Testimonios sobre Mariana de Elena Garro

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Universiteit Gent
Faculteit Letteren & Wijsbegeerte
Academiejaar 2010-2011
Testimonios sobre Mariana de Elena Garro:
Una cuestión de género.
Entre el testimonio, la autobiografía,
la novela y el diario.
Masterscriptie ingediend tot het behalen
van de graad van master in de
taal-en letterkunde: Frans-Spaans.
Door Lore Ott
Promotor:
Prof. Dr. Eugenia Houvenaghel
Palabras De Agradecimiento.
La composición de una tesina requiere mucho trabajo y dedicación. No hubiera podido
realizar este proyecto sólo. Por eso, quiero agradecer a algunas personas.
En primer instancia, le doy las gracias a mi promotor, Eugenia Houvenaghel, para
proporcionarme la idea central de este trabajo. Mi reconocimiento por suministrarme las obras
y datos necesarios.
Asimismo quiero agradecer a mi madre y mi hermano. Sin el apoya y ayuda de ellos, este
periodo hubiera sido aún más duro. Me alentaban día tras día. Entonces gracias a ellos para
estimularme.
Quiero mencionar igualmente a mis amigas inteligentes Charlotte Verbeke y Lieselot Baert
por las varias veces que hemos intercambiado información y consejos. Gracias por seguir de
cerca mi progreso, siempre con entusiasmo.
Para Elena Garro finalmente, quien ha sido un sujeto de excepcional interés. Me ha
introducido en un mundo que antes no conocía. Adentrarme en este mundo mágico y
misterioso ha sido una experiencia fascinante
Índice
1. Introducción............................................................................................................6-7
2. Elena Garro: una biografía...................................................................................8-24
2.1.
Una infancia llena de imaginación...............................................................8-9
2.2.
La universidad, el teatro y un encuentro amoroso.......................................10-12
2.3.
Exilio de la escena cultural mexicana..........................................................12-14
2.4.
La autora Elena Garro..................................................................................14-15
2.5.
Elena como espía........................................................................................15
2.6.
La pesadilla del exilio..................................................................................16-17
2.7.
La vuelta a México......................................................................................17-19
2.8.
Sobre sus varios amantes.............................................................................19-24
2.8.1. Octavio Paz........................................................................................19-23
2.8.2. Adolfo Bioy Casares..........................................................................23-24
2.9.
Conclusión....................................................................................................25
3. Géneros emparentados: el testimonio, la autobiografía y el diario...................25-57
3.1.
Pensar el testimonio.....................................................................................26-39
3.1.1. Genealogía y canonización del género..............................................26-29
3.1.2. Concepción actual del género............................................................30-32
3.1.3. Aplicación a Testimonios sobre Mariana..........................................32-37
A. Divergencias................................................................................32-33
B. Semejanzas..................................................................................33-37
C. Conclusión...................................................................................37
3.1.4. La ficción del testimonio....................................................................37-39
3.2.
Pensar la autobiografía.................................................................................39-55
3.2.1. Testimonios sobre Marian: ¿sí o no de tono autobiográfico?............39-44
3.2.2. La autobiografía y el testimonio........................................................44-46
3.2.3. La autobiografía femenina.................................................................47-51
3.2.4. La autobiografía y la novela..............................................................51-55
A. Semejanzas..................................................................................51-52
B. Diferencias...................................................................................52-53
C. Conclusión...................................................................................53-54
3.3.
Pensar el diario.............................................................................................54-57
4. Análisis de los narradores en Testimonios sobre Mariana..................................58-71
4.1. El narrador: un acercamiento teórico..............................................................58
4.2. El narrador: aplicación a Testimonios sobre Mariana....................................57-59
4.2.1. Vincente.............................................................................................59-63
A. Caracterización del narrador.......................................................59-61
B. ¿Un recuerdo confuso?...............................................................61-63
4.2.2. Gabrielle............................................................................................63-68
A. Caracterización del narrador.......................................................64-66
B. ¿Un recuerdo confuso?...............................................................66-68
4.2.3. André.................................................................................................68-70
A. Caracterización del narrador.......................................................68-69
B. ¿Un recuerdo confuso?...............................................................70
4.3. Conclusión......................................................................................................70-71
5. Conclusión..............................................................................................................72-74
6. Bibliografía.............................................................................................................75-79
1. Introducción
Figura controvertida y fantasiosa, su dignidad, su brutalidad, su curiosidad, su conflictivo
vínculo con Octavio Paz y sus varios amantes convirtieron a Elena Garro en un personaje
revoltoso de la escena cultural mexicana. Periodista, activista, dramaturga, memorialista,
guionista y novelista, Garro es una de las autoras más relevantes y polifacéticas de la
literatura hispanoamericana. En su obra, la escritora hace pasar a personajes o sucesos
históricos que atraen su atención. La riqueza de estos personajes, que son generalmente
femeninos, apela a la imaginación. Al construir a sus heroinas, Garro rompe con la imagen
tradicional de la mujer mexicana. En el libro que nos ocupa en este trabajo, Testimonios sobre
Mariana, crea a una de sus protagonistas más icónicas: Mariana. La historia se desarrolla en
un París de la posguerra donde Mariana se ve persguida por su marido Augusto. Mariana es
un personaje que incita al recuerdo y al olvido. Tres narradores exploran sus vivencias con
ella: Vincente, su amante; Gabrielle, su amiga y André, su admirador secreto. Tratan de
encontrar una respuesta a la cuestión ¿quien es Mariana?, limitados por sus propios valores y
conducta. Después de la lectura, el lector tiene la impresión que sabe mucho sobre Mariana
pero al fondo no sabe nada concreto. De Mariana, sólo quedan unos recuerdos vagos y un
dolor profundo.
Elena Poniatowska indica: “Ella [Elena Garro] es la heroína de sus novelas: la Verónica de
Reencuentro de personajes; la Mariana de Testimonios sobre Mariana, la Inés de Inés...” 1.
Gran parte de su obra se caracteriza efectivamente por un índole autobiográfico. Según Garro,
‘la novela es vida’ por lo que incorpora su versión y observaciones sobre el mundo en el que
anda. Sin embargo, la autora nunca perfila su obra como una mera autobiografía. En este
sentido, la cuestión de los géneros emparentados cobra valor dentro de la obra de Elena Garro.
En nuestra disertación sobre Memorias de España 1937 hemos estudiado estos ecos
autobiográficos al establecer un vínculo con el género de las memorias.
En la edición de Grijalbo de Testimonios sobre Mariana se refiere a la obra como “de
evidente tono autobiográfico”. Y muchos estiman efectivamente que detrás de los personajes
del papel se encuentran personas de carne y hueso. La autora a su vez insiste en el carácter
novelesco de su libro. En esta obra resalta asimismo su estructura de testimonio, sugerida en
el título. El propósito del presente trabajo es el de explorar los diferentes géneros que Garro
1
Poniatowska, E. (2000), Las siete cabritas. México: Era. p. 105.
6
incorpora en Testimonios sobre Mariana. Encontramos por lo tanto tres géneros que pueden
aplicarse a la obra: el testimonio, la autobiografía y la novela. Proponemos una introducción
al género testimonial al repasar sus orígenes, principales características, concepción actual
para terminar con una aplicación a la obra estudiada. A continuación, examinamos el tono
autobiográfico. Nos dejamos conducir por la biografía extensa de la escritora. A través de
algunos fragmentos, averiguamos en qué medida la etiqueta de autobiografía conviene el
contenido del libro. El uso personal del “yo” es propio a la autobiografía de mujeres. De tal
manera, esta disertación aborda una comparación entre la autobiografía de hombres y la de
mujeres. Precisamente porque nos interesa la confluencia de géneros, es que incluimos
también al género de la novela. Es necesario explorar la frontera entre este género y el de la
autobiografía. Terminamos con un breve apartado dedicado al diario. La interrogante que
surge por lo tanto en este capítulo es ¿A qué categoría corresponde Testimonios sobre
Mariana?
Nuestro trabajo consiste igualmente en un análisis de los narradores, motores de esta obra.
Tenemos tres narradores, lo que permite al lector comparar sus testimonios. A lo largo de la
narración, observamos que los tres funcionan no sólo como narradores y testigos sino también
como personajes implicados en el desarrollo de la historia. Nos enfoquamos por lo tanto en la
caracterización de cada narrador. Otro motivo que en lo particular llama la atención es el
constante ambiente de confusión y ambiguëdad. Una exploración de las técnicas que
refuerzan esta atmósfera se impone.
La disertación comienza en primer lugar con una biografía de Elena Garro en que nos
acercamos asimismo a su vida amorosa conmovida. Su biografía resulta de suma importancia
por el estudio de su obra. De tal manera, dedicamos una gran parte a la polémica en torno a su
persona. En segundo lugar, examinamos la cuestión de los géneros emparentados. Es decir: el
testimonio, la autobiografía, la novela y el diario. Finalmente, proponemos un análisis de los
tres narradores: Vincente, Gabrielle y André. Su estatuto particular, el de narrador-testigo,
atrae nuestra atención.
7
2. Biografía
Elena Garro se ha controvertido en un fenómeno no sólo literario sino también político. Una
gran mayoría la asocia sobre todo con el escritor Octavio Paz, con quien estaba casada
durante muchos años. Su persona se ha hecho controvertida por otro factor importante, a saber
por su implicación batallón en el movimiento de ‘68, corriente que profundizaremos más
tarde en este apartado. Nos parece necesario conocer la historia de su vida para apreciar mejor
la multitud de
ecos autobiográficos en su obra. Como este aspecto autobiográfico y
testimonial constituye el foco de atención en el estudio presente, dedicaremos una parte
relevante del mismo a su biografía. Además, la vida de la autora muestra semejanzas con la
situación de sus heroínas. Será también el caso de la protagonista de Testimonios sobre
Mariana. Se pretende por lo tanto muchas veces que Elena es Mariana y al revés. Veremos si
esta afirmación se mantiene a lo largo de nuestro estudio.
Añadimos que nos basamos en este apartado en gran parte en las obras de Patricia Rosas
Lopátegui Testimonios sobre Elena Garro 2 y Elena Garro, 50 años de dramaturgía 3.
2.1 Una infancia llena de imaginación
Elena Delfina Garro Navarro nació el 11 de diciembre de 1920. Así Elena declaró y así
apareció en las primeras obras que mencionan a la autora. No obstante, después de su muerte
surge cierta ambigüedad sobre su fecha de nacimiento. Algunos fragmentos de su diario hacen
sospechar una manipulación de esta fecha:
“Octavio me fue a esperar… Yo iba a un examen de latín. Me estaba esperando
en una esquina con un grupo de amigos. Y me dijeron: ‘Cuando te pregunten
qué edad tienes, tú naciste en tal año.’ Un año muy atrás del que había nacido” 4
En Testimonios sobre Elena Garro, Patricia Rosas Lopátegui nos señala que Garro, un
espíritu creador y fantasioso, prefería vivir en el mundo de la imaginación. De tal manera,
Elena comunicó deliberadamente otra fecha de nacimiento. Poco después de su muerte,
aparece la primera indicación de que había nacido en 1996 en Proceso, una revista mexicana.
2
Rosas Lopátegui, P. (1981), Testimonios sobre Elena Garro. México: Ediciones Castillo.
Rosas Lopátegui, P. (2002), Yo quiero que haya mundo. Elena Garro, 50 años de dramaturgia. México: Ed.
Porrua.
4
Rosas Lopátegui, P. (1981), Testimonios sobre Elena Garro. México: Ediciones Castillo. p.56.
3
8
“El 12 de mayo pasado [1998], Elena Garro acudió con la notaria número cinco […]
para formalizar su testamento público abierto. […] En la parte “Declaraciones” del
pliego hereditario, la escritora se atribuyó la nacionalidad española y dio datos
distintos a los conocidos acerca de su edad. Garro Navarro se declaró “de nacionalidad
española originaria de Puebla. Nació el 11 de diciembre de 1916.” […]
5
Elena nació por lo tanto no en 1920 sino en 1916. Sin embargo, durante más de cuarenta años,
hacía creer a todo el mundo que había nacido en otra fecha. Todo eso explicamos con el fin de
señalar que nos encontramos frente a una mujer con un gran poder de persuasión que nunca
abandonó su mundo imaginario. Esta abundancia de hechos imaginativos no facilita por lo
tanto la investigación de su biografía como de su obra.
Elena nace de un padre español, José Antonio Garro Menendreras y una madre mexicana
que se llama Esperanza Navarro Benítez. Poco después de su nacimiento, la familia se
traslada a la ciudad de México donde Elena pasa los primeros nueve años de su vida; hasta
1925. En 1926, se instalan a Iguala, una ciudad en el estado de Guerrero en el sur de México.
Aquí son su padre y su tío Boni que la enseñaron a casa ya que no hay escuela en Iguala. Esta
ciudad inspira la pequeña Elena a la creación de lugares mágicos e imaginarios donde todo
parece posible. Los años en Iguala son por supuesto considerados como formativos para su
carrera literaria mientras que los años en la capital no han tenido tanta influencia en su
formación. Cuando Garro habla de su infancia, lo que ocurre mucho, refiere entonces a su
tiempo en Iguala.
Patricia Rosas Lopátegui habla de tres “fuerzas primarias” 6 que la han influido durante este
periodo en Iguala. En primer lugar, surge el mundo académico, representado por la biblioteca,
enseñanza y sabiduría de su padre y de su tío. Segundamente menciona a la comunidad de los
antiguos mexicanos, habitantes de Iguala, que la han inspirado también en gran medida.
Finalmente Lopátegui designa al espacio imaginario como fuerza que Elena toma como
realidad. Es en esta ciudad que Elena se confronta por primera vez con la dualidad
característica de México. Por un lado, hay el México de los blancos y por otro un México de
los indígenas. Esta temática de la identidad nacional vuelve constantemente no sólo en su vida
sino también en su obra. Por une parte, se asocia con la población privilegiada por el origen
5
Aranda, J. citado por Rosas Lopátegui, P. (2002) en Yo quiero que haya mundo. Elena Garro, 50 años de
dramaturgia. México: Ed. Porrua.
6
Rosas Lopátegui, P. (1981), Testimonios sobre Elena Garro. México: Ediciones Castillo.
9
mexicano de su madre pero por otra sigue siendo rechazada como gachupina7, es decir por su
origen español.
2.2. El teatro, la universidad y un encuentro amoroso.
Elena vuelve a la capital en la segunda mitad del año 1930. No obstante, el pueblo de Iguala y
sus habitantes indígenas dejan marcado a Elena. Es en la ciudad de México que Elena pasa su
adolescencia. La joven balancea en ese tiempo entre dos planteamientos: entre el enfoque
feminista y innovador de sus padres y el espíritu conservador de sus tías maternas con quienes
vive en la ciudad. Al ingresar a la facultad de filosofía y letras, en aquella época sólo
accesible para hombres, sigue el camino de sus padres eruditos. Pero encarna igualmente la
filosofía de sus tías quienes reducen el papel de la mujer al gobierno de la casa. De tal modo,
constatamos que esta dualidad, característica de Elena Garro y en la que ya insistimos en
nuestro análisis de Memorias de España 1947, data de su adolescencia. Deducimos de lo
previo que no se puede reducir su obra a un mero grito feminista.
En cualquier caso, Garro se ve confrontada con la revolución feminista y entra en la
universidad a regañadientes de sus tías. No es un periodo fácil para la joven Garro. Es que el
mundo patriarcal la condena por no conformarse con la tradición del matrimonio. Este espíritu
la hace pensar en su estado “deficiente” sin marido a su lado. En una carta a Emmanuel
Carballo, la jovenGarro revela sus sentimientos contradictorios:
“Los compañeros, centenares de chicos, eran muy respetuosos. Nosotras no
teníamos novio, pero otras chicas tenían fotos dedicadas. Y un día, en Yazbek,
donde nos tomábamos las fotos para las credenciales, me robé una de un joven
de bigote fino y atrás le escribí una dedicatoria apasionada: “Para Elena, mi
gran amor. Aurelio”. Así quede cubierta en mi deficiencia” 8.
Como mencionado, sus tías refuerzan estos sentimientos personificando el mundo
conservador mexicano de los años treinta. No obstante, le pasan también su pasión por la
literatura. Sus tías vuelven en su obra en forma de dos personajes en Mi hermanita
Magdalena.
En 1935, Elena va a su primer baile donde hace conocencia con Octavio Paz:
7
Gachupín, ina: Voz de origen incierto. Mote despectivo que se aplica al oriundo de España”. (Diccionario de
Mexico, vol.2, p.697)
8
Rosas Lopátegui, P. (2002), Testimonios sobre Elena Garro. México: Ediciones Castillo. p. 145.
10
“Iba yo con un primo que me gustaba mucho, un primo americano, Pedrito Miller. Yo
lo invité a esa fiesta. Entonces allí en el piano había un grupito de jóvenes, uno de
ellos vino a sacarme a bailar, y era Octavio. Yo no quería bailar con él porque estaba
con Pedrito. Pero estaban todas mis tías ahí, mi tía Lidia, mi tía Margarita, todas las
hermanas de mama. Le dije: “No, no bailo”. Mi tía Consuelo dijo: “Ay, si, guerra, es
el hijo de Octavio Paz. Baila con él, tan encantador su padre”. Entonces bailé con él y
fue tan malcriado, me dijo: “Usted es una puritana. ¿Vino con el pastor? Yo me
enfadé. Le dije: “Haga el favor de sentarme”. “No, ¿por qué?” Entonces me fui a
sentar y le dije a Pedro: “ Vámonos, vámonos de aquí”. Nos salimos y Octavio desde
la ventana le gritaba: “Oye, presbítero, no te la lleves 9”.
A partir de este momento, comienza por Paz la conquista de la joven Garro. En una entrevista,
revive el inicio de su relación con el escritor.
“Él iba por mí a la escuela. Leyes quedaba muy cerca de la prepa. Iba por mí, me
salía por todas las esquinas. Mi papa mi prohibió que lo viera. Me llevaba camelias,
unas cajitas así, perfectas, con dos camelias adentro y algún poema”.
“José Antonio Garro sabía que el joven enamorado de su hija era un chico muy
inteligente, al que le gustaba mucho el estudio, pero no le gustaba para yerno”, porque
decía: “era más inteligente, más culta y más guapa que él. Y que Octavio nunca se lo
iba a perdonar, que al hombre le gustaba la mujer inferior” 10;
Su padre la prohibía ver a Octavio porque no querría que sus hijas se casaran tan rápidamente
y de ninguna manera con un hombre como Paz quien encarna para José al machista mexicano.
Temía que Paz privaría su hija del teatro y de sus estudios mientras que él proponía
exactamente a su hija de convertirse en una mujer moderna 11.
No obstante, Elena continúa su relación con Paz y durante los primeros años del romance
sigue entregándose a sus pasiones; el teatro y el baile. Se hace coreógrafa del teatro
universitario y toma parte en la escena cultural mexicana. En esta vida cultural de los años
treinta, Octavio Paz y Elena parecían la pareja ideal. Ambos intelectuales, se anuncian como
dos artistas prometedores.
El 25 de mayo de 1937, Elena se casa a escondidas de sus padres con Paz. Era en realidad
menor de edad y parece ser por eso que cambiaron su fecha de nacimiento. Después de la
boda, Elena y Octavio se preparan para viajar a España donde reina con toda su violencia la
guerra civil. Elena narra con maestría esta experiencia en 1992 cuando salen sus Memorias de
9
Rosas Lopátegui, P. (1998) Proceso, p. 55-56.
Ibid.
11
Rosas Lopátegui, P. (2002), Testimonios sobre Elena Garro. México: Ediciones Castillo. p. 132.
10
11
España 1937, objeto de mi tarea bachelor. En estas memorias, conocemos a un Octavio con
dos caras. Elena describe a Octavio como un marido frío y poco cuidadoso. Paz no la
considera más como una fuente de inspiración sino que su esposa le molesta e le pone en una
situación comprometida durante el viaje en España. Así, Paz se convierte en un esposo
autoritario quien no la deja volver a la universidad ni a la danza ni al teatro.
2.3. Exilio de la escena cultural
Es en este tiempo que empieza lo que Patricia Rosas Lopátegui agrupa sobre el denominador
‘la odisea de Elena por el mundo al lado de Octavio Paz’
12
. “Comienzan la miseria, las
tragedias, los sufrimientos, los riesgos, los sacrificios y sobre todo, los exilios”. Lo que fue un
golpe muy duro para Elena, fue su exilio de la escena cultural. El mundo mexicano machista
le prohíbe de desarrollar su talento artístico por el simple hecho de ser mujer. En vez de ser
artista se trasforma en una sombra de su marido. Citamos una parte de una entrevista de Elena
con José Alberto Castro:
“Mi primera vocación fue ser bailarina. Estudié danza con Hipólito Sabin,
alumno de Pavlova Y fui actriz y coreógrafa del teatro de la Universidad,
cuando lo dirigía Julio Bracho.
- ¿Dónde quedó esa vocación?
- En el juzgado dónde me casé porque Octavio nunca quiso” 13.
En el México de aquella época, la sociedad patriarcal domina la vida cotidiana. El
cristianismo, religión dominante en México, refuerza esta idea. La tarea de la mujer consiste
en obedecer por entero a su esposo como su superior.
El 12 de diciembre de 1939, nace la única hija de la pareja Paz-Garro. Se llama Laura
Helena Paz Garro conocida también como la Chata. Elena dice sobre el nacimiento de su hija:
“Significó todo en mi vida, cuando menos la mitad de mi vida a partir de que ella nació”
14
.
Poco después Elena empieza a trabajar como periodista visto que Paz gana muy poco en ese
tiempo. Debuta en 1941 en la revista Así y consigue de esa manera mantener cierta
individualidad. Elena toca en su periodismo también la situación precaria de los indígenas
como la de mujeres menores encarceladas. Veremos más tarde que Garro sigue introduciendo
cierto grado de activismo en su literatura acusando la corrupción política y social en México.
12
Rosas Lopátegui, P. (2002), Testimonios sobre Elena Garro. México: Ediciones Castillo. p. 145.
