Facultad de Ciencias Económicas Contador Público Licenciatura en Administración Administración financiera Tablero comando N° 2 Profesor: Gustavo Tapia UN ANÁLISIS DE LA FLEXIBILIDAD DEL CUADRO DE MANDO INTEGRAL (CMI) EN SU ADAPTACIÓN A LA NATURALEZA DE LAS ORGANIZACIONES Mónica Santos Cebrián Universidad Rey Juan Carlos de Madrid Esther Fidalgo Cerviño Universidad Complutense de Madrid RESUMEN El trabajo que presentamos surge en el marco de un proyecto mucho más amplio que estamos realizando acerca del diseño e implantación del Cuadro de Mando Integral (CMI) en la gestión sanitaria y que, en esta ocasión, se concreta en la problemática existente acerca de la delimitación de las perspectivas en las entidades hospitalarias. Para ello, a partir de una breve introducción al CMI fundamentada en los planteamientos teóricos de sus precursores Kaplan y Norton, reflexionamos acerca de su evolución a partir del Cuadro de Mando (CM) tradicional y tratamos de delimitar las diferencias fundamentales que, en nuestra opinión, pueden ser significativas, con el objetivo de contrastar las críticas que han surgido desde distintos posicionamientos que cuestionan la versatilidad de este modelo en la gestión de las unidades socio-económicas. Con este enfoque, y ya dentro del ámbito de las organizaciones sanitarias, realizamos una propuesta genérica acerca de la naturaleza, número y prelación de las distintas perspectivas a considerar en el diseño de un CMI, con una orientación estratégica e integradora. PALABRAS CLAVE: Contabilidad, Cuadro de Mando, Cuadro de Mando Integral, Control de Gestión, Gestión sanitaria. ABSTRACT The work that we are presenting arises within the framework from a much wider project that we are carrying out about design and implantation of the Balanced Scorecard (BSC) in the sanitary management and that, on this occasion, takes shape in the existing problems about the scope of the perspectives in hospital organizations. To do this, from a brief introduction to the BSC based on the theoretical approach of this precursors, Kaplan and Norton, we reflect about its evolution from the traditional Scorecard and we are going to try to delimit the fundamental differences that, in our opinion, can be significant, with the objective to contrast the criticisms that it have arisen form different positioning that question the flexibility of this model in the management of the socio-economic units. With this approach, and within the field of sanitary organizations, we put forward a generic proposal about the nature, number and preference of the different perspectives to consider in the design of BSC, with a strategic and integrating orientation. KEY WORDS: Accounting, Control Panel, Balanced Scorecard, Management Control, Sanitary Management. 1. JUSTIFICACIÓN Y PRESENTACIÓN DEL TRABAJO Actualmente, desde el ámbito de la gestión empresarial, existe una exigencia latente por adaptar los sistemas de información a las necesidades cada vez más específicas e inminentes relacionadas con la implementación de la estrategia empresarial. El Cuadro de Mando Integral (CMI)1 1 pretende dar respuesta a esta exigencia al configurarse como un modelo de gestión estratégica que supera las limitaciones de los tradicionales sistemas de gestión. No obstante, no es el objetivo de este trabajo describir las bondades de este modelo, sino, con una visión crítica, reflexionar acerca de su versatilidad en su adaptación a las necesidades particulares que definen la naturaleza de las organizaciones. Y, más concretamente, el objetivo esencial del trabajo es analizar la flexibilidad del CMI en su capacidad de adecuarse a la naturaleza de la organización, teniendo en cuenta dos cuestiones esenciales: 1. Se entiende por flexibilidad del modelo la capacidad de aplicación a cualquier tipo de entidad. La posible rigidez del modelo vendrá condicionada, posteriormente, por el proceso de implantación y del seguimiento que se efectúe. 2. La flexibilidad del modelo la proporciona la delimitación de las perspectivas y el establecimiento de las relaciones causa-efecto entre los distintos objetivos que se identifican en las mismas. Así pues, en primer lugar, se trata de realizar un acercamiento al CMI, a modo de introducción, que facilite el posterior desarrollo del estudio, a partir de su antecedente que es el CM tradicional y su evolución. No se pretende realizar un estudio del CMI como tal modelo, que sería objeto de otro trabajo, sino que, a partir de una descripción sintética del mismo se realiza, en segundo lugar, un análisis de las fortalezas y debilidades para, en tercer lugar, realizar un estudio de las posibilidades de adaptación de las perspectivas del CMI a la naturaleza de las organizaciones. De este modo, en la última fase del trabajo, se presenta, a modo ilustrativo, una propuesta para el caso de las entidades sanitarias en las que se trata de: a) Reconocer la versatilidad del modelo, estableciendo y delimitando el número y tipo de las perspectivas adecuadas para la entidad sanitaria, y b) A partir del enfoque realizado por VOELKER, RAKICH Y FRENCH (2001), considerar la importancia de establecer un orden de prelación o jerárquico según el grado de significación de las diferentes perspectivas delimitadas. 2. EVOLUCIÓN DEL CUADRO DE MANDO HACIA UN CONCEPTO ESTRATÉGICO E INTEGRAL: EL CMI Antes de entrar en la problemática que planteamos en este trabajo, consideramos fundamental analizar la evolución del CMI a partir de los cuadros de mando tradicionales, como un antecedente claro de este instrumento. Por una parte, la utilización indiscriminada del término, en muchas ocasiones, constituye, a nuestro modo de ver, razón suficiente que justifica su análisis. Y, por otra parte, creemos que la clara distinción y detalle de las características de cada uno de ellos hace posible establecer la sensible diferencia del enfoque de partida, poniendo de relieve la flexibilidad y versatilidad del CMI como instrumento de gestión estratégica. El Cuadro de Mando como instrumento de información y control de gestión ha estado presente en muchas organizaciones desde hace varias décadas [LAUZEL y CIBERT, 1967]. El concepto de Cuadro de Mando (CM) deriva del término francés “tableau de bord”, que traducido literalmente significa “tablero de mandos, o cuadro de instrumentos”. Su origen data de mediados del siglo XX, aunque es alrededor de 1948 cuando aparece la noción de Cuadro de mando empresarial en Estados Unidos. El proceso de formulación del CM básicamente consiste, en primer lugar, en fijar unos fines en la entidad, cada uno de los cuales es llevado a cabo mediante la definición de unas variables clave, y, en segundo lugar, el control es realizado a través de indicadores. El desarrollo del CM gira en torno a cinco ideas esenciales: - Herramienta de ayuda durante el proceso de toma de decisiones. - Diseño sencillo y eficaz. 2 - Aglutina indicadores financieros y no financieros. - Flexible frente a los cambios y progresos del entorno. - Genera motivación a todos los niveles de responsabilidad. En opinión de ESCOBAR, el Cuadro de Mando, “como herramienta de gestión, se configura como un mecanismo ideal para canalizar gran parte de la información contable que demandan los directivos, adoptando el concepto de información necesaria y suficiente presentada en un formato de fácil lectura y rápido uso como la piedra angular sobre la que se ha de cimentar el desarrollo del sistema de información contable”[1999, p. 1075]. Sin embargo, la gran limitación del CM como instrumento de gestión estratégica es la falta de conexión entre los distintos indicadores que pretenden controlar el cumplimiento de objetivos previamente definidos. Es decir, no están establecidas “a priori” las relaciones causa-efecto entre las variables clave definidas y su medición a través de indicadores, lo que da lugar a que el CM haya sido calificado como “un conjunto de indicadores deslavazados” [FALGUERA, 2002, p.188] que tratan de informar de la marcha de los aspectos más relevantes de una organización. Los tradicionales CM suelen incluir un sistema de gestión por objetivos, sin embargo, carecen de la medición y la representación de la política estratégica, que es el verdadero objetivo de las organizaciones. En consecuencia, la mayoría de cuadros de mando convencionales no aportan un enfoque integrador que aporte una visión de la organización como conjunto, lo que reduce en gran medida su utilidad como herramienta básica en la gestión estratégica. Básicamente se configura como un instrumento de medición de los factores clave de éxito. Es, precisamente, la medición el principal nexo de unión entre el CM y el CMI [LÓPEZ VIÑEGLA, 2001, p.10]. El CMI tiene como objeto final la correcta implantación de la estrategia a través de la definición de objetivos relacionados y alineados con la misma. Una vez definidos los objetivos y los factores críticos que desarrollan la estrategia, el siguiente paso sería la determinación de los indicadores adecuados para el correcto seguimiento del desempeño. Efectivamente, como señala este autor, es en este punto, cuando “entraría en escena” el CM como herramienta de medición. Durante la década de los 60 del siglo XX, el CM fue un instrumento utilizado por un gran número de empresas, sobre todo, en Francia. En su origen, el CM incorporaba en un único documento diversos ratios para el control financiero de la empresa. Esta herramienta fue evolucionando, con el paso de los años, y, actualmente, combina no sólo ratios financieros, sino también indicadores no financieros que permiten controlar los diferentes procesos del negocio. Como ejemplo de utilización del CM como herramienta de gestión, en la década de los sesenta, destaca el caso de la compañía General Electric. Esta empresa desarrolló un CM para hacer el seguimiento de sus procesos y controlar la consecución de objetivos tanto a corto como a largo plazo [DÁVILA, 1999, p.35]. Por tanto, el CMI actual recoge ideas que ya existían alrededor del concepto de CM. Incluso, el CMI desde su creación en la década de los años 90 del siglo XX, ha sufrido una notable evolución. En 1992, el CMI se definía como “un conjunto de indicadores que proporcionan a la alta dirección una visión comprensiva del negocio”. Posteriormente, se consolidaba como “una herramienta de gestión que traduce la estrategia de la empresa en un conjunto coherente de indicadores”. En opinión de DAVILA [1999, p. 36], la aportación del CMI y que lo convierten en una herramienta distinta del CM convencional es “la forma en la que se seleccionan los indicadores”. Así, argumenta que en las formulaciones más recientes del CM se aconseja, al igual que en el modelo CMI, la utilización de indicadores financieros y no financieros. Sin embargo, no se establece ningún criterio sobre cómo elegirlos. En consecuencia, en las organizaciones donde se implante un CM convencional, cada directivo debe escoger los indicadores que considere más adecuados para los fines que persigue, siguiendo para ello su propia intuición y experiencia. El éxito en la formulación del CM dependerá, 3 por tanto, del mayor o menor acierto del directivo que cuenta, además, con una dificultad añadida y es que carece de un mapa de trabajo para guiar su intuición. El CMI aporta una solución a esta problemática ya que ofrece un método más estructurado de selección de indicadores y esto permite que se produzca una mejor adaptación dentro de la gestión de la empresa como herramienta de apoyo. Quizás, sea ésta la gran novedad que el CMI aporta en la gestión empresarial: su versatilidad y adecuación. En el proceso de diseño del CMI resulta tan importante conocer qué modelo de negocio reflejan los indicadores, como entender con precisión el significado de dichos indicadores. Como ya hemos señalado, los indicadores financieros son limitados en sus señales informativas dado que sólo explican las consecuencias del pasado de la organización, y, por tanto, sólo permiten gestionar “a posteriori” de los acontecimientos, es decir, miden resultados y no causas. Las medidas financieras, en contadas ocasiones, proporcionan a los directores toda la información que necesitan para tener éxito en las decisiones estratégicas. Depender únicamente de indicadores financieros implica, en la mayoría de los casos, adoptar un enfoque basado en el corto plazo y, por tanto, puede obstaculizar el reconocimiento de las oportunidades a largo plazo o el enfrentamiento a las amenazas del futuro. Para poder gestionar en el entorno actual en el que se desenvuelven las empresas, es preciso disponer de indicadores que informen “a priori” de lo que más tarde reflejarán los indicadores financieros. Asimismo, para poder actuar de forma proactiva en la organización es preciso actuar sobre las causas y no sobre las consecuencias. Por ello, el proceso de selección de indicadores en el CMI es posterior al desarrollo de un modelo de negocio con relaciones causa-efecto y son, precisamente, estas relaciones las que se configuran como el motor del modelo de negocio. Una vez que se han sentado las bases del negocio y las relaciones estratégicas implicadas en su consecución, se seleccionan los indicadores que conformarán la herramienta de gestión. El proceso de gestación del CMI comienza con un análisis del mercado y de la estrategia por parte de los directivos de la organización con el objetivo de construir un modelo de negocio que refleje las interrelaciones entre los diferentes componentes de la organización. Con esta base, se delimitan las diferentes perspectivas o ámbitos del negocio desde los que analizar la estrategia empresarial. Este modelo se convierte en el mapa que va a servir de guía para la selección de los indicadores del CMI. De esta forma, sobre los cimientos de un buen modelo de negocio, los indicadores del CMI facilitan los puntos de referencia que se necesitan para calibrar el progreso en el desarrollo de la estrategia. Quizás, la mayor dificultad que deben afrontar las organizaciones que apuestan por el CMI como herramienta de gestión estratégica, se produce en el momento de poner en práctica la estrategia previamente formulada. En primer lugar, la búsqueda de consenso en la interpretación de la estrategia es difícil, dado que concretar una idea general que nace de la formulación de la estrategia en objetivos determinados puede estar sujeto a múltiples opiniones y puntos de vista diferentes cuando se trata de responder al “qué, cómo y quién” dentro del ámbito operativo. Por este motivo, cuando la dirección acomete el reto de crear un modelo de negocio como paso previo a la implementación del CMI, debe lograr consensuar la estrategia y disponer de una visión conjunta de cómo llegar a ejecutarla. La búsqueda de relaciones causa-efecto en el modelo de negocio que se pretende implantar permite intercambiar opiniones, hecho que enriquece la visión del negocio de cada directivo, y llegar a un consenso de cómo alcanzar los objetivos. De esta forma, se consigue el compromiso de toda la organización, dado que todas las personas que la integran dirigen sus esfuerzos en la misma dirección. A modo de síntesis, las diferencias esenciales, como se muestra en la Tabla I, se pueden resumir en: a) el cuadro de mando tradicional se puede definir como un instrumento de medición de los factores clave de éxito de una organización con el objetivo de canalizar gran parte de la información contable que demandan los directivos, a través de indicadores que, en sus orígenes eran sólo financieros y, posteriormente, según ha ido evolucionando, incorpora también indicadores no 4 financieros. Mientras que el CMI, es un instrumento de gestión estratégica que trata de articular la correcta implantación de la estrategia a través de indicadores financieros y no financieros; b) por otro lado, el proceso de selección de los indicadores no responde en el CM tradicional a ningún criterio establecido a priori, como ya señalamos, mientras que en el CMI se seleccionan los indicadores a partir de un método estructurado con un mapa de trabajo que guía este proceso y, c) quizás, como reflexión a esta evolución, destacar la importancia que tiene un adecuado proceso de diseño del CMI, que condiciona, incluso, su eficaz comportamiento, y que permitirá ofrecer un enfoque integrador, es decir, una visión de conjunto de la organización. Tabla I CUADRO DE MANDO Instrumento de medición de los factores clave de éxito Canalizar gran parte de la Objetivos información contable que demandan los directivos Sistema de medición A través de indicadores financieros y, posteriormente, no financieros Proceso de selección Sin un criterio definido a priori: intuición y experiencia de indicadores ¿Qué es? Soportes del diseño Enfoque CUADRO DE MANDO INTEGRAL Instrumento de gestión estratégica Articular la correcta implantación de la estrategia A través de indicadores financieros y no financieros A través de un método estructurado basado en las relaciones causa-efecto vinculadas a la estrategia Carece de un mapa de trabajo para Existe un mapa de trabajo para guiar la guiar el diseño del CM selección de indicadores: modelo de negocio que refleja interrelaciones entre sus diferentes componentes Parcial: no ofrece una visión de Integrador: ofrece una visión de conjunto de la organización conjunto de la organización Fuente: Elaboración propia 2.1. Elementos caracterizadores del CMI La formalización y el desarrollo del Cuadro de Mando Integral ha supuesto un cambio significativo, tanto desde el punto de vista doctrinal como profesional en los planteamientos y modos de la gestión empresarial, generando gran diversidad de literatura y práctica contable al respecto. Así, nos encontramos con posicionamientos que consideran que el CMI representa un nuevo enfoque de gestión estratégica argumentando que, no sólo supera a los sistemas de información modernos, sino también, algunas de las limitaciones experimentadas por los sistemas de control de gestión tradicionales, derivadas, esencialmente, del elevado nivel de incertidumbre sobre el futuro. Generalmente, los sistemas tradicionales consideran que las decisiones empresariales se fundamentan en indicadores financieros y se caracterizan por ofrecer una visión del corto plazo que no contempla la estrategia de la organización. Estas limitaciones, en opinión de SANIN VILAR (1998), han dado lugar a un replanteamiento del concepto de control de gestión. De esta forma, se aboga por un sistema de control más global, basado en la selección de aquella información que se considere más relevante para asegurar el logro de los objetivos y que mejor refleje el grado en el que éstos se están alcanzando. Estos cambios se centran en la adaptación de los sistemas de información a un entorno de mayor incertidumbre y complejidad, dando lugar a la aparición y consolidación de uno de los instrumentos de control que, actualmente, tiene más relevancia: el Cuadro de Mando Integral2. 5 La información de gestión, y los sistemas de información contable que la sustentan, deben tener la capacidad de generar información de carácter predictivo. De esta forma, a los instrumentos de gestión y control de las entidades se les pide que aporten informaciones financieras y no financieras que ayuden a los responsables de tomar decisiones a tener una mayor capacidad de alcance, tanto en lo que se refiere al horizonte temporal como a la calidad de la decisión. Bajo esta línea argumental se manifiesta ALVAREZ LÓPEZ [1998, p.37] al señalar que el CMI es “(...) un modelo de medición de la actuación de la empresa que equilibra los aspectos financieros y no financieros de la gestión y planificación estratégica de la organización. Es un cuadro de mando coherente y multidimensional que supera las mediciones tradicionales de la contabilidad”. En concreto, el CMI persigue la búsqueda del equilibrio entre medidas financieras y no financieras, entre indicadores provisionales e históricos, y entre perspectivas de actuación externas e internas. La filosofía primaria del CMI como modelo de gestión estratégica se basa en que sólo se puede gestionar lo que se puede medir y que el determinante del valor de las empresas u organizaciones está cada vez más centrado en los activos intangibles que en los tangibles. No es objetivo de este trabajo la problemática inherente a la medición y valoración de los activos intangibles, sin embargo, consideramos que el CMI trata de superar las dificultades, tan extensamente analizadas en la literatura actual, relacionadas con esta cuestión, mediante las relaciones causa-efecto entre los distintos indicadores que pretenden medir distintos aspectos de la empresa a través de cuatro perspectivas interrelacionadas. Asimismo, otro principio sobre el que se sustenta este modelo es la consideración de que las mediciones de las actuaciones sobre la base de datos contables y financieros, exclusivamente, no resulta suficiente, ya que los aspectos financieros a corto plazo no garantizan el éxito futuro. En definitiva, el CMI se configura como un instrumento de gestión estratégica, que no sólo incluye indicadores financieros de la actuación pasada, sino que complementa estos indicadores con medidas de los inductores de actuación futura. En opinión de sus creadores [KAPLAN Y NORTON, 1997, p.23], “el Cuadro de Mando Integral es más que un sistema de medición táctico u operativo. Las empresas innovadoras están utilizando el Cuadro de Mando como un sistema de gestión estratégica para gestionar su estrategia a largo plazo. Están utilizando el enfoque de medición del Cuadro de Mando para llevar a cabo procesos de gestión decisivos: 1. 2. 3. 4. Aclarar y traducir o transformar la visión y la estrategia. Comunicar y vincular los objetivos e indicadores estratégicos. Planificar, establecer objetivos y alinear las iniciativas estratégicas. Aumentar el feedback y formación estratégica.” Para ello, el CMI trata de traducir la misión y la estrategia explícita de una organización, en un amplio conjunto de medidas de actuación para la creación de valor, organizadas coherentemente bajo cuatro perspectivas diferentes, que son como los ámbitos en que supuestamente se divide la empresa, para realizar este trabajo. Las cuatro perspectivas clásicas, son a) la perspectiva financiera, que trata de analizar la estrategia desde la dimensión del propietario-inversionista, b) la perspectiva del cliente, que analiza la percepción de la empresa por parte del cliente, c) la perspectiva de los procesos internos, que trata de buscar la excelencia en los procesos internos, y d) la perspectiva del aprendizaje y crecimiento, que dirige la atención hacia aquellos recursos que son clave para innovar y mejorar, como ponemos de manifiesto en la Figura 1. 6 Figura 1 MISION Financiera ¿Cómo nos ven nuestros inversores-propietarios? Cliente ¿Cómo nos ven nuestros clientes? VISIÓN ESTRATEGIA Procesos internos ¿En qué procesos internos debemos ser excelentes? Fuente: KAPLAN Y NORTON [1997, p. 22] y elaboración propia Aprendizaje y Crecimiento ¿Qué recursos son claves para innovar y mejorar? En este sentido, es importante señalar que estas cuatro perspectivas entendidas como las múltiples dimensiones que la metodología del CMI plantea para analizar el desempeño estratégico son las básicas, pero, obviamente, se pueden en cada caso, modificar, dependiendo de las circunstancias particulares de la empresa que se plantee su implantación. El proceso continuo centrado en el Cuadro de Mando Integral combina las cuatro perspectivas. De esta forma, la visión de la entidad se hace explícita y compartida, se comunica en términos de metas e incentivos que se usan para centrar el trabajo, asignar recursos y concretar planes de acción. Por tanto, en cada paso el CMI sirve como un medio de comunicación. Hoy día se considera que el objetivo final del CMI es la creación de una organización del aprendizaje, y por tanto una consecuencia de la Gestión del Conocimiento. De esta forma, el CMI ha evolucionado hasta dar más importancia a la capacidad de ejecutar, implantar y seguir una estrategia que a la calidad de la estrategia en sí misma Este es un fenómeno nuevo y contrastado, e incluso se llega a considerar la aplicación de la estrategia como el factor más importante en la valoración de una empresa y de su gestión. En cuanto a los elementos relacionados con el diseño del CMI, entendemos que el punto de partida está en la razón de ser de la organización, esto es, su misión. A partir de aquí, se define el objetivo global a alcanzar a largo plazo o visión de negocio, y que, en definitiva, va ser el eje de impulso de la propia estrategia empresarial en la que se definen, de una forma más detallada, los distintos objetivos a través de las diferentes perspectivas enlazados en una cadena causa-efecto y que confluyen en la propia visión del negocio. De esta forma, y una vez que se identifican las variables fundamentales que diferencian a la organización en su entorno competitivo, es decir, los factores clave de éxito, habrá que definir los objetivos estratégicos o propósitos específicos que se pretenden conseguir y que conforman el conjunto del plan estratégico, instrumentalizado a través del diseño del denominado mapa estratégico. Estos objetivos se materializarán en una serie de iniciativas, es decir, actividades, programas o proyectos que contribuyen a su logro. 7 Tal y como reflejamos, esquemáticamente, en la Figura 2, todo este proceso de planificación de la gestión estratégica, siguiendo la metodología del CMI, debe desarrollarse en paralelo junto a un proceso de control y seguimiento de la estrategia encabezado también, en este caso, por la misión y visión de la organización. Para ello, es preciso que, previamente, se hayan delimitado las distintas dimensiones desde las que se puede analizar el desempeño estratégico, es decir, las perspectivas del CMI, identificando en cada una de ellas una serie de indicadores que permitan evaluar en que medida se están logrando los objetivos estratégicos propuestos y, para lo cual, se utiliza como guía de actuación las relaciones causa-efecto que existen entre dichos objetivos, las iniciativas planteadas y los indicadores propuestos. De esta forma, se fijan una serie de metas o valores deseados en un marco temporal específico para cada indicador estratégico que actuará como señal de alarma y permitirá un efecto feed-back en todo el proceso de elaboración e implantación de la estrategia empresarial. Figura 2 Elementos relacionados con el diseño del CMI PERSPECTIVAS INDICADORES METAS M Ó N M MIIISSSIIIÓ ÓN N ESTRATEGIA VISION FACTORES CLAVE de ÉXITO RELACIONES CAUSA-EFECTO OBJETIVOS ESTRATÉGICOS INICIATIVAS Fuente: Elaboración propia Por consiguiente, el CMI, exige organizar los diferentes estadios del negocio en perspectivas. Las cuatro perspectivas clásicas del CMI (perspectiva financiera, perspectiva del cliente, perspectiva de los procesos internos y perspectiva del aprendizaje y crecimiento) ofrecen una estructura intuitiva, aplicable a un gran número de empresas para organizar el modelo de negocio y estructurar los indicadores y la información. Sin embargo, no hay que olvidar que la prioridad en cualquier modelo o herramienta de gestión estratégica debe ser precisamente la utilidad y la adaptación a los requerimientos específicos de la organización. Además, y concretamente en el modelo que abordamos en este trabajo, es fundamental que el mensaje y la información lleguen a las personas de la empresa, independientemente del número o el nombre de las perspectivas y su jerarquía relacional. 