La Integración de Centroamérica: promesas y reto vigente Dr. Luis René Cáceres i ii Para Ileana Sofía Inés, mi angelito. iii BCIE Diseño y diagramación Fusión A & D DERECHOS RESERVADOS Revisión Técnica Departamento de Planificación y Presupuesto del BCIE No. de ISBN: 99926-653-2-3 Edición especial del Dr. Luis René Cáceres Publicación Especial del Banco Centroamericano de Integración Económica Impreso en Honduras por: Ediciones Zas Ejemplares impresos # 700 Los puntos de vista que se presentan en esta publicación, son de exclusiva responsabilidad de su autor; por lo tanto, no expresan ni representan la opinión del Banco Centroamericano de Integración Económica iv PRÓLOGO Luis René Cáceres es el econometrista de la integración centroamericana. Con su sólido bagaje matemático acrisolado primero en la ingeniería eléctrica que estudió en Illinois y luego en la escuela de economía en Utah, Estados Unidos, donde obtuvo su Doctorado en 1977, el Doctor Cáceres es uno de los investigadores más prolijos y rigurosos de la región que, durante gran parte de su vida, ha tratado de esclarecer las interrelaciones que subyacen al funcionamiento de las economías centroamericanas. Los veinticuatro trabajos, que hoy el Banco Centroamericano se honra en publicar, cubren una serie de tópicos relevantes para el estudio del proceso de desarrollo económico regional, abordando temas vinculados con los tipos de cambio, el ahorro y la inversión, la inflación, la distribución del ingreso, las disparidades económicas y, sobre todo, la integración regional, asunto que constituye el centro de las preocupaciones del autor, tanto en su carácter de economista como de ciudadano de este terruño grande al que él aspira verlo unido, pujante y justo en el futuro. En esta antología, vemos reflejada la dedicación del Doctor Cáceres como investigador, académico y economista de bancos multilaterales de desarrollo. Estos trabajos, que sin duda serán de mucho interés para los estudiosos y formuladores de política de Centroamérica, fueron escritos desde 1977, un año antes que Luis René Cáceres llegara a trabajar al Banco Centroamericano de Integración Económica, donde fungió durante trece años, como Jefe del Departamento de Planificación. En el Banco contribuyó con su conocimiento e ideales integracionistas a hacer del BCIE una mejor Institución. Los últimos estudios datan de 2000, ya cuando se encontraba en El Banco Interamericano de Desarrollo, donde se desempeña actualmente. Los trabajos siguen el orden cronológico en el que fueron escritos, a fin de que el lector pueda seguir mejor la evolución del pensamiento del autor. El denominador común de todos ellos es la preocupación vital del autor. Centroamérica no puede alcanzar su pleno desarrollo si no se integra. Él lo sabe bien por su especialidad en economía regional, integración y desarrollo, lo cual le otorga un enfoque estructural a su análisis, tan necesario para interpretar las complejidades de las sociedades centroamericanas. No obstante su rigor, estos trabajos fueron escritos con un estilo sobrio y conciso que permiten al lector aprovecharlos para sacar conclusiones valiosas que sirvan para construir un futuro promisorio, mediante la consolidación del espacio regional. Al poner este libro en las manos de nuestros lectores en todo el mundo, queremos agradecerle a las casas editoriales que nos dieron su autorización para hilvanar esta antología que sabemos servirá a los intereses de los centroamericanos de hoy que aspiran construir la Patria Grande. Departamento de Planificación y Presupuesto Banco Centroamericano de Integración Económica. Tegucigalpa, Honduras 30 de junio de 2002. v vi ÍNDICE La estanflación: un análisis basado en la economía internacional. ______ 1 Redes interregionales, estructuras jerárquicas y fuga de la riqueza en Centroamérica: un análisis de cadena de Markov. ________________ 19 Integración económica e inflación en Centroamérica: un modelo espacial. _______________________________________ 37 Estructuralismo, monetarismo e inflación en Latinoamérica. ___________ 59 La incidencia territorial de la inflación en Honduras. ________________ 75 La determinación del tipo de cambio en el mercado negro de El Salvador. ___________________________ 91 Influencias internas y externas en la determinación del tipo de cambio en el mercado negro de Guatemala. ______________ 105 La integración centroamericana: logros, restricciones y perspectivas. _________________________________ 117 La relación de equilibrio de largo plazo entre los tipos de cambio en los mercados negros de Guatemala y El Salvador. ________________ 129 Elementos para una estrategia centroamericana de renegociación de la deuda externa y captación de recursos. _____________________ 143 Ecuador y la integración andina: experiencias y perspectivas. _________ 165 Costos y beneficios de la integración centroamericana. ______________ 189 Las Disparidades económicas nacionales y la integración subregional. _________________________________ 215 Reducción de la deuda externa y crecimiento en Centroamérica. ________ 225 Panamá y la integración económica centroamericana. _______________ 241 Inversión y crecimiento económico en Centroamérica. _______________ 263 La relación de largo plazo entre el ahorro y la inversión en la América Latina. ____________________________ 277 Décadas perdidas. Oportunidades para el presente. ________________ 289 Crecimiento económico y divergencia en la América Latina. ___________ 295 Ahorro de precaución en Centroamérica. ________________________ 311 Educación: La llave del futuro. ________________________________ 327 Distribución del ingreso e integración económica. __________________ 333 Integración monetaria en las regiones centroamericana y andina. ______ 349 Crisis cambiarias y su contagio: evidencia de El Salvador y Guatemala. __________________________ 371 vii viii La estanflación: Un análisis basado en la economía internacional El Trimestre Económico Vol. XLIV (2) México, Abril-Junio de 1977 Núm. 174 La Integración de Centroamérica: promesa y reto vigente Introducción 1 Sin embargo, cabe señalar que Korliras (1975), en un trabajo reciente, demuestra que bajo las condiciones de un desequilibrio macroeconómico general, la existencia simultánea de desempleo e inflación es un posible estado de cuasiequilibrio. 2 Sobre la curva Phillips véase, entre otros, Miller y Williams (1974), Bodkin et al. (1967), Perry(1966), Goldstein (1972), Rothschild (1971). Nótese que hay autores que no aceptan la existencia de un intercambio entre desempleo e inflación: Kuh (1966), Bhatia (1961), Bowen y Berry (1963), Knowles y Winsten (1959), Leijonhufvud (1968, 1975), Meiselman (1968). 3 Lerner (1958) fue el primer economista en advertir que la coexistencia de la inflación y una depresión económica (que él llama “depresión inflacionaria”) se puede dar cuando las políticas monetarias y fiscales restrictivas son implementadas para combatir la inflación de costos: En los últimos años se le ha dado mucha atención al problema de la estanflación, es decir, al problema de la existencia concurrente en una economía nacional de un aumento en los precios y disminuciones en el ingreso real y en el empleo. Este es un fenómeno perplejo, ya que contradice el modelo macroeconómico ampliamente difundido en las ciencias económicas, en el cual un aumento en la demanda agregada es acompañado por un aumento en el nivel de precios.1 Además, la estanflación es un desafío a la ampliamente aceptada teoría de la curva de Phillips.2 Como es sabido, la curva de Phillips es una curva de pendiente negativa que describe un intercambio trade-off entre la inflación y la tasa de desempleo. Pero bajo la condición de estanflación, esta curva adquiere una pendiente positiva: un aumento en la tasa de desempleo es acompañado por un aumento de la tasa de inflación. Varios artículos recientes tratan de analizar este problema.3 Truu (1971) lo enfoca como un modelo de monopolio bilateral en el cual es monopolista (sindicato de trabajadores) cobra por sus servicios un precio al monopsonista (empresa), que induce al último a reducir sus niveles de empleo de mano de obra y capital, al disminuir su producción y a aumentar el precio de su producto 4 Grossman (1971, 1972) descarta la idea de que las recientes experiencias inflacionarias sean debidas exclusivamente a una desmedida agresividad de los sindicatos de trabajadores. Usando los modelos de Friedman (1968) y Phelps (1967), Grossman sugiere que la aceleración de la inflación se debe a un inusitado aumento en las expectativas inflacionarias, tanto de los trabajadores como del hombre de empresa, de la cual la agresividad de los sindicatos es sólo un síntoma.5 Esta hipótesis “aceleracionista” no ha sido verificada empíricamente cuando ha sido aplicada en los Estados Unidos (Solow, 1969; Perry, 1970; Turnovsky y Wachter, 1972; Flory, 1974; Gordon, 1970), pero sí ha recibido algún soporte cuando ha sido aplicada al Canadá (Turnovsky, 1972; Reuber, 1964). Otros autores han conjeturado que la estanflación es el resultado de gastos militares excesivos (Morris, 1974), manipulación de precios por empresas comerciales (Roseman, 1975), cambios estructurales en la economía (Fitoussi, 1974), presiones por alza de salarios (Whitehead, 1974).6 “...cuando los precios suben debido a su manipulación de parte de los vendedores y las autoridades toman medidas, las cuales, aunque han sido efectivas en remover la demanda excesiva, no remueven la presión ascendente sobre los precios de los vendedores. Efectivamente, medidas tales como contracciones presupuestarias y monetarias pueden ser tan efectivas en remover la demanda excesiva que incluso remueven la demanda que no existe en exceso. El resultado neto sería inflación y depresión al mismo tiempo”. Un año antes que Lerner, Paúl Baran había advertido que el continuo déficit fiscal de los Estados Unidos podría llevar a la economía norteamericana hacia una espiral inflacionaria. Véanse los comentarios de Sweezy (1974) sobre este punto. Deben añadir que la estanflación es una experiencia común en algunos países latinoamericanos; véase Baer y Kerstenetzky (1964). 4 El modelo de Truu es discutido en detalle (y en disonancia) por Shaw (1974). Para un análisis minucioso del modelo monopólico bilateral véase Johnson (1974). 5 En las palabras de Grossman: “El empleado típico estaría inconforme al menos que su patrón le satisficiera sus expectativas de salario. A la vez, el patrón típico anticiparía que sus empleados se irían a trabajar a otras empresas a menos que les ofreciera generosos aumentos de sueldo. Pero él considera que podrá transformar los aumentos de sueldos en alza de precios sin perder el mercado. Consecuentemente el patrón estará dispuesto a pagar lo que sus empelados demandan. Las demandas por aumentos de salarios de los sindicatos incorporan a la economía la expectativa inflacionaria de los trabajadores, y la oferta de salarios por parte del patrón incorpora la expectativa inflacionaria del sector empresarial.” 6 Para otros estudios sobre la situación inflacionaria contemporánea véase Friedman (1975), Blair (1975), Johnson (1971). 2 Publicación del Banco Centroamericano de Integración Económica La estanflación: Un análisis basado en la economía internacional En este trabajo haremos un enfoque nuevo y diferente sobre la estanflación: la intención es demostrar que las peculiares experiencias del desempleo y la inflación de años recientes en los Estados Unidos se pueden explicar por el efecto que los precios de importación tienen sobre el intercambio inflación-desempleo en este país. Demostraremos que el reciente aumento en precios de importaciones ha aumentado los precios domésticos con tal intensidad que los aumentos en la tasa de desempleo no han sido suficientes para contrarrestar el aumento en precios domésticos. El resto de este trabajo seguirá el siguiente plan: primero será desarrollado un modelo de la curva de Phillips, que incluye los precios de las importaciones. Luego serán considerados los aspectos econométricos del modelo y, finalmente, se estudiarán las implicaciones de la inflación importada. II. El modelo El modelo es bastante simple; consiste en dos ecuaciones: una describe el salario nominal y otra describe una ecuación de los precios del tipo mark- up.7 La combinación de estas dos ecuaciones da lugar a una curva de Phillips. Considérese una empresa que produce un producto Q sujeto a una función de producción a corto plazo Q = F(N). El insumo mano de obra N recibe un salario nominal W. La empresa vende sus productos a un precio P. La empresa maximiza sus ganancias cuando demanda trabajadores de acuerdo a la función Nd = Nd (W/P). Los obreros, basados en su alternativa de trabajar o descansar, ofrecen una oferta de trabajo N3 = N3(W/P). Cada trabajador realiza sus planes de consumo con el objetivo de maximizar su utilidad. Tal como lo demuestra Clower (1965), si el ingreso devengado por un individuo es igual al ingreso que esperaba recibir, él estará en condiciones de llevar a cabo su consumo planeado, y sus gastos de consumo seguirán la regla de la utilidad marginal. En este caso la empresa puede vender su producción planeada. Sin embargo, si el ingreso devengado por el individuo es menor que su ingreso planeado, él no podrá comprar GRÁFICA 1. W P N S WO 7 Una común suposición en torno a la curva de Phillips es la existencia de una demanda excesiva por mano de obra, la cual se usa para explicar la tasa proporcional de cambio del salario nominal. Nada se dice sobre los factores que dan lugar a esta “demanda excesiva”. W1 N D N1 N Publicación del Banco Centroamericano de Integración Económica 3 La Integración de Centroamérica: promesa y reto vigente tanto como había planeado; sus compras se vuelven restringidas por su ingreso devengado. Es en este caso que la “función de consumo” y el “multiplicador” existen. Similarmente, Patinkin (1965) demostró que si la empresa no puede vender su producción planeada (Q0), ella producirá solamente los bienes actualmente demandados (Q1), y empleará trabajadores solamente suficientes para producir estos bienes. En este caso la demanda efectiva de mano de obra es N1 = F-1(Q1)8. Barro y Grossman (1971) han indicado que la interpretación de la función de consumo de Clower es la contraparte del modelo de demanda efectiva de Patinkin y que juntos constituyen un modelo de desequilibrio general.9 GRÁFICA 2. S N W/P N S WO 8 Nótese que la existencia de una “función de consumo” nulifica las funciones clásicas de oferta y demanda de mano de obra. 9 Clower mantiene que la función de consumo de Keynes emerge necesariamente como el resultado de un mecanismo de desequilibrio que supuestamente Keynes tuvo “en la punta de la lengua” (in the back of his mind). Pero, ¿en realidad Keynes concibió ese mecanismo? Grossman (1972) sostiene que “Keynes no tuvo nada parecido a la interpretación que Clower le da a la función de consumo”. Yeager (1973) ha ofrecido un punto de vista similar: “Al leer las interpretaciones que Clower y Leijonhufvud han dado a la obra de Keynes, me impresionó lo mucho que el trabajo de estos autores es una contribución nueva y positiva, y lo poco que tiene de una exposición de lo que Keynes dijo o quiso decir... Si Keynes quiso argüir que el sistema de precios no mantiene o vuelve al equilibrio cuando sufre disturbios, debido a ciertos elementos tales como el costo e imperfección de la información, la inercia de los movimientos en los precios, el fenómeno de la decisión dual, el proceso del ingreso restringido y todo o demás, entonces, ¿por qué no lo dijo así?” Shackle (1973) sugiere que Keynes “ no lo dijo así” porque él quería comunicarse con los (zonzos) humanos: “La teoría de Keynes está muy lejos de las curvas continuas y estables que él nos mostró en el frente de su escenario como para enmascarar el vacío de indeterminación e irracionalidad que residen en el fondo.” Para otros puntos de vista en esta controversia véase Jackman (1974), Shackle (1974), Leijonhufvud (1968). 4 W1 D N N1 N El mercado de mano de obra bajo la condición de una oferta excesiva de bienes se muestra en la gráfica 1. Tal como lo demuestra Patinkin, en condiciones de equilibrio planeado (notional equilibrium) la empresa podría vender su producción de bienes Q0 y emplear así no trabajadores. Sin embargo, al darse una alza de precios, los consumidores no pueden comprar Q0, y se ven forzados a comprar solamente Q1. En consecuencia, la empresa emplea solamente N1 trabajadores, la cantidad justamente suficiente para producir Q1 bienes. Por lo tanto, se produce un desempleo igual a N0 N1. Patinkin señala que en este caso el desempleo involuntario no se debe a que los salarios reales están por encima de sus valores de equilibrio, sino que en una economía en depresión existe un número limitado de bienes que las empresas pueden vender. Hemos visto que la reducción en demanda ocasionó el despido de N0 N1 trabajadores. Gordon (1974) ha preguntado por qué las empresas recurren a despidos cuando ellas pueden conseguir los mismos resultados reduciendo el salario real a W1 (véase la gráfica 2). Esta reducción en el salario real induciría a N0 N1 trabajadores a dejar la fuerza de trabajo voluntariamente. Gordon explica la necesidad de los despidos con su teoría el “cuasi-contrato”. Pero otra explicación es posible: una vez que los trabajadores consideren que el mercado laboral sufre una depresión, y que alternativas de empleo no existen, ellos modificarán sus alternativas de trabajo-descanso, haciendo el Publicación del Banco Centroamericano de Integración Económica La estanflación: Un análisis basado en la economía internacional descanso menos importante. Bajo la perspectiva de desempleo y la acumulación de cuentas para pagar, el descanso se vuelve menos deseable. En este caso la oferta de trabajo se mueve hacia abajo a Ns1, lo que indica que sólo una reducción masiva en el salario real induciría a N0 N1 trabajadores a dejar el mercado laboral. De hecho, los salarios reales han disminuido en los Estados Unidos en los últimos años sin causar un éxodo de trabajadores de sus empleos.10 Considérese ahora el salario real después de la reducción en la demanda. En los modelos keynesianos se supone que éste permanece igual a W0. Esto implica que el aumento en los precios fue acompañado de un inmediato aumento en los salarios nominales de manera que el salario real no cambia. Esto no parece realista, ya que las negociaciones de salarios por los sindicatos toman lugar solamente a intervalos periódicos; aún entonces no hay garantía de que los aumentos de los salarios nominales compensarán completamente el aumento en los precios. Entonces, el salario real se encuentra entre los puntos A y B (véase la gráfica 3). Ahora, la siguiente pregunta que emerge de esta discusión es ¿qué trayectoria sigue el salario real al aumentar la demanda efectiva? no existe una respuesta definitiva. La gráfica 3 indica que cuando la demanda efectiva por trabajadores se mueve hasta N2 la empresa empleará N2 trabajadores, pagándoles un salario real que se encuentra entre los puntos C y D. La trayectoria del salario real es desconocida; ella puede estar en cualquier lugar dentro de la figura ABCD.11 No se puede definir una única vía para el salario real, excepto el “camino ancho” ABCD.12 Ahora ya debe ser evidente que para seguir la pista a los sucesos en el mercado laboral tenemos que observar el salario nominal, que no el salario real. Después del aumento en los precios y despidos subsecuentes, aquellos individuos que están todavía empleados negociarán aumentos de salarios para compensar el aumento en los precios y restaurar sus salarios reales previos. Sin embargo, sus esfuerzos para aumentar sus salarios nominales serán obstruidos por la presión competitiva de los trabajadores desempleados. Entonces se puede esperar que en un año dado, los aumentos absolutos en los salarios nominales tengan una relación directa con el aumento de los precios en ese año y una relación inversa con la tasa de desempleo (Ut) prevalente ese año. En adición habrá aumentos autónomos en los salarios nominales que ocurren debido a factores de mérito y edad. Éstos serán representados por un término constante en la ecuación (1). 10 La revista Business Week, del 1° de septiembre de 1975, reporta el caso de un trabajador de la industria automotriz de Detroit despedido y llamado a trabajar en un puesto de categoría inferior al que ocupaba antes del despido y con una rebaja en su salario de 0.64 centavos por hora. Este trabajador dijo a Business Week: “No me gusta la reducción en mi salario ni que me quiten mi destreza... (pero) me alegro de volver a trabajar.” 11 Bajo la condición de absoluta rigidez en precios y salarios, la trayectoria del salario real sería dada por la línea AC; bajo la condición de perfecta flexibilidad (tâtonnement, la trayectoria estaría denotada por la línea BD. Sin embargo, bajo la condición realista en que los ajustes en los precios y los salarios toman tiempo, la trayectoria del salario real es indeterminada. Debemos notar que la trayectoria de las variables económicas están muy influidas por las imperfecciones de los mercados y contienen información sólo sobre las transacciones realizadas en la actualidad por los agentes económicos, las que indudablemente difieren de las transacciones planeadas. Además, los datos recopilados de las variables económicas son en realidad sólo una muestra periódica tomada del proceso evolutivo que es la vida económica de un país. Este proceso está influido por los costos de la información, factores psicológicos y restricciones de oferta que inadvertidamente pasan a nuestros datos. Entonces, los modelos económicos estimados con tales datos bien pueden presentar peculiaridades que son rápidamente interpretadas como efectos de “nostalgia”, “inercia”, “retardo”, etcétera, cuando en realidad ellos son revelación de las imperfecciones de los mercados económicos. Tucker (1968) ha argüido que los retardos encontrados en las funciones de inversión pueden ser el resultado de restricciones crediticias. De manera similar, Cáceres (1975) contiende que los famosos mitos de la función de consumo se pueden explicar por la presencia de racionamiento en los bienes de consumo. 12 Una situación similar existe en la física atómica, donde la localización exacta del electrón no es determinada, pero la probabilidad de que se encuentre en cierto lugar es calculada por medio de la ecuación de Schodinger. El caso considerado es el que la economía determinista “Determina” nada, y evoca los llamados de Tintner y Licari (1970) y Tintner y Sengupta (1972) por una economía estocástica. También la situación mencionada arriba es reminicencia del juicio de Veblen (1909): “... la teoría de la utilidad marginal es de un carácter completamente estático. Ella no ofrece ninguna teoría de movimientos de cualquier clase, ya que está preocupada por los ajustes de valores a una situación dada ... [No es] una teoría de génesis, crecimiento, secuencia, proceso de la vida económica”. Sin embargo, la teoría de la utilidad marginal es invocada en los estudios de “intercambios”, los cuales son inherentemente dinámicos. Publicación del Banco Centroamericano de Integración Económica 5 La Integración de Centroamérica: promesa y reto vigente GRÁFICA 3. N I =F _I (Q1) N2 =F -I (Q2) W P N WO A C B D S ND N1 N2 N Podemos entonces postular la siguiente ecuación: Wt + 1 - Wt = a0 - a1 Ut + a2 [Pt + 1 - Pt] (1) Y quitando los estadísticos t: ∆W = a0 - a1U + a2∆P (2) Para la ecuación de los precios recurriremos a otra del tipo mark-up En particular, usaremos la ecuación mark-up de Weintraub:13 [ ] [ YM]F P= K1 W + K2 A en donde: P W A F M Y K1, K2 = = = = = = = (3) nivel de precios salario nominal productividad media del trabajador nivel de precios de insumos importados cantidad de insumos importados producto nacional bruto parámetros Si suponemos que la razón M/Y es constante, entonces al diferenciar la ecuación (3) obtenemos que: ∆P = b1∆A + b2∆W + b3∆F 13 Las ecuaciones de mark-up son discutidas en forma detallada por Evans (1969), La ecuación de Weintraub es discutida por Bodkin et al. (1967). 6 (4) siendo parámetros b1, b2 y b3. Ya que estamos estudiando sólo el comportamiento de la economía a corto plazo, supondremos que ∆A es una constante, lo que Publicación del Banco Centroamericano de Integración Económica La estanflación: Un análisis basado en la economía internacional CUADRO 1. Estados Unidos Tasa media anual de crecimiento en precios domésticos Período 1948 - 1953 1954 - 1959 1960 - 1965 1966 - 1971 Precios de Importación 2.30 1.59 1.23 4.31 3.60 -0.94 0.19 3.78 FUENTE: Fondo Monetario Internacional. Suplemento de 1972. implica un acervo de capital constante. El término b1∆A será remplazado por una constante, la cual, como se esperaba, resulta ser negativa cuando la ecuación (4) es estimada. La ecuación (3) difiere poco de las ecuaciones de precios estimados para los Estados Unidos, el ser nuestra inclusión la única diferencia de los precios de las importaciones. Esta variable tradicionalmente ha sido excluida de los estudios sobre la inflación en los Estados Unidos, como la razón entre las importaciones totales de los Estados Unidos (M) y su producto nacional bruto (Y) es apenas aproximadamente 5%, se pudo pensar que los precios de las importaciones no ejerciesen una influencia importante sobre el nivel de precios domésticos.14 Sin embargo, si comparamos los cambios en los índices de los precios domésticos y de las importaciones se puede notar una relación positiva (véase cuadro 1). Debemos agregar que el único año con una tasa de inflación nula en los Estados Unidos fue 1953, año en que los precios de sus importaciones experimentaron un decremento.15 14 Phillips, en los artículos originales sobre la curva de Phillips, señaló que los precios de las importaciones podrían ser un determinador importante de los precios domésticos.Los precios de las importaciones han sido incluidos en estudios sobre la situación inflacionaria de varios países, véase Bodkin et al. (1967), Pitchford (1968), Vanderkamp (1966), Reuber (1968), Edgren et al. (1963), Klein y Shinkai (1963). Evidencia sobre la interdependencia entre las tasas de inflación de varios países es presentada por Laffer (1975). 15 El periódico Wall Street Journal del 11 de agosto de 1975 reporta publicaciones de la OECD que revelan una íntima relación entre los cambios anuales de los precios de las importaciones y los precios domésticos en varios países: Tasa anual de aumento durante el periodo 1972-1974 País Precios domésticos Estados Unidos Japón Gran Bretaña Alemania Francia 6.8% 15.7 % 7.8 % 5.8 % 6.9 % Precios de las importaciones 23.9% 39.9 % 22.2 % 20.7 % 24.3 % Publicación del Banco Centroamericano de Integración Económica 7 La Integración de Centroamérica: promesa y reto vigente III. Estimación Las ecuaciones (2) y (4) fueron estimadas por el método de los mínimos cuadrados ordinarios (MCO). Otros métodos de estimación tales como mínimos cuadrados bietápicos o trietápicos no fueron usados porque hay evidencia reportada por varios autores que los coeficientes estimados por MCO difieren muy poco de aquellos estimados por métodos más intrincados.16 Los datos fueron obtenidos del 1972 Suplement to the Survey of Current Business; el periodo bajo consideración es el comprendido entre los años de 1947 y 1971. Los estadísticos t se muestran debajo de su correspondiente coeficiente de regresión en las ecuaciones siguientes. Los símbolos R y D. W. denotan los coeficientes de correlación y el estadístico DurbinWatson, respectivamente. Las ecuaciones estimadas son: ∆W = 0.0902 - 0.0058 U + 0.0163∆P (4.09) (1.64) (5.82) R 0.83 D.W. 1.77 (5) ∆P = -0.9921 + 33.61∆W + 0.0904 ∆F (.87) (5.31) (1.96) 0.84 2.50 (6) en donde: ∆W = cambio anual del salario por hora en la industria manufacturera U = nivel de desempleo en la industria manufacturera prevaleciente durante el año. ∆P = cambio anual en el índice de precios al consumidor (1963=100) ∆F = cambio anual en el índice de precios de las importaciones. (1963=100). La forma reducida de la ecuación para la variable P, obtenida al sustituir la ecuación (5) por la ecuación (6) y al resolver por P es: ∆P = 4.7211 - 0.4512 U + 0.2093∆F 16 Véase Bodkin et al. (1967), Perry (1964), Vanderkamp (1966), Watanabe (1966). 17 En este trabajo hemos derivado una curva de Phillips de carácter lineal ya que hay evidencias (Brechling, 1968; Rees y Hamilton, 1967), que la forma lineal representa mejor la experiencia de los Estados Unidos. Al comparar formas lineales y no lineales Brechiing (1968) concluyó que “... parece que en los Estados Unidos la curva de Phillips se aproxima mejor por una linea recta que por una curva convexa”. 8 (7) Esta ecuación se puede convertir en una en términos de tasas de cambio de las variables al dividir todos los términos de la ecuación (7) por P - l y multiplicar el coeficiente de ∆F por F - 1/F - 1: ∆P = 4.7211 -0.45120 U +0.2093 ∆F - 1 P-1 P-1 P-1 P-1 [ ][ PF- 1] (8) Si insertamos los valores de P - 1 y F - 1 para el año 1970 obtenemos la siguiente ecuación en términos de tasas proporcionales de cambio:17 P = 3.7174 - 0.3552 U + 0.1978 f Publicación del Banco Centroamericano de Integración Económica (9) La estanflación: Un análisis basado en la economía internacional En donde: p = tasa anual de cambio en precios domésticos f = tasa anual de cambio en los precios de las importaciones. La ecuación (9) nos indica que si los precios de las importaciones permanecieran constantes, una estabilidad de precios domésticos se produciría cuando la tasa de desempleo es 10.46 %. Si, por lo contrario, los precios de las importaciones varían, obtenemos entonces una familia de curvas de Phillips como se muestra en el cuadro 2. CUADRO 2. Tasa de inflación en los Estados Unidos cuando los precios de las importaciones suben a tasas anuales de Tasa de Desempleo 0% 5% 10% 20% 40% 3.01 2.30 1.59 0.86 0.17 3.99 3.29 2.58 1.85 1.16 4.49 4.28 3.57 2.84 2.15 8.96 6.26 5.55 4.82 4.13 10.92 10.21 9.50 8.77 8.08 (%) 2 4 6 8 10 En el cuadro 2 podemos observar que si un aumento en la tasa de desempleo es acompañado por un dramático aumento en los precios de las importaciones, el resultado puede no ser una disminución de la inflación, si no un aumento. Por ejemplo, si ignoramos el efecto de los precios de las importaciones, esperaríamos que un aumento de la tasa de desempleo de 4 a 6 % induciría una disminución de la inflación de 2.30 a 1.59 %. Sin embargo, si durante ese año los precios de las importaciones aumentaron 10 %, con sorpresa nos daríamos cuenta de que la tasa verdadera de inflación era 3.57 %. Entonces probablemente acuñaríamos una nueva palabra: estanflación. El comportamiento real de los precios en los Estados Unidos puede ahora ser explicado por medio de la ecuación (9). La gráfica 4 muestra la experiencia de 1971. En 1970, las tasas de desempleo e inflación en este país fueron 5.6 y 5.9 %, respectivamente, tal como se muestra en la gráfica 4 (punto A). En 1971 la tasa de desempleo aumentó a 6.8 % y los precios de las importaciones aumentaron 5.2%. Si los precios de las importaciones no hubieran subido, el aumento en desempleo hubiera contribuido a disminuir la inflación a 1.30% (segmento BC),pero debemos añadir la contribución de 1.03% [0.1978 f = 0.1978 (5.2) = 1.0286%; véase la ecuación (9) ] debida a la inflación importada (segmento DC) arrojando una tasa de inflación total de 2.33% (punto D).18 El vector resultante es AD, el cual todavía denota una curva de Phillips –la pendiente es negativa. 18 La tasa de inflación en 1971 fue de 3.7%. Publicación del Banco Centroamericano de Integración Económica 9 La Integración de Centroamérica: promesa y reto vigente GRÁFICA 4 12 11 10 TASA DE INFLACION % 9 8 7 A 6 5 4 3 D 2 F=5.2% C B 1 F=0 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 13 14 TASA DE DESEMPLEO % GRÁFICA 5 13 R 12 L 11 F=48% 10 TASA DE INFLACION % 9 8 7 O 6 5 4 3 2 G I F=0 1 1 2 3 4 E5 T6 7 8 9 10 11 12 TASA DE DESEMPLEO % 10 Publicación del Banco Centroamericano de Integración Económica La estanflación: Un análisis basado en la economía internacional Consideremos ahora la experiencia de 1974. En 1973, la tasa del desempleo era 4.4 % y la de inflación 6.2 % (punto 0 en la gráfica 5). La inflación entonces estaba constituida de un efecto de desempleo de 2.19% (segmento GE), más un efecto importado de 3.73 % (segmento GO). En 1974 el desempleo aumentó a 5.7% (punto T). Se nota que en ausencia de un aumento en los precios de las importaciones la inflación hubiera disminuido a 1.69 % (segmento GI). Sin embargo, en 1974 los precios de las importaciones aumentaron en 48 %, y consecuentemente causaron un efecto de inflación importada de 9.49% (segmento LI). En este caso el resultado neto es una tasa de inflación de 11.19 % (segmento OL).19 Podemos ver que este proceso ha generado una curva de phillips con una pendiente positiva: ESTANFLACIÓN. IV. Las implicaciones de la inflación importada A fin de discutir las repercusiones que la inflación importada puede tener sobre la economía, consideremos el siguiente modelo.20 W P N C I M E Ld = = = = = = = = W (P, Y) P (W,F) N (Y) C(Y, Z) I (Y,Z) M (Y, P/F) E (Yw, P/F) L (Y,r,Z) = Ls Las primeras tres ecuaciones ya han sido definidas previamente. Las cinco siguientes emplean estas variables: C = consumo I = inversión M = importaciones E = exportaciones Ld = demanda por dinero Ls = oferta de dinero F = precios de las importaciones Z = riqueza real Yw = ingreso del “resto del mundo” r = tasa de interés. El ingreso nacional se define como: 19 La tasa real de inflación en 1974 fue de 11 %. 20 Para estudios de inflación importada véase Shinkai (1973), Mundell (1971), Scerie (1973), Pitchford (1963), Turnovsky y Kaspura (1974), Fried (1973), Johnson (1973). Y = C + I + E - M = Y(Yw, r, Z, P/F) Asumimos que inicialmente la economía se encuentra en equilibrio, que los precios de las importaciones experimentan un alza y, en consecuencia, que los precios domésticos suben. El aumento en Publicación del Banco Centroamericano de Integración Económica 11 La Integración de Centroamérica: promesa y reto vigente 21 Por el ingreso del “resto del mundo” se entiende la suma de los ingresos de los países que tienen un papel significante (con respecto a la economía bajo consideración) como países importadores. 22 Es desalentador, aunque numerosas objeciones han sido señaladas en contra de la curva de Phillips como un instrumento analítico, el hecho brutal de que la fuerza laboral es utilizada para “enfriar” la economía haya recibido muy escasa atención. En este respecto un importante punto de vista es presentado por Baran y Sweezy (1965): “Los ajustes en la cantidad agregada de mano de obra a los cambios en la demanda del mercado toman lugar a través de cambios en el volumen de desempleo, lo que afecta en casi nada a los miembros de la clase capitalista y a otros estratos privilegiados, pero impone sufrimiento, inseguridad y degradación a la población subordinada que depende para sobrevivir solamente de la venta de su labor. De hecho, muy lejos de estar interesada en mostrar la relación entre los males sociales existentes y el modo de producción se puede decir que la economía burguesa contemporánea dedica todo su ingenio a oscurecer esta conexión”. 12 los precios causa una reducción en la riqueza real y también un aumento en la demanda de dinero para transacciones. Estos dos factores se combinan para aumentar la tasa del interés, lo cual a la vez causa una reducción en la inversión. Además, la reducción en la riqueza real conduce a una reducción en el consumo. Las reducciones en la inversión y en el consumo ocasionan una reducción en el ingreso nacional y en consecuencia el nivel de empleo baja. Ahora bien, el aumento en los precios de las importaciones ocasiona que los productos locales aparezcan más atractivos a los consumidores del extranjero (P/F ha disminuido), lo cual conducirá a un aumento en las exportaciones, siempre que Yw (el ingreso del “resto del mundo”) no se encuentre en una etapa depresiva. A la vez, las importaciones se cotizan a precios más altos en términos de la moneda local, lo que conduce a una disminución en su demanda. La pregunta que necesariamente emerge es si las disminuciones en el consumo y la inversión son contrarrestadas por la reducción en las importaciones y el aumento en las exportaciones. Varios autores han señalado que el resultado de esta situación es ambigua (Turnovsky y Kaspura, 1974; Scarfe, 1973). Sin embargo, bajo ciertas condiciones la ambigüedad puede desaparecer. Primero, consideremos la economía caracterizada por el modelo antes descrito. Si los países que representan “el resto del mundo”21 están simultáneamente sufriendo una inflación importada -proveniente de una tercera fuente- la economía bajo consideración no goza de un aumento en sus exportaciones, ya que si Yω se halla en una fase de contradicción, la economía no encontraría un aumento en la demanda por sus exportaciones. Esto indica que una trampa de la inflación importada es posible. Una segunda condición se da cuando las autoridades económicas nacionales interpretan el aumento en los precios locales como evidencia de la existencia de demanda excesiva y decretan políticas para eliminarla por medio de una contracción de la oferta de dinero. En este caso las reducciones iniciales de la inversión y el consumo serán exacerbadas, acelerando así la declinación en el ingreso nacional y el empleo. Este escenario presenta como protagonistas a miles de trabajadores que son despedidos y a pequeñas empresas que se hunden en la bancarrota contribuyendo así a “enfriar” la economía. Pero bajo el rigor de una inflación importada sus sacrificios son inútiles. Por ejemplo, si en 1974 en los Estados Unidos el nivel de desempleo se hubiera mantenido al nivel que prevalecía en 1973 (4.4 %), la tasa de inflación hubiera sido 11.68 % (punto R en la gráfica 5). Nos preguntamos si el aumento en el desempleo a 5.8 % ese año fue justificado por una reducción en la tasa de inflación de 0.49 %.22 Parece que una política adecuada sería aparear el aumento en los precios de las importaciones con el aumento en la oferta de dinero; esto contrarrestaría el desnivel provocado por el dinero absorbido por los elevados precios de importación y, a la vez, restablecería parcial o completamente la tasa de interés y la riqueza real. Esta situación de ninguna manera es óptima. La inflación todavía existe, pero se debe a factores externos; en este caso las políticas antiinflacionarias tradicionales (anti-demanda) son inefectivas. El problema es que las autoridades responsables de la economía del país no tienen recursos o Publicación del Banco Centroamericano de Integración Económica La estanflación: Un análisis basado en la economía internacional medios para predecir cuál será el índice de los precios de las importaciones durante el tiempo que sus políticas económicas tengan efecto. Además, estas autoridades no pueden discernir el origen de los aumentos en los precios, ya se trate que provengan de poder monopólico, demanda excesiva o agentes externos.23 En estos casos las políticas de los funcionarios económicos no podrán ser, con un poco de suerte, sino un juego de “ruleta rusa”. V. Conclusiones 23 Detectar la fuente de los aumentos en los precios es un trabajo muy difícil, ya que las ciencias económicas tradicionalmente han ignorado los factores institucionales. Este punto es comprobado con la cita que hacemos de unos comentarios de John Kenneth Galbraith publicados en la primera plana del Wall Street Journal del 22 de agosto de 1975. Este periódico reportaba que Galbraith creía que la teoría de los precios es “un área de la economía en que la realidad se ha trasladado más alla de los libros de texto”; luego él añade: “Si uno asume el poder normal e implícito inherente en un oligopolio, los aumentos de los precios en el transcurso de una recesión es lo que se puede esperar”. La razón por la cual este enfoque no ha llegado a los libros de texto -añade Galbraith- es que “es más bien desagradable describir la realidad a la juventud”. En el mismo artículo George Stigler concede que “la ley de la oferta y la demanda todavía trabaja (pero) la política es por lo menos tan importante en los precios”. Estos comentarios sugieren que Baran y Sweezy (1965) están en lo cierto cuando juzgan a las ciencias económicas: “Al postular la existencia de controles directos o indirectos adecuados cuando en realidad ninguno existe; al suponer la ausencia de monopolios cuando en realidad son ubiquistas y poderosos en sus efectos; al dar por sentadas situaciones de pleno empleo a largo plazo cuando en realidad esa es la excepción y no la regla; en todas estas maneras los elegantes modelos contemporáneos excluyen no las características secundarias del proceso que se trata de explicar, sino sus características más esenciales. Así, sustituyen el sistema capitalista con un sistema racional imaginario que no tiene nada en común con el capitalismo más que el nombre. El resultado, no hay necesidad de decirlo, es una apologética del statu quo y ésta está muy lejos de las intenciones subjetivas de los constructores de los modelos”. En este trabajo la estanflación ha sido explicada por el inusitado aumento en los precios de las importaciones de los Estados Unidos. Nuestros resultados empíricos apoyan este punto de vista. Pero otras consideraciones tales como devaluaciones,24 factores institucionales, oligopólicos, políticos, el efecto de limitaciones en la oferta agregada, y de la productividad, merecen un futuro estudio. Una conclusión de política económica que surge del presente estudio es que la curva de Phillips no se puede interpretar como un “menú de opciones”, ya que el menú está escrito en símbolos ininteligibles que son fáciles de confundir. Es muy posible ordenar una “papa caliente” en vez de un refresco. 24 El efecto que la devaluación del dólar ha tenido en la inflación de los Estados Unidos se puede calcular introduciendo la siguiente identidad: f = z(e + a) En donde: f = cambio proporcional en los precios de las importaciones. e = cambio proporcional en la tasa de cambio del dólar. a = cambio proporcional en los precios de oferta de las exportaciones hacia Estados Unidos. z = constante. Usando un valor de z igual a 0.8 (tal como lo estimó Branson, 1972) y sustituyendo la identidad en la ecuación (9) obtenemos la siguiente ecuación: p = 3.7174 - 0.3552 U + 0.1978 (0.8) (e + a) de donde p = 3.7174 - 0.3552 U + 0.1582 (e + a) Esta ecuación indica que una devaluación de 10 % produce un aumento en los precios de 1.58%, un aumento más alto que el esperado por los economistas de este país. La revista Bussiness Week del 2 de junio de 1975 reporta que: “Este efecto inflacionario (la devaluación del dólar) no fue más subestimado que en Washington en 1973. Ya que las importaciones constituyen solamente 5 % del producto nacional bruto, las autoridades económicas de Washington sostuvieron que el efecto inflacionario de una devaluación de 10 % seria solamente 0.5 %”. Para estudios del efecto de una devaluación sobre la inflación, véase Laffer (1974), Goldstein (1974), Barker (1968). Sobre los efectos de la devaluación en el comercio internacional véase Branson (1972), Bhagwati y Onitsuka (1974), Depler (1974), Marwah (1968.) Publicación del Banco Centroamericano de Integración Económica 13 La Integración de Centroamérica: promesa y reto vigente Referencias 1. Baer, W. y I. Kerstenetzky (eds.), Inflation and Growth in Latin America, Homewood, 1964. 2. Baran, P. y P. Sweezy, “Economics of Two Worlds”, On Political Economy and Economy and Econometrics, Varsovia, 1965. 3. 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García sus valiosos comentarios a una primera versión de este trabajo. La Integración de Centroamérica: promesa y reto vigente Introducción 1 Otros estudios sobre estructuras jerárquicas se encuentran en Brown, Odland y Golledge (1970), Brush (1953), Rouget (1972), Ramos Boyoli (1975), Domecki (1975), Woldenbery (1968). 20 La mayor interdependencia económica entre regiones geográficas como resultado del crecimiento y desarrollo nacional parece ser un fenómeno común para un número de países latinoamericanos. Esta interdependencia se manifiesta en flujos de comunicación, tales como la propagación de innovaciones y de tecnología, y en flujos de capital y de mano de obra, generalmente como respuesta a diferenciales regionales en remuneración a estos factores. Los flujos de comercio interregional son además otra manifestación de interdependencia y se revelan por multiplicadores de ingreso que, en sistemas altamente interdependientes, propician que regiones individuales sean susceptibles a efectos exógenos originados en otras partes del sistema. Todas estas formas de interdependencia económica ocurren entre unidades regionales que están caracterizadas por su localización diferente en el espacio geográfico, lo cual obliga a investigar el esquema que caracteriza y condiciona la jerarquía y el dinamismo entre las regiones. La estructura espacial puede ser equilibrada cuando es conformada por regiones relativamente iguales. En otros casos la estructura espacial puede ser marcadamente desequilibrada, con una región dominando otras regiones que presentan diferentes niveles de importancia en un orden declinante; es decir, se advierte en este caso una regresión jerárquica de regiones dominantes a regiones de orden más bajo. Los estudios sobre sistemas regionales no equilibrados están apareciendo más frecuentemente en la bibliografía sobre planificación y desarrollo urbano regional. Podemos citar un análisis de una jerarquía a nivel siete (para una provincia canadiense), que realizó Schaefer (1977), en donde las variaciones en magnitudes urbanas fueron generadas por diferencias en los costos de transporte, así como por variaciones en las intensidades de la demanda. Berry (1969) empíricamente midió la relación entre el desarrollo regional y la jerarquía urbana en Chile, mientras que Banerji y Fisher (1974) analizan el problema de la localización de las inversiones públicas tanto en jerarquías estrictamente ordenadas como en mixtas.1 En la siguiente discusión se examinan unos modelos de jerarquía económica espacial basados en las teorías del lugar central de Christaller Losch y en un sistema elaborado por Tinbergen. Estos modelos formales han sido usados como un punto de partida para examinar la jerarquía interregional de los cinco países del Mercado Común Centroamericano (MCCA). Los flujos de comercio han sido analizados en el contexto del modelo de comercio de Metzler, que está abierto a las vinculaciones comerciales con respecto al resto del mundo. Los estimados de los parámetros de las propensiones marginales de importación y expotación son usados para reformular el sistema del MCCA como un proceso estocástico de cadena de Markov, que refleja la estructura económica - espacial de Centroamérica como una jerarquía y condiciona el patrón de interacción económica entre las regiones a través del tiempo. Un ejemplo de esta última proposición es ilustrado por el proceso de la difusión interregional de los ingresos de exportaciones extrarregionales. La difusión de las exportaciones extrarregionales es Publicación del Banco Centroamericano de Integración Económica Redes interregionales estructuras jerarquicas y fuga de la riqueza en Centroamérica: un análisis de cadena Markov interpretada como un proceso finito de cadena de Markov, que representa la evolución del sistema económico centroamericano hacia la descapitalización. II. Jerarqías del lugar central Los conceptos de dominio espacial y orden jerárquico están claramente expuestos en los modelos del lugar central de Christaller (1966) y Losch (1954), los que destacan los flujos de comercio entre ciudades y pueblos (lugares). El sistema de Christaller es una jerarquía rígida altamente ordenada, con un lugar central dominante en términos de relaciones de comercio con los otros lugares. El lugar central sirve como fuente de un orden completo, que comprende el comercio de bienes y servicios disponibles dentro del sistema. Este ordenamiento acusa una disminución en la producción local cuando se prosigue hacia lugares de orden más bajos, causando un proceso de especialización que resulta en flujos de comercio unidireccionales al ir bajando la jerarquía. El lugar central produce la gama completa de bienes, exportando los bienes del rango más alto hacia los niveles más bajos. Un lugar de segundo orden importa del anterior a su vez produce una cantidad reducida de bienes, y los exporta hacia mercados de orden inferior.2 Este proceso de división y especialización continúa hasta que se alcanza el último lugar, con el rango más bajo, el cual produce y consume productos locales e importa para el resto de sus necesidades de los umbrales más altos. La red del lugar central de Losch tiene propiedades de dominio similares a las de Christaller, pero varía en términos de conexión a niveles más bajos. Un lugar central domina el sistema en términos de flujos de exportaciones hacia lugares de orden más bajo. Pero, en contraste con la rigidez de la jerarquía de Christaller, los lugares de orden más bajo pueden exportar el uno al otro, tanto por encima y abajo de sus niveles respectivos. De esta manera se da un grado mayor de conexión dentro del sistema, ya que los bienes producidos en lugares de orden más bajo pueden ser exportados hacia arriba en la jerarquía.3 2 Una representación del flujo de comercio en el modelo de Christaller, en una Jerarquía de seis niveles, puede escribirse como sigue: T = (tij) = t11 t21 t31 t41 t51 t61 0 t22 t32 t42 t52 t62 0 0 t33 t43 t53 t63 0 0 0 t44 t54 t64 0 0 0 0 t55 t65 0 0 0 0 0 t66 En donde los tij representan el flujo de bienes para el lugar i desde el lugar j. Véase Seninger(1978) y Paelink y Nijkemp (1977) para discusiones extensas de las jerarquías del lugar central. 3 La matriz T en el sistema de Losch contiene elementos positivos sobre la diagonal pero su primera fila es igual a la matriz de Christaller. Beavon y Mabin (1975) examinan las propiedades del sistema de Losch, mientras que Boventer (1962) examina las similitudes y contrastes entre los sistemas del lugar central de Christaller y Losch. Publicación del Banco Centroamericano de Integración Económica 21 La Integración de Centroamérica: promesa y reto vigente 4 La jerarquía del flujo de comercio de Tinbergen requiere elementos positivos en la última columna de T = (t j), aunque la porción debajo de 1a diagonal para los niveles uno al cinco es una matriz triangular. Bos (1965) examina el patrón explícito de localización del sistema de Tinbergen. Gunnarsson (1977) contiene un intento más reciente sobre la extensión y refinanciamiento de los centros de producción dentro de una estructura jerárquica. 5 El modelo de Metzler fue originalmente propuesto en Lloyd A. Metzler (1942), con una versión algo diferente apareciendo en Metzler (1950.) Algunas aplicaciones recientes han aparecido en Morishima, Murata, Noose y Saito (1973); Guccione y Guillen (1974) y Cáceres (1978). 6 Las regiones en la discusión presente se refieren a regiones de nudo (nodal region). Las propiedades de regiones nodales en la América Latina son discutidas por Stohr (1969) y Gilbert (1974). Hoselitz (1956) cita un número de factores existentes en Centroamérica que son altamente sugestivos de un enfoque de región nodal. Un tercer sistema, presentado por Tinbergen (1961, 1964, 1967) retiene varias de las propiedades del lugar central, pero ofrece algunas modificaciones. Tinbergen empieza con un sistema constituido por centros de industrias de un orden variante; cada centro que contiene una industria de un rango dado h, también contiene todas las industrias de orden inferior (con un rango menor que h). La producción total de las industrias de todos los rangos es consumida por la población del centro, excepto la industria de rango más alto, parte de la producción de la cual es exportadora a centros de nivel más bajo. Esto da por resultado un patrón similar al flujo de comercio de Christaller, ya que las importaciones son siempre de arriba, aunque solamente se importa un tipo de bienes. Una diferencia principal en el caso de Tinbergen es el dominio reducido por el centro más alto, en donde está localizada la industria de orden máximo, mientras este centro es autosuficiente en muchos bienes debe importar, así como todos los otros niveles, productos agrícolas desde un nivel regional que está separado de los otros niveles.4 Tanto los modelos del lugar central de Christaller-Losh, como el sistema de Tinbergen, ilustran las propiedades básicas y las características de una jerarquía económica-espacial. Estos modelos son, sin embargo, sistemas altamente formalizados que requieren modificaciones importantes para que tengan alguna aplicación actual. Por otra parte, el modelo de comercio interregional de Metzler es una opción operacional que puede interpretarse bajo ciertas condiciones en términos de dominio espacial y de propiedades jerárquicas.5 III. Una jerarquía Matzler aplicada a Centroamérica 1. Modelo de Metzler La base del modelo de Metzler es una matriz de coeficientes estructurales que representan relaciones de comercio entre las regiones localizadas en diferentes áreas en el espacio geográfico.6 La matriz Metzler para un sistema de cinco regiones abiertas al resto del mundo puede ser escrita como: M = (xij) = q11 x21 x31 x41 x51 x61 x12 q22 . : . x62 x13 . q33 : . x63 . . . q44 . x64 . . . . q55 x65 x16 x26 x36 x46 x56 q66 en donde la primera fila y columna representa la vinculación comercial con el resto del mundo, mientras que el sistema interre22 Publicación del Banco Centroamericano de Integración Económica (1) Redes interregionales estructuras jerarquicas y fuga de la riqueza en Centroamérica: un análisis de cadena Markov Guatemala El Salvador Honduras Nicaragua Costa Rica M´ = (xij)´ = Resto del mundo gional centroamericano esta contenido en los niveles del dos al seis.7 Las propensiones a la exportación de la región j hacia la región i está mostrada por los elementos fuera de la diagonal, y presumiblemente, para un sistema integrado, todas son positivas. Los elementos diagonales (propensión neta al gasto local), junto con las propensiones a exportar pueden ser usados para interpretar las propiedades jerárquicas del sistema económico-espacial. Esto puede ser ilustrado por las siguientes estimaciones de una matriz Metzler para Centroamérica. Estas estimaciones muestran en la matriz (2), que es la transposición de la matriz (1), o sea la matriz de propensiones marginales a importar, a fin de destacar el patrón de orientación de las importaciones de los niveles dos al seis desde la región superior.8 .95000 .0976 .1641 .00024 .6500 .0893 .00021 .0533 .5539 .00013 .0069 .0000 .00016 .0066 .0153 .00017 .0167 .0189 .4023 .2080 .3738 .759 .0580 .0685 .0000 .0530 .0598 .2248 .0139 .0170 .0295 .3738 .0470 .0451 .0685 .4100 (2) 7 Se supone que “El resto del mundo” está compuesto por los El nivel uno representa la región externa (resto del mundo), Estados unidos, la Alemania occidental y el Japón y será mientras que los niveles dos al seis representan a Guatemala, El denominada como “región externa” Salvador, Honduras, Nicaragua y Costa Rica, respectivamente, como durante la siguiente discusión. 8 Estos estimados son de el subsistema de cinco regiones comprendiendo el Mercado Común Cáceres (1978) y fueron estimados Centroamericano. Los valores de cero para m34 y m43 representan la usando los datos de 1962-1973, deflacionados a precios de 1960; la cesación de comercio entre El Salvador y Honduras después de 1969. fuente de datos es la Secretaría La diagonal principal de la matriz (2) contiene las propensiones a Permanente del Tratado General de Integración Económica gastar localmente, después de haber sustraído todas las propensiones a Centroamericana, VI Compendio importar, y sugiere un ordenamiento comenzando con la región Estadístico de 1975. Para otros estudios sobre el Mercado Común externa seguida por Guatemala, luego El Salvador, Costa Rica, Centroamericano (MCCA), véase Nicaragua y Honduras.9 Este es un ordenamiento que refleja las Castillo (1966); Hansen (1967); Fagan (1970); Cohén-Orantes magnitudes de sus productos internos brutos. El dominio jerárquico (1972); y McClelland (1972). ejercido por las regiones de nivel superior se ilustra por el patrón de Investigaciones econométricas se encuentran en Nugent (1975), BIDpropensiones de importación en cada columna. INTAL (1973), Cline y Delgado (1978), Cáceres (1978). 9 Suponiendo funciones lineales para el consumo, inversión, importación del resto del mundo, importación interregional y funciones de exportación interregional para la región i: Ci = bi (Yi) Ii = ni (Yi) Moi = moi (Yi) Mij = mij (Yi) Eij = xij (Yj) respectivamente se obtiene: (1 - bi - ni + moi + Σ mij) Yi - Σ xij Yj = Ai, j j donde Ai contiene todos los términos exógenos. El primer coeficiente en el lado izquierdo corresponde a los elementos diagonales en (1) y (2). Se debe notar que Xij = Mij. Publicación del Banco Centroamericano de Integración Económica 23 La Integración de Centroamérica: promesa y reto vigente Las regiones del MCCA muestran altas propensiones a importar desde el resto del mundo, el que a la vez muestra propensiones de importación desde Centroamérica extremadamente pequeñas. Así, mientras el resto del mundo muestra propensiones marginales a importar desde Costa Rica y Honduras iguales a 0.00017 y 0.00013, respectivamente, estos dos países acusan propensiones a importar desde el resto del mundo iguales a 0.3738 y 0.4023 cada uno. Guatemala sigue al resto del mundo como un segundo nivel, con un lugar dominante y débiles conexiones de importación desde las otras regiones del MCCA. La tendencia general hacia el establecimiento de un orden jerárquico está reflejada por el patrón de los coeficientes en cualesquiera de las filas dadas. Los coeficientes que se refieren a las importaciones desde arriba (las mij debajo de la diagonal principal) típicamente tienen valores mayores que los coeficientes representando las importaciones de las regiones de nivel más alto (coeficientes arriba de la diagonal principal). Cabe agregar que las propiedades jerárquicas de dominio tienen implicaciones directas en ciertas relaciones y fenómenos económicos, ya que el comercio interregional y los multiplicadores de ingreso, basados en los coeficientes de la matriz (2), serán sesgados en valor hacia las regiones dominantes.10 Otro fenómeno económico es la difusión interregional de algún dote económico, tal como los ingresos de las exportaciones tradicionales, o del gasto público, a través de la estructura jerárquica. Tal proceso de difusión ilustra en las secciones siguientes al reformular (2), en términos estocásticos como un proceso finito de cadena de Markov. 2. La jerarquía del MCCA como un proceso de cadena ergódica de Markov La región externa y las cinco regiones centroamericanas pueden representarse por S i ; S1 representa la región externa, mientras que S2 a través S6 son estados del sistema correspondientes a Guatemala, El Salvador, Honduras, Nicaragua y Costa Rica, respectivamente. Los parámetros estimados en la matriz (2) pueden ser usados para definir: pij = mij Σ mij j i, j = 1, 2,...6. (3) en donde pij es la probabilidad transicional de un proceso que al empezar el estado i vaya al estado j durante un intervalo de tiempo unitario. Si las probabilidades son conocidas para todos los i y j, se puede definir una cadena finita de Markov por: P1(0)=P(x0 = i) i = 1, 2, ...6 10 24 Véase Cáceres (1978). (4) la cual es la asignación de la probabilidad inicial para el estado i en el comienzo del proceso, y por Publicación del Banco Centroamericano de Integración Económica Redes interregionales estructuras jerarquicas y fuga de la riqueza en Centroamérica: un análisis de cadena Markov Pij, (n, n + 1) = P(xn + i = j, xn = i) = Pij i, j = 1, 2,... 6 n = 0,1, 2,... ∝ (5) la cual define la probabilidad de transición en un paso para ir a una región en el nivel j después de n + 1 transiciones. Las ecuaciones (4) y (5) definen una cadena de Markov de parámetros discretos que es homogénea en el tiempo.11 Con base en estas operaciones se encuentra que el sistema bajo estudio da lugar a la siguiente matríz de probabilidades transicionales: S1 S2 S3 S4 S5 S6 S1 S2 S3 .9909 .1206 .1940 .0003 .8000 .1056 .0002 .0431 .6548 .0001 .0041 .0000 .0002 .0160 .0233 .0002 .0161 .0223 S4 S5 S6 .4220 .2455 .4020 .2209 .1176 .0701 .0000 .0626 .0233 .2358 .0824 .0139 .1008 .4412 .0505 .0204 .0508 .4500 P = ( pij ) = (6) La matriz P representa una cadena discreta de Markov, que es un análogo estocástico de la matriz de comercio interregional de Metzler y puede interpretarse como sigue: Empezando con una unidad de ingreso exógeno (exportaciones tradicionales o consumo público) en el estado i, pij es la probabilidad de que esa unidad sea gastada en productos locales (permanece en i) o en importaciones desde una región j. Así, la probabilidad de que una unidad de ingreso exógeno que se encuentra ahora en Guatemala permanezca allí es 0.80; la probabilidad de que esa unidad sea transferida, vía el comercio del MCCA, desde Guatemala a El Salvador es 0.04; de que se transfiera al resto del mundo es 0.12. También las probabilidades de que una unidad de ingreso exógeno que se encuentra originalmente en Costa Rica permanezca allí o se transfiera a El Salvador son 0.45 y 0.023, respectivamente. 3. Evolución del sistema 11 Véase Bharucha-Reid (1960) para una discusión de este punto. 12 Feller (1967) discute las propiedades formales de un proceso de cadena de Markov, mientras que Smith (1969) analiza casos en donde una matriz irreductible de intercambio se transforma en un vector del ingreso interregional en equilibrio. La formulación de cadena de Markov captura un número de interesantes propiedades del sistema interregional del MCCA. Formalmente, la matriz P representa un conjunto irreductible de estados aperiódicos y persistentes, tales que toda región puede ser alcanzada de cualquier otra región en un número finito de pasos. Esto sugiere un movimiento o evolución de los estados del sistema a través del tiempo, tal que pij(n) es la probabilidad de una transición de Si a Sj en exactamente n pasos, o alternativamente, pij es la probabilidad condicional de entrar en Sj después de n pasos, dado que el estado inicial es Si.12 Las varias potencias de P muestran la evolución del sistema de Markov al transcurrir un número de intervalos de tiempo. Esta evolución está condicionada por el juego determinativo de fuerzas Publicación del Banco Centroamericano de Integración Económica 25 La Integración de Centroamérica: promesa y reto vigente económicas y geográficas que resulta en la estructura jerárquica comprendida en el proceso estocástico Markov. El cuadro 1 muestra la evolución de la matriz P después de 2,4,8 y 12 transiciones. Se puede ver que las probabilidades de que una unidad de ingreso que hoy se encuentra en Guatemala esté allí dentro 2,4,8 y 12 transiciones son 0.6487, 0.4384, 0.2129 y 0.1073, respectivamente. Las probabilidades correspondientes a Costa Rica para los mismos casos son 0.1982, 0.0451, 0.0059 y 0.0025. La evolución de estas probabilidades de transiciones se muestra en la gráfica 1. CUADRO 1. Evolución de matríz P. Estructura Jerárquica después de: Dos transiciones 1 2 3 4 5 6 1 2 3 4 0.9983 0.2374 0.3483 0.5807 0.4351 0.6098 0.0006 0.6486 0.1579 0.2422 0.1743 0.0986 0.0004 0.0641 0.4353 0.0164 0.0748 0.0318 0.0002 0.0058 0.0027 0.0651 0.0569 0.0139 5 6 0.0003 0.0220 0.0284 0.0728 0.2089 0.0476 0.0003 0.0219 0.0273 0.0226 0.0498 0.1982 Cuatro transiciones 1 2 3 4 5 6 1 2 3 4 5 6 0.9973 0.4397 0.5674 0.7263 0.6562 0.7929 0.0011 0.4384 0.1797 0.1908 0.1802 0.1005 0.0006 0.0721 0.2028 0.0301 0.0621 0.0305 0.0002 0.0059 0.0043 0.0102 0.0176 0.0072 0.0004 0.0222 0.0234 0.0270 0.0562 0.0237 0.0003 0.0216 0.0224 0.0155 0.0275 0.0452 Ocho transiciones 1 2 3 4 5 6 1 2 3 4 5 6 0.9962 0.7083 0.7962 0.8628 0.8405 0.9089 0.0018 0.2129 0.1231 0.0982 0.1072 0.0605 0.0008 0.0487 0.0567 0.0227 0.0309 0.0170 0.0002 0.0036 0.0027 0.0021 0.0028 0.0017 0.0004 0.0135 0.0109 0.0074 0.0099 0.0058 0.0004 0.0129 0.0104 0.0067 0.0086 0.0059 5 6 0.0005 0.0073 0.0053 0.0037 0.0043 0.0026 0.0005 0.0069 0.0050 0.0035 0.0040 0.0025 Doce transiciones 1 2 3 4 5 6 26 1 2 0.9956 0.8494 0.8977 0.9283 0.9184 0.9525 0.0022 0.1073 0.0685 0.0504 0.0567 0.0326 Publicación del Banco Centroamericano de Integración Económica 3 0.0009 0.0270 0.0219 0.0129 0.0155 0.0089 4 0.0002 0.0019 0.0014 0.0011 0.0012 0.0008 Redes interregionales estructuras jerarquicas y fuga de la riqueza en Centroamérica: un análisis de cadena Markov 20 Transiciones 0.000 0.005 0.01 0.03 0.05 0.09 0.20 0.40 0.60 0.80 0.07 Probabilidad 1.00 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 14 15 GRÁFICA 1. Probabilidades a través del tiempo de que una unidad de ingreso permanezca en un país centroamericano 16 17 18 19 Costa Rica Honduras Nicaragua El Salvador Guatemala Se debe notar que mientras las probabilidades de que el ingreso permanezca en Centroamérica disminuyen con el tiempo, las probabilidades de que éste se transfiera al resto del mundo aumentan. Así, un peso centroamericano que se encuentra hoy en Costa Rica está sujeto a las probabilidades 0.4020, 0.6098, 0.7930, 0.9089 y 0.9526 de haber pasado al resto del mundo, después de transcurrir uno, dos, cuatro, ocho y doce transiciones respectivamente. Publicación del Banco Centroamericano de Integración Económica 27 La Integración de Centroamérica: promesa y reto vigente 7 la ma ate u G Probabilidad 28 Publicación del Banco Centroamericano de Integración Económica 0.20 0.30 0.40 0.50 0.60 0.70 0.80 0.90 1.00 1 2 3 4 5 6 S El a Ric sta Co duras n Ho ua rag ca Ni ad al v or 8 9 10 11 12 14 15 16 17 18 19 GRÁFICA 2. Probabilidades a través del tiempo de que una unidad de ingreso que se encuentra originalmente en un país centroamericano se transfiera al resto del mundo. 20 Transiciones Los casos de los otros países se muestran en la gráfica 2. Estos resultados indican que las relaciones resto del mundoCentroamérica otorgan a la región centroamericana el auténtico calificativo de zona tributaria. Además, como se puede ver en el cuadro 1, las probabilidades de que el ingreso centroamericano sirva para activar el comercio intracentroamericano tienden rápidamente a Redes interregionales estructuras jerarquicas y fuga de la riqueza en Centroamérica: un análisis de cadena Markov cero; de ahí que el esfuerzo integracionista sea fallido, o de crisis continuas, al no contar la región con estímulos de demanda agregada que lo volviesen autosostenido y dinámico. Es así que difícilmente pueden los esquemas de integración económica servir de punto de partida para un desarrollo auténtico, mientras las regiones mantengan fuertes vínculos asimétricos con el resto del mundo. Pero esta asimetría es la norma común en las relaciones Norte-Sur; De no cambiarse, los esfuerzos de desarrollo en el Sur seguirán siendo fútiles.13 4. Entropía del sistema La evolución estocástica de la red interregional, vía las mayores potencias de la matriz P, indicaba una convergencia hacia un sistema más rígido, más jerarquizado. Este fenómeno se puede analizar también mediante el concepto de la entropía.14 La entropía es una medida de orden y desorden y, para el estado i en un intervalo de tiempo determinado, es dada por: Ei = - Σ pij Ln pij j = 1, 2,...6 j 13 Al fin la asimetría que rige al sistema económico global, como fue puntualizado por Prebich y Singer hace muchos años, ha sido demostrada recientemente por Findlay (1979). Usando los modelos neoclásicos (utilidad, producto marginal, maximización de ganancias, etcétera.) Findlay (p. 189) concluye que “La tasa de crecimiento de la economía mundial se determina exclusivamente por la tasa natural de crecimiento del Norte. La magnitud de la economía del Norte en cualquier instante está siempre fijada por el nivel de su fuerza laboral, mientras que el nivel de empleo en el Sur depende de sus propios parámetros y de las propensiones del Norte a ahorrar e importar... (Esto)ilustra la tesis de Prebisch y Singer de que los “frutos del progreso” son preservados por el Norte en forma de ingresos más altos, mientras que en el Sur son disipados en deterioraciones en los términos de intercambio.” 14 Excelentes discusiones del concepto de la entropía se encuentran en Medvekov (1970), Krehm (1977), Wilson (1969), Theil (1967), Fano (1969), Hart (1970). 15 Este es un resultado que pasaría inadvertido al aplicar los métodos determinísticos de las ciencias económicas. La necesidad de formular modelos económicos-espaciales que permitan la transición estructural a travéz del tiempo ha sido abogada por Haavelmo (1964), Cáceres y Seninger (1978), Isard y Liossatos (1977), Isard (1976). (7) Valores altos de la entropía indican que el sistema se rige por una distribución menos restrictiva de probabilidades transicionales, es decir, cuanto menos ordenado o jerárquico es el sistema, mayor es la entropía. La reducción en la entropía de un nivel a través del tiempo indicaría la tendencia hacia una estructura rígida, denotando la existencia de una menor incertidumbre sobre el pronóstico de ese nivel del sistema. El cuadro 2 contiene la evolución de la entropía del sistema estocástico. La entropía de S1 (resto del mundo) en la matriz original es prácticamente cero, lo que sugiere un nivel fuertemente restringido, en términos de una alta probabilidad de que el ingreso permanezca en S1. Los estados dos al seis muestran originalmente valores entrópicos relativamente altos, indicando una distribución de probabilidades de transición poco restrictiva. Pero para estos niveles, una reducción en la entropía ocurre en cada período de transición cuando la matriz P es elevada a potencias, lo que señala el surgimiento de un orden rígido en las relaciones comerciales, expresado en la alta probabilidad de que el ingreso de estos estados sea absorbido por la región externa. La disminución de la entropía de los niveles dos al seis indica que las probabilidades de transferencia (comercio) entre los mismos disminuye, a la vez que las probabilidades de transición de sus ingresos al resto del mundo aumenta: Ya no existe el desorden o la incertidumbre, o posibilidades de comercio intracentroamericanos el ingreso se transfiere a la región externa -de ahí la reducción en la entropía. Nótese en el cuadro 2 la convergencia de los valores de las entropías de los seis niveles; estructuralmente los seis estados se han transformado en uno sólo, ya que las distribuciones estocásticas de transición sólo significan la permanencia en el resto del mundo. La estructura económica de Centroamérica se desmorona y se vuelve un apéndice de la región externa.15 Publicación del Banco Centroamericano de Integración Económica 29 La Integración de Centroamérica: promesa y reto vigente CUADRO 2. Evolución de la Entropía Transiciones Resto del mundo 1 2 4 8 12 14 16 20 24 30 40 0.0091 0.0148 0.0223 0.0299 0.0334 0.0344 0.0350 0.0358 0.0362 0.0364 0.0365 Guatemala 0.7781 1.0603 0.1648 0.8713 0.5507 0.4285 0.3316 0.1990 0.1233 0.0688 0.0422 El Salvador 1.0872 1.2975 1.1686 0.7073 0.4141 0.3176 0.2447 0.1485 0.0953 0.0579 0.0402 Honduras 1.4492 1.2216 0.8254 0.4505 0.2616 0.2019 0.1574 0.1000 0.0692 0.0482 0.0385 Nicaragua Costa Rica 1.3686 1.4343 1.0653 0.5448 0.3093 0.2373 0.1838 0.1145 0.0769 0.0510 0.0390 1.3018 1.2439 0.8501 0.4325 0.2484 0.1918 0.1498 0.0959 0.0669 0.0474 0.0384 5. Difusión del ingreso La evolución (o mejor dicho la destrucción) estructural de la economía Centroamericana tiene importantes consecuencias en el proceso de acumulación. Esto puede ser estudiado definiendo un vector de la dote inicial de los ingresos exógenos V (exportaciones tradicionales o consumo público)sobre los seis niveles: V (0) = (V1(0),V2(0),V3(0),V4(0),V5(0),V6(0)) (8) La composición de este vector inicial después de una transición es dada por V (1) = V (0) P, dspues de dos años es dada por V (2) = V (1) P = V(0) P2, y la difusión interregional del vector original después de n períodos es dada por Vn = V (0)Pn. Para apreciar las dificultades que enfrentan los países centroamericanos en conservar su riqueza, consideremos la difusión de los ingresos provenientes de sus exportaciones tradicionales de 1968. Este vector inicial es representado por V(0) = (874, 196,168,135, 149,146), en donde se entiende que en 1968 las exportaciones tradicionales de Guatemala fueron 196 millones de dólares, las de El Salvador, 168 millones, etcétera. Por las exportaciones del resto de mundo se entiende sus exportaciones hacia Centroamérica, que fueron 874 millones en 1968. La distribución de esta dote inicial después de una transición es dada por (874, 196, 168, 135,149,146) (P) =(1082, 232, 131, 47, 94, 82). Después de tres años la riqueza se ha dividido así: (874, 196, 168, 135, 149, 146) (P3) = (1299, 208, 83, 11, 36, 31) y después de diez años: (87, 196, 168, 135, 149, 146) (P10) = (1559, 75, 21, 2, 6, 5). Este análisis revela que, por ejemplo, de los ingresos de 168 millones, en término de exportaciones tradicionales generadas por Honduras, le quedan al cabo de una transición, 47 millones, y después de tres y diez transiciones estos ingresos se han reducido respectivamente a 11 y 2 millones. El resto del mundo, por lo 30 Publicación del Banco Centroamericano de Integración Económica Redes interregionales estructuras jerarquicas y fuga de la riqueza en Centroamérica: un análisis de cadena Markov 20 19 2 0 20 40 60 80 100 200 400 800 1000 1200 1400 600 Ingreso Exógeno - Millones Dólares 1600 0 1 Ho nd ur C as . R . 3 4 Nicaragua 5 6 Resto del Mundo 7 8 9 10 11 12 GRÁFICA 3. Difusión del ingreso 14 15 16 17 18 Transiciones 21 Guatemala El Salvador contrario, al transcurrir una, tres y diez transiciones, aumenta su riqueza respectivamente de 874 millones a 1,082,1,299 y 1,559 millones. La difusión de esta dote inicial se puede apreciar en la gráfica 3. Esta gráfica expresa vividamente el problema centroamericano: incapacidad estructural de guardar la riqueza dentro de sus fronteras, por lo que el proceso de capitalización se frustra. Parece pues que en Publicación del Banco Centroamericano de Integración Económica 31 La Integración de Centroamérica: promesa y reto vigente Centroamérica la integración económica -sin la debida desvinculación con el resto del mundo- es un instrumento para integrar la fuga de la riqueza. Este no es un problema reciente, describiendo la situación económica centroamericana existente a mediados del siglo XVII, MacLeod (1973, p. 281) señala que: “el principal problema de Centroamérica era que sus metales preciosos tendían a escaparse. Como en México, grandes cantidades salieron de la región para España en forma de ingresos para la corona. Oficiales reales amasaban grandes fortunas tan pronto como podían y remitían grandes sumas con la esperanza de regresar un día a la metrópoli y disfrutar de la nueva riqueza”.16 La descapitalización de Centroamérica, ya sea en el modelo cacahuatero, minero, platanero o cafetalero, no es un nuevo fenómeno, como no es nueva su miseria. Y el modelo integracionista no ha atenuado la descapitalización; al contrario, al fomentar políticas de “sustitución” de importaciones (en realidad al sustituir importaciones de bienes de consumo por bienes de capital e intermedios), la ha acentuado. Ha surgido en Centroamérica en los últimos años la paradoja de establecer programas de promoción de exportaciones fuera de la región, otra medida que no hace mella en la dislocación estructural que la región padece.17 IV. Consideraciones finales 16 En el siglo XIX la situación era similar; Smith (1963, p. 498) apunta que en 1832 el Cónsul de los Estados Unidos en Centroamérica informó a su gobierno que “debido al comercio exterior el oro está desapareciendo rápidamente”. 