INC. 16-12(5) CÁMARA TERCERA DE LO PENAL DE LA PRIMERA SECCIÓN DEL CENTRO, SAN SALVADOR A LAS CATORCE HORAS DEL DÍA DIEZ DE FEBRERO DEL AÑO DOS MIL DOCE.- Por recibido el oficio número 339-242-3R-11, de fecha veinticinco de enero del presente año, procedente del Juzgado Noveno de Paz de este distrito judicial, mediante el cual se remiten 193 folios útiles en original del expediente judicial marcado bajo el número de referencia 2423R-11, del proceso penal instruido en contra de los imputados ausentes 1) JOAQUÍN V. H, ALIAS "ATILIO", y 2) JORGE ANTONIO M. L., ALIAS "JONÁS", por atribuírseles la presunta comisión del ilícito de ASESINATO, previsto y sancionado en los Arts. 152, 153 ordinales 2° y 8° y 154 inciso segundo, del Código Penal, aprobado el día trece de febrero de mil novecientos setenta y tres, y que mantuvo vigencia hasta el día diecinueve de abril de mil novecientos noventa y ocho, en perjuicio de la vida del señor […], conocido como […], ALIAS "JULIO"; con el objeto que sea resuelto el recurso de apelación que se expondrá a continuación. Inconforme con la resolución que decreta el sobreseimiento definitivo a favor de los referidos imputados, por dicho delito, la querella ejercida por la Licenciada SILVIA PATRICIA CUÉLLAR IRAHETA, en representación de los hijos de la víctima […] y […], con base a disposiciones legales pertinentes y el derecho a recurrir que le concede la Constitución de la República, interpone RECURSO DE APELACIÓN en contra de dicha resolución, la cual fue dictada en Acta de Audiencia Inicial de las ocho horas con treinta minutos del día nueve de enero de dos mil doce, que corre agregada de folios 90 a folios 103, del proceso penal que se analiza. A) RESOLUCIÓN OBJETO DE APELACIÓN El Juez Noveno de Paz de este distrito judicial fundamentó la resolución objeto de alzada en síntesis en los siguientes términos: "....para hablar de un crimen de lesa humanidad y no en los términos del Estatuto de Roma, sino en los términos de la legislación penal salvadoreña que nos da los parámetros de la imprescriptibilidad, hubiéramos necesitado ubicar esas circunstancias que nacen inclusive de poder hablar si estábamos frente a la existencia de un estado de beligerancia en el año de mil novecientos setenta y cinco, o sí podemos considerar a este colectivo anónimo que conformaba cada una de esas agrupaciones, concretamente una llamada ERP.....nos nace la duda de la existencia del estado beligerante o de cuanto menos de la comunidad beligerante...de manera tal que la comunidad beligerante y el estado de beligerancia comienzan a partir del golpe de estado de mil novecientos setenta y nueve, por lo que hacia atrás de este hecho tenemos solamente hechos comunes, delitos comunes, lo lamentable y condenable es que la muerte del poeta […], se da a manos de particulares en un esquema en el que no hay un ataque a una población civil, hecho que tuvo que haberse cometido con la conformidad de una política estatal; los actos aislados cometidos al azar no pueden ser considerados con esta tipificación debe tenerse que la Corte Suprema de Justicia de Argentina, se adhirió a una aclaración que se hizo al concepto de lesa humanidad en la que explica que este tipo de delitos no puede encontrarse en hechos aislados cometidos ni siquiera por un funcionario público, sino que se configura cuando es parte de una política que se desarrolla en contra de una población civil...." B) FUNDAMENTO DEL RECURSO DE APELACIÓN INTERPUESTO POR LA PARTE QUERELLANTE LICENCIADA SILVIA PATRICIA CUÉLLAR IRAHETA quien manifiesta en síntesis lo siguiente: “...La perpetración de crímenes de lesa humanidad no es entonces, patrimonio exclusivo del Estado, también puede atribuírsele a particulares pertenecientes a organizaciones políticas y a los llamados "grupos rebeldes" o "guerrillas"; se debe entender como tales, aquellas entidades que tienen como expresión institucional la de una ideología o de un estado de consciencia del pueblo en torno a determinados asuntos públicos de interés general. Estas organizaciones se caracterizan por su capacidad de influir en el seno de la sociedad política...Estos delitos, entonces, pueden imputarse a los considerados "grupos rebeldes" u organizaciones políticas y militares salvadoreñas que tuvieron un papel protagónico en la violencia política previa a la guerra y durante a la misma. Ya en 1975 el ERP era considerado como tal, con estructura, dirección, capacidad de acción política