Segunda fase - Horarios de los centros asociados de la uned

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Actividad de evaluación continua 2:
Asimilación del estereotipo del adulto mayor
ACTIVIDAD DE EVALUACIÓN CONTINUA 2
Asimilación del estereotipo del adulto mayor
Capítulo 7 del Cuaderno de Investigación en Psicología Social
Esta actividad práctica tiene como objetivo general la lectura y comprensión de un
artículo de investigación de Psicología Social. Adquirir esta competencia es importante
para los alumnos, ya que los futuros graduados deberán realizar este tipo de tareas de
cara a la actualización de conocimientos adquiridos en el grado en Psicología.
El artículo objeto de esta actividad es el titulado Attributions of competence mediate
the behaviors of caregivers and older adults. Este artículo recoge un estudio en el que
se pone en relación la conducta observada, tanto en cuidadores como en adultos
mayores, con estructuras cognitivas, concretamente estereotipos. Dado que el artículo
ha sido publicado en inglés, se proporciona a los alumnos un resumen del mismo en
castellano, aunque es necesario señalar que este resumen no sustituirá la lectura del
artículo original.
Un segundo objetivo, ligado al anterior, es relacionar los resultados de la investigación
con otros temas que aparecen en el manual de la asignatura y en los capítulos del
Cuaderno de Investigación que son materia de examen para este curso. Por ello, será
conveniente haber estudiado, al menos, hasta el Capítulo 12 del manual y capítulo7
del cuaderno de investigación. Para la realización de esta actividad es especialmente
relevante la lectura del Capítulo 7 del Cuaderno de Investigación: “Influencia de los
estereotipos asociados a la edad en la salud de los adultos mayores”.
INSTRUCCIONES PARA LOS ALUMNOS
Lea detenidamente las indicaciones que se ofrecen en este documento y el
resumen del trabajo de investigación que aparece a continuación. Una vez hecho esto,
conteste las preguntas, en el documento “Plantilla de Respuestas”.
Esta actividad práctica será corregida por el tutor virtual asignado por su Centro
Asociado. Una vez contestadas las preguntas, el documento “Plantilla de Respuestas”
debe subirse al curso virtual, en formato Word o PDF, en el espacio denominado
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Asimilación del estereotipo del adulto mayor
“Entrega de trabajos”, desde el cual el tutor virtual y el equipo docente tienen acceso a
él. No se debe entregar en mano ni por correo electrónico el trabajo. La calificación
también estará disponible en su momento en la plataforma virtual, dentro del apartado
“Calificaciones”.
EL PLAZO DE ENTREGA DE ESTA PEC FINALIZA EL DÍA 25 DE ABRIL
a las 20:00, hora peninsular y balear (19:00, hora canaria).
Introducción
En su estudio sobre la influencia de los estereotipos en la conducta de
profesionales de atención a adultos mayores y de adultos mayores institucionalizados,
Bustillos y Fernández-Ballesteros (2013) encuentran, en distintas instituciones, una
relación entre el comportamiento que exhiben los profesionales y la conducta que se
observa en las personas mayores. Sin embargo, el resultado más importante
encontrado en esta investigación es que la percepción del estereotipo cultural de las
personas mayores por parte de los profesionales también se encuentra relacionada
con la conducta que se observa en los adultos institucionalizados. A continuación
aparece un resumen del mencionado artículo.
La atribución de competencia media la conducta entre cuidadores y adultos
mayores
Antonio Bustillos López y Rocío Fernández-Ballesteros.
La influencia de los estereotipos relativos al envejecimiento sobre la salud ha sido
establecida en la Dirección Prioritaria 3 del II Plan Internacional de Acción sobre
Envejecimiento de Naciones Unidas (ONU, 2002), considerándose una condición
determinante para el correcto cuidado de las personas mayores. En el caso del
personal de atención a mayores, la OMS resalta también la importancia de
promocionar, tanto entre profesionales de la salud como en cuidadores de personas
mayores, imágenes realistas asociadas al envejecimiento que no se basen en
estereotipos asociados a la edad y al proceso de envejecimiento, ya que éstos
mantienen un valor patogénico sobre la salud de los adultos mayores (OMS, 1989,
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2002).
Uno de los modelos sobre estereotipos que más investigación han generado ha
sido el modelo del contenido del estereotipo. Dentro de este modelo, las creencias
estereotipadas son agrupadas en torno a dos dimensiones: 1) competencia,
compuesta por características asociadas a la inteligencia y las habilidades para
alcanzar metas; y 2) cordialidad, en la que se agruparían aquellos rasgos relacionados
con la simpatía, sensibilidad o amistad.
