6CFE01-049 2/13 Modelización e incremento de la conectividad para el coleóptero saproxílico Rosalia alpina en Gipuzkoa FERNÁNDEZ GARCÍA, J. M.1, SESMA AUSEJO, J.1, MORENO PARDO, E.2, CANTERO AMIANO, A.2, RIAÑO MAESO, P.1, DE FRANCISCO PASTOR, M.1, MUGARZA MARTÍNEZ, V.3 y MONDRAGON LASKURAIN, I.3 1 Departamento de Cambio Climático y Biodiversidad. IHOBE. Fundación Hazi. 3 Departamento de Innovación, Desarrollo Rural y Turismo. Diputación Foral de Gipuzkoa. 2 Resumen Rosalia alpina es un coleóptero cerambícido asociado a madera muerta o en decaimiento, considerado amenazado por la IUCN y amparado por la Directiva Hábitats. Dado su nicho especializado y escasa capacidad de dispersión, se admite que sus poblaciones pudieran estar severamente fragmentadas. Utilizando un modelo predictivo de selección de hábitat a escala de árbol en Gipuzkoa, que estableció la preferencia de la especie hacia hayas maduras, muertas o decaídas, en exposiciones soleadas y densidades aclaradas, se buscaron perfiles LiDAR que se ajustaran a la parametrización propuesta. Los píxeles de 20 x 20 m seleccionados y situados a menos de 100 m entre sí fueron agrupados para obtener parches de hábitat representativos. Posteriormente se utilizó la aplicación Conefor Sensinode con el fin de cuantificar la importancia de cada parche para la conectividad de las poblaciones, en función de las distancias de dispersión de R. alpina y de las probabilidades de conexión funcional entre parches. Como resultado se elaboró una clasificación de parches en “zonas núcleo” y “zonas de enlace para intervención”. Las directrices de gestión para el incremento de la conectividad pasarían por mantener las condiciones en las primeras, y actuar para aumentar la disponibilidad de microhábitats entorno a las segundas. Palabras clave Biodiversidad, insectos, fragmentación, conservación, hayedos, hábitat. 1. Introducción El aislamiento y la falta de conectividad entre las poblaciones han sido señalados repetidamente como aspectos relevantes para la conservación de aquellas especies de animales vertebrados e invertebrados que muestran reducida capacidad de dispersión (THOMAS, 2000). La conectividad es una característica del paisaje que facilita los flujos ecológicos y el movimiento de los organismos a través del mismo. Permite la recuperación tras perturbaciones, el incremento de la diversidad genética, la persistencia de las poblaciones a largo plazo y la adaptación a los efectos del cambio climático y la fragmentación de hábitats. La conectividad funcional depende de la configuración del paisaje y de la capacidad de dispersión de la especie que se considere. Las especies animales presentan distintas capacidades de dispersión a través del territorio, lo que determina que un mismo paisaje forestal pueda ser percibido como funcionalmente conectado para una especie con gran movilidad, pero como fragmentado para otra con desplazamientos más limitados. 3/13 La identificación de áreas críticas para la conectividad de una población-objetivo no es un proceso sencillo, ya que requiere datos muy detallados sobre la distribución y demografía de las (meta)poblaciones relacionadas funcionalmente, sobre la configuración espacial y estructural del paisaje y sobre la manera en que los individuos se mueven a través del mismo para, en última instancia, inferir las repercusiones demográficas que esta configuración puede tener sobre las población y su viabilidad (HANSKI, 1998). En la gran mayoría de situaciones esta información no está disponible, por lo que es imprescindible recurrir a modelizaciones, que proporcionen al menos patrones o esquemas básicos, a partir de los cuales puedan planificarse intervenciones o tratamientos orientados a mitigar la falta de conectividad funcional. Aunque en términos generales se ha discutido mucho sobre la fiabilidad y aplicabilidad de los modelos en la gestión práctica del medio natural, hoy por hoy se trata de la única aproximación factible a numerosos problemas de conservación. Rosalia