexión, Viviane Brachet-Márquez (2001)
nos indica que es necesario visualizar y considerar hoy una multiplicidad
de dimensiones, evoluciones y direcciones de la democracia, y no existen
modelos que den una respuesta actual a todos los elementos involucrados
en su estructura y ejercicio. Así como tampoco contamos con todos los
conocimientos necesarios para comprender los fenómenos actuales y
sus implicancias futuras con certeza. Será central trabajar desde cada
uno de los espacios en que desarrollemos actividades profesionales y de
formación, buscando respuestas para que la ciudadanía se exprese con
mayor claridad y fuerza en los temas de interés común.
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301
Ana Castro Ríos, Eugenio Saavedra Guajardo
Para Manuel Antonio Garretón (2001) se hace necesario reconstruir
la polis y los sistemas políticos y articular una nueva forma de relación
entre Estado, política y actores sociales, pues es en el panorama de
los actores sociales, donde los cambios culturales y políticos, han
modificado sustancialmente su configuración.
En diferentes reflexiones aparece la misma necesidad de visualizar
las nuevas formas presentes y emergentes sobre el ejercicio de la
democracia, la política y el desarrollo de ciudadanía. Así también, la
discusión en el ámbito de las necesidades de los cambios curriculares,
acordes a las situaciones de formación en los contextos sociales cada
vez más complejos. Cada discusión con su especificidad, nos indica
cambios de escenarios y pocas claridades con las que manejarse y, por
cierto, la preocupación de hacerse cargo de las transformaciones.
Para la formación de los jóvenes estas discusiones no deben realizarse
como si fueran esferas distintas, pues si bien contienen especificidades
necesarias, están íntimamente relacionadas. Abrir la mirada a nuevos
enfoques curriculares debe responder a los desafíos actuales y crecientes
demandas futuras, que permitan generar procesos de resignificación
de profesiones y desempeños. Las demandas actuales a la formación
universitaria, interpelan o debieran interpelar no solo los contenidos
pertinentes, sino también el tipo de profesionales que se requieren para
el futuro de las comunidades, del país, de la sociedad más amplia.
En esta medida, una propuesta curricular debe considerar una
visión prospectiva frente a los cambios, una visión dinámica que
implique flexibilidad organizativa, una necesaria redimensión de los
conceptos de tiempo y espacio, junto con el desarrollo de la creatividad,
el actuar independiente y colaborativo y la capacidad de generar nuevas
opciones. Pero todo ello no en función de contenidos abstractos sino
enraizados en una sociedad determinada, donde las profesiones, a
través de los que las ejercen, como señaláramos anteriormente, tienen
responsabilidades sociales que deberán cumplir y les serán exigidas.
302
Katharsis
Los jóvenes universitarios y las contradicciones en el ejercicio de ciudadanía
Para los jóvenes, la motivación por sus convicciones será esencial
para realizar las acciones contempladas en su quehacer. La formación,
no solo dada por los contenidos específicos sino por los contextos y
sentidos, permitirá fortalecer espacios de participación en proyectos
comunes, de manera que la participación se vuelva significativa para
éstos.
Formación profesional y formación en ciudadanía
Para Cortina (2001), una de las tareas de la sociedad civil responsable
es exigir a cuantas actividades sociales se desarrollen en una
comunidad, lo hagan de acuerdo a los bienes internos que les prestan
sentido y legitimidad social. En este sentido, si no existe crítica desde
dentro de las profesiones, si los profesionales no hacen uso público
crítico de su razón, las exigencias mutuas no tendrán los resultados
positivos necesarios para que una sociedad se fortalezca y crezca.
Se requiere educar en valores cívicos, es central asumir que son
fundamentales los valores como la libertad, la igualdad, la solidaridad,
el respeto activo y la capacidad de diálogo. Todos estos valores deberán
estar presentes en cualquier centro público o privado de educación, ya
que ello permitirá formar a generaciones de ciudadanos en sintonía con
los procesos políticos y sociales de su comunidad. Pero para esto será
importante que una sociedad se ponga de acuerdo en lo que entenderá
por cada valor.
La sociedad que hoy exige cada vez más actuaciones adecuadas a
los profesionales, espera de estos comportamientos de ciudadanos
proactivos, donde valores como los siguientes sean parte de su ser
profesional:
•
democracia
•
respeto a los derechos humanos
•
tolerancia
•
solidaridad
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Ana Castro Ríos, Eugenio Saavedra Guajardo
•
crítica
•
capacidad interdisciplinaria
Elementos que se unen en el sentido de que las personas son iguales
en dignidad.
