[Publicado previamente en: J.-M. Carrié – R. Lizzi Testa (eds.), Humana sapit. Études d'Antiquité tardive offertes à Lellia Cracco Ruggini, Turnhout 2002, 299-307. Editado aquí en formato digital por cortesía del autor, con la paginación original]. Relaciones de España en la tarda antigüedad con África y el Oriente. Últimas aportaciones de la cerámica * José María Blázquez Martínez Real Academia de la Historia La reciente publicación en Barcelona de las actas de la V reunión de arqueología cristiana hispánica 1 aporta nuevos y abundantes datos sobre la contribución de las cerámicas a las relaciones de Hispania con el norte de África y con el Oriente, tema muy importante que nos proponemos, levemente, tratar en este trabajo. M. Adserias, estudiando un mausoleo de Tarragona 2, recoge un ánfora africana la de mayor difusión en el siglo VI, que es un contenedor cilíndrico. La variante clásica, es sustituida, a partir de finales del s. VI por el tipo Keay F/G/N/O, o sea, por la forma Cartago 53. Una jarra de grandes dimensiones, de procedencia africana se documenta en la Punta de l'Illa (Cullera), durante el s. VI, en Alicante, hacia finales del s. V y en la primera mitad del s. VI en la isla de Ibiza en niveles del s. VI y del s. VII y en Ampurias, R. Albiach señala que en un pozo situado un poco al sur de la curia de Valencia 3 han aparecido ánforas de pequeñas dimensiones (fíg. 1), con decoración incisa de meandros, típicas del s. VI y principios del s. VII. Ejemplares semejantes se han recogido en otras excavaciones de Valencia, como en los Baños del Almirante y en la calle Cabrillers. A este lote de ánforas acompaña un conjunto de ollas de origen africano con ejemplares datados con seguridad en la misma fecha que las piezas de Valencia la Vella y de Punta de l'Illa. Los mismos autores indican que en un pozo de grandes sillares, situado en el área occidental del solar de l'Almoina, frente al acceso a la curia y junto al ángulo sudoeste del foro, los materiales recuperados en la trinchera de fundación ofrecen una Fig. 1.- Ánforas del Pozo (Según R. Albiach et al.). _____________________________ * Abreviación: V Reunión = AAVV, V Reunión de Arqueología Cristiana Hispánica (Cartagena 16-19 de Abril de 1998), Barcelona, 2000. 1. V Reunión. 2. M. Adserías et al., El mausoleo de la calle Sant Auguri de Tarragona, in V Reunión, pp. 41-46. Para aligerar la extensión del trabajo prescindimos de la numerosa bibliografía que manejan los autores. Tan sólo recordamos R. Járrega Domínguez, Cerámicas finas tardorromanas y del Mediterráneo oriental en España. Estado de la cuestión, Madrid, CSIC, 1991; A. Vázquez, Sigillata africana en Augusta Emérita, Mérida, 1985. En general: Atlante delle forme ceramiche. Ceramica fine romana nel bacino mediterráneo (medio e tardo impero), in Enciclopedia dell'arte classica e orientale, I, Roma, 1981 (A. Carandini et al.); J. W. Hayes, Late Roman Pottery, Londres, 1972; S. J. Keay, Late Roman Amphoras in the western Mediterranean. A typology and economic study. The Catalan evidence, Oxford, 1984. 3. R. Albiach et al., Las últimas excavaciones (1992-1998) del solar de l'Almoina: nuevos datos de la zona episcopal de Valentia, in V Reunión, pp. 72, 79. 299 cronología de la segunda mitad del siglo V (550) basada en las ánforas africanas de pequeñas dimensiones y en la cerámica común de origen africano con ollas de borde vuelto al exterior. Según D. Bernal y J. M. Pérez 4, en la excavación del Paseo de las Palmeras se han recogido ánforas africanas y orientales de diversas tipologías (Keay LV, LVIII, y Keay LIII, LX respectivamente). La dualidad del ajuar procedente de los talleres del norte de África, ya bajo el dominio bizantino y de productos del Mediterráneo oriental es típica de los yacimientos asociados al dominio bizantino, al igual que en Cartago. En la parcela 21 de la calle Gran Vía, se han encontrado algunos morteros de borde anguloso de pasta roja análoga a la TS Africana y sin engobe, relacionados con algunos tipos de mortero de producción africana. Se han identificado ánforas de procedencia oriental (Keay LIII, LIV, PXV, LXX y LXXIX) y africanas (Keay LXI A-B-C y spatheion). La cerámica fina está compuesta en su totalidad por fragmentos de TS Africana D, de gran variedad de tipología (Hayes 60, 61, 91C, 91D, 93, 94B, 97, 99C, 101, 102, 104A y B, 105, 107, 108 y 109). La presencia de las formas TS Africana D es porcentualmente desigual. Destacan las formas Hayes 99 (27%), Hayes 101 (14,8%), Hayes 104 (9,2%) y Hayes 109 (7,4%). En el nivel inferior se ha recogido la cerámica a mano (28%), TSAD de formas variadas como la Hayes 89 (7,1 %), Hayes 91C (7,1%), Hayes 91D (3,5 %), Hayes 99C (7,1%), Hayes 99 (28,5%), Hayes 101 (3,5%), Hayes 104 A y B (35,6%) y Hayes 109 (7,1%). Las ánforas (24%) son de procedencia oriental (Keay LIII y LIV) y africana (Keay LXI y spatheion), en proporciones similares en ambos casos. La relación de la TS Clara Due 2002, según Bernal y Pérez es la siguiente: Forma Hayes 60 Hayes 61 Hayes 9 1C Hayes 9 ID Hayes 93 Hayes 94B Hayes 97 Hayes 99C Hayes 99 Hayes 101 Hayes 102 Hayes 104 A Hayes Í04B Hayes 104 Hayes i 05 Hayes 107 Hayes 108 Hayes 109 Lucente At.40.5 Total N° Bordes 1 1 1 2 2 2 1 5 15 8 1 1 2 2 2 2 1 4 1 1 54 % TS Clara D 1.8 1.8 1.8 3.7 3.7 3.7 1.8 9.2 27.7 14.8 1.8 1.8 3.7 3.7 3.7 3.7 1.8 7.4 1.8 1.8 - Cronología 350-450 325-475 500-600 580-675 470-540 400-550 500-550 560-620 500-620 550-600 530-630 500-580 570-600 500-625 580-675 580-675 600-630 580-600 s. IV-V 350-650 - Zonas del Formas en TS castillo de Lorca Africana D A H91C B H81 H109 H80B C D H104 H99A H81B H80B H84 H91D E F H91A G H H99A I H93B J K H64 H87C H99A La relación de la TS clara 2010 es la siguiente Forma Hayes 89 Haves 99C Hayes 1 04 A Hayes 109 Total N° Fragmentos 2 1 2 1 6 La fecha de la primera iglesia de época visigótica de Barcelona, según Ch. Bonnet y J. Beltrán 5, viene dada por la TS Africana Hayes 91D, que se fecha entre los años 600-650. El relleno de la trinchera de cimentación del segundo edificio proporcionó un fragmento de TS Africana Hayes 108, que se data afínales del s. VI y a los comienzos del siguiente. Los muros del edificio de planta cruciforme recuerdan al opus africanum, cuyo uso sería otra prueba del influjo africano. Del estudio de A. Martínez y J. Ponce 6, se deduce el siguiente cuadro, elaborado por los autores mencionados, en el Cerro del Castillo (Lorca): Cronología (Según Cronología (Excavaciones en el teatro romano de Hayes, 1972) Cartagena según Ramallo et al. 1996) 530-600 dC. Fase 9.2 (525-535 dC) 2a mitad s. V dC 580/600-med. S VII Fase 10.3 (570-590 dC) fin. S. V dC Fase 8.1 (475-525 dC.) 530/580 dC 510/540 dC 2a mitad s. V dC 2a mitad s. V dC 440-500 dC S. VII dC Fase 8. 