17 Varios autores (Nugent, 1974; Yotopoulos y Nugent, 1976; McClelland, 1972; Cáceres, 1978) han encontrado que el MCCA permitió a los países miembros aumentar sus tasas de crecimiento económico. Pero estos estudios, además de tener un carácter estático, han considerado a Centroamérica como una unidad económica independiente, descartando sus vinculaciones con el resto del mundo. Así, sus resultados pueden ser sólo espejismos. 32 La formulación del Mercado Común Centroamericano como una cadena abierta y ergódica de Markov descubre la existencia de una hegemonía económica-espacial por la región externa. Esta hegemonía se traduce en un proceso irreversible y asimétrico en el cual los ingresos exógenos del área centroamericana son absorbidos por el resto del mundo. Sí este proceso se dejara correr por su cuenta conduciría a la completa descapitalización de los países centroamericanos; que esto no ocurre se debe al crecimiento -fútil- de las exportaciones tradicionales y al endeudamiento externo al que recurren estos países. Entonces cabe pensar en mecanismos que pondrían fin al proceso de fuga de riqueza. En primer lugar, es necesario un reajuste de la posición de Centroamérica en la economía mundial que le permita recibir y conservar lo justo por sus aportes a la economía global. En segundo lugar, transferencias interregionales es un tipo de intervención redistributiva -de carácter temporal- que merece estudiarse. Esto necesitaría la existencia de una autoridad de planificación mundial encargada del manejo de un fondo de equiparación y autorizada para tomar ingresos de una región y transferirlos a otra. Las operaciones de esta autoridad de planificación pueden ser representadas por un vector f = fi compuesto de transferencias periódicas de ingresos entre las regiones i = 2, 2,... 6. Este vector de política redistributiva puede tener componentes positivos y negativos; si fi es positiva las transferencias o donaciones se aumentan para el nivel i, mientras que un f i negativo indica que esa región no recibe, Publicación del Banco Centroamericano de Integración Económica Redes interregionales estructuras jerarquicas y fuga de la riqueza en Centroamérica: un análisis de cadena Markov sino que aporta capital fondo de equiparación. Los diferentes f i pondrán en movimiento efectos de difusión positivos y negativos, el efecto combinado de los cuales será determinado por a la estructura económico-espacial del sistema interregional. La discusión anterior se puede ilustrar como sigue: tomando la dote inicial de ingresos de exportaciones V(0) = (Vi(0)), i = 1, 2,... 6, a través de varias transiciones y suponiendo que el vector de política f será aplicado sobre los distintos niveles, el proceso de difusión después de n períodos es dado por: n V P +ΣfPk (0) n k=0 (9) A través del tiempo, el primer término tiende a una completa difusión del ingreso de los niveles del dos al seis hacia la región externa; por lo que el vector de inyección f se vuelve el medio para contrarrestar este proceso. Ahora bien, se puede especificar el repartimiento deseado de los ingresos exógenos, resultante de la inyección del vector f. Si el vector deseado es g se puede demostrar18 que las inyecciones requeridas para mantener ese nivel deseado de ingreso es dado por: f = g (I-P) (10) 18 Véase Kemeny y Snell (1960, 1962), Rodgers (1966). 19 Existe una voluminosa bibliografía sobre la distribución equitativa de los beneficios de la integración económica entre países subdesarrollados (Newlyn, 1965; Ghai, 1964; Elkan, 1972; Mateo, 1970; Hess, 1971; Ffrench Davis, 1977; UNCTAD, 1973). Pero como el análisis anterior revela, el punto relevante es la distribución equitativa de la riqueza entre países desarrollados y subdesarrollados. Es donde I es la matriz de identidad. Por ejemplo, refiriéndose al caso de la difusión de los ingresos provenientes de las exportaciones tradicionales de 1968 analizado anteriormente, si se tiene como objetivo que el ingreso correspondiente a la región externa no cambie y que aquello que corresponden a los países centroamericanos no muestran excesiva disparidad, al representar estos objetivos por medio del vector g = (874,184,160, 150, 150, 150) se obtiene que el vector de inyección f es dado por f = (-212.82, -41.62, 34.22, 99.31, 54.32, 66.60). Esto indica que para evitar la completa difusión de los ingresos exógenos de Centroamérica hacia el resto del mundo y mantener un nivel de liquidez tal como el expresado por el vector g, el resto del mundo y Guatemala aportarían al fondo de equiparación 212.82 y 41.62 millones de dólares, respectivamente que serían distribuidos así: 34.22 millones a El Salvador, 99.31 millones a Honduras, 54.32 millones para Nicaragua y 66.60 millones para Costa Rica.19 Si el objetivo fuera mantener idénticos niveles de liquidez en los países Centroamericanos representado por el vector g = (874,158.8,158.8,158.8, 158.8) el vector de inyección anual estaría compuesto por f = (-218.96, -50.13, 34.13, 105.29, 58.33, 71.33). Es decir, al fondo de equiparación contribuirían el resto del mundo y Guatemala anualmente con 218.96 y 50.13 millones respectivamente, a ser distribuidos así: 34.13 millones para El Salvador, 105.29 millones para Honduras, 58.33 millones para Nicaragua y 71.33 millones para Costa Rica. Este es un legítimo esquema de redistribución; se trata sólo de contrarrestar los mecanismos de un sistema internacional injusto que ha colocado a Centroamérica en una posición de periferia tributaria. Publicación del Banco Centroamericano de Integración Económica 33 La Integración de Centroamérica: promesa y reto vigente Bibliografía Banjerji S., y H. B. Fisher, “Hierarchical Location Analysis for Integrated Area Planning in Rural India, Papers and Proceedings of the Regional Science Asociation, vol. 33 (1974), pp. 177-194. Beavon, K. S., y A. Mabin, “The Losch System of Market Areas: Derivation and Extension”, Geographical Analysis, vol. 7, núm. 2 (abril de 1975), pp. 131-151. 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La Integración de Centroamérica: promesa y reto vigente Introducción 1 Sobre la teoría de la integración económica entre países en vías de desarrollo, véase Meier, 1960, Bambhri, 1962, Mikessel,1963, Chou,1967, Reynolds,1969, Andic et al., 1971. 2 Un estudio que examina en detalle el efecto de la integración económica sobre el comportamiento inflacionario de los países miembros es el de Carnoy (1970). En el contexto del Mercado Común Centroamericano, Lizano (1970 p. 134) advirtió que el alto arancel común adoptado por los países Centroamericanos sería una fuente de inflación. Siri (1971), sin embargo, señalaba que las reducciones en el costo del transporte entre los países Centroamericanos conduciría a la rebaja en el precio de los bienes incluidos en el comercio intrazonal. En referencia al Mercado Común Europeo (MEC) Scitovsky (1958, p.18) opinó que el MEC entablaría una mayor competencia entre los países miembros lo cual permitiría una estabilidad de los precios: “ La creación de un Mercado Común Europeo expondría a una mayoría de las empresas europeas a un mayor grado de competencia..., por lo tanto la unión económica haría posible aumentar la estabilidad de los precios sin sacrificar el nivel del empleo o aumentar el empleo sin sacrificar la estabilidad de los precios.” Un argumento similar fue presentado por Streeten (1961, p.66). Véase también Demas (1960) sobre los posibles efectos inflacionarios de la unión aduanera entre los países del Caribe. Recordemos también las ideas de Lösh (1967, p. 340) sobre precios y uniones aduaneras: “ Las ventajas de las uniones (aduaneras) son primero, que todos los bienes se compran en el lugar más baratos. Segundo, el mercado ensanchado permite particularmente a los países pequeños tomar ventaja de las economías de producción en masa en muchas industrias. Así, no solo tienen todos los consumidores libre acceso a la fuente de oferta más barata, sino que muchos bienes pueden ser producidos más baratos que antes.” 3 La escuela estructuralista ha recalcado la importancia que las restricciones en las funciones de oferta ocupan en la inflación. Comentando la experiencia de la Argentina, Seers (1962) observa que “la escasez de energía eléctrica en Buenos Aires en la segunda mitad de la década de 1950, por ejemplo, actuó como un evidente freno sobre la expansión industrial y jugo un papel principal en el proceso inflacionario Argentino. Papel semejante ocuparon las dificultades en los servicios de transporte de carga y la tardanza en desarrollar los recursos del petróleo”. 38 Este trabajo expone la siguiente idea: que en una unión aduanera las funciones de oferta y demanda de los países miembros son interdependientes y actúan conjuntamente para determinar el nivel de precios en cada país. Se postula un modelo de interacción espacial, en donde un agente importante del fenómeno de interacción es el costo del transporte. La verificación empírica del modelo demuestra que en Centro América el proceso inflacionario es regido por un mecanismo que surge del funcionamiento del Mercado Común Centroamericano (MCCA). También se demuestra que el MCCA ha tenido un efecto deflacionario sobre las economías de los países Centroamericanos. La bibliografía de las ciencias económicas ofrece una abundante fuente de estudios que destaca la conveniencia y las ventajas que la constitución de una unión aduanera ofrece a los países en vías de desarrollo. Varios autores (Urquidi, 1962; Scitovsky, 1960; Cooper y Massel, 1965)han subrayado que una unión aduanera permitiría a los países subdesarrollados alcanzar niveles de industrialización más elevados que los permitidos por los mercados locales. Otros autores (Allen, 1961; CEPAL, 1959; Naya, 1973) han sugerido que una unión aduanera podría estabilizar las economías de los países miembros.1 Sin embargo, poca atención se le ha dado al efecto que un programa de integración económica puede ejercer sobre el proceso inflacionario de las economías participantes.2 Esto es comprensible, porque a primera vista no parece que un programa de integración económica sea un vehículo para desmedidos aumentos en salarios o en la oferta de dinero. Pero cuando se ve desde una perspectiva más amplia, tomando en cuenta los posibles efectos de la integración sobre las funciones de oferta y demanda (y sobre sus estrangulamientos) de cada país, la integración económica emerge como un factor importante en el mecanismo inflacionario de los países comprendidos en el programa integracionista. Consideremos que tanto el empuje a la industrialización en cada país como el aumento en el comercio entre los países miembros, ensancharían las ofertas nacionales de bienes y podrían poner término a escaseces crónicas.3 Este aumento en la oferta, unido con la rivalidad entre las empresas nuevas y aquellas ya establecidas, contribuiría a reducir los precios. Y, a la vez, un aumento en el ritmo de la inversión podría aumentar la demanda agregada hasta el punto de crear presiones inflacionarias. Debemos añadir también que al embarcarse en un programa de integración económica, los gobiernos de los países participantes podrían iniciar ambiciosos programas de desarrollo en campos como: electricidad, irrigación, educación, transporte - actividades que aumentarían las funciones de oferta y demanda nacionales para la región en conjunto. En este trabajo sé demostrará que el MCCA ha actuado como un freno sobre las presiones inflacionarias de los países centroamericanos. Este efecto, como se verá, es el resultado del aumento en la producción y de las reducciones en el costo del transporte que han acompañado el esfuerzo de integración. En los Publicación del Banco Centroamericano de Integración Económica Integración económica e inflación en Centro América: Un modelo espacial párrafos siguientes se elabora un modelo de variación de precios basado en la interacción entre las funciones de oferta y demanda de los países centroamericanos. Luego, al estimar el modelo, las ecuaciones resultantes nos permitirán determinar las fuentes de las presiones inflacionarias y deflacionarias existentes en Centroamérica en el periodo 1964-1968. Finalmente, las implicaciones del modelo serán discutidas.4 El Modelo 4 Debemos señalar que la explicación econométrica del proceso inflacionario en los países Centroamericanos ha resultado ser muy elusiva. Los estudios recientes de Vogel (1974) y de Bomberger y Makinen (1976) presentan resultados inaceptables, dada la insignificancia estadística de las ecuaciones estimadas. En contraste, el modelo a ser desarrollado en este trabajo capta la experiencia inflacionaria centroamericana con una alta bondad de ajuste y todos los coeficientes de regresión resultan ser significativos. 5 Sobre la interacción espacial de mercados véase Berry, Conkiing y Ray, 1976; Nourse,1968; Enke, 1951. El modelo se basa en los conceptos de oferta y demanda. Sin embargo, la noción de oferta y demanda es ampliada a fin de acomodar la posición particular en la que se encuentran los países miembros de una unión aduanera. Porque notemos que el nivel de demanda agregada de un país dado no radica sólo en las compras locales de bienes y servicios, sino también en las compras de sus productos demandados por los otros países miembros. Debemos, asimismo considerar en adición a la oferta local, la oferta de bienes provenientes de los otros países miembros. Podemos entonces concebir la existencia de una red de fuerzas de oferta y demanda que interaccionan a través de las fronteras nacionales para establecer los niveles de precios en cada país. O, sucintamente, se puede decir que la inflación es parcialmente un fenómeno espacial. A fin de visualizar el efecto que la integración económica jugaría en el comportamiento inflacionario de países miembros, consideremos el caso de integración entre dos países. La gráfica 1 representa el caso de dos mercados países A y B. El cuadrante derecho se refiere al mercado en el país A, y sus funciones de oferta y demanda se representan por las líneas SS´ y DD´, respectivamente. La abscisa en el cuadrante izquierdo denota la distancia desde A, el país B siendo localizado a una distancia OZ.5 El país B acarrea sus productos hacia A sujeto a un costo de transportación. En consecuencia, mientras B estaría dispuesto a vender en su mercado local a un precio ZV o mayor, venderá en el mercado de A sólo a precios más altos que OT, de manera que pueda recuperar sus costos de transportación. Debemos observar que en ausencia del tratado de integración económica, una tarifa TX evitaba que B pudiera competir en el mercado de A. Pero una vez que el acuerdo de integración elimine las tarifas interregionales, B puede empezar a surtir el mercado de A a un precio OT; la función de oferta de B es entonces TT´. Ahora bien, mientras los precios se mantengan por debajo de OT, el mercado en A será servido completamente por su oferta local. Sin embargo, a precios mayores que OT, B comienza a penetrar el mercado de A y la función de oferta disponible a los consumidores en A se vuelve igual a la suma horizontal de las funciones de oferta de A y B. Esta función de oferta agregada se representa por la línea SMN. Los efectos de la integración económica pueden ahora ser observados. El punto de equilibrio en el mercado A se mueve de E a E´, aumentando el consumo de OQ a OQ´ y disminuyendo el precio de equilibrio de OP a OP´. También se puede observar que si Publicación del Banco Centroamericano de Integración Económica 39 La Integración de Centroamérica: promesa y reto vigente ocurriese una reducción en el costo del transporte entre B y A, B surtiría el mercado de A de acuerdo a la función de oferta T´´T´´; ahora la función de oferta agregada se vuelve igual a SM´N´, ocasionando un aumento en el consumo de Q´Q´´ y una reducción de P´P´´ . GRÁFICA 1. X D P P´ P´´ T D´ T´´ S V´ V Z O Q Q´ Q´´ Distancia entre A y B 6 El concepto del potencial gravitacional fue introducido por Stewart (1947) en directa analogía al campo de atracción gravitacional de la mecánica de Newton. Esta tesis originó la escuela de la física social (Stewart, 1948; Stewart, 1950; Stewart y Warntz, 1958; Ajo, 1953). Es por su concepción mecanicista que el modelo del potencial dio lugar a serias dudas sobre las bases económicas. Sin embargo, Wilson (1967, 1970) ha demostrado que el modelo gravitacional es el resultado de un proceso que tiende a maximizar la entropía de un sistema económico; Tideman (1968) ha obtenido el modelo del potencial basado en la teoría neoclásica de la empresa, mientras Niedercom y Bechdolt (1969), Isard (1975), Smith (1975) y Golob et al.(1973) lo obtienen apoyados en la teoría de la utilidad marginal. Apoyo al modelo del potencial también ha sido expresado por Richardson (1973, p. 65), quien sugiere que “los modelos del potencial pueden satisfacer las condiciones mínimas necesarias para integrar el espacio con el análisis del crecimiento regional”. Estudios en esa dirección son los de Olsen (1967) y Olsen (1971). Una reseña extensa de los modelos gravitacional y potencial se encuentran en Olsson (1965). 40 Este análisis revela la existencia de una relación inversa entre la oferta agregada en A y el costo unitario del transporte; existe, pues, una relación proporcional entre el precio de equilibrio en A y el costo unitario de transporte. Este punto se puede analizar en mayor detalle si recordamos que B empieza a vender en A a un precio OT que es igual a OV´ más V´T. Como la pendiente de la línea VT es igual al costo de transporte por unidad de distancia cargada a una unidad de producto (digamos e) entonces el segmento V´T es igual a e(OZ) - el costo unitario del transporte por unidad de distancia multiplicado por la distancia OZ. Se puede ver, por consiguiente, que el segmento V´T es igual al costo unitario del transporte entre A y B, y ahora es claro que a menor costo de transporte corresponden precios de equilibrio más bajos en el mercado A. Un análisis similar demostraría que la demanda en B por los bienes producidos en A aumenta la demanda agregada y el precio de equilibrio en A, y que la intensidad de este efecto es inversamente proporcional al costo de transporte. A fin de situar los conceptos de oferta y demanda espaciales en un esquema operacional, hemos recurrido al concepto del potencial gravitacional.6 El modelo del potencial es una medida de la accesibilidad o proximidad existente entre varios puntos en el espacio económico. Para un grupo de n regiones, cada una con demanda Di (i = 1, 2,.. .n), el potencial de demanda de la región i ejercido por la región j es igual a la demanda en j dividida por la distancia (o por el costo del transporte) entre i y j. El potencial de demanda total en í (DPi) es entonces igual a: Publicación del Banco Centroamericano de Integración Económica n DPi =Σ Di j=l Cij j≠i (1) Integración económica e inflación en Centro América: Un modelo espacial En la expresión (1), Cij representa una medida apropiada de la “fricción” entre i y las demás regiones. Expresiones similares pueden ser adoptadas para el potencial total de oferta. El modelo del potencial ha encontrado aplicaciones principalmente en estudios de localización industrial (Clark, 1966; Clark, Wilson y Bradley, 1969; Dunn, 1956; Ray, 1965; Pedersen y Stohr, 1969; Harris, 1954; Peschel, 1975; Kerr y Spelt, 1960) y como instrumento para predicciones regionales (Isard y Freutel, 1954; Carrothers, 1958; Hansen, 1959). Podemos también mencionar su aplicación en dos estudios sobre el nivel de precios. Uno de ellos es el importante estudio de Warntz (1959) sobre a determinación de los precios regionales de productos agrícolas en los Estados Unidos. Usando datos sobre la producción de trigo, papas, cebollas y fresas en cada estado de la Unión, Warntz construyó potenciales de oferta para cada uno de estos bienes. De una manera similar construyó potenciales de demanda, empleando poblaciones estatales ponderadas por los correspondientes ingresos por cabeza. Sus resultados demostraron que la interacción de estos potenciales explicaba una gran parte de la variabilidad de precios regionales en los Estados Unidos. Debemos, además, mencionar el trabajo de Tegsjo y Oberg (1966) sobre la distribución espacial del precio de los huevos de gallina en Suecia. Usando datos sobre la producción de huevos de gallina y la población en cada condado sueco, estos autores delinearon potenciales de demanda y oferta por huevos, factores que explicaron el 68 % de la varianza espacial de los precios en las regiones suecas. Aunque el modelo que aquí se expone sigue una línea de análisis similar al de los estudios de Warntz y de Tegsjo y Oberg, difiere considerablemente de ellos en dos aspectos significativos. Primero, aquí examinaremos la tasa de cambio de precios y no el nivel de precios en un año dado. Segundo, mientras los estudios citados examinaron los niveles de precios en varias regiones confinadas dentro de una frontera nacional, nosotros consideramos a Centroamérica - un área compuesta de cinco repúblicas soberanascomo un ente continuo en el sentido geográfico y económico. Trataremos de arrojar luz sobre el proceso de la variación secular de precios en los países centroamericanos, bajo él supuesto que en la formación de precios de cada país todos los otros países aportan una contribución que es más pequeña (grande) cuanto más lejos (cerca) sé encuentren. Supóngase que en un tiempo dado las funciones de demanda (D) Y oferta (S) de los países bajo estudio se enlazan dando así origen a correspondientes potenciales de demanda (DP) y oferta (SP), los cuales para el país i se definen como: DPi= SPi= Di Cii n Σ Dj + j=l Cij j≠i Si Cii (2) n Σ Di j=l Cji j≠i + (3) Publicación del Banco Centroamericano de Integración Económica 41 La Integración de Centroamérica: promesa y reto vigente En donde: Cij = Costo unitario del transporte entre países i y j. Cii = Costo unitario del transporte para cubrir el mercado local. A continuación se supone que en un momento dado el nivel de precios (Pi) en un país es directamente proporcional a su potencial de demanda e inversamente proporcional a su potencial de oferta: (4) Pi = F[DPi ,SPi ] F1 > 0, F2 < 0 La ecuación (4) nos permite expresar la tasa de cambio de precios en la forma siguiente: (5) Pi = F[∆DPi,∆SPi] Y si suponemos que la expresión (5) encaja en una ecuación lineal, entonces la tasa de inflación puede escribirse así: Pi = x + y ∆DPi - z∆SPi (6) En donde: ∆DPi ∆SPi x y, z = incremento en el potencial de demanda en el país i. = incremento en el potencial de oferta en país í. = término constante para capturar el efecto de las expectativas Inflacionarias. = parámetros. Ahora bien, basados en las expresiones (2) y (3), los cambios en los potenciales de oferta y demanda se pueden expresar así: 7 ∆DPi= ∆SPi= ∆Di Cii ∆Si Cii n n Σ ∆Dj _ Σ j=l j=l Cij j≠i j≠i + n n Σ ∆Sj _ Σ + j=l j=l Cji j≠i j≠i Dj∆Cij (Cij )2 (7) Sj∆Cji (Cji )2 (8) Sustituyendo las ecuaciones (7) y (8) en la ecuación (6), la tasa de inflación del país í resulta ser igual a: (9) p1 = x + y 7 Ya que no disponemos de datos sobre el costo del transporte en el mercado local Cii en ecuación 2), un valor de unidad fue asignado a Cii. Esta es una suposición válida, ya que en los países centroamericanos la producción industrial y la demanda nacional se encuentran casi confinadas a las ciudades capitales. 42 ∆Di Cii Publicación del Banco Centroamericano de Integración Económica + n Σ j=l j≠i Dj _ n Σ Cij j=l j≠i Dj∆Cij (Cij )2 -z ∆Si Cii n +Σ j=l j≠i n Σ j=l j≠i ∆Sj Cji Sj∆Cji (Cji )2 - Integración económica e inflación en Centro América: Un modelo espacial A la vez que la ecuación (9) se puede escribir en la forma: pi = x + y ∆Di n ∆Dj +Σ j=l Cij j≠i Cii -y n -z ∆Si Cii n +Σ j=l j≠i ∆Sj Cji (9) n Dj∆Cij Sj∆Cji Σ + z 2 2 (Cij ) j=l (Cji ) j≠i Σ j=l j≠i La ecuación (10) indica que las presiones inflacionarias se pueden relacionar con tres fuentes: cambios en la demanda, cambios en la oferta y cambios en el costo del transporte. Estas fuentes, a la vez, tienen dos componentes, uno de origen local y otro inducido por los otros países participantes en la unión aduanera. Podemos entonces clasificar las fuerzas inflacionarias así: Componente Local Efecto de demanda: y Efecto de oferta: -z Efecto de transporte: z Componente inducido ∆Di Cii yΣ ∆Dj Cij ∆Si Cii -z Σ ∆Sj Cji Σ Sj∆Cji (Cji)2 -y Σ Dj∆Cij (Cji)2 Se puede observar que, como lo indica la ecuación (10), las presiones inflacionarias (o deflacionarias) existen aun en ausencia de cambios en todas las funciones de oferta y demanda, siempre que ocurran variaciones en los precios del transporte. Los cambios en el costo del transporte pueden ser inflacionarios o deflacionarios, según las magnitudes de las funciones de oferta y demanda de los países comprendidos en el cambio en el costo del transporte. En el caso sencillo de dos países con iguales costos de transporte en ambas direcciones, el efecto sobre la tasa de inflación generado por una igual reducción en el costo del transporte será igual a: en el país 1, y en el país 2. ∆C12 (C12)2 ∆C12 (C12)2 [z S2 - y D2] [z S1 - y D1] Publicación del Banco Centroamericano de Integración Económica 43 La Integración de Centroamérica: promesa y reto vigente Una reducción en el costo del transporte permitiría al país 1 inducir un efecto deflacionario sobre el país 2 siempre que | zS1| fuese mayor que | y D1 |. Este sería el caso si el país 1 no sufre una seria brecha entre sus funciones de oferta y demanda - es decir, si ya goza de estabilidad en sus precios. En ese caso, el país 1 compartirá su estabilidad de precios con el país 2. Con el mismo argumento se puede ver que si el país 2 adolece de una brecha entre sus funciones de oferta y demanda, compartirá su inestabilidad con el país 1 al realizarse una reducción en el costo del transporte. Este mecanismo conduciría el proceso inflacionario de los países en la unión aduanera hacia la convergencia. Como se verá, tal es el caso de Centroamérica. Datos Durante la década recién pasada la América Central experimentó grandes mejoras en su red de carreteras (Siri, 1974). Necesariamente, estas mejorías acarrearon reducciones significativas en el costo del transporte (cuadro 1). Y, en consecuencia, la incidencia del costo del transporte en el valor de los bienes comerciados en la región declinó de 14 % en 1952 a 11 % en 1962 y a 8 % en 1968 (Siri, 1975). Como una medida de la demanda nacional hemos adoptado la demanda real anual que se define igual al producto interno bruto CUADRO 1. Costo del transporte de carga (Dólares / tonelada) Año Desde - Hacia 1952 1964 1966 1967 1968 Guatemala Guatemala Guatemala Guatemala El Salvador Honduras Nicaragua Costa Rica 21.26 47.94 76.07 13.09 26.03 49.26 83.51 10.66 24.64 36.04 54.00 9.88 24.64 35.78 53.22 9.88 21.83 29.17 41.13 El El El El Guatemala Honduras Nicaragua Costa Rica 21.26 16.88 55.21 13.09 12.94 36.17 70.42 11.44 14.57 34.09 34.36 11.70 13.01 25.00 35.10 10.92 11.90 21.77 31.83 Honduras Honduras Honduras Honduras Guatemala El Salvador Nicaragua Costa Rica 47.94 26.68 40.48 26.03 12.94 23.23 57.48 22.09 12.56 16.19 32.71 21.79 12.94 16.20 35.32 20.19 13.12 15.40 29.01 Nicaragua Nicaragua Nicaragua Nicaragua Guatemala El Salvador Honduras Costa Rica 76.07 55.21 40.48 49.26 36.17 23.23 34.25 34.49 24.04 19.80 17.28 35.61 25.95 19.45 16.83 28.57 21.56 18.16 15.87 Costa Costa Costa Costa Guatemala El Salvador Honduras Nicaragua 83.51 70.42 57.48 34.25 55.71 45.11 39.37 20.25 53.48 44.90 39.10 19.12 38.37 34.68 30.18 10.01 Salvador Salvador Salvador Salvador Rica Rica Rica Rica Fuente: G. Siri (1974). 44 Publicación del Banco Centroamericano de Integración Económica Integración económica e inflación en Centro América: Un modelo espacial menos las importaciones. Y el valor real de la producción industrial anual se ha utilizado como un indicador de la oferta nacional. El conocimiento de estas dos variables y del costo del transporte entre los países centroamericanos nos permite calcular los potenciales de oferta y de demanda. El cuadro 2 muestra las tasas de inflación de los países centroamericanos en el periodo 1964-1968, y los cuadros 3 y 4 muestran los potenciales de oferta y demanda, respectivamente. CUADRO 2. Tasas anuales de inflación (%) País 1964-1966 1966-1967 1967-1968 -0.20 -0.59 3.44 6.98 -0.48 0.50 1.49 1.20 0.45 1.27 2.00 2.54 2.56 Guatemala El Salvador Honduras Nicaragua Costa Rica 4.03 Fuente: Fondo Monetario Internacional, varios números. Indice de precios al consumidor en 1963 = 100. Se puede observar en el cuadro 3 que los componentes inducidos de los potenciales de demanda han crecido más rápidamente que los componentes locales. Esto es un resultado de las mejorías en la red de carreteras de Centroamérica y las resultantes rebajas en el costo del transporte. Nicaragua y Costa Rica, los países que experimentaron los mayores aumentos en los componentes inducidos de la demanda, son también los dos países cuyas tarifas de transporte con el resto de Centroamérica acusaron mayores rebajas. También, como se podría esperar, los componentes inducidos de la oferta han aumentado más rápidamente que la oferta local (cuadro 4). CUADRO 3. Potenciales de demanda (Millones de dólares) Año País Local Inducido por el MCCA Total 1507 1653 1727 1821 114 161 179 188 1621 1814 1906 2009 951 1060 1127 1150 182 232 254 291 1133 1292 1381 1441 508 606 648 694 172 232 239 262 680 838 887 956 Guatemala 1964 1966 1967 1968 El Salvador 1964 1966 1967 1968 Honduras 1964 1966 1967 1968 Publicación del Banco Centroamericano de Integración Económica 45 La Integración de Centroamérica: promesa y reto vigente CUADRO 3. (conclusión) Año País Local Inducido por el MCCA Total 661 778 801 808 98 170 176 213 759 948 977 1021 674 810 853 926 60 107 116 184 734 917 969 1110 Nicaragua 1964 1966 1967 1968 Costa Rica 1964 1966 1967 1968 Fuente: SIECA, Compendio Estadístico Centroamericano, Guatemala, 1975. CUADRO 4. Potenciales de oferta (Millones de dólares) Año País Local Inducido por el MCCA Total Guatemala 1964 1966 1967 1968 429 510 553 582 32 48 50 61 461 558 603 643 268 322 347 372 51 75 85 90 319 397 432 362 116 147 170 184 50 62 65 84 166 209 235 268 198 228 236 261 28 47 56 85 226 275 292 346 243 292 312 351 17 36 39 49 260 328 351 400 El Salvador 1964 1966 1967 1968 Honduras 1964 1966 1967 1968 Nicaragua 1964 1966 1967 1968 Costa Rica 1964 1966 1967 1968 Fuente: Compendio Estadístico Centroamericano, 1975. 46 Publicación del Banco Centroamericano de Integración Económica Integración económica e inflación en Centro América: Un modelo espacial Como fue el caso de los potenciales de demanda, Nicaragua y Costa Rica muestran los aumentos más rápidos en los potenciales de oferta. Debe observarse, también, que Guatemala y Costa Rica, los países en los extremos norte y sur de la América Central, respectivamente, reciben los potenciales inducidos de demanda y de oferta más bajos, mientras, que El Salvador, localizado aproximadamente en el centro del subcontinente recibe los más altos potenciales. Parece ser que la geografía, la historia (o el azar) ha dotado a Guatemala y a Costa Rica de una barrera aislante. A fin de apreciar la posición de cada país centroamericano en relación a las fuentes regionales de oferta y demanda hemos calculado los potenciales relativos8 (cuadro 5). CUADRO 5. Potenciales relativos de oferta y demanda (1964-1968) País Guatemala El Salvador Honduras Nicaragua Costa Rica 8 El concepto del potencial relativo fue introducido por Isard (1954). Se define como la razón: iVt+l (1+g)iVt en donde: iVt,iVt+1 = potencial de oferta (o de demanda) de la región i en los tiempos t y t+1. g = tasa de crecimiento de la oferta (demanda) del sistema interregional total. 9 Los estadísticos t se muestran debajo de su correspondiente coeficiente de regresión.Los símbolos R2 y D.W. denotan respectivamente los coeficientes de determinación y el estadístico Durbin-Watson.Datos sobre precios al consumidor no han sido reportados por Nicaragua desde 1967. Estimación Demanda Oferta 0.9873 0.6262 1.1199 1.0716 1.2047 1.0023 0.8154 1.1601 1.1002 1.1055 El potencial relativo indica que si en el transcurso de un determinado espacio de tiempo el aumento en la demanda (u oferta) de toda la región(centroamericana) es concentrada en países cercanos a un país dado, éste mostrará un potencial relativo de demanda (oferta) mayor que la unidad; lo cual indicaría que este país ha logrado, en términos relativos a los otros, un mayor acceso a las fuentes de demanda u oferta de la unión aduanera. En cambio, si el crecimiento de la demanda y oferta ha tomado lugar en países lejanos a un país determinado, su potencial relativo será menor que uno. Podemos ver en el cuadro 5 que en el periodo 1964-1968, Honduras, Nicaragua y Costa Rica han logrado una posición más cercana a las fuentes de demanda, mientras que El Salvador y Guatemala, relativamente, han perdido acceso a los mercados centroamericanos. Un resultado que merece atención es que solamente en Costa Rica se da el caso de que el potencial relativo de demanda es mayor que el de oferta. La ecuación (6) fue estimada usando los datos contenidos en los cuadros 2, 3 y 4. Primero se estimó una ecuación de corte transversal para los cinco países con los siguientes resultados: 9 p = 2.2834 + 0.0512 (∆DP) - 0.1374 (∆SP) R2 = 0.64 D.W. = 2.56 (2.71) (4.19) (4.39) (I) Publicación del Banco Centroamericano de Integración Económica 47 La Integración de Centroamérica: promesa y reto vigente Es halagador el resultado de que todos los coeficientes de regresión son significativos a un nivel de 1 % y que sus signos están de acuerdo con nuestros postulados a priori. Pero un análisis de los residuos reveló que todos los residuos de Costa Rica y de Nicaragua se encontraban por encima de la línea de regresión. Este resultado podría indicar la existencia de dos regiones inflacionarias en Centroamérica - una comprendiendo estos dos países y otra a Guatemala, El Salvador y Honduras. Para valorar esta posibilidad se estimaron ecuaciones para cada grupo de países: Guatemala, El Salvador, Honduras: p = 2.7671 + 0.0289 (∆DP) - 0.0938 (∆SP) R2 = 0.77 D.W. = 2.14 (II) (4.41) (2.58) (3.98) Nicaragua y Costa Rica: p = 3.4723 + 0.1081 (∆DP) - 0.3364 (∆SP) R2 = 0.88 D.W. = 2.09 (III) (2.07) (3.81) (3.35) 10 En el estudio de Vovel (1974) la ecuación estimada para El Salvador arrojó un coeficiente de determinación (R2) igual a cero, los de Guatemala y Costa Rica fueron 0.33 y 0.34, respectivamente. Los resultados de Bomberger y Makinen (1976) no fueron mejores. Anotemos aquí que la extraordinaria estabilidad de los precios en los países centroamericanos ha dado lugar a interpretaciones ligeras, tal como una que la atribuye al supuesto acentuado subdesarrollo de la región. También es inaceptable el punto de Vogel (1976) que la atribuye a los déficit en la balanza de pagos en estos países. Otra opinión que es totalmente inaceptable es la de Kaldor (1974), quien al clasificar las experiencias inflacionarias de los países latinoamericanos, al llegar al grupo de inflación moderada, lo describe como “un grupo de países que no trataron de industrializarse y, por lo tanto, no fueron objeto de presiones originadas en las políticas de industrialización, y así pudieron tomar la reducción de sus exportaciones en los años treinta sin la necesidad de establecer restricciones severas a las importaciones. Esto incluye muchas repúblicas centroamericanas, muchas de las cuales escaparon de la necesidad de controles en las importaciones en parte porque, en el periodo critico, eran todavía colonias de potencias europeas”. Centroamérica se independizó de España en 1821. 48 Los coeficientes de determinación de estas dos últimas ecuaciones son mas altos que el que corresponde a la ecuación estimada para los cinco países. Además, con la excepción del término constante de la ecuación para Nicaragua y Costa Rica, todos los coeficientes son significativos al nivel de 1 %. Para asegurarnos de que Nicaragua y Costa Rica siguen un comportamiento inflacionario distinto del de Guatemala, El Salvador y Honduras, aplicamos la prueba de Chow (1960). El valor calculado del estadístico F resultó ser igual a 5.73, indicando que la hipótesis nula que mantiene la igualdad de los coeficientes debe ser rechazada. Esto indica que en Nicaragua y Costa Rica la respuesta de sus precios ante cambios en las funciones de oferta y demanda difiere de la respuesta acusada por los otros países centroamericanos. Este resultado muestra la existencia de una discontinuidad espacial en el proceso inflacionario de Centroamérica, resultado que es análogo a las dos discontinuidades en la superficie del ingreso per cápita de los Estados Unidos encontradas por Warntz (1965). Debemos recalcar que tanto por la bondad de ajuste como por el significado estadístico de los coeficientes, nuestro modelo ofrece un mejor retrato de la inflación centroamericana que otros modelos estimados para los países centroamericanos.10 A fin de disipar cualquier duda que se pudiera tener sobre el modelo y sobre el papel que la integración económica ha jugado en el mecanismo inflacionario centroamericano se estimaron ecuaciones similares a las ecuaciones (II) y (III) pero ignorando los componentes inducidos de los potenciales de oferta y demanda. Es decir, estas ecuaciones tratan de explicar la inflación exclusivamente en función de los cambios en la demanda y la oferta locales: Guatemala, El Salvador, Honduras: p = 2.9109 + 0.0141 (∆D) - 0.0711 (∆S) R2 = 0.59 D.W = 1.70 (3.75) (0.84) (2.28) Publicación del Banco Centroamericano de Integración Económica (IV) Integración económica e inflación en Centro América: Un modelo espacial Nicaragua, Costa Rica: 11 Este resultado nos ayuda a contestar la pregunta planteada por Sjaastad (1976): “¿Por qué la inflación ha llegado tan tarde a El Salvador, después que se inició en los Estados Unidos y en otros países con quienes El Salvador tiene relaciones comerciales importantes?” 12 En una reseña muy conocida, Valavanis (1955) ha explicado la idea de Losch respecto a las olas inflacionarias: “Supóngase que una empresa ordena zapatos por un valor de 1000 marcos en París, en vez de comprarlos como lo había hecho antes en Berlín. En París los precios de los zapatos aumentarán. París se vuelve un foco de olas inflacionarias que se expanden en área y disminuyen en intensidad. Berlín se vuelve un foco de olas deflacionarias.” Creemos que | cuantificar la trasmisión del proceso inflacionario en función del espacio no se había logrado hasta el presente trabajo. Otro tratado sobre este punto pero estrictamente teórico es el de Curry (1976). 0’Farrell y Poole (1972) han estudiado las diferencias en el precio de una canasta de bienes de consumo entre varias ciudades de Irlanda en función de los diferentes grados de poder oligopolístico de dos empresas en cada ciudad. Un análisis similar es el de Rowley (1972). Las diferencias espaciales en el costo del capital en los Estados Unidos como resultado de las imperfecciones en la corriente interregional de capital es estudiado por Wollman (1956) y por Davies y Banks (1965). Véase también la teoría espacial de precios de Chisholm (1964). Referencias a cuantificar la trasmisión interregional de algunas variables macroeconómicas usando explícitamente el concepto de distancia, se encuentran en King, Casetti y Jeffrey (1969)., Cáceres (1976) y en Jeffrey, Casettí y King (1969)., Un ejemplo de la propagación de la actividad económica en el espacio se encuentra en la primera página del Wall Street Journal del 24 de mayo de 1977, en donde se informa sobre el fenomenal boom en la construcción residencial “que empezó el año pasado en California y se ha extendido hacia el Este... llegando a Nueva Jersey este año (el cursivo es nuestro). El papel de la evolución en las facilidades del trasporte sobre los ciclos económicos es discutido por Isard (1942b), Isard (1942a) e Isard (1949). Sobre un estudio interesante que analiza la distribución espacial del ingreso, poder de compra y requisitos mínimos de la alimentación (potenciales o polos de hambre en efecto) en Guatemala véase Gouid y Sparks, 1969. p= 1.8796 - 0.0441 (∆D) + 0.2730 (∆S) R2 = 0.70 DW. = 2.95 (0.80) (1.32) (2.12) (V) Los coeficientes de determinación de estas ecuaciones son más bajos que los de las ecuaciones que incluían a los potenciales inducidos. Además, los coeficientes de los cambios en demanda no cuenta con significancia estadística, los coeficientes correspondientes a los cambios en oferta son significativos a un nivel de 5 %, pero el coeficiente de Nicaragua y Costa Rica tiene un signo positivo. Aún más importante es el resultado de que la ecuación para Nicaragua y Costa Rica no se puede rechazar la hipótesis que mantiene la existencia de autocorrelación entre los residuos. Esto es una indicación de la ausencia de importantes variables de esa ecuación. Para apreciar el grado en el cual nuestro modelo revive la experiencia inflacionaria de los países miembros del MCCA hemos calculado las tasas de inflación arrojadas por las ecuaciones (II) y (III), y los resultados son comparados con las tasas reales (cuadro 6). Se puede ver que el cómputo de las tasas de inflación arroja valores muy cerca de los valores actuales. Notemos también que en todos los países, excepto Costa Rica, la contribución del MCCA ha sido deflacionaria. Un resultado interesante es que El Salvador, el país en el centro de Centroamérica, ha recibido el mayor efecto deflacionario neto. El hecho de que por los últimos 25 años este país ha tenido la más baja tasa de inflación en Latinoamérica no puede ser independiente de las presiones deflacionarias recibidas del resto de Centroamérica.11 Debemos observar también que Guatemala, localizada en la punta norte del subcontinente, ha recibido el más bajo efecto deflacionario. El efecto de las reducciones en el costo del transporte interregional ha sido levemente inflacionario en todos los países, excepto El Salvador. Esto nos recuerda el importante estudio de Isard (1942a) en que demuestra que en los Estados Unidos durante el periodo 1825-1930 cada innovación importante introducida en el ramo del transporte (canales fluviales, ferrocarril, streetcar, automóvil) ha dado origen a una significativa declinación en el nivel de precios. Hemos calculado los efectos deflacionarios e inflacionarios totales (Demanda, oferta y costo del transporte) trasmitidos entre los cinco países en el periodo 1964-1968, y se muestran en el cuadro 7. Un resultado importante es que las presiones inflacionarias y deflacionarias son más intensas entre los países vecinos y declinan proporcionalmente con la distancia entre países. Este resultado evoca los argumentos de Lösch (1956; 1967, p. 267) sobre la existencia de olas inflacionarias.12 Las olas inflacionarias y deflacionarias recibidas por Guatemala y El Salvador se muestran en las gráficas 2 y 3. Previamente argumentábamos que aquellos países que no padecen de desequilibrio entre sus funciones de demanda y oferta compartirían su estabilidad con los otros países de la unión aduanera; también argüimos que los países con brechas entre demanda y oferta pasarían sus presiones inflacionarias a los otros países. Nuestros resultados indican que esta es la experiencia del MCCA. Podemos ver Publicación del Banco Centroamericano de Integración Económica 49 La Integración de Centroamérica: promesa y reto vigente CUADRO 6. Fuentes inflacionarias (1964-1968) (%) Demanda País Local Guatemala 9.07 Inducido por el aumento de la demanda en el resto de Centroamérica 0.82 Oferta Reducción en el costo Local del transporte 0.88 -14.35 Inducido por el aumento de la oferta en el resto de Centroamérica Reducción en el costo del transporte -1.23 Expectativas Total inflacionarias calculado -0.72 8.31 2.78 Total real 2.31 El Salvador 5.75 1.33 0.57 - 9.75 -1.89 -1.11 8.31 3.20 3.44 Honduras 5.37 1.10 0.79 - 6.38 -1.74 -0.76 8.31 6.69 7.36 Nicaragua* 15.13 2.23 3.19 -12.78 -3.04 -3.13 6.94 8.54 7.47 Costa Rica 27.24 1.53 3.72 -34.38 -2.13 -2.95 10.41 3.49 4.44 * El caso de Nicaragua se refiere al periodo 1964-l967. 13 Un resultado similar por medio del método de los componentes principales fue logrado por Cáceres (1977). Estos resultados difieren de la experiencia en el Mercado Común Europeo, en donde no se ha podido emitir un juicio decisivo “Sobre la convergencia ni de las tasas de inflación ni de otras variables económicas. Véase Ginsburgh, 1973, Cherif y Ginsburg, 1976, De Grauwe, 1975. en el cuadro 7 que Guatemala y El Salvador -los países que cuentan con los sectores industriales más desarrollados e históricamente con las menores presiones inflacionarias- han ejercido presiones netas de deflación sobre el resto de Centroamérica. En cambio, Honduras y Nicaragua -los países que mostraron las presiones inflacionarias más agudas en la década de 1950- han extendido presiones netas de inflación sobre Costa Rica. En un argumento previo sosteníamos que esta “mezcla” de la inflación conduciría a una convergencia de las tasas de inflación nacionales. En efecto, esta es la experiencia de Centroamérica. En el cuadro 8 se puede apreciar que en el periodo 1962-1970 el coeficiente de variación de la tasa media anual de inflación se redujo considerablemente.13 También se puede observar que con la excepción de Costa Rica todos los países centroamericanos experimentaron una reducción en sus presiones inflacionarias en el periodo cuando el MCCA entró en marcha. CUADRO 7. Matriz de efectos inflacionarios y deflacionarios (en paréntesis) trasmitidos entre los países centroamericanos, 1964-1968 (%) Enviado por Recibido por Guatemala Guatemala 50 El Salvador 0.95 (1.06) Honduras Nicaragua Costa Rica 0.30 (0.34) 0.24 (0.28) 0.21 (0.26) 0.51 (0.50) 0.33 (0.37) 0.25 (0.31) 0.46 (0.43) 0.29 (0.36) El Salvador 0.81 (1.85) Honduras 0.72 (0.80) 0.41 (0.91) Nicaragua 1.40 (1.65) 1.33 (1.50) 1.04 (1.29) Costa Rica 1.46 (1.49) 1.04 (1.20) 0.81 (0.73) Publicación del Banco Centroamericano de Integración Económica 1.65 (1.73) 1.94 (1.66) Integración económica e inflación en Centro América: Un modelo espacial GRÁFICA 2 GUATEMALA 1.0 E.S. Im pac to Inflacionario y defla ciona rio (% ) 0.9 0.8 Deflac ión 0.7 0.6 0.5 Inflación 0.4 0.3 H 0.2 N C.R 0.1 100 200 300 400 500 600 700 800 900 100 0 1100 120 0 130 0 Distancia entre Guatem ala y otros países centroam ericanos, Km s. CUADRO 8. Tasa media de inflación anual País 1950-1961 1962-1970 0.87 0.85 El Salvador 2.99 1.19 Honduras 5.47 2.63 Guatemala Nicaragua 5.63 2.20 Costa Rica 2.13 2.47 Promedio 3.42 1.86 Desviación estándar 2.0860 Coeficiente de variación 0.61 0.7983 0.43 Fuente: Fondo Monetario Internacional, Financial Statistic, varios números. En el caso de Nicaragua se uso el índice de deflación del producto interno bruto para el periodo 1968-1970. 14 Esta experiencia de Costa Rica nos recuerda el pensamiento de Warntz (1967): “El espacio es un tirano y la distancia es la ley de su reino”. 15 Este punto ha sido destacado por Odel (1968), Odel y Prestón (1937), Morawetz (1974). Elkan (1975), Walters (1970), Elkan (1968) y Olsen (1965), quienes han argumentado que por la consideración primordial que da el espacio, la economía regional es más apropiada que la teoría neoclásica para el estudio de la integración económica. El caso de Costa Rica se puede explicar por el hecho de que este fue el único país que recibió un efecto inflacionario neto del resto de Centroamérica. Además, recordemos que en Costa Rica su potencial de demanda es mayor que el potencial de oferta (cuadro 5); es decir, Costa Rica se ha acercado más a fuentes de demanda (Nicaragua y Honduras) que a los “gigantes” de la oferta (Guatemala y El Salvador). Honduras y Nicaragua se han beneficiado por su proximidad a Guatemala y a El Salvador, las principales fuentes de bienes de consumo en Centroamérica y, por lo tanto, sus tasas inflacionarias han disminuido. Costa Rica, en cambio, aislado al extremo sur del istmo, está en posición de desventaja para recibir las olas deflacionarias que emanan de Guatemala y El Salvador.14 Este es sólo un ejemplo de la gran relevancia que el espacio ocupa en la integración económica.15 El efecto moderador sobre la inflación ofrecido por el MCCA a los países miembros debe ser considerado como un beneficio del plan integracionista. Ahora los países centroamericanos cuentan con ingresos reales más altos que los que unas mayores tasas de inflación Publicación del Banco Centroamericano de Integración Económica 51 La Integración de Centroamérica: promesa y reto vigente Y2 ∆Y = Y Y1(1 + f) -1 Y1(1 + r) -1 La diferencia entre estas dos tasas de crecimiento es igual a: ( ∆YY )’ - 0.8 G 0.7 0.6 0.5 H 0.4 De flac ión 0.3 N In fla ci ón C.R Y = 0.9 0.2 0.1 Sin embargo, si la tasa de inflación entre los tiempos 1 y 2 hubiera sido menor que F, digamos igual a r, entonces la tasa de crecimiento del PIB real es : ( ∆YY )’ 1.0 Impacto Inflacionario y deflacionario (% ) 16 Para calcular el aumento en la tasa de crecimiento del PIB debido a un menor ritmo inflacionario, consideremos el caso de un país cuyos niveles de precios y PIB nominal en el tiempo 1 son P1 y Y1, respectivamente. En el tiempo 2 su PIB nominal ha aumentado a Y2, y su nivel de precios es P1 (1 + f), en donde f es la tasa de inflación que ocurrió en el intérvalo de tiempo. La tasa de crecimiento del PIB real es dada por: GRÁFICA 3. EL SALVADOR f-r ∆Y = Y2 Y1 (1 + f)(1 + r) Y 100 200 300 400 500 600 700 800 900 100 0 1100 120 0 130 0 Dista ncia entre E l Sa lvador y otros países centroa m ericanos, K m s. hubieran permitido. Suponiendo que todos los acontecimientos macroeconómicos no hubiesen cambiado al haberse dado tasas de inflación más altas, los aumentos en las tasas de crecimiento del producto interno bruto real en el periodo 1964-1968, debido al efecto deflacionario del MCCA, se muestran en el cuadro 9.16 CUADRO 9. Aumento en la tasa de crecimiento del PIB real debido al efecto moderador del MCCA sobre la inflación (1964-1968) País Guatemala El Salvador Honduras Nicaragua Costa Rica Extensiones 52 0.29 1.26 0.73 0.76 -0.23 Hemos demostrado que las fluctuaciones en las funciones nacionales de oferta y demanda y en el costo del transporte son responsables de la variación de los precios al consumidor en los países centroamericanos. Pero todavía queda por señalar los factores detrás de los cambios en oferta y demanda. Esto implicaría la estimación de un modelo econométrico detallado, lo que no está dentro del objetivo inmediato de este estudio. A manera de un bosquejo preliminar, supongamos que la demanda nacional agregada es una función proporcional de las exportaciones y que la oferta varía inversamente con el precio de las importaciones. Esta suposición se basa en el hecho de que las exportaciones constituyen la principal fuente de empleo y cerca del 25 % del ingreso nacional de los países centroamericanos. Las importaciones, en cambio, sirven de insumos en la producción de bienes de consumo, y es lógico esperar que sus Publicación del Banco Centroamericano de Integración Económica Integración económica e inflación en Centro América: Un modelo espacial precios regulen la oferta de bienes. Podemos entonces postular que: D = G (Pe • Qe) G1>0 G2>0 (11) S = H(Pi) H1<0 (12) Y que: En donde Pe y Qe denotan los precios y el volumen de las exportaciones, y Pi es el precio de las importaciones. La tasa de inflación, entonces, siguiendo el mismo desarrollo de las ecuaciones (5) y (6) es dada por: p = q + m (∆Pe • Qe)+ n (∆Qe • Pe) + o (∆Pi) (13) Usando datos sobre los índices de los precios de las exportaciones y de las importaciones y del volumen de las exportaciones de El Salvador, para el periodo 1960-1973, la ecuación (13) fue estimada arrojando los siguientes resultados: p = 0.4679 + 0.1197 (∆Pe • Qe) + 0.0406 (∆Qe • Pe) (1.27) (2.92) (1.13) + 0.0857 (∆Pi) (1.49) 17 Esta operación para cuantificar cambios estructurales es sugerida por Singh et al. (1976). Para una reseña de los métodos para estudiar el cambio estructural, véase Cooley y Prescott (1973); Theil, 1971; Poirrier, 1976. R2 = 0.79 (VI) D.W. = 2.41 Se puede ver que el coeficiente de regresión del cambio en los precios de las exportaciones es significativo a un nivel de 1 %; los coeficientes de los cambios en el volumen de las exportaciones y en el precio de las importaciones son significativos a niveles de 15 y 10 %, respectivamente. El coeficiente de determinación es bastante alto; sin embargo, el estadístico Durbin-Watson indica la posible existencia de autocorrelación en los residuos. Esto se puede interpretar como evidencia de que al estudiar el proceso inflacionario de cada uno de los países centroamericanos el efecto del resto de Centroamérica sobre sus funciones de oferta y demanda no puede ser excluido. Otro punto que merece atención es la estabilidad de los coeficiente de las ecuaciones (I) y (III). En estas ecuaciones se ha supuesto que sus coeficientes son constantes; es decir, por ejemplo, la ecuación (II) indica que si el potencial de demanda aumenta en 100 millones de dolares el aumento resultante en la tasa de inflación interregional es 2.89 %, ya sea que el aumento en el potencial de demanda haya tenido lugar en 1964 o en 1968. Pero ante las diversas y nuevas modalidades económicas ocasionadas por el MCCA, es muy posible que cada periodo de tiempo acarrea una nueva estructura de oferta y demanda y, en consecuencia, una distinta respuesta inflacionaria. Para investigar la variación de los parámetros en nuestras ecuaciones supongamos que éstos están sujetos a cambios sistemáticos en función del tiempo; así podemos escribir la ecuación (6) en la forma siguiente: 17 p = x + [y + y’h1(t)] ∆DP - [z + z’h2(t)]∆SP (14) Publicación del Banco Centroamericano de Integración Económica 53 La Integración de Centroamérica: promesa y reto vigente en donde y’h1(t) y z’h2(t) indican los cambios en los parámetros y y z a través del tiempo. Las funciones h1(t) y h2(t) pueden tomar diversas formas, y dada la muestra reducida se supuso que h1(t) = h2(t)= t. Esto indica que las variaciones en las respuestas inflacionarias ante los cambios en los potenciales varía cada año en una cantidad constante. La estimación de la ecuación (14) para el caso de Guatemala, El Salvador y Honduras arroja los siguientes resultados: p = 0.4284 + [0.0833 - 0.0405 t] [∆DP] - [0.2220 - 0.1150 t] [∆SP] (0.34) (2.68) (1.74) (3.14) (2.14) R2 = 0.89 (VII) D.W. = 2.19 El término constante resulta no tener significado estadístico; El coeficiente del cambio en el parámetro del potencial de demanda es significativo al nivel de 5 %, y los tres coeficientes restantes son significativos al nivel del 1 %. Estos resultados indican que los cambios estructurales que el MCCA ha ocasionado en Centroamérica se manifiestan en el comportamiento con que los precios reaccionan ante variaciones en la oferta y demanda. Conclusiones Se ha demostrado en este trabajo que el comportamiento de los precios de artículos de consumo en los países centroamericanos es determinado por una red interregional de las funciones de oferta y demanda de cada País. El programa de integración económica ha hecho posible una mayor oferta de bienes, la cual se ha podido aumentar aún más por las considerables rebajas en el costo del transporte que han acompañado el esfuerzo de integración. Hemos encontrado evidencia que las tasas de inflación de los países centroamericanos acusan una tendencia hacia la convergencia. También nuestros resultados indican que, con la excepción de Costa Rica, el efecto del MCCA en materia de precios ha sido deflacionario, lo cual significa para los países miembros aumentos en el bienestar de sus consumidores y en las tasas de crecimiento económico real. Nuestro modelo sirve para darle toda la razón a don Mincho, un auténtico campesino salvadoreño con quien departimos recientemente como viejos amigos durante la feria de San Juan, en Chinameca, departamento de San Miguel, República de El Salvador, brindando con la burbujeante “chicha”, “levanta muertos”, que comentó mi perorata sobre la inflación en Centroamérica con estas palabras: “Mire, joven, mientras aquí tengamos suficiente maíz y frijoles, esa inflación se la dejamos a los globos de la feria. No hable tanto, mejor bebamos otra “huacalada”. El argumento de don Mincho es válido; a su criterio yo sólo podría añadir la exhortación de Lösch (1956, p. 65): “Tomemos el espacio en serio”. 54 Publicación del Banco Centroamericano de Integración Económica Integración económica e inflación en Centro América: Un modelo espacial Referencias Allen, R. L., “Integration in Less Developed Areas”, Kyklos, 1961, pp. 315335. 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Baer, “The Inflation Controversy in Latin America: A Survey”, Latin American Research Review, vol. 2, primavera, 1967, pp. 3-25; Susan M. Wachter, Latin American Inflation, Lexington Books, Lexington, 1976; C. H. Kirkpatrick y F. I. Nixon, “The Origins of Inflation in Less Developed Countries: A Selective Review”, Michael Parkin y George Zis, Inflation in Open Economies, University of Toronto Press, Toronto, 1976. Cabe señalar que la experiencia inflacionaria mundial de la última década también ha mermado la controversia entre el modelo de presión de la demanda y el modelo de presión de costos, así como el entusiasmo que ocasionó el enfoque de la curva de Phillips. En los años recientes la inflación ha sido un tema que ha merecido serias investigaciones en el campo de las ciencias económicas, como consecuencia lógica del agudo y persistente proceso inflacionario que azota la economía mundial. Este interés ha motivado la formulación de interesantes hipótesis y asimismo el desarrollo de numerosos estudios en los que el enfoque de la “inflación importada” ha sido objeto de exhaustivo examen. Esta manera de referir los orígenes de la inflación a factores externos ha traído cierta “tregua” a la polémica que, entre las escuelas “monetaristas” y “estructuralistas”, se suscitó alrededor de los procesos inflacionarios de Latinoamérica.1 La polémica no arrojó una conclusión clara sobre la superioridad de una u otra escuela; más bien, la relativa escasez de trabajos empíricos en torno de las dos hipótesis no ha permitido definir las bondades de los postulados y de las recomendaciones que se derivan de las proposiciones monetarias y estructuralistas. En años recientes, relativamente poco se ha avanzado en la conformación de un riguroso modelo teórico y cuantificable, que explique las experiencias inflacionarias en Latinoamérica, en un contexto del desarrollo económico y social. Con el fin de identificar las variables económicas que inciden en la formación de las presiones inflacionarias de los países latinoamericanos, este trabajo presentará, primero, una breve reseña de los enfoques sobre la inflación latinoamericana, haciendo hincapié en los estudios recientes de carácter empírico. Luego se realizará una prueba de análisis discriminatorio para identificar las variables monetarias o reales cuyos comportamientos permiten deducir si en un país dado existirán altas presiones inflacionarias o no. Finalmente, el trabajo presentará algunas conclusiones. II. Monetaristas y Estructuralistas De acuerdo con la hipótesis monetarista la inflación tiene su origen en una situación de demanda excesiva, generada por inadecuadas políticas monetarias y fiscales, que se traducen en excesivo gasto público y en un fuerte déficit fiscal. Según este enfoque, la inflación impide el crecimiento económico a largo plazo, al aumentar la incertidumbre, la que conduce a una declinación en la inversión en los sectores productivos, a una distorsión en la asignación de recursos y al estancamiento de las exportaciones. Los monetaristas consideran que eliminar la inflación es un requisito para el desarrollo económico; así, sus directrices de política antinflacionaria van encaminadas a eliminar el déficit fiscal y los controles de precios, y a limitar el crédito y la oferta monetaria. En términos generales, en el enfoque estructuralista, la inflación es resultado de la debilidad estructural de la economía, que se manifiesta en la inelasticidad del sector agrícola y en la vulnerabilidad de los sectores externo y fiscal. Ante la existencia de 60 Publicación del Banco Centroamericano de Integración Económica Estructuralismo, monetarismo e inflación en Latinoamérica una inestable y frágil oferta agregada, las demandas del crecimiento económico necesariamente generan inflación; o más específicamente, la rigidez de la producción agropecuaria y la inestabilidad de las exportaciones, no permiten a la economía alcanzar una producción que satisfaga la demanda global, resultando así las presiones inflacionarias. Ante estas condiciones, la expansión de crédito y los déficit fiscales son los síntomas y no las causas de la inflación. Las políticas correctivas recomendadas por los estructuralistas están orientadas a diversificar la composición de las exportaciones, profundizar el proceso de sustitución de importaciones y aumentar la producción agropecuaria.2 III. Estudios recientes de carácter empírico La primera evaluación empírica de la proposición monetarista se encuentra en el conocido estudio de Harberger sobre el origen de la inflación en Chile.3 Harberger utiliza un modelo cuya variable dependiente es la variación porcentual en el nivel de precios (P), siendo las variables explicativas, la tasa de crecimiento del ingreso real (Y), la tasa de cambio de la oferta monetaria, corriente y con un año de rezago (M, M1), la diferencia en las tasas de inflación pasadas, P-1 - P-2, (A), y el cambio porcentual en el sueldo vital (W). Al estimar la ecuación con datos anuales para el periodo 19391958, obtuvo el siguiente resultado: P = -1.15 - 0.89Y + 0.70 M + .29 M -1 + 0.16 A + 0.13 W R2 = 0.87 (9.56) (0.32) (0.18) (0.18) (0.14) (0.22) 2 Esta escueta reseña no hace justicia a la profundidad del pensamiento de la escuela estructuralista. Necesariamente hay que ver, entre otros, la obra de Sunkel, Maynard, Seers y Olivera en Inflación y estructura económica y, por supuesto, R. Prebisch, “El falso dilema entre desarrollo económico y estabilidad monetaria”, Serie de Lecturas, num. 46, vol. II, p. 9, FCE, México, 1982. 3 Arnold Harberger, “The Dynamics of Inflation in Chile”, Measurement in Economics: Studies in Mathematical Economics in Memory of Yehuda Grunfeld, recopilado por Carl Christ, Stanford University Press, Stanford, 1963, pp. 219-250. 4 Robert Vogel, “The Dynamics of Inflation in Latin America 1950-1969”, American Economic Review, vol. 64, marzo de 1974, pp. 102-114. En la ecuación anterior, los estimados de los coeficientes muestran los signos esperados y grados de significación (las desviaciones estándar se muestran debajo de los respectivos coeficientes), que permiten aceptar la importancia de todas las variables, excepto A y W. Así los argumentos monetaristas parecen prevalecer. En un estudio más reciente Vogel aplica el modelo de Harberger a 16 países latinoamericanos, usando datos anuales del periodo 19501969.4 Sus resultados presentan diferentes grados de ajuste y significancia, según el país, variando de un coeficiente de determinación (R2) igual a cero, para México y El Salvador, o un máximo R2 de 0.8 en Bolivia. En concordancia con los resultados de Harberger, los coeficientes del ingreso resultaron negativos y significantes para la mayoría de los países; los coeficientes de la oferta monetaria, actuales y rezagados, también resultaron positivos, y los cambios en la tasa de inflación resultaron positivos pero no significativos. El interés principal de Vogel era determinar si existe un comportamiento homogéneo entre los diferentes países, concluyendo(p. 103) que “... en las regresiones combinadas los R2 indican que se explica entre 80 y 85% de la varianza en la tasa de inflación y, a pesar de que las pruebas F reflejan cierta Publicación del Banco Centroamericano de Integración Económica 61 La Integración de Centroamérica: promesa y reto vigente 5 Roger R. Betancourt, “The Dynamics of Inflation in Latin America: Comment”, American Economic Review, vol. 66, septiembre 1976, pp. 688-691. 6 W. A. Bomberger y G. E. Makinen, “Some Further Tests of the Harberger Inflation Model Using Quarterly Data”, Economic Development and Cultural Change, vol. 27, julio 1979, pp. 629-644. 7 Jeffrey B. Nugent y Constantine Glezakos, “A Model of Inflation and Expectations in Latin America”, Journal of Development Economics, vol. 6,septiembre 1979, pp. 431-446. 62 heterogeneidad entre los países y los años, los R2 no se incrementan en forma considerable al usar variables cualitativas o regresiones individuales”. Este resultado es interpretado como evidencia de que la respuesta inflacionaria de los países Latinoamericanos es homogénea. Así, Vogel añade (p. 106): “... el resultado más importante de este estudio es que un modelo puramente monetarista, sin variaciones estructuralistas, revela poca heterogeneidad entre los países. Las diferencias importantes en las tasas de inflación entre estos países no puede asignarse de acuerdo con este modelo a diferencias estructurales sino principalmente a diferencias en el comportamiento de la oferta monetaria”. Sin embargo, al examinar los resultados de Vogel, Betancourt encontró que los mismos en realidad demuestran que existe un alto grado de heterogeneidad en los coeficientes de las variables del modelo, pudiéndose distinguir tres patrones en el comportamiento inflacionario de los países latinoamericanos, derivados de diferencias en las respuestas inflacionarias ante el crecimiento del ingreso real y de la oferta monetaria.5 Bomberger y Makinen aplican el modelo Harberger a Corea del Sur, Vietnam y Formosa, a fin de probar si éste se aplica a países no latinoamericanos y si los resultados son sensitivos al periodo sobre el cual se estima.6 Los autores introducen una modificación al modelo Harberger al representar el costo de oportunidad de mantener saldos de dinero, por medio de la tasa esperada de inflación, la que se forma por un mecanismo de expectaciones adaptivas. Los resultados indican que los coeficiente estimados dependen de la especificación del modelo (con o sin costo de oportunidad del dinero) y de la definición del dinero (M1 o M2). Los resultados son satisfactorios para Corea, excepto que el coeficiente de la aceleración de la inflación resulta con un signo contrario a lo esperado; para Vietnam los resultados muestran un bajo efecto del dinero sobre los precios; y en Formosa los variables ingresos y aceleración de la inflación resultan no ser significantes. En términos generales, los autores concluyen (p. 643) que “... no se puede concluir de los resultados de este estudio una fuerte evidencia de soporte al modelo Harberger”. Nugent y Glezakos ampliaron el modelo monetarista discutido, al introducir como variables explicativas el ingreso permanente, la tasa de cambio y las expectativas de precios.7 Estos autores presentan un modelo de ecuaciones simultáneas, especificando por una parte una ecuación para la oferta agregada, la que es constituida de un componente “normal” y de otro componente “transitorio”, el cual depende de la razón entre los precios actuales y los esperados. La otra ecuación expresa la tasa de inflación en función de las tasas de crecimiento de la oferta monetaria, del ingreso permanente, del ingreso actual y de la tasa de cambio. El modelo fue estimado por medio de mínimos cuadrados ordinarios y bietápicos, concluyendo los autores (p. 445) que “... el modelo funciona adecuadamente sólo en el caso de países muy inflacionarios ... es sorprendente que el modelo básicamente monetarista arroje resultados muy pobres para el caso de países con inflación media. Este resultado negativo da lugar a dudas sobre la proposición de Vogel que el modelo se aplica muy bien a todos los 16 países, y sugiere que puede ser precisamente en países de Publicación del Banco Centroamericano de Integración Económica Estructuralismo, monetarismo e inflación en Latinoamérica mediana inflación en donde las variables estructurales omitidas pueden ser más importantes”. Muy pocos estudios empíricos se han realizado para corroborar la validez de las proposiciones estructuralistas. El estudio más conocido probablemente es el de Argy, quien investigó la validez de cuatro hipótesis estructuralistas respecto a las incidencias que, sobre la inflación, ejercen la inestabilidad de las exportaciones, la inelasticidad de la oferta de alimentos, la escasez de divisas y los cambios en la estructura de la demanda.8 Argy utiliza una muestra de 22 países en desarrollo, de los cuales 14 son latinoamericanos, calcula un promedio de las respectivas variables para cada país en el periodo 1958-1965 y utiliza estos promedios para estimar ecuaciones transversales para los 22 países. Algunas de las ecuaciones estimadas por ese autor se muestran a continuación (las estadísticas t se muestran debajo de los respectivos coeficientes): P = 10.46 + 4.11 F - 0.066 V2 + 2.26 T + 0.059 S (2.30) (3.07) (1.67) (3.15) (0.313) R2= 0.518 P = 2.57 + 0.87 A + 0.27 V2+6.5 D - 0.959 Y (0.49) (1.05) (2.05) (8.67) ( 1.17) R2 = 0.821 P = 1.23 + 1.35 F - 0.013 V2 + 1.08 M - 1.02 Y (0.36) (2.07) (1.55) (13.02) (2.01) R2= 0.927 P=-0.90 + 1.25 F+ 1.06 M- 0.87 Y (0.28) (1.86) (12.47) (1.68) R2 = 0.922 En donde: F = Tasa anual de crecimiento de los precios de alimentos menos la tasa promedio anual de cambio en el costo de la vida V2 = Varianza de los cambios porcentuales anuales en los ingresos por exportaciones T = Cambio porcentual anual en los términos de intercambio S = Cambio en la ponderación de ocho sectores dentro del producto interno bruto entre los años 1959 y 1965 M = Cambio porcentual anual en la oferta monetaria Y = Producto interno bruto real D = Déficit fiscal/PIB P = Tasa anual de inflación. 8 Víctor Argy, “Structural Inflation in Developing Countries”, Oxford Economic Papers, vol. 22, marzo de 1970, pp. 73-85. Las ecuaciones anteriores demuestran que las variables “monetaristas” (M, D) invariablemente acusan una significancia muy superior a la de las variables “estructuralistas”; estas últimas resultan ser insignificantes, con la excepción de las variables F y T. Los resultados de Argy han sido interpretados como una prueba de la invalidez de las hipótesis estructuralistas; sin embargo, tal como lo señala Roldán, la metodología empleada por Argy es muy Publicación del Banco Centroamericano de Integración Económica 63 La Integración de Centroamérica: promesa y reto vigente cuestionable y, por lo tanto, sus resultados no pueden aceptarse sin reservas.9 Roldan señala la existencia de otras verificaciones de la hipótesis del estrangulamiento agrícola con resultados que respaldan la escuela estructuralista; similares resultados han sido obtenidos por Edel.10 En un estudio sobre inflación de corte estructuralista, Cáceres ha postulado que la inflación en los países centroamericanos es una función de la demanda y la oferta, tanto de cada país como de los otros países centroamericanos, cuyo efecto de ambas variables es atenuado por el costo de transporte entre los países.11 En términos generales, el modelo es de la forma: Pi = f (DPi, SPi) En donde: P = nivel de precios al consumidor en país i n Di Σ = Potencial de demanda en i DPi = J=1 Cij J≠1 n Si Σ = Potencial de oferta en i DSi = J=1 Cij J≠1 Di = Demanda real (producto interno bruto más las importaciones) Si = Oferta real (valor real de la producción industrial anual) Cij = Costo de transporte entre países i y j. Las ecuaciones estimadas con datos anuales del periodo 19641968, arrojan coeficientes significativos y con los signos esperados, y el grado de ajuste de las ecuaciones es bastante alto: Guatemala - El Salvador - Honduras: p = 2.7671 + 0.2389 (∆DP) -0.0938 (∆SP) (4.41) (2.58) (3.98) R2 = 0.77 D.W. = 2.14 Nicaragua - Costa Rica: 9 Alfredo E. Roldan, “Estudios econométricos de la inflación en algunos países latinoamericanos”, Monetaria, vol. 2, julio-septiembre de 1979, pp. 309-346. 10 Matthew Edel, Food Supply and Inflation in Latin America, Praeger, Nueva York, 1969. 11 Luis René Cáceres, “Integración económica e inflación en Centroamérica: Un modelo espacial”, EL TRIMESTRE ECONÓMICO, núm. 180, enero-marzo 1979, pp. 811-839. 64 p = 3.4723 + 0.1081 (∆DP)- 0.3364 (∆SP) (2.07) (3.81) (3.35) R2=0.88 D.W.= 2.09 En donde: ∆DP = Cambio anual en el potencial de demanda ∆SP = Cambio anual en el potencial de oferta p= Tasa de inflación anual. Este modelo permite a Cáceres concluir que la mayor oferta de bienes, así como la reducción en el costo de transporte entre los países Publicación del Banco Centroamericano de Integración Económica Estructuralismo, monetarismo e inflación en Latinoamérica 12 Christopher Sims, “Money, Income, and Causality”, American Economic Review, vol. 62, septiembre de 1972. 