Consulta 4-2016 Objeto de contrato fusión vs división

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CONSULTA 4/2016
CONSULTAS PROYECTO CSP
4 / 2016
Objeto del contrato y pluralidad de prestaciones: fusión de prestaciones vs división en lotes.
CUESTIÓN PLANTEADA:
"El Ayuntamiento X debe licitar los servicios necesarios para garantizar la prestación del servicio municipal de
escuelas infantiles de 0 a 3 años en los tres centros que conforman la red existente.
Los servicios a licitar para los tres centros son:
a) servicios educativos (VE por curso escolar aprox. 1.500.000 €) (Prestación principal / servicio público)
b) servicio de limpieza (VE por curso escolar aprox. 150.000 €) Prestación complementaria
c) servicio de comedor (VE por curso escolar aprox. 300.000 €) Prestación complementaria / servicio público
Por razones técnicas basadas en garantizar la máxima coordinación entre estos servicios durante su ejecución, así
como para facilitar el cumplimiento de las funciones propias del responsable del contrato al disponer de un solo
interlocutor, el Ayuntamiento está interesado en licitar conjuntamente los tres servicios adjudicando el contrato a
un solo operador que deberá acreditar los requisitos de solvencia exigidos en cada uno de los servicios descritos.
Consultas:
- ¿podemos plantear un contrato de servicios que englobe estos 3 conceptos?
- Dado que fácilmente puede suceder que los empresarios interesados dispongan de la solvencia requerida para la
prestación de los servicios educativos (prestación principal), pero no para los servicios de limpieza y los de
comedor, que corresponden a otros ámbitos de actividad, ¿Sería ajustado a derecho que acreditaran la solvencia
correspondiente a estos últimos mediante la integración de medios externos prevista en el artículo 63 del TRLCSP?
- Si es así, ¿la fórmula para disponer efectivamente de esos medios externos y poder ejecutar el contrato podría
ser la contratación por parte del contratista principal de los servicios de la empresa que se ha comprometido a
cederle esos medios para acreditar la solvencia? ¿Se trataría de una subcontratación a preveer expresamente en
los pliegos?
- Alternativamente. ¿Podría admitirse a la licitación una UTE formada por una empresa de servicios educativos,
otra de servicios de limpieza y otra de servicios de comedor, acreditando cada una de ellas la solvencia
correspondiente a su actividad?"
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Respuesta.
1. Objeto del contrato y prestaciones a contratar.
Debemos comenzar analizando como la normativa contractual nos permite configurar el objeto del
contrato y las necesidades a satisfacer por la Administración. Así, es el artículo 22 del Texto Refundido de la Ley de
Contratos del Sector Público (TRLCSP) el que establece la necesaria vinculación de la contratación al marco
competencial, determinando que:
“1. Los entes, organismos y entidades del sector público no podrán celebrar otros contratos que
aquellos que sean necesarios para el cumplimiento y realización de sus fines institucionales. A tal
efecto, la naturaleza y extensión de las necesidades que pretenden cubrirse mediante el contrato
proyectado, así como la idoneidad de su objeto y contenido para satisfacerlas, deben ser
determinadas con precisión, dejando constancia de ello en la documentación preparatoria, antes de
iniciar el procedimiento encaminado a su adjudicación.
En fase de preparación del contrato, es a la Administración contratante a la que le compete definir y
determinar las necesidades a cubrir, ordenando la priorización en el cumplimiento de sus fines para la satisfacción
del interés general con los recursos de que dispone (JCCA Madrid Informe 3/2013 y RTACRC 341/2013). En este
contexto, el TACRC ha declarado en numerosas resoluciones (como las Resoluciones 346/2015, 138/2012,
143/2012, 187/2012, 210/2012, 220/2012, 227/2012, 652/2014 o 756/2014) que la definición del objeto del
contrato es una facultad discrecional del órgano de contratación que ha de ejercer de la forma que estime más
adecuada para la racional satisfacción de las necesidades y las funcionalidades que se pretenden cubrir con aquél.
Por su parte, los artículos 25 y 86 del TRLCSP establecen la necesidad de que el objeto de los contratos sea
determinado, pudiéndose incorporar al mismo aquellos pactos, cláusulas y condiciones que se consideren
necesarios, siempre que no sean contrarios al interés público, al ordenamiento jurídico y a los principios de buena
administración.
