La Tempestad - Fundacion Vamos a Leer

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LA TEMPESTAD
(Versión libre de la obra La tempestad, de William Shakespeare)
Adaptación: Bruno S.
septiembre, 2010
DRAMATIS PERSONAE
(Títeres por orden de aparición)
Ojosgatitos: presentadora, clown, animadora.
Próspero: duque legítimo de Milán (Viste como mago, lleva una capa que es
mágica)
Miranda: hija de Próspero (una jovencita compasiva) tiene 15 años
Ariel: genio del aire (su voz es pausada y como un rugido)
Antonio: hermano de Próspero (Un hombre enfadado)
Fernando: Hijo del rey de Nápoles (Hombre guapo y sensato)
Calibán: Sirviente de Próspero (lleno de rencor y envidia contra Próspero)
Esteban: Borracho del barco
ADVERTENCIA
Ojosgatitos es un personaje alegre, mitad niña, mitad hada. Representa la alegría
de vivir. Lleva en la mano una varita mágica con una mariposa blanca en la punta.
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PRESENTACIÓN
Ojosgatitos: Niños y niñas. Chicos y chicas de la era del ponchis-ponchis, primero
que nada dejen de moverse de sus lugares y pónganme atención, gracias, y ahora
sí, buenas noches. Yo mi grupo de teatro para títeres vinimos hoy a contarles una
historia que sabemos que les va a gustar. Esta es la historia del duque Prospero y
de Antonio, su perverso hermano, de Miranda la hija del duque y de Ariel el genio
del aire, ah, y de Esteba, el borracho. Todo comenzó hace muchos, muchos años
en reino junto al mar. Próspero, el heredero del ducado de Milán y amante del
conocimiento y de la magia, un día se dio cuenta que lo que más le interesaba era
aprender y no tenía tiempo de dedicarse a gobernar, por lo que le pidió a su
hermano Antonio que se encargara de los asuntos del gobierno de su reino, pues
quería saber muchas cosas que guardaban sus queridos libros; quería estudiar a
fondo muchas cosas y así conocer la magia. Una vez hecho este pedido a su
hermano, éste aprovechando que su hermano era tan dedicado a sus lecturas
decidió subirlo a un barco junto con su pequeña sobrina Miranda que en aquel
entonces tenía apenas tres años de edad. Subidos al barco, Antonio ordenó a un
sirviente que abandonara a su hermano y a su sobrina en él, junto con los libros
que tanto amaba Próspero, y así Antonio, aprovechando que Próspero no hacía
más que leer y estudiar y querer saber muchas cosas, lo dejó perderse en altamar.
Esa noche cayó una tormenta, una terrible tormenta con truenos y relámpagos y
olas muy altas. Por suerte después de que hubo parado aquella tempestad,
Próspero y su pequeña hija Miranda pudieron llegar a una isla desierta donde
salvaron sus vidas. Así pasaron muchos años durante los cuales Próspero se
dedicó a estudiar sus libros. Hasta que un día alcanzó a convertirse en mago. Y
qué creen que hizo cuando se convirtió en mago? Pues logró liberar a un espíritu
del viento, mismo que le servía para cumplirle algunos deseos especiales, como
quitar las nubes cuando los días eran grises y amenazaban con hacer llover, y así
ya despejado el cielo, los pájaros cantaban y las mariposas como esta (señala su
varita mágica) volaban para felicidad de su querida hija Miranda.
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Así fue creciendo Miranda, al lado de su padre y de Calibán su solitario sirviente
que un día Próspero encontró en la isla, y al que enseño a leer y usar los cubiertos
en la mesa. Así vivían esos tres seres humanos…y el espíritu del viento, Ariel; y
Ariel protegía la isla de tsunamis, huracanes y cosas parecidas…hasta que un día
o, mejor dicho, una noche, la noche en la que comienza esta historia, Próspero vio
en su esfera de cristal mágico que su traidor hermano y Fernando, el guapo
acompañante de este viajaban en una expedición muy cerca de la isla donde
vivían Próspero y Miranda. Al ver esto, Próspero no tardó en hacer aparecer a
Ariel y le pedirle que formara una gran tormenta a su alrededor, tal y como aquella
que, años atrás, los había hecho naufragar a ellos. Quieren saber con qué motivo
hizo Próspero que se formara tal tormenta? Bueno pues, vayamos entonces a esa
terrible noche sobre el mar…(Mueve su varita mágica y sale).
CUADRO UNO
Música. Sobre el mar se desata una tormenta, se ve un barco con velas azotado
por la tempestad. El viento ruge. Se escuchan voces, el capitán da órdenes, los
marineros contestan, se escuchan expresiones de mucho esfuerzo por todos
lados, algunos gritos. Al ver todo perdido, los hombres se arrojan al mar
desesperados. Desde la isla, sin dejar de llover, Próspero y Miranda miran hacia el
horizonte.
Próspero:..Y, como te contaba, ese día, después de una tormenta como esta, que
vez por primera ocasión, hija mía…fue como llegamos a esta isla donde desde
entonces he sido tu profesor y he sacado el mayor provecho que he podido de mis
estudios, mucho más que si hubiera seguido en Milán y gobernara…
Miranda: Pero, papá…dime, explícame ahora, por qué has levantado esta terrible
tormenta precisamente hoy?