Alberto Castro, J. Proceso, 10 de noviembre de 1997, p. 79
14
Rosas Lopátegui, P. Proceso, 6 de septiembre de 1998. p. 56-59
13
12
En 1945, la familia Paz-Garro se traslada a París donde Octavio trabaja como embajador
mexicano. El periodo en Francia anuncia el comienzo de la odisea de Elena en Europa
15
. Es
exactamente esta parte de su vida, con el periodo que pasa en Nueva York, que forman la base
de Testimonios sobre Mariana, nuestra obra primaria. De Nueva York, la peregrinación
continúa en 1948 hacia Suiza. En 1949 vuelve a Paris donde conoce a Adolfo Bioy Casares de
quien se enamora: “Es el único hombre en el mundo del que me he enamorado y creo que eso
no me lo perdonó nunca Octavio”
16
. En Testimonios sobre Mariana, Garro ficcionaliza Bioy
Casares bajo el personaje de Vincente. Insistimos más tarde en la figura de Bioy Casares y su
relación amorosa con Garro (Véase 2.8.2.). En 1952, el trabajo de Paz la lleva a Japón. En esta
tierra lejana la tristeza de amor por Bioy Casares la consuma. A finales de 1953, la pareja se
reinstala en México donde Elena continúa a trabajar como periodista y guionista de cine. Es
en este periodo que Garro escribe su única novela histórica, Félipe Ángeles
17
. Surge en
aquella época también su preocupación para la problemática agraria en México. Garro se
encarga de denunciar los abusos masivos por los terratenientes y la siguiente situación
miserable de los campesinos. Este tema volverá en La semana de los colores.
En 1957 logra de regresar al teatro pero esta vez como escritora de piezas teatrales y no
como coreógrafa o actriz. Garro comenta:
“Un matrimonio temprano, me impidió con decisión férrea la cercanía de las
tablas. Pasaron los años y comprendí que el paraíso del teatro se había alejado
de mí para siempre. Entonces decidí aproximarme a él escribiéndolo” 18.
Octavio Paz está en aquella época a la cabeza del grupo Poesía en Voz Alta y le ordena de
crear tres piezas. Elena inicia seguidamente con Andarse por las ramas, Los pilares de doña
Blanca y un hogar sólido.19. Parece que Garro no tenía mucha mano en este asunto visto que
era Paz que mandaba la escenificación de sus piezas. No obstante, poco a poco Garro
reedifica su identidad antes extraviada al entrar en la escena de las letras mexicanas. El año
siguiente, en 1958 la Universidad Veracruzana publica una reunión de sus obras de teatro.
Entre 1956 y 1957, Octavio Paz se separa de Elena y empieza a hablar de un divorcio. Se
15
Rosas Lopátegui, P. (2002) Testimonios sobre Elena Garro. México: Ediciones Castillo. p.183.
Landeros, C. (1983) “En las garras de las dos Elenas”, Los Narcisos. México, Editorial Oasis. p 103.
17
Félipe Ángeles (1869-1919) fue un general mexicano y figura singular de la revolución mexicana. Disfrutó de
fama por su carácter humano. Fue fusilado en Chihuahua en 1919. Garro apunta en su libro: “Al fusilar a
Ángeles la Revolución se fusila a sí misma”.
18
Rosas Lopátegui, P. (2002) Testimonios sobre Elena Garro. México: Ediciones Castillo. p.245.
19
Rosas Lopátegui, P. (2002) Testimonios sobre Elena Garro. México: Ediciones Castillo. p. 240.
16
13
refuerzan por consiguiente los rumores de un “affaire” entre Garro y Archibaldo Burns, una
relación agitada que daña la reputación de Garro en los círculos puritanos de México. Su
divorcio de Paz, la presunta relación con Burns y sus varios ataques contra los terratenientes
provocan en 1959 su exilio doloroso de México.
2.4. La autora Elena Garro
Los años que siguen el divorcio resultan aun así de gran importancia para su carrera literaria.
La revista La palabra y el hombre lanza en 1959 otras dos piezas teatrales que se titulan La
mudanza y La señora en el balcón. Elena, separada de Octavio Paz, se reinstala en México en
1963. Se publica en el mismo año su novela Los recuerdos del porvenir con la que prueba su
capacidad como novelista. El pueblo de su infancia, Iguala constituye el foco de atención y
Garro hace homenaje a las personas que la rodeaban de cuidados. Este libro provoca una
revolución en la literatura hispanoamericana de los años sesenta y Garro recibe por tanto el
premio de Novela Xavier Villaurrutia 20. Sin embargo, la sociedad machista sigue privándola
de un verdadero reconocimiento y promoción. Es Carlos Fuente que representa en aquella
época el movimiento del boom hispanoamericano. Citamos en este contexto a Elzbieta
Sklodowska:
“Tampoco encontramos a las mujeres, aunque la narrativa de las Mexicanas Rosario
Castellanos y Elena Garro cumple con todos los parámetros de una novelística
experimentadora. Curiosamente la publicación de Los recuerdos del porvenir de
Garro coincide con el supuesto comienzo del boom (1963), a la vez que la estructura
temporal de la novela constituye un claro antecedente de Cien años de soledad (1967)
de García Márquez, que marca el apogeo del boom” 21 .
Durante el periodo de 1963 a 1968 Garro intenta combinar su activismo y su periodismo con
sus actividades como guionista de cine y escritora. En 1963 sale La dama boba, El árbol y
Nuestras vidas son los ríos. La Universidad Veracruzana reúne otra vez sus cuentos en La
semana de colores. Esta novela comporta varios relatos cortos entre otros, una historia muy
famosa que se titula La culpa es de los tlaxcaltecas. Garro rehabilita en ésta a La Malinche.
Sigue otra pieza de teatro en 1965 que se títula Los perros. En este mismo año Garro escribe
la novela Reencuentro de personajes que narra la historia de una pareja de mexicanos que
20
Rosas Lopátegui, P. (2002) Testimonios sobre Elena Garro. México: Ediciones Castillo. p. 247.
Sklodowska, E. (1997) “El boom y la nueva novela” Huellas de las literaturas hispanoamericanas. Nueva
Jersey: Prentice Hall. p. 513.
21
14
viajan en Europa. Es también en esta época que Garro empieza a hablar sobre su novela
Testimonios sobre Mariana de la que se publica en 1967 un episodio en la revista literaria
Espejo. La activista Elena escribe también en dos revistas políticas de gran influencia en
aquella época, a saber las revistas Siempre! y Sucesos.
Esta lista de publicaciones demuestra la gran actividad de Garro como novelista. Revela
igualmente que el divorcio de Octavio Paz como su desaparición de la escena cultural
mexicana la ha permitido de desarrollar plenamente su capacidad creativa.
2.5. Elena como espía
Durante los años sesenta, la escena política se mueve constantemente. En este periodo, Garro
conoce tambien a Carlos Madrazo
22
. Son los años de la Guerra Fría. Garro misma se
manifiesta siempre como anticomunista, anticastrista, monárquica y católica. Sin embargo, la
escritora se desplaza en ese tiempo entre bastidores de la escena política y social y despierta
sospechas de algunos comunistas. Además en 1968, se realiza el movimiento estudiantil en el
que no sólo participan estudiantes sino también profesores, obreros e intelectuales
23
. El
gobierno reprime enseguida el movimiento con la matanza en la Plaza de las Tres Culturas de
Tlatelolco. El presidente Díaz y su gobierno indican después a Garro y Madrazo como los
cerebros principales de la protesta. Según el gobierno, este dúo pone en peligro la estabilidad
de la política mexicana. La participación de Garro a la insurrección estudiantil sigue
provocando problemas cuando algunos días después concede una entrevista. Acusa a varios
intelectuales de ser ellos los verdaderos instigadores del conflicto lo que la audiencia le toma
mal a ella 24.
Se la acusa encima de haber dirigido la conspiración comunista contra el gobierno de Díaz.
Acusación falsa según Patricia Rosas Lopátegui visto que Garro siempre se vuelve contra el
comunismo y la Cuba socialista de Castro. En realidad, se condena a Elena porque ella se
arriesga a enfrentar el abuso y las injusticias del latifundismo y a defender la política
reformada de Carlos Mandero. O como dijo su hija Helena más tarde a Fernando Narváez
Angulo 25: “¿No te das cuenta de que es un pretexto lo de Sócrates, que todo es por lo de los
22
Carlos Alberto Madrazo Becerra es un hombre político mexicano nacido en 1915. Fue presidente del Partido
Revolucionario Institucional. Luchó contra la hegemonía del presidente Díaz. Murió en 1969.
23
Hamnett, B. (2001), Historia de México. Madrid: Universidad Complutense de Madrid.
24
Rosas Lopátegui, P. (2002), Testimonios sobre Elena Garro. México: Ediciones Castillo. p. 287.
25
Fernando Narváez Angulo: director de la Procuraduría General de la República.
15
campesinos y por lo de Madrazo?” 26. Garro ficcionalizará estos acontecimientos en una obra
de teatro poco conocida, Sócrates y los gatos.
2.6. La pesadilla del exilio
En 1972 Garro se ve por consiguiente forzada a dejar México y junta con su hija se huye al
extranjero. Siguen veinte años de miseria, persecución y pobreza en que viven sucesivamente
en Nueva York (1972-1974), Madrid (1974-1981) y París (1981-1993). Patricia Rosas
Lopátegui habla de nuevo de tres fuentes que mantienen Elena en pie: la lectura, la escritura y
la memoria 27. Elena recurre a estas tres modalidades que la protegen de la realidad dolorosa
que está en contra suya. Garro sobrevive al analizar en su escritura su pasado y al contemplar
a sí misma y a los que la rodean. Rosas Lopátegui, haber examinando sus diarios de aquella
época, nos señala:
“Aunque no existe para los demás, los otros existen para ella, y, por la palabra escrita,
sigue viviendo en sociedad, se mantiene viva, alerta, analítica, pensante. Elena puede
seguir integrada a su tiempo gracias al poder de la escritura: en la palabra escrita
dialoga activamente consigo misma, y con los sucesos cotidianos de la vida ordinaria
y de la política internacional” 28.
Los numerosos conocidos, escritores, artistas y políticos de Elena descuidan completamente a
ella en aquella época. Sin embargo, Garro nunca abandona a pesar del hambre y de la penuria
y lucha contra el olvido. Añadimos una poema de 1978 que expresa acertadamente la soledad
y el dolor de Garro.
Amplia Soledad
Amplia soledad
siempre más amplia
Cuatro paredes ajenas
Un diálogo continuado.
Olvidadas las fiestas
el carmín de los trajes
26
27
28
Rosas Lopátegui, P. (2002), Testimonios sobre Elena Garro. México: Ediciones Castillo. p. 320.
Rosas Lopátegui, P. (2002), Testimonios sobre Elena Garro. México: Ediciones Castillo. p. 329
Rosas Lopátegui, P. (2002), Testimonios sobre Elena Garro. México: Ediciones Castillo. p. 301
16
el chisporroteo de las rosas.
Algunas golondrinas
cantan al atardecer el dichoso pasado.
Trinos
augurios del pasado perdido.
Tal vez, si Dios asomara su inefable
rostro
en los vapores de la ardiente tarde
las golondrinas
volverían a ser notas ligeras.
Y tal vez, algunos jóvenes todavía no nacidos
podrían volver a repetir
Volverán las oscuras golondrinas
de tu balcón
sus nidos a colgar...
Pero, ya no hay balcones.
Asiria preside nuestros días
de hierro y de silencio
Silencio de palabras
Y multiplicación asombrosa
de chirridos....29
A partir de los años ochenta, la suerte de Garro empieza a cambiar. Emilio Carballido
30
la
visita en este año en Madrid. A su vuelta a México, lleva consigo Andamos huyendo Lola
(1980), Testimonios sobre Mariana (1981), Reencuentro de personajes (1982) y La casa
junto al río (1983). Elena recupera fama dentro del mundo de las letras mexicanas y la
publicación de sus obras le permite asimismo de pagar sus deudas y comida. Sus obras
reciben una buena crítica y Garro reconfirma su capacidad como escritora. Testimonios sobre
Mariana la genera encima el Premio Juan Ediciones Castillo.
29
Rosas Lopátegui, P. (2002), Testimonios sobre Elena Garro. México: Ediciones Castillo. p. 186.
Emilio Carballido (1925-2008) fue un escritor mexicano que se dio a conocer con sus piezas de teatro. Fue
también subdirector de la Escuela de Teatro de la Universidad Veracruzana. Formó parte de la Generación de la
década de 1950.
30
17
2.7. La vuelta a México
A finales del año 1991 José María Fernández Unsaín, presidente de la Sociedad General de
Escritores de México, invita a Garro a México con el propósito de darle algunos
reconocimientos. Garro acepta la invitación y prepara la vuelta a su país natal. Patricia Vega
escribe en La Jornada un comentario sobre el retorno de Garro.
“La parte más delicada de las negaciones consistió en obtener la aprobación de
Octavio Paz cuya influentísima posición en la cultura mexicana se había consolidado
con la obtención en 1990 del Premio Nobel de la Literatura. Fernández Unsain lo
convenció y garantizó que el retorno de su ex esposa e hija no entrañaría la amenaza
de ventilar, públicamente, los diversos aspectos de su conflictivo vínculo con Garro.
Otro elemento en juego fue la posible reacción de los intelectuales que en el 68 habían
sido perseguidos a causa de las denuncias de Elena Garro y que veintitrés años
después ocupaban destacadas posiciones en los ámbitos políticos y culturales del país”
31
.
Entendemos por lo tanto que no fue un regreso fácil y que Fernández Unsaín arriesgaba su
pellejo para realizarlo. Gracias a su ayuda, Elena llega a México el 7 de noviembre de 1991
después de casi veinte años de exilio. En 1993 la autora se instala definitivamente en
Cuernavaca, en el estado de Morelos. Sin embargo, el reconocimiento merecido no se produce
y las agresiones a su honor continúan. “No hay trabajo ni casa para las dos Elenas” constata
Patricia Rosas Lopátegui 32. Injustamente, nunca recibe el Premio Nacional de Literatura por
causa de su pasado movido y por miedo a Paz. A pesar de los ataques frecuentes por Paz y su
entorno, Garro no deja la escritura y en 1992 salen sus Memorias de España 1937. En 1995 se
publica Inés, un relato corto. Elena explica su situación y sentimientos en aquella época a
César Güemes:
“Deprimida. Deprimida porque, mira, nos invitaron, y fueron a París dos
veces para que nos viniéramos a México, me dijeron que yo iba a tener
un buen trabajo, y que me iban a dar una casa. Mira qué mentiras. Y
que todo iba a serme fácil y que iba a tener muchos amigos y no sé cuánto.
Llegué y no había casa. Estoy en este piso porque se murió mi hermana
y lo dejó. Entonces me metió aquí porque los sobrinos ni me lo
31
Vega, P. “Elena Garro, la mejor autora de la lengua española del siglo XX: Carballo”. La jornada, Cultura.
México, 3 noviembre de 1991.
32
Rosas Lopátegui, P. (2002), Testimonios sobre Elena Garro. México: Ediciones Castillo. p. 474.
18
querían dar” 33.
Garro se da cuenta que México no ha cambiado y que no cambiará rápidamente, como ella
que continúa a ventilar crítica acerba hacia ciertos intelectuales mexicanos.
-El mundo mexicano, ¿la ha decepcionado?
-No lo conozco. No lo he visto. Ahora, quién conforma al mundo intelectual
mexicano. Pues Octavio Paz, Carlos Fuentes, Ricardo Garibay, Emmanuel Carballo,
Ricardo Guerra. A algunos de ellos, les llamé una vez aquí y no se pusieron a tiro, no
vinieron ni nada, ni volvieron a hablar. Se ve que no tenían ganas de reanudar la
amistad o la plática 34.
No obstante, la escritora nunca más aparece en pública y tampoco asiste a los homenajes a su
persona. A partir de 1997, la salud de Elena se deteriora junta con la relación entre madre e
hija. La escritora muere el 22 de agosto de 1998 en Cuernavaca, poco después del
fallecimiento de Paz. Como muchos hombres y mujeres que se oponen contra el orden
establecido y la mentalidad de su tiempo, Elena tuvo un funeral sencillo y modesto donde el
mundo intelectual mexicano no se dejaba ver 35.
2.8. Sobre sus amantes
Elena tuvo varios amantes y muchos de ellos se convirtieron en personajes de su obra
narrativa. En la mayoría de los casos, los retrata como hombres brutos que la maltratan y
nunca la respetan. Cómo dice Elena Poniatowska: “la peor maldición para un amante es
convertirse en personaje de ficción de Elena Garro” 36. Tanto Octavio Paz como Adolfo Bioy
Casares corren la misma suerte en Testimonios sobre Mariana. Paz aparece en la obra como
Augusto, el tercer narrador, mientras que reconocemos a Bioy en el narrador Vincente.
2.8.1. Octavio Paz
Elena nunca logró distanciarse, ni en su vida ni en su obra, de su ex marido Octavio Paz.
Elena Poniatowska nos señala: “Ah la que fue mujer de Paz! es una frase que parece formar
parte de su identidad. A partir de esa exclamación empieza la historia de amor y de odio que
33
Guëmes, C. “Elena Garro presenta mañana Inés. ‘En México me siento como un extranjero cuando llega a un
país desconocido’” El Financiero Cultural. 26 de octubre de 1995, p. 55.
34
Ibid.
35
Rosas Lopátegui, P. (2002), Testimonios sobre Elena Garro. México: Ediciones Castillo. p. 487.
36
Poniatowska, E. (2000), Las siete cabritas. México: Era. p.177
19
identifica al pareja” 37. No obstante, podemos preguntarnos en qué medida Elena conservaba
deliberadamente esta conexión... Además Paz desempeña un papel importante en Testimonios
sobre Mariana en la que está incorporado bajo el personaje de Augusto. Nos parece por
supuesto interesante incluir algunos datos sobre su vida y obra y particularmente sobre su
relación conflictiva con Elena.
Octavio Paz nace en la ciudad de México el 31 de marzo de 1914, en plena revolución
mexicana. Estudia derecho pero desde joven la literatura y particularmente la poesía
constituyen su verdadera pasión
38
. En 1931, publica sus primeros poemas en varias revistas
como Barandal. En 1933 sale su primer libro de poemas Luna silvestre. Durante la Guerra
Civil Española, viaja a España, junto con Garro, donde apoya a los republicanos. A su vuelta
en México en 1938 funda la revista literaria Taller 39. Durante los años 40 y 50 trabaja como
embajador mexicano en los Estados Unidos, Francia, India y Japón. En aquella época, publica
El Laberinto de la Soledad, un ensayo sobre la identidad mexicana. Recibe varios premios
literarios como el Premio Cervantes (1981) y en 1990 se le otorga el Premio Nobel para su
obra entera 40. Paz fue el primer escritor mexicano a recibir el Premio Nobel. Muere el 19 de
abril 1998 en la ciudad de México.
En cuanto a su estilo, su obra literaria se caracteriza sobre todo por la experimentación y el
inconformismo. Dejó una poesía muy personal y difícil a etiquetar
41
. De una poesía neo
modernista al inicio hasta poemas existenciales, a veces incluso con un matiz surrealista. Un
tema central en su obra constituye el sentimiento de huir del tiempo lo que desemboca en una
poesía espacial 42.
Como antes mencionado, Paz estuvo casado con Elena Garro durante algunos años. La
pareja se conoce en los años 30 y desde entonces sus vidas y nombres siempre han sido
vinculados. Comparten sus preocupaciones sociales y políticas pero a pesar de esto no queda
más que polémica. O como se comenta frecuentemente “la guerra y la paz, la Garro y el Paz”
43
. La relación entre ambos escritores se desarrolla como un constante conflicto. Garro declara
repetidas veces “Los mexicanos compadecieron a Paz por haberse casado conmigo”.
Según varias fuentes, la pareja nunca tuvo un matrimonio feliz. Resulta difícil precisar
donde la relación fracasaba. Elena, hija de padres muy liberales no soporta la autoridad de Paz
37
Poniatowska, E. (2000), Las siete cabritas. México: Era. p.200
Wilson, J. (1986) Octavio Paz. Boston: Twayne.
39
Ibid.
40
Ibid.
41
Pinho, M. (1997), Volver a ser: un acercamiento a la poética de Octavio Paz. New York: Lang.
42
Ibid.
43
Poniatowska, E. (2000), Las siete cabritas. México: Era.
38
20
como esposo y Paz no acepta la rebeldía de Garro. Durante su matrimonio, Paz no le permite
nada: ni escribir, ni participar al teatro, ni practicar su afición favorita: la danza. A causa de la
tiranía de Paz, Elena desaparece por completo de la escena cultural mexicana. Helena, hija de
ambos escritores, comenta que el miedo principal de su padre era que Garro daría sombra a su
obra y a su capacidad artística: “Me acuerdo de que cuando era niña y mi mamá escribía algo,
mi papá se ponía a llorar, así, con lágrimas, y decía: “Ay Helencita, tú tienes más talento que
yo, quémalo por favor”
44
. Parece entonces que el escritor mexicana teme que su esposa le
supere.
Sin embargo, la relación Paz-Garro queda muy compleja. Ambos escritores son figuras
complejas y tercas y han cometido varios errores. Las feministas tienden a defender a Garro
como víctima inocente de un hombre machista. Los conservadores al revés siempre toman
partido por Paz y representan a Garro como una mujer loca e irracional. No es fácil adoptar
una posición objetiva en medio de este intercambio de reproches a la que su relación se ha
reducido. Nosotros estimamos que Garro ha efectivamente sufrido bajo la sombra de Octavio
Paz como demuestran sus diarios y las memorias de su hija pero subestimamos tampoco el
carácter rebelde de Garro.
No obstante, conviene señalar que Octavio Paz ha también promovido en cierta medida la
carrera y el talento de Garro. Incluso fue el primer a reconocerlo según Elena Poniatowska en
su libro Las palabras del árbol, una biografía de Octavio Paz. Citamos a Octavio Paz:
“‘Escribe, escribe, tienes que escribir’ y aunque renuente ella ponía la máquina sobre la
cama o sobre la alfombra, y sentada en posición de flor de loto tecleaba sin parar”
45
.
Poniatowska designa asimismo a Elena como destinataria de una de sus poemas:
Cuerpo a la vista
Tus ojos son los ojos fijos del tigre y un minuto después son los ojos húmedos del
perro.
Siempre hay abejas en tu pelo. [ … ]
Patria de sangre,
única tierra que conozco y me conoce
única patria en la que creo
única puerta al infinito 46.
44
Paz Garro, H. (2003), Memorias. España: Océano.
Poniatowska, E. (1998) Octavio Paz: Las palabras del árbol. Barcelona: Plaza & Janés.
46
Ibid.