Cerraremos las referencias generales citando el artículo 2 del Reglamento General de la Ley de Contratos
de las Administraciones Públicas, aprobado por el Real Decreto 1098/2001, de 12 de octubre (RGLCAP), que
permite la posibilidad de que los contratos contemplen una pluralidad de objetos, si bien, cada una de las
prestaciones debe ser definida con independencia de las demás, sin que, con carácter general, resulte posible que
las prestaciones del contratista queden condicionadas a resoluciones o indicaciones administrativas posteriores a
su celebración.
De lo expuesto se deduce que no existe impedimento legal que limite la posibilidad de acumular varias
prestaciones dentro de un único contrato. Siendo así, si todas las prestaciones no correspondiesen a un mismo
tipo de contrato, nos encontraríamos ante un mixto.
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La regulación de los contratos mixtos se contiene en el artículo 12 del TRLCSP, conforme al cual
“Cuando un contrato contenga prestaciones correspondientes a otro u otros de distinta clase se
atenderá en todo caso, para la determinación de las normas que deban observarse en su
adjudicación, al carácter de la prestación que tenga más importancia desde el punto de vista
económico”.
Por su parte, el artículo 25 del TRLCSP, en su apartado segundo, establece los límites relativos a la
acumulación de prestaciones al determinar que
“2. Sólo podrán fusionarse prestaciones correspondientes a diferentes contratos en un contrato mixto
cuando esas prestaciones se encuentren directamente vinculadas entre sí y mantengan relaciones de
complementariedad que exijan su consideración y tratamiento como una unidad funcional dirigida a
la satisfacción de una determinada necesidad o a la consecución de un fin institucional propio del
ente, organismo o entidad contratante”.
En el presente caso no nos encontramos ante un contrato mixto, dado que se propone la fusión de
prestaciones correspondientes a un mismo tipo contractual (contrato de servicios), por lo que una interpretación
literal de la norma no nos llevaría a aplicar los límites a la fusión de prestaciones contenidos en el artículo 25.2 del
TRLCSP. En este sentido se manifiesta el TACRC en su resolución 120/2014, conforme a la cual
“La limitación contenida en el artículo 25.2 TRLCSP sólo es en rigor aplicable (so pena de postular una
interpretación extensiva de una norma claramente restrictiva como lo es el citado artículo 25.2 TRLCSP) a
aquellos casos en que las prestaciones que pretendan fusionarse en un sólo contrato correspondan a
distintas tipologías contractuales, de modo que por dicha acumulación el contrato pase a adquirir la
condición de contrato mixto, en los términos del artículo 12 TRLCSP, que no a aquellos otros casos, como el
aquí examinado, en que las prestaciones acumuladas, se correspondan con un mismo tipo contractual (el
contrato de servicios). En este sentido, no puede dejar de destacarse que lo que el legislador ha explicitado
es la general prohibición (artículo 86.2 TRLCSP) de fraccionamiento del contrato cuando con ello se
pretenda "disminuir la cuantía del mismo y eludir así los requisitos de publicidad o los relativos al
procedimiento de adjudicación que correspondan", pero no ha explicitado (a salvo de lo previsto en el
artículo 25.2 TRLCSP para los contratos mixtos) idéntica prevención general en lo que a la eventual
acumulación de prestaciones concierne, atendido que, lógicamente, al comportar incremento de la cuantía
contractual no podrá nunca determinar relajación o dispensa de las tales exigencias de publicidad. Ello no
obsta, ciertamente, a la exigencia de que dicha eventual acumulación haya de cohonestarse con la
exigencia de determinación del objeto contractual que resulta del artículo 86.1 TRLCSP, ajustarse a los
límites del artículo 25.1 TRLCSP ( a saber, respeto al “interés público, al ordenamiento jurídico y a los
principios de buena administración”) y no comportar infracción de los principios y fines generales
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consagrados en el artículo 1 TRLCSP, a saber, " libertad de acceso a las licitaciones, publicidad y
transparencia de los procedimientos, y no discriminación e igualdad de trato entre los candidatos”,
asegurando “en conexión con el objetivo de estabilidad presupuestaria y control del gasto, una eficiente
utilización de los fondos destinados a la realización de obras, la adquisición de bienes y la contratación de
servicios mediante la exigencia de la definición previa de las necesidades a satisfacer, la salvaguarda de la
libre competencia y la selección de la oferta económicamente más ventajosa".
