2015 TRABAJOFINDEMÁSTER VALORACIÓNDELACONDICIÓNFÍSICAY EFICACIAENELGOLPEODELBALÓNEN FUTBOLISTASPRE‐ADOLESCENTES MÁSTER UNIVERSITARIO EN RENDIMIENTO FÍSICO Y DEPORTIVO. UNIVERSIDAD PABLO DE OLAVIDE ÍNDICE 1.- INTRODUCCIÓN………………………………………………………..Página 3 1.1.- Presentación del problema de investigación……………………..Página 3 1.2.- Justificación del estudio…………………………………………Página 4 1.3.- Estado de la cuestión…………………………...………………..Página 5 1.4.- Objetivos del estudio…………………………………………….Página 8 1.5.- Hipótesis justificadas……………………………………………Página 8 2.- MÉTODO…………………………………………………………………Página 9 2.1.- Muestra…………………………………………………………..Página 9 3.- PROCEDIMIENTOS, INSTRUMENTOS Y DISEÑO………………….Página 10 4.- RESULTADOS…………………………………………………………...Página 15 5.- DISCUSIÓN……………………………………………………………...Página 20 6.- CONCLUSIONES………………………………………………………..Página 22 7.- BIBLIOGRAFÍA…………………………………………………………Página 23 ÍNDICE DE TABLAS 1.- TABLA 1………………………………………………………………….Página 9 2.- TABLA 2………………………………………………………………….Página 15 3.- TABLA 3………………………………………………………………….Página 16 4.- TABLA 4………………………………………………………………….Página 17 5.- TABLA 5………………………………………………………………….Página 19 ÍNDICE DE FIGURAS 1.- FIGURA 1………………………………………………………………...Página 11 2.- FIGURA 2………………………………………………………………...Página 12 3.- FIGURA 3………………………………………………………………...Página 13 4.- FIGURA 4………………………………………………………………...Página 14 2 1. INTRODUCCIÓN 1.1.PRESENTACIÓN DEL PROBLEMA DE INVESTIGACIÓN. En el fútbol, la fuerza, la potencia y la resistencia son importantes para el rendimiento (Wisløff, Castagna, Helgerud, Jones & Hoff, 2004; Svensson & Drust, 2005), y deben ser cuantificadas en el entrenamiento. Las acciones decisivas del juego implican la realización de gestos explosivos, y uno de los objetivos del entrenamiento debe ser el aumento del rendimiento de estas acciones, para lo cual es necesario conocer el patrón de ejecución de las mismas (Juarez, Lopez de Subijana, Mallo & Navarro, 2011). El desarrollo de estas cualidades estaría íntimamente ligado al éxito en el alto nivel de este deporte (Secora, Latin, Berg & Noble, 2004; Brodt, Wagner & Heath, 2008). Bangsbo y col. (Bangsbo, Mohr & Krustrup, 2006), destacan la importancia que está teniendo actualmente el conocimiento científico en las planificaciones y ejecuciones de los entrenamientos. Los preparadores físicos y los científicos deportivos usan tests físicos de campo para medir el rendimiento actual de sus deportistas. En otros estudios se afirma que para la realización de estos tests físicos es necesaria la familiarización con las técnicas de los movimientos, ya que se puede comprometer la seguridad del deportista durante su ejecución así como los resultados obtenidos en los mismos (Vescovi & McGuigan, 2008). El desarrollo del talento en el fútbol es una cuestión pertinente en todo el mundo, ya que los clubes profesionales se esfuerzan para identificar y educar a los potenciales jugadores de élite (Williams & Reilly, 2000). Está extensamente acordado que una aproximación interdisciplinar entre los entrenadores y los científicos del deporte, incluidas las continuas evaluaciones de las competencias fisiológicas, psicológicas, biomecánicas y sociológicas, es necesario para detectar y monitorizar el desarrollo temprano de deportistas jóvenes (Anderson, Hopkins, Roberts & Pyne, 2008). Medidas correctamente, esas competencias pueden aportar una información importante a los entrenadores relativa a las capacidades actuales y potenciales de los jóvenes deportistas (Falk, Lidor, Lander & Lang, 2004). Los tests de rendimiento se realizan frecuente y sistemáticamente dentro de los programas de entrenamiento de deportistas senior o junior, permitiendo a los entrenadores y científicos del deporte determinar y monitorizar objetivamente las adaptaciones al rendimiento (Anderson et al., 2008). La evaluación de la condición física tiene un papel fundamental a principios de temporada dado que nos permite conocer el estado previo del futbolista y a raíz de ahí planificar correcta e individualmente la temporada (Carbonell, Aparício & Delgado, 2009). A la hora de planificar y programar un plan de entrenamiento dirigido a mejorar el estado físico de un futbolista, es de vital importancia conocer objetivamente el nivel de partida de ese futbolista al inicio de la temporada, para de 3 esta forma, poder cuantificar correctamente las cargas de trabajo a aplicar, para obtener el estado de forma deseado. Las demandas fisiológicas en el fútbol varían con el nivel de competición, el papel posicional, el estilo de juego y los factores ambientales (Ekblom, 1999), por este motivo encontraremos diferentes perfiles de condición física dentro de un mismo equipo. Por otra parte, los procesos de crecimiento, maduración y desarrollo influyen notablemente en el nivel de las capacidades físicas. El problema de investigación que se pretende abordar en este estudio es si existe relación entre el rendimiento cualidades condicionales y el rendimiento acciones técnico-tácticas básicas del fútbol en jugadores jóvenes. 