Apuntes para una Historia del Colegio San Juan Bautista

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Historia del Colegio
San Juan Bautista
Hno. José María de la Fuente
V
arias veces se había manifestado, por
parte del párroco de Pocitos, el interés y la
intención de que los Hermanos abrieran
un colegio en dicho barrio. El pequeño
colegio de primaria que pertenecía a la
parroquia y que, dirigido por
señoritas voluntarias, funcionaba con el nombre de escuela san
Juan Bautista y que se encontraba en la calle Lamas parecía que
había llegado a un punto en el
que se quería que tomara nuevo
impulso. El P. Tamburini seguía
ilusionado con tener a los Hermanos en su parroquia, y no vio
mejor ocasión que encomendarles el colegio que estaba ya en
funcionamiento. Pero, frente a
esta oferta, aún no había encontrado eco positivo en la comunidad, más concretamente, en el
Consejo Provincial. No por ello
se dio por vencido y seguía insistiendo cada vez que se le
presentaba la ocasión.
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También en la comunidad de
los Hermanos se venía reflexionando sobre la posibilidad y la
conveniencia de establecer otro
colegio en los nuevos barrios de
Montevideo, preferentemente
en los de la costa: Pocitos,
Malvín, Buceo, Carrasco; incluso se habían visto algunos terrenos que en aquel entonces eran
grandes arenales y médanos con
escasa población. Estamos hablando del año 1928.
Cuando llega a conocimiento
del Consejo provincial el pedido
y la propuesta del P. Tamburini,
todo toma un nuevo interés y se
ve más concreta la posibilidad
de llegar a Pocitos para abrir un
colegio en este barrio. Se
comisiona al Hno. Ignacio para
que haga los primeros contactos
y vaya relevando diferentes datos para informar al Consejo
provincial. El Hermano hace
varias visitas al P. Tamburini y
recorre el barrio y el pequeño
colegio parroquial que existía.
También busca un lugar para
establecer la comunidad religiosa que se haría cargo del centro.
Dado que el colegio parroquial
funcionaba en una casa de familia alquilada y debía dejar el
local libre, esto suponía conseguir otro local y, de esta forma,
independizarse desde el inicio
para enfocarlo de acuerdo a los
criterios de la comunidad de los
Hermanos. Cada vez que el Hno.
Ignacio volvía de sus entrevistas, comunicaba sus impresiones a los Hermanos del consejo
y a otros Hermanos del Colegio
Sagrada Familia, que era donde
residían y trabajaban desde
1889. Las etapas se fueron acelerando, y más aún cuando una
comunidad religiosa de otra
congregación manifestó su interés de establecerse en el barrio de Pocitos.
Se llegó a un acuerdo de palabra con el P. Tamburini para
que los alumnos del colegio
parroquial pudieran inscribirse
en el nuevo centro que se abriría; todos estuvieron de acuerdo, y sondeadas las familias de
estos alumnos manifestaron en
su totalidad que se matricularían en el colegio que iban a
dirigir los Hermanos. Eran las
vacaciones de verano de 1930.
Los Hermanos de la Sagrada Familia se encontraban en la granja de Progreso descansando y
preparando el nuevo curso. La
noticia se extendió rápidamen-
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te entre ellos: había muchas
posibilidades de que en marzo
de ese año se abriera el colegio
en el barrio de los Pocitos. ¿Quiénes serían destinados a esta
fundación? Serían cuatro o cinco
Hermanos, pues el colegio tenía
sólo hasta tercero de primaria.
¿Quién sería el director? ¿Y el
subdirector? ¿Dónde vivirían?
Eran todas preguntas muy lógicas, pero que en aquel momento
no tenían respuesta.
Siguieron las vacaciones de
verano y el Hno. Ignacio con el
Hno. Provincial, Hno. Silverio,
tienen una entrevista con el P.