En el caso de los estereotipos sobre envejecimiento y vejez, el modelo predice que
las personas mayores recibirán bajas puntuaciones en la dimensión de competencia, y
altas en la de cordialidad (como las personas con discapacidad o las amas de casa),
por lo que generarán sentimientos de compasión o empatía, produciéndose lo que
Fiske y sus colaboradores denominan prejuicio paternalista. Este tipo de prejuicio se
caracteriza por intentos de sobreprotección y una mayor frecuencia de conductas de
ayuda por parte de miembros de otros grupos.
La presente investigación
El objetivo principal se centra en determinar si los estereotipos que los
profesionales de atención a personas mayores perciben como culturalmente
asignados a la vejez inciden en la conducta que muestran estos profesionales, ya que
la investigación ha demostrado de forma consistente que la activación automática de
estereotipos relativos al envejecimiento promueve cambios conductuales en los
individuos (Bargh, Chen y Burrows, 1996). Un segundo objetivo es demostrar que
estos estereotipos ejercen su influencia en la conducta que muestran los propios
mayores atendidos. La importancia de esto reside en el supuesto de que los mayores
asimilan el estereotipo cultural, mostrando una mayor frecuencia de conductas
incluidas en ese estereotipo. Este supuesto se ha planteado en los estudios de Levy y
colaboradores (2002) sobre una mayor longevidad y una mejor salud en aquellos
individuos con un autoestereotipo más positivo sobre su envejecimiento, y viceversa.
Con estos planteamientos, se desarrolló una investigación en dos fases. La primera
se centró en comprobar si los profesionales de atención a mayores perciben que en su
cultura existe el estereotipo del grupo que se predice en el modelo del contenido del
estereotipo (Cuddy et al., 2005; Fiske et al., 2002). En la segunda fase, realizada diez
meses después, se intentó determinar si la conducta que exhiben estos profesionales
es congruente con el estereotipo cultural del grupo de adultos mayores, y si se
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relaciona con la propia conducta que desarrollan los mayores.
Primera fase
Materiales y Método
Tomaron parte en esta fase un total de 74 profesionales y cuidadores de mayores
(71% mujeres), con edades comprendidas entre los 20 y los 68 años (M = 39.35, DT =
12.83), procedentes de una muestra de 149 profesionales de doce centros para
mayores en seis localidades diferentes pertenecientes al Estado de Colima, (México).
Se aplicó el cuestionario autoadministrado del modelo del contenido del estereotipo
(Fiske et al., 2002), en dos versiones, referidas al estereotipo cultural que se mantiene
en México hacia personas mayores y hacia personas jóvenes. A los participantes se
les indicó: En el siguiente cuestionario se encuentran una serie de características que
definen a las personas. No estamos interesados en su opinión personal, sino en qué
medida cree que en México esas características definen al grupo de jóvenes y de
adultos mayores.
El formato de respuesta fue de tipo Likert de 1 (No los describe en absoluto) a 7
(Los describe perfectamente). Adicionalmente, se calculó una tasa potencial de
contacto entre profesionales y mayores obtenida como producto de dividir el número
de profesionales por centro entre el número de mayores atendidos.
Resultados
Los resultados indicaron que el modelo del contenido del estereotipo sobre grupos
de edad se replicaba en muestras mexicanas. Tal como lo perciben los profesionales,
a las personas mayores se les atribuyen más niveles de cordialidad que de
competencia, mientras que a los jóvenes se les atribuyen mayores niveles de
competencia que de cordialidad (ver Figura 1).
No se encontraron efectos estadísticamente significativos de la tasa de contacto
potencial, de la población donde se encontraban los centros, ni del tipo de financiación
que recibían (privada, pública o mixta). En otras palabras, estas variables no alteraban
la percepción del estereotipo de personas jóvenes y adultos mayores en la muestra
analizada.
Actividad de evaluación continua 2:
Asimilación del estereotipo del adulto mayor
Figura 1. Medias de competencia y cordialidad para jóvenes y adultos mayores
7
Adultos mayores
6
Jóvenes
5.60
4.94
5
4.85
4.23
4
3
2
1
Competencia
Cordialidad
Conclusiones
Los resultados de nuestra primera fase de investigación confirman que los
profesionales dedicados a la atención a personas mayores perciben unos estereotipos
sobre los mayores congruentes con un prejuicio paternalista hacia este grupo de edad
que no perciben hacia los jóvenes. La percepción de estas creencias, que se pueden
asociar al prejuicio paternalista, no se vio afectada por el lugar en el que el centro
estaba situado, la financiación recibida o la tasa potencial de contacto con mayores;
todo ello apoya que, tal como lo ven los profesionales, existe la creencia compartida
de atribuir a las personas mayores altos niveles de afectividad y bajos niveles de
competencia, patrón que se invierte en el grupo de jóvenes, replicando los datos
obtenidos en otros países (Cuddy et al., 2005).
