RiÍM. / l 5 7 . 5' 3 1 DE MAYO DE 1 8 4 1 . PRECIOS » E SUSCRlCIOBfeCiH,,. ,;;, ^Sí £ste periódico se puhlica iodo i los días por la tarde. 'V%r«'%/«/«-V%/1 EB Madrid. En Iasprovmoias, franco de |iorte, , , . , ifi Las corimniracíones detoda «spccic se diri.^irau francas al director de) C/.TÓr,ico.-Se adn»iten aonuuios y comunicados * (írecios convencionales. Se snscribe: eu Madrid , ea sn redacción^ calle de IÜ> infantas j niíiii. 8 , cuorfo seijnndo de la izquierda. —En las [jroTÍncias , en todas las adftiínistraeíones de correos y prinoi pales librerías. \ EL mmm DÍA DE PASCUA DEL ESPÍRITU SANTO. ]ü^@i>üasatfimiMif'^ " aquel tiempo dijo Jesús á Nicodetno: De tal 'lera amó Dios al mundo que dio á su hijo u a i 8 1 o, para que todo el que cree ea él no perezca, •sino que tenga vida eterna. Porque no envió Dios A ¡o al mundo para juzgar al m u n d o , sino para «que por él se salve el raun<lo; el que cree en él no juzgado, mas el que no cree en é l , ya esta juzga» a o , porque no cree en el nombre del unigénito hijo g »de Dios. Mas este es el Juicio, que la luz vino al -^ «mundo, y amaron los hombres mas las tinieblas que ? »la luz: porque sus obras eran malas. Porque lodo «hombre que obra mal , aborrece la luz y no viene »á la luz para que sus obras no sean reprendidas. «Mas el que obra verdad viene á la luz para que p a g «rczcan ó xe manifiesten sus obras, porque han sido | «hechas en Dios." {S. Juan, cnp, 3.") LA CONCIENCIA GENERO HÜANO. sS8®e Aunque la ignorancia que el primer pecado p r o "10 fuese crasísima ; aunque fuesen muy espesas las 'nieblas que difundió sobre la humana razón, nunca pudo esta oscurecerse tan del todo, que perdiese un srto conocimiento instintivo del bien para amarle, y uel mal para h u i r de él. El mal del hombre estuvo '^mprc en que buscó el bien donde no estaba, y no pocas veces creyó mal aquello cu que estaba su v e r adero bien. De ahí sus repetidos tropiezos, sus raulPl'cados errores; de ahí por fin aquella triple cade* que aherrojando sn alma la tenia encorvada m i «frablemente liAcia la tierra por la triple inclinación * su entendimiento á la mentira coloreada con el sterior de la verdad , de su voluntad al pecado bajo * aparente ilusión del deleite y de su codicia <5 coiiToMo V , = A i i o SEGÜKDO. cupiscencia á las cosas de la tierra , como si fuesen las que podian h a r t a r su insaciable corazón. Jesús ha roto esta triplicada ligadura, y su espíritu difundido ayer sobre los humanos , ha aclarado su razón sobre sus verdaderos intereses. El cielo á que todos aspiraban también antes, pero á que n i n guno se atrevía á m i r a r , se ofrece ya despejado á sus m i r a d a s ; si no caminan á él , si no lo consi-uen.... á nadie pueden ya culpar. Aquella misma conciencia que en los siglos mas corrompidos y ciegos del paganismo, hacia decir á los hombres de lodos los pa¡se.« de todas las épocas, de todas las sectas, que la n a t u raleza estaba viciada en nosotros , que solo podía restaurarla un sabio bajado del cielo, esa misma les d i ce h o y , que ese s a b i o , la sabiduría misma de Dios 482 EL CATÓLICO» vino y a , la rcsiauró c hizo fácil su reposición en el rango de que Ijabia sido derrocada. ¡0!U el liombrc no pedia iguorar que Dios amaba al m u n d o , pues existia ésic.; y ilcl>¡a saber y sabia que por un electo de este amor habia prometido que la semilla de una muger rompería la <;abcza de la ser[Menlc, libertándonos asi del yugo á que nos sujetara la primera prevaricación: de allí la «spcrauza que animó á lodos los siglos antiguos. ¿ Y podrá ignorar que ha v e n i d o , que se ha realizado esa esperanza del antiguo mundo, hoy que su llegada ha sido predicada por todas parles? ¿á •qué rincón de la tierra no ha llegado la voz de los Apóstoles y h o m l>res aposlólioos que el espíritu del hijo de Dios llenó p a r a que fuesen como unas trompetas sonoras que anunciasen á la tierra toda la buena nueva de la salvación ? La conciencia pues del género humano tiene mas de lo que basta para saber que Dio.i amó de tal manera al mundo, que le dio d su hijo umgíniito. Los bosques mas salvajes y solitarios , las ialas mas a p a r - ; tadas y j-emotas, los pueblos mas emlyrutecidos é i n morales han levanlado en virtud de esto sus ojos al \ «ielo, y mezclando sus tradiciones falsas, erróneas y absurdas á la verdad, han esperado aunque bien e r róneamente de alli su remedio. 