Prospero: Hija, lo vas a saber ahora…a aquellos traidores el destino los ha traído
hoy a aguas cercanas a esta isla…por eso he hecho llover, pero por el momento,
no debes saber más…duerme ahora…
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(Prospero la cubre con su capa mágica y Miranda cae en un sueño profundo)
(Hace entrada Ariel con el largo sonido de un viento rugidor)
Ariel: estoy a tus órdenes!
Próspero: Has levantado la tempestad que te ordené que hicieras?
Ariel: Puntualmente.
Próspero: Bien hecho.
Ariel: Logré tal tormenta que todos los tripulantes gritaron de horror, con decirte
que hubo quien dijo: “el infierno está vacío porque todos los demonios están ahora
aquí”.
Próspero: Y dime, que tan lejos de la isla los has hecho naufragar?
Ariel: Cerca, muy cerca de la orilla. Como para alcanzarla nadando.
Próspero: Y están todos a salvo?
Ariel: Ni un solo pelo les he tocado. Los esparcí a lo largo de la orilla y los he
hecho dormir bajo el influjo de uh hechizo haciéndolos creer que lo han perdido
todo: los alimentos, el agua para beber, los equipajes y hasta el barco. Pero lo
cierto es que el barco lo he escondido en una cueva del otro lado de la playa junto
con los marineros que venían en él.
Próspero: Muy bien hecho Ariel. Bien hecho.
Ariel: Me marcho entonces…
Próspero: No tan rápido, no tan rápido. Voy a pedirte otra cosa
Ariel: Tú eres mi amo. Ordena. Pero recuerda que cuando me liberaste de aquella
bruja que me tenía preso entre las ramas de un árbol tú me prometiste un día
liberarme…
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Próspero: Acaso me reclamas? Acaso crees que he olvidado mi promesa, Ariel?
Ariel: De ninguna manera, amo, pero me emociona tanto saber que ya me queda
poco por ser completamente libre que la emoción de ello no me deja…tú has sido
tan bueno conmigo que juro que no puedo quejarme. Pero la libertad es la mejor
de todas las cosas para un ser como yo.
Próspero: Pronto serás libre. Pero antes necesito que hagas unas cuantas cosas
más para mí.
Ariel: Ordena, mi señor.
Próspero: Esta noche quiero que te vuelvas invisible y que aterrorices, tan sólo un
poco, a los náufragos de mi interés. Lo harás?
Ariel: Tu deseo es una orden que deseo ya cumplir. (Sale haciendo un gesto muy
teatral, se escucha el viento).
(Próspero hace un gesto con su capa mágica que cubre a Miranda)
Próspero: Despierta hijita mía, despierta ya…has dormido lo suficiente.
Miranda (despertando): Oh, papá…me quedé dormida mientras me contabas el
porqué de esta tormenta, perdóname…
Próspero: No pasa nada. Ven conmigo, hijita, hace frío ahora y hay que
abrigarnos de él. (A Caliban) Calibán!, Calibán, dónde te encuentras mequetrefe?
(entra Calibán sumiso pero refunfuñando)
Calibán: Señor, hay suficiente leña en casa...
Próspero: Esta noche será larga. Ve a conseguir más combustible.
Calibán: Sí, amo. (Sale refunfuñando).
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(Próspero y Miranda, entran a la cueva, se escuchan sonidos de la noche –grillos,
el viento silbar- y algún perro ladrar. Una música se deja oír por debajo de estos
sonidos. Luego, se escucha el quiquiriquí de un gallo y después la música
desaparece. Amanece.)
Próspero: Miranda, hija mía: levántate y dime qué escuchan tus oídos y qué ves a
lo lejos.
Miranda: No sabría decirte muy bien papá…es un espíritu?
Próspero: No, no temas hija mía.
Próspero (Al público): Gracias a Ariel, el genio del viento, todo marcha como lo
que pedido. Se dan cuenta? (Salen)
(Entra Ojosgatitos)
Ojosgatitos: Claro que nos hemos dado cuenta! Qué pretenderá hacer ahora
Próspero? Acaso prepara una venganza? Puede ser... Veamos.
CUADRO DOS
Música. En otra parte de la isla, Antonio, Fernando.
Antonio (despertando): Por todos los cielos! Todos han muerto!
Fernando: Así lo parece…
Antonio: Es que nadie más ha sobrevivido más que nosotros? Triste cosa es esta
Fernando: Ni tanto, estamos vivos.
Antonio: Pero qué vamos a hacer aquí tú y yo sólo como un par de iguanas bajo
el sol!
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Fernando: Anímate Antonio, hemos salvados nuestras vidas, cuántos marineros
no estarían ahora de rodillas dando gracias por haber salvados sus vidas!
Antonio: Tu consuelo es tan malo como lo que fuera un consomé frío. Silencio!
(escucha).
Fernando: Qué?
Antonio: Esta isla parece desierta…pero nada más lo parece.
Fernando: No te preocupes más, Antonio…el aire que sopla esta mañana es
delicioso! Es eso, nada más.
Antonio: …Si, claro, pero como si ese viento lo exhalara un pulmón podrido.
Además huele a pescado rancio!
Fernando: …después de la tormenta de anoche…qué esperabas. Pero ve el lado
bueno: la mañana parece cantarnos!
Antonio: …Con la voz de un pantano nauseabundo.
Fernando: Míralo de esta manera: hay árboles, frutos, de seguro que hasta agua
dulce hay por ahí dentro (señala hacia dentro de la isla)…tenemos todo lo que se
necesita para sobrevivir. Mira qué verde más hermoso!
Antonio: Un verde…raro.
