Teórico 3 Se reflexionó sobre los conceptos: narración y experiencia ficción y conocimiento “ se escriben ficciones para eludir, por inmadurez o irresponsabilidad, los rigores que exige el tratamiento de la verdad, sino justamente para poner en evidencia el carácter complejo de la situación, carácter complejo del que el tratamiento limitado a lo verificable implica una reducción abusiva y un empobrecimiento. Al dar un salto hacia lo inverificable, la ficción multiplica al infinito las posibilidades de tratamiento. No vuelve la espalda a una supuesta realidad objetiva: muy por el contrario, se sumerge en su turbulencia, desdeñando la actitud ingenua que consiste en pretender saber de antemano cómo esa realidad está hecha”. Juan José Saer ” La importancia del libro de Levi ( Primo Levi: Si esto es un hombre) reside menos en cualquier nueva información “veraz” que proporciona acerca de los campos que en la artisticidad ( por medio de lo cual me refiero a artefactos literarios, poéticos, retóricos) que emplea par evocar una imagen persuasiva de un cosmos completamente horroroso y al mismo como una posibilidad presente para cualquiera de nuestro tiempo. ¿Estoy dando a entender con ello que le relato de Levi de su año en Auschwitz es una ficción en el sentido que es una pura invención? Por supuesto que no. Mi punto es que mediante el uso de las clases de dispositivos literarios empleados por los escritores de ficción__incluyendo topoi, tropos y figuras, esquemas de pensamiento caracterizaciones, personificaciones, tramado,etc.__Levi logra demostrar a sus lectores la diferencia entre una consideración meramente veraz de un acontecimiento, del tipo ofrecido por la mayor parte de los testigos-sobrevivientes, y un tratamiento artístico de un acontecimiento real en su pasado que trasciende la distinción verdad-realidad.” Haydn White (historiador) Se retomó el concepto de la doble situación comunicativa de un relato ficcional. La relación entre el lector y el autor es indirecta: está mediada por una enunciación ficcional. El narrador y el narratario son dos interlocutores autónomos creados por el autor . Cuando el autor se manifiesta, lo hace ficcionalizado: se introduce en el universo por él creado. Se retomó el análisis de "La forma de la espada”. Se leyó y analizó el cuento: El Cautivo de Borges En Junín o en Tapalqué refieren la historia. Un chico desapareció después de un malón; se dijo que lo habían robado los indios. Sus padres lo buscaron inútilmente; al cabo de los años, un soldado que venía de tierra adentro les habló de un indio de ojos celestes que bien podía ser su hijo. Dieron al fin con él (la crónica ha perdido las circunstancias y no quiero inventar lo que no sé) y creyeron reconocerlo. El hombre, trabajado por el desierto y por la vida bárbara, ya no sabía oír las palabras de la lengua natal, pero se dejó conducir, indiferente y dócil, hasta la casa. Ahí se detuvo, tal vez porque los otros se detuvieron. Miró la puerta, como sin entenderla. De pronto bajó la cabeza, gritó, atravesó corriendo el zaguán y los dos largos patios y se metió en la cocina. Sin vacilar, hundió el brazo en la ennegrecida campana y sacó el cuchillito de mango de asta que había escondido ahí, cuando chico. Los ojos le brillaron de alegría y los padres lloraron porque habían encontrado al hijo. Acaso a este recuerdo siguieron otros, pero el indio no podía vivir entre paredes y un día fue a buscar su desierto. Yo querría saber qué sintió en aquel instante de vértigo en que el pasado y el presente se confundieron; yo querría saber si el hijo perdido renació y murió en aquel éxtasis o si alcanzó a reconocer, siquiera como una criatura o un perro, los padres y la casa. Se reconocieron las acciones de los personajes y las acciones del “narrar”: el narrador informa sobre una historia que a su vez le fue referida, y presenta así la fabula o argumento como si fuera un trasmisor de la misma. El narrador cuenta los hechos estrictamente tal como se lo han contado . Al final, abre posibilidades narrativas que dan pie a la ficción. Por lo tanto, podemos distinguir un qué se narra del cómo se narra. Como lectores podemos atender solo a lo narrado, al qué, a la historia ( identificarnos como personajes, acciones, juzgar