y militar; por ende un actor colectivo potencialmente responsable de violar el Derecho Internacional Público, y el Derecho Penal Interno. Lo mismo ocurriría con sus miembros individualmente considerados. .....el concepto del delito de lesa humanidad establece que debe tratarse de un ataque a la población civil, entendiéndose como tal a las personas no combatientes "independientemente que sean de la misma nacionalidad o del grupo responsable, apátridas, o que tengan una nacionalidad diferente.... […], si bien es cierto ingresó en 1973 al ERP, no era combatiente, era solamente un miembro de dicha organización que no realizó actividades militares, tal como lo refiere el mismo grupo en un comunicado publicado en 1977, donde se afirmó lo siguiente respecto de la víctima: "No es un cuadro fundador del Ejército Revolucionario del Pueblo ERP, ni se dedicó al trabajo del Ejército Revolucionario del Pueblo ERP, toda su vida. Fue ejecutado en mayo de 1975. Así mismo el texto relaciona que nunca ocupó una jefatura militar. En cuanto a la imprescriptibilidad de los delitos de lesa humanidad, ésta ha sido reconocida por la jurisprudencia internacional ya que la prescripción, la no investigación, la no persecución y la sanción, así como la amnistía de los autores de los referidos crímenes, es incompatible con lo establecido en el Derecho Internacional de los Derechos Humanos. La Corte Interamericana hace referencia a la Convención sobre la Imprescriptibilidad de los crímenes de guerra y de los crímenes de lesa humanidad, adoptada por la Asamblea General de la ONU, el 26 de noviembre de 1968, que pese a no haber sido ratificada por El Salvador, de acuerdo a lo anteriormente relacionado no debe ser justificación para no aplicar la prescripción de la acción penal. Eso debido a que se puede conocer delitos de lesa humanidad a pesar de no haber firmado la Convención sobre la imprescriptibilidad. Se debe insistir que las normas mediante las cuales se reconocen y regulan estos delitos contra la humanidad, así como su imprescriptibilidad, son postulados que integran el Derecho Internacional Consuetudinario, son parte de los principios fundamentales del Derecho Internacional y son normas de "ius cogen". Así mismo la Corte Interamericana de Derechos Humanos ha establecido ya desde su sentencia Velásquez Rodríguez vs. Honduras, la obligación estatal de investigar, procesar y sancionar a todos los responsables de graves violaciones a los derechos humanos. En cuanto a la sistematicidad de los crímenes de lesa humanidad, se debe considerar lo relativo a su planificación y organización. Los actos deben cometerse "con conocimiento del ataque", el cual debe interpretarse como test objetivo acerca de que si el supuesto autor "sabía o debía haber sabido" conforme al estándar de una persona razonable si de hecho hubo un ataque. El ataque generalizado significa que los actos se dirigen contra una multiplicidad de víctimas, aunque no deban serlo en el mismo ataque. En el presente caso, la muerte de […] no fue el resultado de un hecho al azar, sino de un ataque sistemático del ERP dirigido por medio de los denunciados, dicha aseveración se hace con base al comunicado que tal organización publicara en 1977, donde relaciona que el proceso en el cual se separa la Resistencia Nacional del ERP "se levantaron las penas de muerte a quienes las tenían...", ello revela que dentro del ERP era un práctica sistemática el llevar a cabo los procesos que culminaban con condenas irreversibles…” C) CONTESTACIÓN DEL RECURSO HECHA POR LOS REPRESENTANTES FISCALES LIC. VICTOR MANUEL FUENTES ZALDAÑA Y LIC. JOSÉ ERNESTO CASTANEDA GUEVARA, quienes manifiestan en síntesis lo siguiente: "....Al hacer un estudio y análisis del recurso interpuesto observamos que reúne los requisitos de impugnabilidad objetiva y las condiciones de interposición, más discutirnos y consideramos que no reúne el requisito del agravio de la parte recurrente… según los elementos expuestos respecto del mismo en la denuncia, no se configuran las exigencias de la modalidad de lesa humanidad, frente al catalogo de tipos penales contenidos en la legislación penal salvadoreña de la época; es en consecuencia que el señor Juez razonó acertadamente que nos encontrábamos ante un delito de naturaleza común, por lo que debe seguirse las reglas de la prescripción de la acción penal por el paso del tiempo de la presunta comisión del delito del cual es necesario acotar que no