Fernando: Parece que te encanta tergiversar la realidad…de veras.
Antonio: Hay algo raro en todo esto…no lo ves?
Fernando: Nuestra ropa…es cierto! parece como si no la hubiera tocado el agua
del mar. Hasta parece nueva.
Antonio:..Pero con olor a pescado.
Fernando: Antonio…
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Antonio: …Y podrido.
(Entra Ariel y se escucha levemente una música leve que después desaparece).
Fernando: Pero qué pesado eres Antonio…
Antonio: No tanto como este ambiente fétido a pescado y algas marinas.
Fernando: Como quieras, pero la verdad es que tus comentarios me han
producido una pesadez semejante a ti…pero qué pesado eres! Creo que voy a
dormir un poco.
Antonio: Yo también…no sé si mis pensamientos puedan bajar los párpados al
igual que hacen mis ojos bajo este extraño sueño tan pesado…(Fernando
duerme).
(Sale Ariel)
Antonio: Qué extraño letargo es este…de seguro que es el clima. (Comienza a
dormitar y balbucea)…lindo pescadito…podridito…no quieres salir…a jugar
podrido…déjate salirrrr. (Comienza a roncar)
(Fernando se levanta de un salto)
Fernando: Qué extraño modo de descansar…no crees Antonio?
Antonio (Entre sueños): Hasta me escucho roncar!
Fernando: Antonio, deja de dormir o muérete! qué horas son estas para dejarte ir
por el sueño?
Antonio: Creo que me lavaré la cara con esa agua estancada de aquel charco.
Fernando: Despiértate Antonio!
Antonio: Ya voy, ya voy… (Medio se incorpora).
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Fernando: Qué no te has dado cuenta? Qué no sospechas nada? Qué no
recuerdas lo que le has hecho a tu hermano Próspero?
Antonio: Qué dices?
Fernando: Qué si no recuerdas que has suplantado a tu hermano Próspero?
Antonio: Sí, y? No ves lo bien que me quedan sus ropas?...(Se huele la ropa)
Augh! y que ahora huelen a pescado…y podrido! Puaf!
Fernando: Cáspita, chispas y rechispas, Antonio, por tu conciencia!
Antonio: Queeeé?! Mi conciencia, mi conciencia! Dónde quieres que la
encuentre?
(Fernando y Antonio, somnolientos van sumiéndose poco a poco en un sueño aún
más profundo).
Música. Vuelve a entrar Ariel.
Ariel (les habla al oído): En tanto que duermen roncando…ojo alerta a la traición,
si se inquietan por la vida, sacudan su sueño y ándense con cuidado: y ahora,
despierten!
Antonio (Espabilándose): No perdamos tiempo!
Fernando: Hagamos algo! (Se levantan de un salto con sus espadas en la mano.
Ruge el viento a lo lejos)
Antonio: Escuchas?
Fernando: Son como mil leones al unísono, ese sonido creo que fue lo que me
despertó!
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Antonio: Tomemos nuestras espadas como escudos y busquemos la manera de
salir de este lugar!
Fernando: El cielo nos libre de esos mil leones que de seguro viven aquí en esta
isla!
Antonio: Vámonos!
(Salen).
Ariel (Al público): Y ahora iré con mi amo a contarle lo que he hecho…ustedes
qué creen que me diga? Mmm?
(Otra parte de la isla, entre los árboles, entra Calibán con una nueva carga de
leña, quejándose).
Calibán: Que todos los miasmas caigan sobre Próspero y se hunda en el peor de
los pantanos, estoy harto de cargar con su leña! Cuándo es que me dejará en paz!
Pero, por lo que parece, este día, igualmente augura otra tormenta y quizá peor
que la de anoche. Oigo cantar…qué cantar! Rugir al viento…y aquella nube
negra…negrísima nube que se ve por allá…esa qué? Parece un sucio barril de
lodo! Si llegara a reventarse…ay, de mí! Esa nube de seguro que tronará de un
momento a otro…y bajo qué lugar voy a poner mi pobre cabecita a buen seguro?
(truenos) Ay,ay,ay de mí…madre mía! Mejor me voy a esconder ahí debajo de la
cama de Próspero!
(Aparece Esteban con una botella de licor, y borracho)
Esteban: Pero qué borracho vengo…dicen que nací en el…
Calibán: Eah! Quién anda ahí?
Esteban: El mismísimo Esteban… y que sigue siendo el rey! Tú quién carambas
eres?
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Calibán: El sirviente de Próspero el dueño de esta isla. De dónde has venido tú?
Esteban: Dicen que nací en El Cobre…pues de dónde va a ser? De la tormenta
de anoche que ha hecho naufragar el barco en el que viajaba, Soy el estanciero
de aquello que un día fue un barco. Por fortuna me abracé a un barril de licor con
todas mis fuerzas y, grande es Dios! Nos ha salvado! (besa como que besa a un
barril)
Calibán: A ti y a quiénes más?
Esteban: Pues al barril tonto, al barril y a mí!...ah, claro y también a esta botella
que llevaba en mis bolsillos.
Calibán: Grande es tu felicidad por lo que parece…
Esteban: Bebe de esto y calla! (le da de beber) Abre bien abierta la bocota!
Calibán: Mil demonios me atormenten…pero qué clase de pócima es esta que me
das?
Esteban: Una que te va a ayudar a desatar esa lengua! Tu no sabes qué clase de
amigo soy yo!
Calibán: Hermoso sería esto si tú no fueras un espíritu!
