Guía 2. La lectura en voz alta, la lectura con bebés y la colección

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Diplomado Fiesta de la Lectura-Leer es mi Cuento | Formación a distancia
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L ib ertad
y O rd e n
MinCultura
Ministerio de Cultura
En asocio con:
La lectura en voz
alta, la lectura con
bebés y la colección
Guía 2
L ib ertad
y O rd e n
MinCultura
Ministerio de Cultura
Estrategia Fiesta de la Lectura – Plan Nacional de Lectura y Escritura 2013
Ministerio de Cultura
Mariana Garcés Córdoba
Instituto Colombiano de Bienestar Familiar
Adriana María González Maxcyclak
Ministra de Cultura
Directora General (E)
Guiomar Acevedo
Germán Alberto Quiroga González
Directora de Artes
Director de Primera Infancia
Carlos del Castillo Cabrales
Subdirector de Gestión Técnica para
la Atención a la Primera Infancia
Coordinación Editorial
Isabel Cristina Quiroga Gómez
Jefe de la Oficina Asesora de Comunicaciones ICBF
Grupo de Comunicación Externa
Socios nacionales:
Diseño y diagramación:
Fundación para el Fomento de la Lectura,
Fundalectura
Fundación Rafael Pombo
Fundación Carvajal
Centro Regional para el Fomento del Libro
en América Latina y el Caribe, Cerlalc
Victoria Peters Rada
Socios regionales:
Guía 2 para formación a distancia
dirigida a agentes educativos del ICBF.
© Instituto Colombiano de Bienestar Familiar,
Primera edición, octubre 2013
Organización de los Pueblos Indígenas de
la Amazonía Colombiana, Opiac
Fundación Taller de Letras Jordi Sierra i Fabra
Corporación Gestión y Acción
Fundación para el Desarrollo Alimentario, Fundali
Corporación Yraka
Impresión:
Gráficas Gilpor S.A.S.
ISBN: 978-958-623-142-8
Comisión Intersectorial de Primera Infancia.
Estrategia Nacional De Cero a Siempre
La presente Guía fue elaborada por Beatriz Helena Isaza, para ser impresa y entregada a los agentes educativos de Fiesta
de la Lectura 2013. Se trata de una adaptación para la modalidad de formación a distancia y fue realizada a partir del
Módulo Lectura en voz alta, lectura con bebés y la colección, escrito por Patricia Correa para la modalidad formativa
virtual Fiesta de la Lectura 2013.
Esta Guía es producto del Convenio 1269-2172/2013 suscrito entre el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar–
ICBF, el Ministerio de Cultura, la Fundación para el Fomento de la Lectura, Fundalectura, la Fundación Rafael
Pombo, la Fundación Carvajal y el Centro Regional para el Fomento del Libro en América Latina y el Caribe, Cerlalc.
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Guía 2
La lectura en voz
alta, la lectura con
bebés y la colección
Guía 2. La lectura en voz alta, la lectura con bebés y la colección
Saludo
Bienvenido a la Guía 2. La lectura en voz alta, la lectura con bebés y la colección
del componente de formación a distancia de Fiesta de la Lectura-Plan Nacional de
Lectura y Escritura 2013.
Los contenidos que abordamos en esta Guía refuerzan y amplían varios de los
temas trabajados en los Laboratorios. Mediante su lectura y la realización de las
actividades que proponemos, iremos respondiendo preguntas como estas:
• ¿Por qué es tan fundamental hablar, cantar, narrar y leer en voz alta a los niños
desde que son bebés?
• ¿Por qué hacer sesiones de lectura en voz alta con bebés y con niños mayores?
¿Cómo podemos mejorar esta práctica?
• ¿Qué tipo de libros conforman la colección y por qué es necesario que los niños
tengan contacto con textos diversos?
Los temas que trataremos en la Guía y el orden en que los presentaremos es el
siguiente:
1. La importancia de narrar y de leer en voz alta a los niños
Queremos construir con ustedes una respuesta a esa serie de preguntas que
muchas veces nos hacen sobre la importancia que damos a hablar, narrar y leer
con los niños y para los niños. Con esto no buscamos que ellos aprendan a leer
alfabéticamente; lo que queremos es brindarles mayores y mejores oportunidades
para comunicarse y reconocerse.
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Guía 2. La lectura en voz alta, la lectura con bebés y la colección
2. Leer en voz alta a los niños y a los bebés
En este apartado nos referiremos a lo que es necesario tener en cuenta en
el momento de leer en voz alta a los niños y a los bebés, de modo que estas
experiencias sean lo más significativas posibles.
Para la mayoría de los adultos cuidadores es normal hablarle y cantarle al bebé,
pero no lo es el leerle en voz alta. Muchos no creen que se pueda leer en voz alta
con los más pequeñitos, con los bebés y los niños que aún no están en edad escolar.
Piensan que ellos no comprenden, que dañan los libros, que se aburren. Aquí
revisaremos esta idea y daremos también algunas pautas sobre cómo leer a niños que
tienen limitaciones visuales y auditivas.
3. La colección
Por último hablaremos acerca de la colección. Es decir, de ese conjunto de libros
que llegan como parte de esta Fiesta de la Lectura, y de todos los otros que podemos
disfrutar con los niños si vamos a la biblioteca pública más cercana. Será una mirada
general a los diferentes géneros de la literatura infantil que se producen actualmente.
Las actividades que usted deberá realizar, y que le permitirán cumplir con veinte
horas de trabajo autónomo, se explican en el Cuadernillo de actividades. A medida
que vaya leyendo la Guía encontrará recuadros en los cuales se nombran las acciones
propuestas para cada uno de los temas abordados. Para ampliar la información sobre
ellas y realizarlas, vaya al Cuadernillo.
Al finalizar estas veinte horas esperamos que haya logrado estos objetivos:
P Entender por qué las palabras habladas y escritas acompañan y estimulan el
desarrollo infantil
P Mejorar la práctica de lectura en voz alta.
P Explorar la colección e intercambiar opiniones acerca de los libros que la
conforman.
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Guía 2. La lectura en voz alta, la lectura con bebés y la colección
1. La importancia de narrar y
de leer en voz alta a los niños
Cuadernillo de actividades
Para realizar la actividad 1 del Cuadernillo, lo invitamos a leer este registro. A medida que vaya leyendo anote todo lo que le llame la atención en
el espacio rayado a su derecha. Escriba qué le parece interesante respecto
a la persona que le lee a los niños y qué encuentra significativo en el comportamiento de estos.
Libia, una agente educativa de Medellín, comparte en
el siguiente registro una práctica de lectura que es habitual
en el jardín infantil donde trabaja. Libia comenta lo que
sucede cuando Cristina, la coordinadora del jardín, invita
a los niños a leer juntos en el patio.