1.2.JUSTIFICACIÓN DEL ESTUDIO. Algunos estudios han observado que un ejercicio de resistencia previo puede influir negativamente a largo plazo sobre la fuerza y la potencia (Nicol, Komi & Marconnet, 1991; Chambers, Noakes & Lambert, 1998; Lepers, Pousson, Maffiuletti, Martin & Van Hoecke, 2000; Millet et al. 2002). Otros estudios han reportado una disminución en el rendimiento del salto y el golpeo bajo condiciones de fatiga (Grant, Reaburn, Holmes & Gear, 2002; Hoffman, Nusse & Jie, 2003; Kellis, Katis & Vrabas, 2006). En estos estudios, el rendimiento del salto y del golpeo fue medido después de un ejercicio de resistencia prolongado que simulaba un partido de fútbol. Sin embargo, otros estudios han reportado que no hay cambios significativos en el rendimiento del salto con contramovimiento tras un ejercicio de resistencia de volumen moderado (Vuorimaa, Vasankari & Rusko, 2000), incluso otros han reportado mejoras significativas (Vuorimaa, Virlander, Kurkilahti, Vasankari & Häkkinen, 2006). En esta línea se ha informado que la potencia no se reduce después de un entrenamiento de resistencia moderado (Juarez et al. 2011). El fútbol es un deporte que requiere aceleración, cambios de dirección rápidos y muchos movimientos de potencia. Por tanto, el entrenamiento propio del deporte debe mejorar el rendimiento muscular, especialmente durante el período de desarrollo. Sería interesante para los educadores físicos y entrenadores reconocer si el entrenamiento de fútbol tendría algún efecto sobre el rendimiento motor y qué tipo de entrenamiento combinado con el entrenamiento de fútbol tendría un efecto extra sobre el rendimiento motor (Christou et al. 2006). La fuerza explosiva es una capacidad física fundamental en el fútbol, por lo que su valoración resulta importante para el control y planificación del entrenamiento. Las acciones decisivas del juego en fútbol implican la realización de gestos en los que la fuerza explosiva, además de la técnica, tiene una gran trascendencia (Cometti, 2002; Tous, 2004), como el golpeo de balón o el salto realizado para ejecutar un remate de cabeza. 4 La capacidad de poseer un buen golpeo de balón es de clara relevancia en el fútbol (Zabala Diaz & Lozano Moreno, 2002), bien sea por la necesidad que surge durante el juego de pasar el balón a un compañero, cuando se considere necesario, o bien para conseguir el objetivo principal de este deporte, el gol, lo que implica que sea una destreza cuyo entrenamiento y valoración debe ser tenido en cuenta dentro de la planificación de la preparación física y técnica del jugador. En este sentido, la valoración de la fuerza explosiva o capacidad para generar la mayor fuerza en el menor tiempo posible (González – Badillo & Ribas, 2002), resulta relevante de cara a intentar mejorar la metodología del entrenamiento y adecuar la planificación del mismo con el objetivo de optimizar el rendimiento. Por esto, es importante no sólo una valoración general de la fuerza explosiva, sino, más aún, una evaluación de los gestos típicos del deporte o valoración de la fuerza explosiva específica. En este sentido, la realización de un test de golpeo de balón resulta recomendable (Markovic, Dizdar & Jaric, 2006). Varios estudios examinaron la relación entre la capacidad de sprintar y distinta fuerza y potencia medida en ejercicios isoinerciales (Young, McLean & Ardagna, 1995; Cardoso Marques & González-Badillo, 2006). Además, las habilidades motoras comunes como sprintar, tienen similitudes biomecánicas, cinemáticas y musculares con el movimiento del salto vertical, pero determinadas relaciones entre esta tarea y la capacidad del sprint corto se ha demostrado con dificultades (Delecluse et al. 1995; Kukolj, Ropret, Ugarkovic & Jaric, 1999; Gorostiaga, Granados, Ibanez & Izquierdo, 2005). Parte de esas discrepancias podrían ser debidas al hecho de que el sprint es una capacidad compleja (Sleivert & Taingahue, 2004). Teniendo en cuenta que las acciones musculares concéntricas explosivas son de mayor importancia en la aceleración del sprint corto (Nesser, Latin, Berg & Prentice, 1996; Gorostiaga et al., 2005), parece lógico que los ejercicios de entrenamiento similares sean convenientes para testear y entrenar esas cualidades neuromusculares. 1.3. ESTADO DE LA CUESTIÓN. La pre-adolescencia es una etapa del desarrollo caracterizada por grandes cambios fisiológicos en los sistemas músculo-esquelético y neuromuscular. Las adaptaciones fisiológicas en preadolescentes después del entrenamiento físico pueden ser, por tanto, diferentes comparadas con las de los adultos (Naughton, Farpour-Lambert, Carlson, Bradney & Van Praagh, 2000). A pesar de esto, estudios previos han mostrado que atletas jóvenes entrenados con métodos de entrenamiento de adultos son capaces de mejorar el rendimiento en el sprint (Kotzamanidis, 2003). Más que el uso de métodos de entrenamiento de adultos, algunos autores han sugerido entrenar a niños de 9 a 13 años usando sólo el entrenamiento de coordinación, ya que en este rango de edad las adaptaciones neuromusculares son fáciles de mejorar (Branta, Haubenstricker & Seefeldt, 1984). A pesar de esta 5 sugerencia, se desconoce si el entrenamiento coordinativo es superior a otros tipos de entrenamiento para mejorar las habilidades técnicas, como esprintar con balón, y el rendimiento físico, como esprintar sin balón y saltar alto, que ha sido identificado como factores importantes en el desarrollo de futbolistas preadolescentes (Malina, Ribeiro, Aroso & Cumming, 2007). Durante un partido de fútbol, un jugador realiza diferentes formas de actividad física, incluyendo giros, aceleraciones, saltos y paradas cada 3-5 s o alrededor de 1200 veces durante un partido de 90 minutos. Los futbolistas realizan sprints cada 90 s durante el partido (aproximadamente 30-40 sprints en total), cada uno de 2-4 s de duración. Los sprints abarcan 1-11% de la distancia total cubierta durante el partido y entre el 0.5-3.0% del tiempo de partido