alpina (Linnaeus, 1758) es un coleóptero cerambícido de hábitos saproxílicos, considerado “vulnerable” en la Lista roja de la UICN y declarado “de interés comunitario” al estar incluido en el anexo II de la Directiva 92/43/CEE, de hábitats. Su conservación se supone ligada a la de las masas de frondosas atlánticas (hayedos en particular) con arbolado maduro, de manera que la fragmentación de las mismas estaría ocasionando un declive generalizado en Europa (NIETO & ALEXANDER, 2010). En el marco del proyecto LIFE+ “Manejo y conservación de los hábitats de Osmoderma eremita, Rosalia alpina y otros coleópteros saproxílicos en Gipuzkoa” (LIFE08 NAT/E/000075), cuyo beneficiario principal es la Diputación Foral de Gipuzkoa, se planteó la ejecución de una acción denominada “Estudio de potencialidad de hábitat de las especies objeto de conservación. Redacción de directrices para minimizar la fragmentación de sus hábitats”. Ésta pretendía ofrecer a los gestores forestales una herramienta útil para el diseño y la aplicación de medidas que mejoraran las perspectivas de conservación de las poblaciones de coleópteros saproxílicos, a través del incremento de la conectividad intra e interpoblacional. En el presente trabajo se ofrecen los resultados de la modelización para identificar áreas prioritarias para el coleóptero R. alpina en Gipuzkoa, con el fin de proponer actuaciones eficientes que mantengan e incrementen la conectividad funcional para esta especie. 2. Objetivos Aunque el planteamiento inicial del estudio abarcaba también a otros coleópteros saproxílicos como Osmoderma eremita, Lucanus cervus y Cerambyx cerdo, sólo en el caso de R. alpina se pudo disponer de un modelo predictivo de selección de hábitat mínimamente robusto, imprescindible como punto de partida (CASTRO, 2011; CASTRO & FERNÁNDEZ, 2012). En el curso de los trabajos de campo con las otras tres especies no se obtuvieron tamaños muestrales capaces de soportar modelos plausibles espacialmente explícitos. Así pues, el estudio se ha dedicado exclusivamente a R. alpina, siendo sus objetivos concretos los siguientes: • Identificar y determinar sectores geográficos, a escala de detalle (escala 1:10.000), con microhábitats potenciales para R. alpina en Gipuzkoa. • Identificar y priorizar parches núcleo (nodos) para R. alpina, que potencialmente alberguen poblaciones emisoras o receptoras de ejemplares. • Identificar y priorizar parches conectores (enlaces o stepping stones) que potencialmente soporten la conectividad entre nodos de las poblaciones de R. alpina. 4/13 • Establecer directrices de gestión para cada tipología de parches, destinadas a mantener o incrementar la conectividad funcional de la población. 3. Metodología Área de estudio El ámbito de estudio ha sido la totalidad de Gipuzkoa, País Vasco (1.909 km2). Modelo de selección de hábitat En primer lugar se asumió el modelo predictivo de selección de hábitat a escala de árbol elaborado para R. alpina en Gipuzkoa por CASTRO (2011) mediante regresión logística binaria. El modelo para orificios de emergencia recientes (indicativos de reproducción) propuso que el desarrollo efectivo de las larvas se realizaría preferentemente en hayas Fagus sylvatica en pie, situadas en claros o al borde de los mismos, sobre exposiciones con buena insolación y al abrigo de vientos húmedos. En cuanto al modelo para presencia de imagos, se sugirió que éstos preferían hayas muertas, en pie o caídas, y claros grandes sin orientación definida. Así pues, se parametrizó el nicho ecológico de R. alpina aplicando cinco condiciones secuenciales: haya, árbol muerto en pie, diámetro normal >50 cm, exposición ESE-S-SW y todos los vientos (TV), árbol dentro o al borde de claros grandes >75 m2. Determinación de parches con hábitat potencial Para la búsqueda en el área de estudio de sectores discretos que cumplieran las condiciones expuestas se utilizó la cartografía del Tercer Inventario Forestal Nacional a escala 1:10.000 (MINISTERIO DE MEDIO AMBIENTE, 2009), un mapa