Tamburini, devolviendo la visita que éste le había hecho al
Hno. Provincial en el la sede del
colegio Sagrada Familia. Se van
concretando diferentes aspectos y se da como un hecho que
para marzo de ese año los Hermanos estarán en Pocitos. En
estos periplos ven una casa que
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les parece adecuada para instalar en ella el colegio. Es una
propiedad del Sr. Idiarte, sita en
la calle Cololó 2618 (actual
Scosería). Es conveniente para
un pequeño colegio, tiene bastantes y amplios salones para
las clases, un patio, un jardín,
etc. Se puede alquilar por cuatro
años, a $130.- por mes los dos
primeros años y a $ 170.- los
otros dos. Después de varios
cambios de ideas, el Consejo se
decide por este local. Previamente, se habían hecho las consultas pertinentes al Hermano
Superior General, en Francia,
para
comunicarle
este
emprendimiento y solicitar la
autorización correspondiente.
Con el visto bueno de la Casa
general se concretaron los aspectos materiales del nuevo establecimiento. El P. Tamburini
lleno de alegría se lo comunicó a
sus feligreses en las Misas de los
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meses de enero y febrero: por
fin, los Hermanos de la Sagrada
Familia estarán en su parroquia
de Pocitos. El mecanismo de los
nombramientos y la preparación
del curso estuvieron listos en la
fecha tradicional: 11 de febrero, fiesta de la Virgen de Lourdes.
En esta fecha se comunicaba a
los Hermanos el destino para el
curso: colegio, clase, tareas,
etc. Y se llegó a tiempo, como
todos los años. La novedad y la
curiosidad eran los Hermanos
destinados a Pocitos; allí irían
los Hermanos Teódulo, Alfonso,
Leonardo y Francisco María. El
Director del colegio seía el Hno.
Teódulo y el subdirector el Hno.
Alfonso.
El colegio estará en el local
alquilado al Sr. Idiarte en calle
Cololó. Los Hermanos vivirán en
el colegio Sagrada Familia y viajarán todos los días al nuevo
colegio. Las clases serán sólo de
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tarde y los cuatro hermanos viajarán en el ómnibus de los alumnos mediopupilos de la Sagrada
Familia cuando hace el recorrido
por Pocitos recogiendo a los
alumnos para el horario de la
tarde en el SaFa. Terminada la
jornada escolar, y cuando el
mismo ómnibus devuelve a los
mediopupilos a sus hogares y
regresa de vacío al SaFa. lleva
de regreso a los cuatro hermanos a su comunidad. Muy cómodo no era, en verdad, pero en
aquellos tiempos no se medían
estos detalles como muy importantes. Primero, y por encima
de todo, era cumplir con toda
dedicación y gran nivel, la tarea
vocacional del Hermano educador. ¡Y así estuvieron cuatro
años!
En aquellos tiempos se nombraba a los hermanos Directores
de los colegios por períodos de
tres años y rara vez se pasaba de
dos periodos consecutivos. A finales de febrero era la dispersión de los Hermanos desde Progreso, cada uno salía para el
colegio al que había sido destinado con todo el bagaje de mapas, carteleras, láminas, etc.
que había preparado en las vacaciones. Y llegando al colegio,
pues a empezar las clases. Pero
antes, a pintar los salones, corredores, pizarrones, arreglar
bancos, y toda suerte de otros
elementos para que todo estuviera impecable y listo para el
primer día de clase. Éstas comenzaban en los primeros días
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de marzo. También los Hermanos destinados a Pocitos, al Colegio san Juan Bautista, tuvieron que realizar dichos trabajos
y multiplicados, pues había que
acomodar una casa de familia
para que fuera un pequeño colegio. Hubo que hacer algunos tabiques de separación, arreglar
el pequeño patio, poner algunos
bancos y pupitres y otros menesteres. Y el 15 de marzo de
1930 comenzaron los cursos.