Esteban: Me lleva y me recontrallevan los mil monos de la selva, soy real. Ahora
suelta la sopa.
Caliban (que vuelve le quita la botella a Esteban y se la empina): Juro por esta
botella ser tu vasallo fiel! Pues no es terrestre este licor!
Esteban: Ajúa! Así te quería escuchar.
Calibán: Entonces, no has caído del cielo?
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Esteban: Por esta (Jura con la mano y se la besa) y si no, por esta otra.
Calibán (envalentonado): Pues mira: Próspero mi amo se ha adueñado de esta
isla donde me tiene como su vil sirviente, yo ya estoy harto de aguantarlo y quiero
liberarme de una vez por todas, pero él tiene un poderoso ayudante que le es fiel y
habría que convencerlo de que desista de servirle. Si tu me ayudas te enseñaré
todas las partes fértiles de la isla y besaré la planta de tus pies!
Esteban: Arrodíllate pues!
Calibán: Te mostraré lo más exquisitos manantiales, recogeré para ti bayas y
también pescaré para ti. Mala peste el tirano al que sirvo! Te serviré de ahora en
adelante, hombre maravilloso!
Esteban: Pues démonos prisa para liberarte de aquel tirano, vayamos hacia él!
Caliban: Pero antes deberé hablar con Ariel (Salen cantando ebriamente).
CUADRO TRES
En la gruta de Próspero. Próspero. Miranda.
Miranda (Sola ante un espejo): No recuerdo el rostro de mujer alguna porque no
he vivido más que con mi padre y Calibán, nuestro sirviente en esta solitaria isla,
pero mi corazón late con la fuerza, con un amor que no me explico y que siento
muy a flor de piel creo que por conocer más gente. A quién pertenecerá esto que
ahora siento? A quién? Oh, llama de amor, oh, soledad! Padre, ábreme el camino
que me lleve al amor!
(Próspero en otra parte de su gruta mira a través de su bola de cristal a su hija y la
ha escuchado).
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Próspero: No puedo ser tan feliz con la esperanza de un amor como el de ti
querida hija mía a quien tus nuevos sentimientos te sorprenden, sin embargo, mi
emoción también es grande…pero de otra clase. Antes de la hora de la cena
debo, aún, realizar varios asuntos indispensables.
(Sale).
(Calibán en la entrada a la gruta Próspero. Ariel y Calibán)
Calibán: Maldito mil veces Próspero que me tiene para servirle sin fin hasta el fin
de los tiempos como un vil esclavo! Ariel! (grita. Ariel aparece que ha estado
resguardando la isla, lo escucha).
Ariel: No mientas, acaso Próspero no te ha guarecido en su gruta y te ha dado
trato protector durante todo este tiempo?
Calibán: Mientes tú, mono! Tú! Yo no miento!
Ariel: Cómo te atreves?
Calibán: Mira: cuando Próspero llegó a esta isla se apoderó de todo lo que en ella
había y hay, despojándome de mi libertad en ella…y tú podrías libertarme y
libertarte también tu mismo…si no fueras tan cobarde…peo no te atreves. Así tu
serías mi amo y yo te serviría.
Ariel: Mientes
Calibán: Ja! Ja! Já! Mira: tú lo odias tanto como yo, y tan sólo tienes que quemar
algunos de sus libros “tan excelentes utensilios” así los llama Próspero, ves qué
fácil sería?...o también puedes atentan contra Miranda “La incomparable” como lo
he escuchado nombrarla así…qué dices? Dentro de media hora, después de leer,
Próspero estará dormido…qué tal?
Ariel: Voy ahora mismo a contárselo a mi señor.
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Calibán: Me muero de risa! Tendrías algún inconveniente en que me ponga a
cantar? (Se pone a cantar) “búrleme yo y vigílelo yo, búrleme yo y vigílelo yo..el
pensamiento es libre, libre, libre como una liebre, liebre, liebre…” Ay, creo que ese
no es el tono (ejecuta con las manos la acción de tocar un tambor y luego una
flauta).
Ariel: Me voy! (Sale).
Calibán (hablando solo): esta isla está llena de dulces sonidos que me deleitan y
no me hacen daño…ah! Me hacen dormir tan plácidamente! Y luego soñando esos
dulces sonidos como una música celestial me hacen despertar y cuando esto
sucede me hacen dormir nuevamente y entonces de nueva cuenta soñando me
parece que se abren nubes magníficas sobre mi y eso me hace despertar de
nueva cuenta y me dan ganas de llorar por seguir soñando! Oh, reino encantador
en el que solamente será posible permanentemente cuando Próspero haya sido
exterminado! Así que si no lo haces tú cobarde, lo haré yo! (Aparece Esteban que
se escondía detrás de un árbol)
Esteban: Dirás “conmigo”.
Calibán: Oh, si, lo olvidaba…pero dame un poco más de ese licor extraterrestre!
(Bebe y salen)
Fernando y Antonio en la otra parte de la isla.
Antonio: Por mi padre que no puedo seguir andando! Mis huesos están hechos
polvo! Esta isla en un verdadero laberinto de veredas serpenteantes…necesito
descansar un momento.
Fernando: Estoy igualmente agotado de investigar esta isla. Creo que he perdido
todas las esperanzas de encontrar a alguien.
