La responsabilidad contractual, el servicio de catering y la

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La responsabilidad contractual, el servicio de catering y la obligación de seguridad1
Garrido Cordobera, Lidia M. R.
DAÑOS Y PERJUICIOS ­ 14) Responsabilidad: factores objetivos de atribución ­ c) Garantía ­ 03.­ Ámbito contractual: Obligación de seguridad
LOCACIÓN DE SERVICIOS ­ 10) Incumplimiento y responsabilidad ­ b) Del locatario
Comentario a:
­ C. Nac. Com., sala C, 10/10/2008 ­ Consejo Federal del Notariado Argentino v. Pau Cy S.R.L. y otros,
SUMARIO:
I. Análisis de la sentencia: a) Los hechos acaecidos; b) El fallo de primera instancia; c) El fallo de Cámara.­ II. Reflexiones: a) El contrato de catering; b) El incumplimiento contractual; c) El quantum indemnizatorio en la responsabilidad contractual; d) Apostillas del fallo
I. ANÁLISIS DE LA SENTENCIA (1)
a) Los hechos acaecidos
1 Publicado en Lexis Nexis Nº 0003/014285 ó 0003/014289
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La relación del voto del Dr. Monti permite establecer una reconstrucción de lo sucedido, pues, en el marco de las XI Jornadas Notariales Iberoamericanas, el Consejo Federal del Notariado Argentino había contratado el servicio de catering para el 11/3/2004 con la firma Pau Cy S.R.L. para aproximadamente 300 personas, siendo servido en la Facultad de Derecho de la UBA; transcurridas unas horas, varios de los asistentes sufrieron descomposturas, debiendo ser atendidos por los médicos de la obra social de los notarios, y algunos de ellos fueron internados.
Dados estos hechos, el Consejo Federal planteó la responsabilidad por incumplimiento contractual contra Pau Cy S.R.L. y los Sres. José M. Saravia y Alberto de Caravassa, siendo citada en garantía HSBC La Buenos Aires Seguros, reclamando una serie de rubros indemnizatorios.
b) El fallo de primera instancia
Por lo que surge de los dichos de los camaristas, la sentencia de primera instancia recaída en autos establece la responsabilidad contractual de Pau Cy S.R.L. y refiere a la existencia del deber u obligación de seguridad en la prestación del servicio de catering; no incluye a los demandados Saravia y Caravassa, por considerar que actuaron como representantes del ente social, y establece la responsabilidad de HSBC La Buenos Aires Seguros S.A. en virtud de la póliza de seguros contratada por Pau Cy S.R.L.
En cuanto a los rubros indemnizables, dispone la restitución de lo abonado por el servicio de catering, los gastos abonados a la obra social y los gastos por la publicación de una solicitada, y establece una suma por daño moral. Rechazándose los rubros de gastos de organización del evento y de inscripciones peticionados por la actora.
c) El fallo de Cámara
Los camaristas confirman parcialmente la sentencia de primera instancia recaída en autos, resuelven la cuestión aplicando las normas de extensión de responsabilidad contractual y refieren a la existencia del deber u obligación de seguridad en la prestación del servicio de catering.
Analizan y descartan como rubro indemnizatorio el daño moral, ya que al tratarse de un damnificado que constituye un ente ideal, consideran que el mismo no puede sufrir dolor o agravio sino simplemente un daño a la imagen.
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Hacen lo propio con la aplicación de la Ley de Protección al Consumidor peticionada por la actora, y no incluyen a los demandados Saravia y Caravassa por considerar que actuaron como representantes
Confirman la responsabilidad de HSBC La Buenos Aires Seguros S.A., en virtud de la póliza de seguros contratada por Pau Cy S.R.L.