3. ANÁLISIS DE FORTALEZAS Y DEBILIDADES DEL CMI En definitiva, el CMI es un modelo de gestión que incorpora mecanismos de medición y que permite comprobar que la empresa avanza en la dirección marcada desde la planificación estratégica, facilitando la consecución de los objetivos planteados. Por tanto, el CMI debe ayudar a: - Aclarar y traducir la misión y la estrategia de la organización obteniendo una visión compartida de la misma. A través del mismo proceso de implementación del CMI es posible aclarar y traducir la misión y la estrategia en términos manejables para toda la organización y establecer los objetivos para alcanzarla, dado que en este proceso participan, o al menos, así 8 - - - debería de ser, la mayoría de los miembros de la organización. Como consecuencia de este proceso, las posibles dudas son aclaradas, se consigue el consenso y las diversas opiniones que puedan existir alcanzan un mayor grado de uniformidad. Una vez establecidos los objetivos y las estrategias todos los miembros de la organización podrán conocer la vinculación de las acciones estratégicas con la visión y la misión, y la repercusión de su contribución. Comunicar y vincular los objetivos e indicadores estratégicos. Los indicadores incluidos en el CMI deben permitir controlar las acciones que llevan hacia la concreción de los objetivos. De esta forma, permite comunicar claramente en términos prácticos los objetivos y vincularlos entre sí mediante relaciones causa-efecto. Los indicadores actúan como señales de alerta para aquéllos cuyas acciones repercuten en los valores que éstos alcanzan, de tal forma, que pueden impulsar acciones inmediatas para corregir las desviaciones, crear foros de discusión alrededor de los temas sensibles, acudir a expertos con el fin de solucionar actuaciones delicadas y crear situaciones propicias de trabajo en grupo para la solución de conflictos. Planificar, establecer objetivos y alinear las iniciativas estratégicas. Como ya hemos señalado el CMI crea una estructura coherente de estrategias, objetivos, metas e indicadores que permite construir un plan estratégico muy dinámico con un sistema de medición estrechamente relacionado con los objetivos vinculados a la estrategia. Asignar los recursos adecuados para la obtención de los mencionados objetivos, vinculando la estrategia con las metas a largo plazo y los presupuestos anuales. Sistematizar la revisión de la estrategia, identificando nuevas iniciativas. El CMI permite establecer un mecanismo de comprobación y retroalimentación sobre las hipótesis que sirvieron de base para crear las propias estrategias y hacer correcciones a través del establecimiento de relaciones del desempeño individual de los que contribuyen en ellas y el seguimiento en la asignación de los recursos utilizados para su consecución. El cuestionamiento constante sobre las estrategias es necesario, dado que las organizaciones se desenvuelven en entornos muy cambiantes e inestables. La formación estratégica implica aprender en el diseño de las propias estrategias y aprender a pensar estratégicamente en la formulación de los objetivos, en el establecimiento de las relaciones causa-efecto, en la identificación de indicadores, en la traducción de la estrategia en términos operativos, en las discusiones en torno a la visión y la misión, así como en el análisis de las fortalezas, debilidades, oportunidades y amenazas de la organización. Como consecuencia de todo lo anterior, se crearán mecanismos de consenso, se potenciará el trabajo en equipo, se descubrirá cómo interpreta la estrategia cada uno de los miembros de la organización y las aportaciones individuales al pensamiento colectivo, se creará una sinergia en el establecimiento de iniciativas estratégicas en todos los niveles, y, en definitiva, contribuirán a la formación estratégica de la organización y de los individuos que la componen. En resumen, el CMI una vez diseñado, puede ser utilizado de dos formas distintas: como un sistema de control tradicional, o bien, como sistema de gestión estratégica, es decir, como una herramienta de aprendizaje organizativo. Si el equipo de dirección está seguro de la visión de la empresa, la estrategia, el modelo de negocio y el papel de cada persona en la organización, el CMI puede utilizarse como un sistema de control tradicional, es decir, como un sistema de control por excepción. Sólo se actuará cuando haya una disparidad importante entre la realidad y el presupuesto. El control por excepción libera atención de los directivos de procesos que son bien conocidos y que sólo requieren tiempo en casos excepcionales. Sin embargo, en empresas en crecimiento o en entornos inciertos y cambiantes, donde la estrategia está en evolución, donde el conocimiento está disperso y la dirección quiere estimular nuevas iniciativas y aprovechar la creatividad de las personas sin perder las riendas de la organización, el CMI puede usarse como una herramienta de aprendizaje organizativo. En este caso, los resultados que recogen los indicadores sirven para evaluar si hay que cambiar el modelo de negocio o incluso la estrategia; es, por tanto, una fuente de información útil para ajustar la forma de competir de la 9 empresa. El CMI sirve para enfocar la atención en aprender sobre la evolución del entorno y de la empresa. En consecuencia, el éxito en el diseño e implantación del CMI depende esencialmente de cuatro aspectos fundamentales: de la definición de la estrategia, de la selección de mediciones, del proceso de creación y de la filosofía que se trata de comunicar a través del CMI. Estos factores, si no se adecuan a las características de la organización y a la cultura empresarial subyacente se convertirán en limitaciones o debilidades del modelo y no será posible consolidar al CMI como un modelo de gestión estratégico. Así pues, a continuación se realiza una síntesis de las posibles debilidades de dicho modelo: - Visión parcial de la organización. Si en la definición de la estrategia y su posterior concreción en objetivos específicos no se tienen en cuenta las distintas dimensiones del negocio, se perdería la cualidad integradora del CMI. En este sentido, no es posible establecer fórmulas teóricas aplicables a todas las organizaciones en el diseño y estructura del CMI; es preciso realizar un esfuerzo de adaptación muy importante con el objetivo de observar a la organización desde todas las vertientes -perspectivas del CMI- que, en función de la naturaleza del negocio, son esenciales para la consecución de la estrategia. - Enfoque generalista de la estrategia. En relación con la estrategia podría ocurrir que ésta sea demasiado genérica y que, por tanto, no exista un enfoque hacia las unidades de negocio de la organización que permita traducir de forma operativa los objetivos estratégicos. Al mismo tiempo, si no existe una cadena de relaciones causa-efecto claramente definida que conecte las diferentes perspectivas y objetivos definidos, el CMI no dejará de ser un conjunto deslavazado de indicadores que no aclarará el camino a seguir para lograr la visión del negocio. - Exceso o defecto de las mediciones seleccionadas. En relación con las mediciones seleccionadas, tanto el exceso como el defecto puede conducir a socavar la estrategia de la organización. Demasiadas medidas podrían dar lugar a una inoperancia del modelo en el seguimiento diario de la actuación empresarial. Si, además, estas medidas se centran en indicadores financieros no existirá el equilibrio buscado entre objetivos a corto plazo y largo plazo, dado que éstos últimos deberían ser medidos con indicadores no financieros fundamentalmente. - Falta de compromiso por parte de la dirección. En relación con el proceso de creación del CMI, si la dirección no está comprometida con dicho proceso la posibilidad de éxito en la implantación del modelo es muy pequeña dado que no existe un liderazgo a nivel gerencial que respalde la filosofía esencial del CMI y que sería responsable fundamental de definir la visión de la organización. De la misma forma, si son pocos los miembros de la organización que colaboran en el diseño, otra de las utilidades del CMI quedaría mermada dado que desde su gestación se trata de alinear los objetivos estratégicos con las operaciones diarias de la organización en su conjunto, y esto no es posible si no existe una visión compartida de dicha estrategia y de los indicadores seleccionados para su seguimiento. - Falta de equilibrio en las funciones de control-comunicación del CMI. Si la filosofía que se trata de implantar con la construcción de un CMI está más próxima al concepto de “control” que al de “comunicación” de la estrategia, el modelo ya nace con una carga negativa para la organización. Es decir, si en lugar de buscar el consenso para dar cabida a las iniciativas de los empleados para alcanzar los objetivos, el CMI se utiliza para “dictar órdenes” de ejecución en tiempo y forma, se fracasaría en el objetivo de impulsar a la organización de una forma positiva hacia una visión compartida y comprendida por todos sus miembros. En consecuencia, se debe tratar de buscar un equilibrio entre la función de control y de comunicación, ambas complementarias en el marco del CMI. - Estaticidad del CMI. Como ya han señalado algunos autores críticos con los planteamientos teóricos del CMI, si este modelo “propone un conjunto de indicadores permanentes y rígidos restarán flexibilidad y capacidad de adaptación en el análisis de la gestión” [BLAZQUEZ, 2000, p. 5]. Para evitar la estaticidad del CMI los indicadores seleccionados deben estar 10 soportados por un conjunto de bases de datos integradas que permitan un tratamiento de la información con una metodología de análisis en constante revisión y actualización, con el objetivo de adaptar los elementos que lo componen a las circunstancias cambiantes del negocio, tanto a nivel interno como externo. Por tanto, quizás una de las mayores limitaciones del CMI es que su utilidad está condicionada desde el mismo momento de su gestación. En nuestra opinión, es fundamental que el modelo teórico de Kaplan y Norton, se adecue a las características de la organización reconociendo en el diseño la naturaleza, la cultura, el estilo de dirección y la diversidad de las relaciones interpersonales de la organización. En este sentido, uno de los fundamentos teóricos del modelo que considera el seguimiento de la estrategia desde los distintos ámbitos desde los que se puede observar el negocio, es decir, las “perspectivas”, se convierte en un condicionante esencial en el éxito del CMI. Aunque la estructura del modelo y los elementos que en el se reconocen, no garantizan su éxito, consideramos que la previa definición de misión, visión y perspectivas, junto con las personas vinculadas al proyecto pueden consolidar al CMI como un modelo teórico sólido flexibilizado fundamentalmente a través de las “perspectivas” de la organización. En la siguiente tabla (Tabla II) resumimos las fortalezas y debilidades del CMI, con una visión generalista: Tabla II FORTALEZAS Consenso organizacional en relación con estrategia. Facilita el consenso de toda empresa al aclarar y traducir la misión y estrategia en términos manejables para toda organización la la la la Traducción de la estrategia en términos operativos. Comunica en términos prácticos los objetivos estratégicos y permite vincularlos entre sí mediante relaciones causa-efecto. Relación presupuesto-estrategia. Permite conectar el presupuesto a la estrategia, mediante la asignación de los recursos adecuados para la obtención de los objetivos. Herramienta de aprendizaje, mediante la comparación entre los planes y los resultados con el objetivo de revaluar y ajustar los objetivos estratégicos, los indicadores y los planes de acción. Posibilidad de implantación en cualquier tipo de entidad DEBILIDADES Falta de compromiso por parte de la dirección, responsable fundamental de definir la visión del negocio y de generar un clima de compromiso. Falta de equilibrio entre las funciones de control y comunicación del CMI: filosofía negativa de gestión Enfoque generalista de la estrategia sin orientación hacia las unidades de negocio; inoperancia del modelo en la gestión diaria. Exceso o defecto de los indicadores seleccionados; información confusa e irrelevante, o ausencia de información. Estaticidad del CMI; puede no existir dinamismo en el seguimiento de la estrategia, lo que provoca una obsolescencia de los elementos del diseño del CMI que invalidan los “outputs” de información. Visión parcial de la organización Fuente: Elaboración propia 4. ADAPTACIÓN DE LAS “PERSPECTIVAS” DEL CMI A LA NATURALEZA DE LAS ORGANIZACIONES En un trabajo realizado por AMAT y otros [2001, p. 6 a 12], siguiendo las perspectivas del CMI, se ponen de manifiesto diversas hipótesis acerca de los posibles inductores que favorecen el crecimiento rentable de las empresas y las relaciones causa-efecto que lo sustentan. Estas hipótesis fueron formuladas a partir de un estudio realizado sobre las empresas gacela catalanas3. Estas hipótesis se resumen en las siguientes [AMAT y otros, 2001, p.13]: 11 - “Los primeros factores-clave están relacionados con el factor humano y se propone que la apuesta por la formación y los incentivos pueden contribuir a una mayor implicación del personal. - Esta mayor implicación del personal puede favorecer una mayor eficiencia en costes y activos, una apuesta por la calidad total, una mayor innovación y orientación al cliente. Lo anterior puede repercutir en una mayor diversificación e internacionalización. Todo ello debería repercutir en una mejora continuada de los procesos empresariales. - La mejora en los procesos que se puede desprender de lo anterior debería revertir en unos clientes más satisfechos, que podrían ser los inductores de una mayores ventas. - Finalmente, las ventas superiores deberían generar unos mayores beneficios y rendimientos, que acompañados del apalancamiento deberían permitir obtener elevados niveles de rentabilidad. Estos, junto con unos niveles adecuados de solvencia explicarían la mayor capacidad de crecimiento y la mayor generación de valor de las empresas gacela.” No obstante, a pesar de que estadísticamente se pueda evidenciar la habitualidad incipiente de utilizar la clásica estructura teórica de Kaplan y Norton, creemos que es posible afirmar que en el proceso de delimitación y definición adecuado de las distintas dimensiones de una organización no existen fórmulas predefinidas. Así, creemos que se debe contemplar previamente una doble vertiente: a) por una parte, la identificación del número y naturaleza de las perspectivas, que dependerá, no sólo de la misión y visión del negocio, sino, entre otras cuestiones de que la implantación sea a nivel global o parcial en la entidad, de la complejidad y dimensión de la organización, de la importancia de determinados aspectos como pueden ser, el proceso productivo, los aspectos medioambientales, la tecnología de la información, los sistemas de gestión implantados y las posibilidades de cambio, etc. y, b) la prelación u orden jerárquico de las mismas que facilite una correcta interrelación causal para el análisis del desempeño estratégico. En consecuencia, la prelación jerárquica de las perspectivas simplifica, además, el proceso de selección y elaboración de indicadores en cada una de ellas, cuestión fundamental dada la especial dificultad que supone esta fase en el diseño e implantación del CMI. En esta misma línea argumental se manifiestan VOELKER, RAKICH y FRENCH (2001) al reconocer que existen distintas formas de contemplar la estructura del CMI dependiendo de la naturaleza de las organizaciones. Así, las cuatro perspectivas consideradas en la elaboración del CMI pueden ser gráficamente presentadas en forma de pirámide [p.16] El planteamiento metodológico en la construcción de un CMI debe seguir una línea ascendente en la que se vayan interrelacionando las diferentes perspectivas orientadas a la estrategia. Estos autores plantean una representación piramidal común para las organizaciones con fines lucrativos [Figura 3] y la comparan con aquella que sería representativa de las entidades no lucrativas como las organizaciones de asistencia sanitaria [Figura 4]. Figura 3. Estructura piramidal de las perspectivas del CMI en entidades lucrativas Financiera ¿Cómo deben vernos nuestros accionistas? Cliente ¿Cómo deben percibirnos nuestros clientes? Procesos internos Aprendizaje y Crecimiento 12 Para satisfacer a nuestros clientes ¿en que procesos debemos centrar nuestros esfuerzos? ¿Tenemos la infraestructura adecuada para mejorar, crear valor y lograr nuestra misión? Figura 4 Estructura piramidal de las perspectivas del CMI en entidades no lucrativas Misión En este caso la prioridad es cumplir la misión y satisfacer a los stakeholders. Para ello es preciso que exista una situación financiera saludable. Stakeholders ¿Cómo deben vernos los distintos grupos de interés: pacientes, médicos y entidades de seguro médico? (1) Financiera ¿Cómo deben vernos los proveedores de recursos financieros? ¿Qué condiciones debemos alcanzar para cumplir nuestra misión? Procesos internos Aprendizaje y crecimiento Para satisfacer a nuestros clientes ¿en que procesos debemos centrar nuestros esfuerzos? ¿Tenemos la infraestructura adecuada para mejorar, crear valor y lograr nuestra misión? (1) Interpretación propia del término “stakeholders” como “grupos de interés”. Fuente: VOELKER, D.E., RAKICH, J.S y FRENCH G.R. (2001) y elaboración propia Como se puede observar a partir de las figuras anteriores, estos autores establecen una diferencia significativa en el orden de prelación de las cuatro perspectivas clásicas del CMI, así como en la denominación de la perspectiva del cliente que, en el caso de las entidades no lucrativas, amplia el alcance de esta vertiente incluyendo a todos los grupos de interés o “stakeholders”. En relación con el orden de prelación, en las organizaciones no lucrativas, sitúa, en la cúspide de la pirámide, la Misión de la organización hacia la que confluyen todas las demás perspectivas, y en siguiente nivel la perspectiva de los “Stakeholders”, seguida de la financiera. En opinión de estos autores, esta diferencia sustantiva permite dirigir la atención de las organizaciones no lucrativas hacia aquellos objetivos que son prioritarios, poniendo como ejemplo de este tipo de organizaciones las entidades sanitarias públicas orientadas hacia el paciente y en general a toda la comunidad destinataria de alguna manera de sus servicios. Bajo este enfoque, tratamos a continuación de plantear una propuesta de adaptación de las perspectivas del CMI para el caso de la entidades sanitarias en general. El tomar este tipo de entidades como referente para realizar nuestro análisis se debe, fundamentalmente, a dos razones que justifican esta elección. Por un lado, este trabajo surge en el marco de un trabajo mucho más amplio en el que pretendemos realizar un estudio detallado en las organizaciones sanitarias acerca de los sistemas de medición del rendimiento, en particular del papel del denominado CMI como instrumento o procedimiento útil para la desagregación y comunicación de la estrategia empresarial. En segundo lugar, consideramos que por la complejidad y especificidad de este tipo de organizaciones la aplicación adecuada de cualquier tipo de sistema de gestión que mejore la información en la que sustentar la toma de decisiones es un reto tan importante como necesario. 4.1 Una propuesta para el caso de las entidades sanitarias. Los creadores de este modelo, KAPLAN y NORTON, justifican la necesidad de un nuevo enfoque en la gestión empresarial argumentando que, en la era de la información, muchas compañías no podían mantener una ventaja competitiva sostenible a partir de la aplicación de “nuevas tecnologías a los bienes físicos y llevando a cabo una excelente gestión de los activos y pasivos financieros” [1997, p.15]. Además, reconocen que el impacto de la era de la información es de mayor envergadura en las empresas de servicios que en las empresas de fabricación. Entre ellas, destacan los hospitales 13 que, como otras empresas de servicios, durante mucho tiempo, han desarrollado su actividad en un entorno estable y no competitivo. Es decir, un entorno regulado y protegido, con poca libertad para acceder a nuevos negocios o fijar precio a sus servicios. Sin embargo, la tendencia actual en el ámbito sanitario está marcada por iniciativas descentralizadoras y de autonomía de gestión, y todo ello exige tener nuevas capacidades para obtener el éxito en un mercado competitivo. Como consecuencia de las nuevas tendencias marcadas por la era de la información, las empresas tienen que ser conscientes de la importancia relativa de sus activos en sus actuaciones, y reconocer que son fundamentalmente sus activos intangibles los que marcan la diferencia en un mercado de competencia. En nuestra opinión, en el ámbito sanitario, una adecuada gestión de los intangibles, fundamentada en mejorar la capacidad de los profesionales, puede convertirse en el mejor aliado para incrementar la eficiencia sanitaria. En este sentido, se manifiesta CURIEL (1999), al señalar que “algunos sistemas europeos están apuntando a la cooperación entre centros en lugar de a la competitividad, así como a un desarrollo de los trabajadores basado en una carrera profesional que conduce a una mejora de la capacidad de los profesionales y la productividad de los hospitales.” Por otra parte, cabe señalar que las características inherentes a las organizaciones de asistencia sanitaria dificultan, en muchos casos, la consolidación de las modernas técnicas de gestión, relativamente fáciles de implantar en otros sectores económicos. Como señala NÚÑEZ FEIJOO [1997, p.381], “no podemos olvidar que nos referimos a organizaciones prestadores de unos servicios, sin duda con la mayor dificultad y complejidad de todos los posibles (...), cual es el caso de los servicios sanitarios”. En consecuencia, la implantación de técnicas de gestión empresariales a los hospitales, como podría ser el CMI, requiere un esfuerzo colectivo por parte de todos los agentes económicos que lo integran para realizar las adaptaciones precisas a través de una metodología adecuada a cada hospital. A continuación, a modo de síntesis, resumimos aquellas características que consideramos más relevantes del hospital que por su especificidad le hacen ser diferente a otro tipo de entidades, a los efectos de nuestro trabajo y las repercusiones que pueden tener en la efectividad del modelo del CMI. Véase la Tabla IIIi: Tabla III CARACTERÍSTICAS Los hospitales ofrecen al mercado un “producto intangible” cuya prestación y consumo por parte del paciente es simultáneo. El hospital es una empresa multiproducto El hospital es responsable de la oferta y la demanda de los servicios asistenciales IMPLICACIONES EN EL DISEÑO DEL CMI Esta característica, común a todas las empresas de servicios, dificulta, en muchos casos, que la organización pueda anticiparse a los requerimientos de los clientes, y desde el ámbito del CMI tendrá consecuencias en los objetivos e indicadores que se identifiquen en la perspectiva de los pacientes como “eje central” de todo el proceso sanitario. En el marco del CMI, esta característica va ser determinante, en nuestra opinión, del nivel de desglose requerido para la aplicación del CMI de forma operativa en una entidad sanitaria, y, consideramos que, dependiendo del tamaño y complejidad de la organización, es posible, que sea preciso crear CMIs no sólo a nivel de unidades asistenciales, sino incluso, a nivel de procesos sanitarios distintos. En este último caso, consideramos que el sistema de clasificación de pacientes en función de isoconsumos (GRD, Grupos Relacionados por Diagnóstico), puede ser un referente fundamental a la hora de identificar los procesos que requieren estratégicamente CMIs específicos, siempre vinculados al CMI global de la entidad. En el ámbito hospitalario los profesionales médicos cumplen un papel fundamental en la gestión de la actividad sanitaria, y por tanto, deben ser considerados en el CMI, como uno de los “grupos 14 de interés” fundamentales. En nuestra opinión, que el médico sea inductor de la demanda de un hospital le convierte en una especie de “cliente” no finalista y, en consecuencia, consideramos que debe ser tenido en cuenta en la perspectiva que tradicionalmente es denominada como “perspectiva del Cliente” en el CMI teórico. El hospital, al contrario que Esta característica, condiciona, el papel del CMI en la perspectiva en otros sectores, incrementa del aprendizaje y crecimiento, sobretodo a la hora de identificar las consecuencias que los objetivos estratégicos a alcanzar en esta área sus costes al introducir tendrán tanto desde el punto de vista médico como económico. nuevas tecnologías. Dada la naturaleza social de la prestación sanitarias consideramos que el impacto de las nuevas tecnologías y procedimientos médicos no deben medirse en función de indicadores económicos exclusivamente, ni tampoco establecer relaciones causa-efecto que culminen en resultados financieros, sino considerar, desde la triple vertiente de sostenibilidad, una orientación fundamentada en el paciente como agente receptor único del sistema y la comunidad en general como receptor universal. El CMI puede ayudar a alinear a todos los miembros de la El hospital es una organización con la visión de la entidad, al consensuar la estrategia organización con diversos de forma compartida y participativa. Esto permitirá que para fines que comportan una realizar la función de seguimiento la gestión cuente con un gran complejidad de instrumento que permite alcanzar un equilibrio en su concepción funciones entre comunicación y control. Debido a ello, entendemos que es fundamental incorporar en el El hospital dispone de un CMI una perspectiva que analice todo lo relacionado con la calidad equipo humano de muy del personal, los criterios de selección, su formación y diversa cualificación y cualificación, etc. categoría profesional Fuente: Elaboración propia En cuanto a la delimitación de las perspectivas, como ya hemos señalado, es necesario precisar el número y naturaleza de las que se consideran necesarias en cada caso, de tal manera, que pudiera alterarse la distinción habitual de las cuatro perspectivas generalmente consideradas. En principio, en el proceso hospitalario, la modificación más sustantiva que parece necesario realizar hace referencia a la perspectiva clásica del cliente. Dadas las características de la actividad sanitaria, debería sustituirse por los diversos grupos de interés, denominados en la actualidad “stakeholders”, como sujetos demandantes del servicio o inductores de la demanda. De este modo, se incluyen en esta vertiente los pacientes, el personal médico y las entidades de seguro médico. En relación con la perspectiva de los procesos internos, la característica de entidad multiproceso o multiproducto del hospital, quizás, pueda llevar a proponer la posibilidad de que ésta vertiente aglutine, a su vez, un nivel más detallado que contemple aquellos procesos considerados claves en el desarrollo de la estrategia global de la entidad. En este sentido, consideramos dos opciones condicionadas por el principio de economicidad en la búsqueda de