efectivo (Mohr, Krustrup & Bangsbo, 2003; Wisløff et al., 2004). Futbolistas profesionales de la Premier League inglesa y la Serie A italiana cubren una distancia de 600 metros corriendo rápidamente, a velocidades mayores de 5.5 m/s (Bradley et al., 2009; Rampinini, Impellizzeri, Castagna, Coutts & Wisloff, 2009). Sus sprints, generalmente a velocidades superiores a 7 m/s, pueden cubrir 400 metros en total durante un partido, y tales velocidades de sprint excedieron esos niveles medios de los jugadores un 58%. Cada posición en el campo requiere un perfil acorde al nivel del equipo, exigencias tácticas y manejo del balón. Un análisis de los movimientos de los futbolistas durante un partido confirma que los centrales realizan menos trabajo de alta intensidad y sprints que los delanteros durante el juego ofensivo (Di Salvo et al., 2007). A pesar de este hallazgo, (Taşkin, 2008) indica que el tiempo para completar un sprint de 30 metros en futbolistas turcos profesionales es independiente de sus posiciones en el campo. Por lo tanto, el entrenamiento de sprints de todos los futbolistas es un importante elemento que los capacita para aproximarse al balón rápidamente. Mejores resultados en velocidad previenen las acciones ofensivas del rival y aumentan el rendimiento de los delanteros al enfrentarse a los oponentes. Por tanto, alta velocidad de los delanteros podrá decidir muchas veces el resultado del partido (Roesch et al., 2000), ya que correr más rápido que los defensores puede producir mayores ocasiones de gol. Rebelo y Oliveira (2006) afirman que las acciones importantes del juego están ligadas a una producción elevada de potencia a nivel muscular. Se pueden destacar acciones como saltos, cambios de dirección en velocidad, regates y todo tipo de movimientos tácticos y técnicos del juego. Siguiendo esta línea, (Harris, Stone, O´Bryant, Proulx & Johnson, 2000), afirman que el éxito en muchos deportes depende de la capacidad del atleta para dominar una variedad de habilidades que están relacionadas con los niveles de fuerza, potencia y velocidad. El rendimiento del sprint y el salto es utilizado consecuentemente durante partidos de competición y son características distintivas de la forma física en fútbol (Clark, Andrew, Morton & Butterfly, 2008). Aproximadamente el 96% de todos los 6 sprints durante los partidos de competición son menores a 30 metros, y la mayoría de esos inferiores a 10 metros (Reilly, T., Thomas, V., 1976). También se ha demostrado que el rendimiento en un solo sprint puede predecir el rendimiento en series de sprints cortos repetidos en jóvenes futbolistas (Oliver, Armstrong & Williams, 2009). La investigación también ha demostrado una estrecha relación entre la altura del salto vertical y el rendimiento físico en fútbol (Arnason et al., 2004). Consecuentemente, las ventajas de los tests de campo, así como las medidas del rendimiento del sprint y la altura del salto vertical, es que esos tests pueden proporcionar información específica y útil a jugadores y entrenadores. Los tests de campo son más baratos, consumen menos tiempo y son menos dependientes de un equipamiento especializado que los tests de laboratorio. Autores como (Cronin & Hansen, 2005), observaron coeficientes de correlación significativa de -0.60, -0.62 y -0.56 entre la altura del CMJ y tiempos de sprint sobre 5, 10 y 30 metros respectivamente. (Wisløff et al., 2004), también reportaron correlaciones significativas entre la altura del CMJ y tiempos sobre 10 metros (r=-0.72) y 30 metros (r=-0.60) en futbolistas senior de un equipo de fútbol noruego. Colectivamente, estos hallazgos indican que la capacidad del individuo para producir grandes picos de potencia de salida en un salto vertical está asociado a mayor rendimiento en sprint. (Vescovi & McGuigan, 2008), encontraron correlaciones altas entre la altura alcanzada en el CMJ y los tiempos obtenidos en los tests de aceleración de 9,1 metros (-0.49, -0.65, -0.68) para grupos de futbolistas femeninas colegial, fútbol universitario y lacrosse universitario respectivamente. Durante un partido, la intensidad media alcanza un valor próximo al umbral anaeróbico (80-90% FC máx), pero el 90% de la energía consumida es suministrada por vía aeróbica (Stølen, Chamari, Castagna & Wisloff, 2005). El trabajo de alta intensidad causa una disminución en la concentración de fosfocreatina muscular y desencadena la liberación de ácido láctico, provocando una disminución del pH (Krustrup et al., 2006). Esta observación confirma que una porción de la energía generada durante un partido de fútbol es suministrada por la vía anaeróbica. Por lo tanto, parece importante preparar a los futbolistas para realizar esfuerzos de intensidad máxima con capacidad para hacerlos repetidamente a lo largo de todo el partido (Iaia, Rampinini & Bangsbo, 2009). Según (Bogdanis, Nevill, Lakomy, Boobis & Nevill, 1998), la vía aeróbica suministra aproximadamente el 13% de la energía necesaria para realizar esfuerzos máximos de 10 s de duración. Sin embargo, para la realización de sprints posteriores tras un período de descanso insuficiente o sprints de 30 metros o más aumenta significativamente la participación del sistema aeróbico para generar energía, lo cual se debe al aumento de las concentraciones de deshidrogenasa y citratos durante sprints de larga distancia (MacDougall et al. 1998). Además, (Dawson, Fitzsimons, Green, Goodman & Carey, 1998), señalaron que el entrenamiento de sprints cortos puede mejorar el consumo máximo de oxígeno (VO2 máx). 