Sección INNOVACIÓN Sección elaborada por IE Business School Soitu.es: muerte prematura del más evocador periódico digital en español Texto: Samuel Martín-Barbero, Decano. IE School of Communication-IE University Fotos: LatinStock N o pensemos en un réquiem otoñal, sino en una gran lección durante casi los últimos dos años, donde el periodismo serio, entretenido y futurista de Soitu. es ha sido capaz de dejar su huella en las conciencias de muchos eruditos y aficionados, de modo similar a lo que a diario consiguen Slate Magazine desde EE.UU, Rue 89 desde Francia o Daily Beast desde el Reino Unido. Veintidós meses es el tiempo vivido del seguramente más rupturista, ingenioso, valiente y profesionalmente brillante proyecto informativo internacional en Internet de los últimos tiempos. Así al menos lo ha reconocido, con galardón incluido en dos ocasiones consecutivas, la Online News Association (ONA) de Estados Unidos al examinar todo tipo de proyectos editoriales a escala mundial en lengua no inglesa. Minutos después del “anuncio de opinión del cierre” –en la última semana de octubre de 2009– firmado por su director-cofundador Gumersindo Lafuente, una de las “lecturas” comunes, entre otras más personalistas y corporativas surgidas desde algunos de los cientos de mensajes en Twitter, parece traslucir en España lo siguiente: al menos, el intermitente o accidental consumidor mainstream de diarios de información en papel y en la Web esquiva, no 58 REVISTA DE COMUNICACIÓN sabe apreciar o muestra insensibilidad a fijar la atención en aquello no ligado mayoritariamente a la “rabiosa actualidad” de la política nacional. Es decir, lo más demandado son los “dimes, diretes, peleas y chismes” de rutina entre ministros, portavoces de partidos, alcaldes, presidentes autonómicos y demás “líderes de masas”. Voces autorizadas de Internet manifestaban a principios del año 2000, la existencia de la inmadurez de un mercado (el de la información periodística) que impedía encontrarse a sí mismo y regenerar sus empresas alcanzando un nivel de competitividad en línea con su ahijada aventajada en términos de la industria telemática del I+D+I. A día de hoy, muchos directivos de negocio y holdings mediáticos siguen haciendo más benchmark que innovación para encontrar aquello lo suficientemente distintivo, deseable, rentable y perdurable como para generar del lado del público-consumidor el pago por piezas informativas (crónicas, reportajes, entrevistas, y demás géneros periodísticos, más bien mixtos en la Web) a los lectores-seguidores digitales veteranos (del papel) y jóvenes (los “nativos digitales”). El contenido mayoritario en Internet es gratuito, se argumentaba, y por ende, el repetido y cansino hasta la saciedad concepto del “valor Aunque quizás, lo natural debería ser pensar en “institucionalmente” y no “personalmente”, el hecho cierto es que la también joven IE School of Communication-IE University se ha sumado al pésame y padecimiento íntimo-presencial y no sólo digital (reciente creación por parte de los lectores en Facebook de un grupo de amigos de Soitu.es) de este cierre. Ello, por una cuestión fundamental que tiene que ver con la oportunidad de legitimación y dignificación (tan necesitada) que Soitu.es suponía en España para la profesión y superación de las expectativas de trabajo del periodista (creador y diseminador independiente, en nómina o freelance), comunicador (encargado de gestionar y “relacionar la información” y las fuentes-contactos) y comunicólogo (el que observa los fenómenos y agentes del universo mediático). No debemos olvidar que incluso el mes anterior lanzaban a Internet con su propia tecnología su interesante red social (Utoi) para periodistas y lectores, tan funcional tácticamente y cuidada estéticamente como cada página Web de Soitu.es (recordaba el estilo visual a la revista-papel estadounidense Monocle). Lo positivo añadido” de los periódicos digitales no era claro ni evidente más allá del poliformismo multimedia de lo textual, sonoro y audiovisual de las noticias (lo cual ya es mucho, por cierto). En cuanto a temáticas y enfoques, tampoco las versiones analógicas de muchos distaban demasiado de las digitales y viceversa. Sin entrar en esto último, fuente de otro debate al