Memoria socioeconómica y laboral de España. Año 1999

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E S PA Ñ A
1999
ECONOMÍA
TRABAJO
Y SOCIEDAD
MEMORIA
SOBRE LA SITUACIÓN
SOCIOECONÓMICA
Y LABORAL
CONSEJO ECONÓMICO Y SOCIAL
Departamento de Publicaciones
NICES: 236-2000
Colección Memorias
Número 7
La reproducción de esta Memoria está
permitida citando su procedencia.
Primera edición, junio de 2000
© Para esta edición: Consejo Económico y Social. España. 2000
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MEMORIA
SOBRE LA SITUACIÓN
SOCIOECONÓMICA
Y LABORAL
DE ESPAÑA EN 1999
Aprobada en la sesión ordinaria del Pleno
del Consejo Económico y Social
celebrada el 24 de mayo de 2000
CONSEJO
ECONOMICO
Y SOCIAL
PRESENTACIÓN
El Pleno del Consejo Económico y Social, en su reunión ordinaria del 24 de
mayo, aprobó la Memoria que por séptimo año consecutivo me honro en presentar.
Se dio así estricto cumplimiento a lo dispuesto en el artículo 7.1.5 de la Ley
27/1991, de 17 de junio, de creación del Consejo, que recoge el compromiso para
el mismo de elaborar y elevar anualmente al Gobierno, dentro de los cinco primeros meses de cada año, una Memoria en la que exponga sus consideraciones sobre
la situación socioeconómica y laboral de la Nación.
La Memoria del Consejo es el fruto por antonomasia de la comunicación
constante entre los interlocutores sociales y de la incentivación para el estudio
y la consideración por parte de los mismos de los problemas sociales y económicos que en cada momento caracterizan a la sociedad española.
No por repetido deja de ser digno de destacarse el afán de entendimiento,
mutuo respeto y consenso que impregna en todo momento la tarea de elaboración
de los informes y dictámenes del Consejo, bien sean solicitados por el Gobierno o
por iniciativa propia, y especialmente de una Memoria que por su propia denominación ha de ser amplia en cuanto a extensión y densa y rica en cuanto a su contenido. Por ello, mi expreso reconocimiento a la Comisión de Trabajo del Consejo
que se encargó de elaborar la propuesta de Memoria, a su Presidente, a los tres
Ponentes responsables de los capítulos, al resto de los Consejeros que la componen y al personal técnico del Consejo que ha trabajado en la misma.
Este año, igual que los anteriores, considero que la publicación que presento
responde a las expectativas que poco a poco ha venido generando su aparición
anual, no sólo entre aquéllos a los que expresamente va dirigida por imperativo
legal, sino también entre los que ya va siendo habitual su utilización, consolidándose como instrumento de obligada lectura y consulta; me refiero al amplio espectro
VII
MEMORIA 1999
del mundo académico y profesional y, en general, a toda la sociedad española a la
que en último término va dirigida. La Memoria de 1999 continúa, pues, en la senda
de ofrecer una perspectiva compartida de los interlocutores sociales del panorama
económico general, del mercado de trabajo, y de las relaciones laborales y de las
políticas de empleo, así como de los aspectos que mejor definen la calidad de vida
de los españoles. En los tres capítulos en los que se divide la Memoria se tratan con
detalle las cuestiones más relevantes que han caracterizado el año 1999 con una
sistematización que no rompe con la de años anteriores, a fin de mantener un hilo
conductor o continuidad que permita ir enlazando los acontecimientos y configurar
un proceso histórico actualizado periódicamente.
Así, para suscitar una lectura, que confío provechosa, en el capítulo I aparece
un balance de la economía española que el Consejo valora favorable en términos
generales, por cuanto que al elevado crecimiento alcanzado se ha asociado un
fuerte ritmo de creación de empleo, que ha permitido un acercamiento del siempre excesivo nivel de desempleo a las cotas de los demás Estados miembros de la
Unión Europea.
Del lado menos positivo, en el año 1999 no se han producido avances en la
mejora de los desequilibrios habituales de precios y sector exterior. En ambos
casos, fueron determinantes causas exógenas como la fuerte subida del precio
del petróleo y la debilidad del euro frente a la divisa, el dólar, utilizada en las
compras de crudo. Por su parte, el ajuste fiscal emprendido en los últimos años
fue, en este último, aún más intenso de lo previsto, como consecuencia del mencionado buen comportamiento de la actividad y del empleo. Cabe destacar al
respecto que desde 1999, tras la delegación de la política monetaria en el
Banco Central Europeo, la política fiscal adquiere un mayor protagonismo a la
hora de alcanzar los objetivos perseguidos.
En el ámbito de las Comunidades Autónomas, tema de tratamiento primordial en las últimas Memorias, cabe subrayar la persistencia e incluso profundización de las diferencias en términos de crecimiento que se siguen dando entre
las distintas regiones españolas. Cuestión también analizada es el entorno
internacional que cobra cada vez un mayor protagonismo, y que en el año
1999, al haber sido más favorable, ha contribuido a los buenos resultados de la
economía española. Igualmente, en el amplio espacio dedicado a la Unión
Europea, se destaca que 1999 no fue un año en el que se tomasen grandes decisiones, si se compara con lo ocurrido en 1998, incluyéndose al respecto comentarios sobre los factores que influyen en la convergencia real.
El capítulo II se destina, como ya se ha indicado, a la descripción del mercado de trabajo, las relaciones laborales y las políticas de empleo. Su extenso
objeto, así como el enfoque elegido, hacen difícil resumir las materias que allí
se tratan. No obstante, no pueden dejarse sin mención los resultados generales
VIII
PRESENTACIÓN
del empleo que abren el capítulo: el aumento del empleo en 1999 superó con
creces el del año anterior, y la tasa de paro se redujo de forma muy intensa,
tanto que ya está por debajo del 16 por 100, cuando en 1994 había rebasado el
24 por 100. Como sobre estos resultados pesa —y fueron por ello muy discutidos en su momento, aunque no siempre, por otra parte, desde argumentos de
indiscutible solidez— una nueva modificación de la Encuesta de Población
Activa, el capítulo se detiene a valorar el efecto de esa modificación.
El otro gran resultado del empleo está relacionado con la temporalidad. Las
medidas encaminadas a fomentar el empleo estable han tenido un éxito considerable, aunque ello no se haya traducido en una tasa de temporalidad mucho
menor. Esto fundamenta, asimismo, la valoración positiva, en términos generales, de los acuerdos interconfederales que se suscribieron en 1997, sobre todo
el de la estabilidad para el empleo, para el que este año, además, no se había
ofrecido una evaluación conjunta de la Comisión de Seguimiento; la Memoria
del CES viene por tanto, en parte, a suplir esta carencia.
En los otros dos grandes bloques que conforman el capítulo II, se incluyen
importantes novedades. La primera es la incorporación en el estudio de la
negociación colectiva de un análisis detallado sobre los contenidos de las cláusulas pactadas en los convenios, tanto sobre las materias que clásicamente centran la atención de los distintos balances disponibles acerca de la negociación
colectiva (salarios y jornada), como sobre otras menos frecuentes en esos
balances, cuales son la regulación convencional de la contratación laboral y la
clasificación profesional o movilidad funcional. La segunda gran novedad es la
incorporación, en el estudio de las políticas de empleo, de un apartado dedicado a las respuestas al desempleo femenino. En él se recogen las distintas medidas que, tanto en España como en Europa, se han venido ensayando para
afrontar este problema, que parecen estar traduciéndose en la mejora de la
ocupación laboral de las mujeres. Además del valor intrínseco de este resultado, no puede olvidarse que, en un contexto como el actual de envejecimiento de
la población activa, la sustentabilidad futura del sistema de protección social
dependerá, en buena medida, de la consecución de una alta participación laboral femenina.
Enlaza esta última cuestión con el capítulo III que consta de tres partes
determinadas. En la primera, bajo el título de “indicadores de calidad de
vida”, describe diferentes facetas del desarrollo social. Al analizar el
carácter pluridimensional de la realidad social se comprueba que existen
grupos desfavorecidos y vulnerables cuyos intereses han de ser atendidos si
se quiere lograr un desarrollo social centrado en las personas. Se efectúan
así diferentes referencias a los problemas relacionados con las necesidades
que están sin cubrir en los sectores de la educación, sanidad, vivienda y
cultura.
IX
MEMORIA 1999
En materia de medio ambiente este año se ha tratado específicamente el problema del agua. Hay una invitación a reflexionar sobre la necesidad de dar
soluciones eficaces a los problemas de gestión, tanto en la faceta cuantitativa,
caracterizada por la escasez y desigual distribución de los recursos hídricos,
como en la cualitativa, que se pone de manifiesto en la pérdida gradual de calidad de las aguas superficiales y subterráneas.
En la parte dedicada a la protección social, la Memoria deja constancia de
las cifras básicas de lo que representa este esfuerzo en España, bastante distante de la media de la Unión Europea, en particular en lo que dedica a la familia.
Se trata la polémica de las pensiones, un debate políticamente interesado que
culminó en un acuerdo entre Gobierno y sindicatos pero que no puede considerarse cerrado. Los objetivos y cuentas de la Seguridad Social han sido objeto
de análisis en la perspectiva del Pacto de Toledo, a cuyo seguimiento se le dedica un apartado especial, no sólo en cuanto constituye el punto de referencia
obligado para la sostenibilidad futura del sistema, sino en cuanto que su renovación es uno de los principales temas de debate en la presente legislatura.
La última parte del capítulo, dedicada a la Sociedad Interactiva, pretende
introducir las grandes líneas de debate que centran las discusiones sobre el
nuevo modelo social en una sociedad interactiva que todavía no se sabe hacia
dónde se dirige. Se han señalado las principales iniciativas que las
Administraciones española y comunitaria han puesto en marcha, sin dejar de
mencionar las dificultades que esa labor entraña y que no son otras que las
derivadas de su carácter “poliédrico”, pues la Sociedad de la Información
afecta a la economía, al trabajo, a la cultura, etc. El problema está en encontrar el mecanismo que permita adaptar las actuales estructuras sociales sin
deteriorar el modelo social europeo vigente.
En definitiva, la Memoria constituye, como en años anteriores, una oportunidad de conocer, reflexionar y, en su caso, promover debates sobre una serie
de cuestiones necesarias para mantener y fomentar un desarrollo económico,
social y laboral equitativo basado en la cooperación.
Madrid, junio de 2000
FEDERICO DURÁN LÓPEZ
Presidente del Consejo Económico y Social
X
ÍNDICE GENERAL
CAPÍTULO I. PANORAMA ECONÓMICO ..........................................................................
1
1. INTRODUCCIÓN ........................................................................................................
2. UN CONTEXTO INTERNACIONAL MÁS FAVORABLE ......................................................
3
11
2.1. Comercio mundial .........................................................................................
2.2. Recuperación de la economía internacional ..................................................
12
18
3. UN CRECIMIENTO SOSTENIDO ...................................................................................
25
3.1. La actividad creció por debajo de lo esperado ..............................................
3.2. Elevado dinamismo de la construcción y los servicios .................................
26
35
Aportación negativa del sector primario al crecimiento ....................
Aceleración gradual de la industria ...................................................
La construcción desbordó las previsiones .........................................
Los servicios crecieron más que en 1998 ..........................................
36
44
50
52
3.3. Año de balance del crecimiento regional ......................................................
57
3.3.1. Crecimiento de las Comunidades Autónomas durante 1999 .............
3.3.2. Plan de Desarrollo Regional 2000-2006 ............................................
58
64
4. DEMANDA INTERNA Y DEMANDA EXTERNA. RESULTADOS OPUESTOS .........................
69
4.1. La demanda interna, motor de crecimiento ...................................................
70
4.1.1. Mayor dinamismo del consumo privado ...........................................
70
3.2.1.
3.2.2.
3.2.3.
3.2.4.
XI
MEMORIA 1999
4.1.2. Inversión, el agregado de mayor crecimiento ....................................
74
4.2. El sector exterior frenó el crecimiento ..........................................................
76
4.2.1.
4.2.2.
4.2.3.
4.2.4.
Deterioro de la balanza de mercancías ..............................................
Fuerte impulso del turismo ................................................................
Rentas, transferencias y balanza de capital ........................................
Fuerte incremento de las inversiones españolas en el exterior ..........
80
87
88
89
5. INFLACIÓN Y POLÍTICA MONETARIA ...........................................................................
91
5.1. El IPC superó con creces las previsiones oficiales .......................................
5.2. Política monetaria europea y otras medidas para controlar la inflación .......
5.3. Análisis de los agregados monetarios europeos y de las condiciones
financieras españolas ....................................................................................
5.4. Los tipos de interés tocaron suelo .................................................................
5.5. El euro se deprecia en su primer año de vida ................................................
92
100
6. SECTOR PÚBLICO: MAYOR REDUCCIÓN DEL DÉFICIT PÚBLICO .....................................
117
6.1. La liquidación del Presupuesto del Estado para 1999 ...................................
118
6.1.1. Ingresos no financieros ......................................................................
6.1.2. Gastos no financieros .........................................................................
6.1.3. Endeudamiento y financiación ...........................................................
119
122
125
6.2. Presupuesto para el año 2000: hacia el equilibrio presupuestario ................
126
6.2.1. Principales líneas de los Presupuestos Generales del Estado para el
año 2000 .............................................................................................
6.2.2. Las políticas de gasto para el año 2000 .............................................
128
131
106
110
114
6.3. Normas tributarias .........................................................................................
6.4. La política presupuestaria en el marco del Programa de Estabilidad y
Crecimiento ...................................................................................................
133
7. UNIÓN EUROPEA ......................................................................................................
141
7.1. Unión Económica y Monetaria .....................................................................
142
7.1.1. La actividad económica general se recupera .....................................
7.1.2. El euro casi a punto ............................................................................
7.1.3. Pocos progresos en el proceso de armonización fiscal ......................
142
146
148
7.2. ¿Hacia la convergencia real? .........................................................................
151
7.3. Política europea de empleo y política social .................................................
156
7.3.1. Política europea de empleo ................................................................
7.3.2. Cumbre de Lisboa: la Cumbre del empleo y de las nuevas tecnologías..
7.3.3. Política social .....................................................................................
156
161
166
7.4. Nueva Comisión Europea: el reto de la reforma institucional y de la
ampliación .....................................................................................................
168
7.4.1. Ampliación y reforma del Tratado .....................................................
168
XII
136
ÍNDICE GENERAL
7.5. Otras Políticas ...............................................................................................
7.5.1.
7.5.2.
7.5.3.
7.5.4.
7.5.5.
170
Política estructural y de cohesión. La Agenda 2000 en marcha ........
Política Agraria ..................................................................................
Política de pesca .................................................................................
Política de medio ambiente ................................................................
Saldo financiero entre las Comunidades Europeas y España ............
170
174
178
180
181
CAPÍTULO II. MERCADO DE TRABAJO, RELACIONES LABORALES Y POLÍTICAS DE
EMPLEO ..........................................................................................................
185
1. INTRODUCCIÓN ........................................................................................................
187
2. PANORAMA GENERAL DEL EMPLEO ............................................................................
198
2.1. Nuevo cambio en la Encuesta de Población Activa ......................................
201
2.1.1. Modificación en la EPA ......................................................................
2.1.2. El empleo en la EPA y en otras fuentes ..............................................
2.1.3. La compatibilidad de los resultados de la EPA y de la Contabilidad
Nacional: la cuestión de la “productividad” .......................................
2.1.4. Conclusión ..........................................................................................
201
208
2.2. Evolución y perspectivas de la ocupación, la actividad y el paro..................
216
212
215
Perspectiva sectorial ...........................................................................
Fuerte aumento del empleo en el sector privado ................................
Evolución de la temporalidad .............................................................
Ocupados por jornada de trabajo ........................................................
Análisis por sexo y edad .....................................................................
Dimensión regional.............................................................................
222
228
231
236
239
246
2.3. Flujos de entrada y salida en el mercado de trabajo ......................................
250
2.2.1.
2.2.2.
2.2.3.
2.2.4.
2.2.5.
2.2.6.
2.3.1.
2.3.2.
2.3.3.
2.3.4.
Movilidad en relación con la actividad y trayectorias del empleo .....
Panorama de la contratación ...............................................................
Dos años de AIEE: efecto sobre los colectivos prioritarios................
Extinciones del contrato y despidos....................................................
251
257
269
273
3. RELACIONES LABORALES Y CONDICIONES DE TRABAJO...............................................
277
3.1. Concertación Social: la vigencia de los Acuerdos Interconfederales de
1997................................................................................................................
277
3.1.1. Acuerdo Interconfederal de Estabilidad en el Empleo .......................
3.1.2. Nuevas reformas de la contratación en 1999: empresas de trabajo
temporal y contratos de trabajadores fijos discontinuos ....................
3.1.3. Acuerdos Interconfederales de Negociación Colectiva y de Cobertura
de Vacíos ............................................................................................
278
3.2. Negociación Colectiva ...................................................................................
287
3.2.1. Planteamiento y curso de la negociación............................................
288
281
285
XIII
MEMORIA 1999
3.2.2. Estructura de la negociación colectiva................................................
3.2.3. Contenido de la negociación colectiva ...............................................
294
309
4. POLÍTICAS DE EMPLEO ...............................................................................................
362
4.1. Seguimiento del Plan de Acción para el Empleo 1999 y perspectivas para
el año 2000 .....................................................................................................
362
4.1.1. Pilar 1: mejora de la capacidad de inserción profesional....................
4.1.2. Pilar 2: desarrollar el espíritu de empresa...........................................
4.1.3. Pilar 3: fomentar la capacidad de adaptación de los trabajadores y
las empresas ........................................................................................
4.1.4. Pilar 4: Reforzar la política de igualdad de oportunidades.................
364
373
4.2. Políticas territoriales de empleo: el papel de las Comunidades Autónomas..
4.3. Marco Europeo de Acción .............................................................................
4.4. Respuestas al desempleo femenino................................................................
378
385
389
5. PROTECCIÓN POR DESEMPLEO ....................................................................................
394
5.1. Perfil de los beneficiarios y características de las prestaciones .....................
5.2. Evolución del gasto en protección al desempleo ...........................................
397
400
6. PREVENCIÓN DE RIESGOS LABORALES .......................................................................
402
6.1. Avances normativos e iniciativas institucionales a favor de la prevención y
la salud en el trabajo.......................................................................................
6.2. Seguridad, siniestralidad y organización de la prevención en el trabajo .......
402
409
6.2.1. Evolución de los accidentes de trabajo ...............................................
6.2.2. Condiciones de seguridad y prevención de riesgos en el trabajo .......
410
415
6.3. Organización de la prevención en el trabajo ..................................................
418
7. CONFLICTIVIDAD LABORAL ......................................................................................
422
7.1. Progresos en los procedimientos autónomos de solución de conflictos
laborales .........................................................................................................
424
375
376
7.1.1. El Servicio Interconfederal de Mediación y Arbitraje (SIMA) ..........
7.1.2. Procedimientos autónomos de solución de conflictos laborales en
las Comunidades Autónomas..............................................................
424
7.2. Huelgas y conflictos colectivos......................................................................
430
CAPÍTULO III. CALIDAD DE VIDA, PROTECCIÓN SOCIAL Y SOCIEDAD INTERACTIVA ....
439
1. INTRODUCCIÓN ........................................................................................................
441
2. INDICADORES DE CALIDAD DE VIDA ..........................................................................
448
2.1. Educación ......................................................................................................
448
2.1.1. Reformas en curso en el marco de la LOGSE ...................................
2.1.2. Universidad ........................................................................................
448
457
XIV
427
ÍNDICE GENERAL
2.1.3. Educación y acceso al empleo ...........................................................
2.1.4. La Formación Profesional, a debate ..................................................
462
466
2.2. Sanidad ..........................................................................................................
471
2.2.1. Panorama general del sistema sanitario: avances y reformas pendientes ................................................................................................
2.2.2. Salud y servicios sanitarios en el horizonte de la plena descentralización .................................................................................................
2.2.3. Iniciativas en relación a la prestación farmacéutica ..........................
471
480
483
2.3. Medio Ambiente ...........................................................................................
489
2.3.1. Aspectos generales .............................................................................
2.3.2. Agua ...................................................................................................
489
496
2.4. Vivienda ........................................................................................................
504
2.4.1. Acceso a la vivienda en 1999 ............................................................
2.4.2. Actualizaciones legislativas en el mercado de la vivienda ................
504
514
2.5. Cultura ...........................................................................................................
518
2.5.1. Panorama de la cultura en España .....................................................
2.5.2. Hábitos culturales y de ocio de los españoles ....................................
518
528
3. PROTECCIÓN SOCIAL ................................................................................................
533
3.1. El esfuerzo en protección social ....................................................................
3.2. Objetivos y cuentas de la Seguridad Social ..................................................
534
539
3.2.1. Perspectivas y objetivos .....................................................................
3.2.2. Las cifras básicas ...............................................................................
540
544
3.3. La polémica de las pensiones ........................................................................
552
3.3.1. El marco legal y cuantitativo: un resumen .........................................
3.3.2. El aspecto económico: la cuantía de las pensiones ............................
3.3.3. Un debate interesado ..........................................................................
553
556
560
3.4. La previsión social complementaria: nueva regulación ................................
3.5. Seguimiento del Pacto de Toledo ..................................................................
569
575
3.5.1. Antecedentes ......................................................................................
3.5.2. Desarrollo y cumplimiento de las Recomendaciones del Pacto de
Toledo ................................................................................................
575
4. LA SOCIEDAD INTERACTIVA .....................................................................................
593
4.1. La Sociedad Interactiva y la Nueva Economía .............................................
4.2. La estrategia española para la implantación de la Sociedad Interactiva .......
593
595
4.2.1. Marco Institucional de la Sociedad Interactiva e Iniciativa INFO
XXI ....................................................................................................
4.2.2. Contenido y ámbito de aplicación .....................................................
4.2.3. Líneas de acción y actuaciones departamentales ...............................
595
598
602
577
XV
MEMORIA 1999
4.3. Política de Telecomunicaciones y Sociedad de la Información en España ...
605
4.3.1. Presente y futuro de la política de telecomunicaciones, Sociedad de
la Información y nuevas tecnologías .................................................
605
4.4. Los medios de comunicación social ..............................................................
613
4.5. Los retos de la Sociedad Interactiva: competitividad y cohesión y la convergencia regulatoria .....................................................................................
618
ÍNDICES .........................................................................................................................
621
ÍNDICE DE CUADROS .................................................................................................
ÍNDICE DE GRÁFICOS ................................................................................................
ÍNDICE DE TABLAS ....................................................................................................
623
629
631
XVI
CAPÍTULO I
PANORAMA ECONÓMICO
1. INTRODUCCIÓN
El balance de la economía española en 1999 puede calificarse
de favorable. Así se desprende del hecho de que alcanzase un
fuerte crecimiento, inferior en unas décimas al del año anterior,
pero por tercer año consecutivo próximo al 4,0 por 100 y muy
superior al registrado por la media de la Unión Europea (UE). Su
rasgo positivo más destacable fue sin duda la fuerte aceleración
del ritmo de creación de empleo que permitió una importante
reducción de la tasa de desempleo, aunque ésta se mantenga todavía alejada de la media comunitaria. El elevado ritmo de crecimiento económico no permitió, sin embargo, un avance en la
corrección de dos desequilibrios habituales en la economía española: el de los precios y el del sector exterior.
Un buen año
En el primer capítulo de la Memoria, a lo largo de los siete epígrafes en los que se ha dividido, se pretende desarrollar este escueto apunte de lo ocurrido durante el año 1999 en el ámbito de la
economía española. Para ello, y manteniendo el esquema de los
epígrafes en línea con versiones anteriores de esta Memoria —lo
que permite hacer comparaciones interanuales— se analiza, en primer lugar, la situación económica internacional, para, seguidamente, entrar ya de lleno en los resultados de la economía española
desde el punto de vista de la oferta y de la demanda. Posteriormente, se aborda el análisis del comportamiento de los precios
y de las principales variables monetarias, así como de los resulta3
MEMORIA 1999
dos de las cuentas públicas. Finalmente, se dedica, como no podía
ser de otra manera en el primer año de vida del euro, un amplio
espacio al tema de la Unión Europea.
Recuperación
de la actividad
mundial
Optimismo sobre
la evolución
de la economía
española
4
El panorama de la economía mundial fue más favorable de lo
que cabía esperar un año antes, cuando todavía no se había disipado la inestabilidad provocada por la crisis financiera internacional
iniciada en 1997, que indujo una fuerte desaceleración de la actividad en muchas regiones del globo. La mayoría de las economías, por lo menos las más avanzadas, registraron ritmos de
crecimiento más elevados de lo previsto un año antes. Lo ocurrido
en la economía norteamericana se hace merecedor de un análisis
más amplio por su singularidad. Mantuvo un intenso ritmo de crecimiento, que incluso se aceleró a medida que transcurría el año,
cuando lo previsto, e incluso quizá lo deseable, era un “aterrizaje”
suave, que impidiese una posterior caída brusca. Dado el peso de
Estados Unidos en la economía mundial, y por lo tanto su influencia en la evolución de los demás países, se dedican unas páginas a
reflexionar sobre la sostenibilidad de la actual expansión de su
ciclo económico. Los países europeos, por su parte, registraron un
crecimiento menor que el año anterior, pero mantuvieron a lo
largo de 1999 un perfil creciente en sus ritmos de avance a medida
que se recuperaban sus exportaciones, al hilo de la fortaleza de la
economía norteamericana y de la mejora experimentada en las
áreas que más habían sufrido la crisis anteriormente mencionada.
Precisamente, los países asiáticos y Estados Unidos fueron los
principales responsables de la ligera recuperación del comercio
mundial en 1999. En este ámbito del comercio mundial, el acontecimiento más sobresaliente fue el fracaso de la reunión ministerial
de la Organización Mundial de Comercio en su intento de iniciar
la llamada “ronda del milenio”.
Ya en el ámbito particular de la economía española, se pone de
manifiesto el avance sostenido de la actividad económica a lo largo
de 1999. Aunque el crecimiento moderó su avance respecto a 1998,
el análisis de la evolución de la actividad económica a lo largo de
1999 por trimestres revela que a partir del segundo la producción
experimentó una inflexión al alza, lo que originó un cierto optimismo, compartido también por la Comisión Europea, sobre la evolución de la economía española en el medio plazo. El crecimiento de
la actividad se desarrolló en el marco de una política monetaria
PANORAMA ECONÓMICO
expansiva durante los meses centrales del año propiciada por el
Banco Central Europeo, coincidiendo con la profundización en la
consolidación fiscal y con algunas reformas estructurales. Este
avance en la producción permitió, como ya se ha manifestado, un
ritmo de creación de empleo superior al del ejercicio anterior y una
notable reducción de la tasa de desempleo; sin embargo, resultó
preocupante el deterioro de la posición exterior española, como
después se indica.
El análisis sectorial de los determinantes de la actividad permite
subrayar cómo la actividad económica estuvo claramente liderada,
en términos de tasa de crecimiento real, por el sector de la construcción y por la producción industrial de bienes duraderos, si bien en
ambos casos con perfiles diferentes: la construcción fue atenuando
su avance a lo largo del año, en cambio, el sector industrial experimentó un nuevo repunte desde el segundo trimestre. Por su parte,
los sectores agrícola y energético registraron caídas en su actividad
al verse afectados por una meteorología adversa, que perjudicó
tanto a la producción agrícola como a la generación de energía,
teniendo que hacer frente esta última, a su vez, a unos precios del
petróleo altamente crecientes.
Caídas en los
sectores agrícola
y energético
El sector primario realizó una aportación negativa al crecimiento,
claramente perjudicado por la sequía; de hecho, la renta agraria descendió por tercer año consecutivo, situación que no se producía desde
hacía treinta años. El crecimiento del resto de sectores compensó con
creces los pobres resultados de la actividad primaria; el sector industrial se vio favorecido por el mayor número de compras de bienes
duraderos por parte de las economías domésticas (el favorable balance del sector del automóvil así lo pone de manifiesto); la actividad
constructora, liderada por la edificación residencial, fue, al igual que
sucediera en 1998, clara protagonista de la actividad económica; dentro del sector servicios, las mayores novedades provienen de las telecomunicaciones, que respondieron a una mayor liberalización con
una reducción de los precios de los servicios ofertados.
En el ámbito territorial, hay que resaltar el fuerte crecimiento
mostrado por todas las Comunidades Autónomas (CCAA), aunque
la intensidad en el ritmo de crecimiento se vio afectada por la especialización productiva de cada una de ellas. Todas las regiones crecieron por encima del 3,2 por 100, aunque hay que subrayar la
Desiguales
crecimientos de
las Comunidades
Autónomas
5
MEMORIA 1999
escasa homogeneidad en los ritmos de crecimiento. La comunidad
balear, favorecida por la excelente campaña turística, destacó, un
año más, por su elevado ritmo de crecimiento, del 7,3 por 100, más
que duplicando la tasa de crecimiento registrada por Asturias, que,
con una tasa del 3,2 por 100, se colocó nuevamente en el último
puesto de la relación.
A finales de 1999, persistían, pues, desequilibrios territoriales y
sociales, lo que justifica la planificación para el periodo 2000-2006
de un nuevo Plan de Desarrollo Regional (PDR), que sustituye al
Plan 1994-1999 y se constituye como el principal instrumento de la
política regional española.
Fuerte demanda
interna
Desde la perspectiva de la demanda, la economía española
mostró una combinación desequilibrada en la aportación al crecimiento del PIB entre la demanda interna y la externa. En efecto,
la demanda interna experimentó, por segundo año consecutivo,
un fuerte crecimiento, aunque más intenso al principio que al
final del año. Dicho crecimiento se sustentó en una nueva aceleración del consumo privado que, a pesar del menor ímpetu registrado en los últimos meses del año, se constituyó en el motor
fundamental de la demanda interna. Este elevado ritmo de crecimiento se debió a la continuidad de la presencia de aquellos factores que más han incidido en su trayectoria expansiva de los
últimos años, es decir, el continuo crecimiento del empleo, el
aumento de la renta disponible de las familias resultante de la
reforma fiscal, el efecto riqueza derivado de la revalorización de
los títulos de renta variable, y el mantenimiento de tipos de interés reducidos que aliviaron el endeudamiento de las economías
domésticas.
Este mayor consumo tuvo su reflejo en la marcada disminución
de la propensión al ahorro de los hogares, hasta el punto de que la
tasa de ahorro bruto de las familias alcanzó el nivel más bajo desde
1989, pérdida que ha sido compensada por la expansión registrada
en el ahorro de las empresas, y por el ahorro público, que fue positivo en el ejercicio comentado.
La inversión, medida por la formación bruta de capital fijo, fue
el agregado de mayor crecimiento dentro de la demanda interna,
gracias a la evolución seguida por los bienes de equipo y la cons-
6
PANORAMA ECONÓMICO
trucción. La mayor utilización de la capacidad productiva de las
empresas productoras de bienes de equipo, así como la mayor
inversión dirigida al incremento de la productividad, inducida por
los avances en la liberalización de los mercados, son elementos que
refuerzan la continuidad de la tendencia ascendente.
La demanda externa, por su parte, frenó el crecimiento del PIB.
Su aportación negativa se atenuó, no obstante, a precios constantes,
a lo largo del año, gracias al impulso continuado de las exportaciones y a la ligera desaceleración de las importaciones registrada en
la segunda parte del año, esto último como consecuencia del comportamiento, también desacelerado, de la demanda interna. El sector exterior, a precios corrientes, dado el aumento del precio del
petróleo y la depreciación del euro, tuvo un comportamiento aún
más negativo. El de nuevo fuerte superávit del saldo por turismo y
la mejoría del de la cuenta de capital no pudieron compensar el
déficit de las operaciones corrientes, por lo que se registró una
necesidad de financiación exterior equivalente a casi un punto porcentual del PIB, hecho que vuelve a suscitar la cuestión de si el
sector exterior se va a constituir, una vez más, en una restricción al
futuro crecimiento de la economía. A las nuevas implicaciones del
déficit exterior, en el contexto de la Unión Económica y Monetaria,
se dedican algunas reflexiones en el texto.
Deterioro del
El apartado quinto de este capítulo analiza la evolución de las
condiciones monetarias y financieras de la economía española. En
1999 se asistió a un importante cambio en este ámbito, puesto que se
hizo efectivo el paso a la tercera fase de la Unión Económica y
Monetaria, lo que implica la completa delegación de la política
monetaria española en el Banco Central Europeo (BCE), que desde
ese momento es el responsable de diseñar una estrategia monetaria
única para el conjunto de los once Estados del euro. De ahí que a lo
largo del año aumentase el interés por seguir de cerca, tanto la evolución de la inflación española, como el diferencial de ésta respecto
a la media comunitaria. En este sentido, se considera preocupante el
aumento del Índice de Precios al Consumo (IPC) del 2,9 por 100 en
términos interanuales a finales de año, que superó además con creces el objetivo oficial inicial del 1,8 por 100. Esto supuso un aumento del diferencial de inflación de la economía española con relación
a la media de la zona euro, hasta situarse en 1,1 puntos. El factor principal que explicó los relativamente pobres resultados en términos de
Aumentó
saldo exterior
el diferencial
de inflación
con la UE
7
MEMORIA 1999
inflación fue la fuerte elevación mostrada por los precios del petróleo,
que además sufrieron las consecuencias de la debilidad del euro frente
al dólar, divisa en que se denominan las importaciones de aquel producto; asimismo, la consolidación de la fortaleza de la demanda interna propició este balance negativo en los precios.
El BCE estableció en un primer momento una estrategia monetaria expansiva; no obstante, en el último trimestre del año, el aumento de las tensiones inflacionistas, agravadas por el mayor
crecimiento de las economías de los socios de la unión monetaria, la
aceleración en el crecimiento de la oferta monetaria en el área euro,
las subidas en el precio del petróleo y la depreciación del euro provocaron el giro de la estrategia monetaria común.
Los bajos tipos de interés también caracterizaron a las emisiones
públicas que, por otra parte, fueron escasas, dada la notable reducción
de la necesidad de financiación de las Administraciones Públicas. Esta
circunstancia aumentó el atractivo de los valores privados, tanto de
renta fija como variable. De hecho, 1999 se constituyó como otro año
de éxitos bursátiles, aunque más moderados que los del ejercicio anterior. En este contexto se fraguó la creación de un nuevo mercado para
empresas de alta tecnología y de elevado potencial de crecimiento,
que vio la luz en los primeros meses del presente año.
Mínimo déficit
público
Los impuestos
indirectos
superaron a los
directos
8
La reducción del déficit de las Administraciones Públicas hasta
un mínimo histórico es un rasgo que destaca en el ejercicio presupuestario de 1999, año en el que la Seguridad Social ha registrado
un superávit. De este modo, el déficit público del 1,1 por 100 del
PIB, mejoró, incluso, el objetivo inicial del Gobierno. Este resultado es la consecuencia de la disciplina presupuestaria practicada en
años recientes, que se basa en la reducción de los gastos corrientes
y en el aumento de los ingresos. Por otra parte, el dinamismo de la
economía, la reducción del desempleo y la afloración de una parte
de la economía sumergida tras la aplicación de los novedosos criterios contables (SEC-95), son factores que han favorecido la tendencia a la reducción del déficit público.
Es de destacar el aumento de los ingresos fiscales, especialmente por el dinámico comportamiento de los impuestos indirectos,
cuya recaudación superó, por primera vez desde hacía bastantes
años, a la procedente de los tributos directos, debido a la buena
PANORAMA ECONÓMICO
evolución de la recaudación por el Impuesto sobre el Valor
Añadido (IVA). La trayectoria ascendente seguida por los ingresos
derivó en el crecimiento de la presión fiscal sin menoscabo de la
carga fiscal individual, como consecuencia de la reforma del IRPF
y de la reducción de los impuestos que gravan a las pequeñas y
medianas empresas.
En lo que atañe a la reducción de los gastos corrientes del
Estado, sobresale el descenso en el gasto por prestaciones sociales
propiciado por la reducción del número de desempleados, si bien
las transferencias a las Comunidades Autónomas experimentaron
un notable incremento. Todo ello contribuyó a generar ahorro por
operaciones corrientes, lo que sumado a los ingresos de capital,
posibilitó la financiación de buena parte de las operaciones de capital; de tal modo, el déficit resultó inferior a la inversión realizada,
con lo que, un año más, se cumplió la llamada regla de oro del
Presupuesto.
Enmarcados en un contexto económico favorable, los Presupuestos Generales para el año 2000 son, en buena medida,
herederos de la política de ajuste y de disciplina en el gasto iniciada en años anteriores, y reflejan, por lo tanto, continuidad en la
trayectoria escogida. En consecuencia, prevén un esfuerzo adicional en la reducción del déficit, en lógica consonancia con el
estricto cumplimiento de los objetivos marcados en la
Actualización del Programa de Estabilidad 1999-2003. Esta
coyuntura permite encauzar la política presupuestaria de 2000
hacia una mayor atención a los gastos con contenido social, especialmente sanidad, pensiones y fomento del empleo, y hacia un
mayor protagonismo en los capítulos de inversiones en infraestructuras, investigación y desarrollo (I+D) y gasto en educación
tan necesarios para avanzar hacia la convergencia real.
Continúa
el ajuste
presupuestario
En cuanto a la Unión Europea, el período analizado se ha caracterizado por la continuidad política en un contexto de clara mejoría
del entorno económico. Las previsiones económicas del Informe de
Primavera de 2000 de la Comisión Europea ratificaron la recuperación del pulso del crecimiento que se viene registrando en el conjunto de la Unión Europea desde el verano de 1999. El claro aumento
del ritmo de crecimiento de la economía europea durante el segundo
semestre de 1999, se produjo después de una primera mitad del año
9
MEMORIA 1999
caracterizada por los titubeos de las principales economías, dudas
que llevaron entonces al BCE a recortar los tipos de interés. La consolidación del crecimiento y cierto repunte de las tasas de inflación
han llevado al BCE a instrumentar una política monetaria más restrictiva durante los meses transcurridos del año 2000.
Se aprobó
la Agenda 2000
La agenda política de la Unión Europea se centró durante los primeros meses de 1999 de presidencia alemana en conseguir un
acuerdo para cerrar definitivamente la Agenda 2000, hecho que se
consumó en el Consejo Europeo de Berlín celebrado en el mes de
marzo. Después, la dimisión de la Comisión Europea condicionó la
actividad institucional de la Unión Europea durante el resto del año.
El acuerdo final sobre la Agenda 2000, en materia estructural,
contempla la congelación del gasto agrícola total en términos muy
similares a los que habían propuesto los ministros de agricultura y
un contenido equilibrado en materia estructural y de cohesión para
los países del sur y en particular España. Una vez aprobada la
Agenda 2000, se han adoptado los nuevos Reglamentos para los
Fondos Estructurales y ha continuado el siempre difícil proceso de
reforma de las políticas comunes del sector agrario y pesquero.
Asimismo, las instituciones comunitarias se han esforzado por acelerar el proceso de integración del medio ambiente en todas las
políticas sectoriales, con el objetivo de disponer de una verdadera
estrategia global de desarrollo duradero en la Unión Europea.
En materia fiscal, la aprobación del denominado “paquete
Monti”: la fiscalidad del ahorro, un código de conducta de la fiscalidad de las empresas, así como la regulación de la tributación de
los intereses y cánones entre filiales de empresas transfronterizas,
que obstaculizan el funcionamiento del Mercado Único, ha estado
bloqueada durante todo 1999 debido principalmente a la primera
cuestión, el tratamiento fiscal del ahorro.
Progresa
la política europea
de empleo
10
La política europea de empleo ha mantenido su progresión. En
el Consejo Europeo de Colonia se aprobó el Pacto Europeo por el
Empleo. Este Pacto aglutina una serie de medidas, como la coordinación de las políticas económicas y la instauración del diálogo macroeconómico, destinadas a conseguir una reducción importante del
desempleo. Estas medidas constituyen un tercer eje en favor de la
creación de empleo junto a las estrategias de Luxemburgo (empleo)
PANORAMA ECONÓMICO
y Cardiff (reformas económicas). Más adelante, en la Cumbre de
Lisboa celebrada ya en el año actual, los quince se han planteado un
triple reto estratégico para hacer frente con éxito a la globalización:
adecuar las políticas macroeconómicas para lograr el pleno empleo
en el año 2010, intentar conseguir que en esa fecha Europa sea un
espacio más competitivo que Estados Unidos, dando amparo al desarrollo de la nueva economía y del capital humano, basados ambos en
el conocimiento, y, en tercer lugar, modernizar los sistemas de protección social y promover, mediante mecanismos dinámicos, la creación de empleo, combinando la cohesión social y la competitividad.
En política social los agentes sociales europeos alcanzaron en
1999 un acuerdo que se ha convertido después en Directiva sobre
los contratos de duración determinada. Este acuerdo persigue
mejorar la calidad de este tipo de contratos, eliminando cualquier
discriminación y evitando su utilización abusiva.
Finalmente, en esta edición de la Memoria se han incluido unas
reflexiones acerca del proceso de convergencia real de España respecto a la Unión Europea, por considerar que la convergencia en
niveles de riqueza y bienestar constituye uno de los principales, si
no el primero, de los objetivos del proceso de integración.
Objetivo:
convergencia
real
2. UN CONTEXTO INTERNACIONAL MÁS FAVORABLE
En 1999, en el ámbito económico internacional, se deben destacar tres acontecimientos especialmente relevantes: la recuperación
de la economía mundial tras la desaceleración sufrida el año anterior por la crisis financiera; la continuación del ciclo expansivo de
la economía norteamericana; y el fracaso, en un entorno de ligera
recuperación del comercio mundial, de la tercera Conferencia
ministerial de la Organización Mundial de Comercio (OMC).
Así, la economía mundial, según el Fondo Monetario Internacional (FMI), creció en 1999 un 3,3 por 100 en términos reales,
un punto más de lo previsto y ocho décimas más que en 1998.
Como consecuencia de la recuperación económica, el volumen
de comercio mundial creció un 4,6 por 100, una décima menos
según la OMC, ligeramente por encima de lo esperado y de
lo registrado en 1998 cuando sufrió una intensa desaceleración
(cuadro I-1).
Los resultados
superaron
las previsiones
11
MEMORIA 1999
CUADRO I-1
COMERCIO Y PRODUCCIÓN MUNDIAL, 1991-2000
(Tasas reales de variación interanual)
Conceptos
1991
1992
1993
1994
1995
1996
1997
1998
1999 2000 (p)
Producción mundial
Países avanzados *
Países en desarrollo
Comercio mundial
Importación
Países avanzados
Países en desarrollo
Exportación
Países avanzados
Países en desarrollo
1,8
1,2
4,9
4,6
2,7
1,9
6,7
4,7
2,7
1,2
6,5
3,7
4,0
3,2
6,8
9,1
3,7
2,6
6,1
9,6
4,3
3,2
6,5
6,9
4,2
3,2
5,7
9,9
2,5
2,4
3,2
4,2
3,3
3,1
3,8
4,6
4,2
3,6
5,4
7,9
3,4
9,7
4,8
11,1
1,7
8,7
9,7
7,2
9,1
11,5
6,5
8,2
9,1
11,2
5,5
0,4
7,4
–0,3
7,8
9,8
5,8
6,2
5,2
10,7
3,4
8,2
8,7
13,1
9,1
10,5
6,3
9,2
10,3
11,4
3,7
4,5
4,4
1,7
7,2
9,7
(p) Previsión.
* Desde abril de 1997, el FMI incluye dentro de los países avanzados a Corea del Sur, Hong Kong, Israel, Singapur
y Taiwán, que previamente se clasificaban entre los países en desarrollo.
Fuente: FMI, Perspectivas de la Economía Mundial, abril de 2000.
2.1. COMERCIO MUNDIAL
El comercio mundial se benefició de la mayor actividad económica. La expansión del comercio mundial en 1999, superior a la
prevista, fue no obstante inferior a la media, 6,5 por 100, registrada
durante la década de los noventa.
La distribución del volumen de comercio por regiones y países
(cuadro I-2) muestra las diferencias de crecimiento del producto de
una región a otra, comentadas en el apartado siguiente relativo a la
economía internacional. Así, los mayores responsables de la expansión del comercio fueron Estados Unidos, cuya demanda de importaciones alcanzó un nuevo récord, y los países asiáticos, cuya
recuperación permitió también un fuerte incremento de sus importaciones y exportaciones.
Estados Unidos,
motor del comercio
mundial
12
El auge de las importaciones de Estados Unidos fue especialmente beneficioso para las exportaciones de los países que, como
Canadá y México, tienen mayores vínculos comerciales con esta
economía. La caída de las importaciones y la desaceleración de las
exportaciones iberoamericanas, excluyendo las mexicanas, son un
fiel reflejo de los malos resultados económicos registrados durante
PANORAMA ECONÓMICO
CUADRO I-2
VOLUMEN DEL COMERCIO POR REGIONES, 1997-1999
(Tasas de variación interanual)
Exportaciones
Importaciones
Regiones
1997
1998
1999
1997
1998
1999
Mundo
América del Norte
Iberoamérica
México
Otros países de Iberoamérica
Europa Occidental
Unión Europea
Economías en transición
Asia
Japón
Asia (5)a
10,5
11,0
11,5
19,5
6,5
9,5
9,5
10,5
13,0
12,0
16,5
4,5
3,5
7,5
11,0
5,5
5,5
6,0
5,0
3,5
–1,5
13,0
4,5
4,5
7,0
13,5
2,0
3,5
3,5
–3,0
6,0
2,0
11,5
10,5
13,0
22,5
28,0
20,0
9,0
8,5
13,5
5,5
1,5
3,0
4,5
10,5
8,5
15,5
4,5
8,5
8,5
5,0
–8,5
–5,5
–22,5
4,5
10,5
–2,0
15,0
–12,0
3,5
4,0
–10,0
9,0
9,5
17,5
a: Corea del Sur, Filipinas, Indonesia, Malaisia y Tailandia.
Nota: No se dispone de datos desglosados del volumen correspondiente a África y Oriente Medio, por lo que se han
utilizado estimaciones de las cifras correspondientes a estas regiones para calcular el total mundial.
Fuente: OMC, Informe Preliminar sobre la evolución del comercio en 1999.
1999 en esta área. Además, cabe señalar que, mientras que casi el
90,0 por 100 de las exportaciones de México tienen como destino
América del Norte, menos del 30,0 de las exportaciones del resto
de los países de Iberoamérica se dirigen a dicha región. Del área
asiática destaca el crecimiento de dos dígitos del volumen de
comercio de los cinco países de Asia que más se habían visto afectados por la crisis financiera de 1997 y el continuo declive del de
Hong Kong (China) en beneficio de China, como consecuencia
de la deslocalización de su industria manufacturera para trasladarse
a otras zonas de China, que, por su parte, siguió ampliando su porcentaje de participación en las exportaciones mundiales. En cuanto
a Japón, y a pesar del estancamiento de su economía, se produjo
una recuperación de sus exportaciones e importaciones, aunque se
encuentra lejos todavía de alcanzar los niveles anteriores a la crisis.
Finalmente, en Europa, la ligera desaceleración de su crecimiento
en el cómputo anual contribuyó a que el incremento de su volumen
de comercio fuera inferior al registrado el año anterior, aunque con
una clara tendencia a la aceleración en la segunda mitad del año.
Dado que la gran mayoría del comercio de Europa es de carácter
13
MEMORIA 1999
intrarregional, el lento crecimiento del consumo repercutió negativamente en las exportaciones e importaciones. Sin embargo, el
comercio de países como España, Irlanda y Portugal fue especialmente dinámico, al crecer mucho más que el promedio europeo.
La recuperación en el crecimiento del volumen de las exportaciones vino, no obstante, acompañada de fuertes tensiones en el
sistema multilateral de comercio.
La ronda
del milenio
se retrasa
La más destacada se produjo en la tercera Cumbre ministerial
de la OMC, celebrada en Seattle a finales de año, que fracasó en su
intento de poner en marcha una nueva ronda de negociaciones, la
primera de este organismo, y la novena si se consideran las celebradas desde que en 1947 se firmó el Acuerdo General sobre
Aranceles y Comercio (GATT).
La Unión Europea, durante la Cumbre, pretendió incluir en la
declaración ministerial la necesidad de establecer un programa de
negociación global que abarcase, además de las negociaciones previstas sobre la agricultura y los servicios, objeto de obligada negociación, otras áreas como los llamados nuevos temas ya
introducidos en la primera Conferencia ministerial celebrada en
Singapur en diciembre de 1996, relativos al comercio e inversiones
y a la transparencia en la contratación pública, y los del comercio y
el medio ambiente y de la reducción de los aranceles en productos
industriales. También, considerando que los beneficios del comercio internacional deben llegar a todas las economías y distribuirse
mejor dentro de ellas, la Unión Europea fue partidaria de promover
una mayor transparencia y una mayor atención a las preocupaciones de la sociedad civil, tratando de aliviar los problemas de los
países en desarrollo mediante la eliminación de los aranceles a la
exportación para los países menos avanzados. La pretensión europea era que los productos de los países menos desarrollados tuvieran libre acceso a los mercados de los países más desarrollados,
siempre que respetasen las normas internacionales sobre el trabajo
y no incurriesen en dumping social. Precisamente, en lo relativo a
la cuestión del comercio y del trabajo, la postura de la Unión
Europea fue la de mantener lo acordado en Singapur, al reafirmar
la competencia de la Organización Internacional del Trabajo (OIT)
y abogar por la creación de un foro de debate entre esta organización y la OMC. Pero además, se fue más lejos al solicitar que se
14
PANORAMA ECONÓMICO
excluyese la posibilidad de establecer sanciones proteccionistas
injustas y evitar la sugerencia de que pudieran llegar a aplicarse. Se
trataba más bien de incentivar a los países en desarrollo, que temen
un proteccionismo encubierto por parte de los desarrollados, a que
cumplan con los estándares laborales en vez de sancionar, tal y
como llegó a sugerir Estados Unidos, a los que los conculquen.
Respecto al procedimiento de negociación, éste debía evitar acuerdos parciales hasta que todo quedase acordado; es decir, se establecía un principio del compromiso único.
La posición española, coincidente en líneas generales con la
europea, incidía, en los temas agrícolas, en compensar las concesiones que hubiese que realizar con la eliminación de formas encubiertas de protección y apoyo a las exportaciones como son los
créditos a la exportación, las trabas sanitarias y fitosanitarias, y en
promover la producción de alimentos de calidad mediante el desarrollo de las denominaciones de origen. Aspecto destacado de la
posición española, finalmente defendido por la Unión Europea, fue
su empeño en que se reconociese la especificidad del sector pesquero que no puede someterse a las mismas reglas que el resto de
los sectores no agrícolas, por lo que se le debe otorgar un tratamiento singularizado. La liberalización comercial en este sector
debe ir acompañada de políticas y acuerdos para una gestión adecuada de la explotación de los recursos. Asimismo, apoyaba la realización de un esfuerzo liberalizador en el sector servicios, la
eliminación de obstáculos arancelarios y no arancelarios en los
productos industriales y el establecimiento de reglas multilaterales
básicas sobre la inversión directa.
Pero fue imposible alcanzar un acuerdo acerca del inicio de una
nueva ronda. Los trabajos preparatorios de la Conferencia concluyeron sin lograr un texto consensuado; persistieron divergencias en
algunos de los puntos tratados, no existía una unánime voluntad
entre los miembros de iniciar una nueva ronda amplia no circunscrita al mandato vigente de negociar únicamente sobre agricultura
y servicios, y se produjeron deficiencias de organización en el
desarrollo de la Conferencia.
Con ello, se perdió la oportunidad de iniciar una nueva ronda
sobre los retos del proceso de mundialización y los asuntos comerciales, que hubiese permitido también una mayor integración de los
15
MEMORIA 1999
países en desarrollo, en especial de los menos adelantados, en el
sistema de comercio multilateral, y una mayor atención a las preocupaciones de la sociedad civil.
Críticas a la OMC
Precisamente, el procedimiento de negociación, la falta de
transparencia de los negociadores de la OMC sobre los asuntos tratados y sobre las repercusiones del acuerdo para los diferentes países y organizaciones, fue lo que provocó las quejas de los países en
desarrollo, que se sintieron discriminados en la organización del
evento, y movilizó a las organizaciones no gubernamentales para
acudir en gran número a la cita de Seattle.
La mayor sensibilidad de la sociedad y el creciente interés de
los interlocutores económicos y sociales ante las cuestiones del
comercio internacional, se explican por la influencia que éstas ejercen sobre el empleo, el nivel de renta, los consumidores y el medio
ambiente. Hasta ahora, estos aspectos han quedado en un segundo
plano en el sistema multilateral de comercio, al prevalecer como
objetivo último la eliminación de los obstáculos al comercio. Por
otro lado, aunque el comercio internacional favorece a todos, hasta
ahora los beneficios han sido mayores para los países avanzados
que para aquellos en desarrollo.
El CES, compartiendo estas críticas, considera que la OMC es
un organismo que facilita el buen funcionamiento del comercio
internacional en un marco de reglas pactadas, transparentes y estables, útiles ahora más que nunca en el actual proceso de internacionalización en donde las cuestiones económicas de cada país afectan
y se ven afectadas por las del resto de los países. De todas formas,
el CES, en su Memoria correspondiente al año 1996, ya manifestó
que el objetivo de liberalizar el comercio mundial no debe intentar
alcanzarse obviando otros objetivos como la distribución equitativa
de la riqueza o el progreso social. La alternativa a una OMC imperfecta no es su desaparición, porque esto en último término beneficiaría al país con mayor capacidad de influir en cada negociación.
Ante una posible vuelta al bilateralismo, o incluso al unilateralismo, el CES defiende la importancia del enfoque multilateral para el
desarrollo de las relaciones comerciales internacionales, y aboga
por una OMC reformada que controle y regule el comercio internacional de forma que se alcance un mayor equilibrio entre los distintos países. Una OMC más transparente y sensible a las demandas
16
PANORAMA ECONÓMICO
sociales, que facilite una mayor y adecuada participación de los
interlocutores económicos y sociales en las negociaciones.
El sistema multilateral de comercio conoció también en 1999
otras tensiones comerciales, aunque no tan relevantes o llamativas
como las de la Conferencia ministerial de Seattle, destacando una
vez más las producidas entre la Unión Europea y Estados Unidos.
El conflicto relativo al régimen europeo de importación de
plátanos1 ha seguido en primer plano. En 1999, también ha cobrado
mayor virulencia la “guerra” de la carne hormonada. El conflicto
tiene su origen en la decisión de la Unión Europea de prohibir
desde 1989 la importación de Estados Unidos de carne tratada con
hormonas de crecimiento no autorizadas por la Unión Europea por
considerar que estudios científicos determinan un posible vínculo
entre su uso y el padecimiento humano de ciertos tipos de cáncer.
Otro contencioso también euroestadounidense es el que tiene como
protagonista a los productos transgénicos. En este caso, la Unión
Europea ha adoptado el principio preventivo de establecer una
moratoria a la autorización de nuevas variedades transgénicas por
su posible repercusión negativa en la salud humana y en el medio
ambiente.
Conflictos entre
Estados Unidos
y la Unión
Europea
Respecto a los hechos acontecidos en 1999 en el marco de los
acuerdos de integración regional, cabe destacar en el ámbito de la
Unión Europea la apertura de negociaciones con seis nuevos candidatos (Bulgaria, Eslovaquia, Letonia, Lituania, Malta y Rumanía)
que se añaden a las ya en curso con Chequia, Chipre, Eslovenia,
Estonia, Hungría y Polonia, y los problemas surgidos en el área del
Mercosur tras la fuerte depreciación del real brasileño que sumió a
los otros tres países miembros en la recesión. En concreto, los conflictos comerciales entre Argentina y Brasil en los sectores del calzado, el papel y el automóvil, desataron una grave crisis en el
bloque comercial del Mercosur, que sólo comenzó a solucionarse
en la decimoséptima cumbre de esta organización que se celebró a
comienzos de diciembre.
En definitiva, en 1999, el sistema multilateral de comercio ha
permitido la expansión del comercio mundial y ha contribuido en
1
Véase CES, Memoria sobre la situación socioeconómica y laboral, 1998,
págs. 14 y 15.
17
MEMORIA 1999
gran medida a evitar una vuelta al proteccionismo. La crisis de origen financiero desencadenada en Asia en 1997 y que se contagió
en 1998 a otras regiones, podría haber provocado en algunos de los
países más afectados la imposición de obstáculos a la importación,
en un intento de trasladar la carga de la crisis a otros países. No
obstante, finalmente se abstuvieron mayoritariamente de recurrir a
esta práctica y persistieron en la liberalización de sus regímenes
comerciales, lo que contribuyó a lograr la salida de la crisis y la
recuperación de sus economías. Por otro lado, y a pesar de que los
países en desarrollo consideran que las ventajas de su pertenencia a
la OMC son insuficientes, hay una larga lista de candidatos a ingresar en ella. China, el país de entre los candidatos con mayor peso
en el comercio mundial, y que tiene presentada su candidatura
desde 1986, pretende su entrada en la OMC con el estatus de país
en desarrollo, lo que le permitiría tener un plazo más amplio para
eliminar sus barreras comerciales. El acuerdo de liberalización
comercial alcanzado con Estados Unidos en noviembre de 1999 le
ha acercado más a la OMC, por lo que es previsible su adhesión
durante el año 2000, cuando se culminen las negociaciones en marcha con la Unión Europea.
2.2. RECUPERACIÓN DE LA ECONOMÍA INTERNACIONAL
Desigual reparto
del crecimiento
Nuevo auge
de la economía
de Estados Unidos
18
La economía mundial se recuperó en 1999 más rápido y con
mayor intensidad de lo previsto a comienzos de dicho año, cuando todavía era incierto el futuro ante la evolución de la crisis
financiera internacional. Sirva como ejemplo que el FMI pronosticó, en las previsiones de mayo de 1999, un crecimiento de la
economía mundial del 2,3 por 100, revisado al alza en siete décimas en las de noviembre para cifrarlo finalmente en las de abril
del año 2000 en el 3,3 por 100. Sin embargo, los buenos resultados globales, esconden un desigual reparto de la mejora económica (cuadro I-3). Los beneficios de la tecnología y sus empleos de
calidad por ahora sólo afectan a los países avanzados, ampliándose las diferencias de ingresos, entre los países desarrollados y en
desarrollo y dentro de estos últimos.
Como ya se ha adelantado, Estados Unidos fue el protagonista
económico del año, al haber desempeñado un papel fundamental a
la hora de amortiguar la crisis y constituirse en la locomotora de la
recuperación mundial. Su crecimiento, del 4,2 por 100, con bajo
PANORAMA ECONÓMICO
CUADRO I-3
INDICADORES SOCIOECONÓMICOS INTERNACIONALES, 1991-2000
(Tasas de variación interanual)
Indicadores
Crecimiento PIB
Mundo
Países avanzados*
Estados Unidos
Japón
Canadá
Unión Europea
Alemania
Francia
Italia
Reino Unido
España
Zona Euro
Países en desarrollo
África
Asia
Iberoamérica
Europa del Este
sin Rusia
Rusia
Inflación (IPC)
Países avanzados*
Estados Unidos
Japón
Canadá
Unión Europea
Alemania
Francia
Italia
Reino Unido
España
Zona Euro
Países en desarrollo
África
Asia
Iberoamérica
Europa del Este
sin Rusia
Rusia
Paro (tasa)
Países avanzados*
Estados Unidos
Japón
Canadá
Unión Europea
Alemania
Francia
Italia
Reino Unido
España
Zona Euro
1991
1992
1993
1994
1995
1996
1997
1998
1999
1,8
1,2
–0,9
3,8
–1,9
1,7
5,0
0,8
1,1
–1,5
2,3
2,4
4,9
1,8
6,6
3,9
2,7
1,9
2,7
1,0
0,9
1,1
2,2
1,2
0,6
0,1
0,7
1,3
6,7
0,2
9,5
3,3
2,7
1,2
2,3
0,3
2,3
–0,5
–1,2
–1,3
–1,2
2,3
–1,2
–1,0
6,5
0,7
9,3
3,9
4,0
3,2
3,5
0,6
4,7
3,0
2,7
2,8
2,2
4,4
2,1
2,7
6,8
2,2
9,6
5,2
3,7
2,6
2,3
1,5
2,6
2,4
1,2
2,1
2,9
2,8
2,8
2,3
6,1
3,1
9,1
1,3
4,3
3,2
3,4
5,0
1,2
1,8
1,3
1,6
0,9
2,6
2,3
1,7
6,5
5,8
8,2
3,6
4,2
3,2
3,9
1,4
3,8
2,7
2,2
2,3
1,5
3,5
3,5
2,5
5,7
3,1
6,6
5,2
2,5
2,4
4,3
–2,5
3,1
2,7
2,2
3,4
1,5
2,2
4,0
2,8
3,2
3,1
3,8
2,1
3,3
3,1
4,2
0,3
4,2
2,3
1,5
2,8
1,4
2,0
3,7
2,3
3,8
2,3
6,0
0,1
4,2
3,6
4,4
0,9
3,7
3,2
2,8
3,5
2,7
3,0
3,7
3,2
5,4
4,4
6,2
4,0
–10,0
–5,0
–8,7
–14,5
–3,6 –3,0
–8,7 –12,6
1,4
–4,0
1,5
–2,8
3,1
0,4
1,8
–4,5
1,4
3,2
3,0
1,5
4,7
4,2
3,3
5,6
5,1
3,5
3,2
6,3
6,8
5,9
4,4
36,1
24,6
8,3
128,6
3,5
3,0
1,7
1,5
4,5
5,1
2,4
5,3
4,7
5,9
4,4
38,5
32,5
7,6
151,0
3,1
2,6
3,0
2,6
1,2
0,7
1,8
0,2
3,8
3,0
4,4
2,7
2,1
1,7
4,6
4,1
3,0
2,4
4,6
4,7
3,8
3,0
47,2 51,8
30,6 37,2
10,7 15,9
209,0 208,9
2,5
2,8
–0,1
2,2
2,9
1,8
1,8
5,2
2,8
4,7
2,9
22,2
33,2
12,8
35,9
2,4
2,9
0,1
1,6
2,5
1,5
2,0
3,9
2,9
3,5
2,4
14,3
25,9
8,3
20,8
2,1
2,3
1,7
1,4
1,9
1,8
1,2
1,7
2,8
2,0
1,7
9,4
11,1
4,8
13,9
1,5
1,6
0,6
1,0
1,4
0,6
0,7
1,7
2,7
1,8
1,2
10,1
9,2
7,6
9,8
1,4
2,2
–0,3
1,7
1,4
0,7
0,6
1,7
2,3
2,2
1,2
6,5
11,0
2,5
8,8
1,9
2,5
0,1
2,1
1,8
1,2
1,3
2,2
2,0
2,3
1,7
5,7
9,6
2,6
7,7
94,9
92,7
277,0
1.353,0
356,5 152,5
895,9 302,0
74,5
190,1
32,0
47,8
36,8
14,7
19,0
28,0
21,0
86,0
19,0
20,0
6,5
6,8
2,1
10,4
8,5
5,5
9,4
10,9
8,0
16,3
8,8
7,3
7,5
2,2
11,3
9,8
7,7
10,3
10,7
9,7
18,4
10,0
7,2
5,6
3,1
9,5
11,1
9,4
11,7
12,0
8,0
22,9
11,9
7,2
5,4
3,3
9,7
11,2
10,3
12,4
12,1
7,3
22,2
12,3
7,0
4,9
3,4
9,2
10,9
11,4
12,5
12,3
5,5
20,8
12,3
6,7
4,5
4,1
8,3
9,7
9,4
11,7
11,8
4,7
18,8
10,9
6,4
4,2
4,7
7,6
8,9
9,0
11,0
11,4
4,4
15,9
10,1
6,0
4,2
4,7
6,7
8,4
8,6
10,2
11,0
4,3
14,4
9,4
7,7
6,9
2,5
11,2
11,0
8,8
11,6
10,2
10,3
22,7
11,3
7,6
6,1
2,9
10,4
11,5
9,6
12,3
11,3
9,3
24,2
12,2
2000 (p)
(p) Previsión.
Nota: Las cifras del Fondo Monetario Internacional (FMI) no siempre coinciden con las oficiales de cada país.
* Desde abril de 1997, el FMI incluye dentro de los países avanzados a Corea del Sur, Hong Kong, Israel, Singapur
y Taiwán, que previamente se clasificaban entre los países en desarrollo.
Fuente: FMI, Perspectivas de la Economía Mundial, abril de 2000.
19
MEMORIA 1999
desempleo, superávit presupuestario y sin tensiones inflacionistas,
sorprendió por su intensidad, dado que se enmarca en un muy
largo periodo de expansión del ciclo económico que dura ya desde
mediados de 1991 y que registra crecimientos superiores al 4,0
por 100 en los tres últimos años. Además, la economía estadounidense concluyó 1999 creciendo a un ritmo interanual del 7,3 por
100, sin ningún signo de desaceleración de la actividad a pesar de
las subidas de los tipos de interés que pretenden un aterrizaje
suave de la economía antes de que se produzcan tensiones inflacionistas. Durante 1999, sus empresas siguieron manteniendo un
elevado ritmo de inversión, sobre todo en nuevas tecnologías,
pero fueron los consumidores los que, con un grado de confianza
sin precedentes en los últimos treinta años ante su propia situación y la de la economía, apoyado en una tasa mínima de desempleo, del 4,1 por 100, se constituyeron en los principales
responsables del nuevo y mayor impulso de la demanda interna.
Pero lo más sobresaliente de este escenario es que por ahora no
está provocando elevaciones de precios. En diciembre el crecimiento del IPC fue del 2,7 por 100, y descontando el elevado
aumento de los precios energéticos, la inflación subyacente fue
del 1,9 por 100. La explicación al fuerte crecimiento sin elevados
precios parece hallarse en los aumentos en la productividad del
trabajo en el sector de las nuevas tecnologías, la llegada de nuevos
inmigrantes que alivian cierta escasez de mano de obra y la disminución de los precios de las importaciones. Por otro lado, la fortaleza del consumo privado, debida en gran medida al efecto riqueza
positivo derivado de la revalorización de los activos financieros en
renta variable, disparó las importaciones, dando lugar a un elevado
saldo comercial negativo que amplió aún más el tradicional déficit
por cuenta corriente de la economía estadounidense y su necesidad
de financiación externa.
Riesgos
de una brusca
desaceleración
20
Cabe preguntarse si la economía estadounidense se halla en una
fase de crecimiento sostenible basada en elementos estructurales
que provocan un continuo crecimiento de la productividad o está
disfrutando de circunstancias coyunturales que acabarán por desaparecer. La cuestión es fundamental, dado que las favorables
expectativas de crecimiento mundial para el año 2000 vuelven a
sustentarse en la condición de que continúe la expansión en
Estados Unidos. Desde hace varios años se tiende a esperar el fin
de un ciclo que dura ya una década, siendo reiteradas las voces,
PANORAMA ECONÓMICO
incluida la del CES2, que señalan los riesgos o desequilibrios de la
economía de Estados Unidos que podrían provocar una brusca y
considerable disminución de su crecimiento. La desaceleración de
la economía estadounidense afectaría al resto del mundo, dado que
supone el 22,0 por 100 del producto mundial y que, como ha quedado puesto de manifiesto en la última de las crisis financieras, el
contagio de la crisis de un país a otro es cada vez más rápido.
Ahora se han añadido las advertencias de instituciones como el
propio FMI o la Organización para la Cooperación y el Desarrollo
Económico (OCDE) que avisan del riesgo de los desequilibrios de
la economía estadounidense. Según dichas instituciones, de mantenerse el ritmo de crecimiento con que acabó el año, dada la falta de
ahorro de las familias que se ha hecho incluso negativo, el enorme
déficit comercial, la excesiva dependencia del ahorro externo, la
elevada cotización del dólar y la sobrevaloración de las cotizaciones bursátiles, se producirán inevitablemente tensiones inflacionistas que provocarán nuevas subidas del precio oficial del dinero que
acabarán provocando severas correcciones en las cotizaciones de la
Bolsa y en los tipos de cambio del dólar.
Una disminución considerable del crecimiento en Estados
Unidos debería compensarse con un mayor crecimiento en Europa
y Japón para que se mantuviese el nivel de la demanda mundial.
Sin embargo, después de la crisis asiática los excedentes de ahorro
de Europa y Japón se han dirigido a Estados Unidos, lo que significa que paradójicamente, una fuerte recuperación en aquellas zonas
y en las economías emergentes podría hacer más difícil la continuación de la presente expansión norteamericana, ya que ésta dejaría de recibir los flujos de capital que le permiten soportar su
déficit por cuenta corriente.
La previsión de un mayor crecimiento en Europa parece que
se consolida, a tenor de los resultados alcanzados en 1999, en
especial en la segunda mitad del año. En la Unión Europea en su
conjunto, el impacto de la crisis externa fue menor de lo previsto
y se absorbió rápidamente, por lo que creció medio punto más de
lo esperado, un 2,3 por 100 frente al 2,7 por 100 del año anterior;
revisándose igualmente al alza las previsiones para 2000 y 2001.
El paro
en la Unión
Europea
por debajo
del 10 por 100
2
Véase CES, Memoria sobre la situación socioeconómica y laboral, 1998,
pág. 19.
21
MEMORIA 1999
Estas optimistas previsiones se sustentan en el perfil cíclico mostrado por la economía europea a lo largo del año. Así, mientras
que en el primer trimestre la tasa de variación interanual del PIB
en la zona euro fue del 1,7 por 100, en el cuarto fue del 3,1 por
100. La demanda interna fue sólida a lo largo de todo 1999, apoyada en una elevada confianza de los consumidores, de las
empresas industriales, de la construcción y del comercio al por
menor europeos. No obstante, no fue hasta la segunda mitad del
año cuando se empezaron a dar resultados positivos en la demanda
externa, con una fuerte recuperación de las exportaciones, al hilo
de la mejora de las economías de los países clientes y la ganancia
de competitividad vía precio por la depreciación del euro. Este
crecimiento económico se tradujo en una creación de empleo del
1,3 por 100 que permitió situar de nuevo la tasa de paro por debajo del 10,0 por 100, lo que no ocurría desde 1992. En cuanto a los
precios, la tasa de variación interanual del IPC armonizado en
diciembre fue tan sólo del 1,7 por 100, pero que contrasta sin
embargo con el nivel alcanzado a finales de 1998, un punto
menos. Los principales factores de esta evolución fueron la subida de los precios del petróleo y la debilidad del euro, por lo que,
si se excluye el precio de la energía, alimentos, alcohol y tabaco,
la situación queda en un 1,1 por 100 frente al 1,4 por 100 de un
año antes.
Distintos ritmos
de crecimiento
europeos
22
En 1999, cabe resaltar las elevadas cotizaciones registradas en
las Bolsas europeas y los importantes movimientos de concentración empresarial llevados a cabo, aunque lo más llamativo fue la
divergencia entre los distintos ritmos de crecimiento de los países
de la zona euro. Los siete puntos de diferencia entre Irlanda, que
fue nuevamente el que más creció, un 8,3 por 100, y Dinamarca e
Italia, que lo hicieron a una tasa del 1,4 por 100, muestran que, por
ahora, la creación del euro no ha aproximado los ritmos de crecimiento. Entre medias, las dos mayores economías del área,
Alemania y Francia, obtuvieron en esta ocasión resultados bastante
dispares. Alemania creció un 1,5 por 100, frente al 2,2 por 100 del
año anterior, pero con una tendencia clara hacia la recuperación en
los últimos meses del año. Francia, por su parte, tuvo un comportamiento mejor, al registrar un incremento del PIB del 2,8 por 100, y
poder situar a finales de año su tasa de paro por debajo del 11,0 por
100 de la población activa por primera vez en los últimos siete
años.
PANORAMA ECONÓMICO
La evolución de Japón en 1999 fue la contraria de la seguida
por la Unión Europea. Tras abandonar en los primeros meses del
año la recesión en la que se había sumido en 1998, que supuso una
caída de su PIB del 2,6 por 100, en el tercer trimestre de 1999 dio
síntomas de pérdida de vigor para volver a entrar en recesión en el
último trimestre de dicho año y alcanzar un crecimiento medio para
todo 1999 de tan sólo tres décimas. Las medidas de estímulo fiscal
que desde 1992 se amplían año a año, al no obtenerse los resultados esperados, se concentraron en 1999 en la primera parte del año,
dando lugar a la mencionada recuperación de la economía japonesa. Pero el consumo privado y la inversión no acaban de despegar,
ni tan siquiera con un tipo de interés de referencia del banco central
nulo. Las medidas expansivas no acaban de dar fruto, manteniéndose una muy débil demanda interna. Por el contrario, y a pesar de
la fuerte apreciación del yen, sus exportaciones despegaron gracias
a la recuperación de los países de su entorno, sus principales clientes, lo que permitió que la producción industrial se mantuviese. Los
precios cayeron un 0,3 por 100 de media y a finales de año rondaron el –1,0 por 100, la tasa más baja en décadas. La tasa de paro
del 4,7 por 100, reducida desde una perspectiva occidental, no ha
dejado de crecer desde que en 1990 y 1991 alcanzase el 2,1 por
100 de la población activa. Finalmente, la política fiscal expansiva
aplicada en el ejercicio fiscal iniciado el 1 de abril de 2000, con la
pretensión de animar el consumo privado, supondrá una nueva elevación del déficit y la deuda pública.
Japón no creció
Los países emergentes tienden a ser tratados por los mercados
financieros como una unidad, tal y como quedó demostrado con la
crisis financiera iniciada en Tailandia en 1997, que acabó incluso
afectando a países que se estaban esforzando por sanear sus economías. Desde entonces y hasta mediados de 1999, los capitales internacionales los abandonaron buscando mercados de más calidad,
más seguros aunque menos rentables, sumiéndolos en una profunda recesión con elevados costes sociales. Así, en el conjunto del
año 1999, se inició una recuperación en estos países al retornar la
confianza de los inversores a sus mercados.
Volvió la calma
De todas formas, Iberoamérica registró los peores resultados de
la década al crecer a una tasa prácticamente nula, del 0,1 por 100.
No se pudo, pues, reducir la elevada vulnerabilidad social que provocan el alto índice de pobreza y de desempleo en la zona. De sus
Iberoamérica, los
a los mercados
emergentes
peores resultados
de la década
23
MEMORIA 1999
mayores economías, tan sólo la mexicana obtuvo resultados favorables en términos de crecimiento, un 3,7 por 100, en gran medida
gracias a su pertenencia al NAFTA en el contexto de gran fortaleza
de la economía estadounidense. El motivo de que la mayoría de las
grandes economías de esta área entrasen en recesión en 1999 fue la
crisis de confianza que afectó a las economías emergentes y, en
especial, a las iberoamericanas, tras la devaluación del rublo y la
declaración de una moratoria en el pago de la deuda rusa en el
verano de 1998. Esto provocó una aversión generalizada a cualquier tipo de riesgo financiero y la salida de las inversiones extranjeras a corto plazo, a lo que hubo que añadir la pérdida de los
mercados asiáticos, en crisis desde un año antes, y la caída del precio de las materias primas. En otoño de 1998, la crisis afectó de
lleno a la economía de mayor peso en la región, Brasil, que sin
embargo cerró 1999 con mejores resultados de los esperados, al
crecer medio punto cuando se preveía una recesión del 4,0 por
100. La declaración de la libre flotación del real brasileño a
comienzos de 1999, que supuso una depreciación de la moneda
superior al 50,0 por 100, dio sus frutos y permitió un incremento
de sus exportaciones hacia países como Argentina cuyos productos, por la razón inversa, se encarecieron relativamente y frenaron
su exportación a Brasil. El resultado, una recesión en Argentina
del 3,1 por 100.
El Sudeste asiático
superó la crisis
24
En las economías del Sudeste asiático se produjo una fuerte
recuperación a partir del verano, al hilo del aumento de sus exportaciones tras las devaluaciones que supusieron un aumento de su
competitividad vía precios. Las exportaciones se vieron también
favorecidas por el fuerte crecimiento de Estados Unidos y por la
recuperación de la Unión Europea que demandaron con fuerza productos electrónicos, originarios en gran medida de los países asiáticos. La recuperación, tras la profunda crisis de los dos años
anteriores, ha sido mayor y se ha producido antes de lo previsto.
Corea del Sur, con una vigorosa e inesperada recuperación de la
demanda interna, destacó al crecer un 10,7 por 100, ritmo que posiblemente continúe en los próximos años. De todas formas, las deficiencias estructurales que contribuyeron a desencadenar la crisis en
estos países no han desaparecido del todo, por lo que parece prematuro anticipar el fin de los problemas en estas economías tan
sólo porque en un año, afectado por un efecto rebote, se haya producido un importante crecimiento. China, que había conseguido
PANORAMA ECONÓMICO
soslayar en gran medida la crisis asiática iniciada en 1997, mantuvo en 1999 su elevado ritmo de crecimiento, apoyado en un incremento de sus exportaciones que no se vieron afectadas por la
mayor competitividad-precio de los productos de los países del
área asiática que devaluaron sus monedas.
En Europa Central y del Este, aún en situación precaria, se
observa cierta recuperación en algunos países con perspectivas de
una pronta adhesión a la Unión Europea, como Eslovenia y
Hungría y especialmente Polonia, que creció por encima del 4,0
por 100. Por el lado contrario, los países que experimentaron los
peores resultados fueron los de la ex Unión Soviética, más
Bulgaria y Rumanía, afectados negativamente por la guerra de
Kosovo. Para Rusia, economía sin un mercado mínimamente eficaz
y competitivo, el FMI había previsto una fuerte recesión, del 7,0
por 100, pero el resultado fue mucho mejor, un crecimiento del
3,2 por 100, gracias a la devaluación del rublo en agosto en 1998,
que ha provocado la sustitución de importaciones por productos
industriales internos, y al fuerte incremento en el precio del petróleo.
Dispares
Finalmente, los países menos desarrollados no pueden aprovechar los beneficios de la globalización ni crecer a un ritmo suficiente para empezar a resolver sus múltiples problemas, por lo que
actualmente su principal preocupación es la condonación de su
deuda externa. Es el caso de la mayoría de los países del África
subsahariana que, sumidos en una profunda pobreza, en 1999 apenas crecieron al resultar afectados por el bajo precio de las materias
primas agrícolas y mineras. De su precaria situación sirvan los
datos de que esta área, compuesta por 46 países, si se excluyen las
dos grandes economías, Nigeria y Sudáfrica, participa tan sólo del
1,4 por 100 del producto mundial, cuando alberga al 8,0 por 100 de
la población mundial. Y ello sin entrar a considerar las enormes
distorsiones y asimetrías existentes en el entramado social de estos
países.
El problema de
resultados
en Europa
del Este
la deuda externa
3. UN CRECIMIENTO SOSTENIDO
El crecimiento del PIB español en 1999 alcanzó un 3,7 por 100
frente al 4,0 por 100 de 1998. El avance sostenido, aunque amortiguado, del producto permitió una creación de empleo superior a la
alcanzada en el ejercicio anterior, y redujo la tasa de desempleo
25
MEMORIA 1999
media hasta el 15,9 por 100 de la población activa. Los sectores
protagonistas del crecimiento de 1999 fueron tanto la actividad
constructora como el sector servicios; este último se benefició de
los buenos resultados tanto de la actividad turística como de los
avances del sector de las telecomunicaciones.
3.1. LA ACTIVIDAD CRECIÓ POR DEBAJO DE LO ESPERADO
Como ya se ha mencionado, el crecimiento de la economía
española se situó en 1999 en el 3,7 por 100 lo que ha supuesto un
recorte de tres décimas respecto al crecimiento medio del año
anterior. La adopción de la nueva metodología denominada
“Sistema Europeo de Cuentas SEC-95” modificó las estimaciones
del crecimiento del PIB de años anteriores y la previsión para el
ejercicio de 1999 (cuadro I-4). Así, la previsión del Gobierno para
1999, tras sucesivas revisiones a la baja a lo largo del ejercicio,
fue del 3,8 por 100.
Mejora
la tendencia
del ciclo
El análisis por periodos permite observar cómo la actividad económica, a pesar de haber sufrido una desaceleración hasta el primer
trimestre de 1999, experimentó a partir del segundo una flexión al
alza. El avance del PIB a lo largo del ejercicio fue sostenido y gradual, con un aumento de una décima por trimestre, pasando de un
crecimiento del 3,6 por 100 en el primer trimestre a un 3,9 por 100
en el cuarto. La recuperación de la producción respondió al crecimiento de las exportaciones y al repunte de la actividad industrial
desde la segunda mitad del ejercicio, lo que resultó en una estabilización de la tasa de crecimiento del empleo que parecía haber
empeorado a principios de 1999.
El avance de la actividad se desarrolló en el marco de una política
monetaria expansiva durante los meses centrales del año propiciada
por el Banco Central Europeo, una profundización en la consolidación
fiscal y unas reformas estructurales incipientes. Sin embargo, este
favorable entorno estuvo acompañado por el deterioro de la posición
exterior española, el déficit por cuenta corriente llegó a representar un
2,1 por 100 del PIB, y por el repunte de la inflación, que en términos
del Índice de Precios al Consumo (IPC) alcanzó un 2,9 por 100.
De nuevo, el gran protagonista del año 1999 fue el ímpetu mostrado por la demanda interna (cuadro I-5), en particular, del consumo
26
PANORAMA ECONÓMICO
CUADRO I-4
RESULTADOS DE LOS CAMBIOS METODOLÓGICOS DEL SISTEMA
EUROPEO DE CUENTAS 1995 (SEC-95)
En lo relativo a la medición de la actividad en 1999, resulta necesario mencionar el cambio que afectó a
la Contabilidad Nacional de España elaborada por el Instituto Nacional de Estadística (INE) y que
incluye dos novedades: por un lado, una nueva metodología derivada de la aplicación desde junio de
1999 del Sistema Europeo de Cuentas 1995 (SEC-95) que sustituye al SEC-79, y por otro lado, el cambio
de base sustituyendo la de CNE 86.
Objetivo: mejorar la adaptación de las cuentas nacionales a los cambios que se han venido produciendo
en la realidad económica, para lo cual prevé la utilización de nuevas fuentes de información estadística
(por ejemplo: estadísticas como el Directorio Central de Empresas (DIRCE), Encuesta de Presupuestos
Familiares, etc., elaboradas por el INE; así como otras elaboradas fuera del mismo, destacando las
estadísticas del Ministerio de Fomento, del Banco de España, de la Agencia Tributaria, de la Comisión
Nacional del Mercado de Valores o de la Dirección General de Seguros, entre otros), así como de nuevos
procedimientos y métodos de cálculo.
Este cambio de metodología ha producido una revisión al alza, del orden del 4,4 por 100, del PIB
del año base (1995).
Variables afectadas
PIB desde la
perspectiva
de la
demanda
Principales cambios
Resultados
Consumo
- Se distingue el consumo final
del consumo final efectivo, lo
que permitirá conocer quién
realiza el gasto y quién efectúa
el consumo.
- Se amplía el concepto de consumo de las Administraciones
Públicas para incluir el uso de
algunas infraestructuras públicas.
El consumo en el año base
(1995) aumenta un 3,2 por 100,
principalmente a causa de la
revisión al alza del consumo
público que crece un 13 por
100.
Formación
bruta de
capital fijo
(FBK)
- Se incluyen en este concepto
la adquisición de software informático, los gastos en prospecciones mineras y petroleras y
las compras de originales artísticos y literarios.
- Se considera FBK la parte de
la inversión militar susceptible
de uso civil (aeropuertos, puertos, hospitales, etc.), hasta ahora
considerado consumo intermedio de las AAPP.
La FBK aumenta en el año base
(1995) un 11,1 por 100. El
incremento resulta más acusado
en la inversión en construcción
que se eleva en un 11,7 por 100.
Por su parte, la inversión en bienes de equipo se revisa al alza
en un 9,7 por 100 en el año
base.
- Se valoran franco a bordo
(FOB) de acuerdo con el V
Manual de balanza de pagos del
FMI. Esto supone un cambio en
la valoración de las importaciones que antes se contabilizaban
CIF, es decir, incluyendo seguros y fletes.
Las importaciones de bienes
descienden en valor, mientras
que, las importaciones de servicios aumentan.
Las exportaciones disminuyen ya
que desaparece la partida de ajuste
que compensaba los servicios de
transportes y seguro de bienes
importados prestados por residentes.
- El Valor Añadido Bruto (VAB)
se valora a precios básicos, en
lugar de a precios de salida de
fábrica, lo que supone excluir
del VAB todos los impuestos
netos de subvenciones sobre los
productos, siempre que sean
individualizables por productos.
El efecto depende de la actividad: aquellas con gravámenes
especiales elevados como el
refino de petróleo, las bebidas
alcohólicas, el tabaco, el juego,
entre otras, reducen su valor.
Por su parte, actividades subvencionadas, como la agraria, la
minera o el transporte, elevan su
aportación al PIB.
Importación
y exportación
de bienes y
servicios
PIB desde la perspectiva de la
oferta
Fuente: Elaboración propia.
27
MEMORIA 1999
CUADRO I-5
CUADRO MACROECONÓMICO, 1996-1999
(Tasas de variación interanual)
Conceptos
1996
PIB y agregados
Producto Interior Bruto
Consumo privado nacional
Consumo público
Formación bruta de capital fijo
-Bienes de equipo
-Construcción
Demanda interna
Exportación de bienes y servicios
Importación de bienes y servicios
Pro memoria
PIB a p. constantes (miles de millones de ptas.) (1)
PIB a p. corrientes (miles de millones de ptas.)
Precios y costes
Deflactor del PIB
Precios de consumo (diciembre)
Costes laborales unitarios nominales totales
Mercado de trabajo
Variación del empleo
Tasa de desempleo
Sector exterior en % del PIB
Saldo comercial (2)
Saldo por cuenta corriente
Necesidad de financiación AAPP (en % PIB)
Administraciones públicas totales
Administraciones públicas centrales
1997
1998
1999 (e)
2,3
1,9
1,3
2,0
8,3
–1,0
1,8
10,3
8,1
3,8
2,8
2,7
5,0
9,9
2,3
3,2
15,1
12,8
4,0
3,6
2,0
9,2
13,0
7,0
5,0
7,1
11,1
3,7
4,4
1,8
8,3
8,4
8,3
4,9
8,5
12,6
74.546,4
77.115,2
77.405,6
81.782,0
80.467,5
86.968,5
83.483,6
93.068,2
3,4
3,2
2,9
2,1
2,0
1,6
2,3
1,4
2,6
3,1
2,9
2,0
2,9
22,2
3,0
20,8
3,4
18,8
4,6
15,9
–2,8
0,1
–2,5
0,5
–3,4
–0,2
–4,9
–2,1
5,0
3,8
3,2
2,1
2,6
1,4
1,1
1,1
(e) Estimaciones.
(1): Año base: 1995
(2): En términos de Balanza de Pagos.
Fuente: INE, Banco de España y Ministerio de Economía y Hacienda.
privado que, al compensar la amortiguación en el crecimiento de la
formación bruta de capital fijo, permitió una aportación de la demanda interna al crecimiento de 4,9 puntos porcentuales, la misma que
en 1998. La evolución de la demanda interna se explica fundamentalmente por el comportamiento del gasto en consumo final de los
hogares que creció un 4,5 por 100, cuatro décimas por encima del
valor alcanzado el año anterior, compensando así la moderación en
el crecimiento de la formación bruta de capital, que creció no obstante al ritmo del 8,3 por 100. El análisis trimestral del comportamiento
28
PANORAMA ECONÓMICO
de la demanda interna muestra cómo ésta suavizó su crecimiento a
lo largo de 1999, pasando de aportar 5,3 puntos porcentuales al crecimiento del PIB en el primer a 4,3 puntos en el cuarto. Esta ralentización en el crecimiento de la demanda interna resulta favorable,
dada la preocupación existente por las tensiones inflacionistas y la
consecuente pérdida de competitividad frente a nuestros socios de
la UEM.
CUADRO I-6
AGREGADOS MACROECONÓMICOS EN 1999
(Tasas de variación interanual)
Consumo Privado Nacional
+
4,4
Consumo Público
–
1,8
Formación Bruta de Capital fijo
–
8,3
Exportaciones de bienes y servicios
+
8,5
Importaciones de bienes y servicios
+
12,6
PIB 3,7
Notas: Con (+ –) se indica incremento o disminución de la tasa de variación respecto a la
del año anterior.
Con ( ) se indica crecimiento o decrecimiento.
Fuente: Elaboración propia a partir de INE, Contabilidad Nacional Trimestral de España.
Esta aportación positiva de la demanda interna al crecimiento
del PIB contrastó con la mayor aportación negativa del sector exterior al crecimiento que llegó, en 1999, a 1,2 puntos porcentuales.
La demanda externa neta sufrió las consecuencias de una mayor
inflación diferencial de la economía española en el contexto de la
Unión Económica y Monetaria, una lentitud en la recuperación de
nuestros socios comunitarios y el encarecimiento del petróleo. El
análisis de la aportación del sector exterior al crecimiento del PIB
por trimestres permite comprobar, no obstante, que a lo largo del
ejercicio la aportación negativa del sector exterior se fue reduciendo, pasando de los 1,7 puntos porcentuales del primer trimestre a
0,4 en el último trimestre.
La demanda
externa restó 1,2
puntos al PIB
Desde el punto de vista de la oferta, tal y como se expone en el
apartado siguiente, se observa cómo la actividad económica estuvo
claramente liderada, en términos de crecimiento, por el sector de la
29
MEMORIA 1999
construcción que creció en 1999 un 8,1 por 100, y por la producción
industrial de bienes duraderos, aunque ambos con tendencias trimestrales diferentes; el primero fue atenuando su avance a lo largo del
año y el segundo experimentó un nuevo repunte desde el segundo
trimestre. Por otra parte, los sectores agrícola y energético registraron descensos en su actividad al verse afectados por factores completamente exógenos al ritmo de la actividad económica española,
como fue una meteorología adversa que perjudicó tanto a la producción agrícola como a la generación de energía, teniendo que hacer
frente esta última, a su vez, a unos precios del petróleo elevados.
El crecimiento de la actividad se tradujo, según las cifras de la
Contabilidad Nacional Trimestral, en una creación neta de 477 mil
puestos de trabajo, esto es, 37 mil más que los creados en el periodo anterior. La tasa de creación de empleo alcanzó, según esta
fuente, un 3,4 por 100, situándose tres décimas por debajo del crecimiento del PIB por lo que, al igual que ocurriera en el ejercicio
anterior, la productividad aparente del trabajo en términos de
Contabilidad Nacional aumentó, de forma reducida, en 1999. Por
sectores, tal y como se expone en el apartado siguiente, destacó el
empleo creado por la rama de la construcción, con una tasa de crecimiento del 11,0 por 100, resultado que contrasta con la destrucción de empleo en la agricultura (–2,8 por 100).
EPA: 600.000
nuevos empleos
Las cifras ofrecidas por la Contabilidad Nacional difieren por
razones metodológicas de las procedentes de la Encuesta de
Población Activa3, que estimó un crecimiento del empleo en media
anual del 4,6 por 100 (cuadro I-5), un punto porcentual por encima
de lo registrado por dicha encuesta el año anterior, de modo que los
empleos netos creados ascendieron a más de 600 mil. Como resultado de esta tendencia en el empleo, la tasa de paro descendió hasta
el 15,9 por 100 de media para 1999, tres puntos porcentuales
menos que la tasa de paro estimada por la EPA para 1998.
Teniendo en cuenta las cautelas que entraña cualquier interpretación de la evolución de la productividad, expuestas en el capítulo
segundo de esta Memoria, se observa cómo este crecimiento del
3
Véase el apartado dedicado al panorama general del empleo en el capítulo II,
donde se ofrece una explicación sobre las modificaciones sufridas por la Encuesta
de Población Activa en 1999.
30
PANORAMA ECONÓMICO
empleo se tradujo, según la EPA, en un descenso de la productividad aparente del factor trabajo del 0,8 por 100 (gráfico I-1). Esta
reducción de la productividad tuvo su reflejo en todos los sectores
excepto el primario (cuadro I-7), de forma que la actividad constructora, que registró un crecimiento del empleo del 12,0 por 100,
redujo su productividad aparente del trabajo en un 3,9 por 100, lo
cual resulta obvio si se considera que esta actividad es altamente
intensiva en mano de obra. Esto último sucedió también en el sector servicios que con un crecimiento del empleo del 5,2 por 100
alcanzó una productividad aparente del trabajo de –1,7 por 100.
Sólo la agricultura que destruyó empleo a un ritmo del 4,3 por 100
mostró un aumento en su productividad.
GRÁFICO I-1
CICLO DE LA ACTIVIDAD Y DEL EMPLEO, 1980-1999
(Tasas de variación interanual)
8
6
4
2
0
–2
–4
Ocupados totales
1999
1998
1997
1996
1995
1994
1993
1992
1991
1990
1989
1988
1987
1986
1985
1984
1983
1982
1981
1980
–6
PIB ptas. constantes
Nota: la serie de la EPA no distingue si los ocupados lo son a tiempo completo o parcial. Esta encuesta no realiza
un cálculo de puestos de trabajo equivalente, lo que plantea dudas sobre la conveniencia de utilizar esta serie a la
hora de estimar la productividad aparente del factor trabajo (véase apartado 2.1.3. del capítulo II).
Fuente: INE, Contabilidad Nacional Trimestral de España y Encuesta de Población Activa.
31
MEMORIA 1999
CUADRO I-7
ACTIVIDAD, EMPLEO Y PRODUCTIVIDAD POR SECTORES, 1997-1999
(Tasas de variación interanual)
1997
1998
PIB
real
ProducEmpleo tividad (2)
Agricultura
2,4
–0,8
Industria (1)
5,6
3,2
Construcción
2,0
5,7
Servicios
3,1
Total
3,8
Sectores
1999
PIB
real
ProducEmpleo tividad (2)
PIB
real
ProducEmpleo tividad (2)
3,2
1,8
–0,6
2,4
–2,1
–4,3
2,2
2,4
4,8
4,9
–0,1
1,8
2,8
–1,0
–3,7
6,5
5,2
1,3
8,1
12,0
–3,9
3,0
0,1
3,1
3,2
–0,1
3,5
5,2
–1,7
3,0
0,8
4,0
3,4
0,6
3,7
4,6
–0,8
(1) Incluye energía.
(2) Tasa de variación del PIB real – Tasa de variación del empleo.
Fuente: INE, Contabilidad Nacional Trimestral de España y Encuesta de Población Activa.
Aunque la actividad económica española creció por encima de
la media tanto de la Unión Europea como de la Unión Económica y
Monetaria (UEM) en 1,4 puntos (gráfico I-2), el ritmo de avance
estuvo muy por debajo del alcanzado por otros Estados miembros
como Irlanda (8,3 por 100) o Luxemburgo (5,0 por 100), ambos
favorecidos por la fortaleza de la formación bruta de capital fijo en
bienes de equipo en sus respectivos territorios. Asimismo, se
observó cómo la actividad económica española pudo generar un
alto ritmo de creación de empleo, en este caso 2,1 puntos por encima de la media de todos los socios comunitarios, aunque de nuevo
por debajo del ritmo de creación de empleo de Irlanda y
Luxemburgo.
En el medio plazo, la posibilidad de mantener el dinamismo en
la actividad económica dependerá de si la demanda externa se
recupera lo suficiente como para evitar cualquier restricción al crecimiento de la economía española. Esta circunstancia resulta relevante desde el momento en que la demanda interna parecía, a
finales de 1999, dar señales de agotamiento en su avance, tanto por
las subidas de los tipos de interés que se prevén en el marco de la
Unión Económica y Monetaria como por la adaptación definitiva
de la renta disponible a los cambios fiscales acontecidos en 1999.
32
PANORAMA ECONÓMICO
GRÁFICO I-2
CICLO ECONÓMICO EN ESPAÑA Y EN LA UNIÓN EUROPEA, 1975-1999
(Tasas de variación interanual)
6
5
4
3
2
UE
III
1999-I
III
1998-I
III
1997-I
III
III
1996-I
1995-I
1999
III
1997
1995
1993
1991
1989
1987
1985
1983
1981
1979
1977
6
5
4
3
2
1
0
–1
–2
1975
0
1994-I
1
España
Las cifras a partir de 1996 corresponden a la CNE base 1995.
Fuente: INE, Contabilidad Nacional de España y Eurostat.
Con gran probabilidad las exportaciones españolas comenzarán
a reaccionar ante la mejora del contexto internacional; no obstante,
para poder beneficiarse de esta situación las autoridades españolas
tendrán que asegurar una mejora en la posición competitiva de
nuestra economía. De este modo, a la hora de crear las condiciones
necesarias para lograr un crecimiento más saneado sin restricciones
del sector exterior se deberá mejorar la competitividad de la economía española, para lo cual será necesario profundizar en las reformas estructurales, puesto que todavía éstas no han afectado al
núcleo duro de la inflación, así como fomentar las actividades rela-
A medio plazo:
más reformas
estructurales
33
MEMORIA 1999
cionadas con la denominada “nueva economía”, es decir, aquellas
relacionadas con las nuevas tecnologías y la innovación4.
En este sentido se expresa la Comisión Europea, la cual, a su
vez, se muestra optimista sobre la evolución de la economía española a medio plazo (cuadro I-8). La Comisión considera que es
posible que el PIB español alcance, en el año 2000, un crecimiento
del 3,8 por 100, es decir, 0,1 puntos por encima del crecimiento
registrado en 1999, aunque sólo 0,5 puntos por encima de la media
para el conjunto de la Unión.
No obstante, a pesar de este mayor crecimiento, la Comisión prevé
una moderación en el avance en creación de empleo, que alcanzaría el
2,8 por 100, ya que considera que el mayor crecimiento del PIB se
basará en actividades menos intensivas en mano de obra. En cualquier
caso, la tasa de desempleo se reducirá, según la Comisión, hasta el
13,8 por 100 en el año 2000 y hasta un 12,1 por 100 en el año 2001.
CUADRO I-8
PREVISIONES ECONÓMICAS PARA ESPAÑA Y LA UE PARA EL AÑO 2000
(Tasas de variación interanual)
Ministerio de
Economía
Comisión Europea
Conceptos
OCDE
España
España
UE-15
3,7
3,7
1,2
9,2
9,3
11,9
3,8
3,8
1,7
7,2
10,4
11,5
3,4
2,8
1,5
5,6
8,2
7,7
3,7
3,9
2,4
8,6
8,0
11,4
2,8
2,6
1,4
4,2
5,9
5,6
2,0
2,0
2,7
2,5
1,9
1,7
2,4
2,2
1,8
1,7
Variación del empleo
Tasa de desempleo
2,7
14,2
2,8
13,8
1,3
8,5
2,8
14,0
1,1
8,8
Necesidad de financiación de las
AAPP (% del PIB)
–0,8
–0,7
–0,4
–1,1
–0,8
PIB
Consumo privado
Consumo público
Formación Bruta de Capital
Exportaciones de bienes y servicios
Importaciones de bienes y servicios
Deflactor del Consumo Privado
Deflactor del PIB
España UE-15
Fuente: OCDE, Economic Outlook, diciembre de 1999. Comisión Europea, Previsiones de primavera, 2000.
Ministerio de Economía y Hacienda, Actualización del Programa de Estabilidad del Reino de España
1999-2003.
4
En este ámbito, el CES acogió favorablemente en su Dictamen 12/1999, de
29 de septiembre, el nuevo Plan nacional de investigación científica, desarrollo e
innovación tecnológica (2000-2003).
34
PANORAMA ECONÓMICO
3.2. ELEVADO DINAMISMO DE LA CONSTRUCCIÓN Y LOS SERVICIOS
En el ejercicio 1999 se observó un gran dinamismo en la
mayor parte de los sectores (cuadro I-9), con un elevado protagonismo del sector de la construcción, del sector del automóvil y de
los servicios de telecomunicaciones. La fortaleza de la demanda
interna, en su mayor parte derivada de las favorables expectativas
sobre la evolución en el medio plazo de la renta disponible de las
economías domésticas, promovió la compra de bienes duraderos,
lo que tuvo una repercusión directa tanto en la actividad constructora como en la producción de automóviles. Por su parte, las telecomunicaciones respondieron a la mayor liberalización del sector
con una expansión de la producción que se vio acompañada por la
reducción del precio de los servicios ofertados. En el otro extremo, la meteorología adversa perjudicó tanto al sector agrícola
como al energético, afectado este último, a su vez, por unos precios del petróleo elevados.
CUADRO I-9
ACTIVIDAD ECONÓMICA POR SECTORES, 1997-1999
(Tasas de variación interanual de los componentes del PIB en pesetas constantes)
Años
Trimestres
Agricultura
y Pesca
Energía
Industria
Construcción
Servicios
1997
I Trim.
II Trim.
III Trim.
IV Trim.
Media
5,4
0,4
1,2
2,7
2,4
3,8
4,7
5,3
5,0
4,7
4,8
5,8
5,9
6,8
5,8
1,2
2,2
1,7
2,8
2,0
2,2
3,1
3,7
3,5
3,1
1998
I Trim.
II Trim.
III Trim.
IV Trim.
Media
3,0
3,4
2,0
–1,0
1,8
3,9
2,5
1,5
0,9
2,2
7,1
6,3
5,1
3,0
5,4
4,3
5,1
7,2
9,4
6,5
3,2
3,1
3,0
3,2
3,1
1999
I Trim.
II Trim.
III Trim.
IV Trim.
Media
–2,1
–2,6
–2,2
–1,3
–2,1
0,4
–0,1
–0,6
–1,3
–0,4
1,5
1,4
2,5
3,8
2,3
8,8
8,7
7,9
6,9
8,1
3,5
3,5
3,5
3,4
3,5
Fuente: INE, Contabilidad Nacional Trimestral de España.
35
MEMORIA 1999
3.2.1 Aportación negativa del sector primario al crecimiento
La evolución del sector primario durante 1999 estuvo marcada
por los efectos perniciosos de la sequía, lo que frenó la leve recuperación mostrada por este sector en los dos ejercicios inmediatamente
anteriores. El año 1999 se cerró con un descenso en la tasa interanual de crecimiento de la actividad del sector primario del 2,1 por
100, como resultado de una evolución anual marcada por la fuerte
caída de la producción en el segundo trimestre del año (gráfico I-3).
GRÁFICO I-3
COMPONENTES SECTORIALES DEL PIB, 1996-1999
(Tasas de variación interanual)
25
Agricultura
20
15
10
Construcción
Industria (1)
5
Servicios
0
(1) Incluye energía.
Fuente: INE, Contabilidad Nacional Trimestral de España.
36
IV
III
II
1999-I
IV
III
II
1998-I
IV
III
II
1997-I
IV
III
II
1996-I
–5
PANORAMA ECONÓMICO
A pesar de la bajada mostrada por la tasa de crecimiento del
producto del sector primario en 1999, su escasa ponderación en el
conjunto de la actividad determinó que este descenso no tuviese
demasiada repercusión y resultase en una aportación negativa de
0,1 puntos porcentuales al crecimiento del PIB (gráfico I-4).
GRÁFICO I-4
RESULTADOS SECTORIALES EN 1999
(Aportación porcentual al crecimiento del PIB)
Porcentaje
2,5
2,0
No destinados
a la venta
1,5
1,0
0,5
Destinados
a la venta
0,0
–0,5
Agricultura y Pesca
Servicios
Industria
Energía
Construcción
Fuente: INE, Contabilidad Nacional Trimestral de España.
El valor de la producción final agraria se redujo un 3,2 por 100 respecto a 1998, siendo la caída del valor de la producción estrictamente
agrícola del 4,0 por 100, lo que llevó a superar la reducción de la producción ganadera que alcanzó un 2,1 por 100. Ambas caídas responden
a factores muy distintos. En el primer caso, la causa fundamental fue la
notable reducción de la producción agrícola en términos de volumen,
cerca del 6,3 por 100, como resultado de la sequía. Por su parte, la
reducción en el valor de la producción ganadera respondió a una bajada de precios del orden de 5,9 por 100; este hundimiento fue originado
por la crisis de los productos contaminados por dioxinas, por la falta de
recuperación de las exportaciones y por una mala gestión de la oferta.
La renta agraria
se deteriora por
tercer año
consecutivo
El resultado en términos de renta generada por la rama agraria fue
una caída de un 4,2 por 100 respecto a la renta del año anterior, lo que
ha supuesto que la renta agraria se haya deteriorado durante tres años
consecutivos, hecho que no se producía desde hace treinta años. A este
37
MEMORIA 1999
resultado contribuyeron tanto el aumento en valor de los consumos
intermedios (0,5 por 100) como la caída en las amortizaciones (1,0 por
100); situación que no resultó compensada por las mayores subvenciones percibidas por los agricultores en 1999, con un crecimiento del 4,2
sobre 1998, hasta aproximarse a 740 mil millones de pesetas.
Como ya se ha comentado en varias ocasiones, este balance negativo del sector agrícola respondió principalmente a los efectos de la
sequía que fue especialmente perjudicial sobre los cultivos de cereales de invierno y de primavera, que llegaron a registrar un descenso
de su producción final del 29,0 por 100; asimismo, la escasez de lluvias afectó a las cosechas de girasol, remolacha, viñedo y olivar.
La respuesta dada desde la administración española se materializó en el Real Decreto Ley 10/1999, de 11 de junio, de adopción de
medidas de carácter urgente para reparar los efectos producidos por
la sequía5. Las ayudas se limitaron a otorgar préstamos a bajo interés, a fomentar el transporte de cereal para pienso, a promover la
realización de nuevos pozos y el transporte de agua, a ampliar
la línea de seguros agrarios y a aplazar los pagos de las cuotas a la
seguridad social de los trabajadores por cuenta ajena, entre otras.
Desde la perspectiva comunitaria, el principal evento de 1999,
tal y como se expone más adelante en el epígrafe 7 del capítulo I,
fue la aprobación en la cumbre de Berlín de 25 y 26 de marzo de
la reforma de la Política Agrícola Común (PAC). Ésta se llevó a
cabo en el marco de la denominada Agenda 2000 y su principal
medida fue la reducción de los precios-garantía de los productos
agrarios. La propia Agenda 2000 estableció que las mayores restricciones impuestas por la nueva PAC deberían ser compensadas
con una profundización en las actuaciones estructurales, que se
enmarcarían en un nuevo periodo de programación: 2000-20066.
5
Tras el RDL 10/1999 se aprobaron una serie de órdenes ministeriales que
concretan y delimitan el alcance de las ayudas públicas para agricultores y
ganaderos afectados por la sequía. Sirvan de ejemplo: la OM de 27 de julio de
1999 por la que se determinaban los ámbitos territoriales afectados por la sequía,
en secano y establecían criterios para la aplicación de las ayudas previstas en el
RDL 10/1999, de 11 de junio, o la OM de 6 de septiembre por la que se constituye
la Oficina Permanente para Situaciones de Sequía.
6
Este nuevo periodo de programación estará regulado por los nuevos
Reglamentos de funcionamiento de los fondos estructurales. En el caso del Fondo
38
PANORAMA ECONÓMICO
Aún así no se dotaron fondos adicionales para estas acciones
estructurales.
En este sentido, las autoridades españolas, siguiendo las directrices7 de la Comisión, incluyeron dentro del Plan de Desarrollo
Regional (PDR) 2000-2006 para las regiones españolas de objetivo
núm. 1 de los Fondos Estructurales Europeos un eje específico dedicado a la agricultura y al desarrollo rural, dotado con un gasto elegible8 de 2,2 billones de pesetas para el conjunto del periodo. Para
desarrollar este eje, el Plan prevé una serie de actuaciones, como la
mejora de las estructuras agrarias, la ordenación de las producciones
siguiendo las orientaciones de la nueva PAC, la mejora de la transformación y comercialización de productos agrícolas, medidas para
fomentar el desarrollo rural y la protección del medio natural.
2,2 billones de
pesetas para el
campo en 20002006
El CES en su Dictamen 14/1999, de 13 de octubre, sobre el
PDR 2000-2006, manifestó su descontento por la falta de referencia dentro del plan a la necesidad de avanzar en la cohesión económica y social dentro del medio rural, la cual se ha visto gravemente
afectada por el creciente envejecimiento de la población rural y por
el despoblamiento que sufre este medio.
En lo relativo al comercio de productos agrícolas, 1999 fue el año
de la Conferencia Ministerial de Seattle de la Organización Mundial
de Comercio (OMC) a comienzos de diciembre9. A lo largo de todo
el ejercicio se generaron grandes expectativas alrededor de los posibles acuerdos agrícolas que podrían derivarse de esta tercera conferencia ministerial de la OMC. La agenda de temas agrícolas se
centraba en los aspectos relacionados con las subvenciones a la
exportación, el acceso a los mercados, el comercio de Estado y la biotecnología. Tal y como se describe en el apartado 7 de este capítulo,
la Unión Europea procuró mantener una postura común frente a las
negociaciones de la nueva Ronda con el objetivo final de defender el
modelo de agricultura de la Unión Europea y la reforma de la PAC
tras los acuerdos de la Agenda 2000. Finalmente, la Cumbre de
europeo de orientación y garantía agrícola (FEOGA) es el Reg. (CE)
núm. 1.257/1999, de 17 de mayo, relativo al FEOGA.
7
COM (1999) 344 final, de 1 de julio.
8
El gasto elegible es el que permite la cofinanciación de los Fondos estructurales europeos junto al esfuerzo financiero estrictamente español.
9
Véase apartado 2.1. “Comercio mundial” del Capítulo I.
39
MEMORIA 1999
Seattle no tuvo los resultados esperados desde el momento en que no
se alcanzó ningún tipo de acuerdo entre los países negociadores. No
obstante, la falta de consenso llevó a paralizar cualquier decisión
sobre el desmantelamiento de las ayudas agrícolas comunitarias.
Mejora la tasa
de cobertura
pesquera
En 1999, la pesca mejoró su tasa de cobertura hasta el 49,3 por
10010, lo que supone recuperar los cinco puntos de cobertura que
había perdido en 1998. Este resultado se explica por el favorable comportamiento tanto del comercio del pescado fresco y congelado, con
un aumento de sus exportaciones de un 21,6 por 100 frente a una
reducción de sus importaciones de un 4,0 por 100 (su tasa de cobertura mejoró en 11,6 puntos), como de los crustáceos y moluscos frescos,
cuya tasa de cobertura aumentó en cuatro puntos. Ambas rúbricas
compensaron la peor evolución mostrada por las conservas de pescado y crustáceos y por el pescado seco, ahumado o en salmuera.
Los conflictos en este ámbito surgidos durante 1999 con
Argentina y Marruecos aumentaron el interés sobre los acuerdos o
convenios pesqueros. En este sentido, el CES presentó el Informe
3/1999, de 15 de julio, sobre la política de convenios pesqueros de la
Unión Europea, en el que se subrayó la gran transcendencia de los
acuerdos de pesca de la Unión Europea para la economía española11.
De este modo, el CES ofreció en su Informe una serie de recomendaciones (cuadro I-10) a tener en cuenta por el Gobierno a la hora de
abordar la política de pesca comunitaria.
Desde la finalización del acuerdo pesquero con Marruecos el 30
de noviembre de 1999, se sucedieron las reuniones para conseguir la
renovación del convenio pesquero con el país magrebí12, y es bajo
estas circunstancias cuando se deberían tener en cuenta las recomendaciones del CES. La falta de renovación del acuerdo con Marruecos
10
Datos CUCI, en Información Estadística sobre el Comercio Exterior, diciembre 1999, del Departamento de aduanas e impuestos especiales.
11
El número de acuerdos operativos de la Unión Europea, en julio de 1999,
ascendía a 25, superando con creces los beneficios a sus costes financieros, lo cual
constituye un argumento indiscutible a favor del mantenimiento de una política
activa de convenios pesqueros.
12
Este acuerdo de pesca estuvo en vigor desde el 1 de diciembre de 1995 hasta
la fecha indicada, periodo durante el cual alrededor de 500 buques europeos
faenaron en aguas marroquíes, de los cuales un 90,0 por 100 eran españoles, en
concreto de Andalucía, Canarias, Comunidad Valenciana y Galicia.
40
PANORAMA ECONÓMICO
CUADRO I-10
RECOMENDACIONES DEL INFORME DEL CES 3/1999, DE 15 DE JULIO,
SOBRE LA POLÍTICA DE CONVENIOS PESQUEROS DE LA UNIÓN EUROPEA
1. La Unión Europea debe mantener una política efectiva de acuerdos de pesca, por los importantes
beneficios socioeconómicos que aquéllos generan.
2. El CES considera positivo tener en cuenta en las negociaciones de futuros convenios de pesca las
contraprestaciones globales con el país tercero, así como las repercusiones que puedan tener tales
convenios sobre el empleo en la Unión Europea, especialmente en zonas objetivo 1.
3. Los modelos de referencia para los acuerdos de pesca deben ser los de primera generación
porque éstos permiten el mantenimiento del empleo y de la actividad de la flota comunitaria. Es
necesario, además, fortalecer las relaciones laborales a través de la negociación colectiva, mejorar
las condiciones de trabajo y fomentar la formación continua de los trabajadores del mar. Sólo así se
podrá asegurar la calidad y con ello el mantenimiento del empleo en este sector.
4. La Unión Europea debería considerar la permanencia de la figura de la asociación temporal de
empresas, con el fin de que ésta pueda contemplarse en los Acuerdos. También deberían preverse
compensaciones para los trabajadores y empresas en los casos de paradas biológicas extraordinarias
y en los de no aplicación, de interrupción y finalización de los acuerdos.
5. Los presupuestos comunitarios deberían actualizar la partida a dedicar a los acuerdos de pesca
para facilitar las negociaciones y el mantenimiento de una política de relaciones pesqueras con
terceros países.
6. La participación financiera del sector debe permanecer en el nivel que tiene actualmente.
7. Se deberían intensificar las prospecciones científicas en aguas de los países terceros en el marco
de los convenios de pesca.
8. La negociación de acuerdos debe estar presidida por las exigencias derivadas de los conceptos de
racionalidad, responsabilidad y sostenibilidad de los recursos.
Fuente: CES, Informe 3/1999, de 15 de julio, sobre la política de convenios pesqueros de la Unión Europea.
afecta sobre todo a la actividad desarrollada por los buques españoles en dichas aguas, por lo que al no haber alcanzado ningún acuerdo
a principios del año 2000, la Comisión autorizó a las autoridades
españolas a otorgar ayudas públicas para compensar tanto a armadores como al personal de a bordo por la interrupción de su actividad13.
Por lo que respecta a la política pesquera española, el Ministerio
de Agricultura, Pesca y Alimentación presentó al CES el
Anteproyecto de la ley de pesca marítima y de bases de ordenación
del sector pesquero y comercialización de los productos de pesca.
La futura Ley trata de crear un marco normativo para la actividad
Anteproyecto de
la Ley
de Pesca
13
Desde el 30 de noviembre hasta el 31 de diciembre las ayudas serían
exclusivamente nacionales. Desde el 1 de enero, momento a partir del cual se
inicia la aplicación del nuevo Instrumento financiero de orientación para la pesca,
las ayudas podrán ser cofinanciadas por la Unión Europea.
41
MEMORIA 1999
pesquera que hasta ahora carece de una legislación básica.
Asimismo, la Ley tendría como finalidad determinar con claridad
el marco compentencial entre el Estado y las Comunidades
Autónomas.
El CES acogió favorablemente este Anteproyecto de Ley en su
Dictamen 11/1999, de 15 de julio; sin embargo, manifestó su insatisfacción por algunos aspectos, como el no haber considerado al
empleo entre los criterios que determinan el reparto de las “posibilidades de pesca”, la necesidad de publicar los censos en el Boletín
Oficial del Estado, la carencia de disposiciones específicas que
simplifiquen los trámites del tipo inspecciones a la llegada de los
buques a puerto, y la escasa atención prestada a la formación profesional en el sector, así como la investigación tecnológica y el análisis social, económico y coyuntural del sector pesquero.
Otras novedades relativas al sector pesquero procedieron de la
Unión Europea, parte de las cuales son expuestas en el epígrafe 7
de este capítulo. De este modo, 1999 fue el último ejercicio de aplicación del Plan sectorial de pesca 1994-1999, cuyos resultados
supusieron el desguace de 828 buques, la construcción de 1.565
unidades, así como la modernización de 2.664 barcos14. Asimismo,
el Plan introdujo una serie de medidas para fomentar la acuicultura,
mejorar las instalaciones portuarias y desarrollar y transformar los
establecimientos comerciales del sector.
Se abre, así, un nuevo periodo de programación 2000-2006 con
nuevos Reglamentos sobre política estructural comunitaria15, y se
adopta, asimismo, el Reglamento que establece la organización
común de mercados en el sector de productos de la pesca y de la acuicultura16. El CES en su Dictamen 14/1999, de 13 de octubre, sobre el
Plan de desarrollo regional (PDR) 2000-2006 para las regiones espa14
Igualmente, el Plan propició la creación de 148 sociedades mixtas y de 82
asociaciones temporales.
15
En el caso de las intervenciones estructurales en la actividad pesquera
destaca el nuevo Reglamento (CE) núm. 2792/1999 del Consejo, de 17 de
diciembre, por el que se definen las modalidades y condiciones de las
intervenciones con finalidad estructural en el sector de la pesca.
16
Reglamento (CE) núm. 104/2000 del Consejo, de 17 de diciembre, por el
que se establece la organización común de mercados en el sector de los productos
de la pesca y de la acuicultura.
42
PANORAMA ECONÓMICO
ñolas incluidas en el Objetivo núm. 1 de los Fondos estructurales
europeos, que actuará como marco para una parte del futuro Plan sectorial de pesca 2000-2006, consideró que a pesar de que en términos
absolutos los fondos del Instrumento de orientación para la pesca
(IFOP) aumentaron casi un 50,0 por 100 para España, resulta preocupante la disminución de la participación relativa de la partida presupuestaria para la pesca y la acuicultura dentro del PDR, que pasó de
representar el 1,23 por 100 del gasto elegible total en el periodo de
programación anterior, a un 0,78 por 100 para el 2000-2006.
Finalmente, la revisión de los totales autorizados de capturas (TAC)
para el año 2000 implicó notables cambios a pesar de que la reducción
de la cuota española sólo alcanzó un 4,0 por 10017. Aunque se puede
considerar positivo el aumento de las cuotas para la caballa y el atún
rojo, dado su interés para la flota costera española, sin embargo, el
balance resulta bastante preocupante por la reducción de las cuotas
para las capturas del boquerón y el jurel en sus zonas habituales de
pesca, siendo el descenso de las primeras de un 46,7 por 100, igualmente se redujeron las cuotas en las zonas principales de captura de
especies interesantes para el mercado español como son el gallo (–20,0
por 100), la merluza (–24,0 por 100), o el rape (–14,0 por 100)18.
La producción española en el sector de la acuicultura durante el año
1999 fue de 332.000 toneladas, siguiendo la pauta de crecimiento gradual de años anteriores. Este paulatino aumento resulta altamente positivo, teniendo en cuenta que tanto la acuicultura marina como la
continental dan respuesta a la creciente necesidad de aumentar el abastecimiento de los mercados y de subsanar el descenso de los caladeros
de pesca. Su relevancia aumenta si se considera que la acuicultura generó, en 1999, cerca de 12.500 trabajos fijos directos, más 15.000 puestos
de trabajo estacionales y unos 52.000 puestos de trabajo indirectos19.
Crecimiento
constante de la
acuicultura
17
Reglamento (CE) núm. 2742/1999 del Consejo, de 17 de diciembre, por el
que se establecen, para el año 2000, las posibilidades de pesca y las condiciones
correspondientes para determinadas poblaciones y grupos de poblaciones de peces,
aplicables en aguas comunitarias y, en el caso de los buques comunitarios, en las
demás aguas donde sean necesarias limitaciones de capturas, y por el que se
modifica el Reglamento (CE) núm. 66/1998.
18
Las cuotas sobre el atún blanco no sufrieron notables modificaciones, a pesar de
las recomendaciones de la Comision internacional para la conservación del atún del
atlántico (ICCAT) respecto a la necesidad de limitar el esfuerzo en esta pesquería.
19
La industria conservera con 9.000 personas empleadas, dedica el 25 por 100
de sus horas de trabajo a productos de la acuicultura.
43
MEMORIA 1999
Por especies, destacó el cultivo del mejillón que superó las
270.000 toneladas, dejando atrás la crisis que afectaba años atrás a
este producto. El resto de la producción del sector de la acuicultura
superaron las 62.000 toneladas, destacando la dorada, el rodaballo
y la lubina20. En la acuicultura continental sobresalió la producción
de la trucha arco iris, con 33.500 toneladas, de las cuales un 20,0
por 100 se destinó a la exportación.
En 1999, se finalizó el borrador del Libro Blanco de la acuicultura elaborado por el MAPA y que debería convertirse en un instrumento al servicio del sector para promover su desarrollo. No
obstante, debe recomendarse que con carácter prioritario este Libro
Blanco dé lugar a un Plan estratégico que fomente equilibradamente la acuicultura española y que haga frente a aspectos como la
fuerte entrada de competidores extranjeros en este sector21, así
como la incorporación a la acuicultura de nuevas especies con
expectativas de futuro como el pulpo o el besugo.
3.2.2. Aceleración gradual de la industria
El Valor Añadido Bruto de la industria, exceptuando la construcción y la energía, creció a una tasa interanual media del 2,3 por
100, resultado de una aceleración gradual durante todo el ejercicio
hasta llegar a una tasa de crecimiento en el último trimestre del 3,8
por 100. Este aumento llevó a una aportación al crecimiento del
PIB a precios constantes de 0,41 puntos.
El Índice de producción industrial (IPI), principal indicador de
la actividad industrial, registró en 1999 una flexión al alza desde el
segundo trimestre del año. La consolidación de la recuperación de
la economía internacional, en concreto de los socios comerciales
comunitarios, propició la mejoría en la actividad industrial a partir
de la segunda mitad de año. El aumento de las ventas al exterior
junto a la fortaleza de la demanda de consumo compensaron la
ralentización de la demanda de inversión.
20
Asimismo, se produjeron avances en las producciones de especies como la
lubina, la anguila y mugílidos que se producen en el área mediterránea, suratlántica
y Canarias, y el salmón en Galicia y litoral cantábrico.
21
Se cifra, por el sector, en alrededor de un 40,0 por 100 la dorada y lubina de
origen extranjero que se comercializa en España, extendiéndose la misma cifra a
productos como la almeja y la ostra, procedentes de otros países de la Unión Europea.
44
PANORAMA ECONÓMICO
El incremento medio anual del IPI filtrado22 fue de 2,6 por 100,
inferior en 2,9 puntos porcentuales a la tasa registrada en 1998.
Aunque la ralentización resulte obvia en términos medios anuales, la
evolución por trimestres ha sido al alza, tal y como se ha señalado, de
modo que en el primer trimestre el IPI alcanzó una tasa de crecimiento del 1,8 por 100, llegando a un 3,5 por 100 en el cuarto trimestre; lo
que podría generar expectativas optimistas respecto a alcanzar de
nuevo los valores de 1997, año en que alcanzó su máximo cíclico.
La recuperación mostrada por el IPI a lo largo de 1999 estuvo
apoyada por la trayectoria seguida por todos y cada uno de los
componentes de la producción industrial por destino económico de
los bienes. Tanto los bienes intermedios como los de consumo
mostraron una notable mejoría a lo largo de los trimestres de 1999,
a pesar de lo cual alcanzaron niveles de crecimiento inferiores a los
de 1998; esto es, 3,1 y 1,9 por 100, respectivamente, frente a 4,2 y
5,5 del periodo anterior. Los bienes de equipo, por su parte, mostraron una evolución temporal trimestral más errática, creciendo un
3,2 de media en 1999 frente al 8,4 del periodo anterior.
Por ramas de actividad, los mayores avances se localizaron en las
industrias de transformación del caucho y materiales plásticos, con una
tasa anual de crecimiento de su índice del 14,6 por 100, seguido de las
industrias de la madera, el corcho y muebles de madera y de la extracción de minerales no metálicos ni energéticos, con tasas de 9,2 y 8,9 por
100, respectivamente. Por el contrario, los mayores descensos fueron
registrados de nuevo por la construcción naval con una reducción de su
índice en un 12,8 por 100; asimismo, este sector protagonizó a lo largo
de 1999 la polémica sobre el posible dumping realizado por los constructores navales coreanos. Finalmente, la fabricación de material electrónico (excepto ordenadores) y la industria del cuero, sufrieron
retrocesos de sus índices de producción de 12,7 y 10,2, respectivamente.
Por su parte, el indicador del clima industrial, que de igual
modo explica la evolución de la actividad industrial, presentó para
1999 un valor negativo de 2,1. El análisis temporal de la evolución
Mejoría del
indicador
del clima
industrial
22
El IPI filtrado se obtiene tras realizar la corrección del IPI general de los
efectos del calendario laboral con el fin de eliminar la influencia del número de
días laborales y de las festividades en las diferentes Comunidades Autónomas, lo
que facilita las comparaciones entre los mismos meses de años diferentes.
45
MEMORIA 1999
de este indicador revela que su valor negativo se debe al pesimismo existente al inicio del ejercicio sobre el nivel de pedidos extranjeros, en particular de bienes intermedios. Esta circunstancia
provocó que este índice mostrase signo negativo durante los tres
primeros trimestres, recuperando valores positivos hacia finales de
año, gracias a la recuperación de la cartera de pedidos.
En 1999 el INE inició una contabilización de los resultados del
sector energético de manera separada del resto de la industria. De
este modo, se observa que el Valor Añadido Bruto de la energía
experimentó una caída del 0,4 por 100, continuando la tendencia a
la baja que se inició en el tercer trimestre de 1997 y que se agravó
con la subida del precio del petróleo en los mercados internacionales. La caída del VAB energético junto con su escaso peso en el
PIB total tuvo como resultado una escasa aportación negativa al
crecimiento del PIB de cerca de 0,01 puntos.
En su primer año de vigencia, la Ley 34/1998, de 7 de octubre, del
sector de hidrocarburos, del sector de derivados del petróleo y del gas
natural se encontró con el reto de hacer frente a la espectacular subida
del precio del petróleo23. Tanto la elevación del precio del crudo como
la debilidad del euro provocaron la subida de los precios de las gasolinas en España durante 1999, que de diciembre a diciembre se estimó
del 18,8 por 100 en el caso de la gasolina eurosúper, del 15,9 por 100
en el de la gasolina con plomo y un 22,1 por 100 en el del gasóleo.
Subidas en el
precio de los
carburantes
La subida de precios de las gasolinas, a pesar de su carácter
exógeno, sirvió para reflexionar sobre el grado de competencia en
el sector, en particular en el segmento de comercialización, y sobre
la capacidad de la Ley 34/1998 para fomentarla. La actividad de
comercialización de gasolinas se concentra en tres marcas24, circunstancia que, por otro lado, caracteriza a esta actividad en la
mayor parte de los Estados miembros de la Unión Europea; sin
embargo, sólo en Italia, Portugal y España la compañía (o marca)
principal concentra una importante cuota de mercado, por lo que la
estrategia en la fijación de precios responde a la del seguimiento
23
El precio del barril tipo brent inició 1999 a un precio de 10,5 dólares y
finalizó el año en 25,73 dólares.
24
Repsol mantiene el 56,0 por 100 de las estaciones de servicio, Cepsa el 28,0
por 100 y BP un 10,0 por 100.
46
PANORAMA ECONÓMICO
del líder25. Este comportamiento en la determinación de precios
llevó a originar dudas sobre la conveniencia de haber suprimido los
precios máximos26 en virtud de la nueva Ley.
Otro hidrocarburo que durante 1999 experimentó presiones a favor
de una mayor liberalización y competencia fue el gas natural. El Real
Decreto Ley 6/1999, de 16 de abril, de Medidas urgentes de liberalización e incremento de la competencia (cuadro I-26), además de reducir
las tarifas para el gas, procedió a adelantar cinco años el plazo fijado en
la Ley 34/1998, del sector de hidrocarburos, para liberalizar la comercialización del gas para todos los consumidores, pasando a ser efectiva
a partir del 1 de enero de 2008. No obstante, resulta obvia la preponderancia que en este sector posee una sola compañía (Gas Natural), que
además de ser el principal distribuidor y comercializador es propietario
de la red de gaseoductos de España. La posición dominante de esta
compañía influirá en los futuros desarrollos del sector energético en
cuanto a la generación de electricidad a partir del gas natural27.
El sector eléctrico volvió a protagonizar grandes cambios a lo
largo de 1999, tanto normativos como algunos derivados del nuevo
entorno competitivo originado a partir de la Ley del sector
eléctrico28. La apertura del mercado, realizada de manera gradual,
llevó a finalizar el año con una recalificación de los denominados
clientes cualificados, pasando a ser considerados como tales aquéllos con un consumo anual superior a 1 Gwh29. Asimismo, se redujeron las tarifas domésticas en un 1,5 por 100, tras la aplicación del
Real Decreto Ley 6/1999, de 16 de abril, de Medidas urgentes de
liberalización e incremento de la competencia (cuadro I-26), reduc25
Esta estrategia supone que las estaciones de servicios fijan sus precios en
función de los de la empresa dominante en una determinada zona o mercado.
26
El objetivo de esta supresión era que los precios finales de las gasolinas
llegaran a reflejar adecuadamente la estructura de costes del sector; sin embargo,
desde la eliminación de los precios máximos, en la fijación de precios se han
tenido en cuenta más cuestiones de política económica, en particular de control de
la inflación, que las propias derivadas de la competencia.
27
A lo largo de 1999 tanto Endesa como Repsol YPF se mostraron interesadas
en desarrollar centrales térmicas de ciclo combinado en consumo de gas, lo que
hace prever aumentos relevantes de la demanda de este hidrocarburo.
28
Ley 54/1997, de 27 de noviembre, del sector eléctrico.
29
El nivel de consumo medio anual mínimo para ser considerado consumidor
cualificado, y que por tanto pueda elegir libremente suministrador, pasó de 5 Gwh
en enero de 1999 a 3 Gwh en abril, 2 Gwh en julio y 1 Gwh en octubre.
47
MEMORIA 1999
ción que se viene a sumar a la del 2,5 por 100 establecida en el
Real Decreto 2821/1998, de 23 de diciembre.
La sequía
encareció la
electricidad
No obstante, el precio medio del mercado de generación eléctrica,
precios del pool, se situó en 6,2 pesetas por kilowatio-hora lo que supone un aumento de un 4,7 por 100 respecto al precio medio de 1998.
Esta elevación en los precios respondió a la menor pluviosidad del año
1999 lo que redujo la generación de hidroelectricidad en un 28,0 por
100, siendo sustituida por una mayor generación de electricidad con
carbón que resulta más costosa que la producción hidroeléctrica.
Tampoco se resolvió durante 1999 el problema derivado de las
compensaciones a las empresas eléctricas por la liberalización impuesta tras la Ley 54/1997 y su compatibilidad con el derecho de la competencia comunitario. La mayor parte de los Estados miembros30 de la
Unión Europea que están procediendo a liberalizar sus mercados eléctricos, anunciaron también ayudas compensatorias para las empresas
del sector, por lo que, en julio, la Comisión Europea estimó necesario
expresar su postura31, señalando que las ayudas otorgadas por los
Estados miembros debían ser analizadas a la luz de las normas sobre
ayudas estatales, en concreto en consideración al apartado 3 del artículo 87 del Tratado de la Unión. Se estableció como plazo para recurrir
esta Decisión de Bruselas el 21 de septiembre, no obstante, a principios
del año 2000, la Comisión todavía no se había expresado al respecto32.
En 1999, se creó la Comisión nacional de la energía (CNE)33
que tiene como objetivo velar por la competencia efectiva en los
sistemas energéticos, mercado eléctrico y mercados de hidrocarbu30
Todos excepto Suecia, Finlandia e Italia.
La Comisión publicó una serie de decisiones específicas para Alemania,
Austria, Dinamarca, España, Francia, Luxemburgo, Holanda y Reino Unido. En el
caso español fue la 1999/797/CE: Decisión de la Comisión, de 8 de julio de 1999,
relativa a la solicitud presentada por el Gobierno español de un régimen transitorio
con arreglo al artículo 24 de la Directiva 96/92/CE del Parlamento Europeo del
Consejo sobre normas comunes para el mercado interior de la electricidad
[notificada con el número C(1999) 1551/7].
32
En abril de 2000 un informe técnico encargado por el comisario de la competencia sobre los costes de la transición a la Competencia señala que la
compensación está justificada en el caso español y que incluso podría haber sido
superior a 1,4 billones de pesetas.
33
El Real Decreto 1339/1999, de 31 de julio, aprobó el Reglamento de la
Comisión nacional de la energía.
31
48
PANORAMA ECONÓMICO
ros y por la objetividad y transparencia de su funcionamiento.
Entre sus funciones destacan la informativa, la de solución de conflictos y la de inspección y control. La CNE absorbe la Comisión
nacional del sistema eléctrico (CNSE) que desaparece y cuenta,
bajo la forma de órganos de asesoramiento con el Consejo consultivo de electricidad y el Consejo consultivo de hidrocarburos.
