La Integración europea - unesdoc

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Revista trimestral publicada
por la Organización de las Naciones Unidas
para la Educación, la Ciencia y la Cultura
con la colaboración de la Comisión Española
de Cooperación con la U N E S C O
y del Centre U N E S C O de Catalunya.
Vol. X L I V , num. 1, 1992
Condiciones de abono
en contraportada interior.
Director: Ali Kazancigil
Redactor jefe: David Makinson
Maquetista: Jacques Carrasco
Ilustraciones: Florence Bonjean
Realización: Jaume H u c h
' Corresponsales
Bangkok: Yogesh Atal
Beijing: Li Xuekun
Belgrado: Balsa Spadijer
Berlín: Oscar Vogel
Budapest: György Enyedi
Buenos Aires: Norberto Rodríguez
Bustamante
Canberra: Geoffroy Caldwell
Caracas: Gonzalo Abad-Ortiz
Colonia: Alphons Silbermann
Dakar: T . Ngakoutou
Delhi: André Béteille
Estados Unidos de América: G e n e M . Lyons
Florencia: Francesco Margiotta Broglio
Harare: Chen Chimutengwende
H o n g Kong: Peter C h e n
Londres: Alan Marsh
Madrid: Salustiano del C a m p o
México: Pablo González Casanova
M o s c ú : Marien Gapotchka
Nigeria: Akinsola A k i w o w o
Ottawa: Paul L a m y
Seúl: Chang Dal-joong
Singapur: S. H . Alatas
T o k y o : Hiroshi Ohta
T ú n e z : A . Bouhdiba
Viena: Christiane Villain-Gandossi
T e m a s de los próximos números
La violencia
La sociología histórica
Ilustraciones:
Portada: La bandera europea pintada
e n trompe-l'oeil. Ch. Vioujard. G a m m a .
A la derecha: Una alegoría de Europa. Grabado de
la Cosmografia de Sebastián Münster (1489-1552).
Col. Viollel.
REVISTA INTERNACI
9€ CIENCIAS SOCIALES
f.,
Marzo 1992
La integración europea
131
Bernd H a m m
Europa: un desafío para las ciencias sociales
Hans-Heinrich Noite
Europa en la sociedad mundial hasta el siglo X X
25
Alexander King
La vía holística hacia una sociedad mundial
45
Maurice Bertrand
La integración europea en una perspectiva
mundial
57
La integración de Europa después
de la Guerra Fría. Perspectivas de un nuevo
orden
67
La integración de las economías de la Unión
Soviética y los países de Europa del Este
después del C A E M : desafíos y perspectivas
80
Werner Weidenfeld
y Josef Janning
Ryszard Lawniczak
John van Oudenaren
3
La integración europea vista desde
los Estados Unidos
99
Hartmut Elsenhans
Europa en 1989/1992 y el Tercer M u n d o
111
El m u n d o , Europa y las ciencias sociales
129
Adedotun O . Phillips
György Enyedi
loan Mihailescu
El ámbito de las ciencias sociales
Las ciencias sociales y la transición política
en Hungría
135
Las ciencias sociales ante los cambios
en Rumania
141
Servicios profesionales y documentales
Calendario de reuniones internacionales
147
Libros recibidos
151
Publicaciones recientes de la U N E S C O
153
Números aparecidos
155
N.d.l.r.: A propósito de la e x - U R S S
Los artículos de la presente edición de la R I C S se encontraban ya en prensa
cuando la U R S S fue substituida por la Comunidad de Estados Independientes
(CEI), creada el 21 de diciembre de 1991 en Alma-Ata, Kazakhstan. La Federación de Rusia, miembro de la CEI, ha heredado el estatuto de potencia nuclear y
miembro permanente de la e x - U R S S en el Consejo de Seguridad de Naciones
Unidas.
A.K.
A nuestros lectores
Por razones técnicas, dos artículos destinados a este número de la RICS no han
sido publicados. Se trata de "Las paradojas económicas en Europa" de André
Gunder Frank, y de "Del conflicto Este-Oeste a la casa común europea" de
Guennadi Vorontsov. A m b o s aparecerán en el número 132, junio de 1992.
Rogamos a nuestros lectores, así como a los autores de estos artículos, que sepan
excusarnos.
© UNESCO 1992 ISSN 0379-0762
Europa:
un desafío para las ciencias sociales
Bernd Hamm
En este artículo se presentan algunas ideas El proceso europeo
acerca del significado de una nueva sociedad
europea para las ciencias sociales. El trabajo se
divide en cuatro partes: E n la primera se reme- La transformación de Europa en una sola
moran brevemente algunas de las principales sociedad
etapas de la construcción de una sola sociedad Europa se transforma. Los últimos meses de
europea. Se trata, desde luego, de un proceso 1989 presenciaron profundos cambios, inimaúnico, y que las ciencias sociales deben reco- ginables hacía solamente un año. La caída del
nocer c o m o tal. E n la segunda parte se exami- m u r o de Berlín, el 9 de noviembre de 1989,
na el contexto global del proceso europeo y, en señaló el final de la Guerra Fría. Pero los
el centro de nuestro estuacontecimientos de Polodio, se consideran algunas
nia, Hungría, la República
Bernd H a m m es profesor de sociología
de sus consecuencias ecoDemocrática A l e m a n a ,
y director del Centro de Estudios Euronómicas, políticas, sociales
peos en la Universidad de Trier, B P
Checoslovaquia, Bulgaria,
3825, Trier, 5500 Alemania.
e intelectuales. E n todos
Rumania, la Unión SoviéPresidente del Comité de Ciencias Soestos aspectos, el proceso
tica y finalmente Yugoslaciales de la Comisión Alemana de Cooeuropeo justifica sobradaperación con la U N E S C O , es autor de
via y Albania2, apuntan
The Social Nature of Space ( 1990) y
mente una reconsideración
también a una visión de
Progress in Social Ecology (1991).
de los enfoques y teorías
una nueva sociedad euroH a sido el asesor de la redacción para
tradicionales. E n la tercera
pea que no se limitará a
este número, participando activamente
en su preparación. Queremos expresar
se propone la unificación
calcar la idea de naciónnuestro reconocimiento por su valiosa
alemana c o m o una especie
estado a nivel m á s amplio,
colaboración.
de anteproyecto de la intesino que será de una índole
gración europea. U n análinueva y distinta3. A todos
sis equilibrado y en proexcita la nueva visión de
fundidad de lo que ha ocuesta sociedad europea
rrido y sigue ocurriendo en Alemania puede emergente; sólo las ciencias sociales parecen
revelar muchos de los graves problemas y difi- desinteresadas, c o m o si la aparición de una
cultades inherentes a un proceso de integra- nueva sociedad no fuera un acontecimiento
ción en gran escala y proporciona algunas lec- predominante, un proceso único y un consideciones acerca de la integración de Europa. Por rable desafío para ellas4.
último, en la cuarta parte se examina el papel
Este "proceso europeo" no avanza sin teny la contribución potencial de las ciencias sosiones y contradicciones, y sólo las generaciociales a la configuración de la integración eunes futuras podrán apreciar su lógica interna5.
ropea, con miras a conseguir una sociedad m á s
Por el m o m e n t o parece más adecuado pensar,
pacífica, justa y soportable '.
al menos, en tres procesos distintos, relativaRICS 13 I/Marzo 1992
4
Bernd Hamm
Dos momentos históricos de Europa:
Arriba: El 9 de mayo de 1950. en el salón del Reloj de la Quai d'Orsay, Robert Schuman lee la declaración que será
el punto de partida de la integración europea, imapress.
A la derecha: La firma del Tratado de R o m a , en 1957. Kcyslonc-
mente independientes entre si: 1) la continua
integración del Oeste, con la Comunidad Europea (CEE) como fuerza motriz; 2) la continua desintegración del Este (el Consejo de
Asistencia Económica Mutua - C A E M - y la
Organización del Tratado de Varsóvia), y 3) el
proceso de Helsinki, resultante de la Declaración final de 1975 de la Conferencia sobre la
Seguridad y Cooperación en Europa (CSCE).
Son elementos vagamente conectados entre sí,
que incluso utilizan definiciones diferentes de
Europa (como, por ejemplo, en el caso de la
Asociación Europea de Libre C a m b i o
- A E L C - y el Consejo de Europa). Sin embargo, la intuición nos dice que estos caminos
distintos en realidad están conectados entre sí,
y conducen hacia una lógica común, un torrente único al que irán a parar todos los manantiales.
En la C E E , el Mercado Único Europeo es
inminente y promete liberar de restricciones
físicas y administrativas a las poblaciones, las
mercancías, los servicios, el capital y la información. Además de sus profundas consecuencias institucionales, se trata de una condición
de importancia primordial para que la gente
sienta que vive en una misma sociedad europea. Los próximos pasos hacia los Estados
Unidos de Europa están programados, por lo
menos en líneas generales6. La introducción de
una política exterior c o m ú n , m á s allá de la
cooperación existente en estos asuntos, la
unión económica y monetaria y la unión política, cuentan todas ellas con el consenso de los
Estados miembros, por lo menos en principio.
Parece existir asimismo un acuerdo general
entre los 12 países en cuanto a la necesidad de
recorrer parte de esta trayectoria antes de que
Europa: un desafio para las ciencias sociales
pueda pensarse seriamente en la ampliación
de la Comunidad. Ello no impide, junto con el
Mercado Único Europeo, una estrecha asociación de la A E L C con la C E E en un Espacio
Económico Europeo, ni la conclusión de
acuerdos de asociación bilaterales entre la
C E E y los diversos países de Europa Oriental.
Si bien los dramáticos cambios de las sociedades del Este dieron comienzo en Polonia a
finales de los años 70, fue la facción reformista
del partido comunista de la Unión Soviética la
que permitió una nueva comprensión de las
relaciones internacionales, basadas en una responsabilidad mundial c o m ú n . Las propuestas
soviéticas de desarme allanaron el camino hacia un desarrollo gradual de un nuevo tipo de
relaciones Este-Oeste, pero dejando margen
para que los países de Europa Oriental pudiesen optar por su propia vía, con creciente in-
5
dependencia. N o sólo la doctrina Breshnev se
derrumbó sin ruido; los miembros del Pacto
de Varsóvia imprimieron un ritmo práctico al
desarme sin consultarse entre sí y sin ni siquiera negociar, y afinalesde los años 80 7 se veía
claramente que el C A E M y el Pacto de Varsóvia habían llegado a su fin. La "glasnost" y las
reformas democráticas han tenido bastante
éxito, c o m o pueden observar los lectores de
diversas publicaciones soviéticas, c o m o por
ejemplo, la Moscow News. Sin embargo, la
"Perestroika" es m u c h o más difícil de aplicar,
no sólo por la hostilidad de nuevos movimientos conservadores y nacionalistas, así c o m o el
crimen organizado, sino también por la renuencia de Occidente a apoyar el movimiento
de reforma con una asistencia económica eficiente y una mayor conformidad de las diversas posiciones en las negociaciones de desar-
6
m e 8 . El nuevo pensamiento, que se puso de
relieve, entre otras ocasiones, en la Conferencia Internacional sobre el nuevo pensamiento
y la política militar (Moscú, 1989), ha afectado
especialmente la política exterior soviética hacia los aliados del Pacto de Varsóvia; sus repercusiones, no obstante, se dejaron también
sentir rápidamente en la U R S S , donde aparecieron movimientos independentistas en casi
todas las Repúblicas.
Es fascinante comprobar c ó m o las revoluciones no violentas en algunos de los países de
Europa Oriental expulsaron del poder a élites
políticas al parecer bien afincadas, y c ó m o
movimientos sociales mal organizados impusieron su voluntad a los gobiernos; es especialmente sorprendente el caso de la República
Democrática Alemana ( R D A ) . Sin embargo,
en este caso la unificación muestra claras señales de colonización de la parte oriental por la
occidental, y así lo consideran muchos habitantes de la que fue R D A . La realidad del
proceso actual de unificación revela, en grado
m u c h o mayor que el que estamos dispuestos a
admitir, una expropiación despiadada, una especie de absorción no amistosa sin respeto por
la gente, su dignidad humana, sus relaciones,
sus puestos de trabajo o su identidad9.
Los acontecimientos registrados desde el
verano de 1989 no se previeron y, según creen
muchos, no podían preverse. Cada observador
o participante convendrá, no obstante, en que
esta opinión es errónea. La gradual liberalización, junto con la creciente tensión y la decadencia económica, eran otros tantos signos de
un proceso de cambio profundo. Los visitantes
que acudían con alguna asiduidad a países de
Europa Oriental sentían la inquietud creciente, aunque no se veía todavía cuándo se iba a
producir la revolución. Ello se debía a que la
pura ignorancia (para la mayoría de los habitantes de la parte occidental de Alemania, la
R D A era el país m á s extraño del m u n d o ) , la
tendenciosidad ideológica, la continua manipulación de los medios de comunicación y la
incomprensión no permitían a muchos admitir que las sociedades orientales pudieran ser
algo m á s que un imperio estático del mal, un
enemigo permanente. Nuestras percepciones y
especialmente las difundidas por los medios
de comunicación, estaban sistemáticamente
deformadas, no porque no se informase adecuadamente de los acontecimientos, sino m á s
Bernd Hamm
bien porque pocas veces se daban los antecedentes precisos. Esto se hacía evidentemente
para proteger la hegemonía ideológica y la integración de nuestras sociedades. N o quisimos
comprender que en estas sociedades habían
existido movimientos disidentes durante años,
fuera y dentro de la maquinaria política e
incluso dentro de los servicios secretos y que
los sistemas políticos estaban m u c h o m á s diferenciados de lo que queríamos creer. Durante
m u c h o tiempo se ha infraestimado la función
ideológica del conflicto Este-Oeste para nuestras sociedades occidentales. N o obstante, con
las revoluciones silenciosas de 1989, la interdependencia entre Oriente y Occidente cambió de carácter y adquirió una nueva calidad.
Los países de Europa Oriental han tenido
que hacer frente a problemas análogos, aunque
en grados distintos: la deuda externa (especialmente apremiante para Polonia, pero poco
importante, relativamente, para Checoslovaquia), las deficiencias logísticas y de infraestructura, la escasa productividad (por lo m e nos según los criterios occidentales), y el
suministro insuficiente de bienes de consumo.
Si esta situación no cambia rápidamente y en
profundidad, la reforma política correrá peligro, con la posible toma del poder por parte de
elementos neoconservadores o nacionalistas
(como podría ser el caso de la Unión Soviética, donde los movimientos autonómicos proporcionan un pretexto fácil para la intervención). La crisis económica, el final del C A E M
y el Pacto de Varsóvia, la creciente importancia de las relaciones bilaterales, especialmente
con Alemania y la C E E , y la integración deliberada en la economía capitalista mundial,
corren parejas con la voluntad de los políticos
occidentales y los hombres de negocios de hacer caso omiso del debate, actual aunque tímido, sobre las alternativas socialistas o las terceras vías. El imperio de Europa Oriental ha
muerto 10 ; el orden del día para esta Europa
vendrá determinado por la economización, la
descentralización y la democratización en el
sentido occidental de la palabra, y por la exposición a la economía mundial. La degradación
económica, bajo los auspicios del Fondo M o netario Internacional (FMI) y la C E E y una
cierta condición tercermundista, parecen constituir una primera fase inevitable. A plazo m e dio, una especie de reintegración de Europa
Oriental podría ser requisito previo de una
1
Europa: un desafio para las ciencias sociales
asociación m á s estrecha con la C E E , y finalmente la plena integración en ésta", o bien
Europa Oriental retrocederá a la condición de
región en desarrollo o mercado de venta, donde sólo la Unió Soviética (o sus repúblicas
independientes) tendrán los recursos necesarios para convertirse en proveedores importantes de materias primas. La fragmentación
política resultante del abandono del poder por
parte de los partidos comunistas (o, c o m o en
Polonia, la división de la oposición nacional al
haber perdido su enemigo), el problema de la
deuda exterior que permitirá la injerencia del
F M I , y la proliferación de organizaciones políticas, contribuirán a abrir estos países a la
influencia exterior y podrían causar un período más prolongado de inestabilidad política y,
lo que es peor, económica, en el cual todas las
decisiones importantes se impondrán desde
afuera. A medida que pase el tiempo el panorama se irá diferenciando más, c o m o un calidoscopio. Actualmente se registra una fuerte
tendencia hacia un nuevo nacionalismo y unilateralismo, pero al propio tiempo hay señales
que apuntan hacia nuevas formas de cooperación12. El principal elemento c o m ú n es la esperanza de los pueblos de elevar rápidamente sus
niveles de consumo, objetivo para el cual se
supone que lo más importante es copiar experiencias occidentales anteriores e ingresar en la
C E E . Esto podría agrupar a los elementos renuentes, con alguna ayuda o presión de la C E E
para desarrollar más intensamente la cooperación en Europa Oriental.
La Conferencia sobre la Seguridad y la
Cooperación en Europa (CSCE), que tuvo su
origen en la Ostpolitik de Willy Brandt a comienzos de los 70 y en varias propuestas soviéticas anteriores para el establecimiento de
un sistema europeo de seguridad europeo, es el
primer intento, y el más importante, de reducir la brecha entre dos bloques hostiles. Gracias al impulso dado por la C S C E se llevó a
cabo un gran número de actividades entre a m bos bloques, algunas acordadas formalmente y
otras realizadas fuera del marco de negociaciones formales, con objeto de poner fin a suspicacias hostiles y fomentar la confianza en las
intenciones de ambas partes. Pero todo permaneció más o menos a la sombra del program a oficial de la Conferencia, con sus altos y
sus bajos. L a C u m b r e de París de noviembre
de 1990 introdujo una nueva dimensión. N o
sólo los gobiernos participantes firmaron un
acuerdo para la reducción de las fuerzas convencionales (que aún no se ha ratificado), sino
que además convinieron en establecer mecanismos institucionales c o m o reuniones anuales, una secretaría permanente y un centro
para la prevención de conflictos. La C S C E
podría, pues, convertirse en un núcleo institucional y en un modelo de cooperación práctica, con un planteamiento paneuropeo de la
unidad. La Carta de París para una Nueva
Europa es un notabilísimo documento a este
respecto. Al propio tiempo, la C S C E muestra
que Europa no se convertirá simplemente en
otra nación-estado. El proceso europeo introduce una nueva calidad en la organización
política, c o m o ha demostrado convincentemente Maurice Bertrand13. Debemos reconocer que esta nueva calidad exige también una
mayor comprensión analítica por nuestra parte. La C S C E puede ser el marco que haga
posible una integración pacífica Este-Oeste.
El término del conflicto Este-Oeste ha eliminado ciertamente una peligrosísima y costosa fuente de incertidumbre en el sistema internacional. N o obstante, tendemos a olvidar que
nuestra propia definición de sociedades occidentales democráticas y capitalistas dependía
en alto grado de la imagen que teníamos del
"socialismo real" (que, c o m o imagen de la
guerra ideológica, era desde luego tendenciosa). El socialismo c o m o concepto viable seguía
siendo, a pesar de todas sus deficiencias, una
autointerrogación permanente sobre el h u m a nismo, la justicia social, la igualdad y la coincidencia de nuestras ideologías democráticas
con la realidad social. Al no existir ya este
reto, Occidente ha perdido un poderoso mecanismo para la reforma social y la identidad. El
valor de intercambio parece haberse convertido en la última palabra de la historia14.
El contexto mundial y las
consecuencias para el proceso
europeo
El contexto mundial
C o m o algunos estudiosos15 comprendieron de
inmediato, los acontecimientos del otoño de
1989 preludiaban el final del conflicto EsteOeste, que había dominado el escenario de la
8
política internacional desde el término de la
segunda guerra mundial. El centro de atención
se desplazó inmediatamente a las constantes y
cada vez mayores disparidades entre el Norte
y el Sur. La Guerra del Golfo fue la primera
ocasión en la que el Este y el Oeste unieron sus
fuerzas y legitimaron la intervención armada
en un país del Tercer M u n d o , por intermedio
de las Naciones Unidas. El número de víctimas no se conoce todavía, mientras vemos
cómo centenares de miles de refugiados kurdos se desplazan al Norte, en condiciones de
suprema miseria. Sólo con extrema lentitud, y
bajo la presión de la opinión pública, empieza
a llegarles la ayuda internacional.
Esto es sólo la punta del iceberg. Las guerras y los conflictos violentos, la pobreza, la
insalubridad y la malnutrición, la crisis de la
deuda, las imposiciones del F M I , el descenso
de los precios de los productos básicos y las
catástrofes ambientales hacen que millones de
personas abandonen sus hogares y emigren a
otras partes16, en su mayor parte a los países
prósperos del Norte. Se ha calculado que solamente en los Estados Unidos hay unos 10
millones de inmigrantes ilegales. Otras estimaciones, correspondientes a la Unión Soviética,
indican que de 6 a 20 millones de personas
están dispuestas a emigrar a Europa Occidental y América del Norte en cuanto se levanten
las restricciones a los viajes, medida que se ha
prometido para 1993. N o se ha calculado aún
el número de emigrantes potenciales de otros
países de Europa Oriental. América del Norte
y las regiones prósperas de Europa Occidental
son el punto de mira de dos enormes flujos de
emigración, uno procedente del Este y el otro
del Sur. Por regla genral, la migración es una
consecuencia directa de la disparidades económicas, lo que hace relativament fácil para los
especialistas en ciencias sociales pronosticar el
futuro inmediato. Así pues, podemos afirmar
sin vacilación que el fracaso de las políticas
occidentales de desarrollo, que no han conseguido reducir las disparidades de riqueza entre
los pueblos, es la causa directa de las próximas
migraciones.
Al propio tiempo, hacemos todo lo que
podemos por destruir, a escala mundial, la
base natural de nuestra existencia: cada segundo se pierden 1.000 toneladas de suelos fértiles, arrastrados por las corrientes; cada segundo, proyectamos al aire 1.000 toneladas de
Bernd Hamm
gases de "invernadero"; cada segundo, se
destruyen 4.000 metros cuadrados de bosques; cada día, desaparecen de 10 a 50 especies biológicas17. El cambio climático es
consecuencia del efecto "invernadero", la
destrucción gradual de la capa de ozono y
la contaminación permanente de desechos
tóxicos y radioactivos; esto son otros tantos
problemas de alcance mundial, ya ampliamente debatidos18.
N o es sólo el hecho de que Europa adquirió
el predominio mundial en la era de los grandes
descubrimientos y el colonialismo", impuso
fronteras, erradicó culturas y tradiciones locales, dio forma a las percepciones y las actitudes de las élites locales y explotó los recursos
mundiales en interés propio. E n un proceso de
metabolismo económico, las poblaciones de
los países ricos consumen la riqueza de la tierra y descargan en el resto de la humanidad
sus desechos. Propagamos la ideología del
egoísmo desconsiderado, pensamos con los eufemismos de la economía de mercado. Fijam o s las normas del juego económico en las
cumbres económicas mundiales y en las instituciones de Bretton W o o d s , y no dudamos en
emplear la violencia para defender nuestros
privilegios e intereses.
La paz, el desarrollo y la protección del
medio ambiente natural constituyen el triángulo de los problemas mundiales, y sólo la
solidaridad mundial es garantía de la supervivencia de la humanidad. Los riesgos ambientales, los flujo de emigración y la violencia
son fenómenos mundiales que no dejarán
de afectar a los europeos. N o existe una
" E U R O P A F O R T A L E Z A " que pueda impedir
el cambio climático en el continente. D e b e m o s entender que un nuevo orden mundial ha
de construirse ante todo sobre nuevos principios de responsabilidad y solidaridad
universales. Los ricos han de pagar tributo
a la "sostenibilidad"; si no lo hacen, será
imposible eludir la reacción mundial. Esta es
la mejor de todas las razones para que c a m biemos nuestras actitudes.
Si bien todo esto no es nuevo 20 , los c a m bios en Europa han creado una situación que
hace que estas cuestiones sean m á s urgentes
que nunca. Es importante, pues, pensar en
algunas de las consecuencias del proceso europeo, para así definir con m á s claridad la posible contribución de las ciencias sociales.
Europa: un desafio para las ciencias sociales
Consecuencias económicas
del proceso europeo
Parece que Europa, y especialmente la C E E ,
sea sobre todo un negocio21. Los principales
efectos de la integración son el nivel m á s alto
del proceso de adopción de decisiones, visibles
sobre todo en la política económica, la extensión de los mercados mediante la normalización y la creciente concentración en grandes
monopolios (a nivel nacional) u oligopolios (a
nivel europeo o mundial). La fuerza motriz de
este proceso son las empresas transnacionales,
y existe un interés m u y limitado en otros aspectos del proceso de integración, c o m o son el
social, el cultural, el educativo, el ambiental o
la democratización de las instituciones. El objetivo primordial es el crecimiento económico
que, c o m o es natural, no es m á s que un eufem i s m o para designar los beneficios.
El debate sobre el crecimiento económico
presenta ciertas anomalías22. Desde hace m á s
de 20 años los especialistas en ciencias sociales
son conscientes del hecho de que el crecimiento anual del P N B tiene poco o nada que ver
con el aumento de los ingresos reales de la
población. N o sólo valoramos positivamente
los daños causados a la naturaleza y a nosotros
mismos, así c o m o la explotación excesiva de
los recursos, sino que además el P N B no dá
ninguna indicación de la distribución de los
ingresos. Se hace poco caso de los costos sociales de la empresa privada23, a pesar de todos
los debates en curso acerca de la internalización. Si bien es comprensible que las empresas
privadas tengan un vivo interés en los índices
de crecimiento, no es aceptable que los gobiernos nacionales consideren el crecimiento del
P N B c o m o el criterio m á s importante del éxito
político. U n argumento favorito (que se encuentra también en el informa Brundtland) es
que sólo mediante el crecimiento económico
será posible conseguir la seguridad social, el
desarrollo y la protección ambiental. Este argumento parece convincente a primera vista.
Sin embargo, se basa en la premisa no demostrada de que la distribución actual de la riqueza y los ingresos es sacrosanta. E n otras palabras, el argumento del crecimiento sólo opera
a favor de los ricos y los poderosos.
El debate presenta un aspecto m á s técnico
y difícil, a saber, c ó m o incluir las cuestiones
descuidadas en un sistema de contabilidad
9
económica, aspecto que es a la vez teórico y
normativo -crecimiento económico frente a
sostenibilidad. En cuanto al primero, baste decir que estamos aún m u y lejos de una operacionalización viable de los costos y los beneficios sociales, pese a todos los sistemas de
indicadores sociales. E n cuanto al segundo y
más importante aspecto, es evidente que el
consumismo y el estilo de vida de la clase
media occidental: a) no puede hacerse extensivo al resto del m u n d o sin agotar m u y rápidamente todos los recursos disponibles y b) ni
siquiera puede mantenerse durante m u c h o
tiempo en Occidente. Aunque esto lo sabe casi
todo el m u n d o , aún no se conocen las consecuencias prácticas. E n el Este, especialmente,
el cambio hacia el capitalismo se basa en la
esperanza de alcanzar un nivel de consumo
occidental y Occidente hace poco por disipar
esta esperanza. Las poblaciones del Tercer
M u n d o , junto con las futuras genraciones, pagan la riqueza occidental.
El concepto de "sostenibilidad" se ha concebido c o m o una alternativa al crecimiento
económico. Por nebuloso que sea todavía este
concepto24, guarda relación no obstante con
conceptos tales c o m o la economía del no crecimiento, la economía de la estabilidad, etc.,
que significan todos ellos que el consumo de
recursos naturales debe equilibrarse con su renovabilidad, en una perspectiva a largo plazo
y a escala mundial. Por "sostenibilidad" se
entiende, en otras palabras, que la humanidad
renuncia al dominio y la explotación de la
naturaleza, para integrarse en el tejido de la
vida, con una actitud de cuidado y respeto
hacia las otras especies. El valor ético de la
justicia social y la interdependencia empíricamente evidente entre la pobreza y la excesiva
explotación del medio ambiente, contribuyen
a hacer de la sostenibilidad un concepto casi
viable e indican qué tendencias deben cambiar
de rumbo para que la especie h u m a n a pueda
sobrevivir. Ernst von Weizsäker tiene m u c h a
razón cuando dice que el siglo X I X fue la era
de la economía, y el siglo X X ha de convertirse en la era del medio ambiente25. Para alcanzar este objetivo, hace m u c h a falta un nuevo
sistema de contabilidad económica que operacionalice los costos y beneficios no monetarios
y pueda utilizarse a escala mundial. Esto significa también que hemos de rediseñar nuestras
economías para atender a intereses sociales a
Bernd Hamm
10
largo plazo, y no para suministrar beneficios a
corto plazo a unos pocos. Weizsäker ha avanzado concisamente la idea de una sociedad
rica pero sostenible, en la que la participación
cultural sea m á s important que el consumo.
Por abstracta que pueda parecer esta idea frente al anonimato y la amoralidad crecientes del
capital, no hay ninguna otra vía hacia la supervivencia.
Lo propio cabe decir, naturalmente, de las
instituciones económicas yfinancierascreadas
para salvaguardar los privilegios y la superioridad del Grupo de los 10, en particular el Fondo Monetario Internacional. N o es aceptable
ya que las normas impuestas por el F M I tengan c o m o consecuencia el hambre, los disturbios, la pobreza, la miseria e incluso las epidemias (como el cólera en el Perú), ni es posible
que el F M I siga privando a las naciones de su
derecho a la autodeterminación con respecto a
la distribución de las riquezas y los ingresos, o
del grado de aceptación de capital extranjero.
Si bien casi todos los Estados Miembros de las
Naciones Unidas aceptaron teóricamente estos principios al firmar la Declaración para un
Nuevo Orden Económico Mundial, así c o m o
la Carta de Derechos y Deberes Económicos
en 1974, en la práctica poco o nada se ha
hecho al respecto. El resultado es que, con la
crisis de la deuda internacional y el empeoramiento de la relación de intercambio, la explotación del Tercer M u n d o va en aumento y la
brecha entre los niveles de bienestar de las
diversas sociedades se hace más profunda. El
papel negativo de las empresas trasnacionales
en este proceso no puede ignorarse. Pocas cosas parecen haber cambiado desde la publicación del importante libro de Barnet y Müller26,
que debería ser de lectura obligada para los
economistas, los políticos y el público de los
países de Europa oriental.
mías sumergidas, algunas delictivas pero la
mayoría de ellas no, han adquirido mayor importancia. Pese a los problemas que causan
para nuestros sistemas de seguridad social, podría ser interesante aprender del segundo y
tercer mundos, que tienen muchas más experiencia que nosotros en los sectores informales. La naturaleza misma del trabajo está c a m biando a causa de la automatización y la
robotización, y no es posible hacer frente al
desempleo con los sistemas tradicionales.
Consecuencias politicas
del proceso europeo
En la esfera política, el proceso europeo parece
apuntar a una reorganización fundamental de
la sociedad mundial: es elfinal,no solamente
de las grandes potencias sino también de la
nación-estado. Maurice Bertrand aduce m u chos argumentos importantes desde la perspectiva de una "organización mundial, tercera
generación"27. Este autor tiene ciertamente razón cuando afirma que la extremada heterogeneidad de las naciones-estados de hoy es uno
de los principales obstáculos a una organización democrática mundial, y que esta hetrogeneidad sólo puede superarse creando unidades
nuevas en condiciones de mayor igualdad. La
retirada de los Estados Unidos de la U N E S C O
fue el intento más espectacular de una superpotência aunque no el único, para hacerse con
el control del sistema de las Naciones Unidas
saltándose el principio de "una nación-un
voto", introducido en la época en que la potencia de ese país no conocía límites. Sólo en
un m u n d o reorganizado podrán las Naciones
Unidas y sus organizaciones funcionar de un
m o d o nuevo y conveniente. Después de Europa y América del Norte (el acuerdo de libre
comercio entre los E E . U U . y el Canadá), y
Sin embargo, la polarización de la riqueza acabado el apartheid, África sería ciertamente
y los ingresos no se produce solamente a escala un candidato a la integración en gran escala, al
mundial, sino también dentro de las socieda- igual que América Latina. Desde este punto de
des ricas, y se verá aún más acentuada por la vista, el proceso europeo ha de ser del m á x i m o
inmigración. Independientemnte de los artifi- interés para los especialistas en ciencias sociacios de la estadística, el desempleo en la C E E les de todo el m u n d o , un laboratorio en el que
puede haber alcanzado un 15 % aproximada- los demás pueden intentar aprender sus posimente, lo que significa que el 15 % de la fuerza bles tareas del mañana.
laboral potencial y las personas a su cargo se
La continua integración europea significa
ven privadas de las oportunidades de una vida que las naciones-estado van transfiriendo granormal, la autoestima y gran parte de los con- dualmente parcelas de su soberanía a una instactos sociales y la responsabilidad. Las econo- titución supranacional. Esto es lo que está ocu-
Europa: un desafío para las ciencias sociales
rriendo por muchos conceptos en la C E E
(pero, y esto es interesante, nunca ocurrió en el
C A E M O , y seguirá ocurriendo, ya que la intención declarada de los Estados miembros es
construir una unión política, los Estados Unidos de Europa. Los Estados Unidos de Europa
serán una fuerte potencia económica y política. A pesar de que los Estados Unidos han
intervenido en el proceso, promoviendo la integración europea después de la segunda guerra mundial, y a pesar de las raíces culturales
comunes, Europa se irá apartando gradualmente de los E E . U U . 2 8 . Las dos partes c o m prenderán que sus intereses, objetivos y estratgias no coinciden forzosamente y que otras
coaliciones podrían resultar a veces m á s ventajosas. H a y buenos motivos para creer que las
nuevas unidades supranacionales que aparezcan serán de naturaleza distinta a las actuales
superpotências, o sea, unidades federales m á s
bien heterogéneas yflexibles,ninguna de las
cuales tendrá el poder suficiente para hacer de
policía del m u n d o , ni las demás se lo permitirían29.
N o hay que dejar que la integración europea se convierta en un pretexto para que las
regiones ricas de la sociedad mundial construyan fortalezas y excluyan a los demás de la
abundancia. Las disparidades extremas de la
riqueza son el principal origen de la violencia,
los conflictos, la delincuencia y la guerra. El
Sur no seguirá aceptando servir de c a m p o de
batalla y de traspatio del hambre, la pobreza,
la prostitución y la corrupción en interés de los
ricos. Nuestro futuro está inextricablemente
vinculado con el futuro del Sur. Cuanto antes
reconozcamos y aceptemos la interdependencia mundial, mayores serán las posibilidades
de un desarrollo solidario y positivo para todos.
La nación-estado, producto de los siglos
XVIII y X I X y que se estableció con finalidades m u y distintas, se va erosionando lentamente. A u n q u e es demasiado pronto para declarar el fin de esta concepción política, no lo
es para hacerse preguntas acerca de la naturaleza de las nuevas formas posibles de organización política. Ante todo convendría saber qué
tareas podrían asignar al Estado los ciudadanos de una sociedad democrática, y a qué niveles. Sorprendentemente, las teorías políticas
recientes no parecen prestar m u c h a atención a
las tareas del Estado, aunque se trata de uno
11
de los problemas m á s fundamentales. E n las
sociedades capitalistas occidentales existe la
impresión ampliamente difundida, aunque
con diferentes argumentos e implicaciones según se trate de círculos neoconservadores, progresistas o "verdes", de que hoy día el Estado
hace demasiadas cosas. Pro no hay un consenso sobre lo que debe o no debe hacer el Estado.
La segunda cuestión es la de saber qué unidad
territorial podrá llevar a cabo estas tareas con
un m á x i m o de eficiencia y, al propio tiempo,
con un m á x i m o de control democrático. Aquí
interviene el problema de la gobernabilidad,
que se ha examinado a todos los niveles: internacional, nacional, provincial y ciudadano. La
tercera cuestión se refiere a los medios y las
características de organización que deberán
reunir estas unidades territoriales. Si la nación-estado abandona deliberadamente m u chas tareas tradicionales en favor de una institución supranacional, ¿cuál será su razón de
ser? La mayoría de los servicios e infraestructuras públicas pueden suministrarse a niveles
m u c h o menores que el de la nación-estado,
aunque bajo una cierta jurisdicción uniformadora. Si llamamos a esta unidadficticiaregión, ¿qué se entenderá por región en términos
de organización política y derecho constitucional? ¿ C ó m o puede delimitarse, y de qué unidades ha de constar? ¿Hasta qué punto permitirá
reflejar la diversidad étnica y cultural?30. ¿Podrá ayudar a resolver algunos problemas de las
minorías? ¿Qué sistemas de distribución de
ingresos podrán establecerse para evitar las
crecientes disparidades socioeconómicas?
¿Contribuirá la segregación social en pequeña
escala a la integración en gran escala de una
sociedad pluricultural?31. ¿En qué condiciones
será posible la globalidad institucional y el
autogobierno? ¿ C ó m o estarán representadas
políticamente las regiones a niveles m á s altos?
El establecimiento de regiones relativamente
autónomas a nivel m á s bajo, y la centralización del poder a nivel supranacional, ¿querría
decir que convendría un cierto grado de disociación entre los dos niveles? Estas y otras
muchas cuestiones deben considerarse con rigor científico y con imaginación creadora,
para encontrar respuestas que vayan m á s allá
del debate convencional en curso sobre una
Europa de las regiones.
Existen otras tareas de reorganización política y administrativa. Nuestras estructuras ad-
12
Bernd Hamm
sito era liberar a la empresa privada del control estatal para aumentar sus beneficios. Es
m á s bien un argumento de corte democrático
liberal, que tiene en cuenta el debate sobre la
participación de los ciudadanos y las experiencias de este tipo, en un intento de liberar al
ciudadano de la socidad democrática del d o minio de los tecnocratas.
La integración europea parece añadir una
nueva burocracia (mayor y menos transparente) a las burocracias existentes. Ello hace que
el europeo medio no sienta ningún entusiasmo
por Europa, c o m o muestran las campañas
electorales para el Parlamento Europeo. Si
bien la integración europea tiene forzosamente
efectos centralizadores y normalizadores y
permite economías de escala en la producción
de masa, debe complementarse no obstante,
con un aumento de los márgenes de individualización regional, autonomía y autogobierno
regional y con la necesaria reconsideración del
lugar que corresponde actualmente a la nación-estado. El proceso consistente en a u m e n tar el tamaño de la empresa privada, los grupos de presión, los partidos políticos y muchas
organizaciones debe ir acompañado de una
reducción de las proporciones en lo que concierne directamente a los particulares y las
familias. Este es el caso de los suministros de
energía y de agua, el reciclaje y la eliminación
de desechos, los jardines de párvulos, las escuelas y los servicios para la tercera edad, un
considerable número de servicios sociales que
podrían organizarse a nivel de vecindad, así
c o m o parques y cementerios. U n a autodeterminación auténtica es imposible a niveles donde las cosas se hacen demasiado abstractas,
complejas y alejadas para que la persona las
entienda. E n cada caso, hay que considerar
cuidadosamente si la centralización de las norm a s y la ejecución es necesaria, si son las
instituciones regionales o locales quienes deberán poner en práctica las normas fijadas a
Y o creo que muchas de las tareas de la nivel central, y definirse los sectores en que no
administración pública están mal concebidas. deba ponerse límites a la autonomía local (por
En vez de dejar que la gente decida por sí ejemplo, el principio de Subsidiarität). Así pomisma lo que tiene que hacer, y proporcionar- dría m u y bien suceder que los efectos de norle el apoyo y los incentivos necesarios, la ad- malización de la integración europea coinciministración pública tiende a monopolizar las dieran con un considerable aumento de la
responsabilidades y asume continuamente una diversidad a nivel regional y local. Gracias a
carga excesiva con respecto a su capacidad. las nuevas tecnologías de información y c o m u Esto no es un argumento en favor de la desre- nicación y a la creciente interdependencia en
glamentación thatcheriana, cuyo único propó- muchos aspectos, esto no daría lugar a una
ministrativas se caracterizan por ministerios
que ejercen la jurisdicción y la responsabilidad
más o menos exclusiva sobre un cierto número
de tareas, pero no tienen competencias en ninguna otra. Sólo el departamento administrativo principal desempeña funciones polivalentes. La jerarquía, la división de la responsabilidad, los cauces oficiales, las carrerasfijasy la
antigüedad, es decir, todas las características
de que se sirvió M a x Weber 3 2 para describir la
burocracia "racional" prusiana, regulan aún
nuestras administraciones políticas pese a que
las funciones del servicio público han cambiado enormemente. Ocurre así que las cuestiones de la seguridad corren a cargo del ministerio de defensa, y las de agricultura del ministerio de agricultura. C o n ello, no sólo ignoramos
la interconexión fundamental de todos los aspectos de la sociedad, que es especialmente
importante ya que en la administración pública las funciones de planificación tienen mayor
relevancia que los programas puramente condicionales, sino que además permitimos que
los grupos organizados de presión influyan en
las decisiones para decantarlas a su favor, sin
que se ejerza un control democrático suficiente (los dos ministerios mencionados, defensa y
agricultura, son ejemplos perfectos de ello,
aunque no los únicos). La administración pública se ha aislado del ciudadano y es extremadamente tendenciosa y conflictiva, con ministerios que compiten entre sí para aumentar su
influencia política y disponer de m á s recursos,
se paralizan mutuamente negándose información o cooperación, impiden o manipulan el
control democrático y contribuyen a hacer que
los gobiernos sean imposibles de administrar,
y las sociedades de gobernar. Esto no debe
considerarse necesariamente negativo, pero
por lo menos es m u y costoso y absorbe m u chos recursos. E n breve, las adminitraciones
públicas tienden a ser no sólo ineficientes, sino
además antidemocráticas.
13
Europa: un desafio para las ciencias sociales
excesiva fragmentación administrativa. El nivel regional y local seguiría registrando u n alto
grado de participación, c o m o podemos ver
hoy en Suiza, por ejemplo.
Las regiones se situarán probablemnte en
un espacio intermedio entre lo que hoy son los
municipios y las provincias/estados. N o serán
de tamaño o población uniformes; las zonas
urbanas que sean unidades funcionales integradas podrán constituir regiones (por ejemplo, el gran Londres o Metro Toronto), y lo
propio cabe decir de las zonas rurales relativamente grandes, remotas y pocas pobladas.
Siempre que sea posible, la región deberá desarrollarse desde la base, y no imponerse desde
arriba. Sin embargo, para que este planteamiento surta efecto será preciso conceder incentivos. Son los ciudadanos de los municipios los que deberán decidir si quieren o n o
juntarse con otros para constituir una región, y
una decisión positiva debería conllevar ciertos
beneficios. A la larga, las regiones podrían sustituir a los municipios y a las provincias.
E n esta situación, el papel de la naciónestado pierde importancia, desde arriba y desde abajo. U n a de sus principales tareas podría
mantenerse: la de vigilar que la creciente diversidad regional no dé lugar a graves disparidades socioeconómicas, y que la autonomía
regional no se convierta en una pobreza autogobernada. Otras tareas que podría asumir el
Estado son la inspección del comercio, el control ambiental, la supervisión de los servicios
relacionados con la salud, etc. Este cambio en
el papel de la nación-estado podría reflejarse
en el tipo específico de mecanismos de control
de la democracia. En cualquier caso, el proceso europeo significa una redistribución del poder, antes perteneciente a la nación-estado, y
una sociedad democrática debe someter estos
cambios tan importantes a debate, y a la decisión del público.
C o n el declive gradual de la nación-estado 33 , los nacionalismo podrían tender a desaparecer y dejar de ser fuente de conflictos; en
cambio, los regionalismos quizás adquieran
una cierta importancia. Pero c o m o las regiones no tienen fuerzas armadas, sus conflictos
podrían resolverse en competiciones deportivas pacíficas. E n una edad caracterizada por
los múltiples medios de causar bajas al enemigo, la lógica de la solución bélica de los conflictos ha alcanzado niveles absurdos34 (a m i
juicio, la Guerra del Golfo no contradice en
m o d o alguno esta opinión, sino que la corrobora). E n el futuro, el monopolio de la violencia física legítima debería transferirse exclusivamente a las instituciones gubernamentales
supranacionales; las regiones podrían mantener pequeños cuerpos de policía propios, pero
sin armas. La paz deberá asumir un nuevo
significado, descartándose la concepción negativa de ausencia de violencia en favor de u n
concepto positivo de la solidaridad, la justicia
y la cooperación. E n lo relativo a las ciencias
sociales, esto significa que hemos de profundizar en nuestra comprensión de las razones de
los conflictos y las causas de la guerra. L a
investigación sobre la paz ha producido ideas
sumamente útiles35, de las que todavía no se
han extraído consecuencias prácticas.
Consecuencias sociales
del proceso europeo
La migración será un efecto directo de la integración. Por lo general, los movimientos m i gratorios tienden a reflejar diferencias regionales de bienestar socioeconómico. Cuanto m a yor es la disparidad entre dos regiones, mayor
será el flujo migratorio de la región pobre a la
región rica. C o n respecto a la migración interna de Europa Occidental, a partir de 1993 n o
habrá m á s restricciones y por consiguiente este
mecanismo entrará en funcionamiento. La m i gración puede tener un impacto considerable
en la composición de la población. D e ordinario, son los jóvenes y los adultos independientes con niveles relativamente elevados de educación los que m á s inclinados se sienten a
emigrar. H a n de ser móviles, hacerse con información sobre el lugar al que quieren emigrar, y estar dispuestos a correr con los gastos
y considerarlos inversiones para su futuro. Por
consiguiente, las regiones ricas con poblaciones de edad relativamente elevada serán los
objetivos preferidos de la emigración, mientras que los habitantes de las regiones en declive, con altas tasas de desempleo y poblaciones
relativamente jóvenes, serán los que más tenderán a emigrar. Por otra parte, la emigración
contribuirá a reducir las disparidades de bienestar social en favor de los emigrantes y a
compensar los desequilibrios en la composición de la población, afianzando así los sistemas de seguridad social. Sin embargo, por otra
14
Bernd Hamm
Los aspectos positivos y negativos del proceso europeo:
Arriba: Manifestación por la paz en una Yugoslavia desgarrada por las pasiones nacionalistas, imapress.
A la derecha: Lituanos celebrando su independencia, en Vilnius, septiembre de 1991. A. Hernández. Sipa
parte la migración selectiva supone un círculo
vicioso para las regiones pobres, donde los
componentes m á s activos de la población emigran, reduciendo con ello las posibilidades de
recuperación. En tercer lugar, la migración intraeuropea dará lugar a poblaciones étnica y
culturalmente mezcladas, o pluriculturales.
Para determinar la capacidad de integración
de una población, especialmente en condiciones de desempleo, sería m u y útil estudiar cuidadosamente las experiencias de sociedades de
inmigración, c o m o Canadá o Australia. Esto
podría contribuir al diseño de políticas de integración y, es de esperar, a evitar la discriminación y los extremismos de derechas36.
C o n respecto a la inmigración procedente
del exterior de Europa, la situación es distinta.
Aquí Europa tiene una cierta posibilidad de
ejrcer control mediante una política de inmigración. D e nuevo conviene estudiar cuidadosamente las experiencias de las sociedades de
inmigración, comparándolas con los diferentes
sistemas que ya existen en los países europeos.
U n a política de inmigración completamente
abierta es poco realista, por la oposición política y popular a que dará lugar. Es preferible
adoptar un sistema de contingentes, y aquí
también la experiencia del Canadá es esclarecedora37. U n sistema de contingentes debe ir
acompañado de inversiones europeas en las
regiones de emigración, para reducir el n ú m e ro de emigrantes. Sin embargo, en ningún caso
deberá ponerse en entredicho el derecho de
asilo político, que es consustancial con una
sociedad abierta y liberal.
En el terreno de la educación, existen dos
filosofías contrapuestas. U n a considera que la
educación es un requisito previo para conseguir un empleo lucrativo; el sistema escolar
financiado con fondos públicos constituye
pues una subvención encubierta a la economía, y la educación se evalúa en función de su
rendimientofinanciero.Este es el enfoque predominante, aunque ha quedado anticuado. L a
otrafilosofíaconsidera que la educación es u n
medio de integrar al individuo en una cultura
Europa: un desafío para las ciencias sociales
determinada, y permitirle que forme parte del
patrimonio de una determinada sociedad, de
su creatividad y de su apertura a otras culturas. Los sistemas educativos basados en este
segundo criterio son m u y distintos; normalmente conceden mayor importancia a una formación de base m u y amplia que combina conocimientos analíticos, artísticos, manuales y
sociales en los que puede basarse un proceso
de aprendizaje vitalicio con especializaciones
consecutivas, en su mayor parte en el trabajo.
D a d a la incertidumbre de los futuros mercados de empleo, la formación básica ya no puede servir para incorporar a los jóvenes a la
estructura de clases de su sociedad, sino que
m á s bien ha de permitirles que desarrollen en
la m á x i m a medida posible sus talentos y potencialidades. L a comprensión, el universalism o y la tolerancia son algunos de los objetivos
m á s importantes de esta formación básica.
Este parece ser el único medio de liberar a
sociedades abrumadas por el peso del subsidio
de desempleo.
15
Otro sector en el que prevalecen dos criterios contradictorios es el de la seguridad social. El criterio común se basa en la idea de la
protección contra el riesgo. Desde el punto de
vista de la organización, se trata de un sistema
de seguros financiado con el réditofiscalde los
ingresos. En términos estrictos, ello no protege
contra los peligros de enfermedad, pobreza,
desempleo, vejez o accidentes, sino más bien
contra la pérdida de un cierto nivel de vida. La
opinión opuesta se basaría en la idea de un
mantenimiento básico para todos. Este criterio del mantenimiento básico está adquiriendo
una importancia creciente a medida que una
proporción cada vez mayor del P N B es producida por máquinas automáticas, robots, etc.,
con sólo una aportación mínima del trabajo
h u m a n o . E n esta situación, la capacidad adquisitiva tiene que mantenerse mediante subvenciones para sostener la economía, lo que
significa un ingreso mínimo garantizado para
todos38. Este planteamiento no evita la desigualdad de los ingresos, pero impide una pau-
16
perización masiva; además, es uno de los m e dios m á s prometedores de conseguir la plena
emancipación de la mujer.
La sociedad europea será inevitablemente
pluricultural. El pluriculturalismo sólo puede
florecer y desarrollarse si se protege y apoya
mediante disposiciones institucionales adecuadas, c o m o el plurilingüismo, un sistema
judicial relativamente transparente, un apoyo
activo a los diferentes patrimonios culturales,
una opinión pública que considere que cada
aportación extranjera es enriquecedora y desaliente todas las formas de discriminación, y un
sistema económico y político que fomente la
conservación de las raíces culturales, los idiomas, las religiones, las estrategias para resolver
problemas y los procedimientos populares,
considerados c o m o recursos insustituibles (es
decir, el planteamiento del mosaico, y no del
crisol). Muchas de las instituciones existentes
tendrán que adaptarse a esta nueva tarea, especialmente en las naciones-estados mayores y
relativamente homogéneas.
Consecuencias intelectuales para
las ciencias sociales europeas
Europa fue la cuna de nuestras ideas, ampliamente compartidas, de racionalidad, humanism o y progreso. La racionalidad europea se
nutre de la idea de que los seres humanos son
capaces de gobernar la naturaleza, descubriendo las leyes de su funcionamiento. La naturaleza se veía c o m o algo que existe fuera de
nosotros mismos, con lafinalidadexclusiva de
servir a los seres humanos; se creía que su
capacidad de explotación era ilimitada. Fue el
Club de R o m a el que, a comienzos de los años
70, demostró las consecuencias de esta falsedad, y le puso fin39. L a racionalidad europea
casaba bien con los ideales del humanismo y
los derechos humanos. El elemento básico del
humanismo era el individuo, y se pretendía
que estos individus, aislados de su contexto y
estructura social circundante, tendrían por su
misma naturaleza las mismas posibilidades de
autorrealización, y los mismos derechos. Esto
permitía hacer distinciones entre la persona
normal y la persona anómala, y encerrar a esta
última en hospitales, cárceles o lupanares. El
humanismo liberal se convirtió en la ideología
de las clases rectoras, y no tuvo en cuenta el
hecho de que la igualdad no es un concepto
Bernd Hamm
biológico, sino una relación del individuo con
la estructura de la sociedad. N o es la biología
lo que nos hace desiguales40, sino m á s bien
dónde crecemos, quién nos educa y en qué
entorno, qué contactos tenemos, qué normas y
criterios adoptamos en la socialización, qué
técnicas adquirimos. Según el liberalismo,
"enrichissez-vous" (enriquézcase) es el lema
idóneo para los que están en mejores condiciones iniciales de aprovechar su entorno social y
natural. N o es lema, y no hay que permitir que
lo sea, para una sociedad justa y sostenible. El
humanismo europeo fue siempre sumamente
selectivo, y no trató ni m u c h o menos a todos
los seres humanos por igual; sobrevivió sin
grandes cambios a la esclavitud y al colonialism o , a la opresión política y a la pauperización,
a la explotación y a la agresividad, al nacionalismo y al fascismo, así c o m o a la actual privación sistemática que sufren grandes sectores
de la población, c o m o por ejemplo las m u jeres.
C o n cierta frecuencia la idea del progreso
servía para justificar el trato desigual de los
seres humanos. Algunos no eran aptos para la
supervivencia, otros no eran arios, o no eran
blancos, o no eran progresistas, o no eran occidentales, o no eran capitalistas, o no eran lo
bastante socialistas para gozar de las mismas
oportunidades vitales que los afortunados. El
progreso era un concepto tecnocrático estrechamente vinculado con un paradigma maquinístico de la sociedad. El crecimiento era su
objetivo primordial, y en su idea m á s estrecha
de crecimiento económico se convirtió en un
importante objetivo, y en el becerro de oro de
todas las economías y gobiernos, sean cuales
fueren sus ideologías y a pesar de sus aspectos
negativos. El control sobre la naturaleza (incluida nuestra propia naturaleza social y física) y el consumo fueron en aumento. T o d o el
m u n d o tenía que someterse a este modelo,
tanto los países del Tercer M u n d o c o m o los
sectores renuentes de nuestras propias sociedades, y no dudábamos en utilizar medios
coercitivos para convencerles de sus beneficios41.
El nuevo pensamiento para el futuro de
Europa y la sociedad mundial tendrá que revisar las ideas de progreso, humanismo, racionalidad y derecho humanos individuales, con
objeto de adquirir una visión universal, tolerante y responsable para el conjunto de la
Europa: un desafio para las ciencias sociales
humanidad. Estas revisiones han sido necesarias, desde luego, a lo largo de toda la historia
h u m a n a . En nuestra situación histórica específica, las piedras angulares de la nueva ideología han de ser la sostenibilidad económica
y ecológica mundial, la seguridad mundial y
la no violencia, la paz positiva y la justicia
social.
C o m o se desprende claramente del anterior
examen, el prceso europeo es demasiado c o m plejo y tiene demasiadas consecuencias teóricas y prácticas para que pueda analizarse desde la perspectiva de una sola disciplina. Si
aceptamos el desafío de contribuir a la concepción de esta sociedad emergente, la perspectiva ha de ser holística, con un enfoque orientado hacia los problemas42. Es probable que el
desafío europeo nos permita entender que los
dos criterios opuestos, el holístico y el positivista, no son contradictorios c o m o creía Karl
Popper 43 , sino complementarios. U n a teoría
amplia y global de la sociedad no se desarrolla
c o m o un proceso consistente en combinar diversas teorías de alcance intermedio (como
nos indicó Robrt Merton) para formar un m o saico, sino m á s bien c o m o una cuadrícula que
se va llenando cada vez más de diversos conocimientos. Sólo una amplia comprensión holística nos permitirá afrontar cuestiones de relevancia social y responsabilidad ética, y construir los marcos teóricos de referencia. En las
hipótesis derivadas de esos marcos de referencia es donde puede, y a veces debe, intervenir
el positivismo. La interpretación de los resultados empíricos debe basarse también en una
perspectiva holística. N o s encontramos en u n
punto en que es necesario discutir este marco
de referencia holístico, y esta discusión quizás
nos permita recuperar la unidad fundamental
de las ciencias sociales44 Sólo en este contexto
pueden especificarse las tareas de la investigación empírica positiva, o sea, la prueba de las
hipótesis fructíferas y pertinentes.
17
nos organizamos en nuestra condición de seres
humanos, y c ó m o encontramos la orientación
para nuestro propio futuro ("Orientierungswissen"). E n muchos aspectos tenemos más
"Verfügungswissen" del que necesitamos,
pero carecemos gravemente de "Orientierungswissen". N o s parece m á s fácil imaginar
c ó m o utilizar las ciencias sociales en su condición de "Verfügungswissen" para manipular y
gobernar la sociedad, que suponer que las
ciencias sociales c o m o "Orientierungswissen"
puedan ayudarnos a decidir la medida en que
podemos seguir produciendo "Verfügungswissen".
N o obstante, el "Orientierungswissen" no
puede estar nunca exento de valores. El valor
ético básico es la supervivencia de la humanidad. Esto significa que estamos en condiciones
de definir los problemas mundiales m á s importantes45, esto es, la paz, el desarrollo y la
protección del medio ambiente. A partir de
aquí es posiblefijarprioridades en los program a s de investigación de las ciencias sociales,
prioridades con las que no todo el m u n d o
estará de acuerdo pero que servirán ciertamente de orientación a muchos. L a solución
no violenta de los conflictos, la justicia social y
la igualdad, y una sociedad mundial sostenible, son las piedras angulares de las ciencias
sociales, o mejor aún de todas las ciencias y
disciplinas.
El proceso europeo afecta y desafía no sólo
a nuestros fundamentos éticos y epistemológicos, sino también a nuestras metodologías de
las ciencias sociales. Así, en un debate reciente46 se criticó el empleo de una metodología
descriptiva de comparación cruzada para el
análisis de la sociedad europea, y se propugnó
un enfoque evolucionista. U n o de los argumentos afirmaba que sólo pensando en las
posibibles alternativas futuras podríamos encontrar cuestiones e hipótesis significativas y
socialmente pertinentes. U n segundo arguD e las muchas diferencias entre las cien- mento era que la simple comparación de nacias naturals y las ciencias sociales, hay una ciones-estados no nos permitiría reconocer las
que aquí nos importa especialmente: mientras características específicas de la sociedad euroque las ciencias naturales producen y propor- pea emergente, o sea, sus instituciones supracionan un tipo de conocimiento que nos per- nacionales, su conciencia y su solidaridad. Lo
mite controlar y gobernar la naturaleza no hu- que es peor, al comparar naciones-estados prem a n a en nuestro interés h u m a n o ("Verfü- tendemos que la nación-estado define una sogungswissen"), las ciencias sociales producen y ciedad. En cambio, lo que hay que preguntarse
proporcionan un tipo de conocimiento que en el caso de la sociedad europea es: ¿qué es lo
nos permite entender c ó m o interactuamos y que constituye una sociedad? C o n esta pregun-
18
ta hacemos una petición tópica de principio,
dando por sentado que ya existe algo parecido
a una sociedad europea.
La articulación de un marco de referencia
holístico para comprender el proceso europeo
requiere que los defensores de diferentes disciplinas de las ciencias sociales (historiadores,
economistas, politólogos, sociólogos, geógrafos, etc.), de diferentes escuelas de pensamiento (reduccionistas, dialéctivos, positivistas,
etc.), y de diferentes tradiciones nacionales, se
reúnan para debatir lo que es importante en el
proceso europeo y lo que no lo es, por qué y
cuál puede ser la contribución de las ciencias
sociales47. Lo que importa aquí no es el resultado inmediato o la intersección de opiniones
diferentes sino m á s bien el inicio de u n proceso que puede llevarnos bastante tiempo hasta
llegar a las conclusiones. El resultado podría
ser u n inventario de cuestiones de investigación que los especialistas en ciencias sociales
consideran importantes y urgentes. Este inventario podrá revisarse con los decisores a nivel
europeo y nacional, con las asociaciones profesionales y con otras O N G , instituciones de
financiación, etc., para enriquecerlo y hacerlo
m á s amplio. L o indispensable es la pluralidad
y la diversidad de este proceso intelectual. N o
obstante, con el declive de los sistemas socialistas esta pluralidad c o m o fuente importante
de estímulo intelectual corre peligro, y las
opiniones occidentales, capitalistas y liberales tienden a dominar y a suprimir todas las
demás 4 8 .
Bernd Hamm
radoras y fructíferas para la comprensión del
caso europeo.
Es justo decir que los alemanes del Este
derribaron su gobierno con una revolución no
violenta y votaron a favor del sistema político
y económico de Alemania Occidental. Sin e m bargo, es igualmente justo decir que: 1) los
alemanes del Este no disponían de información fiable o precisa sobre el m o d o real de
funcionamiento del sistema occidental, ni tuvieron tiempo suficiente para estudiar cuidadosamente lo que significaría la unificación
para ambas partes y 2) los políticos, los partidos políticos, los hombres de negocios y las
instituciones de todo tipo de Alemania Occidental cogieron por sorpresa al Este. N o fue
posible hacer una reflexión en profundidad
sobre lo que debía preservarse del viejo sistem a socialista en la nueva situación, ni se admitió ningún debate sobre posibles terceras
vías, una revisión a fondo del "Grundgesetz"
de Alemania Occidental, o una constitución
completamente nueva, ni tampoco pudieron
oponerse objeciones al comportamiento de
muchos especualadores y agiotistas.
Reinaba y reina, la incertidumbre m á s
completa, por lo menos en términos subjetivos, con respecto a los empleos y los ingresos,
la vivienda y la propiedad, la seguridad social
y las pensiones de jubilación, las escuelas y las
universidades, o la administración local y provincial. E n unos pocos meses se sustituyeron
las élites políticas, económicas y culturales; el
proceso de adopción de decisiones cambio de
naturaleza; la vieja cultura política quedó destruida, sin que se viera c o m o iba a reemplazarse; las autoridades locales y provinciales perLa unificación alemana c o m o
dieron el norte; los servicios de seguridad
modelo para la integración europea apenas se atrevían a intervenir; proliferaron
los delitos y los sucesos callejeros; cayeron en
N o propongo por razones chauvinistas o pro- desuso los viejos conceptos de justicia, provincianas considerar el proceso de la unifica- ductividad, rendimiento y solidaridad. Algución alemana c o m o modelo para la integración nos se aprovecharon de esta situación anárquieuropea49. Si extendemos nuestra visión m á s ca, pero la gran mayoría de ciudadanos se
allá de la C E E , y pensamos en el futuro de las sintieron intimidados e impotentes. T o d o esto
relaciones Este-Oeste, veremos claramente que ocurrió en sólo unos pocos meses, y después
la unificación alemana conlleva un gran n ú m e - creció la incertidumbre. La emigración y la
ro de problemas que nos esperan a todos noso- transferencia de Este a Oeste es enorme, auntros a nivel europeo. Las diferencias entre los que no se publiquen estadíticas oficiales. Cendos procesos son evidentes: el ritmo asombro- tenares de asesores occidentales, m u c h o s de
so y los fundamentos culturales comunes en el dudosa reputación y conocimientos, pero tocaso alemán no tienen paralelo en Europa. dos con la adecuada representación, viajaron
Pero las posibles similitudes podrían ser inspi- por todo el país y vendieron propuestas a los
19
Europa: un desafio para las ciencias sociales
incautos a elevados precios. El nuevo gobierno
(de Alemania Occidental) hizo varias promesas que ahora encuentra difícil de financiar.
Confirmando repetidamente que todo estaba
bajo control, ha empeorado la sensación de
inseguridad pública, porque sus consuelos y
paliativos no coinciden con la experiencia de
todos los días. La arrogancia del poder (occidental) no conoce límites50 y se deja sentir
dolorosamente en muchos ciudadanos del
Este.
En la experiencia de la mayor parte de los
que fueron habitantes de Alemania Oriental, a
diferencia de la impresión dada por muchos
medios de comunicación, la unificación dista
m u c h o de ser un proceso placentero o prometedor. N o es impropio hablar de colonización
en este contexto. Se trata de una cuestión no
sólo de oportunidad sino también de respeto.
El problema m á s profundo, y esto es válido
también para Europa, es c ó m o puede conseguirse y aplicarse un proceso de transición que
permita a la gente elegir, con la suficiente información, entre diversas opciones, tratándola
con respeto y dignidad y con una comprensión
de sus dificultades reales y prácticas. Para la
integración europea, esta es una prioridad m á xima, y una tarea extremadamente importante
para los especialistas en ciencias sociales. Diríase que en el caso alemán no hemos alcanzado este objetivo; tanto m á s importante será
que estudiemos cuidadosamente este ejemplo
y reflexionemos acerca de sus aspectos positivos y negativos, teniendo presente la integración europea. A d e m á s , los problemas de la
integración política no son exclusivos del orden europeo; hay que animar a especialistas en
ciencias sociales de otras regiones a que se
desplacen a Europa y hagan investigaciones,
junto con sus colegas europeos, sobre los procesos que puedan afectar en su día a sus propias sociedades.