1 Consúltense las creencias de los bá-rbaros, igual- '\ mente que las de los hombres cultos ; ni en aquellas '\ ni en estas se hallará cosa que se aproxime á la total I desesperación ó á la presunción de que por sí solo ! pueda el hombre alcanzar lo que su naturaleza le dice I que le falta; en todas al contrario , hallarás Ja creen- ! cia en Dios, y en unas mas, en otras menos, aqui des- n figurada con unos errores y alli c o n o t r o s , la esperanza que nace de la venida de uji enviado de Dios para remedio del hombre. Esta es la úllinla Jase que la h u m a n a conciencia deija ver en la escala de su degradación: las otras tienen un carácter jnas p r o n u n c i a do, pues en rasgos bien distinguidos se lee en ellas<iue envió Dios á su hijo para que no perezca el c/ue cree en él, sino que logre la vida eterna; 3 bres-quie jK-ofesan la verdad; pero «ada de eso; su i odio, el odio que á Ja vwdad profesa Jiacido de su í conciencia errada, la hace .ser fácil para <x)n Jos p r i n 3 cipios que atacan á la verdad , y cruel para con los a hombres que no quieren de la verdad separarse. Pero í el tiempo pasa, y el fanatismo se adormece; y esta seí gunda época suya e s o t r a voz de la conciencia u n i v e r » saJ , que conociendo ó Jiacicndo «)nocer al disidente > que va fuera del buen camino, le arroja en Ja indifc9 reucia, yJe hace .ser espexJador estúpido de todo, por< que todo pÍBB*a que es igual. No obslanle, cada vez ' que la verdad hiere sus ojos, ó escita su antiguo odio, ; ó la incita á reconocerla; pero la preocupación , las J habitudes esos y otros mil resortes con que el d e J monio de la mentira ha hecho y hace que el globo ! Iodo .entero no sea ya católico, detienen á los hombres \ en el abismo cjuesc han elegido y aun Jos consuei Jan tal vez con la esperanza de que tal vez podrán ¡ .salvarse en todas las creencias y sectas los estraviados ¡ JB-JOS de Adán. \ El deseugaiio de este e r r o r tiene que verificarse; I pero ¡ cuan fuuestamcnLc para los que mueran en él! , La concieiicia, como todo, tiene que e n l r a r en el ó r 1 den; y cuando Jlegue el dia de que despierte de su l e targo, ella será el mas terribJe verdugo de .los h o r a I bres , porque ella por si sola conocerá que no envió I Dios á su hijo al,mundoj>ara Juzgar al mundo, sino I para que se salve el mundo por el. ¿Y qué dirán, ' qué sentirán Jos hombres cuando se vean condenados I por no haljer querido a g a r r a r s e á Ja lié, única áncora ; de salvación ? ¿Qué, cuando vean que las sospechas y I .remordimientos que aqui sintieron sobre su obligaI cion de oir á la Jglesia calóJica, eran voces de su con¡ ciencia que ahora los fiscalizan. Jos juzgan y los d c ¡ muestran reos de detestable rebelión á Ja luz y á la I verdad, á la que cerraron Jos ojos ? Ese espíritu activo \ de proselitismo , igualmente que el fanatismo antiguo I J e las sectas disidenles, será contra ellos un inexora' ble juez: el odio que es su principio, el odio á Ja v e r I dad qiie es quien lo causa, se quilaiá en aquel dia la \ raá.scara , y,atacará á los hipócritas que se sirvieron ' de él contra su conciencia para destruir el reino de \ Jesucristo. Asi es que serán juzgados por sí mismos, y I a h o r r a r á n al supremo juez el trabajo de juzgarlos. s Asi como el que cree no será Juzgado; porque ca3 .da una de las accioncs.de su vida es un juicio p r á c l i í co de la ley con su conciencia particular; porque cs9 .crito está que los justos son una ley viva para sí mis9 mos, en razón á q u e la luz de la le los a l u m b r a , y s ellos siguen franca y lealmenlc la dirección en que los i guia; asi el que no cree en Jesucristo ya está juzgado: El fanatismo , esa pasión fuerte, propia solo de las almas grandes, pasión contra la que tanto se ha h a l l a d o y sin conocerla; las mas de las veces es el lenguage de la conciencia y la espresion enérgica de ilas creencias que se profesan con vigor y decisión. Pues bien; este fanatismo que en los verdaderos creyentes es celo, y se manifiesta con la prudencia de que Jesús y su conducta es el modelo; en los.que < reen mal es ,1o que debe ser, un furor ciego, una rabia feroz , que .no pudiendo convencer, amedrenta; y si ni de este modo logra dominar, mala y destruye cuanto á sus progresos se opone. ¿ Y por que? en su ceguedad se persua- > sus acciones lo han puesto fuera de la ley : la lucha de que son precitos los que tienen creencia distinta, » que ha sostenido contra la verdad que por medio de y asi es como la hercgia con sus mismos errores » la conciencia universal se dejaba oir en »u corazón, lo profesa del modo mas solemne que Jesús vino , y que > ha eslraviado cada vez mas de la regla, y cada paso vino á salvar y á dar la vida eterna á los que en él ' que ha dado separándose de ella es una confirmación creen. Porque si n o , en los momentos de exaltación ; de la sentencia que dio contra sí cuando de la le se ¿seria perseguidora i intolerante? Cual lolera siempre I separó. ¿No dice toda la naturaleza que el que aban!i todos los errores, deberla tolerar también á los houi- ', dona la fé cu cualquier materia, queda condenado á EL CATÓLICO. 