Sin perjuicio de que una aplicación literal del límite establecido en el apartado 2 del artículo 25, nos lleva a
que únicamente opere de forma directa en el caso de los contratos mixtos, el TARC Andalucía, en su resolución
243/2014, y el TACP de Madrid, en su resolución 115/2013, han puesto de manifiesto la necesidad de que las
prestaciones fusionadas, incluso aunque engloben exclusivamente prestaciones de un único tipo contractual,
deban encontrarse directamente vinculadas entre sí y mantener relaciones de complementariedad, resultando
necesario que la vinculación sea material y no meramente subjetiva.
En el presente caso cabe advertir que, como en el escrito de consulta se pone de manifiesto, la fusión de
prestaciones en los términos propuestos, aun cuando pudiera resultar conveniente, podría dar lugar a una
restricción de la concurrencia, hasta el punto de que pudiera resultar difícil que algún empresario por sí mismo
pudiese llevar a cabo la totalidad de las prestaciones que conforman el amplio objeto del contrato. Siendo así,
creemos que en el presente caso resulta especialmente relevante valorar y justificar adecuadamente la
conveniencia y oportunidad de acumular todas las prestaciones en un solo contrato.
Para concluir el apartado relativo al objeto del contrato cabe recordar, que para su identificación se
pueden utilizar una diversidad de códigos CPV, sin embargo, para la determinación de la categoría del anexo II del
TRLCSP ha de ser sólo una, en base a la prestación más importante del contrato.
2. Fusión de prestaciones vs división en lotes.
Si bien la norma permite que fusionemos prestaciones, también habilita su división, posibilitando la
configuración de la licitación por lotes (apartado 2º del artículo 86 del TRLCSP), para ello resulta necesario que: a)
el contrato admita fraccionamiento, b) se justifique en el expediente, c) los lotes sean susceptibles de utilización o
aprovechamiento separado, constituyan una unidad funcional o así lo exija la naturaleza del objeto del contrato.
El TACRC, en su resolución 657/2014, ha considerado que el hecho de que las prestaciones objeto de un
contrato constituyan unidades funcionales separadas susceptibles de utilización o aprovechamiento
independiente, no implica la obligación de dividir en lotes el objeto, la cual se configura como una excepción a la
regla general, pudiendo ser igualmente razonable una prestación integral del servicio en la medida que con ello se
pueda incrementar la eficacia y la eficiencia en la ejecución de las prestaciones y, a su vez, aprovechar las
economías de escala que posibiliten esa prestación integral. Corresponde al órgano de contratación la decisión
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motivada a este respecto, sin que la no división afecte necesariamente a la concurrencia, dado que cabe que las
empresas concurran a la licitación en UTE o integrando la solvencia por medios externos.
Si bien este era el criterio general mantenido hasta el momento, debemos tomar en consideración los
términos de la nueva Directiva 2014/24/UE, la cual regula la separación por lotes de los contratos en los siguientes
términos:
a. Considerandos 78 y 79 de la Directiva 2014/24/UE.
“(78) Debe adaptarse la contratación pública a las necesidades de las PYME. Es preciso alentar a los
poderes adjudicadores a utilizar el código de mejores prácticas que se establece en el documento de
trabajo de los servicios de la Comisión, de 25 de junio de 2008, titulado «Código europeo de buenas
prácticas para facilitar el acceso de las PYME a los contratos públicos», que ofrece orientaciones acerca
de cómo aplicar el régimen de contratación pública de forma que se facilite la participación de las PYME.
A tal efecto y para aumentar la competencia, procede animar a los poderes adjudicadores a, en
particular, dividir grandes contratos en lotes. Esta división podría realizarse de manera cuantitativa,
haciendo que la magnitud de cada contrato corresponda mejor a la capacidad de las PYME, o de manera
cualitativa, de acuerdo con los diferentes gremios y especializaciones implicados, para adaptar mejor el
contenido de cada contrato a los sectores especializados de las PYME o de acuerdo con las diferentes
fases ulteriores de los proyectos.
