Facultad de Filosofía y Humanidades Departamento de Historia El proceso evangélico: Las Iglesias Evangélicas chilenas durante el Gobierno Militar 1973-1978 Tesina para optar al grado académico de Licenciado en Historia Licenciado: Jonathan Silva Bravo Profesora Guía: María Soledad Zarate Santiago de Chile 2012 Índice: Introducción: .......................................................................................................................................... 3 Capítulo 1: Las Iglesias Evangélicas durante el siglo XIX - XX ............................................. 8 Los Evangélicos en Latinoamérica y sus pretensiones políticas ........................................ 8 -El origen del culto Evangélico-protestante ............................................................................................. 8 -Evangélicos en América desde el siglo XVI ......................................................................................... 9 -Los evangélicos y la política marxista a comienzos siglo XX .............................................................. 11 La doctrina evangélica en Chile ................................................................................................. 15 -Las primeras comunidades evangélicas en Chile en el siglo XIX ......................................................... 15 -Los evangélicos y su inserción en la sociedad........................................................................................ 17 -La doctrina evangélica y su conciliación con los marxistas chilenos en el siglo XX. .............................. 20 -Los evangélicos y la Unidad Popular chilena ...................................................................................... 22 Conclusión de capítulo: Las primeras declaraciones de los evangélicos en el Gobierno Militar chileno..................................................................................................................................... 26 Capítulo 2: El inicio del Gobierno Militar y su relación con las iglesias chilenas .......... 28 La Junta Militar chilena y su búsqueda por la legitimidad ................................................ 28 -El martes 11 de septiembre de 1973 y la desinformación .................................................................... 28 -La importancia de una religión en el país ........................................................................................... 30 -La postura Católica frente a la Junta Militar .................................................................................... 32 La polarización de las Iglesias Evangélicas chilenas ........................................................... 37 -El origen del conflicto que motivó la polarización de las iglesias evangélicas .......................................... 37 -Asociación de Iglesias Evangélicas de Chile (AIECH) ...................................................................... 40 -Consejo de Pastores de Chile y el Centro Evangélico Nacional Coordinador de Actividades ................ 42 Conclusión de capítulo: Las condiciones que permitieron el diálogo entre las instituciones religiosas chilenas y la Junta Militar ................................................................................................. 46 1 Capítulo 3: Las actividades evangélicas durante el Gobierno Militar 1973-1978 .............. 49 Los evangélicos en la defensa del Gobierno Militar y en la ayuda ciudadana.............. 49 -Evangélicos en la defensa del Gobierno Militar .................................................................................. 50 -Evangélicos en la defensa ciudadana ................................................................................................... 53 -Los evangélicos en las actividades de reconstrucción ............................................................................. 56 Los beneficios y problemas de los evangélicos durante el Gobierno Militar ................ 60 -Los beneficios de los evangélicos .......................................................................................................... 60 -Los problemas de los evangélicos durante el Gobierno Militar ............................................................. 64 Conclusión de capítulo .................................................................................................................. 69 Conclusiones Finales ......................................................................................................................... 71 Bibliografía............................................................................................................................................ 77 Anexos .................................................................................................................................................... 84 Crecimiento de la población evangélica chilena en el siglo XX................................................................... 84 Informe realizado por las Iglesias chilenas para la UNELAM y las iglesias extranjeras ......................... 85 Constitución de la Asociación de Iglesias Evangélicas de Chile (AIECH) .............................................. 92 Iglesias precursoras del Consejo de Pastores de Chile, fundado el 12 de Julio de 1975. .............................. 94 Declaración de Navidad de las Iglesias Evangélicas ................................................................................ 95 Entrevista del Consejo de Pastores con el Presidente de la República realizada el 27 de agosto de 1975. ... 97 Carta dirigida al Presidente General Augusto Pinochet por representantes de las Iglesias Evangélicas chilenas, para resolver problemas de Libertad Religiosa. ........................................................................... 99 Carta dirigida a las Iglesias evangélicas de Chile, en respuesta por los problemas de Libertad Religiosa. ..104 Iglesias evangélicas chilenas registradas bajo una personalidad jurídica en la década de 1970 ..................105 2 Introducción: a presente investigación tiene por objetivo analizar los roles que desempeñaros las comunidades evangélicas chilenas, durante los primeros años del Gobierno Militar. En concretó, se busca describir y contrastar las prácticas y acciones eclesiásticas que conllevaron a la segregación y a la polarización de las iglesias evangélico-protestantes, en torno a lo conflictos político-sociales que se desarrollaron al interior la nación chilena, durante los primeros años del Gobierno Militar. Con la intención de orientar el desarrollo de esta investigación, se busca responder a la pregunta ¿Cuáles fueron los elementos que generaron la polarización de las iglesias evangélicas chilenas durante los primeros años del Gobierno Militar? Para responder a esta pregunta, en primer lugar, se ha determinado el origen de la doctrina ‘evangélica’ protestante en el continente europeo y su posterior penetración en el continente latinoamericano a mediados del siglo XIX, advirtiendo los principales elementos que la diferenciaron del culto católico-apostólico-romano. En segundo lugar, se han identificado las relaciones que se generaron entre las comunidades evangélico-protestantes chilenas, con algunas de las agrupaciones políticas del país, motivadas por las prácticas sociales que desempeñaron ambas instituciones en los estratos sociales más desposeídos de la nación, durante la primera mitad del siglo XX. En tercer lugar, se han reconocido las aspiraciones políticas y sociales que anhelaron las comunidades evangélico-protestantes chilenas desde la segunda mitad del siglo XIX hasta la década de 1970, motivados por las dificultades constitucionales y eclesiásticas que limitaban o interrumpían la práctica del culto evangélico a lo largo de toda la nación. Por último, se busca comprender las principales posturas políticas a las que adscribieron y defendieron las principales comunidades evangélicas chilenas, las cuales, posteriormente originaron la división y polarización del movimiento evangélico-protestante nacional, durante los primeros años del Gobierno Militar. 3 Para comprender cada uno de los objetivos señalados, la presente investigación se ha dividido en 3 capítulos, en los cuales, se han identificado las principales características que han constituido a los movimientos evangélico-protestante latinoamericanos y, en especial, el chileno, destacando los elementos esenciales que ayudarán a responder la pregunta de investigación. En el primer capítulo, se identifican las características del movimiento religioso impulsado por Martín Lutero denominado ‘Protestantismo’, para posteriormente mencionar las metodologías que utilizaron los misioneros protestantes para ingresar al continente latinoamericano. Inmediatamente después, se señalan las relaciones que conformaron las comunidades evangélicas-protestantes latinoamericanas con algunas instituciones políticas del continente, indicando algunos ejemplos que demuestren estas relaciones. A continuación se describe el ingreso de los protestantes al territorio nacional chileno, señalando las principales dificultades a las que se enfrentaron los evangélicos para comenzar a pregonar la doctrina religiosa en el país. Por último, se mencionan las relaciones que se forjaron entre las comunidades evangélicas y algunas agrupaciones políticas chilenas a finales de la década de 1920 y finales de 1973. En el segundo capítulo, se describen las problemáticas que importunaron el trabajo de los medios de comunicación de Chile durante los primeros meses del gobierno de la Junta Militar. Posteriormente se describe el rol que desempeñaron las instituciones eclesiástico para legitimar a las institución gubernamentales, con el objetivo de comprender el por qué las autoridades militares intentaron dialogar con los lideres del credo católico-apostólico-romano, durante los primeros días del alzamiento militar. Inmediatamente después, se describen los acontecimientos que motivaron a la iglesia católicaromana chilena a criticar y denunciar a las autoridades castrenses a comienzos de 1974. Simultáneamente, se describen las acciones que realizaron las comunidades evangélicas en la década de 1970, en relación a las autoridades del Gobierno Militar chileno, evidenciando la fragmentación y polarización que se había orquestado dentro de las instituciones evangélicas del país, a causa de los acontecimientos generados por la contingencia nacional. 4 Por último, se describen las actividades que realizaron las iglesias evangélico-protestantes chilenas, para contribuir al restablecimiento de ‘la paz y el orden institucional de la nación’ en las áreas políticas, sociales y economías del país durante la década de 1970. Consecuentemente, se señalan los beneficios, conjuntamente con los principales problemas y desafíos, que enfrentaron las comunidades evangélicas entre 1973 y 1978. Por consiguiente, la hipótesis que se intentará demostrar en esta investigación es: La polarización que se generó en el movimiento evangélico chileno durante el Gobierno Militar, se debió a los intereses políticos y sociales de las distintas iglesias evangélicas chilenas, orientadas por las interpretaciones de los textos bíblicos, y por los servicios sociales y de caridad que habían desarrollado y perfeccionado a lo largo del siglo XX. Para desarrollar esta investigación, se han utilizado, en primer lugar, diversos artículos de prensa publicados en los principales periódicos del país entre los años 1973 y 1978. Cada una de estas publicaciones, describen las declaraciones públicas que manifestaron instituciones religiosas más representativas de las comunidades evangélicas chilenas. Además, con estas publicaciones se logra conocer la representación de los evangélicos a nivel nacional. En segundo lugar, se han utilizado algunas revistas de predicación evangélica, publicadas entre 1967 y 1978. En estas revistas se indican los servicios sociales que desarrollaron las iglesias evangélicas del país, para ayudar con la mitigación de los problemas económicos y sociales que acongojaban a la nación, al mismo tiempo en que se señalan declaraciones emitidas por las líderes eclesiásticos del credo evangélico, en relación a las autoridades de gobierno. Por último, también se han utilizado diversos documentos editados por las principales comunidades evangélicas del país, los cuales aluden a la Constitución de las diversas instituciones evangélicas y ecuménicas, que fueron fundadas para salvaguardar y proteger la dignidad de los refugiados y perseguidos políticos del periodo. Además, con estos documentos, se logra apreciar la perspectiva que poseían los evangélicos sobre si mismas. Es necesario destacar que algunos de los documentos mencionados en la investigación también aluden a la creación de los programas de ayuda social y económica durante los primeros años del Gobierno Militar. Además, algunas de las fuentes más importantes han sido anexadas al final de esta investigación, con el objetivo de que el lector pueda corroborar la existencia de los documentos que han sido mencionados a lo largo de la investigación. 5 Por otro lado, en necesario aclarar que el protestantismo latinoamericano (especialmente el chileno), han sido temáticas profundamente abordadas por diversos especialistas sociólogos y teólogos a lo largo de todo el siglo XX. Para esta investigación, se han utilizado los textos de Prudencio Damboriena (1962), un famoso Jesuita misionólogo de origen español, que ha estudiado profundamente las labores misioneras alrededor de todo el mundo. También ha detallado minuciosamente la inserción de los protestantes al continente latinoamericano, describiendo incluso los impactos sociales que han generado estas instituciones eclesiásticas en las comunidades aborígenes y mestizas. Es de gran importancia comprender las investigaciones Prudencio Damboriena, dado que ha logrado recopilar una gran cantidad de información que vincula a los movimientos protestantes latinoamericanos con las principales asociaciones marxistas* del continente. Por otro lado, Ignacio Vergara (1962) se destaca por ser uno de los primeros investigadores en abordar la temática del movimiento evangélico-protestante chileno, durante la primera mitad del siglo XX. Sus investigaciones han demostrado el difícil camino que han recorrido los evangélicos para conseguir el reconocimiento religioso oficial ante las instituciones gubernamentales chilenas, y los obstáculos que han enfrentado los protestantes para expandir la doctrina entre los distintos estratos sociales del país. Además, las investigaciones de Ignacio Vergara también han orientado a la gran mayoría de los autores que han trabajado e investigado el protestantismo en Chile, por lo que se convertido en un material obligatorio para esta temática. Otro de los autores que han contribuido para el desarrollo de esta investigación, es sin lugar a duda Justino Gómez de Benito (1993). Si bien su rol principal ha sido la de ‘compilador’ de textos redactados por investigadores extranjeros, sus observaciones y anotaciones han orientado y contribuido a la comprensión de las relaciones que se generaron entre las agrupaciones marxistas* y las instituciones protestantes chilenas a lo largo de la primera y segunda mitad del siglo XX. El teólogo y economista laico, Jaime Escobar M. (1986), ha estudiado detalladamente el catolicismo-romano chileno durante el Gobierno Militar, destacando las acciones de ayuda y socorro que realizaron los laicos a través de las comitivas del Comité Pro Paz y la Vicaria de la solidaridad. A su vez, también describe y documenta las declaraciones que manifestaron los líderes católicos-romanos en contra de las autoridades de gobierno. 6 Por último, también se han utilizado las investigaciones realizadas por Humberto Lagos Schuffeneger (1977); uno de los investigadores más importante sobre el movimiento evangélico-protestante chileno a lo largo de todo el siglo XX. A pesar de que Lagos no ha profundizado sus investigaciones en las comunidades evangélico-protestantes de la primera mitad del siglo XX, sus estudios más importantes se remontan a las décadas de 1970 y 1980, es decir, durante el Gobierno Militar chileno. Las investigaciones de Humberto Lagos han orientado las investigaciones de diversos autores del protestantismo chileno durante la segunda mitad del siglo XX, dado que ha sido el primer investigador en identificar, informar y documentar la división, fragmentación y polarización que manifestaron las iglesias evangélicas chilenas, durante el Gobierno Militar en la década de 1970. En efecto, la presente investigación comprende y destaca los principales elementos que motivaron la fragmentación y polarización de las iglesias evangélico-protestantes del país, durante los primeros años del Gobierno Militar. Para lograrlo, se han considerado las prácticas y servicios sociales que han desarrollado y perfeccionado las comunidades evangélicas durante la primera mitad del siglo XX, comprendiendo a su vez, las interpretaciones bíblicas que motivaron sus posteriores declaraciones. * Si bien es un reduccionismo inadecuado el uso del concepto ‘marxistas’ para referirse a las tendencias políticas de carácter izquierdistas dentro del continente latinoamericano y chileno, el concepto de ‘marxistas’ ha sido utilizado en esta investigación debido a que la literatura y las fuentes consultadas lo han utilizado reiteradamente para referirse a este sector político en específico, por lo cual resulta de gran importancia conservar este enfoque conceptual. 7 Capítulo 1: Las Iglesias Evangélicas durante el siglo XIX - XX Los Evangélicos en Latinoamérica y sus pretensiones políticas En este capítulo se esbozará la trayectoria histórica del culto evangélico en el continente latinoamericano para comprender con mayor cabalidad el movimiento evangélico chileno durante la primera mitad del siglo XX. Para lograrlo, se describirá el origen del movimiento evangélico mundial y su inserción a las naciones latinoamericanas, para posteriormente explicar su afinidad por los movimientos políticos del continente. A raíz de lo señalado, se procederá a analizar a las comunidades evangélicas chilenas que se destacaron por su relación con las entidades políticas del país, entre la primera mitad del siglo XX y los primeros días del Gobierno Militar chileno en 1973. -El origen del culto Evangélico-protestante El 31 de Octubre de 1517, en las columnas de la Schlosskirche (‘Iglesia de Palacio’) en la ciudad de Wittenberg (Alemania), Martín Lutero clavó un manifiesto con 95 tesis que cuestionaban y criticaban a la iglesia Católica Apostólica Romana del aquel entonces, por haber desvirtuado la doctrina Cristiana que se encontraba plasmada en la santas escrituras.1 Esta situación generó que diversas comunidades religiosas, se alejaran del seno de la doctrina católica-romana, conformando nuevas congregaciones eclesiásticas que reformularon y replantearon las características que fueron consideradas indebidas dentro del credo católico-apostólico-romano. Lutero llamó a esta nueva doctrina religiosa como ‘la fe evangélica’, porque su interpretación bíblica estaba “acorde a las enseñanzas de las Sagradas Escrituras”,2 es decir, la nueva doctrina volvió a pregonar los evangelios que habían sido predicadas por los apóstoles de Jesús, y que habían sido olvidadas por los católico-romanos. Posteriormente en 1529, este movimiento religioso fue conocido con el término ‘Protestante’, porque estos grupos, literalmente, habían protestado ante los decretos anti-evangélicos que había promulgado el Emperador Carlos V. 1 Vincent Audin, Jean-Marie. “Historia de Martin Lutero: su vida, obras y doctrinas.” 6° edición. Madrid, España. Imprenta de la Regeneración, 1856. Passim. 2 J.R. Wehrli Romo, Juan. ‘Los orígenes de la Reforma’ En “Martín Lutero y Juan Calvino: su obra en la Iglesia Evangélica hasta hoy.” Santiago, Chile. Sociedad Bíblica Chilena. Pág. 12 8 Con el objetivo de evitar futuros conflictos con la iglesia católica-apostólica-romana y eludir sus acusaciones de herejía, los representantes de la fe evangélica sostuvieron que: “los reformadores (protestantes) no fundaron una iglesia nueva, sino [que] fueron los que mantuvieron a la iglesia de Cristo libre de la ruina; […] los católicos [fueron]los que se apartaron de la verdadera iglesia…”3 De esta forma, se intentó legitimar la creación de los nuevos grupos eclesiásticos a través del cisma católico, para recuperar los valores prístinos de la Iglesia Cristiana que habían sido tergiversados y/o destruidos a través de los siglos. Lo importante del movimiento protestante fue que no estuvo compuesto por una iglesia unificada y universal, como lo es el credo católico-apostólico-romano, sino que ha sido conformada por diversas de iglesias independientes que poseen algunas diferencias en la forma de profesar el credo. Lo característico de las iglesias protestantes, es que todas conservan las bases del fundamento difundido por Martín Lutero: la promulgación de las buenas noticias de Cristo a lo largo de todo el mundo. Por esta razón, diversas iglesias protestantes comenzaron a emigrar al continente americano para predicar y anunciar a las comunidades aborígenes (y colonas) los nuevos mensajes religiosos, a partir de la segunda mitad del siglo XVI. -Evangélicos en América desde el siglo XVI Cabe recordar que desde el descubrimiento de América a finales del siglo XV hasta mediados del siglo XIX, gran parte del continente americano conformaba parte del territorio del Reino Español. Después de que el rey Carlos I de España dictaminó al culto católico-apostólicoromano como la religión oficial a todos los nuevos territorios americanos, los cultos religiosos no-católicos estuvieron prohibidos durante los decenios subsiguientes, lo que dificultó la expansión de la doctrina protestante en los nuevos territorios coloniales. Una vez consolidada la independencia de gran parte de las colonias centro y sur americanas, los movimientos protestantes lograron ingresar a las nuevas repúblicas/naciones con el objetivo de pregonar las enseñanzas bíblicas que habían emergido previamente en el continente europeo. Este fenómeno marcó una nueva etapa de conocimiento eclesiástico en el continente, debido a que los habitantes lograron experimentar una nueva forma de relacionarse con el Dios Cristiano, generando un giro cultural en las sociedades hispanoparlantes, rompiendo los patrones de conocimiento religioso católico-romanos que deslindaba la vida de los creyentes. 3 Vergara, Ignacio. “El protestantismo en Chile.” Santiago, Chile. Editorial del pacifico S.A., 1962. Pág. 206 9 Como ya se ha mencionado, el protestantismo no es un movimiento religioso unificado, sino que está compuesto por una amplia gama de iglesias y doctrinas religiosas diferentes. Esta característica es muy importante tenerla en consideración para comprender el fenómeno protestante en América, dado que cuando se habla del ingreso del protestantismo al nuevo continente, se refiere al ingreso paulatino de algunas instituciones religiosas y no al movimiento protestante en su conjunto.4 Esta situación generó que cada una de las comunidades protestantes recurriera a distintos proyectos de asentamiento, para edificar las bases de las nuevas iglesias, lo cual influyó, posteriormente, en su forma de relacionarse con los habitantes y las autoridades políticas de la zona. Los principales proyectos de asentamiento fueron: En primer lugar, se encuentra el Proyecto Misionero. Son grupos cristiano-protestantes que se establecieron en el continente americano, mediante la creación de congregaciones que obedecían a iniciativas expansionistas de organizaciones religiosas-misioneras internacionales.5 En segundo lugar, se encuentran los Proyectos Privatistas. Se caracterizan porque fueron realizados por misioneros-extranjeros independientes que buscan crear un espacio social y jurídico para la fe que profesan.6 Una vez que concretaron su labor, el misionero vuelve a su país de origen. En tercer lugar, se encuentran los Proyectos Inmigracionistas. Se constituyeron por la fe evangélica que venía estructurada socialmente al interior de grupos trabajadores inmigrantes que llegaron a los países americanos como resultado de decisiones gubernamentales.7 En cuarto lugar, se encuentran los Proyectos Nacionales. Son comunidades religiosas que nacen a raíz de cismas o escisiones que se generaron en el seno de las comunidades religiosas de los proyectos anteriores.8 Esta situación de divisiones y desconfianza entre los profesantes, fue lo que ha generado el mayor número de iglesias evangélicas independientes a lo largo de todo el continente americano a partir del siglo XIX, gestando consigo un amplísimo espectro de comunidades religiosas que se autodefinen como ‘evangélicas’. 4 Damboriena, Prudencio. “El protestantismo en América latina.” Madrid, España. 1962. Passim. Lagos S., Humberto. “Los evangélicos en Chile: Una lectura sociológica.” Concepción, Chile. Ed. LAR, 1987. Pág. 16 6 Ibíd. 7 Por ejemplo, en Chile se invitó a diversas comunidades alemanas para trabajar en el país. Estas comunidades de trabajadores se encargaron de fundar las primeras Iglesias Luteranas en el territorio chileno. En: Ibíd. Pág. 17 8 Ibíd. 5 10 Por último, se encuentran los Proyectos Sectarios. Estas son agrupaciones religiosas que emergieron de las comunidades protestantes para conformar asociaciones del tipo ‘sectario’; es decir, sus líderes se preocupan de seleccionar y restringir a los miembros que componen sus agrupaciones elitistas.9 Lo importante de estas comunidades sectarias, es que a pesar de que mantienen un origen religioso proveniente de la tradición protestante, no son considerados dentro de las comunidades ‘evangélicas’ del mundo latinoamericano. Esta amplia heterogeneidad de proyectos protestantes, se han caracterizado por emplear numerosas metodologías de predicación y enseñanza de la doctrina religiosa en las comunidades no-creyentes. De igual forma, cada una de estas nuevas iglesias ha desarrollado y perfeccionado diversos métodos de ‘servicios sociales’ y/o de ‘caridad’, obteniendo distintas aproximaciones y relaciones con las poblaciones locales, generando, al mismo tiempo, distintas relaciones con las autoridades gubernamentales en las distintas regiones del continente. -Los evangélicos y la política marxista a comienzos siglo XX A finales del siglo XIX y comienzos del XX, las comunidades protestantes latinoamericanas, fueron blancos de la discriminación. Como ya se ha mencionado, la iglesia católica-apostólicaromana, mantenía la hegemonía religiosa en los territorios latinoamericanos, lo cual le posibilitaba criticar y cuestionar a las emergentes comunidades protestantes. Uno de los mayores obstáculos que enfrentaron los protestantes, fueron algunos decretos de las autoridades políticas de las regiones latinoamericanas, las cuales, obstaculizaron e interfirieron con las misiones evangelizadoras de las comunidades protestantes.10 Estas acciones provocaron en el seno de la doctrina protestante, un fuerte rechazo a las prácticas políticas conservadoras. Después de mucho esfuerzo y esmero, algunas congregaciones protestantes consiguieron a comienzos del siglo XX las autorizaciones gubernamentales necesarias para practicar la libre la predicación del culto religioso en las diversas regiones del continente. Estos privilegios rápidamente llamaron la atención de los grupos marxistas que comenzaban a asentarse en los territorios americanos, porque eran los requerimientos básicos que necesitaban para comenzar a expandir su ideología en la región, la cual a su vez, se vio interrumpida por los obstáculos impuestos por las autoridades conservadores del continente latinoamericano. 9 Sampedro Nieto, Francisco. “Pentecostalismo, sectas y pastoral.” Santiago, Chile. Conferencia Episcopal de Chile, 1989. Pág. 50-75 10 Por ejemplo, en Chile se prohibió el ejercicio público de la religión protestante. 11 La razón de este interés por parte de los primitivos partidos marxistas, se debió a que las principales autoridades de los gobiernos latinoamericanos de 1920, en efecto, ya habían pactado alianzas con las instituciones religiosas del catolicismo-romano, lo cual daba lugar para suponer que la consolidación de una alianza protestante-marxista sería la única forma de nivelar el escenario entre los extremos políticos latinoamericanos. Sir Kenneth George Grubb, un connotado misionero inglés, señala que una posible alianza entre las instituciones protestantes y marxistas hubiera sido un método que beneficiaría en gran manera a las comunidades protestantes, dado que permitiría prolongar la autonomía y la identidad de las iglesias que eran blanco de las críticas, y obstáculos, que promulgaban las autoridades católicas y políticas de las distinta regiones del continente. Por este motivo, Sir Kenneth menciona que: “Las tiranías económicas y militares se asocian con frecuencia con la iglesia dominante y tratan de destruir a la vez al comunismo y al protestantismo. El alinearse de una manera clara en las filas anticomunistas de los católicos equivaldría a defender a una iglesia que ha jurado la aniquilación de todos los grupos que le sean rivales, mientras que si la cooperación con los comunistas podría traer a la larga los mismos resultados, puede, al menos durante algún tiempo, dar al protestantismo la libertad que necesita.”11 Por consiguiente, Sir Kenneth hace un llamado a las comunidades protestantes latinoamericanas para que no rechacen a los marxistas que intentan adquirir una mayor representatividad en las naciones conservadoras del continente, sosteniendo que “no tenemos nada que temer a los gobiernos de la izquierda o a los movimientos del ‘Frente Popular’. Son los gobiernos de derecha los que, con la complicidad de la jerarquía católica, tienden a aplicar medidas discriminatorias en nuestra contra.”12 No obstante, pareciera ser contradictoria la conformación de una alianza entre los grupos protestantes-evangélicos y los prístinos partidos marxistas latinoamericanos de la primera mitad del siglo XX, debido a que estos últimos manifestaban un fuerte discurso anticlerical, aludiendo explícitamente que “la religión es el opio del pueblo”13 ; mientras que por el otro extremo, las comunidades protestantes sostenían que las temáticas políticas y religiosas no debían entremezclarse. 11 Bingle, E. J. y Grubb, Kenneth G. “World Christian Handbook”. London: World Dominion Press. 1949. Pág. 269 y sigs. 12 Bingle, E. J. y Grubb, Kenneth G. Op. cit. Pág. 91. 13 Dognin, Paul-Dominique. “Introducción a Karl Marx.” Bogotá, Colombia. Ed. Cedial, 1972. Pág. 85 12 El principal argumento que sostenían los religiosos para legitimar la separación de los organismos seculares y laicos, se encuentra en el libro bíblico del evangelio de Mateo (Mt. 22; 21) en el cual se plantea “…Dad pues a Cesar lo que es de Cesar y a Dios lo que es de Dios”, es decir, los asuntos religiosos deben desarrollarse dentro de las instituciones clericales, mientras que los asuntos gubernamentales deben manejarlos las autoridades competentes para el cargo. De hecho, entre los creyentes protestantes se encuentra muy arraigada la idea de que “al cristiano salvado, lo gobierna Jesucristo y no el Mundo.”14 (Cuando los protestantes se refieren a ‘el Mundo’, aluden a los vicios y tentaciones humanas, o en este caso, o la Política) Por este motivo, algunos líderes religiosos manifestaron tajantemente que los “[militantes] de una colectividad política debe abandonar su partido, una vez que se ha convertido al Evangelio.”15 Entre las décadas de 1930 y 1950, cientos de misioneros que se encontraban en el continente asiático, arribaron a la región latinoamericana para continuar con sus labores de predicación de la doctrina protestante. Lo interesante de estos nuevos misioneros, es que carecían de una ‘visión conservadora del credo’ como los misioneros europeos y norteamericanos, por lo que rápidamente interactuaron y trabajaron con algunos grupos marxistas que habían iniciado actividades de propaganda durante las décadas anteriores. Uno de los misioneros que llegó a predicar la fe protestante en América después de haber pregonado la doctrina en el continente asiático, escribe: “conversando con un líder marxista, descubrí que lo que él quería para su país, también lo mismo quería yo. Lo llevó a esta conclusión Marx, pero a mí el Evangelio me llevó a la misma conclusión.”16 Este tipo de pensamientos comenzaron a manifestarse a lo largo de todo el territorio latinoamericano en los años ulteriores, generando diversas agrupaciones y asociaciones que lograron asimilar las creencias religiosas protestantes y las posturas políticas marxistas, sin generar contradicciones que perjudicaran o entorpecieran el ejercicio de las instituciones. Uno de los primeros lideres latinoamericanos que simpatizó con las comunidades protestantes, fue el mexicano Benito Pablo Juárez García, quien los invitó a predicar su doctrina entre las comunidades criollas y aborígenes del país, para que les “enseñen a leer en vez de dejarles perder el tiempo encendiendo velas a los santos.”17 14 ‘¿Sois vuestros?’ En Revista “Sol de Justicia.” Santiago, Chile. Jun/Ago de 1967. Tennekes, Hans. “El movimiento pentecostal en la Sociedad chilena.” Santiago, Chile. Ciren, 1985. Pág. 43 16 Scopes, W., ed. “The Christian Ministry at Latin America and Caribbean.” London-Geneva: World Council of Churches. 1962. Pág. 197 17 Damboriena, Prudencio. Op. cit., Pág. 18 15 13 Inspirados por el ejemplo de Juárez, algunos importantes líderes de los movimientos izquierdistas del continente, se acercaron a las comunidades protestantes con el objetivo de conseguir la ayuda que necesitaban para concretar sus objetivos políticos a mediados del siglo XX. Por ejemplo, el fundador de la Alianza Popular Revolucionaria Americana (APRA), Víctor Raúl Haya de la Torre, fue uno de los grandes líderes políticos que colaboró con los movimientos protestantes del territorio peruano y latinoamericanos durante toda su vida política. Si bien los protestantes ocultaron sus vínculos con el APRA entre 1930 y 1940, años más tarde “no ocultaron que simpatizaban con sus dirigentes, actitud que se fortaleció durante los años treinta, cuando colaboraron abiertamente con los apristas algunos misioneros metodistas.18”19 Otro ejemplo se encuentra en Brasil, durante la década de 1930, donde diversos grupos protestantes que habían conformado grandes comunidades religiosas, colaboraron activamente con los movimientos de los jóvenes militares democráticos conocidos como ‘tenentistas’. El historiador brasileño Rui Ramos indica que “en la revolución de 1933 contra el régimen de Machado, participaron activamente los alumnos de los colegios protestantes, los simpatizantes del protestantismo y algunos reconocidos protestantes.”20 Ante esta extraña y confusa situación de ayuda y colaboración entre los grupos protestantes y algunos partidos de izquierda latinoamericana, Prudencio Damboriena señala que “el motivo de sus simpatías izquierdistas [por parte de los protestantes] no era el marxismo en sí, sino la necesidad de formar un frente único –con cualquier aliado que se presente— contra las pretensiones de la iglesia católica.”21 Esto significó que los acercamientos que se realizaron entre las comunidades protestantes y las agrupaciones marxistas, fueron alianzas temporales que intentaron nivelar la contienda en su lucha contra las instituciones católico-conservadoras. Sin embargo, la historia del protestantismo chileno no discrepa de las tendencias latinoamericanas. Las relaciones que emergieron entre los grupos políticos marxistas y algunas comunidades protestantes chilenas, no fueron un fenómeno único y excepcional en el continente americano, sino que, más bien, se enmarca en una tendencia generalizada dentro del continente. Sin embargo, a partir de septiembre de 1973, se generó un hito que irrumpió las tendencias políticas que habían manifestado históricamente el protestantismo chileno. 18 Los “Metodistas” son una de las denominaciones evangélicas. Bastian, Jean-Pierre. “Protestantismo y modernidad latinoamericana.” México. Fondo de Cultura económica, 1994. Pág. 173 20 Ramos, Rui. “A influencia do evangelismo na evolução do Brasil”. Río de janeiro, Brasil. Departamento da Imprensa Nacional, 1954.Pág. 345 - 347 21 Damboriena, Prudencio. Op. cit., Pág. 32 19 14 La doctrina evangélica en Chile A continuación se analizarán las principales características de las primeras comunidades protestantes chilenas que se asentaron en el territorio nacional, a mediados del siglo XIX, para posteriormente comprender su inserción y posicionamiento en los distintos grupos sociales que estructuran a la nación. De esta forma, se pretende comprender y reconstruir las posturas políticas a las que adscribieron las diversas comunidades evangélico-protestantes chilenas, desde la primera mitad del siglo XX hasta septiembre de 1973. -Las primeras comunidades evangélicas en Chile en el siglo XIX Autores como Bertil Svensson, representante de la Iglesia del Pacto de Suecia en los seminarios de la Universidad Bíblica Latinoamericana, plantea que las primeras comunidades protestantes chilenas “fueron invitados por el mismísimo Bernardo O’Higgins [en 1821]”,22 pero lamentablemente, no existe evidencia fiable y contundente que confirme esta aseveración. No obstante, el Jesuita Ignacio Vergara, el primer hombre en realizar un trabajo serio sobre el protestantismo chileno, menciona que las primeras comunidades protestantes ingresaron al país en distintas etapas o reformas a lo largo del siglo XIX junto con los inmigrantes alemanes, misioneros de las escuelas inglesas y norteamericanas.23 Es necesario recordar que el movimiento protestante no es un movimiento religioso unificado. Con cada interpretación de las escrituras bíblicas, se conformaron nuevos movimientos religiosos que hoy en día son conocidos como ‘reformas’. A su vez, cada una de las reformas conformó una amplia gama de comunidades religiosas que se diferenciaron entre sí mediante el uso de ‘ramas’ o ‘denominaciones’ (título o apelativo con el que se distinguen las iglesias evangélicas). Lo importante, es que todas estas reformas y denominaciones, forman parte del mismo Movimiento Protestante; “no pretendieron crear nuevas iglesias, sino renovar las iglesias oficiales”.24 Entonces, cada vez que se aluda al concepto de ‘denominaciones evangélicas’, se estará aludiendo a las distintas ramas que emergieron de los movimientos protestantes que llegaron al país con los distintos proyectos de asentamiento que fueron anteriormente mencionados. 22 Svensson, Bertil. ‘El desarrollo de las iglesias evangélicas y las relaciones ecuménicas.” En: Gómez de Benito, Justino. “Iglesia y sociedad en Chile: 500 años después de Colon y dos años después de Pinochet.” Uppsala, Suecia. Universidad de Uppsala, Facultad de Teología. Pág. 37 23 Vergara, Ignacio. Op. cit. Passim. 24 Sampedro Nieto, Francisco. Op. cit., Pág. 45 15 La primera reforma protestante que llegó a chile durante la primera mitad del siglo XIX, introdujo al país las denominaciones Anglicanas, Luteranas y Presbiterianas. Estas iglesias son conocidas como las fundadoras del pensamiento protestante chileno, porque iniciaron el movimiento evangelístico en el país. Posteriormente, a finales del siglo XIX, ingresó la segunda reforma protestante, la cual fundó las bases de las denominaciones Metodistas. Por último, durante las primeras décadas del siglo XX, arribaron las iglesias protestantes de la tercera reforma, trayendo consigo las denominaciones Pentecostales, las cuales rápidamente se convirtieron en las iglesias protestantes más numerosas durante la primera mitad del siglo XX.25 Es necesario mencionar que las iglesias de las comunidades de Mormones, Testigos de Jehová, los Christian Science, entre otras, a pesar de haber sido conformadas bajo el movimiento protestante, no son consideradas como parte de las denominaciones evangélicas del país, dado que, en palabras de Humberto Lagos, “estas, de ninguna manera tienen un acervo doctrinario que las ubique en alguna relación con los movimientos de reformas [chilenas, dado que poseen una doctrina] cuasi sacrílegas.” 26 Se sabe con certeza que las primeras reformas protestantes que ingresaron al país, fueron las lideradas por las iglesias anglicanas, luteranas y presbiterianas, pero no sabe con exactitud cuándo y dónde fueron sus primeros asentamientos. Esto se debe a que en la Constitución Política Chilena de 1833 quedó estipulado que “se reconocía al catolicismo como la única forma religiosa válida y aceptada, excluyendo el ejercicio público y privado de cualquier otra, particularmente de la ‘herejía’ protestante.”27 Incluso Paul Irven, investigador del protestantismo chileno y latinoamericano, menciona que “desde la fundación de la república de Chile hubo un decreto que prohibía la lectura y distribución de las escrituras impresas por las Sociedades Bíblicas [protestantes]”.28 Esto significó que los primeros protestantes chilenos, tuvieron que ingresar al país clandestinamente, ocultando su presencia y sus actividades de predicación durante varias décadas. Pero lo que sí se sabe con certeza, es que la primera denominación protestante que tuvo una importante misión para la inserción del protestantismo en el país, fue la Presbiteriana. Esta iglesia fue la primera institución religiosa que luchó por conseguir reconocimiento e igualdad para los cultos religiosos no-católicos, obteniendo excelentes resultados. 25 Vergara, Ignacio. Op. cit. Passim. S., Humberto. “Relaciones Iglesias evangélicas-gobierno, Chile 1973-1976.” Tesis (Ciencias Del Desarrollo, mención Teología). Santiago, Chile. ILADES., 1977. Pág. 29 27 Lagos S., Humberto. (1987). Op. cit. Pág. 17 28 Irven, Paul. “Un reformador Yanqui en Chile.” Santiago, Chile. Iglesia presbiteriana de Chile, 1995. Pág. 133 26 Lagos 16 En 1865 la comunidad presbiteriana chilena, logró entablar un diálogo con el entonces Presidente de la República don José Joaquín Pérez, obteniendo como resultado, con la ayuda del Ministro de Relaciones Exteriores y Culto don Federico Errázuriz, la reformulación de la Constitución Nacional de Chile en cuanto a los asuntos de materia religiosa, para permitir la libre profesión del culto protestante y otras religiones, consiguiendo una nueva edición de los principales decretos de la materia religiosa: Artículo 1.- Se permite a los que no profesan la religión Católica… el culto que practiquen dentro de su recinto de propiedad particular. Artículo 2.- Es permitido a los disidentes fundar y sostener escuelas privadas para a enseñanza de sus propios hijos en las doctrinas de su religión.29 Gracias a la edición de estos decretos, las comunidades evangélicas lograron practicar sus costumbres religiosas, pese a las críticas y oposición que manifestaron los representantes de la doctrina católica-apostólica-romana en el país. Ignacio Vergara agrega que la iglesia presbiteriana también comenzó a fomentar “la formación de una nueva congregación con elementos chilenos”.30En palabras del Padre Francisco Sampedro, los presbiterianos fundaron las bases para crear una comunidad religiosa que “presentara el evangelio en el lenguaje popular, identificándose con la lengua del pueblo, tanto en la predicación-testimonio como en el culto”,31 facilitando la expansión de la fe protestante en las comunidades rurales y urbanas del país. -Los evangélicos y su inserción en la sociedad Leyton y Montt mencionan que finales del siglo XIX y comienzos del siglo XX, las comunidades religiosas del país, tanto protestantes como católicas, en efecto, desempeñaron “un rol filantrópico, expresado en donaciones de dinero o bienes materiales, por lo que fue conceptualizada como una forma de intervención distinguida como Caridad.”32 No obstante, la Caridad ofrecida por el culto católico-romano y las comunidades evangélicas fueron sustancialmente diferentes. Por ejemplo, la iglesia Católica-romana de la segunda mitad del siglo XIX se centraba en la creación 29 ‘Boletín de Leyes i Decretos del Gobierno 33’, 1865, pág. 200. En: Salinas Araneda, Carlos. ‘Avance para una bibliografía de Derecho Eclesiástico del Estado de Chile.’ En ‘Revista de Derecho de la Universidad Católica de Valparaíso.’ Vol. XXI, Valparaíso, Chile, 2000. Pág. 132 30 Vergara, Ignacio. Op. cit. Pág. 41 31 Sampedro Nieto, Francisco. Op. cit., Pág.48 32 Leyto, Daniel y Montt, Cristóbal. ‘Caridad, beneficencia y asistencia social: del trabajo voluntario al trabajo remunerado en el campo de la intervención social en Chile.’ En “Revista electrónica e-l@tina.” Volumen 6, N°23 abr/jun 2008. Pág. 18 17 de “hospitales para ambos sexos […], [asilos] que están en obra para eclesiásticos desvalidos, hospicios para ciegos y baldados, albergues para sordos-mudos, para dementes, para mujeres desamparadas y para forasteros peregrinos, […] y para socorrer a los enfermos indigentes, y despenserías públicas para llevar a domicilio los auxilios que hayan menester los pacientes vergonzantes.”33 Sin embargo, las comunidades evangélicoprotestantes, si bien no disponían de tan cuantiosos presupuestos como los católico-romanos, centraron sus acciones de Caridad, ofreciendo “una respuesta comunitaria al problema del desarraigo y la desorientación producida por las crisis sociales.”34 En otras palabras, las comunidades evangélicas ofrecieron una ‘ayuda espiritual’ y ‘fraternal’ en los sectores más desposeídos de la sociedad, utilizando como herramienta la predicación de la doctrina mediante el uso del lenguaje popular. El aprendizaje del lenguaje popular, sumado a la exigua jerarquización de las comunidades protestantes (en comparación con las jerarquías de la iglesia católica-apostólica-romana), ofreció a los sectores más bajos de la sociedad “la posibilidad de una relación o acceso directo a Dios, sin la mediación de un clero cultural y socioeconómicamente distante.”35 De esta forma, las comunidades protestantes logran ofrecer, en palabras de Carmen W. Galilea, socióloga experta en investigaciones religiosas chilenas, “la certidumbre de la salvación, la seguridad de la comunidad y cierta forma de dignidad humana […], [aparecen] como un paliativo en el estado anómico de las masas populares.”36 Por este motivo, José Carlos Mariátegui, escritor, periodista y sociólogo peruano, señala que “el protestantismo no consigue penetrar […] por obra del espíritu religioso [en las comunidades más necesitadas], sino [que es por] sus servicios sociales.”37 En otras palabras, se puede conjeturar que mientras mayor sean las necesidades que requieran los sectores marginales de la sociedad, las cuales no hayan podido ser completamente resueltas por las acciones de caridad de la iglesia católica-romana, las comunidades evangélicasprotestantes tendrán una mayor posibilidad compenetrar y expandir su doctrina religiosa. Por consiguiente, se entenderá que la Caridad ofrecida por las instituciones religiosas, tendrá distintos significados para la doctrina católica-apostólica-romana chilena y para las comunidades evangélico-protestantes del país. 33 De Mora, José Joaquín. “Código Civil Chileno.” En: Anales de la Universidad de Chile. Tomo XXII, primer semestre 1963. Pág. 345-346 34 Sampedro Nieto, Francisco. Op. cit., Pág.48 35 Ibíd. 36 Galilea W., Carmen. “Movimiento pentecostal e iglesia Católica en Medios Populares.” Santiago, Chile. Centro Bellamarmino. Departamento de Investigaciones Sociológicas, 1984. Pág. 12 37 Mariátegui, José Carlos. “7 ensayos de interpretación de la realidad peruana.” Ayacucho, Venezuela. Fundación Biblioteca, 2006. Pág. 160 18 Por otro lado, las acciones de Caridad entre las instituciones religiosas, también se diferencian por su financiamiento. Enrique Correa menciona que es sabido que los servicios sociales ofrecidos por la iglesia católica chilena “dependen, en gran medida, de la ayuda externa para el normal funcionamiento de sus instituciones como para las obras de emergencia,”38 dado que los aportes monetarios donadas por los propios miembros de la comunidad católica chilena, no son lo suficientemente contundentes como para financiar los proyectos sociales de la Iglesia. Por el contrario, los servicios de ayuda social y/o espiritual, sumado a los diversos proyectos de predicación39 que ofrecen las distintas denominaciones evangélicas chilenas, han sido financiadas a través de los aportes voluntarios que realizan los propios miembros de la comunidad. En el año 1925, bajo el mandato del presidente Arturo Fortunato Alessandri Palma, en el Art.10 N°2 de la Constitución Chilena40, las comunidades evangélicas adquirieron el reconocimiento legal necesario para practicar sus actividades religiosas sin ningún tipo de impedimento constitucional, permitiendo de esa forma la penetración del culto protestante a todas las esferas sociales del país. Por otro lado, la reforma de la Constitución Política de 1925, entre otras materias, también “establece el principio de las corporaciones de derecho privado, que permite, mediante el expediente de concesión de personalidad jurídica (PJ), que las iglesias evangélicas alcancen el reconocimiento legal, aunque no la plena igualdad con la Iglesia Católica”.41 Esto significó, entre otras cosas, que la fundación de las nuevas ‘denominaciones evangélicas’, se constituirían bajo el amparo de la legalidad chilena, sin miedo a ser perseguida o discriminada por otras instituciones eclesiásticas o por otros miembros de las comunidades religiosas del país. Esto permitió que en las décadas subsiguientes, se fundaran progresivamente nuevas iglesias y denominaciones protestantes. Este progresivo aumento de instituciones religiosas, generó más de 300 iglesias evangélicas-protestantes con personalidad jurídica diferentes en el país –por lo menos hasta 1970–, lo cual significó la imposibilidad de agrupar al movimiento protestante-evangélico chileno, bajo una misma categoría religiosa. 38 Correa, Enrique y Viera-Gallo, José. “Iglesia y Dictadura.” Santiago, Chile. CESOC, 1986. Pág. 76 Algunos de los proyectos de Predicación evangélica han sido la creación de diversas revistas y folletos, el uso de señales radiales durante la segunda mitad del siglo XX, y la visita a diversas instituciones hospitalarias y carcelarias. 40 Constitución Política de Chile, 1925; Art. 10, N°2: ‘La manifestación de todas las creencias, la libertad de conciencia y el ejercicio libre de todos los cultos que no se opongan a la moral, a las buenas costumbres o al orden público, pudiendo, por tanto, las respectivas confesiones religiosas erigir y conservar templos y sus dependencias con las condiciones de seguridad e higiene fijadas por las leyes y ordenanzas.’ 41 Sierpe, Diego. ‘Ni Bendito ni maldito: Los evangélicos entre la democracia y el Fascismo.’ En: Gómez de Benito, Justino. “Iglesia y sociedad en Chile: 500 años después de Colon y dos años después de Pinochet.” Uppsala, Suecia. Universidad de Uppsala, Facultad de Teología. Pág. 80-81 39 19 -La doctrina evangélica y su conciliación con los marxistas chilenos en el siglo XX. A medida que aumentaba el número de denominaciones evangélicas en el país durante la primera mitad del siglo XX, también aumentaron las comunidades religiosas que trabajaron para ayudar a los sectores sociales más desposeídos. Lo interesante, es que en estos mismos grupos sociales se encontraban “los respaldos sociales tradicionales de la izquierda: los sectores de obreros y la clase baja de la era industrial”.42 En otras palabras, las comunidades evangélico-protestantes, desarrollaron sus trabajos de ayuda social, en los estratos sociales que tradicionalmente habían apoyado a los prístinos partidos de izquierda del país. Las denominaciones evangélicas que no lograron recaudar los recursos suficientes para continuar con los servicios de ayuda social durante la primera mitad del siglo XX, se sintieron obligadas a conformar agrupaciones, asociaciones y confraternidades para complementar sus actividades de Caridad. Esta situación generó, en palabras de Diego Sierpe, investigador del movimiento evangélico chileno, un “sector evangélico más sensibilizado por la problemática económicasocial, [la cual] fue impermeable a la propaganda norteamericana (…) y persistió su acercamiento al socialismo, al que veía como la única alternativa válida para el cambio de estructuras que el pueblo deseaba, y que valorizaba como el único instrumento eficaz para terminar con las injusticias de este mundo.”43 La vinculación entre las entidades marxistas y algunas comunidades evangélico-protestantes, comenzaron a visibilizarse durante los primeros años de la década de 1930, debido a que en este periodo comenzaron a constituirse las primeras denominaciones evangélicas que poseían un origen directamente popular. En 1932 nació una entidad pentecostal denominada ‘Misión Evangélica Nacional’ (MEN)44, la cual se destacó, en palabras de Luis Orellana, por la “unidad de sus múltiples y carismáticos líderes de origen popular […], convirtiéndose en la primera iglesia auténticamente nacional.”45 De esta forma, se conforman las primeras iglesias protestantes con un mayor espíritu sensibilizado por la problemática económica-social, lo cual contribuyó a que los miembros de la MEN tuvieran un mayor acercamiento a las asociaciones marxistas chilenas. 42 Hillebrand, Erns y Lanzaro, Jorge. ‘La izquierda después de la tercera vía.’ En: “La izquierda en América Latina y Europa: nuevos procesos, nuevos dilemas.” Friedrich Ebert Stiftung: Análisis y Propuestas. Octubre 2007. Pág. 7 43 Sierpe, Diego. Op. cit. Pág. 88 44 Los fundadores de la Misión Evangélica Nacional (MEN), provienen de la Iglesia Metodista Pentecostal, Iglesia Metodista Episcopal, Iglesia Presbiteriana, Iglesia del Señor, Misión Wesleyana Nacional, e Iglesia Evangélica de los Hermanos. 45 Orellana, Luis Alberto. “Fuego y Nieve: Historia del Movimiento Pentecostal en Chile: 1909-1932.” Concepción, Chile. CEEP Ediciones. 2005. Tomo 1. Pág. 98 y 102 20 El trabajo realizado por las instituciones políticas marxistas, en conjunto con las comunidades evangélico-protestantes, no fue meramente especulativo o teórico. De hecho, no es extraño encontrar líderes religiosos que colaboraron en las actividades realizadas por los partidos de izquierda en el país. Diego Sierpe destaca que “en 1933, el Pastor Víctor Manuel Mora (fundador de la Misión Wesleyana Nacional) participó en la fundación del Partido Socialista de Chile, en la zona del carbón, llegando a ser su Secretario Seccional, luego, presidente del Frente Popular, culminando su servicio político, como Regidor de la comuna de Coronel.”46 Por tanto, las relaciones que se fueron generando entre ambas instituciones, fueron relaciones activas que se manifestaron por la presencia de los miembros más importantes de la comunidad en las actividades de sus asociados. Por el contrario, también existieron diversos líderes de los partidos marxistas chilenos que participaron en las reuniones de las iglesias evangélicas, durante la primera mitad del siglo XX. Esto se debe a que los marxistas manifestaron un profundo interés por la organización y administración de las iglesias protestantes chilenas, las cuales generaban un alto impacto en algunos sectores sociales del país, a pesar de ser comunidades reducidas y con escasos presupuesto. De hecho, W. Stanley Rycroft, uno de los misioneros y defensores de los movimientos protestantes en América Latina más importantes del siglo XX, menciona que “en Chile, los comunistas están muy bien dispuestos respecto del protestantismo; aun se dice que han aprendido de nosotros sus métodos; algunos de sus miembros pertenecen a nuestras iglesias.”47 Los marxistas sabían que las comunidades evangélicas compartían los mismos intereses sociales, por lo tanto supusieron que la mejor forma de concretar sus objetivos era la colaboración y sincronización en sus actividades sociales. Pero en general, la mayoría de los fieles evangélicos seguían considerando que los asuntos religiosos y políticos debían mantenerse distanciados. Diversos lideres evangélicos sostenían que “debemos estar atentos y velando para afrontar el gran peligro de la indiferencia propia y el excesivo interés por los asuntos de esta vida.”48 Evgenia Fediakova, connotada investigadora del Instituto de Estudios Avanzados (IDEA), menciona que algunas denominaciones más radicales, como las Pentecostales, castigaron “la actividad política partidista con la expulsión de la iglesia y la marginación de la comunidad religiosa”.49 46 Sierpe, Diego. Op. cit. Pág. 86 Rycroft W., Stanley. “Latin America Report”, New York, United States. 1947. Pág. 17 48 ‘El peligro de la Iglesia.’ En Revista “Sol de Justicia.” Santiago, Chile. Nov/Dic de 1967. 49 Fediakova, Evguenia. ‘Separatismo o participación: Evangélicos Chilenos frente a la política’. En “Revista de ciencia política” / Instituto de Ciencia Política, Pontificia Universidad Católica de Chile. (Santiago, Chile). Vol. XXI, no.2 (2002), p. 32-45. Pág. 34 47 21 Sin embargo, muchos miembros de las iglesias evangélicas continuaron manifestando su descontento frente a la separación obligatoria entre las militancias políticas y religiosas, argumentando que ambas eran necesarias para continuar con la misión evangelizadora que Dios les había encomendado. Por esta razón, Michael Nausner, profesor de Teología Sistemática en la Universidad Teológica de Reutlingen (Alemania) e investigador del protestantismo chileno, menciona que “repetidas veces, el legado social ha conllevado un compromiso con los pobres, tanto de palabra como de hecho. Pero nunca ha logrado realmente dar cabida en la iglesia a las formas de vida social de los estratos inferiores. […] [Por eso] un grupo de pastores hizo énfasis en la responsabilidad social de los cristianos y manifestó simpatía con ideologías socialistas.”50 Nauser intenta demostrar que los marxista y los protestantes intentaban mejorar el problema social, pero de formas diferentes. Incluso Fediakova plantea que los marxistas no representaban ninguna amenaza para las comunidades evangélicas, dado que “el mayor peligro para los valores cristianos proviene de la Europa relativista, moderna y secularizada, introduciendo el caos valórico y multiplicidad de verdades que dividen a la humanidad.”51 -Los evangélicos y la Unidad Popular chilena En las elecciones presidenciales de 1964, el partido político Demócrata Cristiano52 llegó a la jefatura de gobierno con el candidato presidencial Eduardo Frei Montalva. Lo interesante de este acontecimiento, fue que demostró a la sociedad chilena que el apoyo eclesiástico de la doctrina católica-apostólica-romana, podía influir significativamente en los resultados obtenidos en las urnas, dado que los democratacristianos consiguieron el 56,09% del total de los votos escrutados, a pesar de que la sociedad se encontraba políticamente polarizada. En las siguientes elecciones presidenciales, algunas denominaciones evangélicas imitaron el ejemplo de los socialdemócratas, y en 1970 apoyaron abiertamente al candidato socialista. De hecho, Diego Sierpe, un investigador de la temática evangélica, sostiene que “los pastores Osvaldo Herreros y Eduardo Picero, llamaron a sus hermanos en la fe, a adherir a la campaña presidencial de la UP, apoyar a su programa, constituir comités electorales y votar por Salvador Allende.”53 50 Nausner, Michael. ‘Historia de la Iglesia Metodista Chilena.’ En: Gómez de Benito, Justino. “Iglesia y sociedad en Chile: 500 años después de Colon y dos años después de Pinochet.” Uppsala, Suecia. Universidad de Uppsala, Facultad de Teología. Pág. 46-47 51 Fediakova, Evguenia. (2002). Op. cit. Pág. 34 52 El Partido Demócrata Cristiano es un partido político que reúne a los grupos influidos por las encíclicas sociales de la Iglesia católica que forman parte de la Doctrina Social de la Iglesia, fundado en 1957. 53 Sierpe, Diego. Op. cit. Pág. 89 22 En un gesto de agradecimiento, el presidente Salvador Allende intentó implantar algunas reformas políticas en su programa de gobierno para reivindicar a los evangélicos del país, ofreciéndoles un reconocimiento para elevarlos a la posición de ‘la segunda religión oficial de Chile.’ Sierpe menciona que el primer paso para lograr este objetivo fue incorporar al programa de la UP algunas reformas “que contenían la promesa de la Escuela Nacional Unificada (ENU); el proyecto de un modelo educativo que, además de modernizar los programas de estudio de la educación chilena, terminaba con los privilegios docentes de la Iglesia Católica y las clases obligatorias de su religión.”54 De esta forma, los partidarios de la UP lograron conseguir el apoyo de algunos grupos evangélicos, demostrando que las alianzas entre las facciones marxistas y evangélicas eran posibles de efectuarse en Chile, al igual como se había llevado a cabo en el resto del continente. No obstante, desde una perspectiva cuantitativa, el apoyo otorgado por las comunidades evangélicas no fue realmente una ayuda decisiva para ganar las elecciones de 1970. A finales de la década de 1960 la población que profesaba el credo evangélico-protestante, apenas representaba el 6,1% (porciento) del total de los chilenos (Anexo N°1) con todas las denominaciones evangélicas que existían en aquel entonces. En 1971, el investigador y sociólogo Hans Tennekes, realizó una investigación cuantitativa sobre los intereses políticos que representaban a las comunidades evangélicas Pentecostales55 del país. Los resultados demostraron que los evangélicos se identificaban con los partidos que componían el espectro político de centro-izquierda; Democracia Cristiana y la Unidad Popular, respectivamente. Estos resultados sorprendieron al propio Tennekes, dado que “llama la atención el alto porcentaje de pentecostales que vota por colectividades marxistas, pese a que está muy arraigada la idea de que un cristiano56 no debe favorecer a aquellas.”57 Teniendo en cuenta las tendencias políticas de las comunidades evangélicas que demuestra la investigación de Tennekes, se puede concluir que el apoyo que otorgaron las comunidades evangélicas al candidato Salvador Allende no fue mayoritario dentro del credo, dado que varios grupos evangélicos más conservadores, temieron al ‘discurso ateísta’ que representaron los marxistas, por lo que en 1970 se inclinaron por apoyar a los democratacristianos. 54 Ibíd. Tennekes estudia a las denominaciones pentecostales de Chile, porque son las comunidades evangélicas más numerosas dentro de la amplísima gamma de iglesias evangélicas en el país. 56 Tennekes se refiere a los ‘Cristianos’, generalizando a las iglesias protestantes y católicas, entre otras. 57 Tennekes, Hans. Op. cit. Pág. 56 55 23 Por lo tanto, el apoyo evangélico no fue decisivo para triunfar en las elecciones presidenciales de 1970. No obstante, la investigación de Tennekes permite comprender que un porcentaje considerable de los evangélicos, en efecto, apoyaron a los partidos marxistas del periodo. De hecho, la historiadora e investigadora de las temáticas político-religiosas, Evgenia Fediakova, concluye que “[algunos] sectores […] significativos de la Iglesia Metodista Pentecostal,58 han apoyado al gobierno de Allende, considerando que su mensaje era muy cercano a ellos y que su programa podía defender a los pobres, marginados, débiles y minoritarios, con los cuales se identificaban.”59 Cuando Salvador Allende asumió la jefatura de gobierno, proclamó ante todas las comunidades religiosas del país que “yo no soy presidente sólo de los católicos sino de los evangélicos también.”60 El historiador Dr. Mario Garcés Durán menciona que para demostrar su proclamación, Allende se reunió con el obispo de la Iglesia Luterana, Helmut Frenz61, para solicitar su ayuda para organizar la acogida de “los refugiados latinoamericanos que llegaban a Chile, huyendo de sus países gobernados por dictaduras militares.”62 De hecho, el propio Frenz menciona en una entrevista que “el presidente Allende convocó a las iglesias exponiendo el problema y nos hicimos cargo.”63 Esto demostró que las comunidades luteranas estaban dispuestas a colaborar y ayudar al líder socialista. Frenz menciona que Allende también intentó reducir la brecha entre la legitimidad entre las instituciones religiosas del país, por lo que desde 1971 “se [celebró] [el] Te Deum ecuménico.64 Allende quiso que en lo posible participaran muchas iglesias en este culto de intercesión.”65 De esta forma, se intentaba reflejar el compromiso de colaboración que se había forjado entre las instituciones políticas izquierdistas y las comunidades protestantes durante las décadas anteriores, invitando a todos los cultos religiosos del país a participar en una actividad religiosa oficial y nacional. 58 Evgenia Fediakova estudia a la Iglesia Metodista Pentecostal de Chile, porque esta es la Iglesia más representativa de la comunidad evangélica chilena. 