información; es decir, podría plantearse un nivel de desglose del CMI global en CMIs por procesos claves hospitalarios, o bien, introducir en la perspectiva de los procesos internos, “subperspectivas” que respondan a la diversidad de procesos, considerando, en ambos casos, en su delimitación como referente fundamental el sistema de clasificación de pacientes GRDs o por unidades asistenciales. Además, también podría contemplarse la posibilidad de desdoblar la perspectiva de Aprendizaje y Crecimiento en dos: a) Aprendizaje y Formación, y b) Crecimiento. Todo ello, por la especial relevancia en la actividad sanitaria de valores intangibles como son el personal altamente cualificado, la especialización, la alta tecnología, los procesos de investigación y desarrollo, etc., es decir, todo lo concerniente a la formación de recursos humanos que incidirá directamente en la 15 creación de valor en estas entidades. En este sentido, debido a la variedad terminológica existente al respecto, queremos señalar la importancia de la diferencia conceptual de cada perspectiva y lo que pretende significar para una efectiva utilidad, al margen del término específico empleado para delimitar dichas perspectivas. En cuanto a la perspectiva Financiera clásica del CMI, consideramos que su denominación y definición podría diferir en función de la naturaleza lucrativa o no de las entidades. Así, en las entidades no lucrativas su definición podría orientarse más hacia el cumplimiento del presupuesto estratégico y la generación de autofinanciación suficiente para cumplir los objetivos misionales, más que al logro de beneficios bajo el enfoque del inversor-propietario. En relación con el orden de prelación de las diferentes perspectivas, en las entidades de asistencia sanitaria la relación causal que se establece entre las distintas perspectivas del CMI propia de entidades lucrativas, en nuestra opinión no responde a su naturaleza misional (independientemente de la titularidad de los medios de producción y del fin lucrativo o no de la entidad). Para justificar esta opinión nos apoyamos en los cuestionamientos planteados por VOELKER, RAKICH Y FRENCH. Así, independientemente del carácter lucrativo o no de las entidades sanitarias, y debido, fundamentalmente, a las características y finalidades de las mismas, la pirámide de perspectivas utilizada para entidades no lucrativas podría generalizarse en ambos casos. Según estos autores, la Perspectiva del Aprendizaje y el Crecimiento constituye la base de la pirámide representativa de las perspectivas del CMI. De esta forma, se centra la atención a lo que fundamenta todo éxito futuro, es decir, los miembros de la organización, los sistemas de información y la infraestructura. El éxito a largo plazo sólo es posible si hay una inversión adecuada en la base. El siguiente nivel es la perspectiva de los procesos internos del negocio. El desarrollo sostenible y el éxito de una organización se sustenta en esta perspectiva, así como en la perspectiva del aprendizaje. La perspectiva interna dirige la atención hacia los procesos internos que gestionan las operaciones habituales de la organización. La mejora de los procesos internos es un indicador clave para consolidar el éxito futuro, financiero y operativo de la entidad. Para traducir las mejoras de los procesos internos en una ventaja competitiva a largo plazo, las empresas deben buscar primero la satisfacción de los clientes. De esta forma, la Perspectiva del Cliente se configura como el tercer nivel de esta pirámide jerárquica en el caso de entidades lucrativas. El éxito de la organización depende, en gran medida, de la capacidad de la misma para anticiparse a las necesidades del cliente y satisfacerlas con los productos o servicios adecuados. La Perspectiva del Cliente (o los “stakeholders” en las organizaciones no lucrativas), a menudo, se coloca en el nivel más alto de la pirámide en las organizaciones no lucrativas, dado que el beneficio no es el objetivo prioritario para las mismas. Sin embargo, en las organizaciones con fines de lucro, la perspectiva financiera mide los últimos resultados que el negocio proporciona a sus accionistas. Pese a ello, incluso en las organizaciones no lucrativas, una situación financiera solvente es un requisito previo para la viabilidad a largo plazo. Mantener una situación financiera “sana” permite que una entidad no lucrativa obtenga los recursos necesarios para proporcionar sus servicios, satisfacer a sus pacientes, y cumplir su misión. Todo lo que acontece en una organización afecta a su situación financiera, así que es importante identificar y medir todos los elementos que le afectan. En definitiva, las organizaciones deben adoptar aquellas perspectivas que mejor se adapten a sus características y, de esta forma el CMI permitirá centrar la atención en aquellos factores clave específicos relacionados con la consecución de los objetivos estratégicos. Asimismo, la jerarquía de las perspectivas puede variar según el tipo de organización y el entorno en el que se desenvuelven. Muchas organizaciones no lucrativas han alterado la jerarquía del CMI (ver la figura 4) situando la declaración de la misión empresarial en el primer nivel, directamente relacionado con la perspectiva del cliente, situado en el nivel inmediatamente inferior. Las adaptaciones del CMI a la naturaleza y estrategia de las organizaciones no altera la filosofía del modelo. Bajo esta línea argumental, 16 VOELKER, RAKICH Y FRENCH, describen distintas aplicaciones de la metodología CMI en diversas entidades sanitarias (ver tabla IV) Tabla IV Centro Perspectivas Centro Médico de la Universidad de Duke Sustituye la Perspectiva de Aprendizaje y Crecimiento por la Perspectiva de la Educación e Investigación. Butterworth Hospital de Grand Rapids, Satisfacción del Paciente Michigan Resultados Médicos Situación Funcional de la Salud Costes Entidad médica de Henry Ford, Detroit Crecimiento Satisfacción del Cliente Integración Global del Sistema de Asistencia Sanitaria Proveedores de Bajo Coste Centro Johns Hopkins Resultados Médicos Objetivos Financieros Satisfacción del Paciente Resultados Docentes y de Investigación Centro Psiquiátrico Hudson River, en Financiera Poughkeepsie (Nueva York) Cliente Procesos Internos Aprendizaje y Crecimiento Fuente: VOELKER, K.E.; RAKICH, J.S. y FRENCH, R. (2001) y elaboración propia Como puede observarse en la tabla anterior, estas evidencias ponen de manifiesto que, aún siguiendo la filosofía del modelo conceptual del CMI, existe una gran diversidad de posibilidades, en especial, en cuanto a la naturaleza de la delimitación de las perspectivas o, cuando menos, en lo que respecta a su denominación, estableciendo, además, diferencias en el orden de prelación. De aquí, la dificultad de establecer una propuesta genérica para todo tipo de entidades hospitalarias, si acaso, criterios específicos para este tipo de organizaciones. Partiendo de este enfoque, y en la búsqueda de una estructura piramidal referencial para las entidades sanitarias, coincidimos con el planteamiento de VOELKER, RAKICH Y FRENCH, en que debe ser la misión de la organización la que debe consolidarse como referente fundamental para articular el desglose de las perspectivas. En esta línea argumental, entendemos que todas las iniciativas adoptadas por una entidad sanitaria deben redundar en beneficio de los distintos Grupos de Interés que conforman la Perspectiva de los Stakeholders, independientemente de la naturaleza, lucrativa o no, del hospital. No pretendemos hacernos eco del tópico popular de que “la salud no tiene precio”, sino destacar la importancia que tiene la salud de la población en el desarrollo en términos de sostenibilidad, es decir, el considerado bajo la triple vertiente social, económica y medioambiental. Así pues, dada la trascendencia inherente al producto sanitario, en nuestra opinión, también en los hospitales lucrativos ha de primar la satisfacción del paciente, personal médico y entidades de seguro médico, condicionado, lógicamente, a los requerimientos financieros de los propietarios e inversores. Así nuestra propuesta se puede sintetizar en el esquema de la Figura 5. Como se puede comprobar, en nuestra propuesta, en cuanto al número y naturaleza de las perspectivas, se han considerado cinco que son las siguientes: a) Stakeholders; b) Financiera; c) Procesos Internos; d) Crecimiento; e) Aprendizaje, en este mismo orden de prelación, en el que se contempla la importancia del Aprendizaje como base de la estructura piramidal, e incluso, como elemento sustancial en el sistema 17 socioeconómico general al repercutir sus efectos no sólo en la propia entidad, sino en la sociedad en general, al realizar este tipo de entidades, en numerosas ocasiones, actividades docentes esenciales. Figura 5 Estructura piramidal de las perspectivas del CMI en entidades sanitarias Misión Stakeholders ¿Cómo deben vernos los distintos grupos de interés: pacientes, médicos y entidades de seguro médico? ¿Cómo deben vernos los proveedores de recursos financieros? ¿Qué condiciones económico-financieras debemos alcanzar para cumplir nuestra misión? Financiera Procesos internos Para satisfacer a nuestros pacientes ¿en que procesos debemos centrar nuestros esfuerzos? ¿Tenemos la infraestructura adecuada y flexible para adaptarnos a un entorno competitivo y cambiante en aras de un crecimiento sostenible? Crecimiento ¿Tenemos las condiciones necesarias: clima laboral, sistema de incentivos, estructura organizativa... para una adecuada gestión del conocimiento? Aprendizaje 5. CONCLUSIÓN Una de las críticas que se plantean en relación con el CMI hace referencia a las herencias que ha recibido del tradicional CM dado que el primero se desarrolla bajo la perspectiva del segundo. En opinión de BLÁZQUEZ [2000], el CMI, al igual que el CM, propone un conjunto de indicadores permanentes y rígidos que le restan flexibilidad y capacidad de adaptación en el análisis de la gestión. Además, señala que el hecho de establecer cuatro perspectivas como elementos clave en la implantación del CMI es arbitraria y que “esconde detrás de ellas una forma específica de ver las cosas que puede inducir a errores de análisis” y, añade que el considerar una “correspondencia formalmente armónica que se desprende de cada uno de ellos (se refiere el autor a las cuatro perspectivas) al establecer las acciones que van permitiendo conformar el todo y sus partes en una armonía que es propia de la Teoría de los Sistemas, pero que muy lejos está, de ser cierta cuando se trata de comprender la organización en su contexto”. Esta es, precisamente, la cuestión que nosotros pretendíamos abordar en este trabajo, en el que dejamos abierta la posibilidad de debatir sobre la capacidad del CMI para adaptarse a distintos sectores y naturaleza de organizaciones dispares. En este sentido, entendemos que la rigidez que algunos observan en el CMI se supera con la adaptación de las perspectivas consideradas en su diseño a la naturaleza de las organizaciones y a la estrategia perseguida, siendo el proceso de retroalimentación el que permitirá actualizar el propio modelo a las necesidades del entorno. En el caso de las entidades sanitarias, parece que resulta esencial una adaptación del CMI a los intereses fundamentales de organizaciones orientadas al paciente, es decir, en este tipo de organizaciones se considera que todos los esfuerzos deben redundar en la atención y el servicio que se presta al paciente. A su vez, esto se traduce en el ámbito de gestión, en disponer de una herramienta que dirija la atención de los miembros de la organización hacia este objetivo. El CMI en este tipo de organizaciones debe priorizar la razón de ser de estas organizaciones, es decir, su Misión, y establecer un modelo de relaciones causa-efecto, que sea coherente con esta filosofía. 18 En resumen, en primer lugar, y en términos generales, entendemos que el CMI puede constituir un adecuado sistema de gestión estratégico, flexible para todo tipo de entidades y que su adaptación a la naturaleza y estrategia de las organizaciones no altera la filosofía del modelo. Sin embargo, las debilidades del mismo, probablemente se derivan –como señalan BUTLER, LETZA Y NEALE, en un trabajo realizado en 1997 en el que exponen el proceso de implantación del CMI en Rexam Custom Europe- de que se trata de un modelo genérico que no tiene porque ser aplicable en su totalidad. En segundo lugar, existen unas diferencias claras entre el CM tradicional y el CMI que son, naturalmente, las que marcan la propia evolución del uno hacia el otro. El cuadro de mando tradicional esencialmente es, o puede ser, una herramienta de ayuda en un sistema estratégico cualquiera, sin embargo, el Cuadro de Mando Integral es un sistema estratégico en sí mismo, con un enfoque integrador. Y, por último, creemos que la prelación propuesta en la delimitación de perspectivas de VOELKER, RAKICH Y FRENCH para entidades no lucrativas y, en particular, para hospitales, se puede utilizar con un carácter generalista para todo tipo de hospitales, al margen de que la titularidad sea pública o privada, pero con un mayor detalle en cuanto al número de perspectivas sobre la base de la del Aprendizaje y, a continuación, la del Crecimiento, como esencialidad del proceso asistencial para confluir en la Misión. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS ALVAREZ LÓPEZ, J. (1998): “Integración del Balanced Scorecard y la EFQM en la teoría de los Stakeholders” , Boletín AECA, num. 46, marzo-junio. AMAT SALAS, O.; HERNÁNDEZ J.M.; FONTRODONA, J. y FONTANA, I. 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Los orígenes del Cuadro de Mando Integral se remontan al año 1990, cuando el Nolan Norton Institute patrocinó un proyecto de investigación aplicado a múltiples empresas de diferentes sectores con el objetivo de demostrar que los enfoques existentes sobre la medición de la actuación de las empresas, que dependían básicamente de las valoraciones de la contabilidad financiera, se estaban volviendo obsoletos. Sobre este tema véase KAPLAN, R.S. y NORTON, D.P. [1997, pp. 7-11]. En dicho estudio, se consideran empresas gacela aquellas que a) durante los años 1995 a 1997 tuvieron un crecimiento igual o superior al 15% anual b) las empresas que como mínimo duplicaron su facturación entre 1994 y 1997, aunque en algún ejercicio la facturación no aumentase al menos en un 15%, y que, en ambos casos, a) y b), facturasen más de 400 millones de pesetas en 1997 y tuviesen una rentabilidad financiera mínima del 8% en 1995, del 7% en 1996 y del 6% en 1997. La información contable de estas empresas se obtuvo de la base de datos SABE de Informa actualizada a 17 de enero de 1999 que incluía los datos de 113.095 empresas españolas. De dichas empresas se identificaron 254 que cumplían los criterios expuestos. Los resultados de esta trabajo pueden verse en HERNÁNDEZ, J.M.; AMAT, O.; FONTRODONA, J. y FONTANA, I. (1999). Véase, entre otros: ARTELLS HERRERO, J.J. y otros (1994); TEMES MONTES, J.L. (1997); ELOLA SOMOZA, F.J. (1991); MINTZBERG, H. (1979); LAMATA, F. y otros (1994); LLUCH, E., (1993); BEITIA, J. (2001); CERVERA, S. (2002). Mónica Santos Cebrián Licenciada en Ciencias Económicas y Empresariales, en la especialidad de Contabilidad y Auditoría. Es Profesora Titular de Economía Financiera y Contabilidad en la Universidad Rey Juan Carlos. Ha impartido clases en Contabilidad Financiera y Contabilidad de Costes y de Gestión durante más de diez años, en diferentes titulaciones. Sus líneas de investigación se centran en el área de Contabilidad de Gestión y Sistemas de Control Interno, especialmente, en el sector sanitario, y se han materializado en diversas publicaciones y artículos, colaboraciones e intervenciones en seminarios, jornadas y congresos. Ha organizado e impartido diversos cursos de gestión en la Escuela Nacional de Salud. 20 Esther Fidalgo Cerviño Licenciada y Doctora en Ciencias Económicas y Empresariales. Es Profesora Titular de Economía Financiera y Contabilidad en la Universidad Complutense de Madrid, y directora del Departamento de Economía Financiera y Contabilidad II (Contabilidad) de esta universidad. Es AuditorCensor Jurado de Cuentas. Sus líneas de investigación se centran en el área del Análisis de Estados Financieros, Sistemas de información contable y control de gestión, Contabilidad y Auditoría, y en el área de la Historia de la Contabilidad y se han materializado en diversas publicaciones, artículos, colaboraciones e intervenciones en seminarios, jornadas y congresos, así como en la dirección y participación en Proyectos de Investigación y Proyectos de Innovación Educativa. Es miembro del Consejo editorial de la recientemente creada De Computis. Revista española de Historia de la Contabilidad” y de las Comisiones de Historia de la Contabilidad, y de Responsabilidad Corporativa” de AECA. 21 Si tengo razón nadie se acuerda, si estoy equivocado, nadie lo olvida. CAPÍTULO II: INDICADORES E INDUCTORES . I) Indicadores: tipos, análisis, finalidades En general un indicador se define como la relación entre variables cuantitativas o cualitativas, que permiten observar la situaci6n y las tendencias de cambio a partir de un fenómeno acaecido y que repercuten sobre el objeto de estudio. A lo precedente podemos agregar la utilidad que tiene el indicador respecto de los objetivos y metas previstas y la injerencia en el proceso de decisión al comparar con pronósticos, hacer benchmarking, estudiar el efecto de las influencias, etc. Los indicadores, que pueden ser valores, unidades, índices, series estadísticas, dependen de un sistema de información que capta datos, los procesa generando información y los registra para luego ser considerados en las decisiones de los negocios. Este sistema de información se nutre del subsistema de administración de la organización (Contabilidad, Presupuestos, Áreas Funcionales, etc.), como del contexto con datos e información específica que inciden en la situación patrimonial, económica, financiera, comercial, fiscal, productiva, operativa de la empresa. De allí que resulte fundamental para las gerencias del ente. Dentro del conjunto de indicadores, los de gestión tienen la característica de agregar valor al contener información necesaria para decidir y accionar. Por ende, tienen los atributos de la información. Usualmente, los indicadores tienen las siguientes características: • Nombre: para su identificación y diferenciación. • Utilidad: definir la finalidad a alcanzar con su empleo. • Cálculo: cuando son cuantitativos habrá que expresar la fórmula señalando los factores interrelacionados. • Unidad: lo que representa el valor expresado. • Glosario: cuando se explicitan de forma más o menos precisa los factores que lo componen y la manera en que éstos se involucran con el proceso de cálculo. Si se desea conocer la eficacia mensual de ventas (nombre) de un artículo particular en porcentajes (% - unidades) y contamos con los siguientes datos: total de clientes que adquirieron el artículo y total de clientes visitados por el vendedor (Glosario), el indicador relacionará el total de clientes que compraron sobre el total de visitas durante el período mensual. Así, si realizó 74 visitas y logró venderle a 52 clientes, la eficacia mensual de ventas será de 70.27% (Cálculo), lo que equivale a decir que visita 1.42 veces en promedio a cada cliente. Podrá entonces, compararse estos guarismos con otros patrones o parámetros con el fin de facilitar la evaluación de las operaciones previamente al siguiente ciclo de decisión – acción. Entre los parámetros de comparación tendremos: a) b) c) d) e) f) Las metas establecidas por la organización. Un valor de tendencia a partir del comportamiento histórico. Un valor óptimo, valores escalados, umbrales y topes. El mejor valor logrado por la empresa. Valores logrados por el sector. El mejor valor logrado por la competencia. Estas comparaciones posibilitan medir y relacionar los hechos observados con la capacidad real, con la capacidad teórica, con el grado de aprovechamiento de los recursos, con la performance de actores externos, etc. Como se mencionara en el capítulo I, los indicadores reflejan la actuación de los signos vitales o los factores clave o críticos que evolucionan y que se manifiestan (o podrían hacerlo), en la vida de la empresa. Este concepto, es el que lo vincula con la gestión y con la estrategia formulada, pudiendo ser indicadores de gestión puntuales, acumulados, de control, de alarma; o bien, estratégicos, tácticos o de operación; o bien temporales, permanentes. Trabajar bajo la estructura de indicadores de gestión, reduce la incertidumbre y combate la arbitrariedad, posibilitando un incremento en la efectividad y oportunidad de decisión. Entre los beneficios asociados al uso de los indicadores de gestión tenemos: ¾ ¾ ¾ ¾ ¾ ¾ ¾ ¾ ¾ ¾ ¾ Motivación a los miembros del equipo para alcanzar metas con un proceso de mantenimiento continuo. Estimular el trabajo en equipo y el desarrollo de liderazgos. Contribuir al desarrollo de la Organización y al crecimiento de las personas. Favorecer la innovación, la anticipación y la iniciativa. Impulsar la eficiencia, eficacia, productividad en los negocios. Conformar una herramienta de información y proyección. Identificar fortalezas, debilidades, oportunidades y riesgos. Relacionar el corto con el mediano y largo plazo. Formar una idea de la situación y de la evolución empleando comparaciones con parámetros. Trabajo de las gerencias de un modo profesional sobre la base de datos y observaciones. Reorientar a las políticas y estrategias cuando corresponda. Finalmente, el análisis con indicadores, podrá ser vertical, cuando de manera sincrónica se examina la situación a un momento dado (Vg. Liquidez, solvencia, rentabilidad, rotaciones, etc.,) para opinar sobre cuestiones patrimoniales, económicas, financieras, entre otras; o de tipo horizontal, cuando se estudia el aumento o el descenso de las partidas, las variaciones porcentuales, la conveniencia o no del cambio, para un período comparable de tiempo. En el análisis financiero no es suficiente decir por ejemplo los inventarios crecieron un 15% en el primer año y un 8% en el segundo, sino que habrá que conocer las causas de estos cambios (¿aumento de precios?; ¿incremento de unidades?), y si se han cumplido las políticas de administración para este rubro o si es necesario modificarla. Si bien los indicadores constituyen una herramienta de análisis de la información para una gran cantidad de actividades (Vg. laboratorios – análisis clínicos, procesos ingenieriles, cuentas y economía pública, desarrollo socio político, ámbito castrense, geopolítica, etc.), en las empresas existen una cantidad de razones financieras que son usuales en el análisis de la situación patrimonial, económica y financiera de una organización. Por supuesto que creemos que basar la opinión profesional exclusivamente sobre la perspectiva financiera constituye un grave error, por lo que debe incluirse otras perspectivas que interpreten junto con la financiera la realidad del momento y el futuro a un horizonte dado. Conscientes que uno de los tipos de problemas de las empresas PYMES, que impide su desarrollo, transcurre en el campo financiero, vamos a mencionar muy someramente algunos indicadores financieros 1 empleados en el tablero de comando. Razones de Liquidez: miden la capacidad de pago que tiene la institución al relacionar el grado en que los activos se convierten en efectivo en un lapso (habitualmente un año) con la exigibilidad de los compromisos asumidos en igual lapso. Entre los índices de liquidez se destacan el de liquidez corriente que surge de la relación Activo Corriente / Pasivo Corriente; y la denominada prueba ácida calculada restando en el numerador a los activos corrientes menos líquidos –que suelen ser los Bienes de Cambio-. En el análisis de este índice habrá que considerar el tiempo de conversión en dinero, la calidad de estos activos, la rigidez de los vencimientos de deuda y el rendimiento del negocio que siendo positivo mejora la situación financiera de la organización. Es conveniente vincular la liquidez con la rentabilidad y la solvencia a un momento, para explicar la situación económica (ganancia / pérdida) y financiera (superávit / déficit), así como para considerar las proyecciones de las futuras situaciones patrimoniales. El capital de trabajo desde un punto de vista estricto, es la diferencia entre el activo corriente y el pasivo corriente. Una visión más amplia, lo definiría como los activos corrientes invertidos en el proceso productivo o como el capital operativo para funcionamiento de la empresa. Así, el capital de trabajo es el motor de la rentabilidad operativa de los negocios y desde un punto de vista táctico, las políticas para su administración y gestión resultan fundamentales en la evaluación de las inversiones (Vg. Proyectos de inversión) y a las referidas al autofinanciamiento. En estos aspectos, la liquidez estrechamente se relaciona con el riesgo y con la rentabilidad. Podría decirse que sin lugar a dudas, el capital de trabajo, es un factor crítico que merece un seguimiento especial en los tableros de comando con empresas PYMES. Razones de actividad: íntimamente ligadas a la determinación y gestión del capital de trabajo, entre los principales indicadores se encuentran las rotaciones de activos y patrimonios, los de carteras de créditos, los de capital corriente, y los de deuda. El indicador de rotación de inventarios (IRI), calcula el número de veces que un año esta inversión va al mercado, en tanto que su inversa indica el plazo promedio en días que esta inversión se mantiene en la empresa. De igual manera se calcula el índice de rotación de créditos (IRC) y de deudas (IRP), como también los plazos promedios en días que permanecen en la firma. 