Política y religión: desafíos perennes y debates contemporáneos | 1 Política y religión: desafíos perennes y debates contemporáneos: Actas del VI Simposio de Ética y Filosofía Política / Gustavo Agüero ... [et al.] ; compilado por Lucas Misseri ; Luciana Samamé; editado por Lucas Misseri; Luciana Samamé. -1a ed.Córdoba: Editorial de la UNC, 2015. Libro digital, PDF Archivo Digital: online ISBN 978-987-707-029-3 1. Política. 2. Religión. 3. Multiculturalismo. I. Agüero, Gustavo II. Misseri, Lucas, comp. III. Samamé, Luciana, comp. IV. Misseri, Lucas, ed. V. Samamé, Luciana, ed. CDD 190 Política y religión: desafíos perennes y debates contemporáneos | 2 ÍNDICE DE CONTENIDOS Introducción …....................................................................................................... 4 Sección I: Razón, fe y poder ....................................................................................... 8 El conflicto ambiental de Nonogasta desde una mirada de la teología de la liberación en base a la poesía de Ernesto Cardenal Iñaki Ceberio .................................................................................................... 9 Nonogasta: No sentir, No amar y No pensar como tierra Clara Olmedo …............................................................................................... 17 El lugar de los creyentes en el Estado liberal: algunas aporías Matías Pedernera Allende ............................................................................... 28 El lugar de los hechos en un mundo de valores Juán Saharrea y Gustavo Agüero ................................................................... 35 El dogmatismo de la autoridad en el siglo XI Susana B. Violante ............................................................................................ 41 ¿“Mística sin religión”? Valoración de un escrito contemporáneo Alberto Benito Wernly O.P. ….......................................................................... 52 Sección II: Tolerancia, pluralismo y multiculturalidad ............................................ 58 Creyentes y diversxs: convergecias y divergencias en experiencias biográficas David Avilés y Lucas Leal ............................................................................... 59 Algunas complejidades sobre multiculturalismo Daniel Gorra .................................................................................................. 67 Sola y errante, la voz en búqueda de alteridad Agustín Martino, José María Las Heras y Laura Cecilia Díaz ....................... 73 Soberanía, Derechos Humanos y fundamentalismo: repensar las acepciones con las que en la actualidad se condena a la comunidad musulmana Sofía Roizarena y Abigail Viva........................................................................ 78 “Un roi, une loi, deux fois”. La exhortation aux princes y la defensa de la tolerancia Manuel Tizziani .............................................................................................. 84 Política y religión: desafíos perennes y debates contemporáneos | 3 INTRODUCCIÓN El Simposio de Ética y Filosofía Política es el principal evento académico que organiza el grupo DEEP —Derecho, Ética y Política—. El mismo es dirigido por el Dr. Hugo Seleme y se enmarca en el Programa de Ética y Teoría Política radicado en el Centro de Investigaciones Jurídicas y Sociales de la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales de la Universidad Nacional de Córdoba. El evento se realiza regularmente desde el año 2010 y ha contado con la participación de destacados académicos del ámbito nacional e internacional. El objetivo del Simposio es, por un lado, vincular a diferentes grupos de investigación que trabajan temas ligados a la ética y a la teoría política. Parte importante de esta tarea consiste, precisamente, en poner en contacto a investigadores que trabajan sobre la base de distintas tradiciones de pensamiento. Por otro lado, el Simposio ha tenido siempre como objetivo particular el analizar, desde una perspectiva académica, problemas que se encuentran en la agenda política actual. Así, por ejemplo, en la edición inaugural del año 2010 se debatió críticamente el matrimonio igualitario; en el 2011 el problema a discutir fue el aborto; la edición de 2012 estuvo dedicada a debatir la soberanía sobre los recursos naturales; el encuentro del año 2013 giró en torno a las políticas públicas con relación a la pobreza; en 2014 se trabajó la cuestión de los tributos y la reforma del Código Penal de la Nación. En la última edición que tuvo lugar durante los días 29 y 30 de junio de 2015, se trató sobre el complejo vínculo que su título describe: “Política y Religión: Debates perennes y desafíos contemporáneos”. Esta sexta edición tuvo una particularidad: a diferencia de ediciones anteriores, donde el Simposio se estructuraba centralmente en función de las ponencias de conferencistas invitados, este año se realizó una convocatoria abierta para todo aquel que deseara enviar una comunicación y participar en calidad de expositor. Es así que recibimos un total de dieciséis trabajos que fueron luego presentados en distintas comisiones temáticas. Tras la buena repercusión de la convocatoria y el buen nivel de los trabajos y las discusiones sostenidas por los expositores, pensamos en la conveniencia de lanzar una publicación que recogiera tales trabajos. De esta manera, ni bien finalizado el Simposio, dirigimos un nuevo comunicado convocando a los expositores a enviarnos sus ponencias en formato de artículo académico. Este llamado tuvo también una repercusión favorable: hemos recibido doce contribuciones que aquí reunimos y ofrecemos al público lector. Los expositores presentaron una gran variedad de temáticas, derivadas del tema central del evento. Las mismas originalmente habían sido organizadas en cuatro grandes ejes temáticos que aquí hemos reducido a dos grandes secciones. En la primera sección, titulada “Razón, fe y poder” se reúnen las problematizaciones de las distintas y complejas interrelaciones entre estos tres conceptos que ponen en juego: la relación con el ambiente (Ceberio y Olmedo), el Estado liberal (Pedernera Allende), los valores morales (Saharrea y Agüero), el desafío a los dogmas religiosos (Violante) y la mística como vínculo interno de estos tres ejes (Wernly). En primer término, dos profesores de la Universidad Nacional de Chilecito, desde sus respectivas perspectivas disciplinares —la filosofía y la sociología— procuran concientizarnos del impacto de la contaminación en su provincia a partir de una mirada Política y religión: desafíos perennes y debates contemporáneos | 4 que no es ajena a lo religioso y a las esferas del poder. Por un lado, Iñaki Ceberio en “El conflicto ambiental de Nonogasta desde una mirada de la teología de la liberación en base a la poesía de Ernesto Cardenal” parte de un estudio de caso que gira en torno al “silencio pactado” en el conflicto medioambiental y social que padece la localidad de Nonogasta en la provincia de La Rioja. Un “silencio pactado” que intenta desanudar desde un marco teórico eco-crítico con un enfoque de la Teología de la Liberación, centrado en la obra poética de Ernesto Cardenal. Por el otro lado, Clara Olmedo en “Nonogasta: No sentir, No amar y No pensar como tierra” analiza el problema ambiental de la localidad riojana desde la perspectiva de la eco-espiritualidad del teólogo latinoamericano Leonardo Boff. Dicha perspectiva, a juicio de la autora, se desarrolla a partir de una concepción holística de la ecología, en la que se incorporan e interrelacionan dimensiones críticas —como la social y la espiritual— para aportar una mirada más comprehensiva de la crisis ambiental. En segunda instancia, Matias Pedernera Allende en “El lugar de los creyentes en el Estado liberal: algunas aporías” se propone subrayar cómo la propuesta liberal respecto de la relación Estado-religión ha establecido una serie de exigencias presentes en textos constitucionales o presupuestas en el debate público. Sin embargo, considera que el ciudadano que adhiere a determinada confesión religiosa —y procura ser coherente con ella—, se enfrenta a obstáculos para actuar públicamente conforme a lo que cree. Este problema cuestiona algunos de los postulados liberales. Pedernera hace referencia a la cuestión de la neutralidad religiosa del Estado, intentando mostrar su carácter problemático y esbozar una posible solución. Asimismo, considerando las limitaciones que el modelo liberal impone a las creencias religiosas, procura poner de manifiesto cómo esto puede implicar un tratamiento disvalioso para el creyente. Finalmente, y tratando de rescatar la importancia de la presencia de los creyentes en la deliberación pública, ofrece un argumento respecto del valor de la religión frente a la política como actividad racional. En tercera instancia, Juan Saharrea y Gustavo Agüero en “El lugar de los hechos en un mundo de valores”, proponen una defensa del objetivismo moral —en tanto variante cognitivista— que no implique asumir compromiso alguno con una posición metafísica acerca de los valores. La estrategia que emplean para esto consiste en repensar la tradicional dicotomía hecho/valor. Por otra parte, insisten en la necesidad de dar justificación a una perspectiva moral universalista —al menos para sociedades contemporáneas y democráticas— que a la vez no implique la renuncia a los puntos de vista individuales. Posteriormente, la especialista en filosofía medieval y docente de esa materia en la Universidad Nacional de Mar del Plata, Susana Violante, en “El dogmatismo de la autoridad en el siglo XI” analiza el enfrentamiento del cristianismo con la cultura clásica en los albores de la baja Edad Media. Para ello contrasta los escritos dogmáticos de San Anselmo de Canterbury —representante del dogma cristiano— con los pronunciamientos más heterodoxos del monje Otloh de San Emeramo —quien reivindica la duda y a los autores clásicos—. Por último, cerrando esta primera sección, Alberto Benito Wernly, O. P., en “¿“Mística sin religión”? Valoración de un escrito contemporáneo” toma como punto de partida un Política y religión: desafíos perennes y debates contemporáneos | 5 texto de Mariano Corbí sobre filosofía de la religión y considera sus principales nociones: la existencia dicotómica de la sociedad pre-industrializada, donde la religión es un lenguaje programador de las sociedades, fijo y estático; y la sociedad del cambio continuo, que ya no soporta dicho recipiente destinado a conservar la espiritualidad o mística. Por su parte, en la segunda sección titulada “Tolerancia, pluralismo y multiculturalidad” se plantea el problema de la política y la religión desde el punto de vista de la diversidad y el conflicto de las sociedades heterogéneas: la homosexualidad y la religión (Avilés y Leal), el multiculturalismo (Gorra), la alteridad (Martino, Las Heras y Díaz), el Islam (Roizarena y Viva) y el pasaje de las políticas irenistas a las enfocadas en la tolerancia en torno al conflicto religioso en la Francia del siglo XVI (Tizziani). En primer lugar, David Avilés y Lucas Leal en “Creyentes y diversxs: convergecias y divergencias en experiencias biográficas” describen las complejas articulaciones entre creencias y diversidad sexual desde la biografía de dos varones gays de distintas confesiones religiosas —católica y evangélica—. Presentan las estrategias y adaptaciones de ambos sujetos para explicitar la tensión entre visibilidad e invisibilidad desde una doble vertiente: ser parte activa de una comunidad religiosa desde algún tipo de compromiso concreto y, al mismo tiempo, experimentar una identidad sexual no heterosexual. Este estudio comparado revisa brevemente el modo en que las concepciones religiosas han permeado las trayectorias biográficas de estos dos sujetos respecto de la sexualidad y viceversa. En segundo lugar, Daniel Gorra en “Algunas complejidades sobre multiculturalismo” aborda problemáticas referidas al multiculturalismo desde cuestiones de índole semántica, modelos multiculturalistas, recepción en las normativas constitucionales y la aceptación o rechazo de ciertas prácticas de índole jurídica, social y religiosa. El autor considera que un multiculturalismo basado en el diálogo mediante el intercambio de preferencias morales podría contribuir —aunque en forma limitada— a un equilibrio pacífico en la aceptación y reconocimiento de las diversas conductas. En tercer lugar, Agustín Martino, José María Las Heras y Laura Cecilia Díaz en “Sola y errante, la voz en búsqueda de alteridad”, desde un enfoque afín a Heidegger se plantean el interrogante acerca de la relación entre universidad y sociedad en el contexto actual de crisis que signa la realidad del hombre contemporáneo, focalizándose en el papel desempeñado por la teoría económica. Consideran que frente a la lógica técnicoracional del homo oeconomicus se debe despertar la escucha de la voz plural y unificante, cuestionándose lo siguiente: “¿No corresponde a la Universidad inquirir qué ha sido de su criatura, de la puesta en práctica de su palabra; examinar, en el marco de su función abierta y dialogante con la sociedad, que ha sido del nosotros en el mientras de nuestro tiempo? ¿No pertenece a la ciencia en general, y a la económica en particular, emprender el pensar superador, integrando al miope aislamiento vigente a través de la interdisciplinariedad de su llamado?” En cuarto lugar, Sofía Roizarena y Abigail Viva, provenientes de la Universidad Nacional de Rosario, en “Soberanía, Derechos Humanos y fundamentalismo: repensar las acepciones con las que en la actualidad se condena a la comunidad musulmana”, Política y religión: desafíos perennes y debates contemporáneos | 6 analizan conceptos claves —como el de “umma”— para interpretar de un modo más adecuado las prácticas político-religiosas de los países vinculados al Islam. Las autoras intentan desmitificar el imaginario según el cual Occidente es portador de una superioridad que no se condice con el Oriente bárbaro e incivilizado, que se encuentra signado por una organización atemporal, basada en la religión. En quinto lugar y cerrando la segunda sección, Manuel Tizziani en “«Un roi, une loi, deux fois». La exhortation aux princes y la defensa de la tolerancia” analiza el texto anónimo de 1561 —atribuido a Étienne Pasquier— como un escrito de transición en la conciencia de una época: la materialización de un momento particular en la historia del conflicto confesional que asoló a Francia en el siglo XVI. Un momento en el que un incipiente grupo de intelectuales franceses —los llamados politiques— vislumbraron tanto el resquebrajamiento de una estrategia política como el preludio de otra diferente. El fin de una política basada en el anhelo de reconciliación irenista entre católicos y protestantes a partir de un credo communis y la intención de poner fin a los conflictos a través de la tolerancia civil y política de las dos confesiones en el seno de un mismo reino. En último lugar, pero no por ello menos importante, queremos agradecer: A los conferencistas cuyas exposiciones magistrales azuzaron el debate —los doctores Marcelo Alegre, Hugo Seleme, Fernando Bahr y Claudio Viale—. A todos los miembros del programa de Ética y Teoría Política que colaboraron para que el evento se lleve adelante como se había programado. A las autoridades de la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales de la Universidad de Córdoba por cedernos el espacio necesario para llevar adelante el Simposio, y también por el sello editorial con el que publicamos estas actas. Al Centro de Investigaciones Jurídicas y Sociales y al Programa de Eventos de Ciencia y Tecnología de la provincia de Córdoba por auspiciar el Simposio. Finalmente, a todos los expositores y asistentes que contribuyeron al debate sobre los distintos puntos de encuentro, y asimismo de desencuentro, entre política y religión. Lucas Misseri y Luciana Samamé Córdoba, Argentina, 22 de octubre de 2015 Política y religión: desafíos perennes y debates contemporáneos | 7 SECCIÓN I: RAZÓN, FE Y PODER Política y religión: desafíos perennes y debates contemporáneos | 8 EL CONFLICTO AMBIENTAL DE NONOGASTA DESDE UNA MIRADA DE LA TEOLOGÍA DE LA LIBERACIÓN EN BASE A LA POESÍA DE ERNESTO CARDENAL1 Iñaki Ceberio (Universidad Nacional de Chilecito) 1. Introducción Nonogasta es una pequeña población que pertenece al Departamento de Chilecito, provincia de La Rioja. Tiene más o menos una población de 12.000 habitantes, cuyas principales actividades son la vitícola con gran raigambre en el lugar, hortícola y la industria del curtido desde 1984. La curtiembre de Nonogasta emplea a un millar de personas que proceden de diferentes lugares de la zona como del propio Nonogasta (unos 200), de Chilecito, Vichigasta y Sañogasta. Es una de las principales fuentes de trabajo, pero también es uno de los focos de contaminación más violentos de la provincia. Éste es uno de los conflictos más llamativos porque, a pesar de las evidencias, ha sido un conflicto invisibilizado por los gobiernos provinciales y municipales, la salud, la justicia y los medios de comunicación. Un conflicto que en palabras del actual Gobernador de la provincia el sr. Béder Herrera “lleva más de treinta años y nadie ha dicho nada.” Un silencio que contrasta ante la evidencia del mal olor (producidas por los ácidos sulfídricos y sulfurosos), y un porcentaje fuera de lo normal de cánceres y malformaciones, sin tener en cuenta otro tipo de enfermedades derivadas de la contaminación. Este silencio producto de una población sumisa y alienada, puede entenderse en clave de la Teología de la Liberación tal como lo expresa Ernesto Cardenal por medio de sus poemas. Unos poemas que invitan a una revolución donde se integra lo político y lo religioso desde una cosmovisión que trasciende el antropocentrismo europeo. Para la Teología de la Liberación no puede haber una verdadera revolución si la dimensión espiritual no está presente. La liberación del ser humano pasa por un nuevo proyecto político en base a una ética de la alteridad donde la naturaleza está incluida. 2. Marcos teóricos y metodológicos Lo que más llama la atención es cómo se construye y cómo se sostiene este pacto de silencio. Cómo es posible que la población de Nonogasta naturalice la contaminación hasta tal grado que pasa desapercibida. Para contestar a estas preguntas de la investigación hemos recurrido a una metodología transdisciplinar que combina cuatro disciplinas con sus respectivas categorías teóricas: 1. Desde la psicología social y recurriendo a la categoría de las representaciones sociales, éstas nos pueden enseñar a cerca de las nuevas formas que asume la dominación social en lugares marginales de América Latina, donde los daños 1 . Este trabajo es parte de los resultados del proyecto FiCyT 2012 titulado, “¿Silencio Pactado? Contaminación: historia de sufrimiento ambiental y laboral. El caso de la industria curtidora de cueros asentada en la Localidad de Nonogasta, Prov. De La Rioja, Noroeste Argentino”, financiado por la Secretaría de Ciencia y Técnica de la Universidad Nacional de Chilecito y bajo la dirección de la Dra. Clara Olmedo. Política y religión: desafíos perennes y debates contemporáneos | 9 provocados por las actividades productivas se deben entender en el marco de la profunda injusticia ambiental en que viven las poblaciones de zonas periféricas como Nonogasta2. 2. Desde el ecomarxismo donde los problemas ambientales son producto inherente del capitalismo y sus formas de producción. El ecomarxismo apunta a la raíz del problema ambiental, un sistema social y político que apunta a la competitividad, la rentabilidad a cualquier costo y la idea de un progreso que nunca llega 3, tal como le sucede a Nonogasta que actualmente se encuentra situación de catástrofe ambiental y sanitaria4. 3. Desde la geografía se aborda la categoría de paisajes invisibles5, paisajes que se repiten en las periferias urbanas donde la visibilidad o invisibilidad viene medatizada por la experiencia que construye el sujeto en tanto que dicho paisaje lo agrede y lo victimiza. En este caso, por los efectos que la contaminación produce en el sujeto y la situación social que le impide irse a vivir a otro lugar no contaminado. Por ejemplo, gran parte de la población de Nonogasta no conoce los piletones donde se almacenan a cielo abierto todos los efluentes de la curtiembre y que son los que producen un hedor significativo que a veces puede irritar los ojos y las mucosidades. 4. Desde la ecoespiritualidad se destaca al Leonardo Boff, uno de los principales representantes de la Teología de la Liberación y del abordaje de la ecología con una mirada integral. Es uno de los grandes referentes ecológicos cercano al ecomarxismo, sin embargo, la crisis ambiental además de considerarse una crisis civilizatoria6 es una crisis espiritual7, idea que también está presente en la Encíclica del Papa Laudato si8, enfatizando cómo las grandes empresas dejan grandes pasivos humanos y ambientales, sobre todo en aquellos lugares pobreso periféricos como es el caso de Nonogasta. 2 . Olmedo, Clara; Ceberio, Iñaki; Vichi, Zulma, Representaciones sociales: ¿Cómo se representan los habitantes de Nonogasta (provincia de La Rioja, Argentina) el sufrimiento ambiental vinculado a la contaminación que produce la curtiembre?, (2015) (en prensa). 3 . Lowy, Michael, Ecosocialismo.La alternativa radical a la catástrofe ecológica capitalista, (Buenos Aires: Herramientas, 2011); Kempf, Hervé, Cómo los ricos destruyen el planeta, (Buenos Aires: Libros del Zorzal, 2007). 4 . Aguirre, Gabriel, “Nonogasta fue declarada zona en Emergencia Sanitaria y Ambiental”, Diario Chilecito, http://www.diariochilecito.com/articulo/25213.html, (consultada el 20 de agosto de 2015). 5 . Lindón, Alicia, “La construcción social de los paisajes invisibles del miedo,” en: La construcción social del paisaje, ed. Nogué, Joan (Madrid: Biblioteca Nueva, 2009), 217-40. 6 . Leff, Enrique, Ecología y capital. Racionalidad ambiental, democracia participativa y desarrollo sustentable, (Buenos Aires: Siglo XXI, 1994); Leff, Enrique, Racionalidad ambiental. La reapropiación social de la naturaleza, (Buenos Aires: Siglo XXI, 2009). 7 . Boff, Leonardo, Ecología. Grito de la Tierra, grito de los pobres, (Buenos Aires: Lohlé-Lumen, 1996); Boff, Leonardo, La dignidad de la tierra, (Madrid: Trotta, 2000); Boff, Leonardo, La voz del arco iris, (Madrid: Trotta, 2003). 8 . Papa Francisco, “Carta Encíclica Laudato Si”, Santa Sede, http://w2.vatican.va/content/francesco/es/encyclicals/documents/papa-francesco_20150524_enciclicalaudato-si.html (consultada el 20 de agosto de 2015). Política y religión: desafíos perennes y debates contemporáneos | 10 Estas cuatro miradas disciplinares confluyen metodológicamente en la ecocrítica, entendida ésta como corriente crítica literaria que recurre a los textos literarios para reflexionar el rol que ocupa el ser humano ante la naturaleza 9. En este caso, el análisis ecocrítico es realizado desde los marcos teóricos descritos para establecer conexiones entre la literatura y una realidad social como es el caso de estudio de Nonogasta. 3. Ernesto Cardenal. Un escritor comprometido con la espiritualidad y la política A modo de contextualización, Ernesto Cardenal es uno de los principales representantes de la Teología de la Liberación, movimiento religioso-político que surge en el seno de la Iglesia Católica Apostólica Romana. Sin embargo, este movimiento no fue visto con buenos ojos desde el Vaticano. De hecho, una de las imágenes más ilustrativas de las tensiones que se crearon desde los inicios de la Teología de la Liberación, fue la reprimenda que Juan Pablo II propinó a Ernesto Cardenal cuando representaba el ministerio de cultura con el gobierno sandinista. Su vida está marcada por los acontecimientos políticos de Nicaragua a los que siempre ha estado ligado de manera muy activa; pero también, es considerado como uno de los grandes escritores espirituales de los últimos siglos considerado un místico muy ligado a la teología negativa en su tradición más poética como la de Juan de la Cruz 10. Cabe destacar, su cartera como ministro de cultura con el gobierno sandinista entre los años 1979 y 1987. Ernesto Cardenal establece una interesante vinculación entre marxismo y cristianismo, en base a que ambos buscan la igualdad entre los seres humanos. Para la Teología de la Liberación no hay contradicción entre marxismo y cristianismo, sin embargo, si hay una gran contradicción entre capitalismo y cristianismo. Los capitalistas no tienen derecho a tener lo que tienen. Ellos se han apropiado de los bienes de los demás, y eso es un robo. No se trata de sus bienes de uso personal sino del capital, de medios de producción, de la tierra que el capitalista no trabaja. Y de la tierra viene todo lo demás. Lo primero era la propiedad de la tierra, y la tierra ha sido robada. Un señor feudal no había producido la tierra que poseía. Se la quitó a los pobladores que allí había. Y después, esta riqueza robada fue la que se transformó en riqueza industrial, al principio de la época industrial. La posesión de tierras se transformó en posesión de fábricas. Pero el origen había sido un robo, un despojo11. Entonces, no es de sorprender el cuestionamiento a los modelos oficiales de desarrollo que se han implementado, en particular en Latinoamérica por estar sustentados en el capitalismo. De ahí que el desarrollo tiene diferentes ritmos de crecimiento económico, y curiosamente, en Latinoamérica, el crecimiento no es de acorde a sus riquezas. Todo lo contrario, a pesar de ser un continente muy rico, en todos los sentidos, tanto culturales como en recursos naturales, en definitivas cuentas, no se desarrolla como en un principio se prometía, como indica el poeta, Latinoamérica es un despojo. 9 . Glotfelty, Cheryll; Fromm, Harold (eds), The Ecocriticism Reader, (Athens and London: The University of Georgia Press, 1996). 10 . López-Baralt, Luce, El cántico místico de Ernesto Cardenal, (Madrid: Trotta, 2012). 11 . Cardenal, Ernesto, La santidad de la revolución, (Salamanca: Sígueme, 1976), 47. Política y religión: desafíos perennes y debates contemporáneos | 11 Para Cardenal, la revolución tiene dos sentidos. Uno espiritual que hace referencia a la conversión espiritual, y otra política, donde la revolución se entiende en términos marxistas como cambio radical de la sociedad 12. Ambas revoluciones son las caras de una misma moneda. No puede haber una revolución social si no hay revolución espiritual, y viceversa. La dimensión política de Ernesto es la consecuencia de su espiritualidad, y toda revolución social se manifiesta como una revolución espiritual colectiva. 4. El Cántico cósmico de Nonogasta Nonogasta es un ejemplo de mal desarrollo, de vulneración de todos los derechos, incluso, en el contexto argentino, vulneración de leyes de carácter constitucional (Art. 41). Es un ejemplo de alienación en los propios términos marxista, donde la religión y la política son un verdadero opio para el pueblo que lo mantiene dormido y en silencio, parafraseando a Marx. Nonogasta tiene records que parecen insólitos. Tiene el record de cáncer en la provincia, superando en tres veces la media nacional 13. También tiene un record en la zona, más de cincuenta iglesias, la mayoría de corte evangélico y de origen norteameriano. ¿Será una simple casualidad? ¿Qué dicen las iglesias del conflicto? En conversaciones realizadas con algunos pastores de Nonogasta, el “mal” que padecen los nonogasteños es fruto de los pecados, y por tanto, hay que asumir la enfermedad. Y ¿Qué dicen los políticos? Algunos, públicamente, han vinculado el cáncer con la “falta de higiene” de la comunidad boliviana que desde una mirada pseudo-antropológica sería la razón por las cuales hay tanta enfermedad en la localidad. No cabe duda que en base a estas respuestas, ni la religión ni la política son una ayuda en la emancipación de lo ciudadanos de Nonogasta, sino como decía Marx, en opio para el pueblo. También encontramos en otras esferas sociales una actitud bien curiosa. Por ejemplo, la ciencia convertida en religión por el positivismo, y en ideología por los políticos, no está muy lejos de las respuestas peregrinas tan comunes en la localidad de Nonogasta. El ingeniero químico, Osvaldo Cado, responsable de la construcción de la planta de procesamiento de la curtiembre, que en un futuro eliminará los malos olores, confirmó en rueda de prensa, que el cromo, uno de los principales elementos químicos del proceso de curtido, y el mal olor, son un “mito” 14. A su vez, pide precisión conceptual que el cromo no es tóxico, y que los sulfuros tampoco son malos para la salud. Declaraciones que sorprenden pues organismos como la OMS, la FAO, EPA15, COT, 12 . González-Balado, José Luis, Ernesto Cardenal. Poeta, revolucionario, monje, (Salamanca: Sígueme, 1978). 13 . Petric, Natalia, “Tres veces más cáncer que la media nacional”, Diario Chilecito, http://www.diariochilecito.com/articulo/25354.html, (consultada el 20 de agosto de 2015). 14 . Diario Chilecito, “44 billones de litros de agua envenenada debajo de un pueblo de 10 mil personas” TN y la gente, http://tn.com.ar/tnylagente/44-billones-de-litros-de-agua-envenenada-debajo-de-unpueblo-de-10-mil-personas_579664, (consultada el 20 de agosto de 2015). 15 . Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos (EPA), “Cromo (VI) en el agua potable”, http://water.epa.gov/drink/contaminants/basicinformation/upload/Cromo-VI-enelaguapotable_QAs.pdf, Política y religión: desafíos perennes y debates contemporáneos | 12 Creenpace16, por citar los más representativos, indican la toxicidad del cromo en todas sus variantes, aunque el cromo hexavalente es de gran toxicidad y considerado carcinógeno17. Como señala, Eduardo Galeano, también desde la literatura, las venas de Latinoamérica siguen abiertas18. Antes los colonos venían con sus espejitos para intercambiar oro y plata. Ahora vienen con mitos, el del progreso y desarrollo. En Nonogasta no hay progreso, ni desarrollo. De hecho no hay ni médicos, y los 48 afectados de cáncer tienen que ir, en caso que dispongan de medios, a la capital de La Rioja que se encuentra a 200 km. En el Cántico Cósmico de Ernesto Cardenal19, una de las grandes obras poéticas de la literatura hispanoamericana contemporánea, canta en el poema Documental Latinoamericano, con la intertextualidad de Eduardo Galeano Las venas abiertas de Latinoamérica: “WaJin Kili cavaba la tierra para sembrar yuca y sacó una piedra amarilla brillante Walin Kili. Así es como llegaron los gringos a Wasakín. Así se empezaron a morir los peces, los camarones por el cianuro. Nuestro río antes era cristalino.” (Y como los camarones y los peces: los miskitos y los sumos.) Y pronto no quedaran más en el Brasil. Debido a titanio torio uranio manganeso bauxita circonio talio mercurio “los que quedan apenas saben que son indios”. A Chilecito también llegó la minería en los mismos términos. Las abuelas, viudas de mineros no tienen ninguna pepita de oro. Tampoco lo vieron. Lo único que vieron fue morir a sus maridos de enfermedades del progreso y desarrollo. Las abuelas son pobres, como los pobladores de Nonogasta, que año tras año ven como sus familiares más queridos se van bailando con Hades. Hoy Nonogasta se reconoce como un pueblo contaminado ¿Alguna vez Nonogasta fue un lugar lindo? Pregunta de un niño de Nonogasta en una charla sobre la contaminación. Esta ingenua pregunta denota una naturalización de la contaminación, como si la contaminación estuvo siempre, desde la noche de los tiempos, y sin embargo, esta naturalización de la contaminación obedece a un proceso de aculturación de tres décadas. Una aculturación que ha sido enriquecida por la religión, la política y la ciencia. La tragedia de Nonogasta está muy bien descrita en las obras de Cardenal y Galeano, es una tragedia que no es nueva, una tragedia que se repite desde la llegada de los primeros (consultada el 20 de agosto de 2015). 16 . Greenpace, “Cueros tóxicos”, (Marzo, 2012), http://www.greenpeace.org/argentina/Global/argentina/report/2012/contaminacion/Cueros-ToxicosRiachuelo.pdf, (consultada el 20 de agosto de 2015). 17 . RASTER, “Efectos secundarios de cromo hexavalente”, (April 18, 2013), http://www.ratser.com/efectos-secundarios-de-cromo-hexavalente/, (consultada el 20 de agosto de 2015). 18 . Galeano, Eduardo, Las venas abiertas de Latinoamericana, (Buenos Aires: Catálogos, 2003). 