de orientaciones derivado de un modelo digital de terreno ráster de 25x25 m (GOBIERNO VASCO, 2001) y una imagen multibanda LiDAR (Light Detection and Ranging), producto del vuelo realizado en Gipuzkoa en 2008, con un tamaño de píxel de 20x20 m. Se generó una máscara con las características “especie de árbol”, “exposición” y “densidad de arbolado”. Para abordar las diferencias de escala y de solapamiento se añadió un buffer de 30 m a las manchas del mapa forestal y se seleccionaron píxeles con una exposición total o parcialmente adecuada. Por otro lado, se utilizó como juego de control una capa de árboles inventariados en campo, donde habían sido georreferenciados con GPS 63 hayas muertas o moribundas con diámetro normal >50 cm, ocupando 56 píxeles. Treinta y nueve de esos pies se encontraban en el municipio de Oñati y el resto en los de Ataun, Aia, Alkiza y Bidegoian. Se procedió a realizar una clasificación supervisada de la imagen LiDAR por el método de los paralelepípedos, restringida a tres desviaciones estándar de la media de los 56 píxeles de 20x20m originales. Como resultado se admitieron 5.141 píxeles. Posteriormente se realizó una salida de campo para comprobar el resultado de la clasificación en zonas consideradas representativas, en las que se confirmaron 64 píxeles correctos y 145 incorrectos, lo que obligó a realizar una nueva clasificación de la imagen original. Los píxeles correctamente clasificados en las visitas de campo fueron divididos en 11 subgrupos independientes según su localización y proximidad, y se realizó una nueva clasificación supervisada de la imagen por el método de los paralelepípedos a dos desviaciones estándar de la media de cada uno de los 11 subgrupos (clasificación 2). Por otro lado, se efectuó una clasificación supervisada de la imagen original a dos desviaciones estándar respecto a la media de los 145 píxeles 5/13 incorrectamente clasificados (clasificación 3). Para terminar, se seleccionaron los píxeles de la clasificación 2 que no coincidieran con la 3. El resultado final fueron 3.062 píxeles que representarían árboles muertos o en decaimiento, ajustados a las condiciones topográficas, fisionómicas y estructurales impuestas. Una vez clasificada la imagen se efectuó una valoración de la fiabilidad del modelado a través de la matriz de confusión y del estimador Kappa. Se efectuó una verificación en campo sobre un 5 % de los píxeles, elegidos al azar, observando que un 60,8% incluían hayas muertas o en decaimiento, en exposiciones adecuadasy ubicadas en el interior o al borde de un claro. Este nivel de acierto se consideró razonable para abordar los objetivos del estudio. Valoración y priorización de parches para la conectividad Se empleó Conefor Sensinode 2.5.8, una aplicación específica que proporciona herramientas objetivas y cuantitativas para identificar y priorizar parches de hábitat críticos para el mantenimiento de la conectividad. El programa se basa en la teoría de grafos, recientemente aplicada a la ecología del paisaje (URBAN & KEITT, 2001; PASCUALHORTAL & SAURA, 2006a; PASCUAL-HORTAL & SAURA, 2006b). Los grafos son estructuras matemáticas compuestas por nodos y enlaces, que contienen atributos descriptivos: superficie o calidad del hábitat en el caso de los nodos, y probabilidad de dispersión entre dos nodos a través del enlace, estimada a partir de la distancia euclídea o funcional. Conefor Sensinode genera índices que integran las características intrínsecas de los nodos y las relaciones topológicas entre ellos. Uno de ellos es el Área Conexa Equivalente (ECA), que explica el grado total de conectividad de un paisaje. Se define como la superficie que debería tener un hipotético parche de hábitat continuo (por tanto plenamente conectado, independientemente de la forma que pudiera presentar) al que correspondería la misma probabilidad de conectividad que el conjunto de parches del territorio evaluado (SAURA & RUBIO, 2010; SAURA et al., 2011). ECA se calcula con la expresión: ECA = n n ∑∑ a . a . p i =1 j =1 * i j ij Donde a i y a j son el área de los parches i y j. ECA tiene unidades de superficie, lo que facilita su interpretación. Su valor nunca será inferior al área del parche más grande existente en el territorio estudiado, y coincidirá con la superficie total de hábitat cuando exista un único parche o cuando, aun existiendo diversos parches diferenciados, la probabilidad de movimiento a través de los enlaces disponibles sea máxima para todos los pares de teselas (p* ij =1). El índice de probabilidad de conectividad (PC) describe la probabilidad de dispersión directa entre cada par de nodos y es sensible a los cambios que pueden afectar a la conectividad y disponibilidad del hábitat forestal (SAURA & PASCUAL-HORTAL, 2007). PC tiene un rango de variación de 0 a 1 y se define como la probabilidad de que dos organismos situados al azar en el paisaje queden ubicados en nodos que estén interconectados. Su expresión matemática es: 6/13 n PC = n ∑∑ a a i =1 j =1 1 j ⋅ pij∗ 2 L A = PCnum AL2 Siendo n el número de nodos en el paisaje; a i , a j atributos de los nodos i y j (superficie, calidad, etc.); A L máximo atributo del paisaje; y p* ij máximo producto de probabilidad entre i y j. La jerarquización de los elementos del paisaje por su contribución a la disponibilidad y conectividad de la totalidad del hábitat se obtiene mediante el porcentaje de variación de PC (dPC k ), generado al retirar cada elemento k del paisaje (KEITT et al., 1997; URBAN & KEITT, 2001; SAURA & PASCUAL-HORTAL, 2007): dPCk = 100 PCini − PCsin PCini Los píxeles seleccionados en la modelización fueron agrupados en polígonos cuando la distancia euclídea entre ellos, calculada con ArcGIS 10.0, era igual o inferior a 150 m (distancia de vuelo para la que se asumió ausencia de limitaciones a la dispersión en R. alpina, de acuerdo con Drag et al., 2011). Se determinaron así 380 polígonos de distinta superficie. El cálculo de dPC k se efectuó con Conefor Sensinode aplicando un modelo de conectividad probabilístico, una vez ajustada una función exponencial negativa a los datos empíricos de probabilidad máxima de dispersión obtenidos por DRAG et al. (2011): pij = 0,1613e −0 , 0007 dij Desde un punto de vista funcional, la importancia de un elemento k (nodo, enlace) en el paisaje se divide en tres fracciones: dPC k = dPC intra k + dPC flux k + dPC connector k La fracción dPC intra se refiere a la cantidad de hábitat proporcionado por el nodo en sí mismo, dada por su tamaño (intrapatch connectivity). La fracción dPC flux se define como el flujo a través de las conexiones que afectan al nodo cuando él es origen o destino de dicho flujo. Por último, la fracción dPC connector es la contribución del elemento a la conectividad entre el resto, funcionando como un elemento conector o enlace. Utilizando los quintiles del rango de puntuaciones obtenidas para los parches, se han categorizado los mismos como “zonas núcleo” y “zonas enlace”. En el marco lógico de la ecología del paisaje, los primeros constituirían “nodos” y los segundos “corredores” o stepping stones. Se han aplicado los siguientes criterios: (1) zonas núcleo serían aquellas que, además de tener un valor alto, medio-alto o medio de la fracción intra del índice PC, presenten también valores medio y medio-alto de la fracción flux; (2) zonas enlace serían aquellas con valor alto, medio-alto y medio de la fracción connector, o bien aquellas con valor medio-bajo de la fracción connector y valor medio o medio-bajo de fracción intra. 