1 Ampliación del tema en “Cap 3. Administración financiera utilizando Excel, Ed. Omicron 2006” IRI = Costo de Ventas año / Inventario promedio año Plazo promedio I en días = Inversa IRI x 365 IRC = Ventas año / Cuentas a cobrar promedio año Plazo promedio C en días = Inversa IRC x 365 IRP = Compras año / Cuentas a pagar promedio año Plazo promedio P en días = Inversa IRP x 365 Los resultados de estos indicadores permiten entre otros: a) relacionar la condición de venta y plazo con el tiempo de cobranza b) evaluar políticas de administración de cada rubro c) el cumplimiento de los tiempos previstos para la transformación, la cobranza o el pago d) anticiparse a situaciones de sobre stock o de subinversión. El ciclo de caja o de efectivo (CC) indica el plazo en días en que el capital de trabajo se convierte en dinero para dar lugar al inicio de un nuevo ciclo 2 , y se establece a partir de la integración de las rotaciones de los bienes involucrados en el proceso de transformación – venta – cobranza de los bienes que se comercializan. CC = Plazo prom Inventarios + Plazo prom Créditos – Plazo prom Deudas Los índices de actividad, calculan las rotaciones de activo y de patrimonio neto –cantidad de veces que se vende en un año el equivalente al valor de 2 Este aspecto se relaciona con la autogeneración de fondos y las políticas de expansión y distribución de utilidades. activo o patrimonio neto promedio-, y son uno de los factores que forman el índice de rentabilidad de Dupont. Razones de endeudamiento o apalancamiento: estos índices calculan el grado de endeudamiento de una empresa y la solvencia de una empresa. El índice de endeudamiento, que resulta de dividir el Pasivo de 3ros., –capital ajeno o deudas-, sobre el total del Activo, es una base para iniciar la elección de fuentes de financiación de actividades. También se puede expresar como Deudas sobre Patrimonio Neto. Importa saber el grado de endeudamiento de un ente pero también la evolución que ha tenido, siendo una alarma relevante el crecimiento relativo del indicador en plazos breves. La solvencia, es la inversa del endeudamiento, es decir al relacionar el Activo o el Patrimonio Neto con las Deudas, nos indica que desde un punto de vista patrimonial en que grado con los bienes de la empresa se cubren los compromisos con terceros. Suele ser un indicador estratégico en el diseño de un tablero y está relacionado con otros indicadores como el de: -Cobertura para gastos fijos = Utilidad bruta / Gastos Fijos; -Cobertura para intereses = Utilidad antes de intereses / Intereses pagados -Ventas anuales / Deudas -Utilidad Operativa antes de depreciación e impuestos –EBITDA 3 - / Capital de Deudas con intereses Razones de rentabilidad: mide la capacidad de generación de beneficios por parte de la organización. Los indicadores más usuales son la rentabilidad sobre el patrimonio, la rentabilidad sobre activos totales y el margen neto sobre ventas. La relación Rendimiento Operativo sobre Total del Activo se conoce con el nombre de ROI (return on investment), en tanto que la relación Rendimiento Neto sobre Total del Patrimonio Neto se le llama ROE (return on equity). La idea de este indicador es relacionar lo que se genera (rendimiento) con el capital invertido (sea Activo o Patrimonio Neto). Estos indicadores son empleados en la elaboración del índice de Dupont (ID), empresa que los popularizó al mostrar el ROI o el ROE como la expresión de dos factores, uno que representa la variable cantidad y otro la variable precio. ID activos = [Ventas / Activo] / [Utilidad operativa / Ventas] ó ID patrimonio neto = [Ventas / Patrimonio Neto] / [Utilidad neta / Ventas] 3 Sigla en inglés “Earning befote interest taxes Drepreciation and Amortization” • Indicadores: tipos, análisis, finalidades A continuación se mencionan una serie de contenidos frecuentes que se emplean en el cálculo de indicadores clasificados por el rubro que se muestra: VENTAS o Venta Total Diaria en valores monetarios ($) y cantidades (Q) o Ventas por Cliente ($ y Q) o Ventas Promedio por Cliente ($) o Ventas Acumuladas del Mes ($ y Q) o Ventas Promedio por Día ($ y Q) o Ventas por Línea de Producto, Vendedor, Región y Zona o Comisiones por Ventas, por Vendedor o Coeficiente de Costo Vendedor (Ventas / Comisiones) CUENTAS POR COBRAR o Monto de Deuda de Clientes o Cantidad de Clientes Morosos o Cantidad de Clientes con Límite de Crédito Excedido o Promedio de Días de Atraso de las Facturas Vencidas o Promedio de Días de Pago (Fecha Factura vs. Fecha de Pago). o Promedio de Días Diferidos (Días Diferidos de Valores, Ponderados por Monto de Valor / Monto Total del Recibo) o Cantidad de Facturas Impagas, por Cliente, Vendedor y Zona SATISFACCIÓN DEL CLIENTE o Cantidad de Reclamos Diarios (por teléfono, e-mail, Internet, etc.) o Cantidad de Devoluciones del día. o Cantidad de Entregas Postergadas. o Índice de Participación Voluntaria (cantidad de Sugerencias / Cantidad de Visitas o Ventas) FINANZAS o Volumen de Cobros Diarios o Volumen de Pagos Diarios o Flujo de Fondos de la Semana y del Mes o Monto Total de Intereses Cobrados a Clientes o Monto Total de Intereses Pagados a Proveedores o Montos y Tasas de Financiación Acumulados del Mes RECURSOS HUMANOS o Ausentismo (N ° de Empleados y % S/ Total), por sector y tipo de tarea. o Productividad Promedio (Índice “x” / cantidad de empleados, Vg.,unidades producidas por empleado) o Monto Invertido en capacitación acumulado del período. o o o Cantidad de accidentes diarios y acumulados del período. Licencias por enfermedad y otras causas. Cumplimiento de normas (puntualidad, uso elementos de seguridad) STOCK o Valuación de los Inventarios en Stock, por Tipo de Artículo (materia prima, envases, productos terminados) o Valuación de los Inventarios por depósito. o Valuación de la Producción en proceso. o Diferencias de Stock. o Obsolescencia de los lotes (en días) o Porcentaje de aprovechamiento de los depósitos (en metros). o Cantidad de Días en Inspección y de artículos revisados. LOGISTICA o Porcentaje de capacidad activa (unidades en circulación / total de unidades y metros cúbicos cargados / metros cúbicos disponibles). o Cantidad de pedidos a entregar por unidad promedio del recorrido (cantidad de paradas, kilómetros y tiempo) o Cantidad y % de entregas atrasadas. o Cantidad de paradas involuntarias o Porcentaje y monto de cobros contra entrega PRODUCCION o Cantidades producidas por artículo. o Cantidades producidas por línea de producción. o Producción valorizada por línea o planta. o Variaciones en la estructura de producto o Promedio de horas trabajadas por día y variaciones. o Mediciones de productividad ( por operario, por línea, desperdicio). o Paradas involuntarias en la línea de producción. o Reparaciones de maquinaria en el período. o Cantidad de días sin accidentes en la planta y por sector. COMPRAS Y PROVEEDORES o Tiempo de entrega promedio por proveedor. o Total días atrasados promedio por proveedor y por totales. o Variación en precios respecto compras anteriores. o Variación en precios de las cotizaciones y las órdenes de compra. o Variación entre los precios de las órdenes de compra y las facturas. o Órdenes de compra sin cumplir por proveedor. II) Inductores: integración y empleo Si el conjunto de indicadores permiten observar como la estrategia se lleva a cabo a través de relaciones causa efecto, entonces en el desarrollo de la gestión, se necesitarán de los inductores –también llamados indicadores de resultado-, para medir el alcance de los objetivos planteados. Los inductores, sintetizan una cantidad de indicadores con el fin de comunicar si se cumple con los objetivos y para ello al ser considerados dentro del tablero de comando, darán cuenta de este cometido, midiendo y efectuando el seguimiento de las estrategias comerciales, productivas, financieras, medioambientales, de aprendizaje y capacitación de los recursos humanos, etc. Por lo tanto tendremos una cantidad de inductores por cada perspectiva que componga el tablero. Las principales funciones de los inductores son las siguientes: Encender las alarmas de la organización ante amenazas, vulnerabilidades y peligros. Medir los resultados y favorecer la comparación. Mostrar el grado en que se cumplen los objetivos y metas. Anticipar resultados y efectos futuros. Inducir a la actuación y corrección de fallas. Ser parte fundamental en el control preventivo de gestión. La elección correcta de los inductores para la medición y control, está en línea con denominados puntos claves y con los factores críticos a los que luego nos referiremos. Si los inductores pueden explicar la creación de valor de la organización, entonces, son verdaderos key drivers o impulsores de valor. Como los inductores miden procesos y desempeños y el concepto que representa es accesible a todo el personal sobre todo el de línea, éste se siente más responsable por sus acciones e incorporando una metodología 4 de trabajo ya explicitada por Kaplan y Norton, en la elaboración integral de un tablero de comando 5 . Lo que diferencia un tablero de comando integral de uno convencional es, precisamente, esta articulación de causa-efecto entre los objetivos estratégicos que lo componen y que está estrictamente orientada al beneficio. Concebido así, se convierte en una poderosa arma de control de la eficacia organizacional: el tablero de comando integral ya no es simplemente una acumulación de objetivos estratégicos, indicadores o ratios más o menos inconexos entre sí, sino que cada medición de la actividad es escogida porque refleja un aspecto importante de la estrategia formulada por la dirección 4 5 ampliación en Anexo Kaplan y Norton. Cuadro de Mando integral. Ed Gestión 2da Edición general de la empresa, que mide un aspecto concreto de la cadena causativa mencionada. Cada uno de los indicadores incluidos en el tablero de comando integral cumple, pues, un papel bien definido, sea como inductor o como efecto. Además, otra característica importante de esta técnica es que mide aspectos intangibles en el activo de la empresa, tales como su capacidad de proyección futura, o el grado de formación y capacidad de aprendizaje de los recursos humanos disponibles. A modo de ejemplo y tan sólo de manera enunciativa, en el cuadro siguiente se muestran algunos rubros con los inductores correspondientes: III) Lenguaje de los indicadores Como mencionásemos precedentemente, hay ciertos indicadores claves para observar. Estos indicadores actúan como semáforos o banderas; y cuando tienen ciertos valores críticos presentan señales rojas y cuando el negocio va bien señales verdes. Por supuesto puede haber otros colores también y un sistema de alerta con notificaciones específicas. Indicadores El lenguaje de los indicadores implica también interpretar el sentido y la dirección de la evolución que tienen las relaciones. El hecho de que la rentabilidad neta sobre ventas, sea por ejemplo del 10% implica que debemos considerar si este valor es en sí una variación importante y deseable. Así con el resto de índices y podremos establecer un lenguaje con variaciones, grado de importancia, tendencia y cumplimiento de metas con los indicadores seleccionados. Los valores absolutos y relativos de los indicadores y de los inductores también pueden expresarse visualizando la magnitud y la calificación dada por el analista. En este caso, habrá que contemplar la relevancia de la magnitud y la conveniencia de la misma. Así podríamos contar con la siguiente tabla: favorable desfavorable evolución sin variantes significativas evolución con variantes excepcionales (+50%) variaciones muy importantes (30 - 50%) variaciones significativas (5 - 30%) Un ejemplo 6 del uso del lenguaje de variables, indicadores e inductores se muestra a continuación, con un primer cuadro de datos y variaciones y un segundo con inductores e indicadores. Cuadro 1 6 Alonso Aldo Hernán. Control estratégico de la gestión. Alta Gerencia Año3 Tomo V Valor Absoluto año X Variación % año X / X1 6.399.244 7,21 3.689.326 89,85 9,19 -17,06 35,85 -37,30 2.770,8 -7,04 5.747.033 9,50 Precio Medio 724.981 11,42 Suministros $ 744.678 2,11 4.166.489 22,09 6.318 4,02 1.134.088 -12,24 Viáticos $ 68.664 -1,19 Ausentismo x enfermedad % prom 4,45 -2,40 Total obra en ejecución prom año 30,25 -11,24 7.371.033 -76,84 12.642.771 -14,78 16,67 -41,59 Variable Energía operada (Mwh, año) Energía generada (Mwh, año) Pérdidas energía % Indisponibilidad Potencia % Consumo Específico (Kcw/kwh) Energía facturada Mwh, año Facturación energía $ Cantidad de agentes Horas extras cant año Certificación Obra eléctrica Certificación Obra gas Resultado Explotación Magnitud Calificación Es importante observar en el ejemplo que cada empresa o sector trabaja con indicadores específicos, algunos de los cuales va construyendo y modificando a lo largo del tiempo. Esto es así, debido a que se pretende que el indicador mida mejor el impacto y también para que considere nuevas dimensiones que no habían sido incluidas en primera instancia. Cuadro 2 Aspecto considerado o INDUCTOR INDICADOR Var %X1/X Energ gen x empresa / Energ gen total 81,25 Demanda Empresa / Demanda total 4,15 Energ facturada/Area Mercado 9,49 Energ facturada/ Cantidad suministros 12,67 Energ facturada X1 / Energ fact X 10,1 Cant Suministros X1 / Cant Suministros X -17,37 Energía generada / Capacidad teórica -18,71 Energía facturada / Cantidad agentes 13,18 Kcal insumidos / Kwh generados -7,03 Mwh indisponibles / Potencia declarada -37,41 Rentabilidad Margen s/Vtas / Ventas Energía -34,67 Estructura Personal Personal explotación / Total agentes 2,66 Seguridad Cant accidentes trabajo / Cant agentes 0,27 Capacitación Participantes añoX1 / Participantes añoX 14,52 Gastos personal / Facturación 7,72 Compra de energía y potencia / Costo total -35,04 Posicionamiento Características del Mercado Crecimiento Productividad Eficiencia Estructura costos y gastos Magnitud Calificación IV) Análisis y evolución de las perspectivas En toda situación de gestión se está en capacidad de obtener un nivel determinado de resultados, tratando de aprovechar óptimamente los recursos disponibles. Es importante que las decisiones y acciones que se emprendan como consecuencia de los valores que presentan los indicadores se basen, por un lado, en el conocimiento preciso de la tendencia que el valor del indicador muestra y en el conocimiento especifico de las condiciones y factores que afectan e1 comportamiento de la variable objeto de observación. La depuración del sistema de indicadores, ayuda a los líderes a en el análisis situacional y proyectivo, confrontando con los objetivos deseados y con el grado de funcionamiento de los procesos. Será factible, luego de esta tarea, eliminar los indicadores que no agregan valor por su repetición como también por haber perdido vigencia. Forma parte del análisis de los indicadores e inductores que conforman cada perspectiva: a) Establecer la base de comparación Estándar de referencia. Base para el cálculo de variaciones b) Determinar puntos de alarma Formas de aviso cuando se alcanza o supera la tolerancia establecida. Estimar importancia de las variaciones. c) Mostrar tendencias Perspectivas y resultados estimados futuros. Seguimiento de Estrategias y Visión. d) Repensar y ejecutar los planes de acción Con un control de gestión efectivo. Aplicando lo recursos en cantidad y combinación requeridas. Con rendiciones que midan y posibiliten formular políticas correctivas. Al involucrarse los directivos en este proceso, y con cada meta – objetivo, formando parte de una cadena de relaciones lógicas de causa – efecto, los indicadores de resultados surgirán naturalmente en pos de la medición de valor ocurridas según las estrategias seleccionadas. Este proceder, conlleva la elaboración de un tablero de comando equilibrado (Balanced Scorecard). El análisis de las perspectivas, dará cuenta del compromiso del personal superior y mandos medios en particular y del resto de recursos humanos de la organización.; descartando desde el inicio que la implementación de la herramienta BSC, no es un cambio de sistemas ni un estilo de administración del personal El análisis en base a las perspectivas, con los indicadores definidos, implica que los objetivos – metas están formulados y que pueden fijarse las estrategias de acción como un factor de alto impacto en el logro. Cuestiones Estratégicas Indicador Objetivos Planes de Acción FINANCIERA -Beneficios netos Aumento X% - Venta anual Aumento Y% Programa gestión de activos Programa comercial - Lealtad Cliente Aumento Z% Fidelización - Encuesta Satisfacción Aumento M% - Defectos Reducción N% - Tiempos procesos Reducción P% - %habilidades estratégicas disponibles Año 1: Q% Año 2: R% Año 3: S% ROCE CLIENTE Lealtad Cliente Entrega en Tiempo INTERNA Procesos Negocio APRENDIZAJE Crecimiento Tiempo Ciclo Calidad Procesos Habilidades Personal Gestión Calidad Programas desarrollo habilidades En el esquema siguiente, puede distinguirse además del objetivo e indicador por cada perspectiva, información adicional para cada uno de ellos referida por ejemplo a valores actuales, acumulados, frecuencia, etc., En el gráfico siguiente, el análisis por perspectiva, nos muestra a modo de ejemplo, los inductores relevantes interrelacionados para aumentar la participación en el mercado de una empresa a partir de una pretendida mejora de servicio al cliente. A c u m u la d o A c tual L ín e a B a s e Indicador ROCE (%) Cash flow excluyendo dividendos (M$) Cash flow incluyendo dividendos (M$) Cuenta Ganancias y Perdidas (después impuestos) Margen Neto (ctvs/galon) Gastos Totales de Explotación (ctvs/galon) Crecimiento volumen ventas al por menor de gasolina [%] Crecimiento volumen ventas al por mayor [%] Ver EVA – MVA – Tobin – EPO - EPF Crecimiento volumen ventas lubricantes [%] Cuota de segmento [%] Cliente Deleitar al cliente objetivo % Grandes Conductores Mejorar la rentabilidad de % Clasicos nuestros asociados % Generacion Joven Comprador Misterioso Beneficio Bruto compartido con concesionarios Incidentes de seguridad ( dias sin trabajar) Interna Mejorar los resultados Desarrollo de productos, servicios y costes Incidentes ambientales Margen Bruto de beneficios alt / Establ/Mes de beneficios alternativos ROCE de Refinería Costos de producción menores que Indice fiabilidad de refinería la competencia Indice productividad refinería Incidentes de seguridad refinería Mejorar resultados hardware Costo comparativo competencia-gas Costo comparativo competencia-distribución Gestión de Stocks Nivel de existencias (millones de barriles) Indice disponibilidad de producto Calidad Indice de Calidad Indice estudio de clima Aprendizaje Implicación Organizacional Disponibilidad de competencias estratégicas Crecimiento Competencias clave y habilidades Disponibilidad de sistemas estratégicos Acceso a la información estratégica F re c u e n c ia Perspectiva Objetivo Financiera Cash flow por Capital Empleado Rentabilidad Costo Mínimo Satisfacer los umbrales de crecimiento rentable para luego complementarlo con los indicadores, metas y programas de acción respectivos. En los tableros de dirección, la perspectiva financiera se completa con indicadores de índole estratégica como el EVA (Economic Value Added), el Efecto Palanca Operativo, el Efecto Palanca Financiero, entre los más trascendentes 7 . 7 Tapia Gustavo – Olano Sebastián. Cap 3 Administración financiera utilizando excel. Ed. Omicron 2006. V) Tendencias, estrategias futuras e inducción de escenarios. En la actualidad hay muchas instituciones que emplean indicadores operacionales pero lamentablemente, no están integrados con inductores ni con los objetivos estratégicos. En el mejor de los casos aquellos se emplean para emitir informes. Las actividades de las empresas son más dinámicas. La variabilidad es una norma y es por ello que el planeamiento es estratégico. Si no se utilizan los instrumentos adecuados para captar los datos, generar la información, sobre la base de una mínima estructura organizativa, entonces la vida de la empresa estará amenazada. En el caso de las empresas PYMES, es sabido que poseen la tasa de natalidad más alta pero también tienen la tasa de mortalidad más alta. Son ágiles y proactivas en los procesos de adaptación pero también fallan con el sistema de información. Por otro lado, las empresas también de manera incipiente comienzan a gestionar en materia de riesgos. Sabemos que habrá que asumir un nivel de riesgo para alcanzar los objetivos pretendidos. Ahora bien, esto no implica en absoluto que se ejecuten acciones sin estrategias o con estrategias mal diseñadas, ni que no se utilicen las herramientas adecuadas para el seguimiento. En estos casos se asumirá un riesgo mayor que evidentemente podría ser eliminado. Antes de la implementación de un BSC, pensemos en ¿qué queremos para nuestra organización?, para luego abordar la metodología de cómo lograrlo. La estrategia es el cómo se cumplirán los objetivos. Las acciones concretas para alcanzar los fines. Objetivo Dirección deseada ¿Qué queremos? Mediciones Control del nivel de logro ¿Cómo sabemos si vamos bien? Metas Resultado esperado ¿Cuánto lograremos? Medios Planes o proyectos para lograr el objetivo ¿Cómo lo lograremos? Planes de acción Implementación, avance de Medios y aprendizaje Acciones, productos, Tiempos, responsables Y recursos Escenarios Un escenario es una imagen de futuro de carácter conjetural que supone una descripción de lo que pasaría si llegase a ocurrir e involucra algunas veces la precisión de los estadios previos que se habrían recorrido, desde el presente hasta el horizonte de tiempo que se ha elegido. Debe ser coherente en cuanto a tener una articulación razonable y lógica; pertinente por los vínculos entre los temas principales y los secundarios; verosímil porque el relato pertenece al mundo de lo creíble. Podríamos tener dos grandes categorías de escenarios: probables y alternos. Los primeros son obtenidos a través de las técnicas de "forecasting" que están basadas en los principios de previsión y por lo tanto, buscan identificar y calificar tendencias. Los segundos consideran al futuro más construible que previsible, y señalan otras situaciones a las que se podría arribar. En todo este ejercicio estimativo, se pretende obtener un “escenario apuesta” que nos indicaría lo más conveniente y que presenta rupturas respecto del escenario probable. El escenario probable es determinista en la medida en que nos arriesgamos a prever situaciones que todavía no han acontecido, y a pesar del empleo de herramientas estadísticas como leyes de probabilidad, están expuestos a errores e imprecisiones. La riqueza de un ejercicio prospectivo reside en la detección y diseño de los escenarios alternos, por la razón siguiente: el escenario probable nos indica para dónde vamos, pero para donde vamos no es necesariamente para donde queremos ir. Los escenarios alternos nos señalan que existen además otros rumbos y caminos, cuyo análisis nos facilita escoger el mejor. El futuro no se puede reducir a una realidad única y lineal, que sería adonde nos conduciría el escenario de las tendencias, sino que es necesario concebirlo como una realidad múltiple, de tal manera que estando en el presente, podemos asumir que existe, no uno sino muchos, futuros posibles. Entonces el diseño de los escenarios se obtiene de la función de un instrumento para tomar decisiones y no para adivinar lo que podría acontecer, como erróneamente se suele creer. Como vemos, la construcción de escenarios es previa e íntimamente ligada a las acciones estratégicas. Los escenarios por lado condicionan las posibilidades y objetivos, pero por otro lado, los fines de la organización inducen a la construcción de nuevos escenarios más convenientes. Dada la íntima interrelación escenarios – objetivos, el seguimiento de la gestión estratégica, táctica y operativa resulta fundamental. La herramienta de análisis más completa hasta el momento es el BSC, el cual debería ser diseñado sobre la base de planteamiento estratégico señalado 8 , para luego 8 Ampliación en Anexo capturar tanto a los impulsores como a los indicadores, potenciando el proceso de planificación y control de gestión, y promoviendo el aprendizaje y la capacitación. La siguiente matriz de evaluación de indicadores de gestión (de A a J), refleja la relación con los objetivos, metas, procesos, niveles y sobre todo en ella se manifiesta si el indicador agrega valor a la gestión. En función de este análisis se podrá determinar la continuidad del indicador. Algunos de los indicadores de acuerdo al nivel serán de carácter estratégico, otros tácticos y otros operativos. Por su naturaleza, los indicadores podrían estar vinculados con la eficacia, con la eficiencia y con la productividad, según las definiciones mencionadas en el capítulo primero. El indicador “A” por ejemplo, esta asociado al objetivo 1 y al proceso Y; es de nivel táctico y la información que transmite está vinculada con la eficacia; es permanente en cuanto a la vigencia y agrega valor. EI indicador "B" está asociado al objetivo 2 y al proceso X; es de nivel táctico, de eficacia, temporal y no agrega valor, por lo que no permanecerá en el sistema de información. EI indicador "I" asociado a los objetivos 1, 2 y 3, no está relacionado con ningún proceso; es del nivel estratégico, es de eficacia, temporal y agrega valor; por tanto, permanece. Procediendo de manera similar con todo el conjunto de indicadores, podemos concluir que solamente cuatro de los diez indicadores deben permanecer en uso, puesto que los seis restantes no son de utilidad. Recordamos que un indicador puede no agregar valor, si no recoge datos o si no se analiza oportunamente –dependerá del analista, la frecuencia, etc.,-, como también si se emplean otros indicadores que midan comportamientos similares siendo la relación costo-beneficio negativa. En el primer caso, debe definirse si corresponde la corrección de estas fallas antes de proceder a su eliminación. Por otro lado, a través del análisis vertical, se observa que el conjunto de indicadores de la matriz, se concentran mayormente en el objetivo 1, en el proceso Y, y en el nivel táctico. También que el sistema de información presentado, no controla la eficiencia ni la productividad. Todo esto requiere del mejoramiento del sistema con acciones correctivas, con nuevas políticas institucionales, etc. A través de la matriz de evaluación de indicadores, se constata la integralidad de los indicadores y el funcionamiento del control de gestión de la organización. VI) Factores críticos de éxito Se trata de acontecimientos que son factibles de darse y pueden ser predecibles o no. Al ser críticos y tener características cambiantes, podrían afectar la rentabilidad y competitividad del negocio, con resultados negativos sobre el valor de la empresa. Los factores críticos de éxito (FCE), son distintos según el tipo de actividad y sector, y dependen en ciertas ocasiones de algunas particularidades como la tecnología empleada, las fuentes de información, el diseño organizativo y la cultura empresaria. En la identificación de los factores críticos, se efectúa un análisis comercial de los productos que se ofrecerán y del mercado en que se actuará. La respuesta de la competencia, la disponibilidad de recursos y el uso adecuado de la tecnología, están presentes al momento de ejecutar el plan y también en el futuro; si modifican los resultados esperados, entonces se constituyen en un factor clave, tengan impacto negativo o positivo. Beneficia el trabajo de análisis el conocimiento cabal de la actividad comercial de la firma, sujetando las características internas –que pueden ser un condicionante o una fortaleza-, a las del entorno. En la siguiente ficha puede observarse que el porcentaje de desperdicios y de devoluciones, constituyen factores críticos de éxito. Se establecen los responsables conforme las funciones que tienen para luego valorizar el evento, compararlo con la meta y decir sobre su proyección. Responsable F.C.E. F.C.E. Responsable % scrap J.P N.O.Pino G.B. N.A. G.D. A.Vatido % devolución B.M. C.G. S.S. C.A. Resultado Meta Período Tendencia % scrap manipuleo % scrap carga % scrap transporte % scrap descarga % insatisfacción uso % no coincide con folleto % bajo contenido llenado % producto interior roto Si el factor crítico se refiere al productividad de las actividades podríamos considerar la siguiente tarjeta: FCE Productividad Indicador % Cumplimiento Programación % Cumplimiento Presupuesto % Reducción Costos % Horas Extras % Ausentismo Seguridad Descripción % Producido vs Programado % Real vs Presupuestado % Cumplimiento de Programa Red Costos % Hex Presupuesadas vs Reales % Horas perdidas vs Horas Totales nro de accidentes Resultado Alarma Si se tratase de proveedores de insumos se podría hacer el seguimiento de cumplimiento de entregas, de calidad, etc. Indicador Proveedores Certificados Desarrollo % entregas en fecha Calidad Entregas % Cumplimiento Presupuesto Plazo medio de Compras Descripción Resultado Alarma Cantidad de Proveedores que aprobaron certificación Nro de nuevos proveedores incorporados % entregas en tiempo vs entregas totales % rechazos vs. entregas totales % Real vs Presupuestado Promedio ponderado lead time proveedores En tanto si el FCE se relaciona con los inventarios, podríamos hacer seguimiento de los faltantes, de los daños, de la rotación y la reposición entre los elementos principales. FCE Inventarios Indicador Faltantes Dias de Stocks Precisión Registros Diferencias Stocks Daños Errores Reposición Descripción Resultado Alarma % Faltantes vs Ventas Totales Stocks Ventas diarias Items con diferencias vs Items inventariados % diferencias stock promedio % $ daños a mercadería $ movimientos nro de items transferidos con error vencimiento Finalmente, podría estudiarse los FCE en el caso de distribución del producto, analizando las entregas a clientes. Indicador Eficacia Entregas Demoras Daños Accidentes Siniestralidad Mantenimiento Descripción Resultado Alarma % entregas reales vs entregas programadas Minutos demora totales Pedidos con demora % Pedidos dañados vs Pedidos cargados Nro de acidentes vs nro de viajes Nro de siniestros % unidads activas vs. unidades totales En los capítulos siguientes, previa introducción a la problemática PYMES, en especial en lo que respecta al sistema de información y gestión, realizaremos casos prácticos por actividades empleando la herramienta tablero de comando. Leverage: Oportunidades y Riesgos de Inversión y Financiación Gustavo Tapia 1.