La integración entre el Este y el Oeste debe
ir acompañada de contactos no sólo entre m i nistros de relaciones exteriores y sus colaboradores, sino también entre las poblaciones, a
todos los niveles de la sociedad. La información y la transferencia técnica del Oeste al Este
son de la m á x i m a importancia. Pero sería insuficiente, a pesar de la tendencia actual, copiar los modos occidentales en el Este. Debe
encontrarse una nueva síntesis práctica en la
que la experiencia occidental se evalúe cuida-
dosamente y se adopte selectivamente para
resolver los problemas orientales. Sólo las experiencias occidentales m á s logradas deberían
considerarse seriamente en el Este. Por consiguiente, no es tan inadecuado c o m o podría
parecer a primera vista que algunos asesores
occidentales proyecten sus utopías para la situación oriental y vean en ella un amplio campo de experimentación social, por m u y hartos
que puedan estar los ciudadanos del Este del
pensamiento utópico. Sin embargo, este pensamiento utópico debe ir acompañado de experiencias reales y prácticas, si se quiere que
sea fructífero. La renovación urbana, por tom a r un importante ejemplo, no debe hacerse
siguiendo únicamente criterios económicos,
sino que m á s bien debe concebirse c o m o un
triángulo cuyos lados serían la economía, la
ecología y la participación de los ciudadanos51.
El papel de las ciencias sociales
Desde un punto de vista retrospectivo, el papel de todas las ciencias desde la Ilustración ha
sido ambivalente: es una simplificación pensar
que las ciencias "perdieron la inocencia"52 con
el advenimiento de las armas nucleares. Sería
ingenuo creer que las ciencias son mejores, o
lo han sido en algún m o m e n t o , que la sociedad
en la que se producen o que sus clases rectoras,
que las dirigen y las financian. Por ningún
concepto los científicos son m á s responsables
desde el punto de vista social, menos egoístas,
m á s respetables o m á s nobles que las demás
personas. Sin embargo, sí gozan de un mejor
acceso a los medios de comunicación y a la
opinión pública, y por consiguiente tienen más
oportunidades de imprimir su imagen en la sociedad.
Puede aducirse que las ciencias crean tantos problemas c o m o los que resuelven. La
energía nuclear es el caso m á s ampliamente
debatido, pero también lo son la manipulación
genética, la alta tecnología médica, la tecnología de los armamentos, la dietética; no hay
ninguna rama de la actividad científica que no
adolezca de esta m i s m a ambigüedad. U n problema es el uso indebido de los conocimientos,
para fines distintos de los previstos. Otro lo
plantean la especialización y la fragmentación
de todas las disciplinas científicas, y su aisla-
20
miento del contexto social con el que están
inextricablemente vinculados.
La actividad científica no es autosuficiente
ni se determina a sí misma. El origen y el final
de todas las ciencias es la sociedad: los problem a s se definen y someten a análisis científicos
en el contexto de los procesos sociales, y es en
la sociedad donde se encuentran, aceptan, rechazan o se aplican las soluciones a estos problemas. L a ciencia es de por sí un proceso
social, con división del trabajo, jerarquías,
creencias oficiales y herejías, una cierta distribución del poder, dirigentes y hombres (y pocas veces mujeres), camarillas organizadas, reclamaciones y conexiones. N o tenemos, pues,
ninguna razón para considerar que la "ciencia", es diferente en m o d o alguno de cualquiera otra organización social. Algunas de las
cuestiones básicas a este respecto serían las
siguientes: a) ¿cómo contribuye la ciencia a la
calidad de una sociedad determinada?; b)
¿cómo opera la ciencia c o m o sistema social, y
cuáles son las consecuencias para la sociedad?;
c) ¿cómo se organiza el pensamiento científico, y qué repercusiones tiene en la sociedad?
Bernd Hamm
complejos, y sólo mediante la fuerza podemos
aislar ciertos fenómenos para someterlos a
análisis; la casualidad es dudosa; el resultado
no previsto de la acción intencional es la normal y no la excepción; las profecías que contribuyen a su propio cumplimiento o incumplimiento, la disonancia cognitiva, y otros fenómenos similares, no nos permiten confiar en
nuestra percepción y nuestra lógica, por m á s
entrenadas que estén; no existe la libertad de
los valores. El positivismo, entre otros aspectos, cumple la función de una ideología profesional, por lo menos en la medida en que
impide que los científicos acepten la responsabilidad por las consecuencias sociales de su
trabajo54. U n funcionamiento perfecto e indiscutido es la fuente principal del renombre y los
ingresos. La paradoja se hace m á s obvia cuando se acepta la investigación orientada al crecimiento económico o al m á x i m o rendimiento
técnico ("Verfügungswissen) c o m o algo exento
de valoración, y se financia abundamentamente, mientras que la investigación en pro de la
justicia social, la paz, el medio ambiente y
otros sectore conexos ("Orientierungswissen")
El enfoque positivista, aún dominante en se descuida en gran medida y con frecuencia es
todas las disciplinas, se basa en algunos princi- objeto de discriminación.
pios fundamentales: el sujeto y el objeto de la
Recapitulemos ahora los argumentos y exinvestigación son distintos e independientes traigamos algunas conclusiones. Esencialmenentre sí; sólo debemos aceptar c o m o real lo te, m i argumento central es que el proceso de
que podamos detectar mediante una investiga- la integración europea, visto c o m o la emergención empírica; las hipótesis nunca pueden de- cia de una nueva sociedad, introduce una nuemostrarse positivamente, pero sí puede de- va dimensión y exige una revisión a fondo de
mostrarse su falsedad; la especialización por muchos aspectos de las ciencias sociales. El
una parte y el aislamiento de partes cada vez enfoque tradicional -positivista, retrospectimenores de la realidad con fines de análisis vo, de sección cruzada, unidisciplinario, y supor la otra, contribuyen a nuestra compren- puestamente exento de valores- no es adecuasión del m u n d o real; la labor científica debe do para entender este proceso, ni tampoco sus
estar exenta de valores y preferencias e intere- elementos m á s importantes. Al propio tiempo,
ses personales. Es interesante ver c ó m o se han las ciencias sociales tienen una ingente tarea
cuestionado estos principios en los últimos ante sí: han de contribuir a la configuración de
años. Las ciencias sociales y humanas que, esta nueva sociedad y a conseguir un proceso
bajo la influencia positivista, esperaban llegar de transición h u m a n o , especialmente en el
a ser tan exactas c o m o parecían ser las ciencias Este. Por consiguiente, las opciones para las
naturales (lo que significa en realidad tener el ciencias sociales son: 1) seguir las líneas tradim i s m o reconocimiento social y éxito económi- cionales y permanecer c o m o algo relativamenco que ellas), olvidaron que su patrimonio m á s te poco importante y carente de significado
importante consiste precisamente en los prin- para el proceso europeo, o 2) hacer u n esfuerzo
cipios opuestos53. Para las ciencias sociales, el serio para revisar las rutinas tradicionales y
sujeto y el objeto de la investigación son inse- abordar las tareas que nos esperan desde una
parables; la realidad es un consenso frágil que nueva perspectiva.
tiene que reafirmarse constantemente; todos
Las estructuras académicas tradicionales
los sectores de la realidad son increíblemente favorecen la primera opción y desalientan la
Europa: un desafio para las ciencias sociales
segunda. La fragmentación en c a m p o s de especialización cada vez m á s reducidos favorece la
producción de "Verfügungswissen" relativamente manipulables, el enfoque positivista
aisla los elementos idiosincráticos de la sociedad, la visión y la utopía no tienen u n lugar
propio y por consiguiente n o pueden servir
para orientar nuestros esfuerzos de investigación, y parece que nos interese m á s "explicar"
una porción insignificante de la variación en
una variable carente de significado que los
problemas propios de esta fascinante fase de
cambio social.
Las tareas futuras para las ciencias sociales
parecen bastante claras, aunque no son fáciles
ni breves:
1) D e b e entablarse u n amplio debate sobre los
principales problemas de investigación,
prioridades y enfoques, desde el punto de
vista de las diferentes escuelas de pensamiento y las distintas disciplinas. Idealmente, el resultado de este debate debería
ser u n programa de investigación, respecto
del cual se han avanzado propuestas en las
secciones 2 y 3 de este documento.
2) Los principales obstáculos que se oponen a
una investigación socialeuropea cooperativa y coordinada, esto es, el idioma, el tiempo, el dinero y las insuficiencias institucionales55, no permiten organizar una investigación efectiva sobre este programa. Hará
falta una infraestructura institucional,
c o m o el Consejo Europeo de Ciencias S o ciales ( C E S C ) 5 6 , donde puedan definirse y
darse a conocer proyectos m á s amplios de
investigación. Diversas redes de universidades e instituciones de investigación po-
21
drían participar en estos proyectos y aprovechar la cooperación científica, con inclusión de equipos interdisciplinarios de investigación, asignación de tareas concretas
a individuos, disertaciones coordinadas,
etc. Estas instituciones podrían decidir la
creación de una asociación europea de
ciencias sociales, encargada de la cooperación y la difusión de la idea de las ciencias
sociales europeas.
3) E n el c a m p o de la enseñanza académica,
podría organizarse u n a especie de Studium
integrale interdisciplinario, centrado en la
aparición de la sociedad europea, que se
impartiría en una red de universidades asociadas. Esta propuesta fue presentada por
la República Federal de Alemania en la 25a
Conferencia Genral de la U N E S C O , en
1989.
4) Quizás haga falta establecer una Fundación
Europea de Ciencias Sociales, para financiar los sucesivos programas de investigación.
Todas las disposiciones institucionales deberían concebirse de manera que se estimule y
se facilite la investigación europea en ciencias
sociales. Se trata de una tarea ambiciosa, poco
c o m ú n y que necesita m u c h o s recursos, y que
ciertamente requerirá u n a fase de experimentación y promoción. Por consiguiente, deberán
preverse incentivos, n o a través de ingresos
personales sino m á s bien en la cobertura de
gastos burocráticos m í n i m o s en los procedimientos de aplicación, preparación de inform e s y evaluación. L a Conferencia Europea de
Ciencias Sociales, a celebrarse en Santander,
España, en junio de 1991, es el m o m e n t o
oportuno para iniciar este proceso.
Traducido del inglés
Bernd Hamm
22
Notas
1. H e m o s de dar las gracias a
Ulla Peters, Gerti Zimmer,
Michael Marien y a los amigos y
colegas del Instituto de
Investigación Social de Berlín y el
Instituto de Sociología de la
Academia Checoslovaca de
Ciencias de Praga, por sus útiles
comentarios y observaciones
sobre anteriores versiones de este
documento; deseamos agradecer
también el apoyo proporcionado
por Dieter Janson.
2. Evolución que sólo fue posible
gracias a la "'perestroika" y el
nuevo pensamiento de
Gorbachov, los cuales fueron
posibles y necesarios a su vez
después de la profunda crisis
estructural del "socialismo real";
véase M . Gorbachov, Perestroika,
Londres, 1987; y también M .
Gorbachov, Discursos y artículos,
Moscú, 1987 (segunda edición).
europea; sin estos documentos, el
total se reduciría
considerablemente. Y o supongo
que Europa puede ser un tema
tratado con más frecuencia en las
publicaciones sobre economía e
historia, pero dudo de que
puedan obtenerse indicaciones de
otros países europeos.
5. Entre las descripciones
históricas de Europa que
encuentro de especial utilidad,
figura el trabajo de Gordon A .
Craig Europe since I815, Nueva
York, 1974 y/o mejor aún la
edición alemana en un volumen,
con el último capítulo actualizado
hasta fines de los años 70,
Geschichte Europas 1815-1980.
Munich. 1983.
6. Commission for the European
Communities: Completion of the
Single Market, Luxemburgo 1985
(White Book); P. Cecchini:
Europe 02 - The Advantage of the
Single Market, Luxemburgo 1987;
Report of the Delors Commission
y sobre todo, el Acta Unitaria
Europea de 1987.
3. Hartmut Kaelble fue uno de
los primeros en reconocer este
proceso hacia una sociedad
europea, cuya historia social
describió en Auf dem Weg zu
einer europäischen Gesellschaft - 7. Véase el documento de
eine Sozialgeschichte Westeuropas Ryszard Lawnizcak sobre esta
1880-1980. Munich, 1987.
cuestión.
4. U n indicador de sumo interés
8. Es m u y posible que Occidente
son documentos académicos sobre
sea responsable en gran medida
cuestiones europeas publicadas en
del fracaso final de la
los 20 últimos años, de 1970 a
"perestroika". Por lo menos desde
1990 en las cinco publicaciones
1988 era evidente que la única
profesionales alemanas m á s
posibilidad de que la
destacadas (con exclusión de los
"perestroika" tuviera éxito era
artículos breves, las noticias y las
atendiendo con rapidez y
reseñas de libros). El resultado es
eficiencia las necesidades diarias
revelador: Politische
de los consumidores. Occidente, y
Vierteljahresschrift 18, Zeitschrift
sobre todo los E E . U U . , querían
für Soziologie 6, Leviathan 9.
Kdlner Zeitschrift für Soziologie
und Sozialpsychologie 4, Soziale
Welt 2; es decir, menos de dos al
año por término medio,
considerando conjuntamente las
cinco revistas. En la relación
figuran los documentos de
carácter comparado, aunque no
traten verdaderamente de
cuestiones relacionadas con la
aparición de una sociedad
que primero se produjera la
reforma política, aunque no
ignoraban que la ayuda era un
requisito previo de dicha reforma.
A pesar de las recientes
declaracines Bush-Kohl, la
posición de los E E . U U . no ha
variado; particularmente indigno
fue el debate público sobre si
debía invitarse o no a Gorbachov
a la C u m b r e Económica Mundial
de los Siete.
9. Para una elaboración de este
argumento, véase mi trabajo Von
der DDR lernen? en: Das Ende
eines Experiments, editado por R .
Reissig y G.J. Glaessner, Berlin
1991, y las otras colaboraciones
de este volumen.
10. En este contexto, es
fascinante el argumento expuesto
por P . Kennedy: The Rise and
Fall of the Great Powers, Londres
1988, y aún más si lo
relacionamos con la situación en
los E E . U U . ; véase el documento
de A . G . Frank sobre esta cuestión.
11. Véase el argumento expuesto
por R . Lawnizcak sobre esta
cuestión.
12. U n a de estas indicaciones de
interés es la fundación por
George Soros de la Universidad
de Europa Central ( U E C ) , con
sedes en Praga y Budapest, y
posiblemente más adelante en
Varsóvia; sin embargo, la U E C no
sería posible sin una intensa
aportación intelectual, gerencial y
financiera de Occidente.
13. En este número.
14. A mi juicio, esta sería una
interpretación más interesante de
la tesis del "final de la historia",
propuesta por Francis Fukuyama
"The End of History", National
Interest, verano de 1989.
15. Véase por ejemplo D .
Senghaas, Europa 2000 - ein
Friedensplan, Frankfurt 1990.
16. Véase, recientemente, F.
Nuscheier, "Weltweite
Massenñucht -Gefahr für unseren
Wojistand, Dritte Welt Presse, 7,
1990.
17. E . U . . V . Weizsäcker,
Endpolitik, Damrnstadt, 1990, 7.
18. Nuestro futuro común.
Informe de la Comisión
Brundtland sobre el Medio
Ambiente y el Desarrollo, 1987.
Europa: un desafio para las ciencias sociales
19. H . H . Noite, en este mismo
número, se refiere a este proceso.
20. El Club de R o m a fue el que
más atención dedicó a estas
cuestiones, desde su primer
informe. Los límites del
crecimiento, Nueva York, 1972.
21. Esta no es solamente la
impresión que saca los europeos
del c ó m o y el por qué funciona la
maquinaria, sino que además
forma parte importante de la
percepción de otros con respecto
a Europa; véase, por ejemplo, M .
Silva y B . Sjögren, Europe 1992
and the New World Power Gzarne,
Nueva York, 1990.
22. Véase, entre otras muchas
colaboraciones, E.J. Mishan: The
Economie Growth Debate,
Londres: Alien and Unwin 1977.
23. W . Kapp 1950.
24. Véase, entre otros muchos
trabajos, W . H . Clive Simmonds:
"Is Sustainability the Key to
Professionalism in Futures?
Futures Research.
25. Erdpoitik. Damnstadt 1990.
pág. 9.
26. Global Reach - The Power of
the Multinational Corporations,
Nueva York 1974.
27. M . Bertrand, Für eine
Weltorgaisation der dritten
Generation, Bonn 1988.
28. Para una percepción
estadounidense de la integración
europea, véase el trabajo de John
van Oudenaren en este número.
parece especialmente ilustrativa:
véase por ejemplo L. Driedger
(ed.): The Canadian Ethnic
Mosaic, Toronto 1978; R . Breton.
J.G. Reitz y V . Valentine,
Cultural Boundaries and the
Cohesion of Canada, Montreal
1980; R.J. Samuda, J . W . Berry y
M . Laferrière, Multiculturalism in
Canada, Toronto 1984, o las
muchas lecciones que pueden
aprenderse de la segregación
social urbana: C . Peach (ed.).
Urban Social Segregation,
Londres 1975; A . Hunter,
Symbolic Communities, Chicago
1975; H . Gans, The Urban
Villagers, Nueva York 1982.
32. Wirtschaft und Gesellschaft,
Tübingen 1976, págs. 124-30 y
551-579.
33. Pueden encontrarse algunos
argumentos complementarios de
esta tesis en el Informe del
Secretario General de las
Naciones Unidas sobre la
Actividad de las Naciones
Unidas, presentado en el
cuadragésimo quinto período de
sesiones de la Asamblea General,
el 16 de septiembre de 1990.
34. Las armas químicas retiradas
por los Estados Unidos de la
República Federal de Alemania
en el verano de 1990 bastaban
para acabar 18 veces con la
población mundial.
35. Véase, entre otros muchos, R .
Steinweg (ed.), Kriegsursachen.
Frankfurt 1987, o m á s
recientemente "International
Conflict Research", International
Social Science Journal 43(1991) 1.
30. J. Blaschke (ed.): Handouch
der westeuropälischen
Regionalbewegungen, Frankfurt
1980.
36. S. Castles, H . Booth y
Wallace, Here for Good - Western
Europe's New Ethnic Minorities,
Londres 1984; G . Ford, Report
drawn up on behalf of the
Committee of Inquiry into Racism
and Xenephobia, presentado por
el Parlamento Europeo, 23 de
julio de 1990 (documento
A3-195/90).
31. La experiencia del
pluriculturalismo en el Canadá
37. Antes de 1978, la inmigración
en el Canadá se basaba en cupos
29. El argumento de Paul
Kennedy encaja bien en este
contexto; véase The Rise and Fall
of the Great Powers, Londres 1988.
23
nacionales/regionales, que daban
una marcada preferencia a los
europeos. La nueva Ley de
Inmigración de 1978 sustituyó los
cupos nacionales por un sistema
de puntos, en el que los criterios
funcionales son decisivos.
38. Entre los muchos libros y
artículos publicados sobre la idea
de un ingreso mínimo garantizado
(que incidentalmente, se remonta
a la obra de Milton Freedman y
otros. Capitalism and Freedom,
Chicago 1970), encontré m u y
estimulante el trabajo de A . Gorz:
Le chemin du paradis. Pris 1983.
39. Meadows, D . : The Limits to
Growth, Nueva York 1972.
40. Soy decididamente opuesto a
todos los intentos de los
biosociólogos de reintroducir un
darwinismo vulgar c o m o
ideología de la desigualdad social.
41. U n a opinión radicalmente
contraria figura en la obra de M .
Bockchin: The Ecology of
Freedom, Palo Alto 1982.
42. Vale la pena, a este respecto,
volver a leer el trabajo de T . W .
Adorno Der Posttivismusstrcit in
der deutschen Soziologie, Neuwied
1969, con su debate sumamente
refinado y aún válido del holismo
en comparación con el
positivismo.
43. La pobreza del historicismo,
Londres 1960.
44. Véase, entre otros intentos en
esta dirección, el estimulante libro
de W . Kapp Toward a Science of
Man in Society - A Positive
Approach to the Integration of
Social Knowledge, La Haya 1961.
45. Para utilizar el término del
Segundo Plan a Plazo Medio de
la U N E S C O , cuyo Gran
Programa I llevaba el título
"Reflexión sobre los problemas
mundiales y los estudios
prospectivos", el Tercer Plan a
Plazo Medio de la Organización
enumera así estos problemas: "La
paz, el desarrollo y la protección
del medio ambiente".
24
46. M . Haller, The Challenge for
Comparative Sociology in the
Transformation of Europe,
International Sociology 5 ( 1990)
183-204; B . H a m m y ,
"Comparative Versus
Evolutionary Approaches to
European Society". International
Sociology 6 (1991) 111-115; M .
Haller, "Reply to Bernd H a m m ' s
Critique of The Transformation
of Europe as a Challenge to
Comparative Sociology",
International Sociology 6 (1991)
117-21.
47. Véase el artículo de
Alexander King en este número.
48. W . Leperies, "Wandel wie
noch nie: Wissenschat und Kultur
im Heutigen Europa", Berliner
Journal für Soziologie 1 (1991)
47-58.
Bernd Hamm
49. Este interesante punto se
expuso en una reunión de
especialistas en ciencias sociales
de Alemania Oriental y
Occidental, en enero de 1991.
50. Para una primera version
véase Das Ende eines
Experiments, editado por R .
Reissig y G.J. Glaessner, Berlín
1991.
-Macht und Miöbrauch der
Forscher, Frankfurt 1984.
53. U n a excelente introducción
figura en el trabajo de N . Elias:
Was ist Soziologie'.' Munich 1970.
54. T . W . Adorno (ed.): Der
Positivismusstreit in der
deustschen Soziologie, Neuwied
1969.
51. E U R O G R A D XXI, un
proyecto con base en San
Petersburgo para la organización
de la transferencia de
conocimientos de las ciudades
occidentales a las orientales, se
inspira en estos mismos
procedimientos, c o m o la Bauhaus
Dessau en la ex R D A .
55. B . H a m m , "Towards an
institutional infrastructure for
European Socieal Science";
documento presentado en la
Conferencia Europea sobre
Ciencias Sociales, Santander,
junio 24-28 de 1991.
52. A . H e r m a n n , Wie die
Wissenschalt ihre Unschuld verlor
56. Por analogía con el Consejo
Internacional de las Ciencias
Sociales.
Europa en la sociedad mundial
hasta el siglo X X
Hans-Heinrich Nolte
¿Qué es Europa? Después de la catástrofe de europeo típico, entendiéndose en este sentido
dos guerras mundiales, que empezaron ambas por "Europa" un grupo particularmente exitoen este continente, Europa ha perdido no sólo so de naciones, cuyos miembros se han extensu papel predominante en la política mundial, dido desde Vancouver hasta Vladivostok.
sino también sus viejas pretensiones a consti¿Qué es la sociedad mundial? Hasta hace
tuir un paradigma del progreso y la moderni- poco, los chinos no tenían ningún contacto
dad. Genocidios c o m o los que practicaron los con Etiopía. Había bastantes sociedades disalemanes con las poblaciones judías y gitanas tintas en todo el m u n d o , y la sociedad mundial
de Europa después de 1939 suscitaron incluso sólo se creó en el curso de la expansión eurola cuestión de si las matanzas registradas en la pea. La expansión en el sentido lato del térhistoria europea, desde
mino no se limita al asenMelos 1 hasta M y Lai, no
tamiento de europeos en
Hans-Heinrich Nolte es profesor de
son parte del mismo conterritorios ya ocupados por
Historia de Europa del Este en la Universidad de Hanover, Schneiderberg
texto intelectual y social,
otras personas, c o m o en el
50. 3000 Hanover 1, Alemania. Es auque sería ridículo llamar
caso de América o Siberia.
tor de numerosas publicaciones en este
"progreso". Y sin embarEn el sentido m á s amplio
campo. Sus últimas obras son: L'attaque allemande de l'Union Soviétique
go, los modelos de sociede la palabra, su significa1941 (en alemán, 1991) y Russie/
dad creados en Europa en
do abarca las estructuras
Union Soviétique (en alemán, 1991).
la Edad Media se han dieconómicas y las institufundido por todo el m u n ciones políticas y militares
do. Desde luego, la socieoriginarias de Europa pero
dad europea cambió en su
adoptadas en todo el
estructura y centro de gramundo.
vedad, pasando del capitaEl debate sobre las polismo del renacimiento itasibles explicaciones de esta
liano y la sociedad merexpansión dura desde hace
cantil holandesa a la sociedad industrial britá- siglos. ¿Se reduce ésta a un fenómeno de exnica. Y en el siglo X X , el centro de gravedad plotación, c o m o quiere la "leyenda negra"
cruzó incluso el océano, desplazándose a los americana?2. O bien, ¿fue positiva a la larga,
Estados Unidos, que se convirtieron en la na- con la difusión de los conocimientos y creención modelo de la sociedad opulenta. Pero en cias de los europeos, la predicación de los
realidad los Estados Unidos forman parte de misioneros y la "responsabilidad civilizadora
la tradición europea, por sus colonizadores y de los blancos" que asumieron los colonizadopor su historia social e intelectual. Y el intento res del siglo X I X ?
soviético de crear una alternativa al m o d o de
El debate, en su estado actual, enfrenta a
vida estadounidense pertenece al patrimonio dos grupos clasificados por Eric Jones3 de la
europeo: Karl Marx, judío alemán que trabaja- siguiente manera:
ba en Londres, puede considerarse incluso un
1. Los "little Engladers" ("pequeños ingleRICS 13I/Marzo 1992
26
ses") que hacían hincapié en el desarrollo nacional de Inglaterra c o m o primer país industrializado, ejemplo que siguieron otras naciones, c o m o Bélgica en el siglo X I X o Taiwan en
el siglo X X . E n la perspectiva de una nación
en particular, esta opinión recalca factores
endógenos, c o m o hizo por ejemplo Walt
Rostow 4 ;
2. Los partidarios de "un solo m u n d o " ,
que señalan las funciones que desempeñan en
el m u n d o diferentes sociedades en sus relaciones mutuas, y especialmente las que desempeña la periferia para el centro. Considerando la
cuestión desde un punto de vista global, esta
escuela de pensamiento hace hincapié en los
factores exógenos5.
Y o pertenezco m á s bien a la segunda escuela6. C o m o es natural, ninguno de nosotros negamos la importancia de la evolución endógena. Pero una explicación global de la historia
exige un planteamiento más general.
D o s puntos parecen de importancia a este
respecto:
/. N o puede decirse que el capitalismo y el
sistema mundial europeo sean lo mismo. El
sistema europeo ha existido por lo menos desde la época en que los poderes medievales
"universales" Imperium et sacerdotium (el Sacro R o m a n o Imperi y la Iglesia) fracasaron en
su intento de imponerse a los regna (las naciones medievales). La primera sociedad que organizó los procesos básicos mediante el dinero
y los mercados - y que a mi juicio conviene
llamar capitalista- fueron los Países Bajos después de la independencia.
2. Las funciones que ejercían unas naciones respecto de otras no sólo eran importantes
en la economía, sino también en las instituciones sociales y políticas, en las fuerzas militares
y, lo que no es menos importante, en las ideas
y la religión. La economía no explica por sí
sola la historia.
¿Qué la explica? Debemos empezar en la
Edad Media, y referirnos a todos los contextos
en que se manifiesta el trabajo h u m a n o , desde
la producción de cereales hasta la publicación
de libros. A d e m á s , puesto que la característica
más conspicua de la historia de Europa en la
sociedad mundial es la expansión europea,
éste deberá ser nuestro hilo conductor. El siguiente análisis se dividirá pues en tres períodos principales:
/. Caballeros y mercaderes (del siglo X I al
Hans-Heinrich Noite
siglo X I V ; expansión: primero interna, después hacia el Este).
//. Aventureros y empresas comerciales
(del siglo X V al siglo XVIII; expansión hacia
el Oeste).
///. Generales e industriales (siglo X I X ;
conquista del resto del planeta).
Caballeros y mercaderes
En lo referente al desarrollo cultural y económico, Europa empezó tarde. La revolución
neolítica fue importada de Asia; Egipto, Mesopotamia, India y China tenían ciudades y gobernaron enérgicamente los estados primitivos
antes de que se construyeran los primeros castillos minoicos en la periferia del m u n d o arcaico. A d e m á s , si consideramos que la historia de
Grecia y R o m a forma parte de la historia de
Europa, cabe dudar de su continuidad con la
sociedad europea medieval7. El Imperio R o m a n o no sólo fue conquistado, c o m o China
había sido conquistada con cierta frecuencia
sin que se modificara su estructura fundamental, sino que se dividió en muchos reinos de
invasores germánicos y eslavos; lo que subsistió fue principalmente la Iglesia y, sobre todo,
la idea de Imperio.
La parte oriental del Imperio, que sólo más
tarde se denominó Bizâncio, nunca abandonó
la idea de reconstituir todo el Imperio, pero
los Emperadores de Occidente reclamaban
también para sí las tradiciones de R o m a y, con
cierta frecuencia, el objetivo de la renovado
Imperii. Sólo cuando estos intentos fracasaron
finalmente en los siglos XII y XIII, se estableció de manera permanente un sistema político
de extrema complejidad, que se había desarrollado anteriormente. Este sistema se caracteriza por los siguientes rasgos:
- naciones {régna, a veces llamados ya naílones), c o m o Francia, Polonia, Inglaterra o
Hungría, que competían entre sí intensamente pero que, sin embargo, formaban un
sistema, llamado cristiandad y vinculado por
valores e instituciones compartidas, c o m o la
iglesia o las universidades, un alto grado de
comercio interregional y una considerable
movilidad personal a través de las fronteras;
- dentro de este sistema existía una cierta jerarquía, cuyo m á x i m o nivel lo constituían
las regiones situadas entre el Norte de Italia,
Europa en la sociedad mundial hasta el siglo XX
27
La expansión europea conduce a la adopción en el m u n d o enlero de estructuras económicas y de instituciones
originarias de esta región: publicidad de Volkswagen en Chengdu, provincia de Sichuan, China. ctiaries/Rapho
Francia y el valle del Rin, por una parte, y la
periferia colonial, por otra, c o m o la recién
conquistada Livonia o los Estados Levantinos de los cruzados. Fenómenos culturales
c o m o el estilo gótico o los cantares de gesta,
cambios económicos c o m o la triple rotación
de los cultivos, nuevas instituciones sociales
c o m o el sistema feudal y revoluciones políticas c o m o la toma de poder por parte de los
Estados, tendían a originarse en este centro y
a difundirse desde él hasta la periferia.
c o m o los valles del P o y del Rin, las tierras
bajas inglesas o la Ile de France, separadas por
vastas extensiones de montañas, bosques o
mares.
Desde el punto de vista etnográfico, Europa fue ocupada por pueblos que hablaban lenguas m u y distintas: eslavo y germano, finoúgrico y lenguas románicas, por no hablar del
celta, el vasco, el báltico o a partir del año 711,
el árabe.
Históricamente, tal vez la división del Imperio R o m a n o en dos partes, con predominio
La estructura medieval de Europa era m á s griego o latino, ya había indicado el camino.
complicada que la de los imperios medievales La mezcla de elementos "bárbaros" y "civilic o m o China o el Califato. Y también era m á s zados" formó una sociedad caracterizada por
compleja que los muchos reinos, por ejemplo, un alto grado de descentralización8.
del subcontinente indio. En esta estructura se
Así pues, la reconstitución del Imperio R o conjuntaban la unidad y la pluralidad.
m a n o y el restablecimiento de su supremacía
¿Por qué la Europa medieval no se convir- fueron un arduo empeño, tanto en Oriente
tió en un solo imperio? Pueden proponerse c o m o en Occidente. Los caudillos germánicos
algunas razones.
tenían que cruzar los Alpes para entrar en
Geográficamente el continente europeo es contacto por lo menos con dos centros de
m u y diferenciado. N o hay un centro definido asentamiento y tratar con los pueblos de Italia
de la población, sino varias regiones fértiles que no hablaban la lengua germánica, y nunca
28
dispusieron de los medios suficientes para pagar sus ejércitos en Italia, teniendo que confiar
en la lealtad y la fidelidad personal de sus
soldados. El fracaso del Imperio en Europa
Occidental estabilizó el modelo emergente de
sociedad. U n a burocracia centralizada, c o m o
la del Imperio Bizantino, habría tendido a
concentrar los ingresos en un punto central, la
capital. E n la nueva sociedad, que nosotros
llamamos feudal, los ingresos se reunían en
muchos puntos, con un criterio descentralizado. Los reyes y las iglesias, los duques y los
barones, los habitantes de las ciudades y los
aristócratas del campo, trataban todos ellos de
obtener derechos de propiedad, limitados en
su mayoría por la fidelidad al superior jerárquico, pero a veces también por derechos inherentes, los feuda et allodia. Ello dio lugar a
una competición constante, para mejorar los
derechos, asegurar la herencia, etc.
C o n cierta justificación se ha comparado
esta nueva clase de sociedad con un sistema de
patronazgo, que se diferenciaba de los sistem a s de patronazgo de otras muchas sociedades9 por el hecho principal, pero decisivo, de
que estaba legalizado. La píelas, que puede
entenderse c o m o la obediencia leal a un patrono, era una virtud, no un vicio. Y las relaciones entre reyes y duques, duques y barones,
barones y caballeros era de cara a cara, asimétricas, destinadas a durar mucho tiempo y organizar el intercambio de bienes tales c o m o la
seguridad, el acceso al poder o la tierra.
Este sistema de competencia organizada no
se estableció solamente en la cúspide de la
jerarquía, sino que descendió también hacia la
base. Los ricos burgueses, los mercaderes y los
artesanos pudieron aprovecharse del sistema y
obtener derechos de sus señores y, a la larga,
incluso la independencia política, c o m o Venecia con respecto al Emperador bizantino, o
Colonia con respecto al Arzobispo. Y un número considerable de campesinos pudieron incluso aprovecharse de la competición para elegir un señor lejano, o negociar con él cuando
tenían problemas. La descentralización de la
recolección de ingresos permitió que algunos
burgueses y campesinos se quedaran con un
porcentaje considerable del producto de su
trabajo; los impuestos y las rentas feudales se
diferenciaban m u c h o entre sí, y en algunos
casos eran ligeros. Esto alentó la producción y
la inversión; por ejemplo, muchos pequeños
Hans-Heinrich Nolle
señores, monasterios o incluso campesinos
adoptaron el sistema de la triple rotación de
los cultivos e introdujeron el caballo en la
agricultura, mientras que los barones construían molinos o destilerías10. El éxito de esta
sociedad competitiva pero coherente dio lugar
a la expansión externa -tala de bosques, asentamiento en zonas fronterizas- y a la intensificación de la producción. ¿Por qué pues las
diferentes naciones mantuvieron un cierto grado de coherencia? ¿Por qué no se desarrollaron por separado?
Las principales razones son de orden religioso y cultural. Para las tribus germánicas si
bien reconstruir R o m a era imposible, tampoco
la podían olvidar. La idea del Imperio R o m a no y la cultura latina nunca dejó de influir en
la gente, se fue transmitiendo desde el renacimiento carolingio", y con frecuencia, cuando
una clase dirigente de una determinada región
o Estado había conseguido un cierto grado de
bienestar y seguridad, se resucitaba el concepto ciceroniano de vivir con otio et dignitate
(sin trabajar y con dignidad). La Iglesia R o m a na, que a diferencia del Islam por ejemplo
poseía una burocracia jerárquica teológica, fue
otro elemento de cohesión de las naciones. E n
las universidades de todo el continente se utilizaba un solo idioma, el latín. Y por último,
pero no en orden de importancia, las naciones
disponían sólo de mercados pequeños, lo que
estimulaba el comercio a gran distancia de
artículos de lujo, importados en gran parte de
Asia12.
Otro factor mantuvo unidas a las naciones
europeas: la expansión. La defensa contra las
incursiones de los musulmanes, los vikingos o
los húngaros en los siglos VIII, IX y X se
consideró una tarea c o m ú n . Las cruzadas se
organizaron desde un principio c o m o empresas comunes de la cristiandad occidental. Esto
no impidió los enfrentamientos entre los participantes, pero la dirección c o m ú n de los ejércitos cruzados fue generalmente efectiva para
evitar por lo menos los peores conflictos internos. Y los aliados enfrentados eran con frecuencia lo bastante racionales para dividirse
de antemano los territorios que iban a conquistar, c o m o hicieron por ejemplo Castilla y
Aragón con el Tratado de Tudilén en 1151 ' 3 .
Cuando la resistencia musulmana se intensificó, la expansión prescindió de la justificación
cristiana y encontró un nuevo aliado en la
Europa en la sociedad mundial hasta el siglo XX
29
país de origen. E n las nuevas ciudades comerciantes de Riga, Kaffa o Galateh se trocaban
artículos asiáticos de lujo o pieles rusas por
plata alemana.
D e este m o d o la expansión contribuyó a
estabilizar este sistema complicado que se llam a b a cristiandad, y que hoy día suele denominarse feudalismo. E n la base de esta sociedad
figuraban diversas instituciones comunales:
Gemeine y Gemeinde en Alemania, Mir, Obs- algunos grupos étnicos paganos se cristiani- china en Rusia. Estas instituciones se incorpozaron e ingresaron en la comunidad en con- raron en su mayor parte a las estructuras feudiciones generalmente de igualdad: Hungría, dales en algún m o m e n t o , pero las principales
Polonia, los Reinos Escandinavos y Lituâ- fuerzas del feudalismo propiamente dicho fueron los sistemas clientelares de las grandes
nia;
- otros grupos paganos o musulmanes fueron familias. C o m o ha observado Braudel, las faconquistados y se integraron en estados exis- milias del Norte del Mediterráneo gozaban de
15
tentes. Algunos fueron subyugados con m é - mayor continuidad que las del Sur . Pero
todos terroristas parecidos al genocidio, también había elementos "revolucionarios":
c o m o ocurrió en el caso de las tribus prusia- coniuraciones, los que se hacían iguales m e nas víctimas de la expansión germánica; diante juramento. Este concepto es de origen
otros ingresaron en la sociedad conquistado- cristiano, y se aplicó políticamente, por ejemra en condiciones de igualdad relativa, c o m o plo, a la fundación de ciudades, en las que los
los duques eslavos de Mecklenburgo. E n la burgueses gozaban de igualdad de derechos
Península Ibérica, en un comienzo se toleró bajo juramento. Las entidades sociales de Eula población musulmana (y judía), pero des- ropa, creadas con arreglo a diferentes principués se expulsó. E n las riberas del M a r Bálti- pios de lealtad (o que combinaban varios princo, la población pagana de Livonia fue cris- cipios en una sola entidad) actuaban de consutianizada por la fuerza, pero se quedó en el no, o se enfrentaban entre sí. Y todas ellas
país. En ambos casos la clase feudal exógena trataban de aprender de las demás y desarrose impuso sobre una población étnicamente llaron instituciones similares. La m á s impor16
distinta. La conquista, naturalmente, pudo tante fue probablemente la burocracia .
ser también el destino de los pueblos cristiaAl igual que el Imperio, los reinos se veían
nos de Occidente, c o m o experimentaron abocados con frecuencia a la desmembración
tanto los anglosajones c o m o los irlandeses.
por causa del conflicto de los intereses sectoriales. Pero también hubo entidades civilizaLa expansión no sólo abarcó lo que podría doras, c o m o la Iglesia primero y después los
llamarse Europa en la Edad Media (entre Wil- tribunales. Estas tendencias civilizadoras, desno, Gibraltar e Islândia) sino que además agu- de luego a plazo m u y largo, cambiaron los
dizó las diferencias externas. C o m o hemos di- m o d o s de vida. Y a comienzos de la era m o cho antes, la feracidad de los campos era m u y derna, se propagaron e incluso aplicaron (por
distinta según las regiones; por ejemplo, la He las comunidades protestantes, dirigentes absode France pudo siempre alimentar m á s gente lutistas o el estado moderno) m o d o s de comque todo el Reino de Noruega. C o n la expan- portamiento que condujeron a la ética del trasión, a estas diferencias naturales vinieron a bajo del m u n d o de hoy.
añadirse otras funcionales; en Livonia, AndaA finales de la Edad Media, la cristiandad
lucía o el Imperio Latino de Constantinopla se sufrió una profunda crisis de producción de
establecieron élites feudales procedentes de la resultas de las plagas, los cambios climáticos,
baja Sajonia, Castilla o Francia que, c o m o es etc. Los elementos endógenos de esta crisis son
natural, mantuvieron los lazos con sus países todavía objeto de debate. Pero también había
de origen. En cuanto a las órdenes militares, razones exógenas, de las cuales la m á s imporéstas se organizaron de m o d o que reservaban tante podría m u y bien ser el hecho de que la
las plazas a los hijos menores de la nobleza del expansión cristiana se vio frenada por la reaccristiandad oriental, o sea Rusia y sobre todo
Bizâncio, donde la República de Venecia, el
Conde Balduíno de Flandes y otros caballeros
acordaron la partitio Romamae, el reparto del
Imperio R o m a n o (Oriental) en 1204, antes de
conquistar y saquear Constantinopla14.
La expansión del sistema europeo (occidental) dio lugar a dos clases distintas de territorios:
30
ción islámica, primero en los estados levantinos de los cruzados y después, lo que es más
importante, con el avance de los turcos. D e
hecho, a la larga el Imperio O t o m a n o se benefició considerablemente de la destrucción de la
Romanía Oriental en la cuarta cruzada, y no
sólo conquistó Constantinopla en 1453 sino
que su expansión llegó hasta las fronteras de
Hungría ya en el siglo X I V .
La sociedad otomana se organizó de un
m o d o más centralizado que la cristiandad europea. A la nobleza se le encomendaban distritosfiscales,que debían devolverse al Sultán.
C o m o es natural, la nobleza trató de estabilizar su influencia en esos distritos, e incluso
quizás obtener derechos de propiedad defacto.
Pero durante los siglos X I V y X V el Sultán
retuvo gran parte de control, e incluso lo intesificó, ya que la casa del Sultán percibía tanto
ingresos defincasy peajes que estaba en condiciones de mantener fuerzas considerables y
sumamente modernas por sus propios m e dios17. Ello le permitió derrotar a los estados
cristianos en los Balcanes, y en 1526 incluso
en Hungría, de m o d o que en 1529 un ejército
otomano llegaba por primera vez a las murallas de Viena.
Aventureros y empresas
comerciales
En el siglo X V , mientras la expansión otomana ejercía presión sobre las fronteras orientales de Europa, los marinos portugueses empezaron a circundar Africa en el camino hacia la
India, dejando a sus espaldas el m u n d o musulm á n , y en 1492 la pequeña flota de Colón
zarpó hacia lo que después se llamaría América. Había empezado el segundo período de la
expansión europea.
Subsistieron algunas estructuras. Los reinos eran aún importantes y desempeñaba un
papel considerable en la organización de la
expansión, dividiendo el m u n d o que iba a
conquistarse, c o m o en el Tratado de Tordesillas (1494), o concediendo virreinatos feudales, por ejemplo, los que se concedieron a C o lón. Pero los reinos se fueron convirtiendo
cada vez m á s en Estados modernos, organizandoflotasnacionales como las de Enrique el
Navegante o el Rey Enrique VIII y ejércitos
modernos como los de Iván IV, cuyas tropas
Hans-Heinrich Noite
conquistaron el primer territorio musulmán
que nunca antes había sido cristiano, Kazan.
Las iglesias siguieron ejerciendo influencia
gracias al envío de misioneros a América y
Japón, a Kazan y Congo. Pero las órdenes
militares perdieron importancia; por ejemplo,
la Orden Teutónica fue secularizada en su
base más grande, a orillas del Báltico.
H u b o también otros cambios. Muchos caballeros que habían participado en el primer
período de expansión se dedicaron a políticas
aventureras y ascendieron en la escala social:
por ejemplo, el Conde Balduíno de Flandes
fue coronado Emperador. Pero ahora los que
hacían historia eran los conquistadores, de origen casi desconocido: todavía hoy no conocem o s bien los orígenes familiares de Colón;
Pizarro fue un hijo natural que no sabía leer ni
escribir; Francis Drake era hijo de un campesino y Jermak -que derribó el señorío de Sibir—
era un cosaco exiliado. Europa era aún una
sociedad feudal, y después de la crisis del siglo
XVII el feudalismo se sistematizó incluso y
quedó profundamente enraizado en bastantes
países de Europa. Sin embargo, la expansión
ofreció oportunidades de movilidad social.
Otro cambio decisivo fue la creciente importancia de las empresas comerciales para la
expansión. Empresas de mercaderes y ciudades gobernadas por mercaderes c o m o las de la
Liga Hanseática desempeñaron un importante
papel en la expansión medieval, así c o m o el
comercio español con América o el comercio
ruso con Siberia. Estas agrupaciones de mercaderes, donde todos se conocían entre sí, no
dejaron de ser importantes. Pero después aparecieron empresas anónimas, c o m o las C o m pañías de las Indias Orientales y Occidentales
en los Países Bajos, cuyo elemento decisivo
era el capital y no los mercaderes.
E n el segundo período de la expansión europea, la importancia del capital fue en aumento. Braudel se propuso demostrar que en
la mayoría de las sociedades europeas la economía de mercado y el capitalismo eran dos
sectores distintos18, llamando capitalismo al
m u n d o de los que compraban monopolios, etc.
Las monarquías (o quienes ejerciesen el poder)
se encargaban de asegurar los grandes beneficios y participaban de ellos. Pero en los Países
Bajos - n o la primera pero sí la m á s importante excepción del comienzo de la era modernatanto en la economía de mercado c o m o en el
Europa en la sociedad mundial hasta el siglo XX
capitalismo monopolista aumentó el uso del
dinero. La sociedad en general estaba aún dominada por las relaciones directas y muchos
productos se intercambiaban c o m o "regalos";
sin embargo, en Amsterdam las relaciones m o deladas con arreglo a los principios universalistas adquirieron mayor relevancia. Siguiendo
a Eisenstadt, en este contexto "universalista"
significa que las normas se aplicaban a todos
los elementos de la economía, en la medida en
que lo permitiesen los recursos monetarios
propios19.
El mercado y el capitalismo no eran los
únicos sectores de la sociedad en que los principios universalistas adquirieron importancia.
Las iglesias habían seguido, c o m o es natural,
trasmitiendo normas (a pesar de su feudalización) que en lo esencial consideraban a todos
los hombres iguales. Las burocracias cada vez
mayores - a pesar de su propia feudalizaciónempezaron a contar las personas individualmente, por ejemplo parafinesfiscales,y no
c o m o hogares. Y muchas corporaciones - e n
las ciudades o en las propiedades agrariasconsideraban a sus miembros iguales desde el
punto de vista político y jurídico.
Así pues, al comienzo de la era moderna
encontramos en Europa una sociedad todavía
estructurada fundamentalmente en torno a las
grandes familias y sus sistemas de patronazgo,
legalizados por leyes feudales. Pero ciertos segmentos de esta sociedad se estructuraban con
arreglo a principios universalistas. Desde el
punto de vista intelectual, esta heterogeneidad
alimentó la lucha en pro de la sistematización,
emprendida por los movimientos reformistas
de la iglesia medieval. Durante todo este conflicto, muchos clientes trataron de encontrar
un medio de obtener la libertad personal. Desde el punto de vista económico, esta heterogeneidad permitió al mercado y al capital a m pliar sus funciones, ya que para el contacto
económico entre los territorios del Imperio
Inca conquistado, la República Federal de Polonia, la corona de Castilla, la ciudad libre de
Génova, o lo que pudo llamarse durante algunos decenios la ciudad autónoma de Amsterd a m y el Parlamento de Inglaterra (que recibía
fondos de la Compañía de las Indias Orientales, por ejemplo) el dinero era indispensable.
Las viejas desigualdades regionales en Europa, y entre Europa y otras sociedades, adquirieron un nuevo significado económico y so-
31
cial, al tiempo que se hacían más abstractas.
Sin olvidar que esto es solamente un modelo
para describir un fenómeno m u c h o m á s c o m plejo, podríamos dar la siguiente imagen de la
situación:
A . Los países centrales
Entre los ríos Loira, Rin y Támesis, donde
tiene su origen el feudalismo, la agricultura se
desarrolló notablemente. La triple rotación de
los cultivos se combinaba con bastante frecuencia con la horticultura. Los abonos orgánicos se obtenían de bueyes que eran conducidos a Colonia y Londres y se engordaban cerca
de los mercadosfinales.Por último, en el siglo
XVIII los nuevos inventos vinieron a complementar lo que se ha llamado la revolución
agraria20. Florecieron las industrias textiles,
con frecuencia fuera de las murallas. El comercio en dinero se hizo m á s importante21.
Quienes vivían entre París, Londres y C o lonia tendían a ser personalmente libres y a
constituir una fuerza laboral sumamente m ó vil. M a n o de obra barata acudía a Amsterdam,
un tercio de cuya población, en el siglo XVII,
era extranjera y la Hollandgängerei (emigración a Holanda) siguió siendo una fuente importante de ingresos para las regiones pobres
de Alemania hasta el siglo X I X . Derechos importantes, c o m o el de salir de un país, o ciertas
actitudes religiosas no conformistas, recibieron una sanción legal (por ejemplo en la paz de
Westfalia, en 1648). Y los no conformistas se
iban a otro sitio: los irlandeses católicos a los
Países Bajos españoles, los protestantes franceses a las Siete Provincias o a Alemania, los
holandeses menonitas a Polonia. M u c h o s de
estos movimientos convergieron hacia el centro, donde los Países Bajos constituyeron la
primera sociedad relativamente tolerante, que
trató de evitar la guerra por considerarla demasiado costosa22.
L o que es más importante, los países situados entre el Támesis y el Loira eran centros
comerciales, donde las compañías internacionales tenían su sede. Los Países Bajos importaban artículos coloniales, especias y porcelanas
de Asia, cereales y artículos navales en el "comercio materno" con el Báltico, plata de España (o, incluso ilegalmente, participaban en el
comercio de esclavos de las colonias españolas), azúcar del Caribe, esclavos de Africa, y
32
vino de Portugal. La mayoría de las importaciones holandesas se exportaban también, y
sólo una pequeña parte se fabricaba dentro de
las Siete Provincias. Pero el comercio marítim o holandés fue el m á s importante del m u n do 23 , antes del inglés.
B. Países semiperiféricos
Muchos de los países europeos que quedaron a
la zaga en el desarrollo del feudalismo se convirtieron en zonas semiperiféricas en los comienzos de la era moderna. Políticamente siguieron siendo independientes, mantuvieron
sus propios gobiernos y participaron en la expansión. Pero socialmente los vínculos de dependencia aumentaron -en España, y también
en Polonia y en Rusia- y en muchos de ellos la
agricultura no mejoró. E n España, en casos
extremos, suelos que durante la ocupación árabe habían producido dos cosechas quedaron
en barbecho. Polonia sufrió también retrocesos en la productividad. El comercio exterior
estaba con frecuencia en manos de extranjeros. E n España, por ejemplo, los extranjeros
desplazaron a la mayor parte de los mercaderes medievales de Burgos y se hicieron con el
control de las exportaciones de lana. E n el
Báltico, la mayor parte del comercio estaba en
poder de los holandeses, y a veces las viejas
ciudades hanseáticas hacían de intermediarias. Las exportaciones de los países semiperiféricos solían consistir en mercancías de gran
volumen: lana y vino de la Península Ibérica,
cereales, lino y cáñamo de los países del Báltico, bueyes de Dinamarca, Polonia, Ucrania y
Hungría. Se exportaban artículos que exigían
una numerosa m a n o de obra y cuyo transporte
era costoso. Las importaciones consistían en
su mayor parte en artículos coloniales, vino,
oro, textiles, armas y "Nürnberger T a d " ("bagatelas de Nuremberg") 2 4 .
Marian Malowist ha descrito la interrelación entre las exportaciones y las importaciones c o m o una situación de dependencia: la
clase feudal, actuando c o m o una especie de
burguesía compradora, expulsaba a los campesinos del mercado para ampliar su propia participación en las exportaciones25. Cuando la
clase feudal empezó a comprar artículos extranjeros de lujo, las ciudades productoras de
Polonia perdieron sus clientes y su importancia disminuyó (con excepción de los puertos).
Hans-Heinrich Noite
La feudalización resultante de Polonia impuso
de nuevo una situación de dependencia. W i told Kula ha demostrado que la porción de la
economía polaca conectada con el comercio
exterior era relativamente pequeña 26 . Incluso
suponiendo que fuera una porción decisiva, ya
que se le podía dar salida libremente, parece
lógico pensar que el comercio exterior no explica toda la historia de Polonia.
Existían otros vínculos entre la semiperiferia y el centro. U n o de ellos era el militar: para
mantener la independencia política, todos los
países europeos tenían que organizar y pagar
ejércitos que pudieran defenderlos contra
otras potencias. U n número considerable de
países europeos fueron anexionados por otros
m á s grandes -Irlanda por Inglaterra, Bohemia
por los Habsburgos- o dividido, c o m o Navarra, entre Francia y España, o c o m o Livonia,
entre Polonia y Suécia. Incluso la pequeña
Confederación Helvética tenía sus territorios
dependientes (Untertanenlände), c o m o por
ejemplo, parte del Ducado de Milán, y las
Siete Provincias tenían sus Generaliteitsladen.
Organizar un ejército de un m i s m o nivel tecnológico en el centro era m u y costoso para un
estado de la semiperiferia. E n el siglo XVII,
empezando en los Países Bajos, los tercios españoles fueron sustituidos por los "militaires". Si bien los tercios decidían aún las batallas con sus largas lanzas y su combate cuerpo
a cuerpo (necesitaban algún tiempo para recargar los arcabuces), los nuevos "militaires" disparaban los mosquetes a intervalos tan cortos
que les era posible ganar las batallas sin entrar
en contacto directo. Las balas de mosquete y
de cañón no podían utilizarse una segunda
vez, por lo que fue necesario fabricarlas27. Los
Estados de la semiperiferia, c o m o Prusia o
Rusia, que trataron de mantenerse a la altura
del centro en tecnología militar, no podían
limitarse a comprar sus armamentos, sino que
tuvieron que crear industrias para asegurarse
un suministro constante. Esto significa que los
ejércitos se convirtieron en agentes de modernización28, pero también que en los países semiperiféricos los militares adquirieron m á s
importancia que en el centro29.
Este argumento, que contribuye a explicar
la militarización de la semiperiferia y el éxito
del absolutismo en esta parte de Europa, puede aplicarse en sentido contrario a Polonia,
dividida entre sus vecinos pero que a finales
Europa en la sociedad mundial hasta el siglo XX
w
33
£,f*¿0- } :
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L
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Mercaderes portugueses, acompañados de padres jesuítas, desembarcan en Japón, en el siglo X V I . Dagii/om.
34
Hans-Heinrich Noite
esclavos africanos y no se ofrecían a los traficantes europeos con tanta frecuencia c o m o los
hombres. El bajo porcentaje de mujeres, que
habían vivido parte de su vida fértil en Africa,
es uno de los motivos por los que las poblaciones de esclavos en América no pudieron reproducirse. Los beneficios del comercio de esclavos se han calculado en un 10 % aproximadamente, lo cual es un porcentaje alto pero no
demasiado.
Los efectos de la esclavitud en el funcionamiento del sistema se dejaron sentir en diversos puntos. Africa era un mercado para las
industrias europeas, la gente se ganaba la vida
en los astilleros de construcción naval o en el
transporte marítimo, y los propietarios de las
plantaciones compraban artículos europeos de
lujo. Los beneficios del comercio de esclavos,
C . La periferia
o la esclavitud por sí sola, nunca habrían basPolíticamente, los países que no estaban en tado para poner en marcha la revolución incondiciones de gobernarse a sí mismos podían dustrial, pero desde luego contribuyeron a
considerarse periféricos: América, los enclaves ello.
europeos en Africa y Asia o Siberia. SocialHabía otros sistemas de trabajo obligatorio
mente, estas regiones se caracterizaban por en la periferia, c o m o la mita, el repartimiento
formas extremas de trabajo no libre, o sea la y la encomienda en América Latina, que seresclavitud. E n el contexto del sistema m u n - vía para sustentar a la nueva clase colonial y
dial, la esclavitud significaba principalmente aprovisionar de m a n o de obra las minas de
que personas en sus mejores años productivos plata33. E n los Urales, los nativos trabajaban
se compraban en África -con mucha frecuen- transportando el hierro a la costa34. En Siberia,
cia a traficantes externos- y se vendían en los nativos tenían que suministrar pieles para
América, donde trabajaban hasta la muerte.
pagar los impuestos35. U n elemento c o m ú n de
E n los últimos 25 años la historia de la todos estos sistemas era la m a n o de obra obliesclavitud moderna se ha convertido en uno gatoria o de bajo costo, con frecuencia en relade los campos más productivos de la historio- ción directa con los artículos producidos para
grafía. Según Herbert S. Klein, de 8 a 11 millo- los países centrales, c o m o pieles o plata. Las
nes de esclavos se enviaron de Africa a Améri- exportaciones periféricas consistían en su m a ca32. Para comprar esclavos en los mercados yor parte en artículos de alto valor por el peso:
africanos, los europeos solían vender produc- plata y oro, azúcar y especias, pieles y marfil.
tos manufacturados o reexportaciones del co- Las importaciones consistían en artículos de
mercio indio, especialmente productos textiles consumo al estilo europeo.
refinados. Las empresas europeas pocas veces
podían monopolizar los mercados u obtener
su "mercancía" a bajo costo. E n 1700, el índi- D. El m u n d o exterior
ce de mortalidad de los esclavos durante el En los siglos X V I y XVII la mayor parte de la
viaje se calculaban en un 20 %, cifra que en población mundial estaba sometida aún a la
1800 había disminuido hasta un 5 % aproxi- influencia de las naciones europeas, o si lo
madamente. Es éste un índice sumamente estaba, era de m o d o marginal. China y Japón
alto, ya que los esclavos se encontraban habi- pudieron limitar la presencia de los extranjetualmente en sus mejores años; sólo el 1 0 % ros a unos pocos puertos. E n India y Africa,
eran niños y no había ancianos. Alrededor de los europeos tenían una serie de factorías a lo
una cuarta parte de los esclavos eran de sexo largo de la costa, pero por lo general no pudiefemenino, probablemente porque las mujeres ron introducirse por fuerza en el interior. E n
se vendían a buen precio en los mercados de Europa misma, el Imperio O t o m a n o se expan-
del siglo XVIII no dedicaba fondos suficientes
a la constitución de un ejército moderno. Pero
no explica por qué a comienzos del siglo X V I
Polonia se convirtió en un Estado semiperiférico, cuando podía considerarse la principal
potencia de Europa Oriental. El hecho de que
algunas partes de Europa se vieran empujadas
a la semiperiferia sólo puede explicarse con
argumentaciones m u y complicadas30, pero dos
elementos parecen claros: en primer lugar, no
sólo Polonia quedó a la zaga, sino que los
demás avanzaron m á s deprisa. A d e m á s , incluso cuando se veía claramente el retraso del
país, mecanismos tales c o m o los que ha descrito Malowist mantuvieron la situación de atraso, creando sus propias tradiciones31.
Europa en la sociedad mundial hasta el siglo XX
35
Jawaharlal Nehru expresó esta segunda tesis de m o d o conciso: el botín de Bengala contribuyó decisivamente a la revolución industrial en Inglaterra37. Sin embargo, François
Crouzet ha alegado de m o d o convincente que
las empresas típicas de la revolución industrial
eran pequeñas, no necesitaban m u c h o capital
y, por regla general, no utilizaban capital procedente de la India38. D e hecho, los oficiales
ingleses que se enriquecieron con el botín de
Bengala, los "nabab", no invirtieron su dinero
en empresas arriesgadas, c o m o Boulton y
Watt, cuando regresaron a la metrópoli, sino
que se dedicaron a comprar tierras y bonos del
Estado. Pero, ¿responde ésto a la pregunta?
¿No contribuyó por lo menos a ello el hecho de que Inglaterra tuviera uno de los tipos
de interés m á s bajo de todos los tiempos39, por
la abundancia de liquidez en el mercado? Y
además, India no fue la única fuente. Para
empezar, estaba el oro de América, extraído de
Potosí y México por m a n o de obra india. Estaban los beneficios de la esclavitud y los del
comercio de pieles de Siberia al Canadá. La
contribución total de la periferia es impresionante. Pero, naturalmente, la versión que atribuye importancia a los factores internos también es impresionante: innovaciones tecnológicas, libertad política, movilidad social, altos
niveles de educación, etc.
Este era el punto al que había llegado el
debate, cuando los teóricos del sistema m u n dial, com Immanuel Wallerstein, André G u n der Frank, Samir A m i n y otros, intervinieron
en él40. Su argumento básico era que el ascenso
del Occidente sólo podía explicarse c o m o parte del desarrollo de una economía mundial
La contribución d e la periferia a la llamada "capitalismo": "si la economía m u n dial es la entidad económica básica que c o m revolución industrial del centro
prende una única división del trabajo, es natuEl siglo XVIII señala el final del segundo pe- ral que diferentes sectores lleven a cabo distinríodo de la expansión europea, y el comienzo tas tareas económicas... C o n el tiempo, algudel tercero. Asimismo es el punto de partida nas de estas diferencias podrían acentuarse
41
del profundo cambio de la sociedad europea, más que reducirse..." . En este contexto, W a que hemos dado en llamar la primera revolu- llerstein explicó la persistencia de los nacionación industrial. E n este punto, pues, tenemos lismos y la poca importancia relativa de la
que volver al debate entre los "pequeños ingle- llamada guerra internacional de clases: " D e n ses" y los partidarios de " u n solo m u n d o " . tro de una economía mundial, las estructuras
¿Fueron las condiciones previas de la primera del Estado funcionan c o m o medios para que
revolución industrial endógenas o exógenas? grupos particulares influyan en el funciona¿Fue el contexto de un solo m u n d o creado por miento del mercado y lo distorsionen. Cuanto
la expansión europea indispensable o inci- m á s fuerte sea el mecanismo estatal, mayor
será su capacidad de distorsionar el mercado
dental?
dio hasta 1683 (por ejemplo en Ucrania),
mientras que fracasaron los intentos españoles
de conquistar la costa del Maghreb.
Los europeos eran superiores en alta mar 3 6 .
Las carabelas portuguesas derrotaron las flotas
árabes (a pesar de que éstas contaban con el
apoyo tecnológico de los venecianos), y la invención de buques de borda alta aumentó la
ventaja europea. Las batallas marítimas se ganaban a distancia gracias a la artillería: los que
podían montar más cañones en los buques
tenían buenas posibilidades de vencer. Pero
hasta el siglo XVIII los soldados europeos no
fueron capaces de derrotar a los ejércitos de
las potencias musulmanas, c o m o el Imperio
Mongol o la Sublime Puerta, ni de penetrar
profundamente en los desiertos, estepas o bosques tropicales.
La influencia de Europa en el m u n d o ajeno
a su propio sistema se ejerció a través del
comercio: las empresas europeas compraban
artículos de alta calidad, c o m o porcelana, m u selina, laca y especias. C o m o había pocos productos europeos que pudieran venderse en el
mercado asiático, las empresas tenían que pagar sus importaciones en efectivo. La plata
americana llegó hasta la corte manchu y vino a
engrosar las arcas del Imperio Mongol; sin ella
el comercio asiático, a pesar de su alta rentabilidad, no podría haber alcanzado las proporciones que adquirió.
Sin embargo, desde mediados del siglo
XVIII la superioridad europea fue en a u m e n to. La conquista de Bengala puede considerarse el primer resultado importante.
36
mundial en favor de los intereses que represente. Los Estados centrales tienen mecanism o s estatales más fuertes que los Estados periféricos"42. Pero incluso en los períodos de
depresión económica, las periferias " n o desaparecen por entero de la economía mundial",
por tres razones por lo menos: los cuadros de
la periferia quieren perdurar, los cuadros del
centro se preocupan de las necesidades de la
próxima inversión de tendencia y hay algunos
productos que el centro, incluso ahora, quiere
comprar a la periferia43. La contribución de la
periferia es necesaria no sólo para comenzar,
sino para mantener en marcha el proceso.