485 no palpar sino liuielilas? Pues si eso es cierto en lo « \ Agustiitus? Aiíglicauo, melodbfa, ¿quién sois? ¿qué que cslá al atcaiice de los sciilidos y de la razón, ¿cuáu- í , erais antes d e q u e el brutal Enrique VIH rompiese loto rrras to será en orden á lo eeleslial y divino? La i ' dos los diques por satisfacer una pasión vergonzoso? netcsiilad de creer en esto, se dcmueslra por la ncccst- ' I Hereges de todos los liempos, ¿se os puede CKullar dad de creer cjué Fiay en lo primero; y i. esla doraos- ' 5 que empezasteis ayer y que tuvisteis principio de a l tracion podemos llamar y llamamos conciencia u n i - j 3 gun hombre degradado ó de alguna pasión dcgiadariversal, porque no liay hombre que no la p a l p e , que ' % te? Acumulad sofismas, amontonad preocupac ii>ms, no la sienta por poro que rellcxione. I vueslr.1 cuna no puede sernos desconocida, y I><>i" mas Pues si es tenido y juzgado por loco el que rehusa I esfuerzos que hagáis p o r ilustrarla lumca tendréis creer lo que los hombres le dicen h u m a n o , ¿qué n e - I otro resultado que el del gafo que quiere c u b r i r 3« cesidad hay de juzgar de nuevo al q u e ya eslá juzgainmundicia en un enladrillado limpio. Vuestros misdo porque no cree á Dios que le habla de lo divino? mos trabajos os la manifiestan cada vez mas; ¿á qué si ¿Querrá lanátíco que Dios se ponga á argüirle y á S no ese repelido empeño de taparla? ¡Ahí lo sabéis y lo confundirle de sus e r r o r e s ? Asi seria, si no hubiese sabemos. Porque todo hombre que vive mal aborrece la de antemano el Señor dispuesto que la naturaleza r a luz. La deformidad de sus acciones le está saltando á la cional tuviese e» sí misma el medio de la conciencia S cara y quiere imprudente apagar la luz que se las haque la arguya y la convenza. Mas lo dispuso, y he á ce ver, como dicen los poetas que la fea rompe elcspcaquí que este es el Juicio: que la luz. vino al mundOy tr jo que le demuestra la desproporción de sus facciones. esto es, Jesucristo, que mil veces repite en sus escri- % ¿Masqué importa que lo haga trizas y que no se m i turas á los hereges: yo soy la luz del m u n d o ; pero é re en él? ¿Podrá poroso persuadir á los demás d e q u e ellos sustituyen á esta luz que vino y se quedó en ta % es hermosa? ¿podrá hacérselo creer á sí misma con-' Iglesia que fundó con su sangre, los fugaces brillos de ^ vencida como está ya de lo contrario? su razón individual, los falaces fósforos con que esla g ¡Biblieros ingleses! alterad, truncad cuanto q u e os seduce, y no por un engaño disculpable, sino por S rais ti sagrado testo de los divinos libros, imprimid Una rehnada malicia. Y amaron los hombres masías § millones de cgemplares mutilados ó no csplicados p a tinieblas que la luz, las eligieron prctiricndülas á esla g ra que sirva de veneno á los hombres lo que Dios les (dile.xeiurit), y no sin motivo eran sus obras malas; ? dio para salud y vida.... haced aun m a s ; lecdlos v o s y querían hallar una disculpa á sus delitos, querían g otros y dadles credito allá según vuestra manera, saüacer á Dios cómplice en ellos, cohonestándolos cou g cando de sus palabras de vida la muerte eterna que errores sustituidos á la verdad católica. g merecéis.... ¿Que lograreis al cabo con todo eso? M a Que se examine á fondo, que se pregunte á esos ^ nifestarnos que andáis vacilantes y que sois como el propagadores de la heregía que hoy se muestran tan hombre malo que no viene á la luz porque no sean celosos de eslcnder sus errores ¿qué es lo que los mue- ^ rr/irendidus sus obras. ¡Queréis hacer á Dios tapadera ve á un proselitismo impío cuyas consecuencias l a t a - 5 do vuestras maldades! ¡Qucrcis hacerlo causa do vucsíes no se les pueden ocultar? Ellos dirán hipócritas g Ira iniquidad ! ¡Queréis aun todavia mas, hacerlo peor que buscan la gloria de Dios; pero Dios ¿puede ser S que vosotros pues ponéis á los tontos en el caso de glorificado en la confusión? ¿Puede la división de los % que piensen que Dios premiará el asesinato , el a d u l °nnnos, puede la monstruosa producción de las mas S terio, el latrocinio!.... Las blasfemas heregias queiíaii "'tolerables blasfemias d a r gloria á Dios? ¡Eh! bien S proilicado lodo esto ¿no han nacido, no están todavia **ben ellos que no. Lo que buscan, p u e s , esos predi- g en Inglaterra? \ tanto absurdo blasfemo, tanta n a u cantes es cohonestar el adúltero concubinage en que 5 scabunda locura, ¿ n o dicen que las han sacado de Viven los unos; acallar los gritos de su conciencia ^ vuestras biblias los que fanáticos las profesan? Y no Oprimida por su libertinage los otros; y todos hacer i siendo posible el que vosotros estéis persuadidos de que todo el mundo se declare contra la verdad por- I tan atroces desatinos, claro es que vuestro conato por " " c se figuran ciegos que cuando no haya quien la ^ difundir esas biblias, no tiene oiro objeto que el de prolese no los herirá con sus rayos. ¡Necios! ¿Qué i m - 5 hacer malo á todo el m u n d o , asi en la teoría como en I'orla que todos los hombres se empeñen en cerrar a la práctica, para que la maldad vuestra no sea enlon'os ojos para no ver al sol? ¿líejará csle por eso de g <es notada, para que la fealdad de vuestras acciones aparecer todos los dias? ¿Podrán ellos destruir la con- % no aparezca ni aun á vuestros propios ojos. Pero ¡inúciencia general de que los a l u m b r a ? A u n entonces g tiles conatos! aunque espendais laníos millones de JVi"iismo, cuando mas apesguñen sus párpados, se deja- i blias cuantas letras la Biblia tiene nunca lograreis haj vislumbrar al través de ellos, como la verdad de la I ccr que ralle esa conciencia universal, que asi como S'esia católica se deja percibir al través de los crro- § ahora os impele á hacerla enmudecer, asi luego os ha*"<!s mas compactos. 