45
21
Este poema contrasta fuertemente con las palabras de Helena Paz. Elena Poniatowska estima
incluso que Elena acusa en ’68 a ciertos intelectuales sólo por siendo ellos amigos de su ex
esposo. Un amigo íntimo de Garro lo expresa así:
“Mira, en el ’68 vi poco a Elena pero ella tenía la obsesión de siempre: Octavio Paz y
quería fastidiar a los amigos intelectuales de Octavio –lo fueron o no, esto es
importante, porque ella los veía como los amigos de Paz, por eso decía que todas esas
gentes estaban mandando a los estudiantes de carne de cañón, que los iban a matar y
que iban a dar a la cárcel, mientras ellos estaban muy cómodamente instalados en sus
casas. Ella pensaba que los amigos de Octavio estaban haciendo eso; además Elena
detestaba a los comunistas, les tenía un odio feroz” 47.
Según Poniatowska, el fin miserable de su vida es por consiguiente su propia culpa.
“¿Quién mató a Elena Garro si no la propia Elena Garro? A cinco años de su muerte,
es posible descubrir que el verdadero asesino de Elena fue su vida alejada de la
realidad, incluso de sí misma. Su paranoia no tuvo límites. En cada esquina se
fraguaba un complot en contra suya” 48.
Poniatowska critica asimismo severamente la biografía de Patricia Rosas Lopátegui
Testimonios sobre Elena Garro. Según ella, Lopátegui tendría una admiración exagerada por
la figura de Garro y enmascararía la verdad a favor de Garro.
Constatamos por lo tanto que las opiniones están divididas. Probablemente, ambas
contienen algo de verdad. Por un lado, opinamos que Paz sentía cierta envidia frente al talento
de su mujer pero al mismo tiempo lo reconocía. El amor siempre está próximo al odio y al
revés... Sin embargo, no se puede justificar la actitud de la sociedad intelectual mexicana
frente a Garro. ¿Por qué tuvo que venir veinte años en exilio? ¿Por qué no eran publicadas sus
obras? Nunca recibió el reconocimiento merecido. Por otro lado, las palabras de Poniatowska
no son completamente falsas tampoco. Pero tiene razón cuando afirma que Rosas Lopátegui
nos engatusa a veces con un retrato demasiado idealista de Garro. Por eso, no podemos perder
de vista que a Garro le encantaba la controversia como ya hemos observado en el trabajo
sobre Memorias de España 1937. Cierta prudencia parece en este caso imprescindible.
Concluimos esta parte sobre Octavio Paz con una confesión de Elena a Gabriela Mora:
47
48
Poniatowska, E. “Una biografía de Elena Garro” en La Jornada, 17 de septiembre de 2006
Ibid.
22
“Yo vivo contra él, estudié contra él, hablé contra él, tuve amantes contra él, escribí
contra él y defendí a los indios contra él. Escribí de política contra él, en fin, todo,
todo, todo lo que soy es contra él. Mira, Gabriela, en la vida no tienes más que un
enemigo y con eso basta. Y mi enemigo es Paz” 49 .
En el fondo, podemos concluir que Garro estaba entonces en cierta medida obsesionada por
Paz. Subrayamos otra vez que es casi imposible exponer por completo y de manera objetiva
la relación de Paz y Garro. Sólo ellos saben la verdad...
2.8.2. Adolfo Bioy Casares
Bioy Casares aparece en Testimonios sobre Mariana bajo el personaje de Vincente de modo
que nos interesa acercarnos a su persona.
Adolfo Bioy Casares nace en 1914 en Buenos Aires, Argentina. Desde joven se apasiona
para la literatura y a la edad de 11 años escribe su primer relato Iris y Margarita. Comienza
varios estudios de derecho y filosofía y letras pero los deja rápidamente para dedicarse a la
lectura y la escritura
50
. En 1932 conoce a Jorge Luis Borges con quien será gran amigo. Se
casa en 1940 con otra escritora, Silvina Campo y en el mismo año aparece su obra más
conocida La invención de Morel. Bioy y Borges colaboran varias veces y producen obras
como Las Crónicas de Bustos Domecq y Un modelo para la muerte 51. Entre sus otros libros
son destacados El sueño de los héroes (1954) y Diario de la guerra del cerdo (1969). La
crítica literaria subraya la impecable construcción como característica principal de su
narrativa. Durante su carrera, Bioy gana varios premios como el Premio Cervantes en 1990.
Bioy Casares muere en 1999 en Buenos Aires, Argentina.
En cuanto a su vida privada, fue el amante de Garro durante algunos años. Conforma a las
memorias de Helena Paz, Adolfo Bioy Casares fue el gran amor de su madre.
“Su comprensión era completa, física y espiritual. Eran almas parecidas. Muy dulces
los dos y débiles de carácter […] Mi madre, asombrada de que un hombre tan guapo
como Bioy no tuviera hijos, le ofreció uno”
La reacción de Octavio Paz fue rotunda: “Ese niño, legalmente es mío. Cuando nazco
se lo voy a mandar a mi madre. Y si tú te vas con Bioy, no vuelves a ver a Helena,
49
Ibid.
Mattalia, S. (2008), El viaje en la literatura hispanoamericana. España: Iberoamericano.
51
Bioy Casares, A. (2006), Borges. España: destino.
50
23
pues el diplomático y el que tiene el poder soy yo. La embajada me apoyará ¡Pobre
estúpida! Fue cuando mi madre renunció al niño y decidió abortar” 52.
Bioy y Garro se conocen en 1949 en París, Garro tiene en aquella época 29 años y Bioy 35.
Ambos son casados, Garro con Octavio Paz y Bioy con Silvina Ocampo, una escritora. Elena
lo recuerda así:
“Nos conocimos un mediodía, fuimos los cuatro, con Paz y Silvina, a almorzar al
hotel George V, el más elegante de París. Después del almuerzo, Bioy me invitó a
pasear en su coche alquilado por el Bois de Boulogne. De pronto, en el paseo,
simplemente me dijo: Quítese el rouge que la voy a besar’. Yo me dije, qué atrevido,
no hice nada. Seguimos paseando en silencio. Más tarde acepté ir a una pensión de las
afueras. No sabría qué decirle de esa primera cita. Me quedé dormida. 53”
Luego afirma:
“De Bioy me enamoró lo guapo que era, lo dandy, no la conversación. Como escritor,
todavía no lo tomaba muy seriamente”. “Adolfito fue el verdadero amor loco de mi
vida. Casi muero por él, muerta de veras, aunque ahora reconozco que fue un mal
sueño que duró demasiado 54”.
En una entrevista, Garro habla de tres series de encuentros con su amante: dos en París en
1949 y 1951 y un encuentro en Nueva York en 1956.
Los dos mantienen entre 1949 y 1969 una correspondencia amorosa e intercambian cartas,
telegramas y postales. El romance entre los dos era un episodio bastante escondido en sus
biografías hasta el año 1997 cuando Garro vende, por penuria, las cartas de Bioy a la
universidad de Princeton. Las cartas de la escritora a Bioy no son disponibles para el público
ya que pertenecen a los herederos de Bioy. Según Lucía Melgar, investigadora de la vida de
Elena, “estas cartas en ningún momento escapan a la retórica del amor, el novelista argentino
deja traslucir la nostalgia, la adulación, la angustia y hasta la desesperanza
55
”. Parece que
Bioy ha influido también en la decisión de Garro de dedicarse completamente a la literatura.
Los varios proyectos literarios de ambos escritores aparecen incluso en sus cartas. La relación
amorosa entre Garro y Bioy se puede describir por lo tanto como bastante platónica,
limitándose en gran medida a la correspondencia.
52
Paz Garro, H. (2003), Memorias. España: Océano. p. 94;
Rosas Lopátegui, P. (2002), Testimonios sobre Elena Garro. México: Ediciones Castillo.
54
Ibid.
55
Maldonado, Lucrecia. Elena Garro y Bioy Casares. En cimacnoticias, el 24 de marzo de 2004.
(http://www.cimacnoticias.com/noticias/04mar/04032410.html )
53
24
2.9. Conclusión
Deducimos de lo previo que Elena Garro fue un ser lleno de contradicciones. Su muerte no
pone fin a la controversia en torno a su figura. Muchos siguen intentando destruir su fama
como figura literaria aunque el número de sus adeptos sigue aumentando. Concluimos con
algunas citas sobre Elena Garro.
“En el campo femenino, Elena es lo que Octavio Paz en el masculino: uno de los
grandes escritores de todas las lenguas a finales del siglo xx. Y la Garro es fácilmente
la mejor escritora actual de lengua española y que está a la altura de las mejores del
siglo xx, que podría obtener el Nobel” (Emmanuel Carballo) 56
“El mundo mitológico onírico y mexicanísmo de Elena Garro la convierte en la mejor
escritora mexicana. Su novela Los recuerdos del porvenir es la gran obra de la guerra
cristera en México, una visión del país y de su gente a partir del universo familiar
provinciano. Pero Garro no sólo mira a la revolución mexicana sino que también
recupera los mitos y las tradiciones de este país y los combina con la vida de hoy”.
(Sarah Sefchovich) 57
3. Testimonios sobre Mariana: una cuestión de género.
Existe cierta ambiguëdad con respecto al género de Testimonios sobre Mariana. En el título,
se refiere al género testimonial mientras que la contraportada anuncia el libro como “de
evidente tono autobiográfico”. Veremos a continuación que la autora misma refuta esta
clasificación y estima que su obra es una mera novela. Además la obra parece basarse en el
diario existente de Garro. Encontramos por lo tanto 4 géneros que son aplicables al libro. Por
eso, nos acercamos en las partes siguientes a estos géneros: el testimonio, la autobiografía, la
novela y el diario. Comprabamos en qué medida convienen la obra.
56
Emmanuel Carballo citado por Rosas Lopátegui, P. (2002), Testimonios sobre Elena Garro. México:
Ediciones Castillo. p. 12
57
Sara Sefchovich citada por Rosas Lopátegui, P. (2002), Testimonios sobre Elena Garro. México: Ediciones
Castillo p. 12.
25
3.1 Pensar el testimonio
Se suele clasificar un conjunto diverso de textos bajo la denomiación del “género de
testimonio”, desde discursos orales, artículos periodísticos, diarios y cartas hasta historias
literarias como la novela-testimonio de Miguel Barnet. Oscilando entre la biografía y la
autobiografía, objeto de interés en estudios sociológicos, históricos y periodísticos, el
testimonio se define como un género que parece reducir la ficción al mínimo 58.
El éxito internacional del género testimonial en el siglo xx ha difundido las historias de
voces censuradas, antes no toleradas, y ha ampliado las posibilidades de la literatura no sólo
en Hispanoamérica sino en el mundo entero. Sin embargo, esta difusión extraordinaria no
garantiza forzosamente la autenticidad de estos textos. Los ejemplos de testimonios
manipulados, exagerados, poco matizados que no son completamente objetivos son por
supuesto numerosos. Tomamos como ejemplo el testimonio de Rigoberta Menchú, una
activista guatemalteca que hace registrar su biografía por Elizabeth Burgos en Me llamo
Rigoberta Menchú y así me nació la conciencia. Es parcialmente gracias a esta obra que la
guatemalteca recibe en 1993 el premio nobel en reconocimiento de su lucha por la justicia
social, especialmente a favor de la comunidad indígena. Sin embargo, más tarde surgen dudas
sobre la autenticidad del documento. Algunos críticos como David Stoll pretenden que esta
obra presenta una visión distorsionada de su vida y que se han exagerado la situación penable
de Menchú. El New York Times publica en 1998 un artículo en que se debilita algunas
declaraciones fundamentales del libro aunque se confirma que Menchú ha sufrido bajo el
gobierno guatemalteco de aquella época
59
. El índole autobiográfico de un testimonio no
garantiza por lo tanto la veracidad.
El sujeto de este estudio, a saber Testimonios sobre Mariana, se perfila como un testimonio.
Sería imposible entender, ni proponer un análisis de esta novela sin abordar el proceso de
consolidación del género en cuestión. Resulta por consiguiente indispensable estudiar el
origen y las diversas definiciones del género.
3.1.1. Genealogía y canonización del género
Rosario Castellanos examina en su estudio La novela mexicana contemporánea y su valor
testimonial la genealogía del género en México y afirma que “hasta después del movimiento
58
Ochando Aymerich, C. (1998), La memoria en el espejo: aproximación a la escritura testimonial. España:
Antrophos ed. p. 34
59
Tischler V., S. Rigoberta Menchú: memoria y sujeto. en Chiapas (2000). México: Era. p. 103
26
revolucionario de 1910 que nos llega un cúmulo de testimonios, documentos y anécdotas”60 .
Constata que el testimonio se dispersa en diferentes dominios, incluso la literatura. El
momento por excelencia para el reconocimiento del testimonio como género literario es la
inauguración del ‘Premio Testimonio de la Casa de las Américas’
61
en 1970
62
lo que
significa igualmente su reconocimiento por los críticos. De todos modos, la inclusión del
género por una autoridad como la Casa de las Américas
63
subraya su ingreso en el canon
literario y su valor no sólo durante la revolución cubana, como veremos con los testimonios
de M. Barnet, sino en el mundo hispanoamericano entero. En las discusiones que preceden a
esta decisión, Ángel Rama describe el género testimonio como “una suerte de necesidad
histórica ante la coyuntura del momento” 64.
“La proposición buscaba prever la especificidad artística de la narrativa que en períodos de
máximo interés político puede ser preferida, pero sobre todo apuntaba a un conjunto de libros
que crecen día a día y que situados aparentemente en los lindes de la literatura, son remetidas a
la sociología […]” 65
Su comentario revela dos cuestiones que conciernen las narraciones testimoniales: de un lado
la necesidad de incluir un género no-ficticio y de otro lado prestar atención a una literatura
que se fija en las circunstancias históricas que conoce en este tiempo un considerable auge en
Latinoamérica. La casa de las Américas define el testimonio como siguiente:
“Documentarán, de fuente directa, un aspecto de la realidad… Se entiende por fuente
directa
el conocimiento de los hechos por el autor, o la recopilación, por éste, de relatos o constancias
obtenidas de los protagonistas o de testigos idóneos. En ambos casos, es indispensable la
documentación fidedigna, que puede ser escrita y/o gráfica. La forma queda a discreción del
autor pero la calidad literaria es también indispensable.” 66
60
Castellanos, R. (1964), La novela mexicana contemporánea y su valor testimonial. p. 233.
La Casa de las Américas es un órgano cultural, fundado en 1959 en La Habana, Cuba. Su principal tarea
consiste en la promoción y el desarrollo de las relaciones culturales entre Latinoamérica y el Caraibe. Esta
institución otorga cada año el Premio Literario Casa de las Américas.
62
El premio testimonio hace parte del premio literario que es otorgado anualmente por la Casa de las Américas
de La Habana. Ganadores del premio son entre otros Ramón Fajares por su testimonio de Rita Montaner(1997),
José Alejandro Castaño Hoyos con La isla de Morgan(2003), Edda Fabbri con Oblivion (2007) y finalmente
Carlos E. Bishoff con su testimonio Su paso (2011).
63
Ibid.
64
Palazón D., G. Memorias y escrituras de Nicaragua. Cultura y discurso testimonial.
65
Ángel Rama citado por Sklodowska, E. (1992), El testimonio hispanoamericano: historia, teoría, poética.
New York: Lang ed.
66
Sklodowska, E. (1992), El testimonio hispanoamericano: historia, teoría, poética. New York: Lang ed.
61
27
Otra definición del testimonio encontramos en la obra de Miguel Barnet 67. Es el primero en
designar como novela-testimonio a su obra Biografía de un cimarrón (1966) sobre la vida de
Esteban Montejo. Este protagonista vivió en la esclavitud, luchó en las guerras de la
independencia cubana, al final del siglo XIX y es un testigo privilegiado de la vida cubana, de
sus costumbres, de los últimos años coloniales y de los primeros de la independencia. El texto
de Barnet se publica en 1966 cuando el género literario en cuestión ya no había alcanzado su
fama actual. Sale en una época de renovación y experimentación del mundo literario. De este
modo, Barnet, siendo precursor, afecta seguramente a las generaciones siguientes que
practican el género testimonial.
Barnet reflexiona igualmente sobre el género testimonial en dos ensayos teóricos, Novelatestimonio: socio literatura y Testimonio y comunicación: una vía hacia la identidad. En
estos ensayos, Barnet intenta definir el género y adopta una retórica particular que refuerza la
idea del testimonio como un nuevo proyecto oficial. Profundizamos su planteamiento teórico
sobre el género testimonial ya que puede ofrecer algunas perspectivas interesantes para
nuestro análisis.
En el primer texto, Barnet formula unas características que dan forma a un proceso narrativo
original y que suministran la base de un modelo de recepción. Así se asocia la novelatestimonio desde el inicio con un sentido crítico. Barnet afirma también el fin de la ficción
visto que este nuevo género reúne la vida y la literatura. Según Barnet, la novela-testimonio
ofrece una serie de posibilidades frente a la novela tradicional que él designa como agotado.
En el planteamiento de Barnet
68
, se trata por supuesto más bien de crear una nueva
literatura hispanoamericana, una literatura de fundación, idea que atribuye a Octavio Paz.
Barnet subraya la idea de una literatura hispanoamericana cuya función principal consiste en
resistir y combatir. ¿Cómo realizar esta meta? Barnet parte de la idea de que el testimonio se
acerca a la novela realista tradicional por concentrarse en una vivencia individual.
Mencionamos en este contexto una cita de Barnet que será de importancia en el análisis de
nuestro sujeto Testimonios sobre Mariana, sobre todo en la examinación de los personajes.
“El testimonio cubano no debe ser de ningún modo el relato de un personaje atípico o
sensacional, de un tipo humano simpático o un aventurero que provee al lector de fuente de
goce y diversión superflua. Es la representación de un mundo al revés. Son la óptica del
67
Miguel Barnet(1940-2007) es un narrador, poeta y ensayista cubano. Su novela más famosa es Biografía de
un cimarrón (1966). Otras obras de él son La vida real (1986), Oficio de Ángel (1989) y Actas del final (2000).
Es uno de los más conocidos autores de Cuba, con éxito internacional. Fue también presidente de la UNEAC
(Unión nacional de Escritores y Artistas de Cuba)
68
Ibid.
28
pueblo, sus vivencias a través de él mismo, y cuando ellas sirven de hito para marcar el destino
de un proceso histórico a ojos de águila. Los personajes de la novela de testimonio deben
comunicar encarnado su época, proveyendo de esquemas permanentes a la historia y
apropiándose de la realidad. Los personajes de estas obras, aun cuando estén muertos o sean
reflejo de un pasado remoto, deben permanecer sobreviviendo a su tiempo. Serían el signo de
la verdad” 69.
Lo que llama la atención en esta cita es su visión elaborada sobre el protagonista del
testimonio. En la opinión de Barnet, importa que el testigo representa una clase o/y una
sociedad y que existe una relación concreta entre la biografía del protagonista y el periodo
histórico. “Barnet no escoge arbitrariamente a Esteban Montejo sino que lo seleccionó por ser
el testigo más adecuado. Barnet describe el objetivo principal del autor de testimonios como
“dar la voz al oprimido inculto e iletrado, haciendo circular historias obliteradas por los
discursos oficiales” 70.
No obstante, Elzbieta Sklodowska cuestiona la integridad y autenticidad del planteamiento
de Barnet en cuanto a la selección del testigo. Señala que Barnet olvida de “una anciana
sobreviviente de la esclavitud que era, además santera y espiritista”. Es decir, surge otro
testigo de la esclavitud cubana aún más adecuado pero Barnet la ignora. Sklodowska deduce
de esta anécdota que la intención de los primeros testimonios es más bien político que
etnológica. Barnet no opta por el testigo el más cercano a la cuestión sino que selecciona un
testigo que confirma la ideología de Barnet. Una observación al respecto es de Vera-León
quien opina que la novela-testimonio de Barnet vacila entre “darle la voz al otro y tomarle la
voz al otro” 71 visto que se escucha sólo a quien de cuya historia armoniza con la intención del
escritor.
Sin embargo, no se puede minimizar la contribución de Barnet. La novela testimonial
definida por Barnet, inspira luego a los críticos de los años ochenta. Se conserva sobre todo el
papel histórico que Barnet atribuye al género que no sólo ayuda a reconstruir y condenar el
pasado sino que igualmente pone fin al fenómeno de la universalidad en la historia. Barnet
aboga siempre por la incorporación de las sociedades marginales latinoamericanas como
participantes individuales en la historia y en la literatura a través de la literatura testimonial.
“Mientras los escritores de este hemisferio continúen siendo los cultos criollos, los licenciados
en las universidades de provincia, o los genios espeluznantes, nuestra literatura adolecerá de
69
Barnet, M. (1980), Testimonio y comunicación: una vía hacia la identidad citado por Sklodowska, E. (1992)
New York: Lang ed.
70
Sklodowska, E. (1992), El testimonio hispanoamericana: historia, teoría, poética. New York: Lang ed.
71
Sklodowska, E. (1992), El testimonio hispanoamericana: historia, teoría, poética. New York: Lang ed.
29
una visión integral, cosmogónica de la realidad. Mientras el indio permanezca en su
aletargamiento, mientras el negro humilde latinoamericano no produzca una obra
transcendente. Nuestra literatura caminará coja” 72.
El éxito de la novela no-ficticia en América Latina (1970-85) en combinación con el
florecimiento de la crítica literaria (los años 80) lleva finalmente a la canonización del
término como “modalidad literaria auténticamente latinoamericana” (E. Sklodowska 1992: 1)
Los ejemplos de testimonios en América latina son entonces numerosos. Ya hemos
mencionado el caso de la historia de Rigoberta Menchú, narrado por Elizabeth Burgos en Me
llamo Rigoberta Menchú y así me nació la conciencia. Mencionamos igualmente a Hasta no
verte Jesús (1969) y Las noches de Tlatelolco (1971) de Elena Poniatowska
73
y a Moema
Viezzer con su obra Si me permiten hablar. Testimonio de Domitila, una mujer de las minas
de Bolivia
74
. Constatamos por lo tanto que en poco tiempo, se ha construido un canon
literario alrededor de algunos textos testimoniales.
3.1.2. Concepción actual del testimonio
Los últimos años, varios autores y críticos han intentado de definir y explicar el testimonio.
No resulta una tarea fácil visto que el término “testimonio” no aparece exclusivamente al
ámbito de la literatura. John Beverley y Mark Zimmerman definen el testimonio como:
“A novel or novella-length narrative, told in the first-person by a narrator who is also
the actual protagonist or witness the events she or he recounts. The unit of narration is
usually a life or a significant life episode (e.g., the experience of being a prisoner).
Since in many cases the narrator is someone who is either functionally illiterate or, if
literate, not a professional writer or intellectual, the production of a testimony
generally involves the recording and/or transcription and editing of an oral account by
an interlocutor who is a journalist, writer, or social activist” 75.
72
Palazón D., G. (sin año) Memorias y escrituras de Nicaragua. Cultura y discurso testimonial. p. 31.