13 Susan M. Wachter, op. cit. centroamericanos, resultado del programa de integración económica, permitió disminuir las presiones inflacionarias. Ahora bien, uno de los supuestos más importantes de la escuela monetarista es que la oferta monetaria es exógena; es decir, la banca central a través de sus distintas operaciones, incluyendo el financiamiento del déficit fiscal, determina la magnitud de la oferta monetaria. Los estructuralistas en cambio, mantienen la existencia de una oferta monetaria pasiva, la cual reacciona fielmente a las alzas en los precios. Esta confrontación de posiciones permite examinar la bondad de ambas hipótesis, por medio de la determinación de la exogeneidad o pasividad de la oferta monetaria. Esta prueba se puede llevar a cabo utilizando la prueba de causalidad de Sims, que, para el caso del dinero y los precios, puede arrojar los siguientes resultados: la causalidad es de dinero a precios; la dirección de causalidad es de precios a dinero; no existe ninguna causalidad entre el dinero y los precios; o existe causalidad en ambas direcciones.12 La ocurrencia del primer resultado es favorable a la posición monetarista, mientras que el segundo sustenta la hipótesis estructuralista. Wachter realizó la prueba de Sims para cuatro países latinoamericanos: Chile, México, la Argentina y el Brasil.13 En el primer país, con datos trimestrales del periodo 1940-1970, se encuentra que la oferta monetaria no es ni exógena, ni pasiva; al contrario, la dirección de causalidad entre dinero y precios se detectó en ambas direcciones. Las pruebas para los otros tres países se realizaron con datos trimestrales para el periodo 1950-1973, encontrándose (p. 115) que, en la Argentina “. .. la hipótesis monetarista que la influencia va del dinero a precios, pero no precios a dinero, es congruente con los resultados”. En cambio en el Brasil y México se detectó que la oferta monetaria ha sido pasiva, ajustándose su expansión y respuesta al incremento en precios; así Wachter (p. 115) concluye: “.. .estos resultados respaldan el modelo estructuralista. O el dinero no tiene efecto en los precios u otros factores ajenos al dinero influyen sobre los precios, de tal forma que el dinero no se correlaciona significativamente con los precios”. De la reseña anterior sobre algunas de las pruebas empíricas más importantes de los modelos monetaristas y estructuralistas, se puede concluir que no existe evidencia determinante en favor de ninguna de las dos hipótesis. Esto se puede originar en aspectos derivados del mismo manejo econométrico del fenómeno inflacionario en ambas escuelas. En primer lugar, la inflación es un fenómeno intrínsecamente de desequilibrios y como tal no puede ser estimado por las técnicas de regresión comúnmente usadas (mínimos cuadrados ordinarios y bietápicos), las cuales suponen la existencia de un régimen de equilibrio. Por otra parte, la ecuación de Harberger y sus derivados, se desprende de la ecuación de la teoría cuantitativa del dinero, la que en realidad es una identidad, dejando por fuera las consideraciones de origen y causalidad de las variables. En especial, es impropio suponer que el ingreso real sea exógeno, lo que da lugar a sesgos en la estimación de los coeficientes. Por otra parte, la escuela estructuralista en efecto no ha formulado un modelo general, de allí que su comprobación empírica se presta a las diversas inquietudes de los investigadores. Así surge la necesidad de investigar una vez más Publicación del Banco Centroamericano de Integración Económica 65 La Integración de Centroamérica: promesa y reto vigente cuáles son los efectos generales que inciden sobre la inflación en Latinoamérica. IV. Un enfoque empírico no tradicional Los enfoques tradicionales para determinar las causas de la inflación en Latinoamérica se han concentrado en análisis de series de tiempo y de corte transversal, que relacionan la tasa de inflación con variables estructurales o monetarias para un país o grupo de países. Los resultados obtenidos, tal como se discutió en la sección anterior, lejos de esclarecer los orígenes y la naturaleza de la inflación, han conducido a mayores discrepancias, con su correspondiente efecto en las políticas antinflacionarias implementadas en los países. Una solución de la controversia monetarista-estructuralista no es el objetivo final de este trabajo sino más bien examinar el problema desde un punto de vista no tradicional, como el método de análisis discriminante. El análisis discriminante consiste en derivar una combinación lineal de un conjunto de variables, a partir de una muestra de dos grupos de observaciones, para un periodo dado, de manera tal que los grupos son forzados a ser, hasta donde sea posible, estadísticamente distintos.14 Para este caso en particular el análisis consiste básicamente en seleccionar a priori dos grupos de países, inflacionarios y no inflacionarios y, a través de la interacción de un conjunto de variables estructurales y monetarias, comunes a ambos grupos, determinar las características económicas que los vuelve distintos, es decir, inflacionarios y no inflacionarios. Es importante señalar que la tasa de inflación no entra en el análisis del conjunto de las variables, simplemente sirve para diferenciar a priori los grupos de países. A través de una serie de operaciones estadísticas se determina una dimensión única, derivada de la función discriminante, en la cual los países inflacionarios son agrupados en un lado y los no inflacionarios en otro. La función discriminante tiene la forma siguiente: Zi = W1 X1 + W2 X2 + ... + Wn Xn en donde: Zi 14 Sobre la base matemática del análisis discriminante véase, W. W. Cooley, y P. R. Lohnes, Multivariante Data Analysis, John Wiley and Sons, Inc., Nueva York, 1971; B. W. Bolch y C. J. Huang, Multivariante Statistical Methods for Business and Economics, Prentice Hall International Series in Management, Nueva Jersey, 1974; M. F. Donald, Multivariante Statistical Methods, McGraw-Hill, Inc., Nueva York, 1976. 66 Wj Xj = Valor de la función discriminante, para cada uno de los k países incluidos en ambos grupos (i =1, 2, ..., k) = Coeficientes discriminantes en la función (j = 1, 2, ..., n) = Variables discriminantes (j = 1,2, ..., n) Una vez que la función discriminante ha sido obtenida (se han Publicación del Banco Centroamericano de Integración Económica CUADRO 1. Tasas reales de crecimiento para variables seleccionadas durante el periodo 1970-1978 (Promedios anuales %) Países Grupo 1 Argentina Uruguay Brasil Bolivia Perú Colombia Trinidad y Tobago México Jamaica 120.4 65.6 30.3 22.7 22.2 21.7 21.3 17.5 16.9 Producción agrícola (CREPAG) 2.3 0.1 5.3 3.6 0.7 4.9 -0.1 2.1 1.4 Paraguay Haití Venezuela Nicaragua Guatemala El Salvador Rep. Dominicana Honduras 1.2 4.8 10.7 6.4 4.2 6.3 5.3 7.1 -10.4 Importaciones (IMPORT) Países inflacionarios 6.8 -0.1 -5.0 2.3 6.0 6.6 1.7 12.2 -3.8 3.1 1.2 -0.7 -1.3 -4.4 5.2 4.0 -2.7 -5.9 PIB (GDP) Crédito gobierno Crédito privado (CREGOB) (CREPRI) Masa monetaria (M2) 2.3 1.9 9.2 5.6 3.1 6.0 3.4 5.0 -0.8 -2.6 1.2 -4.6 12.3 7.3 -11.1 8.3 16.9 19.5 0.4 17.7 18.8 114.8 00.1 86.2 13.8 7.1 28.0 3.7 7.4 8.1 11.4 3.0 0.7 11.5 6.7 0.0 7.5 3.9 5.6 5.8 6.0 5.2 7.4 3.3 -4.2 7.9 6.7 20.2 14.5 -11.2 0.5 12.7 9.0 23.5 19.0 5.7 8.2 7.0 11.1 10.6 14.5 13.7 18.7 6.6 9.7 8.0 6.4 10.00 Países no inflacionarios Grupo 2 10. 11. 12. 13. 14. 15. 16. 17. Inversión interna Exportaciones bruta (EXPORT) (INVBRU) 12.3 12.2 11.1 11.0 10.8 10.3 8.6 8.0 6.2 2.6 3.5 5.4 5.3 2.7 3.3 0.8 20.6 11.9 11.8 8.6 11.3 11.1 13.2 4.9 7.6 25.5 -10.1 5.6 3.4 0.6 6.7 2.9 8.0 26.8 14.9 4.2 7.1 8.4 4.5 2.6 Fuente: Informe sobre el desarrollo mundial,Banco Mundial, agosto 1980. International Financial Statistics, varios números. Estructuralismo, monetarismo e inflación en Latinoamérica Publicación del Banco Centroamericano de Integración Económica 1. 2. 3. 4. 5. 6. 7. 8. 9. Tasa de inflación 67 La Integración de Centroamérica: promesa y reto vigente calculado las Wj), los valores de las variables discriminantes (Xj), para un caso dado se transforman en el correspondiente valor (Zi), el cual es usado para fines de clasificación o predicción. Los valores centroides son el promedio de los valores de los países en ambos grupos, e indican qué tan alejados se encuentran éstos a lo largo de la dimensión única derivada de la función discriminante. Asimismo, la media de los valores centroides constituye el valor crítico de la función. El análisis discriminante es una poderosa técnica de clasificación, que permite identificar a qué grupo pertenece una observación (país) cuando la única información disponible es el valor de las variables discriminantes. Este proceso consiste en comparar los valores Z individuales con el valor crítico de la función. En la conformación de la muestra para el análisis se seleccionaron dos grupos de países. El grupo 1 incluye 9 países con tasas promedio anuales de inflación dentro del rango de 16.9 a 120.4%, durante el periodo 1970-1978, siendo calificados estrictamente a priori- como países inflacionarios. El segundo grupo comprende 8 países con tasas promedio de inflación anual entre 8.0 y 12.3 %, durante el mismo periodo, identificándolos como países no inflacionarios. Ambos grupos estuvieron formados por países de la América Latina y el Caribe. (Véase cuadro 1.) Siguiendo las hipótesis sobre las causas del fenómeno inflacionario en Latinoamérica, se escogieron algunas variables que se han postulado determinantes de la inflación. Se seleccionaron 8 variables, expresadas en forma de tasas de crecimiento real anual, para el periodo mencionado, las cuales se definen a continuación: X1 X2 X3 X4 X5 X6 X7 = = = = = = = Producción agrícola Inversión interna bruta Exportaciones Importaciones Producto interno bruto Crédito al gobierno Crédito al sector privado X8 = Oferta monetaria V. Resultados Al efectuar los cálculos respectivos se obtuvo la función siguiente:15 Zi = -0.6492 + 0.2539 X1 + 0.1461 X2 - 0.0111 X3 + 0.0346 X4 - 0.2833X5 + 0.0262 X6- 0.0097 X7 + 0.0074 X8 15 El programa de computadora utilizado para derivar la función discriminante se encuentra en Statistical Package for the Social Sciences, McGraw-Hill, Inc., Nueva York, 1975. 68 Centroides: Grupo 1: - 0.72365 (Países inflacionarios) Grupo 2: + 0.81411 (Países no inflacionarios) Valor crítico: 0.04523 Publicación del Banco Centroamericano de Integración Económica Estructuralismo, monetarismo e inflación en Latinoamérica En el cuadro 2 se puede observar que la función estimada presenta un bajo valor del estadístico Lambda de Wilk (0.3741) y un alto coeficiente de correlación canónica (0.7910), resultados que indican, respectivamente, un gran poder discriminante de la función y una significativa asociación entre las variables discriminantes. Sin embargo, la prueba chi-cuadrado arroja un grado de significación de 21.2 %. CUADRO 2. Resultados del análisis discriminante Eigenvalue 1.67342 Correlación Lambda de Canónica Wilk 0.791 0.3741 Chicuadrado Grados de Significancia libertad 10.817 8 0.212 Coeficientes no estandarizados de la función discriminante Producción agrícola Inversión interna bruta Exportaciones Importaciones Producto interno bruto Crédito al gobierno Crédito al sector privado Oferta monetaria Constante 0.25394 0.14614 -0.01107 0.03462 -0.28328 0.02616 -0.00969 0.00743 -0.64922 CUADRO 3. Resultados de la clasificación por grupos de países Países Grupo actual Grupo asignado por la función Países inflacionarios 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 Argentina Uruguay Brasil Bolivia Perú Colombia Trinidad y Tobago México Jamaica Valores de Z -0.664 -0.411 -0.426 -0.950 -0.374 -1.342 -0.832 -0.009 -0.523 Países no inflacionarios Paraguay Haití Venezuela Nicaragua Guatemala El Salvador República Dominicana Honduras 2 2 2 2 2 2 2 2*** 2 2 2 2 2 2 2 1 1.915 1.372 1.135 0.941 1.228 0.168 0.056 -0.303 Publicación del Banco Centroamericano de Integración Económica 69 La Integración de Centroamérica: promesa y reto vigente La clasificación de los países como pertenecientes a uno u otro grupo, requiere únicamente sustituir el valor de sus variables discriminantes en la función estimada, obteniéndose de este modo para cada uno de ellos un determinado valor Z, el cual se compara con el valor crítico de la función. El valor crítico se establece en el punto medio entre los centroides de los grupos, obteniéndose en este caso un valor de 0.04523. De este resultado se establece la regla; países que presenten valores Z menores que 0.04523 son clasificados como inflacionarios y países con valores Z mayores, como no inflacionarios. En el cuadro 3 se presentan los valores de Z obtenidos para cada uno de los países en ambos grupos, señalándose con una línea de asteriscos aquellos países que fueron clasificados incorrectamente por la función. Tal como se observa en el cuadro 3, los nueve países del grupo inflacionario fueron clasificados correctamente, y de los ocho no inflacionarios, sólo uno fue clasificado incorrectamente, pues el porcentaje total de países en realidad fue de 93.8 %. Estos resultados indican que las variables seleccionadas para fines de discriminación son capaces de separar con un alto grado de certeza los países inflacionarios de los no inflacionarios. Una vez que el alto poder discriminante de la función ha sido comprobado, se pueden identificar las variables que implican mayores presiones inflacionarias o deflacionarias, a través de la determinación de sus contribuciones relativas al poder discriminante total de la función. Estos resultados se muestran a continuación: CUADRO 4. Contribución relativa de las variables en el poder discriminante de la función Tasa de crecimiento Producción agrícola Inversión interna bruta Exportaciones Importaciones Producto interno bruto Crédito gobierno Crédito sector privado Oferta monetaria Coeficientes normalizados 0.504 0.948 -0.084 0.264 -0.682 0.258 -0.298 0.037 Rango 3 1 7 5 2 6 4 8 Las variables discriminantes cuyos coeficientes muestran signos positivos pueden ser interpretadas como generadores de efectos deflacionarios, por cuanto aquellos países con altos valores de estas variables mostrarán altos valores de la función (Zi), y así será mayor la posibilidad de sobrepasar el valor crítico de la función, y por tanto de ser clasificados como países no inflacionarios. Las variables con coeficientes negativos se interpretan como asociados con la generación de presiones inflacionarias, al contribuir a la obtención de valores negativos de Z. La variable que muestra la mayor contribución positiva es el crecimiento de la inversión bruta, continuándole en importancia positiva el crecimiento del producto agrícola. Estos resultados están 70 Publicación del Banco Centroamericano de Integración Económica Estructuralismo, monetarismo e inflación en Latinoamérica de acuerdo con la posición estructuralista sobre la existencia de una relación inversa entre el crecimiento de los sectores productivos y la inflación. El crecimiento del producto interno bruto ocupa el segundo lugar en la contribución al poder discriminante de la función, pero ésta es negativa; es decir, a mayores tasas de crecimiento económico, mayor es la posibilidad de que el país sea inflacionario, lo cual concuerda con la hipótesis estructuralista. La variable que ocupa el cuarto lugar en importancia en el poder discriminante es el crecimiento del crédito al sector privado y su contribución es negativa. Esto es congruente con la recomendación monetarista reducir los niveles de crédito a fin de contrarrestar las presiones inflacionarias. Sin embargo, el crédito al gobierno, que ocupa un sexto lugar en importancia, muestra una contribución positiva, indicando que ante un mayor crecimiento de esta variable disminuye la posibilidad de inflación. Las variables externas, exportaciones e importaciones, presentan contribuciones inflacionarias y no inflacionarias, respectivamente, ocupando la primera el séptimo lugar en importancia, mientras que la segunda ocupa el quinto lugar. Finalmente, los resultados demuestran que el papel del crecimiento de la oferta monetaria es inconducente, ocupa el último rango en importancia y presenta además un signo positivo. A fin de profundizar en el análisis se utilizó la metodología que minimiza el valor del estadístico Lambda de Wilk para derivar una función reducida que incorpora únicamente las variables que, a través de su interacción, muestran el mayor poder discriminante. De las 8 variables originales, fueron seleccionadas solamente 4, siendo éstas las tasas de crecimiento del producto agrícola, la inversión bruta, de producto interno bruto y el crédito al gobierno. La función derivada es la siguiente. Z1 = -0.7501 + 0.2269 X1 + 0.2202 X2 - 0.3781 X5 + 0.0400 X6 Centroides: Grupo 1: - 0.7016 (Países inflacionarios) Grupo 2: + 0.7393 (Países no inflacionarios) Valor crítico: 0.0188 En el cuadro 5 se observa que la primera variable seleccionada para formar parte de la función es la tasa de crecimiento de la inversión bruta, y la última el crecimiento del producto agrícola. Con la inclusión de esta última variable, el valor del estadístico Lambda de Wilk es 0.4116 y el coeficiente de correlación canónica es 0.767. Si bien los valores del estadístico Lambda de Wilk y del coeficiente de correlación canónica indican una menor habilidad de la función para separar los grupos que cuando se incluyeron todas las variables, ésta es aún aceptable por la alta significancia de 2.1% que indica la prueba chi-cuadrado. El nuevo valor crítico de la función discriminante se establece en 0.0188, derivándose así la regla siguiente: países que presentan valores de Z menores que 0.0188 son clasificados como inflacionarios y países con valores Z mayores, como no inflacionarios. Publicación del Banco Centroamericano de Integración Económica 71 La Integración de Centroamérica: promesa y reto vigente El cuadro 6 muestra los valores Z obtenidos para cada uno de los países en ambos grupos, encontrándose que de los 9 países inflacionarios incluidos en el análisis, 8 fueron clasificados correctamente, y de los 8 no inflacionarios, 2 fueron clasificados incorrectamente, con el porcentaje total de países clasificados correctamente de 82.0 %. CUADRO 5. Resultado del análisis discriminante. Función reducida, método Lambda de Wilk Resumen de resultados Paso núm. 1 2 3 4 Eigen-value 1.42944 Variables seleccionadas Invbru Cregob Pib Crepag Valor de F 8.55265 3.26535 1.33712 1.40122 Lambda de Wilk Significancia 0.62519 0.50695 0.45967 0.41161 0.009 0.009 0.015 0.022 Correlación canónica Lambda de Wilk Chi cuadrado Grados de libertad Significancia 0.767 0.4116 11.540 4 0.021 Coeficientes no estandarizados de la función discriminante Producción agrícola Inversión interna bruta Producto interno Bruto Crédito al gobierno Constante 0.2269 0.2202 -0.3781 0.0400 -0.7501 Por otra parte, la variable que muestra la mayor contribución al poder discriminante de la nueva función es el crecimiento de la inversión bruta y su efecto es positivo. Continúan en orden de importancia el producto interno bruto, como un efecto negativo, y el crecimiento del producto agropecuario y del crédito al gobierno, ambos con efectos positivos tal como se muestra en el cuadro 7. Estos resultados sustentan la posición estructuralista de que las demandas generadas por el crecimiento del producto provocan presiones inflacionarías que pueden ser corregidas a través del estímulo en los sectores productivos, tal como lo corroboran los signos de los coeficientes de las variables del crecimiento del producto agrícola y de la inversión bruta. Se debe notar que el valor positivo de la única variable monetaria incluida en la función discriminante es contrario a la recomendación monetarista de restringir el déficit fiscal. 72 Publicación del Banco Centroamericano de Integración Económica Estructuralismo, monetarismo e inflación en Latinoamérica CUADRO 6. Resultados de la clasificación por grupo de países. Método Lambda de Wilk Países Grupo actual Grupo asignado por la función Valores de Z Países inflacionarios Argentina Uruguay Brasil Bolivia Perú Colombia Trinidad y Tobago México Jamaica 1 1 1 1 1 1 1 1*** 1 1 1 1 1 1 1 1 2 1 -0.938 -0.341 -0.853 -0.549 -0.548 -0.963 -0.556 0.075 -1.641 Paraguay Haití Venezuela Nicaragua Guatemala El Salvador República Dominicana Honduras Países no inflacionarios 2 2 2 2 2 2 2 2 2 2 2*** 1 2 2 2*** 1 2.190 1.302 0.794 0.984 1.252 -0.107 0.128 -0.229 CUADRO 7. Contribución relativa de las variables Variables Producción agrícola Inversión interna bruta Producto interno bruto Crédito gobierno VI. Conclusiones Coeficientes normalizados Rango 0.4505 1.4188 -0.9056 3 1 2 0.3946 4 Los resultados presentados en este trabajo sustentan la hipótesis de que las presiones inflacionarias que sufren los países latinoamericanos están estrechamente relacionadas con los desajustes estructurales que presentan sus economías. Así, el modelo discriminante revela que los factores propulsores de la inflación son la ausencia de dinamismo de la inversión bruta y de la producción agrícola. También se encontró que el crecimiento económico, de por sí, está asociado con la existencia de presiones inflacionarias, mientras que el crecimiento del crédito público influye en la clasificación de un país como no inflacionario. Todos estos resultados, aunque no establecen una teoría formal sobre la inflación latinoamericana, son motivo para continuar y profundizar los análisis estructuralistas de la realidad de la región. Publicación del Banco Centroamericano de Integración Económica 73 La Integración de Centroamérica: promesa y reto vigente 74 Publicación del Banco Centroamericano de Integración Económica La incidencia territorial de la inflación en Honduras Revista Interamericana de Planificación Vol. XXIII, núm 89 Enero-Marzo de 1990 Luis René Cáceres* Frederick Jiménez* * Los autores son, respectivamente, Jefe del Departamento de Planificación y Analista Económico, del Banco Centroamericano de Integración Económica, Tegucigalpa, Honduras. Los autores agradecen los valiosos comentarios de Mauricio Baca, Alfredo Noyola, Oscar Núñez y Salvador Quintanilla. La Integración de Centroamérica: promesa y reto vigente Introducción La inflación es un tema que ha sido objeto de considerable atención en la literatura económica, enfatizando la mayor parte de los estudios en la determinación de las variables asociadas con la generación de presiones inflacionarias, ya sean de carácter monetario o estructural, y en la cuantificación de las relaciones de causalidad entre dichas variables y el incremento de los precios. Específicamente, en el caso de los países latinoamericanos virtualmente no existen trabajos que analicen la inflación en términos de su distribución en el espacio, prevaleciendo, de hecho, el supuesto tácito de que las presiones inflacionarias son uniformes a lo largo del territorio nacional1. Lo anterior podría explicarse por las dificultades de efectuar periódicamente encuestas sobre precios y llevar los registros correspondientes a nivel de ciudades o regiones; podría suponerse también que existe, de parte de las autoridades económicas, la creencia de que los mercados nacionales están plenamente integrados y que, por ende, el precio de cada producto en un lugar determinado es igual al costo del productor más eficiente más el costo del transporte. Para el caso de un bien homogéneo, bajo la condición de que los bienes fluyen libremente entre los distintos mercados del territorio nacional, se obtiene un equilibrio espacial que establece que las diferencias en los precios residan en los costos del transporte. En forma matemática, con el objetivo de minimizar los costos totales de transporte (TC); la función objetivo es: min TC =Σ Σ xij tij; i j en donde: xij = Ventas de la región i a la región j; y tij = Costo del transporte por unidad de i a j Esta función objetivo se minimiza, sujeta a las restricciones siguientes: 1 Cuando este trabajo había sido terminado, los autores encontraron un estudio sobre el comportamiento de los precios de varios productos agropecuarios en 20 mercados geográficos de Haití, el cual probablemente sea el único trabajo sobre precios hecho en un marco territorial que se ha efectuado en América Latina y el Caribe. Véase, Mats, Lundhl y Petersson, Erling, Price series correlations and market integration: some evidence from Haiti, Nordic Journal of Latin American Studies, vol. XIII, No. 1, 1983, pp. 6176. 2 La formulación inicial de este problema se encuentra en Samuelson, P. A., Spatial price equilibrium and linear programming, American Economic Review, Vol. 42, 1952, pp. 283-303. Una reseña de los modelos de equilibrio espacial se encuentra en Takayama, T. y Labys, W. C., Spatial equilibrium analysis, en Nijkamp, Peter (ed.), “Handbook of regional and urban economic”, Amsterdam, NorthHolland, 1986, pp. 171-199. 76 n Σ xij = si , j n Σ xij = dj , i xij > O en donde si = oferta en la región i, dj = demanda en la región j. La solución óptima de esta formulación se obtiene en términos de los flujos xij, ya que cada ejercicio de programación lineal tiene una solución alternativa; el dual de esta solución es: n n Max S = Σ dj Pj - Σ si Pi j j En donde Pi , Pj = precios del bien en cuestión en las regiones i y j, respectivamente, después de establecer flujos de comercio, los cuales están sujetos a las condiciones: Pj < Pi + tij y Pi, Pj ≥ O. Maximizar la relación dual implica un equilibrio en cada mercado, en el cual el maximizado S es igual a cero. En la condición de equilibrio, los precios en cada mercado no difieren por una cantidad mayor que el costo de transporte entre mercados2. Publicación del Banco Centroamericano de Integración Económica La incidencia territorial de la inflación en Honduras 3 Sobre el impacto de las diferencias en el costo de vida sobre los flujos de migración, véase, West, D.A.; Hamilton, J.R. y Loomis, R.A., A conceptual frame work for guiding policy-selected research on migration, Land Economics, Vol. 52, 1976; Westhwein, J., A note on migration determinants, Review of Business and Economic Research, Vol. 16, 1980. El papel de las diferencias interregionales de precios sobre la localización industrial se discute en Nourse, Hugh O., Economía Regional, Barcelona, Capítulo 4, Oikus-tau Ediciones, 1969; Smith, D.M., A theoretical framework for geographical studies of industrial location, Economic Geography, Vol. 42, abril de 1966, pp. 95-113; Culem, Claudy G., The location determinants of direct investments among industrialized countries, European Economic Review, Vol. 32, No. 4, abril de 1988, pp. 885-904. Sin embargo, es debatible que en un país en vías de desarrollo exista una integración de mercados tan completa que elimine la divergencia territorial de precios. Por una parte, la información sobre la calidad de los productos no fluye instantáneamente en el espacio, y no se puede esperar que continuamente todos los consumidores tengan igual información sobre los atributos de los bienes en el mercado. Por otra parte, existen enclaves de producción que guardan una gran integración con la economía internacional, así como débiles vínculos con la economía doméstica, dando lugar a una heterogeneidad en la oferta de productos que puede incidir en la uniformidad de los precios. Habría que tomar en consideración, además, el efecto de las economías de escala y de aglomeración que podrían otorgar ventajas competitivas a determinadas regiones, dando lugar así a divergencias en los costos de producción. Se debe agregar que la dotación de servicios sociales y tecnológicos no es uniforme a lo largo del territorio, así como tampoco lo es la red de infraestructura física, factores adicionales que hacen suponer que es posible que exista en las distintas regiones una diversidad en la intensidad de las presiones inflacionarias. La necesidad de un mayor conocimiento de las características espaciales de la inflación no obedece sólo a un interés académico, sino también a sus importantes implicaciones en las políticas de inversión pública y de localización industrial, en el diseño de tarifas públicas y subsidios, y en las políticas de migración3. Con el fin de dilucidar el fenómeno inflacionario en un contexto territorial, este trabajo presenta, primero, una breve reseña de los principales estudios sobre el comportamiento y la determinación de precios en el marco del espacio nacional; luego examina el caso de Honduras, país en donde las autoridades económicas llevan registros de los índices de precios al consumidor a nivel de cinco regiones, analizando la dispersión y convergencia de los precios en el plano territorial; posteriormente se estiman ecuaciones econométricas que permiten inferir sobre la naturaleza de los mercados en las cinco regiones de Honduras para los diferentes productos. Finalmente, el trabajo presenta algunas consideraciones generales. 1. Reseña de la literatura El primer análisis sistemático de la variación espacial de los precios se encuentra en la legendaria obra de Losch. La parte fundamental de este trabajo está dirigida a formular una teoría de la naturaleza de las regiones en términos de las áreas de sus mercados. En el conocido capítulo de ejemplos, Losch presenta una serie de casos que constituyen una evidencia contundente de la variación espacial de los precios; la gama de casos presentados es muy amplia; tal vez uno de los más acuciosos trata de la variación del costo de cambiar el tacón y la suela a un par de zapatos en los Estados Unidos en 1936, encontrándose un gradiente a lo largo de la Costa Oeste de ese país, de manera que los precios aumentaban de $1,22 en Los Ángeles, a $ 1,42 en San Francisco, a $ 1,49 en Portland y a $1,73 en Seatle. Publicación del Banco Centroamericano de Integración Económica 77 La Integración de Centroamérica: promesa y reto vigente 4 Las razones expuestas por Losch para explicar estos fenómenos radican en el hecho de que en el Oeste de los Estados Unidos la demanda por préstamos es mayor que en la región Este, a la vez que su capacidad para generar capital es Inferior a la del Este en virtud de su débil base productiva, que descansa principalmente en la agricultura. Asimismo, apuntó que el nivel de riesgo en la industria bancaria es más alto en el Oeste que en el Este, debido a que la población de la región occidental está más dispersa, lo que hace que sus bancos sean más pequeños. Además, encuentra evidencia de que los riesgos en el Oeste son más altos; en efecto, las pérdidas de los bancos como porcentaje de su cartera de préstamos fueron, entre 1919-1925, de 0,75 en el Oeste y 0,61 en el Este. Con un gran detalle Losch analizó también la variación espacial de los salarios, así como de los precios de los bienes raíces, lavado y planchado de una camisa de hombre, trigo, papas, naranjas, leche, periódicos, automóviles y jabón, entre otros bienes. Véase, Losch, August, The economic of location, New York, John Wiley, 1967. Es del caso señalar que esa diferencia regional en las tasas de interés todavía persiste; datos publicados en el “New York Times” de julio 17 de 1988, acusan la existencia de un incremento en las tasas de interés de los préstamos personales a tres años: Chase Manhattan, N.Y.: 13,90%; Continental Illinois, Chicago: 14%; Bank of America, San Francisco: 17,25%. Por otra parte, es interesante el reconocimiento del efecto de la distancia sobre los precios que tenia Hernán Cortés en 1523, cuando decretó ordenanzas en las cuales se disponía, tal como lo reporta J. L. Martínez, que “el vino se cobre a medio peso de oro el azumbre (dos litros) en el Puerto (Veracruz) y hasta diez leguas de distancia, y que se aumente medio peso por cada diez leguas de alejamiento”. Véase, Martínez, J.L., Pasajeros de Indias, Alianza Editorial, Madrid, 1983, p. 26. 5 0’Farrell, P. N., Retail grocery price variation in Northern Ireland, Regional Studies, Vol. 6, marzo, 1972, pp. 83-92. 6 Rowley, Gwyn, Spatial variations in the price of central goods, Tijdschrift voor Economische en Social Geografie, Vol. 63, 1972, pp. 360-368. 7 Izraeli, Oded, Differentials in nominal wages and prices between cities, Urban Studies, Vol. 14, octubre, 1977, pp. 275-290. 78 Losch también analizó la variación de la tasa de interés cargada a los préstamos bancarios, encontrando que ésta sube a medida que aumenta la distancia a New York, para alcanzar un pico en los estados montañosos y luego empezar a declinar en dirección a California. Asimismo, a nivel del estado de Texas, Losch encontró que a medida que aumentaba la distancia a Houston, la tasa de interés sobre los préstamos aumentaba, de tal forma que dentro de un radio de diez millas ésta era de 7,30%, aumentando progresivamente para alcanzar 11,3% en un radio de 160 a 200 millas de dicha ciudad 4. P.N. 0' Farrel y M. A. Poole estudiaron la variación del índice agregado de los precios de 19 bienes de consumo a lo largo de 54 lugares centrales (ciudades) de Irlanda del Norte5. Las variables independientes seleccionadas para explicar las diferencias de precios entre ciudades fueron las siguientes: el tamaño de la tienda en donde se venden los bienes; el tipo de tienda (si es independiente o pertenece a una cadena nacional); el tamaño del lugar central, tanto en términos de su población como del número de tiendas localizadas en el mismo; y la localización de la tienda, distinguiendo aquéllas ubicadas en la relativamente pobre y remota área occidental. Los resultados mostraron que sólo la localización de las tiendas tenía importancia como determinante de los precios, de forma tal que los precios en la zona occidental fueron consistentemente más bajos que los de la región de Belfast. Asimismo, los autores encontraron que los precios en los lugares centrales que están contiguos tienden a ser similares, lo que interpretaron como la presencia de un alto grado de colusión oligopolista. La variación del precio de una canasta de bienes de consumo a lo largo del territorio de Gales fue analizada por G. Rowley 6. Este autor concluyó que existe una variación sistemática en el precio de dicha canasta, de forma tal que los precios son más bajos a medida que aumenta el tamaño del lugar central en términos de población. También encontró la existencia de discontinuidades en la relación entre la baja de los precios y el tamaño de la ciudad, siendo más pronunciada dicha reducción en los pueblos más pequeños, mientras que en la muestra de los pueblos grandes la reducción en precios fue menos elástica. En base a la información de una muestra de áreas metropolitanas de los Estados Unidos, Oded Izraeli investigó los determinantes de los niveles del costo de la vida a nivel de ciudades7. Las variables explicativas para el índice del costo de la vida fueron de tipo demográfico, fiscal y ecológico: la población existente en el área metropolitana; el grado de contaminación ambiental (miligramos de sulfatos por M 3); el grado de criminalidad; el gasto público local per cápita; las tasas de impuestos locales; el clima (temperatura promedio en enero); la migración neta; la edad promedio de la población masculina; y la tasa de desempleo. La ecuación estimada por mínimos cuadrados ordinarios para el índice del costo de la vida explicó alrededor del 55% de la varianza del costo de la vida en las 39 ciudades de la muestra. Tomando en cuenta sólo las variables que resultaron estadísticamente significativas, los resultados indicaron que entre más alta era la Publicación del Banco Centroamericano de Integración Económica La incidencia territorial de la inflación en Honduras 8 Clark, Gordon L., Dimensions of spatial price dispersion before and after the crack of 1929, Geographical Analysis, Vol. 18, No. 1, enero, 1986, pp. 7-85. 9 Clark, Gordón L., Does inflation vary between cities, Environment and Planning, Vol. 16, No. 4, abril, 1984. 10 Cebula, Richard J., Geographic living cost differentials, Lexington Books, Lexington, 1983. Véase, también, Cebula, Richard J. y Karen Smith, Lisa, An exploratory empirical note on determinants of inter- regional living costs differentials in the United States, 1970 and 1975, Regional Science and Urban Economics, Vol. 11, 1981, pp. 81-85 migración neta o la edad promedio de la población masculina en una ciudad dada, más alto resultaba su costo de vida. Asimismo, se encontró que entre más alto era el gasto público per cápita o la temperatura promedio, correspondía a esa ciudad un costo de vida más alto. En un importante trabajo de rico contenido empírico, G. L. Clark analizó la evolución de la serie cronológica del índice de precios de 32 ciudades de los Estados Unidos para el período de 1919-19408. Los resultados de la investigación indicaron que algunos componentes del índice de precios al consumidor experimentaban una mayor dispersión espacial que otros; por ejemplo, los precios de alimentos y vestuario acusaron el mayor rango de dispersión espacial, mientras que los precios de los combustibles y la renta de bienes raíces mostraron el rango más estrecho. Asimismo se encontró que la dispersión geográfica del índice de precios al consumidor varió en sincronismo con el ciclo económico nacional, de forma tal que en períodos de expansión económica, la dispersión fue mayor que en tiempos de contracción. No obstante lo anterior, en el período 1919-1940 se dio una marcada convergencia en el comportamiento de los precios de las distintas ciudades. Por otra parte, al analizar la trayectoria de los precios en las ciudades con relación al índice nacional, se encontró que existían diferencias a nivel de ciudades en el grado de sincronización entre los precios locales y el índice nacional, concluyendo que en los Estado Unidos el proceso de formación de presiones inflacionarias tiene una interdependencia espacial muy débil, caracterizada por significativas discontinuidades geográficas (Los Angeles, Detroit). En otro trabajo reciente, G. L. Clark estudió el grado de variación que existe entre las presiones inflacionarias de las principales ciudades de los Estados Unidos, usando series de datos trimestrales para el período 1959- l9809. Este autor encontró que existen diferencias entre los fenómenos inflacionarios de las ciudades; asimismo, por medio de la aplicación de la técnica Box-Jenkins infirió que en nueve de las ciudades las trayectorias de sus precios diferían radicalmente del índice nacional, lo cual denotaba que esas ciudades tenían características particulares en la generación de sus presiones inflacionarias. Finalmente, se trae a cuenta el comprehensivo estudio de R. Cebula sobre la explicación del costo de la vida en 30 ciudades de los Estados Unidos10. El modelo formulado tiene la forma siguiente: Ci = f (Pi, Di, Yi, Ri) en donde: Pi es la población de la ciudad i, y se postula que su efecto es atenuar el costo de la vida en razón del efecto de las economías de aglomeración; Di es la densidad de población, y se espera que ejerza un efecto directo en el costo de la vida por su incidencia en incrementar los gastos de transporte en la ciudad; Yi es el ingreso per cápita en la ciudad i, y su efecto se postula que sea positivo; Ri es una variable “dummy” que toma el valor de i cuando en el estado en donde está ubicada la ciudad no existe legislación que haga obligatoria la afiliación de los trabajadores a sindicatos. Una ecuación lineal fue estimada por mínimos cuadrados ordinarios para cada uno de los años del período 1966-1978. En todas las ecuaciones estimadas los coeficientes resultaron estadísticamente Publicación del Banco Centroamericano de Integración Económica 79 La Integración de Centroamérica: promesa y reto vigente significativos y con los signos esperados11. Sin embargo, la bondad del ajuste no resultó muy alta, explicándose, en el mejor de los casos, (en 1975) alrededor del 75% de la variabilidad en el costo de la vida de las 39 ciudades. Por otra parte, se puso en evidencia el efecto negativo que el tamaño de la población ejerce sobre el costo de la vida, fenómeno que ya había sido detectado por Rowley. De la reseña de la literatura sobre la inflación en un contexto espacial, se puede concluir que la evidencia empírica indica que los precios tienden a diferir de ciudad a ciudad, y que las economías de escala y la densidad de población ejercen un papel importante12. La pregunta que surge es si dicho comportamiento espacial de los precios también se nota en países en vías de desarrollo. Asimismo es de interés investigar un punto que no ha sido tratado en los trabajos anteriores, como es el de determinar si las diferencias en precios entre las regiones son permanentes o transitorias, y si tales diferencias varían entre los distintos bienes. Para buscar respuestas a estas interrogantes se analiza a continuación el caso de Honduras. 2. Comportamiento regional de los precios al consumidor en Honduras a) Variabilidad de los precios en el período 1979/1987 A nivel latinoamericano, Honduras es uno de los pocos países que en la presente década no ha sido afectado sensiblemente por alzas generalizadas en los niveles de precios. En efecto, la tasa promedio anual de inflación que registró el país en el período 1979/1987 fue de 7,3%, muy por debajo del promedio de Latinoamérica de 110,8% para el mismo período. Este desempeño inflacionario es congruente con las bajas presiones inflacionarias que se han registrado en el pasado; en efecto, en las décadas de los 60s y 70s las tasas anuales promedio de inflación fueron de 2,3% y 7,9%, respectivamente. 11 Algunos resultados (pp. 57, 66 y 81) se muestran a continuación: Coeficientes 1966 Término constante 7032,75 (10,85) Pi -0,00017 (2,42) Di 0,42165 (2,59) Yi 0,69396 (3,41) Ri -482,303 (2,78) R2 0,56 F 10,7212 1970 7458,99 (9,05) -0,00023 (3,50) 0,58100 (0,371) 0,77017 (3,77) -622,949 (3,33) 0,71 20,6249 1978 13286,81 (6,11) -0,00035 (2,28) 0,9434 (3,67) 0,72372 (2,44) -1344,50 (3,16) 0,54 10,1343 12 Algunos estudios de carácter teórico y sin verificación empírica no fueron incluidos en la reseña; entre éstos, véase, Jones, Donald W., A geography of money, Progress in Human Geography, Vol. 5, 1981, pp. 342-369; Chisholm, Michael, Towards geography of price, The Professionals Geographer, Vol. XI, No. 2, Marzo, 1964, pp. 10-12; Stephen, Enke, Space and value, Quarterly Journal of Economics, Vol- 56, agosto, 1942, pp. 627637. Sobre otra clase de estudios que tratan de la formación de presiones inflacionarias en términos de las funciones de oferta y demanda locales y del costo de transporte interregionales, véase, Warntz, William, Toward a geography of price, University of Pennsylvannia Press, Philadelphia, 1959; Cáceres, Luis René, Integración económica e inflación en Centroamérica un modelo espacial, El Trimestre Económico, Vol. 45, 1978, pp. 811-839. 80 Publicación del Banco Centroamericano de Integración Económica La incidencia territorial de la inflación en Honduras El Banco Central de Honduras contabiliza registros del comportamiento mensual del índice de precios al consumidor para cinco regiones del país: norte, central, sur, oriental y occidental13. De estas regiones, la más importante en términos políticos y económicos es la Central, en donde se encuentra Tegucigalpa, la capital de la República. Guarda también gran importancia la Región Norte, en donde se encuentra localizada la mayor parte de la industria manufacturera del país, así como las principales plantaciones de tipo agro-exportador; las regiones Sur, Oriental y Occidental son básicamente zonas de producción agropecuaria, sobresaliendo la ganadería en la primera y el café y el tabaco en las otras, respectivamente (Véase mapa). Un examen de la evolución del índice general de precios en términos geográficos muestra que en el período 1979-1987 las regiones Norte y Oriental experimentaron las presiones inflacionarias más altas; las más bajas ocurrieron en las regiones Occidental y Sur, que son las áreas más alejadas de Tegucigalpa. Lo anterior indicaría que los elementos de las economías de escala o de aglomeración no atenúan las presiones inflacionarias, como si hubiera esperado en base a la literatura reseñada anteriormente, ya que las regiones con más características rurales y más despobladas (Sur y Occidente) han experimentado menores incrementos se encuentra en la Zona Norte, en donde está ubicada la industria y la gran agricultura de exportación del país. CUADRO No. 1 Tasa Promedio Anual de Inflación (Período 1979/1987) Regiones Centro Norte Sur Oriente Occidente República 13 Las ciudades representativas por regiones son las siguientes: Central: Tegucigalpa, la capital del país; Norte: San Pedro Sula, en donde se encuentra la base industrial del país; Sur: Choluteca, que es la ciudad más importante de la zona y cabecera del departamento que lleva su nombre; Oriente: Danlí, la ciudad más importante de los departamentos que integran la región; Occidente: Santa Rosa de Copán, cabecera del departamento de Copan. Los registros de precios se mantienen para los siguientes rubros: alimentos, vivienda y funcionamiento del hogar, vestuario, cuidado de la salud, cuidado personal, bebidas y tabaco, transporte, educación, lectura y diversión. La información sobre precios fué obtenida en el Banco Central de Honduras, Boletín Estadístico, varios números. % 7.2 7.5 6.0 7.3 7.0 7.3 Para conocer la intensidad con que las presiones inflacionarias han incidido en los distintos rubros de la canasta del consumidor y cuáles regiones han sido las más afectadas, se computó la media (µ), la desviación estándar (o´) y el coeficiente de variación (o´/µ) de las series mensuales de los índices de precios para los rubros alimentos, vestuario, bebidas y tabaco, salud y vivienda, para cada una de las regiones para el período 1979-1987). (Cuadro No. 2). Los resultados muestran que el rubro vestuario ha experimentado altos incrementos de precios en todas las regiones. El incremento promedio más alto se encuentra en la región norte; esto paradójico en vista de que en esa región están ubicadas las plantas de tejidos y confección de ropa del país. El incremento más bajo en el precio del vestuario se encuentra en la zona sur, lo que se explicaría por la proximidad a El Salvador, de donde proceden prendas de vestir a Publicación del Banco Centroamericano de Integración Económica 81 La Integración de Centroamérica: promesa y reto vigente CUADRO 2. Comportamiento regional del índice de precios* (período 1979 - 1987) Rubros Norte Centro Sur Oriente Occidente ALIMENTOS Media Desv. Standar Coef. Var.( %) 148,07 17,87 12,1 144,89 18,10 12,5 145,85 13,31 9,1 146,73 13,84 9,4 143,94 15,61 10,8 VESTUARIO Media Desv. Standar Coef. Var. (%) 207,35 48,95 23,6 183,61 41,03 22,3 164,40 30,39 28,5 201,37 49,89 24,8 173,23 47,24 27,3 BEBIDAS Y TABACO Media Desv.Standar Coef.Var. (%) 176,06 39,42 22,4 192,33 44,75 23,3 178,49 39,67 22,2 171,43 36,97 20,4 187,63 44,95 24,0 SALUD Media Desv. Standar Coef. Var. (%) 163.93 28,78 17,6 155,48 28,42 18,3 170,98 33,83 19,8 190,87 38,81 20,3 137,60 20,47 14,9 VIVIENDA Media Desv. Standar Coef. Var. (%) 163,77 33,98 20,8 164,65 30,43 18,5 176,26 25,86 14,7 171,80 40,20 23,4 152,08 29,86 29,6 precios relativamente bajos. El mismo argumento se puede presentar para explicar el bajo incremento de precios en la zona occidental, también contigua a El Salvador. Al examinar los coeficientes de variación (o´/µ) de este mismo rubro a nivel de las regiones, se observa que la mayor variabilidad de sus precios ocurre en las zonas sur y occidental, zonas fronterizas con El Salvador. El menor coeficiente de variación lo muestra la región Central. El rubro bebidas y tabaco, cuyos precios son controlados por el estado, ocupa otro lugar importante en incrementos de precios, siendo las regiones más afectadas la central y la occidental. En la primera, se podría explicar el alto incremento de precios por el mayor ingreso de los consumidores y las características más “refinadas” de los expendios; en la segunda, la relativa mayor distancia de Tegucigalpa probablemente tiene un efecto determinante, ya que para este rubro el costo de transporte por unidad es significativo. Por otra parte, se puede notar que el coeficiente de variación no muestra amplias diferencias entre regiones, como era de esperarse en virtud del control gubernamental sobre estos precios. Con relación al renglón gastos de salud, las alzas más pronunciadas en los precios se encuentran en las regiones oriental y sur, que comprenden básicamente áreas rurales contiguo a Nicaragua, de donde en los últimos años han llegado muchos refugiados de la 82 Publicación del Banco Centroamericano de Integración Económica La incidencia territorial de la inflación en Honduras guerra civil que experimenta ese país. Esta región también muestra los mayores coeficientes de variación. El menor incremento en precios ocurre en la zona occidental, que es la más remota desde el punto de vista de la comunicación terrestre. Esta zona muestra también el menor coeficiente de variación en los precios de los servicios de salud, pero como se notará, también muestra los más altos coeficientes de variación en los rubros de vivienda, y bebidas y tabaco y el segundo más alto en vestuario. El rubro vivienda no muestra amplias diferencias en los aumentos de precios entre regiones; esto llama la atención dado que la vivienda no es un bien transportable; asimismo, se debe notar que los incrementos más altos no ocurren en las regiones Norte y Centro, las que tienen mayor población, sino en la Sur y Oriental, áreas fronterizas a Nicaragua, lo que podría explicarse por las comentes migratorias que han llegado a estas dos regiones procedentes de ese país en los últimos años. El aumento más bajo lo muestra la región Occidental, la cual a la vez muestra el mayor coeficiente de variación. Finalmente, en el rubro de alimentos se observan las menores presiones inflacionarias en todas las regiones, y los incrementos en sus precios son de magnitud similar. Asimismo, la variabilidad de los precios de alimentos es muy inferior a la variabilidad de los otros rubros en todas las regiones. Esto se explica por la movilidad que existe a nivel nacional de los productos alimenticios y comestibles, y por el hecho de que, siendo Honduras un país primordialmente agrícola, se siembran granos básicos y se generan productos agropecuarios virtualmente en todas las zonas del país. Es interesante anotar que la menor variabilidad en los precios de alimentos se da en la región Sur, la de mejor vocación agrícola y en donde más granos básicos se cultivan. Se debe señalar, además, que, contrario a lo que ocurre en muchos países latinoamericanos, el renglón de alimentos es el que muestra las más bajas presiones inflacionarias. b) Variabilidad de los precios en el territorio A fin de determinar si en Honduras ha ocurrido una convergencia geográfica de los precios, o mejor dicho, para conocer si los precios de los mismos productos en distintas regiones experimentan una tendencia a la convergencia, se calculó para cada rubro su precio promedio anual en cada región y se encontró la varianza de esos precios en las cinco regiones. Esto permitió calcular el coeficiente de la variación geográfica de los precios para cada rubro a lo largo del período bajo análisis. Los resultados obtenidos se presentan en el Cuadro No. 3 y los Gráficos 1 y 2, que muestran la existencia de amplias divergencias regionales en el índice de precios de los distintos rubros, y se nota, en la mayoría de los casos, que la variabilidad territorial va en aumento, aun cuando las presiones inflacionarias han disminuido en el período. La evolución del coeficiente de variabilidad territorial de los alimentos muestra los valores más bajos y con pequeñas oscilaciones, lo que se podría explicar por la fácil movilidad de los bienes alimenticios entre las distintas regiones. Otra explicación podría Publicación del Banco Centroamericano de Integración Económica 83 La Integración de Centroamérica: promesa y reto vigente GRÁFICO 1. Variabilidad espacial de los precios CO EFIC IEN T E DE VA R IA CIÓ N ESPA C IAL (%) 11 10 9 8 7 6 5 4 3 2 1 1979 1980 1981 1982 AL IM EN TO S 1983 1984 1985 BE B. Y TA BA CO 1986 1987 VIVIE NDA GRÁFICO 2. Variabilidad espacial de los precios 16 C O E FIC IE N T E D E VA R IA C IÓ N E S PA C IA L (% ) 15 14 13 12 11 10 9 8 7 6 5 4 3 2 1979 1980 VESTUA RIO 1981 1982 1983 1984 1985 1986 1987 SALUD radicar en el efecto atenuante que sobre los precios ejerce la labor del Instituto Hondureño de Mercadeo Agrícola, ente gubernamental que tiene una extensa red de silos cubriendo numerosas localizaciones del territorio nacional. El comportamiento de este rubro difiere de la experiencia de los Estados Unidos, en donde, tal como lo reportó G. L. Clark, los precios de los alimentos han experimentado la mayor variación espacial. Los valores más altos del coeficiente de variabilidad se observan en el caso de la salud, así como una tendencia creciente. Esto se explicaría por la escasa movilidad de este tipo de servicios, y asimismo se podría suponer que esta alta variabilidad denota una provisión heterogénea de servicios de salud a lo largo del territorio nacional. La variabilidad geográfica del rubro vestuario también es alta, lo que se podría explicar por la fuerte concentración de la industria de la confección en la región Norte, así como por la gran diversidad de prendas de vestir, de manera que sería difícil esperar que en distintas regiones los índices de precios correspondientes del vestuario se refieran a bienes idénticos. 84 Publicación del Banco Centroamericano de Integración Económica La incidencia territorial de la inflación en Honduras El rubro vivienda muestra la mayor variabilidad espacial entre las diferentes regiones en 1980, para disminuir luego hasta 1983 y volver a tomar una nueva tendencia ascendente hasta 1986 y disminuir ligeramente en 1987. Este comportamiento se explicaría por los altos flujos migratorios procedentes de Nicaragua que ocurrieron en 1980 como resultado de la guerra civil que asoló a ese país, y por el nuevo recrudecimiento de los conflictos bélicos a partir de 1983. Por su parte, el comportamiento bastante uniforme que se observa en la variabilidad geográfica de los precios de las bebidas y el tabaco se debe al control estatal de los precios a nivel nacional; sin embargo, no se ha producido una convergencia de precios en este rubro por la concentración de la industria de bebidas y tabaco en las regiones norte y central. 3. La regionalización de la inflación en Honduras 14 Un excelente tratado del tema de área de mercado se encuentra en Chisholm, Michael, Geografía y economía, Capítulo 7, Oikus-tau, S.A., Barcelona, 1969; véase también, Richardson, Harry W., Economía regional y urbana, Capítulo 2, Alianza Editorial, Madrid, 1986. 15 Horowitz, Ira, Market definition in antitrust analysis: a regression based approach, Southern Economic Journal, Vol.48, No. l, julio, 1981, pp. 1-16. Se ha encontrado evidencia de que en Honduras las presiones inflacionarias inciden con diferentes grados de intensidad en los rubros que componen la canasta de bienes del consumidor, y que para un mismo rubro existen distintos precios en las cinco regiones. Asimismo, se ha podido notar que en los años recientes ha ocurrido una tendencia hacia una divergencia espacial de los precios. A la luz de estos resultados, cabe preguntarse si los procesos inflacionarios que se notan en las distintas regiones son diferentes entre sí, de manera que cada región tenga su propio fenómeno inflacionario que se origina en la interacción entre la oferta y la demanda existentes en la misma; o si, por el contrario, la inflación se genera en una sola área de mercado que cubre todo el territorio nacional, de forma tal que las diferencias de precios que se notan entre las regiones son de carácter transitorio. Se debe señalar que, por la definición de área de mercado, si dos o más regiones geográficas constituyen un mismo mercado para un determinado producto, se notará que en el transcurso del tiempo el precio a que este bien es intercambiado en una región no puede permanecer diferente a los precios a los cuales es intercambiado en otras regiones; es decir, que para un mismo bien debe existir una convergencia de los precios a los cuales ese bien se vende en distintas regiones, para poder inferir que dichas regiones constituyen un solo mercado o una única área geográfica de mercado. Si, por el contrario, los precios de un mismo bien en dos regiones no convergen, entonces se infiere que estas regiones constituyen, cada una, áreas independientes de mercado14. Para establecer los límites de las áreas de mercado en Honduras, o sea, para determinar si las regiones geográficas son áreas independientes en términos de los precios de distintos productos comprendidos en la canasta del consumidor, se utilizará el enfoque econométrico desarrollado por I. Horowitz15. Defínase Pijt como el precio al cual el producto i se vende en el área geográfica j durante un período t. Entonces Di (j - k)t = Pijt - Pikt Publicación del Banco Centroamericano de Integración Económica 85 La Integración de Centroamérica: promesa y reto vigente CUADRO 3. Evolución del coeficiente de variabilidad territorial de los precios Rubros 1979 1980 1981 1982 1983 1984 1985 1986 1987 Media Desv.Standar Coef.Var. (%) 112,32 2,10 1,87 135,45 5,99 4,42 141,75 3,26 2,31 148,63 1,74 l,17 155,35 3,01 1,93 154,47 3,87 2,51 157,91 3,52 2,23 162,23 163,60 4,96 4,35 3,06 2,66 VESTUARIO Media Desv.Standar Coef.Var. (%) 111,31 3,20 2,87 138,02 11,71 8,49 157,40 17,42 11,07 189,89 22,20 11,68 205,98 24,42 11,87 220,86 20,57 9,31 228,58 18,94 8,23 236,02 238,18 21,59 24,88 9,14 10,45 BEBIDAD Y TABACO Media Desv. Standar Coef. Var. (%) 109,89 2,14 1,94 146,33 3,83 2,61 155,93 5,27 3,38 187,60 8,64 4,61 199,17 8,22 4,13 203,85 7,96 3,91 218,74 8,94 4,09 244,03 245,88 9,10 11,01 3,73 4,48 SALUD Media Desv. Standar Coef. Var. (%) 112,79 5,5 4,91 127,76 10,42 8,15 147,53 16,67 11,29 164,52 19,43 11.80 178,12 19,65 11,03 188,53 21,99 11,66 193,31 22,01 11,38 197,62 202,46 25,83 31,70 13,07 15,66 VIVIENDA Media Desv. Standar Coef. Var. (%) 112,00 3,63 3,24 132,37 14,14 10,68 149,82 14,36 9,58 159,43 8,33 5,23 175,05 6,54 3,74 188,83 9,45 5,01 197,40 12,01 6,08 208,80 217,52 13,63 11,95 6,53 5,49 ALIMENTOS representa la diferencia de precios del producto i entre las áreas j y k. Denotando Dt como la diferencia geográfica de precios en un tiempo dado, y DtL como la diferencia de precios que se obtendría en el largo plazo; las diferencias de precios de corto plazo que se observan entre varias regiones tenderían a aproximarse en el transcurso del tiempo a las diferencias de precios de largo plazo; es decir: 1) DtL-Dt = λ (DtL - D t-l) En donde λ es una constante que mide la velocidad de ajuste de los precios entre el corto y el largo plazo (-1 < λ < 1). Entre más cerca de cero es el valor de λ más rápidamente la diferencia de precios de corto plazo se aproxima a la de largo plazo. Si se supone, además, que las diferencias de precios de largo plazo en el período t están sujetas a un error aleatorio Wt, distribuido normalmente con media cero y varianza constante para todo t, entonces se puede expresar a DtL como: 2) DtL =ϒ +Wt En donde ϒ es una constante. Substituyendo la ecuación (2) en la (1) y reordenando términos, se obtiene una ecuación de diferencias finitas de primer orden que puede ser estimada por mínimos cuadrados: 86 Publicación del Banco Centroamericano de Integración Económica La incidencia territorial de la inflación en Honduras 3) Dt =(1- λ ) ϒ + λ Dt-1 + (1- λ) Wt Ignorando el término de error, la solución de la ecuación anterior es dada por: 4) Dt = ϒ + (Do - ϒ ) λ t, donde Do representa una condición inicial de las diferencias de precios. Ignorando los costos transaccionales y de transporte, en un mercado ideal, ϒ = Do = Dt = O, se obtiene un precio único en el corto plazo que es igual al precio de largo plazo, pudiéndose inferir, entonces, que las dos regiones constituyen una sola área de mercado; sin embargo, en la realidad los mercados no son ideales, y el valor ϒ de λ puede ser significativamente diferente a cero, lo que denota una diferencia persistente de precios entre regiones. Asimismo, la velocidad de ajuste puede indicar amplias fluctuaciones en las diferencias de precios cuando λ < O. Entre más cercano es el valor de λ a cero, más rápidamente Dt se aproxima a cero, obteniéndose un ajuste inmediato cuando λ = O. De esta forma, para determinar si las regiones de Honduras constituyen áreas de mercados independientes, o si, por el contrario, son parte de un mismo mercado nacional, se calcularon las diferencias entre las cinco regiones para cada una de las series de precios mensuales de los rubros de alimentos, vestuario, bebidas y tabaco y salud. Partiendo de los datos mensuales de los índices de precios del período 1979-1987 para cada par de regiones y para cada rubro se obtuvieron series de 96 diferencias de precios del mismo rubro entre dos regiones, las cuales sirvieron de base para efectuar un análisis de regresión utilizando la ecuación (3). Se estimaron las 40 posibles ecuaciones cuyos resultados se presentan en el Cuadro No. 4, ∧ ∧ incluyendo para cada una de ellas los parámetros estimados (ϒ y λ.), ∧ ∧ los errores estándar (S ϒ y S λ) y el coeficiente de determinación (R2), de acuerdo al siguiente formato16: ∧ ∧ ϒ∧ (S ϒ ) λ∧ (S λ) R2 16 El error estándar asociado al ∧ coeficiente ϒ es dado por la expresión siguiente: ∧ Sϒ∧ = (s ϒ ´ , 2∧+ ( ϒ ´/ (1λ-))2 S ∧λ2 -2 ϒ ∧ ´ Sϒ ´ ∧λ / (1- λ)1/2 / | 1-λ | ∧ ∧ Donde ϒ ´ = λ (1 - λ) y Sϒ ´ ∧λ es la covarianza estimada de ϒ´y λ La estimación de la ecuación (3) se muestra en el Cuadro No. 4. Un resultado muy importante es que las dos regiones de mayor desarrollo en Honduras, las zonas Central y Norte, constituyen mercados independientes. como lo demuestran los valores estimados del coeficiente ϒ que son significativamente diferentes de cero a un nivel de 5%, para todos los rubros. Esto indica que los precios de los rubros analizados se fijan en la región Norte independientemente de la región Central, y viceversa; o sea, que estas regiones son áreas geográficas de mercado sin ningún traslape. El rubro alimentos están servidos por un mercado único a nivel nacional, excepto en las dos regiones anteriores, hecho que se explica por la fuerte movilidad de los productos alimenticios entre las diferentes zonas, así como por la red de silos existentes a nivel de Publicación del Banco Centroamericano de Integración Económica 87 La Integración de Centroamérica: promesa y reto vigente CUADRO 4. Diferencias de precios entre regiones por rubros seleccionados. Resultados de las regresiones Regiones Alimentos CENTRO-SUR 0.23 (4.65) CENTRO-ORIENTE 0.86 (6.48) Vestuario 0.93 (0.04) 27.81 (29.48) 0.96 (0.03) -23.72 (31.37) 0.86 3.33 (1.59) 0.69 (0.07) -28.11 (11.05) 0.88 (0.05) 7.14 (24.48) 4.68 (4.26) NORTE SUR 4.62 (5.59) NORTE ORIENTE 4.6 (6.32) SUR ORIENTE -0.82 (6.48) SUR OCCIDENTE 1.78 (1.47) 0.86 (0.05) 39.75 (36.91) 12.53 (8.41) 0.92 (0.34) 63.93 (32.26) 0.95 (0.04) 6.32 (5.01) 0.96 (0.03) -75.03 (107.50) 0.68 (0.08) -360 (826.25) 0.93 (0.03) 16.97 8.48 0.98 (0.02) 4.62 (2.10) 0.96 (0.02) -12.29 (6.46) 0.97 (0.01) -2.34 (1.40) 0.87 (0.05) -14.04 (2.98) 0.98 (0.01) -2.7 (2.14) 0.99 (0.01) -10.61 (5.29) 33.78 (39.35) 0.62 0.95 0.77 (0.06) -8.58 (3.08) 0.75 (0.07) 22.1 (11.64) 0.75 (0.07) 28.53 (12.50) 0.59 (0.08) -8.42 (7.25) 0.67 (0.08) -30.34 (14.88) 0.7 (0.07) -22.69 (17.46) 0.84 (0.05) 57.7 (107.30) 0.48 (0.03) 0.91 0.86 (0.05) 0.76 0.85 (0.06) 0.69 0.86 (0.05) 0.76 0.91 (0.04) 0.87 0.69 0.98 (0.03) 0.93 0.84 (0.06) 0.07 0.48 (0.09) 0.23 0.49 -8.22 (4.31) 0.92 (0.03) 0.89 0.44 0.96 (0.02) 0.92 (0.05) 0.81 0.34 0.98 0.79 (0.06) -42.03 (20.76) 0.57 0.98 0.47 0.84 (0.05) 0.56 0.78 0.89 -19.1 (20.55) 0.61 0.99 0.88 0.94 (0.02) 0.74 0.96 0.81 Salud 0.95 0.95 0.73 ORIENTE OCCIDENTE 2.5 (2.20) 0.96 (0.03) 0.93 0.76 NORTE OCCIDENTE 17.42 (10,07) 0.91 0.5 CENTRO OCCIDENTE 1.32 (2.98) 0.97 (0.02) 0.96 0.89 CENTRO NORTE Bebidas y Tabaco 69.5 (29.61) 0.96 (0.02) 0.97 todo el país; se debe recordar que este rubro mostró la más baja variabilidad territorial de precios. Se nota, además, que el grado de ajuste en los precios de alimentos ocurre con menos rapidez entre la región Oriente y las regiones contiguas del Norte, Sur y Centro. En el caso del vestuario, se destaca que las regiones Norte y Sur constituyen mercados diferentes, y que las ecuaciones estimadas presentan un mayor grado de ajuste que las de los otros productos considerados. En este rubro se notan, asimismo, los valores más altos del coeficiente λ, lo que se podría interpretar como un efecto de la heterogeneidad de las prendas de vestir. El rubro bebidas y tabaco constituye mercados distintos en casi todas las regiones y muestra, además, la mayor velocidad de convergencia de precios del corto al largo plazo ( λ presenta valores bajos), evidenciando la regulación por parte del Estado de la comercialización de estos productos. Por su parte, el rubro salud está servido en la mayoría de las regiones por mercados independientes, lo que podría reflejar la ausencia de movilidad de los servicios de salud entre las distintas zonas. En este punto se debe recordar que este rubro presentó la más alta variabilidad espacial. El análisis efectuado muestra que, no obstante que las presiones inflacionarias no han mostrado una magnitud significativa en Honduras, y a pesar de su relativamente pequeña extensión territorial (112.088 Km2), existen amplias diferencias en las tasas de inflación entre las distintas regiones y rubros, siendo este hecho más acentuado en el caso del vestuario y menos marcado en el de los alimentos. 88 Publicación del Banco Centroamericano de Integración Económica La incidencia territorial de la inflación en Honduras 17 Sobre el “desparrame” de precios de una región a otras véase, Mehra, Yash P., Spillover in wage determination en U.S. manufacturing industries, The Review of Economics and Statistics, vol. 58, agosto, 1996, pp. 300-312; Drewes, Torben, Regional wage spillover en Canada, The Review of Economics and Statistics, vol. 69, mayo, 1987, pp. 224-231. Asimismo, no hay un indicio claro de convergencia espacial en las trayectorias de los precios y, por el contrario, existen amplias divergencias territoriales, con una tendencia al aumento en los diferentes rubros, exceptuando los alimentos y, en menor grado, en las bebidas y el tabaco. En el primer caso, tal comportamiento se explica por la fácil movilidad de los bienes alimenticios entre las diferentes regiones, y en el segundo, influye el papel regulador del Estado en los precios de esa clase de productos. Las regiones Central y Norte, las de mayor desarrollo relativo, constituyen mercados independientes para todos los rubros, lo cual podría interpretarse como una ausencia de competencia entre las empresas localizadas en las regiones más desarrolladas. Por otra parte, las regiones que para todos los rubros constituyen una sola área de mercado son la Centro-Sur y Sur-Oriente. En lo que respecta a salud y bebidas y tabaco se detecta una independencia de mercados entre las diferentes regiones del país, explicado por la escasa movilidad en los servicios de salud y el control de los precios ejercido por el Estado en la industria de bebidas y tabaco. Para el caso de los alimentos, los resultados revelan la existencia de un solo mercado en todo el país, exceptuando a las regiones Central y Norte. Finalmente, los precios del vestuario se fijan independientemente entre las regiones Central y Norte, ocurriendo lo mismo en relación con las regiones Norte y Sur, explicándose este último comportamiento por la concentración de la industria del vestuario en el Norte, y por la afluencia de artículos de vestir en el Sur, procedentes de El Salvador. Como implicaciones de política económica derivadas de este trabajo se pueden apuntar, primero, que, dada la efectividad que se nota en el control estatal de los precios de bebidas y tabaco, se podrían esperar resultados positivos similares si se llevase a cabo un programa de control de precios de otros bienes. Por otra parte, en vista de que ciertos rubros muestran una disparidad de precios en el territorio nacional, se hace necesario analizar el impacto redistributivo de la inflación en función de las distintas regiones y de la canasta de consumo de los distintos estratos sociales. Es decir, es conveniente hacer explícito el impacto que tiene el espacio en la incidencia de la inflación sobre el poder adquisitivo de los distintos grupos sociales. Se aprecia, además, que las regiones contiguas a El Salvador y a Nicaragua presentan algunas particularidades en los precios de la vivienda y el vestuario, por lo que se podría inferir que algunos rubros presentan, en algunas regiones, un efecto de inflación “importado”. Es necesario reconocer que varios aspectos del fenómeno inflacionario no han sido analizados en detalle y que ameritan un examen posterior. Uno de ellos es la determinación de un efecto de “desparrame” de los precios de región a región, ante la existencia de regiones “líderes” en donde se fijan los precios, los cuales son “copiados” por otras regiones. Esto podría explicar la uniformidad de los precios de todos los rubros en las regiones Centro-Sur y SurOriente17. Sería muy provechoso, además, estudiar el impacto que el sistema de almacenamiento de granos y la cadena de tiendas nacionales han ejercido a lo largo del territorio sobre la variación de los precios de los alimentos. Publicación del Banco Centroamericano de Integración Económica 89 La Integración de Centroamérica: promesa y reto vigente Finalmente, otros puntos que ameritan estudio son el papel que la red bancaria nacional, en particular la concesión de créditos en el contexto espacial, ha desempeñado en las presiones inflacionarias de las distintas áreas, lo mismo que la incidencia de la implementación de políticas de descentralización industrial, ya que, paradójicamente en el caso de Honduras, la región Norte, que presenta la mayor concentración industrial, exhibe, a la vez, la más alta tasa de inflación. 90 Publicación del Banco Centroamericano de Integración Económica La determinación del tipo de cambio en el mercado negro de El Salvador El Trimestre Económico Vol. LVIII (2) México, Abril-Junio de 1991 Núm. 230 Luis René Cáceres y Óscar A. Núnez * * Funcionarios del Departamento de Planificación del Banco Centroamericano de Integración Económica, Tegucigalpa, Honduras. Los autores agradecen log valiosos comentarios de Carlos G. Herrera, Carlos A. Imendia, Frederick J. Jiménez y Salvador Quintanilla. La Integración de Centroamérica: promesa y reto vigente I. Introducción 1 Acerca de la política económica seguida en los países centroamericanos desde los años treinta véase Bulmer-Thomas (1987a). Las medidas cambiarias puestas en práctica en años recientes se analizan en Bulmer-Thomas (1987b). Rivera, Sojo y López (1986). 2 Acerca del papel del tipo de cambio en la fuga de capitales véase Cuddington (1987), Arellano y Ramos (1988), Holmes (1987) y Durwendag (1988). El efecto en la inflación se examina en Sachs (1987), Rivera (1988) y Collins (1988). 3 Una reseña de los distintos modelos de determinación del tipo de cambio en el mercado negro se encuentra en López (1987). Hasta principios de los años ochenta una característica peculiar de las economías centroamericanas era la prolongada estabilidad cambiaria que habían mantenido en el transcurso de varias décadas. En el caso de El Salvador el tipo de cambio de su unidad monetaria, el colón, permaneció invariable respecto al dólar desde los años treinta. Esta estabilidad terminó a principios de la recién pasada década, cuando la caída de las exportaciones, la merma en las entradas de recursos de la banca privada internacional y la reducción de la inversión foránea dieron lugar a restricciones en la oferta oficial de moneda extranjera, al establecimiento de regímenes cambiarios múltiples (oficial, paralelo, bancario), a la devaluación en 1986 del tipo de cambio oficial y, en particular, al surgimiento del mercado negro para la divisa.1 El efecto macroeconómico de la operación de un mercado negro de divisas es de suma importancia, y sobresale su influencia en la inflación, en la fuga de divisas y en la efectividad de las políticas monetaria y cambiaria.2 No obstante su importancia, los estudios acerca de la naturaleza del mercado negro de divisas de los países centroamericanos son relativamente escasos. Esto se podría explicar por la ausencia de un acervo estadístico que permita verificar distintas teorías o proponer otras, así como por el limitado material de carácter teórico que se encuentra en la bibliografía.3 Este trabajo tiene por objeto identificar las variables que inciden en la determinación del tipo de cambio en el mercado negro de El Salvador. Este país ha sido seleccionado para análisis dado que existen series estadísticas confiables de la cotización del dólar en dicho mercado; asimismo, el funcionamiento del mercado libre de divisas no ha sido clandestino, de manera que el correspondiente tipo de cambio refleja un régimen de oferta y demanda de divisas ajeno a la influencia de problemas legales. En la próxima sección se realiza un examen de la trayectoria del tipo de cambio en el mercado negro de El Salvador y de las repercusiones de dicho mercado; a continuación se presenta una reseña de la bibliografía sobre la determinación del tipo de cambio en el mercado negro, seguido de la presentación y estimación de un modelo, para terminar con una sección de consideraciones finales. II. El tipo de cambio en el mercado negro de El Salvador El año de 1979 marcó el comienzo de una etapa de recesión económica en El Salvador, resultado de una serie de fenómenos de carácter económico y del conflicto político-social interno. Desde ese año el producto interno bruto real comenzó a disminuir, alcanzó un valor mínimo en 1982 y a partir de 1983 muestra tendencia al estancamiento. El débil desempeño económico ha generado desequilibrios fiscales y en la cuenta corriente, incrementos sin precedentes de los precios internos, una rápida expansión de la oferta 92 Publicación del Banco Centroamericano de Integración Económica La determinación del tipo de cambio en el mercado negro de El Salvador monetaria y una tendencia a la sobrevaluación del tipo de cambio oficial. Para cubrir los déficit fiscal y comercial el sector público ha dependido principalmente de transferencias privadas y oficiales externas.4 Desde principios de la década de los años ochenta se empezaron a implantar medidas restrictivas en la utilización de divisas, por medio del establecimiento de un sistema de permisos de importación y de la fijación de un monto máximo a la cantidad de recursos externos que una persona podía usar para viajar al exterior. Asimismo, en 1980 se nacionalizaron la banca y la comercialización externa del café y el azúcar. En agosto de 1982 se puso en vigor una política de tipos de cambio múltiples que creaba un mercado paralelo de divisas (interbancario) y a partir de esa fecha se intensificaron las transacciones en el mercado libre (negro). El colón fue experimentando progresivas devaluaciones en los mercados interbancario y negro, hasta que en enero de 1986 las autoridades monetarias decretaron una devaluación, y el tipo oficial pasó de 2.5 a 5 colones por dólar. El mercado libre aún continúa funcionando, pero las variaciones en la cotización del dólar han sido menos pronunciadas que antes de la devaluación oficial. En la gráfica 1 se presenta la trayectoria de la cotización del dólar en el mercado negro de San Salvador, la ciudad capital, según datos del Banco Central de Reserva, para el periodo de septiembre de 1982 a junio de 1987. Se puede observar que el tipo de cambio muestra cierto comportamiento regular: en los meses de noviembre y diciembre experimenta un descenso, probablemente como consecuencia del incremento de la oferta de dólares por las remesas que los salvadoreños residentes en el extranjero hacen a sus familiares para las fiestas de Navidad. Se nota, asimismo, un alza en los meses de julio y agosto, lo que se podría explicar por el incremento en la demanda de dólares que ocurre en el mes de agosto, dado que el 6 de dicho mes es el día de la fiesta nacional y que tanto las empresas privadas como el sector público otorgan a sus empleados una semana de vacaciones, lo que trae un considerable aumento del turismo al exterior. GRÁFICA 1. El Salvador: Evolución de la cotización del dólar en el mercado negro (Agosto 1982-junio 1987) 8 7 .5 7 Va lo r d e l d ólar 6 .5 6 5 .5 5 4 .5 4 De la evolución reciente de la economía salvadoreña véase Banco Mundial (1989). 