existe dentro de los argumentos planteados tanto en la denuncia como lo expuesto en la audiencia inicial por la parte querellante o los mismos denunciantes elementos que pudieran vincular a los denunciados con el cometimiento del mismo..... se acepta la prescripción de la acción penal por parte de la querella, siendo que nos debemos en primer lugar a la Constitución de la República y luego al cuerpo legal reconocido en ésta; no podemos tratar de enmarcar un delito común en doctrina o jurisprudencia internacional que no es vinculante a nuestro ordenamiento legal y a la cual no estamos sujetos en detrimento de nuestra legislación…” D) CONTESTACIÓN DEL RECURSO HECHA POR LA DEFENSA TÉCNICA DEL PROCESADO JORGE ANTONIO M. L. A TRAVES DE LA LICDA. IRMA AIDA ZELEDON DE BARBA, quien en síntesis manifiesta lo siguiente: “... no estamos frente a un delito de lesa humanidad, sino ante un delito común, ya que como la misma parte apelante manifiesta, los delitos de lesa humanidad deben cometerse como parte de un ataque generalizado y sistemático contra una población civil; es decir delitos que lesionan a la humanidad por medio de la intención reiterada de dichos actos, la cual lleva a concluir que un crimen no es aislado, individual o fortuito, sino que busca destruir conjunto de vidas y o valores. Así mismo la doctrina de David Luban explica las delimitaciones entre un acto de lesa humanidad y un delito común "lo que distingue a los crímenes de lesa humanidad radica en que son atrocidades cometidas por los Gobiernos u organizaciones cuasi-gubernamentales en contra de grupos civiles que están bajo su jurisdicción y control..." 1.- ADMISIBILIDAD DEL RECURSO DE APELACIÓN Al hacer la valoración respectiva se puede determinar que el recurso de apelación interpuesto por la parte querellante, se encuentra dentro del término establecido en el Art. 453 Pr. Pn., y cumpliendo con las demás formalidades de ley que establecen los Arts. 452, 464 y siguientes del Código Procesal Penal relativos a la existencia del agravio, motivación del recurso, el acto procesal, decisión jurisdiccional o resolución impugnada y autoridad a quien se dirige el recurso; siendo procedente la viabilidad de dichos recursos en el presente caso, de conformidad a lo establecido en el Art. 354, Pr. Pn., y luego de analizados los elementos de procesabilidad antes enunciados, se declara ADMISIBLE el escrito de apelación respectivo.- 2.- RELACIÓN CIRCUNSTANCIADA DE LOS HECHOS El presente proceso se instruye en contra de los imputados ausentes 1.) JOAQUÍN V. H, ALIAS "ATILIO", y 2) JORGE ANTONIO M. L., ALIAS "JONÁS", por atribuírseles la presunta comisión del ilícito de ASESINATO, previsto y sancionado en los Arts. 152, 153 ordinales 2° y 8° y 154 inciso segundo, del Código Penal, aprobado el día trece de febrero de mil novecientos setenta y tres, y que mantuvo vigencia hasta el día diecinueve de abril de mil novecientos noventa y ocho, en perjuicio de la vida del señor […], conocido como […], ALIAS "JULIO", el cual se inició mediante requerimiento fiscal, presentado el día veintitrés de diciembre de dos mil once, al Juzgado Noveno de Paz. Según lo formulado en el respectivo requerimiento fiscal y con base a los hechos relatados en la denuncia escrita presentada por la parte querellante, la relación fáctica consiste en: "El día diez de mayo de mil novecientos setenta y cinco, el señor […], fue asesinado por sus compañeros de la organización guerrilla denominada Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP), siendo capturado el día trece de abril de novecientos setenta y cinco, junto con su compañero ARMANDO A, alias "PANCHO", un líder del ERP, de origen campesino, señalado de instigar a éste para que adoptara una conducta de rebeldía dentro de la organización e impulsara un complot contra su Estado Mayor, afirmándose que ambos permanecieron detenidos por sus compañeros de organización en una casa de seguridad del ERP, ubicada en e[…], que días antes Vladimir R, alias "El Vaquerito", uno de los cuatro máximos dirigentes del ERP en esa época, en un ataque de furia contra los intelectuales, habría dado de patadas a […] y que la Comandancia General de dicha Organización, habría efectuado un juicio sumario en el que sentenciaron a muerte a […] y a "Pancho", reconociéndose en la denuncia que no está definido el sitio en donde habrían sido ejecutados y si habrían sido fusilados, apuñalados u otro medio que hubiere ocasionado su muerte. La denuncia refiere dos versiones acerca del lugar donde habrían sido sepultados los restos de […], entre los cuales se encuentra el […], lugar donde presuntamente fueron asesinados o el […], los que según el relato de la denuncia, quedaron enterrados a poca profundidad y los animales los devoraron, y que luego los restos fueron tirados a la quebrada cercana, por el Juez de Paz de Quezaltepeque, y Agentes de la Extinta Guardia Nacional..." 