ADAPTAR EL PLAN NACIONAL DE DESARROLLO FORESTAL, A

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Columna de opinión
ADAPTAR EL PLAN NACIONAL DE DESARROLLO FORESTAL, A LAS NUEVAS
REALIDADES DEL MUNDO
Miguel Rodríguez Melo
* Biólogo
Transcurridos casi 10 años de la construcción y publicación
del Plan Nacional de Desarrollo Forestal, se han puesto en
marcha una serie de actividades con el propósito de ajustar
sus tres programas y catorce subprogramas, ya sea por que
se han alcanzado las metas previstas o en razón a que diferentes factores no han permitido que se avance en la forma
deseable; revisar y ajustar es normal e inherente a los planes y resulta mucho más pertinente cuando, como en este
caso, las metas finales se deben alcanzar en el año 2025.
Sin embargo, al menos durante el actual proceso público
de ajuste del plan percibimos que en la propuesta de ajuste, no es explicita y evidente la consideración de algunos
factores, especialmente externos que, a diferencia del
entorno en que se elaboró el Plan en el año 2000, ahora
son especialmente evidentes y cuyas consecuencias harían inocuos o inalcanzables algunas de los objetivos del
Plan Nacional y la integridad de este.
Mucho ha cambiado el país y el mundo entre el actual escenario y el de finales de la pasada década y más en el ámbito
forestal donde es, al menos, sobre dos elementos íntimamente relacionados, sobre los que llamamos la atención por
los efectos que tienen sobre el sector forestal su desarrollo.
Es en la presente década cuando en el mundo surgen las
organizaciones dedicadas a invertir importantes capitales
en la adquisición de tierras forestales y plantaciones, a lo
largo y ancho del planeta; y es, igualmente una característica del presente y del pasado relativamente reciente,
cómo el crecimiento de las industrias forestales y las redes de comercio en el mundo se produce por la fusión
de empresas, tal y como acontece en otros sectores de la
economía globalizada.
Si bien, estos fenómenos tienen efectos como el que la sociedad atienda sus necesidades de productos forestales,
con los que proporcionan bosques y plantaciones del mundo entero, no puede desconocerse que este nuevo balance
puede tener profundos efectos sobre el patrimonio forestal
de las naciones y pueblos que crecientemente se suplen de
la producción de bienes forestales allende sus fronteras.
Paradójicamente, una proporcional pérdida del patrimonio forestal nacional y no la conservación de los bosques,
será un resultado previsible en Colombia si el Plan Nacional de Desarrollo Forestal no considera la competitividad
del sector como uno de sus principales ejes estructurales;
ésta, en el contexto del Plan elaborado en el año 2000, es
solamente un aspecto más de interés junto con el conocimiento, uso, aprovechamiento sostenible y conservación
de los ecosistemas forestales, la biodiversidad, restauración ecológica y el cambio climático.
En conclusión, lo que estamos planteando es que el necesario ajuste al Plan Nacional de Desarrollo Forestal no se
restrinja a adecuar los programas actuales, lo que proponemos es que, en razón al nuevo entorno forestal mundial,
se revisen los ejes sobre los cuales está fundamentado si
queremos que, como lo enuncia el plan, sea el sector forestal uno de los fundamentales en el desarrollo del país.
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