Pero antes, la bendición de los
salones y del local por parte del
P. Tamburini.
Aquel sacerdote que bendecía las playas cada 8 de diciembre, no podía dejar pasar aquella ocasión para bendecir “su”
colegio. Aquellos Hermanos de
sotana y “rabat bleu” estaban
en Pocitos para seguir su vocación de educadores cristianos.
Tras de sí tenían una larga tradición y apoyo de numerosos
Hermanos que desde 1889 estaban en Uruguay con el carisma
del Hno. Gabriel Taborin trasmitiendo cultura, educación y
vida cristiana.
En aquellos primeros días,
uno de los Hermanos que los
acompañó, alentó y ayudó fue el
Hermano Damasceno, el conocido H.D. de los textos de historia, idioma español, religión,
etc. y Pedro Martín (Hno.
Arsenio) con su aritmética estaba muy cerca del trabajo del
nuevo centro. Ese primer año
las cosas fueron muy normales,
pues no hay novedades de im-
portancia en el desarrollo del
mismo. Se sabe que eran 120
alumnos divididos en tres clase:1º, 2º y 3º de primaria. Hagan una simple división y tendrán el número de alumnos por
grupo. Otros tiempos... pero
¡qué tiempos!. Todos varones.
Disciplina, hábitos de trabajo,
responsabilidad, formación cristiana... y juegos, alegría y diversión, y deporte, mucho y buen
deporte... que de todo había y
abundantemente.
Durante el curso se realizaron todos los actos y reuniones
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que de forma casi calcada se
hacían en la Sagrada Familia;
era la costumbre que en los diferentes colegios de los Hermanos
en Uruguay se siguiera la norma
y pauta del colegio de la Aguada.
En la culminación del curso se
hizo la fiesta de la distribución
de premios con los consiguientes diplomas y medallas a los
alumnos destacados. Se hizo en
el teatro del Círculo Católico. El
balance de este primer curso en
el Colegio San Juan Bautista es
totalmente positivo. El Colegio
se hace conocer y valorar en la
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zona. Para el próximo curso de
1931 serán cuatro clases y es
necesario ir acomodando nuevamente el local. También alguno de los Hermanos de la primera comunidad cambiarán y se
integrarán otros: Hnos. Teódulo,
Alfonso, Francisco María, Sabino,
Arturo. El Director, Hno.
Teódulo, sigue orientando y animando la obra, su mano sabia de
amigo y maestro, va creando
escuela en el colegio. Y ya se ha
hecho fama de ser un Hermano
que camina rápido por las calles
de Pocitos a la llegada y a la
vuelta para no hacer esperar al
ómnibus escolar y no distraerse
cuando van a la parroquia, la
antigua, pues la nueva se está
construyendo... Y así siguen los
primeros años: trabajo, diversión, pequeñas y grandes cosas
de la vida diaria de un colegio y
de sus moradores.
Llega el año 1934 y con él el
vencimiento del contrato de alquiler de la casa del Sr. Idiarte
en la calle Cololó. Se había visto
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la necesidad de un local más
grande, pues estaba completo el
curso primario y se imponía la
necesidad de tener un local adecuado a la realidad del san Juan:
eran más de 200 alumnos y una
comunidad de siete Hermanos.
Se había visto una casa señorial
con un gran terreno de parque y
jardines, como también huerta,
que estaba en la calle Luis B.
Cavia 2824. Esta casa era propiedad de Doña María Castro,
viuda del Dr. Pedro Visca. A los
Hermanos les pareció ideal para
trasladar allí el colegio. Se hicieron los trámites para su adquisición, y aunque no fue tan sencillo ni rápido como se podía suponer, por razones de sucesión,
por fin se firmó el contrato de
compra. Ya no se iba a alquilar;
el hecho de decidirse a comprar
dejaba bien a las claras que los
Hermanos habían llegado a
Pocitos para quedarse. Por fin
se compró el 22 de noviembre de
1933 la propiedad con un empréstito de $ 65.000.