El sector del automóvil presentó un balance favorable para el conjunto de 1999 gracias a la fortaleza de la demanda interna. Las matriculaciones de turismos, según los datos ofrecidos por ANFAC34,
alcanzaron la cifra récord de 1,4 millones de unidades, lo que supone
un crecimiento del 18,1 por 100 respecto al ejercicio anterior35. Los
avances más notables se produjeron en los segmentos de vehículos
industriales y en los todoterreno. El factor clave de estos resultados tan
positivos fue la pujanza del consumo privado interno favorecido, sobre
todo, por los menores tipos de interés y por las actuaciones del Plan
Prever, al que se acogieron un 18,0 por 100 de las matriculaciones.
Nuevo récord de
matriculaciones
de vehículos
Estos resultados no mejoraron, sin embargo, la posición de la
producción española en los mercados internacionales, que siguió
siendo la quinta en cuanto a la producción mundial y la tercera en
el ámbito comunitario, sólo superada en este último por Francia y
Alemania. En este contexto europeo, la Comisión publicó, a principios del año 2000, un informe36 donde expresa su satisfacción por
la reducción en los diferenciales de precios en el sector automovilístico entre Estados miembros. La diferencia media entre precios
en la zona euro se mantuvo en el 19,5 por 100 en noviembre de
1999, porcentaje que asciende hasta el 35,0 por 100 si se considera
al Reino Unido, país con mayores precios37.
A pesar de los buenos resultados, la renovación del parque de
automóviles español sigue constituyendo un reto a medio plazo
para el sector. El porcentaje de coches con más de diez años alcanzó, en 1999, el 33,0 por 100 del parque de automóviles, de los cua34
Asociación nacional de fabricantes de automóviles y camiones.
Las estimaciones de la Dirección General de Tráfico superan a las de
ANFAC aproximadamente en cien mil unidades.
36
La publicación de este informe responde al artículo 11 del Reg. 1.475/1995,
de 29 de junio, sobre la distribución exclusiva y selectiva de automóviles.
37
En el otro extremo se encuentran Finlandia y Holanda, donde los precios
antes de impuestos son los más bajos.
35
49
MEMORIA 1999
les una gran parte utiliza todavía gasolina con plomo. En diciembre, la Comisión Europea amplió en dos años el plazo para la
supresión de este tipo de gasolina, lo que supuso una mayor flexibilidad para realizar la renovación del parque, que de otro modo
habría sido efectivo desde el 1 de enero de 200038.
3.2.3. La construcción desbordó las previsiones
La construcción fue uno de los grandes protagonistas de la actividad
productiva española en 1999, registrando un crecimiento de su Valor
Añadido Bruto del 8,1 por 100 cifra superior en 1,6 puntos al crecimiento experimentado por este sector en 1998 (cuadro I-9). No obstante, frente al ejercicio anterior (se observa una ralentización en el ritmo
de avance), pasándose de un crecimiento del 8,8 por 100 en el primer
trimestre a un 6,9 por 100 en el cuarto. De nuevo, al igual que sucediera
en 1998, la construcción fue el sector de mayor crecimiento, con una
contribución al PIB de 0,6 puntos (gráfico I-4).
Los tres subsectores de la actividad constructora, edificación residencial, no residencial y obra pública, consiguieron alcanzar altos ritmos de crecimiento. La Encuesta coyuntural de la industria de la
construcción (ECIC) contabilizó un crecimiento del 8,7 por 100 del
valor total de los trabajos realizados por las empresas constructoras,
frente al 9,5 por 100 de 1998. La rama de edificación en su conjunto
aumentó un 10,5 por 100 y superó en 1,7 puntos el crecimiento de 1998,
como resultado de un mayor ímpetu mostrado por la edificación residencial y del mantenimiento del ritmo de avance de la no residencial.
29.700 nuevas
viviendas al mes
De este modo, según cifras del Ministerio de Fomento, el número
de viviendas terminadas en 1999 ascendió a 356.400, lo que supone un
crecimiento del 19,2 por 100 respecto a 1998. Durante 1999, persistieron las diferencias en el ritmo de crecimiento de las viviendas libres y
de protección oficial tanto en las proyectadas como en las iniciadas,
siendo el de las primeras muy superior al de las viviendas protegidas,
las cuales llegaron a registrar descensos en su tasa de variación.
El fuerte ritmo de crecimiento de la edificación, en particular de
la residencial, se explica por la conjunción de una serie de factores
38
La Directiva 98/70/CE prohibía la venta de gasolina con plomo desde el 1 de
enero de 2000.
50
PANORAMA ECONÓMICO
con gran influencia sobre la demanda de viviendas como son, entre
otros, el aumento de la renta familiar y del empleo, que permitió
que una parte importante de la demanda potencial pasase a ser
demanda efectiva; los reducidos tipos de interés y el alargamiento
de los plazos de amortización de los préstamos hipotecarios, resultado de una política monetaria única expansiva y de la mayor competencia entre las entidades financieras; y por último, la afloración
de capital ante la inminente adopción del euro. Este conjunto de
factores habría mejorado la accesibilidad a la vivienda de no haber
ido acompañados por un notable aumento en el precio de los
inmuebles, en particular de las viviendas (véase capítulo III, apartado 2.4.: “Vivienda”).
En lo relativo a las obras públicas, la ECIC mostró un crecimiento de la obra civil del 4,7 por 100 para 1999, 7,0 puntos por
debajo del avance registrado en 1998. Esta ralentización en el crecimiento se hizo especialmente evidente en el tercer trimestre del
año debido a retrocesos en la obra civil. La licitación oficial en este
tipo de obra descendió en su conjunto un 12,8 por 100, siendo la
rúbrica de obra civil en carreteras y aeropuertos la de mayor caída
en su tasa de variación39.
Por Comunidades Autónomas, según las cifras manejadas por
la Asociación de empresas constructoras de ámbito nacional
(SEOPAN), se apreciaron crecimientos por encima de la media en
la actividad constructora de Andalucía, Baleares, Canarias,
Comunidad Valenciana, Extremadura y Murcia.
Los elevados ritmos en la actividad constructora supusieron,
asimismo, avances importantes en el Índice de producción industrial de materiales de construcción de 5,2 por 100, en la producción
de cemento (10,0 por 100) y del consumo aparente de cemento40
(11,6 por 100); no obstante, las tasas de crecimiento de este conjunto de variables estuvieron por debajo de las alcanzadas en 1998,
lo que podría considerarse una señal de agotamiento del ciclo alcista de la construcción. Asimismo, según estimaciones del sector, los
Aumento de los
costes de
construcción
39
Probablemente el elevado crecimiento que experimentó la licitación en Obra
Civil durante 1998 respondió a la acumulación de inversiones efectivas que se
habían comprometido a lo largo de periodos anteriores.
40
Ventas totales más importaciones menos exportaciones.
51
MEMORIA 1999
costes de la actividad experimentaron una elevación media del 6,3
por 100.
La ralentización en el crecimiento de la actividad constructora
parece apuntar que, como se ha señalado, ha alcanzado su máximo
en este ciclo, de hecho la aparición de tensiones tanto en los mercados de insumos como en los propios mercados inmobiliarios así
parece indicarlo. A medio plazo, la actividad constructora podría
entrar en la fase descendente de su ciclo, perspectiva que tendrá
que afrontar junto a otros retos como los derivados de la aprobación de la nueva Ley de ordenación de la edificación41 que se describe en detalle en el apartado 2.4, del capítulo III, dedicado a la
Vivienda, del futuro Plan de inversiones en infraestructuras para el
periodo 2000-2007 y de los resultados de la aprobación de la Ley
3/1999, de 28 de diciembre, por la que se modifica la Ley 13/1995,
de 18 de mayo, de contratos de las Administraciones Públicas42.
3.2.4. Los servicios crecieron más que en 1998
El Valor Añadido Bruto del sector servicios registró un
aumento del 3,5 por 100 en 1999, 0,4 puntos por encima del crecimiento mostrado en el ejercicio anterior. El ritmo de crecimiento de la actividad en los servicios se mantuvo prácticamente
constante a lo largo de los cuatro trimestres del año (cuadro I-9),
resultado de la evolución contrapuesta de los servicios destinados
al mercado, los cuales crecieron a un ritmo del 4,2 por 100 frente
a los servicios no destinados al mercado, cuyo crecimiento alcanzó un 1,1 por 100 (gráfico I-4).
La aportación de la rama de servicios al crecimiento del PIB
ascendió a 2,0 puntos, de los cuales 1,9 corresponden a los servi41
Ley 38/1999, de 5 de noviembre, de ordenación de la edificación.
El Anteproyecto de esta Ley fue dictaminado por el CES, Dictamen 5/1998,
de 27 de mayo, sobre el Anteproyecto de Ley por el que se modifica la Ley
13/1995, de 18 de mayo, de contratos de las Administraciones Públicas. En él se
subrayó la posible mayor competencia que podría derivarse del nuevo sistema de
contrataciones públicas, ya que abriría la posibilidad de acceder a contratos
públicos a un mayor número de empresas. Igualmente, a lo largo de 1999, el sector
fue crítico con algunos aspectos del Anteproyecto de Ley, sobre todo con el
relacionado con los retrasos en la liquidación de las obras por parte de las
Administraciones Públicas.
42
52
PANORAMA ECONÓMICO
cios destinados a la venta y 0,1 a los servicios no destinados a la
venta. De nuevo el avance mostrado por la actividad de servicios y
su aportación al PIB debe imputarse casi en exclusiva a su componente mercantil.
El ejercicio de 1999 fue el primero de aplicación de la Ley
11/1998, de 24 de abril, general de telecomunicaciones, en vigor
desde el 1 de diciembre de 1998, cuyo objetivo era aumentar la
competencia en el sector de las telecomunicaciones. Durante su
primer año de vigencia se ha observado un crecimiento espectacular de la telefonía móvil, una notable reducción de las tarifas de la
telefonía fija tradicional, esta última con amplia repercusión en el
IPC43, y un mayor servicio por parte de los diferentes operadores.
Liberalización
de las
telecomunicaciones
Antes de diciembre de 1998, sólo se habían concedido dos
licencias para telefonía básica de ámbito nacional, tres para telefonía móvil44 y 37 licencias para operadoras de cable. Desde entonces y a lo largo de 1999, la entrada de operadores al mercado ha
sido espectacular, ofreciendo sus servicios en función del tipo de
licencia otorgada por el Ministerio de Fomento.
La tipología de las licencias repartidas por el Ministerio de
Fomento, a finales de diciembre de 1999, era la siguiente: las licencias tipo A, de ámbito nacional, que permiten la prestación del servicio telefónico fijo sin obligación de establecer red propia; las
licencias tipo B1 que permiten ofrecer servicio telefónico fijo disponible al público con la obligación de establecer red propia; las licencias tipo B2 lo mismo que las B1 pero para telefonía móvil; licencias
tipo C1, de ámbito nacional, con posibilidad de operar con red propia,
siempre por cable y ofreciendo el servicio sólo a grandes empresas o
a otros operadores; y finalmente, las licencias tipo C2, igual que las
anteriores, pero pudiendo utilizar cable o el espectro radioeléctrico45.
43
Tal y como se expone en el apartado 5.1. de este capítulo, la rúbrica correo y
comunicaciones experimentó una reducción de precios del 3,2 por 100 como fruto
de la mayor competencia en el sector de las telecomunicaciones.
44
Los tres operadores de telefonía móvil analógica y GSM obtuvieron
concesiones administrativas para operar, ya que el sistema de licencias se introdujo
posteriormente (el 22 de septiembre de 1998).
45
Es el margen completo de las ondas electromagnéticas ordenadas según su
frecuencia. Pueden servir de ejemplo, como subsistemas del espectro radioeléctrico, FM o AM en radio o UHF o VHF para televisión.
53
MEMORIA 1999
Se estima46 que el crecimiento del mercado de las telecomunicaciones alcanzó en 1999 un 18,0 por 100, con un volumen de facturación de aproximadamente 2,9 billones de pesetas. En la
composición del mercado de los servicios de telecomunicaciones
destacó la preponderancia de los servicios portadores47 y de telefonía (58,0, por 100), seguidos en importancia por los servicios
móviles (34,0 por 100) y más de lejos por los contenidos electrónicos48 e Internet (5,0 por 100), la transmisión de datos (3,0 por 100)
y por los servicios de telecomunicaciones por cable, cuya parte del
mercado es todavía modesta.
Más usuarios de
móviles que de
teléfonos fijos
El auge de las comunicaciones móviles, en 1999, fue espectacular, al pasar de representar un 40,0 por 100 del número usuarios de
telefonía fija en 1998, a un 59,0 por 100 a finales de 1999. En el primer trimestre del año 2000 el número de usuarios de teléfonos móviles superó a los abonados de telefonía fija, resultado de la mayor
agresividad comercial que los tres operadores existentes en dicha
fecha realizaron ante la entrada prevista de un cuarto operador de
telefonía móvil. De este modo, en 1999 se vendieron 13,7 millones
de terminales celulares, consiguiendo siete millones de altas netas49.
La telefonía fija, por su parte, creció sólo un 6,2 por 100, cifra
bastante inferior a la de las comunicaciones móviles y que contrasta
con el aumento del tráfico cursado en un 15,0 por 100. De hecho,
los resultados de la telefonía fija estuvieron afectados por las menores tarifas, que respondieron tanto a la aprobación del Real Decreto
Ley 16/1999, de 15 de octubre, por el que se adoptan medidas para
combatir la inflación y facilitar un mayor grado de competencia en
las telecomunicaciones50, como a la mayor competencia en sí.
46
Estimación de la Asociación Nacional de Industrias Electrónicas y de
Telecomunicaciones (ANIEL).
47
Son los servicios también denominados carriers, proporcionados por las
operadoras de telecomunicaciones en general para el transporte entre distintas
redes de datos, voz o televisión.
48
Consisten en una serie de servicios que ofrecen determinada información
para ser publicada en distintos medios como Internet, televisión interactiva o
teléfonos móviles. Por ejemplo: análisis de Bolsa, información de actividades de
ocio, turística, entre otros.
49
Estas cifras pueden revelar el alto grado de renovación de terminales que
existe en la telefonía móvil.
50
En lo relativo a telecomunicaciones, además de adoptar medidas para
combatir la inflación y facilitar un mayor grado de competencia en el sector, el
54
PANORAMA ECONÓMICO
A pesar del balance positivo mostrado por el sector de las telecomunicaciones gracias a la mayor liberalización, todavía existen
algunos ámbitos donde resulta necesario continuar avanzando en el
proceso liberalizador; sirva de ejemplo la telefonía local, respecto a
la cual la nueva Ley de ordenación de la edificación regulará la
construcción de infraestructuras de telecomunicaciones en los edificios; asimismo, en este mismo ámbito, el Ministerio de Fomento
procedió, a principios del año 2000, a convocar seis licencias para
acceder al bucle de abonado vía radio, abaratando la extensión de
las redes fijas.
Una parte importante del avance del mercado de las telecomunicaciones proviene del creciente desarrollo y uso de Internet, estimándose el número de usuarios en España a finales de 1999 en
alrededor de tres millones. Su avance estuvo propiciado por algunas iniciativas tanto privadas como públicas. Una gran parte de las
operadoras ofrecieron a lo largo de 1999 acceso gratuito a la red,
junto con la posibilidad de acceder vía pago a accesos de mayor
calidad. Desde la perspectiva pública se aprobó, por un lado, el
Real Decreto Ley 14/1999, de 17 de septiembre, en el que se establece un marco común para la firma electrónica51, por otro lado, en
el propio Real Decreto Ley 16/1999 ya mencionado se incluyeron
algunas medidas para la potenciación del uso de Internet, entre las
que destaca la utilización de la tecnología ADSL52 que facilitaría la
aplicación de la tarifa plana en Internet.
El año 1999 se constituyó como un nuevo año de récords
históricos en el sector de turismo. Según cifras de la Organización mundial de turismo, España fue el país con mayor crecimiento del sector turístico, con un aumento del 8,8 por 100 en el
número de turistas, consolidándose como segundo destino mundial y como el tercero en importancia en términos de ingresos. Tal
El turismo
español, el de
mayor
crecimiento
Real Decreto Ley trató de liberalizar el mercado de servicios portadores de
televisión y minorar el déficit del Ente público radiotelevisión española.
51
Esta firma electrónica permitiría realizar transacciones comerciales y
financieras a través de la red con total seguridad jurídica y con igual valor que la
firma manuscrita.
52
ADSL: Asymmetric Digital Suscriber Line es la tecnología de acceso desde
el bucle de abonado a la red de transporte que permite mayor ancho de banda
desde la toma telefónica habitual, y tiene en la navegación por Internet su
aplicación natural.
55
MEMORIA 1999
y como se expone más adelante en el apartado 4.2.2. de este
mismo capítulo, dedicado a los resultados de la balanza de servicios, la entrada de visitantes aumentó un 7,9 por 100, pero de
entre éstos, los que vinieron como turistas alcanzaron un incremento del 9,2 por 100. Aproximadamente la mitad de los turistas
procedieron del Reino Unido y Alemania, aunque los países emisores de turistas de mayor crecimiento fueron Estados Unidos,
Holanda, Italia y Portugal.
A pesar de haber conseguido en 1999 unos resultados excelentes, el sector turístico español se enfrentará a medio plazo a una
renovación tecnológica, humana y de calidad. En este sentido, se
presentó el Plan integral de calidad del turismo español (PICTE
2000), para el periodo 2000-2006 que sustituye y da continuidad a
los Planes marco de competitividad53, el segundo de los cuales concluyó en 1999. El Plan observa diez programas de actuación54 que
tienen como objetivos la creación de oferta nueva, la renovación de
la ya existente y la inversión pública en infraestructuras, todos
ellos bajo la consigna de aumentar la calidad, concepto que en este
Plan sustituye al de competitividad. La vigencia del Plan se ha
establecido con maduración paralela a algunos programas e iniciativas europeas con vistas a que algunas de sus actuaciones sean
objeto de cofinanciación comunitaria.
Año de fusiones
bancarias
En lo relativo a los servicios financieros, unos de los acontecimientos más relevantes de 1999 fueron los procesos de fusión que
experimentaron algunas entidades de depósitos como respuesta al
entorno más competitivo creado por la Unión Económica y
Monetaria. Estos procesos se iniciaron en enero con la fusión de
los bancos Santander y Central Hispano que formaron el nuevo
Banco Santander Central Hispano (BSCH). En octubre, el Banco
Bilbao Vizcaya absorbió a Argentaria para crear el BBVA. Estas
fusiones han originado dos entidades de gran peso en el contexto
53
Estos Planes nacieron con el objetivo de resolver la difícil situación que el
sector turístico español experimentó a finales de la década de los ochenta y
principios de los noventa, que se materializó en un descenso de la calidad de los
productos y un deterioro en la imagen de los destinos españoles.
54
Los programas del PICTE 2000 son los siguientes: Destinos, Productos,
Servicios sectoriales, Internacionalización, Cooperación internacional, Formación,
Innovación y Desarrollo tecnológico, Información estadística y análisis económico,
Promoción y Apoyo a la comercialización.
56
PANORAMA ECONÓMICO
de la economía española, de modo que sus balances, 41 y 35 billones de pesetas respectivamente, están muy por encima del balance
de La Caixa, 12 billones, entidad que tras las fusiones ocupa el tercer puesto en término de tamaño.
Asimismo, la actividad de las entidades financieras, en concreto
de las entidades de depósitos, creció significativamente a lo largo de
1999. Los reducidos tipos de interés provocaron aumentos notables
en los activos de estas entidades. No obstante, el avance del crédito en 1999 fue inferior al que se produjo en el ejercicio anterior,
un 14,9 por 100 frente al 17,3 por 100 de 1998. El crédito a las
personas físicas suavizó su crecimiento respecto a 1998, alcanzando un 18,5 por 100, y fue destinado en su mayoría a la adquisición
de vivienda propia, a la rehabilitación de vivienda y a la adquisición de terrenos y fincas rústicas. Respecto al crédito a las diferentes actividades productivas, su avance fue relevante tanto en el
sector de la construcción, un 19,6 por 100, como en el sector primario, un 15,4 por 100. La caída de los tipos trajo consigo, igualmente, una reducción de la ratio de morosidad del conjunto de
bancos, cajas y cooperativas de crédito, de modo que pasó de un
1,4 por 100 en 1998 a un 1,2 por 100 en 1999.
Por último, respecto al comportamiento del sector de la distribución comercial minorista en 1999, la Encuesta de coyuntura de
comercio al por menor revela que el crecimiento del índice general de ventas del comercio minorista, medido en tasas de variación interanual, alcanzó un 7,4 por 100, 2,3 puntos por encima
del crecimiento de 1999. Este avance se explica fundamentalmente por la evolución del índice de ventas de bienes de equipo
personal, que pasó de una caída en 1998 de 0,2 por 100 a un crecimiento de cerca de 9,2 por 100. Asimismo, se observa un avance importante en las tasas de crecimiento de las ventas del
comercio especializado, pasando de un 3,9 por 100 en 1998 a un
7,1 por 100 en 1999, subrayando así una de las tendencias que se
dibujan en el comercio minorista como es la mayor especialización de los establecimientos.
Mejoran las
ventas del
comercio
minorista
3.3. AÑO DE BALANCE DEL CRECIMIENTO REGIONAL
El hecho más destacable de 1999 en el ámbito regional fue el
fuerte crecimiento mostrado por las Comunidades Autónomas.
57
MEMORIA 1999
Todas ellas registraron tasas de crecimiento superiores al 3,2 por
100, claramente por encima del crecimiento medio de la Unión
Europea, que alcanzó un 2,3 por 100.
En lo relativo a la política regional española, 1999 se convirtió
en un año de transición. Terminó el periodo de programación
1994-1999 y se llevó a cabo la planificación del periodo siguiente, que cubrirá los siete años que discurren entre el ejercicio 2000
y el 2006. Por tanto, resulta interesante hacer una recapitulación
de la evolución seguida por las diferentes regiones españolas
durante el periodo 1994-1999, con el objetivo de comprobar si el
esfuerzo realizado ha servido para mejorar la convergencia interregional.
3.3.1. Crecimiento de las Comunidades Autónomas
durante 1999
Según las estimaciones realizadas anualmente por la Fundación
de las Cajas de Ahorros Confederadas55, todas las Comunidades
Autónomas crecieron por encima del 3,2 por 100, destacando, al
igual que en el ejercicio anterior, tanto la escasa homogeneidad en
los ritmos de crecimiento como la trayectoria seguida por las regiones insulares y las del litoral mediterráneo (gráfico I-5).
Las regiones insulares lideraron el crecimiento a lo largo de
1999 gracias a la expansión del sector servicios a consecuencia
de la excelente campaña turística. La comunidad balear destacó, de
nuevo, con un ritmo de crecimiento del 7,3 por 100, nada menos
que 3,1 puntos por encima del crecimiento medio. Por su parte, la
comunidad canaria creció a un ritmo del 4,6 por 100, que podría
haber sido mayor de no haber sufrido un retroceso en su sector
primario.
Las Comunidades Autónomas de Extremadura, Comunidad
Valenciana, Madrid, Cataluña y Murcia crecieron igualmente por
55
La Fundación FUNCAS (antes conocida como FIES) considera que el PIB
de la economía española creció un 4,2 por 100, cifra superior a la reflejada por la
Contabilidad Nacional del INE. La diferencia entre ambas estimaciones suele ser
habitual, pues la Fundación utiliza los datos al coste de los factores y evalúa el
crecimiento sectorial en función de los precios del año anterior, mientras el INE lo
hace a precios de mercado y a precios constantes de 1995.
58
PANORAMA ECONÓMICO
encima de la media, situada en el 4,2 por 100. En cambio Galicia y
las regiones situadas en la Cornisa Cantábrica, en particular, el eje
formado por País Vasco, Navarra y La Rioja, que el año anterior
habían mostrado ritmos de crecimiento por encima de la media,
crecieron en 1999 por debajo del 4,1 por 100. Asturias volvió a
registrar la menor tasa de crecimiento del conjunto de regiones, un
3,2 por 100.
La especialización productiva de las regiones determinó su
evolución a lo largo de 1999, de este modo, el deterioro sufrido
por el sector primario como consecuencia de la sequía afectó
especialmente a las comunidades de Canarias, Aragón, Cataluña,
Extremadura y Andalucía en las cuales se registraron tasas negativas de crecimiento en esta rama. Por otra parte, el auge mostrado
por el sector de la construcción explicó los avances de la producción en las zonas turísticas como Baleares, Canarias y Andalucía;
estas regiones junto a las comunidades extremeña y aragonesa,
mostraron elevaciones de la producción del sector de la construcción por encima del 12,0 por 100. El sector servicios, menos
influido que el sector industrial por los efectos de la crisis internacional, creció con solidez en las regiones insulares, así como
en Extremadura, Comunidad Valenciana, Cataluña, Aragón y
Madrid.
La especialización
productiva
determinante del
crecimiento
El fuerte crecimiento de la producción regional ha sido acompañado en la mayoría de las Comunidades Autónomas de avances
significativos en el nivel de empleo. En los casos de Andalucía,
con un crecimiento del empleo del 5,5 por 100 respecto al nivel de
1998, Ceuta (5,0 por 100) y Extremadura (4,9 por 100), las tasas
de crecimiento superaron las de crecimiento del Valor Añadido
Bruto (VAB), dando lugar a descensos en las productividades aparentes del trabajo (cuadro I-11). Estas tres comunidades junto a
Murcia, Baleares, Comunidad Valenciana, Castilla-La Mancha,
Canarias y Cantabria registraron crecimientos del empleo por encima de la media nacional, situada según las estimaciones de esta
Fundación (FUNCAS) en un 3,1 por 100. Sólo Asturias destruyó
empleo durante 1999 (–0,8 por 100), hecho que acompañado de un
crecimiento del VAB del 3,2 por 100 dio lugar al mayor aumento
de la productividad aparente del trabajo de entre todas las regiones
españolas.
59
MEMORIA 1999
CUADRO I-11
ACTIVIDAD, EMPLEO Y PRODUCTIVIDAD
POR COMUNIDADES AUTÓNOMAS EN 1999
(Tasas medias de variación interanual)
Comunidades
Autónomas
Andalucía
Aragón
Asturias
Baleares
Canarias
Cantabria
Castilla-La Mancha
Castilla y León
Cataluña
C. Valenciana
Extremadura
Galicia
Madrid
Murcia
Navarra
País Vasco
La Rioja
Ceuta
Melilla
Total
VAB
4,0
3,9
3,2
7,3
4,6
4,0
4,2
4,0
4,3
4,5
4,7
3,8
4,3
4,3
4,1
3,8
3,6
3,2
3,6
4,2
Empleo
5,5
2,5
–0,8
4,0
3,4
3,2
3,7
1,8
1,9
3,9
4,9
2,3
2,3
4,1
2,3
3,1
3,0
5,0
3,1
3,1
Productividad
–1,4
1,4
4,0
3,3
1,1
0,8
0,5
2,2
2,3
0,5
–0,1
1,5
2,0
0,2
1,8
0,7
0,6
–1,6
0,5
1,1
Fuente: FUNCAS, Cuadernos de Información Económica, núm. 155, año 2000.
Escasa
convergencia
interregional entre
1994 y 1999
60
Por último, merece la pena realizar una recapitulación sobre la
evolución de la convergencia de las regiones españolas durante el
periodo de programación de la política regional que terminó en
1999. A pesar de que la incorporación de España a la Unión
Europea haya permitido una mejora de la renta per cápita de las
regiones españolas en relación a la media comunitaria, se observa
que durante esos años, las diferencias existentes entre las regiones
españolas ha persistido e incluso se han acrecentado, dificultando
el logro de una convergencia real interregional para el conjunto de
la economía española (cuadro I-12).
PANORAMA ECONÓMICO
CUADRO I-12
VAB Y RENTA FAMILIAR BRUTA DISPONIBLE PER CÁPITA POR
COMUNIDADES AUTÓNOMAS, 1994 Y 1999
(Base media española = 100)
Comunidades
Autónomas
Andalucía
Aragón
Asturias
Baleares
Canarias
Cantabria
Castilla-La Mancha
Castilla y León
Cataluña
C. Valenciana
Extremadura
Galicia
Madrid
Murcia
Navarra
País Vasco
La Rioja
Ceuta
Melilla
VABpc
1994
70,8
107,6
90,5
150,9
102,2
92,7
80,2
90,0
123,2
99,9
71,3
84,8
129,7
81,9
115,9
111,9
113,8
83,0
74,9
VABpc
1999
68,0
109,3
83,0
140,4
100,2
90,4
78,3
90,5
124,0
100,7
67,8
83,4
137,1
80,0
121,1
111,4
118,7
74,7
78,7
Diferencia
1999-1994
–2,8
1,7
–7,5
–10,4
–1,9
–2,4
–2,0
0,5
0,8
0,9
–3,5
–1,4
7,4
–2,0
5,2
–0,4
4,9
–8,3
3,8
RFBDpc
1994
79,7
112,5
96,8
143,2
99,4
99,5
91,2
100,0
111,2
101,7
86,2
93,8
112,7
90,5
106,5
106,7
119,7
91,4
83,1
RFBDpc
1999
79,0
110,1
91,5
132,9
95,3
98,2
91,5
102,0
106,9
101,8
87,2
90,8
124,6
86,7
110,5
104,9
123,7
91,5
92,1
Diferencia
1999-1994
–0,7
–2,5
–5,3
–10,3
–4,1
–1,3
0,3
2,1
–4,3
0,1
0,9
–3,0
11,9
–3,8
4,0
–1,8
4,0
0,1
8,9
Fuente: FUNCAS, Cuadernos de Información Económica, núm. 155, año 2000.
Resulta interesante, por tanto, analizar el grado de convergencia
en los niveles de VAB per cápita entre regiones. Atendiendo al
nivel alcanzado por el VABpc en 1994, primer año de aplicación de
la política regional del periodo anterior y a la variación que esta
macromagnitud ha experimentado hasta 1999, se observan cuatro
comportamientos muy distintos, tal y como se recoge en el cuadro
I-13: 1) las regiones que mostraron una mejora convergente, es
decir, aquellas que partiendo de un VABpc inferior a la media
nacional han conseguido aproximarse a la misma; éste sería el caso
de Melilla y Castilla y León; 2) las que partiendo de un VAB superior a la media, registraron un deterioro de su posición relativa, es
decir, experimentaron un empeoramiento convergente (Baleares,
Canarias y País Vasco); 3) las que partiendo de un VABpc superior
a la media, han registrado una mejora divergente, destacando los
casos de Madrid, Navarra y La Rioja; 4) por último, las que sufrieron un empeoramiento divergente, es decir, aquellas que partiendo
61
MEMORIA 1999
de un VABpc inferior a la media se alejaron aún más de dicha
media. En este grupo destacaron Ceuta, Asturias y Extremadura.
Al considerar la Renta familiar bruta disponible per capita
(RFBDpc) para medir igualmente la evolución de la convergencia
interregional en España, se observa cómo en este caso mejora la
convergencia de regiones como Extremadura o Castilla-La Mancha
y experimentan un empeoramiento convergente Comunidades
Autónomas como la balear, la catalana, la aragonesa y la vasca. Los
cambios en la evolución de la convergencia entre regiones medida
por RFBDpc respecto a la medida a través del VABpc responde a
los efectos de la solidaridad redistributiva en el ámbito espacial,
resultante de la política aplicada por las Administraciones Públicas.
0
Ceuta (–8,3)
Cantabria (–2,4)
Asturias (–7,5) Castilla-La Mancha (–2,0)
Extremadura (–3,5)
Murcia (–2,0)
Andalucía (–2,8)
Galicia (–1,4)
100
Madrid (+7,4)
Navarra (+5,2)
La Rioja (+4,9)
Aragón (+1,7)
C. Valenciana (+0,9)
Cataluña (+0,8)
Baleares (–10,4)
Canarias (–1,9)
País Vasco (–0,4)
Mejora
divergente
Melilla (+3,8)
Castilla y León (+0,5)
Empeoramiento
convergente
Variación índice
VABpc (en valor
absoluto)
Empeoramiento
Mejora
divergente
convergente
CUADRO I-13
MODIFICACIÓN DE LA POSICIÓN RELATIVA
DE LAS COMUNIDADES AUTÓNOMAS ENTRE 1994 Y 1999
1. En términos de VABpc
Índice VABpc 1994
Total nacional = 100
0
Asturias (–5,3)
Canarias (–4,1)
Murcia (–3,8)
100
Galicia (–3,0)
Cantabria (–1,3)
Andalucía (–0,7)
Madrid (+11,9)
La Rioja (+4,0)
Navarra (+4,0)
Castilla y León (+2,1)
C. Valenciana (–0,1)
Baleares (–10,3)
Cataluña (–4,3)
Aragón (–2,5)
País Vasco (–1,8)
Índice RFBDpc 1994
Total nacional = 100
Fuente: Elaboración propia a partir de datos de FUNCAS, Cuadernos de
Información Económica, núm. 155, año 2000.
62
Mejora
divergente
Melilla (+8,9)
Extremadura (+0,9)
Castilla-LaMancha (+0,3)
Ceuta (+0,1)
Empeoramiento
convergente
Variación índice
VABpc (en valor
absoluto)
Empeoramiento
Mejora
divergente
convergente
2.- En términos de RFBDpc
63
8
7
6
5
3
2
1
0
Castilla y León
Cantabria
Andalucía
Aragón
Galicia
País Vasco
4,2
4,1
4,0
4,0
4,0
3,9
3,8
3,8
4
0
1
2
3
3,3
3,3
Ceuta
Asturias
3,2
4
Melilla
Asturias
3,8
3,64
La Rioja
Ceuta
Melilla
3,8
País Vasco
3,2
La Rioja
3,6
Castilla y León
3,7
Galicia
4,0
4,2
4,1
Madrid
Cantabria
4,3
Aragón
Navarra
4,1
4,4
4,4
Cataluña
Castilla-La Mancha
Navarra
4,4
Murcia
5
4,5
MEDIA ESPAÑA
MEDIA ESPAÑA
Cataluña
4,2
4,9
5,1
4,7
4,5
4,3
Andalucía
Canarias
VAB no agrario
Castilla-La Mancha
Murcia
4,3
Baleares
Extremadura
C. Valenciana
Madrid
4,3
C. Valenciana
Canarias
4,6
4,5
Extremadura
4,7
Baleares
Fuente: FUNCAS, Cuadernos de Información Económica, núm. 155, año 2000.
7,3
VAB
6
5,7
7
GRÁFICO I-5
CRECIMIENTO DEL VAB Y DEL VAB NO AGRARIO POR COMUNIDADES AUTÓNOMAS EN 1999
(Tasas de variación interanual)
8
7,5
MEMORIA 1999
3.3.2. Plan de Desarrollo Regional 2000-2006
A pesar de los buenos resultados de 1999, tal y como se acaba
de exponer, persisten en España importantes desequilibrios territoriales y sociales tanto entre las propias Comunidades Autónomas
como en el interior de sus territorios, por lo que el principal objetivo de la política regional debe ser reducir estas diferencias, para lo
cual se debe coordinar el resto de las políticas económicas con esta
política regional.
En octubre de 1999, el CES emitió su opinión56 sobre el Plan de
desarrollo regional (PDR) diseñado para el nuevo periodo de programación 2000-2006, que se constituye como el principal instrumento de la política regional española. Este Plan muestra el gasto
total de las Administraciones Públicas susceptible de cofinanciación por los Fondos Estructurales Europeos para las regiones españolas incluidas en el objetivo n.º 1 de dichos fondos, es decir,
aquellas con un PIBpc, medido en paridad del poder adquisitivo,
inferior al 75,0 por 100 de la media comunitaria, y releva al Plan
establecido para el periodo de programación anterior, 1994-1999,
que fue, asimismo, objeto de Dictamen por parte del CES57. Este
PDR deberá ser aprobado por la Comisión Europea y su puesta en
práctica necesitará el establecimiento y aprobación de un Marco
comunitario de apoyo.
El nuevo periodo de programación del PDR tiene una duración
de siete años y será regulado por los nuevos Reglamentos de
funcionamiento de los fondos estructurales 58 . Los nuevos
Reglamentos, según indica la Comisión Europea, tratan de conseguir una mayor concentración y simplificación de la acción de los
Fondos Estructurales, reduciendo el número de objetivos prioritarios a tres, frente a los siete del periodo anterior.
56
Dictamen del CES 14/1999, de 13 de octubre.
Dictamen del CES 4/1993, de 30 de septiembre
58
Reg. (CE) núm. 1.257/1999, de 17 de mayo, relativo al FEOGA; Reg. (CE)
núm. 1.260/1999, de 21 de junio, relativo a las disposiciones generales sobre los
fondos estructurales; Reg. (CE) núm. 1.263/1999 de 21 de junio, relativo al IFOP;
Reg. (CE) núm. 1.783/1999, de 12 de julio, relativo al FEDER; Reg. (CE) núm.
1.784/1999, de 12 de julio, relativo al FSE. Estos reglamentos se hicieron eco del
acuerdo político alcanzado por el Consejo Europeo de Berlín, de 25 de marzo de
1999, sobre la “Agenda 2000”, en la que se exponían tanto las perspectivas
57
64
PANORAMA ECONÓMICO
El objetivo 1 continúa promoviendo el desarrollo y el ajuste
estructural de las regiones menos desarrolladas de la Unión Europea.
El criterio de elegibilidad para ser considerada región objetivo 1 permanece invariable respecto a la programación anterior59, pero incluye tanto a las regiones ultraperiféricas, tal y como quedaron
definidas en el Tratado de Amsterdam, como a las regiones consideradas de objetivo 6 en el periodo anterior, que eran las de baja densidad demográfica. En virtud de este objetivo 1, España percibirá
previsiblemente, a lo largo del periodo 2000-2006, cerca de 38 mil
millones de euros, es decir, alrededor de 6,3 billones de pesetas,
resultando elegibles las regiones de Andalucía, Asturias, Canarias,
Castilla-La Mancha, Castilla y León, Comunidad Valenciana,
Extremadura, Galicia, Murcia y Ceuta y Melilla. Cantabria dejó de
ser región objetivo 1 en 1999; no obstante, los Reglamentos introducen un régimen transitorio de ayudas para aquellas regiones que,
como la comunidad cántabra, dejaron de ser regiones objetivo 160.
Los fondos
estructurales
concentran su
acción
El acceso a los recursos comunitarios procedentes de los
Fondos Estructurales requiere la elaboración y presentación por
parte de los Estados miembros de los denominados planes de desarrollo regional. El Plan de desarrollo regional 2000-2006 para las
regiones españolas objetivo n.º 1, ofrece una visión general de los
principales rasgos comunes de la problemática socioeconómica de
las Comunidades Autónomas incluidas en el objetivo n.º 1, destacando en dicha descripción la baja densidad demográfica, la elevada especialización en el sector primario y el menor nivel medio de
productividad respecto a la media nacional. En lo relativo al mercado de trabajo, según el Plan las regiones objetivo n.º 1 presentan
en su conjunto una elevada tasa de desempleo, una escasa tasa de
actividad y una débil participación femenina en la mano de obra.
Asimismo, se describen los factores que explican la escasa competitividad de este tipo de regiones, entre los que destacan: la baja
financieras para el periodo 2000-2006, como el proyecto de regulación sobre las
ayudas estructurales.
59
Para ser elegible como región Objetivo nº1 en el periodo de programación
2000-2006, se requiere haber registrado una renta per cápita media para los años
1994, 1995 y 1996 inferior al 75,0 por 100 de la renta per cápita media comunitaria.
60
Para estas últimas, se desarrollarán nuevos programas regionales para el
periodo 2000-2005 y serán financiados por el conjunto de los Fondos
Estructurales. A partir del 31 de diciembre de 2005, sólo aquellas regiones que
dejaron de ser objetivo 1 para pasar a ser objetivo 2 podrán seguir recibiendo
ayuda del FEDER.
65
MEMORIA 1999
cualificación del capital humano, el débil desarrollo tecnológico, la
escasa implantación de la sociedad de la información y el insuficiente nivel de accesibilidad territorial.
Principales
objetivos del Plan
de desarrollo
regional
De este modo, el Plan presenta tres grandes objetivos finales,
también denominados prioridades estratégicas, que orientarán a lo
largo del periodo 2000-2006 las actuaciones de política regional a
favor de las regiones españolas menos adelantadas, y que son los
siguientes: favorecer el proceso de convergencia real; fomentar la
creación de empleo, la empleabilidad y la igualdad de oportunidades; y promover la sostenibilidad del desarrollo, el bienestar social
y la calidad de vida.
Los ámbitos de actuación se articulan funcionalmente a través
de diez ejes de desarrollo: 1) mejora de la competitividad y desarrollo del tejido productivo; 2) sociedad del conocimiento, I+D y
telecomunicaciones; 3) medio ambiente, entorno natural y recursos hídricos; 4) desarrollo de los recursos humanos, empleabilidad e igualdad de oportunidades; 5) desarrollo local y urbano; 6)
redes de transporte y energía; 7) agricultura y desarrollo rural; 8)
estructuras pesqueras y acuicultura; 9) turismo y patrimonio cultural y 10) construcción de equipamientos colectivos y de bienestar social, que engloban equipamientos de sanidad y servicios
sociales.
Respecto al esfuerzo financiero total del conjunto de inversiones y gastos que traerá consigo la aplicación de la estrategia
planteada, que incluye tanto la aportación comunitaria como el
esfuerzo nacional, éste alcanzará los 26,2 billones de pesetas,
de los cuales, un 54,6 por 100 corresponden de media a las actuaciones de la Administración Central y un 45,4 por 100 a las de
las Administraciones Territoriales. En consecuencia, el gasto previsto para el periodo 2000-2006 superaría en más del doble al
previsto para el periodo de programación anterior que ascendía a
11,9 billones de pesetas.
De mantenerse en el Marco comunitario de apoyo la distribución
del PDR, el gasto previsto por ejes revelaría la mayor importancia
relativa otorgada a las redes de transporte y energía, que recibirían
un 29,3 por 100 del gasto total, seguidas por el eje de desarrollo de
los recursos humanos, empleabilidad e igualdad de oportunidades
66
PANORAMA ECONÓMICO
con un 16,8 por 100 y el de medio ambiente, entorno natural y
recursos hídricos con un 13,8 por 100 (cuadro I-14).
El PDR presenta, igualmente, la distribución regional del gasto
previsto, de modo que entre las Comunidades Autónomas que más
fondos recibirían destacan Andalucía, que compromete un 29,8 por
100 del gasto total previsto, seguida por la Comunidad Valenciana
y por Galicia, con un 13,5 y un 13,1 por 100, respectivamente; por
otra parte, los territorios que menos fondos percibirían serían Ceuta
y Melilla (un 0,3 por 100, cada uno), Murcia, un 4,5 por 100 y
Canarias, un 5,6 por 100.
Todas las regiones mejorarían su posición, en cuanto a gasto
previsto, respecto al periodo de programación anterior, destacando
Andalucía donde se superaría en un 203,0 por 100 los fondos que
le fueron asignados en el periodo 1994-1999, seguida en importancia por Ceuta, con un 167,0 por 100 más, y por Asturias, con un
162,0 por 100 (cuadro I-14).
En su dictamen 14/1999, el CES consideró que si bien las líneas
generales de los principales objetivos y prioridades estratégicas
recogidos en el PDR contribuirían a favorecer el proceso de convergencia real, la creación de empleo y la sostenibilidad del desarrollo,
el bienestar social y la calidad de vida, la escasa coordinación de las
propuestas de las distintas administraciones podrían dificultar
dichos procesos. Asimismo, el CES valoró positivamente que, a
pesar de su mayor importancia relativa, los programas de infraestructuras perdiesen peso a favor de los programas de desarrollo del
tejido productivo y de inversión en capital humano.
La Comisión Europea aprobará durante el año 2000, el Marco
Comunitario de Apoyo, estableciéndolo en concertación con el
Estado miembro, en el que se definirán la estrategia y prioridades de
las acciones a desarrollar, los objetivos específicos, la participación
de los Fondos y los demás recursos financieros. A continua
ción, para el desarrollo efectivo de las intervenciones se diseñarán
los programas operativos o documentos únicos de programación.
Por último, el 22 de diciembre, la Comisión Europea aprobó la
lista definitiva de los territorios españoles que podrán recibir ayudas en virtud del objetivo 2 de los Fondos Estructurales. El nuevo
Objetivo 2: zonas
en reconversión
67
68
56.663
187.413
124.711
8. Estructuras pesqueras y acuicultura
9. Turismo y patrimonio cultural
10. Construcción y equipamientos sanitarios
y sociales
Total (1994-1999)
97.195
357.271
468.401
248.138
298.522
82.270
45.891
18.312
40.869
85.177
95.524
1.220
386.073
477.557 1.326.767
42.568
291.877
205.763
150.123
119.848
90.885
41.487
613
181.787
886.193
67.696
249.482
261.959
103.072
161.457
203
2.589.330
162
637.187
73
85
85
850.918 1.818.416 1.105.098
131.761
78.216
99.726
280.954
934.683
159.523
603.723
345.869
434.658
396.993
253.613
726.618
421.490
518.703
217.826
Valencia
41.922
37.567
2.246
69.571
95.100
38.787
14.132
160.626
347.859 1.125.286
71.117
181.547
158.321
133.596
147.898
Murcia
87
80
850.678 1.929.428
133
126
512.135 1.580.574
1.588.326 3.466.107 1.191.644 3.572.181
57.137
54.116
978
195.279
294.371
110.638
247.568
321.751
120.934
185.553
Galicia
167
25.366
67.691
9.629
800
120
0
12.278
26.857
1.910
11.835
600
3.662
Ceuta
Total
767.386
638.836
205.306
108
121
37.454 11.936.584
77.739 26.373.857
2.246
17.987
234
400 2.165.444
10.637 7.730.765
5.793 1.285.610
14.663 4.435.582
17.641 3.637.418
2.447 2.644.494
5.691 2.863.016
Melilla
Fuente: Planes de Desarrollo Regional (1994-1999) y (2000-2006). Este cuadro financiero es provisional y podría sufrir modificaciones tras la aprobación del Marco
Comunitario de Apoyo.
Variación entre periodos (%)
46.547
41.048
11.063
100.827
542.462
96.203
328.186
198.798
110.749
194.785
Castilla Castilla-La ExtremaLeón
Mancha
dura
7.855.504 1.670.668 1.475.078 3.364.289 2.044.630
749.058
7. Agricultura y desarrollo rural
Total (2000-2006)
1.772.672
6. Redes de transporte y energía
354.406
1.432.737
5. Desarrollo local y urbano
1.225.591
4. Recursos humanos, empleabilidad
e igualdad de oportunidades
821.474
1.130.779
Andalucía Asturias Canarias
3. Medio ambiente y recursos hídricos
2. Sociedad del conocimiento
y telecomunicaciones
1. Competitividad y desarrollo del
tejido productivo
Ejes
CUADRO I-14
DISTRIBUCIÓN REGIONAL DEL GASTO PREVISTO POR EJES DE ACTUACIÓN DEL PDR 2000-2006
(Miles de millones de pesetas)
PANORAMA ECONÓMICO
objetivo 2 para el periodo 2000-2006 se centra en la necesidad de
promover la reconversión económica y social de zonas con dificultades estructurales de cuatro tipos industriales, rurales, urbanas y
pesqueras, recogiendo las zonas que en el periodo de programación
previo estaban incluidas en las regiones objetivo 2 y 5b.
Los territorios objetivo 2 de España percibirán del orden de
2.553 millones de euros, cerca de 424 mil millones de pesetas. Esta
contribución comunitaria será absorbida por las Comunidades
Autónomas de Aragón, Baleares, Cataluña, Madrid, País Vasco y
La Rioja. No obstante, no toda la población de estas regiones se
beneficiará de los fondos del objetivo n.º 2 puesto que, a diferencia
de lo que sucede en el caso de las regiones objetivo n.º 1, la definición de las zonas afectadas requiere una delimitación territorial
inferior a la regional para asegurar, de ese modo, la mayor concentración de los fondos en zonas muy concretas. La población española beneficiaria de estos fondos para el periodo 2000-2006 se
acerca a 8,8 millones de personas, un 22,2 por 100 de la población
total, frente al 24,6 por 100 del periodo de programación anterior
(1994-1999). Las zonas españolas que dejan de ser objetivo nº 2 en
el nuevo periodo de programación, recibirán unas ayudas transitorias de 98 millones de euros hasta el ejercicio 2005.
4. DEMANDA INTERNA Y DEMANDA EXTERNA.
RESULTADOS OPUESTOS
El considerable crecimiento de la economía española en 1999
mostró, sin embargo, una composición desequilibrada entre la aportación de la demanda interna y del saldo exterior. La demanda interna
experimentó, por segundo año consecutivo, un fuerte crecimiento, con
una tendencia a la desaceleración a lo largo del año. Dicho crecimiento se sustentó en una nueva aceleración del consumo privado, ocho
décimas más en 1998, dado que la inversión, aunque siguió creciendo
a un ritmo elevado, moderó su avance, al perder casi un punto porcentual respecto al resultado del año anterior. Por su parte, la demanda
externa de bienes y servicios tuvo, en términos reales, una contribución negativa al crecimiento de la economía superior a la del año
anterior. No obstante, esta aportación negativa mostró una tendencia a
la mejoría, al hilo del impulso continuado de las exportaciones y a la
ligera desaceleración de las importaciones en la segunda mitad del año
en coherencia con el comportamiento de la demanda interna.
69
MEMORIA 1999
GRÁFICO I-6
CONSUMO, INVERSIÓN Y PIB, 1988-1999
(Tasas de variación interanual)
20
15
10
5
0
–5
–10
–15
–20
1988 1989 1990 1991 1992 1993 1994 1995 1996 1997 1998 1999
Consumo privado
Inversión*
PIB
* Formación bruta de capital fijo en bienes de equipo.
Fuente: INE, Contabilidad Nacional Trimestral.
4.1. LA DEMANDA INTERNA, MOTOR DE CRECIMIENTO
Con una expansión total anual del 4,9 por 100, de acuerdo con
la Contabilidad Nacional Trimestral, dato idéntico al alcanzado
en 1998, la demanda interna no siguió una trayectoria constante a
lo largo del ejercicio. Durante los tres primeros trimestres del
año, el aumento interanual, en tendencia cíclica, fue del 5,0 por
100, crecimiento que se ha desacelerado en el último trimestre
hasta el 4,3 por 100, como consecuencia de la ralentización experimentada tanto por el consumo como por la inversión (gráfico I6). Destacan así, inversión en equipo y en construcción, con un
crecimiento del 8,4 y del 8,3 por 100, respectivamente, y consumo final de los hogares y de las instituciones sin fines de lucro al
servicio de los hogares (ISFLSH), con un avance del 4,4 por 100,
cifra que contrasta con el débil crecimiento del consumo de las
Administraciones Públicas, 1,8 por 100, dos décimas inferior al
dato del pasado ejercicio, resultado consistente, por otra parte,
con la estrategia de reducción del déficit desarrollada en los últimos años (cuadro I-15).
4.1.1. Mayor dinamismo del consumo privado
En términos de Contabilidad Nacional Trimestral el consumo
final de los hogares y de las ISFLSH creció un 4,4 por 100, tres
70
PANORAMA ECONÓMICO
décimas más que en el ejercicio pasado, por lo que mantuvo su
protagonismo como principal impulsor de la demanda interna
del año. En los dos primeros trimestres del ejercicio el consumo
privado creció un 4,6 por 100, mientras que en el tercer trimestre se
detectó una ligera desaceleración que, al cierre, provocó una pérdida de cuatro décimas (4,2 por 100) frente al dato de los tres primeros meses del año.
La ralentización del agregado se reflejó en la evolución del
Indicador de Disponibilidades de Manufacturas de Consumo, que
perdió casi tres puntos porcentuales a lo largo del año y descendió,
en tendencia cíclica, desde el 10,5 por 100 del mes de enero hasta el
7,2 por 100 de diciembre. La caída del indicador obedeció en buena
El crecimiento
de la renta
disponible
impulsa
el consumo
privado
CUADRO I-15
¿CÓMO HAN ACTUADO LOS AGENTES
ECONÓMICOS EN 1999?
Familias:
— Incrementaron su consumo de bienes duraderos, sobre
todo vehículos.
— Consolidaron su confianza.
— Redujeron su nivel de ahorro.
Administraciones
públicas:
— Incrementaron su ahorro.
— Ralentizaron su consumo.
— Redujeron el déficit.
Empresas:
— Aumentaron su inversión.
— Elevaron la matriculación de vehículos de carga.
— Incrementaron su endeudamiento.
Fuente: Elaboración propia.
71
MEMORIA 1999
parte al comportamiento de las manufacturas de consumo duradero,
que en los últimos meses del año frenaron su trayectoria expansiva.
Así, por ejemplo, las matriculaciones de turismos y vehículos todoterreno, a pesar de los máximos históricos alcanzados en cifras
absolutas (1,4 millones y 95 mil unidades respectivamente), amortiguaron de forma notable su tasa de crecimiento en los últimos
meses del ejercicio. No obstante, la tasa de crecimiento final registrada en ambos casos (18,1 y 31,6 por 100) superó a la del pasado
año (17,3 por 100 y 23,3 por 100). Dentro de las matriculaciones de
turismos sobresale la expansión de las compras de los particulares,
que son las más vinculadas al consumo de los hogares, frente a la
caída de las efectuadas por las empresas de alquiler.
A pesar del menor ímpetu registrado en los últimos meses, que
también se reflejó en la moderación de las importaciones de bienes
de consumo, el consumo privado constituyó el motor fundamental
de la demanda interna. Su elevado ritmo de crecimiento fue consecuencia de la continuidad de la presencia de aquellos factores que
más incidieron en su trayectoria expansiva de los últimos años, es
decir, la paulatina reducción del desempleo, el aumento de la renta
disponible de las familias resultante de la reforma fiscal, el efecto
riqueza derivado de la revalorización de las cotizaciones bursátiles,
y el sostenimiento de tipos de interés reducidos que aliviaron el
endeudamiento de las economías domésticas.
Mejora
la confianza
de los
consumidores
72
De este modo, el Indicador de confianza del consumidor, que
elabora la Comisión Europea, alcanzó cierta estabilidad en promedio que pone fin a la destacada evolución alcista desencadenada en los ejercicios previos. El indicador cerró 1999 con un
valor idéntico al de 1998 (+8 puntos) reforzando las expectativas de moderación del agregado para el año 2000. La desagregación del índice muestra cómo los bienes de consumo duradero
son los que exhibieron una dinámica más expansiva dentro del
consumo de los hogares. Hay que destacar, asimismo, que en
relación con la media comunitaria, la confianza de los consumidores españoles superó en 7 puntos a la de la Unión Europea,
dato que enfatiza el mayor ritmo relativo del consumo privado
de la economía española. Por otra parte, el Indicador de confianza del comercio minorista mantuvo el mismo nivel del año 1998
(+3 puntos), y un diferencial positivo de cuatro puntos con la
Unión Europea.
PANORAMA ECONÓMICO
Otro indicador del consumo, la Encuesta Continua de
Presupuestos familiares, pone de manifiesto que el gasto total
creció, en términos constantes en el conjunto del año, un 3,0 por
100, tasa prácticamente igual a la del año anterior. El gasto medio
por hogar, por su parte, creció levemente en el mismo periodo,
pero registró un fuerte aumento del 2,1 por 100, en términos interanuales, en el último trimestre de 1999, destacando el mayor
auge de los bienes no alimenticios, que crecieron un 3,3 por ciento, frente al gasto en alimentos, bebidas y tabaco, cuyo consumo
disminuyó el 1,5 por 100.
En contraste con el dinamismo demostrado por el consumo privado, el consumo final de las Administraciones Públicas tuvo una
evolución moderada, como cabe esperar en sintonía con los esfuerzos realizados en materia de ajuste presupuestario, que situó el dato
para el conjunto del año en 1,8 por 100, dos décimas por debajo del
resultado del ejercicio previo, y 6 décimas por encima de la previsión del Presupuesto General del Estado de 1999. Cabe mencionar,
asimismo, que todos los elementos del agregado, remuneración de
asalariados, consumo de capital fijo, consumos intermedios y transferencias en especie, crecieron en términos corrientes, por lo cual,
su caída en términos constantes es achacable al mayor crecimiento
de los deflactores.
En 1999 la tasa de ahorro bruto de la economía ascendió, al
igual que en el año anterior, al 22,5 por 100 del PIB, cifra 1,7 puntos porcentuales inferior a la inversión realizada. Aunque el dato
global del ahorro indica estabilidad, en términos desagregados se
han producido cambios de interés en las distintas tendencias. Así,
en 1999 el ahorro del sector privado disminuyó desde el 24,4 por
100 del PIB hasta el 19,9 por 100 por el descenso del ahorro de las
familias, que quedó, no obstante, atenuado por la evolución positiva del ahorro de las empresas y del ahorro público.
Destaca, por lo tanto, la marcada disminución de la propensión
del ahorro de los hogares, hasta el punto de que en 1999 la tasa de
ahorro bruto de las familias alcanzó el nivel más bajo desde 1989.
En 1999, las familias, cuya renta disponible creció un 5,4 por 100,
destinaron el 89,4 por 100 de su renta bruta disponible al consumo,
quedando, por lo tanto, un remanente del 10,6 por 100, que fue
canalizado al ahorro.
Cae el ahorro
familiar
73
MEMORIA 1999
Por otra parte, la volatilidad de los mercados financieros propició cambios sensibles en la colocación del ahorro en relación con
el ejercicio anterior. De este modo, los depósitos bancarios ganaron
protagonismo al corregirse su fiscalidad y atraer a buena parte de
los ahorradores con más aversión por el riesgo, al tiempo que los
activos inmobiliarios han resultado de interés para los inversores.
Los depósitos totales en las entidades de crédito de las empresas y
familias residentes, denominados en euros y en moneda extranjera,
superaron los 70.000 billones de pesetas tras crecer un 8,0 por 100
más que el año anterior.
La moderación del ahorro privado fue compensada por el incremento del ahorro público hasta el 2,7 por 100 del PIB, en continuidad con la tendencia creciente iniciada por este agregado en 1997,
año que marca el punto de inflexión en la trayectoria de ahorro
público negativo registrada en los años previos.
4.1.2. Inversión, el agregado de mayor crecimiento
La formación bruta de capital fijo, con una expansión del 8,3
por 100, fue en 1999 el agregado de mayor crecimiento del consumo gracias a la evolución seguida por sus dos componentes.
Bienes de equipo y construcción crecieron respectivamente un 8,4
y un 8,3 por 100, a pesar de que su expansión se orientó ligeramente a la baja a lo largo de los trimestres del año. De este modo,
se observa una desaceleración en el ritmo de la inversión en equipo, que perdió 4,6 puntos porcentuales de crecimiento frente al
ejercicio anterior, si bien la construcción mejoró en 1,3 puntos el
resultado de 1998.
Mayor ímpetu en
la construcción
La continuidad del dinámico crecimiento del agregado obedece
a diversos factores, entre los cuales destacan la fortaleza de la
demanda interna, los bajos tipos de interés y la moderación salarial.
Además, la mayor utilización de la capacidad productiva de las
empresas productoras de bienes de equipo, y la mayor inversión
dirigida al incremento de la productividad inducida por la mayor
liberalización de los mercados, son elementos que refuerzan la continuidad de la tendencia ascendente.
El Índice de Clima Industrial registró un valor positivo en el
último trimestre del año, rompiendo, así, con la inercia de un año
74
PANORAMA ECONÓMICO
de valores negativos. Esta recuperación, acorde con la menor debilidad, en el mismo periodo, del Índice de Producción Industrial filtrado61 (IPI), se debió a la positiva evolución de sus componentes,
es decir, el nivel de la cartera de pedidos, la previsión de la producción desestacionalizada y el nivel de existencias inverso. El mayor
grado de confianza recayó sobre el sector de bienes de equipo, y la
recuperación de la cartera ha sido posible por la buena marcha de
los componentes de pedidos interior y exterior, recuperando parte
del deterioro sufrido en 1998.
El Indicador de Disponibilidades de Bienes de Equipo, obtenido
a partir del IPI y del saldo del comercio exterior, registró en el
cuarto trimestre un aumento interanual del 17,2 por 100 en tendencia cíclica, consecuencia del mayor crecimiento de la producción y
de la aceleración de las importaciones de bienes de equipo por
encima de las exportaciones. Este resultado, que no confirma la
ralentización de la inversión de bienes de equipo acreditada por los
datos de la contabilidad nacional trimestral, permite augurar una
nueva fase alcista en su evolución más próxima.
Los datos de la Central de Balances del Banco de España para
el cuarto trimestre recogen la moderación del crecimiento de la
rentabilidad de las empresas, 2,8 por 100 del valor añadido bruto
frente al 4,2 por 100 del ejercicio anterior. Adicionalmente, la
Ratio de Apalancamiento Financiero62 mejoró y en el último trimestre creció un 3,9 por 100. Entre los elementos que subyacen
tras esta expansión destacan dos: la caída de los gastos financieros,
aunque con menor intensidad que en 1998, y la ralentización de los
gastos de personal, que crecieron un 1,8 por 100 afectados por la
reducción del empleo detectada en la muestra de la Central de
Balances (–0,4 por 100). Este dato, que contrasta con la favorable
evolución del empleo en el conjunto de la economía, refleja la incidencia de la pérdida de empleo de las grandes empresas, representadas con mayor peso en la muestra considerada, en contraste con
la escasez relativa de pequeñas y medianas empresas, protagonistas
de la mayor generación de empleo en 1999.
Se modera la
rentabilidad de
las empresas
61
Para mayor detalle sobre la evolución del IPI filtrado véase el apartado 3.2
del capítulo I de la presente Memoria.
62
El Índice de Apalancamiento Financiero mide la diferencia entre la Ratio de
Rentabilidad del Activo Neto y la Ratio de Gastos Financieros sobre el Pasivo.
75
MEMORIA 1999
La construcción fue un sector de trayectoria muy dinámica en
1999 y cerró el ejercicio con una tasa de crecimiento del 8,3 por
100. El análisis de la tendencia desagregada indica una desaceleración desde el 9,1 por 100 del segundo trimestre hasta el 7 por
100 del último. El Índice de clima de la construcción se situó a
finales de año en +21 puntos, indicando con este dato la positiva
evolución del sector.
La Encuesta de coyuntura de la industria de la construcción,
que elabora el Ministerio de Fomento, muestra una tasa de crecimiento interanual del 8,7 por 100 en el valor real de la actividad
de las empresas constructoras, destacando, por su mayor protagonismo, la construcción residencial (13,3 por 100), frente a la no
residencial (6,0 por 100) y a construcción civil (4,7 por 100). El
buen momento económico, los tipos hipotecarios bajos y la creciente confianza de los hogares han contribuido a intensificar el
ritmo de avance del subsector residencial, que, sin embargo, se ha
visto ligeramente afectado por el encarecimiento del precio de la
vivienda.
El Indicador del consumo aparente de cemento refleja en su
evolución la desaceleración de la actividad constructora ya comentada, y muestra cómo tras un crecimiento del 18,2 por 100 en el
primer semestre, los dos últimos trimestres registraron ritmos de
avance del 5,9 y del 5,4 por 100. Esta tendencia se ha repetido,
aunque con menor brusquedad, en los indicadores anticipados, en
particular en visados de dirección de obras, que alcanzó en julio un
valor de 517,7 miles de millones, cifra que en diciembre se contrajo hasta 389,7 miles de millones, un 75,0 por 100 menos. Por otra
parte, la licitación oficial siguió una trayectoria descendente a lo
largo del año parcialmente recuperada en los tres últimos meses de
1999, lo cual constituye un factor explicativo adicional de la ralentización de las obras públicas ya comentada.
4.2. EL SECTOR EXTERIOR FRENÓ EL CRECIMIENTO
Se necesita
financiación
exterior
76
El sector exterior ensombreció los buenos resultados alcanzados
por la economía española en 1999, al constituirse en su variable
más negativa. La fuerte ampliación del déficit comercial y, en
menor medida, el deterioro registrado en el saldo de rentas
y el menor superávit en las transferencias corrientes, no pudieron
PANORAMA ECONÓMICO
ser compensados en esta ocasión por la nueva mejoría alcanzada en
el superávit del turismo. Como consecuencia, el saldo de la balanza
por cuenta corriente registró un déficit muy superior al del año
anterior, del 2,1 por 100 frente al 0,2 por 100 del PIB. La cuenta de
capital, por su parte, alcanzó un superávit ligeramente más elevado,
del 1,2 por 100 del PIB frente al 1,1 por 100 de 1998, que no pudo
cubrir el déficit de las operaciones corrientes. Así, el saldo por
cuenta corriente y de capital, que refleja la capacidad o necesidad
de financiación frente al exterior, registró un intenso deterioro, por
primera vez en los últimos cinco años, del 0,9 por 100 del PIB, lo
que hace plantearse la cuestión, más adelante tratada, de si el sector
exterior volverá a constituirse, como en anteriores fases expansivas
de la economía española, en una restricción al crecimiento económico que condicione su sostenimiento a medio y largo plazo.
En términos de contabilidad nacional, cabe resaltar que en 1999
el saldo exterior de bienes y servicios a precios corrientes fue negativo también por primera vez en los últimos cinco años. La exportación de bienes y servicios aumentó un 8,9 por 100 frente al 7,8
por 100 del año anterior, mientras que las importaciones crecieron
un 13,4 por 100 y un 10,4 por 100 en los mismos periodos. En
ambos casos, la evolución a lo largo del año fue similar, una fuerte
tendencia al crecimiento, más pronunciada en el caso de las exportaciones. A precios constantes, eliminando del crecimiento nominal
la parte correspondiente a los precios, las exportaciones de bienes y
servicios crecieron un 8,5 por 100 y las importaciones un 12,6 por
100, con una evolución en este caso dispar a lo largo del año. Las
exportaciones aceleraron su crecimiento trimestre a trimestre,
mientras que las importaciones se desaceleraron a partir del segundo trimestre, como consecuencia del mayor incremento en el precio
global de las importaciones que en el de las exportaciones.
El aumento del precio del petróleo y la depreciación del euro
tuvieron un impacto negativo sobre el déficit exterior. El aumento
en valor de las exportaciones a la zona no euro, por la depreciación
del euro, se vio más que compensado por el aumento en valor de
las importaciones del área dólar, por el aumento del precio del
petróleo y también por la depreciación del euro. Las importaciones
energéticas, que se llevan a cabo en dólares, son las más inelásticas, por lo que registraron un fuerte aumento en valor. Dado que
las compras al área dólar representan en torno al 30,0 por 100 del
La depreciación
del euro aumentó
el déficit
77
MEMORIA 1999
total y que las ventas a esta misma área suponen el 25,0 por 100
del total de las exportaciones españolas y que las importaciones de
esta área son más inelásticas que las exportaciones, el resultado fue
que la depreciación del euro hizo aumentar el déficit.
Y ello a pesar de que la competitividad-precio de las exportaciones, frente a los países de la OCDE, mejorase en un 5,4 por 100.
Esta mejora de la competitividad-precio se produjo vía depreciación
nominal de la peseta frente a las principales divisas del área no euro.
La caída de la cotización media de la peseta compensó el aumento
del diferencial de inflación con dichos países. Igualmente, frente a
la Unión Europea, mejoró la competitividad de las exportaciones
vía precio en un 1,7 por 100, debido a la depreciación de la peseta
frente a las divisas de los países comunitarios no pertenecientes al
área euro, que fue superior a la pérdida de competitividad exterior
por la negativa evolución de los precios. Así, la competitividad-precio frente a la Unión Económica y Monetaria empeoró en un 1,3 por
100 por el mencionado incremento en el diferencial de precios.
Con un incremento del PIB en términos reales del 3,7 por 100, la
aportación del sector exterior de bienes y servicios a dicho crecimiento fue de –1,2 puntos porcentuales. Un año antes, con un crecimiento
del PIB del 4,0 por 100, la detracción de la demanda externa fue
menor, de 0,9 puntos (cuadro I-16). Ello da muestra del deterioro
experimentado por las variables exteriores a lo largo de 1999. No
obstante, la previsión oficial de la contribución negativa del sector
exterior al PIB recogida a finales de 1998 en el cuadro macroeconómico del Proyecto de Presupuestos Generales del Estado para 1999
era más pesimista al cifrarse en 1,3 puntos, llegando incluso en los
meses posteriores a revisarse al alza en tres décimas, dada la negativa evolución experimentada en dichos meses por el entorno internacional de la economía española y el menor crecimiento del comercio
mundial también en los primeros meses de 1999, debido a la crisis
financiera internacional. Sin embargo, como ya ha quedado manifestado en el epígrafe relativo al contexto internacional de esta misma
Memoria, la segunda parte del año fue mucho mejor para la economía y el comercio mundial, lo que tuvo un reflejo positivo sobre el
comportamiento del sector exterior español. Para el año 2000, las
previsiones oficiales apuntan a una recuperación de la demanda
externa, una menor aportación negativa, de 0,9 puntos, que compense el menor empuje esperado de la demanda interna. Con ello, se
78
PANORAMA ECONÓMICO
CUADRO I-16
APORTACIÓN DE LA DEMANDA INTERNA Y DEL SECTOR
EXTERIOR AL CRECIMIENTO DEL PIB, 1987-1999
(Tasa de variación interanual del PIB y aportación de la demanda interna
y del sector exterior a su crecimiento en puntos porcentuales)
Años
Demanda interna
Sector exterior
Producto Interior
Bruto
1987
1988
1989
1990
1991
1992
1993
1994
1995
1996
1997
1998
1999
8,1
7,2
8,2
5,1
3,0
1,0
–4,4
1,3
3,3
1,8
3,2
4,9
4,9
–2,5
–2,0
–3,4
–1,3
–0,8
–0,4
3,2
0,9
–0,6
0,5
0,6
–0,9
–1,2
5,6
5,2
4,7
3,7
2,3
0,7
–1,2
2,2
2,7
2,3
3,8
4,0
3,7
Fuente: INE, Contabilidad Nacional Trimestral de España.
lograría un crecimiento más equilibrado de la economía. En los primeros meses del año 2000, la esperada recuperación del saldo neto
exterior es incierta, porque al creciente impulso de las exportaciones
se opone todavía una fortaleza considerable de las importaciones.
Su evolución a medio plazo determinará en qué medida va a comprometer el futuro crecimiento de la economía española. Bien es cierto que, en el actual contexto de pertenencia a la Unión Económica y
Monetaria, el desequilibrio exterior de la economía española no tiene
el mismo significado o consecuencia inmediata que tenía hasta entonces. El comportamiento del sector exterior no puede provocar, como
hacía en el pasado, tensiones en los mercados financieros que deriven
en subidas de los tipos de interés y en devaluaciones que corrijan la
pérdida de competitividad. Ha desaparecido por lo tanto la restricción
financiera del sector exterior en el sentido de falta de disponibilidad
de divisas para financiar una inversión superior al ahorro que se daba
cuando las transacciones comerciales requerían una disponibilidad de
divisas que era limitada. Ahora, con el euro, se utiliza una moneda
nacional que es al mismo tiempo moneda de reserva universalmente
aceptada. No obstante, con ello desaparecen los problemas de finan-
Nuevas
implicaciones del
déficit exterior
79
MEMORIA 1999
ciación, pero no todos los problemas. Lo determinante, por un lado,
será el saldo exterior conjunto de todos los países de la Unión
Económica y Monetaria frente a terceros y, por otro, la corrección, a
medio plazo, del déficit exterior de la economía española. Se mantiene
por lo tanto el concepto de sostenibilidad desde el punto de vista de la
economía real, en el sentido de los desequilibrios que puede generar la
sustitución de producción interna por externa para satisfacer el exceso
de inversión sobre el ahorro interno. Además, se corre el riesgo de que
estos desequilibrios pasen más inadvertidos o de que se minimicen
por no manifestarse con la misma virulencia y con los mismos efectos
que en el pasado. Cabe recordar también que, de detectarlos, la capacidad de la economía española, por su tamaño, de influir en la política
monetaria única es escasa, por lo que sólo dispone de políticas como
la presupuestaria o la de rentas para corregirlos.
4.2.1. Deterioro de la balanza de mercancías
Como ya se ha indicado, la causa fundamental de la desfavorable evolución del sector exterior español en 1999 fue el intenso
deterioro sufrido por la balanza de mercancías, que registró una
recuperación de las exportaciones que se vio superada por un
creciente dinamismo de las importaciones. En términos nominales, según Aduanas, el deterioro del saldo supuso un incremento
del déficit del 52,5 por 100, como consecuencia de un incremento de las exportaciones del 5,6 por 100, inferior al 6,9 por 100
registrado en 1998 y lejos del 19,4 por 100 de 1997, y un aumento de las importaciones del 14,0 por 100, dos puntos más que el
año anterior (cuadro I-17). Una parte de estos resultados se
explica por el anteriormente mencionado mayor incremento de
los precios de las importaciones que de las exportaciones. La
fuerte subida del precio del petróleo en la segunda mitad del año
y el tipo de cambio depreciado del euro impidieron que la tendencia al avance de las exportaciones y a la desaceleración de las
importaciones tuviese en dicho periodo un reflejo positivo sobre
la recuperación del saldo comercial. De hecho, en el mes de
diciembre, la brecha comercial se ensanchó en casi 650.000
millones de pesetas; el resultado más negativo alcanzado en
cualquier mes. En términos reales, el incremento de las exportaciones y de las importaciones en el conjunto del año fue, respectivamente, del 6,4 por 100 y del 13,9 por 100, cifras muy
similares a las registradas en 1998.
80
PANORAMA ECONÓMICO
La tasa de cobertura total de las importaciones por las exportaciones se situó en el 76,1 por 100 frente al 82,1 por 100 de
1998, con lo que por segundo año consecutivo se interrumpe la
tendencia a una creciente recuperación que se estaba produciendo en la década de los noventa. Igualmente, se redujo la tasa de
cobertura comercial con la Unión Europea, del 87,7 por 100 de
1998 al 81,3 por 100, cifra más propia de los años del periodo
transitorio de adhesión que supuso un intenso deterioro de la tasa
de cobertura, aunque todavía lejos del 69,6 por 100 que se registró en 1989.
CUADRO I-17
BALANZA COMERCIAL, 1994-1999
(En porcentaje y en miles de millones de pesetas)
Miles de
millones
de ptas.
Conceptos
Exportaciones
Importaciones
Saldo
Tasa de cobertura*
1999
17.194,9
22.606,3
–5.411,4
76,1
Porcentajes de variación anual
94-93
95-94
25,7
21,5
7,7
–
17,2
16,3
13,1
–
96-95
13,2
7,8
–13,5
–
97-96
98-97
99-98
18,1
16,4
7,8
–
6,7
10,4
31,5
–
5,6
14,0
52,5
–
* Porcentaje de exportaciones sobre importaciones.
Fuente: Departamento de Aduanas e Impuestos Especiales.
Aún así, en 1999, la recuperación en volumen de las exportaciones
españolas volvió a ser superior a la registrada por el comercio mundial,
casi dos puntos más, con lo que su cuota de mercado aumentó y se
situó en torno al 2,1 por 100 de la exportación mundial de mercancías.
Las
exportaciones
ganaron cuota
de mercado
Las ventas al principal destino geográfico de las exportaciones
españolas, la Unión Europea (cuadro I-18), aumentaron más, un
6,6 por 100, que las dirigidas al resto del mundo, un 2,9 por 100,
como consecuencia de la caída de las exportaciones a los países
afectados todavía por la crisis financiera. De esta forma, el 72,3 por
100 del total de las exportaciones se dirigió a los demás Estados
miembros, frente al 71,6 por 100 de 1998. Con ello, se intensifica,
tras el cambio de tendencia experimentado en 1996 y 1997, la creciente especialización intracomunitaria que caracteriza a las exportaciones españolas desde que comenzase el proceso de integración
de España en la Unión Europea.
81
MEMORIA 1999
Dentro de la Unión Europea, las ventas a Francia y Alemania,
los principales clientes, que representan un tercio de las exportaciones totales, crecieron por debajo de la media, destacan el reducido
incremento de las dirigidas a este último país, un 2,3 por 100, debido a la desaceleración económica que experimentó en 1999, mientras que los mayores incrementos se produjeron con Irlanda, un
30,3 por 100, Grecia, un 16,5 por 100, y Finlandia, un 13,7 por 100,
tres de los Estados miembros que más crecieron.
Fuerte retroceso de
las exportaciones
a Iberoamérica
De las exportaciones extracomunitarias cabe resaltar el incremento de las dirigidas a Estados Unidos, un 9,6 por 100, por la
pujanza de su demanda interna y la apreciación del dólar frente al
euro, y el aumento, de las ventas a Japón, un 23,2 por 100, y a los
países del Sudeste asiático, más afectados por la crisis financiera
de 1997, un 8,5 por 100. No obstante, el peso que suponen los países asiáticos sobre el total de las exportaciones españolas sigue
siendo escaso. Lo contrario ha ocurrido en esta ocasión con el área
iberoamericana que, con un peso considerable, dado que representa
el 6,2 por 100 del total, redujo sus compras de productos españoles
CUADRO I-18
COMERCIO DE MERCANCÍAS DE ESPAÑA CON LA UNIÓN EUROPEA,
1985-1999
(Millones de pesetas)
Importaciones
Exportaciones
Años
Valor
% sobre total
Valor
% sobre total
UE
Total
1985
1986
1987
1988
1989
1990
1991
1992
1993
1994
1995
1996
1997
1998
1999
1.985.524,5
2.606.513,8
3.481.994,5
4.239.797,0
5.074.274,7
5.602.213,4
6.091.630,5
6.485.726,0
6.307.975,0
7.915.372,0
9.362.529,2
10.226.873,6
11.736.019,0
13.289.830,0
15.294.900,0
39,1
52,7
57,7
60,2
60,4
62,8
63,0
63,6
62,3
64,1
65,4
66,3
65,3
67,0
67,7
2.219.489,4
2.375.409,9
2.768.426,4
3.171.913,6
3.533.506,6
4.028.600,9
4.548.740,0
4.845.862,9
5.348.112,3
6.917.202,6
8.264.560,3
9.238.147,8
10.681.252,0
11.660.857,0
12.431.900,0
54,1
62,4
66,0
67,7
68,8
71,4
73,1
73,4
69,0
70,6
72,3
71,4
70,0
71,6
72,3
111,8
91,1
79,5
74,8
69,6
71,9
74,7
74,7
84,8
87,4
88,3
90,3
91,0
87,7
81,3
80,8
76,9
69,6
66,6
61,2
63,3
64,4
64,7
76,5
79,3
79,8
83,8
85,0
82,1
76,1
Fuente: Departamento de Aduanas e Impuestos Especiales.
82
Tasa de cobertura
PANORAMA ECONÓMICO
en 1999. Las exportaciones a este mercado, en auge en los últimos
años, sufrieron un importante retroceso del 2,1 por 100, especialmente intenso con Argentina, del 16,7 por 100, y eso que las exportaciones a Brasil aumentaron en un 10,4 por 100.
En cuanto a la evolución de las exportaciones por grandes grupos sectoriales, las del sector del automóvil, las semimanufacturas
y los bienes de equipo, que constituyen las dos terceras partes del
total, registraron crecimientos del 7,2 por 100 los dos primeros y
del 5,2 por 100 los bienes de equipo. De las ventas del sector del
automóvil, las de componentes crecieron más, un 9,4 por 100, que
las de vehículos, un 6,2 por 100. Dentro de las ventas de semimanufacturas, las del sector químico fueron las más dinámicas, al
crecer un 12,8 por 100. De los bienes de equipo, los de telecomunicaciones fueron las que registraron un mayor incremento, un 19,4
por 100. De la evolución sectorial en 1999 cabe destacar también,
por el lado negativo, el reducido incremento de las exportaciones de
alimentos que, representando casi el 15,0 por 100 de las exportaciones totales, tan sólo aumentaron un 2,7 por 100, por las caídas en
los primeros meses del año de la exportación hortofrutícola por las
malas cosechas de 1998 y primer semestre de 1999.
Estas malas cosechas provocaron un notable incremento de las
importaciones hortofrutícolas, del 20,1 por 100, que hicieron que el
sector alimentario viese reducidos su superávit comercial y su tasa
de cobertura. El análisis sectorial de las importaciones permite confirmar que en los demás casos el saldo comercial también empeoró.
Tan sólo en el sector de las semimanufacturas las importaciones
crecieron por debajo de lo que lo hicieron las exportaciones, con lo
que, aunque se incrementó su déficit, su tasa de cobertura mejoró
ligeramente. Los mayores incrementos de importaciones se produjeron en el sector de bienes de equipo, un 23,5 por 100, en especial
de material de transporte y equipos de telecomunicaciones, y en el
sector del automóvil, un 22,7 por 100. En el de bienes de equipo,
el fuerte dinamismo de la demanda interna provocó un aumento del
déficit comercial del 68,8 por 100, pero más destacable aún es la
evolución en el año del sector del automóvil, cuyo saldo comercial,
tradicionalmente positivo, pasó a ser negativo.
La distribución geográfica de las importaciones refleja un incremento del grado de concentración en el área comunitaria, que es ya
83
MEMORIA 1999
del 67,6 por 100. Las compras procedentes de la Unión Europea se
incrementaron en un 15,1 por 100, mientras que las realizadas en
otros países experimentaron un crecimiento del 11,7 por 100. En la
Unión Europea, Italia, el tercer proveedor, tras Francia y Alemania,
fue el que con diferencia menos incrementó sus ventas a España,
un 7,9 por 100, mientras que el que más lo hizo fue Suecia, un 59,5
por 100. Las compras a Estados Unidos, el quinto país en la clasificación de la distribución geográfica de las importaciones, aumentaron moderadamente, un 5,8 por 100, debido a la ya mencionada
apreciación del dólar. Del resto de los países con peso considerable
en dicha distribución destacó el incremento, un 23,2 por 100, de las
compras a China.
Grandes
diferencias por
CCAA
Un breve análisis del comercio exterior, de las exportaciones,
por Comunidades Autónomas debe recoger que cinco de ellas,
Cataluña, Valencia, Madrid, País Vasco y Andalucía, concentran
algo más de dos tercios de las exportaciones totales (cuadro I-19).
Desde 1986, año de integración en las Comunidades Europeas,
estas cinco Comunidades se han mantenido en la misma posición
de la clasificación. Pero, mientras que Cataluña y Madrid han
incrementado a lo largo del periodo su cuota de participación, por
su estructura exportadora, muy diversificada en el primer caso y
concentrada en una amplia gama de bienes de equipo en el segundo, y en ambos orientada hacia productos de demanda media y
fuerte, las otras tres han perdido peso, sobre todo Valencia, por la
evolución de su sector tradicional de exportación, las manufacturas
de consumo. Así, un elevado grado de especialización sectorial de
la exportación de las Comunidades Autónomas explica su vulnerabilidad a acontecimientos externos. Es el caso de las Comunidades
Autónomas cuyo patrón exportador está muy concentrado en el
sector primario de la economía, dependiente de condiciones meteorológicas, o en el sector del automóvil, dependiente del mayor o
menor crecimiento económico de los países compradores. Por lo
que respecta al año 1999, lo más sobresaliente fueron las grandes
diferencias existentes en los resultados alcanzados por las distintas
Comunidades Autónomas, desde el incremento en un 79,5 por 100
de las exportaciones de Baleares, al descenso en un 6,1 por 100 de
las de Castilla-La Mancha.
Finalmente, en este apartado cabe exponer los principales resultados en 1999 de la actividad del Fondo de Ayuda al Desarrollo
84
85
Fuente: Departamento de Aduanas e Impuestos Especiales.
Comunidades
EXPORTACIONES
Autónomas
Valor
% sobre total
99-98 %
Andalucía
1.388.924
8,1
4,6
Aragón
795.587
4,6
–4,1
Asturias
217.275
1,3
–2,3
Baleares
141.463
0,8
79,5
Canarias
106.622
0,6
6,3
Cantabria
183.272
1,1
1,9
Castilla-La Mancha 264.274
1,5
–6,1
Castilla y León
1.229.827
7,2
11,4
Cataluña
4.574.015
26,6
4,6
C. Valenciana
2.249.290
13,1
6,5
Extremadura
103.858
0,6
13,4
Galicia
968.546
5,6
9,8
Madrid
1.862.395
10,8
8,7
Murcia
444.772
2,6
7,3
Navarra
671.637
3,9
2,4
País Vasco
1.622.574
9,4
2,7
La Rioja
128.307
0,7
2,4
Total
16.952.638
98,5
5,6
IMPORTACIONES
Valor
% sobre total
99-98 %
1.358.387
6,0
13,3
788.876
3,5
11,5
253.700
1,1
2,1
249.822
1,1
59,7
518.944
2,3
12,6
233.041
1,0
1,2
451.557
2,0
22,4
1.293.656
5,7
17,6
6.513.291
28,8
13,0
1.731.432
7,7
14,5
56.955
0,3
30,1
1.074.934
4,8
5,1
5.661.950
25,0
18,0
341.093
1,5
12,8
522.899
2,3
10,1
1.228.380
5,4
10,2
91.983
0,4
15,9
22.370.900
98,9
13,2
Saldo
30.537
6.711
–36.425
–108.359
–412.322
–49.769
–187.283
–63.829
–1.939.276
517.858
46.903
–106.388
–3.799.555
103.679
148.738
394.194
36.324
–5.418.262
CUADRO I-19
COMERCIO EXTERIOR POR COMUNIDADES AUTÓNOMAS EN 1999
(Millones de pesetas)
Tasa de
cobertura
102,2
100,9
85,6
56,6
20,5
78,6
58,5
95,1
70,2
129,9
182,4
90,1
32,9
130,4
128,4
132,1
139,5
75,8
MEMORIA 1999
CUADRO I-20
CRÉDITOS FAD EN 1999
(Por tipo de bienes)
Sector
Líneas de crédito
Medio ambiente
Transporte
Educación
Eléctrico
Sanidad
Servicios
Varios
Instit. Financ. Intnals.
Telecomunicaciones
Bienes de equipo
Total
Importe FAD
(millones ptas.)
% sobre
el total
15.574,8
12.103,7
11.340,4
10.734,4
9.941,7
7.688,8
4.445,9
2.848,1
2.344,9
352,5
199,0
77.574,2
20,1
15,6
14,6
13,8
12,8
9,9
5,7
3,7
3,0
0,5
0,3
100,0
(Por países)
Países
China
Venezuela
Colombia
Indonesia
Turquía
Ecuador
Zimbawe
Honduras
El Salvador
Panamá
Senegal
Palestina
Ghana
AID
Yemen
Costa de Marfil
Filipinas
BID
Asig. Evaluac. L-500
Bosnia
Bolivia
República Dominicana
MIGA
Túnez
Vietnam
Total
Importe FAD
(millones ptas.)
% sobre
el total
12.854,9
10.492,8
7.610,0
6.783,3
6.212,9
5.486,1
5.198,5
4.710,0
2.806,4
2.369,1
1.759,9
1.674,2
1.561,2
1.389,2
1.311,5
1.301,2
1.077,2
645,0
500,0
352,5
345,1
327,6
310,8
295,9
199,0
77.574,2
16,6
13,5
9,8
8,7
8,0
7,1
6,7
6,1
3,6
3,1
2,3
2,2
2,0
1,8
1,7
1,7
1,4
0,8
0,6
0,5
0,4
0,4
0,4
0,4
0,3
100,0
Fuente: Ministerio de Economía y Hacienda.
86
PANORAMA ECONÓMICO
(FAD) en cuanto que instrumento de la política de fomento financiero a la exportación, que tiene como fin último contribuir al progreso económico y social de los países en desarrollo (cuadro I-20).
Los Presupuestos Generales del Estado para 1999 establecían una
dotación del FAD de 80.000 millones de pesetas, autorizándose, a
lo largo del año, 59 operaciones por un valor de 77.574 millones de
pesetas, cifra muy similar a la de 1998. Se produjo un notable
incremento del número de países receptores de créditos, al pasar de
19 a 40. En esta ocasión, los países iberoamericanos percibieron el
44,0 por 100, frente a casi el 33,0 por 100 de 1998, destacando
también el notable incremento de los asiáticos. Así, China y
Venezuela, con el 16,6 por 100 y el 13,5 por 100 del total, fueron
los mayores receptores de estos fondos. Por tipos de bienes, aparte
la apertura de líneas de crédito, los proyectos medioambientales
fueron los que ocuparon el primer lugar, al representar el 15,6 por
100 del total cuando un año antes tan sólo supuso el 1,2 por 100.
Los sectores de transportes y de educación fueron los siguientes
que recibieron un mayor volumen de créditos FAD.
4.2.2. Fuerte impulso del turismo
La balanza de servicios presentó en 1999 un superávit de 4,2
billones de pesetas, lo que supuso un crecimiento del 11,9 por 100
respecto a 1998. Esta mejora del saldo de servicios se explica por
el fuerte crecimiento del superávit de turismo (gráfico I-7), un 13,6
por 100, que, sin embargo, en esta ocasión no logró compensar el
aumento del déficit conjunto de las demás partidas corrientes.
El turismo no
pudo compensar
las demás
partidas
Los ingresos por turismo crecieron un 14,1 por 100, más de lo
que lo hicieron el año anterior, como consecuencia del fuerte crecimiento registrado en el número de visitantes, un 7,9 por 100.
Durante 1999, la entrada de visitantes a España de residentes en el
extranjero fue de 76,4 millones, de los cuales un 68,0 por 100 fueron turistas, que pernoctaron al menos una noche, y el 32,0 por 100
restante excursionistas. Por lo que respecta a los pagos, también
registraron una tasa de crecimiento elevada, del 16,3 por 100. Este
crecimiento se debió a la mejora de la renta disponible y al incremento del gasto del consumidor español.
El elemento más destacable del crecimiento del turismo en 1999
fue nuevamente el progresivo proceso de desestacionalización
87
MEMORIA 1999
GRÁFICO I-7
AUGE DEL TURISMO, 1983-1999
(En miles de millones de pesetas)
6.000
5.000
4.000
Ingresos
3.000
Gastos
2.000
1.000
1999
1997
1995
1993
1991
1989
1987
1985
1983
0
experimentado por este sector al hilo de la diversificación de la
oferta turística que se ha realizado en los últimos años como alternativa al clásico segmento de “sol y playa”. Así, aunque el 46,0 por
100 de los turistas que visitaron España lo hicieron en la temporada
de verano, los mayores incrementos se produjeron en los meses tradicionalmente de baja intensidad turística y en las zonas que hasta
el momento tenían una escasa proyección turística.
Este creciente dinamismo del turismo ha supuesto, como ya se
avanzaba en el apartado relativo a los servicios en esta misma
Memoria, que España haya consolidado su segunda posición como
destino turístico mundial, tras Francia y por delante de Estados
Unidos, aunque en términos de ingresos siga ocupando el tercer
lugar, por detrás de Estados Unidos e Italia.
4.2.3. Rentas, transferencias y balanza de capital
La balanza de rentas, que incluye las rentas de trabajo y, especialmente, por su importancia cuantitativa, las rentas de inversión,
experimentó un déficit superior en un 25,8 por 100 al que se registró el año anterior. La balanza de transferencias corrientes experimentó un superávit inferior en un 8,0 por 100 al de 1998.
88
PANORAMA ECONÓMICO
Por su parte, la cuenta de capital tuvo un comportamiento claramente diferente, ya que registró un excedente superior en un 19,0
por 100 al registrado el año anterior. Este incremento se debió a las
mayores transferencias de capital procedentes del Fondo Europeo
de Desarrollo Económico y Regional.
4.2.4. Fuerte incremento de las inversiones españolas
en el exterior
La cuenta financiera, excluida la variación de reservas y las partidas no clasificadas, experimentó unas salidas netas inferiores en
un 10,4 por 100 a las registradas en 1998 (cuadro I-21). Estas salidas netas se debieron, principalmente, al saldo neto negativo en la
rúbrica de inversiones directas y al saldo acumulado por el Banco
de España frente al Sistema Europeo en las operaciones liquidadas
a través del sistema de pagos TARGET. Por su parte, la rúbrica de
inversiones en cartera cerró el año con un saldo neto acumulado
prácticamente equilibrado. Las reservas de divisas del Banco de
España, incluyendo la transferencia de activos exteriores al Banco
Central Europeo a inicios de 1999, ascendían a 30 de diciembre a
37,83 billones de euros.
Según los datos del Registro de Inversiones Exteriores del
Ministerio de Economía y Hacienda, la inversión bruta directa
española en el exterior en sociedades no cotizadas aumentó en
1999, hasta septiembre, un 51,0 por 100, frente al 121,3 por 100 de
aumento de todo el año 1998.
Por tipo de operaciones, en el mencionado periodo, continuó la
tendencia al alza de las operaciones de inversión por ampliación en
comparación con las operaciones de constitución y de adquisición.
Por sectores de destino, cabe destacar la participación del sector
financiero, un 38,4 por 100, y del sector de la energía, un 34,2 por
100, en el total de las inversiones españolas, frente al 21,1 por 100
y 23,1 por 100 que alcanzaron un año antes. Este fuerte crecimiento en ambos sectores tiene su explicación en las operaciones realizadas en estos sectores en Iberoamérica.
Precisamente, la distribución por áreas geográficas de los flujos de inversión, muestra que los países de Iberoamérica fueron
receptores del 62,9 por 100 del total de la inversión, lo que repre89
MEMORIA 1999
senta un aumento del 12,5 por 100 en la participación sobre el
porcentaje de la inversión bruta en el mismo periodo de 1998 en
esa área, siendo Chile el principal destinatario de la inversión
española en esa región. Los países de la OCDE absorbieron el
27,1 por 100, mientras que el 18,3 por 100 del total tuvo como
destino la Unión Europea, lo que supone una disminución del
peso de estas áreas respecto al año anterior, 45,4 por 100 y 31,9
por 100, respectivamente. Dentro de la Unión Europea, Holanda,
con el 33,0 por 100 de esta zona, fue el principal destino de
inversión española.
Por Comunidades Autónomas, Madrid volvió a ser la
Comunidad que más invirtió en el exterior al ser el origen del 71, 4
por 100 de la inversión, seguida a gran distancia por el País Vasco,
que superó en esta ocasión a Cataluña y representó el 13,9 por del
total, consolidando el peso creciente que está adquiriendo en los
últimos años.
Por su parte, la inversión extranjera en España, en los nueve primeros meses del año, aumentó un 71,9 por 100, considerablemente
más de los que lo hizo en los dos años anteriores.
Por tipo de operaciones, las transmisiones entre no residentes
ocuparon el primer lugar, seguidas de las operaciones de
ampliación y de adquisición de acciones. Por razón de la inversión, la toma de control fue el motivo principal, un 31,8 por
100, seguido del reajuste del grupo en el extranjero, un 29,8 por
100. En la distribución por sectores, ocupó la primera posición
el sector de Banca y seguros con el 16,7 por 100 de la inversión
bruta, seguido del sector Otras actividades empresariales, que
incluye actividades del sector servicios, con el 16,3 por 100.
Pero lo más destacable fue la fuerte subida registrada en el sector de actividades inmobiliarias y la disminución relativa de la
inversión en otros sectores como en química y caucho y en
comercio.
Los Estados miembros de la Unión Europea fueron el origen de la mayor parte de la inversión exterior, el 62,4 por 100
del total, aunque disminuyó su peso relativo en comparación
con el mismo periodo del año anterior. Cabe destacar a
Holanda con el 44,0 por 100 de la inversión comunitaria,
90
PANORAMA ECONÓMICO
CUADRO I-21
BALANZA FINANCIERA, 1998-1999
(Miles de millones de pesetas)
1998
Conceptos
Pasivos Activos
Cuenta financiera (2)
–
Inversiones directas
–
De España en el exterior
–
Del exterior en España (3) 1.689,2
Inversiones de cartera
–
De España en el exterior
–
Del exterior en España (4) 2.554,6
Otras inversiones
–
De España en el exterior
–
Del exterior en España (5) 6.684,7
Derivados financieros (6)
–
Reservas
–
Errores y omisiones
–
1999 (1)
Saldo
–
–164,7
–
–
2.746,8 –2.746,8
–
1.689,2
–
–
6.422,5 –6.422,5
–
2.554,6
–
–
3.598,2 –3.598,2
–
6.684,7
–
–363,5
–
2.037,9
–
–559,9
Pasivos Activos
–
–
–
1.467,4
–
–
6.891,7
–
–
6.309,6
–
–
–
–
–
5.433,5
–
–
7.009,2
–
–
4.024,9
–
–
–
–
Saldo
1.516,6
–
–5.433,5
1.467,4
–
–7.009,2
6.891,7
–
–4.024,9
6.309,6
–173,5
3.489,1
–687,7
(1) Datos de avance para el último mes. Para el resto, los datos incorporan revisiones a las cifras provisionales
publicadas en meses anteriores.
(2) Todos los datos de la Cuenta financiera son netos. Un signo +(–) de las reservas indica su disminución (aumento).
(3) No recoge las inversiones directas en acciones cotizadas; incluye las inversiones de cartera en acciones no
cotizadas.
(4) Incluye las versiones directas en acciones cotizadas; no recoge las inversiones de cartera en acciones no cotizadas.
(5) Incluye, principalmente, préstamos, repos y depósitos.
(6) Variación de pasivos menos variación de activos. Un signo +(–) es un ingreso (pago) neto por este concepto.
Fuente: Banco de España.
seguido del Reino Unido y Francia. La inversión procedente
de Estados Unidos experimentó un fuerte crecimiento y representó el 30,4 por 100.
Por Comunidades Autónomas, las empresas con sede social en
Madrid y Cataluña fueron las principales receptoras de inversión.
En concreto, Madrid alcanzó el 50,7 por 100 y Cataluña el 15,7 por
100, seguidas por Canarias con el 11,5 por 100.
5. INFLACIÓN Y POLÍTICA MONETARIA
El 1 de enero de 1999, el Banco de España delegó completamente la política monetaria a favor del Banco Central Europeo,
constituyéndose esta última institución como la única competente
91
MEMORIA 1999
en lo relativo a las decisiones monetarias. Desde esa fecha, la
peseta pasó a ser una fracción de la moneda única europea, aunque su completa desaparición no tendría lugar hasta el año
200263.
De 1999 en adelante, la estrategia monetaria del denominado Eurosistema64 se definirá teniendo en cuenta la situación de
los países de la zona euro en su conjunto, por lo que la situación de cada Estado miembro frente a la política monetaria
única sería, a partir de ese momento, similar a la de las diferentes regiones de un país respecto a una estrategia monetaria
nacional. Esto supone que la política monetaria única podría
tener efectos distintos sobre cada Estado miembro, dependiendo de si éstos presentan asincronías en la actividad económica
o diferencias en los mecanismos de transmisión monetaria. Por
consiguiente, los Estados miembros, y en particular España,
recuperaron a lo largo de 1999 el interés por seguir de cerca,
entre otras variables, el diferencial de inflación de la economía
española respecto al resto de sus socios comunitarios, puesto
que cualquier desviación respecto a la inflación media de la
zona euro podría traer consigo importantes pérdidas de competitividad.
5.1. EL IPC SUPERÓ CON CRECES LAS PREVISIONES OFICIALES
La evolución de la inflación española a lo largo de 1999 resultó
preocupante en el nuevo contexto de falta de independencia monetaria. El Índice de Precios al Consumo (IPC) finalizó 1999 con un
crecimiento medio anual del 2,3 por 100, situándose medio punto
porcentual por encima del IPC medio anual de 1998. Este empeoramiento resulta aún más grave al considerar el crecimiento de la
inflación interanual, que en diciembre de 1999 fue del 2,9 por 100
frente al 1,4 por 100 del mismo periodo del año anterior, lo que
supone 1,5 puntos porcentuales más.
63
Los ministros de Economía y Hacienda decidieron en el Consejo de Economía
y Hacienda (ECOFIN), de 8 de noviembre, adelantar el plazo de circulación en
exclusiva del euro al 1 de marzo de 2002.
64
El Eurosistema es la expresión utilizada para referirse al conjunto formado
por el Banco Central Europeo y los bancos centrales nacionales de los once países
miembros de la Unión Económica y Monetaria.
92
PANORAMA ECONÓMICO
Este resultado llevó a superar con creces el objetivo de
inflación del gobierno para finales de 1999, aun habiendo sido
éste revisado al alza hasta el 2,4 por 100. Se observa, por consiguiente, una ruptura en el descenso continuado que la inflación interanual había mostrado a lo largo de 1998, pasando a
aumentos del IPC interanual desde los primeros meses de 1999;
esta situación se volvió especialmente aguda en el último trimestre del año, como consecuencia de la elevación de los precios del petróleo y de las materias primas en los mercados
internacionales.
La trayectoria ascendente del índice general de precios fue compartida por todos los componentes del IPC, excepto por los servicios. Tanto los precios de la alimentación como los precios de los
bienes industriales se aceleraron a lo largo de 1999, estos últimos
marcados claramente por el alza de los precios de la energía, a lo
que contribuyó el encarecimiento del precio del petróleo en los
mercados internacionales y sobre los que parecieron tener pocos
efectos las medidas introducidas el 16 de abril por el RDL 6/1999
de Medidas urgentes de liberalización e incremento de la competencia (cuadro I-26). El índice de precios de los servicios, por su
parte, mostró un ritmo de crecimiento menor gracias a la rúbrica de
transporte público y comunicaciones, cuya evolución respondió a
una mayor competencia observada durante 1999 en el mercado de
las telecomunicaciones. Asimismo, otro conjunto de medidas contra la inflación introducidas por el RDL 16/1999, de 15 de octubre,
por el que se adoptaron medidas para combatir la inflación y facilitar un mayor grado de competencia en las telecomunicaciones
(cuadro I-26), pudieron explicar parte del descenso de la tasa interanual de inflación que, en el apartado de comunicaciones, se produjo en el mes de noviembre.
Sólo los servicios
moderaron la
inflación
El aumento de la inflación tuvo lugar de forma sostenida a lo
largo de 1999. Varios fueron los factores que contribuyeron a
explicar estos pobres resultados en términos de inflación. El más
recurrente durante los últimos meses de 1999 fue la elevación del
precio del barril de petróleo en los mercados internacionales, que
supuso notables elevaciones del IPC general español al igual que
del IPC de la Unión Europea. La debilidad del euro en los mercados exteriores llevó a aumentos en los precios de los productos
importados de países terceros a la Eurozona, circunstancia que se
93
MEMORIA 1999
vino a sumar y a empeorar los efectos derivados del elevado precio del petróleo65. Finalmente, la fortaleza de la demanda interna
y la recuperación de la externa presionaron igualmente los precios al alza.
Analizando la evolución del IPC por sectores, en 1999 se observó una reducción de la brecha que separa los precios de los servicios de los precios industriales. El diferencial de inflación entre los
precios de los servicios y los precios de los bienes industriales,
medido en tasas interanuales medias de inflación, pasó de 3,1 puntos en 1998 a 1,6 en 1999. Los bienes industriales pasaron de una
inflación interanual media del 0,5 por 100 en 1998 al 1,8 por 100
GRÁFICO I-8
IPC POR SECTORES, 1998-1999
(Tasas de variación interanual)
5
4
3
2
1
Bienes industriales (40,0%)
Diciembre
Noviembre
Octubre
Septiembre
Agosto
Julio
Junio
Mayo
Abril
Marzo
Febrero
Ene.- 99
Diciembre
Octubre
Alimentos (29,4%)
Noviembre
–1
Septiembre
Agosto
Julio
Junio
Mayo
Abril
Marzo
Febrero
Ene.- 98
0
Serv. sin alquiler (30,6%)
Fuente: INE, Boletín Mensual de Estadística.
65
Este producto se denomina, generalmente, en dólares en los mercados
internacionales.
94
PANORAMA ECONÓMICO
en 1999, mientras que los servicios mostraron una inflación interanual media del 3,6 por 100 en 1999 frente al 3,4 del año anterior.
Aunque la contracción en el diferencial de inflación entre estos dos
sectores podría considerarse un signo positivo, en tanto en cuanto
han sido considerados tradicionalmente los protagonistas del problema de la inflación dual de la economía española66, la evolución
seguida a lo largo del año por uno y otro sector ofrecen una imagen
menos optimista, puesto que la reducción del diferencial se ha llevado a cabo por el aumento del índice de precios de los bienes
industriales y no por la reducción de la inflación de los servicios67
(gráfico I-8).
Por clases de gasto, tanto los componentes de alimentación como
de no alimentación registraron aumentos significativos de la inflación
interanual de diciembre de 1999, 2,4 y 3,1 por 100, respectivamente,
superando estos últimos el índice general (2,9). Respecto a 1998, año
en que las favorables condiciones meteorológicas provocaron una
inflación modesta de los bienes de alimentación, 1999 supuso un
aumento en la tasa de inflación tanto de los alimentos no elaborados,
2 por 100, como de los elaborados, 2,6 por 100 (cuadro I-22).
En el caso de otros componentes del IPC diferentes de la alimentación, como la vivienda, con una ponderación en el IPC del
10,3 por 100, o el transporte, con una ponderación de 16,5 por
100, fueron los componentes no alimentarios los que provocaron
un mayor aumento de sus índices de precios, con tasas de inflación del 2,9 y 5,3 por 100, respectivamente. De hecho, el resto de
componentes, vestido (2,0), menaje (1,8), medicina (1,6), cultura
(1,1) y otros (3,4) registraron tasas de variación interanual de
inflación en diciembre de 1999 inferiores al mismo periodo del
año precedente.
66
En general, el comportamiento de los precios revela la existencia de una
relación procíclica del diferencial de inflación entre los sectores de bienes
industriales y los servicios; es decir, en momentos de graves presiones de
demanda, tanto externa como sobre todo interna, los primeros tienen un menor
margen para aumentar los precios puesto que se enfrentan, normalmente, a una
mayor competencia, mientras que por su parte los precios de los segundos, que se
enfrentan a una competencia menor pueden aumentar más fácilmente.
67
Parece ser que los servicios mantuvieron e incluso redujeron el crecimiento de
sus precios, mientras que los bienes industriales pasaron de una tasa interanual de 0,3
por 100 en enero de 1999 a un 3,1 por 100 en diciembre.
95
MEMORIA 1999
Grandes
diferencias
en alimentación
Aunque la alimentación registró un crecimiento del IPC por debajo
del índice general interanual, el análisis de las rúbricas permite observar que de las cinco de mayor inflación dentro del IPC, cuatro de ellas
pertenecen al componente de alimentación, destacando el aumento de
los aceites y grasas, 21,6 por 100, y la carne de ovino, 15,9 por 100.
CUADRO I-22
COMPONENTES DEL IPC EN 1999
➩
➩
=
➩
➩
2,4
2,0
2,6
3,1
2,0
2,9
1,8
1,6
5,3
1,1
3,4
➩
29,4
11,9
17,5
70,6
11,5
10,3
6,7
3,1
16,5
7,3
15,3
➩ ➩
Incremento
(%) (1)
➩
Alimentación
No elaborados
Elaborados
No alimentación
Vestido y calzado
Vivienda
Menaje
Medicina
Transporte
Cultura
Otros
Ponderación
(%)
➩ ➩➩➩
Componentes
Respecto
al Índice
General, 2,9%
( )
Respecto
al año
anterior
(+ –)
+
+
+
+
–
+
–
–
+
–
–
➩
➩
Notas: Con signo ( ) se indica mayor o menor incremento respecto del índice general. Con
signo (+ –) se indica aumento o disminución en 1999 respecto a la variación del índice de cada
componente experimentada en 1998.
(1) Tasas de variación interanual a diciembre.
Fuente: INE, Boletín Mensual de Estadística.
Asimismo, cuatro de las cinco rúbricas con menor inflación, e incluso
deflación, pertenecen al componente de alimentación, como patatas y
preparados (–20 por 100) o café, cacao, infusiones y sucedáneos (–5,1
por 100); esta circunstancia subraya la erraticidad de los precios de
este tipo de bienes. Además, los aumentos de precios en las rúbricas
de bebidas alcohólicas (9,4 por 100) y de tabaco (4,4 por 100) tuvieron una fuerte repercusión en el índice general (cuadro I-23).
Respecto al resto de rúbricas, destacó el aumento de los precios del transporte personal (6,6 por 100), que sin duda sufrió
las consecuencias del encarecimiento del petróleo, y que explica
el impacto del componente transporte y comunicaciones sobre
el índice general. De hecho, la reducción de precios que mostró
96
PANORAMA ECONÓMICO
la rúbrica correo y comunicaciones (–3,2 por 100), fruto de la
elevada competencia que se dio a lo largo de 1999 en el sector
de las telecomunicaciones, no pudo compensar la repercusión
de los mayores precios de la energía sobre el transporte individual. Los altos precios energéticos influyeron también en la
rúbrica de calefacción, alumbrado y distribución de agua del
componente de vivienda del IPC, la cual registró un aumento
del 3 por 100.
Por último, el turismo y la hostelería mostraron conjuntamente
un aumento de la inflación interanual del 3,8 por 100 con gran
repercusión en el índice general de precios.
CUADRO I-23
PRINCIPALES RÚBRICAS DEL IPC, 1999
(Tasas de variación interanual)
Las que más subieron
1. Aceites y grasas (21,6)
2. Carne de ovino (15,9)
3. Bebidas alcohólicas (9,4)
4. Transporte personal (6,6)
5. Pescado fresco y congelado (6,2)
Las que más bajaron
1. Patatas y sus preparados (–20,0)
2. Café, cacao, infusiones y sucedáneos (–5,1)
3. Carne de ave (–3,6)
4. Correo y comunicaciones (–3,2)
5. Huevos (–1,7)
Fuente: INE, Boletín Mensual de Estadística.
La inflación de las Comunidades Autónomas siguió la tendencia alcista del índice general (cuadro I-24). Superaron la
tasa de inflación interanual del 2,9 por 100, un conjunto de diez
Comunidades Autónomas, destacando los niveles alcanzados
por La Rioja (3,6), Cataluña (3,5), Navarra (3,3) y Murcia,
Galicia y Aragón (3,2). Por su parte, las regiones menos inflacionistas fueron Extremadura (1,8), Ceuta y Melilla (2,2) y
Andalucía (2,2); de este último grupo destaca la Comunidad
Canaria, que pasa a formar parte de las menos inflacionistas
después de que en 1998 estuviera entre las de mayores crecimientos de precios. Asimismo, llama la atención el aumento de
la dispersión del nivel de inflación entre Comunidades
Autónomas, pasando de un punto en 1998 a 1,8 puntos en
1999.
Aumenta la
dispersión
territorial
97
MEMORIA 1999
CUADRO I-24
IPC POR COMUNIDADES AUTÓNOMAS, 1999
(Tasas de variación interanual)
Las más inflacionistas
1. La Rioja (3,6)
2. Cataluña (3,5)
3. Navarra (3,3)
Las menos inflacionistas
1. Extremadura (1,8)
2. Ceuta y Melilla (2,2)
3. Andalucía, Canarias (2,4)
Fuente: INE, Boletín Mensual de Estadística.
El campo
y el petróleo
condicionaron
los resultados
de inflación
Una parte importante del repunte de la inflación puede explicarse
por la volatilidad de los componentes más erráticos del IPC, es
decir, la energía y algunos alimentos sin elaborar, que, al contrario
de lo que sucedió en 1998, esta vez operaron en perjuicio de un buen
resultado en términos de inflación. En efecto, el resultado positivo
de 1998 respondió a causas exógenas a la situación económica española, fundamentalmente por el descenso en el precio del petróleo.
Durante el año precedente, la inflación subyacente, definida
como el IPC menos los precios de los alimentos sin elaborar y los
precios de los productos energéticos, se situó por encima de la
inflación medida por el índice general de precios. Sin embargo, en
diciembre de 1999 la tasa interanual de inflación subyacente se
situó por debajo del índice general, circunstancia que se vino produciendo desde agosto de 1999 (gráfico I-9). De este modo, se
llega a una tasa interanual de inflación subyacente de 2,4 por 100,
sólo 0,2 puntos porcentuales por encima de la tasa interanual registrada en 1998. En definitiva, se observa que del aumento de la
inflación medida por el índice general, 1,4 puntos respondieron
fundamentalmente a la evolución de los precios de algunos alimentos no elaborados y, sobre todo, al aumento del precio de la energía.
El mismo factor energético explicó la evolución del Índice de Precios
Industriales (IPRI), que sirve de indicador adelantado de los futuros
niveles del IPC. El IPRI mostró un crecimiento del 3,8 por 100, contrastando claramente con la caída experimentada por dicho índice en 1998
(–2,1 por 100). La escalada en el Índice de Precios Industriales tuvo
lugar de forma gradual a lo largo del año, lo que llevó a pasar de una tasa
negativa en enero (–1,8 por 100) hasta la tasa interanual del 3,8 por 100.
La transición a tasas positivas se produjo en junio, y desde entonces
hasta diciembre la tasa de crecimiento del IPRI se multiplicó por cinco.
98
PANORAMA ECONÓMICO
GRÁFICO I-9
IPC E INFLACIÓN SUBYACENTE, 1998-1999
(Tasas de variación interanual)
3,5
3,0
2,5
2,0
1,5
1,0
0,5
IPC general
Noviembre
Septiembre
Julio
Mayo
Marzo
Ene.- 99
Noviembre
Septiembre
Julio
Mayo
Marzo
Ene.- 98
0,0
Inflación subyacente
Fuente: Banco de España, Boletín Estadístico.
El aumento de precios se concentró en los bienes intermedios,
en concreto en la rúbrica de energía, que alcanzó un crecimiento
del 16,5 por 100 (gráfico I-10). El alza de los precios energéticos
no fue generalizada; al contrario, estuvo condicionada por el encarecimiento de la actividad de refino de petróleo, cuyo índice de
precios mostró un avance del 66,1 por 100, cifra que compensó con
creces la caída de los precios del resto de las rúbricas energéticas68.
Evidentemente la actividad de refinado sufrió las consecuencias de
la escalada de precios del crudo en los mercados internacionales
durante 1999 y la apreciación del dólar americano respecto al euro.
Por último, el deflactor implícito del PIB que recoge la evolución tanto de precios de consumo como de producción creció a una
tasa del 3,1 por 100 para el conjunto de 1999, mostrando una notable aceleración en el segundo trimestre del año; lo que le llevó a
superar en 0,8 puntos porcentuales el valor alcanzado en 1998.
68
El resto de rúbricas que se incluyen en el índice de precios de la rama
“energía” del IPRI son: Extracción y preparación de combustibles sólidos y
coquerías (su índice de precios se redujo en un 5,1 por 100 en 1999) y Producción
de energía eléctrica y fabricación de gas (con una reducción del 1,6 por 100).
99
MEMORIA 1999
GRÁFICO I-10
COMPONENTES DEL ÍNDICE DE PRECIOS
INDUSTRIALES, 1997-1999
(Tasas de variación interanual)
8
6
4
2
0
–2
B.consumo
Noviembre
Julio
Septiembre
Mayo
Marzo
Enero-99
Noviembre
Julio
B.equipo
Septiembre
Mayo
Marzo
Enero-98
Noviembre
Septiembre
Julio
Mayo
Marzo
–6
Enero-97
–4
B.intermedios
Fuente: INE, Contabilidad Nacional Trimestral de España.
5.2. POLÍTICA MONETARIA EUROPEA Y OTRAS MEDIDAS
PARA CONTROLAR LA INFLACIÓN
Desde el 1 de enero de 1999 existe una política monetaria única
para los once países integrantes de la Unión Económica y
Monetaria determinada por el Banco Central Europeo (BCE). A la
hora de diseñar la estrategia monetaria para el conjunto de la zona
euro, la autoridad monetaria comunitaria dejó claro que perseguiría
prioritariamente la estabilidad de precios, artículo 105 del Tratado
de la Unión, junto con el fortalecimiento de la credibilidad de este
nuevo banco central. Las decisiones de política monetaria se basarían en dos pilares definidos por el BCE: por un lado, el crecimiento de la cantidad de dinero, y por otro, la consideración simultánea
de diferentes variables que podrían actuar como indicadores adelantados de la evolución futura del IPC69.
En los últimos meses de 1998 la economía europea sufría todavía los efectos de la crisis financiera internacional, minando tanto
69
Los indicadores que forman el segundo pilar son, entre otros, los salarios
nominales, el tipo de cambio, el tipo de interés de los bonos o la curva de
rendimientos.
100
PANORAMA ECONÓMICO
la confianza empresarial como la de los consumidores, por lo que
bajo estas condiciones los peligros de tensiones inflacionistas de
demanda parecían estar lejos. De este modo, tras el esfuerzo de convergencia en tipos de interés realizado por los países candidatos a
pasar a la tercera fase de la Unión Económica y Monetaria, el BCE,
decidió iniciar su andadura en enero de 1999 con un recorte de
tipos, que en abril de 1999 llegó a situar los tipos de interés de las
operaciones de regulación en un nivel del 2,5 por 100. Estas condiciones resultaron bastante expansivas, por lo que una vez consolidada la recuperación de la coyuntura internacional, el 4 de
noviembre de 1999, el BCE procedió a elevar los tipos 0,5 puntos
porcentuales, iniciando una estrategia monetaria restrictiva que se
ha visto corroborada por la subida oficial de tipos de febrero y
marzo de 2000.
Giro hacia
una estrategia
monetaria
restrictiva
El giro dado por el BCE en noviembre de 1999 puso fin a la
caída de tipos de interés, que en España se venía produciendo
desde 1995. La flexión al alza en el precio del dinero estuvo justificada por el aumento de las tensiones inflacionistas en la zona
euro agravadas hacia final de año por la conjunción de distintas
variables, como el mayor crecimiento mostrado por las economías
de los socios de la Unión Monetaria, la aceleración en el
crecimiento de la oferta monetaria en el área euro, las subidas en
el precio del petróleo y la propia debilidad de la moneda única
europea.
Las autoridades monetarias españolas mostraron una cierta
satisfacción por el cambio de estrategia monetaria del BCE ya
que serviría para frenar las mayores tensiones inflacionistas dentro de nuestras fronteras y alejar, así, cualquier peligro de recalentamiento que pudiera amenazar a la economía española. Sin
embargo, la restricción monetaria comunitaria no resolvería el
aumento del diferencial de inflación que la economía española
presentó durante 1999 respecto a sus socios comunitarios y cuya
desviación al alza habría originado una pérdida de competitividad vía precios, a través de la apreciación del tipo de cambio
efectivo real español.
101
MEMORIA 1999
Aumentó
el diferencial
de inflación con la
Unión Europea
En 1999, la tasa interanual de inflación medida a través del Índice
de Precios al Consumo Armonizado70 (IPCA) de España alcanzó un
2,8 por 100, superando en 1,1 puntos porcentuales a la inflación de la
zona euro que ascendió a 1,7 por 100. Por consiguiente, se observa
una significativa ampliación del diferencial de inflación que España
mantiene respecto a la zona euro, puesto que, frente al 1,1 actual,
este diferencial se situaba en 0,6 en diciembre de 1998. Esta circunstancia empeora aún más si se toma en cuenta el IPCA del conjunto
de la Unión Europea (UE-15), que pasa de un diferencial de inflación de 0,4 puntos, en 1998 a un diferencial de 1,1 en 1999.
Se observa en el cuadro I-25 que otros Estados miembros mostraron a lo largo de 1999 considerables diferenciales de inflación
respecto a la media de la Unión Europea; así, el diferencial danés
ascendió a 1,4 puntos y el irlandés a 2,2. Evidentemente, la diferente posición cíclica de cada país comunitario determinará, en parte,
el diferencial de inflación con el resto de la Unión; no obstante, el
Banco Central Europeo ha identificado71, además, otros factores
que pueden explicar dichas diferencias entre las tasas de IPCA.
En primer lugar, las que se derivan del propio diseño del IPCA.
Al diferir las pautas de consumo entre países, la construcción del
IPCA de cada Estado miembro ponderará de manera diferente los
distintos componentes que forman parte de este índice. Esta ponderación desigual entre países miembros lleva a la existencia de disparidades en los niveles de inflación, incluso suponiendo que cada
uno de los componentes que integran el índice sufriese la misma
elevación de precios en todos los países de la Unión Europea.
En segundo lugar, existen posibles shocks externos cuya
influencia es diferente dependiendo del Estado miembro, con efectos sobre los componentes más erráticos del IPC. Así, unas malas
condiciones meteorológicas o la propia elevación del precio del
petróleo influirán en el IPCA de cada país dependiendo de las
características productivas de cada Estado.
70
El Índice de Precios de Consumo Armonizado (IPCA) es el estimado por
Eurostat para todos los Estados Miembros, excluyendo los componentes de más difícil
comparación entre países e incluyendo los precios de bienes y servicios recientemente
significativos en el gasto de las familias. En el caso español, quedan excluidos los
servicios médicos, los medicamentos subvencionados y la enseñanza reglada.
71
Banco Central Europeo, Boletín Mensual, octubre 1999.
102
103
2,0
–1,7
Grecia
Reino Unido
Fuente: Eurostat.
–0,1
1,8
Dinamarca
Unión
Europea
0,6
Portugal
0,9
1,0
Luxemburgo
0,0
0,5
Italia
UEM
2,3
Irlanda
Suecia
0,9
Finlandia
–0,3
–0,2
España
Holanda
2,0
Bélgica
Francia
0,2
–0,9
Austria
–1,8
Alemania
Países
3,3
2,7
1,8
5,4
5,3
1,9
3,0
2,0
2,0
13,4
2,1
3,3
2,2
6,0
2,1
0,3
1,8
–0,2
0,8
1,0
–6,2
1,7
–3,8
1,0
1,2
2,2
–6,7
–0,4
0,1
0,6
2,0
0,7
0,3
0,1
Alimentos
Bebidas
y bebidas no alcohólicas Vestido
alcohólicas y tabaco y calzado
2,6
2,6
–0,4
2,5
3,7
5,5
1,5
5,7
3,7
7,3
2,8
0,7
3,8
2,8
4,3
2,3
2,8
Vivienda
0,4
0,7
0,7
–1,0
1,3
1,6
1,9
2,9
1,2
3,3
2,2
0,3
1,1
1,9
1,2
0,6
0,0
Menaje
2,2
2,2
2,4
2,5
0,8
1,6
2,0
0,9
2,9
5,0
1,7
1,9
1,6
2,2
0,7
1,8
0,8
4,8
5,0
3,9
4,0
3,0
5,9
3,2
4,8
4,3
5,9
5,9
4,2
5,6
5,8
7,3
4,5
5,5
–5,0
–5,1
–3,7
–3,3
–12,2
–1,0
–2,8
–7,2
–4,1
–4,2
–8,0
–0,4
–0,5
–3,2
–0,2
–4,6
–9,3
0,6
0,5
1,0
0,6
2,2
2,6
–1,1
–0,1
0,4
3,3
1,3
–0,7
1,1
0,8
0,9
1,5
0,8
Comunica- Ocio
Medicina Transporte
ciones y cultura
3,8
2,7
4,2
5,7
3,6
1,4
1,7
1,7
1,9
6,4
3,0
1,5
0,4
3,4
–
1,5
5,0
2,6
2,4
1,9
2,8
5,8
2,9
2,9
1,1
2,6
4,1
3,1
1,8
2,5
3,8
1,4
2,6
1,4
Hoteles,
cafés
Enseñanza y restaur.
CUADRO I-25
ÍNDICE DE PRECIOS AL CONSUMO ARMONIZADO POR GRUPOS
(Tasas de variación interanual)
2,0
1,9
2,7
2,3
1,4
2,7
3,7
1,6
3,3
4,1
2,8
0,5
2,8
2,7
1,2
1,0
1,9
Otros
1,7
1,7
1,2
1,2
2,4
3,1
1,7
2,3
2,1
3,9
1,9
1,4
2,2
2,8
2,1
1,7
1,4
Tasa de
variación
anual por
países
MEMORIA 1999
En tercer lugar, la convergencia en los niveles de precios derivada de la integración de los mercados gracias a la Unión
Económica y Monetaria y la trasnparencia de los precios daría
lugar a arbitraje en el comercio intra-UE limitando notablemente
el mantenimiento de diferentes precios entre los Estados miembros. Para llegar a esta convergencia o reducción de los diferenciales de precios, podría aumentar temporalmente los
diferenciales de inflación, puesto que, suponiendo que se converge a un nivel de precios medio, el ritmo de crecimiento de los
precios sería mayor para los países cuyos productos tradicionalmente han mostrado los precios más bajos.
En cuarto lugar, en línea con el anterior, se podrían explicar los
diferenciales de inflación a través de la hipótesis de BalassaSamuelson72. La convergencia de la productividad y de los niveles
de vida de los países euro llevará a la convergencia de precios,
incluso de los bienes no comercializables como podrían ser la
vivienda o los servicios, por lo que al igual que con los bienes
comercializables, esta convergencia en el nivel de precios podría
elevar temporalmente los diferenciales de inflación.
En quinto y último lugar, aunque exista una delegación completa de la política monetaria y haya desaparecido la política cambiaria, todavía existe un margen de discrecionalidad que podría
repercutir en el índice de precios a través de cambios en la imposición indirecta, en medidas de liberalización y de aumento de la
competencia y vía variaciones de precios administrados.
72
El enfoque Balassa-Samuelson parte del supuesto de que el progreso
tecnológico tiene efectos diferentes sobre la productividad sectorial; por tanto,
afectará más a los bienes comercializables (bc), caracterizados por su apertura a la
competencia exterior y por ser intensivos en capital, que a los bienes no
comercializables (bnc), menos expuestos a la competencia e intensivos en factor
trabajo. Los incrementos en productividad serán mayores en el sector de bc y,
como sus precios vienen fijados desde el exterior, las ganancias de productividad
se reflejarán básicamente en los salarios nominales. Suponiendo que los salarios
nominales, determinados domésticamente, crecen de modo similar para los dos
sectores, el sector de bnc sólo podría acomodar sus menores incrementos de
productividad incrementando sus precios. En consecuencia, se concluye que la
inflación de los bnc será mayor en los países donde crezca más la productividad
de los bc, y puesto que la inflación de estos bc es igual entre países, serán estos
países los que tengan mayores tasas de inflación.
104
PANORAMA ECONÓMICO
CUADRO I-26
MEDIDAS PARA COMBATIR LA INFLACIÓN EN 1999
RDL 6/1999, de 16 de abril de Medidas Urgentes de Liberalización
e Incremento de la Competencia. Principales medidas
Fedatarios públicos y colegios profesionales:
• Se rebajan en un 25 por 100 los costes arancelarios de notarios y registradores de la propiedad en los préstamos con garantía hipotecaria y en la compraventa de viviendas.
• Se modifica la legislación existente sobre notarios y registradores para poder aplicarles
la Ley 52/1999, de 28 de diciembre, de reforma de la Ley 16/1989, de 17 de julio, de
Defensa de la Competencia.
Sector energético:
• Se reduce la tarifa eléctrica en un 1,5 por 100, rebaja que se añade al 2,5 por 100 rebajado por el RD 2821/1998.
• Se adelantan los umbrales de liberalización del sector eléctrico.
• Se disminuyen los niveles de consumo de hidrocarburos gaseosos requeridos para ser considerado consumidor cualificado y se establece su completa liberalización para el 2008.
• Se reduce el periodo de exclusividad de distribución de gas natural para una zona geográfica concedido a los distribuidores autorizados por la Ley 34/1998, de 7 de octubre,
sobre el Sector de Hidrocarburos.
Telecomunicaciones:
• Se establecen reducciones de precios en los servicios de telecomunicaciones y medidas
de fomento de la competencia en telefonía móvil.
Medicina:
• Disminuye el margen de distribución de las especialidades farmacéuticas para los
mayoristas hasta el 1,5 por 100.
Autopistas:
• Se prevé la reducción de las tarifas abonadas por los usuarios de las autopistas de peaje
en un 7 por 100.
Navegación aérea:
• Se abre la posibilidad de ocupar el puesto de comandante de aeronave a cualquier ciudadano de la UE y se regulan las responsabilidades de dicho puesto.
Defensa de la Competencia:
• Introduce la notificación obligatoria de concentraciones adelantando parte del contenido
de la nueva Ley de Defensa de la Competencia (Ley 52/1999).
RDL 16/1999, de 15 de octubre, por el que se adoptan medidas para combatir la
inflación y facilitar un mayor grado de competencia en las telecomunicaciones.
Principales medidas
• Se reducen los precios de los servicios de telecomunicaciones prestados por Telefónica,
que comenzaron a aplicarse antes del 1 de noviembre de 1999.
• Se establecen medidas para el reequilibrio tarifario de Telefónica, a través de un nuevo
marco regulatorio de precios máximos basado en un modelo de límites máximos de precios anuales y de un aumento de la cuota fija de abono mensual, que entrarían en vigor
el 1 de agosto del 2000.
• Se establece el calendario para implantar los mecanismos de preasignación de operador.
• Se pretende garantizar la continuidad en la prestación del servicio portador de televisión,
servicios que se prestarán en régimen de libre concurrencia finalizado el plazo de 10 años
establecido en la Ley General de Telecomunicaciones (Ley 11/1998, de 24 de abril).
• Se establecen las compensaciones al Ente Público Televisión Española por los bienes y
derechos que se transfirieron a la Entidad Pública Empresarial Red Técnica Española de
Televisión.
Fuente: Elaboración propia.
105
MEMORIA 1999
Sólo en estos últimos ámbitos podrían las autoridades españolas
actuar para controlar la inflación, en particular a través de la liberalización, desregulación y/o regulación de determinados sectores
protegidos de la competencia. Durante 1999 se introdujeron una
serie medidas con dicho objetivo, pero cuyo balance a finales de
ejercicio revela que hasta el momento han resultado poco eficaces.
Medidas contra la
inflación
El primer conjunto de instrumentos, previsto por el RDL 6/1999,
de 16 de abril, de Medidas urgentes de liberalización e incremento de
la competencia, establecía una batería de medidas que trataban, originalmente, de provocar un impacto positivo tanto sobre el nivel de
precios como sobre las condiciones de la competencia en España.
Los ámbitos afectados por dicho Real Decreto fueron los fedatarios públicos y colegios profesionales, sector energético, telecomunicaciones, medicina, autopistas, navegación aérea y defensa de
la competencia (cuadro I-26).
Mayor eficacia parecen haber tenido las medidas introducidas
por el RDL 16/1999, de 15 de octubre, por el que se adoptaron una
serie de directrices para combatir la inflación y facilitar un mayor
grado de competencia en las telecomunicaciones. De este modo, el
índice de precios en el que se recoge la variación en el precio del
servicio de telecomunicaciones (Transporte público y comunicaciones) mostró valores negativos en su tasa interanual de crecimiento
para los meses de noviembre y diciembre. Estas medidas trataban
de facilitar una adecuada política tarifaria y el progresivo abaratamiento de los precios de las llamadas telefónicas (cuadro I-26).
5.3. ANÁLISIS DE LOS AGREGADOS MONETARIOS EUROPEOS
Y DE LAS CONDICIONES FINANCIERAS ESPAÑOLAS
Hasta el inicio de la tercera fase de la Unión Económica y
Monetaria, el análisis de los diferentes agregados monetarios nacionales revelaban cierta información sobre evolución a corto plazo del
gasto nominal y de la inflación en cada Estado miembro. Sin embargo,
la política monetaria única no podrá evaluarse siguiendo criterios
estrictamente nacionales, puesto que la estrategia monetaria estará diseñada para un marco comunitario; de este modo, los únicos agregados
monetarios y crediticios relevantes para definir la estrategia monetaria
única serán los que se han definido para el conjunto de la zona euro.
106
PANORAMA ECONÓMICO
A finales de 1998, el Consejo de Gobierno del Banco Central
Europeo definió la estrategia de política monetaria a seguir desde
enero de 1999; el objetivo principal de las autoridades monetarias
comunitarias sería la estabilidad de precios. Para el logro de este
objetivo, el BCE anunció que vigilaría el denominado “primer
pilar” de la Política monetaria única, es decir, la evolución del
agregado M3 que debería respetar un valor de referencia del 4,5
por 100 sobre la base de medias móviles de tres meses de las tasas
de crecimiento interanual.
En diciembre de 1999, la tasa de crecimiento interanual del
agregado monetario amplio M3 ascendía a 6,4 por 100, superando
en 1,8 puntos porcentuales la tasa de crecimiento interanual que
dicho agregado mostró en diciembre de 1998; la tasa media trimestral interanual se situó, en diciembre de 1999, en el 6,1 por 100,
superando en 1,6 puntos porcentuales el valor de referencia establecido por el BCE.
Las cifras presentadas por el Banco Central Europeo revelan
que, una vez descontado el posible “efecto de base”73 que se haya
podido producir, M3 se desvió reiteradamente, a lo largo de 1999,
del valor de referencia fijado en diciembre de 1998, constituyendo
así un factor de riesgo considerable en términos de estabilidad de
precios en el medio plazo.
