CA Rancagua rol 119-13 Bueba fe y falta de probidad

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ID 66935
Derecho del Trabajo - Corte de Apelaciones de Rancagua
Contrato de trabajo. Deber de actuar de buena fe. Obligaciones del trabajador. Actuar con
honradez e integridad. Falta de probidad. Gravedad no mide la existencia de perjuicios
patrimoniales
HECHOS
Demandante interpone recurso de nulidad contra la sentencia que rechazó demanda laboral sobre
despido injustificado. La Corte de Apelaciones rechaza el recurso de nulidad laboral deducido
ANTECEDENTES DEL FALLO
Recurso: Recurso de nulidad (rechazado)
Rol, fecha, corte: 119-2013, cuatro de diciembre de 2013, Corte de Apelaciones de Rancagua
Partes: Vidal Osorio Rigoberto Antonio con Ingeniería y Construcciones Mas Errázuriz S.A.
Ministros: Raúl Mera Muñoz, don Ricardo Pairican García y abogado integrante don José Irazábal
Herrera
Doctrina, bibliografía:
DOCTRINA
1.- Según el actor, no existía obligación expresa de comunicar que su cónyuge era socia de la
empresa proveedora de insumos, por tanto, al no existir la obligación de comunicar tal situación,
no existe un hecho o conducta indebida, lo que así decide el fallo al declarar injustificada la otra
causal de despido, sin embargo, tal como razona el juez en los apartados 22° a 27°, yerra el
recurrente en tal apreciación, desde que una cosa son las obligaciones que el contrato impone a
las partes y otra es el comportamiento que éstas deben observar en su cumplimiento,
específicamente el deber de actuar de buena fe, según lo establece el artículo 1545 del Código
Civil (Considerando sexto sentencia Corte de Apelaciones)
2.- El trabajador estaba obligado no solo a cumplir con las obligaciones que el contrato, el
reglamento interno o el contenido ético jurídico le imponían, sino que también le era exigible que
en su ejecución debía actuar con honradez, rectitud e integridad, lo que en la especie no ocurrió al
haber preterido la información que se reprocha, esto es, que uno de los proveedores de la
empresa, a la que en múltiples ocasiones sugirió la adquisición de insumos, pertenecía a su
cónyuge, en un 95 % del haber social (Considerando séptimo sentencia Corte de Apelaciones)
3.- La falta de probidad dice relación con la ausencia de rectitud en el actuar, con la carencia de
honestidad o la falta de corrección en el obrar, lo que quebranta la confianza que debe de existir
entre el empleador y su dependiente, en términos tales que torna imposible la recomposición del
vínculo laboral, luego, contrario a lo que alega el recurrente, la gravedad no mide la existencia de
perjuicios patrimoniales, basta comprobar la concurrencia de conductas de esa clase para la
aplicación de la causal, tal como refiere el motivo 25° del fallo en alzada (Considerando duodécimo
sentencia Corte de Apelaciones)
NORMA RELEVANTE CITADA
art. 1545 CC, art. 160 N°1, 477, 481, 482 C. Trabajo
Sentencia
Corte de Apelaciones
Rancagua, cuatro de diciembre de dos mil trece.
VISTOS:
Que el Juzgado de letras del Trabajo de Rancagua por sentencia de nueve de agosto pasado,
dictada en los autos Rit O–201–2013, rechazó la demanda por despido injustificado, deducida por
Rigoberto Antonio Vidal Osorio en contra de Ingeniería y Construcciones Mas Errázuriz S.A., sin
costas.
En contra del fallo la parte del actor dedujo recurso de nulidad, solicitó anular el fallo y dictar el de
remplazo que declare injustificado el despido y acoja la demanda, con costas.
Se realizó la audiencia de rigor y se escuchó alegato de los intervinientes.