7 1.4.OBJETIVOS DEL ESTUDIO Dos fueron los objetivos principales de este estudio de investigación: En primer lugar, valorar el rendimiento de distintas capacidades físicas y técnicas (potencia aeróbica, velocidad de desplazamiento, fuerza del tren inferior y golpeo del balón) entre dos equipos de fútbol de categoría alevín. El segundo de los objetivos fue comparar los niveles de condición física y la eficacia en el golpeo del balón entre dos equipos de fútbol pre-adolescentes de categoría alevín, pero con un año de diferencia entre uno y otro. 1.5.HIPÓTESIS En un estudio llevado a cabo por Russell & Tooley (2011), se analizaron variables de rendimiento como la potencia del tren inferior, la velocidad y la resistencia a 4 grupos formados por futbolistas de diferentes edades y se informó que el grupo que obtuvo los mejores resultados en todas las variables de rendimiento fue el de mayor edad. En este sentido la primera hipótesis que se plantea es que la muestra del equipo “alevín A” obtendrá unos valores de rendimiento de las distintas capacidades físicas y técnicas superiores a los de la muestra “alevín B”. El estudio de Juárez, López, Mallo & Navarro (2010), analizó el rendimiento de dos acciones explosivas, el golpeo del balón y el salto vertical, a 21 futbolistas jóvenes. Los resultados confirman que el rendimiento en el test de golpeo del balón no está relacionado con el rendimiento en el test de salto vertical, concluyendo que el rendimiento en el golpeo del balón viene determinado por factores como la participación muscular o la coordinación al ejecutar el gesto técnico. Así se plantea la segunda hipótesis, que el equipo “alevín A” alcanzará mejores resultados en el test de golpeo que el “alevín B”, ya que tienen más experiencia ejecutando el gesto técnico. 8 2. MÉTODO En este estudio, se va a medir y analizar algunas de las principales cualidades que se desarrollan en el fútbol a 31 futbolistas de categoría alevín (menores de 12 años) de un club de fútbol profesional. Para ello, realizaremos un test de golpeo de balón (Juarez et al., 2011), un test de salto con contramovimiento (CMJ) (Harman, Rosenstein & Frykman, 1990), un test de resistencia de Course-Navette (Ramsbottom, Brewer & Williams, 1988) y un test de velocidad de 15 y 30 metros (Russell & Tooley, 2011). 2.1.MUESTRA. En este estudio participaron 31 futbolistas pertenecientes a las categorías inferiores de un club de fútbol profesional, de género masculino y categoría alevín, es decir, con un rango de edad entre los 10 y 12 años (11.45 ± 0.96). De los 31 jugadores, el 77.4% tenían un nivel de maduración según el test de Tanner (Tanner, 1981) de 1 (24 futbolistas), mientras que el otro 22.6% tenían un nivel de maduración de 2 (7 futbolistas). Las características descriptivas de los sujetos se muestran en la tabla 1: Tabla 1. Características de los futbolistas de estudio. VARIABLES n Media ± SD Rango Peso (kg) 31 41,75 ±12,05 (29,7 – 53,8) Talla (cm) 31 151,5 ± 15,5 (136 – 167) Frecuencia cardíaca reposo (p/min) 31 77,5 ± 13,5 (64 – 91) Tensión arterial sistólica (mm Hg) 31 124,5 ± 16,5 (108,0 – 141,0) Tensión arterial diastólica (mm Hg) 31 64,0 ± 13,0 (51,0 – 77,0) IMC 31 18,45 ± 3,24 (15,21 – 21,7) Estos sujetos entrenan 3 días por semana durante 1 hora y media y compiten el fin de semana en un partido con dos partes de 35 minutos. Por otro lado, todos los sujetos están familiarizados con las acciones técnicas de los tests, ya que las realizan continuamente en sus sesiones de entrenamiento. Asimismo, han sido sometidos a un reconocimiento médico para comprobar la inexistencia de lesiones y/o enfermedades. Todos los sujetos participantes en el estudio, así como sus respectivos padres o tutores legales, habían sido informados previamente de la realización del estudio, teniendo que firmar su consentimiento informado. El protocolo del estudio respetaba el acuerdo 9 actual de la Declaración de Helsinki sobre los principios éticos para la investigación con personas. 2.2.PROCEDIMIENTOS, INSTRUMENTOS Y DISEÑO. La evaluación se realizó en la ciudad deportiva del Real Betis Balompié S.A.D. de Sevilla en dos sesiones de 90 minutos de duración, debido a la disponibilidad de los jugadores y de las instalaciones. La 1ª de estas sesiones tuvo lugar el 19 de Marzo de 2012, con unas condiciones ambientales de 22º, soleado, con vientos de 13 km/h y una humedad relativa del 34% (AEMET), y donde se realizó el test CMJ y el test de golpeo de balón. La 2ª sesión tuvo lugar el 12 de Junio de 2012, con unas condiciones ambientales de 32º, soleado, con vientos de 11 km/h y una humedad relativa del 28% (AEMET), y donde se realizó el test de velocidad sobre 15 y 30 metros y el test Course Navette. Ambas sesiones comenzaron a las 17 horas. El protocolo seguido fue el siguiente: Sesión 1: · Medición de las variables antropométricas. · Calentamiento específico de 15 minutos. · Test CMJ. · Test de golpeo de balón. Sesión 2: · Calentamiento específico de 15 minutos. · Test 15 metros y 30 metros. · Test de Leger o Course Navette. El calentamiento de la 1ª sesión consistió en unos ejercicios de movilidad articular tanto del tren inferior como del superior, desplazamientos en distintas direcciones, ejercicios propioceptivos, saltos, estiramientos de los principales grupos musculares y familiarización con el balón mediante pases, paredes y golpeos a portería. El calentamiento de la 2ª sesión consistió en unos ejercicios de movilidad articular tanto del tren inferior como del superior, desplazamientos en distintas direcciones, cambios de ritmo y sprints, y estiramientos de los principales grupos musculares. Se analizaron las siguientes variables de condición física: Fuerza explosiva del tren inferior, velocidad de desplazamiento y potencia aeróbica. La fuerza explosiva se valoró mediante dos tests, el CMJ o salto vertical con contramovimiento y el test de golpeo de balón a máxima potencia. 