59 Fediakova, Evguenia. (2002) Óp. cit., Pág. 34. 60 Sepúlveda R., Lucia. ‘Helmut Frenz: “Soy del Partido de los oprimidos y torturados”.’ En “Revista Punto Final.” Edición N° 547, del 4 al 17 de Julio, 2003. 61 Helmut Frenz (1933-2011), Pastor de la Iglesia Luterana nacido en Allenstein (Olsztyn), Alemania. Llegó a Chile en 1965 para liderar a la Iglesia Luterana Chilena en Concepción. En 1970 fue elegido Obispo por el sínodo de la Iglesia Evangélica Luterana de Chile, por lo que fue trasladado a Santiago, donde continuó con la obra de Dios. 62 Garcés, Mario y Nicholls, Nancy. “Para una historia de los derechos humanos en Chile: historia institucional de la Fundación de Ayuda Social de las Iglesias Cristianas FASIC 1975-1991”, Lom Ediciones, 2005. Pág. 26 63 Sepúlveda R., Lucia. Op. Cit. 64 El ‘Te Deum’ es una liturgia religiosa celebrada en Chile, con ocasión de las Fiestas Patrias del país. Esta liturgia es celebrada desde 1811 para conmemorar la primera junta de gobierno. Pero es en 1971 donde esta celebración se convierte en ‘ecuménica’, es decir, todas las iglesias del país son invitadas a participar en la liturgia nacional. 65 Frenz, Helmut. “Mi vida Chilena: Solidaridad con los Oprimidos.” Santiago. Lom Ediciones, 2006. Pág. 129 24 En la primera semana de septiembre de 1973, el conflicto político y social del país había alcanzado niveles de odio y violencia nunca antes vistos. Por esta razón, los representantes de los principales cultos religiosos del país -tanto católicos-romanos como protestantes-, decidieron realizar un culto ecuménico el 9 de septiembre de 1973, en la Plaza de la Constitución, a un costado del Palacio de la Moneda, para implorar a Dios por la paz y la reconciliación, y para pedir, en palabras de los convocantes, “la ‘cordura’ y una ‘tregua’ que rescatara la posibilidad del diálogo entre los sectores en pugna.”66 Sin embargo, esta rogativa eclesiástica ante los dirigentes políticos y sociales del país, fue bastante tergiversada. Por ejemplo, el 10 de septiembre, un día después de la ceremonia, el presidente Allende llamó telefónicamente a los dirigentes y convocantes de la ceremonia para manifestarles su más profundo disgusto, dado que la prensa nacional interpretó esta oración como un ataque por parte del clero chileno hacia el gobierno de la Unidad Popular, lo cual fue una completa falacia.67 Por otro lado, el investigador Diego Sierpe intentó defender el acto ecuménico que habían realizado las comunidades religiosas del país, argumentando que el 9 de septiembre de 1973, las iglesias chilenas no estaban cuestionando el gobierno de Salvador Allende y que carecían completamente de una intencionalidad política, dado que solo estaban manifestando su descontento en contra de la resolución ilícita que había aprobado recientemente la cámara de Diputados junto con el Partido Demócrata Cristiano, en la cual declaraban la inconstitucionalidad del gobierno de la Unidad Popular.68 Si bien la interpretación de la prensa nacional y la de Diego Sierpe no fueron acordes a las intencionalidades de paz y reconciliación que intentaron proclamar las iglesias, lo cierto es que la opinión de las iglesias chilenas fue relevante para resolver el conflicto del país. En otras palabras, los discursos religiosos fueron tergiversados, porque aquel sector político que tuviera el apoyo de las religiones del país, de seguro tendría un poco de ventaja a su favor. En definitiva, se puede concluir que durante este periodo histórico de la década de 1970, la posición y postura de las comunidades eclesiásticas del país, adquirieron un rol preponderante para legitimar y/o desprestigiar a los gobiernos de turno. 66 Lagos, Humberto. “La libertad religiosa en Chile: los evangélicos y el gobierno militar.” Colección: Fundación de Documentación y Archivo de la Vicaría de la Solidaridad. Santiago, Chile. 1978. Tomo 1. Pág. 8 67 Sierpe, Diego. Op. cit., Pág. 91 68 Ibíd. Pág. 92 25 Conclusión de capítulo: Las primeras declaraciones de los evangélicos en el Gobierno Militar chileno Cuando las autoridades militares chilenas tomaron el poder político del país, algunas de las comunidades evangélicas más representativas de la nación, rápidamente intentaron contactar a las corporaciones protestantes latinoamericanas para comunicar y explicar los acontecimientos acaecidos dentro del país. Para ello, los Obispos Mamerto Mancilla, Juan Vázquez, Enrique Chávez y Helmut Frenz, entre otros Pastores, decidieron tomar la iniciativa para contactarse con los organismos eclesiásticos correspondientes. No obstante, es necesario comprender, en primer lugar, que las corporaciones protestantes o religiosas latinoamericanas, han sido configuradas con un propósito eclesiástico que va más allá de las acciones que competen directamente a las doctrinas religiosas y al culto propiamente tal. De hecho, durante la década de 1960, el pastor uruguayo Emilio Castro y el pastor argentino José Míguez Bonino resaltaron la necesidad de crear un organismo eclesiástico a nivel continental, que practicara la responsabilidad social del cristianismo que se había estado pregonando dentro de las iglesias evangélicas. Como resultado de esta solicitud, en los años subsiguientes se conformó el movimiento ‘Iglesia y Sociedad en América Latina’ (ISAL), que en palabras Jean Pierre Bastian, era para “comprender y luchar contra el deterioro de las condiciones políticas que estaban llevando a la instauración de regímenes militares en varios países [del continente]”. 69 En 1963, ISAL convocó a una reunión en Rio de Janeiro a los presidentes de los consejos y federaciones de las Iglesias de los principales países cristianos del continente, para crear un ‘organismo latinoamericano de cooperación’. En 1964 el proyecto fue concretado en Montevideo con la creación de la Comisión para la Unidad Evangélica Latinoamericana (UNELAM). UNELAM fue la institución que orientó y apoyó –junto con otras instituciones religiosas del continente– las primeras iniciativas de las iglesias latinoamericanas, para proteger los derechos de los ciudadanos que fueron perseguidos y torturados por las fuerzas militares del continente, brindándoles refugio y protección a todas las personas que se les hubiese violado sus derechos como seres humanos.70 69 Bastian, Jean Pierre y Bottasso, Juan. “Evangélicos en América Latina.” Editorial Abya Yala, 1995. Pág. 26 Harper, Charles R. y Ardans, Elizabeth. “El acompañamiento: acción ecuménica por los derechos humanos en América Latina 1970-1990.” Ediciones Trilce, 2007. Pág. 42 70 26 En octubre de 1973, los principales Obispos y Pastores de las iglesias evangélicas se reunieron con los miembros del directorio y los secretarios regionales de la UNELAM, para informar lo que estaba aconteciendo en el país. Para esta reunión, los pastores chilenos elaboraron un documento titulado ‘Las iglesias evangélicas y el proceso chileno,’ (Anexo N°2) en el cual se detallan los acontecimientos acaecidos en septiembre de 1973. Lo relevante del documento realizado por los representantes chilenos para la UNELAM, se encuentra en el apartado número VI, en el cual se menciona el motivo que obligó a los evangélicos a tomar una postura frente a los acontecimientos suscitados en la nación el 11 de septiembre de 1973, modificando sus posturas políticas que habían manifestado anteriormente: “Esa misma noche pudimos escuchar los juramentos hechos ante Dios por los que asumían la tremenda tarea de regir los destinos del país. Este juramento hecho ante Dios es el que nos anima a dirigirnos a las autoridades y al pueblo para hacerlos llegar nuestras palabras de pastores que buscan ser fieles a Jesucristo. Los propósitos expresados de restablecimiento de la normalidad institucional, de Paz y unidad entre todos los chilenos, […] los llamados a la cooperación patriótica y a la solidaridad, las decisiones de superar el sectarismo, merecen nuestro apoyo.” 71 Las declaraciones de los lideres evangélicos, motivaron a la reinterpretación del discurso castrense de seguridad nacional, para comprenderlo como un discurso de salvación ciudadana y religiosa. En palabras de Humberto Lagos, este discurso de salvación fue interpretado por algunas comunidades evangélicas como el ‘mesianismo carismático’, el cual tiene la intencionalidad de explicar “las prácticas discursivas y sociales del militarismo, [ligando] el pronunciamiento militar del 11 de septiembre de 1973 con la necesidad de liberar al cristianismo de las prisiones del materialismo ateo marxista.”72 Gracias a este discurso de salvación, las comunidades evangélicas chilenas reinterpretaron el alzamiento y el gobierno militar, para definirlos, en palabras de H. Lagos, como una fuerza que “combate por y en nombre de la fe cristiana, […] por medio de un líder carismático que actúa en nombre de Dios para salvar la patria y sus habitantes del ‘mal’.”73 Lo interesante de las declaraciones emitidas por las principales iglesias evangélicas chilenas, fue que el respaldo ofrecido a las autoridades del Gobierno Militar fue completamente inesperado, dado que las únicas pretensiones políticas que habían manifestado algunos evangélicos durante la primera mitad del siglo XX, estuvieron relacionadas con las instituciones marxistas. 71 Documento. Informe UNELAM, “Las iglesias evangélicas y el proceso chileno.” Área Andina. Octubre de 1973, apartado número VI. 72 Lagos S., Humberto. (1988). Op. cit. Pág. 87 73 Ídem. 27 Capítulo 2: El inicio del Gobierno Militar y su relación con las iglesias chilenas La Junta Militar chilena y su búsqueda por la legitimidad Cuando las autoridades militares chilenas ocuparon el poder político del país, derrocando al entonces Presidente de la Republica Salvador Allende, la sensación de inseguridad y desconfianza comenzó a apoderarse de toda la sociedad. Para socavar estos sentimientos, la Junta Militar decidió entablar el diálogo con las instituciones religiosas del país, disminuyendo de esa forma el sentimiento de incertidumbre que acongojaba a la nación. Por consiguiente, el siguiente capítulo tiene por objetivo comprender la trascendencia que representaron las instituciones religiosas del país, para avalar la presencia militar en la soberanía nacional chilena, enfatizando los acontecimientos que permitieron, afectaron, cuestionaron y reformularon las posturas que declararon las distintas congregaciones eclesiásticas del país durante los primeros meses del Gobierno Militar. -El martes 11 de septiembre de 1973 y la desinformación El mayor problema que enfrentó la población chilena a partir del martes 11 de septiembre, fue sin lugar a duda la ‘desinformación’74. Desde el inicio de las movilizaciones de las fuerzas armadas chilenas, los medios de comunicación se vieron rápidamente acordonados por la presencia de las fuerzas castrenses en las sedes y oficinas de los medios informativos del país, dificultando de esa forma la divulgación de lo que estaba aconteciendo en la capital. Por un lado, la historiadora Sofía Correa señala que las redes chilenas de televisión se vieron incapacitadas de transmitir sus programaciones habituales, remitiéndolas a “transmitir dibujos animados, prácticamente durante toda la jornada”,75 evitando de esa forma transmitir en vivo y en directo los acontecimientos que se estaban desarrollando en el centro de la ciudad. 74 La Real Academia Española, afirma que ‘Desinformar’ es “Dar información intencionadamente manipulada al servicio de ciertos fines.” 75 Correa S., Sofía. “Historia del Siglo XX Chileno.” Santiago, Chile. Sudamericana, 2001. Pág. 274 28 Por otro lado, los medios radiales, a pesar de haber desempeñado un rol protagónico el día del alzamiento militar –por el hecho de haberse convertido en la única fuente informativa disponible en el país–, en realidad solo lograron transmitir información imprecisa y superficial. Cabe recordar que después de la última alocución radial que pronunció el Presidente Salvador Allende a través de la señal de ‘Radio Magallanes’, las antenas de las señales radiales de Radio Portales y la Radio Corporación fueron destruidas para impedir cualquier intento de reagrupación y de oposición que pudieron haber efectuado los miembros de la Unidad Popular durante las semanas subsiguientes.76 El martes 11 de septiembre también se realizaron operaciones militares para allanar y controlar las principales imprentas y líneas editoriales que estuvieron vinculadas al gobierno de la Unidad Popular. De hecho, la revista ‘El Siglo’ tuvo su última edición ese mismo día martes 11, dado que esta era una de los medios de comunicación que utilizaban frecuentemente los izquierdistas para coordinar las marchas o eventos de grandes proporciones.77 De esta forma los grupos castrenses lograron controlar rápidamente todas las fuentes informativas del país, acabando con cualquier tipo de información que atentara contra el discurso de salvación y restauración que establecieron las autoridades militares. A finales del día 11 de septiembre, no solo habían sido derrocados los miembros de la Unidad Popular del gobierno chileno, sino que también todos los medios de comunicación habían sido sometidos a la voluntad y a los intereses de la Junta Militar. Asimismo la des-información, es decir, la supresión de la información real y la promulgación de la información tergiversada, conllevó a que la ciudadanía del país no lograra comprender el impacto real que significó las movilizaciones militares y su apoderamiento del poder político chileno. El problema fue que al suprimir y controlar la totalidad de los medios masivos de comunicación, también quedaron en un estado de desinformación los sectores sociales que no se identificaban y que no pertenecían a ninguna esfera política del país. Esto generó una fuerte molestia en un amplio sector de la sociedad chilena, conformando un ambiente de insatisfacción e incertidumbre que se acrecentó paulatinamente, debido a que la escasa información que circulaba entre la prensa escrita, las emisoras radiales y televisivas, estuvo incompleta y/o tergiversada por la censura impuesta por las autoridades militares. 76 77 Salvador Allende. Alocución radial en ‘Radio Magallanes.’ Santiago, Chile. 9:10 AM., 11 de septiembre de 1973. Correa S., Sofía. Op. cit. Pág. 274 29 Para evitar que el rechazo ciudadano siguiera aumentando, el miércoles 12 de septiembre de 1973 las autoridades militares se reunieron con algunos sacerdotes y obispos católicoapostólico-romanos de la capital, para convencerlos de que las acciones efectuadas el martes 11 de septiembre fueron necesarias para evitar un conflicto que desencadenara una guerra civil en el país. Dos días mas tarde, el viernes 14 de septiembre el Cardenal Raúl Silva Enríquez declaró en el diario ‘El Mercurio’: “La cordura y el patriotismo de los chilenos unidos a la tradición de democracia y humanismo de nuestras Fuerzas Armadas permitirán que Chile pueda volver muy luego a la normalidad institucional como lo han prometido los mismos integrantes de la Junta de Gobierno y reiniciar su camino de progreso en la paz.”78 Fue así como se iniciaron las relaciones entre algunos líderes religiosos y las autoridades castrenses durante los primeros días del Gobierno Militar en 1973, con el objetivo de llenar el vacío, descontento e incertidumbre que se acrecentaba entre la población civil, a causa de la desinformación que acongojaba a la nación, otorgándole un nuevo valor (y una nueva misión) a las instituciones religiosas en el país. -La importancia de una religión en el país Para comprender la importancia de una institución religiosa o religión en un sistema de gobierno contemporáneo, es necesario advertir en primer lugar, las facultades y competencias que adquieren los credos religiosos en los sectores políticos y sociales de un país, dado que la religión, en muchas ocasiones, ha jugado un rol fundamental para legitimar o desprestigiar a los gobiernos de turno. En primer lugar, se debe tener presente que la religión es, a grandes rasgos, un “conjunto de creencias o dogmas acerca de la divinidad, de sentimientos de veneración y temor hacia ella, de normas morales para la conducta individual y social y de prácticas rituales, principalmente la oración y el sacrificio para darle culto.”79 Lo que debe destacarse para esta investigación, es que la religión logra legitimar y/o conformar las normas éticas y morales de una sociedad determinada, independientemente de la existencia de grupos que cuestionan, critiquen, o que no profesen el credo en cuestión. 78 79 ‘Declaración del Cardenal Raúl Silva Enríquez’. Diario ‘El Mercurio.’ Santiago, Chile. 14 de Septiembre de 1973 Diccionario de la Real Academia Española. 30 Ligado intrínsecamente al concepto de religión, se encuentran las Iglesias. Enrique Correa y José Antonio Viera-Gallo explican en profundidad el rol y la importancia que representa una iglesia para el correcto funcionamiento de una sociedad. Los autores mencionaron que la iglesia tiene una función pública que permite resolver las “tensiones entre los intereses estrictamente religiosos ligados al ‘más allá’ y las preocupaciones por los desafíos históricos.”80 Esto significa que, la iglesia, orientada por las conductas individuales que exige una religión, permite generar la concepción de ‘lo que es bueno’ y ‘lo que es malo’ dentro y fuera de la institución religiosa, lo cual permite configurar los patrones de conducta aceptadas por la población en general, que al mismo tiempo son aceptadas y exigidas por las autoridades de gobierno. Entonces, según Correa y Viera-Gallo, la iglesia posee “una función conservadora referente a la determinación de los criterios conforme a los cuales una sociedad fija los límites entre lo permitido y lo prohibido, legitimando ciertas conductas y rechazando otras [creando una ética que favorezca el Control Social]”.81 Correa y Viera-Gallo también sostienen que las iglesias influyen, a veces en forma determinante, “en los aspectos más familiares e íntimos de la conducta, pero también lo hace en el comportamiento público.”82 De esta forma, las conductas que adquieren los creyentes del culto religioso, se convierten inevitablemente en un comportamiento colectivo que es moralmente necesario, inclusive dentro de los grupos que no profesan el credo. Por esta razón, no debe existir ningún tipo de incompatibilidad entre las normas emanadas por el culto y las normas emanadas por las autoridades de gobierno, dado que si llegase a darse el caso, de seguro se generará un descontento social que rápidamente cuestionará a las autoridades del gobierno. En efecto, “la iglesia usualmente influye en el régimen político a través del sistema de valores, símbolos y creencias que difunde, el cual corresponde a un determinado tipo de organización y desarrollo social.”83 En el caso que sean contradictorios los valores religiosos, con el tipo de administración que intenten establecer las autoridades de gobierno, de seguro sobrevendrán innumerables catástrofes sociales y políticas por que no se complementará el desarrollo social con los deseos religiosos de las personas. Por esta razón Corra y Viera-Gallo afirman que “la iglesia incide en la legislación o descredito del sistema político y de la autoridad. Aun cuando ella se limite a actividades estrictamente religiosas, 80 Correa, Enrique y Viera-Gallo, José. Op. cit. Pág. 40 Ibíd. Pág. 45 82 Ibíd. Pág. 40 83 Ibíd. Pág. 41 81 31 influye políticamente en el comportamiento de los ciudadanos y en el sistema de valores.”84 Por este motivo, han existido innumerables casos donde las iglesias, a lo largo del mundo, han intentado proponer diversas soluciones a determinados problemas de carácter social, económico y político, en distintos periodos históricos importantes, debido a que sus propuestas, por lo general, tienen una buena recepción y aprehensión ciudadana. No obstante, Correa y Viera-Gallo también sostienen que “la iglesia es un factor social, político y cultural de suma importancia en los países latinoamericanos. Pero no es [bajo ninguna circunstancia] un factor decisivo,”85 dado que a lo largo de todo el siglo XX, en teoría, se han generado los distanciamientos pertinentes entre las instituciones eclesiásticas y políticas, con el objetivo de impedir que las entidades religiosas interfieran directamente en el ejercicio de administración nacional. Sin embargo, el caso chileno se destaca por el hecho de que las instituciones eclesiásticas tuvieron una importante presencia dentro del periodo del Gobierno Militar. -La postura Católica frente a la Junta Militar Con el objetivo de legitimar al cuerpo castrense en el poder político nacional chileno, las autoridades militares intentaron acercarse a los principales líderes religiosos de la iglesia católica. De esta forma, las masas populares que no se inclinaban por una tendencia política determinada, lograrían simpatizar rápidamente con el Gobierno Militar. Esto se debe, según Correa y Viera-Gallo, a que en ciertas oportunidades históricas “la Iglesia ha sido capaz de realizar nuevas síntesis culturales integrando elementos que parecían ir en direcciones opuestas,”86 logrando aglutinar en su seno, tanto a los creyentes del credo, como también a los no practicantes. Como característica general, la iglesia católica-romana ha cobrado un gran protagonismo en el seno de la sociedad chilena, por la enorme trayectoria colaboracionista en las temáticas políticas y sociales que ha desempeñado a lo largo de su historia. Según Brian H. Smith, un investigador de la iglesia católica chilena del siglo XX, estas características han permitido que “la sociedad chilena, pese al grado de secularización alcanzado, […] reconoce [a la iglesia Católica] como instancia moral con un patrimonio que le viene, entre otras causas, de su estrecha vinculación con la formación 84 Ibíd. Pág. 50 Ibíd. Pág. 58 86 Ibíd. Pág. 45 85 32 de la nacionalidad. […] No existe, por otra parte, otra institución que pueda disputarle ese papel”.87 Por este motivo, la iglesia católica-romana chilena se ha convertido en uno de los principales referentes de pacificación y reconstrucción nacional durante los primeros meses del Gobierno Militar. Para demostrar que la comunidad católica chilena estuvo a favor del actuar de las autoridades militares, el Cardenal Raúl Silva Enríquez declaró el 14 de septiembre de 1973 en el diario ‘El Mercurio’ que: “Confiando en el patriotismo y el desinterés que han expresado los que han asumido la difícil tarea de restaurar el orden institucional y la vida económica del país tan gravemente alterados, pedimos a los chilenos que, dadas las actuales circunstancias, cooperen a llevar a cabo estas tareas. Y sobre todo, con humildad y con fervor pedimos a Dios que los ayude.”88 Durante los días subsiguientes, el Cardenal Silva Henríquez recibió una gran cantidad de críticas por parte de diversos representantes de la iglesia católica chilena, por lo que rápidamente emitió una declaración pública en la cual afirmaba que “[nosotros] deseamos servir. La iglesia no está llamada a poner ni a sacar gobiernos ni a reconocer o no reconocerlos. Queremos realmente servir al pueblo de Chile y reconocemos el gobierno que el pueblo quiera,”89 evitando de esa forma, tomar una postura absoluta frente a los acontecimientos suscitados en la nación. Con la ilusión de poseer un rol protagónico en el nuevo orden institucional chileno, en los días subsiguientes los principales representantes de la iglesia católica-romana se reunieron en una asamblea para debatir más a fondo los acontecimientos que había experimentado el país. Al finalizar la reunión, el Episcopado pronunció una declaración pública en la cual manifestaban oficialmente su apoyo hacia las nuevas autoridades de gobierno, con la condición de que respetaran y no vulneraran los derechos de ‘los vencidos’. Jaime Escobar M., teólogo y economista laico, sostiene que la iglesia católica chilena: -Aceptaba el hecho consumado, otorgándole una cierta justificación. (Al pronunciamiento militar) -Formulaba ciertas exigencias, en forma de petición: respeto por los vencidos, moderación y término del odio, mantención en los logros obtenidos por los trabajadores, Deseo de volver a la normalidad institucional. -Solicita la colaboración de todos, con las nuevas autoridades, para restaurar el orden institucional.”90 87 Smith, Brian H. “The Church and Politics in Chile. Challenges to Modern Catholicism.” Princeton University Press, 1982.(Apéndice) 88 ‘Declaración del Cardenal Raúl Silva Enríquez’. Diario ‘El Mercurio.’ Santiago, Chile. 14 de Septiembre de 1973 89 Revista ‘Ercilla’. Santiago, Chile. Número 2.210. Semana del 7 al 13 de diciembre de 1977. Pág. 10 90 Escobar M., Jaime. “Persecución a la iglesia en Chile: martirologio, 1973-1986.” Santiago, Chile. 1986. Pág. 52 33 Un mes después del alzamiento militar, por primera vez lograron reunirse la gran mayoría de los líderes y representantes de las distintas comunidades católicas del país, con el objetivo de informar y reportar las circunstancias en la cual se encontraban sus respectivas comunidades religiosas. La idea de esta reunión, era comprender detalladamente la situación en la cual se encontraba el país, para luego constituir una comisión de ayuda y socorro acorde a las necesidades que fuesen observadas, dado que la desinformación imperante en el país, impedía conocer en detalle la realidad nacional. Entonces, en esta reunión los líderes religiosos tuvieron la oportunidad de exponer ante sus congéneres cristianos, las particularidades que habían observado en las últimas semanas y que no habían sido denunciadas por los medios de comunicación del país. Después de que los representantes católicos tuvieron conocimiento de los excesos que habían consumado los grupos militares desde el 11 de septiembre de 1973, Monseñor Carlos Camus rompió el silencio al finalizar la reunión, para manifestar que “cada uno [de los asistentes a la reunión,] llegó preocupado por algún caso de atropello a la dignidad humana. Cada uno creía que eran casos aislados. [Pero] cuando fuimos escuchando los relatos de unos y de otros, especialmente de Santiago, donde fue necesario organizar rápidamente el Comité Pro Paz, nos dimos cuenta que el problema era mucho mayor.”91 En otras palabras, fue el momento en que comprendieron que “los bandos que llamaban a la reconciliación y a la justicia, no la estaban cumpliendo.”92 Así fue como se fundó el Comité de Cooperación para la Paz, el cual se convirtió en una institución que, en palabras de Jaime Escobar M., veló por “la defensa jurídica [de] ciudadanos detenidos, de obreros despedidos y otras víctimas puntuales de enormes y crueles injusticias. Se ayudaba también a las familias que en esos momentos sufrían la ausencia del jefe de hogar, la mayoría prisioneros en campos de concentración en distintos lugares del territorio.”93 Al mismo tiempo, los principales dirigentes de la iglesia católicaromana acordaron reunirse con los líderes militares para discutir sobre los abusos que se estaban llevando a cabo secretamente en el país. Pero, Correa y Viera-Gallo sostienen que ninguno de los miembros de la Junta Militar quiso acatar la solicitud de los clérigos, por lo que se redactó una carta con la firma de todos los Obispos para manifestar la preocupación “por los excesos en la represión política y por la situación económica desmedrada que afectaba a los sectores populares.”94 91 Ibíd. Pág. 91-92 Ibíd. Pág. 92 93 Ibíd. Pág. 53 94 Correa, Enrique y Viera-Gallo, José. Op. cit. Pág. 92 92 34 Por otro lado, la persecución y represión política no afectó solamente a los militantes de los partidos izquierdistas del país, sino que también una gran cantidad de sacerdotes chilenos fueron aprisionados, exiliados, torturados e incluso asesinados. Algunas cifras indican que fueron un total de 116 sacerdotes exiliados durante la década de 1970, con el argumento de que fueron colaboradores del movimiento marxista chileno. Los asesinatos más conocidos por la historiografía chilena, son los casos del Padre Miguel Woodward (el 14 de septiembre de 1973) y del Padre Juan Alsina (el 19 de septiembre de 1973), quienes fueron acusados de atentar contra el nuevo orden político del país durante los primeros días del Gobierno Militar.95 El 24 de abril de 1974, el Cardenal Raúl Silva Enríquez publicó un documento titulado ‘La Reconciliación en Chile’, en el cual se alude a la ‘reconciliación con los hermanos’ y a la preocupación por los sucesos que acongojaban a la patria chilena. Lo interesante de esta declaración, es que el Cardenal intentó evitar que sus reflexiones de ‘reconciliación’ y ‘prosperidad’ que promulgaba la iglesia católica para el futuro nacional, fueran consideradas como insinuaciones ‘políticas’ y de apoyo hacia los ‘marxistas’, dado que su principal intención no era defender una ideología, sino que consistió principalmente en proteger al prójimo. Pero los lideres castrenses, eludieron todas las excusas que había manifestado el Cardenal, para usar, en palabras del Mons. Carlos Camus, “sus poderosos medios de comunicación y el poder económico de sus partidos, [para acusar a la iglesia católica] de [meterse] en política y hacerle el juego al comunismo.”96 Dada la controversia que causó la publicación del documento ‘la reconciliación en Chile’, Jeffrey Klaiber L., sacerdote jesuita especialista en la historia eclesiástica latinoamericana, lo ha catalogado como el símbolo que “significó el fin de la aprobación incondicional de la iglesia al Gobierno,”97 dado que esta situación cuestionó “la autenticidad de la fe que profesan sus gobernantes, [debido a que] no basta profesar la fe a través de prácticas y cultos, sino que el cristiano o creyente debe estar motivado por preceptos mucho más profundos.”98 Por esta razón, la legitimidad del gobierno militar comenzó a desmoronarse paulatinamente, dado que la única institución religiosa que aseguraba su estancia en el poder, se tornó en su contra. 95 Escobar M., Jaime. Op. cit. Pág. 76 Mons. Camus, Carlos. ‘La iglesia Chilena y el Gobierno Militar.’ En Revista “Mensaje”. Vol. 34 (N337): Pág. 111-113. Editado por el Obispado de Linares en enero de 1985. 97 Klaiber, Jeffrey. “Iglesia, dictaduras y democracia en América Latina” Perú. Pontificia Universidad católica del Perú, 1997. Pág. 90 98 Escobar M., Jaime. Op. cit. Pág. 48 96 35 Claramente fue la desinformación lo que causó el estado de vaivén en la postura de la iglesia católica-romana, debido a que si los líderes religiosos hubiesen tenido conocimiento de lo que realmente estaba sucediendo en el país (las persecuciones, asesinatos, etc.), desde los primeros momentos del alzamiento militar, de seguro la iglesia católica jamás hubiese presentado su apoyo incondicional a las autoridades militares. Cuando los lideres castrenses estuvieron desprovistos del respaldo de la iglesia católica, fue imperativo generar una nueva alianza de cooperación con alguna institución eclesiástica carismática cristiana para conservar el poder político nacional. Bajo este contexto, un gran número de líderes evangélicos y protestantes que sostenían una clara y firme tendencia conservadora y anticatólica, producto de la rivalidad que habían enfrentado en las últimas décadas en el territorio nacional, manifestaron públicamente su simpatía y aprecio hacia las nuevas autoridades de gobierno en reiteradas ocasiones a lo largo de la década de 1970. En palabras de Jeffrey Klaiber, ese fue el momento en que el mandatario y representante de la junta de gobierno, el General Augusto Pinochet, “aceptó con agrado este apoyo [de las comunidades evangélicas,] porque significaba una legitimización de su gobierno, la cual no encontraba en la iglesia católica.”99 Por otro lado, el apoyo incondicional que ofrecieron los evangélicos al gobierno castrense significó la consolidación de una comunidad religiosa que desempeñó un rol fundamental en los años posteriores al pronunciamiento militar, para fortalecer la unidad nacional (por lo menos, de la mayor parte del país) y la pronta recuperación política y económica de la nación chilena, que se había desarticulado dramáticamente a comienzos de la década de 1970. 