19 . Cardenal, Ernesto, Cántico Cósmico, (Madrid: Trotta, 1992), 197. Política y religión: desafíos perennes y debates contemporáneos | 13 colonos. Hace quinientos años la trajeron los españoles y portugueses con cruz en mano a las órdenes de un imperio que no veía la noche. Ahora son empresas transnacionales, cuyos capitales se desconocen, y que bajo la consigna de maximización de los beneficios, las externalidades como la contaminación, quedan en el lugar como fruto del progreso y del desarrollo. Una cicatriz abierta y cuyas consecuencias en la población se desconocen dado se efecto a largo plazo. Sus manos están llenas de la plusvalía del pobre. Quitar de la boca a cada pobre un poco de azúcar (por un poco de alza) para vacaciones en la Costa Azul. Por el monopolio del cemento la madre durmiendo en una acera abrazada a sus niñitos. El principio de los despojos de todo, dice Chumayel la justicia de Dios de un golpe sobre el mundo. Por ahora bajan al mercado con sus trajes de reinas andrajosas. Llamados lastre de la economía nacional por los cuales la economía nacional existe. Y todo el sistema jurídico guatemalteco es criminal20. “La plusvalía del pobre” que lleva a los empresarios a veranear a Europa; una justicia ausente que “cajonea” las diversas denuncias que se han realizado a la curtiembre, incluso investigaciones federales duermen el sueño de Morfeo. Como en el poema de Cardenal, Nonogasta padece los silencios y olvidos de la justicia. Sistemáticamente se vulneran todas las leyes: Constitución Nacional (Art. 41), Ley General del Medioambiente (25.675); Ley provincial del medioambiente (La Rioja) 7.801; Ordenanza Municipal del Dpto. Chilecito N º 2695/06. El Papa Francisco describe muy bien en su última Encíclica: “Constatamos que con frecuencia las empresas que obran así son multinacionales, que hacen aquí lo que no se les permite en países desarrollados o del llamado primer mundo. Generalmente, al cesar sus actividades y al retirarse, dejan grandes pasivos humanos y ambientales, como la desocupación, pueblos sin vida, agotamiento de algunas reservas naturales, deforestación, empobrecimiento de la agricultura y ganadería local, cráteres, cerros triturados, ríos contaminados y algunas pocas obras sociales que ya no se pueden sostener” 21 La cita de la Encíclica recoge la doble tragedia que sufren pueblos como Nonogasta. Necesitan del trabajo, pues generalmente estas empresas se colocan en lugares pobres, pero a su vez, la producción industrial contamina el medioambiente de la zona. Y eso coloca en un conflicto entre la población de mantener el trabajo bajo el costo de la contaminación: Trabajo vs. medioambiente, falso dilema, pues son muchos los lugares donde se trabaja sin contaminar. Ahora bien, la rentabilidad es menor, obvio, pero si se tuviesen en cuenta todos los costos que genera la contaminación, indudablemente invertir en procesos de producción limpios entraría dentro de la rentabilidad. Este modelo de producción capitalista o neoliberal vulnera principios morales como el de precaución (presente en el código ambiental argentino), de responsabilidad, y 20 . Cardenal, Ernesto, Cántico Cósmico, (Madrid: Trotta, 1992), 199. 21 . Papa Francisco, “Carta Encíclica Laudato Si”, Santa Sede, http://w2.vatican.va/content/francesco/es/encyclicals/documents/papa-francesco_20150524_enciclicalaudato-si.html, 17, (consultada el 20 de agosto de 2015). Política y religión: desafíos perennes y debates contemporáneos | 14 sustentabilidad. En términos legales y morales no hay discusión, pues el principio de sustentabilidad puede considerarse fundamental al estar presente en la Constitución Argentina. ¡Y pobre el Río Chiquito! Su desgracia, la de todo el país. Reflejado en sus aguas el somocismo. El Río Chiquito de León, alimentado de manantiales de cloacas, desechos de fábricas de jabón, (…) roja la de las curtiembres; plásticos en el lecho, bacinillas, hierros sarrosos. Eso nos dejó el somocismo22. ¿Y la curtiembre de qué modelo político surge? Los años que tiene la curtiembre de Nonogasta son los mismos años que tiene la democracia argentina, tres décadas. Una democracia muy singular, muy latinoamericana, donde el desprecio por la ley, por los valores fundamentales presentes en la Constitución, incluso por los derechos humanos no se vislumbras por la periferia argentina. Los silencios de Nonogasta responden a un modelo que podríamos considerar de extractivista23, un modelo donde se implementa el neoliberalismo en el Tercer Mundo con la única finalidad de que provea recursos naturales al Primer Mundo, y la realización de procesos industriales que en el Primer Mundo no son admitidos. Para Cardenal, el contemplativo, el místico ya no debe de encerrarse en una cueva, ni en un monasterio, sino debe de salir a la calle y asumir un rol político de transformación. La espiritualidad en clave de la teología de la liberación, implica asumir la alteridad como unidad, y ello obliga a implicarse en los principales problemas que atañen a la sociedad. Uno de ellos es el problema medioambiental, que también es social y espiritual. Las limitaciones de muchos grupos medioambientalistas consisten en caer en reduccionismos o bien de carácter político como el ecomarxismo, filosófico como la Ecología Profunda, o estrictamente epistemológico como le ocurre a la biología. Desde estos reduccionismos se abordan superficialidades políticas, filosóficas o científicas que impiden una real profundización del problema medioambiental. Por ello, es urgente adoptar modelos integrales como el de Leonardo Boff, modelos que no se queden en lo teórico, ni caigan en reduccionismos. 5. Conclusiones El canto de Cardenal narra historias de muchos lugares de Latinoamérica que vienen a ser un lugar común, o no-lugar como describe la antropología posmodernas 24, espacio del anonimato y el olvido. El canto de Cardenal es un canto de memoria, un canto del silencio, un canto revolucionario que intenta dar la vuelta un mundo que tiene historias y raíces asentadas en un antiguo mundo y un nuevo mundo. 22 . Cardenal, Ernesto, Vuelos de victoria, (Madrid: Visor, 1984), 32. 23 . Gudynas, Eduardo, “III. El nuevo extractivismo Progresista en América del Sur. Tesis sobre un viejo problema bajo nuevas Expresiones”, VVAA, Colonialismo del Siglo XXI. Negocios extractivos y defensa del territorio en América Latina, (Barcelona: Icaria, 2011), 7592.http://www.gudynas.com/publicaciones/capitulos/GudynasExtractivismoTesisColonialismo11.pdf. 24 . Augé, Marc, Los no lugares. Espacios del anonimato. Una antropología de la sobremodernidad, (Barcelona: Gedisa, 2008). Política y religión: desafíos perennes y debates contemporáneos | 15 Mi sociedad no es de este Establishment dijo Jesús a Pilatos. Y ese poster rojo y negro, en tantos cuartos de estudiantes, como un Corazón de Jesús, no es el Presidente del Banco de Cuba, ni el Ministro de Industrias es el Che resucitado.25 Nonogasta es un ejemplo paradigmático de lo que le ocurre a América Latina, esa América lejos del turismo y lejos del poder. El conflicto de Nonogasta saca a la luz cómo los silencios de la política, la religión y la ciencia conducen a una naturalización de un problema medioambiental y social, un problema que mientras no despierten las voluntades políticas tiene una difícil solución porque el problema reside en la conjunción de diferentes niveles sociales. Y es un problema, porque la curtiembre de Nonogasta se encuadra en un modelo extractivista, un modelo al que está sujeto toda Latinoamérica. Por eso los poemas de Ernesto Cardenal, aunque narren dramas de otros lugares, coinciden en la problemática ya que obedecen a un mismo paradigma de producción. En los poemas de Cardenal hay esperanza y ésta procede tanto en su dimensión política como religiosa. Hay esperanza como la tenían los primeros marxistas y los primeros cristianos. Una esperanza que descansa en la juventud y que ésta cuestiona cada vez más al “Establishment”. El movimiento estudiantil chileno es un buen ejemplo, de un despertar de una nueva clase política. Sin embargo, la revolución a este “Establishment” obliga a una nueva conciencia, una nueva espiritualidad sustentada en una ética de la alteridad. Una ética que reconozca a los pueblos originarios, a los jóvenes, a los ancianos, a las mujeres, que reconozca otras identidades sexuales; una alteridad que reconozca a la naturaleza con sus derechos intrínsecos. La revolución que propone Cardenal es holística, tal como lo plantea Leonardo Boff. Una revolución que enfatiza a los seres oprimidos y a la naturaleza oprimida. Una revolución con una espiritualidad que despierta al ser humano, como ser que depende del otro y del ecosistema. América sigue sangrando. Nonogasta es un canto más de esta América con sus venas abiertas. 25 . Cardenal, Ernesto, Cántico Cósmico, (Madrid: Trotta, 1992), 198. Política y religión: desafíos perennes y debates contemporáneos | 16 NONOGASTA: NO SENTIR, NO AMAR Y NO PENSAR COMO TIERRA Clara Olmedo (Universidad Nacional de Chilecito)26 1. Introducción La experiencia de visitar, mirar, sentir y pensar Nonogasta (Provincia de La Rioja) dispara en el cuerpo y en la conciencia sentimientos de desolación. Aquí se deja ver de manera despiadada, como dice el teólogo Leonardo Boff, el “antropocentrismo, la negación de la autonomía de los seres, la dominación de la tierra, la depredación de sus recursos, el desprecio por la profundidad espiritual del universo”27 ¿Qué pasó en Nonogasta? ¿Cómo ha sucedido este desastre ambiental? Un paisaje de destrucción y desolación, con una tierra atestada de químicos y residuos industriales. Esta situación comenzó a gestarse en la primera mitad de la década del ochenta, cuando en Argentina celebrábamos la recuperación de la democracia, después de la larga noche dictatorial. En más de 30 años, Nonogasta tiene poco para celebrar de las promesas de una democracia que, por aquí, llegó con un proyecto de desarrollo industrial local que puso en marcha el funcionamiento de una curtiembre; un proyecto del que hoy ni las más refinadas matemáticas podrían sacar “cuentas alegres” Como por ahí dice una canción popular “¿Qué nos pasó? ¿Cómo ha pasado?...” Muchos son los caminos por donde buscar respuestas a estas preguntas, pero pocos como el de la ecoespiritualidad nos acercan a las profundidades de la crisis ecológica actual y a los fundamentos de la condición humana que han hecho de este mundo la antítesis del “paraíso terrenal”. Nonogasta es la expresión-vivencia local de la constatación que hizo en 1984 el World Watch Institute, que en su informe sobre el Estado de la Tierra sentencia: “la tierra está enferma y amenazada”. Una constatación que tiene casi la misma edad del desastre ambiental de Nonogasta, y llama la atención que en este lugar, como en tantos otros, esa alerta haya sido ignorada. Sin duda, la constatación del World Watch Institute y otras tantas como Los límites del Crecimiento (1972) del Club de Roma; el Informe Brundtland (1987) y la Carta de la Tierra (1997), ambos de las Naciones Unidas, no se dimensionan en su magnitud y gravedad hasta tanto no nos enfrentamos a situaciones concretas, contextos sociales y paisajes de destrucción y muerte como el de Nonogasta. Los sentimientos de desolación que despierta en nosotros la situación de Nonogasta se fundamentan no solo en la “edad” que tiene este desastre ambiental (tres décadas), sino también en el silencio que esta comunidad mantuvo por todos estos años. Un silencio que no solo apagó las voces que podrían gritar los daños que se le hizo y sigue haciendo a La Tierra, sino también los gritos de las Víctimas Humanas que llevan en sus cuerpos las marcas de la contaminación: enfermos de cáncer, alergias, dermatitis, asma, niños y niñas nacidos con malformaciones. Y esas otras voces que se apagaron para siempre, o 26 . Este trabajo es parte de los resultados del proyecto FiCyT 2012 titulado, “¿Silencio Pactado? Contaminación: historia de sufrimiento ambiental y laboral. El caso de la industria curtidora de cueros asentada en la Localidad de Nonogasta, Prov. De La Rioja, Noroeste Argentino”, financiado por la Secretaría de Ciencia y Técnica de la Universidad Nacional de Chilecito. 27 . Leonardo Boff, Ecología. Grito de la tierra, grito de los pobres. (Argentina: Ediciones Lumen, 1996), 176. Política y religión: desafíos perennes y debates contemporáneos | 17 aquellas que nunca llegaron se ser voces, pues los abortos “involuntarios” en Nonogasta han dejado de ser una “extrañeza”. En esta localidad, como lo hace el informe sobre el Estado de la Tierra, se constata que “el ser más amenazado de la naturaleza hoy en día es el pobre”. El Gran Sur Pobre, como lo denomina Boff, está sometido a la explotación extensiva e intensiva de sus recursos naturales para proveer al Norte Rico de los recursos que le permitan mantener su estilo de vida “desarrollado”. Una configuración inherentemente jerárquica, donde los territorios, entornos naturales y poblaciones del Sur Pobre no alcanzan el mismo status de vida, jurídico y político que el Norte Rico. Un complejo escenario que proponemos analizar desde la perspectiva de la Ecoespiritualidad del teólogo latinoamericano Leonardo Boff, la cual se teje desde una concepción holística de la ecología y donde, a diferencia de otros enfoques, se incorporan e interrelacionan dimensiones críticas como la social y la espiritual para aportar una mirada más comprehensiva de la crisis ambiental. 2. Nonogasta Nonogasta, hoy con poco más de diez mil habitantes, se ubica en la zona oeste de la Provincia de La Rioja; a 177 kms de La ciudad capital y a 13 kms de la ciudad de Chilecito (la segunda en importancia después de la capital). Como muchas otras localidades de la provincia, Nonogasta puede considerarse una zona marginal desde el punto de vista socio-económico. Aquí la población carece de empleos seguros y remuneraciones justas, de sistemas de salud apropiados a sus necesidades, y la carencia de espacios de recreación y esparcimiento es aún mayor. No hay dudas que Nonogasta es una localidad pobre. En este lugar, en 1985 se instaló una curtiembre bajo el dominio del Grupo Yoma (muchos de cuyos integrantes eran parte de la familia política del ex presidente Carlos S. Menem). En el año 2008, por problemas financieros, la curtiembre Yoma se declara en quiebra, dejando cesante a más de mil trabajadores. Ante la crisis sociolaboral, el gobierno emprendió negociaciones con diversos grupos económicos para que se hicieran cargo de la industria. Fue así como la curtiembre pasó a manos del Grupo Brasilero Bom Retiro, a cuyo cargo se encuentra hoy la curtiembre de Nonogasta, bajo la razón social Curtume CBR S.A. La llegada de la curtiembre supuso una gran transformación productiva28 y sociocultural29, al tiempo que se generaron grandes expectativas laborales en la 28 . Cabe señalar que Nonogasta ha sido una localidad abocada al trabajo agrícola de pequeña y mediana escala, en particular la vitivinicultura Esta localidad contaba con una de las bodegas más grandes de la zona, Bodega Nacarí, la cual en el “Concurso Nacional de Vinos 1978, con un jurado encabezado por M. Jean Marie Mas, del Instituto de Denominaciones de Origen de Vinos y Aguardientes de Burdeos, se hizo acreedora de una medalla de oro y diploma de Honor. Y también en 1987 uno de sus vinos alcanza medalla de oro y Oscar al mejor vino en Vinexpo, Burdeos, Francia”. Nos referimos al Torrontés Riojano, un vino elaborado con una cepa característica de la zona (torrontés). “Pero quizás el mejor reconocimiento fue de quienes han encontrado en este excelente vino fino una verdadera joya de la vitivinicultura nacional. Para más información visitar: http://argentinewines.com/torrontes-riojano-vallede-famatina-de-las-primeras-vides-al-oscar-de-oro. 29 . “La llegada de la curtiembre fue un hecho novedoso o fisura de la cultura” (Castorina y Barreiro 2012,). que demandó de la población local la creación y readaptación de creencias y significados del lugar, en el marco de nuevas prácticas e interacciones sociales, marcadas ahora por la existencia de: a) la actividad industrial de la curtiembre; b) la posibilidad de trabajar en la fábrica; c) la progresiva Política y religión: desafíos perennes y debates contemporáneos | 18 población local. Pero hoy se constata que las promesas de trabajo y progreso no se concretaron. En cambio, no se puede negar que la curtiembre tiene dos grandes deudas con este pueblo: 1) la deuda laboral y 2) la deuda ambiental. Estas deudas son la contracara y la fuente de gran parte de los beneficios de la industria. Las condiciones laborales fueron y son inadecuadas, sobre todo si se considera que el curtido de cueros es una de las actividades más contaminantes y riesgosas30 por la cantidad y tipo de químicos que se manipulan: cromo, ácidos sulfurosos; amoníaco, entre otros31. Por otro lado, muchos de sus trabajadores/as están expuestos la inseguridad de contratos temporales que además de “garantizarles” episodios de desempleo les impide acumular antigüedad laboral y beneficiarse de vacaciones pagas, asignaciones y aguinaldos.32 Por su parte, la deuda ambiental se deja ver y sentir por doquier en un paisaje de destrucción, donde el grito de La Tierra aún no ha sido escuchado. “El paisaje es una construcción social desde una tradición cultural, donde se despliegan conjuntamente la intencionalidad humana y los procesos biológicos y físicos de la naturaleza” 33 Entendemos al paisaje como el espacio vital donde el ser humano se relaciona con la naturaleza en forma individual y colectiva, con sentimientos y emociones, actuando en ella y modificándola. Es decir, el paisaje somos nosotros y nuestra tierra, cuidándola o desaparición de costumbres y prácticas vinculadas a la vida y el trabajo agrícola y, más tarde, d) la progresiva degradación del medioambiente. Con palabras sencillas y precisas, un niño de escuela primaria así expresó este proceso en la feria de ciencias del 2013, Nonogasta dejó de ser un pueblo agricultor para convertirse en el pueblo más contaminado de La Rioja. 30 . En una entrevista colectiva, los integrantes del actual sindicato, SECALAR (Sindicato de empleados curtidores y afines, La Rioja) argumentan que la curtiembre no les provee medios para protegerlos de la exposición a la carga química que manipulan día a día. A esto se suma el “secretismo” con que la empresa maneja los resultados de estudios de salud que les realizan por medio de la aseguradora de riesgos del trabajo (ART); lo único que pueden saber es que están “aptos” u “observados”, lo cual genera en ellos gran ansiedad ya que conocen muchos compañeros que enfermaron con afecciones vinculadas a la exposición a la gran cantidad de productos químicos que se utilizan en esta actividad industrial. 31 . Vastos estudios científicos reconocen la peligrosidad y toxicidad de los productos químicos que se utilizan en la industria curtidora de cueros. En particular, muchos de estos estudios señalan al cromo como uno de los metales pesados más riesgosos para la salud humana. Entre estos estudio se pueden consultar los siguientes. Agencia de Protección Ambiental de los Estados Unidos (EPA). “Cromo VI en el agua potable” http://water.epa.gov/drink/contaminants/basicinformation/upload/Cromo-VIenelaguapotable_QAs.pdf.(consultada el 2 de junio de 2015); Greenpace. “La contaminación viste a la moda. Los vínculos entre las marcas de indumentaria y la contaminación del Riachuelo”. http://www.greenpeace.org/argentina/Global/argentina/report/2011/contaminacion/la-contaminacionviste-a-la-moda-5.pdf; (consultada el 10 de mayo de 2015) Greenpeace “Cueros Tóxicos. Nuevas evidencias de contaminación de curtiembres en la Cuenca Matanza-Riachuelo”. http://www.greenpeace.org/argentina/Global/argentina/report/2012/contaminacion/Cueros-ToxicosRiachuelo.pdf.; (consultada el 12 de mayo de 2015) Greenpeace “Cueros Tóxicos II. Curtiembres: Actualización de evidencias de contaminación en la Cuenca Matanza Riachuelo” http://www.greenpeace.org/argentina/Global/argentina/report/2013/contaminacion/Cueros-toxicos-IIGreenpeace.pdf.(consultada 30 de mayo de 2015). 32 . Desde el sindicato plantean las grandes desventajas de su situación laboral respecto a las condiciones de trabajadores/as de curtiembres de otras zonas, en particular las de Buenos Aires. 33 . Joan Nogué. (Ed.), La construcción social del paisaje (España: Biblioteca Nueva, 2009). Política y religión: desafíos perennes y debates contemporáneos | 19 destruyéndola. Y duele constatar que Nonogasta se ha convertido en un paisaje de destrucción, donde la pestilencia del aire ahoga y las imágenes de los más de 100 piletones (ver fotografía Google Earth) atestados de una sopa química mortífera nos dan la sensación de experimentar una pesadilla34. Estos paisajes son el resultado de prácticas sociales y productivas que están aniquilando ciertas formas de vida e imponen nuevas relaciones de la comunidad con la tierra, la ley y la justicia. Nonogasta es el ejemplo patente de una justicia ausente, donde la ley se transgrede segundo a segundo. Con cada gota de sopa química que la curtiembre derrama en los campos contiguos a sus instalaciones se acumula la impunidad y la indiferencia de la sociedad, la justicia y los gobiernos. Este paisaje es el resultado de treinta años de una producción cuya rentabilidad se asienta en la reducción de costos vía la precarización de la naturaleza y la naturalización de la precariedad laboral35, que se expresan en las deudas laboral y ambiental que describimos. Deudas que se ven en La Tierra y en los cuerpos de los habitantes locales. Sin dudas, acá la tierra y todo lo que en ella habita está enfermo y amenazado por un proyecto de desarrollo en el que el “TU naturaleza” y el “TU habitantes locales” se ubican en la base de un sistema jerárquico que los ha convertido en recursos explotables, al servicio de un proyecto indiscutiblemente antiecológico. Pero lo más desconcertante de este escenario es el silencio que circunda este desastre ambiental, aquí no se escucha el “grito de los pobres”. Y este silencio, que cuesta comprender, parece suministrar una perversa legitimidad de parte de las víctimas. La tierra de Nonogasta grita, pero ¿qué hace que esos gritos no resuenen en sus habitantes? Estamos convencidos que ese silencio nos da mensajes y puede enseñarnos a cerca de las visiones de mundo que subyacen a los comportamientos de los actores sociales. La clave está en descifrar ese silencio; y creemos que en la Ecoespiritualidad podemos encontrar algunas de esas claves. 3. Ecoespiritualidad como Herramienta de Comprensión La gravedad de la crisis ecológica mundial debiera considerarse una oportunidad para cuestionar no sólo los procesos sociales, políticos y económicos que nos condujeron a esta situación, sino también a los fundamentos de nuestra existencia. Desde diferentes ámbitos del pensamiento ya se plantea que la crisis ecológica es una crisis civilizatoria36, reconociendo la necesidad de des-pensar y re-pensar los fundamentos de nuestra civilización, comenzando con las cosmovisiones articuladas desde los inicios de 34 . Diariamente, la curtiembre arroja a los campos contiguos a la industria más de cuatro millones de litros de agua (dependiendo de los niveles de producción) convertidos en efluentes industriales. Allí, a cielo abierto y por tres décadas, esos efluentes drenan a las capas freáticas y napas de agua. 35 . Clara Olmedo y Iñaki Ceberio de León, “Antagonismo: Defensa del medioambiente Vs. Defensa de las fuentes de trabajo” Revista Polis Nº 29, 2011. Disponible en: http://www.revistapolis.cl/29/art16.htm 36 . Enrique Leff, Racionalidad Ambiental, la reapropiación de la naturaleza (México: Siglo XXI, 2004); Ecología y Capital. Racionalidad ambiental, democracia participativa y desarrollo sustentable. (México: Siglo XXI, 2007). Política y religión: desafíos perennes y debates contemporáneos | 20 la modernidad. En particular se reflexiona acerca de la concepción fragmentada, jerárquica y antropocéntrica respecto del mundo natural, sobre el cual el ser humano se arroga una superioridad que lo separa de la naturaleza y lo convierte en dueño y señor de todo lo que lo rodea. Una concepción de mundo que desgarra la totalidad llamada vida y consagra una dualidad que diferencia materia y espíritu; cuerpo y mente; realidad y pensamiento. Una dualidad consolidada por la ciencia y la racionalidad científica, que ha confinado el espíritu al mundo de lo privado, lo religioso, lo irracional. Esta concepción “desgarrada” cristaliza en el paradigma clásico-moderno, en el que el mundo se divide “entre material y espiritual, entre naturaleza y cultura, entre razón y emoción…”37 y donde toda acción está orientada por la razón instrumental puesta al servicio de un proyecto de progreso ilimitado, para el cual la tecno-ciencia deviene una preciada herramienta. Bajo este paradigma, el valor sustantivo o intrínseco del mundo queda subsumido al valor material-económico y a los intereses de realización de un proyecto que ha cosificado la naturaleza, convirtiéndola en un gran supermercado de “recursos” disponible al mejor postor. En este mundo desgarrado-fragmentado, hay enfoques de la crisis ecológica que nos convocan a volver nuestra mirada al espíritu, rescatándolo del confinamiento al que lo arrojó la modernidad; nos referimos a la ecoespiritualidad. Pero antes resulta necesario definir eso llamado espíritu, aun cuando toda definición supone una esquematización que no logra captar la totalidad de lo que intentamos definir. En el cometido de establecer la relación teología-ecología, Boff señala: Cuando hablamos de espíritu no pretendemos identificar una parte del ser humano en cuando distinta a de la otra, que sería su estructura material-corporal. Espíritu define la totalidad del ser humano en la medida que expresa un modo de ser vivo, consciente, y de libertad. Cuando decimos espíritu queremos expresar esa dinámica vital que cobra concreción en el ser humano. No se trata de algo en el ser humano sino del modo de ser propio y singular del hombre y la mujer (1996, 204-205). Una mirada que vuelve a considerar al ser humano como totalidad, en la que se [re]ligan e interactúan las energías creativas, comunicativas, interpretativas y de trascendencia. Una totalidad que “nunca puede ser encasillada en una fórmula o encuadrada en una estructura. Las desborda y sigue siendo una pregunta abierta hacia arriba, hacia los lados, hacia dentro y hacia más allá de sí mismo” (Boff 1996, 205). La característica “abierta” de la totalidad del ser humano y el [inter]juego-relaciones de las energías que lo colman es lo que prolonga su espíritu al plano de lo infinito, lo divino, lo pleno. De esta forma es como la ecoespiritualidad teje un vínculo profundo, vital y esencial entre espíritu humano y espíritu divino; lo divino entendido como todo tipo de divinidad, Dioses o Diosas con que nos identifiquemos. Decir que Dios es espíritu pretende expresar a Dios en el marco de la vida, de la irrupción, de la ebullición, de la comunicación, de la trascendencia a cualquier dato, del desbordamiento, de la pasión y del amor arrebatador. La comprensión de Dios como espíritu encamina nuestra experiencia por la senda de lo vital, del juego de relaciones y de la subjetividad. Profundizando en estas experiencias, topamos con el espíritu absoluto que vivifica todo el universo con ese algo que llamamos Dios. Entonces Dios se nos manifiesta como espíritu divino (Boff 1996, 205-206). Así planteado, debemos subrayar que la noción de espíritu humano es inherentemente relacional, donde la existencia humana está vitalmente relacionada con el cosmos, éste 37 . Leonardo Boff, Ecología. Grito de la tierra, grito de los pobres (Argentina: Ediciones Lumen ,1996), 25. Política y religión: desafíos perennes y debates contemporáneos | 21 también portador de espíritu; “espíritu es todo lo que respira, inspira, o expira. Todo lo que vive es espíritu. El ser humano no es el único portador de espíritu, ni puede quedar aislado del proceso cosmogénico dentro del cual el espíritu se fue constituyendo y cobrando una visibilidad creciente” (Boff 1996, 238). De esta forma, espíritu es energía vital, es vida, una experiencia abarcadora que nos liga con todo lo que nos rodea. Una ligadura que no puede lograrse a menos que podamos reconocer y experimentar nuestro propio espíritu, nuestra propia interioridad y subjetividad desde donde nos organizamos y movemos por este mundo. En esa interioridad, también llamada microcosmo interior, habitan las energías vitales, originarias, ancestrales, que van a constituir nuestra individualidad/personalidad, nuestro YO. Pero ese proceso de constitución acontece siempre y cuando seamos capaces de establecer un diálogo con esa interioridad. En otras palabras, nos individualizamos en el diálogo consciente con nuestra interioridad. Dialogar con ese mundo interior, integrarlo a partir de un centro personal, canalizar las pluriformes energías, en particular la estructura de la libido, los arquetipos de lo masculino y de lo femenino, en un proyecto coherente, libre y revelador de la persona, es realizar su proceso de individuación. Asumir su proceso de individuación/personalización es construir su espiritualidad. Esa espiritualidad es parte de la autoconstrucción humana aun cuando no venga inscrita dentro de referentes religiosos. Forma parte del trayecto del ser humano en dirección a la conquista de sí mismo y de su propio corazón (Boff, 1996, 241) Entonces si el espíritu es una experiencia abarcadora-relacional, experimentar la espiritualidad supone, ante todo, dialogar con nuestro microcosmo para poder experimentar las energías de creatividad y comunicación hacia todos lados e introducirnos en la compleja red de inter-retro-relaciones con ese todo llamado planeta, comunidad planetaria, cosmos, universo. Pero lamentablemente, como reconoce Boff, el paradigma clásico-moderno ha debilitado, en incluso destruido, nuestra capacidad para dialogar y ligarnos con nuestra interioridad. Y sin ese diálogo, que habilita el proceso de autoconstrucción humana, difícilmente podamos reconocer-vivir las energías de comunicación que nos [re]liguen con la totalidad de la comunidad planetaria. Y es esta dificultad la que ha desgarrado la relación personal YO-TU, sobre la que debiera levantarse la experiencia espiritual y la comunión con Dios, y también el proceso de conciencia personal en el que el ser humano necesita de un TU para hacerse YO. Dice Boff: “la relación YO-TU alcanza su máxima expresión a través de palabras de amor. Esa experiencia también se vive con el TU divino” (2003, 177). Este proceso de conciencia personal da lugar al surgimiento de un YO único, irreductible que se erige en el camino personal de encuentro con Dios que incluye todo, y el camino de comunión con todo que incluye a Dios. En este doble proceso de ligación con nuestra interioridad para constituir nuestro YO, y de ligación con la comunidad planetaria se dibuja la equiparación Espíritu-Vida como eje fundamental de la ecoespiritualidad. Una equiparación que cimienta la convicción de que más que oponerse a la materia, el espíritu es lo opuesto a la muerte. La espiritualidad comporta un verdadero proyecto que se opone a la lógica de muerte presente en el proceso actual de acumulación y de mercado total, expresiones organizadas y supremas de asalto a la naturaleza y a la comunidad planetaria. Esas Política y religión: desafíos perennes y debates contemporáneos | 22 expresiones son excluyentes y productoras de un sinnúmero de víctimas (Boff 1996, 240). 4. La Tragedia de Nonogasta Vista desde la Ecoespiritualidad La propuesta de concebir al ser humano como totalidad y la idea de espiritualidad como el [inter]juego de las energías vitales-ancestrales que habitan en nuestra interioridad, junto a las [inter]relaciones con la totalidad de la comunidad planetaria nos ayudan a comprender el caso de Nonogasta en sus causas más profundas. De manera particular, el desastre ambiental local nos deja ver de manera trágica un ser humano escindidodesgarrado (cuerpo vs. espíritu), típico de la modernidad y donde el vínculo entre el YO y el TU Naturaleza se ha roto. Un ser humano que ha olvidado o perdido la experiencia espiritual con su microcosmos y con el cosmos que lo rodea. Es decir, una ausencia de espiritualidad que hoy, tal como la plantea la ecoespiritualidad, “descubre dimensiones ecológicas de nuestra responsabilidad respecto de la paz, la justicia y la integridad de todo lo creado (Boff 1996, 240). En este sentido es esclarecedor el planteo de Lopes38, para quien: La ecoespiritualidad es la capacidad de contemplar y asumir el dinamismo misterioso de la vida, intentando percibir la interrelación que existe entre la micro y la macro realidad. Una contemplación que brota del descubrimiento de una fuerza misteriosa que recrea continuamente la naturaleza, generando nuevas energías y haciendo cambiar la conciencia planetaria. Una espiritualidad que nace de la experiencia de la presencia amorosa de Dios, irrumpiendo en todo el cosmos. Ella nos proporciona la alegría de situarnos dentro de un movimiento cósmico esencial y de percibir lo englobante de su misterio. Al mismo tiempo nos lleva a acoger su complejidad, llena de apelaciones y responsabilidades. Es una nueva comprensión del sentido de nuestra existencia dentro de la creación, como un todo, llevándonos a coger todo ser viviente como parte y partícipe de un mismo proceso En contraste con el planteo anterior, la situación de Nonogasta muestra hoy la ausencia de una conciencia interior-personal que reconozca la necesidad vital que tenemos del TU (naturaleza-comunidad planetaria) para constituirnos en YO único-íntegroirreductible. En otras palabras, ausencia de una conciencia que permitiría reconocer la necesidad vital de respetar, amar, cuidar, defender esa tierra enferma, esa naturaleza que hoy grita sin ser escuchada. En La Voz del Arco iris39, Boff dice: “la relación YO-TU alcanza su máxima expresión a través de palabras de amor”. Un proceso de conciencia personal que da lugar al surgimiento de un YO que se erige en el camino personal de encuentro con Dios que incluye todo y de comunión con todo que incluye a Dios. En estos caminos de encuentro con Dios, la realidad es un todo orgánico, uno y diverso y el reto mayor que enfrenta este YO único e irreductible es unir lo diverso con el todo. Pero ante todo, estos caminos suponen un despojarse del “yo consciente” para crear el espacio en el que todas las cosas resuenen dentro del YO y en el que cada uno se sienta estrella, piedra, árbol, otra persona. Todo se reencuentra en el uno distinto y dinámico”. Pero lejos de esa resonancia, Nonogasta muestra el camino de desencuentros que 38 . Mercedes Lopes, “Lo que entendemos por eco-espiritualidad”, http://www.claiweb.org/ribla/ribla65/02.