4 3 .5 1982 1983 1984 1985 1986 1987 Publicación del Banco Centroamericano de Integración Económica 93 La Integración de Centroamérica: promesa y reto vigente 5 Para las familias las remesas tienen una gran importancia: “La cantidad de dinero enviado a cada familia, en promedio, mediante las remesas de parientes en los Estados Unidos, supera el ingreso del jefe de la familia... e incluso en varios casos, supera también el ingreso familiar mensual, con destacada predominancia en el sector rural, en familias en que el jefe es la mujer...” (Montes, 1989, p. 15). Montes (1987b, p. 121) también ha señalado que: “La magnitud del envío de dolares por los salvadoreños refugiados en los Estados Unidos... podría explicar el hecho de que la moneda salvadoreña se mantenga estable en el mercado negro nacional..., asimismo, podría explicar la aparente bonanza económica de algunos sectores del país, el crecimiento de la construcción de viviendas... y (la) mayor flota vehicular del país” 6 En Cáceres y Suay (1988) se presenta evidencia de que en El Salvador en los recién pasados años se ha perdido la relación directa entre oferta monetaria e inflación y entre crecimiento económico y expansión monetaria, lo que se explica por la presencia del fenómeno de sustitución monetaria. Este fenómeno proviene del mercado negro de divisas; en efecto, si el mercado negro de dólares es muy amplio, de manera que de hecho circulan dos monedas, la demanda de dinero interno en términos reales, M, estaría determinada por el ingreso nacional Y; la tasa de inflación p, como un indicador del costo de oportunidad de mantener saldos de dinero, y el acervo de dólares en el mercado negro, S: Se debe apuntar que el mercado negro de divisas en El Salvador tiene una singular importancia, sobre todo porque constituye el medio para la venta en moneda nacional de las remesas de los nacionales que residen en el extranjero. En efecto, en una encuesta realizada en 1986 a 453 ciudadanos salvadoreños en los Estados Unidos se encontró que el monto promedio de sus remesas mensuales era de 113.6 dólares (Montes, 1987a). En el supuesto de que hay un millón de salvadoreños en los Estados Unidos las remesas significan una cifra anual de 1 136.2 millones de dólares, cantidad que, según dicho autor, era “casi igual a la suma de las exportaciones y la ayuda estadunidense, casi dos veces el presupuesto nacional y casi la mitad del PIB en 1986” (ibid, p. 13). Asimismo, una encuesta reciente a 113 personas salvadoreñas de bajos ingresos reveló que el monto mensual que recibían de un familiar radicado en los Estados Unidos representaba el 88.67 % del ingreso total de su familia. 5 Otras repercusiones macroeconómicas del mercado negro de divisas en El Salvador se aprecian al tomar en cuenta que de hecho en el país circulan dos monedas, lo cual tiene implicaciones en la efectividad de la política monetaria, ya que la asociación precisa entre dinero interno e ingreso nacional se debilita.6 Además, la demanda de dinero interno no goza de la estabilidad que se postula en la bibliografía, ya que en adición al ingreso nacional existe en su argumento otra variable de escala cual es el acervo de dólares en el mercado negro. Dado que, tal como se señaló anteriormente, este acervo puede tener una trayectoria estacional, se podría esperar entonces que la demanda de dinero también tuviera esta característica.7 M = f(Y,p,S) Entonces, al especificar la oferta de dólares en el mercado negro como S=h (E), en donde E es la cotización del dólar, la forma funcional de la demanda de dinero se torna: M = g(Y, p,E) que es la forma usual de los modelos de sustitución monetaria (véase Poloz, 1984; Batten y Hafer, 1984, 1986, y Alexander, 1981). 7 En el caso de El Salvador los resultados de Cáceres y Péñate (1981) confirman la inestabilidad de la demanda de dinero. 94 Publicación del Banco Centroamericano de Integración Económica La determinación del tipo de cambio en el mercado negro de El Salvador III. Modelos de determinación del tipo de cambio en el mercado negro Uno de los primeros intentos para explicar en términos econométricos el tipo de cambio en el mercado negro es de Culbertson (1975), quien plantea el siguiente modelo: Rb = aoPalRa2Za3 Donde Rb es la cotización del dólar en moneda local en el mercado negro; P es la razón del índice de precios internos al índice de precios externos, o sea la medición de la paridad del poder de compra; R es el tipo oficial de cambio, y Z es la variación anual de la cuantía de reservas oficiales. El cálculo de esta ecuación para los casos de la India, Filipinas y Turquía, usando datos anuales para el periodo 1952-1971, arrojó resultados que mostraban significación estadística únicamente para la razón de precios nacionales a extranjeros.8 Esto condujo al autor a concluir que las variaciones de esta variable tienden a dominar los movimientos en los tipos de cambio. Sin embargo, se debe señalar que los resultados econométricos acusan la presencia de autocorrelación de residuos; por otra parte, la correlación entre el tipo de cambio y la razón de precios podría revelar el hecho de que ambas variables muestran una tendencia ascendente a lo largo del periodo muestral, por lo que el poder explicativo del modelo es cuestionable. La determinación del tipo de cambio en el mercado negro en función de un desequilibrio en el mercado monetario nacional ha sido propuesto por Blejer (1977). Este modelo plantea que el tipo de cambio resulta de la interacción de la oferta y la demanda de moneda extranjera; dicha oferta es una función del tipo de cambio prevaleciente en el mercado negro, mientras que la demanda es una función del porcentaje esperado de depreciación del tipo de cambio en el mercado negro, y de la diferencia entre la inflación esperada nacional y extranjera. De esa manera la forma reducida del modelo es la siguiente: Pb* = Σ hi(rD* + a* - md* - V) t-i i=0 Donde: Pb = Depreciación del tipo de cambio en el mercado negro (el asterisco indica cambios porcentuales de las variables) 8 Algunas de las ecuaciones calculadas por Culbertson se presentan a continuación: India: 1.870 +1.632 LogP+0.025 LogR+0.002 LogZ. (7.85) (0.13) (0.22) R2=0.91 Dw =0.98 Filipinas: 1.161 +1.254 LogP+0.179 LogR+0.032 LogZ. (1.95) (0.79) (1.38) R2 = 0.69 Dw = 0.71 Turquía: 2.794 + 0.913 LogP- 0.106 LogR+0.036 LogZ. (1.86) (0.34) (0.96) R2=0.64 Dw=0.34 Publicación del Banco Centroamericano de Integración Económica 95 La Integración de Centroamérica: promesa y reto vigente D r a md V = Componente de crédito interno de la base monetaria = Factor de proporcionalidad igual a D/(D + R), siendo R el monto de reservas internacionales en el banco central = Multiplicador del dinero = Demanda de dinero real = Tasa de inflación mundial En la ecuación anterior la depreciación del tipo de cambio en el mercado negro se expresa como una función del desequilibrio monetario interno y la inflación mundial. A una tasa de expansión del crédito interno relativamente mayor que los aumentos en la demanda de saldos monetarios reales corresponde una depreciación más rápida del tipo de cambio en el mercado negro; por el contrario, la depreciación será más lenta cuanto más alta sea la inflación mundial. Blejer presenta estimaciones del modelo para los casos de Chile, el Brasil y Colombia. Los resultados indican que en los tres países el desequilibrio monetario tiene un efecto significativo en el comportamiento del tipo de cambio en el mercado negro. Sin embargo, en todas las estimaciones el coeficiente de determinación es bajo.9 La determinación del tipo de cambio en el mercado negro de la India es analizada por Gupta (1980) con un modelo que combina variables monetarias y reales. Este autor parte de una función de demanda de dinero que representa los saldos nominales de dinero (M), en función del ingreso real (Y), el precio del oro (Pg), el precio de la plata (Ps), la tasa de interés nominal (i) y el índice de precios interno (P). Este índice depende a la vez del índice de precios mundial (Pw), el tipo de cambio oficial (E) y el tipo de cambio en el mercado negro (Eb). Las relaciones anteriores permiten al autor resolver por el tipo de cambio en el mercado negro: LnEb = h0 - h1LnE + h2LnM - h3LnY +h4Lni - h5LnPs - h6LnPg - h7LnPw La ecuación precedente indica que aumentos en la masa monetaria, o en la tasa de interés nominal, dan lugar a una depreciación del tipo de cambio en el mercado negro; a la inversa, aumentos en el ingreso nacional, en el tipo de cambio oficial, o en el nivel de precios del oro, la plata o del resto del mundo acarrearían una apreciación. 9 Algunas ecuaciones calculadas por Blejer, usando M1, son: Chile (1955-1970): Brasil (1952-1973): Colombia (1953-1973): 96 * * * Pb = 10.358 + 0.923 (rD + a - md - V)t. (0.99) (2.76) R2 = 0.54 Dw=1.56 Pb == 8.015 + 0.846 (rD* + a*- md - *V)t. (1.25) (4.25) R2 = 0.475 Dw =1.65 * * * Pb = 9.598 +0.327 (rD + a - md - V)t. (1.91) (1.31) R2 = 0.132 Dw =2.20 Publicación del Banco Centroamericano de Integración Económica La determinación del tipo de cambio en el mercado negro de El Salvador El cálculo de la ecuación anterior, usando datos trimestrales para el periodo 1967-1975, arroja coeficientes estadísticamente significativos para todas las variables, excepto los índices de precios mundial y de la plata.10 Nótese que la interacción de variables reales y monetarias en el modelo de Gupta surge de la función de demanda de dinero nacional y no de la conjugación de la oferta y demanda de divisas en el mercado negro. En efecto, en la ecuación anterior el tipo de cambio en dicho mercado se expresa como función de las distintas variables monetarias y reales debido exclusivamente a su influencia en la determinación del índice de precios internos. De esa manera el estudio no ofrece un modelo estructural que explique el comportamiento del tipo de cambio. Por otra parte, Olgun (1980) ha señalado el carácter de equilibrio parcial de los modelos de tipos de cambio en el mercado negro que se encuentran en la bibliografía económica. Para solventar esta limitación el autor presenta, para el caso de Turquía, un modelo de ecuaciones simultáneas a fin de tomar en cuenta la interacción de distintas variables y de eliminar el sesgo de simultaneidad. Las ecuaciones son las siguientes: i) el índice de precios internos es una función del tipo de cambio en el mercado negro, la inflación mundial y la razón de la masa monetaria al ingreso; ii) la cuantía real de dinero se explica por el ingreso real y la tasa esperada de inflación; iii) el ingreso real se determina por la razón de dinero a ingreso con un año de rezago, el ingreso del año anterior y el ingreso potencial si se diera plena utilización de la capacidad instalada, y iv) el tipo de cambio en el mercado negro (Rb) se explica por la razón entre los índices de precios internos y externos (Z), el tipo oficial de cambio (R) y la inflación esperada (i). Estas ecuaciones se calcularon por medio de variables instrumentales, y para las ecuaciones del índice de precios, del ingreso y de los saldos monetarios las variables explicativas resultaron ser estadísticamente significativas. En el caso de la ecuación para el tipo de cambio la única variable que resultó ser estadísticamente significativa fue el tipo oficial de cambio.11 Así, estos resultados no se pueden interpretar como una explicación del mercado negro de divisas en Turquía. Finalmente, Dornbusch y otros (1983) desarrollaron un modelo del mercado negro de dólares en el Brasil que parte del supuesto de que la demanda de dólares responde a un comportamiento de diversificación de cartera, y depende positivamente de la riqueza total y de su rendimiento. Así, los autores derivaron una expresión para 10 Los resultados de la ecuación calculada para la India por Gupta se muestran a continuación: Variable (logaritmo) Ps Pg i M YP Pw 11 Coeficiente Estadístico t -0,004 -0.519 0.065 0.821 -0.850 0.259 0.05 5.47 1.92 3.03 2.73 0.55 La ecuación calculada para el tipo de cambio en el mercado negro es la siguiente: LogRb = 0.621 + 0.62 LogZ + 0.855 LogR + 0.002i (0.24) (3.65) (0.09) Publicación del Banco Centroamericano de Integración Económica 97 La Integración de Centroamérica: promesa y reto vigente explicar el cambio porcentual del premio del dólar en el mercado negro en términos del acervo de esta moneda y de su rendimiento, o sea: x/x = G(xB/C) - (i* + d - i); G’ > 0, x ≡ E/E, C ≡ C/E Donde B representa el acervo de dólares en el mercado negro, C y C son los valores de los activos, denominados en cruceiros y en dólares respectivamente, E y E son los correspondientes precios en cruceiros del dólar en los mercados negro y oficial, í* e i son las tasas nominales de interes en dólares y cruceiros, d es la tasa de depreciación del dólar en el mercado negro, x es el premio del dólar y x/x representa su variación porcentual. Los autores introdujeron una ecuación para describir la adición neta a las existencias de dólares (B). Los movimientos de las existencias de dólares se originan en diversas fuentes: por un lado, en las entradas de divisas del contrabando de exportaciones de café y las provenientes de los turistas, y por el otro, en las salidas asociadas con el contrabando de importaciones de manufacturas y con las personas que viajan al exterior. La expresión incorporada denota que B es una función del premio del dólar y del tipo de cambio real, e: B = f (x, e); fe >0, ∝ f e>0 De esa manera se obtiene una ecuación final que expresa la variación porcentual del premio (x/x) en función del tipo de cambio oficial real (e) y de la depreciación de este tipo, ajustado por la diferencia de las tasas de interés (í* + d - i). La ecuación se calculó utilizando datos bimensuales para el periodo mayo-junio de 1974 a marzo-abril de 1981 y ambas variables independientes resultaron estadísticamente significativas y explicaron una parte importante de la variación del premio del dólar.12 Sin embargo, además de presentarse un problema de autocorrelación de residuos, reconocido por los autores, el valor del término constante de la regresión implicaba un premio muy alto de casi 30 por ciento.13 IV. El modelo postulado y su estimación En esta sección se presenta un modelo para explicar el comportamiento de la cotización del dólar en el mercado negro de divisas y se anotan los resultados del cálculo del mismo. Este modelo difiere de los expuestos en la reseña anterior en que no incorpora el 12 El cálculo del modelo reportó los resultados siguientes: x/x =29.4 - 0.09 e + 12.7 (i*+d - i) R2 = 0.59, (7.6) (-3.9) (2.0) Dw =1.8 13 Cuando este trabajo se había concluido sus autores conocieron dos estudios adicionales sobre el tema: S. B. Kamin (1988) y Clavijo (1987). Además, se conoció el trabajo de Nowak (1984), que presenta un modelo de equilibrio general para una economía abierta que incorpora controles cuantitativos y cambiarios en el mercado oficial, para evitar ajustes en el tipo de cambio. 98 Publicación del Banco Centroamericano de Integración Económica La determinación del tipo de cambio en el mercado negro de El Salvador tipo de cambio oficial como variable explicativa, dado que ésta se ha mantenido virtualmente constante y, además, en que no toma en cuenta la divergencia entre precios internos y externos, y en cambio destaca el funcionamiento de la oferta y la demanda de dólares en el mercado negro. El modelo se origina en la consideración de que la divisa extranjera es un bien que está sujeto a demanda y oferta en el mercado. Así, se postula una función de oferta de dólares en el mercado negro (0t ), la cual depende del precio o la cotización en moneda nacional del dólar en ese mercado (Et): Ot = a + bEt ; b>0 (1) Se postula que la demanda de dólares es una función dinámica con una estructura de ajustes rezagados en el tiempo, y para ese fin se adoptó el modelo de demanda de Houthakker y Taylor (1970): Dt = β St + rMt St=Dt Donde: Dt = demanda de dólares en el mercado negro St = acervo de dólares en poder del público Mt = oferta monetaria nacional (2) (3) La ecuación (2) explica la demanda de dólares en función del acervo de esta moneda que los agentes económicos han adquirido en el pasado (St), y la disponibilidad actual de moneda nacional, la cual se representa por la oferta monetaria Mt. La ecuación (3) indica que la adición al acervo de dólares depende únicamente de la demanda en el presente, ya que la tenencia de dólares se puede considerar como un activo que no se deprecia.14 Houthakker y Taylor demuestran que una aproximación finita al modelo de demanda es la siguiente: Dt = B1Dt-1 + B2∆Mt (4) La estimación de la ecuación anterior permite calcular los valores de los coeficientes estructurales de la función de demanda: ∧ 2(B1 - l) B1 + 1 ∧ 2B2 B1 + 1 β= r= 14 En el caso de un activo depreciable la ecuación (3) se convierte en: S(t)= D(t) - δS(t), donde δ es un factor de depreciación. Véase Houthakker y Taylor (1970), capítulo 1. Ahora bien, ante condiciones de equilibrio se puede suponer que Dt = Ot; por lo tanto, en la ecuación (4) Dt se representa por a + bEt , y a su vez Dt-1 se sustituye por a + bEt-1. Entonces la ecuación (4) se convierte en: a + bEt = B1(a + bEt-1) + B2∆Mt (5) Publicación del Banco Centroamericano de Integración Económica 99 La Integración de Centroamérica: promesa y reto vigente y resolviendo por Et se obtiene una ecuación estimable: Et = 1/b a(B1 - 1) + B1bEt -1 + B2∆Μt (6) La ecuación (6), que constituye la forma reducida del modelo estructural representado por las ecuaciones (1) y (2), fue calculada por mínimos cuadrados ordinarios, utilizando datos mensuales del periodo agosto de 1982-junio de 1987, y tres definiciones de la oferta monetaria, la amplia (M2), la restringida (M1), y una definición que comprende únicamente los billetes (M0).15 Se incluyeron dos variables dummies para la ordenada en el origen: D1 = 1 para los meses de julio y agosto y cero en los restantes, y D2 = 1 para los meses de noviembre y diciembre y cero en los restantes. Los resultados del cálculo de la ecuación (6) después de corregir por autocorrelación de residuos, siguiendo el método de Cochrane y Orcutt, son los siguientes: Et = 0.50 + 0.914Et-1 + 0.003 ∆M2 - 0.067 D1 - 0.288 D2 (1.80) (16.47) (0.831) (0.581) (2.50) 2 R = 0.92 h =0.07 Et = 0.50 + 0.917Et-1 + 0.004 ∆M1 - 0.071 D1- 0.323 D2 (1.81) (16.83) (1.157) (0.624) (2.634) R2 = 0.92 h = 0.09 Et = 0.51 + 0.918Et-1 + 0.013 ∆M0 - 0.091 D1- 0.387 D2 (1.83) (16.79) (2.01) (-8.31) (3.152) R2 = 0.93 h =0.16 15 La fuente de datos para el tipo de cambio en el mercado negro es el Banco Central de Reserva de El Salvador. Los índices de precios al consumidor internos y los valores de la oferta monetaria se obtuvieron de varios números de la publicación del Fondo Monetario Internacional, International Financial Statistics. En las ecuaciones calculadas las cifras en paréntesis representan los valores absolutos de los estadísticos t, R2 denota el coeficiente de determinación y h el estadístico de Durbin. Los resultados muestran que en todas las ecuaciones los coeficientes de las variables Et-1 y D2 son estadísticamente significativos. Sin embargo, los coeficientes de la oferta monetaria definida como M2 y M1 no fueron significativos. Sólo cuando la oferta monetaria se representó por el acervo de billetes esta variable resultó significativa. Esto denota que el mercado cambiario depende del dinero en su forma más líquida (billetes) para facilitar su función de realizar transacciones, y que la influencia de activos menos líquidos, como cuentas de cheques y cuasidinero, no es significativa. Por su parte, el efecto de estacionalidad de los meses de noviembre y diciembre, representado por D2, cuando supuestamente las remesas de familias residentes en el exterior son más altas, resultó ser significativo y con un signo negativo, lo que indica que en esos meses la cotización del dólar tiende a bajar. Se debe señalar que las ecuaciones estimadas no permiten calcular todos los parámetros estructurales de las expresiones (1) y (2), ya que el modelo está subidentificado. Sin embargo, de la estimación de la ecuación (6), la forma reducida de estas ecuaciones, se obtiene el coeficiente B1 de la variable Et-1 (0.918), lo que permite el cálculo del coeficiente estructural, de la variable acervo de dólares: 100 Publicación del Banco Centroamericano de Integración Económica La determinación del tipo de cambio en el mercado negro de El Salvador ∧ 2(0.918-1) β= = - 0.086 0.918+1 Del signo negativo del coeficiente β se deduce que la demanda de dólares en el mercado negro está sujeta a un efecto de inventario y no a un efecto de “formación de hábito”, o sea, que la tenencia de dólares se comporta como un bien duradero que no se deprecia. V. Consideraciones finales En este trabajo se postuló y calculó un modelo de acervo de divisas en poder del público para determinar el tipo de cambio en el mercado negro. Este modelo presentó resultados satisfactorios cuando se utilizó el agregado monetario billetes; sin embargo, otras formas de definición de la oferta monetaria (M1 y M2) no fueron significativas. Los resultados indican que la demanda de dólares en el mercado negro de El Salvador está sujeta a un efecto de inventario y no a una “formación de hábito”. Así, la tenencia de dólares tiene las características de un bien duradero que no se deprecia y varía proporcionalmente a los cambios de la oferta monetaria en términos de billetes. Es necesario apuntar que el modelo presentado en este trabajo es de equilibrio parcial y se refiere exclusivamente a la demanda y la oferta de divisas en el mercado negro, sin considerar las repercusiones en otros mercados; sin embargo, el hecho es que casi toda la bibliografía sobre este tema también se circunscribe a modelos de esta naturaleza. De ahí que este tema represente un campo fértil para futuras investigaciones, particularmente en términos de la efectividad de la política monetaria y de la movilización del ahorro interno en el contexto de un mercado negro de divisas. Febrero de 1990 Referencias bibliográficas Alexander, William E. (1981), “Influencias del exterior sobre la demanda de dinero en una economía abierta: El caso de Canadá”, Monetaria, vol. 4, núm. 1. Arellano, José Pablo, y Joseph Ramos (1987), “Fuga de capitales en Chile; Magnitud y causas”, Estudios CIEPLAN, núm. 22, diciembre, pp. 63-76. Batten, Dallas, S., y R. W. 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Publicación del Banco Centroamericano de Integración Económica 103 La Integración de Centroamérica: promesa y reto vigente 104 Publicación del Banco Centroamericano de Integración Económica Influencias internas y externas en la determinación del tipo de cambio en el mercado negro de Guatemala El Trimestre Económico Vol. LIX (2), Núm. 234 México, Abril-Junio de 1992 Luis René Cáceres y Oscar A. Núñez-Sandoval* * Los autores son funcionarios del departamento de Planificación del Banco Centroamericano de Integración Económica. Los puntos de vista expresados en este trabajo son estrictamente personales. Se agradece los comentarios de Carlos Imendia, Frederick J. Jiménez, Carlos G. Herrera, Salvador Quintanilla y Marvin Taylor-D. La Integración de Centroamérica: promesa y reto vigente Introducción El comercio entre Guatemala y El Salvador es muy significativo, alcanzando las exportaciones de Guatemala a El Salvador en los años recientes un valor equivalente a 55% de sus ventas al Mercado Común Centroamericano y a 12% de sus exportaciones totales. Las cifras correspondientes a El Salvador son de 65% y 14% respectivamente. Estudios acerca de la integración económica centroamericana han apuntado que estos dos países tienen el más fuerte vínculo comercial en la subregión.1 En términos de integración física su vinculación también es muy significativa; se puede señalar que desde 1986 está funcionando una red de interconexión eléctrica entre ambos países; en cuanto a la red vial, existen cuatro carreteras pavimentadas que cruzan su frontera y viajar por automóvil entre las ciudades capitales sólo toma un promedio de cuatro horas. San Salvador ha sido un centro turístico muy visitado por los guatemaltecos, así como para los turistas salvadoreños lo han sido la ciudad de Guatemala y otras localidades de ese país. Además, en los recien pasados años la inversión de empresarios salvadoreños en Guatemala ha sido considerable, como también lo es el “comercio informal” en ambas vías. La fuerte interrelación económica entre los dos países también se manifiesta en la trayectoria de la cotización del dólar en las ciudades capitales, San Salvador y Guatemala, que muestra un marcado sincronismo, como se aprecia en la gráfica 1. GRÁFICA 1. Tipos de cambio en el mercado negro de El Salvador y de Guatemala 8 El Salv. (colones / dólares) Guat. (quetzales / dólares) 6 4 2 0 8 / 1982 1 Estudios econométricos acerca de la vinculación económica entre los países centroamericanos han encontrado que los multiplicadores de interdependencia más significativos ocurren entre El Salvador y Guatemala. Véase Cáceres (1980), Cáceres y Seninger (1980), y Cáceres e Imendia (1987). 1 / 1984 1 / 1985 1 / 1986 1 / 1987 Ante esta situación, es de interés conocer la dirección de causalidad existente entre estas dos variables, así como el efecto cuantitativo que ejercen entre sí. El presente trabajo trata estos puntos en las siguientes secciones. Primero se analiza brevemente la evolución del mercado negro de divisas en Guatemala y El Salvador. Enseguida, se estudia empíricamente la dirección de causalidad entre el tipo de cambio en el mercado negro de Guatemala y el de El 106 Publicación del Banco Centroamericano de Integración Económica Influencias internas y externas en la determinación del tipo de cambio en el mercado negro de Guatemala Salvador. A continuación se formula y se estima un modelo que explica el tipo de cambio en los mercados negros de estos países, para terminar con una sección de consideraciones finales. I. El mercado cambiario de Guatemala y El Salvador 2 En relación con la política cambiaria de los países centroamericanos en una perspectiva histórica véase BulmerThomas (1990). 3 Estimaciones acerca de los movimientos migratorios de los países centroamericanos en la década de los años ochenta se encuentran en CEPAL (1989), Torres-Rivas y Jiménez (1985) y Peterson (1986). 4 Respecto a las estimaciones de remesas que entran a El Salvador véase Montes (1989). Recientemente Magaña (1990) ha afirmado que el monto de las remesas familiares captadas por las casas de cambio durante los meses de julio, agosto y septiembre de 1990 alcanza un promedio mensual de 36.9 millones de dólares. Una característica común de las economías de Guatemala y El Salvador es la estabilidad cambiaria que sostuvieron por muchos años.2 En efecto, desde 1933 hasta 1982 El Salvador mantuvo un régimen cambiario con un tipo único de 2.5 colonos por dólar. A partir de entonces se estableció un mercado paralelo de divisas, alimentado por las remesas de familiares residentes en el exterior y por las exportaciones no tradicionales hacia fuera de Centroamérica; así, a fines de 1982 se cotizaba el dólar a 3 colones en dicho mercado, mientras se mantenía el tipo oficial de 2.5 colones por dólar para el pago de la deuda externa y la importación de determinados bienes, dependiendo de su importancia. Durante los siguientes tres años se fue ampliando la lista de mercaderías sujetas a cancelación en el mercado paralelo. No fue hasta 1986 que las autoridades monetarias decretaron una devaluación oficial, estableciendo el tipo de cambio en 5 colones por dólar; posteriormente, en 1989 se adoptó un sistema de flotación mediante el cual el dólar se cotiza de acuerdo con su oferta y demanda; Desde entonces se establecen un número considerable de casas de cambio que constituyen el principal medio para la compra y venta de divisas. Por su parte, Guatemala también conservó fija por décadas la paridad de un quetzal por dólar, esquema que llegó a su fin en 1984 cuando se crearon los mercados cambiarios de esencialidades, de licitaciones y libre. Estos tres mercados fueron unificados en ese año a un tipo de 2.50 quetzales por dólar, que se mantenía por la regulación o la intervención del banco central. En agosto de 1989, ante un fuerte deterioro de la balanza de pagos, se fijó el tipo único en 2.78 quetzales por dólar y se adoptó un sistema de “deslizamiento” del tipo de cambio. Sin embargo, en noviembre de ese año se optó por la liberación total del mercado cambiario, que fue suplantado en 1990 por un sistema de subasta de moneda extranjera. En ambos países han existido mercados negros de divisas con una cobertura significativa. La principal fuente de recursos comerciados en estos mercados son las remesas que emigrantes de estos países envían a sus familiares. En efecto, según cálculos recientes, sólo en los Estados Unidos se habían radicado durante la década pasada 800 mil salvadoreños y 300 mil guatemaltecos.3 Los montos de las remesas que ingresan cada mes a estos países son igualmente significativos. Para El Salvador se calcula que el valor anual de estas entradas varía entre 500 y 1 200 millones de dólares, mientras que en Guatemala la cifra correspondiente es de 300 millones.4 Existe además el movimiento de compradores de dólares de un país a otro, dependiendo de los valores de esta moneda en cada país. Estas compras son significativas, al grado que las autoridades Publicación del Banco Centroamericano de Integración Económica 107 La Integración de Centroamérica: promesa y reto vigente monetarias de ambas naciones periódicamente protestan por los “disturbios monetarios” causados por los cambistas que cruzan la frontera y “aumentan la variabilidad del tipo de cambio”. Además, se debe apuntar que, invariablemente, al comparar las cifras de un año dado de las exportaciones de El Salvador a Guatemala con los valores registrados en las cifras oficiales de Guatemala como importaciones provenientes de El Salvador, se nota una sobrefacturación de las exportaciones, o sea que el valor declarado en Guatemala como importaciones provenientes del otro país es inferior a lo informado por los exportadores salvadoreños como ventas a Guatemala. Esto implicaría que sólo una parte de las importaciones totales guatemaltecas provenientes de El Salvador se cancela por medio de los canales oficiales y que otra se realiza utilizando divisas obtenidas fuera del sistema oficial, lo que determina la existencia de un canal adicional de vinculación entre los mercados negros de divisas de ambos países.5 II. La Dirección de casualidad entre los tipos de cambio en el Mercado Negro de Guatemala y El Salvador Para investigar la dirección de causalidad entre los tipos de cambio en el mercado negro de Guatemala y El Salvador, en este trabajo se utiliza la prueba formulada por Granger (1969), la cual está basada en la estimación de las ecuaciones siguiente p Yt = a10 + Σ a1j Y(t - j) + el t j=1 p q j=1 i=1 Yt =a20+Σa2j Y(t - j) + Σb2i X(t - i) + e2t 5 El comercio “informal” y otras manifestaciones de la fuga de capitales en Centroamérica se analizan en Cáceres (1990). 6 Una descripción detallada de la aplicación de la prueba de Granger y referencias adicionales se encuentran en Núnez-Sandoval (1990). 7 El término “ruido blanco” se usa para describir una serie con media cero y varianza constante, la cual es estrictamente aleatoria. en donde Xt y Yt son series cronológicas estacionarias, es decir, que muestran un valor promedio y varianza constantes en el tiempo; p y q representan el número de rezagos de las variables Xt y Yt respectivamente, y elt y e2t son residuos con la característica de “ruido blanco”.7 La prueba de causalidad de Granger mantiene que si la información que se agrega en la segunda ecuación, incorporada por las variables Xt rezagadas, no mejora la predicción de la variable Y obtenida al estimar la primera ecuación entonces no existe una relación de causalidad de Xt a Yt Para la implantación de la prueba las ecuaciones anteriores se estiman usando mínimos cuadrados ordinarios y se efectúa una prueba F sobre la hipótesis nula de que los parámetros de las variables Xt rezagadas son, como un todo, estadísticamente no significativas, de lo cual se infiere que no existe una relación de causalidad de la variable Xt a Yt. Para realizar la prueba es conveniente seleccionar los valores “óptimos” de los rezagos p y q; con este fin se usó el procedimiento que consiste en minimizar los errores finales de predicción (Akaike, 1969a y 1969b). Además, dado que la metodología de Granger 108 Publicación del Banco Centroamericano de Integración Económica Influencias internas y externas en la determinación del tipo de cambio en el mercado negro de Guatemala requiere ser aplicada a series estacionarias, como un primer paso se procedió a examinar esta propiedad en los datos mensuales para las variables tipo de cambio en el mercado negro de El Salvador (Ees) y de Guatemala (Eg), para el periodo agosto de 1982 a diciembre de 1989, analizando el comportamiento de la función de autocorrelación y evaluando el estadístico Q de Ljung y Box (1976). De estas pruebas se pudo inferir que las series Ees y Eg no son estacionarias, por lo que se calcularon sus primeras diferencias, y de esa manera las series adquirieron esta propiedad. Resumiendo, para efectuar la prueba de causalidad se estimaron las ecuaciones anteriores utilizando las primeras diferencias de Ees y Eg, con el número de rezagos determinados por la metodología de Akaike. Estas ecuaciones son las siguientes: Eg = f (3 valores rezagados de Eg y 2 valores rezagados de Ees) y Ees = f (4 valores rezagados de Eg y 3 valores rezagados de Ees). Los resultados se muestran en el cuadro 1. Se puede notar en el cuadro 1, que cuando Ees es la variable dependiente todos los coeficientes de los rezagos de Eg son estadísticamente significativos; asimismo, la regresión tiene un alto grado de ajuste (R2 = 0.54); por el contrario, cuando Eg es la variable dependiente los coeficientes de Ees rezagados resultaron insignificantes y el poder explicativo de la regresión fue muy bajo (R2 = 0.09). CUADRO 1. Coeficientes estimados de las ecuaciones de regresión Eg y Eesa Regresiones de Eg Variables independientes Constantes Eg-1 Eg-2 Eg-3 Regresiones de Ees Coeficientes 0.018 (1.04) 0.296 b (2.70) 0.160 (1.40) -0.192 b (1.71) Ees-1 Ees-2 0.019 (1.06) 0.321 b (2.71) 0.204 (1.56) -0.155 (1.24) -0.061 (0.72) -0.029 Variables independientes Constante Ees-1 Ees-2 Ees-3 Coeficientes 0.020 (0.76) 0.283b (2.60) -0.181 (1.62) 0.207 b (1.91) Eg-l Eg-2 Eg-3 Eg-4 Grados de libertad R2 ajustado SSR Q(27) 81 0.10 2.12 20.5 79 0.09 2.10 21.9 81 0.07 4.98 15.8 0.002 (0.12) 0.110 (1.16) -0.359 b (3.89) 0.137 (1.49) 0.640b (4.99) 0.520 b (3.67) -0.467b (5.85) 0.798 b (5.85) 76 0.54 2.34 30.5 a Los estadígrafos t se muestran debajo de los correspondientes coeficientes; SSR representa la suma del cuadrado de los residuos, Q es el estadístico de Ljung y Box. b Indica que el coeficiente es estadísticamente significativo a un nivel de 5 por ciento. Publicación del Banco Centroamericano de Integración Económica 109 La Integración de Centroamérica: promesa y reto vigente Además, el estadístico Q indica que los residuos de ambas regresiones son “ruidos blancos”.8 La prueba-F que aparece en el cuadro 2 muestra que en la regresión de Ees como variable dependiente los coeficientes de las variables Eg rezagadas son diferentes de cero, lo que es contrario a lo que sucede con los coeficientes de los rezagos de Ees cuando la variable dependiente es Eg. Por lo tanto, la evidencia estadística permite rechazar la hipótesis nula de que no existe una relación de causalidad en la dirección del tipo de cambio de Guatemala al de El Salvador, es decir, es la evolución del mercado cambiario guatemalteco lo que determinaría, en el sentido de causalidad de Granger, el comportamiento del tipo de cambio en el otro país.9 CUADRO 2. Prueba de causalidada Variable endógena Prueba F Eg Ees a 0.31 21.40a Significativa a un nivel de 0.01%. La hipótesis nula es que los coeficientes rezagados de la variable exógena son como un todo iguales a cero. A continuación se formula un modelo para la determinación de los tipos de cambio en los mercados de El Salvador y Guatemala. III. El modelo de determinación del tipo de cambio 1. El modelo propuesto 8 El valor de la tabla de la distribución Chi-cuadrado con 27 grados de libertad y 95% de nivel de probabilidad es 40.11. Dado que los valores computados de Q son inferiores a 40.11 se infiere que en las ecuaciones estimadas no existe autocorrelación de residuos. 9 Este resultado es congruente con el trabajo de Meléndez (1990) sobre la determinación de la dirección de causalidad entre los desequilibrios monetarios de un país centroamericano y el crecimiento económico de otro que, para el caso de Guatemala y El Salvador, concluyó que dicha causalidad existía de Guatemala a El Salvador: “...hay indicios de que una fuerte relación de causalidad existe desde los desequilibrios monetarios de Guatemala sobre el comportamiento de la tasa de variación de la producción real salvadoreña... sin embargo, en lo que se refiere a la influencia de los desequilibrios monetarios de El Salvador sobre el PIB de Guatemala el análisis no muestra que exista correlación alguna... resultando por lo demás sospechoso” (p.32) En un trabajo reciente Cáceres y Núñez-Sandoval (1991) presentan un modelo de la determinación de la cotización del dólar en el mercado negro de El Salvador. El punto de partida de dicho modelo es el supuesto de que la oferta de dólares en el mercado negro, Ot, es una función del precio en moneda nacional del dólar, Et: Ot = a + bEt b > 0 (1) Se postula, además, que la demanda de dólares, Dt, es una función dinámica determinada por el modelo de Houthakker y Taylor (1970): Dt = cSt + rMt (2) S = Dt (3) En efecto, la ecuación (2) indica que la demanda de dólares depende del stock de esta moneda que los agentes económicos han adquirido en el pasado, St, y de la actual disponibilidad de moneda nacional, representada por la oferta monetaria, Mt. A la vez, la 110 Publicación del Banco Centroamericano de Integración Económica Influencias internas y externas en la determinación del tipo de cambio en el mercado negro de Guatemala ecuación (3) explica la adición al stock de dólares. La representación de la oferta y demanda de dólares según el modelo anterior, permitió a Cáceres y Núñez-Sandoval derivar una ecuación cuya estimación explicó 85% de la variabilidad del tipo de cambio en el mercado negro de El Salvador, resultando además estadísticamente significativos todos los coeficientes de la ecuación estimada. El modelo anterior es ampliado en este trabajo para incorporar el fenómeno de la fuerte interrelación entre las economías de estos países. Así, utilizando el caso de Guatemala para ilustrar el desarrollo del modelo, la ecuación para la oferta de dólares en este país, Ogt, es la siguiente: Ogt = a + bEgt - cEest (4) Esta ecuación muestra que la oferta de dólares depende directamente de la cotización del dólar en Guatemala, Egt, y además recibe un efecto negativo proveniente de la cotización en el mercado negro de El Salvador, Eest, dado que si tal cotización es alta los agentes económicos guatemaltecos preferirían vender sus divisas en El Salvador. Por otra parte, al igual que en el modelo reseñado anteriormente, se supone que la demanda de dólares en Guatemala está influida por el stock de dólares, Sgt, y por la oferta monetaria de Guatemala, Mgt: Dgt = wSgt + yMgt (5) Asimismo, la adición al stock de dólares es igual a la demanda: Sgt = Dgt (6) La ecuación de demanda se puede expresar de manera finita así: Dgt = ΘDgt - 1 +β∆Mgt (7) Al estimar la ecuación anterior se pueden calcular los valores de los coeficientes estructurales de la función de demanda (ecuación 5): 2(Θ-1) w= Θ + 1 y= 2β Θ+1 (8) (9) A continuación se introduce el supuesto de que existe equilibrio en el mercado cambiario, o sea que Dgt = Ogt, y de esa manera en la ecuación (4) Dgt se representa así: Dgt = a + bEgt - cEest (10) Al sustituir la ecuación (10) con los correspondientes rezagos por Dgt - 1, la ecuación (7) toma la forma siguiente: Dgt = a + bEgt - cEest = Θ(a + bEgt - 1 - cEest - 1) + β∆Mgt (11) Publicación del Banco Centroamericano de Integración Económica 111 La Integración de Centroamérica: promesa y reto vigente A partir de esta ecuación se puede resolver por Egt: Egt = a/b (Θ - 1) + ΘEgt - 1 + c/b Eest- cΘ/b Eest - 1 +β/b ∆Mgt (12) Egt = a/b (Θ - 1) + ΘEgt - 1 + c/b( Eest - ΘEest - 1) + β/b ∆Mgt (13) Se puede notar que la cotización del dólar en El Salvador ejerce una influencia positiva en el precio del dólar en el mercado negro de Guatemala (c/b Eest), pero esta misma cotización con un rezago tiene un efecto negativo cuando Θ es positivo (-cΘ/b Eest -1), de manera que el efecto neto es igual a c/b(Eest - Θ Eest - 1). Así, se puede apreciar en la ecuación 13 que cuando el tipo de cambio en El Salvador va subiendo (el dólar se está apreciando), el efecto en el tipo de cambio de Guatemala tendería a ser positivo en virtud de que se restringe la oferta en este país (ecuación 4). A la vez, si el tipo de cambio en El Salvador va declinando la repercusión en el tipo de cambio en Guatemala sería negativa, dado que se ampliaría la oferta de dólares en Guatemala. En equilibrio se tiene que Eest = Eest - 1, y por lo tanto el efecto del tipo de cambio de El Salvador en el mercado de Guatemala sería Eest c/b (1 - Θ), que será positivo siempre y cuando Θ sea menor que la unidad. Se aprecia entonces que es el coeficiente de la variable Dgt rezagada el que determina el efecto del mercado salvadoreño en el tipo de cambio en Guatemala. Se debe notar que cuando el coeficiente Θ es menor que uno el coeficiente estructural w será negativo, de acuerdo con la ecuación (8), denotando que, según Houthakker y Taylor, la demanda de dólares en Guatemala está sujeta a un efecto de inventario, tal como el caso de un bien duradero. Esto indica que la cotización del dólar en el mercado negro de El Salvador tenderá a incrementar el valor del dólar en el de Guatemala siempre que la demanda de este país se comporte de acuerdo con un proceso de inventario. 2. Estimación del modelo Con respecto a la estimación de la ecuación (12) es necesario notar que dicha ecuación contiene una restricción en sus coeficientes, en el sentido de que el coeficiente de la variable Eest - 1, (cΘ/b) debe ser igual al negativo del producto del coeficiente de la variable Eest, (c/ b), multiplicado por el coeficiente de Egt - 1, (Θ), por lo que su estimación exige el uso de la metodología de mínimos cuadrados con restricciones. Para los casos de Guatemala y El Salvador la ecuación (12) fue estimada por mínimos cuadrados restringidos, usando datos mensuales del periodo de agosto de 1982 a diciembre de 1989. En el caso de Guatemala, en una primera estimación se utilizó la definición amplia de la oferta monetaria guatemalteca, M2, obteniéndose los resultados siguientes: Eg = 0.0378 + 0.9629 Eg -1 + 0.3205 Ees - 0.3086 Ees - 1 + 0.00073 ∆ M2G (1.50) (31.08) (4.67) (1.89) R2 = 0.9677 112 Publicación del Banco Centroamericano de Integración Económica h =1.62 Influencias internas y externas en la determinación del tipo de cambio en el mercado negro de Guatemala Se puede apreciar que los coeficientes de las variables tipos de cambio en El Salvador actual y la rezagada muestran los signos esperados, y que sus coeficientes son significativos; Además, el grado de ajuste de la regresión es alto. Sin embargo, el coeficiente del incremento de la oferta monetaria de Guatemala aparece con signo negativo, que es contrario a lo que se espera con base en el modelo propuesto, aunque este coeficiente no es significativo en un nivel de 5 por ciento. Una nueva estimación, utilizando una definición menos amplia del dinero (M1) presentó los resultados siguientes: Eg = 0.0427 + 0.9552 Eg - 1 + 0.3167 Ees - 0.3025 Ees - l + 0.0032 ∆ M1 g (1.61) (30.92) (4.60) (2.07) R2 = 0.9680 h = 1.28 Se puede notar que todas las variables de los tipos de cambio son significativas y tienen los signos esperados, así como el incremento de la oferta monetaria de Guatemala, como lo postula el modelo, y que es significativo en un nivel de 5%. Por su parte, el estadístico h de Durbin indica la ausencia de autocorrelación de residuos. La ecuación anterior indica que la oferta monetaria restringida (M1) ofrece una mejor explicación del comportamiento del tipo de cambio en el mercado negro de Guatemala, lo cual es acorde con los requerimientos de liquidez de las transacciones en dicho mercado. A partir de la ecuación estimada se calculó el valor de w (ecuación 8) siendo igual a -0.046, lo que denota que la demanda de dólares en Guatemala está sujeta a un efecto de inventario. La validez del modelo se comprueba al restimar la ecuación (13) excluyendo las variables de El Salvador, encontrándose que no sólo disminuye el grado de ajuste de la ecuación sino que además, el coeficiente h de Durbin muestra la presencia de autocorrelación de residuos, lo que denota la ausencia de variables explicativas:10 Eg = 0.0827 + 0.9744 Eg -1 + 0.0047 ∆ M1g (1.56) (44.26) (2.75) R2 = 0.9585 h = 2.27 10 Se debe señalar que en la bibliografía no se encuentran otros modelos que cuantifiquen la integración de los mercados cambiarios en países en desarrollo. En efecto, la integración monetaria en países desarrollados ha sido analizada en términos de pruebas de causalidad entre las tasas de interés internas y las del mercado de eurodólares (Swanson, 1988). De particular importancia sería expandir el modelo presentado en este trabajo en términos de detectar la interacción de las políticas monetarias de ambos países y sus repercusiones propias y cruzadas en los mercados de divisas y en la balanza de pagos, siguiendo el importante trabajo de De Grouwe (1975). En el caso de El Salvador, al utilizarse las definiciones de la oferta monetaria M2 y M1 la estimación del modelo presentó los resultados siguientes: Ees = 0.3849 + 0.8903 Ees- 1 + 0.7905 Eg - 0.7037 Eg-1 - 0.0007 ∆ M2es (2.154) (17.434) (6.25) (1.04) R2 = 0.95 h = 2.04 Ees = 0.3424 + 0.90464 Ees- 1 + 0.7802l Eg - 0.7058 Eg-1 + 0.00019 ∆ M1es (1.94) (18.028) (6.028) (0.1969) R2 = 0.95 h = 2.037 Publicación del Banco Centroamericano de Integración Económica 113 La Integración de Centroamérica: promesa y reto vigente En los dos casos anteriores los coeficientes de la variable tipo de cambio en Guatemala son significativos y presentan los signos esperados. Sin embargo, el incremento de la oferta monetaria en su modalidad M2 y M1 no muestra coeficientes significativos y en el caso de M2 su signo es contrario a lo esperado. En adición, el estadístico h de Durbin indica la presencia de autocorrelación de residuos. El cálculo del coeficiente estructural w (-0.10) denota que la demanda de dólares en El Salvador está sujeta a un efecto de inventario. Consideraciones finales A la luz de la interdependencia de las economías de Guatemala y El Salvador, en este trabajo se realizó la prueba formulada por Granger para investigar la dirección de causalidad entre los tipos de cambio en el mercado negro de estos dos países. La evidencia empírica permitió aceptar la hipótesis de que existe una relación de causalidad en la dirección del tipo de cambio de Guatemala al de El Salvador. Se postuló y estimó un modelo de stock de divisas en poder del público para determinar el tipo de cambio en los mercados negros de Guatemala y El Salvador, incorporando la influencia del comportamiento de tal mercado en el otro país. En el caso de Guatemala, el modelo presentó resultados satisfactorios y muestra, particularmente, que las variables tipos de cambio en El Salvador actual y la rezagada tienen la influencia esperada, con base en el modelo propuesto, en el tipo de cambio de Guatemala; además, la ecuación estimada que utilizó la oferta monetaria restringida (M1) ofreció una mejor explicación del comportamiento del tipo de cambio que cuando se empleó una definición más amplia (M2). Los resultados indican, asimismo, que la demanda de dólares en el mercado negro de Guatemala está sujeta a un efecto inventario y no a una “formación de hábito”. En el caso de El Salvador se encontró que el principal determinante del tipo de cambio en el mercado negro es el tipo de cambio de Guatemala, no encontrándose significación estadística en la oferta monetaria salvadoreña. Asimismo, las estimaciones demuestran que la demanda de dólares está sujeta a un efecto de inventario. Marzo de 1991 Referencias bibliográficas Akaike, II. (1969a), “Statistical Predictor Identification”, Annals of the Institute of Statistical Mathematics, vol. 21, pp. 203-217. — (1969b), “Fitting Auto regressions for Prediction”, Annals of the Institute of Statistical Mathematics, vol. 21, pp. 243-247. 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Publicación del Banco Centroamericano de Integración Económica 115 La Integración de Centroamérica: promesa y reto vigente 116 Publicación del Banco Centroamericano de Integración Económica La integración centroamericana: logros, restricciones y perspectivas Comercio Exterior Col. 42, Núm. 8 México, Agosto de 1992, pp. 557-563 El autor agradece los comentarios a una versión preliminar de este trabajo por parte de Carlos G. Herrera, Carlos A. Imendia, Salvador Quintanilla, Alfredo B. Noyola, Óscar Núñez Sandoval, Héctor Salazar y Marvin Taylor. Empero, los puntos de vista de este artículo son de su responsabilidad exclusiva. La Integración de Centroamérica: promesa y reto vigente Logros de la integración centroamericana 1 De 1960 a 1988 la participación del sector industrial en el PIB se elevó de 12.8 a 15.8 por ciento en Guatemala; de 14.6 a 17.6 en El Salvador; de 12.5 a 13.8 en Honduras; de 16 a 17 en Nicaragua, y de 14.2 a 21.5 en Costa Rica. 2 Véase Luis René Cáceres, “Integración económica e inflación en Centroamérica: un modelo espacial”. El Trimestre Económico, vol. 45, núm. 180, México, octubre-diciembre de 1978, pp. 811-839. 3 Véase Luis René Cáceres, Integración económica y subdesarrollo de Centroamérica, Fondo de Cultura Económica, México, 1980, cap. II. 4 Véase Luis René Cáceres, “Economic Integration and Export Instability in Central America”, Journal of Development Studies, vol. 15, núm. 3, Lo ndres, abril de 1979, pp. 141-153. En los tres últimos decenios el programa centroamericano de integración económica registró un balance positivo, en particular en comercio intrarregional, industrialización e interdependencia económica. El comercio del Mercado Común Centroamericano (MCC) tuvo un crecimiento dinámico durante los años setenta y se contrajo en los primeros seis años del decenio siguiente, para nuevamente recuperarse a partir de 1987. En 1990 el comercio intrarregional ascendió a 657 millones de dólares, 14.6% de las exportaciones de bienes del área. Relacionado con la evolución del comercio intrazonal, el área registró un proceso de industrialización que en algunos países tuvo avances significativos. Cabe destacar que alrededor de 90% de los bienes intercambiados en el comercio intracentroamericano son de origen industrial, por lo que dicho comercio ha desempeñado un papel importante en la industrialización.1 Las corrientes comerciales de los países centroamericanos muestran una fuerte interdependencia, lo cual se ha reflejado en la disminución de las presiones inflacionarias nacionales, debido al incremento de la oferta agregada y a la reducción del costo del transporte.2 Otro efecto importante del MCC ha sido la trasmisión de impulsos de crecimiento económico entre los países; se calcula que en el período 1965-1968 la economía guatemalteca aumentó su tasa anual de crecimiento real en 1.67% debido al dinamismo en los otros países; los porcentajes correspondientes a El Salvador, Honduras, Nicaragua y Costa Rica fueron 2.2, 0.5, 1.45 y 0.4, respectivamente.3 Existe evidencia de que el MCC tiene gran influencia en la estabilización de los sectores externos de los países del área. Esa ascendencia fue notable en Costa Rica y Nicaragua en el período 1968- 1973, y contribuyó a aumentar sus propensiones marginales a invertir.4 También es legítimo asociar el comercio intrarregional con la creación de la importante infraestructura vial, de telecomunicaciones y eléctrica que une a los países. La red de carreteras se incrementó de 45 613 km en 1964 a 84 572 km en 1979. Además, con la puesta en marcha del programa de integración se comenzó a construir un moderno sistema de telefonía internacional, que ha sido determinante en las interrelaciones de los países. El programa de integración también ha sido importante en la edificación de una Infraestructura institucional de alcance regional en materia financiera (Banco Centroamericano de Integración Económica y Consejo Monetario Centroamericano), administración pública (Instituto Centroamericano de Administración Pública) y tecnología (Instituto Centroamericano de Investigación Tecnológica Industrial), entre otros. Con todo y los importantes logros de la integración centroamericana, el modelo ha experimentado restricciones formidables que se manifestaron con mayor rigor en el decenio de los ochenta. Entre ellas destaca el papel determinante que las exportaciones extrarregionales ejercen en el comercio intrarregional. 118 Publicación del Banco Centroamericano de Integración Económica La integración centroamericana:logros, restricciones y perspectivas 5 Véase Luis René Cáceres, Integración económica y subdesarrollo ....,op. cit., capítulo III. 6 Véase Luis René Cáceres y Salvador Quintanilla, “Sector externo y ahorro doméstico: el papel de las exportaciones intrarregionales en Centroamérica”, Cuadernos de Economía y Finanzas, núm. 11, Tegucigalpa, abril de 1990. 7 Los coeficientes de disparidad del ingreso per cápita, definidos como la desviación estándar dividida por el valor promedio, se muestran a continuación: 1960,0.197; 1965,0.201; 1970,0.240; 1975,0.295; 1980, 0.365; 1984,0.394. 8 Véase CEPAL, “La crisis en Centroamérica: orígenes, alcances y consecuencias”. Revista de la Integración y el Desarrollo de Centroamérica, núm. 31, Tegucigalpa, marzo de 1986, pp. 39108. 9 Véase William R. Cline, “Benefits and Costs of Economic Integration in Central America”, en William R. Cline y Enrique Delgado (eds.), Economic integration in Central America, The Brookings Institution, Washington, 1978, pp. 59124. 10 Véase William R. Cline, “El papel de la integración económica en el desarrollo centroamericano”, Revista de la Integración y el Desarrollo de Centroamérica, núm. 39, Tegucigalpa, septiembre de 1989, pp. 75-94. En efecto, ambas variables están asociadas de manera muy estrecha. Así, cuando cae la demanda internacional de productos primarios, las exportaciones intracentroamericanas disminuyen, lo que ahonda las fuerzas recesivas.5 Esto se explica por el modelo de sustitución de importaciones que se basa en la compra externa de materias primas y por tanto está sujeto a la disponibilidad de divisas. Así, la industrialización no logró disminuir la dependencia en el sector externo tradicional, que constituía uno de los principales argumentos en favor de la integración. Además, una investigación reciente ha demostrado que las exportaciones intracentroamericanas no favorecen la generación de ahorro interno en los países.6 De esa manera, dada la relación inversa entre la formación de ahorro nacional y la acumulación de deuda externa, se podría suponer que el MCC no contribuyó a mitigar el endeudamiento de los países. Contrario al propósito del programa de integración de establecer un proceso de desarrollo equilibrado en la región, en el transcurso de los últimos tres decenios aumentaron las disparidades económicas entre los países. Un cálculo de la dispersión del ingreso per cápita de las cinco naciones del área muestra una tendencia hacia una mayor desigualdad.7 Las restricciones anteriores deben analizarse en el contexto de un modelo de desarrollo que no alteró ni subsanó los problemas económicos y sociales de fondo que históricamente han obstruido el proceso de desarrollo (pobreza extrema y vulnerabilidad de la economía a las fluctuaciones de la economía internacional, entre otras).8 Esto indica que es necesario examinar las limitaciones del programa de integración a la luz de las políticas globales de desarrollo de los países. Es posible suponer que si las políticas económicas hubieran insistido con mayor fuerza (o tenido más éxito) en los programas de desarrollo social, ampliando la demanda efectiva de la población, el esfuerzo integrador hubiera tenido logros mayores que los alcanzados. Con todo y las limitaciones, diversos estudios sobre el MCCA revelan que todos los países se beneficiaron de la ampliación del comercio en términos de ahorro de divisas, empleo de economías de escala y absorción de mano de obra; en 1968 esos beneficios representaron en conjunto 1.62% del PNB de la región.9 Importancia de la integración centroamerican en la actualidad La integración económica, reformulada con base en las realidades imperantes en la región y en el plano internacional, mantiene relevancia como instrumento de desarrollo. Es necesario, en primer lugar, considerar que las economías de los países centroamericanos, tomadas en forma aislada, son sumamente pequeñas. Con excepción de Guatemala, su magnitud promedio es similar a la de Bogotá.10 Esto no permitiría a un solo país establecer plantas industriales que operen a bajos costos unitarios. Para una muestra de 20 industrias y considerando el mercado promedio de un país, se encontró que la escala óptima, o sea eficiente, se alcanza sólo en las plantas de Publicación del Banco Centroamericano de Integración Económica 119 La Integración de Centroamérica: promesa y reto vigente 11 Véase Paul Krugman (ed.), Strategic Trade Policy and the New International Economics, The MIT Press, Cambridge, 1986. 12 Véase Paul Krugman, “La nueva teoría de comercio internacional y los países menos desarrollados”, El Trimestre Económico, vol. 55, México, enero-marzo de 1988, pp. 41-66. 13 Véase José Manuel Salazar, “Presente y futuro de la integración centroamericana”, Revista de la CEPAL, núm. 42, Santiago de Chile, diciembre de 1990, pp.171-197. 14 Véase William R. Cline, “Benefits and Costs...”, op. cit., pp. 59-124. 15 Véase William R. Cline, “El papel de la integración...”, op. cit. Otra investigación que demuestra el efecto positivo de la reactivación del comercio intracentroamericano en el crecimiento económico es “Central America: Economic Performance During the 1980’s and Perspectives for the Period 1989-1995", Report to the European Commission, Institute of Social Studies, La Haya, 1988. 16 Es interesante mencionar el reportaje del Wall Street Journal del 10 de junio de 1991 sobre el reducido apoyo financiero del Gobierno estadounidense al combate contra el cólera en América Latina, lo cual motivó las declaraciones del representante Robert Torricelli: “Invertimos miles de millones de dólares en detener la insurgencia comunista en la región, pero ahora no podemos encontrar recursos suficientes para luchar contra problemas de salud que pueden alcanzar pronto nuestro territorio.” calzado, harina e hilos de algodón. Sin embargo, cuando toma como referencia el mercado regional, se agregan las de cerveza, cigarrillos, gasolina, cemento, acero, baterías, papel y bicicletas. Se debe reconocer, sin embargo, que las economías de escala pueden no ser determinantes a la luz de la “nueva” teoría del comercio internacional, que privilegia un análisis dinámico en el cual la ventaja comparativa no está dada sino que se crea mediante el manejo estratégico de las políticas comerciales e industriales.11 En este enfoque las variables determinantes son la educación, la flexibilidad de producción y la capacidad de adaptación, que permiten a un país “dar un salto” sin pasar por las etapas tradicionales para cerrar la brecha tecnológica.12 De ahí que el punto medular no es si el MCC da lugar a las economías de escala que permitan una industrialización eficiente, sino si la concertación de los países centroamericanos conduce a una generación de competitividad de forma más eficaz que si cada país la emprendiera por sí mismo. En un estudio reciente se argumenta que ése es el principal papel de la integración centroamericana, al aunar esfuerzos para adquirir ventajas comparativas derivadas de las economías de especialización, localización y cobertura.13 La variable clave en cualquier esfuerzo de reactivación económica del área es la inversión, en la actualidad muy deprimida. En 1988 el valor real de ésta representó 72% de su monto máximo alcanzado en 1978. Esto debe contrastarse con el efecto positivo de la integración en la movilización de la inversión privada. En un estudio basado en una encuesta de 142 empresas se encontró que de 1960 a 1973 los porcentajes de las inversiones realizadas, atribuibles a la creación del MCC, fueron de 40.9 en Guatemala, 13.9 en El Salvador, 63.9 en Honduras, 60.5 en Nicaragua y 15.9 en Costa Rica.14 Así, en la actualidad es posible esperar un efecto benéfico de la integración en la inversión. En un estudio reciente se señala que si se eliminaran los obstáculos al comercio intrazonal, instaurando el libre flujo de mercancías, el ahorro de divisas derivado de sustituir importaciones extrarregionales por la producción regional, se traduciría en un crecimiento económico de 3%.15 Así, el comercio intrazonal puede hacer un aporte significativo a la reactivación económica, en particular si se toma en cuenta que no son halagüeñas las perspectivas de los precios de los productos tradicionales de exportación de los países del área. Acontecimientos en el ámbito externo hacen urgente revitalizar el programa de integración centroamericana. Cabe resaltar que la atención internacional que la región concentró durante el decenio pasado ha disminuido en forma considerable. Este fenómeno obedece a los avances en la pacificación del área y al final de la guerra fría.16 En la actualidad los países desarrollados dan una atención creciente a revitalizar las economías de Europa Oriental y del Golfo Pérsico. Recientemente Estados Unidos acordó condonar alrededor de 80% de la deuda de Polonia, mientras que el componente de reducción de la deuda de América Latina comprendido en la Iniciativa para las Américas todavía no lo ha aprobado totalmente el Congreso de dicho país. Asimismo, algunos países industrializados muestran gran interés en crear un nuevo banco de desarrollo para atender las necesidades 120 Publicación del Banco Centroamericano de Integración Económica La integración centroamericana:logros, restricciones y perspectivas 17 Véase “Caribbean Islands Quickens Pace Toward Unión”, The New York Times, 17 de marzo de 1990, p. 7. 18 Véase Luis René Cáceres, “Una reseña de la cooperación económica entre los países centroamericanos en los años ochenta”, mimeo., julio de 1988. financieras de los países árabes, similar al recién constituido para Europa del Este. Todo eso ocurre precisamente cuando América Central requiere de cooperación externa para consolidar la reactivación económica con el papel coadyuvante de la integración- y avanzar en la resolución de los conflictos sociales. Asimismo, como es bien conocido, en el campo internacional hay una tendencia a la formación de bloques económicos de países (la CE y América del Norte, los dos ejemplos más inmediatos), que indica que se reducirá el poder de negociación internacional de las naciones que actúen en forma aislada. Este hecho no ha pasado inadvertido por los países en desarrollo; en efecto. Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay han suscrito el tratado mediante el cual se crea el mercado común de esa zona. De particular importancia son los esfuerzos de las islas caribeñas de Granada, Santa Lucía, San Vicente y Dominica para lograr en el corto plazo su unión económica y política.17 Los acontecimientos señalados son alentadores, pues muestran que en los últimos años ha habido una tendencia favorable hacia la integración en el ámbito centroamericano. De hecho, la experiencia reciente ha evidenciado que, en medio de la profunda crisis económica y social del área, se ha dado un movimiento progresivo hacia la acción conjunta, en particular ante países desarrollados. Así lo demuestran las reuniones anuales con los países de la CE y ante otras naciones latinoamericanas, como México y Venezuela, de los cuales se ha buscado apoyo en materia financiera y comercial, así como en desarrollo de la infraestructura física de alcance regional, seguridad alimentaria y reforestación, entre otros.18 De particular importancia es el reconocimiento que los presidentes centroamericanos han otorgado a la integración. En la Declaración de Antigua, que comprende los puntos acordados por los presidentes en su cumbre económica de junio de 1990, declararon: “Restructurar, fortalecer y reactivar el proceso de integración, así como los organismos regionales centroamericanos, adecuando o reformulando su marco jurídico e institucional para imprimirles renovado dinamismo y facilitar su readaptación a las nuevas estrategias de apertura externa y modernización productiva que emprenden los países centroamericanos, aspirando a la conformación y consolidación de la Comunidad Económica del Istmo Centroamericano.” En la Declaración los presidentes adoptaron el Plan de Acción Económica para Centroamérica (PAECA), que incluye una serie de aspectos para tratar en forma conjunta. Sobresalen los de reconstrucción de la infraestructura física de carácter regional, impulso de una política de reconversión industrial, formulación de políticas agrícolas y de ciencia y tecnología, coordinación regional para promover el comercio exterior y perfeccionamiento de la zona de libre comercio, entre otros. Cabe señalar que el PAECA contiene un mandato de los presidentes en cuanto a la restructuración del programa de integración: “Iniciar a la brevedad el análisis y estudio de los instrumentos jurídicos e institucionales de la integración, a fin de crear un nuevo marco jurídico y operativo para la misma”. Publicación del Banco Centroamericano de Integración Económica 121 La Integración de Centroamérica: promesa y reto vigente Así, al más alto nivel político del área se impulsa una nueva etapa del proceso de integración. Es por tanto procedente que los distintos estratos de la población analicen y discutan a profundidad los rasgos y las modalidades del marco de integración que se adoptará, a fin de procurar, mediante reflexión, estudios y consultas, un modelo viable y eficaz. Enseguida se presentan algunas consideraciones que deberían tomarse en cuenta como elementos del nuevo modelo de integración. Elementos distintivos de la nueva integración 19 Véase Víctor Bulmer-Thomas, “Sustitución regional de importaciones y crecimiento lidereado por las exportaciones: ¿Combinación posible?”, en George Irvin y Stuart Holland (eds.), Centroamérica: El futuro de la integración económica, Editorial DEI, San José, 1990, pp. 90-124. Véase también Germánico Salgado, “Integración latinoamericana y apertura externa”, Revista de la CEPAL, núm. 42, Santiago de Chile, diciembre de 1990, pp. 147-169. 20 Éste es el caso de la Comunidad de África Oriental. Véase Arthur Hazlewood, “The End of the East African Community: What Are the Lessons for Regional Integration Scheme”, Journal of Common Market Studies, vol. 28, núm. 1, Londres, septiembre de 1979. En este contexto se deben señalar las preocupaciones de Uruguay de terminar “cautivo” de sus grandes socios del Mercosur, como lo menciona el Latin America” Weekly Report, del 23 de mayo de 1991. Un nuevo impulso a la integración debe tener como objetivo generar beneficios que de otra manera no se obtendrían. Esto se aplica al comercio intrarregional y en una dimensión más amplia a las medidas que los países emprendieran de manera conjunta para impulsar sus propios intereses económicos. Ello implica que la integración debe rendir frutos “nacionales”, es decir, incluir acciones en diversos campos que generen resultados más ventajosos que si cada país las llevara a cabo en forma individual. Esto contribuiría a mantener el apoyo político necesario para la marcha del proceso. Se trata, entonces, de volver “relevante” la integración en un plano nacional, económico y político, de manera que constituya un mecanismo complementario importante de la estrategia de desarrollo de cada país. En este contexto son de particular preminencia los esfuerzos de las naciones para lograr una mejor inserción en la economía internacional. Surge la interrogante de si son compatibles el sistema de comercio intrarregional -promovido por una industrialización que goza de protección arancelaria- con el fomento de nuevas exportaciones a terceros mercados. Un estudio exhaustivo sobre este tema concluye que mediante una aplicación selectiva de mecanismos cambiarios y arancelarios tal compatibilidad es factible y además deseable, en vista de que la eliminación de protección podría conducir a los países centroamericanos a la desindustrialización.19 También son de particular importancia las políticas y los mecanismos orientados a procurar una distribución equitativa de los beneficios de la integración. En un entorno regional caracterizado por fuerte influencia del neoliberalismo, no debe pensarse que se “atenta” contra las “fuerzas de libre mercado” al emprender modelos de asignación de industrias o de incentivos fiscales diferenciados, que tienen como fin otorgar un tratamiento preferencial a los países de menor desarrollo relativo. Especial cuidado deberá tenerse de no prescindir de medidas que mitiguen y tiendan a eliminar el desfavorable desempeño de algún país en el comercio intrarregional o en materia de localización industrial. Ello debido a que la experiencia en otras latitudes ha evidenciado que el conflicto engendrado por la desigual distribución de costos y beneficios ha impedido el avance o llevado a su fin los programas de integración.20 Además, dadas las significativas necesidades de desarrollo social en el área es de fundamental importancia ampliar el alcance de la integración a fin de inducir un equilibrio u homogeneización en todo el territorio nacional. 122 Publicación del Banco Centroamericano de Integración Económica La integración centroamericana:logros, restricciones y perspectivas 21 Sobre las instituciones de desarrollo de la CE véase José Miguel Carcelén Conesa, Las entidades financieras de desarrollo regional en la Europa comunitaria, Instituto de Estudios de Administración Local, Madrid, 1982. Es de interés notar el proyecto de asignación de recursos del Fondo Europeo de Desarrollo Regional para el período 1989-1993: Grecia, 6.7 miles de millones de UME; Irlanda, 3.7; Portugal, 7; Francia, 0.9; Italia, 7.4; España, 9.8, y el Reino Unido (Irlanda del Norte), 0.8. Tomado del Boletín del FMI, 11 de marzo de 1991, p. 70. 22 Véase Stuart K. Tucker, “The Potential of Trade Expansión as a Generator of Added Employment in the Caribbean Basin”, Commission for the Study of International Migration and Cooperative Economic Development, Working Paper núm. 31, Washington, mayo de 1990. 23 Véase Luis René Cáceres y Oscar Núñez Sandoval, “La determinación de la tasa de cambio en el mercado negro de El Salvador”, que se publicará próximamente en El Trimestre Económico. 24 Luis René Cáceres y Óscar Núñez Sandoval, “Influencias domésticas y externas en la determinación de las tasas de cambio en los mercados negros de Guatemala y El Salvador”, mimeo., 1991. 25 Véase Luis René Cáceres, “Notas sobre el crecimiento económico de Centroamérica”, mimeo., 1988. La integración centroamericana será más viable y autosostenida en la medida en que se integren plenamente las regiones de cada país miembro, en aspectos físicos, sociales y económicos. Éste es el enfoque prevaleciente en la CE, por lo que el principal objetivo del Banco Europeo de Inversiones y el Fondo Europeo de Desarrollo Regional consiste en subsanar la problemática de las zonas deprimidas de los países miembros.21 Cabe señalar que el esfuerzo que las naciones desarrollan para lograr una mayor “integración hacia afuera” es complementario a uno con el mismo propósito hacia adentro, que promueva la igualdad territorial en los aspectos económico y social. La “integración hacia adentro” entraña la creación de nuevas fuentes de oferta productiva y de demanda efectiva que se desbordarían de un país a otro. Con ello se impulsan las corrientes comerciales intra y extrarregionales, dando continuidad a la integración. Además, redundaría en la retención de los flujos migratorios del campo a las capitales y podría constituir un valioso medio para la generación de empleo. Este tema tiene relevancia particular pues el número de los nuevos puestos de trabajo generados por las exportaciones no tradicionales de Centroamérica es muy bajo; se calcula que si durante esta década las exportaciones no tradicionales crecieran 13% al año, los empleos nuevos generados como porcentaje del incremento de la fuerza laboral serían sólo de 2% en El Salvador y Guatemala, 6% en Nicaragua y 22% en Costa Rica.22 La coordinación de las políticas macroeconómicas requiere atención especial. Esto implica uniformar determinadas políticas económicas, como las leyes sobre inversión extranjera y tarifas arancelarias, entre otras. Armonizar la política fiscal significa establecer tasas mínimas de determinados impuestos comunes a los cinco países. En particular habría que brindar facilidades especiales a los países de menor desarrollo relativo, mediante la concesión de plazos más largos para uniformar sus políticas con las de los demás. De particular importancia es la coordinación de las políticas fiscal y monetaria. Las tasas de cambio en algunos países se determinan por la oferta de dinero. Así, a una mayor expansión monetaria debida, por ejemplo, al financiamiento del déficit fiscal, corresponde una mayor devaluación de la moneda.23 Cabe destacar que las tasas de cambio son interdependientes; según estudios recientes basados en las metodologías de causalidad de Granger y de corrección de errores, la tasa de cambio de El Salvador está determinada por la de Guatemala, de manera que una expansión monetaria en el segundo determina el valor del colón salvadoreño. 