La magnitud y el contenido de los lotes deben ser determinados libremente por el poder adjudicador, el
cual, de acuerdo con las normas pertinentes en materia de cálculo del valor estimado de la contratación,
debe estar autorizado a adjudicar algunos de los lotes sin aplicar los procedimientos previstos en la
presente Directiva. El poder adjudicador debe estar obligado a estudiar la conveniencia de dividir los
contratos en lotes, sin dejar de gozar de la libertad de decidir de forma autónoma y basándose en las
razones que estime oportunas, sin estar sujeto a supervisión administrativa o judicial. Cuando el poder
adjudicador decida que no sería conveniente dividir el contrato en lotes, el informe específico o los
pliegos de la contratación deben incluir una indicación de las principales razones que expliquen la
elección hecha por el poder adjudicador. Estas razones podrían ser, por ejemplo, el hecho de que el poder
adjudicador considere que dicha división podría conllevar el riesgo de restringir la competencia, o hacer
la ejecución del contrato excesivamente difícil u onerosa desde el punto de vista técnico, o que la
necesidad de coordinar a los diferentes contratistas para los diversos lotes podría conllevar gravemente
el riesgo de socavar la ejecución adecuada del contrato.
Los Estados miembros deber seguir gozando de libertad para prolongar sus esfuerzos tendentes a
facilitar la participación de las PYME en el mercado de la contratación pública, ampliando el alcance de
la obligación de considerar la conveniencia de dividir los contratos en lotes convirtiéndolos en contratos
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más pequeños, exigiendo a los poderes adjudicadores que aporten una justificación de la decisión de no
dividir los contratos en lotes o haciendo obligatoria la división en lotes bajo ciertas condiciones.
A este mismo respecto, los Estados miembros deben gozar también de la libertad de facilitar
mecanismos para efectuar pagos directos a los subcontratistas”.
(79) Cuando los contratos estén divididos en lotes, los poderes adjudicadores deben estar autorizados a
limitar el número de lotes a los que un operador económico puede licitar, por ejemplo con el fin de
preservar la competencia o garantizar la fiabilidad del suministro. También deben estar autorizados a
limitar también el número de lotes que pueda adjudicarse a cada licitador.
Sin embargo, el objetivo de facilitar un mayor acceso a la contratación pública a las PYME podría verse
mermado si se obligara a los poderes adjudicadores a adjudicar el contrato lote por lote, aunque ello
supusiera tener que aceptar soluciones bastante menos ventajosas respecto de una adjudicación que
reúna varios o todos los lotes. Por ello, cuando la posibilidad de aplicar este tipo de método se haya
indicado claramente antes, los poderes adjudicadores deberían poder llevar a cabo una evaluación
comparativa de las ofertas para determinar si las ofertas presentadas por un licitador concreto para una
combinación particular de lotes cumplirían mejor, en conjunto, los criterios de adjudicación establecidos
de conformidad con la presente Directiva con respecto a dichos lotes, que las ofertas para los lotes
separados de que se trate consideradas aisladamente. En caso afirmativo, el poder adjudicador debería
poder adjudicar un contrato que combine los lotes de que se trate al licitador afectado.
Es preciso aclarar que los poderes adjudicadores deberían realizar dicha evaluación comparativa primero
determinando qué ofertas cumplen mejor los criterios de adjudicación establecidos con respecto a cada
lote separado y después comparar el resultado con las ofertas presentadas por un licitador concreto para
una combinación específica de lotes considerados en su conjunto.
b. Artículo 46 (División de contratos en lotes) Directiva 2014/24/UE.
“1. Los poderes adjudicadores podrán optar por adjudicar un contrato en forma de lotes separados, y
podrán decidir el tamaño y el objeto de dichos lotes.
Excepto en el caso de los contratos cuya división resulte obligatoria en virtud del apartado 4 del presente
artículo, los poderes adjudicadores indicarán las principales razones por las cuales han decidido no
subdividir en lotes. Dicha decisión se incluirá en los pliegos de la contratación o en el informe específico
al que se refiere el artículo 84. (…)”.
Para valorar las condiciones y términos en que resulta de aplicación la nueva Directiva, podemos tomar en
consideración el Documento de trabajo elaborado por los Tribunales Contractuales, en el cual se considera que
existe efecto directo respecto del apartado primero del artículo 46 de la Directiva, lo que supone que, a partir de la
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fecha en que debió estar realizada la transposición, es decir, el 18 de abril de 2016, resultará de aplicación el
referido precepto. Siendo así, y de la lectura del precepto trascrito, resulta destacable el cambio que la nueva
Directiva introduce en la regulación de la división de los contratos y por tanto, en el presente caso, debería
procederse a su división en lotes, salvo que existan razones que aconsejen no subdividir el contrato, la cuales
deberán seguir la línea de justificación marcada por el párrafo segundo del considerando 78 y ser indicadas por el
órgano de contratación.