CONSIDERANDO:
1.– Que el recurso invoca las causales del artículo 477 y, en subsidio, la del artículo 478 letra c),
ambas del Código del Trabajo;
2.– Que, en relación a la primera, el recurso acusa que el fallo infringe la norma del artículo 160 N°
1 letra a) del Código del Trabajo al aplicarla a un caso para el que no ha sido prevista. Sostiene que
esa aplicación indebida de la norma legal implica cometer un error en el proceso de subsunción, es
decir, se incurre en error al asumir que los hechos probados encajan en el supuesto legal
respectivo, sin embargo, explica el recurrente, no basta cualquier conducta carente de honestidad,
sino que, además, debe tratarse de una conducta indebida y de carácter grave, lo que no ocurre
en la especie, ya que la atribuida al actor no cumple esas exigencias;
3.– Que, en suma, se alega que la conducta por la que el actor fue despedido no constituye falta
de probidad, ya que no es indebida ni tiene el carácter de grave, por lo tanto, no satisface el tipo
normativo sancionatorio descrito en el artículo 160 N° 1, letra a) del Código del Trabajo, con lo
cual, al encuadrar la conducta en la hipótesis de la norma, se la infringe por falsa aplicación de ley;
4.– Que, en lo que atañe a la conducta imputada al trabajador, el fallo atacado dio por establecido,
en lo que interesa, que la cónyuge del actor es socia, con un 95% del aporte social, en una
sociedad que provee de insumos al empleador; que el demandante no comunicó a la empresa la
existencia de dicho vínculo; que el reclamante influía en las decisiones de compra de insumos al
sugerir que fueren adjudicadas a la empresa de su cónyuge; que esas recomendaciones, en
general, eran siempre aceptadas; y, que, en tales condiciones, existió un conflicto de intereses en
las compras sugeridas por el actor a la empresa de su mujer;
5.– Que, ahora bien, el recurso explica que esa conducta no es indebida, por no existir obligación
de comunicar el vínculo de parentesco, tampoco es grave por la inexistencia de perjuicio
económico y, el conflicto de intereses, en el caso actual, no constituye falta a la probidad, desde
que el actor no tenía obligación de informar dicho vínculo;
6.– Que, según el actor, no existía obligación expresa de comunicar que su cónyuge era socia de la
empresa proveedora de insumos, por tanto, al no existir la obligación de comunicar tal situación,
no existe un hecho o conducta indebida, lo que así decide el fallo al declarar injustificada la otra
causal de despido, sin embargo, tal como razona el juez en los apartados 22° a 27°, yerra el
recurrente en tal apreciación, desde que una cosa son las obligaciones que el contrato impone a
las partes y otra es el comportamiento que éstas deben observar en su cumplimiento,
específicamente el deber de actuar de buena fe, según lo establece el artículo 1545 del Código
Civil;
7.– Que, en efecto, el trabajador estaba obligado no solo a cumplir con las obligaciones que el
contrato, el reglamento interno o el contenido ético jurídico le imponían, sino que también le era
exigible que en su ejecución debía actuar con honradez, rectitud e integridad, lo que en la especie
no ocurrió al haber preterido la información que se reprocha, esto es, que uno de los proveedores
de la empresa, a la que en múltiples ocasiones sugirió la adquisición de insumos, pertenecía a su
cónyuge, en un 95 % del haber social;
8.– Que, entonces, la inexistencia de una obligación expresa en el contrato o en el reglamento
interno no justifica que el actor, de acuerdo a las normas éticas y morales, no haya informado a su
jefatura la existencia de ese vínculo, lo que era esperable y exigible, a fin de trasparentar, ante
compras sugeridas por él y la alta probabilidad de adjudicación a la empresa de su mujer, que su
empleador pudiera conocer y evaluar que su opinión técnica podía estar influenciada por
consideraciones ajenas al ejercicio de su cargo;
9.– Que, entonces, la conducta objeto de reproche, resulta indebida y, como sostiene el fallo en su
motivo 27°, transgrede la ética profesional y falta a la probidad, desde que se asienta en un actuar
poco honesto y reiterado en el tiempo, que atendido el nivel de supervisor de la empresa, el actor
debió haber comunicado a la superioridad, lo que no hizo;
10.– Que, por último, contrario al recurso, el fallo no emite pronunciamiento respecto a la causal
de incumplimiento grave de las obligaciones que impone el contrato, luego, no será oído el
reclamante a ese respecto;
11.– Que el recurrente alega, además, que la conducta del actor no sería grave, por no existir
perjuicio económico, sin embargo, la gravedad de la conducta, como sostiene el fallo, no apunta ni