24 Es evidente que los desequilibrios monetarios y fiscales de un país repercuten en otro, por lo que la estabilidad macroeconómica requiere una programación monetaria y fiscal de carácter conjunto. Es decir, que cuando El Salvador determine su tasa de cambio (y de inflación) deberá considerar las variables que afectan la oferta y demanda de dinero en Guatemala. La necesidad de coordinación rebasa el ámbito centroamericano. La evidencia econométrica muestra que uno de los factores del crecimiento económico de Honduras y Costa Rica es la tasa preferencial de interés de Estados Unidos,25 y que la tasa LIBOR influye en gran medida en los niveles de inversión de los cinco Publicación del Banco Centroamericano de Integración Económica 123 La Integración de Centroamérica: promesa y reto vigente 26 Véase Luis René Cáceres y Frederick José Jiménez, “La capacidad de absorción de inversiones de los países centroamericanos”, Revista de la Integración y el Desarrollo de Centroamérica, núms. 45-46, Tegucigalpa, abril de 1991, pp. 65-94. países.26 Así, cualquier avance de los países centroamericanos en materia de coordinación de sus políticas económicas podrían nulificarlo las perturbaciones provenientes de las economías desarrolladas, principalmente por el efecto de sus déficit fiscales. Por tanto, es necesaria una coordinación global para que los países de economías frágiles no sean “arrollados” por los problemas del entorno internacional. Esto indica que incluso en la época de los bloques económicos hay razón de sobra para insistir en un marco justo de relaciones Norte-Sur. Relevancia especial adquiere la instrumentación de una política de desarrollo social de alcance regional que prevea reducir las disparidades socioeconómicas en cada país. A ello podría contribuir una instancia regional que proponga políticas y prepare proyectos con perspectiva centroamericana, más aún cuando las zonas fronterizas presentan grandes similitudes culturales y geográficas y mantienen fuertes vínculos comerciales. La labor de esa institución podría complementarse con un fondo financiero con características similares a las del Fondo Europeo de Desarrollo Regional, capitalizado por cuotas (diferenciadas) de los países centroamericanos y de instituciones internacionales. Habría que considerar, además, el papel de los recursos externos en el futuro desarrollo e integración del área. No cabe duda que se requerirán en montos considerables para la reconstrucción en algunos países, después de más de un decenio de conflictos armados. Además, la situación social se ha deteriorado y es preciso atender las necesidades de las mayorías para cimentar un marco firme para la paz. Sin embargo, es importante evitar que la región sea un objeto de la caridad internacional; habría que considerar que, contrario a la intención de los donantes, la cooperación financiera internacional podría servir para posponer las reformas económicas o para mantener el consumo superfluo, la corrupción o la fuga de capitales. Así, la crisis debe dejar como secuela no sólo un esfuerzo significativo hacia el desarrollo y la integración, sino también el establecimiento de políticas que propendan a que la región viva con sus medios y fortalezca sus mecanismos financieros (banca, bolsa de valores, etc.). En este contexto, sería apropiado que la cooperación externa se otorgara en función de los esfuerzos de ayuda propia (self-help) de la región, esto es, con base en la formulación de programas de desarrollo, reducción de gastos superfluos del sector público, control de la corrupción, aumento de la tasa de ahorro y voluntad política para atender los problemas sociales. De particular importancia es la creación de un organismo regional encargado de estudiar las opciones y restricciones para el desarrollo en el mediano plazo, proponer estrategias adecuadas para alcanzar determinados objetivos, preparar estudios prospectivos de largo plazo, contribuir al intercambio de ideas y a su difusión y, en términos generales, crear un pensamiento propio sobre el desarrollo centroamericano. Esta concepción sustentaría la perspectiva de la región en las negociaciones externas y contribuiría a identificar los mitos en las teorías económicas en boga. Con respecto a la instrumentación del esfuerzo integracionista, es conveniente que los sectores que se han de considerar en un enfoque 124 Publicación del Banco Centroamericano de Integración Económica La integración centroamericana:logros, restricciones y perspectivas 27 Según informa The Washington Post del 26 de junio de 1991, las características de un país que contribuyen a dotarlo de competitividad internacional, según estudios del International Institute for Management Development y que se relacionan con la educación, son: fortaleza económica interna, políticas gubernamentales, mercados financieros, infraestructura, ciencia y tecnología, capacidad administrativa y gente. 28 Véanse Richard A. Easterlin, “Why Isn’t The Whole World Developed?”, The Journal of Economic History Wilmington, vol. 41, marzo de 1981, pp. 1-17, y Simón Kuznets, “Driving Forces of Economic Growth: What Can We Learn from History?”. Weltwirchftliches Archiv, Kiel. vol. 116. núm. 30,1980, pp. 409-429. global se determinen de forma creciente, incorporando nuevas áreas en la medida en que se den las condiciones internas (prioridad nacional) que garanticen un mínimo apoyo político. De lo contrario, el proceso se podría empantanar por atender aspectos que carecen de suficiente interés nacional o para los cuales no se dispone de recursos para su ejecución. De particular importancia sería estructurar un mecanismo institucional que permita a los presidentes de los países centroamericanos recibir nuevos planteamientos y evaluaciones del proceso de integración en forma periódica y recurrente. En dicho mecanismo la participación de los organismos internacionales deberá ser relevante, a fin de propiciar una rápida ejecución de los acuerdos alcanzados. Esto se facilitaría si las dependencias nacionales encargadas de ejecutar los acuerdos participaran en su formulación. Sería conveniente, además, preparar un plan de trabajo en torno a cada acuerdo alcanzado por los presidentes, asignando responsabilidades a las unidades competentes de cada país y a los organismos regionales. Independientemente de cuáles sean los campos de acción conjunta en un enfoque integrado, es necesario que en las altas jerarquías políticas se adopten compromisos relacionados con el cambio estructural de las economías de los países y se establezcan los programas nacionales y regionales para llevarlos a cabo. En ello tiene especial relevancia que en el mediano plazo converja los niveles de desarrollo social de cada país, o sea, se homogeneicen el desarrollo social de toda la región. Además de los beneficios que esto acarrearía al aumentar la capacidad de compra y ampliar la oferta productiva, constituiría bases firmes para consolidar la democracia y la paz regional. En especial, un esfuerzo de esta naturaleza conduciría a que amplios segmentos de la población consideraran la integración como un medio real para mejorar su situación social y, por tanto, estarían dispuestos a buscar su continuidad y avance. De especial importancia es incorporar el sector educativo al proceso de integración centroamericano con miras a generar sobre un fundamento regional las bases de conocimiento necesarias para crear ventajas comparativas e impulsar una deliberada estrategia comercial externa del área.27 La educación en el desarrollo y la integración de Centroamérica Se considera a la educación el pilar fundamental del crecimiento y el desarrollo económicos. Con base en rigurosos análisis históricocomparativos se ha demostrado que el factor determinante de estos logros ha sido la educación masiva en todos los niveles. Las investigaciones revelan que los países ahora desarrollados aumentaron su crecimiento económico, diversificaron su estructura productiva y se modernizaron debido al apoyo decisivo que otorgaron a la educación.28 La experiencia de esos países todavía es vigente. De 1963 a 1968 Corea del Sur, el gran “milagro” de desarrollo de los últimos decenios, incrementó su tasa de alfabetismo de 30 a 80 por ciento. Asimismo, de 1961 a 1981 las ventas externas de ese país Publicación del Banco Centroamericano de Integración Económica 125 La Integración de Centroamérica: promesa y reto vigente 29 Véase Kwan S. Kin, “Industrial Policy and Industralization in South Korea: 1961-1962. Lessons for Other Developing Countries”, Working paper núm. 39, Kellog Institute, University of Notre Dame, South Bend, enero de 1985. 30 Véase Assaf Razin, “Economic Growth and Education: New Evidence”, Economic Development and Cultural Change, vol. 25, núm. 2, Chicago, enero de 1987. Los resultados que informa Razin de la mejor estimación de una ecuación de regresión de 11 países en vías de desarrollo, usando datos del período 1953-1965, es la siguiente: G=-101.315 + 1.883 i + 23.0 log e + 0.78 n R 2 = 0.54 (5.4) (4.3) (4.9) En donde G = la tasa de crecimiento real del ingreso per cápita; i = el cociente inversión/ingreso; e = el porcentaje de habitantes entre 15 y 19 años que atiende la educación secundaria, y n = la tasa de crecimiento demográfico. La ecuación indica que si la población en escuela secundaria aumentara 1 %, el ingreso per cápita lo haría 23 por ciento. 31 Irma Adelman y Cynthia Talf Morris, Economic Growth and Social Equity in Development Countries, Stanford University Press, Stanford, 1973, p. 184. Las autoras definieron los recursos humanos como el promedio ponderado de los cocientes de matrícula en los niveles secundario y superior. crecieron de 450 millones de dólares a 45,000 millones. En la actualidad esa economía participa con 7% de las exportaciones mundiales. En un análisis comparativo sobre el desarrollo de México y Corea del Sur, Kwan S. Kim concluye: “El éxito de Corea demuestra vividamente la importancia de los recursos humanos en el proceso de desarrollo económico. En cambio, México todavía ocupa un lugar elevado entre los países en vías de desarrollo en términos de analfabetismo y de escasez de mano de obra educada. Así, todavía existe mucho que hacer en la inversión en recursos humanos de México.29 Evidencia econométrica demuestra que el crecimiento económico está influido por la inversión en capital humano,30 pues hay una relación positiva y estadísticamente significativa entre la tasa de crecimiento del ingreso per cápita real y el porcentaje de la población en edad escolar que atiende la educación secundaria. Además, la relación entre crecimiento económico e igualdad social en países menos desarrollados se ha estudiado ampliamente. El importante trabajo de Adelman y Taft Morris, que analiza datos económicos y políticos de 74 países en desarrollo para el período 1957-1968, revela que el desarrollo económico se acompaña de una redistribución del ingreso sólo cuando mejoran de manera notable el desarrollo social y la educación. Ese trabajo concluye que: “De las variables de mayor relevancia en el análisis, la más confiable para aumentar la calidad de la distribución del ingreso parece ser la tasa de mejoramiento de los recursos humanos.31 El papel determinante de la educación en el desarrollo económico ahonda la gravedad de los déficit educacionales de algunos países del área. Con excepción de Costa Rica, el analfabetismo de adultos todavía es mayor al promedio de los países de ingresos medianos (véase el cuadro 1). La situación de la educación superior es particularmente deficiente, como se aprecia en el cuadro 2. Es muy alentador, sin embargo, que los presidentes centroamericanos estén convencidos de que la educación debe desempeñar un papel importante en el desarrollo regional. En la Declaración de Antigua acordaron impulsar políticas, programas y proyectos en educación e investigación científica y tecnológica, debido a que constituyen un valor fundamental para la superación integral del individuo y el progreso económico, social, político y cultural de los pueblos. Así , es necesario esforzarse para impulsar la formación de recursos humanos y en especial erradicar el analfabetismo. En la búsqueda de recursos para ese fin, habría que aprovechar las iniciativas internacionales formuladas para contribuir al desarrollo regional; en particular lograr que la ayuda militar que recibe el área se transfiera a proyectos de educación. Asimismo, siguiendo la pauta establecida en la Iniciativa para las Américas, sería conveniente fomentar la elaboración de programas de conversión de deuda por educación con base en el mecanismo que prevé para los proyectos de conservación ambiental. La educación superior puede recibir un impulso notable de la integración centroamericana. Por una parte, sería conveniente establecer un programa de intercambio de estudiantes, de manera que 126 Publicación del Banco Centroamericano de Integración Económica La integración centroamericana:logros, restricciones y perspectivas alumnos de un país pudiesen prepararse en universidades de otro, por un año por ejemplo, recibiendo las equivalencias respectivas y con base en un programa de becas recíprocas. También podría incluirse el intercambio de profesores y estudiantes de posgrado en fases de investigación. Este programa complementaría otro de especialización de las universidades centroamericanas en determinados campos. Además, convendría que estas instituciones establecieran un sistema de equivalencias de los títulos otorgados en toda la región y realizaran esfuerzos conjuntos de investigación en las áreas tecnológicas y de ciencias sociales. La infraestructura de investigación es muy pobre en el área y existe un campo fértil para establecer centros de excelencia constituidos en forma conjunta. En términos operativos, ciertas universidades podrían ser la sede, procurando distribuirlos de modo uniforme a lo largo de la región. Es decir, se trataría de crear un sistema o red regional de investigación y formación. Es recomendable, además, que las universidades promuevan un mayor vínculo con los sectores productivos. Así, sería conveniente un programa regional destinado a fortalecer y ampliar ese vínculo, de manera que el sector productivo pudiera aprovechar los avances científicos y de asesoría de las universidades del área. Sería aconsejable que las universidades estructuraran y operaran una bolsa de trabajo en escala regional para la colocación de los graduados, a fin de promover la movilidad de los profesionales centroamericanos dentro del área. Relacionado con lo anterior, se deberían llevar a cabo esfuerzos para detectar en forma periódica nuevas necesidades en materia de educación superior en los cinco países centroamericanos y formular las respuestas más apropiadas para satisfacerlas con una perspectiva regional. Convendría, además, establecer un cuerpo que acreditara los programas de estudio ofrecidos por las universidades y los supervisara en forma periódica, a fin de garantizar que la educación impartida en todos los países del área sea de alta calidad. Asimismo, es importante que las universidades centroamericanas, de manera conjunta con los sectores público y privado, impulsen la creación de una red de televisión regional que difunda manifestaciones de la cultura centroamericana, a fin de fortalecer en la región la conciencia sobre sus valores y tradiciones. CUADRO 1. Tasa de analfabetismo de adultos, 1985a (Porcentajes) Honduras Guatemala El Salvador Costa Rica Promedio de países de ingreso medio 41 45 28 6 26 a. No se dispuso de información sobre Nicaragua. Fuente: Banco Mundial, Informe sobre el desarrollo mundial 1990, Washington, p.198. Publicación del Banco Centroamericano de Integración Económica 127 La Integración de Centroamérica: promesa y reto vigente CUADRO 2. Grupo de edad matriculado en nivel superior (Porcentajes) Honduras Guatemala El Salvador Costa Rica Nicaragua 1965 1 2 2 6 2 1987 9 9 18 25 8 Fuente: Banco Mundial, Informe sobre el desarrollo mundial 1990, Washington, p.254. Consideraciones finales La integración centroamericana ha acarreado beneficios importantes al área y constituye un valioso instrumento para afincar la recuperación del desarrollo económico de corto y largo plazos. Habría que definir los requisitos inmediatos para ubicar a la integración en un plano más protagónico en los esfuerzos del desarrollo. La variable clave es el apoyo político de los países miembros y la convicción de que el programa con ese propósito generará beneficios nacionales. Muchos de estos requisitos se han cumplido, como lo prueban las declaraciones de los presidentes del área. Habría también que establecer un marco más formal en el contexto legal del proyecto de categorización a la programación para ejecutar las decisiones adoptadas, así como procurar que las estrategias nacionales incorporen, como un mecanismo específico, la integración. En un plano más operativo, conviene normalizar el comercio intracentroamericano -en lo cual se ha avanzado en forma considerable con la aprobación del Sistema Centroamericano de Pagos- y definir el arancel externo común. También es urgente evaluar la funcionalidad de los organismos regionales para fortalecerlos según las prioridades regionales. En definitiva, difícilmente se podrá avanzar en la integración sin mejorar la calidad del capital humano del área. Introducir la educación en el marco de la integración es, así, una necesidad insoslayable. De esa forma, con medidas concretas e inmediatas se forjará una nueva etapa de la integración que permitirá a la economía regional proporcionar mejores niveles de vida a todos los centroamericanos. 128 Publicación del Banco Centroamericano de Integración Económica La relación de equilibrio de largo plazo entre los tipos de cambio en los mercados negros de Guatemala y El Salvador El Trimestre Económico Vol. LIX (3) México Julio-Septiembre de 1992 Luis René Cáceres y Óscar A. Núñez Sandoval Los autores son funcionarios, respectivamente, del Departamento de Planes y Programas del Banco Interamericano de Desarrollo y del Departamento de Planeación Estratégica del Banco Centroamericano de Integración Económica. Los autores agradecen los comentarios de Carlos G. Herrera, Carlos Imendia, Frederick Jiménez y Salvador Quintanilla, así como las valiosas sugerencias de un miembro anónimo del Comité Dictaminador. La Integración de Centroamérica: promesa y reto vigente Introducción 1 Cáceres (1980), Cáceres y Senin ger (1981) y Cáceres e Imendia (1987) han encontrado que en la subregión los multiplicadores más significativos ocurren entre El Salvador y Guatemala. 2 Véase, sobre la fuga de capitales y acerca de la subfacturación de las importaciones centroamericanas, Cáceres (1990). 3 Cáceres y Suay (1988) presentaron evidencia empírica de que existe sustitución entre las monedas de El Salvador y Guatemala. Una implicación es que en estos países no se encuentra una relación directa entre la oferta monetaria y la tasa de inflación. Por su parte, Meléndez (1990) encontró que existe una fuerte relación de causalidad de los desequilibrios monetarios de Guatemala al comportamiento de la tasa de variación de la producción real salvadoreña. 4 Cáceres y Núñez-Sandoval (1991) encontraron evidencia empírica de una dirección de causalidad del tipo de cambio de Guatemala al de El Salvador. Asimismo, que el tipo de cambio de cada país tiene significación estadística en la determinación del tipo de cambio del otro. 5 Sobre la eficiencia de los mercados véase el Trabajo seminal de Fama (1970). Los aspectos empíricos de la eficiencia de los mercados cambiarios se tratan en Levich (1971 y 1978). Una descripción de los mercados negros de divisas en El Salvador y Guatemala se encuentra en Cáceres y Núñez-Sandoval (1991 y 1992). Estudios recientes han apuntado la existencia de una significativa interdependencia entre las economías de Guatemala y El Salvador.1 De hecho, las exportaciones de Guatemala a El Salvador se han mantenido en alrededor de 55% de sus ventas al Mercado Común Centroamericano y 12% de sus exportaciones totales. Las cifras correspondientes a El Salvador son de 65 y 14% respectivamente. Se considera que el “comercio informal” entre ambos países es muy significativo, encontrándose además evidencia de subfacturación en el valor de sus importaciones y exportaciones.2 La fuerte interrelación económica entre los dos países se manifiesta en la sustitución de sus monedas y en los efectos de trasmisión de los desequilibrios monetarios.3 Asimismo, en los años recientes también se observa una marcada sincronización en las trayectorias de las cotizaciones del dólar en las ciudades capitales, San Salvador y Guatemala4 (gráfica 1). De esa manera surge el interrogante de si la integración de estos mercados cambiarios es tan fuerte que en efecto constituyen un solo mercado, en el cual ambos tipos guardan una relación estable de largo plazo. Lo anterior supone implicaciones en cuanto a la eficiencia de los mercados cambiarios de cada país. Como es bien conocido, un mercado se dice que es eficiente cuando los precios reflejan toda la información disponible, de manera que ningún agente económico puede realizar ganancias extraordinarias. Al existir una relación de largo plazo entre los tipos de cambio, el comportamiento de cada uno se podría inferir observando la trayectoria del otro, lo cual negaría la existencia de un régimen de eficiencia de los mercados.5 En este trabajo se analiza la eficiencia de los mercados negros de divisas de Guatemala y El Salvador aplicando la prueba de cointegración. Esencialmente se investiga de manera empírica si GRÁFICA 1. Tipos de cambio en el mercado de El Salvador y Guatemala 8 El Salvador (colones / dólares) 7 6 5 4 Guatemala (quetzales / dólares) 3 2 1 8 / 82 1 / 84 130 Publicación del Banco Centroamericano de Integración Económica 1 / 85 1 / 86 1 / 87 1 / 88 1 / 89 12 / 89 La relación de equilibrio de largo plazo entre los tipos de cambio en los mercados negros de Guatemala y El Salvador existe una relación de equilibrio de largo plazo entre los tipos de cambio de ambos mercados. La sección I describe la metodología de cointegración y el mecanismo de corrección de errores. Las secciones II y III presentan respectivamente los resultados de ambas pruebas. A continuación el trabajo presenta una sección de consideraciones finales. I. La teoría de cointegración y la eficiencia de los mercados cambiarios En su forma más sencilla la teoría de cointegración se puede relacionar con la existencia de una asociación estable en la trayectoria de largo plazo de dos variables, en la cual sus series de tiempo no divergen persistentemente entre sí y regresan a sus trayectorias de largo plazo después de ser sometidas a perturbaciones. Si esta asociación existe se infiere que las variables son cointegradas. Para apreciar en términos operativos el concepto de cointegración se introduce la definición de dos clases de series de tiempo. Una, las series cuya media, varianza y auto correlación temporal son constantes, las cuales se denominan series con propiedades “estacionarias”, llamándose series integradas de orden cero, o I(0). Por otra parte, las series que necesitan que se obtenga su primera diferencia para que adquieran la característica de estacionalidad, se les denomina series integradas de orden uno, o sea I(1). En términos generales, si una serie necesita ser diferenciada d veces para volverse I(O), se le denomina serie integrada de orden d. Las series I(0) muestran una tendencia a regresar a su valor promedio y fluctúan en torno del mismo sin apartarse de él considerablemente. Su función de auto correlación disminuye rápidamente en la medida que aumentan los rezagos, dando poca ponderación a sucesos en el pasado distante, y de esa manera tienen una “memoria” finita. Por su parte, una serie I(1) oscilará ampliamente y rara vez retornará a valores previos.6 Lo anterior conduce a la siguiente definición de la propiedad de cointegración: considérense X, Y un par de series de orden 1; entonces, si existe una constante A tal que Z = X - AY sea de orden cero, se infiere que X y Y son cointegradas y A se denomina el parámetro de cointegración. La expresión X = AY se puede interpretar como una relación de largo plazo o de “equilibrio”, y de esa manera a la variable Z, que refleja el grado en que las variables X y Y se apartan de tal relación, se le conoce como el “error de equilibrio”. Una extensión de la teoría es que si Xy Y son I(l) y son cointegradas, entonces existe un mecanismo de “corrección de errores”, definido de la siguiente manera: n n i -1 i-1 n n ∆ X = - σ 1 Z-1 + Σαi ∆X-i +Σβ i ∆Y-i + ε1 6 Las referencias clásicas de la tesis de cointegración son Granger (1986) y Engle y Granger (1987). Una completa exposición en castellano se encuentra en Chica Avella (1990). (1) ∆ Y = - σ 2 Z-1 + Σδi ∆X-i +ΣΘ i ∆Y-i + ε2 i -1 i-1 en donde Z = X -AY, y los errores ε1 y ε2 tienen la característica de Publicación del Banco Centroamericano de Integración Económica 131 La Integración de Centroamérica: promesa y reto vigente “ruido blanco”. Granger (1986) y Engle y Granger (1987) han demostrado que si dos variables son cointegradas deben comportarse de acuerdo con el modelo de corrección de errores y debe existir una relación de causalidad, en el sentido de Granger, en por lo menos una dirección, dado que una variable sirve para pronosticar el valor de la otra. La metodología de cointegración se ha aplicado para detectar la existencia de relaciones de largo plazo entre variables macroeconómicas; cabe destacar los estudios efectuados para comprobar la validez de la teoría de la paridad del poder de compra mediante la investigación de la existencia de cointegración entre los precios internos y externos, ajustando estos últimos por el tipo de cambio (MacNown y Wallace 1989; Johnson, 1990; Canarella, 1990, y Layton y Stark, 1990); el análisis de la relación entre el ingreso y el consumo de energía per capita (Nachane y otros, 1988); la relación entre la tasa de interés nacional y la tasa de inflación (Atkins, 1989, y MacDonald y Murphy, 1989), y las relaciones entre dinero e ingreso (MacDonald, 1990), impuestos y gasto público (Miller y Russek, 1990) y déficit fiscales y tasa de interés (Darrat, 1990). El tema de la eficiencia de los mercados cambiarios también se ha analizado mediante la prueba de cointegración. Así, MacDonald y Taylor (1989) parten de la observación de Granger (1986) de que si los mercados cambiarios son eficientes los tipos de cambio no pueden ser cointegrados. Si lo son, esto implica que existe una relación de causalidad en el sentido de Granger entre los tipos de cambio en por lo menos una dirección y, por lo tanto, un tipo de cambio se puede usar para pronosticar el otro, dada la existencia de una relación estable de largo plazo entre ambos tipos. Por lo tanto, el tipo de cambio individualmente considerado no comprende toda la información disponible y se infiere que el mercado cambiario es ineficiente. Estos autores realizaron la prueba de cointegración para tipos de cambio de siete países europeos, Canadá y Japón, encontrando que para todos los países las series mensuales de sus propios tipos de cambio son integradas de orden uno, y al examinar la existencia de cointegración entre dichas series en ningún caso se pudo rechazar la hipótesis de no cointegración. En un estudio posterior Hakkio y Rush (1989) analizan la eficiencia de los mercados cambiarios de Inglaterra y Alemania mediante la prueba de cointegración entre los tipos de cambio spot y a futuro de estos dos países. Utilizando datos mensuales del periodo 1975-1986 estos autores encontraron que tanto las series de tipos spot de los dos países así como las de sus tipos a futuro no eran cointegradas y, por lo tanto, concluyeron que dichos mercados eran eficientes. Cuando la prueba de cointegración se aplicó a los tipos de cambio spot y a futuro de cada país por separado los autores encontraron evidencia de cointegración. De particular importancia para el tema de este trabajo es el estudio de Herrera (1990) acerca de la eficacia del mercado paralelo de divisas en Colombia. Este autor realizó una prueba de cointegración usando datos semestrales del periodo 1970-1989 de los tipos de cambio paralelo y oficial, encontrando que ambas series estaban cointegradas, por lo que concluyó que: 132 Publicación del Banco Centroamericano de Integración Económica La relación de equilibrio de largo plazo entre los tipos de cambio en los mercados negros de Guatemala y El Salvador . . . puesto que las dos series son cointegradas, debe existir causalidad en al menos una dirección. . . en el anexo l se presentan ejercicios que permiten concluir que las variaciones en el tipo de cambio oficial anteceden, y “causan” . . . los movimientos en la tasa de cambio negro. Esto significa que se puede utilizar la tasa de cambio oficial (que es información pública) para mejorar las proyecciones del cambio negro, por lo cual se rechaza la hipótesis de eficiencia... del mercado paralelo de divisas. II. Prueba de cointegración para los tipos de cambio de Guatemala y El Salvador A continuación se investiga la hipótesis de cointegración entre los tipos de cambio en los mercados negros de Guatemala y El Salvador, utilizando series mensuales de ambos tipos para el periodo agosto de 1982-diciembre de 1989. Siguiendo a Engle y Granger (1987) el análisis se efectúa en tres etapas: Paso 1: se investiga si las series son estacionarias. Así, es necesario conocer si los tipos de cambio en los mercados negros de Guatemala y El Salvador, Eg y Ees respectivamente, son estacionarios.7 Para este propósito se recurre a la prueba desarrollada por Dickey y Fuller (1979) que en términos generales, para el caso de una variable X, requiere la estimación de la ecuación: p ∆Xt= φXt-1 + ΣΘi ∆ Xt-1+ et (2) i-1 en donde el tamaño del rezago p se selecciona para asegurar que et es “ruido blanco”. La hipótesis nula, Ho:X t es I(1) se rechaza en favor de H1: Xt es I(0) si se encuentra que φ es negativo y estadísticamente significativo. La prueba se realiza calculando un “estadístico t” igual a la razón del valor del coeficiente φ a su error estándar. Este estadístico es comparado con los valores críticos computados por Fuller (1976), ya que no tiene una distribución t en vista de que la varianza de X es infinita si la hipótesis nula es aceptada. Los resultados de las estimaciones de la ecuación (2) para los logaritmos de Eg y Ees, reportados en el cuadro 1, demuestran que ambas variables no son I(0):8 El valor crítico a un nivel de 5% es -2.89, rechazándose la hipótesis nula cuando el “estadístico t” de φ es < -2.89. De esa manera se infiere que ambas variables Eg y Ees son I(l), cumpliéndose así una condición necesaria para la existencia de cointegración. 7 Las v ariables Eg y Ees denotan unidades de las respectivas monedas nacionales (quetzales y colones) por un dólar de los Estados Unidos. 8 El método de estimación usado es mínimos cuadrados ordinarios. Paso 2: se estima la ecuación de cointegración. Usando mínimos cuadrados ordinarios se estima la ecuación siguiente: Xt = A + BYt + µ t (3) Publicación del Banco Centroamericano de Integración Económica 133 La Integración de Centroamérica: promesa y reto vigente CUADRO 1. Coeficientes estimados de las ecuaciones de regresiones Eg y Ees Regresión de ∆Eg Variables Independientes Regresión de ∆Ees Coeficientes Variables Independientes Constante Coeficientes Constante 0.026 (1.73) 0.0716 (1.73) Eg-1 -0.025 (1.37) Ees-1 0.0418 (1.67) ∆Eg-1 0.377 (3.45) ∆Ees-1 0.41 (3.87) ∆Eg -2 0.170 (1.45) ∆Ees-2 -0.195 (1.75) ∆Eg -3 -0.152 (1.35) ∆Ees-3 0.295 (2.79) Grados de libertad R2 Q(27) 80 0.17 31.4 Grados de libertad R2 Q(27) 80 0.17 15.42 El resultado de la estimación de la ecuación (3) se reporta a continuación:9 LogEes= 1.30 + 0.44 LogEg (73.31) (21.32) R2 = 084 DW = 0.32 Paso 3: se comprueba que el error µt (ecuación 3) es estacionario o I(0), La existencia de cointegración es aceptada cuando el residuo µt tiene la propiedad I(0), es decir que es estacionario. Para este fin se recurre a las siguientes pruebas: Prueba 1: el estadístico Durbin-Watson de la regresión de cointegración (DWRC) 9 Al estimar la ecuación (3) con Log Eg como la variable dependiente se obtuvieron los resultados siguientes: LogEg = -2.37 + 1.92 LogEes (15.90) (21.31) R2 = 0.84 D.W. = 0.29 De acuerdo con Sargan y Bhargava (1983), si el estadístico Durbin-Watson de la regresión de cointegración es significativamente mayor que cero se puede rechazar la hipótesis de que no existe cointegración. La significación estadística del estadístico DurbinWatson obtenido al estimar la ecuación (3) se establece utilizando los valores críticos reportados en Engle y Granger (1987) para una muestra de 100 observaciones; si el estadístico DW es mayor que los valores críticos se acepta la existencia de cointegración. El coeficiente Durbin Watson de la ecuación anterior de cointegración es igual a 0.32, un valor idéntico al valor crítico 134 Publicación del Banco Centroamericano de Integración Económica La relación de equilibrio de largo plazo entre los tipos de cambio en los mercados negros de Guatemala y El Salvador correspondiente a un nivel de 10%. Así, esta prueba indicaría que en ese nivel de confianza se aceptaría la existencia de cointegración. Prueba 2: el estadístico de Dickey-Fuller (DF) Utilizando la serie de los residuos de la ecuación de regresión (3) se estima una ecuación propuesta por Dickey y Fuller (1979): ∆µt = δµt-1 + vt (4) La significación estadística del parámetro δ se establece usando su “estadístico t”, comparándolo con los valores Críticos de Engle y Granger (1987). Si el “estadístico t” de δ es mayor que los valores críticos se acepta la hipótesis de existencia de cointegración. En cuanto a la prueba de Dickey-Fuller, que se muestra en el cuadro 2, el valor del “estadístico t” del coeficiente de µt-1 es de 2.60, inferior a los valores críticos de 4.07, 3.37 y 3.03, correspondientes a niveles de 1, 5 y 10%, por lo que de acuerdo con esta prueba se rechaza la existencia de cointegración. CUADRO 2. Regresión de la prueba de cointegración Variables independientes µt - l Coeficientes Regresiones de ∆µ Coeficientes -0.15 (2.60) -0.22 (3.40) ∆µ-l 0.34 (3.13) ∆µ-2 -0.18 (1.71) ∆µ-3 0.35 (3.25) Grados de libertad R2 DW Q(27) 86 0.07 1.62 38.9 80 0.24 1.99 26.65 Prueba 3: el estadístico de Dickey-Fuller aumentado (DFA) De nuevo, con los residuos de la regresión (3) se estima una ecuación que incorpora valores rezagados de ∆µt a fin de asegurar que el error wt es ruido blanco y tiene la forma siguiente: p ∆µt = φµt-1 + Στi∆µt-i + wt (5) i-l Publicación del Banco Centroamericano de Integración Económica 135 La Integración de Centroamérica: promesa y reto vigente Es del caso señalar que Engle y Granger (1987) recomendaron el uso del estadístico DFA como el más apropiado en la prueba de cointegración. El valor de 3.40 correspondiente al “estadístico t” del coeficiente de µt-1 (cuadro 2) en la prueba del estadístico DickeyFuller aumentado es superior al valor crítico de 3.17 a un nivel de 5%. De esa manera, se infiere la existencia de cointegración entre Eg y Ees. III. El modelo de corrección de errores La sección anterior presentó evidencia con base en la prueba de Dickey-Fuller aumentada y en el estadístico Durbin-Watson, de que los tipos de cambio en los mercados negros de Guatemala y El Salvador son cointegrados. Esto indica que debe existir una ecuación de corrección de errores para estas variables. Siguiendo la formulación de Engle y Granger (1987) se estimaron ecuaciones de corrección de errores, siendo las variables dependientes tanto ∆Eg como ∆ Ees. Se debe apuntar que la ecuación de ∆Eg incluye el error de la ecuación de cointegración de Eg en Ees y viceversa, y que el coeficiente del error rezagado representa la respuesta de la variable dependiente a desviaciones de la relación de equilibrio. Si el coeficiente del error no es significativo se infiere que la variable dependiente no se ajusta para corregir las desviaciones del equilibrio. Los resultados de las estimaciones de la ecuación de corrección de errores para ∆ Ees y ∆ Eg se presentan en los cuadros 3 y 4. Los resultados anteriores muestran que el coeficiente del error rezagado es significativo en todas las ecuaciones que explican el tipo de cambio en El Salvador, no así en las ecuaciones correspondientes a Guatemala, reiterando la presencia de cointegración entre las variables Eg y Ees. Además, el estadístico Q de todas las regresiones es menor que el valor crítico de la distribución chi- cuadrado, a 95% de nivel de probabilidad, indicando que no existe auto correlación de residuos. Estos resultados señalan la existencia de una relación de causalidad del tipo de cambio de Guatemala al de El Salvador, confirmando la conclusión de Cáceres y Núñez Sandoval (1992), proveniente de la aplicación de la metodología de causalidad de Granger. Se debe señalar que el coeficiente del término de corrección de errores en la regresión de ∆Ees sugiere que alrededor del 24% de las desviaciones de la relación de equilibrio de largo plazo entre los tipos de cambio de El Salvador y Guatemala se corrigen por movimientos en el tipo de cambio del primer país en el siguiente mes. Con base en la estimación de las ecuaciones de corrección de errores se realizó una prueba adicional para determinar si las series Eg y Ees son cointegradas. La prueba consiste en obtener los “estadísticos t” para los coeficientes de los términos de corrección de errores en los cuadros 3 y 4, elevarlos al cuadrado y sumarlos, y comparar este valor con los límites críticos reportados en Engle y Granger (1987). Utilizando los valores más altos de los “estadísticos t”, correspondientes a la ecuación de tres rezagos para las variables independientes, de 0.324 y 3.507, se encuentra que la suma de sus 136 Publicación del Banco Centroamericano de Integración Económica La relación de equilibrio de largo plazo entre los tipos de cambio en los mercados negros de Guatemala y El Salvador CUADRO 3. Estimación del modelo de corrección de errores (Regresión de ∆Ees) Variables independientes Constante ∆Ees-1 ∆Ees -2 Coeficientes Coeficientes Coeficientes Coeficientes 0.0028 (0.7258) -0.244 (2.411) 0.0022 (0.583) 0.188 (1.666) -0.139 (1.303) 0.0018 (0.514) 0.349 (3.072) -0.140 (1.308) 0.372 (3.741) 0.002 (0.076) 0.321 (3.006) -0.282 (2.518) 0.2275 (2.259) -0.068 (0.682) 0.128 (1.713) 0.131 (1.729) 0.136 (1.672) 0.0798 (1.124) 0.120 (1.593) -0.199 (2.597) -0.210 (3.398) -0.156 (2.270) -0.237 (3.507) 0.156 (2.308) 0.125 (1.777) -0.217 (3.087) 0.289 (3.913) -0.149 (2.148) 83 78 76 73 0.29 23.9 0.31 18.25 0.41 18.74 0.50 15.0 ∆Ees-3 ∆Ees-4 ∆Eg-1 ∆Eg-2 ∆Eg-3 ∆Eg-4 µt - 1 Grados de liberad 2 R Q(27) cuadrados es de 12.40, superior al valor crítico de 11.8 a un nivel de 5%. Así, esta prueba permite inferir que existe cointegración. Del análisis anterior se deduce que las series de los tipos de cambio en los mercados negros de Guatemala y El Salvador son cointegradas y que, por lo tanto, los mercados cambiarios de estos países son ineficientes; la ineficiencia se aprecia al tomar en cuenta que el error rezagado (µt), que se conoce en el periodo t - 1, puede utilizarse para predecir Ees 1 en el tiempo t, por lo que el tipo de cambio no contiene toda la información pertinente. Por último, se trae a cuenta la observación de Hakkio y Rush (1988) en el sentido de que la conclusión de la ineficiencia de los mercados cambiarios por el hecho de que los respectivos tipos de cambio son cointegrados presupone que las monedas son activos diferentes, lo cual no es el caso cuando los países coordinan sus políticas económicas. En el caso objeto de este trabajo no es difícil apreciar que El Salvador y Guatemala no coordinaron sus políticas económicas en el periodo de estudio. El primer país emprendió medidas de restricción cambiaría mucho antes que Guatemala, como resultado de los altos déficit fiscal y en cuenta corriente originados principalmente por el conflicto bélico experimentado durante la década recién pasada. Así, contrario a una Publicación del Banco Centroamericano de Integración Económica 137 La Integración de Centroamérica: promesa y reto vigente CUADRO 4. Estimación del modelo de corrección de errores (Regresión de ∆Ees) Variables independientes Coeficientes Coeficientes Coeficientes Constante 0.742 (1.188) 0.038 (0.225) 0.0067 (1.042) -0.124 (0.651) 0.218 (0.121) 0.007 (1.173) -0.057 (0.282) 0.128 (0.661) -0.022 (0.124) 0.007 (1.075) -0.019 (0.936) -0.003 (0.012) -0.0607 (0.301) -0.191 (0.967) 0.395 (3.216) 0.384 (0.029) 0.1272 (0.924) 0.380 (2.977) 0.139 (1.015) -0.186 (1.329) 0.0166 (0.344) 0.0006 (0.0011) 0.0182 (0.324) 0.417 (3.161) 0.145 (1.047) -0.209 (1.475) 0.217 (1.487) -0.013 (0.215) 83 0.13 36.2 78 0.12 38.3 76 0.12 29.3 73 0.13 31.2 ∆Ees-1 ∆Ees-2 ∆Ees-3 ∆Ees-4 ∆Eg-1 ∆Eg-2 ∆Eg-3 ∆Eg-4 µt-1 Grados de liberdad R2 Q(27) Coeficientes coordinación de política macroeconómica, lo que se experimentó fue un retroceso en la interdependencia de las economías por medio de interrupciones periódicas del comercio recíproco ante problemas de pagos. En este marco de una economía en un periodo de contracción y estancamiento en medio de una guerra civil y otra que mantuvo un relativo dinamismo, excepto por los años 1982 y 1983, se encuentra que es posible predecir el tipo de cambio de El Salvador observando el de Guatemala en el mes inmediato anterior. Esta última información es “ajena” al tipo de cambio de El Salvador, o sea que no comprende toda la información necesaria para predecir su trayectoria, y de ahí que los mercados sean ineficientes. Es conveniente corroborar este resultado con base en otras pruebas de eficiencia de mercados que se han desarrollado en la bibliografía. En particular,Culbertson (1989) ha realizado una prueba de eficiencia estimando la ecuación siguiente: LogR = a + b LogR-1 +z en donde R es el tipo de cambio en el mercado negro, postulando que si tal mercado es eficiente el término constante, a, debe ser estadísticamente igual a cero, el coeficiente b debe ser muy cercano a la unidad y los errores de la ecuación no deben estar 138 Publicación del Banco Centroamericano de Integración Económica La relación de equilibrio de largo plazo entre los tipos de cambio en los mercados negros de Guatemala y El Salvador autocorrelacionados. La aplicación de esta prueba a una muestra de 10 países resultó en la aceptación de la hipótesis de la eficiencia de los mercados negros de esos países. A continuación se presentan los resultados de estimar una ecuación, como la propuesta por Culbertson, para el caso de los tipos de cambio en los mercados negros de Guatemala y El Salvador. Log Eg = 0.0291 + 0.9792 Log Eg-1 (1.98) (56.68) R2 = 0.97 D.W. = 0.16 h = 3.94 Log Ees = 0.0496 + 0.9739 Log Ees-1 (1.24) (40.34) R2 = 0.95 D.W. = 1.29 h = 3.47 Se puede notar que, no obstante que los coeficientes del tipo de cambio rezagados son muy cercanos a la unidad, en el caso de Guatemala el término constante resultó ser estadísticamente significativo a un nivel de 5%; además, en ambos casos los estadísticos Durbin-Watson indican la presencia de autocorrelación de primer orden de los residuos, lo cual es confirmado por los valores del estadístico h de Durbin. De esa manera se corrobora la ineficiencia de los mercados negros de divisas de estos países. Consideraciones finales Como es bien conocido, se dice que un mercado es eficiente cuando los precios reflejan toda la información disponible, de manera que no es posible realizar ganancias extraordinarias mediante el uso de información que no esté contenida en los precios. En este trabajo se ha analizado la eficiencia de los mercados negros de divisas de Guatemala y El Salvador aplicando la prueba de cointegración. Si estos mercados son eficientes los tipos de cambio no pueden estar cointegrados y no existe una relación estable de largo plazo entre ambos tipos. En este estudio se encontró evidencia de que las series de los tipos de cambio en los mercados negros de Guatemala y El Salvador son cointegradas y que, por lo tanto, los mercados cambiarios de estos países son ineficientes, en el sentido de que no contienen toda la información importante. Este resultado fue corroborado por otras pruebas de eficiencia de mercados que se han desarrollado en la bibliografía. Octubre de 1991 Publicación del Banco Centroamericano de Integración Económica 139 La Integración de Centroamérica: promesa y reto vigente Referencias bibliográfica Atkins, F. J. (1989), “Co-integration, Error Correction and the ‘Fisher Effect”, Applied Economics, vol. 21, pp. 1611-1620. 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Núñez Sandoval (1991), “La determinación del tipo de cambio en el mercado negro de El Salvador”, EL TRIMESTRE ECONÓMICO, vol. LVIII (2),núm. 230, abril-junio, pp. 249-262. — , y — (1992), “Influencias internas y externas en la determinación del tipo de cambio en el mercado negro de Guatemala”, EL TRIMESTRE ECONÓMICO, vol. LIX, núm. 234, abril-junio, pp. 297-310. Canarella, Giorgio y otros (1990), “Co-integration Between Exchange Rales and Relative Prices: Another View”, European Economic Review, vol. 34, noviembre, pp.1303-1322. Culbertson, W. Patton (1989), “Empirical Regularities in Black Markets for Currency”, World Development, vol. 17, núm. 12, diciembre, pp. 19071919. Chica Avella, Ricardo (1990), “La metodología de la cointegración: presentación y algunas aplicaciones”, Desarrollo y Sociedad, núm. 25, marzo, pp. 57-85. Darrat, Ali F. 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Publicación del Banco Centroamericano de Integración Económica 141 La Integración de Centroamérica: promesa y reto vigente 142 Publicación del Banco Centroamericano de Integración Económica Elementos para una estrategia centroamericana de renegociación de la deuda externa y captación de recursos eca Estudios Centroamericanos Revista de extensión cultural de la Universidad Centroamericana “José Simón Cañas” Año XLVIII Julio- Agosto, 1993 La Integración de Centroamérica: promesa y reto vigente Resumen Análisis documentado sobre la deuda externa de los países centroamericanos, subrayando sus causas y sus puntos débiles. El autor insiste en los mecanismos y posibilidades de renegociación de esta deuda para promover un desarrollo sostenido en el área. Además, propone políticas, medidas y mecanismos concretos para disminuir la elevada deuda regional así como para convertirla en un instrumento que ayude al desarrollo económico y social centroamericano. 1. La deuda externa de los países centroamericanos Entre las distintas manifestaciones de la crisis económica experimentada por Centroamérica en la década recién pasada, sobresale el proceso de rápido endeudamiento externo y los severos problemas encontrados para atender el servicio de dicha deuda. En efecto, su crecimiento ha sido significativo. Basta señalar que en 1970 la deuda externa total era de 1,349 millones de dólares, para pasar a 6,874 millones de dólares en 1979. A principios de los años ochenta se nota el crecimiento más acelerado, al pasar de 8,458 millones de dólares en 1980 a 17,144 millones de dólares en 1985. Después de ese año, el incremento ha sido menos pronunciado, pero el monto en 1990 era bastante significativo (22,658 millones de dólares). A nivel de países, en 1990 el mayor monto de endeudamiento lo presenta Nicaragua, seguido de Costa Rica y Honduras; empero, hay que hacer notar que ese año Costa Rica redujo su deuda con la banca privada internacional en 1,152 millones de dólares. En cuanto a la estructura de la deuda publica externa para la región en su conjunto, en 1990, un 53.56 por ciento del total estaba constituida de obligaciones con fuentes bilaterales oficiales, un 29.78 por ciento con organismos multilaterales y un 16.66 por ciento con fuentes privadas. Al nivel de países, la deuda oficial constituye un porcentaje significativo en El CUADRO 1. Centroamérica: deuda total desembolsada 1970-1990 (millones de dólares) 1970 1979 1980 1981 1982 1983 1984 Guatemala 281 El Salvador 142 Honduras 193 Nicaragua 314 Costa Rica 429 Centroamérica 1,349 939 939 1,280 1,483 2,233 6,874 1,166 911 1,475 2,171 2,735 8,458 1,264 1,127 1,708 2,572 3,288 9,9591 1,537 1,419 1,845 3,331 3,631 11,763 1,799 1,673 2,132 4,178 4,164 13.946 2,343 1,730 2,291 5,113 3,970 15,447 1985 1986 1987 1988 1989 1990 2,584 2,758 1,753 1,850 2,742 2,985 5,691 6,730 4,374 4,529 17,144 18,850 2825 1975 3303 7864 4727 21248 2633 1987 3318 8587 4531 21056 2594 2070 3333 9568 4603 22168 2777 2132 3480 10497 3772 22658 Fuente: Banco Mundial, World debt tables, excepto para los años 1970 y 1979 que la fuente es R. Caballeros, “La deuda externa de Centroamérica”, Revista de la CEPAL, No. 32, 1987. 144 Publicación del Banco Centroamericano de Integración Económica Elementos para una estrategia centroamericana de renegociación de la deuda externa y captación de recursos CUADRO 2. Indicadores de la deuda externa (Porcentajes) Deuda Total/Exportaciones PAIS Guatemala El Salvador Honduras Costa Rica Nicaragua Deuda Total/Prod.Nac.Bruto 1980 1985 1990 1980 1985 1990 63.6 71.1 152.5 224.5 422.3 185.8 162.7 293.5 344.4 1,603.5 175.2 236.0 322.2 184.2 2,729.0 14.9 25.9 61.7 59.5 106.2 27.4 46.5 83.1 121.8 217.9 37.5 40.4 140.9 69.2 620.0 Fuente: Banco Mundial, World debt tables. 1 Maxwell F. Fry, “Foreign Debt Instability: An Analysis of National Saving and Domestic Investment Responses to Foreign Debt Accumulation in 28 Developing Countries”, Journal of International Money and Finance, vol. 8, No. 3, septiembre 1989, pág. 32-34. 2 Joshua Greene y Delano Villanueva, “Private Investment in Developing Countries”, IMF Staff Papers, vol. 38, No. 1, marzo 1991, pág. 33-58. Salvador, Nicaragua y Honduras (91.57, 82.24 y 88.19 por ciento respectivamente). En el caso de Nicaragua, sobresale el hecho de que del total que se adeudaba a fuentes oficiales en 1990, el 85.29 por ciento, consistía de préstamos de organismos bilaterales. Algunos indicadores de la deuda externa de cada país centroamericano se presentan a continuación en el Cuadro 2. Se puede notar un crecimiento muy marcado de dichos índices en todos los países. En 1990 el mayor nivel de endeudamiento con relación a las exportaciones lo presentaba Nicaragua, seguido de Honduras; los índices más bajos lo presentaban Guatemala y Costa Rica, siendo incluso inferiores al promedio de América Latina y el Caribe (261.4%). En relación al producto nacional bruto, el mayor porcentaje correspondió a Nicaragua, seguido también por Honduras; la posición menos crítica la presentaba Guatemala, con un porcentaje inferior al promedio de la región (40.8%).La situación en términos de la relación entre el servicio de su deuda y las exportaciones ha aumentado considerablemente en Guatemala, El Salvador y Honduras. Para el caso de Costa Rica, esta relación aumentó a mediados de la década pero disminuyó posteriormente. Con relación a las transferencias netas de recursos, es decir, los desembolsos menos el servicio de la deuda, en el período 1987-1990, éstas suman 623 millones de dólares, y al excluir a Nicaragua la suma es negativa en 1,213 millones de dólares. Las transferencias netas son más negativas para Costa Rica y Guatemala, debido a sus obligaciones con la banca privada internacional. Los datos anteriores confirman los serios problemas de endeudamiento externo de los países centroamericanos, que ocurren precisamente cuando existe la urgencia de dedicar recursos para el desarrollo. Estos problemas no radican exclusivamente en las dificultades de dar servicio a las deudas sino, además, en el efecto de “desplazamiento” que la deuda externa ejerce sobre la formación de capital. En efecto, evidencia econométrica ha señalado que cuando la razón deuda-PIB supera el 55 por ciento, la deuda externa reduce la inversión1. Además, otro estudio ha encontrado que para una muestra de 23 países en vías de desarrollo, el servicio de la deuda tiene un efecto negativo sobre la razón inversiónPIB.2 Publicación del Banco Centroamericano de Integración Económica 145 La Integración de Centroamérica: promesa y reto vigente CUADRO 3. Servicio de la deuda-exportaciones (Porcentajes) País 1980 1985 1990 Guatemala El Salvador Honduras Nicaragua Costa Rica 7.9 7.5 21.4 22.3 29.0 28.0 24.0 24.9 18.5 41.4 13.3 23.7 40.0 4.0 24.5 Fuente: Banco Mundial, World debt tables, varios números. CUADRO 4. Transferencias netas con acreedores 1987-1990 (Millones de dólares) País Guatemala El Salvador Honduras Nicaragua Costa Rica Total Transferencias netas -480 -131 25 1836 -627 623 Fuente: Banco Mundial, World debt tables. 2. Causas del endeudamiento externo En vista de lo anterior, es conveniente indagar sobre las razones que explican el endeudamiento externo de los países centroamericanos. Se trae a cuenta, en primer término, la identidad macroeconómica que expresa la inversión (I), en función de ahorro nacional (S), y del ahorro externo, o sea, el incremento del endeudamiento externo (F): I = S +F. Al observar la estructura del financiamiento de la inversión en las últimas cuatro décadas, se nota que persistentemente el ahorro nacional ha ido perdiendo importancia en el financiamiento de la inversión, y el resultante vacío ha sido ocupado progresivamente por el endeudamiento externo. En efecto, el hecho es que en 1950 la totalidad de la inversión fue financiada con recursos internos. En la década de los sesenta, el ahorro externo representaba alrededor de un 25 por ciento de la inversión; un porcentaje similar es mostrado en la primera mitad de los años setenta, para empezar a crecer aceleradamente a partir de 1978. Se debe señalar que hasta la segunda mitad de los setenta, Costa Rica y Nicaragua, los países más endeudados, recurrían en mayor proporción al ahorro externo para financiar su inversión. Así, en el período 1970-1979, el ahorro externo representó en promedio un 46.7 por ciento de la inversión en Costa Rica, mientras que el promedio de los otros tres países era del 22 por ciento y del 42.9 por ciento en Nicaragua. En los años ochenta, la participación de los recursos domésticos en el financiamiento de la inversión decrece considerablemente. Así, en El Salvador, el aporte de los recursos internos ha representado sólo un 29.4 por ciento de la inversión en el período 1985-1988. Una situación similar se observa 146 Publicación del Banco Centroamericano de Integración Económica Elementos para una estrategia centroamericana de renegociación de la deuda externa y captación de recursos en los otros países, excepto en Costa Rica, que temprano en los anos ochenta emprendió un proceso de ajuste. El porcentaje de la inversión cubierta por el ahorro externo en cada país en las dos décadas recién pasadas y en el período 1982-1990 se presenta en el Cuadro 5. Así, una explicación del elevado endeudamiento externo reside en que, ante la reducción del ahorro nacional, una creciente proporción CUADRO 5 Contribución del ahorro externo al financiamiento de la inversión (Porcentajes) Años 1960-69 1970-79 1982 1983 1984 1985 1986 1987 1988 1989 1990 Guatemala El Salvador Honduras 27.8 21.1 33.3 25.5 47.9 39.6 13.5 64.4 58.2 55.31 51.94 22.1 18.4 62.4 75.3 81.3 92.4 51.2 69.5 69.4 92.28 110.88 18.0 37.2 63.7 58.8 62.5 54.4 49.7 59.5 62.5 60.79 180.43 Nicaragua Costa Rica 26.3 42.9 79.6 56.2 111.3 75.7 - 38.3 46.7 55.0 53.9 35.5 34.9 21.3 33.6 32.4 52.87 59.13 Fuente: Preparado en base a las Estadísticas financieras internacionales del Fondo Monetario Internacional. de la inversión ha tenido que ser financiada con recursos externos. Es conveniente analizar entonces por qué el ahorro nacional ha caído de forma tan marcada. En Centroamérica no se dispone de datos que permitan desglosar el ahorro nacional en los componentes correspondientes a los sectores público y privado, por lo que no se puede identificar al sector específico que ha determinado la caída en el ahorro en los últimos años. Sin embargo, se pueden apuntar las variables que han incidido en el desempeño de cada sector. Con relación al sector privado, existe evidencia de que las exportaciones son el principal determinante del ahorro nacional en los países en vías de desarrollo. Por ende, la marcada reducción de las exportaciones, particularmente en El Salvador y Nicaragua, explicaría la merma en la formación del ahorro3. CUADRO 6. Fuga de capital 1977-1984 País 3 Sobre la relación existente entre las exportaciones y el ahorro en los países centroamericanos, véase Luis René Cáceres y Salvador Quintanilla, “Sector externo y ahorro doméstico: el papel de las exportaciones en Centroamérica”. Cuadernos de Economía y Finanzas, No. 11. BCIE, abril 1990. Monto en millones de dólares Guatemala El Salvador Honduras Nicaragua Costa Rica 627 1,119 275 1,851 -147 Total 3,725 Fuente: C. Glower, ref. 4. Publicación del Banco Centroamericano de Integración Económica 147 La Integración de Centroamérica: promesa y reto vigente Otra explicación de la caída del ahorro privado radica en la fuga de capital que ha experimentado la región. Según estimaciones recientes, el monto de capital fugado del área en el período 1977-1984 fue considerable4, alcanzando un monto de 3,725 millones de dólares, tal como se presenta a continuación, (cuadro 6). Se debe señalar que la cifra anterior representa un 31 por ciento del incremento de la deuda externa desembolsada en el mismo periodo. Con relación al ahorro del sector público, es conveniente presentar una identidad que muestra la relación entre la necesidad de recursos externos y el déficit fiscal: F = (Ip - Sp) + (Ig + G - T) en donde: F = ahorro externo Ip = inversión privada Ig = inversión pública Sp = ahorro privado G = consumo público T = ingresos fiscales Si la suma de la inversión y consumo públicos es superior a los ingresos fiscales, la expresión Ig + G - T representa el déficit fiscal, Def, y la expresión anterior se puede suscribir así: F = (Ip-S)+ Def 4 Véase Carlos Glower “La fuga de capital en Centroamérica. 1977-1984”, Cuadernos de Economía y Finanzas, No. 1, BCIE, diciembre de 1986. Véase también sobre el mismo tema, Luis René Cáceres “Notas sobre la fuga de capital en Centroamérica”, Ibid., No. 12, BCIE, octubre de 1990. 5 Evidencia econométrica de una asociación entre el déficit fiscal y el endeudamiento externo se encuentra en Khosrow Doroodian, “Determinants of Latin American Extenal Borrowing”, Journal of Economic Development, vol 15, No. 1, junio de 1990, pág. 83-90. 6 Luis René Cáceres, “La determinación de la deuda externa de Honduras”, junio 1990, Mimeo. 7 Esta expresión muestra que entre mayor sea el déficit fiscal mayor será la necesidad de recursos externos. Así, al tomar en cuenta que en la década recién pasada todos los países experimentaron serios desajustes en sus cuentas internas, se encuentra otra explicación por el crecimiento acelerado del endeudamiento externo.5 A estas causas hay que agregar el impacto adverso que sobre la economía del área ha ejercido la economía internacional, particularmente a través del alza de las tasas reales de interés en los mercados internacionales. El impacto de la economía internacional ha sido de particular importancia en la determinación de la deuda externa de Honduras, en cuyo caso se ha calculado que la tasa de interés internacional determinó alrededor de un 45 por ciento del incremento de su deuda externa en el período 1981-1987 6. Asimismo, las altas tasas de interés prevalecientes en el mercado internacional han ocasionado una significativa merma en la inversión, que para algunos países representa impactos considerables7. Pérdida de la inversión total atribuida al aumento de la tasa de interés internacional (Porcentajes de los valores reales), Promedios para 1981-1988 País Guatemala El Salvador Honduras Nicaragua Costa Rica Centroamérica Pérdida de la inversión (%) 37.3 40.2 29.1 35.8 11.8 28.4 Tomado de Luis René Cáceres y Frederick José Jiménez, “La capacidad de absorción de inversiones de los países centroamericanos”, Revista de la Integración y el Desarrollo de Centroamérica, No. 45, diciembre de 1990. 148 Publicación del Banco Centroamericano de Integración Económica Elementos para una estrategia centroamericana de renegociación de la deuda externa y captación de recursos Por el lado de la oferta de recursos no se vislumbra una situación prometedora, ya que la oferta mundial de ahorro ha disminuido en los países desarrollados, de manera que la cuantía de recursos disponible en la economía mundial se ha reducido. Análisis efectuados por el Banco Mundial indican que esta escasez de recursos continuaría durante el primer quinquenio de la presente década8. Ahora bien, dada la contracción que ha experimentado la formación del ahorro nacional, el monto de recursos externos que Centroamérica requiere para recuperar el crecimiento económico es considerable. Si la región en su conjunto creciera a una tasa anual del 5 por ciento en los próximos años, los recursos externos demandados anualmente serían del orden de los 3,000,000 millones de dólares 9. Además, los montos de inversión física necesarios para utilizar los recursos externos señalados son muy elevados, requiriéndose que la inversión real crezca a un promedio anual del 10.3 por ciento, lo cual contrasta con el crecimiento del 2.9 por ciento registrado en el período 1983-198810. Las anotaciones anteriores indican que en el entorno internacional no se perfila una mejoría de las situaciones adversas prevalecientes en los años ochenta. Esto indica la necesidad de realizar esfuerzos para incrementar el ahorro nacional, particularmente en términos de la eliminación del déficit fiscal y de medidas que vuelvan atractivo al público acumular ahorros. Es decir, si una parte de la crisis de la deuda se originó en factores internos, una buena parte de su solución radicaría también en factores domésticos, principalmente la gestión de las finanzas públicas. Lo anterior indicaría que en el interior de cada economía existe una fuente importante de recursos “frescos”, cual es el saneamiento de las cuentas del sector público, el desarrollo de los mercados financieros y la plena utilización de la capacidad instalada. Una importante fuente potencial de recursos para los países centroamericanos la constituye su sistema tributario, especialmente considerando que en los últimos años el esfuerzo fiscal ha decrecido, tal como se muestra en el cuadro siguiente: CUADRO 7. Esfuerzo fiscal (ingresos corrientes-producto interno bruto) (Porcentajes) 8 Banco Mundial, World Debt Tables 1991-1992, Washington, DC, 1992. 9 Tomado de Luis René Cáceres y Frederick José Jiménez, ob. cit. En la cuantificación de los recursos externos demandados se supuso una propensión marginal a ahorrar de 0.10 y una relación producto-capital igual a 4. 10 Luis René Cáceres y Frederick José Jiménez, ibid. 11 Luis René Cáceres y Héctor Roberto González, “Una investigación sobre los determinantes del ahorro en Centroamérica”, Comercio Exterior, vol. 31, enero 1981, pp. 51-56. País 1984 1985 1986 1987 1988 1989 Costa Rica El Salvador Guatemala Honduras Nicaragua 16.6 13.2 7.0 15.1 35.2 16.2 13.4 7.7 15.6 32.3 15.4 14.4 8.9 15.6 32.4 15.6 11.9 9.4 16.3 27.7 15.3 10.4 10.1 16.2 20.6 15.2 8.2 9.4 15.6 18.9 Fuente: Consejo Monetario Centroamericano, Boletín estadístico, 1989. Además, se debe señalar que en varios países centroamericanos existe evidencia de que el grado de desarrollo de los mercados monetarios, medido por la relación del dinero al producto interno bruto, ejerce una influencia positiva en la formación de ahorro nacional11. Así, el sistema financiero de cada país representa una Publicación del Banco Centroamericano de Integración Económica 149 La Integración de Centroamérica: promesa y reto vigente fuente potencial de recursos que vendría a disminuir los requerimientos de recursos externos. Sin embargo, no obstante los avances que deben lograrse en estos campos, no se puede obviar el hecho de que la significativa cuantía de los recursos externos que requiere la región hace imperativo reducir sus obligaciones de servicio de la deuda. 3. Renegociación de la deuda externa Para el caso centroamericano, se considera que es útil clasificar las gestiones de renegociación de la deuda en función de los acreedores: acreedores oficiales bilaterales, banca privada internacional y deuda intra centroamericana. 3.1. Los acreedores oficiales bilaterales La renegociación de la deuda oficial bilateral se efectúa en el marco del Club de París, que es el foro en el que los países deudores y sus acreedores oficiales se reúnen a solicitud del deudor para decidir montos, términos y condiciones de la deuda renegociada. Como su nombre lo indica, las reuniones tienen lugar en París y son presididas por el Ministerio de Finanzas de Francia. Una condición que imponen los acreedores es que el país deudor haya acordado previamente un programa de estabilización en el Fondo Monetario Internacional, por lo que esa institución desempeña un papel fundamental en las negociaciones. Además, los acreedores acceden a reunirse en el Club de París sólo cuando el país ha incurrido en atrasos en el servicio de su deuda. De esa manera, el Club no es un mecanismo para solventar el problema de fondo del endeudamiento externo, sino que se concentra en los atrasos y pagos a vencer en el corto plazo. Las reuniones del Club de París son breves, durando alrededor de día y medio. En la primera parte de la reunión los representantes del país deudor exponen los problemas que experimentan, las medidas de ajuste adoptadas y el respiro solicitado en el servicio de la deuda. Por su parte, el representante del Fondo Monetario Internacional informa sobre la situación de corto plazo del país y sobre el programa de ajuste en su tramo más alto acordado con el Fondo Monetario Internacional. Los representantes de otros organismos financieros a su vez presentan la situación de endeudamiento del país y los créditos que le serían otorgados en los siguientes años. En la segunda parte de la reunión, los representantes del país deudor se retiran del salón para que los acreedores deliberen sobre las condiciones con las cuales se concederá la renegociación. Seguidamente, el presidente de la reunión (el representante del Tesoro francés) informa a los funcionarios del país deudor los términos acordados de la renegociación, quienes a la vez, por su medio, le transmiten a los acreedores sus reacciones. En la tercera parte de la reunión, todos los participantes se reúnen en una sesión plenaria para anunciar los términos acordados de la renegociación, y los 150 Publicación del Banco Centroamericano de Integración Económica Elementos para una estrategia centroamericana de renegociación de la deuda externa y captación de recursos 12 Esta información está tomada de secretaría de la UNCTAD, “La deuda exterior y la gestión de ajuste: el estímulo de las corrientes de recursos financieros no creadores de deuda y de los nuevos préstamos”, Monetaria, vol. 13, No. 2, abril-junio de 1990, pp. 121-166. Véase también, S. Griffith - Jones, “The Paris Club and the Poorer Countries”, Savings and Development, vol. 11, No. 12, 1987, pp. 137-160. representantes de los acreedores y deudores firman las minutas de la reunión. Las minutas especifican el periodo de consolidación, o sea, el período en el que vencen los pagos a ser readecuados, si los intereses y el principal van a ser refinanciados, si se van a consolidar los atrasos y el período de amortización y gracia de la deuda consolidada. Estos acuerdos no tienen carácter legal. Posteriormente, mediante reuniones bilaterales entre los representantes del país deudor y cada acreedor, se firman los contratos de refinanciamiento en base a los términos de las minutas y otros puntos específicos que establece el acreedor. Se debe señalar que un considerable período de tiempo transcurre entre la reunión del Club de París y la firma de los contratos bilaterales, de manera que toda la operación desde el momento en el que el país deudor expresa interés en la renegociación hasta cuando se suscribe el último contrato bilateral, puede tomar entre doce y dieciocho meses. El atraso se explica por la existencia de posiciones divergentes en materia de tasas de interés y por las discrepancias estadísticas entre las cifras del deudor y las del acreedor referentes a los montos de la deuda a ser refinanciados. Dado que el período de consolidación es relativamente corto, coincidiendo con el lapso del programa de ajuste del Fondo Monetario Internacional, y dado que la formalización de los acuerdos bilaterales toma bastante tiempo, lo que ocurre es una secuencia de un Club de París rápidamente seguidamente de otro. El número de países que ha acudido al Club de París ha aumentado considerablemente en los últimos años. En el período 1976-1980, en promedio sólo dos países por año recurrieron al Club de París. Este promedio aumentó a siete países en 1981-1983. Entre 1983 y 1987 hubo diecisiete reuniones y solamente en 1989 tuvieron lugar once reuniones12. Se debe señalar que como los períodos de consolidación son cortos, de los 26 países que reprogramaron su deuda en el período 1981-1989, 14 ya habían refinanciado su deuda en el Club de París en tres ocasiones o más. Además, el monto de la deuda ya reestructurada ha pasado a ser mayor que el nuevo monto a ser consolidado. En los años 1988 y 1989, los períodos de gracia otorgados fueron de entre seis y siete años y, excepto para algunos países africanos que obtuvieron términos más generosos, el período de repago fue entre tres y cuatro años. Con la excepción de los países africanos, estos términos no difieren de aquellos otorgados en el periodo 1978-1984, aunque se nota que en 1988-1989, en todos los casos se ha incluido la mora dentro del total a refinanciar, así como los intereses a vencer en el período de consolidación. De los países centroamericanos, Costa Rica recurrió al Club de París en enero de 1983, obteniendo condiciones de cuatro años y nueve meses de período de gracia y cuatro años y medio de período de repago. Se incluyó la mora en el monto refinanciado y el período de consolidación fue de un año y seis meses. Posteriormente, en mayo de 1989, Costa Rica volvió al Club de París y obtuvo un período de consolidación de catorce meses, un período de gracia de seis años y un mes, un período de repago de cuatro años y seis meses, y el período límite (cut off), o sea, la fecha cuando se comienzan a agregar Publicación del Banco Centroamericano de Integración Económica 151 La Integración de Centroamérica: promesa y reto vigente los atrasos, fue el 1 de julio de 1982. Además, Costa Rica incluyó en esta operación la deuda que ya había sido refinanciada en el Club de París. El monto total refinanciado fue de 182 millones de dólares. En julio de 1991, Costa Rica renegoció otra vez con el Club de París un monto de 125 millones de dólares, que representaba intereses y principal sobre deudas refinanciadas en 1983 y 1989. En septiembre de 1990, El Salvador concluyó una negociación con el Club de París para el refinanciamiento de un monto de 135.5 millones de dólares, que incluye 48.2 millones de dólares de principal e intereses en mora al 30 de septiembre de 1990 y 87.3 millones de dólares de vencimientos de principal e intereses durante el período comprendido entre el 1 de octubre de 1990 y el 30 de septiembre de 1991. Las condiciones otorgadas por los acreedores fueron, para la deuda comercial, un plazo de quince años con ocho de gracia, y para la deuda concesional, el plazo fue de veinte años con diez de gracia; Honduras también concretó una negociación con el Club de París en septiembre de 1990, por un monto de 150 millones de dólares, obteniendo términos y condiciones iguales a los obtenidos por El Salvador. Se debe señalar que el Club de París acordó otorgar a El Salvador y Honduras los beneficios potenciales de una significativa reducción de sus deudas concesionales, a través del financiamiemo de proyectos ambientales y sociales. En términos concretos, la minuta acordada con el Club de París para el caso de El Salvador, señala en el numeral 2 lo siguiente: The debt relief will apply as follows... a) On a voluntary basis, the Government of each creditor country or is appropriate institutions may sell or exchange, in the framework of debt for nature, debt for aid, debt for equity swaps or other local currency debt swaps: The amounts of outstanding loans mentioned in paragraph I above as regards official development aid loan and direct government loans. Lo anterior indica que los acreedores bilaterales mostraron disposición a condonar una parte de la deuda concesional sujeto a que un monto equivalente al principal de la misma se destine a la atención de proyectos sociales y ambientales. Esto representa una valiosa concesión para reducir los pasivos externos y para impulsar proyectos sociales. En 1989, México logró una renegociación con el Club de París en términos muy ventajosos. Tal como lo expone una publicación reciente: México logró un acuerdo multianual que abarca 2,600 millones de dólares, que representan los vencimientos de capital a pagarse del 1 de junio de 1989 hasta el 31 de marzo de 1992 y el 100 por ciento de los intereses a pagarse entre el 1 de junio de 1989 y el 31 de marzo de 1990. Asimismo, incluyen el 90 por ciento de los intereses por vencer entre el 1 de abril de 1990 y el 31 de marzo de 1991, y el 80 por ciento de los intereses por vencer entre el 1 de abril de 1991 y el 25 de mayo de 1992. La cifra de alivio final que se logró en materia de reducción de transferencias con este 152 Publicación del Banco Centroamericano de Integración Económica Elementos para una estrategia centroamericana de renegociación de la deuda externa y captación de recursos acuerdo es la siguiente: para 1989, 519 millones, para 1990, 773 millones y para 1991, 538 millones de dólares. El acuerdo también asegura fínanciamiento irrestricto para las importaciones que México realice de los países miembros del Club de París, el cual se calcula en un mínimo de 2,000 millones de dólares anuales durante los próximos seis años13. Términos muy generosos los obtuvo Nicaragua en su negociación ante el Club de París, el 16 y 17 de diciembre de 1991, Estos comprenden una condonación del 50 por ciento de la mora del principal e interés comprendido entre el 1 de noviembre de 1988 y el 1 de enero de 1992, así como de los vencimientos entre esta última fecha y el 31 de marzo de 1993. El otro 50 por ciento sería pagado en 23 años con seis anos de gracia14. De particular importancia es la posibilidad que se abrió para Nicaragua para la reducción del stock de su deuda, al acordar el Club de París: Creditors agree to meet again with the Nicaraguan authorities to consider future debt reschedulings (goodwill clause), and would be prepared to consider the treatment of Nicaragua’s stock of debt if Nicaragua complies with the agreed minute and has an appropriate arrengement with the IMF. 13 Véase “La renegociación de la deuda externa de México”, Secretaría de Hacienda y Crédito Público, México, D.F., julio de 1989, Mineo. 