Durante el año 1934 se fueron adecuando la propiedad y la
casa para poder albergar los salones de clase y la vivienda de
los Hermanos en el nuevo local.
Además, la comunidad de los
Hermanos podría residir en la
casona que tenía la propiedad.
O sea, que con este paso se
afianzaba definitivamente el
colegio y la comunidad. Se acabaron las excursiones diarias en
el ómnibus escolar del Colegio
Sagrada Familia y se constituyó
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una comunidad autónoma. La
nueva casa tenía lugar para las
habitaciones de los Hermanos,
capilla, sala de estudio, sala de
reunión, comedor y cocina para
los
Hermanos
y
los
mediopupilos... y el horario de
clases en el colegio se extendió
a todo el día, salvo los jueves de
tarde. Sí, el sábado había clase...
En el nuevo local había un
espacio grande para hacer un
gran patio, eso sí, de tierra, y en
él hacer canchas para el deporte
y los recreos. Ya desde sus inicios el deporte estuvo presente
en el colegio con gran arraigo.
Los días de lluvia era otro cantar: el barro no permitía mucha
diversión. Y ese mismo año fue
necesario construir salones nuevos de clase y que estuvieran
adecuados a las normas pedagógicas de la época, pero tan adelantados que hoy día siguen siendo cómodos y funcionales.
Fue así que se construyeron
los tres salones de la planta baja
y de la primera planta de la
galería perpendicular a la calle
Cavia, la actual galería Sagrada
Familia. La entrada era por el
jardín donde están las letras en
el césped: CLSJB. Y la campana,
ahora muda, guarda tantas historias de visitas, llamadas y continuo ajetreo de la vida cotidiana del colegio, siempre vigilada
por la araucaria gigantesca y
peculiar que identifica al San
Juan, aunque un mal rayo la secó
en 1979.
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En esta etapa el Hno. Teódulo
dejó el cargo de Director y se
eligió al Hno. Juan María para
continuar la labor educativa del
colegio. Ya eran ocho Hermanos
y estaba en la mente de todos,
Hermanos, alumnos y familias
la idea de iniciar el liceo. Pero
este paso, esperado y lógico, en
el desarrollo del colegio aún tendrá que esperar unos años. Y así
en el año 1935 se hace el traslado a la nueva residencia.
En el año 1937, con planos de
los Arqs. Terra Arocena y Elzeario
Boix, se comienzan las construcciones de los nuevos salones
y con ello se liberaría la casona
para vivienda de los Hermanos y
de otros servicios auxiliares del
colegio. Durante los tres años
del directorado del Hno. Juan
María se sigue afianzando el
colegio en los múltiples aspectos del trabajo escolar. La cantidad de alumnos va aumentando y para el año 1938 son ya 290
alumnos repartidos entre las seis
clases de primaria y el grupo de
5 años, llamada clase Preparatoria.
En el año 1938 se inauguran
los nuevos salones y el colegio
funciona en su totalidad en estas aulas modernas, luminosas y
funcionales. Al terminar el Sexto año de Primaria, llamado en
aquel entonces clase de Ingreso,
se daba el famoso examen, así
llamado porque al aprobarlo permitía acceder a los alumnos a la
enseñanza secundaria. El examen se daba en los liceos públi-
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El Hno.
Damasceno y
el Padre
Tamburini en
una fiesta
delcolegio.
cos habilitados para dicho fin y
se les distribuía por orden
alfabético entre los cuatro o seis
liceos. Las materias del examen
eran matemática, idioma español, geografía e historia. Eran
exámenes exigentes y con un
programa muy extenso, pero la
preparación al mismo se hacía
con total dedicación y responsabilidad de parte de los maestros
y de los alumnos, de ahí el éxito
que acompañaba a los
examinandos en la casi totalidad de los casos y las notas altas
de dichos resultados. Por aquellos años, los que egresaban de
la primaria del colegio se anotaban para hacer secundaria entre
los cuatro o seis colegios priva-
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dos que tenían secundaria; muchos de los cuales iban al otro
colegio de los hermanos que ya
tenía liceo desde el año 1927.