3. Solvencia en los contratos con pluralidad de prestaciones: exigencia y acreditación.
En relación a la solvencia exigible, es facultad del órgano de contratación, en función del criterio técnico,
establecer la solvencia que resulta exigible para los contratos que se tramitan. Para analizar su configuración en los
contratos mixtos, podemos traer a colación el criterio manifestado por el TACRC en su resolución 503/2014, en la
que se considera que no procedía exigir que los licitadores acrediten la solvencia para todas y cada una de las
prestaciones integradas en el mismo, sino únicamente la que corresponda a la prestación más importante
económicamente, dado que nos encontramos ante un único contrato y no ante contratos independientes. Así, en
la referida resolución se establecía que
“En suma, constatado que estamos en presencia de un contrato mixto, la solvencia se habría de exigir
exclusivamente con arreglo a las normas propias del contrato al que corresponda la prestación más
importante de aquél, ya sea mediante la oportuna clasificación, ya sea mediante la justificación
documental prevista en los artículos 75-77 del TRLCSP. En lógico corolario, es absolutamente
improcedente exigir que los licitadores acrediten la solvencia para todas y cada una de las prestaciones
integradas en el contrato mixto, como si se tratara de contratos independientes, yuxtaponiendo las
normas referentes a los mismos. Así lo han mantenido este Tribunal (Resolución 243/2011) y la Junta
Consultiva de Contratación Administrativa (Informes 31/2004 y 29/2010)”.
El referido criterio se atempera en los supuestos de licitaciones por lotes, dado que la solvencia se
configurará respecto de cada uno los lotes en que se divida el objeto del contrato y se deberá acreditar por los
licitadores respecto de cada uno de los lotes a los que se licite (TACP Madrid Resolución 61/2013).
Será por tanto el órgano de contratación, al aprobar los pliegos, el que determine el régimen de solvencia
exigible, la cual habrá de ser acreditada por los licitadores a través de sus medios propios o bien integrando su
solvencia con medios externos, para lo que pueden basarse en la solvencia y medios de otras entidades,
independientemente de la naturaleza jurídica de los vínculos que tenga con ellas, siempre que disponga
efectivamente de esos medios para la ejecución del contrato y así se acredite (artículo 63 del TRLCSP). Como nos
recuerda el TACRC en su resolución 13/2016,
“Corresponde por tanto a cada licitador en caso de que se pretenda integrar tal solvencia aportar los
documentos acreditativos de los contratos, acuerdos, convenios o cualquier otra operación que permita
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la comprobación de que dispone de los medios de otra empresa y por ende tener por suficiente la
clasificación exigida. Dicho requisito no fue probado con la presentación de la documentación oportuna,
no siendo suficiente una mera declaración de cesión de la clasificación si además no se concreta cómo se
realizará el compromiso de puesta a disposición efectiva de los medios con que cuenta la empresa”.
En el escrito de consulta se plantea si la integración de solvencia con medios ajenos supone acudir a una
subcontratación, extremo que debe habilitarse en los pliegos. A este respecto cabe indicar, que la acreditación de
la solvencia con medios externos no siempre tiene como resultado la subcontratación, como nos indica el TACP de
Andalucía en su resolución 237/2015, la norma permite la integración de la solvencia con independencia de la
naturaleza jurídica de los vínculos que existan entre las entidades, cuya puesta a disposición se puede materializar,
entre otras fórmulas, a través de la subcontratación. En todo caso, ante las dificultades que podrían existir para
llevar a cabo la prestación total del contrato por un único licitador, cabría valorar la conveniencia de habilitar la
posibilidad de permitir la subcontratación de un porcentaje de la prestación.
El escrito de consulta termina barajando la opción de que los empresarios puedan licitar en UTE. Esta es
una opción plenamente válida y habilitada expresamente por la norma, que permite la acumulación de la solvencia
de aquellas empresas que concurren a una licitación con el compromiso de constituirse en UTE. En este sentido,
sirva recordar el criterio puesto de manifiesto por el TACP de Andalucía en su resolución 164/2014, que recogiendo
el criterio del TACRC, consideraba que
“En este aspecto, es doctrina reiterada que, en los supuestos de concurrir empresas agrupadas
en UTE, procede la acumulación de sus capacidades para la integración de la solvencia exigida; así
el Tribunal Administrativo Central de Recursos Contractuales en resoluciones 556/2013, 557/2013
y 558/2013 entre otras recoge este criterio indicando que:
Pues bien, este Tribunal ha entendido,
como así se manifestó
en la Resolución 205/2012,
de 20 de septiembre, que uno de los motivos principales para que las empresas se agrupen en UTE
es sumar
capacidades, sean éstas económicas,
técnicas o profesionales.