su comportamiento) o atender al modo , a las particularidades de la trasmisión, cómo es trasmitida esa historia. La historia Para analizar el nivel de lo narrado, la historia, recurrimos a Barthes y su teoría estructuralista. La crítica estructuralista , centrada en el estudio de los códigos de los relatos se basa en el paradigma lingüístico de Saussure. Tal como lo propone la lingüística, el análisis estructural considera que, así como la frase posee su lógica interna, también los relatos se constituyen en base a una gramática narrativa. Los estructuralistas estaban preocupados por la forma narrativa, por encontrar aquella estructura que aparece en todos los relatos, como un matriz común. La adhesión al paradigma lingüístico puede explicarse desde el objetivo que los guía, esto es de elaborar una teoría sobre la narración que se funde en un modelo y un campo de conocimiento que le es propio, como ser el de los signos, o sea, del lenguaje. A fin de establecer un modelo de análisis de validez general, o sea aplicable a todos los relatos como lo exige todo conocimiento científico, buscan en los relatos una estructura accesible al análisis. Una estructura que, al igual que el discurso tenga sus unidades, sus reglas, su “gramática”. Roland Barthes y el análisis estructural del relato La idea central reside precisamente en el paralelismo entre la estructura de la narración y de la frase. Sucesos o motivos en un relato ( concepto definido por Boris Tomsevskij): unidades elementales de un texto narrativo. Desde un punto de vista formal, están constituidas por un sujeto y un predicado. Se reflexionó sobre la diferencia entre la sucesión cronológica y causal y el concepto de motivación. 1. la motivación alude a la existencia de diferentes mundos ficcionales ( la coherencia, motivación narrativa, de los relatos puede ser de diferente tipo : naturalista o no). 2. la motivación diferencia una acción de un contecer ( la acción está llevada a cabo por un agente que decide entre diferentes posibilidades , en virtud de esa elección los cursos de la acción divergen) Solo cuando establecen entre sí una relación lógica causal, el acontecer se integra en una historia. La lógica de la acción consiste en el encadenamiento de nudos de acción que aseguran en su conjunto la continuidad estructural del relato. Tres secuencias. Una secuencia es una sucesión lógica de núcleos unidos entre sí por una relación de solidaridad, puede ser nominado. Las acciones den El cautivo: * Un chico desaparece después de un malón padres lo buscan un soldado les cuenta de un indio (desaparición) * Padres lo encuentran creen reconocerlo el hombre se deja llevar a la casa se detiene mira la puerta grita atraviesa la casa hasta la cocina saca el cuchillo que escondió de chico padres lloran (regreso) * El indio no puede vivir encerrado se va (huida) Estructura Todo relato tiene su sintaxis, un sistema lógico de relaciones. Si la unidad mínima del discurso es la oración, también el relato se compone de unidades mínimas. R. Barthes va a proponer un análisis de las acciones del relato (en el nivel de la historia) en términos de unidades o funciones como elementos o unidades mínimas del texto. Unidades son segmentos de la historia. Que el chico haya desparecido tras un malón es una unidad funcional, adquiere importancia después en la trama: es funcional. El carácter funcional de ciertos segmentos de la historia hace de ellos unidades: las funciones son unidades que tienen un correlato posterior. Hay dos clases de unidades: unas son distribucionales y otras integradoras. La distribucionales corresponden a las funciones de Propp: la compra de un revolver tiene correlato el momento en que se lo utilizará. No todas poseen la misma importancia. Algunas constituyen verdaderos “ nudos” del relato, otras solo “llenan” los espacios narrativos que median entre los nudos. Barthes llama núcleos a las funciones cardinales que corresponden a las acciones principales o nudos del relato. Estos núcleos constituyen los momentos de riesgo del relato: abren alternativas en función de las que la historia puede ser modificada ( si la acción de disparar se suprime, la historia, efectivamente, sería otra, si el chico no desaparece, si