Antonio (Al público): Me da gusto que haya perdido todas las esperanzas…ahora
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está a mi arbitrio y aprovecharé la primera ocasión para que esta desesperanza
suya me sea favorable. Esta noche y fatigado aprovecharé la oportunidad de…(Se
escucha una música extraña. Próspero invisible observa la escena. Aparecen
extraños personajes que ofrecen viandas a Fernando y Antonio).
Fernando: Qué extraña música es esta?
Antonio: Música maravillosa!
Fernando: Títeres!
Antonio: Muñecos con vida, ahora voy a creer que en esta isla hay cosas
increíbles! Acaso malignas por increíbles…ya, ya, claro que lo creo, ya.
Próspero (Desde su cueva): Ha dicho bien Antonio pues hay aquí alguno peor
que si fuera un demonio.
Fernando: No puedo dejar de asombrarme de esta extraña música y estos
extraños seres…
Próspero: Esperen a ver lo que les aguarda…
Fernando: …y han desaparecido ahora de forma aún más extraña!
Antonio: No importa si es que han dejado esa comida por aquí (hace que busca).
No tienes hambre?
Fernando: (Dudando)…no se me antoja, si te soy sincero.
Antonio: Quién nos hubiera dicho que las cosas fantásticas que creíamos cuando
éramos niños se convertirían hoy en realidad?(encuentra algo). Voy a sentarme y
comer aunque me cueste la vida. Qué importa que se hayan ido esos seres si han
dejado lo mejor?
(Truenos y relámpagos, entra Ariel)
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Ariel (A ellos): Indignos son ustedes de todo cuanto hay en esta isla. El océano
los ha vomitado en esta isla donde ningún ser debe habitar, y menos tú Antonio
que no eres digno de habitarla!
(Fernando y Antonio toman sus espadas y buscan con la mirada por todos lados)
Fernando: Quién ha dicho eso?
Antonio: Por mi padre que acabaré con ese espíritu!
Ariel: Con ese mismo valor los insensatos se ahorcan y se ahogan! Cómo podrán
abatir con esas tontas espadas la furia del viento? Aunque traten de herirme están
tan cansados que no podrán sostener por mucho más tiempo esas espadas! Te
recordaré Antonio el objeto de mi misión ya que has sido tú quien ha usurpado el
lugar de tu virtuoso hermano Próspero y has expuesto a él y a su hermosa hija
Miranda al mar, el mismo que ahora te ha castigado, el destino nunca olvida y la
muerte te buscará por donde quieras que te dirijas! Pero ha sido por el mismo
Próspero que la furia del destino se ha detenido contra ti!
(Ariel se desvanece con los truenos. En seguida, una música dramática, vuelven a
entrar las figuras y recogen las viandas).
Próspero: Has hecho muy bien Ariel pues no te faltó gracia en tu furia. Nada has
omitido de mis órdenes y mis palabras. Mi magia poderosa ha actuado
brillantemente. Ahora mi enemigo es prisionero de su desesperación y del delirio.
Ahora los tengo en mi poder (desaparece de la parte de arriba desde donde todo
lo ve).
Fernando: Por todos los cielos Antonio, pero por qué permaneces en ese extraño
estado de letargo?
CUADRO CUATRO
(Ante la gruta de Próspero. Próspero, Ariel y Miranda).
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Ariel: Qué desea mi poderoso señor?
Próspero: Tú y tus compañeros han realizado a las mil maravillas las órdenes que
te he encomendado. Pero tengo otra orden más antes de libertarte por completo.
Ariel: Lo que tú pidas, mi señor.
Próspero: Quiero que hagas traer hasta aquí a tus compañeros pues quiero darle
a Miranda una muestra de mis poderes.
Ariel: Ahora mismo?
Próspero: En un abrir y cerrar de ojos, mi querido Ariel.
Ariel: Antes de que digas ve, voy, y antes de que respires dos veces o de gritar
vamos, iré.
Próspero: Pero no te hagas presente hasta que yo te lo ordene.
Ariel: Comprendo. (Sale)
Próspero: Ve pues y trae a tus compañeros…ah, y que sobren espíritus más que
falten. Cierra la boca y guarda silencio. Sé todo ojos!.
Transición. Se hacen presentes sin verse deidades griegas. Música y efectos de la
naturaleza, aquí puede hacerse un abanico de flores, sonidos agradables. La
música in crecendo.
Miranda: Oh, qué visión más hermosa padre!
Próspero: Por mis poderes he hecho llegar hasta aquí, amada hija mía, a estos
divinos seres y cumplir así mi fantasía de venir para tu goce.
Miranda: Quiero vivir aquí siempre!
Próspero: Chist! Guarda silencio ahora…Aún queda algo por ver. Guarda silencio
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o de lo contrario se romperá el hechizo!
(Sigue escuchándose la hermosa música y continúa el espectáculo de imágenes y
Próspero se emociona que se desvanece. Todos los seres desaparecen en el aire
en medio de un ruido extraño y confuso. Próspero se recupera).
Próspero (para sí mismo): Oh, había olvidado la horrible conspiración de Calibán
en contra de mía y mi amada hija! Los minutos cuentan…
Miranda (Al público): Parece que mi padre sufre por una emoción que desconozco
y que lo inquieta sobremanera! Nunca, hasta el día de hoy, lo había visto presa de
una emoción tan desordenada.
Próspero: Así, hija esta pequeña diversión ha dado fin, como todo en la vida.