14 Estos términos se aplican a préstamos no concesionales otorgados por Francia, Alemania, Holanda, Suecia y Reino Unido. Por su parte, Austria, Finlandia, Israel, Italia, España y Suiza acordaron otorgar a los adeudos en los mismos conceptos un plazo de treinta años, sin período de gracia. Además, los préstamos concesionales de ambos grupos de países serán pagados en treinta años con doce años de gracia. Honduras recurrió nuevamente al Club de París el 26 de octubre de 1992 y obtuvo concesiones más favorables que las logradas por Nicaragua: condonación del 50 por ciento de la mora al 30 de septiembre de 1992 y del 50 por ciento del servicio de la deuda entre esa fecha y el 31 de julio de 1995, fijándose un plazo de 23 años con seis de gracia para el remanente no condonado. Además, se dejó abierta la probabilidad de trueques de deuda por proyectos sociales y ambientales, a la vez que el Club de París acordó en principio reunirse nuevamente dentro de tres años para considerar el problema del monto de la deuda de Honduras. No obstante el respiro que las operaciones del Club de París significan para los países centroamericanos, no se puede asegurar que ese alivio sea suficiente para que éstos puedan solventar sus problemas de iliquidez externa y para destinar suficientes recursos a las tareas del desarrollo. Esto se constata por el carácter recurrente con que los países acuden al Club de París. Por lo tanto, los países centroamericanos deberían buscar oportunidades de condonación de sus deudas bilaterales. En este contexto, los aspectos de condonación de la deuda externa comprendidos en la Iniciativa para las Américas representan una gran oportunidad. De acuerdo a esta Iniciativa, la deuda concesional de los países latinoamericanos sería consolidada y redocumentada a una fracción del valor nominal original y a esta deuda reestructurada se le aplicaría una tasa de interés y plazo de repago igual a los promedios de la deuda original. El punto fundamental es que los intereses se pagarían en moneda local, en efectivo o en valores, y Estados Unidos los destinaría a fondos de fideicomiso para atender proyectos ambientales en los países deudores. El Congreso de Estados Unidos aprobó la condonación de la deuda Publicación del Banco Centroamericano de Integración Económica 153 La Integración de Centroamérica: promesa y reto vigente 15 Los cálculos se encuentran en Miguel Araujo, “Hacia una estrategia para la renegociación de la deuda externa de El Salvador”, agosto de 1990, Mimeo. 16 Véase Miguel Araujo, ibid. 17 Luis René Cáceres, “Perspectivas económicas de Honduras”, febrero de 1992, mimeo. En este trabajo se estimó un modelo de tres ecuaciones y dos identidades, del cual se deriva la siguiente ecuación para el producto interno bruto Y, en función de las exportaciones E, la tasa promedio de interés, r, sobre la deuda externa D, y la entrada de recursos externos F: Y = 2.76 -E + 0.98 -F - 0.98 (r-D + D-r) 18 Richard Feinberg, New Directions in US-Latin American Economic Relations, Washington, DC, Overseas Development Council, 1991. asumida con él en el marco del programa PL-480, “Alimentos para la paz”. En este marco, en junio de 1992, Chile redujo su deuda del PL480 en un 40 por ciento, y en agosto de 1991, Bolivia y Jamaica redujeron las suyas en un 80 por ciento. Además, el Departamento del Tesoro de Estados Unidos ha invocado una ley vigente que autoriza la condonación de deudas a los países menos desarrollados. En ese contexto, se canceló un total de mil millones de dólares que habrían sido contraídos por Guyana, Haití, Honduras (260 millones) y Nicaragua (260 millones). Asimismo, en octubre de 1992, el Congreso aprobó el componente de reducción de deuda comprendido en la Iniciativa para las Américas, lo cual abre excelentes oportunidades. Los montos por eliminar serían 709 millones de dólares que debe El Salvador, 281 millones de Guatemala y 464 millones de Costa Rica. Para el caso de El Salvador se ha calculado que los ahorros anuales en divisas que se podrían obtener serían de 11.2 millones de dólares si la deuda fuera condonada en un 50 por ciento. Asimismo, el impacto en la economía salvadoreña podría representar un incremento del 0.5 por ciento en su tasa de crecimiento real, sin incluir el beneficio ecológico, si la deuda se eliminara totalmente 15. Es necesario recalcar la conveniencia de que los países actúen en forma concertada en las negociaciones de reducción de deuda externa; la interdependencia económica es tan fuerte en la región que, por ejemplo, si El Salvador redujera su deuda en 10 millones de dólares, pero Guatemala la aumentara en 20 millones, el incremento del producto interno bruto del primero se reduciría a la mitad del valor que hubiera alcanzado si Guatemala hubiera mantenido constante su deuda. Además, si la reducción ocurre en los otros cuatro países y por el mismo monto, el impacto total sobre el ingreso de El Salvador sería el doble que si su caso se considerara aisladamente16. Un resultado similar se nota en el caso de Honduras17. Asimismo, de particular importancia es que los países centroamericanos negocien conjuntamente con otros países acreedores el otorgamiento de concesiones similares a las que serían otorgadas por la Iniciativa de las Américas. Se debe señalar que si todos los países acreedores del Club de París adoptaran el esquema de la Iniciativa para las Américas, el ahorro anual en divisas para América Latina y el Caribe sería de entre 1.6 y 2.3 miles de millones de dólares18. Un elemento que podría fortalecer una propuesta centroamericana en este sentido sería que los países propusieran a sus acreedores oficiales bilaterales pagar sus adeudos en monedas locales, destinando estos recursos a erradicar el analfabetismo y a mejorar las condiciones de salud del área. Esto es de particular importancia para El Salvador y Nicaragua ante las necesidades de la reconstrucción económica. En este contexto, es importante que cuando los países del área recurran otra vez al Club de París, previamente intercambien información sobre sus planteamientos y analicen las experiencias recientes, particularmente la de Honduras, buscando armonizar las propuestas y presentándolas simultáneamente. Se debe señalar que ha habido por lo menos un caso de tratamiento parcializado a los países: en 1983, una oferta de Costa Rica para establecer un tope a la casa de interés fue 154 Publicación del Banco Centroamericano de Integración Económica Elementos para una estrategia centroamericana de renegociación de la deuda externa y captación de recursos rechazado por sus bancos acreedores, aunque se le había aceptado a Nicaragua. La coordinación y la consulta son fundamentales porque el hecho es que cuando los países centroamericanos han renegociado su deuda con la banca comercial, han obtenido condiciones menos favorables que las obtenidas por países latinoamericanos más grandes, como se muestra en el cuadro siguiente. Esta situación desfavorable se dio también a principios de la década de los años ochenta, cuando los países del área obtuvieron términos más duros que otros países latinoamericanos en sus contrataciones con la banca privada internacional 19. CUADRO 8. Condiciones de la reprogramación de la deuda externa con la banca privada 1984-1985 País Costa Rica Honduras Argentina Chile Brasil México Venezuela Margen sobre Libor (%) Plazo años Comisiones (%) 1.66 1.58 1.44 1.42 1.13 1.13 1.13 9.4 11.0 11.5 12.0 12.0 14.0 12.5 1.00 0.8 0.15 0.08 - - Fuente: CEPAL, “Notas sobre la economía y el desarrollo”, No. 470-471, diciembre de 1988. CUADRO 9. Términos de contrataciones, enero de 1980-junio de 1981 País Costa Rica Honduras Ecuador Argentina Chile México Venezuela Margen sobre Libor (%) 1.13 1.40 0.74 0.67 0.91 0.65 0.68 Período Amortización Años Comisiones (%) 6.0 6.7 8.0 7.5 7.6 7.6 6.9 1.23 0.97 0.97 1.09 0.81 0.70 1.67 3.2. Negociaciones con la banca privada internacional 19 Los datos del Cuadro 10 han sido tomados de Robert Devlin, Debt and Crisis in Latin América, Princeton, Princeton University Press, 1989, pág.191. Con relación a las negociaciones con la banca privada internacional, se debe mencionar, en primer lugar, el acuerdo alcanzado por Costa Rica en 1990 que redujo su deuda con estos acreedores, mediante operaciones de recompra directa. Dado que el descuento de la deuda era del 84 por ciento, con 200 millones de dólares en efectivo, se logró comprar un monto de deuda por 1,152 millones de dólares. Las fuentes de recursos para efectuar la recompra Publicación del Banco Centroamericano de Integración Económica 155 La Integración de Centroamérica: promesa y reto vigente 20 Banco Mundial, Analytical Aspects of Debt and Debt Service Reduction Operations, marzo 1992, mimeo. 21 Véase Latin American Weekly Reports, 18 de junio de 1992. Panamá también ha acordado con Nature Conservancy llevar a cabo un trueque de 30 millones de dólares de su deuda por “bonos ecológicos”. Véase Financial Times, 20 de marzo de 1992. fueron México y Venezuela con 35 millones cada uno, Taiwán con 40 millones y AID con $33 millones de dólares. Los bancos que vendieron por lo menos el 60 por ciento cambiaron el resto de la deuda por bonos a veinte años de plazo con diez de gracia y a un interés del 6.25 por ciento, con una garantía para el pago de un año de intereses. Los bancos que vendieron menos del 60 por ciento de sus acreedurías pudieron cambiar el resto por bonos a 25 años plazo con 15 de gracia y sin ninguna garantía. Se estableció, además, un programa de conversión de deuda por un monto anual de 20 millones de dólares por cinco años para financiar proyectos de exportación o turismo. Una evaluación reciente de esta operación concluyó que fue sumamente positiva, particularmente por su impacto en la inversión 20. Con relación a otros países, el caso más especial es el de Nicaragua. La deuda de largo plazo de Nicaragua con la banca privada internacional fue en, 1990, de 1,292 millones de dólares, la cual se cotiza actualmente en el mercado secundario a un descuento del 93 por ciento. Por lo tanto, las oportunidades para reducir dicha deuda son concretas. Una medida sería negociar con los bancos acreedores que simplemente condonen esas deudas, que probablemente ya han sido en efecto borradas de los libros. Si se planteara una recompra directa, el hecho es que con alrededor de 90 millones de dólares se puede retirar toda esa deuda. Otra opción atractiva sería efectuar un canje de deuda por naturaleza, o sea, cambiar la totalidad de la deuda con la banca privada internacional por bonos denominados en córdobas con cláusula de mantenimiento de valor, y cuyos intereses serían destinados a atender proyectos ambientales o sociales. En el caso de Honduras, el monto de su deuda oficial con la banca privada era, en 1990, de 183 millones de dólares y se cotiza en el mercado secundario un descuento del 80 por ciento. Honduras ha efectuado un significativo esfuerzo de operaciones de trueque de deuda por inversiones en capital y virtualmente ha eliminado la totalidad de esta deuda. En El Salvador, la deuda privada se cotiza a un descuento muy bajo, de alrededor del 10 por ciento; Además, las obligaciones con la banca privada son relativamente bajas, alcanzando la suma de 119 millones de dólares, en 1990. Esto volvería muy costosa una operación de recompra directa, pero sí existen excelentes posibilidades para realizar trueques de deuda por naturaleza y por proyectos sociales. En Guatemala, la deuda con la banca privada no es muy alta, sólo de 153 millones de dólares. En el futuro, el país podría considerar una operación de canje de deuda “vieja” por deuda “nueva” en forma de bonos a largo plazo, similar al caso de Costa Rica, y bajo el marco del plan Brady. En mayo de 1992, Guatemala llevó a cabo un trueque de deuda por naturaleza por 1.3 millones de dólares, financiado con recursos donados por Conservation International para proyectos ambientales en el Petén 21. Se debe señalar que a fin de focalizar esfuerzos, sería conveniente estructurar un programa de canje de deuda por naturaleza a nivel regional, en el que se podría negociar la ejecución de un “paquete” de 156 Publicación del Banco Centroamericano de Integración Económica Elementos para una estrategia centroamericana de renegociación de la deuda externa y captación de recursos proyectos de los cinco países mediante trueque, replicando la experiencia de Costa Rica que a fines de 1991 había convertido alrededor de 100 millones de dólares de su deuda para atender proyectos de conservación ambiental. De particular importancia es realizar esfuerzos para concretar operaciones de trueque de deuda por inversiones. Los países centroamericanos han estado renuentes a este tipo de operaciones por temor a su impacto inflacionario22. Sin embargo, el impacto del servicio de la deuda sobre la liquidez externa de sus economías es significativo. En 1990, el servicio de la deuda externa de Centroamérica alcanzó la cifra de 1,195 millones de dólares. Conviene, además, tomar en cuenta el apoyo que otros países están dando a la conversión de deuda por capital. Brasil, por ejemplo, estableció un programa para convertir 50,000 millones de dólares en inversiones en un período de tres años. México, por su parte, creó un “cupo” de 3,500 millones de dólares para tres años 23. Una particular importancia entraña la posibilidad de que los países centroamericanos efectúen operaciones de conversión de la deuda por becas, similares al acuerdo logrado entre la Universidad de Harvard y el gobierno de Ecuador mediante el cual la universidad canjearía 5 millones de dólares de la deuda ecuatoriana, comprada en el mercado secundario a un descuento del 85 por ciento, por títulos valores en moneda nacional con cuyos intereses se becarán 70 estudiantes ecuatorianos para realizar estudios en dicha universidad 24. 3.3. Deuda Intracentroamericana 22 El tema de los costos y beneficios de la conversión de deuda externa se analiza en Ricardo FrenchDavis, “Debt Equity Swaps in Chile”, Cambridge Journal of Economics, vol. 14, No. 1, marzo de 1990, pp. 109-126; “The Great Swaps Debate”, Latin Finance, julio-agosto de 1989, pp. 55-64; Joel Bergsman y Wayne Edisis, Debt Equity Swaps and Foreign Direct investment in Latin America, CFI, Washington, D.C., agosto de 1988. 23 Sobre el caso de Brasil, véase “Brazil Sees Swaps as Solution”, Latin American Weekly Report, 1 de marzo de 1990; el caso de México se encuentra en “México: The Debt Conversión”, International Reports, 29 de abril de 1990. Se ha registrado recientemente que México va a duplicar el monto de 3,500 millones de dólares de conversión de deuda por inversión que había sido establecido para el período 1990-1992, véase Banco Mundial, Development News Daily Summary, 12 de octubre de 1990. 24 Véase The New York Times, 12 de julio de 1990. Finalmente, se podrían considerar operaciones para eliminar la deuda intracentroamericana originada en el comercio regional. Una opción que se puede considerar es que los países deudores paguen a los países acreedores con las obligaciones de éstos con la banca privada internacional. Por ejemplo, Honduras podría pagar a Costa Rica con la deuda que este país tiene con la banca privada internacional. Se podría establecer un convenio de montos a pagar mediante conversión de la deuda. Otra opción es que el país acreedor acepte vender su acreeduría a un descuento. Así, ésta podría ser vendida a un inversionista que la presentaría al país deudor para realizar una inversión. Esta deuda podría servir también para conversiones por naturaleza. También se podría replicar la excelente negociación que Nicaragua logró con Venezuela, México y Colombia, cancelando sus adeudos con estos países con el uso de bonos cupón cero. 3.4. Movilización de recursos frescos para el desarrollo Al examinar las perspectivas de captación de nuevos recursos externos para el desarrollo del área, habría que tomar en cuenta el ambiente político que ha determinado en parte la oferta de recursos concesionales que por varios años ha recibido Centroamérica. Por una parte, la misma pacificación que la región ha logrado puede contribuir a que Centroamérica pierda la importancia estratégica que había ocupado en el pasado. A la vez, la terminación de la guerra fría podría significar la merma de determinados programas de ayuda concesional. Publicación del Banco Centroamericano de Integración Económica 157 La Integración de Centroamérica: promesa y reto vigente Se debe señalar que han surgido nuevos demandantes de ayuda oficial, particularmente los países de Europa del este, lo que sin lugar a dudas constituye una competencia con las demandas de la región. Esta situación obliga a buscar nuevas formas de captación de recursos externos, que permitan compensar la disminución que podrá ocurrir en las fuentes bilaterales tradicionales, en adición a las medidas que se tomen para incrementar el ahorro doméstico. Una fuente que puede ser significativa es la inversión extranjera. En los últimos años, esta variable no ha tenido una incidencia determinante en la cuenta de capital de la balanza de pagos de los países centroamericanos, como se aprecia en el Cuadro 10. CUADRO 10. Inversión privada directa (Millones de dólares centroamericanos) País Guatemala El Salvador Honduras Nicaragua Costa Rica 1984 1985 1986 42.3 12.3 20.4 1.8 51.9 73.5 12.4 27.5 0.0 67.0 68.8 6.3 30.0 0.0 54.8 1987 90.2 1.6 38.8 0.0 89.5 1988 1989 90.2 N.D. 6.8 0.0 122.3 80.8 N.D. 37.4 0.0 115.0 Fuente: Consejo Monetario Centroamericano, Boletín Estadístico, 1989. Se puede notar que particularmente en Nicaragua, El Salvador y Honduras, la inversión extranjera representa un filón potencial para la captación de recursos. Se debe señalar que varios expertos financieros han apuntado que la crisis de la deuda debe dejar como lección que las futuras corrientes de capital tomen la forma de recursos patrimoniales para la formación de empresas. En este contexto también se ha señalado la conveniencia de fortalecer los mercados de capitales nacionales, a fin de generar oportunidades de participación accionaria para el capital extranjero. Se ha agregado que dado los alto riesgos existentes en los mercados nacionales, dichos mercados se deberían internacionalizar, a fin de establecer una red de garantía que sirva para promover el crecimiento de los mismos. En este sentido, una oportunidad que se presenta a los países del área es la creación de un mercado integrado de capitales para la formación de empresas a nivel regional. La existencia de un mercado regional de capital requiere, en primer lugar, un apropiado marco de competencia y supervisión de los mercados financieros de cada país. Otra fuente de recursos importante que se puede ensanchar considerablemente es la captación de las remesas de los ciudadanos centroamericanos radicados en el exterior. Según estudios efectuados, el monto de tales remesas es muy significativo, principalmente en El Salvador, en donde se ha estimado que alcanzan alrededor de mil millones de dólares. Sin embargo, los montos efectivamente captados por los sistemas financieros son relativamente bajos. Este renglón merece la búsqueda de mecanismos que permitan una captación de estos recursos sustancialmente mayor. Basta señalar 158 Publicación del Banco Centroamericano de Integración Económica Elementos para una estrategia centroamericana de renegociación de la deuda externa y captación de recursos CUADRO 11. Transferencias unilaterales privadas (netas) (Millones de dólares centroamericanos) País 1984 1985 1986 1987 1988 1989 Guatemala 28.3 19.5 50.5 67.6 98.5 115.7 El Salvador 134.5 125.5 165.9 201.6 225.8 242.2 Honduras 8.0 12.4 13.0 16.0 17.5 16.0 Nicaragua 2.0 13.8 6.2 N.D Costa Rica 31.9 42.5 37.4 38.7 N.D. 40.1 N.D. 44.2 Fuente: Consejo Monetario Centroamericano, Boletín Estadístico, 1989. 25 Un estudio reciente ha señalado que las remesas del exterior son el medio ideal para la fuga de capital. Véase, Rob Vos, “Private Foreign Asset Accumulation, not Just Capital Flight”, Journal of Development Studies, vol. 28, No. 3, abril 1992, pp. 500-537. que si en 1989 la captación de transferencias privadas (remesas) se hubiera duplicado, el monto resultante hubiera sido igual al monto de las transferencias oficiales 25. Se debe señalar que en 1988 y 1989, el déficit en cuenta corriente, excluyendo las transferencias oficiales, fue para la región en conjunto de alrededor de 2,000 millones de dólares. En 1988 fue cubierto parcialmente por un saldo positivo en la cuenta de capital de 1,130 millones de dólares y por las transferencias oficiales de 741 millones de dólares. En el déficit anterior, un papel importante desempeñó el pago de intereses sobre la deuda externa por 556 millones de dólares. Para el futuro, la estrategia podría consistir en reducir el déficit en cuenta corriente mediante el incremento de las exportaciones, mayor captación de remesas y la disminución del servicio de la deuda externa y, a la vez, mejorar el saldo en la cuenta de capital por medio de una mayor atracción de la inversión extranjera, la contratación de capital de largo plazo para financiar programas de desarrollo, así como el retorno del capital que salió del área. Se debe notar que en 1988, el servicio de la deuda representó el doble de las transferencias oficiales. De ahí la importancia de reducir la deuda y su servicio. Con relación a los recursos vinculados a la ejecución de los programas de desarrollo del sector publico, sería conveniente reproducir la actual experiencia de otros países del área al negociar con la Comunidad Económica Europea a través de una comisión mixta, creada para ese efecto. Estos mecanismos conllevarían la ventaja de que los países asociados tendrían mejor capacidad de convocatoria que individualmente, en un marco de simetría. Además, serviría para que los países de la región efectuaran planteamientos a los países desarrollados sobre otros aspectos no necesariamente financieros, como son el comercio internacional, la tecnología, los productos primarios, etc. La modalidad de comisiones mixtas también contribuiría a que los países incorporasen los aspectos de integración regional en sus programas nacionales de desarrollo, ya que la Publicación del Banco Centroamericano de Integración Económica 159 La Integración de Centroamérica: promesa y reto vigente preparación de posiciones para dichas comisiones obligaría a ejercer un mínimo de coordinación entre los programas de cada país. De esta forma se podría llegar a la preparación de programas de acción en los que se plasmara la óptica regional en torno a objetivos comunes, mediante la ejecución de esfuerzos nacionales y regionales lo cual, además de sus méritos en el plano nacional, fortalecería los planteamientos de los países del área. Todo lo anterior exige que Centroamérica tenga una visión clara de sus objetivos de mediano plazo, del rumbo que desea impartir a su economía y qué clase de sociedad desea lograr. Una reflexión que es conveniente formular es que el estancamiento y la declinación económica de la región empezaron a finales de la década de los años setenta, inmediatamente después de haber experimentado un período de bonanza económica por los altos precios del café. Pero esta bonanza no dejó un solo elemento que permitiera atenuar la crisis. Al contrario, fue en ese período cuando los gastos del sector público y las importaciones crecieron más aceleradamente y cuando la balanza en cuenta corriente comenzó a deteriorarse considerablemente. Así, surge la conveniencia de analizar la creación de un fondo de reserva regional, al cual los países podrían destinar un porcentaje de sus exportaciones para afrontar los tiempos difíciles que podrían venir. En este punto es pertinente señalar la conveniencia de que Centroamérica negocie ante los países desarrollados la creación de un mecanismo de compensación por la caída de los precios de sus productos de exportación, similar al esquema STABEX creado por la Comunidad Económica Europea para los países de la Convención de Lomé 26. Este punto figuró en las negociaciones en la comisión mixta de la Comunidad Económica Europea y Centroamérica sin lograrse ningún avance. Dada su importancia, es un tema que no debería ser relegado, particularmente ante la caída de los precios de los productos tradicionales de exportación. Por otra parte, es posible prever un cambio cualitativo en la demanda de recursos externos, sobre todo en términos de una disminución de la importancia de los “recursos externos para el desarrollo” y de una creciente demanda de los “servicios financieros para la producción”. Así, se prevé una mayor demanda de servicios especializados para el financiamiento de las exportaciones, los seguros, el capital de riesgo, el arrendamiento swaps. Etc., que se vuelven indispensables para sustentar los objetivos de los gobiernos centroamericanos de penetrar nuevos mercados y aumentar la competitividad internacional. 3.5. Las proyecciones de la balanza de pagos. 26 Un análisis del mecanismo STABEX aplicado a Centroamérica se encuentra en Frederick José Jiménez, “El mecanismo Stabex: una fuente potencial de recursos para Centroamérica”, Cuadernos de Economía y Finanzas, No. 5, BCIE, abril de 1988. Un resumen de los principales renglones de la balanza de pagos del período 1986-1989 se presenta en el cuadro 12. Se puede notar el deterioro marcado que se ha dado en el déficit en la cuenta de bienes, así como los elevados montos de las transferencias unilaterales y los bajos montos de capital privado. Con esa base, se ha tratado de proyectar la balanza de pagos para el período 1992-1994, en un escenario optimista que comprende 160 Publicación del Banco Centroamericano de Integración Económica Elementos para una estrategia centroamericana de renegociación de la deuda externa y captación de recursos CUADRO 12. Centroamérica: balanza de pagos, 1986-1989 (Millones de dólares) Rubros 1986 1987 1988 1989 Saldo de bienes Saldo servicio y renta Transferencias unilaterales (netas) Saldo en cuenta corriente -320 -1,317 -1,271 -1,465 -1,279 -1,368 -1,301 -1,203 885 1,259 1,312 1,234 -715 -1,426 -1,259 -1,435 76 553 562 282 1,035 883 617 1,105 3 9 5 - 31 -2 -47 -1 208 1,123 1,126 1,130 1,595 408 - 300 -129 160 Capital privado Capital oficial Y bancario Asignación DEG’s Errores y omisiones Saldo cuenta de capital Balanza de pagos Fuente : Elaborado sobre la base de Consejo Monetario Centroamericano, Boletín Estadístico, 1989. reducir paulatinamente el déficit en cuenta corriente mediante el crecimiento de las exportaciones, la captación de remesas familiares y la reducción del servicio de la deuda externa. Además, en un marco optimista, el saldo en la cuenta de capital aumentaría, incrementado por la entrada de inversión extranjera, la repatriación de capital y el incremento de capital oficial y bancario para el financiamiento de programas de desarrollo. La proyección se muestra en el cuadro siguiente: CUADRO 13. Proyección de la balanza de pagos 1992-1993 (Millones de dólares) 1992 1993 1994 Saldo de bienes Saldo de servicios -1,300 -1,100 -1,200 -1,050 -1,100 -1,000 Transferencias Saldo en cuenta corriente 1,250 1,200 1,200 -1,150 -1,050 -900 400 500 600 1,000 1,050 1,150 Capital privado Capital oficial y bancario Asignación DEG’s Errores y omisiones Saldo en cuenta de capital Balanza de pagos -0-0- -0-0- -0-0- 1,400 1,550 1,750 250 500 850 Publicación del Banco Centroamericano de Integración Económica 161 La Integración de Centroamérica: promesa y reto vigente Se puede apreciar que el déficit en bienes disminuiría de 1,465 millones de dólares en 1989 a 1,100 millones de dólares en 1994 básicamente debido al incremento de las exportaciones de El Salvador y Nicaragua (y al ahorro en el uso de petróleo y sus derivados). El déficit de servicios decrece de 1,203 millones a 1,000 millones de dólares por los esfuerzos de reducción de deuda. Por su parte, las transferencias netas disminuyen, pasando de 1,234 millones a 1,200 millones de dólares, bajo el supuesto de que las remesas familiares han compensado la merma en las transferencias oficiales. De esa manera, se proyecta una mejoría en el déficit en cuenta corriente, que se reduce de 1,435 millones en 1989 a 900 millones de dólares en 1993. Por su parte, se estima una mejoría en la cuenta de capital, determinada por una mayor captación, tanto de capital privado, que pasaría de 282 millones a 600 millones de dólares, y de capital oficial y bancario. Así, el saldo en cuenta de capital pasa de 1,595 millones a 1,750 millones de dólares y la balanza de pagos pasa de un saldo de 160 millones en 1989 a 850 millones de dólares en 1994. Se debe enfatizar que esta mejoría sería posible debido a: - incremento de las exportaciones; reducción de la deuda; mayor captación de remesas familiares; incremento de ingreso de capital privado y del capital oficial para proyectos de desarrollo. En el escenario expuesto, no obstante las mejorías proyectadas en los distintos rubros, todavía es necesaria una participación significativa de las transferencias. Además, la mejoría en la situación de la balanza de pagos no garantiza que los problemas económicos estarían resueltos. El escenario anterior tiene como contrapartida macroeconómica un aumento del ahorro nacional, la mejoría considerable de las cuentas del sector público, la existencia de un acervo significativo de proyectos de inversión y, en particular, la existencia de un ambiente propicio a la inversión. Con el fin de tener una visión clara de los desafíos que enfrentan los países centroamericanos en sus esfuerzos por mejorar su liquidez externa e incrementar el ritmo de crecimiento de sus economías, a continuación se presenta un resumen global que unifica las acciones consideradas como de mayor prelación. El objetivo general es acrecentar las disponibilidades de recursos en función de los requerimientos de recursos para impulsar el crecimiento económico. Las acciones pertinentes con relación a la problemática de la deuda externa serían las siguientes: - - Establecer un mecanismo formal de consulta regional para intercambiar información y afinar planteamientos ante acreedores. Analizar y fortalecer conjuntamente los planteamientos ante el Club de París, en el caso de los países que todavía no han formalizado un acuerdo con el mismo, especialmente argumentando la reducción de la deuda y aprovechando la 162 Publicación del Banco Centroamericano de Integración Económica Elementos para una estrategia centroamericana de renegociación de la deuda externa y captación de recursos - - - - concesión otorgada a Nicaragua. Impulsar programas regionales de conversión de deuda por naturaleza y por educación. Preparar programas de reducción de la deuda con la banca privada internacional en el contexto de impulsar la privatización de las empresas y para incentivar la inversión. Negociar en forma conjunta la ejecución de la Iniciativa de las Américas. Efectuar conjuntamente planteamientos ante otros países para replicar el componente de deuda externa de la Iniciativa para las Américas, destinando los intereses sobre la deuda reestructurada a proyectos de salud y educación. Establecer un equipo técnico que permanentemente estudie las opciones y los nuevos planteamientos en materia de financiamiento para el desarrollo. Negociar ante México y Venezuela que acepten pagos de la factura petrolera con deuda de estos países. Cancelar las deudas intracentroamericanas mediante el pago con deuda del país acreedor o con bonos cupón cero. Con relación a la captación de recursos frescos, las acciones más importantes son las siguientes: - Emprender esfuerzos en el campo de la programación de inversiones a fin de utilizar plenamente los recursos externos de organismos multilaterales y bilaterales de financiamiento. - Desarrollar mecanismos financieros para captar las remesas. - Impulsar acciones para atraer la inversión extranjera. - Establecer comisiones de negociación para el financiamiento de proyectos en base a una definición de prioridades de desarrollo. Finalmente, en el plano interno, las acciones procedentes serían las siguientes: - Reducir los déficits fiscales. Incrementar el ahorro nacional. Consolidar las reformas al sistema bancario en búsqueda de más competencia y eficiencia. Impulsar los mercados de capitales. Efectuar reformas tributarias. Publicación del Banco Centroamericano de Integración Económica 163 La Integración de Centroamérica: promesa y reto vigente 164 Publicación del Banco Centroamericano de Integración Económica Ecuador y la integración andina experiencias y perspectivas Revista Mensual del INTAL Noviembre 1993 Año 18, No. 195 La Integración de Centroamérica: promesa y reto vigente Resumen Los ambiciosos propósitos del Pacto Andino contrastan con los resultados modestos, que fueron evidentes después de pocos años de iniciado el proceso de integración. En particular, fueron formidables las dificultades para alcanzar consenso con relación a la distribución de los programas industriales, y sólo se aprobaron tres programas (metalmecánico , petroquímico y automotor) en los primeros ocho años de vigencia del Acuerdo. Además, se dio un franco incumplimiento de los plazos y las acciones acordados, que no permitió la plena concreción del mercado ampliado, ni del arancel externo común. A pesar de que Perú ha suspendido su participación hasta fines de 1993, las perspectivas del Pacto Andino son alentadoras. Ante los acuerdos alcanzados en materia del arancel externo común y comercio reciproco, se programa una nueva etapa de acciones para facilitar el comercio, por medio de un ambicioso programa de infraestructura vial que mejorará los vínculos entre los países, así como la simplificación de los trámites al comercio, mediante la introducción de un documento único para el transporte intraandino y la creación de una cámara de compensación para el pago de transporte de mercaderías en el mercado intrarregional. Se contempla, además, emprender esfuerzos para la “consolidación de las alianzas empresariales”, así como para “el redimensionamiento del Pacto Andino para que actúe como un trampolín en la subregión en el comercio mundial”. El desempeño de Ecuador en el Pacto Andino reviste una importancia especial, si se tiene en cuenta que uno de los propósitos del Acuerdo de Cartagena era otorgar un tratamiento preferencial a este país y a Bolivia, dado sus relativos menores niveles de desarrollo. Existen dudas acerca de las ventajas que la integración subregional haya podido representar para Ecuador. El hecho es que no se detectan los beneficios de creación de comercio, crecimiento económico, formación de ahorro, estabilización económica e industrialización, que se esperarían según los argumentos tradicionales. Sin embargo, se podría suponer que los resultados poco halagüeños son evidencia de que no ha habido una mayor integración andina para Ecuador, sobre todo cuando se toma en cuenta el elevado costo de transporte. En efecto, en el Pacto Andino el 50 por ciento del transporte se efectúa por camión, y es el transporte por carretera el que se ha caracterizado por mayores trabas al flujo de bienes. De hecho, un estudio reciente ha señalado que el transporte “ha limitado el comercio comercial más que cualquier arancel”. 1. Evolución del Pacto Andino El Pacto Andino fue creado mediante la suscripción, en mayo de 1969, del Acuerdo de Integración Subregional Andina (Acuerdo de Cartagena) por parte de Colombia, Ecuador, Perú, Bolivia y Chile. Posteriormente, en 1973, Venezuela se adhirió al Acuerdo. Su creación fue motivada por el lento avance en la concreción de los 166 Publicación del Banco Centroamericano de Integración Económica Ecuador y la integración andina experiencias y perspectivas 1 Sobre la creación, los objetivos y el desempeño del Pacto Andino véase, entre otros, Avery, W.P., y Cochrane, J.D., “Subregional Integration in Latin America: The Andean Common Market”, en Journal of Common Market Studies”, vol, 11, 1972, págs. 85102; Morawetz, David, The Andean, Group, Cambridge. Massachusetts, MIT Press, 1974; Salgado, Germánico. “The Andean Pact: Problems and Perspectives”, en Regional Integration: The Latin American Experience, Boulder, Westview Press, 1985, págs. 170193. objetivos de la Asociación Latinoamericana de Libre Comercio (ALALC) y por la percepción de que los países de menor desarrollo económico relativo de la región requerían de un enfoque particular en sus esfuerzos de integración.1 Los objetivos básicos del Acuerdo de Cartagena eran impulsar un desarrollo armónico de los países miembros, promover la industrialización mediante un esquema subregional de sustitución de importaciones y la especialización y complementación entre países. Además, tuvo el carácter distintivo de una estrategia que prestaba especial atención a la programación industrial, a fin de lograr una distribución equitativa de los beneficios de la integración. Estos objetivos serian alcanzados mediante medidas específicas como la aprobación de un arancel externo común y la liberación total del comercio intrarregional antes del 31 de diciembre de 1980; un régimen común sobre empresas multinacionales y la coordinación de las legislaciones de fomento industrial, a más tardar el 31 de diciembre de 1971; el tratamiento común a los capitales extranjeros y a la transferencia de tecnología, que se debía acordar antes del 31 de diciembre de 1970; la ejecución coordinada de los Programas Sectoriales de Desarrollo Industrial, cuya aprobación se debía lograr antes del final de 1976; la coordinación de los planes nacionales de desarrollo en aras de una planificación conjunta subregional y la adopción de un régimen especial para Ecuador y Bolivia, en virtud de su menor desarrollo relativo. Los ambiciosos propósitos del Pacto Andino contrastan con los resultados modestos, que fueron evidentes después de pocos años de iniciado el proceso de integración. En particular, fueron formidables las dificultades para alcanzar consenso con relación a la distribución de los programas industriales, y sólo se aprobaron tres programas (metalmecánico, petroquímico y automotor) en los primeros ocho años de vigencia del Acuerdo. Además, se dio un franco incumplimiento de los plazos y las acciones acordados, que no permitió la plena concreción del mercado ampliado, ni del arancel externo común. Ante el estancamiento del proceso, en 1976 se adoptó el Protocolo de Lima con el propósito de impartirle dinamismo. Para ello se reprogramaron plazos, se acordó la incorporación de una franja arancelaria para la protección de terceros países, así como una “programación parcial” que permitía la abstención de cualquier país de los programas industriales. El Protocolo amplió en tres años los plazos originales establecidos para la liberación del comercio intrarregional y la puesta en vigencia del arancel externo común, y para la aceptación y distribución de los Programas Sectoriales de Desarrollo Industrial. Asimismo, se reformó el Régimen Común de Tratamiento de Capitales Extranjeros: se amplió el porcentaje límite de las remesas de utilidades de 14 por ciento a 20 por ciento de la inversión, se elevó en tres años el plazo para la transformación de las empresas extranjeras en empresas nacionales y se permitió el acceso de empresas foráneas al crédito de los sistemas bancarios nacionales. A pesar de estas medidas flexibilizantes, no se logró evitar el retiro de Chile, en 1976, a la vez que continuó el problema de atrasos e incumplimientos de los compromisos adquiridos, lo que generó un Publicación del Banco Centroamericano de Integración Económica 167 La Integración de Centroamérica: promesa y reto vigente clima de escepticismo. A principios del decenio de 1980, ante las repercusiones de la recesión de los países desarrollados, el deterioro de los términos de intercambio, la relativa escasez de recursos financieros en el mercado internacional y los problemas de endeudamiento externo, los países andinos emprendieron acciones de ajuste que comprendieron medidas proteccionistas que afectaron el comercio intraregional. De esa manera, el comercio intrarregional, que había crecido de 112 millones de dólares en 1970 hasta alcanzar un valor pico de 1.239 millones de dólares en 1981, empezó a decrecer rápidamente a partir de ese año y se redujo a la mitad de ese valor en 1986. Esto vino a crear dudas sobre el futuro del Pacto Andino. CUADRO 1. Exportaciones de los países andinos: intrasubregionales y al resto del mundo, 1970-1988 (millones de dólares corrientes y porcentajes) Año 1970 1971 1972 1973 1974 197 5 1976 1977 1978 1979 1980 1981 1982 1983 1984 1985 1986 1987 1988 Intrasubregionales 112 146 n.d. 217 439 479 n,d. 855 698 1.114 1.186 1.239 1.216 758 745 739 629 854 830 Resto del mundo 2,4 2,9 n.d. 2,8 2,8 3,7 n.d. 5,4 4,3 4,6 3,9 4,2 4,7 3,1 3,1 3,3 3,1 4,7 4,0 4.665 4.842 n.d. 7.545 15.232 12.495 n.d. 14.933 15.621 22.858 29.301 28.460 24.627 23.476 23.143 21.592 19.789 17.438 19.808 97,6 97,1 n.d. 97,2 97,2 96,3 n.d. 94,6 95,7 95,4 96,1 95,8 95,3 96,9 96,9 96,7 96,9 95,3 96,0 n.d.: no disponible. Fuente: Junta del Acuerdo de Cartagena. Dentro de este contexto, a mediados del decenio de 1980 se inició un examen de la integración andina a la luz de las prioridades de política económica nacionales y las restricciones derivadas de los procesos de ajuste. Se reconoció que era virtualmente imposible establecer un modelo de desarrollo común a todos los países bajo un esquema subregional, así como lo inviable que resultaba impulsar la industrialización en un marco de programación conjunta y de convergencia de los planes nacionales de desarrollo. De este análisis resultó un interés por aprovechar el potencial que la integración ofrecía para impulsar la modernización del aparato productivo e incrementar la competitividad y el poder de negociación hacia el exterior. 168 Publicación del Banco Centroamericano de Integración Económica Ecuador y la integración andina experiencias y perspectivas Así, el 25 de mayo de 1988 entró en vigencia el Protocolo Modificatorio del Acuerdo de Cartagena,* conocido como el Protocolo de Quito, que introducía aun más flexibilización a los calendarios acordados previamente, dejando a la Comisión, el órgano político del Acuerdo de Cartagena, la facultad para decidir sobre los plazos para la aprobación de los programas de integración industrial y la definición y gestión del proceso de consenso sobre el arancel externo común. Se establecía, además, que la Comisión revisaría, a propuesta del órgano técnico -la Junta-, los programas sectoriales de desarrollo industrial ya aprobados. Asimismo, se introdujo un régimen transitorio de administración del comercio subregional, que involucraba salvaguardias de importación. El Protocolo de Quito impartió flexibilidad al proceso, pero esto no se tradujo en un avance en la profundización de la integración. Es a finales de la década de 1980, cuando los países llevaban a cabo políticas económicas de ajuste y reformas bastante similares, que el proceso de integración adquirió un singular dinamismo. Acontecimientos externos e internos crearon las condiciones para que la estrategia de integración subregional fuera concebida en el marco de una “integración hacia afuera”, incentivando la iniciativa privada, la modernización productiva y la apertura externa. CUADRO 2. Esquemas de integración de América Latina: participación del comerció Intrarregional en el comercio total y en el mundial* (porcentajes) Pacto Andino **M.C.C. ALALC/ALADI 1960 1970 1975 1980 0,7 (2.9) 7,0 (0,4) 7,9 (6,0) 2,0 (1,6) 25,7 (0,4) 9,9 (4,4) 3,7 (1,6) 23,3 (0,3) 13,6 (3,5) 3,8 (1,6) 24,1(0,2) 13,7(4,2) 1985 3,4 (1,2) 14,7 (0,2) 8,3 (4,7) 1990 4.6 (0,9) 14,8 (0,1) 10.6 (3,4) * Cifras entre paréntesis. Fuente: De Meló, Jaime y Panagariya, Arvind. “The New Regionalism”, en Finance and Development, diciembre de 1992, págs. 37-40. **Mercado Común Centroamericano * N. del Ed.: Véase el texto de este documento en Integración Latinoamericana, No 134, mayo de 1988. pags 62.72. A esto contribuyó la relativa uniformidad de las políticas económicas que seguían los países, así como el reconocimiento de la tendencia mundial hacia la creación de bloques económicos, siendo los ejemplos más vividos, la Europa 1992 y el Tratado de Libre Comercio de México, Estados Unidos y Canadá. Estos hechos, así como el fin de la guerra fría, despertaban la preocupación de que la presencia de la subregión en el plano internacional podría disminuir. Otro aspecto que señalaba la urgencia de efectuar un viraje en la política económica era la evidencia de que la participación de las exportaciones de América Latina dentro del comercio mundial decrecía persistentemente, de 10,9 por ciento en 1950, a 8,3 por ciento en 1970 y a 3,2 por ciento en 1990, a la vez que la captación de la inversión extranjera mundial había decrecido de 15,3 por ciento en 1975 a 9,1 por ciento en 1985. Esta evolución era acentuada en los países de la región que habían formado esquemas de integración (véase cuadro 2). Publicación del Banco Centroamericano de Integración Económica 169 La Integración de Centroamérica: promesa y reto vigente 2 Los textos completos de las declaraciones de Cartagena y Galápagos fueron publicados en Integración Latinoamericana, No. 148, agosto de 1989, y No. 155, abril de 1990, respectivamente. * N. del Ed.: Véase el texto del acta emitida en esa oportunidad en Integración Latinoamericana. No. 158, julio de 1990. págs. 65-67. 3 El texto del Acta de La Paz se encuentra en Integración Latinoamericana, No. 165, marzo de 1991. Es así que en la reunión de los presidentes de los países andinos, realizada en Cartagena en mayo de 1989, éstos acordaron reunirse dos veces al año a fin de impulsar el programa integracionista, y solicitaron a la Comisión que preparara una nueva estrategia de integración. En la siguiente reunión, en Galápagos, en diciembre de 1989, los presidentes aprobaron el Diseño Estratégico para la Orientación del Grupo Andino, cuyos objetivos principales son la consolidación del espacio económico subregional y la concertación hacia el resto del mundo.2 El primer objetivo abarca el compromiso de impulsar el comercio intrarregional, la adopción del arancel externo común, la coordinación de las políticas cambiarias y monetarias, el desarrollo de infraestructura, la cooperación en la innovación tecnológica, las facilidades para la circulación de mano de obra y de capitales, y la vinculación entre los agentes productivos. El objetivo de procurar mejores beneficios de la economía internacional implica mejorar la competitividad internacional y actuar en forma conjunta en los cónclaves económicos de la región. En la reunión de Machu Picchu,* en mayo de 1990, los presidentes crearon el Consejo Presidencial Andino y decidieron impulsar la elección del Parlamento Andino por sufragio directo y universal. En la reunión de La Paz, en noviembre de 1990, se profundizaron los acuerdos que se habían aprobado en Galápagos. En primer lugar, se acordó revisar el tratamiento a la inversión extranjera. En consecuencia, en marzo de 1991, la Junta adoptó la Decisión 291 sobre el Régimen Común de Tratamiento a los Capitales Extranjeros y sobre Marcas, Patentes, Licencias y Regalías, que estableció el principio de igualdad de derechos y obligaciones entre capitales nacionales, subregionales e internacionales. Con esta decisión se acordó la libertad de remesa de utilidades y el goce de todas las ventajas del mercado ampliado, sin necesidad de tener que convertirse en una empresa nacional, y se impulsó el movimiento de capital en el territorio andino, por medio de empresas multinacionales andinas.3 Con relación a la programación industrial se acordó que a más tardar el 31 de marzo de 1991 se eliminaría la lista de productos que habían estado excluidos de la reducción arancelaria, ya que estaban reservados para los programas sectoriales de desarrollo industrial. Posteriormente, con las Decisiones 296, 298, 299 y 300, la Comisión estableció que los productos objetos de tales programas podrían ser elaborados por cualquiera de los países miembros, que su comercio intraregional no estaría sujeto a restricción y que los productos competitivos de tales productos provenientes de afuera de la subregión tendrían el mismo arancel externo común que se adoptara para la subregión. De esa manera se eliminaba el esquema de “programación industrial” que había sido concebido en 1970. En adición, en La Paz se acordó constituir la zona de libre comercio a más tardar el 31 de diciembre de 1991 (Ecuador se abstuvo de ese compromiso); el arancel externo común sería adoptado entre 1991 y 1993 por Colombia, Perú y Venezuela, y entre 1991 y1995 por Bolivia y Ecuador (este último se abstuvo). También se 170 Publicación del Banco Centroamericano de Integración Económica Ecuador y la integración andina experiencias y perspectivas 4 El Acta, de Caracas se comenta en BID/INTAL, El proceso de Integración en América Latina en 1991, Buenos Aires, 1992, pág.245, BID. INTAL/PA, publicación No. 392. N. del Ed.: el texto de este documento se publicó en Integración Latinoamericana, No. 169, julio de 1991, págs. 101104. 5 El Acta de Barahona se publicó en Integración Latinoamericana, No. 175, enero febrero de 1992, págs. 62-64. 6 Latin American Regional Reports, Andean Group Report, 12 de noviembre de 1992. acordó eliminar totalmente el comercio administrado y se ratificó la Estrategia Andina de Integración y Modernización Industrial y Productiva. Posteriormente, en la reunión de Caracas, en mayo de 1991, se ratificaron los acuerdos anteriores y se acordó la conveniencia de establecer un arancel externo común al más corto plazo. Éste entró en vigencia en Venezuela y Colombia en enero de 1992. Asimismo, en Caracas se acordó diseñar un Sistema Integral de Armonización de Políticas Cambiarias y Monetarias.4 En la siguiente reunión presidencial celebrada en Cartagena de Indias en diciembre de 1991, los presidentes acordaron el Acta de Barahona, que enfatiza la definición del arancel externo común, la armonización de políticas macroeconómicas y las relaciones externas. En este punto se hizo un llamado a México a “negociar comunitariamente un acuerdo comercial” y “a Chile, y a los países miembros del MERCOSUR” se les invitó a “iniciar discusiones con el Grupo Andino en su conjunto, con miras a ampliar las relaciones comerciales regionales y avances hacia la progresiva consolidación de un espacio económico transamericano”.5 Estos acuerdos presidenciales se han traducido en avances concretos. El progreso de la reducción arancelaria ha sido notable: en noviembre de 1990, mediante la Decisión 273 se redujeron el grado promedio, la dispersión y el número de niveles del arancel externo mínimo común, alcanzando el arancel promedio de 12,7 por ciento, con una concentración de 84 por ciento entre los niveles de 10 por ciento y 20 por ciento. En septiembre de 1991 se decidió otra rebaja del arancel y se establecieron cuatro niveles arancelarios (5 por ciento, 10 por ciento, 15 por ciento y 20 por ciento). Finalmente, en octubre de 1992 se acordó la puesta en vigor del arancel externo común. Además, en esa fecha Bolivia levantó las tarifas arancelarias a las importaciones de Colombia, Venezuela y Ecuador. Por su parte, Ecuador ha programado la eliminación de los aranceles intrarregionales para enero de 1993. A la vez, en los últimos años el comercio intrarregional ha crecido rápidamente, y se espera que alcance la suma de 2.600 millones de dólares en 1992, 30 por ciento superior al valor de 1991. A pesar de que Perú ha suspendido su participación hasta fines de 1993, las perspectivas del Pacto Andino son alentadoras. Ante los acuerdos alcanzados en materia de arancel externo común y comercio reciproco, se programa una nueva etapa de acciones para facilitar el comercio, por medio de un ambicioso programa de infraestructura vial que mejorará los vínculos entre los países, así como la simplificación de los trámites al comercio, mediante la introducción de un documento único para el transporte intraandino y la creación de una cámara de compensación para el pago de transporte de mercaderías en el mercado intraregional. Se contempla, además, emprender esfuerzos para la “consolidación de las alianzas empresariales”, así como para “el redimensionamiento del Pacto Andino para que actúe como un trampolín de la subregión en el comercio mundial”.6 Publicación del Banco Centroamericano de Integración Económica 171 La Integración de Centroamérica: promesa y reto vigente II. El caso de Ecuador El desempeño de Ecuador en el Pacto Andino reviste una importancia especial, al considerar que uno de los propósitos del Acuerdo de Cartagena era otorgar un tratamiento preferencial a este país y a Bolivia, dado sus relativos menores niveles de desarrollo. En 1970, el ingreso per cápita de Ecuador representaba un 47 por ciento del ingreso per cápita de la región andina; en 1980 este porcentaje había aumentado a 75 por ciento y en 1985 era de 81 por ciento. Con relación a las exportaciones totales, en 1970 las exportaciones ecuatorianas representaban 4,2 por ciento del total andino; este porcentaje alcanzó a 8,8 por ciento en 1980 y a 11,4 por ciento en 1988. Por su parte, la participación del producto bruto interno de Ecuador en el área andina paso de 5,2 por ciento en 1970, a 8,5 por ciento en 1980 y 14,1 por ciento en 1984. Este desempeño favorable, sin embargo, está determinado en buena parte por las exportaciones de petróleo de Ecuador. A) Comercio intraandino 7 Banco Mundial, Ecuador. Development of Manufacturing: Policies, Performance and Outlook, Washington, octubre de 1990. Las exportaciones ecuatorianas hacia la subregión crecieron rápidamente en la década de 1970: pasaron de 12,6 millones de dólares en 1971 a 147,2 millones de dólares en 1980, para mostrar una contracción y estancamiento en el período 1981-1986. En 1987 se inicia una recuperación, de manera que las exportaciones alcanzan la suma de 188 millones de dólares en 1990. Al excluir las exportaciones de petróleo a Perú, que tuvieron importancia a partir de 1987, las cifras de comercio son mucho más modestas (véase cuadro 3). Las importaciones, por su parte, también mostraron dinamismo, ya que pasaron de 38,4 millones de dólares en 1971 a 139,2 millones de dólares en 1980. En la primera mitad de la década de 1980, las importaciones también se contrajeron, para alcanzar un nuevo valor pico de 118,8 millones de dólares en 1990 y 172,3 millones de dólares en 1991. La evolución del coeficiente de integración, es decir el cociente entre las exportaciones intrarregionales y las totales, se mantuvo alrededor de 5 por ciento en el decenio de 1970. En la década subsiguiente, el coeficiente decreció notablemente, y se recuperó a partir de 1988, cuando alcanzó 7,8 por ciento (véase cuadro 4). Las exportaciones intrarregionales de Ecuador están constituidas en un alto porcentaje por bienes manufacturados, que en el período 1972-1979 crecieron rápidamente (19,3 por ciento anual), mientras que los bienes manufacturados destinados a fuera de la subregión crecieron en 13,6 por ciento. Sin embargo, la participación del sector manufacturero dentro del producto bruto interno no ha sido sostenida: aumentó de 14 por ciento en 1973 a un valor pico de 19,4 por ciento en 1983, para decrecer hasta 15 por ciento en 1990.7 El comercio intraandino de Ecuador se concentra, como en el caso de los otros países miembros, hacia los países vecinos. En efecto, sus exportaciones a Perú y Colombia representaban, en 1989, 68 por ciento y 27 por ciento de sus exportaciones andinas, respectivamente. 172 Publicación del Banco Centroamericano de Integración Económica Ecuador y la integración andina experiencias y perspectivas Cuadro 3. Balanza comercial de Ecuador con el Grupo Andino (valor en miles de dólares, excluido petróleo) Años Exportaciones Importaciones (valor FOB) (valor CIF) Saldos 1971 1972 1973 1974 1975 1976 1977 1978 1979 1980 1981 1982 1983 1984 1985 1986 1987 1988 1989 1990 1991 12.626 14.322 27.355 34.775 36.110 40.199 63.354 72.873 91.067 147.248 139.106 146.896 41.786 47.787 45.073 42.928 58.850 55.246 52.350 53.926 63.542 38.578 24.796 35.678 58.435 56.457 50.633 60.515 74.612 97.281 139.201 107.607 117.596 69.202 76.749 116.515 80.265 78.415 69.746 91.120 118.801 172.281 -25.952 -10.474 -8.323 -23.660 -20.347 -10.434 + 2.839 -1.739 -6.214 + 8.047 + 31.499 + 29.300 -27.416 -28.962 -71.442 -37.337 -19.565 -14.500 -38.770 -64.875 -108.739 Total 1.287.424 1.734.483 -447.059 Fuente: 1971-1984. Anuarios de Comercio Exterior: 1985-1991. Tabulados del Banco Central del Ecuador. Cuadro 4. Grupo Andino: participación de las exportaciones intrasubregionales en las totales (en porcentajes) 1980 1981 1982 1983 1984 1985 1986 1987 1988 1989 Bolivía 4,2 4,6 3,8 3,0 2,0 2.5 3,8 5,4 4,7 6,2 Colombia 9,8 15.3 14,6 5.9 4,9 6,1 5,5 8,1 7,9 5,4 Ecuador 5,9 6,4 7,1 5.9 2.2 2,5 2,0 6,2 7,7 7,8 Perú 8,0 8,6 7,4 3,5 4,8 8,2 6,1 6,3 4,9 2,8 Venezuela 1,6 1,3 1,8 2,1 2,2 1,7 1,7 2,9 2,4 2,6 Grupo Andino 3,9 4,3 4,6 3,2 2,8 3,3 3,4 4,9 4,7 3,9 8 Véase, Banco Interamericano de Desarrollo, Progreso económico y social en América Latina. Integración económica, Washington, D.C., 1984, pág. 127. Esta marcada orientación hacia los países vecinos explicarían el aumento de la concentración de las exportaciones ecuatorianas, mostrando el índice de concentración geográfica una tendencia ascendente.8 Las cifras anteriores permiten apreciar que el desempeño de Ecuador en el comercio intraandino ha sido modesto. Sin embargo, el Pacto Andino puede acarrear importantes repercusiones macroeconómicas derivadas del comercio intrarregional, que se analizan a continuación. Publicación del Banco Centroamericano de Integración Económica 173 La Integración de Centroamérica: promesa y reto vigente B) Estabilización del sector externo La integración subregional ofrece a Ecuador la posibilidad de estabilizar su sector exportador si sus exportaciones intraandinas tuviesen una covariación negativa con las exportaciones extrarregionales. Esto se puede apreciar visualizando el sector exportador Et como una “cartera de inversiones” que contiene las exportaciones intraandinas Ean y aquellas hacia afuera de la subregión E x9 . Et =Ex+Ean La varianza de las exportaciones totales está dada por: Var(Et ) = Var(Ex ) + Var(Ean ) + 2 Cov(Ex , Ean) Se puede apreciar que si 2Cov (Ex , Ean) es negativa y mayor en valor absoluto que Var (Ean ), las exportaciones intra andinas tendrán el efecto de reducir la variabilidad de las exportaciones totales. La covarianza entre Ex y Ean dependerá de que la actividad económica de los países vecinos tenga una variación sincrónica con Ex. Dado que Ean depende del nivel de actividad económica de los socios andinos, si la economía de éstos es sincrónica con las exportaciones extrarregionales ecuatorianas, entonces la covarianza entre las exportaciones extrarregionales e intrarregionales sería positiva. Es decir, como las economías de los socios andinos de Ecuador están influenciadas por sus exportaciones extrarregionales, se puede postular que cuando estas exportaciones tienen una variación sincrónica con las exportaciones extrarregionales ecuatorianas, la covarianza entre Ex y Ean sería positiva. En este caso, el Pacto Andino no tendría el efecto de estabilizar el sector exportador de Ecuador. En el cuadro 5 se presentan los coeficientes de correlación entre los índices de precio y volumen de exportación de Ecuador y de los otros socios andinos, calculados para el período 1971-1990. CUADRO 5. Coeficientes de correlaciónentre los índices de precio y volumen de exportaciones de Ecuador y de los países andinos Perú Colombia* Venezuela** Bolivia 9 Sobre la aplicación de modelos de diversificación del sector externo, véase Brainard. W., y Cooper, R., “Uncertainty and Diversification in International Trade”, en Food Research Institute in Agricultural Economics, Trade and Development. vol. VIII, noviembre de 1968, págs. 270-295. Precio Volumen 0,8089 0,4504 n.d. 0,9443 -0,5273 0,5625 -0,4572 -0,6441 n.d.: no disponible. * Se refiere al precio y volumen de exportación de café. ** Se refiere al volumen de exportación de petróleo. Fuente: FMI, Estadísticas Financieras Internacionales, Anuario 1992. 174 Publicación del Banco Centroamericano de Integración Económica Ecuador y la integración andina experiencias y perspectivas 10 Glezakos, C., “Export Instability and Economic Growth: A Statistical Verification”, en Economic Development and Cultural Change, vol. 21, julio de 1977, págs. 670-678; Voivodas, C.S. “The Effect of Foreign Exchange Instability on Growth”, en The Review of Economic and, Statistics. vol. 56, agosto de 1974, págs. 410-411. 11 Love, James, “Export Instability and the Domestic Economy: Questions of Causality”, en The Journal of Development Studies, vol. 28, No 1, julio de 1992 págs. 735-745. 12 Cáceres, Luis René, Integración económica y subdesarrollo en Centroamérica, México, Fondo de Cultura Económica, 1981. 13 Véase Joong-Kong, Lee, “Exports and Propensity to Save in LDC’s”, en Economic Journal. vol. 81, junio de 1971, págs. 341-351; Laumas, Prem S., “Exports and the Propensity to Save”, en Economic Development and Cultural Change 1982, págs. 831-841. 14 La fuente de datos es el Fondo Monetario Internacional, Estadísticas financieras internacionales, Anuario 1992. Se puede apreciar en el cuadro anterior que los precios de exportación de Ecuador tienden a variar al unísono con los de los otros países andinos, particularmente con Perú y Bolivia, países exportadores de minerales. De esa manera, por la vía de los precios de los productos de exportación extrarregionales no habría una influencia estabilizadora sobre el sector externo ecuatoriano. En cuanto a la correlación de los volúmenes de exportación, se aprecia que ésta es negativa con Perú, Venezuela y Bolivia, y positiva con Colombia. Sin embargo, estas correlaciones son menores que las mostradas por los índices de precios. Debido a ausencia de datos, la correlación entre los ingresos de exportaciones extrarregionales sólo se pudo calcular para Colombia y Perú, y se encontró que en ambos casos es positiva, de 0,64 y 0,85 respectivamente. Asi, se puede notar que con los dos países vecinos con los cuales Ecuador realiza la mayor parte del comercio intrarregional, las correlaciones entre sus sectores externos extrarregionales son positivas. Esto indica que la diversificación geográfica y de productos que el Pacto Andino ofrece a Ecuador no contribuye a estabilizar su sector externo. Este hecho tiene una especial importancia si se consideran los resultados de estudios que han concluido que a una mayor inestabilidad de las exportaciones corresponde un menor crecimiento económico.10 Además, un estudio reciente observó que, en el caso de Ecuador, la prueba de Granger-Sims denota una relación de causalidad en la que la inestabilidad del sector externo da lugar a la inestabilidad macroeconómica.11 Es de caso señalar que en los países centroamericanos la integración económica también condujo a aumentar la inestabilidad del sector externo, excepto en Nicaragua, y que se ha observado que los países centroamericanos con menor inestabilidad de las exportaciones tienen mayor propensión a invertir.12 C) Exportaciones intraandinas y ahorro doméstico Otra repercusión positiva del Pacto Andino sobre la economía de Ecuador podría ser un aumento en el ahorro doméstico, debido a la expansión de las exportaciones. Esto se basa en una literatura muy extensa que muestra que las exportaciones ejercen un impacto positivo sobre el ahorro doméstico.13 Dado que la integración subregional conlleva la expansión de las corrientes comerciales intraandinas se podría esperar que la integración acarrearía también un incremento en el ahorro. Para investigar esta hipótesis, se estimó una ecuación expresando el ahorro nacional de Ecuador, S, en función del ingreso nacional bruto, Y, menos las exportaciones totales, X, (Y-X), las exportaciones extrarregionales, Xo e intraandinas, Xan. Los resultados para el período 1971-1991 expresando las variables en miles de millones de sucres de 1985, se presentan a continuación:14 = - 99.416 + 0.2030 (Y -X)+ 0.5168 Xo - 0.3071 Xan R2 = 0.87 (1.36) (2.16) (5.49) (0.2082) Publicación del Banco Centroamericano de Integración Económica 175 La Integración de Centroamérica: promesa y reto vigente Se puede notar que la variable que resulta más significativa es la de exportaciones extrarregionales, seguida del ingreso menos las exportaciones. El resultado que llama la atención es que las exportaciones intraandinas tienen un signo negativo, aunque no es significativo. Lo anterior demuestra que la expansión del comercio intraandino no desempeña ningún efecto sobre el ahorro. Un resultado similar ha sido obtenido en el caso de los países centroamericanos, lo cual fue explicado por el hecho de que los productos transados en el Mercado Común Centroamericano (MCCA) son bienes manufacturados, cuyo atractivo podría desplazar la preferencia intertemporal de la población hacia mayores gastos de consumo en el presente; además, estos bienes requieren para su producción una corriente de bienes intermedios que podría neutralizar la generación de divisas de las exportaciones intrarregionales.15 Explicaciones similares serían válidas para el caso del Pacto Andino. D) Impactos sobre el producto bruto nacional Otro beneficio potencial del Pacto Andino sobre la economía ecuatoriana es el “derrame” de crecimiento económico proveniente de los países socios en virtud de los lazos comerciales. En efecto, para el caso centroamericano se ha encontrado que los multiplicadores económicos de país a país son considerables y que, por tal razón, en el período 1968-1974 la integración económica dio lugar a un aumento del crecimiento económico de todos los países miembros.16 La cuantificación del impacto del Pacto Andino sobre la economía ecuatoriana requeriría de la estimación de un modelo econométrico que abarcara todos los países miembros. En su ausencia, una primera aproximación del impacto generado por el comercio con un país socio se puede apreciar mediante el siguiente modelo.17 País 1: País 2: C1 = I1 = V1 = M1 = C2 = I2 = V2 = M2 = (1-s)Y1 b1Y1 m1Y1 z1Y1 Y1=C1+I1,+E01+(V2-V1)-M1 Y2=C2+I2+E02+(V1-V2)-M2 en donde: 15 Cáceres, Luis René, y Quintanilla, Salvador, Sector externo y ahorro doméstico: el papel de las exportaciones Intrarregionales en Centroamérica, BCIE, Cuadernos de Economía y Finanzas No.11, abril de 1990. 16 Cáceres, Luis René, ob. cit. 17 Sobre modelos de interdependencia de economías nacionales, véase Demburg, Thomas F., Global Macroeconomics. Nueva York, Harper and Row, 1989. Y: C: I: M: V: Eo: producto nacional bruto; consumo privado y público; inversión interna bruta; importaciones extrarregionales; importaciones intrarregionales; exportaciones extrarregionales. 176 Publicación del Banco Centroamericano de Integración Económica (1 -s2)Y2 b2Y2 m2Y2 z2Y2 Ecuador y la integración andina experiencias y perspectivas De las ecuaciones anteriores se puede resolver por Y1 e Y2: Y1 = 1/D [s2 b2+z2+ m2(E01)+ m2(E02)] Y2 = 1/D [m1(E01)+s1-b1+z1+m1(E02)] donde D = (s1 - b1 - z1 + m1) (s2 - b2 + z2 + m2) - m1 m2 Para el caso de Ecuador y Colombia, usando valores promedios del periodo 1989-1991, se calcularon los siguientes parámetros: Ecuador: Colombia: s b m z s b m z = = = = 0.1645 0.1916 0.0089 0.3113 = = = = 0.2197 0.1859 0.0008 0.2301 Al usar estos valores en las expresiones derivadas anteriormente, se obtienen las siguientes ecuaciones: Yecuador = 3.0986 (Eoecuador) + 0.0093 (Eocolombia) Ycolombia = 0.1044 (Eoecuador) + 3.779 (Eocolombia) Se puede apreciar que, según este modelo muy simple, el desborde o derrame de crecimiento económico que Ecuador recibiría de Colombia es bajo, y es aproximadamente 10 veces menor que el que transmite a Colombia. El impacto multiplicador que recibe Colombia de Ecuador es del mismo orden de magnitud que el impacto recibido por Costa Rica de los otros países centroamericanos en el contexto del MCCA. Sin embargo, el impacto macroeconómico de Colombia sobre Ecuador es 10 veces más bajo que el recibido por Honduras, el país relativamente menos desarrollado del MCCA.18 E) Creación y desviación de comercio 18 Cáceres, Luis René, ob. cit. De acuerdo con el análisis clásico de Viner, los costos y beneficios estáticos de un esquema de integración se miden por medio de los conceptos de creación y desviación de comercio. El primero se refiere al hecho de que al liberarse el comercio entre dos países, la producción doméstica y costosa de uno es desplazada por importaciones más baratas provenientes del otro país. La desviación de comercio ocurre cuando la producción relativamente barata de un tercer país es desplazada por la producción más cara de un país miembro, a raíz de la tarifa externa común. El efecto neto sobre el bienestar depende de que predominen los efectos de creación o desviación de comercio. A la definición de desviación de comercio anterior usualmente se agrega el concepto de la supresión de comercio, o sea el desplazamiento de las importaciones baratas provenientes de terceros países por producción doméstica cara. Este efecto, unido a la desviación de comercio intrarregional, da lugar a la desviación de Publicación del Banco Centroamericano de Integración Económica 177 La Integración de Centroamérica: promesa y reto vigente comercio bruta. De igual forma se usa el término de creación externa de comercio para representar el desplazamiento de producción doméstica por importaciones baratas de terceros países. Esta medida, sumada a la creación de comercio intrarregional, arroja la creación bruta de comercio. La metodología para medir la existencia de creación y desviación de comercio fue planteada por Bela Balassa y descansa en el supuesto de que en ausencia de la integración económica, la elasticidad ingreso de las importaciones permanecería constante.19 Cuando la elasticidad de la demanda por importaciones totales (intrarregionales y extrarregionales) aumenta en el período postintegración, esto evidencia creación bruta de comercio. Si este aumento es acompañado de un aumento de la elasticidad de la demanda por importaciones intrarregionales se deduce la existencia de creación de comercio en el sentido intrarregional. La creación externa de comercio se detecta cuando ocurre un aumento en la elasticidad de importaciones extrarregionales. A la vez, una reducción de la elasticidad de la demanda por importaciones extrarregionales es evidencia de desviación bruta del comercio. Si esto está acompañado de un aumento en la elasticidad de importaciones intrarregionales, se deduce una desviación del comercio en el sentido intrarregional. Esta metodología ha sido usada en el caso de Centroamérica por L. Willmore, quien encontró que Honduras y Costa Rica habían experimentado creación de comercio en el período 1961-1968, mientras que en los otros tres países prevaleció la desviación de comercio.20 Un estudio previo de Wilford había encontrado evidencia de creación de comercio para la subregión en conjunto en el período 1961- 1967.21 Para el caso de Ecuador se calculó la elasticidad ingreso de las importaciones totales para el período pre-integración 1964-1971 y de integración 1972- 1990 y los resultados se muestran en el cuadro 6. CUADRO 6. Ecuador: elasticidad ingreso de importaciones totales (calculado como la razón de tasas de crecimiento) (en porcentajes) 19 Balassa, Bela. “Trade Creation and Trade Diversion in the European Common Market”, en Economic Journal, vol. 77, marzo de 1967. págs. 1-21. 20 Willmore, Larry, “Trade Creation, Trade Diversion and Effective Protection in the Central American Common Market”. en The Journal of Development Studies, vol. 12, julio de 1976, págs 392-414. 21 Wilford, W.T., “Trade Creation in the Central American Common Market”, en Westerm Economic Journal, vol. 8, 1970, págs. 61-69. Año Elasticidad Año 1964 1965 1966 1967 1968 1969 1970 1971 1972 1,06 2,34 1,02 1,22 1,82 0,07 0,90 3,61 0,48 1973 1974 1975 1976 1977 1978 1979 1980 1981 178 Publicación del Banco Centroamericano de Integración Económica Elasticidad 0,96 2,36 1,06 0,09 1,12 0,77 0,74 1,10 -0,23 Año 1982 1983 1984 1985 1986 1987 1988 1989 1990 Elasticidad 2,08 0,41 0,96 1,23 1,47 2,34 1,02 1,06 0,78 Ecuador y la integración andina experiencias y perspectivas En el cuadro anterior no se detecta un patrón perceptible en el comportamiento de la elasticidad de las importaciones en el periodo de integración, excepto una leve tendencia a disminuir. Esto permite inferir que, a nivel agregado, en Ecuador la integración andina no ha tenido un impacto en la asignación de recursos. Este resultado es congruente con lo postulado por Balassa. en el sentido de que cuando el comercio intrarregional representa una baja y proporción del comercio total, no habría ni creación ni desviación de comercio.22 F) Beneficios sobre precios La falta de evidencia de creación de comercio en Ecuador a raíz de su participación en el Pacto Andino se podría explicar por el hecho de que los costos de transporte intraandinos son sumamente elevados. El alto costo del transporte ha sido identificado, originalmente por Viner, como un obstáculo a la creación de comercio, ya que inhibe la competencia entre empresas de distintos países, permitiendo que éstas, a raíz de los obstáculos del costo de transporte, gocen de un mercado en realidad protegido. De esa manera no se logra el beneficio potencial de la integración económica en términos de la reducción de precios en virtud de una mayor competencia. En efecto, en un esquema de integración, el nivel de demanda agregada de un país miembro depende de su propio ingreso, pero también de las compras que de sus productos hacen los otros países miembros.23 A la vez, su oferta doméstica es aumentada por las importaciones que provienen de otros países miembros. Así, el precio local de un bien está determinado por la oferta y demanda definidas en función de las curvas de demanda y oferta de los países miembros y, por lo tanto, el nivel de precio doméstico y la inflación tendrán un determinante espacial. Esto se aprecia en el gráfico 1 para el caso de dos países A y B. GRÁFICO 1. Efectos del costo de transportes T´ D T´ T S E X 1 X G E1 T F 22 Balassa, Bela, ob. cit. Los datos para el cálculo de las elasticidades mostradas en el cuadro 6 fueron tomados del FMI, Estadísticas financieras Internacionales. Anuario 1992. 23 Sobre la integración espacial de mercados véase Nourse, H.O., Regional Economics, Nueva York, McGraw-Hill, 1968. D S V V Z 1 O Q Q´ Publicación del Banco Centroamericano de Integración Económica 179 La Integración de Centroamérica: promesa y reto vigente 24 Siri, Gabriel, El precio del transporte como arancel implícito en el comercio intracentroamericano, Guatemala, SIECA, 1975. 25 Cáceres, Luis René, “Integración económica e inflación en Centroamérica: un modelo espacial”, en El Trimestre Económico. vol. 25, 1978, págs. 811-839; “On the Interregional Multiple Effects of Changes in Transport Costs” en Journal of Regional Science, vol 19, 1979, págs. 191-199. 26 Beckerman W., “Distance and Patten in Intra-European Trade”, en The Review of Economic and Statistics, febrero de 1956, págs. 3140. 