En el año 1939 se hace cargo
de la Dirección el Hno. Sebastián.
En estos años se viven las convulsiones de las guerras en Europa y un buen número de Hermanos tiene que alistarse en los
ejércitos de su país de origen y
viajar. Esto ocasiona que el número de Hermanos se reduzca y
se tienen que cerrar algunos
colegios, principalmente en
Montevideo, caso del colegio
Jacinto Vera, el J.B.Capurro y el
San Vicente.
Varios de los Hermanos que
son alistados viajan a Senegal o
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a otras colonias francesas y están en trabajos complementarios, sin llegar, la mayoría, a los
frentes de batalla. Todo esto
supuso un clima de cierta incertidumbre sobre cómo se constituirían las comunidades y el número de Hermanos en cada colegio.
En el San Juan son ya 280
alumnos con todos los cursos de
Primaria y la clase Preparatoria.
Pese a todo, el curso fue normal
en todas sus actividades. Como
novedades destacables en estos
años, podemos enumerar que se
comienzan las conversaciones
para dotar al colegio de la enseñanza secundaria. La comunidad está integrada por 10 her-
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manos y el Hno. Elías es el
subdirector. El colegio se sigue
afianzando en el barrio de los
Pocitos. Para el año 1941, y
coincidiendo con el centenario
de la aprobación del Instituto
por el Vaticano, se erige como
perenne recuerdo de este hecho
el grupo escultórico de la Sagrada Familia que se coloca al pie
de la araucaria, para que este
corpulento árbol, que es un símbolo del colegio, le sirva de dosel.
La imagen fue bendecida por
el Sr. Cura párroco de Pocitos,
Mons. Domingo Tamburini. Esta
estatua sigue presidiendo los
jardines del colegio. Las fiestas
de las distribuciones de premios se hacía por estos años en
el teatro 18 de julio. La finalización de los cursos era en torno al
15 de diciembre. En estos años
el alumnado ya sobrepasa el
número de 300 alumnos.
El año 1945 hay cambio de
Director. Asume este cargo el
Hno. Gerardo. El colegio sigue
su trayectoria ascendente en
prestigio, pero no puede aumentar de alumnado por falta de
salones y porque el liceo aún
está en trámites. Al finalizar el
curso de 1946, en el acto de
distribución de premios, realizado en el teatro 18 de julio, se
comunicó que para el curso de
1947 funcionaría el primer año
de liceo. Para ello se impone
seguir aumentando las construcciones y por lo tanto se construyen los cuatro salones que, per-
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pendiculares a lo ya construido,
son paralelos a Cavia. Se crea el
museo del colegio y la sala de
historia natural, como también
la colección de mineralogía por
medio del Hno. Guido y del Prof.
Barattini.
En el año 1947 se crea la Apac
(Asociación de Padres de Alumnos del Colegio). Se inauguran
los cuatro nuevos salones con la
alegría y el entusiasmo de los
alumnos, familias, profesores y
Hermanos. La entrega de premios de este años se hace en el
teatro del Círculo Católico. La
Apac entrega valiosos premios a
los alumnos distinguidos y meritorios. El año 1948 recibe al
nuevo director, Hno. Pedro María. Entra en funcionamiento el
2º año de liceo. El Hno. Pedro
María es quien dio su aspecto
actual a los jardines del colegio
diseñando la caminería y dándoles un aspecto más de acuerdo a
la época. Se lamenta que para el
próximo curso no se haya habilitado el 3er año por parte de
Secundaria y, por consiguiente,
los que han terminado segundo
de liceo tendrán que ir a otro
colegio. Son ya 350 alumnos.
En el año 1949 se inaugura el
mástil del patio central del colegio (hoy desaparecido). Por primera vez se hace la fiesta de
distribución de premios en el
mismo colegio. La Apac participa activamente en las diferentes actividades que a lo largo del
año se hacen en el colegio.