10 Test CMJ El material utilizado para la realización del test fue una plataforma de fuerza KISTLER Quattro Jump type 9290 AD conectada a un ordenador portátil, donde se registró la altura de cada salto. El software utilizado para el registro fue Quattro Jump Software versión 1.1.0.3. El lugar de la medición fue el gimnasio, por lo que no hubo condicionantes ambientales. Para la realización del salto se siguió el protocolo de salto de Bosco (Bosco 1994), en el cual el deportista se coloca sobre la plataforma en el centro de la misma, con los pies de frente separados a la anchura de los hombros, las manos sobre la cintura y el cuerpo erguido sin moverse y mirando al frente. Tras la señal del evaluador, el deportista debe realizar una flexión de rodillas rápidamente con un ángulo aproximado de 90º sin flexionar la espalda ni levantar los talones del suelo y saltar verticalmente lo más alto posible, permaneciendo con cuerpo y piernas extendidos, y amortiguando la caída en el centro de la plataforma de manera equilibrada y con las manos siempre en la cintura. Figura 1. Salto CMJ Cada jugador realizó 3 saltos, con un período de recuperación de 2 minutos entre un salto y otro, y se tuvo en cuenta el mejor de los 3 saltos, tomando como variable la altura alcanzada. Si el observador detectó un error en la técnica de ejecución de un salto, se repitió. Previamente a la realización del test, todos los sujetos ejecutaron varios saltos para cerciorarnos de que conocen la técnica del salto y la ejecutan correctamente. 11 Test de golpeo de balón Para la realización de este test, se colocó un balón sobre el punto de penalti, y el futbolista debía golpearlo con el empeine del pie de su pierna dominante hacia la portería, previa carrera de 4 o 5 metros, intentando aplicarle la máxima potencia al mismo, midiendo así la velocidad de salida de éste (velocidad máxima). El evaluador se colocó detrás del jugador y lo más cerca posible del balón, en línea recta hacia la dirección que tomaría el mismo. Cada jugador realizó 3 intentos, con un período de recuperación de 30 segundos entre uno y otro (Juarez et al., 2011), y se tuvo en cuenta el golpeo en el que se conseguía la mayor velocidad de salida del balón. El material utilizado para la realización de este test fue un radar y un balón aprobado por la FIFA, con una presión de inflado estandarizada. La velocidad de golpeo fue medida con un radar de velocidad Stalker ATS II (figura 2), el cual tiene un tiempo de precisión de 0.01 segundos, con un rango de velocidad de 1-1432.3 km/h y tiene capacidad de identificar el movimiento de una pelota a 152.40 metros de distancia. Figura 2. Radar de velocidad Stalker ATS II. El lugar donde se realizó el test fue un campo de fútbol de césped artificial, por lo que los futbolistas iban provistos de botas de fútbol adecuadas, y se lanzó en la dirección del viento. Previamente a la realización del test, el preparador físico llevó a cabo un calentamiento específico con balón, donde se practicó el gesto técnico del golpeo. Test de velocidad de 15 metros y 30 metros Para valorar la velocidad, se realizaron dos tests, uno sobre la distancia de 15 metros y otro sobre 30 metros. 12 El material utilizado para la realización del test fueron 2 células fotoeléctricas ERGO TIMER GLOBUS SN 350, un receptor ERGO TESTER GLOBUS SN 10584 y una cinta métrica homologada. El lugar donde se realizó el test fue un campo de fútbol de césped artificial, por lo que los futbolistas iban provistos de botas de fútbol adecuadas, y corrieron en la dirección del viento. Se colocó una célula fotoeléctrica en el punto de salida y otra en el punto de llegada, primero a 15 metros y posteriormente a 30 metros, y a una altura del suelo de 1 metro. Se escogió esta distancia para el test debido a que es el tipo de esfuerzo más común que realizan los futbolistas en competición. Los deportistas comenzaron el test en el momento que ellos creían más adecuado, colocados justo detrás de la línea de salida, de pie y de forma estática. Debían recorrer la distancia fijada en el menor tiempo posible. Figura 3. Test de velocidad Cada jugador tuvo 2 intentos sobre cada una de las distancias, con un período de recuperación de 2 minutos entre uno y otro (Russell & Tooley, 2011), y se tuvo en cuenta la mejor marca. Para asegurarnos que los deportistas aceleraban hasta cruzar la línea de llegada, se colocó una señal 5 metros después de la misma, marcando la zona de desaceleración. El regreso hasta la línea de salida se realizaba a trote suave para tener una recuperación activa. Previamente a la realización del test, el preparador físico llevó a cabo un calentamiento específico de velocidad, para que el resultado del test fuese lo más fiable posible. Test de Leger o Course Navette La potencia aeróbica máxima fue valorada mediante la realización del test de Leger (Leger, Mercier, Gadoury & Lambert, 1988) o Course Navette. Esta prueba consiste en un test máximo y progresivo, mediante el cual valoramos la potencia aeróbica máxima y calculamos indirectamente