En el jardín infantil recibimos cincuenta niños (a veces
hay un poco más y otras veces un poco menos), somos
cinco agentes educativas entre las que cuento a Cristina
que es nuestra coordinadora. Los niños que vienen
a estar con nosotras están entre los 12 meses y los 5
años. La casa tiene varios espacios que nos permiten
hacer diferentes actividades al mismo tiempo y siempre
tratamos que algunas de esas actividades sean las
mismas cada semana, como ir a la arenera, pintar con
diferentes materiales en hojas grandes de papel que
fijamos a las paredes, etc., y que otras sean distintas
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Guía 2. La lectura en voz alta, la lectura con bebés y la colección
y los niños puedan elegir entre por lo menos dos
alternativas, aun los más pequeños.
Tenemos un espacio en el que hacemos música y
juegos con el cuerpo y allí también está una pequeña
biblioteca muy bien cuidada, al alcance de los niños y
que es usada diariamente al menos por una de nosotras.
Pero también, muchas veces leemos mientras estamos
amasando o trabajando plastilina, o escuchamos música
mientras dibujamos, pegamos, punzamos, etc.
La lectura en voz alta o la lectura de cada niño, cuando
ellos toman un libro y se lo llevan a un rincón y lo leen
solos o con algún amiguito, es algo que les encanta.
Pero algo especial sucede en el jardín cuando Cristina
invita a los niños a leer juntos al patio. Estemos
haciendo lo que estemos haciendo las otras agentes,
todos los niños nos abandonan para rodearla a ella. A
nosotras no nos queda más que ir a acompañarlos y
disfrutar también de ese momento.
Extrañamente no se pelean tanto por estar cerca del
libro, porque es siempre el mismo libro. Ellos no le
aceptan otro. Y digo extrañamente, porque es un libro
que aunque tiene ilustraciones no son muy grandes, o
por lo menos no para que cincuenta niños puedan estar
tan cerca y verlas con cuidado. Se me olvidaba decir que
es un libro de poesía infantil, una maravillosa selección
de poesías populares y de autores de diferentes épocas.
Cristina comienza a leer, muchos de esos poemas se
los sabe de memoria, pero ella los lee. Los niños están
tan relajados y, al mismo tiempo, tan emocionados,
que no tenemos que estar llamándoles la atención para
que se queden quietos y dejen oír a sus compañeros;
ni siquiera interrumpen para pedir que les muestren
“el dibujo del libro”. El tiempo se alarga, y cada vez
están más metidos en la lectura. Cristina lee y luego de
cada poema muestra lentamente la ilustración que lo
acompaña y en ese momento muchos dicen “otro”.
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Guía 2. La lectura en voz alta, la lectura con bebés y la colección
Sí, dicen otro, porque ya saben que son poemas. Cristina
y nosotras les hemos dicho que son diferentes a los
cuentos y que hay algunos cortos y otros un poco más
largos. Ellos los disfrutan tanto que ni preguntan qué
quieren decir ciertas palabras, parece que no les importa
demasiado, lo que más quieren es la voz de ella y su
ritmo al leer y la felicidad que se le nota por todo el
cuerpo en esos momentos.
Registro de Libia, Medellín, 2010.
Este registro nos permite pensar en muchas de las cosas
que pasan cuando narramos y cuando compartimos la
lectura en voz alta con los niños. Detengámonos primero
en el siguiente fragmento:
Cristina comienza a leer, muchos de esos poemas se los
sabe de memoria, pero ella los lee. Los niños están tan
relajados y al mismo tiempo, tan emocionados.
Al leer estas palabras no podemos dejar de recordar lo que
Fanuel Díaz nos dice: “… pienso que el valor del libro sigue
siendo su capacidad de conmover”1. Y es que, efectivamente,
lo que se proponen todas las artes humanas es eso: producir
una emoción intensa, un movimiento en nuestro interior que
nos permita pensar y sentir muchas cosas.
Esto es lo que ocurre cuando se narra o se lee a los niños.
Y es lo que comparten siempre la mayoría de las personas
cuando se les pregunta por el mejor recuerdo que guardan en
relación con la lectura. Casi todos hablan de padres, abuelos
o algunos maestros que los enamoraron de las palabras
por medio de relatos orales o de libros que leyeron juntos.
Esos adultos que están en la memoria fueron personas
que les contaron historias o les leyeron, que les cantaron o
conversaron cuando eran niños y que, mientras lo hacían, les
demostraron todo su interés por estar con ellos.
1 Fanuel Hanán Díaz, Leer y mirar el libro álbum: ¿un género en construcción? Bogotá: Norma, 2007.
pág. 91.
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Guía 2. La lectura en voz alta, la lectura con bebés y la colección
Exactamente eso mismo es lo que esperan y desean los
niños que nosotros acompañamos. Ellos están ansiosos de
palabras y de caricias, muchas veces más que de alimento.
Porque mediante las palabras compartidas y el afecto se
establecen vínculos que les permiten sentirse seguros y
descubrir sus capacidades.
Palabras habladas y escritas que paso a paso
acompañan a crecer y quedan en la memoria
Esa necesidad de palabras y de afecto comienza desde
el mismo momento del nacimiento. Al nacer, el bebé se
separa físicamente del cuerpo de su madre. Sin embargo, él
no comprenderá esa separación sino más o menos a partir
del segundo o tercer mes de vida. Antes, la voz de ella
–que él reconoce sobre todas las demás luego de haberla
escuchado, filtrada, durante su gestación– y el cuerpo de
ella –siempre cercano brindándole alimento y calor– le
crean la ilusión de que continúan siendo uno solo.
Voz, alimento y
caricias conservan al
bebé unido a la madre.
Más adelante, el bebé relaciona el actuar de su madre al
alimentarlo, acariciarlo, abrazarlo para sostenerlo y darle
seguridad, sus palabras y cantos, con sus momentos de
ausencia, por ejemplo, cuando ella va a la cocina. Esto le
ayuda al bebé a comprender que es otro, diferente de su
madre y, además, a aceptar que no siempre ella está para él.
Entender la separación y aceptar la ausencia temporal
de la madre o de sus cuidadores requiere que el pequeño
de pocos meses comience a comprender que existen esos
otros (la madre, los cuidadores) y que ellos garantizan su
seguridad. Así pues, mientras la madre mece a su hijo y le
canta para que se duerma, o mientras acaricia su cuerpo
cuando lo baña o le cambia el pañal, y le va diciendo lo
que ambos están haciendo (“vamos a cambiarte porque
estás mojadito”) le confirma que el mundo es amable y que
en ese mundo él puede encontrar su lugar.
Voz y cuidados
le dan seguridad.