Desagregando por componentes destacó el aumento del efectivo
en manos del público a finales de 1999 como consecuencia de la
incertidumbre generada por el cambio de siglo y el denominado
“efecto 2000”, ya que provocó un aumento de la demanda de billetes por “motivo precaución” en la zona euro. Esta circunstancia,
junto con la elevación de los tipos de interés a corto plazo en
noviembre de 1999, supuso una ralentización en la demanda de
depósitos a la vista y los depósitos a corto plazo, reflejando el coste
de oportunidad que supone mantener este tipo de instrumentos. El
análisis de las contrapartidas de M3 permite observar una expansión
del crédito a los residentes de la Unión Económica y Monetaria del
Aumentó la
demanda de
liquidez por el
efecto 2000
73
La trayectoria seguida por M3 a finales de 1999 se explica en parte por los
denominados “efectos de base”, que afectan en general a las tasas de crecimiento
interanuales medidas en términos intermensuales no desestacionalizados. Es decir,
la contracción que experimentó M3 en diciembre de 1998, originada por la
107
MEMORIA 1999
8,2 por 100 en términos interanuales, en particular del crédito otorgado al sector privado, que aumentó un 10,5 por 100, frente al concedido a las Administraciones Públicas, que creció un 1,8 por 100.
Aunque se podría calcular la evolución de la contribución española al crecimiento de los agregados monetarios europeos, así
como sus tasas de crecimiento interanual, no se considera un análisis esencial por diversas razones74. En primer lugar, no se puede
extrapolar desde el ámbito europeo al ámbito nacional la relación
existente entre los agregados monetarios de la zona euro y las
variables de gasto agregadas a nivel comunitario; en segundo lugar,
los balances de las Instituciones financieras monetarias (IFM) de los
que se extrae la información sobre los agregados monetarios y crediticios no permiten conocer en su totalidad las respuestas de las
familias y las empresas a los impulsos monetarios provocados
por la política monetaria única y, finalmente, dentro de la contribución española al agregado M3 se incluyen los préstamos de las IFM
españolas a los residentes de otros países comunitarios que no explican la evolución de las variables económicas nacionales.
El estudio de la evolución de los agregados monetarios nacionales, elemento que servía de análisis del comportamiento financiero de
los agentes residentes en España hasta 1999, parece, entonces, haber
perdido significado en el nuevo contexto de un área monetaria única.
En consecuencia, a la hora de aproximarse a dicho comportamiento
financiero habrá que recurrir al análisis de los flujos financieros de la
economía española, a través del estudio de sus cuentas financieras,
que se convierten así en el instrumento más adecuado para observar,
desde una perspectiva financiera, los efectos que la política monetaria
común tiene sobre los agentes residentes en lo relativo a sus decisiones
de ahorro, inversión, endeudamiento o gasto. Desde 1990 el Banco de
España publica anualmente las cuentas financieras de la economía
española; sin embargo, desde la adhesión de España a la Unión
Económica y Monetaria esta estadística ha recobrado interés, por lo que
a principios de 1999 se ha procedido a publicar dichas cuentas financieras con carácter trimestral (cuadro I.27).
incertidumbre existente acerca de los efectos en los mercados financieros de
la introducción del euro, explica parte del aumento de la tasa de crecimiento
interanual de M3 en diciembre de 1999.
74
Banco de España, “Análisis de las magnitudes monetarias dentro de la
UEM”, Boletín Económico, junio 1999.
108
PANORAMA ECONÓMICO
CUADRO I-27
FINANCIACIÓN NETA OTORGADA/RECIBIDA POR SECTORES
INSTITUCIONALES, 1990-1999
(Porcentajes sobre el PIB)
1999 1999 1999
I
II
III
0,9 –0,6 –1,0
Conceptos
1990 1991 1992 1993 1994 1995 1996 1997 1998
Operaciones financieras netas
–3,5
–3,1
–3,0
–0,5
–0,9
1,1
1,3
1,5
0,9
1,6
1,6
1,7
0,4
1,1
1,4
0,9
0,7
0,7
0,9
1,4
1,3
–0,2 –0,1
Instituciones de crédito
Banco de España
0,5
0,3
0,2
–0,7
–0,5
0,4
–0,2
–0,7
0,4
0,0
Otras instituciones monetarias
1,0
1,3
1,3
0,9
1,4
0,9
1,0
0,7
0,9
1,5
1,0
1,2
0,2
0,0
0,2
0,2
0,2
0,1
0,1
0,1
0,0
0,1
0,1
0,1
Empresas de seguros
Otras instituciones de crédito
–0,1
–0,1
–0,1
0,0
0,0
0,0
0,3
0,1
0,1
–0,1
0,1
0,1
Administraciones Públicas
–4,3
–4,5
–4,1
–7,0
–6,4
–7,0
–4,5 –2,4
–1,7
–1,2
–1,2
1,2
Administración Central
–3,4
–2,5
–2,9
–6,3
–5,2
–6,1
–3,4 –2,0
–1,4
–4,0
–1,9
0,3
Administraciones Territoriales
–1,0
–1,6
–1,1
–1,3
–1,0
–0,6
–0,6 –0,2
–0,2
0,3
–1,3
1,9
0,1
–0,3
–0,1
0,5
–0,2
–0,3
–0,4 –0,2
–0,1
2,5
1,9
–1,0
3,1
1,7
1,3
–0,9
–3,6
–0,7 –0,7
–1,0
1,9
–1,4
–4,0
2,8
–0,6
0,5
0,5
Administraciones de la SS
Empresas no financieras y familias –0,7
Empresas no financieras
Familias e IPSFL
0,0
–0,5
6,2
4,4
6,7
–4,4
–6,0
–5,9
–1,4
–0,8
–0,3
3,7
5,9
5,5
7,5
5,2
6,9
4,5
5,2
3,8
Fuente: Banco de España, Cuentas Financieras Trimestrales de la Economía Española, enero 2000.
A lo largo de 1999, a falta de información sobre el cuarto
trimestre, se ha observado cómo se ha pasado a un ahorro neto
negativo de la economía española en su conjunto, derivado fundamentalmente del empeoramiento del ahorro privado, en particular a
la escasa frugalidad de las empresas no financieras que se beneficiaron de un entorno de bajos tipos de interés, que no ha podido ser
compensada por la mejora en el ahorro financiero del sector de las
Administraciones Públicas.
Disminuyó el
ahorro privado
En el tercer trimestre de 1999, el desahorro financiero de la economía española ascendía a un 1 por 100 del PIB frente al ahorro financiero del 1,4 por 100 que se presentaba en el último trimestre del año
1998. Se rompe, por tanto, la tendencia que venía mostrando la actividad financiera española desde 1995, pasando de nuevo a registrar un
ahorro financiero neto negativo frente al resto del mundo.
Por sectores, destacó la mejora en la situación financiera neta de
las Administraciones Públicas que mostró un superávit en el tercer
109
MEMORIA 1999
trimestre, ocasionado por el notable descenso de los créditos otorgados a las Administraciones Territoriales. Por otra parte, se observa un empeoramiento en la situación financiera de “empresas no
financieras y familias”, destacando el descenso que en el tercer trimestre de 1999 experimenta la inversión de las familias en los fondos de inversión75, así como el aumento del pasivo de las empresas
bajo la forma de emisión de obligaciones y, sobre todo, acciones.
5.4. LOS TIPOS DE INTERÉS TOCARON SUELO
Durante 1999 se produjeron cambios importantes en los mercados monetarios y de valores españoles. El paso a la tercera fase de
la Unión Económica y Monetaria ha supuesto la completa integración de los mercados interbancarios de depósitos de los países integrantes de la Unión, por lo que no es posible, a finales de 1999,
hablar de un mercado monetario español. Por otra parte, los rendimientos de los títulos de deuda de los diferentes Estados miembros
de la Unión Económica y Monetaria han convergido, mostrando
entre sí, además, diferenciales muy reducidos y estables en términos nominales. No obstante, en términos reales, la mayor inflación
diferencial de la economía española resultó en un menor atractivo
de sus emisiones públicas en los mercados domésticos.
Efectos de la
política monetaria
única
El inicio de una política monetaria única para los once países
de la zona euro introdujo importantes cambios en la determinación
de los tipos de interés oficiales para los títulos de deuda pública.
La evolución de la inflación en España desde los primeros meses
del año habría justificado una flexión al alza de los tipos de interés; sin embargo, esta decisión ahora centralizada en las manos del
BCE no fue tomada hasta noviembre (gráfico I-11). Bajo estas circunstancias, se observó que en octubre el tipo de interés real
alcanzó un valor próximo a cero, y que de persistir esta situación
inflacionista, acompañada siempre por la incertidumbre sobre la
actuación del BCE, se podría haber llegado a tipos de interés
negativos, lo que a su vez habría operado en contra de la lucha
contra la inflación.
75
Desde junio de 1999 se inició una fuerte salida de inversión en este tipo de
fondos, provocado por el descenso de los tipos de interés y la caída de las
rentabilidades de los fondos monetarios y de renta fija. Los productos más
afectados por esta huida fueron los de renta fija, los FIAMM y los garantizados.
110
PANORAMA ECONÓMICO
GRÁFICO I-11
TIPOS DE INTERÉS DE INTERVENCIÓN E INFLACIÓN
EN ESPAÑA, 1997-1999
7
Tipo de interés
6
Inflación
5
4
3
2
1
0
E F M A M J J A S O N D E F M A M J J A S O N D E F M A M J J A S O N D
1997
1998
1999
Fuente: Banco de España, Boletín Económico.
El tipo de interés de intervención que antes de 1999 era el tipo
de interés marginal (media mensual) de la subasta decenal del
Banco de España, y que desde enero de 1999 es el tipo de las
subastas semanales de las operaciones principales de financiación
del BCE, inició y finalizó el ejercicio en un 3,0 por 100, llegando
al 2,5 por 100 en los meses centrales del año (gráfico I-11).
Los tipos de interés reales76 a tres meses, que son los tipos más
relevantes en la decisión de gasto de los agentes económicos, mostraron un notable descenso pasando del 2,45 por 100 en 1998 a un
0,64 por 100 en 1999; el bajo precio del dinero explicaría el notable aumento del endeudamiento de las economías domésticas.
76
Tipo de interés del mercado interbancario (euribor) a 3 meses deflactado por
el IPC medio anual.
111
MEMORIA 1999
No obstante, los tipos de interés de medio y largo plazo, por su
parte, sí adelantaron las subidas futuras en el precio del dinero, lo que
llevó a una elevación de la pendiente de la curva de rendimientos77.
Las Obligaciones del Estado a 10 años pasaron de ofrecer un interés
del 3,9 por 100 en enero de 1999 a un 5,4 por 100 a finales del ejercicio. El diferencial entre la rentabilidad de la deuda española a 10
años con la alemana volvió a reducirse en 1999 pasando a estar como
media del periodo en 23 puntos básicos; esta reducción en el diferencial se debió fundamentalmente a la adopción de la misma divisa de
emisión, explicándose la persistencia del diferencial por aspectos
como la calidad crediticia de los emisores nacionales o el grado de
liquidez de estas emisiones. No obstante en términos reales, es decir,
una vez descontada la inflación, los tipos de interés de la deuda a
largo plazo se situaron por debajo de las rentabilidades a largo plazo
de algunos de nuestros socios de la zona euro (cuadro I-28). Surgiría
entonces la duda de si los diferenciales de inflación justificarían nuevamente la existencia de primas de riesgo entre las emisiones de
deuda pública de los diferentes Estados miembros de la zona euro.
CUADRO I-28
TIPOS DE INTERÉS REALES DE ESPAÑA, ALEMANIA
Y FRANCIA, 1991-1999
Tipo a corto plazo (1)
Tipo a largo plazo (2)
Años
Alemania
Francia
España
Alemania
Francia
España
1991
1992
1993
1994
1995
1996
1997
1998
1999
5,5
4,4
2,7
2,6
2,5
1,7
1,6
2,5
2,3
6,3
7,7
6,2
4,0
4,6
1,8
2,1
2,7
2,3
7,3
7,4
7,1
3,3
4,7
4,0
3,4
2,4
0,6
4,9
2,9
2,0
4,2
5,0
4,7
3,9
3,6
3,9
5,8
6,2
4,7
5,5
5,7
4,3
4,4
3,9
4,0
6,6
6,7
5,5
4,6
6,2
5,2
4,4
3,0
2,4
(1) Medias anuales de los tipos del interbancario a 3 meses, deflactados por el IPC medio anual.
(2) Medias anuales de los tipos de interés de la deuda a 10 años, deflactados por el IPC medio anual.
Fuente: Elaboración propia a partir de datos del Banco de España y del Ministerio de Economía.
77
El aumento de la pendiente de la curva de rendimientos puede indicar una
revisión al alza de las expectativas inflacionistas de los agentes, caso para el cual
sería necesario una contracción monetaria, o una mejora de las expectativas de
aumento de la productividad del capital, que llevaría a mayores tipos de interés, o
incluso una contracción monetaria dotada de la suficiente credibilidad.
112
PANORAMA ECONÓMICO
Por último, respecto al comportamiento de los mercados de
renta fija privada durante 1999, éstos observaron una clara expansión gracias al desplazamiento de la demanda hacia activos de
mayor riesgo respecto a las emisiones públicas y a la disminución
de las necesidades de financiación de las Administraciones
Públicas. El rendimiento medio del mercado secundario de las obligaciones privadas a más de dos años ascendió en términos nominales a un 4,64 por 100, claramente por encima de las rentabilidades
medias, igualmente en el mercado secundario, de la Deuda del
Estado a tres y cinco años (3,68 y 4,06 por 100, respectivamente).
Los mercados españoles de renta variable registraron una desaceleración en el ritmo de revalorización que había venido siendo
vigoroso desde 1996. La evolución de las cotizaciones responde a
dos factores contrapuestos en sus efectos; por un lado, la mejoría
del entorno económico internacional junto con las perspectivas de
recuperación de la zona euro promovieron una visión positiva en
cuanto a la realización de beneficios por parte de las empresas cotizantes; por otra parte, la flexión al alza de los tipos de interés influyó negativamente en la cotización bursátil de las empresas por dos
razones fundamentalmente: la mayor atracción de la renta fija frente a la variable y el impacto negativo que una elevación en el precio oficial del dinero ejerce sobre los beneficios futuros de las
empresas endeudadas.
Menor
revalorización
bursátil
El índice general de la Bolsa de Madrid se situó en 1.008,5 a
finales de 1999, lo que supuso una revalorización del 16,2 por 100,
claramente por debajo de las revalorizaciones bursátiles del resto de
bolsas españolas; Barcelona alcanzó una revalorización de su índice
de un 23,2 por 100, seguida de la Bolsa de Bilbao con un 21,4 por
100 y de Valencia con un 18,4 por 100. No obstante, el crecimiento
en las cotizaciones fue, tal y como revelan los índices sectoriales de
la Bolsa de Madrid, muy dispar según la actividad que se considere;
de este modo, fueron los sectores de comunicaciones y petróleo y
químicas los que mostraron mayores avances en sus cotizaciones,
un 86,6 y un 41,9 por 100, respectivamente. Por su parte, los sectores construcción y electricidad sufrieron notables descensos en sus
cotizaciones del 26,3 y el 12,1 por 100, respectivamente. La asimetría en el comportamiento sectorial tuvo igualmente su efecto en el
balance del IBEX-35, que cerró con una revalorización del 18,3 por
100, lo que le llevó a alcanzar un máximo histórico que de no haber
113
MEMORIA 1999
sido por el comportamiento extraordinario de los valores de mayor
capitalización bursátil78 no se habría producido.
“Nuevo mercado”
para empresas de
alta tecnología
En línea con los acontecimientos vividos a finales de 1999 protagonizados por valores de comunicación, informáticos y de tecnologías de la información79, se aprobó la Orden Ministerial de 22 de
diciembre para crear un segmento especial de negociación en las
Bolsas de Valores denominado “nuevo mercado”, respondiendo a
las necesidades de financiación de las empresas de alta tecnología
o de alto potencial de crecimiento80. Este “nuevo mercado” bursátil
abriría una oportunidad para compañías cuyas actividades de alto
crecimiento vienen acompañadas por un elevado riesgo difícil de
encajar en los estrechos márgenes de oscilación de valores de la
Bolsa tradicional.
Por último, entró en vigor la Ley del Mercado de Valores 37/1998,
de 16 de noviembre, que establecía la apertura de los mercados españoles de valores a la competencia internacional y la adopción de las
directivas comunitarias relativas a la instauración de un mercado
único en este ámbito. A principios del año 2000 se iniciará la preparación del proyecto de construcción de un mercado paneuropeo bajo la
forma de una plataforma única de negocio para valores europeos. De
este modo, en el primer semestre se adaptarán las normas de contratación y los calendarios de las bolsas participantes, entre las que se
encuentra la de Madrid y previsiblemente en noviembre de dicho año
se pondrá en marcha el mercado paneuropeo.
5.5. EL EURO SE DEPRECIA EN SU PRIMER AÑO DE VIDA
El paso a la tercera fase de la Unión Económica y Monetaria
supuso la desaparición definitiva de la peseta como moneda nacional, pasando ésta a ser una subdivisión del euro. Desde ese
78
Estos valores son los de Telefónica, BSCH, BBVA y Repsol, que mostraron
una rentabilidad acumulada a 13 de diciembre de 1999 de 86,5, 32,5, 5,7 y 48,8
por 100, respectivamente. En conjunto representan, a 13 de diciembre de 1999, un
50 por 100 de la capitalización total del IBEX-35.
79
Sirvan de ejemplo la espectacular revalorización de Terra, empresa filial de
Telefónica vinculada a Internet, o de TPI-Páginas Amarillas.
80
El 9 de febrero de 2000 se aprobó la circular de la Comisión Nacional del
Mercado de Valores por la que se establecen las condiciones particulares de
admisión y permanencia del “Nuevo Mercado”.
114
PANORAMA ECONÓMICO
momento, el seguimiento de la capacidad competitiva nominal de
España se realizará a través del análisis de la evolución del tipo
de cambio del euro en los mercados internacionales.
Esta cesión de soberanía sobre nuestra política cambiaria, supondría que a partir de ahora, los desequilibrios externos de la economía
española no se podrían compensar con variaciones en la cotización
de la peseta, de ahí la necesidad de seguir de cerca y, en lo posible,
controlar tanto la evolución de la demanda externa como los niveles
de inflación dentro de nuestras fronteras. La situación de la economía española, desde enero de 1999, es parecida a la existente hasta
ahora para las diferentes economías regionales que han desarrollado
su actividad en un entorno donde las decisiones de política monetaria y cambiaria eran tomadas por las autoridades nacionales.
Cualquier decisión cambiaria respecto a la cotización del euro
recaería, a partir de la entrada en la tercera fase de la Unión
Económica y Monetaria, sobre el BCE. No obstante, la autoridad
monetaria europea repitió de forma reiterada, a lo largo de 1999,
que sus decisiones de política monetaria no estarían nunca influidas por la evolución del tipo de cambio del euro en los mercados
internacionales de divisas.
Desde el inicio de la tercera fase de la Unión Económica y
Monetaria la cotización del euro en los mercados internacionales se
depreció de forma continuada, sobre todo frente al dólar americano,
mostrando sólo un leve repunte en los meses centrales del año (gráfico I-12). A principios del ejercicio se compraba 1 euro con 1,16 dólares situación que cambió radicalmente a finales de año cuando ambas
divisas alcanzaron la paridad81, es decir, el euro se depreció frente al
dólar un 13,7 por 100 durante 1999. De igual modo, a lo largo del
ejercicio, el euro perdió un 10,8 por 100 de su valor frente a la libra
esterlina y un 24,5 por 100 frente al yen. Tanto la economía norteamericana como la británica parecen haberse situado en un ciclo más
avanzado que el de la zona euro, por lo que sus divisas experimentaron las consecuencias de las elevaciones de los tipos de interés que en
ambas economías se llevaron a cabo para sofocar la demanda interna.
Depreciación
continuada
del euro
81
La cotización del euro frente al dólar siguió descendiendo en los primeros
meses del año 2000, pasando en febrero a estar el euro por debajo de la paridad
con el dólar.
115
MEMORIA 1999
GRÁFICO I-12
COTIZACIÓN DEL EURO FRENTE AL DÓLAR, AL YEN
Y A LA LIBRA ESTERLINA,
ENERO 1999-FEBRERO 2000
(En unidades monetarias por euro. Medias de cada periodo)
Yen
Dólar americano
1,2
140
1,15
130
Libra esterlina
0,72
0,7
0,68
1,1
120
0,66
1,05
110
0,64
1
0,62
100
0,95
0,6
Ene.-00
Nov.-99
Jul.-99
Sep.-99
May.-99
Ene.-99
0,56
Mar.-99
Ene.-00
Sep.-99
Nov.-99
Jul.-99
May.-99
Ene.-99
0,58
Mar.-99
Ene.-00
Nov.-99
Jul.-99
Sep.-99
80
May.-99
0,85
Ene.-99
90
Mar.-99
0,9
Fuente: Ministerio de Economía.
Efectos
contradictorios
de la depreciación
del euro
116
Resulta interesante, por consiguiente, exponer los posibles efectos que la depreciación mostrada por el euro podría tener sobre las
perspectivas de crecimiento y de inflación de la zona euro.
Respecto al crecimiento económico, los países más beneficiados de
la debilidad de la moneda única serían aquellos cuyas exportaciones se dirigen principalmente hacia economías no pertenecientes a
la Unión Económica y Monetaria. Sin embargo, tal y como se
expuso en el apartado cuatro de este capítulo, los resultados en términos de déficit comercial de esta depreciación continuada dependerán de la elasticidad-precio que presenten tanto exportaciones
como importaciones. Por otra parte, esta debilidad del valor externo del euro pone en peligro el mantenimiento de la estabilidad de
precios, y de hecho, fue considerada como una de las variables
entre las múltiples que tuvo en cuenta el BCE para la elevación de
tipos a finales de 1999, aunque, como ya se ha indicado, el BCE ha
manifestado en numerosas ocasiones que no intervendrá en los
mercados en defensa de la moneda única.
PANORAMA ECONÓMICO
6. SECTOR PÚBLICO: MAYOR REDUCCIÓN DEL DÉFICIT
PÚBLICO
El ejercicio presupuestario de 1999 se ha caracterizado, en el
marco del proceso de consolidación del Presupuesto iniciado en
1996, por la reducción del déficit de las Administraciones Públicas
hasta un mínimo histórico. En efecto, los datos completos del conjunto de las Administraciones Públicas arrojan un déficit en términos de contabilidad nacional de 1,04 billones, cifra que supone una
disminución del 53,1 por 100 respecto al ejercicio del año anterior,
y que equivale al 1,1 por 100 del Producto Interior Bruto (PIB).
Este porcentaje, inferior en 1,5 puntos al dato de 1998, mejora el
objetivo inicial previsto por el Gobierno (1,6 por 100), y permite
reducir en mayor cuantía la necesidad de financiación de las cuentas públicas.
La desagregación del dato final muestra un déficit de la
Administración Central equivalente al 1,1 por 100 del PIB, engrosado
con el 0,22 por 100 de las Administraciones Territoriales, que mantienen un déficit semejante al de 1998, y parcialmente compensado por
el superávit registrado en las Administraciones de la Seguridad
Social, que asciende al 0,21 por 100 del PIB (cuadro I-29).
El déficit de caja
Con carácter general, esta positiva evolución ha sido posible por
la reducción de los gastos corrientes y el aumento de los ingresos
del Estado. El dinamismo demostrado por la economía, la reducción del desempleo y la afloración de una parte de la economía
sumergida tras la aplicación de los novedosos criterios contables
(SEC-95), ya comentados en páginas anteriores, han contribuido a
dicha tendencia. La reducción del déficit en 1,5 puntos porcentuales
sobre el dato del ejercicio anterior (2,6 por 100), obedece en cuatro
décimas al aumento de los ingresos fiscales, especialmente por el
comportamiento del Impuesto sobre el Valor Añadido (IVA), mientras que las once décimas restantes provienen de la disminución de
los gastos corrientes del Estado, entre los cuales cabe destacar el
descenso en el gasto por prestaciones sociales motivado por la
merma del número de desempleados. De este modo, los recursos no
financieros de las Administraciones Públicas en 1999, tras registrar
un crecimiento del 8,1 por 100, ascendieron a 37,24 billones (40,0
por 100 del PIB), y los empleos a 38,28 billones (41,0 por 100 del
PIB) como consecuencia de su crecimiento en un 4,3 por 100.
La Seguridad
se redujo un
53,1 por 100
Social registra
superávit
117
MEMORIA 1999
CUADRO I-29
NECESIDAD DE FINANCIACIÓN POR SUBSECTORES, 1998-1999
(En miles de millones de pesetas y tasas de variación interanual)
1998
1999
Conceptos
m.m.
Administración Central
–1.875,1
–2,2 –1.036,7
–1,1
–44,7
Estado
–1.919,2
–2,2 –1.086,8
–1,2
–43,4
0,1
13,6
Organismos de la Administración Central
Administraciones Seguridad Social
% PIB
44,1
0,1
m.m.
99-98
50,1
% PIB % Var.
–62,5
–0,1
196,4
0,2
–
Administraciones Territoriales
–296,5
–0,3
–206,6
–0,2
–30,3
Comunidades Autónomas
–266,2
–0,3
–199,7
–0,2
–25,0
–30,3
0,0
–6,9
0,0
–77,2
–1,1
–53,1
Corporaciones Locales
Administraciones Públicas
–2.234,1
–2,6 –1.046,9
PIB utilizado
86.968,5
93.068,3
Fuente: IGAE.
En 1999, las magnitudes presupuestarias se han cuantificado
con los criterios establecidos por el nuevo Sistema europeo de
cuentas (SEC-95), y la aplicación de éstos ha dado lugar a diferencias cuantitativas singulares, que han supuesto un incremento del
déficit, en su cálculo hacia atrás82, en los años 1996, 1997 y 1998.
Hay que señalar que las Administraciones Territoriales se han
visto más perjudicadas debido a los cambios metodológicos relativos al criterio de delimitación del sector de Administraciones
Públicas.
6.1. LA LIQUIDACIÓN DEL PRESUPUESTO DEL ESTADO PARA 1999
En términos de caja, las cifras de ejecución del Presupuesto no
financiero del Estado para 1999 muestran un descenso del déficit
inferior en 364 mil millones a las previsiones iniciales, evolución
que implica una reducción del 5,1 por 100 respecto al año anterior,
propiciada por un aumento de los ingresos del 4,8 por 100 y del
gasto, de seis décimas menos, del 4,2 por 100 (cuadro I-30). Esta
trayectoria no anticipada ha permitido que el Estado registre un
82
El Reglamento aprobado establece la obligación, a efectos estadísticos y
comparativos, de calcular los datos de déficit de los ejercicios anteriores aplicando
los criterios homogéneos del SEC-95.
118
PANORAMA ECONÓMICO
CUADRO I-30
DÉFICIT (–) O SUPERÁVIT (+) DE CAJA NO FINANCIERO
(En miles de millones de pesetas y tasa de variación)
Conceptos
Ingresos no financieros
Impuestos
Otros ingresos
Ingresos sin clasificar
Pagos no financieros
Operaciones corrientes
Operaciones de capital
Pagos sin clasificar
Déficit (–) de caja no financiero
Pagos por intereses
Saldo primario
1998
1999
(%) Var
17.519,0
14.471,4
3.015,2
32,4
18.633,4
16.680,2
1.968,7
–15,5
–1.114,4
3.333,6
2.219,2
18.364,0
15.767,3
2.579,9
16,8
19.421,3
17.401,8
2.019,5
–
–1.057,3
3.178,0
2.120,7
4,8
9,0
–14,4
–48,1
4,2
4,3
2,6
–
–5,1
–4,7
–4,4
Fuente: IGAE.
superávit primario de caja83 que asciende a 2,12 billones, es decir,
el 2,4 por 100 del PIB.
La coyuntura favorable ha contribuido a generar ahorro por operaciones corrientes por valor de 660 mil millones que, sumados a
los ingresos de capital, posibilitaron la financiación, en una cuantía
que supera el 48,0 por 100, de las operaciones de capital, de tal
modo que la diferencia entre el conjunto de gastos de capital del
Estado (2,01 billones) y el déficit de caja (1,05 billones) se amplía
en un 12,6 por 100 con respecto a 1998, verificándose el cumplimiento de la denominada regla de oro del Presupuesto84.
Se cumple la
regla de oro del
presupuesto
6.1.1. Ingresos no financieros
Durante el año 1999, la recaudación impositiva total ha crecido
un 9,0 por 100, y cabe destacar que los ingresos generados por los
impuestos indirectos superaron la aportación de los gravámenes
directos. La trayectoria ascendente seguida por los ingresos derivó
en el crecimiento de la presión fiscal en cinco décimas sobre el
PIB (34,7 por 100), sin menoscabo de la carga fiscal individual,
que ha disminuido como consecuencia de la reforma del IRPF y
83
El dato primario descuenta siempre la carga de intereses de la deuda.
Se verifica la regla de oro del Presupuesto cuando el déficit público es
inferior a la inversión.
84
119
MEMORIA 1999
de la reducción de los impuestos de las pequeñas y medianas
empresas (Pymes). La mayor recaudación es fruto de la confluencia de diversos factores, entre ellos los siguientes: la influencia del
aumento de la actividad y del empleo en la recaudación de los
impuestos directos; la fortaleza de la demanda interna que, unida
al crecimiento de las importaciones (13,4 por 100), elevó la recaudación del IVA (17,0 por 100) y de otros impuestos indirectos; la
más eficaz lucha contra el fraude y el afloramiento de empresas y
empleo sumergido.
Por otra parte, el inesperado comportamiento de las cuentas de
las Administraciones de la Seguridad Social acentuó esta tendencia. Tras un proceso de asunción del presupuesto de las prestaciones no contributivas, la Seguridad Social registró un superávit
parcialmente explicado por el incremento de las afiliaciones en un
5,5 por 100. El conjunto de circunstancias elevó los ingresos en
1999 por encima de 14,5 miles de millones, tras una expansión
en su cuantía del 9,0 por 100 frente al año anterior, y posibilitó, asimismo, la creación de una reserva para pensiones que ha contado
con una dotación inicial de 100 mil millones de pesetas.
Los impuestos
indirectos superan
a los directos
Los ingresos no financieros del Estado ascendieron en 1999 a
18,36 billones, un 4,8 por 100 superior al dato del ejercicio anterior
(cuadro I-31). De este total, 7,82 billones proceden de la aportación
de los impuestos directos, y 7,95 billones, de los gravámenes indirectos, entre los cuales sobresale el comportamiento del IVA que,
con un crecimiento del 17,0 por 100, ha generado el 28 por 100 de
la recaudación total de 1999. Adicionalmente, la recaudación no
impositiva descendió en 14,8 puntos porcentuales con un volumen
de 2,59 billones, caída parcialmente achacable al descenso de dividendos por privatizaciones y a las diferencias entre los valores de
reembolso y emisión de Deuda Pública.
La partida referente a los impuestos directos experimentó un
crecimiento del 4,8 por 100. Entre éstos, el IRPF, con una recaudación que supera a la del pasado ejercicio en un 2,1 por 100, aportó
5,10 billones a las arcas públicas. Dicho crecimiento es el resultado de los mayores ingresos por retenciones del trabajo (3,5 por
100) debidos al mayor dinamismo de la economía y del mercado
laboral, amortiguados, sin embargo, por la disminución de los
ingresos por retenciones del capital mobiliario asociada a la baja-
120
PANORAMA ECONÓMICO
CUADRO I-31
INGRESOS NO FINANCIEROS DEL ESTADO, 1998-1999
(En miles de millones de pesetas y tasas de variación interanual)
Conceptos
Impuestos directos
Renta de personas físicas
Renta de sociedades
Plusvalías enajenación empresas públicas
Renta de No Residentes
Cuota de derechos pasivos
Otros impuestos directos
Impuestos indirectos
Impuesto sobre el Valor Añadido
Importaciones
Operaciones interiores
Impuestos especiales
Tráfico exterior
Impuesto Primas de Seguro
Otros impuestos indirectos
Tasas y otros ingresos
Diferencia valores de reembolso y emisión
Transferencias corrientes
Ingresos patrimoniales
Procedentes del Banco de España
Enajenación de activos empresas públicas
Enajenación de inversiones reales
Transferencias de capital
Otros ingresos sin clasificar
Total ingresos no financieros
1998
7.456,6
4.992,0
2.324,1
326,1
–
100,8
39,7
7.014,8
4.372,6
1.139,4
3.233,2
2.390,5
132,1
110,8
8,8
683,9
361,3
613,9
1.366,1
717,4
457,9
25,1
326,2
32,4
17.519,0
1999
7.816,8
5.097,9
2.435,9
–31,5
120,3
115,4
47,3
7.950,5
5.113,9
1.326,4
3.787,5
2.566,5
144,2
114,5
11,4
445,9
139,2
718,2
1.113,3
1.017,8
34,0
14,4
288,1
16,8
18.364,0
(%) Var.
4,8
2,1
4,8
–
–
14,5
19,1
13,3
17,0
16,4
17,1
7,4
9,2
3,3
29,5
–34,8
–61,5
17,0
–18,5
41,9
–92,3
–42,6
–11,7
–48,1
4,8
Fuente: IGAE.
da, del 25,0 al 18,0 por 100, de las retenciones aplicables a los depósitos bancarios desde comienzos de 1999. Por otra parte, el Impuesto
sobre Sociedades recaudó en 1999 un 4,8 por 100 más, es decir, un total
de 2,44 billones. El aumento de la recaudación procedente de los pagos
a cuenta (15,0 por 100) y de las liquidaciones anuales (19,0 por 100) ha
permitido compensar la pérdida de ingresos generada por el descenso
del renglón de privatizaciones, y por la reducción en las retenciones del
capital mobiliario y de la renta de no residentes que, desde abril de
1999, se aplicaron al nuevo Impuesto sobre la Renta de no Residentes.
La recaudación por impuestos indirectos experimentó un crecimiento del 13,3 por 100, debido en su mayor parte a la expansión de
la demanda interna y de las importaciones. En consecuencia, el IVA
121
MEMORIA 1999
ha generado 5,11 miles de millones, mientras que los impuestos
especiales crecieron un 7,4 por 100 hasta situarse en 2,57 billones,
impulsados por el crecimiento del número de matriculaciones, reflejo del mayor dinamismo de la actividad económica. Sin embargo, a
este respecto, hay que señalar que la mayor preferencia por el consumo de vehículos Diesel merma el poder recaudatorio de la Hacienda
Pública en la medida en que el gravamen que pesa sobre dicho combustible es inferior al de la gasolina súper en 22,45 pesetas por litro.
Los ingresos
derivados del IVA
crecen un
17 por 100
En el ámbito de la recaudación no impositiva, la evolución del
capítulo de tasas y otros ingresos estuvo determinada por el descenso de los ingresos por primas positivas de emisión de deuda
pública y de los ingresos de recargos, intereses y sanciones tributarias y de la tasa de juego. Este conjunto de factores redujo la
recaudación en un 34,8 por 100. Por el contrario, los ingresos por
transferencias corrientes se elevaron un 17,0 por 100 por la dinámica evolución de los ingresos por loterías y de las transferencias
procedentes del Fondo Social Europeo. Hay que apuntar que las
transferencias del Fondo Social Europeo dejaron, en su mayor
parte, de aplicarse al presupuesto del Estado como transferencias
de capital, y en consecuencia, la partida de transferencias corrientes ha acumulado, por este concepto, 60,3 miles de millones,
frente a los 14,4 miles de millones ingresados en 1998, en detrimento de las transferencias de capital, que generaron en 1999
ingresos por valor de 288,1 miles de millones, es decir, un 11,7
por 100 menos que en el ejercicio anterior. Finalmente, la mencionada reducción de los dividendos por privatizaciones marcó la
tendencia decreciente de los ingresos patrimoniales que, con un
volumen de 1,11 billones, han disminuido un 18,5 por 100. Sin
embargo, hay que destacar el crecimiento del 41,9 por 100 registrado en las plusvalías derivadas del traspaso de reservas del
Banco de España al Banco Central Europeo, que ha provocado un
aumento del 41,9 por 100 en los beneficios del Banco de España.
6.1.2. Gastos no financieros
Durante el pasado ejercicio, los pagos no financieros del Estado
han experimentado un crecimiento del 4,2 por 100, alcanzando un
volumen de 19,42 billones (cuadro I-32). En dicho ascenso han
incidido los aumentos del 4,3 por 100 de las operaciones corrientes
y del 2,6 por 100 de los pagos de capital.
122
PANORAMA ECONÓMICO
Los desembolsos de naturaleza corriente han ascendido a un
total de 17,40 billones. Entre éstos, se destacan a continuación los
detalles de la evolución de sus principales partidas. Así, los gastos
de personal se han reducido en el 2,4 por 100 a consecuencia de la
minoración de los salarios destinados al personal de enseñanza no
universitaria traspasado a las Comunidades de Cantabria, Castilla y
León, Madrid y Murcia, mientras que, por el contrario, prestaciones sociales y cotizaciones y gastos sociales a cargo del empleador,
registraron un incremento del 3,7 por 100 y del 3,6 por 100, respectivamente. Los gastos corrientes en bienes y servicios, tras un
alza del 12,3 por 100, acumularon 436,1 miles de millones, 30,9 de
los cuales fueron generados por la participación, no presupuestada,
de las Fuerzas Armadas en operaciones de la Organización de
Naciones Unidas. Los pagos por intereses y otros costes derivados
del endeudamiento, si bien vieron reducida su cuantía en un 4,7 por
100, rebasaron las previsiones debido a operaciones de canje de
deuda que permitieron amortizar anticipadamente títulos de deuda
emitidos a un tipo medio del 9,5 por 100 para su posterior reemisión al 3,5 por 100.
CUADRO I-32
PAGOS NO FINANCIEROS DEL ESTADO, 1998-1999
(En miles de millones de pesetas y tasas de variación interanual)
Conceptos
Gastos de Personal
Gastos en bienes y servicios
Gastos financieros
Transferencias corrientes
Operaciones corrientes
Inversiones reales
Transferencias de capital
Operaciones de capital
Otros pagos sin clasificar
Total no financiero
1998
1999
(%) Var.
3.052,8
388,3
3.333,6
9.905,5
16.680,2
897,6
1.071,1
1.968,7
15,5
18.633,4
2.978,6
436,1
3.178,0
10.809,1
17.401,8
956,6
1.062,9
2.019,5
–
19.421,3
–2,4
12,3
–4,7
9,1
4,3
6,6
–0,8
2,6
–
4,2
Fuente: IGAE.
Las transferencias corrientes, con un crecimiento del 9,1 por
100 acumularon 10,81 billones, de los cuales 8,28 corresponden a
la Seguridad Social y a las Administraciones Territoriales. La
Seguridad Social, en la partida correspondiente al Insalud, recibió
Aumentan las
transferencias a
las Comunidades
Autónomas
123
MEMORIA 1999
un 10,2 por 100 más que en el año 1998. Los ingresos de las
Comunidades Autónomas crecieron un 14,9 por 100, aumento en
parte explicado por los traspasos de servicios en materia de enseñanza no universitaria. Adicionalmente, aquellas Comunidades
Autónomas que han suscrito el nuevo sistema de financiación autonómica, accedieron a 31,9 miles de millones del Fondo de Garantía
(liquidación de 1997, no percibida en 1998). Las corporaciones
locales recibieron 1,37 billones en concepto de participación en los
ingresos del Estado, cifra que supone un incremento del 5,8 por
100 frente al ejercicio de 1998.
En lo tocante a las transferencias corrientes a familias, éstas vieron mermado en un 3,0 por 100 el concepto de pensiones e indemnizaciones de guerra, si bien en 1999 se realizó por primera vez el
pago de las indemnizaciones a los afectados por el síndrome tóxico
por una cuantía de 41,7 miles de millones85.
El Presupuesto de 1999 efectuó transferencias corrientes a
Renfe por 133,4 miles de millones, cantidad que implica una
reducción del 26,9 por 100 para dicho año, tendencia que se reproduce en el caso del Inem, organismo que, ante la favorable evolución del empleo, recibieron fondos estatales (148,7 miles de
millones) por un monto inferior en un 28,5 por 100 al del ejercicio
anterior. Por el contrario, el Instituto de la Minería del Carbón se
benefició de un incremento del 31,2 por 100 y recibió transferencias por valor de 105,9 miles de millones.
Finalmente, desde la perspectiva exterior de las cuentas públicas, en 1999 se elevó la contribución española al Presupuesto
General de la Unión Europea en un 7,2 por 100, de tal modo que el
volumen transferido ha ascendido a 1,05 billones. Este aumento ha
sido propulsado por el crecimiento de la aportación por recurso de
IVA en un 8,6 por 100.
Dentro de las operaciones de capital, que en su conjunto ascendieron a 2,02 billones tras un crecimiento del 2,6 por 100, el concepto de inversiones reales creció un 6,6 por 100, y se elevó a
956,6 miles de millones. Por el contrario, las transferencias de
85
Dicho pago se deriva de la sentencia del Tribunal Supremo, de 26 de
septiembre de 1997, en virtud del Real Decreto Ley 3/1999, de 26 de febrero.
124
PANORAMA ECONÓMICO
capital efectuadas (1,06 billones) experimentaron una ligera reducción en su cuantía global, cifrada en el 0,8 por 100, y destacó la
evolución de las siguientes partidas: la subsidiación de intereses
por préstamos para adquisición de vivienda a familias, reducida en
un 39,2 por 100 respecto al año anterior, el incremento en un 49,5
por 100 de los pagos del Fondo de Compensación Interterritorial a
las Comunidades Autónomas, la expansión en un 35,0 por 100 de
los pagos a empresas por el sistema de incentivos regionales (44
mil millones), abonos a la Seguridad Social para la financiación de
operaciones de capital del Insalud (61,3 miles de millones) y pagos
del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación a empresas
privadas por valor de 94,8 miles de millones.
6.1.3. Endeudamiento y financiación
El ejercicio presupuestario de 1999 se saldó con una necesidad
de endeudamiento de 2,40 billones, un 26,4 por 100 más que el año
anterior, expansión propiciada por el incremento de las operaciones
sobre activos financieros en un 71,3 por 100 más que el año anterior
en concepto de depósitos del Estado en el Banco de España (cuadro
I-33). Sin embargo, descontada esta operación, el endeudamiento se
reduciría a 1,64 billones, dato que refleja una disminución del 10,2
por 100 frente al año anterior. Frente a este pronunciado cambio de
tendencia, la cartera de valores del Estado mantuvo, sin embargo,
una tasa de variación positiva muy similar a la del año anterior, y
ascendió a 77,8 miles de millones.
La menor dotación a la Seguridad Social redujo el volumen de
préstamos concedidos por el Estado, que tras una disminución del
61,6 por 100 suman 186,8 miles de millones. Así, la Seguridad
Social ha recibido un total de 80,8 miles de millones, puesto que el
préstamo de 210 mil millones inicialmente presupuestado para
cubrir el desfase temporal entre el devengo y el ingreso de las cotizaciones sociales, no se ha realizado. Los proyectos de tecnología
industrial recibieron préstamos por valor de 167,9 miles de millones, es decir, un 50,0 por 100 más que en el ejercicio anterior,
mientras que las políticas de reconversión y reindustrialización percibieron 2,9 miles de millones menos.
La Deuda Pública financió el grueso del endeudamiento con
2,35 billones, un 46,8 por 100 menos que en 1998, provenientes de
125
MEMORIA 1999
CUADRO I-33
NECESIDAD (–) O CAPACIDAD (+) DE ENDEUDAMIENTO DEL ESTADO, 1998-1999
(En miles de millones de pesetas y tasas de variación interanual)
Conceptos
Deficit (–) de caja no financiado
Variación de activos financieros
Acciones y participaciones
Préstamos
A CESCE
A la Seguridad Social
Otros préstamos
Aportaciones patrimoniales
Variación Cuenta Corriente en el Banco de España
Otros activos
Necesidad (–) de endeudamiento
Necesidad de Endeudamiento sin los movimientos
de la cuenta del Tesoro del Banco de España
1998
1999
(%) Var.
–1.114,4
783,7
79,7
486,9
–45,4
475,4
56,9
147,9
73,8
–4,6
–1.898,1
–1.057,3
1.342,6
77,8
186,8
–44,5
80,8
150,5
183,6
761,0
133,4
–2.399,9
–5,1
71,3
–2,4
–61,6
–2,0
–83,0
164,5
24,1
–
–
26,4
–1.824,3
–1.638,9
–10,2
Nota: Con objeto de homogeneizar con el Presupuesto de 1999, se han imputado como aportaciones patrimoniales
los importes de 1998 correspondientes a los préstamos concedidos al FAD y las adquisiciones de acciones
destinadas al Fondo de Inversiones en el Exterior (FIEX).
Fuente: IGAE.
las emisiones netas de Obligaciones y de Bonos, mientras que las
Letras del Tesoro a medio plazo no registraron ninguna variación
en su saldo vivo (cuadro I-34). En lo que se refiere a las Letras del
Tesoro a corto plazo, su amortización neta fue de 44,1 miles de
millones, dato muy inferior a los 3,28 billones del ejercicio anterior.
Durante el año 1999, el Estado amortizó préstamos obtenidos en
moneda nacional y extranjera por valor de 30,3 miles de millones y
59 mil millones respectivamente, así como 83 mil millones de créditos singulares concedidos por el banco emisor con anterioridad a
1994, durante los años previos a la prohibición de apelación a los
Bancos Centrales establecida en el Tratado de Maastricht86.
6.2. PRESUPUESTO PARA EL AÑO 2000: HACIA EL EQUILIBRIO
PRESUPUESTARIO
Enmarcados en un contexto económico favorable, los Presupuestos Generales para el año 2000 son, en buena medida, herede86
Para mayor detalle, véase el artículo 104 del Tratado de Maastricht, relativo a
la financiación privilegiada en el sistema financiero y a la apelación al Banco Central.
126
PANORAMA ECONÓMICO
CUADRO I-34
FINANCIACIÓN NETA RECIBIDA POR EL ESTADO, 1998-1999
(En miles de millones de pesetas y tasas de variación interanual)
Conceptos
Letras del Tesoro a corto plazo
Deudas a medio y largo plazo
Obligaciones y bonos
Letras del Tesoro
Créditos del Banco de España
Otros créditos en pesetas
Créditos y deuda en moneda extranjera
Otros pasivos netos
Variación neta de pasivos financieros
Variación de la c/c del Tesoro en el B. de España
Variación neta de pasivos financieros menos
las posiciones activas de tesorería en el B. de España
1998
1999
(%) Var.
–3.283,0
4.424,6
2.999,5
1.425,1
–39,3
–349,9
1.057,1
88,6
1.898,1
73,8
–44,1
2.354,5
2.354,5
–
–83,0
–30,3
–59,0
261,8
2.399,9
761,0
–98,7
–46,8
21,5
–
111,2
–91,3
–
195,5
26,4
–
1.824,3
1.638,9
–10,2
Fuente: Dirección General del Tesoro y Política Financiera e IGAE.
ros de la política de ajuste y de disciplina en el gasto iniciada en
1996, y reflejan, por lo tanto, continuidad en la trayectoria escogida. En consecuencia, prevén un esfuerzo adicional en la reducción
del déficit, en lógica consonancia con el estricto cumplimiento de
los objetivos marcados en la Actualización del Programa de Estabilidad del Reino de España 1999-2003. Así, se ha estimado que el
año 2000 generará un déficit en términos de Contabilidad Nacional
(SEC-95) del 0,8 por 100 del PIB, es decir, inferior en tres décimas
al déficit de 1999, y en dos décimas al estipulado en el Programa
de Estabilidad 1998-2002.
Esta coyuntura permite encauzar la política presupuestaria del
año 2000 hacia una mayor atención a los gastos con contenido
social, especialmente sanidad, pensiones y fomento del empleo, y
hacia un mayor protagonismo en los capítulos de inversiones en
infraestructuras, investigación y desarrollo (I+D) y gasto en educación. Dichos objetivos se han marcado dentro de un cuadro de previsiones macroeconómicas, que si bien no está exento de una
natural incertidumbre, ha sido calificado de creíble por diversas
instituciones internacionales. Así, un ritmo sostenido de crecimiento por encima de la media de la Unión Europea, impulsado por el
aumento de la inversión y del empleo, son factores que permitirán
avanzar en el proceso de convergencia real.
El presupuesto
para el año 2000
busca la
disciplina del
gasto
127
MEMORIA 1999
En definitiva, los Presupuestos del año 2000 presentan una serie de
rasgos básicos que podríamos sintetizar del siguiente modo: son los
primeros que se elaboran en el marco del euro y representan el cierre
presupuestario de una legislatura; su naturaleza continuista asegura la
disciplina del gasto y, por lo tanto, la reducción del déficit a través del
ajuste entre los ingresos y el gasto corriente; la contención del desequilibrio de las cuentas públicas y la menor apelación del Sector Público
al ahorro y a los fondos de financiación, junto con la mayor ponderación que cobran la inversión en infraestructuras, la actividad investigadora y la formación, permiten augurar una trayectoria compatible con
los compromisos adquiridos en el Pacto de Estabilidad y Crecimiento.
6.2.1. Principales líneas de los Presupuestos Generales
del Estado para el año 2000
El Presupuesto de ingresos consolidados no financieros del
Estado para el año 2000 ha previsto un total de 31,68 billones de
pesetas, es decir, un 7,0 por 100 más que en el ejercicio anterior
(cuadro I-35). Los ingresos impositivos siguen una trayectoria creciente mientras que el resto de ingresos experimenta un descenso
resultante de la reducción de los beneficios del Banco de España
incluidos en el renglón de ingresos patrimoniales, y de la caída de
los ingresos por primas de emisión de deuda pública.
CUADRO I-35
PRESUPUESTO DE INGRESOS CONSOLIDADOS DEL ESTADO,
ORGANISMOS AUTÓNOMOS, SEGURIDAD SOCIAL
Y OTROS ORGANISMOS
(En miles de millones de pesetas y tasas de variación interanual)
Conceptos
Impuestos directos y cotizaciones sociales
Impuestos indirectos
Tasas y otros ingresos
Transferencias corrientes
Ingresos patrimoniales
Operaciones corrientes
Enajenación inversiones reales
Transferencias de capital
Operaciones de capital
Total operaciones no financieras
Fuente: IGAE.
128
Presupuesto
inicial 1999
Presupuesto
inicial 2000
% Var.
18.390,6
7.523,6
738,3
1.320,6
1.192,2
29.165,4
44,3
399,6
443,8
29.609,2
19.734,1
8.557,9
680,9
1.287,8
985,5
31.246,3
59,5
375,8
435,4
31.681,7
7,3
13,7
–7,8
–2,5
–17,3
7,1
34,7
–6,0
–1,9
7,0
PANORAMA ECONÓMICO
Dentro del capítulo de impuestos directos, que elevan su recaudación en un 7,3 por 100, los ingresos en concepto de IRPF experimentan una expansión moderada como consecuencia de la reducción de
las retenciones por rentas del trabajo que se desprende de la reforma
emprendida sobre el impuesto. Por el contrario, se estima que el
Impuesto de Sociedades crecerá, en términos de derechos reconocidos líquidos ajustados, un 13,5 por 100, reflejando con este dinamismo la trayectoria de los beneficios empresariales.
La recaudación por impuestos indirectos aumenta en el
Presupuesto del año 2000 un 13,7 por 100, configurándose el IVA
como el principal responsable de dicho crecimiento ante un ascenso previsto, en términos de derechos reconocidos líquidos ajustados, del 12,0 por 100. Impuestos especiales crece el 3,3 por 100 y
reduce en 3,5 puntos porcentuales su participación en el total
recaudado como consecuencia de la pérdida de ingresos asociada a
la menor recaudación del impuesto de hidrocarburos por los motivos ya señalados en párrafos anteriores.
El Presupuesto de gastos consolidados del Estado presentado
para el año 2000 asciende a 36,29 billones, y supone un aumento
del 2,5 por 100 respecto al ejercicio anterior (cuadro I-36). Dentro
de éste, los gastos corrientes se elevan en un 4,5 por 100, los gastos
no financieros en un 4,7 por 100, las operaciones de capital en un
6,8 por 100, mientras que el gasto financiero desciende un 13,4 por
100, caída explicada por la supresión de los préstamos otorgados a
la Seguridad Social.
Los impuestos
indirectos
mantienen su
protagonismo
Antes de dar paso al detalle de las operaciones no financieras,
conviene poner de manifiesto dos circunstancias que dificultan la
comparación entre los distintos ejercicios. En primer lugar, la
minoración del renglón correspondiente a los salarios destinados al
personal de enseñanza no universitaria traspasado a determinadas
Comunidades Autónomas87 afecta al contenido de la partida de los
gastos de personal. En segundo lugar, el incremento en las transferencias corrientes a aquellas Comunidades Autónomas que han
optado por el nuevo régimen de financiación, así como la existencia de una partida por importe de 215 mil millones de pesetas para
hacer frente al cumplimiento de la Recomendación primera del
87
Cantabria, Madrid, Murcia y Castilla y León.
129
MEMORIA 1999
CUADRO I-36
PRESUPUESTO DE GASTOS CONSOLIDADOS DEL ESTADO,
ORGANISMOS AUTÓNOMOS, SEGURIDAD SOCIAL
Y OTROS ORGANISMOS
(En miles de millones de pesetas y tasas de variación interanual)
Conceptos
Gastos de personal
Gastos corrientes en bienes y servicios
Gastos financieros
Transferencias corrientes
Operaciones corrientes
Inversiones reales
Transferencias de capital
Operaciones de capital
Total operaciones no financieras
Activos financieros
Pasivos financieros
Total operaciones financieras
Total Presupuesto
Presupuesto
inicial 1999
Presupuesto
inicial 2000
% Var.
4.432,9
1.157,9
3.061,7
20.431,1
29.083,8
1.262,0
885,0
2.147,0
31.230,9
767,4
3.385,8
4.153,3
35.384,2
4.239,3
1.217,8
2.822,1
22.116,0
30.395,4
1.366,2
926,7
2.293,0
32.688,4
952,7
2.642,4
3.595,2
36.286,6
–4,4
5,2
–7,8
8,2
4,5
8,3
4,7
6,8
4,7
24,1
–22,0
–13,4
2,5
Fuente: IGAE.
Pacto de Toledo, relativa a la separación de las fuentes de financiación de la Seguridad Social, son, asimismo, novedades que incluye
el Presupuesto del año 2000 en su vertiente de gasto.
Aumentan los
gastos por
transferencias
Hecha esta salvedad, el incremento de los gastos no financieros
queda explicado en más de un 80,0 por 100 por la evolución creciente de los gastos corrientes debido al incremento de las transferencias (8,2 por 100), la disminución de los gastos de personal ya
explicada (4,4 por 100) y la reducción de los gastos financieros en
un 7,8 por 100. El mayor peso de las transferencias obedece al
incremento de las mismas a Entes Territoriales en un 22,9 por 100,
a la Seguridad Social en un 11,5 por 100 y al Presupuesto
Comunitario en un 10,4 por 100. Por el contrario, las transferencias
del Estado a empresas públicas disminuyen un 6,8 por 100 como
resultado de la merma producida en las cantidades recibidas por
Renfe, Feve y Correos y Telégrafos.
Los gastos de capital mantienen la tendencia alcista iniciada en
1998 y crecen un 6,8 por 100, destacando el aumento de la inversión pública en un 8,3 por 100, dentro de la cual destaca la expan-
130
PANORAMA ECONÓMICO
sión de las inversiones en infraestructuras (carreteras, ferrocarril y
saneamiento de aguas). Por otra parte, las transferencias de capital
crecen un 4,7 por 100 respecto a 1999.
6.2.2. Las políticas de gasto para el año 2000
En cuanto a la clasificación por políticas de gasto, el gasto total
por operaciones financieras y no financieras pierde 0,2 puntos porcentuales del PIB frente al año anterior, debido, en buena parte, a la
reducción del gasto por intereses de la Deuda Pública, y por la disminución del renglón de las prestaciones por desempleo, que, por
otra parte, ha facilitado la canalización del gasto público a políticas
activas de fomento del empleo. En este sentido, el Presupuesto
General del año 2000 concede una cierta prioridad a aquellas partidas que tienen una incidencia más acusada en materia de crecimiento y competitividad y en cohesión social (cuadro I-37).
De este modo, en el contexto de un crecimiento global de las
políticas de gasto del 5,1 por 100 respecto al ejercicio de 1999,
inversión en infraestructuras e investigación crecen respectivamente
el 7,7 y el 10,5 por 100, de tal suerte que el renglón de Actuaciones
Inversoras, con una dotación de 1,71 billones, crece un 8,5 por 100.
Mayor peso del
gasto en
infraestructuras
e investigación
Por otra parte, Protección y Promoción Social incrementa sus
recursos en un 6,4 por 100 y asciende a 16,29 billones. De forma
más desagregada, Sanidad dispone de un 8,0 por 100 más de recursos, Fomento del Empleo registra un aumento del 9,0 por 100, y
educación, en términos homogéneos88 un 9,8 por 100. En su conjunto, el gasto social supera los 18,54 billones de pesetas, cifra que
equivale al 55,1 por 100 del total de los Presupuestos Generales
del Estado.
La Administración general dispondrá en el año 2000 de un presupuesto de 2,12 billones, siendo los renglones más destacados en
cuanto al incremento de su dotación, Justicia, Defensa y Seguridad
Ciudadana e Instituciones Penitenciarias. La dotación presupuestaria
de Justicia ve incrementados sus recursos en un 7,7 por 100 con el
objetivo de proceder al desarrollo definitivo de la Ley de demarca88
Es decir, corregidos del efecto de las transferencias a las ya citadas Comunidades Autónomas.
131
MEMORIA 1999
CUADRO I-37
POLÍTICAS DE GASTO (CAPÍTULOS I A VIII), 1999-2000
(En miles de millones de pesetas, peso porcentual en el PIB y tasas de variación interanual)
Conceptos
Justicia
Defensa
Seguridad Ciudadana e Instituciones Penitenciarias
Política Exterior
Administración Tributaria
Administración general
Protección y Promoción Social
Protección y Promoción Social homogeneizada (*)
Pensiones
Otras Prestaciones Sociales
Fomento del Empleo (1)
Sanidad
Educación
Educación homogeneizada (*)
Vivienda
Desempleo e Incapacidad Temporal
Desempleo
Incapacidad Temporal
Servicios Generales de la Seguridad Social
Gasto social
GASTO SOCIAL HOMOGENEIZADO (*)
Sectores Económicos
Agricultura
Industria y Energía
Subvenciones corrientes al Transporte
Comercio, turismo y Pymes
Comunicaciones
Actuaciones inversoras
Infraestructuras
Investigación
Actividad productiva e inversora
Financiación a las Administraciones Territoriales
Financiación a las Administraciones Territoriales (*)
Participación Unión Europea
Transferencia a otras AAPP
Deuda pública
Otras políticas
Total políticas de gasto
1999
% PIB
2000
% PIB
% Var.
146,3
873,9
702,8
146,3
157,3
2.026,8
15.845,1
15.308,8
8.814,0
1.058,5
739,0
4.122,2
998,4
462,1
112,6
1.900,5
1.353,5
547,0
262,3
18.008,0
17.471,7
1.810,5
1.125,1
244,5
243,5
163,5
33,7
1.582,0
1.122,0
460,0
3.392,6
3.787,2
4.336,5
1.029,5
4.816,8
3.041,0
713,0
31.998,4
0,5
2,7
2,2
0,5
0,5
6,3
49,5
47,8
27,5
3,3
2,3
12,9
3,1
1,4
0,4
5,9
4,2
1,7
0,8
56,3
54,6
5,7
3,5
0,8
0,8
0,5
0,1
4,9
3,5
1,4
10,6
11,8
13,6
3,2
15,1
9,5
2,2
100
157,6
918,8
740,2
146,9
160,8
2.124,5
16.293,2
16.293,2
9.302,5
1.116,9
805,8
4.451,0
507,3
507,3
109,5
1.868,2
1.339,9
528,3
384,0
18.545,5
18.545,5
1.896,1
1.184,8
271,0
236,0
174,7
29,5
1.717,0
1.208,9
508,1
3.613,2
4.630,9
4.630,9
1.133,2
5.764,1
2.805,0
788,7
33.641,2
0,5
2,7
2,2
0,4
0,5
6,3
48,4
48,4
27,7
3,3
2,4
13,2
1,5
1,5
0,3
5,6
4,0
1,6
1,1
55,1
55,1
5,6
3,5
0,8
0,7
0,5
0,1
5,1
3,6
1,5
10,7
13,8
13,8
3,4
17,1
8,3
2,3
100
7,7
5,1
5,3
0,5
2,2
4,8
2,8
6,4
5,5
5,5
9,0
8,0
–49,2
9,8
-2,8
–1,7
–1,0
–3,4
46,4
3,0
6,1
4,7
5,3
10,8
–3,1
6,8
–12,4
8,5
7,7
10,5
6,5
22,3
6,8
10,1
19,7
–7,8
10,6
5,1
(*) Cifra homogeneizada con traspasos de educación (536.309 millones de pesetas).
(1) La renta activa de inserción de parados de larga duración mayores de 45 años, por importe de 50.000 millones de
pesetas, está incluida en la política de desempleo.
Fuente: IGAE.
132
PANORAMA ECONÓMICO
ción y planta judicial y cubrir las previsiones recogidas en la nueva
Ley reguladora de la jurisdicción contencioso-administrativa89.
La política de Defensa, con una dotación de 918,8 miles de
millones, un 5,1 por 100 más que el año anterior, establecerá
sus principales líneas de actuación sobre el logro de dos objetivos:
la profesionalización y modernización de las Fuerzas Armadas
y la integración en Organismos internacionales de seguridad y
defensa.
Seguridad Ciudadana e Instituciones Penitenciarias experimenta
una expansión del 5,3 por 100 en la cuantía correspondiente al año
2000, porcentaje que determina un volumen total de 740,2 miles de
millones que se destinarán principalmente a prevención de delitos,
lucha contra la criminalidad, reinserción social, mejora de los niveles de seguridad y prevención e intervención ante riesgos naturales,
catástrofes o calamidades públicas.
6.3. NORMAS TRIBUTARIAS
La reforma del IRPF, cuya entrada en vigor se produjo con fecha
1 de enero de 199990, ha establecido que la Ley de presupuestos
generales del Estado se limite a la regulación de los coeficientes de
corrección monetaria aplicables, tras su actualización en el 1,8 por
100 de los coeficientes del ejercicio anterior, a las transmisiones de
bienes inmuebles realizadas en el año 1999. En lo relativo a rentas
exentas, la Ley de Medidas91 ha incorporado a las exenciones previstas por Ley los supuestos en los que la Administración queda obligada a indemnizar como consecuencia de daños originados a los
ciudadanos por el funcionamiento de los servicios públicos. Por otra
89
Se prevé la creación de 119 juzgados, 10 Secciones de Audiencias Provinciales y 120 Agrupaciones de Juzgados de Paz, para lo que se dotan 152 plazas de
Magistrados, 36 de Fiscales, además de nuevos efectivos de personal al servicio de
la Administración de Justicia.
90
Véase, para mayor información, el Dictamen 12/1998 del Consejo
Económico y Social con fecha 16 de diciembre de 1998 sobre el Proyecto de Real
Decreto por el que se regulan los pagos a cuenta en el Impuesto sobre la Renta de
las Personas Físicas y se modifica el Reglamento del Impuesto sobre Sociedades
en materia de retenciones e ingresos a cuenta.
91
Véase, para mayor información, el Dictamen 13/1999 del Consejo
Económico y Social con fecha 29 de septiembre de 1999 sobre el Anteproyecto de
Ley de Medidas Fiscales, Administrativas y del Orden Social.
133
MEMORIA 1999
parte, se amplió el ámbito de la aplicación de las deducciones por
inversión en vivienda habitual a los contribuyentes minusválidos.
Con respecto al Impuesto sobre Sociedades, no se han previsto
modificaciones en la regulación vigente en 1998 sobre los pagos a
cuenta correspondientes a las entidades objeto de este gravamen. Por
otra parte, se actualizaron los coeficientes que recogen la depreciación
monetaria ocurrida desde 1983, con el propósito de eliminar la tributación de las plusvalías monetarias, que en virtud del cumplimiento del
artículo 15.11 de la Ley 43/1995 de 27 de diciembre, afectó únicamente a los activos inmobiliarios. Asimismo, se modificó el artículo
33 de la Ley 43/1995 de 27 de diciembre, para dar una nueva redacción al precepto relativo a la deducción por actividades de investigación científica e innovación tecnológica, con el objeto de potenciar las
actividades de investigación y desarrollo e innovación tecnológica.
Fomento de las
actividades en I+D
en el impuesto
de sociedades
El mínimo exento y la tarifa aplicable del Impuesto sobre el
Patrimonio se actualizó en el 1,8 por 100 en el caso de aquellas
Comunidades Autónomas que no aprueben cuantías propias o no
hayan asumido competencias en la materia. De este modo, el mínimo exento ha quedado establecido en 17,3 millones de pesetas.
La Ley de Medidas recoge la iniciativa de computar el plazo de
10 años previsto en la Ley que aprobó el programa PREVER (Ley
39/1997, de 8 de octubre) a partir de la fecha de puesta en circulación del vehículo y no de su matriculación en España. Para ello, el
artículo 7 del Anteproyecto recoge una modificación del artículo 70
bis de la Ley 38/1992, de 28 de diciembre, de Impuestos
Especiales. Dicha modificación, que afectará a los vehículos automóviles de turismo usados, consiste en la sustitución de la actual
referencia a la puesta en circulación por otra sobre la primera matriculación definitiva para computar los 10 años. Se exige además,
cuando ésta hubiera tenido lugar en el extranjero, que el vehículo
haya sido objeto de matriculación definitiva en España al menos
seis meses antes de la baja por desguace.
A su vez, el artículo 13 del Anteproyecto modifica en el mismo
sentido el artículo 3.1 de la Ley de aprobación del Programa
PREVER. Ese artículo 3.1 contiene la posibilidad de deducción (para
el fabricante, el primer receptor en España o quien mantenga relaciones contractuales de distribución con el concesionario o vendedor
134
PANORAMA ECONÓMICO
final) en la cuota del IRPF o del Impuesto de Sociedades de las bonificaciones otorgadas a los compradores, o en su caso a los arrendatarios financieros, de vehículos comerciales de hasta 6 toneladas.
En lo que se refiere a los regímenes especiales, se introducen un
conjunto de modificaciones en la Ley 20/1991, de 7 de junio, de
modificación de los aspectos fiscales del Régimen económico fiscal
de Canarias, con el objetivo de coordinar las modificaciones que se
incorporan en la Ley 37/1992, de 28 de diciembre, del Impuesto
sobre el Valor Añadido con el fin de adecuar su contenido a la
Directiva 98/80/CE, de 12 de octubre de 1998, sobre el régimen del
oro destinado a la inversión, a efectos de incluir este régimen especial a la normativa del Impuesto indirecto canario.
Adicionalmente, la Ley de Medidas ha modificado los criterios
de valoración del impuesto en el caso de las participaciones en
Instituciones de Inversión Colectiva, con independencia de si están
o no admitidas a negociación en el mercado secundario, de tal suerte que éstas se valorarán por su valor liquidativo a 31 de diciembre.
El Impuesto sobre sucesiones y donaciones actualizó la tarifa,
las reducciones en la base imponible y las cuantías del patrimonio
previo en el 1,8 por 100. Asimismo, la Ley de Medidas, en virtud
del artículo 20.2b) de la Ley 29/1987, de 18 de diciembre, ha dispuesto la práctica de la reducción del impuesto por la percepción
de prestaciones derivadas de contratos de seguro cuando el beneficiario sea el cónyuge, ascendiente, descendiente, adoptante o adoptado del contratante, en las liquidaciones parciales a cuentas
realizadas con objeto del cobro de los seguros de vida.
En relación con el IVA, la única novedad atañe a la Ley de
Medidas fiscales, administrativas y del Orden Social relativa a la
adaptación del ordenamiento a la Sentencia del Tribunal de Justicia
de las Comunidades Europeas (7 de mayo de 1998), por la cual ha
quedado ampliada la exención de servicios directamente relacionados con el deporte.
Dentro de la categoría de los impuestos especiales, el Impuesto
sobre hidrocarburos ha quedado actualizado en un 1,8 por 100, y la
Ley de Medidas ha dispuesto que el Gobierno tramite la conversión
del Impuesto sobre la electricidad en un gravamen específico sobre
135
MEMORIA 1999
la cantidad de energía suministrada a expensas del cumplimiento
de las Directivas comunitarias reguladoras de la fiscalidad de los
productos energéticos.
6.4. LA POLÍTICA PRESUPUESTARIA EN EL MARCO DEL PROGRAMA DE
ESTABILIDAD Y CRECIMIENTO
El Tratado de la Unión Europea recoge diversas disposiciones
relativas a la disciplina presupuestaria necesaria para garantizar la
instrumentación coordinada de las políticas fiscal y monetaria. Así,
los artículos 101, 102, 103 y 10492 y los Protocolos 5 y 693, regulan la
limitación del endeudamiento presupuestario de los Estados miembros (hasta un máximo del 3,0 por 100 del PIB) y establecen un tope
a la emisión de deuda pública (60,0 por 100 del PIB), al tiempo que
prohíben la financiación de los déficits mediante el recurso al Banco
Central Europeo o a los bancos centrales nacionales.
Sin embargo, conforme se avanzó en la consolidación de la Unión
Económica y Monetaria, se percibió el carácter tal vez insuficiente de
dichas medidas, y la necesidad de proceder a su refuerzo. La pérdida
de soberanía monetaria y cambiaria exigida por el proyecto de Unión
Económica y Monetaria, en ausencia de un Presupuesto Comunitario
lo suficientemente amplio como para hacer frente a eventuales perturbaciones, otorga a la política presupuestaria de los Estados miembros un papel relevante como único instrumento corrector de los
posibles desequilibrios. Nace así, a propuesta del Ministro de
Finanzas alemán, el Pacto de Estabilidad y Crecimiento94, iniciativa
que persigue dos objetivos: garantizar la disciplina fiscal más allá de
la fecha límite establecida para la evaluación del cumplimiento de los
criterios de convergencia, y la supervisión continua de las políticas
fiscales nacionales con el propósito de prevenir desviaciones de los
objetivos presupuestarios. La piedra angular del Pacto reside en su
capacidad para sancionar económicamente a aquellos Estados miembros que incumplan los objetivos establecidos.
92
Antiguos 104, 104 A, 104 B y 104 C.
Relativos respectivamente al procedimiento aplicable en caso de déficit
excesivo, y a los criterios de convergencia.
94
El Pacto de Estabilidad y Crecimiento está compuesto por la Resolución del
Consejo Europeo de Amsterdam (17-06-1997), el Reglamento (CE) núm.
1.466/1997 del Consejo (7-07-1997) y el Reglamento (CE) núm. 1.467/1997 del
Consejo (7-07-1997).
93
136
PANORAMA ECONÓMICO
El contenido fundamental del Pacto de estabilidad y crecimiento, cuya aprobación fue objeto de un prolongado e intenso debate95,
se puede concretar en los siguientes puntos: si bien el objetivo a
medio y largo plazo es el equilibrio presupuestario, en ningún
modo el déficit público podrá superar el 3,0 por 100 del PIB salvo
en circunstancias excepcionales96; en caso de incumplimiento,
existe la obligación de constituir un depósito, no remunerado, con
un límite máximo del 0,5 por 100 del PIB, que se convertirá de
forma instantánea en sanción si en el plazo de dos años el país
infractor no ha corregido su desequilibrio97.
Adicionalmente, el Pacto establece la obligación de los Estados
miembros que accedan a la zona euro a presentar anualmente un
Programa de Estabilidad que determine los objetivos presupuestarios y los instrumentos previstos para su cumplimiento. En este
sentido se ha previsto que el conjunto de países que ha accedido a
la Unión Económica y Monetaria alcance el equilibrio presupuestario en el año 2002. Dicho Programa es evaluado por el Consejo, el
cual tiene la facultad de exigir su corrección, si no se adapta al
logro de las metas establecidas en aras de la estabilidad monetaria
y fiscal de la Unión Europea.
Las directrices del Pacto de estabilidad y crecimiento imponen
el compromiso de mantener niveles de déficit bajos durante los
periodos de coyuntura económica favorable con el propósito de
facilitar la intervención holgada de los estabilizadores automáticos
en momentos de recesión, sin sobrepasar nunca el límite del 3,0
por 100 fijado. Esta estrategia implica un mayor esfuerzo para
aquellos países cuyo componente estructural del déficit es más elevado, España entre ellos98. Estas economías deberán hacer compatible la contracción del gasto público con un esfuerzo inversor
95
Para mayor detalle, véase el apartado 7 del capítulo primero de la Memoria
sobre la situación socioeconómica y laboral de 1997 del Consejo Económico y Social.
96
Un déficit superior al 3,0 por 100 del PIB no se considerará excesivo si el
PIB se hubiese contraído entre el 0,75 y el 2,0 por 100, siempre y cuando el
Consejo lo estime oportuno tras efectuar una votación por mayoría de dos tercios,
excluido el país infractor.
97
La cuantía de las sanciones se calculará a partir de un componente fijo del
0,2 por 100 del PIB, más un componente variable del 0,1 por 100 por punto de
exceso sobre el 3,0 por 100, hasta un máximo del 0,5 por 100.
98
A modo ilustrativo, sirva el siguiente ejemplo: de acuerdo con los datos
recogidos en un Estudio del Consejo Económico Social (Euro y Empleo, pág. 50)
137
MEMORIA 1999
adicional en infraestructuras, investigación y educación, medidas
todas ellas que tienen un claro reflejo en la trayectoria presupuestaria española más reciente.
El 21 de enero de 2000 el Consejo de Ministros aprobó la
Actualización del Programa de Estabilidad del Reino de España
1999-2003. Con un crecimiento esperado para el año 2000 del 3,7
por 100, y un crecimiento medio del 3,3 por 100 para el periodo
2001-2003, se ha previsto la creación de casi 1,4 millones de empleo en todo el periodo, logro que permitiría reducir la tasa de
desempleo por debajo del 10,0 por 100. Sin embargo, estas previsiones están elaboradas tomando como referencia un escenario
macroeconómico en el cual tanto los tipos de interés como la inflación tienen valores inferiores a los actuales, y que, por tanto, contempla un aumento de los salarios negociados del 2,0 por 100, de
acuerdo con el tope máximo establecido por el Banco Central
Europeo.
Buenas
perspectivas para
la desaparición
del déficit
De cumplirse las previsiones del Gobierno, el déficit presupuestario desaparecería en el año 2002, primer año en el que la economía española arrojaría superávit. La buena marcha de las finanzas
públicas tiene, asimismo, su reflejo en la positiva evolución del
déficit primario, cuyo cambio de signo permitirá reducir la deuda
pública por debajo del 60,0 por 100 del PIB en el año 2002. La
consecución de estos objetivos será posible por la política de ajuste
presupuestario iniciada ya en 1996, intensificada en el Programa de
Estabilidad del Reino de España 1998-2002, que cobra un nuevo
ímpetu en la Actualización del Programa, cuyo contenido básico se
detalla a continuación.
Se ha previsto un crecimiento medio anual de los ingresos para
el periodo 2000-2003 del 5,3 por 100, cifra ligeramente inferior al
crecimiento nominal esperado del PIB, circunstancia que permitirá
de diciembre de 1998, por cada punto de variación porcentual de la producción
española, el efecto de los estabilizadores automáticos sobre el déficit público es de
0,8 puntos. De mantenerse esta relación, con un déficit estructural de 1,7 por 100
(dato de 1998), si el PIB español creciera dos puntos porcentuales menos (1,5 por
100 en lugar de 3,5 por 100) el déficit total se situaría por encima del 3,0 por 100
del PIB, es decir, por encima del límite máximo permitido. Posteriormente, la
Comisión Europea ha estimado el efecto de los estabilizadores automáticos para
España en 0,6 puntos.
138
PANORAMA ECONÓMICO
una estabilización y una leve reducción de la presión fiscal (cuadro I-38). Esta evolución de los ingresos implica que el ajuste
recaerá sobre la vertiente del gasto, que perderá más de un punto y
medio porcentual de peso en el PIB durante los años 1999-2003.
Gastos corrientes resulta la partida más afectada, sin menoscabo
de las prestaciones sociales, que mantendrán un nivel superior al
12,4 por 100 del PIB, mientras que el capítulo de gastos de capital
adquiere un mayor protagonismo a consecuencia de las necesarias
inversiones en infraestructuras, tecnología y capital físico y humano demandadas por los objetivos de crecimiento y convergencia
real de la economía.
CUADRO I-38
PROYECCIONES PRESUPUESTARIAS. PROGRAMA DE ESTABILIDAD
1999-2003
(Tasas de variación interanual)
Conceptos
Total Ingresos
Total Gastos
Gastos corrientes
Gastos de capital
Formación bruta de capital fijo
1999
2000
2001
2002
2003
Media
2000-2003
6,7
4,1
3,5
8,4
9,1
5,8
4,6
4,0
8,5
9,1
5,7
4,8
4,3
7,8
8,6
5,2
3,9
3,5
7,1
8,0
4,4
3,9
3,6
6,2
7,8
5,3
4,3
3,8
7,4
8,3
Fuente: Ministerio de Economía y Hacienda.
Este conjunto de medidas permitirá alcanzar en el año 2002 un
superávit presupuestario del 0,1 por 100 del PIB, y un nivel de
deuda pública del 58,1 por 100 (cuadro I-39), lo que a su vez permitirá, asimismo, reducir e, incluso, eliminar el componente estructural del déficit público, garantizando el pleno cumplimiento del
Pacto de Estabilidad y Crecimiento, al tiempo que el superávit primario se eleva hasta el 3,6 por 100 del PIB.
En líneas anteriores se ha comentado cómo el repunte inflacionista y la elevación de los tipos de interés por parte del Banco
Central Europeo genera una cierta incertidumbre sobre el rigor en
el cumplimiento de los objetivos marcados. Desde esta perspectiva,
la actualización del Programa de Estabilidad incluye un análisis de
sensibilidad considerando un escenario macroeconómico alternativo que revisa a la baja la tasa de crecimiento económico, y al alza
el tipo de interés.
139
MEMORIA 1999
CUADRO I-39
PROYECCIONES PRESUPUESTARIAS.
PROGRAMA DE ESTABILIDAD 1999-2003
(Porcentaje sobre el PIB)
Conceptos
1999*
2000
2001
2002
2003
40,1
41,3
36,1
3,8
5,2
3,4
–1,3
–1,1
–1,1
0,0
-0,2
63,5
2,6
2,7
40,1
40,8
35,5
3,6
5,3
3,5
–0,8
–0,7
–0,8
0,1
–0,1
62,8
2,9
3,3
40,0
40,4
35,0
3,6
5,4
3,6
–0,4
–0,4
–0,5
0,1
0,0
60,6
3,2
3,8
39,9
39,8
34,3
3,5
5,5
3,7
0,1
0,1
0,0
0,1
0,0
58,1
3,6
4,4
39,8
39,5
33,9
3,4
5,6
3,8
0,2
0,2
0,0
0,2
0,0
55,8
3,6
4,6
Total ingresos
Total gastos
Gastos corrientes
Carga financiera
Gastos de capital
Formación bruta de capital fijo
Capacidad (+) necesidad (–) financiación AAPP
Déficit AAPP Centrales
Estado y sus OOAA
Administraciones Seguridad Social
Déficit AAPP Territoriales
Deuda bruta
Superávit primario
Ahorro bruto
Cap./Nec. Financiación (%PIB)
0,4
0,1
0,2
0
–0,2
–0,4
–0,6
1999 2000 2001 2002 2003
-0,4
-0,8
–1,4
66
4
3,5
60
58
63,5
62,8
3,2
3
60,6
2,5
58,1
3,6
3,6
2,9
2,6
2
1,5
56
55,8
54
1
0,5
52
-1,3
Superávit Primario (% del PIB)
64
62
–0,8
–1
–1,2
0,2
Deuda Bruta (%PIB)
0
50
1999 2000 2001 2002 2003
1999 2000 2001 2002 2003
* Los datos referentes al año 1999 se han reproducido tal y como se recogen en la actualización del Programa
de estabilidad del Reino España 1999-2003. Nótese que difieren ligeramente de los datos resultantes de la
ejecución presupuestaria de 1999, especialmente en lo que a cifra de la necesidad de financiación se refiere.
Fuente: Banco de España y Ministerio de Economía y Hacienda.
De este modo, suponiendo una tasa de crecimiento del PIB para
el año 2000 del 3,0 por 100, en vez del 3,5 por 100 inicialmente
considerado, y una media del 3,0 por 100 para el crecimiento del
trienio 2001-2003, frente al 3,5 por 100 ya especificado, y, finalmente, asumiendo un tipo de interés un punto porcentual más elevado, se obtienen nuevos resultados que, no obstante, garantizan la
disciplina fiscal y no se distancian del riguroso cumplimiento del
Pacto de Estabilidad y Crecimiento, si bien, lógicamente, las magnitudes finales alcanzadas difieren ligeramente en cada caso (cuadro
I-40). En definitiva, los datos obtenidos permiten concluir este epí140
PANORAMA ECONÓMICO
grafe destacando que la Actualización corrobora la estrategia fiscal
ya presentada el pasado año en el Programa de Estabilidad original.
CUADRO I-40
ANÁLISIS DE SENSIBILIDAD
(Porcentaje del PIB)
Conceptos
2000
2001
2002
2003
Escenario Pacto de Estabilidad
Capacidad (+) o Necesidad (–) Financiación AAPP
–0,8
–0,4
0,1
0,2
Deuda Bruta
62,8
60,6
58,1
55,8
Escenario de crecimiento reducido
Capacidad (+) o Necesidad (–) Financiación AAPP
–0,8
–0,5
0,0
0,0
Deuda Bruta
62,9
60,9
58,9
57,1
Escenario de tipos de interés elevados
Capacidad (+) o Necesidad (–) Financiación AAPP
–0.9
–0,6
–0,1
0,0
Deuda Bruta
62,9
60,8
58,3
56,1
Fuente: Banco de España y Ministerio de Economía y Hacienda.
7. UNIÓN EUROPEA
Después de unos años marcados por importantes novedades como
la creación del euro, la entrada en vigor del Tratado de Amsterdam99
y de sus nuevas políticas, como la de empleo, o la negociación de la
Agenda 2000 y de las perspectivas financieras para el periodo 20002006, todas ellas recogidas en ediciones anteriores de esta Memoria,
el año 1999 y el comienzo del año 2000 se han caracterizado por la
continuidad política en un contexto de clara mejoría del entorno económico. Como ya se recogía en la Memoria correspondiente al año
anterior100 con el euro en funcionamiento desde el día 1 de enero de
1999, la agenda política de la Unión Europea se centró durante los
primeros meses de 1999 de presidencia alemana en conseguir un
Panorama
general
99
Entró en vigor el 1 de mayo de 1999 una vez que todos los Estados
miembros lo hubieron ratificado. Véase CES, Memoria sobre la situación
socioeconómica y laboral, 1997, págs. 170 y ss., y CES, Memoria sobre la
situación socioeconómica y laboral, 1998, págs. 161 y ss.
100
Véase CES, Memoria sobre la situación socioeconómica y laboral, 1998,
págs. 145 y ss.
141
MEMORIA 1999
acuerdo para cerrar definitivamente la Agenda 2000, hecho que se
consumó en el Consejo Europeo de Berlín celebrado en el mes de
marzo101. A partir de entonces y durante el resto del año la ausencia
de innovaciones significativas está justificada por una serie de razones, aunque es habitual en el proceso de integración europea que tras
un periodo de cambios importantes suceda otro con menos transformaciones consagrado a consolidar las reformas.
Larga crisis de la
Comisión Europea
Con todo, de manera muy especial, un hecho coyuntural pero
de gran trascendencia política, la dimisión en marzo de 1999 de la
Comisión Europea, ha condicionado la actividad institucional
de la Unión Europea102. La Comisión saliente se mantuvo en funciones hasta el mes de junio, de modo que gran parte del debate del
Consejo Europeo de Colonia de junio se centró en cuestiones directamente relacionadas con su renovación.
7.1. UNIÓN ECONÓMICA Y MONETARIA
7.1.1. La actividad económica general se recupera
Las previsiones económicas del Informe de Primavera de 2000
(cuadro I-41) ratificaron la recuperación de la actividad económica
que se venía registrando en el conjunto de la Unión Europea desde
el verano de 1999. Según este informe publicado en el mes de abril
de 2000, la economía de la Unión Europea experimentó un claro
aumento de su ritmo de crecimiento durante el segundo semestre de
1999. Así, si bien la demanda interna de la economía de la Unión
Europea aumentó a una tasa del 3 por 100 durante prácticamente
todo 1999, la débil tasa de crecimiento de las exportaciones al resto
del mundo pesó sobre la economía en la primera mitad del año a
pesar de presentar un saldo neto positivo. En este sentido, se produjo una aceleración del PIB mundial, cuyo producto bruto según la
Comisión Europea creció en términos globales un 3,3 por 100 en
1999. Esta aceleración de la actividad a escala mundial permitió
invertir la tendencia de las exportaciones de la Unión Europea que
101
Véase CES, Memoria sobre la situación socioeconómica y laboral, 1998,
págs. 170 y ss.
102
El 16 de marzo de 1999 la Comisión Europea dimitió en bloque después de
que se hiciera público el informe elaborado por cinco expertos independientes en
el que detectaban la existencia de irregularidades y la gestión negligente de
algunos comisarios de esta institución.
142
PANORAMA ECONÓMICO
se habían recuperado en la segunda mitad del año, sumándose por
tanto al crecimiento estable de la demanda interna. Así pues, a pesar
de un inicio de año moderado, se estima que en 1999 el crecimiento
de la Unión Europea en su conjunto alcanzó el 2,3 por 100.
Sin embargo, este contexto de crecimiento no fue la tónica predominante durante todo el año 1999, marcado en su primera mitad
por un deterioro de las expectativas. Así, en su Informe de
Primavera de 1999 la Comisión Europea revisó a la baja las previsiones de crecimiento que hizo en el otoño de 1998. La previsión
de crecimiento para toda la zona euro en 1999 se situó entonces en
un 2,2 por 100, frente al 2,6 por 100 que se estimaba en otoño (esta
previsión de otoño de 1998 fue también inferior a la del Informe de
Primavera de 1998). La revisión a la baja se basó en que había
subestimado el impacto negativo de la crisis internacional que estaba afectando especialmente al sector industrial y al exterior, aunque
al mismo tiempo mostraba su confianza en que el consumo privado
y la mejora gradual del contexto internacional permitieran que en
1999 se registrara tan sólo una moderación del ritmo de crecimiento, con lo que el conjunto de la zona euro volvería a crecer en el
año 2000 en torno a un 2,7 por 100. La Comisión estimaba entonces que el PIB español crecería en 1999 un 3,3 por 100 y en el año
2000 un 3,5 por 100.
Este relativo pesimismo se debía a que algunas de las economías
de la zona euro no crecían con la intensidad prevista. Algunas tan
importantes como Alemania o Italia registraron incluso tasas de
crecimiento intertrimestrales negativas en el último trimestre de
1998. Por el contrario, países como Finlandia, Holanda, Irlanda y
Suecia atravesaban momentos de gran expansión económica
(Irlanda creció un 8,3 por 100 en 1999) sin que esta tendencia sirviera para hacer ver al resto la posibilidad de volver a registrar con
cierta rapidez mejores ritmos de crecimiento.
El crecimiento se
acelera en la
segunda mitad
de 1999
Este ambiente inicial de cautela ante las previsiones de crecimiento y de incertidumbre condicionó la acción política de la
Unión Europea durante la primera mitad de 1999. Así, todavía en
el mes de abril de 1999, el Banco Central Europeo (BCE) recortó
medio punto los tipos de interés situándolos en el 2,5 por 100. Esta
reducción se produjo en un contexto de inflación muy moderada en
el área euro (un 0,8 por 100 de crecimiento interanual para el IPC
143
144
Deflactor
de consumo privado
Balanza corriente
(en % del PIB)
Deuda bruta de las
AAPP (en % del PIB)
2,3
1,4
1,5
3,5
3,7
2,8
8,3
1,4
5,0
3,5
2,3
2,9
3,5
3,8
2,0
2,3
2,3
4,1
0,3
3,5
2,0
2,9
3,9
3,8
3,7
7,5
2,7
5,6
4,1
3,2
3,6
4,9
3,9
3,3
3,4
3,4
3,6
1,1
3,3
2,1
2,9
4,0
3,4
3,2
6,2
2,7
5,7
3,7
3,0
3,5
4,2
3,3
3,0
3,1
3,1
3,0
1,8
3,3
7,3
9,2
7,2
13,7
9,9
23,7
6,0
–1,5
7,9
9,8
14,4
5,1
15,1
14,9
9,7
8,9
15,2
–3,9
7,4 6,0
5,7 2,7
5,1 7,9
10,0 9,1
8,4 8,3
8,8 8,2
12,9 10,4
6,2 8,7
19,0 3,5
4,0 7,0
5,3 8,0
7,0 9,0
5,1 9,2
11,5 5,9
6,2 5,3
6,7 7,5
6,6 8,1
7,6 6,1
–3,9 5,8
5,6 1,2 1,1 1,3 1,4
3,5 2,1 0,8 0,2 0,3
6,9 0,4 0,3 0,4 0,7
9,5 3,4 1,2 1,3 1,3
8,0 3,6 3,4 2,8 2,5
7,0 1,2 1,5 1,7 1,3
8,3 5,0 5,1 3,5 2,7
8,8 0,6 1,0 1,1 1,2
8,0 4,4 4,8 4,0 3,8
6,8 2,5 2,5 2,6 2,3
6,9 0,9 1,0 0,9 0,7
9,0 2,6 1,8 1,3 1,3
6,8 2,0 3,3 2,3 1,5
5,1 1,3 2,2 1,4 0,7
3,8 1,0 1,2 1,0 1,0
6,9 1,3 1,3 1,3 1,2
7,6 1,3 1,4 1,4 1,3
4,8 2,1 1,5 1,3 1,0
9,7 –0,7 –0,8 –0,5 –0,5
Fuente: Comisión Europea, Previsiones de primavera, 2000.
2,7
2,7
2,2
3,7
4,0
3,2
8,9
1,5
5,0
3,7
2,9
3,5
5,0
3,0
2,2
2,7
2,7
4,3
–2,5
9,5
5,1
9,4
10,7
18,7
11,7
7,7
11,9
2,8
4,0
4,7
5,1
11,4
8,3
6,3
9,9
10,8
4,5
4,1
9,0
4,5
9,1
10,4
15,8
11,0
6,5
11,3
2,7
3,1
4,4
4,5
10,2
7,0
6,1
9,2
10,0
4,2
4,7
8,5 7,9
4,2 4,4
8,6 7,8
10,0 9,6
13,8 12,1
10,0 9,4
5,7 5,1
10,9 10,4
2,6 2,4
2,4 2,0
4,0 3,6
4,5 4,4
8,9 8,2
6,3 6,0
5,8 5,6
8,5 7,9
9,2 8,5
4,3 4,6
4,9 5,4
1,1
2,1
0,6
2,1
2,2
0,6
2,5
1,7
1,0
2,0
0,5
2,2
1,3
0,6
1,3
1,2
1,1
–
–
1,3
2,4
1,6
2,3
2,5
1,1
3,7
2,1
2,0
2,4
1,3
2,2
2,3
1,6
1,4
1,8
1,8
–
–
1,4
1,7
1,6
2,3
2,2
1,2
3,0
1,9
1,8
3,4
1,0
2,1
2,0
2,0
1,6
1,7
1,8
–
–
4,1
–1,3
–0,2
–1,9
–0,3
2,1
0,9
1,6
–
6,0
–2,0
–6,8
5,9
2,8
0,0
0,9
1,2
–2,3
3,2
4,1
0,9
–0,8
–1,4
–1,8
1,8
0,3
0,9
–
4,8
–2,9
–8,6
5,2
2,1
–1,5
0,2
0,5
–3,4
2,5
4,1 4,5
1,2 1,7
–0,8 –0,5
–2,0 –2,0
–2,4 –2,8
1,6 1,6
–0,5 –0,2
1,0 1,2
–
–
5,4 5,6
–3,5 –3,3
–9,7 –10,1
5,7 6,5
2,5 2,8
–1,5 –1,3
0,1 0,3
0,4 0,6
–4,1 –4,2
2,6 2,6
–1,0
1,2
–1,7
–3,1
–2,6
–2,7
2,1
–2,8
3,2
–0,8
–2,5
–2,1
1,3
1,9
0,3
–1,5
–2,0
0,0
–4,6
–0,9
3,0
–1,1
–1,6
–1,1
–1,8
2,0
–1,9
2,4
0,5
–2,0
–2,0
2,3
1,9
1,2
–0,6
–1,2
0,7
–9,0
–0,5
2,4
–1,0
–1,3
–0,7
–1,5
1,7
–1,5
2,6
1,0
–1,7
–1,5
4,1
2,4
0,9
–0,4
–0,9
1,3
–8,9
–0,2
2,5
–1,4
–0,6
–0,4
–1,2
2,7
–0,8
2,7
0,4
–2,0
–1,5
5,0
2,9
0,7
–0,3
–0,8
1,8
–7,9
117,4
55,6
60,7
105,4
64,9
59,3
55,6
116,3
6,4
67,0
63,5
56,5
49,0
72,4
48,4
69,0
73,1
–
–
114,4
52,6
61,0
104,4
63,5
58,6
52,4
114,9
6,2
63,6
64,5
56,7
47,1
65,5
46,0
67,6
72,3
–
–
110,0
49,3
60,7
103,7
62,3
58,2
45,2
110,8
5,8
58,7
64,0
57,0
42,6
61,3
42,4
65,1
70,5
–
–
105,2
46,3
59,5
99,7
59,9
57,1
38,1
106,6
5,3
54,4
63,6
55,1
38,0
55,4
39,4
62,6
68,2
–
–
0,9
1,3
0,6
4,5
1,8
0,7
2,1
2,0
1,0
1,8
0,8
2,2
1,4
1,0
1,6
1,3
1,1
–
–
Desempleados
(% población activa)
Bélgica
Din.
Alem.
Grecia
España
Francia
Irlanda
Italia
Lux.
Holanda
Austria
Portugal
Fin.
Suecia
R.U.
EU-15
EUR-11
EEUU
Japón
Empleo total
1998 1999 2000 2001 1998 1999 2000 2001 1998 1999 2000 2001 1998 1999 2000 2001 1998 1999 2000 2001 1998 1999 2000 2001 1998 1999 2000 2001 1998 1999 2000 2001
Bienes de equipo
Necesidad (–) o
capacidad (+) neta de
financiación de las AAPP
(en % del PIB)
Países
PIB a precios
constantes
CUADRO I-41
PRINCIPALES INDICADORES ECONÓMICOS 1998-2001
(Tasas de variación interanual y porcentaje del PIB)
PANORAMA ECONÓMICO
armonizado de febrero), previsiones de crecimiento particularmente pesimistas para Alemania (una revisión a la baja desde el 2,2 por
100 de crecimiento del PIB al 1,7 por 100), deterioro del índice de
confianza industrial en Francia, y a pesar de las duras críticas formuladas por el BCE en relación al ritmo menor de lo esperado de
consolidación y ajuste presupuestario de algunos Estados miembros e incluso de la debilidad del euro frente al dólar.
Una vez confirmada la recuperación económica, el BCE esperó
hasta el 4 de noviembre de 1999 para elevar el tipo de interés oficial (repo) medio punto, hasta situarlo en el 3,0 por 100 debido al
repunte generalizado de las tasas de inflación en todo el continente.
Ello se debía a la mejora del contexto económico internacional y al
alza de las materias primas, principalmente. En este contexto, el
Informe de otoño de 1999 de la Comisión Europea revisaba al alza
las previsiones de crecimiento de la Unión Europea, sin considerar
plausible una desviación importante respecto a los objetivos generales de inflación marcados para el área euro a pesar del crecimiento previsto, si bien no manifestaba demasiado optimismo acerca de
la capacidad de generar puestos de trabajo de la economía europea.
Política
monetaria más
restrictiva
A principios de 2000, el BCE subió tres veces consecutivas, un
cuarto de punto cada vez, los tipos de interés, llegando, en mayo,
hasta el 3,75 por 100, ante la evidencia de que, en un contexto de
crecimiento sólido, el crédito al sector privado y el crecimiento del
agregado monetario M3, así como la tendencia de los precios, persistían en su tendencia hacia el desequilibrio. El euro, con todo,
mantuvo su tónica de debilidad cambiaria frente al dólar debido
esencialmente al crecimiento diferencial de la economía estadounidense. Al cierre de esta Memoria, las turbulencias registradas en
los mercados financieros, en particular en las bolsas, pueden haber
alterado el marco de aceleración del crecimiento previsto para la
mayoría de economías occidentales para el año 2000103.
El Gobierno español presentó en enero de 2000 la actualización
del Plan de Estabilidad para España que mantiene como perspectiva
de crecimiento medio hasta el año 2003 el 3,3 por 100 del PIB104. Así,
según el Plan, a pesar de la menor aportación sobre el crecimiento
103
104
Actualización
del plan
de estabilidad
para España
Para un análisis más extenso de política monetaria véase capítulo I, epígrafe 5.
Para un análisis más extenso de política presupuestaria véase capítulo I, epígrafe 6.
145
MEMORIA 1999
prevista para el sector exterior, la demanda interna será la responsable
de que se vaya moderando suavemente el ritmo de crecimiento durante este periodo. El nuevo Plan no contempla aumentos de la inflación
por encima del 2,0 por 100 a lo largo de todo el periodo a pesar de
que la realidad de partida sea de hecho muy distinta. Su objetivo más
ambicioso se encuentra en materia de empleo puesto que se espera
que la tasa de desempleo (medido según la EPA) descienda por debajo del 10,0 por 100 durante este periodo de cuatro años. El Plan fue
aprobado por la Comisión Europea y por el Consejo de ministros de
economía y finanzas (ECOFIN) en el mes de febrero. Ambos órganos
recomendaron, entre otras, instrumentar una política fiscal menos
expansiva, con el objeto de evitar el riesgo de recalentamiento de la
economía española, que podría estar exteriorizándose ya en los precios, mantener la evolución de los salarios condicionada a la de los
precios y productividad, y seguir adoptando reformas estructurales.
7.1.2. El euro casi a punto
Nueva meta:
enero de 2002
En el campo de preparación de la puesta en circulación del euro,
prevista para el 1 de enero de 2002, la Comisión analizó durante
todo el año la posibilidad de acortar dicho plazo. Finalmente, el
periodo de convivencia de monedas y billetes nacionales y euros
durará entre cuatro semanas y dos meses. Cada país tendrá que
determinar de manera concreta las características que tendrá el
canje dentro de su territorio. El objetivo es conseguir que al final
de la primera quincena de enero de 2002 se realicen ya en euros la
mayoría de transacciones en efectivo.
También, la Comisión Europea presentó un Plan de Acción para
alcanzar el mercado único de servicios financieros en los próximos
cinco años que incluye tres objetivos estratégicos: fomentar la
transparencia y seguridad en los servicios financieros para el consumidor, lograr la integración de los mercados mayoristas y adaptar
la normativa supervisora a las nuevas circunstancias.
Del Mibor al
Euribor
146
En España también han progresado a buen ritmo los preparativos
administrativos y de orden práctico para el euro. Así, desde el 1 de
enero de 2000 se aplica una nueva fórmula para calcular los tipos
de interés, en particular el Mibor a un año para préstamos hipotecarios,
que permite una mayor convergencia con el Euribor que es, desde esta
fecha, el único que se aplica a los nuevos créditos. Junto a esta medida
PANORAMA ECONÓMICO
se adoptaron otras: adaptación de la contabilidad de las empresas, con
especial atención sobre las Pymes, y de las Administraciones Públicas,
como por ejemplo de la Seguridad Social; tarifas de colegios profesionales y servicios como notarios y registradores; nuevos modelos de
letra de cambio y de contrato de arrendamiento de fincas urbanas;
mecanismo de pagos fraccionados a cuenta del impuesto de sociedades105; normas aduaneras; otras cuestiones que la Ley sobre introducción del euro dejó pendientes de desarrollo normativo106.
En el mes de mayo de 2000 las bolsas de Londres y Francfort anunciaron su unión para crear el mayor mercado bursátil europeo, con un
volumen de negocio anual de 5,2 billones de euros (865 billones de
pesetas, casi nueve veces el PIB español). A esta fusión se unirán en
una segunda fase las bolsas de Madrid y Milán. El acuerdo de fusión
incluye, además, una alianza con el Nasdaq (que agrupa los valores
tecnológicos en Estados Unidos), para desarrollar un mercado de valores paneuropeos de alto crecimiento. La nueva bolsa se llamará International Exchange y controlará el 53,0 por 100 de todos los títulos
europeos, que suman una capitalización de 4,7 billones de euros y que
cotizarán en la moneda única en un futuro no muy lejano. Con esta
operación, los mercados de Londres y Francfort responden a Euronext,
el proyecto de integración de las bolsas de París, Bruselas y Amsterdam, anunciado en marzo de 2000, que cuenta con un volumen de
negocio de 1,4 billones de euros y una capitalización de 2,6 billones
de euros. El proyecto International Exchange parece más ambicioso
que Euronext puesto que cuenta con la participación a corto plazo de
los mercados de Madrid y Milán, con los que ya ha firmado un acuerdo de intenciones, y porque se completa con un pacto con el Nasdaq
para formar un mercado de valores paneuropeos de alto crecimiento.
El euro induce
Por otra parte, el Comité de los consumidores, con representación ante la Comisión Europea107, consideró preocupante dos cues-
Los consumidores
la creación
de una gran
bolsa europea
y el euro
105
Además de otros impuestos como el IVA e IRPF según el Plan de
Adaptación al Euro de la Agencia Estatal de Administración Tributaria.
106
Ley 46/1998, de 17 de diciembre. Fue objeto de Dictamen por el CES,
Dictamen del CES 9/1998, de 21 de octubre de 1998 sobre el Anteproyecto de Ley
de introducción del euro.
107
Dictamen del Comité de los consumidores sobre el euro y las comisiones
bancarias. Bruselas, 22-3-1999. Dictamen del Comité de los consumidores sobre
expectativas e inquietudes de los consumidores ante la puesta en marcha del euro.
Bruselas, 22-3-1999.
147
MEMORIA 1999
tiones fundamentales sobre el euro: la confusión que existe entre la
población en materia de comisiones bancarias, que puede debilitar
la confianza en la nueva moneda, y la distorsión entre el uso financiero del euro y su utilización ciudadana. En este sentido, concluyó
que no existen medidas concretas para facilitar la transición y
adaptar el uso del euro destinadas a ciudadanos y consumidores en
general, y en particular a colectivos como los discapacitados,
mayores, o emigrantes; por el contrario, sí fueron objetivo de medidas y campañas concretas las entidades bancarias, las empresas, los
productores con etiquetados en precios, las organizaciones profesionales, las asociaciones de profesionales y las Administraciones
Públicas. El Comité subrayó, asimismo, los problemas que se pueden registrar durante el periodo en el que circularán simultáneamente euros y monedas nacionales.
También las asociaciones de consumidores y usuarios de
Bélgica, España, Francia, Italia, y Portugal estudiaron cómo se realizan los pagos transfronterizos y el cambio de moneda entre estos
países, concluyendo que los costes de transferir pequeñas cantidades de dinero entre países de la zona euro siguen siendo muy elevados (una media de un 14,07 por 100 de la cantidad transferida).
Denunciaron, además, que a pesar de haber desaparecido el riesgo
cambiario, las entidades financieras siguen cobrando comisiones de
cambio en concepto de manipulación y custodia de monedas y
billetes. Concluyeron que, en todos los países menos en Portugal,
había disminuido el coste de cambiar moneda aunque siga siendo
elevado (una media de un 6,0 por 100).
7.1.3. Pocos progresos en el proceso de armonización fiscal
Nuevo “paquete
Monti”
148
La aprobación del denominado “paquete fiscal”: fiscalidad del
ahorro, un código de conducta fiscal de las empresas para evitar las
subvenciones desleales, y la imposición sobre cánones y tasas entre
filiales de transfronterizas, estuvo bloqueada durante todo 1999
debido a la primera cuestión. Este último aspecto del también
denominado “paquete Monti”, persigue armonizar la fiscalidad del
ahorro y por tanto el tratamiento de los fondos de los no residentes
depositados en mercados muy liberalizados como el británico o el
luxemburgués, lo cual exige un gran esfuerzo de aproximación de
posiciones. En cuanto a su segunda dimensión, básicamente relativa a la imposición a las empresas, los problemas se han generado
PANORAMA ECONÓMICO
no tanto a la hora de definir las buenas conductas, sino a la de identificar los regímenes preferenciales potencialmente perjudiciales.
Para la Comisión Europea esta armonización es esencial para construir un mercado único integrado, y sin reductos de privilegios que
permitan eludir el fisco y por tanto descapitalizar la Europa social
gracias a la libertad de movimientos de capitales.
La fiscalidad del ahorro centró buena parte de las discusiones a
lo largo de 1999 y 2000 en el ECOFIN. Así, en contra de la propuesta defendida por la Comisión Europea desde un principio, el
Reino Unido y Luxemburgo se opusieron a la aplicación de una
retención del 20,0 por 100 sobre los rendimientos de capital o a
tener que informar sobre las rentas de este tipo obtenidas en sus
territorios por ciudadanos de otros países de la Unión Europea.
Para favorecer los intereses del poderoso sector financiero británico, el Reino Unido planteó la alternativa de librar de esta obligación a las emisiones de eurobonos y Luxemburgo mostró su deseo
de que ciertos fondos de inversión domiciliados en su país recibieran el mismo trato de favor. En el Consejo Europeo de Helsinki de
diciembre de 1999 con el que se cerró el semestre de presidencia
finlandesa, ambos países no cedieron en sus exigencias, bloqueando cualquier posibilidad de acuerdo. Tan sólo se alcanzó un acuerdo que enuncia el principio que deberá regir la fiscalidad del
ahorro, de manera que todos los ciudadanos residentes en un
Estado miembro de la Unión deberán pagar todos los impuestos
aplicables a los rendimientos del ahorro.
Fiscalidad del
ahorro
En el momento del cierre de esta edición de la Memoria, en las
negociaciones del ECOFIN perdía peso el plan de imponer una
retención generalizada del 20,0 por 100 en favor de levantar el
secreto bancario. Esta nueva posición satisface al Reino Unido, de
manera que sería sólo Luxemburgo el Estado miembro que podría
obstaculizar finalmente la consecución de un acuerdo definitivo. El
acuerdo consistiría en negociar la creación de un sistema de intercambio de información financiera entre los Estados miembros para
conocer los rendimientos que obtienen los inversores europeos,
sean residentes o no. El acuerdo implicaría abandonar la polémica
retención del 20,0 por 100 al ahorro de los ciudadanos de la Unión
Europea que invierten en otros Estados de la Unión, al tiempo que
podría constituir una fórmula que permita, tal y como desea la
Comisión Europea, combatir la evasión fiscal y armonizar el trato
149
MEMORIA 1999
fiscal al ahorro. Esta propuesta respetaría lo que se conoce como
principio de coexistencia, de modo que unos Estados aplicarían
retenciones mientras que otros optarían por intercambios obligatorios de información y retenciones voluntarias. Así, la posibilidad
de imponer una retención quedaría como una competencia exclusiva de cada Estado. El Reino Unido se ha declarado dispuesto a
facilitar información sobre los eurobonos de su mercado y sobre
los paraísos fiscales bajo su soberanía, al tiempo que otros Estados
(como Alemania, Austria y Luxemburgo), han suavizado su negativa a levantar los rigurosos sistemas de secreto bancario que rigen
en sus sistemas bancarios.
La Comisión Europea va a poner en marcha también, para
impulsar el otro gran apartado del “paquete Monti”, el código de
conducta fiscal de las empresas, una investigación para acabar con
al menos 66 medidas fiscales que considera perjudiciales para la
competitividad y el mercado interno. La Comisión desea poner en
marcha definitivamente su plan para acabar con la competencia
desleal por motivos fiscales que afecta a muchas empresas.
Durante este año se trabajó también sobre otras cuestiones fiscales como el proyecto de Directiva relativo a la fiscalidad de los
intereses y royalties pagados entre empresas asociadas, que está
directamente relacionado con el segundo componente del “paquete
Monti”. Esta Directiva pretende suprimir las retenciones en la
fuente para ciertas operaciones, como los flujos de tecnología o de
capitales, para evitar casos de doble imposición, beneficiando principalmente a países como Grecia o Portugal, que son los mayores
importadores netos, en proporción a su PIB, de conocimientos y
tecnología desarrollados por otros países.
Armonización
del IVA
150
La Comisión Europea presentó también un plan para armonizar
a medio plazo los tipos del IVA entre el 18,0 y el 20,0 por 100 en
todos los Estados miembros. Actualmente, la horquilla de tipos
abarca desde el 16,0 hasta el 25,0 por 100. Según este proyecto,
además del tipo general, existiría uno reducido, exclusivo para bienes y servicios considerados de primera necesidad, y uno elevado
para bienes y servicios de lujo. Esta reforma constituye parte del
objetivo de reducir los impuestos que gravan las rentas del trabajo
y los impuestos directos en general, y reemplazarlos por indirectos
centrados sobre magnitudes como el consumo.
PANORAMA ECONÓMICO
Por otro lado, y también en relación al IVA, la Comisión ha
vuelto a plantear ya en el año 2000 la necesidad de volver a intentar reformar el sistema común de este impuesto para conseguir por
fin llegar a un sistema de gravamen en el origen.
El Consejo de ministros de economía y finanzas (ECOFIN)
acordó en Turku, durante la presidencia finlandesa del segundo
semestre de 1999, fijar un tipo de IVA reducido a cinco actividades
intensivas en mano de obra: pequeñas reparaciones, reformas de
viviendas, limpieza de cristales y de hogar, asistencia a domicilio y
peluquería. Según lo acordado, cada gobierno sólo podrá recortar
el IVA en dos de estas categorías. El objetivo de esta medida es
fomentar el empleo en empresas que ofrecen servicios locales, así
como luchar contra la economía sumergida.
Otras medidas, como la propuesta de creación de figuras fiscales relacionadas con el consumo de energía, apenas han avanzado
durante 1999 ante la dura oposición presentada por países como
España. La Comisión también ha planteado la necesidad de alcanzar en la Unión Europea un mercado único de fondos de pensiones.
Otras medidas
La Comisión Europea emprendió en el mes de julio de 1999 un procedimiento contra seis tipos de ayudas fiscales de las diputaciones vascas y una del régimen foral de Navarra por considerarlas ayudas de
Estado al estar financiadas con recursos públicos, por falsear la competencia y afectar al mercado común, y por no derivar de la autonomía fiscal de la que gozan estos territorios. Las medidas vascas son incentivos
tributarios en forma de crédito fiscal por el 45,0 por 100 del valor de las
inversiones que supere los 2.500 millones de pesetas y las vacaciones
fiscales para las empresas de reciente creación que suponen una reducción de las base imponible en un 99,0, 75,0, 50,0 y 25,0 por 100 durante
los cuatro primeros ejercicios en que se obtengan beneficios. En Navarra
existe una disminución del 50,0 por 100 del importe del impuesto durante los primeros cuatro ejercicios fiscales consecutivos con beneficios.
Fiscalidad foral
fiscales
y Europa
7.2. ¿HACIA LA CONVERGENCIA REAL?
Una de las cuestiones recurrentes cuando se analiza la evolución
del proceso de integración de la economía española en la de la
Unión Europea es la de la convergencia real. Al fin y al cabo la convergencia real constituye uno de los principales objetivos, por no
La convergencia
real: objetivo
último de la
integración
151
MEMORIA 1999
decir el primero, del propio proceso de integración. No en vano la
convergencia real marca la equiparación de los niveles de riqueza
y por tanto de bienestar. Para estudiar esta cuestión es necesario,
como premisa, definir lo que implica el concepto de convergencia
real, siempre más difuso que el de convergencia nominal.
En los últimos años, y muy en especial desde la última fase
recesiva de la economía española, es patente la aproximación registrada en la llamada convergencia nominal108, definida en grandes
líneas en el marco del proceso de Unión Económica y Monetaria
como el cumplimiento de los criterios de inflación, tipos de interés,
déficit público, deuda pública y tipo de cambio.
La convergencia real, cuestión de trascendencia evidente, ha
sido objeto de análisis durante 1999 en diferentes estudios, probablemente como consecuencia lógica del cumplimiento definitivo de
los criterios de convergencia nominal que dieron acceso a España a
la moneda única, toda vez que esta cuestión podría haber comenzado a pasar a un segundo plano.
No desatender la
convergencia
nominal
¿Cómo medir la
convergencia real?
Con todo, a pesar de los progresos registrados avalados por la
participación de España en el euro, la convergencia nominal no
debe ser desatendida por su clara relación con la evolución del concepto de mayor trascendencia a medio y largo plazo, la convergencia real. La tendencia al alza de los precios en algunos países que
forman parte de la Unión Monetaria como España, Italia y Portugal
podría afectar a la capacidad competitiva de estas economías, algo
crucial teniendo en cuenta que la productividad media en España,
al margen de los problemas técnicos que la medición e incluso la
definición de este indicador plantea, es actualmente claramente
inferior a la media comunitaria. Un diferencial positivo de inflación puede ralentizar el crecimiento complicando y retrasando la
convergencia real.
El método más habitual para medir la convergencia real es el de
comparar el nivel de PIB per cápita español con el de los países
europeos más avanzados o, como es habitual, con la media del conjunto de la Unión Europea. El PIB per cápita está directamente
108
Véase CES, Memoria sobre la situación socioeconómica y laboral, 1996,
1997 y 1998.
152
PANORAMA ECONÓMICO
relacionado con la productividad del trabajo y la proporción de
población que está empleada. Por ello, la productividad del trabajo
y el empleo configuran los dos ejes esenciales que el análisis de la
convergencia real debe seguir. Esta vía implica, no obstante,
importantes problemas técnicos y prácticos109. La simple observación de la productividad calculada como el cociente entre PIB y
empleo puede conducir a equívocos generados por numerosas razones. La realidad estructural de una economía es la de un conglomerado de sectores distintos, con dotaciones de factores muy
diferentes y con un uso de los mismos también muy distinto. Por
ello, la única vía para indagar en el comportamiento real de una
variable tan difusa como la productividad exige revisar sector a
sector la relación estricta entre el producto y el empleo. Ello permite subsanar las dificultades derivadas de la proliferación de distintos tipos de jornada, aunque exige asumir las limitaciones de
supuestos como el ceteris paribus para el resto de parámetros que
condicionan la realidad productiva de un sector particular y no
resuelve el problema que suscita la agregación de los resultados
obtenidos en cada sector. Otros problemas se deben a razones estadísticas como, por ejemplo, la ruptura de series de producción y de
empleo en la contabilidad nacional.
Por ello, el sistema más adecuado para medir la convergencia
consiste en evaluar las variables de las que depende directamente la
productividad del trabajo, condicionada por el capital disponible
tanto en su vertiente física como inmaterial, y asumiendo por tanto
que el crecimiento diferencial de la productividad marca la tendencia de la convergencia real.
El sistema más adecuado para medir la convergencia consiste en
evaluar las variables de las que depende directamente la productividad del trabajo, condicionada por el capital disponible tanto en su
vertiente física como inmaterial, y asumiendo por tanto que el crecimiento diferencial de la productividad marca la tendencia de la
convergencia real.
Esta argumentación conduce a investigar la evolución de la productividad del trabajo, a partir de las cautelas que se derivan de sus
problemas de cálculo, y de los indicadores explicativos de la
109
Para un análisis más detallado véase capítulo II, epígrafe 2.2.1.
153
MEMORIA 1999
misma como los stocks de capital físico, humano, tecnológico y de
infraestructuras (o capital público).
Siguiendo un esquema similar a éste, el Banco de España110 ha
estimado para el periodo 1986-1998 la evolución de las variables
más significativas para la convergencia real. Así, el Banco de
España obtiene que en 1986 el PIB per cápita español equivalía
a un 69,0 por 100 de la media comunitaria debido principalmente a
una productividad aparente del trabajo de un 95,0 por 100 con relación a la del conjunto comunitario y a una tasa de ocupación de un
73,0 por 100 respecto a la media también comunitaria (teniendo en
cuenta que la tasa de actividad era de un 90,0 por 100 respecto a la
media comunitaria). En ese año inicial la situación de la dotación
de factores explicativos de la productividad del factor trabajo era,
respecto a la media comunitaria entendida como nivel 100, de un
68,0 por 100 para el capital físico, un 36,0 por 100 para el capital
tecnológico, un 60,0 por 100 para el capital humano, y un 37,0 por
100 para el capital público por habitante, evidentemente unos niveles de partida en el momento de ingresar en las Comunidades
Europeas claramente deficitarios.
El Banco de España encuentra que durante el periodo 19861998, el esfuerzo realizado por la economía española para salvar
estas diferenciales ha sido importante. En 1998 el PIB per cápita
español equivalía ya a un 79,0 por 100 de la media comunitaria, la
productividad aparente del trabajo a un 91,0 por 100 de la del conjunto comunitario, y la tasa de ocupación había aumentado también
hasta un 86,0 por 100 respecto a la media también comunitaria.
Obviamente la productividad también ha crecido en estos años en
el resto de la Unión Europea. Así es que mientras que el crecimiento del PIB europeo se ha producido casi exclusivamente en estos
años a costa de mejorar la productividad, en España este aumento
del PIB, que ha sido de un 39,0 por 100, 17 puntos por encima del
crecimiento del PIB per cápita medio comunitario, se debió en un
17,0 por 100 al crecimiento de la productividad y en un 19,0 por
100 al de la tasa de ocupación.
Esta tendencia ha tenido su reflejo lógico en la de la dotación de
factores de los que depende la productividad aparente del factor tra110
154
Informe anual 1998, pág. 21. Banco de España, 1999.
PANORAMA ECONÓMICO
bajo. Así, los niveles en 1998 de estos factores eran ya, respecto a la
media comunitaria, de un 74,0 por 100 para el capital físico (un crecimiento de un 31,0 por 100 en el periodo analizado frente a un 21,0
en la UE), de un 45,0 por 100 para el capital tecnológico (crecimiento de un 57,0 por 100 frente a un 28,0 en la UE), de un 65,0 por 100
para el capital humano (crecimiento de un 28,0 por 100 frente a un
18,0 en la UE), de un 64,0 por 100 para el capital público por habitante (crecimiento de un 100,0 por 100 frente a un 15,0 en la UE). La
tasa de actividad era entonces ya del 94,0 por 100 de la media comunitaria. Así, se constata también que las dotaciones de factores de los
que depende la productividad aparente del factor trabajo han crecido
en el periodo 1986-1998 más que en el resto de la Unión Europea.
Este análisis permite extraer algunas conclusiones en el camino
de la convergencia real. En primer lugar, se constata que la reducción de la brecha real respecto a la media europea se ha conseguido
esencialmente gracias a la generación de empleo. En segundo lugar,
en cuanto a esta creación de empleo, la dotación de factores fijos,
por su insuficiencia, impide obtener todo el potencial que ofrece el
factor trabajo en España. Por ello, a pesar del importante esfuerzo
realizado, el nivel de empleo generado en estos años es insuficiente.
En este sentido, en cuanto a la tendencia de la productividad, el
estudio del Banco de España muestra que ésta ha crecido menos en
España que en el conjunto de la Unión Europea en estos años (partiendo de una situación de un 95,0 por 100 respecto a la media en
1986 se habría llegado a un 91,0 en 1998), y a pesar de un comparativamente mayor crecimiento de la dotación de factores. Así, el
carácter acumulativo de los stocks de factores sobre la productividad global explicaría este menor crecimiento y las dificultades y
retos que plantea el objetivo de la convergencia real. Tal y como se
exponía al principio, resulta fundamental atender a la evolución
sectorial de la misma para alcanzar conclusiones firmes. Así, mientras que la productividad de la industria habría crecido un 30,0 por
100 en este periodo, la de los servicios apenas lo habría hecho.
Ambos razonamientos, desde la perspectiva del empleo y de la
productividad, conducen a la misma conclusión final, la dotación
de factores productivos sigue siendo insuficiente y su ritmo de crecimiento también. A pesar de que el crecimiento de la dotación fija
de factores ha sido claramente mayor en España que en el resto de
155
MEMORIA 1999
Europa en el periodo analizado, su nivel actual se encuentra todavía lejos de la media europea en todas sus categorías debido a los
extremadamente deficitarios niveles de los que se partía, de manera
que la productividad aparente del factor trabajo en España no sólo
es menor, sino que incluso crece en conjunto a menor ritmo que en
la Unión Europea.
Esta conclusión conduce a cuestionar por insuficiente el ritmo
de inversión en capital físico, humano, tecnológico y público de la
economía española, lo que lleva a un modelo de convergencia real
excesivamente apoyado, sobre todo, en la creación de empleo
(aproximando los niveles de empleo y actividad a la media comunitaria). De ser así, y si se mantiene la actual insuficiencia inversora, sus efectos podrían agotarse en cuanto estas variables (actividad
y empleo) se equiparen a la media comunitaria limitando la capacidad de culminar el proceso de convergencia real de la economía y
sociedad española con la Unión Europea. Además, como se apuntaba antes, tampoco parece posible aproximar los niveles de
empleo y actividad a la media comunitaria mientras no lo hagan
también las dotaciones de factores productivos.
7.3. POLÍTICA EUROPEA DE EMPLEO Y POLÍTICA SOCIAL
7.3.1. Política europea de empleo
Pacto europeo
por el empleo
En el Consejo Europeo de Colonia, celebrado los días 3 y 4 de
junio de 1999, se aprobó el Pacto europeo por el empleo. El
Consejo considera la estrategia de Colonia como el tercer eje en
favor de la creación de empleo junto a las estrategias de
Luxemburgo (empleo 111) y Cardiff (reformas económicas 112).
111
Véase CES, Memoria sobre la situación socioeconómica y laboral, 1997,
págs. 181 y ss.
112
En esta Cumbre celebrada en junio de 1998, los Estados miembros de la
Unión Europea abogaron por la necesidad de profundizar en las reformas
estructurales. Además de ratificar la nueva política de empleo, se analizaran los
informes sobre los Planes Nacionales de Empleo, se estudió la propuesta de
Grandes Orientaciones sobre Política Económica elaborada por la Comisión
Europea asumiendo la necesidad de profundizar en la aplicación de nuevas
reformas estructurales para conseguir un funcionamiento eficaz de todos los
mercados. Por esta razón los Estados miembros elaborarán anualmente informes
sobre los mercados de productos (bienes y servicios) y de capitales. Véase CES,
Memoria sobre la situación socioeconómica y laboral, 1998, págs. 144 y ss.
156
PANORAMA ECONÓMICO
Este Pacto aglutina una serie de medidas destinadas a conseguir
una reducción importante del desempleo agrupadas en torno a
tres aspectos fundamentales que coinciden con los tres ejes mencionados:
• Coordinación de las políticas económicas y más diálogo
macroeconómico entre el Consejo, el BCE, la Comisión
Europea y los interlocutores sociales europeos para asegurar
una mejora de las interacciones entre evolución de los salarios
y política monetaria, un crecimiento estable y no inflacionista
y la creación de empleo (Proceso de Colonia).
• Potenciación y desarrollo de la estrategia coordinada de empleo
con el objeto de mejorar la eficiencia del mercado de trabajo
mediante la mejora de las aptitudes para el empleo, del espíritu
de empresa y de la capacidad de adaptación de las empresas y
de sus trabajadores, así como de la participación con iguales
derechos de las mujeres en la actividad laboral (Proceso de
Luxemburgo).
• Reforma y modernización de la estructura económica para
aumentar la capacidad de innovación y la eficacia de los mercados de bienes, servicios y capitales (Proceso de Cardiff).
Para articular estas medidas, en opinión del Consejo, deben
desarrollarse otras líneas de trabajo, como la identificación clara,
para permitir su máximo aprovechamiento, de los sectores especialmente creadores de empleo, y la introducción de innovaciones
en los mercados de trabajo que fomenten el empleo y sean socialmente efectivas. Con este objetivo es procedente estudiar si se pueden ampliar o modificar los objetivos marcados en la Cumbre de
Empleo de Luxemburgo de 1997 y si las modificaciones en la organización del trabajo y en el tiempo de trabajo pueden contribuir a
crear nuevos empleos.
El Consejo Europeo ha considerado que el diálogo macroeconómico con participación de representantes del Consejo, de la
Comisión, del BCE y de los interlocutores sociales constituye un
planteamiento eficaz para la puesta en práctica de la política
macroeconómica orientada al crecimiento y la estabilidad definida
en las Orientaciones para las políticas económicas de los Estados
Diálogo
macroeconómico
157
MEMORIA 1999
miembros y de la Comunidad. El Consejo Europeo considera que
este diálogo constituye el fundamento de una colaboración eficaz
entre todos los interesados.
El diálogo macroeconómico arrancó oficialmente en el otoño de
1999 con el objeto de coordinar la política económica de los quince
Estados miembros con los interlocutores sociales y con el BCE.
Sus grandes novedades consisten en la incorporación del debate de
la negociación de los salarios a la formulación de la política económica general en la Unión Europea, así como al hecho de que, por
primera vez, el BCE se sienta a discutir con los agentes sociales
europeos y con la Comisión las principales líneas de política económica en la Unión.
Otras medidas
adoptadas en
Colonia
En el marco de la puesta en práctica concreta de los Procesos
de Luxemburgo y de Cardiff, el Consejo Europeo ha pedido a
la Comisión que, a partir de las comparaciones de prácticas idóneas llevadas a cabo hasta ahora, deduzca recomendaciones concretas relativas a medidas de los Estados miembros referentes al
empleo e informe al respecto al Consejo. Además, el Consejo
Europeo de Colonia ha concedido especial prioridad a las siguientes medidas:
• Pleno aprovechamiento del cambio estructural a la sociedad de
servicios, en particular determinación y aprovechamiento
de sectores especialmente creadores de empleo, así como
reducción de los obstáculos en el sector de los servicios de
gran intensidad de mano de obra.
• Innovaciones en el mercado de trabajo que fomenten el
empleo y sean socialmente eficaces en los mercados laborales.
El Consejo Europeo ha pedido a la Comisión y a los Estados
miembros que estudien las siguientes cuestiones:
• Cómo hacer más eficaces para el empleo la explotación de
puestos de trabajo en la parte de uso intensivo de mano de obra
del sector de los servicios.
• Cómo aumentar la eficacia del proceso de Luxemburgo
mediante la fijación de objetivos adicionales verificables.
158
PANORAMA ECONÓMICO
• Cómo conseguir en el marco del proceso de Luxemburgo la
mayor transparencia posible respecto a las medidas y modos
de actuación de los planes de acción nacionales para el
empleo.
• Modificaciones en la organización del trabajo y en la regulación del tiempo de trabajo que pueden contribuir a crear nuevos puestos de trabajo.
Como consecuencia de lo acordado en Colonia, la Unión
Europea va a reforzar sus políticas de apoyo a la contratación y el
empleo de personas mayores, así como su participación en la vida
económica y social en general, de las mujeres y de los jóvenes. Por
ello durante la presidencia finlandesa del segundo semestre de
1999 se han generado propuestas como: lanzamiento de la nueva
iniciativa comunitaria (EQUAL) en materia de igualdad de oportunidades entre hombres y mujeres y contra la discriminación en
todas sus dimensiones, difusión de los trabajos del Comité permanente de empleo113, modernización de la protección social y promoción pública del diálogo social a escala europea. Este Consejo
ha aprobado también el memorándum “La juventud y Europa:
nuestro futuro”, que presenta un plan de medidas destinadas a ser
puestas en marcha en los próximos años con el objetivo de facilitar
el acceso de los jóvenes al empleo.
Apoyo al empleo
de jóvenes,
mujeres
y mayores
La Comisión estima que es muy difícil cambiar, como persiguen
algunos gobiernos, prácticas muy arraigadas como la prejubilación,
porque es esperada con anhelo por muchos trabajadores, porque
también está bien vista por una mayoría de jóvenes que ve en ella
una vía para el empleo, y porque cuenta con el apoyo tácito de sindicatos y empresarios.
El Consejo Europeo de Colonia también decidió impulsar la
inversión en materia de empleo para lo que instó al Banco Europeo
de Inversiones (BEI) a desbloquear 500 millones de euros suplementarios del actual marco de financiación de capital riesgo, así
113
Comité presidido por el Consejo y del que forman parte también la
Comisión Europea y los agentes sociales europeos CES y UNICE. Todos ellos
tienen capacidad de convocatoria de reuniones, respetando un plazo de un mes
para hacer el llamamiento y de 15 días para dar a conocer el orden del día.
159
MEMORIA 1999
como a poner otros 1.000 a disposición para financiar inversiones
de alta tecnología en pymes y a ampliar la concesión de créditos a
los sectores de renovación urbana, formación, sanidad y medio
ambiente.
Opinión de los
agentes sociales
europeos sobre el
pacto para el
empleo
Recomendaciones
y directrices de
empleo 2000
160
Los agentes sociales europeos, Confederación europea de sindicatos (CES), Confederación de industrias y empleadores de Europa
(UNICE) y Confederación de empresas públicas europeas (CEEP),
presentaron en el Consejo europeo de Colonia una declaración conjunta, apoyando la idea de desarrollar una estrategia europea para el
empleo centrada en tres ejes: la mejora y aplicación de la estrategia
europea de Luxemburgo; la mejora de la competitividad y del funcionamiento de los mercados de productos, servicios y capitales
según las conclusiones de la Cumbre de Cardiff; y la promoción del
crecimiento y del empleo, manteniendo la estabilidad de los precios
mediante una buena interacción entre la política presupuestaria,
monetaria y la evolución de los salarios en el plano macroeconómico. Desde una perspectiva individual, la CES considera
necesario optimizar la transparencia, cuantificar los objetivos en
materia de empleo y vincularlos a un calendario estricto, inscribiendo las medidas laborales en el marco de una estrategia macroeconómica coordinada. La CES considera también necesario contemplar
la posibilidad a medio plazo de incluir en el Tratado los derechos
fundamentales de los ciudadanos y de los trabajadores. UNICE, a su
vez, propone un planteamiento más cualitativo de las nuevas medidas, que no debería llevar a valorarlas en función del número de
reglamentaciones, persiguiendo fines como la promoción a escala
europea de las prácticas con mejores resultados de los Estados
miembros. En este sentido la Europa social debe ser la del empleo.
La presidencia finlandesa del segundo semestre de 1999 se cerró
con la Cumbre de Helsinki que adoptó las líneas directrices para las
políticas de empleo 2000, el Informe conjunto en materia de empleo
1999 y las recomendaciones del Consejo para la aplicación de las
políticas de empleo de los Estados miembros, que siguiendo la recomendación de la Comisión contiene por primera vez recomendaciones
individualizadas para los Estados miembros que parten de la constatación de que a pesar de la buena evolución general del empleo en toda
la Unión Europea en 1999 algunos países han conseguido mejores
resultados que otros. Para España recomienda aumentar el número y
la eficacia de las medidas activas individualizadas para reducir los flu-
PANORAMA ECONÓMICO
jos de entrada de jóvenes y adultos en paro de larga duración, fomentar el espíritu empresarial e intensificar la integración de la igualdad
de oportunidades entre hombres y mujeres en la política de empleo.
Las líneas directrices para las políticas de empleo de los Estados
miembros para el año 2000 aprobadas en Helsinki son114: mejorar
la capacidad de inserción profesional; desarrollar el espíritu de
empresa; alentar la capacidad de adaptación de las empresas y de
sus trabajadores; y fortalecer las políticas de igualdad de oportunidades entre hombres y mujeres.
El Gobierno español presentó en el mes de mayo de 1999 el
Plan de Empleo para ese año, con cierto retraso, que prevé un gasto
de 1,49 billones de pesetas distribuido según los cuatro pilares de
las directrices de empleo de Luxemburgo. El Plan prevé mejorar la
empleabilidad de 900.000 parados, impulsar la movilidad geográfica de parados, orientar la acciones formativas hacia colectivos
como los jóvenes y mujeres desempleadas e impulsar la formación
a lo largo de toda la vida laboral. Los sindicatos criticaron el Plan
por no haber sido negociado y por no incluir la reducción de jornada y la ampliación de las prestaciones por desempleo. Los empresarios demandaban una rebaja generalizada de las cotizaciones
sociales que tampoco ha sido incluida115.
Planes de empleo
Al cierre de esta Memoria se presentó el Plan de empleo para el
año 2000116 del que ya se conocían sus principales cifras: un aumento del gasto de un 6,0 por 100 respecto al del año anterior y 100.000
beneficiarios adicionales que actualmente están en desempleo.
Plan de empleo
en España
para el año 2000
7.3.2. Cumbre de Lisboa: la Cumbre del empleo
y de las nuevas tecnologías
La Cumbre de Lisboa celebrada en el mes de marzo de 2000 ha
supuesto el principal impulso al proceso de integración europeo
desde la entrada en vigor del euro. En esta Cumbre extraordinaria
114
Decisión del Consejo de 13 de marzo de 2000 relativa a las Directrices para
las políticas de empleo de los Estados miembros para el año 2000. DOCE-L 72/15,
21-3-2000.
115
Para un análisis más extenso de política de empleo en España véase
capítulo II, epígrafe 4.