se relaciona con esa exigencia, en la medida que los valores censurables no son económicos, sino
que se enderezan al obrar de buena fe, al comportarse como un trabajador probo con su
empleador, atendido el cargo que servía y el tiempo que ejecutó la conducta que se le critica;
12.– Que, en efecto, la falta de probidad dice relación con la ausencia de rectitud en el actuar, con
la carencia de honestidad o la falta de corrección en el obrar, lo que quebranta la confianza que
debe de existir entre el empleador y su dependiente, en términos tales que torna imposible la
recomposición del vínculo laboral, luego, contrario a lo que alega el recurrente, la gravedad no
mide la existencia de perjuicios patrimoniales, basta comprobar la concurrencia de conductas de
esa clase para la aplicación de la causal, tal como refiere el motivo 25° del fallo en alzada;
13.– Que, en tal escenario, el juez ha hecho una correcta aplicación del artículo 160 N° 1, letra a)
del Código del Trabajo, al subsumir en dicha hipótesis normativa los hechos que se dieron por
acreditados, de manera que la presente arista del recurso, no puede prosperar;
14.– Que, en lo que toca a la otra causal, deducida en subsidio, se pide la nulidad del fallo por la
errada calificación jurídica atribuida a los hechos establecidos, al considerarlos como graves;
15.– Que, explicando la causal, sostiene que el trabajador no estaba obligado a informar que su
mujer era socia de una empresa proveedora de la demandada, con lo cual no infringió el
contenido del contrato, tampoco causó perjuicios a su empleador y las funciones del cargo no le
permitían decidir respecto a las compras de la empresa. Añade que si la empresa quería evitar el
conflicto de intereses, bastaba que lo regulara y prohibiera, de modo que el despido resulta
desproporcionado;
16.– Que, respecto a la inexistencia de perjuicios y de la obligación de informar el parentesco, el
recurso reitera los argumentos traídos en la causal anterior, sin embargo, las mismas razones que
allí se tuvieron en consideración, ahora sirven para sustentar el rechazo de la causal, de manera
que tampoco puede prosperar;
17.– Que, si bien el actor no aprobaba las compras, lo cierto es que participaba activamente en la
sugerencia de adquisiciones de su área, siendo alta la probabilidad, como establece el fallo, que
fuesen adjudicadas a la empresa de su mujer, luego, no resulta efectivo, como sostiene el recurso,
que el actor no intervenía en las decisiones de compra, al contrario, se estableció que participaba
activamente al sugerir el proveedor y que generalmente su propuesta era aceptada, lo que resulta
bastante para desestimar esta arista del reproche, puesto que se pretende la alteración de un
hecho inmodificable en sede de nulidad, lo que no es posible al amparo de la causal invocada, de
manera que no existe error al efectuar la calificación jurídica de los hechos, con lo cual el recurso
tampoco puede prosperar; y,
18.– Que, por último, si bien la carta de despido no refiere daño alguno, cuestión que tampoco fue
materia del debate, la verdad es que la conducta que motiva el despido del actor, estiman estos
sentenciadores, no parece ajena ni distante a la producción de un daño patrimonial, toda vez que
existe un capital inmaterial, que es el prestigio de la empresa, obviamente en riesgo si se compra
regularmente a una determinada empresa, que pertenece casi por completo a la cónyuge de una
de las personas que interviene en la decisión de compra, con lo cual, tampoco resulta ser efectivo,
desde la perspectiva del recurso, la inexistencia de perjuicio material, luego, la conducta que se
reprocha, si se atiende al argumento del reclamo, también sería grave.
Por estas consideraciones, disposiciones legales citadas y lo dispuesto en los artículos 481 y 482
del Código del Trabajo, SE RECHAZA el recurso de nulidad deducido por la parte demandante en
contra de la sentencia de nueve de agosto pasado, dictada en los autos Rit 0–201–2013 del
Juzgado de Letras de Rancagua y, en consecuencia, dicha sentencia es válida.
Regístrese y comuníquese.
Redacción del Ministro señor Pairicán.
Rol 119–2013.–
Pronunciada por la Primera sala de esta Corte de Apelaciones, integrada por los Señores Ministros
titulares Raúl Mera Muñoz, don Ricardo Pairican García y abogado integrante don José Irazábal
Herrera.
Se deja constancia que no firma don Raúl Mera Muñoz, por encontrarse con permiso de
conformidad lo dispone el artículo 347 del Código Orgánico de Tribunales, sin perjuicio de haber
concurrido a las vista y fallo del acuerdo.
Paola González López
Secretaria
En Rancagua a cuatro de diciembre de dos mil trece, notifiqué por el estado diario la sentencia que
antecede.
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