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Guía 2. La lectura en voz alta, la lectura con bebés y la colección
Entonces, rápidamente aparecen las primeras sonrisas
del bebé, por lo general regaladas a la madre o a su
principal cuidador. Es un gesto maravilloso que dice:
“gracias”, “me gusta”, “sé que me cuidas”. El adulto
inmediatamente responde y por lo general comienzan
esos juegos con el cuerpo y la palabra que tanto placer les
producen a los dos.
Juegos como este de tomar el brazo del bebé y
comenzando por la mano ir subiendo con los dedos hasta
llegar a su axila para hacerle cosquillas:
¿Dónde está el queso que estaba aquí?  los dedos se detienen junto con la voz - espera
¡El ratón se lo comió!  los dedos suben pícaros y rápidos
¿Dónde está ese ratón glotón?  los dedos se detienen junto con la voz - espera
¡El gato se lo comió!  los dedos suben pícaros y rápidos
¿Dónde está el gato tragón?  los dedos se detienen junto con la voz - espera
¡El perro lo correteó  los dedos suben pícaros y rápidos
¿Dónde está el perro gruñón?  los dedos se detienen junto con la voz - espera
¡El niño se lo encontró y a la casa lo llevó!  cosquillas en la casita que es la axila del bebé
Tomado de la tradición
¿Qué pasa cuando compartimos con el bebé un juego
como este? Un juego en el que hay miradas, risas, cosquillas
suaves, ritmo y palabras. Pero no cualquier grupo de
palabras, sino unas precisas que nos cuentan una historia
que tiene sentido. Un pequeño relato. Se ha producido una
comunicación entre los dos que participaron para dar vida
a esa historia: el bebé y su madre o el bebé y su cuidador.
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Guía 2. La lectura en voz alta, la lectura con bebés y la colección
Al mismo tiempo, ese intercambio le permite al niño ir
encontrando la manera de diferenciarse de su madre o de
su cuidador y establecer una relación activa con ella o con
quien lo cuida. De igual forma, esas palabras y esos gestos
van quedando en su memoria, para servirle de compañía
en los momentos en que la ausencia vuelva a presentarse.
Ahora, cuando la madre o el cuidador no estén a su lado,
él puede recordarlos.
Palabras y gestos
acompañan al bebé.
Lo que sigue, casi de inmediato, es querer y necesitar
decir. El bebé que escucha a su madre y a sus cuidadores
hablar y también hablarle, cantarle, narrarle lo que están
haciendo juntos, leerle un poema o un cuento muy corto
comienza, alrededor de su sexto mes, a balbucear, a jugar
con los sonidos que puede producir con su propia voz.
Una voz que al mismo tiempo está construyendo.
El intercambio ahora recoge esa nueva capacidad del
bebé: los adultos rápidamente le responden y comienzan
a hablarle más despacio o alargando los sonidos para
invitarlo a que los imite. En este momento aparecen los
juegos con las voces de los animales, eso es algo que le
encanta al bebé. Y varios libros para bebés les presentan
los animales y sus voces.
Las voces que
escucha le ayudan
a construir su
propia voz.
Es en esta etapa en la que se manifiesta claramente
otra capacidad del ser humano, la de la mirada
conjunta. El bebé le muestra algo al adulto, o
viceversa, los dos entienden qué señala y fijan la
mirada sobre ese mismo objeto, animal o evento
(la lluvia, por ejemplo) y generalmente comparten
palabras que se relacionan con lo que miran. Esto
que parece tan sencillo es una gran conquista, ya que
a partir de este suceso el adulto podrá acompañar
mejor al niño en el ejercicio de comprender el mundo.
En este preciso momento, el libro gana un
significado que antes no tenía. Hasta ahora solo ha
Editorial Juventud
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Guía 2. La lectura en voz alta, la lectura con bebés y la colección
sido un objeto más para observar y coger, un juguete.
Pero gracias a la mirada conjunta se transforma en algo
que permite llevar a cabo una acción: leer. La pelota o el
sonajero no son lo mismo, están hechos para otra cosa,
en cambio el libro está para contar algo que pasa o para
identificar y nombrar el mundo. A través de las imágenes
que aparecen en sus páginas el bebé puede reconocer un
tetero, un perro, el agua, etc.
El bebé entiende
qué es un libro.
Un libro, él lo señala con su dedito y maravillosamente
logra que el adulto lea una historia que ya tal vez le ha
leído muchas veces. El niño ve pasar las páginas y quiere
pasarlas él también.
Luego llega la exploración. El bebé comienza a gatear
y, pronto, a caminar. Entonces, su relación con las cosas
cambia: ya las mira desde otra altura, y todo lo que quiere
está más o menos dentro de sus posibilidades de acercarse.
No depende más del adulto para agarrar algo que llama
su atención, y casi siempre que toma algún objeto en sus
manos está esperando que una persona le dé el nombre de
eso que ha tomado.
Comprende
perfectamente que
todo en su mundo
tiene un nombre.
Ahora el juego de esconder es uno de sus favoritos
porque le permite avanzar y comprender que eso que no
ve existe, que no necesariamente ha desaparecido para
siempre, que puede ser encontrado, vuelto a tener a su
lado, como cuando sus padres se marchan y le dicen que
vendrán más tarde. Es decir, que aprende a confiar y
esperar, algo fundamental para su vida, para la esperanza.
En este momento, el juego con telas, algunas
transparentes que dejan ver un poco lo que cubren, es
fantástico. Y claro, el texto acompaña siempre al juego:
¿Dónde estás que no te veo?
¿Dónde, dónde, te has perdido?
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Guía 2. La lectura en voz alta, la lectura con bebés y la colección
Y con esas mismas telas, que cubren un cojín o un
muñeco:
¿Quién está escondido, o acaso está dormido?
Muchos juegos de la tradición y algunos libros
contribuyen a este proceso de pensamiento. Entre los
libros, por ejemplo, son útiles los que tienen huequitos por
donde los dedos pueden aparecer y esconderse o los que
traen solapas que muestran unas imágenes y ocultan otras
que se descubren al levantarlas.
Al mismo tiempo que esto pasa, continúa el interés
de los bebés por los nombres. Casi podría decirse que
entre el primer y el segundo año el niño está urgido por ir
recogiendo todos los nombres, todas las frases y muchas
veces, de golpe, comienza a hablar. Se inicia entonces un
proceso por el cual el niño busca que el adulto comprenda
lo que él dice.
La madre y los cuidadores saben lo que el niño quiere
decir, así con su “media” lengua, con sus palabras
inventadas. Sin embargo, repiten la palabra que el pequeño
ha dicho, pero de forma correcta, para ayudarle a dominar
el lenguaje, ese nuevo instrumento para comunicar.