1 (475-525 dC.) Fase 9.2 (525-535 dC) 2a mitad s. V dC Fase 8.2 (400-450 dC) 5 10-540 dC 500-540 dC Fase 8.1 Fase 9.2 (475-525 d.C.) (525-535 dC) 1a mitad s. V dC Inicio s. VI dC 510-540 dC Fase 8.1 (475-525 d.C.) Fase 8.1 (475-525 dC.) Fase 10.2 (590-625 dC) 4. D. Bernal y J. M. Pérez, La ocupación bizantina de Septem. Análisis del registro arqueológico y propuestas de interpretación, in V Reunión, pp. 124-127. 5. Ch. Bonnet y J. Beltrán, Nuevas interpretaciones arqueológicas en el Museo de Historia de la Ciudad: Una iglesia de época visigótica en el grupo episcopal de Barcelona, in V Reunión, pp. 140-141. 6. A. Martínez y J. Ponce, Lorca como centro territorial durante los siglos V-VII d.C,, in V Reunión, pp. 201, 203. 300 Y en las laderas del Cerro de] Castillo: En la ladera sur se documentan fragmentos informes de TS Africana D. En la necrópolis de Lorca, Keay LIII que se encuentra debajo del casco urbano de la ciudad, Siglo VI en un solar de la calle Morote se recogió un fragmento Fase I de TS Africana D de la forma Hayes 93B, fechado entre 1a mitad siglo V H73, H91A los años 500 y 540, que data la necrópolis. Keay XIII M. Menasanch 7 señala en Vera (Almería) la H67 presencia en la fase 2, fechada en el s. VI y en el primer cuarto o primeras décadas del s. VII, de cerámica común africana, de ánforas africanas (Keay XXXVI, LV y LXI) y orientales. De estas importaciones africanas deduce la autora que después de la conquista bizantina de Cartago y de la región del sudeste hispano, las relaciones con África se intensificaron y tomaron un carácter diferente del de la etapa anterior. Según I. Navarro 8, se han hallado en cantidad grande, en unas piletas de una factoría de salazón en Algearas, TS Africana D (principalmente la forma Hayes 61) y un numeroso conjunto de cerámicas de cocina norteafricanas. En la cerámica de mesa destacan las formas Hayes 99 y 104, de TS Africana D, en menor proporción que las ánforas del tipo Keay LXI, de procedencia norteafricana, que traían aceite de esta región, que aparecen con frecuencia en los asentamientos bizantinos de Híspania. En el convento de Santa Clara de Córdoba, según F. Penco 9 queda patente el influjo de Oriente, de Italia, del Norte de África y de las Islas Baleares. Destacan las cerámicas de procedencia africana, entre las que descuellan varios fragmentos de TS Africana D2. En la confección del pavimento se emplearon elementos cerámicos de procedencia africana que probarían que la ocupación bizantina en Córdoba fue más compleja que lo que se suponía. En la Málaga bizantina, estudiada por I. Navarro 10, se documenta un alto porcentaje de contenedores de aceite africano, sobre todo de tipo Keay LXI y de Spatheria, en menor número, que importaban salazones procedentes del norte de África. Destaca un elevado número de ánforas, procedentes del Mediterráneo oriental, que contenían aceite, del tipo Keay LIII. También se encontraron una docena de ungüentarios de procedencia palestina, región con la que Híspania mantenía buenas relaciones durante la Tarda Antigüedad 11. Destaca la ausencia de ánforas béticas a partir del s. V. De estos datos se deduce que el abastecimiento de la Malaca bizantina se realizaba a través de ánforas de procedencia norteafricana y oriental, que indican la importancia del puerto de Malaca. Las relaciones de Hispania con el Oriente confirman la afirmación de las fuentes, como Hidacio 177, que menciona la llegada de la noticia de la victoria del emperador Marciano sobre los lauzas. Procopio, en La guerra contra los vándalos (I, 7-11) menciona a comerciantes procedentes de Cartago que llegan a Hispalis, a Gregorio, supuesto obispo sirio presente en el II Concilio de Hispalis, celebrado en el año 619, textos recordados por M.C. Tarradellas en su Topografía de Sevilla durante la Antigüedad tardía 12. Estas importaciones no estaban reñidas, en los ss. IV y V con un intenso tráfico comercial dentro de Hispania. Así, ánforas sudhispánicas se recogieron en el vertederos de Vila-Roma en Tarragona en un porcentaje del 25% (Keay XIII y XIX) y en número inferior las Keay XVI y XXII, que contenían garum. En la antigua Audiencia de Tarraco, las ánforas Keay XIX, XXII, XXIII están presentes en un 34%. En el cardo maximus de Iluro, las ánforas sudhispánicas son un 23% y pertenecen a las formas Keay XIII A y C, XIX B y C, XXIII, XVI A, B y C 13. En Cartagena en época bizantina, S. F. Ramallo y E. Ruiz 14 mencionan en la vajilla de mesa la presencia de formas Hayes 91C (11 ejemplares), 91D (2 ejemplares), 99C (15 ejemplares), 101 (5 ejemplares), 104C (6 ejemplares), 105 (9 ejemplares), 107 (4 ejemplares), 108 (3 ejemplares), que es el lote más numeroso de las producciones africanas que constata la presencia de las formas más tardías, fechadas en su mayoría entre finales del s. VI y la primera mitad del s. VII. Este repertorio se repite en las termas de la calle Honda. Material cerámico semejante se recogió en una serie de fosas, de finales del s. VI o principio del siguiente, abiertas en pozos circulares rellenos con material cerámico parecido. Fases Fase II UE 1001 1002 1003 1006 del 1007 1010 1017 1031 TS africana D H103A, H81A H104B H104A Anforas _____________________________________ 7. M. Menasanch, Un espacio rural en territorio bizantino: análisis arqueológico de la depresión de Vera (Almería) entre los siglos V y VII, in VReunión, p. 215. 