4. Resultados El mayor número de polígonos identificados por contener microhábitats para R. alpina y los de mayor relevancia desde el punto de vista de la conectividad de la población en el 7/13 conjunto del área de estudio se agrupó en el sector suroriental, en las sierras de Aizkorri-Aratz y Aralar (figura 1). Ambas están designadas como “lugar de importancia comunitaria” (LIC) en el marco de la red Natura 2000. En el resto del área de estudio no se determinaron polígonos con valoración elevada. La conectividad global de la población en el área de estudio viene dada por la relación entre el índice ECA y la extensión total de hábitat disponible, considerando como tal la suma de las superficies de los píxeles identificados mediante modelización. El ratio entre estos dos valores fue 19,4%, lo que indicaría que la conectividad del conjunto de la población de R. alpina en el área de estudio es baja. La mayor contribución a la conectividad global de la población se debió a la fracción flux del índice PC (56,33%), lo que sugiere que muchos parches de hábitat ejercerían un papel como fuente y receptor para la dispersión de ejemplares, desarrollándose dinámicas metapoblacionales a escala de paisaje. La fracción intra (37,23%) fue relevante pero en menor medida, lo que indicaría la existencia de menos parches con suficiente disponibilidad de microhábitats para mantener subpoblaciones autosostenibles. La fracción connector (6,5%) fue poco significativa, por lo que serían pocos los parches en disposición de ejercer como enlaces en el sistema de conectividad. En relación con las zonas enlace, sólo uno de los parches presentó valor alto de la fracción connector. Esto indicaría deficiencias teóricas en la funcionalidad como corredores de la mayor parte de los parches identificados. Figura 1. Distribución de polígonos representando parches con microhábitats para Rosalia alpina en Gipuzkoa y valoración de su importancia para la conectividad global de la población. 8/13 5. Discusión Las estrategias habitualmente planteadas en Europa con el fin de mejorar la resiliencia de las poblaciones de coleópteros saproxílicos se refieren a la ejecución sobre el terreno de manejos silvícolas que acerquen la estructura de los rodales y la fisonomía del arbolado hacia condiciones óptimas, muchas veces cercanas a los paisajes intensamente manejados de los montes huecos, adehesados e incluso parques (JONSELL, 2011; WIDERBERG et al., 2012), así como al aumento del volumen de madera muerta o en decaimiento (CAVALLI & MASON, 2003; DAVIES et al., 2008). El marco teórico que soporta estas decisiones asume el efecto deletéreo sobre las poblaciones de la reducción de la disponibilidad absoluta de microhábitats. Las evidencias sobre la respuesta positiva a largo plazo de las comunidades de saproxílicos ante las intervenciones favorecedoras no son abundantes ni suficientes para despejar críticamente algunas incertidumbres, si bien DAVIES et al. (2008) en una revisión de los tipos de manejo y sus repercusiones sobre las poblaciones concluyeron que al menos las directrices más genéricas sí pueden ser avaladas científicamente. En los últimos años se ha puesto de manifiesto empíricamente que el aislamiento y la fragmentación de los rodales ocupados también juega un papel en la persistencia a largo plazo de las poblaciones, en especial de aquellas más amenazadas, precisamente a causa de su capacidad de dispersión limitada (RANIUS, 2006; BRUNET & ISACSSON, 2009; JANSON et al., 2009). Este sería el caso de R. alpina, aunque es cierto que algunos datos sugieren que esta especie disfrutaría de una mayor movilidad que otros coleópteros saproxílicos amenazados (DRAG et al., 2011). De todas formas, a pesar de los 38 proyectos LIFE que han tratado en alguna medida la gestión de masas forestales para la conservación de saproxílicos (EUROPEAN COMMISSION, 2012), todavía no parecen haberse realizado en Europa experiencias o iniciativas, en áreas de estudio concretas, focalizadas explícitamente en el incremento de la conectividad utilizando las herramientas proporcionadas por la Ecología del Paisaje, a pesar de que este enfoque permitiría optimizar el balance coste-relsultados de las inversiones en conservación (DUDLEY & VALLAURI, 2004). Por ello, el análisis y las propuestas contenidas en este documento parecen tener escasos precedentes a nivel ecorregional (NIETO & ALEXANDER, 2010). La identificación de parches con microhábitats potenciales para R. alpina, en ausencia de datos sobre