cuál es el consumo máximo de oxígeno o VO2 máx. expresado en ml/kg/min. 13 Para realizar este test, los deportistas deben desplazarse corriendo entre dos marcas a una distancia de 20 metros una de otra, siguiendo el ritmo que les marca una grabación. El ritmo de carrera va aumentando cada minuto en 0.5 km/h, comenzando el test a una velocidad inicial de 8.5 km/h. La prueba finaliza cuando el deportista no llega a las marcas a la vez que el ritmo de la grabación. Se tuvo en cuenta la máxima velocidad alcanzada antes de pararse, y para calcular el VO2 máx. se introdujo este valor en la siguiente fórmula: VO2 máx. = 31.025 + 3.238 X – 3.248 A + 0.1536 X A donde “X” es la velocidad a la que se paró el sujeto y “A” la edad del mismo. Figura 4. Test de Leger o Course Navette El material utilizado para la realización de este test fue una cinta métrica homologada, una torre de conos para marcar las zonas y un reproductor de CD con la grabación del protocolo y desarrollo de la prueba. El lugar donde se realizó la prueba fue un campo de fútbol de césped artificial, por lo que los futbolistas iban provistos de botas de fútbol adecuadas, y en este caso se corrió perpendicular a la dirección del viento. Los deportistas estaban debidamente informados del protocolo de la prueba para que intentaran seguir el ritmo de la grabación, no se adelantaran a las señales sonoras al inicio de la prueba y dosificasen su esfuerzo conforme avanzaba la misma. El evaluador debía de estar pendiente que los deportistas llegasen a las marcas, y en caso contrario les hacía abandonar la prueba. Previamente a la realización del test, el preparador físico había llevado a cabo un calentamiento orientado a la exigencia de la misma. Para el análisis de los datos se ha utilizado el paquete estadístico IBM-SPSS 20. Los estadísticos descriptivos calculados han sido Promedio, Desviación Estándar, Rango y Coeficiente de variación. Como indicador de fiabilidad entre varias mediciones de la misma se calculó el Coeficiente de Correlación Intraclase. Para las comparaciones entre grupos se aplicó la prueba T o la prueba U de Mann-Whitney, según los resultados obtenidos en los Test de Normalidad (Shapiro14 Wilk), o de Homocedasticidad (Levene). Asimismo se ha calculado el Tamaño del Efecto y la Potencia observada para las comparaciones de medias intergrupo. 3. RESULTADOS En la Tabla 2, se muestran los resultados obtenidos considerando toda la muestra de estudio. En el test CMJ o salto vertical con contramovimiento, se calculó la altura del salto a partir del tiempo de vuelo y la fuerza aplicada contra la plataforma; en el test de golpeo de balón, medimos la velocidad máxima que alcanzó el balón; en el test de velocidad sobre las distancias de 15 y 30 metros, se midió el mínimo tiempo utilizado para recorrer ambas distancias; y en el test de Leger o Course Navette, se calculó el consumo máximo de oxígeno o VO2 máx. en ml/kg/min a partir de la velocidad máxima alcanzada en la prueba y la edad del sujeto, además de la distancia recorrida. Tabla 2: Resultados obtenidos en las variables evaluadas. Variables n Media ± SD Rango Altura del salto CMJ (cm) 31 34 ± 6.9 (27,1 – 40,9) Velocidad máxima del balón (km/h) 31 80,5 ± 12,5 (68 – 93) Tiempo 15 metros (sg) 31 2,93 ± 0,21 (2,73 – 3,14) Tiempo 30 metros (sg) 31 5,14 ± 0,4 (4,74 – 5,55) VO2 máx. Course Navette (ml/kg/min) 31 51,34 ± 6,7 (44,57 – 58,1) Velocidad máxima alcanzada Course Navette (km/h) 31 11,75 ± 1,75 (10 – 13,5) Distancia recorrida Course Navette (m) 31 1351,5 ± 656,5 (695 – 2008) En la Tabla 3, se muestran los resultados correspondientes a los test de Normalidad y de Homogeneidad de varianzas. 15 Tabla 3. Pruebas de normalidad y homocedasticidad de grupos de estudio Test de Normalidad (Shapiro-Wilk) Alevín A Alevín B Test Homocedasticidad (Levene) W gl Valor p W gl Valor p F Valor p Edad (años) ,499 15 ,000 ,621 16 ,000 4,523 ,042 Tanner ,603 15 ,000 ,398 16 ,000 8,442 ,007 Peso (kg) ,968 15 ,820 ,892 16 ,060 ,094 ,762 Talla (cm) ,950 15 ,521 ,971 16 ,862 1,129 ,297 IMC ,958 15 ,659 ,939 16 ,338 ,004 ,947 Tiro_Max ,946 15 ,458 ,946 16 ,427 ,005 ,946 V15_Max ,937 15 ,345 ,892 16 ,059 ,001 ,981 V30_Max ,936 15 ,336 ,977 16 ,932 ,352 ,557 VO2max ,930 15 ,277 ,933 16 ,270 3,002 ,094 CMJ_Max ,947 15 ,472 ,942 16 ,376 ,219 ,643 Tanner: Grado de maduración de los sujetos según el test de Tanner IMC: Índice de masa corporal de los sujetos Tiro_Max: Velocidad máxima alcanzada por el balón en el test de golpeo V15_Max: Tiempo empleado para recorrer 15 metros V30_Max: Tiempo empleado para recorrer 30 metros VO2max: Consumo máximo de oxígeno registrado en el test de resistencia CMJ_Max: Altura máxima alcanzada en el test de salto vertical En la tabla 4, se muestran los resultados obtenidos en las variables antropométricas y de maduración de los dos grupos. Al comparar las variables intergrupos, se obtuvo un p-valor inferior a 0,05 para las variables Edad, Altura, Peso e IMC, por consiguiente las diferencias entre grupos de los promedios obtenidos son estadísticamente significativas. Para la variable test de Tanner, el p-valor es superior a 0,05, por consiguiente no se encontraron diferencias significativas en la maduración entre los dos grupos. En la tabla 5, se presentan los resultados obtenidos en las variables de rendimiento. En las comparaciones intergrupos, se aprecia que no se registraron diferencias estadísticamente significativas entre grupos para las variables de salto vertical (CMJ_Max) y consumo máximo de oxígeno (VO2max) (p>0,05). Sin embargo, para las variables lanzamiento a portería (Tiro_Max) y velocidad sobre 15 y 30 metros (V15_Max) y (V30_Max) las diferencias entre medias sí arrojaron diferencias significativas (p<0,05). 