Dolor Y Sufrimiento - Escuela Freudiana de Buenos Aires

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"Dolor Y Sufrimiento"
(*) Este Trabajo En Parte Es Transcripción Del Texto "el Dolor, Temporalidad Detenida", Adriana Wenger, Publicado En
Cuadernos Sigmund Freud Nro. 18 (1997). Escuela Freudiana De Buenos Aires.
Adriana Wenger
..."A qué ha nacido este dolor, por sí mismo? Mi dolor es del viento del norte y del viento del
sur, como esos huevos neutros que algunas aves raras ponen del viento.
...Yo creía hasta ahora que todas las cosas del universo eran inevitablemente padres e hijos.
Pero he aquí que mi dolor de hoy no es padre ni es hijo. Le falta espalda para anochecer,
tanto como le sobra pecho para amanecer, y si lo pusiera en la estancia oscura, no daría luz y
si lo pusiesen en la estancia luminosa, no echaría sombra. Hoy sufro suceda lo que suceda.
Hoy sufro solamente."
César Vallejo
"Voy a hablar de la esperanza". Poemas humanos.
César Vallejo habla de su dolor y del sufrimiento. ¿Van siempre juntos?, ¿Hay diferencias de
matices, del lugar donde está puesto el acento?
¿Podría haber dolor sin sufrimiento, sufrimiento sin dolor?
El dolor es tan antiguo como el hombre, quien si bien busca la felicidad, permanentemente es
acechado por el malestar, la falta de armonía entre lo que anhela y lo que encuentra, entre la
necesidad y su no satisfacción, entre lo que espera y aquello que lo sorprende.
Hay tres frentes dice Freud en "El malestar en la cultura": el cuerpo vulnerable a la
enfermedad y la finitud, los embates del mundo exterior que le hacen sentir su pequeñez e
indefensión y las relaciones con sus semejantes, fuente de profundas injusticias.
Voy a trabajar el dolor, el malestar como dolor, abriendo al tema del cuerpo que convoca estas
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charlas. Hay una profunda ligazón entre uno y el otro. También los otros frentes son fuente de
dolor, justamente lo que atañe a la relación de los hombres entre sí es lo más difícil de aceptar
porque se considera un plus excesivo, dice Freud. Seguramente es tan inevitable como los
otros.
El dolor está presente en la maldición bíblica cuando Jehová echa a Adán y Eva del paraíso,
diciéndole a Eva: "Multiplicaré en gran manera tus dolores y tus preñeces; con dolor parirás
tus hijos" .. y a Adam: "Maldita será la tierra por amor de ti, con dolor comerás de ella todos
los días de tu vida"... Es decir, está unido a nuestra condición de mortales. Podemos hacer
una ilación: dolor, cuerpo, finitud
Esta condición de mortales es lo que nos permite tener una historia, pero el dolor en sí, es
detención. El dolor ES, ES o SIENDO, temporalidad detenida. No hay pasado, no hay futuro.
Sólo presente que se angosta o se ensancha al ritmo de una cierta pulsación. El poeta lo dice
magistralmente: "no es padre ni es hijo. Le falta espalda para anochecer tanto como le sobra
pecho para amanecer".
El tiempo parece detenido y el mundo en su diversidad ha sido objeto de una reducción. Si el
dolor es intenso cuesta imaginar ese tiempo futuro en el cual ya no esté, porque el futuro es lo
que parece lejano, futuro como otro devenir. Se diluyen las diferencias, se achican, insiste lo
mismo, ese mismo punto doloroso. Lo que vuelve al mismo lugar, el dolor en tanto real.
Puede ser un dolor de cabeza, una herida, el intolerable agujero producido por la muerte de
un ser querido, puede ser una profunda desolación y desasosiego sin saber a ciencia cierta
dónde está la causa.
La misma palabra dolor –que proviene del latín doloren- designa el dolor corporal: sensación
molesta y penosa en alguna parte del cuerpo, así como también el dolor psíquico: sentimiento,
pena, congoja y aflicción de ánimo. Y acaso frente a un gran dolor ¿no estallan como
insuficientes estas categorías de corporal y psíquico?
.
Entonces, el dolor tiende a romper la temporalidad, a atornillarse a un presente que no se
continúa en un futuro y que ha roto sus lazos con el pasado.
El saber popular tiene un dicho que dice: no hay mal que dure cien años –son muchos, no?
casi como la eternidad, un continuo presente ; pero además agrega: ni cuerpo que lo aguante.