8.I. Navarro et al.. Primeros testimonios sobre Algeciras en época bizantina, in VReunión, pp. 225-226. 9. F. Penco, Un pavimento musivario de influencia bizantina en el Antiguo convento de Santa Clara de Córdoba, in V Reunión, p. 250. 10. I. Navarro et al., Malaca bizantina: primeros datos arqueológicos, in VReunión, pp. 271-278. 11. J. M. Blázquez, Relations between Hispania and Palestine in the Late Roman Empire, in ASSAPH. Studies in Art History 3, 1998, pp. 163-177. 12. M. C. Tarradellas, Topografía urbana de Sevilla durante la Antigüedad Tardía, in V Reunión, pp. 283-284. 13. P. Berni, Las ánforas de aceite en la Bética y su presencia en la Cataluña Romana, Barcelona, 1998, pp. 158-161; J. Revilla et al., El Cardo Maximus de la ciutat romana de'Iluro. Hispania Tarraconense, in Laietania, 10/2, 1997, p. 140. 14. S. F. Ramallo y E. Ruiz, Cartagena en la arqueología bizantina en Hispania: estado de la cuestión, in VReunión, pp. 307321. 301 En un pozo se hallaron 6 vasos de la forma Hayes 99C y 2 de la forma Hayes 101, junto a ánforas africanas, Keay XXXV, LIII y LXVI. Uno de los pozos proporcionó bordes de TS Africana D de la forma Hayes 80B, 99 y 91, varios fragmentos de fondo plano Hayes 104 y 105, en compañía de ánforas africanas Keay XXVI y orientales, Keay LIII, además de cerámica africana de cocina Fulford 2/3, un mortero de la misma procedencia y un fragmento de ungüentario de origen oriental del tipo Hayes late roman, recipiente que transportaría agua del Jordán o aceite de los santuarios de Palestina para usos litúrgicos. Piezas parecidas en Hispania han aparecido en Cullera y Benalúa (Alicante). La vajilla de mesa africana está representada por piezas datadas entre el s. VI y la primera mitad del s. VII, especialmente las formas 99 y 104/105. Tan sólo un borde de la forma Hayes 91 puede datarse en fecha anterior. Están presentes spatehia de la forma Keay XXVI, datados en la segunda mitad del s. VI y comienzos del s. VII, procedentes del África Proconsular. Abundan las cerámicas africanas de variada tipología en el s. VI. Junto a las ánforas africanas llegaron envases, de la forma Keay LIII, que contenían, posiblemente, aceite, ya directamente del área sirio-palestina, ya por intermedio de Cartago, durante la segunda mitad del s. VI y principios del s. VII. En el barrio construido sobre los restos del teatro romano se han recogido las formas más tardías de TS Africana D: Hayes 91D, 99, 101, 104C, 105,107,108 y 109, datadas en la segunda mitad del s. VI y en la primera mitad del VII. Tradicionalmente se ha considerado el segundo cuarto del s. VII como fecha final de la exportación de cerámicas de mesa africana, pero hoy día se cree que esta cerámica llegó hasta la segunda mitad de este siglo. A la segunda mitad del s. VII pertenece el plato Hayes 109. La producción cerámica recogida en Cartagena es muy parecida, con ligeras variantes en cuanto el porcentaje, al depósito de la Cripta Balbi de Roma, fechado en el s. VII avanzado. En Cartagena descuellan las ánforas tunecinas de la forma Keay LXI, considerada típica de los contextos bizantinos, fechados entre finales del s. VI y comienzos del VIII y que con los spatheia es el lote más numeroso. En Cartagena predominaba la TS Africana D, con la copa 99C con 33 piezas fechadas en el s. VI, a la que sigue el plato Hayes 105 con 13 ejemplares y las formas 91D, 104C y 109 con 11 ejemplares cada una y todas del s. VII. En otros enclaves del entorno de Cartagena destaca la TS Africana de los tipos Hayes 59B, 67, 76, 81, 91, 94, 99, 103 y 109, que conviven con envases africanos del tipo Keay XXIII y LIII, con paralelos en Tolmo de Minateda y en el Cerro de la Almagra (Muía). En este último yacimiento se recogió cerámica africana de los tipos Hayes 59, 67 y 91, típicos de los ss. IV y V. Según se ha indicado ya en Lorca las cerámicas halladas son parecidas. Se mezclan las producciones africanas más tardías Hayes 91D, 99 y 104 con las ánforas africanas Hayes 62 y orientales Keay LIII. S. Ramallo y E. Ruiz puntualizan que la presencia de materiales africanos y orientales no es un rasgo típico de los territorios hispanos controlados por Bizancio, ya que aparecen también en Tarraco o Barcino, pero al parecer son más abundantes en el sureste peninsular, en torno a Cartagena. M.J. Madrid et al.15, en su estudio de las termas de la calle Honda de Cartagena llegan a la conclusión de que la TS Africana D representa el 80% de la cerámica de mesa fina. Frente a un 20% integrado por cerámica oriental late roman C y late roman D, siendo la producción mayoritaria entre el total de las cerámicas importadas con un 68%. Pertenece a las formas Hayes 91C, cuya aparición se fecha desde la segunda mitad del s. V hasta el 600; Hayes 9 ID, de la primera mitad del s. VII; Hayes 93B, de la primera mitad del s. VI; Hayes 100, datada entre finales del s. VI y los inicios del siguiente, de escasa difusión; Ostia 100, también de escasa difusión, documentada en Cartago en niveles del s. VI, extendida por Levante en escasa cantidad; Atlante XLVI 9, ss. VI-VII, poco conocida pero atestiguada en Cataluña y Baleares; en Sant Martí d'Empúries se data en el segundo cuarto del s. VI; Hayes 102, de finales del s. VI e inicios del VII, poco difundida en Hispania, sólo en Sant Martí d'Empúries y Baelo; Hayes 80B/99, datada a comienzos del siglo VI o entre los años 525-575. En el teatro de Cartagena se fecha entre los años 525-535; Hayes 99B entre 530-580; Hayes 99C entre 560/580-620; Hayes 101 datada entre mediados y finales del s. VI; Hayes 104C entre la segunda mitad del s. VI y el comienzo del siguiente, frecuente en los yacimientos de época bizantina en Cartagena; Hayes 105 datada entre finales del s. VI y mediados del VII; Hayes 100, de difusión muy limitada entre los años 