Y así llegamos al año 1950.
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Este año está marcado por varios acontecimientos importantes en la vida del colegio. El
primero de ellos es que el colegio recibe la visita del Superior
General, Hno. Tarsicio Ducruet,
siendo la primera vez que un
Superior General llegaba de visita canónica. Diversos actos
hicieron de estos días de visita
una fechas muy recordadas en
los años sucesivos. También este
año se celebraron los actos conmemorativos del Centenario del
fallecimiento del prócer José
Artigas, durante todo el año,
pero especialmente en el mes de
setiembre se rindió homenaje a
Artigas con diferentes actos.
Sigue funcionando el colegio con
todas las clases de Primaria desde cinco años hasta 6 año y con
1º y 2º de Liceo; sigue la dificultad para poder poner el 3º de
liceo. Por primera vez en el colegio se hace este año la Kermesse; se realizó durante los
días 3,4 y 5 de noviembre. La
Apac no escatimó esfuerzos y
trabajo para que, con la Comisión de Damas, toda la Kermesse fuera un éxito en todos los
aspectos.
Para el año 1951 no hay especiales novedades que se distingan en el diario vivir del colegio.
Se realiza la segunda Kermesse
y con los obtenido se mejoran
las canchas de los patios del
colegio y se completan los laboratorios de Física y Química. El
colegio se hace presente en el
acto de homenaje al Hermano
Damasceno (H.D.) cuando el
gobierno de Francia le otorga la
Cruz de Caballero de la Legión
de Honor. En el Boletín de la
Apac aparece la noticia del compromiso y promesa del Superior
General y del Hno. Provincial
para otorgar al colegio la posibilidad de completar los años que
faltan del ciclo de Secundaria; la
promesa, dice, se hará realidad
para el año de las Bodas de Plata
del colegio, o sea, en año 1955.
En el año 1952 se asfalta el
camino principal de entrada al
colegio por Cavia 2824, la pérgola, y todo el jardín va tomando su aspecto más cuidado y
acogedor para el disfrute de los
paseantes. En este año se coloca la placa de bronce de la entrada en Cavia 2830. Se hace y
asfalta la cancha de básquetbol
que, en aquel tiempo, era la
última palabra en canchas. La
construcción de esta cancha fue
un regalo de la Apac a los alumnos del colegio. En este año la
Comisión de Damas arregló y
ornamentó la capilla de la comunidad tal cual la conocimos hasta los años 70.
En el año 1953 se produce el
cambio del Director. Es el Hno.
Marcial, de larga y conocida trayectoria en el Colegio Sagrada
Familia, quien asume la Dirección del colegio San Juan. Entre
sus proyectos está el de culminar de poner en funcionamiento
el 3º y 4º año de secundaria. La
noticia que se abrirán el 3º y 4º
año de secundaria siembra el
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entusiasmo entre las familias y
los alumnos. Se inician las campañas del ladrillo y de la bolsa de
portland. Estas campañas, unidas a las de Apac y la Comisión
de Damas, van a dar un fuerte
impulso a la construcción de los
salones correspondientes para
estas dos clases.
Este año cumple 50 años de
sacerdote el P. Tamburini y el
colegio se une a su alegría y a los
homenajes de que es objeto.
Los arquitectos y los ingenieros
se ponen a trabajar en los planos
para la nueva edificación. En el
mes de junio visita el colegio el
Nuncio Apostólico y el colegio se
une en el homenaje al Papa el
día de san Pedro y san Pablo. Por
el mes de julio se inician los
sondeos para la cimentación de
la futura construcción. Se realiza la tercera gran kermesse que
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en esta ocasión dura cinco días.
Hacia finales del curso se despeja el lugar donde en los primeros
días de diciembre se comienza
la nueva construcción. Para el
inicio del nuevo curso de 1954
estará todo terminado y podrá
funcionar el tercer año de Liceo.