Por lo general nadie le ha dicho a la madre o a los
cuidadores que hagan esto, pero casi todos los adultos lo
hacen. De esta manera el lenguaje del niño se ajusta cada
vez más a lo convenido socialmente, y de esa forma se
logra una comunicación más eficaz y a la vez feliz, tanto
para él como para quienes lo rodean.
Las narraciones orales,
los libros de cuentos o
los que informan sobre
el mundo, los juegos
de palabras como rimas
chistosas o adivinanzas,
las poesías y las
canciones serán sus
actividades favoritas con
el lenguaje y los libros.
Como dice Evelyn Torres2 a partir de ese momento los
niños son como un agricultor que se dedica a cosechar
todo lo que se ha sembrado desde la acción y las lecturas,
desde la interrelación y las palabras.
2
En Palabras que acunan: Cómo favorecer la disposición lectora en bebés, Caracas: Banco del Libro,
2005.
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Guía 2. La lectura en voz alta, la lectura con bebés y la colección
Por supuesto no paran de crecer y de hacerse cada vez
más ágiles y fuertes. No detienen la observación de ese
mundo que los inquieta, no cesan de hablar y de querer
más historias, más libros, más cantos y más juegos. Juegos
con otros de su misma edad, en grupos de primeros amigos
y primeros amores. Para responder a esto, los adultos
que los acompañan no solo deben proponer momentos
de mucho intercambio entre varios niños, sino también
espacios para estar con el que más quieren y con el que
mejor se entienden.
La lectura en estos años (tres, cuatro y cinco) puede
ser deliciosamente grupal, o por parejas que comparten
intereses (como en los dinosaurios o en los animales del
campo), y también individual, para poder estar consigo
mismo y con el libro, ese objeto que él conoce desde su
nacimiento.
Con esto cerramos esta conversación. Hemos
compartido muchos elementos que nos permiten responder
a esa primera pregunta: ¿por qué narrar o leer a un
niño? Esto, que es necesario en todas las relaciones con
los bebés y los niños en su primera infancia, es vital en
esas situaciones en las que atendemos niños de hogares
que enfrentan momentos difíciles, pues los padres no les
pueden prestar mucha atención. O cuando tenemos bajo
nuestro cuidado a niños con discapacidades. O a pequeños
que pertenecen a culturas distintas a la de la mayoría de
los niños de la unidad de atención, por lo cual su relación
con la lengua es muy diferente.
También nos hemos acercado un poco más a esa serie
de fantásticas conquistas que logran los más pequeños en
sus primeros años y hemos comprobado la importancia
fundamental de un adulto atento, que observe al niño y
acomode su intervención para ayudarle a avanzar.
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Crece el bebé en
su cuerpo y en
su intimidad, crece
su lenguaje oral y
escrito y crece su
comprensión de los
otros y del mundo.
Guía 2. La lectura en voz alta, la lectura con bebés y la colección
Esto último es fundamental, teniendo en cuenta que no
todos los niños se desarrollan del mismo modo, sus ritmos
son diferentes y se requiere que nuestra intervención tenga
en cuenta estas particularidades.
Cuadernillo de actividades
Las actividades 2 y 3 del Cuadernillo tienen que ver con este recorrido de
conquistas logradas gracias a esas palabras habladas y escritas que alguna vez nos
regalaron y que hoy, como agentes, brindamos a los niños para ayudarlos a crecer.
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Guía 2. La lectura en voz alta, la lectura con bebés y la colección
2. Leer en voz alta a
los niños y a los bebés
Para abrir esta conversación leamos otro aparte del
registro de Libia.
(…) muchos de esos poemas se los sabe de memoria,
pero ella los lee (…) El tiempo se alarga, y cada vez
están más metidos en la lectura. Cristina lee y luego de
cada poema muestra lentamente la ilustración que lo
acompaña y en ese momento muchos dicen “otro”.
(…) Ellos los disfrutan tanto, ni preguntan qué quieren
decir ciertas palabras, parece que no les importa
demasiado, lo que más quieren es la voz de ella y su
ritmo al leer y la felicidad que se le nota por todo el
cuerpo en esos momentos.
En este escrito Libia apunta con claridad a casi todas
las claves del secreto para leer con los niños desde bebés,
detengámonos en las más importantes:
Clave 1. Saber elegir el libro,
el momento y el espacio
a. El relato o el libro que ofrezcamos tiene que estar entre
los que más nos gusten a nosotros. Ha de ser una obra
que nos encante, que de verdad sea como un regalo
para el otro. Puede ser un libro que no sea para niños,
o que no esté clasificado para su edad, porque para
eso está el lector adulto, para llenar los huecos cuando
14
Guía 2. La lectura en voz alta, la lectura con bebés y la colección
se presenten, para acercar elementos que están muy
distantes de la experiencia del niño, para detenerse
cuando sea necesario y volver a leer.
b. Leamos porque lo deseamos, no porque nos “toca”.
Evitemos leer porque es la hora de lectura y “nos toca”
o porque tenemos el afán de “crear hábitos”. A la
lectura no se llega por el hábito, sino por el deseo, y es
ese deseo el que puede llevar a la práctica permanente
de la lectura.
c. Leamos en espacios diferentes, no siempre el mismo.
Sorprendamos al niño con un libro que se puede
llevar de paseo o que él puede encontrar en la mesa
de la cocina. De paso enseñamos que esa es una de las
cualidades del libro, el poder acompañarnos a todas
partes.
Clave 2. Leer el texto aunque el lector
en voz alta lo conozca perfectamente
Y decide hacerlo así a propósito y sin cambiar, quitar
o agregar nada más. Esto que no sucede en los relatos
orales, y que pareciera limitar las posibilidades del adulto
en el momento de la lectura, es muy importante porque le
permite al niño comprender algunas de las características
del lenguaje escrito que le fascinan y le intrigan:
15
Guía 2. La lectura en voz alta, la lectura con bebés y la colección
a. La primera tiene que ver con esa cualidad de lo escrito
que es la permanencia. Es decir, la seguridad que ofrece
la escritura de volver a encontrar las palabras que
ya se compartieron en alguna otra ocasión, de saber
exactamente en qué páginas ocurre algo, y cuándo se
aproxima la parte más emocionante o chistosa.
b. La segunda se relaciona con el hecho de que el lenguaje
oral es diferente del lenguaje escrito, que cada uno tiene
sus posibilidades y sus límites.
c. Y la tercera, aunque existen otras más, es la que nos
permite entender que tanto la lengua del relato como
la lengua escrita en los libros de ficción, son semejantes
en muchos aspectos y completamente diferentes de la
lengua cotidiana. La lengua del relato es la que nos
permite crear otros mundos, imaginar. La lengua de
todos los días se dedica a indicar, aprobar, organizar,
etc., para poder dar orden a este mundo que habitamos.