Espero que la hayas disfrutado de ello pues así como todo es un día, otro día se
disolverá y así como toda diversión es insustancial y acaba por desaparecer,
no quedará de lo que has visto rastro de ello. Estamos tejidos con idéntica
tela que los sueños, y nuestra corta vida se cierra con un sueño. Ahora,
Miranda, amada hija mía, disculpa mi debilidad, mis achaques no me dejan;
retírate ahora a descansar. Daré ahora un breve paseo para relajarme...
Miranda: Relájate padre.
Próspero: Gracias. (A Ariel) Ven, Ariel, ven ya!
(Entra Ariel)
Ariel: Qué deseas?
Próspero: Debemos prepararnos para hacer frente a Calibán y Esteban.
Ariel: Sí, mi dueño.
Próspero: Y dónde se encuentra ahora?
Ariel: En el bosque, se han quedado envalentonados muy de veras.
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Próspero: Bien. Ahora ve a ellos y atráelos hacia mí con algún cebo.
Ariel: Ahora mismo. (Sale).
Próspero: De nada ha servido lo que yo he hecho humanamente por él. Ha sido
tiempo perdido, absolutamente. Su espíritu se ha vuelto más corrupto y feo con la
ayuda de ese borracho.
(Entra de nueva cuenta Ariel y trae joyas y brillantes. Próspero y Ariel se hacen
invisibles y permanecen en el lugar. Entra Calibán enfurecido junto a Esteban).
Calibán: Ah…comienzo a acariciar pensamientos de sangre! (ve las joyas y las
agarra) Oh, qué joyas guardaba el viejo apestoso de Próspero entres sus cosas!
El viejo avaro! (las deja y las vuelva a tomar) Emprenderé primero su asesinato
porque es capaz, al verme aquí, de atacarme a mordidas como si fuera un perro
rabioso!
Esteban: A la carga, mi valiente!
(Entran con mucho ruido los espíritus compañeros de Ariel, en forma de perros
que persiguen a Calibán y a Esteban).
Ariel: Plata, joyas, dinero…los brillantes están por aquí, no corran cobardes!
Próspero: Furia, cobardía, horror, huyan enanos!
(Calibán y Estaban al ver a los perros huyen a todo lo que pueden mientras son
perseguido por todos lados por los canes).
Ariel: Mira, señor mío, cómo huyen los pobres!
Próspero: Haz que los perros les den una dura corretiza!
Ariel: Sí!
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(Próspero cambia de tono)
Próspero: A esta hora mis enemigos también están a mi merced! Más pronto que
tarde mis trabajos llegarán a su fin! Y tú, mi querido Ariel, gozarás, por fin de tu
entera libertad (Salen).
CUADRO CINCO
Ante la gruta de Próspero.
(Entra Próspero con su vestimenta mágica y Ariel lo sigue).
Próspero: Mis planes van llegando a su fin, Ariel. Mis poderes siguen intactos y
todo parece obedecerme…qué hora es?
Ariel: Las seis, mi señor. Y ya va siendo hora de que me liberes…
Próspero: Así es mi querido Ariel. Todo se ha cumplido puntualmente desde que
solté la tempestad hasta este momento. No es así? Qué me puedes decir de
Fernando y Antonio? Mmm?
Ariel: Siguen ahí donde se quedaron pasmados, en el bosque que cubre tu cueva
y no podrán hacer nada, ni escapar ni obtener nada de la isla hasta que tus deseo
no los libere. Sufren de dolor, hambre, cansancio. Antonio llora como un niño.
Están en tan mal estado que si los vieras te compadecerías de ellos.
Próspero: Podrías creer algo así de mi parte, amado genio?
Ariel: Si yo fuera humano así lo haría. Me apiadaría de ellos…
Próspero: Pues eso es lo que voy a hacer, Ariel. Tú que eres aire y no tienes
espíritu eres capaz de sentir compasión por su sufrimiento, acaso crees que yo,
siendo de su mismo género y que sí tengo carne, huesos y sangre, para sentir
misericordia, no voy a sentir caridad por ellos?
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Hay algo, infinitamente superior a la venganza y eso se llama virtud.
Acaso
Antonio ya se ha arrepentido y con ello he dado por terminada mi tarea. No me
vengaré. Romperé mis hechizos y les devolveré la paz y la esperanza. Ve, Ariel,
ve por ellos y devuélveles su corazón y déjalos libres. Tráelos aquí.
Ariel: En seguida, señor.
Próspero (salmodia): Bella hada del bosque y de las mariposas blancas, más
hermosa que el sol y que todas las estrellas, rostro de ángel a cuyo divino nombre
invoco a las potestades del cielo que te cubre, del viento que te envuelve y de la
tierra que te afirma; oh, maga blanca que vives en la cabaña de corazón de choza;
a ti y a las divinidades todas, espíritus del bosque verde! Duendecitos de las
sombras que forman círculos de hierba verde y hacen crecer los hongos a la
medianoche bajo la inmensa bóveda del cielo…gracias a ustedes he logrado tener
potestad sobre los vientos, el trueno, el rayo y la lluvia, y que moví sobre los
promontorios estas fuerzas, conmoviendo desde sus raíces a los pinos y a los
cedros. A mi orden se abrieron tumbas naturales y he despertado a sus
durmientes dejándolos partir gracias a mi potente arte; hoy, a esta feliz hora,
abjuro de mi magia y de todo cuanto por ella puedo, y cuando consiga su
indulgencia con una música dulce, misma que ahora les imploro, seres magníficos,
para que mis hechizos se deshagan sobre esos hombres que he tenido cautivos
del otro lado de esta isla; romperé, pues, mi varita mágica y la enterraré muchos
metros bajo tierra para que no haya brazo que la alcance, y sumergiré también
bajo las aguas del mar inmenso mis libros espléndidos!