99 Klaiber, Jeffrey. Op. cit. Pág. 93 36 La polarización de las Iglesias Evangélicas chilenas Después de que algunas denominaciones evangélicas pronunciaran un discurso de apoyo y reconocimiento a los representantes de la Junta Militar chilena, un grupo de pastores y obispos de distintas denominaciones evangélicas, se reunieron para manifestar ante la opinión pública su rechazo y discrepancia que sentían frente a sus congéneres protestantes y por sus funestas declaraciones. Por consiguiente, a continuación se analizarán las principales asambleas que fueron creadas durante los primeros años del Gobierno Militar chileno, para comprender los motivos que generaron la división y segregación de toda la comunidad evangélica del país. -El origen del conflicto que motivó la polarización de las iglesias evangélicas El 3 de octubre de 1973 –mismo mes en que las iglesias evangélicas chilenas se reunieron con los miembros del directorio y los secretarios regionales de la UNELAM, para informar sobre la situación social y política que se desarrollaba en el país–, los miembros de la Junta Militar se reunieron con los máximos representantes de las congregaciones religiosas de la nación chilena, para dialogar por las temáticas que aludían a la futura reconstrucción de la nación. En términos generales, en aquella reunión los líderes eclesiásticos sugirieron las acciones y los roles que deberían desempeñar las iglesias chilenas, en conjunto con el Alto Comisionado de las Naciones Unidas, bajo el nuevo orden institucional, acordando efectuar las acciones eclesiásticas bajo 5 ejes principales: 1.- La Promoción de la reconciliación: trabajadores sociales y algunos expertos, deben trabajar en conjunto con los teólogos para promover la reconciliación nacional. 2.-Diversos programas de reconstrucción nacional: Las iglesias se comprometen a participar en los programas de salud, educación, desarrollo económico y social, entre otras que sean necesarias en los próximos meses. 3.- Creación de Comité nacional de ayuda a los refugiados: La iglesia se compromete y exige la ayuda de las autoridades de gobierno, para preocuparse por la situación espiritual y material; asesorar y buscar solución para la permanencia en el país; asesorar y ayudar a quienes abandonan el país; informar a los medios extranjeros sobre la situación imperante en el país. 4.-Creación del Comité de cooperación para la paz en Chile: Institución que tiene por objetivo ayudar a todas las personas que se encuentran sufriendo durante este periodo, en conjunto con las otras instituciones religiosas existentes en el país. 5.- Mantenimiento de la libertad religiosa y aportes a la nueva Constitución Nacional.100 100 Documento. Informe UNELAM. (1973) Op cit. apartado número VI. 37 La discusión de estos 5 ejes temáticos entre los miembros de la Junta Militar y los principales representantes de las iglesias chilenas, motivó a gran parte de los evangélicos a que participaran en los distintos programas de ayuda destinados a la reconstrucción nacional y a la protección de los hombres más necesitados.101 Si bien los evangélicos no poseían los métodos necesarios para realizar estas labores, iniciaron sus esfuerzos inspirados en la Caridad y en el amor al prójimo. Cabe recordar que para los evangélicos, la Caridad es, como lo dice el Apóstol Pablo en su carta a los Corintios, “como un don principal y que siempre debe acompañar a todo cristiano, puesto que ésta dá vida a todos los demás dones que se pueda tener.”102 Además de la Caridad, el hombre también está llamado a “[cultivar la paz], cuidarla y manifestarla a los demás con hechos y palabras, porque si somos pacificadores seremos llamados hijos de Dios, siendo bienaventurados en esta tierra y eternamente en el reino de los cielos.”103 Por lo tanto, participar en la reconciliación, en la reconstrucción y en la protección de los exiliados del país, puede ser considerado como una de las formas de participar en las actividades de Caridad, al mismo tiempo en que se cultiva la paz entre los extremos políticos. Si bien muchos de los fieles evangélicos discreparon de la nueva postura que adquirieron sus líderes espirituales, rápidamente los principales representantes evangélicos manifestaron ante sus congregaciones que: “lo hacemos en la convicción de que es necesario esclarecer situaciones y sobre todo pidiendo la comprensión de los hermanos en la Fe de Jesucristo a fin de recibir de ellos su apoyo, su corrección fraterna y con la finalidad de establecer un diálogo para la mutua información y cooperación.”104 El 6 de Octubre de 1973, 3 días después de la reunión realizada entre las iglesias chilenas y las autoridades de gobierno, los principales representantes de las iglesias chilenas se reunieron para fundar y edificar las bases del “Comité de Cooperación para la Paz” que se les había autorizado a realizar. Entre los participantes se encuentran: el Obispo Luterano Helmut Frenz (representando al Consejo Mundial de Iglesias), el Obispo Católico Fernando Ariztia, Patricio Carriola y Baldo Santi (representantes de la iglesia Católica chilena), Luis Pozo (representante de la Iglesia Bautista), Tomas Stevens (representante de la Iglesia Metodista), Julio Assad (representante Iglesia Metodista Pentecostal), Augusto Fernández (representante de la Iglesia Luterana y UNELAM), Dr. José Elías (representante de la Iglesia Ortodoxa) y el Rabino Ángel Kreiman (representante de la Comunidad Israelita en Chile). 101 Los distintos programas de ayuda en los cuales participaron las comunidades evangélicas chilenas, son descritos en el capítulo 3 de esta investigación. 102 ‘La Caridad.’ En Revista “Sol de Justicia.” Santiago, Chile. Noviembre/Diciembre de 1967. 103 ‘Paz en el Espíritu.’ En Revista “Sol de Justicia.” Santiago, Chile. Noviembre/Diciembre de 1968. 104 Documento. Informe UNELAM. (1973) Op. cit. apartado número VII. 38 Jaime Escobar M., un economista y teólogo que ha trabajado arduamente la temática de la persecución a la iglesia católica durante el Gobierno Militar chileno, explica que el Comité de cooperación para la paz en Chile fue “la respuesta cristiana a las necesidades de la hora presente; […] La originalidad de este Comité está en su realismo evangélico y, su mérito es no quedarse en las palabras, sino que responder con hechos concretos, hacer realidad en momentos difíciles la Parábola del Buen Samaritano.”105 Por esta razón, los objetivos fundamentales de acción de este comité se enfocaron en 3 ejes: 1.-Buscar y proveer ayuda material para las personas y familias afectadas por la situación existente. 2.-Proveer directamente, o con la cooperación de los organismos correspondientes, asistencia legal y judicial, para la defensa de los derechos de las personas afectadas. 3.-Recoger en forma responsable hechos irregulares que suceden y dañan gravemente la dignidad de las personas, y que estamos ciertos, no son deseados por el Supremo Gobierno.106 El 21 de Noviembre de 1973, en el diario ‘La Prensa’ se publicó un artículo titulado ‘Iglesias ofrecieron su cooperación al gobierno.’ En este artículo se mencionó que los líderes religiosos que formaban parte del Comité de Cooperación para la Paz, se habían reunido con el General Oscar Bonilla, con el cual platicaron profundamente “sobre diversos aspectos de la realidad nacional, a fin de planificar alguna forma de colaboración de las Iglesias en el Gobierno,”107 con el objetivo de coordinar la cooperación necesaria para la mantención de la paz en el país. De esta forma se constata que las autoridades militares comienzan a cooperar en los deseos de paz y reconciliación que promulgaban las iglesias chilenas reunidas en el Comité Pro Paz. A los pocos meses de haberse conformado el Comité Pro Paz, rápidamente comenzó a adquirir una sólida consistencia estructural e institucional a nivel nacional, permitiendo acelerar las actividades de ayuda que estaban dirigidas a los perseguidos políticos y a sus respectivas familias. Pero a medida que se incrementaba el número de las familias que recibieron la ayuda del Comité Pro Paz, prontamente fueron manifiestas las irregularidades y abusos que estuvieron padeciendo secretamente algunos sectores sociales del país. Fue así como los miembros del Comité Pro Paz iniciaron los registros y documentaciones que posteriormente incriminaron a las autoridades de la Junta Militar chilena, culminando con la publicación del documento “La Reconciliación en Chile”, redactada por el Cardenal Raúl Silva Enríquez. 105 Escobar M., Jaime. Op. cit. Pág. 53 Documento. Informe UNELAM. (1973) Op cit. apartado número VII. 107 ‘Iglesias ofrecieron su cooperación al Gobierno.’ Diario ‘La Prensa’, Santiago, Chile. 21 de Noviembre de 1973 106 39 Posteriormente, y a consecuencia de la publicación del documento del Cardenal Silva Enríquez, el 23 de Mayo de 1974, el diario ‘La Segunda’ publicó que “uno de los integrantes [del Comité Pro Paz], Luis Pozo Burdiles, secretario general de la Convención Bautista de Chile, [presentó] la renuncia a dicho comité.”108 La deserción del pastor evangélico se debió a que las acciones del Comité Pro Paz, no estaban dando los resultados que los congregantes hubiesen deseado. Por esta razón, una asociación de diversas denominaciones evangélicas chilenas, decidieron reunirse y crear en 1974 la Asociación de Iglesias Evangélicas de Chile (AIECH), para cumplir con los objetivos las Caridad y de Protección de la Paz que habían sido predicados en dentro de las congregaciones evangélicas, ayudando de esa forma a los sectores sociales que más lo necesitaron. -Asociación de Iglesias Evangélicas de Chile (AIECH) El 26 de Noviembre de 1974, el Coronel Edmundo Allemand del ejército de Salvación, el Obispo Víctor Labbé de la Unión de Misiones Pentecostal Libre, el Obispo Juan Vásquez del Valle de la Iglesia Metodista, el Pastor Gabriel Alazám de la Iglesia Presbiteriana Sínodo en Renovación, junto a los Pastores José A. Ramírez de la Iglesia Metodista Pentecostal, Edgardo Toro de la Iglesia Wesleyana, Luis Pozo Burdiles de la Iglesia Bautista, Narciso Sepúlveda de la Misión Pentecostal y René Molina de la Iglesia Luterana,109 fundaron, editaron y publicaron el documento de la Constitución de la ‘Asociación de Iglesias Evangélicas de Chile’ (AIECH) (Anexo N°3). En el documento se estipula que el principal objetivo de la AIECH era convertirse en “el organismo más fuerte y representativo del campo evangélico y protestante del país […] con la finalidad de establecer un mecanismo que facilite el entendimiento, intercambio, cooperación y realización de programas unidos entre las iglesias Evangélicas en Chile.”110 En efecto, la mayor preocupación de las iglesias adherentes a la AIECH, consistió en la unidad entre las distintas denominaciones protestantes del país, dado que la situación política iniciada por la presencia de los militares en el poder político chileno, incrementó la fragmentación que se había generado durante la primera mitad del siglo XX, entre las distintas denominaciones evangélicas que repudiaban la participación religiosa en las temáticas concernientes a la política nacional, y las que sugerían una mayor colaboración con las instituciones marxistas del país. 108 ‘Renuncia en Comité de Cooperación para la Paz.’ Diario ‘La Segunda.’ Santiago, Chile. 23 de Mayo de 1974. Todas las iglesias mencionadas son parte de las distintas denominaciones evangélicas. 110 Documento. “Constitución de la Asociación de Iglesias Evangélicas de Chile (AIECH),” Chile. Noviembre 1974. 109 40 El Pastor Juan Sepúlveda, un experto en variados encuentros y diálogos interreligiosos, y un especialista en trabajos de interpretación de la historia y teología del pentecostalismo chileno y latinoamericano en distintos foros ecuménicos, mencionó que la AIECH, en cierto sentido, “fue fruto del trabajo de la UNELAM,”111 dado que esta comisión instruyó y financió parte del programa de la AIECH para proteger a los refugiados y defender los derechos humanos de los ciudadanos que fueron perseguidos durante el Gobierno Militar chileno. El pastor Juan Sepúlveda agrega que la AIECH cuestionó públicamente a las iglesias evangélicas que asumieron una postura oficialista, dado que la Junta Militar era una institución que, innegablemente, violaba la dignidad humana. En otras palabras, AIECH cuestionó a las instituciones religiosas que aprobaron y respaldaron públicamente esta inadmisible legislación. Por esta razón, Carlos Mondragón, un investigador del protestantismo y de la democracia latinoamericana, sostiene que AIECH comenzó a protestar y a cuestionar al Gobierno Militar, generando “propuestas de acción […] anti-dictatoriales [que] repudiaron el uso de la violencia para derrocar al régimen instalado por la fuerza y optaron por acciones no-violentas para derrotarlo políticamente.”112 Humberto Lagos menciona que “Dios es un Dios de Vida y todo lo que atenta contra la Vida atenta contra Dios; [por lo tanto,] no es de Dios un poder humano que viola los derechos de las personas.”113 Consecuentemente, el respaldar a la Junta Militar, la cual, según las investigaciones de los miembros del Comité Pro Paz, violaban indiscriminadamente lo Derechos Humanos, era un acto de que atentaba contra las practicas de Caridad y de Amor al Prójimo de los evangélicos. En síntesis, una asociación de diversas denominaciones evangélicas comenzó a manifestarse en contra del Gobierno Militar. Esto significó que la legitimidad que habían otorgado las iglesias evangélicas chilenas hacia la Junta Militar, rápidamente comenzó a peligrar. Por esta razón, los miembros de la Junta Militar tomaron medidas para proteger y conservar a las denominaciones evangélicas que aún respaldaban el actuar de las fuerzas armadas. Como resultado, el General Augusto Pinochet, decidió realizar un acto cívico en diciembre de 1974 para demostrar que la mayoría de las iglesias evangélicas estaban con él. 111 Sepúlveda G., Juan. ‘La defensa de los Derechos Humanos como experiencia ecuménica.’ En “Revista Persona y Sociedad.” Universidad Alberto Hurtado. Vol. XVII N°3, 2003. Pág. 25 112 Mondragón, Carlos y Echegollen, Alfredo. “Democracia, cultura y desarrollo.” UNAM, 1998. Pág.195 113 Lagos, Humberto S. ‘Chile: ¿Legitimidad ‘meta social’ o afirmación del Dios de la vida?’. En: Padilla, René (compilador). “De la marginación al compromiso: Los evangélicos y la política en América Latina.” Buenos Aires, Argentina. Fraternidad Teológica Latinoamericana, 1991. Pág. 50 41 -Consejo de Pastores de Chile y el Centro Evangélico Nacional Coordinador de Actividades (CENCA) Dado el rechazo generado por la iglesia católica chilena hacia las autoridades de la Junta Militar, después de la publicación del documento ‘La Reconciliación en Chile’ por el Cardenal Silva Enríquez, sumado al amplio número de denominaciones evangélicas que se reunieron en la AIECH para cuestionar la legitimidad del Gobierno Militar, el entonces Presidente General Augusto Pinochet contribuyó a la creación de las instituciones que, en palabras de Humberto Lagos, sirvieron para agrupar “a los líderes que eran ideológicamente proclives a la dictadura, y claramente adscribían al incondicionalismo acrítico que necesitaba el régimen de facto.”114 Para demostrar el interés por el culto evangélico, el General Augusto Pinochet se reunió el 13 de diciembre de 1974 en el Salón Plenario del Edificio Diego Portales, con aproximadamente 2.500 representantes de las distintas comunidades evangélicas chilenas, para realizar un acto cívico que, en palabras de los propios convocantes, ‘carecía de intencionalidad política.’ Lo importante de esta reunión, en palabras de Humberto Lagos, es que buscaba demostrar y/o generar “un acercamiento que los ubicara [a las iglesias evangélicas] abiertamente en cordiales relaciones con el gobierno militar, [al mismo tiempo que demostraban su] apoyo incondicional.”115 El 12 de Julio de 1975 nace el Consejo de Pastores de Chile; organismo evangélico que congregó a las iglesias que participaron en el acto cívico del edificio Diego Portales. Este Consejo careció de un cuerpo jurídico representativo u/o concilio, dado que su finalidad fue establecerse como una “asamblea consultiva, reguladora de la opinión de la Iglesia Evangélica Chilena.”116 En 1975 el Consejo de Pastores comenzó la publicación de documentos en formato de folletos titulados ‘Posición evangélica: un documento que define posiciones’, en los cuales publicaron diversos artículos que aludían a la justificación y al apoyo otorgado a las autoridades militares. Por ejemplo, en el prefacio del primer ejemplar de esta revista, se declara explícitamente que los evangélicos “reconocemos [a la Junta Militar] como la autoridad que Dios ha establecido y lo apoyaremos en todo aquello que diga y haga.”117 114 Lagos S., Humberto. “El general Pinochet y el mesianismo político.” Chile. Lom Ediciones, 2001. Pág. 40 Lagos S., Humberto. (1978) Óp. cit. Tomo 1. Pág. 32 116 ‘Consejo de Pastores de Chile: qué es y quiénes lo conforman.’ En Revista “Estandarte de la Verdad.” Santiago, Chile. Noviembre de 1975. 117 Puentes Oliva, Pedro. “Posición evangélica: un documento que define posiciones” Editora Nacional Gabriela Mistral. Santiago, Chile, 1974. Pág. 6 115 42 Las opiniones de las iglesias evangélicas que asumieron una postura oficialista, también estuvieron presentes en otras revistas religiosas. Por ejemplo, la editorial de la revista ‘Sol de Justicia’118de 1975 publicó un artículo relacionado con la posición oficialista de las iglesias evangélicas chilenas. Cabe recordar que las revistas evangélicas, originalmente habían sido concedidas con el propósito de predicar la palabra de Dios entre las personas que no se congregaban en los cultos religiosos. No obstante, en 1975 comenzaron a ser publicados diversos artículos ‘propagandísticos’ que evidentemente fueron proclives al Gobierno Militar. En a finales 1975, el Consejo de Pastores comenzó a publicar una nueva revista titulada ‘Estandarte de la Verdad.’119 En esta revista se anunció la creación de una nueva institución evangélica llamada ‘Centro Evangélico Nacional Coordinador de Actividades’ (CENCA), el cual fue conocida como el organismo que asumió el rol ideológico público de apoyo al Gobierno Militar. Dentro de sus funciones, el CENCA debió “coordinar las actividades interdenominacionales, recibir a las visitas evangélicas del extranjero, y ayudar a solucionar los problemas de las iglesias evangélicas ante instituciones públicas y privadas.”120 Lo interesante de estas actividades, es que fueron de suma importancia para conservar la legitimidad del Gobierno Militar en Chile y en el extranjero. Por ejemplo, se especificó que el CENCA debía dar “nombramiento [a los] delegados evangélicos [para] dar testimonio ante la Comisión de las Naciones Unidas en Ginebra,”121 intentando mitigar las críticas y las amonestaciones internacionales pronunciadas en contra del nuevo régimen chileno. El CENCA también se preocupó de resolver los problemas de las denominaciones evangélicas que se encontraban adscritas a esta comitiva oficialista. Por ejemplo, el CENCA resolvió los problemas del Pastor Carlos Muñoz, líder de la Iglesia Evangélica de Conchalí, quien había tenido problemas con su municipio por la construcción de un templo. También fue en ayuda de la familia del Pastor Abel Figueroa, representante de la Iglesia Misiones Mundiales, quien había sufrido un ‘atentado de agresión’ por un grupo extremista. Pero el CENCA también respondió ante las críticas emitidas por los eclesiásticos que cuestionaron al Gobierno Militar chileno. De hecho, en la revista ‘Estandarte de la Verdad’ se menciona que el CENCA “coordinó todo lo relativo a las respuestas publicitarias del Consejo de Pastores a las ofensas del Obispo Camus.”122 118 La revista “Sol de Justicia”, es una revista cristiana-evangélica. Su primera edición fue en Mayo de 1967 La revista “Estandarte de la Verdad”, es una revista evangélica. Su primera edición fue en 1975. 120 ‘Centro Nacional Coordinador de Actividades.’ En Revista “Estandarte de la Verdad.” Santiago, Chile. Agosto de 1975. 121 ‘CENCA: Su labor como agencia de servicio a la Iglesia Evangélica.’ En Revista “Estandarte de la Verdad.” Santiago, Chile. Noviembre de 1975. 122 Ibíd. 119 43 Uno de los elementos que es necesario destacar sobre las comunidades evangélico-protestantes chilenas, es que a comienzos de la década de 1970 existieron cerca de 300 iglesias evangélicas registradas bajo una personalidad jurídica de derecho (PJD). La PJD es el registro oficial chileno que permitía el reconocimiento legal de la institución religiosa en el país. Solo en la capital – Santiago– se encontraban registradas aproximadamente un tercio de todas las iglesias evangélicas del país (Anexo N°9). Teniendo en cuenta la diversidad de iglesias y denominaciones evangélicas que estaban registradas en el país con una PJD en la década de 1970, resulta fácil concluir que el principal problema que encarnaba el Consejo de Pastores era ‘la representatividad de la población evangélica chilena’. En la revista ‘Estandarte de la Verdad’ del mes de noviembre de 1975, se publicó un artículo titulado: “Consejo de Pastores de Chile: qué es y quiénes lo conforman”,123 en el cual se mencionaban a todas las instituciones religiosas que estaban adscritas a la corporación. Lo interesante de este artículo, es que solo se realizó un exiguo listado con apenas 24 instituciones evangélicas (Anexo N°4). En otras palabras, el Consejo de Pastores fue una corporación que representaba el 8% de todas las iglesias evangélico-protestantes que estaban registradas bajo una PJD en el país. No obstante, la investigadora Carmen W. Galilea, socióloga experta en investigaciones religiosas chilenas, explica que las denominaciones evangélicas ‘Pentecostales’ conforman “más del 70% del total de los evangélicos [que hay] en Chile y [también] son [las iglesias evangélicas] que más han crecido [en las últimas décadas].”124 Estos datos son realmente interesantes, dado que las denominaciones pentecostales más numerosas del país, se encontraban adscritas al CENCA. Entonces, el nivel de representatividad que personifica el Consejo de Pastores, depende de la perspectiva con la que se observe. Si se analiza desde el número de iglesias que la integran, el Consejo de Pastores fue una institución ‘poco representativa’ de la comunidad evangélica chilena, dado que solo representa el 8% de las iglesias con PJD del país. Si se analiza desde el número de personas-evangélicas que lo integran, el Consejo de Pastores claramente fue una institución ‘muy representativa’ de los evangélicos chilenos, porque integra a las denominaciones pentecostales más numerosas y populosas de la nación. 123 ‘Consejo de Pastores de Chile: qué es y quiénes lo conforman.’ En Revista “Estandarte de la Verdad.” Santiago, Chile. Noviembre de 1975. 124 Galilea W., Carmen. “El ecumenismo en las Iglesias Pentecostales.” Santiago, Chile. Cisoc-Bellarmino, 1995. Pág. 5 44 Lo importante de la constitución del CENCA, fue que consolidó las relaciones entre las autoridades de gobierno y las comunidades evangélicas que eran partidarias de los cuerpos castrenses en el poder político nacional. En efecto, el CENCA demostró su completo apoyo incondicional en las declaraciones emitidas ante la opinión pública nacional e internacional. Por esta razón, el General Augusto Pinochet, previo a la iniciación del acto cívico realizado el 13 de diciembre de 1974 en el edificio Diego Portales, se dirigió ante los representantes de la comunidad evangélica que se encontraban en la ceremonia y les dijo: “Esto está demostrando que en Chile existe libertad de conciencia y que todas las iglesias son igualmente respetables. Tengan la certeza de que siempre estaré junto a ustedes.”125 Tanto el CENCA como el AIECH fueron creados con el propósito de convertirse en la institución evangélica más representativa del país. El problema fue que las inclinaciones políticas de estas instituciones eran completamente opuestas. Por un lado se encontraban las comunidades religiosas que intentaban legitimar al Gobierno Militar en el poder político; por el otro lado, estaban las comunidades evangélicas que cuestionaban y criticaban a las autoridades castrenses por haber perpetrado la dignidad de algunos sectores de la sociedad chilena. No obstante, no se debe olvidar que también existió un amplio sector evangélico reacio a participar en estas instituciones religiosas que poseían un claro sesgo político. Pero la lucha que lideró AIECH no duró muchos años, ya que en 1981 esta institución se disolvió con el objetivo de que las iglesias adscritas a la comitiva se unieran a la Confraternidad Cristianas de Iglesias Chilenas (CCI); institución que se caracterizó por su ferviente oposición al gobierno militar y por su invalorable labor de defender a los seres humanos a los que se les habían violado sus derechos. La CCI también estuvo en constante interlocución y colaboración con diversas comitivas de trabajo solidario, especialmente con el Arzobispado de Santiago.126 También es importante mencionar que AIECH y CENCA no fueron las únicas instituciones que fundaron las comunidades evangélicas durante los primeros años del gobierno militar chileno. De hecho, se crearon diversas instituciones y comitivas clericales-evangélicas que fomentaron y participaron en las tareas de defensa ciudadana y en la reconstrucción económica nacional durante la década de 1970, obteniendo prósperos resultados. 125 Lagos S., Humberto. (1978). Op cit. Pág.34 Ossa, Manuel. “Iglesias evangélicas y derechos humanos en tiempos de dictadura: la Confraternidad Cristiana de Iglesias 1981-1989.” Santiago, Chile. Fundación Konrad Adenauer, 1999. Passim. 126 45 Conclusión de capítulo: Las condiciones que permitieron el diálogo entre las instituciones religiosas chilenas y la Junta Militar Como ya se ha mencionado, las instituciones religiosas han sido de suma importancia para garantizar el orden político institucional. Por esta razón, el General Pinochet buscó la forma de conseguir el respaldo de las comunidades civiles y religiosas del país, manifestando que ‘Dios es con nosotros’. Posteriormente, en el discurso de octubre de 1973, el General Pinochet sostiene que “la mano de Dios se hizo presente para salvarnos, a pocos días [de que los] países extranjeros enviaron armas y mercenario del odio para combatirnos.”127 Por esta razón, agrega el General, que los objetivos de la Junta Militar sólo podrán ser alcanzados si todos los chilenos “le pedimos a Dios su ayuda.”128 No obstante, los discursos referidos a la ‘seguridad nacional’ y ‘protección social’ señalados por los miembros del Gobierno Militar, en realidad fueron alocuciones pulidas y refinadas intencionalmente con un mensaje cristiano, con el objetivo de iniciar el diálogo con las instituciones religiosas, para conseguir, posteriormente, el apoyo y respaldo de los diversos sectores sociales de la sociedad cristiana chilena. Por esta razón, Augusto Pinochet expuso explícitamente en la declaración de los principios de la Junta Militar, que: “en consideración a la tradición patria y al pensamiento de la inmensa mayoría de nuestro pueblo, el Gobierno de Chile respeta la concepción cristiana sobre el hombre y la sociedad.”129 Sin embargo, tras la creación del Comité de Cooperación para la Paz, por parte de las principales instituciones religiosas del país, rápidamente salieron a la luz los abusos y excesos que habían estado perpetrando los militares, lo que posteriormente desencadenó el rotundo rechazo de la Iglesia católica apostólica-romana chilena hacia las autoridades del Gobierno Militar. No obstante, las declaraciones de apoyo pronunciadas por algunas comunidades evangélicas, fue un acontecimiento completamente inesperado, dado estas instituciones religiosas ignoraron por completo los delitos incurridos por los castrenses. Además, las únicas simpatías políticas que habían manifestado los evangélicos en las décadas anteriores, solo se habían relacionado con algunos sectores cercanos a las ideologías marxistas y grupos de la izquierda política. 127 Augusto Pinochet. “Discurso de Augusto Pinochet a un mes de la constitución de la Junta de Gobierno”. Ibíd. 129 Lagos S., Humberto. “Crisis de la esperanza: religión y autoritarismo en Chile.” Santiago, Chile. Presor, Lar, 1988. Pág. 84-85 128 46 Humberto Lagos S. intentó resolver este acontecimiento evangélico, asegurando que durante las décadas de 1950 y 1960 “los misioneros estadounidenses [influyeron] de manera sostenida para introducir como práctica de fe el apoliticismo […], reforzándose con un sentimiento anticomunista producto de una modalidad ideológica conservadora útil a la reproducción de la ideología religiosa del capitalismo.”130 Sin embargo, sus deducciones no son del todo convincentes, dado que las denominaciones religiosas que optaron por la postura oficialista personificada en el CENCA, son algunas de las iglesias evangélicas más antiguas del país, por lo que difícilmente acataron, o fueron influenciadas, por misioneros extranjeros que traían consigo una nueva doctrina religiosa. Lo único que se sabe con certeza, es que para los investigadores de los movimientos religiosos latinoamericanos, como el ya mencionado jesuita Jeffrey Klaiber L., las comunidades evangélicas “abrazaron abiertamente el nuevo régimen militar,”131 sin cuestionar los abusos y excesos que habían perpetrado las autoridades militares. El Rev. Bertil Svensson, representante de la Iglesia del Pacto en Suecia y miembro de la International Federation Of Free Evangelical Churches132, sostiene que una vez que el Gobierno Militar se desvinculó de la Iglesia Católica, rápidamente intentó “utilizar el deseo de los evangélicos de obtener un mayor reconocimiento,”133 con el objetivo de conseguir el apoyo necesario para poder legitimar el cuestionado gobierno. Por esta razón, Augusto Pinochet pronunció un discurso de agradecimiento 3 de diciembre de 1974 –el día en el que se realizó el acto cívico en el Edificio Diego Portales—, en el cual mencionó que: “La fuerza espiritual que ustedes [los evangélicos] representan, recogida de las enseñanzas de Cristo, tiene para mí un enorme valor dentro de la pacificación nacional en que estamos empeñados. Los valores morales de los hijos de esta tierra renacen dando nueva fe a Chile. Ustedes saben que el pueblo oraba por su salvación y que hoy se siente libre y apartado del mal. […] Chile respeta y respetará siempre las creencias de todos y cada uno de sus hijos. […] La fe y la esperanza son los mejores caminos para llegar a Dios y hoy los chilenos los recorren con alegría y confianza en su destino.”134 130 Lagos S., Humberto. ‘La Libertad Religiosa en Chile: Mitos y Realidades’. En Revista “Occidente.” N° 398, abril – junio 2008. Pág. 39 131 Klaiber, Jeffrey. Op. cit. Pág. 93 132 Institución religiosa que promueve el mutuo entendimiento y cooperación entre las iglesias del mundo. 133 Svensson, Bertil. ‘El desarrollo de las iglesias evangélicas y las relaciones ecuménicas.’ En Gómez de Benito, Justino. “Iglesia y Sociedad en Chile: 500 años después de colon y dos años después de Pinochet.” Uppsala, Suecia. Universidad de Uppsala, Facultad de Teología. Pág. 41. 134 ‘Discurso del Jefe Supremo de Gobierno, General don Augusto Pinochet Ugarte como respuesta a la manifestación Evangélica’. En: Puentes Oliva, Pedro. “Posición evangélica: un documento que define posiciones” Editora Nacional Gabriela Mistral. Santiago, Chile, 1974. Pág. 36 47 El respaldo que recibió el General Pinochet por parte de los evangélicos, no pasó desapercibido ante ningún diario de la prensa nacional. El 14 de diciembre de 1974, el diario ‘La Tercera’ publicó que “por primera vez en cien años, un Jefe de Estado recibía en Pleno a los directivos de la Iglesia Evangélica, valorando de esta manera la fuerza espiritual constituida por el quince por ciento de la población del país.”135 Ese mismo día, 31 obispos evangélicos junto a los principales directivos de las iglesias evangélicas del país, firmaron una ‘Declaración Oficial’ que demostraba públicamente la postura de las comunidades evangélicas chilenas. En este documento se manifestaba explícitamente que “el pronunciamiento de las Fuerzas Armadas fue la respuesta de Dios a la oración de todos los creyentes que ven en el marxismo la fuerza satánica de las tinieblas en su máxima expresión.”136 En palabras de los propios representantes de la postura oficialista de las iglesias evangélicas chilenas, el silencio y la pasividad que habían manifestado los evangélicos frente a los asuntos de la política nacional, fueron quebrantados con el objetivo de demostrar su respaldo, porque las autoridades militares representaron la respuesta a sus oraciones de paz y reconciliación. En palabras del Pastor Pedro Puentes Oliva, representante de la iglesia Presbiteriana, “el plantear públicamente la posición bíblica sobre una filosofía atea materialista, precisar los daños que hizo a nuestra Patria, lo que está haciendo a nivel internacional y lo que aún pretende hacer en nuestro propio país, es un testimonio a la verdad y un gesto patriótico que los evangélicos, más que otros, tenemos la obligación de manifestar como producto de nuestra sensibilidad espiritual.”137 A pesar de que algunos sectores de las iglesias evangélicas chilenas estuvieron bajo una evidente polarización política entre los años 1973 y 1974, producto de los problemas sociales del periodo, no es factible afirmar con certeza que estas iglesias evangélicas se convirtieron en instituciones antagónicas. Si bien sus pretensiones políticas discreparon entre las distintas denominaciones religiosas del periodo, el Obispo luterano Helmut Frenz sostuvo que siempre “[hubo] un lazo vinculante [entre las iglesias evangélicas]: el amor al prójimo y la habilidad y la disposición a la compasión, a padecer con [el prójimo]. Si no hubiera ocurrido entre nosotros el gran milagro de la ecúmene, no habríamos podido llevar a cabo las muchas tareas.”138 135 ‘Amplio respaldo brindan las iglesias evangélicas al General Augusto Pinochet.’ Diario ‘La Tercera’, Santiago, Chile, 14 de diciembre de 1974. 136 Ibíd. 137 Puentes Oliva, Pedro. Op. cit. Pág. 5 138 Frenz, Helmut. Op. cit. Pág. 164 48 Capítulo 3: Las actividades evangélicas durante el Gobierno Militar 1973-1978 Los evangélicos en la defensa del Gobierno Militar y en la ayuda ciudadana Entre 1973 y 1974, fue inevitable la polarización política entre las distintas denominaciones evangélicas del país. No obstante, sería errado suponer que algunas de estas asociaciones y agrupaciones evangélicas que se conformaron en este periodo se convirtieron en las instituciones conservadoras de la doctrina cristiana, al mismo tiempo en que sus congéneres evangélicos desempeñaron un rol antagónico durante este proceso, dado que las pretensiones políticas que adoptaron las iglesias evangélico-protestantes chilenas en este periodo, no fueron, ni serán, un factor determinante que permita categorizar a las distintas instituciones religiosas como entidades litigantes. En pocas palabras, las iglesias evangélicas nunca dejaron de ser las iglesias evangélicas de Chile. Entre 1973 y 1978, solo hubo un factor que determino la polarización de las denominaciones evangélicas del país: la interpretación de las escrituras bíblicas. Dependiendo de las apreciaciones que infirieron las distintas denominaciones evangélicas, fueron las posiciones que determinaron y deslindaron las posiciones y los servicios sociales que desempeñaron las iglesias evangélicas durante los primeros años del Gobierno Militar. Por consiguiente, el siguiente capítulo tiene por objetivo identificar las actividades que llevaron a cabo las iglesias evangélicas chilenas entre 1973 y 1979, inspiradas por las doctrinas religiosas que se infirieron a través de las interpretaciones bíblicas. Para comprender las actividades en las cuales participaron las comunidades evangélicas, el siguiente análisis se dividirá en 3 categorías: 1) la legitimización y defensa del gobierno militar; 2) la defensa de los perseguidos políticos del país; 3) las actividades de mitigación del problema económico nacional. De esta forma se pretende describir y comprender el protagonismo que desempeñaron las instituciones fundadas por las comunidades evangélicas durante los primeros años del Gobierno Militar chileno. 49 -Evangélicos en la defensa del Gobierno Militar En el libro de ‘Romanos’ del nuevo testamento, se encuentra un pasaje bíblico titulado “Deberes Cristianos”. Lo interesante de este apartado bíblico, se encuentra en el capítulo 13, versículos número 1 y 2, en los cuales se menciona: “Sométase toda persona a las autoridades superiores; porque no hay autoridad, sino de parte de Dios, y las que hay, por Dios han sido establecidas. De modo que quien se opone a la autoridad, a lo establecido por Dios resiste; y los que resisten, acarrean condenación para sí mismos.” (Ro. 13, 1-2) Con estos simples versículos bíblicos, diversas denominaciones evangélicas comprendieron que la instauración de la Junta Militar en la cúspide del poder político chileno, sólo se debió a la voluntad de Dios. Por lo tanto, todas las instituciones religiosas de la nación, debían someterse incondicionalmente a la voluntad del Gobierno Militar, dado que éstas fueron las autoridades que Dios había establecido en el país. Inspirados en esta reflexión, los principales representantes de las iglesias evangélicas de Chile, participaron en la elaboración del ya mencionado informe para la UNELAM, en septiembre de 1973. Además, en este documento también se menciona que el ‘pronunciamiento militar’ fue la mejor, y la única, alternativa que posibilitaba el fin del conflicto político y social que se había generado durante el gobierno de la Unidad Popular, dado que, según los evangélicos, “la situación de las últimas semanas se proyectaban obscuramente en un horizonte cerrado. 'Cerrado' porque las alternativas eran claras: la implantación de la así llamada ‘Dictadura del proletariado’ o la ‘guerra civil’.”139 Sin embargo, a los pocos meses de haberse consumado el pronunciamiento militar, la opinión internacional cuestionó y condenó a las autoridades castrenses del país. En respuesta a estas criticas, el Consejo de Pastores publicó un artículo en el cual se mencionaba que “[los evangélicos] rechazamos de la forma más tajante la ignominiosa declaración que el organismo máximo del mundo ha emitido contra nuestra Patria, que por la gracia de Dios, ha vuelto a ser libre y soberana.”140 Al día siguiente, el 14 de diciembre de 1974, el diario ‘El Mercurio’ publicó un artículo titulado ‘Justicia Evangélica’, en el cual se destacó que “once pastores evangélicos se pronuncian por Chile y contra la campaña internacional de que Chile es objeto. [Estos mencionaron que] es necesario comprender la realidad que existía en nuestra patria para entender el momento que hoy vivimos.”141 139 Documento. Informe UNELAM. (1973) Op cit. , apartado número VI. ‘Declaración de la Iglesia evangélica chilena.’ En: Puentes Oliva, Pedro. Op. cit. Pág. 31 141 ‘Justicia Evangélica.’ Diario ‘El Mercurio.’ Santiago, Chile. 14 de Diciembre de 1974. 140 50 No obstante, las declaraciones emitidas por el CENCA, rápidamente incomodaron a las instituciones y corporaciones protestantes internacionales. En la revista ‘Estandarte de la Verdad’, se mencionó que algunas iglesias extranjeras manifestaron que “la reacción experimentada como consecuencia de la DECLARACIÓN [evangélica que manifestó su] apoyo a la Junta, no está dispuesta a apaciguar. [Por eso] un grupo de dirigentes de las Iglesias de EE.UU. ha pedido al Consejo Mundial de Iglesias Americanas que envíen una Comisión de consulta a Chile, para determinar las implicaciones de la mencionada declaración.”142 Por otro lado, en la revista francesa ‘Horizons Protestants’, se menciona que las grandes corporaciones protestantes se encontraban seriamente preocupadas por el espíritu evangélico que imperaba en Chile, dado que “algunos pastores progresistas, especialmente los que estaban asociados al movimiento Cristiano para el Socialismo143, han sido obligados a dejar el país.”144 En respuesta a este mensaje expresado por las iglesias estadounidenses, el un grupo de pastores oficialistas se pronunciaron en la ‘Declaración de Navidad’ de 1974 (Anexo N°5), manifestando que “nos preocupa las informaciones deformadas del exterior, las críticas destructivas y el desconocimiento de nuestra realidad y rechazamos las presiones y campañas internacionales injustas en contra de nuestra patria.[Además] entendemos que el rol de la Iglesia y de sus Instituciones, debe estar por sobre los intereses de ideologías y pasionismos y no debe confundirse con estrategias partidistas.”145 Posteriormente, los líderes evangélicos más radicales, respondieron ante las acusaciones de las iglesias norteamericanas y europeas, aludiendo que “el consejo Nacional de las Iglesias Americanas de los EE.UU. está formado por protestantes que niegan prácticamente todas las verdades fundamentales de la Fe evangélica […] De tal manera que sus opiniones no son cristianas sino paganas. Están en armonía con cualquier filosofía atea que con el evangelio.”146 Además, agregaron que “Sobre los ‘pastores progresistas’ que formaban el movimiento ‘Cristiano para el Socialismo’, la Iglesia Evangélica chilena se complace mucho que no estén en Chile.” 147 142 ‘Efectos internacionales de la declaración evangélica.’ En revista “Estandarte de la Verdad.” 1975. En: Lagos S., Humberto. “Relaciones Iglesias evangélicas-gobierno, Chile 1973-1976.” Tesis (Ciencias Del Desarrollo, mención Teología). Santiago, Chile. ILADES., 1977. Pág. 49 143 “Cristianos por el Socialismo, fue una institución que contribuyó a quebrar la imagen de que los cristianos y la Iglesia necesariamente debían estar en oposición a un proceso socialista. De ahí que su papel se situase en el plano de la ‘lucha ideológica’ que se estaba dando en el país. […] Por primera vez se articulaba de manera nítida la ruptura política de sectores cristianos con el mundo burgués y su pertenencia a las expresiones del movimiento popular.” Extracto de: Aldunate, José. “Crónicas de una Iglesia Liberadora.” Santiago, Chile. Lom Ediciones, 2000. Pág. 56 144 ‘Efectos internacionales de la declaración evangélica.’ En revista “Horizons Protestants.’Mayo de 1975. En: En: Lagos S., Humberto. “Relaciones Iglesias evangélicas-gobierno, Chile 1973-1976.” Tesis (Ciencias Del Desarrollo, mención Teología). Santiago, Chile. ILADES., 1977. Pág. 50 145 Documento. “Declaración de Navidad de las Iglesias evangélicas.” Santiago, Chile. Diciembre de 1974 146 ‘Reacción del grupo dirigente que suscribieron a la declaración de apoyo al gobierno.’ En Revista ‘Estandarte de la Verdad.’ Santiago, Chile. Agosto de 1975 147 Ibíd. 51 Sin embargo, no se debe estigmatizar a las iglesias evangélicas por su rechazo a los miembros de la institución Cristianos por el Socialismo, dado que esta nueva ideología-política-religiosa, en efecto, disgustaba y perjudicaba la imagen de todas las instituciones religiosas del país. En una entrevista realizada durante la primera semana de diciembre de 1973, el Cardenal Raúl Silva Enríquez explicó a la revista ‘Ercilla’ que “en una carta enviada al secretario general de ‘Cristianos por el Socialismo’, el 3 de marzo de 1972, dejábamos claramente establecida la diferencia entre marxismo y cristianismo y deplorábamos su simplismo ideológico y sus consecuencias prácticas.”148 Además, el Cardenal agregó que “a mi juicio, [el camino que proponen] no es la línea de la iglesia. [Además,] afirman cosas y tienen actuaciones totalmente reñidas con expresas declaraciones del Episcopado Nacional…”149 En efecto, las declaraciones emitidas por las iglesias evangélicas que adoptaron una postura oficialista, realmente fueron desconcertantes para toda la comunidad evangélica mundial, dado que esta fue la primera vez que un grupo de evangélicos defendieron a un organismo gubernamental, criticando y perjurando a las principales instituciones religiosas protestantes internacionales. Por otro lado, los mensajes y criticas pronunciados por las iglesias evangélicas oficialistas, también fueron bastante polémicos dentro de la propia nación, dado que las declaraciones de apoyo incondicional fueron incluidas dentro de los documentos que debieron haber sido propiamente religiosos. De hecho, utilizaron sus revistas para publicar diversos artículos con un sesgo ‘propagandístico-político’ que enaltecían a las autoridades castrenses. Por ejemplo, en la sección editorial de la revista ‘Sol de Justicia’ del mes de julio de 1976, se publicó una columna titulada ‘Libertad con autoridad’, en la cual se plantea que solo las autoridades militares fueron los organismos lo suficientemente competentes para restaurar la paz y la libertad en la sociedad chilena. Entre sus párrafos también se menciona que: “Hoy, esta libertad que fue amenazada por el totalitarismo extranjero ha sido nuevamente defendida y fortalecida por una autoridad firme y clara emanada de nuestras Fuerzas Armadas. Podemos ver cómo renace Chile en libertad con autoridad; libertad en que cada chileno cumpla con su deber para gozar merecidamente de su derecho; libertad en que cada cual respete el derecho ajeno, la propiedad, la ley, aportando en esta forma su colaboración a formar una patria verdaderamente libre, fuerte y poderosa 150 148 ‘Marxismo y Cristianismo.’ En Revista “Ercilla.” Santiago, Chile. Semana del 12 al 18 de diciembre de 1973. Pág. 14 149 Ibíd. 150 ‘Libertad con Autoridad.’ En Revista “Sol de Justicia.” Santiago, Chile. Julio/diciembre de 1976. Pág. 3 52 Los evangélicos oficialistas también se manifestaron en contra de las acusaciones y de las denunciadas publicadas por el Cardenal Raúl Silva Enríquez en abril de 1974, donde cuestionaba los abusos y excesos que habían sido perpetrados por las autoridades militares del país, respondiendo que “un gobierno no puede ser juzgado por testimonios aislados, sino por su realidad total. Estamos ciertos que […] sin duda se encontrarían hechos lamentables de abusos de poder e injusticias, que en un estado de guerra, por lo demás, es difícil evitar por la autoridad máxima.”151 Por lo tanto, las iglesias evangélicas que adquirieron una postura oficialista proclive al Gobierno Militar, en efecto, defendieron y enaltecieron a las autoridades militares producto de las interpretaciones de los versículos bíblicos del libro de Romanos 13 (1-2). No obstante, otras comunidades evangélicas adquirieron una postura diferente, dado que sus doctrinas religiosas estaban inspiradas en otros textos bíblicos. -Evangélicos en la defensa ciudadana Algunas de las denominaciones evangélicas que discreparon de la posición evangélica oficialista, intentaron evitar las discusiones políticas dentro de las instituciones religiosas, para preocuparse por sus trabajos y servicios sociales que habían desarrollado y perfeccionado desde hacia comienzos de siglo. Esta postura se inspiró en los textos bíblicos de la epístola de Romanos, capítulo 12, versículos 5, 6 y 7 en los cuales se estipula que: “Así nosotros, siendo muchos, somos un cuerpo en Cristo, y todos los miembros los unos de los otros. De manera que, teniendo diferentes dones, según la gracia que nos es dada, si el de profecía, úsese conforme a la medida de la fe; o si es de servicio, en servir, o el que enseña, en la enseñanza.” (Ro. 12. 5-7) Como todas las denominaciones cristianas forman parte del mismo Dios, lo importante de las instituciones religiosas y de los miembros de las comunidades cristianas, no recae en desempeñar actividades o roles sociales determinados, que no tengan un significado espiritual en concreto, sino que cada ser humano debe trabajar los dones que han sido otorgados por Dios. Por esta razón, en un artículo publicado el 26 de marzo de 1974 en el diario ‘La Segunda’, algunos representantes evangélicos sostienen que desarrollado sus dones “de acuerdo con el momento que vive nuestra patria, tratando de prestar colaboración en aquellas tareas que requieren, por su urgencia y por su finalidad, la intervención de organismos que puedan inspirar seguridad y confianza.”152 151 152 ‘Declaración de la Iglesia evangélica chilena.’ En: Puentes Oliva, Pedro. Op. cit. Pág. 29 ‘Evangélicos en la vía de la Reconstrucción.’ Diario “La Segunda.” Santiago, Chile. 26 de Junio de 1974. 53 Antes de que los abusos y excesos que habían sido perpetrados por las autoridades militares fuesen denunciadas por los representantes de la iglesia católica-romana chilena ante la prensa internacional, las instituciones religiosas, principalmente las denominaciones evangélicas, tuvieron una fuerte preocupación por los refugiados políticos que continuaban residiendo en el país. Cabe recordar que Chile se suscribió a los tratados de la convención del Ginebra el 12 de octubre de 1950, obligándola a respetar los derechos de asilo de todos refugiados extranjeros. No obstante, el Gobierno Militar no toleró que más de 12.000 refugiados con presuntas ideologías marxistas estuviesen bajo su amparo y protección, por lo que ordenó que todos los refugiados extranjeros debían abandonar el país. Para resolver los mandatos de la Junta Militar, la ‘Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados’ (ACNUR), decide crear en Chile el ‘Comité Nacional de Refugiados’ (CONAR). Lo interesante de CONAR, es que fue apoyado, respaldado y dirigido por las iglesias Católica-romana, Ortodoxa y Metodistas del país.153 Posteriormente, llegó la necesidad de evacuar a los chilenos que fueron perseguidos por el Gobierno Militar, respondiendo al humanitarismo y a la caridad de las iglesias. En ese momento, las iglesias que trabajaron en CONAR comenzaron a evacuar clandestinamente a los refugiados chilenos a las embajadas de Suecia, Francia, Inglaterra, Noruega, Italia, entre otras muchas embajadas, para ayudarlos a abandonar el país de forma segura. Según las estadísticas entregadas al diario ‘La Segunda’ por los representantes evangélicos chilenos que trabajaron en conjunto con los miembros de CONAR, “desde el 11 de septiembre [hasta Junio de 1974], […] 4.442 personas que se acogieron al Comité de [las iglesias evangélicas], pudieron abandonar el país.”154 El presidente de CONAR fue el ya mencionado Obispo de la Iglesia Luterana, Helmut Frenz. Entre 1973 y finales de 1974, Frenz trabajó en la evacuación de los perseguidos políticos extranjeros y chilenos. Sin embargo, la Junta Militar permitió que CONAR trabajara en la evacuación de los refugiados, con la condición de que posteriormente se disolvería en un plazo fijado por los propios militares. No obstante, antes de que CONAR cesara sus funciones, Helmut Frenz ya había conformado las bases de una institución para la ayuda de refugiados de carácter ecuménico. Los principales representantes de esta nueva institución, eran miembros de las iglesias Luterana, Metodista, Pentecostal, Ortodoxa y Católica. 153 Hourton, Jorge. “Memorias de un Obispo Sobreviviente: episcopado y dictadura.” Santiago, Chile. Lom Ediciones, 2009. Pág. 221-222 154 Ibíd. 54 El 1 de abril de 1975, Helmut Frenz, junto a los miembros de las otras iglesias evangélicas y cristianas, oficializó la ‘Fundación de Ayuda Social de las Iglesias Cristianas’ (FASIC). Esta institución se comprometió a la defensa de la ciudadanía que fue vulnerada, oprimida y marginada por el sistema implantado por las autoridades militares chilenas, enfatizando la protección de la vida y la libertad de toda la ciudadanía, desarrollando programas para la promoción y defensa de los derechos humanos en el ámbito social. Como se mencionó anteriormente, Helmut Frenz había trabajado en la acogida de los refugiados latinoamericanos durante el gobierno de Salvador Allende y en los programas para refugiados de CONAR, lo cual le permitió adquirir una vasta experiencia en los programas de ayuda de refugiados políticos y defensa de los derechos humanos. FASIC fue una institución que creció y adquirió mucho éxito a lo largo del país, convirtiéndose prontamente en una agencia especializada-operativa en el Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) en el Programa de Reunificación Familiar y Refugiados. En el sitio web de la ‘Guía Internacional de Fuentes de Archivo sobre Violaciones a los Derechos Humanos’155, se indica que FASIC “amplió su trabajo a la asistencia de presos políticos y sus familias y posteriormente, a través de la asistencia médica psiquiátrica y psicológica, [extendiendo] sus funciones a otras víctimas de la represión: personas torturadas, ex presos políticos y familiares de ejecutados políticos y de detenidos desaparecidos.”156 Por otro lado, y como ya se había mencionado anteriormente, algunas denominaciones evangélicas también participaron en el Comité de Cooperación para la Paz. Este comité fue fundado el 6 de octubre de 1973 con el objetivo de “[obligar] a [todas] las Iglesias a intervenir en la historia, de manera muy activa, concreta y directa […] [para realizar] una acción ecuménica que vaya en servicio de los damnificados.”157 Pero a finales de 1975, el General Pinochet ordenó la inmediata disolución del Comité Pro Paz. Posteriormente, el 1 de enero de 1976 la Iglesia católica fundó la Vicaria de la Solidaridad para continuar entregando ayuda a la ciudadanía, pero en esta comitiva las comunidades evangélicas no tuvieron la oportunidad de participar. 155 La Guía Internacional de Fuentes de Archivo sobre Violaciones a los Derechos Humanos, esta constituidas por documentos y registros que han sido guardados para servir como evidencia y memoria de eventos, actividades y acuerdos de la humanidad. Su propósito es convertirse en una Guía online que sea útil para cualquier persona u organización que investigue sobre violaciones a los derechos humanos y que pueda convertirse en una herramienta valiosa para establecer la verdad y el conocimiento acerca de algunos de los más sombríos episodios en la historia de la humanidad. 156 Human Right Violations. Fundación de Ayuda Social de las Iglesias Cristianas. 16 de Enero del 2012. <http://www.humanrightsarchives.org/fundacion-de-ayuda-social-de-las-iglesias-cristianas-3;isad>. 157 Valech, Sergio A. (ed). “Vicaria de la Solidaridad: historia de su trabajo social.” Santiago, Chile. Eds. Paulinas, 1991. Pág. 44 55 Sin lugar a dudas, la presencia de las comunidades evangélicas significó una gran ayuda para la defensa y protección de los perseguidos políticos chilenos durante el Gobierno Militar. Pero los perseguidos políticos no fueron las únicas personas que estuvieron sufriendo en la sociedad chilena entre 1973 y 1978. Cabe recordar que la situación social de los sectores mas desposeídos del país, era prácticamente deplorable. Por esta razón, algunas denominaciones evangélicas se preocuparon de utilizar su experiencia social, para crear iniciativas sociales que beneficiaran económicamente a los grupos más desposeídos. En palabras de los propios representantes evangélicos, estas fueron las “las exigencias del amor de Dios nos han compelido a actuar y siempre hemos procurado hacerlo según las normas de la Biblia, única regla de fe y práctica.”158 -Los evangélicos en las actividades de reconstrucción Inmediatamente después del alzamiento militar en septiembre de 1973, las comunidades evangélicas comenzaron a realizar distintas actividades de ayuda para contribuir a la mitigación del problema económico y social del país. En diciembre de 1973, en un documento titulado ‘Declaración de navidad de las iglesias evangélicas’ (Anexo N°7), los representantes evangélicos sostienen que “nuestras iglesias asumieron tareas con las cuales comenzamos a dar nuestro aporte y colaboración a los planes de reconstrucción y reconciliación: Programas de acción social y educativa [...]”159 Una de las actividades donde se destacó la participación de los evangélicos, fue en la construcción de una Planta Procesadora de Alimentos para el consumo inmediato en la región del Biobío a finales de 1974, mediante un acuerdo establecido con la Empresa Nacional del Carbón y algunas entidades productivas del sector rural y agrícola de la región. El 26 de junio de 1974, el diario ‘La Segunda’ publicó un reportaje en el que se mencionó que esta Planta Procesadora “contó con un centro elaborador de pan y otro destinado a la cocinería para producir suficientes sándwiches para alimentar a 12.000 trabajadores del carbón que se encontraban al interior de la mina.” 160 De esta forma, los mineros lograron mejorar su calidad de vida, dado que, por un lado, estos sándwiches fueron elaborados con carnes enriquecidas con proteínas que lograban aportar grandes dosis de energía, mientras que por otro lado, en comparación al precio referencial de la zona, estos sándwiches tuvieron un precio inferior de entre un 60 y 79 (%) por ciento, lo cual significó un ahorro salarial considerable para los mineros del carbón. 158 Documento. “Declaración de Navidad de las Iglesias evangélicas.” Santiago, Chile. Diciembre de 1974 Ibíd. 160 ‘Evangélicos en la vía de la reconstrucción.’ Diario “La Segunda.” Santiago, Chile. 26 de Junio de 1974 159 56 Otra de las actividades realizadas por Helmut Frenz en la década de 1970, fue la creación de la institución ‘Diaconía’161, la cual logró aunar los esfuerzos de diversas comunidades evangélicas y la iglesia católica-romana chilena. Esta institución se definió a sí misma como una “entidad ecuménica de asistencia y desarrollo que impulsa programas a favor de los menores, los habitantes de zonas rurales, la pesquería artesanal y las personas afectadas por situaciones de emergencia, como temporales, incendios y otros imprevistos.”162 En palabras de su creador, Diaconía se preocupó por aliviar la situación de los sectores más desposeídos, llevando una palabra de amor y esperanza “para elaborar proyectos de desarrollo y para solicitar el financiamiento de ellos.”163 Diaconía también se caracterizó por iniciar el diálogo con distintas agencias internacionales, tanto eclesiásticas como seculares, para obtener un respaldo económico constante que permitiera ejecutar todos los programas sociales que eran considerados indispensables para continuar con las distintas labores de reconstrucción que necesitaba el país a finales de la década. El diario ‘La Tercera’ publicó el 6 de febrero de 1978 un artículo en el cual algunos pastores evangélicos sostuvieron que “si bien estos programas tendrán énfasis en enfrentar los problemas de hoy, no por eso se desconoce la necesidad de ir visualizando soluciones a mediano y largo plazo.”164 En efecto, Diaconía necesitaba financiar sus proyectos en el mediano y en el largo plazo, debido a que realizaba tareas sumamente costosas. Desde 1973, esta institución había apadrinado a más de 1.000 infantes que se encontraban en situaciones desfavorables producto del problema económico que acongojaba a la nación. En los años subsiguientes lograron edificar 18 hogares de menores y 9 guarderías, en los cuales atendían aproximadamente a 2.870 menores de edad.165 Pero para poder prolongar y expandir su ayuda social a todo el país, era indispensable conseguir un mayor respaldo económico de alguna institución nacional o extranjera. Cabe recordar que todas estas actividades fueron financiadas directamente por los propios miembros de las comunidades religiosas del país, pero dada la amplitud del proyecto Diaconía, fue menester solicitar ayuda financiera externa. 161 Diaconía fue una institución fundada por el Obispo Luterano Helmut Frenz durante el gobierno de Salvador Allende. No obstante su crecimiento y su apogeo de encuentra dentro de los primeros años del gobierno de la Junta Militar chilena. 162 ‘Iglesias Evangélicas llaman a ayudar a los desposeídos.’ Diario “La Tercera.” Santiago, Chile. 6 de Febrero 1978 163 Frenz, Helmut. Op. cit. Pág. 96 164 ‘Iglesias Evangélicas llaman a ayudar a los desposeídos.’ Diario “La Tercera.” Santiago, Chile. 6 de Febrero 1978 165 Ibíd. 57 Otra institución de carácter evangélico que trabajó en la mitigación del problema económico nacional, fue el ‘Servicio Evangélico para el Desarrollo’ (SEPADE) fundada en 1975 por la Corporación Misión Iglesia Pentecostal. En sus primeros años, funcionó como un departamento encargado de diseñar e impulsar diversos proyectos de promoción social166, conocido mediante el nombre de ‘Comisión Técnica Asesora’ (CTA), cuya existencia se formalizó mediante una Reforma de estatutos y Reglamentos de la Iglesia Pentecostal en febrero de 1976. En palabra de uno de sus fundadores, los trabajos realizados por el SEPADE entre 1975 y 1980, solo pueden ser definidos como ‘paliativos’, dado que estos trabajos “se concibieron como una acción de emergencia, tanto por la gravedad de los problemas que afectaban a la población, como por la falta de claridad acerca de la temporalidad y profundidad de los cambios que comenzaba a experimentar la sociedad chilena.”167 El 13 de septiembre de 1980, el Pastor Edgardo Toro, director nacional de la Iglesia Wesleyana168 y miembro de AIECH y de SEPADE, manifestó en un Encuentro de Reflexión en el Centro Comunitario de la Población La Victoria, lo siguiente: “Yo creo que las autoridades no han reconocido que las iglesias, al abrir comedores, han estado contribuyendo a paliar la situación del país en general. Porque si no hubieran existido estos comedores, la desnutrición que habría habido aquí en Chile habría sido muy superior. Nosotros, en San Miguel, cerca de Santa Rosa, tenemos un comedor al que han llegado niños en grado de desnutrición enviados por el Policlínico. Han llegado acá para que el comedor pueda hacer algo por ellos. […] Podemos decir, entonces, que las iglesias están contribuyendo a salvar un poco la situación de los niños, que son la reserva del país, y yo creo que las municipalidades tendrían que cooperar en este desarrollo.”169 Posteriormente, el SEPADE comenzó a recibir ayuda de las instituciones religiosas extranjeras para concretar y perfeccionar las distintas labores de ayuda que se realizaban en las diversas localidades rurales y populares de la zona central del país. El problema inicial de esta institución, fue que sus actividades requirieron demasiado personal de trabajo, por lo que fue necesario solicitar la ayuda de voluntariados. Con el paso del tiempo, los trabajos de voluntarios 166 Algunos proyectos de promoción social fueron, por ejemplo, las capacitaciones agrícolas para cosechar tomates y verduras. También fueron comunes la creación de comedores populares en las zonas más necesitadas. 167 Sepúlveda, Juan. “SEPADE, Memoria 30 años.” Concepción, Chile, 2005. Pág. 17 168 La Iglesia Wesleyana, si bien no se identifica con el movimiento de las iglesias evangélicas chilenas, se sabe que a mediados del siglo XX esta iglesia formó parte del ‘Concilio Evangélico de Chile’. En: Vergara, Ignacio. “El protestantismo en Chile.” Santiago, Chile. Editorial del pacifico S.A., 1962. Pág. 144 169 Sepúlveda, Juan. Op. cit. Pág. 19 58 de SEPADE aumentaron significativamente, demostrando que las actividades de la institución generaron un gran impacto en las zonas más desposeídas del país, por lo que a comienzos de la década de 1980, los representantes de la fundación, decidieron consolidar el SEPADE como una corporación de derecho privado, manifestando que su objetivo era “contribuir al desarrollo de [las] capacidades que requieren las personas, grupos y comunidades para emprender iniciativas que tengan como objetivo superar las condiciones de pobreza y vulnerabilidad social que les aqueja”.170 El gran éxito de esta institución, ha permitido que sus actividades se hayan mantenido en funcionamiento hasta hoy en día. Con estos ejemplos se ha intentado explicar que las comunidades evangélicas chilenas contribuyeron a restablecer y/o mitigar los problemas económicos y sociales de distintas zonas del país durante la década de 1970. Pero es necesario mencionar que existieron otros programas de ayuda social y económica –de menor envergadura- que realizaron las comunidades evangélicas, pero estas han preferido permanecer en el anonimato. Lo importante es que los evangélicos cobraron un rol protagónico a lo largo de la década de 1970 para apoyar y legitimar al Gobierno Militar, al mismo tiempo en que lucharon por proteger y defender los derechos de los perseguidos políticos, junto con la creación de los programas de ayuda y de mitigación del problema económico que se encontraba a lo largo del país. La excepcionalidad de las iglesias evangélicas durante la década de 1970, se encuentra en las declaraciones que pronunciaron a favor de las autoridades de la Junta Militar. Nunca antes las iglesias evangélicas habían participado en un acontecimiento con semejante carga política. Por esta razón, el diario ‘La Tercera’, publicó el 28 de agosto de 1975 un artículo en donde recalcaba que ésta era “la primera vez que un Gobierno recibe [a los evangélicos] y les presta reconocimiento oficial, [reconociéndola] como una de las fuerzas vivas del país.”171 Estos reconocimientos contribuyeron posteriormente a que las iglesias evangélicas adquirieran, por primera vez, algunos beneficios de carácter religioso que nunca antes se les había concedido. 170 Servicio Evangélico para el desarrollo SEPADE. Red Conosur. <http://www.redconosur.com/directorio-porpaises/25-servicio-evangelico-para-el-desarrollo-sepade.html> 171 ‘Evangélicos destacan excelentes relaciones con la Junta Militar.’ Diario “La Tercera.” Santiago, Chile. 28 de agosto de 1975. 59 Los beneficios y problemas de los evangélicos durante el Gobierno Militar Las labores que efectuaron las iglesias evangélicas durante los primeros años del Gobierno Militar chileno, fueron debidamente recompensadas por el General en Jefe Augusto Pinochet mediante distintos beneficios y reconocimientos que fueron otorgados durante los primeros años del gobierno castrense. No obstante, es necesario recordar que la comunidad evangélica chilena se encontraba fuertemente polarizada por los conflictos políticos y sociales del periodo, por lo que algunos de los beneficios, en efecto, no fueron concedidos para todas las denominaciones evangélicas del país. Además, no es posible establecer cuáles fueron los primeros o los últimos beneficios que les fueron otorgados a las comunidades evangélicas, dado que algunos solo quedaron en promesas, mientras otros tantos fueron interminablemente tramitados a lo largo de todo el Gobierno Militar. Por esta razón, se describirán a continuación solo los beneficios que lograron generar un mayor impacto en la comunidad evangélica entre 1974 y 1978. -Los beneficios de los evangélicos Una vez que el General Augusto Pinochet, comprendió la importancia que representaban las instituciones evangélicas para legitimar el Gobierno Militar en el poder político chileno, rápidamente decidió recompensar a las denominaciones religiosas que formaron parte de la postura oficialista que respaldó a las autoridades militares, intentando demostrar que todas las acciones y declaraciones del pueblo evangélico habían sido tomadas en consideración. Muchos de estos beneficios fueron paulatinos o ineficientes, por lo que rápidamente algunos líderes de la comunidad evangélica del país exigieron al mandatario que se comprometiera con los evangélicos. El 27 de agosto de 1975, el General Pinochet se reunió con los representantes del Consejo de Pastores172, en una entrevista que tuvo por objetivo conocer y registrar las inquietudes y necesidades de las iglesias evangélico del país. Esta entrevista se realizó de forma privada y duró alrededor de 40 minutos, concluyendo con un compromiso por parte del mandatario para resolver a la brevedad todas las peticiones que habían solicitado (Anexo N° 6). 172 En la entrevista, el General Pinochet se reunió con el Pastor Carlos San Martin P, el Pastor Oscar Sandoval, el Pastor Alberto Küpfer K., el Pastor Ismael Sáez y el Pastor Pedro Puentes O., quienes solicitaron distintos beneficios para las comunidades evangélicas del país. 60 El Pastor Carlos San Martin P. declaró explícitamente al General Pinochet que era necesario “definir el trato que las autoridades deben dar a los pastores y corporaciones evangélicas especialmente en lo que respecta a sus actividades.”173 Este problema preocupaba al Pastor San Martin, porque el trato que recibían los líderes evangélicos, variaba drásticamente entre las distintas autoridades provinciales, departamentales y comunales del país, generando incluso limitaciones arbitrarias que eran prácticamente incomprensibles. Como sugerencia, el Pastor Carlos propuso crear una Corporación que se hiciera responsable de las labores que ejecutan y un registro oficial de todas las autoridades evangélicas, especificando el trato que se le debe dar. Si bien nunca ha sido competencia de las autoridades de gobierno el crear una Corporación de carácter religioso, la solicitud del Pastor Carlos San Martin fue debidamente atendida. En febrero de 1977 se publicó en el diario ‘La Tercera’ que “el General Hernan Bejares, Ministro Secretario General de Gobierno, [puso] a disposición del Consejo de Pastores una oficina especial en el edificio Diego Portales.”174 Cabe recordar que después del bombardeo del palacio de la Moneda el 11 de septiembre de 1973, el edificio Diego Portales se convirtió en la improvisada ‘Sede de Gobierno’ de la Junta Militar, por lo tanto, la oficina que otorgada al Consejo de Pastores, prácticamente se encontraba dentro de la casa de gobierno. Este fue un gesto que demostraba el interés de las autoridades militares hacia las iglesias evangélicas del país. En cambio, el Pastor Oscar Sandoval declaró una preocupación completamente diferente. Teniendo en consideración el aumento progresivo de los evangélicos durante la década de 1970 en Chile (Anexo N°1), el Pastor Sandoval solicitó al General Pinochet “la liberación de impuestos Municipales [para] las construcciones de Templos y sus dependencias, [y] la liberación de Derechos Aduaneros a los elementos de trabajo que traen los Misioneros y Pastores que ingresan al país.” 175 La liberación de impuestos municipales se resolvió satisfactoriamente a favor de los representantes evangélicos en los meses subsiguientes, pero se mantuvo en discusión durante varios años la liberación de Derechos Aduaneros. No obstante, el resultado del beneficio fue casi inmediato, dado que se lograron construir rápidamente muchas iglesias a lo largo del país. 173 Temario. ‘Entrevista del Consejo de Pastores con el Presidente de la República, celebrada el 27 de Agosto de 1975.’ En: Lagos S., Humberto. “Relaciones Iglesias evangélicas y Gobierno, Chile 1973-1976.” Tesis (Ciencias Del Desarrollo, mención Teología). Santiago, Chile. ILADES., 1977.Pág. 58 174 ‘Intensa actividad ha desplegado el Consejo de Pastores de Chile’ Diario “La Tercera.” Santiago, Chile. 10 de febrero de 1977. 175 Temario. ‘Entrevista del Consejo de Pastores con el Presidente de la República, celebrada el 27 de Agosto de 1975.’ En: Lagos S., Humberto. Op. cit. Pág. 59 61 El Pastor Alberto Küpfer K., se dirigió ante el General Pinochet para solicitar Capellanías Evangélicas Oficiales176 en los centros hospitalarios y en las inmediaciones de las Fuerzas Armadas del país. El motivo de esta petición, fue que era evidente “la hegemonía que se atribuye la Iglesia Católica en esta materia y los exigentes requisitos que hay sobre la materia. [Por lo tanto,] se hace necesario revisar estos requisitos para hacer más factible los nombramientos de capellanes evangélicos.” 177 El objetivo final de la solicitud del Pastor Küpfer, apuntaba principalmente a conseguir la ‘igualdad’ con la Iglesia católica-romana del país, dado que en 1975 aún existían muchas diferencias entre las facultades y privilegios que disfrutaban estos cultos religiosos. Años más tarde, la disputa por la ‘igualdad’ continuó presente entre los miembros de las comunidades evangélicas. Por ejemplo, el 19 de mayo de 1977, algunos líderes evangélicos declararon en una entrevista del diario ‘El Cronista’ que “El Consejo de Pastores [había solicitado] al General Pinochet que se diera un trato igualitario de los Pastores evangélicos con respecto a sacerdotes de otras religiones, y el Gobierno [en 1977] ya está entregando ese trato que nuestra Iglesia reclamaba hace más de 30 años.”178 Sin embargo, el ‘trato igualitario’ fue un concepto bastante ambiguo. En marzo de 1978 un grupo de pastores evangélicos redactaron una carta dirigida al Presidente General Pinochet, para solicitar, nuevamente, el trato igualitario entre las principales instituciones religiosas del país (Anexo N°7). En esta carta, los pastores sostienen que existen muchos decretos de ley que condicionan y restringen el culto de las iglesias evangélicas. Sin embargo, las iglesia católicaromana no se ve afectada por los decretos de ley. Posteriormente, el General Pinochet respondió al documento manifestando que las solicitudes serán debidamente estudiadas (Anexo N°8), aunque los resultados no se verían hasta mediados de la década de 1980. El Pastor Ismael Sáez se encontró preocupado por la enseñanza religiosa que se impartía en los colegios del país. El 23 de julio de 1975, se publicó en el ‘Diario Oficial de Chile’, un decreto que aprobaba un nuevo programa de religión católica en los establecimientos educacionales. Este acontecimiento gatillo la posibilidad de que las comunidades evangélicos del país, pudiesen impartir sus propias clases de religión en los establecimientos educacionales donde existiera una mayor concentración de alumnos del credo evangélico. 176 Las Capellanías son fundaciones en la cual el capellán tiene derecho a cobrar algunos bienes materiales (dinero) a cambio de la obligación de celebrar misas y otros actos de culto. 177 Ibíd. 178 ‘Campaña Anti-Chile sigue, pero la realidad lo desmiente todo.’ Diario “El Cronista.” Santiago, Chile. 19 de Mayo de 1977 62 Si bien en 1975 predominó la tesis de que la religión debe dejarse al pulpito y al hogar, y no a los establecimientos educacionales, entre 1976 y 1977 la posibilidad de crear un programa de clases de religión evangélicas tomó mayor fuerza dentro del Consejo de Pastores. Como resultado de esta iniciativa, el 18 de octubre de 1977, el Ministerio de Educación Pública, comenzó la discusión sobre los reglamentos de clases de religión de otros credos que deberían incorporarse a los establecimientos educacionales. El jueves 09 de marzo de 1978 se publicó en el Diario Oficial, el Decreto de Ley N° 776 de las clases de religión. En esta ley se permite, según el Art. N°1, un plan de estudio de dos horas semanales de clases de Religión, para los cursos de nivel de transición de Educación Parvulario y Educación General Básica, mientras que en el Art. N°2 se estipula que la Enseñanza Media incluirá en su plan de Estudio una hora semanal de Religión. Y para no tener problemas con el credo que profesan los alumnos de los colegios, se dispuso el Art. N°3, en el cual se estipula que las clases de religión serán optativas en todos los establecimientos educacionales.179 Inmediatamente después de la publicación de la Ley de Educación de Religión, los miembros de las comunidades religiosas del país manifestaron su agradecimiento al General Augusto Pinochet. El 10 de marzo de 1978, en el diario ‘La Tercera’ se publicó que “los representantes de todos los credos religiosos que existen en el país manifestaron ayer su agradecimiento al Presidente de la República por las disposiciones que reglamentan las clases de religión en los establecimientos educacionales.” 180 El Pastor Pedro Puentes O. mantuvo un fuerte interés por la radiodifusión evangélica en Chile. Este interés se debió a los excelentes resultados que se obtenían producto de las predicaciones evangélicas radiales en toda Latinoamérica. El misionero y radio-locutor Manuel Garrido Aldama, sostiene que “el empleo de la radiodifusión reviste una característica que la debe hacer doblemente deseada y utilizada [por los] pueblos sudamericanos, [dado que] la radiodifusión presenta un atractivo singular para escuchar programas evangélicos a aquellos que saben lo que pueden hacer en el secreto de su propio hogar.”181 No obstante, en Chile existieron diversos problemas para montar las señales radiales, producto de los altos costos del arrendamiento de las emisoras y sus respectivos permisos. 179 ‘Ministerio de Educación Pública. Reglamenta clases de Religión en Establecimientos Educacionales.’ En “Diario Oficial de la República de Chile.” Santiago, Chile. Jueves 09 de marzo de 1978. 180 ‘Todos los credos agradecieron el reglamento de clases de Religión.’ Diario “La Tercera.” Santiago, Chile. 10 de marzo de 1978. 181 Damboriena, Prudencio. Op. cit., Pág. 18; Extracto del libro: Garrido Aldama, Manuel. “Radiodifusión evangélica.” Buenos Aires, 1945. 63 Inspirado por el éxito de la radiodifusión en el continente latinoamericano, y la escases de emisoras evangélicas en el país, el Pastor Pedro Puentes le solicitó al Presidente General Pinochet “la esperanza [de que se le conceda una] concesión de una frecuencia radial para montar una radioemisora, [ya que también había] sido oficialmente solicitado por RAINECH, Radiofonía Interdenominacional Evangélica de Chile.”182 En efecto, la solicitud del Pastor Pedro fue debidamente resuelta en los años subsiguientes, lo cual generó a su vez, que diversas denominaciones evangélicas adquirieran estaciones radiales para la radiodifusión de la doctrina religiosa, dominando el espectro radial de las frecuencias de Amplitud Modular (AM). Los reconocimientos y beneficios otorgados por la Junta Militar hacia las iglesias evangélicas, contribuyo a que el culto religioso lograse consolidarse dentro de la sociedad chilena, alcanzando nuevos espacios para la predicación y la expansión de la doctrina dentro de nuevas esferas sociales del país. Si bien algunos de los beneficios no estuvieron disponibles para todas las denominaciones evangélicas, como lo es la creación de la oficina especial en el edificio Diego Portales, el resto de las solicitudes requeridas por los Pastores y Obispos, beneficiaron a todas las denominaciones evangélicas del país. No obstante, algunos de los beneficios otorgados por las autoridades militares, se convirtieron en incoherencias legislativas que perjudicaron directamente el desenvolvimiento de las iglesias evangélicas en sus labores de servicios sociales y en las actividades de congregación religiosa, generando diversos problemas que perjudicaron los roles sociales que intentaron asumir las comunidades evangélicas durante los primeros años del Gobierno Militar. -Los problemas de los evangélicos durante el Gobierno Militar Para obtener el reconocimiento oficial por parte de las autoridades del gobierno chileno en la década de 1970, las denominaciones evangélicas tuvieron que soportar una infranqueable lucha con los organismos gubernamentales para modificar los decretos y leyes que condicionaban la libre práctica del culto evangélico en el país. Sin embargo, el principal de los problemas evangélicos, no se encontraba en las legislaciones religiosas del país, sino que formaba parte de los decretos de ‘seguridad nacional’ que impusieron las autoridades militares en Chile a finales de 1973. 182 Temario. ‘Entrevista del Consejo de Pastores con el Presidente de la República, celebrada el 27 de Agosto de 1975.’ En: Lagos S., Humberto. (1977). Op. cit. Pág. 59 64 El 4 de marzo de 1974, la Junta de Gobierno de la República de Chile decretó una prorroga (hasta el 1 de octubre de 1975 y luego con fecha indefinida) del ‘mandato de Directivos de Juntas de Vecinos y otras organizaciones’, mediante el Decreto de Ley N° 349, para mantener el orden en la nación. En el Art. 3 de este decreto, se establece que: “…el Gobernador del Departamento (elegido por las autoridades de gobierno) podrá solicitar en cualquier tiempo la renuncia de uno o más de los miembros de las directivas a que se refieren los artículos precedentes (Juntas de Vecinos, Centros de Madres y otras organizaciones Comunitarias y Funcionales registradas bajo una Personalidad Jurídica de Derecho), hayan sido o no designados por él, y nombrar de inmediato a los reemplazantes. […] Si el afectado no presentare su renuncia dentro del plazo que al efecto se le fije, el Gobernador deberá dictar un decreto removiéndolo del cargo.”183 Si bien este artículo estuvo dirigido a las instituciones no-gubernamentales de carácter social y comunitario, las iglesias evangélicas, al estar registradas bajo una Personalidad Jurídica de Derecho (PJD), estuvieron obligadas a someterse estos decretos. En otras palabras, las autoridades de gobierno tuvieron una completa potestad para remplazar a los dirigentes de las iglesias evangélicas, sin que las iglesias evangélicas pudiesen hacer algo al respecto. Posteriormente, el Decreto N° 349 fue modificado y prorrogado a través del diario Oficial de la Republica de Chile el 27 de mayo de 1974, el 31 de mayo de 1974, el 27 de febrero de 1975, el 4 de marzo de 1975, el 18 de abril de 1975, y el 29 de diciembre de 1976 con los Decretos N° 461, N° 474, N° 897, N°911, N° 971 y el N° 1.623, respectivamente, con el objetivo de modificar el tipo de instituciones que deberían regirse bajo estos decretos. No obstante, en ningún momento se excluyó a las iglesias evangélicas de la aplicación de esta ley, lo cual generó el descontento entre los principales representantes de la comunidad evangélica chilena. Posteriormente, el 25 de septiembre de 1975 se promulgó a través del Diario Oficial de Chile, el Decreto de Ley N° 1.183, en el cual se determina el ordenamiento de ingreso y recursos de instituciones que no persiguen fines de lucro. En el Art. N° 1 de este Decreto, se establece que “las instituciones de derecho privado que persiguen fines benéficos no podrán recibir aportes, donaciones, empréstitos, subvenciones ni cualquier otro tipo de ayuda o contribución de personas jurídicas nacionales privadas o de personas jurídicas extranjeras, públicas o privadas.”184 183 ‘Prorroga mandato de Directivas de Juntas de Vecinos y otras organizaciones.’ En “Diario oficial de la República de Chile.” Santiago, Chile. 04 de marzo de 1974. 184 ‘Ministerio de Hacienda: determina ordenamiento de ingresos y recursos de instituciones que no persiguen fines de lucro.’ En “Diario oficial de la República de Chile.” Santiago, Chile. 25 de septiembre de 1975. 65 El problema fue que la promulgación del Decreto de Ley N°1.183 también fue aplicado a las instituciones y congregaciones evangélicas por extensión indebida, a pesar de que las instituciones evangélicas chilenas, en efecto, no fueron instituciones que lucraron con sus servicios sociales, realizados a través de trabajos voluntarios. Cabe recordar que AIECH (por ejemplo) recibió donaciones extranjeras –enviado por la UNELAM–, con el objetivo de financiar los principales proyectos sociales que desempeñaba esta institución, como lo fueron las actividades de protección y liberación de los ciudadanos chilenos que se encontraban bajo la persecución política del periodo. Por lo tanto, tras la imposición del Decreto de Ley N° 1.183, diversas actividades evangélicas se vieron parcialmente limitadas o interrumpidas, tras el impedimento de la recepción de las donaciones monetarias extranjeras. En mayo de 1978, cuando el descontento de las comunidades evangélicas fue insostenible, por las estrictas leyes que dificultaban el libre culto y el correcto trabajo de sus instituciones de ayuda social y económica, los dirigentes de la AIECH redactaron una carta dirigida al Presidente General Augusto Pinochet para manifestarle su inconformidad (Anexo N°7). En esta carta, los representantes de la AIECH manifestaron que “las iglesias cristianas no pueden ni deben quedar condicionadas a la buena o mala administración o uso que de una o varias normas legales hagan los encargados de ejecutarlas. [Así que] solicitamos a Vuestra Excelencia se dicte una disposición subsanando [estas] obligaciones que extemporáneamente nos afectarían.”185 Sin embargo, la carta dirigida al General Pinochet también fue acompañada con una concreta solución, la cual dejaría satisfechos a todas las partes que se encontraban relacionadas con el conflicto. Los representantes evangélicos sostuvieron que “la realidad es clara. Estamos ante restricciones a la libertad religiosa, que son fácilmente subsanables y por ello PROPONEMOS […]: ‘excluya de las disposiciones señaladas a las Corporaciones de derecho privado de carácter religioso’.”186 Es decir, a las Iglesias Evangélicas. Finalmente en junio de 1978, Augusto Pinochet respondió personalmente a los miembros de AIECH (Anexo N°8), manifestando que se ha “dispuesto que la Asesoría Jurídica de la Presidencia de la República estudie la materia, para buscar una formula de solución satisfactoria.”187 185 ‘Carta dirigida al Presidente Augusto Pinochet, para resolver problemas de Libertad Religiosa.’ Santiago, Mayo de 1978. Ibíd. 187 ‘Carta dirigida a las Iglesias evangélicas de chile, en respuesta por los problemas de Libertad Religiosa.’ Santiago, 20 de Junio de 1978. 186 66 Por otro lado, el 3 de mayo de 1978, el comité ejecutivo del Consejo de Pastores, en conjunto a otras instituciones religiosas, se manifestaron para derogar el Decreto Supremo N° 776 sobre las clases de Religión promulgado en marzo del mismo año. El 4 de mayo de 1978, en el diario ‘La Tercera’ se publicó un artículo titulado ‘Clases de religión en colegios: en todos los niveles el Consejo de Pastores lucha por la derogación’, en el cual se menciona que “el Consejo de Pastores no fue citado en ningún momento a las reuniones celebradas en el Ministerio de Educación para elaborar el Decreto 776, de reciente promulgación, que reglamenta el decreto 430 de 1975.” 188 Por este motivo, diversos pastores insinuaron que esta ley atentaba contra la libertad religiosa del país, dado que las exigencias para poner en práctica las clases de religión, eran básicamente ilusorias. A pesar de las enormes discrepancias que sostuvieron las diversas denominaciones evangélicas que discutieron la aplicación del Decreto N°776 de las clases de religión, algunos miembros del culto evangélico manifestaron en la sección ‘Cartas al Director’ del diario ‘la Tercera’ del 11 de mayo de 1978, que todos los evangélicos “debieron haber dado un ¡Gloria a Dios! por haberse presentado esta oportunidad de divulgar la doctrina cristiana y de impartir en forma directa la juventud por profesores cristianos.”189 Otro problema que acongojó a las iglesias evangélicas, fue el cisma generado dentro de la Iglesia Luterana, a causa de los conflictos políticos del país. Desde la creación del Comité Pro paz, algunos miembros de las comunidades evangélicas del país –principalmente algunos grupos luteranos y los miembros del Consejo de Pastores–, comenzaron a cuestionar las acciones y los trabajos que había realizado el obispo luterano desde inicios de 1970. Desde comienzos de 1974, Helmut Frenz tuvo problemas con los miembros de la Iglesia Luterana de Chile. En una entrevista realizada por la revista ‘Ercilla’, Frenz destaca que muchos representantes de su propia Iglesia preguntaron ‘¿Por qué ahora se preocupan por la paz (con el comité de cooperación para la paz) y no antes, cuando los violentistas de la UP se tomaban los predios de los descendientes de aquellos colonos que trajese Pérez Rosales?’, a lo que respondió que “nuestra acción es la consecuencia de nuestra predica del Buen Samaritano […] Como elegimos esparcir el mensaje evangélico de Jesucristo, no pudimos negarnos a oírlos y ayudarlos. Mi motivación fue solo espiritual.”190 188 ‘En todos los niveles, el Consejo de Pastores lucha por la derogación.’ Diario “La Tercera.” Santiago, Chile. 4 de mayo de 1978 189 ‘Sección: Cartas al Director. Diario “La Tercera.” 11 de Mayo de 1978 190 ‘Entrevista al Obispo de la Iglesia Luterana: Helmut Frenz.’ En Revista “Ercilla.” Santiago, Chile. 1974 Pág. 12. 67 El 19 de junio de 1975 (2 meses después de la fundación de FASIC), el diario ‘El Mercurio’ publicó un artículo donde algunos evangélicos mencionaron que “[Frenz] ya no predica el evangelio según San Pablo, sino que lo hace con predicas politizadas, mutiladas, falseadas. […] [Por eso] solicitaron al Gobierno la expulsión del país de Frenz […] por el daño ocasionado sistemáticamente a Chile, su tarea divisionista dentro de la comunidad y porque se valen de fuerzas extra-eclesiásticas para cumplir con su corrosiva labor.”191 El conflicto desatado por las acciones de Frenz, motivaron a la división de la Iglesia Luterana en las facciones que respaldaban al obispo y las que buscaban su destitución. Semanas más tarde, el Obispo Frenz fue destituido de sus cargos y luego exiliado del país, bajo el amparo del Decreto de Ley N° 349. Inmediatamente después, en el diario ‘La Segunda’ se publicó una polémica noticia, en la cual se mencionaba que “El nuevo obispo luterano, Ricardo Wagner, informó al Presidente de la República que su Iglesia se retira del Comité Pro Paz ‘organizado por Helmut Frenz, por el tinte netamente político que tiene esa institución y que ha sido en parte motivo de los problemas de los luteranos’.” 192 Las declaraciones del nuevo obispo luterano, solo demostraron que el Gobierno Militar intentó destruir todos los avances de defensa ciudadana que habían conseguido los miembros del Comité Pro Paz y FASIC, catalogándolos como instituciones que defendían el marxismo internacional. En definitiva, las autoridades militares intentaron recompensar a las comunidades evangélicas del país, después de haber ayudado a la legitimización del Gobierno Militar en el poder político chileno y a la reconstrucción nacional mediante la constitución de diversas comitivas sociales, durante la década de 1970. Pero al mismo tiempo, las autoridades militares intentaron controlar a las iglesias evangélicas chilenas con la publicación de diversos decretos de leyes que manipulaban o intervenían en las prácticas y decisiones de las comunidades evangélicas. Como resultado, se generó un nuevo vínculo que aunaba los intereses de todas las iglesias evangélicas de Chile: la libertad religiosa del país. Esto demostró que la polarización y la fragmentación del culto religioso no fueron obstáculos para comprender que el deseo de las iglesias evangélicas, nunca fueron destruidos o corrompidos por los conflictos políticos y sociales que asolaron a la nación. 191 192 ‘Se estudia situación de Obispo Luterano’. Diario “El Mercurio.” Santiago, Chile. 19 de junio de 1975 ‘Nuevo Obispo Luterano con el General Pinochet.’ Diario “La Segunda.” Santiago, Chile. 25 de junio de 1975 68 Conclusión de capítulo En el apartado número III del Informe para la UNELAM, los representantes de las iglesias evangélicas de chile sostienen que “nosotros estamos convencidos de que Dios utiliza a su pueblo, las comunidades de los que creen en El, para realizar su acción creadora y salvadora.”193Sin embargo, las comunidades protestantes solo logran comprender la voluntad de Dios, a través de la interpretación de las escrituras de los textos bíblicos. Por lo tanto, en la década de 1970, la interpretación de la ‘acción salvadora’ de Dios, resultó ser una aseveración bastante ambigua. Algunas denominaciones evangélicas, advirtieron que la voluntad de Dios se encontraba junto a las autoridades de la Junta Militar, por lo que utilizaron todos los medios disponibles para resguardar la respuesta que Dios les había enviado. Por el contrario, otras denominaciones interpretaron que la voluntad de Dios se encontraba en los servicios sociales de ayuda, vendando a los heridos o a los necesitados, inspirados por la parábola del ‘Buen Samaritano’. Sin importar cuál fue la interpretación bíblica más correcta, lo importante fue que las iglesias evangélicas trabajaron en los servicios sociales y en el apoyo a las autoridades de gobierno, con la intencionalidad de responder y satisfacer la voluntad de Dios. Es menester recordar el libro de San Lucas, en el cual indica que ‘No juzgues, y no seres juzgados; no condenes, y no seres condenados.’(Lc. 6, 37), lo que sugiere que lo mejor es no enjuiciar a las iglesias de 1970 por sus decisiones. Sin embargo, lo que concierne a esta investigación, se encuentra íntimamente relacionado con las actividades que desempeñaron las iglesias evangélicas chilenas, producto de las interpretaciones de los textos bíblicos. Observando las obras sociales que desempeñaron las comunidades evangélicas a lo largo del siglo XX, hasta finales de la década de 1970, en efecto, se aprecia una evidente evolución. A comienzos de siglo las primeras denominaciones evangélicas sólo pudieron ofrecer algunas obras de Caridad, caracterizándose por su ‘ayuda espiritual’ y ‘fraternal’ en los sectores más desposeídos de la sociedad. No obstante, durante los primeros años de la Junta Militar, las denominaciones evangélicas no solo aumentaron sus servicios sociales a lo largo del país, sino que también lograron ofrecer respuestas concretas para mitigar o subsanar los problemas económicos y políticos-sociales que acongojaban a los sectores más desprotegidos de la nación. 193 Documento. Informe UNELAM. (1973) Op. cit. apartado número III. 69 Otra de las características de las iglesias evangélicas que se desarrollaron durante la década de 1970, fue el aumento de las exigencias a las autoridades gubernamentales. Cabe recordar que las primeras iglesias evangélicas-protestantes del país, tuvieron muchas limitaciones que les impidieron predicar la doctrina religiosa, pero son muy escasos los registros que demuestren las quejas evangélicas para adquirir mayores libertades. No obstante, en la década de 1970 los representantes de las iglesias evangélicas no dudaron en solicitar directamente al Presidente de la República, mayores beneficios y libertades para expandir la doctrina religiosa por el país. Tanto las denominaciones evangélicas que adscribieron a la postura oficialista que fue proclive al Gobierno Militar, como también las denominaciones que cuestionaron y criticaron a las autoridades militares por los abusos y excesos que habían perpetrado en la sociedad chilena, dialogaron, solicitaron, discutieron y aprobaron distintos acuerdos para la practica del culto evangélico. No importó la posición y disposición política de las iglesias evangélicas, dado que todas desarrollaron las capacidades para solicitar nuevos requerimientos para la doctrina religiosa. Pero uno de los cambios más interesantes de las iglesias evangélicas, fue que no solo intentaron legitimar el Gobierno Militar en el poder político del país, sino que en los años posteriores también adquirieron una faceta de ‘activismo políticos’, dado que para el Plebiscito Nacional del 04 de enero de 1978, donde se realizó una consulta ciudadana para saber si apoyaban o rechazaban la legitimidad del gobierno, los representantes de algunas iglesias evangélicas publicaron, por ejemplo, en el diario ‘La Tercera’ el 02 de enero de 1978, algunos anuncios en los que declaraban que todos los evangélicos debían “votar por el Si.”194 194 ‘El pueblo evangélico vota sí’. Diario “La Tercera”. Santiago, Chile. 02 de enero de 1978. 70 Conclusiones Finales Mientras se desarrollaron y perfeccionaron los servicios de ayuda en los sectores más desposeídos de Chile y Latinoamérica durante la primera mitad del siglo XX, las comunidades evangélica-protestantes comprendieron que las agrupaciones marxistas también habían estado trabajando en los mismos objetivos sociales: la superación de la pobreza y la marginación de la clase obrera trabajadora. Esto motivó a que ambas instituciones desarrollaran actividades interinstitucionales durante las décadas subsiguientes, con el objetivo de generar una coalición política-religiosa que confrontara la ya consolidada alianza de la iglesia católica-romana con los sectores políticos más conservadores, dado que esta coalición católica-conservadora fue la que impidió que los marxistas y protestantes latinoamericanos desempeñaran exitosamente sus trabajos políticos y sociales, respectivamente. Por lo tanto, se podría señalar que desde los orígenes de las comunidades protestantes hasta la primera mitad del siglo XX, las comunidades que han profesado la fe evangélica han tenido dos grandes objetivo: convertirse en la iglesia cristiana verdadera, por ser la poseedora de la correcta interpretación de las santas escrituras bíblicas; y predicar la doctrina protestante a través de la Caridad y de los servicios sociales en los sectores sociales más desposeídos. Esto último motivó a los protestantes a cooperar con las agrupaciones marxistas, dado que fue la única alternativa que les permitió a los protestantes perpetuar y expandir los servicios sociales en el país, al mismo tiempo en que confrontaban a las instituciones políticas conservadoras y católica-romanas que limitaban e interrumpían sus trabajos de predicación. Por otro lado, el protestantismo chileno se destacó por perseguir otro tipo de ambiciones, dado que buscó el reconocimiento religioso oficial mediante la exigencia de decretos constitucionales que posibilitaran y permitieran la libre práctica del culto religioso. Sin embargo, a pesar de que lograron conseguir el ejercicio del libre culto en 1865 y el reconocimiento jurídico en 1925, los evangélicos no lograron adquirir la igualdad religiosa con el credo católico-romano chileno. Aunque durante el gobierno de la Junta Militar, a pesar de que las condiciones fueron más favorables para las denominaciones evangélicas chilenas, la igualdad religiosa nunca llegó a concretarse oficialmente en el país. 71 Las comunidades evangélicas chilenas tuvieron un interesante desempeño en las elecciones presidenciales de 1970, dado que algunos pastores se adhirieron a la campaña presidencial del candidato socialista Salvador Allende. Este acontecimiento demostró que los evangélicos adquirieron mayor protagonismo en las temáticas político-sociales del país, debido a que influyeron complementariamente en los resultados electorales de 1970, a pesar de que algunas denominaciones manifestaron una postura de apoliticismo. Entonces, se podría señalar que los protestantes en 1970, no solo buscaron asociarse con los marxistas para expandir sus trabajos sociales, sino que también intentaron formar parte de un movimiento político nacional, como lo habían hecho los católico-romanos en 1964 con el partido democratacristiano chileno. Durante el Gobierno de la Unidad Popular chilena, el presidente Salvador Allende intentó reconocer el valor de las comunidades evangélicas, intentando reducir la brecha entre las instituciones religiosas del país. Para lograrlo, en 1971 Allende celebró el Te Deum Ecuménico, invitando a todos los credos a rezar por Chile, terminando con el monopolio que poseía la iglesia católico-romana en los asuntos públicos y políticos del país. Después de haberse consumado el alzamiento militar en septiembre de 1973, los miembros de la Junta Militar se reunieron con los representantes de las principales religiones del país, para acordar las labores que desempeñarían las instituciones religiosas en la futura reconstrucción nacional. Posteriormente, el Cardenal Silva Henríquez manifestó ante la prensa nacional, su completa aprobación y respaldo al nuevo gobierno, legitimando incondicionalmente a las autoridades castrenses en la cúspide del poder político chileno. En abril de 1974, el Cardenal Raúl Silva Enríquez publicó un documento titulado ‘la reconciliación en Chile’, en el cual hizo un llamado a la reconciliación y a la paz entre los hermanos, debido a que los militares estaban perpetrando la dignidad humana de los militantes de la izquierda política chilena. Es importante destacar que estos abusos no fueron denunciados con anterioridad, debido a la desinformación que circulaba entre los medios de comunicación del país. No obstante, las autoridades militares ignoraron las peticiones solicitadas por los clérigos chilenos, lo cual conllevó a que los principales representantes del catolicismo-romano revocaran su apoyo hacia las autoridades de gobierno, para posteriormente denunciarlos ante los organismos internacionales. 