Segunda fase
En base a estos resultados se desarrolló una segunda fase de investigación en la
que el primer objetivo fue comprobar si el comportamiento de los profesionales de
atención a mayores se relaciona con los estereotipos culturales que perciben sobre las
personas de dicho grupo, percepción que había sido evaluada en la fase previa. En
segundo lugar, y mucho más importante, se pretendía comprobar si la conducta que
desarrollan los mayores en los centros se encuentra asociada a esa percepción que
los profesionales de atención tienen del estereotipo cultural que existe en México
sobre el grupo de mayores.
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Materiales y método
La muestra estuvo compuesta por ocho centros de atención a personas mayores
situados en el estado de Colima (México), evaluados en la fase previa, seleccionados
de diferentes localidades, con distintas fuentes de financiación, y un número de
usuarios/profesionales diverso. A pesar de que el observador no conocía las
puntuaciones concretas de los centros en competencia y cordialidad, para evitar de
una forma más clara el efecto de expectativas del observador, se decidió realizar una
selección aleatoria de ocho centros de la muestra total. De esta manera, dispusimos
de un control adicional sobre este efecto.
El observador administró dos subescalas de la Escala de Valoración (EV) del SERA
(Fernández-Ballesteros, 1996):
Funcionamiento de los residentes. Esta subescala cuenta con 5 dimensiones: Aseo
personal, Estado de la ropa, Interacción de los residentes, Intercambios verbales
breves y Nivel general de actividad (por ejemplo: “¿Los usuarios se encuentran sucios
o descuidados?”; “¿Cuál es el nivel de interacción de los usuarios?).
Funcionamiento del personal. Cuenta con 5 variables de las que se emplearon las
cuatro
primeras:
Calidad
de
la
interacción,
Contacto
físico,
Organización,
Disponibilidad del personal hacia los residentes y Conflicto entre los miembros del
personal (por ejemplo, “¿Mantiene el personal contacto físico con los usuarios?”;
“¿Cuál es el grado de disponibilidad del personal para con los usuarios?”).
Estas evaluaciones se realizaron tras una observación de los centros de mayores,
llevada a cabo a lo largo de cinco días (2 horas por centro). Las dos subescalas
aparecieron en un formato tipo Likert de 4 puntos en una escala de 0 a 3: a mayor
puntuación, mayor calidad del aspecto evaluado. Ambas permiten la observación,
principalmente, de conductas no verbales en contextos naturales.
Resultados
Se promediaron las puntuaciones de las escalas de funcionamiento del personal y
funcionamiento de los residentes, y posteriormente se realizaron análisis de
correlación de Pearson. Este análisis reveló, en primer lugar, que el funcionamiento de
los residentes se relacionaba significativamente con el funcionamiento del personal de
atención de los centros evaluados (r = .76, p < .01). En otras palabras, cuanto mayor
era la calidad del funcionamiento de los profesionales, mayor era también la de los
mayores. Mucho más importante, fue encontrar relaciones estadísticamente
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significativas entre las variables consideradas en la primera fase (percepción de los
estereotipos culturales) y la segunda (conductas). Las dimensiones estereotípicas de
competencia y cordialidad atribuidas a los mayores por parte de la sociedad mexicana,
según la percepción de los profesionales de los centros, se relacionan con la conducta
observada en esos mismos profesionales, así como en los adultos mayores dentro de
los centros evaluados (ver Tabla I). Sin embargo, las dimensiones estereotípicas de
competencia y cordialidad atribuidas al grupo de adultos jóvenes no mostraron
relaciones significativas con ninguna de estas dos medidas conductuales.
Tabla 1: Correlaciones de Pearson entre Funcionamiento de los Residentes,
Funcionamiento del Personal, y las dimensiones de competencia y cordialidad
referidas a adultos mayores y jóvenes.
Funcionamiento de
Funcionamiento del
los residentes
personal
Competencia adultos mayores
.44**
.69**
Cordialidad adultos mayores
.50**
.59**
Competencia adultos jóvenes
.08
-.08
Cordialidad adultos jóvenes
.21
.18
Nota: ** p < .01
Conclusiones
En nuestra segunda fase comprobamos cómo la conducta que desarrollan los
profesionales de atención a mayores en los centros donde desempeñan su profesión
se relaciona con la conducta que muestran los mayores en los centros evaluados.
Aunque mucho más importante es que la conducta observada entre los profesionales
de atención a mayores se encuentra relacionada con los estereotipos culturales que,
según ellos, la sociedad mexicana mantiene sobre los mayores. Finalmente,
encontramos que la propia conducta observada en los mayores muestra relaciones
con el grado de competencia y cordialidad que, a juicio de los profesionales, los
mexicanos atribuyen a su grupo de edad.