600-660; Hayes 107, de escasa difusión, fechada entre los años 600-650; Hayes 108, también poco frecuente, de principios del s. VII; Hayes 109, únicamente presente en Tarraco y Cartagena entre finales del s. VI y mediados del VII. Las lucernas de las termas de la calle Honda son de origen africano tardío, de la forma africana clásica (Atlante XAIa), documentada en Cataluña, Valencia, Andalucía, Castilla y Murcia. Se supone que su presencia está ligada al comercio de la Clara C tardía y D, como material subsidiario de la comercialización del aceite africano. Durante el s. VI, a pesar de la crisis de importación de la cerámica africana, llegan algunas cazuelas, aunque en escasa cantidad, de cerámica de cocina africana, de la forma Atlante CVII, 11 en compañía de otro material africano fechado entre los años 360-440 y la segunda mitad del s. VI, forma frecuente en la Tarraconense en los estratos del s. V, como en Tarraco, Tolegassos, Cartagena y Murcia. Un mortero Fulford 2.1, datado entre los años 500-600 pertenece a la cerámica común africana. _____________________________________ 15. M.J. Madrid, A.J. Murcia, F. Santaella, Cerámicas importadas de los siglos VI-VII en las termas romanas de la Calle Honda, Cartagena, in V Reunión, pp. 351-362. 302 Entre la producción oriental destaca la late roman C, frecuente en los yacimientos tardíos del Mediterráneo Occidental en proporción claramente inferior a la sigillata africana. Se data entre la segunda mitad del s. V y el s. VI. La TS Africana D de formas variadas ofrece una clara continuidad en la comercialización entre finales del s. V y la primera mitad del siguiente y el período de ocupación bizantino. Entre las formas más tempranas destaca la Hayes 104A y la 91C, la forma 80B/99 se documenta en Cartagena en la primera mitad del s. VI y las formas Hayes 93 y 104C, desde comienzos del s. VI hasta finales de la etapa bizantina. Un conjunto muy uniforme relacionado con el periodo de ocupación bizantina son las formas Hayes 9 ID, 105,107 y 109, fechadas desde finales del s. VI a la primera mitad del s. VII, que marcan el final de las importaciones africanas. Más minoritarias son las formas late roman C y late roman D, desde finales del s. V y durante todo el s. VI. En compañía de esta cerámica de mesa fina, en número escaso y procedentes también del norte de África, aparecen otras cerámicas que van acompañadas de cerámicas comunes de Ibiza y cazuelas toscas de posible procedencia suritálica. Estas cerámicas indican una preponderancia de los contactos comerciales con el norte de África, siendo la cerámica de mesa fina y común un comercio subsidiario dependiente del comercio del aceite africano, que llega en grandes cantidades durante el s. VI y los comienzos del VII, especialmente las ánforas Keay LXI, LXII y XXXII. El comercio de productos del Mediterráneo oriental se canalizó a través de la ruta que unía Constantinopla y Cartago. La presencia de cerámicas de mesa finas en comparación con la llegada de África, es escasa. A partir del s. VI la cerámica africana invadió el Mediterráneo. C. Marín y L. de Miguel 16, en su estudio de la vertiente septentrional del Monte de la Concepción en Cartagena, señalan la aparición de numerosos fragmentos cerámicos. En el vertedero A, un plato de TS Africana D del tipo Hayes 50. Un cuenco de TS Africana D del tipo Hayes 99B, otro Hayes 99A y un tercero del 108. La colmatación corresponde a la segunda mitad del s. VI o a principios del s. VII. En el vertedero I, un fragmento de cuenco de TS Africana D del tipo Hayes 108, de la primera mitad del s. VII. En el vertedero 2 un cuenco de TS africada D del tipo Hayes 91C fechado entre el s. V y el s. VII. En el vertedero 3 cerámica africana del tipo 2 y cerámica africada del tipo A. En el estrato que colmata la fosa se recogieron cerámicas africanas tipo D, Hayes 107. A.L Murcia 17 señala que las proximidades de Cartagena han proporcionado: Cucarell, un ánfora tardía oriental forma Keay LIII. Villa Asunción, TS Africana D, Forma Hayes 99. Pozo Blanco, entre las importaciones africanas destaca la presencia de las formas Hayes 73 y 80A y un mortero. El Saladillo, TS Africana D de la forma Hayes 81a. Poblado y necrópolis de Escombreras, una pieza de late roman C de la forma Hayes 3F y un fragmento de late roman unguentarium; lucerna africana de la forma Atlante X, datada entre mediados del s. V y mediados de s. VI; fragmentos indeterminados de ánforas africanas bajo imperiales. Coto Dorada, TS africada D, forma Hayes 87A y Atlante XLVI 9; late roman C de forma 3F y fragmentos informes de ánforas africanas bajo imperiales, fechado todo ello desde el s. V al s. VII. El Montillo, importante número de piezas importadas del s. V, especialmente la segunda mitad, de las formas Hayes 8B, 81 y 87A. La mayor cantidad de cerámicas importadas se data en el s. VI, con amplio repertorio de formas africanas D; Hayes 88, 94, 97, 91C, 99B, 99C, 104A y 104C. Las ánforas de origen africano pertenecen a las formas Keay LVII B y LXII y el contenedor oriental a la forma Keay LIII. La late roman C está en proporciones considerables, pero únicamente de la forma Hayes 3, especialmente en su variante F, del s. VI. Los Huncos, TS Africana D forma 69 y 91C y ánforas africanas bajo imperiales. Plaza de los Castillitos, fragmentos de TS Africana de la forma Hayes 99. B. Soler y A. Egea 18, en su estudio de El Cabildo (Tallante), concluyen que en la Villa Augustea aparecen TS Africana A, fechada en el s. II, de las formas Hayes 5, 8, 9, 14-16. Sigue un período de crisis también reflejado en los ambiente rurales de Carthago Nova, con escasos fragmentos de TS Africana C, abundando la del tipo D. En El Cabildo se recogió un único borde de TS Africana C, con paralelos entre las cerámicas de Cartagena, en el Castillo de la Puebla de Mula, en la Villa de Villaricos y en la villa de Balsapintada. La TS Africana Clara D, Hayes 91A es muy frecuente en todo el Mediterráneo. El tipo A, que parece ser