- Vínculo con las Decisiones Estratégicas. Para el saber profesional más usual el leverage o apalancamiento es la posibilidad o el grado de endeudamiento que tiene una empresa. De hecho decimos habitualmente que una empresa apalancada es una empresa endeudada o también que una compra con apalancamiento es una compra en la que se toma deuda para poder llevarla a cabo. Sin perjuicio, de que lo precedente no es incorrecto, debemos precisar mejor la terminología y los usos que tiene el leverage, al ser medios empleados para evaluar una estrategia de inversión como de financiación. Así es que el leverage o efecto palanca es un indicador financiero que mide el grado de rentabilidad como también de riesgo por otro, considerando variaciones -en más o en menos- de las principales plataformas e infraestructuras de la empresa sobre la que se hace pívot. Si el análisis se efectúa sobre la deuda de una empresa, de manera de relacionar los cocientes de rentabilidad – costos financieros a distintos niveles de endeudamiento, estaremos en presencia del llamado efecto palanca financiero o leverage financiero. Si el análisis se realiza sobre la infraestructura de inversión en relación a la rentabilidad operativa nos referiremos al efecto palanca operativo o leverage operativo. Del análisis conjunto se desprenderá un tercer tipo de efecto palanca denominado combinado. El leverage operativo nos indicará la posibilidad de cuánto más ganar en los negocios si se incrementa la capacidad de producción y las ventas de los productos. Para incrementar la rentabilidad operativa en contextos dónde no es posible aumentar los precios de venta, debe producirse un ahorro de costos que se verifica cuando se absorben más costos fijos al aumentar los niveles de ventas. Evidentemente, luego de efectuar los análisis de costo –utilidad – volumen y de punto de equilibrio, la empresa evaluará qué estrategia de inversión maximiza el valor de la organización teniendo en cuenta en esta medición las diferentes mezclas de activos corrientes y no corrientes posibles. La estrategia de inversión elegida está en relación con el valor de la empresa pretendido y éste con la rentabilidad operativa. Sin embargo el hacer las inversiones en infraestructura para producir más, no garantiza que efectivamente se venda más. Si este fuera el caso, entonces, la rentabilidad operativa pretendida será una utopía. En correspondencia a la rentabilidad pretendida, habrá que estudiar el riesgo operativo o de negocio que se genera a partir de la posibilidad de realizar las inversiones para producir más eficientemente pero ante el peligro de no vender lo producido en las cifras deseadas. El leverage financiero, también nos indicará la conveniencia de tomar fondos a terceros a un costo Ki para aplicarlos a un negocio que se estima rendirá más. También podremos pensar en una estrategia de financiación óptima que apunte a que la empresa logre el mínimo costo de capital total. En la medida que la rentabilidad operativa supere el costo de los préstamos, convendría tomar deuda, sin embargo también debemos pensar, que la deuda tomada tiene un costo que debe satisfacerse con prescindencia de la ganancia del negocio, esto es, existe el riesgo de tomar deuda y de tener que abonarla con sus intereses, aún cuando las inversiones hayan arrojado menor rendimiento o incluso pérdidas. Como vemos los efectos palanca son elementos que indican –según el caso- una oportunidad para incrementar la infraestructura o el endeudamiento con la pretensión de mejorar la rentabilidad de la inversión y de los accionistas, pero también son una medida de los riesgos de inversión y de financiación que asume una empresa. Nos interesa estudiar el efecto palanca operativo en relación a las estrategias de producción de la compañía, ya que en la fundamentación y formulación de éstas debe necesariamente aplicarse este indicador. Siendo el objetivo maximizar el valor de la inversión (activos, bienes, negocios, recursos aplicados), podría considerarse que la relación: Activos Corrientes sobre Activos No Corrientes sea un indicador eficaz para elegir la estrategia corporativa y, a partir de ella, las demás estrategias, de precios, costos, productos, etc. Esta relación representará la variable operativa que explicará que a un valor de relación determinado -sobre la base de una estrategia diseñada- se maximice el valor de la decisión de inversión. Valor Inversión x aquí se maximiza la estrategia de inversión Activo Corrientes / Activo No Corrients Desde un punto de vista económico, sabemos que el incremento de la capacidad operativa tiene límites dados a partir de los ciclos del mercado y de los productos (si efectuamos un análisis por línea). A medida que la demanda se va satisfaciendo, con una mayor oferta de bienes es dable que se modifiquen las condiciones iniciales en precios provocándose un descenso. Vender más implica más ingresos con economías de escala, pero hasta un punto, a partir del cual los costos unitarios comienzan a ser mayores y los precios de venta menores. Es lo que se conoce como la ley de rendimientos marginales decrecientes. Debemos ser conscientes de estos y de nuestros límites. Por el lado de la financiación, ocurre algo parecido. En la medida que el costo de los préstamos sea inferior a la rentabilidad de la inversión parecería conveniente continuar endeudándose. Si el objetivo es minimizar el valor de la financiación (pasivos ajenos o propios), la relación: Pasivos Ajenos sobre Patrimonio Neto, podrá ser el indicador operativo en el cual en uno de sus valores se logre minimizar el costo de la financiación. Costo Financiación x aquí se minimiza la estrategia de financiación Pasivo ajenos / Patrimonio Neto Pero aquí también hay un límite, dado que el costo de la deuda irá creciendo a medida que se incremente el nivel de deuda –teoría tradicional-, ya que el riesgo por insolvencia de la empresa es mayor en este caso. Incluso podrá existir la imposibilidad de seguir tomando préstamos. En este caso, también debemos analizar los posibles resultados que pueden acontecer en materia de financiación, siendo nuevamente reflexivos en la enunciación y ejecución de las estrategias. Qué decir, si los decisores de la empresa deben considerar un mayor incremento de inversión e infraestructura financiando éste con mayor endeudamiento. En materia de riesgos y previo análisis puntual de montos, plazos, importancia de la operación frente al resto de negocios y deudas, en materia de riesgos podríamos estar frente a un cóctel explosivo, en el cual se pueden sentir los efectos negativos de los rendimientos marginales decrecientes por un lado y del riesgo financiero por otro. En resumen, el objetivo de la empresa es crear valor para sus accionistas. Esto se logra maximizando el valor del patrimonio neto, debiéndose observar el largo plazo -alcance de la Visión- junto a la continuidad de la Organización y la viabilidad de los negocios. Para cumplir con este cometido, las finanzas, se ocuparán de utilizar -de la forma más adecuada posible-, los recursos financieros, que como sabemos no son ilimitados, bajo un contexto de incertidumbre para satisfacer de esta manera, la consigna de creación de valor económico y social -a fin de que sea también sustentable y perdurable-. En toda esta búsqueda la aplicación de los indicadores leverage están en estrecha relación con las decisiones estratégicas de las empresas. Se podría definir que el Leverage es el uso de la misma cantidad de dinero para capturar una posición más grande o también como el mantenimiento de una posición del mismo tamaño pero gastando menos dinero para conseguirlo. 2.- Introducción a los efectos palanca o leverages La física nos acerca la noción de palanca refiriéndose a la potenciación que de una variable ejerce la acción de otra variable relacionada con ella. Comenzaremos entonces, por definir el concepto del apalancamiento desde el punto de vista de la organización. El leverage ó efecto palanca parte de la idea central de que los resultados finales de una compañía se dan en función de dos grandes variables, la estructura de costos y la estructura financiera. Se exterioriza tanto en el nivel operativo (leverage operativo) como el efecto que ejercen los costos fijos sobre el resultado operativo, y a nivel financiero (leverage financiero) como el efecto que tiene el uso del capital ajeno sobre rentabilidad del capital propio. 2.1 Leverage Operativo (LO) – Efecto Palanca Operativo (EPO) El leverage operativo es un indicador que muestra cómo evolucionan las ganancias antes de impuestos y de intereses (EBIT o GAII) ante los cambios en las ventas. Debe observarse que en este análisis no se incluyen los intereses de devengados por deudas ni los impuestos sobre la renta. El índice surge del cociente entre el neto de las ventas menos el costo variable total, dividido el neto entre las ventas menos costos variables y fijos. El impacto que el efecto leverage operativo tiene sobre la empresa, dependerá de la proporción de costos operativos fijos en relación con los variables. Las compañías con leverage operativo más alto, utilizan más activos fijos en su actividad diaria. En este grupo encontramos, principalmente industrias manufactureras y tecnológicas. En contraste con las empresas, por ejemplo, de retail, donde la proporción de activos fijos es más baja en relación al total de costos asociados a la venta. Como mencionamos en el punto anterior, por un lado a medida que aumenta el nivel de ventas, sin necesidad de incrementar sus costos fijos, los márgenes de ganancia se expanden y crecen más rápido que las ventas y por otro lado la empresa es más vulnerable a bruscos cambios económicos o a fluctuaciones en los ciclos del negocio. Por este motivo, antes de la aplicación de los indicadores bajo análisis, es necesario conocer el punto de equilibrio de la empresa o de las líneas de producto (break even point), para de esta forma, determinar niveles de producción con sus beneficios asociados y sus relaciones con la estructura de costos y el volumen de producción. El uso de este modelo permitirá: a) conocer la cantidad de producto que debe ser vendida para cubrir todos los costos de explotación, sin tener en cuenta los costos financieros, y b) calcular la utilidad antes de intereses e impuestos, que se obtendrán para diferentes niveles de producción. Las compañías con elevado apalancamiento operativo tienen, por lo general una gran volatilidad en sus ganancias operativas, con su correlato en el precio de sus acciones. El leverage operativo nos dice sobre el perfil de riesgo de una compañía y nos permite analizar los resultados alternativos de las estrategias corporativas. Mediante un sencillo ejemplo se intenta demostrar el efecto del apalancamiento operativo, en la estructura de costos de una compañía, correspondiendo analizar las variaciones ante los cambios en el nivel de actividad. La empresa A ha diseñado una estrategia agresiva en tanto que B es más conservadora. Situación esperada CANTIDAD VENDIDA Muy mala 1500 VENTAS (120$/u) COSTO FIJO A COSTO VARIABLE (80 $/u) BENEFICIO $ VENTAS (100$/u) COSTO FIJO B COSTO VARIABLE (80 $/u) BENEFICIO $ $ $ $ $ $ 180.000 100000 120.000 -40.000 -0,22 mala $ $ $ $ 150.000 $ 50000 120.000 $ -20.000 $ 2000 regular 2500 240.000 100000 160.000 -20.000 -0,08 $ 300.000 100000 $ 200.000 $ $ - buena Muy buena 3000 3500 $ 360.000 100000 $ 240.000 $ 20.000 $ 0,06 $ 420.000 100000 $ 280.000 $ 40.000 $ 0,10 200.000 $ 250.000 $ 300.000 $ 350.000 50000 50000 50000 50000 160.000 $ 200.000 $ 240.000 $ 280.000 -10.000 $ - $ 10.000 $ 20.000 G ra d o d e a p a la n c a m ie n to 0 0 A 0 B Muy mala mala regular buena Muy buena -0 -0 -0 -0 -0 Ventas En este gráfico puede visualizarse la variación que se produce en los beneficios ante los cambios en las ventas en un caso de una empresa con bajo apalancamiento y otra con alto apalancamiento operativo. La empresa "A" se encuentra más apalancada, por una mayor incidencia de costos fijos, lo cual se refleja en una mayor pendiente, lo que permite la mayor volatilidad en sus resultados frente a cambios en el nivel de actividad. 2.2 Leverage Financiero (LF) – Efecto Palanca Financiero (EPF) El leverage financiero es un indicador que muestra el efecto que tiene la utilización del capital ajeno sobre la rentabilidad del capital propio. El índice surge del cociente entre el neto de las ventas menos los costos variables y fijos (EBIT o GAII), dividido el neto entre las ventas menos costos variables, costos fijos e intereses (EBIT – intereses). Otra alternativa es considerar al leverage financiero como un indicador que determina la variación en las ganancias netas por acción respecto a un cambio en las ganancias antes de impuestos e intereses. Esto es, el cociente entre la variación de las ganancias por acción y la variación en las ganancias antes de impuestos e intereses. El apalancamiento financiero puede ser clasificado como: • POSITIVO: Cuando la obtención de fondos proveniente de préstamos es productiva, es decir, cuando la tasa de rendimiento que se alcanza sobre los activos de la empresa, es mayor a la tasa de interés que se paga por los fondos obtenidos en los préstamos. • NEGATIVO: Cuando la obtención de fondos provenientes de préstamos es improductiva, es decir, cuando la tasa de rendimiento que se alcanza sobre los activos de la empresa, es menor a la tasa de interés que se paga por los fondos obtenidos en los préstamos. • NEUTRO: Cuando la obtención de fondos provenientes de préstamos llega al punto de indiferencia, es decir, cuando la tasa de rendimiento que se alcanza sobre los activos de la empresa, es igual a la tasa de interés que se paga por los fondos obtenidos en los préstamos En el siguiente ejemplo mostramos como aumenta la variabilidad de los resultados según la empresa esté financiada con deuda o con recursos propios. Estructura de financiamiento Deuda Recursos propios Activos Alternativa A 50000 50000 100000 Situación esperada Muy mala -15000 EBIT EBIT INTERESES A EBT UT NETA ROE EBIT INTERESES B EBT UT NETA ROE mala -5000 Alternativa B 0 100000 100000 regular 20000 buena Muy buena 40000 60000 $ $ $ -15000 5000 -20.000 $ -13.000 $ -0,26 $ -5000 5000 -10.000 $ -6.500 $ -0,13 $ 20000 5000 15.000 $ 9.750 $ 0,20 $ 40000 5000 35.000 $ 22.750 $ 0,46 $ 60000 5000 55.000 35.750 0,72 $ $ $ -15000 0 -15.000 $ -9.750 $ -0,10 $ -5000 0 -5.000 $ -3.250 $ -0,03 $ 20000 0 20.000 $ 13.000 $ 0,13 $ 40000 0 40.000 $ 26.000 $ 0,26 $ 60000 0 60.000 39.000 0,39 1 A 1 B RO E 0 0 Muy mala mala regular buena Muy buena -0 -0 Ventas En este caso la empresa A tiene una mayor variabilidad frente a cambios de escenarios, lo que se debe a la incidencia de los cargos financieros de su estructura de resultados. El punto de intersección entre ambas rectas se lo denomina comúnmente punto muerto para el accionista y es donde resulta indiferente financiarse con recursos propios o de terceros. 2.3 Leverage Combinado (LC) – Efecto Palanca Combinado (EPC) El producto de los dos índices antes descriptos, se conoce como leverage combinado, el cual se puede definir como el porcentaje de variación en el EBIT (o GAII) ante una variación porcentual unitaria de las ventas. Surge del cociente entre las ventas menos el costo variable total, sobre el EBIT menos los intereses. El leverage total implicará que al modificarse el volumen de ventas, se alterará el beneficio económico, lo que a su vez provoca una variación del beneficio financiero. Si tomamos la alternativa de mayor apalancamiento operativo y financiero de los ejemplos anteriores y los volcamos en un Estado de Resultados podremos ver cómo la incidencia de cambios en las ventas tiene un efecto multiplicativo en empresas altamente apalancadas. A Situación esperada CANTIDAD VENDIDA VENTAS (120$/u) COSTO FIJO COSTO VARIABLE (80 $/u) EBIT Muy mala 1500 $ $ $ mala 2000 180.000 $ 100000 120.000 $ -40.000 $ regular 2500 240.000 $ 300.000 $ 100000 100000 160.000 $ 200.000 $ -20.000 $ - $ buena Muy buena 3000 3500 360.000 $ 100000 240.000 $ 20.000 $ 420.000 100000 280.000 40.000 Apalancamiento operativo -1,50 -4,00 - 6,00 3,50 INTERESES 5000 5000 5000 5000 5000 EBT $ -45.000,00 $ -25.000,00 $ -5.000,00 $ 15.000,00 $ 35.000,00 Apalancamiento financiero Apalancamiento total UT NETA -0,13 -0,25 0,25 0,13 0,19 1,00 1,50 0,44 $ -45.000,00 $ -25.000,00 $ -5.000,00 $ 9.750,00 $ 22.750,00 G r a d o d e a p a l a n c a m i e n to 8 6 4 2 -2 Muy mala mala regular buena Muy buena -4 -6 Ventas Apalancamiento operativo Apalancamiento financiero Apalancamiento total El gráfico muestra claramente como se potencia el apalancamiento, convirtiendo a los resultados en fuertemente volátiles ante cambios. 3.- Cálculos de los Efectos Palanca. Efecto palanca operativo (EPO) El cálculo del efecto palanca operativo se calcula: EPO =Variación de la Ganancia antes de intereses e Impuestos (EBIT o GAII) Variación de las Ventas Siendo: Variación de la GAII =Incremento de ganancias operativas por las ventas adicionales Ganancias antes del aumento de las ventas Variación de las Ventas =Incremento de las ventas Ventas antes del aumento Matemáticamente el índice es: EPO = Q (p – cv) Q (p – cv) - CF Donde: Q: cantidades vendidas p: precio de venta cv: costo variable unitario CF: costos fijos totales Si tuviéramos Q = 1.000 unidades; p = 20 $/un; cv = 15 $/un; CF = $ 1.700, entonces el = 1,515 EPO = 1.000 (20 – 15) 1000 (20– 15) – 1.700 De esta manera tener un EPO de 1,515 significa que un crecimiento en las ventas del 100% conlleva a un incremento de la GAII del 151,5%. El EPO vendría a representar un coeficiente de elasticidad, es decir, como reaccionan las GAII ante una variación en las ventas. En este caso se trata de un crecimiento del volumen de ventas, pero si hubiese decrecido en el mismo porcentaje, el impacto en las ganancias habría sido también del 151,5% pero en sentido inverso. El EPO es válido para un nivel de ventas establecido. Si las ventas, fuesen de 2000 unidades el indicador sería de: EPO = 2.000 (20 – 15) = 1,205 2.000 (20 – 15) - 1700 El EPO tiene relación con la estructura de costos. Costos Variables (1.000 x 15): Costos Fijos: Costos totales: 15.000 1.700 16.700 Con esta estructura el EPO es de 1,515 Si la estructura de costos fuese la siguiente: Costos Variables (1.000 x 13): 13.000 Costos Fijos: 3.700 Costos Totales: 16.700 Con esta estructura el EPO queda de la siguiente manera: EPO = 1.000 (20 – 13) = 2,121 20 – 13) 3700 Por consiguiente arribamos a la conclusión de que cuanto mayor es la proporción de los costos fijos en los costos totales, el EPO es mayor. Si la empresa tiene varios productos la expresión para calcular el EPO se generalizaría de la siguiente manera: EPO = Ventas Netas – Costo Variables total de las ventas Ventas Netas – Costo Variable total de las ventas – Costos Fijos Esto es igual a: EPO = Contribución Marginal Utilidad Operativa Como dijimos, un EPO alto significa una mayor variabilidad de las GAII ante los cambios en las ventas, lo que implica un mayor riesgo de negocio. Gráficamente GRADO DE APALANCAMIENTO OPERATIVO VS. CANT. VENDIDAS GRADO DE APALANCAMIENTO OPERATIVO 12 10 8 6 4 2 0 550 600 650 700 CANTIDADES VENDIDAS GAO 800 900 1000 El apalancamiento operativo es el grado en el que una empresa o un proyecto están comprometidos por los costos fijos de producción. Una empresa que tenga un bajo nivel de apalancamiento operativo tendrá un bajo nivel de costos fijos en comparación con otra que tenga un alto grado de apalancamiento operativo. Los proyectos que tienen una inversión relativamente fuerte en planta y equipo muestran un grado relativamente alto. Estos proyectos hacen un uso intensivo del capital. El apalancamiento operativo tiene importantes implicancias sobre la valuación de proyectos, porque los costos fijos actúan como una palanca en el sentido de que un pequeño cambio porcentual en los ingresos operativos pueden amplificarse y convertirse en un gran cambio porcentual en el flujo efectivo de las operaciones y en el valor presente neto. Influye en la preparación de los flujos de fondos para el análisis de proyectos, porque en las primeras etapas del mismo se reconocerá un mayor gasto en inversión en activos fijos arrojando en los primeros años un resultado negativo para luego ir absorbiendo (de verificarse) los costos fijos, resultando un beneficio para el proyecto en su totalidad. Mientras más alto sea el grado de apalancamiento operativo, mayor será el peligro potencial derivado del riesgo de los pronósticos. La razón es que la existencia de errores relativamente pequeños en el volumen de ventas pronosticado puede amplificarse demasiado y ocasionar graves errores en las proyecciones de flujo de efectivo. Una forma entonces de hacer frente a proyectos altamente inciertos es mantener el grado de apalancamiento operativo al nivel más bajo posible. Por lo general, este mecanismo logra mantener el punto de equilibrio a su nivel mínimo. El apalancamiento operativo también puede expresarse como el porcentaje de variación del flujo efectivo de las operaciones ante una determinada variación del número de unidades vendidas. Ao= ∆GAII/GAII° ∆ UnidsVtas/Unid Vtas° De esta manera, el Ao muestra la sensibilidad de la utilidad operativa ante variaciones en las ventas. El límite viene dado por la capacidad que tenga nuestra estructura de costos fijos para absorber los aumentos de dichas ventas. Puede ocurrir que en un determinado período, el beneficio de explotación crezca más o menos, que proporcionalmente que lo que lo hacen las ventas. Entonces la razón de apalancamiento operativo puede ser mayor, igual o menor que la unidad. Ao ≥ 1 ó Ao ≤ 1 Si las operaciones de la empresa, se desarrollan a escala en forma favorable, el grado de apalancamiento operativo, para cada nivel de ventas más alto, irá descendiendo. Cuanto mayor sea el nivel de ventas, más pequeño será el grado de apalancamiento operativo. Esto se puede observar en el siguiente gráfico: Leverage operativo Unidades El rendimiento marginal del leverage operativo es decreciente y su explicación radica en la ya mencionada ley de rendimientos marginales decrecientes. El LO se aproxima más a 1 cuanto mayor sea el volumen de unidades vendidas (en sentido positivo o negativo). A medida que aumentan las ventas, los costos fijos se distribuyen en una mayor cantidad de unidades; y así se absorben más costos fijos que conforman la estructura que apalanca el resultado operativo. Lo precedente, es válido sobre todo, para los análisis de corto plazo. En los de mediano y largo plazo, podría existir un efecto inverso -trade-off entre costos fijos y variables- provocado por el aumento de la capacidad de producción de la planta. El Grado de Leverage Operativo (GAO) está dado por el % de cambio de las GAII sobre el % de variación en las Ventas. Por eso, el GAO mostrará el efecto multiplicador que tienen las ventas sobre las ganancias antes de impuestos e intereses. Esto es, si el GAO es, por ejemplo, 2 esto implica que por cada 1% que se incrementen las ventas, las ganancias antes de impuestos lo harán en un 2%. El inconveniente es que lo mismo pasará si las ventas se reducen. Ante una caída de, digamos, el 3,5% en las ventas las ganancias de la compañía se reducirán en un 7%. Obviamente, si el GAO es 1 significa que las ganancias se moverán en forma proporcional a las ventas y si es menor a la unidad lo harán proporcionalmente menos. Como puede observarse, este indicador muestra la sensibilidad que presenta una empresa a cambios en sus ventas, lo que implica, a la vez, que un mayor apalancamiento implica mayor volatilidad en los resultados. Este ratio es sumamente útil dado que ayuda al técnico de la organización a determinar el efecto que un nivel dado de Leverage Operativo tiene sobre las ganancias potenciales de la firma y puede ayudar a determinar el nivel más apropiado de Leverage Operativo para maximizar las GAII de la compañía. A medida que se incrementan las unidades vendidas, las compañías con altos costos fijos, luego de alcanzar el break-even point experimentan un incremento proporcionalmente mayor de sus ganancias en comparación con compañías con altos costos variables. La razón de esto es que los costos fijos ya fueron absorbidos, por lo que cada venta después del break-even point se transfiere al ingreso operativo. Entonces, cuando mayor es el nivel de ventas, más pequeño será el grado de Leverage Operativo. El problema radica en que cuanto más alto es el grado de Leverage Operativo, mayor es el peligro potencial de un error de predicción, Vg. un pronóstico de ventas sobreestimado que impactará en el cash-flow. Por ello, al momento de realizar la evaluación de un proyecto de inversión el Administrador Financiero debería tener en cuenta este punto, dado que una pequeña desviación sobre la proyección podría cambiar sustancialmente el cash-flow del proyecto y, consecuentemente, modificar la conclusión sobre la viabilidad del emprendimiento. Adicionalmente, los administradores suelen tener la alternativa de tercerizar procesos de manera de ir variabilizando los costos fijos. En este caso, habría un menor efecto palanca lo que se traduce como menor riesgo operativo. La temática del outsourcing excede la pretensión de este artículo dado que además hay otras consideraciones relevantes que deben ser estudiadas, aún cuando el descenso del riesgo del negocio sea una de las principales motivaciones para llevarla a cabo. Conforme lo expuesto, es necesario planificar la producción y utilizar el apalancamiento, estableciendo la cantidad y el momento en que se van a fabricar los distintos productos considerando la capacidad de planta e intentando mantener un nivel de competitividad adecuado. También se debe conocer la demanda, –sustentada en sólidos estudios de mercado- para poder saber si somos capaces de colocar la producción apalancada. De nada