72 Por otro lado, algunas denominaciones evangélicas ignoraron las denuncias pronunciadas por los clérigos católico-romanos, y abrazaron abiertamente el Gobierno Militar. Rápidamente el General Augusto Pinochet aceptó el reconocimiento que le ofrecieron algunas comunidades evangélicas chilenas, permitiéndole legitimar el Gobierno de la Junta Militar ante la opinión pública nacional e internacional, a pesar de que un amplio grupo de denominaciones evangélicas chilenas discreparon de estas propensiones políticas. Por otro lado, si bien es cierto que algunas denominaciones evangélicas colaboraron considerablemente en la defensa de los perseguidos políticos chilenos, también se podría señalar que intentaron socorrer a las agrupaciones políticas con las que habían realizado diversos trabajos y programas de ayuda social en la primera mitad del siglo XX durante los primeros años del Gobierno Militar. Cabe recordar que los grupos izquierdistas fueron las primeras agrupaciones políticas que valoraron y destacaron el trabajo social realizado por los evangélicos. De hecho, el primer mandatario que intentó otorgarles el reconocimiento religioso oficial a los evangélicos, fue el presidente socialista Salvador Allende. Sin embargo, estas gestiones no se pudieron concretar, dado que Allende fue muerto en septiembre de 1973. Por lo tanto, se podría señalar que la participación de algunas denominaciones evangélicas en los programas del Comité de Cooperación para la Paz y en la Fundación de Ayuda Social de las Iglesias Cristianas (FASIC), no se caracterizó por el solo cumplimiento de los deberes cristianos (orientados por el segundo gran mandamiento de Jesús ‘amaras a tu prójimo como a ti mismo’ –Mt 22:39–, y en la ‘parábola del buen samaritano’ –Lc 10:25-37), sino que también fueron motivados por intereses particulares, influenciado por la cooperación política-social que habían desarrollado los marxistas y los evangélicos durante todo el siglo XX. Sin embargo, en esta investigación no se ha logrado recabar suficiente información como para comprobar o refutar estas incipientes conjeturas. No obstante, el Servicio Evangélico para el Desarrollo (SEPADE) y la ‘Diaconía’ fueron instituciones evangélicas que ayudaron directamente a las agrupaciones sociales que más lo necesitaron. No entregaron su ayuda a ningún sector político o social en específicos, dado que sus objetivos consistieron en ayudar a niños y adultos, en los sectores rurales y urbanos, localizados entre la costa y en los valles interiores de todo el país. 73 Por lo tanto, se podría señalar que la conformación y fundación de las comitivas y asociaciones de ayuda y desarrollo económico-social durante la década de 1970, en realidad, solo fueron la consolidación de las prácticas de los servicios sociales que habían desempeñado y perfeccionado las comunidades evangélicos chilenas a lo largo de todo el siglo XX. A comienzos de siglo, las denominaciones evangélicas trabajaron con un sistema de Caridad que se caracterizaba por su ‘ayuda espiritual’ y ‘fraternal’ en los sectores más desposeídos de la sociedad. No obstante, durante los primeros años del Gobierno Militar, las denominaciones evangélicas ofrecieron respuestas concretas a los problemas económicos y políticos-sociales que acongojaban a los sectores más desprotegidos de la nación, mediante la consolidación de las instituciones mencionadas en el capítulo 3 de esta investigación. Por otro lado, se debe tener en cuenta que el único acontecimiento que posibilitó el financiamiento de todos los proyectos e instituciones que fundaron las comunidades evangélicas chilenas durante la década de 1970, fue el crecimiento exponencial de los fieles del culto evangélico durante los primeros años del gobierno militar. Cabe recordar que en 1970, los evangélicos conformaban el 6,2% (porciento) de la población total del país, mientras que a comienzos de 1980, llegaron a constituir el 10,74% (porciento) de la ciudadanía nacional. En efecto, es muy importante conocer y comprender estas cifras, debido a que si el número de practicantes del culto evangélico no se hubiera incrementado a un ritmo exponencial durante la década de 1970, de seguro no hubiera sido posible conseguir el financiamiento necesario para concretar todos los proyectos económicos y sociales que desarrollaron durante los primeros años del Gobierno Militar. Existen numerosos estudios sociológicos y teológicos que han intentado explicar la explosión demográfica de las comunidades evangélicas chilenas durante la década de 1970, pero la gran mayoría de los investigadores ha olvidado un factor muy importante: el contexto histórico del Gobierno Militar. Es necesario recordar que el General Augusto Pinochet concedió diversas libertades y beneficios a las comunidades evangélicas chilenas, las cuales utilizaron para predicar la doctrina. Entre ellas se encuentran la reducción de impuestos municipales y aduaneros para la construcción de iglesias-catedrales evangélicas, la construcción de capellanías en cárceles y centros hospitalarios, la creación de una señal radial evangélica, entre otras. 74 Pero tampoco se debe olvidar que las comitivas e instituciones evangélicas que entregaron los servicios sociales y ayuda económica a lo largo del país, durante la década de 1970, también tenían una misión evangelizadora de predicación y enseñanza del credo a todas las personas que participaron, y recibieron, los servicios de ayuda económica y/o social. Por lo tanto, se podría señalar que los beneficios que las autoridades militar les había otorgado a las comunidades evangélicas, sumado a las acciones de predicación que se realizaron a través de las comitivas e instituciones de ayuda económica-social, contribuyeron en gran manera en la expansión de la doctrina evangélica en todos los estratos sociales del país, permitiéndoles a los evangélicos difundir ampliamente la doctrina, mediante las nuevas metodologías de predicación. En efecto, la predicación tiene un objetivo específico: la conversión del individuo al culto evangélico. Cabe destacar que las 'nuevas metodologías de predicación', se refieren a las acciones que realizaron las comitivas de ayuda económica-social que fundaron los evangélicos en los primeros años del gobierno militar. Las antiguas metodologías de predicación utilizadas durante la primera mitad del siglo XX, no tuvieron un gran protagonismo en la década de 1970, dado que se vieron fuertemente influenciadas por las temáticas políticas del periodo, como lo son las revistas. Se ha mencionado que una de los métodos de predicación evangélica más efectivos, fue la publicación de diversas revistas religiosas que contenían estudios bíblicos y las transcripciones de reuniones litúrgicas de las principales catedrales evangélicas. No obstante, durante los primeros años del Gobierno Militar, algunas revistas religiosas, como lo fue ‘Sol de Justicia’, estuvieron fuertemente influenciadas por los conflictos político-sociales del periodo, por lo que las líneas editoriales comenzaron a publicar artículos relacionados con la 'legitimidad que le otorgaban las iglesias evangélicas a la junta de gobierno' y con 'las criticas que manifestaban los organismos internacionales en contra del Gobierno Militar'. Por lo tanto, se podría señalar que las líneas editoriales de las revistas evangélicas que fueron publicadas durante la década de 1970, en efecto, se preocuparon por comprender y defender la opinión y la postura que manifestaron las comunidades evangélicas frente a la temáticas de la contingencia nacional, olvidando los objetivos de predicación y enseñanza de la doctrina evangélica que habían desempeñado las iglesias protestantes de las décadas anteriores, influenciando negativamente a los pastores editores, como también a los evangélicos lectores. 75 En definitiva, la fragmentación y la polarización que presentó el movimiento evangélicoprotestante chileno durante el Gobierno Militar en la década de 1970, se manifestó explícitamente con la creación las instituciones y comitivas que ayudaron a legitimar el gobierno de la Junta Militar, al mismo tiempo en que fundaron las organizaciones que cuestionaron a las autoridades castrenses y ayudaron a los perseguidos políticos de la nación. Estas acciones demostraron que las comunidades evangélicas respaldaron dos posturas frente a los acontecimientos de la contingencia nacional, que, evidentemente, fueron contradictorios. En efecto, el Gobierno Militar fue el acontecimiento que motivó a los evangélicos a romper su postura de apoliticismo para proteger y defender a los perseguidos políticos; los militantes marxistas con los que habían trabajado a lo largo del siglo XX, al mismo tiempo que representó la posibilidad de conseguir el reconocimiento gubernamental para convertirse en la segunda religión oficial del país. Sin embargo, las interpretaciones de las escrituras bíblicas también jugaron un rol preponderante en la polarización de las distintas denominaciones evangélicas. Por un lado, las iglesias más moderadas, interpretaron los textos bíblicos acorde a las perspectivas políticas más conservadoras del país, obteniendo como resultado una agrupación evangélica proclive al Gobierno Militar. Por otro lado, las iglesias que habían evitado relacionarse con las temáticas políticas durante la primera mitad del siglo XX, interpretaron las escrituras bíblicas en relación a los dones que debía cultivar la iglesia de Dios; en este caso, los servicios sociales de ayuda, los cuales habían sido perfeccionados durante las décadas anteriores. Por lo tanto, la experiencia-evangélica-solidaria (expresada en la Caridad), fue un factor determinante que orientó la posición de algunas denominaciones evangélicas durante los primeros años del Gobierno Militar. Al mismo tiempo, los deseos de conseguir el reconocimiento oficial y convertirse en la segunda religión oficial del país, motivó a un grupo de denominaciones evangélicas a beneficiarse de las necesidades de las autoridades militares. Por consiguiente, las decisiones y posturas generadas por las comunidades evangélicas entre 1973 y 1978, se debieron a las experiencias acumuladas a lo largo de la primera mitad del siglo XX. 76 Bibliografía • Libros: Aldunate, José. “Crónicas de una Iglesia Liberadora.” Santiago, Chile. Lom Ediciones, 2000. Bastian, Jean-Pierre. “Protestantismo y modernidad latinoamericana.” México. Fondo de Cultura Económica, 1994. Bastian, Jean Pierre y Bottasso, Juan. “Evangélicos en América Latina.” Editorial Abya Yala, 1995. Bingle, E. J. y Grubb, Kenneth G. “World Christian Handbook”. London. World Dominion Press. 1949. Correa, Enrique y Viera-Gallo, José. “Iglesia y Dictadura.” Santiago, Chile. CESOC, 1986. Correa S., Sofía. “Historia del Siglo XX Chileno.” Santiago, Chile. Sudamericana, 2001. Damboriena, Prudencio. “El protestantismo en América latina.” Madrid, España. 1962. Dognin, Paul-Dominique. “Introducción a Karl Marx.” Bogotá, Colombia. Ed. Cedial, 1972. 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(Anexo N°3) Documento. “Declaración de Navidad de las Iglesias evangélicas.” Santiago, Chile. Diciembre de 1974 (Anexo N° 5) Documento. Temario. ‘Entrevista del Consejo de Pastores con el Presidente de la República, celebrada el 27 de Agosto de 1975.’ (Anexo N° 6) Cartas: ‘Carta dirigida al Presidente General Augusto Pinochet por representantes de las Iglesias Evangélicas chilenas, para resolver problemas de Libertad Religiosa.’ Santiago, Mayo de 1978. (Anexo N° 7) ‘Carta dirigida a las Iglesias evangélicas de chile, redactada por el Presidente general Augusto Pinochet, en respuesta por los problemas de Libertad Religiosa.’ Santiago, 20 de Junio de 1978. (Anexo N° 8) 82 Sitios web: ‘Human Right Violations.’ Fundación de Ayuda Social de las Iglesias Cristianas. Consultado el 20 de junio del 2012. <http://www.humanrightsarchives.org/fundacion-de-ayuda-social-de-lasiglesias-cristianas-3;isad>. ‘Servicio Evangélico para el desarrollo SEPADE.’ Red Conosur. Consultado el 20 de junio del 2012. < http://www.redconosur.com/directorio-por-paises/25-servicio-evangelico-para-eldesarrollo-sepade.html> Otras fuentes: Salvador Allende. Alocución radial en ‘Radio Magallanes.’ Santiago, Chile. 9:10 AM., 11 de septiembre de 1973. Augusto Pinochet. “Discurso de Augusto Pinochet a un mes de la constitución de la Junta de Gobierno”. Diccionario de la Real Academia Española Censos de población. Chile 1907-2002. Religiones del país. Constitución Política Chilena de 1833 y su posterior edición de 1865, referente a la doctrina religiosa del país. Constitución Política Chilena de 1925, Art. 10, N°2. "La Santa Biblia.” Versión de Casiodoro de Reina (1569) y revisado por Cipriano de Valera (1602). Textos revisados por la Sociedad Bíblicas Unidas, 1960. Impreso por la Sociedad Bíblica Chilena, 1994. 83 Anexos Anexo 1 Crecimiento de la población evangélica chilena en el siglo XX. Porcentaje (%) de evangélicos en relación a la población total del país. . Fuente: Censos de Población. *En el censo de 1982 no se incluyó la pregunta sobre la religión que profesan los chilenos. Sin embargo, algunas encuestas de menor envergadura sugieren esta cifra. 84 Anexo 2: Informe realizado por las Iglesias chilenas para la UNELAM y las iglesias extranjeras MOVIMIENTO PRO UNIDAD EVANGÉLICA LATINOAMERICANA REGION “AREA ANDINA” (**) Las iglesias evangélicas y el proceso chileno (*) “De lo profundo, Oh Dios a tí clamo” (Salmo 130:1) I. Este texto pertenece a un Salmo gradual, es decir cántico de Iglesias Peregrinas que se encamina por “valle de sombras de muerte” (Salmo. 23:4). Tal es la situación real y la experiencia de los dirigentes eclesiásticos que a fines de Agosto y principios de Septiembre de 1973 se reunían al llamado coordinador de la Oficina Regional de la UNELAM de Santiago. Desde antes y durante todo el proceso, los siguientes líderes eclesiásticos han participado en las acciones que luego se detallan: -Obispo Mamerto Mancilla ; Iglesia Metodista Pentecostal -Obispo Helmut Frenz ; Iglesia Evangélica Luterana -Pastor Luis Pozo ; Convención Evangélica Bautista -Pastor José Gómez ; Iglesia Evangélica Pentecostal -Obispo Juan Vásquez ; Iglesia Evangélica Metodista -Coronel Edmundo Allemand ; Ejército de Salvación -Pastor Samuel Jensen ; Centro Protestante -Obispo Enrique Chávez ; Iglesia Pentecostal de Chile -Pastor Edgardo Toro ; Iglesia Wesleyana -Pastor Luis Acevedo ; Iglesia Pentecostal de la Trinidad -Pastor Arturo Palma ; Misión Iglesia Pentecostal -Pastor Narciso Benavidez ; Iglesia Evangélica de los Hermanos -Pastor Tomás Stevens ; Iglesia Evangélica Metodista -Pastor Narciso Sepúlveda ; Misión iglesia Pentecostal Además los representantes de organizaciones paraeclesiásticas, Fraternidad Ecuménica (cuyo presidente es el Secretario Regional de UNELAM y su Vicepresidente Monseñor Santiago Tapia, miembro del Directorio de UNELAM, Samuel Nalegach, Secretario de Comunicaciones, y el Pastor Augusto Fernández Arlt, Secretario Regional. (1). 85 II. III. (1) Hay otras Iglesias pequeñas imposible materialmente en convocarlas con rapidez, pero cuya coordinación está siendo, en estos momentos motivo de estudio y acción de la Oficina Regional de la UNELAM. Todos estos dirigentes eclesiásticos veían y experimentaban junto a sus propias comunidades eclesiásticas, la terrible situación a que se enfrentaba el país. Una situación era cierta y plenamente comprobable: “el dialogo entre Gobierno y oposición era ya imposible”. Los obispos Católicos lo habían aceptado cuando en carta conjunta habían expresado la necesidad de una “tregua” para poner ba-[…] para el diálogo. La tregua no fue posible, y la amenaza de una guerra civil era evidente cuando entonces se preveía, como hoy ya se tiene comprobado, que existían las posibilidades de armar a miles de personas como cuerpos paramilitares. Los líderes eclesiásticos, respondiendo al clamor de sus fieles, se preguntaban ¿qué deben decir y hacer las Iglesias en esta situación? Fue largo el periodo de reflexión, de estudio y de oración, en este caso juntas Iglesias Protestantes, Católicas, Ortodoxas y el Rabinato de Chile. Entonces se dirigió a todo el pueblo creyente de Chile y dijeron: “LLAMADO A LA ORACION POR LA PAZ” “Los formantes, dirigentes nacionales de comunidades religiosas de Chile, nos dirigimos a nuestros adherentes y a todo el pueblo de Chile, para saludarlos y para establecer un encuentro entre todos los que buscan la paz. Los ideales de fraternidad y solidaridad están en seria crisis. Una ola de violencia amenaza a nuestra patria. Más aún, crece en todos los sectores de la población la convicción de que sólo la violencia y el enfrentamiento armado son la salida para la situación en que vivimos. Hay quienes piensan que solo aplastando al adversario podrán darse las condiciones para el desarrollo pacífico del quehacer nacional. En varias oportunidades hemos visto levantarse iniciativas tendientes a buscar algún entendimiento entre los sectores divergentes de la comunidad nacional. Pareciera, sin embargo, que las relaciones concretas de un acuerdo mínimo aún no se vislumbran. Mientras tanto, los hechos de violencia suelen llegar a situaciones conflictivas que aumentan el temor por el futuro de Chile. Por eso, nos parece que ha llegado el momento en que los creyentes de Chile como también los que no practiquen una religión vuelvan su mirada hacia Dios. Cuando la paz parece cerrarse a las perspectivas humanas, sólo Él puede operar el milagro de la paz. Convencidos de que la paz es voluntad de Dios y de que el Señor puede pronunciar su palabra creadora de paz, llamamos a todos los creyentes de Chile a una oración ininterrumpida, clamando a Dios para que haya paz. 86 Orar efectivamente por la paz, implica decidirse por la justicia. La paz, fruto de justicia, es la base para una autentica libertad. Orar por la paz, supone una decisión activa por convertirse en “instrumento de paz”. Nosotros estamos convencidos de que Dios utiliza a su pueblo, las comunidades de los que creen en El, para realizar su acción creadora y salvadora. Por eso también decimos: no pidan a Dios la paz los que no están decididos a ser sus “hacedores”, los que no están prestos a comenzar por arrepentirse de la parte que a cada uno le ha tocado en el desencadenamiento de la violencia. Si hay decisión por la paz, podemos pedirle a Dios e milagro de la paz. En este contexto pedimos: 1. Que en todos los templos se ore por la paz durante los servicios religiosos que se realicen desde el próximo fin de semana. 2. Que nos reunamos el Domingo 9 de Septiembre a las 10:30 horas A.M. en la plaza de la Constitución, donde queremos orar todos públicamente juntos y dar así comienzo a esta suplica conjunta de los creyentes de Chile. 3. Queremos dejar establecido que éste será un acto estrictamente religioso, patrocinando y organizado por los diferentes credos religiosos cuyos dirigentes firman esta Convocatoria. 4. Invitamos a todos los creyentes de Santiago y a los que están constituidos en autoridad a estar presentes en este acto para unir su oración con la nuestra. 5. Solicitamos que esta Convocatoria, sea leída en los templos, en todos los Servicios del próximo fin de semana y que se transmita por los medios de comunicación en audiciones y entrega de prensa escrita que utilizan regularmente nuestras organizaciones religiosas. De esta declaración se destaca que la expresión “Sólo Él puede operar el milagro de la paz”, la palabra “milagro” no se usa ligeramente sino como punto de una profunda convicción. ¿Cuál hubiera sido el paso siguiente? En los sectores eclesiásticos y en una inmensa mayoría del pueblo surgía el clamor por una consulta nacional para establecer las orientaciones político-sociales y económicas y culturales que deseaban las mayorías y poner en claro las reglas del juego. Tal consulta nacional resultaba imposible, en momentos en que sectores importantes del gobierno depuesto no la aceptaban y por el contrario, planeaban la toma del poder total por la fuerza. Una cosa es evidente, la depuesta Unidad Popular había rechazado la “vía democrática” implicada en las “garantías constitucionales” el ex presidente, Sr. Salvador Allende había aceptado como condición para su ratificación por el Congreso Nacional luego de las elecciones que en 1970 le había conferido una mayoría relativa del 37%. Este apartarse del compromiso asumido en base a las garantías constitucionales y otras violaciones de la 87 Constitución fuerte fehacientemente declaradas, antes del 11 de Septiembre, por el Poder Judicial, poder Legislativo y la Contraloría General de la República. IV. Las Iglesias Evangélicas y Ortodoxas declararon el 14 de Septiembre, luego del pronunciamiento militar: “la situación caótica de las últimas semanas se proyectaba obscuramente en un horizonte cerrado”. “Cerrado” porque las alternativas eran claras: la implementación de la así llamada “dictadura del proletariado” o la “guerra civil”. El 11 de Septiembre tuvo lugar el pronunciamiento militar y el 14 las Iglesias Evangélicas y Ortodoxas expresaban: El domingo 9 de septiembre, en una declaración suscrita por Dirigentes Eclesiásticos, llamábamos a una oración por la Paz, convencidos de que la situación imperante de violencia y odio había alcanzado límites extremos. Dos días después, cuando la situación caótica de las últimas semanas se proyectaba obscuramente en un horizonte cerrado, se consumó la toma del poder por las Fuerzas Armadas y de Carabineros. Entonces escuchamos la voz de los miembros de la Junta Militar de Gobierno que declaraban: “Nos hemos visto obligados a asumir la triste y dolorosa misión que hemos acometido, deseamos establecer el orden jurídico”. Esa misma noche pudimos escuchar los juramentos hechos ante Dios por los que asumían la tremenda tara de regir los destinos del país. Este juramento hecho ante Dios es el que nos anima a dirigirnos a las autoridades y al pueblo para hacerles llegar nuestras palabras de pastores que buscan ser fieles a Jesucristo. Los propósitos expresados de restablecimiento de la normalidad institucional, de Paz y unidad entre todos los chilenos, las declaraciones que aseveran el respeto a las conquistas legítimas de los trabajadores, los llamados a la cooperación patriótica y a la solidaridad, las decisiones de superar el sectarismo, merecen nuestro apoyo. Por ello una vez más llamamos a la Paz. No es un llamamiento sin calor de lucha ya que la paz se conquista y supone la negación del egoísmo de cada uno en pro de la justicia y del difícil camino del amor. Reiteramos nuestro llamado a la Paz que extendemos a todos los fieles de nuestras Iglesias y al pueblo de Chile. Solicitamos para que se levante una oración ininterrumpida pidiendo por la reconciliación: - Pidamos por que vencedores y vencidos se decidan unánimemente por la reconstrucción de la Patria sin odio ni rencores. - Pidamos por todos los caídos, por sus familiares y por todos aquellos que por una razón u otra están agobiados por el dolor. - Pidamos por un real respeto a todos los derechos de la persona humana o por que sea una realidad lo expresado también por la Junta. De que no se trata de aplastar tendencias o corrientes ideológicas ni d venganzas personales. - Pidamos para que el Señor ilumine y sostenga a las Autoridades con su GRACIA. 88 El llamado a la oración implica un compromiso de todos los creyentes. Orar exige convertirse en instrumentos de Dios para que El pueda realizar su acción redentora de Reconciliación y Paz. Iglesia Evangélica Luterana, Obispo Helmut Frenz Iglesia Católica Apostólica Ortodoxa, Dr. José Elías Administrador Apostólico Iglesia Metodista Pentecostal, Obispo Mamerto Mancilla Iglesia Evangélica Metodista, Pastor Tomás Stevens Ejército de Salvación, Coronel Edmundo Allemand, Jefe Territorial Convención Evangélica Bautista, Pastor Luis Pozo, Secretario General Centro Protestante, Pastor Samuel Jensen Misión Evangélica Metodista Pentecostal, Obispo Francisco León Misión Iglesia Pentecostal, Pastor Narciso Sepúlveda Misión Pentecostal de la Trinidad, Pastor Luis Acevedo Presidente UNELAM, Dr. Augusto E. Fernandez Arlt – Revdo. Alfredo Ramírez Sr. Samuel Nalegach. V. Las Iglesias Evangélicas no se quedaron en su declaración del día 14 de Septiembre, ese mismo día un núcleo de representantes evangélico se reunían con el Sr. Cardenal de Santiago y Presidente de la Conferencia Episcopal Católica de Chile. En esa oportunidad a nivel fraternal se discutió sobre la nueva situación creada en el país luego del pronunciamiento militar. La preocupación central fue la de cumplir con la misión fundamental de la Iglesia de realizar el Ministerio de la Reconciliación. La violencia física y psicológica que había llevado a profundas divisiones dentro del pueblo chileno no ha terminado, los procesos no se desencadenan abruptamente y tampoco se detienen por arte de magia. El odio existía y existe, pero hay razones que dan base para pensar en la posibilidad de superarlo dentro de las limitaciones existentes por razones de la misma condición humana tal como la concibe la doctrina cristiana. La reconciliación supone arrepentimiento y éste, en el símbolo de la parábola del “Buen Samaritano”, implica “vender las heridas”. Para las Iglesias Evangélicas de Chile, hasta este momento, y en contacto real con sus bases, esta acción implica contribuir a la reconstrucción nacional; atender con amor y sin distinción a todos los niveles y por los mejores medios de comunicación existentes para que la “paz” fruto de la justicia se haga realidad, a tenor del Salmo 85: “Muéstranos, oh Dios, tu misericordia, y danos tu salvación. Escucharé lo que hablará Dios: porque hablará paz a su pueblo y a sus santos para que no se vuelvan a la locura… Que la misericordia y la verdad se encuentren; la justicia y la paz se besen”. 89 VI. Las Iglesias Evangélicas fueron recibidas por la Honorable Junta Militar e Gobierno el Miércoles 3 de Octubre. En esa oportunidad en base al Memorándum presentado previamente, se conversó con la misma, de los siguientes puntos que hasta este momento se consideran como prioridades en la acción de las Iglesias. 1. 2. 3. 4. 5. Promoción de la Reconciliación Programas de reconstrucción nacional Atención de Refugiados políticos extranjeros residentes en Chile Colaboración a la Paz Civil (Defensa de los Derechos Humanos). Mantenimiento de la Libertad Religiosa y aportes a la nueva Constitución Nacional. 1.- Promoción de la reconciliación.Una Comisión de teólogos y Comunicadores Sociales junto con otros expertos, está trabajando a este nivel en una acción que ya ha comenzado, pero cuyos lineamientos generales y acciones concretas aún no han sido detalladamente precisadas. Esta acción está íntimamente relacionada con el punto “4” “Colaboración a la Paz Civil”. 2.- Programa de Reconstrucción Nacional.Las Iglesias se comprometen a promover entre las agencias eclesiásticas a inter-eclesiásticas, nacionales e internacionales de Asistencia y Desarrollo su participación en los programas de salud, educación, desarrollo económico y social y ayudas que sean necesarias y convenientes en el actual periodo de emergencia y en el plan de reconstrucción nacional a corto y largo plazo. 3.- Comité Nacional de ayuda a los refugiados.- Los objetivos concretos que tiene este Comité inter-eclesiástico son los siguientes: -Preocuparse por la situación espiritual y material. -Asesorarlos en la búsqueda de soluciones para legalizar su permanencia en el país. -Con respecto a los que debieran o quisieran hacer abandono del país, colaborar en la solución de todos los problemas que esto involucra. -Con respecto a los extranjeros que desean informarse si son requeridos por la autoridad, las Iglesias ofrecen su intermediación para consultar o (ponerlos en contacto con) las autoridades correspondientes y si es necesario dar la asistencia legal que se requiera. Estas actividades las realiza en estrecha conexión con el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los refugiados. 4.- Comité de Cooperación para la paz en Chile.- Después de haber constituido, para aliviar los problemas de muchos extranjeros en Chile, un “Comité Nacional de Ayuda a los Refugiados”, las Iglesias han buscado también interesarse por tantos hermanos chilenos, hoy día sufriendo. Con este objeto se formó el “COMITÉ DE COOPERACION PARA LA PAZ EN CHILE” con fecha 6 de Octubre recién pasado. Constituyen este Comité los representantes de las diversas Iglesias: Católica, Ortodoxa, Comunidad Israelita, e Iglesias Evangélicas. 90 Quiere cooperar en la medida de sus fuerzas, para el restablecimiento de una paz fundada en la Justicia. Se señalan en este momento tres objetivos fundamentales para la acción de este Comité: 1.) Buscar y proveer ayuda material y moral para las personas y familias afectadas por la situación existente. 2.) Proveer directamente, o con la cooperación de los Organismos correspondientes, asistencia legal y judicial. 3.) Recoger en forma responsable hechos irregulares que sucedan y dañen gravemente la dignidad de las personas, y que estamos ciertos no son deseados por el Supremo Gobierno. Estos hechos se darán a conocer a las autoridades del país como una colaboración eficaz y necesaria para lograr la pacificación. La existencia de este Comité es una concreción de las conversaciones entre el Sr. Cardenal y autoridades de Gobierno como también a la entrevista de las Iglesias Evangélicas con los miembros de la honorable Junta Militar. VII. Conclusión: Esto informe sumario se dirige especialmente a todas las Iglesias hermanas de otros países, a Juntas de Misiones y Organizaciones para-eclesiásticas. Lo hacemos en la convicción de que es necesario esclarecer situaciones y sobre todo pidiendo la comprensión de los hermanos en la Fe de Jesucristo a fin de recibir de ellos su apoyo, su corrección fraterna y con la finalidad de establecer un diálogo para la mutua información y cooperación. Santiago, Octubre de 1973. Augusto E. Fernández Arlt. Secretario Regional UNELAM Área Andina. (*) Este Informe fue preparado, leído y aceptado por los Dirigentes Eclesiásticos en general. (**)Extracto: Lagos S., Humberto (director de la investigación). “La libertad religiosa en Chile: los evangélicos y el gobierno militar.” Colección: Fundación de Documentación y Archivo de la Vicaría de la Solidaridad. Santiago de Chile: La Vicaria, 1978. Tomo 2, anexo N° 1.