Elena Poniatowska (1932) es una escritora mexicana conocido por su activismo y periodismo político. Sus
obras han sido laureadas con varios premios entre los que ecuentran el Premio Xavier Villaurrutia por su obra La
noche de Tlatelolco (1970), el Premio Alfaguara de Novela por La piel del cielo (2001), el Premio Rómulo
Gallegos por El tren pasa primero (2007) y el Premio Biblioteca Breve por Leonora (2011). Poniatowska ha
igualmente estudiado la obra de Elena Garro en Las siete cabritas (2001).
74
En su obra Si me permiten hablar. Testimonio de Domitila, una mujer de las minas de Bolivia, Moema
Viezzer da la voz a una mujer, Domitilia, de la clase trabajador boliviana. Este testimonio constituye una
narración innovador visto que se conta los hechos a partir de un punto de vista popular.
75
Gugelberger M., G. (1996),The real thing: testimonial discourse and Latin America. Durham, North Carolina:
Duke University Press. p. 84
73
30
Elzbieta Sklodowska a su vez incluye al narrador y al editor en el discurso testimonial:
“Una narración de extensión de novela o novela corta, contada en primera persona por
un narrador que es también protagonista o testigo a la de los eventos que relata. La
unidad de la narración es usualmente la vida o un episodio significativo […] Ya que
en muchos casos el narrador es alguien analfabeto o, si sabe leer y escribir, no es
escritor o intelectual profesional, por lo general la producción del testimonio involucra
la grabación y/o transcripción y edición del recuento oral, por un interlocutor que es
un periodista, escritor o activista social” [...] “Una narración auténtica, contada por un
testigo que es impulsado a narrar por la urgencia de una situación (guerra, opresión,
revolución, etc.). Enfatizando en el discurso oral popular, el testigo describe su propia
experiencia como el representante de una memoria e identidad colectiva. La verdad es
invocada para denunciar una situación presente de explotación y opresión o para
exorcizar y corregir la historia oficial” 76.
Como antes mencionado, se lo ha asociado dentro de la literatura con varios otros géneros
como la memoria, el diario, el relato, la biografía, la autobiografía y según interviene la
ficción con el género básico de la literatura, la novela 77. El testimonio adopta característicos
de todos estos géneros pero en definitiva su objetivo es diferente. Existen además testimonios
que no son emparentados a la autobiografía o que no son novelas. Este género despierta
entonces mucha discusión y preguntas. John Beverley por ejemplo duda si este género tiene
una forma discursiva o varias y si se puede describir su valor como documental. Los nombres
otorgados al género son por supuesto varios: “literatura testimonio”, “literatura testimonial”,
“novela testimonial”, “novela sin ficción”, “novela realidad”... Actualmente se habla por lo
general del término “testimonio” 78.
Karlheinrich Biermann hace incluso una distinción entre el testimonio autobiográfico, un
documento sociológico-etnográfico y el relato autorial
79
. Nubya Celina Casas a su vez sale
para su clasificación de las modalidades testimoniales (memoria, diarios, novela e
investigación profesional) de las características constantes de éstas: anti-literalidad,
inmediatez, autenticidad y combatividad
80
. Citamos igualmente a Hugo Achugar quien
percibe el testimonio como una autobiografía despersonalizada.
76
Sklodowska, E. (1992), El testimonio hispanoamericano: historia, teoría, poética. New York: Lang ed.
Figueroa M., A. (sin año), Memoria: XIX Coloquio de Literatura Mexicana y Hispanoamericana. Universidad
de Sonora. p. 58.
78
Ibid. p. 58.
79
Ibid. p. 58.
80
Ibid. p. 59.
77
31
“Por su estructura, puede asemejarse a otros géneros: al cuento y al relato cuando se
basa en la narración de una o varias acciones; a la novela cuando al narrar una vida se
reconstruye todo un ambiente; al reportaje cuando por momentos nos da la impresión
de un suceso; al ensayo cuando junto a la acción aparece la reflexión teórica” 81.
El testimonio latinoamericano tiene igualmente varios objetivos. Uno de sus propósitos es
reclamar la justicia. Alma Martínez Figueroa señala: “El testimonio pretende a menudo
denunciar varios casos de violencia como asesinatos, el fraude político, la discriminación
sexual, racista o ideológica. Parece que el éxito del testimonio reside justamente en la
participación de todas las capas sociales, a esta nueva temática que une la clase marginada
con la clase privilegiada. Los testigos se perfilan como salvadores porque intentan mejorar la
sociedad, acusando los abusos existentes”
82
. Estimulan al lector a darse cuanta de estas
injusticias y a denunciarlas. Añade también que “estos testimoniantes son percibidos como
rebeldes, como intrusos que están penetrando las zonas peligrosas”
83
, cita que nos servirá
para el análisis de Testimonios sobre Mariana. Es así que el testimonio no sólo rompe con la
tradición literaria sino también con la situación social y política. El testimonio de Menchú por
ejemplo, atrae la atención en el genocidio guatemalteco. En otras palabras, la revolución que
evoca este nuevo género se sitúa tanto en el ámbito literario como en el ambiente social y
política.
Según René Jara, el testimonio se presenta sobre todo en situaciones de “urgencia y
crisis”84. John Beverley especifica su apariencia a situaciones políticas. Es por eso que este
género se presta por excelencia a situaciones en países subdesarrollados como en América
Latina donde crea lo que René Jara designa como una “intimidad pública” 85.
Actualmente, existen varias posturas frente al género testimonial. Ciertos teóricos como
Michael Kearney86 hacen un elogio del testimonio mientras que otros como Elzbieta
Sklodowska87 expresan sus sospechas. Además parece que la multitud de opiniones ha
provocado en ciertos casos una representación idealizada del testimonio y una
supervaloración de sus posibilidades y que se los adopta sin reflexionar. Hugo Achugar
81
Achugar, H. , “Historias paralelas/ Historias ejemplares: la historia y la voz del otro”. En RCLLA 36 (1992)
p. 63
82
Figueroa M., A. (sin año), Memoria: XIX Coloquio de Literatura Mexicana y Hispanoamericana. Universidad
de Sonora. p. 61
83
Ibid. p. 61
84
Ibid. p. 61
85
Ibid. p. 61
86
Kearney, M. “Voice for the voiceless: Testimonial Literature in Latin America”. En Latin American
Perspectives, vol. 18 n°3 (1991)
87
Sklodowska, E. “Hacia una bibliografía sobre el testimonio hispanoamericano”, en Chasqui 20.1 (1991) p.
108-118
32
comenta: “El testimonio contemporáneo parte de los hechos y documentos censurados y
termina siendo asimilado por sus lectores solidarios como una historia verdadera que
eventualmente habrá de adquirir un valor mítico” 88.
3.1.3. Aplicación a Testimonios sobre Mariana
Investigamos en la parte siguiente en qué medida el género testimonial se entreve en
Testimonios sobre Mariana. Empezamos con las divergencias entre el testimonio
estereotipado y la obra estudiada para pasar a algunos fragmentos y técnicas de Testimonios
sobre Mariana que sí cumplen con el género.
A) Divergencias
Si volvemos a la definición de Beverley y Zimmerman, constatamos que el texto en cuestión
no cumple con la mayoría de las características antes distinguidas. Generalmente el testimonio
se desarrolla en una época significante en la vida del testigo. No es el caso en Testimonios
sobre Mariana. No se puede distinguir una sóla época importante en la vida de Garro.
Beverley y Zimmerman, como Sklodowska, subrayan también que el escritor del testimonio
normalmente no es un autor profesional. En la definición de Sklodowska, el testigo es
impulsado a testimoniar por la urgencia de la situación (guerra, revolución...) lo que tampoco
es el caso en Testimonios sobre Mariana como veremos en el apartado 4. Además, Garro no
representa verdaderamente a toda una socieda. Es decir: no es el representante de una
identidad colectiva, lo que sí es una característica del testimonio en la concepción de
Sklodowska. En cuanto al objetivo del testimonio, se podría decir que Testimonios sobre
Mariana cumple con las definiciones. Garro denuncia efectivamente la discriminación sexual
al retratar a Mariana quien es perseguida por su marido. Los hombres en la obra la reducen
también a un mero objeto sexual. Por lo demás, tenemos que observar que los testimonios se
caracterizan generalmente por su carácter confiable mientras que en Testimonios sobre
Mariana no es el caso. Como ya señalado, los testigos adoptan una actitud subjetiva y juzgan
constantemente a la protagonista. Augusto como esposo poderoso de Mariana incita por
ejemplo a Gabrielle a formar un juicio negativo de su mujer. O como dice Delia Galván: “ él
aniquila en los testigos, sus pequeños rasgos morales y su capacidad objetiva de criterio,
dando como resultado la frecuente condena de Mariana y no algo más deseable como sería la
88
Achugar, H. , “Historias paralelas/ Historias ejemplares: la historia y la voz del otro”. En RCLLA 36 (1992)
p. 64.
33
documentación objetiva de lo que dicen los testigos” 89. Tomamos como ejemplo una frase de
Gabrielle, hablando de Vincente y Mariana: “En ambos, bajo una juventud asoleada se ocultaba un
nihilismo peligroso” (161).
B) Semejanzas
Investigamos a continuación algunos pasajes y técnicas de Testimonios sobre Mariana en que
traslucen las características del género en cuestión.
Se sugiere la forma testimonial de este libro ya en el título. En este contexto, nos parece
adecuado introducir alguna información sobre los paratextos. Susan Snaider Lanser subraya la
importancia de títulos, prólogos o advertencias en la identificación del género de una
determinada novela. Según el planteamiento de Claude Duchet, la información paratextual es
determinante para la recepción de una obra.
“Un territorio se define por las fronteras: las del texto son movedizas. En el caso de una novela,
el título, la primera y la última frase son, a lo más señales entre el texto y lo fuera-del-texto. De
hecho, la sobrecubierta y la cubierta ya han hablado del texto, ya han situado su contenido y su
modo de escritura, ya han distinguido “literatura” y “sub-literatura”, nueva novela y novela
nueva, ya han escogido al lector sin quien no habría texto del todo. Alrededor del texto hay
entonces una zona indecisa, donde ése juega su suerte, donde se definen las condiciones de
comunicación, donde se entremezclan las dos series de códigos: el código social, en su aspecto
publicitario, y los códigos productivos o reguladores del texto” 90.
A estos comentarios podríamos agregar las palabras de Gérard Genette por quien los
elementos paratextuales forman “una zona de transición entre el exterior y el interior y, al
mismo tiempo, un espacio privilegiado de transacción, del pacto entre el autor y el lector”
91
.
En otros términos, los elementos paratextuales que acompañan el texto desempeñan un papel
importante en la interpretación por los lectores.
Siguiendo lo precedente, el título de nuestra obra primaria es muy revelador. Sin embargo,
se puede preguntar si Garro opta aquí por el género adecuado o si se deja dirigir por otros
motivos. Lo que es cierto es que Elena Garro retrabaja el género, haciéndolo múltiple y
yuxtaponiendo el testimonio de un personaje con dos otros testimonios. De este modo, resulta
imposible para el lector captar el conjunto. Esto no causa problemas ya que el objetivo
89
90
91
Galván V., D. (1988), La ficción reciente de Elena Garro 1979-1983. Universidad de Querétaro. p. 40.
Duchet, C. (1991) Para una socio-crítica o variaciones sobre un incipit. Amsterdam-Atlanta: Rodopi.
Genette G. (1991) “Introduction to the paratext.” New literary History 22. p. 261
34
principal no consiste en aproximar la vida de Mariana con exactitud sino que importa ante
todo comprender Mariana, que es al fondo tan difícil de entender. Aquí Garro introduce otra
vez una gran diferencia con el testimonio estereotipado que se propone en general adquirir un
retrato exacto de una figura o problemática. En Testimonios sobre Mariana al revés, Garro
busca el caos y la vaguedad optando por una historia de testimonios individuales. Delia
Galván nos señala en este contexto: “La parte en la que coinciden, forma una plataforma
sólida que da una impresión más clara de Mariana, personaje difícil de entender como
individuo completo por su gran fragmentación. Es decir: la forma de la obra y la personalidad
de la protagonista se corresponden en su desintegración”
92
. Se debe este efecto también en
parte al testimonio subjetivo que nos dan los tres narradores. Éstos siempre forman un juicio
sobre Mariana aunque sólo son confrontados con ella en determinadas situaciones por lo que
sólo la conocen parcialmente. Le toca entonces a los lectores juzgar a Mariana fiándose de sus
propias experiencias y valores.
En general, el testimonio, que parece a los que se realizan durante una causa judicial,
propone examinar la realidad o la verdad a partir de las historias de los testigos presentes. De
ahí que varios críticos señalan que el testimonio se caracteriza por un aspecto de
perspectivismo. En su obra La doctrina del punto de vista, José Ortega y Gasset percibe la
perspectiva como parte inherente de la realidad y dice que sólo la perspectiva que se declara
como la única sea falsa 93. Barnet se suma a esta opinión diciendo que “el gestor de la novelatestimonio tiene una sagrada misión y es la de revelar la otra cara de la medalla”. Esta cita es
aplicable al lector de Testimonios sobre Mariana que tiene que calar a Mariana dejando los
testimonios superficiales que le incitan a condenarla como una mujer loca.
Al lado de la referencia en el título, el género testimonial parece referir sobre todo a la
estructura de la obra. Podemos dividirla en tres testimonios. El primer testimonio, que cuenta
115 páginas, data del periodo que sigue a la adolescencia de Mariana. Vincente, el amante de
Mariana, hace de narrador en este testimonio. Termina con la fuga de Mariana y su hija a
Rusia. En el segundo testimonio, de 116 páginas, leemos los recuerdos de Gabrielle, una
empleada de Augusto. Gabrielle actúa como persona de confianza no sólo de Augusto sino
también de Mariana. Termina su relato con la emergencia de Mariana en el ballet Bolshoi. En
el tercer y último testimonio de 68 páginas, André , un admirador secreto de Mariana, la
observa. Su relato se sitúa cuando Mariana ya es una treintañera. El suicido de la madre y la
hija marca el fin del testimonio de André.
92
93
Galván V., D. (1988) La ficción reciente de Elena Garro 1979-1983. Universidad de Querétaro.
Galván V., D. (1988) La ficción reciente de Elena Garro 1979-1983. Universidad de Querétaro.
35
Sin embargo, estos narradores siempre disponen de menos poder que Augusto, el marido de
Mariana, quien manipula a todos los personajes cuando lo quiere. Los tres narradores
mantienen un contacto bastante íntimo con Mariana pero difieren entre sí sobre algunos
puntos. A fin de definir estos puntos de conflicto y las circunstancias tensas en que vive la
protagonista, Garro opta precisamente por el género testimonial. Esta forma no sólo permite
representar el caos que rodea a Mariana sino que refleja además la complicación de las
relaciones humanas, cosa que Elena Garro ha experimentado a lo largo de su vida. Los
testimonios refuerzan por un lado el caos pero por otro aportan estructura, orden y sintetizan
el mundo de Mariana. El lector recibe a través de los testimonios una visión más detallada de
Mariana.
Cómo técnica, la forma testimonial refuerza también el sentimiento de distancia entre las
vivencias de los testigos con Mariana y la vida actual de ella. Es otro motivo por el cual Garro
opta por este género. Cuando Mariana actuaría como un yo, una primera persona, se perdería
una gran parte de la aparente objetividad y confiabilidad. En este contexto Barnet dice “que
en esta despersonalización es en la que el arte se aproxima a la ciencia” 94. Barnet mismo hace
uso de la técnica contrapuntística en sus novelas. Este recurso incita al lector a identificarse en
el libro y a tener una preferencia por un personaje. En Testimonios sobre Mariana, los
contrastes entre los diferentes narradores se armonizan finalmente por medio del sentimiento
de injusticia que provoca la lectura en el lector. Se provoca esta sensación mediante la técnica
del testimonio que acerca la vida real y que hace relevante los conflictos entre los diferentes
narradores quienes presentan a Mariana según sus propios criterios. Garro agudiza entonces el
espíritu crítico del lector de modo que este descubre las contradicciones, es decir, la autora
nunca inspira confianza al lector sino que busca a reforzar las contradicciones. Como
mencionado antes, el testimonio se propone avivar la memoria colectiva y. La obra de Garro
cumple esta condición al apelar al lector y su sagacidad.
¿En qué coinciden entonces los diferentes testimonios? ¿Qué factor vuelve siempre? Lo que
salta a la vista es que los tres testimonios presentan todos sus mejor caras. Delia Galván
aborda en este contexto el ejemplo de Gabrielle quien nunca asume su responsabilidad frente
a Mariana. Cuando Mariana la confronta con su situación miserable “Me quieren rebajar
como rebajan todo lo que tocan”, Gabrielle dice para sus adentros “Tenía razón pero no debía
ahondar (Gabrielle) el disgusto entre ella y sus amigos puesto que estaba condenada a vivir
entre ellos” (Testimonios sobre Mariana: 169). Gabrielle se resigna por lo tanto en la
94
Galván V., D. (1988) La ficción reciente de Elena Garro 1979-1983. Universidad de Querétaro
36
situación de Mariana y en ningún momento considera ayudarla. Delia V. Galván continúa con
una cita de Elena Urrutia “… las diversas versiones y vivencias que de ella tienen quienes
aportan sus testimonios contribuyen a desdibujar una personalidad que autor y lectores casi
siempre desean nítida…” 95. Visto el carácter difícil de Mariana, parece que los testigos tienen
tendencia a aprobar la negligencia de Gabrielle.
Un mecanismo que acentúa estas coincidencias entre los testimonios es la repetición a lo
que Garro tiene a menudo recurso. Esta técnica revela igualmente las contradicciones visto
que el lector lee a veces cosas que difieren de lo que otro narrador ya ha contado. Citamos en
ese contexto a Adrienne Rich quien investiga la repetición como recurso poético: “… rhythm,
rhythm, it lets us hear and see our woes in a new dimension…” 96 Garro repite sobre todo los
detalles, sobrecargando el lector con una enorme cantidad de información en estilo
telegráfico. Esta repetición telegráfica sirve a representar las vivencias y las situaciones de la
heroína y parece típica para la retórica femenina. La repetición es también forzada por las
semejanzas que existen entre los diferentes testimonios lo que Delia Galván llama “puentes
comunicantes”. Éstas llevan a un especie de intertextualidad visto que cada testimonio
funciona como “palimpsesto” de los otros dialogando entre sí 97.
C) Conclusión
Cuando aplicamos las características antes mencionadas en las definiciones parece que Garro
no ha optado por el título adecuado. En Testimonios Sobre Mariana, se narra efectivamente
una “vivencia individual” como en la definición de Barnet, pero se la narra a través de
imágenes que tienen los otros de ella. Además podemos preguntarnos si la protagonista
representa verdaderamente una clase y una época. Es verdad que Garro refleja una clase de
mujeres oprimidas en México y de mujeres intelectuales no reconocidas pero no actúa como
símbolo de una sociedad entera. Las definiciones actuales perciben al testimonio como un
género de urgencia y crisis lo que tampoco es el caso con Testimonios sobre Mariana. No
obstante es cierto que Garro reclama justicia con su obra y que denuncia el racismo sexual. La
obra estudiada constituye entonces un caso dudoso, aproximándose al género testimonial pero
de otro lado todavía bastante alejada de él.
95
Urrutia, E. (1981), “Elena brillante e insensata” citada por Galván V., D. (1988) en La ficción reciente de
Elena Garro 1979-1983. Universidad de Querétaro
96
Rich, A. “Power and danger: works of a common woman” in On lies, secrets and silence. p. 248.
97
Galván V., D. (1988), La ficción reciente de Elena Garro 1979-1983. Universidad de Querétaro. p. 36.
37
3.1.4. La ficción del testimonio
Nuestra obra primaria establece obviamente un vínculo entre lo ficticio y lo real. Este
Examinamos de cerca en qué consiste esta relación. Veremos más tarde que Garro basa su
obra en gran parte de su propia vida hasta el punto que ciertos críticos pretenden que Elena es
Mariana y al revés. Presentando su obra como testimonio, Garro muestra que quiere dispersar
esta historia como verdadera y en gran parte no-ficticia. Sin embargo, queda claro que Garro
añade elementos ficticios y que cambia su historia a veces en su favor.
Las historias que pretenden ser “de no-ficción” como el testimonio no constituyen
simplemente anotaciones literales de la realidad. Según Ana María Amar Sánchez “forman
una nueva realidad regida por leyes propias, con la que se denuncia la verosimilitud de otras
versiones” 98. Por un lado, estos relatos no pueden presentarse como enteramente ficticio ya
que el lector sabe que el testimonio se basa en parte de acontecimientos reales pero de otro
lado tampoco pueden mostrarse como enteramente reales visto que el hecho de transcribirlos
provoca siempre una otra realidad. La narración “no-ficticia” se aleja entonces también del
realismo como de la objetividad provocando de manera simultánea “una destrucción de la
ilusión ficcional –en la medida en que mantiene un compromiso de fidelidad con los hechosy de creencia en el reflejo exacto e imparcial de los sucesos, al utilizar formas con un fuerte
verosímil interno como el “nouveau roman” o la novela policial” 99.
Amar Sánchez estima además que todos los géneros de “no-ficción” comparten dos factores
y son así emparentados. Primero existe la “interdependencia formal” entre los relatos de “noficción” de un escritor y sus demás obras 100. Se produce en cierto modo una “contaminación”
entre los diferentes textos del escritor lo que con Testimonios sobre Mariana y la obra entera
de Garro seguramente es el caso. Varias producciones de Garro se presentan como obras de
“no-ficción” y siempre contienen un aspecto de memoria o de autobiografía, pensamos por
ejemplo a Memorias de España 1937, Recuerdos del porvenir e Inés. El otro elemento que
caracteriza a todas las historias de “no-ficción” es que se ficcionalizan a personas reales que
se convierten en personajes o narradores literarios
101
. Este elemento cuadra también con la
obra de Garro y específicamente con Testimonios sobre Mariana. Mariana sería Elena y como
aprendemos más abajo los narradores en Testimonios sobre Mariana remiten también a
98
Ana María Amar Sánchez, “La ficción del testimonio” en Revista Iberoamericana, No. 151, University of
Pittsburgh, (April-June 1990).
99
Ibid.
100
Ibid.
101
Ibid.
38
personas reales. Es entonces en los personajes y los narradores que reside la verdadera
frontera entre lo real y lo ficticio.