habrá servido alcanzar la meta de producir más si luego no se verifica la venta de toda la esa producción. En síntesis se trata de adecuar la capacidad disponible a la función de la demanda funcionando de manera coordinada, integrada y flexible. Efecto palanca financiero (EPF) El efecto palanca financiero es un indicador que determina la variación de las ganancias netas por acción, que provendrían de un cambio en las ganancias antes de impuestos y de intereses. Está vinculado con el riesgo financiero de la empresa. EPF = Variación de ganancias por acción Variación de las GAII Siendo: Variación de ganancias x acción =(Incremento de gcias x acción) x (ventas adicionales) Ganancias x acción antes del aumento de ventas Su expresión sería: EPF = Q (p – cv) – CF Q (p – cv) – CF – I Donde I representa el monto de intereses. Continuando con el ejemplo anterior y suponiendo que los intereses ascienden a $ 3.000, tendríamos: EPF = 1.000 (20 – 15) – 1.700 = 11,0 1000 (20 – 15) – 1.700 –3.000 La interpretación del EPF sería que ante un cambio del 100% de las GAII, se produciría un cambio de 1.100% en las ganancias por acción, lo que por supuesto merece algunas consideraciones: -Supone que ni el monto de los intereses, ni el de los demás costos varían cuando se modifica la ganancia antes de impuestos y de intereses. -Un monto mayor de intereses hace aumentar, mientras existan resultados positivos, el nivel del efecto palanca financiero. -Para valores de ventas muy superiores al punto de equilibrio el EPF va decreciendo hasta tender a un valor de uno cuando las cantidades vendidas son muy superiores al punto de equilibrio. Ejemplo Rentabilidad s/Capital Propio Rentabilidad s/Activos 0% Endeudamiento 50% Endeudamiento 16,5 12,4 2,25 30 22,5 22,5 41,5 31,13 39,75 RENTABILIDAD Y ENDEUDAMIENTO 45 40 50% Endeudamiento Rentabilidad s/Capital propio 35 0% Endeudamiento 30 50% Endeudamiento 25 0% Endeudamiento 20 15 0% Endeudamiento 10 5 50% Endeudamiento 0 16,5 30 41,5 Rentabilidad s/Activos 0% Endeudamiento 50% Endeudamiento Las empresas dentro de los límites impuestos por el mercado y las normativas legales, pueden elegir la estructura de capital deseada. Así, ésta puede emitir algunos bonos y utilizar esos ingresos para comprar acciones, aumentando la razón deuda/capital o por el contrario podría también emitir nuevas acciones y con el producido, pagar parte de la deuda, reduciendo así la razón deuda/capital. Estas decisiones, están influidas por la posibilidad de deducción de los intereses de deuda en las bases imponibles de los impuestos a la renta; en este caso, el costo de capital ajeno estará disminuido por el ahorro fiscal. Por lo tanto, este impacto provoca que las distintas organizaciones puedan tener estructuras de capital diferentes. Es condición que la empresa tenga un volumen de producción por encima de su punto de equilibrio, para obtener ganancias operativas. En el caso inverso estaríamos financiando un negocio que arroja pérdidas, al que debe agregarse el pago de intereses por los préstamos tomados. Para beneficiarnos con el EPF, la rentabilidad de los activos debe superar al costo de capital total de la empresa. En contrario, si nuestra rentabilidad operativa no alcanza para cubrir el costo de los pasivos, se irían restringiendo las GAII y se reducirían más que proporcionalmente las utilidades por acción (UPA = ganancia por acción) a causa del mismo apalancamiento. Si comparamos dos empresas de similares características, con los mismos activos e ingresos, en la que una de ellas mantiene una relación deuda / capital de 1 (50% deuda y 50% capital propio) y la otra de 0 (100% financiada con capital propio), notaríamos que la primera excedería el valor de la segunda en el valor presente de la protección fiscal. En tal caso, podríamos concluir erróneamente que la mejor estructura de capital seria aquella en la que la compañía estuviese 100 % endeudada. Pero, a medida que la empresa aumenta su endeudamiento, aumenta también el riesgo de quiebra por el aumento de la probabilidad de impago a sus acreedores. Este riesgo es medido por el mercado y provoca el incremento del costo del capital ajeno (deudas) que impacta también en el costo de capital promedio total de la compañía. Al aumentar este costo se reduce el valor de la empresa. Adicionalmente, si aumenta el riesgo por insolvencia también es probable que se incremente el rendimiento requerido por los accionistas, es decir el costo de capital propio de la empresa, lo que también impacta incrementando el costo de capital total. El análisis y la elección de una estrategia financiera deben ser muy finos sobre todo en tiempos de crisis económicas en las que rápidamente puede compensar las ganancias logradas por la protección fiscal de la deuda y hasta traspasarlo generando resultados netos negativos. La rentabilidad sobre el capital propio o de los accionistas, no siempre está reflejada en el precio de los mercados bursátiles cuando las empresas hacen oferta pública de sus acciones y directamente no lo hacen si la empresa no es cotizante. La rentabilidad de los accionistas = GAII – Intereses x (1 – tasa de impuesto) Patrimonio neto El porcentual de rentabilidad financiera de los accionistas dependerá de la relación entre los recursos financiados por deudas (D) y los recursos propios (E) que conforman la inversión propia realizada por los accionistas en la empresa. Esta relación que denominamos L por leverage es una de las maneras que la empresa emplea para medir el ratio de endeudamiento. L=D÷E Como puede verse en el gráfico, el valor máximo de la rentabilidad del accionista se da en el punto en que la tasa marginal de endeudamiento es igual a la rentabilidad de los activos. Costo Marginal de la deuda Tasa Rentabilidad de los fondos propios Rentabilidad de los Activos Endeudamiento Óptimo Deuda El empleo del endeudamiento puede ser beneficioso para el accionista siempre que la empresa se encuentre en una situación de crecimiento del negocio o de estabilidad. Sobre todo en este último caso, es cuando más pequeño es el riesgo económico y más seguro es el valor esperado de la GAII, lo que permite apalancar más la empresa sin un aumento excesivo del riesgo financiero, puesto que en el momento que éste aumente peligrosamente el costo del endeudamiento (Ki) aumentará poniendo en peligro la solvencia de la empresa. En conclusión, el grado de apalancamiento financiero (Af) indica lo que varían las Ganancias por Acción ante un cambio en la GAII. AF = Variación en las Ganancias por Acción Variación en la GAII Leverage financiero EBIT Puede también definirse el Af como el porcentaje de cambio en las utilidades por acción (UPA) ante un cambio porcentual en las utilidades antes de impuestos e intereses (GAII): Af = % Cambio en UPA / % Cambio en GAII Se muestra la sensibilidad que tienen las UPA ante una variación en las GAII. Cuanto mayor sea el grado de leverage financiero, más volátiles serán las UPA. El hombre de finanzas enfrentará un dilema en el cual tendrá que decidir cuál es el nivel aceptable de riesgo financiero, tomando en cuenta que el incremento de los intereses está justificado cuando aumenten las utilidades de operación y utilidades por acción, como resultado de un aumento en las ventas netas. Con frecuencia las empresas grandes buscan caminos alternativos para financiar a un costo variable -por ejemplo, acciones preferentes- la operatoria de la empresa. Efecto Palanca Combinado (EPC) El efecto palanca combinado proporciona un encuadre fuerte para considerar las características del rendimiento que resulta de la estrategia de la empresa en materia de inversión y de financiación. Puede existir tanto un intercambio entre margen y rotación en el rendimiento operativo, como entre los cargos operativos y financieros -que son fijos- y el nivel de actividad planeado. Las decisiones sobre la composición de los recursos utilizados y su financiamiento tienen consecuencias en la sensibilidad del resultado a cambios en el nivel de actividad. El efecto palanca operativo es una combinación de las características del sector, intensidad de inversión y su relación con los costos fijos y de la estrategia competitiva de la empresa, por eso cuando el EPO es grande debe compensarse con un menor EPF, lo que significa un bajo coeficiente de endeudamiento, para que efectos negativos en la economía no afecten demasiado el rendimiento patrimonial. El Efecto palanca combinado da información sobre la influencia de un cambio en las ventas en la ganancia por acción. EPC =Variación de ganancias por acción Variación en las ventas El efecto palanca combinado es el producto de los dos, sintetizando a los efectos palanca operativos y financieros. EPC = EPO x EPF EPC = Q (p – cv) x Q (p – cv) – CF Q (p – cv) – CF Q (p – cv) – CF – I De esta forma, queda: EPC = Q (p – cv) Q (p – cv) – CF – I Siguiendo con nuestro ejemplo : EPO = 1,515 y EPF = 11,0 El efecto palanca combinado será igual a: EPC = 1.000 (20 – 15) 1.000 (20 – 15) – 1.700 – 3.000 = 5.000 = 300 16,667 De igual forma, se obtiene 16,667, multiplicando 1,515 x 11,0. La interpretación de este valor sería, que un aumento del 100% en las ventas llevaría a un incremento del 1.666,7% en las ganancias por acción. Para el caso del EPC rigen los mismos supuestos establecidos para el EPC y el EPF: se trata de un análisis válido para un determinado nivel de ventas y una determinada estructura financiera. El apalancamiento total o combinado refleja el porcentaje de variación en las ganancias por acción ante una variación porcentual unitaria de la cifra de ventas. Por lo tanto dicho apalancamiento sería el resultado de multiplicar los dos anteriores: Ac = Ao x Af ↑ Ventas % ↑ → GAII % → ↑ GxA % Cuanto mayor sea el apalancamiento operativo y financiero (o el Combinado) de la empresa mayor será el nivel de riesgo que esta maneje. Los cambios en la cifra de ventas acarrearán alteraciones superiores en la GAII que, a su vez, inducirán cambios aún más grandes las Ganancias por Acción si la empresa tiene deudas. A continuación se muestra un gráfico donde se resume el efecto del apalancamiento combinado: LC LF Grado de operación LOP Unidades Supongamos que el Grado de LO de una compañía es 1,3, con lo cual un alza en las ventas del 1% producirá un incremento del 1,3% en las GAII. Adicionalmente, esta compañía posee una mayor proporción de deuda/equity con un Grado de LF de 2. El grado de LC será el producto de ambos efectos (1,3 x 2 = 2,6) esto implicará que en estas circunstancias un incremento en las ventas del 1% generará una suba del 2,6% en las Utilidades por acción. Si las condiciones de mercado lo permite esto puede ser una muy buena noticia. Ahora bien, ante una baja del 1% esto también provocará una disminución del 2,6% en las utilidades por acción (UPA), lo que debiera reflejarse en el valor de la empresa y en el precio de las acciones. Los factores conjuntos que operan en el grado de leverage combinado son: ¾ La tasa de crecimiento de las ventas futuras es una medida que se emplea para saber si la utilidad por acción puede ser amplificada por el uso del apalancamiento. ¾ La estabilidad de las ventas y utilidades futuras está directamente relacionada con la proporción del endeudamiento. ¾ El mercado competitivo en que la empresa opera y operará en lo futuro es importante para considerar la estabilidad de las utilidades marginales. ¾ La estructura financiera de los activos tiene influencia en las fuentes de financiamiento. ¾ La política empresarial de los propietarios y de la dirección en relación al control de la empresa, así como su agresividad a riesgos financieros, constituye el factor que influye en forma más directa en la selección del financiamiento. ¾ La actitud del mercado financiero hacia la empresa en particular y al ramo en que opera son factores determinantes en la negociación del financiamiento. En la siguiente figura, podemos observar los puntos de equilibrio económico y punto de equilibrio financiero - PEE y PEF -, representando la distancia entre ellos, el incremento del ganancias antes de intereses e impuestos –GAII o EBIT-, necesarias para cubrir los costos financieros generados por el capital ajeno. Por encima de este punto el beneficio logrado contribuye a elevar el valor de la empresa o del negocio. A PA LA NC A MIENTO OPER A TIV O, FINA NC IER O Y C OMB INA D O ROE 80,00% 60,00% Af Beneficio por endeudamiento 40,00% PEE 20,00% Ac Ao Beneficio sin endeudamiento 0,00% - 4.800 - 2.000 0 2.000 4.000 7.000 10 . 0 0 0 13 . 0 0 0 15 . 0 0 0 EBIT - 20,00% PEF - 40,00% PEE = Punto de equilibrio economico PEF = Punto de equilibrio financiero Ao = Apalancamiento Operativo Af = Apalancamiento Financiero Ac = Apalancemiento Combinado Se ha segregado los resultados beneficios (o quebrantos) según el tipo de apalancamiento empleado en esta relación entre el resultado neto sobre el patrimonio neto y las ganancias operativas antes de intereses e impuestos. 4.-Consideraciones finales y conclusiones • El leverage operativo es una medida del grado en el cual una firma o proyecto incurre en una combinación de costos fijos y variables. Este es mayor en compañías que tienen una elevada proporción de costos fijos operativos en relación con los variables. Típicamente esta clase de empresas utilizan más activos fijos en su actividad diaria. Inversamente, el leverage operativo es pequeño cuando las compañías tienen una baja proporción de costos fijos en relación con los variables. Un leverage operativo alto puede generar un efecto multiplicador en las ganancias cuando las ventas crecen, pero lo contrario también es cierto. Ante una baja en las ventas provoca una caída más que proporcional en las Ganancias antes de impuestos e intereses (GAII). Por tanto, un leverage operativo mayor también implica mayor volatilidad en las ganancias y por ende, mayor riesgo. El principal motivo de este riesgo es la rigidez a los cambios en la demanda con que debe enfrentarse la compañía apalancada. Esto es, muchos costos relacionados con maquinarias, plantas, inmuebles no pueden reducirse tan rápidamente como sí lo puede hacer la demanda, por lo que continuarán generando gastos pese a una menor producción, lo que no sucede con los costos variables, que tienen la capacidad de adaptarse más fácilmente al ciclo de negocio de la empresa. Apalancamiento mayor mayor riesgo para pérdidas Apalancamiento menor menor riesgo para pérdidas Pierde posibilidad de obtener utilidades • El modelo del punto muerto nos permite estudiar con gran sencillez la relación entre coste, el volumen y el beneficio, y es de gran utilidad en la toma de decisión comercial y financiera. Sin embargo, debido al hecho de que tan solo se incluyen tres variables y dada la hipótesis de linealidad para las funciones de coste e ingresos, tenemos que admitir que se trata de un modelo muy simplificado, aunque sea de gran operatividad. La constancia en el precio de venta solo se da en mercados de competencia perfecta, y éstos son poco probable en la práctica. Las empresas casi siempre actúan en mercados de competencia imperfecta, y por tanto tienen siempre cierto poder para influir sobre los precios. Al incrementar el volumen de venta es lógico que le precio disminuya para poder dar salida a esa mayor cantidad de producto. La variable Q es en realidad una variable aleatoria, no es un valor cierto. Una vez que se conoce la ley de probabilidad que sigue dicha variable, se podrá determinar la probabilidad de que las ventas alcancen un determinado nivel y por lo tanto se conocerá la probabilidad asociada a determinados niveles de beneficio. • Existe un alto grado de riesgo económico que debemos reducir analizando los distintos factores que puedan afectar nuestro negocio. Tales factores, como por ejemplo: capacidad de producción, demanda, competidores, contexto gubernamental, etc., deben ser analizados y considerados al momento de diseñar estrategias de inversión que suponen un mayor valor agregado de la compañía (EVA= economic value added). La definición del tipo de estrategia como la de liderar en costos, la de diferenciación, o la de enfoque, se plantean para escenarios particulares y actividades específicas. • El administrador del negocio debe prestar atención a la Contribución Marginal unitaria de cada producto, dado que ésta contribuye a la cobertura de costos fijos y genera la utilidad operativa. Cubiertos los costos fijos, debe analizar la posibilidad de modificar las estrategias de producción y de ventas a fin de reducir los riesgos del negocio y de incrementar las ganancias antes de intereses e impuestos. • En los modelos de valuación de activos financieros como el CAPM, un efecto palanca financiero mayor impacta en un mayor coeficiente Beta. Una subida en los rendimientos generales del mercado, implicaría una mejor situación general o sistemática que afectará positivamente a todas las empresas que participan de ese mercado, previéndose una obtención mayor de ganancias por esta situación favorable. Si una empresa particular, ante esta situación estuviera apalancada financieramente, esa promesa de una mejor situación contextual implicará mayores ventas que mejorarán la rentabilidad operativa y las utilidades por acción más que proporcionalmente. Pero si en cambio, si los rendimientos del mercado bajan previendo un contexto futuro desfavorable que pudiese incrementar el riesgo de quiebra, la disminución en las ganancias futuras por acción también seria más que proporcional debido al mismo apalancamiento financiero. • Las empresas muchas veces eligen autofinanciarse para evitar riesgos de insolvencia. En otros casos, no es una opción sino que no logran obtener préstamos en las condiciones requeridas por lo que sólo operan con capital propio. Estas políticas de las empresas y de los evaluadores de los créditos, inciden en el desarrollo de los negocios y en la competitividad de los mercados en los que las empresas trabajan. El caso de las Pymes es ejemplificativo y por este motivo requiere de programas específicos de fomento para acceso al financiamiento en los que se evalúe la potencialidad de los negocios de inversión que se proyectan. • La utilización del endeudamiento es aconsejable para aquellas empresas que tengan un riesgo económico o de negocio bajo y no así para las que lo tengan alto. • El incremento del endeudamiento externo para financiar la inversión tiene un costo financiero en concepto de intereses. De esta forma, siempre que la rentabilidad generada por la operatoria de la empresa supere esa erogación, existirá un excedente que pasará a aumentar el beneficio del accionista. Este efecto amplificador que introduce el endeudamiento sobre la rentabilidad del capital propio viene acompañado de una condición necesaria y fundamental para que se produzca el “apalancamiento positivo”, y es que la rentabilidad de las inversiones sea mayor que el tipo de interés de las deudas. De lo anterior se desprende que en caso de no cubrir los costos fijos (intereses) la empresa comenzará a mostrar mayor insolvencia, entendiendo esto como la falta de capacidad de atender las deudas asumidas. Esta menor flexibilidad se traduce en un mayor riesgo para quienes estén dispuestos a invertir en la compañía. • Entre mayor sea el apalancamiento financiero asumido por la empresa mayores serán las potenciales utilidades por acción. De igual modo mayor será el nivel de riesgo que ésta maneje. Por ende, no existe una solución única frente al grado de apalancamiento, sino un criterio de decisión frente al riesgo a aceptar. Al igual que en el caso del leverage operativo el grado de apalancamiento financiero debe tenerse en cuenta al evaluar un proyecto o negocio dado que un mayor ratio Deuda / Equity produce un creciente riesgo financiero ante condiciones desfavorables de mercado que pueden afectar negativamente los resultados de la compañía. • Tanto la palanca operativa como la financiera permiten acrecentar los rendimientos, entonces se podrá obtener el máximo apalancamiento mediante la combinación de ambos. Desde el enfoque del estado de resultado, la palanca operativa determina el rendimiento de las operaciones y la palanca financiera determina los frutos del trabajo que se reparten entre los acreedores y de una manera significativa entre accionistas. Gráficamente UN N UN U GAII BAI PALANCA FINANCIERA PALANCA OPERATIVAA NCA VENTAS IMPACTO DEL APALANCAMIENTO • Hay indicadores relevantes que permiten analizar el rendimiento patrimonial de una empresa, algunos están relacionados con el efecto palanca operativo y otros con el efecto palanca financiero. En relación con el EPO tenemos: el crecimiento de las ventas debe considerarse en relación con la participación del mercado de la empresa y las condiciones de precio, tamaño y margen de ese mercado, midiendo la variación de ventas en valores y unidades, la magnitud y participación en los mercados; la estructura de costos determina la composición y las características de esos costos relacionados con las operaciones, midiendo la intensidad y el grado en que los costos responden a los cambios en el nivel de actividad y la respuesta respecto de la capacidad existente, planeada y futura; la utilización de la capacidad productiva. En relación con el EPF: La distribución de dividendos es manifestación de la política financiera de la empresa y depende de la proporción de capital propio y ajeno; la situación de los mercados financieros que influye en la posibilidad de obtener fondos externos, la cuantía de la tasa de interés. En conclusión, el estudio del leverage da a las empresas una valiosa herramienta de análisis y apoyo en la toma de decisiones estructurales. Puede presentarse como una amenaza o como una posibilidad para no desperdiciar. Por eso, comprender la potenciación de la utilidad operativa que genera un alto leverage operativo o la posibilidad de ampliar más que proporcionalmente la utilidad neta con un alto leverage financiero, es tan necesario como apreciar lo que estos altos leverages significan. Del mismo modo, una posición de bajos leverages, lleva a una pérdida de valor agregado para la empresa, al desaprovechar oportunidades tanto en el mercado de productos como en el mercado de capitales. Es responsabilidad de la gerencia, administrar el nivel adecuado de apalancamientos, comprometiéndose entre la responsabilidad y el riesgo para la empresa. Se debe actuar con conocimiento de causa y experiencia y sobre la base de un planeamiento bien realizado. No existen apalancamientos buenos o malos por definición. Estos van a depender a depender de diversos factores como son: el tipo de industria, el momento de la economía en la cual opera, los mercados en los que participa la compañía. Referencias Bibliográficas • • • • • • Decisiones financieras. Ricardo Pascale. Ed. Macchi. 2000. Trabajos presentados en Posgrado de Especialización Financiera. FCE. UBA. Planeamiento y Control Financiero. 2007 por los Dres. Beronda Cristian, Boero Julián, Cuesta Diesgo, Elola Gastón, Basalo Alejandra, De Rose Yanina, Fernández Ignacio, Irigoín Ignacio, García Candela., Marcos José, Murguet Ezequiel, Vitelleschi María Rocío, Avellaneda Paulo, Bovier Federico, Fernández Leonardo, Seifer Ana, Acevedo Horacio, Broglia Ariel, López Analía, Pérez Hernán, Ainchil Javier, Fernández Porto Gustavo, Reyes Fernando, Ursic María Cristina. Administración Financiera – Análisis Financiero. Walter Spagnuolo. CEMA. 2005 Fundamentos de finanzas corporativas. Ross, Westerfield, Jordan. McGraw Hill. 2000 "Apalancamiento operativo y financiero" de Jorge S. Roscillo, capítulo 9. www.javeriana.edu.co/Facultades/C_Econom_y_Admon/Gerencia/gespro/tamproy.pdf Análisis del apalancamiento. Juan Mascareñas. Universidad Complutense de Madrid.2001. www.ucm.es/info/jmas/temas/palanca.pdf Gustavo Tapia Uso de Indicadores Análisis Financiero Se trata de un análisis numérico a partir del cual se pretende diagnosticar tendencias y posibles evoluciones, contemplando los aspectos de fortaleza y de debilidad que se manifiestan en la Organización. Este análisis abarca cuestiones operativas, tácticas y estratégicas, facilitando la integración entre estos niveles con una interpretación particular en el que uno o más índices se referirán. Los aspectos operativos repercuten sobre los tácticos al tomarse en cuenta la ejecución para lograr la mejor performance, en tanto los tácticos suponen que el alcance de las metas prefijadas posibilitará satisfacer los objetivos de las estrategias. Por un lado, tendremos que medir cada nivel en particular para responder sobre la Operación, sobre la Táctica y sobre la Estrategia (O-T-E) y, por otro, debemos analizar e interpretar los nexos entre niveles para modificar comportamientos operativos, o si fuera conveniente y / o necesario, proceder a cambiar posibilidades tácticas o elecciones estratégicas. Al final de este capítulo, se ahondará sobre el diseño de tablero de comando, como instrumento práctico que mide e integra situaciones y evoluciones que se pretenden controlar con la finalidad de alcanzar los objetivos organizacionales. Para ello, es menester conocer la relación entre los niveles O-T-E y predefinir si los indicadores elegidos resultan útiles para interpretar y prevenir. Como se desarrollará en el punto siguiente, existen una cantidad de indicadores usuales que surgen a partir de los sistemas de información, siendo la contabilidad una fuente de datos imprescindible. En particular, los análisis de liquidez, solvencia, endeudamiento, rentabilidad, rotación, y tantos otros. Pero también queremos destacar, que dentro de la empresa se necesitan emplear otros indicadores vinculados con aspectos productivos, comerciales, de recursos humanos, etc., ya que la estrategia de la Organización se conforma y diseña considerando diferentes áreas de estudio. También, es posible utilizar indicadores de tipo macroeconómico como Deuda del Estado / Producto Bruto para realizar posibles cambios en bases imponibles o en alícuotas que repercuten sobre la empresa y los proyectos de inversión previstos. Con esto, se quiere significar, que hay una diversidad de indicadores provenientes de diferentes campos del conocimiento, los que facilitan predicciones o sirven de sostén a posiciones estratégicas o tácticas. En ocasiones, se aplican índices específicos para actividades particulares debido a que requieren seguimientos y control de gestión individualizado. Por eso, también, los analistas construyen y prueban nuevas relaciones de indicadores que ahorren costos y tiempos en pos de interpretar y decidir mejor. La utilización de los indicadores persigue varios fines: 1 a) b) c) d) Interpretación de la situación actual a un momento dado o de un período considerado. Estimación de las perspectivas y efectos futuros en los resultados de la Organización. Mejoramiento del sistema de planeamiento y control de gestión de la empresa. Comparación histórica de la Organización para un lapso determinado en el que se ejecuta un Plan de Negocios. e) Comparación y benchmarking con otras empresas, sectores, grupos. f) Elaboración de un tablero de comando relacionando distintas áreas con apertura según los niveles O-T-E. g) Mayor interacción y soporte con el proceso decisorio. El análisis horizontal (AH) supone el seguimiento y evolución de una o más relaciones para evaluar, por ejemplo, la situación patrimonial, económica, financiera, fiscal (nivel X1), o bien, la liquidez, la capacidad de pago, la solvencia (nivel X2), dando explicaciones sobre los cambios acontecidos y la tendencia prevista. Este análisis es asincrónico dado que hay varios puntos de análisis en ese período determinado. Complementariamente, el análisis vertical (AV) emplea un conjunto de indicadores de distinto tipo para evaluar en cada caso, las situaciones pasadas, actuales y previstas que se analicen a un momento dado; por ello, este análisis es de tipo sincrónico. Los análisis AH y AV favorecen el control de metas y el grado de eficacia en la obtención de resultados, con lo cual es posible mejorar trabajar en un ámbito de mayor calidad institucional comparando avances, negocios, actividades, operaciones, estrategias, etc. La Información Contable y los Sistemas de Información Las personas que gerencian negocios dedicados a la producción o cualquier servicio deben llevar un registro continuo de su actividad económica y, es por ello, que se hace necesario que se implemente un tipo de lineamiento que les permita tener la información necesaria para la evaluación de su entidad. La información contable debe servir esencialmente para: • • • • • • • Conocer los recursos, obligaciones y resultados de las operaciones de la empresa. Apoyar a los usuarios en las tareas de planeación, organización y administración de la actividad empresarial. Evaluar la gestión de los administradores. Tomar decisiones de corto y largo plazo. Establecer las obligaciones con el Estado. Fijar operaciones de control. Evaluar el impacto social de la empresa. La información contable debe tener cierto tipo de cualidades que satisfagan las necesidades de los usuarios, ésta debe ser comprensible, útil, clara, pertinente, confiable, oportuna, neutral, verificable, comparable y debe representar fielmente los hechos económicos de la empresa. La información contable debe cumplir con un conjunto de requisitos que garanticen su eficacia para la toma de decisiones gerenciales. Estas son: 2 • • • • • • • • • Utilidad: Debe aportar información relevante acerca del estado financiero y las operaciones realizadas. Identificación: Los Estados Contables deben referirse a personas jurídicas debidamente acreditadas, períodos concretos y transacciones económicas y financieras específicas. Oportunidad: Se entregará con la periodicidad establecida, para garantizar la evaluación oportuna de los resultados y facilitar la adopción de decisiones por el primer nivel de dirección. Representatividad: Debe recoger adecuadamente todos los hechos económicofinancieros ocurridos. Credibilidad: Las informaciones derivadas de la contabilidad serán fidedignas y sin ambigüedades. Confiabilidad: La información contable será creíble y válida, basándose para ello en la captación de datos primarios clasificados, evaluados y registrados correctamente. Verificabilidad: La información contable debe registrarse de manera que pueda ser controlada y verificada por terceros, ajenos a su procesamiento. Homogeneidad: Los resultados correspondientes a diferentes períodos se obtendrán empleando los mismos criterios. Seguridad: Su protección y discreción. Los principios de Contabilidad Generalmente Aceptados (PCGA) se establecen con carácter obligatorio y su cumplimiento garantiza que las operaciones económicas registradas y los saldos de las cuentas mostradas en la información contable representen la situación financiera y el resultado de la empresa, así como que las informaciones sean homogéneas y comparables. • • • • • • • Principio del registro: Los hechos económicos se registran en el momento que se crean los derechos y obligaciones que ellos originen en tanto los ingresos y los gastos se contabilizan en el momento en que se incurren. Principio de la no Compensación: No podrán compensarse las partidas de activos y pasivos, ni las de ingresos y gastos. Principio de la Prudencia: Sólo se contabilizarán los beneficios que correspondan o devenguen durante el ejercicio económico y las pérdidas y riesgos previsibles se registrarán al conocerse, cualquiera que sea su origen. Principio del Precio de Adquisición: Los hechos económicos se contabilizan por su precio de adquisición, su costo de producción o por la estimación razonable que de ellos se efectúe. Principio de Período Contable: Las operaciones económicas y las consecuencias derivadas de ella, se identifican con el período en que ocurren. Principio de Uniformidad: Se mantendrá la aplicación de los mismos principios y reglas particulares de valoración, para la compatibilidad de las Informaciones contables. Principio de Entidad en Marcha o Funcionamiento: La gestión de la empresa tiene duración ilimitada, salvo especificación en contrario; por lo que las cifras de sus informaciones contables, representan valores históricos o modificaciones de ellos, sistemáticamente obtenidos. 3 • • • • Principio de Revelación Suficiente: Las informaciones contables mostrarán con claridad y comprensión todo lo necesario para juzgar los resultados de las operaciones en que ha incurrido la empresa y su situación financiera. Principio de Importancia Relativa: La información contable mostrará los aspectos importantes de la empresa, por lo que se debe equilibrar el detalle y multiplicidad de datos, con los requerimientos de utilidad y finalidad de la información. Operación: Cualquier acontecimiento que afecte al mismo tiempo la posición financiera de la entidad y que puede registrarse de forma confiable. Conservadurismo: Significa presentar las cifras más desalentadoras posibles en los estados financieros. La Contabilidad sobre la que se registran las operaciones económicas de la Organización conforma uno de los Sistemas de Información más importantes, sobre todo cuando se atienden los requisitos para la toma de decisiones apuntados anteriormente, que sirven de base para comenzar el análisis de situación y proyección. El juego de herramientas de diagnóstico empresarial más utilizado es el conformado por las proyecciones de flujo de caja y de liquidez, junto a otras medidas estándares, como la cobertura de beneficios para los pagos de intereses en una emisión de bonos o la razón entre las cuentas a cobrar a un plazo superior a seis meses, el total de cuentas a cobrar y las ventas. Estas medidas se pueden comparar con las de un médico en un examen físico de rutina: peso, pulso, temperatura, tensión y análisis de orina. Si estas lecturas son normales, no nos dicen gran cosa. Si son anormales, indican un problema que requiere ser identificado y tratado. A estas medidas, se las puede denominar información básica. El segundo juego de herramientas para el diagnóstico empresarial es el relacionado con la productividad de los recursos claves. Necesitamos datos sobre factores totales de productividad. Esto explica la creciente popularidad del valor económico agregado o economic added value (EVA). El EVA está basado en algo que conocemos desde hace mucho tiempo: lo que generalmente denominamos beneficios, el dinero que queda para mantener el capital, normalmente no puede considerarse en absoluto un beneficio. Hasta que una empresa genere un beneficio que sea mayor que el costo de su capital, está funcionando con pérdida. Este tema lo veremos en forma detallada más adelante. Otra de las herramientas utilizadas para obtener información sobre la productividad es el indicador de referencia competitiva (benchmarking), la comparación de los rendimientos propios con los mejores del sector, o incluso aún mejor, con los mejores de todo el ámbito empresarial. El benchmarking supone correctamente que lo que una organización logra, cualquier otra también podría hacerlo. Y asimismo supone, y también correctamente, que ser tan bueno como el líder es un requisito previo para ser competitivo. El EVA y el benchmarking juntos proporcionan las herramientas de diagnóstico para medir el factor total de productividad y gestionarlo. Un tercer juego de herramientas es el referente a las capacidades. El liderazgo estriba en ser capaces de hacer algo que los demás no pueden hacer en absoluto, o que hacerlo, aunque sea con resultados pobres, les resulta difícil. Se basa en las capacidades esenciales que combinan el valor para el mercado o para el cliente con una habilidad especial del productor o del proveedor. 4 Como parte de la metodología para medir y gestionar las capacidades esenciales, el primer paso consiste en hacer un seguimiento preciso de los logros propios y de la competencia, prestando atención especial tanto a los éxitos inesperados como a los bajos resultados, también inesperados, en campos en los que deberíamos haberlo hecho bien. Los éxitos demuestran lo que el mercado valora y por lo que está dispuesto a pagar. Indican en qué áreas la empresa disfruta de una ventaja de liderazgo. Los casos en los que hay éxitos deberían considerarse como una primera señal de que el mercado está cambiando o de que las capacidades de la empresa se están debilitando. La última área en la que se necesita información para el diagnóstico, con el fin de gestionar un negocio en marcha para que cree riqueza, es la distribución de recursos escasos: capital y personal eficiente. Estos dos factores convierten en hechos toda la información que la dirección tiene sobre sus negocios. Es decir, determina si la empresa tendrá éxito o fracasará. Es usual que las empresas midan las distribuciones de capital propuestas utilizando solamente uno o dos de los indicadores siguientes: • • • • Rentabilidad de la inversión. Plazo de recuperación. Flujo de caja. Valor actual descontado. Pero ninguno de ellos es, por sí solo, el método conveniente. Para comprender bien una inversión proyectada, una empresa necesita tener en cuenta los cuatro indicadores efectuando, de esta manera, un análisis integral. Estas cuatro clases de información sólo nos ilustran sobre los negocios en marcha. Informan sobre tácticas y las dirigen. En lo que respecta a la estrategia, necesitamos información organizada sobre el entorno. La estrategia tiene que basarse en la información sobre mercados, clientes y no clientes; sobre la tecnología del propio sector y de otros; sobre la situación financiera mundial; y sobre los cambios en la economía mundial. Es esta información la que nos permite obtener resultados. Hay que organizar la información de modo que cuestione y plantee retos a la estrategia de la empresa. Esta es una visión radicalmente diferente del significado y de la finalidad de la información: una medición en la que basar la futura acción y no una autopsia y su posterior informe de lo que ya ha ocurrido. Indicadores de Liquidez, Solvencia y Endeudamiento. Razones de Liquidez Un activo líquido es aquel que puede convertirse fácilmente en efectivo a un “valor justo de mercado” y la “posición de liquidez” de la empresa es aquella que responde a la siguiente pregunta: ¿será la empresa capaz de cumplir con sus obligaciones circulantes? Un análisis de liquidez integral requiere del uso de presupuestos de efectivo, pero al relacionar la cantidad de efectivo y de otros activos circulantes con las obligaciones actuales de la empresa, el análisis de razones financieras proporciona una medida de liquidez de rápida aplicación y muy fácil de usar. En esta sección se exponen dos razones de liquidez que se usan comúnmente. 5 Razón de circulante La razón de circulante se calcula dividiendo los activos circulantes entre los pasivos circulantes: Activos circulantes Pasivos circulantes Los activos circulantes incluyen, por lo general, efectivo, valores negociables, cuentas por cobrar e inventarios. Los pasivos circulantes consisten en cuentas por pagar, los documentos por pagar a corto plazo, vencimientos circulantes de la deuda a largo plazo, impuestos sobre ingresos por pagar y otros gastos devengados (principalmente sueldos). Suponemos que cuanto más alta sea la razón, mayor será la capacidad de la empresa para pagar sus cuentas. Sin embargo, la razón tiene que ser considerada como una medida aproximada de liquidez, debido a que no considera la liquidez de los componentes individuales de los activos circulantes. En general, una empresa que tenga activos circulantes compuestos principalmente de efectivo y partidas por cobrar corrientes en general tiene más liquidez que una empresa cuyos activos circulantes consisten de inventarios principalmente. Si una compañía está teniendo dificultades financieras, empieza a pagar sus cuentas por pagar de una manera más lenta, a pedir prestado a su banco, etcétera. Si los pasivos circulantes están aumentando más rápido que los activos circulantes, la razón circulante disminuirá y eso podría causar problemas. Debido a que la razón circulante proporciona el mejor indicador individual de la medida en que los derechos de los acreedores a corto plazo quedan cubiertos por los activos que se espera se conviertan en efectivo en un plazo muy breve, es la medida de solvencia a corto plazo que se usa con mayor frecuencia. Razón ácida La razón rápida o razón de prueba ácida se calcula deduciendo los inventarios de los activos circulantes y posteriormente dividiendo el resto entre los pasivos circulantes: Activos circulantes - Inventarios Pasivos circulantes Los inventarios son, por lo general, el menos líquido de los activos circulantes de una empresa; por lo tanto, representan los activos sobre los cuales es más probable que ocurran pérdidas en caso de que sobrevenga una liquidación. Por lo tanto, la medición de la capacidad de una empresa para liquidar sus obligaciones a corto plazo, sin basarse en la venta de los inventarios, es importante. Endeudamiento y Solvencia El índice Deudas Activos mide la proporción en que los bienes de la firma son financiados por terceros. El pasivo ajeno conforma lo que se llama endeudamiento y, tomando en el vocabulario financiero, la financiación de terceros es el motor de la palanca financiera o el leverage, concepto que ampliaremos luego en este capítulo. El índice de endeudamiento también puede expresarse como: Deudas Patrimonio Neto 6 Y, en este caso, mide la exigibilidad o el compromiso de las deudas sobre el aporte de los dueños. Si bien esta relación no está tan directamente vinculada con la capacidad de pago, como sí lo está el activo, se la emplea para ponderar el riesgo por insolvencia de la firma, tal como la contiene la segunda tesis de Modigliani-Miller al enunciar el costo de capital total según las mezclas de financiación. La relación inversa, Activos Deudas o Patrimonio Neto Deudas , son maneras de expresar la solvencia de la empresa, para hacer frente a las obligaciones y el cumplimiento de objetivos. Una alta relación de solvencia implica una mejor situación patrimonial, aunque también puede significar que a la empresa no le prestan por lo que no tiene fuentes de financiación por endeudamiento y, en tal caso, habría que conocer si las motivaciones para no prestar están en correlación con los riesgos del negocio de la firma. La razón Resultado Operativo Intereses de Deudas , mide la capacidad de la empresa para el pago de intereses con fondos provenientes de las inversiones. Otros indicadores útiles en los análisis de situación económica y situación financiera por la incidencia y afectación patrimonial lo constituye el indicador Deudas Ventas período, que nos dice sobre la cantidad de tiempo en esfuerzo de ingresos brutos por ventas nos necesarios para cancelar obligaciones. Rotación de Créditos, Deudas y de Bienes de Cambio. Razones de Administración de los Activos Este grupo de razones mide la efectividad con que la empresa está administrando sus activos. Estas razones han sido diseñadas para responder a la siguiente pregunta, -tomando como base los niveles de ventas tanto actuales como proyectados-: ¿parecería razonable, demasiado alto o demasiado bajo, el monto total de cada tipo de activo tal y como se reporta en el balance general? Las empresas deben solicitar fondos en préstamo u obtener capital de otras fuentes para adquirir activos. Si la empresa tiene demasiados activos, sus gastos de intereses serán muy altos y, por lo tanto, sus utilidades se verán deprimidas. Por otra parte, si los activos son demasiado bajos, se podrían perder las ventas productivas. Rotación del inventario Esta razón se define como la división de las ventas entre los inventarios: Ventas Inventarios Al calcular y analizar la razón de rotación de inventarios, normalmente se presentan dos problemas. Primero, las ventas se expresan a sus precios de mercado; por lo tanto, si los inventarios se llevan al costo, tal y como generalmente sucede, la rotación calculada exagera la razón real de rotación. 7 Al estudiar la rotación de activos como Ventas/Activos totales, se mide la eficiencia con que los recursos aplicados al negocio son generadores de venta. Estas ventas corresponden a un período (por ejemplo, un año), en tanto la cifra por activos totales es un promedio representativo de ese lapso. Este indicador se relaciona con la variable cantidad porque nos dice cuántas veces en el período considerado se venden los activos. Por eso, la rotación de activos está en sintonía con las estrategias de liderar por precio y costo, y con las denominadas economías de escala. De modo similar podemos calcular la rotación de créditos como: siendo su inversa: Ventas Créditos o Cuentas a Cobrar , Cuentas a Cobrar Ventas período días período el plazo promedio de cobranza medido en días. El seguimiento y control efectivo de este indicador, que puede desagregarse en ventas por mercados, o por regiones, o por categorías de clientes, entre las formas principales, posibilita evaluar el ciclo del capital de trabajo en su última etapa, ya que se podrán juzgar los resultados de políticas de tipo restrictiva o de tipo liberal para el otorgamiento de créditos a clientes. Adicionalmente, también se podrá detectar un alargamiento no deseado en el ciclo operativo por demoras en las cobranzas. El aumento del crédito incrementa las posibilidades de venta, lo que repercute en la situación económica a través de mayores ingresos y el ahorro de costos por aprovechamiento de economías de escala; también crecerán los riesgos por incobrabilidad que será necesario ponderar para poner en marcha mecanismos instrumentales que reduzcan sus efectos. Los resultados económicos también inciden en el cash flow, dado que con ventas adicionales y ahorro de costos, también se modifica la capacidad de pago y de cobro, la liquidez general y la solvencia de la Organización en conjunto. Por último, hacemos mención al plazo promedio de pago de deudas en días calculado como Cuentas a Pagar compras del período días del período , siendo la cifra de cuentas a pagar un promedio representativo para el lapso. Este indicador también explica parte de la duración del ciclo operativo con signo opuesto al plazo de proceso y rotación de materias primas y el plazo promedio de cobranzas. Rentabilidad sobre capital invertido, sobre la inversión –ROI- y sobre patrimonio neto –ROE- Dupont Se emplean diversas medidas de rentabilidad para evaluar las utilidades, los beneficios, rendimientos, respecto de un nivel previsto de ventas o de capital invertido. El numerador de estos índices surge luego de calcular el peso de los conceptos por ventas, costos y gastos, por lo que se está analizando la performance de manera más o menos sintética con lo que habrá que adentrarse en los conceptos componentes para tener un detalle de situación. La rentabilidad es un concepto asociado a la marcha del negocio y, en general, suele asociársela con el mediano y largo plazo. Es habitual calcular la rentabilidad a diferentes niveles de márgenes: bruto, operativo o neto, para conocer la incidencia del peso de la 8 contrapartida. Así en el resultado bruto, expresado como el Costo de Ventas; en el resultado operativo, expresado Utilidad Bruta , el peso está puesto en Ventas Utilidad Operativa como , el peso está Ventas en los costos de ventas y demás cargos productivos-comerciales-administrativos para mantener en funcionamiento las actividades; en el resultado neto, expresado como Utilidad Neta Ventas , el peso está en los costos, gastos de operación y en los intereses de deudas. Del análisis previo, podemos concluir que el resultado económico operativo es generado por la inversión física (eventualmente, también por activos financieros), y lo podemos vincular con: a) el flujo de fondos que surge de la inversión en activos, b) el riesgo operativo o del negocio, en tanto que la utilidad neta está en relación directa con la participación de los dueños de la empresa y el rendimiento que ellos pretenden lograr por invertir en la firma. La relación utilidad sobre ventas nos dice cuántos pesos quedan al término del período de análisis por cada peso de venta. En este sentido, esta relación está emparentada con una variable precio. También podemos relacionar los resultados con las fuentes de generación. En este sentido, calculamos el (ROI), o bien, Resultado Operativo que denominados Resultado Operativo Activo Resultado Neto el que denominamos Resultado sobre Capital Patrimonio Neto de la Inversión invertido (ROE), que vincula en el primer caso resultado operativos, riesgos de negocio, inversión en activos y en el segundo resultados netos, riesgos operativos y de insolvencia, inversión de dueños. El ROI y el ROE son indicadores usuales en la comparación de diferentes empresas y en los análisis de evolución de una misma entidad. Si bien se señalarán algunos inconvenientes cuando el foco no está puesto en la creación de valor, se trata de un índice muy valioso al considerar la inversión o el capital invertido como generador de rendimientos. Algunos autores también proponen la relación Resultado Neto Activos que puede ser útil a los fines de la comparación en el tiempo, pero que no considera la fuente de producción asociada al riesgo de negocio propiamente dicha. A los efectos de tomar decisiones sobre la estructura de capitalización y para determinar políticas de reinversión de utilidades o de distribución de dividendos, se consideran los indicadores ROI y ROE junto con las tasas de distribución o de retención de utilidades. También estos indicadores son importantes para calcular el Valor Actual de Oportunidades de Crecimiento (VAOC) en el cual debe decidirse sobre la conveniencia de reinvertir utilidades en asociación a la creación de valor de un proyecto. También es usual calcular el indicador Utilidades por acción = Utilidades de la Organización Cantidad de acciones en circulación ,o bien, la 9 razón Patrimonio Neto Cantidad de acciones en circulación en particular en los análisis de cotización bursátil o en el caso de compra venta de empresas. El llamado PER (price earning ratio) es la relación entre el precio de mercado de las acciones y la utilidad por acción y de ella se deduce la cantidad que las personas estarían dispuestas a pagar como precio por cada peso de utilidad. Por último, estudiaremos el llamado índice Dupont que considera tanto el factor precio como el factor cantidad en el análisis de rentabilidad. Esto es así porque considera el margen de utilidad y también la rotación de la inversión. El índice se expresa como el producto de los dos factores y tiene gran importancia sobre todo en los análisis dinámicos. Si expresamos el índice Dupont como la relación: Resultado Operativo Ventas x Ventas Activos es decir, el producto de margen operativo sobre ventas por la rotación de ventas del activo, tendremos una apertura mayor del indicador ROI explicitado ahora por variables precio y variables cantidad. En este caso, se podrá estimar el efecto de una economía de escala o la disminución de un ciclo de capital de trabajo o en el impacto de la retracción de la demanda de los productos. Sí el índice fuera la relación: Resultado Neto Ventas x Ventas Patrimonio Neto es decir, el producto de margen neto sobre ventas por la rotación de ventas del patrimonio neto, también tendremos una mayor apertura del indicador ROE en variables precio y cantidad respectivamente. Valor Económico Agregado –EVA-, Valor de Mercado Agregado –MVA- Razón q de Tobin. Aplicación y Limitaciones EVA El EVA es indicador basado en el valor que surge al comparar la rentabilidad obtenida por una Organización con el costo de los recursos gestionados para conseguirla. Si el EVA es positivo, la compañía crea valor, lo que implica que se ha generado una rentabilidad mayor al costo de los recursos empleados. Si el EVA es negativo no se cubren los costos y se destruye riqueza. El EVA mide los ingresos operativos versus el costo del capital empleado. Stewart lo definió como los ingresos netos operativos después de impuestos (NOPAT) menos el costo del capital: EVA = NOPAT - Costo del Capital EVA = NOPAT - (Capital * Costo del Capital) La idea subyacente es que los accionistas deben obtener un retorno que compense el riesgo asumido. En otras palabras, el capital propio debe alcanzar una rentabilidad por lo menos igual a la requerida por el mercado para activos con riesgo similar. Si esto no sucede, entonces, la compañía no está obteniendo ingresos reales sino que está operando a pérdida 10 desde el punto de vista de los accionistas. Por otro lado, si el EVA es nulo, significa que los accionistas han obtenido ingresos que compensan la inversión realizada. NOPAT • Es el resultado total generado por las operaciones habituales de la empresa. • Excluye cargos financieros, es decir, intereses sobre deudas financieras y los egresos o ingresos extraordinarios o no operativos. • Es igual a ventas menos todos los costos operativos, menos impuestos. G astos y costos operativos V entas Im puestos N O P AT Figura 1 Ejemplo del cálculo del NOPAT Resultado contable 17.129 (13.725) (66) (2.466) 304 1.176 (234) (26) 916 (302) 614 Ventas - Costo de Mercadería Vendida - Amortización - Gastos Generales y Adm. + Otros ingresos operativos Resultado operativo neto - Intereses s/deuda financiera + Otros resultados no operativos Resultado Ajustado antes de Imp. - Impuestos/Impuestos Computables Resultado Neto / NOPAT NOPAT 17.129 (13.725) (66) (2.466) 304 1.176 1.176 (465) 711 Capital • Capital se define como el conjunto de activos operativos netos ajustados por ciertas distorsiones contables, sobre la realidad económica, por ejemplo, baja contable de activos, cargos por reestructuración, entre otros. • Capital es igual al Capital de Trabajo Neto, es decir, Activos Operativos de corto plazo menos Pasivos Operativos más Bienes de uso Netos y otros activos operativos de largo plazo. − Los Activos Operativos de corto plazo son las Cuentas a Cobrar, Bienes de Cambio y Disponibilidades, principalmente. − Los Pasivos Operativos son Cuentas a Pagar y Gastos a Pagar, en esencia. − Los Bienes de Uso Netos son iguales a Bienes de Uso (costo original) menos Amortización Acumulada. − Los Otros Activos de largo plazo pueden ser Inversiones no líquidas, valor llave y Patentes, entre otros. 