E n 1982, Patrick O'Brien criticó esta opinión holística en los siguientes términos: los
europeos impusieron a territorios de Asia,
Africa y América modelos de comercio "en los
cuales las riquezas minerales y los productos
primarios de la periferia se intercambiaban
por artículos manufacturados y productos
agrícolas de alta calidad del centro, en condiciones m u y desiguales. C o n el tiempo, estas
pautas de especialización impulsaron las economías de Europa Occidental hacia la industrialización y niveles más elevados de vida, y
las economías de la periferia hacia la producción primaria, el monocultivo, y niveles
m u c h o m á s bajos de ingresos por persona".
O'Brien se oponía a la idea de que "el comercio entre Europa Occidental y las regiones periféricas de la economía internacional constituyera una parte insignificante de la explicación del crecimiento económico acelerado del
centro después de 1750". Según sus cálculos, a
finales del siglo XVIII el 20 % de las exportaciones europeas y el 25 % de las importaciones
se intercambiaban con la periferia, y sólo alrededor del 4 % del P N B europeo era objeto de
tráfico transfronterizo, lo que dejaría alrededor del 1 % del P N B solamente para el comercio europeo con la periferia. Incluso en el m e jor de los casos, los beneficios de este 1 %
"probablemente financiaron menos del 15 %
de las inversiones brutas entre 1750 y 1850" 44 .
Hans-Heinrich Noite
Socialmente, la estructura de la primera
Europa moderna estaba determinada en grado
considerable por la emigración: el segundo
hijo de un agricultor emigraba a México o
Nueva Inglaterra, en vez de quedarse en el
hogar y ayudar a su padre en el campo. Los
países del centro registraron una explosión demográfica, y una cohorte considerable se fue a
la periferia. Esta expansión de los asentamientos europeos mantuvo las jerarquías internas.
Los campesinos rusos, tratando de eludir su
dependencia con respecto a los señores, huían
a las zonas extremas del país. Así pues, el
centro ruso quedó liberado de elementos rebeldes, que provocaron levantamientos en la periferia bajo Razin o Pugachev, pero que no fueron capaces de poner en peligro la zona de
Moscovia propiamente dicha. E n este m i s m o
período, mercaderes holandeses y alemanes,
oficiales y artesanos fueron invitados a instalarse en este m i s m o centro. N o sólo encontraron en Rusia los medios de subsistencia, sino
que con frecuencia se enriquecieron. Y en el
siglo XVIII, incluso los campesinos alemanes
fueron invitados a instalarse en las zonas fronterizas en auge, abandonadas por la población
musulmana o budista cuando aumentó el p o der ruso.
La historia religiosa de Europa apenas es
imaginable sin este ir y venir del centro a la
semiperiferia y la periferia. Es evidente que la
historia del puritanismo no habría sido la mism a sin la posibilidad que tuvieron los padres
peregrinos de fugarse. Y no se trata solamente
de una relación direta centro-periferia: la reforma sólo podía iniciarse en un país semiperiférico (alguien que viviese en R o m a no habría
oído siquiera hablar de Wittenberg antes de
Lutero). En Rusia, los viejos creyentes, un grupo cismático ortodoxo del siglo XVII, emigraron del centro a la periferia, mientras que el
Gobierno invitaba a los hugonotes a "sustituirles". Estas posibilidades de huida no son
importantes solamente desde el punto de vista
de la historia religiosa, sino que además conY o entiendo que el comercio con la perife- tribuyeron a poner fin a situaciones de guerra
ria era sólo uno de los vínculos dentro del civil y religiosa, favoreciendo así la seguridad
sistema y que los beneficios para el centro se pública, una de las condiciones previas m á s
acumularon en muchos sectores, c o m o el so- importantes del desarrollo, c o m o puede verse
cial, el religioso, el ideológico, el político y el hoy en Irlanda del Norte o el Líbano.
económico. Examinemos estos sectores, antes
En la historia de las ideas, el sentimiento
de volver a considerar la contribución del co- de superioridad europea fue esencial. T o m e mercio.
m o s el caso de Rusia: hoy día aún nos pode-
37
Europa en la sociedad mundial hasta el siglo XX
m o s dar cuenta de la importancia intelectual
del triunfo de Ivan IV en Kazan, si nos param o s en medio de la Plaza Roja de Moscú y
contemplamos la catedral de San Basilio. Y ,
¿qué significó para los occidentales que un Zar
posterior de aquel extraño y poderoso país,
Moscovia, viajara a Occidente para aprender
de artesanos holandeses y escuchar a Leibniz,
que le hizo propuestas para la mejora de un
país donde no había estado nunca? El m u n d o
exterior y la periferia fueron también referencias para la autocrítica en la tradición intelectual occidental: recordemos las Cartas persas
de Montesquieu, o la idea del "noble salvaje".
Pero volvamos a la economía: O'Brien ha
demostrado que no sólo el comercio europeo
con Asia, sino también el comercio m á s importante del centro desde el punto de vista
cuantitativo, el comercio báltico, no podrían
haber alcanzado estas proporciones sin la m o neda acuñada, porque eran deficitarios. Hasta
mediados del siglo X V I , las monedas se acuñaban en Alemania y Eslováquia, pero durante
los siglos XVII y XVIII m á s del 80 % de la
plata y el oro utilizados para acuñar monedas
venía de América (en el siglo XVIII se utilizaron también cantidades relativamente pequeñas procedentes de Siberia). Es cierto que en el
centro el papel m o n e d a fue ganando importancia, pero ni en la semiperiferia ni en el m u n d o
exterior era aceptado. En Suécia y Rusia, fracasaron los intentos del Gobierno de abandonar la plata y volver al cobre para la acuñación
de monedas (no todavía al papel), porque la
gente no lo aceptaba. Esto corrobora el punto
fundamental de que la transición, o más bien
las transiciones, de las sociedades de relación
directa a las organizadas con arreglo a criterios
m á s universalistas, no podría haberse producido sin la plata y el oro que, para la nueva
mentalidad, combinaba el significado abstracto del dinero (argent) y la esencia concreta del
metal.
Estas transiciones se produjeron no sólo en
los puntos de intercambio con la semiperiferia
c o m o Riga. Muchas de las transacciones se
efectuaron dentro de los propios países centrales, por ejemplo en aquellas regiones donde la
economía campesina seguía siendo importante45. T a m p o c o hay que olvidar el elevado número de periferias internas, c o m o la franja
céltica de Inglaterra, el Sur de Francia y la
franja eslava de Alemania 46 .
Desde antes de la revolución industrial,
Europa no podía producir suficientes artículos
para la venta en los mercados de Rusia, India
o el Japón, que le permitiesen pagar las importaciones de estas procedencias; sin la acuñación de moneda, este comercio se habría reducido en una cuarta parte con Rusia, y en tres
cuartas partes con la India. ¿ C ó m o afectó el
aumento del comercio al desarrollo de la producción europea? Dejando aparte el debate
sobre la inflación, el resultado m á s simple fue
que los mercaderes del centro que regulaban el
comercio trataron de vender el mayor número
posible de productos industriales europeos,
porque ellos también querían guardarse el oro,
y porque el transporte se pagaba de la periferia
al centro, y no viceversa.
El comercio central sólo puede extenderse
c o m o un sistema en sí mismo, constituido en
gran parte por reexportaciones47, que aumentaron aún m á s los beneficios del centro. Sin el
metal americano, los mercaderes holandeses
no habrían podido comprar tanto maíz a Polonia, ni habrían tratado de vender textiles de
Leyden y vino portugués a los nobles polacos,
ni porcelana china. La complejidad del comercio lo hizo prosperar, lo que pone de relieve
que los países centrales se encontraban situados realmente en el centro del comercio, y en
condiciones de acumular el mayor número de
conocimientos, tecnología, capacidad militar a
costo m á s bajo, influencia y control, y también
capitales.
Nuestra tesis, en breve, es que las ventajas
derivadas del control de la periferia fueron tan
numerosas para los países centrales europeos,
en la transición de una forma específicamente
europea de sociedad de relación directa (llam a d a feudalismo) a una sociedad modelada
con arreglo a principios universalistas (llamada capitalismo), que han de considerarse esenciales.
Industriales y generales
Lo principal que debe tenerse en cuenta en
relación con la historia de Europa y la sociedad mundial, es que este continente acumuló
competencias de manera cada vez m á s rápida
y segura en las ciencias, la tecnología militar,
el comercio, etc. Los musulmanes recogieron
la obra de Aristóteles; los cristianos la introdu-
38
jeron en sus planes de estudio. Los chinos
inventaron la porcelana; los europeos la pudieron comprar con oro americano, crearon un
mercado para ella y finalmente la reinventaram Los indios fabricaban los textiles de m a yor calidad; los europeos los importaron y los
copiaron, y alfinallos fabricaron a precio m á s
bajo que los propios indios.
La primera revolución industrial no es m á s
que un período de aceleración en un largo
proceso de acumulación de competencias, inventos y cambios de la producción. Podríamos
llamarla en realidad una revolución, si por ello
entendemos un cambio importante en un breve espacio de tiempo; la principal novedad
consistió en el uso de la energía mecánica para
la producción, el transporte, etc.
Esto cambió la relación entre Europa y el
resto del m u n d o , intensificando la superioridad europea. Desde el punto de vista militar,
ahora era posible conquistar el interior del
continente a un costo relativamente bajo; los
buques de vapor, el telégrafo y los ferrocarriles
permitían el transporte a través de desiertos y
junglas, el rifle proporcionaba a un hombre
solo la potencia de fuego de doce mosquetes y
la ametralladora acabó resolviendo todos los
problemas militares pendientes.
Europa promovió la producción de artículos industriales a m á s bajo costo que los países
no industrializados. El centro industrializado
obligó a las periferias y a las semiperiferias a
reducir, o incluso a cancelar, la producción.
Los textiles indios son un famoso ejemplo de
esta desindustrialización48. Las exportaciones
de hierro ruso al mercado inglés cesaron porque la tecnología carbonífera rusa no era capaz
de competir con la nueva industria siderúrgica
inglesa basada en el carbón mineral49; este es
un ejemplo menos conocido, pero igualmente
significativo. India y Rusia se dedicaron a la
exportación de materias primas.
El hecho de que la producción adquiriera
m á s importancia que el comercio significó que
los industriales europeos tuvieron que buscar
puntos de venta en el exterior. La moneda
metálica acumulada en las viejas sociedades
asiáticas fue atraída ahora hacia Europa. A las
sociedades africanas o a otras sociedades que
no tenían mucha riqueza acumulada, se les
indujo y en algunos casos se les obligó, a producir materias primas para las industrias europeas50. Pero la expansión fue también rentable
Hans-Heinrich Noite
para los industriales cuando no era posible
obtener a cambio viejas riquezas acumuladas
ni materias primas, en la medida en que los
medios de comunicación y de gobierno, los
ejércitos coloniales y las armadas fueron pagadas por los contribuyentes del país de origen.
Esta era la situación, por lo menos, de las
colonias alemanas, que nunca enjugaron su déficit51.
E n términos ideológicos, el método puede
considerarse una de las características centrales del pensamiento europeo en el siglo X I X .
En relación con la sociedad mundial, esto significó una extraordinaria proliferación de exploraciones científicas, de misiones cristianas
sistemáticamente dispersas, de ideas imperiales, c o m o "de El Cabo a El Cairo" o "de Dakar
a Jibuti". Llevar la antorcha de la cultura a
cada rincón del m u n d o se consideró la "responsabilidad civilizadora de los blancos" y las
naciones que desconocían la historiografía de
tipo occidental se convirtieron en "pueblos sin
historia"52. La autoimagen europea de superioridad entró en conflicto con la idea de la
Ilustración, de que todos los hombres fueron
creados iguales. Para resolver este conflicto se
fomentó el racismo, la idea de que sólo los
hombres blancos eran iguales. E n la India, se
desalentó los matrimonios interraciales de ingleses e indios; en los Estados Unidos el racism o justificó la política practicada con los indios, que en algunos casos se aproximó al
genocidio53; y, naturalmente, este principio se
aplicó también a las nuevas colonizaciones,
c o m o Rhodesia o el Africa Sudoccidental.
El método caracterizó también la creciente
burocratización de la sociedad europea. E n la
historia de la expansión, esto significa que los
generales dirigieron, m á s que nunca, las operaciones: Kaufmann en el Turkestan, Custer en
Dakota, Kitchener en el Sudán. C o n bastante
frecuencia conquistaban territorios que las
compañías de otros tiempos habían dejado de
lado deliberadamente, ya que de ellos no podían esperarse beneficios. E n el Africa sudoccidental alemana (Namibia), por ejemplo, un
ejército comandado por el Teniente General
von Trotha masacró la población Herero para
dejar sitio a unos pocos miles de colonos alemanes, objetivo éste de ideología política, sin
relevancia social o económica.
Socialmente los europeos organizaron la
emigración a ciertas periferias, que a continua-
39
Europa en la sociedad mundial hasta el siglo XX
El esclavismo europeo: fotografía de un mercado de esclavos en Martinica, en 1837. s>gma
ción se convirtieron rápidamente en países semiperiféricos o incluso centrales. Esta emigración estabilizó las viejas estructuras "exportando" grupos problemáticos; a mediados del
siglo X I X , los demócratas escaparon de la
opresión política del viejo continente, dirigiéndose principalmente a los Estados Unidos,
y empezaron allí nuevas carreras como agricultores. Afinalesde siglo, poblaciones que ya
no hacían falta en Europa, c o m o por ejemplo
las de periferias internas c o m o Irlanda o las
regiones prusianas de Polonia, emigraron a los
Estados Unidos para empezar allí una nueva
vida. A d e m á s , los que temían la pérdida de su
condición social anterior, emigraron à Rhodesia o Argelia para instalar allí una nueva clase
superior.
A finales del siglo X I X , el m u n d o se dividía entre las potencias europeas y algunas potencias asiáticas que fueron capaces de conservar la soberanía. La división de Africa decidida en Berlín en 1878 es el hito que señala este
m o m e n t o histórico, y nos recuerda el Tratado
de Tudilén en 1151 y la vieja tradición de las
potencias europeas dividiéndose el m u n d o exterior sin pedir, desde luego, permiso. Pero
ahora la expansión, en el sentido directo y
político de la palabra, había acabado; nada
quedaba por dividir, por lo menos después de
que China e Irán estuvieran también a punto
de dividirse, en 1898 y 1907 respectivamente.
Al entrar en el siglo X X podemos hablar
definitivamente de una "sociedad mundial",
una sociedad europea que abarca todo el planeta. Esta sociedad no era monolítica; sus norm a s eran la competencia, la jerarquía y la
expansión. Esto permitía a los recién llegados
c o m o Japón o Turquía ingresar en el sistema y
encontrar aliados dentro de él. A pesar de la
solidaridad europea, la norma decisiva final
fue la competición entre las naciones europeas. Cuando la expansión al m u n d o exterior
alcanzó su fin natural, el proceso podía m u y
bien volverse hacia el interior de nuevo, c o m o
40
ocurrió con el intento hegemónico francés
bajo Napoleón, y en el siglo X X con el intento
de Alemania de conseguir el Weltmacht (poderío mundial).
Así pues, en dos guerras mundiales las potencias europeas destruyeron ellas mismas su
dominio sobre el resto del m u n d o . Esto posibilitó la creación de movimientos de emancipación en la sociedad mundial, que podían legítimamente oponerse a sus dominadores coloniales alegando principios europeos tales como
"todos los hombres fueron creados iguales".
La autodestrucción europea facilitó también la
aparición de la nueva potencia dominante del
siglo X X , los Estados Unidos. Pero elfinalde
la hegemonía europea en dos guerras mundiales no aniquiló la estructura de un sistema, con
el cual todos tenían que correr para permanecer en el mismo sitio. Las naciones recién
emancipadas comprendieron m u y pronto que
la disociación o desvinculación del mercado
mundial no daba buenos resultados y la mayoría de ellos tuvieron simplemente que ponerse
en la cola. En resumen: la mundialización del
sistema europeo a partir del siglo XI condujo,
en el siglo X X , a las condiciones previas para
el proceso de emancipación del predominio
Hans-Heinrich Noite
europeo en la sociedad mundial, pero todavía
no a un cambio fundamental en las normas.
E n los años 70, es posible que los teorizadores del sistema mundial hayan subestimado
las posibilidades endógenas de la política democrática y la reforma social en determinados
países. Y sin embargo, el argumento histórico
que aquí defendemos indica que ningún país
puede alcanzar por su propia cuenta el nivel
de los países centrales, ya que ellos mismos no
alcanzaron este nivel c o m o "pequeñas Inglaterras" que siguieron a la primera, sino c o m o
partes de "un solo m u n d o " en el que pudieron
ocupar la posición m á s beneficiosa del centro.
Incluso si estos beneficios no han sido tan
abundantes c o m o se pensaba en los años 70, sí
fueron decisivos desde el punto de vista cualitativo para el cambio estructural de la sociedad.
Traducido del inglés
*Estoy m u y agradecido a Christiane Noite por la
lectura crítica del texto y las notas sobre el caso español, a Bernd H a m m por una importante sugerencia y a
Carl-Hans Hauptmeyer y Claus F. Stolberg por su lectura de todo el texto y la corrección de errores.
41
Europa en la sociedad mundial hasta el siglo XX
Notas
1. Los atenienteses masacraron a
los habitantes de Melos en el año
416 a.c. porque sospechaban que
eran partidarios de Esparta.
2. Véase Jaume Vicens Vives:
Manual de historia económica de
España, Barcelona, 1975, págs.
290-292. Wolfgang Reinhard:
Geschichte der europäischen
Expansion, vol. 2, Stugart,
Kohlhammer. 1985. págs. 58-68.
3. Eric Jones: The European
Miracle, Cambridge. 1987.
4. Véase Walt Whitman Rostow:
The Stages of Economic Growth,
1960. El argumento endógeno es
la base de la argumentación de
Karl Marx; las páginas de El
Capital sobre la explotación de
los países no europeos no dejan
duda alguna a este respecto.
5. Immaneal Wallerstein: The
Modern World System, vol. 1-3.
Nueva York, Academic Press.
1974-1989; Klaus Jürgen Gantzel,
ed.: Herrschaft und Befreiung in
der Weltgesellschaft, Frankfurt,
Campus, 1975; Ekkehart
Krippendorff: Internationales
System als Geschichte, Frankfurt,
Campus, 1975.
55/5(1980), págs. 1061-1094;
Stein Rokkan, Derek W . Urwin:
Economy, Territory. Identity,
Beverly Hills, Sage, 1983, esp.
págs. 19-65.
9. Hans-Heinrich Nolte, ed.:
Patronage und Klientel,
Ergebnisse einer
poln isch-deutschen Konferenz,
Köln. Böhlau, 1989.
10. Rodney Hilton: Bond Men
Made Free, Londres. 1973, págs.
25-63. La dinámica de la sociedad
feudal fue uno de los puntos
principales defendidos por Hilton
y D o b b en el debate
Dobb-Sweezy; véase Rodney
Hilton, ed.: The Transition from
Feudalism to Capitalism,
Londres, N e w Left Books, 1976.
11. Willi Erzgräber, ed.:
Kontinuität und Transformation
der Antike im Mittelalter,
Sigmaringen, Thorbecke. 1989.
12. Véase Artur Attman: The
Bullion Flow between Europe and
the East, Göteborg, Kungl.
Vetenskaps- och
Vitterhets-Samhället, 1981, págs.
7-18.
17. Jozef Matuz, Das Osmanische
Reich, Darmstadt,
Wissenschaftliche
Buchgesellschaft, 1985, esp. págs.
98-114; Stanford Shaw: History of
the Ottoman Empire and Modern
Turkey, vol. 1, Cambridge,
Cambridge University Press,
1976, págs. 22-28.
18. Braudel, op. cit. pp. 49-59.
19. S . N . Eisenstadt: " S o m e
Analytical Approaches to the
Study of Patronage", Prefacio a
V . Burtolke: The Patronage
System, Basilea, 1976, p. X I .
20. Eric Kerridge: The
Agricultural Revolution, Londres,
Unwin, 1967; B . A . Holderness:
Pre-Industrial England, Londres,
Dent, 1976, págs. 45-82; Herman
van der W e e , Eddy van
Couwenberghe, eds: Productivity
of Land and Agricultural
Innovation in the Low Countries,
Leuven, 1978.
21. Artur Attman: op. cit.
22. Véase John Mueller: Retreat
from Doomsday, Nueva York,
Basic Books, 1989, pp. 11-21.
13. José Angel Garcia de
Cortázar: La época medieval,
Madrid, Alfaguara, 1983, pág. 169 23. C R . Boxer: The Dutch
Seaborne Empire 1600-1800,
6. Hans-Heinrich Nolte: Die eine
ff; Odilo Engels: Studien zur
Leiden. 1965; From Dunkirk to
Welt, Abnss der Geschichte des
Rechts- und Verfassungsgeschichte
Danzig, Shipping and Trade in the
Internationalen Systems,
Spaniens im Mittelalter,
North Sea and the Baltic. Essays
Hannover, Fackelträger, 1982.
Paderborn Schöningh, 1989, esp.
in honour of J.A. Faber,
págs. 279-300.
Hilversum, Verloren, 1988; J. P H .
7. Véase Paul Egon Hübinger,
L e m m i n k . J . S . A . M . van
ed.: Zur Trage der Periodengrenze
14. Michael Angold: The
Koningsbrugge, eds.: Baltic
zwischen Altertum und Mittelalter, Byzantine Empire 1025-1204,
Affairs. Nijmegen, Instituut voor
Darnstadt, \\ 'issenschaftliche
Londres. Longman, 1984, págs.
Noord- en Osteuropese Studies.
Buchgesellschaft, 1969.
284-296.
1990.
8. En relación con este
argumento, véase también Stein
Rokkan: Territories, Centres and
Peripherics, in Jan Goltman, ed.:
Centre and Periphery, Beverly
Hills. Sage, 1983. págs. 163-204;
Michael Hechter, William
Brustein: Regional Modes of
Production and Patterns of State
Formation in Western Europe, en
American Journal of Sociology
15. Fernand Braudel: La
dynamique du capitalisme, París,
Arthaud, 1985.
16. Este, c o m o es sabido, es uno
de los temas clásicos de M a x
Weber. U n a introducción al tema
se encuentra en el trabajo de
Henry Jacobi: Die
Bürokratisierung der Welt,
Neuwied, Luchterhand, 1969.
24. En el Oruzheynaya Palata de
Moscú se exponen objetos de
plata de Augsburgo y juguetes de
Nuremberg, del comienzo de la
era moderna.
25. Marian Mazowist: "The
Economic and Social
Development of the Baltic
Countries from the 1 5th to the
42
Hans-Heinrich Noite
Privileg der Rückstädnigkeit",
History, Vol. V , Cambridge,
Historische Zeitschrift 244 (1987), Cambridge University Press,
1977, pp. 290-393. El interés de
págs. 557-603; Hans-Heinrich
los créditos estatales se redujo al
Nolte: Tradition des Rückstands.
3,5 %.
26. Witold Kula: An Economic
32. Herbert S. Klein: "Neuere
Theory of the Feudal System,
Interpretationen des atlantischen
40. Para Wallerstein, véase la
towards a Model of the Polish
Sklavenhandels", en Hans-Jürgen
nota 5; André Gunder Frank:
Economy 1500-1800, Londres,
Puhle, ed.: "Sklaverei in der
Capitalism and Underdevelopment
NLB, 1976.
modernen Geschichte",
in Latin America. Nueva York,
Geschichte und Gesellschaft 16,
1967; Samir A m i n : Le
27. Pierre Chaunu: La
développement inégal, Paris, Eds.
Civilisation de l'Europe classique, 1990/2, págs. 141-160; Herbert S.
Klein: The Middle Passage,
de Minuit, 1973; véase también
París, Arthaud, 1966; cf. Werner
Princeton, Princeton University
Dieter Senghaas, ed.: Peripherer
Sombart: Krieg and Kapitalismus,
Press, 1978; Albert Wirz:
Kapitalismus, Frankfort,
Munie. 1913.
Sklaverei und kapitalistisches
Suhrkamp, 1979.
Weltsystem, Frankfurt, Suhrkamp,
28. Esta tesis debe considerarse
1984."
en el contexto del debate sobre el
41. Immanuel Wallerstein: The
militarismo; véase Asborjn Eide y
Capitalist \\ 'orld-Economy,
Marek Thee, eds.: Problems of
Cambridge, Cambridge University
33. Eduardo Galeano: Las venas
Contemporary Militarism, Nueva
Press. 1979, pág. 61.
abiertas de América Latina,
York, St. Martins Press, 1980,
Montevideo, 1971.
42. Ibid. o. 60.
esp. parte IV; R o m a n Kolkovitz,
Andrzej Korbonski, eds.: Soldiers,
34. S . N . Valk, ed.: Otmena
43. Immanuel Wallerstein: The
Peasants and Bureaucrats,
krepostnogo prava,
Modern World System, Vol. 2
Londres, Allen & Unwin, 1982;
Moscu-Leningrado, Nauka, 1950.
(nota 8). pág. 120.
Volker R . Berghahn:
Militarismus. The History of an
35. Grigorij Kotoschikhin: O
44. Patrick O'Brien: "European
International Debate, Leamington
Rossii v tsarstvovanie Alekseya
Economic Development: The
Spa, Berg, 1981. esp. cap. IV.
Mikhaylovicha, A . Barsukov. ed..
Contribution of the Periphery",
San Petersburgo 1906, calculó que
en The Economic History Review,
el jasak de pieles de Siberia en el
29. Observado por primera vez
Vol. 35 (1982/1), págs. 1-18.
siglo XVII ascendió a un valor de
por Perry Anderson: Lineages of
más de 100.000 rublos (p. 93),
45. El argumento principal de
the Absolutist State, Londres.
mientras que el ingreso financiero
Chayanov, según el cual las
N L B , 1974, para Europa Oriental.
añadido del Zar, según este
economías campesinas basadas en
Véase el estudio de Paul
m i s m o autor, totalizaba 1.316.000
unidades familiares no podían
Kennedy: The Rise and Fall of the
rublos (p. 123), sin contar los
explicarse en términos de la
Grat Powers, Nueva York,
ingresos procedentes de Siberia.
economía capitalista, se adelantó
Vintage, 1989, pp. 73-139.
en Rusia a comienzos del siglo
X X , pero se ha aplicado a otros
30. Ejemplos modernos en
36. Cario M . Cipolla: Guns, Sails
períodos y países: A . V . Chayanov:
Edward Friedman, ed.: Asent and
and Empire, Londres, Methuen,
The Theory of Peasant Economy,
Decline in the World-System,
1965.
ed. D . Thurner, B . Kerblay,
Beverly Hills, Sage, 1982;
H o m e w o o d , 1966; Eric R . Wolf:
Giovanni Arrighi ed.:
37. Jawarharlal Nehru: The
Peasants, Englewood Cliffs,
Semi-peripheral Development,
Discovery of India. Nehru se basó
Prentice Hall, 1967. Desde luego
Beverly Hills, Sage, 1985.
en el trabajo de R o m e s h Dutt:
los campesinos solo aceptaban la
The Economie History of India,
moneda corriente para pagar los
31. Véase Alexander
Vol. 1, Londres, 1901.
impuestos; para ahorrar a largo
Gerschenkron: Economic
plazo (en Alemania incluso en el
Backwardness in Historical
38. François Crouzet: " L a
siglo X X ) muchos recurrían
Perspective, Cambridge, Mass.,
formation du capital en
únicamente al oro o la plata.
Belknap, 1962. Para el caso que
Grande-Bretagne pendeant la
nos ocupa, véase M a x Kernig:
Révolution industrielle", en
"Russlands Verhältnis z u m
Deuxième conférence
46. Michael Hechter: Internal
europäischen
internationale d'histoire
Colonialism. The Celtic Fringe in
économique, Vol. 2, Paris, 1965.
British National Development,
Modernisierungsprozess", in Inge
Londres, Routledge & Kegan
Auerbach, Andreas Hillgruber,
Paul, 1975; Hans-Heinrich Nolte,
eds.: Felder und Vorfelder
39. Hermann van der W e e :
ed.: Internal Peripheries in
russischer Geschichte, Freiburg,
Monetary, Credit and Banking
Europe, Göttingen,
R o m b a c h , 1985, págs. 15-31;
System, en E . E . Rich y C . H .
Müsterschmidt, 1991.
Manfred Hildermeier: " D a s
Wilson eds.: Cambridge Economic
17th Centuries", Economic
History Review XII (1959), págs.
177-189.
43
Europa en la sociedad mundial hasta el siglo XX
47. Hasta el 35 %, según Ralph
Davis: The Industrial Revolution
and British Overseas Trade,
Leicester, Leicester University
Press, 1979, pp. 31-35.
48. Debendra Bijoy Mitra: The
Cotton Weavers of Bengal
1757-1833, Calcuta, K L M , 1978.
49. P . A . Chromov:
Ekonomicheskoe razvitie Rossii v
XIX-XX vekakh, Moscú, 1950, pp.
94-113; Hans Heinrich Noite:
Technolgietransfer in Russland vor
1914, en Technikgeschichte, 51,
1984, pp. 319-334. U n a excelente
lectura la ofrece Dietrich Geyer,
ed.: Wirtschaft und Gesellschaft
im vorrevolutionären Russland,
Colonia. Kienpenheuer und
Witsch. 1976.
51. Gordon A . Craig: Germany
1866-1945, Oxford. 1978;
Woodruff D . Smith: the German
Colonical Empire, Chapel Hill,
North Carolina University Press,
1978.
50. C o n referencia especial a este
período de expansión, véase P . C .
E m m e r y H . L . Wesseling eds.:
Reappraisals in Overseas History,
Leiden, Leiden University Press.
1979. U n a panorámica general la
ofrece Rudolf von Albertini:
Europäische Kolonialherrschaft,
Munich, Heyne, 1982, y en
especial su examen de la
dependencia y la economía dual,
pp. 566-601.
52. Eric Wolf: Europe and the
People without History, Berkeley,
University of California Press,
1982, ha señalado este extremo en
su trabajo, que es un intento de
trazar la historia de estos pueblos.
53. James Truslow A d a m s : the
Epic of America; Wilcomb E .
Washburn: The Indian in
America, Nueva York, Harper,
1975.
La vía holística
hacia una sociedad mundial
Alexander King
U n o de los rasgos característicos de nuestros la posibilidad de estructurar una política extetiempos es el reconocimiento, por los dirigen- rior c o m ú n , y adoptar políticas y normas sotes políticos y por el público en general, de la ciales uniformes. Estos planteamientos son torealidad y la profundidad de la interdependen- davía m u y tentativos y cautelosos. Los divercia entre las naciones. Esto se manifiesta clara- sos países miembros, en menor o mayor medimente, no sólo mediante la extensión de la da, están preocupados por las posibles amenacooperación económica y el comercio interna- zas a su identidad nacional, y temen caer bajo
cional, sino también en otros muchos sectores, la férula de una vasta burocracia centralizada.
c o m o por ejemplo las cuestiones ambientales.
D e hecho, la Comunidad se ha apartado
Los medios de comunicación hacen llegar pun- mucho, casi sin darse cuenta, de su interés
tualmente a todos los hoinicial exclusivo por el
gares ejemplos de la crecampo estrictamente ecoAlexander King es cofundador del
ciente interdependencia,
nómico. En los dos últimos
Club de R o m a , del cual ha sido también presidente. Entre sus numerosos
pero pocas veces menciodecenios hubo intensos decargos, ha sido Director General de
nan explícitamente el fenóbates, y a veces se preparaAsuntos Científicos y de Educación de
meno.
ron programas comunes,
la O C D E , y presidente de la Federación
Internacional
de
Institutos
de
Alsobre una amplia variedad
Para los que vivimos en
tos Estudios. Su dirección: 168, rue de
de temas que, si bien estaEuropa, el ejemplo m á s
Grenelle, 75007 París, Francia.
ban activados económicaclaro de la creciente intermente, han abarcado otros
dependencia es, naturalmuchos aspectos y promomente, el desarrollo de la
vido un entendimiento coComunidad Europea. N o
m ú n . Entre estos temas fipodemos ignorar la consguran la tecnología, el m e tante erosión de la soberadio ambiente e incluso la
nía de sus miembros, que
educación. D e un tiempo a
se produce a medida que
los diversos parlamentos introducen leyes en- esta parte, las conversaciones de los Ministros
caminadas a modificar sus prácticas en un de Asuntos Exteriores de la C E E han ido abarsector tras otro, para ajustarse a las decisiones cando poco a poco un campo más amplio. La
adoptadas colectivamente en la Comunidad. participación de los europeos en la guerra del
Después de años de vacilación, la C E E está Golfo, con el debate que provocó, indica lo
adquiriendo un contenido notable, a medida difícil que será forjar una política europea coque sus miembros y sus industrias ven venta- m ú n , y el temor de que una política de este
jas económicas y políticas tangibles en la coo- tipo dé lugar a decisiones basadas en el míniperación, e idean mecanismos para impulsar- m o c o m ú n denominador. N o obstante, los dela. A medida que nos acercamos a 1992, fecha bates sobre el apartheid en Sudáfrica, o sobre
en que se completará la integración económi- los problemas de Europa Oriental y la Unión
ca, se van desarrollando conversaciones sobre Soviética, han permitido delimitar preocupaR I C S 131/Marzo 1992
46
ciones comunes, entender las actitudes mutuas
y plantearse una acción común.
Así pues, Europa parece destinada a ir
avanzando hacia la integración en un amplio
frente. Pero Europa no es m á s que una de las
principales regiones de nuestro planeta. Simultáneamente aparecen otros dos grandes bloques comerciales e industriales. El primero de
ellos es América del Norte, formado por Estados Unidos y el Canadá (se está negociando la
integración de México). Después está el c o m plejo formado por los países de la A S E A N y el
Japón, con considerables recursos financieros,
tecnológicos y de m a n o de obra. Estamos presenciando, pues, la construcción de un modelo
económico mundial completamente nuevo,
dominado por tres vastas áreas económicas.
La situación futura de las regiones no pertenecientes a estas áreas no está m u y clara, máxim e teniendo en cuenta el callejón sin salida en
que se encuentra por el m o m e n t o la Ronda
Uruguay, y la relación de estas regiones con
los tres bloques no deja de ser ambigua. La
asociación futura de los países de Europa
Oriental con la C E E es una cuestión inmediata. América Latina tendrá que crear su propio
mercado común con rapidez, o negociar algún
tipo de asociación con América del Norte y/o
Europa. China es, c o m o siempre, un enigma,
mientras que la pobre Africa, aquejada por
toda una serie de problemas inabordables, casi
ha desaparecido del mapa económico. Estas
cuestiones son de gran interés para Europa,
c o m o lo es el papel de las empresas trasnacionales dentro de los bloques económicos y entre
ellos, pero este asunto excede de los límites de
este breve artículo.
La creciente interdependencia de las naciones, que no se limita en m o d o alguno a la
actividad económica, es un fenómeno m u n dial. Muchos países pequeños, si no la m a y o ría, ejercen poco control sobre su futuro nacional; la mayor parte de las decisiones reales se
toman al margen de ellos, en forma de acuerdos monetarios internacionales, fijación de
precios de productos básicos, condiciones impuestas a las inversiones de capital, desarrollo
de materiales sintéticos que pueden eliminar
el mercado de productos naturales de un país,
y otros muchos procesos insidiosos.
U n tipo m u y distinto de interdependencia
proviene de consideraciones estrictamente técnicas. E n el m u n d o contemporáneo, basado en
Alexander King
la tecnología, han tenido que concluirse innumerables acuerdos sobre cuestiones concretas
para que el sistema internacional pudiera funcionar. Ejemplos de ello son la asignación de
ondas de radio y recorridos aéreos, los reglamentos en materia de seguridad, la normalización de los componentes industriales, etc.
Cada uno de ellos representa una reducción
minúscula de la libertad de acción de los países. E n conjunto, su influencia es notable.
Igualmente importante es la existencia de
problemas de carácter inevitablemente m u n dial, que no pueden resolverse por la acción
aislada de los diversos países. Esto no es ninguna novedad en el m u n d o de las finanzas y la
economía, donde se registran fenómenos cíclicos de alcance universal, que tienen c o m o consecuencia la recesión, el desempleo y la inflacción. Recientemente se ha puesto de manifiesto el carácter universal de los problemas a m bientales. La contaminación no respeta las
fronteras políticas, e incluso emisiones m u y
localizadas pueden causar daños en otros países. Pero este es un problema internacional, no
global. Los problemas ambientales verdaderamente planetarios se derivan de la acumulación y difusión en la atmósfera de compuestos
químicos que libera la acción humana, en
cualquier sitio que se produzca, y que afectan
a todo el planeta con consecuencias posiblemente catastróficas e irreversibles. Las medidas correctivas sólo pueden tener éxito si todos los países cooperan en la reducción o la
eliminación de los productos químicos nocivos.
Es evidente que la nueva Europa no puede
evolucionar en aislamiento. El desarrollo europeo tiene que articularse con el desarrollo
mundial. Por consiguiente, nos ha parecido
útil pasar revista, en el presente artículo, a
varias de las principales tendencias mundiales
y sus interacciones, para dar una idea de los
cambios mundiales que influirán en Europa, al
igual que en el resto del m u n d o .
Holismo y multidisciplinariedad
Los cambios, inminentes o registrados ya, son
tan potentes, están tan interrelacionados y su
alcance es tan universal, que hacen pensar que
en el futuro ya no será posible abordar los
problemas de las sociedades u n o a uno y u n o
La vía holística hacia una sociedad mundial
Europa ha exportado su tecnología en el m u n d o entero. Caricatura de 1935. coi vroiiet
47
48
después de otro. Esto tendrá por fuerza importantes consecuencias para las estructuras y los
procedimientos de los gobiernos. Al modificar
estas estructuras y procedimientos para atender las nuevas necesidades, sería conveniente
adoptar un enfoque holístico a la solución de
los problemas.
La visión holística del m u n d o se remonta a
la antigüedad. "El m u n d o se compone de una
pieza, y sólo la ceguera del hombre oscurece su
esencial unicidad". E n cualquier caso, este
concepto se ha mantenido vivo en el pensamiento de losfilósofosy en ciertas religiones.
Si el pensamiento popular y político ha podido
pasar por alto su importancia práctica, ello es
debido al fraccionamiento de la sociedad
mundial en un mosaico de tribus, cada una de
ellas con su propio egocentrismo y con diversas creencias y aspiraciones. M á s tarde, estas
tribus se unieron para formar pequeños principados y ciudades-estado, y finalmente constituyeron las naciones-estado de hoy. Esta evolución no ha terminado aún. E n gran parte de
Africa, por ejemplo, los Estados constituidos
oficialmente son hasta cierto punto artificiales, c o m o consecuencia de su pasado colonial,
cuando las fronteras se determinaron por
acuerdos entre las potencias coloniales sin tener en cuenta los lindes tribales. Así pues,
muchos países africanos son Estados, pero
probablemente nunca serán naciones.
Entretanto, c o m o hemos visto, la mayor
interdependencia, la integración económica y
los progresos incesantes de la tecnología nos
llevan gradualmente hacia un nuevo sistema
mundial en el cual la nación-estado será m e nos importante. Estamos viviendo un largo y
doloroso proceso histórico abocado a la aparición de un tipo u otro de sociedad mundial,
cuya estructura probable no podemos todavía
imaginar. En este proceso, la universalización
del pensamiento holístico es esencial y probablemente inevitable, si queremos que aparezca
una nueva geografía armonizada.
Si bien oímos proclamar frecuentemente la
necesidad del nuevo pensamiento holístico y
no lineal para la solución de los problemas
contemporáneos, las estructuras de los gobiernos hacen que este enfoque sea sumamente
difícil. Estas estructuras, desarrolladas hace
m á s de un siglo para satisfacer las necesidades
de una época m á s sencilla, están organizadas
verticalmente c o m o una serie de dependencias
Alexander King
sectoriales para la agricultura, la industria, la
salud, los asuntos exteriores, etc., cada una
con su propia planificación, que pueden corresponder y reforzar las de otros sectores o, a
veces, diferenciarse de ellas o incluso contradecirlas, con lo que frecuentemente no se identifican. La coordinación de la planificación
general de las políticas se considera un cometido del primer ministro y de su gobierno. C o n
frecuencia los gobiernos se ven desbordados
por las cuestiones políticas y la necesidad de
"apagar incendios" hasta el punto de que, si
bien deciden los asuntos inmediatos, la articulación detallada de las políticas tiende a quedar en manos del Ministro de Hacienda, cuyos
criterios no siempre son los m á s adecuados
para una planificación inteligente de las mism a s . Es más, en muchos casos la política nacional no es m á s que la s u m a de las políticas
sectoriales, y no un todo integrado. La función
propia del personal en relación con la función
en línea tiende a desarrollarse m u c h o menos
en los gobiernos que en las empresas m á s adelantadas o en los ejércitos. A d e m á s , el público
tiende a considerar los intentos de reforzar el
gobierno c o m o un proceso de inflación burocrática.
En contraste con esta situación, los problem a s del m u n d o de hoy están dispersos por
todo el espectro de la actividad humana, y las
políticas para controlarlos no corresponden
con precisión a los mandatos de los diversos
ministerios verticales. Esta situación quedó
claramente de manifiesto con las dificultades
resultantes de la crisis del petróleo de comienzos de los años 70. N o se trató simplemente de
una crisis energética con consecuencias para la
industria y el ejército, sino que influyó en el
transporte y en el medio ambiente, hizo recaer
en los países en desarrollo las fuertes subidas
de los precios de los fertilizantes sintéticos,
que tenían que comprar con las escasas divisas
de que disponían, perturbó el sistema financiero por causa del reciclaje de las inversiones
resultantes del petróleo árabe, influyó en el
conflicto árabe-israelí y modificó la política
exterior occidental en relación con Oriente
Medio. La mayoría de los problemas contemporáneos son desde luego de naturaleza c o m pleja, con elementos económicos, sociales, políticos, tecnológicos y de comportamiento que
exigen un planteamiento multisectorial, difícil
de adoptar con los sistemas tradicionales.
49
La vía hoHstica hacia una sociedad mundial
La situación de las universidades es hasta
cierto punto paralela. Dedicadas a la adquisición de conocimientos y a la realización de
investigaciones de carácter cada vez más especializado, estas instituciones operan por conducto de facultades o departamentos unidisciplinarios, a m e n u d o con escaso contacto entre
ellos. A medida que la investigación hace
avanzar las fronteras del conocimiento, son
cada vez m á s frecuentes los progresos importantes logrados en la interfaz de dos o m á s
disciplinas. U n sector de investigación c o m o
el cerebro y el comportamiento exige contribuciones de muchas disciplinas, en este caso la
neurología, la fisiología, la biología molecular,
la bioquímica, la citología, la endocrinología y
la psicología, entre otras. Es difícil encajar
estos temas multidisciplinarios en las estructuras verticales de la universidad. En sectores
especializados de la investigación médica, la
biología molecular, etc., la solución consiste en
crear institutos especiales extra-académicos,
que puedan atraer a los especialistas por la
calidad de la dirección y el interés del tema de
que se trate. La situación puede ser m á s difícil
en el caso de la investigación aplicada de tem a s que requieran la participación de especialistas en el comportamiento, economistas y
expertos en ciencias naturales, que se ocupan
de los problemas de la sociedad. Los incentivos de la labor académica frente a la investigación multidisciplinaria (reputación profesional y perspectivas de ascenso) dependen de las
publicaciones de los científicos que son juzgadas por sus colegas los cuales, a su vez especialistas acreditados, no conceden m u c h a importancia a las contribuciones de u n científico
que trabaje en un equipo multidisciplinario.
Es más, es probable que estos científicos desestimen el trabajo por considerarlo una desviación de la carrera, o incluso u n ejemplo de
diletantismo. T a m p o c o ha sido fácil persuadir
a los institutos de investigación en materias
tales c o m o la oceanografía o las ciencias atmosféricas a que contraten a especialistas en
ciencias sociales encargados de estudiar las
consecuencias y la pertinencia de su labor, que
es de creciente importancia para la sociedad.
Estas dificultades se están resolviendo poco a
poco, a medida que se va aceptando la necesidad de un planteamiento multidisciplinario de
los problemas. La experiencia muestra que especialistas de disciplinas m u y distintas de las
ciencias naturales y sociales pueden establecer
m u y pronto relaciones de comunicación y entendimiento en sus diversos planteamientos.
La problemática mundial
U n o de los conceptos básicos del Club de
R o m a es que casi todos los problemas contemporáneos son complejos, interrelacionados o
interactivos, de un m o d o que, por lo general,
se percibe m u y vagamente. Esta confusa maraña de cuestiones y dificultades interrelacionadas con que tiene que pechar la humanidad, es
lo que nosotros llamamos la "problemática
mundial". Se trata de un modelo de la situación mundial que hace pensar que ya no es
posible abordar los problemas individuales
uno a uno y en sucesión, sin considerar las
repercusiones que la solución propuesta de un
problema tendrá en otros muchos problemas.
Por ejemplo, cuando hace algunos años la explosión demográfica suscitaba preocupaciones
acerca de la capacidad de incrementar suficientemente la producción de alimentos, los
expertos declararon que era técnicamente posible cultivar u n volumen suficiente de alimentos para dar de comer a unos 20.000 millones de personas en el m u n d o . Esto partía
del supuesto de que existiera, por ejemplo, un
volumen suficiente de fertilizantes y de agua.
Cuando se les planteó esta cuestión, los expertos respondieron que no era su responsabilidad, pero que en todo caso podría contemplarse la desalinización del agua de mar. Esto, a su
vez, planteó la cuestión de las enormes necesidades energéticas que necesitan esta clase de
procesos. D e nuevo se soslayó el problema.
Consideraciones análogas se plantean con respecto a los problemas ecológicos, resultantes
de intervenciones humanas de muchas clases
en el sistema natural y que, a su vez, tienen un
profundo impacto sobre una amplia variedad
desituaciones materiales, económicas y sociales, c o m o veremos a continuación.
Cuando se intente resolver los complejos
elementos de la problemática, será necesario
adoptar una metodología de solución de problemas de alcance m á s amplio que los métodos tradicionales. Esto es lo que llamamos
"solucionática mundial". N o queremos indicar con este término un ataque masivo a la
problemática en su integridad, que sería impo-
50
sible. L o que sí sugerimos es que deben considerarse simultáneamente muchos de sus principales elementos, teniendo en cuenta detalladamente los impactos mutuos en cada caso.
La puerta ecológica de acceso a la
problemática
Cuando se exploran y se describen algunas de
las interacciones de la problemática, hay que
seleccionar un punto de acceso adecuado al
complejo: este punto podrían ser las cuestiones ecológicas.
La palabra "ecología" describe estrictamente la rama de las ciencias biológicas que
investiga las relaciones de los organismos entre ellos y con su entorno. H o y en día el término se utiliza comúnmente con diversos significados, casi siempre con connotaciones de
valor. Aquí partiremos del significado original, limitándolo, con una cierta arrogancia antropocêntrica, a la ecología humana, es decir, a
la interacción de la gente con su entorno.
El interés del público por la ecología se
originó con la evidencia visual del deterioro
del medio ambiente, provocado por la revolución industrial. Las nieblas de la "sopa de
guisantes" de Londres y las "oscuras fábricas
satánicas" de William Blake, fueron algunos
de los primeros y m á s detestables ejemplos. A
medida que pasaron los años, muchas de las
manifestaciones m á s brutales han sido controladas mediante leyes impuestas por la presión
pública y las consideraciones sanitarias. C o n
el desarrollo de la industria y la mayor sofisticación de sus productos y sus desechos, a finales de los años 60 empezó a manifestarse públicamente la preocupación generalizada por
la degradación ambiental, constituyéndose
grupos de presión ambientales y movimientos
"verdes". Los gobiernos se vieron obligados a
tomar medidas m á s severas para controlar la
contaminación, y la industria, teniendo en
cuenta sus propios intereses a m á s largo plazo,
adoptó serias medidas de control de sus desechos tóxicos. E n la mayoría de los países industrializados se aplicaron normas para la
contaminación, se introdujeron dispositivos
referentes a los efectos ambientales y se aplazaron o abandonaron muchos proyectos que
parecían peligrosos desde el punto de vista
ambiental, de resultas de la oposición del pú-
Alexander King
blico. La suciedad del aire y el agua, la decadencia urbana, la difusión de los productos
químicos tóxicos, la erosión de los suelos y la
desforestación, son otros tantos fenómenos de
carácter principalmente local que podían dominarse a escala local o nacional, pagando
ciertamente un precio, pero no excesivo. Al
prever incentivos y normas de aplicación que
reflejaban el principio de que "pague el contaminador", se han logrado grandes mejoras: el
aire de las ciudades es más limpio, y vuelve a
haber peces en los ríos. Sin embargo, queda
m u c h o aún por hacer.
Algunos tipos de contaminación, aunque
de origen local, tienen una importancia m á s
amplia debido a los efectos transfronterizos.
El ejemplo obvio son las lluvias ácidas que,
provocadas por las industrias del "Middle
West" de los Estados Unidos, devastan bosques y lagos en el Canadá, o bien las lluvias
ácidas originadas en los "Midlands" del Reino
Unido y en la cuenca del Ruhr; que van a caer
a Escandinávia. Otro ejemplo son las descargas de efluvios tóxicos en los ríos internacionales, que no conocen fronteras. Este tipo de
contaminación es probable que cree conflictos
en el futuro.
M á s importante, sin embargo, ha sido el
reciente reconocimiento de fenómenos tales
c o m o el agotamiento de la capa de ozono y el
posible calentamiento de la superficie de la
Tierra, por el llamado "efecto invernadero".
Estas macrocontaminaciones son esencialmente de alcance mundial; su causa son las emisiones de todos los países del m u n d o , y no respetan las fronteras nacionales. Hasta hace poco
se suponía que una naturaleza benévola absorbería y neutralizaría siempre los desechos de la
industria y la sociedad, en el aire, el suelo, los
ríos y los océanos. Y a no podemos confiar en
esta hipótesis; es posible que hayamos cruzado
el umbral crítico, m á s allá del cual el impacto
en el medio ambiente podría ser destructivo e
incluso posiblemente irremediable. Mientras
que en muchas culturas y religiones el respeto
por la naturaleza es una creencia básica, el
materialismo resultante de la evolución industrial en Occidente se ha extendido por todo el
m u n d o , con su prosperidad basada en la explotación de la naturaleza. A medida que aumenta el reconocimiento del imperativo ecológico, está cada vez m á s claro que toda la
humanidad debe regresar a un m o d o de vida
La via holística hacia una sociedad mundial
que permita vivir en simbiosis con la naturaleza, y no gracias a la explotación de ésta.
51
países industrializados, pero esto no nos convence del todo. U n a sociedad sostenible supone implícitamente una sociedad basada en una
visión del futuro, e incluso del futuro a largo
El aumento de la actividad
plazo. Por consiguiente, ha de prever las consecuencias de sus diversas actividades, y asehumana global
gurarse de que no interrumpe los ciclos de la
La causa del peligro ecológico se encuentra en renovación ni persigue demasiados objetivos
el enorme aumento de la actividad h u m a n a inconciliables. La interrelación compleja de
global durante este siglo. Esto se deriva de dos los muchos elementos de la problemática deja
factores: en primer lugar, el aumento de la en claro un hecho: hará falta m u c h a inteligenpoblación del m u n d o , que a comienzos de si- cia para conseguirlo. D e forma m á s fundaglo ascendía a 1.800 millones de personas mental, tenemos que cuestionar el actual sisteaproximadamente, y que en el año 2000 totali- m a de valores, las superficiales satisfacciones
zará 6.200 millones. El segundo factor es el de los consumidores y la codicia que alimenta,
enorme incremento del consumo por persona con las muchas manifestaciones negativas que
de materiales y energía registrado en este mis- promueve, c o m o la corrupción, la especulam o perído principalmente en los países indus- ción financiera y el fraude, el consumo de
trializados. Los progresos tecnológicos, que drogas, etc.
dan lugar a elevados niveles de crecimiento
económico, han proporcionado una gran prosperidad material pero, paralelamente, han El laberinto de la problemática
creado una economía de consumo, con sus
valores materialistas y el considerable derro- U n a vez instalados en la problemática, examiche que produce. Al inicio de la revolución nemos algunos de los impactos que tiene este
industrial, el consumo por persona en los paí- elemento en otros sectores que plantean proses europeos era m u y parecido al de los llama- blemas. Las consecuencias de los peligros a m dos países en desarrollo de nivel intermedio de bientales son múltiples y m u y variadas. El más
hoy. En la actualidad, el habitante medio de amenazador de estos peligros parece ser el calos países ricos consume un volumen de ener- lentamiento de la superficie de la Tierra, que
gía y materiales 40 veces superior, aproxima- se prevé resultará del aumento de la concendamente, al que consume la persona media de tración de dióxido de carbono en el aire, debilos países menos adelantados. E n casos extre- do a la combustión de los combustibles fósiles
m o s la diferencia puede ser de más de 100 a 1. c o m o el petróleo y el carbón. La mayor conComplementando estos dos factores, podemos centración de otros gases c o m o el metano, los
calcular que la actividad h u m a n a global se ha óxidos de nitrógeno y el ozono terrestre, remultiplicado por más de 40 durante nuestro fuerza este efecto. U n a serie de modelos sumasiglo, con un impacto correspondiente en el mente sofisticados del sistema atmosférico
medio ambiente mundial. Hasta ahora, la m a - mundial han llegado a la conclusión de que
yor parte de este incremento se debía al creci- cabe prever un aumento de la temperatura de
miento del consumo en las regiones industria- la superficie de entre 1,5 y 4.5 grados antes de
lizadas, pero con el rápido crecimiento d e m o - mediados del próximo siglo, lo que supone un
gráfico de Africa, Asia y América Latina; el calentamiento m u y superior a cualquier auelemento población adquirirá una importan- mento natural de la temperatura durante el
cia cada vez mayor.
último milenio. La dificultad consiste en que,
Esto nos lleva a la grave cuestión de deter- si bien las pruebas circunstanciales parecen
minar si nuestro sistema económico actual, indicar la realidad de este efecto, llamado de
basado en el estímulo de la demanda, puede "invernadero", persisten grandes incertidummantenerse durante mucho m á s tiempo. El bres. C ó m o llevar las incertidumbres es el proinforme Bruntland llega a la conclusión de que blema constante de los que toman las decisioel desarrollo mundial sostenible es desde luego nes. El calentamiento de la Tierra es un caso
posible, previendo incluso una moderada con- clásico. Si los países no toman medidas hasta
tinuación del crecimiento económico en los que no se vean de m o d o inequívoco las conse-
52
cuencias del efecto invernadero, quizás sea demasiado tarde para detenerlo, con resultados
catastróficos. Por otra parte, si se toman medidas ahora y el fenómeno no se materializa, o
bien tarda más de lo previsto en manifestarse,
los costos habrán sido enormes. Por el m o mento parece que los países de la C E E han
decidido limitar las emisiones de dióxido de
carbono, aunque con ciertas vacilaciones,
mientras que los Estados Unidos han decidido
esperar.
Existen muchos medios para frenar, aislar
y finalmente eliminar el efecto invernadero.
Lo esencial parece ser que se reduzcan los
niveles mundiales de emisión de dióxido de
carbono. E n la conferencia celebrada en 1988
en Toronto se indicó que estos niveles tendrán
que haberse reducido en un 20 % para el año
2005. El sistema m á s evidente para lograrlo
sería una campaña masiva para conservar la
energía y aumentar la eficiencia de su uso.
Algunos afirman persuasivamente que este esfuerzo, por sí solo, podría resolver enteramente el problema. Esto no es probable en la práctica, pero debería llevarse lo más lejos posible,
ya que sus efectos a largo plazo serán beneficiosos, se produzca o no un calentamiento
mundial. Debe observarse, no obstante, que
los costos de inversión serán elevados.
Es m u y probable que en los primeros decenios del próximo siglo, las presiones para reducir el uso del carbón y el petróleo den lugar
a un considerable déficit de energía. Esto plantea de inmediato la cuestión de las fuentes
alternativas de energía. Debido al largo intervalo que transcurre entre la investigación y la
producción a escala sustancial, las perspectivas de encontrar amplios suministros de energía limpia con la suficiente rapidez son remotas. L a fusión nuclear, que desde hace tiempo
se considera el medio de obtener un suministro ilimitado de energía limpia, parece aún
m u y lejos, mientras que las energías "blandas"
c o m o la energía solar, la eólica o la derivada
de las mareas, reúnen probabilidades de satisfacer un volumen cada vez mayor, pero siempre marginal, de las necesidades mundiales.
Así pues, los condicionamientos ambientales
exigen una reevaluación urgente de la política
energética mundial, incluyendo la reconsideración de una posible reactivación de la fisión
nuclear, c o m o medida de transición, por ser
menos peligrosa para el m u n d o que el consu-
Alexander King
m o continuado de petróleo y carbón. Pero ni
siquiera un desarrollo en gran escala de la
energía derivada de la fisión nuclear colmaría
el déficit, sino que sólo lo reduciría. Todos
estos argumentos recalcan la urgencia de e m prender esfuerzos masivos de conservación de
la energía y eficiencia en su uso.
Así pues, si hay que limitar el empleo de
combustibles fósiles ¿cuáles serán las consecuencias para el desarrollo industrial, el crecimiento económico y el consumo? Esta cuestión concierne también al futuro de los países
menos adelantados del Sur, para los cuales la
necesidad de proseguir e intensificar el crecimiento económico es apremiante, si quieren
salvar a sus vastas poblaciones del hambre, la
pobreza y la enfermedad que padecen actualmente. La situación de la China es relevante a
este respecto, especialmente en relación con el
medio ambiente. El país m á s poblado del
m u n d o planea una industrialización en gran
escala, basada en sus abundantes reservas de
carbón; esto podría hacer de la China el principal contaminador de dióxido de carbono del
mundo.
El problema Norte/Sur se encuentra en un
callejón sin salida, y la interrupción actual de
las negociaciones arancelarias de la R o n d a
Uruguay lo hace cada vez m á s difícil. Las
disparidades económicas entre los países ricos
y los países pobres son causa de preocupación
vital, no sólo para estos últimos países, con sus
necesidades prioritarias de desarrollo y mitigación de la pobreza, sino también para los primeros, que necesitan establecer las condiciones de una armonización mundial. La explosión demográfica crea ya considerables presiones y genera migraciones en masa; a medida
que sigue aumentando la población mundial,
para los países industrializados ricos cada vez
será m á s difícil resistirse a las presiones migratorias, con los peligros consiguientes de conflictos y reacciones totalitarias. D e hecho, en
el futuro m u n d o económico de los tres superbloques las amenazas bélicas tendrán probablemente su origen en la necesidad de acceder
a los recursos, y la falta de equidad en su distribución.
La guerra del Golfo fue un ejemplo de este
problema, mientras que la creciente escasez de
agua para poblaciones cada vez m á s abundantes puede causar muchas dificultades. Se dice
que hay unos 18 ríos internacionales, cuyas
La vía holística hacia una sociedad mundial
limitadas aguas son causas potenciales de conflicto. La única solución parece consistir en
desplegar un esfuerzo intensivo para mejorar
la situación económica de los países del Sur y
tomar medidas de control demográfico.
Esta exploración de la problemática, en lo
relativo a los problemas ambientales, indica
otras muchas repercusiones en otros sectores.
Por ejemplo, se prevé que el calentamiento de
la Tierra de lugar a un aumento del nivel del
mar, quizás del orden de 1 metro. Esto podría
resultar devastador para los deltasfluvialesy
otras regiones bajas. La inundación de los deltas fértiles y densamente poblados de Bangladesh y Egipto puede causar el desplazamiento
de muchos millones de personas, que vendrán
a sumarse a las olas migratorias que se prevén
c o m o consecuencia de la explosión demográfica. Asimismo, el problema de la tala de los
bosques tropicales, un desastre ecológico por
otros motivos, guarda estrecha relación con la
mayor concentración de dióxido de carbono,
ya que los bosques solían ser uno de los "sumideros" más importantes para el gas, que convertían en azúcares y almidones mediante la
clorofila de las hojas verdes.
Los aumentos de temperatura previstos no
serán uniformes en toda la superficie de la
Tierra. En el Ecuador serán reducidos y en las
latitudes altas bastante considerables. Esta diferencia dará lugar ciertamente a cambios en
las corrientes térmicas del aire y los océanos,
que no pueden preverse con precisión. Los
cambios en el patrón mundial de las precipitaciones causarán ciertamente modificaciones
considerables, y zonas que en la actualidad son
fértiles se convertirán en tierras áridas y viceversa. Así pues, durante un prolongado período de transición a los nuevos sistemas agrícolas, la seguridad alimentaria mundial correrá
peligro.
El auge de la producción agrícola desde la
segunda guerra mundial ha sido extraordinario y ha creado una situación de excedente
global, a pesar del crecimiento demográfico.
Se ha calculado que en 1987 la producción
alimentaria mundial era suficiente para suministrar un 19 % más de calorías de las que eran
necesarias para proporcionar una dieta razonable a todos los habitantes del planeta. Y sin
embargo, persisten vastas zonas de hambre y
desnutrición. Los hambrientos son pobres que
no pueden comprar los alimentos; la coexis-
53
tencia del hambre y los excedentes alimentarios es intolerable. Es más, el hambre reinante
en tantos lugares no es más que un síntoma del
problema más fundamental de la pobreza.
La agricultura no está relacionada únicamente con problemas ambientales; también
tiene m u c h o que ver con consideraciones energéticas. La agricultura es, evidentemente, un
proceso de conversión energética y puede considerarse un subsistema de la energía. El crecimiento demográfico, sobre todo en los países
en desarrollo, exigirá un nuevo incremento de
la producción mundial de alimentos. Para ello
es necesario un aumento sustancial del consum o de energía en estos países, porque la agricultura se ha convertido en un proceso de alta
densidad de consumo energético, por su utilización de fertilizantes sintéticos, plaguicidas y
productos contra la maleza, bombas de riego y
sistemas mecánicos de labrado. Hace falta alrededor de una tonelada de petróleo para producir el m i s m o peso de fertilizantes nitrogenados. Se calcula que el consumo medio de
fertilizantes por habitante en todo el planeta
aumentó de 5 kilos en 1950 a 26 kilos en 1986.
Así pues, en términos simplificados la agricultura es un proceso consistente en la conversión
de petróleo en cereales comestibles por intermedio de las hojas verdes. La posibilidad de
que se produzcan escaseces y un elevado costo
de los combustibles en el próximo siglo, hace
que la vulnerabilidad sea mayor. A d e m á s , la
producción de alimentos se ve amenazada por
la extensa erosión de los suelos en muchas
regiones, por ejemplo en América del Norte,
de resultas de los intentos de aumentar el rendimiento del suelo mediante un uso excesivo
de fertilizantes.
Las sequías de 1980 tuvieron fuertes repercusiones en todo el sistema alimentario m u n dial. La sequía de América del Norte, que es la
principal región exportadora de cereales del
m u n d o , fue la m á s grave jamás registrada, y
por primera vez la producción de cereales de
los Estados Unidos quedó por debajo de la
demanda nacional. Los déficits se enjugaron
con las existencias acumuladas, lo que permitió también respetar los contratos de exportación con unos 100 países que dependen de las
importaciones de alimentos procedentes de
América del Norte. Esto provocó un descenso
espectacular de las reservas alimentarias m u n diales. Cabe preguntarse lo que ocurriría si se
54
Alexander King
La interconexión de los problemas mundiales: agricultores protestando contra las negociaciones del G A T T sobre
el comercio agrícola durante la Ronda Uruguay, en Bruselas, el 3 de diciembre de 1990.
Arriba: Americanos.
A la derecha: Irlandeses, J poincr/Rapho
repitiesen frecuentemente sequías de proporciones análogas. Es prematuro atribuir el calentamiento mundial a la sequía de 1988, que
afectó a otras muchas partes del m u n d o , pero
ello supuso un claro aviso de lo vulnerable que
es la seguridad alimentaria mundial a los cambios climáticos.
Estos ejemplos denotan la extrema complejidad de la problemática y la necesidad de
desarrollar nuevos planteamientos de gestión.
N o sólo es necesario un enfoque holístico de
los problemas, c o m o se ha sugerido, sino que
además hay que adoptar planteamientos nacionales y comunitarios para tener plenamente
en cuenta la situación mundial cambiante.
A d e m á s , es necesario que los gobiernos establezcan mecanismos para una pronta identificación de las tendencias a m á s largo plazo.