Clave 3. Saber dar ritmo a
la lectura y cuándo detenerlo
Esto es algo que solo se logra después de haber leído
antes el texto y haberse escuchado leyéndolo en voz alta.
Únicamente de esta forma podrá el lector adulto definir
cuándo hacer una breve pausa, cuándo leer un poco más
despacio o más aprisa, cuándo bajar un poco el tono de la
voz y cuándo mantenerlo más o menos igual.
Por ejemplo, si estamos leyendo Los tres cerditos y
el lobo, nuestra lectura podrá tener un ritmo normal
al comienzo, cuando nos presentan a los tres cerditos
y mientras ellos se dedican a levantar sus casas. Luego,
cuando aparece el lobo, podemos leer más lentamente,
creando suspenso. Y, a continuación, muy rápido, cuando
la casa se cae y el cerdito corre a refugiarse en el hogar
de su hermano. Esto que a la vez es juego, permite vivir
y sentir los tiempos y el ritmo, enriquece la lectura y crea
expectativa y gozo en los lectores.
16
Guía 2. La lectura en voz alta, la lectura con bebés y la colección
Clave 4. Dejar leer las ilustraciones
Esto es algo indispensable para que los pequeños
lectores3 puedan construir un sentido más completo al unir
la información que les da lo escrito, con la que les brindan
las ilustraciones.
Clave 5. Construir esa complicidad
con los lectores oyentes
Cada adulto que quiera leer para un niño deberá
construir con él esa especie de código basado en miradas
compartidas, que no requiere palabras y le permite
acomodarse a las necesidades e intereses de quienes lo
escuchan.
Clave 6. Leer tranquilamente
Dándose el tiempo para compartir el libro sin prisas,
usando un tono de voz suave. No hace falta gritar para
leer, y si nos encontramos haciéndolo es porque la lectura
o el relato no están logrando lo esencial, es decir, construir
vínculo y complicidad.
Clave 7. Leer gratuitamente
Sin cobrar nada. Ante todo la lectura vale por sí misma
y no debe exigirse nada ni antes, ni durante, ni después al
niño a quien le leemos un libro. Ni respuestas a preguntas
para que el adulto se quede tranquilo porque los niños
comprendieron lo que él esperaba. Ni tener que decir lo
que más les gustó, ni hacer dibujos de los personajes al
terminar la lectura, ni tener que pensar en cambiar el título
al libro, ni cambiarle el final, etc. O sea, toda esa serie
de cosas que se vuelven rutinas porque sí, o de las que
echamos mano los adultos para quedar en paz y con la
3
Decimos lector con clara conciencia de la palabra que usamos, porque en este caso, como en todas
las lecturas en voz alta y en los relatos, los que están escuchando están leyendo. No lo hacen
siguiendo las letras en el papel, sino las palabras que escuchan de la voz de quien tiene el libro en las
manos. Así pues, todos somos lectores, no solo de múltiples lenguajes, sino también de libros.
17
Guía 2. La lectura en voz alta, la lectura con bebés y la colección
conciencia tranquila porque aprovechamos todo el tiempo y
¡exprimimos el libro! y la actividad de lectura.
Clave 8. Pensarse siempre como modelo
O sea, como referente para el niño que nos sigue todo
el tiempo con la mirada atenta y se da cuenta de lo que
hacemos con los libros cuando no se los estamos leyendo a él
o cuando usamos la lectura para otra cosa: para informarnos
en el periódico, para saber qué mensaje nos dejaron en una
nota, cuando cocinamos siguiendo una receta. O cuando nos
preocupamos por limpiar y reparar los libros.
¿Cómo leer con los bebés?
Las claves que acabamos de enumerar también se aplican
en la lectura con bebés, pero hay otros aspectos a los que
debemos prestar especial atención cuando el que está a
nuestro lado es muy pequeño:
• La cercanía física con el bebé. Esa acción conjunta de ver
el libro, escuchar la historia o nombrar los objetos debe ser
un momento de contacto físico y de seguridad. Lo ideal es
realizar lecturas uno a uno o entre un adulto y una pareja
o, máximo, con un grupo pequeño de bebés, pues cada
niño necesita sentir que es a él a quien se le lee y que todos
sus gestos e intercambios los toma en cuenta el adulto.
• Conocer los tiempos de atención. Todos los adultos
cuidadores sabemos que los niños más pequeños logran
fijar la atención por tiempos muy cortos. También
sabemos que a medida que van creciendo y viviendo
toda esta serie de intercambios de los que hemos venido
conversando su atención logra centrarse por más tiempo.
Entonces, cuando le proponemos a un bebé de pocos
meses compartir una lectura debemos pensar en:
–libros cortos, con pocas palabras y muchas más
imágenes.
–presentarle el libro, ir pasando sus páginas mientras
leemos o relatamos una corta historia apoyada en
18
Guía 2. La lectura en voz alta, la lectura con bebés y la colección
esas imágenes, deteniéndonos donde el pequeñito
nos indique con sus gestos un mayor interés,
devolviéndonos si él lo pide y dejando el libro para
pasar a otra cosa si notamos que ya quiere abandonar la
lectura y hacer algo diferente.
A medida que el bebé crece, sus posibilidades de
compartir otros libros y otros relatos son mayores. Esto
es algo que cada agente educativo y cada padre deberán
ir observando para proponer lecturas y narraciones que
lo estimulen y respondan a sus intereses.
• Estar dispuestos a repetir el mismo libro. Comprender
que ese pedido de “otra vez” no corresponde a un simple
capricho del niño pequeño, y que por el contrario es
algo que él necesita para unir todas las piezas de eso que,
muchas veces, al principio es como un rompecabezas o
una historia poco cercana a su experiencia. Escucharla
en diferentes ocasiones le permite ir comprendiendo de
qué se trata exactamente.
• Cuidar la sonoridad del lenguaje. Muchas veces la
acción de leer para los niños más pequeños se dificulta
para algunos adultos porque suponen que siempre
es necesario cambiar la voz con cada personaje de la
historia, o que deben saber hacer muchos ruidos de
animales, etc. Pero no es así. Los niños no necesitan que
el adulto monte una representación para poder disfrutar
de la sonoridad del lenguaje. Solo basta, como ya lo
dijimos, con conocer el texto previamente para leerlo
atendiendo a los elementos que la historia nos brinda.
Cuadernillo de actividades
Las actividades 4 y 5 del Cuadernillo tienen como propósito ayudarlo a mejorar
su práctica de lectura en voz alta. Lo animamos a consultar el Cuadernillo y a
realizarlas según las instrucciones.