11 A c tiv o s d e tra b a jo D e u d a s o p e ra tiv a s B ie n e s d e u s o D e u d a fin a n c ie ra O tro s a c tiv o s o p e ra tiv o s P a trim o n io n e to C a p ita l: E n fo q u e o p e ra tiv o C a p ita l: E n fo q u e fin a n c ie ro Figura 2 Ejemplo del cálculo del Capital: Activo contable 1.216 19.149 9.118 15.197 44.680 44.680 27.725 1.500 831 74.736 Disponibilidades + Cuentas. a cobrar + Bienes de cambio + Otros activos corrientes Activo corriente - Cuentas. a pagar - Gastos a pagar - Otros pasivos operativos Capital Trabajo Neto Bienes de uso netos + Otros intangibles + Otras inversiones no operativas Total activo / Capital Capital 1.216 19.149 9.118 15.197 44.680 20.345 5.389 1.216 17.731 27.725 1.500 46.956 Costo del capital • El Costo del Capital es una renta reconocida al capital invertido en el negocio, sea contabilizada o no, pagada o devengada. • Porque las empresas son financiadas con una combinación de deuda y fondos propios, el costo del capital es el retorno requerido por los accionistas y los prestamistas. • El costo del Capital, o el retorno requerido sobre el capital, tiene tres importantes aplicaciones: − El costo del capital total empleado. − Tasa de corte para evaluar de inversiones. − La tasa de descuento para actualizar EVA. • El costo del capital promedio ponderado o WACC se calcula ponderando el costo del capital propio (Ke) y el costo del capital ajeno después de impuestos (Ki) según la estructura de endeudamiento. WACC = ke * Capital propio Capital ajeno + ki * Capital total Capital total EVA frente a otras medidas tradicionales Conceptualmente, EVA es superior a las utilidades contables como medida de creación de valor. Esto debido a que reconoce el costo de capital, de ahí su bajo riesgo para las 12 operaciones de una empresa. El EVA está construido de tal manera, que su maximización puede ser un objetivo empresarial. Los indicadores tradicionales no funcionan de esa manera. Maximizar cualquier utilidad o tasas de retorno contables, llevará a resultados indeseados. EVA y VAN frente al ROI y la TIR El Retorno sobre el Capital (ROC) es una medida de desempeño relativamente buena y muy común. Las empresas calculan este retorno con diferentes fórmulas y lo llaman de diferentes maneras, como retorno sobre la Inversión (ROI), retorno sobre el capital invertido (ROIC), retorno sobre el capital empleado (ROCE), retorno sobre activos netos (RONA), retorno sobre activos (ROA), etc. El principal defecto de todas estas tasas de retorno, es que el hecho de maximizarlas, no necesariamente maximiza el retorno para los accionistas. El siguiente ejemplo clarifica lo anterior: Se tiene una empresa con dos subsidiarias. Para ambas subsidiarias y para la empresa consolidada, el costo de capital es del 10%. La empresa fija como objetivo el incremento (maximización) del ROI. Una de las subsidiarias tiene un ROI del 15%, la otra del 8%. Ambas subsidiarias comienzan a esforzarse por el objetivo común y tratan de maximizar su propio ROI. La subsidiaria con ROI del 15% rechaza todos los proyectos que produzcan un retorno inferior al 15% incluso proyectos con retorno entre 10% y 14%. La otra afiliada, en cambio, acepta todos los proyectos que retornen más del 8%. Por una u otra razón, la segunda no encuentra proyectos muy buenos, pero el retorno de sus proyectos está por el orden del 9%. Supongamos que el año ha terminado y que en la mejor subsidiaria el ROI pasó del 15% al 16% y en la subsidiaria no tan buena, el incremento fue de 0.5%, es decir, su ROI fue del 8.5%. El objetivo de aumentar el ROI se alcanzó, pero, ¿qué pasó con el valor para los accionistas? Es obvio que todos los proyectos en la subsidiaria no tan buena redujeron el valor para los accionistas debido a que el costo de capital es mayor que la tasa de retorno (el dinero de los accionistas habría estado mejor en otra alternativa de inversión). Pero, las acciones que tomó la mejor subsidiaria no son óptimas para los accionistas. Por supuesto que se beneficiaron de los buenos proyectos (retorno superior al 15%), pero todos los proyectos con retornos del 12 y 13% (o todos los que tenían retorno superior al 10%) que se rechazaron debieron haber sido aprobados, aunque ello condujera a una reducción en su ROI. Esos proyectos hubiesen creado y aumentado valor para los accionistas. Como lo muestra el ejemplo anterior, las operaciones no deberían estar guiadas hacia el objetivo de maximizar la tasa de retorno. Siendo una medida relativa que no incorpora el riesgo, hace que se falle en el momento de tomar decisiones. Además, sobre la base del ROI, el capital de financiación también podría ser mal aplicado. El ROI ignora el requerimiento esencial: la tasa de retorno debe ser por lo menos igual al costo de capital. Luego, el ROI no reconoce que la riqueza de los accionistas no es maximizada, aun cuando la tasa de retorno lo sea. Lo que desean los accionistas es que la empresa maximice el retorno absoluto sobre el costo de capital y no, los porcentajes. Las compañías no deberían ignorar proyectos que renten más que el costo de capital justificándose en la disminución de su tasa de retorno. El costo de capital es el obstáculo a sobrepasar, no la tasa de retorno. Observar la tasa de retorno y tomar decisiones, basándose únicamente en ella, es como valorar productos fundados sólo en el margen bruto de ventas. El producto con el mayor margen bruto no es necesariamente el más rentable, la rentabilidad del producto depende también de su volumen de ventas. 13 Por estos motivos, usar solamente el ROI para tomar decisiones no es recomendable, ya que la magnitud de las operaciones con la cantidad de capital que produce dicho ROI, también es importante. Una tasa de retorno alta es más fácil de alcanzar con un bajo nivel de capital que con un gran monto. Casi cualquier empresa altamente rentable puede incrementar su tasa de retorno, si disminuye su tamaño o pasa por alto buenos proyectos que pueden producir una tasa inferior a su tasa de retorno corriente. La diferencia entre EVA y ROI es comparable a la que se presenta entre el Valor Actual Neto (VAN) y la Tasa Interna de Retorno (TIR). La TIR es una buena manera de valorar las posibilidades de inversión, pero no se debe preferir un proyecto a otro basándose en su TIR. El siguiente ejemplo clarificará estos conceptos: Se tienen dos buenos proyectos de inversión (excluyentes entre sí), el proyecto A y el proyecto B. El proyecto A tiene la TIR más baja, pero es de mayor envergadura (mayor inversión inicial, mayores flujos de caja y VAN más alto). El proyecto A es mejor para los accionistas, aunque tiene TIR más baja. Esto se debe a que proporciona un mayor retorno absoluto. La razón es exactamente la misma que con el ROI: Maximizar el porcentaje de la tasa de retorno no es lo verdaderamente importante. Lo que importa es el monto absoluto adicionado a la riqueza de los accionistas.Funcionalmente, EVA y VAN están emparentados, así como ROI y TIR. Los primeros indican la incidencia para los accionistas y los segundos proveen la tasa de retorno. No hay razón para dejar de aplicar ROI y TIR, ambas son complementarias e ilustrativas del análisis que se realice. La TIR siempre se debe usar en la evaluación de proyectos, acompañada del VAN, el ROI puede ser usado junto al EVA como índices de desempeño de la firma. Lo que debe dejarse en claro, es la necesidad de no tener como objetivo la maximización del ROI o la TIR y que estos indicadores no se deben utilizar aisladamente para tomar decisiones. Ambos, proporcionan una mayor información, pero las disposiciones se podrían dictar sin ellos. Maximizar las tasas de retorno no hace la diferencia, cuando lo importante es maximizar el rendimiento del capital de los accionistas, si este es el objetivo, EVA y VAN deberían estar en las posiciones de comando y, ROI y TIR deberían tener el rol de proporcionar más información. Estrategias para crear valor e incrementar el EVA Puesto que uno de los objetivos principales de los dirigentes de una empresa es la creación de valor para sus accionistas, se debe conseguir un EVA positivo. Las medidas que una organización puede adoptar para crear valor se pueden encuadrar en uno de los tres conceptos siguientes: Eficiencia operacional Mejorar la utilidad operacional después de impuestos (NOPAT) sin involucrar más capital en el negocio. NOPAT = $410.000; Capital = $2.000.000; WACC = 11.22% Entonces: EVA = $410.000 - $2.000.000 * 11.22% EVA = $185.600 Supongamos que la administración se inclina por la estrategia de Eficiencia operacional y obtiene un aumento en la utilidad operacional de $90.000: NOPAT = $500.000; Capital = $2.000.000; WACC = 11.22% 14 Entonces: EVA = $500.000 - $2.000.000 * 11.22% EVA = $275.600 Un incremento de $90.000 en el NOPAT, conduce a un aumento del EVA de $90.000. Por lo tanto, el EVA aumenta (disminuye) en el mismo valor en que lo hace la eficiencia operativa. Alcanzar crecimiento rentable Invertir nuevo capital en proyectos de los que se esté obteniendo una rentabilidad mayor que el costo que tiene conseguir ese nuevo capital a invertir. Un nuevo proyecto en la empresa de transporte aéreo requiere una inversión de $1.800.000 y su tasa de retorno esperada es del 12.3%, lo cual adiciona $221.400 al NOPAT. Emprender el proyecto produciría un incremento en el EVA de $19.440: EVA = $631.400 - ($3.800.000 * 11.22%) EVA = $205.040 El proyecto debería ser aceptado, ya que ayuda a alcanzar el objetivo de maximizar el EVA. Racionalizar y salir de negocios improductivos Desviar o desinvertir capital de aquellas líneas de negocio que no otorguen los beneficios adecuados. Liquidar capital improductivo: Suponga que se sacan $600.000 del capital de trabajo (que renta por debajo del costo de capital), con lo cual no se afecta al NOPAT. Eliminar esa cantidad incrementaría el EVA en $67.320. EVA = $410.000 - ($1.400.000 * 11.22%) EVA = $252.920 Debe por lo tanto recortarse la inversión en proyectos no rentables. Si una compañía tiene un NOPAT de sólo $82.000; con los mismos WACC (11.22%) y capital ($2.000.000), con lo cual su EVA resulta de -$162.000. El proyecto que se evalúa tiene una inversión de $1.000.000, con una tasa de retorno del 6% lo cual incrementa el NOPAT en $60.000. Su EVA sería: EVA = $142.000 - ($3.000.000 * 11.22%) EVA = -$194.600 Aunque la utilidad operacional (NOPAT) aumenta, aceptar el proyecto empobrecería a los accionistas de la empresa (el EVA disminuye en $32.600), por lo cual debe ser rechazado. Valor Agregado de Mercado La diferencia entre el valor de libros y el valor de mercado de una compañía se define como el Valor de Mercado Agregado, en inglés, Market Value Added (MVA). ⎡ EVAn ⎤ EVA1 EVA2 MVA = Capital.a.valor.de.libros + ⎢ + + ... + 1 2 n ⎥ (1 + WACC ) ⎦ ⎣ (1 + WACC ) (1 + WACC ) El valor de libros del capital incluye, las reservas, las ganancias retenidas y las provisiones. MVA es la mejor forma de medir la riqueza, pero tiene algunos problemas que han impedido su empleo intensivo: 15 • • • No tiene vinculación directa con las operaciones ni con los factores claves de la gestión. La volatilidad del precio de las acciones. No puede medir el valor de empresas que no cotizan, ni de divisiones de compañías. Razón q de Tobin James Tobin en 1969 introdujo el concepto de la Q, que es una relación entre el valor de mercado de una firma y el costo de reposición de los activos de una firma. El valor de mercado de una firma corresponde al valor presente de los beneficios económicos esperados (MVA) más la inversión inicial en activos. Los costos de reposición hacen referencia al costo de vender los activos de la empresa en el mercado. Tobin buscaba una relación causal entre la Q y la inversión, incorporando las expectativas que los inversionistas tienen acerca de la productividad marginal futura de los factores de producción, si la Q marginal es mayor que uno, existen incentivos para invertir ya que los beneficios esperados del proyecto son mayores que su costo, si Q marginal menor que 1 no es oportuno invertir. Efecto Palanca Financiero –EPF-, Efecto Palanca Operativo –EPO- y Efecto Palanca Combinado –EPCLa idea central es que los resultados finales de una empresa se dan en función de dos grandes variables: A) La estructura de costos: para efectuar una misma producción pueden buscarse distintas combinaciones de costos fijos y variables. Una empresa muy automatizada tendrá, probablemente, un mayor componente de costos fijos que otra del mismo ramo y escala de producción, donde el factor trabajo sea preponderante. B) La estructura financiera: se analiza cuál es la estrategia de financiamiento que la empresa adoptó y cuál es la proporción de deudas a fondos propios. Así es que dos empresas, del mismo ramo y similar tamaño, pueden tener idénticas estructuras de costos operativos fijos y variables y, sin embargo, tener ratios de deudas diferentes. En suma, este modelo distingue dos estructuras -de costos y financiera- sobre los que se generan los rendimientos y los riesgos y que dan lugar al cálculo de los indicadores conocidos como efecto palanca o leverage. La estructura de costos da lugar al leverage operativo. La estructura financiera al leverage financiero. Se distinguen también dos tipos de riesgos: del negocio y riesgo financiero. El riesgo del negocio se vincula con la variabilidad que tienen las ganancias antes de impuestos y de intereses. Su medición puede calcularse a través de la desviación típica en la función de probabilidad de las ganancias antes de impuestos y de intereses. En el riesgo del negocio influyen diversos factores: la rama industrial en la que está situada la empresa, la demanda del producto, la competencia, la estructura de activos de la empresa, el grado de apalancamiento operativo. 16 Cálculo del Leverage Operativo De las actividades productivas se desprende la expresión apalancamiento operativo el cual se define como la relación entre el porcentaje de incremento en las ganancias antes de intereses e impuestos (GAII), dividido por el porcentaje de incremento en las ventas que las originaron. Muestra cómo evolucionan las ganancias antes de impuestos y de intereses ante los cambios en las ventas. En el análisis se incluyen las ventas y los costos sean fijos o variables. No se incluyen los intereses ni los impuestos sobre la renta. L.O. = Variación de la GAII Variación de las ventas Si se designan: Q: Ventas en unidades*; p: precio unitario del artículo; cv: costo variable unitario del artículo; CF; costos fijos del período*. (*) los costos fijos y las unidades de ventas deben referirse al mismo período. La determinación de cada uno de los elementos es la siguiente: Incremento de las ganancias por las ventas adicionales Ganancias antes del aumento de las ventas ΔQ (p - cv) Variación de la GAII = Q (p - cv) - CF Variación de la GAII = Por otra parte: Variación en las ventas = Incremento de ventas Ventas antes del aumento Variación en las ventas = ΔQ Q El leverage operativo queda en: ΔQ(p - cv) ΔQ(p - cv) Q Q(p - cv) - CF L.O. = = x ΔQ Q(p - cv) - CF ΔQ Q Quedando como expresión de Leverage Operativo: L.O. = Q(p - cv) Q(p -cv) - CF Las razones del apalancamiento operativo Cuando la variación relativa de la cantidad vendida tiende a cero tenemos: 17 A0 = dB B dQ Q d= Derivada total Remplazando en la fórmula anterior los valores del beneficio por su fórmula, Q(p-cv) A0 = tenemos: Q(p-cv) -CF Al analizar matemáticamente dicha fórmula tenemos: - La razón de apalancamiento es siempre mayor que la unidad, debido, precisamente, a la existencia de los costos fijos. Quiere decir que un determinado porcentaje de incremento en la cantidad vendida provocará un incremento del beneficio proporcionalmente mayor. Es decir, El costo fijo ejerce un efecto similar al de una palanca, amplificando la variabilidad del beneficio. Cuando la empresa se halla en expansión, cuanto mayor sean los costos fijos, mayor incremento experimentarán los beneficios al incrementar la cantidad vendida. De la misma manera, cuando la empresa de halla en recesión, los costos fijos amplificarán la disminución del beneficio. - La razón de apalancamiento en función de Q viene definida por dos ramas de hipérbola, ya que la función presenta una discontinuidad en el punto Q = F p - cv (punto muerto). La razón de apalancamiento varia con Q, siendo tanto mayor cuanto más próxima se halle del punto muerto. - La razón de apalancamiento se aproxima tanto más a uno cuanto mayor sea Q (en sentido positivo o negativo). A o Figura 3 Un alto grado de apalancamiento operativo no significa que la empresa esté en buena situación, sino que tan sólo da una idea de lo ventajoso que podría ser el aumento en las ventas o lo peligroso que podría ser una disminución. Por eso el apalancamiento es un indicador del riesgo operativo en el que incurre la empresa teniendo una determinada estructura de costos y gastos fijos. La potencial ventaja en el rendimiento económico por la absorción de costos, siempre implica un mayor riesgo operativo por la posibilidad de no concretarse la venta. 18 La compañía debe optar por la mejor alternativa de tipo operativo, es decir, aquélla que permite obtener el mejor nivel de utilidad antes de interés e impuestos. Tomando como referencia la alternativa de menor utilidad operativa, se calcula el incremento porcentual en las ventas y se procede de la misma forma con el incremento en la utilidad operativa. Por palanca de operación se entiende entonces al incremento de las utilidades debido al empleo óptimo de los costos fijos, según la capacidad instalada. El apalancamiento de la operación puede ser analizado básicamente a través del modelo Costo-Utilidad-Volumen, porque para al calcular el punto de equilibrio de la empresa se verá qué tan bueno o malo es el apalancamiento que tiene. El riesgo de la operación de la empresa, consiste en la probabilidad que se tiene de que las ventas no cubran los costos fijos de la compañía. La mejor manera de evaluar el riesgo de operación es comparar las ventas de la empresa en relación con su punto de equilibrio; cuanto más por encima estén las ventas, menor será el riesgo de operación. En este estudio, hemos visto que a la decisión del aumento de las ventas se puede llegar por varios caminos, los cuales producen su efecto en distintos plazos o proporción. Uno de ellos es el aumento en los precios que provoca un margen de utilidad mayor, con efecto inmediato y siempre que el mercado lo convalide. En cambio, una combinación entre costos fijos y variables es una decisión que supone un trabajo de reingeniería, de elaboración más compleja y de tipo estratégica. Si la empresa tiene un bajo nivel de apalancamiento y llevando a cabo un estudio de mercado se llega a la conclusión de que podrían aumentarse las ventas modificando la estructura de activos, sea por cambio de tecnología o por expansión de equipos, sabemos que una vez que se logre el nivel óptimo de cantidades vendidas para esa estructura, se recuperará con ganancia el capital invertido. El análisis ha de considerar la situación actual del mercado y su proyección en lo que respecta a crecimiento y penetración. El apalancamiento operativo da lugar a las llamadas sinergias productivas, en las cuales algunas compañías adquieren a otras de su mismo sector para mejorar la absorción de costos fijos lo que incrementa la productividad y aumenta el valor de la Organización al consolidar las empresas. La contrapartida a este beneficio que se aspira es el riesgo de comprar otra empresa, es decir, invertir fondos y no vender lo suficiente para generar rendimientos económicos trascendentes. Cálculo del Leverage Financiero El LF es un indicador que determina la variación en las ganancias netas por acción, que provendrían de un cambio en las ganancias antes de impuestos y de intereses. Esto es: L.F. = Variación en las ganancias por acción Variación en las GAII El cociente se puede expresar de la siguiente forma: Variac. en las ganancias por acción = Gcias por acción por vtas adic Gcias por acción antes del aumento de vtas Dicho cociente se expresaría como: 19 ΔQ(p - cv)(1 - t) N Q(p - cv) - (CF - I)(1 - t) N Variac. en las ganancias por acción = donde: N: número de acciones; t: tasa de impuestos sobre la renta en tanto por uno; I: monto de intereses. La variación en las GAII: ΔQ(p - cv) Q(p -cv) - CF y entonces el leverage financiero es igual a: L.F. = Q(p - cv) - CF Q(p - cv) - CF - I El estudio del efecto palanca o leverage financiero, apunta a determinar si el nivel y el costo del endeudamiento de una empresa con terceros, son convenientes para el objetivo de maximizar la rentabilidad de la inversión propia. Asimismo, se lo debe vincular con el riesgo financiero que existe en las empresas como se verá más adelante. En principio, el apalancamiento financiero es positivo cuando el incremento de las deudas nos permite aumentar la rentabilidad de la empresa. Asimismo, al contraer más deuda, disminuye la proporción de capitales propios invertidos y, por lo tanto, el denominador del ratio de rentabilidad disminuye con respecto a los beneficios obtenidos con lo que esta puede aumentar. Rentabilidad = Resultado Neto Capitales Propios La fórmula para determinar el apalancamiento financiero sería: LF = o bien Resultado Neto Patrimonio Neto Resultado Operativo Activo Resultado Operativo Activo LF = Costo de Deudas Endeudamiento El resultado que surge de la obtención de este índice, debe analizarse e interpretarse de la siguiente forma: Si la relación es mayor a 1, se deduce que la deuda es ventajosa para la compañía porque los fondos recibidos se aplican a negocios que rinden por encima del costo de deuda. Si es menor a 1, la mayor deuda resulta perjudicial para la firma, dado que el costo de deuda supera la rentabilidad operativa destruyendo, por ende, valor en la empresa. Si fuera igual a 1 no se alteraría la relación de rentabilidad. En este análisis, la concepción es que la rentabilidad de la inversión se emplea para el pago de intereses de deuda y el remanente debiera satisfacer el rendimiento requerido por el capital propio. 20 Leverage combinado El leverage combinado da información sobre la influencia de un cambio en las ventas en la ganancia neta por acción. Una síntesis de los distintos efectos de leverage sería la siguiente: Leverage Operativo Financiero Cambio en Ventas GAII Combinado Ventas Efecto sobre GAII Ganancias por acción Ganancias por acción Así, entonces, el leverage combinado es: L.C. = Variación en las ganancias por acción Variación en las ventas Este indicador abarca desde el extremo de las ventas al de las ganancias por acción, resumiendo, por lo tanto, a los efectos de leverage operativo y financiero. El leverage combinado es el producto de los dos: L.C. = L.O. x L.F. = de donde: L.C. = Q(p -cv) Q(p - cv) - CF x Q(p -cv) - CF Q(p -cv) - CF - I Q(p - cv) Q(p - cv) - CF - I Lenguaje e Interpretación de los Ratios. Oportunidad de los Análisis El análisis de la situación financiera y de la rentabilidad puede ser válidamente efectuado a través de un sistema especial de análisis, que consiste en la comparación entre dos o más elementos del estado patrimonial o del de resultados. A esas relaciones, suele denominárselas índices o coeficientes, que tienen la virtud de ofrecer una indicación significativa de la situación y, al propio tiempo, una representación sintética de la misma. La crítica al método de coeficientes, generalmente, está orientada a combatir los excesos que pueden cometerse al exagerar la utilidad de los índices y por ciertas dificultades de empleo y evaluación. Es indudable que unos pocos índices, y menos uno solo, no son suficientes para evaluar la situación de una empresa. Debe dársele a los coeficientes, la real importancia práctica que revisten, como una herramienta para investigar la situación; por ejemplo, la relación entre las utilidades y ventas contiene más información que la sola consideración del total de las ventas o de las utilidades, en valores absolutos. 21 Obsérvese que, aunque entre los dos valores existe un lazo de unión lógico -y ésta es la primera condición de la validez de los índices-, y no se dice que la relación mida la capacidad de la empresa para conseguir beneficios en función de las ventas; ello no constituirá solamente un índice, pues tal conclusión sobre la rentabilidad debería surgir de la consideración razonada de otros elementos. Los actos de una empresa y de las distintas situaciones por las que puede atravesar en el proceso continuo de sus operaciones, son de naturaleza tan compleja, y depende de tantos elementos internos y externos, que es prácticamente imposible poder explicar e interpretar con seguridad su posición en determinado momento y vislumbrar su posición futura, a través de unos pocos índices. Los índices, considerados individualmente, son de relativo interés. Sin embargo, su importancia como herramienta de análisis crece substancialmente si: • • • • Se realiza un examen conjunto y vinculado de los índices más importantes. Se los compara en el tiempo, para apreciar su evolución y su probable tendencia. Se comparan los índices obtenidos en un determinado momento, con los que la empresa se hubiese fijado como meta. Se comparan los índices de la empresa con el promedio de las otras del mismo ramo. Los índices operan como alarmas que previenen situaciones indeseables y que marcan posibles resultados de eventos de acontecimiento. La construcción de un conjunto de indicadores por áreas puede significar la concentración en las metas para el cumplimiento de los objetivos. Así, el incremento de ventas por inversión, el gasto comercial por peso vendido, la proporción de ventas por empleado, el margen bruto, el mark up, la proporción de ventas con tarjeta de crédito, la participación en el mercado, etc., son índices que posicionan a la empresa y posibilitan el diseño de tácticas de venta en algunos casos como de cambio de estrategias de productos o de precios en otros. Distintos indicadores de un conjunto se van activando con lo cual llaman la atención de los analistas a fin de considerar posibles cambios de conductas y resultados posibles. Un aspecto fundamental, a la luz de los tiempos vigentes, lo constituye la interactividad en el registro de los hechos económicos lo que permite un conocimiento más acabado de la realidad. Sin embargo, también debe contemplarse que muchas veces la falta de registro o la demora en los registros retrasa la interpretación de los acontecimientos y, por lo tanto, las modificaciones en los cambios de rumbo, razón por la cual habrá que saber quiénes son los beneficiarios de los hechos que se registran y de las interpretaciones que los analistas llevan a cabo. El lenguaje de los indicadores implica también interpretar el sentido y la dirección de la evolución que tienen las relaciones. El hecho de que la rentabilidad neta sobre ventas, sea por ejemplo del 14% implica que debemos considerar si este valor es en sí una variación importante y deseable. Así, con el resto de índices, y podremos establecer un lenguaje con variaciones, grado de importancia, tendencia y cumplimiento de metas con los indicadores seleccionados. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS 22 Álvarez, Orlando, Gerencia del valor, un enfoque integral de gestión, Ediciones Rincón Aguilar y Cía. Madrid. 2002 Bergés, Carlos Antonio, Análisis financiero mediante índices y coeficientes, Buenos Aires, Ediciones Nueva Técnica RAE 37 T° IV A pp. 53. Druker, Peter, Cómo medir el rendimiento de la empresa, La información que los directivos necesitan realmente, Buenos Aires, 2004,Deusto pp. 1. Esa Mäkeläinen and Narcyz Roztock, EVA for small business, Helsinki School of Economics and Business Administration. Helsinki. 2002 Esa Mäkeläinen and Narcyz Roztock, Implementing EVA, Helsinki School of Economics and Business Administration. Helsinki 2002 Esa Mäkeläinen and Narcyz Roztock, Introduction to Economic Value Added, Helsinki School of Economics and Business Administration. 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