116
Véase capítulo II, apartado 4.
161
MEMORIA 1999
los jefes de Estado y primeros ministros de los quince se han planteado un triple reto estratégico para hacer frente con éxito a la globalización: en primer lugar, adecuar las políticas macroeconómicas
para lograr el pleno empleo en el año 2010, en segundo lugar, conseguir que en esa fecha Europa sea un espacio más competitivo que
los Estados Unidos, dando amparo al desarrollo de la nueva economía y del capital humano, basados ambos en el conocimiento y, en
tercer lugar, modernizar los sistemas de protección social y promover por mecanismos dinámicos la creación de empleo, combinando
la cohesión social y la competitividad.
Cumbre de Lisboa
La Comisión Europea planteó en Lisboa que la Unión Europea
alcance el pleno empleo en el año 2010, consiguiendo antes, en el
2006, que el desempleo se reduzca hasta el 6,0 por 100, pero elevando la tasa media de actividad hasta el 70,0 por 100 de la población en edad de trabajar en el 2010, frente al 61,0 por 100 actual.
Ello implica pasar por un 65,0 por 100 de actividad en el 2006. El
desempleo final sería exclusivamente friccional, de un 3,0-4,0 por
100. La Comisión esperaba que el clima económico positivo favoreciera la disposición de los gobiernos a comprometerse en cuanto
a objetivos cuantitativos, y así ha sido. Los objetivos concretos en
materia de creación de empleo, tan rotundos como es alcanzar el
pleno empleo, añadieron finalmente el contenido político necesario
a una Cumbre que podía carecer, por la vaguedad de los objetivos
perseguidos, de la suficiente entidad.
En cuanto a la consecución por el conjunto de la Unión Europea
de una tasa media de crecimiento del 3,0 por 100 durante este
periodo, en Lisboa se ha dejado bien claro que este ritmo es deseable, mientras ello no implique modificar el Pacto de estabilidad y
crecimiento ni la independencia del BCE. La Comisión ha declarado que estas cifras no deben plantearse como un objetivo que se va
a conseguir sin más, sino como una meta que debe cumplirse,
siempre y cuando ciertas condiciones necesarias se produzcan.
Economía basada
en el conocimiento
y apoyada en
Internet
En esta Cumbre la Unión Europea se ha fijado un nuevo objetivo
estratégico para la próxima década que consiste en intentar convertirse en la economía basada en el conocimiento117 más competitiva y
dinámica del mundo, capaz de crecer económicamente de manera
117
162
Véase capítulo III, epígrafe 4.
PANORAMA ECONÓMICO
sostenible con más y mejores empleos y con mayor cohesión social.
Para alcanzarlo, el Consejo ha adoptado una estrategia global que
debe conseguir:
• Preparar el paso a una economía y una sociedad basadas en el
conocimiento mediante la mejora de las políticas relativas a la
sociedad de la información y de I+D, así como mediante
la aceleración del proceso de reforma estructural a favor de la
competitividad y la innovación, y la culminación del mercado
interior
• Modernizar el modelo social europeo mediante la inversión
en capital humano y la lucha contra la exclusión social.
• Mantener las sólidas perspectivas económicas y las expectativas favorables de crecimiento mediante la aplicación de un
conjunto de medidas políticas macroeconómicas adecuadas.
Estos objetivos están diseñados para intentar que la Unión
pueda alcanzar las condiciones necesarias para el pleno empleo al
tiempo que se progresa en el proceso de cohesión regional. El objetivo del pleno empleo en Europa requiere una nueva estructura
social más flexible y adaptada a las opciones personales de mujeres
y hombres. Las medidas que se deben poner en marcha pueden
alcanzar estos objetivos si se aplican en un contexto macroeconómico sólido. En este sentido, un crecimiento económico medio en
torno al 3,0 por 100 podría constituir una previsión realista para los
próximos años.
Objetivo: crecer
un 3,0 por 100
en los próximos
años
Para conseguir este objetivo es necesario mejorar los procesos
de toma de decisiones existentes, reforzando su coordinación a
todos los niveles. Así, mediante una mejor guía y coordinación por
parte del Consejo Europeo será posible garantizar una dirección
estratégica más coherente y un control efectivo de los trabajos. El
Consejo Europeo, en una sesión que deberá celebrarse cada primavera, determinará los mandatos correspondientes y garantizará su
cumplimiento.
Las primeras medidas que se adoptarán afectarán a la difusión de
Internet y de las nuevas tecnologías de la información. En el año 2001
todas las escuelas deberán tener acceso a Internet, en el año 2002 todos
163
MEMORIA 1999
los profesores deberán controlar las nuevas tecnologías y en el 2005
esta cualidad deberá ser extrapolable al conjunto de la población.
Líneas de
actuación
Las medidas aprobadas que se pondrán en marcha durante los
próximos años, abarcan los siguientes campos:
Preparación del paso a una economía competitiva, dinámica y
basada en el conocimiento:
• Creación de una sociedad de la información al alcance de
todo el mundo.
• Creación de una zona europea de investigación e innovación.
• Creación de un entorno propicio para el inicio y el desarrollo
de empresas innovadoras y en particular Pymes.
• Adoptar reformas económicas para el logro de un mercado
interior plenamente operativo.
• Mercados financieros eficaces e integrados.
Modernización del modelo social europeo mediante la inversión en capital humano y la constitución de un estado activo de
bienestar:
• Educación y formación para la vida y el trabajo en la sociedad
del conocimiento.
• Más y mejores empleos para Europa: desarrollo de una política activa de empleo.
• Modernización de la protección social.
• Promover la integración social.
Puesta en práctica de las decisiones: un planteamiento más
coherente y sistemático:
• Mejora de los procesos de toma de decisión existentes
164
PANORAMA ECONÓMICO
• Puesta en práctica de un nuevo método abierto de coordinación
• Movilizar los medios necesarios.
La Cumbre de Lisboa puede resumirse como la consolidación
de la idea de que Europa no puede aspirar a alcanzar el pleno
empleo si no se realizan las reformas estructurales y económicas
necesarias que lo posibiliten. Esta idea fue respaldada por los
gobiernos español y británico con el apoyo de la Comisión
Europea y de la presidencia portuguesa. Lo aprobado contempla la
liberalización y apertura a la competencia de los mercados de electricidad, hidrocarburos, aviación, ferrocarril, telecomunicaciones
(antes del final del año 2001) y finanzas, la reducción de las ayudas estatales a diferentes sectores productivos e industriales, la
incentivación del uso de instrumentos financieros como el capital
riesgo, así como generalizar el uso de Internet y definir criterios de
sostenibilidad de los sistemas públicos de pensiones. El Banco
Europeo de Inversiones (BEI) aportará financiación a las medidas
adoptadas en materia de innovación y conocimiento en los campos
de los recursos humanos, Pymes, I+D, redes de infraestructuras y
difusión de las innovaciones.
Liberalización
Frente al empuje británico y español, de marcado tono liberal,
los gobiernos francés y alemán, principalmente, mostraron reticencias frente a algunas de estas medidas, retrasando e incluso eliminando en algún año las fechas tope previstas para liberalizar algún
mercado sectorial. La ausencia de apoyo de Alemania y Francia a
las importantes medidas adoptadas constituye una novedad, si bien
despierta alguna incertidumbre sobre la viabilidad futura del método elegido puesto que ninguna reforma o fase de profundización en
el proceso de integración europea se ha realizado sin el apoyo
explícito de ambos países. En este sentido, el apoyo de países
como los que ahora han llevado la iniciativa siempre ha resultado
importante o incluso necesario, pero no suficiente.
¿Un eje hispano-
El acuerdo de Lisboa, que adopta los principales postulados
defendidos por la Comisión Europea implica, no obstante, cierto
regreso a la intergubernamentalidad directa, reduciendo el ámbito
en el que la Comisión Europea debe desarrollar su competencia
exclusiva de iniciativa y, quizá por ello, incidiendo de nuevo en
La Comisión
y reformas
estructurales
para el pleno
empleo
luso-británico
en Europa?
se queda en
segundo plano
165
MEMORIA 1999
estrategias que en otros momentos han complicado la evolución del
proceso de integración europeo. En este contexto la Comisión
Europea, a pesar de haber sido renovada recientemente por completo, ha vuelto a sufrir una importante crisis en la primavera del
año 2000.
7.3.3. Política social
El diálogo social a escala europea ha seguido marcando buena
parte de la agenda social europea. En 1999, el Comité Permanente
de Empleo ha modificado su estructura abriéndose a representantes
del Consejo, Comisión y de los interlocutores sociales europeos.
Este organismo ha desempeñado un importante papel, por ejemplo,
en la discusión previa y consulta sobre el Pacto Europeo por el
Empleo, o en el hasta ahora ambiguo diálogo macroeconómico.
Acuerdo sobre
contratos de
duración
determinada
Los empresarios europeos, empleadores y empresas públicas
(UNICE y CEEP), y los sindicatos (CES), alcanzaron el 18 de
marzo de 1999 un acuerdo118 sobre los contratos de duración
determinada, que persigue mejorar la calidad de este tipo de contratos eliminando cualquier discriminación y evitando su utilización
abusiva. El acuerdo enuncia los principios generales y prescripciones mínimas en materia de trabajo de duración determinada admitiendo que su aplicación detallada ha de tener en cuenta las
realidades nacionales, sectoriales y estacionales. Una vez firmado y
conocido el acuerdo, la Comisión presentó al Consejo una propuesta de Directiva al final del mes de abril de 1999 que fue adoptada
formalmente por el Consejo en el mes de junio119.
Los Estados miembros disponen de un plazo de dos años para
trasponer el contenido de esta Directiva en el derecho nacional. La
base legal de la Directiva es el artículo 139 (2) del Tratado de
Amsterdam.
En el verano de 1999 se celebró el noveno Congreso de la confederación europea de sindicatos (CES) que abogó por una intensi118
Véase CES, Memoria sobre la situación socioeconómica y laboral, 1998,
pág. 169.
119
Directiva 1999/70 del Consejo, de 28 de junio de 1999, relativa al Acuerdo
marco de la CES, la UNICE y el CEEP sobre el trabajo de duración determinada.
DOCE L-175/43, 10-7-1999.
166
PANORAMA ECONÓMICO
ficación de la europeización del diálogo social con el objetivo de
regular el espacio social europeo y coordinar las reinvidicaciones
de escala nacional y sectorial.
En materia de formación profesional120 el Consejo adoptó la segunda fase del programa Leonardo da Vinci para el periodo 2000-2006
con un presupuesto de 1.150 millones de euros. Su objetivo es apoyar
y completar las acciones de los Estados miembros en materia de formación profesional y contribuir a mejorar la calidad, la innovación y la
dimensión europea y transnacional de los sistemas de formación profesional. Durante el nuevo periodo sus líneas de actuación serán:
Segundo
programa
Leonardo de FP
• Reforzar las aptitudes y competencias de las personas y en
especial de los jóvenes.
• Mejorar la calidad de la formación profesional continua y de
la adquisición de competencias a lo largo de toda la vida.
• Intensificar la contribución de la formación profesional al
proceso de innovación para mejorar la competitividad y el
espíritu emprendedor.
Estos objetivos se perseguirán mediante cinco tipos de medidas
comunitarias transnacionales: proyectos de movilidad, proyectos
piloto, competencias lingüísticas, redes transnacionales e instrumentos de referencia.
Los intentos desarrollados durante el primer semestre de 1999 por
la presidencia alemana para sacar adelante el capítulo social del proyecto de Directiva sobre la Sociedad Anónima Europea fracasaron
repetidas veces, en especial a partir de la adopción en el mes de mayo
por catorce Estados miembros de la propuesta de compromiso alemana, muy parecida a posiciones alcanzadas en ocasiones anteriores,
pero que de nuevo contó con las reservas de España. España no
admite que en el caso de fusión de sociedades un porcentaje de trabajadores inferior al 50,0 por 10 pueda imponer un sistema de cogestión con los demás trabajadores que constituyen una mayoría. El
capítulo de participación de los trabajadores bloquea de nuevo, tras
29 años de discusiones, el estatuto de la Sociedad Anónima Europea.
120
España bloquea
la Sociedad
Anónima
Europea
Véase capítulo II, epígrafe 4 y capítulo III, epígrafe 2.
167
MEMORIA 1999
Protección social
La Comisión Europea ha presentado la Comunicación “Una estrategia concertada para modernizar la protección social”121, que contiene un calendario para una reflexión colectiva en torno a cuatro
puntos: que el trabajo sea más ventajoso y proporcione una renta
segura, garantizar la seguridad de las pensiones y la viabilidad de los
regímenes de jubilación, promover la integración social y garantizar
un nivel elevado y duradero de protección de la salud. La Comisión
estima que es necesario alcanzar definitivamente una visión común de
la protección social en toda la Unión Europea122. El Consejo Europeo
de Helsinki adoptó íntegramente sus principales conclusiones123.
El caso Michelin
Por otra parte, tanto en el seno de la Comisión Europea como en
el Parlamento Europeo o entre los agentes sociales europeos, se ha
desarrollado un debate en torno al encaje en el ordenamiento legal
de los despidos colectivos realizados por empresas de escala europea
que disponen de un comité de empresa europeo, como Michelin que
va a suprimir 7.600 empleos, que obtienen grandes ganancias y que
además se benefician de ayudas de la Unión Europea. La Comisión
estima que aunque parece que en el caso Michelin se ha respetado la
legalidad existente, esto es, el marco legislativo concerniente a los
despidos colectivos y a los comités de empresa europeos, el caso no
supone un modelo a seguir. Así, aunque la Comisión considere que
no sea el momento de adoptar enmiendas a las Directivas existentes,
va a enviar una carta a todas las empresas de más de mil empleados
solicitando una respuesta voluntaria en torno a la cuestión de cómo
gestionar el cambio impuesto por la globalización promoviendo las
mejores prácticas aplicadas por empresas europeas.
7.4. NUEVA COMISIÓN EUROPEA: EL RETO DE LA REFORMA
INSTITUCIONAL Y DE LA AMPLIACIÓN
7.4.1. Ampliación y reforma del Tratado
En verano de 1999 empezó a trabajar la nueva Comisión Europea, decidida a dar un nuevo impulso a la ampliación y a la reforma del Tratado.
121
Una estrategia concertada para modernizar la protección social. COM
(1999) 347 final.
122
Para profundizar sobre la situación de la protección social en España véase
capítulo III, epígrafe 3.
123
Conclusiones del Consejo de 17 de diciembre de 1999 sobre la intensificación de
la cooperación para modernizar y mejorar la protección social. DOCE C/87, 12-1-2000.
168
PANORAMA ECONÓMICO
En el Consejo Europeo de Helsinki de diciembre de 1999 se dio un
nuevo impulso, aunque ambiguo, a la nueva ampliación. La principal
novedad radica en que Turquía, con el apoyo de Grecia, se convierte en
candidato formal con igualdad de derechos que el resto. Todos los candidatos124 deberían formar parte de la Unión Europea en un plazo de 10
años, aunque dadas las circunstancias no parece realista hablar de plazos
concretos. En abril de 1999 comenzaron las negociaciones con los seis
candidatos del primer grupo: Polonia, Hungría, República Checa, Estonia,
Eslovenia y Chipre. En febrero de 2000 comenzaron las del segundo
grupo: Malta, Rumanía, Eslovaquia, Letonia, Lituania y Bulgaria125.
Turquía,
El 15 de febrero de 2000 comenzó una nueva Conferencia intergubernamental (CIG) que debe debatir y decidir los cambios institucionales necesarios para acometer la ampliación de la Unión Europea.
Buena parte de las discusiones del Consejo Europeo de Colonia de
junio de 1999 se centraron sobre qué temas debía abordar esta nueva
CIG, aquellos que quedaron pendientes en el Tratado de Amsterdam u
otros más amplios. En Colonia se decidió celebrar esta CIG para estudiar, entre otras cuestiones, la composición de la Comisión Europea,
la ponderación de votos de los Estados en el Consejo, resolviendo
problemas antiguos como el que intentó corregir el Compromiso de
Ioannina126, y la extensión de las votaciones por mayoría cualificada.
Otros posibles temas de estudio son la posibilidad de flexibilizar el
mecanismo de cooperación reforzada, la reducción del recurso a la
unanimidad en las votaciones del Consejo y el establecimiento de un
sistema de doble mayoría. La Comisión Europea encargó un informe127 con el fin de marcar prioridades y alternativas a la CIG, que ha
servido de punto de partida a esta nueva fase. Este informe plantea,
por ejemplo, convertir en una excepción el derecho de veto, ampliar
Nueva CIG
candidato
en el año 2000
124
Bulgaria, Chipre, Eslovaquia, Eslovenia, Estonia, Hungría, Letonia,
Lituania, Malta, Polonia, República Checa, Rumanía y Turquía.
125
Véase CES, Memoria sobre la situación socioeconómica y laboral, 1998, pág. 176.
126
El Consejo Europeo adoptó el 29 marzo de 1994 un acuerdo sobre toma de
decisiones, el compromiso de Ioannina, que considera la posibilidad de que si
algunos miembros del Consejo que reúnan un total de 23 a 25 votos manifiestan su
decisión de oponerse a la adopción de una decisión del Consejo por mayoría
cualificada, el Consejo hará todo lo que esté a su alcance para conseguir una
solución satisfactoria que pueda adoptarse por 65 votos, como mínimo, dentro de
un plazo razonable y sin menoscabo de los plazos obligatorios fijados en los
Tratados y en el derecho derivado. DOCE C-105, 13-4-1994.
127
Informe Dehaene sobre la reforma institucional de la Unión Europea y la
próxima Conferencia intergubernamental. Comisión Europea, octubre de 1999.
169
MEMORIA 1999
la mayoría cualificada a las áreas en las que ya se aplica la codecisión,
dividir el Tratado en dos partes: los textos básicos por un lado y los de
aplicación por otro, y realizar una transformación rápida y profunda
de las instituciones. El Parlamento Europeo aprobó también su posición respecto a la CIG en noviembre de este año, insistiendo en
aspectos como la constitucionalización de la Europa de los ciudadanos. Finalmente, en marzo de 2000, la Comisión presentó su propia
aportación, el Libro Blanco para la reforma interna de la Comisión
Europea, que contiene 98 medidas de diferentes tipos que deben permitir conseguir una Comisión fuerte y eficaz.
Ya en el año 2000, también, la Comisión Europea presentó por
primera vez en su existencia un documento que recoge sus objetivos
estratégicos para los cinco años de su mandato. Sus líneas son: promover nuevas formas de gobierno europeo; estabilizar el continente
y reforzar la voz de Europa en el mundo; establecer una agenda económica y social; y alcanzar una mejor calidad de vida para todos.
7.5. OTRAS POLÍTICAS
7.5.1. Política estructural y de cohesión. La Agenda 2000
en marcha
Los nuevos Reglamentos de funcionamiento de los Fondos
Estructurales128 que aplican los acuerdos adoptados en la Cumbre
Europea de Berlín sobre la Agenda 2000, tal y como ya recogía la
anterior edición de esta Memoria129, constituyen la aplicación práctica de la reforma aprobaba130 en 1999.
La Agenda 2000
y España
En la Cumbre de Berlín celebrada los días 24 y 25 de marzo de
1999 se cerró un acuerdo sobre la Agenda 2000131 que contempla
128
Reg. (CE) núm. 1.257/1999, de 17 de mayo, relativo al FEOGA; Reg. (CE)
núm. 1.260/1999, de 21 de junio, relativo a las Disposiciones Generales sobre los
Fondos Estructurales; Reg. (CE) n.º 1.263/1999 de 21 de junio, relativo al IFOP;
Reg. (CE) núm. 1.783/1999, de 12 de julio, relativo al FEDER, Reg. (CE) núm.
1.784/1999, de 12 de julio, relativo al FSE.
129
Véase CES, Memoria sobre la situación socioeconómica y laboral, 1998,
págs. 170 y ss.
130
Véase capítulo I, epígrafe 3.3.2.
131
Véase CES, Memoria sobre la situación socioeconómica y laboral, 1998,
págs. 170 y ss.
170
PANORAMA ECONÓMICO
(cuadro I-42) la congelación del gasto agrícola total en términos
muy similares a los que habían propuesto los ministros de agricultura y un contenido equilibrado en materia estructural y de cohesión para los países del sur y en particular España (cuadro I-43).
Con todo, el gasto total de la Unión Europea aplicado a políticas
destinadas a los quince durante el periodo 2000-2006 se reducirá
en torno a un 8,0 por 100 respecto al anterior, afectando la reducción a todas las partidas presupuestarias.
CUADRO I-42
FONDOS ESTRUCTURALES: REPARTO POR ESTADO MIEMBRO
Y OBJETIVO PARA EL PERIODO 2000-2006
(En millones de euros y a precios de 1999)
Objetivos
Objetivo 1
Transición Obj. 1
Objetivo 2
Transición Obj. 2
Objetivo 3
Instr. de pesca
Total
Alem. Austria Bélgica Din. España Fin. Franc. Grecia Hol.
19.229
729
2.984
526
4.581
107
28.156
261
0
578
102
528
4
1.473
0
625
368
65
737
34
1.829
0 37.744
0
352
156 2.553
27
98
365 2.140
197
200
745 43.087
913 3.254 20.961
0
0
551
0 123
459 5.437
0 676
30
613
0 119
403 4.540
0 1.686
31
225
0
31
1.836 14.620 20.961 2.635
Irl.(1) Italia Lux.
1.315 21.935
1.773
187
0 2.145
0
377
0 3.744
0
96
3.088 28.484
Por.
RU
0 16.124 5.085
0 2.905 1.166
34
0 3.989
6
0
706
38
0 4.568
0
0
121
78 19.029 15.635
Sue.(2) UE-15
722
0
354
52
720
60
1.908
127.543
8.411
19.733
2.721
24.050
1.106
183.564
(1) Incluye la intervención PEACE (2000-2004).
(2) Incluye el Programa especial de las zonas costeras suecas.
Fuente: Comisión Europea.
Para España, lo acordado supone que en Fondos Estructurales se
percibirán unos 100.000 millones de pesetas anuales menos de lo
que proponía la Comisión en la Agenda 2000. Más concretamente,
si bien durante todo el periodo 2000-2006 España percibirá más
fondos que durante el periodo anterior (1993-1999), ello no debe
ocultar el hecho de que el Fondo de Cohesión se creó en 1993, y
que los fondos asignados al mismo se fueron incrementando progresivamente durante el periodo hasta alcanzar en 1999 un máximo que
ya no se volverá a repetir. De este modo, aunque durante todos los
años comprendidos entre el año 2000 y el 2006, España percibirá de
media anual casi 200.000 millones de pesetas menos que en 1999,
el último año del periodo negociado en Edimburgo, el gasto medio
para el nuevo periodo será más elevado que el del anterior.
En cuanto a la financiación de estas políticas, se mantiene para el
periodo 2000-2006 el límite actual del 1,27 por 100 del PNB de la
Unión Europea, para los recursos propios. También, se corrigen los
desequilibrios de aportación que provoca la existencia de contribuyentes netos, como el carácter regresivo del sistema por estar excesiva-
Se mantiene el
límite de
recursos propios
171
MEMORIA 1999
CUADRO I-43
PORCENTAJE SOBRE EL TOTAL DE FONDOS
ESTRUCTURALES
(Sin contar las Iniciativas Comunitarias y las Acciones Innovadoras)
Países
España
Italia
Alemania
Grecia
Portugal
Reino Unido
Francia
Irlanda
Holanda
Bélgica
Finlandia
Suecia
Austria
Dinamarca
Luxemburgo
UE-15
1994-1999
2000-2006
23,5
14,3
13,8
10,5
10,5
8,4
8,6
4,2
1,5
1,2
1,0
0,9
0,9
0,4
0,0
100,0
23,5
15,5
15,3
11,4
10,4
8,5
8,0
1,7
1,4
1,0
1,0
1,0
0,8
0,4
0,0
100,0
Fuente: Comisión Europea.
mente concentrado en el recurso IVA. Por ello el tipo reclamable del
recurso IVA disminuirá desde el 1,0 por 100 actual al 0,75 por 100 en
el año 2002, y hasta el 0,5 por 100 en el 2004. El resto de recursos propios se mantienen como están (derechos de aduana, exacciones reguladoras agrarias, derechos del azúcar, etc.), al tiempo que se aumenta
desde el 10,0 por 100 actual hasta el 25,0 por 100 el porcentaje retenido por los Estados miembros en concepto de gastos de recaudación.
En el mes de julio de 1999 la Comisión Europea publicó la lista
de regiones europeas elegibles como132 Objetivo 1, aquellas cuyo
PIB per cápita se sitúa por debajo del 75,0 por 100 de la media
comunitaria, y que percibirán en el periodo 2000-2006 casi un 70
por 100 de los Fondos Estructurales. En España cumplen este
requisito las regiones133 de Galicia, Principado de Asturias, Castilla
y León, Castilla-La Mancha, Extremadura, Comunidad Valenciana,
132
Para conocer el contenido de los tres nuevos Objetivos de los Fondos
Estructurales véase CES, Memoria sobre la situación socioeconómica y laboral,
1998, págs. 176 y ss.
133
Véase capítulo I, epígrafe 3.3.2.
172
PANORAMA ECONÓMICO
Andalucía, Murcia, Ceuta, Melilla y Canarias. Cantabria pierde
esta condición pero recibirá ayudas transitoriamente. Los fondos
que se percibirán ascienden a 6.155 millones de euros de media
anual (5.671 en el periodo anterior), que ascienden a un total para
el periodo de 37.744 (de los que 352 corresponden al phasing out
de Cantabria) y que equivalen al mismo porcentaje sobre el total.
España presentó entonces el Plan de Desarrollo Regional134 para
las regiones españolas incluidas en el Objetivo 1 de los Fondos
Estructurales Europeos que fue dictaminado por el Consejo
Económico y Social135.
La Comisión también hizo públicos los criterios de techo de población que se beneficiarán de las ayudas del nuevo Objetivo 2 que engloba al 18,0 por 100 de la población de la Unión Europea. A España se le
ha asignado un máximo de 8.809.000 habitantes, lo que equivale a un
22,0 por 100 de la población total del país (frente a un 24,6 por 100 en
el periodo anterior) y un 13,0 por 100 de la elegible por este motivo en
el conjunto de la Unión Europea. Además se ha presentado la distribución de fondos entre los tres nuevos objetivos. Para los Objetivos 1 y 2
se ha hecho según la prosperidad regional y nacional y la importancia
relativa de los problemas estructurales, con especial énfasis en el
desempleo. El Objetivo 2 fue calificado en el mes de diciembre de 1999
y corresponde, para España, a zonas dentro de las regiones de Aragón,
Baleares, Cataluña, Madrid, Navarra, País Vasco y La Rioja. En conjunto percibirán 2.553 millones de euros en el periodo 2000-2006.
Objetivos 1, 2 y 3
Para el Objetivo 3, reservado a la adaptación y modernización
de las políticas y sistemas de educación, formación y de empleo, y
que aplicará el Fondo Social Europeo (FSE) se ha considerado la
población elegible en cada país, la severidad de los problemas relacionados con el mercado de trabajo como el nivel de exclusión
social, el nivel educativo y la participación de la mujer.
La Comisión Europea presentó en 1999 las Directrices136 indicativas para preparar a las autoridades nacionales y regionales a dise-
Directrices para
los fondos
estructurales
134
Véase capítulo I, epígrafe 3.3.2.
135
Dictamen 14/1999, de 13 de octubre, sobre el Plan de Desarrollo Regional
(PDR) 2000-2006 para las regiones españolas incluidas en el Objetivo 1 de los
Fondos Estructurales Europeos.
136
DOCE C/267, 22-9-1999.
173
MEMORIA 1999
ñar sus estrategias de programación para los Fondos Estructurales y
el Fondo de Cohesión para el periodo 2000-2006. En éstas se establecen las prioridades que la Comisión pretende garantizar a la hora
de utilizar las ayudas. Éstas son:
1. Aumentar la competitividad regional creando unas condiciones apropiadas para propiciar la actividad empresarial. Ello
implica desarrollar medidas tendentes a reforzar la dotación
de infraestructuras de transporte, energía, telecomunicaciones, medio ambiente e I+D.
2. Estrategia europea para el empleo. El FSE es el instrumento
indicado para poner en práctica medidas tendentes a fomentar el empleo. Las prioridades son políticas laborales activas,
inclusión social, fomento de posibilidades de empleo y de las
cualificaciones, desarrollo de la adaptabilidad a los cambios
y acciones positivas para las mujeres.
3. Contribución del desarrollo urbano y rural a una ordenación
territorial equilibrada. La reducción de las diferencias entre las
zonas centrales y periféricas y el entorno urbano y rural sigue
siendo una prioridad. Para ello el desarrollo urbano, el desarrollo
rural y la reestructuración de las zonas dependientes de la pesca
conforman los objetivos estratégicos de este tercer apartado.
Pactos
territoriales
para el empleo
Por otra parte, la Comisión Europea ha estimado en 55.000 el
número de empleos creados en los dos años que llevan existiendo
los Pactos territoriales para el empleo, contabilizándose 89 acuerdos financiados con cargo a los Fondos Estructurales desde 1997.
7.5.2. Política Agraria
Como en el resto de políticas estructurales, una vez aprobada la
Agenda 2000, se han adoptado los nuevos reglamentos137 y ha continuado el siempre difícil y permanente proceso de reforma de la
Política agraria comunitaria (PAC)138.
137
Para la agricultura, Reglamento (CE) núm. 1.257/1999, de 17 de mayo,
relativo al FEOGA.
138
Véase CES, Memoria sobre la situación socioeconómica y laboral, 1998,
págs. 179 y ss.
174
PANORAMA ECONÓMICO
La reforma, como en años anteriores, se realiza cada vez más
condicionada por dos perspectivas complementarias. Por un lado
las negociaciones internacionales, como las que se llevan a cabo en
el marco de la Organización mundial del comercio (OMC) y que en
1999 se han marcado por el fracaso de la reunión celebrada en
Seattle, y por otro, por las presiones internas generadas en el seno
de la Unión Europea tanto de origen financiero y presupuestario
como de carácter estrictamente liberalizador.
Nueva reforma
de la PAC
En grandes líneas, el marco de intercambio comercial en el sector agrario establecido en la Ronda Uruguay y consolidado por la
OMC, la permanente presión de los principales productores agrarios del tercer mundo y de los países en desarrollo asociados en el
grupo CAIRNS 139, los conflictos agrario-comerciales entre la
Unión Europea y los Estados Unidos, las presiones de algunos
socios comunitarios y los desajustes que genera el gasto sectorial
en los presupuestos europeos, llevaron a la Unión Europea a adoptar importantes cambios en su política agraria en 1999.
El cambio principal introducido en esta reforma de la PAC fue
la reducción de los precios garantía de los productos agrarios, que
permitiría, por un lado, reducir los aranceles y las subvenciones a
la exportación comunitaria y por otro, reduciría el impacto de la
adhesión de los Países del Este y Centro de Europa sobre el presupuesto comunitario. Esta reducción de los precios de intervención
sería compensada parcialmente por aumentos en las denominadas
ayudas directas que, por su parte, y de forma opcional para los
Estados miembros, podrían quedar sujetas a la fijación de un techo
para el total de ayuda percibido, a la modulación de los pagos compensatorios en función de ciertos criterios y al establecimiento de
ciertos requisitos medioambientales.
De igual modo, cabe subrayar que la reducción de los precios de
intervención y el aumento de las ayudas directas deberían ser
acompañadas por una profundización de la política rural comunitaria, para lo cual se procedió a reformar los fondos estructurales140 y
a reordenar los instrumentos destinados a la política estructural
agraria y al desarrollo rural. Sin embargo, la reforma de los fondos
139
140
Grupo compuesto por 18 países y liderado por Australia, Brasil y Argentina.
Reglamento (CE) núm 1.257/1999, de 17 de mayo, relativo al FEOGA.
175
MEMORIA 1999
ha traído consigo la desaparición del objetivo concreto de desarrollo rural (Objetivo 5b), lo que ha supuesto una clara pérdida de
peso político del mismo.
A pesar de esto último, estos cambios, tal y como reconoce la
Comisión Europea en la Agenda 2000, están teniendo y tendrán en
el futuro amplio impacto en las estructuras productivas, la población activa, el mercado de trabajo, la sociedad, la demografía, la
calidad de vida y el medio ambiente de los espacios rurales españoles y europeos, especialmente en aquellos cuyas economías locales
dependen en mayor medida del sector agrario, los que mantienen
estructuras agrarias donde predominan las pequeñas y medianas
explotaciones y los que orientan el grueso de sus producciones a
cultivos mediterráneos y sectores agrícolas y ganaderos de carácter
extensivo.
A finales de 1999 todavía no se había aprobado una serie de
organizaciones comunes de mercado (OCM) relativas en general a
las producciones mediterráneas, como las del lino y del cáñamo,
que deben reducir en un 50,0 por 100 en menos de dos años el presupuesto del sector con el objetivo de acabar con los “caza primas”, o las del arroz, las frutas y hortalizas y el algodón. Se
aprobaron las OCM del vacuno, en relación al sistema facultativo
de etiquetado, y la de los cereales, con el objetivo de mejorar la
calidad de la producción.
El Consejo de Agricultura con el que se ponía fin a la presidencia alemana aprobó los precios para la campaña 1999-2000, aceptando prácticamente todas las propuestas presentadas por la
Comisión y que se limitan a aplicar estrictamente las perspectivas
de la Agenda 2000 y la disciplina presupuestaria acordada.
Cumbre de la
OMC de Seattle
La fracasada cumbre de la OMC celebrada en Seattle en noviembre de 1999141 debía concluir en un avance hacia la liberalización
comercial del sector agrario. En este contexto, la Unión Europea parecía finalmente aislada por el deseo de los Estados Unidos de asumir
las propuestas de aceleración de la apertura comercial defendidas por
141
Una de las propuestas a la que la Unión Europea se negó fue la que los países
del grupo CAIRNS y Estados Unidos realizaron de forma conjunta para eliminar
todos los subsidios a la exportación, lo que chocaba con los intereses de la Unión.
176
PANORAMA ECONÓMICO
el grupo CAIRNS. Muestra de ello fue la aceptación de la entrada de
productos transgénicos tal y como solicitaban los Estados Unidos, así
como la aceleración del desarme arancelario propuesta por los propios Estados Unidos y el grupo CAIRNS. Antes de esta Cumbre era
evidente ya la inevitabilidad de medidas como la reforma del régimen
de importación de plátanos. El Consejo de Agricultura cerró la posición europea142 en el mes de septiembre, admitiendo la necesidad de
abrir los mercados, pero salvaguardando el modelo europeo.
Pese al fracaso final de la Cumbre y la consiguiente no traducción en compromisos formalizados de los pre-acuerdos alcanzados
con anterioridad, Seattle sentó un antecedente en la mesa de negociación en cuanto ha significado la aceptación por parte de la Unión
Europea de nuevas propuestas que tendrán clara incidencia en este
sector y en la política agraria.
La estrategia negociadora de la Unión Europea, articulada sobre
el principio de una negociación de carácter multisectorial, lleva a
concluir que probablemente sea el sector agrario, junto con el textil, el pesquero y el agroalimentario, los que vayan a soportar las
principales repercusiones en cuanto que pueden ser utilizados
como moneda de cambio en las negociaciones.
En consecuencia, la reestructuración productiva de las áreas
rurales se mantendrá e incluso acelerará a corto, medio y largo
plazo definiendo un escenario en el que la supervivencia de las
explotaciones agrarias dependerá, en mayor medida que en la
actualidad, de su capacidad de competir en un mercado cada vez
más competitivo, liberalizado y con menor apoyo financiero por
parte del sector público. Este futuro contexto supondrá un grave
peligro para el modelo del mercado europeo basado en las explotaciones familiares con un carácter multifuncional.
La polémica sobre seguridad alimentaria en relación a los organismos modificados genéticamente y la crisis de los alimentos contaminados (a raíz del escándalo de las harinas animales), ambos en
Propuestas
agrarias más
medioambientales
142
Posición del Consejo de Agricultura de la Unión Europea sobre el capítulo
agrícola de las próximas negociaciones comerciales internacionales en el marco de
la Organización Mundial de Comercio (OMC) (Ronda del Milenio). Consejo de la
Unión Europea, septiembre de 1999.
177
MEMORIA 1999
clara relación con la política medioambiental de la Unión Europea,
también han centrado parte importante de la agenda agraria durante
1999. Además, la agricultura y el medio ambiente estrechan
paulatinamente su relación por otras vías, así las medidas agrimedioambientales, la agricultura biológica y la sincronización multifuncional de programas como el Natura 2000 y el de actividad
agrícola o el de protección de los bosques marcan este camino.
7.5.3. Política de pesca
Nuevo reglamento
sobre política
estructural para la
pesca
En el sector pesquero, como en el agrario, durante 1999 se ha ido
adaptando la legislación al nuevo periodo 2000-2006 una vez que la
Agenda 2000 ha sido adoptada. Así, se aprobó el nuevo Reglamento
sobre política estructural comunitaria para el citado periodo143 y se
adoptó el Reglamento que establece la organización común de mercados (OCM) en el sector de productos de la pesca y de la acuicultura144. Durante este año también se pusieron en marcha las medidas
estructurales del nuevo periodo de programación, se adoptó la
nueva lista armonizada de infracciones graves145, se fijaron los nuevos totales admisibles de capturas para numerosas especies146, se
aprobaron nuevas medidas técnicas y de control y continuaron las
difíciles negociaciones con países terceros como Marruecos.
El nuevo Reglamento estructural para la pesca pretende fomentar una explotación pesquera sostenible, reforzar la competitividad
de las empresas europeas pertenecientes a este sector, mejorar el
abastecimiento y valorización de los productos de la pesca y la
143
Reglamento (CE) núm. 2.792/1999 del Consejo, de 17 de diciembre, por el
que se definen las modalidades y condiciones de las intervenciones con finalidad
estructural en el sector de la pesca.
144
Reglamento (CE) núm. 104/2000 del Consejo, de 17 de diciembre, por el
que se establece la organización común de mercados en el sector de los productos
de la pesca y de la acuicultura.
145
Reglamento (CE) núm. 1.447/1999 del Consejo, de 24 de junio de 1999, por
el que se establece una lista de tipos de conductas que infringen gravemente las
normas de la política pesquera común.
146
Reglamento (CE) núm. 2.742/1999 del Consejo, de 17 de diciembre de
1999, por el que se establecen, para el año 2000, las posibilidades de pesca y las
condiciones correspondientes para determinadas poblaciones y grupos de
poblaciones de peces, aplicables en aguas comunitarias y, en el caso de los buques
comunitarios, en las demás aguas donde sean necesarias limitaciones de capturas, y
por el que se modifica el Reglamento (CE) núm. 66/1998.
178
PANORAMA ECONÓMICO
acuicultura y contribuir a revitalizar aquellas zonas geográficas
dependientes de la pesca.
Las negociaciones que llevaron a la aprobación del nuevo
Reglamento comunitario sobre estructuras pesqueras fueron largas
e intensas, debido a que su contenido era muy relevante en aspectos de gran interés para este sector, destacando los relacionados con
la modernización y renovación de la flota.
Las discusiones fueron tensas en cuanto a la determinación del
grado obligatorio de desguace de flota española. Se tuvo en cuenta
el respeto de España a los acuerdos alcanzados en los Programas de
orientación plurianual (POP), por lo que el desguace se limitará a la
flota que se modernice, es decir, se destruirán 100 Toneladas de
Registro Bruto (TRB) por cada 100 que se construyan nuevas, frente
a países como Holanda o Italia que, al no haber respetado los POP,
desguazarán 130 TRB por cada 100 nuevas TRB. Asimismo, destaca en lo relativo a la aplicación de los POP la posibilidad de que los
Estados miembros soliciten aumentos de los objetivos de capacidad,
siempre y cuando el aumento sea originado por la puesta en práctica
de medidas que mejoren la seguridad, la navegación marítima, la
higiene, la calidad de la producción y las condiciones de trabajo.
Respecto al tratamiento de las sociedades mixtas, el Reglamento
2.792/1999 despejó las incógnitas sobre el mayor control de su actividad, procediendo a definir con exactitud lo que se entiende por
este tipo de sociedades. Quedan definidas en el artículo 8 como
“aquellas sociedades mercantiles con uno o varios socios del país
tercero en el que esté registrado el buque” que ejercen la actividad
comercial en el sector de la pesca en aguas bajo soberanía o jurisdicción del país tercero. Asimismo, se redujeron las ayudas para la
constitución de este tipo de sociedades.
En lo relativo a las flotas pesqueras, el nuevo Reglamento establece que las primas por paralización definitiva se reducirán en la
totalidad del importe percibido con anterioridad en el caso de
ayuda a la paralización temporal de actividad abonada durante el
año anterior a la paralización definitiva.
Finalmente, en lo relativo a medidas de carácter socio-económico para zonas pesqueras, destacan el aumento de las ayudas otorga179
MEMORIA 1999
das a los pescadores en el caso de parada definitiva, la cofinanciación de los regímenes para la jubilación anticipada y la concesión
de primas a los pescadores que hayan decidido su reconversión o
diversificar su actividad.
Nueva OCM para
pesca y
acuicultura
En diciembre de 1999 se adoptó igualmente el Reglamento que
establece la OCM en el sector de los productos de la pesca y de la
acuicultura, cuyo objetivo es garantizar que las normas de organización de los mercados de productos pesqueros, incluidos los
mecanismos de intervención, contribuyan a asegurar prácticas pesqueras responsables y sostenibles. Entre las medidas introducidas
por la nueva OCM destacan las destinadas a conseguir una mayor
transparencia de los mercados mediante el establecimiento de
requisitos de etiquetado de los productos pesqueros vendidos al por
menor147. Asimismo, se intenta fortalecer el papel y la responsabilidad de las organizaciones de productores, como figura para la regulación del mercado. Finalmente, en lo relativo a pesquerías
concretas, la nueva OCM incluye al pez espada entre las especies
objeto de regulación y redujo el contingente para los lomos de atún
procedentes de terceros países148.
7.5.4. Política de medio ambiente
Pocos avances
en medio ambiente
La Comisión Europea, en virtud de lo que manda el Tratado, se ha
esforzado para acelerar el proceso de integración del medio ambiente
en todas las política sectoriales, con el objetivo de disponer de una
estrategia global de desarrollo duradero en la Unión Europea. En el
documento presentado en la Cumbre de Colonia ante el Consejo, la
Comisión ha alertado sobre el evidente y preocupante retraso en esta
tarea. Al mismo tiempo, la agenda medioambiental ha trabajado
sobre cuestiones como la reducción de emisiones nocivas149, cambio
147
España trató de ser pionera en este ámbito con la aprobación del Real
Decreto 331/1999, de 26 de febrero, de Normalización y tipificación de los
productos de la pesca, frescos, refrigerados o cocidos, con un plazo que expiraba el
18 de septiembre para su puesta en práctica; no obstante, ésta tuvo que ser
retrasada (con un plazo abierto) por las dificultades técnicas que comportaba la
medida.
148
El recorte en el contingente fue acompañado por el compromiso español de
suministrar a Italia unas 6.000 toneladas de lomos de atún a precios del mercado
internacional.
149
La Comisión ha presentado dos propuestas de Directivas con el objeto de
reducir la contaminación atmosférica en la perspectiva del año 2010.
180
PANORAMA ECONÓMICO
climático (ambas también en el marco de lo acordado pero no aplicado en la Conferencia de Kioto), preparación de la reunión de la
OMC en Seattle, alimentos y cultivos transgénicos, las directivas
concernientes a la conservación de hábitats naturales, así como de
la fauna y de la flora salvaje (programa LIFE III), preparación de la
Conferencia de Montreal de enero de 2000 sobre bioseguridad
(seguridad biológica y biodiversidad), revisión de la etiqueta ecológica comunitaria, revisión del sistema comunitario de gestión
medioambiental y de auditoría, incineración de residuos, directiva
sobre el agua, entre otras.
Según el informe anual de la Agencia Europea de Medio
Ambiente la calidad global del medio ambiente en la Unión
Europea no sólo no ha mejorado desde 1995, sino que una mayoría
de indicadores muestran un evidente deterioro progresivo, de manera que las previsiones realizadas hace unos años de cara al 2010 son
ya insostenibles. La mejoría radica solamente en la reducción de las
emisiones que deterioran la capa de ozono y de algún tipo de vertido a los ríos, como el fósforo. Otros ámbitos como la contaminación atmosférica veraniega, la erosión del suelo, la contaminación
sonora, la pérdida de biodiversidad, la acumulación de residuos, el
aumento del uso de productos químicos y la proliferación de agentes agresivos y cancerígenos para la salud humana, son los principales focos de deterioro. La Agencia reconoce el impacto positivo que
las medidas impulsadas desde la Unión Europea han tenido sobre el
medio ambiente europeo, al tiempo que recomienda adoptar una
estrategia de defensa del mismo que sea algo más que un simple
remedio a los daños concretos producidos por diferentes sectores.
El medio
ambiente se
sigue
deteriorando
7.5.5. Saldo financiero entre las Comunidades Europeas
y España
Durante 1999 el esquema básico de relación financiera entre
España y la Unión Europea se ha mantenido estable150.
El Presupuesto General para 1999 es el último que se inscribe
en el marco financiero de las perspectivas financieras para el periodo 1995-1999. Este marco de referencia de la disciplina presupues150
Para una descripción de este esquema véase CES, Memoria sobre la
situación socioeconómica y laboral, 1998, pág. 186.
181
MEMORIA 1999
taria interinstitucional comunitaria reflejaba las conclusiones aprobadas en el Consejo Europeo de Edimburgo de 1992, en el que se
fijaron, para cada uno de los años ya superados del periodo 19951999, y para cada categoría de gasto, los importes máximos de gastos para la Comunidad. Este marco financiero ha sido sustituido
por el acordado en el Consejo Europeo de Berlín en marzo de
1999151 con vigencia a partir del año 2000 hasta el 2006.
En cuanto al flujo y saldo financiero entre España y las
Comunidades Europeas en 1999, último del periodo 1995-1999
acordado en Edimburgo, los flujos netos han registrado un saldo
positivo a favor de España de 1,2 billones de pesetas, superando en
casi 150.000 millones de pesetas al de 1998. Resultará particularmente interesante conocer la evolución futura de este saldo, ya
dentro del periodo 1999-2006, toda vez que a la vista de lo pactado
en Berlín, aunque la media anual de las transferencias para todo el
periodo vaya a ser superior a la del periodo anterior 1995-1999, va
ser difícil repetir saldos netos como los de los últimos años de ejecución del periodo ya superado o el de 1995.
En particular, en 1999, la aportación española aumentó un 6,9
por 100, mientras que los ingresos crecieron en mayor medida, un
10,6 por 100 por encima de los de 1998, manteniendo la misma
tendencia que en años anteriores, mayor crecimiento de los segundos que de los primeros.
En cualquier caso, a la hora de analizar estos flujos, es preciso
insistir en la existencia de importantes distorsiones provocadas por
la concentración en los meses de diciembre de los pagos o reintegros del recurso IVA de ejercicios anteriores y de las liquidaciones
definitivas de los saldos del recurso PNB, así como la existencia de
tramos cuatrimensuales de contribución FED. Por esta razón no
tiene demasiado sentido comparar directamente los saldos netos de
diferentes ejercicios. Esta tendencia se agudiza aún más en el año
1999, debido a que constituye el ejercicio de cierre de un periodo
financiero de cinco años.
Por el lado de los pagos, los recursos propios tradicionales han
crecido un 10,5 por 100 gracias al incremento de los derechos de
151
182
Véase capítulo I, epígrafe 7.6.1.
PANORAMA ECONÓMICO
aduana y de las exacciones agrícolas. La aportación por IVA neto ha
aumentado un 8,6 por 100. El tipo máximo aplicable a la base IVA
ha pasado del 1,08 por 100 en 1998 al 1,0 por 100 en 1999, y la
base se ha mantenido limitada al 50,0 por 100 del PNB. Los pagos
realizados por España como recurso PNB aumentaron un 6,7 por
100 en 1999. La contribución al FED disminuyó un 39,1 por 100
respecto a la de 1998, descenso debido a los excedentes de tesorería
de 1998.
En relación a los ingresos, éstos en total ascendieron a 2,249
billones de pesetas en 1999, un 10,6 por 100 más que el año anterior. Los ingresos procedentes del FEOGA-Garantía cayeron un 1,5
por 100, mientras que crecieron un 32,0 por 100 los del FEDER
(debido principalmente a factores de calendario y reprogramaciones), un 28,6 los del FEOGA-Orientación y un 12,8 por 100 los del
FSE. Los ingresos con origen en los Fondos de Cohesión se redujeron un 6,2 por 100 respecto a 1998 (cuadro I-44).
CUADRO I-44
FLUJOS FINANCIEROS ENTRE ESPAÑA Y LA UE, 1990-1999
(En miles de millones de pesetas corrientes)
Conceptos
I. Aportación española a las
Comunidades Europeas
Recursos propios tradicionales
Recurso IVA neto
Recurso PNB neto
Otros
II. Ingresos procedentes de las
Comunidades Europeas
FEOGA-Garantía
FEOGA-O y Otros recursos
del sector
FEDER
FSE
Fondo de Cohesión
Otros
III. Saldo financiero (II-I)
1990
1991
1992
1993
1994
1995
1996
1997
1998
374,6
81,9
280,3
1,6
10,8
545,9
100,9
359,6
72,4
13,0
647,8
101,6
444,1
87,6
14,4
740,6
89,0
485,3
150,7
15,6
803,4
93,9
432,3
259,6
17,5
615,9
118,5
358,1
123,7
15,7
739,3
99,8
411,7
218,8
8,9
900,4
104,8
456,8
327,0
11,7
984,2 1.052,2
123,2
136,2
435,5
472,8
402,1
428,8
23,5
14,3
501,0
271,6
942,1
423,9
979,3 1.136,5 1.155,2 1.756,0 1.653,3 1.732,1 2.033,9 2.249,2
457,5 595,3
694,1 733,8
647,6
754,6 884,9
871,4
26,6
138,2
53,1
0,0
11,5
126,4
82,1
283,2
134,3
0,0
18,6
396,2
84,6
313,4
107,0
0,0
16,8
331,5
111,7
280,0
105,5
32,4
11,5
395,9
51,8 143,4
259,6 447,7
77,3 244,9
60,6 170,3
11,8
15,9
351,8 1.140,0
156,8
419,5
211,4
210,5
7,5
914,1
1999
122,0 182,8
235,0
423,8 469,8
620,0
120,3 290,5
327,6
120,3 197,0
184,8
9,3
8,9
10,4
831,7 1.049,7 1.197,1
Fuente: Ministerio de Economía y Hacienda, Dirección General de Presupuestos, Subdirección General del Presupuesto
Comunitario.
183
CAPÍTULO II
MERCADO DE TRABAJO, RELACIONES LABORALES
Y POLÍTICAS DE EMPLEO
1. INTRODUCCIÓN
La tendencia a una ligera desaceleración del crecimiento económico que se apuntaba para 1999 llevó a estimar en la anterior edición de la Memoria del CES que sería difícil igualar en este año los
buenos resultados del empleo en 1998. Aunque su valor es relativo,
pues en este año se ha producido un cambio en la principal fuente
de información sobre empleo, la Encuesta de Población Activa,
que limita la comparación interanual, los datos sobre aumento del
empleo en 1999 no sólo igualan los del año anterior, sino que los
mejoran con creces, a pesar de que el crecimiento del Producto
Interior Bruto ha sido algo más bajo. El número de parados en la
encuesta, por su parte, se redujo de modo muy intenso, tanto que
la tasa de paro media en el año se situó en un 15,9 por 100, más de
tres puntos inferior a la que se obtuvo en 1998.
En el primer trimestre de 1999 se produjo una importante modificación de la EPA, necesaria para acometer su homologación con
los nuevos requisitos de la encuesta comunitaria de población activa. Su efecto, aunque difícil de cuantificar, ha podido ser una elevación del volumen de empleo que recoge la EPA. Ello ha llevado
a dedicar un primer apartado en este capítulo a discutir las cuestiones relacionadas con dicha modificación, en el epígrafe 2.1.1 se
relatarán los principales cambios; en el siguiente se compararán las
cifras de empleo en la EPA con las que se consignan en la
Contabilidad Nacional Trimestral, que también ha cambiado; en el
187
MEMORIA 1999
2.1.3, por último, se efectuarán algunas consideraciones sobre los
resultados de la “productividad por ocupado” como argumento
indicativo de la ruptura en las series de la EPA.
Posteriormente se trazarán, como viene siendo habitual, las
grandes líneas de la evolución del empleo, la actividad y el paro en
1999. Como se señalará en el inicio del apartado 2.2, estos resultados se sitúan entre los mejores de los últimos decenios: tomando
periodos superiores al año para atenuar en lo posible el efecto estadístico presente en la EPA de 1999, el aumento medio acumulativo
anual del empleo entre 1994 y 1999 ha sido de 417.000 personas;
en la otra gran época reciente de creación de empleo, 1985-1990,
ese aumento fue de 392.000 personas. Y se encuentran, además,
entre los mejores de Europa, lo que ha permitido acortar la brecha entre el paro español y el de la media de la Unión Europea.
Desde un punto de vista sectorial, al que se dedica el epígrafe
2.2.1, el dato más destacado del año es el fuerte crecimiento del
empleo en la construcción. Ahora bien, un hecho tanto o más destacado es el aumento de la ocupación en el sector servicios. Siendo
el mayor, a mucha distancia, de los sectores productivos por número de ocupados, su comportamiento refleja la fortaleza del momento alcista del empleo en España.
Igual que en los últimos años, lo más destacable en el panorama
general del empleo se subraya en el epígrafe 2.2.2, cuando se indica que el aumento de la ocupación se debe a los asalariados, casi
todos ellos además en el sector privado, que creció nada menos que
un 8 por 100. El crecimiento del empleo público se originó
exclusivamente en el ámbito de las administraciones territoriales,
probablemente como consecuencia del proceso de traspasos de
competencias, que en 1999 generó trasvases de empleo importantes
en número, como el de educación a la Comunidad de Madrid.
Sin embargo, la tasa de temporalidad, a cuyo estudio se dedicará el epígrafe 2.2.3, no se ha movido mucho del nivel de otros
años, a pesar de que el empleo indefinido no redujo su ritmo de
crecimiento. La razón estriba en que el aumento del empleo temporal fue muy fuerte, superior al del empleo indefinido. Hay, no obstante, una circunstancia que no puede obviarse en la discusión de la
temporalidad en 1999. Y es que, como se vio antes, se produjo un
188
MERCADO DE TRABAJO, RELACIONES LABORALES Y POLÍTICAS DE EMPLEO
fuerte crecimiento del empleo en la construcción, cuya actividad
requiere, por su propia naturaleza, un más alto volumen de empleo
temporal: uno de cada tres nuevos asalariados con contrato temporal se ocupó en este sector.
En el mismo epígrafe se detallarán las contribuciones de cada
rama de actividad a la creación de empleo temporal y a la de
empleo asalariado total, en las que puede verse cómo, además de la
construcción, algunas otras ramas (entre las que destaca la de
Hogares que emplean personal doméstico) tuvieron un comportamiento tal que aportaron más empleo del primer tipo y menos del
segundo. Otras ramas de actividad, entre las que puede destacarse la
de Hostelería, donde tradicionalmente se venía ocupando una parte
importante del empleo temporal, presentaron en este año comportamientos que inducen a pensar que los incentivos a la contratación
estable están teniendo buen resultado para reducir la temporalidad.
Desde el punto de vista de la jornada de trabajo, que se tratará en
el epígrafe 2.2.4, la nota más característica del año 1999 es el fuerte
crecimiento del número de mujeres que se ocuparon a tiempo completo. Ese número fue además, por primera vez, casi igual que el
correspondiente a los varones. Como resultado, el peso del tiempo
parcial sobre el total del empleo femenino creció muy poco. No obstante, la proporción de mujeres en este tipo de jornada volvió a crecer.
Cuando se atiende sólo al empleo asalariado, el porcentaje de mujeres
entre las personas que trabajan a tiempo parcial roza ya el 80 por 100.
Uno de los rasgos del comportamiento del empleo a tiempo parcial más destacado del año es el repunte, dentro de los asalariados,
de la temporalidad en este tipo de empleo, que es además apreciablemente mayor que la correspondiente a quienes trabajan como
asalariados a tiempo completo. La proporción de asalariados con
contrato temporal entre quienes trabajaban a tiempo parcial había
venido disminuyendo de forma notable entre 1995 y 1998, pero en
1999 volvió a crecer, tanto para los varones como para las mujeres.
Para los primeros, si bien su reducido número hace que oscile
mucho con variaciones relativamente pequeñas, se situó en un 71
por 100; para las segundas, en un 54 por 100.
Entrando ya en la observación del comportamiento del empleo
por sexo y edad, al que se dedicará el epígrafe 2.2.5, el resultado
189
MEMORIA 1999
apunta a un buen momento del empleo femenino. Es preciso recordar que la posición de las mujeres en el mercado de trabajo sigue
siendo claramente peor, extremo del que hablan, entre otros, sus
mucho mayores tasas de paro. Pero los resultados de 1999 prosiguen de manera acentuada un proceso de acercamiento que permite
apuntar, como ya se hizo en la anterior edición de esta Memoria, a
cierta mejora en esa posición.
El aumento del empleo se dio en todos los grupos de edad,
salvo en el de 60 a 64 años. Se registraron incluso ligeros crecimientos en el número de ocupados más mayores, que dado su escaso volumen supusieron unos porcentajes de aumento muy elevados,
aunque poco significativos. Descontados éstos, así como el grupo
más joven, cuyo tamaño también reduce el significado de sus porcentajes de variación anual, los crecimientos más altos en términos
relativos corresponden a los menores de 30 años, en la misma tendencia de los últimos ejercicios.
En consonancia con el distinto comportamiento de la población
activa masculina y femenina, los porcentajes de descenso del
número de parados fueron notablemente más altos entre los varones que entre las mujeres en todos los grupos de edad. Pero al
menos no se recogió en 1999 un resultado como el del año anterior
(donde había crecido el número de paradas entre 35 y 39 años) y el
paro femenino se redujo en todas las edades.
El breve estudio territorial de la distribución del crecimiento del
empleo en 1999 que se ofrece en el epígrafe 2.2.6 arroja bastante
uniformidad, en cuanto que éste alcanzó a todas las Comunidades
Autónomas excepto Cantabria. Sin embargo, los datos de 1999
hablan de cierta divergencia en los valores de ese crecimiento, que
vienen a sumarse a la dispersión en las reducciones del desempleo
por Comunidades Autónomas que se trató en anteriores ediciones
de esta Memoria.
Como en 1999 el CES elaboró un Informe donde se planteó esta
cuestión para tratar un hecho directamente relacionado, el de la
movilidad geográfica de las personas en los procesos de búsqueda
de empleo, el epígrafe recogerá de modo sucinto sus principales
conclusiones. Entre ellas puede destacarse que, para el CES, la primera y principal vía de solución a las disparidades regionales esta190
MERCADO DE TRABAJO, RELACIONES LABORALES Y POLÍTICAS DE EMPLEO
ría en el diseño de una política de empleo que favoreciera el fortalecimiento del tejido productivo. Igualmente, debería revisarse el
proceso de descentralización (territorial e institucional) de los sistemas públicos de intermediación en el mercado de trabajo. Sin duda
este proceso se abrió con buenas perspectivas de mejora de la eficacia de las políticas activas de empleo. Pero, al mismo tiempo, el
conjunto de agentes que hoy intervienen en la intermediación y/o
en las tareas de acompañamiento a la colocación presenta el riesgo
de atomización y subsiguiente pérdida de información (o al menos de
una más lenta disponibilidad de ésta) sobre las características de la
oferta y la demanda de empleo en el conjunto español.
Por último, como viene siendo habitual en la Memoria del CES,
el panorama general del empleo se complementará, en el apartado
2.3, con algunas cifras básicas sobre los movimientos en el mercado de trabajo. En primer lugar, atendiendo a la evolución transversal del empleo, se destacará un resultado muy notable, que ha sido
continuo en los últimos decenios: entre las personas con cincuenta
años o más se da un número importante de pérdidas de ocupación,
que muy probablemente acabarán convirtiéndose en retiradas tempranas del mercado de trabajo. Las trayectorias del empleo en las
cuatro últimas cohortes de mayores, a las que se atenderá en el epígrafe 2.3.1, parecen indicar, no obstante, que ese fenómeno podría
haber detenido su progresión. Dado que sobre este problema el
CES está a punto de concluir un Informe denominado Vida Laboral
y Prejubilaciones, el epígrafe se cerrará con un breve resumen que
anticipa sus conclusiones y propuestas
En segundo lugar, el epígrafe 2.3.2 trazará el también habitual
panorama de la contratación registrada en el INEM. Sus resultados
más destacados indican que el aumento en el número de nuevos contratos, el menor en proporción de los recogidos en los últimos cuatro
años, refleja probablemente el progresivo cambio en la estructura de
la contratación hacia vigencias más largas, por una parte, y hacia un
mayor peso de los contratos indefinidos, por otra.
Además, como han transcurrido más de dos años desde la firma
del Acuerdo de Estabilidad en el Empleo (AIEE), es posible ahora,
por primera vez, comparar dos años completos. Por esta razón, el
epígrafe 2.3.3, además de recordar la evaluación del Acuerdo, en
general positiva, efectuará un breve balance de su efecto sobre los
191
MEMORIA 1999
colectivos que se definieron como prioritarios. De tal balance lo
primero que puede subrayarse es que el AIEE ha beneficiado de
forma intensa a los menores de 30 años. Asimismo, aunque su
efecto sea lógicamente menor, también ha beneficiado a los mayores de 45 años, el otro gran grupo de edad incentivado. Sin embargo, la distribución por sexo de los nuevos contratos indefinidos en
1999 sigue mostrando, aunque menos que en el año anterior, una
peor posición para las mujeres.
En 1999 la vía de salida, como recoge el epígrafe 2.3.4, más utilizada por las empresas para extinguir el contrato con indemnización
fue la conciliación ante los servicios de mediación, arbitraje y conciliación. La cifra de despidos conciliados en esta instancia durante
1999 fue la más alta desde 1994. La segunda vía en importancia fueron los despidos tramitados judicialmente. En este caso, las cifras
son similares a las de años anteriores, las cuales vienen mostrando
un leve pero continuo descenso. También descendieron en 1999 los
expedientes de regulación de empleo y el número de trabajadores
afectados por esta forma de extinción del contrato de trabajo,
siguiendo la tendencia de años anteriores. Las indemnizaciones por
despidos tramitados en las dos primeras vías bajaron, asimismo, en
1999. Las abonadas en los servicios de mediación, arbitraje y conciliación que entre 1994 y 1996 crecieron una media aproximada del
10 por 100, entre 1997 y 1999 reducen su cuantía media en un porcentaje similar. Las abonadas por despidos en la instancia judicial se
han reducido entre 1996 y 1999 una media del 20 por 100.
El tercer gran bloque de este capítulo II se destina, como es habitual,
al estudio de las relaciones laborales, incluyendo en ellas el curso del
diálogo social, que se recoge en el apartado 3.1. Se ha traspasado el
ecuador de la vigencia de los Acuerdos Interconfederales firmados en
abril de 1997 que se extiende a cuatro años en el caso del Acuerdo de
Estabilidad en el Empleo (AIEE) y en el de Negociación Colectiva
(AINC) y a cinco años para el de Cobertura de Vacíos (AICV). Estos
tres acuerdos enmarcan una parte significativa de las reformas laborales
adoptadas desde entonces. En la presente edición de la Memoria, hay
que destacar su plena vigencia y dar cuenta del grado de desarrollo
y cumplimiento de sus objetivos más importantes a lo largo del año 1999.
Junto a estos acuerdos, otros grandes pactos interconfederales,
con vigencia hasta que finalice el año 2000, conforman el entrama192
MERCADO DE TRABAJO, RELACIONES LABORALES Y POLÍTICAS DE EMPLEO
do fundamental de la concertación social en materia laboral: el
II Acuerdo Nacional de Formación Continua, de 19 de diciembre de
1996, con vigencia desde el 1 de enero de 1997, y el Acuerdo
Interconfederal de Solución Extrajudicial de Conflictos firmado el 25
de enero de 1996, seguido del Acuerdo Tripartito de 18 de julio del
mismo año.
Aunque no ha habido en 1999 una evaluación conjunta de la
Comisión de Seguimiento del Acuerdo Interconfederal de Estabilidad en el Empleo, como la realizada en 1998, se mantiene a lo
largo del año la misma coincidencia sustancial entre los firmantes a
la hora de valorar el positivo efecto que, en términos generales, ha
tenido este acuerdo en la creación de empleo estable, en su contribución al importante aumento del empleo en los colectivos que se
consideraron prioritarios y al cambio de tendencia de la tasa de
temporalidad. De no haber mediado el AIEE, la tasa de temporalidad podría haber aumentado, como sucedió en otras etapas de crecimiento económico y del empleo.
En cuanto al desarrollo normativo del AIEE, a pesar de persistir
el acuerdo sustancial de los firmantes, se ha registrado algún desacuerdo concreto en relación con alguna de las reformas legales
aprobadas en materia de contratación de duración determinada.
Este ha sido el caso de las modificaciones en la regulación legal de
las Empresas de Trabajo Temporal, realizadas por la Ley 29/1999,
de 16 de julio.
Respecto a los otros dos grandes Acuerdos del diálogo social
del año 1997, el AINC y el AICV, los avances realizados en 1999
son de más difícil evaluación. Los procesos abiertos por uno y otro
acuerdo son necesariamente más lentos. La mejora de la articulación de la negociación colectiva, respetando la autonomía de las
partes representativas en cada ámbito objetivo, no está exenta de
dificultades. La definición de los ámbitos estructurados o la distribución de materias y contenidos son sólo algunos de los problemas
a los que se han de enfrentar los sujetos negociadores. La aparición
de ámbitos artificiales, que no racionalizan suficientemente la
estructura de un sector o actividad, o el fraccionamiento, cambio o
modificación de actividades productivas, la aparición de otras nuevas, etc., son factores que a veces dificultan el proceso de articulación de los convenios colectivos. En lo que se refiere al AICV, los
193
MEMORIA 1999
principales problemas surgidos en 1999 han resultado ser los derivados de la compatibilidad, en el marco negociador, del proceso
excepcional de extensión de convenios colectivos, cuando el
mismo se trata de aplicar a ámbitos afectados por el AICV. La no
aprobación del Reglamento de desarrollo del artículo 92.2 del
Estatuto de los Trabajadores, modificado por la Ley 24/1999, de 6
de julio, podría estar dificultando también la aplicación del mecanismo de extensión de convenios colectivos.
El apartado 3.2, sobre negociación colectiva, se abre recordando
que en los últimos años se está asistiendo a un profundo cambio en
la organización del trabajo y de las empresas. La globalización e
internacionalización de los mercados, el acelerado progreso tecnológico, el peso cada vez más patente de la economía de servicios y, en
fin, la creciente importancia de fenómenos como la descentralización productiva o de las concentraciones empresariales, influyen
fuertemente en el ámbito colectivo de las relaciones de trabajo, en los
comportamientos de los agentes sociales y en el instituto de la negociación colectiva.
La adecuación de las relaciones de trabajo a los cambios señalados es una tarea compleja que requiere un replanteamiento por las
representaciones colectivas, al objeto de contemplar ese nuevo
marco que altera sustancialmente el modelo tradicional de relaciones laborales, hasta el momento imperante. En este contexto la
negociación colectiva debe desempeñar un papel dinamizador y de
adaptación a las nuevas realidades socioeconómicas, revisando sus
contenidos y potenciando su función reguladora de la relación
laboral.
A todo ello, y en términos más concretos, habría que añadir dos
cuestiones más que inciden en la negociación colectiva de 1999. La
primera es el marco que representa la integración de España en la
Unión Económica y Monetaria y, por consiguiente, los condicionantes que se puedan derivar en relación con la política salarial, el
empleo o las condiciones de trabajo. La segunda es la paulatina
traslación al entramado convencional de los Acuerdos Interconfederales
firmados en 1997, en particular el AINC.
Sobre los resultados generales del año 1999 en la negociación
colectiva cabe destacar que los incrementos salariales pactados han
194
MERCADO DE TRABAJO, RELACIONES LABORALES Y POLÍTICAS DE EMPLEO
continuado en la senda de moderación de los últimos años, ajustándose a la evolución del IPC. En este sentido, la ganancia del poder
adquisitivo de los salarios pactados se eleva, únicamente, en una
décima de punto sobre el aumento medio anual del IPC. Por su
parte, la jornada laboral pactada registra una leve disminución
sobre la del año anterior. En esta materia interesa destacar dos
cuestiones: en primer término, el apreciable descenso, por segundo
año consecutivo, de las horas extraordinarias; en segundo lugar, la
cada vez mayor relevancia de la negociación de aspectos de tenor
más cualitativo en la regulación del tiempo de trabajo y, especialmente, de las posibilidades de distribución irregular de la jornada
de trabajo
Por último, el apartado 3.2 analiza, con mayor profundidad que
en años anteriores, el contenido de las cláusulas pactadas, tanto
relativas a las materias ya señaladas —salarios y tiempo de trabajo—, como a la regulación convencional de la contratación laboral
y la clasificación profesional —movilidad funcional—, análisis que
se lleva a cabo a la luz de las reformas de la legislación laboral de
1994 y 1997.
El estudio de las políticas de empleo, al que se dedica el cuarto
bloque de este capítulo II, relata, en primer lugar, cómo en 1999
prosiguió la Estrategia Europea de Empleo, definida en el Consejo
de Luxemburgo de 1997 y en el Consejo de Viena de 1998. Las
Directrices para 1999 introdujeron modificaciones a las del año
anterior, a fin de intensificar las medidas activas, el aprendizaje
permanente, aprovechar el potencial de empleo del sector servicios,
así como introducir el factor de la igualdad en todos los Pilares y
lograr un mercado laboral abierto a todos.
El Plan de Acción para el Empleo del Reino de España para
1999, cuyo seguimiento se efectúa en el apartado 4.1, supone la
adaptación de las Directrices europeas a la realidad del mercado de
trabajo español. La valoración de los efectos de las acciones recogidas en el Plan es difícil, pero el Plan de Acción para el Empleo
de 1999 contiene más información cuantitativa y presupuestaria
que el de 1998, e incluye, además de las medidas previstas para
1999, el seguimiento de las actuaciones llevadas a cabo en el año
anterior, por lo que se ha podido realizar un mayor seguimiento de
las acciones y de sus efectos en el mercado laboral.
195
MEMORIA 1999
El Plan de Acción para el Empleo recuerda la necesaria cooperación entre las Comunidades Autónomas y el Estado para la consecución de buenos resultados en la mejora de la situación de
empleo en España, al igual que hizo en 1998. En esa línea, las
Comunidades Autónomas vienen colaborando en la elaboración de
los Planes nacionales, pero además han seguido avanzando en sus
propios Planes Territoriales de Empleo.
Siguiendo con el análisis iniciado en la Memoria del año pasado, el apartado 4.2 observa cierta homogeneidad entre las medidas
autonómicas, aunque no así en su instrumentación, tanto en las técnicas de intervención como en los importes contemplados, aunque
puede señalarse que no ha habido grandes cambios entre 1998 y
1999. El problema sigue siendo que, aunque se tienen datos sobre
la aplicación de las medidas en algunas Comunidades Autónomas,
existe todavía una falta de información, tanto presupuestaria como
de evaluación de resultados, lo que unido a la dificultad de unificar
las distintas ayudas bajo criterios homogéneos, impide tener una
visión clara del conjunto de estas políticas autonómicas y de su
coordinación con el Plan Nacional de Empleo (PNAE).
En esta ocasión, como cierre del repaso a las políticas de
empleo, se ha incluido un último apartado en el que se recogen las
distintas medidas que se vienen dando como respuesta al desempleo femenino, ya que las mujeres siguen siendo uno de los colectivos con más dificultades para insertarse en el mercado laboral. Los
Planes de Empleo contienen numerosas medidas a favor de su
empleabilidad, y concretamente en 1999 la igualdad de oportunidades constituye un eje transversal que actúa en todas las Directrices
y Pilares del PNAE.
Al igual que viene sucediendo desde 1994, la tónica en el sistema de protección por desempleo, que se recoge en el quinto gran
apartado del capítulo II, ha sido el nuevo descenso (casi un 7 por 100)
de los beneficiarios de prestaciones económicas. En el nivel contributivo el descenso fue algo menor. Como consecuencia de ello y de
la evolución seguida en los últimos años por los beneficiarios
de prestaciones de los dos niveles de protección, los de nivel contributivo se distancian ya de forma clara de los del nivel asistencial.
La disminución del paro se traduce en la reducción de perceptores
de ambos tipos de prestaciones, pero el mayor descenso de las
196
MERCADO DE TRABAJO, RELACIONES LABORALES Y POLÍTICAS DE EMPLEO
prestaciones asistenciales podría en parte responder también a las
modificaciones de los requisitos legales aprobadas en 1993 y su
incidencia sobre potenciales beneficiarios con determinadas características o circunstancias personales y/o familiares. El otro gran
dato del año en lo que a protección por desempleo se refiere es el
ligero aumento de las tasas de cobertura, lo que podría explicarse
por la reducción de parados sin derecho a prestaciones.
En el campo de la prevención de riesgos laborales, al que se
dedica el sexto bloque de este capítulo II, el año 1999 comenzó con
un marco normativo de desarrollo de la Ley de Prevención de
Riesgos Laborales ya bastante completo, fruto de la transposición
de numerosas Directivas comunitarias, al que se vinieron a incorporar las medidas necesarias para la ejecución de los deberes y
obligaciones específicas de las empresas de trabajo temporal (ETT)
en el terreno de la prevención de riesgos, así como las mejoras
introducidas en la protección de las trabajadoras embarazadas o en
periodo de lactancia por la Ley 39/1999, de Conciliación de la vida
familiar y laboral de las personas trabajadoras. Cabe recordar, asimismo, las expectativas despertadas por la aprobación del Plan de
Acción sobre la Siniestralidad Laboral, aprobado por la Comisión
Nacional de Seguridad y Salud en el Trabajo el 29 de octubre de
1998, resultado del acuerdo de los agentes sociales y las administraciones representadas en este organismo. Durante 1999 se han
comenzado a dar los primeros pasos en la aplicación de dicho Plan
de Acción a través del desarrollo de iniciativas en distintos ámbitos, completadas en algunos casos por Planes propios de las
Comunidades Autónomas que adaptaban su contenido a las peculiaridades de cada territorio. Todo ello no ha revertido todavía, sin
embargo, en una mejora general apreciable de los indicadores de la
siniestralidad en el trabajo, que han seguido mostrando una tendencia al empeoramiento, especialmente marcada en el caso de los
accidentes leves.
No obstante, la III Encuesta Nacional de Condiciones de
Trabajo permite observar que se han producido avances entre
1993 y 1997 en el terreno de la organización de la prevención,
sobre todo gracias a la paulatina implantación de los mecanismos
y modalidades preventivas en la empresa establecidas por la Ley
de Prevención de Riesgos Laborales y su normativa de desarrollo,
y de una mayor acción formativa en este campo. En estos aspec197
MEMORIA 1999
tos deberá seguir profundizándose, a través del desarrollo efectivo de las iniciativas previstas en el Plan de Acción contra la
Siniestralidad.
El estudio de la conflictividad laboral en 1999, último aspecto
tratado en el capítulo II, relata cómo el año transcurrido dejó, en
primer lugar, un aumento, si bien pequeño, de las huelgas y de las
jornadas no trabajadas por este motivo. El mayor número de huelgas respondió, sobre todo, al significativo aumento de estos conflictos en el sector público. A pesar de este repunte, cabe decir
que la conflictividad con cese del trabajo ha seguido situándose
en niveles bajos si se compara este año con las cifras de los diez
últimos.
El otro hecho que debe destacarse, seguramente el más relevante del año en este terreno y que parece conformar una clara tendencia, lo constituye el importante aumento de los conflictos planteados
ante los sistemas de solución extrajudicial de conflictos creados por
la autonomía colectiva, ya sea en el ámbito estatal o de las
Comunidades Autónomas. Este fuerte aumento del volumen de
conflictividad canalizada a través de estos órganos y procedimientos superó ampliamente a la resuelta por las unidades administrativas de mediación y conciliación, las cuales vieron reducirse los
expedientes de conciliación colectiva presentados ante ellas. Todo
ello dibuja un panorama de aumento de la conflictividad en términos globales y de una preferencia creciente por las instancias autónomas de composición de los conflictos.
2. PANORAMA GENERAL DEL EMPLEO
La tendencia a una ligera desaceleración del crecimiento económico que se apuntaba para 1999 llevó a estimar en la anterior edición de la Memoria del CES que sería difícil igualar en este año los
buenos resultados del empleo en 1998. Aunque su valor es relativo,
pues en este año se ha producido un cambio en la principal fuente
de información sobre empleo (la Encuesta de Población Activa)
que limita la comparación interanual, los datos sobre aumento del
empleo en el año 1999 no sólo igualan los del año anterior, sino
que los mejoran con creces, a pesar de que el crecimiento del PIB
ha sido algo más bajo (bien es verdad que apenas tres décimas, y
que los datos son provisionales).
198
MERCADO DE TRABAJO, RELACIONES LABORALES Y POLÍTICAS DE EMPLEO
Según la Encuesta de Población Activa, el número medio de
ocupados en el año fue superior en más de 600.000 personas al de 1998,
lo que supone un 4,6 por 100 de crecimiento del empleo. Estas
cifras exhibieron además un perfil de progresivo aumento en los
cuatro trimestres del año. El número de parados en la encuesta, por
su parte, se redujo nada menos que en un 15 por 100, de forma que
la tasa de paro media en el año fue más de tres puntos inferior a la
que se obtuvo en 1998. En promedio anual, pues, el número de desempleados en la EPA se redujo en 450.000 personas, y la tasa de paro
se situó en un 15,9 por 100.
A su vez, la afiliación a la Seguridad Social volvió a crecer en
1999 muy por encima de la ocupación en la EPA: el número medio de
afiliados en alta fue de 14.350.000, lo que supone un aumento
superior a las 750.000 personas (un 5,5 por 100). Igual que el año
pasado, la comparación de estos aumentos con los correspondientes al PIB lleva a pensar que parte del aumento en las cifras de afiliación se debe al afloramiento de empleos antes ocultos a efectos
de Seguridad Social. En este ejercicio, además, quizá podría predicarse lo mismo de los resultados de la EPA (gráfico II-1).
Nuevo
afloramiento de
empleo
sumergido
Y es que en esta ocasión, como se avanzó más arriba, sobre las
cifras de ésta vuelve a pesar una nueva modificación: en el primer
trimestre del año se produjo una ampliación en su número de secciones muestrales, necesaria para acometer su homologación con
los nuevos requisitos de la encuesta comunitaria de población
activa (Labour Force Survey). El efecto de esa ampliación (a la
que cabe añadir algunas otras modificaciones, como la nueva
medición del subempleo, la inclusión de nuevas preguntas en
módulos variables en el segundo trimestre de cada año, o las nuevas normas para el desarrollo del trabajo de campo) aunque difícil de cuantificar, ha podido ser una elevación del volumen de
empleo que recoge la EPA. Pero no necesariamente una reducción
mayor del desempleo: tal como se concluyó en la investigación
que se llevó a cabo para la Memoria del CES correspondiente a
1995, la EPA había venido subestimando el número de ocupados,
pero no el de parados; de esta forma, que el crecimiento de la
cifra de empleo en 1999 tenga una parte atribuible a que ahora se
recoge mejor que antes no significa que también la haya en la
reducción del número de desempleados (aunque sí en el descenso
de la tasa de paro).
199
MEMORIA 1999
GRÁFICO II-1
CRECIMIENTO DEL PIB, EL EMPLEO EN LA EPA
Y LA AFILIACIÓN A LA SEGURIDAD SOCIAL, 1983-1999
(Porcentajes de variación sobre el año anterior, medias anuales)
8
AFI
6
4
EPA
PIB
2
0
–2
–4
–6
1983 1984 1985 1986 1987 1988 1989 1990 1991 1992 1993 1994 1995 1996 1997 1998 1999
Fuentes: Empleo EPA: INE, Encuesta de Población Activa; Crecimiento PIB: INE, Contabilidad Nacional
Trimestral de España; Afiliación a la Seguridad Social: MTAS, Boletín de Estadísticas Laborales.
A la discusión de todas estas cuestiones se dedicará un primer apartado en este panorama general, donde se compararán las cifras de
empleo en la EPA con las que se consignan en la Contabilidad
Nacional Trimestral, que también ha cambiado, y se efectuarán algunas
consideraciones sobre los resultados de la “productividad por ocupado”
como argumento indicativo de la ruptura en las series de la EPA.
Posteriormente se trazarán, como viene siendo habitual, las
grandes líneas de esa evolución del empleo, la actividad y el paro
en 1999. Con o sin modificación estadística, estos resultados se
sitúan entre los mejores de los últimos decenios: en el periodo
1994-1999, el aumento medio acumulativo anual del empleo —con
datos EPA— ha sido de 417.000 personas; en la otra gran época
reciente de creación de empleo, 1985-1990, ese aumento fue de
392.000 personas. Y se encuentran, además entre los mejores
200
MERCADO DE TRABAJO, RELACIONES LABORALES Y POLÍTICAS DE EMPLEO
de Europa, lo que ha permitido acortar la brecha entre el paro español y el de la media de la Unión Europea.
2.1. NUEVO CAMBIO EN LA ENCUESTA DE POBLACIÓN ACTIVA
2.1.1. Modificación en la EPA
Como se acaba de señalar, en 1999 el INE procedió a modificar
la EPA para adaptarla a la nueva normativa de la Unión Europea1
sobre la encuesta comunitaria de población activa que elabora
Eurostat a partir de las encuestas nacionales. Además de esta adaptación, se introdujeron algunos otros cambios —básicamente en las
normas para el trabajo de campo y en la redacción del cuestionario— con vistas a una mejor recogida de la información.
Los cambios operados son los siguientes:
A) En el diseño de la muestra
• Ampliación de 12 a 13 en el número de semanas en que se
distribuye la muestra en cada trimestre, y extensión de las
entrevistas al mes de agosto. Estas dos circunstancias hacían
que la EPA no fuese estrictamente una encuesta continua, es
decir, realizada a lo largo de todo el año.
• Ampliación de las secciones censales entre las que se selecciona la muestra. Este cambio es necesario por el anterior, ya
que de esta forma se mantiene el número de secciones en que
cada semana se distribuye la muestra. Pero su resultado es
que, en el total, la muestra es mayor: ha pasado de 64.000 a
65.000 hogares.
B) En la recogida de la información
• Cambios en la redacción de las preguntas del cuestionario
– Se han modificado, lo que constituye uno de los cambios
más importantes, las formulaciones de las tres preguntas
1
Reglamento del Consejo 577/1998, de 9 de marzo, relativo a la Organización
de la encuesta muestral de la población activa en la Comunidad (DOCE 14-3-1998).
201
MEMORIA 1999
básicas para clasificar finalmente a las personas en relación con la actividad en la semana anterior a la de referencia (tabla II-1). Como es sabido, la EPA clasifica a cada
entrevistado en una de las tres grandes categorías en relación con la actividad (ocupados, parados e inactivos), o en
la categoría aparte específica de los varones menores de
30 años cumpliendo el servicio militar o la prestación civil
sustitutoria, de acuerdo con las respuestas que dé a varias
preguntas, que atienden a determinar si trabajó o tenía trabajo, si buscó empleo (y debe citar métodos de búsqueda),
y si está disponible para ocupar inmediatamente un
empleo en caso de encontrarlo. En el nuevo cuestionario,
la redacción de las preguntas es más concreta, lo que
ayuda a una mejor clasificación de los entrevistados.
Además, sobre los métodos de búsqueda de empleo, que
antes debían ceñirse a tres, ahora el entrevistado puede
enumerarlos todos.
– Se ha ampliado el detalle y mejorado la precisión de las
respuestas a distintas preguntas del cuestionario, por
ejemplo: en las relativas a la información sobre razones
por las que se trabajó un número de horas distinto (mayor
o menor) del habitual; sobre la fecha en que se empezó a
trabajar en el último empleo, que ahora se remite al
contrato; en la relación de parentesco con la persona
de referencia para recoger específicamente la pareja de
hecho.
• Cambios en el calendario de recogida de la información
– Se ha cambiado el calendario, de forma que ahora sólo se
recoge en el primer trimestre la información de la que se
extrae la clasificación de los ocupados por diversas condiciones de trabajo (trabajo a turnos o nocturno, jornada continuada o partida, trabajo en sábados y en domingos,
trabajo en el propio domicilio).
– Se ha ampliado y se incluye ahora en todos los trimestres
(antes sólo en el segundo) la información sobre la situación
un año antes en distintas preguntas.
202
203
❑
❑
❑
❑
Ya lo ha encontrado
Sí
No, pero le gustaría tenerlo
No quiere tenerlo
G. Búsqueda de empleo
5. En las cuatro últimas semanas, ¿ha tratado de
encontrar empleo, incluso ocasional o a tiempo
parcial, o ha hecho alguna gestión para
establecerse por su cuenta?
4. ¿Ha encontrado un empleo en el que aún no
había empezado a trabajar?
❑ Por tener un empleo que aún no había
comenzado
❑ Por otras causas
5. ¿Por cuál de los siguientes motivos no trabajó?
❑ Sí
❑ No, pero le gustaría tener empleo
❑ No quiere tener empleo
❑ Sí
❑ No
❑ Sí
❑ No
❑ Sí
❑ No
3. A pesar de no haber trabajado, ¿tenía un empleo
o negocio? Anote no si aun teniendo un empleo
no había empezado a trabajar en él
En A. Datos generales: 11. Sólo si es varón y con
edad entre 17 y 29 años, ¿está realizando el
servicio militar o civil sustitutorio?
❑ Sí
❑ No
2. La semana pasada, ¿ha realizado algún trabajo
no remunerado en la empresa, negocio o
explotación de algún familiar con el que
convive (ayuda familiar)?
❑ Sí
❑ No
❑ Sí
❑ No
1. La semana pasada, de lunes a domingo, ¿ha
realizado algún trabajo remunerado (en metálico o
en especie) como asalariado por su cuenta, aunque
sólo haya sido por una hora o de forma esporádica
u ocasional?
2. Además de cumplir el servicio militar, ¿realizó
alguna actividad laboral la semana pasada
aunque sólo fuera durante una hora?
1. ¿Busca empleo?
Respuestas
C. Actividad (principal o secundaria)
BLOQUE/PREGUNTA
❑ Cumplía el servicio militar
❑ Realizó algún trabajo (remunerado, por su
cuenta o como ayuda familiar) durante al menos
1 hora
❑ En el territorio nacional
❑ En el extranjero
❑ Tenía empleo y no trabajó
❑ Otra situación
D. Actividad
Respuestas
Cuestionario 1999
1. En relación con la actividad, ¿en qué situación
se encontraba la semana pasada?
BLOQUE/PREGUNTA
Cuestionario 1992
TABLA II-1
CUESTIONARIO DE LA EPA PARA DETERMINAR LA ACTIVIDAD Y LA BÚSQUEDA Y DISPONIBILIDAD
PARA OCUPAR UN EMPLEO, 1992-1999
(Mayores de 16 años)
204
Respuestas
6. ¿Por qué razón no busca empleo?
7. Si le ofrecieran ahora un trabajo, o las
condiciones por las que no ejerce su profesión
como empresario o trabajador independiente
cambiaran, ¿podría empezar a trabajar en un
plazo inferior o igual a dos semanas?
❑ Podría empezar a trabajar en dos semanas
❑ No podría empezar en ese plazo por:
– Tener que completar sus estudios
– No poder dejar su trabajo actual
– Tener responsabilidades familiares
o personales
– Enfermedad o incapacidad
– Otras causas
3. Si le ofrecieran ahora un trabajo, o las
condiciones por las que no ejerce su profesión
como empresario o trabajador independiente
cambiaran
❑ Sí
❑ No podría empezar en ese plazo por:
– Tener que completar sus estudios o formación
– Tener que realizar o finalizar el servicio
militar o civil sustitutorio
– Tener responsabilidades familiares o
personales
– Enfermedad o incapacidad propia
– Otras causas
❑ Cree que no lo encontrará, no habiéndolo
buscado nunca
❑ Cree que no lo encontrará, habiéndolo buscado
anteriormente
❑ No cree que haya ninguno disponible en los
alrededores
❑ Está afectado por una regulación de empleo
❑ No sabe dónde dirigirse para encontrarlo
❑ Espera la estación de mayor actividad
❑ Espera los resultados de gestiones anteriores
(incluidos exámenes, entrevistas…)
❑ Espera reanudar su actividad por cuenta propia
❑ Está enfermo o incapacitado
❑ Tiene responsabilidades familiares o personales
❑ Está cursando estudios, recibiendo formación,
o es estudiante
❑ Está jubilado
❑ No necesita trabajar
❑ Otras causas
C. Actividad (principal o secundaria)
BLOQUE/PREGUNTA
❑ Cree que no lo encontrará, no habiéndolo buscado nunca
❑ Cree que no lo encontrará, habiéndolo buscado
anteriormente
❑ No cree que haya ninguno disponible
❑ Por estar afectado por una regulación de empleo
❑ No sabe dónde dirigirse para encontrarlo
❑ Espera la estación de mayor actividad
❑ Espera los resultados de solicitudes anteriores
❑ Espera reanudar su actividad por cuenta propia
❑ Razones personales o familiares
❑ Cursar estudios o recibir formación
❑ Por estar jubilado
❑ No necesita trabajar
❑ Otras causas
Respuestas
Cuestionario 1999
2. ¿Por qué razón no busca empleo?
G. Búsqueda de empleo
BLOQUE/PREGUNTA
Cuestionario 1992
TABLA II-1 (Continuación)
CUESTIONARIO DE LA EPA PARA DETERMINAR LA ACTIVIDAD Y LA BÚSQUEDA Y DISPONIBILIDAD
PARA OCUPAR UN EMPLEO, 1992-1999
(Mayores de 16 años)
205
5. ¿De qué forma ha buscado empleo en las cuatro
últimas semanas? (señalar un máximo de tres
respuestas)
Respuestas
❑ Estaba inscrito en una oficina de empleo de la
Administración
❑ Estaba inscrito en una oficina de empleo privada
❑ Se ha dirigido a empresarios
❑ Utilizó relaciones personales
❑ A través de la prensa
❑ Ha hecho gestiones para establecerse por su
cuenta (búsqueda de terrenos, gestión de licencias...)
❑ Prepara o realiza oposiciones
❑ Esperaba los resultados de solicitudes anteriores
❑ Esperaba la llamada de una oficina de empleo
❑ Otros métodos
❑ No ha utilizado ningún método
G. Búsqueda de empleo
BLOQUE/PREGUNTA
Cuestionario 1992
1. En las cuatro últimas semanas, ¿qué métodos
ha utilizado para encontrar empleo? (señalar
con un aspa todos los métodos mencionados
por el entrevistado)
Respuestas
❑ Estaba inscrito en una oficina de empleo de la
Administración
❑ Se ha puesto en contacto o se ha inscrito en una
oficina de empleo privada
❑ Se ha puesto en contacto con empresarios
❑ Ha consultado a familiares, amigos, a un sindicato…
❑ Ha puesto o ha contestado a un anuncio en la
prensa, radio o TV
❑ Ha colocado un anuncio en tablones, centros
comerciales, farolas, paradas de autobús...
❑ Ha realizado un examen o una entrevista para ser
contratado
❑ Ha buscado terrenos, un local o maquinaria para
establecerse por su cuenta
❑ Ha buscado financiación o ha gestionado licencias
o permisos para establecerse por su cuenta
❑ Ha consultado o escuchado las ofertas de empleo
de la prensa, radio o TV
❑ Está preparando oposiciones
❑ Espera la llamada de una oficina de empleo
❑ De la Administración
❑ Privada
❑ Espera los resultados de solicitudes anteriores
❑ Espera los resultados de una oposición
❑ Otros métodos (especificar)
❑ No ha utilizado ningún método
E. Búsqueda de empleo
BLOQUE/PREGUNTA
Cuestionario 1999
TABLA II-1 (Continuación)
CUESTIONARIO DE LA EPA PARA DETERMINAR LA ACTIVIDAD Y LA BÚSQUEDA Y DISPONIBILIDAD
PARA OCUPAR UN EMPLEO, 1992-1999
(Mayores de 16 años)
206
❑ Un cambio de residencia?
❑ Un cambio de oficio?
❑ Unos ingresos inferiores a los adecuados a su
cualificación?
❑ Una categoría inferior a la esperada?
Respuestas
4. ¿Aceptaría un trabajo que le ofrecieran si implicara (1 = sí; 2 = no; 3 = no sabe)
3. ¿Estaría disponible para empezar a trabajar (o
para trabajar más horas) en un plazo inferior o
igual a 2 semanas?
Respuestas
❑ Un cambio de residencia?
❑ Un cambio de oficio?
❑ Unos ingresos inferiores a los adecuados a su
cualificación?
❑ Una categoría inferior a la esperada?
❑ Sí
❑ No podría por:
– Tener que completar sus estudios o formación
– No poder dejar su empleo actual (debido al
periodo de preaviso)
– Razones personales o responsabilidades familiares
– Enfermedad o incapacidad propia
– Tener que realizar o finalizar el servicio militar o civil sustitutorio
– Otras causas
E. Búsqueda de empleo
BLOQUE/PREGUNTA
Cuestionario 1999
Fuentes: Elaboración propia a partir de los Cuestionarios correspondientes, en INE: Metodología de la Encuesta de Población Activa 1992, e INE: Encuesta de
Población Activa 1999. Tratamiento de la información.
4. ¿Aceptaría un trabajo que le ofrecieran si implicara (1 = sí; 2 = no; 3 = no sabe)
G. Búsqueda de empleo
BLOQUE/PREGUNTA
Cuestionario 1992
TABLA II-1 (Conclusión)
CUESTIONARIO DE LA EPA PARA DETERMINAR LA ACTIVIDAD Y LA BÚSQUEDA Y DISPONIBILIDAD
PARA OCUPAR UN EMPLEO, 1992-1999
(Mayores de 16 años)
MERCADO DE TRABAJO, RELACIONES LABORALES Y POLÍTICAS DE EMPLEO
• Nuevo tratamiento de las incidencias en el trabajo de campo
El anterior tratamiento establecía que, en los casos de viviendas inaccesibles o ausentes, se repetirían los contactos hasta
conseguir la información o hasta que, transcurridos cierto
número de intentos, se aplicase la misma información obtenida en el trimestre anterior (en caso de que ya formara parte de
la muestra) o se diese de baja esa vivienda en la muestra (en
caso de que fuese nueva). El nuevo especifica además que se
repetirán los contactos (telefónicos o personales) con la
vivienda a horas y en días diferentes.
C) Nuevas preguntas
• Se incluyen nuevas preguntas sobre si el entrevistado: ha sido
contratado por una ETT; está contratado como asalariado en
su propia empresa o en la cooperativa de la que es miembro;
está subempleado por insuficiencia de horas; trabajó en algún
momento del año anterior.
• Se incluye además un nuevo módulo de preguntas, en el
segundo trimestre de cada año, cuyo contenido será variable.
El módulo correspondiente a 1999 ha estado dedicado a los
accidentes de trabajo y enfermedades profesionales.
D) Nuevas definiciones
• Subempleo
– Ampliación del concepto de subempleo visible
Antes se consideraban subempleados, de acuerdo con la
definición de subempleo visible de la OIT2, a los ocupados que trabajaban a tiempo parcial por no haber podido
encontrar un empleo a tiempo completo, siempre que
estuviesen buscando otro empleo. La consideración como
2
En las sucesivas Conferencias de Estadígrafos del Trabajo, donde se fijan las
pautas comunes que posteriormente siguen la mayoría de los países desarrollados,
los distintos organismos internacionales, como la OCDE, y ámbitos supranacionales, como la Unión Europea.
207
MEMORIA 1999
a tiempo parcial, a su vez, era resultado de la autoclasificación de las personas, aunque filtrada por el número habitual de horas que declaraban, ya que si este número era
menor de 30, se consideraban a tiempo parcial con independencia de cómo se hubiesen clasificado ellas mismas, y
si era mayor o igual a 35, se consideraban a tiempo completo, también con independencia de su autoclasificación.
Se incluían en esta categoría, además, los que hubiesen trabajado menos de 40 horas y estuviesen afectados por un
expediente de regulación de empleo de suspensión o
reducción de jornada, siempre que cumplieran la condición
de estar buscando otro empleo.
Ahora se sustituye ese concepto por el de subempleo por
insuficiencia de horas, que recoge, además de a los anteriores, a quienes estén disponibles para trabajar en las
horas adicionales en las dos semanas siguientes a la de
referencia, busquen o no empleo.
– Definición de empleo inadecuado
Se recoge esta situación, que considera parte de lo que es
el concepto amplio de subempleo. El empleo inadecuado
se relaciona con la formación del trabajador, los ingresos y
las condiciones de ese empleo, siempre que, por alguno de
esos motivos, esté buscando otro, con independencia del
número de horas que trabaje.
2.1.2. El empleo en la EPA y en otras fuentes
Todos estos cambios, en general, no deberían haber producido
un aumento sustancial, por motivos estadísticos, de los resultados de la encuesta en cuanto al número de ocupados. De hecho,
a priori sólo podía predicarse este efecto de la ampliación de la
muestra, pero como su tamaño no era muy relevante (la ampliación de las secciones sólo suponía en torno a un 8 por 100 del
tamaño anterior) y la selección de las nuevas secciones se efectuó con los mismos criterios, no era esperable un cambio muy
abultado.
208
MERCADO DE TRABAJO, RELACIONES LABORALES Y POLÍTICAS DE EMPLEO
Sin embargo, ya los datos del primer trimestre del año arrojaron
unos resultados para la ocupación que difícilmente podían dejar de
atribuirse, en una parte importante, al cambio en la encuesta. Y ello
porque eran poco compatibles tanto con los que, también sobre
ocupados, daban otras fuentes, en concreto la Contabilidad nacional
trimestral de España (CNTR) y la Afiliación a la Seguridad Social,
como con los correspondientes al PIB.
Sobre las diferencias de la EPA con la Afiliación a la Seguridad
Social ya se ha tratado en anteriores ediciones de esta Memoria y
en otras publicaciones del CES3. En todos los casos parece firme
una doble conclusión: la tendencia es la misma en las dos fuentes
(esto es, los cambios en los ritmos de variación del volumen de
empleo se reflejan en ambas), y las diferencias en las cantidades,
una vez homogeneizados los conceptos, no son muy altas, de modo
que bien pueden tener su origen en la distinta naturaleza de una
y otra fuente (la primera es continua y muestral, la segunda, censal y al
cierre de cada mes).
La CNTR, por su parte, también ha cambiado en 1999, para
adecuarse al nuevo sistema contable europeo (denominado Sistema
Europeo de Cuentas, SEC, 95); éste recoge nuevas definiciones y
precisiones de conceptos para una mejor medición de los mismos,
y, lo que es el cambio más importante, amplía lo que se considera
producción. Pero como sus datos se han reelaborado hacia atrás,
para proporcionar series homogéneas, ofrece para 1999 resultados
sobre el aumento del empleo que han estado, junto con los referidos al PIB, en la base de la discusión sobre las cifras de la EPA.
La CNTR utiliza la EPA como fuente básica para elaborar sus
datos sobre empleo, pero usan conceptos en ocasiones muy diferentes, entre otras cosas por su distinta finalidad. Unos dan como
resultado un mayor volumen de inclusiones en la EPA que en la
CNTR, y otros tienen el efecto contrario (tabla II-2). Así por ejemplo, entre los del segundo tipo puede señalarse que la CNTR considera ocupados a los varones que cumplen el servicio militar o la
prestación civil sustitutoria, que la EPA clasifica aparte; igualmente, como la CNTR busca determinar el total del producto interior,
3
Véase por ejemplo: CES, Observatorio de Relaciones Industriales, núm. 17,
abril 1999.
209
MEMORIA 1999
TABLA II-2
DIFERENCIAS EN LA MEDICIÓN DEL EMPLEO DE LA EPA-99
Y DE LA CNE-BASE 95
Empleo CNE-Base 95
Ocupados EPA-99
El empleo comprende todas las personas (sean residentes o no) que, independientemente de la edad, realizan una actividad productiva en el interior del país.
Personas ocupadas en la producción interior. Incluye
a ocupados menores de 16 años.
La población ocupada comprende todas las personas
residentes mayores de 16 años que trabajan, al menos
una hora, o tienen un empleo y no trabajan por distintas circunstancias como vacaciones, enfermedad, etc.
Personas ocupadas en la producción.
Al considerar a las personas ocupadas en la producción interior, incluye a los siguientes colectivos que
excluye la EPA:
• Trabajadores fronterizos o temporeros no residentes
que trabajan en el territorio económico.
• Miembros no residentes de las tripulaciones de
bases de pesca y otros buques, aeronaves y plataformas flotantes explotadas por unidades residentes.
• Trabajadores no residentes que trabajan para unidades de producción residentes.
Al considerar a las personas ocupadas en la producción nacional, incluye a una serie de colectivos que
excluye la CNE:
• Trabajadores residentes fronterizos o temporeros
que trabajan en otro país.
• Trabajadores residentes miembros de tripulaciones
de barcos de pesca y otros buques, aeronaves y plataformas flotantes explotadas por unidades no residentes.
• Trabajadores residentes que trabajan para unidades
de producción no residentes.
Se consideran como ocupados los trabajadores residentes que viven permanentemente en hogares colectivos (instituciones).
No se consideran dentro del ámbito poblacional de la
EPA.
Los militares de reemplazo se consideran como ocupados en los Servicios de las AAPP.
Se consideran como población contada aparte (no se
incluyen entre los ocupados).
Se consideran como asalariados los propietarios de
sociedades y cuasisociedades (incluyendo cooperativas) si trabajan en estas empresas.
Se consideran como trabajadores por cuenta propia
todos los empleados autónomos o cooperativistas,
aunque estuvieran contratados como asalariados en su
propia empresa o cooperativa.
Se consideran como trabajadores autónomos los trabajadores que se dedican a actividades no remuneradas cuando dichas actividades producen bienes
(construcción de viviendas, iglesias y otros edificios).
Se consideran inactivos.
Los estudiantes que tienen un compromiso oficial al
contribuir con parte de su trabajo al proceso de producción de una empresa a cambio de formación se
incluyen como asalariados.
Se consideran inactivos.
Se proporciona información sobre personas ocupadas,
puestos de trabajo y puestos de trabajo equivalentes a
tiempo completo.
Se dispone únicamente de información de empleo. No
se dispone de estimaciones sobre puestos de trabajo.
La información se proporciona en datos brutos, datos
corregidos de efectos estacionales y calendario y, provisionalmente, en series de ciclo-tendencia.
La EPA sólo proporciona información en datos brutos.
Fuente: José Ignacio Pérez Infante: “La medición del empleo en la contabilidad nacional y en la EPA: Análisis de
los cambios metodológicos recientes”. Cuadernos de Información Económica, núm. 152/153, noviembre/diciembre 1999.
210
MERCADO DE TRABAJO, RELACIONES LABORALES Y POLÍTICAS DE EMPLEO
su concepto de empleo no excluye, lo que sí hace la EPA, que sólo
investiga a hogares familiares, a quienes son residentes en hogares
colectivos; además, por el cambio en el sistema contable, la CNTR
recoge a quienes trabajaron sin remuneración si su trabajo conduce
a la producción de algún bien duradero (como viviendas, iglesias u
otros edificios), mientras que la EPA sólo considera ocupados a los
que trabajan a cambio de una remuneración.
En todo caso, homogeneizando los resultados de una y otra
fuente, la CNTR arrojaría para el primer trimestre de 1999 un crecimiento interanual del empleo menor que el de la EPA (3,2 y 3,9
por 100, respectivamente). En el segundo trimestre la distancia se
habría ampliado, y en el tercero se habría detenido. No obstante, en
el último trimestre del año los datos de la EPA volvieron a arrojar
un crecimiento mayor, de modo que se abre un nuevo interrogante,
toda vez que el efecto estadístico parecía haberse ceñido a los dos
primeros periodos. Y la pregunta es hasta dónde llega, si es que lo
hay, ese efecto.
La razón para formular esta pregunta estriba en que el sesgo al alza
en el aumento del empleo en la EPA atribuible al cambio en la encuesta debía residir en la acción combinada de tres factores: la ampliación
de la muestra, el nuevo tratamiento de las incidencias en el trabajo de
campo; y el denominado “efecto cuestionario”.
Sobre el primer factor ya se ha indicado que su alcance debía ser
limitado, aunque quizá algo mayor del esperable si se considera que
produce una más rápida renovación de la muestra, de modo que se
recogerían más fielmente los aumentos del empleo en una situación
de rápido crecimiento económico.
El segundo, por su parte, aunque tampoco muy importante de
manera aislada, podría haber conseguido un mayor número de respuestas reales (no de reposiciones o sustituciones, como prevé el
método de campo) del trimestre, con el mismo efecto que la anterior, esto es, una recogida de datos más sensible a los cambios,
importantes en momentos de fuerte crecimiento.
El tercer factor, finalmente, habría sido el más fuerte: el “efecto
cuestionario” supone que, al cambiar alguna de las formulaciones
de las preguntas en la encuesta, tanto el entrevistado como —sobre
211
MEMORIA 1999
todo— el entrevistador se aplican a una cumplimentación más
detenida para evitar errores en un cuestionario que no conocen; ello
da lugar a un reflejo más fiel de las situaciones, lo que redunda en
un afloramiento de situaciones de ocupación en detrimento de las
de paro e inactividad. En esta ocasión no han sido pocas las nuevas preguntas y las nuevas formulaciones, y además algunas de
ellas están directamente en el corazón de la EPA, como se describió
al tratar los cambios en las tres preguntas clave para la clasificación
de las personas con respecto a la actividad.
Pero es que, por su propia naturaleza, y también por los resultados del tercer trimestre, este último factor debería haber agotado ya
su efecto, de modo que los datos del último trimestre no lo habrían
acusado. Así, el repunte del empleo en ese periodo lleva a cierta
perplejidad, que mueve a cuestionar, desde el principio, la parte
atribuible a un efecto estadístico en los datos de la EPA de 1999.
Quizá éste no haya sido tan alto, y con seguridad es indeterminable. Por esta razón, se utilizarán los datos de la EPA, toda vez que,
además, la única alternativa (y sólo es posible para los resultados
más globales) está en la CNTR, que también ha cambiado y tiene
una ya larga tradición de revisión al alza de lo que ahora son sus
resultados provisionales (los de 1998) y un avance de resultados
(los de 1999).
2.1.3. La compatibilidad de los resultados de la EPA y de la
Contabilidad Nacional: la cuestión de la “productividad”
Todas las discusiones que se acaban de resumir tuvieron un
cariz que podría calificarse de técnico. En la opinión pública, sin
embargo, la discusión tuvo un carácter distinto, con afirmaciones
rotundas sobre la inconsistencia de los datos de crecimiento en
la EPA con los referidos al PIB que se sustentaban en una parte —la
que afirmaba la fuerza del sesgo al alza en la EPA— por la consideración como absurdo de un resultado que arrojaría un crecimiento negativo de la productividad por ocupado.
No se puede cuestionar la afirmación general de que en alguna
medida la EPA de 1999 tiene un sesgo al alza que limita su comparación con la de los años anteriores. Pero sobre la cuestión que se
acaba de citar parece oportuno aclarar algunos extremos sobre esa
pretendida inconsistencia en los datos, sobre todo porque —al
212
MERCADO DE TRABAJO, RELACIONES LABORALES Y POLÍTICAS DE EMPLEO
parecer— la argumentación se apoya en una medida tan grosera de
la eficiencia del sistema productivo español como es la “productividad por ocupado”.
El concepto de productividad, como medida de la eficiencia de
un sistema productivo, requiere, por una parte, establecer determinados supuestos sobre otro concepto teórico, el de la función de
producción, que debe existir, ser continua y homogénea en cada
uno de sus términos, y en la que intervienen, en su formulación
clásica —la más elemental—, tres factores productivos: recursos
naturales, capital y trabajo. Así, en circunstancias de existencia,
continuidad y homogeneidad, y bajo el supuesto de ceteris paribus,
por el que se suponen constantes las dotaciones en los dos primeros
factores, una mayor productividad del factor trabajo (que se considera el único variable a corto plazo) indicaría una mayor eficiencia
del sistema: con las mismas aportaciones de cada factor se estaría
produciendo más.
La productividad así definida sería el cociente entre la cantidad
final producida y la cantidad de recursos empleados. Además, dado
que lo interesante es determinar si ha habido variación en la eficiencia, se establecería un cociente entre la variación del producto
y la del factor de producción. Esto es lo que se denomina productividad aparente del factor trabajo, ya bastante lejos del PIB por
ocupado. Para medirla hay que tener en cuenta, o hacer abstracción, de la no homogeneidad de las distintas unidades de trabajo, y
asignar valor económico a lo producido, típicamente el que resulte
de su transacción en el mercado a cambio de algún medio de pago
generalmente aceptado (como el dinero).
Aparte de que, de entrada, el cálculo que se suele hacer es el de
la diferencia, que es más o menos lo mismo, pero no es lo mismo,
aquí empiezan los problemas. Éstos no sólo están en el denominador (el empleo), sino también en el numerador (el producto).
– De una parte, aunque esto es algo que por lo menos en ocasiones se recuerda, lo correcto es utilizar unidades de trabajo,
como las horas, y no a las personas que han trabajado. Así, la
CNTR construye lo que se denomina puestos de trabajo equivalentes a tiempo completo, para aproximar de manera más
correcta las unidades de trabajo en un cálculo del PIB por
213
MEMORIA 1999
ocupado. Un dato que quizá ilustre esto es que, a partir de la
información de la EPA, puede aproximarse un número de horas
efectivas de trabajo de los ocupados a tiempo completo que sería
un 3,1 por 100 mayor al del año anterior: como la variación
anual del PIB fue, en términos reales, del 3,7 por 100, la evolución de la productividad no habría sido negativa. Este resultado
no rebate la existencia de un sesgo al alza en el crecimiento del
empleo en la EPA, pero desde luego fija los términos de la discusión en un sitio distinto. Y, entre otras cosas, recuerda el importante volumen de subempleo todavía presente en el mercado de
trabajo español, que la nueva EPA ha contribuido a aflorar.
De otra, lo que también afecta a qué se entiende por factor trabajo, la EPA no recoge volúmenes medios de empleo a lo largo de
todo el año, sino el número medio de personas que trabajaron alguna vez (cuando se les entrevistó, grosso modo) en ese año. Como la
encuesta es continua, la diferencia entre uno y otro concepto no
debería ser muy abultada, pero el peso del empleo temporal en
España muy bien puede llevar a opinar lo contrario. De ahí que, al
inicio de este apartado, se calificara la productividad por ocupado
como una aproximación excesivamente grosera de la medida “real”
de la productividad.
Por último, aunque quizá sea lo más relevante, la EPA no recoge todo el empleo, pero el PIB tampoco es un reflejo completamente fiel de la producción. Hay sobrada literatura al respecto4, pero
además, cualquiera que lea las definiciones del SEC comprende la
distancia entre lo que se produce y lo que se puede medir, que es
mucho más acusada en las actividades de servicios. Esta cuestión
ha de estar cobrando una importancia sustantiva en los últimos
tiempos, dada la irrupción y el auge de lo que ha dado en llamarse
nueva economía. Pero, además, hay otros problemas tradicionales en
la medición del valor añadido en actividades muy importantes que
no pueden dejar de citarse aquí.
Entre ellas, la más destacada atañe a las que se engloban en el
término servicios no destinados a la venta. En la parte correspondiente a la Administración Pública, que es la más alta, el valor aña4
Véase por ejemplo: “Medir en economía, lo que sabemos que no sabemos”.
Monográfico de Ekonomiaz (núm. 39, 1997).
214
MERCADO DE TRABAJO, RELACIONES LABORALES Y POLÍTICAS DE EMPLEO
dido ha de imputarse de acuerdo con algún importe económico
conexo, pues en la actividad de la Administración no hay transacción directa, de modo que no hay ni precios ni mercado; así, se
mide por aproximación, utilizando para ello la remuneración del
personal a su servicio. Si esta remuneración se fija en las Leyes de
Presupuestos, es fácil colegir que no necesariamente su inclusión
en la medición de la productividad refleja ésta.
Pero ésta no es la única, pues también la medida de la producción en el sector de la construcción, sistemáticamente revisada al
alza en la CNTR, es más que discutible, como indican los resultados de otras fuentes5.
2.1.4. Conclusión
En definitiva, es innegable que el cambio en la EPA ha supuesto
una ruptura en sus series de ocupados, de forma que hay que tener
cautela en la interpretación de las comparaciones de resultados en
distintos años.
No obstante, cuánto haya sido ese efecto, y cuándo ha podido
terminar, si es que ese es el caso, son dos preguntas de difícil respuesta. Como además en el año 2000 se ha vuelto a modificar la EPA
para acomodar sus secciones muestrales a las que se derivan del
nuevo censo de población (lo que ya ocurrió en 1995, determinando
otra ruptura), quizá no sea posible reconstruir series depuradas con
buenas garantías. La modificación del año 2000, por su naturaleza,
sí permite obtener resultados separados para la muestra antigua y la
nueva, de forma que el efecto estadístico sobre el porcentaje del crecimiento del empleo es calculable. El INE lo ha fijado en 77.500
ocupados, casi todos en Madrid, Cataluña y Castilla-La Mancha. El
aumento bruto interanual de la ocupación habría sido del 5,2 por
100, y descontado el cambio de censo del 4,68 por 100. El afloramiento de parados, sin embargo, es mucho menor (8.400 por el
efecto de la modificación). De esta forma, además, se confirma la
conclusión que se efectuó en la Memoria del CES de 1996, donde
se señalaba que la EPA venía subestimando la ocupación, pero no
tanto por sobreestimar el paro como por sobreestimar la inactividad.
5
Esta cuestión se recogió además en la Memoria del CES correspondiente a
1997.
215
MEMORIA 1999
En todo caso, la EPA sigue siendo la única fuente válida para
cualquier estudio mínimamente detallado del empleo en España, y
la única homogénea para establecer comparaciones internacionales.
Todo ello hace que sea preferible, como también se hizo en la
Memoria del CES de 1996, usar los datos brutos de la EPA, habiendo establecido previamente (que es lo que se ha hecho en este epígrafe) una cautela general sobre la limitación de sus resultados, al
menos en lo que atañe al empleo.
2.2. EVOLUCIÓN Y PERSPECTIVAS DE LA OCUPACIÓN,
LA ACTIVIDAD Y EL PARO
El empleo creció
por encima del
4 por 100
Según los datos de la EPA, en 1999 el número de personas ocupadas superó en más de 600.000 al que se obtuvo como promedio
en el año anterior. Ya se ha indicado que sobre este crecimiento,
equivalente a 4,6 por 100, pesa el efecto del cambio en la encuesta;
atendiendo a la variación en periodos más amplios, como forma de
evitar en lo posible la concentración en un solo año de ese efecto,
el último quinquenio exhibe también mejores resultados que los
que se obtuvieron en la etapa de crecimiento económico anterior a
la última crisis. El aumento medio acumulativo anual en esos cinco
años fue algo mayor a 390.000 personas, y el de los cinco últimos
ha sido de casi 420.000 (cuadro II-1).
CUADRO II-1
EVOLUCIÓN DEL EMPLEO POR GRANDES ETAPAS
ECONÓMICAS, 1977-1999
(Miles de personas)
Periodo
Variación total
en el periodo
Variación media anual
en el periodo
1977-1981
–1.102,1
–275,5
1981-1983
–189,6
–94,8
1983-1985
–408,4
–204,2
1985-1990
1.957,3
391,5
1990-1991
30,7
30,7
1991-1994
–879,3
–293,1
1994-1999
2.087,3
417,5
Fuente: INE, Encuesta de Población Activa.
216
MERCADO DE TRABAJO, RELACIONES LABORALES Y POLÍTICAS DE EMPLEO
Llama la atención, por otra parte, la irregular evolución trimestral del crecimiento de la ocupación. Al hacerse públicos
los datos de la EPA correspondientes al tercer trimestre del
año, se llegó a pensar que el efecto del cambio en la encuesta
se había agotado en el primer semestre. Sin embargo, como se
ha explicado en el epígrafe anterior, el cuarto trimestre de 1999
volvió a arrojar un crecimiento interanual de la ocupación
mayor que los precedentes (gráfico II-2), de forma que el posible afloramiento de empleo no se puede ceñir a la primera
mitad del año. Ahora bien, como ese mayor ímpetu del empleo
a final del ejercicio ha coincidido con un repunte en el ritmo de
crecimiento del PIB, tampoco puede atribuirse todo a un efecto
estadístico.
GRÁFICO II-2
EVOLUCIÓN DEL EMPLEO EN ESPAÑA, 1997-1999
(Miles de personas, escala izquierda, y porcentajes de variación interanual,
escala derecha; trimestres)
6
14.500
14.000
5
13.500
4
13.000
12.500
3
12.000
11.500
2
Miles
11.000
%Variación
1
10.500
10.000
4.o t-99
3.er t-99
2.o t-99
1.er t-99
4.o t-98
3.er t-98
2.o t-98
1.er t-98
4.o t-97
3.er t-97
2.o t-97
1.er t-97
0
Fuente: INE, Encuesta de Población Activa.
217
MEMORIA 1999
El paro EPA bajó
tres puntos
En media anual, el paro descendió en más de 450.000 personas, según la EPA; en esta encuesta la tasa de paro fue del 15,9
por 100, tres puntos más baja que la correspondiente a 1998.
Como la población activa mantuvo en 1999 un comportamiento
similar al del año anterior, esto es, creció de forma moderada,
permitió que el fuerte aumento del empleo se tradujese en un descenso muy acusado del paro. También igual que en 1998, ese crecimiento de la actividad se originó en el de la correspondiente a
las mujeres (gráfico II-3), mientras que se mantuvo la atonía de la
actividad masculina. Así, el crecimiento medio de la ocupación
en 1999, aunque mayor en aquéllas, se tradujo otra vez en una
menor reducción del paro femenino. El número de mujeres ocupadas creció en 339.000 y el de varones en 273.000, pero como la
población activa femenina creció bastante (147.000) mientras que
la masculina apenas aumentó (11.000), el total de mujeres desempleadas se redujo en 193.000, resultado considerablemente inferior al que se obtuvo para los varones (262.000 parados menos).
El segundo semestre de 1999 arrojó unos porcentajes de descenso del paro claramente inferiores a los del primero (gráfico II-4).
Dado el comportamiento que se acaba de señalar para la ocupación,
es evidente que esos resultados del paro en la segunda mitad del
GRÁFICO II-3
CRECIMIENTO DE LA ACTIVIDAD, LA OCUPACIÓN Y EL PARO POR SEXOS,
1997-1999
(Variaciones medias anuales en miles de personas)
VARONES
MUJERES
400
400
300
300
200
200
100
100
0
0
–100
–100
–200
–200
–300
–300
1997
1998
activos
ocupados
1999
parados
Fuente: INE, Encuesta de Población Activa.
218
1997
1998
activas
ocupadas
1999
paradas
MERCADO DE TRABAJO, RELACIONES LABORALES Y POLÍTICAS DE EMPLEO
año se debieron a la mayor incorporación de personas a la población activa.
Este menor ritmo de reducción del desempleo no parece preocupante si se tiene en cuenta que, con todo, el cuarto trimestre de
1999 se cerró con casi un 14 por 100 de parados menos que en el
mismo periodo del año anterior. No obstante, hay que señalar el progresivo menor ritmo de descenso que también ha venido mostrando
el paro registrado en el INEM. Desde el final de 1998 y hasta el
verano de 1999, este indicador arrojaba, mes tras mes, unos porcentajes de descenso interanual entre el 13 y el 14 por 100; desde
entonces, en concreto desde el mes de septiembre, el paro registrado ha ido reduciéndose más despacio cada vez —de modo que
diciembre de 1999 arrojó un porcentaje de descenso interanual del
9,5 por 100—, en un cambio de tendencia que parece haberse consolidado en los primeros meses del año 2000.
Fuerte descenso
del paro
registrado
GRÁFICO II-4
EVOLUCIÓN DEL PARO EN ESPAÑA, 1997-1999
(Miles de personas, escala izquierda, y porcentajes de variación interanual,
escala derecha; trimestres)
4.000
0
3.500
–2
–4
3.000
–6
2.500
–8
2.000
–10
1.500
–12
Miles
1.000
%Variación
–14
4.o t-99
3.er t-99
2.o t-99
1.er t-99
4.o t-98
3.er t-98
2.o t-98
1.er t-98
4.o t-97
–18
3.er t-97
0
2.o t-97
–16
1.er t-97
500
Fuente: INE, Encuesta de Población Activa.
219
MEMORIA 1999
Sobre dicho cambio se ha apuntado que también se debería al
mayor crecimiento de la población activa: ante la buena coyuntura
en el mercado de trabajo, más personas se incorporarían a la búsqueda de empleo, y entre otras formas de búsqueda se inscribirían
en el INEM como demandantes de empleo.
Si se aproxima esta circunstancia observando la evolución del
número de demandas de empleo en el INEM (gráfico II-5), no es
fácil obtener una conclusión afirmativa, pues sólo en los últimos
meses hay una clara coincidencia entre el mayor crecimiento de
tales demandas y el menor descenso del paro registrado. Pero como
el paro registrado se compone de demandas pendientes en el
INEM, parece más correcto atender no sólo a la evolución de esas
demandas, sino a la diferencia entre tal evolución y la de las colo-
Menor ritmo de
aumento en las
colocaciones
GRÁFICO II-5
PARO REGISTRADO, DEMANDAS DE EMPLEO Y COLOCACIONES, 1997-1999
(Porcentajes de variación interanual, meses. Demandas y colocaciones, escala izquierda;
paro registrado, escala derecha)
demandas
colocaciones
Fuente: MTAS, Boletín de Estadísticas Laborales.
220
paro registrado
Feb.–00
Dic.–99
Oct.–99
Ago.–99
Jun.–99
Abr.–99
Feb.–99
Dic.–98
–25
Oct.–98
0
Ago.–98
–20
Jun.–98
5
Abr.–98
–15
Feb.–98
10
Dic.–97
–10
Oct.–97
15
Ago.–97
–5
Jun.–97
20
Abr.–97
0
Feb.–97
25
MERCADO DE TRABAJO, RELACIONES LABORALES Y POLÍTICAS DE EMPLEO
caciones comunicadas y gestionadas por este organismo. Esta diferencia ha venido siendo alta, acortándose desde el final de 1999, lo
que apoya la idea de que estaría en el origen del más lento descenso del paro registrado. Otra cosa sería la razón de ese acortamiento,
pues parece fruto tanto de un repunte en el aumento de las demandas como de un menor ritmo de aumento en las colocaciones, y
este último sí resulta algo más preocupante.
En todo caso, entre 1998 y 1999 la tasa de paro española se
redujo casi 3 puntos, resultado sin parangón en todo el ámbito de la
Unión Europea. Como además (al igual que ocurrió en 1998) los
descensos del desempleo en los grandes países de la Unión
—exceptuada España— fueron muy moderados en 1999: la tasa de
paro de Alemania se redujo tres décimas, dos la del Reino Unido,
siete la de Francia y seis la de Italia, se produjo un nuevo y sustancial acercamiento de la tasa de paro española con la del total de la
Unión Europea (cuadro II-2).
Continúa el
acercamiento a
la Unión
Europea
CUADRO II-2
TASAS DE PARO EN LA UNIÓN EUROPEA, 1997-1999
(Porcentaje de parados sobre la población activa)
Países
1997
1998
Variación
97-98
(puntos)
Estimación
1999
Variación
98-99
(puntos)
Previsión
2000
UE 15
10,6
9,9
–0,7
9,2
–0,7
8,5
9,4
5,6
9,9
9,8
9,5
5,1
9,4
10,7
0,1
–0,5
–0,5
0,9
9,9
4,5
9,1
10,4
–0,5
–0,6
–0,3
–0,3
8,5
4,2
8,6
10,0
España
20,8
18,7
–2,1
15,8
–2,9
13,8
Francia
Irlanda
Italia
Luxemburgo
Holanda
Austria
Portugal
Finlandia
Suecia
Reino Unido
12,3
9,8
11,7
2,8
5,2
4,4
6,8
12,7
9,9
7,0
11,7
7,7
11,9
2,8
4,0
4,7
5,1
11,4
8,3
6,3
–0,6
–2,1
0,2
0,0
–1,2
0,3
–1,7
–1,3
–1,6
–0,7
11,0
6,5
11,3
2,7
3,1
4,4
4,5
10,2
7,0
6,1
–0,7
–1,2
–0,6
–0,1
–0,9
–0,3
–0,6
–1,2
–1,3
–0,2
10,0
5,7
10,9
2,6
2,4
4,0
4,5
8,9
6,3
5,8
Bélgica
Dinamarca
Alemania
Grecia
Fuente: Previsiones de Primavera de la Comisión Europea para 2000-2001 (en European Economy. Supplement
A. Economic trends, núm. 1/2, april 2000).
221
MEMORIA 1999
De acuerdo con las Previsiones de primavera de la Comisión
Europea, la proporción de parados sobre la población activa en
España siguió siendo, en 1999, la más alta de la Unión Europea,
pero la diferencia con el total de la Unión era de 6,6 puntos porcentuales, cuando en 1998 fue de 8,8 puntos y en 1997 de 10,2.
Además, la Comisión apunta para el futuro inmediato a un
mayor acortamiento de esa diferencia, que se situaría en 5,3 puntos en el año 2000.
2.2.1. Perspectiva sectorial
La construcción
creció 160.000
empleos
Desde un punto de vista sectorial (cuadro II-3 y gráfico II-6) lo
primero que llama la atención es el fuerte crecimiento de la construcción. En media anual, ésta generó casi 160.000 empleos en
1999, lo que supone un aumento del 12 por 100. Además, en los
dos últimos trimestres del año los porcentajes de variación anual
fueron, respectivamente, del 13 y del 14 por 100, de modo que lo
que en 1998 se anotó como fuerte trayectoria ascendente no sólo
no muestra signos de agotamiento, sino que puede ya calificarse de
auge imparable.
Ahora bien, un hecho tanto o más destacado en esta perspectiva sectorial reside en el aumento del empleo en los servicios.
CUADRO II-3
CRECIMIENTO DEL EMPLEO POR SECTORES DE ACTIVIDAD, 1997-1999
(Miles de personas y porcentajes, medias anuales)
Año
Variación
anual
1997
Miles
Porcentaje
1998
1999
Agricultura
y Pesca
Industria
Construcción
Servicios
–9,0
–0,8
79,9
3,2
67,3
5,7
231,9
3,0
Miles
Porcentaje
–6,8
–0,6
127,7
4,9
64,4
5,2
255,1
3,2
Miles
Porcentaje
–45,8
–4,3
76,0
2,8
156,6
12,0
425,7
5,2
Fuente: INE, Encuesta de Población Activa.
222
MERCADO DE TRABAJO, RELACIONES LABORALES Y POLÍTICAS DE EMPLEO
GRÁFICO II-6
EMPLEO EN ESPAÑA POR SECTORES, 1988-1999
(Miles de personas, medias anuales)
3.000
2.000
Construcción
9.000
1999
1998
1997
1996
1995
1994
1993
1992
1991
1988
1999
1998
1997
1996
1995
2.000
1994
1.000
1993
2.250
1992
1.250
1991
2.500
1990
1.500
1989
2.750
1988
1.750
Industria
1990
S. Primario
1989
2.000
Servicios
8.500
1.750
8.000
1.500
7.500
7.000
1.250
6.500
1999
1998
1997
1996
1995
1994
1993
1992
1991
1990
1989
1988
1999
1998
1997
1996
1995
1994
1993
1992
1991
1990
6.000
1989
1988
1.000
Fuente: INE, Encuesta de Población Activa.
Siendo el mayor, a mucha distancia, de los sectores productivos
por número de ocupados, su aumento en 1999 refleja la fortaleza
del momento alcista del empleo en España. El porcentaje de crecimiento en media anual superó el 5 por 100, o lo que es lo
mismo, se contaron 426.000 ocupados más que en 1998. Con
ello, el sector servicios supera ya los ocho millones y medio de
ocupados; cuenta con casi 1,5 millones de empleos más que antes
de la última crisis y representa más de tres quintas partes del total del
empleo en España. Al igual que la construcción, en la última
parte del año se registraron aumentos más elevados, de forma que
incluso cabría esperar un mayor crecimiento en los próximos
ejercicios.
223
MEMORIA 1999
En el otro extremo, el sector primario volvió a una senda de
descenso más acusada. En media anual, en 1999 se ocuparon en
este sector 46.000 personas menos que en el año anterior. Toda la
pérdida corresponde, además, al sector agrario, ya que la pesca
registró un ligero aumento en su volumen de empleo. Es significativo, asimismo, que esa pérdida en el sector agrario se concentre en los ocupados por cuenta propia, y tenga su trasunto en el
número de activos del sector. Ambos hechos reflejan el paulatino
abandono de la actividad agraria, donde no se producen incorporaciones de ocupados más jóvenes (al menos como agricultores a
título principal) en número bastante para compensar las salidas de
los más mayores.
La industria creció
menos que el año
anterior
El sector industrial, por su parte, creció cerca de un 3 por
100, bastante menos que en el año anterior, de manera que el
volumen de empleo en el conjunto del año 1999 fue mayor en
76.000 personas al que se obtuvo como promedio en 1998,
cuando en este año el aumento había rozado las 130.000. A
diferencia de la construcción y, sobre todo, del sector servicios,
la industria no ha recuperado aún el volumen de empleo que
tenía antes de la crisis. Como se explicó en la anterior edición
de esta Memoria, tras este comportamiento hay factores de tipo
estructural que auguran no ya la continuidad, sino incluso una
aceleración, del denominado proceso de terciarización de la
economía.
A pesar de las necesarias cautelas que han de adoptarse por el
cambio en la EPA, al leer los resultados sectoriales por ramas de
actividad pueden destacarse algunas ramas o subramas como las
más dinámicas en creación de empleo (cuadro II-4).
Así, dentro del sector servicios, los mejores resultados de 1999
correspondieron a las siguientes actividades: Comunicaciones,
donde se recogieron 31.000 ocupados más (19 por 100);
Intermediación financiera, que creció (en su totalidad por el
aumento en la subrama de actividades auxiliares a la intermediación financiera) en 30.000 personas (un 9 por 100); Actividades
inmobiliarias y de alquiler y servicios empresariales, que cuenta
ya con más de 900.000 ocupados y creció en media anual en
224
MERCADO DE TRABAJO, RELACIONES LABORALES Y POLÍTICAS DE EMPLEO
73.000 empleos (8,4 por 100); Administración pública, defensa y
seguridad social obligatoria, donde trabajaron 62.000 personas
más que en el año anterior (7,5 por 100); Otras actividades
sociales y de servicios prestados a la comunidad y servicios personales, que registró un crecimiento de su volumen de empleo en
torno a 20.000 efectivos, en su totalidad por el de la subrama de
actividades diversas de servicios personales (12 por 100);
Hogares que emplean personal doméstico, que recogió 28.000
ocupados más (7,7 por 100). El resto de las ramas de servicios
creció más despacio, sobre todo Educación (que contó con
15.000 ocupados más, aumento que no llega al 2 por 100). La
rama de comercio, por último, creció un 4 por 100, ya que a
pesar del fuerte aumento en el minorista (que creó algo más de
80.000 empleos, esto es, un 6 por 100) se produjeron incrementos más bajos en las otras ramas e incluso descensos en alguna
de ellas.
Dentro de la industria, y en concreto en las catorce ramas de
la industria manufacturera, que suponen casi el 95 por 100 del
total del empleo en el sector, los comportamientos fueron más
diversos, resultando de ellos un aumento más modesto (casi
72.000 ocupados más, esto es, un 2,8 por 100). Las actividades
de manufacturas que más crecieron en 1999 fueron: Metalurgia
y fabricación de productos metálicos, que aumentó en 28.000
personas (7,9 por 100); Industria química, con un crecimiento
de 10.000 ocupados (7,3 por 100); Fabri-cación de vehículos de
motor, con casi 12.000 empleos más (6,4 por 100); Madera y
corcho, que registró un aumento de 10.000 personas (12,1 por
100); y Confección, que frente a la atonía del conjunto de la
industria textil, recogió casi 10.000 ocupados más que en el año
anterior (6,7 por 100). Frente a estos resultados, destacan algunos descensos del empleo en varias ramas de manufacturas:
Perdieron en torno a 10.000 ocupados las ramas de
Alimentación, bebidas y tabaco (–2,5 por 100) y Transformados
del caucho y materias plásticas (–9,2 por 100); y recogieron
cerca de 5.000 empleos menos la Fabricación de otro material
de transporte (–5,9 por 100), que refleja básicamente la construcción naval y de material ferroviario, y las actividades de
reciclaje.
