C-37-01 SALA DE LO PENAL DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA: San Salvador, a las catorce horas del día once de septiembre de dos mil dos. El anterior recurso de casación ha sido interpuesto por el Doctor Atilio Ramírez Amaya hijo, en concepto de Defensor Particular, contra la sentencia definitiva condenatoria, pronunciada por el Tribunal Quinto de Sentencia de esta ciudad, a las veinte horas del día once de diciembre de dos mil, en el proceso instruido contra el imputado CAIRO ALFONSO REYES, por el delito de HOMICIDIO SIMPLE, Art.128 Pn., en Ricardo Ernesto Rivera Alvarenga, y HOMICIDIO SIMPLE EN GRADO DE TENTATIVA, Arts.128 en relación con el 24 Pn., en perjuicio de José Milton Alvarenga Rivera. Habiéndose celebrado la audiencia respectiva para la fundamentación y discusión oral del recurso, esta Sala procede a pronunciar sentencia con base en los Arts.427 y 428 Pr.Pn.. CONSIDERANDO: 1.- Que mediante sentencia definitiva expresada en el preámbulo, se resolvió: "... A)- CONDENASE, al imputado presente CAIRO ALFONSO REYES, quien es de las generales ya mencionadas en el preámbulo de la presente sentencia a cumplir la pena principal de DIEZ AÑOS DE PRISIÓN por el delito calificado en forma definitiva, como: HOMICIDIO SIMPLE, tipificado y sancionado en el Art.128 C.Pn., en perjuicio de la vida de RICARDO ERNESTO RIVERA ALVARENGA o ALVARENGA RIVERA, hecho sucedido como a eso de las dieciocho horas con treinta minutos del día veinte de junio de mil novecientos noventa y nueve, en el interior del reparto las cañas de la ciudad de Ilopango.---B) CONDENASE, al imputado presente CAIRO ALFONSO REYES, quien es de las generales ya mencionadas en el preámbulo de la presente sentencia a cumplir la pena principal de CINCO AÑOS DE PRISIÓN por el delito calificado en forma definitiva, como: HOMICIDIO SIMPLE EN GRADO DE TENTATIVA, tipificado y sancionado en los Arta.24, 68. 128 C.Pn., en perjuicio de la vida de JOSE MILTON ALVARENGA RIVERA, hecho sucedido como a eso de las dieciocho horas con treinta minutos del día veinte de junio de mil novecientos noventa y nueve, en el interior del reparto las cañas de la ciudad de Ilopango.---Las penas anteriormente impuestas hacen una sumatoria de QUINCE AÑOS DE PRISIÓN, de los cuales el imputado CAIRO ALFONSO REYES, lleva de estar detenido UN AÑO CON CINCO MESES Y VEINTIUN DIAS, y cuya penal total la cumplirá el día VEINTE DE JUNIO DEL AÑO DOS MIL CATORCE, en el Centro penal que s encuentra recluido.---C)- CONDENASE, al imputado presente CAIRO ALFONSO REYES, de las generales ya expresadas, a la inhabilitación absoluta de los derechos de ciudadano, los cuales durarán el tiempo de la condena, así como a la incapacidad de obtener toda clase de cargo o empleo público.---D) CONDENASE, al imputado presente CAIRO ALFONSO REYES, al pago de la cantidad de SEIS MIL QUINIENTOS COLONES EXACTOS, distribuidos de la siguiente manera CINCO MIL COLONES EXACTOS que deberá percibir el señor MISAEL ALVARENGA RIVERA, en concepto de RESPONSABILIDAD CIVIL POR INDEMNIZACIÓN POR DAÑOS Y PERJUICIOS, por el delito calificado en forma definitiva como HOMICIDIO SIMPLE, tipificado y sancionado en el Art.128 C. Pn., en perjuicio de la vida del joven RICARDO ERNESTO RIVERA ALVARENGA o ALVARENGA RIVERA, y UN MIL QUINIENTOS COLONES que deberá percibir el señor JOSE MILTON ALVARENGA RIVERA, en concepto de RESPONSABILIDAD CIVIL POR INDEMNIZACIÓN POR DAÑOS Y PERJUICIOS, por el delito calificado en forma definitiva como HOMICIDIO SIMPLE EN GRADO DE TENTATIVA, tipificado y sancionado en los Arts.24, 68 y 128 C.Pn., en perjuicio de la vida del joven JOSE MILTON ALVARENGA RIVERA, hecho sucedido como a eso de las dieciocho horas con treinta minutos del día veinte de junio de mil novecientos noventa y nueve, en el interior del reparto las cañas de la ciudad de Ilopango.--E)- ABSUELVESE, al imputado presente CARLOS ERENESTO PINEDA PINEDA, de las generales ya expresadas DE LA ACUSACIÓN FISCAL Y DE TODA RESPONSABILIDAD PENAL, RESPONSABILIDAD CIVIL Y COSTAS PROCESALES OCASIONADAS EN ESTA INSTANCIA por los delitos calificados en forma definitiva, como: HOMICIDIO SIMPLE, tipificado y sancionado en el Art.128 C. Pn. en perjuicio de la vida del señor RICARDO ERNESTO RIVERA ALVARENGA o ALVARENGA RIVERA, Y HOMICIDIO SIMPLE EN GRADO DE TENTATIVA, tipificado y sancionado en los Arts.24, 68 y 128 C. Pn. en perjuicio de la vida del señor JOSE MILTON ALVARENGA RIVERA; hecho sucedido como a eso de las dieciocho horas con treinta minutos del día veinte de junio de mil novecientos noventa y nueve, en el interior del reparto las cañas de la ciudad de Ilopango; por consiguiente cese todo tipo de restricciones a la libertad ambulatoria que por el presente hecho tuviese dicho imputado.