Por tanto,
el criterio
general es el de la acumulación. Así lo establece el artículo 24 del RGLCAP relativo a las uniones
temporales de empresarios, en cuyo apartado 1, podemos subrayar: "1. En las uniones temporales
de empresarios cada uno de los que la componen deberá acreditar su capacidad y solvencia conforme
a los artículos 15 a 19 de la Ley y 9 a 16 de este Reglamento, acumulándose a efectos de la
determinación de la solvencia de la unión temporal las características acreditadas para cada uno de
los integrantes de la misma, sin perjuicio de lo que para la clasificación se establece en el artículo 52
de este Reglamento". Es decir, la norma general es la de la acumulación, aunque en caso de exigir
la clasificación, la regla tenga características propias establecidas legal (artículo 67 del TRLCSP) y
reglamentariamente
(artículo 52 del RGLCAP). Regla de acumulación que, en todo caso, exige la
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acreditación por todos y cada uno de los integrantes de la UTE de algún tipo de solvencia para que
pueda acumularse la misma.
El criterio de acumulación
es congruente
también con lo que establece el artículo 63 del
TRLCSP que permite integrar la solvencia con medios externos. Si para acreditar la solvencia
necesaria para celebrar un contrato determinado, el empresario puede basarse en la solvencia y
medios de otra entidad, con más razón lo podrá hacer si se agrupa en UTE con ella. En consecuencia,
de acuerdo con el criterio expuesto, aunque alguna de las empresas que integran la UTE no alcance las
condiciones
mínimas
sostiene la resolución
de solvencia técnica, económica y financiera exigidas en el pliego, -como
impugnada
en el supuesto aquí examinado-
deberá
procederse
a la
acumulación de la solvencia de las empresas que forman la UTE, de forma que si su sumatorio
o acumulación alcanza los niveles requeridos en el PCP deberá entenderse que la UTE alcanza la
solvencia exigida en el pliego. “
En esta línea, se podría dar un paso más, en el sentido de que una UTE además podría optar por acudir a la
integración de la solvencia con medios ajenos, opción reconocida por el TACRC en su resolución 13/2016, en la que
se establece que
“Luego debe admitirse, en principio, que para acreditar su clasificación los licitadores que concurran en
UTE no solo pueden completar su clasificación y solvencia acumulativamente teniendo en cuenta la de
todos los componentes de la UTE, sino que incluso pueden recurrir a la de los empresarios con los que
pretenden subcontratar la prestación.
A la vista de lo expuesto cabe concluir que:
a)
Cabe la posibilidad de configurar un objeto de contrato que contenga una pluralidad de prestaciones,
siempre que se encuentren directamente vinculadas y mantengan relaciones de complementariedad, si
bien cada una de las prestaciones debe ser definida con independencia de las demás.
b) Cuando se configura un objeto de contrato con pluralidad de prestaciones, no nos encontramos ante
contratos independientes, sino ante un contrato único.
c)
En aplicación de lo dispuesto en el artículo 46 de la Directiva 2014/24/UE, debería valorarse la división en
lotes de las prestaciones objeto del contrato, salvo que existan razones que aconsejen no subdividir el
contrato, las cuales deberán seguir la línea de justificación marcada por el párrafo segundo del
considerando 78 y ser indicadas por el órgano de contratación.
d) En aplicación de lo dispuesto en el artículo 63 del TRLCSP, la solvencia puede acreditarse por medio propios
o integrando la solvencia con medios externos, siempre que se acredite que se dispone de ellos para la
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ejecución del contrato. En todo caso, la integración de solvencia con medios ajenos no supone
necesariamente acudir a una subcontratación, dado que la disponibilidad de medios se puede acreditar por
contratos, convenios o cualquier otra operación que permita su comprobación.
e)
La licitación de varios empresarios con compromiso de constituirse en UTE, permite acumular la solvencia
de las empresas que la forman, lo que no resulta contrario a los términos del artículo 63 del TRLCSP, es más,
si la UTE no alcanzara la solvencia exigida, cabría la posibilidad de acreditarla integrando medio externos, en
los términos definidos por el referido artículo.
Las respuestas a las consultas constituyen meras opiniones técnicas del equipo del Proyecto CSP, con exclusivo valor
informativo, y se expresan salvo mejor criterio fundado en derecho.
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