1 rá odiosos á los otros hombres y á vosotros mismos. ¡Cosa admirable! En un pueblo como el inglés, Hágase si no, á lodos y á rada uno de los hereges I *¡ nuestros dias la misma pregunta que hacia T e r t u - g donde los que se llaman ministros de la Religión, t r a '*"o á los de su tiempo: ¿Quien sois? ¿de dónde vc- $ bajan ron esceso en el soslen y propagación del e r r o r , "'*? ¡Jansenista! ¿quien eres lu? ¿qué eras antes de g, no se ha visto ni se ve un hombre que contento de sí ^ i e el mal obispo de Ipres escribiese su contrahecho I mismo haya merecido y merezca el aprecio de sus f t f /18^ EL CATOLIÍO. fouciudadanos. Todos han sido mirados como "unos lo que valen. Mas el <jue obra verdad viene á la luz juguetes merceuarios que cm[)lea la policia y la p o l i para que parezcan 6 se manifiesten sus obras; de l i t a eu sus negocios, todos dedicados á complacer al alii el que lejos de buscar prosélitos por medios osgobicrno para percibir su sueldo, son... lo que ellos 5 euros y rateros, anuncie á Jesucristo el clero católico mismos dicen de sí mismos, unos autómatas sin a l - § en medio del dia, á la faz de las naciones, y deseando j n a , sin consideración, sin fe. No pueden tenerla y de % dar su vida por la confesión de su divino maestro, allí el que ni sean respetados ni se respeten á símismos. jl Obra verdad, porque lo que hace esta conforme á la Causa pena el ver la virulencia con que son atacados ^ regla de fe que desde Jesucristo persevera invariable; en los es<ritos, hasta de los de su misma clase, y no ? viene á la luz del evangelio, no corrompido por los puede mirarse sin enternecimiento el profundo des- g hombres y las pasiones, sino según lo esplicó el S a l precio con que son mirados y se miran.¡Ah! siembran ^ vador y nos lo conserva incorrupto la tradición, y cizaña, ¿qué eslraño es que cojan espinas? ' desea que se manifiesten sus obras, que por consiEl clero católico, el ministerio d é l a verdad, es guiente como arregladas á la doctrina reguladora son sin tanto trabajo, digno del amor de los pucbfos, y una nueva predicación de la santidad esclusiva del los pueblos no le niegan este t r i b u t o tan grato. Concatolicismo. De ahi el que al fin se les haga justicia tentos de sí mismos los verdaderos ministros del en todas parles, y sean en todas partes respetados. Sus evangelio por la convicción de la fe ^ predican la cari ? obras que en alguna época de delirio y de furor revodad y la verdad, y aunque tal vez se verifique que g lucionario pueden ser tenidas en p o c o , al cabo bien "van y lloran al esparcir la semilla," siempre no obs- g examinadas serán tenidas en aprecio,/^or^í/c son hechas tante tienen el consuelo de que seguramente "vinien- g en DIOS; y aun el mas impío, el roas fanático incréáo vendrán con alegría recogiendo manojos a b u n d a n - ^ dulo acabará por hacer justicia en su corazón, al sates." Ya se ve, u n odio ciego contra la verdad puede % cerdote católico que obra según le prescribe la Iglesia, perseguirlos; y el que se halla herido de sus r e p r e n - | Su caridad por mas que la preocupación haga no' siones caritativas puede también odiarlos, y unos % puede ser desconocida á la conciencia universal. y otros pueden causarles disgustos. Pero no los des- % ¡ O h ! que no se engañen pues los sacerdotes catóp r e c i a r á n : los ven obrar de buena fe y con la fran- a lieos; que no se dejen seducir para obrar contra su queza evangélica que inspira una conciencia segura, a vocación y estado, porque oyen que á algunos que asi los ven marchar por la senda que á los demás p r e - % obran se les llama despreocupados, ilustrados, y otras d i c a n ; oyen de sus bocas, no los delirios de una ra- ? cosas tales. Esta es la voz del frenesí y del delirio; él Eoncstraviada, sino la doctrina que desde Jesucristo ? pasará pronto, y los mismos que ahora los adulaií acá ha predicado siempre la Iglesia, y... nó hay r e m e - % para tener una disculpa en ellos á sus desórdenes sedio podrán hasta martirizarlos, pero nunca podrán g rán los primeros á cubrirlos del oprobio á que se han dejar de mirarlos con respeto. g hecho acreedores. Al sacerdote fiel, á su estado se le Cójese el diverso fruto que la conciencia universal distribuye á los maestros del e r r o r y á los de la verdad ; los primeros andan en tinieblas , porque a h o r r e c e n i a luz; y sus amaños y arterias tenebrosas, no hastando á cubrir sus obras malas, los dejan al cabo conocer por lo que son , y de ahi el que sean tenidos por g perseguirá si se quiere, se le cubrirá de insultos; pero P sobre el consuelo que halla en el testimonio de la g conciencia propia , tendrá ademas la ventaja d e q u e g sus mismos perseguidores admirarán y honrarán su % virtud, arrastrados por la conciencia universal.