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Guía 2. La lectura en voz alta, la lectura con bebés y la colección
¿Cómo leer con niños ciegos4
o con los que tienen muy baja visión?
Leer a un niño que no ve siempre es un gran reto para
nosotros, los acompañantes de los procesos de lectura. Y
no es porque estos pequeños no puedan escuchar nuestras
palabras, sino porque no tienen imágenes a las cuales
unir lo que escuchan. Ellos no han visto un amanecer, el
color verde o una palmera en un desierto… Y entonces,
por supuesto, preguntan: “¿Qué es un caimán?” “¿Cómo
es el Polo Norte, dónde queda?” “¿Qué es inmenso?”
Y nosotros no sabemos qué contestar, cómo comparar,
explicar, mostrar.
Tal vez lo primero que debe hacerse con un niño con
baja o ninguna visión es hablarle mucho y tocar su cuerpo,
sin miedo pero con mucho respeto, ayudando a que
agudice esos otros sentidos de manera que pueda apoyarse
en ellos para ampliar su experiencia de lectura.
Luego es necesario recurrir a todos los objetos y las
cosas que están a nuestro alcance, por ejemplo la comida,
sus sabores, olores y texturas. La ropa, los muebles de
la casa, los juguetes, la naturaleza que nos rodea: hojas,
piedras, arena, agua. Todo eso nos permite brindarle
ejemplos para que los pueda relacionar con las cosas que
nunca ha visto o que no verá.
Ahora bien, leer con un niño que no puede ver las
imágenes y que nos pregunta a cada momento qué es eso
y qué es aquello se vuelve muy exigente para el lector
adulto, en especial al principio y cuando está leyendo para
un grupo. Pero existen maneras para ir acercándolo a los
libros y a sus textos.
Un primer paso es hacer libros artesanales,
aprovechando diferentes materiales para recrear
nuevamente las historias y acercarlas a su comprensión. Si
4
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Hablamos de niños ciegos porque para nosotros esta palabra no está cargada de significados distintos al de personas que no pueden ver. Consideramos, además, que es una palabra comprendida por
muchas más personas que el término invidente.
Guía 2. La lectura en voz alta, la lectura con bebés y la colección
vamos a compartir con ellos el cuento de Los tres cerditos
y el lobo feroz, podemos usar materiales como
paja  para la casa del cerdito perezoso
palitos  para la casa de madera del segundo cerdito
pequeñas piedras  para la casa del cerdito trabajador
Una ganancia adicional de hacer libros con diferentes
materiales y texturas es que a los otros niños también les
encantan, y es algo que podemos enseñarles a los padres
de niños ciegos para que ellos los hagan como un hermoso
regalo a sus hijos, de manera que se vayan relacionando
con la lectura, que por supuesto podrán hacer por su
cuenta cuando aprendan braille.
Fotografías, cortesía de la
maestra Marcela Tristancho.
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Guía 2. La lectura en voz alta, la lectura con bebés y la colección
Y, pensando en esa posibilidad de leer y escribir
que se le abre al niño ciego con el sistema braille, será
muy importante ayudarle a distinguir las diferentes
combinaciones en las que se basa este alfabeto.
Para ello podemos comenzar invitándolo a tocar juegos
de seis piedras redondas o de pelotas de ping-pong, a las
que vamos cambiando de posición y de número. Esto le
ayudará luego, repitiendo el juego cada vez con elementos
redondos más pequeños, a tener un mejor inicio en su
lectura y escritura dactilar.
Otra acción fundamental para acompañar a un niño
con baja visión o que no ve por completo, es ayudarlo a
entender cómo ven las otras personas. Explicarle que lo
que él toca y siente puede percibirse de otra manera, por
medio de la visión, y que es a eso a los que se refiere la
gente cuando habla.
Mientras más referentes o relaciones pueda lograr,
ya sea por explicación o por experimentación, mayor
capacidad tendrá para comprender cómo ven los otros y
esto le permitirá comunicarse mejor con ellos.
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Guía 2. La lectura en voz alta, la lectura con bebés y la colección
Así, todo lo que se compartió en esta Guía, para tener
en cuenta a la hora de leerles a los niños o contarles un
relato, es necesario considerarlo al leer con los niños ciegos
y, además, unir nuestra capacidad de crear para apoyar
cada imagen y cada concepto que queramos que ellos
comprendan.
¿Cómo leer con niños sordos?
Al igual que con los niños ciegos, la lectura con niños
sordos exige un gran compromiso de nuestra parte.
Los niños sordos pueden ver, pero les cuesta mucho
comprender las palabras que hablan de sentimientos,
cualidades, pensamientos y procesos. Y decimos
comprender las palabras, porque cuando nosotros decimos
perro a un niño sordo, le podemos mostrar ya sea un perro
de verdad o la imagen de uno. Pero cuando le decimos
estoy preocupado es muy difícil mostrarle algo para que
nos comprenda.
Como quienes no ven, los niños que no oyen necesitan
que los adultos les provean experiencias de comunicación
lo más integrales posibles, incorporando gestos,
movimientos del cuerpo, señales, objetos e imágenes.
Desde muy pequeños debemos ir construyendo para
ellos, y luego también con ellos, una agenda visual: una
especie de enciclopedia o diccionario con imágenes que
podemos encontrar en revistas, periódicos, plegables, etc.
Esa agenda visual le permite al niño mostrar un objeto o
la imagen de un estado de ánimo (tristeza por ejemplo)
cuando no puede hacernos entender a qué se refiere con
sus señas naturales.
Las señas naturales son todos esos gestos o movimientos
del cuerpo que la mayoría hacemos en los momentos
en que no podemos comunicarnos efectivamente de
manera oral. Como cuando estamos en medio de un gran
estruendo o cuando alguien que no habla español llega a
quedarse un tiempo con nosotros.
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Guía 2. La lectura en voz alta, la lectura con bebés y la colección
Imagen tomada de Diccionario básico de la lengua de señas
colombiana, Bogotá: Insor-Instituto Caro y Cuervo, 2011.
Ese sistema de señas naturales es tal vez el que más se
debe apoyar cuando la comunidad a la que pertenece ese
niño no conoce la Lengua de Señas Colombiana, que se
enseña en los institutos especializados.
Otra acción que podemos intentar, es ayudarlo a fijar
su mirada en los labios para poder leer las palabras que
vamos pronunciando. Esto es mucho más difícil, pero es
algo que los niños que aún tienen restos auditivos buscan
afanosamente. Aquí, lo más importante, es tener siempre
presente que no podemos darles la espalda o girar nuestro
rostro mientras continuamos hablándoles.
A los niños sordos les encantan los libros como a todos
los demás. Su lectura deberá estar muy apoyada por las
ilustraciones del libro, pero también por nuestros gestos,
24
Guía 2. La lectura en voz alta, la lectura con bebés y la colección
nuestras señas, el movimiento de nuestro cuerpo y el
contacto físico con ellos.