Valor que las sociedades hoy en día, bajo el modelo económico
único, no siempre están dispuestas a defender a través de sus leyes
y procedimientos. Nuevamente educar en solidaridad podría darnos
luces en torno a este valor. Otros valores, que deben formar parte activa
de la formación de nuestros profesionales son:
•
El respeto activo, que en la educación y en el ejercicio de la
democracia corresponde al cultivo de la tolerancia. Pero no
entendida en el sentido de “dejar hacer” como desinterés, sino en la
distinción del interés positivo por comprender las posiciones de los
otros y entrar en diálogo.
•
El diálogo, valor entendido como la búsqueda cooperativa de lo
verdadero y lo justo; de esta manera quienes entran en diálogo
han decidido no ser meros espectadores, sino protagonistas de una
tarea compartida. Un diálogo serio se entiende como aquel en el que
participan los afectados o sus representantes, en el caso de no poder
estar presentes; al que se ingresa estando dispuesto a escuchar al
otro, convencido de que tiene algo que aportar; que se define como
bilateral, la idea no es “convencer” al otro desde mi verdad, sino
dialogar con el otro; en que “se ponen sobre la mesa” argumentos,
de tal manera que mantengan mis ideas o puedan convencerme las
ideas del otro; en que preocupa “entenderse” con el otro, no para
llegar al total acuerdo necesariamente, sino para descubrir puntos
en común y puntos discordantes más concretos; en que la decisión
final tome en cuenta a todos los involucrados y pueda revisarse si
así no lo ha hecho.
Es en esa medida y a propósito de la complejidad que requiere la
formación universitaria hoy, que mantener separadas las competencias
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Katharsis
Los jóvenes universitarios y las contradicciones en el ejercicio de ciudadanía
del ser, del saber y del saber hacer, se hace prácticamente imposible y sin
sentido. La formación ejercida por las diferentes instituciones formativas
pueden interpretarse en forma doble: en ocasiones como de proceso de
inducción social o integración al sistema sociocultural dominante, y en
otras como de liberación y de crecimiento personal y colectivo, en relación
a los cambios sociales, políticos o culturales orientados al progreso de
las libertades, los derechos y las responsabilidades. Es decir, procesos
centrados en la crítica, la participación y el control del poder por parte de
los ciudadanos, como se revisó anteriormente, y los propios estudiantes
nos reflejan en las preguntas que tienen que ver con las Actitudes Sociales
y Políticas de la encuesta del proyecto de investigación Jóvenes, cultura y
religión, de la Universidad Católica del Maule.
Metodología
La investigación presentada es un estudio de carácter longitudinal,
que se ha planteado como objetivo central evaluar los procesos de
cambio y/o estabilidad que experimentan los jóvenes a través de
su experiencia universitaria en el plano de los sistemas de valores y
creencias, identidad social y religiosa, actitudes sociales y políticas,
consumo cultural, prácticas sociales y religiosas, autoconcepto, así
como su visión acerca de la universidad y de la formación universitaria
recibida en general.
El estudio contempla la medición de los estudiantes de ingreso 2008,
a través de una encuesta aplicada en todas las carreras que imparte la
universidad, tanto en la sede central de Talca, como en Curicó. La cohorte
ha sido encuestada tres veces, el mismo año de ingreso, los años 2010,
2012 y se espera una medición en el 2014 como forma de seguimiento.
El instrumento consta de 94 preguntas y es contestado por los
estudiantes en formato papel en una sala de clases, convocados por
las Escuelas a las que pertenecen. Una vez aplicado, los ayudantes de
investigación construyen las bases de datos que posteriormente son
sometidas al análisis a través del programa SPSS.
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En esta ocasión, se presentan algunas comparaciones descriptivas
de dos aplicaciones del instrumento.
Qué nos dicen los datos
Como se mencionó anteriormente, los datos corresponden a las
aplicaciones 2008 (833 estudiantes) y 2010 (473 estudiantes). Del total
de 94 preguntas que considera el instrumento de la investigación, 10
están referidas a actitudes sociales y políticas:
•
2 sobre el sistema democrático.
•
1 sobre instituciones y grado de confianza.
•
4 sobre la evaluación del país: patriotismo, seguridad, gobierno,
inmigrantes, futuro.
•
3 sobre objetivos del país y ciudadanía.
En relación a la Valoración de la democracia como sistema de
Gobierno.
Los jóvenes encuestados en la UCM, manifiestan una clara
preferencia por un sistema político democrático, en contraposición al
autoritarismo, a la vez que es una minoría la que se inclina por una
posición neutral, en donde el sistema político social les es indiferente.