3. Esta Cámara, luego de analizados los argumentos que motivan el recurso de apelación interpuesto, actos procesales practicados durante el trámite del procedimiento, y con base a la relación circunstanciada de los hechos hace las siguientes CONSIDERACIONES: Este Tribunal de Apelaciones está consciente de la importancia que existe de que El Salvador como Estado Soberano y Democrático reconozca la jurisdicción internacional contenida en el Estatuto de Roma y demás Tratados y Convenios Internacionales relacionados, con el objeto de ampliar el campo de la justicia universal; por cuanto, no obstante, tuvo participación en la Conferencia Plenipotenciaria de Roma de 1998 y votó a favor de la aprobación de dicho Estatuto, hasta la fecha dicho instrumento jurídico de carácter internacional no ha sido ratificado por El Salvador, ni tampoco existe una adhesión del Estado Salvadoreño a la jurisdicción de la Corte Interamericana de Derechos Humanos. Mediante mecanismos procesales de índole constitucional, se intentó un pronunciamiento de la Sala de lo Constitucional, sin que se obtuviere algún resultado al respecto (Sentencia de Inconstitucionalidad. 156-2005, de las diez horas y cinco minutos del día trece de diciembre de dos mil cinco), mediante la cual se decretó la inadmisibilidad de la demanda planteada. Por lo tanto, el Estatuto de Roma y el resto de Convenios no ratificados, únicamente tienen carácter enunciativo para el Estado Salvadoreño, pero no vinculante, ya que al no haber sido ratificados por El Salvador como Estado, tal jurisdicción no pasa a formar parte de leyes internas con carácter obligatorio según lo establecido en el Art. 144 de la Constitución de la República, sino únicamente como lo sostiene la parte recurrente tales lineamientos normativos se convierten en fundamentos consuetudinarios "ius cogen", principios rectores del Derecho Internacional; persistiendo hasta la fecha, la importancia por adoptar este tipo de normativa de carácter internacional que funcione como instrumento jurídico no sólo de carácter sancionador y que busque erradicar la impunidad garantizando el acceso a la justicia para toda una sociedad, sino también que sirva como instrumento de carácter preventivo para evitar la comisión de nuevas violaciones a los derechos humanos que originen crímenes de lesa humanidad.- En cuanto a los crímenes de Lesa Humanidad, en reiteradas sentencias pronunciadas por el Tribunal Penal Internacional, entre las cuales se encuentra la sentencia para la ex Yugoslavia, Ruanda y Sierra Leona, se estableció que el término "Crimen de Lesa Humanidad" fue utilizado, en sentido no técnico, desde 1915 y en declaraciones posteriores a la Primera Guerra Mundial; utilizado técnicamente por primera vez y como concepto independiente, en el Estatuto del Tribunal Penal Internacional de Nüremberg que enjuició a los criminales nazis después de la Segunda Guerra Mundial. A partir del Acuerdo de Londres, de 8 de agosto de 1945, firmado por las cuatro potencias aliadas vencedoras de la IIª Guerra Mundial (Estados Unidos, la Unión Soviética, Reino Unido y Francia), se instituyó el Tribunal de Nüremberg, el cual en su articulo 6 de su Estatuto, anexo al Acuerdo de Londres, establecía la competencia de dicho tribunal para: "... enjuiciar y castigar a quienes, actuando a título personal o como miembros de organizaciones en interés de los países del Eje europeo, hayan cometido cualquiera de los crímenes siguientes: a) crímenes contra la paz (...) b) crímenes de guerra (...) c) crímenes de lesa humanidad: el asesinato, la exterminación, la esclavitud, la deportación u otros actos inhumanos cometidos contra cualquier población civil, antes o durante la guerra, o la persecución por motivos políticos, raciales o religiosos para cometer cualquier crimen que sea de la competencia del Tribunal o en relación con ese crimen, implique o no el acto una violación del derecho interno del país donde se haya cometido.". Precisamente el término crimen de lesa humanidad, surge