Hay que poder atravesar esa situación signada por el dolor.
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También es cierto, que hay dolores y dolores. Cuando se suma a esta característica del dolor
la indeterminación de un horizonte posible sin dolor, se potencia la devastación. Por ejemplo
en el caso del dolor físico, lo que produce arrasamiento subjetivo, lo que desteje el ser, es el
dolor que se prolonga en el tiempo. En medicina el dolor crónico es menos soportable que el
dolor agudo. Aún cuando este último pueda ser muy intenso, si un saber ubica su origen y se
puede anticipar su terminación sus efectos en el aparato psíquico serán menores.
La muerte de un ser querido y más aún cuando rompe lo previsible, la muerte de un hijo, la
muerte de los padres en edades muy tempranas, constituye un acontecimiento traumático.
Aún cuando hay un duelo que se realice, quedará un núcleo sin tramitar, fuente de dolor,
herida imposible de cerrar totalmente y devenir cicatriz.
Diferencio el duelo que ubico entre lo Simbólico y lo Real y el dolor que ubico entre lo
Imaginario y lo Real. Me estoy refiriendo a los registros que trabaja Jacques Lacan, que
responden al uso que él hace de la topología, rama de las matemáticas. Para una primera
aproximación lo diría así: tomando lo simbólico como las palabras: no tenemos sino el
lenguaje para bordear lo incomprensible de la muerte de un ser querido, las palabras que en
un trabajo de duelo vamos acercando hacen soportable lo insoportable, el dolor es ese borde
que se resiste a la palabra, es ese núcleo que por más palabras que pongamos no se cierra;
remite al vacío, a la nada.
Si el duelo, el trabajo de duelo es hacer soportable la pérdida y relanzar el deseo, el dolor es
el desasosiego, el mal-estar, el hueco donde parece precipitarse la propia existencia, el
no-tiempo.
Pero no sólo la pérdida de un ser querido nos golpea, la vida en sí conlleva pequeñas
muertes, continuamente nos despedimos de lo que ya fue.
Esta es una vertiente freudiana, pero además Freud le dedica al dolor apartados específicos.
A lo largo de toda su obra lo presenta como un quantum de excitación que inunda el aparato,
ya sea proveniente del exterior o del interior del cuerpo Es el fracaso de los dispositivos
destinados a mantener apartada la cantidad, rompe los sistemas protectores, la barrera
anti-estímulo. D e la misma manera que el trauma.
Dice: "Es el más imperativo de los procesos". Recorre todas las vías de descarga, y produce
facilitaciones permanentes en el campo Psi "como si la descarga de un rayo hubiese pasado
por ella". Recorre todas las vías y tiende a la descarga: recurrir a aquello que en el pasado
indicó el cese del dolor, pero se complica porque son excitaciones continuas como voy a
comentar después. Entonces, también son vías de descarga el grito y el llanto.
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La descarga de un rayo es una imagen muy fuerte. Ustedes saben que un rayo quema, deja
marcas calcinadas, una estela de su potencia. El dolor también hace marcas, podemos
agregar entonces en función de lo que decíamos, marcas indelebles.
Este es uno de los primeros puntos a los que quería llegar:
El dolor es constitutivo del aparato psíquico, junto al placer. Aquí nos estamos refiriendo a los
tiempos de constitución del sujeto. Sabemos que el hombre de todas las especies es una de
las más indefensas al nacer, los primeros años requiere de los cuidados del otro. Tiempos de
constitución me refiero a esos tiempos: la infancia donde se juegan las primeras marcas, y
habrá una segunda vuelta que es la adolescencia.
Freud habla de una experiencia de satisfacción y habla de una vivencia de dolor. El objeto de
satisfacción, el objeto anhelado, origen del deseo y el objeto hostil. Recuerden que Freud
decía que el infans alucina el pecho, pero en tanto el otro no acude, la reaparición de la
necesidad –el hambre- producirá dolor, objeto hostil. Puede ser frío, sensaciones de caída,
dolores físicos. El intento de volver a encontrar el objeto de satisfacción dará lugar al deseo, y
en relación al objeto hostil que provoca repulsión, intento de abandonar lo más rapidamente
posible la imagen-recuerdo hostil: por ello queda ubicado aquí el surgimiento de los afectos,
fundamentalmente displacenteros, que están en el origen de la defensa primaria. La defensa
primaria o represión es la hendidura que se produce porque no hay armonía. Si la experiencia
de satisfacción y el objeto alucinado es el paraíso, la represión es la expulsión del paraíso, la
barrera de la no armonía.