más antiguo, es común en toda la comarca: La Azohía, Cartagena, Coto Fortuna, Begastri o El Castillo de la Puebla de Mula. La TS Africana Clara D, Hayes 104A tiene ejemplares en Cartagena de finales del s. V y s. VI. En la Azohía y en las proximidades de la necrópolis de El Corralón. Fuera de Cartagena se conocen piezas en El Castillo de la Puebla de Mula, Begastri, Coto Fortuna y Villaricos. Se fecha este tipo entre los años 530-580 según Hayes, y entre 500-600 según Fulford. TS Africana Clara D, Hayes 99A, fechada entre los años 510-540 es muy corriente en el Mediterráneo. TS Africana Clara D, Hayes 99 se documenta en Cartagena y fuera de la ciudad en Castillicos, en relación con la explotación de salazón, en El Corralón (Los Belones), en El _____________________________________ 16. C. Marín y L. De Miguel, Niveles tardorromanos y bizantinos en la vertiente septentrional inferior del Monte Concepción de Cartagena, in V Reunión, pp. 363-370. 17. A.L Murcia, Asentamientos rurales de los siglos V-VII d.C. en el contorno de Cartagena, in V Reunión, pp. 371-381. 18. B. Soler y A. Egea, El Cabildo (Tallante): la pervivencia del poblamiento en el territorium de Cartago Spartaria (siglos IV-VII d.C.), in V Reunión, pp. 403-411. 303 Castillo de la Puebla de Mula, en Los Garres, en Begastri y en Villaricos, durante todo el s. V y VI. La TS Africana Clara D, Hayes 87 se fecha desde la segunda mitad del siglo V a los comienzos del s. VI. Es forma muy escasa en la región. La TS Africana Clara D, Hayes 61, tiene una muy amplia difusión dentro del grupo de africanas tipo D; se data entre la segunda mitad del s, IV y los años 400-450. Piezas de este tipo se han localizado en el teatro de Cartagena, en Los Conesa (Los Beatos), en Castillicos, en El Castillo de la Puebla de Mula, en Begastri, en Salto de la Novia o Villaricos. También han aparecido cazuelas de cocina africana, Hayes 23,200-250; Ostia III, 200-250 y 150-400. De todas estas piezas se conservan sólo bordes. También se ha encontrado un ánfora tardía oriental, fechada 400-600, posiblemente procedente de Siria. La cerámica de la Villa de El Cabildo (Tallante) permite seguir la vida de la villa, sufrió una crisis en el s. III, pero no desapareció la actividad, como lo indica la escasa TS Africana C. Posiblemente a finales del s. II o a comienzos del siguiente la extensión de la villa se redujo y descendieron las relaciones comerciales. Este mismo proceso de abandono se detecta en otros yacimientos cercanos como en Los Puertos de Santa Bárbara, a 6 km de distancia, que fue abandonado definitivamente y en la villa de Los Pérez, que se abandonó después, en época islámica. Con el s. IV el campo de Cartagena sufrió una ruralización y un nuevo auge, como lo indica la abundante cerámica. El puerto de Mazarrón, desde finales del s. III, hasta principios del s. V revela una intensa relación comercial con el norte de África y con el Mediterráneo Oriental, convirtiéndose en un puerto de escala y de distribución de mercancías hasta el valle del Guadalentín. El comercio en menor escala continuó en los siglos siguientes con el Mediterráneo oriental. R. Járrega 19 ha llegado a conclusiones importantes para el nordeste de la Tarraconense. Después de la conquista de Cartago por los vándalos en 439 se importaron las sigillatas africanas, que son la vajilla de mesa, por todo el Mediterráneo occidental, lo que convirtió a Cartago en un centro exportador de primer orden. Las ánforas béticas y lusitanas no se comercializaron más allá de mediados del s. V. La sigillata gala estampada de color gris y anaranjada llegó a Hispania, principalmente a la costa, desde finales del s. IV hasta la primera mitad del s. VI. A partir de comienzos o de mediados del s. VI, esta cerámica sudgálica desapareció. El Mediterráneo oriental rivalizó en exportación con el norte de África. Se ha supuesto que las ánforas Keay LIII transportaban aceite de Antioquia o de Chipre, y las Keay LIV que contenían, muy probablemente, vino de Gaza. Esta última importación es importante, por su número y por su amplia distribución. La vajilla de mesa conocida como late Roman C, que se ha mencionado varias veces en este trabajo, tenía menor importancia. Procedía de la zona de Focea, en la costa de Asia Menor, y se fecha en la segunda mitad del s. V y a comienzos del s. VI, así como la late Roman D, o chipriota, escasa en Hispania. En la costa catalana, según Keay, las ánforas procedentes del Oriente tienen una presencia menos importante que las ánforas africanas, que se encuentran en mayoría. En la calle de Vila-Roma de Tarraco, fechada en el tercer cuarto del s. V, las ánforas orientales llegan al 25% del total. A partir de comienzo del s. V, el África Proconsular desempeñó un papel preponderante en el Mediterráneo occidental; con las ánforas africanas que transportaban aceite y quizá salazones, llegaron la vajilla de mesa y las lucernas. R. Járrega, siguiendo a L. García-Moreno 20, recuerda que Procopio alude a la abundancia de mercaderes orientales en Cartago durante la etapa vándala. Durante el s. VI aumentaron en el Mediterráneo occidental los productos africanos. Se ha supuesto que la rivalidad política entre visigodos y bizantinos influyó en la llegada de cerámica africanas a las regiones hispanas en manos de los visigodos. Las formas de sigillata africana, fechadas en la segunda mitad del s. VI y en el s. VII son las formas Hayes 104C, 105,106, 107,108 y 9 ID. La forma Hayes 104B se localiza en Gerona, la Ciudadela de Roses y el Camp de la Gruta en Gerona; en Barcelona, Mataró y Tarragona. Fuera de Cataluña en Valencia, en Alicante, en Punta del Arenal (Jávéa), en Cartagena, en Fuengirola (Málaga), en Mérida, en Pollentia (Mallorca) y en Can Sora (Ibiza). La forma Hayes 104C se documenta en Barcelona y Tarragona y fuera de Cataluña en Alicante, en Pollentia, en Cartagena y Zaragoza. La variante Hayes 104 n. 22, aparece en Barcelona, Mataró, Can Sentromà (Barcelona). La forma Hayes 