16 Tabla 4. Variables antropométricas. Estadísticos descriptivos y comparación entre grupos. Alevín A Media DS CV Edad (años) 11,80 0,41 3,51 0,49 36,60 Alevín B Comparaciones Intergrupos IC (95%) Media DS CV IC (95%) Diferencia intergrupos ICD (95%) p valor Eta Potencia observada 11,57-12,03 10,63 0,50 4,71 10,36-10,89 1,18 0,84-1,51 ,000 ,635 1,000 1,06-1,60 1,13 0,34 30,36 0,94-1,31 0,21 -0,10-0,52 ,177 ,062 ,268 146 6,13 142,7-149,2 5,53 0,12-10,94 ,045 ,131 ,525 Tanner 1,33 Talla (cm) 151,5 8,48 5,60 146,8-156,16 Peso (kg) 43,34 6,13 14,14 39,9-46,74 37,28 5,91 15,85 34,13-40,43 6,06 1,63-10,49 ,009 ,213 ,772 IMC 18,85 1,66 8,82 17,9-19,78 17,44 1,74 1,41 0,16-2,66 ,029 ,155 ,605 4,20 9,99 16,51-18,37 Tanner: Grado de maduración de los sujetos según el test de Tanner; IMC: Índice de masa corporal de los sujetos. DS: Desviación estándar; CV: Coeficiente de variación; IC (95%): Intervalo de confianza al 95%; ICD (95%): Intervalo de confianza de la diferencia entre medias al 95%; ICC: Coeficiente de correlación intraclase. Eta: Eta parcial al cuadrado para determinar el tamaño del efecto. Potencia observada: Potencia observada, calculada utilizando un alpha de 0,05. P valor: Prueba T o U de Mann-Whitney, según Normalidad y Homocedasticidad. 17 Tabla 5. Variables de rendimiento. Estadísticos descriptivos y comparación entre grupos. Alevin A Media DS CV ICC Alevin B IC (95%) Media DS CV Comparaciones Intergrupos ICC IC (95%) Diferencia intergrupos ICD (95%) p valor Eta Potencia observada Tiro_Max 86,60 4,91 5,67 0,881 83,88-89,32 76,81 4,83 6,29 0,895 74,24-79,39 9,79 6,21-13,37 ,000 ,519 1,000 V15_Max 2,89 0,08 2,86 0,909 2,84-2,93 3,01 0,08 2,50 0,842 2,96-3,05 -0,12 -0,17-(-0,06) ,000 ,368 ,978 V30_Max 5,10 0,15 2,91 0,959 5,02-5,19 5,26 0,18 3,33 0,980 5,17-5,36 -0,16 -0,28-(-0,04) ,011 ,202 ,745 32,90 3,89 11,82 0,826 30,83-34,97 2,48 0,12-5,08 ,061 ,116 ,470 52,48 4,55 8,66 1,41 -1,22-4,04 ,281 ,040 ,186 CMJ_Max 35,38 3,12 8,82 0,875 33,65-37,11 VO2max 53,90 2,09 3,88 52,74-55,05 50,06-54,90 Tiro_Max: Velocidad máxima alcanzada por el balón en el test de golpeo; V15_Max: Tiempo empleado para recorrer 15 metros; V30_Max: Tiempo empleado para recorrer 30 metros; CMJ_Max: Altura máxima alcanzada en el test de salto vertical; VO2max: Consumo máximo de oxígeno registrado en el test de resistencia (ml/kg/min). DS: Desviación estándar; CV: Coeficiente de variación; IC (95%): Intervalo de confianza al 95%; ICD (95%): Intervalo de confianza de la diferencia entre medias al 95%; ICC: Coeficiente de correlación intraclase. Eta: Eta parcial al cuadrado para determinar el tamaño del efecto. Potencia observada: Potencia observada, calculada utilizando un alpha de 0,05. P valor: Prueba T o U de Mann-Whitney, según normalidad y Homocedasticidad. 18 4. DISCUSIÓN El objetivo principal de este estudio fue comparar los niveles de condición física y el rendimiento en el golpeo de fútbol entre dos equipos alevines con un año de edad de diferencia. Como se puede observar en la tabla 4, existe una clara diferencia significativa (p < 0,001) entre las medias de la variable edad de los grupos “alevín A” y “alevín B” (1,18). Diferencia de edad prevista, ya que la edad es el factor o criterio principal que se aplica para establecer la pertenencia a uno u otro equipo. Sin embargo cabría resaltar que no existen diferencias significativas en el grado de maduración según el test de Tanner entre un grupo y otro (p = 0,177). Asimismo el tamaño del efecto obtenido fue muy pequeño (Eta=0,065). En esta misma línea, el estudio de Williams, Oliver & Faulkner (2011), evaluó las variables antropométricas y de rendimiento de 200 futbolistas jóvenes agrupados en 5 edades (sub-12 a sub16), reportando que el efecto del crecimiento y la maduración sobre el rendimiento son confusos, ya que no hubo diferencias significativas entre grupos. Sin embargo, en otro estudio de Carbonell, Aparicio & Delgado (2009), que evaluó la condición física de 23 futbolistas adolescentes, afirman que no se encuentran diferencias significativas en ninguna variable al comparar los sujetos por edad cronológica, pero sí por nivel de maduración biológica entre los niveles 3 y 5 de Tanner en las pruebas de fuerza de prensión manual y CMJ. Tal vez porque en esta última investigación los sujetos se encontraban en una edad con mayores variabilidad en el proceso madurativo, en nuestro caso se pudo apreciar que la mayoría de los sujetos de estudio aún se encontraban en etapas de maduración tempranas, tantos los del equipo A, como los del equipo B. En cuanto al resto de variables antropométricas (peso, talla e IMC), en la tabla 4 quedan reflejadas que se registraron diferencias significativas (p<0,05) en las tres variables, al comparar los promedios de un grupo y otro. El tamaño del efecto es similar en las tres variables en ambos grupos. Estos resultados coinciden con los que se publicaron en el estudio de Carbonell, Aparicio & Delgado (2009), que evaluó la condición física de 23 futbolistas adolescentes entre los que sí se hallaron diferencias significativas en la variable IMC en función de la edad. En cuanto a las variables de rendimiento, encontramos que en la velocidad del balón en el lanzamiento a portería (Tiro_Max), la diferencias entre las