%20M%20Lopez%2065.pdf (consultada 15 de junio de 2015) 39 . Leonardo Boff, La Voz del Arco Iris (España: Editorial Trotta, 2003), 177. Política y religión: desafíos perennes y debates contemporáneos | 23 condujo a la destrucción del “TU naturaleza” (tierra, agua, plantas, aves, reptiles, etc.) y al daño del “TU otras personas” (los habitantes y trabajadores de este pueblo y de sus alrededores), producidos por una actividad productiva. Esta ausencia de la experiencia espiritual, que permite contemplar y asumir el dinamismo misterioso de la vida y las [inter] relaciones entre nuestro microcosmo y el macrocosmo, es parte del proceso histórico que llevó a la humanidad a la época que aún transitamos: la modernidad. Desde el análisis de Boff, esta mirada histórica nos ubica en una de las tres dimensiones en las que se vertebra la espiritualidad: el espíritu del tiempo. En el abordaje de la espiritualidad, el espíritu del tiempo se conjuga, por un lado, con la experiencia de las energías vitales de nuestro interior y la ligación con la totalidad de la comunidad planetaria y, por otro lado, con la experiencia o concreción religiosa (cualquier credo) en tanto expresión cultural de la espiritualidad y del encuentro con el misterio divino. Las formas en que se concreta la espiritualidad tanto en términos religiosos como en la constitución del YO y su ligación con el TU-totalidad planetaria son expresión de un tiempo. Bajo el término de espíritu del tiempo entendemos las motivaciones poderosas, las fuerzas espirituales y morales que mueven a una generación, las utopías que movilizan prácticas, las sensibilidades que caracterizan el modo de abordar la realidad, la ideas generadoras y dominantes que confieren sentido a la totalidad. El espíritu de un tiempo es el resultado de procesos complejos que hunden sus raíces en el inconsciente colectivo, en las visiones culturales de un pueblo, en sus experiencias históricas, en la idea que se hace de sí mismo, en la auto-estima o desprecio de sí o de dimensiones de su realidad, en el tipo de racionalidad dominante como la forma de ciencia que se imponga, en su filosofía de vida en sus expresiones religiosas y en sus líderes carismáticos, en los diversos ámbitos de la expresión humana, cultural, artística, política, científica y religiosa (Boff 1996, 243-244). Aunque suene paradójico, el espíritu del tiempo de la tragedia de Nonogasta expresa de manera trágica el espíritu de la modernidad. Pues es justamente en el paradigma de la modernidad, independientemente de los contextos en los que materialice, donde se conjugan el antropocentrismo, el individualismo y una estructura jerárquica en la que la naturaleza se encuentra en la base de la pirámide. Sí, en la base de la jerarquía y convertida en un recurso a ser dominado-explotado al punto del exterminio como se ve y se siente al visitar los campos de Nonogasta. Una naturaleza extenuada, muerta, a la que pocos humanos supieron o quisieron proteger de tamaña devastación, una comunidad que, en su gran mayoría mantuvo silencio o fue silenciada. Y lo más dramático es que los mismos habitantes y trabajadores de Nonogasta participaron y participan en la fabricación de este desastre ambiental. Por cierto, la falta de trabajo en la zona es una parte de la explicación; la racionalidad económica se impone con el peso de una ley de hierro: “mantener el trabajo y tener un sueldo a cualquier precio”, aun cuando ese trabajo cueste la salud y la vida. Una racionalidad instrumental en la que el valor intrínseco de la naturaleza y la vida se subsumen a la lógica económica, como sucede en gran parte de este mundo y en este tiempo 40. Pero es 40 . Varios son los autores que tratan el tema de la subsunción de la naturaleza a la lógica o racionalidad económica, en el marco de capitalismo. Entre ellos encontramos los trabajos de Joan Martínez Alier. & Jordi Roca Jusmet, Economía Ecológica y Política Ambiental. (México: Fondo de Cultura Económica, 2001); José Manuel Naredo, Raíces económicas del deterioro ecológico y social (España: Siglo XXI, Política y religión: desafíos perennes y debates contemporáneos | 24 necesario reconocer que en la estructura jerárquica tanto los trabajadores como la naturaleza comparten el espacio menos privilegiado de la jerarquía, y ambos han sido cosificados en pos de la generación y acumulación de riquezas, las que están lejos de materializarse en esta comunidad. Los cueros curtidos se exportan, la contaminación se queda en Nonogasta. Y como ya mencionamos, la curtiembre tiene dos grandes deudas: la laboral y la ambiental. Pero como indicamos al inicio, la situación de Nonogasta nos compele a comprender el silencio de toda una comunidad que, por treinta años, ha convivido y [sobre]vivido con este desastre ambiental. Y desde la ecoespiritualidad podemos argumentar que este silencio es constitutivo del espíritu de un tiempo, en el que ni empresarios, ni trabajadores, ni comunidad, ni gobierno escapan a la antropocéntrica visión de la naturaleza toda (aire, agua, suelo, animales, plantas, etc.) como recurso puesto al servicio del bienestar humano. Y este antropocentrismo consagra a un ser humano racional, pragmático, carente de experiencias espirituales y poseedor del poder que le confiere la tecno-ciencia para someter-transformar la naturaleza y ponerla al servicio de un progreso ilimitado, sin consideración alguna de la lógica interna y el valor intrínseco de la naturaleza. Por eso sostenemos que en Nonogasta NO sentimos, NO amamos y NO pensamos como Tierra Por ello, como bien argumenta Boff, la grave crisis ecológica impone la urgencia de un cambio de paradigma, de una nueva espiritualidad que nos impulse a [re]ligar nuestro microcosmo con el cosmos y con la totalidad de la comunidad planetaria; Ser Uno con el Todo. [Sé uno con el todo] repite sin cesar la tradición taoísta, Los Upanishads de la India nos enseñan: “Tú eres eso” y a decir “eso” lo que la mano señala es el universo, la cadena de la vida, son todos bebiendo de la misma fuente que nos da la existencia y la vivencia. Pero somos “eso” en la medida en que permitimos que todas las cosas entren dentro de nosotros y nosotros mismos penetramos amorosamente en las cosas y escuchamos los mensajes de los que ellas nos tengan que hacer partícipe (Boff 1996, 249). 5. Reflexiones finales Nuestro trabajo en Nonogasta nos ha permitido acercarnos, de manera reflexiva, a distintas perspectivas teóricas que nos ayuden a comprender el complejo escenario en el que el silencio aturde! Pasando por enfoques de la ecología, la sociología ambiental, la ecología política, fue en la Ecoespiritualidad donde encontramos algunas claves para comprender-descifrar el silencio que se levanta en torno al desastre ambiental producido por la curtiembre asentada en esta localidad desde hace tres décadas. Una de esas claves es la crítica a la cosmovisión antropocéntrica que permea nuestra existencia, la que por siglos ha sido constituida en una dualidad que diferencia y jerarquiza materia vs. espíritu; cuerpo vs. mente; realidad vs. pensamiento; una visión de mundo que ha confinado el espíritu al mundo de lo privado, lo religioso, lo irracional. Otra de las claves, vinculada a la anterior, es una existencia o totalidad desgarrada, que por siglos nos ha privado de la experiencia espiritual, en tanto dialogo con nuestras energías ancestrales-vitales (la comunicación, la solidaridad, la creatividad) y de la conexión con todas las formas de vida que constituyen la comunidad planetaria. En efecto, creemos 2006); Enrique Leff, Ecología y Capital. Racionalidad ambiental, democracia participativa y desarrollo sustentable. (México: Siglo XXI, 2007), entre otros. Política y religión: desafíos perennes y debates contemporáneos | 25 que la situación de Nonogasta muestra una ausencia de experiencia espiritual y de conciencia interior-personal, desde donde se hace posible el reconocimiento de la necesidad vital que tenemos del “TU naturaleza-comunidad planetaria” para constituirnos en YO único-íntegro-irreductible. En otras palabras, ausencia de una conciencia que permitiría reconocer la necesidad vital de respetar, amar, cuidar, defender esa tierra enferma, esa naturaleza que hoy grita sin ser escuchada. Nonogasta es un paisaje de destrucción y muerte, una tierra enferma donde, como indica el informe sobre el Estado de la Tierra, se constata que “el ser más amenazado de la naturaleza hoy en día es el pobre”. La comunidad de Nonogasta, considerada zona pobre, es la que paga el costo más alto del desastre ambiental producido por la curtiembre. En los cuerpos de los pobres y los trabajadores se ven las marcas de la contaminación: enfermedades, malformaciones, etc. La tierra grita, pero aquí los gritos de los pobres no se escuchan, parecen silenciados. Como tantas otras comunidades, Nonogasta es parte de la historia del Gran Sur Pobre, como lo denomina Boff, sometido a la explotación extensiva e intensiva de sus recursos naturales para proveer al Norte Rico de los recursos que le permitan mantener su estilo de vida “desarrollado”. Una configuración inherentemente jerárquica, donde los territorios, entornos naturales y poblaciones del Sur Pobre no alcanzan el mismo status de vida, jurídico y político que el Norte Rico. En el Gran Sur Pobre, la Naturaleza, los pobres y los trabajadores son las mayores fuentes de rentabilidad de proyectos económicos que exportan beneficios e internalizan los costos socioambientales. En Nonogasta se queda la devastación de la tierra, la contaminación, las enfermedades, mientras que los cueros curtidos se van al Norte Rico para transformarse en lujosa indumentaria, calzado, tapicerías de automóviles de alta gama, etc. La precarización de la naturaleza y la naturalización de la precariedad laboral se han convertido en una ley de hierro o círculo vicioso del que no parece haber escapatoria. Cuanto más pobre las comunidades, más vulnerables a proyectos devastadores del entorno natural como es el dela curtiembre. La situación de Nonogasta es apenas un reflejo de la profunda crisis civilizatoria que atraviesa la humanidad, y ello impone la urgencia de un cambio de paradigma, de una nueva espiritualidad que nos impulse a [re]ligar nuestra interioridad o microcosmo con la totalidad de la comunidad planetaria. Un nuevo paradigma que nos impulse a sentir, amar y pensar como Tierra. Política y religión: desafíos perennes y debates contemporáneos | 26 EL LUGAR DE LOS CREYENTES EN EL ESTADO LIBERAL: ALGUNAS APORÍAS Matías Pedernera Allende (Universidad Nacional de Córdoba) Introducción Se ha afirmado que uno de los elementos determinantes de los Estados democráticos es la neutralidad en materia religiosa. Sin embargo, aun cuando el Estado no asume determinadas creencias, ciertos hechos de la vida social manifiestan alguna dificultad para los ciudadanos que profesan determinadas creencias religiosas y desean ser coherentes con ellas, para participar activamente en la vida pública o simplemente para ser coherentes con sus convicciones. Estos problemas interpelan ciertas nociones que son presupuestas en las democracias contemporáneas: ¿Es realmente neutro el Estado respecto de las convicciones religiosas? ¿Son los ciudadanos creyentes realmente iguales a los demás ciudadanos no creyentes? En este trabajo se intentará plantear el problema que supone la participación de ciudadanos que profesan creencias religiosas en el ámbito de deliberación pública. En este sentido se procurará precisar el alcance de la neutralidad religiosa del Estado. A partir de allí, se propondrá el interrogante respecto del lugar de los creyentes en el ámbito público. 1. Neutralidad estatal y religión “[L]a neutralidad religiosa del Estado parece ser el instrumento más adecuado para asegurar el respeto a la libertad religiosa de todos los habitantes en forma igualitaria” 41. Esta afirmación describe de manera precisa la conexión entre neutralidad y libertad religiosa que se erige como nota tipificante de los Estados contemporáneos. La autonomía personal42 sería el elemento a satisfacer por esa conexión por cuanto se evitaría la imposición por parte del Estado de determinadas creencias religiosas. Más bien, sería la propia persona que bajo la libertad de su conciencia elige a qué creencia adherir43. 41 . Hernán Gullco, “La cuestión de la neutralidad religiosa del Estado”, en Tratado de los Derechos Constitucionales, T. 2, dir. Julio, Rivera (h), (Buenos Aires: Abeledo Perrot, 2014), 562. 42 . En numerosas ocasiones suele entenderse a la autonomía como una mera y radical indeterminación, de lo cual se siguen numerosos problemas morales y políticos. Cfr. Pilar Zambrano, La disponibilidad de la propia vida en el liberalismo político, (Buenos Aires: Ábaco, 2005), 294. 43 . “Los hombres de nuestro tiempo se hacen cada vez más conscientes de la dignidad de la persona humana, y… exigen que… en su actuación gocen y usen del propio criterio y libertad responsables, guiados por la conciencia del deber y no movidos por la coacción. (…) Esta exigencia de libertad en la sociedad humana se refiere sobre todo a los bienes del espíritu humano, principalmente a aquellos que pertenecen al libre ejercicio de la religión en la sociedad”. Concilio Vaticano II, Declaración Dignitatis Humanae, nº 1. Política y religión: desafíos perennes y debates contemporáneos | 27 Sin embargo la noción de neutralidad del Estado en materia religiosa se ve cuestionada por diversos elementos presentes en la vida social y política actual. Así, cuando un ciudadano creyente encuentra obstáculos para participar del proceso político a partir de sus convicciones o guardando coherencia con ellos, la neutralidad del Estado es puesta en duda44. Más bien, pareciera haber un acercamiento a cosmovisiones opuestas a la religión. Así, por ejemplo, ciertas normas que establecen una clara contradicción entre las convicciones religiosas de los ciudadanos y lo que ellas disponen. Es el caso de lo discutido en el caso de la Corte norteamericana “Burwell, Secretary of Health and Human Services, Et. Al. vs. Hobby Lobby Stores, Inc. Et. Al” 45. Allí, la reglamentación administrativa de la llamada “Ley de Protección al paciente y Cuidado de Salud Asequible” (2010) establecía la obligación de empleadores con más de cincuenta empleados de contratar seguros de salud para el personal. Entre las prestaciones obligatorias se encontraba el acceso a métodos anticonceptivos, cuatro de los cuales eran abortivos. Esto motivó que las empresas “Hobby Lobby”, perteneciente a la familia Green, “Conestoga Corporation” de la familia Hahn y “Mardel” cuestionaran la obligación de provisión de métodos contrarios a sus convicciones cristianas – evangélicas, lo que implicaba el cuidado de la vida humana desde la concepción. La Corte norteamericana hizo lugar al pedido, señalando que “proteger el libre ejercicio de la religión de las sociedades como Hobby Lobby, Conestoga y Mardel protege la libertad religiosa de los humanos que son dueños y controlan esas compañías”46. En Argentina, resulta controvertido el caso del “Protocolo de Interrupción Legal del Embarazo” emitido por Resolución del Ministerio de Salud de la Nación en abril de 2015. Allí, se dispone que en caso de no existir profesionales no objetores de conciencia en determinado establecimiento de salud, el objetor de conciencia “no puede invocar su objeción para eludir el deber de participar de un procedimiento de ILE Interrupción legal del embarazo]”47. En consecuencia, la motivación de ciertas normas podría ser la idea de neutralidad, aunque en determinados casos, las regulaciones parecieran partir de una idea negativa de lo religioso. Ejemplo de ello es el laicismo, una de cuyas propuestas consiste en “negar que la religiosidad sea un factor necesariamente positivo para la democracia” 48. En este sentido, se ha dado en llamar “ateología política” a la expresión política del rechazo ético de la religión como respuesta a los interrogantes más profundos de la 44 . Cfr. Gabriel A. Maino, “La Neutralidad en el Estado Neoconstitucional: ¿Cuál es el papel de la religión en el Estado Neoconstitucional contemporáneo?”, Em Tempo, (2013, v. 12): 322. 45 . “Burwell vs. Hobby Lobby”, 573 U. S. (2014). 46 . Ibid., apartado III, A. 47 . Cfr. Ministerio de Salud de la Nación, Protocolo para la atención integral de las personas con derecho a la interrupción legal del embarazo, (Buenos Aires: Ministerio de Salud de la Nación, 2015), 20, http://www.msal.gob.ar/images/stories/bes/graficos/0000000690cnt-Protocolo%20ILE%20Web.pdf (consultado el 22 de junio de 2015). 48 . Marcelo Alegre, Laicidad y ateísmo, (México D.F: UNAM, 2013), 17. Política y religión: desafíos perennes y debates contemporáneos | 28 existencia49. Esta promoción negativa de la religiosidad se proyecta a numerosos ámbitos de la vida social como el debate público o la educación. En definitiva, “cualquier arreglo institucional en materia religiosa debe justificarse otorgando a los intereses de las personas ateas una cierta prioridad”50. Por otro lado, el laicismo promueve además cierto relegamiento de las convicciones religiosas exclusivamente al ámbito privado. Para un laicista “las creencias religiosas deben ser consideradas como un hecho privado, que pertenece a la esfera personal de cada individuo”51. Respecto a esta toma de postura por parte del Estado se ha dicho que “la neutralidad de la cosmovisión del poder estatal no implica una generalización política de una visión laicista del mundo, puesto que, una visión laicista y secularista conlleva la exclusión de los creyentes del círculo de sus contemporáneos, tratándolos como si fuesen una especie en vía de extinción”52. Afirmar la neutralidad estatal supondría distinguir entre secularidad53 institucional y secularismo social y cultural54. Lo primero implicaría una legítima equidistancia del poder estatal respecto de las creencias religiosas o, como se vio previamente, respecto de las creencias ideológicas que se sitúan en el extremo opuesto a las religiosas. De lo segundo se seguiría un proceso cultural llevado a cabo por ciertas ideologías y con impulso político, que busca la eliminación o descalificación de lo religioso de todo ámbito público, hasta relegarlo a la privacidad de las conciencias y con el cuidado de evitar la expresión de lo que interiormente se cree. Se advierte entonces la diferencia entre un Estado verdaderamente neutral, con otro modelo hostil respecto de la religión. En un modelo que se ha denominado “sana laicidad”, el “Estado es independiente de toda religión y toda religión es independiente del Estado. Los ciudadanos pueden ser creyentes o no creyentes y pertenecer a distintos cultos religiosos”55. El carácter limitado del Estado en materia religiosa implica la no imposición de cosmovisiones respecto del sentido último de las cosas: no promueve convicciones religiosas, pero tampoco promueve convicciones areligiosas. Por el contrario, sí le incumbe al Estado “crear las condiciones sociales justas para que todo ciudadano pueda 49 . Ibíd., 17. 50 . Ibíd., 10. 51 . Pierluigi, Chiassoni, Laicidad y libertad religiosa, (México D.F: UNAM, 2013), 26. 52 . Iván Garzón Vallejo, La religión en la razón pública, (Buenos Aires: Astrea, 2014, 140). 53 . Entendida como una legítima autonomía relativa de los asuntos temporales respecto de lo divino. 54 . Garzón Vallejo, La religión en la razón pública, 141. 55 . Alfonso Santiago, Religión y política: sus relaciones en el actual Magisterio de la Iglesia Católica y a través de la historia constitucional argentina, (Buenos Aires: Ad Hoc, 2008), 145. Política y religión: desafíos perennes y debates contemporáneos | 29 desarrollar libremente y sin coacción la búsqueda de la verdad, también en materia religiosa y ajustar sus conductas a sus exigencias”56. El “juego” de la convivencia social supone “cargas” 57 para cada uno de los actores comprometidos. Así, respecto de los agnósticos a quienes se les asegura la no imposición de convicciones religiosas se exige la apertura racional a los aportes con origen en tradiciones religiosas cuando éstos sean verdaderos 58. Respecto de los creyentes rige la necesidad de “traducir” sus aportes al debate público a un lenguaje compartido por el resto de los ciudadanos no creyentes 59. Tanto para los creyentes como para los no creyentes estaría vigente la carga de respetar la neutralidad institucional del Estado en cuanto a no preferir concepciones religiosas o antireligiosas. Y finalmente para el Estado democrático rige la carga, no sólo de mantenerse neutral, sino también, en un deseable equilibrio, de reconocer el valor y la contribución de las tradiciones religiosas a la convivencia entre ciudadanos60. En el apartado siguiente se hará referencia a algunos problemas relacionados a la situación de los creyentes en el ámbito público. 2. El lugar de los creyentes en el ámbito público. Aporías del Estado liberal Desde el liberalismo político se ha considerado el problema que supone la multiplicidad de convicciones ideológicas y religiosas entre quienes conviven en una misma sociedad. Una de las propuestas, la de John Rawls, supone que la participación en el debate público debe realizarse desde y como un aporte a lo que él llama “razón pública”, es decir “la razón de ciudadanos iguales que, como un cuerpo colectivo, ejercen poder político terminante y coercitivo unos respecto de otros”61. La justificación de una política estatal se dará en tanto las razones que se ofrezcan encuentren sustento en principios de justicia que respeten la llamada “prioridad de la libertad”. Pero además, la idea de razón pública incluye “‘orientaciones de indagación’ que permitan identificar qué tipo de razonamiento y qué tipo de información es relevante a la hora de aplicar tales principios y valores”62. Conforme a esta propuesta, cuando el ciudadano actúa en el ámbito de la deliberación pública, por ejemplo, en el ejercicio de algún rol público en el ámbito de los poderes del 56 . Roberto Bosca y José Miguens, comps., Política y Religión. Historia de una incomprensión mutua, (Buenos Aires: Lumiere, 2007), 13, citado en Alfonso Santiago, La religión en la razón pública, 149. 57 . Caracterización propuesta por Garzón Vallejo. 58 . Cfr. Garzón Vallejo, La religión en la razón pública, 145. 59 . Cfr. Garzón Vallejo, La religión en la razón pública, 143. 60 . Cfr. Garzón Vallejo, La religión en la razón pública, 141. 61 . John Rawls, “La idea de una razón púbica”, trad. Antoni Doménech, Isegoría, (1994 nº 9): 6. 62 . Zambrano, Pilar, “La razón pública en Rawls”, Anuario da Facultade de Dereito da Universidade da Coruña, (2001 nº5): 875. Política y religión: desafíos perennes y debates contemporáneos | 30 Estado; o cuando ejerce su derecho a votar, no debería guiarse por sus preferencias e intereses o conforme a alguna concepción personal de la verdad global63. Así, entonces se ha dicho que “nuestro ejercicio del poder político es propia y consiguientemente justificable sólo si se realiza de acuerdo con una constitución, la aceptación de cuyas esencias pueda razonablemente presumirse de todos los ciudadanos a la luz de principios e ideales admisibles por ellos como razonables y racionales” 64. Es que los ciudadanos en el ejercicio de cuestiones que competen a toda la comunidad, deberían poder dar cuenta unos a otros de las decisiones que toman en base a razones que puedan ser compartidas por todos65. Ahora bien, esto implicaría algunos problemas respecto de los creyentes. En primer lugar por cuanto al ser la razón pública el criterio para seleccionar los temas y la información relevante de la discusión, los argumentos de los creyentes quedan sujetos a condiciones para ser aceptados66. Dicha limitación quiere ser en parte un intento de superación de los desacuerdos que socialmente se dan. Sin embargo “parecería lógico que lo único que autorice a proceder a esa sustracción o ‘retirada de la agenda política’ de determinadas cuestiones sea sólo el grado de razonabilidad atribuible a sus contenidos éticos, y no la dimensión polémica que coyunturalmente puedan llegar a cobrar en una sociedad”67. En segundo lugar, si los creyentes deben seguir otros criterios morales a la hora de deliberar públicamente o ir a votar, el modelo rawlsiano estaría proponiendo una especie de “escisión institucionalizada” de la conciencia del creyente, ordenando que la actuación pública difiera de la privada. Esto colocaría al creyente ante la posibilidad de una actuación inmoral respecto de las exigencias de su creencia 68. Además, las convicciones religiosas de una persona forman parte de su intimidad, y de su ser persona. Exigirle que las deje de lado al votar o participar en la vida pública, supondría imponerle el abandono de una parte muy importante de su identidad. De todos modos pareciera conveniente la “traducción” de los argumentos brindados por los creyentes para tener eco en quienes no creen y lograr así un verdadero diálogo. No 63 . Cfr. John Rawls, “La idea de una razón púbica”, 8. 64 . Ibíd. 65 . Ibíd. 66 . Garzón Vallejo, La religión en la razón pública, 73. 67 . Andrés Ollero Tasara, “Derecho y moral entre lo público y lo privado. Un diálogo con el liberalismo político de John Rawls”, Estudios públicos, (1998 nº 69): 40, citado en Garzón Vallejo, Iván, La religión en la razón pública, 74. 68 . Al menos para los creyentes católicos, hay una exigencia moral de coherencia de lo que se vive con lo que se cree. Así, por ejemplo, lo expresa la Congregación para la Doctrina de la Fe: “La enseñanza social de la Iglesia… [p]lantea ciertamente, en la conciencia única y unitaria de los fieles laicos, un deber moral de coherencia. ‘En su existencia no puede haber dos vidas paralelas: por una parte, la denominada vida ‘espiritual’, con sus valores y exigencias; y por otra, la denominada vida ‘secular’, esto es, la vida de familia, del trabajo, de las relaciones sociales, del compromiso político y de la cultura”, Congregación para la Doctrina de la Fe, Nota Doctrinal sobre algunas cuestiones relativas al compromiso y la conducta de los católicos en la vida política, 24/11/2002, nº6. Política y religión: desafíos perennes y debates contemporáneos | 31 obstante, al menos desde las enseñanzas de la Iglesia Católica, la actuación pública de los fieles no hace referencia directa a “valores confesionales”, sino a “exigencias éticas [que] están radicadas en el ser humano y pertenecen a la ley moral natural”69. De este modo, la deliberación con los no creyentes puede darse en términos de racionalidad quedando la solución de la misma a la veracidad de los argumentos. Sin embargo, éstas limitaciones impuestas a los creyentes por el modelo liberal hacen surgir el interrogante acerca de cuán iguales son quienes creen respecto, de por ejemplo, los agnósticos. John Finnis, trae a colación un ejemplo propuesto por Joseph Raz referido a la obligación que ciertos países imponen a los inmigrantes de hablar idioma oficial. Señala que en definitiva, la exigencia presupone la inferioridad de la lengua extranjera y favorece a la eliminación de esa subcultura. Indica Finnis, que si los creyentes son miembros plenos de la comunidad, tienen el derecho a expresar públicamente lo que su religión requiera 70 [con las respectivas limitaciones constitucionales que pesan sobre todos los ciudadanos]. Finalmente, afirma que el ejercicio de la religión demanda una protección constitucional especial por cuanto el bien humano básico “religión” es expresión o respuesta a las preguntas sobre la sociedad humana, las personas y el mundo71. Conclusión: el aporte de la religión al proceso político El papa Benedicto XVI en un discurso a representantes de la Sociedad Británica señalaba que “[h]ay algunos que desean que la voz de la religión se silencie, o al menos que se relegue a la esfera meramente privada. Hay quienes (…) sostienen — paradójicamente con la intención de suprimir la discriminación— que a los cristianos que desempeñan un papel público se les debería pedir a veces que actuaran contra su conciencia. Éstos son signos preocupantes de un fracaso en el aprecio no sólo de los derechos de los creyentes a la libertad de conciencia y a la libertad religiosa, sino también del legítimo papel de la religión en la vida pública”72. Ese papel consiste nada más y nada menos que “en ayudar a purificar e iluminar la aplicación de la razón al descubrimiento de principios morales objetivos (...) Sin la ayuda correctora de la religión, la razón puede ser también presa de distorsiones, como cuando es manipulada por las ideologías o se aplica de forma parcial en detrimento de la consideración plena de la dignidad de la persona humana” 73. Razón secular y religión se 69 . CDF, Nota Doctrinal sobre algunas cuestiones relativas al compromiso y la conducta de los católicos en la vida política, nº 5. 70 . Cfr. John Finnis, “Does free exercise of religion deserve constitutional mention?”, Journal Articles, (2009 nº 54, vol. 1): 55. 71 . Ibíd., 56. 72 . Benedicto XVI, Discurso en encuentro con representantes de la sociedad británica, Westminster, Septiembre de 2006, disponible en: http://w2.vatican.va/content/benedictxvi/es/speeches/2010/september/documents/hf_ben-xvi_spe_20100917_societa-civile.html, (consultado el 19 de marzo de 2015). 73 . Benedicto XVI, Discurso en encuentro con representantes de la sociedad británica. Política y religión: desafíos perennes y debates contemporáneos | 32 recuerdan la una a la otra el rol que les corresponde. Es que “[d]onde se rechazan por completo las tradiciones religiosas más puras y profundas, el hombre se separa de su verdad, vive en contra de ella y no consigue ser libre” 74. De allí la necesidad de una presencia equilibrada de ambos elementos en el proceso político. 74 . Joseph Ratzinger, Fe, Verdad y Tolerancia, trad. Constantino Ruiz Garrido, (Salamanca: Sígueme, 2003), 222. Política y religión: desafíos perennes y debates contemporáneos | 33 EL LUGAR DE LOS HECHOS EN UN MUNDO DE VALORES Juan Saharrea y Gustavo Agüero (UNSL – CONICET) (UNC) 1. Seres morales En innumerables ocasiones de nuestra vida cotidiana empleamos conceptos y hacemos juicios de los que resulta difícil dar razones convincentes. En esos casos pensamos que se trata de verdades indiscutibles (principios) o bien de puntos de vista personales que orientan la conducta de cada quien, pero acerca de los cuales no hay justificación posible. ¿Qué grado de racionalidad podría ser conferido a los juicios y a la acción moral misma si no es posible hablar de objetividad en nuestros criterios sobre lo bueno y lo malo? Las cosas no siempre fueron tan difíciles para el discurso moral, pero en algún momento de nuestra historia la legitimidad de los juicios de valor fue seriamente cuestionada y fueron entonces apartados de la esfera de la racionalidad. 75 Parte de esta tarea la emprende el suspicaz David Hume en su Tratado (II,1,VII),76 La razón es el descubrimiento de la verdad y falsedad. La verdad o falsedad consiste en la concordancia o discordancia con las relaciones reales de las ideas o con la existencia real y los hechos. Todo lo que, por consiguiente, no es susceptible de esta concordancia o discordancia es incapaz de ser verdadero o falso y no puede ser nunca un objeto de nuestra razón. Pero contrariamente a lo que creían Hobbes, Hume, Kant 77 y también los empiristas lógicos del siglo XX a partir de una epistemología reducida a psicología de impresiones sensibles, los valores o los juicios de valor no constituyen un simple agregado a un mundo que se percibe carente de todo valor,78 lo cual no significa que nuestros juicios de valor no requieran justificación racional al igual que los juicios de hecho. Como acertadamente lo menciona Philipa Foot79 parece haber un error de estrategia en aquellas empresas teóricas que parten de admitir una teoría de la acción racional para luego esforzarse tanto como sea posible para encajar en ella la dimensión evaluativa que 75 . Cfr. Putnam, H. El desplome de la dicotomía hecho-valor y otros ensayos; Paidós, Barcelona, 2004 y Putnam, H. & Habermas, J. Normas y valores; Ed. Trotta, Madrid, 2008. 76 . Hume, D. Tratado de la naturaleza humana; Libros en la Red, Edición Electrónica: Diputación de Albacete - Servicio de Publicaciones - Gabinete Técnico, www.dipualba.es/publicaciones, 2001. 77 . Hobbes pensaba que en el estado de naturaleza nada es correcto ni incorrecto y recordemos de paso que fue Kant quien completó la tarea iniciada por Hume y otros asumiendo que la razón misma, en tanto forma, no es parte del mundo material sino algo que le imponemos. 78 . En esto -como lo señala Putnam- no hay una restricción de tipo lógica entre proposiciones sobre lo que es y proposiciones sobre lo que debe ser, sino en todo caso la expresión del presupuesto metafísico que sitúa las ‘cuestiones de hecho’ aparte de las ‘relaciones de ideas’. Pues, más allá de lo que nuestros ‘sentimientos de humanidad’ nos autoricen a juzgar acerca de la virtud y correcto nada puede decirse acerca de estos asuntos como cuestión de hecho, condición que se revela en la ausencia de ‘impresiones’ y por lo tanto en la carencia de toda representación mental. 79 . Foot, Ph. Bondad Natural. Una visión naturalista de la ética; Paidós, Barcelona, 2002, p.30. Política y religión: desafíos perennes y debates contemporáneos | 34 suponen juicios y actos que involucran la justicia y la caridad. Desde este punto de vista cabe pensar a la acción moral también como condición de la racionalidad práctica, pero como ha señalado Hilary Putnam, la decisión de que una imagen del mundo sea verdadera (o verdadera según nuestros conocimientos actuales, o “tan verdadera como la que más”) y las respuestas a las cuestiones relevantes (así como nuestra capacidad para responderlas) revelan todo nuestro sistema de compromisos valorativos, sobre el cual descansan. Un ser sin valores tampoco tiene hechos.80 En este trabajo proponemos en primer término una defensa del objetivismo moral en tanto variante cognitivista que no implique asumir compromiso alguno con una posición metafísica acerca de los valores, la estrategia para esto consiste en repensar la tradicional dicotomía hecho/valor. Por otra parte se insiste en la necesidad de dar justificación a una perspectiva moral universalista –al menos para sociedades contemporáneas y democráticas- que a la vez no implique la renuncia a los puntos de vista individuales. 