La historia de “no-ficción” resulta entonces interesante porque juega con una de las
capacidades más intrigantes de la literatura: la de subrayar los lazos entre la realidad y la
ficción, la imaginación o como dice Amar Sánchez “el poder de producir un pasaje y un
espacio de encuentro entre dos mundos en constante acercamiento y lucha y el cuestionar la
condición de verdad y validez absolutas de la realidad” 102.
3.2. Pensar la Autobiografía
Pese al título, varios críticos como Patricia Rosas Lopátegui y Emmanuel Carballo parten de
la idea que Testimonios sobre Mariana es una novela autobiográfica. En nuestro análisis de
Memorias de España 1937 ya hemos propuesto una introducción al aspecto autobiográfico en
la obra de Garro y teníamos el propósito de elaborar esta faceta. De ahí que nos lanzamos a
continuación en este capítulo a una investigación del género autobiográfico. Primero,
examinamos la opinión establecida sobre la clasificación genérica de Testimonios sobre
Mariana. Las declaraciones de la autora sobre el tono autobiográfico de su novela resultan
también importantes. Contrastamos sus comentarios con la opinión de la crítica. Luego,
pasamos a un apartado que explora la frontera entre el testimonio y la autobiografía como
géneros emparentados. La variante femenina de la autobiografía resulta igualmente de suma
interés ya que difiere bastante de la versión de hombres. Incluimos en este apartado también
una exploración de la frontera entre la autobiografía y la novela, género bajo el cual Garro
clasifica su obra.
3.2.1. Testimonios sobre Mariana: ¿sí o no de tono autobiográfico?
Antes de profundizar la autobiografía como género, nos parece útil averiguar en qué medida
los críticos etiquetan Testimonios sobre Mariana como autobiografía. Contrastamos sus
opiniones con las propias ideas de Garro sobre el género y el tono autobiográfico de su
novela.
102
Ibid.
39
En la primera edición de Testimonios sobre Mariana de Grijalbo, la última página informa:
“de evidente tono autobiográfico”. Después de la salida de Testimonios sobre Mariana en
1981, Emmanuel Carballo dedica un análisis a su obra en que pretende que la autora se deja
conducir en esta novela por “las pasiones del corazón y veía a ciertos personajes con
desafecto y en momentos con insidia”
103
. En 2006, la casa editorial Porrúa lanza una nueva
edición de Testimonios sobre Mariana con un prólogo del mismo Carballo. Nos dice que
telefoneó a Helena Paz Garro para conversar con ella sobre Testimonios sobre Mariana. En
esta conversación, Helena confirmó las ideas de Carballo. Según él, existen personas de carne
y hueso “detrás de los personajes de tinta y papel”
104
. Mariana es Elena y esto se lo deja
entender a lo largo del libro. El personaje de Augusto refiere a Octavio Paz que también en la
novela trata mal a su familia. El argentino Vincente sería el amante de Garro: Adolfo Bioy
Casares véase arriba. Otro personaje clave es Barnaby que interpreta a Archibaldo Burns. Hay
también otros autores que están convencidos de que se trata de un texto autobiográfico.
Patricia Rosas Lopáteguí comenta:
“En 1989 tuve la certeza de que este texto era autobiográfico. La fuerza y honestidad
con que aparecen narrados los acontecimientos, me hizo sospechar su carácter
vivencial. Sin embargo, no podía realizar un acercamiento autobiográfico ya que
Garro no había podido publicar sus diarios íntimos. [...] Doce años más tarde, la
situación cambió diametralmente para los estudios de la obra de Elena Garro. A partir
de la publicación de Testimonios sobre Elena Garro, en donde recojo parte de los
diarios íntimos de Garro, podemos comprobar, efectivamente, que Mariana es un
personaje sacado de la realidad misma, y podemos establecer el diálogo entre vivencia
y ficción” 105.
Alessandra Luiselli insiste igualmente en “los ecos autobiográficos” que se encuentran en
Testimonios sobre Mariana
106
. Victor Gil Castañeda comenta que la última etapa de la obra
de Garro “se distingue por un tono autobiográfico, la búsqueda de los orígenes y las causas de
frustraciones o angustias”
107
. Los críticos se basan todos en los mismos criterios. Es decir:
todos estiman que la mayoría de los personajes encarnan a figuras reales que han
desempeñado un papel importante en la vida de Garro. Rosas Lopáteguí dice: “Algunos de los
103
Prólogo de Emmanuel Carballo en Testimonios sobre Mariana. (2006) México: Porrúa. p. XI.
Prólogo de Emmanuel Carballo en Testimonios sobre Mariana. (2006) México: Porrúa. p. XX-XXI.
105
Rosas Lopátegui, P.(2002), “La vida de una novela: Testimonios sobre Mariana de Elena Garro en Yo quiero
que haya mundo. Elena Garro 50 años de dramaturgia. México: Ed. Porrua, p 431.
106
Luiselli, A. (2006), Letras Mexicanas. Universidad Nacional Autónoma de México p. 186.
107
Castañeda G., V. (2002), El camino de la novela. Universidad de Colima. p. 146.
104
40
personajes reales ficcionalizados en Testimonios sobre Mariana son Octavio Paz (Augusto);
Adolfo Bioy Casares (Vincente); Gabrielle (Gabrielle Cabrini, aparece en las Memorias de
Helena Paz); Archibaldo Burns (Barnaby); Ramón (Finki o Ramón Araquistáin, aparece en
los diarios de Elena Garro y en las Memorias de Helena Paz) y André (André Barret)”
108
.
Constatamos por lo tanto que es por lo general la caracterización de los personajes que incita
los críticos a analizar el texto como una autobiografía. Se puede igualmente comprobar que
los lugares en Testimonios sobre Mariana coinciden efectivamente con los sitios que Garro
menciona en sus cartas y diarios. Patricia Rosas Lopátegui se ha ocupado con la búsqueda de
situaciones y lugares de la vida real comparando el texto con los documentos reunidos en
Testimonios sobre Elena Garro. Mariana y Vincente se conocen por ejemplo en París:
“ ...[Vincente]: No debí insistir en conocerla, pero a nuestra vuelta a París, después de
cinco semanas en Italia volví a llamarla muchas veces. –Mira que tu mujer es esquivale dije a Augusto cuando cenamos una noche con él. –Tiene un resfrío... y no anda
bien de los nervios. No imaginé que mi frase provocaría que la propia Mariana llama-rá al día siguiente, para proponer que cenáremos juntos esa misma noche... Mariana
me tendió una mano salpicada de pecas.” (4)
El encuentro de Vincente y Mariana corresponde a la realidad. Elena Garro encuentra en 1949
a Adolfo Bioy Casares, efectivamente en un hotel parisino. Citamos un fragmento de su
diario:
“Vuelvo a París en marzo de 1949... Adolfo Bioy Casares y Silvina Ocampo
109
a
París. Encuentro con los Bioy en el George V. Gran impresión. Vamos a cenar, luego
a la Rhumerie Martiniquaise. Un adivino nos predice a Bioy y a mí un gran amor.” 110
Rosas Lopátegui incluso ha encontrado alusiones exactas en Testimonios sobre Mariana a
poemas reales de Garro. Describe entre otros una alusión al poema Tres tulipanes: “La
encontré en su cama mirando un vaso colocado sobre la chimenea con tres tulipanes amarillos
que se reflejan en el espejo. ‘Somos nosotros tres’, me dijo”
111
. Según Lopátegui, los tres
108
Rosas Lopátegui, P.(2002), “La vida de una novela: Testimonios sobre Mariana de Elena Garro en Yo
quiero que haya mundo. Elena Garro 50 años de dramaturgia. México: Ed. Porrua, p. 431.
109
Silvina Ocampo es la mujer de Adolfo Bioy Casares. Véase también 2.8.2.
110
Rosas Lopátegui, P. (1981), Testimonios sobre Elena Garro. México: Ediciones Castillo. p. 186.
111
Rosas Lopátegui, P. (1981), Testimonios sobre Elena Garro. México: Ediciones Castillo. p. 188.
41
tulipanes simbolizan aquí el amor que no puede florecer entre ambos, el tercer hijo representa
al hijo abortado como símbolo del amor imposible 112:
Tres tulipanes
Tres tulipanes amarillos
lanzan pálidas llamas en la tarde
Seis tulipanes
con los tres del espejo
velan, [...]
[...], la ausencia
que dejara tu rostro
en esta tarde. 113
Otro hecho identificable como real es la pasión de Elena Garro por el ballet y la coreografía.
Se la incorpora en el texto a través de “la conexión entre Mariana y aquellos rusos...” (239).
Son sólo algunos ejemplos para mostrar que el texto contiene elementos autobiográficos.
Como acabamos de constatar, críticos como Rosas Lopátegui siguen infinitamente con esta
comparación.
No obstante, otros críticos relativizan el carácter autobiográfico de Testimonios sobre
Mariana. En señas particulares Fabienne Bradu comenta:
“Algunos quisieron leer Testimonios sobre Mariana como una novela en clave donde
se tratara de descifrar nombres y situaciones de la vida real. En la relación que se
establece entre la escritora y su personaje femenino, lo más elocuente ha de buscarse e
-n la manera en que Elena Garro construye a Mariana como una representación de sí y
no tanto en el desciframiento de ciertos episodios puntuales de su vida privada.
Testimonios sobre Mariana es ciertamente una novela que oscila en un estrecho
margen entre la autobiografía y la ficción, pero el aspecto autobiográfico de la novela
está menos en la reconstrucción, siempre aleatoria en Elena Garro, de situaciones y de
hechos que en la representación de sí que intenta realizar a través de la peculiar
formación de su personaje Mariana.” 114.
Bradu a su vez no presta tanta atención a la búsqueda de eventos reales en el texto. Ella estima
que el aspecto autobiográfico reside más bien en el personaje de la heroina; Mariana. Por un
lado es verdad que Garro siempre opta por protagonistas que sufren de una crisis de identidad.
Es también el caso con Mariana cuya crisis termina en un suicidio. La caracterización de
112
Rosas Lopátegui, P. (1981), Testimonios sobre Elena Garro. México: Ediciones Castillo. p. 188
Rosas Lopátegui, P. (1981), Testimonios sobre Elena Garro. México: Ediciones Castillo. p. 188
114
Bradu, F. (1987), Señas particulares: escritura. México: Fondo de Cultura Económica. p. 20
113
42
Mariana revela efectivamente mucho sobre la propia Garro. Compartimos además su opinión
sobre el desciframiento de situaciones reales de la vida de Garro. Rosas Lopátegui se pierde
demasiado en esta comparación. No obstante, parece por otro lado que Bradu minimiza la
contribución de los otros personajes. Tampoco es verdad que la reconstrucción siempre es
aleatoria en la obra de Garro. En el estudio de Memorias de España 1937, hemos constatado
que Garro elige deliberadamente las situaciones que narra. Siempre opta para los ímagenes
que pintan muy negro a sus enemigos como por ejemplo Octavio Paz. Se salta además a
menudo pasajes de su vida que no cuadran con la imagen de ella como escritora no apreciada
y exiliada. Las semejanzas entre su vida real y sus textos hacen sospechar un tono
autobiográfico premeditado y no aleatorio.
Por lo que se refiere a la opinión de la autora misma, ella no está de acuerdo con esta
etiqueta de autobiografía. La autora escribe en 1982 una carta a Emmanual Carballo en que
refuta el tono autobiográfico de Testimonios sobre Mariana. Resumimos brevemente esta
carta:
“Querido Emmanuel: te escribo otra vez porque leí tu diálogo sobre Mariana.
¡Gracias! Creo que debo aclararte que Mariana no es una autobiografía sino una
novela. Cuando la publique, Octavio Paz, Archibaldo Burns y todas las personas que
crees descubrir en los personajes podrán demandarme. Sería muy divertido el juicio.
Si piensas que en Mariana aparecen personajes vivos te equivocas. Aunque es verdad
que tomé rasgos de algunas personas vivas y difuntas para crear a un solo personaje.
En esta corriente amazónica en donde se pudren con los vientres inflados de agua
podridas y de sapos los autores, sus gobernantes, sus madres, madrinas, parientes y
padres, hay una desmesura, un desorden y un caos inimaginables para una mente más
o menos ordenada como la mía. Es decir, la mente de una pequeña burguesa ahogada
por el deseo de entender lo que escribe y lo que lee. [...] Eso no quiere decir que lo
que cuenta en Mariana sea una simple calca de mi vida al papel. Creo que todas las
novelas son roman à clef o no son novelas. Ahora bien, escogí a una familia
típicamente intelectual sudamericana que no había pasado a la literatura. Es una
pareja moderna, nihilista, arribista, snob, perdida en los laberintos culturales de París
de la post-guerra. Ho conocido a muchos sudamericanos parecidos en Europa y sobre
todo en París, cuna de todos los vicios, libertades y tendencias sexuales y culturales.
La familia de Augusto es la familia Pérez-París, Martínez-París, Paz-París, HerreraParís, etcétera. En la novela, Augusto dice que Mariana lo persigue, y la famosa
Mariana ya está muerte. Tú dices que persigo a Paz. Seguramente te lo dijo él.
¿Podrías decirme cómo lo persigo? ¿Escribiéndolo? La novela no es un pleito privado,
es una novela! En cuanto a Barnaby, es un señor argentino, maricón, diplomático que
43
ya murió y que le hizo lo que cuento en la novela 2 una señora española que estaba
casada con un personaje franquista que vivía entre Nueva York y Madrid. Octavio Paz
conoció a este señor en India, la primera vez que estuvo allí. Por ese lado al vez Paz
pueda haberse enfadado, ya que era muy amigo de ese Gustavo. Yo ignoro las vidas y
milagros de Octavio Paz. Si los ignoraba cuando estuve casada con él, pues ahora
mucho más, entre él y sus amigos lo cubren con espeso velo de misterio imposible de
penetrar. Creo que ya hablé bastante de Mariana... Bueno, ya no te agobio. Escríbeme
y gracias querido Emmanuel por tus palabritas” 115.
Comentario sorprendente de Garro quien sigue afirmando que Testimonios sobre Mariana no
es una autobiografía. Por un lado, nos parece apropiado seguir la opinión de la escritora pero
por otro lado puede ser que Garro no se atreve admitir el carácter autobiográfico de su novela
visto los conflictos anteriores en México en torno a su figura. Además si Garro admite que se
trata de una autobiografía, admite al mismo tiempo su obsesión por Octavio Paz. En su carta,
lo nega por lo tanto fuertemente: “¿ Podrías decirme como lo persigo ?”. Parece que Garro
quiere rebatir ansiosamente el análisis de Carballo. El tono de la carta es bastante fuerte y la
autora se siente verdaderamente ofendida.
Garro se contradice también a veces en cuanto al tono autobiográfico en su obra. Por
ejemplo en 1967, cuando en una entrevista con Roberto Páramo declara:
“Yo no puede escribir nada que no sea autobiográfico [...] en Testimonios sobre
Mariana trato las experiencias y sucesos que me acontecieron en la multitud de países
donde he vivido. Y como creo firmemente que lo que no es vivencia es academia,
tengo que escribir sobre mí misma” 116.
Aquí la autora confirma nuestras ideas anteriores, que su obra entera contiene matices
autobiográficos.
En el fondo, todos los críticos admiten que Testimonios sobre Mariana se caracteriza por
una fuerte índole autobiográfica. La diferencia entre los diferentes análisis reside en la medida
en que reconocen que una parte del texto es mera ficción. La escritora a su vez, niega
categóricamente que se trata de una obra autobiográfica. No obstante, sus declaraciones
anteriores nos hacen suponer que su obra entera contiene referencias a situaciones reales.
Según nuestra opinión, Testimonios sobre Mariana contiene una multitud de toques
autobiográficos. Referimos sobre todo a las relaciones amorosas de Garro. Las alusiones a su
115
Carta de Elena Garro reproducida en el Prólogo de Emmanuel Carballo, Testimonios sobre Mariana, p. XII.
Páramo, Roberto. “Reconsideración de Elena Garro” en El asesinato de Elena Garro de Patricia Rosas
Lopátegui, p 230
116
44
vida con Octavio Paz y a su relación con Adolfo Bioy Casares son tan frequentes que no
pueden ser accidentales. Sin embargo, no se puede perder en la búsqueda de situaciones reales
visto que cada narración, que sea autobiográfica o no, contiene elementos ficticios. La ficción
es inevitable para la coherencia del texto y porque la ficción, con sus propias invenciones y
las de otros, lubrica la narración 117.
3.2.2. La autobiografía y el testimonio
Continuamos esta parte sobre la autobiografía con una delimitación entre el género
testimonial que acabamos de investigar y el género bajo el cual la mayoría de los críticos la
clasifica; la autobiografía. Ambos géneros resultan muy emparentados lo que complica una
distinción entre ambos.
La novela de Irene Klein, La ficción de la memoria nos suministra para esta distinción
algunos datos interesantes. Según su clasificación, la novela de Garro oscilaría entre “una
narración de vida” y una autobiografía. Lo que ella entiende por narración de vida es en
realidad un género testimonial.
Una diferencia que permite distinguir entre el testimonio y la autobiografía constituye el
objetivo de ambos géneros. El testimonio quiere dar la palabra a las voces oprimidas mientras
que se escribe la autobiografía por miedo al envejecimiento. Es decir que la autobiografía
busca el triunfo personal mientras que el testimonio reclama un cambio social o político en el
cual se incluye al lector. La autobiografía depende también de “un sujeto narrador coherente,
dueño de sí mismo que se apropia de la literatura para manifestar la singularidad de su
experiencia mientras que en el testimonio el sujeto actúa como portavoz de toda una
generación o sociedad”118. Es así que cuando el “yo” del testimonio se propone como
“identidad propia” el relato se transformará en autobiografía.
Una otra gran diferencia entre el testimonio y la autobiografía reside en que la última trata
más bien de la vida íntima mientras que el discurso acerca del “yo” en el ambiente pública
cobra valor en el testimonio. Éste pone también en escena a individuos “ordinarios” y
desconocidos mientras que la autobiografía narra en general la vida de un conocido en la
esfera pública visto que sólo se leería la historia de un hombre normal si denuncia un hecho
117
118
Galván V., D. (1988), La ficción reciente de Elena Garro 1979-1983. Universidad de Querétaro.
Klein, Irene: La ficción de la memoria. p 35
45
como es el caso con el testimonio. Sin embargo, en ambos casos la protagonista actúa como
modelo ejemplar con una vida digna de narrar.
Aplicando los criterios evocados, todavía parece difícil clasificar Testimonios sobre
Mariana bajo un género determinado. Por lo que se refiere al objetivo de ambos géneros, la
obra corresponde con los rasgos de la autobiografía como con los del testimonio. De un lado
puede ser que Garro reclama justicia y que quiere cambiar la posición de la mujer en la
sociedad mexicana lo que acerca la novela al testimonio. Sin embargo, de otro lado es
bastante probable que Garro busque crear una especie de controversia en torno de su persona,
escribiendo sus “testimonios autobiográficos”. El rasgo del foco en la esfera pública o en la
íntima parece de difícil aplicación. Por una parte, se puede decir que Testimonios sobre
Mariana pone central a un individuo, coincidiendo con los rasgos de la autobiografía. Pero
por otra, se narra la historia de la vida de Mariana a través de los testimonios de tres
narradores que conocen íntimamente a la protagonista. En este sentido se trata entonces más
bien de los encuentros y vivencias de Mariana con estas figuras como es el caso en el
testimonio. Sin embargo, cuando consideramos la novela en su totalidad nos inclinamos a
decir que el foco está efectivamente en el ambiente íntimo. El relato corresponde a un periodo
determinado de la vida de Garro y se narra realmente sus sentimientos personales y peripecias
aunque sea a través de “tres portavoces”.
La conclusión inmediata consiste por lo tanto en que Testimonios sobre Mariana oscila
entre el testimonio y la autobiografía como ya mencionado aunque ya observamos una
inclinación al género autobiográfico.
3.2.3. La autobiografía femenina
Después de haber explorado la aproximación de la obra estudiada al género de la
autobiografía, nos parece igualmente un buen momento para investigar las diferencias entre la
narración autobiográfica de mujeres y la de hombres. En primer lugar, tenemos que destacar
que a lo largo de la historia el hombre siempre se ha afirmado mientras que la mujer no ha
reconocido a sí misma durante mucho tiempo. O como dice Virginia Trueba Mira : “cuando la
mujer se ha mirado en el espejo ha encontrado una imagen movida y confusa que le devolvía
46
una identidad extraña, y ello porque al menos desde Pigmalión la mujer no ha representado a
sí misma sino que ha sido representada, construida por el otro” 119.
En cuanto a la historia del género, al inicio la escritura femenina se limita a cartas y
memorias. En las escrituras femeninas de fines del siglo XVIII y primeros del XIX falta
entonces un estilo original y las mujeres se adaptan a la forma común de aquella época. El
hecho de manifestarse como escritora ya parece un logro enorme. Las autobiografías de
mujeres se caracterizaban antes también por una justificación del comportamiento de la
protagonista que difería de lo de las mujeres ordinarias. Delia Galván añade un comentario de
Elizabeth Winston que observa que después de 1920 “a few still showed signs of uneasiness
at having violated cultural expectations for women”120. Más tarde algunas se atreven a
mostrar su talento intelectual escribiendo: “ to express strongly held belief, explore and
understandt the self, or experiment with the conventions of the genre 121 ”. En cualquier caso,
los textos autobiográficos escritos por mujeres no encontraban entonces mucha consideración
en los estudios literarios antes el cambio radical provocado por el movimiento feminista. Es
entonces a partir de los años ’60 y bajo la presión del movimiento de la liberación de mujeres
que se empieza a extender los géneros literarios en el sentido que se incluye también a las
escrituras de mujeres. Es interesante señalar en este contexto las palabras de Ángel G.
Loreiro:
“A la vista del desarrollo del feminismo en los Estados Unidos no resulta
sorprendente la gran atención prestada a lo autobiográfico (recordemos
que se ha dicho que el feminismo comienza cuando la mujer aprende a decir “yo”)
y más aún cabe recordar que Lillian S. Robinson apunta que el feminismo no sólo
ha reivindicado las formas de arte popular, sino que también ha expandido las
fronteras de lo literario para considerar una gran variedad de formas y estilos
en que se manifiestan los escritos de mujeres -especialmente los de aquellas mujeres
que no se vieron a sí mismas como escritoras. De esta manera, las cartas, los diarios,
las autobiografías y las historias orales obras de mujeres, así como la poesía privada,
están siendo estudiados como evidencia de la conciencia
y la expresión de la mujer”122.
Loreiro concluye después:
119
Trueba Mira, V. (2005), El claroscuro de las luces. Escritoras de la ilustración española.