distribución espacial obtenidos de forma sistemática en la totalidad del área de estudio y con una resolución detallada, requiere inexcusablemente la elaboración de modelos probabilísticos robustos. La parametrización de las variables predictivas puede permitir, en el caso de disponer de capas de información geográfica sobre las mismas, la determinación de enclaves discretos que se ajusten al rango de combinaciones con elevada probabilidad. Este tipo de requisitos se verifican en el caso de R. alpina en Gipuzkoa, de manera que la estrategia descrita sería la vía de elección para cumplir razonablemente el objetivo de este trabajo. La cuantificación previa del nicho ecológico (CASTRO, 2011) y de los aspectos relevantes de la ecología espacial y demografía (capacidad de dispersión, fases y duración de sus ciclos de vida) de la especie (DRAG et al., 2011) facilitan la calificación de cada pie o rodal desde el punto de vista de su favorabilidad para R. alpina y de su funcionalidad como nodo o enlace en un sistema de conectividad metapoblacional. En relación con el nicho ecológico de R. alpina empleado (CASTRO, 2011), otras modelizaciones publicadas en Europa incluyeron variables adicionales no contempladas, 9/13 como el diámetro del tronco y el espesor de la corteza (RUSSO et al., 2010). Respecto a la primera no se disponía de variabilidad en la muestra de árboles caracterizados en Gipuzkoa, si bien se admitió que los pies adecuados para R. alpina debían superar los 50 cm de diámetro normal. En cuanto al espesor de corteza, no se abordó su medición por CASTRO (2011) al suponerse que esta variable estaría estrechamente correlacionada con la disponibilidad de claros y la insolación. Otras aproximaciones cualitativas al hábitat de R. alpina en Gipuzkoa, realizadas independientemente por PAGOLA (2007) con base en observaciones en la sierra de Aiako Harria (NE del área de estudio), concuerdan con la importancia de las discontinuidades y los claros soleados en el seno de hayedos densos. Dada la historia forestal de Gipuzkoa, la inmensa mayoría de hayas que cumplen la condición de diámetro son ejemplares sometidos a trasmocheo, una práctica muy frecuente en los hayedos guipuzcoanos hasta los años 50 del siglo XX (Aragón, 2009). Éste tipo de árboles tienen un perfil de respuesta en la imagen LiDAR caracterizada por un máximo de biomasa a 2-3 metros del suelo, o bien otro pico más acentuado cerca de la zona apical. La evaluación en campo de la fiabilidad del modelo cartográfico avaló esta fase del estudio. Por otro lado, la generación de polígonos a partir de conjuntos de píxeles identificados para obtener parches de hábitat analizables con la aplicación Conefor Sensinode mejoraba la fiabilidad de la modelización, ya que se aumentaba la probabilidad de inclusión de microhábitats favorables en dichos polígonos. Se ha comprobado que la probabilidad de dispersión de muchas especies de insectos en función de la distancia euclídea tiende a ajustarse a una función exponencial negativa. Así, esta curva ha sido usada previamente para describir la distribución de la probabilidad de dispersión en otros coleópteros saproxílicos con escasa capacidad de desplazamiento, como O. eremita (RANIUS 2006; SVENSSON et al., 2011). Los datos empíricos obtenidos por DRAG et al. (2011) en Centroeuropa se ajustaron a la función: pij = 0,1613e −0 , 0007 dij Esto permitió estimar una distancia mediana de dispersión en R. alpina de 161,5 m, próxima a los 150 m asumidos por nosotros como distancia de dispersión sin limitaciones. El patrón de conectividad obtenido para R. alpina en Gipuzkoa concuerda con las características de dispersión presumidas para una especie con movilidad reducida en paisajes fuertemente fragmentados. Los hayedos en el área de estudio están concentrados en la franja sudeste, de manera que el grado de aislamiento funcional del resto de los parches distribuidos por el territorio es extremadamente elevado. Por otro lado, dentro de las masas de hayedo extensas la