^ilf. ^ g S' IDÜi . SS8< SANTOS DEt DÍA. San/a Petronila, virg^en=A)giinos § t c s : = E n Aquileya, sanios Cancio , Canciano , Canciacreen que esta santa fue hija de san Pedro, pero es t nila "il , h e r m a n o s ; y Prolo, su ayo, m á r t i r e s . = E u T o r roas probable lo fuese solo en el orden espiritual en res de Cerdeña , san Cresceiiciano , m á r t i r . = E n A r razón á q u e el santo Apóstol la convirtió, instruyó y senga del P o n t o , san H e r m i a s , soldado.=En Verona, bautizó. Por espacio de algunos años pailcció la e n san Lupicinio, obispo.=Y cn R o m a , san Pascasio fermedad de perlesía, y amó tanto la virginidad, que diácono. p o r n o perderla renunció una escelcnle proporción que tuvo para contraer matrimonio. Suplicó al S e iior conservase su pureza, y después de haberse ejer(gjacftilla i)fuota "¡le la íortí. citado en las virtudes propias de su estado, murió saniamente el dia 31 de mayo del año de 52. D Í A I . ° DE J t s i o . Se gana el jubileo de Cuarenta Ademas se hace meaciou de los santos siguieu- ¿ Uuiaa ea el oratorio del Esfírilu Samo, duude li.ibrá mi»» FX CATÓLICO. mayor á las diez y sernioa que pieíllcara el señor düu Kamotí Loreto de Prado. Por la tarde babra T'e Dcuin^ rompíelas y procesión del Ainí/íimo iSíicramCTiío.-Continúa ¡a noveua de san Antonio de Padna en sus iglesias de Portiij^ucscij del Prado y en la parroquia de sau Luis. En esta predicará -fSi./' 485 ^ por la tiiauaua el seuor don Juan I''eruaudez.-Eii las parro?? ([aias v conventos de monjas será la misa mayor á la bora % acostumbrada.:La misa y olicio divino son de la feria terg cera de/'eHíecoííe.y con rito doble de primcia r-lasc y Cídor § eucd¡uado.-J¿s diade misa,pero se ¡juede trabajar,-M. B. /:^8^ 'm=fS, 'BT 133?'! " g r m / 3 | ^ " • ' ^ • B F T I ^ B a ^ xásso:—i- CoNFEaENCiAS DEL ABATE RAVIGNAN EN LA IGLESIA ME- 1 t u m b r c s , clima é idioma, uniendo y hermanando á TROPOLiTANA DE PAHÍS. 1 lodas cou verdaderos vínculos de autoridad .social y —>9«eec>— I rigietido numerosos pueblos, á los que deja sin embar. I go su existencia, leyes é instituciones distintas entre sí La mullitud de asuntos y cuestiones eclesiásticas | coniplelamcnte. Por mucho que se trabaje, ninguna de que con preferencia hemos debido ocuparnos , no % otra religión ó creencia religiosa producirá nunca mas han dejado en las columnas de nuestro periódico el f que una religión nacional, cuya organización y unidad lugar que apctcciamos para justo elogio del señor aba- | si se conserva alguna apariencia de ella, se l i m i l a r á a l te Ravignan, presentando alguna noticia de sus elo- % recinto de un pueblo ó de un país. Una sola Iglesia cuentes y sabias conferencias. Muy dignas son de leer- I hay que merezca llevar y que lleve siempre consigo se y meditarse tas que principió este año el domingo g el admirable dictado de universal, de católica, porque p ""^ '«obrero en la iglesia de Mtra. S r a . , catedral de | en razón de su existencia y de su origen, de hecho y a r i s ; y ojalá no tarden en imprimirse. Mas e n t r e - | de derecho es ella sola por su naturaleza la unidad tanto y á ruego de uno de nuestros dignísimos seño- | religiosa y la sociedad espiritual del universo Marares ohispos, íacililamos á nuestros lectores la idea > villa realmente divina, y que no puede realmente vecoinpleta de una de ellas, que no dejará de ser útil f riticarse en el orden natural de la inteligencia y del en las actuales circunstancias para los que deseen r o - ? pensamiento Poderosa es la razón en que se funda »ocer las doctrinas que acerca del romano Pontífice ^ esta milagrosa existencia de la Iglesia como sociedad «o vacilan en publicar los católicos franceses, y me- f única en toda la tierra y dicha razón es el centro "Ws todavía los obispos de aquel reino en aprobarlas, g mismo de su unidad, quiero decir, el papado cen*alalidad es para nuesti-os mentidos galicanos, como '' tro del que todo debe salir, y al que todo viene á p a para nuestros ilusos políticos, la de querer ensayar | i-ar, aun desde los estreñios mas remolos centro en España teorías estrangeras, y para ello elegir siem- g de unidad tan esencial á la le, que el ser miembro del pre el tiempo en (jue ya eslan dcsacíeditadas aun en | cuerpo de la sociedad católica, consiste en permanecer Jos países donde se inventaron. | inviolablemente unido al gefe Soberano de la Iglesia, El orden de materias que M. Ravignan ha t r a t a - | al romano Pontiüce Este es l)oy el objeto de m i do este año en sus conferencias, es el siguiente: = " l . a | discurso: prcsenlar el soberano PouSillcado como cen*-'cristianismo es la Iglesia, ó esta es la existencia del S ' r o necesario de unidad. Muchos escritores alucinacristianismo. 2.-' Las pruebas irrefragables de la dlvi- | dos con los sistemas que preocupan sus ánimo.':. no "'fiad del cri.slianismo , son también pruebas irrefra- f temen decir que la supremacía espiritual del Papa y Sables de la divinidad de la Iglesia. 