C o n el rápido ritmo de cambio actual, la demora en afrontar problemas que en un principio parecen remotos al electorado, significa a
m e n u d o que antes de que se les haga frente
han alcanzado ya proporciones cercanas a la
crisis, y son m á s difíciles y costosos de resolver.
H e m o s entrado en el laberinto de los problemas contemporáneos a través de consideraciones ecológicas. D e ello se sigue que las interacciones entre las limitaciones ambientales,
la disponibilidad de energía, la explosión demográfica y la seguridad alimentaria mundial
son tan íntimas y notables que ya no puede
pasarse por alto la importancia central del factor ambiental. D e pronto, y para desconcierto
de muchos economistas, el medio ambiente se
ha convertido en un factor importante de las
políticas económicas, industriales, agrícolas,
energéticas y demográficas. E n lo relativo a la
concepción de nuevos medios para incorporar
este nuevo factor, es posible que los sistemas
basados en una contabilidad energética constituyan el medio m á s práctico. Ello dejaría en
La via holística hacia una sociedad mundial
entredicho la creencia de que la contabilidad
monetaria y la gestión pueden conducir a una
evaluación real del crecimiento y el desarrollo.
La energía es la fuerza motriz de la economía y
su único factor absoluto; el dinero sólo juega
un papel de suplente.
En este artículo hemos propugnado un enfoque holístico al problema de la sociedad
contemporánea, pero el examen se ha limitado
hasta ahora a los elementos materiales y económicos. N o obstante, el factor h u m a n o y sus
sociedades, necesidades y aspiraciones, aunque muchas veces pasado por alto, constituye
el núcleo de la problemática. A d e m á s , los problemas mundiales son resultados de la actividad del ser h u m a n o y reflejan los aspectos
tanto negativos c o m o positivos de su naturaleza. H e m o s hablado m u c h o del medio ambiente, pero nuestras observaciones se han limitado principalmente al entorno externo y físico
de los hombres y las mujeres, cuyos límites
55
ponemos a prueba y cuyos recursos explotam o s . C o n un planteamiento verdaderamente
holístico tendremos que reconocer que cada
uno de nosotros, los seres humanos, vive simultáneamente en tres medios vinculados entre sí, y que una proyección de este concepto
puede describir el funcionamiento de la sociedad. Existe el entorno externo del planeta, el
aire, la tierra y el agua, y el entorno interno, el
m u n d o secreto de cada uno de nosotros, privado, oculto y presente sólo parcialmente en
nuestra conciencia. E n algún lugar situado entre los dos, y relacionado con ambos, se encuentra el campo social donde los individuos
interactúan mutuamente, formando un vasto
espectro de alianzas que van, de la amistad, el
matrimonio y la familia hasta las Naciones
Unidas, empeñados todos en una acción com ú n a la búsqueda de seguridad, prosperidad
y satisfacción.
U n a evaluación equilibrada del destino hu-
56
m a n o necesitaría una profunda comprensión
del entorno externo, pero también de los otros
dos y de su influencia en el comportamiento
exterior de los individuos y las naciones.
Nuestra civilización actual se basa en gran
medida en una tecnología que ha conocido un
éxito extraordinario. Esto ha dado lugar a una
prosperidad general en algunas regiones del
m u n d o , ha realzado enormemente nuestras
potencialidades físicas y nos ha permitido vivir vidas m á s sanas y de mayor duración. Pero
hay pocas señales de un desarrollo paralelo de
Alexander King
los aspectos no físicos de nuestro ser, pocas
señales de una mayor sabiduría en la utilización de nuestros poderes para el bien general o
para preservar a las generaciones futuras, condiciones todas ellas de una sociedad sostenible
y de una vida realizada. Por este motivo es
necesario que las sociedades y los individuos
adopten un enfoque holístico, que incluya tanto la comprensión de la naturaleza y las limitaciones de nuestros tres entornos, c o m o las relaciones entre ellos.
Traducido del inglés
La integración europea
en una perspectiva mundial
Maurice Bertrand
Huelga recordar el carácter singular de Europa La falta de claridad
en el m u n d o : Entre los siglos X V I y X X Euro- en la concepción de Europa
pa conquistó y colonizó a los demás continen- c o m o problema regional
tes, las dos guerras mundiales se libraron esencialmente en su territorio, y la guerra fria la Por todas partes surgen interrogantes y sugedividió en dos. Europa es, pues, un proble- rencias respecto de las nuevas estructuras insm a mundial. Este dato básico de la geopolíti- titucionales europeas, que deberían facilitar la
ca y de la historia de la humanidad desde el adaptación al nuevo m u n d o resultante de las
inicio de los tiempos modernos es un lugar co- transformaciones ocurridas en los países com ú n , o en cualquier caso así debería consi- munistas de Europa del Este y en la U R S S . La
derarse.
situación, tal y c o m o la
percibe actualmente la claAhora bien, este lugar
Maurice Bertrand es conseiller maître
se política, es en términos
común parece haber sido
honoraire en la Cour des comptes en
Francia y profesor del Instituto Unigenerales la siguiente:
olvidado por los mismos
versitario de Estudios Internacionales.
que se ocupan de la consGinebra, Suiza. Antiguo miembro del
trucción de una Europa
1) Desaparecen las estrucCuerpo C o m ú n de Inspección de N a ciones Unidas (1968-1985) y miembro
nueva e integrada, que traturas institucionales
del Grupo de los dieciocho expertos
tan el problema c o m o si
que lo sostenían todo:
sobre la restructuración de la O N U
fuera un problema regiolas alianzas militares,
(1986), es autor de diversos libros y
numerosos artículos, entre los cuales
nal, y piensan y dicen que
que se apoyaban entre
cabe destacar The Third Generation
los países europeos puesí para asegurar la estaWorld Organisation (1989). Su direcden resolver sus problemas
bilidad del edifício, se
ción: 45. rue de Meyrin. 01210 FerneyVoltaire. Francia.
entre ellos sin preocuhan mantenido durante
parse del resto del m u n algún tiempo para podo, sin incluir al m i s m o
der preparar los acuertiempo a otros países en
dos de desarme, pero la
esta construcción institucional.
desaparición del Pacto de Varsóvia hace que
En otros términos, la ideología que preside la O T A N haya perdido una gran parte de su
la integración europea es la de la construcción importancia; los países de la fortaleza rusa
optan por la libertad; la hegemonía militar
gradual de un superestado regional.
Lo erróneo de esta interpretación en los norteamericana en Occidente es objeto de deumbrales del siglo X X I se ve con especial cla- bate; el proceso de construcción europea de los
12 países debe revisarse y corregirse; la reuniridad en la esfera de la seguridad. Pero se ve
igualmente en los sectores económico, político ficación de Alemania crea una situación nueva. Se deja sentir por doquier la necesidad de
y cultural.
Así pues, lo que debería prevalecer es. por un nuevo sistema que garantice la coherencia
el contrario, una ideología de construe;-ion \e del conjunto.
2) Estos cambios parecen producir riesgos y
un sistema planetario a través de Europa.
RICS 13 I/Marzo 1992
Maurice Bertrand
58
peligros nuevos, que pueden dividirse básicamente en tres tipos:
- el peso político y económico de la Alemania reunificada, que podría poner en entredicho la construcción europea de los
12 países, instaurar una nueva hegemonía
y provocar reacciones peligrosas;
- los peligros resultantes del despertar de
las ambiciones nacionalistas y los conflictos étnicos en Europa oriental;
- el peligro, por último, de desestabilización de un imperio ruso que podría "explotar", provocando un retorno del estalinismo, o el caos.
3) U n gran número de problemas económicos
nuevos los plantea la coexistencia, en lo
que se está convirtiendo en un m i s m o espacio político, de países con niveles de desarrollo económico m u y dispares; todo el
m u n d o admite que, si no se encuentra una
solución rápida, cabe prever repercusiones
sociales y políticas peligrosas.
4) Se está registrando ya un proceso de reorganización, bien para atender a lo más urgente (creación del Banco Europeo de Desarrollo), o bien para llevar adelante, acelerándolas, las correcciones que se había e m p e zado ya a introducir en el edificio: continuación de la construcción del mercado
único, aceleración de las negociaciones de
desarme, debate en curso para hacer m á s
precisas y m á s obligatorias las medidas de
seguridad militar... Sin embargo, todo esto
se hace sin que sepamos exactamente a
dónde v a m o s , ni qué estructura de conjunto estamos esbozando.
5) Los tipos de solución previstos son esencialmente federales o confederales, en un
área geográfica cuyos límites no están claramente definidos (¿Europa sin la U R S S , Europa "del Atlántico a los Urales", Europa
más el conjunto de la U R S S ? ) . Se trata, en
conjunto, de formas tradicionales de organización política:
- Estados-naciones: Alemania ha recuperado su unidad; los países Bálticos su independencia;
- Federaciones: la Europa de los 12 podría
acelerar el proceso que la conduce hacia
un conjunto m á s unido, cada vez m á s
supranacional, empezando con el establecimiento de la unidad monetaria; la
U R S S podría convertirse en un Estado
federal, lo que permitiría calmar los independentismos que amenazan su unidad.
- Confederaciones: el conjunto de los Estados europeos (con o sin la U R S S ) podría
constituir una confederación, con grados
diversos de integración regional (Europa
de los 12, un espacio económico europeo
que comprenda los siete países miembros
de la A E L C -Asociación Europea de Libre C a m b i o - , la organización de vínculos
más flexibles con los países del Este, a
plazo medio la posible adhesión a la C E E
de los miembros de la A E L C , de Turquía,
de Hungría y Checoslovaquia, de Polonia...).
6) M á s recientemente se han incorporado al
debate ideas y proposiciones relativas a la
"Europa de la defensa", c o m o un paso previo a la unión política; la estructura de la
U E O (Unión Europea Occidental), de la
que forman parte solamente nueve Estados
miembros de la C o m u n i d a d , debería c o m pletarse y quizás ampliarse. Así Europa podría hablar m á s fácilmente con unanimidad, y se dotaría de medios de hacer oír su
voz 1 .
7) Las diversas soluciones expuestas representan naturalmente visiones políticas contradictorias, y el conjunto n o parece por el
m o m e n t o m u y convincente. Las divergencias sobre la construcción del conjunto hacia el que deberíamos avanzar subsisten o
se agravan, tanto m á s cuanto que nadie
propone una visión clara, satisfactoria y
completa.
Es cierto que la fiebre reformista que se
manifiesta en el discurso político en el plano
institucional contrasta con el precedente inmovilismo, y no carece de cierta audacia. La
construcción del mercado único es difícil y
exige valor; los progresos hacia la unión m o n e taria están acabando con ciertos tabúes; la
apertura al Este se efectúa con una cierta continuidad; por último, en el marco de la Conferencia sobre la Seguridad y la Cooperación en
Europa ( C S C E ) han aparecido, y han empezado a aplicarse, las ideas m á s innovadoras sobre la reducción de armamentos y el control
recíproco. Pero toda esta audacia, que en el
La integración europea en una perspectiva mundial
:>y
Alemania y Francia han tomado la iniciativa de crear un cuerpo militar unificado franco-alemán de 35.000
hombres, destinado a convertirse en el núcleo de la futura organización de defensa de la Comunidad Europea.
üyon/S>gma.
60
caso de la C S C E excede incluso del marco
europeo para alcanzar, parcialmente, a la
U R S S y a Norteamérica, necesita para sostenerse una ideología rectora que no ha encontrado m á s que la idea de un superestado regional, pero sin decirlo claramente y sin llegar a
definir sus fronteras.
El irrealismo ejemplar de
"la Europa de la defensa"
La reciente reaparición en el discurso político
de la idea de "defensa europea", de una " E u ropa de la defensa" ("asegurar nuestra condición europea de gran potencial mundial",
"Europa verdaderamente unida por un esfuerzo de integración política y militar", "Europa
será estratégica o no será", etc.) es el ejemplo
más evidente de esta concepción de un superestado del tipo "Estados Unidos de Europa"
que equivaldría, a este lado del Atlántico, a la
gran potencia que son los Estados Unidos de
América. D e esta manera se contrarrestarían
la hegemonía estadounidense y la potencia
económica japonesa, y se establecería un m e jor equilibrio internacional.
Puede decirse, en verdad, que se trata m á s
de un fantasma que de una idea clara, que no
siempre se ha presentado en términos tan absolutos c o m o en las fórmulas citadas. Se habla
con m á s frecuencia de un "pilar europeo de la
O T A N " . Se imagina una U E O ampliada a los
doce países de la C E E y m á s integrada. Se
trata m á s de una orientación que de una posibilidad inmediata. Además, la idea se abre
camino en medio de una creciente confusión
intelectual respecto de las condiciones futuras
de la seguridad militar; las amenazas son ahora inciertas; se buscan los medios de mantener
alianzas que perdieron su razón de ser (concepción "política" de la O T A N ) ; el proceso de
desarme continúa a pesar de la crisis del Golfo; se duda entre la adopción de una "visión
paneuropea" que tiene el defecto de haber
sido presentada por la U R S S , pero que inspiró
en gran medida la cumbre de la C S C E , y una
actitud más prudente denominada "continuidad flexible", etc.
Sin embargo, este fantasma de la defensa
europea no está desprovisto de cierta lógica: la
idea presenta la ventaja de estar contenida
implícitamente en la de la construcción euro-
Maurice Bertrand
pea, en forma de confederación o de federación, y en la ampliación y fortalecimiento de
la C E E ; en cierto m o d o se pasa de forma natural de la idea de unión económica a la de
unidad monetaria, y después política y "por
consiguiente" militar. Se concibe así a largo
plazo una especie de superestado regional que
sustituiría por fusión a los Estados-naciones
europeos en sus funciones esenciales. Se trata
de un proceso intelectual insidioso, al que la
crisis actual proporciona nuevos argumentos:
interés para Europa de ser m á s coherente a fin
de que los medios militares que deberían e m plearse en crisis c o m o la del Golfo no estén de
hecho bajo m a n d o americano, reducción de
las fuerzas estadounidenses en Europa devolviendo a los países europeos la responsabilidad de su defensa, propuesta de Italia de integrar los aspectos de la defensa en el marco de
la cooperación política de los Doce, para garantizar mejor la defensa del "flanco sur",
etc.
Ahora bien, la idea de la "Europa de la
defensa" es una idea retrógada y peligrosa.
Sólo tendría sentido si nos imaginásemos un
m u n d o , en el año 2000, del modelo de 1939;
es decir, un m u n d o en el que la seguridad,
concebida c o m o la resistencia a la invasión,
está garantizada (además m u y mal, c o m o ha
demostrado la experiencia) por ejércitos consagrados a la defensa de las fronteras; un m u n do en el que cada estado asegura su "defensa
nacional": la única diferencia sería que, en el
caso de Europa, se ha pasado a un estado
regional. Ahora bien, los problemas de la seguridad militar (ya completamente transformados en la época de la guerra fría por el hecho
de que en cada campo la existencia de alianzas
había eliminado la necesidad de que cada Estado defendiera sus fronteras contra sus vecinos y aliados), se plantean en los años 90 de un
m o d o totalmente distinto. N o es el m o m e n t o
pues, cuando la noción de "defensa nacional"
está perdiendo su significado, de volverla a
descubrir a una escala geográfica m á s vasta.
En segundo lugar, la idea de la "defensa
europea" se basa desde luego en una serie de
amenazas imaginarias que sus partidarios sitúan a la vez en el Este -donde las convulsiones del imperio soviético podrían crear situaciones imprevisibles y peligrosas- y sobre todo
en el "Sur", donde la excesiva dotación de
armamentos de los países inspirados en ideo-
La integración europea en una perspectiva mundial
logias antioccidentales crea, c o m o ha demostrado la guerra del Golfo, un peligro permanente. D e hecho, y por razón de la imprevisibilidad de las modificaciones que se están
produciendo, se trata en definitiva de una estrategia integral. Sin embargo, en lo que se
piensa sobre todo es en el "Sur", y c o m o los
riesgos se ven a escala planetaria, el tipo de
estructura militar que se recomienda es una
"fuerza de intervención" a distancia, y por
consiguiente un "instrumento de represión"
cuya función esencial consistirá en mantener
el statu quo, es decir un orden internacional
absolutamente injusto y en lo esencial no democrático, pero que se estima favorable a la
tranquilidad y a la prosperidad de los países
del Norte.
La idea de la "defensa europea" no solamente es anticuada, sino que además es peligrosa. N o sólo recomienda la intervención m i litar c o m o un medio normal, sino que además
se constituye en vehículo de unafilosofíaque,
al rechazar las evoluciones inevitables, tiende
a provocar las catástrofes, en vez de tratar de
impedirlas. Por último, estafilosofíalimita la
concepción de la seguridad al área militar, en
un m u n d o en el que los peligros no militares
-económicos, ambientales, sociales y culturales- empiezan a tomarse m u y en serio. Así
pues, para garantizar su seguridad Europa tiene otras cosas que hacer, m u c h o mejores que
resucitar un concepto caduco.
En lo que concierne a la vez a los riesgos (o
"amenazas"), y a las técnicas que pueden utilizarse para garantizar la seguridad, hoy en día
la situación es, en efecto, completamente distinta de la que prevalecía hace unos pocos
años.
61
configuración de riesgos totalmente diferente
y m u c h o más compleja.
La desaparición del peligro de conflicto Este-Oeste no requiere comentarios: los países
del Norte, incluida la U R S S , entran en una
civilización post-industrial que puede calificarse de electrónica y nuclear, en la que, con
40 años de retraso:
- la existencia del arma nuclear obliga a adoptar estrategias políticas post-clauzewitzianas,
en las cuales la guerra no será ya "la continuación de la política por otros medios";
- el m o d o de vida post-industrial y la búsqueda del enriquecimiento inducen a la opinión
pública (en países del m i s m o tipo) a adoptar
una visión pacífica y constructiva de las relaciones internacionales.
Los peligros militares de los países del Sur,
países pobres cuyo m o d o de producción sigue
siendo agropastoral y cuyas culturas continúan
considerando la guerra c o m o un medio político, conocen hoy en día una transformación:
mientras que, por una parte, gracias al acuerdo
entre las dos superpotências vemos c ó m o se
mitigan algunos conflictos regionales, los disturbios y los riesgos que subsisten y se desarrollan tienden y tenderán a poner cada vez m á s
en entredicho el tipo de orden internacional y
de explotación económica impuesta por los
países del Norte a los países del Sur. La crisis y
la guerra del Golfo ofrecen un ejemplo claro
de lo que queremos decir, esto es, la brecha
cada vez mayor que separa a las masas árabes
de Occidente.
Y es precisamente por ello por lo que, si
bien es posible imaginar otras crisis que pongan en peligro a Occidente por el hecho de que
los países pobres poseen armas sofisticadas y
La naturaleza de los riesgos
porque las amenazas contra los suministros de
Los riesgos a los que habrá que enfrentarse en materias primas pueden perturbar la econoel porvenir son totalmente distintos de los que mía mundial, aún es m á s importante preocuexistían antes de que terminase la guerra fría. parse de los riesgos n o militares, que están
Mientras que entonces se trataba de un solo adquiriendo una gravedad m u c h o mayor que
riesgo de conflagración militar entre dos coali- los militares.
ciones, al que se respondía con la carrera arBajo el efecto de la enorme presión ejercida
mamentista, más un tímido intento de "con- constantemente por las fuerzas económicas
trol de los armamentos" y la treintena aproxi- que exigen un espacio mundial, y por las fuerm a d a de conflictos regionales y locales exis- zas demográficas que desequilibran la distritentes en el Tercer M u n d o en 1985 : no amena- bución del espacio en favor de las masas pozaban en m o d o alguno la estabilidad de los bres del Sur, las crisis que se están preparando
países del Norte, hoy en día vemos nacer una serán probablemente de todo orden:
62
Maurice Bertrand
- migraciones masivas del Este al Oeste, y so- tadas. Estos riesgos son relativamente nuevos,
bre todo del Sur al Norte, capaces de desin- y aunque no faltan señales de alarma y la
tegrar social y políticamente a los países ri- inquietud a su respecto va rápidamente en
cos, cuyas fronteras pueden cruzar con la aumento (en lo relativo a las migraciones o el
medio ambiente), ni la opinión ni los gobiermisma facilidad que las lluvias ácidas;
- enfrentamientos de culturas incompatibles, nos parecen comprender exactamente su imintegrismos y otras ideologías que Occidente portancia ni su inminencia. Sin duda alguna,
el riesgo más visible es el de las migraciones
no podrá comprender ni admitir;
- reivindicaciones igualitaristas de un proleta- masivas que podrían desintegrar el tejido ecoriado planetario que hoy en día está en con- nómico, social y político de los países ricos.
diciones de conocer las diferencias e imagi- Pero seguimos viviendo en la ilusión de que
será posible controlar y cerrar las fronteras a
nar los medios de reducirlas.
estos movimientos, sin darnos cuenta de la
D e hecho, hemos ingresado en la era de la ineficacia de las medidas que se están aplicanintegración -económica, social, cultural y polí- do actualmente ni de la enorme presión que
tica- de la sociedad planetaria; ahora bien, la ejercerá un proletariado planetario cada vez
integración de 4.000 millones de pobres, que más numeroso y mejor informado sobre los
en los 20 próximos años3 serán 6.000 millones modos de vida de los países ricos. Sin embary de menos de 1.000 millones de "ricos", no go, debería estar claro que el único medio de
dejará de provocar cataclismos si no se hace resistir la presión de los pobres es hacer todo
lo posible para enriquecerlos y permitirles que
nada para prevenirlos y controlarlos.
se enriquezcan en sus propios países.
La evolución de las técnicas
de seguridad
En cuanto a saber si estamos equipados para
responder eficazmente a esta nueva configuración de los riesgos, la respuesta es distinta
según se trate de riesgos militares o no militares. E n lo relativo a la seguridad militar, las
fórmulas establecidas para mejorar las relaciones Este-Oeste constituyen de hecho una verdadera innovación metodológica que puede
m u y bien aplicarse a los riesgos procedentes
del Sur. Esta innovación se basa en la aplicación simultánea de tres técnicas:
- la aceptación de medidas de verificación y
de coacción;
- el desarme gradual que tiene por objeto la
desaparición de las amenazas militares (mediante la institución de sistemas esencialmente defensivos);
- la adopción de políticas de cooperación en
numerosas esferas.
Estas técnicas -que representan una aplicación ampliada del "control de los a r m a m e n tos"- se desarrollaron sobre todo en la C S C E ,
en la C D E y en las negociaciones C F E 1 y
S T A R T . En cambio, en lo relativo a los riesgos
no militares no disponemos por el m o m e n t o
de técnicas adecuadas, experimentadas y acep-
Así pues, lo más urgente es hacer frente a
esta nueva configuración de los riesgos. Es
evidente que la "Europa de la defensa" es una
respuesta totalmente inadaptada. En cambio,
una estrategia de seguridad que responda a los
riesgos reales puede basarse en;
- La negociación: el modelo C S C E es aplicable, por analogía, al resto del m u n d o . La idea
de una C S C M (Conferencia sobre la Seguridad y la Cooperación en el Mediterráneo) es
particularmente importante para Europa,
frente a los desafíos procedentes de los países del Sur más próximos, y en particular del
Magreb. La situación en el Oriente Medio
justifica también un nuevo planteamiento
basado no en la venta de armas a los países
de la región, sino en la asistencia económica,
los intentos de hallar soluciones a los conflictos, el reconocimiento de las identidades étnicas, la democratización, la reducción de
los armamentos, la observancia de los derechos humanos y la búsqueda de una mayor
justicia social. Asimismo, es posible organizar otras conferencias sobre la seguridad y la
cooperación en distintas regiones del m u n do, con lo que los progresos hacia la seguridad, el desarme, el control recíproco y la
confianza podrían hacerse extensivos a todo
el planeta.
- La aplicación, en el interior de cada país, de
La integración europea en una perspectiva mundial
un nuevo concepto de la seguridad, en el
cual los riesgos no militares -en particular
las migraciones masivas y el medio ambiente- ocupen el lugar que les corresponde. Esto
debería dar lugar a una reconversión de los
presupuestos de seguridad que. en vez de
dedicarse únicamente a los ejércitos, deberían prever, junto a unos gastos militares
m u y reducidos, créditos para la ayuda al
desarrollo económico y social de los países
de origen de los posibles emigrantes, tanto
del Este c o m o del Sur. y los gastos necesarios
para que los países pobres en vías de industrialización puedan respetar el medio a m biente. Sólo si los países del Norte consideran que un esfuerzo de este tipo es indispensable, podrán tener éxito las negociaciones
sobre la seguridad y la cooperación con los
países m á s pobres.
63
sobre la agricultura han demostrado con creces
que no se trata de un problema nuevo, y que la
construcción del mercado único no añade
nada a su especificidad.
En el plano económico, la dimensión m u n dial es evidentemente m á s importante que la
regional. El término "interdependencia", que
se utiliza corrientemente para designar este
fenómeno, no da una idea exacta de la realidad de la economía planetaria, que hoy en día
es la nuestra, ni de lo que podríamos llamar su
"inmediatez" (las redes de telecomunicación
pueden alcanzar instantáneamente a todos los
públicos de todos los países). D e hecho, la
economía mundial ha alcanzado hoy un grado
irreversible de "integración", no ya de "interdependencia".
U n sistema que dispone de un mercado
financiero unificado, de un índice de crecimiento del comercio exterior de cada país que
El papel de Europa en la preparación y la por término medio duplica a la tasa de creciaplicación de estrategias de este tipo debería miento de las economías y de mecanismos que
ser decisivo, ya que es en Europa donde se no limitan ya la extensión y la concentración
introdujeron las innovaciones fundamentales de las empresas transnacionales y en el cual
toda empresa, cualquiera que sea su importancon las medidas de Helsinki.
cia, prefiere dirigirse a los mercados exteriores
antes que al mercado interno, puede llamarse
Europa c o m o molde de la unidad
justificadamente un sistema integrado. Ahora
bien, esta es la primera vez que se plantea una
planetaria
situación así.
Lo que es cierto en el plano de la seguridad
Desde este punto de vista, la caída de los
-militar y no militar- lo es también en los regímenes comunistas en la U R S S y en Europa
planos económico, cultural e institucional. del Este, y la apertura de China a las inversioEllo se debe en primer lugar a que los proble- nes occidentales, no constituye en m o d o algumas fundamentales en las tres esferas no son no un simple reconocimiento de la superioriregionales sino mundiales. En segundo lugar, dad del régimen capitalista. Se trata de hecho
Europa no posee límites geográficos claros, y del levantamiento del último obstáculo a la
sus vínculos estrechos con el resto del m u n d o integración económica del m u n d o mediante la
no deben cortarse, sino por el contrario fo- apertura de estos territorios, hasta ahora promentarse.
tegidos por su régimen diferente, a la acción
de las empresas transnacionales y a todos los
mecanismos planetarios que ya operaban en el
Las esferas económica y cultural
resto del planeta. Sin duda existen grados disEl debate sobre la "fortaleza Europa" en el tintos de integración; sin embargo, la integraplano económico ha demostrado sobradamen- ción económica se ve facilitada y desarrollada
te que la imagen de un mercado único encerra- por la integración reglamentaria, fiscal y m o do en sí m i s m o y protegido contra la invasión netaria, que es precisamente la fase a la que se
de inversiones extranjeras o de productos no quiere llegar en el mercado único de la C E E y
europeos, es una imagen mítica. Lasfilialeso más aún por la integración social y política,
las sucursales de las empresas transnacionales etapa futura y lejana para la C E E , pero que ya
estadounidenses o japonesas están ya bien ins- se ha realizado en el interior de las nacionestaladas en diversos países de la C E E , y las estado.
dificultades de las negociaciones del G A T T
Sin embargo, sería un error de perspectiva
64
Maurice Bertrand
U n nesgo que pesa sobre Europa: migraciones masivas del Este hacia el Oeste. Aquí, los albaneses intentan
desembarcar en Bríndisi, en la costa oriental italiana, en la primavera de 1991. \ Nusca/oamma
pensar que esta búsqueda de la integración
social, reglamentaria,fiscal,monetaria y política, es un problema estrictamente europeo.
D e hecho, es una necesidad mundial en la
medida en que la integración económica del
m u n d o conduce irremisiblemente a su integración social, y porque si no se adoptan estrategias para que esta última integración se efectúe
en m o d o ordenado y controlado, se efectuará
por otros medios, que podrían ser catastróficos. Precisamente porque hasta ahora no se ha
hecho nada serio a este respecto, es por lo que
se corre el peligro de que se produzcan movimientos masivos de emigración. Ninguna sociedad integrada económicamente puede tolerar durante m u c h o tiempo situaciones de excesiva disparidad social, y en particular de
grandes diferencias salariales para trabajadores de la misma categoría. Los movimientos de
inmigración, oficiales o clandestinos, que se
producen hoy no son más que signos precursores de fenómenos m u c h o m á s dramáticos.
Lo propio puede decirse del área cultural.
La unidad de Europa debe superar, por ejemplo, la diversidad de sus lenguas. Ahora bien,
si más allá de esta diversidad podemos hablar
de "cultura europea", por razón de una historia c o m ú n y de una interpenetración literaria y
artística, y si es conveniente que el esfuerzo de
interpenetración cultural se prosiga y se desarrolle en Europa, no es menos cierto que el
esfuerzo de entendimiento intracultural es aún
más necesario en el plano mundial. Los peligros de incomprensión entre las culturas del
Norte y las del Sur pueden tener, para la paz y
la seguridad de todos los países, efectos m u c h o
m á s temibles que los de las diferencias culturales que persisten entre los países europeos.
El plano institucional y la falta d e limites
de Europa
Por último, es en el plano institucional donde
se ve m á s claramente c ó m o la inserción de
Europa en el m u n d o no le permitirá dotarse de
un sistema cerrado sobre sí m i s m o , que haga
La integración europea en una perspectiva mundial
de ella un superestado comparable a otros Estados continentales o subcontinentales regionales. El hecho de que Europa no tiene límites
dentro de los cuales exista una identidad colectiva exclusiva, y m á s allá de los cuales se
sitúen otras colectividades con el sentimiento
de ser verdaderamente ajenas, condena la idea
misma de instituciones de tipo estatal regional. La distancia que existe hoy en día en
cuanto a la prosperidad económica -pero también en cuanto a la cultura- entre Inglaterra y
Albania, entre Francia y Grecia, entre Alemania y Turquía, entre España y Polonia, es quizás mayor que la que existe entre Portugal y
Brasil, España y Argentina, Alemania y Rusia,
Francia y Argelia o Inglaterra y los Estados
Unidos.
La dificultad de delimitar las fronteras de
lo que serían los "Estados Unidos de Europa"
no se sitúa solamente al Este, en algún lugar
entre Hungría y Bulgaria, entre Rumania y
Ucrania, o ni siquiera en los Urales, retomando una fórmula célebre. El hecho de que M a rruecos haya pensado, sin dejar de participar
en la construcción de un gran Magreb, en pedir su adhesión a la C E E , no tiene nada de
absurdo. La Carta de París para una nueva
Europa, firmada por 34 Jefes de Estado entre
los cuales figuraban el Presidente de los Estados Unidos de América, el Primer Ministro
del Canadá y el Presidente de la U R S S , es otra
indicación de que una concepción paneuropea
no es incompatible con la continuación de la
integración monetaria, social y política de la
C E E , ni con la búsqueda de una mejora del
sistema internacional en su integridad.
D e hecho, el movimiento de acercamiento
económico y político que empezó con la Europa de los 6, que después pasó a ser de los 9, y
por último de los 12, y que mañana podría
componerse de 18 o incluso de 24 países, podría proseguirse gradualmente a través de formas flexibles de asociación con regiones que
no se consideren geográficamente europeas,
pero que deseen beneficiarse de acuerdos de
libre comercio y de cooperación, armonizar en
la medida de lo posible sus reglamentaciones,
acoplar sus monedas al sistema europeo, participar en las mismas investigaciones científicas
y tecnológicas, trazar planes comunes de inversión en transportes y comunicaciones, etc.
N o se trataría en m o d o alguno de un renacimiento del colonialismo europeo. Por el con-
65
trario, gracias a la asociación a este movimiento de los Estados Unidos y la U R S S , y mediante la ampliación de negociaciones del tipo
C S C M que hemos mencionado antes, se aportaría una contribución importante al establecimiento de un sistema de relaciones internacionales mejor que el existente hoy en día.
La mundialización de todos los problemas
-de la droga al S I D A , del medio ambiente a
lasfluctuacionesmonetarias o petrolíferas, de
la prosperidad a la recesión, de las migraciones a las cuestiones de seguridad militar o de
derechos h u m a n o s - conduce a una búsqueda
de nuevos mecanismos interinstitucionales
para poder responder a esta situación. Pero
esta búsqueda es aún vacilante, tímida y poco
eficaz. Abarca la creación de nuevas instituciones internacionales especializadas, el establecimiento de una especie de dirección económica -el Grupo de los 7, que podría ir
incluyendo paulatinamente a otras grandes potencias del Este o del Sur-, el papel más útil
del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas gracias al acuerdo, quizás provisional, de
sus cinco miembros permanentes, la multiplicación de las cumbres entre Jefes de Estado o
de Gobierno, la tímida institucionalización de
la C S C E , etc.
Pero estas tentativas de una mayor concertación para responder colectivamente a algunos problemas han sido hasta ahora m u y m o destas, y su eficacia en el plano económico o
de la seguridad es discutible. D e hecho, por
causa de la marginación de las Naciones Unidas y de las organizaciones internacionales en
general en las esferas económica y social, y del
incierto consenso entre las grandes potencias
en muchos sectores, nos encontramos, para
responder a la planetarización de todos los
problemas y a la aparición de nuevos peligros,
frente a un vacío institucional a escala m u n dial. Y no hay, por ahora, una Constitución
mundial que llene este vacío.
En cambio, el trabajo paciente de armonización reglamentaria, monetaria, social y política que se ha emprendido a partir de Europa
podría, si se va extendiendo gradualmente a
todo el m u n d o , con un criterio realista pero
perseverante constituir uno de los medios más
eficaces para ir edificando con paciencia una
unidad planetaria.
En este caso Europa podría servir en cierto
m o d o de molde para este objetivo, lo que no
66
Maurice Bertrand
sería contradictorio en m o d o alguno con la
persecución de la integración social y política
en el núcleo que hoy en día constituye Europa
Occidental. La perspectiva de una decidida
apertura al m u n d o , dentro del marco de la
construcción de Europa, sería en último término m á s realista, útil y conforme a la vocación
europea que el intento de constituir un superestado regional,
Traducido del francés
Notas
1. El proyecto de "Tratado de la
Unión" (unión política y unión
económica y monetaria) dice que
la Unión sefijac o m o objetivo:
"...afirmar su identidad en el
escenario internacional, en
particular mediante la aplicación
de una política exterior y de
seguridad c o m ú n que integre a
largo plazo la definición de una
política de defensa".
2. Véase el anuario SIPRI de
1983.
3. En el año 2010 la población
mundial será de unos 7.500
millones de personas, según las
previsiones de los expertos de las
Naciones Unidas. D e estos 7.500
millones. 1.200 millones vivirán
en el m u n d o industrializado y
6.300 millones en los países en
desarrollo.
La integración de Europa
después de la Guerra Fría.
Perspectivas de un nuevo orden1
Werner Weidenfeld y Josef Janning
Desde la segunda mitad de los años 80, el la dirección que seguirá la integración europea
continente europeo ha cambiado de aspecto. en relación con Europa Oriental y con Europa
Los principios de la arquitectura europea han en su conjunto. Y a no es posible concebir
perdido su carácter inmutable. El cambio que medidas de desarme y de control de a r m a m e n desde hace tanto tiempo se exigía, y que tanto tos sin referirse a la seguridad futura de la
se ha luchado por conseguir, se ha producido totalidad de Europa; el proceso de unificación
por fin, y de manera estrepitosa. La unidad de de Europa Oriental y Occidental no puede
Europa se ha convertido en una posibilidad separarse de la necesaria formulación de una
real, por primera vez en la historia del conti- política para los vecinos europeos del Sur y de
nente. En este contexto, elfinaldel decenio de la otra orilla del Atlántico. El futuro de la
unidad europea radica en
1980 ha supuesto una enesas vinculaciones.
crucijada histórica. La raWerner Weidenfeld es profesor de
cionalidad de la próxima
Ciencias Políticas de la Universidad de
era se evaluará a partir del
Mainz, Pfeifferweg 12, 6500 Mainz,
Alemania, y profesor asociado en la
I. La estructura
grado en que consiga aproSorbona. U n a de sus publicaciones revechar el pulso de la unifisubyacente
cientes es: La voie allemande (en alecación europea para afronm á n , 1990).
del cambio
tar los problemas fundaJosef Janning es director adjunto de la
mentales del cambio: el
Los análisis convencionaUnidad de Investigación sobre asuntos
continuo progreso de la
europeos, en la misma universidad. Es
les de la situación en Eurocoautor, con Werner Weidenfeld, de
unificación europea, la repa no previeron la fuerza
La transformation européenne: le futur
construcción económica y
dinámica de los acontecidu continent (en alemán, 1990).
política de Europa en su
mientos en el Este y el Oesconjunto, la modificación
te. Afinalesde los años 80,
de las estructuras e instrutodas las predicciones bamentos de seguridad y, en
sadas en el supuesto de que
estrecha relación con todo ello, la nueva eva- la integración europea era un proceso agotado,
luación del papel de Europa en los asuntos y que la posición de Europa Occidental en la
mundiales.
política y el comercio mundiales iba a menos,
Esta nueva perspectiva de la política euro- fueron desmentidas por la realidad.
Se habían apreciado mal la eficiencia ecopea plantea un desafío intelectual de primer
orden. La responsabilidad al adoptar decisio- nómica y la capacidad de control político de
nes políticas será mayor; la perspectiva paneu- ambas partes de Europa: estos dos factores
ropea altera los cálculos de los decisores. fueron infraestimados en Europa Occidental, y
Cuando el Consejo de Ministros de la C o m u - si acaso, sobrestimados en Europa Oriental.
nidad negocia un conjunto de medidas, lo que La división del continente parecía insalvable.
está en juego no es solamente la articulación Por consiguiente, el horizonte estratégico de la
definitiva del mercado europeo, sino también elaboración de políticas se limitaba a la gesRICS 131/Marzo 1992
68
tión de los efectos y las consecuencias de la división.
La prueba empírica de que estas hipótesis
eran falsas exige una reconsideración de la
situación. Es preciso ahora analizar las nuevas
constelaciones, m á s allá de los cambios de
cada día.
N o s enfrentamos a cuestiones relativas a la
estructura y el sentido de los procesos de m o dernización en el Este y el Oeste. Estas cuestiones atañen tanto a Europa Oriental como a
Europa Occidental, a las relaciones políticas y
las organizaciones de seguridad, a las potencias mundiales y a las potencias regionales.
Al tiempo que las políticas europeas se enfocan cada vez m á s hacia la parte central del
continente, la Comunidad Europea está a punto de madurar, convirtiéndose en el núcleo
económico de la nueva Europa. La articulación definitiva del mercado interno aumenta
la eficiencia económica de los europeos occidentales: es c o m o un imán que atrae hacia sí al
resto del m u n d o , realineándolo. El campo de
gravedad de la Comunidad Europea se extiende hacia el Este.
La inauguración del Mercado Único Europeo, previsto en el Acta C o m ú n Europea, producirá una economía cuya complejidad plantea desafíos enteramente nuevos, no sólo para
los miembros de la Comunidad sino también
para los países de Europa Occidental no pertenecientes a ella.
La plena libertad de movimientos para el
capital y la m a n o de obra, los bienes y los
servicios a partir de 1992 creará un nuevo
marco para la actividad económica en los Estados miembros de la Comunidad y exigirá
ajustes estructurales de largo alcance. Además,
la nueva movilidad y las perspectivas de crecimiento económico, el desmantelamiento de
las fronteras y la armonización de los sistemas
de reglamentación económica darán un ímpetu nuevo a la asociación de los países de Europa Occidental. Deberán tomarse decisiones, en
el campo de las políticas nacionales y exteriores, sobre cuestiones que van desde el paso del
sistema monetario europeo a la unión monetaria hasta la formulación de políticas concretas
para la dimensión social del mercado interno,
así c o m o las políticas en relación con los nativos de otros países y las personas que pidan
asilo. Junto con los ajustes de las relaciones
comerciales exteriores, la Comunidad Europea
Werner Weidenfeld y Josef Jarming
deberá tener en cuenta el nuevo marco de
relaciones con la A E L C y con los E E . U U . y el
Japón y sus políticas hacia los países en desarrollo. Lo propio puede decirse de la política
de acuerdos comerciales bilaterales con los
miembros de la extinta C O M E C O N .
La ultimación del mercado interno y las
necesarias decisiones de seguimiento ponen de
manifiesto la importancia de la Comunidad en
la economía mundial, y por ende, en la política mundial.
En Europa, y en otros continentes, la C o munidad Europea se ha convertido en un m o delo de cooperación entre estados económicamente adelantados, y su magnetismo político y
su eficiencia económica atraen voluntades de
cooperación y asistencia del exterior. L a consecuencia política de esta posición es la responsabilidad política mundial de la C o m u nidad.
Este crecimiento conjunto de los europeos
occidentales en el mercado interno -que, a
propósito, ha motivado el inicio sin precedentes de relaciones cada vez más estrechas con la
Comunidad por parte de las zonas neutrales
de Europa- tiene repercusiones en la estructura política de la integración. Sobre esta base,
Europa Occidental desempeña un papel destacado en la reforma de las relaciones Este-Oeste
en el continente, máxime teniendo en cuenta
que los países de Europa Oriental y, hasta
cierto punto, la Unión Soviética, apenas son
capaces de tomar la iniciativa en este terreno,
dadas sus convulsiones internas. Las instituciones políticas de Europa Occidental reciben
una influencia cada vez mayor para que den
prueba de eficacia y autoridad.
En conjunto, ambos factores han reforzado
la tendencia hacia la integración en forma de
una comunidad política. Las funciones de control que habrá de desempeñar Europa Occidental son esencialmente de carácter político.
Así, la necesidad que se dejaba sentir en los
años 80 de que la Comunidad restableciera su
capacidad de decisión con respecto al antiguo
problema de la integración, se planteará de
nuevo en los próximos años, en lo referente a
una integración aún m á s amplia. D e nuevo
será imposible separar la necesidad cada vez
mayor de acuerdo mutuo y de competencia en
materia de adopción de decisiones, de la indispensable transparencia en la ejecución de las
decisiones, bajo control democrático.
La integración de Europa después de la Guerra Fría
69
LWr^-A
•ygpe^
Europa, la estatua oficial de Europa, por Roger-Louis Chavanon.
E. Bnssand/Gamma
70
futuro del continente tiene una importante
dimensión social. Con arreglo a la estructura
interna de sus miembros, la Comunidad tendrá que contribuir al desarrollo de sociedades pluralistas y apoyar la estabilidad de los
Solo los Estados de Europa Occidental dissistemas políticos democráticos en toda Euponen de recursos políticos y materiales para
ropa.
apoyar el cambio en Europa Oriental, confiD e ahí que nos detengamos a considerar
gurando el marco de las relaciones Estelas perspectivas de evolución de los europeos
Oeste.
Incumbe a la Comunidad Europea un papel occidentales: la nueva situación creada en Euesencial en la configuración de las relaciones ropa redefine el objetivo último -la ultimaEste-Oeste. La Comunidad tiene la compe- ción del mercado interno- c o m o una etapa
tencia necesaria en el sector del comercio intermedia en el proceso de unión política.
exterior y de las relaciones comerciales ex- Paralelamente, las perspectivas generales desternas, y a través del Consejo y la Coopera- de el m o m e n t o presente hasta el final de los
ción Política Europea, los mecanismos nece- años 90 hacen prever la intensificación de la
sarios para el control político del proceso. La integración y su ampliación, mediante la adapertura del mercado interno a los países de misión de nuevos miembros o el acercamiento
Europa Oriental es una opción discrecional a la Comunidad de otras regiones del continente. U n a de las principales dificultades es
de la Comunidad.
En vista de la grave crisis de suministro, que las reacciones de algunas de las partes
Europa Oriental necesita ayuda económica interesadas pueden decantarse en sentido coninmediata. La Comunidad, que es su vecino trario. La desintegración gradual de Europa
geográfico, constituye el agente natural para Oriental podría fomentar actitudes de aislallevar a cabo la coordinación y el suministro miento y menor solidaridad en Europa Occidental, y una nueva rivalidad por el poder
de gran parte de esta ayuda.
Las relaciones entre la C E y la A E L C y el tendría necesariamente un efecto debilitador
significado del concepto de un espacio eco- en la integración y la coherencia.
nómico europeo tienen que redefinirse para
Los dinámicos acontecimientos registrados
determinar una posición conjunta en las re- en ambas mitades del continente han hecho
laciones con los países de Europa Oriental.
renacer el concepto de una sola Europa, c o m o
El hecho de que el Grupo de los 24 encargase idea y c o m o marco de regulación. El marco
a la Comunidad Europea la coordinación de general de la unidad futura consistirá en una
la asistencia occidental a Polonia pone de mezcla de viejos elementos de la época de
relieve el papel responsable de la C o m u n i - división, estructuras transitorias de renovadad. Al propio tiempo, la obtención de más ción y nuevas formas de cooperación que tode 30.000 millones de E C U S con esta finali- davía no se han determinado.
dad implica la necesidad de desarrollar una
La caída del Telón de Acero entre Este y
concepción política coherente de los medios Oeste se ha convertido en un símbolo central
y fines de las políticas occidentales destina- de estas expectativas, un signo fundamental de
das a Europa Oriental.
la superación del conflicto Este-Oeste en sus
La contención de las fuentes potenciales de raíces mismas, vale decir el antagonismo ideoconflicto armado en el Este conferirá un m a - lógico entre ambos sistemas. Este hecho está
yor predominio a los aspectos de seguridad alterando la importancia de las formas de orimplicados en los elementos políticos y eco- ganización que habían instrumentalizado el
nómicos de las relaciones Este-Oeste. Los conflicto, y que tendían a mitigar sus efectos.
europeos occidentales hacen frente al proble- Con el abandono de las economías de planifim a de mantener sus dispositivos de seguri- cación central, el Consejo de Asistencia Ecodad militar sin obstaculizar la colaboración nómica Mutua ( C O M E C O N ) ha perdido por
entre el Este y el Oeste. Asimismo, necesitan completo su capacidad de llevar a cabo una
coordinar más estrechamente las actividades acción efectiva. La tendencia general de las
relaciones económicas con Europa Oriental
en ambas zonas.
El papel de la Comunidad Europea en el apunta a una vuelta al bilateralismo.
Durante varios años más, los Estados de
Europa Occidental y la Comunidad Europea
se verán enfrentados a las siguientes tareas:
-
-
-
-
-
-
-
Werner Weidenfeld y Josef Janning
La integración de Europa después de la Guerra Fria
71
H o y por hoy no parece haber ninguna a m e naza real de acción militar por parte de los
Estados de Europa Oriental: la amenaza política basada en el poderío militar pierde crédito
por doquier. Esto es especialmente aplicable a
la República Democrática Alemana de 198990, cuyo Ejército Nacional del Pueblo quedó
completamente incapacitado en cuanto se
abrieron las fronteras con Occidente.
Las alianzas pierden su función c o m o única plataforma para la organización del necesario potencial de disuasión en una crisis. Las
viejas nociones de amenaza han dejado de ser
convincentes o concluyentes, aunque hasta
ahora apenas se haya reducido el potencial
militar. La negociación y la verificación del
control de armamentos y el desarme, y la consiguiente perspectiva de una reconstrucción de
la seguridad militar en Europa, adquieren
cada vez m á s importancia. Contrariamente a
lo que ocurría en los años 80, cuando la situación política entre el Este y el Oeste venía
determinada por el éxito o el fracaso del control de armamentos, hoy en día la calidad de
las relaciones políticas se antepone a la diplomacia de la seguridad. A d e m á s , los progresos
en la reconstrucción de la política de seguridad
implican que, a largo plazo, las alianzas serán
supérfluas, al haber cumplido sus objetivos. El
Pacto de Varsóvia fue el primero en sentir la
presión, y pudo reaccionar en consecuencia.
Para los europeos occidentales, la disolución
de la Alianza no es una opción inmediata en
este proceso, porque puede que el potencial
militar soviético solo se equilibraría, con una
concentración de los recursos de que dispone
Occidente. La compatibilidad de los contingentes de tropas relativamente numerosas que
aún subsisten en Europa Occidental y la
Unión Soviética podría conseguirse con un
sistema de seguridad mutua, conjunta o colectiva.
lores democráticos puede vincularse a la coordinación de la cooperación económica, la protección de las fronteras y la protección mutua
contra la militarización de los conflictos políticos, territoriales y étnicos. La estructura de la
C S C E puede contribuir también a allanar las
disparidades existentes en cuanto a la eficiencia y la integración entre las diversas partes de
Europa. Asimismo, ello inducirá a las superpotências a cambiar los paradigmas, es decir,
pasar de los intentos de civilizar el viejo conflicto a la configuración del proceso de fusión
de Europa. Por último, las transformaciones y
la modernización se dejan sentir también en la
condición sociopsicológica de los ciudadanos
europeos. La nueva situación exige que procedan a un ajuste intelectual, puesto que los
viejosfiltrosde la interpretación y la información ya no sirven. E n lo relativo a las perspectivas futuras, la capacidad de los europeos de
concebir el continente c o m o otro componente
de su identidad será uno de los principales
factores determinantes de los años 90. El entendimiento entre los europeos podría tentar a
los políticos - e n vista de la necesidad cada vez
m á s apremiante de acción- a adoptar un "eurocentrismo" basado en la idea de una Gran
Europa, olvidando sus responsabilidades m u n diales políticas, económicas y ecológicas.
Las nuevas constelaciones políticas, económicas y de seguridad son la base para el cambio de las dimensiones de las anteriores estructuras entre los bloques, sobre todo la "Conferencia de Seguridad y Cooperación en Europa" (CSCE). Y a en 1975, su función múltiple,
expresada en las tres partes del Acta Final de
Helsinki, identificaba la estructura básica de
las tareas futuras. Bajo el impulso político de
la nueva C S C E , el proceso de conversión del
terreno c o m ú n recién ganado en normas y va-
a) Tanto en el Este c o m o en el Oeste las superpotências se están desentendiendo militarmente de Europa.
Para la Unión Soviética, la retirada de tropas es una consecuencia lógica de su política de no intervención. El campamento soviético está regresando al hogar paso a
paso. El proceso parece irreversible, por lo
menos en tanto manden en Moscú los partidarios de la reforma.
La desocupación militar americana tiene
Con motivo del cambio, los europeos han
de recurrir m u c h o m á s que antes a sus propios
recursos. Los acontecimientos de los años 80
depreciaron lo que quedaba del poder monetario mundial -la garantía nuclear americana
para Europa Occidental, la hegemonía militar
soviética en el campo oriental- sin provocar
un descenso paralelo del interés político y estratégico de las superpotências en la evolución
de Europa. Las características estructurales del
nuevo papel de las superpotências, en Europa
y para ella, pueden resumirse c o m o sigue:
72
Werner Weidenfeld y Josef Janning
una finalidad igualmente doble. Primero,
anima a la Unión Soviética a retirarse de
sus anteriores posiciones dentro del marco
de las conversaciones de Viena. Segundo,
en una época caracterizada por los ingentes
déficits públicos, la carga adicional de la
continua intervención en el Golfo ha de
influir necesariamente, tanto en el Congreso c o m o en la Administración.
b) Está prevista la reorientación política de las
alianzas entre las superpotências y sus asociados. A pesar de las reacciones inmediatas a la Guerra del Golfo, la política actual
de la Administración estadounidense hace
pensar en un doble cambio de prioridades,
con una mayor importancia atribuida a
Alemania a expensas del Reino Unido y,
probablemente, de Francia. D e este m o d o ,
la política exterior norteamericana responde deliberadamente a la posición central de
Alemania en el nuevo orden europeo. El
otro foco de atención del "nuevo atlantism o " es la Comunidad Europea, a la que se
atribuye un carácter político explícito y una
función de regulación. Los Estados Unidos
siguen viendo en la O T A N el elemento central de la salvaguardia contra el peligro de
que fracase la política de control de armamentos, y como un participante indispensable en las negociaciones a este respecto. N o
obstante, en general la importancia política
se está desplazando de la O T A N a la C o munidad Europea, que refleja mejor las estructuras de poder e influencia del diálogo
transatlántico entre Europa Occidental y
los Estados Unidos.
El nuevo marco general europeo y sus consecuencias de estrategia política para el G o bierno estadounidense allanan el camino
hacia una asociación transatlántica equilibrada. Esto entraña nuevas responsabilidades para los planificadores en Europa. Y a
no es posible basar la relación transatlántica en los factores tradicionales de estabilización situados en torno a los viejos m o d e los de conflicto político mundial, ni en las
grandes fórmulas de la retórica al uso. Los
viejos rodeos a la hora de definir la relación
entre América y Europa Occidental no son
convenientes en los años 90. Por primera
vez, la lógica de la comunidad atlántica
deberá determinarse únicamente en función de los méritos propios de la comuni-
dad, en un sentido enteramente positivo.
Esto creará una necesidad mutua de c o m prensión, que dejará m u y atrás las prácticas
establecidas. En el decenio de 1970, Europa
respondió a las peticiones de coordinación
intensiva con la creación de la plataforma
de la Cooperación Política Europea (CPE).
Esta clase de respuesta refleja una perspectiva atlántica: una futura plataforma de
Cooperación Política Europeo-atlántica
( C P E A ) permitiría una armonización casi
ideal del interés americano en la renovación de la conexión atlántica, con el m o d e lo estructural europeo de control político
cooperativo.
En este sentido, en los próximos años será
posible transferir la sustancia del diálogo
atlántico m á s allá de la política de seguridad, para abarcar la cuestión del dominio
conjunto de los principales problemas de
nuestra civilización: desarrollo global, m e dio ambiente, desarrollo industrial y tecnológico y el futuro de los sistemas sociales,
así c o m o el control de sistemas complejos y
los problemas que plantea la transparencia
de la democracia occidental. Así pues, hay
buenos motivos para creer que la relación
entre Europa y los Estados Unidos - e n su
definición positiva- podrá convertirse en
una comunidad de aprendizaje y solución
de los problemas.
Por otra parte, ¿hasta qué punto la Unión
Soviética puede esperar retener su condición de superpotência, tan duramente conquistada? H a abandonado ya su pretensión
de liderazgo ideológico, y ha perdido rápidamente la iniciativa en la reconstrucción
democrática de los sistemas socialistas.
Aunque todavía es capaz de proyectar globalmente su potencia militar, la U R S S no
puede ya proporcionar apoyo político y
económico a sus aliados de otras partes del
m u n d o , por causa del colapso de su economía y de la grave penuria que la aqueja. Así
es que la condición de superpotência de la
Unión Soviética en los años 90 radicará
principalmente en su capacidad nuclear estratégica y su importancia para la evolución
de Europa, donde su posición se basará
menos en el margen de maniobra que le
quede que en su poderío militar, aún formidable incluso después de la retirada de sus
tropas, y también en los peligros que corre-
73
La integración de Europa después de la Guerra Fría
La apertura del muro de Berlín, en noviembre de 1989, ha simbolizado el nuevo orden europeo.
rá toda Europa si fracasan sus políticas reformistas.
c) Las relaciones bilaterales de las dos superpotências están adquiriendo un carácter
nuevo y complicado. C o n el declive de la
potencia tanto de los Estados Unidos c o m o
de la Unión Soviética, hubo un recrudecimiento de los temores - e n particular a raíz
de la cumbre de Reijkjavick en 1986- de
una posible reorganización de las estructuras europeas sin consultar a los propios europeos. Las superpotências parecían tentadas de compensar la pérdida de poder
derivada de las estructuras de confrontación con la cooperación, que les permitiría
rehacer en parte su potencia. La evolución
de los últimos años y sus consecuencias
para el papel de las superpotências - y especialmente el derrumbamiento de la Unión
Soviética- han calmado muchas de las
preocupaciones de los europeos a este respecto. Ahora más que nunca, la posición de
una potencia mundial dependerá de la existencia de la otra. Tanto la U R S S c o m o los
1'
Adenis/Sipa
E E . U U . están vitalmente interesados en
que el continente evolucione de manera pacífica y estable, aunque su capacidad de
controlar el proceso haya disminuido considerablemente.
En la aplicación de los conceptos de renovación política y económica, las superpotências hacen frente a una difícil tarea a
medio plazo, que se debe a la división de
responsabilidades, hasta ahora no codificada, de las naciones industrializadas de O c cidente. Si bien se estima que la responsabilidad primordial de dar apoyo a los cambios en Europa Oriental incumbe a los
europeos occidentales, los Estados Unidos
asumen una responsabilidad especial con
respecto a la Unión Soviética. Existe una
cierta ambivalencia en los aspectos estructurales de esta división de las responsabilidades: para los E E . U U . , la Unión Soviética
es un interlocutor difícil, sumido en convulsiones internas relacionadas con las políticas de reforma; para la Unión Soviética, el
alcance y la continuidad del apoyo america-
74
Werner Weidenfeld y Josej Janning
no siguen siendo una incógnita difícil de esclarecer.
- El proceso de integración favorece la estabilidad; detenerlo crearía nuevos focos de inestabilidad. Las fuerzas centrífugas de la C o munidad adquirirían demasiado poder si no
se atribuye la debida importancia al proceso
II. Perspectivas de un nuevo orden
de integración.
Los cambios que se están produciendo en el
La continua integración impedirá los c o m Este y el Oeste colocan a la política europea
bates
de dirigentes en la reorganización de
frente a una nueva situación, caracterizada
Europa, protegiendo a la vez al Este y al
por una alteración fundamental de las condiOeste contra los efectos de las rivalidades
ciones generales y los factores determinantes.
nacionales en el proceso de cambio.
Por ahora no hay ninguna indicación de que la
El desarrollo continuo de la Comunidad
dinámica de la transformación vaya a perder
contribuirá al equilibrio, vinculando al norimpulso en un futuro próximo.
te, sur, este y centro del Continente (y los
Las consecuencias estratégicas para la políproblemas específicos de sus órdenes sociatica europea exigen una reconsideración de los
les) con el núcleo central europeo.
objetivos, los instrumentos y las estructuras.
La responsabilidad de desarrollar nuevos conEl objetivo de la unión política que c o m ceptos corresponde principalmente a Europa
parten
todos los Estados miembros es uno de
Occidental y la Comunidad Europea, en su
los
pocos
puntos fijos en el horizonte de la
condición de núcleo de poder del continente
política
europea.
La realización de este objetique lleva el timón del proceso de cambio. La
Comunidad está implicada en todas las áreas vo en el próximo decenio sigue siendo la resde transformación: c o m o portaestandarte del ponsabilidad estratégica principal de Europa
proceso de modernización en Europa Occiden- Occidental. Es m u y posible que la unión polítal, c o m o polo de atracción y modelo para tica no signifique la formación de un estado
Europa Oriental, c o m o lazo de unión entre con todos los instrumentos clásicos del poder
Alemania y Europa, c o m o asociada y homolo- soberano, pero sí un instrumento viable y efiga de Estados Unidos y c o m o principal poten- caz de una estructura paneuropea basada en el
cia económica, comercial yfinancieradel con- orden constituido. Los elementos estructurales
de la unión deben proceder de los conceptos
tinente.
de federalismo y parlamentarismo y del prinLas condiciones prevalencientes y el nuevo
cipio de subsidariedad, y deben estar conectacuño de las tareas políticas exigen una estratedos con las instituciones existentes de la C o gia innovadora de integración que debería
munidad Europea.
combinar de m o d o efectivo los siguientes eleEn el proceso de reforma, no puede ignomentos:
rarse el potencial de ejecución que se va estructurando. Corresponderá a los Estados
Llevar adelante el proceso de integración
miembros, a sus gobiernos y a sus parlamende la Comunidad Europea
tos, democratizar y hacer m á s eficientes los
N o hay ninguna razón válida para que los procesos de adopción de decisiones de la
cambios en Europa Oriental demoren el proce- Unión Europea. U n a estrategia adecuada conso de integración de Europa Occidental. La sistiría en la introducción gradual de las cuatro
ultimación del mercado interno en el plazo modificaciones institucionales siguientes:
previsto (1993) es indispensable para mante1. El Parlamento Europeo habrá de ocupar
ner la eficacia de la Comunidad dentro del la posición central. C o m o órgano representaticonjunto de Europa.
vo de los ciudadanos, conferirá a la Unión una
La idea de la unificación de Europa sigue legitimidad propia, que ya no procederá de los
siendo válida. Q u e se convierta en realidad es Estados miembros, para llevar a cabo su tarea
responsabilidad de quienes están en condicio- independientemente.
nes de actuar: hoy por hoy, sólo Europa Occi2. E n cambio, el Consejo de Ministros se
dental. E n conjunto, la continua evolución de convertirá en una Cámara de los Estados, que
la Comunidad Europea responde a varios cri- participará en el proceso de adopción de deciterios altamente prioritarios:
siones acerca de todos los aspectos de la legis-
La integración de Europa después de la Guerra Fría
lación comunitaria. La Cámara actuará así
c o m o un contrapeso federal de los otros órganos, que operarán de forma unitaria.
3. El Consejo de Europa constituirá el Presidium de la Unión Europea, que determinará
las directrices de política y, en su condición de
Jefe de Estado colectivo, promulgará leyes.
4. Paso a paso la Comisión Europea asumirá las responsabilidades del Gobierno de la
Unión. El Presidente de la Comisión será
nombrado por el Consejo de Europa, y responderá ante el Parlamento Europeo.
Para establecer los lazos de unión entre los
ciudadanos de Europa y estas estructuras incipientes, los Estados miembros deberán abandonar su oposición a una ciudadanía europea,
que no entraría en conflicto con los derechos y
obligaciones nacionales de los ciudadanos.
Ello conllevaría sin duda un cambio en el sistema electoral para el Parlamento Europeo e
iría acompañado probablemente de ciertos derechos de voto limitados para los residentes
extranjeros de nacionalidades europeas.
Aunque se abordó por separado en dos
Conferencias Intergubernamentales, el proceso de unión económica y monetaria es parte
integrante del desarrollo de una unión política.
Las políticas económicas y monetarias quedarán incluidas en las competencias de la Unión.
El otro sector nuevo que debe integrarse es el
formado por una combinación de la política
exterior y las competencias de seguridad a nivel comunitario.
La Unión Europea deberá, por principio,
asumir la representación exterior de sus asuntos y decidir soberanamente todos los aspectos
de su seguridad externa.
En una Europa sin controles fronterizos, la
seguridad interior es otro sector que deberá
tratarse a nivel europeo.
Paralelamente a estas modificaciones, la
política de desarrollo, que ocupa ya un considerable número de actividades de la Comunidad Europea, deberá redefinirse; una coordinación consistente y efectiva de las políticas
nacionales de desarrollo mediante una legislación-marco europea permitiría una mejora
cualitativa importante en las relaciones de E u ropa con el Tercer M u n d o .
Por último, los apremiantes problemas a m bientales requieren una política ecológica europea eficaz. E n el proceso de reforma, deben
otorgarse a la Unión las condiciones para ejer-
75
cer en su totalidad las competencias ya transferidas a la Comunidad Europea. La introducción inmediata del voto mayoritario sería un
paso importante en este sentido.
Configurar el cambio en Europa Oriental
U n a estrategia general para Europa debe prever directrices para los movimientos reformistas que están transformando Europa Oriental.
Cuando formulen esta estrategia, los europeos
occidentales deben tratar de definir criterios
claros y objetivos para una Europa Oriental
que se está aproximando a Occidente. Los criterios serán objetivos en la medida en que
tengan aplicación igual y sin reservas en todos
los Estados de Europa Occidental.
Además, existen ciertas condiciones económicas funcionales que servirían también para
evaluar la asistencia occidental a Europa
Oriental. Estas condiciones deberán ser abiertas y transparentes para permitir un amplio
examen de los objetivos de los proyectos de
reforma, y los medios utilizados.
D e este m o d o los objetivos de la reforma
económica y política deberán definirse en términos precisos, aunque no demasiado estrictos. La propia Comunidad tolera entre sus
miembros una amplia variedad de sistemas
políticos y económicos. E n vez de proyectar
modelos adaptados específicamente a la situación de Europa Oriental, parecería más apropiado formular los criterios de compatibilidad
de la C E con los Estados de Europa Oriental.