Las lecturas y los relatos para estos pequeños ciegos
y sordos son grandes desafíos que se pueden enfrentar
si permanentemente recordamos que estos niños son tan
inteligentes y capaces como nosotros, y que tenemos
muchos recursos a nuestro alcance para que ellos
aumenten su posibilidad de comunicarse y relacionarse con
los otros.
Cuadernillo de actividades
La actividad seis es una invitación para hacer un libro artesanal. Consulte el
Cuadernillo y encontrará las indicaciones para elaborar un libro con la ayuda de
otros miembros de la comunidad.
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Guía 2. La lectura en voz alta, la lectura con bebés y la colección
3. La colección
En este apartado hablaremos de los tipos de libros para
niños que pone a nuestra disposición Fiesta de la Lectura con la
colección Leer es mi Cuento. Y de los que podemos conocer y
llevar en préstamo si visitamos la biblioteca pública más cercana.
Es función primordial del agente educativo acercar los niños
que acompaña tanto a los libros de la colección como a los de la
biblioteca, para que los conozcan, los exploren, los relacionen
con lo que conocen y también con lo que imaginan.
Literatura infantil, ¿cuáles son esos libros?
Esta pregunta se relaciona con una experiencia muy
común entre quienes hemos tenido un buen libro infantil en
nuestras manos: encontramos que muchos adultos lo disfrutan
enormemente, a veces con un poquito de vergüenza, porque
piensan que no está bien eso de ser tan grandes y dejarse seducir
por un libro para niños pequeños.
Lo mismo pasa algunas veces con libros que son para adultos,
pero que los niños encuentran fascinantes, en especial si los
acompaña un mediador que sabe cómo acercarlos y ayudarles a
comprender.
Ahora bien, aunque cualquiera de las situaciones anteriores
puede suceder, cuando pensamos en niños pensamos en libros
infantiles. Fiesta de la Lectura viene entregando colecciones
de libros a las unidades de servicio y a las bibliotecas públicas
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Guía 2. La lectura en voz alta, la lectura con bebés y la colección
para que los niños y sus familias tengan acceso a un material de
lectura diverso y de calidad.
La colección de Fiesta la componen libros seleccionados
principalmente por su calidad literaria y estética, porque
presentan temas variados, atienden los intereses de los niños
y responden a los diferentes momentos de construcción del
lenguaje.
Hablemos entonces, en términos generales, de cuáles son esos
tipos de libros que podemos proponerles a los niños.
1. Libros para los más bebés
Por lo general son en cartoné, un material más duro que las
hojas comunes y corrientes, y de un tamaño pequeño que puede
ser manipulado con facilidad por el niño. Proponen la lectura
de poesías, de juegos sencillos de palabras o de historias cortas,
muchas tradicionales.
También hay libros que presentan información sobre el
mundo y lo nombran: animales, objetos, personas, actividades
propias de los bebés, etc. Algunos traen texturas que a todos
les encanta tocar y otros, troqueles (huequitos y cortes) que
permiten un juego con los dedos o solapas para descubrir qué
esconden.
Algo importante para tener en cuenta: estos libros de tamaño
pequeño, de páginas duras, grandes imágenes y poco texto o
ninguno no son solo para los bebés. A casi todas las personas
les gustan.
Y, muchas veces, los bebés nos señalan libros muy grandes y
muy “gordos” indicando que quieren que se los leamos.
Cuando esto ocurra, tomemos el pedido con humor y buen
ánimo, acerquemos esa enciclopedia o ese directorio telefónico
(por ejemplo) al pequeñito y leamos alguna parte, ayudémoslo
a pasar sus hojas con cuidado, permitamos que se detenga en
alguna imagen si la trae. Por lo general, el bebé comprende
rápidamente que ese libro no le ofrece más por ser más grande y
lo dejará para volver a sus libros más queridos.
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Guía 2. La lectura en voz alta, la lectura con bebés y la colección
2. Libros de poesía
En muchas oportunidades traen selecciones de poesías de
tradición o de diferentes autores. Algunas son divertidas y les
permiten al niño y al adulto jugar con las palabras, otras son
arrullos que acompañan al pequeño a dormir.
En este género encontramos también los libros de canciones,
los de adivinanzas y otros juegos con el lenguaje; es decir todos
los que producen goce, por sus palabras cargadas de sonoridad
y ritmo.
3. Libro de imágenes
Son aquellos que solo traen imágenes. Su único texto es el
título y el nombre del autor, en la portada. La mayoría están
pensados para los lectores más pequeños, por eso muchos de
ellos se publican en cartoné y en un formato apropiado para que
el bebé pueda manipularlos. Los hay de distintos tipos:
a. Aquellos que presentan una serie de imágenes relacionadas
con el tema enunciado en la carátula, con escenas
independientes en cada página o doble página. Son libros que
nos permiten leer con el bebé cada imagen, nombrando los
elementos que aparecen en sus páginas y, también, jugando
a comparar los juguetes, las ropas, etc., de nuestro bebé
con las del niño que aparece en el libro. También nos dan
la oportunidad de crear pequeñas historias a partir de cada
escena; por ejemplo: Este niño se llama Juan y su hermanita se
llama Bibiana, y ella estaba llorando porque quería su tetero.
Así que Juan fue corriendo donde su mamá y le pidió el tetero
y cuando se lo dio, la hermanita dejó de llorar.
Luego de varios encuentros con estos libros y de haber
jugado a crear a partir de sus ilustraciones, muy seguramente
serán los mismos niños los que, además de nombrar lo que
ven en cada imagen, propongan breves historias a partir de
la relación que hacen entre lo que ven en ellas y su propia
experiencia, muy cercana a lo que le muestran las páginas.
b. Libros que narran toda una historia apoyándose únicamente
en sus ilustraciones. En ellos seguimos a un personaje,
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Guía 2. La lectura en voz alta, la lectura con bebés y la colección
por ejemplo a nuestro Chigüiro, a lo largo de una serie de
acontecimientos que protagoniza. Son historias cortas, llenas
de humor y cercanas a la vida de los niños de diferentes
edades, no solo a los bebés.
c. Historias en las que solo aparece una frase, con muy pocas
variaciones, y que se desarrollan fundamentalmente a partir
de las ilustraciones.
4. Libros ilustrados
Muchos de ellos son cuentos o relatos tradicionales, como los
que llamamos cuentos clásicos, y otros son escritos por autores
contemporáneos. Están acompañados por bellas ilustraciones que
dan mayor fuerza a las historias que narran o que le proponen al
lector distintos lugares para relacionarse con los relatos.