II. REFLEXIONES
a) El contrato de catering
Este contrato es también conocido como de buffet, de servicio de comidas, y es una realidad cotidiana en la organización de eventos de categoría (exposiciones, congresos, inauguraciones, premios, etc.) y fiestas (de casamientos, cumpleaños, religiosas, de caridad, empresariales, etc.); puede estar unido con el de la organización total del evento pero puede ser autónomo, estar unido o no con el de locación del lugar; esto nos demuestra la variedad que puede adoptar en virtud de la autonomía de la que se goza, al ser un atípico normativo pero con tipicidad social.
Presenta una base de locación de servicio y de obra, por lo cual se le aplican estas normas, y es esencialmente un contrato de servicio prestado a los consumidores, por lo cual queda atrapado por dicha normativa, más hoy, con la reforma de la Ley de Protección al Consumidor .
Serían sus caracteres ser un contrato bilateral, consensual, oneroso, conmutativo, atípico legal, típico social, realizado por una empresa, profesional o comerciante, de consumo.
En él se encuentran presentes todas las obligaciones derivadas de la buena fe en las diferentes etapas contractuales, desde la negociación en cuanto a la información, la ejecución, por ejemplo, la cooperación y los deberes de corrección, como así también, luego del cumplimiento de la obligación principal, la de brindar el servicio conforme a lo estipulado.
Al ser, como dijimos, un contrato atípico, habrá que analizar cada situación para establecer las obligaciones asumidas por las partes, pero ha de tenerse siempre presente la invalidez de las cláusulas exonerativas o limitativas de la responsabilidad del prestador del servicio.
Es un contrato que hace nacer una obligación de prestar un servicio que para algunos puede ser considerado como una obligación de medios; sin embargo, si se lo encuadrara como una locación de obra daría lugar a una obligación de resultado; demostrado que la calidad y cantidad, por ejemplo, no es la acordada, ello generaría responsabilidad.
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Sea que uno se incline por una u otra solución, en ambas es innegable la existencia de la obligación tácita de seguridad que acompaña a la prestación principal; desconocerla sería vulnerar la buena fe contractual; nadie contrata un servicio asumiendo el riesgo de ser dañado; podrá uno salir de la reunión más o menos satisfecho por los alimentos del servicio de catering, por el modo en que el mismo se brindó, pero nunca con una intoxicación; recordemos el viejo caso de la Sup. Corte Bs. As. anotado por Morello (2) , "pues para cumplir la prestación debe alimentar al cliente, no envenenarlo o dañar su salud".
b) El incumplimiento contractual
Más allá del incumplimiento absoluto o relativo de las prestaciones principales del contrato, también se habla de incumplimiento contractual al referirse al incumplimiento de "deberes secundarios de conducta" (3) , que implican deberes de protección y de colaboración que pueden surgir de un modo tácito del contrato.
La doctrina italiana alude a los deberes de protección que importan una ampliación del campo de aplicación de la responsabilidad del deudor; un comportamiento que viole tales deberes que se presentan como accesorios e instrumentales a la ejecución de la obligación principal también se calificará de incumplimiento, y es fuente de la llamada responsabilidad contractual (4) .
Visintini, al referirse a la clasificación doctrinaria de los deberes de protección, enumera: i) deberes de información, aviso o comunicación; ii) deberes de custodia o conservación; iii) deberes de salvamento; y iv) deberes de seguridad. Ese deber de seguridad consiste en un deber de protección de la integridad física del cocontratante (5) .
En la Argentina, como en el derecho francés, suele aludirse a la obligación de seguridad (6) ; decíamos en otras oportunidades que es de aplicación en virtud del art. 1198 , CCiv. (7) , y es esencial tener presente que la obligación de seguridad acompaña también al contrato de catering.
Prevot y Chaia marcan las diferencias existentes entre la obligación de seguridad y los deberes de protección, puntualizando que el primero protege al acreedor, es de resultado, se refiere básicamente a la protección física (8) .
Al considerarse, como hace Viney (9) , que la obligación de seguridad es de resultado, se infiere que en ella se expone al acreedor a un peligro contra el cual no tiene forma de defenderse, pues ha confiado su seguridad a otro.