ante la insuficiencia de la categoría “Crimen de Guerra” que no podía aplicarse sino únicamente a aquellos actos que afectaran a combatientes enemigos, dejando por fuera los crímenes cuyas víctimas pertenecían al país agresor, o de Estados aliados, o apátridas. Según el Estatuto de Roma de la Corte Penal Internacional, adoptado en la ciudad de Roma el 17 de julio de 1998, que entró en vigor el primero de julio del año dos mil dos, precisamente en su Artículo 7, se estableció que los crímenes de lesa humanidad constituyen violaciones a los derechos humanos cometidos de manera sistemática y/o generalizada. La normativa internacional citada determina en su Art. 7 que se estará en presencia de crímenes de lesa humanidad en cualquiera de los actos enumerados en dicho articulado, cuando se cometan como parte de un ataque generalizado o sistemático contra una población civil y con conocimiento de dicho ataque. Aclara así mismo, que por "ataque contra una población civil", se entenderá una línea de conducta que implique la comisión múltiple de actos mencionados en el párrafo primero de dicho cita legal, contra una población civil, de conformidad con la política de un Estado o de una organización de cometer ese ataque o para promover esa política. El impetrante alega que el presente caso encaja en las características antes mencionadas y por tanto debe considerarse como un crimen de lesa humanidad, cuya naturaleza es imprescriptible, y en consecuencia revocarse la decisión del Juez A quo y habilitar la investigación; basando sus argumentos como ya se citó anteriormente en el fundamento del recurso de apelación interpuesto; por lo cual se analizarán a continuación las características de los crímenes de lesa humanidad en relación al caso concreto. Entre las conductas descritas en el Art. 7 del Estatuto de Roma de la Corte Penal Internacional, se encuentra el delito de ASESINATO, el cual según sentencia que la Corte Interamericana de Derechos Humanos emitió en el Caso Almonacid Arellano y Otros Versus Chile señala, el asesinato como crimen de lesa humanidad fue codificado por primera vez en el artículo 6 del Estatuto del Tribunal Militar Internacional de Nuremberg, el cual fue anexado al Acuerdo para el establecimiento de un Tribunal Militar Internacional encargado del juicio y castigo de los principales criminales de guerra del Eje Europeo, firmado en Londres el 8 de agosto de 1945 (el "Acuerdo de Londres"). Poco después, el 20 de diciembre de 1945; la Ley del Consejo de Control No. 10 también consagró al asesinato como un crimen de lesa humanidad en su artículo II. De forma similar, el delito de asesinato fue codificado en el artículo 5 del Estatuto o del Tribunal Militar Internacional para el juzgamiento de los principales criminales de guerra del Lejano Oriente (Estatuto de Tokyo), adoptada el diecinueve de enero de mil novecientos cuarenta y seis. En cuanto al sujeto activo de este tipo de delitos de lesa humanidad, la parte recurrente argumenta que: "....estos delitos, entonces, pueden imputarse a los considerados "grupos rebeldes" u organizaciones políticas y militares salvadoreñas que tuvieron un papel protagónico en la violencia política previa a la guerra y durante a la misma"; al respecto, la Cámara no objeta tal aseveración, en virtud que múltiple jurisprudencia pronunciada por la Corte Interamericana de Derechos Humanos CIDH, y Corte Penal Internacional, ha confirmado que el sujeto activo en este tipo de delitos no es únicamente el Estado garante de salvaguardar los derechos fundamentales inherentes de sus ciudadanos, sino también puede ser cometido por organizaciones políticas o grupos armados como guerrillas o escuadrones de la muerte. En el caso concreto, el Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP) fue una organización político-militar de El Salvador, que se constituyó como uno de los cinco grupos armados de izquierda revolucionaria que conformaron, en 1980, el Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional. Por otro lado, en cuanto al tema de sistematicidad del ataque consecuente del crimen de lesa humanidad, el Tribunal Penal Internacional para Ruanda consideró que debe tratarse de un ataque organizado que sigue un patrón regular o un plan metódico; punto sobre el cual la querella sostiene que: "...la muerte de […] no fue el resultado de un hecho al azar, sino de un ataque sistemático del ERP dirigido por medio de los denunciados, dicha