Tabla 1: sistema de gobierno
Sistema
Preferencia por la democracia
Preferencia por el autoritarismo
2008
69,5%
25,1%
2010
76,7%
20,0%
Fuente: Elaboración propia
Confianza en las Instituciones y Actores Sociales.
Los estudiantes en forma global manifiestan una baja confianza
en las instituciones y actores sociales indicados en la pregunta, al
desagregar los resultados se pude apreciar la distribución porcentual
de las opciones, las que se presentan de la siguiente manera:
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Katharsis
Los jóvenes universitarios y las contradicciones en el ejercicio de ciudadanía
Tabla 2: confianza en las instituciones
“Nada de confianza en”:
2008
2010
Parlamento
31,2%
22,8%
Partidos políticos
41,1%
31,3%
Gobierno
17,6%
16,5%
Presidente
16,6%
26,0%
Empresarios
23,6%
27,3%
Iglesia Católica
12,5%
22,8%
Tribunales de Justicia
21,2%
16,7%
Carabineros
8,2%
7,0%
Policía de Investigaciones
8,9%
6,6%
Colegios, escuelas
3,4%
3,2%
Universidades
1,8%
2,7%
Medios de Comunicación
8,3%
7,4%
Profesores del sistema escolar
3,0%
5,7%
Fuente: Elaboración propia
Como se puede observar, la figura del presidente ha aumentado en
desconfianza y tiene baja credibilidad para los jóvenes, así como el
sector de los empresarios, que es el sector de donde proviene el actual
presidente Piñera.
Sin duda, el sector que más cae en confianza para los estudiantes
es la Iglesia, creemos que a propósito de todos los casos de abusos
denunciados, tanto en Chile como en otros países.
Llama la atención que las cifras respecto a los partidos políticos y
su estructura, muestren un aumento de confianza en los jóvenes en
la segunda muestra. ¿Se deberá a un aumento en el interés político?,
¿a una mejor disposición o mayor información sobre sus acciones?
Deberemos esperar a la tercera aplicación de la encuesta para ver
tendencias más claras.
Objetivos más importantes para el país y ciudadanía
Cuando se consulta a los jóvenes acerca de su percepción de país,
observamos algunas variaciones entre ambas muestras. A saber, en
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una escala de 1 a 7, siendo 1 total desacuerdo y 7 total acuerdo, se señala
frente a las afirmaciones:
Tabla 3: imagen de país.
Afirmación
2008 2010
Estoy orgulloso de ser chileno
5,75
6,03
Chile debiera ser un país económicamente dominante en América Latina 5,66
5,54
Este país tendría muchos menos problemas si se fortaleciera la familia 5,79
5,99
Las autoridades debieran preocuparse de hacer de Chile un país seguro 6,61
6,46
Los gobiernos deben ocupar mano dura cada vez que hay dificultades 5,46
4,88
Los inmigrantes le están quitando el puesto de trabajo a los chilenos
4,21
que lo necesitan
3,52
En este país se le ha dado demasiada importancia al tema de la
3,69
desigualdad social
3,22
Es esencial que este país le asegure una igualdad de oportunidades
6,28
a todos los grupos
6,13
Fuente: Elaboración propia
Llama la atención que temas de familia, seguridad y patriotismo
obtienen promedios altos, manifestando acuerdo con aquellos ámbitos.
En tanto los temas relacionados con desigualdad o discriminación
obtienen promedios bajos, manifestando desacuerdo.
Al consultar en relación a los objetivos que debe perseguir el país, en
la muestra 2008 un 47,8% se inclina como primera prioridad el “nivel
económico”, en tanto en la muestra 2010 la prioridad se centra en “la opinión
de las personas” con un 50,5%, señalando un claro giro en las prioridades.
Tanto en la muestra 2008, como en la 2010, otros objetivos de
importancia que aparecen son “participación de ciudadanos” con un
34,4% y 45,2% respectivamente, y el objetivo de “una sociedad más
humana”, con 36,2% y 35,8% en las dos muestras.
Por su parte, al preguntar en torno a si la “ciudadanía debe ser el
motor de la sociedad”, manifiestan un total acuerdo el año 2008 un
22,0%, en tanto que en el 2010 esto sube al 28,1%. Del mismo modo
aumenta la percepción de que debe existir un rol más protagónico del
Estado por sobre los privados. Podemos observar un leve cambio de
percepción y el deseo de asumir roles más activos.