3.^ Autoridad so- $ la forma de la Iglesia como monarquía católica, p r i n "erana de la Iglesia. 4.a Infalibilidad de la Iglesia." S ripiaron bien cu Constantino, bien en Focas, ó ya en Demos ahora una idea csacta del plan de la 5 . ^ a | Cario Maguo, ó ya por último en San Gregorio Vil, * c u a l , como á las a n t e r i o r e s , concurrieron el d o - I en el siglo XI, lo cual es necesario convenir en q u e s e ? " " g o 28 de marzo los hombres mas distinguidos en P ría algo tardo Toda esa cuestión puede y debe r e l a r í s por su saber ó elocuencia; sintiendo, como s o - % ducirse á e.sta otra de origen. Considerando el P o n t i ''••emanera sentimos, la necesidad <le limitarnos al § ílca<lo soberano coaio centro de unidad católica ¿está estracto que de su discurso forma L'A mi de la leli- % desde su principio tan completamente idcntifuado t o a Sion, periódico de aquella corte, en su número 3,417 | el cristianismo y con la Iglesia, que formen lodas es^"e vamos ya á traducir.=5.''' coníercncia.=Ct7///o I tas cosas una sola institución? El establecimiento del "* Uniíluii. % cristianismo, de la Iglesia, de! poder supremo y ceuExoKDio.= "La Iglesia es la forma y la vida del | tral de los romanos Pontífices, ¿son una sola cosa, una ^»|olicismo; nació juntamente con el, lo con.serva y | institución única, de b misma naturaleza, deí mismo iiundc en todos los pueblos se estiende sin divi- | tiempo y del mismo autor? Esto es lo que se necesita 'l'se nunca y queda íntegra donde quiera su p r i - | examinar... Para ello hasta recurrir á le s monumentos •íxtiva organización y unidad Tan .solo la Iglesia | primitivos y contemporáneos; leerlos con meditación, y •'«aliza el eslraño fenómeno moral de una gran l a m í - | decidir.se luego no por h u m o r ni aun p e r entusiasmo, '* «^oiúpuesta de nacioucs las mas diícreutes «u eos- | sino por lo que solo dicte uu juicio recto c iniparcial*. 486 EL CATÓLICO. I l a b l í t r í con ánimo-tranquilo: asi lo Cíípcro, y que me' ' pueíjlo sas pacíficos y divinos Jocumfnros; aqiMira esforzaré en rC[M-im¡r fos vehementes alectos de mi barca era la de Pedro'. ¡Tierna y sagrada iriiagen, corazón hacia ese magcstuoso y divino poder; alegaré lección tierna y divina! Era la Iglesia ,. barra de Petestimonios y íícchos, y apelando luego ái vuestra d r o , que no puede perecer, donde siempre reina y desapasionatlai conciencia, vosotros juzgareis."' i CTrseña Jesucristo con los sucesores del pescador. A l guna vez parece cjuc el Sciior se d u c n n e , aun d u r a n PRIMERA PARTE. I te la terapeslad, pero á los clamores del marinero se t o s depositarios de la superioridaJ espiritual de i alza, y manda á los vientos y al mar que se apacila Iglesia eslableciilos tales para siempre, fueron Peilro i güe»-" y sus sucesores: este fue el centro- de la unidad católica i Prueba xcgiindn, "Indcpcndicnlc de Lis Kscrftuespeciatmenle instituida por Jesucristo; al que todos,, S r a s , es también cierta como hecho histórico la iu-sliasi pastores corno fieles,, dehian estar estrechamente l i - ^ lucion divina de S. Pedro como centro de unidad c r i s gados con vínculos de fe y de obediencia, l i é aqui el g liana y católica IJesde luego lo acredilati los votos hecho que nos proponemos demostrar, p de la antigifedad en Orienle. Eir el siglo IF llamaba Prueba primera. Muy dignas son de notarse las ^ Orígenes á Pedro f/ gran fnndamento, la piedra in^ cosas que nos refiere el Evangelio acerca de Pedro, i moble de la 1^'lesia. S. Atanasio cscribia asi al Papa Cuando Jesucristo lo viií por la primera ve», íe dijo;. | S. í'elix.- Lax columnas de la Iglesia cslán efmenla" T u eres Simón, hijo de Jonás y te llamarás Cefás,^ <, das ;x afirmadas sobre vos, que sois su fundamento^ palabra hebrea y siriaca que propiamente significa i S, J u a n Crisóstomo, comentando la magnifica p r o m e píedra, peíra En la ocasión en que Pedro confesó | sa dc{ Salvador, deci.t que el unwerso entero fue cjnsolemnementc que Cristo era hijo de Dios vivo le % fiado á Pedro: que este fue errado Pastor y gefe de añadió J e s ú s : "Bienaventurado eres S i m ó n , hijo de | toda la Iglesia. Unánimes son ios volos de Occidente Jonás..., T ú eres P e d r o , y sobre esta piedra edificaré g en proclamar la misma verdad. Tertuliano pregunta si se fe oculló algo á P e d r o , fundamento de la Igle-^ mí Iglesia, y las puertas del infierno n o prevalecerán contra ella. T e daré las llaves del reino de los cielosf ' sia que se iba á edificar S. Cipriano, que por u n y todo lo que ligares sobre la t i e r r a , ligado será en momento parece que disputaba alucinado, no la a u t o los cielos; y lodo lo que desatares sobre la tierra, seridad, sino el dictamen del Romano Pontífice, es uno r á desatado en los cíelos," También poco antes de de fos mas ardientes delensores de los derechos divinos SI» pasión, dijo J e s u s a P e d r o : " H e rogado por t i , de la Santa