aseveración se hace con base al comunicado que tal organización publicara en 1977, donde relaciona que el proceso en el cual se separa la Resistencia Nacional del ERP "se levantaron las penas de muerte a quienes las tenían...", ello revela que dentro del ERP era un práctica sistemática el llevar a cabo los procesos que culminaban con condenas irreversibles…" la Cámara considera sobre este tema, que si bien existen indicios incorporados al proceso mediante los cuales se trata de comprobar que el acto delictivo fue cometido con premeditación, el mismo no es producto de un plan o política preconcebida que permite la realización repetida o continuada de dichos actos inhumanos; ya que el hecho surgió de una orden interna de los altos mandos del ERP con el afán de eliminar específicamente la humanidad de […] alias "Julio" y de Armando A. alias "Pancho", este último líder campesino de dicha agrupación, por motivos no establecidos, siendo el mismo un hecho aislado, que no responde a una política derivada de un aparato de poder cometido a gran escala. Mientras que en cuanto al tema de la generalidad que debe revestir el ataque que derive en el crimen de lesa humanidad, el Tribunal Penal Internacional para Ruanda consideró que debe tratarse como un ataque masivo, en larga escala, dirigido contra una multiplicidad de víctimas; en virtud que el sentido de la expresión "de lesa humanidad", apunta a subrayar la gravedad del crimen, revelando que no se afronta a un individuo sino al colectivo de una población civil, en vista que se castiga la conducta que ha violentado la dignificación del ser humano como tal, procedente ya sea del Estado garante de su conservación o demás agrupaciones que generen un riesgo latente a la misma o alteran de cualquier forma el bienestar común y paz de una sociedad, se trata de un conjunto de actos que lesiona bienes jurídicos colectivos cuya ofensa trasciende a la Comunidad Internacional, por tanto pueden ser perseguidos en cualquier parte del mundo y tiempo, en razón de su carácter imprescriptible. Así mismo, algunos autores distinguen este tipo de delitos de lesa humanidad de los comunes, en cuanto a su gravedad y masividad con la que son cometidos; elementos que no se ven reflejados en el caso de análisis, por cuanto evidentemente el hecho delictivo atribuido a los ahora procesados es un acto delictivo aislado, que no fue el resultado de un hecho cometido al azar contra un individuo en particular, sino que obedeció a un plan premeditado que surge de la división interna de las fuerzas componentes del ERP dirigido a una persona determinada, que si bien puede presumirse no se constituía como miembro activo de dicha agrupación militar, estaba vinculado ideológicamente y señalado como partícipe de la misma. En cuanto a estos temas, la jurisprudencia del CIDH ha sostenido que el delito de lesa humanidad se consuma mediante una política que atenta sistemáticamente contra los derechos fundamentales de una sociedad civil o un grupo determinado de esta, por tanto no puede encontrarse en hechos aislados, en razón que se castigan y protegen mediante la comisión de crímenes de lesa humanidad bienes jurídicos de índole supra individual o colectivo. En ese sentido la Cámara sostiene que las características de sistematicidad y generalidad en el ataque no son típicas del caso concreto; por tanto independientemente de lo insidioso que sea en su metodología o comisión el hecho delictivo sujeto a conocimiento, no puede ser considerado como crimen de lesa humanidad. Por ultimo, en cuanto al tema de la imprescriptibilidad de los crímenes de lesa humanidad, se trata de un elemento que fue incorporado en la Convención sobre la Imprescriptibilidad de los crímenes de guerra y de los crímenes de lesa humanidad, adoptada y abierta a la firma, ratificación y adhesión por la Asamblea General en su resolución 2391 (XXIII), de 26 de noviembre de 1968, entrada en vigor 11 de noviembre de 1970, de conformidad con el artículo VIII, que además establece que este tipo de crímenes pueden ser cometidos en tiempo de paz y de guerra; por lo cual se desacredita la motivación hecha por el Juez A quo en cuanto a que debía de existir un estado beligerante, o por lo menos una comunidad beligerante, para que en ella se configuraran este tipo de crímenes de lesa humanidad. Según el penalista Wilfredo Pedraza, en su obra "La imprescriptibilidad de los crímenes contra la humanidad y otras violaciones de derechos