haberle costado el puesto a más de uno por enfrentarse intelectualmente al “patrón del papel” desde su “ágora digital”, recapacitemos un instante sobre el eje central de esta triste noticia. Un auténtico decálogo ¿Cuál es ahora la respuesta analítica, meditada y profunda para explicar lo ocurrido, cuando precisamente la variedad de asuntos socio-culturales, las temáticas minoritarias de interés mayoritario, la calidad de elaboración, la contrastación, el rejuvenecimiento de la plantilla, la austeridad frente a los gastos superfluos, la desjerarquización organizacional, la contención de sueldos-retribución desorbitados, los proporcionados ingresos publicitarios a su temprana edad, la confianza de un socio financiero muy fuerte y la cláusula de despido inmediato en caso de cualquier tipo de plagio y la inclusión de los lectores como autores y corresponsales de una diversidad geográfica, como testigos únicos de múltiples enfoques y perspectivas, han sido todo ello el motor periodístico y empresarial de Soitu.es? Todo lo recogido en esta interrogación, Soitu.es lo defendía y asimilaba como imperativo de su decálogo dentro de su redacción desde el primer día de su fundación. Soitu.es, físicamente, era un lugar donde reporteros-periodistas, periodistas-analistas e informáticos-ingenieros-desarrolladores-programadores aparcaban sus bicicletas al lado de sus mesas y sillas de IKEA, en un agradable espacio diáfano, transparente, algo desordenado e hipervitalista y colorista-pop del subsuelo de un residencial edificio madrileño. En lo virtual, Soitu.es cumplía al dictado de Borja Echeverría su máxima personal: el periodismo digital son “buenas historias generadoras de muchas conversaciones”. ¡Bueno, sin más lamentos, y sacando lo más positivo de esta historia de éxito de “Sindo” (Gumersindo), Borja y “su gente” (como emplea su bloguero afiliado estelar, Francis Pisani) que tan cercana ha sido desde su alumbramiento, Soitu.es ha sido sin duda alguna un hijo prematuro y prodigio o superdotado, “víctima de la LOGSE”, dirían en la sección de política nacional. Pero al publicarse este artículo en una sección de Innovación, no podemos más que aseverar que este proyecto sí que ha muerto, cierto, pero a nivel semiótico ni el significado ni sentido de su marca lo han hecho, ni mucho menos la capacidad creadora y trabajadora de sus fundadores. Los expertos en divulgación cibernética presumen de que con algunas novelas (Neuromancer) y películas (Blade Runner) de ciencia ficción uno se adelanta a la realidad. En este caso, es más bien lo contrario: la realidad de Soitu.es se ha adelantado a la ciencia ficción. En menor medida, pero también acontecido en España dentro del terreno de la comunicación y marketing en Internet, ocurriría en 2004 con el BIWAM (Brand Identity Web Analysis Method). Importantes agencias de publicidad, boutiques de marca y agencias de medios no entendieron como propia la responsabilidad a partir de dicho momento de la coherencia, supervisión y medición de los mensajes, la identidad y la imagen de la marca-producto y la marca-corporativa en la Web, tanto dentro como fuera de los portales Web oficiales. El tiempo pasó, no sólo como tendencia, sino como subsistencia prioritaria para evitar al colapso fruto de su estancamiento dentro de una lógica y mecánicas cercanas a la fabricación industrial (spots e intermediación) para la televisión. Este tipo de empresas está teniendo que virar todo su negocio, cartera de servicios y clientes hacia el conocimiento, destreza y visión de la prioridad digital. Soitu.es incluía a los lectores como autores y corresponsales de una diversidad geográfica, como testigos únicos de múltiples enfoques y ­perspectivas. Nada más de momento. Sólo desear desde la tribuna de esta exclusiva revista corporativa de Dircomes, que ni a los recientemente estrenados como Lainformacion.com ni a los ya históricos con casi una década a sus espaldas como El Confidencial, entre otros, les ocurra jamás lo mismo ni parecido y que mantengan siempre su carácter y personalidad genuinas, porque además les hará mucha falta para sobrevivir y negociar…. No sólo por ellos, sino por todos nosotros, lectores, activistas, educadores y pensadores de la comunicación. • Diciembre 2009 59