“Los antibióticos han salvado innumerables vidas desde el descubrimiento de la penicilina en 1928. Sin embargo, su uso indiscriminado hace que algunas infecciones no reaccionen a los fármacos existentes. ¿Por qué?” Joke estaba de vacaciones en Grecia con su marido Gerard cuando sufrió un infarto. La situación se agravó aún más al contraer una infección nosocomial al ser ingresada, lo que ha complicado el tratamiento de su enfermedad cardiovascular. Gerard Leeuw, el marido de Joke recuerda cómo fue el momento en que su esposa contrajo la infección: “Fue hospitalizada en una clínica, donde detectaron que había contraído una peligrosa bacteria resistente a los antibióticos. Estuvo en cuarentena, igual que otras cuatro personas que también resultaron infectadas. Y aunque no tenía ningún síntoma relacionado con estas bacterias, fue muy difícil para ella porque sus amigos y familiares no podían visitarla y tenían miedo de acercarse a ella.” Las bacterias resistentes a los antibióticos son potencialmente mortales, sobre todo para quienes no tienen un buen sistema inmunitario. Erradicar estas “superbacterias” y descubrir cómo surgen es el objeto de investigación de este proyecto europeo. Willem van Schaik es profesor de Microbiología en el Centro Médico Universitario de Utrecht y coordina el proyecto E VOT A R : “Estas superbacterias pueden causar infecciones en las vías urinarias o en el flujo sanguíneo. Son muy peligrosas para los pacientes gravemente enfermos. Y cuando una de estas bacterias se vuelve resistente a los antibióticos, se reducen las opciones de tratamiento de ese tipo de infecciones.” La resistencia bacteriana ha aumentado rápidamente en Europa, sobre todo en los países del sur, debido probablemente al consumo excesivo de antibióticos y a los contagios accidentales en los hospitales. Marc Bonten es microbiólogo del Centro Médico Universitario de Utrecht “El problema se ha vuelto tan grave que se necesita actuar a varios niveles: En primer lugar, hay que racionalizar y restringir aún más el uso de antibióticos; en segundo lugar, hay que mejorar las condiciones de higiene en los hospitales. Y en tercer lugar también necesitamos nuevos antibióticos para tratar estas bacterias porque no van a desaparecer por sí solas.” Algunas bacterias han desarrollado una resistencia a los antibióticos desde millones de años atrás. Los científicos tratan de explicar cómo éstas transmiten resistencia en el cuerpo humano. El coordinador del proyecto E V OT A R , Willem van Schaik señala algunas incógnitas ligadas a esta resistencia: “Esta resistencia proviene de la naturaleza. Así que tenemos que entender por qué los genes de resistencia pueden emigrar de una bacteria que se encuentra en el suelo o en el agua, hacia una bacteria que va a causar enfermedades al ser humano. Aún no lo entendemos y si llegáramos a entender este proceso, podríamos desarrollar la manera de erradicar su resistencia a los antibióticos.” “¿Cómo defenderse de estas bacterias” invulnerables? Veamos qué métodos están desarrollando los investigadores en París.” Los antibióticos funcionan de manera eficaz hasta que sus residuos llegan al colon. Allí, sin embargo, van a destruir las bacterias buenas para el organismo, por lo que hay que detener la acción del antibiótico antes de que llegue al colon. Pierre-Alain Bandinelli, responsable del Laboratorio Da Volterra nos explica: “En el colon, hay una población bacteriana extremadamente alta; se dice incluso que hay más bacterias en el colon que células en todo el cuerpo humano. Y al matar a todas esas bacterias, los residuos del antibiótico alteran por completo la llamada flora comensal.” La solución propuesta se presenta en forma de pequeñas cápsulas que se toman con el antibiótico para neutralizar el efecto de sus residuos. Las cápsulas se disuelven y liberan el agente adsorbente al llegar al colon. “Actúa como una esponja – detalla Pierre-Alain Bandinelli- esta sustancia se toma junto al antibiótico y al llegar al colon atrapa los residuos, antes de que ese exceso de antibióticos vaya a alterar la flora.” Esta investigación señala nuevas vías para evitar la propagación de bacterias resistentes a los antibióticos. A la larga, se espera que este nuevo tratamiento ayude a minimizar los costes relacionados con la resistencia bacteriana