Galván V., D. cita a Elizabeth Winston en La ficción reciente de Elena Garro 1979-1983”. Universidad de
Querétaro.1988. p. 59
121
Galván V., D. cita a Elizabeth Winston en La ficción reciente de Elena Garro 1979-1983. Universidad de
Querétaro.1988. p. 93
122
Loreiro G., A. “Introducción. Diferencias feministas” en El gran desafío, p. 28-29.
120
47
“Lo autobiográfico constituye un elemento esencial del feminismo –en lo que tiene de
proyecto de autoconocimiento y liberación- en sus diversas manifestaciones y avatares
, desde el descubrimiento inicial de voces literarias que han sido acalladas o que han
Permanecido en la sombra, hasta las manifestaciones recientes de la crítica feminista
en las que el discurso teórico o crítico se mezcla con el testimonio personal y con las
huellas de las circunstancias materiales concretas del momento de la escritura 123”
A pesar de esta revolución, es cierto que las voces masculinas siempre han tenido la
mayoría dentro del género de la autobiografía. Varios críticos han subvalorado la escritura
autobiográfica femenina afirmando que muchas de ellas no la escriben desde un punto de
vista femenino y sólo suspenden las estructuras masculinas. De cualquier modo, sería
completamente inmerecido, en nuestro mundo occidental, sostener que las mujeres no han
escrito autobiografías ni que estas escrituras son sin importancia.
Sin embargo, a pesar de los varios estudios feministas los últimos treinta años, sigue siendo
difícil definir exactamente a los escritos autobiográficos de mujeres. Globalmente, las
autobiografías femeninas suelen focalizarse en las narraciones de lo personal, familiar y
cotidiano. De ahí que muchos las perciben como triviales e insignificantes, relatos que no
provocan reacciones o contrastes extremos ni elogian logros excepcionales. Incluso cuando lo
hacen no realmente suceden “marcar el rumbo político de la patria, rumbo que sólo saben
marcar los hombres políticos” estima María Rivera Garretas en textos y espacios de mujeres.
La vida de mujeres siempre ha sido influida por los hombres y a menudo por la subordinación
a ellos; parece entonces lógico que normalmente no van a invertir la estructura del “poder” en
sus escrituras. Nos parece interesante mencionar en este contexto el comentario de Sidonie
Smith 124:
[…] “En último término, todas las mujeres que escriben acaban
cuestionando la ideología de género dominante, aunque sólo sea
inconsciente y torpemente. En su relación con las ficciones del discurso
dominante, el autobiógrafo que es mujer presiona contra los límites de
los modelos culturales de verosimilitud y de representatividad…
Subversivamente, elle reorganiza el discurso dominante, apropiándose
del lenguaje y de sus poderes para convertir las ficciones culturales en
su historia concreta propia.
123
124
Ibid.
Smith, S. “Hacia una poética de la autobiografía de mujeres” En: Angel G. Loureiro (coordinador), El Gran
Desafió. Editorial Megazul-Endymion, Madrid 1994, p. 93
48
No obstante, cuando se acerca a los varios estudios que se han realizado sobre el tema de la
narración femenina surgen también varias discrepancias con el relato “masculino”. La
expresión “personal” es por ejemplo un rasgo característico de la escritura de mujeres. Otro
rasgo de la escritura autobiográfica de mujeres es la experimentación formal. Las autoras
buscan una forma que hace resaltar bien sus vivencias y que les facilita incluir “su yo íntimo”.
En Testimonios sobre Mariana, Garro opta por una forma que consiste en fragmentos. Es
decir, la escritora narra el relato de Mariana a manera de tres testimonios de amigos íntimos
de la protagonista y crea así una historia fragmentada. Las autobiografías de mujeres difieren
en este sentido de las masculinas visto que éstos ya son integrados y no necesitan
experimentar tanto con la forma.
Los hombres subrayan en sus escrituras encima sobre todo sus rendimientos, heroísmo y
ánimo lo que hacen las mujeres en menor medida. Estos rasgos son observados por Jelinek
quien concluye que “ different criteria are needed to evaluate women’s autobiographies,
which may constitute, if not subgenre, then an autobiographical tradition different from the
male tradition”
125
. Resulta entonces necesario abordar la autobiografía femenina desde una
otra perspectiva y con otros criterios que con los que se investiga los escritos de hombres.
Partiendo de que Testimonios sobre Mariana se presenta en cierta medida como una
autobiografía, lo que hace la autora es reproducir las vivencias de las mujeres atascadas en su
propia vida y especialmente en el hogar como es el caso con Mariana. Esta situación se ve
muy poco en la autobiografía de los hombres o sólo cuando se encuentran encerrados en un
ambiente profesional.
Claudia Gronemann 126 nos suministra otro rasgo importante para la investigación del género
de Testimonios sobre Mariana. Ella estima que cuando las mujeres escriben algo
autobiográfico, subrayan más bien el aspecto testimonial que el hecho de escribir literatura lo
que sí pesa mucho en la escritura de los hombres. Este rasgo conviene con la concepción de
nuestra obra de interés. Garro presenta la novela como un testimonio, sugerido en el título,
mientras que los elementos autobiográficos abundan.
El género autobiográfico se caracteriza en general también por un proceso de identificación
que tiene su origen en el autor y que pasa luego al lector que se reconoce en la narración del
escritor. Esto se debe a las vivencias comunes a cierta parte de la vida del lector. Este proceso
parece en mayor medida presente en las autobiografías de mujeres sobre todo cuando se parte
125
Jelinek, E. (1986) The tradition of women’s autobiographie from antiquity to the present.
Gehrmann, S. “L’écrivain femme et l’autobiographie” en Les enjeux de l’autobiographique dans les
littératures de langue française de Gronemann, C.
126
49
de la suposición de que la mayoría de sus lectores son mujeres. Es también el caso con
Testimonios Sobre Mariana que provoca a menudo una identificación de la parte del lector.
Patricia Rosas Lopátegui afirma: “quedé profundamente devastada ante la vejación, el
sufrimiento, la angustia y la humillación de que es objeto la protagonista, con quien no pude
dejar de identificarme. Pensar en Mariana me causaba inquietud y desasosiego” 127.
No obstante, no se puede demostrar esta identificación porque es completamente subjetiva y
porque a menudo el autor como el lector continúan a buscar su propia identidad. Escribiendo
un relato autobiográfico, el autor o la autora hace una investigación extensa de su vida que
funciona como una búsqueda de sí mismo. Después de este escrutinio, da coherencia a su
narración y construye una “ficción estética” en que incorpora los elementos autobiográficos.
Citamos en este contexto a Spacks quien dice en “Selves in hiding”: “… autobiographies
record the sense their authors hope their lives make”128. Surge a veces un resultado que es más
bien una racionalización en defensa propia como si la autora se defiende antes la corte y que
se evalúa su ficción como ella misma. Las escritoras tienden más a este proceso de
racionalización que los hombres porque parece que todavía tienen que defenderse más en
comparación con el otro sexo.
En general, el sujeto de la autobiografía, que sea hombre o mujer, se destaca por su
actuación heroica y ejemplar pero en varios relatos autobiográficos de mujeres encontramos la
figura de la “antiheroina”. Este personaje se caracteriza por una “enfermedad mental”. De ahí
que en las autobiografías de mujeres que narran una vivencia de índole psicoanalítica, no se
nota este comportamiento ejemplar sino que se caracterizan más bien por una inclinación
hacia la rebeldía. Los ejemplos de este tipo de textos son varios en la literatura. Pensamos en
la poesía de Silvia Plath, Les mots pour le dire de Marie Cardinal y The Loony-Bin trip de
Kate Millet. Existe entonces una notable diferencia entre las autobiografías “usuales” y las
autobiografías que se basan en una experiencia carcelaria o en una enfermedad psíquica.
Volviendo a Testimonios sobre Mariana, este libro parece acercarse a la segunda categoría.
Parece que Mariana está encarcelada en su propia vida por su esposo. El texto corresponde en
este sentido a la vida propia de Elena Garro. Escribió la historia en los años sesenta y setenta,
durante la dolorosa época de exilio. A través de la novela, experimentamos verdaderamente el
combate y el dolor que Garro ha sufrido en este periodo.
127
Lopátegui R., P. “La vida de una novela: Testimonios sobre Mariana de Elena Garro” en Elena Garro, 50
años de dramaturgia.
128
Spacks, P. Imagining a Self. Cambridge Harvard University Press, 1976.
50
Actualmente, muchos críticos subrayan el alto porcentaje de escritoras que optan por este
género también en América Latina. No obstante, las autobiografías de mujeres a menudo son
recibidas con cierto escepticismo lo que sobre todo es el caso en América Latina. Una mujer
que atreve tomar su propia persona como enfoque de su narración es rápidamente designada
por arrogante y autocomplacida. Esto puede explicar por qué Garro sigue afirmando que no se
trata de una autobiografía sino de una verdadera novela.
3.2.4. La autobiografía y la novela
Como antes mencionado, Garro negaba en muchas ocasiones los análisis autobiográficos de
Testimonios sobre Mariana y subrayaba que antes todo es una novela. Surge por lo tanto un
otro género que puede ser de aplicación al sujeto de nuestra investigación. Sin embargo, la
frontera entre la novela y la autobiografía es nítida ya que casi todas las escrituras contienen
elementos o ecos autobiográficos. De ahí que estudiamos a continuación la frontera entre
ambos géneros.
A) Semejanzas
Si miramos el título de la obra central constatamos que sólo la palabra testimonios, remite a
la tradición autobiográfica. No obstante, se anula esta ilusión inmediatamente por la
denominación de la protagonista bajo la forma de un simple nombre propio.
A lo largo de la historia, el desarrollo de la novela precedió el de la autobiografía. No
resulta entonces sorprendente que esta última ha adoptado al principio algunos
procedimientos narrativos de la novela modificándolos más tarde. Incluso después de que la
autobiografía se estableció como género literario autónomo recurre aún a veces al género de
la novela, sobre todo cuando se está buscando nuevos cursos. Georges May dedica en su obra
l’autobiographie un apartado a la frontera entre ambos géneros. Es interesante señalar su
comentario:
“Il ne serait pas exagéré de dire que le vaste effort auquel nous assistons de nos jours
pour mettre sur pied une rhétorique ou une poétique du roman, ou encore un discours
du récit ou une narratologie mène à des résultats qui, en général, ne sont ni plus ni
noins contestables lorsqu’on les applique à l’autobiographie que quand on les applique
51
au roman” 129.
May demuestra sus afirmaciones afirmando que “le récit intercalaire”, recurso literario cuyo
origen se debe a la novela, aparece también en la autobiografía. Simone de beauvoir por
ejemplo utiliza este proceso literario en Mémoires d’une jeune fille rangée particularmente
cuando evoca sus relaciones con su primo Jacques Laiguillon: “Aujourd’hui je recompose son
histoire avec un peu de cohérence”. El relato autobiográfico cede entonces ante la narración
biográfica.
La relación entre la novela y la autobiografía se explica fácilmente. Uno de los motivos
principales es que esta última comparte un objetivo análogo a la meta de un gran grupo de
novelas, es decir el de narrar la vida de un personaje. Sin embargo, el hecho de “traducir” una
vida en palabras parece una tarea utópica e incluso peligrosa sobre todo cuando se trata de una
vida real. El caso inverso, en cambio, consistiendo en la narración de una vida de un ser
imaginario parece menos extraño.
De lo que precede, se deduce que el relato autobiográfico puede acercarse tanto a la novela
de modo que resulta casi imposible distinguir entre ambos. El mecanismo opuesto según el
cual la novela se inspira de la narración autobiográfica funciona por supuesto también. Esto
explica por qué es tan fácil presentar como novela una autobiografía de una figura desde hace
mucho tiempo olvidada. Estos intercambios complican la lectura del lector actual que ha
leído tantas novelas y autobiografías. Así que en muchos casos resulta imposible distinguir
entre ambos géneros sin datos suplementarios, el texto sólo no basta entonces para revelar el
género.
B) Diferencias
A pesar de las semejanzas establecidas entre ambos géneros, existen también diferencias. Una
de las divergencias principales entre la autobiografía y la novela es la actitud del lector antes
ambos géneros. Esta actitud cambia a medida que la obra se perfila como verdadera, como
hace la autobiografía, o imaginaria en el caso de la novela. El lazo que el escritor establece
entre su obra y el lector depende del género determinado. Philippe Lejeune denomina la
relación establecida entre la autobiografía y el lector con el término “pacte autobiographique”.
Lejeune añade un aspecto fundamental a la definición del género de la autobiografía: “C’est
129
May, G. (1970), L’autobiographie. París: Presses universitaires de France. p. 172.
52
un mode de lecture autant qu’un type de d’écriture”130. En efecto, lo que permite distinguir
entre ambos géneros no son los elementos concretos de una obra ni el hecho que la
autobiografía siempre es auténtica, lo que es imposible, sino la intención de este género de
narrar la verdad. En este sentido, Testimonios Sobre Mariana parece en efecto pertenecer al
género de la novela. La autora no concluye un pacto autobiográfico con el lector sino que son
los críticos que han creado este vínculo. Un lector que no conoce a Elena Garro y que no está
al tanto de su biografía ni conoce la escena literaria mexicana leerá el texto probablemente
como una mera novela. De otro lado, los acontecimientos narrados transmiten un sentimiento
tan fuerte de honestidad y realismo de tal modo que el lector experimentado quizás sospeche
un origen autobiográfico.
El tipo de personaje que encontramos en ambos géneros permite igualmente distinguir entre
estos géneros emparentados. En el caso de la autobiografía, se cree en efecto que la
protagonista existe lo que se ve afirmado por la existencia del autor. Es el autor que establece
la identidad entre su propia persona y el personaje de su obra. Sin embargo, resulta imposible
aplicar este criterio a Testimonios sobre Mariana visto que la autora niega el carácter
autobiográfico de su obra. Además la narración está en tercera persona así que el inicio del
relato parece anunciar una biografía si no sería una simple novela: “Mariana era la simpleza
misma”.
Otros críticos estiman que la diferencia reside en el hecho que la novela parece más
verdadera y fiel que la autobiografía. André Gide apunta en Si le grain ne meurt: “Les
mémoires ne sont jamais qu’ à demi sincères, si grand que soit le souci de vérité: tout est
toujours plus compliqué qu’on ne le dit. Peut-être même approche-t-on de plus près de la
vérité dans le roman”131. Esta diferencia se basa también en el hecho que la novela puede
constituir una especie de expresión autobiográfica aunque no se hace pasar por tal. En este
sentido, un autor no sólo nos revela su personalidad a través de su autobiografía sino también,
inconscientemente o no, por medio de sus novelas.
C) Conclusión
En el fondo, parece que tenemos que aceptar que un novelista siempre se basa en su propia
experiencia y que su novela contiene siempre algunas huellas de este origen. En este
entendido, resulta imposible distinguir entre las novelas que son autobiográficas y las que no
130
131
Lejeune, Ph.(1975), Le pacte autobiographique. París: le Seuil. p. 45.
Gide, A. (1928), Si le grain ne meurt. París: Gallimard. p. 282.
53
lo son. Georges May afirma que en vez de distinguir dos categorías separadas, se llega más
bien a “un éventail qui s’étale depuis les romans dans lesquels la part du souvenir est la plus
forte comme Claudine à l’école, jusqu’à ceux dans lesquels c’est l’invention qui domine
comme L’Etranger”
132
. De cualquier modo, un escritor se sirve de su memoria y de su
imaginación pero lo que varía es la importancia que concede a estos recursos. Esta
clasificación es igualmente aplicable a la autobiografía en que se encuentra a un lado del
“abanico” las autobiografías que se basan casi exclusivamente en las memorias del autor y al
otro lado se clasifica las obras en que la imaginación predomina. May reúne estas dos gamas
y las reduce a una clasificación de cinco subgéneros. Primero existe una novela en que el
carácter del autor trasluce muy poco como es el caso con la novela histórica o poética.
Segundamente se encuentra la novela biográfica o íntima en la que se elabora un personaje
principal pero demasiado alejado de la persona del escritor para hablar de una verdadera
transmisión. En tercer lugar, May habla de la novela autobiográfica en tercera persona en la
cual hay también un protagonista pero éste aparece claramente como una transposición del
autor. Sería en esta clase que clasificamos a Testimonios Sobre Mariana ya que se trata de una
narración en tercera persona, y no en primera persona lo que se observa en la cuarta clase.
Garro tampoco la presenta como una autobiografía como se hace con las novelas que
pertenecen a la quinta clase.
Según el análisis de la frontera entre ambos géneros de Georges May, la obra de Garro
corresponde por lo tanto a ambos géneros. No se trata de una mera autobiografía como opinan
varios críticos pero tampoco es una simple novela como afirma Garro. Además subrayamos
de nuevo que cada novela contiene aspectos autobiográficos visto que un escritor saca su
inspiración siempre en cierta medida de sus propias experiencias. O como dice Garro “la
novela es vida”.
3.3. Pensar el diario
Abordamos brevemente un género que ya hemos tocado el año pasado con ocasión del estudio
genérico de Memorias de España 1937, a saber el diario. Testimonios sobre Mariana no es un
diario pero sí parece que contiene algunos de sus rasgos. A partir de los tres testimonios,
Garro nos narra los acontecimientos en la vida cotidiana de la heroína. Testimonios sobre
Mariana podría haber sido escrito bajo la forma de un diario que es el género por excelencia
para narrar lo cotidiano, día tras día. El diario resulta también un género femenino que los
132
May, G. (1970), L’autobiographie. París: Presses universitaires de France. p.187.
54
hombres parecen evitar. Una mujer utiliza el diario generalmente para expresar su confusión,
su desesperación, su dolor, su incomodidad y sobre todo su soledad visto que ese género
permite reforzar un sentimiento, repitiéndolo cada día
133
. Garro toca continuamente todos
estos sentimientos en Testimonios sobre Mariana a través de los tres narradores cuyo relato
coincide en cierta medida. Uno de estos narradores nos señala también que sí existe un diario
que constituye la base de los testimonios. Gabriella nos informe: “... guardo el diario de
Mariana, estaba en el fondo del baúl, se lo dejaré a Gerard cuando yo muera, será hermoso
que alguien sepa la trágica verdad sobre una bella desconocida” (282).
Además este apartado se focaliza asimismo en el diario existente de Elena Garro. Es que
algunos críticos han mostrado que esta obra se basa en los diarios reales de la autora. Es cierto
que Garro llevaba un diario ya que lo ha vendido, junto con varias cartas y otros documentos
a la universidad de Princeton. En 2002, Patricia Rosas Lopátegui reúne gran parte de estos
diarios en Testimonios sobre Elena Garro. Biografía exclusiva y autorizada de Elena Garro. A
partir de este momento, la situación cambia radicalmente para las investigaciones sobre la
obra de la autora. Desde entonces, se puede averiguar lo que es ficción y lo que es
autobiografía en su obra. Sin embargo, nos parece inútil hacer una lista de los hechos
verdaderos y ficticios visto que no ayudará nuestro análisis. Lo que sí corresponde con este
estudio actual es la hipótesis de Patricia Rosas Lopátegui sobre la importancia de los
paratextos en Testimonios sobre Mariana. Resumimos brevemente las ideas principales de su
artículo La vida de una novela: Testimonio sobre Mariana de Elena Garro. Según ella, cada
texto contiene una multitud de paratextos, un relato casi nunca aparece “desnudo”
134
.
Citamos también a Genette quien lo define como “aquello por lo cual un texto se hace libro y
se propone como tal a sus lectores, y, más generalmente, al público. Más que de un límite o de
una frontera cerrada, se trata aquí de un umbral” 135. Por paratexto se entiende entones todo lo
que precede y sigue al texto. Se trata entre otros del nombre del autor, el título de la obra,
dedicatoria, epígrafes, prefacios, capítulos, ilustraciones, edición, portada, formato editorial,
correspondencia, diarios íntimos
136
. Genette hace además una distinción entre “epitextos
públicos” que son las entrevistas que un escritor concede y los “epitextos privados” que
consisten en las cartas y diarios íntimos. Los diarios pueden también funcionar como “pre133
Galván V., D. (1988), La ficción reciente de Elena Garro 1979-1983. Universidad de Querétaro
Rosas Lopátegui , P. “La vida de una novela: Testimonios sobre Mariana de Elena Garro” en Elena Garro, 50
años de dramaturgia. . México: Ed. Porrua. p. 432.
135
Genette, G. Umbrales. citado por Lopátegui en “La vida de una novela: Testimonios sobre Mariana de Elena
Garro” en Elena Garro, 50 años de dramaturgia. México: Ed. Porrua. p. 432.
136
Rosas Lopátegui , P. “La vida de una novela: Testimonios sobre Mariana de Elena Garro” en Elena Garro, 50
años de dramaturgia. . México: Ed. Porrua.
134
55
textos” cuando el escritor hace referencia en estos a algún texto que escribe o cuando incluye
a acontecimientos que va a utilizar en su ficción. Lopáteguí nos señala luego una cita muy
importante de Genette: “El mensaje paratextual de los diarios de escritores pertenece más al
testimonio que al documento”
137
. La especialista de Garro deduce de esto que la autora, al
optar por el título Testimonios sobre Mariana que funciona como un paratexto, la autora nos
informa sobre la existencia de un diario existente. En este sentido, el título parece de nuevo de
gran importancia o como se pregunta Genette “¿Cómo leeríamos el Ulises de Joyce si no se
titulara Ulises?”, Lopátegui hace la pregunta “¿Cómo leeríamos Testimonios sobre Mariana si
no se titulara Testimonios sobre Mariana ?”
138
. Rosas Lopátegui compara a continuación
varios pasajes del diario de Garro con fragmentos de su libro. Citamos un ejemplo
significativo, a saber, el fragmento del suicidio de Mariana. En su propia vida, Garro intentó
también el suicidio en 1947. Comenzamos con el fragmento sacado de su diario personal.
No soporto más... Finki viene a comer... Al día siguiente... me analizan... Tomo una decisón, no puedo divorciarme: no tengo ni un centavo, además Octavio me quitaría a la chata139. Viene Maria Zambrano. Me hace perder la cabeza. “Elena es amante de
Finki. Pobre Octavio”. Yo odio a Finki y a Octavio. Los dos me repugnan físicamente
y moralmente los desprecio. Vuelvo a tomar la misma decisión. Se van. Cierro la puerta y me digo: “Es la última vez que me insultan”. Llamo a Narciso, lo mando a la villette en donde vive Gregoria... Abro la llave del gas. Un olor gigantesco de gas empieza a salir. Me acuesto junto a Chata. Aterrada y atonada. “Vamos a dormirnos”.