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c) El quantum indemnizatorio en la responsabilidad contractual
Recordemos que ante el acaecimiento y el reclamo efectuado ante un daño el juez debe comprobar primero si estamos en presencia de un daño resarcible, y de ser así, qué parte del daño resulta indemnizable, ya que el derecho establece por regla un sistema de imputación de las consecuencias, y se cuenta con una normativa específica.
Hemos dicho que una cuantificación puede ser incorrecta tanto por defecto como por exceso; por ello es sumamente importante tratar de establecer cuál es la indemnización realmente debida por el responsable (10) .
Cabe señalar, como hace López Mesa, que la responsabilidad civil no es sólo un asunto de a dos, dañador y dañado (11) ; en palabras de Ricardo de Ángel Yágüez, se contempla como un fenómeno global (12) donde hay que ponderar las consecuencias que tiene en el conjunto de la sociedad, y podemos señalar, como hace Rivera, que aquí esta en juego la seguridad jurídica, ya que al cotejar sumas otorgadas por las sentencias de distintos tribunales (13) se observa que difieren enormemente o consagran rubros indemnizatorios con nombres diferentes.
Sintéticamente, el régimen de las consecuencias del Código Civil argentino es el siguiente: i) las consecuencias inmediatas y necesarias se imputan al autor del daño (arts. 520 y 903 , CCiv.); ii) las consecuencias mediatas se imputan en materia extracontractual (art. 904 ), y si existe dolo en materia contractual (art. 521 , CCiv.); iii) las consecuencias remotas no se imputan (art. 906 , CCiv.); y iv) las consecuencias casuales se imputan sólo si el autor las tuvo en miras al ejecutar el hecho (art. 905 ).
Por ello la indemnización integral, que tanto hemos defendido siempre, alude a la máxima cobertura dada por el ordenamiento jurídico y reconocido por sus intérpretes; veremos, entonces, que muchas veces un daño material no siempre coincide con lo que la ley o la doctrina mayoritaria denomina "daño jurídico resarcible".
Con respecto al daño moral, su indemnización está contemplada en los dos ámbitos, el contractaual y el extracontractual; el art. 522 , CCiv. dispone que en el ámbito contractual "el juez podrá", de acuerdo con la índole del hecho generador y con las circunstancias del caso, otorgarlo; recordemos lo ya sostenido por Garrido y Andorno al comentar este artículo reformado respecto del origen de la norma (14) y la procedencia del rubro indemnizatorio obligatoriamente cuando esté pedido y probado.
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Conforme al art. 1078 , CCiv., en el ámbito extracontractual la indemnización debe comprender el daño, y ello ha sido tema de abundante literatura jurídica, sobre todo la problemática de la fijación de sus alcances (15) .
Pero en ambos casos la doctrina mayoritaria ha entendido que se refiere a un daño a los sentimientos de las personas físicas, no a las personas jurídicas (16) , considerando que éstas no sufren ni ven afectados sus sentimientos sino sólo reciben un daño a la imagen o un lucro cesante.
Para Bustamante Alsina la vulneración del buen nombre, de la probidad comercial, del prestigio pueden producir ciertos daños y hasta daños morales a los representantes o a sus miembros, pero estos últimos no están legitimados para reclamarlos.
d) Apostillas del fallo
Se observa que aplica, para establecer el monto de la reparación de los daños, la relación de causalidad en el ámbito contractual, con lo cual constituye un derivado lógico la indemnización de los daños que se consideran una consecuencia inmediata y necesaria.
Dicha responsabilidad se encuadra en la obligación de seguridad que acompaña a la obligación principal del contrato de catering, siendo ella una obligación de resultado, y al ser un incumplimiento contractual de base objetiva, los responsables sólo pueden eximirse rompiendo la relación de causalidad acreditando culpa de la víctima, hecho de un tercero por el cual no deben responder o caso fortuito externo a la actividad, situación no acreditada en autos.