medias de los dos grupos (9,79 km/h), resultaron estadísticamente significativas (p<0,001). Siendo el grupo “alevín A” quien obtuvo mejores resultados (86,60 + 4,91 km/h). Por lo que se podría afirmar que este grupo, de mayor edad, es más eficiente a la hora de golpear el balón. Esto puede ser debido a factores como la participación muscular, la técnica y la coordinación del sujeto al realizar el gesto técnico, como ya 19 afirmaran Juárez, López, Mallo & Navarro (2010) en un estudio realizado a 21 futbolistas jóvenes de alto nivel. Hay que tener en cuenta que la mayoría de estos sujetos tienen un año de experiencia de entrenamiento más que los del equipo Alevín B. En cuanto a las variables velocidad de desplazamiento, concretamente carrera sobre las distancias de 15 y 30 metros, observamos una diferencia significativa (p<0.05), entre las medias de los dos grupos para ambas variables (0,12 s; y 0,16s respectivamente). El grupo “alevín A” fue el que obtuvo mejores resultados en ambas pruebas (2,89 s y 5,10 s respectivamente). En esta misma línea, el estudio realizado por Russell & Tooley (2011) a 43 futbolistas adolescentes divididos en grupos de edad, reportaron unos mejores tiempos en los tests de velocidad de 15 y 30 metros al grupo de mayor edad. Asimismo en la Tabla 5, podemos comprobar que no existen diferencias significativas entre las medias de las variables salto vertical (CMJ_Max) y consumo máximo de oxígeno (VO2máx) entre los dos equipos estudiados. Respecto de la variable salto vertical (CMJ_Max), la diferencia registrada entre las medias de los dos grupos fue de casi 2,5 cm. Se aprecia que el grupo de mayor edad, tiene mejores resultados (35,38 cm frente a 32,9 cm) pero esta diferencia no se pueda considerar estadísticamente significativa (p=0,061), y siendo el tamaño del efecto 0.116. En esa misma dirección se dirige el estudio de Russell y Tooley (2011) realizado a 43 futbolistas adolescentes divididos en grupos de edad, donde el grupo de mayor edad fue el que obtuvo los mejores resultados en el test de salto vertical. Del mismo modo, en el estudio realizado por Silva, Palma, Costa, Pereira, Barroso, Abrantes & Barbosa (2011) a 143 futbolistas jóvenes divididos en tres grupos de edades, reportaron que el grupo de mayor edad fue el que obtuvo los mejores resultados en el test de salto vertical. En cuanto a la variable consumo máximo de oxígeno (VO2máx), las diferencias halladas entre las medias de los dos equipos estudiados (1,41 ml/min/kg), aun siendo mayor el equipo “alevín A” no son diferencias estadísticamente significativas (p=0,281). De hecho se trata de la variable de condición física donde el tamaño del efecto y por tanto la magnitud de las diferencias resultantes han sido más reducidas (Eta=0,040). En el estudio realizado por Russell y Tooley (2011) a 43 futbolistas adolescentes divididos en grupos de edad, reportó que el grupo de mayor edad fue el que obtuvo mejores resultados en el test de Potencia Aeróbica, si bien estos autores sí informaron de diferencias significativas en algunos casos. 20 5. CONCLUSIONES En este estudio se ha valorado el rendimiento de distintas capacidades físicas y técnicas como son la potencia aeróbica, la velocidad de desplazamiento, la fuerza del tren inferior y el golpeo del balón a dos equipos de fútbol de categoría alevín con un año de diferencia entre ellos, realizándoles el test de Leger o Course Navette, test de velocidad sobre 15 y 30 metros, test de salto vertical o CMJ y lanzamiento a portería. Según los resultados obtenidos podemos concluir los siguiente: A pesar de la diferencia de edad los dos equipos presentaron un nivel de maduración similar según la escala de Tanner. El equipo Alevín A mostró un mayor Índice de Masa Corporal. El equipo Alevín A (de mayor edad), presentó mejores niveles de condición física en las variables indicadoras de velocidad de desplazamiento en carrera. El equipo Alevín A una mayor eficiencia en el test del golpeo de balón en fútbol. LIMITACIONES EL ESTUDIO. Esta investigación fue llevada a cabo en una muestra reducida. Tan solo se estudiaron dos equipos de una única categoría. Desde el punto de vista del análisis estadístico se podría haber analizado la existencia o no de asociaciones o correlaciones entre las diferentes variables estudiadas, aunque el tamaño de la muestra, también limitaría considerablemente la generalización de los posibles resultados obtenidos en estos análisis. FUTURAS LINEAS DE INVESTIGACIÓN. Ampliar la muestra de sujetos en edades pre y postpuberales. Plantear un estudio longitudinal de tal manera que se pueda comparar la influencia real de la maduración biológica en los indicadores de rendimiento en el fútbol. 6. BIBLIOGRAFÍA 1.- Abt, G.; Reaburn, P.; Holmes, M.; Gear, T. (2002). Changes in peak sprint speed during prolonged high-intensity intermittent exercise that simulates team sport play. Journal of sports sciences, 21, 256-257. 2.- Anderson, M.; Hopkins, W.; Roberts, A.; Pyne, D. (2008). Ability of test measures to predict competitive performance in elite swimmers. J. Sports Sei. 26: 123-130. 3.- Apriantono, T.; Nunome, H.; Ikegami, Y.; Sano, S. (2006). The effect of muscle fatigue on instep kicking kinetics and kinematics in association football. J. sports Sci. 24 (9): 951-60. 21 4.- Arnason, A.; Sigurdsson, S. G.; Gudmundsson, A.; Holme, I.; Engebretsen, L.; Bahr, R. (2004) Physical fitness, injuries, and team performance in soccer. Med. 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