105 se localiza en Barcelona, Tarragona, Valencia, Cartagena, Begastri, Fuengirola, Baelo (Cádiz), Zaragoza, Fornels (Menorca), Es Palmer (Ibiza) y Espalmados (Formentera). La forma Hayes 106 se encuentra en Taragona, Valencia, Cartagena y Baelo. La forma Hayes 107 se atestigua en Barcelona, Tarragona, Cartagena, Alicante, Málaga, Baelo y Can Sora (Ibiza). La forma Hayes 108 sólo se encuentra en Cartagena y Aljezares (Murcia). La forma Hayes 109 se halla presente en Tarragona, Cartagena y Baelo. La forma Hayes 91D tiene una distribución amplia, pues se documenta en Puig Rodón, Sant Martí d'Empuries y la Ciutadella de Roses en Gerona; En Barcelona, Mataró, Nostra Senyora de Sales (Barcelona), _____________________________________ 19. R. Járrega Domínguez, Las cerámicas de importación en el nordeste de la Tarraconense durante los siglos VI y VII d. C. Aproximación general, in V Reunión, pp. 467-483. 20. Colonias de comerciantes orientales en la Península ibérica s. V-VIII, in Habis 3, 1962, pp. 127-154. 304 Valencia, Alicante, Jávea, Cartagena, Pollentia, Espalmador (Ibiza) y, posiblemente, en Manguana y San José (Cártama, Málaga) y El Cortijo del Portero (Sevilla). R. Járrega ha completado su exhaustivo trabajo con nuevos hallazgos. Así la forma Hayes 104B se documenta también en Tortosa y la forma Hayes 104C en Mataró; la forma Hayes 104 n. 22 o 105, en Tortosa y un posible ejemplar en la villa romana de Barrugat (Tortosa). La forma Hayes 91D se documenta en Camp de la Gruta (Gerona), en la villa romana de Centelles (Tarragona) y en Els Antigons (Reus, Tarragona). En el siglo VII las formas 104C, 105, 107, 108 y 109 se han hallado en Ciutadella (Gerona), Broseral (Castellón), donde también se recogió un fragmento de Hayes 108A. Las formas Hayes 101 y 105 han aparecido en Valencia, La Vela (Valencia) y también en este yacimiento la forma Hayes 9 ID. Las sigillatas africanas, a pesar de su escasa representación, se documentan en los principales yacimientos de la costa catalana durante los ss. VI y VII. Las ánforas Keay VIII, XXXV, LV, LVII, LXI, LXII se encuentran en número alto en la costa catalana sin poder precisar si se datan antes o después de la conquista bizantina de Cartago. Según R. Járrega no se documenta ningún corte en el suministro de cerámica norteafricana en el área nordeste de Hispania durante la ocupación bizantina de Cartago ni cuando los bizantinos controlaron parte de la Península. R. Járrega estudia también los contextos arqueológicos y las cerámicas importadas en el nordeste de Hispania durante la segunda mitad del s. VI y durante el siguiente. Así señala que en Sant Martí d'Empúries, el único hábitat de la ciudad ocupado en el Bajo imperio, durante el s. VII se recogieron cerámicas africanas de las formas Hayes 109 y 91D. La cerámica de Sant Martí d'Empúries es el mejor contexto ampuritano para conocer las importaciones mediterráneas de última hora. En la fase V de la excavación destacan la TS Africana C tardía, Hayes 73; la Africana D, Hayes 58,59,61A y B, 67, 69, 80A y B, 87A, B y C, 91D, 93A Y B, 94,97, 99 103A y 104A y B. También ha aparecido sigillata estampada gala tardorromana. Las ánforas subhispánicas pertenecen a las formas Keay XIII, XVI y XIX; las orientales a las formas Keay III, IV, VII, VIII, XXV, XXXV A y B, XXXVI B, LV, LVII, LXI A y C, LXII A, B, D y G. La fase V se fecha a mediados del s. VI. La fase VI de este yacimiento tiene 5 fragmentos de TS Africana D. Dos son de la forma Hayes 104C y 109. Las ánforas africanas corresponden 55,87% de la cerámica recogida. Se documentan tres bordes de la forma Keay LXID, dos de la forma Keay LXII y uno de la forma Keay XXXV A. En la Ciutadella de Roses, la TS Africana D, Hayes 104B fecha el abandono de la factoría de salazón en la primera mitad del s. VI, aunque quizá debe rebajarse esta fecha. Las ánforas de la posterior necrópolis corresponden a la forma Keay LXII y a la Keay XXXVI B. Las formas Keay XXXVI y LXII llegan a Roses en la segunda mitad del s. VI o el s. VII. Este yacimiento estaba habitado en el s. VII, como lo prueba la presencia de TS Africana D, de las formas Hayes 104C, 105, 107, 108 y 109. En el cercano yacimiento de Puig de les Muralles se señala la casi total inexistencia de TS Africana D y la aparición de una lucerna africana Hayes II-Atlante X. Abundan las ánforas africanas Hayes 61 y 62. Un fragmento de ánfora probablemente procede del Oriente. Se fecha este yacimiento a mediados del s. VII, o mejor, en su segunda mitad. Entre la cerámica de Mataró destaca un borde de plato de la forma Hayes 104C de sigillata africana D, fechado en la segunda mitad del s. VI, asociado a un ánfora africana de la forma Keay 56, datado en la segunda mitad del s. VI o a los comienzos del siguiente. En Baetulo, Badalona, en la provincia de Barcelona, se han hallado cerámicas más antiguas de la TS Africana D (Hayes 32, 58 o 59, 60, 61, 63 y 80B). Aparecen otras de las formas Hayes 87A, 91C, 99, 103A y 104A, propias de finales del s. V y de la primera mitad del s. VI. Las formas Hayes 104C y 105 se fechan en la segunda mitad del siglo VI e inicios del s. VII. Se ha notado la ausencia de formas típicas del s. VII, Hayes 107,108,109 y 91D, lo que obliga a fechar el yacimiento a principios de la segunda mitad del s. VI, fecha que se podría alargar hasta principios del s. VII. En la excavación de la Plaza Font i Cussó de Badalona, datada en la segunda mitad del s. VI se han encontrado ánforas africanas I, Tripolitana II y III y Keay XXV. Las formas orientales pertenecen a la forma late Roman amphora I, Keay LIII y late Roman amphora 4, Keay LIV, que podían fecharse en la segunda mitad del siglo VI, como residuales. También se ha recogido un ánfora africana de la forma Keay LV A, que sería contemporánea del estrato. No se han descrito ánforas africanas Keay LXII, muy abundantes en los yacimientos del s. VI. En la excavación de la Plaza del Rei de Barcelona se hallaron TS Africana D, Hayes 102 y 106. En