Estos criterios son:
- U n parlamento libremente elegido.
- U n gobierno democráticamente legitimado.
- La garantía de los derechos humanos y civiles y la libertad individual.
- El estado de derecho basado en el ordenamiento constitucional, con jurisdicciones independientes.
- Fronteras abiertas y libertad del comercio.
- Libre convertibilidad de las monedas.
- Aplicación de los principios del mercado
abierto.
Sobre la base de la compatibilidad con la
C E , la Comunidad debe abrir una clara perspectiva para la aceptación de nuevos m i e m bros. Y los candidatos, de conformidad con las
perspectivas del proceso de integración, debe-
76
rán aceptar plenamente la base contractual y
los objetivos políticos de la integración europea. C o n esta condición, una apertura de las
negociaciones cuando se haya ultimado el
mercado abierto, y después de un período de
negociaciones calculado con arreglo a los anteriores casos de adhesión, un ingreso formal
haciafinalesde siglo, parecería un calendario
realista, que quizás pudiera hacerse más corto.
Este calendario se basa en la previsión de que
los candidatos no aceptarían la unión política
de Europa Occidental, salvo que se hubiera
convenido ya en el m o m e n t o de la adhesión.
Considerando la evolución dinámica de Europa y los rápidos cambios de posición de los
estados miembros de la A E L C , esta hipótesis
no parece verosímil en los casos de Noruega y
Austria, por no hablar de Suécia y Suiza.
Para los que no deseen ingresar en la C o munidad, podrían considerarse otras formas
de cooperación e integración, explorando todas las posibilidades de asociación en virtud
del Art. 238 del Tratado de R o m a , con inclusión de formas concretas de cooperación en la
formulación de políticas. La práctica actual de
la C E de establecer comités compuestos por
distintos gobiernos y asambleas paritarias para
el estudio y la aplicación de los acuerdos, parece el mejor sistema y un punto de partida ideal
para el necesario control político de la apertura de Europa Oriental.
En colaboración con los miembros de la
A E L C , la Comunidad deberá establecer nuevos instrumentos para la creación de un espacio económico paneuropeo. A fines de 1990, y
gracias al progreso en la constitución del mercado interno, las relaciones entre las dos zonas
integradas se habían aproximado ya hasta dejar atrás los criterios para la constitución de
un espacio económico c o m ú n en Europa, acordados en 1987. Hoy en día la A E L C está m u cho m á s cerca de las estructuras internas del
Mercado C o m ú n que cualquier otro asociado
comercial de la Comunidad; el día de mañana,
es probable que la A E L C se considere una
institución temporal. Habiendo presentado
Austria la solicitud de ingreso, y con Suécia a
punto de hacerlo, afinalesde siglo esta organización habrá dejado de tener significado. Esto
allanaría el camino para la presentación del
concepto de un espacio económico europeo en
su forma original, c o m o una estructura m o d e lo de cooperación económica para la totalidad
Werner Weidenfeld y Josef Janning
de Europa. A la vista de los planes originales,
el objetivo último de esta regionalización económica sería crear una zona de libre comercio
para todo el continente. E n la vía hacia este
objetivo, los acuerdos y tratados individuales
constituirían el marco necesario para los inversores, productores, importadores y exportadores.
Hay sectores en los que es absolutamente
indispensable el suministro de asistencia previa y de ayuda inmediata. A d e m á s de la ultimación de acuerdos vigentes de comercio y
cooperación, la supresión de restricciones
cuantitativas para los países de comercio de
estado y la creación de un banco de desarrollo
en apoyo de la inversión privada, habrá que
considerar otras opciones tales como:
- la aplicación a Europa Oriental de los actuales acuerdos de control de la contaminación
y la promoción de las inversiones destinadas
al medio ambiente;
- la organización de programas conjuntos de
investigación y desarrollo, o la adopción de
los pertinentes programas complementarios
paneuropeos;
- la organización de programas de educación e
intercambio para alumnos y profesores;
- la mayor armonización de las normas y estándares industriales;
- la revisión de los planes existentes de circulación y transporte y la conexión de Europa
Oriental a las redes modernas de transporte
que se vayan estableciendo;
- la promoción de programas de enseñanza de
idiomas y comunicación, de bibliotecas, publicaciones y servicios para la enseñanza no
formal.
La mayoría de estas opciones se están negociando ya en el contexto de los nuevos tratados bilaterales entre la C E y los países de
Europa Oriental. En conjunto, estos elementos
constituyen una estrategia diferenciada de
cooperación, que puede ofrecer a los países de
Europa Oriental que no deseen ingresar en la
Comunidad perspectivas igualmente claras de
desarrollo. Todas las medidas individuales
que se adopten deberán tener en cuenta la
necesidad de mantener un control político sobre el proceso, con objeto de compensar los
inconvenientes que sufrirá Europa Oriental
respecto a los mercados y la competencia.
La integración de Europa después de la Guerra Fría
11
aproximación a la Comunidad tendrá un carácter duradero.
- Las relaciones atlánticas deberán reformarse
para que los europeos occidentales puedan
tener una política de seguridad propia. La
En los años anteriores al decenio de los 90, la
adaptación de la O T A N a las realidades de
energía política revitalizada de Europa se condespués de la Guerra Fría es una idea acepcentró en reformar sus estructuras internas.
tada en las dos sedes de Bruselas. Parece
Las perspectivas para los años venideros son
dudoso, no obstante, que la Comunidad puealgo distintas: la política europea hace frente a
da tomar la iniciativa a este respecto. La
una serie de problemas de política exterior que
Declaración Atlántica de noviembre de 1990
no se habían previsto ni preparado. La ampliaha quedado en poco m á s que palabras, porción de la Comunidad no se ajustará al calenque no se ha resuelto todavía la cuestión
dario previsto por la Comisión Europea; los
esencial de la organización de la seguridad
cambios en Europa Oriental no seguirán el
europea. Las discrepancias entre los países
modelo ideal del milagro económico; los vecieuropeos respecto del papel que incumbe a
nos de Europa en el Sur y sus interlocutores
la Unión Europea Occidental, incluso en su
comerciales en todo el m u n d o no esperarán a
condición de institución intermedia, obstruque se haya posado el polvo del cambio, y la
yen los progresos previstos inicialmente.
Comunidad Atlántica no aguardará a que terminen los inacabables debates sobre los aspec- - A todo esto vino a sumarse la Guerra del
tos cualitativos de la unión política.
Golfo en 1991, que ha arrojado una luz nueva sobre las responsabilidades mundiales de
Las respuestas que ha de proporcionar E u Europa. Contrariamente a las hipótesis "europa Occidental apuestan, en conjunto, por la
rofóricas" del establecimiento de un nuevo
estrategia del "todo de una vez". Paralelamenorden mundial una vez terminado el conflicte a la ultimación del mercado interno, el esto Este-Oeste, subsisten las luchas por el poquema ideal supone la instalación en el contider, las riquezas y los recursos y Europa, isla
nente a partir del 1 de enero de 1993, de un
de riqueza, sigue atrayendo trabajadores innuevo orden:
migrantes y refugiados políticos en cantidades
que exceden a su capacidad de absorción
- Las relacions entre la C E y la A E L C se basapolítica, económica y cultural. La opción de
rán en la ratificación del acuerdo sobre el
una "gran Suiza" no existe para Europa. Si
Espacio Económico Europeo que, no obstanbien algunas potencias europeas podrían lite, no se ha concluido aún. Sus perspectivas
brar guerras periféricas limitadas, la organidecrecen en proporción a la voluntad de los
zación y la salvaguardia de la paz en las
Estados de la A E L C de solicitar el ingreso en
regiones adyacentes a Europa supera con
la CE.
m u c h o las posibilidades de una sola nación.
- Las relaciones Este-Oeste en Europa se baAsí pues, el Mediterráneo y el continente
san en una nueva serie de acuerdos entre la
africano se convertirán en la principal preoC E y los países de Europa Oriental que fuecupación de la política exterior europea.
ron miembros del C O M E C O N . A d e m á s de
las cuestiones relacionadas con el comercio y - Por último, la competencia mundial para
la ayuda financiera, estos acuerdos contenexplotar los mercados del futuro no perderá
drán una sección política en la que se prevé
nada de su intensidad. La posición de Eurola vinculación política de estos Estados a la
pa en el triángulo tecnológico se está debiliC E . Las perspectivas de estas negociaciones
tando. La disputa sobre los contingentes de
parecen también dudosas. Los continuos
importación de los automóviles japoneses en
cambios han despojado de significado a la
la Comunidad Europea parece evitar la pista
primera serie de acuerdos, antes incluso de
central en la que tiene lugar el enfrentamienque entrasen en vigor: la segunda serie poto de las nuevas tecnologías. Esta posición
dría conocer el m i s m o fin. Dadas las incertirevela una debilidad estructural: mientras
dumbres sobre el futuro de la Unión Soviétique los Estados Unidos mantienen estrechas
ca y la difícil posición de Europa Oriental en
relaciones tanto con el Japón c o m o con E u lo que concierne a la seguridad, el proceso de
ropa Occidental, la C E apenas ha empezado
III. T o d o d e un golpe:
años difíciles para Europa
78
a establecer relaciones de asociación con los
estados de América del Norte.
Werner Weidenfeld y Josef J arming
realizar un rápido ajuste, y supone la desaparición en breve plazo de las hasta ahora familiares condiciones de vida. A d e m á s , no es posible
E n resumen, en los años próximos hará efectuar reformas limitándose a copiar los profalta movilizar los recursos económicos y la cesos occidentales; Europa Oriental ha de traenergía política en toda Europa, con una in- tar de sortear los fracasos ecológicos, sociales y
tensidad sin precedentes en el proceso de inte- políticos que tuvo Occidente.
gración europea. El tiempo se ha convertido
Para hacer frente a esas tareas, los euroen un artículo m u y valioso, y los riesgos del peos occidentales deberán acopiar recursos
"todo de una vez" son considerables. Así pues, materiales de un orden de magnitud aún i m al conceptualizar la concentración de los es- posible de apreciar, que incluirán no sólo asisfuerzos de cambio, los decisores europeos de- tencia inmediata, que podría convertirse en un
berán observar tres condiciones básicas:
factor permanente de los años 90, sino también el suministro de capitales privados, garantías estatales, subsidios o compensaciones
El eje temporal
financieras. Esto impondrá nuevas cargas a los
El deseo de encerrar el proceso de integración presupuestos públicos; los políticos tendrán
del continente en el ceñido corsé de un calen- que aceptar la responsabilidad de esas cargas,
dario parece contradecir la dinámica de la si- y defenderlas ante los electores. Los dividentuación en Europa. N o obstante, la secuencia dos de la reforma no se percibirán en un futude decisiones políticas tendrá repercusiones ro próximo; la creación de una Europa d e m o m u y considerables en el m a p a de la Europa del crática es, evidentemente, una inversión a
año 2000. Cada una de las perspectivas y con- largo plazo.
ceptos mencionados anteriormente pueden
Así pues, Europa Occidental debe manteconvertirse en realidad en los años 90. Esto es ner y desarrollar sus recursos materiales: efiválido para el mercado interno y la unión ciencia económica y competitividad, consenso
política, la ampliación de la Comunidad, la político y solidaridad europea. Y ninguna de
consolidación de la cooperación económica en las dos partes ha de pasar por alto sus recursos
una sola zona económica europea, el desarme intelectuales y espirituales: apertura, confiany la reconstitución de las alianzas, y lo que es za, paciencia y laboriosidad.
igualmente importante, el nuevo papel de Europa en los asuntos mundiales.
El marco político global
Considerando esta multiplicidad de tareas,
parece necesario sincronizar las medidas indi- La planificación política europea para el desaviduales, tanto de procedimiento c o m o de rrollo del continente en los años noventa se
contenido. Todas las reformas, cualquiera que basa en la hipótesis de un marco político m u n sea el sector en el que se lleven a cabo, forma- dial generalmente estable. Sin embargo, al e m rán parte integrante de la estructura futura del plear sus energías materiales y políticas, Eurocontinente; la diferenciación y retraso de cual- pa no ha de olvidar su dependencia del contexquier elemento surtiría inevitablemente un to mundial. Los elementos clave de esta relaefecto desestabilizador en todo el proceso.
ción son: un abastecimiento seguro de materias primas y energías, sin subidas excesivas de
los precios; un proceso continuado de desarroLos recursos
llo tecnológico e innovación industrial, así
Europa Oriental y la Unión Soviética adolecen c o m o la competitividad de los productos eurode un retraso considerable, superior incluso a peos en el mercado mundial; la estabilidad de
las oportunidades que han perdido en los 40 las cercanas regiones críticas de Africa y
últimos años. Estos países deben dar un gran Oriente Medio, y la prevención de catástrofes
salto adelante en todos los campos de la socie- de desarrollo y crisis demográficas en los paídad moderna, de proporciones mucho m a y o - ses del Tercer M u n d o .
res a todo lo que han realizado los europeos
A partir de estas tres condiciones podemos
occidentales hasta ahora. La coalición directa llegar a la conclusión de que en los años 90
de dos fases distintas de desarrollo obliga a Europa no puede permitirse el lujo de ensimis-
79
La integración de Europa después de la Guerra Fria
marse en su propia contemplación; elfinaldel
conflicto Este-Oeste no quiere decir que se
hayan disuelto los complejos internacionales
de interdependencias y problemas. Es sumamente importante reforzar los instrumentos
europeos de control político, especialmente
dentro de Europa Occidental. La duración del
techo político para todo el continente dependerá en último término de la estabilidad de sus
cimientos. La capacidad de concebir y configurar la Comunidad Europea c o m o columna
central de la unidad europea sigue siendo el
cometido primordial de cara al futuro del continente.
Traducido del inglés
Nota
1. Los análisis y opiniones que se
exponen en este artículo fueron
tratados in extenso en nuestra
serie sobre las "Estrategias y
opciones para el futuro de
Europa". N o s hemos referido en
especial a los siguientes estudios:
Research Group on European
Affairs, European Deficits,
European Perspectives - Taking
Stock for Tomorrow, Gütersloh
1989; Werner Weidenfeld, Curt
Gasteyger, Walther Stiitzle &
Josef Janning, Die Architektur
europäischer Sicherheil: Probleme,
Kriterien, Perspektiven, Gütersloh
1989; Werner Weidenfeld & Josef
Janning, Der Umbruch Europas;
Die Zukunft des Kontinents,
Gütersloh 1990; Werner
Wiedenfeld et al, The Shaping of
a European Constitution.
Proposals for the Institutional
Development of the European
Community, Gütersloh 1990;
Werner Weidenfeld et al., Die
doppelle Integration: Europa und
das grössere Deutschland,
Gütersloh 1991; Werner
Weidenfeld (ed.) Wie Europa
verfasst sein soll. Materialen zur
Politischen Union, Gütersloh 1991
(de próxima aparición).
La integración de las economías
de la Unión Soviética y los países de Europa
del Este después del C A E M :
desafios y perspectivas*
Ryszard Lawniczak
rial que publicó el popular periódico polaco de
Solidaridad, la "Gaceta Wyborzca", el 12 de
septiembre de 1990, pocos días después de
A comienzos de 1990 un experto alemán llegó haberse anunciado que, a partir de 1991, el
a la conclusión de que: "Diríase que el Conse- Gobierno soviético tenía la intención de redujo de Asistencia Económica Mutua está llegan- cir considerablemente los suministros de pedo al fin de sus días... En vista de sus logros, lo tróleo y electricidad a Polonia. El editorialista
mejos sería enterrarlo y empezar de cero"1. escribía: "Los problemas actuales del suminisSin embargo, después del desmantelamiento tro de gas y petróleo hacen que la gente se
del C A E M en junio de 1991, se ha creado una pregunte si merece la pena que Polonia siga
situación paradójica: los trabajos de los exper- siendo miembro del C A E M . Esta organización
no ha sido nunca un consetos, políticos y periodistas
jo de asistencia mutua ni
del Este y del Oeste evaRyszard Lawniczak es profesor de
de ningún otro tipo, sino
lúan distintamente las poCiencias Económicas y Comercio Inmás bien un mecanismo de
sibilidades de cooperación
ternacional en la Escuela de Ciencias
Económicas, Poznan, Polonia. Actualdominio unilateral de la
en esta nueva era.
mente es profesor invitado en el D e U R S S sobre sus países saPor una parte, en los
partamento de Ciencias Económicas
télites, que Moscú trata de
de la Universidad de Melbourne, Parkllamados "países post-coville. Victoria 3052, Australia. Autor
mantener".
munistas", el derribo del
de numerosas obras, c o m o Non-Tariff
régimen comunista y la inLo paradójico es que,
Restrictions in International Trade
(1987), estudia los problemas de transitroducción de un sistema
más o menos al m i s m o
ción de las economías planificadas a
de partidos y de los princitiempo, en la prensa m á s
las economías de mercado en Europa
pios de la democracia parinfluyente
de Occidente y
del Este.
lamentaria y la economía
en las publicaciones oficiade mercado suscitaron un
les del Banco Mundial y de
entusiasmo revolucionala O T A N 2 aparecieron arrio. En el ámbito de la potículos afirmando que la
lítica exterior, ello fue debido también al cese desintegración del C A E M sería desfavorable
de la presión política ejercida por la Unión para los intereses de países tanto del Este
Soviética y a las perspectivas de estableci- c o m o del Oeste de Europa. El New York Times
miento de lazos políticos y económicos más del 1 de septiembre de 1990, por ejemplo,
estrechos con Occidente, en particular con la publicó un artículo de la conocida periodista
C E E . E n este contexto, las voces en favor de estadounidense Flora Lewis, desde París. Seuna disolución de la Organización, o la retira- gún esta corresponsal, los países de Europa
da de ella de sus diversos países, se hicieron Central y Oriental estaban tan deseosos de
cada vez más frecuentes en los medios de co- establecer en el plazo más breve posible lazos
municación de los antiguos miembros del estrechos con la C E E (viendo en ello la soluC A E M . U n ejemplo típico de ello fue el edito- ción a sus problemas económicos) y liberarse
Introducción
RICS 131/Marzo 1992
82
de los vínculos con el C A E M , que no se habían
parado a pensar en las posibilidades de cooperar entre ellos. Esto, afirmaba Flora Lewis, era
una grave equivocación, porque esta cooperación (liberada de las distorsiones entonces presentes) sería tan beneficiosa para los países de
la región c o m o lo es la C E E para Europa Occidental.
La tercera tendencia la representaban un
grupo de expertos gubernamentales pertenecientes a la comisión establecida en la 45 reunión del Consejo, para estudiar las reformas y
cambios propuestos en los estatutos del
C A E M . El primer anteproyecto de estatuto,
que convertía al C A E M en un órgano consultivo c o m o la O C D E , estaba listo a mediados de
1990, en espera de aprobación. D e resultas del
debate en la Comisión, se llegó a la conclusión
de que el C A E M tenía que seguir existiendo,
pero solo en forma de organización-marco, un
C A E M renovado que iba a ser el sucesor legal
del antiguo Consejo de Asistencia Económica
Mutua.
A la vista de las opiniones y concepciones
contrastadas en el Este y el Oeste, se plantea
una serie de cuestiones:
Ryszard Lawniczak
D e la integración
a la desintegración
El grado de integración alcanzado por el
C A E M después de 60 años de existencia no
era m u y elevado1, en particular si lo comparam o s con la C E E o la A E L C . El proceso de
integración del C A E M creó dependencias estructurales rígidas e interdependencias sistémicas entre los países miembros 4 , que eran
demasiado acentuadas para que pudieran desatenderse al establecer un nuevo sistema. Su
rasgo más característico era el alto nivel de
dependencia de los países miembros con respecto a la U R S S . El intercambio comercial
consistía principalmente en un trueque entre
las materias primas de la U R S S , que podían
desviarse fácilmente a otros mercados no pertenecientes al C O M E C O N , y productos m a n u facturados de los otros países miembros, que
no podían colocarse en otros mercados debido
a su baja calidad y a la ausencia de técnicas
efectivas de comercialización.
C o m o el comercio es la quintaesencia de la
integración económica y el instrumento central de la promoción de la división regional del
trabajo, merece la pena señalar que los países
- ¿ C ó m o explicar la divergencia de opiniones miembros del C A E M tenían notables anteceen el Este y el Oeste respecto de la utilidad dentes de comercio mutuo, basado en acuerdel mantenimiento de la integración regional dos bilaterales negociados en el contexto de
esa organización. En comparación, sólo Eurode los países del C A E M ?
pa Occidental -con su comercio interno de
- ¿ Q u é posibilidades hay de integración manufacturas liberado de trabas arancelariassubregional de los países de Europa Central tenía una proporción más elevada de comercio
y Oriental en una perspectiva a largo plazo intrarregional en sus intercambios de mercade 20 a 30 años, y cual será la naturaleza y derías (70 % en comparación con el 60 % de
organización del nuevo grupo (o grupos) in- Europa Oriental y la U R S S ) . El alto grado de
tegrado en esa región?
dependencia con respecto al mercado y los
suministros de la Unión Soviética lo demues- ¿Hasta qué punto pueden contar los países tra el hecho de que las exportaciones a ese país
de Europa Central y Oriental con llegar a un representaron alrededor de u n 25 por ciento
estrechamiento de los vínculos con la C E E de las exportaciones polacas y húngaras en
en forma de asociación, y m á s adelante de 1988 y 1989 (véase el cuadro 1). Checoslova"integración plena", y qué influencia ejerce- quia dependía aún más del mercado soviético,
rá esto en los procesos de integración de la al que enviaba las dos quintas partes de sus
región?
exportaciones; en el caso de Bulgaria, la pro- ¿Qué papel desempeñará la Unión Soviética porción era de los dos tercios. Este tipo de
en la integración de Europa Central y Orien- estructura radial del comercio interno del
1, diseñado
tal, y en qué medida las repúblicas ya inde- C A E M puede verse en el gráfico
5
por
dos
economistas
polacos
.
pendientes participarán en ese proceso?
En este gráfico puede verse claramente que
El presente artículo es un intento de res- las relaciones comerciales internas del C A E M
estaban constituidas sobre todo por las relacioponder a estas cuestiones.
La integración de las economías de la Unión Soviética y ios países de Europa del Este después del CAEM
bienes y servicios (por ejemplo, el oleoducto
de Orenburgo, o las conexiones de electricidad), gracias a la "especialización convenida";
- las interdependencias sistémicas, c o m o la estructura orgánica, así c o m o los principios y
normas compatibles con la planificación
económica central tradicional.
Teniendo esto en cuenta, es evidente que
en estas circunstancias todo cambio en la estructura y los principios del comercio del
C A E M no era "... una opción para un cambio
de políticas a corto plazo, sino un proceso
prolongado de restructuración, que ofrecería el
mejor medio para alcanzar ese fin"6.
Afinalesdel decenio de 1980, y en contraste con el rápido progreso de la integración de
Europa Occidental, la desintegración del
C A E M estaba cada vez m á s clara. Se observaban numerosos síntomas, entre ellos los siguientes:
G R Á F I C O 1. Modelo empírico de la estructura
espacial de la intensidad de relaciones comercia- - el estancamiento del comercio mutuo, con
un descenso considerable a finales de los
les dentro del C A E M . (El grosor de las líneas da
una idea aproximada de la intensidad de las relaaños 80 y una reducción aún más acelerada
ciones comerciales entre los países europeos
desde 1990 7 ;
miembros del C A E M )
- el rompimiento de los lazos de cooperación
entre las empresas;
- numerosos ejemplos de "guerras aduaneras"
para la protección de los mercados internos
nes entre cada uno de sus países miembros y la
devastados (p. ej., Polonia-Checoslovaquia,
URSS.
Polonia-RDA, URSS-Polonia);
Esta estructura radial del comercio interno
la competencia entre los países europeos del
del C A E M se veía reforzada por:
C A E M para obtener de la C E E las condiciones m á s favorables;
- el relativo adelanto de las infraestructuras
comunes que facilitaba el movimiento de los - la competencia para atraer capitales extranC U A D R O 1. Distribución de las exportaciones de los países de Europa Oriental y la U R S S , 1988
(porcentajes)
Origen/Destino
Bulgaria
Checoslovaquia
Rep. D e m . Alemana
Hungría
Polonia
Rumania
Los seis países
URSS
Europa
del Este
URSS
Países
desarrollados
Resto
del m u n d o
18
30
24
17
16
21
22
49
61
43
42
28
24
31
40
-
7
19
27
43
47
33
27
25
14
8
7
12
13
15
11
26
Fuente: Comunicado de prensa del G A T T , 14 de marzo de 1990.
83
84
Ryszard Lawniczak
cooperación. Talyzin afirmó que la Unión Soviética era partidaria de la segunda solución8.
Otra prueba de la nueva actitud soviética, partidaria ahora de las soluciones más radicales,
fue la proclamación del Primer Ministro soviético, en la 45 reunión del Consejo celebrada
en Sofía en enero de 1990, según la cual a
partir de enero del año siguiente el comercio
soviético con los miembros del C A E M se facturaría en monedas convertibles. D e este
m o d o se derrumbaba otro de los "pilares del
C O M E C O N " , el empleo de unidades de cambio no convertibles, los rublos transferibles
Las tendencias de desintegración en el (RT).
C A E M eran de origen político y económico.
Las razones económicas de la desintegraDiversos procesos políticos, como la aparición ción fueron expuestas en líneas generales, pero
de "Solidaridad" en Polonia en 1980, la subi- m u y apropiadamente, por el Primer Ministro
da al poder de Gorbachov y la introducción de soviético en la 44 reunión del Consejo, celela "perestroika", así como la constitución del brada en Praga en 1988: "El modelo de la
primer gobierno no comunista de Polonia en división extensiva del trabajo entre nuestros
junio de 1989, ejemplo que después seguirían países, que se desarrolló históricamente, ha
otros países del C A E M , desencadenó el proce- agotado sus posibilidades". Ello significaba
so de democratización que, a su vez, hizo posi- que la mayoría de los Estados miembros hable la crítica social al C A E M . D e resultas de bían llegado a la conclusión de que el sistema
estas críticas, y de las reformas económicas había resultado ineficiente e incompatible con
introducidas a ritmo distinto en los diferentes los progresos nacionales en las economías inEstados miembros, empezaron a exigirse ternas y también en el comercio exterior9. Hay
transformaciones radicales que basasen los muchas razones que explican esto.
mecanismos del C A E M en los principios de
Ante todo, está el hecho de que esta organimercado.
zación económica internacional no era m á s
Lo más importante en todo ello fue la Unió que una réplica burocrática de los sistemas
Soviética, que habiéndose opuesto durante económicos de los países miembros. Durante
muchos años a cualquier cambio del mecanis- muchas décadas, en todos estos países (excepm o de integración del C A E M (cambios que to quizás Polonia y Hungría), y sobre todo en
habían sido propuestos hacía mucho tiempo la propia Unión Soviética, el complejo mecapor los economistas polacos, entre otros), esta nismo de la economía fue administrado m e vez tomó la delantera de los países que recla- diante un sistema central inalterado, basado
maban reformas radicales encaminadas a la en órdenes administrativas. El tiempo ha reveconstitución de un C A E M orientado al merca- lado despiadadamente todas las deficiencias y
do. Por ejemplo, en 1988 apareció, en los do- limitaciones de este modelo, y su inutilidad en
cumentos oficiales del C A E M , la idea de crear la práctica. En tales circunstancias, el C O M E un mercado unificado. En una conferencia de C O N no podía ser otra cosa que lo que era,
prensa celebrada el 20 de febrero de 1988, el desgraciadamente.
Viceprimer Ministro y Representante PermaLos otros motivos eran las grandes disparinente de la Unión Soviética, Nikolai Talyzin, dades entre los países del C A E M . Mientras
declaró que podían distinguirse dos posicio- que la C E E es una asociación de países básicanes. Según la primera, para llegar al mercado mente homogéneos, con un nivel de desarrollo
unificado deberían ponerse antes en orden los comparable y estructuras económicas esencialmercados nacionales; la otra posición sostenía mente iguales, el C A E M podía muy bien divique era inútil esperar más y que debían crearse dirse en tres grupos considerablemente difeya los elementos de un mercado unificado, renciados. El primero en la propia Unión
aumentando el intercambio de bienes al nivel Soviética, país que es básicamente autosufimás bajo y simplificando los mecanismos de ciente y está inevitablemente interesado en la
jeros, por ejemplo ofreciendo generosos descuentos fiscales;
- y lo que es más importante, la desintegración
de la propia Unión Soviética, ya que a finales de agosto de 1990 ocho de las quince
repúblicas cuyos parlamentos habían declarado la independencia abandonaron la
Unión. Estas repúblicas reclamaban el control de la política económica y las propiedades públicas, y algunas de ellas (Estonia, Letónia y Lituânia) exigían la independencia
absoluta.
La integración de las economías de la Unión Soviética y los países de Europa del Este después del CAEM
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Documento en el que constan cuatro de las ocho firmas del Tratado de Varsóvia, del 14 de mayo de 1955, entre
Albania, Bulgaria, Hungría, la R D A , Polonia, Rumania, Checoslovaquia y la U R S S . Keystone.
85
86
cooperación económica con otros países; el
segundo lo formaban los países europeos, con
un nivel comparable de potencial económico y
niveles de desarrollo, a saber, Bulgaria, Checoslovaquia, Alemania Oriental, Hungría, Polonia y Rumania (Albania se había retirado
antes). Y , por último, estaban los países subdesarrollados no europeos: Cuba, Mongolia y
Vietnam.
La tercera razón económica importante era
"la constante desconfianza hacia todas las
transacciones del C A E M y... la sospecha popular en todos los países miembros de salir siempre perdiendo"10. Esta actitud se debía a las
deficiencias de las normas defijaciónde precios, la falta de tipos de cambio "económicos"
y el sistema de pagos según el cual los excedentes en rublos transferibles con un asociado no
podían "convertirse" en bienes de otro asociado o intercambiarse con otras monedas del
C A E M . Por consiguiente "... en cierto sentido
todos los miembros del C A E M salían perdiendo. Los soviéticos proporcionaban a sus aliados energía y materias primas con las cuales
podían haber comprado maquinaria occidental, equipo y bienes de consumo de calidad
superior, y los países de Europa Oriental salían perdiendo porque el comercio en el
C A E M fomentaba la ineficacia y el aislamiento con respecto al resto de Europa"".
El cuarto factor externo eran las esperanzas
y expectativas de los países ante la posibilidad
de un acceso más amplio al dinámico mercado
de la C E E . Este acceso deseaban obtenerlo
mediante la adquisición, lo antes posible, de la
condición de miembro asociado y, quizás en
un futuro no m u y lejano, de miembro de pleno
derecho.
El último intento de poner freno al proceso
de desintegración en el marco del viejo sistem a del C A E M fue un consenso político respecto de la necesidad de aplicar una estrategia
nueva, orientada hacia el mercado. Este consenso se refleja en un documento adoptado en
la reunión de Praga, de julio de 1988, con el
título, "Concepto colectivo de la división socialista internacional del trabajo para los años
1991-2005". Entre otras cosas, los miembros
del C A E M (excepto Rumania) expresaron su
"... intención de crear las condiciones -paso a
paso- para un libreflujode bienes, servicios y
factores de producción con miras a edificar un
mercado unificado a largo plazo"12. Aunque
Ryszard Lawniczak
por primera vez en la historia del C A E M se
había formulado la idea de un "mercado com ú n " del C A E M en un documento oficial,
desde un principio se expresaron dudas justificadas, ya que no críticas, sobre la posibilidad
de llevarlo a la práctica en un futuro previsible. E n aquel m o m e n t o no existían las condiciones previas para el establecimiento de un
mercado unificado de este tipo, en particular:
- la descentralización a las empresas de la facultad de decisión, con la consiguiente autonomía de éstas y el derecho a exportar e
importar directamente sin mediación alguna
para las empresas comerciales extranjeras,
negociar los precios de suministro de los bienes y servicios, abrir cuentas en diferentes
monedas y hacer pagos directamente con
cargo a esas cuentas;
- un sistema de precios y tipos de cambio
adaptado a condiciones de escasez, que precisa la introducción de tipos de cambio más
realistas entre las monedas nacionales y el
rublo transferible;
- la convertibilidad de las monedas nacionales
y el rublo convertible, que de por sí lleva
consigo una serie de condiciones previas,
c o m o por ejemplo: la convertibilidad de los
bienes producidos en cantidad y calidad suficientes para equilibrar el suministro de bienes y la cantidad de efectivo en los mercados
nacionales, y la introducción de amplias reformas en el sistema de precios de todos los
países del C A E M ;
- la implantación de sistemas nacionales de
control del comercio con aranceles, subsidios, tipos de cambio y contingentes, que
puedan influenciar de manera efectiva los
niveles del comercio;
- la revisión del procedimiento defijaciónde
precios en el interior del C A E M .
El colapso de los regímenes comunistas de
los países europeos miembros del C A E M en el
último trimestre de 1989 hizo irreversible la
tendencia hacia la economía de mercado en
todos esos países (con inclusión de la U R S S ) ,
con diversos grados y detalles en lo relativo a
los conceptos de mercado y privatización.
Cabía preguntarse si la conversión de estas
economías al mercado, y la progresiva d e m o cratización de los correspondientes sistemas
políticos, contribuirían a la larga al proceso de
La integración de las economias de la Unión Soviética y los países de Europa del Este después del CAEM
desintegración que llevaba produciéndose, a
paso lento pero seguro, desde hacía m á s de 40
años en el marco del C A E M , o bien si sería
posible detener dicho proceso.
Vlad Sobell adelantó la tesis de que una
"mercadización" genuina del C A E M contiene
en la práctica las semillas de la desintegración
del grupo, o por lo menos provocará una reconcepción fundamental de la arquitectura del
sistema, lo que vendría a ser lo mismo 1 3 . Se
preguntaba este m i s m o autor: "¿Por qué ha de
haber un mercado común propio de Europa
Oriental, fronterizo, por no decir competidor,
con la poderosa C E E ? Es más, si se aplicasen
verdaderamente los principios genuinos de
mercado en el C A E M , ¿no acabarían dando
lugar a una reintegración con el resto de Europa, c o m o solución m á s idónea?". A diferencia
de lo que cree Sobell, nosotros podríamos formular la siguiente tesis: después de un período
de euforia revolucionaria post-comunista, vendrá otro período en el cual habrá que hacer
frente a la realidad, en particular la económica. D e resultas de ello, c o m o veremos m á s
adelante, después de un cierto período transitorio durante el cual la desintegración será
más virulenta, por la inercia misma del proceso (1991, 1992), la economía y la política obligarán a los países de Europa Oriental y a la
Unión Soviética (no en su conjunto, sino a
través de sus diversas repúblicas y empresas) a
intensificar paulatinamente su cooperación
económica dentro de un C A E M renovado, o
sea una organización económica que llevará
un nombre distinto y se encargará de cometidos ligeramente diferentes y m á s limitados
que los del C A E M .
Las realidades económicas y políticas pondrán freno al proceso de desintegración de
Europa Central y Oriental y de la propia
Unión Soviética; estas realidades son, principalmente, las siguientes:
- los intereses de los círculos económicos y
políticos de Occidente, aunque parezca más
bien improbable, y
- la dependencia estructural ya citada de las
economías de los países que fueron m i e m bros del C A E M .
La constitución de una región políticamente estable en Europa Central, basada en los
principios de la economía de mercado, respon-
de a los intereses de Occidente. A d e m á s , la
formación de una confederación soviética en
la que podrían colocarse productos e invertirse
capitales es también de interés para los occidentales. Cabe recordar la situación análoga
que se produjo cuando fue preciso reconstruir
Europa Occidental después de las devastaciones de la guerra. Así pues, la política de Occidente mira a la promoción de una democracia
estable en los países post-comunistas y, en el
ámbito de la economía, a la "promoción de la
cooperación regional centroeuropea y la creación de una nueva confederación soviética"14.
Abundando en lo que ya había indicado en el
New York Times de 1 de septiembre de 1990,
Zbigniew Brzezinski, expresó de nuevo su
preocupación por "ciertos aspectos de la c o m petencia polaco-checoslovaca-húngara para
crear una economía de mercado y atraer capitales extranjeros", y exhortó una vez m á s a
esos países a que promovieran la integración
económica regional. E n dos artículos de Z .
Brzezinski (el ya mencioando, y otro del 7 de
marzo de 1990), se hacía la sugerencia de que
"la asistencia económica y ecológica de Occidente podría depender, hasta cierto punto, de
la voluntad de los receptores de dedicarse a la
cooperación multilateral"15
Parece ser, pues, que Occidente se propone
incluso ejercer presión sobre los países de Europa Central (aparte de la Unión Soviética)
para que establezcan nuevas formas de cooperación regional mutua; Occidente está también
interesado en que la Unión Soviética (mediante la perestroika) cree una "confederación soviética nueva y auténticamente pluralista". H e
aquí algunos elementos que confirman esta
tesis:
- en primer lugar, las empresas occidentales
podrían estar más interesadas en instalarse
en Polonia o en Hungría si supieran que, con
esas inversiones, obtienen el acceso a todo el
mercado de Europa Oriental, y no sólo al
mercado local"16. Por analogía, podríamos
decir que los inversores occidentales estarán
interesados en invertir, pongamos por caso
en Ucrania, si gozan de un mayor acceso a
los mercados de otras repúblicas soviéticas.
Esta simple verdad no ha llegado todavía
hasta las sociedades de Europa Oriental y las
repúblicas soviéticas, que viven aún en un
estado de euforia revolucionaria;
87
88
Ryszard Lawniczak
- en segundo lugar, la creación de un mercado
dinámico que abarque Bulgaria, Polonia,
Checoslovaquia, Hungría y Rumania, o en
un principio quizás solamente Checoslovaquia, Polonia y Hungría, es indispensable
para poner en funcionamiento los instrumentos que faciliten la transición del mercado nacional al mercado mundial17. E n otras
palabras, será menester que los países de
Europa Oriental se acomoden en una especie
de "sala de espera" para el ingreso en la
CEE.
"Los administradores de Ikarus hablaban vagamente de "nuevos mercados", pero no pudieron encontrar ninguno"19.
Podríamos exponer múltiples ejemplos de
empresas de Polonia, Checoslovaquia, H u n gría o Bulgaria cuyas perspectivas de venta a
Occidente son escasas porque no pueden competir con la tecnología más perfeccionada de
los productos occidentales. Si estas empresas
no pueden conservar sus mercados tradicionales en la zona que fue del C A E M , la situación
puede ponerse difícil, y es de prever una considerable pérdida de empleos de resultas de las
Parece c o m o si Occidente alentase a los reducciones en el comercio de esta área.
países de Europa Oriental a dedicarse a la Nötzold señaló acertadamente que, "...en el
cooperación regional porque aún no está en caso de Europa Oriental no se trata de saber
condiciones de incorporarlos a la C E E , en vías c ó m o sustituir los suministros soviéticos de
de integración política. En 1990, el Secretario materias primas y combustibles; el problema
de Estado francés, Lionel Stoleru, trató de ex- estriba en encontrar suficientes posibilidades
plicar, sin muchas contemplaciones, la situa- de venta de los productos del Este. Los víncución real a las partes interesadas. En un artícu- los económicos en la zona del C A E M dismilo publicado en el periódico Le Monde, relati- nuirán, pero sin que exista una alternativa
20
vo al C A E M , Stoleru escribía: "Quizás haya auténtica a la cooperación en esta región" .
llegado el momento de poner fin a los sueños.
El 17 de septiembre de 1990, el Ministro
Quizás debamos convencer a Polonia, R u m a - polaco de Cooperación con los Países Extrannía, Checoslovaquia, Hungría y Bulgaria de jeros, Sr. Swiecicki, declaró lo siguiente: "Soque, no solo no están en condiciones de ingre- mos capaces, hasta cierto punto, de comprar
sar en la C E E , donde serían devoradas desde petróleo y gas, pero si la Unión Soviética no
el punto de vista económico, sino que además compra maquinaria y equipo polacos nuestra
la propia C E E no está todavía en condiciones industria hará frente a una situación catastróde recibirlas"18. Refiriéndose a la falta de pre- fica"21.
paración de los países del C A E M para inteSi nuestra argumentación es correcta, desgrarse en Europa Occidental, los comentaristas pués de un período de desintegración es de
occidentales señalan, ante todo, la baja compe- prever un retorno gradual a la cooperación
titividad de los productos del Este. En opinión económica dentro de un C A E M renovado,
de The Economist, "... demasiadas empresas esto es una nueva organización económica de
de Europa Oriental carecen de técnicas de los antiguos miembros del C A E M , que sin
mercado y de productos que puedan venderse duda alguna, no incluirá a Alemania Oriental.
en Occidente". Las empresas de Alemania Es indudable que el papel de la U R S S en esta
Oriental se percataron rápidamente de esto nueva organización será diferente.
después de la unión monetaria entre los dos
estados alemanes.
El segundo factor que, a nuestro juicio,
limitará la desintegración a largo plazo, a saber, la considerable interdependencia de las
economías de los países que componían el
C A E M (la infraestructura existente), ha sido
observada también por las publicaciones occidentales. U n o de los ejemplos m á s citados es
el caso de la famosa fábrica húngara de autobuses "Ikarus", que se vio en situación de
suspensión de pagos cuando perdió sus clientes soviéticos. C o m o señala The Economist,
De la desintegración
a la cooperación
A mediados de 1989, el proyecto de estatutos
de la nueva organización económica estaba
acabado. La organización debía ser el sucesor
legal del C A E M , y la preparación del proyecto
*Proyecto de investigación respaldado por la Fundación Alexander von Humboldt (Bonn).
La integración de las economias de la Unión Soviética y los países de Europa del Este después del CAEM
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Los cambios económicos de la Europa del Este: ventas de productos diversos en las calles de Varsóvia, por los
ciudadanos rusos que van y vienen a miles entre la U R S S y Polonia, imapress
89
90
Ryszard Lawniczak
corrió a cargo de la comisión creada para estu- derecho soberano de los Estados miembros a
diar las propuestas de cambios y reformas en ingresar en otras organizaciones económicas
los estatutos del C A E M , por decisión de la internacionales (incluidas las encaminadas a la
histórica reunión "post-revolucionaria" del integración de sus miembros), o concertar
Consejo. Basándonos en los comentarios y es- acuerdos con los miembros de esas organizapeculaciones de la prensa y, sobre todo, en una ciones. E n la práctica, ello significaba que los
entrevista con el Secretario del C A E M , profe- Estados miembros mantenían sus posibilidasor W . Syczew", podríamos tratar de recons- des futuras de ingresar en la C E E o la A E L C .
truir la "forma" de la nueva organización, tal
En lo referente a las decisiones de la Orgay c o m o la diseñaron los expertos.
nización, se preveía el mantenimiento del
En términos generales, se trataría de una "principio de interés" del antiguo C A E M . Este
organización intergubernamental para la coo- principio niega el derecho de veto a los países
peración multilateral, una especie de organiza- que no están directamente interesados en la
ción-marco cuyo modelo podría ser la O C D E . cuestión de que se trate. Las decisiones se
Su objetivo consistiría en la promoción del tomarían por consenso de todos los Estados
desarrollo efectivo de las economías de los miembros.
países miembros, con arreglo a los principios
C o m o en la anterior entidad, el principal
del mercado. Además, la organización tendría funcionario de la Organización sería su Secreque integrar las economías de sus países tario, y su órgano m á s importante el Comité
miembros con la economía mundial, compren- de Representantes de los Gobiernos, que se
dida la de Europa y otras agrupaciones regio- reuniría, de ser necesario, a nivel de primeros
nales. U n o de los nombres propuestos para la ministros.
nueva entidad era el de Organización de CooC o m o el mecanismo de cooperación econóperación Económica.
mica, con la nueva organización, debía basarse
Las tareas de la nueva organización debían en los principios del mercado, en los debates
de la 45 reunión del Consejo, celebrada en
consistir en:
Sofía, se planteó el problema de las etapas en
- la creación de una economía de mercado su introducción. Conscientes de que ciertos
multisectorial en los países miembros, con países estaban introduciendo reformas econóempresas autónomas y la promoción del es- micas radicales y adoptando el modelo de
mercado a ritmos distintos, los presentes conpíritu de empresa;
- la introducción de los principios del merca- vinieron en que la transición debía ser grado en las relaciones internacionales de los dual.
países miembros;
Esto concernía principalmente al problema
- la liberalización de las relaciones económi- de la transición del comercio interno de la
cas con otros países y la introducción de zona del C A E M , en monedas no convertibles,
a los precios del mercado mundial. A este
monedas convertibles.
respecto los países de Europa Oriental se enA nivel intergubernamental la cooperación contraban ante un dilema. Por una parte estade los países miembros se limitaría al inter- ban oficialmente a favor de la transición a un
cambio de información y a consultas mutuas sistema basado en monedas fuertes y precios
sobre cuestiones económicas. Las actividades del mercado mundial, mientras que por la otra
de previsión, análisis y estadísticas se llevarían se daban cuenta de que esto tendría consecuencias desastrosas para ellos a corto plazo,
a cabo también a nivel intergubernamental.
Los miembros de la comisión llegaron a un por la alteración de la relación de intercambio
23
amplio consenso en cuanto a las relaciones en favor de la Unión Soviética .
internacionales de la Organización y de sus
En la práctica resultó que la Unión Soviétipaíses miembros. La Organización estaría fa- ca no cumplió las reglas de la transición gracultada a concertar acuerdos internacionales, dual a los nuevos principios de intercambio y
lo que en la práctica exigiría una cierta coordi- cooperación. Por ejemplo, afinesde agosto la
nación de las políticas económicas exteriores U R S S , previas negociaciones con Polonia y
de los países miembros. Por otra parte, la per- con otros países, redujo los suministros de
tenencia a la Organización no debía limitar el petróleo previstos para 1991 de 13 millones a
La integración de las economías de la Unión Soviética y los países de Europa del Este después dei CAEM
cero toneladas, indicando que a este respecto
Polonia debía establecer una cooperación directa con las repúblicas y los productores. Desde el punto de vista de la futura cooperación
económica entre los países de Europa Central
y la Unión Soviética, este precedente es de
importancia, ya que significa que las repúblicas se han convertido ya en actores económicos en sus relaciones con los países extranjeros, y que no sólo han declarado su control
sobre los recursos naturales, sino que además
lo ejercen. Según cálculos de Kaser, Europa
Oriental tendría que pagar 10.000 millones de
dólares más por sus importaciones de energía
de fuentes distintas de la Unión Soviética24.
C o m o se indicó previamente, en Sofía se
llegó a un acuerdo sobre la necesidad de efectuar las compensaciones bancarias en m o n e das convertibles. También se decidió que este
proceso fuera gradual. Durante el período
transitorio, las compensaciones entre los países miembros, basadas en los acuerdos bilaterales de pagos, debían comprender las siguientes modalidades:
- compensaciones bilaterales en monedas convertibles;
- compensaciones bilaterales en rublos transferees;
- pagos en monedas nacionales;
- pagos en monedas convertibles.
sión de Alemania Oriental), en el marco de
una nueva organización llamada probablemente Organización de Cooperación Económica (OCE). Esta organización-marco tendrá
la oportunidad de llevar adelante el proceso de
reintegración de la región, mediante el establecimiento, por ejemplo, de una "Asociación
Centroeuropea de Libre Comercio" compuesta por Polonia, Hungría y Checoslovaquia y
una especie de "espacio económico soviético".
¿De la cooperación a la nueva
integración de Europa Oriental?
Suponiendo que en el decenio de los noventa
los antiguos miembros del C A E M establezcan
una nueva organización para los países de Europa Central y Oriental, ¿podría ser esta organización un primer paso hacia la nueva integración de esta región a largo plazo, y qué
formas y etapas conllevaría ese proceso?
El nuevo ámbito para la integración subregional de Europa Oriental en el período posterior al C A E M , a comienzos de los años 90,
podría presentar los siguientes rasgos característicos:
- Ante todo, está en marcha el proceso de
desintegración de la Unión Soviética, que se
sume en el caos al tiempo que aparecen estados rivales (repúblicas); lo que es igualmente
importante es que ahora el Gobierno soviétiEn la balanza de pagos de la Unión Soviético atribuye menos prioridad al valor estratéca con los países de Europa Oriental en 1989,
gico de Europa Oriental, lo que significa que:
del 80 al 85 % de las operaciones correspon"a) se ha reducido el interés soviético en
dieron a la segunda modalidad, del 10 al 15 %
obtener la adhesión de Europa Oriental ofrea la primera y el 0,1 % a la tercera25.
ciendo a cambio subsidios comerciales y b)
Con el nuevo sistema de cooperación ecoha aumentado el interés en obtener producnómica habrá que prever también la liberalitos manufacturados de alta calidad y tecnozación gradual de los flujos de capitales y
logías modernas" 26 .
m a n o de obra.
Debido al bajo nivel de desarrollo econó- - E n segundo lugar, el 3 de octubre de 1990
dejó de existir la República Democrática
mico de Cuba, Mongolia y Vietnam, los experAlemana, antiguo miembro del C A E M , al
tos gubernamentales acordaron básicamente
producirse la reunificación de Alemania.
que debería concederse a esos Estados cierto
trato preferencial. Sin embargo, posteriormen- - En tercer lugar, en los restantes miembros
te los miembros europeos trataron de excluir
europeos se producirá el colapso de toda la
de la organización futura, menos rígida, a los
estructura del comercio, al contraerse sus
países no europeos.
antiguos mercados de exportación sin esperanza de sustituirlos a corto plazo.
En resumen, podemos pensar que a partir
de 1992/93 se establecerá una cooperación - En cuarto lugar, todos los miembros euroeconómica ligeramente más flexible entre los
peos del extinto C A E M (incluida la Unión
que fueron miembros del C A E M (con excluSoviética)27 están ya transformando sus eco-
91
92
nomías en sistemas de mercado, y se ven
obligados a realizar sus transacciones comerciales mutuas en dólares a los precios del
mercado mundial. Sin embargo, aunque las
reformas van todas en el mismo sentido, no
todas se producen con la misma rapidez en
los diversos países. Así pues, durante una
parte del pendo de transición coexistirán
elementos del viejo y el nuevo sistema28.
- E n quinto lugar, a medida que avanzan hacia la instauración de economías de mercado, Europa Oriental y la Unión Soviética
recurrirán en alto grado a la financiación y
las inversiones occidentales, que estarán
condicionadas en cierta medida a la buena
disposición, por parte de los beneficiarios, a
dedicarse a la cooperación multilateral.
- En sexto lugar, es improbable que la C o m u nidad Europea vaya a admitir nuevos m i e m bros antes del año 2000, ya que en los años
90 estará ocupada primordialmente en su
propia integración económica y política. Entretanto, se ha ofrecido el estatuto de m i e m bro asociado a ciertos países de Europa
Oriental (p. ej., Hungría y Polonia).
Teniendo en cuenta estas circunstancias,
podríamos preguntarnos c ó m o se va a pasar
gradualmente de la fase de cooperación a la de
nueva integración de Europa Oriental, que O c cidente espera y apoyará financieramente29.
Las experiencias de Europa Occidental demuestran que la creación de un mercado internacional integrado, basado en los principios y
mecanismos de la economía de mercado, se
produce en dos etapas cualitativamente distintas.
La primera consiste en el desarrollo de relaciones económicas con el extranjero, basadas
en el sistema de mercado. En Europa Occidental esto se produjo entre los años 1948 y 1958,
cuando los países que iban a integrarse eliminaron gradualmente las restricciones cuantitativas e introdujeron las monedas convertibles.
La segunda etapa consiste en la eliminación paulatina de las aduanas y las restricciones no arancelarias que limitan el libre flujo de
mercancías, servicios y factores de producción. En Europa Occidental esta etapa ha durado, sin interrupción, m á s de 30 años, desde
que se creó la C E E en 1957.
La integración subregional de Europa
Oriental puede compararse con la situación
Ryszard Lawniczak
prevaleciente en Europa Occidental a finales
del decenio de los 40. Sin embargo, hay que
tener en cuenta que la introducción de instrumentos y mecanismos de mercado en las economías de Europa del Este acaba de comenzar.
Cabe preguntarse, pues, cuáles son los instrumentos que podrán contribuir (incluso acelerándolo) al proceso de integración que se registra en un m o m e n t o único en la historia,
cuando todo un grupo de países pasa de la
economía de planificación central al sistema
de mercado.
Limitaremos nuestro examen a dos instrumentos que, a nuestro juicio, son particularmente aptos para ayudar a los países de Europa Oriental a reorientar sus economías hacia
sistemas de mercado y, en consecuencia, al
proceso de nueva integración.
El primero es el concepto de una Unión
Centroeuropea de Pagos ( U C P ) , basada en la
Unión Europea de Pagos de los años 50, que
tan buenos resultados dio. Ello permitiría a las
economías de Checoslovaquia, Hungría, Polonia y quizás también la U R S S 3 0 pasar del bilatéralisme a la convertibilidad, lo que induciría
a los países de Europa Central y Oriental a
seguir comerciando principalmente entre
ellos.
El segundo es el concepto de la zona de
libre comercio, tal y c o m o prevé el Artículo
X X I V del G A T T . A nuestro juicio, una zona
de libre comercio sería mucho m á s útil que
una unión aduanera para la liberalización del
comercio entre los países de Europa Central y
Oriental, que es el paso esencial hacia cualquier forma de integración económica regional
de economías de mercado.
Los críticos de la idea de una Unión Centroeuropea de Pagos plantean el problema de
su ampliación a la U R S S 3 1 , lo que complicaría
la situación general. Teniendo en cuenta los
últimos acontecimientos en la Unión Soviética, donde las repúblicas han adquirido la autonomía en sus relaciones económicas exteriores, cabe preguntarse si algunas repúblicas
(como por ejemplo Rusia) no podrían incluirse
en este sistema, que no ha de abarcar necesariamente a toda la Unión.
La preferencia del autor por una zona de
libre comercio se basa en las conclusiones de
sus estudios, según las cuales esta fórmula permite vincular a países de m u y distintos potenciales económicos y niveles de desarrollo, e
La integración de las economías de la Unión Soviética y los países de Europa del Este después del CAEM
incluso de sistemas políticos bastante diferenciados, en un m i s m o grupo integrador. La experiencia adquirida hasta ahora en el funcionamiento de diferentes zonas comerciales32,
nos lleva a concluir que las instituciones y las
reglas y principios concretos de la constitución
de una zona de este tipo dificultan en particular la promoción de los intereses de un país
más fuerte desde el punto de vista político o
económico, en detrimento de los demás m i e m bros.
Para evitar cualquier confusión con respecto a la idea de un futuro mercado único de los
países del extinto C A E M , en forma de una
zona de libre comercio, conviene recalcar aquí
en qué consiste la tesis del autor: la zona de
libre comercio de los países de Europa Central
y Oriental tendrá más probabilidades de establecerse en forma no de entidad jurídica multilateral (como la A E L C , por ejemplo), sino de
una realidad económica, mediante la constitución gradual de una red de zonas de libre
comercio bilaterales distintas (y posiblemente
también multilaterales de menor tamaño) 33 .
Este concepto no es desde luego nuevo, ya
que la zona de libre comercio de Europa Occidental, y después de 1992 el Espacio Económico de Europa Occidental (compuesto por la
A E L C , y los distintos acuerdos comerciales de
sus miembros con la C E E ) existirán también
c o m o una red de zonas de libre comercio.
Podemos coincidir con lo afirmado por Antola, según el cual en Europa Occidental, "el
persistente objetivo de un mercado único se
alcanzó también, por lo menos parcialmente,
en forma de una zona de libre comercio"34.
Suponiendo que la reintegración de Europa
Central y Oriental se lleve a cabo gradualmente y a un plazo largo de 20 a 30 años, podríam o s adoptar c o m o hipótesis las siguientes fases y direcciones del proceso:
U n a elevada proporción de las hipótesis
adoptadas con respecto al futuro del C A E M
(que existía aún formalmente a finales de
1990) quedaron rápidamente obsoletas. La velocidad de la evolución política y económica
en los países de Europa Oriental, la Unión
Soviética y el m u n d o en general fue más lejos
que la imaginación de los expertos. Además,
hasta la fecha no hay ningún texto que pueda
servir de guía para el paso de la integración
regional centralmente planificada a la economía de mercado. La hipótesis o "esquema"
que presentamos aquí se basa en una evaluación de la situación prevaleciente en Europa
Oriental a mediados de 1991, y en diversos
elementos de las previsiones de expertos orientales y occidentales35. A la larga, la transición
de la fase posterior al C A E M , de la cooperación a la nueva integración, podría producirse
con arreglo a las siguientes etapas:
1.a etapa: Organización de Cooperación
Económica y, dentro de este amplio marco,
Unión Centroeuropea de Pagos.
2.a etapa: Zona de libre comercio de Europa Central y Espacio Económico C o m ú n Soviético.
3." etapa: Espacio económico paneuropeo
(Commonwealth transeuropea).
D e inmediato se plantea la cuestión de los
"plazos" de este proceso. A nuestro juicio es
difícil fijar horizontes temporales para esas
diversas etapas, ya que el establecimiento de
vínculos de integración a nivel transeuropeo
procederá paralelamente en varias esferas.
Así pues, la creación prevista de la O C E ,
c o m o organización-marco del tipo de la
O C D E , no solo será una empresa de carácter
competitivo en comparación con lo que habría
sido una unión aduanera, sino que además
debería ejercer una influencia positiva en las
posibilidades de realización de este proyecto
C A E M - Integración centralmente
planificada
Desintegración del C A E M
Cooperación de las economías
orientadas al mercado de Europa
Central y Oriental
Nueva integración de las
economías orientadas al mercado
de Europa Central y Oriental
93
Ryszard Lawniczak
94
precisamente en el período de transición, y
constituir un importante primer paso hacia
la introducción de un nuevo sistema de pagos para conseguir una integración subregional algo m á s efectiva de Europa Central y
Oriental.
La liberalización comercial c o m o objetivo
a largo plazo debería llevarse a la práctica
mediante una red de acuerdos comerciales
preferenciales entre los países de Europa del
Este, principalmente en forma de zonas bilaterales de libre comercio, por ejemplo entre Polonia y Checoslovaquia, Checoslovaquia y
Hungría, Polonia y Lituânia o Polonia y R u sia, y una zona trilateral de libre comercio,
compuesta por ejemplo por Polonia, Checoslovaquia y Hungría e incluso una zona multilateral, que comprendería algunas de las repúblicas soviéticas ya independientes. La zona de
libre comercio, c o m o forma de integración
prevista en el Art. X X I V del G A T T , debería
consistir simplemente en un mecanismo para
liberalizar el comercio interno de Europa del
Este a la velocidad o en el sentido que fueran
aceptables para todos los Estados miembros
de la O C E . Estas medidas de liberalización
deberían ir acompañadas de los dispositivos
pertinentes para revitalizar la cooperación industrial sobre la base de los nuevos principios
de mercado.
La posición y el papel de la Unión Soviética en el proceso, probablemente lento, de integración de los países que fueron miembros del
C A E M , serán necesariamente distintos en
todo punto a lo que fueron anteriormente.
Hay muchos indicios de que las repúblicas
interesadas participarán a título individual en
el proceso de integración de Europa del Este36.
La nueva integración de Europa del Este
no se producirá por separado, sino paralelamente al proceso de integración económica y
política de Europa Occidental. En los países de
la C E E y la A E L C , así como en los Estados
Unidos, se habla ya de lo que Brzezinski llama
"la commonwealth transeuropea, centrada en
la Comunidad Europea pero comprendiendo
también Europa del Este, y abierta a una eventual asociación con la Unión Soviética"37. El
problema radica en el conflicto entre las expectativas de los países de Europa del Este (de
admisión plena en la C E E entre 1991 y 1995)
y la realidad. La realidad es que la Comunidad
prefiere claramente esperar hasta que haya
concluido la transformación de las economías
de Europa del Este, para ofrecer el ingreso de
pleno derecho a estos países. Asimismo, se
prevé que las economías de Europa Oriental
necesitarán aún durante m u c h o tiempo el comercio mutuo para abastecerse de las piezas y
componentes de sus maquinarias, adquiridas
en los países del Este. Los jefes de Estado de
la C E E , en su reunión de Dublin (28 de abril
de 1990), confirmaron la oferta de acuerdos de
asociación, pero rechazaron un ingreso a breve
plazo. Estamos plenamente de acuerdo con el
comentarista del East-West Fortnightly Bulletin, según el cual: "Los acuerdos de asociación
desprovistos de preferencias harán que, si bien
el comercio y la interpenetración económica
entre la C E E y Europa Central y Oriental aumentarán considerablemente, la mayor parte
del comercio (por lo menos durante los años
90 en Europa Oriental), se efectúe entre los
países de esta región"38.
En conclusión, es de esperar que el Espacio
Económico Paneuropeo tenga posibilidades de
hacerse realidad en un plazo de 15 a 20 años,
c o m o una red de zonas bilaterales de libre
comercio (acuerdos de asociación) entre:
- la C E E en general y los diversos países de
Europa Oriental, incluidas algunas repúblicas soviéticas independientes, que entretanto establecerán una zona subregional de libre
comercio a más alto nivel entre ellas;
- los países miembros de la A E L C (si es que
esta asociación todavía existe) y la C E E , m á s
los países de Europa del Este.
Conclusiones
1. El "viejo" C A E M , compuesto de economías de planificación central, se ha disuelto
después de 40 años de existencia. Su entierro
no significa, no obstante, que el proceso de
integración subregional de Europa Central y
Oriental (con inclusión de la Unión Soviética)
se haya detenido para siempre, aunque todavía no se ha decidido nada acerca de la organización que haya de suceder al C A E M .
2. Después del período de celebración eufórica de la liberación política, las realidades
económicas impondrán, lenta pero gradualmente, diversas formas de colaboración económica entre los países que fueron miembros
del C A E M , del m o d o siguiente:
La integración de las economias de la Unión Soviética y los países de Europa del Este después del CAEM
El fracaso de la lenlaüva de golpe de estado en la U R S S , en agosto de 1991: resistencia ante el Parlamento ruso en
Moscú. •\ Nogucs/Sygma
1.a etapa: Establecimiento de una Organización de Cooperación Económica c o m o sucesora legal del C A E M (1992/93), e intentos de
establecer una Unión Centroeuropea de Pagos inspirada en la Unión Europea de Pagos,
que tantos éxitos cosechó en los años 50
(después de 1992);
- 2.a etapa: Constitución de un área centroeuropea de libre comercio en forma de una
red de zonas bilaterales (y después de un
tiempo también multilaterales) de libre comercio entre los países de la región, paralelamente a la creación de un Espacio Económico C o m ú n Soviético (1993-2000);
3.a etapa: Creación de un Espacio Económico Paneuropeo consistente en tres niveles
distintos de agrupaciones de integración subregional ( C E E , A E L C y el " C A E M renovado"), vinculados entre sí por una red de
acuerdos bilaterales de asociación entre diversos países de Europa Oriental y la C E E ,
zonas de libre comercio entre diversos países
de Europa Oriental y la A E L C , y el Espacio
Económico Soviético (después del año
2000). N o supone una contradicción crear
un mercado único de Europa Oriental y permitir que los países, a título individual, concierten diferentes acuerdos con la C E E y la
AELC.
3. Este lento proceso de desintegración, seguido por la cooperación y la nueva integración de las economías de Europa Central y
Oriental, estará condicionado por:
- el considerable grado de integración ya existente entre las economías de los países interesados;
- las correlaciones entre sus estructuras políticas;
- la disparidad de sus respectivos tamaños y
niveles de desarrollo económico;
- los intereses económicos y políticos de los
interlocutores occidentales, en particular la
CEE.