Sede. En su admirable libro de la Unidad que n o falte tu fe; y t ú , una vez c o n v e r t i d o , conde la Iglesia, es Pedro el gefe, el manantial, la raiz firma á t u s hermanos." P o r ú l t i m o , después de su de toda la Iglesia. Y escribiendo á Jubaiano, le diccr íesurrcccion le añadió; "Apacienta mis corderos, apa- i "La Igle.'sia, que es líiia, ha sido fundada por sentencíenla mis ovejas." A d e m a s , en las Sagradas escrilu- ' cia del Salvador sobre uno solo, que es quien ha r e ras se le reservan á Pedro varias prerogativas... Sien cibido las llaves." Leed á S. Gerónimo, S. Aguslin, .san pre se le nombra el p r i m e r o , y con frecuencia se le $ Ambrosio, á todos los P a d r e s , y frailareis siempre la designa claramente como el gefe, el príncipe de los | misma le, la misma unanimidad. Uno solo, dice S. GeApóstoles: para representarlos ó para instruirlos se % róiiimo, fue elegido entre tos doce para que constituido n o m b r a solo, omitiendo á los deroas.... es en las r e u - f gefe de ellos, se quitara toda ocasión de cisma... Pedro, níones el que se levanta y habla p r i m e r o : es el p r i - % añade S, Ambrosio, romo roca inmoble sostiene y llem c r o que en nombre de todos predica el Evangelio, % va sobre sí toda la pesada mole del edificio crístítrno.... San Pablo viene á verle á Jerusaten como á su supe- | S. Agustín afirma que Pedro se distingue de los d e r i o r , porque .según se espresan Ecuracnio, San J u a n ¿ mas por el prin>ado que recibió sobre ellos; por el Crisóstomo, San Ambrosio y San Agustín, era el o r a - 5 principado de su apostolado, superior á lodo epi.scoculo y el primero de los Apóstoles: Qiiia os erat » pado Eslo basta para que yo omila una m u t l i r u J Apostolorum et princeps. Colocó pues el Salvador á g de testimonios que sirven de protesta elocuenle en favor de la ciudad eterna, y para que sin detenerme en Pedro en uii grado gerárquíco enteramente distinto los innumerables volos de los monumentos que e n (íe! de los demás Apóstoles; porque todas estas g r a cierra , no describa el esplendor con que han celeves palabras y todTs estas prerogativas acumuladas brado tan elocucnlcmentc la supreinacia de Pedro lodeben significar algo Ellas prueban hasla la evidos tos siglos ¡Y cómo es que en el XIX hay homdencia que Pedro fue constituido el fundamento , el bres que no temen escribir, y otros que con imperSoberano y universal pastor de la Iglesia Corderos turbable sangre fría creen que Cario Magno ó S. Grey ovejas, es decir, fieles y obispos, como lo entendiegorio Vil inventaron la prerogaliva de S. Pedro, la ron Orígenes, San Ambrosio, San León, San E u c h e supremacía del soberano- Pontífice, ccniro espiriinal rio y otros, todo está sometido á la autoridad de P e d r o , todo cometido á su cuidado.... Se le entregan las ^ Je la unidad....! Por cierto que pasma, ¿diré lanía igItaves como á señor de la casa, como soberano de la ^ noraiicia, pues en esle punto hay mucha , ó lauta ceciudad.... Pedro fue pues realmente establecido centro % gucilad? Mas bien se coiiribe que del fondo de los c o único y soberano de unidad U n dia entra Jesús en razones ralólicos y de l,as convicciones de un espíritu una b a r c a , se sienta eu ella, y desde allí dirige al | cristiano, salga acorde y se eleve un acento de amor y EL CATÓLICO. enlusiasHio<]ue .exalte la gloria y ¡la dicha de estar Unido i i!n cAledi-a de Pedro:: ¿quiéu <le vosotros no recuerda las palabras lai> hermosas <\a.c dictaron los dos grandes corazones^ y taníLien grandes talentos de lenelon y Bossuet ? Auihos proteslal)an su entrañable amor 4 esta Iglesia r o m a n a . ¿Quei-eis saber por qué á ejemplo suyo .estamos eslrechaniente abrazados á esa piedra augusta, á ese .venerable i'uiidaraenlo de la u n i dad? Por(|ue .comprendemos los designios dei autor y consumador de jiuestra Je y creemos en su palabra § S g 1 g ,§ ,§ § g « divina/' S Esplanando el orador .esta idea, .conliaúa .con el g magníiico trozo sigu.icu.1^-: % "Vio ,Jesuci-isto que las olas tumultuosas de las g opiniones y de las ^pasiones se alzaban agrupadas con- -^ Ira la pureza de su docJíina y Ja unidad de su Igle- -^ S'a , y q^Í5o entonces dejar aquella inmoble roca en g niedio de las tempoiilades, que .fuese un abrigo segu- g ro é invencible en el que jen todo tiempo pudieracla- J Varse el áncora de la esperanza y de Ja salvación." ;Í "Bramarán en vano las tormentas y se .deseucade- % narau en vano loda.s las potestades enemigas : la pie- ^ ra misteriosa elevada é i n a l t e r a b l e , domina y apaci- J gua las aguas; y aunque se abriesen todas Jas puer- á as (lej abismo, no podfian prevalecer contra ella. Co- | locada á la vista de todos siempre aparece la misma, J y siempre protectora. El que á ella se dirige, encuen- | tra alli la calma y el fin de la tormenta. Este es ej Í lundaraentoque el Señor ha plantado: la misma I g l e - : Í la está construida sobre .cj, y poj- eso se mira eleva- § ^ eu la región de paz, de Juz y de verdad