el cementerio de esta plaza había ánforas africanas del tipo Keay LXII y una pieza de procedencia oriental de la forma Keay 54 y dos lucernas africanas. En Tarragona, en la bóveda de la iglesia de Santa María se metieron tres ánforas de procedencia africana de la forma Keay LXI, dos de la variante A y la tercera de la B, que deben fecharse en el s. VII. El yacimiento de La Solana, en Cubelles, Barcelona, es interesante para el conocimiento de las últimas importaciones africanas llegadas a la costa catalana. Junto a formas típicas de la primera mitad de s. VI (Hayes 87C, 88, 94, 103 y una posible 104A), se recogió un fragmento de la forma Hayes 106, que fecha la amortización del yacimiento en pleno s. VII. También se han hallado fragmentos de ánforas africanas de las formas Keay LXI y LXII y orientales, de tipo late Roman amphora 1, Keay LIII y late Roman amphora 4, Keay LIV. Las ánforas orientales llegaron a Solana en el s. VI avanzado o quizá dentro ya del s. VII. Las ánforas africanas Keay 61 y 62, que forman el 91% de las importaciones, pueden fecharse en el siglo VI. La sigillata africana es muy escasa, sólo llega el 3%. 305 Fig. 2. -Yacimientos con cerámicas de importación de la segunda mitad del siglo VI y del VII dC. 1. Puig Rom (Roses, Alt Empordà, Gerona). 2. Ciutadella (Roses, Alt Empordà, Gerona). 3. Sant Martí d'Empúries (L'Escala, Alt Empordà, Gerona). 4. Camp de la Gruta (Torroella de Montgrí, Baix Empordà, Gerona). 5. Iluro (Mataró, Maresme, Barcelona). 6. Baetulo (Badalona, Barcelonés, Barcelona). 7. Barcino (Barcelona). 8. Montju'íc (Barcelona). 9. Nostra Senyora de Sales (Viladecans, Baix Llobregat, Barcelona). 10. Els Mallots (Cerdanyola, Vallès Occidental, Barcelona). 11. La Solana (Cubelles, Garraf, Barcelona). 12. Tarraco (Tarragona). 13. Els Antigons (Reus, Baix Camp, Tarragona). 14. Centcelles (Constantí, Tarragonès, Tarragona). 15. Egara (Terrassa, Vallès Occidental, Barcelona). 16. Sant Vicenç del Rus (Castellar de N'Hug, Berguedà, Barcelona). 17. Roc d'Enclar (Andorra). (Según R. Járrega Domínguez.} En la Torre de la Audiencia de Tarragona se han recogido ánforas africanas de las formas Keay LXI B y D y, especialmente, Keay LXII, estas últimas en gran cantidad; sigillata africana de las formas Hayes 104C, 105, 106,109, 91D y 308, y ánforas orientales de las formas Keay LIII y LIV, contexto que debe fecharse en la primera mitad del s. VII. En el área de Tarragona, próxima al puerto, se han encontrado ánforas africanas y orientales. En el yacimiento del Roc d'Enclar, en Andorra, se han hallado cerámicas de los ss. IV-V, sigillatas grises estampadas galas tardorromanas, imitaciones de la sigillata africana D, ánforas africanas de las formas Keay III y XXV e importaciones del s. VI y quizá del s. VII. Las cerámicas de este yacimiento demuestran que en pleno Pirineo llegaban las importaciones mediterráneas. En la Cova Colmenera (Lérida), se ha encontrado un ánfora oriental de la forma Keay LIV, fechada en el s. V. Fragmentos de spatheia del tipo Keay XXVIG, de un ánfora africana de la forma Keay LXII D y un pivote de la forma Keay LXI se han hallado en Recópolis (Zorita de los Canes, Guadalajara). Las cerámicas importadas de la segunda mitad del s. VI o de s. VII son importantes en Valencia la Vella (Valencia), donde se ha encontrado sigillata africana D de las formas Hayes 91B/C, 99,101,103, 104 y 108, ánforas africanas de las formas LV A y LXII E y orientales de las formas Keay LXV y Keay LIV, ánforas de las formas Keay LVI y LXII y sigillata africana Hayes D. Las ánfora se fechan, al menos, en la segunda mitad del s. VI o en la primera mitad del s. VE. No hubo, pues, ningún corte en el suministro de cerámicas africanas en el nordeste cuando los bizantinos ocuparon Cartago ni cuando se adueñaron de parte de Hispania. Las formas más tardías de la sigillata africana D, Hayes 104C, 105,106,107,108,109,101 y 91D, se recogen en Hispania dentro y fuera de la provincia bizantina 21 y son escasas en número en comparación con las encontradas en los yacimientos del s. V y de la primera mitad del s. VI. En cifras muy reducidas llegó a Hispania, durante la segunda mitad del s. VI e inicios del VII, la cerámica fina norteafricana. Podía considerarse una cerámica de lujo. Las ánforas norteafricanas continuaron llegando en grandes cantidades. La costa catalana importó ánforas norteafricanas durante el s. VII. Llegaron también ánforas orientales, aunque no pueda precisarse el número, a mediados del s. VI (fig. 2). Se desconocen las causas que motivaron el final de las importaciones norteafricanas. Se suele atribuir a la invasión islámica, pero no hay que descartar que las ánforas norteafricanas llegaran a Puig Rom en la segunda mitad del s. VII. Las ánforas halladas son casi en su totalidad africanas y en número más pequeño orientales. Las importaciones africanas han aparecido en Cataluña, en la costa, durante la segunda mitad del s. VI y el VII. Esporádicamente alcanzaron el interior. Básicamente se localizó en centros urbanos y en establecimientos rurales próximos a ellos en cantidad menor. En la Tarraco visigoda, según Macías y Remolà 22 las ánforas proceden del norte de África y del Oriente. Las _____________________________________ 21. M. Vallejo, Bizancio y la España Tardoantigua (ss. V-VÍIl). Un capítulo de la historia mediterránea, Alcalá de Henares, 1993. 22. J. M. Macias y J. A. Remóla, Tarraco visigoda: caracterización del material cerámico del siglo VII d.C., in V Reunión, pp. 485-497. 