De pronto Narciso nos está echando agua caliente con sal que me empapa y empapa a
la niña. Veo las ventanas abiertas. En la noche: Octavio y Finki “Está loca, hay que encerrarla en un manicomio”... 140
Garro ficcionaliza este acontecimiento en su obra Testimonios sobre Mariana. En este
fragmento del segundo testimonio (de Gabrielle) Natalia corresponde a la hija de Garro,
Augusto es Octavio Paz y el señor Ramón Araquistáin es Finki.
Escuché Gabriella! Narciso le explicará lo sucedido –ordenó el señor de la casa. En un
francés casi incomprensible, Narciso relató que la señora llegó de Italia a media maña-
137
Genette, G. Umbrales. citado por Lopátegui en “La vida de una novela: Testimonios sobre Mariana de Elena
Garro” en Elena Garro, 50 años de dramaturgia. . México: Ed. Porrua. p. 432.
138
Rosas Lopátegui , P. “La vida de una novela: Testimonios sobre Mariana de Elena Garro” en Elena Garro, 50
años de dramaturgia. . México: Ed. Porrua.
139
La Chata es el apodo de Helena Paz Garro, hija de la escritora
140
Rosas Lopátegui, P. (2002) Testimonios sobre Elena Garro. México: Ediciones castillo. p. 165.
56
na con la misma ropa con la que se había marchado. Por la tarde, apenas salieron de la
casa el señor y el señorito, la señora le ordenó llevar un recado a Juana, una antigua sirvienta que vivía en La Villette. “Estaba muy apacible, pero había algo extraño en ella”, dijo el criado con ese sexto sentido que poseen las gentes del pueblo. Una vez en la
calle, Narciso tuvo una corazonada y antes de bajar a la boca del Metro, se volvió corriendo a casa. Entró por la cocina y se encontró con un olor insoportable a gas.
4. Análisis de los narradores
Garro siempre dedica gran atención a la creación de sus personajes y sobre todo a la
caracterización de su protagonista. Algunas de sus obras refieren ya en el título al
protagonista, que generalmente es femenino, es el caso en Inés, Andamos huyendo Lola y
también en Testimonios sobre Mariana. Sin embargo en la obra que estudiamos, no es la
protagonista misma que narra su historia. Garro crea a tres narradores que hablan sobre
Mariana. En este entendido, nos interesa hacer un estudio de estos tres narradores: Vincente,
Gabrielle y André. A lo largo de la lectura actúan como verdaderos personajes, cada uno con
su propia conducta y personalidad. En primer instante, es interesante acercarnos a la teoría
sobre los diferentes tipos de narradores. Mediante un análisis de la caracterización de los
narradores, averiguamos qué tipo de narrador encontramos en Testimonios sobre Mariana.
Tocamos asimismo el tema de la ambiguëdad en los tres testimonios para deducir el mensaje
principal que nos señala la autora.
4.1. Los narradores, un acercamiento teórico
En cuanto a la estructura de la obra, constatamos que Testimonios sobre Mariana tiene una
forma fragmentada como ya mencionado. Consiste en tres testimonios independientes que
tienen cada uno otro narrador. En el fondo, el lector puede empezar con el tercer relato y
terminar con el primer testimonio aunque sí presenten a los mismos personajes. Como
señalado, estos narradores desempeñan un papel primordial en Testimonios sobre Mariana.
No sólo narran la historia de Mariana sino que actúan igualmente como verdaderos
individuos. De tal manera, tenemos la impresión que los narradores funcionan al mismo
tiempo como personajes y al revés.
57
En teoría, un narrador puede tener una apariencia física lo que se llama en inglés “embodied
narrator”, “ narrador incorporado” o puede ser omnisciente
141
. El último no tiene esta
apariencia física y puede presentarse siempre por todas partes. En general, se considera a este
narrador como la voz objetiva mientras que el narrador incorporado tiene una propia
personalidad que colorea su relato. El “narrador incorporado” puede situarse al interior o al
exterior de la narración. Los que se posicionan al interior son designados por el término
“narrador-personaje” 142. Esta categoría se separa a su vez en un “narrador-protagonista” y un
“narrador-testigo”. El “narrador-protagonista” es generalmente un personaje central que narra
sus experiencias en el mundo de la historia, es decir directamente, mientras que el “narradortestigo” percibe los eventos desde el interior de la acción pero no está directamente
involucrado en la promoción del desarrollo de la intriga
143
. Esto significa que éste ofrece a
menudo una versión más objetiva y extendida y que diferencias con otras narraciones de otras
narradores dentro de la misma obra se deben a su personalidad y su papel dentro del relato.
Miramos a continuación algunas definiciones. Todorov define el concepto del “ narradorpersonaje” como:
… “el narrador-personaje” sabe menos que cualquier de sus personajes. Puede
describirnos sólo lo que se ve, oye etc., pero no tiene acceso a ninguna conciencia…
El narrador es, pues, un testigo que no sabe nada…144
El lector debe entonces basarse en lo que dice el narrador sin que éste disponga de poderes
omniscientes. Friedmann lo resume así:
“The witness-narrator is a caracter on his own right within the story itself, more or
less involved in the action, more or less acquainted with its chief personajes, who
speaks to the reader in the first person. The natural consequence of this narrative
frame is that the witness has no more than ordinary access to the mental states of
others; its distinguishing characteristic, then, is that the autor has surrendered his
omniscience altogether regarding all the other characters involved, and has chosen to
allow his witness to tell the reader only what he as observer may legitimately
discover. The reader has available to him only the thoughts, feelings and perceptions
141
Subsol, G. (2005) Virtual storytelling: using virtual reality technologies for storytelling. Berlin, New York:
Springer Heidelberg. p. 183.
142
Ibid.
143
Ibid.
144
Todorov. (1966), Les catégories du récit littéraire. París: Editions du Seuil.
58
of the witness-narrator; he therefore views the story from what may be called the
wandering periphery” 145.
Abordamos a continuación la contribución de los tres narradores y su contacto con Mariana.
Intentamos de verificar si los narradores actúan efectivamente como “narradores-personajes”.
4.2. El narrador: aplicación a Testimonios sobre Mariana
4.2.1. Vincente
Vincente es el narrador del primer testimonio. La autora comenta con respecto a él: “En
cuanto a Vincente, es romo y pendejo como cualquier gigoló engreído. Pero no hablabla de un
caballero de fuste sino de un niño bien, mitad gigoló y mitad vividor” 146. Garro refuta en esta
carta el análisis de Carballo quien relaciona Vincente con la figura de Adolfo Bioy Casares
(Véase 2.8.2.). Como señalado antes, Garro niega la base real de sus personajes aunque las
pruebas abundan.
A) La caracterización del narrador
Durante el primer testimonio, Garro elabora la figura del narrador efectivamente como fue un
personaje. Es decir, descubrimos la personalidad de Vincente.
“Debo reconocer que la melancolía es mi estado natural, a pesar de que los teólogos la
consideran un atentado contra la existencia divina. Pero no soy creyente. Los barcos
me dan la impresión de no ir a ninguna parte, lo cual si pudiera realizarse sería la
solución para mi vida. Aunque cualquier solución sería igualmente absurda. Vivir es
un problema arduo y hallarse en el mar es sólo una pausa” (2-3).
Vincente es un hombre melancólico, incrédulo y le falta una dirección determinada en la vida.
Observamos desde las primeras páginas su visión pesimista y deprimida. Nos revela “... soy
propenso a la depresión...” (42)
irritaban...” (15).
y “...debía estar siempre donde no deseaba y escuchar palabras que sólo me
Se describe también como un hombre que sigue a los otros. Su dependencia de
otras personas puede explicar su obsesión por Mariana. No tiene control sobre su propia vida,
145
Friedman citado por Rosas Lopátegui en Rosas Lopátegui, P. (1990), Testimonios sobre Mariana: un
acercamiento psicoanalítico. Universidad de New Mexico.
146
Testimonios sobre Mariana. p. XVIII
59
ni sobre quien le ama o no le ama. Además no sabe cómo cambiar su vida. “...[Mariana] eres
demasiado rico. Por eso no comes pasteles, no bebes café, no fumas, no tienes hijos. Dime, ¿Para qué vives?” “Nunca había pensado que las cosas que ella enumeraba fueron motivos para vivir. Sin embargo, de alguna
manera Mariana tenía razón...”(15).
La culpabilidad es otro rasgo característico de Vincente. Señala: “Siempre he tenido la costumbre
de culparme de lo que ocurre y ahora siento que soy una enorme culpa” (8). “Me preocupaba mi conducta y me
extraviaba en sentimientos de culpabilidad y de desdicha” (52).
Este sentimiento de culpabilidad domina
su vida y se explica por la conducta pasiva de Vincente. Se siente culpable porque sabe que
sólo él puede cambiar su vida pero no lo hace.
Por lo demás, observamos que Vincente es un hombre arrogante. Revela varias veces que se
siente superior a Mariana. “En un sentido más profundo que Mariana, también yo pensaba que la vida sólo
era un juego literario” (50).
Su arrogancia nos sorprende porque contrasta con su personalidad
insegura y depresiva. Por un lado, necesita a Mariana pero por otro lado la desprecia. En su
vida amorosa, Vincente se comporta como un verdadero egoísta. Considera a las mujeres
como objetos sexuales: “Imaginé que en la vida de cualquier lector asiduo, como era mi caso, debía aparecer
alguna vez una muchacha como ella, ajena a las lecturas y hecha sólo para tener aventuras fulgurantes” (19) .
Es
un gigoló, siempre en compañía de mujeres y amantes. Vincente es casado con Sabina con
quien tiene un matrimonio vacío y fracasado: “por las tardes me reunía con Tana en mi estudio y le
agradecía su devoción inagotable. Había aceptado la soltería perpetua y sin reproches. Su amor desinteresado me
salvaba de la monotonía de mi vida conyugal” (20).
Tana le sirve también cuando su relación con
Mariana está aparcada temporalmente.
“Una tarde encontré a Tana en una confitería, se había casado con un hombre
extraordinario. Quise mostrarle la carta de Mariana que llevaba junto a mi corazón,
pero me abstuve al recordar que no era muy apasionada. Me sentí víctima de mi amor
solitario y desesperado por Mariana y porque era terrible el amor que sentía por ella,
me fui esa misma tare a hacer el amor con Tana” (79).
El carácter inconstante de Mariana es otra explicación por la obsesión de Vincente con ella.
Sus otras amantes siempre son a su disposición mientras que en su relación con Mariana es
ella que lleva las riendas.
Mencionamos igualmente que su alta clase social subraya su personalidad donjuanesca
147
.
Vincente juega al tenis lo que refiere a su clase social. Sólo juega con mujeres: “Salí del club de
147
Rosas Lopátegui, P. (1990), Testimonios sobre Mariana: un acercamiento psicoanalítico. Universidad de
New Mexico. p. 30
60
prisa y sin reconocer a mis amigas” (22) .
No bebe ni come pasteles o fuma lo que revela su
preocupación por su estado físico. Al fondo, es un hombre sano al exterior pero desgarrado al
interior. Patricia Rosas Lopátegui estima que “su cuerpo fuerte y saludable puede ser una
defensa de un yo emocionalmente débil” 148.
Llegamos a la conclusión que Vincente, como narrador y personaje es un individuo confuso
y ambiguo. Veremos a continuación que su personalidad cuadra con el resto de su testimonio.
Garro utiliza técnicas que subrayan este desorden y confusión.
B) Un recuerdo confuso
El primer testimonio comienza con un recuerdo de Vincente. Nos informa que la primera vez
que vio a Mariana fue en una foto de un amigo, Pepe. “... la primera vez que la vi fue en una
fotografía que nos mostró Pepe a su regreso de París...” (1) Rosas
testimonio muy plural
149
Lopátegui constata que se trata de un
. Desde el inicio, Vincente nos revela las características principales
de su testimonio: es acronológico, contradictorio y ambiguo 150. “Sí Mariana era la simpleza misma,
la docilidad. ¡ Mira que engaño!” (1); “No hablo en orden. ¿Cual es el orden con Mariana?” (2); “Hablar de ella
en un orden cronológico es difícil.” (6).
De tal manera, nos señala inmediatemente el tono
paradójico, inconstante y vago del relato. Este tono refleja igualmente la conflictividad que es
propia de Mariana. Estas citas confirman la suposición de Rosas Lopátegui; entendemos por
lo tanto que el texto de Garro es plural. Roland Barthes define un texto plural como “un texto
cuyo valor es lo escribible. No puede por tanto depender de una interpretación sino de una
explosión, una diseminación... Es decir, el texto no tiene orden de entrada. La primera versión
de una lectura debe también poder ser su versión última, como si el texto fuese reconstituido
para acabar en su artificio de continuidad”
151
. En este sentido, la pluralidad del texto es
omnipresente; en la coincidencia de géneros, en la confluencia de ficción y realidad y también
en el contenido.
La autora refuerza este carácter plural utilizando varias técnicas narrativas. El relato de
Vincente se basa en el recuerdo y toma la forma de un enorme flash back. Parece que
Vincente no encuentra una manera para empezar su discurso. En la primera frase señala la
148
Rosas Lopátegui, P. (1990), Testimonios sobre Mariana: un acercamiento psicoanalítico. Universidad de
New Mexico. p. 29
149
Rosas Lopátegui, P. (1990), Testimonios sobre Mariana: un acercamiento psicoanalítico. Universidad de
New Mexico. p. 31
150
Rosas Lopátegui, P. (1990), Testimonios sobre Mariana: un acercamiento psicoanalítico. Universidad de
New Mexico. p. 31.
151
Barthes, R. (1984), El susurro del lenguaje. París: Éditions du Seuil. p. 89.
61
personalidad conflictiva de Mariana “Sí Mariana era la simpleza misma, la docilidad. ¡ Mira que
engaño!” (1)
para pasar a una foto de Mariana y una síntesis de sus vivencias con ella,
concluyendo con su estado actual:
“La muchacha de la fotografía parecía una modesta enfermera inglesa. Pepe recogió la
foto molesto. Su conversación se había vuelto monótona a fuerza de intercalar frases
de la desconocida. Ahora la misma fotografía continúa sobre el escritorio de Pepe, en
el mío hubo otras iguales, quietas, y guardado en algún lugar un mocasín negro con
hebilla de plata, como el de un lacayo. Eso me quedó de Mariana. La vida está hecha
de pedazos absurdos de tiempo y de objetos impares. Mariana empezó en ese bosque
ligeramente borrado por la bruma. Más tarde la vi muchas veces en las esquinas de mi
ciudad y corrí trás ella solo para perderla entre la multitud. ¡Soy un tonto! No advertía
que llevaba los dos mocasines puestos y que ella se hubiera presentado con un pie
descalzo, como en la noche del pacto. ¡Miento! No hubo pacto. Sólo un juego que ella
inventó”. (1-2)
De tal manera, el lector entiende desde el inicio que se enfrenta a una historia paradójica y
heterogénea.
En cuanto al marco temporal, entendemos que sus vivencias con Mariana se sitúan en el
pasado. No obstante, los recuerdos de Mariana le persiguen todavía. Vincente intenta
ahuyentar estas imágenes apuntándolas
“Ahora sólo podría afirmar: ¿Mariana? es la mujer que me amó... Aunque puedo
afirmar lo contrario: ¿Mariana? es la mujer que jamás me amó... Vivo bajo la
impresión de que no existió nunca y de que nunca la amé. Tal vez su recuerdo me
incomoda, aunque hay instantes que regresan y entonces veo que ambos quedamos
escritos en el tiempo, como esas palabras escritas con tinta secreta y que sólo mediante
determinada substancia resultan legibles, a pesar de aparecer en un papel en blanco o
de llevar visible otro mensaje. Así, de pronto se reproduce la primera tarde en que
salimos juntos. La esperé en una placita vecina de su casa y la vi venir corriendo hacia
mí”. (6-7)
En este fragmento, el flashback que corresponde al testimonio de Vincente, se entreve otra
vez. La autora alterna recuerdos del pasado con los sentimientos actuales de Vincente para
concluir que en cierta medida sigue viviendo en el pasado con Mariana. “...Todo sucedió hace
ya muchos años y vuelve a suceder con exactitud...” (46)
La constante alternación entre separación y unión de Vincente y Mariana es otra técnica que
refuerza la ambiguedad y la confusión. Los amantes muchas veces son separados por semanas
62
y sus encuentros sólo duran algunas horas. “...nos despedimos en la puerta del hotel. Así se fue de mi
vida y el adivino de la Rhumerie Martiniquaise se convirtió en sólo un charlatán como había dicho Augusto”
(25); “Mucho después de la media noche me contestó Mariana y reconocí su voz olvidada. Fijamos una cita para
las nueve de la mañana. Dormí mal imaginando el reencuentro” (29).
Muchas veces, Vincente y Mariana
tienen que oscultar su relación visto que ambos son casados. Pertenecen también al mismi
grupo de amigos. “Volví a encontarla en un teatro y tuve la impresión de que todos los amigos y familiares
me miraban como si algo imprevisto hubiera sucedido y ese algo se llamara Mariana” (9).
Así es difícil para
el lector entender lo narrado. La intención de Garro es obvia: transmitir la mente confusa de
Vincente y Mariana para señalar su propio estado confuso.
El relato confuso de Vincente culmina en un fin ambiguo. Augusto pretende que “...Mariana
huyó a la Unión Soviética con Natalia. Logró lo que deseaba: destruir a mi hija, a mí y destruir a mis amigos”.
(161). Sin embargo, Vincente no le cree y en su fantasía Mariana está en el paraíso “Supe que,
tanto Mariana como Natalia estaban en un paraíso diferente al que Augusto me había dicho”. (163)
Así, Garro
opta por un fin abierta y deja la interpretación al lector.
4.2.2. Gabrielle
En el segundo testimonio sobre Mariana, Garro opta por una voz femenina. Gabrielle nos
cuenta sus vivencias con Mariana. Es una amiga vieja marxista de Mariana. Después de años,
se reencuentran y Mariana le ofrece un empleo en la empresa de su marido: Augusto. “Dos
meses más tarde Mariana se presentó en mi cuarto miserable y me anunció que había logrado que Augusto me
diera un empleo modesto en su oficina”(168).
De tal modo, Gabrielle se encuentra en una posición
apretada. Vacila entre la fidelidad a su jefe o a su amiga y entre el cumplimiento de la
ideología comunista o la adhesión al grupo de intelectuales de Augusto y Mariana.
A) Caracterización del narrador
Constatamos desde el inicio que Garro elabora la figura de Gabrielle aún más que la de
Vincente. Rafael Azuar comenta en su libro El diálogo y los personajes de la novela:
“Los más famosos novelistas dedicaron toda su atención a la creación de los
personajes. En la fiebre de ese intercambio vital que representa la gestación de una
novela, el autor llega a hablar con el personaje, lo lama por su nombre, lo ve, lo siente,
63
piensa en él constantemente y quizá, en determinados instantes, ese personaje llegue a
ser tan real o más que un individuo de carne y hueso en que se apoya”
152
.
En este sentido, Garro puede identificarse más con Gabrielle como narradora femenina que
con Vincente. Patricia Rosas Lopátegui comenta:
“ En términos psicológicos y literarios, el punto de vista de Vincente difiere del de
Gabrielle por la manera en que Garro los utiliza y se identifica con cada uno de ellos.
En el segundo testimonio, tanto Gabrielle, como narradora y personaje, a la vez que
Mariana, son figuras más ricas y profundamente desarrolladas, porque la autora se
identifica fácilmente con las dos” 153.
Gabrielle aparece como una versión más vieja de Mariana. Según Rosas Lopátegui, Mariana
es como una versión joven de la autora mientras que Gabrielle figura como un alterego
maduro de Garro y Mariana 154.
El segundo testimonio subraya desde el inicio vaguedad de los recuerdos sobre Mariana.
Como Vincente, Gabrielle no entiende a Mariana y no sabe definirla. Confirma como Vicente
que Mariana aparece y desaparece continuamente. Y de igual modo que Vincente, intenta
olvidar a Mariana pero no logra. Los recuerdos a Mariana siguen atormentándola.
“Prefiero olvidar a Mariana. ¿Que puedo decir de ella? Todo sucedió hace muchos
años y a nadie, excepto a mí que fui su cómplice y su confidente, le puede interesar la
vida equivocada de mi amiga. Los equivocados merecen el olvido que ella ha
alcanzado plenamente. La mano que borró la imagen de Mariana guardaba en la
memoria de sus amigos como una imagen reflejada en el agua, fue la mano de
Augusto su marido, que implacable revolvió el agua, desfiguró su rostro, su figura,
hasta volverla grotesca y distorsionada” (165).
Gabrielle intenta olvidar a Mariana porque la realidad vivida con ella es demasiado dolorosa.
“A partir de esa noche me prohibí a mí misma recordar a Mariana. Fue entonces
cuando se me ocurrió escribir una novela sobre su vida, recordé que la naturaleza
imita al arte y decidí darle un final feliz, que cambiaría su destino. Me encerré a
escribir, mi personaje era complejo, su vida era un inexplicable laberinto, pero yo la
conduciría a través de aquellos vericuetos tenebrosos a una salida inesperadamente
152
Azuar, Rafael. (1970) El diálogo y los personajes en la novela. Alicante. p. 47
Rosas Lopátegui, P. (1990), Testimonios sobre Mariana: un acercamiento psicoanalítico. Universidad de
New Mexico. p. 126
154
Rosas Lopátegui, P. (1990), Testimonios sobre Mariana: un acercamiento psicoanalítico. Universidad de
New Mexico. p. 127
153
64
luminosa. Era lo menos que podía hacer por la pobre Mariana: un conjunto, una obra
mágica, una pieza maestra. Escribí muchas cuartillas, modifiqué algunas de las
situaciones que había vivido con ella para poder llegar al final feliz que me proponía”
(210).
Deducimos de este fragmento que Gabrielle convierte a Mariana en una figura literaria “se me
ocurrió escribir una novela sobre su vida”.
No puede soportar la realidad y de tal modo la convierte
en ficción. La verdadera historia de Mariana no tiene un final feliz lo que Gabrielle quiere
cambiar a través de su escritura.
Ya hemos observado que le falta a Vincente una dirección de vida. La segunda narradora
tampoco tiene una concepción de la vida. Antes, Gabrielle era una militante del partido
comunista y luchaba en defensa de su pueblo. Sin embargo, con el paso del tiempo se da
cuenta de que sus ideales no son realizables y los abandona. De este modo, se convierte en
una mujer fracasaba, sin objeto, dinero y empleo. Su encuentro con Mariana y su consiguiente
trabajo por Augusto no la generan una meta en su vida sino que la confusan. Desde este
momento, está dividida por una constante lucha interior. Constatamos por lo tanto que la
confusión, observada en el primer testimonio, vuelve en el testimonio de Gabrielle. Como
Vincente, Gabrielle sigue a los otros. A veces toma partido por Mariana mientras que en otros
momentos, obedece completamente a Augusto: “Quise contestar, pero me paralizó la idea de perder mi
empleo. Para obtener un puesto es necesaria una amistad y para conservalo se necesita una complicidad” .