presencia de los microhábitats favorables también está fragmentada a escala de detalle, evidenciando una heterogeneidad estructural resultado del manejo secular de los bosques. Apenas se han identificado parches con funcionalidad conectora. En conjunto, la modelización sugiere un sistema en el que los individuos de cada subpoblación encontrarían escasas dificultades para desplazarse entre parches dentro de su ámbito de distribución local, pero por el contrario ven imposibilitada la dispersión interpoblacional y el establecimiento de dinámicas metapoblacionales. Hay varias limitaciones a tener en cuenta a la hora de interpretar los resultados. Los datos empíricos sobre dispersión de la especie fueron tomados en un área de estudio centroeuropea, y la dispersión puede ser sensible al patrón paisajístico sobre el que opera. No 10/13 obstante, no hay datos disponibles para Gipuzkoa, ni siquiera para la Península Ibérica, por lo que se trata de la mejor aproximación posible. En segundo lugar, el cálculo de la función exponencial negativa asociada a la dispersión se ha obtenido en base a las probabilidades máximas de dispersión proporcionadas por DRAG et al. (2011). Estos datos abarcan diferentes estratos poblacionales (machos y hembras) y dos años consecutivos (2008 y 2009), no descartándose sesgos en el caso de que la dispersión en R. alpina estuviese vinculada al sexo, o influenciada por variables meteorológicas, fenológicas, etc. Asimismo, sería muy conveniente efectuar un testaje más exhaustivo de los resultados obtenidos con los perfiles LiDAR, para ajustar al máximo la técnica de detección de parches con microhábitats favorables. El modelo de conectividad propuesto sólo ha considerado las relaciones topológicas entre los diferentes parches, sin atender a la permeabilidad de la matriz; no obstante, a la escala de los elementos relacionados entre sí mediante probabilidades de conexión, la matriz es de carácter forestal, por lo que no es esperable una variabilidad sustancial de unas relaciones a otras. Finalmente, no se ha tenido en cuenta la conectividad con poblaciones ocupantes de rodales contiguos pero no incluidos en el área de estudio, como la Sierra de Alzania alavesa y el Aralar navarro. Ahora bien, desde un punto de vista aplicado a una estrategia de conservación de R. alpina, estos resultados permiten abordar la mejora de la conectividad global incidiendo sobre las dos subpoblaciones más importantes en Gipuzkoa (Aizkorri-Aratz y Aralar), al haberse podido identificar y clasificar parches de hábitat de acuerdo con su relevancia como nodos y enlaces. De esta manera, deberían (1) preservarse los parches óptimos para garantizar a largo plazo el mantenimiento de la actual conectividad intrapoblacional e (2) intervenir sobre aquellos parches que potencialmente podrían ejercer como conectores, pero cuyas condiciones actuales sólo permiten una funcionalidad deficiente, con el fin de mejorar la conectividad interpoblacional. Aunque la aplicabilidad directa de los resultados de modelizaciones complejas a la planificación de actuaciones de conservación es un debate abierto, entendemos que con el nivel de conocimiento actual sobre la distribución, demografía, dispersión y viabilidad de las subpoblaciones de R. alpina en Gipuzkoa, la modelización es un ejercicio sin alternativas capaces de repercutir realmente en el estado de conservación global de la población. Las posibilidades de mejora de la conectividad del conjunto de la población pasarían por la modificación de algún atributo de aquellos parches cuya funcionalidad teórica esté más comprometida. La intervención sobre este tipo de parches es la estrategia más eficiente, ya que es necesario incrementar el índice ECA por encima del aumento neto en superficie de hábitat para lograr una mejora de la conectividad. En otras palabras, la generación de nuevos parches de hábitat en localizaciones sin posibilidad de ser colonizadas sería inútil, y en otras que ya estén conectadas y formen parte de un