2. Hacia un objetivismo moral Putnam sostiene que podemos hablar de “objetividad sin objetos”81 en el caso de las verdades éticas y morales de la manera que lo hacemos en el caso de las verdades de la lógica y de las matemáticas, de tal modo que la objetividad evaluativa no emane solo de un acuerdo cultural supra-personal sino de una búsqueda de racionalidad que supere rasgos idiosincráticos. Es decir, esto supone la aceptación de que para los juicios morales también es posible dar y pedir razones, así como se acepta para el caso de los valores epistémicos. La pretensión de hacer compatibles ciertas normas universales como la admisión de la diversidad cultural o la ética del discurso que respaldan una forma de vida democrática con un pluralismo de valores, costumbres y creencias es un legado de la Ilustración. Fue el propio Hegel, planteando la cuestión de los fundamentos de la racionalidad moral quien llegó a plantear la necesidad de reconciliar los puntos de vista del individuo y los de su comunidad y consideró que este asunto constituye el sustrato último de toda discusión en Filosofía Política. Esto significa que en el marco de una dimensión normativa propia de sociedades sujetas al hecho del pluralismo, sociedades complejas sujetas a regímenes de democracia constitucional y que no se apoyan en una única concepción del bien, la búsqueda de justificación en el plano de la ética se torna una necesidad. La propuesta de que es posible una cierta objetividad emanada del “reconocimiento intersubjetivo de estándares evaluativos para los cuales podemos encontrar buenas razones” es equivalente aquí a la pretensión de situar nuevamente la moralidad en la esfera de la racionalidad. En relación a esto Habermas piensa que el concepto de razón procedimental constituye la clave para fundar la universalidad de los juicios normativos quitando todo rasgo evaluativo, mientras que en el caso de Putnam hay un concepto de 80 . Putnam, H. Razón, verdad e historia; Tecnos, Madrid, 1988, p.199. 81 . Cfr. Putnam, H. Ética sin ontología; Alfa Decay S.A., Barcelona, 2013. Política y religión: desafíos perennes y debates contemporáneos | 35 razón que no aspira a obtener ninguna neutralidad sino que incorpora ‘conceptos éticos densos’, es decir, aquellos conceptos en los que las dimensiones descriptivas y evaluativas resultan inseparables. De este modo Putnam entiende que sin la incorporación de estos conceptos para definir normas universales no es posible establecer un criterio de racionalidad o un marco normativo dentro del cual dirimir las diferencias. Habermas, por su parte, mantiene una fuerte distinción entre normas universales y valores individuales, heredera de la distinción kantiana entre razón y pasión, y por supuesto de la distinción entre hecho y valor. En virtud de esto la universalidad de las normas que regulan la acción comunicativa en base al ideal del discurso racional se consideran objetivas, en tanto obligan a todos los sujetos sin excepción. Pero dicha objetividad se sustenta en que pueden fundamentarse atendiendo a un procedimiento que todos los participantes en una conversación podrían reconocer, a diferencia de una discusión sobre valores en la cual no se pretende alcanzar juicios de validez universal. Habermas considera que estos presupuestos normativos del discurso contribuyen a definir las bases de una comunidad global plenamente inclusiva aun cuando los valores se consideran una expresión de preferencias limitadas a un contexto sociocultural. Putnam, por el contrario, entiende que no existe ningún procedimiento formal, ninguna forma de racionalidad meramente procedimental que satisfaga tales requisitos, pero por otra parte no hay ninguna situación que podamos valorar como ideal de racionalidad a menos que intervengan en ella elementos evaluativos. Si, por otro lado, aun los exponentes de la ética discursiva reconocen la posibilidad de distorsiones sistemáticas en la discusión, y también en la necesidad de formular requisitos adicionales, entonces quizás estos requisitos deban expresarse recurriendo a términos éticos densos. Putnam insiste en que un hecho es algo que es racional creer pero ser racional implica tener un criterio de relevancia además de un criterio de racionalidad, y en nuestro criterio de relevancia están incluidos o supuestos todos nuestros valores. Amartya Sen ha resumido este reclamo sobre la supuesta neutralidad de un procedimiento formal de decisión al insistir en que “tenemos que preguntar qué clase de razonamiento debe contar en la evaluación de conceptos éticos y políticos como justicia e injusticia”.82 Por su parte, Richard Rorty83 entiende que hablar de objetividad implica necesariamente asumir compromisos metafísicos indeseables; si la idea de una realidad en-sí-misma es carente de sentido entonces también carece de sentido el concepto de objetividad, en tanto hace referencia a la descripción de esa realidad. No obstante Rorty, al igual que otros autores, no examina la posibilidad de otorgar al concepto de objetividad cierto carácter epistémico y por tanto situarlo al alcance de las necesidades y las posibilidades humanas; quizás piensan que si no tenemos la realidad-en-sí-misma, entonces no tenemos otra opción que renunciar a las pretensiones de objetividad. Por contrapartida Habermas tanto como Putnam son conscientes de que la renuncia a la pretensión de objetividad implica también la renuncia otorgar a la moral y a nuestros juicios evaluativos el respaldo racional de las razones, lo cual significa perder de vista el tipo de autoridad que las razones deberían ejercer sobre quienes aceptan o hacen juicios de carácter evaluativo. 82 . Cfr. Sen, A. La idea de justicia; Taurus, México, 2010, p.12. 83 . Cfr. Rorty, R. ¿Esperanza o conocimiento?; Fondo de Cultura Económica, Bs.As., 1996. Política y religión: desafíos perennes y debates contemporáneos | 36 Como ha insistido Hilary Putnam, “la idea de que «los juicios de valor son subjetivos» es una creación filosófica que ha llegado a ser gradualmente aceptada por mucha gente como si fuera de sentido común”, para muchos de “los partidarios más extremos de una dicotomía tajante entre «hecho» y «valor», los juicios de valor están completamente al margen de la esfera de la razón”.84 Entonces podemos reformular la cuestión, pero ahora invirtiendo sus términos, ¿debemos concebir la racionalidad humana al margen de todo rasgo moral o normativo? La pregunta que aquí formulamos acerca del lugar que ocupan los juicios normativos en general y evaluativos en particular en la trama de la significación y de lo que tradicionalmente se ha denominado racionalidad reconduce nuevamente las miradas hacia el concepto de racionalidad, pero ya no hacia sus límites para dirimir un diferendo territorial sino hacia el centro, hacia sus modalidades de configuración, hacia su historia. 3. El entrecruzamiento entre hechos y valores La pluralidad moral es un dato, esto no significa que omitamos una lectura exhaustiva de las condiciones que lo rigen. Si lo hacemos dejamos afuera factores sin analizar cuando planteamos una normatividad que garantice ese pluralismo. Putnam85 sostiene que el relativismo es la consecuencia de la dicotomía empirista clásica entre hecho y valor. El empirismo lógico defendió como nadie esta dicotomía razonando que las afirmaciones científicas (incluidas la lógica y la matemática pura) son comprobables en tanto que las afirmaciones morales no son comprobables. Este criterio ubica a la ética en un dominio no-cognitivo que depende de la asunción del problemático criterio de verificación. Tal como W. V. Quine señala, el criterio empirista del significado suponía que para cada proposición había un cuerpo discreto de observaciones que le correspondía atomísticamente. Tal suposición es errónea dado que no se corresponde en principio con las proposiciones científicas mismas. Al revisar los razonamientos de Duhem, Quine expuesto el holismo de las teorías científicas argumentando que las afirmaciones científicas satisfacen la prueba de la experiencia como un cuerpo colectivo. Parte de esta idea está bien sintetizada en su célebre frase “La unidad de significación empírica es el todo de la ciencia”86 (Quine (1953/1980: 86). Pero, como sostiene Putnam, con el fin del positivismo lógico se descartan los argumentos a su favor pero no la dicotomía misma. Una argumentación alternativa -que ofrece el autor de Razón, verdad e historia- es aceptar que los juicios morales tengan algún tipo de corrección (y por ende justificación) pero relativa a un contexto. De esta forma, el no-cognitivismo clásico cede paso al relativismo ético. El relativismo ético es una interpretación sobre el pluralismo moral o valorativo. Un rasgo común de esta estrategia compartido con el Círculo de Viena es que, en este caso, la idea de relativo se comprende en contraste con la "concepción absoluta del mundo" que definiría a las 84 . Cfr. Putnam, H. “La objetividad y la distinción ciencia-ética”; Nussbaum, M. & Sen, A. La calidad de vida; FCE, México, 2004, pp.193-209., p.15. 85 . Para reconstruir el argumento de Putnam nos apoyamos en “La objetividad y la distinción cienciaética” y en El desplome de la dicotomía hecho-valor y otros ensayos, referencias que se aclaran oportunamente. 86 . Quine, W. Desde un punto de vista lógico; (edición revisada por el autor), Paidós, Barcelona, 1980. Política y religión: desafíos perennes y debates contemporáneos | 37 ciencias naturales. La corrección de los juicios científicos no sería relativa a contextos como sí sucede con los juicios éticos. Por el contrario las ciencias realizarían juicios con una corrección absoluta.87 La posición de Williams depende de compromisos metafísicos evidentes. Entre ellos, la opinión de que la corrección de juicios empíricos depende de objetos que no están determinados por nuestro lenguaje en ningún sentido. Sin embargo, Putnam cuestiona la dicotomía. Defiende un "entrecruzamiento entre hechos y valores" que tiene como consecuencia, entendemos, la advertencia de que toda forma de normatividad concebible está cruzada por conceptos valorativos. Para defender esta tesis, en primer lugar, Putnam se remite a la filósofa moral y novelista Iris Murdoch quien distinguió en todo lenguaje ético entre dos clases de términos. Los términos menos abstractos tales como cruel, petulante, intolerante, violento y los términos más abstractos como justo, bueno y correcto. De las nociones menos abstractas, también denominadas "densas", sostuvo que es imposible describirlas sin apelar a un vocablo de la misma naturaleza. No es posible discriminar, entonces, en los términos densos entre elementos descriptivos y valorativos. Si uno acepta este punto, esta zona central del discurso moral expresa que conceptualizamos el mundo de una forma que implica valores que son inseparables de descripciones. La idea de Murdoch que Putnam comparte es que percibimos valorativamente. En segundo lugar, sobre la base de este planteo John McDowell -y Putnam pone a este autor en pie de igualdad con Murdoch en su visión sobre los valores- defiende que la experiencia perceptiva basta en muchos casos como razón para una acción moral. 88 Dado el doble rango de nuestras percepciones (descriptivo-valorativo) las acciones correctas dependen de cómo el agente moral percibe el mundo y no por ejemplo de una concomitancia de una creencia con un deseo independiente (cf. McDowell especialmente en 1979). El entrecruzamiento entre hechos y valores hace concebible el pluralismo moral en un marco racional. Por otra parte, si los términos éticos densos están cruzados de valores, toda normatividad que pretenda modular la pluralidad valorativa ha de contar con aspectos comunes con el discurso moral ordinario. ¿O es que acaso hay alguna normatividad que pueda prescindir de ellos? Esto tiene dos consecuencias importantes en nuestro debate: (1) impide la escisión entre normas y valores como discursos cualitativamente diversos (2) toda normatividad que contenga el pluralismo moral estará compuesta de compromisos morales sustantivos o explícitos. 4. Conclusión Conforme a lo dicho se puede inferir que a menos que se acepte alguna forma de objetivismo y por tanto, se reconozca al discurso moral estatuto epistémico o cognitivo, 87 . Hay importantes matices en el planteo de Williams, en primer lugar el autor discute el relativismo científico reconociendo los compromisos metafísicos de su posición, y en segundo lugar es consciente del problema del pluralismo y no es ingenuo en relación a los conflictos que éste conlleva. Hemos decidido, sin embargo, presentar el núcleo de su posición sin desarrollar estos puntos. 88 . McDowell defiende esta tesis también en el campo de la epistemología: sostiene que la experiencia justifica los juicios empíricos. cfr. McDowell, J. Mind and World; Oxford University Press: Cambridge Mass., 1994 y McDowell, J. Mind, value and reality; Harvard University Press: Cambridge Mass., 1979. Política y religión: desafíos perennes y debates contemporáneos | 38 la posibilidad de justificar nuestras obligaciones morales y normativas será nula. En el fondo de estos debates subyace nuestra imagen de seres racionales y los alcances de nuestro conocimiento, pero como ya se mencionó, este desarrollo también puede verse como la incesante búsqueda de respuestas a los desafíos escépticos en el ámbito de la moral y esto lo constituye en un debate auténticamente filosófico. Política y religión: desafíos perennes y debates contemporáneos | 39 El DOGMATISMO DE LA AUTORIDAD EN EL SIGLO XI Susana B. Violante (Universidad Nacional de Mar del Plata) Si partimos del análisis de las mentalidades, encontramos que los dogmas se imponen a partir de una autoridad que no analiza ni explica sino que impone: Impone cómo hemos de analizar la historia, la sociedad, el hombre y sus mutuas relaciones. Muchos de los textos que introducen el desarrollo del pensamiento filosófico suelen comenzar exponiendo el “pasaje del mito al logos” degradando, en la frase mencionada, el trabajo racional de muchos observadores, que habrían pretendido dar una explicación del mundo en el que se encontraban, relato al que otros pensadores desestimaron por “mítico”. De este modo encontramos el juicio de oposición entre uno y otro concepto “mito” y “logos” donde el primero es “irracional” y el segundo “racional” y aceptable. Esta distinción –al día de hoy, 2015– implica un juicio instalado que nos impide reconocer que preguntar sobre los dioses permitió a los hombres preguntarse sobre sí mismos. Estos proto-intentos argumentativos nos facilitan la reflexión acerca de que, lo que consideramos irracional, en tanto negador de razón u opuesto a su discursividad, sólo nos muestra que responden a una racionalidad diferente y, por lo tanto, a discursos instaladores de poder diferentes. La exquisita luminosidad que se otorga al periodo de logos, en estos discursos fragmentados, es la que considera a los siglos posteriores al advenimiento del cristianismo: oscuros, otoñales, medios. En los que sólo se pueden reconocer las “cuestiones de fe” devastadoras de la “razón todo poderosa, laica y científica”. Señalaremos uno de los conflictos de autoridad que el paso del logocentrismo al teocentrismo provoca porque, tanto griegos como romanos y judíos, musulmanes y cristianos se encontraron con el problema de comprender los cambios en la naturaleza y que, estos cambios, impedían su conocimiento con certeza para poder elaborar leyes o principios que permitieran ordenar la realidad y que fueran reconocidos y obedecidos como “verdad”. Para poder asir la verdad de la existencia de la naturaleza fue necesaria la aparición de una explicación que, viniendo desde la autoridad de un dios todopoderoso no dejara dudas a los seres humanos de la permanencia de las cosas en la naturaleza y que, quienes se opusieran a ella recibieran el divino castigo. Sin embargo, dicha permanencia ha sido difícil de determinar con lo cual se imposibilita una teorización que pueda anticiparse a algunos cambios y ordenar mentalidades y sociedades. No obstante, la necesidad de un orden se mantiene y para que éste encuentre su sentido hace falta la permanencia y es aquí, en esta necesidad de estabilidad donde situamos la instauración del dogma. El hombre no descubre la necesidad del actuar divino pero lo intuye o lo inventa para aceptar “una cosa en sí” objetiva e inmutable, que le permita forjar una autoridad que, desde una racionalidad diferente, introduzca aquello que se presenta en su no racionalidad, incomprensible y cuyo argumento es la necesidad de creer para que ese mundo caótico llegue a ser lo que no es y que se desea que sea. Sin embargo, Dios todopoderoso no logró aniquilar el deseo en el hombre recién creado de desobedecer el mandato, por lo tanto esa autoridad –aunque divina– tampoco produjo una obediencia incondicional en el primer hombre que, acompañado de una mala primera mujer, da Política y religión: desafíos perennes y debates contemporáneos | 40 paso a “morder la manzana”, pero sólo muerde un trozo y hasta es posible que la escupa. Traicionera voluntad, traicionero deseo de cambio frente a la paradisiaca permanencia de la armonía. El relato está instalado y, para “salvarse” de la culpa que aparece ante el ejercicio de la libertad ofrecida y retirada, van a ir apareciendo los “santos” intérpretes. Autoridades que prometen una vida bienaventurada por el favor de la gracia o providencia divinas. El gran problema es el “mal” que acompaña al proceder libre, a la toma de una decisión que condena a todos los hombres y –sobre todo– a aquellos que no se sometan a la voluntad santa de quienes se consideran santos porque prohíben, porque determinan qué tipo de vida es la ejemplar. No condenan a quién maltrata o trata como un medio a otras personas para lograr sus egoístas fines, porque son ellos mismos quienes ejecutan este manoseo humano. Podríamos comprender a lo antedicho un posible modo de instaurar el espacio de la ética porque esa primera desobediencia, viene de la mano de la “mala mujer”, el problema está –en este caso– en “la otra”, porque Adán –para justificar la existencia del mal en el mundo y la necesidad de su purificación– es un débil sin poder de decisión y, a causa de esta acción de ser arrastrado en su “no deseo” vendrán “los hijos” y los “nietos” a instaurar también la maldad aniquilándose entre ellos por una ambición y harán “política” argumentando acerca de quién es la razón y la justicia. El problema filosófico está instalado: ¿Ha nacido mala la persona? ¿La maldad forma parte de la naturaleza humana? No, de ningún modo conforme este relato, sino que nació ignorante, porque también se le ha prohibido alimentarse del árbol del conocimiento. Se nos prohíbe conocer y, por lo tanto, desde el desconocimiento es que no puedo tomar buenas decisiones. ¿Puede revertirse esa naturaleza? o ¿no tiene posibilidad? ¿Cuál es la acción que le cabe al ser humano en cada una de las cuestiones expuestas? Para la autoridad dogmática, sólo le resta ser obediente sin cuestionar, dejar todo en manos de Dios para que, a través de sus intérpretes, actúe guiándolo por el buen sendero. Para otro tipo de autoridad, más flexible, se le concede la posibilidad de ser el agente de su propia vida. Pero, en ambos casos sabemos que para que haya pecado inexorablemente tuvo que haber libertad. De este modo nos vemos rodeados por una cantidad de contradicciones en nombre de la libertad, el orden y la consecución del bien. El problema no se dirime enfrentando a la fe con la razón, quitándole a la primera racionalidad, sino en el análisis de ambas en sus consecuencias diversas, en el modo en que la autoridad se intenta imponer al degradar a uno de los supuestos opuestos. La autoridad nos impone culpa si no aceptamos sus falsas verdades y ser considerados “herejes”. Por lo tanto sobre estas afirmaciones acerca de la relación entre fe y razón que desembocan en una concepción de “autoridad” y “poder” –en este caso en pensadores del siglo XI– que conducen al dogmatismo o son más flexibles, es que vamos a expresarnos. Los dueños de la verdad En qué sentido se habla de un enfrentamiento del cristianismo con la cultura clásica sino es por contrastar quién es el dueño de la verdad, quién detenta el poder, la inclusión y aceptación de sus concepciones, principios y argumentos. Un accionar que encontramos Política y religión: desafíos perennes y debates contemporáneos | 41 en todas las épocas con mayor o menor flexibilidad en la imposición. Es la Filosofía en su accionar la que permite tanto dogmatismos como actitudes críticas, más específicamente, buscamos en este siglo XI una Filosofía que se aplique a dar razón de lo que se considera irracional, pasional, intuitivo. Ese amplio y profundo sentimiento que no se agota en una significación llamada “fe” pero que, enunciada en el contexto de estos siglos se la relaciona indefectiblemente con el ámbito ligado a la religión. Se hace necesaria una interpretación de ese texto que, considerado sagrado, intenta determinar la ética de “bien” y “mal”, aunque está plagado de contradicciones que habrán de resolverse, para ello las Artes Liberales y entre ellas la Dialéctica, representa tanto a la razón pensante, colaboradora de la fe, como al fundamento del saber pagano que la cuestiona. Sobre todo el Trivium favoreció, en muchos monjes y laicos del siglo, una actitud crítica ante la imposición de una verdad. Esta compleja y contradictoria situación de la dialéctica provoca posturas de aceptación/rechazo, enfrentamiento entre dialécticos y antidialécticos, pero no impidió su utilización y expansión, como tampoco el temor en cuanto a que alcance un nivel de verdad que destruya la creencia sagrada. De este modo se abre paso la especulación y, con ella, no queda otra alternativa que la de pensar en posibilidades reflexivas que permitan más de una respuesta. Podríamos preguntarnos ¿la Filosofía que hacemos cuando “hacemos” Filosofía, qué enunciados de poder establece? Pasamos de la Filosofía como forma de vida, indagadora de nuestras acciones a una filosofía más técnica en cuanto al uso de la disertación, la argumentación y el análisis de los escritos y su significación. Para ello será necesaria una mayor preparación y un abandono del analfabetismo por parte de los monjes y de quienes quisieran practicarla. Entonces ¿a quién llamamos “filósofo”? El apelativo “Filósofo” se aplica en este siglo XI a quienes se sienten atraídos por la actividad intelectual del uso de la razón y no se detienen en el solo principio de autoridad89. Una fe fortalecida por la argumentación filosófica producto de la búsqueda personal, no se extinguiría, pero aquella amparada en el temor y en el abandono de Dios, produce una infelicidad difícil de tolerar. La mayoría de los pensadores del siglo han visto influenciada su postura por la lectura de los antiguos filósofos y los poetas romanos ya que sus obras estaban en las bibliotecas de los diferentes monasterios. Discurso de razón y poder Anselmo de Canterbury90 Tomaremos algunas generalidades de su pensamiento, en este sentido encontramos que el arzobispo intenta por todos los medios a su alcance eliminar la duda acerca de que la 89 . Leclerq, Jean: Etudes sur le vocabulaire monastique du moyen âge. Roma, 1961, pp.39-79. . Algunos párrafos y argumentaciones son tomados de mi artículo: “El siglo XI y la Filosofía en el lenguaje” presentado como ponencia en el XV Congreso Latinoamericano de Filosofía Medieval que se llevara a cabo en Santiago de Chile entre los días 7 al 11 de abril de 2015. También se puede consultar mi Tesis doctoral Duda y dialéctica en De suis tentationibus de Otloh de San Emeramo. http://www.tdx.cat/TDX-0322110-092259/ - http://www.tesisenred.net/TDX-0322110-092259/. Edición Biblioteca Universidad de Barcelona. 90 Política y religión: desafíos perennes y debates contemporáneos | 42 Sagrada Escritura provenga de Dios y que, sobre su existencia no se pueda dudar en absoluto y considera “insensato” a quien lo hace. Para ello elabora una serie de argumentos amparados en la fe. Modifica la pregunta agustiniana: “¿Entender para creer o creer para entender?”91, y la transforma en “la fe en busca del entendimiento” anulando la riqueza en la combinación de los conceptos contrarios y depositando la única y máxima jerarquía en la verdad de fe. El célebre argumento pone a Dios en el inicio para no llegar a Dios, ser inabordable por la razón y por ello mismo existente en su absurdo. El incrédulo debe creer en lo que no cree: “Dios”. Es un argumento de fe, el propio Gilson lo sostiene: “Esta prueba parte de la idea de Dios que nos es suministrada por la fe y termina en la inteligencia de este dato de fe ‘Creemos que Dios existe…’” 92 “Dios es aquello mayor que lo cual nada puede ser pensado”… De este modo Anselmo pone a la filosofía al servicio de la teología 93 autoridad absoluta y, en este caso, dogmática. Pero no lo siguen todos los pensadores cristianos, para Tomás o Abelardo no es así, para ellos la filosofía se basta a sí misma. Pero Anselmo – que no enseña la dialéctica in voce sino in re, como los antiqui–, sostiene que la verdad del singular está garantizada ante rem por la verdad de Dios y ataca a las nuevas formas de pensar porque pensar cosas nuevas sería desviarse de la verdad. Es necesario garantizar el orden y Dios es la única autoridad aceptada. El monje Gaunilo, al parecer, es el primero que le disputa esa verdad porque si el argumento solo es válido para el ser infinito, entonces los seres finitos no sirven de evidencia deudora de su existencia. Para Anselmo dudar es debilidad de la fe, preguntar por la verdad de la fe es para el arzobispo negar la existencia de Dios y, explicar qué es la fe, es explicar a Dios. Anselmo rechaza el argumento de Gaunilo, monje del monasterio de Marmoutier, apelando a que quien le refuta no es un insensato hacia quien dirige su opúsculo, sino un cristiano que habla en favor del insensato, de modo que nos quedamos sin acceder a la argumentación que Anselmo habría elaborado de haberlo increpado un insensato y sólo tenemos su propio pensamiento argumentativo contra los que cree que son “enemigos de la fe”. El siguiente fragmento señala la imposibilidad de ser incrédulo, Epístola Ic: “Que nadie, por consiguiente, penetre en las oscuridades de las cuestiones religiosas más que después de haber adquirido en la solidez de la fe, la gravedad de las costumbres y de la sabiduría, no sea que recorriendo con ligereza imprudente los innumerables rodeos de los sofismas, se vea enlazado en algún error tenaz”. Anselmo no hubiese tenido necesidad de elaborar su célebre argumento si la verdad fuera evidente e innata al entendimiento. El argumento es dogmático, no dialéctico, porque no acepta que le refute nadie que no haya adquirido la “solidez de la fe”. Es por esto que considero a Anselmo un dialéctico dogmático y un antidialéctico, aunque se insista en que es lo opuesto. 91 . Agustín de Hipona, Sermones. Biblioteca de Autores Cristianos. 2005. Introducción y notas Pío de Luis Vizcaíno. Sermón XLIII. 92 . Gilson, Étienne: Filosofía en la Edad Media, pp.241 y siguientes. 93 . No es propósito del presente escrito analizar el célebre argumento sino mostrar que, al tiempo que Anselmo pretende eliminar la duda sobre la existencia de Dios, unos años antes otro autor sostuvo que la duda es imposible de eliminar por ser connatural a la especie humana. Política y religión: desafíos perennes y debates contemporáneos | 43 Otloh de San Emeramo En el mismo siglo y anterior por unos pocos años a Anselmo, encontramos a Otloh de San Emeramo94 que acepta la duda porque considera que hombre y duda van de la mano para el sujeto que filosofa. Carecer de duda indica, necesariamente, perfección, una perfección inaccesible para el ser humano. La narración de Otloh se centra en la autoridad de la reforma benedictina y en la prudente aplicación que le da la dialéctica 95. Sin embargo, Otloh lucha contra el avance de esta ciencia porque los monjes, abades, cardenales, la utilizan con fines espurios que tienen que ver con sus propias fechorías morales. Esta compleja y contradictoria situación le provoca una postura de aceptación/rechazo de la dialéctica. Aquí quiero señalar el trabajo errático sobre este monje, de algunos estudiosos del periodo como es el caso de Étienne Gilson que, sumándose a lo analizado por otro, hace que se piense en Otloh como antidialéctico. En su texto Filosofía en la Edad Media, el historiadorfilósofo lo describe sosteniendo una postura basada en una manifiesta desconfianza hacia todo lo que no fuera Teología y tradición. Refiere un comentario del benedictino donde señala que la “Filosofía puede ser interesante para un laico pero que no ofrece el menor interés para un monje” y no cita la obra ni el párrafo en el que aparecen estos conceptos que corresponden a De tribus quaestionibus 60B. Por este fragmento descontextualizado lo considera “un antidialéctico” para quien la aplicación de la Filosofía a la Teología era peligrosa y condenable. El problema que encontramos en Gilson es que no contrasta el dato y, al no hacerlo, su análisis hiere el trabajo de reconstrucción del periodo y colabora en mantener una unidad de criterio histórica depositada en la fe sin cuestionamientos, por lo tanto, dogmática. No es de poca monta que Otloh admita la duda aunque, ciertamente, les sugiere a los monjes: “Evita los libros que ofrecen los conocimientos carnales para que puedas sentir las palabras de los libros sagrados.”96. Pero, del mismo modo, en el Liber proverbiorum, que es un manual para la formación de los jóvenes monjes, dice que no hay nada más excelente en el mundo que la dialéctica, porque les permite distinguir la verdad de la mentira y afirma que los monjes ignorantes en estas artes no deberían ser recibidos en 94 . Othlonus Sancti Emmerammi Ratisponiensis, monje benedictino nacido en Freising, Alta Baviera, hacia 1010. Provenía de una familia noble. Educado en los monasterios de Hersfeld y Tegernsee, fue adscrito al scriptorium y allí, siendo aún niño, aprendió a escribir a escondidas. Fue enviado a Francia en 1024. Regresó a Baviera donde se desempeñó como canónigo y copista. En 1032 Otloh contradijo el deseo paterno y cuando logró superar la hesitación, se hizo monje en el monasterio de San Emeramo. Atribuyó su conversión a una terrible visión que tuvo después de haber leído a Lucano y haberse dejado influir por la literatura pagana. Fue maestro de la escuela monástica y responsable eclesiástico de San Emeramo entre 1052 y 1056. Redactó muchas obras espirituales como resultado de sus crisis. Sus viajes lo llevaron a Montecasino (probablemente antes de 1049). En 1062 se retiró del monasterio de San Emeramo a causa de los enfrentamientos que había tenido con el abad y pidió asilo en Fulda. En 1067 regresó a San Emeramo, retomó sus actividades de estudio. Compuso veintitrés obras y murió en 1070 o 1073. Realizamos esta síntesis de su vida por ser un autor poco y mal citado. 95 . En los Dialectici encontramos un mayor desarrollo semiótico basado en la retórica y en lo que hoy comprendemos como Filosofía del lenguaje. 96 . Otloh de San Emeramo: De doctrina spirituali liber metricus cum aliis diversi generis carminibus. En Patrología Latina, Tomo 146. París. Jacques-Paul Migne. 1853. Columnas: 263A-297A. Recurso electrónico: Chadwyck-Healey, 1995. Columna 270A. Política y religión: desafíos perennes y debates contemporáneos | 44 ninguna orden97; así mismo encontramos que acepta la utilización de algunos conceptos tomados de Aristóteles a través de Boecio 98 en relación con los variados caminos para alcanzar la verdad. Llega a conceder que verdaderos serían todos aquellos discursos que nutrieran a la persona en la perfección espiritual, tiene en cuenta que la Escritura se presenta al espíritu humano como símbolo y que es necesario interpretarla, obteniendo como resultado una verosimilitud, por lo tanto pregunta si: “¿No es que para esto a cada uno Dios le ha concedido el ingenio y la ciencia liberal, para que se esfuerce en inducir a la virtud a otros?”99 y así agradece y acepta los conocimientos elaborados por los pensadores paganos: “Tomar el conocimiento de los textos seculares, elegir las cosas más valiosas entre ellos, esto es tomar las palabras que acuerden con la vida espiritual, y trasladar estas cosas al elogio de Dios... Como hicieron muchos padres venerables y santos.”100. Los ejemplos abundan y entendemos que más que un rechazo por la dialéctica y por los modos diferentes de pensar, Otloh establece lo que podríamos llamar “criterio de demarcación” en la utilización de la sabiduría pagana. Los vaivenes en su pensamiento los adjudico a la lectura de los “prohibidos” por un determinado centro de poder. Otloh insiste en la importancia de la obra de todo hombre y busca la edificación personal y de los otros instando continuamente a alfabetizarse y a escribir sus sentimientos más profundos, cualesquiera que ellos sean. De alguna manera el fin que persigue es el de la autonomía que reafirme o refute la autoridad. Autonomía interpretativa, creación divina, en la posibilidad de argumentar, por ello la dialéctica no es demoníaca sino que le permite distinguir entre lo verdadero y lo falso. La duda no desaparece con la reflexión sino que es en la propia regla benedictina donde aparece la obligación de leer y meditar. Por esto Otloh agradece la existencia de estas artes que provienen de Dios y las considera: “instrumentos de la ayuda celestial, lecciones para los ignorantes” 101. También agradece a Dios estar habitando un espacio en el que tiene abundantes libros que le muestran un dogma que entraña sentidos diversos. En este caso, ser monje copista no fue en vano, lo que leyó en el scriptorium lo aplica a su interpretación y análisis. 