Quiero retomar lo que les anticipaba relacionado a que en el dolor se trata de excitaciones
continuas, a diferencia de otros estímulos externos que actúan de un solo golpe.
Recordemos que este carácter de continuo es inherente de la pulsión, y del dolor Freud dirá
esa "cuasi-pulsión". La pulsión es la versión del instinto en el hombre, una fuerza constante. El
instinto en el animal está regido por una periodicidad, los celos, que al desencadenarse
apuntan al objeto adecuado para la conservación de la especie. En la pulsión el objeto es
aquel en el cual se logra la satisfacción pero no hay adecuación y pueden ser varios, y
algunos atentan contra la conservación de la especie, por ejemplo el fetichismo. Entonces los
estímulos pulsionales son continuos, podemos agregar la fuga es ineficaz y acicatean
|siempre hacia delante buscando la satisfacción que nunca será plena, siempre entre le placer
anhelado y el que se logra hay una diferencia, pero en ese movimiento se construye el mundo
humano.
Decíamos el dolor es una cuasi pulsión, y agregaría que hace escritura en el cuerpo en su
vertiente más real. Freud decía que el modo en que a través de enfermedades dolorosas se
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llega a tomar contacto con los órganos es arquetípico de la manera a través de la cual
llegamos a la representación del cuerpo.
El dolor como el goce nos presentifica la dimensión del cuerpo en su vertiente más real.
Porque también está el cuerpo como imagen, tan de moda hoy, pero que es estructural del
hombre. El hombre está enamorado de su imagen porque anticipó una unidad, una prestancia,
un dominio, lo anticipó en el otro, en el espejo.
El dolor nos recuerda esa dimensión donde somos un cuerpo y no solamente tenemos un
cuerpo.
El dolor es tan imperativo que requiere la supresión mediante drogas, (cuando se trata del
dolor físico. De hecho, la anestesia revolucionó la medicina). Tiende a la descarga, pero como
muchas veces no puede efectivizarse, provoca desvanecimiento subjetivo, en un arco que se
extiende desde el desmayo hasta el quiebre psíquico. Por eso Lacan habló del barroco como
estilo arquitectónico en relación al dolor, ese retorcimiento máximo de la materia, ese carácter
aprisionado.
El dolor mina el orden del sujeto, produce quiebre subjetivo. La tortura con fines políticos es
testimonio de ello.
¿Y en la vía del análisis qué?
Los médicos suministran drogas, incluso actualmente hay clínicas del dolor, pero en el campo
del psicoanálisis, tratamiento de palabras, qué recursos tenemos en relación al dolor?
Quiero adelantar esta otra formulación: Lo que hace soportable el dolor es el recubrimiento
por el deseo.
¿Y qué del sufrimiento? A veces utilizamos dolor y sufrimiento como sinónimos.
Están emparentados, en algunos momentos se recubren, o sea, pueden funcionar como
sinónimos, pero no son exactamente lo mismo.
El sujeto está tomado en el sufrimiento, a diferencia del dolor donde el sujeto es expulsado.
Puede haber dolor sin sufrimiento en algún momento. Freud al final de su vida, enfermo,
seguía produciendo y de su cáncer dijo: "una isla de dolor en un mar de indiferencia".
El síntoma acarrea sufrimiento. El dirigirse a un analista está causado por lo que no anda, esto
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que no anda acarrea sufrimiento, angustia..
El psicoanalista no es un educador, no es un reformador, no va a transmitir ideales, tampoco
es un dador de sentido, como las creencias o la religión. Entonces ¿cuál es la justificación
ética de su accionar? Precisamente que el analizante transite vías de menor sufrimiento. Esa
es la apuesta del análisis. Decía Freud : la finalidad de un tratamiento es que el paciente
pueda llegar a desplegar aquello que está en él y que no llega a emerger por su neurosis. Que
pueda amar y trabajar. No es poca cosa.
La vía del análisis apunta a un sujeto deseante
Decíamos que el dolor es soportable en tanto es recubierto por el deseo. Al decir deseo me
estoy refiriendo a un concepto fundamental en psicoanálisis. Podríamos decir que hay una
relación proporcional entre el deseo y el enganche a la vida. De allí deviene un empuje y un
sentido que hace que alguien tenga ganas de levantarse a la mañana, que pueda
entusiasmarse con proyectos, con el otro, con el amor, poder asombrarse...y las múltiples
cosas que hacen a la diversidad de la vida.