225
MEMORIA 1999
CUADRO II-4
EMPLEO POR SECTORES Y RAMAS DE ACTIVIDAD, 1998-1999
(Miles de personas y porcentajes de variación sobre el año anterior, medias anuales)
Variación
98-99
Secciones y ramas (CNAE)
1998
1999
SECTOR PRIMARIO
1.060,6
1.014,8
–45,8
–4,3
A. Agricultura, ganadería, caza y selvicultura
01. Agricultura, ganadería, caza y actividades relacionadas
02. Selvicultura, explotación forestal y actividades relacionadas
B. Pesca
05. Pesca, acuicultura y actividades relacionadas
1.005,4
973,5
32,0
55,2
55,2
958,5
926,3
32,2
56,4
56,4
–47,0
–47,1
0,2
1,2
1,2
–4,7
–4,8
0,5
2,2
2,2
SECTOR INDUSTRIAL
2.708,0
2.784,0
76,1
2,8
59,8
29,9
24,1
63,1
28,0
20,6
3,4
–1,9
–3,5
5,6
–6,2
–14,6
4,7
1,2
29,9
3,4
26,5
2.563,2
389,0
378,0
11,0
248,2
108,5
139,7
91,6
7,3
0,3
35,1
3,3
31,8
2.634,6
379,5
368,7
10,7
258,0
109,0
149,0
89,0
2,6
–0,9
5,2
–0,2
5,3
71,4
–9,5
–9,3
–0,3
9,8
0,5
9,3
–2,6
55,1
–74,5
17,5
–4,4
20,1
2,8
–2,5
–2,5
–2,7
4,0
0,4
6,7
–2,8
91,6
85,5
89,0
95,8
–2,6
10,3
–2,8
12,1
85,5
95,8
10,3
12,1
190,9
48,2
142,7
198,0
48,1
149,9
7,0
0,0
7,1
3,7
–0,1
5,0
13,1
13,2
0,0
0,4
13,1
136,9
136,9
97,0
97,0
154,2
154,2
352,5
90,9
13,2
146,9
146,9
88,1
88,1
160,6
160,6
380,5
104,7
0,0
10,0
10,0
–9,0
–9,0
6,4
6,4
28,0
13,8
0,4
7,3
7,3
–9,2
–9,2
4,2
4,2
7,9
15,2
C. Industrias extractivas
CA. Extracción de productos energéticos
10. Extracción y aglomeración de antracita, hulla, lignito y turba
11. Extracc. petróleo y gas natural. Activ. S. relacionados; excepto
prospección
12. Extracción de minerales de uranio y torio
CB. Extracción de otros minerales excepto productos energéticos
13. Extracción de minerales metálicos
14. Extracción de minerales no metálicos ni energéticos
D. Industrias manufactureras
DA. Industria de la alimentación, bebidas y tabaco
15. Industria de productos alimenticios y bebidas
16. Industria del tabaco
DB. Industria textil y de la confección
17. Industria textil
18. Industria de la confección y de la peletería
DC. Industria del cuero y del calzado
19. Cuero; art. marroquinería y viaje; guarnicionería, talabartería
y zapatería
DD. Industria de la madera y del corcho
20. Industria de la madera y del corcho, excepto muebles; cestería
y espartería
DE. Industria del papel; edición, artes gráficas y reproducción
soportes grabados
21. Industria del papel
22. Edición, artes gráficas y reproducción de soportes grabados
DF. Coquerías, refino de petróleo y tratamiento de combustibles
nucleares
23. Coquerías, refino de petróleo y tratamiento de combustibles
nucleares
DG. Industria química
24. Industria química
DH. Industria de la transformación del caucho y materias plásticas
25. Fabricación de productos de caucho y materias plásticas
DI. Industrias de otros productos minerales no metálicos
26. Fabricación de otros productos minerales no metálicos
DJ. Metalurgia y fabricación de productos metálicos
27. Metalurgia
226
miles
%
MERCADO DE TRABAJO, RELACIONES LABORALES Y POLÍTICAS DE EMPLEO
CUADRO II-4 (Continuación)
EMPLEO POR SECTORES Y RAMAS DE ACTIVIDAD, 1998-1999
(Miles de personas y porcentajes de variación sobre el año anterior, medias anuales)
Variación
98-99
Secciones y ramas (CNAE)
miles
%
275,8
185,5
185,5
168,3
21,7
84,7
14,2
3,7
3,7
3,7
2,0
–1,0
5,4
2,0
2,0
2,3
9,9
–1,2
32,5
34,6
2,1
6,5
26,6
253,8
184,6
69,3
204,3
190,4
13,9
85,0
27,3
261,6
196,4
65,2
209,9
200,4
9,5
86,4
0,7
7,8
11,8
–4,1
5,6
10,0
–4,4
1,3
2,5
3,1
6,4
–5,9
2,7
5,3
–31,5
1,6
58,6
26,4
58,8
27,6
0,1
1,2
0,2
4,6
SECTOR CONSTRUCCIÓN
1.307,1
1.463,7
156,6
12,0
F. Construcción
45. Construcción
1.307,1
1.307,1
1.463,7
1.463,7
156,6
156,6
12,0
12,0
SECTOR SERVICIOS
8.129,2
8.555,0
425,8
5,2
2.179,5
2.265,8
86,4
4,0
318,8
311,4
–7,4
–2,3
512,8
526,5
13,7
2,7
1.347,8
797,7
797,7
771,6
465,2
1.428,0
848,7
848,7
805,9
465,3
80,2
51,0
51,0
34,3
0,1
5,9
6,4
6,4
4,4
0,0
14,9
28,6
15,6
37,4
0,8
8,8
5,2
31,0
101,2
161,8
333,2
227,8
95,2
192,4
363,0
248,7
–6,1
30,6
29,8
20,9
–6,0
18,9
8,9
9,2
28. Fabricación de productos metálicos, excepto maquinaria y
equipo mecánico
DK. Industria de la construcción de maquinaria y equipo mecánico
29. Industria de la construcción de maquinaria y equipo mecánico
DL. Industria de material y equipo eléctrico, electrónico y óptico
30. Fabricación de máquinas de oficina y equipos informáticos
31. Fabricación de maquinaria y material eléctrico
32. Material electrónico; equipo y aparatos de radio, televisión y
comunicaciones
33. Fabricación de equipo médico-quirúrgico, de precisión, óptica
y relojería
DM. Fabricación de material de transporte
34. Fabricación de vehículos de motor, remolques y semirremolques
35. Fabricación de otro material de transporte
DN. Industrias manufactureras diversas
36. Fabricación de muebles; otras industrias manufactureras
37. Reciclaje
E. Producción y distribución de energía eléctrica, gas y agua
40. Producción y distribución de energía eléctrica, gas, vapor y
agua caliente
41. Captación, depuración y distribución de agua
G. Comercio; repara. vehículos de motor, motocicletas y artíc. person.
y de uso doméstico
50. Venta, mantenimiento y reparación de vehículos de motor y
motocicletas; venta al por menor de combustible para los mismos
51. Comercio al por mayor e intermediarios del comercio, excepto
de vehículos de motor y motocicletas
52. Comercio minorista, excepto vehículos de motor y motocicletas;
reparación de efectos personales y enseres domésticos
H. Hostelería
55. Hostelería
I. Transporte, almacenamiento y comunicaciones
60. Transporte terrestre; transporte por tubería
61. Transporte marítimo, de cabotaje y por vías de navegación
interiores
62. Transporte aéreo y espacial
63. Actividades anexas a los transportes; actividades de agencias
de viajes
64. Correos y telecomunicaciones
J. Intermediación financiera
65. Intermediación financiera, excepto seguros y planes de pensiones
1998
1999
261,7
181,8
181,8
164,6
19,8
85,7
227
MEMORIA 1999
CUADRO II-4 (Conclusión)
EMPLEO POR SECTORES Y RAMAS DE ACTIVIDAD, 1998-1999
(Miles de personas y porcentajes de variación sobre el año anterior, medias anuales)
Variación
98-99
Secciones y ramas (CNAE)
66. Seguros y planes de pensiones, excepto seguridad social
obligatoria
67. Actividades auxiliares a la intermediación financiera
K. Actividades inmobiliarias y de alquiler; servicios empresariales
70. Actividades inmobiliarias
71. Alquiler de maquinaria y equipo sin operario, de efectos
personales y enseres domésticos
72. Actividades informáticas
73. Investigación y desarrollo
74. Otras actividades empresariales
L. Administración pública, defensa y seguridad social obligatoria
75. Administración pública, defensa y seguridad social obligatoria
M. Educación
80. Educación
N. Actividades sanitarias y veterinarias, servicios sociales
85. Actividades sanitarias y veterinarias, servicios sociales
O. Otras act. sociales y de serv. prestados a la comunidad; serv.
personales
90. Actividades de saneamiento público
91. Actividades asociativas
92. Actividades recreativas, culturales y deportivas
93. Actividades diversas de servicios personales
P. Hogares que emplean personal doméstico
95. Hogares que emplean personal doméstico
Q. Organismos extraterritoriales
1998
1999
miles
%
92,0
13,4
858,5
51,3
98,1
16,3
931,0
57,8
6,1
2,9
72,5
6,6
6,6
21,2
8,4
12,8
22,9
69,4
18,1
696,9
826,1
826,1
786,9
786,9
714,3
714,3
22,5
83,6
19,0
748,2
887,6
887,6
801,9
801,9
743,5
743,5
–0,4
14,2
0,9
51,3
61,6
61,6
15,0
15,0
29,2
29,2
–2,0
20,5
4,8
7,4
7,5
7,5
1,9
1,9
4,1
4,1
496,4
45,9
54,3
241,3
155,1
362,2
362,2
3,0
516,1
45,1
56,7
240,8
173,5
390,0
390,0
1,5
19,7
–0,8
2,4
–0,5
18,4
27,9
27,9
–1,5
4,0
–1,7
4,4
–0,2
11,8
7,7
7,7
–49,2
Fuente: INE, Encuesta de Población Activa.
2.2.2. Fuerte aumento del empleo en el sector privado
Como ya se ha indicado, el aumento de la ocupación en 1999 se
debió al crecimiento del empleo asalariado. En media anual, el número de asalariados fue mayor en casi 680.000 al de 1998, lo que supone
un aumento del 6,7 por 100 (cuadro II-5); de ellos, 650.000 corresponden al sector privado, que creció nada menos que un 8,2 por 100,
y casi 30.000 al sector público, cuyo aumento fue del 1,3 por 100.
Menos autónomos
y más empresarios
228
El empleo por cuenta propia en 1999 descendió en 64.000 personas (–2,1 por 100), como consecuencia del resultado en la situación
profesional más importante dentro de esta categoría, la de “empresarios sin asalariados y trabajadores independientes” (compuesta mayo-
MERCADO DE TRABAJO, RELACIONES LABORALES Y POLÍTICAS DE EMPLEO
ritariamente por autónomos), que perdió 82.000 ocupados, y del que
se obtuvo en la de ayudas familiares, cuyo número bajó en 52.000
personas. Los crecimientos de la ocupación en las otras dos situaciones profesionales que componen el empleo por cuenta propia explican
el saldo final: los empleadores, donde se obtuvo un promedio anual
mayor en 52.000 personas al de 1998, y la de miembros de cooperativas, que aumentó en casi 8.000. Cabe señalar que, al igual que ocurrió
en 1998, estos movimientos no suponen tanto pérdidas de empleos
como trasvases entre situaciones, sobre todo desde la de autónomos a
la de empleadores; por otra parte, la situación del empleo en la agricultura explica, en buena medida, el descenso de las ayudas familiares, y hace más acusada la baja en el número de autónomos que se
viene recogiendo año tras año desde finales de los ochenta.
El crecimiento del empleo público en 1999 se originó exclusivamente en el ámbito de las administraciones territoriales, pues en
la administración central, en la de seguridad social y en las empresas e instituciones públicas prosiguió la tendencia a la baja (gráfico II-7)
que ya se había observado en el último ejercicio (en los dos últimos
para el caso de las empresas e instituciones públicas). En la administración central la pérdida de empleos se cifró en 36.000, y en la
de seguridad social en 4.500, lo que supone unos porcentajes de
reducción del 6,2 y el 1,3 por 100 respectivamente.
CUADRO II-5
OCUPADOS POR SITUACIÓN PROFESIONAL, 1998-1999
(Miles de personas y porcentajes de variación sobre el año anterior, medias anuales)
Variación 97-98
Variación 98-99
Situación profesional
1998
Miles
%
Ocupados por cuenta propia
Empleadores
Autónomos
Miembros de cooperativas
Ayudas familiares
3.026,2
692,3
1.876,2
82,4
375,3
–2,2
26,3
–5,6
–10,7
–12,2
–0,1
3,9
–0,3
–11,5
–3,1
2.962,2
744,1
1.794,2
90,4
333,5
–64,0
51,8
–82,0
7,9
–41,8
–2,1
7,5
–4,4
9,6
–11,1
10.156,6
2.225,1
7.931,5
447,5
–34,0
481,5
4,6
–1,5
6,5
10.836,7
2.254,9
8.581,8
680,1
29,8
650,3
6,7
1,3
8,2
22,1
–5,1
–18,6
18,7
–3,4
–15,5
13.204,9
440,3
3,4
13.817,5
612,6
4,6
Asalariados
Sector público
Sector privado
Otros
Total ocupados
1999
Miles
%
Fuente: INE, Encuesta de Población Activa.
229
MEMORIA 1999
GRÁFICO II-7
EMPLEO PÚBLICO POR TIPO DE ADMINISTRACIÓN, 1995-1999
(Miles de personas, medias anuales)
800
700
600
500
400
300
200
100
0
1995
1996
1997
1998
1999
Administración Central
Seguridad Social
Comunidades Autónomas
Corporaciones Locales
Empresas Públicas
Fuente: INE, Encuesta de Población Activa.
En el sector público empresarial no se produjo una pérdida de
ocupación tan acusada como en años anteriores: el número de empleos
en este ámbito se redujo en algo menos de 12.000, cuando en el año
anterior la reducción había rozado los 50.000, y en 1997 los 60.000.
El repaso al proceso de privatizaciones que se ha efectuado en el
capítulo primero de esta Memoria señala su menor intensidad, y
explica en primera instancia la baja pérdida —en comparación con
los dos años anteriores— de empleos en 1999.
Dentro de las administraciones territoriales, el mayor crecimiento correspondió a las Comunidades Autónomas. Según la EPA, el
número medio de asalariados de éstas en 1999 fue de casi 680.000,
un 9,6 por 100 más que en 1998; para las Corporaciones Locales,
por su parte, la encuesta recogió un promedio anual de 461.000
asalariados en 1999, un 5,7 por 100 más que en el año anterior.
Estos notables aumentos compensaron con creces los menores
volúmenes de ocupación en los otros ámbitos citados, de modo que
el saldo conjunto del sector público fue positivo.
230
MERCADO DE TRABAJO, RELACIONES LABORALES Y POLÍTICAS DE EMPLEO
De nuevo hay que recordar que tras estas cifras se encuentra el
trasvase de empleo que comporta el proceso de transferencia de
competencias. Durante 1999 tuvieron lugar traspasos importantes
desde la Administración del Estado a varias Comunidades
Autónomas, como es el caso de las funciones y servicios en materia de enseñanza no universitaria (que debía completarse el 1 de
enero de 2000) a Castilla-La Mancha, Castilla y León, Extremadura, Madrid y Murcia6. Asimismo, sigue vigente, como medida
en el conjunto de las actuaciones para la reducción del Gasto público corriente, la contenida en el Programa de Estabilidad para el
empleo en la Administración Central, según la cual la provisión de
vacantes de ésta no cubrirá sino el 25 por 100 de las bajas7. Ello
explica también parte del descenso del número de empleos en este
ámbito.
Trasvase de
empleo del
Estado a las
Comunidades
Autónomas
2.2.3. Evolución de la temporalidad
Dentro del sector privado, el número de asalariados con contrato
indefinido en 1999 (cuadro II-6) fue superior en más de 500.000
personas en media anual al que arrojó la EPA para 1998. No obstante, la reducción de la tasa de temporalidad fue inferior a la que
se había logrado el año anterior (1,0 y 1,5 puntos, respectivamente).
La razón estriba en el nuevo aumento, cercano al 5,5 por 100,
del empleo temporal en este sector: el promedio para 1999 del
número de asalariados con contrato temporal fue de 3.114,3 miles
de personas, casi 160.000 más que en 1998, cuando el incremento
en ese año había sido de 66.000. Como, además, el fuerte crecimiento de los asalariados con contrato indefinido en el sector privado se vio contrarrestado con un nuevo descenso de éstos y,
sobre todo, con un nuevo aumento de los temporales en el sector
La temporalidad
se resiste a bajar
6
Los Reales Decretos por los que se produjeron los
traspasos citados en el texto fueron, respectivamente: Castilla-La Mancha,
1844/1999, de 3 de diciembre; Castilla y León, 1340/1999, de 31 de julio;
Extremadura, 1801/1999, de 26 de noviembre; Madrid, 926/1999, de 28 de mayo;
y Murcia, 938/1999, de 4 de junio. No todos ellos han podido tener efecto inmediato, por su fecha, en el empleo que recoge la EPA. Pero sí alguno de los más importantes, como es el caso de Madrid.
7
“El crecimiento de los empleos públicos en el Estado se limitará al 25 por
100 del número de bajas que se generen anualmente” (Programa de Estabilidad
231
MEMORIA 1999
CUADRO II-6
ASALARIADOS POR TIPO DE CONTRATO Y SECTOR INSTITUCIONAL, 1994-1999
(Miles de personas y porcentajes de variación respecto del año anterior, medias anuales)
1994
Asalariados
1995
1996
1997
miles
miles
% var.
miles
% var.
miles
Sec. público
C. indefinido
C. temporal
T. temporalidad
2.058,3
1.720,4
337,6
16,4
2.121,5
1.781,9
339,2
16,0
3,1
3,6
0,5
–0,4
2.236,2
1.883,2
352,3
15,8
5,4
5,7
3,8
–0,2
2.259,1
1.892,1
366,0
16,2
Sec. privado
C. indefinido
C. temporal
T. temporalidad
6.567,9
3.988,1
2.576,8
39,2
6.821,2
4.038,3
2.777,9
40,7
3,9
1,3
7,8
1,5
7.047,9
4.258,4
2.783,8
39,5
3,3
5,4
0,2
–1,2
Total
C. indefinido
C. temporal
T. temporalidad
8.622,9
5.708,4
2.914,4
33,8
8.937,3
5.820,2
3.117,1
34,9
3,6
2,0
7,0
0,9
9.277,6
6.141,6
3.136,0
33,8
3,8
5,5
0,6
–1,1
1998
% var.
1999
miles
% var.
miles
% var.
1,0
0,5
3,9
0,4
2.225,1
1.826,3
397,9
17,9
–1,5
–3,5
8,7
1,7
2.254,9
1.814,1
440,8
19,5
1,3
–0,7
10,8
1,6
7.448,6
4.549,8
2.888,4
38,8
5,7
6,8
3,8
–0,7
7.931,5
4.964,6
2.954,6
37,3
6,5
9,1
2,3
–1,5
8.581,8
5.467,4
3.114,3
36,3
8,2
10,1
5,4
–1,0
9.696,3
6.441,9
3.254,4
33,5
4,5
4,9
3,8
–0,3
10.143,3
6.790,9
3.352,4
33,1
4,6 10.836,6
5,4 7.281,5
3,0 3.555,1
–0,4
32,8
6,7
7,2
6,0
–0,2
Fuente: INE, Encuesta de Población Activa.
público, la tasa de temporalidad para el conjunto se situó en el
32,8 por 100, apenas tres décimas por debajo de la correspondiente a 1998. Trimestre a trimestre (gráfico II-8), dicha tasa viene
reduciéndose, aunque lentamente, en el sector privado y aumentando en el público.
El nuevo empleo
en construcción
mantuvo la
temporalidad
232
Parece claro que la resistencia a la baja de la tasa de temporalidad radica en el crecimiento del empleo temporal, tanto en el sector
privado como en el público. Aunque esta cuestión se discutirá en el
epígrafe 2.3.3, la consecuencia inmediata de estos comportamientos ha de referirse a la valoración de los incentivos a la contratación estable. En este sentido, parece fuera de toda duda que, como
tales incentivos, han tenido buen resultado, pero también empieza a
ser palpable que su efecto sobre la temporalidad es lento. Hay, no
obstante, otra circunstancia que no puede obviarse en esta discusión, pues matiza esa lentitud. Y es que, en 1999, se produjo un
fuerte crecimiento del empleo en la construcción, cuya actividad
requiere, por su propia naturaleza, un más alto volumen de empleo
temporal. Uno de cada tres nuevos asalariados con contrato temporal se ocupó en este sector; no obstante, puede que de este número
haya que descontar los denominados “fijos de obra”, que en la EPA
figurarían recogidos como temporales.
MERCADO DE TRABAJO, RELACIONES LABORALES Y POLÍTICAS DE EMPLEO
GRÁFICO II-8
TASAS DE TEMPORALIDAD POR SECTOR INSTITUCIONAL, 1994-1999
(Porcentaje de asalariados temporales sobre el total de asalariados en cada sector, trimestres)
45
40
35
30
total
25
sector público
sector privado
20
15
4.o t-99
3.er t-99
2.o t-99
1.er t-99
4.o t-98
3.er t-98
2.o t-98
1.er t-98
4.o t-97
3.er t-97
2.o t-97
1.er t-97
4.o t-96
3.er t-96
2.o t-96
1.er t-96
4.o t-95
3.er t-95
2.o t-95
1.er t-95
4.o t-94
3.er t-94
2.o t-94
1.er t-94
10
Fuente: INE, Encuesta de Población Activa.
Si se observan las contribuciones de cada rama de actividad a la
creación de empleo temporal y a la de empleo asalariado total (cuadro II-7), puede verse que, además de la construcción, algunas
otras ramas tuvieron un comportamiento tal que aportaron más
empleo del primer tipo y menos del segundo. Entre ellas destaca la
de Hogares que emplean personal doméstico, que aportó un 23 por
100 al aumento del empleo asalariado temporal y sólo un 6 por 100
al crecimiento del empleo asalariado total; Transportes, almacenamiento y comunicaciones mostró un resultado menos desequilibrado, pero de igual signo, con sendas contribuciones del 11 y el 7 por
100. Pero la rama cuyo comportamiento resulta más llamativo es la
de Administración pública, defensa y seguridad social obligatoria,
que contribuyó con un 8,4 y un 7,7 por 100, respectivamente; en
este caso no parece que la naturaleza de las actividades de la rama
requiera mayor volumen de empleo temporal.
233
234
Fuente: INE, Encuesta de Población Activa.
363,0
38,6
59,0
2.346,0
81,6
1.222,9
1.545,6
550,9
622,9
341,0
768,8
891,8
777,6
702,0
388,7
395,4
–
359,8
32,6
56,0
2.277,5
87,2
1.065,0
1.384,6
498,9
570,1
312,0
672,5
831,2
768,5
666,8
380,2
347,8
–
Agricultura, ganadería, caza y selvicultura
Pesca
Industrias extractivas
Industrias manufactureras
Producción y distribución de energía eléctrica, gas y agua
Construcción
Comercio; repar. vehículos y art. personales/uso doméstico
Hostelería
Transporte, almacenamiento y comunicaciones
Intermediación financiera
Actividades inmobiliarias y de alquiler; serv. empresariales
Administración pública, defensa y Seguridad Social obligatoria
Educación
Actividades sanitarias y veterinarias, servicios sociales
Otras act. sociales y serv. a la comunidad/serv. personales
Hogares que emplean personal doméstico
Organismos extraterritoriales
miles
10.312,3 11.095,8
miles
1999
Total
Ramas de actividad (CNAE)
1998
3,2
6,0
3,0
68,5
–5,6
157,9
161,0
52,0
52,8
29,0
96,3
60,6
9,1
35,2
8,5
47,6
–
783,5
miles
0,4
0,8
0,4
8,7
–0,7
20,2
20,5
6,6
6,7
3,7
12,3
7,7
1,2
4,5
1,1
6,1
–
100,0
% total
Var. 98-99
Asalariados
miles
1999
229,2
9,4
9,7
656,2
10,7
662,9
478,4
218,9
127,3
35,1
225,3
129,8
170,5
176,0
125,2
83,7
–
226,2
12,5
13,6
679,0
11,0
746,9
491,7
234,1
156,8
35,3
227,4
152,2
171,9
180,2
131,9
145,8
–
3.348,7 3.616,5
miles
1998
–3,0
3,1
3,9
22,8
0,3
84,0
13,3
15,2
29,5
0,2
2,1
22,4
1,4
4,2
6,7
62,1
–
267,8
miles
–1,1
1,2
1,5
8,5
0,1
31,4
5,0
5,7
11,0
0,1
0,8
8,4
0,5
1,6
2,5
23,2
–
100,0
% total
Var. 98-99
Asalariados c. temporal
CUADRO II-7
ASALARIADOS POR TIPO DE CONTRATO Y RAMAS DE ACTIVIDAD, 1998-1999:
CONTRIBUCIONES AL CRECIMIENTO
(Miles de personas y porcentajes sobre el total de la variación 1998-1999, cuartos trimestres)
MERCADO DE TRABAJO, RELACIONES LABORALES Y POLÍTICAS DE EMPLEO
En el otro extremo, el aumento del empleo asalariado total fue
mayor que el del temporal en algunas ramas, de modo que contribuyeron a reducir la tasa de temporalidad: Comercio, reparación de
vehículos de motor y de artículos personales y de uso doméstico
aportó en 1999 un 20,5 por 100 al crecimiento del total de asalariados, y sólo un 5 por 100 al crecimiento de los temporales;
Actividades inmobiliarias y de alquiler y servicios empresariales,
igualmente, contribuyó con algo más del 12 por 100 al aumento del
total de asalariados, y no llegó al 1 por 100 su aportación al de los
asalariados temporales; Intermediación Financiera, asimismo,
explica casi el 4 por 100 del crecimiento de ese total, y apenas una
décima del correspondiente al empleo asalariado temporal.
Otras ramas de actividad en las que tradicionalmente se venía
ocupando una parte importante del empleo temporal presentan
en 1999 comportamientos que inducen a pensar que los incentivos a la contratación estable están teniendo buen resultado para
reducir la temporalidad. El aumento del empleo asalariado en
Hostelería supuso un 6,6 por 100 del total, mientras que su aportación al crecimiento de los temporales fue del 5,7 por 100, con
lo que la tasa de temporalidad de esta rama se redujo en algo
más de 1,5 puntos porcentuales. Caso aparte es el de la rama de
Agricultura, ganadería, caza y selvicultura, donde se recogió un
ligero aumento del empleo asalariado total y un descenso prácticamente igual en el temporal, de forma que su tasa de temporalidad, la más alta de todas las ramas, fue 1,4 puntos menor al final
de 1999 que al cierre de 1998.
Buenos
resultados de los
incentivos para
la estabilidad
Además de los resultados habituales, la nueva EPA de 1999
incorpora información útil para caracterizar a los asalariados temporales, a través de las cifras referentes al número de personas contratadas por una empresa de trabajo temporal (cuadro II-8). Así, en
1999, algo más de 80.000 personas trabajaron, en media anual, contratadas por una ETT. Un 43 por 100 de ellas fueron mujeres, de
forma que las ETT contratarían a éstas con más frecuencia que los
empleadores en general, pues en el total de asalariados del año sólo
el 38 por 100 eran mujeres, y entre los temporales el 40 por 100. Sin
embargo, cuando se atiende al detalle por edades no sólo se comprueba que las ETT contratan sobre todo a jóvenes, sino también
—lo que resulta interesante— que entre los más jóvenes y entre los
más mayores se da una proporción mucho más elevada de varones.
235
MEMORIA 1999
CUADRO II-8
ASALARIADOS CONTRATADOS POR UNA EMPRESA DE TRABAJO
TEMPORAL, POR SEXO Y EDAD, 1999
(Miles de personas y porcentajes sobre el total por edad y sexo, medias anuales)
Grupos
de edad
Total
De 16 a 19
De 20 a 24
De 25 a 29
De 30 a 39
De 40 a 49
De 50 a 59
De 60 a 69
De 70 y más
Asalariados contratados por una ETT
(miles de personas)
Distribución
por edad
(porcentajes)
Distribución por sexo
(porcentajes)
Ambos sexos
Varones
Mujeres
Ambos sexos
Varones
Mujeres
81,3
7,1
27,8
19,0
15,8
7,7
3,5
0,3
–
46,1
5,5
15,9
10,9
7,4
3,7
2,7
0,2
–
35,1
1,6
12,0
8,1
8,5
4,1
0,8
0,1
–
100,0
8,7
34,2
23,4
19,5
9,5
4,2
0,4
–
56,8
77,4
57,0
57,1
46,4
47,9
78,3
53,8
–
43,2
22,6
43,0
42,8
53,6
52,4
22,5
38,5
–
Fuente: INE, Encuesta de Población Activa.
2.2.4. Ocupados por jornada de trabajo
Desde el punto de vista de la jornada de trabajo, la nota más
característica del año 1999 es el fuerte crecimiento del número de
mujeres que se ocuparon a tiempo completo. Ese número fue además, por primera vez, casi igual que el correspondiente a los varones:
En media anual, trabajaron a tiempo completo 274.000 mujeres y
277.000 varones más que el año anterior. Ello no implicó, por otra
parte, un menor aumento en el número de mujeres ocupadas a tiempo
parcial. Antes al contrario, tras el bache que se registró en 1998, este
tipo de empleo recuperó en 1999, de manera notable, el ritmo que
había venido manteniendo en los años posteriores a la última crisis.
Según la EPA, el empleo a tiempo parcial femenino aumentó en casi
70.000 personas (cerca de un 9 por 100), mientras que el incremento
correspondiente al año anterior había sido de 23.000 (apenas un 3
por 100). Pese a su escasa entidad, incluso en términos relativos,
cabría destacar que entre los varones se recogió un mayor número de
ocupados a tiempo parcial, ya que en 1998 se había anotado un descenso. No obstante, como al final del año ese número volvió a disminuir, es posible que se trate de movimientos poco significativos, más
allá de una cada vez más clara tendencia al estancamiento, en valores
muy bajos, de este tipo de empleo entre los varones.
236
MERCADO DE TRABAJO, RELACIONES LABORALES Y POLÍTICAS DE EMPLEO
CUADRO II-9
OCUPADOS Y ASALARIADOS POR TIPO DE JORNADA Y SEXO, 1998-1999
(Miles de personas, medias anuales, y variación sobre el año anterior
en miles y en porcentajes)
Ocupados
Jornada completa
Años
Asalariados
Jornada parcial
Jornada completa
Jornada parcial
Varones
Mujeres
Varones
Mujeres
Varones
Mujeres
Varones
Mujeres
1998
Var. 97/98 miles
Var. 97/98%
8.258,3
256,0
3,2
3.893,0
165,2
4,4
250,0
–4,8
–1,9
789,6
22,8
3,0
6.236,1
259,5
4,3
3.733,7
146,7
5,0
173,4
4,7
2,8
634,4
36,0
6,0
1999
Var. 98/99 miles
Var. 98/99%
8.535,4
277,1
3,4
4.167,4
274,4
7,0
255,5
5,5
2,2
859,2
69,6
8,8
6.545,8
309,7
5,0
4.111,5
301,7
9,7
179,4
6,0
3,4
710,5
76,1
12,0
Fuente: INE, Encuesta de Población Activa.
Las cifras correspondientes a los asalariados a tiempo completo
y a tiempo parcial recogieron en 1999 aumentos ligeramente superiores, entre varones y mujeres, que las del total de ocupados. De
nuevo puede apuntarse, por tanto, una reducción en el número de
quienes trabajaron a tiempo parcial por cuenta propia, cuyo origen
radica en la progresiva disminución de las ayudas familiares. En
media anual, el número de varones asalariados a tiempo completo en
1999 fue superior en 310.000 al del año anterior, y el de mujeres
en 302.000; los incrementos recogidos para los asalariados a tiempo parcial fueron, a su vez, de 6.000 y 76.000 en varones y mujeres
(cuadro II-9).
Como resultado del fuerte aumento en el trabajo a tiempo completo, el peso del tiempo parcial sobre el total del empleo creció
muy poco en 1999. La tasa de parcialidad de los ocupados varones
permaneció en el 2,9 por 100, y la de los asalariados en el 2,7 por
100, porcentaje en el que lleva ya tres ejercicios consecutivos; las
de las mujeres fueron, respectivamente, un 17,1 y un 17,3 por 100,
apenas tres décimas mayores que las que se recogieron en 1998
(gráfico II-9). Como ya se anotó en ese año, además, la proporción
de mujeres sobre el total de los ocupados a tiempo parcial volvió a
crecer. Si en 1998 el 76 por 100 de los ocupados a tiempo parcial
eran mujeres, en 1999 supera ya el 77 por 100. Cuando se atiende
sólo al empleo asalariado, el porcentaje de mujeres entre los que
trabajan a tiempo parcial roza ya el 80 por 100.
Las mujeres
ocupan 3 de cada
4 empleos a
tiempo parcial
237
MEMORIA 1999
GRÁFICO II-9
TASAS DE PARCIALIDAD DE OCUPADOS Y ASALARIADOS, POR SEXO, 1987-1999
(Porcentaje de personas que trabajan a tiempo parcial sobre el total en cada caso,
medias anuales)
10
asalariadas
1995
0
1993
12
1999
2
1997
14
1995
4
1993
16
1991
6
1989
18
1987
8
total
1999
20
1991
asalariados
1989
total
1987
10
MUJERES
1997
VARONES
Fuente: INE, Encuesta de Población Activa.
Uno de los rasgos del comportamiento del empleo a tiempo parcial más destacado del año es el repunte, dentro de los asalariados,
de la temporalidad en este tipo de empleo. La proporción de asalariados con contrato temporal entre quienes trabajaban a tiempo parcial había venido disminuyendo de forma notable entre 1995 y
1998, pero en 1999 volvió a crecer (cuadro II-10), tanto para los
varones como para las mujeres. En estas últimas, la tasa de temporalidad para las que trabajaban a tiempo parcial en el cuarto trimestre del año fue cuatro puntos más alta que la correspondiente al
mismo trimestre del año anterior; en los varones se situó en un 70,9
por 100, un punto por encima de la que se recogió en el último trimestre de 1998.
Pero estos aumentos tienen un origen distinto en cada caso: en
las mujeres, la mayor tasa de temporalidad en el tiempo parcial responde a un mayor crecimiento del número de temporales que el de
indefinidos con esta jornada (en cuartos trimestres, 70,1 y 10,6
miles de personas, respectivamente), mientras que en los varones
es el resultado de una pérdida más alta en el segundo (1,5 y 5,7
miles de personas). Como, además, las cifras de varones asalaria238
MERCADO DE TRABAJO, RELACIONES LABORALES Y POLÍTICAS DE EMPLEO
CUADRO II-10
TASAS DE TEMPORALIDAD DE LOS ASALARIADOS
POR TIPO DE JORNADA, 1995-1999
(Porcentaje de temporales sobre el total de asalariados en cada tipo
de jornada, cuartos trimestres)
Sexo y tipo de jornada
1995
1996
1997
1998
1999
Varones
A tiempo completo
A tiempo parcial
31,8
75,0
31,3
71,0
31,2
69,7
30,6
68,9
30,2
70,9
Mujeres
A tiempo completo
A tiempo parcial
33,6
57,6
32,1
56,5
31,6
50,2
30,7
49,9
30,9
54,0
Total
A tiempo completo
A tiempo parcial
32,4
61,3
31,6
59,6
31,4
54,3
30,7
54,0
30,4
57,3
Fuente: INE, Encuesta de Población Activa.
dos a tiempo parcial son mucho más reducidas que las de las mujeres, el efecto sobre la tasa de temporalidad de los primeros resulta
muy acusado, pero es menos significativo que el que se ha producido en la tasa correspondiente a las segundas.
2.2.5. Análisis por sexo y edad
Al tratar el comportamiento de los ocupados por tipo de jornada
se acaba de destacar el fuerte aumento de las mujeres que trabajaron a tiempo completo, casi igual en número, por primera vez, que
el de varones. El resultado general del crecimiento de la ocupación
por sexos no hace sino acusar aún más ese buen momento del
empleo femenino: en 1999, la proporción de mujeres entre los nuevos ocupados fue de más del 55 por 100, cuando en el año anterior
(y ya entonces se subrayó la bondad del resultado al compararlo
con el peso de las mujeres en el volumen total de empleo) había
sido del 43 por 100.
Las mujeres
ocuparon 55 de
cada 100 nuevos
empleos
El número medio de mujeres ocupadas en 1999 (cuadro II-11)
fue mayor que el del año anterior en casi 340.000, y el de varones
no llegó a 275.000. Así, el aumento del empleo femenino resultó, en
términos relativos, muy superior al del masculino (7,2 y 3,2 por 100,
239
MEMORIA 1999
CUADRO II-11
EMPLEO TOTAL Y ASALARIADO POR SEXO Y TIPO DE CONTRATO, 1999
(Miles de personas y porcentajes de variación sobre el año anterior, medias anuales)
Varones
Media 1999
Mujeres
Crecimiento 98-99
Media 1999
Crecimiento 98-99
Empleo
(miles)
(miles)
(%)
(miles)
(miles)
(%)
Total
Asalariados
Contrato indefinido
Contrato temporal
8.790,9
6.725,2
4.607,4
2.117,9
273,4
307,0
258,3
57,4
3,2
4,8
5,9
2,8
5.026,6
4.111,5
2.674,1
1.437,4
339,2
373,0
232,1
145,6
7,2
10,0
9,5
11,3
Fuente: INE, Encuesta de Población Activa.
respectivamente). Es preciso recordar que la posición de las mujeres
en el mercado de trabajo sigue siendo claramente peor, extremo del
que hablan, entre otros, sus mucho mayores tasas de paro. Pero los
resultados de 1999 prosiguen de manera acentuada un proceso de
acercamiento que permite apuntar, como ya se hizo en la anterior
edición de esta Memoria, a la mejora en esa posición.
También entre los asalariados se recogió en 1999 un mayor crecimiento de las mujeres (373.000 más en media anual) que de los
varones (307.000), en consonancia con unos comportamientos muy
similares en las otras situaciones profesionales. Pero, a diferencia
de lo que se apuntó en 1998, el número de temporales volvió a crecer
mucho más en el caso de las mujeres que en el de los varones: los
incrementos de la media anual sobre la del año anterior fueron de
146.000 mujeres y 57.000 varones, esto es, casi de tres a uno.
Repunte de la
temporalidad entre
las mujeres
240
Como el aumento de los indefinidos fue ligeramente superior en
estos últimos, la tasa de temporalidad femenina volvió a distanciarse. Si en 1998 la diferencia entre ésta y la correspondiente a los
varones era de 2,5 puntos porcentuales, en 1999 aumentó hasta 3,5
puntos. En esta ocasión, además, las diferencias se han ampliado
en el sector privado (de 3,4 a 4,2 puntos), donde el crecimiento en
el número de asalariados con contrato temporal fue sustancialmente mayor entre las mujeres. En el sector público, por el contrario,
tanto por el descenso del número de varones con contrato indefinido como por el aumento del de mujeres con contrato temporal, las
tasas de temporalidad en ambos sexos crecieron prácticamente lo
mismo (gráfico II-10).
MERCADO DE TRABAJO, RELACIONES LABORALES Y POLÍTICAS DE EMPLEO
GRÁFICO II-10
TASAS DE TEMPORALIDAD POR SEXO Y SECTOR INSTITUCIONAL, 1994-1999
(Porcentaje de temporales sobre el total de asalariados en cada caso, medias anuales)
50
45
40
35
30
25
20
15
10
1994
1995
1996
1997
1998
Varones S. Público
Mujeres S. Público
Varones S. Privado
Mujeres S. Privado
1999
Fuente: INE, Encuesta de Población Activa.
El aumento del empleo se dio en todos los grupos de edad,
salvo en el de 60 a 64 años. Se registraron incluso ligeros crecimientos en el número de ocupados más mayores, que dado su escaso volumen supusieron unos porcentajes de aumento muy
elevados, aunque poco significativos. Descontados éstos, así como
el grupo más joven, cuyo tamaño también reduce el significado de
sus porcentajes de variación anual, los crecimientos más altos en
términos relativos corresponden a los menores de 30 años, en la
misma tendencia de los últimos ejercicios.
En el otro extremo destaca la nueva disminución del empleo
para las personas con edades comprendidas entre 60 y 64 años.
241
MEMORIA 1999
Asociada además a la escasa reducción del número de parados en
estas edades, permite apreciar la continuación de la otra gran tendencia que se viene observando en sucesivos ejercicios, que es la
expulsión del empleo (y en no pocas ocasiones de manera definitiva)
GRÁFICO II-11
OCUPADOS POR SEXO Y GRUPO DE EDAD, 1998-1999
(Miles de personas en media anual, escala izquierda, y porcentajes de variación sobre el año
anterior, escala derecha)
Varones
1.200
20
1.000
15
10
800
5
600
0
400
–5
1998
1999
70+
65-69
60-64
55-59
50-54
45-49
40-44
35-39
30-34
–15
25-29
0
20-24
–10
16-19
200
%var
Mujeres
1.200
20
1.000
15
10
800
5
600
0
400
–5
1998
Fuente: INE, Encuesta de Población Activa.
242
1999
%var
70+
65-69
60-64
55-59
50-54
45-49
40-44
35-39
30-34
–15
25-29
0
20-24
–10
16-19
200
MERCADO DE TRABAJO, RELACIONES LABORALES Y POLÍTICAS DE EMPLEO
de personas próximas a la edad de jubilación. Sobre este problema
el CES está ultimando un informe denominado Vida Laboral y
Prejubilaciones, en el que, después de trazar los rasgos del fenómeno en España y en Europa, así como sus causas, se establecen una
serie de conclusiones y propuestas de actuación. Ambas se avanzarán en el epígrafe 2.3.1 siguiente, al tratar este fenómeno desde una
perspectiva transversal.
La distribución del crecimiento por grupos de edad alcanzó de
manera más uniforme a los grupos de varones que a los de mujeres
(gráfico II-11). En el primer caso, la variación anual estuvo para
casi todos los menores de 60 años en torno al 4 por 100, mientras
que en el segundo algunas edades (25 a 29 y 40 a 44 años, sobre
todo) se vieron bastante más beneficiadas. No obstante, el grupo de
ocupados varones entre 35 y 39 años de edad, que es de los más
numerosos, creció mucho menos que los demás: el aumento del
empleo no llegó en dicho grupo a 10.000 personas, a diferencia de
los que se recogieron tanto para los grupos inmediatos dentro de su
mismo sexo (46.000 y 53.000 varones ocupados más de 30 a 34 y
de 40 a 44 años) como para sus coetáneas (casi 45.000 ocupadas
más de 35 a 39 años).
En consonancia con el distinto comportamiento de la población
activa masculina y femenina, los porcentajes de descenso del
número de parados fueron notablemente más altos entre los varones que entre las mujeres en todos los grupos de edad (gráfico II-12).
Pero al menos no se recogió en 1999 un resultado como el del año
anterior (donde había crecido el número de paradas entre 35 y 39
años) y el paro femenino se redujo en todos los grupos de edad.
Además, las mayores reducciones se dieron en los grupos de mujeres hasta los 35 años, que son los que contribuyeron en mayor
medida al aumento de la actividad, de forma que podría hablarse de
una redistribución del desempleo femenino en detrimento de las
mujeres más mayores.
El paro femenino
bajó en todos los
grupos de edad
Casi un tercio del menor número de desempleados correspondió
en 1999 a los que no tenían experiencia laboral anterior, cuando
éstos eran un 25 por 100 del total de parados. De esta forma, los
demandantes de primer empleo se beneficiaron relativamente más de
la creación de empleo. Cuando se atiende a los distintos grupos
de edad, llaman la atención, por lo abultado, algunas diferencias de
243
MEMORIA 1999
GRÁFICO II-12
PARADOS POR SEXO Y GRUPO DE EDAD, 1998-1999
(Miles de personas en media anual, escala izquierda, y porcentajes de variación sobre el año
anterior, escala derecha)
Varones
400
0
–5
300
–10
200
–15
–20
100
–25
1998
1999
70+
65-69
60-64
55-59
50-54
45-49
40-44
35-39
30-34
25-29
20-24
–30
16-19
0
%var
Mujeres
400
0
–5
300
–10
200
–15
–20
100
–25
1998
Fuente: INE, Encuesta de Población Activa.
244
1999
%var
70+
65-69
60-64
55-59
50-54
45-49
40-44
35-39
30-34
25-29
20-24
–30
16-19
0
MERCADO DE TRABAJO, RELACIONES LABORALES Y POLÍTICAS DE EMPLEO
comportamientos en esta circunstancia. La más importante se
encuentra en el grupo entre 16 y 19 años, donde los parados sin
experiencia eran un 64 por 100 del total, ya que su descenso explicó casi un 90 por 100 del descenso total del paro en ese grupo.
Pero lo más significativo es, sin duda, que los grupos de mujeres demandantes de primer empleo entre 20 y 34 años se redujeron
menos que los de los varones, a pesar de ser los de aquéllas mucho
más numerosos (gráfico II-13): el número de parados varones sin
experiencia laboral anterior entre 25 y 29 años, por ejemplo, se
redujo en 13.000 personas de un total de 59.000, mientras que el de
mujeres de la misma edad bajó en 8.000 de un total de 106.000.
Tras estas cifras probablemente se encuentra, de nuevo, el comportamiento de la actividad, esto es, de la incorporación al mercado
de trabajo que, como ya se ha señalado repetidamente, es mucho
GRÁFICO II-13
PARADOS SIN EXPERIENCIA POR SEXO Y GRUPOS DE EDAD, 1998-1999
(Miles de personas, medias anuales)
200
varones 98
varones 99
mujeres 98
mujeres 99
180
160
140
120
100
80
60
40
20
45+
40-44
35-39
30-34
25-29
20-24
16-19
0
Fuente: INE, Encuesta de Población Activa.
245
MEMORIA 1999
más intensa entre las mujeres (claro que porque partían de niveles
muy inferiores) que entre los varones. Pero no cabe duda de que
también ha de haber algún otro factor explicativo de la peor posición de las mujeres jóvenes en busca de su primer empleo cuando
se las compara con sus coetáneos varones en la misma situación.
En la anterior edición de esta Memoria ya se indicó este problema: cualesquiera que sean esos factores, agravan diferencias por
sexo poco consistentes con, entre otros, niveles formativos más que
homogéneos. Debería, por tanto, acometerse un estudio más en
profundidad de este problema, de cara al futuro diseño de la formación profesional, así como de los incentivos específicos para
aumentar la empleabilidad de las mujeres.
2.2.6. Dimensión regional
El crecimiento del empleo en 1999 alcanzó a todas las Comunidades Autónomas, excepto Cantabria, donde se redujo el número de
ocupados en un 2 por 100. Los mayores aumentos se recogieron en
Extremadura, Canarias, Madrid y La Rioja; los porcentajes de variación superaron el 6 por 100 en las cuatro, y la primera se situó por
encima del 8 por 100 (gráfico II-14).
GRÁFICO II-14
EVOLUCIÓN DEL EMPLEO EN LAS COMUNIDADES AUTÓNOMAS, 1998-1999
(Porcentajes de variación sobre el año anterior, medias anuales)
1
1998
8
1999
6
4
2
0
–2
Fuente: INE, Encuesta de Población Activa.
246
La Rioja
País Vasco
Navarra
Murcia
Madrid
Galicia
Extremadura
Comunidad
Valenciana
Cataluña
Castilla y León
CastillaLa Mancha
Cantabria
Canarias
Baleares
Asturias
Aragón
Andalucía
–4
MERCADO DE TRABAJO, RELACIONES LABORALES Y POLÍTICAS DE EMPLEO
Por otra parte, los datos de 1999 reflejan una distribución territorial de los crecimientos del empleo más divergente que en los
años inmediatamente anteriores. Si en 1998, descontados los extremos, podía hablarse de un crecimiento de la ocupación en las
Comunidades Autónomas entre el 2 y el 4 por 100, el rango de
variación en 1999 sería mayor, entre el 2 y el 6 por 100.
El descenso del paro, que también fue general (gráfico II-15),
muestra asimismo una dispersión algo mayor que la del año anterior. Llama la atención la fuerza del descenso en Baleares y
Cataluña, donde los porcentajes de bajada en sus cifras de desempleo superaron el 25 por 100. En otras seis Comunidades Autónomas los porcentajes se situaron en torno al 20 por 100. Entre
ellas destaca Cantabria, donde se acaba de señalar que también se
redujo su cifra de empleo, porque ambos hechos indican que esta
Comunidad perdió población activa. Las dos regiones donde se
recogieron menores descensos del paro fueron Andalucía y Galicia,
aunque en ambas esos descensos fueron no obstante importantes,
de más del 5 por 100.
Precisamente sobre estas disparidades, que podrían haberse
ampliado en 1999, se trató en anteriores ediciones de esta
Memoria. Entonces se señaló que tales divergencias abrían un interrogante acerca de la permeabilidad de los mercados de trabajo regionales, ya que si la renta y las estructuras productivas de las
regiones españolas han tendido a acercarse, no cabe sino suponer
que también deberían haberse acercado (y parece que no ha sido el
caso, al menos en el grado que cabría esperar) los resultados de la
ocupación y el paro.
En 1999, además, el CES elaboró un Informe donde se planteó
esta cuestión para tratar un hecho directamente relacionado con
este fenómeno, el de la movilidad geográfica8 de las personas en
los procesos de búsqueda de empleo.
A mediados del año, a solicitud del Ministerio de Trabajo y
Asuntos Sociales, el CES emprendió los trabajos conducentes a la
elaboración de dicho Informe. La solicitud tenía como objeto cono-
del Reino de España 1998-2002, p. 31).
247
MEMORIA 1999
GRÁFICO II-15
EVOLUCIÓN DEL PARO EN LAS COMUNIDADES AUTÓNOMAS, 1998-1999
(Porcentajes de variación sobre el año anterior, medias anuales)
5
0
–5
–10
–15
–20
1998
–25
1999
La Rioja
País Vasco
Navarra
Murcia
Madrid
Galicia
Extremadura
Comunidad
Valenciana
Cataluña
Castilla y
León
CastillaLa Mancha
Cantabria
Canarias
Baleares
Asturias
Aragón
Andalucía
–30
Fuente: INE, Encuesta de Población Activa.
cer el diagnóstico y opinión del Consejo acerca del establecimiento
de medidas tendentes a mejorar la estructura y ordenación de la
oferta de empleo, así como a garantizar los derechos y servicios
necesarios relacionados con el desplazamiento de los trabajadores
y sus familias. Y ello porque los datos de la EPA mostraban una
desigual distribución de la ocupación en España, que para el citado
Ministerio se ejemplificaría en la disparidad entre las tasas de paro,
que en nueve provincias era inferior al 10 por 100 mientras que en
otras diez superaba el 20 por 100, y al mismo tiempo en momentos
de máxima actividad o en relación con algunas profesiones se producían desfases que conllevaban el que en determinadas zonas no
se pudieran cubrir ofertas de empleo, que podrían haber sido atendidas por trabajadores en paro de otras zonas.
El Informe solicitado abordó esta cuestión desde una perspectiva algo más general y, sobre todo, exhaustiva en el estudio de la
distribución territorial de la ocupación y el paro en relación con los
principales factores9 que podrían explicar parte de las diferencias,
en tres ámbitos: en primer lugar, desde un punto de vista socioeco8
9
248
Informe 1/2000 del CES, de 26 de enero, sobre la Movilidad Geográfica.
Algunos de ellos avanzados ya en el contenido de la Memoria del CES
MERCADO DE TRABAJO, RELACIONES LABORALES Y POLÍTICAS DE EMPLEO
nómico, atendiendo a las diferencias territoriales en demografía,
especialización productiva, cualificación de la población activa y
participación femenina en la actividad laboral; en segundo lugar,
considerando los mecanismos de intermediación en el mercado de
trabajo, habida cuenta del proceso de descentralización en el que
están inmersos tales mecanismos en los últimos años; en tercer
lugar, por último, trazando las características de la población
migrante —española y extranjera— y las de lo que es en parte su
contrafigura, que son quienes no están dispuestos a desplazarse, en
el caso particular de los desempleados.
Tras este estudio, así como el de los programas y experiencias
institucionales y sectoriales ensayados para el apoyo a la movilidad
geográfica, el Informe elaboró un catálogo razonado de los —a juicio del CES— principales obstáculos a la movilidad geográfica de
ocupados y parados, en cinco aspectos: problemas vinculados a la
gestión de la intermediación del mercado de trabajo; problemas
relacionados con la mejora de las infraestructuras y servicios para
los migrantres; obstáculos de carácter sectorial en la agricultura,
construcción, metal, hostelería y turismo; problemas derivados de
la falta de adecuación de las cualificaciones a las necesidades de los
mercados de trabajo, y obstáculos socioculturales.
Finalmente, el Informe extrajo conclusiones generales de todo
este estudio, y efectuó una serie de propuestas de actuación para
superar el problema. El punto de partida para unas y otras era que,
en opinión del CES, los desajustes existentes en el mercado de trabajo español en relación con los distintos niveles de desempleo en
cada territorio parecían estar más relacionados, en general, con problemas estructurales del mercado de trabajo y con diversos problemas coyunturales de algunos sectores productivos que con una
insuficiente movilidad geográfica de la mano de obra. Ello no era
óbice para la comprobación de la existencia de determinadas trabas
que impedían o dificultaban la movilidad de los trabajadores dentro
del territorio español.
Así, además de las propuestas para remover tales trabas, la primera y principal vía de solución a las disparidades regionales estaría en el diseño de una política de empleo que favoreciera el
fortalecimiento del tejido productivo. Igualmente, debería revisarse
el proceso de descentralización (territorial e institucional) de los
249
MEMORIA 1999
sistemas públicos de intermediación en el mercado de trabajo. Sin
duda este proceso se abrió con buenas perspectivas de mejora de la
eficacia de las políticas activas de empleo. Pero, al mismo tiempo, el
conjunto de agentes que hoy intervienen en la intermediación y/o
en las tareas de acompañamiento a la colocación presenta el riesgo
de atomización y subsiguiente pérdida de información (o al menos de
una más lenta disponibilidad de ésta) sobre las características de la
oferta y la demanda de empleo en el conjunto español.
2.3. FLUJOS DE ENTRADA Y SALIDA EN EL MERCADO DE TRABAJO
Como viene siendo habitual en la Memoria del CES, el panorama general del empleo que se acaba de trazar se complementará
con algunas cifras básicas sobre los movimientos en el mercado de
trabajo, desde tres perspectivas. La primera, con datos de la EPA,
muestra cuántas personas cambian de situación con respecto a la
actividad en los cuatro trimestres del año. Con ello, además de
recordar que las cifras globales de actividad, empleo y paro no
reflejan sino el “saldo” de un volumen continuo, y muy elevado, de
transacciones, se puede aproximar desde otro enfoque la tendencia
que rige esas cifras globales. La segunda, también a partir de la
EPA, recoge una aproximación a la evolución transversal del
empleo en cada grupo quinquenal de edad en los últimos quinquenios, matiz importante para evaluar la posición de cada grupo (y de
cada sexo) en el mercado de trabajo.
La tercera, sin embargo, tiene un sentido diferente. Se trata de
una descripción de la contratación registrada en el INEM, de acuerdo con las principales características de los contratos celebrados.
Su inclusión responde, sobre todo, a la necesidad de evaluar el
resultado de las distintas medidas adoptadas sobre el mercado de
trabajo en lo que hace a las normas que rigen la contratación. Pero
hay que insistir en dos puntos básicos para interpretar estas cifras.
Por una parte, aunque recojan algunas características de quienes
suscriben los contratos (como la edad de los contratados, o el tamaño de las empresas que contratan), no reflejan personas, sino contratos. Por otra, los muy distintos plazos para los que éstos pueden
celebrarse distorsionan el sentido de los pesos que cada figura tiene
en el total registrado en cada año, a tal punto que es incorrecto, en
general, inferir conclusiones acerca de la frecuencia de uso de una
u otra modalidad a partir de esos pesos.
250
MERCADO DE TRABAJO, RELACIONES LABORALES Y POLÍTICAS DE EMPLEO
Un ejemplo sencillo puede contribuir a aclarar esto: A lo largo
de un año, nueve empresas contratan a nueve personas con contrato
indefinido, y otra empresa más contrata por varios días cada mes a
una persona, cada vez con un contrato eventual, alternando en su
llamada a tres personas distintas; así, el registro de contratos al
final del año arrojaría un total de 21 contratos, un 57 por 100 de
ellos eventuales y el resto indefinidos; sin embargo, la frecuencia
de uso entre las empresas sería muy distinta, pues un 90 por 100 de
ellas habría contratado por tiempo indefinido, información que no
puede extraerse del registro; de igual forma, un 75 por 100 de las
personas habría sido contratada por tiempo indefinido y un 25 por
100 de manera eventual, lo que tampoco puede conocerse si sólo se
atiende al número de contratos.
2.3.1. Movilidad en relación con la actividad y trayectorias
del empleo
En los cuatro trimestres de 1999 hubo más de 9,2 millones de
movimientos entre las categorías relacionadas con el mercado
de trabajo (cuadro II-12), cuyo resultado fue un mayor número de
CUADRO II-12
MOVILIDAD EN RELACIÓN CON LA ACTIVIDAD, 1997-1999
(Entradas brutas en cada categoría, miles de movimientos, total cuatro trimestres)
Total (*)
1997
Entradas a la
ocupación
1998
Desde el paro
1999
Total (*)
1999
1998
Desde la ocupación
1999
1997
1998
1999
1997
1998
1999
936,4
928,3
1.188,6
Desde la inactividad
1997
1998
1999
3.241,3 3.216,6 3.309,6 1.733,2 1.684,8 1.684,8 1.404,7 1.439,5 1.648,0
Total (*)
1997
Entradas a la
inactividad
1998
3.145,0 3.096,7 3.382,2 2.125,5 2.088,7 2.125,9
1997
Entradas al
paro
1997
Desde la inactividad
1998
Desde la ocupación
1999
2.060,5 2.133,0 2.533,3
1997
1998
885,6
895,7
1999
Desde el paro
1997
1998
1999
1.128,6 1.131,6 1.185,8 1.382,1
(*) Incluye las entradas desde la población contada aparte (servicio militar/civil sustitutorio).
Fuente: INE, Encuesta de Población Activa (Avances trimestrales).
251
MEMORIA 1999
ocupados y uno menor de inactivos y parados: el volumen bruto
de entradas a la ocupación fue de casi 3,4 millones, frente a 2,7
millones de salidas, de forma que se produjo un saldo positivo,
reflejo de la creación de empleo; en el paro se recogieron 3,3
millones de entradas y 3,7 millones de salidas, arrojando igualmente un saldo favorable, aquí negativo, que señala la reducción
del número de desempleados; en la inactividad, por último, fueron
mayores las salidas que las entradas o, lo que es lo mismo, la
incorporación de personas al mercado de trabajo fue mayor que el
total de abandonos.
Las entradas a la ocupación respondieron en mayor proporción,
como en años anteriores, a incorporaciones desde el desempleo.
No obstante, las cifras reflejan un progresivo aumento del flujo
hacia la ocupación desde la inactividad. Éste es un resultado interesante porque, dado el menor tamaño de las sucesivas cohortes de
jóvenes que acceden por primera vez al mercado de trabajo, podría
estar reflejando una mejor posición de los inactivos cuando deciden incorporarse (o reincorporarse) a éste, circunstancia que afecta
con más frecuencia a las mujeres de edad intermedia. En las entradas al paro, por su parte, es llamativa la continuidad de lo que ya
se apuntó en 1998 al observar el descenso de las correspondientes
a una situación anterior de ocupado. Ese descenso indicaría una
mayor duración de los periodos durante los cuales se está empleado, circunstancia que ha de tenerse en cuenta para valorar la temporalidad.
Al atender a la evolución transversal, ya en la Memoria de 1998
se indicó que los jóvenes habían sido los más beneficiados por la
creación de empleo. En comparación con la cohorte que llegó a la
edad mínima laboral (16 años) en 1984, las tres siguientes han
mejorado su trayectoria, medida a través de sus tasas de empleo,
tras el final de la crisis de 1994, tanto en los varones como en las
mujeres (gráfico II-16). Entre estas últimas, además, las que hoy
tienen de 25 a 29 años no sólo han mostrado una mejor evolución
que sus inmediatas predecesoras, sino que superan con creces la
tasa de empleo de éstas en 1999: otra evidencia más del imparable
proceso por el que la incorporación femenina al mercado de trabajo
se entiende por sus protagonistas como permanente a lo largo de
toda su vida activa.
252
MERCADO DE TRABAJO, RELACIONES LABORALES Y POLÍTICAS DE EMPLEO
GRÁFICO II-16
TRAYECTORIAS DEL EMPLEO: JÓVENES POR COHORTES QUINQUENALES,
1984-1999
(Tasas de empleo, cohortes que tenían 16-19 años al inicio de cada periodo, cuartos trimestres)
100
90
80
70
60
50
40
30
20
10
0
16-19
20-24
1984
25-29
Varones
1989
1994
30-34
1999
100
90
80
70
60
50
40
30
20
10
0
16-19
20-24
1984
Mujeres
1989
25-29
1994
30-34
1999
Fuente: INE, Encuesta de Población Activa.
253
MEMORIA 1999
En el otro extremo, como también se señaló en la anterior edición de esta Memoria, las personas que tenían 50 años o más mostraban una evolución de su empleo tal que permitía hablar de un
número importante de pérdidas de ocupación, y que muy probablemente buena parte de ellas acabarían convirtiéndose en retiradas
tempranas del mercado de trabajo.
La evolución comparada de las cuatro últimas cohortes (gráfico II-17) muestra, al menos para los varones, que el grupo que
ingresó en el intervalo de edad entre 50 y 54 años en 1994 ha mantenido mucho mejor que el anterior sus tasas de empleo. De esta
forma, un fenómeno que había cobrado una importancia acusada en
los últimos 20 años parece haber detenido su progresión. Esta conclusión alcanza sólo a los varones, pues para las mujeres de esas
edades la pauta anterior era distinta, e implicaba en casi todos los
casos que sólo trabajaba una minoría, mientras que ahora trabajan
más, y se mantienen en el empleo más tiempo.
Ya se citó antes que el CES está ultimando un Informe10 en el
que se aborda este problema, común por lo demás a todos los países de la Unión Europea. En un primer gran apartado, el Informe
repasa los factores, de índole demográfica, social y económica, que
han determinado el proceso de adelanto en la edad de salida del
mercado de trabajo. A continuación, delimita las distintas situaciones, en el caso español, que se engloban dentro de este fenómeno,
evalúa su importancia cuantitativa y sopesa los costes que conlleva,
para las personas afectadas, para las empresas y para el sistema público de protección social.
Algunas de esas situaciones tienen un marco legal claro, mientras que otras, en conjunto conocidas como prejubilaciones, carecen del mismo. Se trata, como subraya el Informe, de un concepto
acuñado desde una perspectiva sociológica, que intenta definir el
fenómeno de salida de la ocupación, cuando no de la actividad, de
los trabajadores de mayor edad a través de diferentes vías, que además dan lugar a diversas formas de protección frente a esta eventualidad.
correspondiente a 1997.
10
Informe del CES 2/2000, de 21 de junio, sobre Vida Laboral y
254
MERCADO DE TRABAJO, RELACIONES LABORALES Y POLÍTICAS DE EMPLEO
GRÁFICO II-17
TRAYECTORIAS DEL EMPLEO: MAYORES POR COHORTES QUINQUENALES,
1984-1999
(Tasas de empleo, cohortes que tenían 50-54 años al inicio de cada periodo, cuartos trimestres)
100
90
80
70
60
50
40
30
20
10
0
50-54
55-59
1984
60-64
Varones
1989
1994
65-69
1999
100
90
80
70
60
50
40
30
20
10
0
50-54
55-59
1984
60-64
Mujeres
1989
1994
65-69
1999
Fuente: INE, Encuesta de Población Activa.
255
MEMORIA 1999
Dentro de las segundas, en casi todos los casos (como también
indica el Informe) hay razones de peso que explican por qué las
pérdidas de empleo se han concentrado relativamente más entre
los trabajadores de mayor edad. No puede hablarse, por tanto, de
discriminación en función de la edad respecto de la salida de la
ocupación. Pero ello no obsta para que esas pérdidas de empleo
supongan, desde el punto de vista social y económico, una injustificable merma de experiencia y de recursos valiosos. Dicha merma
puede afectar incluso a la propia actividad productiva de la empresa, ya que la ausencia de esos trabajadores en muchas ocasiones es
difícilmente compensable.
En este sentido, el Informe enfatiza que el fenómeno no se limita a trabajadores con baja cualificación profesional o con carencias
formativas. Por el contrario, afecta a determinados grupos de edad
independientemente de sus niveles de cualificación profesional,
formativos o salariales, extendiéndose además a todos los sectores
productivos. No tiene explicación, por tanto, sólo desde una hipotética incapacidad de los trabajadores de edades más avanzadas para
adaptarse a los cambios tecnológicos u organizativos de las empresas, ya que la incidencia de la edad para alcanzar mayor adaptabilidad a un entorno afectado por cambios tecnológicos varía en
función del modelo de organización del trabajo.
El factor edad se puede sustituir por el de empleabilidad, es
decir, la habilidad de conciliar las destrezas individuales con el cambio técnico y organizativo. El principal obstáculo reside en que los
esquemas de reciclaje profesional no suelen tener en cuenta a los
trabajadores de mayor edad. Este extremo es constatable en España,
donde la presencia de estos trabajadores en las actividades formativas en la denominada formación continua puede calificarse de testimonial; lo mismo ocurre en el ámbito de la formación ocupacional.
Tras extraer una serie de conclusiones de cada una de las situaciones caracterizadas, el Informe del CES, partiendo precisamente
de la premisa que se acaba de señalar, efectúa distintas propuestas,
que posteriormente concreta, sin ánimo exhaustivo, en varios puntos. Asimismo, recuerda que la adopción de medidas en materia de
empleo y de mejora del capital humano bajo un espíritu de consenso constituye una política adecuada que, junto con otras, debe ser
difundida y generalizada.
256
MERCADO DE TRABAJO, RELACIONES LABORALES Y POLÍTICAS DE EMPLEO
Las propuestas consideran que sería necesario establecer una
batería de medidas, cuyos grandes objetivos deberían ser:
favorecer el mantenimiento del empleo de las personas de más
edad; reintegrar a la vida laboral a quienes por distintas razones
han debido abandonar su puesto de trabajo, y facilitar la transición del trabajo a la jubilación de forma progresiva, permitiendo
adaptar el retiro de la vida activa a la capacidad y productividad
de las personas, sin poner en riesgo la viabilidad del sistema de
pensiones.
El Informe considera, además, que el Pacto de Toledo debe
constituir el referente para actuaciones específicas, en su caso, en
materia de protección social de los trabajadores de mayor edad. El
Pacto de Toledo ofrece criterios suficientes para fundamentar un
adecuado desarrollo del modelo constitucional de Seguridad
Social, por lo que su desarrollo debería centrarse en fortalecer el
sistema para las generaciones futuras, a través de la creación de
empleo y el crecimiento de la economía.
2.3.2. Panorama de la contratación
El INEM registró 12.825.000 contratos nuevos en 1999 (cuadro II-13), casi un millón y medio más que en 1998; este aumento, el menor en proporción de los recogidos en los últimos cuatro
años, refleja probablemente el progresivo cambio en la estructura
de la contratación temporal hacia vigencias más largas, por una
parte, y hacia un mayor peso de los contratos indefinidos, por
otra. Aunque la modalidad con mayor peso en el total sigue siendo
el contrato eventual, en 1999 volvió a reducirse, en casi un punto
porcentual, ese peso, mientras que aumentó en más de dos puntos
el del contrato por obra o servicio (que es ya un 30 por 100 del
total de contratos nuevos) y el de las modalidades indefinidas a
tiempo completo, que en conjunto aumentaron 0,5 puntos, situándose ya en el 9,4 por 100 cuando se incluyen las conversiones. La
mayor proporción de contratos por obra o servicio podría atribuirse, además de al fuerte aumento del empleo en la construcción, a
la presencia de cierto “trasvase” a esta figura de una parte de la
anterior contratación eventual. Pero la entidad de este “trasvase”
es difícil de evaluar, porque la mayor duración de los contratos
eventuales explicaría, por sí misma, parte de su menor peso en el
total.
Un millón
y medio más
de contratos
257
MEMORIA 1999
CUADRO II-13
CONTRATOS REGISTRADOS POR MODALIDAD
DE CONTRATACIÓN, 1996-1999
(Totales anuales)
Contratos registrados
1996
1997
1998
1999
Indefinido ordinario
Obra o servicio
Eventual circ. Produc.
Interinidad
Lanz. nueva actividad
Indefinido RDL 8/1997
Temporal
Temporal minusválidos
Tiempo parcial
Relevo
Sust. jubilac. 64 años
Prácticas
Aprendizaje
Formación RDL 8/1997
Mujeres subrepresentadas
Mujeres reincorporadas
Jóvenes menores 25 años
Jóvenes 25-29 años
Mayores de 45 años
Minusválidos
Minusválidos en CEE
Otros contratos
204.235
2.523.626
2.784.008
465.595
403.341
–
44.314
–
1.626.233
213
2.779
70.054
184.577
–
155
322
831
723
6.872
4.815
8.372
270.054
162.423
2.766.097
3.466.336
533.321
183.466
126.308
17.863
1.665
1.983.029
–
2.783
81.056
73.593
82.558
53
99
259
292
3.055
5.725
10.033
307.500
178.033
3.177.197
4.113.998
586.706
–
325.295
–
3.281
2.367.093
–
2.921
94.926
–
147.415
–
–
–
–
–
6.546
13.380
332.808
220.789
3.878.145
4.547.402
709.332
–
379.691
–
4.504
2.412.823
–
2.888
94.672
–
154.000
–
–
–
–
–
9.848
16.231
394.673
Total contratos nuevos
8.601.119
9.807.514
11.349.599
12.824.998
26.428
286.051
313.680
410.329
8.627.547
10.093.565
11.663.279
13.235.327
Conv. en indefinidos
Total contratos registrados
Fuente: INEM, Estadística de Contratos Registrados.
También se recogió un aumento más modesto (4,5 por 100) en
el contrato de formación, y el número de nuevos contratos en prácticas fue incluso ligeramente menor que el registrado en 1998. Esta
evolución contrasta con las cifras que se obtuvieron, en los años de
vigencia, para el contrato de aprendizaje. Pero no puede interpretarse como una pérdida de intensidad o de efectividad de los nuevos contratos formativos, porque se dirigen a un colectivo de
potenciales beneficiarios menor, al haberse reducido la edad máxima que permite su celebración de 25 a 20 años.
258
MERCADO DE TRABAJO, RELACIONES LABORALES Y POLÍTICAS DE EMPLEO
Los contratos celebrados a tiempo parcial, por su parte, redujeron su participación en el total, desde el 21 a menos del 19 por 100,
como consecuencia de un aumento mucho más bajo que en años
anteriores: en 1999 se registraron 45.000 contratos nuevos a tiempo
parcial más que en el año anterior, cuando en 1998 el incremento
en tales contratos había sido cercano a 400.000. A su vez, este
comportamiento puede deberse a la mayor duración media y al
fuerte aumento de los indefinidos con esta jornada.
En la rúbrica “tiempo parcial” el INEM recoge los contratos
celebrados, bajo distintas modalidades, cuando la jornada es reducida, además de algunas figuras específicas, como el fijo-discontinuo. En 1999, por primera vez, ofrece información detallada sobre
esas modalidades dentro del tiempo parcial; cabe entonces recalcular los pesos de cada figura a tiempo completo y a tiempo parcial
en el total de las contrataciones celebradas (gráfico II-18). La
estructura resultante exhibe un peso algo mayor de la obra o serviGRÁFICO II-18
CONTRATOS REGISTRADOS POR MODALIDAD Y TIPO DE JORNADA, 1999
(Porcentaje sobre el total en cada tipo de jornada, totales anuales)
55
50
45
40
35
30
25
20
15
10
5
0
Indefinido
ordinario
Obra o servicio
Eventual
Tiempo completo
Interinidad
Resto
Tiempo parcial
Fuente: INEM, Estadística de Contratos Registrados.
259
MEMORIA 1999
cio entre los contratos a tiempo completo que entre los de la misma
modalidad con jornada pactada inferior (37 y 36 por 100, respectivamente), y a la inversa, menor peso de la modalidad eventual en
el primer tipo de jornada que en el segundo (44 y 51 por 100). No
se dispone de estos datos para 1998, pero atendiendo al comportamiento de las duraciones denominadas “indeterminadas”, donde se
ha de encontrar el grueso de los celebrados por obra o servicio,
puede aproximarse que entre ese año y 1999, además, el crecimiento de la contratación por obra o servicio habría sido más acusado
cuando se atiende sólo a los celebrados a tiempo completo.
Hay en 1999 otro resultado que puede haber influido en el menor
aumento del total de contratos, y es el más bajo crecimiento de los
denominados contratos de puesta a disposición. Como es sabido, son
los celebrados entre las empresas de trabajo temporal (ETT) y las
usuarias, y los contratos laborales que generan se incluyen dentro de
las cifras totales que ofrece el INEM. En 1999 se registraron casi dos
millones de contratos de puesta a disposición (cuadro II-14), lo que
supone un aumento respecto del año anterior de 160.000 (un 9 por
100), cuando en 1998 fue cercano al medio millón (un 36 por 100).
Así, puede deducirse que apenas un 11 por 100 del aumento en el
total de la contratación registrado en 1999 habría tenido su origen en
las ETT, mientras que en 1998 la actividad de éstas habría explicado
un 32 por 100 del total. Posiblemente, la nueva regulación legal11 que
afecta a las ETT haya condicionado este comportamiento.
A lo largo de 1999 las ETT celebraron, asimismo, menos contratos de puesta a disposición bajo la fórmula eventual que en el
año anterior, y celebraron bastantes más de tales contratos bajo
la de obra o servicio: la primera se redujo casi un 5 por 100, y la
segunda creció un 37 por 100, con un total cercano a los 800.000.
No obstante, como ya se explicó en la anterior edición de esta
Memoria, los datos del Ministerio de Trabajo no recogen de manera separada (a diferencia del Registro del INEM) los contratos de
puesta a disposición que tienen jornada a tiempo parcial, por lo
que la contribución de las ETT al crecimiento de estas dos figuras
y a la del tiempo parcial no se puede precisar con exactitud.
Prejubilaciones.
11
RD 2720/1998, de 18 de diciembre, que desarrolla el artículo 15 ET. Ley
29/1999, de 16 de julio, (y antes RD 216/1999, de 5 de febrero) de reforma de la
260
MERCADO DE TRABAJO, RELACIONES LABORALES Y POLÍTICAS DE EMPLEO
CUADRO II-14
CONTRATOS DE PUESTA A DISPOSICIÓN
POR MODALIDAD, 1996-1999
(Totales anuales)
Modalidades
1996
1997
1998
1999*
Obra o servicio
Eventual
Interinidad rva. Puesto
Interinidad proc. Selección
Total
298.415
443.571
60.695
6.458
809.139
430.398
765.721
100.858
12.044
1.309.021
581.678
1.084.386
118.819
18.664
1.803.547
798.749
1.033.881
107.989
22.151
1.962.770
Pro memoria:
Número de ETT
Cesiones de trabajadores
399
622.709
428
951.641
435
1.265.056
412
1.386.534
* Datos provisionales.
Fuente: MTAS, Boletín de Estadísticas Laborales.
En todo caso, el crecimiento de los contratos indefinidos en las
distintas modalidades susceptibles de recoger esta duración es, de
nuevo, la característica más destacada del panorama de la contratación en 1999. El aumento se produjo, también como en 1998, en
todas las figuras, pero en esta ocasión con mayor dinamismo en la
modalidad ordinaria a tiempo completo, y en los indefinidos a
tiempo parcial (cuadro II-15).
Nuevo aumento
de los indefinidos
El nuevo contrato regulado por la Ley 63/1997 creció un 14 por
100, el indefinido ordinario a tiempo completo un 19 por 100 y el
correspondiente a tiempo parcial un 25 por 100. El fuerte crecimiento de estos últimos debe asociarse con cierta cautela a su
nueva incentivación12, pues ya en el año anterior habían aumentado
un 20 por 100. No obstante, es innegable que algún efecto ha debido tener, pues mientras que en 1997 y en 1998 los contratos indefinidos a tiempo parcial representaron un 6 por 100 del total de los
nuevos registrados con esta jornada, en 1999 incrementaron ese
peso hasta un 8 por 100.
Ley 14/1994.
12
La Ley 50/1998, de 30 de diciembre, de Medidas Fiscales, Administrativas y
del Orden Social, fijó incentivos para la contratación indefinida a tiempo parcial
y para la conversión en indefinidos de contratos temporales con esa jornada, que
261
MEMORIA 1999
CUADRO II-15
CONTRATOS INDEFINIDOS POR MODALIDAD*, 1997-1999
(Totales anuales registrados)
Modalidad
1997
1998
1999
Variación 96-97 Variación 97-98
Variación 98-99
Número
%
42.756
54.396
50.197
3.302
–
–
19,4
14,3
25,4
33,5
–
–
Número
%
162.423 178.033
126.308 325.295
123.178 147.410
5.725
6.546
3.758
–
38
0
220.789
379.691
197.607
9.848
–
0
–41.812
–
13.187
910
–5.198
38
–20,5
–
12,0
18,9
–58,0
–
Total indefinidos nuevos 421.430 657.284
807.935
93.486
28,5
235.854
56,0
156.651
18,6
Conversiones
286.051 313.680
410.329
259.623
982,4
27.629
9,7
96.649
23,6
Total indefinidos
707.481 970.964 1.218.264
353.109
99,6
263.483
37,2
247.300
20,3
Indefinido ordinario
Indefinido RDL 8/1997
Tiempo parcial
Minusválidos
Resto**
Otros contratos
Número
%
15.610
9,6
198.987 157,5
24.232 19,7
821 14,3
–
–
–
–
* Susceptible de celebrarse por tiempo indefinido.
** Hasta 1997, las figuras de contratación con incentivos para colectivos específicos (mujeres, jóvenes parados y
parados de larga duración mayores de 45 años).
Fuente: INEM, Estadística de Contratos Registrados.
Las conversiones
estabilizan
su crecimiento
En la anterior edición de esta Memoria se indicaba cómo, al
atender a la evolución mes a mes de la contratación indefinida, las
conversiones seguían un marcado descenso a partir de mayo de
1998 (gráfico II-19). Sobre esos datos se apuntaba que quizá respondían al progresivo agotamiento de la “bolsa” de temporales
cuya conversión en indefinidos resultaba susceptible de bonificación, así como a una posible falta de acuerdos convencionales en
número suficiente para haber seguido nutriendo esa “bolsa” a la
misma velocidad con que se habían ido produciendo las conversiones. En 1999 el ritmo de las conversiones parece haberse estabilizado, tanto por la ampliación en 12 meses del disfrute de las
bonificaciones13 como por una mayor regulación en la negociación
colectiva14. Esta última circunstancia permite asegurar, además,
que las conversiones no van a perder peso de inmediato, con o sin
ampliación adicional del plazo para acogerse a su bonificación.
no se habían recogido en la Ley 64/1997.
13
En la DT 43 de la Ley 50/1998, de 30 de diciembre, de Medidas Fiscales,
Administrativas y del Orden Social, para los contratos celebrados hasta el 17 de
mayo de 1999.
14
Como se recogerá en el epígrafe de esta Memoria correspondiente a la nego-
262
MERCADO DE TRABAJO, RELACIONES LABORALES Y POLÍTICAS DE EMPLEO
Y para recordar su importancia basta indicar que el porcentaje de
nuevos contratos indefinidos a tiempo completo sobre el total de contratos a tiempo completo nuevos fue, en 1999, un 5,9 por 100,
mientras que el mismo porcentaje incluyendo las conversiones fue
un 9,4 por 100.
Sobre esa misma evolución mensual llama la atención, por otra
parte, el comportamiento de la contratación indefinida de carácter
ordinario a tiempo completo desde los primeros meses de 1999,
con un ascenso muy acusado que culminó en mayo, cuando se
registraron nada menos que 67.000 de estos contratos, mientras que
a lo largo de todo el año anterior el número mensual nunca había
llegado a los 20.000; además, tras el habitual descenso en agosto,
prosiguió un registro en torno a 30.000 contratos cada mes. El
carácter atípico del dato de mayo quizá se deba, en parte, a alguna
Fuerte aumento
del indefinido
ordinario
GRÁFICO II-19
EVOLUCIÓN MENSUAL DE LA CONTRATACIÓN INDEFINIDA, 1997-1999
(Número total de contratos registrados cada mes)
70.000
60.000
50.000
40.000
30.000
20.000
10.000
Conversiones
Indef. Ley 63/97
Dic.–99
Oct.–99
Ago.–99
Jun.–99
Abr.–99
Feb.–99
Dic.–98
Oct.–98
Ago.–98
Jun.–98
Abr.–98
Feb.–98
Dic.–97
Oct.–97
Ago.–97
Jun.–97
0
Indef. Ordinario
Fuente: INEM, Estadística de Contratos Registrados.
263
MEMORIA 1999
circunstancia de orden registral, pero es indudable que el contrato
indefinido ordinario en 1999 ha crecido más que el bonificado, y
hay que tener en cuenta que el indefinido ordinario tiene bonificación por la Ley 64/1997, que han cambiado los plazos de las bonificaciones tanto en este contrato como en el indefinido regulado
por la Ley 63/1997. Es plausible, además, que esta cuestión también tenga que ver con el registro de las conversiones: una vez agotado el incentivo15, se estarían comunicando como nuevos contratos
indefinidos de carácter ordinario parte de las conversiones de los
celebrados con personal antes contratado bajo alguna modalidad
temporal.
GRÁFICO II-20
CONTRATOS DE TRABAJO POR DURACIÓN PACTADA, 1996-1999
(Porcentaje de cada duración sobre el total de nuevos contratos registrados y conversiones)
40
35
30
25
20
15
10
5
0
1 mes
>1/ 3
> 3/ 6
1996
Fuente: INEM, Estadística de Contratos Registrados.
ciación colectiva en 1999.
264
> 6 meses
1999
indeterm.
indef.
MERCADO DE TRABAJO, RELACIONES LABORALES Y POLÍTICAS DE EMPLEO
La otra característica más destacada de la contratación en 1999
radica en la reducción, a diferencia de lo que ocurrió en los dos
años anteriores, en el peso sobre el total de contratos de los temporales de más corta duración. El número de éstos cuya vigencia era
un mes o menos fue un 28 por 100 del total, frente a más de un 32
por 100 en 1998; antes de la firma del AIEE, en 1996, esa proporción era de casi un 30 por 100 (gráfico II-20).
Menos peso
de los contratos
más cortos
Gracias a este resultado, y sobre todo a la importante reducción
que se ha venido produciendo en el peso de los contratos con duración pactada entre 3 y 6 meses, la proporción de todos los contratos
hasta 6 meses se ha reducido desde el 56,4 al 52,3 por 100 desde el
inicio de la andadura del Acuerdo.
Para explicar esa reducción de los contratos más cortos hay que
acudir al detalle de las vigencias pactadas en las grandes modalidades
(cuadro II-16). En éste se observa cómo el menor peso de los contratos
hasta un mes alcanzó a las dos figuras más importantes entre las susceptibles de celebrarse con esta duración, el eventual y el de interinidad, así como a los contratos a tiempo parcial: los porcentajes sobre el
total en cada figura correspondientes a 1999 fueron un 56 por 100 para
el eventual y un 31 por 100 para el de interinidad, y en los celebrados a
tiempo parcial un 26 por 100, cuando en 1998 los dos primeros fueron
un 63 y un 33 por 100, y el del tiempo parcial un 32 por 100.
Cabe indicar que en 1998 ya se produjo un resultado del mismo
signo en la modalidad eventual y que, como entonces se anotó, este
dato cobra una especial significación cuando se recuerda el aumento
del número de nuevos contratos eventuales registrados (más de un 10
por 100 en 1999), pues indica que la importancia de esta modalidad
en el total no sólo se debe a que al ser más cortos se celebren más.
La limitación a una sola prórroga para los eventuales puede
haber inducido una duración inicial más larga en 1999, pero sobre
todo es preciso recordar que el número de contratos de puesta a
disposición en 1999 bajo la modalidad eventual fue menor que el
que se recogió en 1998. Como se ha producido una importante
redistribución de los contratos a través de las ETT hacia los de obra
o servicio, que afecta a los eventuales, ello podría explicar al
menos una parte del menor peso de las duraciones más cortas en
esta modalidad.
265
MEMORIA 1999
CUADRO II-16
PRINCIPALES MODALIDADES DE CONTRATOS REGISTRADOS,
POR DURACIÓN, 1996-1999
(Totales anuales registrados en el INEM por modalidad y porcentajes de cada duración sobre el total)
Duración determinada, en meses
1996
Indefinido ordinario
Obra o servicio
Eventual circ. Prod.
Interinidad
Indefinido RDL 8/1997
Tiempo parcial
Resto modalidades
Total
204.235
2.523.626
2.784.008
465.595
–
1.626.233
997.422
1
–
6,2
63,8
29,2
–
27,1
4,2
>1/ 3
–
2,1
21,9
9,4
–
18,0
0,9
>3/ 6
–
1,6
13,3
2,6
–
19,1
57,0
>6/>30
–
1,3
1,0
0,7
–
4,4
16,8
Indeterminados
–
88,8
0,0
58,1
–
24,6
19,8
Indefinidos
100,0
–
–
–
–
6,8
1,4
Total contratos nuevos
8.601.119
29,7
11,7
15,2
3,5
36,1
3,8
Total contratos
8.627.547
29,6
11,7
15,1
3,5
36,0
4,1
>6/>30
–
1,2
1,3
0,6
–
3,3
13,6
Indeterminados
–
89,0
0,0
58,0
–
25,3
29,0
Indefinidos
100,0
–
–
–
100,0
6,2
1,2
Duración determinada, en meses
1997
Indefinido ordinario
Obra o servicio
Eventual circ. Prod.
Interinidad
Indefinido RDL 8/1997
Tiempo parcial
Resto modalidades
Total contratos nuevos
Total contratos
Total
162.423
2.766.097
3.466.336
533.321
126.308
1.983.029
770.000
1
–
5,8
64,0
30,1
–
30,9
6,3
>1/ 3
–
2,1
21,1
8,9
–
18,6
1,2
>3/ 6
–
1,9
13,6
2,4
–
15,7
48,7
9.807.514
32,6
12,4
12,5
2,6
35,6
4,3
10.093.565
31,7
12,0
12,1
2,6
34,6
7,0
Indeterminados
Indefinidos
–
88,8
0,0
57,1
–
26,1
40,1
100,0
–
–
–
100,0
6,2
1,1
Duración determinada, en meses
1998
Indefinido ordinario
Obra o servicio
Eventual circ. Prod.
Interinidad
Indefinido RDL 8/1997
Tiempo parcial
Resto modalidades
Total
178.033
3.177.197
4.113.998
586.706
325.925
2.367.093
601.277
1
–
5,7
62,6
31,6
–
33,0
9,2
>1/ 3
–
2,1
22,0
8,3
–
19,4
1,9
>3/ 6
–
2,0
14,0
2,4
–
12,6
37,2
>6/>30
–
1,4
0,4
0,6
–
2,7
10,5
Total contratos nuevos
11.349.599
33,3
13,2
10,4
1,9
35,4
5,8
Total contratos
11.663.279
32,4
12,8
10,1
2,0
34,4
8,3
266
MERCADO DE TRABAJO, RELACIONES LABORALES Y POLÍTICAS DE EMPLEO
CUADRO II-16 (Continuación)
CONTRATOS REGISTRADOS, POR DURACIÓN, 1996-1999
Duración determinada, en meses
1999
Indefinido ordinario
Obra o servicio
Eventual circ. Prod.
Interinidad
Indefinido RDL 8/1997
Tiempo parcial
Resto modalidades
Total
220.789
3.878.145
4.547.402
709.332
379.691
2.412.823
676.816
1
–
5,4
56,4
31,2
–
25,9
10,8
>1/ 3
–
2,3
25,0
8,2
–
20,9
2,4
>3/ 6
–
2,1
16,8
3,0
–
13,6
34,6
>6/>30
–
1,3
1,9
0,6
–
3,0
11,3
Indeterminados
–
88,8
0,0
56,9
–
28,4
39,6
Indefinidos
100,0
–
–
–
100,0
8,2
1,5
Total contratos nuevos
12.824.998
28,8
14,1
11,2
2,3
37,4
6,3
Total contratos
13.235.327
27,9
13,6
10,8
2,1
36,3
9,2
Fuente: INEM, Estadística de Contratos Registrados.
Respecto a los contratos a tiempo parcial, por último, es difícil
ensayar explicaciones sobre su evolución, por lo que parece preferible anotar simplemente la mayor duración media de los de duración determinada y, por tanto, la posibilidad de que se haya
emprendido el camino para dotar de mayor estabilidad a esta fórmula de empleo.
Hay, no obstante, resultados interesantes en la información que
se ofrece, por primera vez en 1999, sobre el tiempo parcial.
Algunos contribuyen a determinar diferencias, para las que habrá
que estudiar su origen, en las formas de contratación a tiempo parcial según las características de las personas contratadas. Tal es el
caso de la distribución de las modalidades por sexo dentro del
tiempo parcial. Lógicamente, hay más mujeres que varones en
todas las figuras, que arrojan una proporción similar, en torno a 60
mujeres y 40 varones por cada 100 contratados en cada una de
ellas, pero llama la atención el caso del contrato de interinidad,
donde la proporción de mujeres es un 85 por 100; en el mismo contrato a tiempo completo ese porcentaje es del 61 por 100.
Otros resultados pueden contribuir, además, a evaluar los efectos de la nueva regulación de esta figura. El primero de ellos es el
cruce de distribuciones por jornada pactada y por modalidad y
duración de los contratos (gráfico II-21).
267
MEMORIA 1999
GRÁFICO II-21
CONTRATOS A TIEMPO PARCIAL POR MODALIDAD,
DURACIÓN Y JORNADA, 1999
(Porcentajes de cada jornada sobre el total en cada duración)
Total modalidades
80
60
40
20
0
<30
30-50
77
50-77
durac. indef.
sin %
durac. determ.
Modalidades duración indefinida
80
60
40
20
0
<30
30-50
77
50-77
indef.
sin %
fijo-disc.
Modalidades duración determinada
80
60
40
20
0
<30
30-50
1mes
50-77
1 a 3 meses
3 a 6 meses
Fuente: INEM, Estadística de Contratos Registrados.
268
77
sin %
>6 meses
MERCADO DE TRABAJO, RELACIONES LABORALES Y POLÍTICAS DE EMPLEO
Tanto en las modalidades de duración indefinida como en las
temporales (de duración determinada e indeterminada, esta última
compuesta básicamente por los de obra o servicio), la jornada pactada con mayor frecuencia es la correspondiente, según la nueva
regulación, al intervalo entre el 50 y el 77 por 100 de la habitual a
tiempo completo: en 1999, un 60 por 100 de los contratos a tiempo
parcial tenía esa jornada pactada.
En los contratos indefinidos hay una proporción menor en ese
intervalo, pero está en lógica relación con el peso de los fijos discontinuos, que son los que agrupan la mayor parte de los contratos a
tiempo parcial cuya jornada no está determinada. Por otra parte,
dentro de las modalidades temporales de duración determinada, un
20 por 100 de los contratos recogía una jornada inferior al 30 por 100.
El primer porcentaje no se puede comparar con los datos de 1998,
pero el segundo puede aproximarse calculando el peso, en ese año,
de los contratos con jornada inferior a un tercio de la habitual (con o
sin prestación de servicios diaria), que era un 27 por 100.
Igualmente, es llamativo que, dentro de los contratos de duración determinada, las mayores duraciones presenten con más frecuencia una jornada más baja. Un 19 por 100 de los contratos a
tiempo parcial de un mes o menos tenía una jornada pactada de
menos del 30 por 100, mientras que en los contratos de más de seis
meses eran un 32 por 100. Y a la inversa, un 62 por 100 de los contratos a tiempo parcial por un mes o menos tenía una jornada entre
el 50 y el 77 por 100, frente a un 46 por 100 de los contratos de
más de seis meses.
2.3.3. Dos años de AIEE: efecto sobre los colectivos prioritarios
En general, el AIEE ha arrojado buenos resultados para el
fomento del empleo estable y para aumentar la duración de los
contratos temporales, resultados que se han observado desde su inicio tanto en el análisis de la contratación que cada año se ha
ofrecido en esta Memoria, como en los datos globales sobre el mercado de trabajo que se han venido recogiendo en el panorama general del empleo trazado en sus sucesivas ediciones.
Transcurridos más de dos años desde la firma de este Acuerdo,
es posible ahora, por primera vez, comparar dos años completos.
269
MEMORIA 1999
Parece adecuado, por ello, además de recordar esa evaluación
general, efectuar un balance de su efecto sobre los colectivos que
se definieron como prioritarios, aquellos que sufren el desempleo
con mayor intensidad: jóvenes (menores de 30 años), mujeres,
mayores de 45 años, parados de larga duración (más de un año en
el desempleo) y minusválidos.
Jóvenes, los más
beneficiados
por el AIEE
Dentro de la contratación indefinida inicial por colectivos
(cuadro II-17), lo primero que puede subrayarse es que ha beneficiado de forma intensa a los menores de 30 años. En 1998, casi
un 75 por 100 de todos los contratos indefinidos nuevos celebrados al amparo de la regulación legal que siguió al AIEE correspondió a personas de esa edad, porcentaje bastante más alto que
el que se produjo en el total de contratos, donde sólo un 57 por
100 correspondió a dicho grupo. En 1999, los porcentajes fueron
del 72 y el 56 por 100.
Aunque su efecto sea lógicamente menor, es de subrayar que
el AIEE también ha beneficiado a los mayores de 45 años, el otro
gran grupo de edad incentivado. Éstos representaron un 22,5 por
100 de los contratos indefinidos de fomento en 1998 y casi un 24
por 100 en 1999, mientras que su peso en el total de la contratación fue mucho menor (un 11 y un 12 por 100 en cada uno de
esos dos años).
Menor efecto para
las mujeres
270
Sin embargo, ya se vio en 1998 que la distribución por sexo de
los nuevos contratos indefinidos no estaba resultando neutral; esto
es, parecía no responder sólo a los incentivos previstos. Como se
apuntó en la Memoria de ese año, el número de varones en esa
figura fue mayor que el de mujeres (un 66 y un 34 por 100, respectivamente), más del que les correspondería por simple traslación de
la distribución por sexo de los asalariados (63 y 37 por 100) o
del total de contratos (61 y 40 por 100), y desde luego mucho más del
que cabría esperar de una modalidad que subvenciona la contratación a parados, porque hay más mujeres que varones sin empleo y
en el paro de larga duración es asimismo mayoritaria la presencia
femenina. En las conversiones también la presencia femenina
debería ser mayor: la proporción en 1998 era de 65 varones y 35
mujeres por cada 100 contratos convertidos en indefinidos (cabe
recordar que los varones eran un 60 por 100 de los contratados
temporales según la EPA).
MERCADO DE TRABAJO, RELACIONES LABORALES Y POLÍTICAS DE EMPLEO
En 1999, vigente ya la modificación que introdujo16 el sexo
como criterio para diferenciar cuantías en varios de los supuestos
incentivados, la proporción de varones y mujeres ha mejorado a
favor de éstas, tanto en los indefinidos nuevos (64 y 36 por 100)
como, sobre todo, en las conversiones (61 y 39 por 100).
CUADRO II-17
CONTRATOS INDEFINIDOS: FOMENTO Y CONVERSIONES, 1998-1999
(Número total registrado y distribuciones por edad y sexo)
CONTRATOS REGISTRADOS
1998
Ambos sexos
Edades
Total
Ley
Conver(años)
contratos 63/1997
siones
<30
6.563.954
234.483 169.616
30-45
3.726.702
13.407
112.515
>45
1.372.623
77.405
31.549
Tot. edades 11.663.279
325.295 313.680
1999
Ambos sexos
Edades
Total
Ley
Conver(años)
contratos 63/1997
siones
<30
7.514.521 283.572 219.737
30-45
4.207.438
10.843 157.634
>45
1.513.368
85.276
32.958
Tot. edades 13.235.327 379.691 410.329
DISTRIBUCIÓN POR EDADES
1998
Ambos sexos
Edades
Total
Ley
Conver(años)
contratos 63/1997
siones
<30
56,3
72,1
54,1
30-45
32,0
4,1
35,9
>45
11,8
23,8
10,1
Tot. edades
100,0
100,0
100,0
1999
Ambos sexos
Edades
Total
Ley
Conver(años)
contratos 63/1997
siones
<30
56,8
74,7
53,6
30-45
31,8
2,9
38,4
>45
11,4
22,5
8,0
Tot. edades
100,0
100,0
100,0
15
16
Total
contratos
3.862.152
2.288.400
914.983
7.065.535
Total
contratos
4.327.780
2.497.743
971.734
7.797.257
Total
contratos
54,7
32,4
12,9
100,0
Total
contratos
55,5
32,0
12,5
100,0
Varones
Ley
Conver63/1997
siones
145.348 101.579
8.325
78.450
60.279
23.943
213.952 203.972
Varones
Ley
Conver63/1997
siones
171.850
125.295
6.236
100.762
65.527
20.897
243.613
246.954
Total
contratos
3.186.741
1.709.695
541.634
5.438.070
Mujeres
Ley
Conver63/1997 siones
89.135
68.037
5.082
34.065
17.126
7.606
111.343 109.708
Mujeres
Ley
Conver63/1997 siones
111.722
94.442
4.607
56.872
19.749
12.061
136.078 163.375
Varones
Ley
ConverTotal
63/1997
siones contratos
67,9
49,8
58,8
3,9
38,5
31,3
28,2
11,7
10,0
100,0
100,0
100,0
Varones
Ley
ConverTotal
63/1997
siones contratos
70,5
50,7
58,6
2,6
40,8
31,4
26,9
8,5
10,0
100,0
100,0
100,0
Mujeres
Ley
Conver63/1997 siones
80,1
62,0
4,6
31,1
15,4
6,9
100,0
100,0
Mujeres
Ley
Conver63/1997 siones
82,1
57,8
3,4
34,8
14,5
7,4
100,0
100,0
Total
contratos
2.701.802
1.438.302
457.640
4.597.744
Fuera de lo previsto en la negociación colectiva.
Ley 50/1998, de 30 de diciembre, de Medidas fiscales, administrativas y del
271
MEMORIA 1999
CUADRO II-17 (Continuación)
CONTRATOS INDEFINIDOS: FOMENTO Y CONVERSIONES, 1998-1999
(Número total registrado y distribuciones por edad y sexo)
DISTRIBUCIÓN POR SEXO
1998
Ambos sexos
Varones
Edades
Total
Ley
ConverTotal
Ley
ConverTotal
(años)
contratos 63/1997
siones contratos 63/1997
siones contratos
<30
100,0
100,0
100,0
58,8
62,0
59,9
41,2
30-45
100,0
100,0
100,0
61,4
62,1
69,7
38,6
>45
100,0
100,0
100,0
66,7
77,9
75,9
33,3
Tot. edades
100,0
100,0
100,0
60,6
65,8
65,0
39,4
1999
Ambos sexos
Varones
Edades
Total
Ley
ConverTotal
Ley
ConverTotal
(años)
contratos 63/1997
siones contratos 63/1997
siones contratos
<30
100,0
100,0
100,0
57,6
60,6
57,0
42,4
30-45
100,0
100,0
100,0
59,4
57,5
63,9
40,6
>45
100,0
100,0
100,0
64,2
76,8
63,4
35,8
100,0
100,0
100,0
58,9
64,2
60,2
41,1
Tot. edades
Mujeres
Ley
Conver63/1997 siones
38,0
40,1
37,9
30,3
22,1
24,1
34,2
35,0
Mujeres
Ley
Conver63/1997 siones
39,4
43,0
42,5
36,1
23,2
36,6
35,8
39,8
Fuente: INEM, Estadística de Contratos Registrados.
Pero aún persisten diferencias por sexo en la contratación indefinida inicial que no deberían darse de manera tan acusada: dentro de
los contratos indefinidos de fomento para jóvenes hasta 29 años, el
reparto entre varones y mujeres exhibió en 1998 una mucho mayor
proporción (62 por 100) a favor de los primeros, pese a que hay más
mujeres paradas en esas edades; en 1999, además, esa proporción
sólo se redujo hasta el 61 por 100, a pesar de la nueva regulación.
Esta diferencia, que no se da en las conversiones (donde la proporción de varones y mujeres es de un 57 y un 43 por 100, respectivamente, para los menores de 30 años), tiene difícil encaje a la
vista del panorama de incentivos. Quizá responda, lo que es magro
consuelo, a la peor posición de las mujeres jóvenes que se apuntó
en el panorama general del empleo. En todo caso, ha de tenerse en
cuenta para un eventual rediseño de esos incentivos.
En síntesis, el AIEE ha beneficiado sobre todo a los parados
menores de 30 años y a los mayores de 45 años. Pero a las mujeres
con menor intensidad que a los varones, en casi todos los casos.
Por otra parte, es difícil calcular su efecto sobre los parados de
larga duración, porque el INEM no proporciona información con
los tramos de edad adecuados.
272
MERCADO DE TRABAJO, RELACIONES LABORALES Y POLÍTICAS DE EMPLEO
2.3.4. Extinciones del contrato y despidos
Bajo este epígrafe, igual que en años anteriores, se analizan las
salidas de la ocupación de asalariados que, de acuerdo con la legislación laboral, se someten al sistema jurídico institucional de control de las decisiones extintivas, esto es, de los despidos por sus
diversas causas. La conciliación ante los servicios públicos de
mediación, arbitraje y conciliación sigue siendo la vía más utilizada para extinguir el contrato de trabajo con indemnización (gráfico II-22). También en 1999 la mayor parte de las extinciones del
contrato por despido se conciliaron en las instancias administrativas de conciliación.
Hasta que en 1994 se aprobó la primera reforma de la regulación laboral del despido, la cifra de los conciliados en los servicios
de mediación, arbitraje y conciliación había seguido una línea
ascendente, alcanzando el máximo nivel en el año anterior a dicha
GRÁFICO II-22
ASUNTOS POR DESPIDO TRAMITADOS: EXPEDIENTES DE REGULACIÓN
DE EMPLEO, CONCILIACIONES Y JUZGADOS DE LO SOCIAL, 1990-1999
(Totales anuales en cada vía)
250.000
200.000
Conciliaciones servicios
administrativos
150.000
Regulación de empleo
(despidos colectivos)
100.000
Juzgados
50.000
1999
1998
1997
1996
1995
1994
1993
1992
1991
1990
0
Fuente: MTAS, Boletín de Estadísticas Laborales.
273
MEMORIA 1999
reforma. Desde entonces y hasta 1997, año en que se produce la
segunda de las reformas de importancia en relación con los despidos17, tiene lugar un descenso de algo más del 13 por 100 del
total de los tramitados por esa vía. Pero de nuevo a partir del año
1997 han vuelto a crecer los despidos conciliados en los servicios de mediación, arbitraje y conciliación. Entre dicho año y
1999 lo hacen en algo más del 15 por 100, con un total de
162.079 despidos conciliados el último año, la cifra más alta
desde 1994. La fuerte expansión de la economía y el crecimiento
del empleo podrían sugerir un ajuste de plantillas envejecidas, en
paralelo a la generación de nuevos empleos entre los más jóvenes favorecido por los incentivos a su contratación y otras medidas adoptadas en las últimas reformas laborales. No obstante,
para confirmar esta hipótesis habría que indagar en las características personales de los trabajadores afectados que no se ofrecen en las estadísticas laborales de despidos. En todo caso, el
aumento del número de despidos tramitados por esta vía sólo es
tal cuando se consideran los que concluyen con acuerdo o avenencia, es decir con acuerdo indemnizatorio. Cuando se consideran las demás posibles formas de concluir el trámite en esta vía,
esto es, las conciliaciones intentadas sin efecto, u otras terminadas sin avenencia, se observa que apenas se producen variaciones en las cifras que arrojan desde 1994, lo que mostraría un
flujo más estable de despidos.
En cuanto a las indemnizaciones pagadas, que entre 1994 y
1996 subieron en media aproximadamente el 10,5 por 100, hay
que destacar que, entre 1997 y 1999, han experimentado un descenso de similar magnitud (10 por 100). La media abonada en
1999 fue de 2.193. 000 pesetas, mientras en 1997 la media pagada
por despido fue de 2.440.000 pesetas, es decir, 247.000 pesetas
corrientes menos.
orden social.
17
En 1997 se modificó la regulación de los despidos objetivos con una distinta
definición de la causa expresada en el artículo 52, apartado c), del Estatuto de los
Trabajadores, facilitando la adopción de decisiones extintivas con mayor seguridad
jurídica. La Ley 63/1997, de 26 de diciembre, según el texto acordado en el AIEE
que dio lugar a dicha modificación, también estableció, con origen en el mismo
acuerdo, el contrato de fomento de la contratación indefinida, cuya indemnización
por extinción debida a causas objetivas, en caso de ser declarada improcedente, se
274
MERCADO DE TRABAJO, RELACIONES LABORALES Y POLÍTICAS DE EMPLEO
La segunda vía en importancia por el número de despidos que
se tramitan es la reclamación ante los juzgados de lo social. En
1999 se resolvieron en instancias judiciales 43.372 asuntos de despido, cifra similar a la de años anteriores, en leves pero continuos
descensos desde 1994, hasta arrojar un porcentaje global de disminución desde entonces del 17 por 100.
En la instancia judicial también descienden las indemnizaciones abonadas por despido. Entre 1996 y 1999 se reduce la
media pagada en casi un 20 por 100. Dicha media fue en el último año de 660.000 pesetas, bastante por debajo de la media
antes reflejada para los despidos conciliados en los servicios de
mediación, arbitraje y conciliación. Debe precisarse que debido
a la insuficiente información que se puede obtener de las estadísticas laborales, cuyas carencias en esta materia se han denunciado
en anteriores ocasiones, las medias en cuanto a indemnizaciones
deben tomarse con cautela. Ello es así porque además de poder
incluir conceptos diferentes de la indemnización, como salarios
de trámite en los despidos resueltos por sentencia y liquidaciones salariales en los conciliados ante el magistrado, las medias
incluyen asuntos finalizados de forma distinta a la sentencia o
la conciliación —desistimientos, archivos, etc.—, además de
que en los despidos objetivos un asunto puede incluir varios
despidos.
En todo caso, al desagregar las cantidades abonadas en las
sentencias dictadas —favorables, en todo o en parte, al trabajador— y en conciliaciones ante el magistrado, se observa que en
los últimos tres años se ha producido un notable descenso de las
cuantías medias cuando el asunto concluye en sentencia. Sin
embargo, cuando el asunto concluye en conciliación las cantidades medias pagadas en esta instancia, inferiores a las medias en
sentencia, apenas varían entre 1996 y 1999. Así, si en 1996 la
media por despido resuelto por sentencia fue de 1.474.000 pesetas, en 1999 dicha media ha sido de 1.164.000. En conciliación
judicial las cifras fueron 1.017.000 pesetas en 1996 y 993.000
pesetas el último año.
Por último, hay que registrar las extinciones de contrato que tienen lugar por la vía de los expedientes de regulación de empleo y
que dan lugar a despidos colectivos (gráfico II-23). Como se ha
275
MEMORIA 1999
señalado en otras ocasiones18, las salidas del mercado de trabajo por
expedientes de regulación de empleo muestran un importante descenso de trabajadores afectados desde el año 1995, más acusado
desde 1998, en que se reducen en más de la mitad respecto al año
anterior. De nuevo en 1999 han vuelto a descender y lo hacen además de forma considerable, al pasar a 21.773 el número de trabajadores afectados este último año respecto a los 35.716 del año 1998.
El número de expedientes fue de 1.775, frente a los 2.125 del año
anterior. Por otra parte, desde 1996 ha aumentado ligeramente
tanto el porcentaje de expedientes pactados entre la empresa y los
representantes de los trabajadores, como el de los afectados por
expedientes pactados.
GRÁFICO II-23
TRABAJADORES AFECTADOS POR MEDIDAS DE EXTINCIÓN
EN EXPEDIENTES AUTORIZADOS, 1977-1999
(Totales anuales)
140.000
120.000
100.000
Total
80.000
Pactados
60.000
No pactados
40.000
20.000
1999
1997
1995
1993
1991
1989
1987
1985
1983
1981
1979
1977
0
Fuente: MTAS, Estadística de Regulación de Empleo.
reduce de 45 a 33 días de salario por año de servicio.
18
Además de en anteriores ediciones de la Memoria, en el ya citado Informe
del CES sobre Vida Laboral y Prejubilaciones se han analizado con más detalle las
276
MERCADO DE TRABAJO, RELACIONES LABORALES Y POLÍTICAS DE EMPLEO
3. RELACIONES LABORALES Y CONDICIONES
DE TRABAJO
3.1. C ONCERTACIÓN S OCIAL : LA
INTERCONFEDERALES DE 1997
VIGENCIA DE LOS
A CUERDOS
Se ha traspasado el ecuador de la vigencia de los Acuerdos
Interconfederales firmados en abril de 1997, que se extiende a cuatro años en el caso del Acuerdo de Estabilidad en el Empleo
(AIEE) y en el de Negociación Colectiva (AINC) y a cinco años
para el de Cobertura de Vacíos (AICV).
En la edición de la Memoria del año 1998 se realizó un balance
de la aplicación y desarrollo de los tres Acuerdos, mediante un repaso a las principales medidas adoptadas por el Gobierno, derivadas de
los compromisos alcanzados con los interlocutores sociales, el análisis de la evolución de la contratación, la mejora de la estabilidad en
el empleo y los relativos avances reflejados en la negociación colectiva. La valoración inicial que se mostraba en este primer balance era
positiva, en términos generales, en especial, respecto a uno de los
objetivos principales: el aumento de la estabilidad en la contratación
y el crecimiento de los contratos indefinidos, sin perjuicio de la persistencia de importantes tasas de temporalidad. La misma valoración
inicial positiva pudo hacerse respecto a otros aspectos del AIEE y a
las materias objeto de los otros dos Acuerdos: el AINC y el AICV.
Ello a pesar de las dificultades que existen para la aplicación en
ámbitos concretos de lo acordado en estos dos últimos acuerdos, y de
que se han producido coyunturales desacuerdos entre las partes en
relación con determinadas reformas legales adoptadas por el
Gobierno que afectan a materias que forman parte de lo pactado en
el AIEE en relación con la contratación y que no han contado con el
apoyo de todos sus firmantes. Es el caso en el año 1998 del incremento de la cotización al desempleo en los contratos temporales y de
duración determinada, o de la reforma del contrato a tiempo parcial,
o ya en 1999 de las reformas que han afectado a la contratación a través de empresas de trabajo temporal.
En la presente edición, cuando se cumplen tres años de la firma
de estos importantes compromisos, interesa destacar su vigencia y
dar cuenta de cuál ha sido su desarrollo y el grado de cumplimiento
de sus principales objetivos a lo largo de 1999.
277
MEMORIA 1999
Al mismo tiempo, se ha de recordar que, junto a los tres
Acuerdos Interconfederales de abril de 1997, en los que se enmarcan una parte significativa de las reformas y medidas laborales
adoptadas en los tres últimos años, existen otros Acuerdos
Interconfederales de gran importancia para la concertación social
cuya vigencia se mantiene hasta que finalice el año 2000: el
II Acuerdo Nacional de Formación Continua, de 1 de enero de
1997, y el Acuerdo en materia de Solución Extrajudicial de
Conflictos Laborales (ASEC) suscrito entre las organizaciones
empresariales y sindicales el 25 de enero de 1996.
Estos cinco acuerdos conforman el entramado fundamental
de la concertación social en materia laboral entre el Gobierno,
los sindicatos más representativos de ámbito estatal y las organizaciones empresariales, cuyo balance del año se aborda en el
presente capítulo. En el capítulo III se hace también mención a
otros ámbitos de concertación social con resultados tangibles en
el año, como el acuerdo alcanzado en septiembre de 1999 entre el
Gobierno y los sindicatos sobre incremento de los mínimos de
determinadas pensiones de Seguridad Social, dentro del marco
del desarrollo y aplicación del Acuerdo sobre Consolidación y
Racionalización del sistema de Seguridad Social de 9 de octubre
de 1996 y, en este mismo capítulo también, se remite al acuerdo de
constitución de la Fundación para la Prevención de Riesgos
Laborales.
3.1.1. Acuerdo Interconfederal de Estabilidad en el Empleo
En 1999 no se ha realizado una evaluación conjunta de la
Comisión de Seguimiento, distinta de la que se hizo durante el primer año de vigencia del AIEE. No obstante, se mantiene a lo largo
de este último año la misma coincidencia sustancial de los firmantes a la hora de valorar el positivo efecto que, en términos generales, ha tenido este acuerdo en la creación de empleo estable, en su
contribución al importante aumento del empleo en los colectivos
que se consideraron prioritarios y en el cambio de tendencia de la
tasa de temporalidad. De no haber mediado el acuerdo, podría
haberse incrementado dicha tasa de temporalidad, como sucedió en
etapas anteriores de crecimiento del empleo. Este efecto es precisamente el que los firmantes deseaban evitar, buscando, por el contrario, aprovechar el crecimiento económico para estabilizar el
278
MERCADO DE TRABAJO, RELACIONES LABORALES Y POLÍTICAS DE EMPLEO
empleo y acabar con lo que era un elemento diferencial del mercado español a principios de los años noventa: la alta tasa de temporalidad.
Al analizar la evolución de la contratación durante 1999, se ha
visto que la temporalidad sigue siendo muy elevada pero que también aumenta la contratación indefinida como vía de entrada fundamental al mercado de trabajo, por lo que sigue creciendo el empleo
indefinido. Y, en efecto, el ajuste que ha realizado el sector privado
de su tasa de temporalidad a partir de la firma del AIEE ha sido
significativo, aunque haya sido insuficiente para inducir una disminución de la tasa global, esto es, con inclusión del empleo público,
que nos aproximase en un periodo razonable a Europa.
Corregir este diferencial es uno de los objetivos del AIEE, de
ahí que en su día se utilizara la expresión excesiva temporalidad.
Ello no significa que el acuerdo pretenda acabar con la temporalidad, sino combatir el uso abusivo de los contratos temporales cuando el mismo se produce. La contratación temporal cumple un papel
deseable en el mercado de trabajo si atiende actividades circunstanciales de las empresas. El problema surge cuando con contratos
temporales se cubren actividades estructurales, lo que podría interpretarse que sucede al observar la importante diferencia existente
entre la tasa de temporalidad española y la europea, y lo que se
confirmaría también por el elevado volumen de conversiones de
contratos temporales en indefinidos que se han producido al amparo del AIEE en estos años.
No obstante, no siempre el persistente y elevado nivel de temporalidad puede ser atribuido a un uso desvirtuado de las modalidades legales de contratación laboral, porque una parte del exceso de
temporalidad que aparece enquistado en el mercado de trabajo
español tiene su origen no tanto en supuestos de fraude de ley, sino
en la inestabilidad de algunas actividades productivas que dan
lugar a un tejido empresarial igualmente frágil. Desde esta perspectiva, la lucha contra la temporalidad no puede limitarse a la política
de empleo, sino que debe abordar los problemas y necesidades
específicas del mismo en algunos ámbitos sectoriales.
El AIEE no sólo se propone mejorar la estabilidad en el empleo
a través de la reducción de la tasa de temporalidad, sino también
279
MEMORIA 1999
mediante el aumento —donde sea posible— de la duración de los
contratos temporales para reducir la rotación laboral de estos trabajadores, es decir, la velocidad de salida. Se trataría así de evitar
fenómenos como el encadenamiento de contratos cortos sucesivos
en una misma empresa o grupo de empresas con un mismo trabajador, a lo largo de un periodo que puede ser continuo o discontinuo, o
la contratación de sucesivos trabajadores para cubrir un mismo puesto que podría ser cubierto de forma estable por un solo trabajador.
El fomento de la contratación indefinida a partir del AIEE se
realiza mediante dos tipos de actuaciones: incentivos a la contratación indefinida de colectivos específicos —jóvenes menores de 30
años, mayores de 45 años y parados de larga duración y minusválidos—, lo que se identifica con los llamados contratos indefinidos
“iniciales”. También mediante el fomento de la contratación indefinida bonificada, derivada de la transformación o conversión de
contratos temporales en fijos. Además, y durante los cuatro años
siguientes a abril de 1997, se ha tratado de fomentar la contratación
estable mediante el contrato de igual denominación, dirigido a
determinados colectivos y con un régimen propio de extinción (disposición adicional primera de la Ley 63/1997, de 26 de diciembre).
La disposición adicional cuadragésima tercera de la Ley 50/1998,
de 30 de diciembre, de Medidas fiscales, administrativas y del
orden social, actualizó para 1999 el programa de fomento
del empleo estable introduciendo reducciones en las cuantías de los
incentivos pero respetando las mismas fórmulas y prioridades, primando la contratación de mujeres e incorporando incentivos a la
contratación indefinida tanto si se realiza a jornada completa como
a tiempo parcial19.
El análisis de la contratación muestra que, a lo largo de los casi
tres años de vigencia del AIEE, se ha generado una actitud, en
general, más favorable a la contratación indefinida que se pone de
manifiesto en el crecimiento que ha tenido ésta, tanto la acogida a
medidas de fomento del empleo como la ordinaria. Junto a ello, es
también un signo positivo de la evolución de la contratación a parsalidas de la ocupación a través de los expedientes de regulación de empleo.
19
Para el año 2000 no existe programa de incentivos a la contratación estable,
manteniéndose la aplicación de los reconocidos en las disposiciones legales citadas
en los términos de vigencia temporal y demás circunstancias establecidos en las
280
MERCADO DE TRABAJO, RELACIONES LABORALES Y POLÍTICAS DE EMPLEO
tir del AIEE, el cambio progresivo en la composición de los contratos indefinidos de fomento del empleo, de manera que, si en un primer momento, las conversiones de contratos temporales en
indefinidos eran la mayoría —entre el 70 y el 80 por 100—, a partir del segundo año la proporción se ha ido modificando hasta
alcanzar un promedio de aproximadamente el 50 por 100 en cada
tipo de contrato, proporción que se ha mantenido en el año 1999.
Por otra parte, y en lo que se refiere a las conversiones de contratos
temporales en indefinidos auspiciada por el AIEE, con independencia de otras valoraciones que pudieran hacerse, es interesante
recordar que entre 1997 y 1999 se realizaron más de un millón de
conversiones, mientras que entre 1994 y 1997 se registraron algo
menos de 90.000.
3.1.2. Nuevas reformas de la contratación en 1999: empresas
de trabajo temporal y contratos de trabajadores fijos
discontinuos
El AIEE contenía diversas propuestas en relación con la mejora
del funcionamiento y la regulación de las empresas de trabajo
temporal contenida en la Ley 14/1994, de 1 de julio. Entre dichas
propuestas figuraba de forma explícita la atribución de la representación de los trabajadores en misión a los representantes de los trabajadores de la empresa usuaria, a efectos de formular cualquier
reclamación en relación con las condiciones de ejecución de la actividad laboral. Esta propuesta, que comporta una mejora de los derechos laborales de los trabajadores contratados a través de empresas
de trabajo temporal, fue objeto de regulación en el Real DecretoLey 8/1997, de 16 de mayo. Otra de las cuestiones importantes
expresamente contemplada en el acuerdo era impulsar la elaboración del Reglamento sobre actividades y trabajos peligrosos para la
seguridad o la salud en el trabajo en el ámbito de las ETT. El Real
Decreto 216/1999, de 5 de febrero, al que se hace mención de
manera más pormenorizada en este mismo capítulo, ha establecido
las disposiciones específicas mínimas de protección de la seguridad
y la salud de los trabajadores contratados por las ETT, así como las
actividades y trabajos en los que, en razón de su especial peligrosidad, no podrán celebrarse contratos de puesta a disposición.
Dos nuevas reformas se han venido a añadir a las anteriores en
relación a la contratación. La más importante, como antes se seña281
MEMORIA 1999
ló, afecta a las empresas de trabajo temporal. Mediante la Ley
29/1999, de 16 de julio, se ha reformado la Ley 14/1994, de 1 de
junio, por la que se regulan las empresas de trabajo temporal. La
reforma, según se declara expresamente en su Exposición de
Motivos, pretende garantizar a los trabajadores que presten servicios a este tipo de empresas “una mayor seguridad jurídica en su
relación con la empresa usuaria”, destacando la modificación que
“asegura al trabajador una retribución al menos igual que la del trabajador de la empresa usuaria”. Junto al anterior objetivo, que es el
que más se ha destacado, las modificaciones realizadas en otros
preceptos de la ley de 1994 tienen tanta o mayor importancia, pues
afectan de manera sustancial al elemento causal, temporal y formal
del contrato entre empresa usuaria y empresa de trabajo temporal y,
por ello, a la contratación laboral a través de empresas de trabajo
temporal.
La equiparación retributiva se ha recogido en una nueva redacción del artículo 11 de la ley, según el cual “los trabajadores contratados para ser cedidos a empresas usuarias tendrán derecho
durante los periodos de prestación de servicios en las mismas a
percibir, como mínimo, la retribución total establecida para el
puesto de trabajo a desarrollar en el convenio colectivo aplicable a
la empresa usuaria, calculada por unidad de tiempo. Dicha remuneración deberá incluir, en su caso, la parte proporcional correspondiente al descanso semanal, las pagas extraordinarias, los festivos y
las vacaciones, siendo responsabilidad de la empresa usuaria
la cuantificación de las percepciones finales del trabajador”. En la
Exposición de Motivos de la ley se viene a reconocer que el recurso a la contratación de los trabajadores de ETT no sólo constituye
“un medio para atender a necesidades temporales de la empresa
usuaria, sino que además se ha constituido en un medio de reducir
costes salariales”. La reforma viene a limitar precisamente el que
habría sido uno de los principales motivos del crecimiento de la
contratación a través de empresas de trabajo temporal. La equiparación, no exenta de problemas interpretativos, trata de acotar el concepto remuneración de la anterior Ley al referirse ahora a la
retribución total. Además, expresamente incluye la parte proporcional del descanso semanal, antes no reflejada y que daba lugar a
prácticas de exclusión de la retribución correspondiente e indirectamente a la contratación de tiempo de trabajo corto en cuyo cómputo no se incluyera el descanso semanal. En cuanto a la equiparación
282
MERCADO DE TRABAJO, RELACIONES LABORALES Y POLÍTICAS DE EMPLEO
con la retribución del puesto en el convenio de la empresa usuaria,
supone invertir la anterior preferencia del convenio de ETT, al
darse ahora prevalencia al convenio de la usuaria, sin perjuicio de
que, como se dice en la Exposición de Motivos, “por convenio
colectivo de las empresas de trabajo temporal se establecieran retribuciones superiores, en cuyo caso serían aplicables estas últimas”.
Por último, en relación con la retribución, se incorpora como nueva
garantía de los derechos laborales de los trabajadores contratados
por una ETT la obligación de la empresa usuaria de consignar en el
contrato de puesta a disposición el salario que corresponde percibir
al trabajador cuyo pago sigue correspondiendo realizar a la ETT.
Esta nueva obligación de las empresas usuarias hace que se traslade de facto a las mismas una parte de la responsabilidad del efectivo cumplimiento de la obligación de que la retribución percibida
por el trabajador sea como mínimo la que correspondería al puesto
de trabajo según su propio convenio.
Por lo que se refiere a las modificaciones que afectan a la causa
y objeto de los contratos y al régimen jurídico de la temporalidad,
su alcance es importante. Entre otras cosas, la reforma ha supuesto
que se reconducen al régimen de causalidad general establecida en
el artículo 15 del Estatuto de los Trabajadores para la contratación
de duración determinada los supuestos en los que las empresas
podrán suscribir contratos de puesta a disposición de trabajadores
de una ETT. Se pone término así a ciertas utilizaciones e interpretaciones sobre la existencia de un régimen propio de la causalidad y
la temporalidad en los servicios contratados a través de ETT que la
jurisprudencia había ido acotando.
Para propiciar un mejor funcionamiento de las ETT y de su
papel en la intermediación en el mercado de trabajo, se han reforzado las exigencias mínimas antes establecidas a efectos de apreciar el cumplimiento del requisito legal de contar con una
estructura organizativa suficiente. Para ello, se han definido en el
nuevo texto legal los elementos a tener en cuenta, tales como la
dimensión, equipamiento y régimen de titularidad de los centros de
trabajo; el número, dedicación, cualificación profesional y estabilidad en el empleo de los trabajadores contratados para prestar servicios bajo la dirección de la empresa de trabajo temporal, etc. En
todo caso, la empresa de trabajo temporal deberá contar con un
número mínimo de doce trabajadores contratados bajo su dirección
283
MEMORIA 1999
con contratos estables o de duración indefinida, a tiempo completo
o parcial, por cada mil trabajadores o fracción, contratados en el
año inmediatamente anterior.
En relación con la participación de los representantes de los trabajadores se amplía la regulación anterior, al permitir un mejor
ejercicio del derecho reconocido con carácter general a los representantes de los trabajadores en la empresa usuaria de representar a
los trabajadores en misión, que como consecuencia de los compromisos alcanzados en el AIEE se recogió en el Real Decreto Ley
8/1997, de 16 de mayo. La reforma operada por la Ley 29/1999 viene
a establecer la obligación de la empresa usuaria de entregar a los
representantes de los trabajadores una copia básica del contrato de
trabajo o de la orden de servicio, en su caso, del trabajador puesto a
disposición, que deberá haberle facilitado la empresa de trabajo
temporal.
Por último, en la misma Ley se han incorporado también nuevas
infracciones en el régimen sancionador de las empresas de trabajo
temporal y de las usuarias en virtud de las nuevas obligaciones que
se les imponen.
La segunda reforma de importancia que en relación a la contratación se ha llevado a cabo en 1999 es la realizada mediante la
aprobación de la Ley 55/1999, de 29 de diciembre, de Medidas
fiscales, administrativas y del orden social. En virtud de esta reforma se posibilita que, a través de Convenio Colectivo de ámbito
sectorial, se pueda acordar excepcionalmente, cuando la actividad
estacional del sector así lo justifique, el establecimiento de un
límite de jornada superior al 77 por 100 de la jornada a tiempo
completo, establecido con carácter general para los contratos a
tiempo parcial. Asimismo, se ha alterado el régimen anterior sobre
la determinación de la jornada, de manera que, en los contratos
para trabajos fijos discontinuos de inicio y duración incierta, las
obligaciones establecidas para los contratos a tiempo parcial
serán sustituidas por una indicación sobre la duración estimada de
la actividad, así como sobre la forma y orden del llamamiento que
establezca el convenio colectivo aplicable, haciendo constar igualmente, de manera orientativa, la jornada laboral estimada y su distribución horaria. La reforma significa profundizar en un
tratamiento más específico del fijo discontinuo, cuya finalidad
284
MERCADO DE TRABAJO, RELACIONES LABORALES Y POLÍTICAS DE EMPLEO
sería adaptar la regulación del trabajo a tiempo parcial a las características del empleo en determinados sectores, como alimentación, comercio, hostelería y campo, donde por la naturaleza de las
actividades existían dificultades de adaptación a la regulación
anterior. En todo caso, significa un alejamiento del régimen general de la contratación a tiempo parcial estipulado en el Real
Decreto Ley 15/1998, de 27 de noviembre, que tendrá efectos
sobre las condiciones de la contratación del colectivo de fijos discontinuos.
3.1.3. Acuerdos Interconfederales de Negociación Colectiva
y de Cobertura de Vacíos
El Acuerdo Interconfederal sobre Negociación Colectiva pretendió racionalizar la estructura de la negociación colectiva, evitando la atomización existente, estableciendo a tal fin una adecuada
articulación entre los distintos ámbitos negociales, de manera que
determinadas materias quedaran reservadas al convenio colectivo
nacional sectorial, otras pudieran ser desarrolladas en ámbitos distintos (territorial y de empresa) y, finalmente, otras pudieran ser
objeto de negociación en estos últimos ámbitos.
El AINC ofrece a las organizaciones empresariales y sindicales
criterios para articular en los distintos ámbitos territoriales y materiales la negociación, teniendo en cuenta las atribuciones que a
determinados ámbitos realiza la ley. Pero, en todo caso, el AINC
parte del respeto a la autonomía colectiva de las partes representativas en cada ámbito que mejor responda a los intereses concurrentes
y facilite el diálogo y el acuerdo.
Los objetivos perseguidos por el AINC son ambiciosos y
de gran complejidad, siendo sus estipulaciones compromisos de
carácter obligacional. Los esfuerzos realizados por las organizaciones firmantes en sus respectivos niveles de representación y
los progresos observados en la mejora de la estructura de los
convenios o de su articulación no hubieran sido posibles sin el
AINC. Sin embargo, a pesar de los avances producidos, se está
muy lejos de conseguir el objetivo acordado de superar la
estructura actualmente existente, aunque los esfuerzos por
modificar la situación se mantienen pese a que existen dificultades diversas.
285
MEMORIA 1999
Así hay que señalar que la pretensión compartida por las
organizaciones sindicales y empresariales a través del AINC se
compadece mal con la aparición de ámbitos a veces artificiales,
que no racionalizan la estructura de un sector, sino que se
superponen y no sustituyen a ámbitos ya existentes, de donde
resulta una mayor confusión para los sujetos obligados. También,
desde la perspectiva sindical, la dispersión de la estructura de la
negociación, junto a los cambios funcionales y personales que se
originan por las modificaciones de la estructura productiva y
empresarial, el fraccionamiento, los cambios en las actividades
y la aparición de otras nuevas, etc., exigen esfuerzos permanentes y
recursos muy importantes para atender con plena eficacia a los
nuevos ámbitos. Junto a la dificultad que supone definir ámbitos
estructurados de negociación colectiva, existen problemas derivados de la necesidad de dotar de contenidos a los propios convenios, asumiendo una mayor riqueza y de darles un tratamiento
en función de las crecientes competencias que la ley les ha ido
otorgando.
En lo que se refiere al Acuerdo Interconfederal de Cobertura de
Vacíos (AICV) el balance del año 1999 se realiza al tratar la negociación colectiva del año en este mismo capítulo. No obstante, se
debe señalar que a lo largo del año se han puesto de manifiesto
algunos problemas derivados de la compatibilidad en el marco
negociador del proceso de extensión de convenios cuando se trata
de aplicar a ámbitos afectados por el AICV.
A tal efecto, hay que recordar que mediante la aprobación de la
Ley 24/1999, de 6 de julio, se ha modificado el artículo 92.2 del
Estatuto de los Trabajadores, referido a la extensión de convenios
colectivos, norma que, como recuerda su exposición de motivos, es
fruto de las reuniones celebradas dentro del diálogo social entre el
Gobierno y los agentes sociales, en las cuales se puso se manifiesto
la necesidad de proceder a la reforma de determinados aspectos de la
extensión de convenios colectivos. Los aspectos fundamentales
que se reforman mediante esta Ley se refieren a los supuestos en que
procede la extensión, centrándolos en los perjuicios derivados para
los trabajadores y empresarios de la imposibilidad de suscribir en
su ámbito un convenio colectivo originada por la ausencia de partes legitimadas conforme al Estatuto de los Trabajadores. El
Reglamento de desarrollo no ha sido aún aprobado, lo que puede
286
MERCADO DE TRABAJO, RELACIONES LABORALES Y POLÍTICAS DE EMPLEO
presentar dificultades para la aplicación de este mecanismo de
extensión20.
3.2. NEGOCIACIÓN COLECTIVA
Un año más el Consejo Económico y Social presenta su informe
sobre los procesos de negociación colectiva desarrollados en el
periodo que comprende el ámbito temporal de la Memoria sobre la
situación socioeconómica y laboral, ofreciendo un balance de
resultados en relación con los aspectos más relevantes de los pactos
colectivos suscritos durante 1999.
En los últimos años se asiste a un profundo cambio en la organización del trabajo y de las empresas. La globalización e internacionalización de los mercados, el acelerado progreso tecnológico, el
peso cada vez más patente de la economía de servicios, que incluso
se ha traducido en la aparición de un término como es el de “nueva
economía” y, en fin, la creciente importancia de fenómenos como
la descentralización productiva o las concentraciones empresariales, influyen fuertemente en el ámbito colectivo de las relaciones
de trabajo, en los comportamientos de los agentes sociales y en el
instituto de la negociación colectiva.
La adecuación de las relaciones de trabajo a los cambios señalados es una tarea compleja que requiere un replanteamiento por las
representaciones colectivas, al objeto de contemplar ese nuevo
marco que altera sustancialmente el modelo tradicional de relaciones laborales, hasta el momento imperante.