no regresa, si el soldado no les hubiera hablado de un indio de ojos celestes…). Núcleos: relaciones o ligazones lógicas y cronológicas. A diferencia de las funciones cardinales o unidades nucleares que constituyen el esqueleto del relato, las catálisis ( el perro ladra, llueve ) son de carácter complementario y corresponden a las acciones secundarias que, al modo de remansos, distraen o detienen el relato y mantienen el contacto entre narrador y lector. Por lo tanto, si la supresión de uno de los núcleos produce la alteración de la historia, no ocurre lo mismo con las cátalisis: elidir el perro que ladra, no modifica la historia solo el modo de narrarla ( sin remanso, la acción adquiriría un ritmo narrativo más veloz). Catálisis: acciones secundarias, se ubican alrededor o entre los núcleos. Funcionalidad atenuada pero no nula. Ligazón cronológica. Son funcionales en la medida en que entran en relación con un núcleo. “…la función constante de la catálisis es, pues, en toda circunstancia, una función fática (para retomar la expresión de Jakobson): mantiene el contacto entre el narrador y el lector. Digamos que no es posible suprimir un núcleo sin alterar la historia, pero que tampoco es posible suprimir una catálisis sin alterar el discurso.” ( Barthes) Del mismo modo que la frase posee un número limitado de núcleos que establecen entre sí una relación de concordancia, también el relato, que Barthes concibe como una gran frase, se constituye como sistema de correlaciones. Los núcleos y catálisis establecen una relación de implicancia, esto es, de subordinación de las catálisis a los núcleos de la historia. Las catálisis dependen del núcleo, es decir solo poseen funcionalidad en la medida que entran en relación con el núcleo. De todos modos, se trata de una funcionalidad puramente cronológica ( describen los momentos de la historia), a diferencia de la funcionalidad doble - cronológica y lógica - que opera en las funciones cardinales que se vinculan cronológica y causalmente: la acción de huir es posterior a las de disparar y a la vez , consecuencia de ella. Por lo tanto, las funciones nucleares son unidades consecutivas y consecuentes: lo que viene después, afirma Barthes, es leído como causado por. Este es el resorte de toda actividad narrativa. Las unidades integradoras comprenden los indicios (en el sentido más general de la palabra), indicios caracterológicos que conciernen a los personajes, informaciones relativas a su identidad, notaciones de “atmósferas”. La relación de la unidad con su correlato es integradora ya que para comprender “para qué sirve” una notación indicional, hay que pasar a un nivel superior (acciones de los personajes o narración) pues sólo allí se devela el indicio. Los indicios son unidades semánticas pues remiten a un signicado, a diferencia de las funciones que remiten a una operación. Son unidades semánticas en tanto, a diferencia que no remiten a la funcionalidad del hacer (acciones), sino que remiten a un significado. Es posible distinguir indicios propiamente dichos, que remiten a un carácter, a un sentimiento, a una atmósfera (por ejemplo de intriga) de las informaciones, que sirven para identificar, ubicar en el tiempo y el espacio. Decir que alguien mira por la ventana por la que se ve un cielo oscuro puede ser el indicio de una tormenta; puede remitir también a un clima en el que se respira cierta amenaza o peligro. Los indicios proveen de datos de significado implícito que es preciso interpretar, tal como los que remiten, por ejemplo, a la psicología de un personaje, clase social. Son datos que es preciso descifrar, requieren trabajo de inferencia, no están explícitamente dados, tienen siempre significados implícitos. Los informantes, en cambio son datos puros que brindan dan información sobre el tiempo y el espacio, tal como la edad de un personaje , oficio, lugar en el que se encuentra. “El informante (por ejemplo, la edad precisa de un personaje) sirve para autentificar la realidad del referente, para enraizar la ficción en lo real: es un operador realista y, a título de tal, posee una funcionalidad indiscutible, no a nivel de la historia, sino a nivel del discurso” (Barthes) Por lo tanto, Barthes, en el nivel de la historia, distingue