97 . Otloh de San Emeramo: Liber proverbiorum. En PL 146. París. Jacques-Paul Migne. 1853. Columnas: 299B-338A. Recurso electrónico: Chadwyck-Healey, 1995. Columna 306C. 98 . Boecio: Liber de persona et duabus naturas contra Eutychen et Nestorium, ad Joannem diaconum ecclesiae romanae. PL 64. París. Jacques-Paul Migne. 1850. Columnas: 1338C-1341B y 1342C-1343C. Recurso electrónico: Chadwyck-Healey. 1995. Aristótelis Opera edidit Academia Regia Borussica, Berlín, 1831-1870, por August Immanuel Bekket: Categorías, 1a; De interpretatione, 16a. Aristótelis. También en Recognovit brevique adnotatione critica instruxit L. Minio-Paluello. Oxonii: Clarendoniano, 1966. Colección Scriptorum Classicorum Biblioteca Oxiniensis. Y en Tratados de Lógica (Organon). Introducción, traducción y notas de Miguel Candel Sanmartín, según las normas de la B.C.G. Traducción revisada por José Montoya. Madrid. Editorial Gredos. 1994. 99 . De suis tentationibus, 34D. 100 . Otloh de San Emeramo: Sermo de eo quod legitur in psalmis, PL 93, 1116B. 101 . De cursu spirituali 218D. Política y religión: desafíos perennes y debates contemporáneos | 45 Encontramos que Otloh flexibiliza el criterio de autoridad y de dogma en relación a otros pensadores de la época, aunque es muy estricto en lo que se refiere a la actitud ética de sus gobernantes. Tengamos en cuenta que la obra de Otloh surge en medio de sus propias crisis espirituales que luchan por afianzar el dogma cristiano. Escribe diálogos sobre los atributos y los juicios divinos en cuanto a su equidad y severidad, también biografías sobre algunos abades reformistas que llevaron una vida ejemplar, y hagiografías, todo ello en el marco de lecciones a los monjes, inclusive su propia autobiografía está basada en la relación entre la lectura pagana, la divina y la necesidad de conversión, la clericatura y el monacato. Es en el Liber visionum tum suarum, tum aliorum, obra escrita en Fulda entre 10621066, de la que tomamos dos visiones: la XIV y la XV a las que considera útiles para todos los hombres a quienes “les concierne siempre que uno es visitado por Dios 102, o mediante el castigo o por consuelo…”103 y a nosotros nos permite acceder a ciertos detalles de su vida en los monasterios de Tegernsee, Hersfeld, Würzburg y Ratisbona. En ellas habla de la vida de los laicos, de la inconducta de los clérigos, del lujo insensato de los obispos y canónigos. Muestra al obispo de Ratisbona en el infierno junto con el de Praga porque ninguno de los dos había hecho nada digno de hombres probos, teniendo a sus pueblos sujetos a su ignorancia, adelantándose de este modo en el relato al célebre Infierno del gran Dante Alighieri. Contiene comparaciones de su vida con la figura del papa; apariciones sobrenaturales; y los motivos de su conversión. Muchas de estas historias permiten comprender ciertas concepciones medievales, pero sobre todo, muestra su deseo de reformar la Iglesia y de que los monasterios marchen bien. Podemos señalar, sintéticamente, dos significaciones del Liber: una referida a las visiones provocadas por las lecturas “prohibidas”, por ejemplo Lucano de quien siente que lo impulsa a rechazar la cultura clásica y no padecer al omnimodo terribili aunque, a su vez y como señalamos más arriba, defiende la lectura de Horacio, Sócrates, Boecio… a quienes también había considerado maestros104. Una ambigüedad de criterios que adquiere una importancia capital como acceso a su vida interior: miedos, malestares y deseos, posiblemente surgidos de su amor a las letras paganas. La otra significación la hallamos en su referencia a la política y a quiénes enviaría Otloh al infierno y por qué. El Libro de las visiones constata los hechos transcurridos en Germania y las visitas de papas y reyes. Nos relata un incendio que destruyó un monasterio en 1014 y cómo este tipo de acontecimientos eran interpretados como signos que se enviaban del cielo a modo de castigos por las acciones mal realizadas. Otloh, en el Libro de las visiones columna 363, da cuenta del paso del cardenal Humberto en 1056, a quien escuchó hablar sobre la insolencia del siglo y sobre todo acerca de la negligencia de los príncipes. En columnas 370-371, leemos acerca del paso del papa León IX. Sus controversias con los abades relatadas junto al soñado castigo que Dios les habría de infligir por su injusto proceder. 102 . Sturlese, p. 54. 103 . De suis tentationibus, 53C. Gäbe, p. 326. 104 . Liber visionum, 279B-C. Política y religión: desafíos perennes y debates contemporáneos | 46 Transcribimos parte de la Visión XV para ilustrar la postura de Otloh: “Estando en Ratisbona con el Papa Víctor y llegando muchos hasta él, también llegué yo por cierta causa y lo oí hablando sobre muchos despropósitos de este siglo, principalmente acerca de la negligencia de los príncipes. Al respecto dijo: “Me parece que no existe ninguna culpa mayor en reyes o príncipes que aquella por la que tratan de descuidar las quejas de los pobres”. ¡Ah dolor!, porque suelen nuestros emperadores y reyes, no darles ningún otro alivio a los pobres (370 C) que acuden a presentarles las demandas de su necesidad sino sólo decirles: “Espera a que llegue para mí el momento adecuado para que pueda escuchar tus demandas y pueda librarte de tus perseguidores”. Y para que sepan que estas cosas son así, les referiré la visión de aquel César Enrique, que hace muy poco murió. De esto pueden conjeturar suficientemente cuán gran pecado es descuidar las causas de los pobres y diferir día tras día la administración de justicia”. “En efecto, en aquel tiempo en que este nuestro Papa, que ahora vive acá, permaneció con el mencionado César Enrique en estas regiones de Germania, llegó aquí uno de los príncipes romanos. Éste, habiéndose hospedado en un barrio no lejos del lugar en que el Papa permanecía en ese momento con César ya en extrema gravedad, se entregó al sueño del mediodía, puesto que estaba fatigado a causa del (370 D) largo camino. En ese sueño, como después contó al despertar, vio al mismo César que estaba sentado en el trono real, y rodeado de una gran cantidad de cortesanos. Cuando estaban disputando asuntos de la mayor importancia sobre ganancias seculares, súbitamente llegó un pobre para implorar a César y pedirle que se dignara oír y administrar justicia respecto a las demandas de su necesidad. Pero él, indignándose, le respondió diciendo: “Espera, estúpido, a que tenga un momento para atenderte”. A esto el pobre le dijo: “¿Cómo podré César, esperar más tiempo, yo, que he permanecido aquí durante tantos días y ya gasté todo lo que tenía para mi sustento?” »Y una vez más César (371 A) le responde: “¡Vete, maldito, al odio de Dios, y espera hasta que pueda escucharte. Pues tengo ahora tan grande empeño de escuchar y ordenar otras cosas como para que tú en vano me supliques!” Por consiguiente, oyendo esto el pobre se retiró triste. Luego llegó otro hombre pobre, que del mismo modo como el primero suplicó a César; pero de igual manera lo hizo en vano. Y poco después también llegó un tercer pobre diciendo lo mismo, suplicando las mismas cosas que los anteriores. Pero éste que también se había esforzado en vano, se alejó afligido quejándose al Señor por tales cosas. Aún él estaba quejándose y suplicando al Señor, cuando sonó una voz desde el cielo que decía: “Quitad a este gobernante y haced que en el tiempo que demoren sus castigos aprenda de qué modo los pobres pueden esperar sus juicios; que reciba lo que dio y aprenda qué es dilación”. Dicho lo cual fue rápidamente arrebatado de aquella reunión judicial. “(371 B) Pero entre tanto, el italiano que dormía y habiendo visto en sueños tales cosas en la misma casa en que se hospedaba, se dio a conocer la muerte de César. Y como al despertar oyó a todos que conversaban llorando sobre ese deceso y no pudiendo comprender, porque no conocía la lengua, le preguntó a uno de sus compañeros, que sí conocía la lengua teutónica, qué significaba tan luctuosa conversación. Su compañero le respondió diciendo: “Recientemente señor, mientras tú estabas entregado al sueño, se anunció aquí que César, hasta quien tú deseabas llegar, está muerto. Es por esto que todos se entristecen y sobre esto han hablado tantas cosas”. “Y a mí –dijo–, que hace un instante estaba durmiendo, me han sido reveladas algunas de ellas por medio de una visión sobre su muerte”. Y al instante relató a los suyos la misma visión que yo di a conocer anteriormente, y cuanto antes se apresuró a ir al lugar del deceso de aquél. (371 C) Así pues, el mencionado príncipe italiano me comunicó tales cosas en ese mismo momento. Por eso se ha de pedir mucho a Dios para que tenga misericordia de nosotros dándonos príncipes tales que puedan gobernarse no solamente a sí mismos sino también a sus súbditos, tanto pobres como ricos. Pues con este, nuestro rey infante, durante mucho tiempo, ¡Ah dolor!, no podemos tener gobierno en absoluto. Y de este modo, yo mismo siendo conocido del mencionado obispo, el venerable Humberto, que relataba estas cosas, creí que debían darse a conocer también a otros para incitarlos a la virtud”. He decidido dejar la visión completa no sólo por su brevedad sino por su capacidad ilustrativa del modo de pensar de un individuo del siglo XI, donde señala la máxima de que la acción buena ha de ser divinamente compensada así como su contraria debe ser divinamente castigada; una moral de intercambio entre acciones humanas y divinas. Estos sueños tanto podían ser enviados por los demonios como por los dioses y han Política y religión: desafíos perennes y debates contemporáneos | 47 generado una literatura de visión que le permite denunciar los castigos que quienes no acataban la regla, recibirían. Un universo de reglas que está destinado a satisfacer la esperanza de la instalación de un paraíso terrenal. En muchos casos encontramos que la historia nos indica que la implementación de la regla, no termina por suprimir a la violencia en la aceptación e institución de leyes que mantengan la tolerancia y armonía. La regla, muchas veces termina instalando su contraria y sería una explicación punitiva sobre acciones pecaminosas, ligadas a una búsqueda de efectos positivos y útiles que intentaran corregir las acciones peligrosas de un grupo humano en defensa de otro grupo humano. Otloh analiza algunas instituciones a las que considera constituidas por un conjunto de personas con un determinado poder para esclavizar, humillar, subestimar. Nuestro amator dubitationis totius105 aplica a su interpretación y análisis la fuerza dialéctica que aprendió en el scriptorium y que, convertida en visiones, convergen en provocarle una serie de dudas que lo atormentan al sentir que se separa del perfil deseado por algunos abades y autoridades de la época en relación constante con la intolerancia, propia e impuesta. El mundo medieval se caracteriza por poseer muy pocos ilustrados, sin embargo no fueron escasos los que han perseverado por la educación en la lecto-escritura comprensiva de los hombres en el monasterio, para que pudieran interpretar por sí mismos la multiplicidad de signos con que hablan las Escrituras y poder debatir con los peritii sobre ellas, como lo hizo Otloh. Dos modelos argumentativos Buscamos que estos dos modelos argumentativos, Anselmo y Otloh, hayan permitido distinguir por lo menos, entre dos sentidos acerca del dogma y la autoridad y entre aquellos que dudan y logran una actitud más flexible, sin negar que también la razón produce dogmas. Como dice Juan Escoto Eriúgena, uno de los inspiradores de Otloh: “pues la verdadera autoridad no obstaculiza la razón justa, ni la razón justa a la verdadera autoridad.”106. Encontrando así el equilibrio entre estas dos fuentes del conocimiento. Llegados a este punto, consideramos que se evidencia que la sola alusión a la autoridad de las Escrituras o de los Santos Padres no es argumento suficiente, urge un análisis que permita varias respuestas. Las disputas son abordadas desde el condicional, las frases comienzan con si… si pasara esto entonces podría pasar esto otro… De este modo va apareciendo la “especulación” y la autoridad circula en las cuestiones disputadas en el entrelazamiento de los conceptos de “duda”, “autoridad”, “dogma” y “herejía”.107. 105 . Como se hace llamar por Dios en De suis tentationibus, 41 A. 106 . Escoto Eriúgena, Juan: De divisione naturae. Libro I, 511 c. 107 . A modo de anexo ilustrativo incluimos estos ejemplos: Berengario de Tours (1000-1088), ha sido tratado como hereje y su teoría de errática al mostrar una profunda preocupación científica (en sentido de búsqueda), y convertir en una gran disputa a sus argumentos sobre la Eucaristía. Berengario niega la transubstanciación en el sacramento, dogma fundamental en ese momento que le vale la designación de “hereje” al no ser comprendido en su explicación que no niega sino que modifica el modo de acceder al misterio. El criterio acerca de lo que ha de ser considerado “herejía” es muy fluctuante porque los papas y obispos no se ponían de acuerdo en qué lo sería y conforme las necesidades que tuvieran fueron las designaciones. El propio Berengario sostiene que es necesario anteponer la razón a la autoridad, pues solo Política y religión: desafíos perennes y debates contemporáneos | 48 Una posible conclusión Estos serían algunos de los argumentos que permitieron la aparición de diversas formas de incredulidad ante el fortalecimiento del dogma a la vez que hicieron emerger una importante crisis espiritual cuyas consecuencias aún hoy padecemos. El mundo no desapareció a lo largo del siglo XI como algunos esperaban, pero generó una profunda práctica filosófico-religiosa de búsqueda y cuidado de sí en una función de salvaguarda que participa en la lucha contra las herejías. El pensamiento en perspectiva denunció cómo el pensar crea un modelo semiótico que se puede interpretar al descubrir sus reglas de uso y también falsar. La razón filosófica siempre interpreta a partir de la experiencia vivida, personal y comunicada. No puede recurrir a un modelo normativo estereotipado aplicable mecánicamente a una vida que actúa y es blanco de acciones muchas veces imprevistas. El hombre intenta comprender la complejidad e inefabilidad de la serie de relaciones significativas que lo constituyen 108. Por esto, necesita comprender lo singular en lo cosmovisional para fortalecer su posibilidad de autonomía. Considero que el filósofo ha de meditar sobre el sentido que se le da a un concepto para aceptar las dudas y reflexionar en vistas a la comprensión de su vida. Estas percepciones se presentan como un juego gestáltico al que cada yo le va dando un ordenamiento que no es totalmente individual porque, en este ejercicio de significar el mundo juegan su trampa los sentidos dados en el devenir histórico del que cada yo forma parte, central y teleológica de una historia. El deseado sentido absoluto se escabulle, cabría preguntarnos qué relación podemos establecer entre interpretar y mentir: Si los tratados de semiótica sostienen que no se puede saber si hacemos un uso auténtico o inauténtico de los signos –por no alcanzar la verdad y la objetividad únicas en la demostración de una relación necesaria entre palabra y cosa– nos preocupa saber qué pasó con las teorías que ya hablaban de esta imposibilidad (como podemos encontrar en Agustín de Hipona) y, sin embargo ante la imposición absoluta de verdades individuales que intentaron imponerse, se llegó a situaciones de intolerancia. Hoy podemos sostener que la objetividad es imposible y con ella imposible el conocimiento, porque no hay resultado definitivo, sino conjeturas corroboradas, cambiantes y por lo tanto: ilimitadas. Interpretar para desinterpretar, para poder abrirnos a nuevos modos de comprendernos y significarnos, ante esto considero que no hay excusas, no hay salvoconductos, no hay salida. Teniendo en cuenta los argumentos quien no es capaz de alcanzar la verdad con la razón se conforma con la autoridad. De este modo representa una postura dúctil buscando argumentos que no devengan de una autoridad sagrada sino de la reflexión sobre un problema y que no reniegue del conocimiento como pecaminoso sino que lo valore. Otro ejemplo es Lanfranco (1005-1089), maestro de Trivium, que mostró una actitud moderada en relación con la autoridad y la Dialéctica. Al igual que Otloh centra la crítica en el mal uso que algunos hacían de ella. Pero sostiene que “la sirvienta no ha de dar órdenes a la ama”. De este modo mantiene a la fe dogmática por encima de la especulativa. Lanfranco recibe influencias de pensadores paganos que no oculta y que le permiten elaborar valiosos argumentos, sin embargo, el valor mayor ha sido puesto por algunos medievalistas ortodoxos, en haber sido maestro de Anselmo. Por lo tanto, intentamos mostrar que, en los diversos estudios del periodo, se han dejado de lado a algunos pensadores por considerarlos poco valiosos cuando se estima, erróneamente, que sostienen lo que sostienen “todos”. 108 . Fortuny, Josep: Pragmática de la ciencia filosófica. Notas para la discusión. Universitat de Barcelona. K.A.L. 2003. Política y religión: desafíos perennes y debates contemporáneos | 49 expuestos, no nos extraña el trato de “herejes” para quienes intentaron dar una explicación diferente, aunque no negaran a Dios. Pero el solo hecho de afirmar la necesidad de estudiar ciencias profanas para entender mejor las Sagradas Escrituras los condena desde una autoridad que no hay modo de determinarla como absoluta. La ortodoxia filosófica ha colaborado en mantener en primera línea a algunos pensadores del Medioevo en desmedro de aquellos que, considerados menores, elaboraron argumentaciones que tal vez hubieran cambiado en algo la historia de los prejuicios, puniciones, herejías y hogueras, sin embargo estimo que fue el uso de la Filosofía la que les ha permitido a algunos pensadores estudiar, leer, escuchar, pensar, escribir, y hacerlo por sí mismos. Vamos penetrando en la imperceptible modificación del concepto de ‘verdad’ que va gestando este siglo al aceptar la duda, la ignorancia, la incapacidad para alcanzar el absoluto, y esto es lo que modifica el sentido de autoridad aunque prevalezca la necesidad de buscar ‘puntos de encuentro’, ‘cómplices’, ‘fidelidades’. He tratado de mostrar cómo una época que se pretende indiscutible estuvo habitada por mal llamados herejes. Ya que son ellos los que la mayoría de las veces cambian la historia, aunque las diferentes formas inquisitoriales los aniquilen. De este modo podemos afirmar que, no hay una ética que sea objetiva y que, por lo tanto, “deba” ser impuesta a todos los seres humanos. De la ética no derivan formas políticas irrenunciables, si así lo consideráramos, mantendríamos hoy lo que hicieron algunos pensadores en el siglo XI: que siempre unos pocos intentaran imponer sus presupuestos en pos de sus vanaglorias personales. Política y religión: desafíos perennes y debates contemporáneos | 50 ¿“MÍSTICA SIN RELIGIÓN”? VALORACIÓN DE UN ESCRITO CONTEMPORÁNEO Alberto Benito Wernly, O. P. (Universidad del Norte Santo Tomás de Aquino) 1. Introducción al trabajo y planteo central del artículo En el presente escrito nos proponemos realizar una valoración y crítica del artículo “Mística sin religión”, de Mariano Corbí109, sin pretender abarcar la totalidad de sus temas; al contrario, sólo nos detendremos en algunos aspectos e ideas que propone el autor. Ante cada uno de los temas, luego de exponerlos brevemente, buscaremos si hay antecedentes de su tratamiento y enunciación dentro de los períodos y pensadores pertenecientes al período que abarca desde la ilustración y al romanticismo; procediendo finalmente a una valoración personal. Dado que no es el objeto de este escrito hacer un resumen del mencionado artículo, a modo de síntesis, podemos expresar lo central del texto en los siguientes puntos: 1) una descripción del cambio de cultura hacia la sociedad de conocimiento o de cambio (describiendo cada cultura); 2) la transformación epistemológica de una sociedad a otra (describiendo cada epistemología); 3) la crisis de las religiones (aclarando términos tales como religión y creencia); 4) la segunda secularización como consecuencia de dicho cambio; y 5) la propuesta de una mística sin religión. A lo largo de su artículo, Mariano Corbí va determinando la semántica de ciertos términos, y con estos procede a describir un profundo cambio que se da en el hombre actual, el cual no puede ya mantener la mentalidad y su relación con lo religioso, que poseía en la sociedad pre-industrializada. Ante esta realidad, el autor extrae conclusiones y formula una propuesta. Sin ser exhaustivos, como ya hemos dicho, procederemos en nuestra valoración considerando los siguientes temas del artículo: 1) la afirmación de la existencia de una nueva sociedad; 2) la consideración dicotómica de ambas sociedades; y 3) el planteo acerca del origen de la religión y de la creencia. 2. La afirmación de la existencia de una nueva sociedad A lo largo de los cuatro primeros puntos del artículo, Corbí describe la mutación cultural que desemboca en una nueva sociedad: la actual, a la que llama sociedad de conocimiento o de cambio. En este primer ítem, tomaremos sólo, y de manera positiva, la constatación de esta nueva sociedad, describiendo algunas de sus características. El autor sostiene con acierto: 1) un tránsito inevitable, con mejorías y empeoramientos, 2) grandes desastres, y 3) principalmente una cultura y una epistemología impregnadas 109 . Mariano Corbí, “Mística sin religión”, en El no-lugar del encuentro religioso, coord. Javier Melloni (Madrid: ed. Trota, 2008), 195-225. Política y religión: desafíos perennes y debates contemporáneos | 51 de cambio continuo. Acerca de lo primero, dice: “No podemos añorar e intentar revivir la vida preindustrial de nuestros antepasados, ni su manera de pensar, sentir y creer” 110, lo cual es un punto de partida sensato para el hombre, y especialmente para el intelectual, el saberse un hombre de su tiempo, dentro del cual está su campo de acción, su misión, y el desenlace de toda su vida. Esto debe ser distinguido tanto de la mentalidad Ilustrada como de la Romántica, ya que la primera desprecia y descalifica todo lo que pueda venir de la tradición y de autoridad alguna, y la segunda solamente considera bueno lo antiguo y lo clásico. Por tanto, la postura equilibrada tomará lo bueno, lo verdadero y lo perenne de lo antiguo, lo clásico, y lo de su tiempo, aplicando y sintetizando sabiamente todo (hasta la lección de los errores reconocidos) por amor al bien y en orden a la verdad. Sobre lo segundo, y continuando en búsqueda de una mirada sensata sobre el propio tiempo, es necesario no caer en la ingenuidad pasando por alto sus aspectos malos; y sobre esto el autor no se desentiende de “los desastres que ya hemos realizado en el planeta y en la vida. […] tampoco –sostiene- estamos yendo a una sociedad mas justa. Hemos sustituido la explotación de clases, que aún continúa, por un nuevo tipo de explotación, que es una grave marginación producida por la marcha acelerada de la cultura. El control del conocimiento, la tecnología y la información son la clave del éxito económico. Quienes quedan fuera de ese control, quedan fuera de los provechos de la nueva economía y con gravísimos riesgos de sobrevivencia” 111. Así, mirando la totalidad, aprovechando todos sus bienes, de conocimiento, de dominio de la naturaleza, de nuevos medios para la salud de los hombres, entre muchos otros bienes, frutos de los avances de nuestra época, es preciso detenerse, de acuerdo con la actitud del autor, en una característica importante de este tiempo, que en algunos casos le da su mismo nombre, a saber, el cambio continuo. Y ya pasando a lo tercero, es valiosa la importancia que el autor pone en éste tema, y no así las consecuencias deducidas por el mismo, las cuales trataremos más adelante. “El nuevo tipo de sociedad –escribe-, es una sociedad de riesgo, dura, competitiva, que exige un esfuerzo continuo de mente, de sensibilidad y de estilo de vida. Nunca antes la humanidad había planteado vivir del cambio continuo. Ese es un riesgo muy grande e inédito para nuestra especie y para el planeta. Ir a parar a ese riesgo no es claro que sea un progreso”112. He aquí un párrafo muy lúcido del autor donde manifiesta este profundo mal de la sociedad actual: vivir del continuo cambio. Ahora bien, estamos de acuerdo con el autor en dicha constatación y en su visión negativa de la misma, la cual es, además, causa de muchos otros males, pero disentimos en la necesidad que plantea de eliminar todo lo que permanece “fijo”, aspecto que consideraremos en el siguiente punto. 110 . Ibíd., 196. 111 . Ibíd., 203. 112 . Ibíd., 203. Política y religión: desafíos perennes y debates contemporáneos | 52 3. La consideración dicotómica de ambas sociedades Ante este importante cambio, Corbí extiende sus consecuencias hasta las aspiraciones esenciales del hombre, hasta su naturaleza misma, con la afirmación: “ha desaparecido la tierra que las soportaba”, refiriéndose a las religiones frente a la cultura actual. Dicha tierra, según el autor, es la cultura preindustrial y la epistemología mítica (correspondiente a dicha cultura), y es aquí donde plantea la principal dicotomía u oposición entre ambas culturas. La primera es causa del congelamiento de la vida humana, por la cual el hombre queda fijo en estructuras que tocan todos los ámbitos de su vida, impidiéndole tener una visión verdadera de la realidad y una autonomía de pensamiento. La segunda, es la descripta anteriormente, la sociedad de cambio, donde nada puede estar fijo, sino sujeto al cambio continuo. En relación a esto, podemos ver en el discurso de Corbí una patente influencia del pensamiento ilustrado, en la concepción tiránica de la religión y de todas las estructuras tradicionales de pensamiento, de vida, etc., constitutivas de la sociedad preindustrial. Pues bien, para continuar en la valoración de dichas consecuencias y de la concepción dicotómica de dichas sociedades, es necesario poner en claro dos términos fundamentales del artículo para poder entender y criticar el pensamiento del autor sobre el presente tema, esos términos son: religión y creencia. Luego de analizar estos términos podremos volver sobre la consideración de la dicotomía y hacer la crítica correspondiente. 4. El planteo acerca del origen de la religión y de la creencia Según la posición de Corbí, el hombre no está determinado, como los animales, en su obrar, sino que por el habla tiene la capacidad de programarse para ser un animal viable. He aquí el ámbito donde el autor expone su concepción sobre el mito, las creencias, las narraciones sagradas, los símbolos y los rituales, que son para él el “lenguaje programador de las sociedades preindustriales”113, estáticas, que deben excluir el cambio. De aquí que defina la religión como: “la forma de vivir la dimensión sagrada o espiritual humana, desde los patrones y programas de las sociedades preindustriales”; y las creencias como: “formulaciones que comportaban una interpretación de la realidad que daba pie a valoraciones, actuaciones y organizaciones, […] absolutamente intocables”114. Su origen o pretensión primaria es “hacer viables a unos grupos humanos en unas condiciones de vida preindustriales […], no describir la realidad sino modelarla […], imprimir en las mentes y sentires de individuos o grupos, el convencimiento de que la realidad es como ellos la describen […]; para unos vivientes que no se pueden permitir dudas ni vacilaciones en su actuación”115. Por último, ante esta concepción de la religión y sus aledaños, no hay lugar sino para el siguiente juicio: “Esta epistemología mítica fue la raíz del exclusivismo de las religiones y de sus enfrentamientos. Y en sí, la epistemología mítica, no es una epistemología 113 . Ibíd., 200. 114 . Ibíd., 200-201. 115 . Ibíd., 206. Política y religión: desafíos perennes y debates contemporáneos | 53 religiosa sino la epistemología de un tipo de sociedad: la sociedad preindustrial estática”116. Habiendo expuesto los elementos principales de su postura, veamos sus principales raíces. Es clara la influencia de la Ilustración, de Hume, de Kant y del Romanticismo. La primera y la última (la Ilustración y el Romanticismo) están reflejadas en la visión negativa de la religión y de la tradición, y la valoración de la primera sólo como causa de división, enfrentamientos y guerras, que llevará al Romanticismo a un naturalismo considerable. El segundo (Hume), está unido también a lo anterior, pero principalmente en la idea de religión como programación de los hombres, que tiene su origen en las pasiones, especialmente en el temor (o terror) por parte de los creyentes, y en la ambición de poder y de dominio de los demás por parte de los que producen los sistemas de creencias. Y el tercero (Kant), ya en terreno ilustrado, donde la religión se identifica con la moral, está patente en la búsqueda y postulación de Dios como garante del obrar moral. Volviendo a la consideración dicotómica de las sociedades preindustrial y de cambio, es claro que la causa de dicha incompatibilidad cultural tiene lugar en el ámbito de la religión. Por este motivo, a la hora de analizar esta postura desde una mirada abierta y honesta, es necesario confrontar la idea de religión moderna o ilustrada, condensada en Corbí, con la idea de religión tradicional, o si se quiere, utilizando categorías del autor, de aquella sociedad preindustrial. 5. Consideraciones finales Ahora intentaremos discutir las ideas expuestas por el autor, que más allá de los matices propios de cada pensador en las que se inspiran, coinciden en lo esencial, es decir: encarar el tema de la religión de una manera muy distinta a la de sus genuinos orígenes, y que actualmente mantiene debido a su perenne validez. Dado que la crítica religiosa ilustrada y romántica se dirige –aunque no en todos los casos- contra el cristianismo, nos esforzaremos por confrontar sus proposiciones con las de uno de sus más importantes pensadores: Tomás de Aquino. De modo que nos subiremos al hombro de este gigante movidos por su diálogo abierto y fecundo con la filosofía, su trabajo de síntesis de los Padres del pensamiento cristiano, y su exhaustivo conocimiento de la Sagrada Escritura. La idea de religión ilustrada no es otra cosa que una imposición moral y ficticia, de leyes y preceptos; es un sistema de creencias formulado por los hombres con el fin de determinar arbitraria y tiránicamente nuestra visión de la realidad y principalmente nuestro obrar mediante el uso del terror. La idea de religión romántica es el contacto con el todo (la naturaleza). Para Tomás de Aquino, que no hace otra cosa que seguir a los filósofos clásicos117, la religión es una virtud moral, y por tanto concerniente a todo el género humano, anexa a la virtud de la justicia y que, según Cicerón, consiste en “ofrenda respeto, homenaje y culto a cierta naturaleza de orden superior, que llaman 116 . Ibíd., 207. 117 . Ej.: Cicerón, Macrobio, Andrónico el Peripatético, entre otros. Política y religión: desafíos perennes y debates contemporáneos | 54 divina”118 (II-II, q. 80, a. 1, c.), o bien “es la que presta culto y ceremonias a una naturaleza superior llamada divina”119 (II-II, q. 81, a. 1, sed contra). En la cuestión 81, de la II-II de la Suma de Teología, Tomás de Aquino enseña que la religión: 1- ordena a Dios como principio indefectible y como fin último, y como reelegido por el pecador; 2- es virtud por constituirse de actos buenos, que lo son en razón de su justicia para con Dios, y de su calidad de orden; 3- es una por ser Uno su objeto formal, esto es, Dios bajo razón de primer principio de la creación y del gobierno universal; 4- es una virtud especial por ser especial su bien, a saber, el honor a la singular excelencia de Dios; 5- es virtud moral porque : A) su materia y objeto es el culto a Dios, “rendir a Dios el culto debido” mediante ciertos actos (ej: devoción, adoración, sacrificio), y por tanto versa sobre los medios y no sobre el fin; B) el fin del acto de religión es Dios, pero no es alcanzado como lo es por la fe teologal, por la cual se cree en Él y se le cree a Él; 6- es la superior de las virtudes morales por ser la que más se acerca al fin, realiza lo que atañe al honor de Dios; 7- el objeto de la religión, el culto, consiste en actos interiores -que son los principales-, y exteriores, ordenados a los interiores; además, la religión perfecciona y beneficia al hombre, según el principio de que lo inferior se perfecciona en la subordinación a lo superior; 8- la santidad o lo santo que es lo que está destinado al culto divino, contiene la pureza, para elevar la mente a lo superior y la firmeza que la da Dios, el principio máximamente inmóvil. De este modo la religión, que es una virtud moral, no teologal, aunque sea orientada y perfeccionada por la Revelación divina sobrenatural, tiene su origen en la naturaleza de todo hombre. Es despertada mediante la contemplación honesta y auténtica de la realidad, que lleva a encontrar ese Origen de todo, esa Causa primera, que es omnipotente, eterna, perfectísima, simplísima y única, a saber, Dios. La virtud de religión nos mueve a rendir a Dios el honor y la gratitud que puede ofrecerle nuestra naturaleza mediante actos interiores (del alma), y exteriores (del cuerpo), que se ordenan a los interiores, elevándonos, o al menos, disponiéndonos hacia Dios, causa primera y última de todo ente, y por esto de todo bien. En conclusión, vemos que estos dos pensamientos (el ilustrado-romántico y el tomista) se mueven en el orden humano, no obstante el ilustrado: reduciendo lo sobrenatural a lo natural, y el tomista: elevando lo natural a lo superior, a su causa eficiente y final, a la suma perfección, a la divinidad, a Dios. El primero, en nombre de la emancipación de la razón, toma lo que no le concierne, lo que debería ignorar si fuese coherente, por ser revelado por la divinidad, y lo reduce a un mero invento pasional humano, como Hume, o bien, lo quiere reducir a una espiritualidad sin una tradición ni doctrina revelada proponiendo una mística sin religión, en la que cada sujeto se confunde en un Todo divino que no se distingue de la materia, como propone Schleiermacher. El segundo, en nombre de la sumisión y respeto por la realidad, reconoce la inteligibilidad y la bondad de esta última, su orden, las huellas de una sabiduría y un amor perfecto y omnipotente, y allí la Causa primera y final de todo, al cual le debe su ser, su gratitud y su honor120. 