El papel del
convenio
colectivo en una
época de cambios
En este contexto la negociación colectiva debe desempeñar un
papel dinamizador y de adaptación a las nuevas realidades socioeconómicas, revisando sus contenidos y potenciando su función
reguladora de la relación laboral.
Por otra parte, la incorporación de España a la Unión
Económica y Monetaria (UEM) plantea a la negociación colectiva
mismas.
20
Hay que recordar el carácter excepcional del procedimiento de extensión de
convenios dentro de un sistema legal de negociación colectiva presidido por el
287
MEMORIA 1999
nuevos retos. De una parte, la introducción del euro como moneda
única en once Estados de la Unión Europea supone, entre otras
cuestiones, la imposibilidad de que los Estados utilicen la política
cambiaria, a través de la devaluación de su moneda nacional, como
instrumento de competitividad. Por ello, la negociación colectiva y
las relaciones laborales tendrán una especial relevancia como sistema de ajuste para la competitividad de un país, con las consecuencias que se pueden derivar en relación con los salarios, el empleo y
las condiciones de trabajo.
Además, la negociación colectiva en los grupos de empresa
comunitarios al objeto de constituir comités de empresa europeos,
aunque de hecho no es propiamente una negociación colectiva a
escala europea, sí puede considerarse como un primer paso en la
extensión territorial de los pactos colectivos, superando el marco
nacional, al que hasta ahora se encontraban limitados. En todo caso
no debe olvidarse que tanto los derechos de asociación, sindicación, huelga y cierre patronal, como las materias relativas a las
remuneraciones están fuera de las competencias normativas de la
Unión Europea, lo que supone un gran impedimento al impulso de
la negociación colectiva desde las propias instancias comunitarias.
Por lo expuesto, a lo que habría que añadir las importantes diferencias de modelos de negociación en el seno de la Unión, la armonización de retribuciones y condiciones de trabajo no es previsible
que se produzca a corto o medio plazo, y exigirá cambios estructurales y aproximación en los niveles de renta y riqueza de los distintos Estados.
3.2.1. Planteamiento y curso de la negociación
La negociación colectiva, como elemento central en un sistema
de relaciones laborales desarrollado, no es ajena al comportamiento de
las diversas variables socioeconómicas que inciden y referencian
su evolución en un periodo determinado. En este sentido, y esquemáticamente, el contexto que ha enmarcado la negociación colectiva de 1999 se ha caracterizado por una ligera desaceleración del
crecimiento económico, un importante repunte de la inflación, superando significativamente las previsiones oficiales, un notable descenso de los tipos de interés reales, y un aumento considerable
del empleo, que fue acompañado por una caída de la tasa de paro,
en más de tres puntos, respecto a la de 1998.
288
MERCADO DE TRABAJO, RELACIONES LABORALES Y POLÍTICAS DE EMPLEO
Debe apuntarse también que la negociación colectiva de 1999
se ha desarrollado, como ya aconteció en 1998, en un clima de
escasa conflictividad.
Asimismo, el año 1999 fue el segundo de vigencia de los
Acuerdos Interconfederales suscritos en 1997. Al respecto y en lo
que atañe al Acuerdo Interconfederal sobre Negociación Colectiva
(AINC), como ya se ha señalado en el epígrafe anterior, la plasmación de los objetivos que persigue y del modelo de negociación que
propugna será lenta en cuanto requiere un amplio debate y reflexión a nivel sectorial, a fin de clarificar, en primer término, la
estructura de la negociación existente en los sectores de actividad,
y para definir en cada ámbito funcional en segundo término, la
aplicación concreta de criterios de articulación y vertebración de
las distintas unidades negociales, así como las competencias y distribución de materias que deben corresponder a las mismas.
Segundo año de
vigencia de los
Acuerdos
Interconfederales
En una aproximación inicial a la experiencia negocial aplicativa
del AINC se comprueba que en el grado de asunción de dicho
Acuerdo es determinante la estructura negocial del respectivo sector de actividad. Así, en aquellos sectores en los que la negociación
colectiva estatal goza de una implantación relevante se han producido avances apreciables en el reparto de competencias y materias
entre los distintos niveles de negociación, cumpliendo con ello uno
de los objetivos fijados en el AINC. Por el contrario, en los sectores en los que tradicionalmente el convenio provincial de rama ha
tenido un papel predominante, la situación apenas ha sufrido variaciones.
Por otra parte, la preferencia que plantea el AINC por el convenio colectivo nacional de rama como instrumento vertebrador de la
estructura negocial del sector ha dado lugar a nuevas unidades de
negociación de esa cualificación y a acuerdos colectivos específicos de ordenación de la estructura de la negociación colectiva (caso
del sector del metal). En este sentido, también los Acuerdos de
Sustitución de las Ordenanzas Laborales han impulsado, en mayor
o menor medida, una regulación uniforme del sector de referencia a
escala nacional.
Metodológicamente conviene reseñar que, con carácter general,
en la realización de este informe sobre la negociación colectiva del
289
MEMORIA 1999
año 1999 se han tomado como base los convenios colectivos con
efectos económicos en dicho año, registrados hasta el 31 de
diciembre, razón por la cual la información adolece de un cierto
grado de provisionalidad, ya que es habitual que el registro de la
totalidad de convenios de cada año se prolongue durante varios
meses una vez finalizado el mismo.
Sobre la negociación colectiva de 1999 planean unos objetivos
consensuados entre los negociadores empresariales y sindicales,
derivados de los Acuerdos Interconfederales firmados en abril de
1997, y que esquemáticamente hacen referencia al fomento de la
contratación indefinida y a la racionalización y universalización de
la negociación colectiva.
Objetivos
sindicales
para 1999
A comienzos de año, las Confederaciones de UGT y CCOO
presentaron un documento unitario sobre criterios de negociación
colectiva, fijando como objetivos centrales los siguientes:
– Mejorar la calidad del empleo, reforzando su estabilidad.
– Crear empleo, avanzando hacia las 35 horas.
– Mejorar la capacidad adquisitiva de los salarios.
– Mejorar las condiciones de trabajo.
En términos más concretos, los sindicatos más representativos a
nivel nacional establecían las siguientes orientaciones para negociar los convenios colectivos de ese año:
– Para mejorar la calidad del empleo: convertir contratos
temporales en indefinidos; regular la contratación temporal, reforzando su utilización causal; reducir la rotación y el
encadenamiento de contratos; regular el trabajo a tiempo
parcial, desarrollando la nueva norma fruto del Acuerdo
alcanzado por UGT y CCOO con el Gobierno; controlar y
limitar la subcontratación de actividades de ETT, delimitando las actividades y puestos susceptibles de subcontratación a una ETT, restringiendo su utilización a los supuestos
de actividades no habituales de la empresa y excluyendo
los trabajos de riesgo. Además se deben garantizar las mis-
290
MERCADO DE TRABAJO, RELACIONES LABORALES Y POLÍTICAS DE EMPLEO
mas condiciones laborales entre los trabajadores de la
empresa usuaria y los trabajadores en misión y avanzar en
la equiparación salarial; articular procedimientos de información, consulta y negociación en relación a los despidos
objetivos; incorporar a la negociación colectiva el derecho
a la formación continua, considerándola como una inversión por el empleo.
– Para crear empleo: incorporar en los convenios cláusulas
de reducción y reordenación de la jornada, con el objetivo de
alcanzar progresivamente la jornada de 35 horas, contribuyendo así tanto a la generación de un mayor volumen de
empleo como a la mejora de las condiciones de trabajo; establecer controles del tiempo de trabajo y en especial de la distribución
irregular de la jornada; reducir las horas extraordinarias como
fórmula para crear empleo; extender los permisos de larga
duración y buscar instrumentos que permitan el anticipo de la
edad de jubilación con carácter voluntario y con sustitución
por nuevos trabajadores, mediante la combinación de aportaciones empresariales, políticas de empleo y prestaciones
sociales.
– Para mejorar la capacidad adquisitiva de los salarios: con
carácter general, pactar incrementos salariales superiores a la
inflación prevista; concretar los incrementos salariales en los
diferentes ámbitos sectoriales y de empresa, mediante el tratamiento de los incrementos de productividad y los crecimientos de los beneficios de la empresa, teniendo en cuenta,
además, los compromisos de creación de empleo, las reducciones de jornada, y el incremento de la estabilidad en el
empleo; garantizar la no discriminación e introducir con
carácter general el salario mínimo de convenio; introducir
cláusulas de salvaguarda y de descuelgue; regular la estructura salarial de forma clara, con una correcta definición de los
distintos conceptos, partiendo de la regulación en el convenio
sectorial estatal; en el caso de negociarse el complemento de
antigüedad se debe garantizar la ya generada, sin absorción ni
compensación, y revalorizándose de acuerdo con el incremento salarial pactado; desarrollar la exteriorización de los
compromisos de previsión social complementarios a través de
los planes de pensiones.
291
MEMORIA 1999
– Para mejorar las condiciones de trabajo: potenciar la participación de la representación sindical en la organización del
trabajo; ampliar los derechos de información, consulta y
negociación; regular los sistemas de clasificación profesional,
atendiendo a las divisiones funcionales y la definición de los
grupos profesionales, estableciéndose, por otra parte, procedimientos de control y participación de las representaciones de
los trabajadores; establecer en materia de salud laboral, en los
convenios sectoriales, estipulaciones que garanticen mínimos
comunes homogéneos que superen lo establecido en normas
de obligado cumplimiento y en los convenios de empresa,
acordar niveles de prevención adecuados a sus singularidades; plasmar medidas concretas en aras a garantizar una efectiva igualdad de derechos en el ámbito laboral.
Recomendaciones
de negociación de
CEOE y CEPYME
CEOE y CEPYME, partiendo de la consideración de que los
convenios colectivos deben configurarse como un instrumento de
mejora de la competitividad de las empresas, aspecto que alcanza
mayor relevancia en un contexto como el de la UEM, que implica,
entre otros factores, una mayor transparencia en los mercados, propugnan en orden a esta reflexión avanzar en la configuración de un
marco flexible de relaciones laborales y una actuación prudente en
materia de costes laborales.
Sobre las materias que, habitualmente, forman parte del articulado de los convenios, CEOE y CEPYME recogen los siguientes
criterios de actuación:
– Vigencia de los convenios: De un lado, la existencia de un
marco económico de mayor estabilidad, y de otro, la incorporación de cambios sustanciales respecto al contenido del anterior convenio, en línea de modernizar las relaciones laborales,
motivan que no deba existir ningún inconveniente para dotarle de mayor duración. Pero es preciso recomendar moderación en materia salarial cuando se decida otorgar una
vigencia plurianual al convenio colectivo. Conveniencia de
limitar los efectos de la “ultraactividad” de los convenios en
aquellas materias que generen costes indirectos.
– Contratación: Valorando negativamente la nueva regulación
del contrato a tiempo parcial y contratos fijos discontinuos,
292
MERCADO DE TRABAJO, RELACIONES LABORALES Y POLÍTICAS DE EMPLEO
así como de la regulación sustantiva de algunas modalidades
contractuales y la penalización económica a la contratación
temporal en su amplio sentido, estiman que carece de sentido
el que los negociadores empresariales acepten mayor grado de
rigidez en la contratación.
– Jornada de trabajo: Se desaconseja abordar en la negociación colectiva el tratamiento de la jornada de trabajo desde la
simple óptica de su reducción, recomendando por el contrario
analizarla desde la perspectiva de su reordenación y distribución flexible, su cómputo anual y la posibilidad de distribuirla irregularmente.
– Clasificación profesional: Se considera procedente sustituir
las viejas categorías profesionales por grupos profesionales,
facilitando con ello la movilidad funcional y la implantación
de nuevos sistemas de gestión y organización del trabajo para
dar respuesta a los nuevos perfiles de la competitividad.
– Estructura salarial: Se debe racionalizar la estructura salarial, potenciando la parte variable de las retribuciones, atendiendo a la aptitud profesional o capacidad de rendimiento
del trabajador. Se insiste en la conveniencia de reducir o
suprimir los complementos personales que se sitúan al margen de las vicisitudes que afectan a la carrera profesional del
trabajador, de la evolución de la productividad y de la consecución de objetivos.
– Costes laborales: El crecimiento de los salarios en convenio
deberá tener como referencia el promedio de los costes laborales unitarios de aquellos países de la Unión Europea con los
que directamente compite la economía española, los “deslizamientos” salariales y el resto de los costes sociales, de tal
forma que la cifra resultante permita a las empresas mantener
al menos el grado de competitividad actual.
– Cláusula de descuelgue: Forma parte del contenido mínimo
de los convenios de ámbito superior a la empresa por imperativo del artículo 85.2. c) del Estatuto de los Trabajadores,
siendo pues responsabilidad de los negociadores la fijación
de las condiciones y procedimiento para que pueda producir293
MEMORIA 1999
se la inaplicación del régimen salarial, debiendo ser los
negociadores empresariales especialmente cuidadosos a la
hora de valorar las circunstancias que hayan de acordarse.
– Cláusula de revisión salarial: Se desaconseja la inclusión de
este tipo de cláusulas en los convenios colectivos.
– Prevención de riesgos laborales: Se debe evitar añadir nuevas obligaciones empresariales a la normativa reguladora de
esta materia y en especial los compromisos relativos a creación de “órganos” que, aun siendo paritarios, puedan asumir
competencias generales o específicas respecto del conjunto de
los centros de trabajo incluidos en el ámbito de aplicación
de los convenios supraempresariales. Asimismo, se rechaza
la ampliación del crédito horario y de la figura del “delegado
territorial de prevención”. En sentido contrario cabría negociar aspectos relacionados con la designación de los delegados de prevención, la obligación empresarial de formación de
los mismos y las formas de colaboración entre éstos y la
dirección de las empresas.
– Finalmente la circular para la negociación colectiva de
CEOE y CEPYME señala diversas orientaciones y aclaraciones en torno a materias como formación profesional
continua, compromisos por pensiones, absentismo laboral e
incapacidad temporal y administración del convenio colectivo.
3.2.2. Estructura de la negociación colectiva
La información utilizada procede fundamentalmente de la
Subdirección General de Estadísticas Sociales y Laborales del
Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales, recurriéndose en casos
concretos a otras fuentes. En este sentido, se toman como base
los convenios colectivos con inicio de efectos económicos
durante 1999 y que han sido registrados hasta el 31 de diciembre
de dicho año. Se recoge información de la negociación colectiva
estatutaria, es decir, de eficacia general, comprendiendo tanto
convenios colectivos nuevos como revisiones salariales, incluidas las automáticas —derivadas de convenios plurianuales que
establecen el incremento salarial para 1999— cuando concu294
MERCADO DE TRABAJO, RELACIONES LABORALES Y POLÍTICAS DE EMPLEO
rran los requisitos de legitimación y tramitación exigidos para
el convenio colectivo originario. Asimismo, se recogen las
adhesiones a otros convenios, arbitrajes voluntarios, extensiones de convenio y otros acuerdos registrados con eficacia
general.
Los pactos de eficacia limitada o convenios extraestatutarios
se incluyen cuando existe constancia de sus datos. No se incorpora información sobre los acuerdos de empresa emanados de la
reforma laboral, al no existir tratamiento estadístico de los mismos. Es preciso señalar, además, que la información correspondiente a 1998 es también provisional ya que no está cerrado el
registro de convenios que iniciaban sus efectos económicos en
ese año.
Conviene recordar que puede existir solapamiento de cifras en
el conjunto de empresas y trabajadores afectados, de una parte por el
entramado de convenios colectivos negociados en diferentes ámbitos territoriales, e incluso funcionales, y de otra por la posibilidad
de que una misma empresa pueda estar afectada por más de un
convenio, al poder firmarse éste para una determinada categoría o
grupo profesional o para cada centro de trabajo.
3.2.2.1. Número de convenios
El número de convenios colectivos con inicio de efectos económicos en 1999 y registrados hasta el 31 de diciembre de dicho año
asciende a 3.874, afectando a 894.802 empresas y 7.782.847 trabajadores (cuadro II-18), apreciándose un claro incremento, sobre
todo en las dos últimas variables, en relación con 1998, poniéndose de manifiesto un acelerado ritmo de negociación en el último
año.
En consecuencia, a finales de 1999, aproximadamente el 90 por
100 de los trabajadores amparados por convenio colectivo tenían
ya cerrada su negociación para dicho año, porcentaje que podría
ser superior debido al retraso que sufre el registro de convenios
de la Administración laboral. Con datos cerrados a 31 de marzo de
2000, el número de trabajadores cubiertos por convenios colectivos con inicio de efectos económicos en 1999 se eleva a
8.477.100.
295
MEMORIA 1999
CUADRO II-18
CONVENIOS COLECTIVOS, 1995-1999
(Número de convenios, empresas y trabajadores, y porcentajes de variación anual)
Convenios registrados a 31 de diciembre de cada año con inicio de sus efectos
económicos en el mismo año
Convenios
Empresas
Trabajadores
Años
Número
Variación (%)
Miles
Variación (%)
Miles
Variación (%)
1995
1996
1997
1998
1999
3.599
3.550
3.763
3.776
3.874
12,8
–1,4
5,7
0,3
2,6
709,0
760,8
847,5
814,2
894,8
14,8
7,3
10,2
–3,3
9,9
6.098,9
6.120,7
7.226,8
6.972,2
7.782,8
17,6
1,4
15,3
–3,5
11,6
Total convenios según año de inicio de efectos económicos
Convenios
Empresas
Trabajadores
Años
Número
Variación (%)
Miles
Variación (%)
Miles
Variación (%)
1995
1996
1997*
1998**
1999**
4.827
5.028
5.040
4.993
4.636
5,1
4,2
0,2
–0,9
–
975,1
1.027,5
1.018,3
1.032,4
1.030,5
2,6
5,4
–1,1
1,4
–
7.605,1
8.128,2
8.365,1
8.386,9
8.477,1
1,4
6,9
2,9
0,3
–
* Datos provisionales, por estar todavía abierto el registro de convenios.
** Convenios registrados hasta el 31 de marzo de 2000.
Fuente: MTAS, Estadística de Convenios Colectivos.
En una perspectiva temporal más amplia (cuadro II-19), se
observa una tendencia creciente en el número de convenios en
los últimos años, superando en el periodo 1996-1998 —años en los
que la negociación está prácticamente cerrada— las cinco mil unidades, registrándose, en este último año, el máximo en cuanto a
trabajadores cubiertos, casi 8.600.000.
Continúa
creciendo
el número
de trabajadores
En cuanto al número de trabajadores afectados por la negociación colectiva, se observa un crecimiento proporcionalmente más
elevado que el de convenios, lo que pone de manifiesto el cada vez
mayor peso de la negociación sectorial.
cubiertos
Teniendo en cuenta que, conforme a los datos de la EPA, el
empleo asalariado alcanzó, en media anual, en 1998, los
296
MERCADO DE TRABAJO, RELACIONES LABORALES Y POLÍTICAS DE EMPLEO
CUADRO II-19
NÚMERO DE CONVENIOS, DE EMPRESAS
Y TRABAJADORES, 1985-1999
Año
Convenios
Empresas
Trabajadores
1985
3.824
847.100
6.131.100
1986
3.790
891.800
6.275.100
1987
4.112
996.800
6.867.700
1988
4.096
958.331
6.864.738
1989
4.302
982.651
6.993.751
1990
4.595
1.037.906
7.623.867
1991
4.848
1.006.167
7.821.850
1992
5.010
1.055.084
7.921.935
1993
4.749
1.048.193
7.737.138
1994
4.581
950.700
7.502.100
1995
4.827
975.100
7.605.100
1996
5.028
1.027.500
8.128.200
1997
5.040
1.018.300
8.365.100
1998*
4.993
1.032.400
8.386.900
1999**
4.636
1.030.500
8.477.100
* Datos provisionales.
** Convenios registrados hasta el 31 de marzo de 2000.
Fuente: MTAS, Estadística de Convenios Colectivos.
10.156.600 efectivos, se puede deducir que la cobertura de la negociación colectiva se mueve en un porcentaje significativamente elevado, si bien se hace preciso realizar dos puntualizaciones de
distinto signo. De una parte, la cifra de trabajadores afectados
requiere una profunda depuración al advertirse en importantes
ramas de actividad unos censos muy superiores a la ocupación total
existente en la misma (pueden citarse, a título de ejemplo,
químicas, textil y confección y alimentación), debido a que se
computan trabajadores más de una vez por la existencia de convenios de distinto ámbito territorial que acogen simultáneamente a un
mismo colectivo laboral. De otra parte, del colectivo asalariado
habría que excluir a los empleados públicos no laborales, vinculados por una relación administrativa o estatutaria, cuyas condiciones
de trabajo se desarrollan, por consiguiente, al margen de los convenios, estimando su número en unas 1.300.000 personas. Estas cir297
MEMORIA 1999
cunstancias impiden precisar la mencionada cobertura, barajándose,
como aproximación, la apreciación de que regulados por convenios
se encuentran entre un 80 y un 85 por 100 de los trabajadores21.
Sin embargo, debe señalarse que en los últimos años el fuerte
crecimiento del empleo asalariado no se ha visto reflejado con
tanta intensidad en el número de trabajadores incluidos en la negociación colectiva, por lo que cabe deducir que, en esta etapa, se ha
producido un ligero descenso en los niveles de cobertura negocial,
circunstancia imputable, probablemente, al surgimiento de ramas
de actividad nuevas no englobadas en el AICV.
En todo caso y a partir precisamente del 1 de enero de 1998,
interesa recordar que el Acuerdo Interconfederal sobre Cobertura
de Vacíos (AICV) proporciona una regulación básica sobre determinadas materias (clasificación; promoción de los trabajadores,
tanto profesional como económica; estructura salarial y régimen
disciplinario) para aquellos sectores o subsectores de actividad
carentes de cobertura convencional específica. En principio el
AICV tenía un ámbito funcional que englobaba a 23 sectores o
subsectores de actividad que contaban con un total de 800.000 trabajadores.
3.2.2.2. Ámbito funcional
Más del 70 por
100 de empresa
Del total de convenios registrados a 31 de diciembre de 1999, el
72 por 100 son de empresa. El resto son convenios negociados en
ámbito distinto al empresarial, con predominio de los de sector
provincial, que representan el 84 por 100. En trabajadores cubiertos, los convenios de empresa acogen en torno al 11 por 100, consolidando una tendencia descendente del porcentaje de efectivos
acogidos a este tipo de convenios (cuadro II-20). Por otra parte,
son asimismo los convenios sectoriales provinciales los que agrupan a un mayor número de trabajadores, un 51 por 100 del total. En
cuanto al número de empresas afectadas, un 74 por 100 lo están
por convenios de sector provinciales (cuadro II-21).
principio de autonomía colectiva.
21
A estos efectos, la iniciativa de incorporar a los documentos de cotización la
identificación del código de convenio colectivo de afección permitirá a corto plazo
298
MERCADO DE TRABAJO, RELACIONES LABORALES Y POLÍTICAS DE EMPLEO
CUADRO II-20
ESTRUCTURA DE LOS CONVENIOS COLECTIVOS
SEGÚN ÁMBITO FUNCIONAL, 1992-1999
(Porcentajes sobre el total de convenios registrados y de trabajadores afectados)
Convenios registrados
Ámbito funcional
1992
1993
1994
1995
1996
1997
1998*
1999**
Convenios de empresa
Convenios de otro ámbito
72,4
27,6
71,0
29,0
70,6
29,4
71,7
28,3
72,8
27,2
72,8
27,2
72,5
27,5
72,1
27,9
Trabajadores afectados
Convenios de empresa
Convenios de otro ámbito
1992
1993
1994
1995
1996
1997
1998*
1999**
15,0
85,0
13,5
86,5
13,6
86,4
13,7
86,3
13,1
86,9
11,9
88,1
11,9
88,1
11,1
88,9
* Datos provisionales por estar todavía abierto el registro de convenios.
** Convenios registrados hasta el 31 de marzo de 2000.
Fuente: MTAS, Estadística de Convenios Colectivos.
CUADRO II-21
CONVENIOS, EMPRESAS Y TRABAJADORES AFECTADOS,
POR ÁMBITO FUNCIONAL, 1999*
Ámbito funcional
Convenios
Empresas
Trabajadores
Convenios de empresa
– Provinciales
– Autonómicos
– Interautonómicos
2.776
2.440
99
237
2.776
2.440
99
237
790.479
381.990
44.147
364.342
Convenios de otro ámbito
– Grupo de empresas
Provinciales
Autonómicos
Interautonómicos
– Sector local-comarcal
– Sector provincial
– Sector interprovincial
Autonómicos
Interautonómicos
– Sector Nacional
1.098
52
36
3
13
21
924
43
41
2
58
892.026
183
106
25
52
39.246
664.617
40.494
40.164
330
147.486
6.992.368
35.986
7.952
1.239
26.795
113.048
3.983.674
463.121
456.516
6.605
2.396.539
Total
3.874
894.802
7.782.847
* Convenios registrados hasta el 31 de diciembre de 1999.
Fuente: MTAS, Estadística de Convenios Colectivos.
299
MEMORIA 1999
El ámbito estatal
agrupa al 31 por
100 de los
trabajadores
Los convenios sectoriales de ámbito nacional representaron en
1999 un 1,5 por 100, vinculando, no obstante, a casi el 31 por 100
de los trabajadores y al 16 por 100 de las empresas. De la información recogida en el cuadro II-22 se desprende una constante
ampliación de la cobertura de estos convenios nacionales. Además,
se debe tener en cuenta que a finales de 1999 todavía quedaban por
cerrar las negociaciones de un grupo significativo de convenios
sectoriales nacionales, aproximadamente 10 unidades, que afectarían
a cerca de 100.000 trabajadores.
CUADRO II-22
CONVENIOS DE SECTOR DE ÁMBITO PROVINCIAL
Y NACIONAL, 1992-1999
(Porcentajes sobre el total de convenios y sobre el total de trabajadores)
Convenios
Trabajadores
Años
Ámbito
provincial
Ámbito
nacional
Ámbito
provincial
Ámbito
nacional
1992
1993
1994
1995
1996
1997
1998*
1999**
24,1
25,2
25,3
24,0
22,8
23,3
24,5
23,9
1,4
1,3
1,5
1,6
1,5
1,6
1,7
1,5
54,8
55,1
54,7
55,3
51,9
51,9
53,1
51,2
25,1
21,6
24,3
27,1
27,4
30,7
31,1
30,8
* Datos provisionales.
** Convenios registrados al 31 de diciembre de 1999.
Fuente: MTAS, Estadística de Convenios Colectivos.
Los convenios colectivos interprovinciales de Comunidad
Autónoma continúan teniendo una escasa presencia en la negociación colectiva española: apenas superan el 1 por 100 del total.
Estos convenios encuentran su campo operativo diferenciado al
concretar su ámbito negociador, en gran parte, en relación a materias competencia de las respectivas Comunidades Autónomas.
Los convenios de
empresa pierden
plantilla
300
La plantilla media de trabajadores amparados por convenio de
empresa fue, en 1999, de 285. Esta cifra es superior en más de 30
trabajadores a la alcanzada en 1998, pero analizando la tendencia
MERCADO DE TRABAJO, RELACIONES LABORALES Y POLÍTICAS DE EMPLEO
de esta variable en los últimos años se aprecia un importante descenso. Así, la plantilla media de trabajadores afectados por convenio de empresa pasó de 392 trabajadores en 1987, 328 en 1992,
302 en 1995, a los citados 285 en 1999. Este dato hablaría de una
progresiva disminución de las plantillas bajo convenio las grandes
empresas, que son las que con mayor frecuencia pactan convenio
propio, y de la aparición por otra parte de unidades de negociación
empresarial de tamaño más reducido.
En los convenios de ámbito distinto al empresarial, la plantilla
media de las empresas sujetas a este tipo de convenio no alcanzó
en 1999 los ocho trabajadores.
A la vista de estos datos, cabe realizar alguna reflexión sobre la
estructura de la negociación colectiva en los últimos años, a la luz
de la reforma de la legislación laboral de 1994 y de los planteamientos que sobre esta materia propone el AINC.
En primer término, no se ha producido una alteración significativa de la estructura general de la negociación colectiva. Los convenios colectivos sectoriales, tanto nacionales como provinciales,
siguen sustentando el entramado convencional, con una clara diferenciación sectorial, en la que tiene un papel predominante, bien el
convenio colectivo sectorial estatal, en el menor número de casos,
bien las unidades provinciales.
En segundo término se detectan avances en una triple dirección:
de una parte, se están abriendo nuevos espacios de negociación a
nivel sectorial estatal22, en unos casos procediendo a regular actividades hasta el momento carentes de negociación en dicho ámbito
territorial, y en otros con el objetivo de sustituir a las Ordenanzas
Laborales ya derogadas; de otra parte, algunos convenios sectoriales han procedido, bien a realizar cambios en su estructura, bien a
profundizar en sus actividades23; y finalmente, se han suscrito
Avances en la
negociación
sectorial estatal
conocer con mayor precisión la cobertura real de la negociación colectiva.
22
Durante 1999 se han suscrito los siguientes nuevos convenios colectivos sectoriales estatales: Bebidas refrescantes, Concesionarios de cable de fibra óptica;
Exhibición Cinematográfica; Ferralla; Telemarketing; Despachos Técnicos
Tributarios; Tiendas de Conveniencia y Convenio Marco de Relaciones Laborales
de Puertos del Estado y Autoridades Portuarias.
23
Convenio para los Fabricantes de Yesos, Escayolas, Cales y sus prefabrica-
301
MEMORIA 1999
Acuerdos Colectivos sectoriales estatales con el objeto de regular
materias y condiciones de trabajo concretas, como en el sector del
Transporte Aéreo, que fija un nuevo sistema de clasificación profesional, o el convenio de Artes gráficas, manipulado de papel y cartón, que recoge el compromiso de adaptar el convenio a las nuevas
necesidades creadas en el sector, relativas a: estructura profesional,
estructura salarial, prevención de riesgos laborales, actividad representativa, empleo y producción.
Como se ha comentado anteriormente, también se están produciendo experiencias de negociación articulada, en las que, dependiendo de las características del sector en concreto, se ordena la
estructura contractual en dos niveles —estatal y de empresa o estatal y provincial— o en tres niveles. Las fórmulas de articulación
utilizadas reservan al nivel estatal determinadas materias con reenvío del resto a la regulación de niveles inferiores, o distribuyen las
competencias normadoras entre el nivel estatal y los inferiores con
estipulación de competencia residual de estos últimos, respecto de
aquellas materias no expresamente reguladas.
Al respecto, conviene recordar la gran variedad de ámbitos funcionales de negociación colectiva en España desde una perspectiva
sectorial, existiendo desde sectores o subsectores de actividad
mayoritariamente regulados por un convenio estatal, a sectores con
una importante fragmentación negocial, donde conviven convenios
provinciales, o de Comunidad Autónoma, con un gran número de
convenios de empresa.
3.2.2.3. Ámbito temporal
Más de la mitad —el 57 por 100— de la negociación colectiva
registrada durante 1999 corresponde a revisiones de convenios firmados en el año, o años anteriores, alcanzando al 53 por 100 de los
trabajadores afectados (cuadro II-23). Estos porcentajes reflejan
que la negociación colectiva de 1999 comenzó con una relevante
parte de la misma ya pactada en años precedentes.
Auge de los
convenios
plurianuales
302
Otro rasgo a destacar se refiere a la constatación de que cada
vez son más los convenios que se firman con una vigencia plurianual. Así, más de la mitad —el 61 por 100— de los firmados
MERCADO DE TRABAJO, RELACIONES LABORALES Y POLÍTICAS DE EMPLEO
CUADRO II-23
CONVENIOS COLECTIVOS SEGÚN ÁMBITO TEMPORAL, 1999*
(Número de convenios y de trabajadores y porcentajes sobre el total
en cada ámbito funcional)
Convenios
Ámbito funcional y temporal
Trabajadores
Número
Porcentaje
Número
Porcentaje
Total convenios
Firmados por un año
Firmados con vigencia
superior al año
Revisados
3.874
654
100,0
16,9
7.782.847
1.092.407
100,0
14,0
1.014
2.206
26,2
56,9
2.570.569
4.119.871
33,1
52,9
Convenio de empresa
Firmados por un año
Firmados con vigencia
superior al año
Revisados
2.776
468
100,0
16,8
790.479
66.937
100,0
8,5
713
1.595
25,7
57,5
294.288
429.254
37,2
54,3
Convenios de otro ámbito
Firmados por un año
Firmados con vigencia
superior al año
Revisados
1.098
186
100,0
16,9
6.992.368
1.025.470
100,0
14,6
301
611
27,4
55,7
2.276.281
3.690.617
32,6
52,8
* Convenios registrados hasta el 31 de diciembre de 1999.
Fuente: MTAS, Estadística de Convenios Colectivos.
en 1999 tienen una vigencia superior al año. Como ya se ha señalado en ediciones anteriores de esta Memoria, las razones que explicarían este hecho pueden responder a diversas circunstancias: la
vigencia plurianual puede contribuir tanto a los procesos de renovación productiva u organizativa de las empresas, como a la consolidación de nuevos contenidos incorporados a los convenios
asumiendo las últimas modificaciones normativas y los criterios
enunciados en los Acuerdos Interconfederales de abril de 1997. Al
mismo tiempo, el descenso de las tasas de inflación y su efecto
como indicador en la fijación de los incrementos salariales permite
una vigencia plurianual al eliminarse posibles incertidumbres en la
relación entre precios y salarios.
La proporción de convenios revisados es mayor en los convenios de empresa, un 57 por 100, que en los convenios de otro ámbi303
MEMORIA 1999
to, un 53 por 100, afectando a un porcentaje semejante de trabajadores en ambos ámbitos, un 53 por 100 en los de empresa y un 54
por 100 en los de otro ámbito.
En cuanto a los convenios firmados en 1999, un 60 por 100 de
los de empresa tiene vigencia plurianual, y un 62 por 100 de los
de otro ámbito, incorporando, respectivamente, a un 81 y a un 69
por 100 de trabajadores de los correspondientes ámbitos.
Como viene siendo habitual, casi todos (más del 90 por 100) los
convenios negociados en 1999 fijan su entrada en vigor coincidiendo con el año natural, lo que comporta, en un elevado número de
supuestos, la extensión de la vigencia temporal del convenio a sustituir más allá de su término inicial. Esta ultra-actividad tiene su
causa en dos circunstancias: en primer lugar, en el retraso en el inicio de las negociaciones del nuevo convenio, y en segundo término
en la duración del propio proceso de negociación. Ambas circunstancias suponen que desde la fecha de terminación del antiguo
acuerdo y la fecha de firma del nuevo transcurren normalmente
entre tres y cinco meses.
3.2.2.4. Ámbito territorial
Este apartado se propone una aproximación a la diferente
incidencia que tiene la negociación colectiva en las distintas
Comunidades Autónomas, analizando su volumen y grado de concentración o dispersión. No obstante, se debe advertir que dicho
análisis queda condicionado por el desconocimiento de la incidencia de los convenios de ámbito superior a la Comunidad Autónoma
en cada uno de ellos.
Como se observa en el cuadro II-24, a 31 de diciembre de
1999 la Comunidad Autónoma con mayor número de convenios
es Cataluña, seguida de Andalucía, País Vasco, Castilla y León y
Comunidad Valenciana, orden que, salvo cambio de lugar entre
estas Comunidades, no difiere del que se viene observando en los
últimos años, con la única salvedad de la ausencia de Madrid en
los primeros lugares.
304
MERCADO DE TRABAJO, RELACIONES LABORALES Y POLÍTICAS DE EMPLEO
CUADRO II-24
NÚMERO DE CONVENIOS Y TRABAJADORES POR COMUNIDADES
AUTÓNOMAS, 1999*
Comunidad Autónoma
Andalucía
Aragón
Asturias
Baleares
Canarias
Cantabria
Castilla-La Mancha
Castilla y León
Cataluña
Ceuta y Melilla
Comunidad Valenciana
Extremadura
Galicia
La Rioja
Madrid
Murcia
Navarra
País Vasco
Interautonómicos
Total
Convenios
Trabajadores
Convenios Trabajadores
Trab./
(%)
(%)
convenio
524
149
102
60
181
106
156
303
527
38
288
73
264
46
251
94
85
317
310
826.699
140.027
106.824
170.125
215.981
54.760
154.909
202.499
1.088.828
7.653
496.951
153.177
262.806
27.561
651.683
145.601
49.394
233.088
2.794.281
13,5
3,8
2,6
1,5
4,7
2,7
4,0
7,8
13,6
1,0
7,4
1,9
6,8
1,2
6,5
2,4
2,2
8,2
8,0
10,6
1,8
1,4
2,2
2,8
0,7
2,0
2,6
14,0
0,1
6,4
2,0
3,4
0,4
8,4
1,9
0,6
3,0
35,9
1.578
940
1.047
2.835
1.193
517
993
668
2.066
201
1.726
2.098
995
599
2.596
1.549
581
735
9.014
3.874
7.782.847
100,0
100,0
2.009
* Convenios registrados hasta el 31 de diciembre de 1999.
Fuente: MTAS, Estadística de Convenios Colectivos.
Atendiendo al número de trabajadores afectados, en primer
lugar se encuentra también Cataluña, seguida de Andalucía,
Madrid y Comunidad Valenciana.
Considerando el número medio de trabajadores por convenio, es
Baleares, con 2.835 trabajadores por convenio, la que ocupa el primer lugar, seguida de Madrid, Extremadura y Cataluña. A estos
efectos, la actividad económica predominante en cada zona geográfica, la mayor o menor articulación de la negociación, la actividad
sindical y la dimensión de la estructura empresarial, son factores de
especial incidencia.
305
MEMORIA 1999
Por otra parte, la negociación colectiva que supera el ámbito de
una Comunidad Autónoma supone un 8 por 100 del total de convenios y el 36 por 100 de trabajadores afectados, debido este último
dato al importante peso de los convenios de sector nacional en este
ámbito de negociación.
3.2.2.5. Convenios por sectores económicos
En los últimos años se observa una pérdida progresiva de la
negociación colectiva en el sector industrial, creciendo por el contrario el número de convenios en el sector servicios, extremo que
se corresponde con la propia evolución de la población asalariada
en la economía española. En todo caso los servicios y la industria
aportan la gran mayoría de los convenios, un 96 por 100 (cuadro
II-25), mientras el sector agrario y la construcción apenas suponen
el 3,5 por 100 del total.
En cuanto a trabajadores afectados, el sector servicios, con un
45 por 100, es el que concentra a un mayor número, en consonancia con su peso relativo en el volumen total de asalariados, destacando, sin embargo, el sector industrial con una proporción cercana
al 35 por 100, superior a la que el sector tiene por número de ocupados en la economía española. En ello influye una importante
implantación sindical con respecto a otros sectores y su tradición
negociadora.
CUADRO II-25
CONVENIOS COLECTIVOS POR SECTORES DE ACTIVIDAD, 1999*
(Número de convenios, empresas y trabajadores sobre el total en cada caso)
Convenios
Sectores
Agrario
Industria
Construcción
Servicios
Empresas
Número
Porcentaje
Número
Porcentaje
Número
Porcentaje
78
1.500
64
2.232
2,0
38,7
1,7
57,6
99.656
202.349
89.080
503.717
11,1
22,6
10,0
56,3
601.852
2.747.977
900.754
3.532.264
7,7
35,3
11,6
45,4
* Convenios registrados hasta el 31 de diciembre de 1999.
Fuente: MTAS, Estadística de Convenios Colectivos.
306
Trabajadores
MERCADO DE TRABAJO, RELACIONES LABORALES Y POLÍTICAS DE EMPLEO
En el sector agrario se ha producido un importante crecimiento
del colectivo laboral y de las empresas afectadas con respecto a
1998, un 20 y un 37 por 100, respectivamente, y en menor grado en
cuanto al número de convenios, un 15 por 100. El sector industrial,
la construcción y los servicios presentan crecimientos más moderados en las tres variables, en torno al 10 por 100.
El análisis de los datos muestra, por otra parte, la mayor dimensión de los convenios de construcción y agricultura, tanto si se
atiende al número de trabajadores promedio por convenio como al
de empresas afectadas, destacando en ambos la construcción. En
estos sectores se constata, por tanto, el importante peso de la negociación estatal y provincial en el caso de la construcción, y de los
convenios provinciales sectoriales en la agricultura.
Por el contrario, los convenios en la industria y los servicios tienen una afección mucho más reducida, debido fundamentalmente a
que la mayor parte de los convenios de empresa se negocian en
estos sectores.
3.2.2.6. Representación de los trabajadores
en la negociación colectiva
En la evaluación del grado de representación de los sindicatos
en las mesas negociadoras de los convenios que se ofrece (cuadros II-26 y II-27), se desglosa sólo para los sindicatos más representativos a nivel estatal, es decir, CCOO y UGT. En la rúbrica
“otros sindicatos” se incluye fundamentalmente a los representativos en el ámbito de Comunidad Autónoma (ELA-STV, CIG y
LAB), otros de ámbito estatal (USO, CGT) y sindicatos específicos de sector o de empresa, así como los de cuadros profesionales. Dentro del encabezamiento “grupos de trabajadores” están
los que han participado en la negociación sin representar a ningún
sindicato.
Procede señalar que en los datos existen solapamientos al intervenir, por lo general, varias centrales sindicales u otros representantes en la negociación de cada uno de los convenios. Por
consiguiente, el número de representantes en la negociación por cada
grupo, se tiene que interpretar en relación con el total de representantes en cada ámbito funcional considerado.
307
MEMORIA 1999
CUADRO II-26
COMPOSICIÓN DE LAS MESAS NEGOCIADORAS, POR
CONVENIOS, TRABAJADORES Y REPRESENTANTES, 1999*
Total convenios
Trabajadores
Afiliación
representantes
Convenios
CCOO
UGT
Otros sindicatos
Grupo de trabajadores
2.471
2.501
1.160
768
Número
%
Representantes
Número
%
8.289
8.032
3.321
2.012
38,3
37,1
15,3
9,3
7.422.318 95,4
7.526.463 96,7
2.509.932 32,3
161.429 2,1
* Convenios registrados hasta el 31 de diciembre de 1999.
Fuentes: MTAS, Estadística de Convenios Colectivos y Boletín de Estadísticas
Laborales.
CUADRO II-27
COMPOSICIÓN DE LAS MESAS NEGOCIADORAS, SEGÚN ÁMBITO
FUNCIONAL, 1999*
Convenios de empresa
Trabajadores
Afiliación
representantes
CCOO
UGT
Otros sindicatos
Grupo de trabajadores
Convenios de otro ámbito
Representantes
Número
de
convenios
Número
%
Número
1.502
1.528
827
739
675.970
681.510
554.242
108.098
85,5
86,2
70,1
13,7
4.956
4.773
2.465
1.907
Trabajadores
Representantes
%
Número
de
convenios
Número
%
Número
35,2
33,9
17,5
13,5
969
973
333
29
6.746.348
6.844.953
1.955.690
53.331
96,5
97,9
28,0
0,8
3.333
3.259
856
105
%
44,1
43,2
11,3
1,4
* Convenios registrados hasta el 31 de diciembre de 1999.
Fuentes: MTAS, Estadística de Convenios Colectivos y Boletín de Estadísticas Laborales.
La característica básica de la representación sindical en la negociación colectiva de 1999 es, como en años anteriores, la presencia
mayoritaria de los sindicatos más representativos a nivel estatal,
UGT y CCOO, en las mesas de negociación, en torno al 65 por
100, participación articulada bien mediante representantes directos
o por la participación de sus afiliados en las comisiones negociadoras a través de las representaciones unitarias, siendo, por otra parte,
los porcentajes de trabajadores afectados por estos convenios notablemente más elevados, el 97 por 100 en el caso de UGT y 95 por
100 en el de CCOO.
308
MERCADO DE TRABAJO, RELACIONES LABORALES Y POLÍTICAS DE EMPLEO
Es significativa, asimismo, la presencia, en relación con el porcentaje de trabajadores afectados, de “otros sindicatos”, tanto en
convenios de empresa, el 70 por 100, como en convenios de ámbito superior, el 28 por 100.
Por último, los representantes del “grupo de trabajadores” forman parte de las mesas negociadoras en un 20 por 100 de los convenios pactados en el año, que afectan, no obstante, apenas a un
2 por 100 del total de trabajadores cubiertos.
3.2.3. Contenido de la negociación colectiva
El análisis de los contenidos de la negociación colectiva que se
efectúa en este apartado se lleva a cabo sobre la base de las materias que tradicionalmente forman parte del clausulado de los convenios, así como de aquellas otras que, de forma progresiva, se van
incorporando a los mismos y que responden a un intento de mejora
del propio convenio como instrumento normativo que debe dar respuesta eficaz a los requerimientos actuales del marco de relaciones
laborales de las empresas y sectores.
3.2.3.1. Salarios
El examen de la negociación salarial en 1999 se abordará en dos
apartados. En el primero de ellos se tratarán los aspectos relativos a
los incrementos salariales, estudiándose en el segundo aquellos
aspectos más cualitativos en torno a las cuestiones relacionadas
con la remuneración y su estructura.
a) Incremento salarial
El incremento salarial medio pactado en los convenios registrados hasta el 31 de diciembre de 1999 fue de un 2,38 por 100, con
una diferencia de dos décimas entre los firmados en el año —un
2,49 por 100— y los que se pactaron en años anteriores con vigencia superior al año y que son de aplicación en 1999 —un 2,29 por
100—. En todo caso se constata la continuidad en la senda de
moderación de los últimos años (cuadro II-28). Con la incorporación de las cláusulas de salvaguarda por desviación de IPC computadas hasta el 31 de marzo de 2000, el incremento salarial medio
alcanzó el 2,44 por 100.
309
MEMORIA 1999
CUADRO II-28
AUMENTOS SALARIALES PACTADOS EN CONVENIOS,
1985-1999
(Porcentajes con incorporación de cláusulas de salvaguarda)
Años
1985
1986
1987
1988
1989
1990
1991
1992
1993
1994
1995
1996
1997
1998*
1999**
Aumento
salarial (1)
IPC real
(con cláusula (media anual)
de salvaguarda)
(2)
7,9
8,2
6,5
6,4
7,8
8,3
8,0
7,3
5,5
3,6
3,9
3,8
2,9
2,6
2,4
IPC previsto
(diciembre)
Ganancia
poder
adquisitivo
(1-2)
7,0
8,0
5,0
3,0
3,0
5,7
5,0
5,0
4,5
3,5
3,5
3,5
2,2
2,1
1,8
–0,9
–0,6
1,3
1,6
1,0
1,6
2,1
1,4
0,9
–1,1
–0,8
0,3
0,9
0,8
0,1
8,8
8,8
5,2
4,8
6,8
6,7
5,9
5,9
4,6
4,7
4,7
3,6
2,0
1,8
2,3
* Datos provisionales.
** Convenios registrados hasta el 31 de marzo de 2000.
Fuentes: MTAS, Estadística de Convenios Colectivos y Boletín de Estadísticas Laborales.
A lo largo de 1999 el incremento salarial medio anual ha tenido,
también, una fluctuación poco significativa, desde un mínimo de
un 2,21 por 100 registrado en el mes de enero a un máximo del
2,38 por 100 en diciembre. Con estos datos y a la vista de la tasa
interanual de inflación del año, un 2,3 por 100, la ganancia de
poder adquisitivo de los salarios se cifra en algo más de una décima de punto. Este incremento salarial es superior, asimismo, a la
previsión de inflación inicial para 1999, el 1,8 por 100, que referenció el inicio del proceso negociador, pero que fue claramente
inferior al resultado del IPC computado entre diciembre 1998 y
diciembre 1999, que alcanzó el 2,9 por 100.
Moderación en el
crecimiento de los
salarios
310
En todo caso, los datos obtenidos en 1999 confirman la tendencia de moderación en el incremento salarial pactado, ajustándose a
la evolución del IPC. Esta circunstancia se traduce en el año 1999
MERCADO DE TRABAJO, RELACIONES LABORALES Y POLÍTICAS DE EMPLEO
en que, en relación con 1998, se ha experimentado una disminución del incremento global medio de 0,2 puntos.
El crecimiento salarial medio pactado en convenios firmados
a lo largo de 1999 fue de un 2,77 por 100 y de un 2,43 por 100
en los convenios revisados en ese año. El porcentaje de aumento
salarial pactado en los firmados en el año es apreciablemente
menor en los convenios con vigencia únicamente para el mismo,
un 2,40 por 100, que en los de vigencia plurianual, un 3,15 por 100.
Contrariamente a lo ocurrido en 1998, han sido los convenios
firmados durante el año 1999 los que han impulsado una
mayor moderación en los crecimientos salariales. En 1998 los
convenios firmados en ese año tuvieron un crecimiento salarial
de un 2,93 por 100, frente a un 3,04 por 100 de los convenios
revisados.
En cuanto a la distribución según tramos (cuadro II-29), el 41
por 100 de convenios se concentra en el tramo de aumento salarial
comprendido entre el 1,81 por 100 y el 2,50 por 100, afectando al
CUADRO II-29
CONVENIOS, TRABAJADORES AFECTADOS Y AUMENTO
SALARIAL PACTADO POR ÁMBITO FUNCIONAL
Y TRAMOS DE AUMENTO SALARIAL, 1999*
Tramos de aumento
salarial
Total
Inferior al 1%
Convenios
Trabajadores
Aumento salarial
medio %
3.874
31
7.782.847
6.545
2,38
0,31
Del 1% al 1,49%
289
210.568
1,36
Del 1,50% al 1,79%
142
163.434
1,65
990
1.148.309
1,80
1.604
4.928.614
2,23
Igual al 1,80%
Del 1,81% al 2,50%
Del 2,51% al 3%
473
758.263
2,83
Del 3,01% al 3,50%
134
274.520
3,15
89
113.378
3,98
122
179.216
8,21
Del 3,51% al 4%
Superior al 4%
* Convenios registrados hasta el 31 de diciembre de 1999.
Fuente: MTAS, Estadística de Convenios Colectivos.
311
MEMORIA 1999
63 por 100 de trabajadores. Únicamente un 5 por 100 de los trabajadores vieron fijado su aumento salarial pactado en convenio por
debajo de la inflación prevista inicialmente por el Gobierno para
este año (1,8 por 100), y en el extremo opuesto un 17 por 100 de
trabajadores pactaron en sus convenios de referencia incrementos
superiores al 2,5 por 100. De lo expuesto se desprende un apreciable grado de homogeneidad a la hora de pactar los incrementos
salariales, rompiendo, en parte, la tendencia observada en los últimos años de una cierta dispersión en esta materia.
Dos cuestiones más a considerar sobre la negociación del
incremento salarial. En primer lugar, en cuanto al procedimiento
utilizado para su cálculo, continúan siendo mayoría los convenios que referencian el mismo sobre la inflación prevista por el
Gobierno para el correspondiente ejercicio económico. En
segundo término, la negociación se lleva a cabo, fundamentalmente, sobre el modelo de tablas salariales, con alguna incidencia, aproximadamente un 15 por 100, del modelo de negociación
sobre masa salarial bruta, en el caso de convenios sectoriales
nacionales.
Otras cuestiones
a la hora de
negociar el
incremento
salarial
Con independencia de lo expuesto, se detecta una cierta apertura a la incorporación de otras variables en el momento de
negociar los incrementos salariales, aspecto que tiene una mayor
repercusión en la negociación a nivel empresarial. Así, empieza
a ser habitual encontrar referencias a la productividad, resultados
económicos de las empresas, compromisos de estabilidad en la
contratación o generación de empleo, y mayor participación
de la representación de los trabajadores en decisiones organizativas o técnicas de las empresas.
A su vez, el colectivo de asalariados que integran las Administraciones Públicas vieron crecer sus emolumentos, en 1999, en
un 1,8 por 100, de acuerdo con la previsión de inflación para dicho
año.
En un 40 por 100 de convenios se incorporan cláusulas de
salvaguarda o de garantía salarial, afectando a un 64 por 100
de trabajadores. La inclusión de este tipo de cláusulas en convenio está sufriendo una continua caída en los últimos años, posiblemente debido a las bajas tasas de inflación en estos años, si
312
MERCADO DE TRABAJO, RELACIONES LABORALES Y POLÍTICAS DE EMPLEO
bien, en lo que respecta a trabajadores afectados por este tipo de
cláusulas, se aprecia un incremento porcentual significativo en
el último año, pasando del 53 por 100 al 64 por 100. La cláusula de
garantía salarial se incluye en un 36 por 100 de los convenios
de empresa, que afectan al 47 por 100 de trabajadores amparados
por este tipo de convenio. En el caso de convenios de ámbito
superior al empresarial, esta cláusula se encuentra en el 48 por
100 de convenios que representan al 66 por 100 de trabajadores
afectados.
En la mayor parte de los convenios la cláusula opera garantizando la actualización de la diferencia entre la previsión de
inflación tenida en cuenta al pactar el convenio y la inflación
real habida durante el año; ello ha motivado que la actuación
de esta cláusula se sitúe, en 1999, en términos globales, en el
1,85 por 100.
Un año más se llama la atención sobre la inexistencia de información estadística que recoja los efectos que las cláusulas de
inaplicación del régimen salarial —descuelgue—, obligatorias en
convenios sectoriales, han podido tener sobre el incremento real de
los salarios en la negociación colectiva del año.
Según el ámbito funcional de los convenios y en línea con lo
que viene siendo habitual, los convenios de empresa experimentaron un crecimiento salarial —un 2,07 por 100— inferior
a la media de los convenios de otro ámbito —un 2,42 por
100—. Sin embargo dentro de los convenios de ámbito supraempresarial (cuadro II-30) se producen diferencias importantes
en los aumentos salariales pactados. Dentro de estos convenios,
los de grupo de empresas tienen crecimientos salariales inferiores a los de empresa, mientras que los mayores crecimientos
salariales corresponden a los convenios de sector local-comarcal (con un incremento salarial sorprendente, el 6,51 por 100) y
sectoriales interprovinciales. Por otra parte, el crecimiento
salarial en convenios de sector provincial (que son los que
agrupan a un mayor número de trabajadores, un 51 por 100), y
sector nacional, apenas difiere, siendo, no obstante, superior en
estos últimos, circunstancia que altera una larga tradición de
mayores aumentos salariales en los convenios sectoriales provinciales.
El ámbito
empresarial
limita el
crecimiento
salarial
313
MEMORIA 1999
CUADRO II-30
CONVENIOS, TRABAJADORES AFECTADOS Y AUMENTO
SALARIAL PACTADO POR ÁMBITO FUNCIONAL
Y DE REGISTRO, 1999*
Ámbitos funcional
y de registro
Convenios
Trabajadores
Aumento salarial
%
Total
3.874
7.782.847
2,38
Ámbito funcional
Convenios de empresa
Provincial
Autonómicos
Interautonómicos
Convenios de otro ámbito
Grupo de empresas
Provincial
Autonómicos
Interautonómicos
Sector local-comarcal
Sector provincial
Sector interprovincial
Autonómicos
Interautonómicos
Sector Nacional
2.776
2.440
99
237
1.098
52
36
3
13
21
924
43
41
2
58
790.479
381.990
44.147
364.342
6.992.368
35.986
7.952
1.239
26.795
113.048
3.983.674
463.121
456.516
6.605
2.396.539
2,07
2,18
2,06
1,96
2,42
1,92
2,04
2,03
1,88
6,51
2,32
2,60
2,60
2,72
2,36
140
3.427
112.920
4.894.889
2,14
2,43
307
2.775.038
2,31
Ámbito de Registro
Direcciones Provinciales
Comunidades Autónomas
Dirección General
de Trabajo
* Convenios registrados hasta el 31 de diciembre de 1999.
Fuente: MTAS, Estadística de Convenios Colectivos.
El sector agrario
superó la media
del incremento
salarial
314
Por sectores de actividad (cuadro II-31) el mayor crecimiento
salarial, superando en un punto la media intersectorial, corresponde
a la agricultura, seguida de los servicios, siendo inferior a la media
el aumento de los salarios en la industria y la construcción y servicios. Estos resultados coinciden con los de los últimos cinco años,
en los que también la agricultura registró los mayores incrementos
salariales, con la salvedad de 1995, en que el mayor crecimiento
tuvo lugar en la industria. Esta evolución supone una tendencia al
acercamiento de los niveles salariales de los distintos sectores,
al crecer con mayor intensidad los salarios en aquellos sectores con
remuneraciones más bajas.
MERCADO DE TRABAJO, RELACIONES LABORALES Y POLÍTICAS DE EMPLEO
CUADRO II-31
CONVENIOS, EMPRESAS Y TRABAJADORES AFECTADOS Y AUMENTO
SALARIAL PACTADO POR SECTOR DE ACTIVIDAD, 1999*
Total convenios
Sectores de actividad
Total
Agrario
No Agrario
Industria
Construcción
Servicios
Convenios
Empresas
Trabajadores
Aumento salarial
%
3.874
894.802
7.782.847
2,38
78
99.656
601.852
3,37
3.796
1.500
64
2.232
795.146
202.349
89.080
503.717
7.180.995
2.747.977
900.754
3.532.264
2,30
2,24
2,30
2,35
* Convenios registrados hasta el 31 de diciembre de 1999.
Fuente: MTAS, Estadística de Convenios Colectivos.
Descendiendo a las ramas de actividad, destaca el importante
crecimiento salarial pactado en “Actividades asociativas, recreativas y culturales” —un 6,64 por 100 en el conjunto de estos convenios—, debido al considerable incremento acordado en convenios
colectivos supraempresariales en esta rama de actividad (un 7,97
por 100). Por el contrario, “Hogares que emplean personal doméstico”, con un 1,78 por 100, y “producción y distribución de electricidad, gas y agua”, con un 1,84 por 100, fueron las ramas que
pactaron menores aumentos salariales en 1999.
El análisis de aumentos salariales por Comunidades Autónomas
(cuadro II-32) muestra que en diez de ellas se superó la media, aunque con una escasa dispersión de resultados, en cuanto que la
Comunidad Autónoma con mayor crecimiento salarial pactado,
Baleares, rebasó dicha media en apenas 0,7 puntos. Los menores
incrementos salariales se produjeron en el País Vasco y Asturias.
Si se considera un horizonte temporal más amplio, el último decenio, se advierte que, al principio de la misma, los incrementos salariales más elevados tuvieron lugar en regiones con un menor grado de
industrialización y renta per cápita —como Castilla-La Mancha,
Extremadura y Galicia—, mientras que en los últimos años los mayores crecimientos corresponden a Comunidades más desarrolladas
Escasa
dispersión
salarial
315
MEMORIA 1999
CUADRO II-32
CONVENIOS AFECTADOS Y AUMENTO
SALARIAL PACTADO POR COMUNIDAD
AUTÓNOMA, 1999*
Total convenios
Comunidad Autónoma
Convenios
Aumento
salarial
(%)
Total
Andalucía
Aragón
Asturias
Baleares
Canarias
Cantabria
Castilla-La Mancha
Castilla y León
Cataluña
Comunidad Valenciana
Extremadura
Galicia
Madrid
Murcia
Navarra
País Vasco
Rioja (La)
Ceuta y Melilla
Interautonómicos
3.874
524
149
102
60
181
106
156
303
527
288
73
264
251
94
85
317
46
38
310
2,38
2,92
2,47
2,15
3,00
2,38
2,57
2,42
2,29
2,23
2,24
2,58
2,47
2,27
2,32
2,63
2,12
2,58
2,39
2,30
* Convenios registrados hasta el 31 de diciembre de 1999.
Fuente: MTAS, Estadística de Convenios Colectivos.
como Baleares, Navarra y La Rioja. En todo caso se debe insistir en
la escasa dispersión salarial que ha venido a caracterizar la negociación colectiva de los últimos años. Asimismo esta apreciación plantea dudas en relación a si efectivamente la formación y evolución de
los salarios en las distintas Comunidades Autónomas, se ajusta y
tiene en cuenta las diferencias regionales en las tasas de desempleo,
así como los diferenciales de productividad en cada ámbito territorial.
Atendiendo al tamaño de las empresas que negocian convenio
propio (cuadro II-33), el incremento salarial más elevado se produce
en aquellas que cuentan con una plantilla de entre 6 y 25 trabajadores, un 2,43 por 100, ofreciendo, por el contrario, los menores creci316
MERCADO DE TRABAJO, RELACIONES LABORALES Y POLÍTICAS DE EMPLEO
CUADRO II-33
CONVENIOS, TRABAJADORES AFECTADOS, JORNADA, DISMINUCIÓN
MEDIA Y AUMENTO SALARIAL POR TRAMOS DE NÚMERO
DE TRABAJADORES, 1999*
Tramos de número de trabajadores
Total
Convenios
Menos
de 6
De 6
a 25
De 26
a 50
De 51
a 100
De 101
a 250
De 251
a 500
Más
de 500
255
211
2.776
28
601
559
536
586
Trabajadores
790.479
110
9.440
20.955
39.827
95.770
Jornada media (horas/año)
1.719,15 1.764,00 1.757,17 1.743,93 1.738,39 1.740,17 1.726,69 1.711,07
88.326 536.051
Disminución media horas/año
4,12
5,42
9,03
6,38
8,04
5,40
6,71
2,99
Aumento salarial en %
2,07
1,78
2,43
2,36
2,28
2,27
2,21
1,98
* Convenios registrados hasta el 31 de diciembre de 1999.
Fuente: MTAS, Estadística de Convenios Colectivos.
mientos salariales las empresas situadas en los extremos por número
de trabajadores, es decir, en las empresas de menos de 6 trabajadores, que registraron un crecimiento salarial de un 1,78 por 100, y las
de más de 500 trabajadores con un aumento retributivo de un 1,98
por 100. En este sentido interesa señalar que hasta 1997 fueron las
empresas de menor dimensión, con plantilla por debajo de 25 trabajadores, las que pactaron aumentos salariales más altos, y los inferiores en las empresas de más de 500 trabajadores. De esta
evolución cabe deducir una cierta reducción de la dispersión salarial
entre las distintas empresas, aproximando los niveles salariales de
las pequeñas y medianas empresas a los de las grandes.
Relacionando crecimientos salariales con jornadas pactadas, se
acredita que en 1999 son los convenios con menor jornada, inferior
a 1.712 horas/año, los que alcanzan un mayor aumento salarial
—2,86 por 100— (cuadro II-34). El análisis de esta relación incrementos salariales-jornada pactada, en los últimos años, no permite
aventurar conclusión alguna dado su errático comportamiento, al
coincidir, según el año, crecimientos salariales más elevados con
jornada laboral pactada también más alta, frente a otros años en
que la relación se ha invertido. Los pactos que introducen mayor
grado de flexibilidad en la gestión y distribución de la jornada y el
horario de trabajo probablemente son más determinantes a la hora
de fijar el crecimiento de las remuneraciones.
317
MEMORIA 1999
CUADRO II-34
CONVENIOS, EMPRESAS, TRABAJADORES AFECTADOS, JORNADA
Y AUMENTO SALARIAL POR TRAMOS DE JORNADA PACTADA, 1999*
Tramos de jornada pactada (horas/año)
Total
Convenios
Trabajadores
Jornada media (horas/año)
Disminución media horas/año
Aumento salarial en %
Menos
de 1.712
De 1.712
a 1.758
De 1.759
a 1.803
De 1.804
a 1.825
Más de
1.826
3.874
754
587
1.440
342
751
894.802
15.825
22.645
599.927
120.467
135.938
7.782.847
541.328
680.421
5.231.340
662.238
667.520
1.767,68
1.566,16
1.733,75
1.779,96
1.811,47
1.826,00
2,38
2,86
2,17
2,41
2,20
2,20
* Convenios registrados hasta el 31 de diciembre de 1999.
Fuente: MTAS, Estadística de Convenios Colectivos.
Con independencia de la evolución salarial que ofrece la negociación colectiva, se considera de interés reseñar, aunque sea de forma
resumida, los resultados aportados por la Encuesta de Salarios (ESA)
del INE24.
De acuerdo con la ESA, la ganancia salarial media por trabajador y mes en 1999 (cuadro II-35) fue de 225.147 pesetas en pagos
totales. Este importe supone un incremento sobre el de 1998 de un
2,3 por 100, el mismo que el registrado en 1998.
Mínimo desajuste
entre incremento
pactado y
ganancia media
De esta forma, la diferencia entre incrementos salariales pactados en convenio colectivo y ganancia en 1999 arrojaría un deslizamiento salarial negativo de una décima de punto. Este
deslizamiento de carácter negativo habría que achacarlo fundamentalmente al crecimiento más intenso del empleo de trabajadores menos cualificados, así como al aumento del trabajo a tiempo
parcial.
24
El ámbito poblacional de la ESA comprende los trabajadores en centros de
cotización con cinco o más asalariados, sea cual sea su tipo de contrato. El ámbito
sectorial abarca las actividades de la C a la K, ambas inclusive, de la Clasificación
Nacional de Actividades Económicas de 1993. Excluye, por tanto, los sectores
agrario y pesquero, así como las ramas de Administración Pública, Defensa y
Seguridad Social, Educación, Sanidad, Servicios Sociales y prestados a la comunidad, Hogares que emplean personal doméstico y Organismos extraterritoriales.
318
MERCADO DE TRABAJO, RELACIONES LABORALES Y POLÍTICAS DE EMPLEO
CUADRO II-35
GANANCIA MEDIA POR TRABAJADOR Y MES, POR SECTORES
DE ACTIVIDAD, 1999
(Pagos totales en pesetas, media anual y porcentaje de variación sobre
el año anterior)
Resultados nacionales
Pesetas
Variación
Total
225.147
2,3
Industria
245.081
2,5
Construcción
193.671
3,8
Servicios
219.226
1,9
Fuente: INE, Encuesta de Salarios de la Industria y los Servicios.
En cinco Comunidades Autónomas las ganancias totales por trabajador y mes fueron, en 1999, superiores a la media nacional
(cuadro II-36). El País Vasco, probablemente por el peso del
empleo industrial en unidades de mayor tamaño, fue la Comunidad
con mayores ganancias por trabajador y mes, un 19,5 por 100 por
encima de la ganancia media española. Madrid, Asturias, Navarra y
Cataluña también obtuvieron en 1999 ganancias por encima de esa
media. Murcia, Extremadura y Canarias fueron, en el otro extremo,
las Comunidades donde los salarios fueron más bajos. Si se observa las tasas de crecimiento de las remuneraciones sobre el año
anterior, los incrementos más altos se producen en Galicia, Madrid
y Cataluña, con un 2,8, 2,7 y 2,6 por 100, respectivamente. Por
sectores de actividad, en pagos totales, el sector industrial acoge la
mayor ganancia media por trabajador y mes, siendo sin embargo
la construcción la que ha tenido un mayor crecimiento en esta
variable durante 1999, un 3,8 por 100.
b) Otras cuestiones relacionadas con el salario
Tras la reforma de la legislación laboral de 1994, el papel de la
negociación colectiva se ve reforzado por la propia Ley del
Estatuto de los Trabajadores (LET), que favorece una mayor diversificación salarial regida, preferentemente, en torno al convenio
colectivo, a la vez que el repliegue legislativo, por la derogación de
la normativa reglamentaria reguladora u ordenadora del salario,
propicia una mayor libertad a la autonomía colectiva para diseñar
la estructura salarial.
319
MEMORIA 1999
CUADRO II-36
GANANCIA MEDIA POR TRABAJADOR Y MES
POR COMUNIDAD AUTÓNOMA, 1999
(Pagos totales en pesetas, media anual, y porcentaje de variación sobre
el año anterior)
Comunidades Autónomas
Pesetas
Tasa
Andalucía
Aragón
Asturias
Baleares
Canarias
Cantabria
Castilla-La Mancha
Castilla y León
Cataluña
Comunidad Valenciana
Extremadura
Galicia
Madrid
Murcia
Navarra
País Vasco
La Rioja
206.663
224.859
241.031
204.441
188.791
223.339
189.711
218.664
231.939
201.253
184.234
196.073
260.679
176.111
242.157
269.136
207.307
1,9
0,8
1,7
1,5
2,4
0,9
1,2
2,0
2,6
2,2
1,2
2,8
2,7
1,8
2,5
1,9
2,3
Total
225.147
2,3
Fuente: INE, Encuesta de Salarios de la Industria y los Servicios.
Esta regulación se inscribe dentro del paradigma de flexibilidad
laboral introducido por la reforma señalada, que, simultáneamente,
desplaza la estructura de la negociación colectiva de niveles centralizados a unidades de negociación más próximas a la empresa.
Sin duda, se pone de manifiesto en la reforma de 1994 la insensibilidad del legislador hacia un modelo articulado redistribuidor
de los distintos niveles de negociación que garantice, a la vez,
igualdad y diferencia. En su lugar, la reforma favorece la diversidad salarial por efecto de una estructura atomizada, otorgando a
todos los convenios colectivos por igual una función reguladora,
excepto en lo referido a la inaplicación salarial.
Los desajustes que puede provocar la reforma laboral sobre la
estructura de la negociación colectiva tratan de ser paliados por el
320
MERCADO DE TRABAJO, RELACIONES LABORALES Y POLÍTICAS DE EMPLEO
Acuerdo Interconfederal para la Negociación Colectiva (AINC) de
1997 mediante una racionalización de la negociación basada en
una estructura articulada que trate de evitar los riesgos que para el
sistema de relaciones laborales puede producir la atomización.
En materia salarial, el AINC se decanta por un nivel centralizado sectorial para racionalizar la estructura salarial y concretar sus
componentes. Pero esta centralización es indicativa, en la medida
que dicho convenio estatal y sectorial remite a distintos ámbitos
(territoriales o de empresa) su cuantificación y concreción dentro de
la regulación salarial establecida, evitando la uniformidad y rigidez
que podría derivarse de una regulación centralizada.
La experiencia negociadora de ámbito estatal durante los años
1998-1999 pone de relieve que la mayoría de los convenios están
alejados de las reformas laborales de 1994 y 1997, en la medida
que no abordan una negociación articulada en materia salarial y
muchos siguen anclados en el establecimiento de tablas salariales.
Por lo demás, la flexibilidad que proporciona la regulación salarial
contrasta con un sistema salarial negociado que se fundamenta en
escasas novedades salariales.
b.1) Estructura salarial
• Las recomendaciones hechas por el AINC para articular entre las
distintas unidades de negociación los conceptos retributivos en
torno al “salario base y los complementos del mismo” no han
alcanzado el objetivo perseguido, fundamentalmente en la
negociación sectorial estatal, si bien se va abriendo paso en algunos convenios la articulación de la negociación colectiva distribuyendo las materias objeto de negociación en sus distintos niveles.
La estructura salarial de los convenios sigue descansando
mayoritariamente sobre el modelo de tablas salariales en
torno a categorías, niveles o grupos profesionales que comprenden distintos conceptos: el salario base, todas o algunas
percepciones económicas de carácter salarial, como pueden
ser complementos salariales o pagas extraordinarias, o se
establecen distintas tablas para distintos conceptos salariales.
El modelo de masa salarial bruta tiene presencia en la negociación sectorial, si bien con carácter minoritario.
Mínimos cambios
en la estructura
salarial
321
MEMORIA 1999
En cuanto al salario base, la generalidad de los convenios
establece su cuantía según el tiempo o jornada de trabajo en
sus distintas variables, predominando a estos efectos el salario-día y el salario-mes, siendo menores las referencias al
salario-año o salario-hora, con las implicaciones que ello
puede comportar para el cálculo de retribuciones del trabajo a
tiempo parcial o el realizado bajo determinadas modalidades
de contratación temporal.
El salario base se sigue utilizando como elemento de cálculo
de determinados complementos salariales, fundamentalmente
la antigüedad, perdiendo gradualmente importancia como
modelo de fijación de otros complementos, especialmente de
los no personales.
Por lo que se refiere a los complementos salariales, su configuración y características vienen dadas por la especificidad propia
del sector económico o la rama de producción, así como por la
estructura organizativa de la empresa. Existe una amplia regulación de complementos salariales pero con criterios asistemáticos.
• Los complementos personales siguen vinculados, principalmente, a la antigüedad o promoción profesional.
Pese a los cambios introducidos por la Ley 11/1994 en el artículo 25 ET, que con una clara voluntad tácita se orientan a restar
importancia al complemento de antigüedad en la estructura
salarial, aún es perceptible en la negociación colectiva una significativa presencia de este complemento, aunque su utilización
es cada vez más decreciente. Se actúa ya en línea con la tendencia a la progresiva eliminación, que propiciara la reforma laboral de 1994 y que mantiene en términos equivalentes el
Acuerdo Interconfederal para la Cobertura de Vacíos (AICV),
con el propósito de superar las diferencias retributivas justificadas sólo en el factor temporal de permanencia, y de configurar
una partida salarial vinculada a la calidad y cantidad de trabajo
y al aporte personal del trabajador al proceso productivo.
Evolución en el
tratamiento de la
antigüedad
322
A pesar de ello, deben consignarse algunos avances en la
reducción de costes por esta partida en la propia determinación clásica del complemento por antigüedad. Las fórmulas
MERCADO DE TRABAJO, RELACIONES LABORALES Y POLÍTICAS DE EMPLEO
escogidas para la contención del alcance económico del complemento son, de un lado, el establecimiento de unos topes
más reducidos en los incrementos de antigüedad, y de otro, la
congelación del módulo base del complemento. Lo primero
supone una rebaja de los porcentajes máximos que, en función
de la antigüedad en la empresa, imponía el artículo 25.2 ET,
o de cualesquiera otros inferiores fijados en el convenio
colectivo, de forma que las cuantías máximas que eventualmente se pueden llegar a percibir se sitúan por debajo de las
previsiones del sistema anterior.
La segunda fórmula que han seguido algunos convenios consiste en no revisar la cuantía del módulo que anteriormente se
venía percibiendo, sin perjuicio de mantener su natural
evolución. El módulo o cuantía mínima que sirve para la aplicación del porcentaje correspondiente queda así congelado,
pero sin que ello afecte a la generación de nuevos tramos.
No obstante, y aun cuando el modelo predominante sigue
siendo el tradicional, se abren paso —como se ha apuntado
anteriormente— en la negociación colectiva tratamientos
innovadores que ofrecen un acercamiento de la regulación del
complemento a su valoración actual, guardando una coherencia jurídico-política con las previsiones del artículo 25 ET y
apto. 1, artículo 11 AICV. Las distintas propuestas acogidas
por la negociación colectiva son susceptibles de sistematización en torno a dos criterios: de un lado, la supresión del
complemento; y, de otro, la transformación en complementos
de naturaleza distinta, más relacionados con las capacidades
del trabajador.
Los convenios que han optado por suprimir el complemento
han venido respetando los derechos adquiridos de los trabajadores que con anterioridad lo venían percibiendo, a través de
fórmulas diversas según se apliquen o no cláusulas de absorción y compensación sobre dicho complemento o se prevea
su actualización o congelación.
• Las regulaciones convencionales de los complementos de
puesto de trabajo continúan referenciando la nomenclatura
de la derogada normativa reglamentaria sobre ordenación del
323
MEMORIA 1999
salario. Estos complementos contemplan, fundamentalmente,
los pluses de toxicidad, penosidad, peligrosidad o trabajo
nocturno, retribuyéndose, por tanto, las especiales circunstancias de la prestación laboral.
La presencia de estos complementos sigue siendo relevante en
la negociación colectiva, con mayor intensidad en la empresarial, más del 50 por 100 de los convenios, que en la sectorial
nacional o provincial, un 40 y un 25 por 100, respectivamente.
• En los complementos ligados al trabajo realizado se integran,
habitualmente, los complementos de cantidad o calidad de trabajo que regulan distintos incentivos, primas, destajos y comisiones. Como ocurre con los complementos de puesto de trabajo, se
continúan arrastrando regulaciones de las derogadas Ordenanzas
Laborales y de la normativa reglamentaria sobre ordenación
del trabajo, aunque cada vez es más relevante el porcentaje de
convenios que realmente objetivan el mayor o mejor trabajo.
Retribución
variable: tímidos
avances
• Los planteamientos negociales que contemplan la distribución del salario base en una parte fija y en otra variable son
ciertamente escasos, aunque se están produciendo avances en
este sentido.
La máxima flexibilidad salarial del actual marco normativo
que regula el salario se encuentra en la estructura salarial
basada en la existencia de una retribución fija, que puede
coincidir con el salario base, y una retribución variable en
función de distintos factores.
A estos efectos, la retribución variable puede vincularse, tal
como se prevé en el artículo 26.3 LET, a la situación y resultados de la empresa, de modo que el establecimiento y cálculo de este tipo de complementos salariales se remite a la
negociación colectiva o, en su defecto, al pacto individual.
La relevancia de la parte variable del salario en el conjunto
de la retribución del trabajador es reducida. En este sentido,
cabría estimar que oscila entre el 10 y el 20 por 100 del total
de la ganancia media dependiendo de la posición del trabajador en la estructura jerárquica y funcional de la empresa.
324
MERCADO DE TRABAJO, RELACIONES LABORALES Y POLÍTICAS DE EMPLEO
• En materia de horas extraordinarias habituales los convenios
colectivos presentan diferentes soluciones. La más radical
consiste en la supresión de este tipo de horas. Algunos establecen una reducción de las horas extraordinarias por debajo
del límite legal. Otros, en cambio, recomiendan su no realización o propugnan su eliminación, bien mediante la mejora de
la organización del trabajo, bien recurriendo a nuevas contrataciones. En el polo opuesto, hay convenios colectivos que no
limitan su realización acogiendo, por tanto, el máximo legal
anual de 80 horas, aunque su realización se establece con
carácter voluntario.
Horas
extraordinarias:
pocas novedades
La retribución de la horas extraordinarias se fija habitualmente mediante el establecimiento de una cantidad a tanto alzado,
con previsiones de compensación por tiempo equivalente de
descanso acordado, generalmente, a nivel individual.
Igualmente, suelen regularse las denominadas horas extraordinarias por fuerza mayor, para las que se mantiene su
carácter obligatorio, así como las “estructurales”, que son
definidas, en ocasiones, en función de las circunstancias propias de la actividad del sector o rama de producción al que se
aplica el convenio. Estas horas estructurales se configuran
con carácter obligatorio si se produce la situación que justifica su realización, operando en su realización el límite máximo legal, aunque también se predica su carácter voluntario.
No obstante, se introducen algunas limitaciones, de carácter
cuantitativo, en la medida que se rebaja el límite legal anual o
se limita su realización diaria o mensual. Otras cláusulas, en
cambio, condicionan su realización a la imposibilidad de sustituirse por la utilización de alguna de las modalidades de
contratación laboral.
b.2) Salario mínimo de convenio
Constituye una práctica, si no generalizada, sí al menos bastante
frecuente, el establecimiento a través de la negociación colectiva
de un salario mínimo aplicable a los trabajadores incluidos en el
ámbito de aplicación del convenio. Este salario mínimo, superior
al mínimo interprofesional, que es el fijado anualmente por el
Gobierno y que determina el “umbral” de contratación para cual325
MEMORIA 1999
quier actividad, suele concretarse unas veces en una única cuantía y
otras en varias, en función del grupo profesional.
La negociación colectiva de 1999 ha recogido en su clausulado
este salario mínimo en un 19 por 100 de los convenios registrados
en el año, afectando a un 27 por 100 de trabajadores cubiertos.
b.3) Posibilidades de descuelgue salarial
• El régimen de inaplicación salarial, regulado por los artículos
82.3 y 85.2.c) ET, como mecanismo de adaptación de las
condiciones económicas del convenio colectivo del sector a
la concreta situación económica de la empresa en crisis, está
ya bastante consolidado dentro de la práctica negocial. No
obstante, existe todavía un número significativo de convenios
supraempresariales que no hacen referencia alguna a esta
cuestión.
Regulación en
torno a tres
módulos
• Tomando como referencia el mayor o menor carácter centralizado en la determinación del descuelgue, las regulaciones convencionales pueden ser sistematizadas en torno a
tres modelos. Por una parte, el modelo “centralista”, que
habilita en exclusiva a la Comisión Paritaria del convenio
colectivo supraempresarial para la decisión de inaplicación
o aplicación parcial del régimen salarial convencional. En la
negociación empresarial, habitualmente, se permite recurrir
la decisión adoptada por la Comisión Paritaria, sustanciándose a través de la vía del arbitraje o acudiendo al sistema
de solución extrajudicial de conflictos.
Otro modelo, con un propósito más racionalizador remite la
inaplicación salarial al acuerdo entre la empresa y los representantes de los trabajadores, previendo la actuación de la
Comisión Paritaria como vía subsidiaria.
Por último, un número reducido de convenios atribuye la
decisión del descuelgue a instancias inferiores, es decir, a
la negociación entre la empresa y los representantes de los
trabajadores, confiriendo a la Comisión Paritaria únicamente
una competencia informativa o consultiva.
326
MERCADO DE TRABAJO, RELACIONES LABORALES Y POLÍTICAS DE EMPLEO
• Por lo que hace a la regulación concreta de los requisitos de
fondo y forma de la cláusula de descuelgue, la práctica negocial exhibe una cierta diversidad, en consonancia con el espacio de discrecionalidad reconocido por el legislador a los
sujetos negociadores de los convenios supraempresariales.
Requisitos de
fondo y forma
La práctica más común es exigir unos presupuestos de operatividad del descuelgue, facultando a las distintas instancias u
órganos de decisión la concreción y verificación de los requisitos de fondo y de forma de los que depende, tendiéndose a
configurar con bastante amplitud las causas o circunstancias de
hecho justificativas del descuelgue.
Con carácter minoritario algunos convenios colectivos, desde
una posición restrictiva, no reconocen margen de maniobra a
los encargados de aplicar el descuelgue, al concretar el presupuesto habilitante, fijando, asimismo, el régimen salarial resultante, de forma que la inaplicación se convierte en un acto
automático, dependiente exclusivamente de la voluntad del
empresario y de la acreditación fehaciente de la causa alegada.
• En cuanto al contenido de la cláusula, la generalidad de los
convenios establecen los elementos de configuración sustantiva y procedimental. En casi todos se hace referencia a la
valoración de la situación económica de la empresa, la acreditación fehaciente de la causa de inaplicación, la identificación del sujeto encargado de decidir el descuelgue, el
mecanismo para resolver las discrepancias, y el ámbito material de aplicación del descuelgue. Otra característica bastante
común es la entera atribución procedimental del descuelgue a
los órganos decisorios, desde la capacidad para decidir la
aplicación, hasta la determinación del nuevo régimen salarial.
Contenidos de la
cláusula
• La mayoría de los convenios precisa, con cierta concreción,
la autorización del descuelgue, estableciendo como criterio la
situación de déficit o pérdidas de ejercicios anteriores, con
exigencias adicionales, en algún caso, como el que se prevea
la continuidad del déficit o pérdidas en el ejercicio en curso.
En otros casos la delimitación de la circunstancia habilitante
carece de precisión al remitirse a la previsión legal o recu327
MEMORIA 1999
rriéndose a redacciones ambiguas tales como “circunstancias
que pongan en peligro el mantenimiento del empleo”, o razones económico-financieras que impiden hacer frente a los
incrementos salariales pactados.
• En cuanto a la exigencia documental acreditativa de la situación de inestabilidad económica de la empresa, la falta de
homogeneidad es la pauta común en la negociación colectiva;
no obstante predominan a estos efectos ciertos documentos,
de alguna manera coincidentes con los que en otra época
pasada establecía el AMI para el descuelgue. Se trata del
balance, cuenta de resultados e informes de auditorías o censores de cuentas.
Un número significativo de convenios ciñe la posibilidad del
descuelgue al incremento salarial previsto en el propio convenio colectivo; ahora bien, caben distintas posibilidades que
los propios convenios colectivos suelen prever: desde la inaplicación total, que es lo habitual, a establecer un sistema de
aplicación parcial, que a veces se limita cuantitativamente al
monto total de las pérdidas que haya sufrido la empresa, o
incluso, en otros supuestos, se fija directamente el alcance de
la nueva cuantía.
Por último, interesa observar que algunos convenios colectivos
establecen la obligación de dejar de aplicar el descuelgue; dicho
de otra manera, de restituir a los trabajadores a la situación normal del convenio, si las condiciones económicas mejoran.
b.4) Formas y modalidades de retribución en especie
La práctica convencional, al menos a nivel nacional, se muestra
poco proclive a la utilización de esta fórmula retributiva, que sigue
perdiendo importancia. Son verdaderamente poco significativos los
convenios de ámbito estatal que incluyen dentro de la estructura
salarial partidas formadas por bienes, derechos, utilidades o servicios, esto es, contraprestaciones distintas del dinero.
Como expresión de las mismas se pueden considerar la asignación con carácter gratuito de vivienda, de ciertos bienes o servicios
producidos por la empresa, ayudas a la manutención, etc.
328
MERCADO DE TRABAJO, RELACIONES LABORALES Y POLÍTICAS DE EMPLEO
Otro rasgo que se aprecia es la tendencia a su supresión y
transformación en un nuevo complemento salarial de naturaleza
dineraria.
En la negociación empresarial, cada vez tiene más presencia el
establecimiento de beneficios complementarios desvinculados del
trabajo y que encuentran justificación, bien en razones de eficiencia en el trabajo, bien en el propósito de eludir la presión fiscal, o
bien en otras finalidades más loables como la de mejorar la acción
protectora de la Seguridad Social. Ganan terreno en este sentido
ciertas contraprestaciones o beneficios, otorgados a los trabajadores, tales como préstamos sin interés o con tipos de interés inferior
al legal, seguros de vida, derechos de imagen de los profesionales
del deporte, contribuciones a los planes de pensiones, vacaciones,
acceso gratuito a ciertas instalaciones, ayuda escolar, abono de
matrículas de estudio, etc., que técnicamente resultan bastante difíciles de catalogar.
Finalmente, se pueden señalar otros beneficios complementarios que poseen una naturaleza extrasalarial. Es el caso de ciertos
cursos formativos, organizados o financiados por la empresa, y de
las ayudas para estudios.
3.2.3.2. Tiempo de trabajo
a) Jornada
La evolución de la jornada en los últimos años (cuadro II-37)
muestra una tendencia de progresiva disminución que se quiebra en
1995, invirtiéndose hasta 1998, en que vuelve a disminuir.
En 1999, y según datos provisionales correspondientes a los
convenios registrados hasta el 31 de diciembre, la jornada anual
pactada ha ascendido a 1.767,7 horas/año, equivalente a 38,7
horas a la semana25. No obstante debe señalarse que conforme al
25
El procedimiento utilizado para convertir las horas anuales en semanales
sigue habitualmente la fórmula empleada en el Acuerdo Interprofesional de 1983:
JS = JA * 6/AT, siendo JA la jornada anual, JS la jornada semanal y AT los días
de trabajo al año, en este caso 274 (365 – 30 días de vacaciones – 13 días festivos – 48 domingos).
329
MEMORIA 1999
CUADRO II-37
JORNADA PACTADA EN CONVENIOS COLECTIVOS, 1989-1999
(Horas anuales)
Años
Jornada anual
Variación núm. horas
1989
1990
1991
1992
1993
1994
1995
1996
1997
1998
1999*
1.772,2
1.769,7
1.768,0
1.766,6
1.763,5
1.763,4
1.765,9
1.767,5
1.767,8
1.766,0
1.767,7
–6,6
–2,5
–1,7
–1,4
–3,1
–0,1
2,5
1,6
0,3
–1,8
1,7
* Convenios registrados hasta el 31 de diciembre de 1999.
Fuente: MTAS, Estadística de Convenios Colectivos.
registro de convenios a 31 de marzo de 2000, la jornada media
pactada en los convenios con inicio de efectos económicos en
1999 se fija en 1.765 horas al año, lo que representa un descenso
de 2 horas sobre la de 1998. Este descenso es imputable, fundamentalmente, a los convenios sectoriales, que bajan su jornada
media, con respecto al año anterior, en 2,2 horas.
El 25 por 100 de
los convenios
reducen su
jornada
Prácticamente el 25 por 100 de los convenios de 1999 redujeron su jornada laboral. En este sentido, el 29 por 100 de los convenios supraempresariales y el 23 por 100 de los de empresa
pactaron jornadas inferiores a las acordadas en 1998. El número
de trabajadores que vieron disminuir su jornada laboral ascendió
al 32 por 100 del colectivo amparado por la negociación colectiva
del año.
Por tramos de jornada (cuadro II-38), el 67 por 100 de los
trabajadores cubiertos por la negociación colectiva del año tienen una jornada entre 1.759 y 1.803 horas/año. En los extremos,
para un 7 por 100 de trabajadores la jornada es inferior a 1.712
horas al año, y es de más de 1.826 horas para un 9 por 100 de asalariados.
330
MERCADO DE TRABAJO, RELACIONES LABORALES Y POLÍTICAS DE EMPLEO
CUADRO II-38
CONVENIOS, EMPRESAS, TRABAJADORES AFECTADOS Y JORNADA SEGÚN
TRAMO DE JORNADA PACTADA, 1999*
Tramos de jornada pactada (horas/año)
Total
Convenios
Empresas
Trabajadores
Jornada media (horas/año)
3.874
Menos
de 1.712
754
De 1.712
a 1.758
587
De 1.759
a 1.803
De 1.804
a 1.825
1.440
342
1.826 y
más
751
894.802
15.825
22.645
599.927
120.467
135.938
7.782.847
541.328
680.421
5.231.340
662.238
667.520
1.767,7
1.566,2
1.733,8
1.780,0
1.811,5
1.826,0
* Convenios registrados hasta el 31 de diciembre de 1999.
Fuente: MTAS, Estadística de Convenios Colectivos.
Atendiendo a la vigencia de los convenios, los firmados en
1999 con vigencia únicamente para dicho año fueron los que pactaron jornadas más altas, 1.773 horas al año mientras que los firmados en el año con vigencia plurianual fijaron su jornada en 1.769
horas. La menor jornada se registra en los convenios revisados,
1.765 horas/año.
Los convenios sectoriales (gráfico II-24), como viene siendo
tradicional, han establecido una jornada superior, 1.773 horas y 10
minutos, a la pactada en los convenios de empresa, 1.719 y 9 minutos, produciéndose, en ambos supuestos, un descenso horario con
respecto a 1998, más acusado en los convenios de empresa. No
obstante, debe advertirse que se trata de datos provisionales (convenios registrados hasta el 31 de diciembre de 1999), por lo que
pueden producirse variaciones cuando se complete el registro de
convenios de 1999.
En los convenios de empresa, la jornada pactada presenta una
clara tendencia según sea el tamaño de la plantilla. Así, cuanto
mayor es ésta, menor es la jornada laboral pactada (salvo el
tramo comprendido entre 51 a 100 trabajadores): 1.711 horas en
empresas de más de 500 trabajadores; 1.727 horas en empresas
entre 251 y 500 trabajadores; 1.740 horas en las de 101 a 250
trabajadores; 1.738 horas en las de 51 a 100 trabajadores; 1.744
horas en las de 26 a 50 trabajadores; 1.757 en las de 6 a 25 traba331
MEMORIA 1999
GRÁFICO II-24
JORNADA LABORAL PACTADA EN CONVENIOS SEGÚN ÁMBITO FUNCIONAL,
1995-1999
(Horas anuales)
1.820
1.800
1.780
1.760
1.740
1.720
1.700
1.680
Total
Empresa
1999*
1998
1997
1996
1995
1994
1993
1992
1991
1990
1989
1988
1987
1986
1985
1.660
Otro ámbito
* Para 1999, convenios registrados hasta 31 de diciembre de 1999.
Fuente: MTAS, Estadística de Convenios Colectivos.
jadores, y 1.764 en las de menos de 6 trabajadores. Los descensos más acusados se producen en las empresas de 26 a 50 trabajadores y de 51 a 100 trabajadores, que pactaron una reducción
de 11 horas respecto a 1998.
La horquilla
de dispersión
sectorial se reduce
332
El análisis sectorial de la jornada pactada pone de manifiesto
un progresivo acercamiento a la media de todos los sectores, reduciéndose la jornada en el sector agrario, industrial y construcción e
incrementándose en el sector servicios. La dispersión entre sectores se sitúa, en 1999, en 12 horas y 10 minutos anuales. Este
aspecto refleja que pese a que las tendencias flexibilizadoras
pudieran tener como consecuencia un incremento en la dispersión
para adaptar las jornadas a las condiciones de productividad de
cada sector, lo que se percibe es que el conjunto de convenios
colectivos tiende a acercarse a la jornada laboral media. En el sec-
MERCADO DE TRABAJO, RELACIONES LABORALES Y POLÍTICAS DE EMPLEO
tor construcción se acordó una jornada máxima que, como media
ponderada, se situó en 1999 en 1.761 horas con 40 minutos. A
continuación se situaría el sector servicios con 1.764 horas y 44
minutos y el agrario con 1.769 horas y 28 minutos. Por su parte, el
sector industrial acordó una jornada máxima que se eleva a 1.773
horas con 10 minutos.
Descendiendo a los análisis por sectores y ramas de actividad,
se aprecia que la jornada máxima pactada en los convenios colectivos muestra una dispersión muy superior en el sector servicios que
en el industrial, con desviación que supera las 160 horas en el primero de ellos, reafirmando una tendencia ya observada en otros
países de nuestro entorno.
Conforme a la Encuesta de Coyuntura Laboral26 (ECL) del
Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales, la jornada media efectiva por trabajador a tiempo completo en cómputo anual27 fue de
1.772 horas, es decir, 2 horas y 11 minutos mas que la registrada
por la citada encuesta en los doce meses anteriores —explicándose por la caída de horas no trabajadas por diferentes motivos—,
y 4 horas y 20 minutos superior a la pactada en la negociación
colectiva de 1999.
La jornada media efectiva28 por trabajador a tiempo parcial se
elevó, según la ECL, a 1.001 horas y 24 minutos, confirmando la
tendencia observada en los últimos años de crecimiento de horas
trabajadas por este colectivo. Al respecto, cabe señalar que las últimas modificaciones del régimen jurídico del contrato a tiempo parcial han producido una constante elevación de la jornada media
realizada bajo esta modalidad contractual.
26
Los datos de la Encuesta de Coyuntura Laboral excluyen de su ámbito a las
empresas de menos de 5 trabajadores, así como el sector agrario y Administración
Pública, Defensa y Seguridad Social obligatoria, organismos extraterritoriales y
organizaciones religiosas, del sector servicios.
27
4.° trimestre de 1998 y 1.°, 2.° y 3.° de 1999.
28
Para el cálculo de la jornada media efectiva se tienen en cuenta las horas
anuales pactadas (por convenio colectivo o acuerdo empresa-trabajador) o jornada
que teóricamente está previsto realizar y horas extraordinarias realizadas, restándose las no trabajadas por diferentes motivos, excepto las no realizadas por razones
técnicas.
333
MEMORIA 1999
CUADRO II-39
HORAS EXTRAORDINARIAS REALIZADAS, 1992-1999
(Promedios anuales)
Años
Total horas (miles)
1992
1993
1994
1995
1996
1997
1998
1999*
64.399,4
49.966,9
53.606,1
57.770,2
64.550,2
71.740,2
67.105,4
57.639,7
Horas por trabajador Horas por trabajador
que las ha realizado
a tiempo completo
98,4
95,1
95,9
100,6
107,7
124,7
108,5
103,3
10,5
8,8
9,7
10,3
11,5
9,7
8,5
7,0
* 4.º trimestre de 1998 y 1.º, 2.º y 3.º de 1999.
Fuente: MTAS, Encuesta de Coyuntura Laboral.
Baja el número
de horas
extraordinarias
Por lo que respecta a las horas extraordinarias (cuadro II-39),
por segundo año consecutivo se produce tanto una caída del número total de las realizadas en el año, como de las variables “horas
por trabajador que las ha realizado” y “horas por trabajador a tiempo completo”. Las razones de este descenso podrían explicarse por
diversas causas: como motivo principal cabría pensar en la sustitución de las horas extraordinarias por nuevas contrataciones, en sus
distintas modalidades, en base a las previsiones empresariales
favorables. En segundo lugar, el encarecimiento de las horas extraordinarias estructurales, producido en 1998, podría también haber
tenido un efecto reductor en la utilización de tales horas.
Por otra parte, la remuneración de la hora extraordinaria según
la ESA, referida al tercer trimestre de 1999 (cuadro II-40), se elevó
a 1.614 pesetas/hora, disminuyendo en un 4 por 100 respecto a la
del cuarto trimestre de 1998. La mayor retribución de la hora extraordinaria respecto a la ordinaria se situó en un 15 por 100.
Atendiendo a la ganancia media por hora trabajada por sectores
de actividad, es el sector industrial el que presenta un mayor porcentaje de incremento de la remuneración por hora extraordinaria
en relación con la hora trabajada en jornada normal. Por el contrario, en el sector servicios la retribución de la hora extraordinaria es
inferior a la hora trabajada en jornada normal, lo que hace suponer
334
MERCADO DE TRABAJO, RELACIONES LABORALES Y POLÍTICAS DE EMPLEO
CUADRO II-40
GANANCIA MEDIA POR HORA TRABAJADA. PAGOS ORDINARIOS
EN JORNADA NORMAL Y EXTRAORDINARIA POR SECTORES
DE ACTIVIDAD Y CATEGORÍA, 1999
(Pesetas por hora y porcentajes de la hora extraordinaria sobre la normal, tercer trimestre)
Sectores de actividad
Categorías
Industria
Construcción
Servicios
Total
Total
Hora normal
Hora extraordinaria
Incremento hora extraordinaria
1.506
2.011
33,5
1.245
1.630
30,9
1.373
1.268
–7,7
1.404
1.614
15,0
Empleados
Hora normal
Hora extraordinaria
Incremento hora extraordinaria
2.040
2.458
20,5
1.794
2.040
13,7
1.609
1.201
–25,4
1.722
1.418
–17,7
Obreros
Hora normal
Hora extraordinaria
Incremento hora extraordinaria
1.268
1.929
51,8
1.083
1.594
47,2
980
1.441
47,0
1.130
1.765
56,2
Fuente: INE, Encuesta de Salarios.
que el volumen de horas extraordinarias en este sector se concentra en el personal con menos cualificación profesional e inferior
salario.
Una segunda conclusión a extraer sería la importante diferencia
en el incremento retributivo de la hora extraordinaria según grupo
profesional del trabajador, alcanzando porcentajes elevados en el
de obreros —56,2 por 100— frente a la asimismo sorprendente
menor retribución respecto a la hora normal en el grupo de empleados —17,7 por 100 inferior—, debido sustancialmente al sector
servicios y, como anteriormente se ha comentado, a la realización
de estas horas, con mayor frecuencia, por trabajadores de niveles
salariales inferiores.
b) La distribución irregular del tiempo de trabajo en la negociación
colectiva de 1999
La regulación de la jornada de trabajo en los convenios colectivos está conociendo un auge creciente de las cláusulas orientadas a
335
MEMORIA 1999
permitir una distribución no uniforme, irregular, de las horas de trabajo, fijadas éstas cada vez con más frecuencia en cómputo anual.
Esta tendencia novedosa en la negociación colectiva se enmarca en
el interés también creciente que han venido ganando en los últimos
años los aspectos cualitativos, de distribución u ordenación del
tiempo de trabajo, frente a la casi exclusiva preocupación por los
aspectos cuantitativos, o de duración máxima de las jornadas, que
tradicionalmente había venido caracterizando a la negociación
colectiva.
La atención de los convenios colectivos a una ordenación
flexible del tiempo de trabajo fue propiciada, como es sabido, fundamentalmente a partir de la reforma del Estatuto de los
Trabajadores llevada a cabo por la Ley 11/1994, de 19 de mayo, al
convertir en franqueables los límites de la jornada máxima semanal y diaria por la negociación colectiva, de forma que “mediante
acuerdo colectivo o, en su defecto, por acuerdo entre la empresa y
los representantes de los trabajadores, se podrá establecer la distribución irregular de la jornada a lo largo del año”, permaneciendo
como únicos límites a la duración efectiva de las horas de trabajo
diarias y semanales los descansos mínimos fijados legalmente.
20 por 100 con
distribución
irregular de la
jornada
De los 3.874 convenios registrados hasta el 31 de diciembre,
791 contienen cláusulas que prevén una distribución irregular de
la jornada durante el año, o que facultan a la dirección de las
empresas para su adopción, o bien remiten a acuerdos específicos
con la representación de los trabajadores en la empresa a tal fin, lo
que puede considerarse sin duda una cifra elevada si se tiene en
cuenta que este tipo de cláusulas venía estando prácticamente
ausente de la negociación colectiva pocos años antes. Más significativa aún resulta esta magnitud si se atiende al número de trabajadores afectados por cláusulas de esta naturaleza, que asciende a
más de 3 millones. Se está, así, ante un aspecto de la organización
del trabajo en las empresas que se ha desarrollado de manera
importante en los últimos años, y que, es de prever, seguirá extendiéndose.
No es necesario enfatizar la importancia cualitativa que reviste
la ordenación flexible del tiempo de trabajo en las empresas como
vía de adaptación de la capacidad productiva a las oscilaciones,
previstas o no, que experimenta la demanda a lo largo del año.
336
MERCADO DE TRABAJO, RELACIONES LABORALES Y POLÍTICAS DE EMPLEO
En este sentido, este aspecto de la ordenación del tiempo de trabajo cabe ponerlo en relación con las tendencias que se observan
en la negociación de otras fórmulas más tradicionales de adaptación de las necesidades productivas, especialmente las horas extraordinarias, pudiendo avanzarse que la expansión de las cláusulas
aquí consideradas, junto con la regulación restrictiva de las horas
extraordinarias cada vez más frecuente en los convenios29, puede
estar motivando un incipiente desplazamiento de las preferencias a
favor de las primeras. Así, algunos convenios citan explícitamente
la evitación de las horas extraordinarias como finalidad de la distribución irregular de las horas de trabajo a lo largo del año.
De otro lado, el auge de la flexibilidad en la ordenación convencional del tiempo de trabajo es una tendencia que se puede entender ligada al inicio de un proceso de paulatina reducción de las
horas de trabajo que experimentan buen número de actividades y
empresas en la negociación de sus convenios colectivos. La distribución irregular o flexible de las horas de trabajo a lo largo de todo
el año puede, además, atender a finalidades defensivas como la evitación de expedientes de regulación de empleo, tal como señala
alguno de los convenios estudiados.
La distribución irregular de la jornada pactada en cómputo
anual se materializa en los convenios en una variada tipología de
fórmulas que se analiza a continuación.
Variedad en la
formulación
Una distribución no uniforme de las horas de trabajo a lo largo
del año puede revestir, en primer lugar, un carácter prefijado en el
convenio obedeciendo a fórmulas más o menos tradicionales como
la previsión de una jornada más breve en ciertos meses del año,
normalmente en verano, compensada por una jornada más prolongada en la otra mitad, sin que se prevean otras fórmulas de variación de los horarios por necesidades de la empresa. Se trata de
29
En los últimos tres años se puede observar un aumento del número de convenios que contienen cláusulas de eliminación de horas extraordinarias. La tendencia
es más clara si se atiende al número de trabajadores afectados por este tipo de cláusulas. Así, entre 1996 y 1999 esta cifra ha aumentado en más de un 100 por 100,
pasando de algo más de medio millón de trabajadores a 1.183.000. También se
registra en este periodo un aumento significativo en el número de trabajadores
afectados por cláusulas que prevén una disminución del número de horas extraordinarias a realizar con respecto al año anterior.
337
MEMORIA 1999
esquemas de distribución horaria que, generalmente, suelen mantener el límite de 9 horas ordinarias de trabajo efectivo al día,
introduciendo, pues, una variación relativamente pequeña entre
jornadas.
Desde el punto de vista de la ordenación flexible del tiempo de
trabajo como capacidad de las empresas de adaptar la producción
a las oscilaciones del mercado, revisten mayor interés aquellas
cláusulas que no cristalizan una determinada colocación de las
horas de trabajo en los diferentes periodos del año, sino que contemplan la duración variable de la jornada como una posibilidad
abierta.
Cláusulas que cabe agrupar en dos grandes modelos: que la
posible distribución irregular venga contemplada como facultad
de la dirección empresarial, quien puede decidir el sí y el cuánto de la prolongación de la jornada, ante la concurrencia de
determinadas circunstancias; que la variación por el contrario,
esté sujeta al control de los representantes de los trabajadores
en la empresa, control que a su vez puede consistir en un mero
derecho de información o consulta no vinculante, o bien requerir la negociación y el acuerdo, como sucede en la mayoría de
casos.
Hay asimismo algunos convenios que contemplan un régimen
que podría calificarse de “híbrido”, como es el caso del Convenio
de Químicas y los de algunas actividades funcionalmente conexas,
los cuales prevén la posible distribución irregular de las horas de
trabajo en las empresas, remitiendo para ello al acuerdo en este
nivel, y al mismo tiempo regulan las llamadas “horas flexibles”,
como cupo limitado de horas variables al año, cuya aplicación
queda en manos de las direcciones de las empresas.
Dentro de los convenios que admiten la distribución desigual
del tiempo de trabajo como facultad de la dirección se registran, a
su vez, diferentes grados de amplitud en la misma, por la concurrencia de otros límites y requisitos, tales como las 9 horas de trabajo diario o los periodos de tiempo, más o menos prolongados, en
que puede operar la distribución y compensación de las horas de
más con las de menos trabajo, o la exigencia de preavisar con una
cierta antelación la variación horaria.
338
MERCADO DE TRABAJO, RELACIONES LABORALES Y POLÍTICAS DE EMPLEO
Cabe destacar, particularmente, que el límite más estricto a la
facultad empresarial de distribución irregular de la jornada, como
puede considerarse el de no sobrepasar las 9 horas ordinarias de
trabajo al día (una de las modificaciones de más envergadura que
en su día operó la reforma del ET en materia de ordenación del
tiempo de trabajo), aparece de forma muy residual.
Dentro de este primer bloque de convenios, así, están aquellos
que permiten la distribución irregular como facultad de la dirección
empresarial, si bien fijando unos topes mínimos y máximos entre
los cuales ha de operar dicha oscilación horaria, o fijando el máximo de prolongación posible del tiempo diario de trabajo.
Distribución
irregular
y facultades
de la empresa
Asimismo, dentro de esta serie de convenios que limitan las
facultades empresariales de distribución del tiempo de trabajo en el
cuánto de dicha distribución, ya se ha mencionado la fórmula de
las “horas de disponibilidad” que aparece en varios de ellos. Dicha
fórmula consiste en pactar un cupo de horas/año que la empresa
puede exigir a cada trabajador y que tienen carácter de ordinarias,
formando parte del cómputo anual de la jornada, “a pesar de su
carácter irregular”. La prestación de trabajo en dichas horas está
sujeta a requisitos causales de orden técnico, productivo u organizativo que la empresa deberá explicar a los representantes de los
trabajadores y a los trabajadores afectados con una determinada
antelación.
Ciertos aspectos de esta fórmula, junto con su régimen de compensación, que puede revestir un carácter mixto de descanso más
retribución económica, a partir de la décima hora de trabajo,
recuerdan al régimen de las horas extraordinarias, y revelan en
suma, la ductilidad que la negociación colectiva está mostrando
en la búsqueda de fórmulas, no siempre fácilmente clasificables,
que permitan una adaptación flexible de la fuerza de trabajo a las
cambiantes necesidades productivas de las empresas.
Otro grupo reducido de convenios colectivos, por el contrario,
regula este aspecto concediendo a las direcciones de las empresas
facultades más amplias, con menor intensidad de requisitos o límites. En algún caso, se trata de actividades relativamente nuevas
dentro del sector servicios cuya unidad de negociación sectorial es
de reciente aparición.
339
MEMORIA 1999
La mayor
participación de
la representación
de los trabajadores
Hay un grupo de convenios colectivos de ámbito supraempresarial, que remiten a eventuales acuerdos específicos entre la dirección de la empresa y los representantes de los trabajadores la
posibilidad misma de instaurar una distribución no uniforme de las
horas de trabajo, cualquiera que ésta sea, a veces enmarcando esta
“habilitación” en la negociación del calendario laboral entre ambas
partes.
En este mismo nivel de negociación, otro grupo de convenios
confiere a las direcciones empresariales la facultad de instaurar la
distribución irregular, si bien de manera limitada, ya que exigen
que haya acuerdo específico con los representantes de los trabajadores para introducir fórmulas de distribución que impliquen superar el límite de las 9 horas diarias.
En cuanto a los convenios de ámbito empresarial, algunos de
ellos remiten a acuerdos ad hoc la posibilidad de establecer fórmulas alternativas de distribución, convenios a los que habría que
sumar aquellos que establecen específicamente un procedimiento
de negociación con el comité de empresa a tal fin.
Finalmente, algunos convenios colectivos contemplan mecanismos de consulta o información a los representantes como paso previo a la aplicación de la distribución irregular de jornada.
En resumen, y para concluir, puede afirmarse que este tipo de
cláusulas que habilitan fórmulas de distribución irregular de las
horas de trabajo constituyen una tendencia que se está abriendo
paso de manera clara en la negociación colectiva de los últimos
años, tendencia que aparece consolidada en los convenios negociados en 1999.
3.2.3.3. Contratación laboral
A partir del año 1994 la ordenación normativa de numerosos
aspectos de la contratación laboral ha pasado a formar parte de las
facultades reguladoras de los convenios colectivos, complementando o supliendo las que la Ley establece. Desde entonces, el recurso
a la negociación colectiva, como instrumento para la mejor determinación de las circunstancias que justifican el uso de la contratación temporal en determinados casos, o la fijación de mecanismos
340
MERCADO DE TRABAJO, RELACIONES LABORALES Y POLÍTICAS DE EMPLEO
tendentes a incentivar la conversión del contrato temporal en fijo,
ponen de manifiesto la trascendencia que la negociación colectiva
adquiere en esta materia.
Al subrayar la incidencia de la negociación colectiva en la regulación de las modalidades de contratación laboral, se hace preciso,
pues, examinar, aunque sea someramente, el tratamiento dado por
la misma a la contratación después de las últimas reformas.
a) Contrato para obra o servicio determinado
La ley faculta a los convenios colectivos sectoriales estatales y
de ámbito inferior, incluidos los convenios de empresa, a identificar aquellos trabajos o tareas con sustantividad propia dentro de la
actividad normal de la empresa que pueden cubrirse con contratos
de esta naturaleza. Aunque son frecuentes las ocasiones en las que
los convenios colectivos hacen uso de esta facultad, no siempre
logran cumplir eficazmente los objetivos que la norma legal ha previsto al respecto.
En algunos casos, la negociación colectiva se limita a reproducir los términos legales. En otros casos el texto del convenio presta
mayor atención a las circunstancias que aconsejan la aceptación de
esta modalidad contractual que a la determinación de los supuestos
que la autorizan30. En ocasiones, la descripción de supuestos autorizantes se limita al empleo de expresiones tales como “trabajos
suficientemente diferenciados” o que “estén directa o colateralmente relacionados con el proceso productivo de la empresa”, aunque
fijando un posterior control sindical sobre la realidad de estas circunstancias, al exigir acuerdo entre empresa y representantes de los
trabajadores sobre la causa del contrato.
Supuestos que
habilitan
su utilización
Se observa que en algunos convenios se identifica la causa de
la contratación bajo esta modalidad con la suscripción por la
empresa de contratos de prestación de servicios a terceros. En
estos casos la sustantividad de la obra o servicio se identifica con
30
El XII Convenio colectivo general de la industria química, publicado por
Resolución de la DGT de 24-5-1999, tras declarar “la necesidad de potenciar las
modalidades de contratación a fin de evitar al máximo la utilización de formas de
contratación externas a las empresas”, manifiesta que se acuerda “crear un contrato
para obra o servicio determinado” remitiendo su contenido a lo establecido en el ET.
341
MEMORIA 1999
el contrato a dichos terceros cuyas prestaciones sirven como criterio de delimitación de las tareas o trabajos objeto del contrato de
obra o servicio.
También con frecuencia se utiliza en los convenios colectivos la
modalidad de obra o servicio determinados para atender circunstancias y situaciones que podrían encajar en el contrato de lanzamiento
de nueva actividad. Así, aunque la reforma de 1997 derogó esta
modalidad, podrían recobrar cierta virtualidad las circunstancias que
en la antigua legislación se identificaban con el mismo, a través del
uso que algunos convenios colectivos hacen de la facultad de identificar trabajos y tareas en los contratos de obra o servicio.
Movilidad de los
trabajadores
y duración
del contrato
No obstante, también existen numerosos convenios colectivos
en los que la intervención en la función reguladora de la modalidad
que la ley les atribuye resulta más precisa en la descripción que
realizan de trabajos y tareas y, por tanto, más eficaz.
Asimismo, la intervención de la negociación colectiva no siempre se limita a la identificación de los trabajos o tareas con sustantividad propia que autorizan la contratación para obra o servicio,
pues en algunos convenios existen previsiones sobre aspectos distintos. Tal es el caso de la regulación de la movilidad de los trabajadores con independencia de la obra o servicio para los que se
contratan, o la articulación de las extinciones de los contratos, normalmente en función de la antigüedad de los afectados. Otro tipo
de cláusulas establece limitaciones de duración máxima del contrato que operarían al margen de la que objetivamente vendría determinada por la ejecución del objeto del contrato31.
En resumen, puede afirmarse que a pesar de la amplia respuesta
que la negociación colectiva parece dar al llamamiento de la Ley
para que precise el objeto y causa del contrato de obra o servicio,
no siempre cumple adecuadamente dicha función de adaptación a
31
El artículo 2 del RD 2720/1998, de 28 de diciembre, dispone que “si el contrato fijara una duración o un término, ésos deberán considerarse de carácter orientativo”. De ahí que la habilitación concedida a la negociación colectiva para
determinar los trabajos o tareas que tengan autonomía o sustantividad propia dentro de la actividad de la empresa no puede llegar a desnaturalizar la indefinición
temporal del contrato, cuya duración incierta se determina circunstancialmente en
función de la conclusión de la obra o servicio.
342
MERCADO DE TRABAJO, RELACIONES LABORALES Y POLÍTICAS DE EMPLEO
las circunstancias concretas de la empresa. Aun cuando la negociación colectiva puede dar una respuesta eficaz a dicha finalidad, no
siempre lo consigue, porque, en muchos casos, la imprecisión y
ambigüedad en el tratamiento dado desvirtúan el objeto del contrato, posibilitando una extensión artificial de las circunstancias que
autorizan la utilización de esta figura.
b) Contrato de trabajo de eventuales
La experiencia negociadora en relación a este tipo de contratos
puede sistematizarse examinando los aspectos relativos a la identificación de los aspectos en los que la Ley posibilita la intervención
de los convenios colectivos: modificación de la duración máxima de
los contratos y periodo dentro del cual se pueden realizar, en atención al carácter estacional de la actividad; actividades en las que
puedan contratarse trabajadores eventuales, así como la fijación de
criterios generales relativos a la relación entre el número de los que
se pueden contratar y la plantilla total de la empresa.
Los parámetros temporales de la eventualidad utilizados en la
negociación colectiva vienen determinados por la aplicación sectorial de regímenes específicos en cuanto a su duración y los periodos de referencia previstos para el cómputo de aquélla. Ambos
aspectos permanecen, tras la reforma de 1997, en el ámbito de la
disponibilidad negocial, aunque con ciertas correcciones respecto
del sistema anterior. En concreto, la intervención del convenio en
la materia, además de determinar las épocas en que procedería la
contratación en atención al carácter estacional de la actividad,
alcanza la posibilidad de ampliar la duración máxima del contrato, establecida en 6 meses, así como la del periodo de referencia,
fijado inicialmente en 12 meses.
Aplicación
sectorial
Los excesos producidos en la negociación colectiva desde 1994
aconsejaron limitar en 1997 dichas facultades, de dos formas:
directamente respecto de este último, disponiendo una duración no
superior a 18 meses; indirectamente, condicionando el alcance de
la primera a la no superación de las tres cuartas partes del periodo
de referencia que se adopte.
En este caso la respuesta de la negociación colectiva es significativa, y puede afirmarse que la fijación de la duración del contrato
343
MEMORIA 1999
y de los periodos de referencia que se adoptan aparecen como una
facultad de superación de los límites legales, sin más orientación
que la de introducir un factor de flexibilidad en la contratación de
trabajadores temporales.
Existe una frecuente utilización por la negociación colectiva
de la autorización concedida para elevar los máximos legales en
cuanto a la duración del contrato y periodos de referencia. A
diferencia de la parquedad que se observa en cuanto a la determinación de las circunstancias autorizantes o de los periodos
estacionales que habilitarían para la celebración de estos contratos, la facultad negocial en esta materia se orienta esencialmente
hacia el aprovechamiento de las posibilidades que la autorización normativa ofrece en orden a flexibilizar la contratación
temporal, especialmente mediante la extensión de los parámetros temporales inicialmente fijados por la norma hacia el entorno de los máximos permitidos.
Aunque es fácil encontrar convenios en los que la determinación de los parámetros temporales en el contrato de eventuales
remite a la autorización para incorporar los máximos permitidos a
la negociación colectiva, también aparecen ejemplos de convenios
colectivos en los que el ejercicio de la facultad de incrementar el
límite legal de los 6 meses no llega a alcanzar el máximo permitido. Normalmente se mantiene el periodo de referencia en los 18
meses autorizados, estableciendo una duración inferior a la que
resultaría de aplicar la regla de las tres cuartas partes sobre el
marco temporal fijado.
En lo que respecta a la determinación de las actividades, no
parece que esta cuestión haya generado mucho interés por la negociación colectiva. Las referencias a las circunstancias del contrato
eventual reiteran con frecuencia el enunciado legal respecto a la
causa del mismo.
Finalmente, en cuanto a la negociación sobre el volumen de
contratación eventual, es decir, en lo que se refiere a la determinación del número de trabajadores contratados bajo esta modalidad,
el RD 2720/1998, faculta a la negociación colectiva para establecer
criterios de proporcionalidad entre los contratos a realizar y el
volumen de la plantilla total de la empresa. Si bien ello permitiría
344
MERCADO DE TRABAJO, RELACIONES LABORALES Y POLÍTICAS DE EMPLEO
una cierta capacidad de control sobre los fenómenos de precariedad
en la empresa, son escasos los ejemplos que materializan esa
facultad.
c) Contrato de interinidad
La negociación colectiva manifiesta un tratamiento muy escaso
en relación con estos contratos. Con carácter general, la alusión a
los mismos queda subsumida en la integración puramente enunciativa dentro de las tipologías de los contratos temporales, es decir,
su regulación queda implícita en la definición legal del tipo contractual.
La falta de referencias al contrato de interinidad podría considerarse especialmente llamativa en aquellos sectores con fuerte presencia de esta modalidad, como es el caso de la Administración
Pública, donde, a pesar de que el supuesto de interinidad por
vacante ha de elevar la frecuencia de estos contratos, nada se dice,
por ejemplo, sobre el régimen aplicable en el convenio colectivo
para el personal laboral de la Administración General del Estado, que
únicamente se detiene en la consideración de los supuestos que dan
derecho a reserva de puesto de trabajo.
En general, la referencia más frecuente a los contratos de interinidad en los convenios se limita al supuesto genérico previsto en el
artículo 15.c) del ET, es decir, a la sustitución del trabajador ausente con derecho a reserva del puesto de trabajo. No existen alusiones
a la causa de interinidad contemplada en el citado RD 2027/1998
respecto de la cobertura de vacantes mientras se desarrollan los
correspondientes procesos de selección.
A excepción de algunos aspectos concretos sobre los requisitos
de forma, nada innovadores respecto de la tradicional indicación
del nombre del sustituido y la causa de la sustitución fijados por la
ley, el interés de la negociación colectiva se suele centrar en ciertos
aspectos relativos a la terminación del contrato. Uno de ellos es la
articulación de mecanismos dirigidos a posibilitar la conversión del
contrato temporal en indefinido y otro el reconocimiento del derecho a una indemnización por finalización de contrato ante la
desaparición de las circunstancias que lo motivan, de lo que existe
una cierta constancia en la negociación colectiva. La conversión en
345
MEMORIA 1999
indefinido en los supuestos de no reincorporación del titular de la
plaza aparece recogida con frecuencia en los convenios colectivos.
d) Contratos de trabajo a tiempo parcial
Con carácter previo debe señalarse que no todos los convenios
posteriores a la reforma del régimen jurídico del contrato a tiempo
parcial han ajustado la regulación de dicho contrato a la nueva normativa.
Entre las cuestiones abordadas con mayor frecuencia por la
negociación colectiva destaca la introducción de límites a la duración de la jornada a tiempo parcial dentro de los autorizados legalmente, bien para aumentarla bien para disminuirla.
Excluidos algunos precedentes relativos a la antigua fórmula del
contrato no superior a 12 horas a la semana o 48 horas al mes, son
frecuentes los ejemplos en uno y otro sentido.
Distribución del
tiempo de trabajo
En cuanto a la distribución del tiempo de trabajo, las disposiciones en esta materia suelen quedar subsumidas dentro de las que se
efectúan para el común de los trabajadores sin especificar la época
o las temporadas para las que eventualmente se reserva esta modalidad, lo que supone dejar en el ámbito de la autonomía contractual
los aspectos concretos.
Pero quizá el aspecto de mayor interés por lo que se refiere al
cómputo de tiempo de trabajo es el relativo a las prolongaciones
de jornada. La prohibición de realizar horas extraordinarias no
permite más excepción que la aceptación del concepto de las llamadas horas complementarias, si bien la práctica negociadora
observada en 1999 no presenta un nivel de elevado desarrollo en
ninguno de los aspectos que la casuística normativa ofrece. En
algún supuesto se conservan ciertas actitudes de rechazo a la prolongación de jornada para este tipo de contratos, disponiendo una
duración máxima de la jornada que, de superarse, convertiría el
contrato en indefinido.
Las restantes condiciones de trabajo de los contratados a tiempo
parcial son tomadas en consideración por la negociación colectiva
a los solos efectos de reiterar la aplicación del principio de propor-
346
MERCADO DE TRABAJO, RELACIONES LABORALES Y POLÍTICAS DE EMPLEO
cionalidad en su determinación. Generalmente el tema se resuelve
mediante una declaración sobre la igualdad de derechos y obligaciones de estos trabajadores en relación con el resto de la plantilla,
es decir, se trata de evitar cualquier fenómeno discriminatorio en el
tratamiento de las condiciones profesionales, remitiendo las únicas
diferencias al resultado que arroje la aplicación proporcional en
función de la jornada que se viniera practicando, con relación a los
trabajadores a tiempo completo.
No obstante este carácter genérico de proporcionalidad, algunos
convenios hacen referencia expresa en materia de salarios, pero
ello no supone la extensión de esta regla a todo tipo de percepciones económicas. La proporcionalidad no se justifica cuando aquéllas encuentren su causa no en el trabajo desarrollado, sino en
conceptos cuya cuantía es objetiva e independiente del tiempo de
trabajo empleado.
Otra de las cuestiones sobre las que la norma estatal ha convocado la intervención negocial es la de la conversión del contrato en
tiempo completo, si bien las indicaciones observadas en los convenios colectivos mantienen la constante de su voluntariedad para el
trabajador.
Conversión a
tiempo completo
Con independencia de las anteriores observaciones, la prevención que esta modalidad contractual genera en la negociación
queda patente en determinadas ocasiones, al justificar la aceptación
del tiempo parcial restrictivamente en base a consideraciones sobre
exigencias de promoción de empleo e inserción laboral.
Respecto a la regulación convencional de los trabajadores
fijos discontinuos, tres cuestiones centran la atención de la negociación colectiva: la determinación por convenio de las situaciones que dan lugar a esta clase de contrato a tiempo parcial; el
establecimiento de criterios que fijan las preferencias para el llamamiento en sucesivas campañas; y el orden para el cese de estos
trabajadores.
Fijos
discontinuos
Por lo que se refiere a la primera cuestión, es frecuente que la
negociación colectiva articule el concepto de estos trabajadores a
través de dos elementos: la permanencia en la función y el carácter
cíclico de la misma. El primero, permitiendo diferenciar estas acti347
MEMORIA 1999
vidades de aquellas otras que no presenten un carácter estable o
permanente sino circunstancial, quedando por tanto reservadas
para el contrato eventual por circunstancias de la producción y de
ahí que se haya suprimido la alusión a “razones de temporada”. El
segundo otorga el carácter que diferencia esta segunda especie en
base a la duración del contrato que, quedando excluida de la doble
opción temporal o indefinida del tiempo parcial, se sistematiza
necesariamente en esta última, aunque caracterizada por la aparición discontinua de las actividades que lo autorizan.
Una gran mayoría de convenios recogen ambos extremos. Unas
veces mediante expresiones que incorporan la formulación tradicional de esta figura refiriéndose a los “trabajos que tienen carácter
normal y permanente en el volumen habitual de la empresa, con
una actividad cíclica o intermitente”, o “actividades de carácter
normal y permanente respecto al objeto de la empresa, pero que no
exijan la prestación de servicios todos los días”. Otras, la identificación de los trabajos presenta un casuismo mayor en razón de la
actividad de que se trate.
Ha de tenerse en cuenta que la identidad de esta figura pasa por
la diferenciación de aquellas actividades cuya reiteración en sucesivas campañas confirma el carácter estable, aunque cíclico, de la
actividad. Por ello es frecuente encontrar referencias en los convenios a que la selección de estas tareas pase por la determinación del
número de llamamientos efectuados al trabajador o la duración de
cada convocatoria.
La segunda de las cuestiones es la relativa al orden de preferencia en los sucesivos llamamientos. En este punto el artículo 12.3.b)
del ET remite a la negociación colectiva la determinación de los criterios que deben presidir el orden y forma de aquéllos, facultando al
trabajador para reclamar contra el despido en caso de no llamamiento. En líneas generales, la negociación colectiva suele seguir el criterio de la antigüedad como determinante de las preferencias para el
llamamiento. No obstante, no es el único criterio empleado, ya que
la libertad que otorga la norma para fijar el orden de los mismos
posibilita el recurso a la objetividad de cualquier otro criterio distinto. En cuanto a la forma del llamamiento, las previsiones que se
hacen en los convenios atienden esencialmente a las garantías de
notificación al interesado y constancia de la misma.
348
MERCADO DE TRABAJO, RELACIONES LABORALES Y POLÍTICAS DE EMPLEO
El orden de preferencia en los ceses suele seguir el criterio del
orden inverso a la antigüedad establecido para el llamamiento.
Finalmente, y dentro de las tipologías del contrato a tiempo parcial, aparecen el contrato de relevo y la jubilación parcial. En
ambas modalidades la jornada de trabajo se reduce en proporción a
la que correspondiera al trabajador sustituido, si bien en este caso
se señala el límite mínimo del 30 por 100, que es a su vez la que
debe aplicarse al sustituto con carácter de mínimo. La peculiaridad
de ambas figuras radica, pues, en la duración de la jornada, que
mientras en el contrato de tiempo parcial general no aparece sujeta
más que al máximo del 77 por 100 de la que resulte aplicable, en
estas figuras exige un porcentaje de liberación de jornada cuya
cuantía pasa a integrarse en la relación del trabajador de relevo
señalando el mínimo de la jornada aplicable a éste.
Relevo
y jubilación
parcial
El diseño que el artículo 12.5 del ET hace de esta figura deja
poco margen a la negociación colectiva, ya que las peculiaridades
que presenta remiten a las del contrato a tiempo parcial común. Por
ello, en la negociación colectiva se observa que las referencias a
dichas figuras lo son más en razón a su instrumentación como política de empleo o reconocimiento de la posibilidad de su concertación que con la intención de articular una regulación más casuística
de su régimen jurídico. Por parte de los interlocutores sociales no
se ha encontrado más que intenciones declarativas de la existencia
de dichas figuras y su incorporación al elenco de las modalidades
aplicables a la contratación en el sector o empresa de que se trate.
La mayoría de los convenios, pues, se limitan a dejar constancia de
la autorización para contratar en régimen de relevo, sin más indicaciones sobre su régimen jurídico que la remisión a las normas que
los regulan.
Debe señalarse también que las indicaciones de la negociación
colectiva en esta materia suelen aparecer sistematizadas dentro de
las disposiciones relativas a los sistemas de jubilación o a las medidas de fomento de la misma.
e) Contratos formativos
Los espacios de regulación que la norma legal ha reservado
expresamente a la negociación colectiva en la materia son abun349
MEMORIA 1999
dantes. A pesar de ello, se advierte que es frecuente que se utilicen
por los convenios colectivos para reiterar los postulados normativos sin añadir prácticamente ninguna peculiaridad. A veces, se
limitan a constatar su incorporación al catálogo de modalidades
existentes en la empresa o en el sector. Es frecuente, pues, en estos
casos, que se limiten a realizar una remisión al régimen jurídico
previsto en las disposiciones legales aplicables.
Respecto al contrato para la formación, llama la atención la
escasez de indicaciones que se contienen sobre los puestos de
trabajo u oficios para los que pudiera reservarse este tipo de contratos. En cuanto a la edad dentro de cuyos márgenes se permite la
celebración de este tipo de contratos, la regla general es la del
mantenimiento de los límites legales, si bien algunos convenios
efectúan determinadas puntualizaciones en función de la naturaleza de los puestos de trabajo a desempeñar, bien por la elementalidad de las tareas, bien por razones de protección de acuerdo con
la edad del trabajador.
En cuanto a la limitación del número de contrataciones que puedan efectuarse bajo esta modalidad en función del tamaño de la
plantilla, a partir de la reforma introducida en 1994 las sucesivas
versiones del ET han venido mostrando una especial sensibilidad
frente a los posibles abusos que un excesivo incremento del número
de estos contratos pudiera suponer en detrimento del empleo estable
o de fórmulas de capacitación más ambiciosas. Actualmente el Real
Decreto 488/1998, de 27 de marzo, en relación con la autorización
contenida en el artículo 12.2.b) del ET, establece una escala con el
número máximo de trabajadores en formación autorizados en función del tamaño de la plantilla, pero es el convenio colectivo a nivel
de empresa quien asume el protagonismo en la determinación de
dichos límites de manera que sólo en ausencia de convenio se aplicarían los contenidos en la norma reglamentaria.
Respondiendo a estos criterios es frecuente que el tratamiento
de la cuestión en la negociación colectiva mantenga, en líneas
generales, los tramos fijados por la norma, pero también son frecuentes los casos en que se autorizan contrataciones por encima
de los índices de referencia, ofreciendo así un margen de contratación mayor que el autorizado subsidiariamente por la norma
reglamentaria.
350
MERCADO DE TRABAJO, RELACIONES LABORALES Y POLÍTICAS DE EMPLEO
Algo similar ocurre en lo relativo a la facultad que el ET ofrece
a la negociación colectiva para fijar una duración distinta al mínimo de seis meses o máximo de dos años que se recoge en el artículo 12.2.c). Mientras que los límites mínimos suelen mantenerse,
la autorización para establecer mediante convenio colectivo de
ámbito sectorial o inferior una duración máxima de tres años presenta una favorable acogida en la mayoría de los convenios consultados.
Existen también supuestos en los que la duración se fija según
criterios de mayor objetividad al vincularse a la dificultad en el
aprendizaje u otros factores relacionados con la formación.
En materia de prórrogas del contrato, la generalidad de los convenios incorpora las previstas legalmente. Se recuerda que el
RD 488/1998 autoriza hasta un máximo de dos, salvo disposición
en contrario de los convenios colectivos, siempre que no excedan
de la duración máxima permitida; pese a ello, en algún convenio se
han llegado a prever hasta seis prórrogas.
Cuestión de interés para la negociación colectiva es también
la retribución de los trabajadores en formación. Casi todos los
convenios incorporan previsiones al respecto. Los criterios para
determinar la cuantía del salario en los convenios colectivos
para los contratos en formación remiten, con carácter general,
al módulo del importe del SMI para los trabajadores del primer
año, elevando su importe de acuerdo con el año de antigüedad
del contrato. Otras veces se atiende a la categoría profesional
sobre la que se desarrolla la formación, incorporando índices
correctores de acuerdo con el año de formación.
Retribución de
los trabajadores
en formación
Otra de las cuestiones que con frecuencia aborda la negociación colectiva en esta modalidad contractual, es el reforzamiento de los aspectos formativos mediante la fijación del tiempo
que haya de destinarse a la formación teórica, la distribución
del mismo y su compatibilidad con el trabajo efectivo, además del
número de trabajadores en formación que cada tutor puede
tener asignados. La idoneidad de los tutores es de escaso interés
para la negociación colectiva, a pesar de que algún convenio se
refiere a ella estableciendo criterios para el desempeño de sus
funciones.
351
MEMORIA 1999
Por último, la obligación del empresario de entregar a la finalización del contrato un certificado, en el que conste la duración de la
formación teórica y el nivel de formación práctica adquirida, tiene
reflejo en algunos convenios cuando tratan sobre esta modalidad.
Contrato en
prácticas:
desigualdad en
su tratamiento
En cuanto al contrato de trabajo en prácticas, los aspectos en
los que el ET faculta expresamente para su regulación a la negociación colectiva, se refieren básicamente a la determinación de
“los puestos de trabajo, grupos, niveles y categorías profesionales”, a la determinación de la duración del contrato dentro de los
límites legales, y a la retribución de los trabajadores contratados
en prácticas.
Por lo que se refiere a la determinación de los puestos de trabajo
susceptibles de cubrirse mediante contrato en prácticas, puede afirmarse que la mayoría de los convenios incorporan las categorías o
grupos habilitados para la realización de las prácticas objeto del
contrato. No obstante, son escasas las indicaciones que se contienen para establecer una correspondencia entre las clasificaciones
ofrecidas y la eventual titulación de que disponga el trabajador.