humanos", página 150, sostiene que el principio de imprescriptibilidad únicamente se limita a los crímenes contra la humanidad, cometidos en tiempo de paz o de guerra; así mismo, Patricia Ziffer, en su obra "El principio de legalidad y la imprescriptibilidad de los delitos de lesa humanidad", página 762; sostiene que la prescripción sólo debe ser sacrificada en situaciones excepcionales, por cuanto resulta inadmisible que la persecución de cualquier delito pueda ser efectuada sin límite alguno, "haciendo a un lado el derecho a que el proceso penal sea tramitado dentro de un plazo razonable" La Corte Interamericana de Derechos Humanos CIDH, ha reconocido que para los casos que no constituyan crímenes de lesa humanidad, sino únicamente violaciones de derechos humanos, que igual atentan contra la humanidad, no puede quebrantarse el principio de prescripción de los delitos cometidos; el cual conlleva y está relacionado al de Seguridad Jurídica; lo cual se dejó plasmado en el caso Albán Cornejo contra Ecuador, sentencia emitida el día veintidós de noviembre de dos mil siete. En él, el Estado ecuatoriano reconoció su responsabilidad internacional por la falta de debida diligencia al no iniciar oportunamente el proceso de extradición de uno de los médicos presuntamente responsables de la muerte de Laura Albán, joven fallecida en 1987 a causa de una negligencia en un hospital privado; asimismo, otro de los médicos investigados había sido sobreseído al declararse la prescripción de la acción penal; caso en el cual la Corte Interamericana de Derechos Humanos en su resolución sostuvo que: "(...) la prescripción de la acción penal es inadmisible e inaplicable cuando se trata de muy graves violaciones a los derechos humanos en /os términos del Derecho Internacional. (...) En el presente caso no opera la exclusión de prescripción, porque no se satisfacen los supuestos de imprescriptibilidad reconocidos en instrumentos internacionales. El caso citado es conexo con el reclamado por la parte impetrante, por cuanto la Corte declaró responsabilidad al Estado Ecuatoriano por la falta de debida diligencia de las autoridades estatales en el esclarecimiento de dicho fallecimiento y el procesamiento y sanción de los responsables; sin embargo estableció que la falta de debida diligencia por investigar el caso, no constituiría una muy grave violación de derechos humanos que justifique la aplicación del principio de imprescriptibilidad al caso referido; y consideró que la prescripción opera como una garantía del imputado quien no puede ser responsable ni ser perjudicado por la falta de celeridad y de debida diligencia de los órganos de justicia en la conducción de las investigaciones y del proceso en su contra. Por tanto, no siendo el presente caso un crimen de lesa humanidad, tal y como lo sostiene la parte recurrente, sino más bien un delito común que debe someterse a la jurisdicción penal interna, y en cuanto a que la parte recurrente no ha objetado el proceder del Juez A quo en su motivación de la sentencia basado en la Prescripción en vista que han transcurrido treinta y seis años, desde la comisión del ilícito penal atribuido presuntamente a los referidos imputados, hasta la fecha de la presentación del requerimiento fiscal, extinguiendo consecuentemente la acción y responsabilidad penal de los imputados, que conllevó a sobreseerlos definitivamente, en armonía con los principios de Legalidad, Igualdad, Seguridad jurídica y Debido Proceso; de conformidad a lo establecido en el Art. 459 Pr. Pn., salvo excepciones, la Cámara se limita a resolver los puntos de controversia y agravios contenidos en el recurso, considerando que el obrar del Juez A quo y motivación contenida en la sentencia de análisis, respecto al fundamento jurídico que declara la prescripción del delito de ASESINATO, previsto y sancionado en los Arts. 152, 153 ordinales 2° y 8° y 154 inciso segundo, del Código Penal, aprobado el día trece de febrero de mil novecientos setenta y tres, y que mantuvo vigencia hasta el día diecinueve de abril de mil novecientos noventa y ocho, con base a lo establecido en el Art. 14 del Código Penal actual y 125 del Código Penal derogado, que establecía que: "…. la acción penal prescribirá, salvo que la ley disponga otra cosa: numeral segundo: a los diez años en los delitos sancionados con pena de prisión superior a los quince años..."; que de conformidad a lo establecido en el Art. 31 numeral 2° Pr. Pn., genera