diferente tipo de funciones y de correlaciones. i. núcleos y catálisis , que son distribucionales: están situadas en un mismo nivel, abren una alternativa consecuente para la continuación de la historia ( lo que viene después es leído en el relato como causado por) o no. ii. indicios e informantes , funciones integrativas: porque para que adquieran sentido deben integrarse en el nivel de las funciones cardinales, en otro nivel. Como los relatos tradicionales, El Cautivo es un relato marcadamente funcional: la acción avanza y es apenas interrumpida por descripciones de lugares o personajes. En los relatos contemporáneos aparecen frecuentemente indicios que caracterizan, sobre todo, la psicología de los personajes y exigen, de ese modo, en tanto no son datos puros como los informantes, una mayor participación del lector en la actividad de interpretativa. La mayor presencia de indicios construye personajes de mayor riqueza psicológica, de conductas más imprevisibles. Secuencia Una secuencia es una sucesión lógica de núcleos unidos entre sí por una relación de solidaridad: la secuencia se inicia cuando uno de sus términos no tiene antecedente solidario y se cierra cuando otro de sus términos ya no tiene consecuente. Pedir una consumición, recibirla, consumirla, pagarla: estas diferentes funciones constituyen una secuencia evidentemente cerrada, pues no es posible hacer preceder el pedido o hacer seguir el pago sin salir del conjunto homogéneo “Consumición”. La secuencia constituye una unidad nueva, pronta a funcionar como el simple término de otra secuencia más amplia. El narrador Genette clasifica la voz del narrador, no en función de la elección gramatical (primera, tercera), sino en función de su participación o no en la historia (o diégesis) que se cuenta. Según su participación o no en el nivel diegético ( historia) , encontramos diferentes narradores: presentes o ausentes en la historia. 1. Narrador homodiegético participa en calidad de testigo de la historia que se cuenta, se nombra a sí mismo y pertenece de alguna manera al universo que se narra (como personaje o como testigo) . 2 autodiegético que participa en calidad de protagonista , es decir aquel que cuenta su propia historia ( relato autobiográfico), cuenta hechos que le sucedieron a él. 3 el narrador heterodiegético que no participa del mundo narrado y que, dado que cuenta de alguien que no es él mismo, al que designa en tercera persona, narra los acontecimientos desde fuera del mundo narrado, cuenta acerca de otros. En el caso de los relatos ficcionales no hay identidad entre narrador y autor. Variantes: :A: : A* N : P N *P Autobiografía biografía hist Autodiegetico hetereodieg * A * N: P relato ficcional homodieg * A* N *P reato ficcional heterodieg -----------------------------Se comentó el relato publicado en Clarín: Soy cobarde pero quiero enseñarle valentía a mi hijo - Clarín www.clarin.com/.../cobarde-quiero-ensenarle-valentia-hijo... - Argentina Soy cobarde pero quiero enseñarle valentía a mi hijo (…) Hace poco tuve la errada vanidad de querer que mi hijo de tres años aprendiera lo que yo, con cuarenta y cuatro, no he aprendido. Una tarde de la última primavera regresó a casa alterado porque dos niños algo mayores le habían disparado con pistolas de agua en el parque al que su madre y yo solemos llevarlo después de la guardería. Al parecer, le habían vaciado una de las pistolas en la cara, había llorado y se había quedado tan desolado por la inexplicable afrenta que su madre no había encontrado otra manera de distraerlo que llevarlo a una tienda y comprarle una pistola de agua. Cuando él y mi mujer me hicieron en casa el relato del suceso, la única obsesión de mi hijo era regresar al parque en busca de revancha , y, aunque a la mañana siguiente su propósito se había diluido, yo mismo me encargué de recordárselo aguardándolo por la tarde, a las puertas de la guardería, con la pistola. Tuvimos la suerte dudosa de encontrar en el parque a los mismos niños que lo habían mojado, y, alentado por mi intimidante presencia, mi hijo pudo darles la dosis de agua que él había recibido. Le enseñé a decir frases como “no te pases ni un pelo” y confieso que volví a casa animado y orgulloso por la lección dada. .(…)