En cuanto a la duración, la norma legal fija a partir de la reforma de 1997 un mínimo de seis meses y un máximo de tres años,
dentro de cuyos límites los convenios colectivos sectoriales estatales, o, en su defecto, de ámbito inferior, podrán fijar duraciones
específicas atendiendo a las características del sector y de las prácticas a realizar. Al respecto, debe señalarse que la frecuencia del
tratamiento de esta materia es inferior a la que se daba bajo la regulación anterior a la reforma de 1997. La mayoría se remite a los límites legales, reproduciendo éstos o remitiendo sin más al régimen
legalmente previsto.
Mayores singularidades se observan en el momento de establecer el número de prórrogas autorizadas. Aunque la regla general de
la negociación colectiva es la de admitir hasta un máximo de dos,
existen excepciones que alcanzan hasta las tres prórrogas o reducen
su número a una.
Por lo que atañe al periodo de prueba, su determinación queda
remitida a la que se establezca en el convenio colectivo, fijando en
su defecto un mes para los titulados de grado medio y dos meses
352
MERCADO DE TRABAJO, RELACIONES LABORALES Y POLÍTICAS DE EMPLEO
para los de grado superior. La mayoría de los convenios que expresamente regulan esta materia se atiene a los límites legales, aunque
en ocasiones se fija un límite con carácter general y en otras ambos
márgenes quedan reducidos.
En materia de retribuciones, la norma remite a lo dispuesto en el
convenio colectivo, indicando, en defecto de éste los límites del 60
o el 75 por 100, según se trate de trabajadores de primer o segundo
año, sobre el salario correspondiente a un trabajador de la misma
categoría y puesto de trabajo. Se valora más en la determinación
cuantitativa del salario la naturaleza del vínculo contractual que el
rendimiento específico del trabajador en prácticas.
En líneas generales su tratamiento se orienta en el sentido de
mantener la diferenciación salarial según la antigüedad del contrato, si bien se observan matices a la hora de determinar la cuantía
de los porcentajes, que, por otra parte, en su mayoría contienen
incrementos sobre los legalmente establecidos. También en ocasiones se hace una valoración de carácter global para todos los trabajadores en prácticas y de forma independiente de su antigüedad.
Pero en general la tendencia es la de incrementar los porcentajes
legales, al menos en el tramo correspondiente a los practicantes de
segundo año.
f) Fomento del empleo estable en la negociación colectiva
El nivel de precariedad en el empleo tiene también reflejo en los
contenidos de la negociación colectiva. De un lado, mediante la
introducción de medidas jurídicas encaminadas a estimular la intervención de los interlocutores sociales en el diseño, adaptación y
control, tanto a nivel sectorial como de empresa, de las modalidades de contratación temporal. De otro, se trata de potenciar el
empleo estable a través de mecanismos negociales dirigidos a
modular las plantillas de fijos en las empresas y a posibilitar la
conversión de contratos temporales en fijos.
Los argumentos para ello van desde el aprovechamiento del
estímulo de la modalidad del contrato de trabajo para el fomento de
la contratación indefinida, hasta la incorporación de compromisos
específicos sobre contratación y mantenimiento de un volumen
determinado de trabajadores fijos en la empresa y la habilitación de
353
MEMORIA 1999
mecanismos que faciliten el acceso a la plantilla estable tras la conclusión de contratos temporales.
Por lo que se refiere al contrato para el fomento de la contratación indefinida, el apartado 2.b) de la disposición adicional primera
de la Ley 63/1997, de 23 de diciembre, autorizó a que durante los
cuatro años siguientes a la entrada en vigor del RDL 8/1997, de 16
de mayo, pudiera contratarse en este régimen. Una de las condiciones que habilitan este tipo de contratos es la de ser trabajadores
empleados en la misma empresa mediante contrato de duración
determinada, incluidos los formativos, que en la fecha de entrada en
vigor del RDL citado tuviesen contrato vigente, o éste se suscribiera en el plazo de un año a partir de dicho momento. En otro caso,
transcurrido este plazo, “la conversión de estos contratos en el contrato para el fomento de la contratación indefinida se articulará a través
de la negociación colectiva”.
Es casi constante la incorporación al texto de los convenios del
acuerdo sobre conversión de contratos temporales en fijos mediante el régimen de fomento de la contratación indefinida, si bien la
posibilidad de acudir a esta modalidad de contratación se condiciona a determinadas circunstancias, normalmente de carácter temporal. A excepción de algún caso, lo más significativo, y también
prueba de la favorable acogida que en la negociación colectiva ha
tenido esta figura, es la frecuente prolongación de sus efectos más
allá del plazo inicialmente fijado por la norma que lo regula en uso
de las facultades que la misma le otorga.
La cláusula de
conversión
de temporal a fijo
en un 13,6 por 100
En 1999 las cláusulas sobre conversión de empleo temporal en
fijo se pactaron en un 13,6 por 100 de convenios que afectaban a
un 26,1 por 100 de trabajadores amparados por la negociación
colectiva del año.
de convenios
Otra de las medidas se refiere a los mecanismos para la conversión en fijos de contratos que alcanzaran determinada duración. Al
margen del régimen aludido, suelen incorporarse compromisos dirigidos a la prolongación de los contratos temporales a partir del
momento en que éstos alcanzaran un determinado periodo de vigencia. Especialmente se trata de una modalidad de mayor frecuencia en
los convenios de ámbito empresarial. También es posible encontrar
cláusulas de contenido similar en la negociación colectiva de sector.
354
MERCADO DE TRABAJO, RELACIONES LABORALES Y POLÍTICAS DE EMPLEO
Aparecen también compromisos dirigidos a mantener una plantilla obligatoria mínima de trabajadores fijos, cosa frecuente en los
convenios. Los criterios se establecen en función del volumen de actividad o mediante la combinación de un mínimo obligatorio de plantilla global y la aplicación del porcentaje de temporales. En alguna
ocasión se hace depender de los acuerdos obtenidos en futuras
negociaciones.
En cuanto a la incorporación de mano de obra externa a los procesos productivos, especialmente mediante la celebración de contratas o el recurso a las ETT, se puede convertir en un elemento
más que contribuya al incremento de los fenómenos de precariedad
laboral. Sin embargo, el recelo sindical hacia la utilización de estos
mecanismos de contratación tiene mucho que ver con la utilización
indiscriminada de esta forma de incorporar mano de obra externa,
cuya excesiva utilización contribuye a una conformación de temporalidad de la plantilla de la empresa.
La negociación colectiva, pues, no oculta su recelo hacia los
mismos, e impone límites y controles para su uso. Y si el rechazo
no alcanza a limitar el recurso a la mano de obra externa, existen
otros instrumentos que tratan de introducir sistemas de control
sobre la racionalidad en la contratación a través de las ETT, como
es el reconocimiento de derechos de información y consulta a los
trabajadores, de preceptiva observancia a la hora de planificar la
plantilla.
Relacionado con la incorporación de mano de obra externa surge
el tratamiento de las contratas y subcontratas. Los convenios en este
punto no muestran igual grado de preocupación, aunque no faltan
alusiones a esta cuestión, unas veces limitando su disponibilidad y
otras, extendiendo el ámbito de las responsabilidades previstas en el
artículo 42 del Estatuto de los Trabajadores.
3.2.3.4. Clasificación profesional y movilidad funcional
La clasificación profesional y la movilidad funcional son elementos clave en la dinámica de las relaciones laborales, en cuanto
constituyen un instrumento central en la organización del trabajo
en la empresa al establecer la posición y tareas de cada trabajador en
la estructura empresarial.
355
MEMORIA 1999
Como es sabido, la reforma de la legislación laboral de 1994
pretendió, en esta materia, superar los rígidos esquemas de clasificación profesional subjetiva de los trabajadores, derivados, fundamentalmente, de las ya derogadas Reglamentaciones de Trabajo y
Ordenanzas Laborales, permitiendo una definición más amplia
y flexible de la prestación de trabajo pactada, y con ello lograr una
mayor facilidad para adaptar dicha prestación al cambio de circunstancias y de necesidades de la empresa.
En este epígrafe se pretende analizar si la más reciente negociación colectiva32 ha procedido a modernizar sus sistemas de clasificación profesional, adecuándola a los esquemas reformadores
propugnados en la legislación de 1994.
La referencia del
AICV
En este análisis se ha tomado como referencia la regulación
contenida en el Acuerdo sobre Cobertura de Vacíos (AICV) en lo
relativo a “estructura profesional” (capítulo I) y “promoción de trabajadores” (capítulo II), en cuanto que la misma reconduce a un
modelo real la aspiración del AINC (que parece ser igualmente
un ideal del legislador, a la vista de la nueva redacción dada a los
artículos 22 y 39 del ET, por la Ley 11/1994), relativa literalmente
a que, en el plano de la negociación colectiva sectorial estatal, se
trataría de sustituir las categorías profesionales por grupos profesionales, y definir éstos en función de diversos criterios, teniendo
en cuenta que el Convenio Colectivo Sectorial deberá precisar el
procedimiento a seguir, para que en el nivel de empresa se pueda
efectuar la adaptación de las viejas categorías laborales a los nuevos grupos profesionales.
• Durante 1998 y 1999, primeros dos años de vigencia del
AICV, los convenios sectoriales de ámbito estatal van progresivamente ajustándose al modelo de clasificación profesional que dicho acuerdo interconfederal preconiza,
superando el encuadramiento de los trabajadores por categorías profesionales. Prueba de esta tendencia creciente
que en el año 1998 un 24,2 por 100 de estos convenios sectoriales se puede considerar ajustado a dicho modelo nuevo;
32
En la realización de este Informe se ha recogido una muestra que incluye
467 convenios colectivos publicados en el BOE durante 1998 y 1999, de los que
65 son de ámbito sectorial y 402 de empresa.
356
MERCADO DE TRABAJO, RELACIONES LABORALES Y POLÍTICAS DE EMPLEO
porcentaje que se incrementa muy significativamente, aunque sin llegar a duplicarse, en los correspondientes a 1999,
pues este año mucho más de un tercio de los mismos (un
43,8 por 100) puede considerarse ajustado al sistema clasificatorio nuevo. Estos porcentajes hay que ponderarlos teniendo en cuenta que, de los convenios sectoriales apegados
todavía al sistema clasificatorio tradicional o viejo, un 8 por
100 de los publicados en 1998, y un 16,7 por 100 de los de
1999, contiene un compromiso explícito de acomodación al
sistema nuevo.
Por lo que respecta a los convenios empresariales de ámbito estatal, un 40,3 por 100 de los publicados en 1998
puede considerarse que han revisado el viejo sistema de
clasificación por categorías; porcentaje que crece algo más
de tres puntos —a veces por ósmosis, respecto del correspondiente convenio sectorial estatal—, hasta alcanzar el
43,4 por 100, en los publicados en 1999. También aquí hay
que ponderar estos porcentajes, teniendo en cuenta que
aproximadamente la décima parte de los convenios empresariales con sistema clasificatorio viejo contiene un compromiso explícito del sistema clasificatorio nuevo (un 11,2
por 100 de los publicados en 1998, y un 9,8 por 100 de los
de 1999).
• Dentro de los convenios sectoriales superadores del modelo
viejo por categorías, un 50 por 100 las reemplaza por “grupos
profesionales”, un 36,4 por 100 por “niveles salariales” y
13,6 por 100 restante por una combinación de “grupos profesionales” y “niveles salariales”.
Con respecto a los convenios empresariales, priman los que
regulan un sistema de clasificación por “niveles salariales”,
que representan un 54,2 por 100 del total. De los restantes, un
34,5 por 100 clasifica a los trabajadores por “grupos profesionales”, y un 9,7 por 100 por una combinación de “grupos
profesionales” y “niveles salariales”. Sobre estos porcentajes
influirá de cara al futuro, incrementando el relativo a la clasificación por “grupos”, la publicación a finales de 1998 del
convenio colectivo único para el personal laboral al servicio
de la Administración General del Estado, impecablemente
357
MEMORIA 1999
ajustado en su conjunto al modelo de clasificación profesional preconizado por el AICV.
• En el grupo de convenios superadores del viejo modelo de
clasificación por categorías profesionales, y tomando como
referente la regulación que de la “movilidad funcional” preconiza el AICV, resultan ajustados a este último modelo el
62,5 por 100 de los convenios sectoriales publicados en 1998
y el 85,7 por 100 de los de 1999. Por lo que se refiere a los
convenios empresariales, las proporciones pueden concretarse en el 77,1 por 100 de los publicados en 1998 y en el 86,1
por 100 de los de 1999.
Estos convenios regulan no sólo la movilidad funcional
“intragrupal”, sino también la “vertical”, en su doble modalidad ascendente y descendente (esto es, para la realización
de funciones superiores o inferiores a las del grupo profesional o, en su caso, nivel salarial de encuadramiento),
imponiendo plazos a la duración del fenómeno, que no
resultan ser siempre necesariamente términos de carácter
cierto.
• Sobre la base de que el articulado del AICV no utiliza
expresamente la palabra “polivalencia”, se ha efectuado una
aproximación sin prejuicios al estudio de este tema, dando
cuenta de todos los convenios sectoriales y empresariales,
aun los no ajustados al modelo de clasificación profesional
preconizado por dicho acuerdo interconfederal, que emplean
expresamente la palabra en cuestión. Se trata de sólo 36
convenios colectivos (por tanto, el 8,8 por 100 del total), de
los cuales la mayoría resulta estar integrada por convenios
de ámbito empresarial (un 80,6 por 100). No obstante se
advierte que, en algún supuesto, este grupo de convenios
está utilizando el concepto de “polivalencia funcional”,
cuando realmente las previsiones convencionales se refieren
a “movilidad funcional”.
Estos convenios hablan de “polivalencia funcional” al menos
en cuatro sentidos diferentes: 1) para indicar que el trabajador
tiene el deber de realizar la totalidad de funciones de la concreta categoría en que se encuentra encuadrado; 2) para aludir
358
MERCADO DE TRABAJO, RELACIONES LABORALES Y POLÍTICAS DE EMPLEO
a la realización por el trabajador de funciones de dos o más
categorías distintas; 3) con un sentido “intragrupal”, para
aludir a la posibilidad de exigir la realización de las tareas del
grupo profesional o, en su caso, nivel salarial en que el trabajador se halle encuadrado, y 4) con un sentido “intergrupal”, para
referirse a la realización por el trabajador de funciones de grupos profesionales o, también en su caso, de niveles salariales
distintos de los de su peculiar adscripción.
• Dentro del conjunto de convenios sectoriales superadores
del sistema viejo de clasificación por categorías profesionales, un 87,5 por 100 de los publicados en 1998, y un
92,8 por 100 de los de 1999, contiene disposiciones reguladoras de lo que el AICV denomina promoción “profesional” de los trabajadores, articulada a través de los sistemas
de libre designación y promoción interna. De estas elevadísimas proporciones, sólo el 15 por 100 de ellos reservan
al ámbito estatal la negociación de lo que denominan
“ascensos”, “promoción profesional” o “promoción y
ascensos”.
La supresión que el AICV preconiza de la sanción de inhabilitación para ascender, al mencionar sólo las de amonestación, suspensión de empleo y sueldo, traslado y despido
disciplinario, aparece reflejada en el 52,4 por 100 de los convenios sectoriales ajustados al sistema de clasificación profesional del propio acuerdo.
• En fin, la estructuración de la clasificación por grupos profesionales y niveles salariales irradia su influencia sobre otras
muchas materias negociadas y reguladas en los convenios
(preavisos de cese, traslados, excedencias, etc.), resultando
especialmente llamativo hasta qué punto, tanto en la negociación sectorial como en la empresarial aquí analizada,
puede llegar a condicionar la regulación de un tema tan sensible como es el de la duración del periodo de prueba.
3.2.3.5. Otras cláusulas
La recogida de datos por parte de la Administración laboral, a
partir de la cumplimentación de las hojas estadísticas que acom359
MEMORIA 1999
pañan al texto del convenio colectivo en el trámite de registro (cuadro II-41), ofrece información sobre las cláusulas que forman parte
del contenido de la regulación colectiva y que, brevemente, se
expone a continuación.
• Las cláusulas sobre empleo han mantenido en 1999 una tendencia creciente, tanto las que afectan a la creación o mantenimiento del empleo, como aquellas otras referidas a la
estabilidad en el empleo, como ya se ha comentado, respecto
a estas últimas, anteriormente.
Así, se registran compromisos de creación neta de empleo y
mantenimiento del mismo en un 11 por 100 de los convenios,
afectando a un 12 por 100 de los trabajadores cubiertos, elevándose esos porcentajes al 10,4 y 27 por 100, respectivamente, en las previsiones de creación de empleo por jubilaciones
anticipadas.
• El establecimiento de planes de pensiones está previsto en el
5,5 por 100 de la negociación colectiva del año, afectando, no
obstante, a menos del 2 por 100 de los trabajadores afectados
por la misma, en cuanto esta cláusula aparece fundamentalmente en los convenios de empresa.
• Las cláusulas sobre no discriminación aparecen en un 14 por
100 de los convenios, que son de aplicación a algo más de un
28 por 100 de trabajadores afectados por la negociación
colectiva de 1999.
360
361
1.194.223
2.064.723
2.157.736
1.405.177
485
725
1.076
996
1.542
3.874
Cláusula de salvaguarda
Total
7.782.847
4.983.562
100,0
64,0
15,3
26,5
27,7
18,1
78,3
28,2
21,0
51,0
27,8
55,9
60,3
72,9
59,5
5,5
6,5
27,1
26,1
25,7
19,3
16,0
Porcentaje
Fuentes: MTAS, Estadística de Convenios Colectivos y Boletín de Estadísticas Laborales.
* Convenios registrados hasta el 31 de diciembre de 1999.
6.095.080
2.193.403
1.633.640
2.977
541
249
Otros temas objeto de negociación
No discriminación y prom. igualdad sexo
Indemnización por no renovación
Participación trabajadores en la
organización del trabajo
Existencia salario mínimo convenio
Incentivos ligados a productividad
Incentivos de asistencia
3.969.514
2.163.470
4.351.204
4.688.955
5.676.904
1.886
2.939
1.428
3.039
2.316
Jubilación
Complementos de prestaciones sociales
Formación profesional
Salud laboral
Actividad sindical
4.629.102
431.027
502.453
2.106.542
2.031.445
2.001.691
1.504.730
1.242.047
Número
1.612
140
288
405
528
329
535
350
Número
Trabajadores
Empleo
Creación neta empleo
Mantenimiento del empleo
Creación empleo por jubilac. anticipada
Conversión temporal fijo
Movilidad geográfica
Movilidad funcional
Otras relativas al empleo
Cláusulas
Convenios
Total convenios
2.776
1.013
417
532
921
761
2.194
354
77
1.311
2.166
1.079
2.380
1.709
1.150
117
236
228
357
211
412
228
Número
Convenios
790.479
371.188
269.637
189.826
380.158
218.679
725.385
239.412
13.978
448.511
608.708
560.965
741.592
672.157
578.965
102.596
132.658
82.011
261.117
249.728
299.499
147.082
Número
100,0
47,0
34,1
24,0
48,1
27,7
91,8
30,3
1,8
56,7
77,0
71,0
93,8
85,0
73,2
13,0
16,8
10,4
33,0
31,6
37,9
18,6
Porcentaje
Trabajadores
Convenios de empresa
1.098
529
68
193
155
235
783
187
172
575
773
349
659
607
462
23
52
177
171
118
123
122
Número
Convenios
6.992.368
4.612.374
924.586
1.874.897
1.777.578
1.186.498
5.369.695
1.953.991
1.619.622
3.521.003
4.585.572
3.790.239
3.947.363
5.004.747
4.050.137
328.431
369.795
2.024.531
1.770.328
1.751.963
1.205.231
1.094.965
Número
100,0
66,0
13,2
26,8
25,4
17,0
76,8
27,9
23,2
50,4
65,6
54,2
56,5
71,6
57,9
4,7
5,3
28,9
25,3
25,1
17,2
15,7
Porcentaje
Trabajadores
Convenios de otro ámbito
CUADRO II-41
CONVENIOS Y TRABAJADORES AFECTADOS POR CLÁUSULAS ESPECIALES, POR ÁMBITO FUNCIONAL
Y TIPO DE CLÁUSULA, 1999*
MEMORIA 1999
4. POLÍTICAS DE EMPLEO
A CCIÓN
Y PERSPECTIVAS PARA EL AÑO 2000
4.1. SEGUIMIENTO
DEL
PLAN
DE
PARA EL
EMPLEO 1999
Conforme a las nuevas Directrices Europeas para el empleo de
1999 se elaboró el Plan nacional de acción para el empleo del reino
de España para 1999 (PNAE 1999)33, que mantiene la estructura de
cuatro pilares e incluye el seguimiento de las actuaciones llevadas
a cabo en 1998 y las medidas previstas para el año 1999 (tabla II3). Debe señalarse que el Plan contiene más información cuantitativa y presupuestaria que en años anteriores, referida a los distintos
pilares, especialmente sobre las directrices del Primer Pilar. En el
Plan se preveía movilizar un billón y medio de pesetas, beneficiando a un millón cien mil parados que recibirán más de un millón y
medio de acciones formativas o de empleo.
Los objetivos generales del Plan se concretaron en consolidar la
estrategia basada en las políticas activas de empleo34; apoyar la estabilidad en el empleo mediante la ampliación de recursos públicos de
fomento de la contratación indefinida; impulsar la actividad de las
pymes a través de la fiscalidad, simplificación administrativa y
empleo estable a tiempo parcial; y favorecer la mayor participación
de la mujer en el mercado de trabajo y a través de la conciliación de
la vida laboral y familiar.
El PNAE 1999 supone una adaptación a las modificaciones de
las directrices europeas, de forma que aparecen los cambios propuestos por estas últimas, creándose algunas directrices nuevas:
reestructuración del sistema de pensiones y fiscalidad (Directriz 4), promoción de un mercado laboral abierto a todos (Directriz 9)
y desarrollo del potencial de empleo del sector servicios
(Directriz 13).
33
El PNAE 1999 fue aprobado por el Consejo de Ministros el día 21 de mayo
de 1999, y presentado en Bruselas el 25 de mayo, adaptado a las Directrices para el
Empleo de 1999.
34
En 1999 se ha incrementado en un 67,4 por 100 la partida presupuestaria que
el INEM dedica a las políticas activas de empleo, pasando a representar el 35 por 100
del gasto total en políticas de empleo.
362
MERCADO DE TRABAJO, RELACIONES LABORALES Y POLÍTICAS DE EMPLEO
TABLA II-3
DIRECTRICES DEL PLAN DE ACCIÓN PARA EL EMPLEO, 1999
PILAR 1: Mejorar la capacidad de inserción profesional
Directrices 1 y 2 Combatir el desempleo juvenil y prevenir el paro de larga
duración.
Directriz 3
Sustituir medidas pasivas por medidas activas.
Directriz 4
Reestructurar el sistema de pensiones y fiscalidad*.
Directriz 5
Se insta a los interlocutores sociales a llegar a acuerdos que
favorezcan la empleabilidad.
Directriz 6
Desarrollar posibilidades de formación permanente.
Directriz 7
Mejorar la eficacia de los sistemas escolares.
Directriz 8
Dotar a los jóvenes de mayor capacidad de adaptación
creando o desarrollando sistemas de aprendizaje.
Directriz 9
Promover un mercado de trabajo abierto a todos*.
PILAR 2: Desarrollar el espíritu de empresa
Directriz 10
Reducir los costes generales y las cargas administrativas de
las empresas, fundamentalmente de las Pymes.
Directriz 11
Fomentar el trabajo por cuenta propia.
Directriz 12
Creación de puestos de trabajo a nivel local. Desarrollo de
la Economía Social.
Directriz 13
Desarrollar el potencial de empleo del sector servicios*.
Directriz 14
Reducir la carga fiscal sobre el trabajo.
Directriz 15
Reducir los tipos del IVA sobre los servicios intensivos en
mano de obra.
PILAR 3: Fomentar la capacidad de adaptación de los trabajadores
y las empresas
Directriz 16
Acuerdos para modernizar la organización del trabajo.
Directriz 17
Tipos de contratos más adaptables.
Directriz 18
Reconsiderar las trabas que dificultan la inversión en
Recursos Humanos y ofrecer incentivos fiscales o de otra
índole para el desarrollo de la formación en la empresa.
PILAR 4: Reforzar la política de igualdad de oportunidades
Directriz 19
Integración de igualdad de oportunidades entre hombres
y mujeres en todas las políticas.
Directriz 20
Combatir la discriminación entre hombres y mujeres.
Directriz 21
Conciliar la vida laboral con la vida familiar.
Directriz 22
Facilitar la reincorporación al trabajo.
* Nuevas directrices frente al Plan de Acción de 1998.
Fuente: Plan de Acción para el Empleo del Reino de España, 1999.
363
MEMORIA 1999
4.1.1. Pilar 1: mejora de la capacidad de inserción profesional
Uno de los objetivos principales del Plan ha sido que las acciones de inserción continúen aumentando para alcanzar a un mayor
porcentaje de los potenciales destinatarios, esto es, demandantes de
empleo no ocupados, cifra que para 1999 se estimó en 2.489.406
demandantes, un 6,8 por 100 menos que en 1998. En este sentido,
se fijó como objetivo realizar 1.538.729 acciones de inserción de
desempleados, a través de medidas de formación ocupacional, formación-empleo, iniciativas locales de empleo, apoyo al autoempleo y al empleo de discapacitados, medidas de interés social, así
como acciones de orientación y de promoción profesional. Puede
señalarse que se han superado en un 18 por 100 el número total de
acciones inicialmente comprometidas, con un total de 1.825.851
acciones de inserción, en las que han participado 1.074.207 personas, habiendo recibido las mujeres el 59 por 100 de las acciones
(cuadro II-42). Además de estas acciones, 578.527 parados se han
incorporado al mercado de trabajo mediante un contrato con financiación pública (bonificaciones o subvenciones)35. Para financiar el
incremento de acciones previsto, el Plan estableció una dotación
presupuestaria de 351.301 millones de pesetas, un 27 por 100 más
que en 1998, correspondiendo 62.231 millones a las Comunidades
Autónomas, aunque finalmente el coste de las acciones ha sido
aproximadamente de 315.223 millones de pesetas (el 83,4 por 100
del INEM y el resto de las Comunidades Autónomas).
Disminuyen
algunas acciones
de inserción
A pesar del aumento general de las acciones de inserción, ha
habido reducciones en algunas de ellas. Así, por ejemplo, mientras
que en 1998 se realizaron 519.929 acciones de formación de desempleados, en 1999 ha habido 433.802, y eso que la cifra inicialmente
prevista era de 505.861 acciones. En cambio, si en un principio
se preveían 68.025 acciones de formación-empleo, 28 menos que el
año anterior, finalmente se han realizado durante 1999 un total de
74.548 acciones de este tipo, lo que supone un incremento de 6.495
acciones respecto a 1998. Hay que tener en cuenta que parte de los
alumnos de formación ocupacional se han desplazado hacia programas mixtos de empleo-formación, tales como escuelas-taller, casas
de oficio y talleres de empleo. También se han realizado 7.477
35
2000.
364
Fuente: Plan de Acción para el Empleo del Reino de España para el año
365
18.722
EMPLEO
14.097
77.011
Empleo de Interés Social
ORIENTACIÓN
192.702
210.689
204
113.927
88.083
2.137
1.062
119
11-404
23.950
61.207
85.157
Mujeres
Fuente: Plan de Acción para el Empleo del Reino de España, 2000.
TOTAL
239
3.289
Empleo Discapacitados
Técnicos para desarrollo local
1.259
Apoyo Autoempleo
77
40.650
Formación y Empleo
Iniciativas Locales Empleo
96.730
56.080
Formación de desempleados
Hombres
FORMACIÓN
Total PNAE 1999
< 25 años
– 6 meses
351.053
357
152.917
113.962
4.688
5.211
311
124.172
1.569
72.038
73.607
Hombres
479.020
579
279.443
83.503
3.047
5.265
240
92.055
1.572
105.371
106.943
Mujeres
>25 años,
– 12 meses
194.254
353
105.127
17.524
9.076
5.789
281
32.670
4.237
51.867
56.104
Hombres
398.133
544
272.596
23.828
5.899
5.178
279
35.184
2.570
87.239
89.809
Mujeres
Parados de larga
duración
CUADRO II-42
ACCIONES DE INSERCIÓN REALIZADAS EN 1999
(Según duración del desempleo, edad y género del perceptor)
738.009
949
335.055
145.583
17.053
12.259
669
175.564
46.456
179.985
226.441
Hombres
1.087.842
1.327
665.966
115.414
11.083
11.505
638
138.640
28.092
253.817
281.909
Mujeres
Total
1.825.851
2.276
1.001.021
260.997
28.136
23.764
1.307
314.204
74.548
433.802
508.350
Total
MEMORIA 1999
acciones de empleo menos que en 1998. El Programa de empleo de
interés social, que es el de mayor peso en el conjunto de las acciones de empleo, ha disminuido un 7,2 por 100.
Asimismo, el Plan ha pretendido profundizar en el desarrollo
del Acuerdo de gestión con las Comunidades Autónomas, para la
selección de los demandantes beneficiarios de las acciones de
inserción y consolidar los sistemas de intercambio de información,
puesto que, como ha puesto de manifiesto el CES36, existe falta de
intercambio de información entre el servicio público de empleo
del INEM y de las Comunidades Autónomas que lo tienen transferido, lo cual ofrece un resultado de mala coordinación entre oferta
y demanda, quedando determinadas ofertas de trabajo sin cubrir.
Llaman la atención las diferencias regionales registradas en términos de paro y empleo, que se manifiestan en tasas de desempleo
tan dispares como las existentes en Andalucía, con un 26,8 por
100, y Navarra y Baleares, que apenas superan el 7 por 100.
Puesta en marcha
de los Talleres
de Empleo
El Plan preveía algunas medidas novedosas, ya anunciadas en
1998 pero que empezaron a ponerse en marcha en 1999, como el
Programa de talleres de empleo37, que combina acciones de empleoformación en servicios y obras de utilidad pública o interés social,
dirigidas durante este año, preferentemente, a parados mayores de 40
años. Durante 1999 se han puesto en marcha un total de 172 talleres,
con 4.213 participantes (el 43 por 100 parados mayores de 40 años y
el 56 por 100 mujeres)38. En el marco del Programa de escuelastaller y casas de oficios, durante 1999 han funcionado 919 centros
que han atendido a 32.497 alumnos-trabajadores, lo que respecto al
año anterior representa un aumento de 204 centros y 5.840
alumnos39. El perfil del alumnado corresponde al de un varón entre
20 y 23 años y con estudios de EGB o Bachiller Elemental.
36
Informe 1/2000 del CES, de 26 de enero, sobre movilidad geográfica.
RD 282/1999, de 22 de febrero, por el que se establece el programa de talleres de empleo, y Orden de 9 de marzo de 1999, por la que se desarrolla el
RD 282/1999, de 22 de febrero, y se establecen las bases reguladoras de la concesión de subvenciones públicas a dicho Programa.
38
Fuente: Plan de Acción para el Empleo del Reino de España para el año
2000.
39
INEM, Perfil del Usuario, 1999. Los últimos datos disponibles corresponden
a 30 de septiembre de 1999.
37
366
MERCADO DE TRABAJO, RELACIONES LABORALES Y POLÍTICAS DE EMPLEO
El Plan de empleo ha contemplado otras acciones nuevas, como
son la puesta en marcha de un programa denominado “compromiso
voluntario de actividad”40 y el programa de tutoría individualizada de los desempleados con dificultades de inserción laboral.
Respecto a este último, se han contabilizado, a marzo de 2000, más
de 238.000 beneficiarios atendidos41. En cumplimiento de estas
medidas se ha creado para el año 2000 un programa de actuación
que combina medidas de empleo activas con pasivas, procurando
tanto la inserción laboral como la ayuda en la situación de desempleo del colectivo de parados de larga duración en situación de
mayor necesidad y, en consecuencia, contempla un itinerario laboral a partir de un compromiso de actividad, con tutoría individualizada e incorporación a programas de empleo y formación, además
de una renta complementaria de estas acciones42.
También se preveía el desarrollo de un Plan de choque en 100
municipios afectados gravemente por el desempleo, puesto en marcha durante 1999 sólo en 25 municipios, con una inversión de
5.000 millones de pesetas y 3.900 desempleados beneficiados, y el
apoyo a la figura del cuidador/a de proximidad (para atender a
niños o mayores en el propio domicilio o en el local cedido por el
Ayuntamiento).
Las actuaciones específicas de formación profesional se engloban dentro del Programa nacional de formación profesional 19982001 (PNFP), que continúa con la reforma y adecuación del
sistema. Los objetivos en este ámbito son diversos, destacando la
creación del Instituto nacional de cualificaciones43, la promoción
y acreditación de las distintas ramas de la formación profesional, la
Diversos
objetivos en las
actuaciones
de Formación
Profesional
40
Programa dirigido a los beneficiarios de prestaciones por desempleo, en el
que éstos y el servicio público de empleo se comprometen a desarrollar un programa intensivo de actuaciones dirigidas a mejorar la empleabilidad y a la organización de la búsqueda activa y acceso al empleo.
41
Fuente: Plan de Acción para el Empleo del Reino de España para el año
2000.
42
RD 236/2000, de 18 de febrero, por el que se regula un programa, para el
año 2000, de inserción laboral para los trabajadores desempleados de larga duración, en situación de necesidad, mayores de 45 años.
43
Aprobado por RD 375/1999, de 5 de marzo, por el que se crea el Instituto
nacional de cualificaciones, con el objetivo de diseñar el Sistema nacional de cualificaciones, previsto así en el Plan de empleo. Falta todavía la norma básica para su
desarrollo.
367
MEMORIA 1999
aprobación de 27 nuevos certificados de profesionalidad, de los
cuales ocho se corresponderán con nuevos yacimientos de empleo,
y la generalización de las prácticas de formación.
Con respecto a la formación profesional ocupacional, impartida
a través del INEM a personas desempleadas, el seguimiento realizado a los alumnos que siguieron cursos en 1998 apunta que la tasa de
inserción ha mejorado ligeramente respecto al año anterior, obteniendo trabajo en 1999 un 69,1 por 100 de los alumnos. Estos alumnos, el 55 por 100 de los cuales eran mujeres, se formaron en 7.700
cursos, en su mayoría de entre 200 y 399 horas. Las especialidades
formativas más programadas fueron las de servicios a empresas,
administración y oficinas y edificación y obras públicas, que cubrieron más de la mitad de toda la oferta formativa.
Por sectores, son industria y, sobre todo, construcción, los que
presentan mejores resultados a pesar de que es en servicios, con
mucho, donde más alumnos se formaron. Las ramas que más altas
tasas de inserción obtienen son minería y primeras transformaciones, industria pesada y construcciones metálicas, automoción y,
finalmente, transportes y comunicaciones, ya que en todas se colocaron más del 80 por 100 de los alumnos (cuadro II-43). Se observa, asimismo que, de los 66.000 alumnos que consiguieron trabajo
tras la realización de los cursos, 32.400 eran varones y 33.700
mujeres. Sin embargo, los varones presentan mayores tasas de
inserción en todas las ramas, a excepción de en automoción,
donde se colocaron la práctica totalidad de las 241 alumnas.
En 1999 el INEM ha ofrecido formación ocupacional a casi
50.000 alumnos. La gradual disminución de los cursos impartidos a
través del INEM se debe en buena parte a que se está produciendo
el traspaso de competencias de gestión en esta materia a las
Comunidades Autónomas44. En las Comunidades que tienen la ges44
Reales Decretos por los que se produjeron los traspasos de funciones y servicios de la Administración del Estado a las Comunidades Autónomas en materia de
gestión de la formación profesional ocupacional entre 1997 y 1999: Navarra,
1319/1997, de 1 de agosto; Extremadura, 2024/1997, de 26 de diciembre; Aragón,
300/1998, de 27 de febrero; Baleares, 621/1998, de 17 de abril; Castilla-La
Mancha, 1661/1998, de 24 de julio; Madrid, 2534/1998, de 27 de noviembre;
Cantabria, 2672/1998, de 11 de diciembre; La Rioja, 41/1999, de 15 de enero;
Castilla y León, 148/1999, de 29 de enero; Murcia, 522/1999, de 26 de marzo.
368
MERCADO DE TRABAJO, RELACIONES LABORALES Y POLÍTICAS DE EMPLEO
tión transferida se han formado 136.000 desempleados en 199945.
Respecto al seguimiento realizado sobre los alumnos formados en
1998 en el ámbito autonómico, los mejores resultados se han producido en Cataluña e Islas Baleares, con tasas de inserción del 72,9 y 72
por 100, respectivamente, mientras que en Galicia y Canarias no llega
al 60 por 100 la proporción de alumnos colocados (cuadro II-44).
CUADRO II-43
ALUMNOS DEL INEM PARADOS FORMADOS Y COLOCADOS POR FAMILIA
PROFESIONAL, 1997-1999
(Número de alumnos anual y porcentaje de los colocados en el año siguiente)
1998
1999
Formados
en 1997
Colocados
en 1998
Tasa de
inserción
Formados
en 1998
Colocados
en 1999
Tasa de
inserción
Sector servicios
Administración y oficinas
Comercio
Docencia e investigación
Información y manifestaciones
artísticas
Sanidad
Seguros y finanzas
Servicios a la comunidad y personales
Servicios a las empresas
Transportes y comunicaciones
Turismo y hostelería
84.977
27.663
6.743
2.848
55.932
17.233
4.942
1.799
65,8
62,3
73,3
63,2
71.953
22.770
5.636
1.990
48.161
14.387
4.254
1.340
66,9
63,2
75,5
67,3
967
3.899
615
2.496
63,6
64,0
814
4.024
282
576
2.586
154
70,8
64,3
54,6
5.779
26.690
4.585
5.803
3.802
17.225
3.712
4.108
65,8
64,5
80,9
70,8
4.312
24.342
4.115
3.668
2.787
16.162
3.328
2.587
64,6
66,4
80,9
70,5
Industria
Artesanía
Automoción
Fabricación de equipos mecánicos
Industrias agroalimentarias
Industrias gráficas
Industria pesada y construcciones
metálicas
Industrias químicas
Industria textiles, piel y cuero
Industrias de madera y corcho
Minería y primeras transformaciones
Montajes e instalaciones
Mantenimiento y reparación
Producción, transformación y
distribución de energía y agua
23.873
350
3.031
1.945
1.723
782
17.699
167
2.308
1.579
1.240
472
74,1
47,7
76,1
81,2
71,9
60,4
17.270
250
1.938
1.670
1.403
680
13.119
101
1.590
1.325
1.063
452
76,0
40,4
82,0
79,3
75,8
66,5
2.931
1.041
1.516
1.604
2.513
742
769
1.051
85,7
71,3
50,7
65,5
2.299
795
1.053
1.149
1.975
550
620
716
85,9
69,2
58,9
62,3
275
5.223
3.342
250
3.972
2.561
90,9
76,0
76,6
394
3.366
2.146
376
2.574
1.682
95,4
76,5
78,4
110
75
68,2
127
95
74,8
Construcción
Edificación y Obras Públicas
6.953
6.953
5.334
5.334
76,7
76,7
4.740
4.740
3.676
3.676
77,6
77,6
Agrario
Agraria
Pesca y acuicultura
3.080
3.080
1.979
1.979
64,3
64,3
1.728
1.728
1.127
1.127
65,2
65,2
118.883
80.944
68,1
95.691
66.083
69,1
Sector/familia profesional
Total
Fuente: Datos facilitados por la Subdirección General de Servicios Técnicos, Unidad de Evaluación de la Oferta del INEM.
45
A falta de los datos de Andalucía, Canarias, Cataluña y Galicia.
369
MEMORIA 1999
CUADRO II-44
ALUMNOS PARADOS FORMADOS Y COLOCADOS,
GESTIÓN COMUNIDADES AUTÓNOMAS, 1999
Inserción 1999
Formados
en 1998
Andalucía
Aragón
Islas Baleares
Canarias
Castilla-La Mancha
Cataluña
Comunidad Valenciana
Extremadura
Galicia
Navarra
Total
Colocados
en 1999
Tasa de
inserción
18.070
4.698
2.291
1.279
841
25.702
39.174
6.893
12.503
4.795
10.977
3.277
1.649
760
534
18.746
26.058
4.262
7.002
3.079
60,7
69,8
72,0
59,4
63,5
72,9
66,5
61,8
56,0
64,2
111.451
73.265
65,7
(Los traspasos de competencias en materia de gestión de la FPO a Aragón, Baleares y
Castilla-La Mancha se produjeron a lo largo de 1998, por lo que los datos de formación pueden no corresponder a la totalidad del año.)
Fuente: Datos facilitados por la Subdirección General de Servicios Técnicos, Unidad de
Evaluación de la Oferta del INEM.
Respecto a la formación profesional continua, el número de
alumnos beneficiarios ha sido de 2.180.86046, con un presupuesto
de 105.809 millones de pesetas. La formación de trabajadores ocupados se ha incrementado en un 15 por 100, siendo los colectivos
desfavorecidos (mujeres, mayores y trabajadores no cualificados)
los que tienen preferencia para participar en las acciones de formación en las empresas.
Disminuyendo el
número de
alumnos de
Formación
Profesional
Reglada
En cuanto a la formación profesional reglada, el número de
alumnos continúa disminuyendo. En el curso 1998-1999 han cursado estas enseñanzas algo más de medio millón de alumnos, un 18,6
por 100 menos que en el anterior (cuadro III-4), descenso cuya
causa, a juicio del Consejo Escolar del Estado, reside en la evolución descendente de la población escolar y en que la implantación
progresiva y anticipada del segundo ciclo de la ESO afecta a la
edad de un sector de alumnos de formación profesional. A estos
46
2000.
370
Datos provisionales, según el Plan de Acción para el Empleo para el año
MERCADO DE TRABAJO, RELACIONES LABORALES Y POLÍTICAS DE EMPLEO
factores se añade la falta de motivación del alumnado para acceder
a estas enseñanzas, ya que siguen sin ser consideradas como una
alternativa real a los estudios de otro tipo47.
La necesidad de una mayor conexión entre los estudios de
Formación Profesional Reglada y las necesidades del mercado
laboral se hacen patentes al comprobar que su tasa de inserción en
1999, si bien ha seguido aumentando, es inferior en casi tres puntos
a la de quienes han cursado estudios secundarios. El CES ya ha
puesto de manifiesto la necesidad de que los servicios públicos de
empleo, en cooperación con los agentes sociales y sectores económicos, se adelanten a las necesidades del tejido productivo mediante observatorios de futuras necesidades de empleo que sirvan para
orientar y planificar los programas de formación profesional a
medio plazo, de forma que se dirijan a determinadas profesiones y
oficios que presentan una oferta insuficiente en el mercado laboral
español48. La realización de prácticas en centros de trabajo es una
pieza clave en la formación profesional. Durante 1999 han realizado módulo formativo práctico en empresas 106.800 alumnos, lo
cual supone un sustancial avance respecto al año anterior, pues en
el curso 1997-1998 llevaron a cabo prácticas de formación en los
centros de trabajo un total de 43.212 alumnos, pero todavía se está
lejos de su generalización, a pesar del carácter obligatorio de este
módulo de prácticas. En este sentido, el Consejo escolar del Estado
ha vuelto a reiterar la necesidad de seguir impulsando este mecanismo de conexión entre el sistema educativo y el mundo laboral, y
de introducir una mayor flexibilidad al fijar el momento de realización de las prácticas, y para incrementar el número de participantes
en el futuro se ha firmado un convenio marco de colaboración
entre el MEC y el Consejo superior de cámaras de comercio, industria y navegación.
Necesidad de
conectar la
formación con el
mercado de
trabajo
El Plan de empleo contempla actuaciones sobre la formación
profesional reglada en el marco de las Directrices 7 y 8, cuyos objetivos son mejorar la eficacia de los sistemas escolares y dotar a los
jóvenes de mayor capacidad de adaptación creando o desarrollando
47
Se realiza un tratamiento más pormenorizado de la formación profesional
reglada en el capítulo III, apartado 2.1.4., de la Memoria.
48
Informe 1/2000 del CES, sobre Movilidad Geográfica, aprobado en sesión
ordinaria del Pleno el 26 de enero de 2000.
371
MEMORIA 1999
sistemas de aprendizaje. Las medidas adoptadas para alcanzar
dichos objetivos han sido, entre otras, potenciar la oferta de módulos de formación profesional reglada, ampliar las posibilidades de
orientación educativa y profesional, promover experiencias de innovación y potenciar las relaciones escuela-empresa para favorecer la
realización del módulo obligatorio de formación en centros de trabajo. Otra de las actuaciones previstas para 1999 ha sido la aprobación del Plan joven 2000-2003, así como otros programas con
acciones a favor de los jóvenes emigrantes y retornados.
Una de las actuaciones del Plan de empleo que se enmarcan en el
objetivo de mejorar la eficacia de los sistemas escolares es incrementar la oferta en los Programas de garantía social. Se trata de programas de formación para jóvenes entre 16 y 21 años que no hayan
alcanzado los objetivos de la ESO ni tengan titulación de Formación
Profesional. El alumnado de estos programas ha ido aumentando
desde su implantación en el curso 1995-1996, con 13.996 alumnos,
hasta los 30.000 matriculados en la actualidad. La previsión del Plan
de empleo era superar los 38.000 alumnos en 1999, por lo que todavía hay que avanzar en la promoción de estos programas.
Lucha contra la
discriminación
laboral
En coherencia con las Directrices europeas para 1999, el PNAE
introdujo una nueva directriz para promover un mercado laboral
abierto a todos (Directriz 9), con el objetivo de luchar contra la discriminación laboral. En esa línea propuso, entre otras medidas,
potenciar la integración de las personas con discapacidad y de los
inmigrantes con riesgo de exclusión del mercado laboral, la realización de prácticas formativas en las empresas en los Programas de
garantía social, e impulsar la Ley de inserción social, aunque dicha
ley no se consiguió aprobar en 1999. El PNAE 1999 incorporó como
una de las medidas concretas a realizar la previsión de alternativas al
cumplimiento de la cuota de reserva del 2 por 100 a favor de los trabajadores discapacitados, en empresas de más de 50 trabajadores49.
49
Esta medida se ha recogido en el RD 27/2000, de 14 de enero, por el que se
establecen medidas alternativas al cumplimiento de la cuota de reserva del 2 por
100 a favor de los trabajadores con discapacidad, en empresas de 50 o más trabajadores, norma que desarrolla la Ley 13/1982, de integración social de minusválidos. El RD establece como novedad la posibilidad de que, excepcionalmente, los
empresarios que deben cumplir esta cuota puedan aplicar medidas alternativas a
esta obligación. La primera medida regulada ofrece a las empresas la posibilidad
de realizar un contrato mercantil o civil con un Centro especial de empleo, o con
372
MERCADO DE TRABAJO, RELACIONES LABORALES Y POLÍTICAS DE EMPLEO
Puede señalarse que, según datos del INEM50, a lo largo de 1999 se
han celebrado 16.231 contratos de minusválidos en centros especiales de empleo, 4.504 contratos temporales de minusválidos y
9.848 contratos para minusválidos, de duración indefinida51. Llama
la atención que, de estos 9.848 contratos de minusválidos celebrados en 1999, 7.537 han sido celebrados con hombres y sólo 2.311
con mujeres.
4.1.2. Pilar 2: desarrollar el espíritu de empresa
Entre las principales medidas previstas para favorecer la creación y el desenvolvimiento de las empresas, sobre todo las Pymes,
así como para potenciar el crecimiento del empleo en el sector
servicios, se puso en marcha el Plan de simplificación administrativa de la actividad empresarial52. Además, en el ámbito del autoempleo, se ha pretendido desarrollar un Plan integral de fomento
empresarial de autónomos (para facilitar información y asesoramiento empresarial a los autónomos con asistencia técnica, durante
un año, a cargo de consultores especializados), y se ha dado un tratamiento fiscal más favorable a los discapacitados que pierdan su
empleo y quieran establecerse por cuenta propia. De la misma
forma, para promocionar el espíritu empresarial, se han previsto en
un trabajador autónomo discapacitado, para el suministro de materias primas,
maquinaria, bienes de equipo, o cualquier otro tipo de materiales para la empresa.
La segunda posibilidad por parte de las empresas es la realización de dicho contrato para la prestación de servicios ajenos y accesorios a la actividad normal de la
empresa. Se ha creado una tercera opción consistente en la realización de donaciones y de acciones de patrocinio, siempre con carácter monetario, para el desarrollo de actividades encaminadas a la integración laboral e impulso del empleo
para personas con discapacidad.
50
Fuente: Estadística de Contratos Registrados, diciembre 1999.
51
Existen distintas modalidades de contratación que, para facilitar la integración laboral de los trabajadores minusválidos, contemplan determinadas bonificaciones o subvenciones, tal como ocurre en el contrato indefinido, de formación, en
prácticas, temporal, etc. Por el contrario, existe una modalidad de contratación
exclusiva para minusválidos, que se concierta por tiempo indefinido y está regulada en el RD 1451/1983, modificado por el RD 4/1999.
52
El Plan incluye, entre otras medidas, la ventanilla única empresarial, implantada ya experimentalmente en Palma de Mallorca y Valladolid, el Sistema red de la
Seguridad Social (sistema de remisión electrónica de documentos), el desarrollo
del registro automatizado de contratos en el INEM, financiación (línea ICO-Pyme)
de préstamos por valor de 400.000 millones de pesetas o el apoyo al sistema de
garantías recíprocas.
373
MEMORIA 1999
el PNAE 1999 medidas de apoyo para jóvenes y mujeres, mediante
información, formación y asesoramiento, y la creación de un centro
de información electrónica y personalizada para las Pymes.
Nueva ley de
cooperativas
Potencial de
empleo en el sector
servicios
También se ha planteado desarrollar proyectos empresariales de
economía social, así como iniciativas a nivel local. A estos efectos,
la aprobación de la Ley 27/1999, de las Cooperativas, sobre cuyo
Anteproyecto tuvo ocasión de pronunciarse el CES53, ofrece un
marco idóneo para la implantación de estas medidas. Dicha Ley
permite reducir el número de socios y agiliza los trámites para la
constitución de una sociedad cooperativa. Además se posibilita el
que estas empresas de economía social puedan acogerse al programa general de bonificaciones a la contratación estable. En el marco
de la economía local, el PNAE 1999 contempló diversas medidas,
como el establecimiento de un nuevo Programa de iniciativas
locales de empleo, incentivos a los proyectos de colaboración
entre las entidades locales y las Organizaciones de economía
social para desarrollar recursos locales, un Programa piloto de
gestión medioambiental para municipios turísticos, “Municipio
Verde”, y un programa de mejora de infraestructuras turísticas.
Estos dos últimos programas están dotados en el Plan con 1.996
millones de pesetas.
Siguiendo las Directrices europeas, se ha pretendido desarrollar
el potencial de empleo del sector servicios (nueva Directriz 13),
especialmente en los servicios relacionados con la industria y nuevas tecnologías, de ahí que se haya previsto la elaboración y puesta
en marcha de una iniciativa para el desarrollo de la sociedad de la
información, tal y como acordó el Consejo de Ministros el 9 de
abril de 199954.
También se estableció un Plan concertado para el desarrollo de
los servicios sociales, para realizar acciones de ayuda a domicilio,
apoyo a la unidad convivencial, creación de centros sociales de
estancia diurna y otros servicios sociales básicos, así como acciones de Formación Profesional relacionada con los sectores de hostelería, turismo y medio ambiente.
53
54
374
Dictamen CES 2/1998, de 25 de marzo.
Véase apartado 4 del capítulo III.
MERCADO DE TRABAJO, RELACIONES LABORALES Y POLÍTICAS DE EMPLEO
Asimismo, puesto que la Directriz 14 habla de la reducción de
la carga fiscal sobre el empleo, independientemente de la entrada
en vigor del nuevo Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas
a partir de 1999, se ha aprobado un nuevo programa de bonificaciones a la contratación estable de trabajadores al que se esperaba
se acogieran 868.000 nuevos contratos, destacando entre sus novedades la bonificación por primera vez de los contratos a tiempo
parcial indefinidos, en línea con la Directriz 17 de llevar a cabo
contratos más adaptables. También se establece el incremento de
las bonificaciones en cinco puntos porcentuales cuando las contrataciones se realicen con mujeres y se efectúen a jornada completa.
Nuevas
bonificaciones a
los contratos
estables
4.1.3. Pilar 3: fomentar la capacidad de adaptación
de los trabajadores y las empresas
Igual que se hizo en el Plan de empleo de 1998, en 1999 se ha
querido seguir avanzando en la reorganización del trabajo y en la
normalización de las relaciones laborales, y se recuerda la necesaria colaboración de los interlocutores sociales a fin de desarrollar
en la negociación colectiva una serie de aspectos relacionados con
los puntos principales del Plan, entre los que se encuentra la aplicación de la nueva regulación del contrato a tiempo parcial, el desarrollo pleno de los Acuerdos de 1997 en las materias pendientes, el
desarrollo de los conceptos salariales de carácter variable, la creación de empleo y mejora del nivel de ocupación de las mujeres, la
transformación de contratos temporales en indefinidos, la distribución del tiempo de trabajo en cómputo anual, la prevención de riesgos laborales y la descentralización de la negociación colectiva.
El Gobierno también señalaba que pondría en marcha un Plan
de movilidad geográfica para favorecer una mejor conexión entre
ofertas y demandas de empleo y el desplazamiento de los desempleados, de forma que se cubran las plazas vacantes en cualquier
parte del territorio nacional. En este sentido, el Ministro de trabajo
y asuntos sociales solicitó al CES un informe para conocer su diagnóstico acerca del establecimiento de medidas tendentes a mejorar
la estructura y ordenación de la oferta de empleo, así como a garantizar los derechos y servicios necesarios relacionados con el desplazamiento de los trabajadores y sus familias55.
55
El CES elaboró el Informe 1/2000, sobre movilidad geográfica, aprobado en
sesión ordinaria del Pleno de 26 de enero de 2000, en el cual pone de manifiesto la
375
MEMORIA 1999
En el marco del objetivo de lograr tipos de contratos más adaptables (Directriz 17), para 1999 se ha pretendido fomentar el trabajo a
tiempo parcial sobre los principios de estabilidad, voluntariedad y no
discriminación. Por ello, el PNAE 1999 contempló un nuevo contrato
a tiempo parcial estable, así como incentivos en forma de bonificaciones de las cotizaciones a la Seguridad Social para su contratación56,
para las cuales se preveía un coste de 6.589 millones de pesetas. Se
pretendía superar los 200.000 contratos a tiempo parcial estable. En
este sentido puede apuntarse que, en cuanto a la contratación registrada en las Oficinas de Empleo del INEM, se han celebrado a lo largo
del año un total de 2.412.823 contratos a tiempo parcial, de los cuales
197.607 han sido indefinidos, incluyéndose en esta cifra los fijos discontinuos. Sí se ha superado el número de contratos a tiempo parcial
estable registrados en 1998, cuya cifra ascendió a 147.41057.
Finalmente, en el ámbito fiscal, la Directriz 18 señala la necesidad de reconsiderar las trabas que dificultan la inversión en recursos humanos, de forma que se incorporan incentivos fiscales a
favor de la inversión en capital humano, previstos en el nuevo
IRPF y en el Impuesto de Sociedades58.
4.1.4. Pilar 4: reforzar la política de igualdad de oportunidades
Acceso prioritario
de las mujeres
Siguiendo las Directrices Europeas para 1999, el Plan de empleo
contempla un acceso prioritario de las mujeres a la mayoría de los
programas, de forma que se avance hacia una participación paritaria
en el mercado laboral. El PNAE afecta a las mujeres de forma
escasa comunicación de los servicios públicos de empleo, y juzga imprescindible,
en lo relativo a la gestión de la intermediación en el mercado de trabajo, garantizar
la coordinación y el intercambio transparente y fluido de información entre los distintos servicios públicos de empleo y las agencias de colocación, así como el
fomento de la confianza de las empresas en estos servicios públicos.
56
La Ley 50/1998, de 30 de diciembre, de Medidas fiscales, administrativas y
del orden social, regula el régimen de bonificaciones de cuotas a la Seguridad
Social por la contratación indefinida de desempleados incluidos en colectivos con
dificultades de inserción laboral, estableciendo por primera vez el derecho a bonificación cuando dichas contrataciones se realicen a tiempo parcial y primando, además, la contratación del colectivo de mujeres sobre los demás.
57
Estadística de Contratos Registrados, diciembre 1998 y 1999, INEM.
58
El sistema tributario implantado el 1 de enero de 1999 incorpora nuevos incentivos fiscales, destacando la exención en el IRPF de las retribuciones pagadas por las
empresas por cursos de actualización, capacitación, formación o reciclaje, por lo que
no reciben tratamiento de retribución en especie como renta del trabajo. También
376
MERCADO DE TRABAJO, RELACIONES LABORALES Y POLÍTICAS DE EMPLEO
importante, no sólo por el cuarto pilar, sino también por su peso específico dentro de los colectivos que han de ser objeto de las políticas activas de empleo que constituyen el primer pilar. De forma especial, en el
Pilar 4 se persigue elevar y mejorar la empleabilidad de las mujeres,
evitando cualquier forma de discriminación y reduciendo los obstáculos
que impidan la asunción de obligaciones familiares por los trabajadores. En la población de 16 y más años, la tasa de actividad femenina en
1999 ha sido del 38,4 por 100, casi la mitad de la masculina, 63,1 por
10059, y han participado en acciones de inserción laboral 629.706
desempleadas, lo que representa el 59 por 100 de todos los beneficiados.
El aspecto más novedoso del Plan es la aprobación de un Proyecto
de Ley de conciliación de la vida familiar y profesional, sobre cuyo
Anteproyecto emitió un Dictamen el CES60, en el que se sugería la
conveniencia de ampliar los supuestos de exención del pago de cotizaciones a la Seguridad Social en los contratos de sustitución por
maternidad del Programa coste cero61, propuesta que fue recogida en
el Proyecto de Ley, que finalmente fue aprobado dando lugar a la Ley
39/1999, de 5 de noviembre, para promover la conciliación de la vida
familiar y laboral de las personas trabajadoras. El CES también llamó
la atención sobre la necesidad de promover servicios especiales, de
atención a las personas (niños, enfermos, ancianos, etc.), y sobre ello
el Plan de Empleo acordó el desarrollo de un Plan Integral de Apoyo
a la Familia, que no se ha realizado todavía, pero no se establecieron
en el Plan objetivos concretos para extender la red de servicios sociales, guarderías, etc. Se han aprobado pequeñas medidas de mejora de
la protección familiar de la Seguridad Social62.
Ley de
conciliación
de la vida laboral
y familiar
Otras medidas previstas por el Plan para mejorar la empleabilidad de las mujeres son la introducción de un incremento de cinco
en el Impuesto de Sociedades se establece una deducción en la cuota íntegra del 5 por
100 de los gastos de formación, porcentaje que será del 10 por 100 si dichos gastos del
periodo superan la media de los efectuados en los dos años anteriores.
59
Boletín de Estadísticas Laborales, marzo 2000, Ministerio de Trabajo y
Asuntos Sociales.
60
Dictamen del CES 4/1999, de 28 de abril.
61
El número total de contratos de interinidad de sustitución por maternidad en
1999 es de 29.627, de los que el 81,7 por 100 corresponden a mujeres (Fuente:
Plan de Acción para el Empleo del Reino de España para el año 2000).
62
Real Decreto-Ley 1/2000, de 14 de enero, sobre determinadas medidas de mejora de la protección familiar de la Seguridad Social: por un lado, se limita a una actuali-
377
MEMORIA 1999
puntos en las bonificaciones a favor de su contratación indefinida,
la potenciación de las ayudas financieras para mujeres emprendedoras63, la priorización de su participación en los programas de
escuelas taller, casas de oficio y talleres de empleo, así como el
desarrollo de programas de formación ocupacional para mujeres
con responsabilidades familiares no compartidas, en colaboración con
las Comunidades Autónomas y las Corporaciones Locales.
4.2. POLÍTICAS TERRITORIALES DE EMPLEO: EL PAPEL DE LAS
COMUNIDADES AUTÓNOMAS
El PNAE 1999 manifiesta la importancia de los Planes regionales
de empleo elaborados por las Comunidades Autónomas, en su mayoría precedidos de Acuerdos de los interlocutores sociales, y sobre los
cuales este Consejo viene estudiando su evolución64. El Gobierno
recuerda la necesidad de cooperación y colaboración entre las
Comunidades Autónomas y el Estado para la consecución de buenos
resultados en la mejora de la situación del empleo en España, al igual
que hizo en el Plan de acción de 1998. Actualmente existen en
España numerosos pactos y medidas de fomento del empleo regionales que hacen que exista una gran diversidad en esta materia, tanto en
el diseño de las medidas como en su grado de ejecución.
Convergencia
entre ámbito
estatal y
autonómico
Si se comparan las medidas autonómicas con el contenido del
PNAE, tanto de 1999 como de 1998, se observa una práctica convergencia entre ambos ámbitos, en lo que sin duda ha influido la
extensión territorial de los Acuerdos interconfederales sobre estabilidad en el empleo, negociación colectiva y cobertura de vacíos,
firmados en 1997 por los agentes sociales y apoyados por el
Gobierno y el Parlamento, así como la aplicación de las directrices
para el empleo establecidas primero en Luxemburgo en 1997 y
después en Viena en 1998.
zación, con vigencia desde el primero de enero de 1999, de las cuantías de las asignaciones económicas de la Seguridad Social por hijo a cargo menor de 18 años, congeladas desde 1991, y de igual modo se revisan para el ejercicio 2000. Por otro lado, se
establecen dos nuevas prestaciones de pago único, la primera de ellas por nacimiento
de tercer hijo y siguientes, para los casos de rentas bajas y, la segunda, para los supuestos de parto múltiple de dos hijos o más, en este caso con independencia de las rentas.
63
En el marco del “Programa de Emprendedora a Empresaria”, han participado
7.517 mujeres, con 1.572 proyectos y un coste de 173 millones de pesetas (Fuente:
Plan de Acción para el Empleo del Reino de España para el año 2000).
64
CES, Memoria sobre la situación socioeconómica y laboral de España, 1998.
378
MERCADO DE TRABAJO, RELACIONES LABORALES Y POLÍTICAS DE EMPLEO
No ha habido grandes cambios en las medidas autonómicas a
favor del empleo entre 1998 y 1999, sobre todo porque la mayoría
de los Planes de Empleo vigentes en 1998 extienden también su
ámbito temporal a 1999, aunque hay algunas Comunidades
Autónomas con planes que entraron en vigor precisamente en
1999, como por ejemplo Navarra, País Vasco, Aragón o Andalucía.
Otras Comunidades han aprobado planes cuya vigencia empieza en
el año 2000, como por ejemplo Asturias.
El problema es que, hasta ahora, no se han realizado por las
Comunidades Autónomas balances de resultados sobre las actuaciones llevadas a cabo en 1999 (tabla II-4), salvo en los casos de
Andalucía, Murcia, la Comunidad Valenciana y Ceuta. Algunas
Comunidades sí han realizado balance de resultados de 1998 o
1997, como por ejemplo Castilla-La Mancha o Castilla y León,
entre otras65, pero puede decirse que existe todavía falta de información, tanto presupuestaria como de evaluación de los resultados
de las medidas, que ya se puso de manifiesto por el CES en la
Memoria de 1998, lo cual no permite una valoración adecuada e
impide una visión global del conjunto de estas políticas en todo el
territorio nacional.
Ausencia de
Se aprecia cierta homogeneidad entre las Comunidades
Autónomas, respecto a ciertas medidas que son recogidas en la
mayoría de los Planes de empleo, como el fomento del empleo
estable, la promoción del autoempleo, la potenciación de la formación profesional, especialmente la ocupacional, así como de los
sistemas públicos de orientación e intermediación laboral.
También se recogen medidas de apoyo a empresas y de promoción
de la igualdad de oportunidades, por lo que puede decirse que hay
medidas coincidentes entre todas las Comunidades Autónomas.
Donde más diferencias se observan es en la instrumentación de
las medidas, tanto en términos cualitativos, en cuanto a las técnicas de intervención, como fundamentalmente en los importes
contemplados, tanto a nivel interregional como en el seno de cada
Comunidad, respecto de los distintos colectivos afectados por una
misma medida.
Homogeneidad
valoración de
resultados
en algunas
medidas de las
Comunidades
Autónomas
65
Otras Comunidades Autónomas tienen análisis breves de datos sobre las
acciones realizadas, como Cantabria, Extremadura, Islas Baleares, País Vasco o
Asturias.
379
380
La Consejería de Trabajo e Industria de la Junta de Andalucía ha realizado un seguimiento de las diferentes medidas de fomento
del empleo en 1999. Se obtienen datos como que en el marco de las Experiencias mixtas de formación y empleo se llevaron a
cabo 94 cursos, con un total de 1.213 alumnos. De la misma forma, dentro de la programación de FPO, se han realizado 5.958
acciones formativas, para 88.993 alumnos, además de acciones de mejora de la calidad de dicha formación.
En cuanto a las ayudas al empleo estable, se han creado 13.836 puestos de trabajo, correspondiendo el 62 por 100 a jóvenes
menores de 30 años y sólo un 10 por 100 a mujeres mayores de 30 años (1.448 puestos). Se han creado 634 nuevos puestos en
Centros Especiales de Empleo, y se han mantenido 2.003 puestos. En el Programa de apoyo a iniciativas individuales de empleo
hubo 7.070 resoluciones, 3.549 correspondientes a mujeres. En el Programa de ayudas a la contratación de desempleados en
Instituciones sin ánimo de lucro se han beneficiado 21 entidades, con 465 contratos subvencionados. También se pusieron en
marcha una serie de acciones de orientación profesional de las que fueron beneficiarias 13.375 personas.
La Dirección General de Trabajo de Murcia ha llevado a cabo una Memoria de 1999 que recoge el resultado de la gestión de los
Programas de Fomento del Empleo, Fomento de la Economía Social y del Desarrollo Local para 1999. Se analiza también la
gestión de las iniciativas comunitarias de empleo. Se analizan los objetivos conseguidos en cada programa, estudiando el número de expedientes tramitados, los trabajadores beneficiados y las subvenciones concedidas, señalándose el grado de ejecución del
presupuesto inicial.
El Programa de fomento del empleo de los jóvenes, con financiación del FSE, subvenciona los contratos indefinidos y a jornada
completa de trabajadores desempleados menores de 30 años, y se han beneficiado 689 trabajadores; ha tenido una ejecución casi
total de su presupuesto, con un total de 371.185.346 pesetas, lo cual representa un 95,2 por 100 del presupuesto inicial.
Ha habido programas de considerable importancia con menor ejecución del presupuesto previsto, como el Programa de fomento
del empleo de mayores de 30 años, también con financiación del FSE, donde se han beneficiado 610 trabajadores, con subvenciones que representan el 78,9 por 100 del presupuesto inicial, o el Programa de mujeres subrepresentadas, también financiado
en un 75 por 100 por el FSE, en el cual se han beneficiado sólo 9 trabajadoras, concediéndose 9.000.000 de pesetas de subvenciones, lo cual representa sólo el 36,5 por 100 del presupuesto inicial.
Hay programas en los que se ha ejecutado su totalidad, como el Programa de orientación y cultura empresarial, financiado en un
75 por 100 por el Fondo Social Europeo, donde se ha ejecutado todo el presupuesto, algo más de 98 millones de pesetas, o en el
Programa de centrales sindicales y organizaciones empresariales, por el que se concedían subvenciones para su funcionamiento
en proporción a la representatividad que ostentaran, con un presupuesto superior a 68 millones de pesetas.
Ha habido un programa en el que la subvención concedida ha sido superior al presupuesto inicial; se trata del Programa de iniciativas para el desempleo estacional, por el que se subvenciona a las Corporaciones Locales por la contratación de desempleados para la realización de obras y servicios de interés general y social en el municipio.
Así, de forma sucesiva, se van contemplando los diferentes programas, lo cual permite conocer la ejecución real de las medidas
de fomento del empleo de la región.
Andalucía
Murcia
TABLA II-4
BALANCE DE RESULTADOS DE COMUNIDADES AUTÓNOMAS
381
Balance del primer año de vigencia del Acuerdo Regional por el Empleo de Castilla-La Mancha 1998/1999: ofreció como resultado
una inversión de 16.000 millones de pesetas y más de 50.000 castellano-manchegos beneficiados. El documento recoge el grado
de ejecución de todos los programas del Acuerdo: acciones realizadas, beneficiarios y aportaciones presupuestarias (de la Junta
de Comunidades o de otras entidades). El 50 por 100 de los parados registrados en esta Comunidad a la firma del Acuerdo se
beneficiaron de alguno de los programas puestos en marcha.
Estudio de los resultados de los distintos programas de su Plan Regional de Empleo en el ejercicio 1998, constatándose, por
ejemplo, que en el marco del Plan de Empleo Estable para mayores de 30 años se han creado 2.499 puestos de trabajo estables
(sólo el 29 por 100 corresponde a mujeres), siendo los puestos más subvencionados los correspondientes a los programas de contratación indefinida (532 puestos) y transformación contractual (1.533 puestos), o que en el Programa de Fomento del Empleo
autónomo de discapacitados 25 de ellos han creado un puesto de trabajo por cuenta propia, o 39 desempleados discapacitados se
han integrado en empresas ordinarias, o que al amparo del Plan de Empleo Joven se han creado 3.390 puestos estables (incremento de 450 por 100 con respecto a 1997), cumpliéndose uno de los principales objetivos del Plan: crear empleo juvenil, cualificado y estable en la Comunidad Autónoma. Si se atiende al presupuesto concedido en los programas de empleo, el mayor
importe se destinó en 1998 a los programas de empleo en entidades locales, seguido del programa de fomento de la contratación
indefinida y el de la transformación de contratos temporales.
CastillaLa Mancha
Castilla
y León
Nota: sólo se dispone de datos de las Comunidades Autónomas que han facilitado la información.
Informe sobre el estado de ejecución del Pacto Territorial por el Empleo en Ceuta, así como Memoria de actuaciones del
Programa Operativo del Fondo Social Europeo para Ceuta 1995-1999.
Sólo se dispone de datos sobre el grado de ejecución del presupuesto de los programas de empleo de 1999.
Ceuta
Comunidad
Valenciana
TABLA II-4 (Continuación)
BALANCE DE RESULTADOS DE COMUNIDADES AUTÓNOMAS
MEMORIA 1999
Diversidad en el
fomento de la
contratación
Diferente
priorización de
colectivos
Inadecuación de
algunas medidas a
la situación real
382
Esta diversidad se observa de forma significativa en el fomento de
la contratación, núcleo esencial del bloque de medidas de fomento
del empleo. Así por ejemplo, en las medidas económicas de fomento de
la contratación indefinida a jornada completa hay diferencias en las
modalidades de subvención, pero sobre todo en su importe. En algunas Comunidades Autónomas, como Canarias, Cantabria, CastillaLa Mancha, Comunidad Valenciana, Extremadura, Madrid, Navarra
y La Rioja, se utiliza la subvención única de carácter general, por
importe fijo, oscilando las cuantías entre las 300.000 y los 2.334.000
ptas. No sólo existe diversidad entre las distintas regiones, sino que,
en una misma región, se contemplan importes diferenciados según el
colectivo, como, por ejemplo, Extremadura, que contempla gran
variedad de subvenciones a la contratación, desde 1.860.000 ptas.
para la contratación de desempleados menores de 45 años, hasta
2.334.000 ptas. para la contratación de los desempleados mayores de
dicha edad. En otras Comunidades se utilizan subvenciones diferenciadas, con importes establecidos según supuestos específicos, como
en Andalucía, Cantabria, Castilla y León, Galicia y País Vasco, y el
importe de estas subvenciones diferenciadas varía desde un mínimo
de 300.000 ptas. hasta un máximo de 2.010.000 ptas., con diferencias también dentro de una misma Comunidad según los colectivos
contemplados. Andalucía y La Rioja utilizan también una subvención única de carácter general, con incremento del importe según el
número de trabajadores.
Los colectivos más priorizados son los jóvenes desempleados,
aunque no todos los Planes regionales de empleo definen igual a
este colectivo, puesto que mientras en la mayoría de las regiones
incluye a los menores de 30 años, en algunas la edad límite se
reduce a 25 años, como en Canarias, Madrid o La Rioja (Navarra
habla de menores de 29 años inclusive). Lo mismo pasa en otros
colectivos, como en los mayores de 45 años, que algunas regiones
amplían a los mayores de 40 años, como Aragón, Andalucía o
Castilla y León.
Debe señalarse que no todas las regiones contemplan a los
mismos colectivos, y esta diversidad existente en la priorización de
los colectivos no siempre está relacionada con las características de los
mercados de trabajo regionales, existiendo un problema de inadecuación de las medidas con la realidad vigente, puesto que se observan,
por ejemplo, Comunidades con alta tasa de paro juvenil que no con-
MERCADO DE TRABAJO, RELACIONES LABORALES Y POLÍTICAS DE EMPLEO
templan medidas de fomento de la contratación de este colectivo (o
éstas son insuficientes), como en Asturias. En relación con el desempleo femenino, las regiones con mayor tasa de paro femenino, salvo
Andalucía, no son las que más fomentan la contratación de este colectivo, como Extremadura, Castilla-La Mancha y Asturias. Debe señalarse que en distintas regiones se ha optado por fomentar
prioritariamente el empleo estable, sin especificar muchos colectivos,
como en Extremadura y País Vasco, lo cual influye en la relación de
coherencia entre las medidas de fomento del empleo que la
Comunidad Autónoma contempla y la situación laboral de la misma.
Puede señalarse también que algunas Comunidades Autónomas,
siguiendo las directrices del Plan Nacional, recogen, por ejemplo,
los criterios establecidos por este último sobre el fomento de la
contratación estable a tiempo parcial, como por ejemplo Murcia o
Asturias (esta Comunidad lo prevé para el año 2000), o programas
de ayuda a la familia, como en el caso de Galicia, que va ya por su
II Plan Integral de Apoyo a la Familia para 1998-2000, o Murcia,
que para el año 2000 introduce un programa destinado a conciliar
la vida laboral y familiar.
Por otra parte, existen medidas más específicas que son desarrolladas por algunas Comunidades Autónomas, entre las que cabe mencionar, por lo novedosas, la promoción del empleo estable a través de
las contrataciones efectuadas por la Administración Pública, como
por ejemplo en Aragón, Castilla-La Mancha y Madrid (valorando el
empleo estable como criterio para la adjudicación de los contratos).
Una de las materias en las cuales las Comunidades Autónomas
han introducido actuaciones nuevas es en la organización del
tiempo de trabajo y reducción de la temporalidad, abordándose
el primero como elemento de creación de empleo. Algunas
Comunidades ya venían estableciendo medidas de este tipo, y han
continuado con ellas, como Castilla y León 66, Cataluña67 o País
Medidas sobre
organización
del tiempo
de trabajo
66
En el marco del Plan Regional de Empleo de Castilla y León de 1998 se establecen unos programas de fomento de la contratación por sustitución de horas extraordinarias y por la reordenación de la jornada, cuya vigencia se extiende a 1999.
67
Cataluña incentiva la contratación indefinida de desempleados derivada de
acuerdos en el ámbito de la empresa que afecten a toda o parte de la plantilla, sobre
reordenación del tiempo de trabajo, reducción del tiempo de trabajo en jornada anual
y/o semanal o eliminación o reducción de horas extraordinarias declaradas y cotizadas
383
MEMORIA 1999
Vasco68. Aragón también refuerza para 1999 la estabilidad del
empleo en la Administración Autonómica y crea subvenciones para
los empleos creados por reducción de jornada69. Otras regiones
empiezan a efectuar actuaciones en 1999. Así por ejemplo, Navarra
manifiesta su compromiso de reducir las horas extraordinarias,
incluyendo las de la Administración Foral, y en este sentido ha
aprobado la Ley Foral 6/1999, de 16 de marzo, de Medidas para la
implantación de la jornada laboral de 35 horas y de reducción y
reordenación del tiempo de trabajo. Galicia, en el marco de los
acuerdos sobre medidas para el crecimiento y el empleo en Galicia
1998-2001, ha aprobado también incentivos a la reordenación del
tiempo de trabajo70. Andalucía, que venía estableciendo ayudas a la
a la Seguridad Social: subvención hasta el 40 por 100 del importe mensual de las cotizaciones empresariales e incluso el 90 por 100 si los nuevos contratados son discapacitados de mayores de 45 años (bonificaciones aprobadas el 22 de septiembre de 1998).
68
Decreto 232/1996, de 1 de octubre, por el que se articulan las Ayudas al reparto
de tiempo de trabajo y a la contratación indefinida. En el Acuerdo sobre el empleo, de 15 de enero de 1999, se acuerda seguir trabajando en esta línea, y se engloba
dentro del mismo un Acuerdo Interconfederal de supresión de horas extraordinarias,
salvo en supuestos de fuerza mayor o cuando por razones no previsibles con antelación suficiente resulte imprescindible la prolongación de la jornada ordinaria para el
normal funcionamiento de la empresa, debiéndose acreditar que no resulta posible la
realización del exceso de trabajo con cargo a nuevo personal, porque se trata de un
tiempo de trabajo tan corto que no resulta viable una nueva contratación, por no ser
materialmente posible recurrir a nuevas contrataciones en el tiempo requerido o porque, habiéndose requerido a los servicios públicos de empleo, éstos no hayan facilitado a la empresa demandante personal con la cualificación necesaria. Los
representantes de las Administraciones y los sindicatos vascos han suscrito el 17 de
abril de 2000 un Acuerdo regulador de las condiciones laborales de las
Administraciones forales y locales vascas (Arcepafe), hasta el año 2001, cuyas disposiciones afectarán a unos 23.000 empleados y funcionarios públicos y que reflejan,
entre otras cuestiones, la reducción de jornada a 35 horas a partir del 1 de enero de
2001, aunque este pacto no abarca a los funcionarios de la Administración autonómica vasca, que son el grueso de los empleados públicos del País Vasco.
69
Decreto 189/1999, de 28 de septiembre, del Gobierno de Aragón, sobre
Medidas incentivadoras a la creación de empleo como consecuencia de la reducción del tiempo de trabajo, que establece subvenciones de 500.000 pesetas para los
empleos creados por reducción de jornada y de 200.000 pesetas en aquellos casos en
los que el puesto de trabajo reciba otros incentivos incluidos en el Acuerdo para el
fomento del empleo en la Comunidad Autónoma de Aragón para 1999. Esta norma
es complementaria al Decreto 21/1999, de 24 de febrero, del Gobierno de Aragón,
sobre Fomento de la contratación estable.
70
Decreto 47/1999, de 18 de febrero, por el cual la Xunta de Galicia regula los
Incentivos a la contratación laboral por reordenación del tiempo de trabajo que
implique creación de empleo neto en Galicia. La Orden de 22 de marzo de 1999
establece las bases reguladoras de la concesión de estos incentivos. El sistema de
384
MERCADO DE TRABAJO, RELACIONES LABORALES Y POLÍTICAS DE EMPLEO
creación de nuevo empleo mediante fórmulas de organización del
tiempo de trabajo, ha creado nuevos incentivos a la creación de empleo
estable como consecuencia de la eliminación o reducción de horas
extraordinarias acordada en el seno de la empresa, y, lo que es más
novedoso, como consecuencia de la implantación, inmediata o progresiva, de jornadas de trabajo máximas de 35 horas semanales, cuando
así lo hayan acordado las empresas y trabajadores71. En Castilla-La
Mancha se ha pactado también en enero del año 2000 un acuerdo que
permitirá la implantación progresiva de la jornada laboral de 35 horas
para los empleados públicos de esta Comunidad Autónoma, proceso que
culminará en el año 2002. El problema es la aplicación concreta de
estas medidas en las empresas, pues de momento está habiendo una
tímida acogida de estos incentivos72. Debido a la falta de información
sobre su aplicación efectiva y a la ausencia de evaluaciones de resultados por parte de las propias Comunidades Autónomas, no se dispone
actualmente de los datos necesarios para poder valorar si verdaderamente se está creando empleo gracias a estas medidas.
4.3. MARCO EUROPEO DE ACCIÓN
Conforme a la estrategia coordinada de empleo y lucha contra el
desempleo de la Unión Europea, 1999 ha sido el segundo año en
que los países miembros han presentado y puesto en marcha sus
Planes nacionales de empleo. A la luz de la experiencia y resultados de los Planes desarrollados en 1998, en el Consejo Europeo de
Viena se revisaron las directrices para 199973, planteando ciertos
ajustes y modificaciones.
incentivos que se establece en esta orden constituye un complemento a los previstos
en el programa general de fomento de la contratación indefinida, ampliando su
ámbito a todos los desempleados y reforzando los incentivos cuando se contrate a
desempleados menores de 30 años, parados de larga duración y mayores de 45 años.
71
Decreto 11/1999, de 26 de enero, por el que se establecen los incentivos a la
creación de empleo mediante la reducción de la jornada laboral a 35 horas semanales y/o la reorganización del tiempo de trabajo, que deroga los incentivos que venían establecidos en esta línea en el Decreto 199/1997, de 29 de julio, por el que se
establecen los programas de fomento del empleo de la Junta de Andalucía, y Orden
de 30 de septiembre de 1997, que lo desarrolla.
72
Sirve de ejemplo que en Castilla y León en 1998 se han creado 24 puestos de
trabajo por sustitución de ausencias en la empresa (la mayoría por sustitución
de maternidades) y sólo dos puestos por reordenación de la jornada (datos del
Estudio sobre los resultados del ejercicio 1998 de su Plan Regional de Empleo).
73
Las Directrices para el Empleo de 1999 fueron adoptadas mediante
Resolución del Consejo de 22 de febrero de 1999, Diario Oficial núm. C 069 de 12
385
MEMORIA 1999
En las Directrices para 1999 la Comisión ha adoptado de nuevo
un enfoque integrado y plurianual del empleo y ha retomado los
cuatro pilares sobre los que ya se basaban las Directrices para
1998, consistentes en 1) mejorar la capacidad de inserción profesional, 2) desarrollar el espíritu de empresa, 3) fomentar la capacidad de adaptación de los trabajadores y las empresas y 4) reforzar
la política de igualdad de oportunidades. En Viena se acordó respetar la naturaleza multianual de las Directrices y los Planes de
empleo, aligerar el proceso de información y seguimiento con un
único informe anual en vez de dos, y asegurar la eficacia en la
implementación de la estrategia. Se destacó la necesidad de que
la política de empleo forme parte de un enfoque global que incluya
políticas macroeconómicas orientadas hacia el crecimiento y la
estabilidad, reformas económicas para aumentar la competitividad
y las Directrices para el Empleo, todo en relación con el nuevo
Título sobre el empleo del Tratado de Amsterdam (Título VIII;
arts. 125-130), en el que se indica que el fomento del empleo es un
“asunto de interés común” de los Estados miembros y uno de los
objetivos de la Comunidad.
Se refuerzan
determinadas
áreas
Las Directrices para 1998 se modificaron a fin de clarificar algunos de sus aspectos, con el objetivo de intensificar en 1999 las medidas activas, el aprendizaje permanente, aprovechar la capacidad
generadora de empleo del sector servicios, compaginar la vida laboral y familiar y lograr un mercado laboral abierto a todos. Se reforzaron una serie de áreas, como consecuencia del examen de los Planes
de 1998, de forma que en 1999 se ha hecho especial hincapié en la
promoción de la igualdad de oportunidades entre hombres y mujeres,
utilizando un planteamiento del factor de la igualdad en todos los
pilares. Se ha reforzado la importancia de la formación permanente
en el desarrollo de una mano de obra cualificada y adaptable, se ha
abordado en una nueva directriz la necesidad de aprovechar el sector
de los servicios para crear empleo, y se ha insistido en la necesidad de
examinar los regímenes fiscales y de subsidios a fin de ofrecer incentivos para que los desempleados e inactivos aprovechen las oportunidades de formación. Además, se quiere incrementar la participación
de los trabajadores de más edad en el mercado laboral, para lograr un
mercado de trabajo abierto a todos. Las Directrices para el Empleo
de marzo de 1999 (1999/C 69/02), conforme a las conclusiones del Consejo
Europeo de Viena celebrado los días 11 y 12 de diciembre de 1998.
386
MERCADO DE TRABAJO, RELACIONES LABORALES Y POLÍTICAS DE EMPLEO
de 1999 han servido de base para que los Estados miembros elaboraran sus Planes Nacionales de Acción de 199974.
Respecto al Pilar 1, se incluyó una nueva directriz (Directriz 4),
que propone revisar y rediseñar los sistemas impositivos y las prestaciones, para mejorar la empleabilidad de la mano de obra y para
alentar a los empresarios a contratar personal, puesto que es responsabilidad de los Estados miembros dotar a los desempleados, y
especialmente a los jóvenes y a los desempleados de larga duración,
de las cualificaciones que precisan para volver a trabajar, pero también es responsabilidad de los desempleados aprovechar las oportunidades e incentivos que se les ofrecen, debiendo concentrarse los
esfuerzos en los dos principales grupos insuficientemente representados en el mercado de trabajo, esto es, las mujeres y los trabajadores de más edad, cuya participación comparativamente menor en los
mercados de trabajo se debe en gran medida a la desincentivación
generada por los regímenes de prestaciones y de fiscalidad.
Ha sido precisamente en el marco de las Directrices para el
empleo de 1999 en donde el Consejo Europeo ha introducido
el apoyo a los trabajadores de más edad para que aumenten su participación en la población activa, debiéndose desarrollar medidas
tales como el mantenimiento de la capacidad de trabajo o el aprendizaje permanente y otras disposiciones laborales flexibles. Se
incorpora también la necesidad de fortalecer la formación permanente en el campo de las tecnologías de la información, favoreciendo en especial la formación de los mayores (Directriz 6).
Apoyo a los
Se ha incluido una nueva directriz sobre la necesidad de fomentar la integración de las personas con especiales dificultades en el
mercado de trabajo, como los discapacitados, minorías étnicas u
Un mercado
trabajadores de
más edad
laboral abierto
a todos
74
Para el año 2000 la Comisión Europea no propuso nuevas directrices sino
unas pocas modificaciones y aclaraciones en relación con las directrices de 1999,
de acuerdo con las observaciones de los Estados miembros e interlocutores sociales, en aras de la coherencia y de la continuidad [COM (99) 441, 8-9-1999]. Las
Directrices para el año 2000 se han aprobado mediante Decisión del Consejo de 13
de marzo de 2000, conforme a las conclusiones del Consejo Europeo de Helsinki de
los días 10 y 11 de diciembre de 1999 y, en particular, han incorporado nuevas
prioridades destinadas a fomentar la acción local para el empleo, reconociendo
explícitamente el papel de las autoridades locales y regionales y el de los servicios
públicos de empleo locales, potenciar la función de los servicios de empleo y
mejorar el acceso a la sociedad de la información.
387
MEMORIA 1999
otros grupos desfavorecidos, pues la Unión Europea ha centrado
sus objetivos en la creación de “un mercado laboral abierto a
todos” (Directriz 9).
En el Pilar 2 aparece un apartado relativo a la importancia de
favorecer y facilitar la creación y desarrollo de nuevas empresas,
pues el empleo por cuenta propia y las pequeñas empresas son cruciales para el desarrollo futuro del empleo en la Unión Europea. Se
reforzaron las acciones destinadas a luchar contra el trabajo no
declarado, como la reducción de los gastos generales y cargas
administrativas de las empresas o de los costes no salariales del trabajo (en particular de la mano de obra poco cualificada y poco
retribuida75). Está presente la idea de aprovechar las nuevas posibilidades para la creación de empleo, introduciéndose la nueva
Directriz 13, que insta a los Estados miembros a desarrollar un
marco de condiciones para aprovechar plenamente el potencial del
empleo que ofrece el sector de los servicios, en particular, el sector
de la sociedad de la información y el de las nuevas tecnologías
medioambientales76.
También se insta a los Estados miembros a reducir la presión
fiscal sobre el trabajo, estableciendo objetivos nacionales para las
reformas fiscales y traspasando, sin que ello suponga una merma
en la recaudación, parte de la carga impositiva sobre el trabajo a
otras fuentes impositivas como la energía o el medio ambiente
(Directriz 14), con el objetivo de eliminar los obstáculos que impiden la creación de empresas.
En el Pilar 3 se insta al desarrollo de una estrecha colaboración
a todos lo niveles adecuados, esto es, europeo, nacional, sectorial,
local y empresarial, a fin de fomentar la modernización de la orga-
75
Puede señalarse que, en relación con esto, se establece en la Directriz 15 que
cada Estado miembro estudiará, sin obligación, la conveniencia de reducir el porcentaje del IVA en los servicios de gran intensidad de mano de obra en los que no
incide la competencia transfronteriza, pero esta Directriz desaparece en las nuevas
Directrices para el año 2000.
76
Según la Recomendación de la Comisión relativa a Recomendaciones del
Consejo sobre la aplicación de las políticas de empleo de los Estados miembros
[COM (99) 445, 8-9-1999], ninguno de los Estados miembros ha cumplido adecuadamente esta directriz.
388
MERCADO DE TRABAJO, RELACIONES LABORALES Y POLÍTICAS DE EMPLEO
nización del trabajo y de las formas de trabajar. Se pretende también apoyar la adaptabilidad de las empresas mediante la inversión
en la formación de los trabajadores.
Con relación al Pilar 4, las políticas de igualdad han pasado a tener
un enfoque horizontal que impregna el conjunto de las políticas de
empleo, constituyendo un nuevo y fundamental elemento de las
Directrices para el empleo 199977. Se incluyeron varios apartados
nuevos, uno de ellos relativo a la necesidad de diseñar y aplicar políticas que favorezcan a las familias, entre las que se encuentran servicios
accesibles y de calidad para el cuidado de los niños u otras personas
dependientes, y otro tipo de sistemas de bajas por maternidad.
Enfoque
horizontal
de las políticas
de igualdad
En la Cumbre de Viena se resaltó, como consideración final,
que se trata de un proceso en el que aún queda un largo camino por
recorrer para su consolidación en aras a su objetivo final de combatir el paro y favorecer la creación de empleo en una Europa cada
vez más cohesionada. A parte de las modificaciones específicas, se
realizaron importantes sugerencias tendentes a fortalecer la estrategia para el empleo, como el establecimiento de mecanismos de
seguimiento en todos los países miembros y el desarrollo de un sistema de indicadores y estadísticas comparables. En este sentido, se
quieren definir indicadores comunes de seguimiento para el traspaso
de la aplicación de directrices a políticas nacionales y para evaluar
su efectividad. En 1999 se han logrado importantes avances en este
aspecto, puesto que la Comisión y los Estados miembros acordaron
una serie de indicadores para las tres primeras directrices sobre prevención y activación, que se presentaron en la Cumbre de Colonia,
aunque es preciso, en palabras de la Comisión78, seguir trabajando
para lograr un acuerdo sobre un sistema general de seguimiento.
4.4. RESPUESTAS AL DESEMPLEO FEMENINO
En 1999, según la EPA, la tasa de paro en España se situó en el
15,9 por 100, pero la tasa para las mujeres era más del doble que la
77
En las conclusiones del Consejo Europeo de Helsinki, la igualdad de oportunidades entre hombres y mujeres se singulariza como ámbito de especial atención
en la reforma del mercado de trabajo (Conclusiones de la Presidencia, Consejo
Europeo de Helsinki, 10 y 11 de diciembre de 1999).
78
Informe Conjunto sobre el Empleo de 1999, Comisión Europea.
389
MEMORIA 1999
masculina: 23 y 11 por 100, respectivamente. Las tasas de paro
femeninas son mayores que las de los varones en toda Europa,
pero en España el desempleo femenino está por encima de la media
comunitaria a pesar de que las tasas de actividad de las mujeres
españolas están también por debajo de la media europea.
Aunque en 1999 el 55 por 100 del empleo creado haya sido ocupado por mujeres, reducir el desempleo femenino no es tarea fácil.
Además, un porcentaje considerable del empleo nuevo es temporal, por lo que también es difícil reducir la tasa de temporalidad
femenina, conforme a la cual, más de tres de cada diez mujeres
asalariadas tienen contrato temporal (35 por 100).
A partir de la Cumbre de Luxemburgo, la política de igualdad de
oportunidades entre hombres y mujeres en el empleo ha venido formando parte de los pilares de los Planes de empleo. En 1998, las
directrices del Pilar 4 diseñaron una batería de medidas a favor del
fomento del empleo femenino. A partir de 1999 la igualdad de oportunidades se trata de convertir en un eje transversal que actúe en
todas las directrices y pilares del PNAE, siguiendo el criterio de integrar el objetivo del Pilar 4 en todas las demás políticas de empleo.
Las medidas adoptadas a partir de 1997 en España para incentivar la contratación indefinida, según los datos de los dos primeros
años de evaluación de su aplicación, no han producido entre las
mujeres, en lo que se refiere a la contratación más estable, un efecto tan favorable como sobre los varones, a pesar de que algunos de
los incentivos a la contratación se establecieron específicamente
para favorecer la contratación indefinida de mujeres. En la
Memoria del año 1998 se puso de manifiesto el desigual impacto
que estaban teniendo los incentivos a la contratación establecidos a
raíz del Acuerdo interconfederal de estabilidad en el empleo. Por
ello, el programa de incentivos en 1999 estableció un incremento
de cinco puntos en las bonificaciones de fomento del empleo estable de determinados grupos cuando la contratación se realizase con
mujeres79. Aún así, y como se ha señalado en el epígrafe sobre con79
Programa de fomento del empleo estable para 1999 (Disposición Adicional
cuadragésima tercera de la Ley 50/1998, de 30 de diciembre, de Medidas fiscales,
administrativas y del orden social).
390
MERCADO DE TRABAJO, RELACIONES LABORALES Y POLÍTICAS DE EMPLEO
tratación, el número de contratos de duración indefinida celebrados
por mujeres en 1999, aunque superior a los celebrados en el año
anterior, siguió siendo en proporción inferior al de los varones.
El desigual reparto de las responsabilidades familiares entre
hombres y mujeres ha sido en el pasado y sigue siendo en la actualidad, uno de los principales obstáculos a la integración plena de las
mujeres en el mercado laboral. Con la finalidad de facilitar la
incorporación de las mujeres al trabajo, se ha aprobado en 1999 la
Ley 39/1999, de 5 de noviembre, para promover la conciliación de
la vida familiar y laboral de las personas trabajadoras, cuyas principales novedades son la flexibilización del permiso de maternidad,
ampliando el tiempo en que el padre puede utilizarlo, el reconocimiento de dos semanas de permiso adicional en caso de parto múltiple, la extensión de los permisos parentales al cuidado de otras
personas dependientes de la familia, reducción de jornada o excedencia para cuidado de familiares80, la creación de una nueva prestación económica por riesgo durante el embarazo o la nulidad del
despido cuya causa real se encuentre en la maternidad. De momento, no puede hacerse una evaluación de los efectos de esta norma
en la mejora de la situación laboral de las mujeres y no será fácil
tampoco su evaluación a medio plazo por lo limitado de algunas
medidas, la diversidad de circunstancias y de potenciales destinatarias y la insuficiente información estadística al respecto.
Otra de las medidas que se pretende sirvan para incrementar el
empleo de las mujeres es el fomento del contrato a tiempo parcial
estable, al considerar que esta modalidad sirve para compaginar
mejor la vida laboral y familiar. Las directrices europeas para el
empleo comprendidas en el Pilar 4, expresamente mencionan
el trabajo a tiempo parcial, junto a otras medidas sobre interrupción de la actividad profesional, permiso parental y horarios flexibles, entre las politicas para reforzar la igualdad de oportunidades
entre hombres y mujeres. En España, donde el volumen de empleo
a tiempo parcial es inferior al de otros países de la Unión Europea,
también, como sucede en la mayoría de los países de Europa, el
trabajo a tiempo parcial es predominantemente femenino. En 1999,
80
Se estima que unos 19.000 trabajadores se acogerán a la reducción de jornada tanto por cuidado de hijos como de familiares mayores o enfermos.
391
MEMORIA 1999
como se señala en páginas anteriores, la proporción de mujeres
entre el total de ocupados que trabajan a tiempo parcial volvió a
crecer como ya ocurrió en 1998. Sin embargo, entre las causas de
la feminización del trabajo a tiempo parcial, la conciliación del trabajo con las cargas familiares no parece figurar entre las de mayor
peso, según se pone de manifiesto en alguno de los escasos estudios realizados hasta la fecha81.
Para compensar los efectos desfavorables que en la contratación
de mujeres se suele atribuir a los costes que para las empresa pueden
tener las sustituciones de las trabajadoras en caso de embarazo,
se estableció el denominado “coste cero”, mediante el Real
Decreto Ley 11/1998, de 4 de septiembre. En virtud de esta norma
se bonifica el 100 por 100 de las cotizaciones a la Seguridad Social
en los contratos de interinidad que se realicen para la sustitución de
trabajadoras/es durante el periodo de baja por maternidad o adopción, suscritos con personas desempleadas, sean hombres o mujeres82. Durante 1999, con la entrada en vigor de la Ley 39/1999, se
han ampliado las bonificaciones a los contratos de interinidad para
sustituir a trabajadoras en situación de riesgo por embarazo, además de hacer extensivas esas mismas bonificaciones a los contratos
de interinidad de quienes sustituyan a trabajadores autónomos,
socios trabajadores o socios de trabajo de las Sociedades cooperativas en iguales supuestos.
Otra de las medidas adoptadas desde septiembre de 1998, es la
bonificación de la contratación laboral indefinida de mujeres en
aquellas profesiones u oficios en los que se encuentran subrepresentadas83. Los primeros datos desde su implantación apuntan a
que sus resultados son poco significativos por el momento. En
81
Informe 4/1996 del Consejo Económico y Social, El trabajo a tiempo parcial.
Fuente: Plan de Objetivo 3 para España, periodo 2000-2003, Informes de
Evaluación Previa.
83
Orden del MTAS, de 16 de septiembre de 1998, para el Fomento del empleo
estable de mujeres en las profesiones y ocupaciones con menor índice de empleo femenino: establece una bonificación del 60 por 100 de la cuota empresarial a
la Seguridad Social por contingencias comunes en los nuevos contratos a mujeres
para prestar servicios en profesiones u oficios en los que el colectivo femenino se
hallare subrepresentado, así como en las transformaciones en indefinidos de contratos temporales y de duración determinada. Esta Orden especifica que las mujeres están subrepresentadas en todas las actividades menos en las que en ella se
enumeran.
82
392
MERCADO DE TRABAJO, RELACIONES LABORALES Y POLÍTICAS DE EMPLEO
1997, se celebraron 53 contratos de acuerdo con la normativa precedente que otorgaba subvenciones a tanto alzado en contrataciones indefinidas de mujeres en profesiones no feminizadas84. En
1998, bajo una y otra normativa se celebraron 192 contratos, mientras en 1999, a finales de año, el número de contratos registrados
alcanzaba la cifra de 21285. Los efectos limitados de esta medida en
número de contratos, tanto bajo la anterior normativa como en la
actual, se explican por el hecho de que el grueso del desempleo
femenino se concentra en profesiones en las que las mujeres no
están subrepresentadas, sino que están sobrerepresentadas por razones culturales y formativas.
En el Plan nacional de acción para el empleo 1999 se ha dado
prioridad a las mujeres en los programas de Escuelas taller, casas
de oficios y talleres de empleo promoviendo la formación en oficios y profesiones donde se encuentren subrepresentadas. En términos generales, de 1996 a 1999 se han formado 70.000 mujeres con
el Programa de escuelas taller, el 60 por 100 de las cuales ha logrado la inserción86.
También a través de las Iniciativas locales de empleo se ha podido beneficiar a más de 6.000 mujeres desde 1996. Para 1999 se
había previsto que el 43,2 por 100 de las beneficiarias de estas iniciativas fueran mujeres, estando pendiente de evaluación. Asimismo,
el Programa de agentes de empleo y desarrollo local se ha dirigido de forma específica a las mujeres, de forma que se ha pretendido
que representasen en 1999 el 68 por 100 del total de beneficiarios.
En la promoción del empleo autónomo se han beneficiado entre
1996 y 1999, 33.392 mujeres, habiéndose incrementado el último
año el presupuesto destinado a dicho programa en un 28 por 100.
En el marco de programas para empresarias, se han concedido en el
mismo periodo 240 ayudas a empresas creadas por mujeres, por
un importe de hasta un millón de pesetas con un gasto total
202,3 millones.
84
Orden de 6 de agosto de 1992.
Fuente: Estadística de Contratos Registrados, diciembre 1998, Volumen II,
y diciembre 1999, Volumen II, INEM, Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales.
86
Fuente: Mujer y Empleo, Balance de Legislatura, Ministerio de Trabajo y
Asuntos Sociales, 29 de octubre de 1999.
85
393
MEMORIA 1999
5. PROTECCIÓN POR DESEMPLEO
Al igual que ha sucediendo desde 1994, la tónica de 1999 en el
sistema de protección por desempleo ha sido el nuevo descenso
del total de beneficiarios de prestaciones económicas por esta
causa. En este año se recogieron cerca de 80.000 beneficiarios
menos que el año anterior, lo que supone casi un 7 por 100 de descenso. Los perceptores de prestaciones contributivas fueron
440.000, y los del nivel asistencial 611.000, de los cuales algo más
de la tercera parte (211.000) percibieron el subsidio correspondiente a trabajadores eventuales agrarios. El número de estos últimos,
no obstante, fue menor que el que se recogió en 1998, año en el
que se había registrado un incremento en la cifra media anual de
tales perceptores, como consecuencia de los cambios introducidos
en 1997 en este nivel de protección.
En el nivel contributivo el descenso en 1999 fue sensiblemente
inferior al correspondiente a quienes tuvieron una prestación de
subsidio asistencial (5 y 14 por 100, respectivamente). Como consecuencia de la evolución del número de beneficiarios de uno y
otro tipo de prestaciones, las contributivas se distancian ya claramente de las asistenciales, en un proceso que en 1998 parecía
haberse interrumpido.
En total, entre los años 1994 y 1999 el número de beneficiarios
de prestaciones económicas de nivel contributivo se ha reducido un
40 por 100, y el de beneficiarios del subsidio asistencial un 50 por
100 (gráfico II-25). La reducción del paro en estos años se traduce
en menos perceptores de ambos tipos de prestaciones. Pero el
mayor descenso que en estos años se registra en el nivel asistencial
podría responder también a las modificaciones legales de 1993,
que afectaron a los requisitos, circunstancias económicas, personales y familiares de acceso a este nivel de protección. Al haber disminuido desde 1998 como causa de acceso al subsidio asistencial
el agotamiento de la prestación contributiva y cobrar más peso
otras causas, una posible explicación de dicho mayor descenso
podría atribuirse, por tanto, al refuerzo de los elementos contributivos del sistema legal de protección. También determinados requisitos de acceso al subsidio, como el concepto de cargas familiares,
podrían estar incidiendo, por el peso de las mujeres entre los parados de larga duración.
394
MERCADO DE TRABAJO, RELACIONES LABORALES Y POLÍTICAS DE EMPLEO
GRÁFICO II-25
BENEFICIARIOS DE PRESTACIONES CONTRIBUTIVAS, SUBSIDIO
Y REASS, 1984-1999
(Número de beneficiarios*, medias anuales)
1.000.000
900.000
800.000
700.000
600.000
500.000
400.000
300.000
200.000
100.000
Contributiva
Subsidio
1999
1998
1997
1996
1995
1994
1993
1992
1991
1990
1989
1988
1987
1986
1985
1984
0
Subsidio REASS
* Beneficiarios “estadísticos”, inclusive los de desempleo parcial en el nivel contributivo.
Fuente: MTAS, Boletín de Estadísticas Laborales.
Una característica destacada de la protección por desempleo en
el año, que viene además a romper la tendencia que había venido
manifestándose desde 1993 (gráfico II-26), es el ligero incremento
de la tasa bruta de cobertura (esto es, el cociente entre los beneficiarios de prestaciones, excluidos los de desempleo parcial y los
del subsidio agrario para los trabajadores eventuales, y el paro
registrado), que ha pasado del 49,1 por 100 al 50,9 por 100.
También ha subido, incluso algo más, la tasa neta del sistema (o
cociente entre esos mismos beneficiarios, de los que también se
descuentan en el numerador los trabajadores agrarios fijos y en el
denominador los parados registrados en la agricultura), al pasar al
63,5 por 100, desde el 61,9 por 100 de 1998.
395
MEMORIA 1999
GRÁFICO II-26
TASAS DE COBERTURA DEL SISTEMA DE PROTECCIÓN POR DESEMPLEO,
1987-1999
(Porcentajes, medias anuales)
100
90
80
70
60
50
40
30
20
10
0
1987 1988 1989 1990 1991 1992 1993 1994 1995 1996 1997 1998 1999
Tasa Bruta Estadística* (1)
Tasa Neta Estadística* (2)
(1) Porcentaje de beneficiarios de prestaciones económicas excluidos los de desempleo parcial y los de subsidio
de trabajadores eventuales agrarios sobre total paro registrado en el INEM.
(2) Porcentaje de beneficiarios de prestaciones económicas excluidos los de desempleo parcial y los de subsidio
de trabajadores eventuales agrarios y los fijos agrarios, sobre paro registrado en el INEM en industria, construcción y servicios.
Fuente: MTAS, Boletín de Estadísticas Laborales.
Una explicación para el ligero aumento de las tasas de cobertura,
que por primera vez superan los niveles de 1995, podría encontrarse en la reducción de los parados sin derecho a prestaciones que
resultaría de la combinación de, al menos, dos factores. Por un
lado, la reducción general del paro registrado y, por otro, un posible mayor peso entre los mismos de quienes tienen trayectorias
laborales y de cotización al sistema más largas y regulares a causa
del posible ajuste de empleo de tales características que podría
haberse realizado, según la hipótesis apuntada al tratar las salidas
de la ocupación a través de las vías institucionales de los despidos.
396
MERCADO DE TRABAJO, RELACIONES LABORALES Y POLÍTICAS DE EMPLEO
En cuanto a las cuantías, la media diaria bruta reconocida a los
beneficiarios del nivel contributivo fue de 3.300 pesetas, un 3,1 por
100 más que en 1998, cuando en ese año el aumento había sido algo
mayor del 4 por 100. Es indudable el efecto que sobre estos importes tienen las circunstancias personales de los beneficiarios, pues la
protección se modula de acuerdo con las cargas familiares del
desempleado; pero también es evidente que en este menor aumento
influye de modo decisivo el moderado comportamiento de las alzas
salariales en los últimos ejercicios. Ambas circunstancias, así como
la diferencia entre los salarios percibidos por los varones y por las
mujeres, tienen su reflejo en la diferencia entre la prestación media
reconocida a unos y a otras (3.632 y 2.874 pesetas, respectivamente) en 1999, y en los distintos crecimientos respecto del año anterior
(4,2 y 2,5 por 100). De igual forma, estos factores determinan la
distancia entre la cuantía media diaria reconocida a los más jóvenes
(16-19 años, 2.521 pesetas), a las edades intermedias (25-54 años,
3.250 pesetas) y a los más mayores (55 y más años, 3.861 pesetas).
Las tasas de cobertura de las Comunidades Autónomas siguen
mostrando una gran dispersión, lo que se ha de relacionar con el
volumen y características del paro registrado en cada una de ellas.
Las tasas brutas más bajas corresponden a Melilla (27,4 por 100),
Ceuta (36,2 por 100), Castilla y León (40,6 por 100), Asturias
(42,5 por 100), Galicia (44 por 100), Cantabria (44,4 por 100), País
Vasco (44,5 por 100), Andalucía (45,53), Castilla-La Mancha (46,5
por 100), Extremadura (46,8 por 100), Aragón (47,6 por 100) y La
Rioja (48,8 por 100). Todas ellas se sitúan por debajo de la media.
Están por encima todas las demás, destacando los casos de
Cataluña, con una tasa del 78,7 por 100, y las Islas Baleares que
supera el 100 por 100 (149,5 por 100), debido a que tienen derecho
a prestaciones trabajadores no incluidos en el paro registrado,
como son los fijos discontinuos del sector de hostelería.
5.1. P ERFIL
DE LOS BENEFICIARIOS Y CARACTERÍSTICAS DE LAS
PRESTACIONES
Al atender a la estructura de la población perceptora de estas
prestaciones (cuadro II-45), puede verse cómo hay más varones
que mujeres, a pesar de que éstas superan con creces a los primeros
en el total de parados registrados. Excluyendo a los trabajadores
eventuales agrarios subsidiados, el promedio mensual de percepto397
398
567,5
4,8
36,7
352,2
173,8
484,4
4,6
40,9
364,0
74,9
636,9
4,8
40,7
413,7
177,6
493,1
4,5
42,8
376,0
69,8
1999
189,7
1,3
19,7
153,9
14,8
272,6
1,8
21,4
190,8
58,6
190,1
1,2
18,6
154,7
15,6
250,7
1,7
19,8
170,9
58,3
Nivel contributivo
1998
1999
303,4
3,2
23,1
222,0
55,1
364,3
3,0
19,3
222,9
119,0
Fuente: MTAS, Boletín de Estadísticas Laborales.
294,3
3,4
22,3
209,3
59,3
316,8
3,1
16,9
181,3
115,5
Total
1998
1999
* No incluye los trabajadores eventuales agrarios subsidiados.
VARONES
Total
De 16 a 19 años
De 20 a 24 años
De 25 a 54 años
De 55 años y más
MUJERES
Total
De 16 a 19 años
De 20 a 24 años
De 25 a 54 años
De 55 años y más
Total
1998
195,1
1,8
15,2
148,6
29,4
271,1
1,5
10,0
160,4
99,2
177,6
1,8
14,0
131,2
30,6
222,8
1,4
8,3
119,0
94,1
108,4
1,4
7,9
73,4
25,7
93,2
1,5
9,3
62,5
19,8
818,2
48,8
100,0
540,3
130,2
116,7 1.071,3
1,6
60,5
8,3 166,8
78,1 784,7
28,7
59,4
94,0
1,7
8,6
62,3
21,4
969,4
49,1
141,4
718,1
600,7
682,2
37,4
75,3
446,0
123,7
Subsidio
Pro-memoria:
trabajadores
paro registrado*
Subsidio
eventuales agrarios
1998
1999
1998
1999
1998
1999
Nivel asistencial
CUADRO II-45
BENEFICIARIOS DE PRESTACIONES POR DESEMPLEO, POR SEXO, EDAD
Y TIPO DE PRESTACIÓN, 1998-1999
(Miles de personas, promedio anual)
MERCADO DE TRABAJO, RELACIONES LABORALES Y POLÍTICAS DE EMPLEO
res varones fue, en 1999, algo mayor de 470.000, y el de mujeres,
casi 370.000, cuando en el paro registrado se contaron 670.000
varones y 940.000 mujeres.
En los beneficiarios de prestaciones contributivas, la proporción
de mujeres fue, en 1999, del 43 por 100, y en el nivel asistencial del
48 por 100. Si se excluyen los TEAS, donde había más mujeres que
varones, el número de beneficiarias era un 44 por 100. Como se acaba
de señalar, son mujeres un 59 por 100 de los parados registrados.
Estas diferencias, que apuntan a una mayor cobertura en ambos
niveles de protección para los varones, incluso se amplían en algunos tramos de edad. Así, la proporción de mujeres beneficiarias de
prestación contributiva en el grupo de 25 a 54 años es del 47 por
100, y de prestación asistencial del 52 por 100, a pesar de ser un 62
por 100 de los parados registrados en ese grupo de edad. De igual
forma, en el grupo de 55 y más años las mujeres son un 21 por 100
de los beneficiarios en el nivel contributivo y un 24 por 100 de los
correspondientes al asistencial, cuando suponen un 33 por 100 de
los parados registrados del grupo.
Por causas de acceso al derecho a la prestación contributiva, la
finalización del contrato sigue siendo, con un 53 por 100 del total,
el motivo más importante, pero este porcentaje es un 1,5 puntos
inferior al que se recogió en 1998.
Sin embargo, en el nivel asistencial el agotamiento de la prestación contributiva, que era hasta 1998 el principal motivo de percepción del subsidio, retrocedió en 1999, de forma que ahora
la mayor causa de acceso a éste es la que se recoge en la estadística
como “mayores de 52 años”. El número de beneficiarios en dicha
rúbrica es algo menor que el de 1998 (144.000 frente a 148.000),
pero como su descenso ha sido mucho menos pronunciado que el
de los que accedieron al subsidio por agotar la prestación del nivel
contributivo, su peso en el total se ha hecho el más alto.
El periodo medio consumido ha bajado en 1999 por el aumento de
casi dos puntos porcentuales —del 63 al 64,7 por 100— de los perceptores de prestación contributiva que consumen menos de ocho meses
y el simultáneo descenso de tres puntos del porcentaje de los que
consumen de 20 a 24 meses, que pasan a representar el 5,3 por 100
399
MEMORIA 1999
frente al 8 por 100 del año 1998. En todo caso, la cifra de perceptores
totales en esta segunda circunstancia es reducida: 22.167 personas. Al
observar la distribución por sexo, en relación con los periodos medios
de prestación contributiva consumidos, apenas se muestran diferencias.
La situación es distinta cuando se analizan los periodos medios
consumidos en relación con el subsidio, donde casi el 58 por 100 de
los beneficiarios consumen más de nueve meses de periodo, y
de éstos un 22 por 100 más de 24 meses. Entre los perceptores varones tienen más peso los que consumen periodos largos (el 62 por 100)
que entre las mujeres (39 por 100), lo que confirmaría la mayor incidencia que sobre las mismas tienen determinados requisitos legales de
reconocimiento del derecho en determinados tramos, por encima
de otros factores, como su condición de paradas de larga duración.
5.2. EVOLUCIÓN DEL GASTO EN PROTECCIÓN AL DESEMPLEO
En 1999, la protección por desempleo supuso todavía, a pesar
del fuerte recorte en las cifras de paro registrado, cerca de un 2
por 100 del PIB español. El avance de liquidación del ejercicio
estima en 1,33 billones de pesetas el gasto total en prestaciones
por desempleo, incluyendo las cuotas a cargo de los beneficiarios
satisfechas por el INEM. Tal cifra supone un descenso del 3 por
100 respecto a la correspondiente a 1998; no obstante, el resultado es más bajo que el que se había producido en años anteriores
(en 1998 se situó cerca del 7 por 100), a pesar de haberse intensificado la bajada en las cifras de paro registrado (gráfico II-27). El
repunte en las tasas de cobertura y el mayor peso de los beneficiarios del nivel contributivo explicarían tal comportamiento.
Y es que, en efecto, como el número de beneficiarios en este
nivel se redujo menos que el de perceptores del nivel asistencial
(excluidos los correspondientes al REASS), el gasto en prestaciones contributivas, que fue, sin cuotas, de casi 617.000 millones de
pesetas, se redujo un 1,8 por 100, mientras que el correspondiente a
las asistenciales lo hizo en un 10,1 por 100.
Dada la importante reducción de los periodos medios de derecho
consumido, el gasto medio por beneficiario en la prestación contributiva debería haberse reducido; sin embargo, creció un 3 por 100
(cuadro II-46), probablemente por el efecto combinado del aumento
400
MERCADO DE TRABAJO, RELACIONES LABORALES Y POLÍTICAS DE EMPLEO
GRÁFICO II-27
GASTO EN PRESTACIONES POR DESEMPLEO Y PARO REGISTRADO, 1994-1999
(Gasto en billones de pesetas corrientes, liquidación. Desempleados en millones, media anual)
2,8
gasto
paro registrado
2,6
2,4
2,2
2,0
1,8
1,6
1,4
1,2
1994
1995
1996
1997
1998
1999
Fuentes: Gasto: Ejecución presupuestaria. Subdirección General de Prestaciones del INEM.
Paro registrado: MTAS, Boletín de Estadísticas Laborales.
salarial y la entrada de nuevos perceptores, que en los primeros meses
reciben —a igualdad de situación personal— mayor prestación.
El gasto medio por beneficiario en el nivel asistencial creció un
4,6 por 100, de modo que al estar por encima del aumento en la
cuantía fijada en el Presupuesto, su significado apuntaría a un
nuevo aumento en el número de días consumidos por los beneficiarios. Tal resultado es, además, coherente con el mayor peso de los
parados subsidiados mayores de 52 años en el total de beneficiarios
de este nivel, ya que para ellos el subsidio es indefinido hasta que
accedan a la jubilación, y cada vez han de ser menos en este grupo
quienes puedan acceder a ésta a los 60 años.
El gasto medio por beneficiario del subsidio REASS, por último, se situó en 143.729 millones de pesetas, un 4,1 por 100 más
que en 1998. Pero todo este aumento se debió al del número de
beneficiarios, cada uno de los cuales percibió en 1999, como promedio, cerca de 3.000 pesetas menos que en el año anterior.
401
MEMORIA 1999
CUADRO II-46
GASTO* MEDIO TOTAL POR BENEFICIARIO Y GASTO MEDIO EN PRESTACIONES POR
BENEFICIARIO, NIVELES CONTRIBUTIVO, ASISTENCIAL Y SUBSIDIO REASS, 1994-1999
(Pesetas corrientes)
Conceptos
1. Total gasto (prestaciones y cuotas)
en miles de millones de pesetas
2. Total beneficiarios (contributiva,
asistencial y subsidio REASS)
en miles
Gasto medio total por beneficiario
en miles de pesetas (=1/2)
A. Gasto en prestaciones contributivas
en miles de millones de pesetas
B. Beneficiarios de prestación
contributiva en miles
Gasto medio por beneficiario
en miles de pesetas (=A/B)
C. Gasto en prestaciones asistenciales
en miles de millones de pesetas
D. Beneficiarios prestación asistencial
en miles
Gasto medio por beneficiario
en miles de pesetas (=C/D)
E. Gasto en subsidio REASS en miles
de millones de pesetas
F. Beneficiarios subsidio REASS
en miles
Gasto medio por beneficiario
en miles de pesetas (=E/F)
1994
1995
1996
1997
1998
1999
2.029,6
1.680,3
1.574,2
1.474,6
1.373,6
1.322,2
1.759,4
1.458,5
1.342,1
1.240,8
1.130,1
1.051,9
1.153,6
1.152,1
1.173,0
1.188,6
1.215,7
1.257,0
968,8
807,8
767,9
709,8
628,2
616,9
739,1
626,6
592,4
530,7
462,2
440,8
1.310,8
1.289,2
1.296,3
1.337,4
1.359,1
1.399,5
472,4
373,9
339,1
319,2
296,9
266,8
793,1
615,8
557,4
517,4
466,2
400,4
595,7
607,2
608,4
616,8
636,8
666,2
105,5
121,7
126,1
128,8
138,1
143,7
227,2
216,2
192,3
192,7
201,6
210,7
464,3
563,0
655,9
668,8
684,9
682,2
* Ejecución presupuestaria del Programa 312A “Prestaciones a los desempleados”. Capítulo 4, “Transferencias
corrientes”.
Fuentes: Subdirección General de Prestaciones del INEM, y MTAS, Boletín de Estadísticas Laborales.
6. PREVENCIÓN DE RIESGOS LABORALES
6.1. AVANCES
NORMATIVOS E INICIATIVAS INSTITUCIONALES A FAVOR
DE LA PREVENCIÓN Y LA SALUD EN EL TRABAJO
El año 1999 comenzaba con las expectativas creadas por la
intensa actividad que caracterizó al año 1998 en el marco de la pre402
MERCADO DE TRABAJO, RELACIONES LABORALES Y POLÍTICAS DE EMPLEO
vención de riesgos laborales: un año en el que se llevó a cabo la
transposición de numerosas Directivas comunitarias y que terminó
con la aprobación del Plan de acción sobre la siniestralidad laboral,
aprobado por la Comisión nacional de seguridad y salud en el trabajo el 29 de octubre de 1998, resultado del acuerdo de los agentes
sociales y las administraciones representadas en este organismo.
Durante 1999 se han comenzado a dar los primeros pasos en la
aplicación del Plan de acción, a través del desarrollo de iniciativas
en distintos ámbitos, lo que todavía no ha revertido, sin embargo, en
una mejora general apreciable de los indicadores de la siniestralidad en el trabajo que han seguido mostrando una tendencia al
empeoramiento, con las matizaciones que se harán en posteriores
epígrafes.
Durante el pasado año, una de las primeras reformas del
marco normativo de la prevención de riesgos laborales recayó
sobre el sector de las empresas de trabajo temporal, a través del
Real Decreto 216/1999, de 5 de febrero, sobre Disposiciones
mínimas de seguridad y salud en el trabajo en el ámbito de las
empresas de trabajo temporal. Esta disposición supuso el desarrollo del artículo 8 de la Ley 14/1994 de empresas de trabajo
temporal y la adaptación a la Directiva 91/383/CEE, del
Consejo, de 25 de junio, por la que se completan las Medidas
tendentes a promover la mejora de la seguridad y salud de los
trabajadores con una relación laboral de duración determinada o
de empresas de trabajo temporal. El Real Decreto concretó las
medidas necesarias para la ejecución de los deberes y obligaciones específicas de las empresas de trabajo temporal y de las
empresas usuarias, a fin de, tal y como establecía el artículo 28
de la LPRL, garantizar el derecho de los trabajadores puestos a
disposición al mismo nivel de protección de su seguridad y salud
que los trabajadores de la empresa usuaria. Asimismo, establece
la relación de actividades y trabajos que, en razón de su especial
peligrosidad, quedan excluidos de la celebración de contratos
de puesta a disposición. Dicha relación incluye la realización de
determinados trabajos en obras de construcción, en minería a
cielo abierto y de interior, en industrias extractivas por sondeos
en superficie terrestre, trabajos en plataformas marinas, así como
ciertos trabajos directamente relacionados con la fabricación,
manipulación y utilización de explosivos. Igualmente, la relación
contempla los trabajos que impliquen la exposición a radiaciones
Excluida la
intervención de
ETT en
actividades
peligrosas
403
MEMORIA 1999
ionizantes en zonas controladas, a determinados agentes cancerígenos, mutagénicos o tóxicos para la reproducción, a ciertos
agentes biológicos y, por último, trabajos con riesgos eléctricos
en alta tensión.
Además, el Real Decreto desarrolla y concreta las obligaciones tanto de las ETT como de las empresas usuarias en materia de
prevención, vigilancia de la salud y formación de los trabajadores, obligándolas a asegurarse de que el trabajador, previamente
a su puesta a disposición de la empresa usuaria, posee la formación teórica y práctica en materia preventiva necesaria para el
puesto de trabajo a desempeñar. Si la ETT comprueba que la formación del trabajador no es la requerida o no está actualizada
deberá facilitársela, con medios propios o concertados, durante el
tiempo necesario. Este tiempo formará parte de la duración del
contrato de puesta a disposición pero será previo a la prestación de los
servicios.
Continúa la
trasposición
de directivas
Nace la Fundación
para la Prevención
de Riesgos
Laborales
404
Posteriormente, se produjo la incorporación al ordenamiento
jurídico español de la Directiva 92/29/CEE del Consejo, de 31 de
marzo, relativa a las disposiciones mínimas de seguridad y salud
para promover una mejor asistencia médica a bordo de los buques,
mediante el Real Decreto 258/1999, de 12 de febrero, por el que se
establecen condiciones mínimas sobre la protección de la salud y la
asistencia médica de los trabajadores del mar. No se ha completado, sin embargo, el desarrollo legislativo de algunos proyectos para
los que el Plan de Acción se había marcado como plazo el año
1999. En concreto, el Real Decreto sobre protección de la seguridad y salud de los menores en el trabajo, el Real Decreto por el que
se establecen disposiciones mínimas de seguridad y salud para la
protección de los trabajadores frente al riesgo eléctrico y el Real
Decreto por el que se establece el procedimiento de comunicación
de daños para la salud de los trabajadores con motivo del desarrollo del trabajo.
Por otro lado, el 28 de abril de 1999, coincidiendo con el Día
nacional de la seguridad y salud en el trabajo, se constituyó la
Fundación para la prevención de riesgos laborales prevista por
la Disposición Adicional Quinta de la LPRL y contemplada como
uno de los objetivos del Plan de acción contra la siniestralidad. La
Fundación estará adscrita a la Comisión nacional de seguridad y
MERCADO DE TRABAJO, RELACIONES LABORALES Y POLÍTICAS DE EMPLEO
salud en el trabajo bajo el protectorado del Ministerio de trabajo y
asuntos sociales. Su finalidad primordial consiste en promover la
mejora de las condiciones de seguridad y salud en el trabajo, especialmente en las pequeñas empresas. Las acciones que desarrollará
se corresponden con su carácter de instrumento de apoyo a la actividad preventiva: iniciativas de información, asistencia técnica,
formación y promoción del cumplimiento de la normativa de prevención de riesgos laborales. La Fundación establecerá un plan
general en el que figurarán sus objetivos generales, así como un
orden de preferencias. Las acciones directas que se llevarán a cabo
conforme al diseño de los programas previstos en el plan serán
generadas, bien por propia iniciativa, bien a solicitud de la
Comisión nacional de seguridad y salud en el trabajo.
El Patronato de la Fundación está constituido por todas las personas jurídicas con presencia en la Comisión nacional de seguridad
y salud en el trabajo; Administraciones de las Comunidades Autónomas, organizaciones empresariales, sindicales y Administración
General del Estado.
La Fundación estará dotada con un patrimonio con cargo al
Fondo de prevención y rehabilitación procedente de los excedentes
de la gestión realizada por las Mutuas de accidentes de trabajo y
enfermedades profesionales de la Seguridad Social. El patrimonio
se ha establecido en 10.000 millones de pesetas, a materializar
mediante una aportación inicial y aportaciones anuales sucesivas
hasta cubrir un periodo de cinco años. Se consideran otras fuentes
complementarias de financiación, tanto públicas como privadas, a
fin de garantizar su continuidad.
Por último, la propia Ley 31/1995, de Prevención de riesgos
laborales ha sido modificada durante este año a través de la Ley
39/1999, de 5 de noviembre, para promover la Conciliación de la
vida familiar y laboral de las personas trabajadoras. El cambio obedeció a la necesidad de completar la adaptación de la LPRL a la
Directiva 92/85/CEE, sobre seguridad y salud de trabajadoras en
periodo de embarazo y lactancia. La reforma ha operado sobre el
artículo 26 de la LPRL y su principal novedad consiste en incorporar la posibilidad de suspensión del contrato de trabajo por riesgo
durante el embarazo. Esta situación podrá declararse si, tras la pertinente evaluación de riesgos, se confirma la exposición de las tra-
Mejoras en la
protección de las
trabajadoras
embarazadas
405
MEMORIA 1999
bajadoras en situación de embarazo o parto reciente a agentes, procedimientos o condiciones de trabajo que pudieran perjudicar su
salud la del feto, o repercutir en la lactancia y siempre que no fuera
factible ninguna de las posibilidades previstas ya anteriormente por
la LPRL para estos casos (la adaptación del puesto de trabajo y el
cambio de puesto o movilidad funcional). La Ley 39/1999 ha
incorporado este nuevo supuesto de suspensión del contrato de trabajo al artículo 45.1.d) del Estatuto de los Trabajadores y su declaración dará lugar a la percepción de una prestación económica de
Seguridad Social denominada “por riesgo durante el embarazo”,
también de nueva creación e introducida mediante un nuevo
Capítulo IV ter en el Texto Refundido de la Ley general de la
Seguridad Social. Esta prestación se concederá en los mismos términos y condiciones previstos para la prestación económica de
incapacidad temporal derivada de enfermedad común.
Un año después
del Plan de acción
contra la
siniestralidad
Un año después del acuerdo alcanzado por los interlocutores
sociales en torno a los contenidos del Plan de acción contra la
siniestralidad, se han dado ya algunos pasos en su aplicación práctica si bien son todavía numerosos los aspectos que quedan pendientes. Entre los aspectos cuyo desarrollo estaba previsto para el
año 1999 según el calendario fijado por el Plan de Acción, cabe
destacar, entre los que se han llevado a término:
• Se han desarrollado actuaciones de sensibilización para una
cultura de la prevención (celebración del 28 de abril como
Día de la seguridad y la salud en el trabajo o la Semana
europea de la seguridad y salud en el trabajo).
• Entre las actuaciones de promoción y apoyo de la actividad
preventiva, además de las referidas medidas correspondientes
a la constitución de la Fundación, se ha revisado y prorrogado
para 1999 el Plan marco de prevención de riesgos laborales,
en aplicación del Acuerdo de Bases firmado entre el MTAS y la
Asociación de Mutuas de accidentes de trabajo y enfermedades
profesionales de la Seguridad Social (AMAT). Asimismo, se
han elaborado guías de acción preventiva dirigidas a las
microempresas.
• En cuanto a los programas de formación para la prevención se
han adoptado convenios con varias universidades.
406
MERCADO DE TRABAJO, RELACIONES LABORALES Y POLÍTICAS DE EMPLEO
• El reforzamiento de las actividades de investigación, análisis
y estudio se está llevando a cabo a través de varios Grupos de
Trabajo abiertos en el seno de la Comisión nacional de seguridad y salud en el trabajo.
• Ya se han referido las acciones legislativas previstas en el
Plan y materializadas durante 1999. Como acciones complementarias para la aplicación de la normativa de prevención
de riesgos laborales cabe destacar la elaboración de las guías
técnicas orientativas en aplicación de los Reales Decretos
relativos a lugares de trabajo y a equipos de protección individual.
• En el marco del fomento de la cooperación entre las distintas
administraciones, en marzo de 1999 se alcanzó un Acuerdo
sobre seguridad y salud en el trabajo en el seno de la conferencia sectorial de asuntos laborales.
• El reforzamiento de la eficacia de las actuaciones en materia
de vigilancia, control y sancionadora, en aplicación del Plan de
la Inspección de Trabajo y Seguridad Social se ha traducido
en un incremento de casi todos los indicadores descriptivos de
la actividad inspectora en esta área (cuadro II-47). Asimismo,
cabe recordar que la Ley 50/1998, de 30 de diciembre, de
Medidas fiscales, administrativas y del orden social modificó
los artículos 45, 47, 48 y 49 de la LPRL, relativos a infracciones y sanciones en esta materia.
Otras medidas cuyo desarrollo estaba previsto para el año 1999
en el Plan de Acción no han llegado a materializarse. Entre ellas,
cabe mencionar que entre las acciones de fomento e incentivación
de la actuación preventiva no ha llegado a adoptarse una nueva
tarifa para el seguro de accidentes de trabajo y enfermedades profesionales, así como la posibilidad de reducir o incrementar las cuotas, que por aplicación de dicha tarifa se establezcan con el carácter
de básicas. De momento, tampoco se ha avanzado significativamente en la mejora de los sistemas de información y vigilancia de
los daños derivados de los registros de accidentes de trabajo. Sigue
sin abordarse el análisis en profundidad de la problemática en relación con la prevención de riesgos laborales de sectores y actividades, así como de riesgos específicos.
407
MEMORIA 1999
CUADRO II-47
ACTIVIDAD DE LA INSPECCIÓN DE TRABAJO EN EL ÁREA
DE LA PREVENCIÓN DE RIESGOS LABORALES, 1996-1999
(Totales anuales)
Actividad de la Inspección de Trabajo
Visitas a centros
Actas infracción
Infracciones en acta
Importe sanciones (millones pesetas)
Trabajadores afectados por actas de
infracción
Requerimientos de subsanación
Paralizaciones de trabajo
Informes a la Jurisdicción
Accidentes investigados
1996
107.912
10.742
14.710
4.101
1997
1998
1999
93.551 102.170 111.587
15.521 18.721 22.992
22.476 27.035 33.445
7.190
8.895 11.625
93.657 151.211 202.222 328.693
75.002 76.706 92.441 112.449
691
1.095
1.778
2.392
3.912
4.252
4.701
4.638
13.659 14.892 15.939 15.716
Fuente: MTAS, Informe sobre la Actividad y Resultados de la Inspección de Trabajo
y Seguridad Social, 1999.
Una de las áreas en las que se sigue echando en falta la mejora
de la información estadística sobre accidentes de trabajo y enfermedades profesionales es la de la situación de los trabajadores
autónomos en general y, en particular, la de algunos subsectores y
colectivos entre los que abunda su presencia, como el de los conductores profesionales87, dada la situación de posible subregistro de
accidentes de trabajo que pueden estar viviendo, como ya se puso
de manifiesto en la pasada edición de esta Memoria.
87
Según la estadística de la Dirección General de Tráfico, en 1998 se registraron 417 muertes de conductores profesionales en accidente laboral, el 5,7 por 100
más que en 1997. Según la Estadística de accidentes de trabajo y enfermedades
profesionales del MTAS, en 1998, en el total de la actividad económica
“Transporte terrestre y por tuberías” dentro de la que está englobada el transporte
por carretera, figuraban 139 accidentes de trabajo mortales. En todo caso, ambas
cifras no son comparables por la distinta metodología y definiciones utilizadas en
cada fuente, pero ponen de manifiesto la necesidad de profundizar en la mejora de
los instrumentos estadísticos de medición de la siniestralidad de estos colectivos.