--F-) ABSUELVESE al imputado presente CAIRO ALFONSO REYES, del pago de COSTAS PROCESALES OCASIONADAS EN ESTA INSTANCIA, por los delitos calificados en forma definitiva, como: HOMICIDIO SIMPLE, tipificado y sancionado en el art.128 C. Pn. en perjuicio de la vida del señor RICARDO ERNESTO RIVERA ALVARENGA o ALVARENGA RIVERA, Y HOMICIDIO SIMPLE EN GRADO DE TENTATIVA, tipificado y sancionado en los arts.24, 68 y 128 C. Pn. en perjuicio de la vida del señor JOSE MILTON ALVARENGA RIVERA; hecho sucedido como a eso de las dieciocho horas con treinta minutos del día veinte de junio de mil novecientos noventa y nueve, en el interior del reparto las cañas de la ciudad de Ilopango.---No obstante que se demostró con la prueba desfilada en la Vista Pública que el arma decomisada a CAIRO ALFONSO REYES, la cual es de las siguientes características tipo revólver, marca Taurus, serie ML 877430, tuvo participación directa en los presentes hechos, pero que por no haberse demostrado que la misma fuese o no propiedad del referido imputado, por consiguiente devuélvasele en su debida oportunidad a la persona natural o jurídica que demuestre su legítima propiedad.---Déjase expedito el derecho a las partes de poder recurrir de la presente sentencia, debiéndose remitir de conformidad al art.43 de la Ley Penitenciaria y art.47 C.Pr. Pn. las certificaciones pertinentes al Juzgado Segundo de Vigilancia Penitenciaria y de Ejecución de la pena de esta ciudad, caso contrario no se recurriere de esta Providencia, en su oportunidad Archívense las presentes actuaciones...". 2.- Contra el anterior pronunciamiento, el defensor doctor Atilio Ramírez Amaya hijo, finalizó su recurso alegando los motivos siguientes: MOTIVO PRIMERO: Violación a los Arts.15, 162, 356, 339, 18, 184 No.5, 224 y 362 No.3 Pr.Pn., porque la sentencia se basa en medios o elementos no incorporados legalmente en el juicio; el fundamento de dicho motivo lo hace residir en el hecho de que el sentenciador basó su resolución en los peritajes balísticos practicados en el arma homicida, sin haber sido ésta secuestrada previamente e incorporada al juicio. Como solución, pretende que se aplique el Art.5 Pr.Pn., porque con base en las experticias balísticas no debió el sentenciador hacer el reproche de culpabilidad del imputado. El punto de la sentencia que cuestiona es del tenor literal siguiente: "... "el arma de fuego que le fue decomisada al acusado... fue sometida a diversas experticias y de ellas resulta sumamente importante traer a mención el Análisis Balístico, de fecha doce de noviembre de mil novecientos noventa y nueve.... así como el Análisis Balístico de fecha veinticuatro de junio de mil novecientos noventa y nueve... y con el cual se estableció que las seis vainillas encontradas en dicha arma fueron percutadas por esta...". Esta Sala, procede a verificar si se ha dado el defecto denunciado, para lo cual se examinan las actuaciones pertinentes; así: a fs.5 corre agregada el acta levantada por los agentes captores, a las veinte horas del día veinte de junio del año mil novecientos noventa y nueve, en la que consta la detención del imputado Cairo Alfonso Reyes a quien se le decomisó el arma de fuego tipo revólver, la cual fue puesta a la orden y disposición de la señora Jueza de Instrucción de Soyapango en el laboratorio de Investigación Científica del Delito de la Policía Nacional Civil, fs.74, no obstante la citada funcionaria no ratificó el decomiso en mención, contraviniendo el Art.180 Inc.2º. Pr.Pn.. No obstante la anterior infracción, la Sala estima oportuno referirse a los principios que rigen el sistema de nulidades en el actual Código Procesal Penal, así se tiene el del interés procesal, ya que no toda irregularidad acarrea la anulación automática de un acto, pues aún cuando se diera una violación de una norma procesal que prescribe