27 La fuente de datos es el Fondo Monetario Internacional, Direction of Trade Statistics Year Book, 1992. El cuadrante derecho presenta las curvas de oferta y demanda de A, representadas por SS y DD, respectivamente. La abscisa en el cuadrante izquierdo representa la distancia entre A y B, estando el país B situado a una distancia de OZ de A. En su mercado local, el país B ofrece sus productos a un precio ZV; estos productos son trasladados al país A sujeto a un costo de transporte VT, de manera que venderá en el mercado de A sólo a partir de un precio mínimo OT. Mientras el precio es inferior a OT el mercado de A sería abastecido por su propia oferta; sin embargo, a partir del precio OT la oferta de B ingresa al mercado de A de manera que la oferta en A se vuelve igual a SFG. Ahora se puede apreciar que el equilibrio en el mercado de A se desplazó de E a E´, aumentando el consumo de OQ a OQ' y disminuyendo el precio de equilibrio de OX a OX´. Se puede observar que mientras más bajo sea el costo de transporte menor será el precio de equilibrio. Hay que notar, también, que el costo de transporte puede aumentar a tal grado que la oferta de B ya no ejerce ninguna repercusión sobre los precios de A. Esto se aprecia en el gráfico 1 cuando se supone que el costo de transporte por unidad aumenta a V´T´, lo que hace que la oferta de B no tenga ningún impacto en A. Así, las empresas de A no enfrentarían la competencia de las empresas de B, y podrían continuar gozando de su carácter oligopólico, si fuera el caso. Es del caso señalar que en el Mercado Común Centroamericano los costos de transporte decrecieron significativamente en el decenio de 1960, gracias a las fuertes inversiones que se realizaron en infraestructura vial, de manera que la incidencia del costo de transporte en el valor del comercio intrarregional decreció de 14 por ciento en 1952, a 11 por ciento en 1962 y a 8 por ciento en 1968. 24 Esto contribuyó a que el comercio intrarregional atenuara las presiones inflacionarias en la década de 1960. En efecto, en el período 1964-1968, la reducción del costo de transporte intracentroamericano representó un impacto deflacionario de 2,95 por ciento para Costa Rica, 3,13 por ciento para Nicaragua y 1,11 por ciento para El Salvador. Asimismo, la reducción del costo de transporte ejerció un importante impacto multiplicador macroeconómico.25 No se dispone de información sobre los costos de transporte entre Ecuador y los otros países del Pacto Andino. No obstante, si se sigue el método empleado por W. Beckerman, es posible obtener una estimación de los costos de transporte, manejo y seguro, sustrayendo el valor de las exportaciones FOB del valor CIF reportado por el país importador.26 Estos cálculos fueron efectuados para las exportaciones de Ecuador a Colombia, a Bolivia y a Estados Unidos, y se obtuvieron los costos de transporte representados como porcentaje de las correspondientes exportaciones ecuatorianas que se muestran en el cuadro 7.27 Se puede notar que los costos de transporte, que representan generalmente un 10 por ciento de las exportaciones, acusan para Ecuador valores sumamente elevados, y mucho más elevados que los costos de transporte a Estados Unidos. Se debe notar que la incidencia del costo de transporte a Colombia prevaleciente en 1991 era 4 veces mayor que el costo de transporte entre los países centroamericanos en 1952. 180 Publicación del Banco Centroamericano de Integración Económica Ecuador y la integración andina experiencias y perspectivas CUADRO 7. Costos de transporte, manejo y seguro de las exportaciones ecuatorianas hacia Colombia, Bolivia y Estados Unidos como porcentaje de las exportaciones ecuatorianas (en porcentajes) Año 1988 1989 1990 1991 Costos a Colombia 33,33 21,74 41,30 41,03 Costos a Bolivia Costos a Estados Unidos 900 400 650 400 6,88 19,91 17,39 9,97 III. Los beneficios del Pacto Andino para Ecuador 28 Sobre las restricciones al comercio intraandino. véase los excelentes artículos de Barrera Cristina; Dávila, Osvaldo y Meinardus, Marc, en Integración y Burocracia. Caracas, 1991. 29 Ondarts, Guillermo, “Los industriales latinoamericanos y la nueva integración, en Integración Latinoamericana, No. 183 octubre de 1992, págs. 3 -28. La sección anterior da lugar a dudas sobre las ventajas que la integración subregional puede representar para Ecuador. El hecho es que no se detectan los beneficios de creación de comercio, crecimiento económico, formación de ahorro, estabilización económica e industrialización que se esperarán según los argumentos tradicionales. Sin embargo, se podría suponer que los resultados poco halagadores son evidencia de que no ha habido una mayor integración andina para Ecuador, sobre todo cuando se toma en cuenta el elevado costo de transporte. En efecto, en el Pacto Andino, el 50 por ciento del transporte se efectúa por camión, y es el transporte por carretera el que se ha caracterizado por mayores trabas al flujo de bienes. De hecho, un estudio reciente señala que el transporte “ha limitado el comercio comercial más que cualquier arancel”. Esto es crítico en la frontera con Colombia, a cuya ciudad fronteriza Tulcan, se la denomina la “gran barricada”. Asimismo se ha encontrado por medio de encuestas a diversas empresas que el costo de trámites y papeles para exportar desde Ecuador al Pacto Andino es más alto que para exportar a mercados externos (60.000 versus 40.000 sucres). Los costos de importación también son mayores (100.000 versus 60.000 sucres). Asimismo, el tiempo que toman los trámites para exportar desde Ecuador a la subregión (23 días hábiles) es más largo que el tiempo de trámites para exportar a terceros mercados (8 días hábiles). Además, los empresarios de los otros países andinos consideran que Ecuador presenta las mayores dificultades para exportar e importar.28 De encuestas realizadas recientemente por el INTAL en varios países de la región, la opinión de los empresarios acerca los obstáculos para exportar a los países de América Latina, revelan que, en el caso de Ecuador, un 36,4 por ciento de los empresarios identifican el costo de transporte como el principal obstáculo a la exportación (el segundo obstáculo identificado es el tipo de cambio local, con 18,2 por ciento).29 Estos problemas de transporte también son comunes en otros países andinos. Así, no debe extrañar que en un estudio reciente sobre los flujos de comemercio intrarregional en los distintos esquemas de integración de América Latina y el Caribe se observó, por medio del uso de variables cualitativas (“dummies”) que, contrariamente a lo Publicación del Banco Centroamericano de Integración Económica 181 La Integración de Centroamérica: promesa y reto vigente ocurrido en otros esquemas de integración, el Pacto Andino no tenía un efecto distintivo sobre los flujos de comercio reciproco de los países miembros.30 A la vez, la integración andina ha estado marcada por un clima de incumplimiento de los acuerdos que podría restarle credibilidad como un medio inductor de inversiones. Lo anterior señala que hay mucho por hacer en la integración andina para concretar su potencial de propulsor del desarrollo. A la vez, también hay mucho por hacer al interior de cada economía doméstica en los planos de modernización productiva, social y en materia de infraestructura física. Así, una estrategia viable sería aprovechar el proceso de integración en cuanto contribuye y facilita los esfuerzos de modernización de las economías y sociedades nacionales. Es decir, habría que enfatizar la relevancia nacional de la integración subregional. Esto presupone, por supuesto, que las dificultades al comercio intraandino están siendo reducidas, particularmente el costo de transporte. El hecho es que existen en la actualidad varios elementos que destacan el potencial que la integración representa para los países andinos. Éstos se discuten a continuación. A) Comercio intraindustrial 30 Francisco E., Las exportaciones Intrarregionales y la Integración latinoamericana y del Caribe en perspectiva, Washington, D.C., 1988. 31 Banco Mundial, nota 7. 32 Cline, William R., “El papel de la integración económica en el desarrollo centroamericano”, en Revista de la Integración y el Desarrollo de Centroamérica, No. 39, septiembre de 1989, págs 75-84. 33 Linder, Stefan B., An Essay on Trade and Transformation, Estocolmo, 1961. 34 Véase Willmore, Larry, “The Industrial Economics of InfraIndustry Trade and Specialization”, Herbert Giersch, compilador, On the Economics of intra-industry Trade, Tubingen, J.C.B, Nohr, 1978, págs. 185-205. 35 Balassa, Bela, “Infra-Industry Trade and the Integration of Developing Countries in the World Economy”, en Herbert Giersch, ob. cit., págs. 245-270. Hay que tomar en cuenta, en primer lugar, que el marcado ecuatoriano es relativamente reducido, lo cual impide el establecimiento de empresas que operen a escalas de eficiencia. Esto ha sido identificado como una fuente de ineficiencia en las empresas del sector manufacturero ecuatoriano, ya que éstas no aprovechan los beneficios de productividad inherentes en una mayor escala. Las ventajas de aumentar la escala de operación son significativas, estimándose que, en promedio, un incrementó de 1 por ciento en la escala aumentaría la producción de 1,5 por ciento.31 Dado que el Pacto Andino comprende cerca de 90 millones de habitantes (2,8 veces la población de Centroamérica) no se puede subestimar su potencial para aumentar la productividad industrial. Es del caso señalar que en los países centroamericanos se ha encontrado que sólo cuando se efectúa la industrialización sobre una base subregional centroamericana se logran economías de escalas significativas.32 En adición, dado que los niveles de desarrollo de los países andinos, así como las preferencias de los consumidores, son relativamente similares, el comercio entre ellos sería de una naturaleza intraindustrial, lo cual es un resultado esperado en los esquemas de integración en países en desarrollo. Esta hipótesis, planteada originalmente por Linder,33 ha sido constatada para el caso del Mercado Común Centroamericano,34 y de la Asociación Latinoamericana de Libre Comercio (ALAC).35 Este comercio en productos diferenciados descansa en las economías de escala que ofrece el mercado ampliado; de ahí los efectos de la integración sobre la eficiencia industrial. Este “trade overlap” también contribuye a evitar un “overcrowding” de industrias idénticas a nivel de cada país, en virtud de la especialización intraindustrial sustentada por el mercado subregional. Es decir, si la industrialización de Ecuador descansara en su mercado 182 Publicación del Banco Centroamericano de Integración Económica Ecuador y la integración andina experiencias y perspectivas doméstico, la manera de aprovechar economías de escala sería produciendo bienes estandarizados sin atender las preferencias de diversidad de los consumidores, o produciendo aquellos bienes en que los consumidores no exigen variedad. Este es un resultado empírico reportado por Balassa.36 Al aumentar el tamaño del mercado a un nivel subregional aumenta el rango de bienes que pueden ser producidos a escala eficiente, ya que cada productor puede especializarse en la producción de un bien diferenciado. Lo anterior cobra más importancia al notar que, según un estudio reciente, en el período 1967-1986 la productividad total en el sector manufacturero ecuatoriano fue negativa, lo que fue explicado por el sobre uso del factor capital y la pequeña escala de producción. Esto explica la falta de competitividad de las exportaciones de manufacturas de Ecuador a los países desarrollados que representan sólo 1,5 por ciento del total de exportaciones.37 B) Acceso a mercados 36 Balassa, Bela, “Country Size and Trade Pattems: Comment”, en American Economic Review, vol. 59, 1969, págs. 201-204. 37 Banco Mundial, nota. 7. 38 Véase, Wonnacott, P., y Wonnacott, R., “Is Unilateral Tariff Reduction Preferable to a Customs Union? The Curious Case of the Missing Foreign Tariffs”. en American Economic Review, vol. 71, septiembre de 1981, págs. 704714. Esto se discute en detalle en Dornbusch, Rudiger, “Los costos y beneficios de la integración económica regional. Una revisión”, en Pensamiento Iberoamericano, No. 15,1989, págs. 25-54. 39 Cline, William R., “Benefits and Costs of Economic Integration in Central America”, en William R. Cline y Enrique Delgado. Economic Integration in Central America, Washington, The Brookings Institution, 1978, págs. 59-124. El beneficio potencial más evidente de la integración económica es el acceso garantizado a un mercado ampliado, a cambio de una liberación comercial discriminatoria a países no miembros. Es decir, contrario a la liberación comercial unilateral que no garantiza la ampliación de mercado, la eliminación de los aranceles intrarregionales es “pagada” mutuamente por la ampliación del mercado.38 La apertura a países socios del esquema de integración conlleva a mejorar la eficiencia de producción, por la mayor escala y competencia. Este beneficio también está presente en un esquema de apertura global unilateral, pero la apertura unilateral no garantiza un mercado abierto, de manera que los esfuerzos de la apertura podrían ser fútiles. Relacionado con lo anterior habría que tener presente el efecto positivo del mercado ampliado sobre la inversión privada. En el caso centroamericano, mediante una serie de encuestas se ha observado que el efecto inductor que el MCCA ha tenido sobre la inversión privada es muy significativo, particularmente en los países relativamente menos desarrollados. De hecho, las encuestas revelaron que los porcentajes de las inversiones atribuidas al MCCA era de 60,5 por ciento en Nicaragua, 63,9 por ciento en Honduras, 40,9 por ciento en Guatemala, etcétera.39 C) Poder de negociación con el resto del mundo Por otra parte, un aspecto que es necesario tomar en cuenta es la marcada tendencia, a nivel mundial, hacia la regionalización del comercio. Para países como los andinos, esto podría representar la posibilidad de ser “marginados” de los beneficios comerciales y tecnológicos que se podrían generar en los distintos “bloques”. De ahí que el Pacto Andino ofrece un “club” de carácter geopolítico y comercial en el cual se pueden establecer acuerdos comerciales y de otra naturaleza “hechos a la medida” de la subregión. En adición, el Pacto Andino representa un medio para que los países miembros negocien el ingreso a otros esquemas comerciales que se han formado a nivel regional e internacional. En este sentido se Publicación del Banco Centroamericano de Integración Económica 183 La Integración de Centroamérica: promesa y reto vigente 40 Véase el texto en Integración Latinoamericana. No. 184. noviembre de 1992. 41 Alas de Franco, Carolina, “Los desafíos de una zona de libre comercio entre México y Centroamérica”, en Estudios Centroamericanos, año XLVII, mayo-junio de 1992, págs. 461-480. 42 Inotai, Andras, Regional Integration Among Developing Countries, Banco Mundial, Working Paper WPS 643, abril de 1991. Inotai señala que: “Clearly, ASEAN’s significant bargaining power is first of all due to rapid economic growth, outward-looking economic policies and growing integration into the world economy, and not to close regional integration” (pág. 37). (Evidentemente, el significativo poder de negociación de ASEAN se debe, en primer lugar al rápido crecimiento económico, a políticas económicas orientadas al exterior y a una creciente integración en la economía mundial, y no a una estrecha integración regional.) 43 Esto se nota en CEPAL, Nota sobre la economía y el desarrollo, No. 470-471, diciembre de 1988. puede señalar que en agosto de 1992, los países centroamericanos suscribieron un tratado marco concerniente al establecimiento de un acuerdo de libre comercio en 1996.40 En la actualidad, Guatemala, El Salvador y Honduras están negociando como un grupo (el llamado “Triángulo del Norte”) con México. La oferta exportable hacia México y la demanda de importaciones conjuntas desde México, así como el atractivo que representan en conjunto para la inversión extranjera mexicana han desempeñado un efectivo papel propulsor de las negociaciones.41 Esto está resultando efectivo para lograr un esquema asimétrico de desgravación y liberación del comercio. Además, es del caso señalar las negociaciones que los países centroamericanos realizan en conjunto con la CEE, para lo cual se ha constituido una Comisión Mixta que se reúne periódicamente con el fin de negociar sobre aspectos de comercio, cooperación técnica y financiera. Asimismo, los países del MERCOSUR organizaron un Acuerdo Relativo a un Consejo sobre Comercio e Inversión con Estados Unidos, en el contexto de la Iniciativa para las Américas. Los países del CARICOM también negocian en conjunto con la CEE los aspectos relativos a la Convención de Lomé. Por su parte, la Association of South East Asian Nations (ASEAN) ha negociado acuerdos comerciales con la CEE, Estados Unidos, Japón, Canadá, Australia y Nueva Zelanda. Además, el sector privado de los países de la ASEAN ha formulado posiciones conjuntas sobre el Acuerdo Multifibras. Se debe señalar que el éxito de las negociaciones externas de la ASEAN ha radicado en la destreza y continuidad en el manejo de las políticas económicas de cada país miembro, que han servido para proyectar un indiscutible rigor en la gestión económica y financiera doméstica.42 La negociación en grupo también podría ser valiosa en otras áreas. Un campo de particular atractivo podría ser la renegociación de la deuda externa, sobre todo ante la evidencia de que los términos concedidos a países menos desarrollados de la región en sus renegociaciones con la banca privada fueron menos concesionales que los obtenidos por países relativamente más desarrollados.43 A este respecto se podrían repetir la experiencia de los bancos centrales de los países centroamericanos, que crearon un comité de consulta en aspectos de renegociación de deuda externa, que sirve para difundir experiencias de otras latitudes y para afinar las estrategias preparadas por los países de la región. El esfuerzo conjunto también podría ser muy valioso en la negociación de recursos externos, a través de la Corporación Andina de Fomento, especialmente ante la relativa escasez de fondos externos prevista para los próximos años, y las consiguientes altas tasas de interés en los mercados internacionales. D) Eficiencia industrial En adición, la liberación comercial intraandina acarrearía importantes beneficios en términos de eficiencia técnica y de eficiencia-X. En efecto, Scitovsky presentó originalmente la hipótesis de que la presión de la competencia externa da lugar a un esfuerzo de las empresas domésticas para disminuir sus costos.44 Esta hipótesis, conocida como la “cold shower hypothesis”, también se asocia con el impacto de la competencia sobre la eficiencia-X. Introducido por 184 Publicación del Banco Centroamericano de Integración Económica Ecuador y la integración andina experiencias y perspectivas 44 Scitovsky, T, Economic Theory and Western European Integration, Londres, Allen and Unwin, 1957. * “Por lo general, las personas y las organizaciones no trabajan tan duro ni tan eficazmente como podrían [hacerlo].” ** “Los gerentes determinan no sólo su propia productividad sino también la de todas las unidades que cooperan en las organizaciones. 45 Liebenstein, Harvey, “Allocative Efficiency vs. XEfficiency”, en American Economic, Review, vol. 56, 1966 pags. 382-415. 46 Liebenstein, Harvey, ob. cit. 47 Page Jr., John M., “Technical Efficiency and Economic Performance: Some Evidence from Ghana”, en Oxford Economic Papers, vol. 32, 1980, págs. 319334. Este autor señaló que: “The results suggest that variations in managerial effort and ability are significant factors in explaining a firm’s position relative to the industry production frontier. Technical inefficiency is not simply a reflection of differences in the physical environment and errors of measurement and specification. It also reflects the important influence of an excluded variable, management, from the production function” (pág. 335). (“Estos resultados sugieren que los cambios en el esfuerzo y la capacidad directivos son factores significativos para explicar la posición de una firma respecto de les límites de la producción de la industria. La ineficiencia técnica no es simplemente un reflejó de las diferencias del entorno físico y los errores de medición y programación. También refleja la importante influencia de una variable excluida -la dirección- de la función producción”). Liebenstein en 1966, el concepto de eficiencia-X se refiere a la noción de que las empresas no producen en la frontera de la superficie de su posibilidad de producción, sino muy adentro de ella, produciendo menos que la producción máxima posible con los insumos dados.45 En ciertas circunstancias, las empresas aumentan su producción con los mismos insumos, lo que se denota como un aumento en la eficienciaX. Esta eficiencia descansa, según Liebenstein. en el esfuerzo laboral: “people and organizations normally work neither as hard nor as effectively as they could”* (pág. 413), lo que es determinado por el esfuerzo gerencial: “managers determine not only their own productivity but also the productivity of all cooperating units in the organizations ** (pág. 397).46 La evidencia empírica demuestra que la “cold shower” derivada de la apertura conduce a un incremento en la eficiencia. Un estudio de J.M. Page Jr. sobre la eficiencia de empresas de aserraderos, muebles y de corte de madera en Ghana reveló que aquellas empresas que estaban expuestas a la competencia externa tenían mayor eficiencia que las empresas de sustitución de importaciones. Un análisis de los determinantes de la eficiencia encontró que una de las principales variables fue el tiempo durante el que había operado la empresa (lo que denotó un efecto de aprendizaje) y, en especial, el grado de esfuerzo y habilidad de los gerentes.47 Sobre la base de lo anterior se aprecia que el impacto de la competencia intraandina conllevaría a que las empresas nacionales estuvieran en mejor posición para enfrentar la competencia mundial ante un proceso simultáneo de liberación al comercio extraandino. Esto se representa en el gráfico 2. En este gráfico, la curva SS representa la oferta de un país miembro de la unión aduanera, AA la curva de oferta del grupo de países miembros y DD representa la demanda nacional. A raíz del efecto de competencia intrarregional, la curva de oferta agregada del país en cuestión se vuelve ahora S´S´, y GRÁFICO 2. P D S S´ A A´ P2 P3 A A´ S D S´ Q1 Q2 Q3 Q Publicación del Banco Centroamericano de Integración Económica 185 La Integración de Centroamérica: promesa y reto vigente la oferta agregada se representa por A´A´. Se puede apreciar que a raíz del efecto de competencia el consumo en el país aumenta de Q2 a Q3, a la vez que el precio disminuye de P2 a P3. La obtención de esta eficiencia permitiría establecer un arancel externo común más bajo (reducción del t1 a t2 en el gráfico 3) que en ausencia de los beneficios de eficiencia generados por la competencia intrarregional. Esta reducción del arancel externo común ocurre sin provocar una reducción en la producción nacional que, por el contrario, aumenta de Q1 a Q3 Así se aprecia que integración subregional y apertura externa se complementan. En este punto habría que señalar que el libre mercado andino puede representar un campo de entrenamiento para empresas exportadoras que mejoraría sus posibilidades de éxito en sus esfuerzos por penetrar mercados internacionales. Esto se nota en el caso de los países del Caribe.48 Hay que tener presente que estos beneficios de eficiencia, que serian un aval para la incursión en mercados externos, no ocurren automáticamente en respuesta a la liberación comercial. En primer lugar. Ecuador deberá garantizar el mantenimiento de la estabilidad macroeconómica. Esa es la base para redoblar los esfuerzos de ajuste estructural, particularmente en el campo de la reconversión industrial, lo que conllevaría aumentos en la oferta exportable. De esa manera se aprovecharían plenamente las ventajas de la integración intrarregional y extrarregional. En este punto habría que señalar que el marco de integración andina podría servir para realizar acciones concertadas de ajuste y de reconversión industrial que catalicen y complementen el esfuerzo nacional. Esto cobra relevancia al tomar en cuenta que en los países andinos, como en los centroamericanos, las corrientes comerciales entre países reflejan las paridades bilaterales de las monedas, GRÁFICO 3. D A´ A´´ PW (t1 ) PW (t2 ) A´ A´´ D´ 48 Banco Mundial, The Caribbean Common Market: Trade Policies, and Regional Integration in the 1990’s, Washington, diciembre de 1990. 186 Publicación del Banco Centroamericano de Integración Económica Q1 Q2 Q3 Q4 Ecuador y la integración andina experiencias y perspectivas 49 Loehr, William, Balance of Trade and Payments in Central America: Prospect for the CACM and Recommendation for ROCAP, febrero de 1990, fotocopiado; Kisic W., Drago, “El proceso de armonización de políticas nacionales en el Grupo Andino”, en Integración Latinoamericana, No. 176, marzo de 1992, págs. 1325 50 Grossman, Gene, y Helpman, Elhanan, Innovation and Growth in the Global Economy, Boston, MIT Press, 1991. 51 Sobre el caso de la EEC véase a Dang N’Guyen, Godefroy, y Owen, Robert F., “High-Tech Competition and Industrial Restructuring m Light of the Single Market”, en American Economic Review, vol. 82, No. 2, mayo de 1992. págs. 93-97. * Atribuye efecto al intercambio de ideas mediante redes de comunicación”. 52 Rivera-Batiz, Luis, y Romer, Paul M., “Economic Integration and Endogenous Growth”, en Quarterly Journal of Economics, vol. 106, mayo de 1991, págs. 531556. 53 Baldwin, Richard, “The Growth Effects of 1992”, en Economic Policy, vol. 9. octubre de 1989, págs. 247-282. 54 Cecchini Report, The European Challenge 1992, Gower, 1988. mostrando los países con monedas sobrevaluadas crecientes déficit.49 Esto indica que la integración exige un esfuerzo de estabilización que se debería coordinar en un marco subregional, con un esfuerzo subregional de estabilización, conducente a avanzar en el logro de mercados extrarregionales. Es decir, la integración debería servir para volver la estabilización una “externalidad” al país. En este punto se debe señalar que en la encuesta de empresarios realizada por INTAL (véase nota 29) éstos enfatizaron la necesidad de mantener la estabilidad macroeconómica, como lo apunta Ondarts: “En resumen, las empresas solicitan a los gobiernos que contribuyan al esfuerzo de la competitividad. No se trata de lograr subsidios o privilegios, sino contar con un marco macroeconómico previsible, una infraestructura de transporte, comunicaciones modernas y económicas, crédito competitivo y de eliminar los sobrecostos” (Pág.13). Asimismo, los esfuerzos para lograr la competitividad internacional deberían descansar en una coordinación de los esfuerzos nacionales para llevar a cabo la reconversión industrial y, en especial, para incrementar la base tecnológica y el fortalecimiento del sistema educativo. Estos son programas que, para evitar duplicación de esfuerzos, se deberían llevar a cabo sobre una base subregional andina, particularmente en la creación y/o el fortalecimiento de centros de adaptación y generación de tecnologías y en la formación de cuadros gerenciales y técnicos. Al respecto, se debe señalar que estudios recientes explican la oferta de exportación de un país y, por ende, sus corrientes comerciales en función de su capacidad de investigación y desarrollo y de adaptación de tecnología.50 Además, es en este contexto que la integración económica está recibiendo especial atención como un medio para fortalecer la generación de innovaciones, 51 y, en un sentido amplio, como un medio que “assigns an effect to flows of ideas along communication networks”.52 En este contexto se ha calculado para el caso de la CEE que los beneficios de la Europa 1992 derivados de derrames tecnológicos, insumos especializados y de nuevas innovaciones sería incrementar la futura tasa de crecimiento entre 0,25 y 0,90 anual.53 Este impacto es mucho mayor que los beneficios de eficiencia en la asignación de recursos, estimados entre 2,5 por ciento y 6,5 por ciento del producto bruto interno de la CEE. 54 Es claro que en el marco andino el esfuerzo anterior exigiría de un esquema coordinador de la infraestructura de investigación y de una estrategia tecnológica y educativa a nivel subregional. A esa tarea habría que añadir la ineludible agenda para lograr la integración nacional, en términos de una convergencia de los indicadores de desarrollo social a lo largo del territorio ecuatoriano. Esto implica grandes esfuerzos en aspectos de salud pública y educación básica, especialmente en las zonas geográficas más deprimidas. Este esfuerzo se debería llevar a cabo en forma mancomunada con los otros países, con miras no sólo a integrar plenamente el territorio nacional, pero también a generar un mínimo de convergencia del desarrollo social en el espacio andino. Esto redundaría en un incremento en la demanda agregada, y por ende, en la industrialización, la estabilidad social y, en consecuencia, la Publicación del Banco Centroamericano de Integración Económica 187 La Integración de Centroamérica: promesa y reto vigente inversión. Además, redundaría en incrementar el crecimiento económico a la luz de evidencia reciente de que uno de los principales determinantes del crecimiento es el nivel de educación básica del país.55 Por supuesto, hay que señalar que la agenda conjunta de corto plazo más importante está constituida por los esfuerzos para reducir los costos de transporte. 55 Para una reseña de la literatura sobre este tema véase Tallman, Ellis W., y Wang Ping, “Human Capital Investment and Economic Growth: New Routes in Theory Address Oid Questions”, en Economic Review, Federal Reserve Bank of Atlanta, vol. 77, septiembre-octubre de 1992, págs. 1-12. 188 Publicación del Banco Centroamericano de Integración Económica Costos y beneficios de la integración centroamericana Revista de la CEPAL 54 Diciembre 1994 El autor agradece los comentarios de Iris Alvarez, Claudio Ansorena, Florencio Ballestero, Gilbero Chona, Uziel Nogueira, Oscar Núñez Sandoval, Luis Amado Sánchez y Gabriel Siri. Los puntos de vista expuestos en este trabajo son de responsabilidad exclusiva del autor. La Integración de Centroamérica: promesa y reto vigente I. Introducción 1 Sobre la evolución reciente de la integración centroamericana, véase CEPAL (1993). En los últimos tres años, el proceso de integración económica centroamericana ha mostrado avances apreciables: la etapa de estancamiento que prevaleció en los años ochenta se ha revertido. El comercio intracentroamericano ha mantenido una tendencia ascendente desde 1986 y, en 1992, alcanzó a 892 millones de dólares, suma cercana al máximo valor histórico registrado en 1980. Esto puede explicarse por el crecimiento económico experimentado en los países de la zona, la mejoría de su liquidez externa y sus significativos avances en la eliminación de barreras al comercio. 1 En materia institucional, los logros también han sido significativos. Sobresalen el inicio de las funciones de la Secretaría del Sistema de Integración Centroamericana (SICA); la incorporación de Nicaragua al Parlamento Centroamericano; el establecimiento de acuerdos de comercio e inversión entre la subregión y México, Venezuela y Colombia; los avances en la coordinación de políticas económicas, y la aprobación por los presidentes centroamericanos del Protocolo al Tratado General de Integración Económica Centroamericana. Todos estos logros constituyen un presagio optimista de que la integración centroamericana ha entrado en una nueva etapa que puede ser de grandes realizaciones. No obstante lo expuesto, todavía hay mucho por hacer para lograr una integración plena. De hecho, las exportaciones recíprocas entre Guatemala y El Salvador representan 59% del comercio intrasubregional total. Además, en 1992, el comercio extrasubregional acusó valores inferiores a los que prevalecieron en 1980 en todos los países, con excepción de Costa Rica. Por otra parte, las necesidades de inversión en infraestructura física son cuantiosas y considerables los rezagos de los sectores sociales en algunos países. Los importantes avances que se han logrado en años recientes, así como la globalización económica, y la entrada en vigor del Tratado de Libre Comercio entre México, Estados Unidos y Canadá (TLC) hacen oportuno examinar cuáles son los aportes que la integración ofrece a las economías centroamericanas. En las páginas siguientes se pasa revista a los beneficios que las economías centroamericanas podrían obtener de la integración (sección II), se identifican algunos obstáculos que han inhibido la concreción de esos beneficios potenciales (sección III), se discuten los posibles costos de la integración -y de la no integración- y se proponen esquemas de coordinación y armonización de políticas que minimizarían tales costos (sección IV), y por último, se presenta un conjunto de conclusiones (sección V). II. ¿Qué beneficios aportaría la integración? 1. Ahorro interno Un beneficio potencial es el aumento del ahorro interno como resultado del incremento de las exportaciones intrasubregionales, 190 Publicación del Banco Centroamericano de Integración Económica Costos y beneficios de la integración centroamericana dada la relación causal entre las exportaciones y el ahorro en los países en desarrollo (J.K. Lee, 1971; Laumas, 1982). Con datos anuales correspondiente al período 1971-1988, se estimaron ecuaciones para el ahorro interno (S) en función de las exportaciones hacia afuera de Centroamérica (Xo) y hacia Centroamérica (XCA), así como para el ingreso interno bruto menos las exportaciones totales (Y-X). Los resultados se muestran en el cuadro 1. CUADRO 1. Centroamérica: Ahorro y exportaciones Ecuación a R2 DW Guatemala 55.5801 + 0.0389 (Y-X) + 0.0732 XO - 0.3454 XCA (1.97) (4.15) (12.57) (3.43) 0.98 1.53 El Salvador 99.5437 - 0.1915 (Y-X) + 0.8159 XO + 0.5554 XCA (1.99) (5.65) (6.01) (1.69) 0.87 2.16 Honduras -17.8749 - 0.0285 (Y-X) + 0.5649 XO + 0.5715 XCA (0.57) (0.94) (6.23) (6.12) Costa Rica -101.4822+0.0192 (Y-X) + 1.00 XO-0.9359 XCA (2.61) (0.64) (11.77) (2.97) 0.91 0.96 1.33 2.02 Fuente: SIECA, Estadísticas Macroeconómicas, Guatemala, varios números. La serie de datos para Nicaragua estaba incompleta. a Los valores estadísticos “t” se muestran debajo de los correspondientes coeficientes; R y DW denotan, respectivamente, el coeficiente de determinación y el coeficiente Durbin-Watson. Puede apreciarse que el principal determinante del ahorro nacional son las exportaciones extrasubregionales. El coeficiente de las exportaciones hacia Centroamérica tiene signo negativo y estadísticamente significativo en Guatemala y Costa Rica, y uno positivo y no significativo en El Salvador. De esa manera, se aprecia que las exportaciones intrarregionales no estimulan el ahorro, excepto en Honduras. Esto puede explicarse por el hecho de que una gran parte del comercio intrasubregional esta constituido por bienes de consumo que, para su fabricación, requieren la importación de bienes intermedios (Cáceres y Quintanilla, 1990) 2. Creación de comercio Una posible ventaja de la integración es la prevalencia de la creación de comercio sobre la desviación de comercio en el intercambio intrasubregional. La creación de comercio ocurre cuando la producción interna es desplazada por importaciones más baratas provenientes de los países miembros. La desviación de comercio tiene lugar cuando la producción relativamente barata de un país no miembro del esquema de integración es reemplazada por la producción más cara de un país miembro. La medición de la creación y la desviación de comercio se basa en que, sin integración, la Publicación del Banco Centroamericano de Integración Económica 191 La Integración de Centroamérica: promesa y reto vigente elasticidad del ingreso de las importaciones totales permanece constante. Cuando esta elasticidad aumenta en el período posterior a la integración se deduce que ha habido creación de comercio. A fin de detectar este fenómeno se estimó para Honduras, durante el período 1950-1969, una ecuación que expresa las importaciones totales (M) en función del producto nacional bruto (Y), una variable ficticia (W) que permite detectar el cambio en el coeficiente del ingreso en el período posintegración 1962-1969 y el tiempo (T): Log M = -6.6249 + 1.8393Log Y - 0.0157 W - 0.0251 T (3.18) (5.37) (0.53) (2.88) R2= 0.97 DW=1.68 El hecho de que la variable W no sea estadísticamente significativa indica que la elasticidad-ingreso de las importaciones no experimentó cambio. Por tanto, en Honduras no hubo creación ni desviación de comercio. Un resultado similar se obtuvo cuando se estimó la ecuación para el período 1970-1991 y se trató de detectar un cambio de la elasticidad-ingreso en el período 1986-1991 a través de la variable W1: Log M = -6.5357 +2.1244Log Y + 0.0071 W1 -0.1327 T (3.34) (5.39) (0.53) (2.88) R2= O.96 DW = 1.76 En las ecuaciones estimadas para los demás países en el período 1962-1991 (cuadro 2), Wl y W2 muestran los cambios en el coeficiente de Log Y en los años setenta y ochenta, respectivamente. Se puede apreciar en ellas que, salvo en El Salvador, las variables ficticias no son significativas. Lo anterior indica que la integración no condujo a un cambio en la asignación de recursos en los períodos anterior y posterior a la integración, excepto en El Salvador. El caso de este país se podría explicar por el hecho de que el comercio intrasubregional sí representa un alto porcentaje de sus exportaciones totales, lo cual -según Balassa, 1967- es condición para que haya creación de comercio. CUADRO 2. Centroamérica (tres países): Cambio en la propensión marginal a Importar Ecuación R2 DW Guatemala -3.7466 + 1.2996 Log Y - 0.0241 T + 0.0171 Wl - 0.0205 W2 (3.88) (9.08) (1.24) (1.27) (0.93) 0.99 1.48 El Salvador -1.1246 + 0.9896 Log Y - 0.0152 T + 0.0489 Wl + 0.0331 W2 (1.77) (11.17) (1.30) (5.44) (2.35) 0.99 1.56 Costa Rica -0.6180 + 0.9211 Log Y + 0.0361 T - 0.0032 Wl - 0.0201 W2 (0.78) (9.12) (2.02) (0.38) (1.50) 0.99 1.49 Fuente: Fondo Monetario Internacional (FMI), Estadísticas financieras internacionales. Anuario 1993, vol. XLVI, Washington, D.C., 1993. 192 Publicación del Banco Centroamericano de Integración Económica Costos y beneficios de la integración centroamericana 3. Incremento del crecimiento económico La integración da lugar a un “desparrame” de impulsos de crecimiento económico entre los países miembros, a través de las corrientes comerciales recíprocas. Estudios efectuados muestran que la magnitud de estos impulsos es considerable, pero que en Centroamérica varía mucho de un país a otro (Nugent, 1974; Cáceres, 1981; Cáceres y Seninger, 1980). Una cuantificación de ese efecto puede obtenerse a través del modelo siguiente: País 1 País 2 CP1= (1-S1)Y1 I1 = b1Y1 V1 = m1Y1 M1 = z1Y1 CP2= I2 = V2 = M2 = (1-S2)Y2 b2Y2 m2Y2 Z2Y2 Y1 = CP1+I1+E01+(V2-V1)-M1+Cg1 Y2 = CP2+I2+E02+(V1-V2)-M2+Cg2 donde: Y = producto nacional bruto Cp = consumo privado Cg = consumo público (exógeno) I = inversión interna bruta M = importaciones extrasubregionales V = importaciones intrasubregionales Eo = exportaciones extrasubregionales (exógeno) Las ecuaciones anteriores pueden representarse, en forma de matriz, de la siguiente manera: Y1 Y2 s1-b1+z1+ m1 -m1 -m2 s2-b2+z2+m2 Cg1 + E01 Cg2 + E02 = de donde se puede resolver por el vector de ingreso lo siguiente: Y1 = s1-b1+z1+ m1 Y2 -m1 -m2 s2-b2+z2+m2 -1 Cg1 + E01 Cg2 + E02 Para los cinco países centroamericanos, los parámetros del modelo se calcularon utilizando valores promedios de 1990-1992. Se obtuvo la siguiente matriz de multiplicadores: YG YES YH = YN YCR 4.19235 0.21391 0.01681 0.01711 0.04455 0.49716 4.08816 0.03901 0.03289 0.05203 0.31855 0.12822 3.61925 0.03796 0.04302 0.48916 0.16093 0.02242 2.40346 0.17542 0.10548 0.06074 0.00218 0.01061 1.62662 = CgG CgES CgH CgN CgCR + + + + + E0G EOES EOH EON EOCR Publicación del Banco Centroamericano de Integración Económica 193 La Integración de Centroamérica: promesa y reto vigente La matriz de multiplicadores indica que si, por ejemplo, las exportaciones extrasubrregionales de El Salvador aumentaran 100 dólares, el PIB de este país crecería 409 dólares, mientras que los de Guatemala, Honduras, Nicaragua y Costa Rica subirían 50, 4, 3, y 5 dólares, respectivamente. Los efectos multiplicadores recibidos por Guatemala y El Salvador son mayores que los recibidos por los otros países. Esto coincide con los resultados de algunos estudios que concluyen que es en esos dos países donde se han concentrado los beneficios de la integración (Cline, 1978). El cuadro 3 muestra el impacto multiplicador en cada país originado por el aumento simultáneo de 1 dólar en los gastos exógenos (consumo público o exportación al resto del mundo) de los otros países. Se muestra, asimismo, el impacto multiplicador en los otros países de un aumento de 1 dólar en los gastos exógenos del país respectivo. CUADRO 3. Centroamérica: Efectos multiplicadores entre las economías de la subregión Guatemala El Salvador Honduras Nicaragua Costa Rica Impacto multiplicador del resto de Centroamérica de cada país Impacto multiplicador de cada país en el resto de Centroamérica 1.4102 0.5612 0.0794 0.0990 0.3140 0.2818 0.6210 0.5710 0.8470 0.1788 Se puede apreciar que Guatemala recibe del resto de la región el impacto multiplicador más grande (1.4102); le siguen El Salvador (0.5612) y Costa Rica (0.3140). Esta es la misma situación que prevaleció en los años sesenta y setenta (Cáceres, 1981). Por otra parte, el mayor efecto multiplicador sobre el resto de Centroamérica lo causa Nicaragua (0.8470), y luego El Salvador y Honduras. Costa Rica origina el menor impacto multiplicador. Llama la atención que la magnitud de los multiplicadores se ve atenuada por la distancia. En particular, los efectos multiplicadores originados y recibidos por Costa Rica, que se encuentra en el extremo geográfico de la subregión, son los más bajos de todos. Esto refleja la importancia que tiene el costo del transporte en los beneficios de la integración (gráficos 1,2 y 3). Lo anterior indica que los beneficios de la integración -en términos de diseminación del crecimiento económico- estarían determinados en parte por la fricción que impone la distancia. De allí el papel estratégico de la red vial y del costo de transporte en la subregión. 194 Publicación del Banco Centroamericano de Integración Económica Costos y beneficios de la integración centroamericana GRÁFICO 1. Centroamérica: Efectos multiplicadores recibidos por El Salvador GRÁFICO 2. Centroamérica: Efectos multiplicadores recibidos por Honduras 0.045 0.23 0.22 Guatemala El Salvador 0.040 0.21 0.20 0.035 0.19 0.17 0.030 M ultiplic ad or Nicaragua 0.16 0.15 0.14 0.13 Nicaragua 0.025 0.020 0.12 Guatemala 0.015 0.11 0.10 0.010 0.09 0.08 0.005 Costa Rica 0.07 2.4 2.6 2.8 Costa Rica 0.000 0.06 3 2.5 2.6 2.7 2.8 2.9 3 Log. dis tanc ia Log. dis tanc ia GRÁFICO 3. Centroamérica: Efectos multiplicadores recibidos por Costa Rica 0.19 Nicaragua 0.18 0.17 0.16 0.15 0.14 M ultiplicador Mu ltiplica dor 0.18 0.13 0.12 0.11 0.10 0.09 0.08 0.07 0.06 0.05 0.04 2.65 2.75 2.85 2.95 3.05 3.15 Log. distancia 4. Estabilización del crecimiento económico El efecto de estabilización derivado de la diseminación del crecimiento entre los países depende de que las economías nacionales no tengan variaciones temporales Sincrónicas. Una de las principales determinantes del crecimiento económico de los países centroamericanos es la evolución de los términos de intercambio. Sin embargo, como la correlación entre los términos de intercambio de los países es positiva (cuadro 4), no existiría un efecto estabilizador proveniente del comercio intra centroamericano, aunque las corrientes comerciales se intensificaran. Dada la sincronía en la evolución de las variables exógenas que afectan las economías de los países centroamericanos, no debe extrañar que la variación del comercio extrasubregional e intrasubregional muestre una correlación estrecha (gráficos 4 y 5). Publicación del Banco Centroamericano de Integración Económica 195 La Integración de Centroamérica: promesa y reto vigente CUADRO 4. Centroamérica: Coeficientes de correlación entre los términos de Intercambio, 1981-1992 Guatemala Guatemala El Salvador Honduras Nicaragua Costa Rica El Salvador 1 Honduras 0.69 1 Nicaragua 0.52 0.05 1 Costa Rica 0.74 0.37 0.30 1 0.81 0.95 0.08 0.59 1 Fuente: Cálculos basados en datos de Fondo Monetario Internacional (FMI), Estadísticas financieras internacionales. FMI, Washington D.C., varios números. GRÁFICO 4 . Guatemala: Tasas de crecimiento de sus exportaciones dentro de la subrregión y fuera de ella 60 50 Tasa de crecim iento (% ) 40 30 20 10 0 197 2 197 3 197 4 197 5 197 6 197 7 197 8 197 9 198 0 198 1 198 2 198 3 198 4 198 5 198 6 Años Exportaciones a Centroam érica Exportaciones al resto del m undo GRÁFICO 5. Nicaragua: Tasas de crecimiento de sus exportaciones dentro de la subregión y fuera de ella 60 50 Tasa de crecim iento (% ) 40 30 20 10 0 197 2 197 3 197 4 197 5 197 6 197 7 197 8 197 9 198 0 198 1 198 2 198 3 198 4 198 5 198 6 Años Exportaciones a Centroam érica 196 Publicación del Banco Centroamericano de Integración Económica Exportaciones al resto del m undo Costos y beneficios de la integración centroamericana 5. Comercio intraindustrial Uno de los beneficios potenciales de la integración es el impulso que puede dar a la industrialización, sustentado en el comercio intraindustrial. Varios estudios han señalado que la similitud en las preferencias de los consumidores de países con igual nivel de desarrollo permite que cada país se especialice en la producción de bienes casi idénticos, diferenciados en aspectos de comercialización, presentación, etc. Este comercio de doble vía de bienes similares facilita la industrialización, ya que un país puede dedicarse a la producción eficiente de un producto, cualquiera sea su ventaja comparativa relativa, en virtud de las economías de escala sustentadas en el mercado ampliado que le ofrece la integración 2. Para calcular el grado en que el comercio intraindustrial prevalece en el comercio exterior, es preciso efectuar un desglose uniforme de las exportaciones e importaciones por categoría de productos. Se le mide por el índice de Grubel-Lloyd (1975), definido como: B= Σ( xi+ Mi )- Σ|ixi-Mi| Σ(xi + Mi) donde Xi y Mi representan respectivamente las exportaciones e importaciones del producto i. Sobre la base de los datos de 1987 del cuadro 5 se estimaron los valores B para el comercio intraindustrial (cuadro 6). Se puede apreciar que existe una relación directa entre el nivel de desarrollo, representado por el ingreso per cápita, y el índice de Grubel-Lloyd, tanto en el comercio dentro de la subregión como en el extracentroamericano. Los valores más altos corresponden a Costa Rica, seguidos de los correspondientes a Guatemala, El Salvador, Honduras y Nicaragua. En efecto, en Costa Rica el 79% del comercio subregional es de carácter intraindustrial; este porcentaje es similar a los correspondientes al comercio entre los países desarrollados. Lo anterior indica que la integración permite a los países centroamericanos producir y exportar bienes que a falta de ella probablemente no figurarían en su comercio exterior. Asimismo, Costa Rica muestra el valor más alto -de 0.31- en el comercio extracentroamericano, seguido de Guatemala (0.23), El Salvador (0.22), Honduras (0.16) y Nicaragua (0.11). Es del caso señalar que, para la subregión en su conjunto, en 1974 los índices de comercio intraindustrial dentro de Centroamérica y fuera de ella fueron de 0.505 y 0.025 (Laird. 1981). Al nivel de ramas industriales, se calcularon además los indicadores de comercio intraindustrial propuestos por Balassa (1966) y definidos como: |Xi - Mi| Xi + Mi 2 Véase en Greenway y Milner (1990) una reseña de lo que se ha escrito sobre el comercio intraindustrial. Publicación del Banco Centroamericano de Integración Económica 197 La Integración de Centroamérica: promesa y reto vigente CUADRO 5. Comercio centroaméricano, 1987 Comercio intracentroamericano División Export. Import. CIIUa Xi Mi EL SALVADOR Alimentos, bebidas y tabaco Textiles, cuero y calzado Madera y muebles Papel, imprentas y editoriales Productos químicos derivados del petróleo, de caucho y plástico Productos minerales no metálicos Industrias metílicas básicas Productos metálicos, maquinaria y equipo Otras manufacturas GUATEMALA Alimentos, bebidas y tabaco Textiles, cuero y calzado Madera y muebles Papel, imprentas y editoriales Productos químicos derivados del petróleo, de caucho y plástico Productos minerales no metálicos Industrias metálicas básicas Produtlos metálicos, maquinaria y equipo Otras manufacturas COSTA RICA Alimentos, bebidas y tabaco Textiles, cuero y calzado Muebles y maderas Papel, imprentas y editoriales Productos químicos derivados del petróleo, de caucho y plástico Productos minerales no metálico Industrias metílicas básicas Productos metálicos, maquinaria y equipo Otras manufacturas NICARAGUA Alimentos, bebidas y tabaco Textiles, cuero y calzado Madera y muebles Papel, imprentas y editoriales Productos químicos, derivados del petróleo, de caucho y plástico Productos minerales no metalicos Industrias metálicas básicas Productos metálicos, maquinaria y equipo Otras manufacturas HONDURAS Alimentos, bebidas y tabaco Textiles, cuero y calzado Madera y muebles Papel, imprentas y editoriales Productos químicos, derivados del petróleo, de caucho y plástico Productos minerales no metálicos Industrias metálicas básicas Productos metálicos, maquinaria y equipo Otras manufacturas Diferen. suma Xi-Mi Xi-Mi Comercio extracentroamericano (Xi+Mi) División Export. Import. Diferen. (Xi+Mi) CIIUa Xi Mi Xi-Mi 31 32 33 34 9.80 24.60 0.40 19.90 27.80 13.80 9.10 6.30 -18.00 10.80 -8.70 13.60 37.60 38.40 9.50 26.20 0.48 0.28 0.92 0.52 31 32 33 34 43.80 36.10 0.80 2.20 35 36 37 35.90 0.60 13.40 60.90 9.50 18.10 -25.00 -8.90 -4.70 96.80 10.10 31.50 0.26 0.88 0.15 35 36 37 16.50 0.10 1.20 38 39 12.10 2.30 13.60 1.40 -1.50 25.70 0.90 3.70 92.10 279.50 0.06 0.24 0.67 38 39 31 32 33 34 40.60 28.40 5.10 6.70 22.30 22.20 2.50 14.00 18.30 6.20 2.60 -7.30 62.90 50.60 7.60 20.70 0.29 0.12 0.34 0.35 31 32 33 34 127.30 14.80 5.00 0.40 35 36 37 85.60 10.20 12.00 42.70 1.30 14.60 42.90 128.30 8.90 11.50 -260 26.60 0.33 0.77 0.10 35 36 37 45.10 4.80 1.80 38 39 10.50 2.10 12.90 1.50 -2.40 23.40 0.60 3.60 91.80 335.20 0.10 0.17 0.73 38 39 2.00 0.40 31 32 33 34 14.40 11.60 2.40 4.30 17.30 27.40 0.80 8.30 -2.90 -15.80 1.60 -4.00 31.70 39.00 3.20 12.60 0.09 0.41 0.50 0.32 31 32 33 34 133.00 63.20 11.10 6.20 35 36 37 36.60 6.40 13.40 36.90 2.60 6.00 -0.30 3.80 7.40 73.50 9.00 19.40 0.42 0.38 35 36 37 38 39 14.20 3.70 6.00 2.20 8.20 20.20 1.50 5.90 45.50 214.50 0.41 0.25 0.79 31 32 33 34 1.50 1.00 0.70 1.10 3.00 8.80 0.10 1.20 -1.50 -7.80 0.60 -0.10 4.50 9.80 0.80 2.30 35 36 37 4.50 0.30 3.40 19.00 0.50 1.80 -14.50 -0.20 1.60 38 39 2.00 0.10 5.70 0.60 31 32 33 34 4.00 3.70 3.80 0.40 6.40 2.20 35 36 37 38 39 66.40 30.10 1.70 41.40 suma (Xi-Mi) Xi+Mi (Xi+Mi) -2160 6.00 -0.90 -39 20 110.20 66.20 2.50 43.60 0.21 0.09 0.36 0.90 288.60 -272.10 10.40 -10.30 54.50 -53.30 305.10 10.50 55.70 0.89 0.98 0.96 2.20 273.10 -270.90 0.60 4.50 -3.90 679.20 275.30 5.10 874.20 0.98 0.76 0.22 29.40 -39.70 1.40 -56.40 225.20 69.30 8.60 57.20 0.13 0.57 0.16 0.99 543.20 -498.10 19.50 -14.70 79.60 -77.80 588.30 24.30 81.40 0.85 0.60 0.96 409.20 -407.20 411.20 13.10 -12.70 13.50 1137.40 1479.00 0.99 0.94 0.23 97.90 54.50 3.60 56.80 84.90 4.70 9.30 -88.40 181.10 121.70 12.90 100.80 0.47 0.04 0.72 0.88 64.00 6.80 5.90 440.20 -376.20 19.30 -12.50 93.20 -87.30 504.20 26.10 99.10 075 0.48 0.88 38 39 25.40 21.70 421.60 -396.20 447.00 30.30 -8.60 52.00 1068.10 1544.90 0.89 0.17 0.31 0.33 0.80 0.75 0.04 31 32 33 34 52.50 1.90 1.30 0.10 23.50 0.80 5.20 0.62 0.25 031 35 36 37 1.40 1.10 -3.70 -0.50 30.50 7.70 0.70 55.30 0.48 0.71 0.45 38 39 0.50 3.60 4.80 -2.40 1.50 3.80 -4.40 10.40 5.90 3.80 5.20 0.23 0.25 1.00 0.85 31 32 33 34 110.20 1.90 40.20 2.60 4.60 0.30 1.50 3.50 4.60 6.30 1.10 -4.30 -4.80 8.10 4.90 7.80 0.14 0.88 0.62 35 36 37 1.40 0.50 1.30 0.20 0.10 0.30 22.70 2.70 0.70 49.50 0.04 0.43 0.46 38 39 16.10 -47.40 -5.20 -21.40 88.90 51.20 7.80 21.60 0.18 0.93 0.67 0.99 338.80 -337.40 9.60 -9.60 40.70 -39.60 340.20 9.60 41.80 0.99 1.00 0.95 248.60 -248.10 7.40 -3.80 728.60 249.10 11.00 821.20 1.00 0.35 0.11 46.80 -27.60 39.40 -35.90 173.60 31.40 41.00 41.10 0.27 0.88 0.96 0.87 4.20 2.60 0.20 329.20 -325.00 14.20 -11.60 40.90 -40.70 333.40 16.80 41.10 0.97 0.69 0.99 0.10 0.80 247.90 -247.80 18.90 -18.10 792.90 248.00 19.70 946.10 1.00 0.42 0.16 Fuente: Datos tomados de Bulmer-Thomas (1992a). a Los títulos de las divisiones de la Clasificación Industrial Internacional Uniforme (CIIU) están abreviados. 198 Publicación del Banco Centroamericano de Integración Económica 48.10 58.50 1.80 94.60 36.40 49.30 6.50 21.50 63.40 29.50 0.80 38.50 Costos y beneficios de la integración centroamericana CUADRO 6. Centroamérica: índices de Grubel-Lloyd de comercio intraindustrial Guatemala El Salvador Honduras Nicaragua Costa Rica 3 Bulmer-Thomas (1992a) ha apuntado que el renglón alimentos. bebidas y tabáco, que origina el 50% de la producción manufacturera de la región, representan sólo 15% de las exportaciones intrasubregionales. Este autor señala que la expansión del comercio en este rubro, mediante la eliminación de las limitaciones no arancelarias existentes, impulsaría significativamente el comercio intracentroamericano, especialmente el de Honduras y Nicaragua. Los índices apuntan a la conveniencia de expandir el comercio de esos productos para aprovechar las economías de escala inherentes al comercio intraindustrial. Comercio intracentroamericano Comercio extracentroamericano 0.73 0.67 0.46 0.45 0.79 0.23 0.22 0.16 0.11 0.31 Este índice va de cero, cuando todo el comercio es intraindustrial, (Xi = Mi), a uno cuando no existe en doble vía. El cuadro 5 muestra que en el intercambio centroamericano el comercio intraindustrial es importante en todos los países en los rubros industrias metálicas básicas, productos metálicos, maquinaria y equipo y otras manufacturas. También es importante en textiles y productos químicos. Esto podría indicar la ausencia de especialización a nivel de país, lo que significaría que todos los países tendrían las mismas “ventajas comparativas”. En el intercambio extracentroamericano básicamente con los Estados Unidos, Japón y Alemania, los índices de comercio intraindustrial para Honduras y Nicaragua son poco significativos en todos los rubros, excepto en el de alimentos, bebidas y tabaco. Este rubro muestra índices más elevados en todos los países, lo cual es congruente con los postulados de las “ventajas comparativas”. Los resultados anteriores coinciden con los de estudios de varios autores en señalar que el comercio intraindustrial es más significativo entre países con similares niveles de ingreso (Gray, 1988). Específicamente, Balassa y Bauwens (1987) encontraron que las corrientes comerciales intracentroamericanas en el marco de la Asociación Latinoamericana de Libre Comercio (ALALC) eran primordialmente del tipo intraindustrial, y Greenway (1987) obtuvo un resultado similar para la CEE. De allí que la prevalencia del comercio intraindustrial en la integración centroamericana le ofrezca facilidades para su industrialización, ya que productos similares y diferenciados encuentran un mercado ampliado que favorece series de producción mayores, con las consiguientes economías de escala (Balassa, 1979).3 6. Ampliación del mercado Los beneficios de la integración económica han sido analizados tradicionalmente en un marco de competencia perfecta, situación que no siempre se da en los países en desarrollo, donde predomina una alta concentración de empresas industriales (N. Lee, 1984 y 1992). Tal es el caso en Centroamérica (Rapoport, 1978). De allí que en estos países el modelo de competencia imperfecta tal vez sea más útil para ilustrar los beneficios de la integración. Este modelo supone que en el mercado interno rige una estructura de competencia Publicación del Banco Centroamericano de Integración Económica 199 La Integración de Centroamérica: promesa y reto vigente monopolística. Por lo tanto, el precio está determinado por los costos medios de las empresas que integran la industria, y no por sus costos marginales. A medida que aumenta el número de empresas en la industria se incrementa el costo promedio, ya que el mercado de cada firma se reduce (Helpman y Krugman, 1986). En el gráfico 6, partiendo del caso de un país (Honduras, por ejemplo), tenemos que CC representa la relación directa entre el número de empresas que participan en la industria y sus costos promedios. Además, al aumentar el número de empresas crece la competencia entre las mismas y el precio se reduce. Así, PP indica la relación inversa entre la cantidad de empresas y el precio prevaleciente en la industria. La condición de equilibrio resulta de la intersección de CC y PP, donde el precio (Po) es igual al costo promedio que no induce la entrada ni la salida de firmas y determina el número de empresas nacionales (No). Con la integración, el aumento de la competencia monopolística, debido a la participación de empresas de los demás países, conduce a una reducción del precio. Asimismo, en la determinación del costo promedio de las empresas ahora influye el mercado ampliado y el mayor número de firmas. La expansión del mercado tiende a disminuir el costo promedio de las empresas mientras que el aumento de éstas tiende a elevarlo. El resultado es un desplazamiento de CC hacia afuera (C1C1) que implica menores costos promedios y un mayor número de empresas. La solución de equilibrio radica en un número de empresas menor que la totalidad de empresas existentes antes de la integración y un precio menor al precio prevaleciente con anterioridad a la integración, derivado de mayores volúmenes de ventas por empresa y una mayor competencia. El gráfico 6 muestra un nuevo precio de equilibrio (P1) y el nuevo número de firmas (N1) resultantes de la competencia monopolística a escala subregional. GRÁFICO 6. Honduras: Ampliación del mercado y competencia monopolística Precio P PO C 1 C O C O N O Empre sa s hondureñas 200 Publicación del Banco Centroamericano de Integración Económica 1 P N Empre sa d el resto d e Ce ntroamé rica 1 Núm ero de em pres as Costos y beneficios de la integración centroamericana 4 Cline (1978) hace una cuantificación de las economías de escala en la industria centroamericana. La marcada concentración industrial que se observa en los países centroamericanos es destacada por Rapoport (1978), quien señala que, a nivel regional, la concentración industrial se reduce con relación al grado de concentración nacional, volviéndose similar a la concentración prevaleciente en los Estados Unidos. En síntesis, dice el autor, estas medidas muestran una concentración industrial extremadamente alta para cada país centroamericano considerado por separado, y una concentración global bastante menor, comparable con la de los Estados Unidos, si se considera la subregión como una sola unidad. Y agrega que el Mercado Común Centroamericano probablemente contribuyó en una medida importante a reducir el poder monopolístico y aligopólico en Centroamérica (p. 670). Lo anterior señala que la integración otorga a cada país centroamericano acceso a los mercados de los otros países del área. Esto no ocurre con la apertura unilateral global, la cual no garantiza un mercado a cambio. En ese caso, el precio que regiría en la industria interna sería el precio mundial. Rodrik (1988 y 1990) ha mostrado que, al obviar el supuesto de competencia perfecta en el mercado nacional, la reforma comercial se manifiesta de tres formas, y cada una de ellas ejerce un impacto positivo cuando su comportamiento es el siguiente: i) expansión de las importaciones de los bienes que hasta entonces estaban protegidos y contracción de los correspondientes sectores internos; ii) aumento de la producción de empresas oligopólicas, y iii) expansión de las empresas que aprovechan economías de escala. Cabe destacar que el primer efecto podría entrar en conflicto con los otros dos, ya que los sectores protegidos generalmente tienen carácter oligopólico y disfrutan de economías de escala.4 Es decir, en un análisis más general de las distintas repercusiones de la reforma comercial, se aprecia que la contracción de las industrias protegidas redunda en un incremento de bienestar, pero que éste podría verse anulado si tales industrias tienen estructuras oligopolísticas y si se pierde la eficacia técnica derivada de las economías de escala. Así el resultado neto puede ser ambiguo. Rodrik (1988) señala que este conflicto podría ser resuelto por la vía de un aumento de las exportaciones de los sectores previamente protegidos. Conviene recalcar que la integración ofrece la oportunidad de incrementar las exportaciones de estos y otros sectores, lo cual garantizaría los beneficios derivados de la apertura comercial unilateral. De allí que la integración y la apertura sean complementarias. Se aprecia también que el supuesto de competencia perfecta puede ser inadecuado para analizar los efectos de la apertura externa y de la integración. En este contexto cabe señalar que, a través de un modelo de competencia imperfecta, Smith y Venables (1988) encontraron que la integración de mercados en la CEE se ha traducido en un incremento de sus exportaciones extrarregionales, en virtud de la reducción de los precios debida a las economías de escala posibilitadas por el mercado europeo. Otros estudios han encontrado que a nivel de industrias y empresas la concentración industrial está relacionada inversamente con la expansión de las exportaciones (Glejser, Jacquemin y Petit, 1980) y que la concentración disminuye con el tamaño del mercado (Meller, 1978). Asimismo, se ha señalado que las exportaciones extrasubregionales no tradicionales de Costa Rica estuvieron precedidas por la experiencia de exportar los mismos bienes al mercado centroamericano. Estos resultados se interpretaron como prueba de que la integración ofrece la oportunidad de “aprender a exportar exportando” (Webb y Fackler, 1993). Publicación del Banco Centroamericano de Integración Económica 201 La Integración de Centroamérica: promesa y reto vigente Obstáculos para aprovechar los beneficios de la integración La sección anterior muestra que la integración ha acarreado beneficios a los países centroamericanos en términos de crecimiento económico, industrialización facilitada por el comercio intraindustrial y mayor competencia en el mercado ampliado. Se nota, sin embargo, que esos beneficios se focalizan en los países de mayor desarrollo relativo. Al respecto se puede señalar que tales beneficios han estado asociados al grado de participación del país miembro en el comercio dentro de la subregión. Cabe preguntarse entonces cuáles son los factores que determinan el desempeño de las exportaciones intrasubregionales de los países centroamericanos. Se ha argumentado también que el mayor tamaño de las economías de los países de más desarrollo relativo ha facilitado el proceso de industrialización mediante las economías de escala y la mejor infraestructura física (Cáceres, 1981). En otras palabras, que una mayor exportación de bienes primarios sentó las bases para una mayor capacidad industrial cuando se inició el programa de integración en los años sesenta. Pero es de especial interés examinar las variables que han mostrado tener incidencia en las exportaciones dentro de la subregión. 1. Costo de transporte El alto costo de “transporte y seguro” de las exportaciones de los países centroamericanos ha pasado relativamente inadvertido. Según el Fondo Monetario Internacional (FMI) este costo puede calcularse como la diferencia entre las exportaciones de un país hacia otra región o país, y sus importaciones desde la región o el país en cuestión. En los costos de transporte así estimados para el comercio con países en desarrollo, que en este caso comprende básicamente el comercio intracentroamericano, se puede apreciar que este rubro es particularmente elevado para Honduras y Nicaragua (cuadro 7). CUADRO 7. Centroamérica: Estimación del costo de transporte y seguro, 1992 (Porcentajes de las exportaciones) Guatemala El Salvador Honduras Nicaragua Costa Rica 6.2 0.8 52.8 14.1 2.41 Fuente: Calculado sobre la base de cifras del Fondo Monetario Internacional (FMI), Direction of Trade Statistics Yearbook 1993b, Washington, D. C., 1993. 202 Publicación del Banco Centroamericano de Integración Económica Costos y beneficios de la integración centroamericana 2. Bajos niveles de capital humano Entre los factores de producción que afectan la capacidad de exportación de un país, la cuantía del capital humano ocupa un lugar especial. El papel determinante de este capital en la creación de ventajas competitivas ha sido cuantificado para los países de la CEE, por Neven y Roller (1991). Además, Balassa y Bauwens (1988), en un estudio de los factores determinantes del comercio bilateral para una muestra de 18 países desarrollados y 20 en desarrollo, concluyeron que las exportaciones entre pares de países dependían, entre otras variables, de la razón entre el capital humano del país exportador y el del país importador. De acuerdo con estos autores, si esta razón aumentara 1%, las exportaciones crecerían entre 0.123% y 0.233%, según se trate de comercio entre países en desarrollo o desarrollados. En las investigaciones señaladas se ha usado como indicador de capital humano la tasa de matricula en la escuela secundaria más cinco veces la tasa de matrícula en el nivel terciario. Este índice se calculó para los países centroamericanos en 1990 (cuadro 8). La importancia de la cuantía del capital humano como determinante de las corrientes comerciales intracentroamericanas puede apreciarse al estimar una ecuación que expresa las exportaciones del país i al país j (Eij), en función de los índices de capital humano del país exportador (Hi) e importador (Hj) y la distancia en kilómetros entre ambos países (Dij). CUADR0 8. Centroamérica: Indicadores de capital humano, 1990 Tasa de matrícula Nivel Secundario Honduras Guatemala El Salvador Nicaragua Costa Rica 32 21 29 43 41 Indice Exportaciones al resto de Centroamérica, 1992 (millones de dólares) Nivel Terciario 9 ... 17 8 24 77 ... 114 83 161 34.3 353.0 207.1 51.9 224.5 Fuente: Cálculos sobre la base de datos del Banco Mundial, Informe del desarrollo mundial 1991, Washington D.C., 1991. Los resultados de esa estimación, sobre la base de una muestra del comercio intrarregional de El Salvador, Honduras, Nicaragua y Costa Rica, en 1992, y utilizando los índices de capital humano mostrados en el cuadro 8, son los siguientes:5 Log (Eij) = -4.8536 - 0.8027 Log (Dij) + 2.9216 Log (Hi) (0.90) (1.48) (3.45) 5 Los datos sobre el comercio intracentroamericano están tomados de CEPAL, 1993. -0.1408 Log (Hj) (0.19) R2 = 0.54 DW = 1.62 Publicación del Banco Centroamericano de Integración Económica 203 La Integración de Centroamérica: promesa y reto vigente Puede apreciarse así que el factor determinante del comercio intracentroamericano es el nivel de capital humano del país exportador. Un resultado similar se detectó al usar datos de 1965 para los cinco países centroamericanos e incorporar las variables PIB del país exportador (Yi) y del importador (Yj): Log (Eij) = -7.8331 + 1.3591 Log (Yi) + 0.7179 Log (Yj) (1.93) (4.01) (2.12) -1.1416 Log (Dij) + 0.6901 Log (Hi) (4.40) (2.40) + 0.2749 Log (Hj) R2 = 0.71 (0.95) DW = 1.94 El índice de capital humano del país exportador es significativo, pero de magnitud inferior al correspondiente a 1990. Esto indicaría que, a través del tiempo, el papel de los recursos humanos ha ido adquiriendo mayor importancia en el comercio intrasubregional. De allí que los esfuerzos en favor de la integración y de la modernización económica pueden ser fútiles para los países centroamericanos si no se elevan sustancialmente sus niveles de capital humano. Respecto de la evolución de los índices de capital humano en el período 1960 1990 (cuadro 9) se puede apreciar que Costa Rica exhibe valores más elevados que los de los otros países, mientras que los de Guatemala muestran un menor dinamismo. Además, estos indicadores decrecen en la segunda mitad de los años ochenta, excepto en El Salvador, país que mostró en 1990 una mejoría considerable respecto del inicio de los años ochenta. CUADRO 9. Centroamérica: Indicadores de capital humano Años Guatemala El Salvador Honduras Nicaragua Costa Rica 1960 1975 1978 1983 1985 17 16 13 12 46 33 58 43 51 128 40 63 48 81 141 51 84 83 108 174 56 97 81 93 171 1990 ... 114 77 83 161 Fuente: Cálculos basados en Banco Mundial, Informe sobre el desarrollo mundial, Washington, D.C., varios números. Dadas las disparidades en los niveles de desarrollo de capital humano, una apropiada política subregional podría ser la de establecer la libre movilidad de la mano de obra. Esta medida podría ser más efectiva en el tiempo que tratar de incrementar aceleradamente los acervos de capital en los países rezagados, aunque esto último es de particular urgencia. En efecto, los beneficios económicos de la movilidad de la mano de obra son considerables, según los análisis realizados por De Franco (1993). 204 Publicación del Banco Centroamericano de Integración Económica Costos y beneficios de la integración centroamericana 3. Ausencia de medidas de equidad No obstante las diferencias en el aprovechamiento de los beneficios de la integración, no ha existido en el contexto centroamericano una política de equidad o de compensación para los países de menor desarrollo. Se debe señalar que las disparidades económicas entre los países de la subregión aumentaron durante los años ochenta. El coeficiente de dispersión del ingreso per cápita, es decir, la desviación estándar dividida por el valor promedio, ha mostrado una tendencia hacia una mayor dispersión de los niveles de dicho ingreso (gráfico 7). Esto se podría interpretar como una indicación de que los países centroamericanos se han vuelto más heterogéneos. En el caso de la Unión Europea, el Tratado de Maastricht señala el principio de cohesión, definido como la reducción de las disparidades regionales, como la pauta fundamental de la integración europea6 (Begg y Mayes, 1993). En ese sentido habría que diseñar los componentes de equidad en el marco de la integración centroamericana para maximizar los beneficios de la integración. IV. Los costos de la integración Con relación a los costos de la integración, varios estudios recientes han computado el costo en que incurrirían los países centroamericanos por la “no integración”, entendida como tal la suspensión del comercio intrasubregional. En particular, Gallardo (1992) ha estimado que dicho costo podría ser significativo para todos los países, excepto para Honduras. No obstante la validez de estos trabajos, existen otros costos que pueden ser muy significativos y que han recibido relativamente poca atención. Estos se originan en la falta de coordinación de las políticas que inciden en la integración, es decir, allí donde la integración es un hecho, la ausencia de coordinación podría representar costos significativos, los que se analizan a continuación. GRÁFICO 7. Centroamérica: Dispersión en los niveles de Ingreso per cápita 0.38 0.37 0.36 0.35 0.34 0.33 0.32 0.31 0.30 0.29 0.28 0.27 6 En los países de la Organización de Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE), el índice de dispersión del ingreso per cápita ha disminuido de 0.45 en 1950 a 0.28 en 1985 (Dowrick y Nguyen, 1989). 0.26 0.25 0.24 0.23 0.22 0.21 0.20 198 1 198 2 198 3 198 4 198 5 198 6 198 7 198 8 198 9 199 0 Publicación del Banco Centroamericano de Integración Económica 205 La Integración de Centroamérica: promesa y reto vigente 1. El arbitraje en los mercados de monedas Un fenómeno que pone de relieve la necesidad de coordinación es el arbitraje de monedas, es decir, la compraventa de un bien (moneda) que tiene diferentes precios en dos mercados distintos para obtener ganancias. En términos específicos, una persona puede viajar de Guatemala a El Salvador y cambiar sus quetzales por colones a un tipo de cambio C/Q, para luego comprar dólares a una tasa C/D. Este individuo puede regresar a Guatemala, cambiar los dólares por quetzales a un tipo de cambio Q/D y obtener ganancias. Se puede demostrar que si el tipo de cambio de mercado del colón al quetzal es mayor que el tipo de cambio cruzado (colón-dólar/quetzal-dólar), hay posibilidades de ganancias. Es decir, si C/Q > C/D/Q/D se cumple la condición para que los quetzales fluyan a El Salvador y así aumenten la demanda de colones y dólares. El gráfico 8 presenta, para el período 1988-1990, la ganancia C/Q-C/D/Q/D examinada anteriormente en colones por quetzal transado. Se puede notar que en la mayoría de los casos el resultado tiene signos positivos. Ga nan cia GRÁFICO 8. Guatemala y El Salvador: Ganancia por arbitraje (Colones por quetzal transado) 1988 M F M A J J S A N O 1989 M M J S N 1990 M M J S N D F A J A O D F A J A O D Esto indica que El Salvador es una fuente de abastecimiento de dólares para Guatemala. Por otro lado, esta entrada persistente de quetzales a El Salvador muestra que, para fines de programación monetaria, Guatemala debería considerar qué parte de su oferta de moneda fluye hacia El Salvador. A la vez, El Salvador debería tomar en cuenta qué porción de la masa monetaria que circula en el país está constituida por quetzales. Así, se aprecia que en estas economías circulan al menos dos monedas. Esto tiene relevancia especial tanto para la precisión de la programación financiera como para el diseño de programas de ajuste y exige un esfuerzo de coordinación de la política cambiaria entre los países centroamericanos. 206 Publicación del Banco Centroamericano de Integración Económica Costos y beneficios de la integración centroamericana 2. Sustitución de monedas En relación con el punto anterior se debe señalar que algunos estudios han encontrado que en El Salvador y Guatemala las demandas de sus respectivas monedas son interdependientes, en el sentido de que la demanda de colones en El Salvador está determinada parcialmente por la oferta de quetzales en Guatemala (Cáceres y Suay, 1988a). Cabe preguntarse entonces cuál debería ser el agregado monetario más efectivo en cada país para los fines de la programación monetaria. Asimismo, se ha encontrado evidencia empírica de que la tasa de inflación de El Salvador está determinada principalmente por una variable compuesta de la agregación de las ofertas monetarias de Guatemala y Costa Rica (Cáceres y Suay, 1988b). La referida interdependencia se ha observado también en los tipos de cambio de estos países. De hecho, por medio de las pruebas de causalidad de Granger se encontró que el tipo de cambio de Guatemala determina el tipo de cambio de El Salvador (Cáceres y Núñez-Sandoval, 1992). Dado que los tipos de cambio de estos países son determinados por su oferta monetaria, la expansión monetaria de un país tiene repercusiones en el tipo de cambio del otro. De esa manera, la estabilidad cambiaría, que es de especial importancia para el comercio intracentroamericano, dependería en parte de variables externas al país en cuestión. Esto apunta a la necesidad de un marco operativo de coordinación de políticas monetarias, cuya ausencia podría representar costos apreciables. 