(Música solemne).
Entra Ariel seguido de Fernando y de Antonio que llevan una expresión abatida.
Próspero hace un círculo con la mano y, aún bajo el hechizo, Fernando y Antonio,
entran en el círculo. Próspero lo contempla.
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Próspero (A Antonio): Qué oscura es la luz de la sinrazón Arroja, Antonio, ahora
mismo la oscuridad de tu ignorancia. Me trataste con la mayor crueldad con que
se puede tratar a un hermano. Nos arrojaste a la muerte en el mar a mí y a mi hija.
Ya estás castigado. Tú, mi carne y mi sangre poseído por la ambición te
encegueciste tontamente; te perdono! Tu conciencia apenas se irá despejando de
las aguas pantanosas que aún la ahogan…No me reconoces? Ariel! Ve a la cueva
y trae mi espada y mi capa! (Ariel sale) Voy vestirme como vestía en otros
tiempos…apúrate Ariel que ya pronto serás libre!
Regresa Ariel y cantando ayuda a vestirse a Próspero.
(Ariel silbando la música solemne):
Próspero: Muy bien! Ahora ve a donde se encuentra escondido el barco y todos
los marineros que ahora están durmiendo bajo las escotillas. Tráelos a todos hasta
aquí.
Ariel: Iré raudo y volveré antes de que tu corazón dé dos latidos.
Antonio: Por mi padre! Que acaben estas confusiones de seres y espíritus y
magias, padre sácame de esta isla!
Próspero (ya vestido): Contémplame Antonio, este soy yo, tu hermano! Te
estrecho entre mi brazos y te doy una cordial bienvenida a ti y a tus
compañeros!(Lo abraza).
Antonio: Si eres un fantasma o un ser encantado para abusar de mí, lo ignoro.
Pero puedo jugar que luces de carne y hueso, y siento los latidos de tu corazón y
la piel que te cubre el cuerpo. Ahora que te veo mi alma se tranquiliza pero mi
cabeza no lo cree y temo perder la poca de razón que aún me queda. Si todo lo
que ha sucedido es real debo reconocer que es algo muy extraño, extraordinario
diría yo. Si es verdad todo lo que me dices renuncio ahora mismo a tu ducado y te
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pido que me perdones por el daño que te he hecho…pero dime, Próspero: cómo
es que llegaste a esta isla?
Próspero: Primero deben entender que aún se encuentran bajo ciertas
fascinaciones de este lugar y que sería muy largo de explicarles ahora, lo que
hace que no crean en la realidad de las cosas…no se preocupen: Son todos
bienvenidos! (A Antonio aparte) en cuanto a ti podría hacer caer sobre tu persona
toda la ira del mundo y desenmascararte como el traidor que has sido pero, por el
momento, no voy a decir nada,
pero sabe que no debería siquiera llamarte
hermano, sin embargo te perdono la infamia que has cometido contra mí pero para
ello requiero de ti el ducado que me pertenece y que por supuesto no te negarás
de devolverme…
Antonio: Si realmente eres Próspero explícanos cómo es que llegaste hasta esta
isla, cuéntanos cómo es que nos has hallado en la isla…
Próspero: Lo siento. Noto que desde que han naufragado en esta ella y han
perdido la razón y ni siquiera dan crédito a las cosas que han visto en esta isla,
por lo tanto ni crédito darían a las palabras que les diga. Pero sea cual sea su
confusión deben de creer que yo soy Próspero, duque legítimo de Milán y quien un
día hace ya muchos años desembarcó de la manera más extraña en esta isla a
donde ahora el destino los ha traído a naufragar. Esta isla pues, de la que yo me
he hecho dueño, amo y señor de todo lo que esta contiene. Obsérvenla bien y
déjenme mostrarles, en agradecimiento, por devolverme mi ducado, lo siguiente.
(Entre brumas se ve a los marineros y a lo lejos se ve el barco)
Antonio y Fernando: Esto es el milagro más portentoso que han visto mis ojos!
Antonio: Te devuelvo lo que es tuyo, perdóname hermano!
(Entra Miranda)
Miranda: Bella humanidad!
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Próspero: Nuevo, ciertamente, es todo esto para ti, hija mía.
(Entra Ariel con el capitán del barco y los marineros quienes se muestran
sorprendidos)
Fernando: Mira Antonio, todos los nuestros, de carne y hueso!
Marineros (al unísono): estamos sanos y salvos!
Ariel (A Próspero aparte): He hecho, señor, todo lo que me has pedido.
Próspero (A Ariel aparte): Querido y muy obediente Ariel…
Antonio. Estos hechos no son normales…cómo le han hecho para aparecer aquí?
Próspero: Los he hecho dormir y para cuando despertaron los he hecho caer en
otra clase de ensoñación y los traje hasta aquí, te basta con eso?
Ariel (A Próspero aparte): He hecho bien entonces, señor?
Próspero: Perfectamente, obediente Ariel! Serás libre!
Fernando: Este es el más asombroso mundo en el que hombre alguno haya
puesto pie! Y la oportunidad que hemos tenido todos los aquí presentes de vivir
estas cosas extraordinarias debe servirnos para rectificar nuestra manera de
conducirnos y, por ello, deberemos enmendar nuestros pensamientos.