95
96
Rvszard Lawniczak
4. Las realidades económicas y políticas
que podrían influir en esta probable evolución
del proceso de nueva integración de los países
de la región son las siguientes:
ceso a la totalidad de los mercados de Europa Central y la Unión Soviética y no solamente a los mercados locales;
- el hecho de que, a medida que avanza hacia
la economía de mercado libre, Europa
Oriental tendrá que recurrir en gran medida
- el alto grado de dependencia estructural ena lafinanciacióny las inversiones occidentatre las economías de los países miembros del
les, que al parecer estarán sujetas a ciertas
extinto C A E M , que explica el que la reoriencondiciones, la principal de las cuales será
tación del comercio de Europa Oriental haya
que los receptores establezcan una organizade ser un proceso largo, y que durante m u ción conjunta para administrar los recursos
cho tiempo las economías de Europa Orienproporcionados y crear un gran mercado
tal necesiten del comercio mutuo para abasúnico del Este con objeto de atraer a los
tecerse de las piezas de recambio y compoinversores extranjeros.
nentes de la maquinaria comprada a otros
países de Europa Oriental y a la Unión Soviética;
5. El papel de la Unión Soviética en esta
- las esperanzas poco realistas de ingresar ple- nueva situación será completamente distinto
namente en la C E E en los años 90, cuando la del que desempeñó en el difunto C A E M . A
Comunidad confirmó, en la reunión de D u - medida que las repúblicas adquieren control
blin de abril de 1990, la oferta de acuerdos sobre sus recursos, y los Estados bálticos se
de asociación, rechazando no obstante la po- independizan plenamente, otra comunidad de
sibilidad de una pronta adhesión. Esto con- mercado único, que podríamos llamar "Unión
firma ulteriormente el hecho de que la m a - de Repúblicas Soberanas de Europa y Asia",
yor parte del comercio (por lo menos duran- paralela a la C E E , la A E L C y la zona de libre
te los años 90) de Europa Oriental se efec- comercio de Europa Oriental, pasará a constituará entre los propios países de esta subre- tuir uno de los elementos del proceso de integración paneuropea. Las repúblicas indepengión;
- los intereses de los inversores occidentales, dientes - y no un gobierno en M o s c ú - particique estarían sin duda m á s deseosos de intro- parán en la red de acuerdos bilaterales de libre
ducirse en Polonia o en Hungría si supieran comercio con los países de Europa Central y
que, mediante esas inversiones, ganaran ac- Occidental.
Traducido del inglés
Notas
1. Polkowski, 1990.
2. J. Hardt, "Can a European
regional market assist economies
in transition?". Transition 3,
1991; véase también The Central
and East Economies in the 1990's:
Prospects and Constraints, O T A N ,
Bruselas 1990, págs. 151-211.
3. Van Brabant, 1990, págs.
251-274.
4. Schrenk. 1990.
5. Najlepszy, Karpinski, 1987,
pág. 187.
6. Schrenck, 1990, pág. 4.
7. Ejemplos del descenso del
comercio entre los países de
Europa Oriental: las
importaciones checoslovacas de la
U R S S disminuyeron del 8 % en
1989, y en un 2 0 % en enero de
1990. Las exportaciones a la
U R S S se redujeron en un 8 % en
1989 y en un 17 % en enero de
La integración de las economías de la Unión Soviética y los países de Europa del Este después del CAEM
1990. El comercio de
Checoslovaquia con Alemania
Oriental sufrió un descenso del
40 %, tanto en las exportaciones
c o m o en las importaciones, a
comienzos de 1990. Las
importaciones procedentes de
Polonia disminuyeron en un
20 %, mientras que las
exportaciones a este país se
redujeron en un 65 %. Las
importaciones procedentes de
Hungría descendieron un 1 0 % en
enero de 1990, mientras que las
exportaciones a este destino
disminuían en un 40 %. Durante
el primer trimestre de 1989 las
importaciones soviéticas
procedentes de Europa Oriental se
redujeron en un 11 °/o. en tanto
que durante el período
comprendido entre enero y marzo
de 1990 las exportaciones
soviéticas a la zona del C A E M
disminuyeron del 9,7 %.
(East-lVest Fortnightly Bulletin,
19 de m a y o de 1990).
8. Véase Trybuna Ludu, 21 de
febrero de 1988.
9. Polkowski, 1990, pág. 1.
10. Schrenk. 1990, pág. 11.
11. Sobell, 1990. pág. 6.
12. Izvestia, 8 de julio de 1989.
13. Sobell, 1990. pág. 2 .
14. Brzezinski. 1990.
15. Brzezinski, 1990.
16. " T h e financing of Eastern
Europe". Europe n.° 293/1990,
pág. 16.
17. Sloleru. 1990.
18. Stoleru, 1990.
19. The Economist, II de agosto
de 1990, pág. 23.
20. Nötzold, 1989, págs. 46-47.
21. Gazeta Wyborcza, 18 de
septiembre de 1990.
22. Ekonomiczeskije Nauki,
n.°6/1990.
23. Rzeczpospolita, 15-16 de
septiembre de 1990.
24. Véase The Guardian, 9 de
enero de 1990.
25. Shnyrkov, 1990.
26. Marrese, 1989, pág. 28.
27. A finales de septiembre de
1990 el Presidente Gorbachov
aceptó en principio el llamado
"Plan de 500 Días" para la
introducción de una economía de
mercado, preparado por una
comisión dirigida por S. Shatalin.
28. Szortyka, 1989, pág. 24.
29. U nfinancierooccidental,
comentando el papel del Banco
Europeo de Reconstrucción y
Fomento, llegó a la conclusión de
que: "...el Banco tratará con cada
país a medida que éste se
transforme políticamente. Es de
esperar que el Banco pueda
alentar a los gobiernos a que
entablen conversaciones entre
ellos con miras a la creación de
un Mercado C o m ú n de Europa
Oriental", Europe, n.° 293/1990,
pág. 16.
97
30. La propuesta de establecer
una unión aduanera, formulada a
comienzos de 1990 por la
Comisión Económica para
Europa, indica c o m o miembros
posibles a Alemania Oriental.
Polonia, Checoslovaquia y
Hungría, pero no a la Unión
Soviética. Véase Economie Survey
of Europe in 1989-1990. Nueva
York, Naciones Unidas. 1990.
págs. 147-150.
31. Matejka. 1990.
32. Lawniczak. 1974.
33. La idea del "bilateralismo
reformado", que consistiría, en
principio, en un marco transitorio
para la integración de Europa
Central en un régimen de libre
comercio, y para el comercio
entre cada uno de los cinco países
y la U R S S , se encuentra también
en el análisis de Schrenk sobre el
futuro del C A E M (Schrenk. 1990.
pág. 25).
34. Antola, 1988. pág. 9.
35. Schrenk. 1990; Notzold.
1989; Stanovsky. 1989;
Brzezinski, 1990; Machowski.
1987; Marrese, 1989; Shnyrkov.
1990; V a n Brabant. 1980;
Syczow, 1990; Csaba, 1990;
Lawniczak. 1988.
36. Véase, Rzeczpospolita, 15-16
septiembre, 1990.
37. Brzezinski. 1990.
38. East-West Fortnightly
Bulletin, 10 de m a y o de 1990.
n.o 479-480, pág. 6.
98
Ryszard Lawniczak
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La integración europea
vista desde los Estados Unidos
John van Oudenaren
A medida que nos aproximamos a 1992, los haustivas han demostrado que al comienzo del
Estados Unidos contemplan el progreso de la período de postguerra los dirigentes estadouniintegración económica y política de Europa denses esperaban que el Plan Marshall ayudacon una mezcla de sentimientos favorables y ría a Europa a enderezarse -restableciendo el
de temor. Históricamente, los Estados Unidos equilibrio de la balanza de pagos y la competihan sido decididos partidarios de la unidad tividad económica-, tras de lo cual asumiría el
europea. En los años 40 ofrecieron la ayuda lugar que le habían asignado los Estados Unidel Plan Marshall a condición de que los euro- dos y el Reino Unido en el sistema de Bretton
peos colaborasen entre sí en las tareas de re- W o o d s . N o obstante, lo que ocurrió en realiconstrucción de la postguerra. E n los años 50, dad fue que, a medida que se recuperaba ecoapoyaron la financiación
nómicamente, Europa Ocde la Comunidad Europea
cidental creó una serie de
John van Oudenaren, director de indel Carbón y del Acero
instituciones - e n particuvestigación en la división de política
internacional de la R A N D Corpora( C E C A ) y de la Comunilar la C E C A y la Unión
tion, es especialista de la Europa Occidad Económica Europea, y
Europea de Pagos- que los
dental y de la política exterior soviétiapremiaron al Reino UniEstados Unidos no habían
ca. También ha sido miembro del Grudo a que modificase su acprevisto en 1945 y que en
po de Planificación de Políticas del
Departamento de Estado Americano.
titud reticente hacia una
ciertos aspectos se apartaEs autor de diversos artículos y m o n o integración m á s estrecha
ban de los principios de la
grafías sobre cuestiones soviéticas y eucon el continente. El Presieconomía liberal enunciaropeas. Su última obra: Detente in Europe: The Soviel Union and the M'est
dente John F. Kennedy
dos en Bretton W o o d s ' .
S i net 1953(1991).
hizo un llamamiento en faLos Estados Unidos apovor de una nueva asociayaron estas instituciones
ción atlántica basada en un
de creación europea, entre
fuerte "pilar" europeo.
otras cosas porque pareHoy en día estos senticían útiles en la guerra fría
mientos favorables a la unidad persisten, ya contra la Unión Soviética, pero considerándoque los administradores estadounidenses las claramente c o m o un mal menor que contecreen que una Europa m á s fuerte y unida es nía las semillas de futuros conflictos comercianecesaria para hacer frente a los desafíos del les y económicos entre las dos orillas del
m u n d o posterior a la guerra fría.
Atlántico.
Sin embargo, al propio tiempo los norteamericanos miran con cierta ambivalencia el
proceso de unidad europea, sobre todo cuando
ha tomado rumbos imprevistos y no deseados
(por los Estados Unidos), y ha dado lugar a la
disminución de la influencia americana en Europa Occidental. Investigaciones históricas exR I C S 131/Marzo 1992
H o y en día, los dirigentes norteamericanos
esperan que una Europa m á s fuerte y unida
tome la iniciativa en la ayuda a las nuevas
democracias de Europa Central y Oriental
para que éstas consigan una estabilidad económica y política, inserte a la Alemania reunificada en un marco más amplio que impida una
100
"renacionalización" potencialmente peligrosa
de la política de seguridad alemana, y contribuya a resolver los temibles problemas económicos, políticos y de seguridad del Tercer
M u n d o . Mientras que, oficialmente, los Estados Unidos de América dicen confiar en la
capacidad de Europa para llevar a cabo estas
tareas, entre bastidores subsisten las dudas
acerca de la voluntad y la capacidad de Europa
de alcanzar algunos de estos objetivos, y de la
compatibilidad esencial entre los objetivos estadounidenses y los europeos.
Además, como es natural, existen muchas
ambigüedades geográficas e institucionales inherentes al término mismo de "Europa". Es
evidente que la Comunidad Europea (CE) se
ha impuesto c o m o la institución política y económica europea predominante. Las cosas no
estaban así cuando la Comunidad y la Asociación Europea de Libre Cambio (capitaneada
por el Reino Unido, cuya importancia económica relativa en los años 50 y 60 era mucho
mayor que la de hoy), recibían m á s o menos
parecida consideración y cuando el desafío del
Pacto de Varsóvia garantizaba la importancia
de la O T A N . Y sin embargo, quedan muchas
cuestiones por resolver, si no acerca del predominio de la C E E entre las instituciones europeas, sí respecto de sus relaciones con la
O T A N y con la Unión de Europa Occidental
( U E O ) , su composición definitiva y la distribución de los poderes entre la Comisión, el
Consejo y el Parlamento. El m o d o en que se
resuelvan estas cuestiones tendrá importantes
consecuencias para los Estados Unidos y para
las relaciones transatlánticas.
La dimensión económica
Es un hecho casi universalmente reconocido
en los Estados Unidos que una Europa económicamente activa beneficia a la economía estadounidense. E n años recientes, las exportaciones han representado una elevada proporción del crecimiento económico de los
E E . U U . , al flaquear la demanda interna. E n
1990, los Estados Unidos exportaron mercancías a Europa Occidental por un valor de
109.200 millones de dólares, m á s del doble del
total exportado al Japón2. Tras un período de
numerosos déficits causados por la inflación
del dólar y el lento crecimiento en Europa, la
John van Oudenaren
balanza comercial de los Estados Unidos con
Europa Occidental arroja de nuevo un excedente, y contribuye a compensar los cuantiosos y persistentes déficits con Japón, China y
la O P E P . La economía de los E E . U U . se ha
beneficiado además de una considerable
afluencia de inversiones de empresas de Europa Occidental, la cual sigue siendo al mismo
tiempo un imán para las inversiones directas
estadounidenses.
E n la medida en que la integración acelera
el crecimiento económico en Europa y expansiona los mercados de exportación y las oportunidades de inversión, los Estados Unidos se
benefician claramente de ella. Es m á s , el auge
creado en Europa por la marcha hacia 1992, y
su continuación, sobre todo en Alemania, y
por las revoluciones de Europa Oriental en
1989, constituyó uno de los pocos factores que
ayudaron a los Estados Unidos a retrasar la
recesión post-reaganiana hasta mediados de
1990. El Acta Única Europea, que se adoptó
oficialmente en 1987 y que fue vista c o m o una
respuesta audaz y creadora a la "euroesclerosis" de comienzos de los años 80, cogió por
sorpresa a los gobernantes estadounidenses y
al sector privado. Algunos aristas (comentaristas) norteamericanos atribuyeron parte del
mérito de los cambios que se estaban produciendo en Europa a las repercusiones e importancia que tuvieron el mercado libre y la desreglamentación en los Estados Unidos de R o nald Reagan y en el Reino Unido de la Sra.
Thatcher3.
Al propio tiempo, no obstante, se registran
tensiones repetidas en las relaciones económicas entre los Estados Unidos y la C E E , que
podrían m u y bien empeorar en los próximos
años. Los Estados Unidos y Europa Occidental son económicamente interdependientes,
pero también compiten en muchos sectores.
Además, la propia naturaleza de la competencia económica internacional está cambiando,
lo que hace que los litigios sean m á s difíciles
de zanjar y los juicios acerca de lo que se
entiende por "libre" comercio o comportamiento "leal" sean cada vez m á s problemáticos.
El sector m á s conflictivo en las relaciones
económicas entre los Estados Unidos y la C E E
es, naturalmente, la agricultura. Los Estados
Unidos, junto con los 14 miembros del grupo
de Cairns, atribuyeron directamente la respon-
La integración europea vista desde los Estados Unidos
101
Actualmente, los Estados Unidos temen el poder económico de la C E E . Pero contribuyeron a la reconstrucción de
Europa, durante los años cuarenta y cincuenta, con el Plan Marshall: la acogida de una locomotora americana en
Marsella, en 1950. Kc>sionc
sabilidad de la suspensión de las negociaciones
del G A T T en diciembre de 1990 a la C E E , y a
su resistencia a limitar las subvenciones agrícolas, reducir o eliminar las subvenciones a la
exportación que tienen efectos de distorsión
del comercio, y ampliar el acceso a sus mercados. Los gobernantes estadounidenses, ampliamente respaldados por la prensa y la opinión
pública, estaban especialmente disgustados
por la actitud de Alemania, cuya reunificación
contó con el decidido apoyo de los Estados
Unidos, pero a la que se veía deseosa de obtener acceso para sus exportaciones industriales
sin estar dispuesta, por otra parte, a contraer
compromisos, incluso modestos, sobre cuestiones del m á x i m o interés para los países n o
pertenecientes a la C E E 4 . La C E E , respaldada
por Japón y por la República de Corea, criticó
la posición negociadora de los Estados Unidos
por considerarla políticamente poco realista y
se quejó de lo que veía c o m o esfuerzos estadounidenses para "aislar" a la Comunidad y
desacreditar sus políticas a los ojos del m u n d o .
Otro importante problema comercial se ha
planteado en torno a la industria Airbus y los
intentos aparentes de cuatro países europeos
(Reino Unido, Alemania, Francia y España),
respaldados por la Comisión de la C E E , de
emplear las subvenciones estatales para adquirir una fuerte participación en el mercado
mundial de aeronaves comerciales, tradicionalmente dominado por los Estados Unidos.
Los europeos afirmaron que los fabricantes
norteamericanos recibían subvenciones indirectas a través de contratos militares, acusación que los negociadores estadounidenses rechazaron por entender que no estaba corroborada por datos. D e nuevo la actitud alemana
suscitó críticas en los Estados Unidos, que
entienden que las garantías cambiarias concedidas a la Empresa Daimler-Benz constituían
una infracción particularmente escandalosa de
las reglas del comercio internacional. A comienzos de 1991, la Comisión de la C E hizo
algunas gestiones para resolver el litigio, ofreciéndose a reducir la ayuda estatal a los nuevos programas aeronáuticos del 70 al 45 % de
los costos de desarrollo, pero los Estados Uni-
102
dos dijeron que rechazarían la oferta y mantuvieron su amenaza de presentar una reclamación en el G A T T 5 .
H a y otros muchos problemas comerciales
en estado latente que podrían aflorar a la superficie, sobre todo si no se resuelven las cuestiones m á s importantes. En su informe de
1990 sobre las barreras al comercio exterior, la
Oficina del Representante Comercial Especial
de los Estados Unidos dedicaba 11 páginas a
las prácticas de la Comunidad. A d e m á s de la
agricultura y la aeronáutica, la Oficina del Representante Especial criticaba las subvenciones al carbón europeo, las barreras a los productos extranjeros de telecomunicaciones en
muchos países, la controvertida directiva comunitaria sobre la radiodifusión, y otras políticas y prácticas que, a su juicio, eran discriminatorias. Europa, desde luego, tiene su propia
serie de quejas contra los Estados Unidos, entre las quefiguranlas acusaciones, formuladas
sobre todo en Francia, de que el dólar está a
un nivel "artificialmente" bajo, y que perjudica a la industria europea.
Claro está que no todas las tendencias de
las relaciones económicas entre los Estados
Unidos y la C E E son desfavorables, y no es
cierto en m o d o alguno que un fortalecimiento
de la autoridad de la C E E vaya a tener consecuencias sólo negativas para los Estados Unidos. C o m o se ha indicado antes, las exportaciones estadounidenses a la Comunidad han
ido en aumento, y las espectaculares disputas
en algunos sectores deben contrastarse con un
intercambio constante y regular de productos
y capitales en ambos sentidos. Desde el punto
de vista de los Estados Unidos, la Comisión de
la C E E ha conseguido buenos resultados en su
intento de desalentar las subvenciones oficiales a las industrias nacionales, muchas de ellas
propiedad del Estado. El propósito de la C o misión es impedir que estas subvenciones se
utilicen para frustar la creación de un mercado
europeo único, pero las empresas estadounidenses se benefician también de estas medidas. La privatización de las industrias de propiedad estatal y la liberalización de las normas
de la competencia son un proceso en marcha
en Europa, lo que beneficia a los Estados Unidos. Es más, empresas del Reino Unido afirm a n ahora que el mercado británico de las
telecomunicaciones está más abierto a la c o m petencia internacional que el mercado esta-
John van Oudenaren
dounidense. Empresas de Europa y de los Estados Unidos se están asociando para hacer
frente a la competencia del Japón, con la discreta incitación de la C E E . I B M y Siemens
están colaborando en actividades de microelectrónica, mientras que empresas europeas
c o m o Philips y T h o m s o n participan intensamente, por conducto de susfilialesnorteamericanas, en los programas de investigación sobre la televisión de alta definición en los
Estados Unidos.
Y sin embargo, hay muchas razones para
creer que los próximos años presenciarán un
aumento de las tensiones económicas y la rivalidad entre las dos orillas del Atlántico. Hasta
cierto punto, las quejas estadounidenses sobre
prácticas de la C E E y las correspondientes reclamaciones europeas acerca de prácticas estadounidenses, pueden considerarse problemas
sectoriales individuales que se prestan m u y
bien a la negociación y la avenencia. Pero
estos conflictos deben verse también c o m o elementos de un conjunto más amplio, manifestaciones de una serie de problemas m á s profundos y extendidos, que podrían ser difíciles
de resolver.
U n a fuente de dificultades son las diferentes interpretaciones, en los Estados Unidos y
en Europa, sobre los cambios políticos de los
últimos años, entre ellos la reunificación de
Alemania, el colapso del comunismo en Europa Oriental y el final de la guerra fría, así
c o m o los espectaculares avances hacia la unidad en la propia Europa Occidental. Estos
acontecimientos dieron lugar - y no es sorprendente- a una ola de "euroforia" en Europa
Occidental y a un cambio simultáneo en las
actitudes europeas hacia los Estados Unidos.
Después, esta ola de entusiasmo se ha mitigado algo con la crisis del Golfo, el empeoramiento de la crisis económica en el Este y el
menor crecimiento económico en la C E E , pero
es evidente que todavía subsiste un residuo de
"euroforia".
Dadas las nuevas realidades políticas, los
dirigentes políticos europeos han adoptado
una actitud más firme en sus tratos con los que
muchos consideran unos Estados Unidos en
decadencia y cada vez menos importantes. El
ministro italiano de Asuntos Exteriores. Sr. D e
Michelis, predijo audazmente ante un público
estadounidense que las tasas europeas de crecimiento económico duplicarían las de los Es-
La integración europea vista desde los Estados Unidos
103
tados Unidos en los años venideros6. Hacién- los actores de orientación "nacional", c o m o
dose eco de análisis autocríticos en los Estados pudo verse en las conversaciones del G A T T .
Unidos, muchas publicaciones europeas han Así c o m o elfinalde la guerra fría hizo que los
destacado cuestiones tales c o m o las drogas, las europeos estuvieran más dispuestos a desafiar
carencias en materia de vivienda, el endeuda- a los Estados Unidos, los estadounidenses viemiento y otros importantes problemas inter- ron una menor necesidad de armonizar sus
nos de los E E . U U . H a habido tensiones entre posiciones con las de los aliados de la O T A N .
funcionarios de los E E . U U . y Jacques Attali, C o m o observó un comentarista estadounidenel director francés del nuevo Banco Europeo se, unos Estados Unidos más agresivos hacían
de Reconstrucción y Fomento, del que se sos- frente a un m u n d o m á s agresivo también, lo
pechaba que quería limitar fuertemente el pa- que suponía una "perfecta receta para la con9
pel de los Estados Unidos en la reconstrucción frontación" .
de Europa Oriental.
La situación creada en 1990 es probable
La seguridad de los europeos en sí mismos que dure, y podría verse incluso exacerbada
redundó inevitablemente en un comporta- por el final de la crisis del Golfo, que tal vez
miento particular en las relaciones oficiales y prolongó artificialmente algunas característien los foros de negociación c o m o el G A T T . cas de la guerra fría. Los futuros negociadores
Varios funcionarios europeos y de la C E E afir- estadounidenses pueden resultar algo menos
maron que no era preciso que Europa "dobla- bruscos y contundentes que Carla Hills y Clayra la rodilla" ante los Estados Unidos en cues- ton Yeutter, pero es probable que se dediquen
tiones económicas, que la "principal potencia con igual fervor a la defensa de los intereses
comercial" del m u n d o no estaría dispuesta a económicos estadounidenses, sin que las inclirecibir lecciones de la "segunda potencia", etc. naciones internacionalistas de personas tales
Estas y otras manifestaciones indujeron a un c o m o George Shultz, Cyrus Vance o Alexanalto funcionario de la administración estado- der Haig sean para ellos un estorbo.
unidense a observar que la conducta de los
C o m o ocurre con otras muchas cuestiones,
europeos nos parece arrogante e irritante7.
Alemania será la principal perjudicada por el
Sin embargo, c o m o se deduce también de cambio en la posición de los E E . U U . Mientras
la interrupción de las negociaciones en el que en el pasado (por ejemplo en los años 60)
G A T T , la nueva actitud de firmeza europea hubo ocasiones en que los Estados Unidos
tropezó con una mayor intransigencia por par- trataron de ejercer presión sobre Alemania
te de los Estados Unidos. E n la guerra fría Occidental vinculando cuestiones económicas
hubo muchos casos en que los actores "inter- a cuestiones de seguridad, la mayor parte de
nacionalistas" del Gobierno estadounidense las administraciones estadounidenses intuye-los Departamentos de Estado y de Defensa, ron que el apoyo alemán a las cuestiones relael Consejo Nacional de Seguridad y poderosos cionadas con la O T A N era demasiado imporcongresistas y senadores de comités de relacio- tante para ponerlo en entredicho con disputas
nes exteriores y defensa- contribuyeron a frus- sobre cuestiones económicas que parecían setrar o a modificar intentos de los actores "na- cundarias. Sucesivos gobiernos alemanes incicionales" -los departamentos de Agricultura, taron a los Estados Unidos a seguir aplicando
Comercio y Trabajo, y sus homólogos en el ese criterio, aduciendo que el mantenimiento
Congreso- de tomar represalias contra Europa de la estabilidad interna era una contribución
por lo que consideraban infracciones comer- capital a la Alianza Atlántica y afirmando, por
ciales, o exportar problemas económicos esta- ejemplo, que la subvenciones federales para
dounidenses mediante una acción unilateral Berlín occidental deberían tenerse en cuenta
contra Europa y otros asociados comerciales. en las conversaciones sobre el reparto de gasLos "internacionalistas" no siempre tuvieron tos de la Alianza. H o y en día Washington no
éxito, pero "los objetivos económicos exterio- ve a Alemania c o m o un Estado fronterizo en
res se subordinaban a m e n u d o a los intereses la guerra fría con la Unión Soviética y estos
de la seguridad, para no disgustar a los alia- argumentos no le parecen probablemente m u y
dos" 8 . Sin embargo, a medida que se desvane- convincentes.
cía la amenaza soviética, el equilibrio del poAdemás de los problemas económicos que
der en Washington pareció desplazarse hacia planteará sin duda alguna el nuevo orden poli-
104
tico internacional multipolar, los Estados Unidos y Europa Occidental, junto con otros Estados y bloques comerciales, harán frente a
nuevos problemas resultantes de la naturaleza
cambiante de la competencia económica y el
conflicto entre la adhesión a los principios del
libre comercio y la persecución de objetivos no
económicos tales c o m o la seguridad nacional,
la protección ambiental, la autonomía cultural
y en el caso de Europa, la creación de una
"identidad" europea.
Es un hecho generalmente reconocido que,
a medida que se reducen los aranceles en las
sucesivas rondas de negociaciones comerciales, las acciones del gobierno que influyen en
el entorno competitivo -reglamentaciones,
subvenciones, políticasfiscales,etc.- desempeñan un papel relativamente más importante
respecto de la dirección y la composición del
comercio internacional. Después de años de
negociaciones sobre el comercio (en el sentido
más estricto del término), los Estados Unidos
y el Japón llegaron a la conclusión de que los
desequilibrios económicos bilaterales sólo podían rectificarse si los Estados Unidos se parecieran m á s al Japón, o el Japón a los Estados
Unidos; de ahí las conversaciones sobre la Iniciativa de Impedimentos Estructurales, que
vienen celebrándose desde comienzos de
1990.
Los desequilibrios económicos son m u c h o
menores entre los E E . U U . y Europa que con
los japoneses, y los "impedimentos estructurales", enraizados en factores culturales y sistémicos, parecen influir menos en las disputas
transatlánticas que en los conflictos transpacíficos (por no hablar de las diferencias entre
Europa y el Japón, en las que la brecha cultural parece aún más amplia). N o obstante, m u chas disputas económicas entre los Estados
Unidos y Europa tienen su origen en políticas
y prácticas discrepantes que son difíciles de
abordar en los foros comerciales tradicionales.
Los Estados Unidos y Europa Occidental
son partidarios decididos, en principio, del
libre comercio y de un orden económico m u n dial liberal. A pesar de una cierta tendencia a
la respetabilidad en los círculos académicos, el
"proteccionismo" todavía es, básicamente, un
término peyorativo. N o obstante, ambas partes se desvían de la ortodoxia del libre comercio por razones económicas y, sobre todo, extraeconómicas, que a su m o d o de ver están
John van Oudenaren
justificadas. Los Estados Unidos han alegado
la seguridad nacional (sinceramente, o en algunos casos, c o m o pretexto), para regular la propiedad extranjera de las industrias, bloquear
las importaciones y subvencionar industrias y
empresas clave. E n Europa Occidental, los intereses de la seguridad nacional no se han
alegado tanto, pero con frecuencia se invocan
argumentos políticos, culturales, ambientales y
de otro tipo para justificar el bloqueo del acceso a los mercados o la concesión de subvenciones a "campeones" nacionales o europeos.
La agricultura es, desde luego, el ejemplo
clásico. Algunos europeos aducen que la seguridad alimentaria, la estabilidad política y la
conservación de la vida rural deben gozar de
precedencia sobre el comercio libre (o m á s
libre) en este sector. D e m o d o análogo, otros
europeos piden que se impongan limitaciones
a las importaciones de programas de televisión
estadounidenses, para proteger la identidad
cultural europea y su autonomía. Los fabricantes estadounidenses de muchos tipos de materiales bélicos (por ejemplo, aeronaves de c o m bate y helicópteros) están prácticamente excluidos de los principales mercados europeos,
no porque sus productos sean peores o m á s
caros, sino porque en Europa las compras de
defensa se consideran un instrumento para
promover la cooperación intraeuropea y el desarrollo de la tecnología local.
Estos y otros muchos argumentos similares
en pro de la limitación del comercio no son
necesariamente "falsos", ni se aducen de mala
fe. Los Estados Unidos recurren también a
ellos y muchos estadounidenses se han pronunciado en favor de los "europeos" en estos
conflictos. Por ejemplo, muchas familias de
agricultores estadounidenses están de acuerdo
con sus homólogos europeos en que los criterios económicos deben subordinarse a las consideraciones de la "calidad de la vida" rural.
Los intelectuales de los Estados Unidos coinciden en gran medida con la opinión de que los
países extranjeros deben protegerse contra los
peores productos de Hollywood. Pero, aunque
no son "falsos", estos argumentos ponen de
manifiesto la contradicción cada vez m á s patente entre la continua expansión del comercio
en algunos sectores y el mantenimiento y, en
algunos casos, el aumento de las barreras al
comercio en otros sectores en los que distintos
países tienen, o creen tener, ventajas competi-
La integración europea vista desde los Estados Unidos
105
El ecu. la moneda europea destinada a reemplazar en el futuro las monedas nacionales de los países miembros de
la
C E E . ch
Vioujard/Gamma.
tivas, así c o m o la creciente dificultad de conciliar el libre comercio con los objetivos y norm a s divergentes en relación con el medio
ambiente, la cultura y la seguridad nacional.
A d e m á s , existe una cierta contradicción
entre la interdependencia transatlántica y los
esfuerzos europeos por crear una identidad
política. Los dirigentes europeos insisten en
que no quieren crear una "Europa fortaleza",
y no hay motivo para dudar de su sinceridad a
este respecto. Pero subsiste el hecho de que la
Comisión de la C E y los gobiernos miembros
de la Comunidad se han comprometido a utilizar los instrumentos industriales, monetarios,
tecnológicos y comerciales para promover el
objetivo de la unidad política. Airbus, Ariane
y otras empresas mixtas de tecnología son importantes no sólo c o m o fuentes de trabajo y de
ingresos, sino c o m o símbolos de la identidad
europea. N o es probable que los gobiernos
europeos permitan que estas empresas fracasen, independientemente de cuál pueda ser su
costo en términos de subvenciones del contri-
buyente o fricciones con los Estados Unidos o
con otros socios.
L o propio puede decirse, en u n sentido
diferente, de la agricultura. La política agrícola
c o m ú n (PAC) no sólo afecta a la subsistencia
de los agricultores europeos sino que es una de
las piedras angulares de la Comunidad Europea, y quizás es poco realista, por parte de los
no miembros, esperar que pueda desmantelarse o incluso reformarse a fondo en el preciso
m o m e n t o en que Europa hace su entrada
triunfante en el escenario mundial. E n consecuencia, los imperativos políticos que inspiran
muchas directrices europeas, así c o m o los intereses económicos en juego, harán difícil evitar un cierto nivel de tensión transatlántica.
A d e m á s , cuando Europa se unifique y ejerza una autoridad m á s centralizada sobre la
política monetaria y de seguridad, y también
sobre la política comercial, se sentirá m á s tentada a influir en algunos sectores para obtener
ventajas en otros. C o m o advirtió un comentarista estadounidense: " L a C E E puede estar
John van Oudenaren
106
pronto en condiciones de trocar cambios m a croeconómicos por otros objetivos de comercio o de seguridad"10. Los Estados Unidos han
tenido siempre esta posibilidad, pero han tendido a utilizarla con moderación, tanto por las
preocupaciones acerca de la Unión Soviética
c o m o por la naturaleza fragmentaria del proceso político estadounidense. N o obstante, en
el futuro unos Estados Unidos m á s decididos
podrían tropezar m á s a menudo con una C o munidad Europea m á s resuelta y poderosa,
con su propio banco central, su política de
seguridad, sus programas tecnológicos y otras
funciones centralizadas.
Por último, el futuro de la relación económica entre Estados Unidos y Europa debe verse en el contexto de la posición de los Estados
Unidos como principal país deudor neto del
m u n d o . En los años 80 los gobiernos europeos
formularon severas advertencias a Washington con respecto a las políticasfiscalesque
habían dado lugar a esta situación, pero al
propio tiempo las economías de los países europeos se beneficiaban del aumento de las exportaciones a los Estados Unidos, que ayudó
considerablemente a Europa a superar la "euroesclerosis" (se calcula que en 1981-1985, el
43 % del crecimiento del P N B de Alemania
correspondió al aumento de las exportaciones
a los Estados Unidos; la cifra correspondiente
a Italia es del 39 % y a Francia del 26 % ) " Si
quieren enjugar su déficit de cuenta corriente
y empezar a pagar sus deudas, los Estados
Unidos se verán obligados a obtener grandes
excedentes con ciertas regiones del m u n d o .
Dadas las ventajas competitivas de los japoneses y el endeudamiento de gran parte del Tercer M u n d o , Europa sería el blanco ideal de
esta operación. Los excedentes estadounidenses con Europa podrían provocar fricciones
comerciales y la adopción de nuevas medidas
proteccionistas en este continente, sobre todo
si se reduce el ritmo del crecimiento europeo
global y si los "campeones" nacionales y europeos en industrias clave empiezan a sufrir graves pérdidas c o m o resultado del descenso de
las ventas. Por otra parte, si los Estados Unidos no consiguen acumular excedentes y estabilizar algo su balanza de pagos, se verán abrumados por una deuda exterior cada vez m á s
alta, lo que dará lugar también a tensiones con
sus interlocutores económicos.
Dimensiones politicas
y d e seguridad
Los Estados Unidos han concedido tradicionalmente un apoyo simbólico y retórico a las
aspiraciones europeas a la unidad política.
Desde la época del "pilar europeo" del Presidente Kennedy, y el m u n d o pentagonal del
Presidente Richard M . Nixon (cuya doctrina
proclamaba que Europa occidental era uno de
los cinco "polos" globales de un orden internacional multipolar), los dirigentes estadounidenses se han referido con frecuencia a la
unión política c o m o si fuese una perspectiva
cercana, o incluso un hecho consumado, y no
una posibilidad incierta y quizás remota.
Al igual que sus predecesores, la Administración Bush ha apoyado la unión política,
c o m o puso de manifiesto su apenas disimulada impaciencia con la preocupación de la Primera Ministra Margaret Thatcher acerca de la
soberanía británica, y la nueva actitud de los
Estados Unidos, consistente en tratar a la C E E
c o m o una entidad política y no c o m o un conjunto de Estados. E n su discurso de diciembre
de 1989, en Berlín, el Secretario de Estado
James Baker proclamó que "queremos que
nuestra cooperación transatlántica se mantenga al mismo nivel que la integración europea y
la reforma institucional", y propuso que los
Estados Unidos y la C E E llegasen a un acuerdo, posiblemente en forma de tratado, para
establecer una serie de vínculos de carácter
institucional y consultivo, considerablemente
reforzados12. Estas propuestas reflejaban el deseo de los Estados Unidos de "sentarse a la
mesa de la C E E " , así c o m o el reconocimiento
del papel político cada vez más importante de
la Comunidad.
E n el transcurso del año siguiente los objetivos descritos por Baker se realizaron sólo en
parte. La C E E respondió lentamente a la iniciativa de los Estados Unidos, y no quiso considerar un tratado bilateral propiamente dicho
hasta que no hubiese terminado su propia conferencia intergubernamental sobre la unión
política. N o obstante, en febrero de 1990, el
Presidente Bush se reunió con el Presidente
del Consejo de la C E E , Charles Haughey, para
discutir de un marco en el que establecer un
diálogo más regular entre la C E E y los Estados
Unidos a varios niveles. Se acordó que el Pre-
La integración europea vista desde los Estados Unidos
sidente del Consejo de la C E E y el Presidente
de los Estados Unidos se reunirían cada dos
años, y que se celebrarían consultas bianuales
entre los ministros de Asuntos Exteriores de la
C E E y los E E . U U . , consultas ad hoc entre la
Presidencia compuesta por los ministros de
Asuntos Exteriores (la "troika'" de los ministros de Asuntos Exteriores de la anterior, la
presente y la futura presidencia) y el Secretario
de Estado de los E E . U U . , y que se informaría
a los Estados Unidos de las reuniones a nivel
ministerial sobre la Cooperación Política Europea (CPE).
El 13 de noviembre de 1990, el Presidente
Bush se reunió con el Primer Ministro italiano
Giulio Andreotti, que en aquel momento era
Presidente del Consejo de la C E E , siendo ésta
la primera reunión de este tipo entre los Estados Unidos y la C E E . Diez días después, los
Estados Unidos y la C E E firmaban una " D e claración sobre las relaciones entre los E E . U U .
y la C E E " , en la que se formalizaban los acuerdos Haughey-Bush sobre consultas y contactos, y se declaraba el compromiso de ambas
partes hacia la solidaridad transatlántica.
Si bien en principio los Estados Unidos
acogieron favorablemente el nuevo papel de la
C E E en política exterior, su reacción ante las
iniciativas políticas concretas de la C E E no
siempre fue entusiasta. E n los años 70 los Estados Unidos habían seguido en general la
pauta marcada por la C E E en el proceso seguido por la C S C E , pero a medida que la C S C E se
fue institucionalizando y adquirió más importancia en los asuntos europeos, los americanos
empezaron a sentirse cada vez más preocupados por la posibilidad de que la C E E les pusiera en situaciones en que se vieran forzados a
hacer opciones concretas en los foros de la
C S C E , que pudieran dejarles aislados. Asimism o , la C E E era mucho m á s favorable a una
conferencia de paz en el Oriente Medio que
los Estados Unidos, y a Washington le pareció
que la C E E se unía a la Unión Soviética para
promover esta iniciativa.
A mediados de 1990, hubo algunas discrepancias entre los Estados Unidos y la C E E con
respecto a la ayuda a la Unión Soviética. E n
sus esfuerzos por conseguir que el Presidente
soviético Mikhail Gorbachov apoyase la unificación alemana dentro de la O T A N , en junio
de 1990 el Canciller Kohl instó a sus asociados
europeos a que considerasen un programa m a -
107
sivo de ayuda a la economía soviética. Respaldados por los franceses, los alemanes consiguieron el apoyo de la C E E para un plan
provisional, a pesar de los graves recelos de
algunos Estados miembros, en particular el
Reino Unido.
La discrepancia entre los Estados Unidos y
la C E E con respecto a la cuestión de la ayuda
se atenuó más tarde al modificarse la política
estadounidense, pero en el futuro podría agudizarse de nuevo, dadas las condiciones de
inestabilidad en la U R S S . Los Estados Unidos
y Europa discreparon también con respecto a
las restricciones a la exportación de tecnología
a la Unión Soviética, asunto en el cual los
europeos favorecían un criterio m á s liberal.
Estas cuestiones se tramitaron en el C O C O M ,
pero la preocupación europea era evidente,
dado el papel de la Comunidad en cuestiones
industriales y de tecnología, y su acuerdo bilateral de 1989 con la Unión Soviética.
Incluso cuando los Estados Unidos trataron de acelerar la cooperación política con la
Comunidad, había una sensación creciente de
inquietud en Washington acerca de las aspiraciones de la C E E de desempeñar un papel
propio en materia de defensa y seguridad, y
sus posibles consecuencias para la O T A N .
Esta inquietud se agravó particularmente en el
otoño de 1990. cuando Italia propuso al Consejo de la C E E que éste asumiera la responsabilidad de la U E O y que las dos organizaciones se fusionaran en la práctica. Los funcionarios estadounidenses reclamaron una cooperación m á s estrecha entre la O T A N y la C E E ,
pero advirtieron que no sería conveniente intentar sustituir a la primera por la segunda.
Este debate sobre la competencia institucional se insertó en otro más amplio sobre el
futuro de la O T A N y el papel de los Estados
Unidos en cuestiones de seguridad europea.
Los Estados Unidos esperaban que la O T A N
podría participar en la coordinación de las
políticas occidentales respecto de los países del
Este, y también en la configuración de políticas "fuera de la zona". Los franceses y otros se
oponían categóricamente a esta extensión de
las responsabilidades de la O T A N , y creían
que estas materias debían dejarse a la C E E o a
la U E O , lo que permitiría que Europa formulase políticas con completa independencia de
los Estados Unidos.
En el preámbulo a la Declaración E E . U U . -
108
C E E de noviembre de 1990, ambas partes reconocían "el acelerado proceso por el cual la
Comunidad Europea adquiere su propia identidad en cuestiones económicas y monetarias,
en política exterior y en la esfera de la seguridad". Pero el documento señalaba también "el
firme compromiso de los Estados Unidos y de
los Estados miembros interesados de la C E E
con respecto a la Alianza del Atlántico Norte,
y a sus principios yfinalidades".Así pues, el
documento establecía un equilibrio entre la
función actual de la O T A N y el papel cada vez
m á s importante de la C E E , pero manteniendo
un nivel general y no conflictivo, que dejaba
muchas de las cuestiones m á s discutidas sin
resolver.
Aparte de las cuestiones institucionales,
había también el problema de la capacidad
militar real, que pasó a un primer plano con la
imprevista crisis del Golfo. Los Estados Unidos apreciaron la participación en las operaciones de las tropas aéreas y terrestres del Reino Unido y de Francia, de las tropas aéreas
italianas y de las fuerzas navales de otros países de Europa. Alemania desplegó también un
importante esfuerzo, no sólo financiero sino
también en el traslado de las fuerzas y el equipo estadounidense estacionadas en el país.
Pero la escala de la intervención europea, y
las evidentes deficiencias en algunos sectores,
pusieron de manifiesto las disparidades de la
capacidad militar, no ya entre los Estados
Unidos y los diversos Estados europeos, sino
incluso entre los Estados Unidos y todo el
resto de Europa junta. Además, después de
años de oír hablar a los europeos, en las negociaciones sobre el reparto de los gastos, de la
importancia del servicio militar obligatorio,
los Estados Unidos vieron c ó m o la contribución europea (excepto en el caso del Reino
Unido) se veía considerablemente limitada
por la decisión de los gobiernos de no enviar a
los reclutas al Golfo.
Si bien se habló en Europa de crear una
fuerza de intervención "fuera de la zona" que
operase bajo los auspicios de la U E O , los observadores estadounidenses se mostraron escépticos en cuanto a sus perspectivas. Al igual
que en los Estados Unidos, se prevé que los
presupuestos de la defensa en Europa disminuyan al desaparecer la amenaza del Este, dejando poco margen para el desarrollo de nuevos y costosos servicios.
John van Oudenaren
En términos generales, la crisis del Golfo
tuvo c o m o efecto aumentar el escepticismo de
los Estados Unidos acerca del futuro de la
C E E c o m o fuerza política, capaz de asumir en
breve la responsabilidad de las tareas de seguridad. A los dirigentes estadounidenses les
complació que la Comunidad condenara inequívocamente la invasión iraquí de Kuwait,
aplicase sanciones económicas incluso antes
de que las pidieran las Naciones Unidas y
propusiera un programa de ayuda económica
para los países afectados económicamente por
la crisis. Los dirigentes norteamericanos reconocieron también que la diplomacia de la C E E
probablemente alentó en cierta medida a la
Unión Soviética a alinearse con Occidente durante toda la crisis.
Pero los observadores estadounidenses,
tanto oficiales c o m o oficiosos quedaron sorprendidos por la aparente confusión reinante
en la comunidad, con los enfrentamientos entre británicos y alemanes acerca del reparto de
los costos, la actitud de los franceses que durante un tiempo parecieron dudar en contribuir al esfuerzo aliado, y el apoyo italiano a la
propuesta de paz de último minuto de Gorbachov, en vísperas de la ofensiva terrestre. Asim i s m o , a lo largo de toda la crisis, los Estados
Unidos mantuvieron una actitud de desconfianza, por el peligro que veían de que la C E E
adoptase iniciativas de escasa utilidad. Merece
la pena señalar que en enero de 1991, después
de que la C E E debatiera la posibilidad de hacer una oferta independiente de paz a Irak, el
Subsecretario de Asuntos Políticos de los Estados Unidos, Robert Kimmitt, convocó a los
embajadores de Italia, Luxemburgo y los Países Bajos (en representación de los presidentes
pasado, presente y futuro de la C E E ) para
señalarles firmemente que no podía haber desviación alguna con respecto a las doce resoluciones del Consejo de Segundad de las Naciones Unidas, que se aprobaron después de la
invasión iraquí13. Para el público en general
(que en todo caso tiende a ver a Europa c o m o
un conjunto de países distintos, y no c o m o
una comunidad), el efecto de la crisis fue
agudizar aún m á s las diferencias en cuanto
a la percepción de los diversos países. La
imagen favorable del Reino Unido salió
realzada, la reputación de Alemania quedó
gravemente comprometida, mientras que
se dividían las opiniones sobre los france-
La integración europea vista desde los Estados Unidos
ses, aunque en su mayor parte fueron positivas.
A pesar de estos recelos acerca del papel
futuro de la C E E en materia de política y
seguridad, los Estados Unidos continuaron
apoyando el objetivo de la unión política, y
siguieron de cerca la apertura de las primeras
reuniones formales de la Conferencia Intergubernamental sobre la Unión Política, en enero
de 1991.
109
Canadá y de América Latina, y las presiones
del público y de los congresistas -independientemente de la guerra del Golfo- en favor
de la reducción de los gastos militares y el
regreso masivo de las tropas destacadas en
Europa y la República de Corea. Las tendencias aislacionistas son visibles también en el
discreto debate que viene sosteniéndose acerca
de la medida en que los Estados Unidos han
de ayudar a Europa a hacer frente a amenazas
potenciales no soviéticas, c o m o las derivadas
de la inestabilidad en Europa Oriental o de los
Conclusiones
disturbios en Africa del Norte. Si bien algunos
C o m o es de esperar con cualquier cuestión parecen deseosos de alegar estos peligros pocomplicada, en los Estados Unidos reinan la tenciales c o m o argumento en favor de la partiincertidumbre y el desacuerdo con respecto a cipación estadounidense en los asuntos eurolas consecuencias de la integración europea peos y la revitalización de la O T A N , otros
para los intereses estadounidenses. Las opinio- afirman que Europa no debe esperar un apoyo
nes discrepantes sobre Europa reflejan hasta automático de los E E . U U . para problemas que
cierto punto las diferentes percepciones del no guardan una relación directa con los interepapel de los E E . U U . en el m u n d o , y en tanto ses estadounidenses, o que los europeos debeque actor político y competidor económico. rían ser suficientemente fuertes para resolver
Los que se sienten pesimistas acerca de las por sí solos. Parte de este sentimiento aislacioperspectivas económicas de los E E . U U . y sus nista - e n ambos extremos del espectro polítiproblemas internos, ven en Europa un compe- co- se reveló claramente en el debate de 1990
tidor peligroso, o una alternativa y posible- sobre la intervención estadounidense en el
mente un modelo social superior. Los que ven Golfo Pérsico.
m á s favorablemente las perspectivas estadouPor otra parte, se mantiene vivo el interés
nidenses, confían en que Europa seguirá te- de los Estados Unidos en los asuntos europeos,
niendo en cuenta las preocupaciones de los y se oyen fuertes advertencias contra la reapaEstados Unidos y se convertirá en un elemen- rición del aislacionismo. Muchos americanos
to clave de lo que el Presidente Bush ha llama- sintieron vagamente que se "quedaron fuera"
do el "nuevo orden mundial". Y otros tienden de los acontecimientos de 1989-1990, y temen
a ver en el Japón una grave amenaza para la que los alemanes aprovechen la primera oporposición global de los E E . U U . , mientras que tunidad para poner fin a la presencia militar
Europa les preocupa menos en este sentido.
de los E E . U U . en su país recién reunificado.
Estas visiones distintas del futuro de la A d e m á s , las revoluciones de 1989 revitalizarelación entre los Estados Unidos y Europa ron los vínculos étnicos entre los Estados Unideben considerarse en el contexto de la persis- dos y los países de Europa Oriental (especialtencia de dos tendencias contrapuestas en la mente Polonia). Existe una inquietud crecienhistoria y la cultura política de los Estados te acerca de lo que se percibe c o m o el dominio
Unidos: el aislacionismo (o "hemisferismo"), económico alemán incipiente sobre la región y
y el internacionalismo, que está m u y identifi- los modestos esfuerzos de los Estados Unidos
cado con las cuestiones y preocupaciones euro- por afirmar su propia presencia económica y
peas. A m b a s tendencias se han manifestado en política.
la respuesta estadounidense a la transcendenEn el futuro, las actitudes y políticas estatal evolución experimentada en Europa en los dounidenses hacia Europa reflejarán probableúltimos años.
mente una mezcla de criterios aislacionistas e
Por una parte, el sentimiento aislacionista internacionalistas. E n el período de 1945es visible en la renovada atención que prestan 1989, se registraron algunas tendencias espolos Estados Unidos a los problemas económi- rádicas al aislacionismo, pero en su mayor
cos y sociales del interior, el redescubrimiento parte los sentimientos internacionalistas y eude la importancia política y económica del ropeistas, alimentados por el temor a la Unión
John van Oudenaren
110
Soviética y favorecidos por las circunstancias
económicas generalmente positivas del país,
desempeñaron un papel predominante en la
configuración de la política de los E E . U U .
Pero con el colapso de la amenaza soviética, la aparición de Europa c o m o una potencia
más fuerte y con mayor confianza en sí mism a , a m é n del empeoramiento de los problemas internos de los Estados Unidos, es casi
inevitable que cambien las prioridades de la
política estadounidense. Dado el grado de interdependencia transatlántica y la densa red
de vinculaciones entre los E E . U U . y Europa,
una vuelta al aislacionismo es improbable, o
quizás incluso imposible. N o obstante, es probable que la política estadounidense deje de
estar tan enfocada en Europa y se centre m á s
en los problemas internos y en las regiones
m á s cercanas y problemáticas, c o m o América
Latina y el Caribe. Este cambio no ha de preocupar (e incluso podría ser acogido favorablemente) en Europa Occidental, que se concentrará en mayor medida en los problemas de las
zonas adyacentes del Tercer M u n d o , y que
deberá hacer frente a nuevos desafíos políticos, sociales y ambientales en el propio continente.
Traducido del inglés
Notas
1. Este es el argumento central
del historiador económico
británico Alan Milward en su
trabajo The Reconstruction of
Western Europe, 1945-I951,
Berkeley, Universidad de
California.
2. Los tres primeros trimestres a
la tasa anual. Economie Report of
the President, febrero de 1991.
pág. 405.
3. Véase Stephen Cooney, "The
Impact of Europe 1992 on the
United States". Proceedings of the
American Academy of Political
Science, vol. 38. n 1 (1991).
4. Véase "The Europeans
Sabotage Trade", New York
limes, 8 de diciembre de 1990.
artículo en el que puede
comprobarse el severo veredicto
de una publicación generalmente
proatlántica.
8. Michael A h o and Bruce Stokes.
"The Year the World Economy
Turned", foreign Affairs: America
and the World, 1990-1991, vol. 7.
n 1 (1991). pág. 161.
5. Nancy Dunne, " U S will reject
European Airbus offer", financial
Tunes, 2-3 de febrero de 1991.
9. Ibid.
6. "European Nations at the
Brink of Greatest B o o m of the
Century". Los Angeles Times, 25
de marzo de 1990.
1 1. Cooney. pág. 107.
12. New York Times, 13 de
diciembre de 1989.
7. Citado en Peter Jenkins,
"American blood for Europe's
oil". The Independent, 23 de
enero de 1991.
13. Martin Fletcher.
"Washington's suspicions about
Europe surface again". The
Times. 4 de enero de 1991.
10. Ibid.. pág. 174.
Europa en 1989/1992
y el Tercer Mundo
Hartmut Elsenhans
El sistema internacional ha cambiado radical- sos, porque la religión proporciona u n mayor
mente: la unificación económica de Europa apoyo al respeto incondicional de la propiedad
dará lugar a una forma cualitativamente nueva privada, frente a las justificaciones occidentade cooperación internacional en la vida coti- les laicas del capitalismo, reñidas con reclamadiana, al haber transformado el fracaso del ciones de redistribución de las riquezas de las
socialismo real los términos de la rivalidad clases bajas. El Estado tercermundista basado
internacional. Ello afectará no sólo a la posi- en los réditos, entendidos c o m o los ingresos
ción del Tercer M u n d o en este sistema inter- obtenidos por las diferencias entre las ganannacional, sino a su existencia m i s m a c o m o cias y los costos de producción, comprendidos
categoría o grupo de estados con intereses y los beneficios, los sueldos y los insumos (y no
estrategias propios clarac o m o la renta salarial de
mente identificados, aunlos trabajadores o los beneHartmut Elsenhans es profesor de Reque el Sur no solamente sificios de las empresas a los
laciones Internacionales de la Universidad de Constancia, Alemania. Se ingue siendo pobre, sino que
índices prevalecientes), no
teresa especialmente por los aspectos
cada día lo es m á s , por lo
desaparecerá, pero sus poeconómicos de la expansión europea y
menos en algunas grandes
líticas económicas estarán
los orígenes del sistema Norte/Sur. el
regiones. Este proceso hace
m u c h o menos orientadas a
subdesarrollo y cuestiones referentes al
comercio de materias primas.
que pierdan influencia las
la planificación y al creciclases occidentalizadas que
miento. Ello hará que dehabían tomado el poder en
saparezca un importante
el Sur, de resultas de la crielemento de solidaridad
sis económica mundial y
entre los países del Sur,
de la descolonización.
aunque hasta ahora esta
Aparecen nuevas clases
solidaridad se haya limitamedias que no esperan que
do sobre todo a declaraciosus hijos puedan encontrar
nes retóricas. Esto favoreempleos en el sector público, sino que dirigen cerá las tendencias a la regionalización del
la vista al mercado. N o obstante, la debilidad Sur, impulsadas también por los países del
política de las clases bajas impide a esas clases Norte.
medias establecer las condiciones para su proLos cambios fundamentales en Europa
pia acumulación de capital, basada en el mer- Oriental son debidos sin duda alguna a la
cado. Esta acumulación requeriría un consu- atracción del estado liberal asistencia! (de biem o de masas y una producción local de bienes nestar social), impuesto por el movimiento lade capital. Debido a la expansión insuficiente boral reformista de Occidente a sus clases cade los mercados, estas clases medias se fusio- pitalistas. Esta victoria del movimiento labonarán con los restos de las viejas clases domi- ral reformista no dará lugar, empero, a la
nantes. En el sector sociocultural, se observa transferencia de los principales mecanismos
un renacimiento de los sentimientos religio- de regulación social y política del Occidente al
RICS 13l/Marzo 1992
112
Sur, esto es, la expansión de los mercados de
masas debida a la presión política de las clases
menos privilegiadas que permite la producción de tecnología local, que a su vez conduce
a la inversión neta y a índices positivos de
beneficio. Es precisamente el fracaso en establecer estructuras inductoras del crecimiento
en el Sur, dentro del marco de los ajustes
necesarios a la nueva economía mundial, lo
que crea el peligro de que los países occidentales industrializados se transformen también en
sociedades en las que el factor dominante sea
la lucha por los réditos. En una sociedad de
este tipo, la autonomía de la sociedad civil, y
en consecuencia, los derechos civiles de tipo
occidental de los particulares y los grupos sociales, corren peligro. La concentración del debate actual de las ciencias sociales en las cuestiones tradicionales, c o m o la oposición entre
el socialismo y el capitalismo, favorece esta
evolución, al pasar por alto las perspectivas de
transformación socialista, no fuera del capitalismo sino mediante la mejora continua de las
economías capitalistas reformistas actuales, de
tipo asistencial.
El nuevo declive
de la Nación-Estado
El sistema internacional precedente estaba estructurado por la oposición de dos bloques
que sustentaban visiones enfrentadas y mutuamente exclusivas del futuro de la humanidad y
del orden mundial que estimaban adecuado y
compatible con la dignidad h u m a n a . El fin del
conflicto Este-Oeste, que condicionaba al sistema "estatal" internacional, no nos conduce
de vuelta al viejo sistema, caracterizado por
un equilibrio de poder nunca estabilizado entre coaliciones continuamente cambiantes de
estados que nunca pudieron superar sus rivalidades, por las limitaciones estructurales del
sistema estatal.
Aparecen nuevas estructuras, c o m o se observa en particular en la región cuya importancia va en aumento c o m o resultado del conflicto Este-Oeste, o sea Europa. L a incipiente
unión europea no será un estado nacional de
viejo estilo, a un nivel más alto, ni tampoco las
antiguas naciones-estado recuperarán su soberanía. Lo que sucederá es que se desarrollarán
jerarquías de competencia a múltiples niveles
Hartmut Elsenhans
en el proceso de adopción de decisiones, que
correrá por cuenta de los diversos agentes subnacionales, nacionales, supranacionales o
transnaciones en cooperación, bajo diversas
formas. Esto puede verse claramente en la
nueva importancia que ha adquirido Alemania después de los acontecimientos de 1989 y
1990. Los análisis que se concentran en su
incipiente poderío económico (y a veces también militar) pasan por alto lo esencial. E n la
situación caracterizada por una mayor interconexión internacional y transnacional, las capacidades situadas en el territorio de la Alemania reunificada no pueden transformarse en
instrumentos de poder para ningún gobierno
alemán. Ningún gobierno alemán es capaz de
controlar los flujos de comercio, capitales y
tecnología con el resto del m u n d o . Sin embargo, y en contraste con los peligros percibidos
de una mayor influencia del Estado alemán, el
mercado de Alemania sí influirá decisivamente en la elección de productos y procesos innovadores de las empresas situadas en zonas adyacentes, por razón del simple tamaño de su
población y los ingresos por habitante. Las
estrategias resultantes de suministro y publicidad de productos operarán sobre las sociedades nacionales de las empresas no alemanas.
El modelo social alemán de la colaboración de
clases con un criterio reformista será una importante variable de la configuración de las
condiciones del éxito económico y social en
otras sociedades europeas, y por consiguiente
servirá cada vez m á s de punto de referencia
para los grupos sociales enfrentados en otros
países de Europa. A d e m á s , será difícil obtener
mayorías en las elecciones paneuropeas sin
conseguir también u n éxito substancial en el
territorio "germanófono", unificado o no.
Sin embargo, la creciente similitud de las
culturas políticas, sociales y de consumo en
Europa no dará lugar a una transferencia de la
responsabilidad, en materia de seguridad, a un
gobierno europeo, ya que ello significaría que
Alemania podría cuando menos participar en
el arma nuclear, lo que parece estar excluido
aún por m u c h o tiempo. La única alternativa
posible es la creación de organismos multilaterales "productores de seguridad". D a d o el alto
costo del armamento moderno y la incipiente
tendencia a desvincular la seguridad de la m o vilización nacional en defensa de la patria (debido a la creciente impopularidad del servicio
Europa en ¡989/1992 y el Tercer Mundo
militar y a las necesidades cada vez mayores
de personal militar m u y especializado), no es
de descartar que en el futuro exista un número
reducido de empresas especializadas en la seguridad, que competirán entre sí y estarán sometidas al control de representantes de distintos gobiernos con diferentes grados de influencia en cada uno de esos organismos. E n tal
caso los ejércitos se convertirían en órganos
especializados, desvinculados en gran parte de
la población, c o m o lo fueron en los siglos
XVII y XVIII.
D e hecho, pocos estudios pusieron de m a nifiesto el hecho de que la rivalidad entre los
bloques ocultaba no sólo la existencia de la
soberanía nacional, temporalmente en un segundo plano, sino también la erosión m i s m a
de esa soberanía. La soberanía pertenecía en
exclusiva a las dos superpotências pero, c o m o
se ha visto recientemente, solo porque en caso
de grandes conflictos cada una de ellas podía
razonablemente esperar la adhesión de los
miembros de su bloque. La Guerra del Golfo
ha dejado bien claro que, a pesar de todas las
proezas militares y de la eficiencia del ejército
norteamericano, la intervención militar, incluso por un período limitado, solo fue posible
porque -debido a unaflagranteviolación del
derecho internacional- una coalición sumamente heterogénea de fuerzas procedentes de
lugares m u y diversos y de ideologías bien diferenciadas, m u c h o m á s amplia que la alianza
que intervino realmente en el conflicto, apoyó,
o por lo menos toleró, la intervención. Sin este
apoyo a gran escala, ninguna potencia por sí
sola podría imponer por la fuerza las normas
m á s elementales del derecho internacional, y
aún menos sus intereses particulares.
113
primera vez con motivo de la descolonización
de África y extendida a Europa mediante la
Conferencia de Seguridad y Cooperación en
Europa.
Sólo conflictos limitados en el Norte
El final del enfrentamiento entre el Este y el
Oeste significa que ha desaparecido una importante razón para limitar los conflictos entre
los países industrializados. La cancelación del
sistema de Bretton W o o d s mostró ya que la
gestión de las relaciones económicas entre los
países capitalistas industrializados no podía
limitarse a los aspectos puramente técnicos de
sus economías. L a solución de los problemas
monetarios internacionales, c o m o los de los
tipos de cambio, mediante la cooperación gubernamental directa entre los principales países industrializados (reemplazando a la gestión del F M I ) es una señal de desacuerdos
cada vez mayores.
A diferencia de lo que indica la teoría tradicional del comercio exterior, no se trata de
conseguir un suministro m á x i m o a corto plazo
de bienes y servicios en el mercado interno (o
sea, un aumento del bienestar social), sino de
adoptar las tecnologías m á s prometedoras
para mantener la competitividad. El m o d o
m á s seguro de conseguir este resultado lo ofrecen los aranceles, las subvenciones a la exportación y la intervención estatal en la distribución de las inversiones.
En un m u n d o dominado por las grandes
empresas y los inversores públicos, que cooperan para fomentar el crecimiento económico,
los gobiernos nacionales no serán los únicos
En una situación caracterizada por la exis- que proporcionarán apoyo del sector público
tencia de estructuras de decisión de múltiples (contrapuesto a la economía de mercado). Las
niveles jerárquicos, el acuerdo sobre los prin- diferencias mismas entre los diversos gobiercipios y las normas es importante, y cierta- nos nacionales en lo tocante a los medios de
mente sólo se conseguirá en grado reducido y que disponen, las dimensiones absolutas de
con respecto a una serie limitada de cuestio- esos medios y el grado alcanzado de interconenes. C o n todo, es posible llegar a la conclusión xión internacional, inducirán a los diferentes
de que la inviolabilidad de las fronteras esta- agentes que compiten entre sí para conseguir
blecidas (por acuerdo o por imposición) des- cooperación y recursos a reforzar sus relaciopués de la Segunda Guerra Mundial y de la nes, concertar una multiplicidad de alianzas
descolonización de Asia y África, formará par- basándose en problemas concretos, cuyos límite de aquél. Esto supone la desaparición de un tes no serán compatibles, y promover la proli"casus belli" importante. Alfinaldel conflicto feración de niveles de coordinación y la c o m Este-Oeste, la Guerra del Golfo demuestra la posición de las coaliciones. Así, ni los gobierimportancia de esta norma, establecida por nos nacionales ni los nuevos gobiernos supra-
114
Hartmut Elsenhans
Europa en 1989/1992 y el Tercer Mundo
115
Relaciones entre Europa y los países en desarrollo.
A la izquierda: El colonialismo, en 1956. en Nigeria, B Brakc/Rapho
Arriba: Cooperación entre investigadores europeos y africanos, en el c a m p o de la parasitología, en Benin, F chav
Raphü-
nacionales ejercerán una competencia exclusiva, ni por ende gozarán de un claro predominio, en su papel de promotores públicos del
proceso de crecimiento. Esto hace que los conflictos entre agentes y/o coaliciones territorialmente bien delimitados sean sumamente improbables.