Consideramos también un acierto no confundir el daño a la imagen con daño moral de la persona jurídica, y la invalidez de la cláusula que alegaba la compañía de seguro, pues si bien podía realizarse una lectura estricta de la misma, un contrato de previsión de riesgos como es el contrato de seguro no puede tener como válida una cláusula que signifique la desvirtuación de la finalidad perseguida, sobre todo cuando el factor de atribución, como en este caso, no es subjetivo.
Con respecto a la apariencia del accionar de los otros codemandados y su relación con la cocontratante, si bien creemos que es de aplicación la buena fe, es determinante en este caso la teoría de los actos propios evidenciada en la emisión de los cheques, dando el juzgador preeminencia a este aspecto más que a la apariencia de contratar con los individuos como tales, comprometiendo en su actuar su patrimonio particular, y no estar haciéndolo con la sociedad por su intermedio.
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NOTAS:
(1) Para un mejor análisis creemos conveniente realizar un resumen objetivo de la sentencia y luego las reflexiones que la misma nos suscita.
(2) Sup. Corte Bs. As., JA 1965­V­120, con nota de Augusto Morello.
(3) Pizarro, Ramón D. y Vallespinos, Carlos G., "Instituciones de Derecho Privado. Obligaciones", t. II, p. 65 y ss.
(4) Visisntini, Giovanna, "Tratado de la responsabilidad civil", t. I, p. 100 y ss.
(5) Visisntini, Giovanna, "Tratado de la responsabilidad civil" cit., t. I, p. 115 y ss.
(6) Bustamante Alsina, Jorge, "Teoría general de la responsabilidad civil", p. 392 y ss.
(7) Resumen, ponencia a las Jornadas de Daños 2007:
­ La obligación de seguridad es de carácter autónomo y puede ser tanto de origen contractual como legal.
­ Es una obligación que no puede ser desvirtuada por cláusulas exonerativas o limitativas de responsabilidad.
­ Es una obligación de resultado.
­ Es de carácter objetivo.
­ No funciona la "asunción de riesgos" como eximente de responsabilidad.
Su base legal general se encuentra en el art. 1198 , CCiv. y en normativas especiales: arts. 184 , CCom., 5y 6, Ley del Consumidor , 1117 y 1118 , CCiv. y Ley de Espectáculos Deportivos.
(8) Prevot, Juan Manuel y Chaia, Rubén, "La obligación de seguridad", p. 165 y ss.
(9) En similar sentido, Le Tourneau, Cadiet y Lambert­Feivre.
(10) Garrido Cordobera, Lidia M. R., "La cuantificación de daños. Doctrinas esenciales", Ed. La ley.
(11) López Mesa y Trigo Represas, "Tratado de responsabilidad civil", t. V, "Cuantificación del daño", p. 3.
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(12) De Ángel Yágüez, Ricardo, "Algunas previsiones sobre el futuro de la responsabilidad civil", revista Responsabilidad Civil y Estado, n. 18.
(13) Rivera, Julio, "Cuantificación legal y judicial", en Revista de Derecho de Daños, vol. 1, 2001, p. 15 y ss.
(14) Garrido, Roque y Andorno, Luis, "Comentario a la reforma de ley 17711 ".
(15) Pizarro, Ramón D., "La cuantificación del daño moral en el Código Civil", Revista de Derecho de Daños, vol. 1, 2001, p. 337 y ss.; Moisset Iturraspe, Jorge, "Diez reglas sobre la cuantificación del daño moral", LL 1994­A­728; Zavala de González, Matilde, "¿Cuánto por el daño moral?" [J 0003/1001983­1], JA 1987­III­822.
(16) Bustamante Alsina, Jorge, "Teoría general de la responsabilidad civil" cit., p. 254 y ss.
4/3/2009AR_DA002
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