una formalidad sancionada con nulidad, ya sea absoluta o relativa, si no existe dicho interés, no es posible técnicamente decretarla. Existe interés procesal cuando el acto viciado es adverso para una de las partes, de modo que le cause indefensión y no pueda reponerse en el curso del proceso ni en la sentencia. El Código no utiliza un lenguaje uniforme para referirse a dicho principio, así en los Arts.223 y 406 Inc.4º. Pr.Pn., lo llama "agravio". Lo expuesto permite afirmar que para declarar cualquier nulidad, debe mediar un interés procesal al resolver un incidente o un recurso; su verificación se hace por dos formas: a) por el método de la inclusión hipotética, la omisión de una prueba esencial se incluye mentalmente como si se hubiera cumplido, si la situación jurídica de que se trate se conserva igual que antes de la adición hipotética, no hay interés; pero si con la inclusión se logra el beneficio y equilibrio de la defensa, entonces existirá tal interés en la nulidad. Y b) por el método de la supresión mental hipotética, en virtud del cual, si a pesar de la eliminación mental de la prueba esencial, se conserva igual la situación, no hay interés; pero si con la eliminación se logra el beneficio y equilibrio de la defensa, entonces existirá interés en la nulidad y por ende procede decretarla. En el presente caso, no obstante haberse omitido la ratificación judicial del secuestro, para determinar si la prueba introducida ilegalmente al juicio es decisiva e influye efectivamente en el fallo, se aplicó el método de la supresión mental hipotética del arma de fuego, decomisada, de lo que resultó que tal supresión no dejaba sin base a la sentencia recurrida, pues ésta se apoya en otras pruebas que son suficientes para fundamentarla, como lo son entre otras, la pericial o análisis balístico realizado en el revólver y dos proyectiles extraídos del cadáver de Ricardo Ernesto Rivera Alvarenga, la testimonial, rendida por los agentes captores Ismael Rodríguez Aguilar, José Medardo Albayero Romero y María Ana Silvia Hernández, las periciales practicadas en el arma de fuego por José Herbert Méndez Matías perito adscrito al Laboratorio de Investigación Científica del Delito de la Policía Nacional Civil, y testimonial rendida por José Milton Rivera Alvarenga, por lo que no ha lugar a casar la sentencia por tal motivo. No está demás agregar, que las peticiones de nulidad con base en criterios formalistas como el presente, responde a la típica concepción "procedimentalista", según la cual, el proceso no es más que un conjunto de trámites que conducen eventualmente a una decisión judicial. Esta concepción puede provocar la violación del principio de justicia pronta y cumplida, en especial cuando injustificadamente se anulan en el proceso, actos o resoluciones que no justifican de ninguna manera el incumplimiento de un principio tan importante como es el de celeridad en la resolución de las causas judiciales. II.- Alega también la violación de los Arts.15, 162, 356 Pr.Pn., en relación con los Arts.211 y 217 Pr.Pn., y argumenta que la Policía Nacional Civil obvió el procedimiento que especifica el Art.211 Pr.Pn., de manera que cuando el juez ordenó la diligencia de reconocimiento en rueda de personas, ya el imputado había sido presentado por la policía, al testigo; y propone como solución, que la sentencia sea casada. Del contexto de la fundamentación relacionada con esta infracción, la Sala procede a examinar lo pertinente con la identificación del imputado, en la sentencia de la cual se recurre: "... únicamente como testigo presencial el joven José Milton Rivera Alvarenga, quien estableció el día en que ocurrió la muerte de su hermano Ricardo Ernesto Rivera Alvarenga, que ese día regresaba de la cancha de la zona franca de San Bartolo, y que a la entrada de la Colonia Las Cañas encontraron primeramente un sujeto, luego un segundo sujeto y posteriormente un grupo de seis sujetos, y que estos sin existir motivo alguno les detuvieron y les dieron patadas, realizando posterior a ello disparos en contra de su humanidad, resultado que de dichos disparos perdió la vida Ricardo Ernesto y resultó con lesiones José Milton, que los sujetos que realizaron los disparos no los conocía ni los había visto con anterioridad, pero sí tuvo la oportunidad