306 primeras son las típicas del norte de África, fechadas en el s. VI, Keay LXII A que son muy numerosas. Las ánforas orientales son las características de los ss. VI y VII. Se las encuentra en Isauria-Cilicia, norte de Siria y Palestina. Este depósito proporcionó la referencia más tardía para las importaciones de cerámicas llegadas a Tarragona. Es significativa la ausencia de la TS Africana D. El lote de ánforas más numeroso procede de Túnez. Moltó 23 en su estudio del yacimiento de Garganes (Alicante), señala la presencia abundante de piezas de vajilla de mesa de procedencia africana, que representa el 94% de los hallazgos; en cambio, la cerámica sudgálica sólo llegó al 2,69% y la oriental al 2, 95%. Se imitó la TS Africana de las formas 87A, 91A/B y 99, típicas del s. V. Estas imitaciones alcanzan el 1,07% de la cerámica de mesa. La cerámica de cocina africana representa el 29'05% del total de cerámicas de procedencia africana. Seis lucernas son de procedencia africana. 55 ánforas llegaron del norte de África y suponen el 72,36% del total de ánforas y el 11,57% del total del material africano. Cinco ejemplares pertenecen a la forma Keay III; cuatro ejemplares a la forma Keay VI; una pieza a la forma Keay VIII; nueve ejemplares a la forma Keay XXV, dos ejemplares a la forma Keay XXVI; un ejemplar a la forma Keay XXVII; dos ejemplares a la forma Keay XXV; una pieza a la forma Keay XL; dos ejemplares a la forma Keay LV; una pieza a la forma Keay LVII; tres ejemplares a la forma Keay LXI; diecisiete ejemplares a la forma Keay LXII. De las ánforas orientales tres pertenecen a la forma Keay LIII, una pieza a la forma Keay LXV y cinco ejemplares a la forma Keay XXIII. Las ánforas de procedencia africana son las más numerosas. Los contenedores cilíndricos representan el 70% del total de ánforas africanas. Las ánforas grandes de las formas Keay VI, VII y VIII representan el 12,72% del total de ánforas africanas. Las ánforas cilíndricas de medianas dimensiones llegan al 18,18% del total de ánforas africanas y pertenecen a las formas Keay XXV, XXVII. Las ánforas cilíndricas de grandes dimensiones de las formas Keay XXXV, XL, LV, LVII, LXI y LXII, representan el 47,27%, suman casi la mitad de las cerámicas llegadas a Garganes. Las formas Keay LXI y LXII son de época vandálica. Este muestreo de cerámicas aparecidas en yacimientos hispánicos de la Tarda Antigüedad hasta la llegada de los árabes a Hispania en 711, demuestra un comercio importante de aceite 24 y probablemente también de salazones, en menor cantidad, procedente de Túnez y, como producto subsidiario, la cerámica fina de mesa. Las ánforas de procedencia oriental traían igualmente a las costas hispanas aceite con toda probabilidad. Otros elementos culturales como la llegada del cristianismo desde África 25, de los copy-book utilizados en la confección de los mosaicos 26, de sarcófagos de Tarragona 27 y de cerámica estampada 28 de comienzos del s. V, así como la existencia de una preliturgia previsigoda de origen africano, confirman estas relaciones intensas 29. _____________________________________ 23. F. J. Moltó Poveda, Cerámicas de importación del yacimiento tardorromano de Garganes, in V Reunión, pp. 529540. 24. Sobre la producción y consumo de aceite en época visigoda véase L. García Moreno, Historia de España. España Visigoda, Madrid, pp. 284, 285, 288-289. Isidoro de Sevilla, en su regla monástica del 615, coloca el aceite de oliva como única grasa de los monjes y en sus orígenes distingue diferentes tipos de aceitunas cultivadas en Hispania. A uno le llama hispano. En la fórmula de Morgengabe, de origen cordobés de época del rey Sisebuto, el olivar forma parte del patrimonio. Las fuentes árabes mencionan los olivares numerosos en la región del Aljarafe sevillano, entre otras regiones, el valle del Guadiana, en las huertas del levante, en el valle medio del Ebro y en la costa catalana. Al final del Reino de Toledo, los tributos se pagaban en aceite y cereales. En época visigoda no desaparece el cultivo del olivar en Hispania. 25. J. M. Blázquez, Imagen y mito. Estudios sobre religiones mediterráneas e iberas. Madrid, 1977, pp. 467-404. Id., Historia de España II.2 España Romana (218 a. de J.C.- 414 de J.C.), Madrid, 1982, pp. 415-447. Esta tesis, seguida por M. Díaz y Díaz ha sido contestada por M. Sotomayor. Influencia de la Iglesia de Cartago en las iglesias hispanas (A propósito de un artículo de J. M. Blázquez), in Gerión 1, 1987, pp. 277-287. Recientemente J. Fontaine, excelente conocedor del cristianismo hispano antiguo (Ch. y L. Pietri (eds.), Storia del cristianesimo. Religione-Politica-Cultura, Roma, 2000, p. 762), acepta que muchos cánones, todos los de contenido sexual según nosotros, acusan un influjo de Tertuliano y de la Iglesia Africana, no de la de Roma. 26. J. M. Blázquez, Mosaicos romanos de España, Madrid, 1993, pp. 70-92. 27. I. Rodà, Sarcofagi delta bottega di Cartagine a Tarraco, in L'Africa Romana VII, Sassari, 1990, 2, pp. 727-736 y láms. El mármol de Numidia circuló mucho por Hispania (M. Mayer, La circulación del mármol numidicum en Hispania, in L'Africa Romana XI, Sassari, 1994, 3, pp. 837-848). Está atestiguado en Álava, Albacete, Alicante, Badajoz, Baleares, Burgos, Cádiz, Córdoba, Gerona, Granada, Jaén, Málaga, Sevilla, Soria, Tarragona, Valencia, Zaragoza y también Portugal, en diferentes épocas. Para el comercio con Mauritania occidental véase: A. Siraj, Le rôle de l'Espagne dans le commerce de la Maurétanie occidentale jusqu'au premier siècle de l'Islam, in L'Africa Romana XII, Sassari, 1996, pp. 1355-1365. Otros testimonios se podrían añadir: M. Mayer e I. Rodà, Los contactos entre el norte de África y la costa del Conventus Tarraconensis, in L'Africa Romana XII, Sassari, 1996, pp. 1423-1433. D. Bernal, La producción de cerámicas africanas de cocina en la Bética: aportaciones del taller de los Matagallares y de la alfarería de los Berreros (Salobreña. Granada), in L'Africa Romana XII, Sassari, 1996, pp. 1341-1353. Los yacimientos se podían multiplicar. 28. H. Schlunk y Th. Hauschild, Hispania Antigua. Die Denkmäler der Frühchristlichen und westgotische Zeit, Maguncia, 1978. 29. Sobre las relaciones de Hispania y el Oriente en la Tarda Antigüedad véase J. M. Blázquez, Aportaciones al estudio de la España Romana en el Bajo Imperio, Madrid, 1990, pp. 187-204. Con África, J. M. Blázquez, Economía de la Hispania Romana, Madrid, 1978, pp. 647-670. 307