Dado que la Estadística del MTAS sólo incluye los accidentes de los autónomos
que tengan cubierta la contingencia de incapacidad temporal, de carácter voluntario en el RETAS, el problema de subregistro se agrava teniendo en cuenta que el
peso de los trabajadores por cuenta propia en transporte terrestre representa el 40
por 100 del total, proporción que casi duplica la que suponen dentro del conjunto
de la ocupación.
408
MERCADO DE TRABAJO, RELACIONES LABORALES Y POLÍTICAS DE EMPLEO
La efectividad de las iniciativas de acción previstas en el Plan de
acción contra la siniestralidad laboral será comprobable a mediolargo plazo. No obstante, algunas Comunidades Autónomas han ido
abordando ya las acciones previstas en el Plan, adaptándolas a las
peculiaridades de cada territorio, lo que se ha plasmado en algunos
planes de acción propios. Así, sin ánimo de exhaustividad, cabe
mencionar88 la estrategia diseñada en el Consejo aragonés de salud
laboral, con la colaboración de la Administración, la Inspección de
trabajo y las Mutuas, por la que se han llevado a cabo acciones selectivas localizando previamente las empresas susceptibles de mejora
en sus indicadores de siniestralidad, y aplicando sobre ellas medidas específicas, con el resultado de un descenso de la siniestralidad
del 11 por 100. Por su parte, en la Comunidad Autónoma de Madrid
se ha puesto en marcha un proyecto de características semejantes que
durante el primer semestre de 1999 se ha centrado en recabar la colaboración de unas 1.300 empresas para mejorar sus resultados en prevención de riesgos laborales, así como en general en potenciar
distintas acciones de formación e investigación. El servicio vasco de
salud laboral (OSALAN) tiene prevista la aplicación de un Plan
de lucha contra la siniestralidad laboral para el año 2000 con el objetivo de disminuir el número de accidentes de trabajo al menos un 10
por 100 con respecto a las cifras de 1999 mediante actuaciones selectivas en empresas que hayan registrado durante 1999 cuatro o más
accidentes de trabajo con baja y cuyo índice de siniestralidad sea
superior al 50 por 100 de la media de su sector.
6.2. SEGURIDAD,
Experiencias
autonómicas
fructíferas
SINIESTRALIDAD Y ORGANIZACIÓN DE LA PREVENCIÓN
EN EL TRABAJO
A menudo se suele contraponer el creciente desarrollo normativo y
la implantación de políticas de prevención de riesgos con “sus escasos
resultados”, medidos estos últimos atendiendo exclusivamente a la
evolución del número de accidentes y a su incidencia por mil trabajadores. En realidad, la seguridad en el trabajo no se reduce a la mayor o
menor accidentalidad en un momento dado, sino que responde a la
integración de una serie de factores que determinan las condiciones de
trabajo, ligadas al propio crecimiento del empleo y a aspectos más
bien relacionados con las condiciones de trabajo vinculadas a las
características del puesto y al entorno organizativo. La normativa de
88
INSHT, Prevención, trabajo y salud, núm. 2, 1999.
409
MEMORIA 1999
prevención de riesgos laborales actúa a favor de la seguridad en el trabajo mediante la prevención de la siniestralidad, fundamentalmente
por la vía de reducir la peligrosidad asociada al puesto de trabajo. Sin
embargo, en teoría es posible que disminuya la peligrosidad del trabajo
y aumente el número de accidentes, por el juego de los otros factores
señalados. Ello explicaría que en momentos de intenso crecimiento del
empleo no sólo aumente el volumen de accidentes de trabajo, sino
también el índice de incidencia por cada 1.000 trabajadores expuestos:
el incremento de ambas variables se viene observando ya desde 1993
para el conjunto de los accidentes de trabajo registrados. Unida al
incremento del total de accidentes registrados se produce al mismo
tiempo una reducción de los que se caracterizan como graves y un
práctico estancamiento de la mortalidad en el trabajo en términos de
incidencia por cada 1.000 trabajadores, como se verá más adelante.
No obstante, dada la dificultad de medición de variables como
la evolución de la peligrosidad (riesgo de accidente por unidad de trabajo) y la carga de trabajo (cantidad de trabajo desarrollada por
trabajador y año en relación a las horas trabajadas y a la intensidad
o ritmo del trabajo), habitualmente —incluyendo esta Memoria—
se suele intentar una aproximación a las condiciones de seguridad
del trabajo centrada en la siniestralidad y los índices de incidencia
de accidentes de trabajo. A continuación se analizan esos dos
aspectos, para dar después información, si bien menos precisa y
actualizada que la anterior, sobre otras variables que se relacionan
con la seguridad en el trabajo y que giran en torno a las condiciones en que éste se desarrolla. En relación con este último aspecto,
se completará este epígrafe con un breve repaso al estado de la
implantación de los mecanismos de prevención de riesgos previstos
en la LPRL y su normativa de desarrollo.
6.2.1. Evolución de los accidentes de trabajo
Atendiendo al volumen de accidentes de trabajo registrados, la
siniestralidad en el trabajo ha vuelto a sufrir un nuevo repunte en
1999. El empeoramiento de la situación, por lo que se refiere a los
accidentes en jornada de trabajo con baja (excluyendo los accidentes in itinere), ha sido aún más acusado que en el año anterior,
suponiendo un incremento interanual del 15,3 por 100. Bien es cierto que, como en años anteriores, han sido los accidentes leves los
que más han aumentado. No obstante, hay que subrayar el notorio
410
MERCADO DE TRABAJO, RELACIONES LABORALES Y POLÍTICAS DE EMPLEO
CUADRO II-48
ACCIDENTES DE TRABAJO Y ENFERMEDADES PROFESIONALES
CON BAJA, 1995-1999
(Número anual de accidentes y enfermedades profesionales)
Accidentes de trabajo y enfermedades
profesionales con baja
Accidentes
– En jornada de trabajo
Leves
Graves
Mortales
– In itinere
Leves
Graves
Mortales
Enfermedades profesionales
Leves
Graves
Mortales
Número
Increm. %
1995
1996
1997
1998
1999
1999/1998
626.268
589.661
578.110
10.543
1.008
36.607
34.174
2.092
341
655.575
616.237
604.570
10.685
982
39.338
36.815
2.201
322
720.303
676.644
665.181
10.393
1.070
43.659
41.139
2.136
384
804.843
752.882
741.162
10.649
1.071
51.961
49.055
2.486
420
930.151
867.772
854.923
11.739
1.110
62.379
59.339
2.578
462
15,6
15,3
15,3
10,2
3,6
20,0
21,0
3,7
10,0
5.838
5.666
169
3
7.069
6.885
183
1
8.440
8.275
164
1
10.428
10.241
185
2
14.119
13.928
190
1
35,4
36,4
2,7
–50,0
Fuente: MTAS, Estadística de Accidentes de Trabajo y Enfermedades Profesionales 1999.
incremento, del 10,2 por 100, de los accidentes graves y un crecimiento del 3,6 por 100 de los accidentes mortales, que se han cobrado este año casi cuarenta víctimas más que el pasado (cuadro II-48).
Entre 1996 y 1999, el volumen de accidentes de trabajo ha crecido un 40,8 por 100, mientras que el de trabajadores potencialmente expuestos a riesgos89 se ha incrementado un 20,2 por 100.
Además, el aumento en términos absolutos también ha ido acompañado de un incremento de la incidencia por cada mil trabajadores,
que se ha elevado desde los 63,2 accidentes/1.000 trabajadores en
1996 a 74,1 en 1999. Si bien es cierto que este aumento es atribuible en su mayoría a los accidentes calificados como leves, la prácticamente inexistente variación de la incidencia de accidentes graves
y mortales por 10.000 trabajadores, tampoco permite hablar de una
mejora de la situación, sino más bien de un estancamiento e incluso,
en el caso de los graves, de un ligero repunte (gráficos II-28 y II-29).
Aumenta tanto el
volumen de
accidentes como
su incidencia
por 1.000
trabajadores
89
Cálculo a partir de los datos de trabajadores por cuenta ajena afiliados y en
alta en la Seguridad Social.
411
MEMORIA 1999
GRÁFICO II-28
EVOLUCIÓN DE LA INCIDENCIA DE ACCIDENTES EN JORNADA
DE TRABAJO CON BAJA, TOTAL Y LEVES, 1992-1999
(Número de accidentes por cada 1.000 trabajadores; totales anuales)
78
74
70
66
62
58
54
50
1992
1993
1994
1995
1996
Total
1997
1998
Leves
Fuente: MTAS, Estadística de Accidentes de Trabajo.
GRÁFICO II-29
EVOLUCIÓN DE LA INCIDENCIA DE ACCIDENTES EN JORNADA
DE TRABAJO CON BAJA, GRAVES Y MORTALES, 1992-1999
(Número de accidentes por cada 10.000 trabajadores; totales anuales)
14,0
12,0
10,0
8,0
6,0
4,0
2,0
Inc. graves/10.000
Fuente: MTAS, Estadística de Accidentes de Trabajo.
412
1999
1998
1997
1996
1995
1994
1993
1992
0,0
Inc. mortales /10.000
1999
MERCADO DE TRABAJO, RELACIONES LABORALES Y POLÍTICAS DE EMPLEO
El incremento del volumen de accidentes de trabajo ha afectado
incluso a más sectores que el año anterior. Si en este último fue la
construcción el que más víctimas registró, coincidiendo con una fuerte
intensificación de la actividad, en 1999 todos los sectores han sufrido
un empeoramiento de la situación (cuadro II-49).
CUADRO II-49
ACCIDENTES EN JORNADA DE TRABAJO CON BAJA,
SEGÚN GRAVEDAD, POR SECTORES, 1995-1999
(Número y porcentajes de variación anual)
Total
Número
Total
Agrario
Industria
Construc.
Servicios
Variación porcentual
1995
1996
1997
1998
1999
599.069
38.276
214.225
125.015
221.553
616.237
40.057
214.216
123.447
238.517
676.644
44.575
226.142
137.068
268.859
752.882
47.073
241.029
165.520
299.260
867.772
47.152
265.054
207.673
347.893
1998-1997 1999-1998
11,3
5,6
6,6
20,8
11,3
15,3
0,2
10,0
25,5
16,3
Leves
Número
Total
Agrario
Industria
Construc.
Servicios
Variación porcentual
1995
1996
1997
1998
1999
587.289
36.981
210.965
122.335
217.008
604.570
38.802
210.974
120.936
233.858
665.181
43.250
223.172
134.545
264.214
741.162
45.790
238.127
162.695
294.550
854.923
45.797
261.885
204.502
342.739
1998-1997 1999-1998
11,4
5,9
6,7
20,9
11,5
15,3
0,0
10,0
25,7
16,4
Graves
Número
Total
Agrario
Industria
Construc.
Servicios
Variación porcentual
1995
1996
1997
1998
1999
10.784
1.181
3.011
2.421
4.171
10.685
1.152
2.966
2.276
4.291
10.393
1.219
2.694
2.270
4.210
10.649
1.170
2.653
2.558
4.268
11.739
1.219
2.933
2.882
4.705
1998-1997 1999-1998
2,5
–4,0
–1,5
12,7
1,4
10,2
4,2
10,6
12,7
10,2
Mortales
Número
Total
Agrario
Industria
Construc.
Servicios
Variación porcentual
1995
1996
1997
1998
1999
996
114
249
259
374
982
103
276
235
368
1.070
106
276
253
435
1.071
113
249
267
442
1.110
136
236
289
449
1998-1997 1999-1998
0,1
6,6
–9,8
5,5
1,6
3,6
20,4
–5,2
8,2
1,6
Fuente: MTAS, Estadística de Accidentes de Trabajo.
413
MEMORIA 1999
Tres formas de
producción
ocasionan el
64 por 100 de
los accidentes
Atendiendo a la forma en que se producen los accidentes, con
datos de la Estadística de accidentes de trabajo de 1998, cabe
observar que la mayor parte se produce con ocasión de “sobreesfuerzos” (25 por 100 del total de accidentes), seguida de “golpes
por objetos o herramientas” (19 por 100) y “caídas de personas”
(18 por 100). Alrededor de un tercio de los accidentes graves se
ocasiona en forma de “caídas de personas” y casi una cuarta parte
por “caídas a distinto nivel”. Por último, el 26 por 100 de los accidentes mortales obedecían a “patologías no traumáticas”, otro 26 por
100 se produjo por “atropellos o golpes con vehículos” y el 16
por 100 por “caídas a distinto nivel” (gráfico II-30).
GRÁFICO II-30
ACCIDENTES SEGÚN GRAVEDAD POR FORMA EN QUE SE PRODUJERON,
1998
(Porcentajes sobre el total en cada gravedad)
Patologías no traumáticas
Atropellos o golpes con vehículos
Sobreesfuerzos
Atrapamiento por vuelco de máquinas
Atrapamiento por o entre objetos
Proyección de fragmentos o partículas
Golpes por objetos o herramientas
Pisadas o choques contra objetos
Caídas de/por objetos
Caídas de personas
Otras formas*
0
%
5
10
Leves
15
Graves
20
25
30
35
40
Mortales
* Otras formas son: exposición a temperaturas ambientales externas, contactos térmicos, exposición a contactos
eléctricos, exposición a sustancias nocivas, contactos con sustancias cáusticas o corrosivas, exposición a radiaciones, explosiones, incendios y accidentes causados por seres vivos.
Fuente: MTAS, Estadística de Accidentes de Trabajo 1998.
414
MERCADO DE TRABAJO, RELACIONES LABORALES Y POLÍTICAS DE EMPLEO
Como ya se ha puesto de manifiesto en anteriores ediciones de
esta Memoria, el actual sistema de registro de enfermedades profesionales no constituye un mecanismo de información y vigilancia
orientado a la prevención de riesgos para la salud en el trabajo,
sino que se basa en un sistema de lista cerrada y orientado fundamentalmente a la calificación profesional de la dolencia a efectos
de la consiguiente prestación económica. Ello se traduce en el
reducido número de casos registrados año a año en comparación
con las elevadas cifras de accidentes, pese al aumento experimentado en los últimos años. Ante estas insuficiencias, la Comisión
nacional de seguridad y salud en el trabajo (CNSST) aprobó en
octubre de 1999 un estudio acompañado de una serie de propuestas
sobre el sistema de información sobre enfermedades profesionales,
resultado de los trabajos del grupo de trabajo sobre enfermedades
profesionales constituido en 1997. Entre dichas propuestas se planteaba la necesidad de desarrollo reglamentario del artículo 6.1.g) de
la LPRL en lo relativo al procedimiento de calificación de la enfermedad profesional, así como los requisitos y procedimientos para
la comunicación e información a la autoridad competente de los
daños derivados del trabajo; la actualización del cuadro de enfermedades profesionales en vigor (que data de 1978), la adopción de
un nuevo sistema de notificación unificado, garantizar una adecuada protección de los derechos de los trabajadores, especialmente en
lo referente a la confidencialidad y la no discriminación laboral por
motivos de salud, así como la incorporación de la vigilancia de los
daños derivados del trabajo a la Red nacional de vigilancia epidemiológica.
Enfermedades
profesionales:
propuesta de
cambio del
sistema de
registro
6.2.2. Condiciones de seguridad y prevención de riesgos en el
trabajo
En cuanto a la peligrosidad del trabajo, ésta no puede estimarse
directamente si no se conoce la evolución de la carga de trabajo, la
cual es difícil de cuantificar con las estadísticas disponibles. La III
Encuesta nacional sobre condiciones de trabajo90 muestra un incremento de factores asociados a la carga de trabajo, tanto mental
como física, con respecto a anteriores ediciones de la misma. En
efecto, entre 1993 y 1997 la Encuesta muestra que, acompañando
90
MTAS, Instituto Nacional de Seguridad e Higiene en el Trabajo, III Encuesta
Nacional de Condiciones de Trabajo, 1999.
415
MEMORIA 1999
al incremento de la actividad económica, se ha intensificado la presencia de factores que inciden en la carga de trabajo, como el ritmo
de trabajo y el nivel de atención necesario para la ejecución de la
tarea. Esta tendencia parece ser común a otros países de la Unión
Europea: así, si en 1991 el 48 por 100 de los trabajadores europeos
estaba sometido a elevados ritmos de trabajo, este porcentaje se
había elevado al 54 por 100 en 1996. En España, los trabajadores
que en 1993 estaban sometidos a un ritmo elevado de trabajo representaban el 27,5 por 100, mientras que en 1997 la proporción se
había elevado al 38,6 por 100. En relación a la Encuesta de 1997,
el elevado ritmo de trabajo ha sustituido al ruido como causa más
nombrada de los problemas de comunicación en la empresa.
Lógicamente, los determinantes del ritmo de trabajo varían en
cada sector, y mientras en construcción el ritmo lo marcan factores
internos como el de los compañeros (27,5 por 100), en servicios
son las demandas externas (público, clientes, tráfico) las que lo
determinan en el 62 por 100 de los casos. En industria prevalecen
tanto las causas externas (28,2 por 100) como el ritmo de las
máquinas (22,7 por 100).
En cuanto a la carga mental de trabajo, el 62 por 100 de los trabajadores declara que la ejecución de su trabajo requiere mantener
un nivel de atención alto o muy alto durante más de la mitad de su
jornada; las ramas más afectadas por esta característica son química (72,2 por 100) y servicios sociales (71,5 por 100). En cuanto a
los factores asociados a la carga física de trabajo, el 63,8 por 100
de los encuestados debe mantener una misma postura durante una
parte de su trabajo y/o realizar movimientos de manos o brazos
muy repetitivos.
Asimismo, ha disminuido el horario de jornada partida a favor
de otros tipos de horario, como la jornada continua de mañana y el
horario en equipos rotativos o a turnos y, entre estos últimos, se ha
producido un marcado aumento de los que incluyen el nocturno
(18,3 por 100 en 1997 frente a 8,3 por 100 en 1993).
En general, el 65,1 por 100 de los trabajadores manifiesta que
su puesto de trabajo presenta algún riesgo de accidente (gráfico II31), proporción que en el caso de la construcción y el metal supera
el 80 por 100. La naturaleza de dichos riesgos es variada: lo más
416
MERCADO DE TRABAJO, RELACIONES LABORALES Y POLÍTICAS DE EMPLEO
100
90
80
70
60
50
40
30
20
10
0
87,4
81,9
77,3
77,9
77,4
63,7
57,4
63,3
61,5
cc
Ad
ió
n
m
ón
m
.B
er
an
ci
ca
oH
o
Se
s
te
rv
le
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tri
us
us
uf
an
M
nd
O
tra
si
tri
ac
al
et
ic
m
uí
Q
as
.
47,4
a
%
GRÁFICO II-31
PORCENTAJE DE TRABAJADORES QUE MANIFIESTA
LA EXISTENCIA DE ALGÚN RIESGO DE ACCIDENTE
EN SU PUESTO DE TRABAJO POR RAMA DE ACTIVIDAD, 1997
Fuente: MTAS, INSHT, III Encuesta Nacional de Condiciones de Trabajo, 1999.
frecuente es la presencia de riesgo de cortes y pinchazos (31,4 por
100) y los golpes (26 por 100). Otros riesgos que aparecen aunque
con menor frecuencia son caídas de objetos, materiales o herramientas (13,6 por 100), caídas de personas al mismo nivel (12 por
100) o desde altura (10,7 por 100), sobreesfuerzos por manipulación de cargas pesadas (10,7 por 100) y quemaduras (10,2 por
100), entre otros.
En cuanto a las causas a las que los trabajadores atribuyen los
accidentes, al igual que en 1993 siguen figurando en los primeros
lugares tanto “el descuido, exceso de confianza o costumbre” como
la de “el trabajo obliga a realizar operaciones peligrosas”, y ello
tanto si la respuesta es espontánea como sugerida. Otras causas
mencionadas, más relacionadas con la organización del trabajo que
con la autoinculpación o naturalización del riesgo que subyace a
las dos primeras, son “por cansancio o fatiga”, “por esfuerzos o
posturas forzadas” o “hay que sacar la producción por encima de
417
MEMORIA 1999
CUADRO II-50
PRINCIPALES CAUSAS DE LOS RIESGOS DE ACCIDENTE DE TRABAJO, 1997
(Respuesta sugerida, porcentajes)
Causas de los riesgos
Exceso de confianza o de costumbre
Cansancio o fatiga
Esfuerzos o posturas forzadas
El trabajo obliga a realizar operaciones peligrosas
Hay que sacar la producción por encima de todo
Falta de espacio
Las instalaciones son viejas
El área de trabajo o superficie es insegura
Falta o inadecuación de equipos de protección individual
La máquina está insuficientemente protegida
El lugar de trabajo está en malas condiciones
Falta de experiencia en el trabajo
Falta de medios o herramientas peligrosas
Los accesos al lugar de trabajo están en malas condiciones
Se trabaja sin la formación suficiente
El puesto de trabajo está mal diseñado
Porcentaje de
trabajadores
Porcentaje de
trabajadores con
formación en
prevención
52,0
20,2
18,1
15,6
7,5
6,9
5,3
5,1
4,4
4,1
3,9
3,9
3,5
3,2
3,1
2,7
40,0
13,2
12,5
11,8
6,0
6,1
6,4
5,1
4,2
3,0
3,5
3,0
3,3
2,5
2,9
2,2
Fuente: MTAS, INSHT, III Encuesta Nacional de Condiciones de Trabajo, 1999, cuestionario del
trabajador.
todo”, entre otras. Los trabajadores que han recibido formación
específica en temas de prevención de riesgos laborales muestran
una mayor percepción de las causas objetivas del riesgo, pero
siguen nombrando entre los primeros puestos las causas subjetivas
señaladas (cuadro II-50).
6.3. ORGANIZACIÓN DE LA PREVENCIÓN EN EL TRABAJO
La organización preventiva de las empresas españolas ha variado sustancialmente desde la entrada en vigor de la LPRL. Ello se
refleja en la implantación tanto de los órganos de participación
como de otros recursos preventivos de instauración preceptiva a
raíz de esta Ley y su normativa de desarrollo. La III Encuesta
nacional de condiciones de trabajo, de 1999, da cuenta de esta situación de cambio y transformación (cuadro II-51). Pese a todo, la
interpretación de sus resultados ha de hacerse con cautela, dado
418
MERCADO DE TRABAJO, RELACIONES LABORALES Y POLÍTICAS DE EMPLEO
CUADRO II-51
MODALIDADES PREVENTIVAS ADOPTADAS EN LAS EMPRESAS, 1997
Total
Porcentajes
Ninguna
13,1
Una modalidad preventiva
Trabajador designado
Servicio de Prevención Propio o Mancomunado
Servicio de Prevención Ajeno
44,0
5,0
2,9
36,1
Dos modalidades preventivas
Trabajador designado y Servicio de Prevención Propio o Mancomunado
Trabajador designado y Servicio de Prevención Ajeno
Servicio de Prevención Propio o Mancomunado y Servicio de Prevención Ajeno
33,6
10,2
18,7
4,7
Tres modalidades preventivas
Total
9,3
100,0
Fuente: MTAS, INSHT, III Encuesta Nacional de Condiciones de Trabajo, 1999.
que durante el periodo de realización de las entrevistas (octubre a
diciembre de 1997) transcurría un complejo proceso de desarrollo
normativo, del que se ha ido dando cuenta en sucesivas ediciones de
esta Memoria, e incluso no había finalizado el plazo legal para la
constitución de algunos órganos preventivos, como era el caso
de los servicios de prevención. Pese a todo, de la Encuesta se desprende una apreciable mejora de los indicadores de actividad preventiva respecto a la situación que mostraba la anterior edición de
la Encuesta, del año 1993.
En cuanto a los órganos de participación existentes en materia de
prevención de riesgos, la mitad de los centros de trabajo de más
de seis trabajadores contaba con delegados de prevención, mientras
que en más del 80 por 100 de las empresas de 50 o más trabajadores y que tenían nombrados Delegados de Prevención se había
constituido el Comité de seguridad y salud.
Conforme a las posibilidades establecidas por la LPRL, la organización de los recursos preventivos se relaciona con el tamaño de
las empresas (cuadro II-52). Los centros de trabajo de más de 500
trabajadores cuentan sobre todo con medios propios de carácter
interno (trabajadores designados y servicios de prevención propios
419
MEMORIA 1999
o de carácter interno); en los de 250 a 499 trabajadores se combina
la presencia de recursos internos con la de recursos ajenos, mientras que en los de menos de 250 trabajadores se recurre mayoritariamente a servicios ajenos: prácticamente el 70 por 100 de los
centros de trabajo (el 80 por 100 de los de menos de 50 trabajadores) tenían conciertos con Servicios de prevención ajenos. A 31 de
diciembre de 1999 se encontraban acreditadas para actuar como
servicios de prevención ajenos 196 entidades especializadas, de las
que 10 contaban además con autorización provisional.
Entre 1993 y 1997 ha aumentado del 25 al 28,5 por 100 la proporción de trabajadores en cuyo puesto se requiere la utilización de
equipos de protección individual (epi’s). Según los trabajadores, su
uso se controla en el 80,5 por 100 de los casos, mientras el 16,5 por
100 considera que no se controla; estas proporciones no han variado desde 1993.
CUADRO II-52
NÚMERO DE DELEGADOS DE PREVENCIÓN SEGÚN LA ESCALA FIJADA
EN LA LPRL, 1997
Tamaño de plantilla
(Número Delegados de Prevención obligatorio)
Datos en %
31-49
(1)
50-100
(2)
101500
(3)
5011.000
(4)
1.0012.000
(5)
2.0013.000
(6)
3.0014.000
(7)
Total
% de centros que tienen,
como mínimo, el número
de Delegados de
Prevención exigido
49,4
46,5
59,2
61,6
66,7
72,5
61,1
56,4
% de centros que tienen
un número menor de
Delegados de
Prevención que el
exigido
–
16,7
14,6
22,8
11,1
15,0
–
14,5
50,0
33,4
24,4
13,9
10,2
12,5
38,9
26,5
% de centros que no
tienen Delegado de
Prevención
% de "No contesta"
Total
0,6
3,4
1,8
1,7
12,0
–
–
100,0
100,0
100,0
100,0
100,0
100,0
100,0
Fuente: MTAS, INSHT, III Encuesta Nacional de Condiciones de Trabajo, 1999.
420
2,6
100,0
MERCADO DE TRABAJO, RELACIONES LABORALES Y POLÍTICAS DE EMPLEO
CUADRO II-53
SERVICIO DE PREVENCIÓN PROPIO Y MANCOMUNADO POR TAMAÑO
DE PLANTILLA, 1997
Datos en %
2a9
10 a 49
50 a 249
250 a 499
500 o más
Total
Sí, propio
Sí, mancomunado
No
NS/NC
6,1
3,9
88,7
1,3
10,4
5,1
83,2
1,2
22,6
5,9
69,6
1,9
39,4
8,6
50,6
1,4
55,7
5,3
37,5
1,4
21,6
5,5
71,5
1,4
Fuente: MTAS, INSHT, III Encuesta Nacional de Condiciones de Trabajo, 1999.
Uno de los aspectos en que más se ha hecho notar la orientación
preventiva de la LPRL ha sido en el incremento de las acciones de
naturaleza formativa: en el 76 por 100 de los centros se informa
habitualmente a cada trabajador sobre los riesgos del puesto y las
medidas de protección y prevención, información que en el 54,4
por 100 de los casos es verbal. En construcción e industria se informa en más del 90 por 100 de los casos.
El reconocimiento médico (68 por 100), la asistencia de alguien del
centro de trabajo a cursos o charlas de seguridad y salud (58 por 100) y
la evaluación inicial de riesgos laborales (46,6 por 100) son las tres
actividades en prevención de riesgos más frecuentes. Sin embargo, en
cuanto a la primera de ellas, un tercio de los trabajadores opina que los
reconocimientos son poco específicos y definidos para su situación de
trabajo. En el sector servicios, el 36,7 por 100 lo veía útil, pero poco
relacionado con los riesgos existentes en su puesto de trabajo, mientras
que, en cambio, en construcción (76,2 por 100) e industria (71,2 por
100) una amplia mayoría de trabajadores los consideraba útiles para
conocer si tenían alguna enfermedad relacionada con su trabajo.
Cabe recordar, por último, que los accidentes de trabajo y las
enfermedades profesionales no sólo suponen pérdidas humanas
incuantificables, sino importantes costes económicos al sistema y a
las empresas. Un reciente informe de la Agencia Europea para la
Seguridad y la Salud en el Trabajo da cuenta del elevado coste que
representan no sólo en España, sino en todos los países de la Unión
Europea, las dolencias y enfermedades asociadas al trabajo, oscilando las estimaciones entre el 2,6 por 100 y el 3,8 por 100 del
PIB. España se sitúa en la media, habiéndose estimado que los costes por accidentes de trabajo y enfermedades suponen ya el 3 por
100 del PIB (cuadro II-54).
421
MEMORIA 1999
CUADRO II-54
RESUMEN DE COSTES POR ACCIDENTE DE TRABAJO Y ENFERMEDAD
PROFESIONAL, 1992-1996
(Pesetas constantes)
Indicadores
1992
1993
1994 (1)
1995
1996 (1)
436.334
428.205
446.649
471.742
529.306
Invalidez
(todo tipo)
193.741
202.973
213.402
234.667
255.585
Asistencia
sanitaria
95.363
100.640
103.234
108.112
122.782
Pensiones
supervivencia
50.718
53.980
57.157
60.313
63.505
Total gastos
339.822
357.593
373.793
403.092
441.872
Ingresos totales Seguridad Social por
cuotas AT/EP (millones)
Gastos asegurados
(millones)
Gastos/ingresos (%)
77,9
Jornadas no trabajadas por AT/EP
(unidades)
Pérdidas estimadas totales
(miles de millones)*
PIB (miles de
millones)
Relación con el PIB
Pérdidas
estimadas/
PIB (%)
15.726.179
83,5
14.578.894
83,7
13.114.389
85,4
14.440.522
83,5
15.592.318
1.699,1
1.788,0
1.869,0
2.015,5
2.209,4
59.104,9
60.934,2
64.698,8
69.788,8
73.661,0
2,87
2,93
2,89
2,89
3,00
(1) Cuentas y Balances de la Seguridad Social, Ministerio de Trabajo y Seguridad Social.
* En base a criterios de Heinrich (Gastos asegurados x 5).
Fuente: MTAS, Anuario de Estadísticas Laborales y Asuntos Sociales.
7. CONFLICTIVIDAD LABORAL
Como rasgo más destacado durante el año transcurrido hay que
referirse a un aumento de la conflictividad en términos globales.
Este aumento en términos generales debe matizarse, sin embargo,
atendiendo a las distintas clases de conflictos. Así, en primer lugar,
se registró un ligero aumento en las cifras de huelgas, tanto en
número, sobre todo por el incremento de estos conflictos en el sec422
MERCADO DE TRABAJO, RELACIONES LABORALES Y POLÍTICAS DE EMPLEO
tor público, como en sus efectos económicos en términos de jornadas perdidas. No obstante, la conflictividad con cese del trabajo se
ha seguido manteniendo en niveles bajos por comparación con el
último decenio. El aumento de las jornadas no trabajadas, por lo
demás, se debió, en buena medida, a la repercusión de algún conflicto territorialmente localizado.
Por otro lado, descendieron los conflictos colectivos sin cese del
trabajo planteados y gestionados por los servicios administrativos
de mediación, conciliación y arbitraje, a excepción de los conflictos para los que se solicitó una mediación, los cuales aumentaron
ligeramente, frenando así por primera vez en muchos años la tendencia a la disminución en el recurso a este instrumento.
El dato, sin embargo, más relevante y significativo del año en
este terreno es el relativo al enorme incremento de la conflictividad planteada ante los sistemas de solución extrajudicial de conflictos creados por las organizaciones empresariales y sindicales,
tanto en el ámbito estatal como en el de las Comunidades Autónomas.
Este aumento, derivado del crecimiento del número de expedientes planteados ante casi todos los órganos, ha motivado que
éstos sobrepasen ampliamente al volumen de conflictividad resuelta por las unidades administrativas de MAC. Todo lo cual, además
de sugerir una preferencia creciente de los sujetos de las relaciones
industriales por llevar sus disputas ante los oficios de las instancias
nacidas de la autonomía colectiva, revela un aumento global de la
conflictividad laboral en el año transcurrido, al menos de los conflictos de naturaleza jurídica, de interpretación y aplicación de los
pactos colectivos, que es el tipo de controversias que más frecuentemente se presentan ante estos órganos.
Por otro lado, estos sistemas y procedimientos de solución no
judicial de conflictos han mantenido una excelente línea de resultados, alcanzándose acuerdos en aproximadamente la mitad de
todas las controversias que, habiéndose aceptado por la otra parte,
se tramitaron de forma completa. Este alto grado de eficacia no
solamente pone de manifiesto avances en la desjudicialización del
sistema de relaciones laborales, al ser las partes conscientes de
que el recurso a aquéllos implica una alta probabilidad de solven423
MEMORIA 1999
tar definitivamente el conflicto, sino que denota un fortalecimiento de la negociación, aun asistida por los oficios de un tercero,
entre las partes como vía de solución del conflicto.
Por último, hay que reseñar un año más el descenso en el número de asuntos resueltos ante los juzgados y tribunales del Orden
social, disminución que afectó tanto a los conflictos colectivos
como a los individuales, y que viene a consolidar la tendencia a la
baja registrada durante la última década.
7.1. PROGRESOS
EN LOS PROCEDIMIENTOS AUTÓNOMOS DE SOLUCIÓN
DE CONFLICTOS LABORALES
7.1.1. El Servicio Interconfederal de Mediación y Arbitraje
(SIMA)
Cuando se han cumplido algo más de dos años de funcionamiento efectivo del SIMA, el balance que cabe efectuar del mismo
debe calificarse de globalmente positivo atendiendo a sus líneas
generales, esto es, crecimiento de la conflictividad laboral canalizada a través del mismo y mejora de los resultados en términos de
conflictos resueltos por acuerdo. Una valoración más aquilatada,
sin embargo, muestra cómo han ido surgiendo algunas líneas de
tendencia que tal vez no responderían, en igual medida, a los objetivos que las partes firmantes del ASEC perseguían al poner en pie
un sistema de solución de conflictos de esta naturaleza.
Durante 1999 se sometieron a los procedimientos gestionados
por el SIMA 97 conflictos, 48 más que el año anterior, lo cual, si
bien hay que recordar que durante 1998 funcionó de manera efectiva a partir del mes de febrero, supone ciertamente un crecimiento
muy notable. Los expedientes canalizados a través del servicio
interconfederal afectaron a casi 400.000 trabajadores y a más de
20.000 empresas (cuadro II-55). De los 97 conflictos sometidos a un
intento de solución destaca, como primer dato, la consolidación de
la empresa como ámbito más frecuente de producción, habiendo
aumentado hasta casi el 94 por 100 esta clase de conflictos frente a
un retroceso de los sectoriales, proporción que se mantendrá en el
futuro e incluso cabe esperar que aumente en el caso de que se verifique una mayor adhesión de empresas singulares al ASEC, ya que
actualmente siguen siendo pocas las adheridas de forma expresa.
424
MERCADO DE TRABAJO, RELACIONES LABORALES Y POLÍTICAS DE EMPLEO
CUADRO II-55
CONFLICTOS TRAMITADOS EN EL SIMA, 1998 Y 1999
(Número y porcentaje sobre el total)
1998
Número
1999
%
Número
97
%
Total conflictos
49
Ámbito del conflicto
Empresa
Sector
41
8
83,7
16,3
91
6
93,8
6,2
Tipo de conflicto
Interpretación y aplicación
Bloqueo de negociación
Huelga
39
2
8
79,6
4,1
16,3
77
2
18
79,4
2,1
18,5
Tipo de procedimiento
Mediación
Arbitraje
47
2
95,9
4,1
94
3
96,9
3,1
Resultado
Acuerdo
Sin acuerdo
Laudo
Intentado sin efecto
Archivado
Conversión en arbitraje
11
25
2
7
3
1
22,4
51,0
4,1
14,3
6,1
2,0
30
43
3
13
4
4
30,9
44,3
3,1
13,4
4,1
4,1
Fuente: SIMA.
Otra tendencia que se confirma es el predominio absoluto de la
mediación frente al arbitraje, manteniéndose prácticamente el
mismo porcentaje de casos en que las partes acuden a uno u otro
procedimiento que se registró en 1998. El arbitraje, por tanto, continúa siendo un método muy escasamente utilizado por los sujetos
de las relaciones industriales, incluso en el terreno de los conflictos
colectivos que se derivan de la interpretación o aplicación de lo
pactado en el propio convenio colectivo aplicable.
El aspecto más positivo que cabe destacar es, seguramente, el
relativo a los resultados de los procedimientos. De esta manera,
aumentó el número de conflictos que terminaron con acuerdo, casi
el 31 por 100, a los que habría que sumar los 4 que terminaron
transformándose en un procedimiento arbitral. Por otra parte, un
tercio de las mediaciones solicitadas con carácter previo a la convocatoria de una huelga terminaron también con acuerdo. A todo
425
MEMORIA 1999
ello, por último, habría que añadir el sensible descenso registrado
en los procedimientos que finalizaron sin ningún tipo de acuerdo.
En relación con las materias en que se han suscitado los conflictos, los derechos de representación y, en particular, los derechos de
información de los representantes de los trabajadores, superaron en
1999 a las reclamaciones salariales, seguidas ambas por reclamaciones en materia de jornada de trabajo. Por sectores, se repitió el
mismo esquema de concentración que en el año anterior, con las
compañías eléctricas, los grandes almacenes y el sector del metal
como protagonistas de la mayor parte de conflictos sometidos.
Otro dato que debe destacarse es el también abrumador predominio de los conflictos de interpretación y aplicación de los convenios colectivos, casi un 80 por 100 de los supuestos, frente a la
importancia que revisten las mediaciones planteadas de forma previa a la convocatoria de una huelga o a los conflictos que traen origen del bloqueo de la negociación colectiva, disputas estas últimas
que representan un porcentaje insignificante. Como insignificante o
nula ha sido hasta el momento la utilización de los procedimientos
previstos en el ASEC para solventar los conflictos surgidos en los
periodos de consultas previos a la modificación sustancial de condiciones de trabajo, traslados, suspensión y extinción colectiva de
contratos, o la determinación de los servicios de seguridad y mantenimiento durante las huelgas.
La actividad del SIMA ha sido, pues, durante los dos años que
lleva de vida, una actividad casi exclusivamente volcada en la resolución de los llamados conflictos jurídicos mediante procedimientos de mediación que, en no poca medida, han continuado
funcionando como trámite previo a la interposición de la correspondiente demanda de conflicto colectivo ante los órganos jurisdiccionales. Como ya se dijo en la anterior edición de esta Memoria,
solamente una mayor confianza de los agentes sociales en los instrumentos de que ellos mismos se han dotado en el ejercicio de su
autonomía colectiva puede abrir paso a un fortalecimiento de los
mismos como cauce de composición de toda clase de conflictos,
tanto aquellos que tienen origen en una distinta lectura de lo pactado, como los que se desprenden de la renegociación de los convenios o la configuración de nuevos acuerdos, sirviendo de esta
manera no sólo a una finalidad de desjudicialización de las relacio426
MERCADO DE TRABAJO, RELACIONES LABORALES Y POLÍTICAS DE EMPLEO
nes laborales, sino, asimismo, de fortalecimiento y dinamización
de la propia negociación colectiva.
7.1.2. Procedimientos autónomos de solución de conflictos
laborales en las Comunidades Autónomas
En las sucesivas ediciones de esta Memoria se vienen ofreciendo en
este apartado los resultados de aquellos órganos que han estado operativos durante todo el año transcurrido. En este sentido, en 13 de las 16
Comunidades Autónomas que cuentan con un acuerdo de creación de
órganos de esta naturaleza los correspondientes sistemas de solución
extrajudicial de conflictos laborales operaron durante todo 1999,
habiéndose sumado Andalucía y Aragón. Del resto de Comunidades
Autónomas, en Extremadura ha comenzado a funcionar en este mismo
año el Servicio regional de mediación y arbitraje, gestionado por la
Fundación de relaciones laborales de Extremadura, mientras que en
Castilla y León y Murcia se espera su pronta entrada en funcionamiento.
El año transcurrido ha sido un periodo de gran crecimiento en
las cifras de conflictos sometidos a los oficios de estos órganos. En
total, fueron 1.695 los conflictos colectivos presentados, 749 más
que en 1998, afectando a más de un millón de trabajadores (cuadro
II-56). Este enorme incremento en el volumen de conflictividad
gestionada por los órganos paritarios de solución extrajudicial se
explica en parte por la incorporación de los correspondientes sistemas en Andalucía y Aragón, entre los cuales aportan más de 300
nuevos expedientes, pero no sólo, ya que descontando éstos la cifra
total de las 11 Comunidades restantes habría superado en 428, un
45 por 100 más, el número de conflictos solicitados en 1998.
En efecto, de los 11 órganos de solución extrajudicial que operaron de forma completa durante 1998, y respecto de los que se
puede hacer la correspondiente comparación, todos a excepción de
dos vieron incrementadas las cifras de conflictos que se les solicitaron, y especialmente 3 de ellos, los de Canarias, Cataluña y
Madrid, registraron aumentos que fueron desde el 30 al 80 por 100
de nuevos conflictos. De esta forma, el relativo estancamiento en el
crecimiento de la conflictividad gestionada por estos órganos a que
se hacía referencia en la anterior edición de esta Memoria, puede
valorarse ahora como una situación pasajera que ha variado sustancialmente en el último año.
427
MEMORIA 1999
CUADRO II-56
ACTIVIDAD DE LOS ÓRGANOS AUTÓNOMOS DE SOLUCIÓN DE CONFLICTOS
COLECTIVOS EN LAS COMUNIDADES AUTÓNOMAS, 1999
(Número de conflictos, trabajadores y empresas afectados)
Órgano
Número
Andalucía (SERCLA)
Aragón (SAMA)
Baleares (TAMIB)
Canarias (TLC)
Cantabria (ORECLA)
Castilla-La Mancha (Jurado
Arbitral)
Cataluña (TLC)
Galicia (CRL-AGA)
Madrid (Instituto Laboral)
Navarra (TLN) (1)
País Vasco (CRL-PRECO II)
La Rioja (TLR)
Comunidad Valenciana (TAL)
Conciliación
y/o mediación
Arbitraje
Trabajadores
Empresas
299
22
52
115
48
297
22
52
113
47
2
–
–
2
1
500.261
4.184
93.600
96.118
19.000
43.061
21
2.850
6.341
500
58
458
25
190
32
113
23
260
58
432
17
185
32
97
23
254
–
26
8
5
–
16
–
6
12.493
120.198
25.432
104.171
s.d.
27.500
4.596
86.317
307
2.570
6.313
19.640
s.d.
1.836
23
2.510
SIMA
97
94
3
393.158
20.779
Total
1.792
1.723
69
1.487.028
106.751
(1) No se dispone de datos de empresas y trabajadores afectados en Navarra.
Fuente: Elaboración propia a partir de las estadísticas de los órganos de solución extrajudicial de conflictos.
Un hecho sobre el que conviene llamar la atención es que, por
vez primera, la conflictividad gestionada por esos órganos ha superado con creces a la que tramitaron las unidades administrativas de
mediación, arbitraje y conciliación. Lo abultado del crecimiento en
1999 de la conflictividad gestionada por los órganos autónomos de
solución extrajudicial indicaría que no solamente se está produciendo un trasvase de la gestión desde las unidades administrativas
a los órganos autónomos, sino que posiblemente también se dio un
incremento, en términos globales, de la conflictividad suscitada. La
conclusión a destacar sería, en tal caso, que esa mayor conflictividad se ha canalizado a través de los órganos y procedimientos creados por la autonomía colectiva.
Lo cual, además de señalar una mayor confianza de los sujetos
de las relaciones industriales en los instrumentos creados por la
autonomía colectiva y de fortalecer las prácticas de negociación
como método de resolución de los conflictos, estaría redundando
428
MERCADO DE TRABAJO, RELACIONES LABORALES Y POLÍTICAS DE EMPLEO
en el objetivo de disminuir el grado de judicialización de las relaciones laborales teniendo en cuenta los resultados alcanzados por
los procedimientos de mediación/conciliación tramitados por los
órganos autónomos.
Así, en efecto, hay que destacar que en 1999 se mantuvieron los
mismos resultados positivos que se alcanzaron en el año anterior,
con aproximadamente la mitad de las conciliaciones y/o mediaciones tramitadas finalizadas con acuerdo, lo que representa un grado
de eficacia notable (cuadro II-57). Esta eficacia se pone también de
manifiesto especialmente en las mediaciones en conflictos con
huelga o previas a la convocatoria de una huelga. Así, ejemplificando con los datos de aquellos órganos que tienen disponible esta
información, destacan el Tribunal laboral de Cataluña, que alcanzó
una efectividad en la solución de este tipo de conflictos del 54,7 por
100 de los casos, Valencia, con un 46,6 por 100, Baleares con un
44,4 por 100, y Andalucía con un 39,4 por 100.
CUADRO II-57
RESULTADOS DE LAS CONCILIACIONES Y/O MEDIACIONES COLECTIVAS
ANTE ÓRGANOS DE SOLUCIÓN EXTRAJUDICIAL DE CONFLICTOS, 1999
Con acuerdo
Órgano
Número
% (*)
92
15
22
31
21
23
192
8
78
15
35
8
98
46,5
71,4
50,0
35,6
53,8
46,9
51,7
88,9
45,6
55,5
63,6
38,0
47,1
106
6
22
56
18
26
179
1
83
12
20
13
110
101
1
8
25
7
9
61
7
19
5
43
2
46
SIMA
30
41,0
43
17
Total
668
49,0
695
351
Andalucía (SERCLA)
Aragón (SAMA)
Baleares (TAMIB)
Canarias (TLC)
Cantabria (ORECLA)
Castilla-La Mancha (Jurado Arbitral)
Cataluña (TLC)
Galicia (CRL-AGA)
Madrid (Instituto Laboral)
Navarra (TLN)
País Vasco (CRL-PRECO II)
La Rioja (TLR)
Comunidad Valenciana (TAL)
Sin acuerdo Otras (**)
(*) Porcentaje de acuerdos sobre los conflictos tramitados de forma completa.
(**) Se incluyen en esta columna las intentadas sin efecto, archivadas y desistidas.
Fuente: Elaboración propia a partir de las estadísticas de los órganos de solución extrajudicial de conflictos.
429
MEMORIA 1999
7.2. HUELGAS Y CONFLICTOS COLECTIVOS
El primer hecho que cabe reseñar en este apartado lo constituye el
aumento de la conflictividad que se ha registrado durante 1999,
incremento que se refleja tanto en el número de huelgas realizadas
como en las cifras de trabajadores participantes y de jornadas perdidas por este motivo (cuadro II-58). Cabe decir, no obstante, que pese
a este repunte en la cifra de huelgas, y aunque el mismo trunca la
serie ininterrumpida de descensos de los últimos siete años, la conflictividad con cesación del trabajo se ha mantenido en cifras ciertamente bajas, continuando así la tónica de contención que ha venido
siendo característica al menos desde 1994, año en que el número de
conflictos huelguísticos descendiera por debajo de los mil. En particular, y desde el punto de vista de la magnitud económica del conflicto, el dato de jornadas no trabajadas es el tercer mejor registro del
último decenio, ligeramente por encima de las cifras de 1995 y significativamente superior a las excepcionales de 1998.
CUADRO II-58
PRINCIPALES INDICADORES DE LAS HUELGAS, 1989-1999
(Número de huelgas, participantes y jornadas no trabajadas)
Participantes
Años (1)
1989
1990
1991
1992*
1993
1994*
1995
1996
1997
1998
1999
Jornadas no trabajadas
Número de
huelgas
Total (miles)
Por huelga
Total (miles)
Por huelga
Por
participante
1.047
1.231
1.552
1.296
(1.295)
1.131
890
(889)
866
807
709
618
739
1.382
864
1.945
5.167
(1.679)
997
5.428
(453)
570
1.078
631
672
1.125
1.320
702
1.253
3.989
(1.296)
882
6.099
(509)
658
1.336
890
1.087
1.522
3.685
2.443
4.421
6.247
(4.056)
2.013
6.255
(1.280)
1.443
1.553
1.790
1.264
1.477
3.520
1.984
2.849
4.820
(3.132)
1.780
7.028
(1.440)
1.666
1.924
2.525
2.044
1.999
2,7
2,8
2,3
1,2
(2,4)
2,0
1,2
(2,8)
2,5
1,4
2,8
1,8
1,3
(1) Hasta 1990 sin datos del País Vasco.
* Entre paréntesis, cifras sin considerar las huelgas generales de ámbito estatal.
Fuente: MTAS, Boletín de Estadísticas Laborales.
430
MERCADO DE TRABAJO, RELACIONES LABORALES Y POLÍTICAS DE EMPLEO
Otro dato que resulta oportuno destacar es que casi todo el
aumento en el número de huelgas se produjo en el sector público,
con 117 huelgas más que en 1998, mientras que en el sector privado de la economía el número permaneció prácticamente invariado,
registrándose tan sólo tres huelgas más, e incluso descendiendo en
20.000 las jornadas perdidas. Aún hay que añadir que del importante aumento habido en el sector público, más de la mitad del
mismo, un 56 por 100, corresponde a conflictos en Administraciones
públicas, fuera, por tanto, del ámbito estrictamente empresarial.
Aunque no resulta posible, a partir de las estadísticas del MTAS,
ofrecer cifras de la conflictividad huelguística de naturaleza estrictamente laboral (ya que si bien es posible deducir las que obedecen a motivaciones extralaborales no lo es restar las huelgas de
funcionarios) cabe pensar en un cierto retroceso de aquélla,
teniendo en cuenta que una parte importante del incremento en la
cifra total de huelgas procede de conflictos en Administraciones
Públicas y que también aumentaron significativamente, en más de
50, las huelgas que tuvieron una motivación no estrictamente
laboral.
Desde el punto de vista de la incidencia sectorial de las huelgas,
hay dos hechos principales a destacar. Por una parte, el importante
descenso experimentado en casi todos los sectores. Resalta, en primer lugar, el sector agrario, en el cual se volvió a la tónica de unas
cifras de conflictividad muy bajas, prácticamente residuales, después de la excepción que supuso 1998, en el que las protestas que
movilizaron al campo contra la política agraria comunitaria provocaron una pérdida de jornadas laborales superior a las 170.000. En
segundo lugar, debe resaltarse la disminución de la conflictividad
en la Industria, sector en el que las 304 huelgas registradas, 30
menos que el año anterior, tuvieron una participación de aproximadamente la mitad de los trabajadores que en 1998 y una disminución de 216.000 en el número de jornadas no trabajadas. Por su
parte, la construcción registró, asimismo, una disminución de
180.000 en la cifra de jornadas no trabajadas. En este último sector
se realizaron varias huelgas, en su mayoría de ámbito provincial, a
causa de la siniestralidad laboral, reclamando los sindicatos convocantes el cumplimiento de las normas de seguridad y el establecimiento de las adecuadas medidas preventivas. Las 12 huelgas de la
construcción en 1999, casi todas ellas de una jornada de duración,
representaron la pérdida de 191.000 jornadas de trabajo.
431
MEMORIA 1999
Únicamente el sector servicios registró una importante subida
tanto en el número de huelgas como en las restantes magnitudes, y
particularmente en la cifra de jornadas perdidas. Así, este sector
registró 413 huelgas, 166 más que en 1998, que, en conjunto, supusieron 415.692 jornadas no trabajadas, un 68 por 100 más que el
año anterior.
El otro hecho que debe reseñarse en relación con la incidencia
sectorial de las huelgas es la amplitud que tuvieron las huelgas
generales realizadas, especialmente por comparación con la significación casi nula que tuvieron las registradas en el año anterior, a
pesar de ser el doble en número. En efecto, las cuatro huelgas de
esta naturaleza llevadas a cabo en 1999 movilizaron a casi 600.000
trabajadores, con un número idéntico de jornadas no trabajadas. La
importancia de este tipo de huelgas en 1999 queda de manifiesto si
se tiene en cuenta que en el año anterior representaron menos de
2.000 jornadas no trabajadas. De las huelgas generales convocadas
y realizadas en el año que se analiza, debe destacarse la llevada a
efecto en el País Vasco, en el mes de mayo, convocada por los sindicatos más representativos de esa Comunidad Autónoma, en la
que se reivindicó la reducción de la jornada máxima de trabajo
hasta las 35 horas como medida de fomento del empleo. Esta huelga supuso por sí sola casi la totalidad de las jornadas perdidas por
causa de huelgas generales, esto es, un número cercano a la mitad
de todas las jornadas no trabajadas por huelga durante el año.
Por ramas de actividad, cabe citar las de transporte y comunicaciones, con 220.000 jornadas no trabajadas sumando ambas, en
buena parte debidas a los paros registrados en Renfe durante la
segunda mitad del año y Telefónica en los primeros meses de 1999;
asimismo, la minería del carbón, en la que se registraron 94.500,
buena parte de ellas debidas al paro de dos días de duración convocado a comienzos del mes de junio por los sindicatos UGT y
CCOO por el retraso e incumplimiento de los acuerdos del Plan
1998/2005 de la minería del carbón y del desarrollo alternativo
de las zonas mineras. Cabe citar, por último, la Sanidad y la
Educación, con algo más de 74.000 y 70.000 jornadas no trabajadas, respectivamente, así como la rama de Fabricación de otro
material de transporte, con 50.500. Por el lado bajo de la tabla
habría que destacar la relativa “calma” vivida en el Metal, donde a
pesar del aumento en la cifra de conflictos, 40 frente a los 30 de
432
MERCADO DE TRABAJO, RELACIONES LABORALES Y POLÍTICAS DE EMPLEO
1998, las jornadas perdidas cayeron hasta 10.000, desde las
115.000 del año anterior; importantes bajadas se produjeron, asimismo, en Automóvil y en la Industria de la alimentación. Por otra
parte, debe matizarse que el importante aumento del número de
huelgas en el ámbito de la Administración pública a que antes se ha
hecho referencia, representa sin embargo, en términos de jornadas
perdidas, una magnitud poco relevante sobre el total, no llegando al
1 por 100, y ello a pesar de haber aumentado algo la cifra respecto
a 1998.
Desde el punto de vista de la incidencia territorial por Comunidades Autónomas, el primer lugar en cuanto a jornadas no trabajadas lo ocupó el País Vasco, principalmente como consecuencia
de la huelga general a la que ya se ha hecho referencia. En esta
Comunidad Autónoma se llegó casi a las 660.000 jornadas perdidas en las 144 huelgas que tuvieron incidencia en ella, esto es,
casi la mitad de todas las jornadas perdidas por huelgas, lo que
contrasta enormemente con las cifras de 1998, año en que no llegaron a 30.000. La importancia de la alta concentración territorial
de las huelgas en 1999 resalta si se tiene en cuenta que la siguiente Comunidad en número de jornadas no trabajadas, Andalucía,
registró 292.000. Les siguieron Galicia (140.000), Castilla y León
(92.600) y Cataluña (74.400). Destacan por el motivo contrario,
es decir, la relativamente baja incidencia de las huelgas en términos de jornadas no trabajadas, Madrid (51.700) y Asturias
(47.800), que el año anterior habían registrado cifras mucho más
elevadas.
El análisis de los motivos que dieron lugar a la convocatoria de
las huelgas durante 1999 proporciona varias conclusiones de interés. Así, en primer lugar, se asiste un año más a la pérdida de
importancia de la negociación colectiva como factor desencadenante de los conflictos. De forma que, además de una reducción en 31
del número de huelgas por esta causa, en términos de jornadas no
trabajadas estas huelgas representaron un 11,6 por 100 del total,
frente al 20,3 por 100 que representaron en 1998. Dentro de las
causas englobadas en el proceso de negociación colectiva, ganó
fuerza la presión durante la negociación del convenio frente a otras
como la negativa a negociar o a revisar los convenios; en particular, esta última causa ha tenido una incidencia prácticamente nula,
cuando en 1998 fue la más importante en este grupo de causas, lo
433
MEMORIA 1999
que contrasta además con el dato de que durante 1999 se ha dado
un porcentaje mayor de convenios revisados que de convenios de
nueva firma; la explicación probablemente radica en el predominio
de los convenios, dentro de los de vigencia plurianual, que tienen
pactado el incremento salarial desde el momento de la firma, o de
los que lo tienen pactado en función de parámetros conocidos, tales
como IPC previsto o anterior, en los que la revisión salarial no
demanda una nueva negociación.
La segunda conclusión que cabe reseñar es que decrecieron en
importancia, a pesar de que hubo más conflictos, las huelgas
debidas a motivos no estrictamente laborales91. Así, no obstante
haber aumentado en 53 los conflictos debidos a este conjunto de
causas, en términos de jornadas no trabajadas representaron algo
menos del 7 por 100 de las totales, frente al 26 por 100 de 1998.
En tercer lugar, hay que anotar el crecimiento, tanto en número
como en importancia económica, de las huelgas derivadas de causas laborales no ligadas a los procesos de negociación de los convenios. Estas huelgas, que fueron casi 100 más que en el año
anterior, representaron el 81,5 por 100 del total de jornadas perdidas por huelgas, frente al 53,5 por 100 de 1998. Entre ellas, destacan, sobre todas, los paros en la Construcción para protestar
contra los accidentes laborales, y las derivadas del incumplimiento de acuerdos o normas, pero, sobre todo, resaltan “otras causas
laborales”, entre las que se engloba la huelga ya comentada del
País Vasco.
En cuanto a las formas de terminación de las huelgas, llama la
atención sobre todo la relativamente baja frecuencia con la que se
puso fin a los conflictos mediante la negociación directa entre las
partes o recurriendo al instrumento de la mediación, frente a otras
formas de terminación. Así, tan sólo 47 de las 717 huelgas realizadas y terminadas en el año finalizaron por una negociación directa
entre las partes, mientras que el recurso a la mediación y la consecución del correspondiente acuerdo puso fin a 24 conflictos. Se
trata, con todo, de un dato que no desentona con lo ocurrido en
años anteriores, habiendo experimentado incluso un ligero empeo91
La estadística del MTAS recoge hasta cuatro subgrupos: las relacionadas con
causa sindical, las de solidaridad, las motivadas por anuncio o aplicación de medidas de política económico-social, y otras causas no laborales.
434
MERCADO DE TRABAJO, RELACIONES LABORALES Y POLÍTICAS DE EMPLEO
ramiento con respecto a 1998. En conjunto, en estas huelgas participaron unos 19.000 trabajadores, alrededor del 1,8 por 100 del
total de trabajadores participantes en las huelgas finalizadas dentro
del periodo.
Casi el 90 por 100 de las huelgas terminadas dentro del periodo
finalizaron, así pues, por el agotamiento del tiempo fijado en la
convocatoria (410), o por decisión de los propios trabajadores
(222). Hay que decir, no obstante, que el predominio de la primera
de esas formas, el transcurso del tiempo fijado en la convocatoria,
sin duda obedece en buena medida al propio predominio de las
huelgas de corta duración, ya que casi el 60 por 100 de todas las convocadas en el año tuvieron una duración de menos de cinco días,
no obstante lo cual, y a la vista de los anteriores datos sobre terminación por negociaciones o mediación, cabe concluir que los mecanismos de composición de los conflictos económicos o de
intereses, que por definición son instrumentos no jurisdiccionales,
siguen sin encontrar en nuestro sistema de relaciones laborales el
grado de desarrollo y eficacia que sería de desear.
El que la negociación, directa o con intervención de terceros,
suponga una forma relativamente poco frecuente de terminación de
las huelgas no quiere decir, sin embargo, que sean poco numerosos
los acuerdos alcanzados con ocasión de estos conflictos. Así, de las
717 terminadas dentro del periodo, en un 46 por 100 se alcanzó un
acuerdo, acuerdos en los que, mayoritariamente, y como viene
siendo la tónica general, no predominó la postura de ninguna de las
partes, seguidas de lejos por aquellas en que prevaleció en mayor
medida la postura de los trabajadores, frente a un 53 por 100 de
huelgas en las que no hubo ningún tipo de acuerdo.
Por su parte, en el apartado de cierres patronales hay que dar
cuenta de un aumento significativo de las jornadas no trabajadas
por este motivo, y ello a pesar del descenso en el número de conflictos y en el de trabajadores afectados (cuadro II-59), lo que indica una mayor duración media de los cierres efectuados.
En el terreno de los conflictos colectivos planteados ante órganos administrativos de conciliación y mediación, hay que referirse,
en primer lugar, a un nuevo e importante descenso de las conciliaciones colectivas, mientras que, por el contrario, las mediaciones
435
MEMORIA 1999
CUADRO II-59
CIERRES PATRONALES 1989-1999
(Número de cierres, trabajadores afectados y jornadas no trabajadas)
Año
Cierres
Trabajadores
Jornadas no
trabajadas
1989
1990
1991
1992
1993
1994
1995
1996
1997
1998
1999
46
81
93
64
78
18
17
23
35
14
10
13.735
113.072
39.320
22.492
79.554
9.734
3.554
9.765
19.644
8.631
7.599
54.174
170.037
115.264
86.029
128.694
21.991
14.155
26.786
46.674
17.342
27.085
Fuente: MTAS, Subdirección General de Estadísticas.
experimentaron un ligero aumento que frena la tendencia a la
menor utilización de este instrumento de composición de conflictos
que se venía produciendo desde 1993.
En 1999 se plantearon 1.306 conciliaciones colectivas, 290
menos que en 1998, año en el que hay que recordar que se produjo
también un descenso muy significativo con respecto a 1997. En
conjunto, estos conflictos afectaron a 160.500 trabajadores más y
a casi 8.000 empresas menos que en 1998 (cuadro II-60). A diferencia de lo que ocurrió en este último año, en 1999 se vio afectado
un número mayor de trabajadores, lo que se explica fundamentalmente por el hecho de que las conciliaciones de ámbito interautonómico, que resuelve la Dirección General de Trabajo del MTAS,
y que son las más relevantes en términos de trabajadores y empresas afectadas, a pesar de haber disminuido también en 21, afectaron a un número sensiblemente mayor de trabajadores, casi
260.000 más.
Por Comunidades Autónomas, el mayor número de conciliaciones lo encabezaron, una vez más, Cataluña y Madrid, con 265 y
227, respectivamente, seguidas del País Vasco, con 112. A bastante
distancia de las anteriores, Canarias, Asturias y Galicia registraron
436
MERCADO DE TRABAJO, RELACIONES LABORALES Y POLÍTICAS DE EMPLEO
CUADRO II-60
CONCILIACIONES COLECTIVAS TERMINADAS, POR TIPO DE SOLUCIÓN,
1997-1999
(Número de conciliaciones, trabajadores y empresas afectados)
Tipo de solución
1997
1998
1999
Con avenencia
Conciliaciones
Trabajadores afectados
Empresas afectadas
171
107.050
3.045
155
84.948
5.249
149
54.086
319
Sin avenencia
Conciliaciones
Trabajadores afectados
Empresas afectadas
1.162
1.958.100
20.763
1.042
1.153.428
21.805
859
1.275.531
19.152
Intentadas sin efecto
Conciliaciones
Trabajadores afectados
Empresas afectadas
298
142.104
2.388
245
305.906
557
193
329.697
232
Otras (1)
Conciliaciones
Trabajadores afectados
Empresas afectadas
168
195.468
1.319
154
69.088
168
105
114.555
161
Total
Conciliaciones
Trabajadores afectados
Empresas afectadas
1.799
2.402.722
27.515
1.596
1.613.370
27.779
1.306
1.773.869
19.864
(1) Se han agrupado "las tenidas por no presentadas", "desistidas" y "otros tipos".
Fuente: MTAS, Estadística de Mediación, Arbitraje y Conciliación.
cada una de ellas menos de 80 conflictos de esta naturaleza. Cabe
destacar, también, los importantes descensos experimentados en
territorios como Andalucía y la Comunidad Valenciana.
Por lo que respecta a los resultados obtenidos, un 11,4 por 100
de los conflictos presentados se solventaron con avenencia, lo que
supone un ligero aumento, de 1,7 puntos, con respecto a 1998. Por
el contrario, las terminadas sin avenencia fueron prácticamente las
mismas que el año anterior, habiendo experimentado incluso un
leve empeoramiento. Un año más, por tanto, cabe llamar la atención sobre el bajo porcentaje de efectividad que presentó el recurso a este tipo de procedimientos como vía de composición de los
437
MEMORIA 1999
conflictos, confirmando el carácter de trámite previo a la vía procesal que los mismos tienen para las partes de las relaciones
industriales.
Por su parte, y como ya se ha comentado, el recurso a la mediación como fórmula de solución de los conflictos experimentó, por
vez primera en los últimos años, una ligera subida respecto del año
anterior, habiéndose terminado 109 frente a las 91 de 1998. Como
ocurriera en este último año, destaca también en 1999 el escaso
recurso a la mediación ante instancias administrativas como vía de
terminación de las huelgas, dato al que se ha hecho anteriormente
referencia, representando en ambos años alrededor de un 3 por 100
las huelgas que finalizaron como resultado de una mediación ante
estos servicios.
De las 109 mediaciones resueltas en el año transcurrido, 60 finalizaron con acuerdo, lo que significó un empeoramiento en los resultados en términos porcentuales respecto a 1998, al alcanzarse acuerdo
en un 55 por 100 de casos frente al 64 por 100 que se obtuvo en
dicho año, no obstante lo cual cabe seguir hablando de un alto grado de
efectividad de las mediaciones en la solución de los conflictos.
En sede judicial, por último, se resolvieron 227.859 asuntos,
12.869 menos que en 1998, confirmándose la tendencia a la disminución que se ha venido produciendo durante los años noventa. Del
total de asuntos resueltos por los juzgados y tribunales de lo Social,
1.163 correspondieron a conflictos colectivos, 143 menos que en
1998. El mayor descenso correspondió a los conflictos individuales, los cuales descendieron hasta 146.081, reduciéndose su número en casi 8.400.
Por lo que hace a los resultados, del total de litigios resueltos,
73.493 finalizaron con sentencia favorable al trabajador, manteniéndose el mismo porcentaje que en 1998 (un 32 por 100); por el
contrario, recayó sentencia desfavorable en 59.189 casos, lo que
representó un porcentaje también idéntico al alcanzado en 1998
(un 26 por 100). Por último, se resolvieron mediante conciliación
o finalizaron por desistimiento, respectivamente, un 10 y un 17
por 100.
438
CAPÍTULO III
CALIDAD DE VIDA, PROTECCIÓN SOCIAL
Y SOCIEDAD INTERACTIVA
1. INTRODUCCIÓN
El capítulo III de la Memoria sobre la situación económica y social
de España está referido, como ya viene siendo tradicional, a aquellos
aspectos que determinan la calidad de vida en una sociedad y que es
posible medir a través de un conjunto de datos estadísticos y en comparación con series similares de otros ámbitos y momentos. El hecho de
que, en algunos casos, tales referencias numéricas no pueden ser todo
lo precisas que se hubiera deseado no impide que sea posible evaluar,
en conjunto, cómo está evolucionando esa genérica calidad de vida en
España. Evolución que viene a ser reflejo, como no podía ser de otra
manera, de las transformaciones positivas que se están produciendo en
los aspectos económicos y sociales. Asimismo, y como España es, cada
día más, una sociedad asimilable a las avanzadas de los países punteros,
no podía faltar en este capítulo una referencia a las perspectivas con que
se ve la generalización de la denominada sociedad interactiva y cuyas
consecuencias se están empezando a dejar sentir en las formas en que
los ciudadanos viven, trabajan y disfrutan de sus ocios.
Consecuentemente con estas premisas, el capítulo examina,
como todos los años, unos indicadores de calidad de vida fundados
principalmente en la educación, la sanidad, el medio ambiente, la
vivienda y la cultura, y analiza también la evolución de las distintas
temáticas relativas a la protección social, a las pensiones y al seguimiento del Pacto de Toledo. Asimismo, y como viene siendo habitual desde hace tres años, se ha incorporado un apartado dedicado a
441
MEMORIA 1999
la Sociedad de la Información, que este año se ha denominado
Sociedad Interactiva, dado el dinamismo de las aplicaciones de
aquélla en todos los órdenes de las actividades económicas y sociales. Aplicaciones que obligan a plantear nuevas políticas y que están
alumbrando también nuevas exigencias para el diálogo social.
Un capítulo de esta naturaleza, referido a la calidad de vida, tendría,
obligadamente, que moverse en las líneas similares a los Informes de
desarrollo humano existentes a nivel global, y en los cuales aparecerían referencias a temas de vulnerabilidad o menesterosidad que,
debido a la situación socioeconómica del país, se van alejando venturosamente. Por el contrario, y al mismo tiempo que se constata que
España se aleja de los problemas que acucian a sociedades menos
desarrolladas, van apareciendo factores propios de sociedades avanzadas y que poco tienen que ver con los que configuran las sociedades que tienen dificultades en infraestructuras y servicios básicos.
De ahí que, si todo ello se une a la propia evolución demográfica y sociológica de esta sociedad, no resulte extraño que cuando se
aborda el tema de educación pronto se ve que los principales problemas con que se enfrenta el sistema educativo se ven condicionados por una caída demográfica importante, lo que provoca que se
esté viviendo una situación de dificultad derivada de un sistema
educativo que precisa adaptarse a las nuevas realidades y que, sin
embargo, no da salida hacia áreas nuevas a aquellos alumnos que
no son capaces de superar determinados estándares.
Al adentrarse en el capítulo de educación, se constata, nada más
empezar, que el Ministerio de Educación y Ciencia ha perdido la
mayoría de sus competencias, porque se han ultimado rapidisímamente las transferencias y el denominado territorio MEC se ha quedado reducido a Ceuta y Melilla. Lo cual no significa, ni debiera
significar en un futuro, que la Administración central no tenga que
asumir innumerables tareas que hay pendientes de cara a configurar
los sistemas educativos de las Sociedades del Aprendizaje.
Eso viene unido a que, dado que los procesos de escolarización, al
llevar la escolarización hasta los 16 años, son prácticamente masivos,
ya están empezando a aparecer peticiones de calidad en lo referente a
la educación infantil, en lo relativo a las atenciones en la educación
para la diversidad o en los temas de la protección y la garantía social.
442
CALIDAD DE VIDA, PROTECCIÓN SOCIAL Y SOCIEDAD INTERACTIVA
Evidentemente, uno de los problemas que aparecen cuando se
ven las estadísticas y los números que se manejan es que España no
tiene una homogeneidad en esta materia, lo cual obligaría a intensificar las acciones que la faciliten. Así, mientras las tasas de escolarización, e incluso las tasas de educación infantil en su primera fase,
llegan al cien por cien en las Comunidades más ricas, en
Extremadura y Andalucía (y, por supuesto, en Ceuta y Melilla) quedan muy por debajo de esa cifra.
Por otro lado, están apareciendo fenómenos relativos a la eficacia del sistema educativo que han hecho que las evaluaciones que
en su día hizo el Instituto de evaluación no se hayan continuado y
no se tengan datos ciertos sobre si los problemas actuales son o no
de mayor calado que los que se podían apreciar a través de los
números que en su momento estaban disponibles.
Hay, por otro lado, un tema que tendrá una proyección futura
indudable y es el que se apunta cuando se analiza cómo se está abordando el fenómeno de atención a la educación para la inmigración o
para la diversidad, o para los alumnos con problemas especiales o de
etnias singulares. Como se apunta en las páginas que siguen, se está
produciendo una determinada tendencia que hace que no aparezcan
estos alumnos en los colegios concertados en la misma proporción
que en los públicos, de forma que se concentran, sobre todo, en la
educación pública, que parece ser la gran receptora de la educación
para la inmigración o de la educación para la diversidad.
En este capítulo se tratan también aspectos relativos a la eficacia
educativa, aunque sea sobrevolando el tema, al hacer referencia a
los alumnos que no superan ninguno de los estándares y tienen que
ir a programas de garantía social, lo que tiene el riesgo de convertirse en una vía para la marginación y para la no inclusión en la vida
activa, o ni siquiera en la vida social. Estos temas, que se resaltan en
el capítulo, aconsejan una reflexión sobre si para ellos se debieran
dedicar más recursos así como también para la orientación, porque
si no, puede que surjan otros problemas de violencia que ya se están
dando en otros sistemas educativos y que en España aparecen en las
páginas de sucesos todavía muy espaciadamente.
En cuanto a la sanidad, vuelve a repetirse el hecho de otros años
en lo referente a la falta de datos homogéneos, con lo que no es
443
MEMORIA 1999
posible sacar conclusiones ni referir el que, debido a las transferencias habidas, pudiera detectarse alguna fragmentación en la obligada cohesión social y territorial.
No obstante, a partir de los datos manejados, se deja constancia
de los temas que han sido más relevantes en el año, entre los cuales
estarían obviamente aquellos que han saltado a las páginas de los
periódicos, como la accesibilidad de inmigrantes no regularizados
o el conflicto para la obtención de las titulaciones adecuadas para
incorporarse al ejercicio profesional dentro de los sistemas de
salud. Y también, aunque circunstancialmente, el debate sobre las
fórmulas de gestión. Asimismo queda recogido cómo se han mejorado algunas de las cautelas que había que poner en marcha para
que estas fórmulas de nueva gestión de la sanidad contemplaran los
requisitos de equidad, igualdad y transparencia, sobre todo en lo
que se refiere al acceso al empleo y también en lo relativo al manejo de fondos públicos. Sin que puedan eludirse las supervisiones
por los sistemas procedimentales que la Administración tiene establecidos y que son cruciales en las otras actividades públicas.
Como novedad aparece la atención integral para la salud mental, que viene a confirmar, al ser propio de una sociedad desarrollada, que es positivo que la opinión pública haya centrado su
atención sobre estas carencias en lugar de hacer objeto de su preocupación las que afectasen a enfermedades más básicas. Los problemas de la psiquiatría afloran no porque en circunstancias
anteriores, o con niveles de renta inferiores, no existiesen, sino porque ahora la sociedad española pretende lograr grados de atención
y calidad que también alcanzan a estas situaciones.
Finalmente y en lo que se refiere al gasto farmacéutico, cabe
resaltar que prácticamente un 15 por 100 de las visitas a los centros
de salud es para la dispensación de recetas. Asimismo se apunta
que el tema de los genéricos podría acabar teniendo repercusiones
decisivas para la financiación general del sistema.
En materia de medio ambiente se explica que se ha seguido
haciendo la obligada transposición de directivas, teniendo en cuenta
en ello que sólo ha habido tres nuevas: las relativas a animales salvajes, al vertido de residuos y a la emisión de complejos orgánicos
volátiles. Análogamente cabe señalar que sólo han aparecido en
444
CALIDAD DE VIDA, PROTECCIÓN SOCIAL Y SOCIEDAD INTERACTIVA
materia legislativa la modificación de la Ley de Aguas y la Ley del
Parque Nacional de Sierra Nevada. En este apartado se da cuenta de
todos los compromisos internacionales suscritos por España y también se hace una mención al tema del Plan de Residuos Urbanos y a
las discrepancias que sobre el mismo han tenido las distintas posiciones de los grupos sociales que han hecho que, en definitiva, los agentes económicos y sociales no se hayan podido sumar a un Plan en el
que no se recogían sus aspiraciones. Se hace también este año una
referencia al tema de Aznalcóllar por las repercusiones que tal suceso todavía sigue generando y finalmente se habla de un tema, que es
quizá uno de los ejes de este capítulo, como el de las modificaciones
de la Ley de Aguas. Ello es debido a que sigue sin haber un Plan
Hidrológico Nacional y un Plan Nacional de Regadíos, aunque se
hayan confeccionado al menos los Planes Hidrológicos de Cuencas.
En materia de vivienda se deja constancia de que ha habido una
elevación de precios que, como ha ocurrido con educación, es muy
desigual según las Comunidades Autónomas. Se constata, igualmente, que aumenta el endeudamiento hipotecario debido a que se produjo una caída de los tipos de interés muy importante hasta junio del
año pasado. También se deja constancia de la aparición del Euribor
en escena, y se resalta que, a pesar de este clima de bajos tipos de
interés, hay un pequeño endurecimiento en cuanto a la renta neta
dedicada por las familias para acceder a la vivienda. Se hace una
referencia final a que el Plan de Vivienda se ha cubierto en un porcentaje del 85 por 100 y también de una manera muy desigual, dado
que las actuaciones han sido mucho más decididas en algunas
Comunidades como puede ser Madrid, Andalucía y Valencia, mientras que en otras parece haber desaparecido la preocupación por un
tema que parece decisivo para la integración social y que enlaza con
otras consideraciones ya adelantadas por el CES al referirse a la
Movilidad Geográfica de los trabajadores. Finalmente en las páginas
de este apartado se han incluido algunas sucintas referencias a la Ley
General de la Edificación y a la Ley de Propiedad Horizontal.
En el apartado de Cultura la carencia de datos estadísticos fiables
y contrastados impide reflejar adecuadamente los parámetros y condiciones de lo que es una sociedad culturalmente avanzada. Y donde
habría que hacer referencia a industrias culturales, como son las nuevas industrias del turismo y otras que hacen que España pueda ser un
país de referencia en muchas actividades de esta naturaleza. De ahí
445
MEMORIA 1999
que sólo se constate, a partir de estudios encomiables pero no completos, los niveles de lectura y de consumos audiovisuales.
En el tema de protección social cabe resaltar que siguen aumentando las diferencias respecto a lo que es usual como media en la
Unión Europea. Ello es debido a que, dado que España tenía una
importante parcela de los gastos de protección social dedicados al
desempleo, en la medida que ha bajado éste, y por tanto las exigencias para su atención, y en la medida en que no se han transferido
algunos de esos fondos hacia otros fondos de protección social, se da
la circunstancia aludida de que se está produciendo un alejamiento de
los niveles de PIB dedicados a protección social. Con lo que se sigue
muy lejos, por supuesto, de lo que es el estándar de un modelo de
Estado de Bienestar característico en los países nórdicos, Holanda y si
se apura Francia y Alemania. Este tema, además, cuando se analiza en
detalle, hace ver que también hay diferencias incluso en cómo se acopian los ingresos para la protección social, ya que se siguen teniendo
diferencias sustantivas con los modelos más usuales en Europa, por lo
que se debieran replantear los porcentajes que los conforman. Se ha
conseguido, no obstante, que el Estado asuma los costes de las pensiones no contributivas, de la asistencia sanitaria, de los servicios
sociales del Imserso y de la muy reducida protección familiar que se
tiene, pero los complementos a mínimos siguen siendo algo a lo que
los presupuestos estatales aportan relativamente poco. En el capítulo
se hace, asimismo, una mención, al hablar de la Seguridad Social, de
su evolución positiva, debido al aumento de cotizantes y debido a que
gracias a ello otra vez se ha reconducido la relación entre pasivos y
activos, con lo que se ha conseguido pasar del número dos y se está
por encima del mismo en cuanto a cotizantes y pensionistas. En las
páginas que siguen se deja constancia de los distintos debates sobre la
evolución de las pensiones y también se ha abierto un apartado específico dedicado a la previsión social complementaria y a la nueva
regulación que proviene del desarrollo reglamentario de la Ley
30/1995. Finalmente se ha dedicado un capítulo a hacer un repaso de
en qué situación está el Pacto de Toledo, viendo una por una todas las
recomendaciones para contrastar los pequeños o grandes avances que
en algunos casos se han producido a lo largo de este año.
Por último, el tema de la Sociedad Interactiva se veía como algo
que obliga a hacer mención a un tipo de sociedad que habla de una
nueva economía, caracterizada por automatizar y digitalizar creciente446
CALIDAD DE VIDA, PROTECCIÓN SOCIAL Y SOCIEDAD INTERACTIVA
mente sus tejidos productivos. En ese sentido la sociedad española, y
especialmente sus tejidos empresariales, están mucho más avanzados
que las iniciativas lanzadas desde la Administración. A ello ha contribuido el que en la propia Unión Europea se han producido también
determinadas ralentizaciones respecto a las primeras iniciativas de la
Comisión que en su día promoviese el presidente Delors. Y es que en
el ejercicio pasado la Comisión sólo se ha manifestado, de modo relevante, con la iniciativa e-Europa, donde se dicen cosas genéricas, sin
apuntar la posibilidad de que no haya dotaciones, y ha señalado
la necesidad de unas nuevas convergencias regulatorias. Con ello la
Comisión Europea está empezando a percatarse de que éste es un problema serio, por lo que es preciso alcanzar la convergencia regulatoria
entre el mundo de las comunicaciones, del audiovisual y el mundo de
Internet. De ahí que haya elaborado un documento a finales de año,
para ser sometido a consulta a primeros del año 2000, sobre qué tipo
de regulación habría que tener y transponer a los Estados miembros
para evitar colapsos. Y evitar así que la Sociedad de la Información
tuviera disfunciones muy fuertes y destruyera los cauces de competencia. Por ello se deja constancia de estos dos temas y para hacer una
referencia, denominada INFO XXI, a la iniciativa del Gobierno.
El INFO XXI es una iniciativa que viene a concluir los vanos
intentos que han hecho los diferentes gobiernos desde el año 1993,
en el que ya se pensó en propuestas de este estilo. Este Gobierno, no
obstante, consiguió fraguar la iniciativa alrededor de abril de 1999,
tomando para ello como lema el de Sociedad de la Información para
todos. A partir de la cual ha emitido un informe importante al
menos en los aspectos enunciativos.
El Informe, al que cabe ver las mismas carencias de falta de
concreción y dispersión que se aprecia en el e-Europa, habla de
unas condiciones presupuestarias que apuntan unas grandes cifras
—420 mil millones de pesetas— en las que se espera contar con
importantes contribuciones de la iniciativa privada. En las páginas de este apartado se resalta que previamente a la elaboración
del INFO XXI se creó un Foro para la Sociedad de la Información, en el que se solicitó que un conjunto de personas y asociaciones profesionales fuesen tutores de una iniciativa de esta
naturaleza. Sorprende, al ver la relación de quienes participaron
en estas convocatorias previas, que la Administración ministerial
no convocase a los mismos a los agentes sociales, dada la impor447
MEMORIA 1999
tancia que van a tener a la hora de configurar la Sociedad
Interactiva.
Éste es un tema, sin embargo, que en la parte final de la Memoria
se ha querido resaltar, porque a partir de la iniciativa de e-Europa se
convocó para marzo del 2000 un Consejo Europeo extraordinario en
Lisboa, sobre el desarrollo de la Sociedad de la Información
en Europa y sobre las condiciones de la misma para tener una sociedad europea sin exclusiones. Previamente, el Comité Económico y
Social europeo elaboró un documento abogando porque a través del
dialogo social se pudiera preservar el modelo social europeo. Por
ello la Memoria concluye con una referencia a este documento, con
una referencia a la necesidad de balancear los afanes por la competitividad con otros afanes por mantener la cohesión social y evitar la
exclusión. Lo cual da pie a que en la Memoria se haga una referencia final para que los agentes económicos y sociales incorporen en
sus foros de concertación estos temas y para que intensifiquen el
diálogo para encontrar un nuevo modelo social en una Sociedad
Interactiva que todavía no se sabe dónde va a conducir.
2. INDICADORES DE CALIDAD DE VIDA
2.1. EDUCACIÓN
2.1.1. Reformas en curso en el marco de la LOGSE
En 1999 han concurrido una serie de circunstancias de gran
influencia para la evolución del sistema educativo. Por una parte,
está teniendo lugar la última fase de la implantación del nuevo sistema educativo que, de acuerdo con el calendario vigente, culminará el año 2002 con la implantación generalizada de las etapas de la
Educación post-secundaria (cuadro III-1). Por otra, ha finalizado el
proceso de transferencias educativas a las Comunidades Autónomas. A lo largo del curso 1998-1999 estrenaron competencias en
este ámbito Aragón, Cantabria, Madrid, Murcia y La Rioja, y
recientemente han tenido lugar los traspasos a Extremadura,
Castilla-La Mancha, Castilla y León y Asturias1.
1
Los Reales Decretos por los que se produjeron los traspasos de funciones y
servicios de la Administración del Estado a las Comunidades Autónomas en materia de enseñanza no universitaria fueron: Aragón, 1.982/1998, de 18 de septiembre;
448
CALIDAD DE VIDA, PROTECCIÓN SOCIAL Y SOCIEDAD INTERACTIVA
CUADRO III-1
CALENDARIO DE APLICACIÓN DE LA LOGSE2
Año académico
Nuevo sistema
Sistema anterior
1998-1999
– 3.º de ESO
– Pruebas para la obtención de los
títulos de Técnico y Técnico
Superior
– 1.º de BUP
– 1.º de FP de Primer Grado
– 1.er Curso común de Artes Aplicadas
y Oficios Artísticos
1999-2000
– 4.º de ESO
– 2.º de BUP
– 2.º de FP de Primer Grado
2000-2001
– 1.º de Bachilletato
– Se deberá haber completado la
FP Específica de Grado Medio
– Ciclos Formativos de grado
Superior de Artes Plásticas y Diseño
– Pruebas para la obtención del
Título de Graduado en Educación
Secundaria para mayores de 18 años
– Pruebas para la obtención de título
de Bachiller para mayores de 23 años
– 3.º de BUP
– 1.º de FP de 2.º Grado en régimen de
enseñanzas especializadas
– Curso de enseñanzas complementarias
para el acceso del 1.º al 2.º grado de FP
– Extinción planes de estudio de
las especialidades de Artes Aplicadas
y Oficios Artísticos (Plan 84)
2001-2002
– 2.º de Bachillerato
– COU
– 2.º de FP de 2.º Grado en régimen de
enseñanzas especializadas
– 1.º de FP de 2.º Grado del régimen
general
– 1.er Curso de Especialidades de Artes
Aplicadas y Oficios Artísticos
(Plan63)
– Pruebas de enseñanzas no
escolarizadas para la obtención del
Título de Técnico Auxiliar de FP
2002-2003
– Se deberá haber completado la
implantación progresiva de la FP
Específica de Grado Superior
– 3.º de FP de 2.º Grado en régimen de
enseñanzas especializadas
– 2.º de FP de 2.º Grado del régimen
general
– Pruebas para la obtención del título
de Graduado Escolar
Fuente: MEC.
Cantabria, 2.671/1998, de 11 de diciembre; Madrid, 926/1999, de 28 de mayo;
Murcia, 938/1999, de 4 de junio; La Rioja, 1.826/1998, de 28 de agosto; CastillaLa Mancha, 1.844/1999, de 3 de diciembre; Castilla y León, 1.340/1999, de 31 de
julio; Extremadura, 1801/1999, de 26 de noviembre, y Asturias, 2.081/1999, de 30
de diciembre.
2
Real Decreto 173/1998, de 16 de febrero, que modifica y completa el
RD 986/1991, de 14 de junio, que aprueba el calendario de aplicación de la nueva
ordenación del sistema educativo.
449
MEMORIA 1999
Una vez realizadas todas las transferencias, sólo las ciudades
de Ceuta y Melilla dependen del Ministerio de Educación y
Cultura. Por último, continúa la tendencia demográfica de bajísima natalidad en España, cuya consecuencia es que cada vez ingresan menos niños en el sistema educativo y que en principio puede
favorecer una distribución de recursos para mejorar la calidad de
la enseñanza. No obstante, este cambio demográfico también va a
generar problemas en la organización y estructura de los centros
educativos, en particular de los centros de enseñanza privada de
todos los niveles.
Completadas las
transferencias
educativas a las
Comunidades
Autónomas
En el curso 1998-1999, siguiendo la evolución demográfica de
los últimos años, el número total de alumnos matriculados ha descendido en 166.000 con respecto al curso anterior (cuadro III-2).
Sin embargo, las tasas de escolaridad siguen aumentando progresiCUADRO III-2
ALUMNADO POR NIVELES DE ENSEÑANZA, 1994-1999
(Cifras absolutas)
Nivel de enseñanza
1994-1995
1995-1996
1996-1997
Preescolar/infantil
1.093.256
1.096.677
1.115.244
1.122.740
1.127.053
EGB/Primaria
4.063.912
3.849.991
3.137.278
2.615.467
2.565.098
EEMM/Educación
Secundaria (general)
1.792.861
BUP y COU
1.400.555
Bachillerato Experimental
39.870
Educación Secundaria Obligatoria
282.837
Bachillerato LOGSE
69.599
1.858.482
1.259.778
31.920
457.386
109.398
2.443.343
1.080.784
27.257
1.181.466
153.836
2.838.238
880.268
12.344
1.686.652
258.974
2.832.817
531.514
693
1.901.167
399.443
836.363
360.253
432.178
21.442
22.490
774.126
301.472
410.912
29.457
32.285
704.556
232.113
369.369
48.609
54.465
635.366
169.340
310.110
75.806
80.110
516.945
68.950
220.269
117.434
110.292
31.787
30.043
28.588
28.471
28.114
–
13.996
17.229
25.784
30.131
7.623.315
7.446.238
7.266.066
7.100.158
EEMM/Educación
Secundaria (profesional)
FP I
FP II
Módulos Profesionales II
Módulos Profesionales III
Educación Especial
Programas de Garantía Social
Total
7.818.179
(1) Datos provisionales.
(2) Datos avance.
Fuente: MEC, Estadística de la Enseñanza en España. Datos Avance 1998-1999.
450
1997-1998 (1)1998-1999 (2)
CALIDAD DE VIDA, PROTECCIÓN SOCIAL Y SOCIEDAD INTERACTIVA
vamente, debido a la creciente escolarización infantil y la extensión
de la escolaridad obligatoria hasta los 16 años establecida en la
LOGSE. Paralelamente, el profesorado se ha incrementado en
13.500 profesores respecto al año anterior, alrededor de un 3,0 por
100, debido a que la Ley establece un límite máximo de alumnos
por aula en las diferentes enseñanzas, lo cual hace posible una
atención más personalizada del alumnado.
La Educación Infantil ha experimentado un incremento de
alumnos (0,4 por 100), y a la vez una reducción del número
medio de alumnos por unidad. Sin embargo, no se ha alcanzado el
100 por 100 de escolarización en el segundo ciclo, y en niños
de tres años se está aún lejos de la escolarización total. Además,
se perciben claras diferencias territoriales, porque mientras en
Navarra, País Vasco y La Rioja la tasa de escolarización de niños
de 3 a 5 años es del 100 por 100, en Valencia y Ceuta ronda el 85
por 100, en Andalucía el 81 por 100, y en Melilla desciende hasta
el 75 por 100.
No se alcanza el
100 por 100
de escolarización
en Educación
Infantil
El Consejo Escolar del Estado se ha pronunciado de nuevo al
respecto3 resaltando además que, en algunos casos, esta escolarización es deficiente en infraestructuras, recursos didácticos y personal docente. Asimismo, la oferta de plazas en el primer ciclo de la
Educación Infantil (niños hasta los 3 años) no responde a las necesidades reales de escolarización. En este sentido, se ha de avanzar
para crear puestos escolares para cubrir suficientemente la demanda, y establecer las condiciones materiales y humanas que aseguren
la calidad de estas enseñanzas.
En la Educación Primaria4, que comprende a niños de 6 a 12
años y consta de tres ciclos de dos cursos cada uno, están matriculados en este curso algo más de dos millones y medio de alumnos,
de los cuales el 67 por 100 estudia en centros públicos. La evolución del número de alumnos por unidad escolar (cuadro III-3) tiende a una gradual reducción, ya que ha pasado de 24,1 alumnos en
3
Votos particulares núms. 6, 7, 8, 9 y 10. Consejo Escolar del Estado, Informe
sobre el estado y situación del sistema educativo, curso 1997-1998.
4
En el curso 1995/1996 quedó implantada con carácter general la Educación
Primaria. Las enseñanzas de séptimo y octavo curso de EGB se extinguieron en los
cursos 1996/1997 y 1997/1998 respectivamente, con lo que desapareció por completo del sistema educativo la EGB.
451
MEMORIA 1999
el curso 1994/1995 a 21,3 en el actual, fundamentalmente por causas demográficas. No obstante, según indica el Consejo Escolar
habría que subsanar algunas situaciones como la inexistencia de los
especialistas a que obliga la LOGSE en algunos centros de
Educación Primaria, y el incumplimiento de las ratios de alumnos
por unidad escolar en Ceuta y Melilla (27,8 y 25,0 alumnos por
unidad, respectivamente).
CUADRO III-3
NÚMERO MEDIO DE ALUMNOS POR UNIDAD EN EDUCACIÓN
INFANTIL/PREESCOLAR Y EDUCACIÓN PRIMARIA/EGB
1994-1995
1995-1996
1996-1997
1997-1998 1998-1999
Educación Infantil/Preescolar
Todos los centros
21,5
21,2
21,0
20,6
20,0
Centros públicos
20,7
20,6
20,5
20,1
19,5
Centros privados
23,3
22,4
22,1
21,6
21,2
Todos los Centros
24,1
23,4
22,6
21,6
21,3
Centros públicos
22,2
21,7
20,9
20,0
19,9
Centros privados
28,9
27,6
26,7
25,4
25,0
Educación Primaria/EGB
Fuente: MEC, Estadística de la Enseñanza en España. Datos Avance 1998-1999.
Otra de las dificultades planteadas estriba en que en algunos
colegios de Educación Primaria se siguen impartiendo las enseñanzas del primer ciclo de ESO, debido a los problemas que genera el
traslado de los alumnos a los correspondientes Institutos de
Educación Secundaria. Esta solución, en principio transitoria, se
está haciendo definitiva en algunos territorios a través de los “centros integrados”. Asimismo, no se ha hecho posible la autonomía
pedagógica y organizativa de los centros en cuanto a jornada escolar, prevista en el artículo 57.4 de la LOGSE.
Se ha implantado
el tercer curso
de la ESO
452
En cuanto a la Educación Secundaria Obligatoria, el calendario
de aplicación de la LOGSE sigue su curso (cuadro III-1). En el
año lectivo 1998/1999 se ha implantado con carácter general el
tercer curso de la ESO, quedando extinguidos primero de BUP
y primer curso de FP de primer grado.
CALIDAD DE VIDA, PROTECCIÓN SOCIAL Y SOCIEDAD INTERACTIVA
Los dos ciclos de la ESO han contado con 1.900.000 alumnos,
el 70 por 100 de los cuales han cursado estas enseñanzas en centros
públicos. El ratio de alumnos por aula se encuentra, por lo general,
dentro de las previsiones de la LOGSE (30 alumnos/aula), aunque
en Andalucía, Extremadura, Ceuta y Melilla se está superando
dicho límite.
Uno de los objetivos del diseño de la ESO reside en ampliar la
educación obligatoria hasta los 16 años con el fin de adecuarla a la
edad laboral inicial de cualquier ciudadano español y equiparar el
Sistema educativo español con los de la mayoría de países de la
Unión Europea. Asimismo, la LOGSE introduce mejoras en la
organización de los centros y de las enseñanzas para lograr una
plena atención a la diversidad de intereses, motivaciones y aptitudes de los alumnos. Sin embargo, el Consejo Escolar del Estado
considera que esta atención a la diversidad es una de las mayores
debilidades de la reforma educativa, debido a la falta de medios
humanos, económicos y didácticos.
La atención a la
diversidad es
una de las
debilidades
de la reforma
educativa
Respecto a las enseñanzas de Bachillerato y COU, en el curso
2000/2001 se implantará con carácter general el primer curso de
Bachillerato y desaparecerá el tercer curso de BUP, y en el curso
2001/2002 será implantado el segundo curso de Bachillerato y
dejará de impartirse el COU (cuadro III-1).
En el curso 1998/1999 han coexistido distintos planes de estudio
de Bachillerato. Por una parte, BUP y COU, con algo más de medio
millón de alumnos; por otra, el Bachillerato Experimental, previo al
previsto en la LOGSE y restringido a las Comunidades del País Vasco
y Navarra, y, por último, las distintas modalidades de Bachillerato
LOGSE implantado anticipadamente en algunos centros públicos y
privados, con un ritmo diverso según las distintas Administraciones
educativas, y que ha contado con casi 400.000 alumnos.
El Bachillerato LOGSE consta de 4 modalidades, establecidas
para atender a la diversidad de estudios posteriores: Artes, Ciencias
de la Naturaleza y de la Salud, Humanidades y Ciencias Sociales y
Tecnología. Sin embargo, la oferta del Bachillerato de Artes y de
Tecnología es escasa, concentrándose la mayoría de los alumnos en
Humanidades y en Ciencias de la Naturaleza (82,5 por 100 en el
curso 1996/1997 y 85,2 por 100 en 1997/1998). En ocasiones los
453
MEMORIA 1999
centros no disponen de todas las modalidades de Bachillerato, y
sería deseable que existiera una oferta completa de las mismas por
zona educativa, lo que potenciaría la igualdad de oportunidades, en
especial en el medio rural.
Descenso
de alumnos
en Formación
Profesional
Respecto a la Formación Profesional, ha experimentado un descenso en 118.000 alumnos con respecto al curso anterior, debido a
la evolución descendente de la población escolar, a la implantación
progresiva y anticipada del segundo ciclo de la ESO, que afecta
necesariamente al ámbito de edad de un sector de alumnos de FP, y
a la menor duración de los nuevos ciclos formativos respecto a la
antigua FP. Los problemas y cambios recientes en la FP serán tratados pormenorizadamente en un apartado posterior.
La Educación Especial es un mecanismo compensador de desigualdades en el sistema educativo. La atención a alumnos con
necesidades educativas especiales asociadas a factores físicos o
psíquicos está contemplada en los artículos 36 y 37 de la LOGSE,
y se desarrolla a través de 3 líneas de acción: programas de integración de este alumnado en centros y aulas ordinarios, escolarización
en aulas específicas de educación especial en centros ordinarios y,
finalmente, escolarización en centros específicos de educación
especial, únicamente cuando las necesidades del alumno no puedan
ser atendidas por un centro ordinario.
El número de alumnos de Educación Especial ha disminuido
progresivamente en los últimos cursos, hasta situarse en algo más
de 28.000, de los cuales el 51 por 100 está escolarizado en centros
públicos. También en este ámbito sería preciso corregir diversas
insuficiencias que se detectan en cuanto a medios humanos y materiales en los servicios de orientación externa.
Preocupación en
torno a la calidad
de la enseñanza
454
En este periodo en el que se está implantando un nuevo sistema
educativo, después de haber alcanzado la universalización y la gratuidad de la enseñanza obligatoria, una de las mayores preocupaciones en torno a la Educación se centra en la calidad de la
enseñanza. En ella inciden una serie de aspectos contemplados en
los títulos IV y V de la LOGSE: la cualificación y la formación del
profesorado, la programación docente, los recursos educativos, la
innovación e investigación educativa, la evaluación del sistema
educativo y la compensación de desigualdades.
CALIDAD DE VIDA, PROTECCIÓN SOCIAL Y SOCIEDAD INTERACTIVA
El factor económico es fundamental para el aumento de la calidad de la Educación y, en ese sentido, el Consejo Escolar sostiene
la necesidad de crear una Ley de financiación que fije sin ambigüedades la dotación presupuestaria necesaria para aplicar la LOGSE
con las garantías necesarias. Se debería incrementar la financiación
de la educación, en aras a garantizar un servicio público de calidad,
universal y gratuito, y a reducir las diferencias con respecto a otros
países desarrollados5.
Respecto a la evaluación del sistema educativo, la LOGSE
prevé que debe aplicarse sobre los alumnos, el profesorado, los
centros, los procesos educativos y sobre la propia Administración.
En esta tarea es importante que las Administraciones educativas
faciliten información referente a la calidad del sistema educativo en
sus respectivos territorios, máxime cuando la realidad actual de
culminación del proceso de transferencias así lo requiere.
La última evaluación del sistema educativo español fue realizada en 1997 por el Instituto Nacional de Calidad y Evaluación6, y
sus resultados fueron reflejados en la Memoria del CES del mismo
año. Cabe recordar que el Informe analiza el rendimiento escolar
de los jóvenes españoles de 14 y 16 años y una de sus conclusiones
es que el “fracaso escolar” es un tema recurrente en los últimos
años: en referencia a las materias básicas de aprendizaje, un promedio del 25,0 por 100 de los alumnos de 14 años y un 33,0 por 100
de los de 16 se sitúa en el límite inferior de la distribución, con
resultados muy alejados de los mínimos aceptables.
Si bien la presencia de altos porcentajes de fracaso escolar está
igualmente presente en otros sistemas educativos de nuestro entorno, las cifras que parecen alcanzar los países desarrollados no suelen superar a ambas edades el 20,0 por 100. Sólo el 30,0 por 100 de
los alumnos de 14 años y el 22,5 por 100 de los de 16 consiguen en
España unos resultados que podrían considerarse netamente satisfactorios, y una considerable mayoría de los alumnos (alrededor
5
El gasto público español en 1995, tanto público como privado para centros e
instituciones educativas, ascendió al 5,7 por 100 del PIB, frente a la media entre el
5,9 por 100 y 6,0 por 100 en los países de la OCDE según los últimos datos disponibles.
6
García Garrido, J. L., et al.: Elementos para un diagnóstico del Sistema
Educativo Español. INCE, 1997.
455
MEMORIA 1999
del 42,0 por 100) se concentran en el intervalo en torno a la media.
Con todo, el 70,0 por 100 de los padres y madres españoles están
satisfechos con el funcionamiento escolar de sus hijos.
Por otra parte, se está desarrollando en el ámbito educativo una
intensa labor relacionada con la mejora de enseñanzas de Humanidades que se imparten en el sistema educativo español, con objeto
de unificar las mínimas comunes en el territorio nacional e intensificarlas. En febrero de 1998, como resultado de la Conferencia
Sectorial de Educación, los consejeros de Educación de las
Comunidades Autónomas con competencias en la materia y representantes del MEC acordaron elaborar un dictamen acerca de la situación
de las enseñanzas de las Humanidades en la Educación Secundaria en
España, y en dicho informe se concluyó que es preciso reforzar el
estudio de las Humanidades dada su importancia para la formación
integral de las personas, debiéndose potenciar, entre otros aspectos, el
conocimiento de la literatura, la historia, en general, y la historia
de España en particular, así como la geografía, la realidad plural de
España, y la filosofía en el Bachillerato, siendo deseable que se facilite el aprendizaje opcional de las diferentes lenguas españolas. Todo
ello con el objetivo de proporcionar a los alumnos los elementos básicos de la cultura y contribuir a su madurez intelectual y humana.
Además, la creciente necesidad de impartir en los centros
docentes enseñanzas relacionadas con la educación de valores, ha
hecho que las Administraciones educativas hayan previsto un tratamiento transversal de determinadas materias como la educación
moral y cívica, la educación para la paz, la educación para la salud,
la educación para la igualdad de derechos entre los sexos, la educación ambiental, o la educación de los consumidores, entre otros
valores, aspectos que estarán presentes en distintas materias de
cada nivel o etapa educativa, por lo que debido a la gran cantidad
de áreas y materias que engloban la transversalidad es necesario un
mayor número de recursos y asesoramiento para que el profesorado
de todos los centros pueda trabajar en esta línea.
Un aspecto importante de la calidad del sistema educativo es su
capacidad para compensar las desigualdades. La atención a la
diversidad, la atención específica a la escuela rural, la política de
becas y ayudas o la educación compensatoria son instrumentos que
permiten la cohesión social a través de la educación.
456
CALIDAD DE VIDA, PROTECCIÓN SOCIAL Y SOCIEDAD INTERACTIVA
Respecto a la educación compensatoria sería necesario realizar
un diagnóstico de la situación real. Uno de los objetivos prioritarios de las actuaciones de compensación que se llevan a cabo en los
centros docentes es la atención educativa al alumnado perteneciente a minorías étnicas y culturales, y se ha constatado que, con respecto al año anterior, en el curso 1997-1998 se incrementó el
desequilibrio en el reparto del alumnado inmigrante y gitano entre
los diferentes tipos de centros, pues frente al 90,3 por 100 del curso
1996-1997 que se integraba en centros públicos, se ha pasado al
91,3 por 100 en el curso 1997-1998, habiendo disminuido en la
misma medida en los centros concertados, pasando del 9,7 por 100
al 8,7 por 100, porcentajes que no se corresponden con los de escolarización global, por lo cual hay que lograr que este alumnado se
integre tanto en centros públicos como privados concertados. El
modelo educativo compensador debe ser integrador, evitando la
excesiva concentración del alumnado con necesidades educativas
de compensación.
Necesidad de
realizar
un diagnóstico
para intensificar
la educación
compensatoria
2.1.2. Universidad
La situación del sistema universitario está siendo objeto de un
profundo debate social, en torno a la necesidad de articular cambios para adecuarlo a las necesidades actuales de la sociedad. La
reforma universitaria emprendida en 1983 necesita en estos
momentos una revisión para que la enseñanza superior aumente su
calidad y posibilite la igualdad de oportunidades en el acceso al
conocimiento. Factores como el continuado incremento de alumnos, la necesidad de una mayor conexión con el entorno social y
laboral y la desaparición de las fronteras educativas internacionales
enmarcan esta necesidad de cambios.
El sistema
universitario,
objeto de debate
social
En esta línea, la Conferencia de Rectores de las Universidades
Españolas promovió en 1998 la realización de un análisis sobre el
estado y las necesidades de la enseñanza superior en nuestro país,
cuyo fruto ha sido el Informe de reciente aparición Universidad
20007. Las principales propuestas del mismo se concretan, en primer lugar, en un reforzamiento de la financiación pública con el
objeto de pasar de un 76,0 por 100 a un 80,0 por 100 en 10 años,
que permitiría alcanzar el 1,5 por 100 del PIB, nivel medio de
7
Bricall, Josep Maria: Universidad 2000.
457
MEMORIA 1999
gasto público de los países de la OCDE. Asimismo, propone la
revisión y acreditación permanente de las titulaciones mediante una
agencia de acreditación autónoma, la modificación del concepto de
crédito académico para valorar más la calidad del trabajo que la
cantidad de horas y el incremento del número y dotación de las
becas para posibilitar una mayor movilidad estudiantil.
En relación a la organización de la universidad, las medidas
propuestas son la reducción del tamaño de los claustros con el fin
de aumentar su operatividad y la creación de dos nuevas figuras de
profesorado contratado. Respecto a las diferentes titulaciones, el
Informe propone una clasificación en cuatro tipos homologados
nacionalmente, dos de orientación más disciplinar o académica y
otros dos más orientadas al ejercicio profesional, de acuerdo a la
ordenación que tendrán en el futuro en la mayor parte de países
europeos.
Tras la publicación del Informe Universidad 2000, que puede
ser considerado como un libro blanco de la Universidad española,
comienza un proceso de debate en el que participarán los rectores,
la comunidad universitaria y la opinión pública, con el objeto de
que, una vez incorporadas las modificaciones oportunas, se puedan
adoptar medidas políticas concretas.
A este proceso de análisis sobre la situación de la enseñanza
superior ha contribuido también en 1999 la tercera convocatoria del
Plan Nacional de Evaluación de la Calidad de las Universidades8,
que persigue promover la evaluación de las universidades para que
éstas adopten acciones concretas orientadas a mejorar su calidad, y
facilitar unos criterios de evaluación básicos, compatibles con la
práctica vigente en la Unión Europea. Hasta el momento sólo se ha
elaborado el Informe de resultados de la primera convocatoria9, en
la que participaron 46 universidades públicas y privadas, y se evaluaron 130 titulaciones. Dicho Informe destaca que la universidad
ha incrementado su capacidad para atender una demanda de ense8
El Real Decreto 1947/1995, de 1 de diciembre, estableció el Plan Nacional de
Evaluación de la Calidad de las Universidades con una duración de cinco años, ejecutable a través de convocatorias anuales de proyectos de evaluación institucional
de calidad, presentados por universidades públicas y privadas.
9
Consejo de Universidades, Informe sobre los resultados de la primera convocatoria del Plan Nacional de Evaluación de la Calidad de las Universidades.
458
CALIDAD DE VIDA, PROTECCIÓN SOCIAL Y SOCIEDAD INTERACTIVA
ñanza creciente y cada vez más diversificada y que la producción
científica cada vez es mejor en cantidad y calidad. Sin embargo, hay
una serie de puntos débiles muy acusados, entre los que sobresalen
la indefinición de objetivos y la continuidad de métodos didácticos
tradicionales y en cierta medida obsoletos.
La falta de concreción de los objetivos de la enseñanza y de la
investigación en las universidades evaluadas es muy acusada. La
identificación precisa de la finalidad de cada titulación y de los
objetivos institucionales de la investigación es un requisito básico
para mejorar el programa docente y la actividad investigadora.
Otro aspecto a destacar es la necesidad de racionalizar los planes
de estudio, para corregir las disfuncionalidades que se producen
respecto al número de horas de clase, la fragmentación de las asignaturas o la reducida dimensión práctica del programa docente. Si
bien es cierto que durante los últimos años se ha realizado un
esfuerzo significativo para planificar y organizar adecuadamente
los procesos de enseñanza, sería de gran utilidad que cada universidad elaborara un plan estratégico que contemple los objetivos a
alcanzar a corto y medio plazo, los recursos, y los procesos necesarios para llevar a cabo las actividades propuestas.
En cuanto a la valoración de los resultados académicos, el
Informe destaca el bajo nivel de rendimiento del sistema universitario, que se manifiesta en bajos porcentajes de éxito, elevadas
tasas medias de retraso y alto nivel de abandono. Hay que subrayar
que las tasas de fracaso más elevadas se producen en los primeros
cursos de las titulaciones, mientras que en los segundos ciclos las
tasas de éxito son más altas.
A pesar de los problemas señalados, la calidad de la enseñanza
recibida es valorada de forma satisfactoria por los alumnos, que
atribuyen una alta competencia a la mayoría de profesores y consideran elevado el nivel de cumplimiento de los programas. En el
mismo sentido, el Informe resalta el alto nivel de capacitación y
dedicación del profesorado, que constituye uno de los puntos fuertes del sistema universitario. En cambio, los procesos de evaluación del aprendizaje son valorados negativamente.
En relación a los aspectos que influyen en la transición del sistema universitario al mercado laboral, se detecta una gran impreci459
MEMORIA 1999
sión en los perfiles profesionales que se señalan como orientación
formativa, y dichos perfiles no se justifican mediante estudios prospectivos del mercado laboral. Tampoco se realiza un análisis de las
condiciones de inserción profesional de los graduados que permita
conocer la demanda profesional y las necesidades formativas. Los
servicios de orientación al alumnado han mejorado considerablemente, pero todavía hay una insuficiente orientación e información
académica y profesional al ingresar en la universidad y en la fase
final de los estudios.
Falta de
vinculación entre
el mundo
académico y el
mundo profesional
Otra deficiencia que supone un obstáculo a una adecuada transición de la universidad al mercado de trabajo es la escasa vinculación del mundo académico con el mundo profesional. Por una
parte, los acuerdos y convenios establecidos entre las universidades y las empresas con el fin de adecuar la formación a las necesidades del mercado laboral son muy escasos. Por otra, el diseño de
los proyectos fin de carrera y las prácticas en empresas en las titulaciones que lo requieren no se adecuan a las necesidades concretas de las empresas. Finalmente, hay que destacar que sigue sin
existir el marco adecuado para que los postgraduados puedan realizar estas prácticas.
Pasando al análisis de la enseñanza universitaria en el curso
1998-1999, ha habido un aumento de casi 15.000 alumnos matriculados con respecto al curso anterior, aunque el ingreso de nuevos
alumnos ha disminuido en 4.500, tendencia que previsiblemente se
acentuará en los próximos cursos por cuestiones demográficas.
Del millón y medio largo de alumnos universitarios, un millón
cursan estudios de ciclo largo, y el resto están matriculados en
titulaciones conducentes al título de Diplomado, Arquitecto
Técnico o Ingeniero Técnico. El 94,0 por 100 de los estudiantes
cursan sus carreras en universidades públicas, si bien el alumnado
de las privadas experimenta un continuado aumento. Los estudiantes que cursan titulaciones propias son algo más de 8.000,
cifra que se ha duplicado respecto al curso 1993-1994. Estas titulaciones, que no cuentan con efectos académicos plenos y no
habilitan para el ejercicio profesional, pueden generar problemas
a sus graduados como, por ejemplo, no poder acogerse a la modalidad de contrato en prácticas ni acceder a puestos de la Administración.
460
CALIDAD DE VIDA, PROTECCIÓN SOCIAL Y SOCIEDAD INTERACTIVA
La tasa de escolarización universitaria sigue su ritmo ascendente, y en el curso 1998-1999 casi el 27,0 por 100 de los jóvenes de
18 a 24 años cursan estudios universitarios. La proporción de
mujeres en el alumnado sigue incrementándose, superando el 53,0
por 100. Respecto al tipo de enseñanzas cursadas, prácticamente la
mitad de los estudiantes está matriculado en ciencias sociales y
jurídicas, aunque esta proporción no deja de disminuir en los últimos cursos y cada vez más alumnos cursan humanidades y carreras
técnicas. La proporción de alumnos matriculados en ciencias experimentales y ciencias de la salud se mantiene estable en los últimos
cursos, alrededor de un 8,5 por 100 y 7,0 por 100, respectivamente
Sigue
aumentando el
alumnado
universitario
CUADRO III-4
ALUMNOS UNIVERSITARIOS
POR ÁREA DE ENSEÑANZA Y CICLO, 1993-1999
Área de enseñanza
Humanidades
CC. Jurídicas y Sociales
Ciencias Experimentales
Ciencias de la Salud
Técnicas
Titulaciones propias
1993-1994 1994-1995 1995-1996 1996-1997 1997-1998 1998-1999
139.090
713.906
106.029
111.661
283.858
4.072
136.084
766.198
117.079
110.918
309.980
5.063
143.930
790.470
126.088
108.361
329.019
7.744
155.735
800.381
129.122
110.447
348.477
7.807
1.358.616
1.445.322
1.505.611
1.551.969
1.564.176 1.578.792
Ciclo corto
Ciclo largo
448.761
905.783
485.592
954.667
501.270
996.598
524.418
1.019.744
542.424
558.070
1.009.948 1.012.498
Tercer ciclo
47.544
54.498
56.728
56.760
Total
163.964
785.839
131.565
112.908
358.096
11.804
61.097
173.642
776.417
134.557
112.823
373.129
8.224
62.625
Fuente: Consejo de Universidades, Estadística Universitaria del curso 1998-1999.
(cuadro III-4). Esta distribución, sin embargo, no parece coincidir
con las demandas reales del mercado de trabajo, como tampoco
parece responder a sus necesidades el desequilibrio derivado del
elevado porcentaje de estudiantes universitarios en relación con los
pocos que cursan enseñanzas profesionales.
Cabe destacar que uno de cada cuatro universitarios de primer y segundo ciclo estudian su carrera a tiempo parcial, es
decir, se matriculan en menos de 50 créditos, o bien en menos
de 4 asignaturas, en muchos casos para compatibilizar los estu461
MEMORIA 1999
dios con la actividad laboral. Respecto a la evolución de la
nueva estructuración de los planes de estudio prevista en la Ley
de Reforma Universitaria, el 70 por 100 de los estudiantes
siguen el sistema de créditos, y en el caso de las universidades
privadas y de la Iglesia Católica la proporción ronda ya el 95
por 100.
En cuanto a los alumnos de tercer ciclo, continúan aumentando,
y ya cursan estudios de doctorado un 32 por 100 más de alumnos
que en el curso 1993-1994, con una proporción de mujeres ligeramente superior a la de hombres. También cabe resaltar que el 12
por 100 de los estudiantes de tercer ciclo son extranjeros, aunque
sólo una mínima parte procede de la Unión Europea.
2.1.3. Educación y acceso al empleo
La tasa de paro de los jóvenes ha experimentado un acusado
descenso en 1999, aunque todavía está muy por encima de la media
general debido a las dificultades que encuentran para incorporarse
a la vida activa. En los últimos años se está intentando articular,
tanto desde el sistema educativo como desde la política de empleo,
mecanismos eficaces para una adecuada transición del sistema educativo al mercado laboral, por un lado adaptando las enseñanzas
impartidas a las demandas del mundo del trabajo y, por otro, potenciando medidas concretas que pongan en relación a los jóvenes con
el ámbito laboral.
La LOGSE contempla la incorporación del alumnado a la vida
activa como una de las finalidades de la ESO y del Bachillerato,
para lo que se establece la impartición de una formación profesional de base. Por otra parte, tanto la LOGSE como el nuevo
Programa de Formación Profesional 1998-2002 tratan de adecuar
la FP al mercado laboral actual, planteando nuevas ramas de estudio e imposibilitando el acceso a la FP sin la conclusión de la
Enseñanza Secundaria Obligatoria. Además, tanto en los ciclos formativos de grado medio como en los de grado superior, los alumnos deben cursar un módulo de Formación en Centros de Trabajo,
que sirve de vehículo formativo para poner en práctica los conocimientos adquiridos. Debido al retraso en el calendario de aplicación de la reforma, aún es difícil valorar sus resultados con
respecto a la Formación Profesional.
462
CALIDAD DE VIDA, PROTECCIÓN SOCIAL Y SOCIEDAD INTERACTIVA
Una de las medidas adoptadas en el marco del nuevo Programa
de Formación Profesional ha sido la creación del Instituto
Nacional de Cualificaciones10, cuyo objetivo es el establecimiento
del Sistema Nacional de Cualificaciones, con el que se tratará de
cubrir la ausencia de una metodología de correspondencias y
homologaciones en los distintos subsistemas formativos de la FP,
y adecuar las cualificaciones profesionales a las necesidades del
mercado de trabajo (puede verse un análisis más pormenorizado
de la FP en el capítulo III, epígrafe 2.1.4).
Creación del
Instituto
Nacional de
Cualificaciones
En cuanto a la orientación educativa y profesional prevista en
la LOGSE, en la educación secundaria se desarrolla a través de los
Departamentos de Orientación. Las funciones de orientación de
los alumnos consisten en realizar las adaptaciones curriculares del
alumnado que lo requiera, su evaluación psicopedagógica, y proporcionar orientación sobre el futuro académico y profesional del
alumno. Sin embargo, en los próximos cursos se debe avanzar
para que haya Departamento de Orientación en todos los institutos, con los profesionales cualificados requeridos.
En el ámbito universitario, la implantación de nuevos planes de
estudio y el desarrollo de nuevas titulaciones, distinguiendo entre
ciclo corto y largo, van encaminadas a configurar una enseñanza universitaria más acorde con los requerimientos del entorno sociolaboral. No obstante, a la luz de las deficiencias detectadas en el Informe
de Resultados del Plan Nacional de Evaluación, sería necesaria la
identificación de los perfiles profesionales vinculados con las titulaciones a fin de precisar las competencias sociales y laborales que
orientan la formación; potenciar cauces de orientación a los estudiantes sobre las demandas del mercado laboral vinculadas a las distintas
titulaciones y servir de conexión con los organismos y servicios que
gestionan ofertas de empleo. Además, se deben establecer mecanismos de seguimiento del proceso de inserción laboral de los graduados que informen sobre los requerimientos del mercado de trabajo
para, al mismo tiempo, replantear los perfiles académicos y profesionales de las titulaciones. Por último, intensificar los convenios y
acuerdos con el contexto social y laboral para lograr una mayor vinculación de la titulación con el mercado de trabajo.
10
Real Decreto 375/1999, de 5 de marzo, de creación del Instituto Nacional de
Cualificaciones (BOE, de 16 de marzo de 1999).
463
MEMORIA 1999
Intensificación de
las políticas
activas en el Plan
Nacional de
Acción para el
Empleo de 1999
En el ámbito de las políticas de empleo, el Plan Nacional de
Acción para el Empleo 1999 mantiene las líneas fundamentales
del año anterior, teniendo como pilar número 1 mejorar la capacidad de inserción profesional mediante medidas para combatir el
desempleo juvenil, medidas activas para mejorar la empleabilidad,
desarrollar posibilidades de formación permanente y facilitar la
transición de la escuela a la vida laboral. El actual Plan además,
prevé una intensificación de la actuación en políticas activas
mediante iniciativas como el programa Talleres de Empleo, puesto
en marcha en 1999, que combina acciones de formación y empleo
para desempleados mayores de 25 años con especiales dificultades
de inserción (se realiza un tratamiento más pormenorizado en el
capítulo II, epígrafe 4.1).
En relación a las medidas relativas a facilitar la transición del
sistema educativo al mundo laboral, el Plan de Empleo propone
como objetivos proporcionar a todos los jóvenes que están en el
sistema educativo un título y/o la preparación para su inserción
laboral y ampliar en número y calidad las acciones dirigidas a facilitar su adaptación a los cambios del mercado laboral, aplicando
sistemas de aprendizaje, formación permanente y programas específicos de acceso a la formación y el empleo. Entre las actuaciones
concretas previstas para 1999 destacan el fomento de la oferta de
módulos de Formación Profesional reglada, la continuación de la
incentivación de los contratos laborales formativos y su transformación en indefinidos, y el incremento de la oferta en los
Programas de Garantía Social.
Los Programas de Garantía Social se organizan para los alumnos que no hayan alcanzado los objetivos de la Educación
Secundaria Obligatoria ni posean titulación alguna de Formación
Profesional, y tienen el fin de proporcionarles una formación básica y profesional que les permita incorporarse a la vida activa. En el
curso 1998/1999 atendieron a estos programas 30.131 alumnos, un
17,0 por 100 más que el curso anterior (cuadro III-2). Sin embargo,
dado que el índice de abandono escolar en la Educación Secundaria
es elevado, la demanda potencial de Programas de garantía es
mucho mayor que las plazas ofertadas.
464
CALIDAD DE VIDA, PROTECCIÓN SOCIAL Y SOCIEDAD INTERACTIVA
CUADRO III-5
TASAS DE OCUPACIÓN POR NIVEL DE ESTUDIOS
TERMINADOS, 1995-1999
Nivel de estudios
1995
1996
1997
1998
1999
Analfabetos
Sin estudios
Estudios Primarios
Estudios Secundarios generales
ESO
Bachillerato
Estudios Secundarios profesionales
Técnicos Prof. Medios (1)
Técnicos Prof. Superiores (2)
Educación superior
Primer ciclo
A. Ingeniería y Tecnología
A. CC. Médicas y de la Salud
A. Humanidades
A. Ciencias Sociales y Jurídicas
A. Ciencias Exactas y Naturales
Primer ciclo de carreras 2 ciclos
Equivalentes a Tit. universitarias (1)
Segundo ciclo
A. Ingeniería y Tecnología
A. CC. Médicas y de la Salud
A. Humanidades
A. Ciencias Sociales y Jurídicas
A. Ciencias Exactas y Naturales
Equivalentes a Tit. universitarias (2)
Tercer ciclo
Otros (3)
64,8
76,1
80,0
73,5
72,3
77,7
74,8
71,9
77,9
84,0
84,1
86,4
91,3
71,1
83,3
77,8
76,9
76,2
83,7
92,5
91,1
80,5
79,0
85,5
97,3
94,0
79,0
65,3
76,2
80,0
74,3
72,7
78,6
75,9
73,2
78,4
84,4
83,9
88,8
90,7
80,2
82,7
73,1
73,0
81,6
84,7
93,9
90,4
83,3
80,4
84,7
93,8
93,3
80,6
66,8
76,6
81,1
76,3
74,9
79,9
77,0
74,7
79,0
85,4
85,7
89,4
90,0
86,3
84,5
84,1
78,8
79,4
84,9
92,2
90,4
83,1
81,7
84,4
94,1
94,3
83,2
73,2
76,1
83,2
77,7
77,9
82,4
79,0
76,4
81,4
85,7
85,4
88,3
88,2
85,3
85,1
81,7
76,4
84,1
85,7
91,6
92,5
81,8
82,7
87,5
98,5
95,6
83,7
74,3
81,1
85,7
85,7
82,6
84,3
82,9
80,6
85,1
87,2
86,8
93,0
90,2
82,0
87,3
94,1
79,3
85,3
87,5
94,0
91,9
85,5
85,5
86,0
92,7
98,9
87,5
Total
77,3
77,7
79,1
81,1
85,3
(1) Escuelas oficiales de turismo y nuevas titulaciones LOGSE equivalentes a universitarias de 1.er ciclo.
(2) Enseñanza militar superior y nuevas titulaciones LOGSE equivalentes a universitarias de 2.º ciclo.
(3) Otros: Estudios postsecundarios no conducentes a titulaciones equivalentes a universitarias ni a técnicas
profesionales superiores.
Fuente: INE, Encuesta de Población Activa, varios años.
465
MEMORIA 1999
2.1.4. La Formación Profesional, a debate
El Programa Nacional de Formación Profesional, elaborado por
el Consejo General de Formación Profesional y aprobado el 13 de
marzo de 1998, establecía el marco de objetivos y actuaciones precisas para mejorar el sistema español de formación profesional,
siendo sus objetivos:
1. Creación del Sistema Nacional de Cualificaciones con participación de las Comunidades Autónomas.
2. Profesionalizar para la inserción a través de empresas.
3. Desarrollar un sistema integrado de Información y Orientación Profesional.
4. Garantizar la calidad de la Formación Profesional, su evaluación y seguimiento.
5. Marco y dimensión europea de la Formación Profesional.
6. Programar la oferta a grupos con necesidades específicas.
Dentro del subsistema de la Formación Profesional Reglada, que
se analiza en este apartado, cabe recordar los puntos débiles que se
han detectado en el mismo, antes de valorar los objetivos específicos que comprendía el Acuerdo y las iniciativas que se han llevado
a cabo para realizarlos.
Acusada reducción
del alumnado en
los ciclos de grado
medio de la FP
466
En primer lugar, el conocimiento y el prestigio de la FP por
parte de la sociedad es bastante limitado, a lo que han contribuido
los retrasos en la implantación del nuevo modelo y la escasa promoción y sensibilización realizada entre alumnado, familias y
empresas. Ello se ha traducido en una acusada reducción del alumnado en la FP, especialmente en los ciclos de grado medio, que ha
supuesto en conjunto una disminución del alumnado del 42,0 por
100 desde el curso 1991-1992 hasta el curso 1998-1999. La causa
de este marcado descenso se encuentra sobre todo en el grado
medio, que ha sufrido una disminución en el mismo periodo del
61,2 por 100, en comparación con los alumnos de FP I, que solía
realizarse en el periodo de edad de 14 a 16 años, hoy absorbido por
CALIDAD DE VIDA, PROTECCIÓN SOCIAL Y SOCIEDAD INTERACTIVA
la Secundaria Obligatoria. La disminución en los ciclos de grado
superior ha sido de 19,5 por 100.
Uno de los problemas que se suele mencionar como origen de
esa falta de candidatos a cursar FP de grado medio ha sido la imposibilidad de acceder directamente de los ciclos de grado medio a los
de grado superior. Este problema ha sido abordado a finales de este
año mediante la modificación de la LOGSE en la Ley de Medidas
Fiscales, Administrativas y del Orden Social. El CES tuvo oportunidad de pronunciarse sobre la medida, que modifica los requisitos
para pasar de la formación específica de grado medio a la de grado
superior, reduciendo de 20 a 18 años la edad requerida para la realización de la prueba de acceso, e introduce la posibilidad de un
“puente” entre uno y otro ciclo. El CES considera que la rebaja de
edad de acceso al ciclo superior subsana el desajuste que existía
entre la edad de terminación del ciclo medio (18 años) y la del
comienzo del superior (20 años). Además, valora positivamente la
introducción de una alternativa más para acceder al grado superior,
porque facilita a los alumnos la transición entre dos niveles educativos cuya formación de base es cualitativamente diferente.
Sin embargo, el CES resalta que esta medida requiere cautela y
el mantenimiento de ciertas garantías a la hora de ser abordada,
porque cualquier otra vía de acceso al ciclo superior diferente de la
superación del Bachillerato debe tener carácter extraordinario, y
debe garantizarse además que guarda relación con los objetivos del
mismo, como se señala en el artículo 32 de la LOGSE. Asimismo,
la atribución a las Administraciones educativas de la determinación
de las enseñanzas con carácter de “puente” entre los dos ciclos se
convierte en una vía excesivamente indefinida que puede ocasionar
problemas de diversificación de los requisitos en función del territorio y dificultades de homologación de los títulos en el marco de
la Unión Europea. Por ello el CES considera que la adecuada
homogeneidad de estas enseñanzas, tanto en duración como en
contenidos comunes, debe garantizarse mediante una norma básica.
Por otra parte, se da una fuerte concentración de alumnos en un
número muy reducido de familias profesionales: en el curso
1997/1998, el 56,0 por 100 del alumnado se concentraba en Administración, Electricidad y Electrónica y Sanidad, al margen de algunas necesidades emergentes detectadas desde el sistema productivo.
Concentración
de los alumnos
en determinadas
familias
profesionales
467
468
1992-1993
440.236
423.322
9.392
12.960
885.910
1993-1994 1994-1995 1995-1996 1996-1997 1997-1998 1998-1999
407.734
360.253 301.472 232.113 169.340
68.950
440.049
432.178 410.912 369.369 310.110
220.269
14.213
21.442
29.457
48.609
75.806
117.434
16.187
22.490
32.285
54.465
80.110
110.292
878.183
836.363 774.126 704.556 635.366
516.945
13.996
17.229
25.784
30.131
Curso Académico
Fuente: Ministerio de Educación y Cultura. Estadística de la Enseñanza en España 1998/99 (datos de todo el Estado).
Alumnos de Formación Profesional de 1992 a 1997 -Reducción 42 por 100
Alumnos desde los 14 a los 18 años (1992 a 1999) -Reducción 7 por 100
1989-1990 1990-1991 1991-1992
464.152
472.779
474.156
352.947
374.571
401.645
2.856
5.188
4.540
8.605
817.099
854.746
889.594
* Programas de Garantía Social.
FP I
FP II
CFGM/MOD. II
CFGM/MOD. III
Total
PGS*
Estudios
CUADRO III-6
EVOLUCIÓN DEL ALUMNADO DE FORMACIÓN PROFESIONAL
(Número de alumnos)
MEMORIA 1999
469
17
28
17
21
9
11
5
40
13
21
11
9
3
38
25
14
45
97
88
58
58
37
41
41
98
77
25
15
Alemania
46
38
Austria
15
29
5
29
9
13
35
99
76
8
10
57
71
38
19
Bélgica
19
33
2
25
12
8
79
99
92
27
27
31
36
42
39
15
23
3
40
15
4
46
97
80
28
30
48
52
24
18
Dinamarca
Finlandia
25
12
6
37
12
8
20
90
82
21
22
52
48
27
30
Francia
–
–
–
–
–
–
80
100
88
19
18
40
46
41
35
–
–
–
–
–
–
22
94
72
14
19
32
32
54
50
Holanda
23
24
33
24
45
52
Irlanda
12
22
2
45
12
7
11
26
6
39
4
14
33 19
99 100
89 79
20
25
41
43
39
31
Italia
Luxemburgo
–
–
–
–
–
–
–
–
–
14
21
26
33
60
46
Portugal
12
27
3
48
5
5
33
101
68
13
11
11
13
76
77
Reino Unido
13
23
6
41
8
10
49
99
72
21
24
25
35
54
40
Suecia
19
21
14
15
67
64
20
22
14
16
65
63
21
23
15
16
63
61
15
20
5
36
17
6
16
57
9
11
6
40 89 91 92
96 111 110 109
83 88 90 92
29
26
49
49
22
25
España 1997*
–: no disponible.
n: cero o no reconocible.
: dato incluido en otra categoría.
k: nomenclatura de disciplinas a partir de 1997.
*: datos calculados para grupos de edad (3-5
años, 14-18 años).
14
30
3
27
17
9
62
–
–
8
9
30
32
62
59
España 1998*
Fuente: EUROSTAT, Education across the European Union. Statistics and Indicators, 1998.
OCDE, Education at a glance, 1998; MEC, Estadística de Educación en España 1998. (MEC.)
* INE, Encuesta de Población Activa, segundos trimestres. Estadísticas de la Enseñanza en España 1998-1999.
Nota: Los datos en cursiva correspondientes a España, significan en el caso de Tasa de escolaridad el establecimiento de unos grupos de edad diferentes (3-5, 6-13, 14-18) y
en el caso de Alumnos graduados por Área, la inclusión de Matemáticas en CC. Experimentales y de Informática en Ingeniería y Tecnología, por lo que no hay dato
del área Matemáticas e Informática.
(1) Niveles 0, 1 y 2 = Educación preescolar, enseñanza primaria y secundaria obligatoria.
(2) Nivel 3 = Enseñanza secundaria superior, general y profesional.
(3) Niveles 5, 6 y 7 = Enseñanza superior.
CC. médicas y de la salud/CC. de la Salud
CC. naturales/CC. Experimentales
Matemáticas e informática/Matemáticas
e informática
Humanidades
CC. jurídicas y económicas/CC. Sociales
y Jurídicas
Ingeniería y arquitectura/Ingeniería
y Tecnología
(Porcentaje sobre el total de graduados universitarios)
Alumnos universitarios graduados por área, 1996
De 02 a 4 años
De 05 a 14 años
De 15 a 19 años
(Porcentaje sobre el total de individuos de esa edad)
Tasa de escolaridad a determinadas edades, 1996
Niveles 0, 1 y 2 (Porcentajes) (1)
mujeres
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