Lo m á s probable es que los desacuerdos o
incluso los conflictos entre las tres principales
regiones continentales de Occidente (Estados
Unidos, con Canadá y posiblemente México,
Europa sin la U R S S y el Japón con los países
recién industrializados del Este y el Sudeste de
Asia) aumenten, o por lo menos se expresen
más claramente. Pero las alianzas enfrentadas
no serán homogéneas en lo que respecta a las
"naciones" o las "regiones" (por ejemplo,
hombres de negocios americanos o alemanes
podrían presentar reclamaciones conjuntas
contra la C E , etc.). Desde luego, algunas alianzas dependerán m á s que otras de determinados gobiernos nacionales, que actuarán en un
contexto más transnacional. L o decisivo, no
obstante, es que las tres agrupaciones continentales no conduzcan a un alineamiento exclusivo de las diversas alianzas en función de
sus límites territoriales. Esto, a su vez. impediría el enfrentamiento de campos territorialmente delimitados, con respecto a toda una
serie de problemas pendientes.
Esta es la principal explicación del hecho
de que las crecientes rivalidades entre esas
regiones no desemboquen en el resultado, con
frecuencia deseado por el Sur, de un mayor
margen de maniobra para el Tercer M u n d o .
Además, los sectores que en Occidente presentarán el grado más alto de interconexión publica-privada, v.g. la promoción de las tecnologías m á s adelantadas (en las que el Tercer
M u n d o proporciona una parte aún más reducida de mercados para las exportaciones de
Occidente), apenas tienen en cuenta al Tercer
Mundo.
La única base posible para el desarrollo de
normas de regulación de los conflictos relativos a la distorsión de la competitividad inter-
116
Hartmut Elsenhans
nacional causada por la promoción pública, es
el principio del mercado abierto. La nueva
sociedad civil internacional emergente no tendrá apenas instancias encargadas de las políticas redistributorias de bienestar social. Esto
redundará en desmedro de los países m á s pobres. Sin embargo, las economías tercermundistas m á s desarrolladas estarán en condiciones de recuperar rápidamente el terreno perdido.
cuando éste sufría una crisis de subconsumo,
en situaciones de pleno empleo la ventaja se
decantaba claramente en favor de las economías de mercado.
Los empresarios capitalistas sólo pueden
conservar su condición de miembros de la clase capitalista dominante si mantienen su c o m petitividad, mediante un empeño constante
para reducir los costos y mejorar el producto.
Si se elimina esta competencia, no es probable
que aumente la producción salvo si se incrementan los costos de inversión. Comparando
Razones de la crisis
las economías reguladas por la competencia
con las reguladas por la planificación, veremos
del "socialismo real"
que en las segundas un incremento equivalenLa crisis del "socialismo real" es resultado de te de la producción sólo se consigue mediante
su incapacidad de establecer una serie de obje- una inversión relativamente m á s elevada.
tivos de desarrollo que ofrezcan una alternati- Para que el socialismo real hubiera podido
va al capitalismo asistencial y a la democracia competir con el estado asistencial de Occidensocial. El m o m e n t o en que el modelo social de te, habría sido necesario que aumentase la prodesarrollo centralmente planificado de la porción de las inversiones en el producto naU R S S alcanza una influencia mundial coinci- cional bruto, con el consiguiente descenso de
de históricamente con la crisis económica de la eficiencia de la inversión. Durante m u c h o
los años 30, que tiene su origen en la división tiempo se citó la elevada proporción de la
del movimiento de los trabajadores y el consi- inversión en el producto nacional bruto c o m o
guiente debilitamiento de su ala reformista, a prueba de la superioridad del socialismo real
su vez consecuencia de la Revolución de octu- sobre el capitalismo. E n realidad, esta elevada
bre de 1917. En los años 20, en todos los proporción no hacía m á s que compensar la
países occidentales el movimiento obrero de- relación capital-producto cada vez más elevamocrático tropezó con la oposición decidida da, lo que era señal de la creciente ineficiência
de los grupos conservadores1. Esto permitió a en el uso de los fondos de inversión. Si el
las empresas mantener un bajo nivel salarial, único m o d o de conseguir altas tasas de crecipor lo menos en relación con los aumentos de miento era aumentar la proporción de las inla productividad, lo que dio lugar inevitable- versiones en el producto nacional bruto, el
mente a la aparición de tendencias al subcon- aumento del consumo tenía que ser inferior al
sumo 2 . El temor difuso a la revolución exten- crecimiento de la producción. En un m o m e n t o
diéndose a todo Occidente, que se dejaba determinado, el consumo se estancó forzosasentir en grado considerable entre la burgue- mente. Sólo aceptando tasas m á s bajas de cresía, proporcionó el impulso inicial a los movi- cimiento de la producción y compensando a la
mientos fascistas. N o obstante, durante la cri- población con otras ventajas, habría podido el
sis económica aparecieron nuevos movimien- socialismo real evitar el círculo vicioso de la
3
tos políticos que propugnaban el estado asis- sobreinversión/ineficiencia .
tencial y consiguieron derrotar al fascismo en
Sin un modelo alternativo de desarrollo, el
la Segunda Guerra Mundial. Debido a las alte- socialismo real se hundió. Este fracaso desaraciones sociales resultantes de la guerra y el credita hoy en todo el m u n d o los intentos de
fascismo, y a la mayor influencia política y promover modelos de regulación económica y
poderío militar de la Unión Soviética y el social distintos del capitalismo occidental. Sin
"socialismo real", estos movimientos pudie- embargo, el modelo occidental no puede transron imponer un sistema de reconstrucción ferirse al Tercer M u n d o en un aspecto eseneconómica en Europa Occidental, basado en el cial: en las economías desarticuladas y deforestado de tipo asistencial.
madas del Sur, la expansión de los mercados
Si bien el "socialismo real" soportaba favorablemente la comparación con el capitalismo
de masas mediante una simple redistribución
de la capacidad adquisitiva en favor de las
Europa en 1989/1992 y el Tercer Mundo
capas más desasistidas de la población, no dá
lugar más que a la inflación y los déficits de la
balanza comercial. Para eludir el subdesarro11o, hay que restructurar el aparato de producción con el objeto de satisfacer el consumo de
masas y suministrar equipo en el plano local.
Esto exige un nivel apreciable de intervención
estatal. Por causa del fracaso del socialismo
real, el apoyo político y social a esta intervención ha disminuido no sólo en el Sur, sino
también en el debate internacional sobre las
estrategias de desarrollo.
La crisis del estado d e desarrollo
El final del enfrentamiento entre los bloques
con respecto a la organización de la economía
mundial y a la dirección del desarrollo económico del Tercer M u n d o ha dejado a éste sin
ubicación política y sin parte de su base económica. E n su condición de categoría particular
de estados con intereses por lo menos potencialmente comunes y estrategias coordinadas,
el Tercer M u n d o apareció a raíz de la descolonización por el deseo de los dirigentes de los
países recién independizados de evitar que el
conflicto Este-Oeste se propagase al Sur. Este
objetivo ya no es válido, puesto que el Segundo M u n d o ha dejado de ser un bloque h o m o géneo cuyos objetivos y concepciones diferían
fundamentalmente de los del Primer M u n d o .
Y a no es posible, definitivamente, explotar la
amenaza de un trueque de lealtades en favor
de uno de los dos bloques, si bien mucho antes
de su hundimiento el socialismo real había
renunciado a toda responsabilidad con respecto al desarrollo económico del Tercer M u n d o 5 .
C o m o fuente de asistencia al desarrollo y la
tecnología, y c o m o mercado para las exportaciones de manufacturas del Tercer M u n d o , los
países del C O M E C O N no fueron nunca una
alternativa a Occidente. Su principal base de
influencia era el abastecimiento de armas y
entrenamiento militar en caso de conflictos
violentos6.
El hecho de que el Tercer M u n d o haya
perdido la capacidad de inclinar, por poco que
sea, la balanza del poder entre el Este y el
Oeste, libera a éste último de las presiones
para que contribuya al crecimiento económico
proporcionando asistencia al desarrollo. Esto
empeora aún más la crisis del estado de desa-
117
rrollo en el Sur. Las clases dirigentes del Sur
explicaban casi unánimemente el subdesarro11o y la pobreza c o m o consecuencias de una
explotación secular, aún vigente. D e conformidad con esta interpretación, las transferencias
financieras de Occidente al Sur se consideraban indispensables para el desarrollo. Estas
transferencias aumentaban la capacidad financiera de las clases dirigentes del Sur, aunque al
menos en Asia y América Latina se obtenían
mayores excedentes económicos de los recursos internos. Los excedentes de origen interno,
y los derivados de las transferencias del exterior, eran objeto de apropiación, especialmente en forma de réditos.
El estado tercermundista basado en los réditos se origina, c o m o el "socialismo real", en
la crisis económica de los años 30, cuando los
precios de las materias primas del Tercer
M u n d o descendieron con mucha mayor rapidez que los precios de los productos industriales importados de Occidente. Este movimiento
de tijera dio lugar al eterno debate sobre el
empeoramiento de la relación de intercambio.
Empero, la base de este empeoramiento no
consistía en las condiciones de los mercados
internacionales, sino en la deformación de
esas economías por efecto de la desigual especialización, que hacía que el crecimiento económico fuera completamente dependiente de
la importación de bienes de inversión. Para
financiar esas importaciones, los estados del
Tercer M u n d o se apropiaron de los réditos, en
el sentido que hemos dado anteriormente a
este término.
Las estructuras económicas que permitieron la apropiación de los réditos aparecieron
de resultas de la integración parcial del Tercer
M u n d o en la economía capitalista mundial. La
apropiación de los réditos exige una clase dirigente centralizada, en contraste con el carácter
fragmentario del capitalismo de negocios, donde todos compiten contra todos7.
En las economías capitalistas8 los progresos
técnicos y los aumentos de la productividad
no dependen en m o d o alguno del incremento
del valor de trabajo del capital por trabajador,
el llamado aumento de la composición orgánica del capital. El valor del capital fijo por
trabajador, registrado en las estadísticas,
aumentó ciertamente con el tiempo. N o obstante, c o m o todo el equipo es producido por
trabajadores que perciben los salarios vigen-
118
Hartmut Elsenhans
sector de producción de maquinaria tiene que
medirse en función de los cambios en el rendimiento de la maquinaria y las variaciones de
sus costos. Las mejoras del rendimiento se
reflejan en la mejora cualitativa o cuantitativa
de la producción, y en las economías de cantidad y calidad de la m a n o de obra y los insum o s requeridos; la suma total de esas mejoras
es la suma de la producción adicional m á s las
economías resultantes no sólo de la producción de maquinaria sino también de su utilización en la economía nacional total. Estas ganancias y economías reflejan incrementos de
la productividad de la producción de maquinaria si guardan relación con este sector de la
economía, y el aumento de la productividad
de un conjunto de líneas de producción, incluida la producción de maquinaria y todos
sus usuarios, en relación con la economía global. Por consiguiente, el incremento de la productividad de la producción de maquinaria
habrá de ser mayor que el incremento medio
de la productividad, por razones exclusivamente matemáticas.
Debido a las diferencias en el ritmo del
progreso técnico entre las diversas líneas de
producción de los principales países industrializados, los países subdesarrollados sufren de
El progreso técnico avanza a diferentes ve- diferentes retrasos en la productividad según
locidades en las distintas líneas de producción. las líneas de producción, en relación con aqueC o m o en los países capitalistas los salarios llos países. E n ciertas líneas de producción,
reales deben crecer paralelamente al incremen- c o m o por ejemplo las materias primas minerato medio de la productividad, y no a la tasa de les, la productividad del Tercer M u n d o es m u y
aumento de la productividad de los trabajado- elevada, ya que los yacimientos de los países
res empleados en la rama de que se trate, los industrializados se agotaron hace m u c h o tiemprecios de las líneas de producción con incre- po. L o propio puede decirse de algunos promentos de la productividad inferiores a la m e - ductos tradicionales, respecto de los cuales los
dia han de subir en relación con otros precios, incrementos de productividad en los países
mientras que los precios de las ramas con tasas industrializados han sido escasos, y de ciertos
de productividad superiores a la media dismi- productos modernos cuya fabricación, en su
mayor parte de alta densidad de capital, renuyen.
quiere
tecnologías perfeccionadas que pueden
Las economías que no han participado en
transferirse
fácilmente a los países del Tercer
los progresos técnicos de los países capitalistas
1
industrializados se hacen competitivas en lí- Mundo '. E n otras líneas de producción, los
neas de producción con incrementos de pro- retrasos en la productividad pueden ser consiductividad inferiores a la media en los princi- derables.
pales países industrializados, y quedan atrasaEn condiciones de especialización perfecta,
das en las líneas de producción cuyos incre- los países del Sur tendrían que ampliar su
mentos de productividad son superiores a la producción en líneas caracterizadas por sus
media en esos mismos países. Normalmente, retrasos mínimos de productividad, y bajar los
el aumento de la productividad en las líneas precios para vender más. Esto equivaldría a
de producción de maquinaria es superior a la rebajar el precio internacional de la m a n o de
media. Este aumento de la productividad en el obra local. C o n arreglo a la elasticidad-precio
tes, cuando aumentan los salarios reales el valor de trabajo contenido en la maquinaria ha
de aumentar, en términos monetarios, en una
proporción igual a la subida de los salarios
reales, aunque el nivel de precios permanezca
estable (ausencia de inflación). En esta situación no inflacionaria, con salarios nominales
que aumentan únicamente en función de los
incrementos de la productividad, el valor de
trabajo contenido en los bienes de capital aumentará, en precio, en una proporción igual a
la tasa de aumento de los salarios nominales.
Si comparamos el valor estimado del capital
fijo con la partida de sueldos y salarios o con
el valor estimado del producto, comprobaremos que no se ha producido un aumento del
valor del capital fijo en relación con los gastos
de subsistencia (nivel de vida), la m a n o de
obra contratada directamente o el valor de la
producción. Debemos llegar a la conclusión,
pues, de que no existe una tendencia al desplazamiento de la producción en las regiones en
que escasea el capital por causa de un aumento
de la producción de alta densidad de capital,
en la medida en que los salarios reales no
hayan aumentado en la región que dispone de
más capitales (simplemente, que es más productiva).
Europa en 1989/1992 y el Tercer Mundo
de la demanda de esos productos, los ingresos
en divisas aumentarán o disminuirán. Si el
aumento de las ventas es menos rápido que el
descenso de los precios, y esto es lo que ocurre
de ordinario con las materias primas y los
productos tradicionales y m á s perfeccionados,
los ingresos en divisas se contraerán aunque
aumenten no sólo las cantidades producidas
sino también la m a n o de obra dedicada a la
producción10.
Asimismo, en el caso de que se registre una
devaluación, sólo algunos productos importados se sustituirán por sucedáneos nacionales,
por los retrasos relativamente mayores de la
productividad en las respectivas líneas de producción. Las exportaciones adicionales de
otras líneas de producción sólo serán competitivas en el mercado mundial si se reduce de
manera substancial el precio internacional de
la m a n o de obra local, esto es, con tasas m u y
elevadas de devaluación.
Estas características de las elasticidadesprecio de la producción para la exportación
(bajas) y las elasticidades-tipo de cambio de la
producción (también bajas), provocan un descenso de los ingresos en divisas después de la
devaluación de la moneda nacional, a lo cual
los gobiernos de los países en desarrollo reaccionan imponiendo gravámenes de exportación o regímenes de comercio de estado para
las líneas de productividad n o m u y retrasada.
Estos impuestos o beneficios adicionales del
comercio son réditos. Se devengan réditos
también cuando se imponen gravámenes especiales a líneas determinadas de producción o
ramas que se consideran capaces de soportar
estos costos adicionales, debido al poco retraso de la productividad en relación con los
principales competidores". La naturaleza mism a del progreso técnico (independiente de la
acumulación de capital y de las diferencias
entre las líneas de producción) hace posible la
apropiación de los réditos. Es la especialización del Tercer M u n d o en productos de bajas
elasticidades-precio de la demanda, lo que
crea fuertes incentivos para la apropiación de
los réditos mediante la intervención del estado
en las relaciones económicas exteriores.
Las consecuencias en el funcionamiento interno de las economías tercermundistas de los
diferentes retrasos de la productividad con
respecto a diversas líneas de producción de los
países desarrollados, crean incentivos adicio-
119
nales para la intervención del Estado, ya que
estas economías no pueden reaccionar con flexibilidad a los cambios de la demanda. U n
aumento de la demanda de un determinado
producto puede desencadenar subidas de los
precios que, no obstante, quizás no basten
para estimular un incremento de la producción, por cuanto los costos de producción son
todavía demasiado altos y, debido a la baja
productividad, aún más cuando se expresan en
forma de precios. C o n m u c h a frecuencia, la
situación del suministro local exige el inicio de
esta producción en el país o el establecimiento
de nuevas líneas, cuya estructura de costos
diferirá considerablemente de las de las líneas
ya instaladas. Cuando la producción local de
maquinaria es insuficiente, la expansión o incluso el inicio de la producción de un producto en particular podría requerir la importación
previa de equipo, para lo cual es posible que
no se disponga de las divisas necesarias.
La inversión de los réditos en líneas de
producción destinadas a generar nuevos réditos, cuando la productividad no es mucho m e nor que la de los países industrializados, conduciría a la desaparición de los réditos, ya que
la mayor capacidad de producción iría acompañada de un descenso de los precios. Para
emplear los réditos de manera productiva, deberán invertirse en líneas de producción en las
cuales el rendimiento de la inversión sea inicialmente bajo debido a la escasa productividad, pero donde los efectos a largo plazo de la
especialización técnica de la m a n o de obra
mediante la formación en el trabajo sean m a yores y, por las características técnicas de los
productos manufacturados, éstos puedan desempeñar el papel de industrias integradoras
para toda la economía. La apropiación de los
réditos y su empleo en la transformación de
las economías deformadas del m u n d o en desarrollo precisa la centralización de esta porción
de los recursos disponibles, y por ende, el control de las líneas de producción que producen
los artículos generadores de réditos. Esto exige, invariablemente, la centralización de la
clase dominante. Y o llamo a este nuevo tipo
de clase dominante, "clase estatal"12, porque
su poder y capacidad de apropiarse y asignar
recursos financieros procede del control del
aparato estatal y de las limitaciones impuestas
al funcionamiento del mercado.
Es indudable - a pesar de las frecuentes
120
críticas- que en los cuatro últimos decenios las
clases estatales han contribuido al crecimiento
económico del Tercer M u n d o . Sin embargo, lo
que no han sido capaces de hacer estas clases
es vencer el subdesarrollo, porque no concentraron sus esfuerzos en el crecimiento de la
producción de bienes de consumo masivo m e diante maquinaria de fabricación local, inicialmente de baja calidad, con miras a satisfacer las crecientes necesidades de sus poblaciones.
Esencialmente, este fracaso se debe a tres
razones: c o m o ocurrió con el "socialismo
real", las inversiones efectuadas no fueron
m u y productivas (problemas de gestión). A d e más, las clases estatales no se vieron forzadas a
emplear productivamente los recursos, a través del mercado o de los mecanismos de control político. Por último, a pesar de todo su
extremismo verbal, no se esforzaron en introducir las reformas estructurales (por ejemplo,
la reforma agraria) que, al intensificar el consumo de masas, habrían facilitado la aparición
de la necesaria demanda de productos simples,
fabricados con maquinaria de producción local. E n vez de superar el subdesarrollo, lo que
prevaleció fue el derroche y la utilización improductiva de los réditos y otros ingresos análogos (la asistencia, la deuda).
Esta situación se mantuvo con frecuencia
gracias a la aportación de recursos externos
con los que subsanar las insuficiencias, porque
los países occidentales temían que, de no proporcionar esos recursos, el bloque oriental saldría reforzado. Esta base política de la apropiación de réditos ya no existe.
La gestión de la crisis de la deuda en los
años 8 0 es otra prueba de que la debilidad del
Este permite a Occidente negarse a efectuar
transferencias financieras, o imponer condiciones a las mismas.
C o m o algunas clases estatales del Tercer
M u n d o -por ejemplo, las de los países de reciente industrialización del Este y el Sudeste
de Asia y también de América Latina- son
bastante eficientes en el empleo de los réditos
y otros ingresos para la promoción del crecimiento e incluso para la superación del subdesarrollo (y ello mediante la planificación y no
mediante el ajuste de los precios13), el Tercer
M u n d o actual se caracteriza por las crecientes
discrepancias de intereses y no puede reaccionar con estrategias coordinadas contra la dis-
Han mut Elsenhans
minución de los réditos y otros ingresos afines,
con la consiguiente destrucción de su propia
base económica.
La emergencia en el Tercer Mundo
de las clases medias orientadas
al mercado
Las clases estatales del Sur se ven sometidas a
presiones crecientes de origen interno, que
ejercen sobre ellas las nuevas clases sociales.
Esto se produce en un período en el que, por
causa de la disminución de los réditos y otros
ingresos afines, sus recursos no bastan ya para
financiar los sistemas de patronazgo que servirán hasta ahora para controlar las otras clases
sociales (cooptación de los dirigentes sindicales, etc.)14. Sus esfuerzos por promover el desarrollo, y también su consumo suntuario, han
dado lugar a la aparición de nuevos mercados.
C o m o estas clases estatales distribuían m á s
ingresos a medida que producían bienes y servicios comerciables en el sector público15, en
muchos países se desarrolló un sector privado
de tamaño variable, que el Estado no reconocía con frecuencia e incluso inducía a la ilegalidad, y que en los estudios sobre esta materia se
denomina sector informal. A d e m á s , con una
mayor educación ha aumentado el número de
trabajadores con especializaciones modernas,
pero que ya no pueden esperar obtener u n
empleo en el sector público.
En varias partes del Tercer M u n d o se o b serva el establecimiento de alianzas familiares
entre las nuevas clases medias, mediante la
financiación de empresas pequeñas y medianas, en su mayoría c o m o sociedades de capital
privado. L a crisis del "socialismo real" ofrece
argumentos contra las viejas clases estatales,
que dependen del sector público. Para respaldar su exigencia de poder político, las nuevas
clases medias no recurren a las teorías económicas de mercado que son los instrumentos de
legitimación en Occidente, sino que se refugian en la religión. La religión, mejor que la
teoría económica, justifica la propiedad privada en un marco ideológico que comparten las
clases desfavorecidas. E n los países islámicos
ésto dio lugar a la alianza del bazar y la m e z quita16. En la India, esta clase media emergente, orientada al mercado, es un importante
Europa en 1989/1992 y el Tercer Mundo
121
rra. Sin embargo, las nuevas clases medias
orientadas al mercado son tan partidarias de la
inviolabilidad de la propiedad privada que se
opondrán a toda reforma agraria - c o m o ya ha
ocurrido en el pasado- por lo menos cuando
afecte a los propietarios medianos. Para conseguir la movilización de la m a n o de obra que es
marginalmente menos productiva que el costo
de subsistencia, pero que contribuye no obstante a la producción, los tamaños de las explotaciones, por lo menos en muchos países,
deberían ser inferiores incluso a las granjas
familiares corrientes.
Debido al continuo suministro de m a n o de
obra marginada de costo m u y bajo, los aumentos de la productividad no dan lugar al incremento de los salarios y los ingresos de las
masas, que permitiría la aparición de mercados de masa 20 . La reducción de la demanda
limitará la acumulación orientada al mercado
y hará que las nuevas clases medias busquen
un arreglo con el Estado. Estas clases tratarán
de sustituir a las actuales clases estatales, o
bien de sumarse a ellas. E n a m b o s casos, se
convertirán en las nuevas clases estatales, dependientes de los réditos.
Y o preveo, c o m o resultado, un nuevo m o delo de interconexión entre el estado y la economía privada, el cual evitará la imposición
de un régimen competitivo total en el mercado, así c o m o la apertura sin trabas al mercado
mundial y la consideración adecuada de los
intereses de los pobres.
Para las relaciones internacionales futuras,
la creciente distanciación cultural de las clases
estatales es importante. Las clases estatales occidentalizadas, leales a una concepción equivocada del capitalismo (por ignorar la necesidad de mercados de masa cada vez mayores),
o bien a un socialismo relativamente ineficiente, están siendo sustituidas por clases estatales
m u c h o m á s orientadas a las culturas "tradicionales" nacionales. La fragmentación política
El rapidísimo crecimiento demográfico del del Tercer M u n d o corre pareja con las diferenTercer M u n d o ha empeorado el problema de cias cada vez mayores con respecto a los intelas poblaciones marginadas, ya que la contrac- reses económicos extranjeros. Esto favorece la
ción de la base de recursos hace que un n ú m e - regionalización del Tercer M u n d o , que a su
ro mayor de personas no sean capaces de ase- vez favorece los intereses de los países industrializados de Occidente.
gurarse su subsistencia mínima.
La redistribución del ingreso exige transferencias de ingresos, que por su naturaleza repetida son difíciles de asegurar, o bien la redistribución de los activos, especialmente la tie-
soporte del hinduísmo político (el partido
"Bharatiya Janata"). La reducción de los réditos confiere un nuevo factor a estas clases
medias en su combate contra las clases estatales, que, mediante una limitada liberalización
de los sistemas económicos, tratan de atraerse
a las nuevas clases con objeto de abrir nuevas
fuentes potenciales de excedentes.
Al menos en Asia y en Africa, las exhortaciones de los donantes a practicar la desreglamentación y la privatización de la economía
jugará en favor de los valores tradicionales, ya
que la democracia política no tiene aún m u chos partidarios. A diferencia de quienes en
Occidente claman por la liberalización, yo no
creo que estas clases medias orientadas al mercado sean capaces de superar el subdesarrollo
en sus países.
Las economías subdesarrolladas se caracterizan por la baja productividad, que hace que
la productividad marginal sea inferior al costo
de subsistencia17. Esto ocurrió también durante la fase de desarrollo de Europa, provocando
la expulsión de los campesinos de sus tierras;
en Inglaterra se promulgaron las "leyes de pobres"18 para compensar este proceso; estas leyes gravaban a los ricos independientemente
del nivel de empleo. A su vez, los ricos ganaban acceso a m a n o de obra a precios inferiores
al costo de subsistencia, ya que con sus impuestos subvencionaban esta m a n o de obra.
D e m o d o análogo, una redistribución radical
de la tierra causaría la expansión de la actividad productiva de los pobres en sus parcelas
-en este caso m u y pequeñas-, creando m a n o
de obra marginal invisible19. U n campesino
pobre trabajará en tanto que aumente su producción, incluso con un beneficio m u y bajo. El
que la décima hora de trabajo al día le proporcione o no una décima parte de la subsistencia
de su familia no tiene importancia para él,
siempre y cuando este trabajo adicional le facilite más comida.
122
Hart m ul Elsenhans
escala mundial, interfiriendo en las relaciones
internacionales. Esto puede lograrse si se
alienta a las potencias regionales a desempeñar el papel de factores de equilibrio y pacifiElfinaldel conflicto Este-Oeste nos deja con al cación. Por consiguiente, las agrupaciones de
menos dos categorías de países del Tercer países del Tercer M u n d o no se basarán en
M u n d o . La primera de ellas depende aún deci- intereses comunes ni en perspectivas de desasivamente de la ayuda occidental, y la consti- rrollo derivadas de niveles comparables de detuyen los países del Africa subsahariana, el sarrollo económico o de afinidades ideológiCaribe, el Pacífico y Bangladesh. A esos países cas, sino en la proximidad geográfica. D a d a la
no sfe les negará la asistencia, pero se la some- orientación de las nuevas clases medias partiterá a ciertas condiciones. E n muchos países, darias del mercado, los factores culturales o
el control de facto de la política económica lo religiosos pueden desempeñar un importante
ejercen ya los principales donantes. Los do- papel. D o s regiones mantendrán sus lazos con
nantes, bajo la dirección del Banco Mundial y Occidente: el África subsahariana, cuando m e el F M I , tratan con frecuencia de promover el nos por razones económicas y América Latina
crecimiento mediante la desreglamentación de por razones culturales.
las economías y el fomento de la iniciativa
privada, sin una redistribución previa.
El África subsahariana seguirá dependien- Problemas internos de Europa
do de Occidente, y en particular de Europa y el Tercer M u n d o
Occidental; por consiguiente, apoyará a Occidente en las organizaciones internacionales. En sus relaciones con el Tercer M u n d o , EuroEn este contexto, los grandes países de Asia y pa se concentrará regionalmente en África, por
América Latina tendrán que comprender que las consecuencias de la unificación en su equiel principio de un voto para cada estado sobe- librio interno. Aunque seguirá debatiéndose el
rano no beneficia necesariamente los intereses dilema entre la profundización y la ampliación
del Sur ni tampoco favorecerá los cambios en del proceso de integración, cada vez se verá
las relaciones internacionales, sino que promo- más claramente que los dos criterios son c o m verá un statu quo similar al de los "burgos plementarios. Los gobiernos nacionales han
podridos" del sistema parlamentario inglés an- presentado deliberadamente el proceso que se
terior a la reforma.
supone ha de culminar en 1992 (unificación
La ayuda perderá su importancia en las del mercado), c o m o una supresión de las barelaciones entre Occidente y los países m á s rreras nacionales. Los intereses particulares no
poblados, especialmente de Asia y América pueden integrarse en el proceso de coordinaLatina, donde viven m á s de los dos tercios de ción gubernamental, sino que deben ser protela población mundial (China, India, Indone- gidos por los grupos que los representen en
sia, Brasil, Nigeria, Bangladesh, Pakistán, M é - negociaciones directas con los homólogos de
xico, Filipinas, Turquía, Tailandia, Egipto e otros estados miembros, y elevarse después al
Irán) y donde -con la excepción de Bangla- nivel institucional de la Comunidad. Los desadesh- la asistencia exterior representa un bajo cuerdos no interrumpirán el proceso de unifiporcentaje del P N B . Sólo en los países que cación, sino que simplemente dejarán sin rereciben grandes cantidades de ayuda multila- gular del todo los sectores que interesan a esos
teral (Pakistán, Egipto)21 excede este porcenta- grupos. Este método refleja claramente el crije del 2 %. La ayuda c o m o fuente de financia- terio de una profundización de la integración,
ción de las inversiones será modesta. E n el que es el de los países industrialmente m á s
futuro, la asistencia hará las veces de billete de avanzados. Ello es posible por la creciente hoacceso a otras interacciones más interesantes. mogeneidad alcanzada por la Comunidad en
C o n el término del conflicto Este-Oeste de- los años 80 (en comparación con los 60), inclusaparecerá el interés de Occidente en mante- so en las posiciones políticas, y no sólo los
ner estados clientelares en el Sur; lo que ahora niveles de desarrollo económico o los estilos
interesa a Occidente es evitar la escalada de de vida. La decadencia de los partidos c o m u los conflictos e impedir que se propaguen a nistas o su transformación en partidos social-
La regionalización
del Tercer Mundo
Europa en 1989/1992 y el Tercer Mundo
123
demócratas, así c o m o el creciente apoyo de los con el ingreso de los países de Europa Orienpartidos conservadores a la integración de Eu- tal. La Comunidad ampliada se caracterizará
por una región central, extendida en dirección
ropa, corroboran esta visión.
Las expectativas de conseguir una integra- al Este y centrada en torno al Rin y al Mosa.
ción m á s profunda sin reforzar las institucio- Alemania ocupa la mayor parte de esta región.
Ante este refuerzo del "Norte" de la C o m u nes han contribuido claramente al desencadenamiento de este proceso, pero su miopía es nidad, los países latinos han reaccionado picada vez m á s manifiesta. Incluso en el marco diendo constantemente que se profundicen las
de la Europa de los Doce, la gestión de la relaciones con los países mediterráneos, y reeconomía no será posible sin instituciones "es- calcando los vínculos especiales con el Africa
22
tatales" electivas a nivel comunitario. Es ine- subsahariana . Estos son los mismos países
vitable que los conflictos entre grupos sociales que están interesados en que se les proteja
enfrentados se resuelvan con la participación contra las exportaciones de los países recién
de instituciones democráticamente elegidas a industrializados de América Latina y Asia, por
nivel comunitario, o que, de no ser así, los su posición en la división internacional del
grupos que se consideren perjudicados recu- trabajo. U n a posible limitación de las exportarran a los gobiernos nacionales. Esto podría ciones de productos de estos últimos países,
tener dos consecuencias perturbadoras: debido fabricados por m a n o de obra poco pagada,
al nivel de integración ya conseguido, las inter- sólo se opondría a los intereses de las principavenciones nacionales han de ser de alcance les regiones industriales de la Comunidad en
considerable para proteger los intereses parti- la medida en que no se consiga aumentar la
culares, y causarán reacciones en cadena que productividad laboral mediante un cambio espodrían poner en peligro el proceso de integra- tructural m á s rápido, y en consecuencia se
reduzca el crecimiento de los ingresos reales.
ción económica y social.
La tendencia a conferir m á s competencias Empero, no sería desventajosa una competena las instituciones de la Comunidad se verá cia con los productores no pertenecientes a la
considerablemente reforzada por el deseo de Comunidad, ya que un ritmo m á s lento del
los países del Este de ingresar en ella. Así, el cambio estructural limitará la subida de los
modelo de integración que siempre han prefe- sueldos reales en las líneas de producción tecrido los países industrialmente m á s débiles de nológicamente m á s avanzadas, a pesar de los
considerables aumentos de la productividad
la Comunidad adquirirá mayor importancia.
En este contexto, una política que podría conseguidos. Limitar el acceso al mercado euprestarse a soluciones comunitarias en el mar- ropeo es un objetivo primordial de las regiones
23
co de sus relaciones exteriores es la política menos industrializadas de la Comunidad .
tercermundista de la Comunidad, ya que en Los instrumentos y el alcance de la cooperaeste terreno los intereses nacionales no son ción con el Tercer M u n d o , en cambio, son de
m u y importantes, por lo menos en la mayoría importancia secundaria para las regiones m á s
fuertes. Es evidente que proseguirá la tendende los Estados miembros.
cia de la cooperación europea con el Tercer
El compromiso previsible de cooperación
M u n d o que antepone la ayuda en detrimento
con el Tercer M u n d o debería caracterizarse
del comercio. C o n todo, para el futuro de las
por una concentración regional en los países
relaciones Norte-Sur y del sistema internaciovecinos del Mediterráneo y en el Africa subnal, será decisivo que, a diferencia de lo que
sahariana y, con respecto a los instrumentos
ha ocurrido hasta ahora, esta ayuda contribude cooperación, dando preferencia a la ayuda
ya a poner fin al subdesarrollo.
en lugar de a la apertura de los mercados.
Los países "latinos" de la Comunidad, y en
particular Francia, consideran que la unificación de las dos Alemanias y el ingreso gradual Generalización del Estado basado
previsible de los países de Europa Oriental en la apropiación de los réditos, o
redundará en un fortalecimiento del papel de comunidad de crecimiento global
Alemania. Este país, que era ya una de las
principales potencias económicas antes de la Los acontecimientos de 1989 y la formación
reunificación, adquiere una posición central del mercado interno europeo no significan el
124
fin de las tendencias a largo plazo del sistema
internacional. Este sistema internacional se caracteriza por la existencia de un "motor" demasiado débil - a falta de las complejas estrategias complementarias- para transferir la capacidad de generar crecimiento a todas las
partes del sistema. Este motor está constituido
por los países capitalistas industrializados, de
sistemas asistenciales paraestatales. E n su
caso, el crecimiento depende de la continua
expansión del mercado, gracias a que los ingresos de las masas aumentan paralelamente a
la productividad media. H e mencionado ya la
tendencia a integrar en la economía capitalista
mundial a todas las demás economías. Si los
candidatos a esta integración se caracterizaron
por el pleno empleo tendencial, y si son capaces de producir equipo a nivel local, la transferencia de capacidades de producción de las
economías más adelantadas a esos candidatos
impulsada por el aumento de los salarios reales en las economías m á s adelantadas, dará
lugar a un aumento de los salarios reales, con
un efecto multiplicador en la producción de
equipo de las economías menos adelantadas24.
Aunque una economía menos adelantada siga
especializándose en productos menos técnicos,
no por ello dejará de contribuir a la adaptación mundial de las capacidades de producción y consumo y, por consiguiente, a la limitación del proceso de desplazamiento de las
capacidades productivas. N o obstante, si debido a las proporciones del desempleo y al reducido impacto de los efectos multiplicadores
c o m o consecuencia de la elevada dependencia
respecto de los insumos, no es posible conseguir el pleno empleo, los salarios reales en las
economías menos adelantadas no aumentarán.
En cambio, los productos manufacturados por
primera vez se convertirán en productos de
baja densidad salarial. H o y en día, la parte
correspondiente a los países productores de
café del producto de las ventas de café a los
consumidores de los países industrializados de
Occidente es superior a la parte que corresponde a los países tercermundistas fabricantes
de camisas en este producto, que se ha m e n cionado c o m o ejemplo de una división internacional del trabajo substitutiva y no explotadora25. La formación de los precios no depende de las características técnicas de un producto, sino de la situación social y económica de
los productores y de sus ganancias de oportu-
Hartmut Elsenhans
nidad, y por consiguiente de la productividad
de la m a n o de obra en las ramas de la economía no orientadas al mercado mundial.
La nueva división internacional del trabajo
crea el siguiente dilema para el movimiento
laboral de Occidente: si los sindicatos hacen
aumentar los salarios paralelamente al a u m e n to de la productividad media y de la relación
de intercambio entre las líneas de producción
transferidas y las que no han cambiado de
lugar, el proceso de desplazamiento se verá
acelerado. Los empleos bien pagados son substituidos por otros de sueldos m á s bajos, con la
consiguiente aparición de tendencias al subconsumo. Pero si los sindicatos promueven la
moderación salarial, el resultado es igualmente
la aparición de estas mismas tendencias.
H a y dos posibilidades: una es que el éxito
de las reformas sociales benignas en el Sur dé
lugar al pleno empleo, mediante la creación de
mercados de masas c o m o consecuencia de la
capacidad de los pobres de producir para atender sus propias necesidades, y mediante el fomento de la producción de maquinaria inicialmente de baja calidad que permita la asimilación subsiguiente (y no solo el consumo) de la
tecnología moderna 27 . E n tal caso, la creciente
especialización internacional hará subir los salarios y permitirá mantener el pleno empleo,
incluso en las economías menos adelantadas.
Si esta posibilidad no se realiza, los grupos
sociales que no sean capaces de transformar
los aumentos de la productividad en mayores
salarios reales o en beneficios aceptables, incluso en el Norte, mediante los mecanismos de
mercado (debido a la competencia de la producción de bajo nivel salarial en el Sur), exigirán la intervención del estado. D e los estados
del Norte se espera que garanticen los sueldos
altos de esos grupos mediante programas de
gasto público y medidas proteccionistas. D e
este m o d o , también en el Norte habrá una
parte de la riqueza que sólo podrá apropiarse
en forma de réditos, por intermedio del estado. Las estructuras sociales y políticas del Sur
se habrán transferido al Norte.
En este contexto, la nueva Europa está en
condiciones de desempeñar un papel clave por
varias razones. Debido a su pasado colonial,
Europa mantiene vínculos particularmente estrechos con el Sur. A diferencia de lo que
sucede en los E E . U U . , donde la frontera abierta y la aceptación relativamente fácil del sufra-
Europa en 1989/1992 y el Tercer Mundo
gio universal impidieron la aparición de un
movimiento laboral fuerte, la responsabilidad
del Estado en el mantenimiento del marco
económico y social para un funcionamiento
adecuado del mercado tiene raíces m u y sólidas
en la cultura política europea. A medida que el
hundimiento del socialismo resultante de las
revoluciones de Europa Oriental conduce a u n
rechazo general de la intervención estatal y de
la corrección del proceso del mercado por parte del Estado, y por consiguiente del socialism o democrático, este patrimonio deberá defenderse.
N o faltan ejemplos positivos de estrategias
de superación del subdesarrollo mediante la
producción masiva para atender las necesidades de la población: Corea y Taiwan han adoptado estas estrategias con sus reformas agrarias
radicales. Este resultado quizás no fue intencional, y ciertamente las medidas no se tomaron por razones de orden económico, sino político. C o n todo, hacen falta m á s ejemplos.
Si es correcta la previsión según la cual
Europa se concentrará en Africa y en la asistencia, y no en los países m á s adelantados del
Tercer M u n d o y en el comercio, será de i m portancia decisiva que la ayuda se emplee (o
no) para promover el cambio estructural. S o bran motivos para sentirse escéptico. Las perspectivas del Africa subsahariana son más bien
desfavorables. La concentración europea en
Africa no se basa en un compromiso para vencer el subdesarrollo, sino en consideraciones
de política de potencias. E n el Africa subsahariana, las clases estatales dominantes son buenos socios de Europa: ¿por qué reducir sus
privilegios? Al no contraer un compromiso de
acabar con el subdesarrollo, Europa desempeñará un papel capital en la transferencia al
Norte del estado de apropiación de los réditos.
Es de temer que el movimiento laboral europeo siga esta política, sin darse cuenta de que
la solidaridad con los pobres del Tercer M u n do es necesaria para su propia supervivencia
c o m o fuerza política importante.
Las posibilidades de que se realice la hipótesis más favorable son escasas. Los cambios
en Europa refuerzan las tendencias corporati-
125
vistas. C o n el descenso de las horas de trabajo
y el aumento del trabajo a domicilio, se reduce
el espacio de solidaridad en los lugares de
trabajo28. E n los debates teóricos persisten las
viejas divisiones entre los partidarios del capitalismo y los del socialismo, mientras que los
seguidores de los nuevos movimientos, c o m o
los "verdes", no se interesan m u c h o en los
contextos macroeconómicos de las alternativas, sino que prefieren limitar su discurso a la
sociología y la política. E n estas condiciones
no parece que vaya a prosperar mucho una
compleja alternativa política y económica a la
estrategia neoliberal relativamente sencilla de
la desreglamentación c o m o panacea para todos los problemas. La concepción de una organización de la economía mundial inspirada en
los sistemas asistenciales, que podría basarse
en las tradiciones europeas, no prevalecerá
frente a las estrategias patrocinadas por los
E E . U U . , el Japón y las organizaciones internacionales influenciadas por los Estados Unidos,
y que desde luego cuentan también con el
apoyo de poderosos grupos en Europa. Esto se
verá facilitado por los intereses a corto plazo
de las empresas, las clases estatales y las nuevas clases medias del Sur orientadas al mercado, que no se percatan de la importancia que
tiene la redistribución a los pobres para el
mantenimiento de una economía mundial de
mercado libre. El poderío de estas fuerzas, que
niegan la diferencia entre el necesario papel de
las empresas (reducir los costos) y las condiciones de funcionamiento de una economía
capitalista (aumentar los ingresos de las m a sas), se demuestra claramente con el hecho de
que, a pesar de que una elevada proporción de
la deuda del Tercer M u n d o la pagan los ahorradores y los gobiernos de Occidente, no ha
sido posible cancelarla (ni siquiera condicionalmente), aunque nadie niega la importancia
de que el desarrollo del Sur dé comienzo con
nuevas oportunidades de exportación para O c cidente. Cerrar los ojos ante la diferencia entre
los intereses de los capitalistas y las necesidades del capitalismo puede acabar asfixiando
este vulnerable sistema de reglamentación económica que es el capitalismo.
Traducido del inglés
126
Hartmut E/senhaiis
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El mundo, Europa
y las ciencias sociales
Adedotun O . Phillips
H o y en día, más que en ningún otro período
Los fuertes vientos de liberalismo político
de la historia humana, el m u n d o se encuentra y económico que soplan por todo el m u n d o
en una encrucijada. E n los tres últimos años han ido acompañados, no obstante, de un m o solamente, la liberación de los países de Euro- vimiento contrario hacia una nueva clase de
pa Oriental, la unificación de Alemania, la dictadura internacional. H o y en día ya no hay
"glasnost" y la "perestroika" en la Unión So- dos superpotências ( E E . U U . y la U R S S ) que se
viética y la guerra del Golfo han cambiado dividen el m u n d o entre ellas, equilibrándose
fundamentalmente el marco político, econó- mutuamente y protegiendo sus respectivas remico y de seguridad de la dirección de los giones de influencia y de control; ahora los
asuntos mundiales.
Estados Unidos, solos, empiezan a actuar
c o m o el policía del m u n d o .
Antes de estos aconteLa crisis del Golfo ofrece
cimientos históricos, el
Adedotun O . Phillips es director geneun buen ejemplo de esta
Acta Única Europea de
ral del Instituto nigeriano de investigación
social
y
económica
(NISER).
nueva situación.
1986 puso a Europa en el
P M B n.° 5, U I P O , Ibadan, Nigeria, y
camino irreversible hacia
Otra
característica
también presidente de la Federación
una plena integración del
preocupante de la encruciInternacional de Ciencias Sociales
(IFSSO). H a publicado numerosos armercado interno en 1992.
jada en que se encuentra la
tículos sobre la economía y la adminisEn los años 80, asimismo,
humanidad, es la brecha
tración nigeriense.
la mayoría de los países en
creciente que separa a las
desarrollo, por instigación
naciones ricas de las naciode sus acreedores internanes pobres. D e hecho, a dicionales y bajo la guía del
ferencia de lo que ocurría
Banco Mundial y el F M I ,
en los años 70 y 80, actualemprendieron programas
mente la verdadera distinde reajuste y reorganización no se establece entre
ción de estructuras econóel primero, segundo o termicas. Además, a partir de 1989 el proceso de cer mundos, o ni siquiera entre los países desaliberalización política se ha difundido rápida- rrollados y los países en desarrollo. H o y día la
mente, pasando de Europa a muchos países en distinción auténtica es la que separa a los paídesarrollo donde, en rápida sucesión, las dicta- ses R I C O S de los países P O B R E S .
duras están siendo sustituidas por regímenes
Los países ricos (representados por los paímás democráticos y liberales. Los años 80 han ses de la O C D E , y en particular los siete países
presenciado también el desarrollo de una ur- más ricos entre ellos) no sólo poseen la gran
gente conciencia de los problemas ambientales mayoría del comercio, lasfinanzasy la riqueza
mundiales. Por último, existe el fenómeno de mundial, sino que en porcentaje, tienen m á s
la creciente interdependencia de las naciones, de lo que tenían en los años 70; y sin embargo,
que es otra característica de esta situación de la parte que les corresponde en la población
encrucijada.
mundial ha ido en descenso. Así pues, más del
RICS 13 I/Marzo 1992
130
80 % del comercio mundial se efectúa entre
estos países ricos, mientras que en los años 70
la proporción era del 70 % aproximadamente.
En estos países se registran también alrededor
del 85 % de los flujos mundiales de capital
(menos del 70 % en los años 70) y un 80 %
aproximadamente del producto mundial (alrededor del 70 % en los años 70). N o obstante,
estos mismos países representan menos del
20 % de la población mundial (un 25 % aproximadamente en los años 70). El principal factor
condicionante de la creciente desproporción
entre los países ricos y los países pobres es el
rápido progreso tecnológico de los primeros.
África es un ejemplo bien triste del retroceso de los países pobres. En la actualidad, la
mayoría de los países africanos al sur del Sahara apenas son la sombra, en términos económicos, de lo que fueron en los años 70. E n
términos reales, el nivel de vida de estos países
equivale a menos de los dos tercios de lo que
fue en los años 70. Esto se debe a múltiples
causas, como por ejemplo la mala gestión interna, las catástrofes naturales, las guerras civiles, el descenso del comercio internacional,
el colapso del mercado de productos básicos,
la disminución del nivel real de ayuda, la carga
creciente del endeudamiento externo, la excesiva intervención exterior (abierta y encubierta) en la gestión de sus economías, el cansancio de los donantes, el cansancio de los receptores de ayuda, el estancamiento de la capacidad de absorción y en los últimos años, la
fuerte intensificación de la competencia para
obtener recursos mundiales en forma de ayuda. Todos estos factores se han alimentado
mutuamente y, en conjunto han dado lugar a
que la mayoría de los países africanos hayan
pasado a formar parte de la categoría de los
"casos perdidos". Ahora es incluso m u y posible que Africa quede al margen de los esfuerzos por mejorar la condición de los seres humanos en todo el m u n d o .
Adedotun O. Phillips
Convenciones fueron sustituidas desde 1975
por las Convenciones de L o m é (I-IV hasta la
fecha), que establecen vínculos entre unos 66
países de Africa, el Caribe y el Pacífico (ACP)
(de los cuales 44 son africanos) y la Comunidad Europea (CE), en cuestiones de comercio
y ayuda. La Convención de L o m é prevé que
los países A C P gocen de preferencias no recíprocas en su comercio con los países de la C E ,
así c o m o una corriente de ayuda de la C E a los
países A C P . U n o de los objetivos de la C o n vención es promover y acelerar el desarrollo
económico, cultural y social de los países A C P ,
y lograr progresos hacia la interdependencia
mutua y la igualdad en las relaciones entre los
países A C P y los países de la C E . Sin embargo,
después de 25 años de relaciones entre los
países A C P y la C E , la situación de los primeros apenas ha cambiado; de hecho, en algunos
aspectos ha empeorado incluso. La dependencia de los países A C P con respecto a la C E ha
aumentado (y no disminuido) y el comercio
entre ambos grupos se ha reducido (y no aumentado). A diferencia de lo que se esperaba,
no puede decirse que las importaciones de la
C E procedentes de los países A C P hayan gozado de acceso libre, debido a la política agrícola
c o m ú n de la C E , los derechos variables de
importación, los contingentes arancelarios, las
restricciones estacionales, las normas de origen aplicadas a las exportaciones manufacturadas de los países A C P , los regímenes especiales (por ejemplo, para el plátano y el azúcar) destinados a preservar algunos vínculos
comerciales tradicionales con las antiguas colonias, etc.
La consecuencia ha sido un descenso relativo (y no aumento) del comercio de los países
A C P con la C E . Así pues, en el último cuarto
de siglo más o menos, la parte correspondiente
a los países de Africa en las importaciones de
la C E ha disminuido, pasando de m á s del 6 %
a poco más del 5 % en 1989, mientras que la
Las relaciones económicas entre Africa y parte correspondiente al Africa en las exportaEuropa a lo largo de los años ilustran adecua- ciones de la C E se reducía de casi el 8 % a poco
damente las características básicas de la des- m á s del 4 % en el mismo período. Lo que es
proporción creciente entre los ricos y los po- aún más preocupante, los productos primarios
bres, rasgo propio de nuestro m u n d o . Hasta siguen dominando las exportaciones africanas
los años 50 y 60, gran parte de Africa era un a la C E , como ocurría durante el período coterritorio colonial europeo. Entre 1963 y 1975, lonial.
las relaciones entre los países africanos y los
En lo que respecta a la ayuda, el conjunto
europeos estaban regidas por las disposiciones de la asistencia de la C E a los países A C P por
de las Convenciones I y II de Yaounde. Estas conducto del Fondo Europeo de Desarrollo
El mundo,
131
Europa y las ciencias sociales
La tecnología europea de comunicación está siendo utilizada en Africa, M » C K/C
(FED) ha aumentado con los años, pasando de
los 3.100 millones de E C U S previstos en la
Convención de L o m é I a casi 11.000 millones
de E C U S con la actual Convención de L o m é
IV. A pesar del aumento del conjunto de asistencia, con el tiempo se han registrado dos
experiencias contradictorias. Mientras que por
una parte la ayuda global no era suficiente
para satisfacer las necesidades de los países
A C P , apenas ha habido un año en que estos
países la hayan utilizado plenamente. Los factores causantes de esta situación contradictoria son la falta relativa de capacidad de absorción de los países A C P , las demoras burocráticas por parte de los donantes y los retrasos en
la ejecución de los proyectos. Otro factor limitativo de creciente importancia en los últimos
años es la tendencia cada vez mayor a aplicar
las condiciones tradicionales del FMI/Banco
Mundial a la ayuda de la C E para los países
ACP.
Quizás el principal cambio registrado desde comienzos de los años 80 en la relación
amera Press
entre los países ricos y los países pobres del
m u n d o es la creciente utilización por los primeros del mecanismo del F M I y el Banco
Mundial para mantener bajo sujeción las economías y las finanzas de los países pobres. Ello
supone un tipo encubierto de recolonización.
Así pues, bajo la dirección del FMI/Banco
Mundial, la mayoría de los países pobres aplican programas de reajuste económico estructural o reorganización económica. Las políticas en que se basan los programas son prácticamente las mismas para todos los países
pobres afectados, a saber: una devaluación/
depreciación importante y continua de la m o neda, eliminación de subvenciones, liberalización del comercio, reducción de la acción del
gobierno y prioridad al sistema de mercado.
La verdad es que, tras un decenio de programas de reajuste estructural en la mayoría
de los países pobres, la salvación económica
de éstos no se ha producido todavía. C o m o se
indicó anteriormente, el nivel de vida en la
mayoría de los países pobres equivale hoy a
132
unos dos tercios de lo que era en el decenio de
1970. El hecho de que sus respectivos programas de reajuste estructural fueran idénticos ha
dado lugar a su neutralización recíproca. Además, el clima internacional en lo referente a la
ayuda, los flujos financieros y los mercados de
exportación no ha sido suficientemente propicio para que los diversos programas de reajuste estructural en los países pobres dieran resultados positivos importantes.
Asimismo, a diferencia de lo que ocurre en
los países pobres, el F M I y el Banco Mundial
no han podido influenciar de manera significativa, ni mucho menos controlar, las políticas
económicas yfinancierasde los países ricos, ni
siquiera de los m á s endeudados entre ellos,
c o m o son los E E . U U . El resultado es una cierta asimetría contraproducente en la gestión de
la economía mundial. Por último, frecuentemente se olvida que el Banco Mundial es un
banco, y no una institución caritativa. C o m o
el de todos los bancos, su objetivo es prestar al
m á x i m o y obtener beneficios de ello. Esto explica una de las contradicciones m á s preocupantes en los países pobres: que los llamados
programas de reajuste estructural que reciben
asistencia del Banco Mundial den lugar invariablemente al aumento del endeudamiento
exterior, a través de los nuevos créditos del
Banco Mundial. Y sin embargo, es la incapacidad de la mayoría de los países pobres de
satisfacer sus obligaciones del servicio de la
deuda exterior lo que dio lugar, en su origen, a
la adopción de programas de reajuste estructural, a insistencia de los países acreedores cuyos
agentes son el F M I y el Banco Mundial.
Adedotun O. Phillips
psicología y sensibilidad de sus poblaciones.
A este respecto, convendría que los países
ricos tuvieran presente que la Unión Soviética
no es simplemente otro país pobre. Es un país
que se considera una superpotência en cuestiones militares, espaciales y de seguridad, aunque ha demostrado que está subdesarrollada
desde el punto de vista económico y financiero. Además, no hay que olvidar en ningún
m o m e n t o que el programa de "glasnost" y
"Perestroika" de la U R S S no ha llegado aún al
punto en que ya no es posible volver atrás. El
aparato militar, burocrático y de seguridad
que sostuvo a la dictadura soviética durante
siete decenios aún está en pie. Sólo hace falta
que alguien m á s conservador que Gorbachov
sustituya a éste en la dirección del país, para
que regresemos a la autocracia y a la guerra
fría del pasado reciente*. Ignorar todas estas
peculiaridades de la Unión Soviética es conducir al m u n d o a un período de turbulencias, en
estos últimos años del siglo y posiblemente en
el siglo próximo. Los países ricos han de entender claramente la importancia de estos factores, cuanto decidan sus políticas hacia la
Unión Soviética en los próximos años.
A medida que los países ricos asumen inevitablemente una mayor responsabilidad del
destino del m u n d o , es menester que entiendan
mejor algunos elementos imponderables. E n
primer lugar, si se considera en su perspectiva
histórica la renovada importancia atribuida en
todo el m u n d o al sistema de mercado y a la
libre empresa, se verá que históricamente las
preferencias en favor del sistema de mercado,
o de la regulación gubernamental, se han ido
Por desgracia, actualmente los países ricos alternando. El péndulo regresará en breve haestán pensando seriamente en servirse de estas cia la segunda de estas opciones. Por consimismas organizaciones, el F M I y el Banco guiente, mientras que el m u n d o se deja arrasMundial, a fin de imponer condiciones previas trar por la euforia del renaciminto del sistema
a la Unión Soviética con miras a proporcio- de mercado y la libre empresa, no hay que
narle la asistencia masiva que este país necesi- pasar por alto la necesidad de un buen gobierta para aplicar su programa de reformas. Sin no (a nivel no sólo político sino también burotener en cuenta la experiencia de los países crático). N o sólo la libre empresa fracasará sin
pobres desde comienzos de los años 80, el un buen gobierno, sino que además el péndulo
FMI/Banco Mundial pronto invadirá la Unión podría volver a oscilar hacia el aumento del
Soviética con los mismos procedimientos m e - control gubernamental.
canísticos, teóricos y economísticos que desde
E n segundo lugar, a pesar de la creciente
hace casi un decenio han fracasado en los paí- interdependencia mundial, este proceso se reses pobres. Y si nos guiamos por la experiencia
en estos últimos países, el FMI/Banco M u n *NOTA DEL DIRECTOR:
Este artículo fue escrito con
dial hará poco caso de las condiciones particu- anterioridad al fracasado golpe de estado del 19 de
lares de la Unión Soviética, y de la historia, agosto de 1991 en la U R S S .
El mundo, Europa y las ciencias sociales
133
Puerto Calabar, Nigeria. Con un 80 % de la población mundial, los países en desarrollo sólo participan en un 20 %
del comercio mundial y su situación económica ha empeorado durante los últimos 20 añOS. Imaprcss
gistra m á s entre los países ricos que entre los
ricos y los pobres. Si acaso, los ricos están
haciéndose cada vez menos dependientes de
los pobres. Es posible que estemos en un m u n do de creciente interdependencia, pero también es un m u n d o de creciente polaridad.
En tercer lugar, es un hecho histórico que
el ritmo al que crecieron y se desarrollaron los
países ricos habría sido imposible si se hubieran impuesto restricciones a su libertad de
explotar el medio ambiente c o m o lo hicieron,
particularmente desde el comienzo de la revolución industrial. H o y en día las naciones pobres no tienen esta libertad ilimitada de explotar el medio ambiente en su persecución del
crecimiento y el desarrollo. Esto se debe a que
actualmente existe una mayor conciencia
mundial de los problemas ambientales, a que
la ayuda al desarrollo y las medidas de condonación de la deuda están cada vez más condicionadas por una actitud favorable al medio
ambiente por parte de los países pobres receptores, y a que los países ricos proporcionan
cada vez m á s tecnología favorable al medio
ambiente, que es más costosa.
Si los países ricos no desean ayudar adecuadamente a los países pobres a poner en
práctica programas de desarrollo favorables al
medio ambiente, la desproporción creciente
entre ambas clases de países seguirá aumentando hasta alcanzar niveles aún más peligrosos. Asimismo, la posición al parecer ambivalente, poco entusiasta y escéptica de los Estados Unidos con respecto a las cuestiones
ambientales, debe modificarse con urgencia.
En cuarto lugar, el sistema de las Naciones
Unidas (con excepción del F M I y el Banco
Mundial) corre el peligro, m á s que en ningún
otro m o m e n t o de su historia, de que los países
más ricos le dejen al margen, o por lo menos se
sirvan de él c o m o una pantalla que oculte la
persecución de sus intereses nacionales. Y sin
embargo, el sistema de las Naciones Unidas
ofrece el mejor marco institucional para garantizar la paz, el orden, la equidad y el crecimiento en todo el m u n d o . H a y que reforzar
Adedotun O. Phillips
134
este sistema y permitirle que funcione.
En quinto lugar, diríase que los intentos de
gestionar los asuntos mundiales dejan cada
vez m á s de lado a las ciencias sociales. L a
fascinación, la exactitud y la capacidad de predicción de las ciencias naturales y la tecnología, la tendencia natural de los especialistas en
ciencias sociales a denunciar y criticar a los
poderes fácticos, y las insuficiencias de los
instrumentos de las ciencias sociales, son otros
tantos factores que contribuyen a la marginación relativa de estas ciencias. Y sin embargo,
las ciencias sociales se ocupan directamente
del comportamiento h u m a n o , y es el comportamiento h u m a n o lo que hace que el m u n d o
sea lo que es en cada m o m e n t o . Los especialistas en ciencias sociales de todo el m u n d o tienen que hacer frente a este desafío y demostrar
su pertinencia continua para la gestión efectiva de los asuntos mundiales.
H e m o s señalado pues algunos sectores
prioritarios para la investigación y la actividad
de las ciencias sociales. Entre ellos figuran la
reanudación de las investigaciones de historia
económica; estudios de estrategias para reforzar el sistema de las Naciones Unidas; intensificación de las investigaciones en psicología
humana, social y nacional; desarrollo e integración de los insumos ambientales en el sistem a de cuentas nacionales y estudios del alcance, profundidad y dispersión de la creciente
interdependencia de las naciones en el m u n d o
de hoy. Los especialistas en ciencias sociales
tienen que aceptar estos y otros desafíos que
plantea la rápida mutación del m u n d o , porque
de lo contrario acelerarán la marginación de
su profesión.
Traducido del inglés
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Las ciencias sociales
y la transición política en Hungría
György Enyedi
Desde luego, estos cambios han tenido
N o es ninguna exageración calificar de "históricos" los cambios políticos que se han produ- grandes repercusiones en las ciencias sociales,
cido recientemente en Europa Oriental y C e n - y a la recíproca. En cierto sentido representan
tral. E n el lapso de dos años han desaparecido el fracaso espectacular de las ciencias sociales,
los sistemas estatales socialistas de la región, ya que éstas no pronosticaron los aconteciha terminado la división de Europa vigente mientos. M u c h o s especialistas en ese ámbito
desde los acuerdos de Yalta y se ha abierto el los habían esperado y propugnado, pero nincamino de la reunificación social y cultural del guno apostaba por la inminencia ni la velocicontinente. Es posible que estos acontecimien- dad de lo que ha sucedido.
tos lleven m á s adelante, por ejemplo, a una
nueva división del poder a
Esplendor
escala mundial, a la termiGyörgy Enyedi es Director general del
nación de los experimendel pasado
Centro de Estudios Regionales de la
Academia Húngara de Ciencias, m i e m tos de Estados socialistas
bro de la misma, y vice-presidente de
en el m u n d o o a la desinteLas ciencias sociales han
la Unión Geográfica Internacional y
gración de la Unión Soviéestado siempre m u y relamiembro de la Academia Europea. Es
el corresponsal de la RICS en Budatica, pero limitémonos a
cionadas con la política,
pest, y ha publicado trabajos sobre el
Europa Central. E n pocos
aunque no dependen didesarrollo urbano y rural. Su libro más
meses se derrumbaron,
rectamente de ella. Duranreciente es: A városnovckcdés szakaszai
uno tras otro, los regíme(Las fases del crecimiento urbano), B u - te largo tiempo, los intelecdapest. 1988.
nes comunistas, en la m a tuales de Europa Central
Su dirección: H-1251 - Budapest 11,
yoría de los casos sin gran
han abrigado convicciones
B P 48, Hungría.
violencia. N o siempre fuemesiánicas, han tratado de
ron sustituidos por gobiercambiar la sociedad coadnos democráticos, lo que
yuvando a su mejoramientomará tiempo, pero en toto y progreso. E n Hungría
dos los antiguos Estados comunistas se realiza- las ciencias sociales contribuyeron sin duda a
ron elecciones libres. Cada país tiene su propia que se reconociera y entendiera el sistema eshistoria. Los cambios se gestaron durante largo tatal socialista, pero también a minarlo. Algutiempo en Polonia y Hungría, mientras que en nos especialistas sobrestiman su acción: en úlla República Democrática Alemana y Checos- timo término, todos los países de Europa
lovaquia todo sucedió de la noche a la mañana. Oriental y Central lograron su libertad gracias
H a resurgido la división histórica entre Europa a la decisión de Gorbachov de no intervenir y
Central y los Balcanes: en Bulgaria, Rumania y en ningún caso debido a un movimiento interYugoslavia existen fuertes tensiones nacionales no. C o n todo, lo especialistas húngaros tienen
y se producen actos de violencia; la índole auto- sus méritos profesionales. L a "dictablanda"
ritaria de los regímenes no ha cambiado sustan- del régimen de Kadar posibilitó -aunque no
cialmente y todo es aún inestable e incierto. sin ciertas limitaciones- el avance de todos los
RICS 131/Marzo 1992
136
sectores de las ciencias sociales, entre otros la
sociología, la psicología social y la ciencia política, que estaban prohibidas en muchos otros
países socialistas. Eran frecuentes los contactos personales con colegas occidentales, la m a yor parte de las obras especializadas de esa
procedencia podían comprarse en las librerías
y los especialistas podían, por lo c o m ú n , viajar
al extranjero. Si bien el régimen no exigía de
los intelectuales una continua declaración de
respaldo, tampoco toleraba una crítica severa.