118 . Santo Tomás de Aquino, Suma Teológica, vol. IX (Madrid: Biblioteca de Autores Cristianos-BAC, 1955), 9. 119 . Ibíd., 18. Política y religión: desafíos perennes y debates contemporáneos | 55 Otro aspecto que podemos observar en esta confrontación, es que la ilustración reduce la religión a la moral, a un sistema de leyes, olvidando que el sistema al que ellos llaman religión, es decir la Fe vivida en la Iglesia, abunda y desborda de gracias y dones ofrecidos por un corazón omnipotente, y tiene por mandato único y principal la perfección de la caridad, del amor, que no se alcanza más que por una humildad veraz y auténtica por la que el hombre acepta ser alguien necesitado de auxilio y de amor fundados en la gratuidad. Finalmente, recordando el punto destacado más arriba sobre Kant, queda por confrontar el modo de considerar a Dios según éste último, y según santo Tomás. El primero niega la posibilidad del conocimiento metafísico de Dios postulándolo subjetivamente como el garante necesario para mi obrar moral en cuanto legislador. El segundo, habiendo demostrado su existencia gracias a su sumisión cognoscitiva ante la realidad, lo reconoce como el fin de la superior de las virtudes morales, es decir, la religión. 120 . Valga señalar la seriedad y honestidad intelectual del Aquinate, que en pleno desarrollo de una obra de Teología, se remita a los paganos, para mostrar con fundamentos humanos y naturales la apertura o capacidad de todo hombre de acceder a la salvación cristiana y universal. Política y religión: desafíos perennes y debates contemporáneos | 56 SECCIÓN II: TOLERANCIA, PLURALISMO Y MULTICULTURALIDAD Política y religión: desafíos perennes y debates contemporáneos | 57 CREYENTES Y DIVERSXS: CONVERGENCIAS Y DIVERGENCIAS EN EXPERIENCIAS BIOGRÁFICAS David Avilés y Lucas Leal (Universidad Católica de Córdoba y Universidad Nacional de Córdoba) 1. Introducción Religión y sexualidad son, en la actualidad, dos dimensiones ineludibles al momento de pensar las subjetividades contemporáneas. Por un lado, los movimientos feministas y LGBTI121 han puesto a la sexualidad en el centro de los debates sobre identidad, subjetividad y sociedad. Por otro lado las religiones y las creencias resistieron al pretendido declive que las teorías secularistas habían diagnosticado. De ahí que consideremos importantes estas dos dimensiones. Describimos, en el presente artículo, las complejas articulaciones entre experiencia religiosa y sexualidad diversa a partir de la experiencia biográfica de dos varones gays de distintas confesiones religiosas (católica-evangélica). Pretendemos reconstruir los recorridos y las experiencias personales vinculados a instituciones y prácticas religiosas, analizando las estrategias y adaptaciones de ambos sujetos para explicitar la tensión entre visibilidad e invisibilidad, desde una doble vertiente: ser parte activa de una comunidad religiosa (católica en un caso y evangélica en el otro) desde algún tipo de compromiso concreto y, al mismo tiempo, experimentar/vivenciar una identidad sexual no heterosexual. En este estudio comparado revisamos brevemente el modo en que las concepciones religiosas han permeado las trayectorias biográficas de estos dos sujetos respecto de la sexualidad y viceversa. Dos preguntas nos acompañan: ¿Qué dicen, sobre sí mismos y su salida del armario, estos dos varones gays que pertenecen a la iglesia Católica y a la iglesia Evangélica? Y ¿qué convergencias o divergencias es posible encontrar en estas dos experiencias? “Francisco” y “Nacho”122 2. Los entrevistados fueron elegidos desde tres criterios: a) autoidentificarse como creyentes y tener algún tipo de pertenencia institucional; b) tener adscripciones religiosas diferentes y c) experimentar una sexualidad no heterosexual. 121 . Lesbianas, Gays, Bisexuales, Trans (género, sexual, travesti), Intersexuales. 122 . Ambos entrevistados residen en la ciudad de Córdoba y los nombres son seudónimos elegidos por ellos para ser citados y publicados a fin de conservar la confidencialidad de su identidad. Tuvimos acceso a las dos experiencias biográficas mencionadas arriba por medio de entrevistas a profundidad realizadas en el año 2013 en el contexto del Equipo de Investigación “Ovejas negras. Experiencia religiosa y sexualidad en trayectorias biográficas gays” financiado por la SECyT (UNC) y ejecutado en el Centro de Investigaciones Jurídicas y Sociales, Fac. de Derechos y Ciencias Sociales y Centro de Investigaciones Ma. Saleme de Burnichon, FFyH, UNC. Las citas textuales de los entrevistados serán identificados por las iniciales de sus seudónimos entre paréntesis. Política y religión: desafíos perennes y debates contemporáneos | 58 Por un lado, encontramos a Francisco (F) de 35 años, nacido en Córdoba Capital, y criado con sus padres y hermanos. En este momento vive solo y reside en Córdoba. No posee estudios superiores, trabaja remunerado y no tiene pareja. Cree en Dios y su religión de crianza es católica. Actualmente es católico, asiste al culto con frecuencia y semanalmente participa de reuniones en su comunidad parroquial donde se encuentra comprometido desde el ministerio de la música en el que encontró-según sus palabrasun modo particular de servir a Dios. Cuenta que su madre y hermana mayor lo estimularon desde niño a participar de la iglesia que estaba frente a su casa. Después de la Confirmación se integró a la vida pastoral desde la catequesis, grupos juveniles, grupos misioneros y el coro parroquial. Durante el año 2013, al momento de la entrevista, se encontraba comprometido en la organización de la ceremonia de la Beatificación del Cura Brochero. Por otro lado, tenemos a Nacho (N) de 20 años, nacido en General Pico (La Pampa), y criado con sus padres y hermanos, vive solo en la Ciudad de Córdoba desde hace cuatro años. Estudia en una Universidad Pública, trabaja remunerado y no tiene pareja. Cree en Dios. Su religión de crianza es evangélica y actualmente es evangélico. Desde temprana edad se vinculó a actividades dentro de la comunidad evangélica a través del teatro y la música. Se reúne sistemáticamente los días sábados con jóvenes evangélicos para trabajar guiones teatrales desde una perspectiva bíblica. Forma parte del cuerpo actoral del ministerio de jóvenes. Participa de reuniones en el templo y se reúne tres veces por semana con amigos para compartir estudios teológicos. 3. El armario y sus lógicas: el adentro y el afuera 3.1. ¿Quedarse en el armario? Hablar del armario es hablar de homofobia. La homofobia es el rechazo explícito a personas o actos que difieren del modelo heterosexual hegemónico y normativo. La homofobia es violencia que incluye maltrato, exclusión, injuria y actos de agresión.123 Por eso, el armario se convierte en el símbolo que nombra la experiencia de la opresión homofóbica y su violencia. El armario, dirá Paco Vidarte, es una institución de represión, persecución, control, invisibilidad y conminación al silencio impuesto desde fuera y pensado para borrar a los gays de la sociedad, robarles la palabra y el acceso a la vida pública.124 Francisco expresa de modo muy claro esta vivencia: “Estamos limitados por la sociedad, nuestra vida es de una puerta hacia adentro, en tu casa , en donde estés (…) de ahí en más nuestros vínculos sociales se cierran. No podemos andar en la peatonal [en pareja] besándonos. No podemos andar en la calle o en el colectivo sentados y apoyar el hombro de uno en el otro porque para la sociedad queda mal (…) entonces se hace necesario mantener la reserva hacia uno mismo y hacia los demás” El creyente evangélico Nacho no manifiesta una reflexión puntual respecto de lo que significa el armario pero deja en claro la existencia de una sensación de: “indignidad, 123 . Cf. LIST REYES M., Hablo por mi diferencia. De la identidad gay al reconocimiento de lo queer, México, 2009, 155. 124 . Cf. LLAMAS R.- VIDARTE P. Homografías, 2º Ed., 1999, 46-47. Disponible en http://www.hartza.com/homografias.pdf [Consultado el 27-04-2015] On line. Política y religión: desafíos perennes y debates contemporáneos | 59 falta, anormalidad” y siente que algo “no está bien”. Ante la pregunta cómo y cuándo te asumiste como gay, Nacho responde: “(…) desde muy chico, desde el juego, tuve una experiencia con otro chico, un amigo (…) desde ahí, al sentir placer con eso lo identifique como una orientación sexual” Nacho, expresa que no se siente gay, que es algo con lo que “batalla” y que es su deseo, apoyado en su creencia, cambiar su deseo sexual por otros hombres. “Tengo tendencias homosexuales, pero no soy gay (…) entiendo mi identidad [sexual] lejos de eso (…) no me defino [como] gay. (…) creo que tengo una inclinación homosexual o bisexual y que está en mi (…) es con lo que batallo (…) me interesa cambiarlo. (…)es parte de la inquietud de no querer serlo,[de] acallar esas inclinaciones. En ese buscar dejar de serlo(…) empecé a conflictuarlo más, a ponerlo en tensión en mi vida (…) para empezar a hacer algo, verdaderamente” En esta tensión de definirse sexualmente, Nacho acude a una psicóloga que también es creyente evangélica, recomendada desde su comunidad religiosa para intentar aclarar algunas de sus inquietudes: “Empiezo hace dos meses con una psicóloga cristiana. Ahí uno empieza a ver qué cosas están entretejidas y qué cosas hay que [te] hacen aferrarse a cierto tipos de prácticas.(…) yo desde mi voluntad quisiera no aferrarme (…) me refiero a volver a estar con otro chico o a tener esos deseos (…).Entiendo que a los ojos de la palabra [se refiere al texto bíblico] y de mi experiencia con Dios, de mi experiencia conmigo, no es lo que soy ni lo que quiero ser. Si yo de repente decidiera aceptar esta tendencia homosexual y vivirlo así abiertamente creo que no sería gay” Quedarse en el armario puede pensarse como una estrategia de defensa frente a la violencia social homofóbica. “Estar adentro” puede ser sinónimo de “estar protegido”. Sin embargo, también puede pensarse que “quedarse” en el armario imposibilita que emerjan otros deseos deslegitimados por la heterosexualidad obligatoria, posibilitando “otras” miradas respecto del cuerpo, del deseo, de los afectos y, por supuesto, de la relación con la trascendencia. 3.2. ¿Salir del armario? Históricamente, la salida del armario, representa para el movimiento LGTBI un acto de liberación y visibilización pública que pretende romper con la violencia a la que conmina la permanencia en el mismo. Así Francisco describe su salida del armario: “Mi definición fue cerca del año 2003, ahí dije basta de todo, me sentía muy deprimido por pensar que yo estaba equivocado, pensaba que todo lo que hacía estaba mal, que ver a otro chico, mirar a otros chicos con otros sentimientos estaba mal y me auto flagelaba la cabeza pensando que yo estaba mal, que estaba enfermo (…) recurrí a amigos (…) médicos que me ayudaron mucho (…).[Con] una de mis parejas con las que viví, estuve 8 años, era de la iglesia, era músico como yo y nos conocimos en la iglesia y vivía casi mi misma experiencia. Teníamos una mentalidad un poco más bien cerrada porque teníamos que aparentar ante el mundo de que éramos heterosexuales siendo que en nuestra vida privada era vivir juntos, convivir (…) Esa creo que fue la mayor experiencia fuerte entre la iglesia y mi vida con mi identidad (…). Él era mi compañero de música y bueno nos enamorarnos. Yo era muy chico y me costó trata de armar una pareja con él. Puedo llegar a decir que en ese momento, cuando yo salía con él, estaba saliendo a la par con una chica porque quería aparentar, ocultar, aparentar (…)” Política y religión: desafíos perennes y debates contemporáneos | 60 Francisco estuvo en pareja durante casi ocho años. Conoció su compañero en la iglesia y compartía los mismos ideales religiosos. Quizá, por esta razón, vivía su relación con mucha culpa. Francisco tiene una clara conciencia de que la religión no posibilitó en él una vivencia positiva de su sexualidad: “Fue muy feo porque sabía lo que la iglesia pensaba de la homosexualidad. En ciertos párrafos del catecismo católico se nos marca como que somos seres enfermos, depravados, desviados y [con alta] aberración de la vida. Palabras tan fuertes (…) eso está escrito en un libro en el catecismo católico. Lo sé porque cuando yo vivía dentro de la iglesia quería intentar hacer el celibato. Me hacían leer algunas lecturas como para darme con un caño como diciendo date cuenta que vos acá no entrás. Me costó mucho ver que mi sexualidad encajara dentro de lo católico, dentro de la iglesia, dentro de la vida religiosa. A veces, llegué a sentirme mal o culpable cuando intimaba con mi pareja y [pensar] que estaba haciendo algo malo y al otro día tener que ir a misa, por ejemplo. A veces ni siquiera comulgaba o me daba miedo confesarme porque tenía que contar verdades (…) decírselo a un cura, que es el representante de una iglesia, un montón de cosas, me daba miedo y pánico. En ese tiempo deje de ir mucho a la iglesia hasta poder elaborar este proceso para saber cómo encajo, a dónde entro, cómo puedo llegar a pisar” Nacho, por su parte, siente una constante culpa. Si bien tuvo la posibilidad de contarle vía chat a su líder juvenil del grupo religioso entiende que la iglesia evangélica a la que asiste lo rechazaría ya que en su comunidad se separa a personas que tengan prácticas homosexuales. Todo esto, lo hace sentir un constante sentimiento de culpa: “Me parece que con los pensamientos que se me generan hacia otra persona del mismo sexo (…) desde mi creencia, me generan culpa. (…) cuando estudio en profundidad creo que esos pensamientos no son condenados. (…) son cosas que vienen, irrumpen en mi mente, son cosas que alimento y si las alimento (…) ¿está bien que me cause tristeza o dolor y culpa? Particularmente con la sexualidad [silencio] y mi creencia (…) no serían dos cosas compatibles, en este momento particular. (…) en este momento, donde estoy, es algo complejo (…) me cuesta decirlo (…) es tan conflictivo en mi vida todo esto. (…) muchos deseos que a veces tengo y conductas que llevo a cabo (…) son una de las mayores tensiones que vivo. (…) lo que estoy buscando en este proceso de batalla, es que mi práctica, mi fe y mi creencia sean compatibles, no por modificar mi fe, sino por modificar mis conductas o cambiar mi manera de pensar en cuanto a la sexualidad y la manera de disfrutarla y con quienes disfrutarla. Creo que a partir de cambiar eso, va a cambiar mi conducta que va a ser acorde a mi fe. Cambiar mi manera de pensar para que cambie mi modo de vivir y que eso se vuelva compatible con la fe” Advertimos, entonces, que salir del armario no es tarea fácil. Porque visibilizarse no sólo tiene que ver con un proceso externo sino, más bien, con un proceso que implica la decisión de “nombrar/se” desde una sexualidad no heterosexual. Además, en estos casos, es posible pensar que el discurso homofóbico con cierta “legitimidad divina”, posiciona al sujeto en una visión patologizante de su sexualidad, experimentándose en “falta” ante esa divinidad en la que cree. La heterosexualidad obligatoria a la que, tanto Francisco como Nacho no se ajustan, tiene la fuerza de un mandato religioso. Así lo expresa Nacho: “La homosexualidad en mi creencia está condenada. Es una perversión (…) es algo que hay que exterminar pero lo que no me ha enseñado es el cómo (…) también veo cómo la religión muchas veces dice: che no hagas esto, deja de hacer lo otro, cuídate de esto, pero eso no ayuda para nada contra los deseos carnales. (…) lo que me enseña es todas las cosas de las que tengo que tener cuidado, que no debo hacer, en este caso es no hacer nada con mi cuerpo sexualmente, pero lo que no me ha enseñado es cómo luchar contra ese deseo que aparece y que lo vivo, que es bastante normal, (…) ojalá en algún momento haya una mirada homosexual” Política y religión: desafíos perennes y debates contemporáneos | 61 Francisco, por ejemplo, relata que vivió con depresión y hasta tuvo pensamientos suicidas al sentir que su deseo no coincidía con “los planes de Dios”, pues, al hablarlo con un sacerdote, éste lo estigmatizó y de esta manera fortaleció una visión patologizante de su deseo. “Tuve una experiencia en la iglesia un poquito traumática, me cerraron un poco las puertas por causa de ser gay. Cuando yo me confesé para poder llegar a tratar de hacer un postulantado, intentar estar dentro de la iglesia en la vida activa -quería llegar a ser sacerdote o un hermano- se me cerraron las puertas al confesar mi verdadera identidad. El cura formador que tuve no se convenció de mi vida, entonces era como flagelarme todos los días. Tenía lecturas para leer, el mismo catecismo de la iglesia católica dice aberraciones de nosotros. La iglesia es una comunidad muy cerrada para el homosexual. (…) en un principio me cuestioné esto de estar dentro de la iglesia y estar viviendo mi vida (…)me encerré, me encerré, me encerré, me encerré, empecé a tirarme para adentro y caí, caí en picada mal, después de ese intento de suicidio vinieron muchas más, (…) lamentablemente he tenido que vivir mintiendo y sabemos que dentro de los mandamientos mentir no es correcto pero mi vida adentro de la iglesia tampoco hubiera podido haber seguido. Decidí mantener una identidad cerrada y seguir trabajando para la iglesia. De esa forma pude mantener mi relación de vida separada a la de la iglesia” Salir del armario pone en tela de juicio todo un sistema que conmina al silencio y al ocultamiento a “otros deseos” que no se ajustan a la norma. Y si a esto se suma que la legitimidad viene “dada por Dios” (fundamentada en la Biblia o en las tradiciones religiosas) la visibilidad o salida del armario de los sujetos creyentes parece tener dificultades mayores a las habituales. 3.3. ¿Totalmente adentro? ¿Totalmente afuera? Lo expuesto anteriormente nos hace advertir que la díada “adentro/afuera” del armario resulta, en palabras de Kosofsky Sedgwick, cuestionable. Parece que nunca se está totalmente dentro del armario y tampoco nunca se está totalmente fuera de él. El ideal que pensaba la “salida del armario” como un acto discursivo por medio del cual el sujeto se destapa y declara públicamente su sexualidad, parece que, al menos desde esta perspectiva, no puede sostenerse tan tajantemente. Kosofsky Sedgwick sostiene que el armario también guarda “silencios” que, lejos de ser ignorancia, son un modo de tramitar el conocimiento/desconocimiento acerca de la sexualidad. El hecho de permanecer en el armario es en sí mismo un comportamiento que se ha iniciado como tal por el acto discursivo del silencio, no un silencio concreto, sino un silencio que va adquiriendo su particularidad, a trancas y a barrancas, en relación con el discurso que lo envuelve y lo constituye de forma diferencial. Los actos discursivos que puede comprender, a su vez, la salida del armario son tan extrañamente específicos como los anteriores y puede que no tengan nada que ver con la obtención de una nueva información. (…) el hecho de que el silencio sea tan intencionado y transformativo como el discurso, en las relaciones en torno del armario, depende de que la ignorancia sea tan poderosa y múltiple como el conocimiento.125 Dos razones, según Kosofsky Sedgwick, dan al armario una flexibilidad que imposibilita hablar con claridad de un afuera o un adentro. La primera es lo que la 125 . KOSOFKY SEDGWICK, E., Epistemología del Armario, Barcelona, 1998, 14-15. Política y religión: desafíos perennes y debates contemporáneos | 62 autora llama armario de cristal: el sujeto no tiene certeza de cuánta información acerca de su sexualidad poseen los interlocutores con los que interactúa. Funciona, en este caso, la sospecha y el “secreto a voces”. La segunda, es que cada vez que quien vive una identidad no heterosexual se enfrenta a un sujeto desconocido se levantan nuevos muros de silencio, sobreentendidos y heterosexualidad obligatoria. Ante un nuevo “público”, el sujeto tiene que decidir salir del armario o quedarse en él. Francisco expresa esto desde su propia experiencia y la de otros gays y lesbianas que él mismo conoce dentro de su comunidad parroquial. Siente que sólo fuera de la Iglesia puede ser él mismo porque “las paredes oyen”. Francisco, en este caso, “supone” que muchos miembros de la comunidad a los que él nunca les dijo nada respecto de su deseo, conocen su orientación sexual, incluidos los sacerdotes de la misma. En este caso concreto es que puede hablarse de armario son de cristal: “(…) mi compañera catequista es lesbiana. Nos llevamos muy bien, nosotros siempre decimos que hacemos la pareja perfecta (risas) no nos vamos a pelear ni por la mujer ni por el hombre del otro (risas). Me llevo muy bien, es mi amiga.Me contó lo de ella de la misma forma que yo, dando vueltas (…) En nuestras casas somos nosotros, eso seguro, o fuera del ambiente de la parroquia o fuera de algún grupo que estemos dentro de la parroquia, somos nosotros, somos libres, podemos hablar de todos nuestros temas, de decir: che, estoy con mi pareja, me pelee, estoy bien, pero dentro de la parroquia, sabemos que las paredes oyen, las paredes oyen” La visibilización, en el caso de Francisco, implicó un “cierre de puertas” por parte de la iglesia, pues, comenta Francisco, no pudo continuar con el proceso vocacional que deseaba hacer para descubrir si “Dios lo llamaba” para ser seminarista. En relación con la familia, Francisco lo habló explícitamente con sus hermanos y sobrinos y ellos, que no tienen una experiencia religiosa practicante fuerte, lo asumieron con serenidad. Con sus padres aún no siente la necesidad de explicitarlo. Sin embargo, Francisco plantea que la visibilidad es dificultosa, no sólo en los ambientes eclesiales, sino también en ámbitos no religiosos: “Tuve muchos lugares de trabajos, no había forma de ser abierto, entonces sí o sí dentro de mi ambiente laboral tenía que ser lo más discreto posible y en lo posible no ser gay o dar una expectativa que lo fuera, a pesar que conocí en el grupo de mi trabajo que habían dos o tres que si lo eran pero tuvieron también sus complicaciones. Al enterarme de algunas cosas que habían estado viviendo esos chicos dije prefiero que me vean como hetero (…) Preferí mantener mi identidad oculta y mantenerme tranquilo” Parece que en el vínculo institucional con la Iglesia Católica, el “secreto a voces” y/o la sospecha posibilita cierto permiso para permanecer ligado a la institución religiosa. Esto es, según Kosofsky Sedgwick, porque la salida del armario no afecta sólo al sujeto que sale sino también a su entorno cercano que tiene que tomar una decisión ante la información recibida. En el caso de Francisco y su acompañante podemos pensar hipotéticamente la siguiente pregunta: ¿Cómo “responsabilizarse” como sacerdote ante la confesión de los deseos sexuales de Francisco en vistas a su proceso vocacional? En el caso de la visibilización de Nacho, es posible encontrar algunos guiños que resignifican la salida del armario. En este caso se puede notar que la utilización del chat como declaración indirecta (nos referimos a la posibilidad del cuerpo ausente que posibilita las nuevas tecnologías de información y comunicación) visibiliza su tensión sexual. Lo relata de esta manera: Política y religión: desafíos perennes y debates contemporáneos | 63 “La primera vez que lo hable fue hace dos años por chat con un líder de jóvenes de una iglesia (…) después lo hable con otro chico de la iglesia Jesucristo Rey. (…) lo he hablado con otra chica y en un grupo de amigos que eran dos chicos con el que consideraba mi guía espiritual allá en General Pico. (…) de mi familia, nadie, absolutamente nadie sabe, es más, de hecho ni siquiera saben que voy a la psicóloga, ni tíos ni primos ni nadie, bue! excepto con el primo con el que estuve (risa) él si lo sabe [silencio]. (…) los únicos que saben son íntimos creyentes y muy creyentes” Nacho acude a la ventana del chat como una posibilidad de una salida útil. En este sentido, el canal del chat, le permite un nuevo tipo de espacio virtual privado, donde puede tener conversaciones relacionadas a su condición. El miedo con el que Nacho ha construido su armario, se repliega sobre el mundo virtual, una suerte de ciberarmario protector.126 Francisco, se siente amado por Dios y cree firmemente que Dios “lo hizo así”, que “Dios quiere que sea feliz” y que “entregue su vida a los demás”. Aprendió a aceptarse a sí mismo. Por eso descubre como algo fundamental en su vida su pertenencia a la parroquia en la cual trabaja y al ministerio de música con el que sirve a Dios y, aunque esto le implique un armario cerrado o, como él mismo lo dice, una identidad oculta, “se siente feliz”, “cerca de Dios” y “sirviendo en su comunidad”. Nacho, por su parte, siente que tiene una relación personal con Dios. Procura tener mayor claridad en las diferencias que para él son importantes entre religión y Dios. Piensa que “(…) la religión tiene muchas falencias (…) cosas erradas y alejadas de los planteos bíblicos”. Por eso, para él, es más importante sentirse seguidor de Cristo que sentirse religioso en el sentido en que lo plantean las instituciones. La “batalla” principal en su vida es dejar de sentir inclinaciones homosexuales. Siente además que es posible armonizar desde su fe algunas “conductas o maneras (…) de pensar en cuanto a la sexualidad y a la manera de disfrutarla y con quienes disfrutarla”. 4. Conclusiones En este breve recorrido, desde las biografías de Francisco y Nacho, expusimos algunos sentidos en torno a la vivencia de una sexualidad no heterosexual permeada por la experiencia creyente. Nos interesó mostrar qué dicen los protagonistas acerca de su salida del armario desde su pertenencia institucional a una tradición religiosa y dejar emerger convergencias y divergencias entre biografías de adscripciones religiosas diferentes. Describir sentidos y estrategias de visibilización o invisibilización ha sido el objeto del presente artículo. Una primera conclusión que es posible esbozar es que, si se quieren comprender los modos contemporáneos de subjetivación, no es posible prescindir de la dimensión religiosa. A partir de las entrevistas es posible inferir la importancia del lugar que ocupa esta dimensión en la vida de los sujetos, en la configuración de su identidad y, por supuesto, en la vivencia de su sexualidad. 126 . Cf. SÁEZ, J., El Ciberarmario, Disponible en: http://www.hartza.com/armario.htm [Consultado el 21-02-12] On line. Política y religión: desafíos perennes y debates contemporáneos | 64 Una segunda conclusión posible es que, tanto en el caso de Francisco en relación con la iglesia Católica y en el caso de Nacho desde la iglesia Evangélica, parece que es posible vivir una sexualidad no heterosexual y seguir practicando la vida de fe en estrecho vínculo con la institución religiosa. Sin embargo es posible preguntarse: ¿posibilitan la postura y prácticas de las iglesias la visibilización?, o más bien ¿obligan a permanecer dentro del armario o abrirlo lo menos posible hacia los demás miembros de la comunidad? ¿Por qué, ambos sujetos sienten o sintieron que su modo de habitar la sexualidad no es el que Dios quiere? Ambos manifiestan esto último en distintas etapas y su deseo de cambiar para ajustarse a la norma. Una tercera conclusión que nos parece se puede esbozar es que la homofobia teñida de religiosidad parece poder tolerar el armario de cristal y el secreto a voces, pero se muestra reticente ante la visibilidad que, de alguna manera, desafía la doctrina y la moral de las iglesias. Resulta complicado explicitar el propio deseo y, aún más, visibilizarlo. “No lo digas” parece ser un mandato explícito, y a veces implícito. Finalmente parece que el discurso homofóbico con cierta “legitimidad divina” posiciona al sujeto en una visión patologizante de su sexualidad experimentándose en “falta” ante esa divinidad en la que cree. La norma social a la que él no se ajusta (heterosexualidad obligatoria) tiene la fuerza de un mandato religioso. De ahí que, por ejemplo, Nacho sienta que vive una batalla con su sexualidad y el sentimiento de culpa lo habite constantemente. Esta culpa hace que acuda a las nuevas tecnologías para visibilizar, aunque de modo privado, su condición. Francisco también pasó por esa etapa de acuerdo a lo narrado y llegó a tener pensamientos suicidas a causa de esta razón. Quizá sean más las preguntas que las respuestas. Cerrando este artículo abrimos interrogantes que nos posibilitan profundizar nuestra investigación. ¿Quién decide, finalmente, “el adentro” o “el afuera” del armario? ¿Los sujetos? ¿Los contextos? ¿Por qué el sujeto se visibiliza en ciertos contextos y en otros no? ¿Qué hace que algunos decidan “sacar” a los sujetos del armario o hacerlos “permanecer” adentro? ¿Qué sentidos respecto de la sexualidad se construye desde la experiencia religiosa? ¿Posibilitan estos sentidos la vivencia de una sexualidad diversa y la pertenencia eclesial sin conflictos? Política y religión: desafíos perennes y debates contemporáneos | 65 ALGUNAS COMPLEJIDADES SOBRE MULTICULTURALISMO Daniel Gorra (Universidad Nacional de San Luis) 1. Consideraciones semánticas y propuestas de modelos del multiculturalismo El término “multiculturalismo” adolece de vaguedad. Es una palabra compuesta por dos términos complejos -múltiple y cultural-. Por ejemplo, la palabra múltiple en filosofía tiene diferentes significados de acuerdo a la presentación o percepción que se tenga de realidad, como en el caso de Aristóteles, Parménides, Kant y los sofistas, entre otros. “La palabra múltiple puede designar o bien muchos elementos de un tipo, o bien, muchos elementos distintos entre sí”127. No menos problemático es el término “cultural”. La autora Abdallah-Pretceille128 diferencia dos funciones de la palabra cultural. Una ontológica, que permite al ser humano significarse ante los demás, características de las sociedades tradicionales y donde las adaptaciones y ajustes culturales son lentos. Y una función instrumental que facilita la adaptación a los nuevos entornos produciendo comportamientos y actitudes, es decir, cultura, propia de las sociedades modernas. La función ontológica comprende una lógica de pertenencia respecto de las estructuras y valores sociales, en cambio, la instrumental se basa en una lógica de relaciones que comprende la idea de proceso dinámico de los cambios culturales. En algunas investigaciones sociales se reemplaza el término “cultura” por la expresión “diversidad cultural”129. Nicolás Zavadiker130 distingue dos usos del término multiculturalismo, uno con un sentido descriptivo, que refiere a reconocer la pluralidad de valores y tradiciones de diferentes comunidades, y otro en un sentido prescriptivo, que refiere a la actitud que debe tomarse frente a las diversas culturas. El primer sentido –descriptivo- que correspondería a un área sociológica y antropológica no presentaría problemas. Se trata de un nivel de reconocimiento de otras culturales, con las que se puede estar a favor o en contra de sus prácticas culturales. En cambio, el segundo sentido –prescriptivo- es el que presenta complejidad en cuanto se refiere a la forma en que deberían coexistir las diferentes culturales, por lo que comprende áreas de la política, el derecho y la moral, comprometiendo al Estado y a las autoridades políticas en la regulación del intercambio cultural. El concepto de multiculturalismo aparece en la segunda mitad del siglo XX en EEUU nominando el fenómeno de la diversidad cultural, las diferencias culturales y resaltando la importancia de la afirmación de las creencias particulares y diferenciadas131 tomando 127 . Mira, Nuria Estrach, “La máscara del multiculturalismo”, Scripta Nova 94 (agosto 2001). 128 . Abdallah-Pretceille, Martine, La educación intercultural, (Barcelona, Idea Books, 2001), 17. 129 . Abdallah-Pretceille, ob. cit., 17. 130 . Zavadivker, Nicolás, “Diálogo y pluralismo axiológico” (conferencia presentada en las XXVII Jornadas de Filosofía Jurídica y Social “Multiculturalismo, Interculturalidad y Derecho”, Rosario, del 10 al 12 de octubre de 2013). 