celestial, 'g Uios. ha prometido .habitar y velar siempre en el seno e ue su unidad. Cuando se llega á este puerto , ya han 1 desaparecido los peligros del viaje ; luego que se entra g ^u él , se descansa , y firmemente adherido á sus m u - •« rosincspuguables,el gozo é intimo consuelo que se es- § perimenta en apoyarse sobre Ja piedra angular, obli- 1 ga cntojices:á decir: "Bueno es permanecer aqui:" y se ^ '•epiten con gusto los,cánticos del profeta: "Aqui don-- J miré y descansaré en paz." Jn pace in idipsum .dar- ^ 'nútrn ef requtescam." LA SALVE. Salve Reina de los cielos Mas que el rayo del sol p u r a , Escogida criatura P a r a ser Madre de Dios: líe las gracias terrenales Eres Señora el emblema Y tu frente la diadema De las virtudes ci-ñó. Salve, Madre de d u l z u r a , Consuelo, esperanza y vida Del alma triste afligida Que tu piedad invocó. La fervorosa plegaria Oye Señora del liombre 487 Humilde invoca tu nombre Desde el valle del dolor. Que es el m u n d o , Madre mia., Valle de espinas sembrado Dó á vivir ffue tdesterrado iCon horrenda maldición. Donde sin cesar gemimos, Dó ,con los majes luchamos. Donde privados estamos D e la presencia de Dios. Mas para no ser vencidos En Jucha tan h o r r o r o s a . U n a mirada ;anMWiQsa Dirígenos por fa.vor. De Jesús i Ja presencia Llévanos cuando m u r a m o s , Y haz que alcanzar racrezcanvos D e tanta.cnJpa el perdón. Salve, criatura csenta Del original pecado, Madre de Dios humanado Que siempre virgen quedó. Los Querubes en el cielo Te aclaman clemente, pia, ¡Oh madre y virgen María;! -Oye también nuestra voz. Asístenos con t u gracia En este mundo falaz, Para ver con torva faz Su pompa y .vano esplendoi;. Asi puras .nuestras almas A Jesús ofreceremos, Y salves entonaremos En Ja celestial Sion. Toledo j febrero 16.dc Í 8 4 I . L. C. Y .SQÜ. EL P A D R E N U E S T R O . Padre n.ucstro que en la gloci» Desde lo eterno has m o r a d o , . T u nombre santificado .Siempre en la tierra será. Reinar.contigo anhelamos P a r a alabarte en el ciclo; Pero alli como en el suelo Hágase tu voluntad. De cada día el sustento • Concédenos h o y . Señor; A tus aras con fervor Rogándote el hombre está. Concede también propicio Al que perdone, perdón; Separa la tentación, Líbranos de todo mal. L. C. Y Sot. 488 EL CATÓLICO. EL AVE MARÍA, Dios te Salve Virgen llena De la gracia del Señor; Contigo es el Redentor Que el mundo viene á salvar. E n l r e todas las mugeres ..., Eres Señora bendita, Como lo es el Dios que habita E n tu seno virginal. ¡Oh Maria tal ventura! Solo á ti fue reservada; Y pues que siempre adorada E n cielo y tierra serás, Ruega por los pecadores Que ahora le invocan Maria Y de la Irisle agonía £ a el muniento falal. Me eleva en sus brazos, Y ardientes abrazos Me manda te dé. Contemplo de cerca T u frente donosa . ^ De donde la rosa > Tomó su color: Cual de t u s megillas T o m ó la mañana La nieve, y la grana, Y el blando fulgor. L. C. t SOL. EL GLORIA. Al Dio> P i J r e d e bondad, Al Dios Hijo gloria demos, Y á su Espirilu alabemos P o r toda una eternidad. Toledo 17 de febrero de I 8 4 I . L. C. y S o i . PAEA OFRECER EL lUES DE lUAYO Á LA V l R G E N . LETRILLA. T u vistes á Mayo De tantos p r i m o r e s , Matices y olores, Y gracias sin tin : Sin ti languidece La pompa y v e r d u r a , Frescor y hermosura Del prado y jardin. Pues dale 4 mi a l m a , ¡ O h l dale, bien m i ó , U n nuevo atavio. U n nuevo esplendor : De tantas virtudes Que forma tu o r n a t o , E n ella, un r e t r a t o Dibuje el amor. V. C. B . CORO. ¡Ayl Deja Maria ^ Mi gozo y mi bien, Que ciña de flores Tu candida sien, Al verme querido De tanta belleza, La dulce terneza Me obliga á gemir: En llanto de gloria Me miro deshecho, De gozo mi pecho Ni acierta á latir. Do quiera mi a l m a . Do quiera te m i r a , Y tierna s u s p i r a . Se abrasa en tu a m o r : Y si esos tus ojos E n mí fijar quieres. Con nuevos placcreí Se aumenta el a r d o r . Si bien eres Madre Del Verbo divino, T a n alto destino No a r r e d r a mi fe; A m o r que es audace AMJNCIO. Nuevo y propiamente Ejercicio cotidiano, con las oraciones que dice el sacerdote en la misa, puestas en latin y castellano, y otras varias para rezar mejor el santo Rosario, recibir los santos Sacramentos de la Penitencia y Eucaristía, y saberse manejar espiritual y temporalmente en el discurso de la vida: obrila sumamente útil é interesante, á 6 rs. en pasta o r d i n a ria y 10 en fina. Se vende en las librerías de Nuiícz y viuda de Paz. ADVERTENCIA. Los Sres. suscritores de las provincias, ciijo abono concluye en fin de este mes, se servirán renovarlo á tiempo si no quieren esperimentar retraso en el recibo de este periódico} acudiendo en ellas á las administraciones de correos y librerías señaladas, y en Madrid á la redacción situada en la calle de las Infantas, número 8 , cuarto segundo de la izquierda , ÚNICO PUNTO donde se admiten suscriciones. ^ EoiToa RESPOssABLE, F . F , F«R^AHDEz.—MADRID ; IMPRENTA DE E L CATÓLICO.