de verlos bien el día de los hechos; al tener conocimiento de dicha noticia, los agentes José Medardo Alvayero Romero, Ismael Rodríguez Aguilar y María Ana Silvia Hernández, de la Policía Nacional Civil, se apersonaron al lugar y de acuerdo a lo que les manifestaron personas del lugar, montaron un retén a fin de encontrar a uno de los sujetos que había participado en dicho disturbio, de quien les dieron sus características, y además de ello que viajaba en un autobús de la ruta Veintinueve, cuyas placas eran AB – 73071, encontrando en el interior de dicha unidad de transporte a Cairo Alfonso Reyes, persona que vestía de acuerdo a lo que les habían manifestado, a quien procedieron a registrar y al hacerlo encontraron en una de las bolsas del pantalón de éste dos casquillos de proyectiles de arma de fuego, motivo por el cual le bajaron de dicha unidad y al continuar el registro le encontraron escondido a la altura del tobillo un arma de fuego, calibre 38; ello generó la sospecha de que éste hubiese participado en los hechos que se investigaban en ese momento, y lo cual generó que le pidieron su cooperación a fin de llevarlo al Hospital Nacional de San Bartolo, lugar donde se encontraban las víctimas de los hechos investigados, y al verle el joven José Milton Rivera Alvarenga, les indicó a los policías que ese era uno de los que había matado a su hermano...". En la parte transcrita no se advierte violación alguna a las disposiciones que el impugnante considera infringidas pues si bien el imputado fue aprehendido en flagrancia y conducido por los agentes captores al centro hospitalario, no se ha determinado que se le haya señalado para reconocerlo; la actuación de la Policía Nacional Civil no fue más que una medida inicial de investigación cuyo propósito fue el de individualizar al posible culpable del hecho; entendida la individualización como el conjunto de rasgos o características que permiten distinguir a un hombre del resto del género, pero no se sabe quien es, tal concepto suele confundirse con el concepto de identificación, pero este va más allá pues consiste en encontrar que una persona es la misma que se busca. En otras palabras, un imputado puede estar individualizado pero no identificado; ambos conceptos tienen efectos procesales distintos, ya que la falta de individualización origina un archivo inmediato, mientras que la falta de identificación origina una desestimación de la denuncia, porque no es posible proceder contra el imputado. No obstante, el principio de utilidad de la nulidad y la exclusión de la nulidad por la nulidad misma que permite evaluar el efecto real del acto que se pretende anular, si aplicásemos la regla de exclusión mental hipotética en la parte pertinente a la identificación realizada por el testigo, la sentencia siempre estaría legalmente sustentada, porque el señalamiento del imputado se mantiene con su dicho, con las experticias realizadas en el revólver decomisado y el análisis balístico realizado en los dos proyectiles extraídos al cadáver de la víctima Ricardo Ernesto Rivera Alvarenga, por medio del cual se determinó que uno de ellos fue disparado por el arma en la cual se practicaron así como el análisis balístico con el que se estableció que las seis vainillas encontradas en dicha arma fueron percutidas por ésta, el acta de reconstrucción de los hechos, el croquis de ubicación y el album fotográfico en el lugar donde se verificaron. Aunado a lo anterior, el imputado fue aprehendido en flagrancia con los objetos con los cuales cometió el delito; razones que son suficientes para considerar que no es procedente acceder a lo solicitado en cuanto a esta infracción se refiere. Por todo lo expuesto, ninguno de los motivos invocados y analizados anteriormente invalidan la sentencia recurrida, por lo que ha de declararse sin lugar el recurso interpuesto. POR TANTO: Con base en las razones antes dichas, disposiciones legales citadas y Arts.50 Inc.2º. No.1, 357, 421, 422, y 427 Pr.Pn., en nombre de la República de El Salvador, esta Sala FALLA: A.- NO HA LUGAR A CASAR la sentencia de mérito por los motivos invocados; B.- Remítase el proceso al tribunal de origen.-----R. GUSTAVE T.---E. CIERRA--F. LOPEZ ARGUETA---PRONUNCIADO POR LOS SEÑORES MAGISTRADOS QUE LO SUSCRIBEN.---ILEGIBLE---RUBRICADAS.