131 . Mira, Nuria Estrach, “La máscara del multiculturalismo”, Scripta Nova 94 (agosto 2001). Política y religión: desafíos perennes y debates contemporáneos | 66 como referencia la pluralidad cultural y étnica de los grupos conformados por indígenas, esclavos e inmigrantes. En Europa comprende las minorías étnicas según su país de origen e importancia y se diferencian dos modelos: el inglés y el francés. El modelo inglés, que reconoce la pertenencia del individuo a una comunidad distintas del Estado Nación y sus normas religiosas y tradicionales, postulando un comunitarismo donde los grupos sociales tienen un rol social relevante. En cambio, el modelo francés llamado “intercultural”, toma como punto de partida la inclusión en la cultura francesa guiada por la idea de una sociedad caracterizada por una homogeneidad cultural que sustituye a las culturas originarias. La comunidad de referencia es la nacional y es presentada como una comunidad unitaria, cuyos principios y valores deben ser reconocidos y respetados por todos los individuos. El interlocutor del Estado es el individuo particular, “ciudadano” y no se reconoce legitimidad política a grupos sociales132. Es fácil advertir que el modelo inglés parecería responder más a la idea general que se tiene del multiculturalismo, frente al modelo francés que más que una alternativa parece ser propuesta antimulticulturalista. Los dos modelos se basan en la igualdad, pero mientras que el francés prescinde de las diferencias entre los individuos frente al Estado, el inglés reconoce las diferencias y da preferencia a las comunidades que integra el individuo. A pesar de la vaguedad y diferentes significados, funciones y modelos, el término multiculturalismo tiene una connotación positiva y aparece con frecuencia en los discursos políticos y educativos y una fuerte influencia en los procesos y reformas constitucionales latinoamericanas en la incorporación de nuevos derechos en el marco del pluralismo normativo. Sin embargo, presenta ciertas dificultades prácticas en lo que respecta a la tolerancia y aceptación de la diversidad cultural y el pluralismo normativo. 2. ¿Hasta dónde somos multiculturalistas? El reconocimiento y aceptación de la diversidad cultural comprende una conducta que no puede limitarse a un nivel ético social, sino que comprende una base biológica como punto de partida. Tomemos como ejemplo la empatía. Ésta es definida como la capacidad cognitiva de percibir lo que siente otra persona, es decir, ponerse en lugar de otro, y la misma tiene una base neurobiológica. “Las áreas frontales son claves para la conducta moral así como la cognición social, la función cognitiva que procura entender y explicar cómo los pensamientos, las sensaciones y el comportamiento del individuo se ven influidos por la presencia real o imaginaria de otros. La conducta moral refiera a aspectos éticos, legales, creencias y normas e involucra varios procesos psicológicos como la emoción y la empatía” 133. En neurociencias se han efectuado investigaciones que vinculan la empatía con el órgano del cerebro llamado amígdala. La amígdala es un órgano con forma de almendra que está en la profundidad de cada hemisferio del cerebro. Se cree que es crucial para la empatía. Mientras más empatía tiene una persona, más activa es su amígdala. La técnica de neuroimagen demuestra que a mayor actividad de la amígdala mayor empatía. En cambio, cuando hay menos actividad o mal funcionamiento de la amígdala, se presenta una ausencia o menor empatía. Advirtiendo la incidencia del nivel biológico en la conducta, la empatía contribuiría a la idea de 132 . Falacchi, Alessandra, Los derechos en la Europa del multiculturalismo, ( Buenos Aires, La Ley – Eubeba, 2005). 133 . Manes, Facundo, Usar el cerebro, (Buenos Aires, Planeta, 2014), 220. Política y religión: desafíos perennes y debates contemporáneos | 67 respetar y aceptar las diversas prácticas sociales de los diferentes grupos humanos. Si el multiculturalismo comprende el respeto de la diversidad cultural, surgen varios interrogantes: ¿debemos aceptar todas las prácticas sociales, jurídicas o políticas de cada comunidad? ¿Comprende el multiculturalismo límites? ¿Somos multiculturalistas hasta que surja una conducta que nos molesta? ¿Quién fija los límites? Algunos casos ponen en evidencia los conflictos de prácticas de índole cultural y jurídica. Por ejemplo el caso de Amina Lawal, una joven nigeriana condenada a muerte. El delito era adulterio y la ejecución consistía en la lapidación. Eso establecía el sistema legal nigeriano. Este hecho provocó una reacción generalizada entre el mundo occidental, un mundo apenas preparado para castigar el adulterio como un crimen, un mundo generalmente en oposición a la pena de muerte, un mundo donde la lapidación a una persona a la muerte se considera una práctica aberrante. Países como Nigeria, Somalía , Indonesia e Irán preveen en su legislación la pena por lapidación. El artículo 102 del Código Penal iraní describe de manera ilustrativa como debe llevarse a cabo la lapidación. Los hombres tienen que ser enterrados hasta la cintura y las mujeres hasta el pecho. Y el artículo 104 describe la ejecución: deben ser golpeados hasta la muerte con piedras que no sean ni "demasiado grandes como para matar inmediatamente ni demasiado pequeñas como para no considerarse piedras”. Pensemos que en Argentina el adulterio primero fue derogado como delito y luego fue derogado como causal de divorcio. Finalmente el tribunal nigeriano desistió de esa condena. Este caso, señala Guibourg134, es un claro ejemplo de poner límites, a pesar del reconocimiento de la diversidad cultural, que comprende la diversidad de sistemas legales. Caso contrario, deberíamos aceptar la lapidación como condena, por formar parte del sistema legal que adoptó la cultura de otro país bajo la bandera del multiculturalismo. El problema es establecer ¿cómo obtener un consenso para fijar límites? o, si ¿el consenso pondría en peligro las minorías? Otro caso complejo es la escisión de órganos genitales externos femeninos que se practica en algunas comunidades africanas haces más de dos mil años. “La mujer no escindida no es una verdadera mujer, es impura, no puede casarse y tener hijos, si misma familia se avergüenza de ella y, considerando la visión predominante de la mujer en estas sociedades, esto equivale al aislamiento, a la marginalización, a la dificultad misma de sustento”135. En algunos países esta práctica tiene connotaciones religiosas, en otros solo una costumbre que tiene más de mil años. ¿Cómo debemos interpretar esta práctica? ¿Multiculturalismo? o ¿mutilación? Desde la visión occidental estas prácticas han sido condenadas y algunos países africanos han comenzado a prohibirla. Incluso en Italia y Francia hay fallos que criminalizan la práctica de la escisión. En defensa los acusados han invocado la libertad de sus prácticas religiosas y en algunos casos el error de prohibición, planteando dudas acerca de la aplicabilidad de una norma en caso de desconocimiento material de la ilicitud. Desde el punto de vista subjetivo psicológico de los imputados la norma comunitaria es más vinculante que la prohibición de un código penal y surge de una obligación religiosa y social. Las mujeres que no practican la escisión son aisladas socialmente. Mientras que para la sociedad occidental la menor es una víctima, para la africana es 134 . Guibourg, Ricardo, “The Lapidation of Amina“ (ponencia presentada en el XXIII Congreso IVR, Cracovia, del 1 al 6 de agosto de 2007). 135 . Falacchi, Alessandra, Los derechos en la Europa del multiculturalismo, ( Buenos Aires, La Ley – Eubeba, 2005), 66. Política y religión: desafíos perennes y debates contemporáneos | 68 una agasajada136. Dada estas consideraciones se han considerado que en vez de criminalizar la conducta se deben optar por medidas más persuasivas como recurrir a un hospital para que un profesional realice la práctica o impartir información sobre las secuelas físicas y psicológicas. 3. El multiculturalismo en los textos constitucionales y problemas de orden técnico La influencia del multiculturalismo en los textos constitucionales está acompañada con el surgimiento del neoconstitucionalismo, comprendiendo un proceso histórico, donde se incorporaron los denominados derechos sociales y tratados internacionales a los textos constitucionales. Sin bien se consagró un gran catálogo de nuevos derechos, se suscitaron problemas de orden técnico, en lo que respecta a los recursos de los Estados para garantizar todos los derechos que se otorgaron. Por otro lado, no se ve con claridad quiénes son los obligados a cumplir con los derechos que se otorgan. Si alguien tiene un derecho, tiene que haber otro que tenga que cumplir con la obligación de satisfacerlo, ya se trate de un deber individual (de hacer o de dar) o de un deber colectivo (tolerar ciertas conductas del titular del derecho, o no interferir con ellas). Cada vez que hay un derecho, hay una obligación de cierta clase y esa obligación se halla necesariamente en cabeza de una persona física o jurídica, de un grupo de personas o de las personas en general. Pueden concebirse, acaso, algunas obligaciones sin derecho (a menos que éste se describa como un beneficio público o se identifique con la acción penal del Estado). Por ejemplo, la Constitución de Bolivia -reconocida por haber impregnado de multiculturalismo su normativa constitucional- sostiene que todos sus derechos son operativos, es decir, no necesita de otras leyes o reglamentos para su implementación. El carácter operativo de los derechos implica analizar dos problemas: 1) la falta de recursos para satisfacerlos y 2) su exigibilidad. Las constituciones latinoamericanas han optado por la técnica de los derechos frente a la técnica de las obligaciones. La incorporación de derechos en los textos constitucionales puede realizarse por la técnica de los derechos o por la técnica de las obligaciones. Las constituciones contemporáneas han optado por la primera técnica; se incorporan derechos sin identificar los sujetos o instituciones que tengan el deber jurídico de satisfacer los derechos otorgados. En cambio, la técnica de las obligaciones es más compleja pero sería más efectiva, porque implica establecer quién o quiénes son los obligados de satisfacer los derechos, en qué plazo deben hacerlo y qué sanción tendrían en caso de incumplimiento. Los gobernantes han optado por el camino más sencillo: limitarse a otorgar derechos en forma indiscriminada, sin la reserva técnica de cómo se van a implementar. En este sentido Barcesat137 sostiene que los derechos económicos, sociales y culturales importan un gasto y nadie quiere hacerse cargo de ese gasto: Va contra la lógica propia del sistema, que es la de la maximilización de las ganancias y consecuente acumulación de capital. No se les puede impedir ni pedir a las empresas de capital monopolista internacional que produzcan y aporten, gratuitamente, para la distribución entre los necesitados sin capacidad económica. Lo que le da operatividad a los derechos, no es una mera declaración o expresión de deseo plasmada en una constitución, sino cuestiones geográficas, políticas, socioeconómicas y 136 . Falacchi, ob. cit. 137 . Barcesat, E., Derecho al Derecho: Democracia y Liberación, (Buenos Aires, Ediciones Fin de Siglo, 2003). Política y religión: desafíos perennes y debates contemporáneos | 69 socioculturales, porque si estos factores inoperatividad de las normas. son desfavorables pueden tornar la La complejidad a nivel normativa de la recepción del multiculturalismo no se limita a la operatividad o no de los derechos, sino en tratar de conciliar los sistemas legales con los sistemas aborígenes como en el caso de Bolivia, es decir, ¿cómo se coordina el derecho del Estado con el derecho indígena? ¿El derecho indígena es fuente legal de derecho? ¿Qué principios constitucionales y reglas priman en la resolución de casos que tienen que ver con demandas sobre el territorio de los pueblos indígenas y el ejercicio del autogobierno para estos mismos? ¿Qué vigencia tienen las garantías de los procesos judiciales en la resolución de conflictos indígenas? Basta recordar los linchamientos y sometimientos ultrajantes a que son sometidos los miembros de una comunidad aborigen ante la violación de una norma de su sistema legal. Creo que estamos en presencia de una zona gris en materia jurídica. ¿Cómo debemos tomar la ausencia del Estado ante un linchamiento de una comunidad?, ¿respeto por el multiculturalismo? u ¿omisión de sus obligaciones? 4. El diálogo como contribución para la convivencia de diversas culturas Uno de los modelos de multiculturalismo identificados por Zavadivker 138 es el modelo dialoguista; “la propuesta de una sociedad regida por el diálogo y la convivencia entre las distintas culturas”. En esta visión de la multiculturalidad (denominada usualmente ‘interculturalidad’), se destaca no sólo la coexistencia pacífica de cierta diversidad, sino también una actitud de apertura que facilita el intercambio amistoso entre diversas tradiciones culturales. De allí que se haga hincapié en el diálogo, en oposición a la idea de un discurso único desde el que grupo dominante pretende imponer su modo de vida a los demás. , la búsqueda de una influencia pacífica guiada por la razón y requieren argumentos para ser preparados y presentados en un diálogo justo pensativo. En este sentido Guibourg139 manifiesta que un diálogo pensado como un camino hacia la paz y la cooperación no es simplemente un intercambio de información cultural o jurídico, sino más bien una comparación de las preferencias, tanto comunes como divergentes, con el fin de establecer la mejor manera de llevar a la práctica las preferencias comunes y manejar los divergentes por una concesión mutua aceptable o, al menos, un poco de respeto de la diversidad. Si postulamos el intercambio de nuestras preferencias por intermedio del diálogo en búsqueda de aceptar la diversidad cultural, deberíamos preguntarnos sobre la inconmensurabilidad o no de los valores que se canalizan en nuestras preferencias morales. ¿Es posible un diálogo con un lenguaje en común entre las diversas culturas? Si entendemos que los valores o principios que invoquemos para adoptar actitudes morales frente a conductas que aprobamos o reprochamos son construcciones culturales tendremos que estar dispuestos a ceder, aceptar o construir nuevas preferencias comunes con otras culturas; en cambio, este camino es complejo si los valores se consideran 138 . Zavadivker, Nicolás, “Diálogo y pluralismo axiológico” (conferencia presentada en las XXVII Jornadas de Filosofía Jurídica y Social “Multiculturalismo, Interculturalidad y Derecho”, Rosario, del 10 al 12 de octubre de 2013). 139 . Guibourg, Ricardo, “Moral, antropocentrismo y etnocentrismo”, en La ética en la encrucijada, comp. Zavadivker, Nicolás, (Buenos Aires, Prometeo, 2008), 31-46. Política y religión: desafíos perennes y debates contemporáneos | 70 verdades objetivas sujetas a un código moral -cultural o divino- ¿Hasta dónde estamos dispuestos a ceder nuestras preferencias y tolerar las de otras culturas? La tolerancia constituye un juicio de valor que comprende respetar o aceptar ciertas conductas aunque no estemos de acuerdo en vez de criminalizarla o repudiarla. Tal vez el gran desafío del diálogo de la diversidad cultural sea fijar criterios que permitan establecer límites entre lo tolerante y lo repudiable, y analizar cómo se justifican las decisiones que en cada cultura. Política y religión: desafíos perennes y debates contemporáneos | 71 SOLA Y ERRANTE, LA VOZ EN BÚSQUEDA DE ALTERIDAD Agustín Martino, José María Las Heras y Laura Cecilia Díaz (Universidad Nacional de Córdoba) “El preguntar ya no volverá a ser el mero paso previo hacia la respuesta, el saber, sino que el preguntar se convertirá en la suprema figura del saber. El preguntar despliega entonces su más peculiar poder de abrir lo esencial de todas las cosas. El preguntar obliga entonces a la extrema simplificación de mirar a lo absolutamente ineludible. Tal preguntar quiebra el encapsulamiento de las ciencias en disciplinas separadas, las recoge de su dispersión, sin límite y sin meta, en campos y rincones aislados y expone la ciencia inmediatamente de nuevo a la fecundidad y a la bendición de todas las fuerzas de la existencia histórica del hombre, que configuran el mundo, como son: naturaleza, historia, lenguaje; pueblo, costumbres, Estado; poetizar, pensar, creer; enfermedad, locura, muerte; derecho, economía, técnica”. —Martin HEIDEGGER140 1. Introducción: nuestro lugar en el mundo de lo ente El cambio se ha instalado en el mundo con fuerza indescriptible, convirtiendo al tiempo en velocidad. Ante la vorágine de este escenario tan complejo, signado por la incertidumbre y guionado por la espectacular fugacidad de lo representado, las fuerzas que interactúan en la sociedad, incesantemente, bregan por encontrar su sitio, emprendiendo la búsqueda permanente de nuevos roles. En el marco del contexto vigente, un tan interesante como revelador interrogante que reclama ser pensado frente al estado actual del entramado sociológico, anida en el delicado vínculo que mantiene la universidad con el conjunto de la sociedad. ¿Cuál es la relación entre sociedad y universidad, pensada la primera como alimento y campo de acción del acontecer transformador de la segunda; considerada a la luz de la gestación del movimiento devenido con la modernidad e íntimamente correspondido con la proliferación de las ciencias económicas? Se trata, como puede verse, de un fenómeno agudizado en nuestra era pero cuyo comienzo puede hallarse tiempo atrás. Sin embargo, aún persiste siendo una de las problemáticas con mayor rigor actualmente. La explosión y dinamismo de la economía han sido rasgos basilares de la consolidación del capitalismo como régimen determinante de la fisonomía mundial, desde su aparición hasta nuestros días, erigido ya como protagonista monopólico del escenario global. Su afincamiento como rector de la asignación de recursos, ha sido decisivo, bajo las banderas del progreso, en la estructuración del plano internacional; llegando, también, con igual preeminencia, a la configuración de la cotidianidad de nuestra sociedad, y en última instancia, al delineamiento del hombre contemporáneo. 140 . Martin Heidegger. Discurso del rectorado, 1933. http://www.bolivare.unam.mx/cursos/TextosCurso10-1/Heidegger-%20La%20autoafirmaci%F3n%20de %20la%20Universidad%20alemana.pdf Política y religión: desafíos perennes y debates contemporáneos | 72 La cosmovisión del hombre nuevo, su razón, su logos, se encuentran atravesadas por la racionalidad económica. Esta antropología que se esconde detrás del comportamiento economizado del ser humano, ha tenido, una gran acogida en el desenvolvimiento y lógica del resto de los saberes, y un inmediato correlato en el desarrollo de la vasta literatura que constituye la teoría económica moderna, estudiada por nuestros jóvenes en las disciplinas académicas. La Academia enseña sus principios, los postula axiomáticamente, deduciendo, mediante arduos algoritmos matemáticos, la solución eficiente a los asuntos humanos. No obstante, lo paradójico del presente, descansa en la angustia que experimenta el hombre del campo de la técnica al encontrarse frente a una máquina que no sabe dominar. Con la economía mundial en crisis, el individuo vaga junto al mundo errante, en medio de una marea que lo sacude hasta las entrañas mismas de su esencia. ¿Qué partida debe, entonces, arriesgar la universidad, como institución receptora de síntomas sociales, que su propia palabra despierta? ¿Y nuestra unidad académica, Facultad de Ciencias Económicas, ante la marcha ininterrumpida del gran engranaje, sistematizado en sus adentros? ¿Seguimos cultivando meros peritos mercantiles incapaces de captar los signos de su pertenencia para trascender a la interpretación de la realidad que alimentan, economistas fascinados con la perfección de los resultados científicos mientras, aquí, todo permanece problemático, administradores que perciben al recurso humano como materia óntica, como un ente más entre otros factores; seguimos dando cuerda al movimiento que nos impide detenernos sobre nuestros propios principios, alejando en camino distantes a las esferas del pensar; o damos lugar al planteo de la pregunta contenida que espera ser oída? ¿No será ya el momento de un nuevo interrogante, lento, cuya novedad no arraigue en la efímera vigencia sino en la sagaz y penetrante dirección, sentida hacia lo más auténtico desde lo hondo de su reflexionar? ¿No corresponde a la universidad, inquirir qué ha sido de su criatura, de la puesta en práctica de su palabra; examinar, en el marco de su función abierta y dialogante con la sociedad, constitutiva, que ha sido del nosotros en el mientras de nuestro tiempo? ¿No pertenece a la ciencia en general, y a la económica en particular, emprender el pensar superador, integrando al miope aislamiento vigente a través de la interdisciplinariedad de su llamado y en la revitalización de su capacidad de aprehender la realidad como un todo? ¿Si la escasez, como concepto gobernante de los esfuerzos que agolparon la extensa biblioteca de literatura económica, se ha trasladado a otra dimensión, escabulléndose del inútil intento de la ciencia por apreciarlo en su justa magnitud? Aun corriendo el riesgo de encontrarla en las entrañas de su ser con mucha mayor preeminencia que en el reino óntico de lo ente, la ciencia económica debe dar lugar a la escucha del llamado, del reclamo urgido de su mismas contradicciones, reuniendo en su pensar a la desmembrada universidad. Federico Fellini ha mostrado con grandeza inaudita el peligro de la escucha tardía con la incapacidad del habla que inunda el silencio elocuente de los minutos finales de su gran Dolce Vita, un film donde la crítica a la sociedad de las luces domina la evocativa trama. Marcelo contempla, ebrio y ensordecido, en los ojos del estremecedor animal marítimo, atrapado en la arena, el vacío de su camino desandado. Política y religión: desafíos perennes y debates contemporáneos | 73 Para exponer a la “ciencia inmediatamente de nuevo a la fecundidad y a la bendición de todas las fuerzas de la existencia histórica del hombre, que configuran el mundo, como son: naturaleza, historia, lenguaje; pueblo, costumbres, Estado; poetizar, pensar, creer; enfermedad, locura, muerte; derecho, economía, técnica”, resulta inevitable despertar el espíritu crítico del pensar, inculcando en los jóvenes su vitalidad. Y él se forma con el diálogo interdisciplinario, que reúne, que integra, que despliega. En un mundo donde se valora más lo que circula en el mercado que la voz “comercializada” en el ámbito académico, funcional con la imposibilidad de detenernos a pensar; revalorizar su palabra urge como deber imprescindible, dando lugar a la conversación pública y no a la formación encapsulada; al trascender alado y no al funcionamiento mecánico. Lo notable de la fenomenología advertida anida en la respuesta de las fuerzas constitutivas de la realidad política y social. Las instituciones tanto del ámbito académico o científico, como las profesionales, ante las señales percibidas, lejos de ampliar el espectro de su interés y dar lugar a la apertura del horizonte “esencial de todas las cosas”, parecieran empecinarse en afianzar la marcha emprendida. Cada momento de crisis o temblor del sistema, pudo verse, con el paso de los años, como simple historiografía de la agudización. Así, el mundo fue capaz de superar la gran depresión de los años 30´, las contiendas mundiales, el holocausto, las guerrillas latinoamericanas, las crisis del petróleo y las financieras más recientes. Para ello, se decidió la creación de diversos organismos internacionales, como el Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional, las Naciones Unidas, catalizadores de las concepciones fundamentales del proceso de globalización; y se instauró, a nivel de cada país, con mayor o menor grado de institucionalización, un diálogo permanente con lo que estaba sucediendo en el plano transnacional. La historia Argentina, tristemente nos muestra, al dejarse leer, cuán vanguardista fuimos en la puesta en práctica de ideas en boga. 2. Desarrollo: Mi pobre riqueza A la luz de lo descripto, podemos preguntarnos cuál es hoy la respuesta de nuestras instituciones a los interrogantes que emergen de la resquebrajada estabilidad. Una primera indagación posible sería la interpelación de las últimas intervenciones de la Federación Argentina de Consejos Profesionales de Ciencias Económicas. Es admirable vislumbrar el crecimiento que han tenido sus pronunciamientos de un tiempo a esta parte. Desde su fundación, en 1973, hasta finalizar el milenio, el número de resoluciones técnicas aprobadas era de 15. Desde allí, a la fecha, estamos cercanos a triplicar la cantidad expresada. El espíritu de las innovaciones acometidas, direcciona la normativa contable a su convergencia con la internacional. Puede leerse, en los considerandos recientes, “que la profesión contable argentina no debe quedar ajena al proceso de globalización económica en el que está inmerso nuestro país, por lo cual es necesario elaborar un juego de normas contables profesionales armonizadas con las normas internacionales de contabilidad propuestas por el Internacional Accounting Standards Commitee (IASC)”141. A partir de allí, las posteriores resoluciones emanadas refuerzan la 141 . Federación Argentina de Consejos Profesionales de Ciencias Económicas, Resoluciones Técnicas Vigentes. (Argentina: Errepar, 2015), Número 17, 155. Política y religión: desafíos perennes y debates contemporáneos | 74 unificación de criterios con la legislación internacional, erigida como modular universal en la captación, interpretación y medición de los fenómenos económicos. Por su parte, la Facultad de Ciencias Económicas, de la Universidad Nacional de Córdoba, ha modificado recientemente sus planes de estudio. Del diagnóstico inicial efectuado sobre el análisis del perfil del egresado, la casa de estudios concluyó un “listado de áreas críticas y temas prioritarios, que fueron tenidos en cuenta en el diseño de los nuevos planes”142, donde se destacan las siguientes: - “Un ciclo común de dos años muy largo, en desmedro de la formación más específica en el ciclo profesional. (…) - Un excesivo tiempo de permanencia en la facultad, con una duración media entre 7 y 8,50 años según la carrera, debido en parte a la existencia de correlatividades innecesarias. - La carencia de formación humanística y en metodología de la investigación”143. La decisión consecuente fue la de reducir el ciclo básico compartido a las distintas disciplinas en pos de anticipar la especialización bregada, acotar las correlatividades en función de incrementar la competitividad del alumnado en el mercado laboral y su rápida inserción, y agregar a la currícula la asignatura “Introducción a las ciencias sociales”, con una insignificante carga semestral total de 56 horas. ¿Y si nos hemos apresurado en dar respuesta a una pregunta que aún no ha sido apreciada en su justa dimensión? ¿Si el saber, como anuncia Heidegger, no consiste en la rápida y coherente salida, cuántica, sino en el soporte lento y acabado del “paso previo como figura suprema del saber”? ¿Si la fecundidad de las ciencias no espera al final de su obsesión por algo cada vez mayor, de algo cada vez menor? Se propone hacer hincapié en esta falencia de las ciencias económicas, en su pobre grado de integridad a la hora de interpretar la realidad reunida; en su silenciosa falta de diálogo a la hora de contemplarse a sí misma y en el horizonte de su pensar. Como están las cosas, no sólo no podremos reflexionar sobre el momento impregnado de crisis, sino que decidimos seguir acelerando la realidad sobre pilares superfluos de su aparencia. Quizás sea el momento de la interdisciplinariedad, de la pluralidad de voces para emprender el serio camino hacia la crítica, de la puesta en juicio de nuestra lógica hegemónica, como lo son las premisas de maximización del beneficio, el intento de la contabilidad por conjugarse con las normas internacionales, la escasa presencia del carácter público, las teorías del siglo XX, que seguimos enseñando, con autores como Taylor, Fayol y Ford. Todas las premisas esconden en su trasfondo una antropología política palidecida. De su ahondamiento es inevitable preguntarnos dónde ha quedado lo humano del hombre. Es probable que podamos, entonces, entender, con la ayuda y auxilio de las ramas del saber, que nuestra esencia se ha empobrecido, que la escasez está mucho más cercana 142 . Universidad Nacional de Córdoba, Facultad de Ciencias Económicas, “Planes de estudio”, http://portal.eco.unc.edu.ar/index.php?option=com_content&view=article&id=53&Itemid=122. 143 . Ídem anterior. Política y religión: desafíos perennes y debates contemporáneos | 75 que el reino de lo óntico. Que nos hemos vuelto pobres en nuestro destino, aun llegando a fronteras impensadas, como reza con maestría Jorge Luis Borges, en el Poema de los Dones: “De hambre y de sed muere un rey, entre fuentes y jardines”. 3. Conclusiones: En silencio, el encuentro enaltecido del pensar Como conclusión se quiere resaltar la importancia de la genuina preocupación por hacer consciente y pensable el campo de la actividad económica en el marco de la historia universal del hombre y de su realidad más próxima. Nuestra responsabilidad debe significar un importante desafío para emprender el camino de la integridad olvidada. Sólo en la serenidad de la noche podemos desandarlo, cuando el día se silencie y nos encontremos frente a frente con lo que ha sido de nosotros durante él. La apertura a otras formas del pensamiento es urgente, nos reclama. El diálogo sistémico será un cimiento crucial a la hora de pensar el mañana. Quizás encontremos en ellas lo que tanta falta nos hace, lo ausente, y podamos dar cuenta de lo que realmente el mundo necesita de nuestro gravitante pensar. “Cuando se haya conquistado técnicamente y explotado económicamente hasta el último rincón del planeta, cuando cualquier acontecimiento en cualquier lugar se haya vuelto accesible con la rapidez que se desee, cuando se pueda asistir simultáneamente a un atentado contra un rey de Francia y a un concierto sinfónico en Tokio, cuando el tiempo ya sólo equivalga a velocidad, instantaneidad y simultaneidad y el tiempo en tanto historia haya desaparecido de cualquier ex-sistencia de todos los pueblos, cuando al boxeador se le tenga por el gran hombre de un pueblo, cuando las cifras de millones en asambleas populares se tengan por un triunfo… entonces, sí, todavía entonces, como un fantasma que se proyecta más allá de todas esas quimeras, se extenderá la pregunta: ¿para qué? ¿hacia dónde? ¿y luego qué?”144 . Los interrogantes hace tiempo aturden acechando la precaria estabilidad de lo real. La postergación de su contemplación representa un peligro para el destino de la humanidad en su totalidad. Está en nuestras manos el futuro y la libertad para hacer de ellas la jaula de un mundo mejor o la caricia de lo humano que regresa para rescatarnos de este laberinto entificado. Sólo así, el hombre será considerado como algo más que un mero instrumento despojado en la impropiedad, la humanidad repatriada desde su exilio y la vida merecerá la pena para tantos que viven en la sombra de la escoria. Un mundo más justo espera en el horizonte, y somos quienes podemos dar el primer paso hacia él, mostrando nuestra pobreza, nuestras heridas, y nuestras víctimas. “¡El desierto crece, ay de quien alberga desiertos!”145 Así habló Zaratustra, Friedrich Nietzsche. 144 . Heidegger, Martin. Introducción a la Metafísica (España: Gedisa. 2003), 42-43. 