En otras palabras, una mejor calidad de la interacción por parte de los profesionales
de atención (mayor disponibilidad, mayor contacto físico del personal con los
residentes, etc.) está asociada a un mejor funcionamiento y un mayor nivel de
actividad general de los residentes en los centros evaluados (mejor aseo personal, una
mayor calidad de interacciones entre los residentes, un mayor número de
interacciones verbales entre los residentes). Además, esta relación positiva podría
depender parcialmente de la dimensión de competencia del modelo del contenido del
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estereotipo.
Por este motivo, se realizaron análisis en los que se controlaron los efectos de
ambas dimensiones del modelo del contenido del estereotipo en la relación encontrada
entre la conducta observada en los profesionales y los residentes. Los resultados
indican que es la dimensión de competencia percibida por los profesionales la que
potencia el mejor comportamiento observado en los residentes.
Es decir, en aquellos centros donde los profesionales perciben que la sociedad
mexicana asume mayores niveles de competencia en los adultos mayores, la
influencia positiva del comportamiento observado en los profesionales sobre el
comportamiento de los adultos mayores se ve potenciada.
La explicación de esta relación reside en que ambas dimensiones del modelo del
contenido del estereotipo se encuentran asociadas con distintos tipos de conductas.
Por un lado, mayores niveles de cordialidad percibida en los exogrupos se relacionan
con un mayor número de conductas de facilitación activa (ayuda). Por otro lado, la
dimensión competencia se relaciona con un mayor número de conductas de
facilitación pasiva (por ejemplo, cooperación o asociación). Es decir, los resultados nos
indican que en el nivel de las relaciones interpersonales la conducta de los
profesionales afecta a la que muestran los residentes, y al mismo tiempo la conducta
que muestran los residentes también se ve afectada por la percepción del estereotipo
cultural que mantienen los profesionales. Por lo que los centros donde se produzcan
un mayor número de conductas de facilitación pasivas, relacionadas con una
percepción
estereotípica
de
mayor
competencia,
serán
aquellos
donde
el
comportamiento evaluado en los mayores sea el más positivo (un mejor aseo personal,
un mayor número de interacciones entre residentes, etc.).
Discusión general
En nuestra primera fase observamos que los profesionales dedicados a la atención
a mayores confirman la existencia del estereotipo cultural obtenido también en otros
países, en el que se les atribuyen mayores niveles de cordialidad que de competencia.
Si asumen dicho estereotipo cultural, podrían reproducir un prejuicio paternalista hacia
este grupo de edad cuando se le compara con el grupo de jóvenes. Además, esa
percepción del estereotipo se produce sin que influyan la localidad en la que estos
profesionales trabajan, el tipo de financiación que reciben los centros o la ratio de
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profesionales/mayores atendidos en los centros.
Por otro lado, en la fase inicial de la investigación encontramos que la dimensión de
competencia dentro del modelo del contenido del estereotipo (Cuddy et al, 2005; Fiske
et al., 2002;) es la dimensión a través de la cual, según los profesionales de atención,
diferencian los mexicanos entre el grupo de jóvenes y de mayores, mientras que la
dimensión de cordialidad es similar para ambos grupos.
En la segunda fase, encontramos que la conducta observada en profesionales y
residentes se encuentra asociada, y que en los centros donde se observa un mejor
comportamiento en los profesionales, también se observa un mejor comportamiento en
los residentes. Aunque lo más importante fue encontrar que una dimensión del
estereotipo cultural, evaluada dentro del modelo del contenido del estereotipo,
potenciaba positivamente esta relación. Estos resultados son consistentes con la
investigación experimental en activación automática -subliminal o implícita- de
estereotipos relativos al envejecimiento (Levy y Myers, 2004; Levy et al., 2002, 2009),
donde se muestra que, cuando se expone a los mayores a estereotipos positivos de su
grupo, éstos muestran un mejor rendimiento en pruebas cognitivas y físicas que
cuando son expuestos a estereotipos negativos. La relación se basa en que la
presentación subliminal de estereotipos se encuentra al mismo nivel con el que se
trasmiten conductualmente los estereotipos culturales (Bargh y Williams, 2006),
positivos o negativos, a los propios mayores.
En el caso de la presente investigación, el propio personal de atención a adultos
mayores que, adicionalmente, pueden ser considerados como “expertos” en
envejecimiento, son los que pueden estar trasmitiendo un prejuicio paternalista a los
adultos mayores de los centros evaluados, por lo que el impacto de la transmisión de
estereotipos negativos, en este caso paternalistas, puede ser mucho mayor.
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