- Doc. 1. 91 Anexo 3: Constitución de la Asociación de Iglesias Evangélicas de Chile (AIECH) (*) (**) ““AIECH, Organismos Eclesiásticos fundado el 26 de Noviembre de 1974, después de un año de deliberaciones entre los representantes de las principales denominaciones que actúan en Chile, como son las Iglesias Metodista, Bautista, Presbiteriana, Luterana, Anglicana, Centro Protestantes y diferentes Misiones Pentecostales, constituye así, en este momento, el Organismo más fuerte y representativo del campo evangélico y protestante del país.”” (Convenio intereclesiástico por el cual se constituye la AIECH) 1) Conscientes de que el Señor Jesús desea la unidad de los cristianos, unidad a la cual el Espíritu Santo nos guía, y que debe expresarse en medio de una diversidad enriquecedora, aportando y conservando cada uno de los valores de su propia identificación cristiana y a fin de encaminarse a una mayor unidad para que el mundo crea (Juan 17:21) y 2) Con la finalidad de establecer un mecanismo que facilite el entendimiento, intercambio, cooperación y realización de programas unidos entre las Iglesias Evangélicas de Chile. 3) Denominaciones Nacionales Evangélicas y Convenciones de una Denominación que reconocen a Jesucristo como Dios y Salvador de acuerdo a las Sagradas Escrituras y que firman este acuerdo. Constituyen la ASOCIACION DE IGLESIAS EVANGELICAS DE CHILE (AIECH) en conformidad a los numerales que siguen: 4) Podrán ser miembros de la AIECH las denominaciones evangélicas nacionales que poseen personería jurídica o están en proceso legal de adquirirla, pudiendo la Reunión Plenaria de la AIECH admitir excepciones a esta norma de acuerdo por mayoría absoluta de la Reunión Plenaria. 5) La AIECH se constituye con un representante de cada una de las denominaciones participantes. Podrán asistir otros hermanos, pro solo con derecho a voz. 6) Son funciones de la AIECH: a) proponer grandes líneas de acción evangelística y programas de servicio cristiano; b) encomendar acciones a la Mesa Coordinadora; c) Admitir nuevos miembros de acuerdos al N° 3; d) elegir la mesa Coordinadora Nacional de acuerdo a los Números 5 y 6. 7) La AIECH designará en sesión plenaria nueve personas de entre sus miembros que asumirán las funciones de una Mesa Coordinadora Nacional. 8) Los nuevos miembros de la Mesa Coordinadora Nacional representarán a los miembros de la Asociación de Iglesias Evangélicas de Chile, de acuerdo a las categorías siguientes: 92 a. b. c. d. Iglesias: Luterana, Presbiteriana, Anglicana, con dos representantes; Iglesias: Bautista (Convención y otras) con un representante; Iglesias: Metodista, Alianza Cristiana y Misionera, Ejercito de Salvación, con dos representantes; y Iglesias: Pentecostales, cuatro representantes. 9) Los nueve miembros de la Mesa Coordinadora Nacional elegirán de entre sí al Presidente, Vicepresidente, Secretario, Tesorero y cinco Directores. Esta Mesa se renovará anualmente pudiendo sus integrantes ser reelegidos por hasta tres periodos consecutivos; 10) La Mesa Coordinadora Nacional se reunirá al menos cuatro veces al año. Son sus funciones: a.- Efectuar los mandatos y programas que le encomienda la AIECH y arbitrar los medios para ello. b.- Representar a la Asociación de Iglesias cuando ésta le solicite y ante las Autoridades y Organismos que se requiera. c.- Estudiar los problemas y hacer sugerencias a la AIECH. d.- Hacer convenios con organizaciones paraeclesiásticas para realizar programas que le encomiende la Asociación de Iglesias Evangélicas. 11) Las Iglesias participantes contribuirán económicamente al mantenimiento de la estructura de la Asociación mediante contribuciones que establecerá la AIECH. 12) Todo lo que se contempla en esta Constitución será reglamentado por la Asociación de Iglesias reunida en Sesión Plenaria por simple mayoría. Las enmiendas y adiciones a estos artículos de la Constitución de la AIECH, sólo podrán ser hechas por dicha Asociación en Sesión Plenaria para lo cual se requerirá la mayoría absoluta de sus Miembros Representantes. Presidente: Vicepresidente: Secretario: Tesorero: Directores: Coronel Edmundo Allemand, del Ejército de Salación. Obispo Víctor Labbé, Unión de Misiones Pentecostales Libres. Obispo Juan Vásquez del Valle, Metodista. Pastor Gabriel Almazán, Iglesia Presbiteriana Sínodo en Renovación. Pastor José A. Ramírez, Metodista Pentecostal; Pastor Edgardo Toro, Wesleyano; Pastor Luis Pozo Burdiles, Bautista; Pastor Narciso Sepúlveda, Misión Pentecostal Pastor René Molina, Luterano. (*) Esta Asociación se constituye con objetivos eclesiales claros. No tiene relación alguna con el “Consejo de Pastores” cuyo móvil de constitución no es otro que las “cordiales relaciones con el Gobierno Militar.” (**) Extracto: Lagos S., Humberto. “Relaciones Iglesias evangélicas y Gobierno, Chile 1973-1976.” Tesis (Ciencias Del Desarrollo, mención Teología). Santiago, Chile. ILADES., 1977.Pág. 40-42 93 Anexo 4: Iglesias precursoras del Consejo de Pastores de Chile, fundado el 12 de Julio de 1975. 1.-Iglesia Evangélica Pentecostal 2.- Iglesia Unión de Centro Bíblicos 3.- Iglesia Metodista Pentecostal 4.- Iglesia del Nazareno 5.- Iglesia Pentecostal Apostólica 6.- Iglesia Asamblea de Dios 7.- Iglesia Presbiteriana Nacional 8.- Iglesia Apostólica Pentecostal 9.- Iglesia de Dios 10.- Iglesia Presbiteriana Fundamentalista 11.- Iglesia del Evangelio Cuadrangular 12.- Iglesia Unión Metodista Pentecostal 13.- Iglesia Evangélica de Dios Pentecostal 14.- Iglesia Presbiteriana Independiente 15.- Iglesia Pentecostal “El Triunfo” 16.- Iglesia Luterana de Chile 17.- Iglesia Misión Evangélica Pentecostal 18.- Iglesia Comunidad Cristiana 19.- Iglesia Evangélica Universal 20.- Iglesia Pentecostal de la Trinidad 21.- Iglesia Sociedad Evangélica de Chile (habla alemana) 22.- Iglesia Ejército Evangélico de Chile 23.- Iglesia Asociación Bautista para la Evangelización del Mundo 24.- Iglesia “La voz de Cristo” Hasta junio de 1977, también se incorporaron al Consejo de Pastores las siguientes iglesias: 25.- Asamblea de Dios Autónomas 26.- Iglesia Misionera Pentecostés 27.- Asociación Iglesia Cristiana Pentecostal 28.- Misión Iglesia del Señor 29.- Iglesia Evangélica Unión Pentecostal 30.- Iglesia de Dios Pentecostal 31.- Misiones Mundiales de Chile 32.- Misión Cristiana Apostólica 33.- Iglesia Apostólica de la Fe Cristiana de Chile 34.- Iglesia Evangélica Nueva Jerusalén 35.- Misión Iglesia Uniformada de Chile (Extractos de: Revista “Estandarte de la Verdad”, Noviembre 1975 y Diario “La Tercera”, 30 de junio de 1977) 94 Anexo 5: Declaración de Navidad de las Iglesias Evangélicas (*) Diciembre 1974 Los abajo firmantes, dirigentes de Iglesias Evangélicas de Chile desean expresar públicamente su sentir, en este momento de la vida nacional. No es fácil hacerlo si se considera que nuestra voz puede ser mal interpretada dándosele connotaciones políticas y por cuanto, también lo admitimos, nuestros puntos de vista pueden carecer en ciertos casos de objetivad si se considera que los mismos surgen de una experiencia vivida en el diario quehacer y sin mayores posibilidades de largas reflexiones teóricas. 1) El 14 de Septiembre de 1973, -publicada en El Mercurio del 19 de Septiembre de 1973casi todos los que hoy firmamos esta declaración expresamos que comprendíamos la ineludible necesidad de un cambio y que, por el “pronunciamiento militar” del 11 de ese mismo mes, las Fuerzas Armadas serían la garantía de una promesa de saneamiento, normalidad, paz, unidad, respeto, cooperación y solidaridad, frente al incumplimiento de las exigencias constitucionales y frente al clima de corrupción, sectarismo y odio vigente. 2) Nuestra declaración del 14 de Septiembre, no fue un apoyo teórico o simplemente demagógico. Inmediatamente, nuestras Iglesias asumieron tareas con las cuales comenzamos a dar nuestro aporte y colaboración a los planes de reconstrucción nacional, con la finalidad de promover la pacificación y reconciliación: Programas de acción social y educativa, trabajo con refugiados, mundialmente reconocido, y actualmente colaborando en el plan de liberación de presos políticos. Estas tareas reflejan el compromiso de nuestra Iglesia. 3) La nuestra ha sido una colaboración crítica. Las exigencias del amor de Dios nos han compelido a actuar y siempre hemos procurado hacerlo según las normas de la Biblia, única regla de fe y práctica. Para ello hemos utilizado la posibilidad de un diálogo franco y abierto con las Autoridades de Gobierno que, queremos dejar constancia de ello, ha sido posible siempre y en todo momento. 4) Estamos en una época de búsqueda de justicia para nuestro pueblo. La Iglesia Evangélica chilena no es ajena o indiferente a esta realidad. Porque queremos ser fieles a las exigencias del Evangelio, no sólo buscamos la reconciliación a nivel de lo que nos demanda Dios para las cosas y los hombres, sino que también aceptamos nuestra responsabilidad en la construcción de una sociedad más fraterna, más justa y más libre. 5) NOS PREOCUPA LAS INFORMACIONES DEFORMADAS DEL EXTERIOR, las críticas destructivas y el desconocimiento de nuestra realidad y rechazamos las presiones y campañas internacionales injustas en contra de nuestra patria. Sin justificar acciones condenables ni eludir responsabilidades, es necesario comprender la realidad 95 que existía en nuestra Patria para entender el momento que hoy vivimos. (Declaración de las Iglesias Evangélicas 9/9/73 y 15/9/73). La crítica constructiva sobre nuestra situación es necesaria, la esperamos y no la eludimos, pero entendemos que el rol de la Iglesia y de sus Instituciones, debe estar por sobre los intereses de ideologías y pasionismos y no debe confundirse con estrategias partidistas, muchas de las cuales son de control remoto desde el exterior. 6) En estos momentos, en que se acerca la Navidad hacemos un llamado a la ORACION. Conmemoramos una vez más la encarnación y nacimiento del Hijo de Dios hecho hombre en las entrañas de la Virgen María. Acerquémonos al milagro de Belén con la sencillez de los pastores, escuchemos allí el mensaje de amor, paz y solidaridad y salgamos de Belén, para recorrer todos los caminos de la Patria, a fin de proclamar a nuestros hermanos que “Dios está con nosotros”. Cada uno de nosotros, cada cristiano debe ser “otro Cristo” para sus semejantes: pensar, hablar, actuar y relacionarse con los demás asumiendo la tarea de ser testigo del Señor. Con el nacimiento de Jesús se inaugura una nueva era y a nosotros nos toca ser dignos signos efectivos del Reino que ha de venir y cuyas características, descritas por los Profetas, hallan magnifica concreción en las exigencias del Sermón del Monte. (Mateo Cap. 5:1 al 7). Oremos por todos, Autoridades y Pueblo y muy especialmente por los que sufren y por todos aquellos que aún no han sentido ni reconocido la Luz de Belén. Coronel Edmundo Allemand. Jefe Territorial del Ejército de Salvación; Obispo Víctor Labbe. Presidente de la Unión de Misiones Pentecostales Libres de Chile; Pastor Edgardo Toro. Iglesia Wesleyana; Obispo Juan Vásquez. Iglesia Evangélica Metodista; Pastor Alfredo Ramírez. Secretario Corporación Metodista Pentecostal; Pastor Gabriel Almazan. Iglesia Presbiteriana (Sínodo en Renovación); Pastor Luis Pozo. Iglesia Bautista; Pastor Samuel Jensen. Iglesia Centro Protestante; Pastor Ubaldo Montecinos. Corporación Evangélica Vitacura. (**) Extracto: Lagos S., Humberto. “Relaciones Iglesias evangélicas y Gobierno, Chile 1973-1976.” Tesis (Ciencias Del Desarrollo, mención Teología). Santiago, Chile. ILADES., 1977.Pág. 38-40 96 Anexo 6: Entrevista del Consejo de Pastores con el Presidente de la República realizada el 27 de agosto de 1975. (**) “()” Temario de fondo presentado a S.E. por el Consejo: 1.-CREDENCIAL Y TRATO AL PASTOR EVANGÉLICO. (Pastor Javier Vásquez V.) A) Credencial pastoral valida por la autoridad. Esto como una necesidad nacional, debido al poco valor que a la credencial pastoral dan las autoridades locales. B) Darle trato de ministro de fe, como lo es el clérigo de otras confesiones. Esto ante el poco valor que se da a un pastor evangélico en circunstancias criticas. 2.- TRATO A LA IGLESIA EVANGÉLICA. (Obispo Carlos San Martín P.) Definir el trato que las autoridades deben dar a los pastores y corporaciones evangélicas especialmente en lo que respecta a sus actividades. El que hasta el momento dan las autoridades provinciales, departamentales y comunales es muy heterogéneo y muchas veces afrentoso y con limitaciones arbitrarias… Se precisó casos específicos y su intensidad agravante. Se sugirió como necesidad inminente: A) Un registro oficial al más alto nivel de las Corporaciones Evangélicas y sus pastores. Corporaciones que se hagan responsables de su personal que ejecuta labores eclesiásticas a través de todo el país. B) Que este registro se oficie a todas las autoridades provinciales, departamentales y comunales, incluyendo el trato que se debe dar a las autoridades evangélicas. 3.- IMPUESTOS Y DERECHOS DE ADUANA (Pastor Oscar Sandoval). A) La liberación de Impuesto Municipal a las construcciones de Templos y sus dependencias. B) Liberación de Derecho Aduanero a los elementos de trabajo que traen los Misioneros y Pastores que ingresan o regresan al país. Vale decir, vehículo, carpa, proyector, instrumentos musicales, etc. 4.- LAS CAPELLANIAS OFICIALES EN LOS HOSPITALES Y LAS FUERZAS ARMADAS. (Pastor Alberto Küpfer K.) Hizo presente la hegemonía que se atribuye la Iglesia Católica en esta materia y los exigentes requisitos que hay sobre la materia. Además las dificultades que ha tenido como capellán hospitalario. Se hace necesario revisar estos requisitos para hacer más factible los nombramientos de capellanes evangélicos. Acompañe documentos. 5.-ENSEÑANZA RELIGIOSA EN LOS COLEGIOS. (Pastor Ismael Sáez) Hizo presente el decreto que aprueba un programa de religión católica en los colegios, el cual fue publicado en el Diario Oficial el 23 de Julio ppdo. Destacando la vigencia que se aduce a disposiciones anteriores al año 1925. Se planteó la tesis que la religión debe dejarse al pulpito y al hogar. 97 6.-LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN SOCIAL Y LA IGLESIA EVANGÉLICA. (Pastor Pedro Puentes O.) Hizo presente la discriminación que hay respecto a la Iglesia Evangélica y el valioso aporte cristiano que está en condiciones de ofrecer a la opinión internacional… Expresó la esperanza que tiene la Iglesia Evangélica en lo relativo a la concesión de una frecuencia radial para montar una radioemisora, lo cual ya ha sido oficialmente solicitado por RAINECH, Radiofonía Interdenominacional Evangélica de Chile.“()” ( * ) ( * ) La entrevista duró 40 minutos y el Jefe de Estado se comprometió a dar una respuesta. Los planteamientos han tenido algún progreso, incorporándose como hecho concreto la obtención de “atención médica gratuita para los pastores y sus familias.” Los puntas 1), 2), 3) A) y 4) estarían resueltos favorablemente. (**) Extracto: Lagos S., Humberto. “Relaciones Iglesias evangélicas y Gobierno, Chile 1973-1976.” Tesis (Ciencias Del Desarrollo, mención Teología). Santiago, Chile. ILADES., 1977.Pág. 58-59 98 Anexo 7 Carta dirigida al Presidente General Augusto Pinochet por representantes de las Iglesias Evangélicas chilenas, para resolver problemas de Libertad Religiosa. (**) Santiago, Mayo de 1978. Ref: Solicita considerar materia que expone. EXCELENTISIMO SEÑOR PRESIDENTE: Los dirigentes de las Iglesias Evangélicas que suscriben el presente documento, y que al final se identifican, con el debido respeto a vuestra investidura y estando conscientes de la necesidad de dialogar con propósito, proponer nuevas medidas y corregir situaciones, venimos en plantearle las materias detalladas a continuación. En una relación ordenada abordamos algunos temas prioritarios en términos de LIBERTAD RELIGIOSA, denunciando aquellos hechos que a nuestro juicio la menoscaban y proponiendo soluciones muy concretas. Luego nos referiremos a cuestiones que estimamos deben corregirse en las normas constitucionales que tienen injerencia directa en las relaciones IGLESIA-ESTADO y particularmente Iglesias Evangélicas-Gobierno, si se desea conjugar el hecho con lo dicho sobre esta relación básica de la paz social en el país. 1) Introducción. Debemos reconocer en el Gobierno, como hito primario que sirve de fundamento a esta presentación, el propósito, hecho público, de dialogar con las diferentes Iglesias cristianas del país en términos de acoger los planteamientos responsables que se le hagan y corregir los procesos anómalos que dificultan la labor evangélica, que, en una nación como la nuestra, tan importante rol tiene en el concierto social. Si calláramos, estaríamos asintiendo equívocos y viviendo en connivencia con el error, actitud que perjudicaría, además de a la Iglesia de Cristo, vuestro propósito de construir una sociedad más justa y solidaria, logro que en gran medida depende de la función espiritual muy propia de nuestras Iglesias. Ante el concretísimo progreso del hombre, tenemos hoy el imperativo de una genuina, necesaria y reciproca cooperación entre Iglesias y Autoridades seculares como vía imprescindible hacia la paz y libertad, en toda su amplitud. AL EXCELENTISIMO SEÑOR PRESIDENTE DE LA REPUBLICA GENERAL DE EJERCITO DON AUGUSTO PINOCHET UGARTE PRESENTE.- 99 Cristo es el único Señor Supremo de la Iglesia y es función de ésta proclamarlo y ser instrumento de su Presencia redentora. Así, cuando ésta eleva su voz para pedir lo justo y correcto, no hace otra cosa que cumplir con su rol profético. No estamos interesados en un reduccionismo en la función eclesial, deseándola aséptica y separada del fenómeno social contingente, porque no es ese su papel. El Evangelio de Jesucristo es para todo el hombre y es por ello un Mensaje integral que concierne al hombre y sus relaciones. Vivimos en un mundo que tiene estructuras económicas, políticas, sociales y culturales y necesita, por tanto, la libertad para desarrollar sus instituciones y auto-gobernarse, inclusive las iglesias cristianas, para proclamar la Palabra de su Señor en el universo social. Iglesia y Estado, son dos campos que se diferencian y complementan, y no pueden crecer sin que se reconozcan recíprocamente. De aquí, Vuestra Excelencia podrá apreciar que no sólo es necesaria la palabra y acción de la Iglesia de Cristo, sino que es un imperativo que goce de total libertad para la proclamación Evangélica. 2) Legislación vigente y modificaciones. El Decreto Ley N° 349, de 1974, modificado por los Decretos Leyes N°s 461 y 474 de 1974; 911 de 1975; y N° 1.623 de 1976 que prorrogó los mandatos de las Corporaciones de Derecho Privado, y por extensión implícita los de las directivas de Corporaciones Religiosas, es atentatorio de la independencia eclesial, que si bien, en el caso especifico de las organizaciones protestantes, adquiere forma jurídica de derecho privado para cumplir sus objetivos evangélicos, aparecen hoy sometidas, en virtud de esas disposiciones legales, al árbitro del poder del Estado. Dichas disposiciones contempladas en ese cuerpo jurídico, autoriza a los representantes del Gobierno para que en determinadas circunstancias pidan la renuncia o remuevan de sus cargos a los dirigentes de las Corporaciones de derecho privado y por extensión a las iglesias que investimos tal carácter. Las Iglesias cristianas no pueden ni deben quedar condicionadas a la buena o mala administración o uso que de una o varias normas legales hagan los encargados de ejecutarlas. A nuestro juicio es extemporáneo e improcedente pretender hegemonía de esta naturaleza, ni de ninguna otra, sobre las iglesias Evangélicas de Chile, pues sería una flagrante transgresión de las normas de separación de Iglesia y Estado. Si el tenor de los Decretos Leyes referidos es una forma de violentarnos en cuanto Iglesias, la ejecución y uso de ellos lo es con mayor expresividad. Queda en claro un hecho innegable; ese cuerpo legal –Decreto Ley N° 349 y sus modificatorias– vulneran la Libertad Religiosa. 100 Por parte, en 1975 fue dictado el Decreto Ley N° 1.183, aplicable a nuestras Iglesias por extensión. Este cuerpo legal, que cumple objetivos específicos de orden económico, es razonable para vigilar las personas jurídicas que no persiguen fines de lucro, de carácter “NO RELIGIOSAS”. La Iglesia Católica Romana está excluida por las disposiciones o interpretación del Art. 547 del Código Civil (Titulo XXXIII, Libro I) y nosotros deseamos quedar incluidos en la excepción expresa del Art. 547 señalado. Como en la práctica jurídica, apreciaríamos, de hecho, […] por lo dispuesto en el decreto ley que se cita, solicitamos a Vuestra Excelencia se dicte una disposición subsanando esta obligación que extemporáneamente nos afectaría. Resulta obvio que hay más de una diferencia entre una Iglesia Cristiana Evangélica y cualquier organismo de derecho privado que debe someterse al control del Estado por razones de orden público. Si las Cooperativas han sido consideradas por el Gobierno como entes de derecho capaces de auto-controlarse, y por ello excluidas de la aplicación del Decreto Ley 349 de 1974, y sus modificatorios. ¿Por qué no nosotros? 3) Iglesia Católica Romana. La Iglesia Católica Romana no se ve afectada por las restricciones que señalamos porque su carácter de persona de derecho es diferente. Al margen de las cordiales relaciones que mantenemos con esa Iglesia, el distinto trato jurídico que goza nos causa dificultades. 4) Control de Cultos. Con el mayor respeto nos permitimos hacer presentar a Vuestra Excelencia que nuestras Iglesias tienen el deber de denunciar aquellas leyes y acciones objetivamente injustas. Si bien el término del Estado de Sitio es una medida conducente a subsanar los impedimentos en torno a la libertad de reunión de nuestros Cultos, como un paso, subsiste el Estado de Emergencia, cuyas normas prosiguen en la obligación para nuestras Iglesias de solicitar autorización para efectuar reuniones religiosas. 5) Proposiciones. La realidad es clara. Estamos ante restricciones a la LIBERTAD RELIGIOSA, que son fácilmente subsanables y por ello PROPONEMOS a Vuestra Excelencia: “excluya de las disposiciones señaladas a las Corporaciones de Derecho privado de carácter religioso (Iglesias Evangélicas específicamente). 101 6) Actas constitucionales y libertad religiosa. Estamos seguros de que las Actas Constitucionales reflejan el pensamiento de Vuestro Gobierno; por ello recurrimos a Vuestra Excelencia para su efectivo cumplimiento, garantizando el libre ejercicio de la vida religiosa en independencia e igualdad de tratamiento. El Acta Constitucional N°3 en su Capítulo I. Art. 1°, N° 11, se ve restringida por la vigencia de los Decretos Leyes citados con respecto a nuestras Iglesias, que se oponen a lo en ella estipulado, como ya lo demostráramos. A nuestro juicio, la Libertad Religiosa contempla: a.- la libertad de conciencia en cuanto a derecho para determinar libremente la propia fé y credo; b.- la libertad de expresión religiosa; c.- la libertad de asociación religiosa; y d.- la libertad religiosa corporativa o institucional. Deseamos, por tanto, en cordial relación con Vuestra Excelencia, ayudar a perfeccionar este campo que llama al respeto de las lealtades supremas del hombre en su relación personal y esencial con Dios: como Creador, Redentor y Santificador. 7) Consideraciones Finales. Nuestra palabra no va a Ud. Excelencia, para ofrecer incondicionalidad. No es la adulación el argumento que sirva para participar en al construcción de una sociedad renovada, ni creemos que la necesite en su función de Gobierno. Nuestras Iglesias son probadamente servidoras de los hermanos que viven en nuestro país. Vuestra Excelencia sabrá apreciar que el único argumento esgrimido por nuestras Iglesias es LA VERDAD, y podemos asegurarle que, al margen de las cuestiones tan fundamentales que le planteamos, ha sido norma, dada la relación internacional que nos cimenta estructuralmente, proclamarla. Nos permitimos expresar a Vuestra Excelencia nuestra disposición para participar en cualquier entrevista que las Autoridades de Gobierno consideren para tratar estas materias. Agradecemos su atenta respuesta a los dirigentes de las Iglesias que se identifican a continuación. DIOS GUARDE A UD. 102 Firmantes: Obispo Víctor Labbé Iglesia de Misiones Pentecostales Libres Pastor Edgardo Toro Iglesia Wesleyana Obispo Colin Bazley Iglesia Anglicana Pastor Esteban Schaller Iglesia Evangélica Luterana en Chile Pastor Samuel Jensen Iglesia Centro Protestante Obispo Carlos Barboza Iglesia Sendas Antiguas Pastor Ruperto Velásquez Iglesia de Jesucristo (Valdivia) Pastor Raimundo Flores Iglesia Unida en Cristo Templo La Hermosa (Coronel) Concilio Ev. De Coronel (42 Congregaciones) Obispo Fco. León Garay Misión Evangélica Metodista Pentecostal Pastor José Flores Iglesia Misión Comunión de los Hermanos Pastor Domingo Mieres Congregación Apostólica de Fé Cristiana (Concepción) Obispo Enrique Chávez Iglesia Pentecostal de Chile (Curicó) Pastor Samuel Salas Moderador Presbiterio Sínodo en Renovación Obispo Juan Vásquez del Valle Asociación de Iglesias Evangélicas de Valdivia Corporación Cristiana Ortodoxa – Presidente de Antioquia. (Hay formas y timbres de los respectivos dirigentes y de sus Misiones) (**)Extracto: Lagos S., Humberto (director de la investigación). “La libertad religiosa en Chile: los evangélicos y el gobierno militar.” Colección: Fundación de Documentación y Archivo de la Vicaría de la Solidaridad. Santiago de Chile: La Vicaria, 1978. Tomo 2, anexo N° 4.- Doc. 12. 103 Anexo 8 Carta dirigida a las Iglesias evangélicas de chile, en respuesta por los problemas de Libertad Religiosa. (**) Santiago, 20 de Junio de 1978. Reverendo Señor Víctor Labbe Díaz Obispo Presidente Iglesia de Misiones Pentecostales Libres de Chile PRESENTE Estimado señor Obispo: Por oficio del mes de Mayo recién pasado, varios Jefes de Iglesias agrupados en la Asociación de Iglesias Evangélicas de Chile (AIECH) me hicieron llegar planteamientos destinados a modificar disposiciones legales, con el objeto de otorgar a los diversos Credos Religiosos que funcionan como Corporaciones de Derecho Privado, un estatuto diferente al actual. Al respecto, manifiesto a Ud. y, por su digno intermediario, a los Jefes de dichas Iglesias, que he dispuesto que la Asesoría Jurídica de la Presidencia de la República estudie la materia, para buscar una formula de solución satisfactoria. Oportunamente, esa Asesoría podrá solicitar el concurso del personero que Uds. designaren para colaborar con ella. Reciba los sentimientos de mi más alta y distinguida consideración. Lo saluda atentamente, Augusto Pinochet Ugarte General de Ejército Presidente de la República. (**)Extracto: Lagos S., Humberto (director de la investigación). “La libertad religiosa en Chile: los evangélicos y el gobierno militar.” Colección: Fundación de Documentación y Archivo de la Vicaría de la Solidaridad. Santiago de Chile: La Vicaria, 1978. Tomo 2, anexo N° 4.- Doc. 13. 104 Anexo 9 Iglesias evangélicas chilenas registradas bajo una personalidad jurídica en la década de 1970 A continuación se mencionará casi la totalidad de las iglesias evangélicas existentes en Santiago, y gran parte de las instaladas en las ciudades de Valparaíso, Temuco y Osorno. Cada una de las Denominaciones-Iglesias citadas a continuación, tienen su personalidad jurídica que las acredita como personas de derecho con gestión independiente, de esta manera la mención de varias de ellas con similar nombre no es una repetición pues sus números de decreto son distintos. A) Santiago 1.- Iglesia Adventista del Séptimo Día 2.- Iglesia Bautista Los Guindos 3.- Iglesia Bíblica Bautista Macul 4.- Iglesia Británica San Andrés 5.- Iglesia de la Comunidad Cristiana 6.- Iglesia Cristiana Evangélica 7.- Iglesia Cristiana la Última Llamada 8.- Iglesia Cristiana Pentecostal de Chile 9.- Iglesia Cristiana Pentecostal Los Mensajeros de Cristo 10.- Iglesia Cristiana Universal 11.- Iglesia Cristiana Refugio 12.- Iglesia Cristiana de Chile 13.- Iglesia de Cristo de la Comuna de Santiago 14.- Iglesia de Dios 15.- Iglesia de Dios en Cristo Pentecostal de Barrancas 16.- Iglesia de Dios de la Profecía 17.- Iglesia de Dios Voz en el Desierto 18.- Iglesia Evangélica Luterana el Redentor 19.- Iglesia Evangélica Autónoma Asamblea de Dios en Conchalí 20.- Iglesia Evangélica Bautista Independiente 21.- Iglesia del Evangelio de Cristo 22.- Iglesia Evangélica Estrella de Belén Pentecostal 23.- Iglesia Evangélica Betesda 24.- Iglesia Evangélica Cristiana Pentecostés 25.- Iglesia Evangélica de los Hermanos 26.- Iglesia Evangélica Los Hermanos de Renca 27.- Iglesia Evangélica Luterana en Chile 28.- Iglesia Evangélica de las Sendas Antiguas 29.- Iglesia Evangélica Luterana Congregación La Trinidad 30.- Iglesia Evangélica Iglesia Pentecostal 31.- Iglesia Evangélica de Dios Pentecostal 32.- Iglesia Evangélica Presbiteriana 33.- Iglesia Evangélica Presbiteriana Nacional Berea 34.- Iglesia Evangélica El Buen Samaritano 35.- Iglesia Evangélica Vitacura 36.- Iglesia Internacional del Evangelio Cuadrangular 37.- Iglesia Luterana de Chile 38.- Iglesia Luterana en Chile 39.- Iglesia Metodista Pentecostal 40.- Iglesia Misión Apostólica Universal 41.- Iglesia Misionera de Cristo 42.- Iglesia Nueva Apostólica Sudamericana, República de Chile 43.- Iglesia de Oración Cristiana 44.- Iglesia Pentecostal 45.- Iglesia Pentecostal de la Trinidad 46.- Iglesia Pentecostal Unida de Chile 47.- Iglesia Presbiteriana de Chile 48.- Iglesia Pentecostal Universal Unida 49.- Iglesia Pentecostal Luz en las Tinieblas 50.- Iglesia de la Unificación 51.- Iglesia Unida Metodista Pentecostal 52.- Iglesia Unión Pentecostal 53.- Iglesia Universal Cristiana Pentecostal 105 54.- Iglesia Universal de Cristo 55.- Instituto de los Hermanos de las Escuelas Cristianas 56.- Concilio Evangélico de Chile 57.- Congregación Iglesia Israelita del Nuevo Pacto 58.- Convención Evangélica Bautista de Chile 59.- Corporación Cristiana “Yo soy el que soy” 60.- Corporación del Ejercito Evangélico 61.- Corporación Evangélica Fundamentalista 62.- Corporación Evangélica Eben-Ezer Pentecostal 63.- Corporación Evangélica Nacional Belén 64.- Corporación Evangélica Pentecostal Nuevo Amanecer 65.- Corporación Evangélica Pentecostal Universal Uno en Cristo 66.- Corporación Evangélica Presbiteriana Nacional 67.- Corporación Iglesia Unión 68.- Corporación Iglesia Adventista del Séptimo día 69.- Corporación Metodista 70.- Corporación Pentecostal Jesús Redentor 71.- Corporación Pentecostal La Hermosa 72.- Corporación Representativa de Asambleas Cristianas 73.- Corporación Unión Pentecostal 74.- Cruzada Espiritual Cristiana 75.- Cruzada de Literatura Cristiana 76.- Cruzada Cristiana de Literatura a cada hogar de Chile 77.- Cruzada Estudiantil para Cristo B) Valparaíso 78.- Iglesia Asamblea Cristiana Pentecostal 79.- Iglesia Cristiana Pentecostal de Quilpué 80.- Iglesia Cristiana Presbiteriana de Santa Inés 81.- Iglesia de Dios Pentecostal 82.- Iglesia Episcopal Anglicana de Valparaíso 83.- Iglesia Evangélica Asamblea Apostólica Primitiva 84.- Iglesia Evangélica de Jesucristo de Valparaíso 85.- Iglesia Evangélica Universal de Valparaíso 86.- Iglesia Evangelista Alemana de Valparaíso 87.- Iglesia Misionera Pentecostal de Valparaíso 89.- Iglesia Unión Valparaíso 90.- Iglesia Juventud para Cristo C) Temuco 91.- Iglesia Alianza Cristiana y Misionera 92.- Sociedad Evangélica de Chile 93.- Iglesia Evangélica Luterana 94.- The South American Misionary Society 95.- Iglesia Alianza Cristiana y Misionera 96.- Misión de la Iglesia del Señor 97.- Unión de Centros Bíblicos 98.- Iglesia Alianza Cristiana de Chile 99.- Iglesia del Señor 100.- Comunidad Iglesia Evangélica Nacional 101.- Iglesia del Dios viviente D) Osorno 102.- Iglesia Evangélica Alemana 103.- Iglesia Evangélica Asamblea de Dios 104.- Iglesia Evangélica de Cristo en Chile 105.- Corporación Evangélica de Nuestro Señor Jesucristo 106.- Iglesia Evangélica Asamblea de Dios Autónoma Extracto: Lagos S., Humberto. “Relaciones Iglesias evangélicas y Gobierno, Chile 1973-1976.” Tesis (Ciencias Del Desarrollo, mención Teología). Santiago, Chile. ILADES., 1977.Pág. 86-89 106 Correo electrónico: [email protected] 107