145 . Nietzsche, Friedrich. Así habló Zaratustra. (Argentina:Terramar, 2006), 272. Política y religión: desafíos perennes y debates contemporáneos | 76 SOBERANIA, DERECHOS HUMANOS Y FUNDAMENTALISMO: REPENSAR LAS ACEPCIONES CON LAS QUE EN LA ACTUALIDAD SE CONDENA A LA COMUNIDAD MUSULMANA Sofía Roizarena y Abigaíl Viva (Universidad Nacional de Rosario) 1. Asabiya, el ideal de la sociedad islámica En múltiples ocasiones, intentamos comprender algunas sociedades con conceptos que necesariamente no pueden ser aplicados a ellas, por una simple cuestión de no ser comparables. Quizás esto resulte de la necesidad de simplificar algunas situaciones y pensarlas con mayor entendimiento al aplicar categorías que nos resultan más familiares. Es a través de este mecanismo que creamos ciertos juicios de valor, por el hecho de tender a simplificar múltiples acciones, al pensarlas con categorías comunes a nosotros y las cuales dejan por fuera a éstas. Probablemente, esto nos sucede con acepciones como la de soberanía. Es un concepto que se utiliza frecuentemente entre nosotros –y cuando nos referimos a nosotros, intentamos significar a las personas que viven del lado occidental del mundo-, y de la cual mínimamente creemos tener una noción de a que nos referimos cuando la empleamos. A lo largo del tiempo, esta palabra ha sufrido variadas transformaciones, atendiendo a la interpretación contextual que se hacía de la misma. Sin embargo, en la actualidad, en su uso más cotidiano, intenta identificar al control que puede ejercer un Estado sobre un territorio políticamente delimitado, que gobierna. El problema radica en forzar la aplicación de este concepto a Países que se encuentran configurados dentro de límites geopolíticos por todos identificables, pero que poseen una organización que trasciende cualquier frontera. Así, nos ha parecido pertinente hacer mención de los Estados que integran lo que comúnmente denominamos Países Árabes. Y es justamente a éstos, que el criterio de Soberanía no puede ser aplicado tal y como lo concebimos, porque existe una complejidad mayor, que debemos entender, y que solo podemos hacerlo interpretando la importancia del Islam. Nuestro error está en pensar al Islam simplemente como una Religión. “El Islam no se refiere a un fenómeno religioso en los términos limitados en que se entienden generalmente tales cuestiones desde occidente, sino a un desarrollo social, económico, cultural y político, dentro del cual lo religioso, es una de las vertientes principales de dónde toman su forma y en la que muchas veces encuentran su causa, la mayoría de los fenómenos sociales”.146 Así, el Islam logra fundir las múltiples particularidades de cada sociedad en una misma comunidad, una comunidad ideal: la Umma. Ésta es una entidad de tipo extraterritorial a la que pertenecen todos los musulmanes. Es en la Umma donde se realza el sentimiento comunitario, los lazos que tienden a fortalecer al colectivo, es decir que no se reconocen 146 . ONAHA, Cecilia y RODRIGUEZ DE LA VEGA, Lía, coord., XIV Congreso Internacional de ALADAA, Argentina, ALADAA, 2013, pág. 1838. Política y religión: desafíos perennes y debates contemporáneos | 77 múltiples individuos, sino un todo cohesionado. Por fuera del contexto islámico, quizás podríamos hablar de los musulmanes de Indonesia, los musulmanes de Egipto, y así sucesivamente con cada musulmán que se encuentre en un país diferente; pero lo que intentamos resaltar es justamente esta idea, de que el Islam es un elemento común que hace que los integrantes de estos estados se auto identifiquen bajo una identidad que logra trascender todo limite político y toda individualidad, reuniéndolos así, en la Umma. Para poder plantear nuestra problemática, hemos creído pertinente mencionar las limitaciones que presenta aplicar el concepto occidental de soberanía en estos territorios, porque justamente su organización trasciende todo limite. Es así, que debemos hacer alusión a un concepto, que puede llegar a resultar similar a la noción de soberanía, y sin contradicción con la organización entorno a la Umma. Ante esto, es necesario referirnos a Ibn Jaldún. Éste, en su obra Mugaddimah (1374 – 1382) hace uso de la acepción de Asabiya, un concepto muy complejo y profundo que intenta aludir a la “fuerza de unión, de cohesión sanguínea, de identidad de interés y de comportamiento que es la piedra fundacional de un grupo.”147 En muchos casos, la noción de asabiya ha sido relacionada a la idea de nacionalismo, sin embargo resulta interesante lo expuesto por Garaudy, quien manifiesta que “Nada, por ejemplo, es más contrario al espíritu de esta “Umma” musulmana, que la idea occidental del “nacionalismo”, es decir, de un mercado protegido por un Estado, y justificado por una mitología racial, histórica, o cultural, se tiende hacer de la “nación” un final en sí, en contradicción con la unidad humana.”148 A su vez, esta significación, no puede ser entendida por fuera de lo que implica la Agnación. Sin embargo, en relación a la Asabiya, ésta no debe ser entendida puramente desde la consanguineidad, sino desde los lazos solidarios que se establecen, ya que el parentesco, dice Ibn Jaldún, “…consiste en esa unión de ánimos que hace valer los lazos sanguíneos y que impele a los hombres a la solidaridad; exceptuada esa virtud el parentesco no es más que una cosa prescindible, un valor imaginario, carente de realidad”149. Es también necesario entender que esta terminología debe comprenderse dentro de la organización de la comunidad islámica, donde no existe una división tajante entre lo público y lo privado. Así resulta trunco aplicar la noción original de soberanía, ya que si nos remontamos a los antecedentes más directos que tiene el concepto, éste designaría el reconocimiento de un legislador supremo, es decir un Rey, que pueda contraponerse a la figura y el poder del Papa. Así se intentaría polarizar lo religioso en el ámbito de lo privado, y lo político parte fundamental del ámbito público. A diferencia de Occidente, y sin querer entrar en comparación, es preciso abstraernos de lo que comúnmente identificamos como religión, para poder dilucidar con mayor 147 . ZERAQUI, Zidane (2004), Repensar la historia del pensamiento. Los aportes de Ibn Jaldún. En Espacio Abierto, Venezuela, Maracaibo, 2013, pág. 424. 148 . GARAUDY, Roger, Para un Islam del siglo XXI, www.webislam.com, pág. 5. 149 . IBN JALDÚN, Introducción a la Historia Universal (Al muqaddimah), F.C.E., México, 1977, pág. 227. Política y religión: desafíos perennes y debates contemporáneos | 78 claridad como el Islam es el eje articulador de muchas sociedades y de la vida tanto pública como privada, y como tal, no escapan a él múltiples aspectos que identificamos más con la política y la justicia. Y así debemos introducir una temática muy controversial, y es la de los llamados Derechos Humanos. 2. El Islam como precursor de los “Derechos Humanos” A lo largo del tiempo se han dado múltiples intentos por organizar esos derechos que se conciben como naturales bajo una normativa que también se pretenda 'universal'. El antecedente más directo a la Declaración que nosotras trabajaremos será la Revolución Francesa, en la cual la lógica universal carentemente solo se limita a los masculinos. Sin embargo la amplitud se alcanzará al finalizar la II Guerra Mundial, con la Declaración de los Derechos Humanos, acordada por los países miembros de la Asamblea General de la ONU, en 1948, surgida como un compromiso de la comunidad internacional a no permitir nunca más atrocidades como las sucedidas en ese conflicto. Esta Declaración, desde su comienzo, y junto al aval de los países que la legitiman, se ha pronunciado como hegemónica, sintetizando y con ello también desacreditando todas las organizaciones sociales que la precedieron, donde ya se hacía alusión a la protección de ciertos derechos concedidos a las personas. De este modo se presenta como producto del consenso de múltiples estados y por ello debe sobreponerse a los órdenes preexistentes. Con esto, intentamos demostrar como en la actualidad existe un posicionamiento tendiente a considerar a todo lo que se encuentra por fuera o ajeno a la organización de la Declaración de los Derechos Humanos como bárbaro y atemporal. Se ha generado una mirada de superioridad para con otras maneras de entender y de regular los derechos de las personas como tales. Esto lo podemos explicar particularmente desde la mirada occidentalizada que hemos incorporado por pertenecer a este lado del mundo, la cual se intenta imponer como preeminente, negando otras concepciones que entienden a dicha temática como inseparable de otros aspectos, como por ejemplo, la religión. Insistimos en que el islam es el articulador de un todo que cohesiona los diversos aspectos sociales, culturales, políticos y económicos de una sociedad, y es por ello que en esta articulación se contempla la protección de los derechos de los integrantes de su comunidad. Para la visión islámica el derecho es un conjunto de normas primordialmente de origen divino que regulan toda la existencia humana y no humana, ya que la doctrina establece también principios legales relacionados con el conjunto de la creación. El derecho islámico debe comprenderse dentro de un contexto islámico. No tiene demasiado sentido extraerlo fuera de su ámbito de aplicación, es decir una sociedad en donde viven musulmanes, individuos que creen en la omnipotencia Divina, manifestada a los hombres a través de los profetas y los libros sagrados. El derecho islámico se denomina Sharía, término que representa un camino a transitar, y donde se establece derechos y obligaciones del creyente. Los principios emanados de estos derechos y obligaciones proceden de las dos fuentes principales que trabajaremos, el Corán y los Hadices, narraciones, relatos, relaciones de los hechos y máximas del Política y religión: desafíos perennes y debates contemporáneos | 79 Profeta transmitidos por intermediarios fidedignos. El Sagrado Corán indica al musulmán lo que debe creer, los dogmas, lo que tiene que hacer, la Ley, en sus relaciones con Dios o en las transacciones con los demás, por lo cual, es un elemento constitutivo de la vida cotidiana del musulmán, ya que su recitación se encuentra impregnada y ligada a todos los acontecimientos familiares, profesionales y sociales. Todo creyente posee derechos y obligaciones en el marco del Islam, sea musulmán o no. Esta capacidad está dada sólo por el hecho de pertenecer a la comunidad. Para los practicantes de otras religiones en un estado islámico, se encuentra legislación desde los albores mismos del Islam. Desde el relato coránico promulgado en la Meca a partir del 612 comenzaron a ponerse de manifiesto múltiples temas relacionados con la protección de los seres humanos: doctrina, adoración, transacciones y leyes. Sin embargo estas últimas adquirieron carácter formal en la Declaración Islámica de los Derechos Humanos emitida en El Cairo en 1990, acatada por la Organización de la Conferencia Islámica, basada específicamente en El Corán, en la cual a partir de sus 25 artículos establecen que los derechos humanos y las libertades individuales son parte integral de la creencia islámica. Una de las temáticas principales, expuestas en el Artículo 1 de la Declaración y también un principio básico de la Declaración occidental de Derechos Humanos, es la igualdad de los seres humanos. Tal como establece el código islámico: "La humanidad es como una gran familia. Ninguna raza, color, idioma, sexo, creencia religiosa, afiliación política, estatus social u otro factor puede servir para diferenciar a las personas." (Art. 1) Otra cuestión que también está presente en la Declaración de 1948, pero que el Corán contempla desde 13 siglos previos, es la problemática de la esclavitud. Si bien se reconoce la persistencia durante una vasta cantidad de tiempo del sistema esclavista árabe, este se diferencia ampliamente del sistema esclavista europeo, principalmente porque la persona que estaba en situación de esclavitud, podía acceder a su libertad, siempre y cuando éste se convierta en musulmán. A su vez, la esclavitud contradice el concepto islámico de igualdad y de libertad personal plena. Ante esto un pasaje del Corán establece: "[...] Si alguno de vuestros esclavos os pide su libertad por escrito, dádsela si lo juzgáis digno de ella. Dadles algunos de esos bienes que Dios os ha concedido. [...]" (XXIV: 33). Un aspecto totalmente particular de la religión y de los derechos islámicos es el divorcio. Como es sabido el casamiento en el derecho islámico establece la constitución de un contrato de características civiles, a través de una propuesta con su debida aceptación, en la cual contratan ambas partes por acuerdo propio y en ningún caso compulsivo. A la novia le es dada una dote matrimonial para su uso personal y la misma mantiene su propio apellido en vez de tomar el de su esposo. El divorcio es una norma que aparece establecida desde los comienzos de la legislación islámica. Aunque la disolución de una pareja es posible, se recomienda agotar las instancias a fin de no Política y religión: desafíos perennes y debates contemporáneos | 80 llegar al momento de ruptura. En el Corán esto se encuentra contemplado en la Sura II: 225, según la cual "Si el divorcio es firmemente resuelto, Dios sabe y entiende". Por otro lado, otro aspecto a destacar es la tolerancia religiosa. El Islam permite las discusiones y conversaciones religiosas con no musulmanes, ordenando a los musulmanes a apegarse a la mejor metodología en todos los diálogos con los no musulmanes. A su vez, el Islam prohíbe la coacción para convertir a las personas a otros credos, tal como sostiene el siguiente versículo coránico: "Si tu Señor hubiera querido, todos los habitantes de la Tierra habrían creído. Tú no podrás hacer que los hombres crean aunque se los quisieras imponer." (X: 99) Un claro ejemplo de esto, sin intenciones de confrontar el Islam con el Cristianismo, es la estadía de los Árabes en España a lo largo de aproximadamente 9 siglos. A pesar del asentamiento durante todo este tiempo, el país en ningún momento se volvió un Estado Islámico, sino que conservo su religión tradicional. Paralelamente la experiencia cristiana en el continente Americano ha sido distinta. 3. Fundamentalismo religioso. Problemáticas entorno a la construcción del concepto En la actualidad existen diversos grupos que comunmente denominamos fundamentalistas –ISIS, Boko Haram- que prefiguran hoy en día la visión que se tiene sobre toda una sociedad. Así, se ha establecido una simplificación entorno a una religión-política. La violencia y el autoritarismo son las principales características que se atribuyen a la misma, dejando de lado al complejo sistema de acción y de pensamiento que la identifica. Historizar la construcción del concepto fundamentalismo conlleva analizar el proceso mediante el cual tomó una connotación totalmente peyorativa asociado a la mal llamada Guerra Santa. Sin embargo, existe un consenso a la hora de definir a dicha acepción como la estricta aplicación de leyes o prácticas establecidas. Se asocia a religiones como el judaísmo, el cristianismo y principalmente al Islam. En el Islam, el mundo terrenal y el mundo espiritual están íntimamente relacionados. La práctica religiosa va mucho más allá de la simple aplicación estricta de leyes en la vida diaria. Como mencionamos anteriormente, esta religión es a la vez política y su correlato está en que “todo musulmán es un militante”. La convicción a la hora de exponer el modo en el que aborda el mundo, sus prácticas y pensamientos son parte de un todo fundamentado. Sin embargo, en las últimas décadas, esta noción ha sido aplicada estrictamente a la significación de guerra santa emprendida por los pueblos musulmanes, o frecuentemente conocida como yihad. La conformación de estos imaginarios responde a los intereses políticos de los estados que monopolizan los medios de comunicación, utilizándolos al servicio de la construcción del otro, creando así clichés aceptados de modo casi unánime. Política y religión: desafíos perennes y debates contemporáneos | 81 Actualmente los medios de comunicación al servicio de las potencias hegemónicas consolidan un estereotipo que asocia irracionalidad y barbarie a comunidades que mantienen una dinámica social diferente a la de occidente. El autoritarismo y el terror que supuestamente caracteriza a las sociedades de medio oriente, es producto de presiones externas y por sobre todo, un paisaje que difunden los países económicamente dominantes para esconder relaciones de subordinación. La formación y el accionar de los llamados “Estados Islámicos” están íntimamente relacionados con estos aspectos. Mediante el ejercicio de deconstrucción de algunos conceptos, quisimos dar la discusión acerca de la carga subjetiva que estos conllevan. El juego de relaciones de poder, otorga a unos la posibilidad de catalogar y a otros de ser catalogados. A su vez, vimos como la religión puede actuar en algunas sociedades como catalizador de lo que comúnmente se denomina “público” y “privado”. Esto da como resultado una realidad compleja que es necesario dar a conocer. Política y religión: desafíos perennes y debates contemporáneos | 82 «UN ROI, UNE LOI, DEUX FOIS» LA EXHORTATION AUX PRINCES Y LA DEFENSA DE LA TOLERANCIA Manuel Tizziani (Universidad Nacional del Litoral y CONICET) El comienzo de la década de 1560 será decisivo en el desarrollo de la historia política y religiosa de una Francia desgarrada por el conflicto entre católicos y protestantes. Luego de la muerte de Enrique II, ocurrida en julio de 1559, se producirá un rápido giro en la política real: en lugar de hostigar y perseguir de un modo intransigente a los herejes -estrategia habitualmente utilizada tanto por el mencionado Enrique como por su padre, Francisco I150- el gobierno se inclinará, primero, hacia una política de conciliación bajo ideales irenistas, y más tarde, hacia el reconocimiento de una tolerancia civil provisional; la que terminará por producir una serie de consecuencias paradójicas. El Edicto de Enero (1562), en efecto, no logrará establecer la tan ansiada paz, sino que desencadenará una serie de conflictos políticos, religiosos y militares que sólo encontrarán cierto sosiego en las postrimerías del siglo de la Reforma, con la sanción del Edicto de Nantes (1598). Es en el inicio de este escenario, en el cual las pasiones parecen haber comenzado a encenderse con mayor virulencia, en donde intentará interceder el anónimo autor de la Exhortation aux princes. “La Exhortación a los príncipes”, afirma Joseph Lecler en un clásico estudio, “inaugura en Francia una serie de manifiestos en los que los defensores de la tolerancia expresan el punto de vista propiamente «político» y nacional” 151. En coincidencia con esa apreciación, la hipótesis exegética sobre la que se sostiene todo nuestro trabajo es que el texto de la Exhortation puede ser comprendido como uno de los máximos exponentes de este escenario de transición política e intelectual al que nos hemos referido al inicio. Anónimo atribuido a Étienne Pasquier (1529-1615)152, impreso 150 . Como hemos señalado con mayor detalle en el capítulo I de nuestra tesis doctoral, “Ante el desafío de vivir con otros. Controversias en la prehistoria de la tolerancia moderna: Castellion, Bodin, Montaigne” (Buenos Aires: Universidad de Buenos Aires, 2015), este zigzagueante primer período, extendido entre 1520 y 1559, podría ser caracterizado bajo un rasgo paradójico: la actitud de explosiva intransigencia real, cuyo objetivo explícito no era otro que alcanzar la reunificación y la concordia en base al fuego y al martirio, será acompañada por la penetración del protestantismo en el seno mismo de la nobleza; penetración que llegará incluso a la propia familia real, representada en este caso por la hermana del rey, Margarita de Navarra. 151 . Joseph Lecler, Historia de la tolerancia en el siglo de la Reforma (Madrid: Editorial Marfil, 1969), vol. II, 56. 152 . Esta atribución se debe a que la Exhoration está firmada por “S.S.P.”, de lo podríamos inferir el nombre latino de Pasquier: Stephanus Paschasii. La misma se ha vuelto corriente desde que León Feugère, autor del Essai sur la vie et les ouvrages d’Etienne Pasquier (Paris: Librairie de Firmin Didot Frères, 1848, 209-210), incluyera a la Exhortation entre las producciones del humanista. Joseph Lecler no comparte la opinión de Feugère, y ofrece algunos argumentos históricos muy atendibles en favor de la noautoría (Lecler, Historia de la tolerancia, vol. II, 51-52). De todas formas, más allá de quién haya sido efectivamente su autor, de lo que no se puede dudar es de su auténtica existencia en aquella época; lo que lo convierte en un documento de inestimable valor para reconstruir el nacimiento de la posición filosófico-política que más tarde se consolidará con los politiques. Política y religión: desafíos perennes y debates contemporáneos | 83 por primera vez en los inicios del año 1561, la Exhortation representará en sus páginas la conciencia de una época; la conciencia de un momento histórico particular en el cual un incipiente grupo de intelectuales franceses -luego conocidos bajo el rótulo de politiques- comenzarán a vislumbrar tanto el resquebrajamiento de una estrategia política en relación con el conflicto confesional, como el preludio de otra diferente. La que muere no es otra que la política de los Concilios, motorizada sin éxito por Catalina de Médicis y Michel de L’Hôpital; la que se augura, la de los Edictos. Se extingue con la primera una política basada en el anhelo de reconciliación irenista entre católicos y hugonotes a partir de un credo communis; despunta con la segunda la intención de poner fin a los conflictos a través de la tolerancia civil y política de las dos confesiones en el seno de un mismo reino Cabe decir, por tanto, que la tolerancia es concebida en este contexto como el menor de los males, y es definida de un modo exclusivamente negativo: tolerar (del latín tollere) no es más que aprender a soportar con paciencia aquello que no se puede impedir. En efecto, vista la dificultad de llevar a la práctica los ideales del irenismo erasmiano que, bajo distintas estrategias, habían guiado los destinos franceses entre 1520 y 1560, el autor de la Exhortation no dudará en dirigir su discurso a los príncipes y consejeros privados del rey, a fin de proponerles un golpe de timón capaz de evitar el naufragio 153. Un cambio de rumbo que posibilite evitar el desarrollo de los peligrosos movimientos de sedición que amenazan a Francia154. He ahí su motivo y su intención principal, su tesis: dado que ya no es posible alcanzar la reunificación religiosa, lo que queda por defender es la unidad política. No obstante ello, también es necesario resaltar que el argumento político no es el único que se expresa en estas páginas; él se halla mixturado con otros dos: el primero refiere a la necesidad de respetar la libertad de la conciencia, evitando “forzarla con golpes de espada”; el segundo, a la urgencia por evitar que aquellos que adhieren a las naciente confesión reformada, al verla prohibida en todo el territorio del reino, terminen por adherir sus voluntades a posiciones irreligiosas o ateas. Veamos todo esto con mayor detalle, a fin de brindar un sustento más firme a nuestra lectura. El autor comienza la Exhortation apelando a la benevolencia de los magistrados y reclamando para sí mismo la “libertad de hablar… no bajo la esperanza de insinuarles otros instintos de religión que aquellos que cada uno posee particularmente, sino para que presten la vista y el oído a este discurso” 155, el cual afirma haber concebido siguiendo los “deberes” que su propia conciencia “le ha ordenado”. Realizada esta presentación, en la que la voz interior de la conciencia aparece por primera vez en un lugar destacado, el autor entra de lleno en su tema, impugnando la manera en la que ciertos hombres de su tiempo parecen relacionarse con las enseñanzas de la religión. El modo en “como he visto que algunos la practican”, afirma, provoca más contratiempos que beneficios, adquiriendo un papel contrario al que debería tener: en vez de producir sosiego y armonía entre los ciudadanos, en vez de conducir hacia el amor y la caridad, genera discordia, discrepancias, divergencias. 153 . Como también hemos analizado en nuestra Tesis, las metáforas navales serán moneda corriente en los textos de Jean Bodin, quien, según todo parece indicar, habría tenido muy en cuenta los consejos politiques brindados por el autor de la Exhortation. 154 . El título completo del panfleto es el siguiente: Exhortation aux Princes et seigneurs du conseil privé du Roy pour obvier aux seditions qui ocultement semblent nous menacer pour le fait de la Religion. 155 . Exhortation aux princes, documento catalogado bajo el N° 314263, Bibliothèque Nationale de France, 1561, 3-4. Las traducciones son nuestras. En adelante, EP. Política y religión: desafíos perennes y debates contemporáneos | 84 Las discusiones de religión entre romanos y protestantes (pues encuentro mejor elegir estos términos para el presente [discurso] antes que utilizar otros nombres de perniciosas consecuencias) no aportan ninguna comodidad más que una división en la comunidad, de donde nacen todas las sediciones156. Pues del mismo modo en que los católicos consideran a los protestantes como “herejes y cismáticos”, los protestantes detestan a los romanos a causa de su presunta idolatría, y por los abusos en los que han solido incurrir en la defensa de la “fe de sus ancestros”. Estos abusos, podemos inferir de las páginas que siguen, no sólo son relativos al ámbito político, sino también al teológico. Tomando nota de ello, el autor de la Exhortation adoptará una posición de suma cautela, aseverando que resulta una “temeridad presuntuosa y obra de un hombre arrogante” el pretender brindar interpretaciones inequívocas de los caminos pergeñados por la voluntad divina. “Grandes y maravillosos son los misterios de este poderoso Dios”157, afirma, por lo que resulta una empresa muy dificultosa para los seres humanos el penetrar en los motivos del cielo. Ahora bien, “¿qué podemos concluir de aquí?”158, se pregunta autor; a lo que responde lo siguiente: si la voluntad divina resulta inescrutable para nuestros ojos, no nos queda más remedio que conformamos con aquella única herramienta de la que todavía disponemos para guiarnos en asuntos de religión. Lo que debemos procurar, por tanto, es “vivir todos en reposo con nuestra conciencia, y en la ley bajo la cual estimamos ser llamados” 159. En conclusión, dado que los misterios del cielo son una incógnita irresoluble para los seres humanos; que, como consecuencia de dicha incertidumbre, las discusiones entre las diversas confesiones son inevitables; y que, finalmente, esos altercados producen las más trágicas consecuencias políticas, no quedan más que dos soluciones posibles: o suprimir la religión protestante de los confines del reino, o establecer una nueva legislación que disponga la coexistencia pacífica entre católicos y hugonotes, al menos de un modo provisional. Enemigo de los conflictos, y aun sugiriendo a los magistrados sus preferencias subjetivas por la religión de Roma160, el autor de la Exhortation será un efusivo partidario de la segunda solución161: Así, para resolver todos estos problemas, y por los ejemplos antes mencionados, tenemos alguna advertencia de la voluntad del Señor, que no quiere que se proceda por medio del pillaje, o del 156 . EP, 4. 157 . EP, 9. 158 . EP, 9. 159 . EP, 10. 160 . “Non pas (Messeigneurs) que j’aprouve toutes ces deux sects ensemble, n’advienne qu’une si damnée opinion trouve jamais lieu en ma teste, je say (selon ma conscience) celle qui doit estre preferé”. EP, 10. Mantenemos la grafía original. 161 . Como bien dirá Lecler: “El autor de la Exhortación a los príncipes es un laico que intuye la ruina completa del Estado y del reino, como consecuencia fatal de las luchas religiosas. Para evitar esta catástrofe, mientras haya tiempo, pide él la libertad del culto calvinista”. Lecler, Historia de la tolerancia, vol. II, 52-53. Política y religión: desafíos perennes y debates contemporáneos | 85 furor mortal contra unos u otros; no hay medio más rápido y conveniente que permitir en vuestra República dos Iglesias: una de Romanos y otra de Protestantes162. Es cierto que no serán pocos quienes objeten esta posible solución, anteponiendo las sagradas verdades del dogma a las utilidades terrenales de la paz. Es a ellos a quienes el autor destinará las siguientes páginas, buscando impugnar la presunta necesidad de mantener una única religión en todo el reino a través de la ilustración de las perniciosas consecuencias -no sólo políticas- que se siguen de esa opción. ¿Qué podremos obtener del exilio forzado o la persecución de los opositores?, se pregunta el autor. Del primero no se obtendrá más que una France toute desolée, “desierta en la mayoría de partes, incluso de aquella gente distinguida”163; de la segunda, una fe todavía más inquebrantable en las almas de los perseguidos, reforzada por las ejecuciones de quienes han optado por entregar su vida terrena antes que su salvación eterna. Y la guerra, en la cual los católicos, aun triunfantes, sólo serán capaces de alcanzar “una victoria ensangrentada”. Las cosas han llegado a tal punto, que, debido a su gran número y cantidad, no podríamos acabar con los protestantes sin producir nuestra ruina general. Cuando hay algún miembro podrido en el cuerpo humano, es necesario seccionarlo antes de que el mal crezca… Del mismo modo, los sabios de todo el mundo han advertido que, ante la primera manifestación de las nuevas opiniones, es necesario cortarlas de raíz, por medio del fuego, de la espada y de la muerte, cuando su número todavía es pequeño164. Pero esta regla, tan clara y precisa, en la que todos los legisladores avezados del mundo parecen coincidir, ya no es aplicable al caso francés, donde el número de individuos que adhieren a las nuevas ideas ha aumentado de modo tal que todo el cuerpo del reino se encuentra contagiado. Es por eso que, no habiendo sabido resolver a tiempo las dificultades producidas por el incremento de los adeptos al protestantismo, y ya no pudiendo erradicar a dichos partidarios sin producir con ello la ruina política del Estado, resulta necesario, por claros motivos pragmáticos, que la nueva Iglesia sea admitida junto a la católica165. Pues, en definitiva, afirma el autor -introduciendo un giro en la argumentación-, es preferible que los hombres tengan una religión equivocada a que no tengan ninguna 166. 162 . EP, 10-11. . EP, 12. Este pasaje parece haber servido de especial inspiración para Sébastien Castellion, quien retomará muchas de las posiciones defendidas en la Exhortation en un texto publicado en 1562 bajo título Conseil à la France desolée. 163 164 . EP, 14. Este pasaje coincide plenamente con los consejos políticos que Jean Bodin brindará en sus Six libres de la République (1576) al soberano que posee la difícil tarea de gobernar entre facciones. Y su impacto será tan importante que incluso sería posible rastrear su camino hasta el Esprit des Lois (1748) del barón de Montesquieu (1689-1755): “Voici donc le principe fondamental des lois politiques en fait de religion. Quand on est maître de recevoir dans un État une nouvelle religion, ou de ne la pas recevoir, il ne faut pas l’y établir ; quand elle y est établie, il faut la tolérer”. Esprit des Lois, (Paris: Éditions Gallimard, 1995), XXV, X, 307. 165 . Cabe señalar, no obstante, que la admisión de esta Iglesia es propuesta por el autor de un modo provisional, a la espera de un “Concilio Nacional o General” que sea capaz de recomponer la unidad de la Iglesia Cristiana en base a los “primeros fundamentos de la fe” compartidos por Romanos y Protestantes. 166 . Este posicionamiento se convertirá en un verdadero lugar común en toda la época, y sólo Pierre Bayle, en sus afamados Pensées diverses sur la comete (1683), parece haberse atrevido a contradecir el supuesto filosófico-político que sostiene que el ateísmo es incluso más pernicioso que la superstición. Política y religión: desafíos perennes y debates contemporáneos | 86 Es por ello que resulta necesario impedir que los súbditos que han optado por la nueva fe caigan en el “abismo del ateísmo”, el que no “aportará otra cosa que robos, pillajes, contiendas en el reino, y, en síntesis, confabulaciones peligrosas contra los magistrados”167. Pues son esas las únicas acciones que pueden esperarse “de un hombre que no tiene una Religión a la cual encomendarse” 168; de un hombre que no tiene temor a Dios. Es aquí en donde autor añade todavía otro ingrediente importante a su argumentación, inclinándose a pensar que es posible trazar una distinción entre las creencias y las prácticas, y que, por lo tanto, no representará ningún inconveniente político el admitir una diversidad de confesiones religiosas en el seno de la República, siempre y cuando se mantenga cierta uniformidad en las ceremonias. Las que, en definitiva, resultan de especial importancia para contener las acciones de los hombres comunes dentro de los márgenes de la ley: Pues cuando se dice que la Religión es el último freno para contener al pueblo en su deber, no se entiende por ello más que una Religión general fundada en las mismas ceremonias; pues es suficiente que el pueblo (aun en la diversidad de máximas) posea una aprehensión general y común del miedo a Dios, y el terror ante el juicio de la vida segunda169. Bajo este nuevo y particular paradigma, y ya otorgada la posibilidad de que cada cual siga libremente su propia conciencia, el autor de la Exhortation encomienda al Príncipe una función particular: la de controlar -sosteniendo su espada en una posición neutral 170que ninguno de los predicadores de las distintas confesiones transgredan los límites legítimos de su tarea, incitando a la sedición por motivos religiosos. La que, de ocurrir, debe ser rápidamente resuelta por el soberano a través de la adopción de “un castigo tan severo, que el pueblo, intimidado, aprenda de tal ejemplo a no incurrir en la inmoderación”171. Pues han sido los predicadores, en connivencia con los magistrados, los principales promotores de esa temeraria actitud que se sustenta en la imprudencia de “estimar que la fe cristiana debe conquistarse a golpes de puños y bastón”172, no propiciando otra cosa que la violencia, la sedición y el conflicto. Más aún, el único “fruto de tales predicaciones es un espíritu de venganza” 173, el cual ha provocado la peste de la que Francia resulta un tan claro ejemplo. Son estas, pues, las principales consideraciones realizadas por el autor de la Exhortation aux Princes, quien niega haber tomado la pluma con la intención de oficiar de abogado defensor de los reformados. Su humilde función ha sido, afirma, la un “pequeño 167 . EP, 23. 168 . EP, 23. 169 . EP, 26. 170 . “Mais quand le Prince tient le glaive nud entre deux, sans incliner cà ny là, sinon pour punir criminellement tous ceux qui donnent les premiers mouvements aux tumultes, sans épargne de l'un ny de l’autre : il n'y a point de doute que voilà la voie close aux séditions”. EP, 30. 171 . EP, 30. La recomendación vuelve a ser repetida algunas páginas más adelante : “Et si quelque séditieux Prêcheur se trouve transgresser les bornes, prenez en punition exemplaire…”. EP, 35. 172 . EP, 32. 173 . EP, 33. Política y religión: desafíos perennes y debates contemporáneos | 87 ciudadano, reverente y temeroso de Dios”, y su único fin ha consistido en intentar brindar algunos consejos -“un ruego más que una amonestación” 174- que puedan ayudar a alcanzar, luego de tantos conflictos confesionales, cierta pacificación política. Démosle la palabra una vez más, a modo de consideración final: Toda mi ilusión ante Dios consiste en desear el reposo público, la permanencia de nuestro Rey en la grandeza y la conservación de todos vosotros en vuestro estado y vuestro honor. ¡Por Dios, mis señores, no fuercen a golpes de espada nuestras conciencias! Todos nosotros (Romanos y Protestantes) somos Cristianos, unidos por el por el santo Sacramento del Bautismo; todos adoramos el mismo Dios, si no de la misma forma, si por lo menos con el mismo celo; amamos y ayudamos a nuestro prójimo por un mismo mandamiento; y obedecemos voluntariamente todos los edictos humanos de nuestro Príncipe175. 174 . EP, 47. . EP, 43. 175 Política y religión: desafíos perennes y debates contemporáneos | 88 Las actas del VI Simposio de Ética y Filosofía Política han sido publicadas en forma de e-book (pdf) en la página del Programa de Ética y Teoría Política: http://deepolitica.wordpress.com/ Política y religión: desafíos perennes y debates contemporáneos | 89 Política y religión: desafíos perennes y debates contemporáneos | 90