sistema metapoblacional sería redundante. Las propiedades del paisaje deben ser consideradas si se pretende que las actuaciones de mejora del hábitat sean realmente eficientes (Mortelliti, 2013). El tamaño del parche resulta ser el atributo cuya modificación es más factible, ya que la posición topológica no es evidentemente un factor accesible, y la calidad intrínseca de cada parche no ha sido evaluada en este trabajo. De acuerdo con BRUNET & ISACSSON (2009) y SVERDRUP et al. (2010), los tratamientos de mejora de la disponibilidad de microhábitats son más efectivos si se realizan en la periferia de parches seleccionados, antes que distribuidos al azar en el paisaje forestal, por lo que la estrategia de identificación de áreas concretas para intervenir está plenamente justificada. 11/13 En la literatura científico-técnica pertinente pueden extraerse directrices de gestión aplicables a las “zonas núcleo” y a las “zonas enlace” identificadas. Para las primeras, el criterio general sería evitar la explotación adoptando pautas de protección asimilables a una “microrreserva”, y en su caso ejecutando labores para mantener los claros y limitar la densificación del arbolado. En cuanto a las zonas enlace, los tratamientos selvícolas se podrán orientar a retener en el parche toda la madera muerta o en decaimiento que se produzca de forma natural o artificial. En términos generales, se considera que un parche con menos de 20-30 m3 de madera muerta por ha o de un 4-8 % del volumen total de madera se encontraría alejado de lo esperable en hayedos con suficientes microhábitats para los saproxílicos (DUDLEY & VALLAURI, 2004). El volumen promedio de madera muerta en los hayedos de Gipuzkoa no llega a 9 m3/ha (ALBERDI et al., 2012). En la periferia del parche se podrán planificar intervenciones selvícolas orientadas a promocionar la cantidad de estructuras muertas o en pudrición (ramas, logs, snags) en el vuelo y suelo forestales, mediante anillado de pies con al menos 25-30 cm de diámetro normal, poda de ramas gruesas y apertura de hendiduras en el tramo basal de los troncos (CAVALLI & MASON, 2003). Aunque se discute sobre si la recreación de microhábitats por esta vía aporta el mismo abanico de sustratos biológicos que la madera muerta generada por fenómenos naturales (SHEA et al., 1999), la lógica detrás de estas intervenciones es imitar a pequeña escala el impacto de eventos meteorológicos catastróficos. En cuanto al incremento de la insolación, se podrán generar claros o reducir la densidad del arbolado cortando o desenraizando algunos pies, bien totalmente para dejar el tronco sobre el suelo, bien dejándolo apoyado sobre árboles contiguos, tal y como proponer CAVALLI & MASON (2003). Aunque no se ha investigado si el desenraizamiento proporciona estructuras diferentes respecto a otras técnicas de generación de madera muerta y que sean aprovechables por los saproxílicos objeto de conservación, el hecho es que sí aparecen microtopografías y sustratos útiles para invertebrados y vertebrados. Se imita de este modo el procedimiento más natural de producción de necromasa de madera en bosques con escaso nivel de intervención (KOCH et al., 2012). 6. Agradecimientos Santiago Saura, Alberto Castro, Lukas Cizek y Lukas Drag atendieron amablemente diversas cuestiones sobre conectividad aplicada y dispersión de Rosalia alpina. Pablo Aramendi colaboró en el trabajo de campo. 7. Bibliografía ALBERDI, I., HERNÁNDEZ, L., SAURA, S., BARRERA, M., GIL, P., CONDÉS, S., CANTERO, A., SANDOVAL, V. J., VALLEJO, R. & CAÑELLAS, I. 2012. Estimación de la biodiversidad forestal en el Tercer Inventario Forestal Nacional. País Vasco. Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente. Madrid. ARAGÓN, Á. 2009. Una longeva técnica forestal: los trasmochos o desmochos guiados en Gipuzkoa durante la Edad Moderna. Espacio, Tiempo y Forma 22: 73-105. BRUNET, J. & ISACSSON, G. 2009. Restoration of beech forest for saproxylic beetles. 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