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Katharsis
Los jóvenes universitarios y las contradicciones en el ejercicio de ciudadanía
Algunas conclusiones
Especialmente, a partir del movimiento estudiantil que se vivió en
el año 2011 en nuestro país, aparece la misma necesidad de visualizar
las nuevas formas presentes y emergentes sobre el ejercicio de la
democracia, la política y el desarrollo de ciudadanía. Las universidades
han estado en el centro de discusiones en estos sentidos, así como el de
la calidad de la educación.
Para la formación de los jóvenes estas discusiones no deben realizarse
como si fueran esferas distintas, pues si bien contienen especificidades
necesarias, están íntimamente relacionadas. Abrir la mirada a nuevos
enfoques curriculares debe responder a los desafíos actuales y crecientes
demandas futuras, que permitan generar procesos de resignificación
de profesiones y desempeños. Las demandas actuales a la formación
universitaria, interpelan o debieran interpelar no solo los contenidos
pertinentes, sino también el tipo de profesionales que se requieren para
el futuro de las comunidades, del país, de la sociedad más amplia.
En esta medida, una propuesta curricular debe considerar una visión
prospectiva frente a los cambios, una visión dinámica que implique
flexibilidad organizativa, una necesaria redimensión de los conceptos
de tiempo y espacio, junto con el desarrollo de la creatividad, el actuar
independiente y colaborativo y la capacidad de generar nuevas opciones.
Pero todo ello no en función de contenidos abstractos sino enraizados
en una sociedad determinada, donde las profesiones a través de los que
las ejercen, tienen responsabilidades sociales que deberán cumplir y
les serán exigidas por toda la ciudadanía.
El complejo ejercicio de la ciudadanía en períodos de cambios de
escenarios, no solo es una situación que represente tensión para los
jóvenes que hoy se forman en espacios universitarios, también, sin
duda, dado su estado de formación, establece cierto dinamismo que
exige criticidad y apuestas que perfilen mejores y mayores espacios de
construcción conjunta en democracia.
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Ana Castro Ríos, Eugenio Saavedra Guajardo
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intento de teorización. En Viviane Brachet-Márquez(Coordinadora) Entre Polis y
Mercado. México: El Colegio de México.
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la docencia universitaria. Santiago: Colección Gestión Universitaria.
Cortina, Adela (2001). Ciudadanos del mundo. Hacia una teoría de la ciudadanía. Madrid:
Alianza.
Crovetto, Enzo y Peredo, Hernán (2000). Competencias del ser. Expresión valorativa de
la formación profesional. En CINDA Las nuevas demandas del desempeño profesional y sus implicancias para la docencia universitaria. Santiago: Colección Gestión
Universitaria.
Cunill, Nuria (2002). Ciudadanía y participación. La necesidad de su reconceptualización.
En Revista del Doctorado en el Estudio de las Sociedades Latinoamericanas. Santiago,
1er. Semestre: Universidad Arcis.
Garretón, Manuel Antonio (2001). Situación actual y nuevas cuestiones de la democratización política en América Latina. En Viviane Brachet-Márquez (Coordinadora) Entre
Polis y Mercado. México: El Colegio de México.
Gómez, Juan Carlos. Ensayos políticos ciudadanos. Documento en revisión, 2002.
Lechner, Norbert (2002). La erosión de los mapas mentales. En Las sombras del mañana. La
dimensión subjetiva de la política. Santiago: Ed. LOM.
Sandoval, Mario (2002). Jóvenes del siglo XXI. Sujetos y actores en una sociedad en cambio.
Santiago: Colección Monografías y Textos: Ediciones UCSH.
310
Katharsis
INSTRUCTIVO PARA COLABORADORES
Katharsis, publicación indexada en categoría C Publindex-Colciencias, es la revista
editada por la Facultad de Ciencias Sociales de la Institución Universitaria de Envigado,
cuya publicación es semestral. Desde su primera edición, en 1998, tiene como objetivo
divulgar las producciones propias de las ciencias sociales, y las de cualquier campo
donde la razón y la sensibilidad se expresen, con el ánimo de develar las múltiples
facetas del devenir humano.
En la actualidad, a partir de la reaparición de su publicación en el año 2008, se tienen
además, como objetivos complementarios, divulgar y promocionar la producción
académica e investigativa en torno a la reflexión de los diversos problemas y fenómenos
socioculturales, decisivos para la consolidación del desarrollo científico y humanístico
en nuestro medio.
Pautas editoriales y formales
1). Las colaboraciones que no cumplan con los requisitos aquí expuestos serán
devueltas sin someterse a evaluación.