En el caso de los libros ilustrados que se han seleccionado para
la colección, se ha cuidado que los textos posean valor literario,
que planteen de forma clara los acontecimientos que narran, que
presenten personajes bien definidos y llenos de matices.
De la misma manera, se ha exigido que las ilustraciones no
sean simples imágenes que repiten el texto o lo adornen, sino
que dialoguen con lo escrito o que propongan un juego con la
historia, lo cual estimula mucho al pequeño lector.
Es por todo esto por lo que se insiste en dar al niño o al
bebé que inicia su relación con los cuentos la oportunidad
de observar con cuidado y con tiempo la ilustración. Es
importantísimo darle ese tiempo pues la lectura que el niño hace
de la imagen es muy activa y le permite avanzar enormemente,
tanto en la comprensión de la historia como en
el establecimiento de relaciones con su vida y sus experiencias.
No hay que privar a los niños de esa posibilidad.
5. Libros álbum
Este es un género que en realidad no tiene tantos títulos como
se cree. Y es que muchas veces se trae a este conjunto, que es
muy específico, el cuento y hasta la poesía ilustrada. Sin embargo
el álbum es otra cosa.
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Guía 2. La lectura en voz alta, la lectura con bebés y la colección
No se trata de un texto escrito que puede estar acompañado
o no por una ilustración, sino que es un relato construido a
dos voces: la del texto escrito y la de la ilustración; y tanto la
una como la otra son esenciales para construir el sentido, para
comprender la historia.
Muchas veces encontramos libros álbum en los que la
ilustración dice muchas más cosas que el texto escrito, otras
veces es lo escrito lo que permite una mejor lectura de la
imagen. Y todavía más, en ocasiones cada texto (escrito e
ilustrado) cuenta otras cosas independientes de esa historia
central que los mantiene unidos, son como pequeños relatos
paralelos dentro del cuento.
El formato álbum juega también con la doble página. Por lo
general la imagen se presenta en las dos páginas enfrentadas (la
de la derecha y la de la izquierda del libro), o en una de ellas,
mientras que el texto escrito se encuentra en la opuesta. De
esta manera el autor o los autores logran marcar un ritmo que
pone en relación lo que pasa en la historia con el movimiento
de pasar las páginas. Es decir, el ritmo dado por el observar,
leer, detenerse y luego pasar a la siguiente página. Se crea
entonces una breve tensión en el lector, pues deberá abandonar
esta página en donde está esa ilustración y ese texto que lo han
atrapado, para pasar a otra que quién sabe qué traerá.
Como podemos deducir, la lectura en voz alta de un libro
álbum a un grupo de varios niños se torna más exigente tanto
para el adulto como para los pequeños lectores que lo escuchan,
porque deben tomarse el tiempo, y también concederlo a otros,
para que todos puedan escudriñar las ilustraciones en búsqueda
del sentido que se va tejiendo entre la imagen y lo escrito.
6. Libros informativos
Con seguridad a muchos nos ha llamado la atención esa
enorme seducción que ejercen los libros informativos en los
niños muy pequeños, en algunos rincones o bibliotecas pequeñas
los libros informativos son los primeros en dejar las estanterías
para ir en préstamo a las casas.
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Guía 2. La lectura en voz alta, la lectura con bebés y la colección
Esto por supuesto, tiene que ver con esa característica de
investigador y con esa tendencia a la pregunta constante que
tienen los niños. Ellos quieren saber cómo es el mundo en el
que viven, el espacio, los animales lejanos, los salvajes, y los
más cercanos, los domésticos, necesitan comprender cómo
funcionan las cosas, el porqué de todo.
A la hora de seleccionar o acompañar la lectura de un libro
informativo, es importante mostrarle al niño que:
• tiene índice para decidir cuáles son los temas que más nos
interesan,
• trae ilustraciones y muchas veces fotografías,
• agrupa la información y la presenta bajo subtítulos,
• permite que leamos fragmentos; no es necesario leerlo por
completo, como un libro de ficción.
7. Libros de mitos
No hay muchos a nuestra disposición, y mucho menos para
los niños más pequeños, lo cual tiene relación con el lenguaje
con el que se narran los mitos, que es difícil, complejo. Los mitos
mayores corresponden a las narraciones que explican el origen
del universo, la tierra, el hombre. Nos cuentan la historia de los
primeros tiempos y muchas veces sus protagonistas son dioses y
héroes. Los mitos menores explican la aparición de los animales,
las plantas, los ríos, etc.
8. Libros de leyendas
Tampoco tenemos muchos libros de leyendas para niños
pequeños. Estas son historias que cuentan por lo general hechos
fantásticos pero que le suceden a los hombres al encontrarse
con criaturas o fuerzas sobrenaturales. Un gran número de
ellas son relatos que muchos llaman “de miedo” y son muy
tradicionales en nuestros campos y veredas. Sobra decir que a
los niños les encantan (a nosotros, también, ¿los recuerdan?).
Tanto los mitos como las leyendas han pasado de forma
oral de generación en generación y el paso al libro ha sido más
lento. Por eso muchos se han perdido. Pero son parte de nuestro
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Guía 2. La lectura en voz alta, la lectura con bebés y la colección
patrimonio, y por eso es importante tratar de recuperar los que
todavía conozcan algunos los miembros de nuestra comunidad.
Si bien algunos de esos relatos no son muy apropiados para
los niños, seguramente entre esas historias que cuentan los
mayores podríamos encontrar relatos más cercanos para ellos y,
por ejemplo, hacer un libro artesanal que los recupere y circule
por los hogares de los niños.
Hasta aquí esta breve presentación de los diferentes tipos
de libros que encontramos para niños y que podemos leer y
disfrutar con ellos. La colección Leer es mi Cuento brinda la
posibilidad de tener diferentes títulos de casi todos estos géneros
literarios, pues es fundamental para la formación de los niños
como lectores integrales que entren en contacto con los más
diversos tipos de textos y de géneros.
Esto último es muy importante. No podemos esperar que los
niños se construyan como lectores integrales si solo conocen un
tipo de textos. Es esencial que entren en contacto con cuentos,
poesías, mitos, leyendas, libros y materiales informativos, que
tengan la oportunidad de conocerlos y leerlos.
Cuadernillo de actividades
La actividad 7 tiene como propósito invitarlo a explorar los libros de la colección,
a descubrir aquellos que le gustan más y cuáles le gustan menos, y a escribir una
reseña para compartirla con sus colegas. Remítase al Cuadernillo para ampliar las
instrucciones.
Cuadernillo de actividades
La actividad 8, última de esta segunda Guía, está pensada para que recoja qué
aprendió durante este recorrido, las nuevas ideas que iluminan su práctica, las
habilidades que se estimularon.
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