Pero
es Mariana que le ha conseguido un puesto y por lo tanto le debe también a ella: “Tomo riesgos
inútiles ayundándola, me dije. Pero no pude negarme a sacar el baúl pues le debía mi empleo con Augusto”
(170).
Otro rasgo que Gabrielle comparte con Vincente es su sentimiento de culpabilidad.
Gabrielle describe a Mariana como una víctima de su marido pero no logra soportarla a causa
del poder de Augusto. La narradora la traiciona varias veces: “Mi trabajo me obligaba a traicionar a
mi amiga” (170).
Pero inmediatamente justifica su traición: “La palabra traición es injusta, ya que
sacrificarme por ella hubiera sido inútil. Mariana era una desclasada, se sabía colocada en una situación límite
que fatalmente la empujaría a tomar soluciones también límites. Yo no podía salvarla” (171) .
Gabrielle funciona por lo tanto también como un narrador-personaje. A través de los rasgos
distinguidos, sabemos mucho sobre su personalidad conflictiva. Comparte igualmente varios
característicos con Vincente. Subrayando de nuevo el conflicto y la confusión, suponemos
que Garro señala su propio estado desordenado y ambiguo.
65
B) Un recuerdo confuso
Como en el primer testimonio, la estructura del segundo testimonio refleja el estado confuso
de la narradora. Desde el inicio, la ambiguedad surge: “Prefiero olvidar a Mariana. ¿Qué puedo decir
de ella?” (165). Pero
no la olvida sino que la recuerda a través de su escritura. Ahora bien, Garro
utiliza, como en el primer testimonio, técnicas que refuerzan esta ambiguedad.
El testimonio de Gabrielle se presenta en realidad también como un flashback. Desde la
frase “Todo sucedió hace muchos años...”(165) la referencia al pasado empieza. Partimos de la idea
que Garro crea una estructura desordenada y ambigua para subrayar la personalidad
distorsionada de la protagonista como de los narradores. Citamos en este contexto a Rhonda
Martin quien señala: “... y es que los flashback son causa frequente de confusión...” 155. En las
primeras páginas , la narradora sintetiza cómo Augusto destruyó a Mariana. “La mano que borró
la imagen de Mariana guardaba en la memoria de sus amigos como una imagen reflejada en el agua, desfiguró su
rostro, su figura, hasta volverla grotesca y distorsionada” (165).
Pasa después a sus vivencias con su
amiga Mariana. Empieza su resumen con el último encuentro con Mariana “La última vez que vi
a Mariana estaba acodada a la mesa de un cafetín anónimo situado en las cercanías de la Plaza de la Bastilla”
(166).
Siguen a continuación varias regresiones que crean una imagen completa de la relación
entre Mariana y Gabrielle. “Acepté la llave y la observé con atención: estaba asustada. Tan asustada como
lo estaba tres años detrás en el vestíbulo de su casa, acompañada de su hija Natalia” (167) .
No sólo surgen
regresiones sino también antelaciones como: “dos meses más tarde Mariana se presentó en mi cuarto
miserable y me anunció que había logrado que Augusto me diera un empleo modesto en su oficina” (168).
Después sigue un adelanto aún mayor: “Casí dos años más tarde encontré a Mariana en Nueva York,
custodiada por Augusto y por un nuevo personaje: Barnaby...” (168) .
De tal modo, por el lector es muy
difícil seguir su relato.
El tono misterioso con que Gabrielle narra su historia es otro recurso de Garro para subrayar
la confusión. El ambiente misteriosa se intensifica a partir del asunto de los baúles: “Me citó
con urgencia para que sacara un baúl verde que guardaba en su habitación para cambiarlo por otro exactamente
igual, pero vacío. Era viernes y el domingo yo debía sacar ese baúl sin que Barnaby, su amante, sospechara la
maniobra” (166).
Y algo más tarde:
“El domingo, Raymonde me ayudó a sacar el baúl del piso de mi amiga y a depositar
en su lugar el baúl que Mariana me entregó en el cafetín de la Plaza de la Bastilla.
... El lunes nos sucedió nada y decidí que el asunto del baúl era un juego de Mariana...
155
Martin, R. (2003), Escribir novela histórica. Barcelona: Ibérica. p. 93.
66
... El martes, apenas llegué a la oficina Augusto me mando llamar. Lo encontré pálido
de ira. –Mariana huyó con Natalia. ¿Usted no sabe nada?” (180).
Aparecen también otras situaciones enigmáticas como la desaparición de Mariana y Natalia.
En relación con este asunto surgen tres figuras misteriosas: Boris, Irina y Vasily. Gabrielle se
recuerda:
“Recordé a los tres complices de mi amiga: Boris, Vasily e Irina, traté de recordar
cómo y cuándo había visitado su casa, un chispazo me vino a la cabeza: “¡Novy!”
“¡Novy!”... el restaurante ruso al que me invitaba Mariana. El Novy se hallaba cerca
de la casa de Vasily. Miré mi reloj, eran las once y media de la noche, podía ir para
echar un vistazo. Mariana sí se hallaba en peligro, quizá por eso todo parecía
tranquillo esa noche... Debía ir al Novy, se trataba de una carrera contra el reloj para
salvar a Mariana’(342) .
Como en el primer testimonio, el fin provoca aún más ambigüedad. Surge un personaje
austriaco, Harald, quien pretende haber visto a la protagonista y su hija en la Ópera de Viena.
Gabrielle a su vez, cree que Mariana y su hija se encuentran en los coros del Bolshoi.
Contrariamente al primer testimonio, recibimos en el relato de Gabrielle más información
sobre la desaparición de Mariana. Garro revela más rasgos para que el lector adapte su
hipótesis anterior.
-“Dige usted al señor director que encontré a una mujer pidiendo limosna a las puertas
de la opera de Viena... me pareció que era Mariana, quise hablar con ella y huyó. Creo
que hay que hacer una investigación, y si es Mariana, ayudarla...” (392)
-“Me quedé pertrificada, estoy muy vieja para recibir una impresión tan fuerte.
Reflexioné unos instantes y volví al lado de Augusto. Él odia el escándalo. Anoche,
después de su visita fui al teatro acompañada de Gerard y para alegría nuestra,
Mariana y Natalia no hicieron un signo desde el escenario del Bolshoi” (392).
[...] “Es mejor que Mariana aparezca a sus amigos en las puertas de la Ópera de Viena
o en los coros de ballet. Yo sé que a Natalia le gustaría más este final imprevisto...”
(393).
De tal modo, Garro opta otra vez por un fin abierto y deja la conclusión final al lector. Éste
puede elegir una de las dos versiones o crear su propio final. Rosas Lopátegui comenta:
67
“Elena Garro se pronuncia por una literatura de la imaginación, de la sorpresa y por un lector
participativo” 156.
4.2.3. André
Garro crea a un segundo narrador masculino: André. El tercer testimonio es asimismo el más
breve. Veremos que André aparece por consiguiente como un personaje bastante superficial.
A) La caracterización del narrador
Al inicio de su relato, André se revela ante el lector como “ un hombre que pertenece a la
burguesía”(405).
Desde las primeras páginas, observamos también las semejanzas con el primer
narrador: Vincente. André se presenta como un mujeriego que siempre busca compañía “era
evidente que buscaba una aventura...” (413) ; “Con cualquiera otra me hubiera acostado immediatamente; con
ella era distinto... (414).
André conoce a Mariana en la casa de su primo Bertrand y se enamora
inmediatamente. A partir de este encuentro, se empieza su obsesión por Mariana.
“No olvidé a Mariana. Algunas veces cuando volvía tarde a mi casa pasaba frente a su
edificio. No sabía cuáles eran sus ventanas y miraba esperando descubrir en alguna de
ellas su silueta. Pero a través de los cristales bien pulidos y de los cortinajes echados
nunca logré distinguir nada. Me preguntaba qué hacía y dónde se escondía” (398).
Sin embargo, es igualmente un personaje muy inseguro lo que constituye un obstáculo a la
seducción. Se compara continúamente con su primo quien se comporta como un verdadero
don Juan: “Siempre envidié la facilidad de mi primo Bertrand para rodearse de amigas” (395). Esta
inseguridad se refleja también en la necesidad de hacer amigos: “En domingo era difícil conseguir
amigos y sólo encontré a tres chicas inglesas que formaban parte de un show” (399) .
Como Vincente, no
consigue comunicar ni aprehender a Mariana: “A pesar de la aparente naturalidad de Mariana, me fue
imposible establecer un diálogo con ella. Había algo que la aíslaba de nosotros...” (396) .
A veces la
considera también como un mero objeto sexual como hace Vincente. No obstante, la
comparación con estos hombres machistas le causa un sentimiento de culpa. Rosas Lopátegui
nos señala: “Para compensar la culpa por no respetar los sentimientos de la mujer, André la
156
Rosas Lopátegui, P. (1990), Testimonios sobre Mariana: un acercamiento psicoanalítico. Universidad de
New Mexico. p. 145
68
compensa fusionándose emocionalmente con Mariana”
157
. De tal modo, André no atreve
aproximarla: “ la vi tan sola que no me atreví a acercarme a ella...”. Retiene por consiguiente
sus deseos amorosos y sexuales. Así, André es el único personaje que parece bastante
inocente. Rosas Lopátegui confirma: “La autora crea a André en un intento por formar un
personaje masculino neutral que no sea hostil ni agresivo a Mariana” 158.
André carece de una dirección de vida, rasgo que hemos observado también en los otros
testimonios. Su única preocupación es la búsqueda de amor. Se revela asimismo como un
narrador impotente visto que no puede cambiar las cosas. En el siguiente fragmento, la
protagonista habla de su suicidio:
-Pensé... pensé que te podías suicidiar, le dije tuteándola. Mariana me miró tranquila y
luego se echó a reír. No pareció sorprendida de mis temores.
-Eres muy inteligente, me dijo tuteándome a su vez.
...
Es una vocación terrible.. El peor de los pecados para nosotros los católicos –dijo
como para sí misma.
“¡Una vocación terrible!”, había dicho. Sentí que debía regañarla, era una manera
varonil de salor la turbación que me causaron sus palabras.
... En cuclillas frente a ella le tombé las manos para transmitirle mi decisión de vivir.
(300-301)
Vincente y Gabrielle se revelaban también como personajes impotentes, incapables de
cambiar su propia vida. Sin embargo, a diferencia de ellos, la impotencia de André guarda
relación con la vida de Mariana. No puede cambiar su situación ni ayudarla. Sin embargo, él
está convencido de lo contrario.
De estos rasgos deducimos que no sabemos tanto de André que de Vincente y Gabrielle.
Garro no desarrolla tan ampliamente su figura sino que le utiliza como recurso para elaborar
el personaje de la protagonista. Contrariamente a los otros narradores, el testimonio de André
no provoca tanta confusión por el lector. André mismo sí está confundido porque de un lado
la desea ardientemente pero de otro lado este deseo le causa culpa. En el fondo, se revela
como un hombre bastante ingenuo que tiene buenas intenciones con Mariana. Es también el
primer narrador no sólo piensa en su propio interés. No obstante, observamos varias
similitudes en comparación con los otros narradores,. A saber: el sentimiento de culpa; la
impotencia y la dependencia de otras personas.
157
Rosas Lopátegui, P. (1990), Testimonios sobre Mariana: un acercamiento psicoanalítico. Universidad de
New Mexico. p. 282.
158
Ibid. p. 310.
69
B) ¿Un recuerdo confuso?
A diferencia de los relatos de Vincente y Gabrielle, el testimonio de André no tiene la forma
de un flashback sino que es bastante cronológico. De acuerdo con su personalidad, su relato
tiene una estructura simple.
No encontramos tantos elementos ambiguos en el último testimonio. André termina su
testimonio así: “Es difícil explicar lo sucedido y además no me gusta revelar mi secreto...” (492). El final
aporta por lo tanto cierta ambiguëdad visto que André testimonia para revelar justamente su
secreto.
A pesar de la transparancia del tercer relato, Garro todavía apela al lector. Citamos en este
contexto a Rosas Lopátegui: “ Si bien el relato goza de linealidad, no por esto el lector es
reducido a ser un simple “consumidor” del texto. La autora hace del lector un “productor” del
discurso ya que tiene que interpretar y descifrar “los elementos no dichos” 159.
4.3. Conclusión
De lo previo deducimos que Garro elabora minuciosamente la caracterización de sus tres
narradores. Además nuestra hipótesis se cumple: los tres narradores funcionan efectivamente
como personajes incorporados en la acción ya que sus narraciones revelan también su propia
personalidad. Nos enfrentamos entonces en Testimonios sobre Mariana con “narradorespersonajes” que no saben nada como dice Todorov. De verdad, los tres narradores Vicente,
Gabrielle y André no saben nada. Patricia Rosas Lopátegui comenta: “mienten, se
contradicen, tergiversan la información, porque dotados de características humanas están
condicionados por su parcialidad y prejuicios”
160
. Conforme se desprende de los criterios de
Friedman, los tres narradores se clasifican asimismo bajo la categoría de “narradores-testigos”
visto que no desarrollan directamente la intriga. En realidad, la autora sólo les permite
comunicar lo que ellos saben sobre la protagonista.
Ahora bien, los narradores-personajes muestran varias semejanzas. Los tres narradores se
revelan todos como personas paradójicas, confusas y ambiguas. Cada narrador no aprende a
Mariana pero tampoco a sí mismo. Todos carecen de dirección de vida, como Mariana, lo que
159
Rosas Lopátegui, P. (1990), Testimonios sobre Mariana: un acercamiento psicoanalítico. Universidad de
New Mexico. p. 251.
160
Rosas Lopátegui, P. (1990), Testimonios sobre Mariana: un acercamiento psicoanalítico. Universidad de
New Mexico.
70
puede referir a la autora misma. Además aparecen como personajes impotentes. Vincente y
Gabrielle, no capables de cambiar su propia vida, se hacen depresivo. La impotencia de André
se refleja en el hecho que no puede ayudar a Mariana. Todos sufren de una culpa enorme.
Vincente se siente culpable por no cambiar su vida mientras que la culpa de Gabrielle y André
de resulta de su traición frente a Mariana. Sin embargo, todos presentan a Mariana desde un
otro punto de vista. Vincente se pierde en su amor por Mariana, Gabrielle habla de Mariana y
de Augusto y la obsesión de André por Mariana provoca un crísis de identidad. Todos tienen
también a veces la impresión que Mariana no ha existido nunca. Así, Garro señala la
arbitrariedad y la subjetividad de sus testimonios. Por lo tanto, entendemos que nunca se
conoce realmente al otro.
Durante su historia, Garro utiliza técnicas que refuerzan este ambiente de arbitrariedad y
confusión. Los relatos de Vincente y Gabrielle toman ambos la forma de un flashback.
Introducen varias regresiones y adelantos en el tiempo. El testimonio de André muestra más
linealidad. Subrayamos también la constante separación y reunión entre cada narrador y
Mariana. Cada relato empieza y termina además en ambiguëdad. Los finales de los dos
primeros testimonios admiten más que una interpretación. André a su vez concluye su relato
con una contradicción.
71
5. Conclusión
Desde el inicio de esta disertación, surge la controversia que existe en torno a su persona.
Parece que la polémica suplanta en cierta medidad su producción literaria. La mayoría conoce
a Elena Garro por su relación conflictiva o por su implicación el movimiento estudiantil de
’68. No obstante, aquellos que la conocieron personalmente, destacan su talento como
escritora y dramaturga, su aportación al realismo mágico, su lucha en defensa de los
campesinos así como su rebelión contra la opresión de la mujer en la sociedad mexicana.
Su obra asimismo está sometida a cierta ambiguëdad. Sus protagonistan viven generalmente
en un mundo de represión y confusión pero su sabiduría siempre se entreve. Muchos de sus
libros no se dejan clasificar bajo un género determinado. Por lo que se refiere a la obra
estudiada Testimonios sobre Mariana, constatamos que incorpora efectivamente a diferentes
géneros literarios. En cuanto al testimonio, género sugerido en el título, la obra no cumple con
la mayoría de los rasgos que caracterizan al testimonio estereotipado. Las divergencias
principales constituyen la autenticidad y la inmediatez, características que Sklodowska
distingue en su concepción del testimonio actual. La percepción subjetiva de los narradores,
que sólo conocen algunas facetas de la protagonista, excluye el rasgo de autenticidad. La
historia tampoco resulta de un impulso del testigo a narrar su relato por la urgencia de la
situación. El índole testimonial sí se entreve en la estructura de la obra y en las técnicas
utilizadas. Garro divide su obra en tres testimonios independientes. Como técnica, esta forma
la permite crea cierta distancia entre los hechos narrados por los testigos y las vivencias de
Mariana. Otro recurso que la autora emplea es la repetición que asimismo cobra valor dentro
del género testimonial. Mediante esta técnica, la autora subraya los hechos en que coinciden
los tres testimonios. Cada relato se presenta desde un otro punto de vista pero los tres
narradores insisten por ejemplo todos en la situación miserable y dolorosa de Mariana. Así, el
lector puede distinguir lo esencial de lo detallado.
Testimonios sobre Mariana nunca se presenta como una novela autobiográfica pero al
comparar la biografía de la autora con el texto surge un gran número de semejanzas. Se
entiende mejor este tono autobiográfico después de la lectura de su biografía, diario, cartas, y
entrevistas. De tal manera, la mayoría de los críticos clasifica la obra como autobiografía. Esta
clasificación se basa generalmente en los personajes que encarnan supuestamente a figuras
72
reales. Se encuentra también lugares y situaciones en el texto que vuelven en los diarios de la
autora misma como por ejemplo la primer cita de Vincente y Mariana que corrsponde al
primer encuentro entre Garro y Adolfo Bioy Casares. Hemos también abordado el aspecto de
la escritura autobiográfica de mujeres. La obra estudiada se caracteriza efectivamente por una
experimentación formal que se refleja en la estructura fragmentada, repetitiva y acronologíca.
Conforme a la autobiografía femenina, Garro convierte a su protagonista en un especie de
“antiheroina” es decir, una mujer encarcelada en su propia vida. La autora misma experimenta
un doloroso exilio de México después de los acontecimientos de 68. En nuestra opinión, la
índole autobiográfico es por lo tanto una de las características principales de esta obra. No
obstante, uno no se puede perder en la búsqueda de elementos reales ya que cada narración
contiene elementos ficticions, indispensables para la coherencia del texto.
Sin embargo, una gran parte de la obra no nos permite averiguar si se trata de ficción o de
realidad. La autora misma sigue afirmando que Testimonios sobre Mariana es una mera
novela. Sus afirmaciónes nos han suministrado el tercer género: la novela. Constatamos que la
frontera entre la novela y la autobiografía es nítida. Ambos géneros se proponen narrar la vida
de un personaje, ficticio en la novela y real en la autobiografía. En el caso de Testimonios
sobre Mariana, no disponemos de verdaderas indicaciónes que muestran una base real. Sólo
nos basamos en la obra entera y en documentos personales de la autora. En este sentido, la
obra estudiada puede clasificarse hasta cierto punto bajo el género de la novela. Philippe
Lejeune añade sobre la autobiografía “C’est un mode de lecture autant qu’un type d’écriture”
161
. La autora no establece “un pacto autobiographique” con el lector sino que son los críticos
que crean este vínculo. La controversia en torna a su figura nos explica la opinión de Garro.
Nos parece que no atreve establecer este pacto a causa de la polémica que provocaría en su
país natal ya que critica duramente a algunas figuras de la escena cultural mexicana.
Por lo demás, mencionamos que la autora pudo haber escrito esta obra en forma de un otro
género que tiene mucho éxito dentro de la escritura femenina: el diario. El texto no funciona
enteramente como un diario aunque sí comparta algunos de sus rasgos. Como es el caso en
Testimonios sobre Mariana, el diario nunca llega a una conclusión ya que “mueve” sin parar.
Además, algunos críticos como Patricia Rosas Lopátegui nos señala la existencia del diario
real de la autora. Al comparar el diario con el libro, surgen efectivamente pasajes paralelos.
De las vacilaciones entre los 4 géneros, deducimos que este libro no se deja incorporar en
una categoría determinada. La estructura de la obra apunta hacia el testimonio, los críticos
161
Lejeune, P. (1975), Le pacte autobiographique. París: le Seuil. p. 45.
73
subrayan la base autobiográfica mientras que la autora misma describe su libro como una
novela. Nos enfrentamos por lo tanto a una novela autobiográfica en que resalta la estructura
testimonial.
La vacilación continúa en el análisis de los narradores: Vincente, Gabrielle y André. Garro
elabora minuciosamente la personalidad de cada narrador. Además, nuestra hipótesis se
confirma: los narradores se convierten a través de sus testimonios en personajes inplicados en
la acción. Actúan por consiguiente como narradores-personajes que carecen de poder
omnisciente. Estos tres personajes comparten varios rasgos característicos: su estado confuso,
su enorme sentimiento de culpa y su impotencia para cambiar su vida propia o la de Mariana.
Los tres tienen una relación diferente con Mariana pero sus motivos son iguales: la quieren
olvidar y recordar al mismo tiempo. Con cada testimonio se aumenta así la confusión, la
arbitrariedad y la subjetividad. Garro subraya así su idea central de que es tán difícil
aprehender a los otros. Los recursos que Garro utiliza para reforzar esta atmósfera de
confusión son varios: el flashback, la constante separación y reunión de los narradores con la
protagonista, el ambiente misterioso y los finales abiertos. De tal modo, el análisis de los
narradores-personajes como las técnicas nos revela el caos y la confusión en el que vive
Mariana. Mediante las confidencias de la parte de los narradores, Garro nos hace comprender
que les cuesta entenderla. En realdiad, la autora nos señala como mensaje central que es tan
difícil aprehender al otro. Finalmente, comprobamos que la autora apela fuertemente al lector.
Los testigos no son objetivos visto que aportan una versión limitada. La tarea del lector
consiste por lo tanto en la asociación de estas versiónes con el fin de sacar una conclusión.
Entonces, es el lector que da sentido a la vida de la protagonista, utilizando su propia fantasia.
En Testimonios sobre Mariana, Elena Garro explora los límites entre lo personal y lo
común, lo real y lo mágico. En cualquier caso, la obra nunca revela completamente su
enigma.
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