Próspero: No busquen explicaciones que sólo servirán para atormentar su
pensamiento por quererse aclarar la causa de lo que aquí ha sucedido y que
tampoco sería muy difícil de explicar por mí. Siéntanse satisfechos y crean
verdaderamente que todo está como pinta: bien.
Próspero (A Ariel aparte): Ven aquí querido espíritu. Qué me dices de mi infiel
criado Calibán y el borracho Esteban? Hazlos traer aquí también…
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(Ariel sale y vuelve pronto con Calibán y Esteban quienes llevan entre las manos
los vestidos y las ropas robadas)
Calibán: Pero que guapo se ve mi señor Próspero…por favor…no me castigues!
Fernando: Pero qué clase de individuos son estos…acaso los vendes?
Antonio: Muy posible…aunque no dudes que nadie quiera comprarlos…con esa
pinta.
Próspero (A Antonio y Fernando): Díganme que este sujetos tiene pinta de
honrados…pues en lo que respecta a Calibán este sujeto me ha querido robar y
hasta ha querido quitarme la vida.
Calibán: No, por Dios, voy a ser acuchillado hasta morir! Por favor! Perdóname!
Esteban: Perdónenme a mí también!
Calibán y Esteban: Perdónenos!
Próspero: Querías ser rey de la isla, no es así?
Fernando: Sin duda alguna hubiera sido un excelente rey! Y Esteban sería el
borracho cantante de tan singular reino…
Antonio: Son sin duda los seres más extraños que he visto en mi vida!
Próspero: Sus costumbres son tan monstruosas como sus pensamientos. (A
Calibán) , si quieres que te perdone ve a mi gruta y ordénala al detalle.
Antonio: Y tú fanfarrón borracho: vuelve al barco y espéranos ahí.
Esteban: Ahoritita mismo, mi señor! (Hace un ademán militar y sale)
Calibán (Haciendo el mismo gesto militar que Esteban): De inmediato, señor, tus
palabras son la música más dulce que escuchan mis oídos.
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De ahora en adelante todo lo que haré será para complacerte, gran y
misericordioso señor! Qué tonto he sido!
Próspero: Ve y date prisa…ándale!
Fernando: Fuera de aquí y dejen aquí las cosas que se han robado!
Próspero: Y ahora señores, los invito a mi humilde gruta donde podrán pasar
plácidamente esta noche y donde, si quieren, les podré contar al detalles de las
muchas cosas que he hecho a lo largo de estos años en la isla, de las cosas que
me he encontrado y de las maravillas que he descubierto. Así mañana podrán
partir a su destino y a donde yo querré acompañarlos y ya una vez establecido en
Milán, mi ducado, me dedicaré los últimos años de vida que me restan a meditar
sobre la vida y en mi muerte.
Fernando: Estoy impaciente por escuchar tus historias Próspero!
Miranda (A Fernando fascinada): Y yo por conocerte un poco más (Fernando la
abraza cariñoso)
Antonio: Creo que nos se han enamorado ya.
Próspero: Creo que sí! Bueno, vayámonos todos, Les contaré todo!...y lo más
importante: les prometo una noche con el mar tranquilo y para mañana vientos
favorables y velas tranquilas durante todo nuestro viaje. (A Ariel), querido y
obediente Ariel, bueno y dócil genio del viento: recobra ahora mismo tu libertad,
adiós mi fiel amigo! (A los demás) Acérquense amigos! (Salen)
(Vuelve Próspero, solo)
Próspero (Al público):
Como habrán podido ver, amigos y amigas, ahora todos mis hechizos han
quedado deshechos y ahora no soy más que un simple mortal…por lo que ellos
(señalando hacia dentro del teatrino) bien que podrían confinarme a vivir aquí en
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esta isla….o, efectivamente, dejarme ir con ellos a Milán. Por favor, que no me
dejen aquí sólo, ya he recobrado lo que es mío y perdoné a mi hermano que me
traicionó y me abandonó a mi suerte aquí. Me he liberado por fin, no solamente de
mis poderes y potestades, sino que también de mis enemigos y todo con la ayuda
de mi magia pero más que con ella, ha sido con la asistencia de mi corazón pues,
de qué me sirven mis poderes sobre el mar, el viento y la tormenta, si la mayor
tempestad era la que habitaba en mi corazón y yo no podía yo dominarla? Que el
aliento de ustedes, amigos y amigas, hinche de ahora en adelante mis velas pues
de lo contrario caeré de mis propósitos que era agradar a cada uno de ustedes.
Ahora, pues, ya no tengo espíritus que me ayuden para realizar encantamientos
ni magia alguna, y mi fin sería la desesperación a no ser que esta invocación que
hago a ustedes hoy me favorezca, una invocación sincera que conmueve y
perdona toda falta. De la misma manera las faltas de ustedes obtendrán la
disculpa más sincera si lo hacen de corazón…y así, con su comprensión hacia mí,
hoy vendrá mi perdón! Gracias, amigos. Adiós! (Sale, entra Ojosgatitos)
Ojosgatitos: Y de esta manera, amigos y amigas, hemos contado fielmente la
historia del buen hermano Próspero que tenía un gran corazón y que antepuso el
por sobre todas las cosas, el amor verdadero que guardaba su pecho para la
ocasión en que tenía que mostrar lo mejor de sí. Buenas noches y pongan en
práctica lo mismo que hoy han visto aquí…Adiós amigos!
(Se vuelve a escuchar la música solemne)
FIN
Dedicado A María José y Sofía S.Valezuela
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