2). Las contribuciones presentadas deberán ser inéditas y no podrán presentarse
simultáneamente a evaluación en otra publicación.
3). Los artículos no excederán las 20 páginas tamaño carta, y deberán escribirse
en fuente Arial de 12 puntos, a espacio interlineado de 1,5. Los artículos
podrán presentarse en cualquier formato de Word.
4). Toda colaboración incluirá el nombre del autor, alineado a la derecha,
indicando, a pie de página con asterisco, una breve reseña del currículo
académico. Esta reseña no excederá las 60 palabras y estará acompañada del
correo electrónico del autor.
5). En otro pie de página se aclarará, en caso de corresponder a estas categorías,
si el artículo es resultado de un proyecto de investigación en curso o terminado
y si es un trabajo presentado en un evento.
6). El título deberá contener 12 palabras como máximo. Si tiende a excederse, se
puede enunciar un subtítulo.
7). El artículo presentará un resumen en fuente Arial de 10 puntos, compuesto de
un máximo de 150 palabras.
8). Al resumen le seguirá un conjunto de entre 5 y 8 palabras clave.
9). La primera línea, de todos los párrafos, debe ser indentada con una tabulación
de 1 cm. La indentación debe hacerse con la opción automática de “Sangía
francesa”, que aparece en el menú formato o en el menú de diseño de párrafo
del procesador de texto Word.
10). El texto se escribirá en tercera persona del impersonal “se”, en lugar de las
terminaciones en “amos”, “emos”, “íamos”, etc. Con el fin de asumir la posición
de un sujeto tácito, que no sea generalizada ni parcializada.
11). El artículo estará escrito con una ortografía y gramática correctas; si son
necesarias correcciones, la revista podrá proponerlas. En caso de que éstas se
sugieran, el articulista tendrá una semana más para integrarlas.
12). La Revista Katharsis acoge la norma APA (American Psychological
Association), según el modelo de citación intratextual:
— Dentro del párrafo aparece:
(Lacan, 1992, p. 90)
— En la referencia al final:
Lacan, J. (1992). El reverso del psicoanálisis. Barcelona: Paidós.
13).La Revista Katharsis recibirá los siguientes tipos de colaboraciones
siguiendo los criterios de PUBLINDEX:
Artículos de investigación: documentos que presentan de manera
detallada, los resultados originales de proyectos terminados de investigación.
La estructura generalmente utilizada contiene cuatro apartes importantes:
introducción, metodología, resultados y conclusiones.
Artículos de reflexión: documentos que presentan resultados de
investigación desde una perspectiva analítica, interpretativa o crítica del
autor, sobre un tema específico, recurriendo a fuentes originales.
Artículos de revisión: documentos resultado de una investigación en la
que se analizan, sistematizan e integran los resultados de investigaciones
publicadas o no publicadas, con el fin de dar cuenta de los avances y las
tendencias de desarrollo. Se caracteriza por presentar una cuidadosa revisión
bibliográfica de por lo menos 50 referencias.
Artículos cortos: documentos breves que presentan resultados originales
preliminares o parciales de una investigación científica o tecnológica, que por
lo general requieren de una pronta difusión.
Reportes de caso: documentos en los que se dan a conocer los resultados
de un estudio (las experiencias técnicas y metodológicas) de un(os) caso(s) en
particular.
Revisiones de tema: documentos resultado de la revisión crítica de la
literatura sobre un tema en particular.
Traducciones. Traducciones de textos clásicos o de actualidad o
transcripciones de documentos históricos o de interés particular en el dominio
de publicación de la revista.
Cartas al editor: posiciones críticas, analíticas o interpretativas sobre
los documentos publicados en la revista, que a juicio del Comité editorial
constituyen un aporte importante a la discusión del tema por parte de la
comunidad científica de referencia.
Documentos de reflexión no derivado de investigación.
Reseña bibliográfica.
14). Los artículos se recibirán dos veces al año, de acuerdo al cronograma
institucional.
15). Los artículos serán revisados por pares evaluadores internos o externos a la
IUE, para sugerir precisiones y definir si se aprueba su publicación.
16). Las opiniones y conceptos de los artículos divulgados en la Revista son de
exclusiva responsabilidad del autor y, por ello, deberá diligenciarse el formato
de autorización para su publicación.
17). El autor recibirá dos (2) ejemplares de la Revista en la que aparezca su
contribución.
18). Las colaboraciones se enviarán a las siguientes direcciones electrónicas:
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No. 15 enero-junio 2013
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