Por otra parte, ese recubrimiento es incompleto, hay momentos en donde de una u otra
manera nos acosa el dolor de existir
Dos pinceladas clínicas.
Una es el arte de Frida Kahlo. Esta pintora mexicana con su arte anuda cuerpo y dolor y
agregaría en el eje de la charla de hoy: sufrimiento.
El arte es un tipo de escritura, como el análisis es un tipo de escritura. Su obra está jalonada
de autorretratos, algunos de cuerpo entero, con recortes de partes de su cuerpo, el hueso de
la pelvis, el aparato reproductor femenino, rozando lo siniestro. Si la belleza es el último grado
de lo terrible que aun soportamos, como dijo un poeta, en algunos de los cuadros de Frida
Kahlo se rasga la belleza y aparece lo siniestro.
Atravesada por el dolor físico –un accidente que casi le cuesta la vida a los 18 años, con
fracturas, innumerables operaciones- y por otros dolores, por sufrimientos enlazados a su
difícil y pasional relación con el famoso muralista Diego Rivera, una relación como alguien dijo
de dos titanes.
El arte en Frida Kahlo es una escritura que hace borde al dolor y a su sufrimiento extrayendo
un quantun de goce que ya en la escena del mundo a través de la obra, suelta de su creador ,
nos golpea también a nosotros.
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El análisis también es una forma de escritura.
Voy a tomar la anorexia. Estas jóvenes- es más frecuente en mujeres- que comen "nada", una
dieta imposible en cantidades insólitas, y una actividad incansable.
Hay un primer momento donde es frecuente en estas pacientes que insistan que no comen
porque ello les acarrea dolores. El dolor de un cuerpo aparece como límite. Les leo un poema
de Simone Weil, joven filósofa anoréxica:
...."un día puede palidecer el rostro, un día se pueden retorcer
tus flancos por un hambre desgarrador; un escalofrío morder tu débil carne..."
Pero más fuerte que el dolor de la carne , siguiendo las palabras de Simone Weil, es el dolor
del alma. Es vital no comer, extraña paradoja para un viviente. La anoréxica tiene hambre de
otra cosa. Tiene hambre de un vacío donde sostener un poco de deseo.
Encontramos en los historiales de estas pacientes un Otro primordial que la madre encarna
que no respeta para la hija un lugar de intimidad, padres ausentes, duelos no realizados.
El fenómeno anoréxico es una manera de hacerle lugar a ese vacío, que cada sujeto necesita
para escribir su propio camino, y que no sea el camino del Otro.
Finalmente conmueven al Otro por la vía del horror – en los cuerpos cadavéricos, ya que el no
comer termina haciendo sentir sus efectos en el cuerpo, por eso decía en otro trabajo que el
cuerpo aparece como última frontera- o por la vía del enigma: ¿es posible vivir sin comer?
¿qué pasión las inflama? ¿cuál es la fuente que alimenta esa tenacidad férrea que las buenas
razones no logran conmover?
La escena del análisis – a veces difícil de instalar, pero posible- abre a otra escritura donde se
entreteja en forma distinta, en lo cotidiano, en la relación con el otro, en los sueños donde
pueden parecer desde playas escondidas a casas con arquitecturas extrañas, espacios
íntimos unidos por pasadizos inquietantes al afuera, entonces repito, donde se entreteja en
forma distinta dolor, sufrimiento y ese vacío necesario para escribir en el canto de la vida las
letras singulares.
Otra vía es el humor que también hace borde a lo real del dolor y del sufrimiento.
Está el ejemplo que cita Freud del reo que es llevado a la horca un día lunes y dice: "Linda
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manera de empezar la semana"...
Nuestro país tiene el sonido llorón del bandoneón en el tango con su tono melancólico y tiene
también grandes humoristas.
Es proverbial el humor de Borges. En una conferencia sobre la pesadilla que dicta en la
Escuela Freudiana de Buenos Aires Borges decía que lo visitaba cada noche como los
espejos, el laberinto... Despues le preguntan qué más podía agregar sobre estas pesadillas
que lo visitan todas las noches. Y Borges aclara "estoy exagerando, estoy exagerando, nadie
me visita todas las noches, una noche sí y otra no, digamos"
Diferentes vías pueden bordear dolor y sufrimiento: el humor, el arte, el análisis..... En
definitiva cada destino singular teje a su manera con los hilos de su deseo el dolor de existir.
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