Gracias al esfuerzo y al trabajo
de los alumnos, las familias, las
kermesse, la Apac, la Comisión
de Damas y generosos bienhechores se logra terminar el
emprendimiento de la construcción.
Para el año 1954 comienza a
funcionar el tercer año de liceo.
El alumnado del colegio está completo: son 10 clases repletas y
con los grupos de aquel entonces, todos con más de 40 alumnos. El 15 de mayo se bendicen
los nuevos locales por parte del
P. Tamburini. Este año 1954 es
el Año Mariano. La imagen de la
Virgen de la Fundación visita el
colegio y está un día entero en
él. Se concurre a la celebración
de medianoche en la plaza Constitución.
El 12 de octubre todos los
alumnos de Primaria concurren
a la Misa de Primeras Comuniones en el estadio Centenario.
Fue verdaderamente impactante
ver aquella manifestación de fe
católica en el inmenso anfiteatro. En este año se filma una
película sobre las diferentes actividades del colegio, las clases,
los patios, las kermesses, etc.,
y se exhibe en el patio del colegio al terminar el curso y tam-
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bién en los jardines a beneficio
de las nuevas construcciones.
Fue un acontecimiento novedoso y emocionante para todos los
que de una forma u otra aparecían en las distintas tomas de la
película. Este año se abre el
Libro de Oro del Colegio y en él
figuran las familias y todos los
que contribuyeron a levantar este
centro docente, especialmente
en esta etapa.
El año 1955 es el año de los 25
años del colegio. En enero se
recibe la noticia de la aprobación del 4º año de liceo. Los
cursos de enseñanza secundaria
se inician el 20 de abril y el 2 de
mayo comienza primaria. Este
atraso se debió en todos los
colegios y escuelas a una misteriosa e insólita enfermedad que
alarmó a la población.
En este año se realiza un
campeonato muy especial por la
celebración de los 25 años y se
dice que se desarrolló en el campo de deportes de la escuela
Militar. Parece que este 19 de
junio se realiza el campeonato y
que fue un día muy frío, pues la
crónica dice que le quitó brillo a
la jornada deportiva pero que
igual se realizó. Este año una
delegación de 3º y 4º de liceo
concurre al acto donde se rinde
homenaje al Hno. Damasceno
con motivo de que la Santa Sede
otorga a dicho Hermano la condecoración “Benemerenti”.
La alegría de las Bodas de oro
es grande por muchos motivos:
se ve consolidada la obra al fun-
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cionar este año el 4º de liceo, la
construcción nueva está completada y estrenada, hay perspectivas de un futuro halagüeño
por la cantidad de alumnos y por
el prestigio que el colegio tiene
en el barrio de Pocitos y en toda
la ciudad, la dinámica Apac y la
Comisión de damas están presentes en todas las realizaciones del colegio. La comunidad
religiosa está integrada por 15
hermanos y ya hay algunos profesores laicos que trabajan en la
sección de secundaria. El
alumnado es de 290 en primaria
y 165 en secundaria. Este número de 455 alumnos, pocos más o
menos, se mantendrá a lo largo
de los años hasta que se creen
los Preparatorios (Bachillerato),
y las clases de tres y cuatro
años, bastante tiempo después,
como también el hecho de la
incorporación de las niñas al
colegio.
Para el año 1956 no hay aspectos demasiado sobresalientes en la marcha del colegio. Se
consolidan los nuevos cursos de
3º y 4º de liceo y sigue el desarro
de los acontecimientos propios
de un centro educativo.
En 1957 hay cambio del Director; asume el cargo el Hno.
Eymard Bessat y el subdirector
es el Hno. Victorino Izquierdo;
en la comunidad son 14 Hermanos...
(continuará)
N.B.: Quienes tengan datos que
completen, corrijan o aclaren
estas notas, serán bienvenidos.
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