la extinción de la acción penal y conforme a lo dispuesto en el Art. 350 inciso segundo Pr. Pn., acarrea consecuentemente la viabilidad del sobreseimiento definitivo; es acorde a Derecho y respetuosa de garantías fundamentales a favor de las partes procesales. Por último cabe aclarar que la querella intenta continuar con la persecución de la acción penal de un caso, en el cual el Ministerio Público ha solicitado la culminación de la investigación con base a disposiciones legales pertinentes y a las razones expuestas y contenidas tanto en el requerimiento fiscal como en su intervención durante el desarrollo de la audiencia inicial, las cuales han sido validadas por el Juez A quo, con base a la normativa penal vigente en concordancia con normativas derogadas; y siendo ésta ultima una facultad exclusiva de la Fiscalía General de la República, tal y como lo establece en el Art. 193 n° 4 de la Constitución de la República y art. 17 inciso primero, del Código Procesal Penal, es imposible que pueda continuarse con la promoción de la acción pública en materia penal, que ha sido declarada prescrita, por cualquier entidad distinta a la Fiscalía General de la República; entidad que posee el monopolio del ejercicio de la acción penal; es decir, única institución estatal a la que le corresponde la persecución y promoción de la acción penal pública, tal y como lo establece el Principio Acusatorio, dispuesto en el Art. 5 Pr. Pn., que dice literalmente: "Corresponde a la Fiscalía General de la República dirigir la investigación del delito y promover la acción penal; la que ejercerá de manera exclusiva en los casos de los delitos e acción pública."; y en razón al principio de oficiosidad en el ejercicio de la acción penal; principio que, corno señalan V. Gimeno Sendra y otros, en el texto Derecho Procesal Penal, 3ª edición, Septiembre 1999, "es un complemento del principio de legalidad de la acción penal". Por otro lado, se aclara que el presente caso no se adecua a los supuestos contemplados en los Art. 17 inciso segundo, tercero, en cuanto a la facultad que tiene la fiscalía de prescindir de la acción penal y art. 29 del Código Procesal Penal, en cuanto a la conversión de la acción penal pública, ya que en este caso el ente fiscal ha iniciado la acción penal mediante el respectivo requerimiento fiscal; todo ello, sin perjuicio a la parte impetrante que pueda luego de agotados los recursos internos, acudir a la jurisdicción internacional.- POR TANTO: Vistas las razones anteriormente expuestas, ésta CÁMARA RESUELVE: A) De conformidad a lo establecido en los Arts. 354, 452, 453, 464 y siguientes Pr. Pn., ADMÍTASE el recurso de apelación interpuesto, por la parte querellante ejercida por la Licenciada SILVIA PATRICIA CUELLAR IRAETA, en representación de los hijos de la víctima […] y […], en todos sus puntos y pretensiones; B) De conformidad a lo establecido en los Arts. 1, 2, 11, 12, 13, 14, 15, 140, 144, y 246 inciso 2° de la Constitución de la República; art.14 del Código Penal vigente relacionado con arts.125, 126, 127 y 152, en relación con arts. 153 ordinal 2° y 8° y 154 inciso segundo del Código Penal aprobado el día trece de febrero de mil novecientos setenta y tres, y que mantuvo su vigencia hasta el día diecinueve de abril de mil novecientos noventa y ocho, en relación con arts. 5, 17, 29, 31 numeral 2°, 32, 33, 144, y 350 inciso segundo del Código Procesal Penal vigente CONFIRMASE EL SOBRESEIMIENTO DEFINITIVO, dictado por el Juez Noveno de Paz de este distrito judicial a favor de los imputados 1) JOAQUÍN V. H, ALIAS "ATILIO", y 2) JORGE ANTONIO M. L., ALIAS "JONÁS", por atribuírseles la comisión del ilícito de ASESINATO, previsto y sancionado en los Arts. 152, 153 ordinales 2° y 8° y 154 inciso segundo, del Código Penal, aprobado el día trece de febrero de mil novecientos setenta y tres, y que mantuvo vigencia hasta el día diecinueve de abril de mil novecientos noventa y ocho, en perjuicio de la vida del señor […], conocido como […], ALIAS "JULIO"; por haberse extinguido la responsabilidad y acción penal, por la figura de la prescripción; C) CONTINÚEN los referidos imputados en la libertad en que se encuentran; D) REMÍTASE consecuentemente la certificación de la presente resolución junto con el proceso penal en original, al Juzgado Noveno de Paz de este distrito judicial, debiéndose librar el oficio respectivo. NOTIFÍQUESE. PRONUNCIADO POR LOS SEÑORES MAGISTRADOS QUE LO SUSCRIBEN.