Algunas ramas de las ciencias sociales, por
ejemplo, la historia contemporánea o la sociología, estaban m u y controladas, mientras que
otras, c o m o la historia medieval o la teoría de
las finanzas públicas, siguieron su curso sin
sobresaltos. Desde mediados de los años sesenta, las condiciones para el avance de las
ciencias sociales eran m á s favorables en H u n gría que en cualquier otro país, tal vez a excepción de Polonia.
Redunda en mérito de los especialistas
húngaros en estas disciplinas el que siempre
hayan rechazado la propaganda relativa a la
sociedad socialista y las excusas habituales
como: "aún no hemos logrado superar el atraso del pasado" o "todavía tenemos fallas, pero
debemos trabajar con mayor ahínco para m e jorar la sociedad socialista". E n primer lugar,
sentían curiosidad por conocer el funcionamiento de la sociedad socialista. Quizá las m á s
significativas sean las obras de Janos Kornai
sobre los mecanismos económicos del socialism o . Durante toda su vida este erudito construyó su obra con una determinación excepcional. Y a su tesis doctoral, sostenida en septiembre de 1956, versaba sobre el mal funcionamiento del sistema de planificación centralizada. Su trabajo m á s importante. The Economy
of Shortage, es una descripción precisa y ejemplar de la economía de planificación centralizada. Antes de que se publicara nadie, ni siquiera los críticos occidentales, ya entendía
con tanta claridad la naturaleza del modelo
económico del socialismo de Estado.
H u b o otras contribuciones importantes
para comprender el funcionamiento de la sociedad socialista. Cabe mencionar, entre otros,
a sociólogos (Ivan Szelenyi), al escritor y pensador político György Konrad y a filósofos
c o m o Ferenc Fehér, Agnes Heller, György
Bence, Janos Kis y Mihály Vajda. N o eran
anticomunistas - d e hecho, algunos de ellos
György Enyedi
eran marxistas seguidores de la escuela de
György Lukács- sino que sencillamente estaban interesados en comprender el sistema socialista siguiendo una metodología científica.
L o comprendieron y sacaron una conclusión:
no se podía mejorar ni reformar.
Eso era m á s de lo que podía tolerar el
sistema. Desde mediados de los años sesenta
la situación de las ciencias sociales era ya tan
favorable que el partido decidió preparar una
reforma económica en la que se suprimía la
planificación centralizada, se adoptaba un sistema parcial de mercado, se abandonaba el
sistema de preciosfijos,etc. Esa reforma e m pezó a aplicarse en enero de 1968... y Checoslovaquia fue invadida por las fuerzas del Pacto
de Varsóvia en agosto del m i s m o año. Obligado por fuertes presiones soviéticas, Kadar endureció la política interna. Los especialistas en
ciencias sociales -que consideraban que el socialismo estatal no se podía mejorar- y las
personas que protestaron (firmaron peticiones), a raíz de la agresión contra Checoslovaquia, fueron marginadas de la sociedad. Algunas se vieron obligadas a exiliarse, pero en su
mayoría permanecieron en Hungría y formaron el núcleo principal de un movimiento que
m á s tarde se denominó Oposición Democrática. Ese valeroso puñado de hombres y mujeres
no renunciaron a su actividad profesional.
Pese al continuo hostigamiento de la policía,
una vez liberados de sus cargos siguieron realizando investigaciones y publicando obras importantes tanto en el extranjero c o m o en el samizdat.
Los especialistas en ciencias sociales tienen
además otro mérito: realizaron diversos estudios empíricos en los que presentaban un cuadro exacto de la sociedad húngara. Los sociólogos señalaron que, con el avance de la
estratificación social, la sociedad húngara se
estaba diversificando cada vez más, contrariamente a la supuesta homogeneización de la
sociedad socialista. Existían desigualdades sociales en muchos aspectos: la lentitud de la
movilidad social y las desigualdades causadas
por el sistema escolar (Ferge); desigualdades
en los cuidados de salud (Losonczi, Szalai);
aumento de la pobreza; desigualdades regionales y urbanas/rurales. E n una palabra, describieron a la Hungría socialista c o m o un país de
desigualdades sociales, en contraposición con
la imagen oficial. Szelenyi fue el primero en
Las ciencias sociales y la íransición política en Hungría
explicar el m o d o c o m o la redistribución burocrática, que perseguía un objetivo igualitario,
creaba desigualdades sociales. Las investigaciones sobre las desviaciones sociales explicaron la magnitud y las características sociales
del alcoholismo y el suicidio.
Fue importante reconocer y sistematizar
las maneras c o m o las personas creaban un sistema de autodefensa contra un Estado todopoderoso, creaban una vida privada bajo la superficie de una economía colectiva. La economía paralela no era meramente una fuente
complementaria de ingresos, c o m o sucede en
Occidente, sino que creaba un espacio de libertad y autonomía económicas. Precisaba
construir toda una economía de mercado oculta, nuevas relaciones sociales; en una palabra,
una segunda sociedad. Asimismo, contribuía
al renacimiento de la burguesía, perseguida
por el sistema socialista. Para la mayoría de
los húngaros, la participación en la economía
paralela constituyó un proceso m u y importante de aprendizaje en relación con el espíritu
empresarial, la negociación y la forma de asumir riesgos. Incluso llegó a disminuir la dicotomía de preguerra entre sociedad urbana y
sociedad rural.
Los demógrafos analizaron la actitud maltusiana tradicional de la sociedad húngara y
un fenómeno único: el aumento del índice de
mortalidad en los setenta y los ochenta. Los
especialistas en ciencias sociales presentaron
un cuadro completo de la sociedad húngara, y
este cuadro no era favorable.
El tercer mérito de los especialistas en este
campo fue preparar la transición a la era poscomunista. Por ejemplo, en 1985 se emprendió una investigación general con miras a preparar una nueva Constitución y las condiciones de un gobierno local. N o se dijo explícitamente - y ni siquiera se pensó- que sus resultados sólo podrían aplicarse tras el fracaso del
sistema, pero de hecho el rápido ritmo de la
legislación del nuevo parlamento poscomunista sólo fue posible porque todas las leyes esenciales estaban ya preparadas. Además, los economistas elaboraron ideas sobre la transición
a la economía de mercado, entre ellas la creación de diferentes instituciones financieras
(bolsa y bancos comerciales) bien conocidas en
los países occidentales, pero que nunca habían
existido en una economía estatal de planificación centralizada.
137
Misión no cumplida
Pese a estos logros, los especialistas en ciencias
sociales tienen la impresión de no haber estado a la altura de su cometido. E n su mayoría
trabajaron para reformar el socialismo, c a m biar el modelo socialista, pero no para rechazar completamente el sistema. En suma, trataron de defender una causa perdida, y si bien
gracias a los estudios que realizaron se a c u m u ló un acervo de valiosos conocimientos sobre
la sociedad húngara, las reformas fracasaron.
Se malograron todos los esfuerzos para incorporar en el sistema socialista el mecanismo de
mercado o la democracia política. Sin embargo, tales empeños no fueron vanos: la adopción actual del mecanismo de mercado y de la
democracia política no t o m ó por sorpresa a
la sociedad húngara.
Al trabajar sobre reformas económicas y
sociales, los especialistas en ciencias sociales
han creado una estrecha vinculación con las
autoridades gubernamentales. El sistema político parecía estable (sobre todo porque dependía de la Unión Soviética): o bien se trabajaba
dentro del sistema o se quedaba marginado. La
relación entre políticos y estudiosos no siempre fue amistosa. N o obstante, muchos de ellos
se incorporaron en el sistema, convirtiéndose
en parte de la elite política. La interrelación se
vio facilitada porque en los años ochenta la
mayoría de los jóvenes funcionarios de alto
nivel eran tecnocratas, egresados a m e n u d o de
la m i s m a escuela que los especialistas en ciencias sociales. Los altos cargos políticos, los
puestos de dirección en el ámbito de la economía y la tecnología, y los puestos académicos
de investigación económica, estaban ocupados
por "los muchachos de la Plaza Dimitrov"
-donde se encuentra la Universidad de Economía de Budapest. Hace dos años el Primer
Ministro del último gobierno comunista -ex
alumno de Harvard-, el sindicalista m á s importante y uno de los portavoces de la oposición habían sido compañeros en la escuela de
graduados de esa Universidad.
Los cambios hicieron que la carrera de
cada uno de ellos fuera incierta: la incertidumbre es una consecuencia natural de una transformación social tan radical. Por otra parte, la
profunda crisis económica obligará al Gobierno a reducir los subsidios destinados a la investigación, de m o d o que se puede prever cier-
138
György Enyedi
éxito, ya que se generalizaron la democratización total de la sociedad, la aceptación de los
valores democráticos de Europa Occidental y
la constitución de una clase media importante.
Ese proceso contó con un apoyo decidido de la
Comunidad Europea, que necesitaba integrar
el sur de Europa a fin de consolidar su posición en la competencia económica mundial.
La transición política se vio acompañada de
un avance económico y de una curiosa a m n e sia de la sociedad española en cuanto a la
dictadura de Franco se refiere. Europa Central
ya tiene una democracia formal, pero las ideas
de la democracia europea no han podido penetrar en la sociedad; la clase media es débil y la
crisis económica ha producido una proletarización masiva. D e ahí que no haya desaparecido el peligro de una dictadura tradicionalista
de derechas. El punto esencial es si la C o m u n i dad
Europea considerará suficientemente i m La transición
portante contribuir a integrar en su seno a
Nos encontramos ahora en plena transición: Europa Central.
En el ámbito de las ciencias sociales se está
del socialismo de Estado a ¿qué? E n Hungría
tenemos un sistema político democrático con empezando a reconocer que la sociedad húnun verdadero multipartidismo parlamentario gara influirá activamente en su propio futuro.
y derechos humanos garantizados plenamente. En efecto, en Hungría el colapso del sistema
Sin embargo, crear una sociedad democrática socialista tuvo lugar c o m o resultado de un
y una economía de mercado lleva tiempo. Los proceso de negociación o "arreglo entre cabaespecialistas en ciencias sociales no se aventu- lleros" entre los comunistas reformadores y los
ran a formular hipótesis para el futuro. A este partidos y movimientos de oposición. La oporespecto los politólogos son los m á s activos. sición, constituida por intelectuales no c o m u Los economistas y los sociólogos, en otro tiem- nistas, no contaba con sindicatos fuertes ni
po las estrellas de las ciencias sociales, son ningún tipo de representación de obreros o
menos explícitos sobre la economía y la socie- profesionales. Cabe recordar que fueron los
dad del futuro. La experiencia histórica nos investigadores científicos quienes formaron el
enseña que la posibilidad de una asimilación primer sindicato libre.
total a Europa Occidental es limitada (de ser
El c o m ú n de las gentes vio con satisfacción
deseable). Los antecedentes, detenidamente el derrumbamiento del sistema comunista que
estudiados, sobre casos de Europa Meridional, había violado el compromiso establecido a fiAmérica Latina y Asia Oriental, que ofrecen nales de los años sesenta. El pueblo había
diferentes caminos para pasar de la dictadura aceptado el régimen de Kadar, que había posia la democracia y la prosperidad económica, bilitado el mejoramiento del nivel de vida,
no son verdaderamente pertinentes.
tolerado diferentes iniciativas privadas, perDesde luego, estos casos ofrecen un caudal mitido a los ciudadanos enriquecerse hasta
de experiencias interesantes. La transición de cierto punto y, en una palabra, había convertiEuropa Central, de la dictadura a la democra- do a Hungría en el cuartel m á s agradable del
cia, tropezará con m á s dificultades que en Eu- campo socialista. El gobierno comunista puso
ropa Meridional. Utilizamos el término "de- coto a esa tolerancia cuando el nivel de vida
mocracia" con un doble sentido: no sólo c o m o empezó a deteriorarse en la década de los
forma de gobierno, sino c o m o forma de fun- ochenta.
cionamiento de la sociedad y comportamiento
Al desaparecer el gobierno comunista, los
de las personas. A este respecto, la democrati- especialistas en ciencias sociales participaron
zación de España es la que ha tenido mayor con entusiasmo en la nueva estructura políti-
to grado de desempleo en estos medios. Algunos estudiosos reconocidos han abandonado el
país, mientras que ciertos emigrantes han regresado, al menos a tiempo parcial, al m u n d o
de las ciencias sociales de Hungría.
Por otra parte, existe una sensación de haber fracasado profesionalmente. Los acontecimientos de 1989 no se previeron. Ni siquiera
quienes veían el mal funcionamiento del socialismo estatal, y rechazaban las reformas,
osaron soñar que el sistema se derrumbaría
tan pronto y con tanta rapidez, al no haber
reconocido la verdadera profundidad de la
crisis soviética. Fue un error suponer que el
status quo europeo resultante de la división de
Yalta era una condición indispensable para los
acuerdos soviético-estadounidenses.
139
Las ciencias sociales y la transición política en Hungría
ca: el Gobierno y la oposición cuenta con m u chos profesores. El Primer Ministro, el Ministro de Defensa y el Ministro de Relaciones
Exteriores son profesores de historia; el Ministro de Cultura es profesor de etnografía; el
Ministro de Relaciones Económicas Internacionales y el de Industria y Comercio estudiaron en el Instituto de Investigaciones sobre
Planificación Económica; el Ministro de Finanzas es profesor de economía. Los líderes de
la oposición (excepto el Partido Socialista) estudiaron en universidades e institutos de investigación y entre ellos se cuentan historiadores, sociólogos y politólogos. Sin embargo, el
hombre de la calle no compartió el entusiasmo
de los especialistas en ciencias sociales por el
nuevo sistema; m á s aún, la mayoría de la población vio la transición con cierto recelo.
U n a vez m á s los especialistas en ciencias
sociales están demasiado comprometidos con
la política. Algunos miembros de la antigua
oposición democrática entraron nuevamente
en la oposición -esta vez legal: constituyen la
piedra angular de la Alianza de Demócratas
Libres, que es el segundo partido m á s numeroso en el Parlamento. En estos círculos, para los
profesionales liberales y con mentalidad independiente, la oposición es un comportamiento
normal. Cabe suponer que algunos de ellos
formarán parte de la nueva clase política constituida recientemente. Confío en que en su
mayoría regresen a las bibliotecas. " L a guerra
ha terminado" y ahora precisamos analizar
cada m o m e n t o de la transición social y formular hipótesis para el futuro de una sociedad
húngara democrática.
Traducido del inglés
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Las ciencias sociales
ante los cambios en Rumania
loan Mihailescu
Los acontecimientos políticos que se produje- pero a la vez contribuyeron a agravar algunos
ron en Rumania en diciembre de 1989 son problemas sociales y a crear otros nuevos. N o
denominados oficialmente "la revolución ru- hay que exagerar la novedad de los problemas;
m a n a " . El empleo de esta expresión puede es un hecho que la sociedad rumana vivía
suscitar numerosas reservas teóricas y semán- desde hacía m u c h o sumida en un estado proticas. N o obstante, para evitar controversias fundamente patológico. El régimen comunista
conceptuales, sin duda interesantes pero poco ocultó las dificultades, las crisis y los desconútiles para el tema que nos ocupa, utilizaré el tentos. La revolución de diciembre de 1989 los
término "revolución" para designar los c a m - sacó a la luz, pero aún quedan muchas cobios que se están produciendo en Rumania sas por revelar. Sería prolijo detallar la lista
desde diciembre de 1989.
de problemas y dificultaTodo empezó con un dedes que roen a la sociedad
loan Mihailescu es profesor de sociolorrocamiento sangriento del
rumana. Basten algunos
gía, vicerrector de la Universidad de
poder político comunista.
Bucarest, y director de la Revista ruejemplos para dar una
mana de sociología. H a publicado
Las estructuras económiimagen que puede parecer
numerosas obras y artículos sobre las
cas, administrativas y juríexagerada
a quien no cosociedades rurales, la evolución de la
dicas de la sociedad se renozca la Rumania de hoy.
familia, la violencia y las migraciones
internacionales. Su dirección: Strada
chazaron con más o menos
U n a economía desequiNedelcu Ion 7, bloque 3 A , Apt. 31,
determinación y resultalibrada con enormes desi74556 Bucarest, Rumania.
dos. Se impuso el principio
gualdades sectoriales; e m del cambio rápido y radipresas colosales con varias
cal de todo el sistema sodecenas de miles de asalacial. U n deseo contagioso
riados, poco competitivas
de demoler todo y por doen los mercados internaquier se apoderó de las
cionales; una de las promasas y de los nuevos miliductividades del trabajo
tantes políticos. Pero pocas personas se pre- más bajas de Europa; una abundante fuerza de
guntaron c ó m o cambiar y con qué. La respues- trabajo, m u y dispar por su nivel de calificata estereotipada era la de tomar c o m o modelo ción y mal remunerada en la mayoría de las
la sociedad capitalista de Europa Occidental.
profesiones; una infraestructura técnica obsoEn este clima psicológico-social, las ener- leta, en muchos casos con 20 o 30 años de
gías colectivas se emplearon más en la destruc- retraso en relación con las empresas comparación de las antiguas estructuras económicas y bles de los países desarrollados; una agricultupolíticas de tipo comunista que en la creación ra mal equipada, con una fuerza de trabajo
de estructuras nuevas. U n a sociedad rígida- numerosa (28 % de la población activa), que
mente organizada y estancada se desmoronó. no consigue alimentar a la población del país,
Las destructuraciones (sin duda absolutamen- pese a que éste goza de buenas condiciones
te necesarias) aliviaron a muchos espíritus. naturales de producción; un campesinado exRICS 131/Marzo 1992
142
plotado y hambriento, que desconfía del resto
de la sociedad y que, deseoso de recuperar
rápidamente lo que perdió durante decenios,
vende los productos agrícolas en los mercados
libres a precios altos, lo que provoca el descontento de los consumidores urbanos; un resurgimiento de los movimientos sindicales, que recurren m u y a m e n u d o a huelgas, manifestaciones públicas y amenazas para obtener a u m e n tos de sueldo y el mejoramiento de las condiciones de trabajo, y que se muestran poco
sensibles a los argumentos del gobierno en
cuanto al riesgo de la inflación que la satisfacción inmediata de sus reivindicaciones podría
desencadenar; la desintegración de ciertas instituciones sociales; el debilitamiento de los
mecanismos formales e informales de control
social; la proliferación de los conflictos sociales y étnicos y la creciente insatisfacción que
suscita la no realización de los objetivos anunciados; el incremento de la delincuencia y del
sentimiento de inseguridad; la extensión de la
corrupción; la división de la sociedad en grupos rivales c o m o consecuencia de los reagrupamientos políticos y del desconocimiento de
los modelos de interacciones políticas; una
crisis de la capacidad de gobernar, con una
oposición dividida, compuesta por decenas
de partidos, aunque también de múltiples grupúsculos sociales, profesionales, étnicos y territoriales.
loan Mihailescu
y la inflación. Desde esta perspectiva, los inversores extranjeros pueden aparecer c o m o
enemigos potenciales. Los programas gubernamentales m á s prudentes chocan con las viejas
mentalidades que consideran al Estado c o m o
el padre de la nación, el dueño y señor absoluto que debe garantizar a todos un empleo y u n
salario. Los aspectos políticos, financieros y
psicológicos se entremezclan y dan lugar a
círculos viciosos.
La reconstrucción teórica
y metodológica
E n esta situación tan difícil, las ciencias sociales se consideran importantes medios auxiliares. Ministros, directores de empresas y sindicatos recurren a los sociólogos, economistas,
psicólogos o politólogos. L a investigación en
ciencias sociales es objeto de una gran d e m a n da social; pero a veces se sobrevalora su posible contribución. Tras un largo período en el
que la sociología y la psicología se consideraban disciplinas casi ocultas, hoy se esperan
milagros de ellas. Algunos especialistas se alegran demasiado pronto con este prestigio inesperado. Las ciencias sociales no pueden dar de
sí m á s de lo que son normalmente capaces.
Las esperanzas excesivas darán probablemente
paso a la desilusión, y entonces las ciencias
La lista de problemas y dificultades podría sociales se convertirán en el chivo expiatorio
aún prolongarse si se toman en consideración de una sociedad insatisfecha. Tanto m á s cuanla educación, el espíritu cívico, la religión, la to que la sociología científica tiene que hacer
cultura, las relaciones interétnicas, las dispa- frente al auge de una sociología espontánea,
ridades sociales o las relaciones entre genera- obra de periodistas y políticos.
ciones. Ningún sector de la sociedad está a
Aunque desde el punto de vista económico
salvo.
Rumania es un país poco desarrollado, posee
Todos los grupos sociales del país están de un buen nivel en ciencias sociales. En primer
acuerdo en que la situación debe cambiar lo lugar, la mayoría de las disciplinas cuentan
antes posible. Pero las mejoras a corto plazo con una larga tradición. El período entre las
son poco probables, ya que de m o m e n t o faltan dos guerras mundiales fue el m á s fecundo en el
los factores principales: una infraestructura plano de los progresos teóricos y metodológimoderna, una m a n o de obra calificada acorde cos. La escuela rumana de sociología llegó a
con las exigencias técnicas modernas, capitales ser una de las m á s conocidas de Europa y sus
locales y extranjeros, personal directivo capaz contribuciones metodológicas se siguen utilide administrar las empresas en una economía zando hasta ahora en los grandes institutos de
de mercado. La situación se complica aún m á s investigación de los países occidentales. Las
si se tienen en cuenta las actitudes de las diver- escuelas rumanas de antropología, historia y
sas categorías sociales ante los cambios. Algu- geografía h u m a n a gozaban entonces del reconos grupos sociales y sindicales, sobre todo los nocimiento mundial.
obreros, muestran resistencia o incluso hostiliEste auge se interrumpió después de la Sedad a los cambios porque temen el desempleo gunda Guerra Mundial. Para el régimen c o m u -
Las ciencias sociales ante los cambios en Rumania
nista, la sociología era una ciencia burguesa y
reaccionaria; la única psicología permitida era
la pavloviana; en cuanto a la antropología y la
etnología, ambas se redujeron a una etnografía
descriptiva. La única que conservaba un lugar
privilegiado era la economía política, pero
sólo c o m o medio de justificar a posteriori las
políticas económicas. Tras 45 años de dictadura, las ciencias sociales se encuentran hoy en
una situación sin salida. Para el poder c o m u nista, las ciencias sociales eran poco útiles o
incluso peligrosas; no se admitía su posible
contribución a la solución de los problemas
sociales, ya que todas las "soluciones" e m a n a ban de la "sabiduría" del partido único. S u
función crítica no podía manifestarse, dado
que "el mejor de los m u n d o s " estaba fuera del
alcance de toda crítica. A comienzos de la era
comunista, el poder utilizó las ciencias sociales c o m o medio de conseguir la legitimidad
que le faltaba. E n cuanto se sintió suficientemente fuerte, esa función de las ciencias sociales dejó de serle necesaria; ninguna fuerza social era ya capaz de discutir la legitimidad. E n
el decenio de 1980, las ciencias sociales, inútiles para los grandes dirigentes políticos, quedaron reducidas a una función "decorativa".
Las reacciones de los especialistas a esta presión del poder político difirieron unas de
otras. Desde el principio del reinado comunista, la comunidad científica rumana se había
dividido: algunos especialistas en ciencias sociales abandonaron sus investigaciones y se
refugiaron en otras profesiones; algunos aceptaron el juego impuesto por el partido c o m u nista y fueron recompensados por sus servicios; otros fingieron someterse a las exigencias
del poder para poder proseguir sus trabajos a
escondidas; y. por último, otros, rehusando
todo compromiso, entraron en conflicto abierto con el régimen y pagaron su audacia con la
prohibición de sus obras, el exilio o la cárcel.
Estas dos últimas actitudes fueron las únicas
útiles desde el punto de vista científico: los
trabajos de estos investigadores se publicaron
en el extranjero (muchas veces sin conocer el
origen de los autores) o se están publicando
actualmente en Rumania. La calidad científica
de estos trabajos es m u y desigual. Los hay de
alto nivel, reconocidos por los grandes institutos de investigación de los países desarrollados. E n relación con la mayoría de los países
en desarrollo, Rumania tiene excelentes espe-
143
cialistas en ciencias sociales, pero siguen siendo insuficientes en comparación con las grandes necesidades sociales del país. Algunos de
los mejores especialistas rumanos se han dispersado por el m u n d o y la mayoría han puesto
sus conocimientos a disposición del nuevo régimen. L a formación de nuevos especialistas
en ciencias sociales exigirá varios años, mientras que la solución de los problemas sociales
es urgente.
El reducido número de especialistas constituye u n obstáculo importante en las nuevas
condiciones posrevolucionarias, que requieren
unos recursos humanos considerables. Contribuye a agravar esta escasez de especialistas la
reproducción de ciertos estereotipos mentales
e institucionales. M u c h o s investigadores son
incapaces de concebir y realizar de manera
autónoma u n proyecto de investigación, establecer la jerarquía de los problemas que es
preciso estudiar, defender a un grupo social
desfavorecido o militar por sus convicciones.
Las razones son de orden subjetivo y objetivo.
Para sobrevivir, los institutos de investigación
tuvieron que someterse a la arbitrariedad del
poder comunista. Aunque varios investigadores se rebelaron contra la intromisión del poder político en la actividad científica, esta prolongada práctica generó estereotipos. M u c h o s
investigadores siguen esperando las órdenes o
las consignas del poder y evitan tomar iniciativas que puedan provocar su descontento.
Las ciencias sociales rumanas atraviesan
actualmente una etapa de crítica teórica y m e todológica. Los ideólogos del partido comunista impusieron en el decenio de 1980 un marxismo cada vez m á s simplificador. A las personas "inconformistas" se les instaba periódicamente a atenerse a la ortodoxia. Pese a estas
presiones, las publicaciones de ciencias sociales ofrecían una gran diversidad teórica y m e todológica. Los investigadores preparados utilizaban, gracias a diversas técnicas de simulación, los últimos adelantos en la esfera de las
ciencias sociales. C o n la etiqueta marxista se
presentaban corrientes teóricas m u y diferentes
del marxismo, incluso opuestas a éste. Las
publicaciones de los años setenta y ochenta
ofrecen múltiples ejemplos de análisis sociales
totalmente contrarios a la teoría marxista. Los
empleados subalternos de la censura aceptaban a veces convertirse en cómplices de los
autores, sabiendo que los grandes censores
144
eran lo bastante ignorantes c o m o para avalar
sus decisiones.
Existen pues en R u m a n i a especialistas que
conocen bien las últimas tendencias teóricas y
metodológicas, los cuales están dispuestos a
aplicar sus conocimientos a la explicación de
las realidades sociales nacionales. Pero esta
alternativa no es la única ni quizá sea tampoco
la mejor posible. Pese a las ambiciones de
muchos autores, las teorías de las ciencias sociales son de mediano alcance y llevan a explicaciones históricas y regionales. La situación
de los países de Europa Oriental es completamente nueva y ninguna de las grandes teorías
existentes explica el paso del socialismo totalitario a la democracia. Los intentos teóricos y
metodológicos occidentales, aunque necesarios, son insuficientes para explicar las nuevas
realidades económicas, sociales y políticas de
Europa Oriental. Es menester realizar un esfuerzo considerable para elaborar nuevos planteamientos teóricos y metodológicos. A u n q u e
el potencial científico capaz de realizar tal esfuerzo es m u y reducido, se puede intentar. L a
búsqueda de nuevas teorías y metodologías no
está exenta de dificultades. Se pone de manifiesto una vigorosa condena de las teorías marxistas o de las finalidades socialistas. Pero el
rechazo del marxismo es muchas veces sólo de
palabra; algunos investigadores, contrariamente a lo que afirman, no pueden librarse de los
viejos estereotipos mentales y verbales que
han manejado toda su vida. E n estas condiciones, no es exagerado afirmar que la reconstrucción teórica y metodológica sólo pueden llevarla a cabo los jóvenes investigadores. Es
evidente que esta afirmación provoca fricciones entre generaciones y desagrada a los investigadores reconocidos que ocupan los mejores
puestos en la investigación.
La reorganización
de las ciencias sociales
Los cambios sociales y políticos en Rumania
han tenido ya consecuencias importantes para
las ciencias sociales, sobre todo en lo que respecta a su organización. Si la reconstrucción
teórica y metodológica requiere m u c h o tiempo, la reorganización institucional se ha hecho
rápidamente. Los principales artífices de esta
empresa (el gobierno, los institutos de investi-
loan Mihailescu
gación, las universidades) se pusieron de
acuerdo sin dificultad sobre los cambios que
había que introducir. Los institutos de investigación que se habían suprimido en los últimos
veinte años reanudaron su actividad y se organizaron otros nuevos. L a sociología y la psicología, que fueron las que tropezaron con m a yores dificultades en el período anterior, son
hoy las principales beneficiarias de esta reorganización. E n las grandes ciudades del país
(Bucarest, Iasi, Cluj, Timisoara, Brasov, Sibiu,
Craiova) funcionan actualmente institutos o
centros de investigación en sociología y psicología. E n casi todos los 41 departamentos del
país existen pequeños núcleos de investigación. La de tipo económico, concentrada antes
en un solo gran instituto nacional, se realiza
ahora en unos 20 institutos especializados. E n
los principales centros universitarios han iniciado su actividad nuevos institutos de investigación en antropología, historia, ciencias de
la educación y ciencias jurídicas y políticas. L a
mayoría de los institutos de investigación en
ciencias sociales dependen orgánicamente de
la Academia R u m a n a de Ciencias, pero sus
vínculos con ésta son sobre todo de carácter
administrativo yfinanciero,mientras que, por
lo que se refiere a la investigación, disfrutan
de una autonomía prácticamente completa.
En casi todos los campos de las ciencias
sociales se han organizado asociaciones profesionales: la Asociación R u m a n a de Sociología,
la Asociación Nacional de Psicología, la Asociación Nacional de Ciencias de la Educación,
la Asociación Nacional de Historia, dos asociaciones de economistas, varias asociaciones
de juristas, etc. Estas asociaciones tienen por
objeto el fomento de la investigación disciplinaria, la defensa de los intereses de los especialistas, la organización de congresos y reuniones científicas, la publicación de revistas y la
promoción de la cooperación científica internacional. Persiguen objetivos específicos algunas asociaciones culturales o interprofesionales (el G r u p o de Diálogo Social, la Sociedad de
Mañana, las sociedades "Astra" y " L a F a m i lia"), que tratan de subsanar la falta de información científica. Algunas manifiestan una
actitud m u y crítica hacia el poder y, a veces,
desempeñan funciones políticas.
La enseñanza universitaria de las ciencias
sociales se ha reorganizado por completo. Las
facultades de sociología y de psicología, que se
145
Las ciencias sociales ante los cambios en Rumania
habían suprimido en 1977, han reanudado sus
actividades y se han creado nuevas facultades.
El número de estudiantes de primer año de
sociología y psicología superará los 2.000. El
doctorado en sociología y psicología se obtiene
en las universidades de Bucarest, Iasi y Cluj.
Durante el curso académico 1990/1991, el número de estudiantes de ciencias económicas
ascenderá a m á s de 30.000 y el de estudiantes
de derecho a m á s de 5.000. La precaria infraestructura técnica de las universidades (falta de laboratorios, de aulas y de seminarios) y
la escasez de personal docente limitan de m o mento el incremento del número de estudiantes. E n los próximos años se establecerá u n
nuevo sistema de ingreso en la universidad.
Las universidades tienen actualmente una
gran autonomía y los profesores c o m o los
alumnos insisten en que ésta sea reconocida
por la ley.
gación que dependen de los ministerios y las
grandes empresas industriales. Los presupuestos de los ministerios se han recortado y la
mayoría de las empresas atraviesan grandes
dificultades financieras. Los ahorros presupuestarios que las empresas se ven obligadas a
realizar han afectado en primer lugar a la financiación de la investigación, es decir, a uno
de los medios m á s importantes para sacar al
país del marasmo. La situación es harto c o m plicada: los ministerios, las empresas, las administraciones locales, los partidos políticos y
los sindicatos insisten en la importancia de la
investigación en ciencias sociales, pero no pueden o no quierenfinanciarla.Y la buena voluntad de los investigadores no basta para realizar proyectos ambiciosos de investigación.
Prioridades d e la investigación
La lista de prioridades en el c a m p o de las
ciencias sociales es m u y extensa, dado que los
problemas sociales en Rumania son múltiples
y complejos. Por ello, todas las esferas de la
vida económica, social y política son prioritaTanto las nuevas c o m o las viejas instituciones rias. Las nuevas condiciones sociales y polítide investigación y enseñanza se enfrentan con cas imponen algunas necesidades perentorias:
conflictos internos, ya sea declarados o laten- - En la esfera económica: el paso de una ecotes, entre los partidarios de un cambio radical
nomía dirigida y centralizada a una econoy rápido y los que desean mantener las viejas
mía de mercado; el establecimiento de nueestructuras que los favorecen. Estos últimos
vos equilibrios intersectoriales: la elaborasuelen ser criticados desde el punto de vista
ción de un nuevo sistema de precios; la
profesional o moral por sus estudiantes o sus
reconversión de las grandes empresas induscolegas. Algunos especialistas a los que se crititriales poco o nada rentables; el establecica quieren afianzar sus posiciones poniéndose
miento de nuevas relaciones de propiedad;
al servicio del poder y tratando de dar u n
la reorganización de las empresas; la formaaspecto político a estas polémicas. Estos conción de personal directivo y de especialistas
flictos que el poder, por razones poco claras, capaces de dominar los mecanismos de la
desea ignorar, pueden agudizarse en los próxieconomía de mercado; la creación de nuevos
m o s meses y quebrantar seriamente varias insincentivos para los trabajadores con objeto
tituciones, organizaciones y asociaciones. D e de superar la situación actual de desgana e
todas maneras, una solución se impone, ya
indisciplina; el establecimiento de un sisteque los conflictos internos paralizan la activim a interno e internacional de comercialidad de varias instituciones y pueden provocar
zación.
movimientos estudiantiles.
- En la esfera política: el estudio de los proceLa financiación de la investigación en ciensos de democratización; la descentralización
cias sociales tropieza con grandes dificultades.
del poder político; la reducción de la violenLas instituciones de investigación, pertenecia política; el funcionamiento de nuevas
cientes a la Academia R u m a n a de Ciencias,
instituciones políticas; el estudio de la situaestán financiadas con cargo al presupuesto del
ción de las antiguas instituciones políticas
Estado. La situación es m u c h o m á s difícil en
totalitarias; la determinación de los medios
los pequeños centros y laboratorios de investide dar una cultura política a la población; el
Conflictos d e intereses
y dificultades de financiación
d e la investigación
146
estudio de las relaciones entre los poderes
del Estado y la búsqueda de posibilidades de
superar la confusión actual; la realización de
estudios ad legem ferrenda para orientar la
preparación de nuevas leyes.
- En la esfera social: el análisis de las relaciones entre los grupos sociales; la instauración
de un nuevo sistema nacional de educación y
de formación con el objetivo de elevar rápidamente el nivel cultural de la población; el
estudio de las causas de los conflictos étnicos
y la determinación de los medios de prevención; la creación de un nuevo sistema de
protección social; el estudio de las consecuencias sociales de un desempleo creciente;
el análisis de las causas y consecuencias sociales de la emigración; las relaciones entre
el poder central y las colectividades locales
que aspiran a una mayor autonomía; la situación de las personas sin hogar; y las consecuencias sociales de las nuevas tecnologías.
- E n la esfera cultural: el estudio de los viejos
estereotipos mentales y de comportamiento
y sus consecuencias en los procesos de c a m bio; los conflictos culturales entre los grupos
sociales y étnicos: la relación nacionalismocosmopolitismo en el proceso de integración
europea; la influencia de los medios de comunicación extranjeros en la población rum a n a ; la función de los medios rumanos de
comunicación; la imagen de Rumania en los
demás países europeos y la explicación de las
percepciones desfavorables; y la determinación de los medios para desarrollar la cooperación cultural europea.
La mayoría de los problemas citados figuran en los programas de los institutos de investigación, al menos en el plano de las intenciones. Así pues, el principal objetivo de las
ciencias sociales es contribuir a la reconstrucción económica, social y moral del país, objetivo que puede parecer exagerado si se tienen
en cuenta los modestos recursos intelectuales y financieros que se han movilizado con
este fin.
Los investigadores en ciencias sociales
coinciden en las nuevas prioridades de la investigación, pero no en los medios de alcanzar
los objetivos propuestos.
El m u n d o de las ciencias sociales se ha
fragmentado de nuevo en varios grupos. U n a
parte, minoritaria por el m o m e n t o , apoya una
reforma radical de la sociedad, el paso rápido
loan Mihailescu
a la economía de mercado, la eliminación de
todas las instituciones y estructuras de tipo
comunista y el rechazo de cualquier intento
neocomunista. La actitud de este grupo es sumamente crítica hacia el poder, al que acusa
de fraudes electorales, de recurrrir a las viejas
prácticas comunistas, de manipular la opinión
pública y de ocultar la verdad sobre la revolución de diciembre y los conflictos que siguieron. Los sucesos del 13 al 15 de junio de 1990
y la irrupción escandalosa de los mineros en la
capital acentuaron el descontento de este grupo. L a caza de brujas desencadenada contra
los intelectuales radicales ha contribuido a aumentar el número de los que rehusan su apoyo
al poder.
U n a segunda categoría de investigadores
está constituida también por partidarios de u n
cambio radical y rápido, pero que se contentan
con manifestar su desconfianza, sin entrar en
oposición abierta con el poder. La confianza
que imperó las primeras semanas que siguieron a la revolución ha dado paso gradualmente a actitudes m á s reservadas. Muchos especialistas en ciencias sociales quieren vengarse así
del falso consenso ritual al que los tenía sometidos el régimen comunista.
U n a tercera categoría de investigadores
(integrada sobre todo por los partidarios de
una transición lenta y menos radical) ha aceptado colaborar estrechamente con el nuevo poder político y algunos de ellos son hoy parlamentarios o altos funcionarios. Es probable
que las relaciones de distinta índole que los
especialistas en ciencias sociales mantienen
con las autoridades estatales provoquen conflictos intraprofesionales.
M u c h o s investigadores estiman que la consecución de los objetivos propuestos depende
en gran medida de la intensificación de la
cooperación científica internacional. Entre las
instituciones universitarias y de investigación
de Rumania y las de los países desarrollados se
han concertado numerosos convenios de cooperación, pero los resultados son m á s bien
modestos hasta ahora. La evolución política
del país ha congelado por un período indeterminado la mayoría de las posibilidades de cooperación. Esta circunstancia ha contribuido a
acrecentar el descontento de los investigadores
rumanos, para quienes, sin una vigorosa cooperación científica internacional, Rumania no
podrá salir del atolladero.
Servicios
profesionales
y documentales
Calendario de reuniones internacionales
La redacción de la Revista no puede ofrecer ninguna información complementaria sobre estas reuniones.
1992
Forum jeunesse des communautés européennes: Réunions sur la dimension sociale européenne et la jeunesse
Forum de la jeunesse des communautés européennes, rue Joseph II 112,
B-1040 Bruxelles (Belgique)
12-15 marzo
Annapolis
(Estados Unidos)
Comparative and International Education Society: Conférence annuelle
(Thème: La crise dans la qualité de l'éducation)
CIES, 428 Baldy Hall, Suny Buffalo, Buffalo, NY 14260 (Estados Unidos
de América)
8-11 abril
Strawberry Hill
(Reino Unido)
La religion dans la "Maison c o m m u n e de l'Europe'
Prof K.N. Medhursl, Dept. of European Studies, Universitv of Bradford,
W. Yorks BDI (Reino Unido)
12-16 abril
Canberra
(Australia)
Fédération mondiale pour la santé mentale: Conférence régionale du
Pacifique
Mr. Elliget, Psychiatric Rehabilitation Assoc, P.O. Box 182, Redfern,
NSW 2016 (Australia)
20-24 abril
Valencia
(España)
Conselleria d'obres publiques, urbanisme i transports: 5è Congrès iberoaméricain sur l'urbanisme
Conselleria d'obres publiques, urbanisme i transports, Blasco Ibáñez 50,
46010 Valencia (España)
30 abril-2 m a y o
Denver
(Estados Unidos)
Population Association of America: Réunion
PA4, 1429 Duke Street, Alexandria, VA 22314-3402
(Estados Unidos de América)
Mayo
Graz
(Austria)
Union géographique internationale; Commission "Santé et développement": Aspects pratiques de la santé dans les pays en développement
Prof. W. Six!, Geomedizinische Forschungsstelle, Hygiene Institut der
Universität, Universitälsplatz 4, A-8010 Graz (Austria)
25-29 m a y o
Saint-Cloud, París
(Francia)
Centre de Biogéographie - Ecologie; European Society for Soil Conservation; Union géographique internat.: Colloque internat, sur l'érosion
des terres agricoles en milieu tempéré de plaines et de collines
Stanislas Wicherek, Centre de Biogéographie - Ecologie, Ecole normale
sup. de Fontenay - Saint-Cloud, Av. de la Grille d'Honneur - Le Parc,
92211 Saint-Cloud (Francia)
148
Servicios profesionales y documentales
Junio
San José
(Costa Rica)
Association internat, des sciences économiques: Conférence (Thème:
Démocratie et développement)
AISE, Secrétariat, 23 rue Campagne Première, 75014 Paris (Francia)
1-12 junio
Río de Janeiro
(Brasil)
Programme des Nations Unies pour l'Environnement: Conférence sur
l'environnement et le développement
PNUE, Tour Mirabeau, 39-43 quai André Citroën, 75739 Paris Cedex 15
(Francia)
27 junio-3 julio
Okinawa
(Japón)
Association scientifique du Pacifique: 7è Congrès (Thème: Le Pacifique
- Carrefours de culture et de nature)
PSA, PO Box 17801, Honolulu. HI 96817-0801 (Estados Unidos de América)
13-17 julio
Viena
(Austria)
Institut internat, des sciences administratives: 22e Congrès international
USA, 1 rue Defacqz, Ble 11, B-1050 Bruxelles (Bélgica)
19-24 julio
Bruselas
(Bélgica)
Union internat, de psychologie scientifique; Société belge de pshychologie: 25e Congrès international
Paul Eelen, Secret. Comité programme scientifique, 25e Congrès internat, de psychologie, Tiensestraat 102, B3000 Louvain (Bélgica)
27-31 julio
Kyoto
(Japón)
Association internat, pour la paix: 14e Conférence générale (Thème:
Défis du changement de l'ordre global)
IPRA, Antioch College, Yellow Springs, Ohio 45387 (Estados Unidos de
América)
4-7 agosto
Los Ángeles
(Estados Unidos)
Union géographique internationale; Commission géographie humaine:
Colloque sur les nouveaux systèmes migratoires et le changement ethnique des populations des grandes villes
Prof. C. Roseman, Depl. of Geography, University of Southern California. Los Angeles, CA 90089 (Estados Unidos de América)
9-14 agosto
Washington. D C
Union géographique internationale: 27e Congrès international
Dr. AR. de Souza, Secr.-gén., 27th IGU Congress, 1145-17th Street
N. W.. Washington, DC 20036 (Estados Unidos de América)
24-28 agosto
Moscú
Association internationale des sciences économiques: 10e Congrès m o n dial
Ms J. Jennings, STICERD,
LSE, Houghton Street, London WC2A 2AE
(Reino Unido)
26-29 agosto
Viena
Centre interdisciplinaire de la recheche comparative en sciences sociales: 1ère Conférence européenne de sociologie
ICCR, Hamburgstrasse 14/20, A-1050 Vienne (Austria)
30-agosto-5 sept. Nueva Delhi
Fédération internat, des associations de bibliothécaires et des bibliothèques: 58e Conférence générale (Thème: La bibliothèque et les perspectives de la politique d'information)
IFLA, P.O. Box 95312, 2509 CH La Haye (Países Bajos)
31 agosto-4 sept.
Louvaina
(Bélgica)
Université de Louvain; Faculté des lettres: 2e Conférence internat, sur
le maintien et la perte des langues minoritaires
Steunpunt Nederlands als Tweede Taal, Faculté des lettres. Université de
Louvain, Bhjde Inkomstslraat 7, 3000 Louvain (Bélgica)
Septiembre
París
Association française de science politique: Congrès
AFSP, 224 Bid Saint-Germain, 75007 Paris (Francia)
16-20 sept.
Heidelberg
(Rep. fed.
de Alemania)
University of Heidelberg: 1ère Conf. internat, d'études européennes
Prof. A.J.R. Groop, Rutherford College, University of Kent, Canterbury
CT2 7NX (Reino Unido)
Servicios profesionales y documentales
149
14-16 oct.
París
European Business Ethics Network; Centre d'éthique de l'entreprise;
Assoc, professionnelle des sociologues: Colloque international (Thème:
Les responsabilités des acteurs économiques dans le façonnage des villes)
Colloque EBEN, Londez Conseil, 116 Av. Gabriel Péri, 93400 SaintOuen (Francia)
15-20 nov.
Nueva York
(Estados Unidos)
Assoc, for the Advancement of Policy, Research and Development in
the Third World: Conférence 1992 sur le Nouvel ordre mondial - U n
défis pour la conduite internationale
Mekki Mtewa, Assoc, for the Advancement of Policy, Research and
Development in the Third World, P.O. Box 70257, Washington, DC
20024-0257 (Estados Unidos de América)
-
Trier
(Rep. fed.
de Alemania)
Centre d'études européennes: 2è Conférence européenne des sciences
sociales
Centre d'études européennes, Prof. Bernd Hamm,
Université de Trier,
B.P. 3825, D-5000 Trier (Rep. fed. de Alemania)
Abril
Aberdeen
(Reino Unido)
Aberdeen University African Studies Group: Colloque sur les cartes et
l'Afrique
J. Stone, Director, Aberdeen Univ. African Studies Group, G10 Old
Brewery, King's College, Aberdeen AB9 2UF (Reino Unido)
23-27 agosto
Chiba
(Japón)
Fédération mondiale pour la santé mentale: Congrès mondial (Thème:
La santé mentale au 21e siècle - technologie, culture et qualité de la
vie)
WFMH'93
Japan, c/o Inter Group Corp., Akasaka Yamakatsu Bldg,
8-5-32, Akasaka, Minato-ku, Tokyo 107 (Japón)
Cuba
Fédération internat, des association des bibliothécaires et des bibliothèques: Conférence générale
1FLA, P.O. Box 95312, 2509 CH La Haye (Países Bajos)
Praga
(Checoslovaquia)
Union géographique internationale: Conférence régionale sur l'environnement et la qualité de la vie en Europe centrale
Dr. T. Kucera, Seer, of the Organizing Committee, IGC, Albertov 6, 128
43 Prague 2 (Checoslovaquia)
1993
1994
22-26 agosto
Libros recibidos
Ciencia y Conocimiento
Sociología
Población
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Entre le temps et l'éternité. Paris,
Fayard, 1988. 222 p. fig. bibl.
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£9.99.
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N e w York! United Nations, 1991.
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Filosofía y Psicología
Gonzales, Leonardo Iglesias; Silva,
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El caso nuevo León. Monterrey,
Ciencia Política
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ration of Free Trade Unions. The
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£8.95.
African Development Challenge:
Bousmanne, Lucien. Pouquoi j'ai foi
en l'homme... mais pas en ses idées:
Ou le défi de Socrate. Paris. La pensée universelle, 1 9 9 1 . 605 p .
142,50 F.
152
Libros recibidos
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25-27 Oct. 1989. Brussels, I C F T U ,
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Literatura
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Derecho
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Directories / Répertoires mondiaux
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Bibliographie internationale des
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des cours d'information dans les
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sos en información en ciencias so- mación y documentación en cien- sciences sociales / Repertorios
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154
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Institutions, 1990, 5th ed. /Réper- tion et de recherche en droit interna-de revistas especializadas en cientoire mondial des sciences sociales /tional / Repertorio mundial de insti-cias sociales. Paris, U N E S C O ,
Repertorio mundial de instituciones tuciones de formación y de investi- 1991. 1264 p. index. (World Social
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C O , 1990. 1211 p. (World Social
Paris, U N E S C O , 1990. 387 p.
sciences sociales / Servicios m u n Science Information Directories /
(World Social Science Information
diales de información sobre las
Répertoires mondiaux d'informaDirectories / Répertoires mondiaux
ciencias sociales.) 150 F.
tion en sciences sociales / Repertod'information en sciences sociales /
rios mundiales de información soRepertorios mundiales de informabre las ciencias sociales.) Encuaderción sobre las ciencias sociales.)
nado 225 F.
90 F.
* Cómo obtener estas publicaciones: a) Las publicaciones de la U N E S C O que lleven precio pueden obtenerse en la
Editorial de la U N E S C O , Servicio de Ventas, 7 Place de Fontenoy, 75700 París o en los distribuidores nacionales;
b) las co-publicaciones de la U N E S C O pueden obtenerse en todas aquellas librerías de alguna importancia o en la
Editorial de la U N E S C O .
Números aparecidos
Desde 1949 hasla 1958. esta Revista se publicó con el título de International Social Science Bulletin/Bulletin internation
sciences sociales. Desde 1978 hasla 1984, la RICS se ha publicado regularmente en español y, en 1987, ha reiniciado su edición
española con el número 114. Todos los números de la Revista están publicados en francés y en inglés. Los ejemplares anteriores
pueden comprarse en la U N E S C O . División de publicaciones periódicas, 7, Place de Fontenoy, 75700 París (Francia).
Los microfilms y microfichas pueden adquirirse a través de la University Microfilms Inc., 300 N Zeeb Road, Ann Arbor, MI 48106
(USA), y las reimpresiones en Kraus Reprint Corporation, 16 East 46th Street. Nueva York. N Y 10017 (USA). Las microfichas
también están disponibles en la U N E S C O , División de publicaciones periódicas.
Vol. XI, 1959
Vol. XVIII, 1966
Num.
Num.
Num.
Num.
N u m . I H u m a n rights in perspective*
N u m . 2 Modern methods in criminology*
N u m . 3 Science and technology as development
factors*
N u m . 4 Social science in physical planning*
1 Social aspects of mental health*
2 Teaching of the social sciences in the U S S R *
3 The study and practice of planning*
4 N o m a d s and nomadism in the arid zone*
Vol. XII, I960
Vol. XIX, 196 7
N u m . 1 Citizen participation in political life*
N u m . 2 The social sciences and peaceful
co-operation*
N u m . 3 Technical change and political decision*
N u m . 4 Sociological aspects of leisure*
Num.
Num.
Num.
Num.
Vol. XIII, 1961
Vol. XX, 1968
Num.
Num.
Num.
Num.
N u m . 1 Theory, training and practice
in management*
N u m . 2 Multi-disciplinary problem-focused research*
N u m . 3 Motivational patterns for modernization*
N u m . 4 The arts in society*
1 Post-war democratization in Japan*
2 Recent research on racial relations*
3 The Yugoslav c o m m u n e *
4 The parliamentary profession*
Vol. XIV, 1962
Num.
Num.
Num.
Num.
1 Images of w o m e n in society*
2 Communication and information*
3 Changes in the family*
4 Economics of education*
Vol. XV, 1963
Num.
Num.
Num.
Num.
1 Opinion surveys in developing countries*
2 Compromise and conflict resolution*
3 Old age*
4 Sociology of development in Latin America*
Vol. XVI, 1964
1 Linguistics and communication*
2 The social science press*
3 Social functions of education*
4 Sociology of literary creativity
Vol. XXI, 1969
Num.
Num.
Num.
Num.
1 Innovation in public administration
2 Approaches to rural problems*
3 Social science in the Third World*
4 Futurology*
Vol. XXII, 1970
Num.
Num.
Num.
Num.
1 Sociology of science*
2 Towards a policy for social research*
3 Trends in legal learning*
4 Controlling the h u m a n environment*
Vol. XXIII, 1971
N u m . 1 Data in comparative research*
N u m . 2 Leadership and economic growth*
N u m . 3 Social aspects of African resource
development*
N u m . 4 Problems of surveying the social science
and humanities*
N u m . 1 Understanding aggression
N u m . 2 Computers and documentation in the social
sciences*
N u m . 3 Regional variations in nation-building*
N u m . 4 Dimensions of the racial situation*
Vol. XVII, 1965
loi. XXIV, 1972
Num.
Num.
Num.
Num.
Num.
Num.
Num.
Num.
1
2
3
4
M a x Weber today/Biological aspects of race*
Population studies*
Peace research*
History and social science*
1
2
3
4
Development studies*
Youth: a social force?*
The protection of privacy*
Ethics and institutionalization in social
science*
156
Números aparecidos
Vol. XXV, 1973
Vol. XXXIV, 1982
N ú m . 1/2 Autobiographical portraits*
N u m . 3 The social assessment of technology*
N u m . 4 Psychology and psychiatry at the crossroads
Núm.
Núm.
Núm.
Núm.
Vol. XXVI, 1974
N u m . 1 Challenged paradigms in international
relations*
N u m . 2 Contributions to population policy*
N u m . 3 Communicating and diffusing social science*
N u m . 4 The sciences of life and of society*
91
92
93
94
Vol. XXXV
Num.
Núm.
Núm.
Núm.
95
96
97
98
Imágenes de la sociedad mundial
El deporte
El hombre en los ecosistemas
Los componentes de la música
1983
El peso de la militarización
Dimensiones políticas de la psicología
La economía mundial: teoría y realidad
La mujer y las esferas de poder
Vol. XXVII, 1975
Vol. XXXVI, 1984
N u m . 1 Socio-economic indicators: theories
and applications*
N u m . 2 The uses of geography
N u m . 3 Quantified analyses of social phenomena
N u m . 4 Professionalism in flux
N ú m . 99 La interacción por medio del lenguaje
N ú m . 100 La democracia en el trabajo
N ú m . 101 Las migraciones
N ú m . 102 Epistemología de las ciencias sociales
Vol. XXVIII, 1976
N u m . 1 Science in policy and policy for science*
N u m . 2 The infernal cycle of armament*
N u m . 3 Economics of information and information
for economists*
N u m . 4 Towards a new international economic
and social order*
Vol. XXIX, 1977
N u m . 1 Approaches to the study of international
organizations
N u m . 2 Social dimensions of religion
N u m . 3 The health of nations
N u m . 4 Facets of interdisciplinarity
Vol. XXX, 1978
N u m . 1 La territorialidad: parámetro político
N u m . 2 Percepciones de la interdependencia mundial
N ú m . 3 Viviendas humanas: de la tradición
al modernismo
N ú m . 4 La violencia
Vol. XXXI, 1979
N u m . 1 La pedagogía de las ciencias sociales:
algunas experiencias
N ú m . 2 Articulaciones entre zonas urbanas y rurales
N ú m . 3 Modos de socialización del niño
N ú m . 4 En busca de una organización racional
Vol. XXXII, 1980
N ú m . 1 Anatomía del turismo
N ú m . 2 Dilemas de la comunicación: ¿tecnología
contra comunidades?
N ú m . 3 El trabajo
N ú m . 4 Acerca del Estado
Vol. XXXVII, 1985
Núm.
Núm.
Num.
Num.
103 International comparisons
104 Social sciences of education
105 Food systems
106 Youth
Vol. XXXVIII, 1986
Num.
Num.
Num.
Num.
107 Time and society
108 The study of public policy
109 Environmental awareness
110 Collective violence and security
Vol. XXXIX, 1987
Num.
Num.
Num.
Num.
111 Ethnic phenomena
112 Regional science
113 Economic analysis and interdisciplinary
114 Los procesos de transición
Vol. XL, 1988
Num.
Núm.
Núm.
Núm.
115 Las ciencias cognoscitivas
116 Tendencias de la antropología
117 Las relaciones locales-mundiales
118 Modernidad e identidad: un simposio
Vol. XLI, 1989
N ú m . 119 El impacto mundial de la Revolución
francesa
N ú m . 120 Políticas de crecimiento económico
N ú m . 121 Reconciliar la biosfera y la sociosfera
N ú m . 122 El conocimiento y el Estado
Vol. XLI I, 1990
Núm.
Núm.
Núm.
Núm.
123 Actores de las políticas públicas
124 El campesinado
125 Historias de ciudades
126 Evoluciones de la familia
Vol. XXXIII, 1981
Vol. XLI II, 1991
N ú m . 1 La información socioeconómica: sistemas,
usos y necesidades
N ú m . 2 En las fronteras de la sociología
N ú m . 3 La tecnología y los valores culturales
N ú m . 4 La historiografía moderna
Núm.
Núm.
Núm.
Núm.
*Números agotados
127 Estudio de los conflictos internacionales
128 La hora de la democracia
129 Repensar la democracia
130 Cambios en el medio ambiente planetario
ACABA DE PUBLICARSE
Lista mundial de revistas
especializadas
en ciencias sociales
Este repertorio ha sido directamente producido a partir del Banco de datos D A R E
en la U N E S C O y contiene información detallada sobre más de 4 400 revistas
publicadas en los países desarrollados, así c o m o en los países en desarrollo,
incluyendo las revistas bibliográficas y de resúmenes analíticos.
Para adquirir este repertorio se ruega escribir a
Editorial de la UNESCO
7, place de Fontenoy
75700 Paris. Francia
Fax: (1)42.73.30.07
CONTRIBUCIONES
Estudios Intcrdiscipllnßrios sobre Desarrollo y Cooperación Internacional
Editor
Kofind-A«tMMf8Urtuit| Asociación Ctvll
Ctmro tnterdltetallaario da Eihrtio*
•obra #1 Daaarrotlo LaunoerMrkaao
Director; Malawi WltlcuMner
C o U b o n d o m dtl Centn
Judith BolMM. Carlota Jecihch,
Cario* Mena, Ornar ronca,
Hannann SdnwMtr, Laun VUarratl,
Halrmit WltUbMrftr
A d n a t U n c U « y DonimaaUclon
Cario« Maila, Ornar ronca
Judith Bojnan, Carlota Jickbch.
Harmam SdmaMar. Laura VRiamitl,
lltlmut ffltleMbUifar
iSaertUria d« Rtdacclon
Laura VIDanual
H a n a Heinrich Funke
La nueva Constitución de Colombia. Una breve introducción
Mario Varfae Lloaa
Kart Popper al dia
Kurt Müller
Derecho* humano*
Maria Beatrii Nofal
integración Argentina-Brasil y rtgionallsacion del mercado en el Cono Sur
Jooé Enrique Páei
Bl rol del Banco Central en una Economia Social de Mercado
y cultura politica
Ricardo Combeltaa
La concepción dtl Eitado y Im dervchoi fmmanot
Klaua W Igelt
Principio* ¿tient y responsabilidad cristiana. ¿Quépn/wf
cristiano en In transformación de Alemania?
atume elpensamiento
Comunicado de Prensa de la Reunión Conjunta del Fondo Monetario
Internacional y el Banco Mundial
Comentarlo« da libroa
Entrevit.a oí Sr. Prvtulrntv dv la tlvpiiolim de Cotia Rica, lÁc. Rafael
A. Caldi-rtin Ftmmwr
Manual Alcántara Sáez
Siêtemas politico» de América Latina,
por Iván Llama taro« Valduvioco
Natalio Botana
La libertad politica y su historia,
por Alejandra Salina*
1 IcmnnHo Ochon N ú ñ o z
Cvntmlitmo politico vertut dwvnlrolitwi'in en lat dvcishnct de la política
embu-ntal
CnrloLa Jackiach
Politica ambiental y grupo* intermedio* tn la democracia pluralitta
P e n o n a i y hochoa
Discurso del Sr. Presidenta de la Reftúblwa Federativa Cluxa y Eslovaca,
Vaclav Havel
Frank Prime
Loa medio* de comunicacúin y el medio ambienté
Palabra» dei Embajador de la República Federal de Alemania, Dr. Herbert
Limmer, con motiva del Dux de la Unidad Alemana
BuKdons* en México
Elotes Tréllez Solía
Bl diálogo tobrt la problemática ambiental entre cientifico*, emproaria*
y politicen en paítci miembro* del Convenio Andre"* Hello
Publicación«! recibida* en la biblioteca dol C I E D L A
Contenido dol ano 1001 do C O N T R I B U C I O N E S
Not«
Richard Jakob
Poh'fioo monetaria y Economia Social de Mercado en Amirica Latina
Publicación trim es Irai de la Honrad-AderunicrSUrUing A.C.-Centro Intcrdisciplinariu
de Estudio» sobre el Desarrollo Latinoamericano C I E D L A
A ñ o VIII - N» 4 (32) - O o tub re-d le lembro, 1091
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Hecho el depóalto que marca la ley 11.723
oo
estudios sociales
N° 70/trimestre 4 / 1991
PRESENTACIÓN
Pag.
ARTÍCULOS
POSTMODERNISMO E IDEOLOGIA.
Jorge Larraín
Pág. 9
JOACHIM ISRAEL. SOBRE LA EPISTEMOLOGIA DE LAS CIENCIAS SOCIALES.
Juan Rivano
Pag.
SPENGLER, NIETZSCHE E INCLUSO
HEIDEGGER EN LA REFLEXION DE LA
ESCUELA DE FRANKFURT.
Rodrigo Larraín.
EL N U E V O PARADIGMA SISTÉMICO:
DESAFIOS METODOLÓGICOS.
Darío Rodríguez
149
"TELEVISION, POBREZA Y
DESARROLLO"(Valerio Fuenzalidal.
Santiago Quer A .
Pág.
151
Pág.
153
29
DOCUMENTOS
Pág.
Pág.
61
69
MEDICINA Y SOCIOLOGIA: U N A
RELACIÓN ATRIBULADA
Miguel K o n o w
Pág.
77
UN ENFOQUE PROSPECTIVO EN LA
FORMACION DE PROFESORES.
Ricardo López, Moleta Vargas
Pág.
85
HACIA UN PERFIL EMPÍRICO DE LA
PERSONA CREATIVA EN ESTUDIANTES
D E P E D A G O G I A . Domingo Bazán
Pág.
NUEVAS MODALIDADES DE APOYO A
LA PEQUEÑA AGRICULTURA: EL CASO
DE CHILE. Sergio Gómez
RESEÑAS BIBLIOGRÁFICAS
"EL CAMBIO DEL PODER"(Alvin Toffler).
Rogelio Rodríguez
Pág.
Pág.
FORMACION DE PROFESORES: EJES
ARTICULADORES DEL CURRICULUM.
Juan Ruz et al.
DOCTRINA SOCIAL, VIVIENDA SOCIAL.
Antonio Daher.
Pág.
167
PERFIL PROFESIONAL
Dr. Alberto Cristoffanini et al.
175
Pág.
EVENTOS
RAZÓN Y TEORIA SOCIAL: VIAJE
ENTRE DOS M U N D O S . Jorge Larraín
Pág.
185
CONTENIDOS Y AUTORES DE
N U M E R O S ANTERIORES DE
"ESTUDIOS SOCIALES"
Pág.
197
109
131
corporación de promoción universitaria
Los artículos publicados en esta revista expresan los puntos de vista de
sus autores y no necesariamente representan la posición de la Corporación
estudios sociales
publicación periódica editada por
CPU
corporación de promoción universitaria
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director ejecutivo
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Raúl Atria
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director responsable
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Inscripción N ° 50.133
ISSN 0 7 1 6 0 3 2 1
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diagramación
Patricio R o m a n
composición
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La Corporación de Promoción Universitaria agradece la colaboración prestada por
la Fundación Konrad Adenauer para la publicación de esta revista
CIS
Centro de
Investigaciones
Sociológicas
Reis
Revista Española
de Investigaciones
Luis Rodríguez-Zúñiga «IN M E M O R I A M »
Sociológicas
José Enrique
Rodríguez Ibañez
Decisión racional
versus holismo: ¿Una
teoría estratégica
integral de la acción
colectiva?
Mi
MÊ
54
^^^^r
Abril-Junio 1 9 9 1
Director
Joaquín Arango
Secretaria
Mercedes Contreras Porta
Rafael Gobernado
Arribas
La quiebra de
las unanimidades
teóricas: Las
relaciones de roles
Andoni Kaiero Uria
Implantación y perfil
de los sindicatos
en Euskadi
Consejo de Redacción
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Nicolás, Jesús M . de Miguel, Angeles Valero,
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Várela
La reproducción del
sistema ideológico
nacionalista
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Inferencia estadística,
niveles de precisión y
diserto muestra]
María Luisa
Sanchez-Mejia
Benjamin Constant:
La defensa de la
libertad de expresión
Benjamin Constant
Principios de politica
Observaciones sobre
el discurso de
S. E. el Ministro
del Interior
Sobre el
restablecimiento de
la censura para
los periódicos
Luis RodríguezZúñiga
El problema de los
orfgenes
Crítica d e libros
Datos d e opinión
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La Revista internacional de ciencias sociales
se publica en marzo, junio, septiembre
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