3. Diferencial cambiario 7 Sobre la coordinación de políticas en Centroamérica, véase la excelente síntesis de López (1994). Otro fenómeno que confirma la necesidad de coordinación es el diferencial cambiario entre el precio de compra y el precio de venta del dólar en Guatemala y El Salvador, que representa un significativo costo de transacción. Este diferencial es mayor en Guatemala que en El Salvador, lo que obedece a los mayores volúmenes que se transan en el segundo (gráfico 9). Además, puede verse que los dos diferenciales muestran una trayectoria inversa, lo que confirma que cuando el volumen de operaciones es bajo en un país es alto en el otro y viceversa. El diferencial correspondiente al tipo de cambio del quetzal con respecto al colón (gráfico 10) es mucho más elevado que el de las otras dos monedas, en atención a su menor volumen de transacción. Los ejemplos anteriores representan la auténtica “integración monetaria” que, de hecho, tiene lugar en el marco de las fuerzas de oferta y demanda de monedas y que a su vez reflejan los comportamientos de las políticas monetarias y fiscales de esos países. También dejan en claro que una integración de esta naturaleza, sin la coordinación debida, puede ser costosa. De ahí la necesidad de establecer los mecanismos para la convergencia y la vigilancia multilateral de tales políticas.7 Así, la eliminación de los costos de la integración, de hecho requeriría que los países incurriesen en el “costo” de reducir su autonomía en la conducción de sus políticas monetarias y fiscales. Es decir, los países no podrían establecer sus programas monetarios y fiscales en forma autónoma, sino que tendrían que hacerlo en un ejercicio concertado y sujetos a las necesidades subregionales. Publicación del Banco Centroamericano de Integración Económica 207 La Integración de Centroamérica: promesa y reto vigente GRAFICO 10. Diferencial cambiario colón/quetzal GRAFICO 9. El Salvador y Guatemala: Diferencial cambiario en mercados del dólar (Precio de venta-precio de compra / precio promedio) 11 7 10 6 9 8 D ife ren c ial (% 9 ) Difere n cia l (% ) 5 4 3 7 6 5 4 2 3 1 2 1 0 1988 M F M A J J S A N O 1989 M M J S N 1990 M M J D F A J A O D F A J Difere n cia l q ue tza l/dólar S N O 1988 D M F M A J J S A N O 1989 M M J S N 1990 M M J S N D F A J A O D F A J A O D Difere n cia l c oló n/dó lar V. Necesidad de coordinar la integración La sección anterior ha puesto de relieve la necesidad de establecer un marco de coordinación de políticas que permita eliminar los costos de una integración de hecho. A fin de aprovechar plenamente los beneficios de la integración, los países centroamericanos deberían adoptar un sistema de coordinación de políticas más general en el contexto de la armonización de la reforma estructural. 1. Reforma estructural El enfoque subregional de la reforma estructural, además de permitir un avance más parejo de todos los países según calendarios diferentes para cada uno de ellos y teniendo en cuenta su capacidad para implementar la reforma, permitiría identificar en cada país necesidades que satisfacer y oportunidades que aprovechar con más eficacia mediante esfuerzos mancomunados. Esto haría que los resultados nacionales fuesen congruentes en el plano subregional, particularmente en lo que toca a la política económica y sectorial. A continuación se expone cómo el enfoque subregional podría contribuir al avance en los tres componentes de la reforma estructural: la estabilización, el ajuste y la reforma propiamente dicha. a) Marco macroeconómico subregional El primer componente de la reforma estructural es la estabilización. A tal efecto, seria de particular importancia una agenda para la gestión macroeconómica de los cinco países que incluyese un marco de coordinación de políticas macroeconómicas, las que no serían idénticas pero sí coherentes entre sí. Esta agenda se estructuraría para mantener determinadas variables macroeconómicas de cada país dentro de rangos preestablecidos. Además, serviría para dar mayor credibilidad a los esfuerzos de reforma económica, ya que 208 Publicación del Banco Centroamericano de Integración Económica Costos y beneficios de la integración centroamericana cada proceso de reforma nacional sería percibido como parte de un compromiso subregional. b) Marco del ajuste estructural La compatibilización subregional del ajuste de sectores específicos -segundo componente- redundaría en un marco armónico para las políticas sectoriales de los países, contribuyendo así a un desarrollo más equilibrado que no exacerbaría las disparidades. Esto cobra especial relevancia en el sector del transporte, sobre todo en lo relativo a la política de competencia; en el de la energía, en el cual la privatización y el arrendamiento ofrecerían ventajas a los inversionistas de la subregión y en el de la agricultura, por sus repercusiones en el comercio de productos agropecuarios. De hecho, la reforma del Estado, con visión subregional aseguraría una mejor articulación de los sectores públicos y facilitaría una mayor coherencia en materia de códigos de trabajo, régimen de servicio civil, normas de salud ocupacional y de salubridad y leyes de inversión, entre otros aspectos. En la agenda subregional de ajuste estructural, tiene gran relevancia la reconversión industrial. Los países necesitan apoyo para prestar adecuados servicios específicos a las empresas, especialmente en capacitación de recursos humanos, sistemas de control de calidad, mercadotecnia, almacenamiento e información de mercado (Willmore y Mattar, 1991). GRÁFICO 11. Agenda subregional de reforma estructural País centroamericano Programa subregional Marco macroeconómico estable Programa subregional de manejo macroeconómico Corrección de desequilibrios Macroeconómicos. Coordinación de políticas Macroeconómicas. Manejo adecuado de los Macroprecios: tasa de interés, Salarios, tipo de cambio. Establecimiento de “bandas” para algunas variables macroeconómicas. Estudios de interdependencia Ajuste estructural Agenda subregional de ajuste estructural Reforma fiscal, arancelaria y financiera. Políticas subregionales de Competencia y arancelaria. Reformas del sector Público: Capacitación de recursos financieros y de cooperación técnica. Reformas sectoriales. Reconversión industrial Energía Transporte Programa subregional para la reforma del Estado. Programa subregional para la formación de recursos humanos. Programa subregional para la reconversión industrial. Transformación Estructural Políticas de tecnología, innovación, desarrollo regional, equidad y medio ambiente Agenda subregional de transformación estructural políticas de desarrollo rural. Desarrollo fronterizo. Políticas de gestión territorial. Concertación hacia el exterior. Sistema regional de áreas protegidas Desarrollo de las cuencas marinas. Publicación del Banco Centroamericano de Integración Económica 209 La Integración de Centroamérica: promesa y reto vigente La estrategia para optimizar estos servicios sería más efectiva en un enfoque subregional, ya que permitiría aprovechar las vivencias de los distintos países y construir sobre experiencias centroamericanas vigentes. En esto, la capacitación y el entrenamiento son muy importantes.8 Habría que seleccionar los subsectores objeto de reconversión industrial con una visión subregional para promover en ellos la complementariedad y la integración vertical. En este marco cada país tendría acceso a un conjunto de experiencias y oportunidades y se facilitaría la concertación hacia el exterior de las empresas para penetrar mercados y negociar tecnologías. c) Transformación estructural subregional El tercer componente de la reforma es la transformación estructural. Los programas que los países decidieran impulsar al respecto en forma conjunta -políticas tecnológicas, apoyo a la innovación, desarrollo de las regiones más deprimidas (sobre todo de las zonas fronterizas) y diversifícación de las relaciones económicas internacionales- se fortalecerían con la aplicación de un enfoque subregional, particularmente por el mayor acceso a recursos financieros y de cooperación técnica, y por la mayor coherencia de las políticas en el marco de la integración. Por otra parte, el enfoque subregional sería valioso para los gobiernos en su tarea de atender a los desequilibrios sociales. Esto también serviría como “efecto demostración”, por lo cual procedería establecer una agenda subregional de reforma social que programara las acciones requeridas para nivelar de manera convergente el desarrollo social en la subregión, particularmente en educación básica, salud primaria y saneamiento. El gráfico 11 muestra, a manera de ejemplo, cómo se podría establecer una agenda subregional de reforma estructural a partir de los programas nacionales. El mecanismo para establecer dicha agenda sería el Gabinete de Ministros Centroamericanos, el cual se reúne periódicamente para analizar asuntos de alcance subregional. En esas oportunidades se identificarían, para el sector de que se trate, los distintos aspectos que se cubrirían, diferenciando entre los de alcance nacional y los de repercusión subregional. El análisis de estos últimos tendría por objeto hacer a los países verdaderamente “integrables”, asegurándose de que constituyan elementos congruentes de una matriz productiva centroamericana. Este enfoque también permitiría armonizar aquellos aspectos necesarios para la integración con el resto del mundo como un bloque. 8 Un estudio de Willmore y Máttar (1991) sobre las necesidades de la reconversión industrial en Centroamérica concluyó que la mejora en la eficacia de las plantas no depende tanto de la modernización de los equipos o de la realización de cuantiosas inversiones, sino más bien de la implementación de mecanismos para mejorar la gestión empresarial, aprovechar al máximo la materia prima, mejorar la planificación y el control de incentivos y la comercialización, lo que supone costos e inversiones relativamente 210 Publicación del Banco Centroamericano de Integración Económica Costos y beneficios de la integración centroamericana V. Conclusiones Bibliografía La integración económica ofrece beneficios potenciales a los países centroamericanos porque puede estimular el crecimiento económico, la industrialización (por medio del comercio intraindustrial) y la eficiencia del aparato productivo (por la mayor competencia monopolística de carácter subregional y, particularmente, por garantizar el acceso a otros mercados). Estos beneficios constituyen una mejor base para enfrentar la competencia global derivada de la apertura externa. Pero el aprovechamiento de las posibilidades que ofrece la integración depende en gran parte de lo que hagan los países por reforzar su capital humano. La integración también tiene costos, por las repercusiones imprevistas que las políticas monetarias y fiscales de un país ejercen sobre los otros, especialmente a través de la sustitución de monedas, lo cual restaría precisión a la programación monetaria nacional. El costo que emana de la integración monetaria de hecho sería eliminado por el “costo” de establecer un marco de coordinación que podría mermar la autonomía de las autoridades nacionales en la conducción de sus políticas macroeconómicas. Los países centroamericanos deberían tomar ventaja del enfoque subregional en el proceso de reforma estructural, particularmente en materia social y reconversión industrial. Para que la reforma favorezca e impulse la integración subregional y sea congruente con ella, el proceso debería llevarse adelante según objetivos coincidentes y un calendario establecido, que podría ser diferente para cada país. Es conveniente entonces delinear una agenda subregional de reforma estructural que promueva el avance de todos los países y que impulse la integración con mayor coherencia y armonía tanto institucionales como sectoriales. La aplicación de esta agenda permitiría identificar oportunidades de complementación económica y de integración intersectorial y promovería la integración armónica con otras regiones. Balassa, Bela (1966): Tariff reductions and trade in manufacturers among the industrial countries, The American Economic Review, vol. LVI, N° 3, Nashville, Tennessee, American Economic Association. _____(1967): Trade creation and trade diversion in the European Common Market, Economic Journal, vol. LXXVII, No 305, Londres, Macmillan (Journals) Limited, Marzo. _____(1979): Intra-industry trade and the integration of developing countries in the world economy, H. Giersch (ed.), On the Economics of Intraindustry Trade, Tübingen, J.C.B. Mohr. 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Banco Interamericano de Desarrollo, Washington, 1993, y Luis René Cáceres, “Ecuador y la integración andina: experiencias y perspectivas”, Integración Latinoamericana, año 18, núm. 195, Buenos Aires, noviembre de 1993, pp. 31-46. 3 Jacques Pelkmans, “Customs Unions and Technical Efficiency”, The Economist, núm. 130, Amsterdam, 1982, pp. 536-559. 4 K.C. Fung, “Economic Philadelphia, Integration As Competitive Discipline”, International Economic Review, vol. 33, noviembre de 1992, pp. 837-847. 5 Luis A. Rivera-Bátiz y Paúl M. Romer, “Economic Integration and Endogenous Growth”, Quarterly Journal of Economics, vol. 106, Cambridge, mayo de 1991, pp. 531556. 6 Luis René Cáceres, “Los costos y beneficios de la integración económica centroamericana”, Revista de la CEPAL, núm. 53, Santiago de Chile, diciembre de 1994, pp. 1-27. 7. Una excelente reseña de la literatura sobre el Tratado de Libre Comercio se encuentra en Nora Lustig, Barry P. Bosworth y Robert Lawrence (eds.), North American Free Trade: Assessing the impact, The Brookings Institution, Washington, 1992, y Gary Clyde Hufbauer y Jeffrey J. Schott, NAFTA: an Assessment, Institute for International Economics, Washington, 1993. Los modelos de integración de América Latina han experimentado en los últimos años un singular dinamismo que dista del estancamiento y el retroceso que los caracterizaron durante los años ochenta. El comercio intrarregional de Centroamérica registró en 1995 valores superiores a los máximos históricos alcanzados a principios de los ochenta. Así mismo, se ha avanzado en el establecimiento de un arancel externo común, la armonización de las políticas macroeconómicas y la integración vial y eléctrica. En el campo institucional, sobresalen el inicio de las funciones del Parlamento Centroamericano en 1992 y la aprobación, en octubre de 1993, del Protocolo del Tratado General de Integración Centroamericana que establece las pautas para conformar una unión aduanera. Asimismo, en 1991 los países del área acordaron con México crear una zona de libre comercio en 1996 y en febrero de 1993 suscribieron un acuerdo de comercio e inversión con Colombia y Venezuela. Por su parte, el Pacto Andino ha recobrado impulso a raíz de una nueva estrategia de integración, iniciada en 1989, que ha conducido al libre comercio intrarregional, la adopción de un arancel externo común y el aumento considerable del comercio entre los países del área. En años recientes han surgido en la región nuevos esfuerzos bi y multilaterales. En 1991 entró en vigor el Mercosur y las economías mexicana y chilena firmaron un acuerdo de libre comercio; en 1993 México lo hizo con Venezuela y Colombia. El renovado interés por la integración subregional ha surgido a causa de la Europa de 1992 y la necesidad de los países de fortalecer sus lazos a fin de encarar su pérdida de importancia geopolítica derivada del término de la guerra fría.1 Otro factor determinante es la caída desde los años ochenta de la participación del área en el comercio mundial y en la captación de inversión extranjera. El fortalecimiento de los modelos de integración se enmarca en los procesos de reforma de política económica emprendidos por diversos países de la zona. La integración subregional se ha convertido en un mecanismo para alcanzar una mejor inserción de las naciones miembro en la economía mundial,2 lo que le confiere un papel distintivo en la reforma económica. En efecto, se atribuye a la integración un efecto de “ducha fría” tendiente a imprimir mayor eficiencia industrial interna y, por tanto, mejores posibilidades de competencia en la economía mundial.3 Así, hoy se le reconoce como una “disciplina competitiva” y como un medio para promover “flujos de ideas a lo largo de redes de comunicación”. 4 Algunos modelos de crecimiento endógeno le otorgan un papel fundamental en la generación de insumos especializados y conocimientos, así como en la adopción de nuevas tecnologías.5 Asimismo, en el marco de la competencia monopolística que promueve la integración, se le ha asignado un papel complementario a la apertura con países extrarregionales.6 El modelo que ha recibido mayor atención en la zona es el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (Canadá, Estados Unidos y México, TLC). Éste ha generado abundante investigación sobre sus efectos macroeconómicos, migratorios y sectoriales.7 La 216 Publicación del Banco Centroamericano de Integración Económica Las disparidades económicas nacionales y la integración subregional 8 Santiago Levy y Sweder Van Wijnbergen, “Transition Problems in Economic Reform: Agriculture in the Mexico-US Free Trade Agreement”, Banco Mundial, Washington, noviembre de 1991. 9 Un estudio que explícitamente analiza las disparidades en el marco del TLC es el de Michael E. Conroy y Amy K. 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Cline y Enrique Delgado (eds.), Economic Integration in Central America, The Brookings Institution, Washington, 1977, y para el africano, Falzeh Foroutan, Regional Integration in Sub-Saharan Africa, World Bank Working Paper WPS 992, Banco Mundial, Washington, octubre de 1992. 12 Sobre aplicaciones de modelos de Markov, véanse Andre Rogers, “A Markovian Policy Model of Interregional Migration”, Papers of the Regional Science Association, vol. 17, Filadelfia, 1966, pp. 205-224; Harry W. Richardson “A Markov Chain Model of Interregional Savings and Growth”, Journal of Regional Science, vol. 13, núm. 1, Filadelfia 1973, pp. 17-27, y Stephen F. Seninger, “Expenditure Diffusions in Central Place Hierarchies: Regional Policy and Planning Aspects”, Journal of Regional Science, vol. 18, núm. 2, Filadelfia, 1978, pp. 243-261. mayoría de los estudios indican que el TLC acarrearía beneficios a todos los países miembro en términos de crecimiento económico, productividad y salarios reales, pero advierten sobre posibles efectos negativos para la agricultura de subsistencia mexicana.8 Gran parte de los estudios efectuados en torno al TLC son de naturaleza estática y muy pocos toman en cuenta la estructura económica de los países que lo forman, aspecto fundamental para explicar la diversidad económica interna y entre los países.9 Los otros modelos de integración tampoco han encarado el tema de la equidad. Los acuerdos originales de compensación del Pacto Andino, como la localización industrial, han sido derogados y, en el caso centroamericano, el Protocolo no hace referencia a los países de menor desarrollo relativo ni a las medidas de compensación, pese a que el tema estuvo presente en el proceso de integración.10 A fin de examinar las repercusiones de las desigualdades económicas entre los países que se integran, es preciso adoptar un enfoque dinámico que tome en cuenta las disparidades estructurales. Éstas son determinantes en la distribución de los costos y beneficios de la integración. Hasta ahora, la distribución inequitativa de los beneficios ha obstaculizado el avance e incluso puesto fin a diversos esfuerzos de integración.11 En este trabajo se presenta un modelo de cadena de Markov para los países del TLC. Con el fin de acentuar el papel de las disparidades económicas en los proyectos de integración, el modelo incluye también a Centroamérica e incorpora al resto del mundo a fin de apreciar las posibles interacciones en un esquema mundial.12 Para simular la interacción entre estas cinco regiones en un marco dinámico y estocástico, se aplicó un modelo de cadena de Markov que permite mostrar la evolución de cada economía nacional en términos de sus probabilidades de percibir ingreso, enviarlo a otras regiones o gastarlo internamente. La magnitud de esas probabilidades de transición es un indicador de la posición de estos países en la jerarquía económica en estudio y refleja el grado de interconexión y la asimetría del sistema a lo largo del tiempo. En otras palabras, el modelo se empleó para analizar la difusión del ingreso mediante la estructura jerárquica. Finalmente, se presentan cálculos de las compensaciones que algunos de los países deberían recibir para mantener un mínimo de ingreso en su territorio. Un modelo de cadena de Markov Se considera un sistema de cinco nudos que forman una matriz de comercio T compuesta por el resto del mundo, integrado por los países del Grupo de los Siete, excepto Estados Unidos y Canadá; las tres naciones miembros del TLC (Canadá, Estados Unidos y México), y Centroamérica, representada por la agregación de los cinco países. En el cuadro 1 la diagonal principal de la matriz T refleja la economía interna de cada país mediante el correspondiente producto interno bruto. Los elementos Yij, ubicados fuera de la diagonal principal correspondientes a una misma fila i, representan las importaciones del Publicación del Banco Centroamericano de Integración Económica 217 La Integración de Centroamérica: promesa y reto vigente país i desde los otros países j. De allí que la oferta agregada de cada país sea igual a la sumatoria de cada fila respectiva. La matriz de comercio T se transformó en una matriz de transición de cadena de Markov al dividir cada elemento (Yij) por la suma de la fila correspondiente.13 Así se obtuvo la matriz P, igual a: Yi j Pi j = ΣYi j j 13 Modelos similares se encuentran en Luis René Cáceres y Stephen F. Seninger, “Redes intrarregionales, estructuras jerárquicas y fuga de la riqueza en Centroamérica: Un análisis de la cadena de Markov”, El Trimestre Económico, vol. 49, México, 1982, pp. 623-644, y Luis René Cáceres, “La dinámica de las disparidades económicas en Centroamérica”, Comercio Exterior, vol. 31, núm. 12, México, diciembre de 1981, pp. 13691376. 14 La fuente de datos es Fondo Monetario Internacional, International, Financial Statistics y Direction of Trade, varios números. Los elementos Pij indican la probabilidad de que un proceso que se inicie en el estado i alcance el estado j en una unidad de tiempo. De forma similar, la n potencia de P, igual a (Pij)n, es la probabilidad condicional de entrar al estado j después de n transiciones, dado que el estado inicial es i. Con base en los datos del PIB y las importaciones de 1991, se construyó una matriz de comercio que dio lugar a la cadena de Markov P que se muestra en el cuadro 2.14 En la matriz presentada en el cuadro 2, para cada unidad de ingreso que se encuentra en i, Pij representa la probabilidad de que ésta se gaste en bienes internos (permanece en i, cuando i = j) o en importaciones de j, cuando i ≠ j . Así, la probabilidad de que una unidad de ingreso que se encuentra en Estados Unidos permanezca allí después de un año es de 0.918237 y de que ésta sea transferida desde ese país a México es de 0.004659. Asimismo, las probabilidades de que una unidad de ingreso que se encuentra en México se quede allí o se transfiera al resto del mundo, en un año dado, son de 0.852351 y 0.043235, respectivamente. Las potencias de P representan la evolución del sistema Markov a lo largo del tiempo. Las matrices resultantes reflejan las características estructurales que determinan la jerarquía del grupo de regiones o países. El cuadro 3 muestra la matriz P después de 5,10, 20 y 30 transiciones. Se puede apreciar que las probabilidades de que una unidad de ingreso que se encuentra en México se conserve allí después de las referidas transiciones son de 0.388470, 0.183214,0.050933 y 0.025192, respectivamente. En otras palabras, de cada dólar que ingresa a la economía mexicana hoy, 18 centavos se mantienen en México después de diez años. Las probabilidades correspondientes a Canadá son de 0.316612,0.143272, 0.058691 y 0.046475. La gráfica 1 muestra la evolución de las probabilidades de transición para i = j, es decir, las probabilidades de que una unidad de ingreso permanezca en la economía interna. Puede apreciarse que en México, Canadá y Centroamérica aquéllas declinan rápidamente y convergen en un valor común en el largo plazo. Esto indica que en términos de “fuerza” no existe mucha diferencia entre estas tres economías en el largo plazo, es decir, tienen el mismo grado de “apertura” y su ingreso fluye hacia el exterior con la misma probabilidad. Resultados diferentes se obtuvieron para el resto del mundo y Estados Unidos, donde las probabilidades de retener sus ingresos son relativamente altas. De hecho, de una inyección de un dólar en el resto del mundo, se retendrían 50 centavos después de 30 años de no existir un cambio en la estructura original del modelo. 218 Publicación del Banco Centroamericano de Integración Económica Las disparidades económicas nacionales y la integración subregional GRÁFICA 1. Probabilidades de que el ingreso permanezca en la economía interna 1.0 0.9 0.8 0.7 0.6 0.5 0.4 0.3 0.2 0.1 0.0 0 2 4 6 8 10 12 14 16 18 20 22 24 26 28 Tra ns ic ión E s tad os U nidos R es to de l m u ndo C an ad á M é xico C en tro am é ric a Una situación diferente existe con respecto a las probabilidades de transición hacia el resto del mundo. La gráfica 2 muestra como esas probabilidades aumentan rápidamente en todas las regiones, sobre todo en Centroamérica. Sin embargo, todas convergen en el tiempo en un valor cercano a 0.57. Esto indica que estas cuatro regiones no presentan diferencias en cuanto a su propensión de transferir recursos hacia el resto del mundo en el largo plazo. GRÁFICA 2. Probabilidades de transferir ingresos hacia el resto del mundo 0.6 0.5 0.4 0.3 0.2 0.1 0.0 0 2 4 6 8 10 12 14 16 18 20 22 24 26 28 Tra ns ic ió n C en tro am é ric a E s tad os U nidos C an ad á M é xico Publicación del Banco Centroamericano de Integración Económica 219 La Integración de Centroamérica: promesa y reto vigente La gráfica 3 presenta la evolución de las probabilidades de transición hacia Estados Unidos. Puede apreciarse que Canadá muestra el aumento más rápido en la probabilidad de transición de su ingreso hacia Estados Unidos, seguido por México. Por su parte, las probabilidades de transición del resto del mundo hacia Estados Unidos, a diferencia de las probabilidades de transición de este último país hacia el resto del mundo, no aumentan rápidamente (véase la gráfica 2). Una característica de la matriz de transición P es que converge asintóticamente en una matriz A, A = (P)n, en donde n es un número entero que tiende a infinito. La matriz A contiene filas idénticas iguales al vector de probabilidad a = [ai], de forma tal que a = aP. Los elementos de las filas de A arrojan la distribución de equilibrio de una inyección de ingreso original igual a ai = (0.577116, 0.362200, 0.042477,0.016506, 0.001699). Esto indica que, en equilibrio, el resto del mundo recibe 57.7% del ingreso mundial, Estados Unidos 32.6%, Canadá 4.2%, México 1.7% y Centroamérica 0.20%.15 GRÁFICA 3. Probabilidades de transferir ingresos hacia Estados Unidos 0.50 0.45 0.40 0.35 0.30 0.25 0.20 0.15 15 Un estudio reciente sobre la distribución del ingreso mundial muestra que la participación de América Latina y el Caribe fue de 6.5% en 1960, alcanzó un máximo de 8.1% en 1979 y decreció a 7.3% en 1987, año en que la participación de México fue de 2%. Véase Ronald V.A. Sprout y James H. Weaver, “International Distribution of Income: 1960-1987”, Kyklos, Basilea, vol. 45, 1992, pp. 237-258. 0.10 0.05 0.00 0 2 4 6 8 10 12 14 16 18 20 22 24 26 28 Tra ns ic ió n C an ad á M é xico C en tro am éric a R es to de l m un do Difusión del ingreso La evolución de la matriz de probabilidades de transición permite calcular la difusión de una dotación original de ingreso a través de diferentes regiones. Supóngase que la cuantía inicial de ingreso en cada región está dada por: V (0)= [V1(0), V2(0),..., V5(0)], en donde Vi representa el ingreso localizado en i. Después de una transición el ingreso está dado por V(1) = V(0)P y después de n períodos por: V(n) = V(0)Pn . A los efectos de analizar la difusión del ingreso de las regiones menos desarrolladas (México y Centroamérica) hacia el resto del sistema, se partió del supuesto de que el vector original de ingreso 220 Publicación del Banco Centroamericano de Integración Económica Las disparidades económicas nacionales y la integración subregional está dado por los desembolsos totales de la deuda externa de estas regiones en 1991. Así, en miles de millones de dólares estadounidenses, V(10)= (0; 0; 0; 7,6; 1,1).16 La difusión de esta entrada de recursos externos después de una transición es V(1)=(0,0,0,7.6,1.1)(P) = (0.44910; 0.88906; 0.01143; 6.49090; 0.85949) El proceso de difusión durante diez transiciones se presenta en la gráfica 4. GRÁFICA 4. Difusión de los desembolsos de deuda externa de México y Centroamérica (Miles de millones de dólares) 7 6 5 4 3 2 1 0 1 3 5 7 9 11 13 15 17 19 Transición R esto del m u nd o E stad os U nidos C an ad á 16 La fuente de datos es el Banco Mundial, World Debt Tables 1992-1993, Banco Mundial, Washington, 1992. M éxico C en tro am érica Se puede apreciar que la salida de recursos de México y Centroamérica ocurre aceleradamente y que, después de cinco transiciones, más de la mitad de sus desembolsos por deuda externa han “regresado” a las regiones desarrolladas. El hecho de que las dos regiones menos desarrolladas no se descapitalicen por completo puede explicarse por la contratación continua de deuda externa o por las entradas de otra forma de capital. En otras palabras, la entrada de recursos debe sostenerse indefinidamente en el entorno de una transferencia de estos recursos de vuelta a las regiones desarrolladas. Si los ingresos de capital se mantienen en un vector V, la difusión del vector V es acumulada en el vector Z, igual a: n Z = ΣVPk k=O Publicación del Banco Centroamericano de Integración Económica 221 La Integración de Centroamérica: promesa y reto vigente en donde Z es el ingreso acumulado por la difusión del vector V después de n transiciones. La acumulación de capital en las cinco regiones, bajo el supuesto de que los valores de desembolsos de deuda externa de 1991 se mantienen anualmente por 20 años, se muestra en la gráfica 5. Puede apreciarse que los ingresos de capital en México y Centroamérica regresan hacia las regiones desarrolladas. Específicamente, después de diez transiciones México ha recibido 83,600 millones de dólares por concepto de nueva deuda externa, pero de ellos sólo “han quedado” 43,200 millones en el país. Centroamérica, después de recibir 12,100 millones de dólares mantiene sólo 4,750 millones. A la inversa, el resto del mundo y Estados Unidos han acumulado 19,300 y 27,300 millones de dólares, respectivamente. Transferencias de ingreso Es de interés considerar los montos que se deberían transferir hacia cada región para que éstas puedan mantener niveles de ingreso predeterminados y evitar su descapitalización. Esto es posible mediante el uso de un vector f cuyos elementos fi son positivos cuando la región i recibe una transferencia y negativos cuando la otorga. Si las regiones cuentan con un vector inicial de ingreso V(0), después de n transiciones el ingreso se obtiene por n V(0)(Pn)+ Σf(Pk) K=0 17 Esto se muestra en J. Kemeny and L. Snell, Mathematical Models in the Social Sciences, Waltham, Blaisdell, 1962. donde el primer término muestra una tendencia a transferir completamente el ingreso hacia el resto del mundo y Estados Unidos, proceso que se compensa por el vector f. Si g es el vector meta de la acumulación de ingreso en las regiones, las transferencias requeridas para mantener el vector deseado de ingreso vienen dadas por: f = g(I - P), en donde I es la matriz de identidad.17 Por ejemplo, si el vector meta de ingreso se definiese de forma que el ingreso resultante de una inyección sostenida de ingreso fuese de 1,000 millones en todas las regiones, es decir g = (1,1,1,1,1), el vector de transferencias compensatorias sería igual a f = (-0.222445; 0.284356; 0.160133; 0.126980; 0.219753.) Esto indica que el resto del mundo y Estados Unidos contribuirían con 222 y 284 millones de dólares cada año, respectivamente, que se distribuirían de la siguiente manera: Canadá, 160 millones de dólares; México, 127 millones, y Centroamérica, 220 millones. Como las entradas y salidas de recursos son sostenidos, las cinco regiones terminan acumulando el vector meta de g = (l, 1, 1, 1, 1). Puede observarse que el resto del mundo contribuye con 222 millones de dólares anualmente y termina con una acumulación de 1,000 millones de dólares. México, por su parte, acumula el mismo monto, aunque recibe 127 millones de dólares cada año. Esto indica que la estructura económica nacional otorga a las regiones 222 Publicación del Banco Centroamericano de Integración Económica Las disparidades económicas nacionales y la integración subregional desarrolladas un “efecto multiplicador” que se deriva de su tamaño y de la asimétrica conectividad en la matriz de transacciones internacionales. Es decir, la estructura trabaja a su favor. Conclusiones Las interacciones económicas que ocurren en un área de libre comercio se deben estudiar en un marco dinámico que permita identificar la naturaleza de la conectividad, la jerarquía y la difusión del ingreso de las economías que se integran. La asimetría en la acumulación de ingreso, evidenciada en este trabajo, refleja las CUADRO 1. Matriz de comercio Resto del mundo T= Resto del mundo Estados Unidos Canadá México Centroamérica Estados Unidos Y11 Y21 Y31 Y41 Y51 Y12 Y22 Y32 Y42 Y52 Canadá México Y13 Y23 Y33 Y43 Y53 Y14 Y24 Y34 Y44 Y54 Centroamérica Y15 Y25 Y35 Y45 Y55 CUADRO 2. Matriz de cadena de Markov Resto del mundo Resto del mundo Estados Unidos P=(pij) Canadá México Centroamérica 0.956035 0.061430 0.052216 0.043235 0.109564 Estados Unidos 0.038758 0.918237 0.126812 0.102838 0.097719 Canadá 0.003875 0.015156 0.817568 0.001204 0.002072 México Centroamérica 0.001033 0.004659 0.003133 0.852351 0.011844 0.000297 0.000515 0.000268 0.000370 0.778797 CUADRO 3. Evolución de la matriz de transición (n= transiciones) Canadá México Resto del mundo Estados Unidos n=5 Canadá México Centroamérica Resto del mundo 0.796173 0.282194 0.257753 0.228196 0.402310 Estados Unidos 0.177688 0.650643 0.410960 0.363670 0.322754 0.019107 0.048779 0.316612 0.018276 0.020137 0.005907 0.016735 0.013470 0.038470 0.300968 Centroamérica 0.001123 0.001646 0.001203 0.001386 0.223829 Resto del mundo Estados Unidos n=10 Canadá México Centroamérica 0.703886 0.407628 0.387305 0.358092 0.502949 0.256356 0.517735 0.450263 0.423997 0.370606 0.028661 0.053156 0.143272 0.032995 0.033201 0.009661 0.019643 0.017562 0.183214 0.028025 0.001434 0.001835 0.001596 0.001700 0.065216 Resto del mundo Estados Unidos n=20 Canadá México Centroamérica 0.619635 0.520657 0.512073 0.496244 0.558651 0.327047 0.410688 0.409040 0.407674 0.372587 0.037789 0.048020 0.058691 0.043376 0.041723 0.013900 0.018852 0.018449 0.050933 0.020130 0.001627 0.001780 0.001744 0.001770 0.006906 Resto del mundo Estados Unidos n=30 Canadá México Centroamérica 0.593024 0.556002 0.552607 0.545380 0.570660 0.349104 0.379888 0.381581 0.383718 0.366830 0.040726 0.044743 0.046475 0.043971 0.042668 0.015471 0.017633 0.017606 0.025192 0.017587 0.001674 0.001731 0.001728 0.001737 0.002252 Publicación del Banco Centroamericano de Integración Económica 223 La Integración de Centroamérica: promesa y reto vigente 18 Una obra clásica es la de Francois Perroux, Poder y economía, Ediciones ICE, Madrid, 1981. Según este autor, “la esencia del poder deseado, ejercido, esperado o previsto [...] es la relación disimétrica” (p. 60.) Por su parte, Keohane y Nye (p. 122) señalan que “una forma de conceptuar las fuentes de poder -y por tanto explicar su distribución entre los actores- es considerarlas como producto de patrones de interdependencia asimétrica en áreas o asuntos en los cuales los actores interactúen”. Robert O. Keohane y Joseph S. Nye, “World Politics and International Economic System”, en C. Fred Bergsten (ed.), The Future of the International Economic System, Lexington Books, Lexington, 1973, pp. 121-125. 19 L.A. Rivera-Bátiz y Danyanh Xie, “Integration Among Unequals”, Regional Science and Urban Economics, vol. 23, Julio de 1993, Amsterdam, pp. 337-354; Robert Feenstra, “Trade and Uneven Growth”, NBER Working Paper núm. 3276, Cambridge, 1990, y M. Abramowitz, “Catching Up, Moving Ahead and Falling Behind”, Journal of Economic History, vol. 46, 1786, pp. 385-406. 20 En el marco de la integración europea, L.A. Rivera Bátiz y Danyang Xie (ibid.) señalan que “la integración de los sectores de investigación de los países europeos debe estimularse para asegurar un efecto positivo en el crecimiento. Leyes inapropiadas sobre patentes, barreras en el lenguaje y la falta de cooperación en investigación, ocasionan que se dificulte la difusión tecnológica y se obstruyan los efectos positivos de la integración en el crecimiento. diferencias en estructuras económicas que hacen que unas regiones sean “débiles” y otras “poderosas”. Esta asimetría exige un análisis más sistemático del poder, tema poco estudiado en la economía.18 La estructura económica actúa como una “mano invisible” que asigna recursos en una escala mundial según las características socioeconómicas, históricas, demográficas y tecnológicas de los países. De ese marco de asimetría que rige la integración económica surge la interrogante sobre las opciones para los países en desarrollo en sus esfuerzos por una mejor “inserción” en la economía mundial. Estudios sobre la integración entre países desiguales señalan que el factor determinante para que la integración no aumente las disparidades iniciales es que la cuantía de capital humano del país menos desarrollado sea suficiente para sustentar esfuerzos de desarrollo e investigación.19 La existencia del capital humano apropiado y la plena difusión de las innovaciones del país más desarrollado hacia el de menor desarrollo, conducen a que ambas naciones crezcan a tasas más altas que en ausencia de la integración. Sin embargo, si el país de menor desarrollo no tiene el capital humano que le garantice capacidad de innovación, esta fuerza de trabajo sin destrezas emigraría hacia el de mayor desarrollo, lo que permitiría a éste último destinar más capital humano a investigación y desarrollo, aumentando así su tasa de crecimiento. De allí la necesidad de apoyar decididamente la generación del capital humano y procurar la movilidad de innovaciones en el marco de la integración.20 GRÁFICA 5. Difusión acumulada de la entrada de recursos a México y Centroamérica (Miles de millones de dólares) 70 60 50 40 30 20 10 0 1 3 5 7 9 11 13 15 17 19 Tra ns ic ión R es to de l m u nd o C an ad á 224 Publicación del Banco Centroamericano de Integración Económica E s tad os U nidos C en tro am é ric a M é xico Reducción de la deuda externa y crecimiento en Centroamérica La Integración de Centroamérica: promesa y reto vigente Introducción 1 La evidencia empírica de que una baja de 1% en la razón deuda/ exportaciones conduce a un aumento del precio de la deuda en el mercado secundario de 0.65% se presenta en Daniel Cohén, “How to COPE with a Debt Overhang: Cut Flows Rather than Stocks”, en Ishrat Husain e Ishac Daiwan (eds.), Dealing with the Debt Crisis, Banco Mundial, Washington, 1989, pp. 229-238. 2 Eduardo Fernández-Arias, Costs and Benefits of’ Debtana Debt Service Reduction, Working Paper núm. 1169, Banco Mundial, Washington, 1993. 3 En un estudio sobre el endeudamiento externo de las naciones de ingresos bajos y medios se señala: “Aunque ambos grupos de países han experimentado tasas de crecimiento económico comparables e incrementos similares en el volumen y el valor de las exportaciones, las relaciones deuda/exportación y deuda/ PIB de las economías de bajos ingresos han continuado aumentando, mientras que las de los de ingresos medios han declinado”. Preenyslav Gajderzka, “Assessing a Country Debt ‘s Burden”, Finance and Development, Banco Mundial, Washington, marzo de 1992. La deuda de largo plazo de América Latina y el Caribe creció 5.8% en 1993 y 5.5% en 1994, año en que ascendió a 437,000 millones de dólares. Esto contrasta con el rápido aumento experimentado en la primera mitad de la década de los ochenta, cuando dicha deuda se incrementó de 187 200 millones de dólares en 1980 a 380 800 millones en 1986. Asimismo, en los últimos años los índices de endeudamiento externo de muchos países de la región tendieron a la baja como resultado de los esfuerzos de estabilización y ajuste, así como de las positivas operaciones de reducción de deuda que algunos países emprendieron con la banca privada internacional. La disminución de los indicadores de la deuda externa ha sido notoria en las naciones de mayor desarrollo relativo del área. Esto ha fortalecido la percepción de la solvencia de esas economías y permitido la recuperación de los precios de sus deudas en el mercado secundario, lo que a su vez se ha interpretado en el mercado de capitales como una reducción del riesgo en dichos países.1 En consecuencia, las calificaciones que les otorgan las agencias internacionales han mejorado.2 En los países de menor desarrollo relativo los indicadores de endeudamiento externo han evolucionado menos favorablemente; las razones se explican en la siguiente sección de este trabajo.3 Después se cuantifica el efecto macroeconómico de la reducción de la deuda, se enuncian diversas medidas para aliviar la carga que aquélla implica y se concluye con un apartado de consideraciones finales. Causas del elevado endeudamiento externo 4 Véanse al respecto las reseñas de Beatriz Almendariz de Aghion, “Analytical Issues on LDC Debt. A Survey”, The World Economy, vol. 16, Cambridge, Reino Unido, julio de 1993, pp. 467-483, y Jonathan Eaton, “Sovereign Debt. A Primer”, The World Bank Economic Review, vol. 7, Washington, mayo de 1993, pp. 137-172. 5 Evidencia reciente sobre la relación inversa entre ahorro y una alta proporción de la población menor de 15 años se encuentra en Sebastián Edwards, Why Are Savings Rates so Different Across Countries? An International Comparative Analysis, Working Paper, num.5097, National Bureau of Economic Research, Cambridge, abril de 1995. La razón deuda / exportaciones se ha utilizado tradicionalmente para analizar la dinámica del endeudamiento externo de un país.4 Los estudios señalan que cuando la tasa de crecimiento de las exportaciones es mayor que la de interés, el déficit en cuenta corriente es consistente con una ra zón deuda / exportaciones estables. En otras palabras, al comparar ambas tasas puede determinarse si es posible mantener un déficit en cuenta corriente sin resultados desfavorables. Durante los años ochenta las ventas externas de la mayoría de los países de menor desarrollo relativo de la región carecieron de dinamismo (véase el cuadro 1), en contraste con las de mayor desarrollo relativo, que se incrementaron. Cabe destacar que la tasa de interés de contratación de nueva deuda externa tampoco ha sido favorable para las naciones menos desarrolladas (véase el cuadro 2). Otro aspecto que debe considerarse en la persistencia de los elevados montos de endeudamiento externo es la relación inversa que existe entre el porcentaje de la población menor de 14 años y el ingreso per cápita, de manera que a menor ingreso per cápita corresponde una mayor tasa de dependencia demográfica (véase la gráfica 1). Ello es importante ya que si ésta es elevada se dificulta la formación de ahorro interno y al faltar éste, el externo adquiere mayor relevancia.5 226 Publicación del Banco Centroamericano de Integración Económica Reducción de la deuda externa y crecimiento en Centroamérica CUADRO 1 América Latina: Crecimiento anual promedio de las exportaciones, 1980-1991 (Porcentajes) Argentina Bolivia Brasil Chile Colombia Costa Rica Ecuador El Salvador Guatemala Haití Honduras Jamaica México Nicaragua Panamá Paraguay Perú República Dominicana Trinidad y Tobago Uruguay Venezuela 2.1 4.5 4.3 5.2 12.0 4.6 4.8 -2.7 -0.7 -4.5 -0.7 0.8 3.5 -4.2 0.0 12.2 1.1 -1.5 -2.6 3.1 0.1 Fuente: Banco Mundial, World Development Report, 1993, Washington, 1994 CUADRO 2 Tasa promedio en la contratación de los nuevos préstamos de acreedores bilaterales oficiales (Porcentajes) 1989 Bolivia Guyana Haití Honduras Nicaragua Ecuador El Salvador República Dominicana Guatemala Paraguay 1990 4.0 3.9 1.4 7.0 4.7 6.5 5.3 5.2 7.7 4.0 4.1 1.3 1.4 5.9 5.2 6.5 3.2 5.8 4.8 3.5 1991 4.8 1.5 1.3 3.7 3.1 6.9 7.1 4.4 3.7 0.0 1992 3.1 1.7 4.1 5.0 6.7 7.2 7.6 5.6 7.3 1993 1.5 1.5 2.4 5.4 5.4 6.1 4.1 7.5 5.1 Fuentes: Banco Mundial,World Debt Tables 1994-1995, Washington,1995. 6 Banco Mundial, World Development Report, 1993, Washington, 1994. En orto estudio se encontró que los principales derminantes del ingreso del capital extranjero en América Latina y el Caribe son la calificación crediticia del país y el valor de la deuda en el mercado secundario del país de que se trate, variables que muestran una relación inversa con el PIB per cápita. Punan Chuhan, Stijan Claessens y Nlandu Mamingi, Equity and Bond Flows to Asia and Latina America, Working Paper núm. 1160, Banco Mundial, Washington, marzo de 1993. Además por sus bajos niveles de desarrollo económico y el reducido tamaño de sus mercados, estos países no atraen montos significativos de inversión extranjera. De hecho, en una muestra de 58 países en vías de desarrollo, el Banco Mundial estimó una relación directamente proporcional entre el PIB per cápita y la participación de la inversión extranjera directa en los flujos totales del capital externo. Según este estudio, un aumento de 10% del ingreso per capita se asocia a un incremento de 3.9% en la razón inversión extranjera directa / deuda externa total.6 Publicación del Banco Centroamericano de Integración Económica 227 La Integración de Centroamérica: promesa y reto vigente GRÁFICA 1. América Latina y el Caribe: Producto Nacional Bruto / habitante frente a población de 0 a 14 años (Porcentajes ) P N B / h ab itan te s (m iles d e d óla re s ) 4.0 Trinida d y To ba g o 3.5 3.0 B ra sil U ru gu ay Ve ne zue la 2.5 M éx ic o A rg en tina C o sta R ic a 2.0 C h ile P a na m á 1.5 C o lo m b ia P e rú 1.0 P u erto R ic o R e pú blic a D o m in ic an a 0.5 E l S a lvad or E c ua d or G ua te m ala H o nd ura s B o livia N ic a rag ua H a ití 0 2 5.8 3 0.5 3 4.9 3 3.9 3 6.1 3 5.4 3 8.0 3 7.3 3 9.5 3 8.3 4 1.1 4 0.0 4 3.7 4 5.2 4 5.9 4 4.8 4 2.5 P o rc en ta je d e p o b lac ión d e 0 a 1 4 añ o s Una relación similar existe en los países latinoamericanos. La gráfica 2, con base en datos de 1991-1992, refleja una relación proporcional directa entre la entrada de inversión extranjera como porcentaje de los flujos de recursos externos (IED / FNR) y el ingreso per cápita (YPC).7 Conforme a lo expuesto, el entorno internacional y las restricciones estructurales no favorecen la mejoría de la deuda externa de las naciones de menor desarrollo relativo. De allí que, además de sus esfuerzos internos, esos países precisen de apoyo para reducir sus niveles de endeudamiento y retomar el proceso de crecimiento económico. GRÁFICA 2. América Latina y el Caribe: Inversión extranjera directa como porcentaje del flujo neto de recursos externos y del PIB per cápita, 1991-1992 In v ers ió n ex tra njera directa / flu jo n eto d e recu rso s Trinida d y To ba go 130 Ec ua d or 120 R e pú blica D o m in ican a 100 7 Sin incluir los casos de Guatemala, Ecuador y la República Dominicana, que presentan un comportamiento peculiar, se calculó una ecuación específica para la región que muestra una asociación estrecha entre estas variables: 90 DW= 2.20 C o sta R ica M éxico 60 Be lice 50 30 20 10 Los datos para estimar esta ecuación y la gráfica 2 proceden de Banco Mundial, World Debt Tables 19931994, Washington, 1994. Arg en tina G u ate m ala 70 40 Log (IED / FNR) = -6.6458 + 1.3326 Log (YPC) (4.32) (6.41) R2 = 0.76 M éxico 80 Ve n ez ue la C h ile Jam a ica Pa na m á H o nd ura s El Sa lv ad or N ica rag u a Bra s il Bo livia G u ya na H aití U ru gu ay Pe rú 0 2 32 .5 5 55 .0 7 59 .0 9 20 .5 1 28 7.5 1 46 4.5 2 09 0.5 2 311.5 2 74 8.0 3 78 6.0 4 22 2.5 5 19 .0 6 74 .5 8 82 .0 1 08 9.5 1 32 4.0 1 71 9.5 2 19 2.0 2 311.5 2 94 1.0 4 19 6.5 P IB pe r c áp ita en d ólares d e 1988 228 Publicación del Banco Centroamericano de Integración Económica Reducción de la deuda externa y crecimiento en Centroamérica Efectos de los altos niveles de endeudamiento externo 8 Eduardo Borensztein, “Debt Overhang, Credit Rationing and Investmet”, Journal of Development Economics, vol. 32, Amsterdam, abril de 1990, pp. 315-335. 9 Joshua Greene y Délano Villanueva, “Private Investment in Developing Countries”, IMF Staff Papers, vol. 38, Washington, marzo de 1991, pp. 35-58. 10 Luis Serven y Andrés Solimano, “Economic Adjustment and Investment Performance in Developing Countries: The Experience of the 1980’s”, en Luis Serven y Andrés Solimano (eds.), Striving for Growth After Adjustment, Banco Mundial, Washington, 1993, pp. 147-180. 11 Daniel Cohen, “The Debt Crisis: A Postmortem”, en Olivier I, Blanchard y Stanly Fisher, (eds.), Macroeconomics Annual, 1992, The MIT Press, Cambridge, 1993, pp. 65-114. 12 La fuente de los datos es Banco Mundial, World Development Report 1993, Washington, 1994. 13 Esto lo ha señalado el Banco Mundial en relación con los países de menor desarrollo y de alto endeudamiento. “El problema del sobreendeudamiento, en gran parte público, ha persistido por más de una década. Para algunos, el progreso depende de la adopción de sólidas políticas macroeconómicas de estabilización y reformas estructurales. Para otros, los beneficios de las reformas se merman por el sobreendeudamiento.” Banco Mundial, World Debt Tables, 1993- 1994, Washington, 1994, p. 72. 14 De hecho, el FMI ha señalado: “Cuando un país deudor encara una severa crisis de liquidez, los nuevos prestamistas se resisten a dar dinero fresco. En este caso, los acuerdos de reestructuración y refinanciamiento -que podrían requerir un enfoque concertado, pues hay países que aprovechan los beneficios sin dar algo a cambiopodrían dar el respiro para emprender ajustes y preparar el terreno de nuevos préstamos. En los casos en que hay problemas importantes de solvencia se podría incluir una reducción de deuda y su servicio en los acuerdos si el país ha de disminuir el riesgo de transferencia. Cuando la carga excesiva de la deuda genera dudas de que los nuevos flujos puedan protegerse de efectos contagiosos, a menudo también se requiere una mayor reorganización de la deuda vieja, incluida la reducción del débito y su servicio”. FMI, International Capital Markets. Development and Prospect, Washington, 1991, p. 72. El alto servicio de la deuda se traduce en un “impuesto” que reduce la inversión y dificulta el crecimiento.8 Así, en un estudio basado en una muestra de 23 países en vías de desarrollo se cuantifica cómo el aumento de 1% en el servicio de la deuda disminuye 5.9% la razón inversión privada / PIB .9 Otro estudio basado en una muestra de 15 países en vías de desarrollo estimó que el aumento de 1% de la razón deuda / PIB reduce 6.5% la de inversión privada / PIB.10 Conforme a los cálculos de otro autor para una selección de 20 países en desarrollo, en el período 1983-1988 la pérdida de crecimiento económico a causa de su elevado endeudamiento externo fue en promedio de 0.9% anual.11 En el caso de los países de la región, se estimó una ecuación que expresa, empleando datos de 1991, la tasa de ahorro interno (S / Y) a partir del ingreso per cápita (YPCC), la razón exportaciones a PIB (X/ Y), y las razones deuda externa a PIB (D/Y) y a exportaciones (D/X). Los resultados muestran que los índices de endeudamiento externo influyen negativamente en el ahorro: 12 S / Y = 0.0047 (YPC) + 0.4328 (X / Y) - 0.0256 (D / Y) R2 = 0.57 (3.21) (3.54) (2.86) DW = 1.79 S / Y = 0.0053 (YPC) + 0.3746 (X / Y) - 0.059 (D /X) (3.42) (3.01) (2.30) R2 = 0.51 DW = 1.68 La ecuación anterior indica que si la relación deuda / PIB aumentara 10 puntos porcentuales, la tasa de ahorro interno disminuiría 2.56 puntos. Por otra parte, la razón deuda / exportaciones también tiene un efecto negativo en el ahorro. Por tanto, los esfuerzos para recuperar el crecimiento económico y aprovechar las reformas de política de los últimos años, pueden verse obstaculizados por la persistencia de los excesivos niveles de la deuda externa.13 Por ello, para algunos países es imprescindible reducirla, tanto para consolidar la etapa de ajuste y reforma como para impulsar el crecimiento sustentable.14 Asimismo, hay que mencionar los efectos macroeconómicos de la reducción de la deuda. Se ha señalado que en México el Plan Brady tuvo un efecto positivo en la inversión privada y los mercados financieros nacionales.15 Además, las deudas de los países que realizaron operaciones al amparo del Plan Brady mostraron un significativo aumento de precios en el mercado secundario, pues de cotizarse, en promedio, a 40 centavos por dólar en enero de 1991, en mayo de 1993 pasaron a 65 centavos. En los países de ingreso medio, que no emprendieron operaciones de esta naturaleza, el valor de sus deudas declinó en el mismo período de 28 a 11 centavos.16 15 Sweder van Wijabergen, “Debt Relief and Economic Growth in México”, The World Bank Economic Review, vol. 5, Washington, septiembre de 1991, pp. 437-457; Stijn Calessens, Daniel Oaks y Sweder van Wijnbergen, “Interest Rates, Growth and External Debt”, Working Paper, núm. 1147, Banco Mundial, Washington, abril de 1993, y Stijn Claessens y Sweder van Winjbergen, “Secondary Market Prices and Mexico’s Brady Deal”, Quarterly Journal of Economics, vol. 208, Cambridge, noviembre de 1991, pp. 465-982. 16 BancoMundial, World Debt Tables 1993-1994, Washington, 1993. Publicación del Banco Centroamericano de Integración Económica 229 La Integración de Centroamérica: promesa y reto vigente CUADRO 3. El Salvador: Efecto multiplicador de la reducción de su deuda en 500 millones de dólares (Millones de dólares) ∆Y= ∆YPI ∆YGUATEMALA ∆YEL SALVADOR ∆YHONDURAS ∆YPIR ∆YCOSTA RICA = 90.75 5.70 53.10 0.30 0.55 0.95 Efecto macroeconómico de la reducción de la deuda externa A fin de apreciar las implicaciones y repercusiones macroeconómicas de la reducción de la deuda externa, se formuló un modelo de interdependencia económica para los cinco países de Centroamérica y un sexto país hipotético constituido por la agregación de los principales países desarrollados acreedores (los del Grupo de los Siete, denotados por PI). Así, el efecto macroeconómico de la reducción de la deuda se aprecia en el modelo que se presenta en el anexo. En el caso de El Salvador, cuya deuda bilateral en 1992 fue de 987 millones, con una tasa de interés (r) promedio de 6% y una razón de inversión a importaciones (z) igual a 0.52, el efecto en el vector de ingresos (Y) de la reducción de la deuda bilateral en 500 millones (∆D), se calcula con la expresión (15") del anexo: ∆Y = (∂Y / ∂D))dD = ∆Y = (T)-i (-zi ri) (∆D) en donde T es la matriz de multiplicadores. La aplicación de la ecuación anterior arroja cambios (en millones de dólares a precios de 1991) en los ingresos nacionales que se presentan en el cuadro 3. Se aprecia que el PIB de El Salvador crecería 53.1 millones de dólares, el de Guatemala 5.70 millones y el de los países industrializados acreedores 90.75 millones. En términos porcentuales, el aumento del PIB de El Salvador representa un incremento de 0.8 puntos, cifra que no incorpora el efecto benéfico que la reducción de la deuda tendría en la inversión privada al reducir la incertidumbre, mejorar el acceso a las fuentes de financiamiento externo y elevar la capacidad de importar bienes de capital. En el caso de El Salvador, el efecto macroeconómico de la reducción de la tasa de interés, por ejemplo 4%, puede calcularse con la expresión (15'): (∂Y / ∂r)∆r = ∆Y(T)-1 (-zi D) (∆r) Los resultados de estimar esta expresión se presentan en el cuadro 4. 230 Publicación del Banco Centroamericano de Integración Económica Reducción de la deuda externa y crecimiento en Centroamérica CUADRO 4. El Salvador: Efecto multiplicador de la reducción de las tasas de interés sobre deuda (Millones de dólares) ∆YPI ∆YGUATEMALA ∆YEL SALVADOR ∆YHONDURAS ∆YNICARAGUA ∆YCOSTA RICA ∆Y = 119.20 7.56 69.76 0.39 0.68 1.24 = Se nota que una reducción de 4% en la tasa de interés conduciría a un crecimiento económico de 1 % aproximadamente. En las gráficas 3 y 4 se muestran los aumentos en el PIB de los países industrializados (PI) y de El Salvador en función de posibles reducciones de la deuda bilateral de la tasa de interés de este último. Así mismo, se ha computado que, conforme al modelo de referencia, si la deuda de los países centroamericanos disminuyera simultáneamente 800 millones de dólares, el PIB de los industrializados aumentaría 284 millones y el de la sub-región 169 millones. GRÁFICA 3. Aumento del PIB de El Salvador y los países desarrollados acreedores como resultado de la reducción de la deuda salvadoreña (Millones de dólares) A u m en to de l P IB 160 140 120 P a íses d esarrollad o s a cree do re s 100 80 60 40 E l S a lvad or 20 0 100 200 300 400 500 600 700 800 R e du cció n de d eu da 17 Comisión Brandt, North-South. A Programme for Survival, Pan Books, Londres,1980. El efecto multiplicador que los países industrializados recibirían es consecuente con la literatura económica, la cual señala que las naciones en desarrollo constituyen una auténtica “locomotora” para los primeros. En efecto, la Comisión Brandt señaló que durante 19731975 las economías desarrolladas atenuaron el efecto del incremento del precio del petróleo gracias a la demanda proveniente de los países en desarrollo que continuaron estimulando sus economías, pese a la crisis económica internacional.17 Publicación del Banco Centroamericano de Integración Económica 231 La Integración de Centroamérica: promesa y reto vigente 18 Sanjay Dhar apunta: “En la actualidad es bien sabido que por los problemas del servicio de la deuda los países de América Latina se han visto forzados a emprender una severa reducción de sus importaciones de mercancías. Quizás no se ha apreciado cabalmente el alcance de las repercusiones de la crisis de la deuda de América Latina en la economía de Estados Unidos. En 1983 las exportaciones estadounidenses a la región cayeron 40% frente a 1981. Casi todas las exportaciones han sido afectadas de manera adversa; la disminución de las ventas de las industrias manufactureras tradicionales ha sido particularmente drástica. La pérdida de cerca de 250 000 empleos en 1982 puede atribuirse a la declinación de las exportaciones a América Latina. Esta pérdida de empleos constituye la mayor parte de los atribuidos a problemas de deuda en todo el mundo y se concentró en algunas de las industrias más deprimidas. Los ingresos por servicio de la inversión extranjera y el turismo también han caído notablemente”. Sanjay Dahr, “U.S. Trade with Latin America: Consequences of Financing Constraints”, Quarterly Review, Federal Reserve, Bank of New York, otoño de 1993. 19 Kasman señala: “En el mundo en desarrollo en su conjunto, tanto en Asia como en América Latina, las ganancias de divisas derivadas del incremento de las exportaciones y el descenso de los pagos por servicio de la deuda como proporción del PIB apenas equivalieron al aumento de las importaciones provenientes del mundo industrializado de 1987 a 1991. GRÁFICA 4 Aumento del PIB de El Salvador y los países desarrollados acreedores como resultado de la reducción de la tasa de interés de la deuda salvadoreña (Millones de dólares) A u m en to de l P IB 160 140 P a íses d esa rrolla do s acre ed ore s 120 100 80 60 40 E l S a lvad or 20 0 2 3 4 5 R e du cción de la tasa de inte ré s (% ) Asimismo, se ha señalado que los problemas de deuda externa de los países latinoamericanos provocaron la considerable reducción del empleo en Estados Unidos 18 y que el dinamismo del sector exportador de este país a finales de la década pasada se debió a la recuperación económica de los países en desarrollo.19 Cabe señalar que conforme a algunos modelos econométricos de interdependencia económica mundial, la disminución de la ayuda externa a los países en desarrollo provocaría una reducción del crecimiento económico y el deterioro de la cuenta comercial de los países de la OCDE.20 De allí que una solución definitiva al problema de la deuda es de especial interés para los países desarrollados acreedores, los que podrían obtener beneficios de crecimiento económico más apreciables que los derivados del valor esperado del futuro servicio de la deuda. Posibles medidas para aliviar la carga de la deuda externa En América Latina y en cualquier parte del mundo en desarrollo, las ganancias por exportación y la reducción de los pagos por el servicio de la deuda contribuyeron en igual medida al alza de las participación en las importaciones”. Bruce Kasman, “Recent U.S. Performance in the Developing World”, Quarterly Review, vol. 17, Federal Reserve Bank of New York, invierno de 1992, pp. 64-74. 20 Ralph Bryant et al., Macroeconomic Policies in an interdependent World, The Brookings Institution, Washington, 1989. Cabe señalar que así como hoy en día los países en vías de desarrollo ejercen un efecto positivo en el crecimiento de los países industrializados, este papel también se presentó en el pasado. En el caso de la Nueva España (México y Ante los problemas de deuda externa, las instituciones financieras multilaterales han estructurado programas para reducir la que se tiene con la banca privada internacional. Ejemplo de ello son las operaciones que el Banco Mundial y el BID han efectuado con la banca privada internacional con base en el Plan Brady. También se ha brindado apoyo específico a los países de menor desarrollo relativo; el Banco Mundial creó la Debt Reduction Facility y en 1989 el Banco Centroamericano de Integración Económica estableció el Fondo Regional de Conversión de Deuda, mecanismo facilitador de operaciones de conversión de deuda para proyectos ambientales.21 Otro posible campo de apoyo podría ser la reducción de las deudas oficiales bilaterales en el marco de las renegociaciones con el Club de París, el cual ha manifestado su disposición para efectuar conversiones de deuda en proyectos sociales y ambientales. Esta facilidad se ha otorgado a la República Dominicana, Ecuador, El Salvador, Honduras, Bolivia, Jamaica, Nicaragua, Paraguay y Perú, entre otros. 232 Publicación del Banco Centroamericano de Integración Económica Reducción de la deuda externa y crecimiento en Centroamérica Centroamérica y parte del oeste de Estados Unidos) la contribución en términos de alivio de la deuda para la metrópoli ibérica fue significativa, como apuntan Carlos Marichal y Matilde Souto Mantecón: “Desde 1793 la importancia relativa de la plata americana con respecto al ingreso total de la metrópoli aparentemente se redujo. Pero la historia tiene vuelcos interesantes. En tanto que los ingresos ordinarios se tornaron menos importantes, los ingresos extraordinarios (esto es, el ingreso por deuda) se dispararon. Tanto la deuda externa como la interna de la corona española se convirtió en la fuente principal para cubrir los crecientes gastos militares y los déficit. Y una vez más, la plata de la Nueva España fue la pieza principal de gran parte de la nueva política financiera. Todos los contratos de préstamos extranjeros suscritos por el gobierno español en Amsterdam, por ejemplo, especificaban el pago en plata mexicana. Así, en cuanto corría la noticia de la llegada de barcos a Cádiz desde Veracruz, los banqueros holandeses exigían sus envíos del metal precioso para cubrir el servicio de la deuda. La plata mexicana fue igualmente importante para la deuda interna española. Como muchos autores han señalado, el instrumento fundamental de esta deuda fue la emisión de vales reales (desde 1781). Las reservas de plata americana fueron el factor determinante de las fluctuaciones del valor de mercado de esos vales. Las noticias del arribo de importantes envíos de plata a Cádiz estimulaban una recuperación de vales, los cuales se convirtieron en el instrumento favorito en los últimos años del reino de Carlos III y durante el de Carlos IV”. Carlos Marichal y Matiled Souto Mantecón, “Silver and Situados: New Spain and the Financing of the Spanish Empire in The Caribbean in the Eighteenth Century”, Hispanic American Historial Review, vol. 74, núm. 4, noviembre de 1994, pp. 587-613. 21 Luis René Cáceres y Rigoberto Ordóñez, “Fondo para conversión de deuda”, Cambio Empresarial, vol. 5, Tegucigalpa, octubre de 1989, pp. 512, y Luis Rene Cáceres, “Elementos para una estrategia Centroamericana de renegociación de la deuda externa y captación de recursos”, Estudios Centroamericanos, vol. 48, San Salvador, agosto de 1993, pp. 21-39. 22 El Banco Mundial ha señalado que para todos los países de menor desarrollo relativo altamente endeudados, excluyendo a Egipto, la capitalización de intereses en el Club de París es mayor que el “perdón” de deuda otorgado a estos países en esas negociaciones. Banco Mundial, Towards Resolving the Debt Problems of Severely Indebted Low Income Countries, Washington, mayo de 1994. En efecto, a los países de ingreso medio-bajo les aplica los términos de Houston, que consideran un plazo de 20 años con 10 de gracia a los préstamos concesionales, y 15 años de plazo y 8 de gracia a los créditos para exportación y otros no concesionales. Además, establece la facilidad de efectuar operaciones de conversión de deuda. A los países de bajos ingresos se les conceden los Términos de Toronto Ampliados, que permiten al país deudor efectuar operaciones de conversión de deuda, reducir el servicio de ésta y, asimismo, la posibilidad de considerar la problemática de la cuantía de los débitos si el país deudor cumple los acuerdos establecidos con el Club de París y el programa del FMI. En 1994 el Club de París anunció nuevas condiciones - los Términos de Nápoles -, conforme a las cuales se otorgaría a los países con ingresos per cápita menores de 500 dólares, o con relación de deuda a exportaciones de por lo menos 350%, una reducción del servicio de la deuda elegible de 67%, siempre que hubieran mantenido una trayectoria aceptable en el cumplimiento de los programas del FMI. Los países acreedores han manifestado su interés en colaborar en la reducción de la deuda bilateral. En 1993 Alemania anunció que cancelaría 3 millones de dólares de deudas bilaterales como parte de un programa de conversión de deuda en proyectos ambientales. Suecia canceló 1.8 millones de dólares de préstamos a Túnez para conversiones en medio ambiente. Además, en 1992 Canadá inició un programa de conversión de 143 millones de dólares de deuda a países latinoamericanos. Estados Unidos, en el marco de la Iniciativa para las Américas, en el período 1991-1993 redujo deudas por 874.5 millones de dólares de un total de 1623.3 millones. Así mismo, inversionistas mexicanos compraron una empresa hondureña privatizada y pagaron con deuda contraída por Honduras con el gobierno mexicano. En Nicaragua y Costa Rica también han efectuado operaciones similares. Sin embargo, en la mayoría de los casos, los arreglos con el club de París sólo han representado un respiro al pago de la mora y a los vencimientos en período de consolidación, de manera que no han ocurrido reducciones significativas de la deuda y, por el contrario, en algunos casos el débito ha aumentado. En efecto, las obligaciones de los países de menor ingreso aumentaron de 137 000 millones de dólares en 1986 a 179 000 millones en 1992. En 1991 el “perdón” de deuda otorgado por los acreedores bilaterales fue de 22,000 millones, pero éste quedó casi totalmente contrarrestado por los intereses moratorios y los intereses capitalizados por 19,000 millones de dólares.22 Publicación del Banco Centroamericano de Integración Económica 233 La Integración de Centroamérica: promesa y reto vigente Consciente de la necesidad de reducir la deuda bilateral de algunos países, el Club de París ha manifestado estar dispuesto a realizar operaciones de conversión de deuda. El hecho es que, si bien las naciones deudoras han recibido la anuencia de ese Club para realizar operaciones de conversión de deuda bilateral, no han podido aprovecharlas debido a su débil capacidad de ejecución.23 Ante esta situación, los organismos internacionales podrían asumir el papel de facilitadores para que las reducciones de deuda otorgadas por los acreedores puedan materializarse. Esto, por supuesto, estaría sujeto a la anuencia del país deudor en cuestión y de los acreedores. El apoyo en este campo sería de particular importancia dado que la deuda bilateral oficial representa un porcentaje relativamente elevado de la deuda total de los países de menor desarrollo relativo, los cuales no cuentan con los mecanismos adecuados para instrumentar el proceso de conversión en su totalidad (véase el cuadro 5). CUADRO 5. Deuda bilateral oficial como porcentaje de la deuda total de largo plazo (1993) Nicaragua Honduras Ecuador Bolivia Guyana República Dominicana Paraguay El Salvador Haití Guatemala 65.1 35.7 21.5 42.3 63.9 51.5 34.3 34.5 9.6 45.4 Fuente: Banco Mundial, World Debt Tables, 1994 - 1995, Washington, 1995. En seguida se presentan las posibles formas de colaboración de los organismos internacionales: 23 “El principal reto en la instrumentación exitosa de los acuerdos de conversión de deuda a menudo radica en vencer la debilidad institucional [...] Un comportamiento institucional débil de la parte destinataria es en ocasiones una restricción importante para realizar tales conversiones [...] Esto a menudo impide al deudor estar en posición de presentar un proyecto adecuado para el acreedor; pero incluso si ello se lograra, éste tiene poca confianza de que el deudor podrá cumplir con las obligaciones relacionadas con el proyecto”. Mohua Mukherjee, “How Can Debt Swaps Be Used for Development”, Working Paper, núm. 895, Banco Mundial, Washington, abril de 1992. Uso del servicio de la deuda en moneda nacional como recursos de contraparte en el financiamiento de proyectos Con la anuencia del Club de París, el país deudor efectuaría sus pagos de deuda en moneda nacional; el acreedor los depositaría en un organismo internacional, el cual los utilizaría para proyectos sociales o ambientales como contraparte del país deudor en los proyectos financiados por el organismo internacional. Un esquema del mecanismo descrito se presenta en la gráfica 5. 234 Publicación del Banco Centroamericano de Integración Económica Reducción de la deuda externa y crecimiento en Centroamérica GRÁFICA 5. Esquema de mecanismo para la conversión de deuda Acreedor oficial del Club de París Moneda Nacional 2 Cuenta especial en un organismo Internacional 1 3 Moneda Nacional País deudor Proyectos Moneda Nacional Fondo de conversión de deuda En este caso el mecanismo de conversión de deuda consistiría en que, en el marco de las negociaciones del Club de París, los países acreedores podrían constituir en un organismo internacional un fondo de fideicomiso, en donde depositarían sus papeles de deudas oficiales con un descuento. El país o los países deudores efectuarían el servicio de la deuda (ya descontada) en su propia moneda y depositarán esos pagos en el fondo. El organismo internacional utilizaría tales recursos para financiar proyectos sociales y ambientales en el país correspondiente (véase la gráfica 6). GRÁFICA 6. Esquema de mecanismo para la conversión de deuda Acreedores oficiales del Club de París (1) Depositan deuda descontada Servicio de deuda en moneda nacional (2) Fondo de Conversión de Deuda Organismo Internacional País deudor Proyectos Moneda Nacional (3) Publicación del Banco Centroamericano de Integración Económica 235 La Integración de Centroamérica: promesa y reto vigente Mercadeo de Deudas Oficiales por un Organismo Internacional En esta opción los países acreedores depositarían en el organismo internacional sus papeles de deuda oficiales a fin de que éste gestione la creación de un mercado entre inversionistas y fundaciones para dichos papeles, los cuales se ofrecerían en venta con un descuento. El inversionista compraría al organismo internacional el papel de deuda que le interesase, pagaría en efectivo y el organismo le entregaría la deuda correspondiente. El inversionista presentaría ese papel al país deudor, el cual lo honraría con bonos en moneda nacional o con un activo nacional, descontados del valor nominal. La entidad internacional le entregaría al país acreedor los fondos recibidos por la venta de la deuda (véase la gráfica 7). GRÁFICA 7. Mercadeo de deudas oficiales por un Organismo Internacional Acreedores oficiales Entrega de fondos en efectivo (6) Inversionista fundación u organización no gubernamental Entrega de deuda (4) Depósitos de deuda descontada (1) Compra de deuda en efectivo (2) Organismo internacional Entrega de deuda (3) Entrega de moneda nacional o activo (5) País deudor Conclusiones Los países de menor desarrollo relativo continúan al margen de los mercados financieros por su desfavorable situación de endeudamiento externo, lo que inhibe el crecimiento económico. Ello da lugar a un círculo vicioso: los países requieren de recursos externos para crecer, mejorar sus niveles de endeudamiento y reducir el sobreendeudamiento (debt-overhang); este último dificulta la captación de recursos y el crecimiento económico, lo cual contribuye a empeorar la situación de endeudamiento y aleja más las 236 Publicación del Banco Centroamericano de Integración Económica Reducción de la deuda externa y crecimiento en Centroamérica posibilidades para normalizar las relaciones externas. Por ello, resulta conveniente tratar de mejorar el perfil de la deuda de los países menos desarrollados mediante operaciones de conversión de deuda. Esto mejoraría la imagen de estas naciones frente a sus acreedores y les facilitaría la captación de recursos e inversión externa. A la vez, la reducción de deuda contribuiría al crecimiento económico de los países deudores y de los acreedores. De esa manera, estas operaciones son necesarias no sólo para consolidar los procesos de ajuste y reforma en los países deudores sino, además, para impulsar y mantener la economía mundial en una fase de crecimiento sostenido. Anexo Enseguida se presenta un modelo que comprende un sistema de seis economías interdependientes, cada una con un PIB, Y1, definido de la siguiente manera: Yi = Ci + Ii + Eoi - Moi + Σ (Eij - Mij) (3) j donde: Ci = Consumo público y privado Ii = inversión total Eoi = exportaciones hacia fuera del sistema Moi = importaciones provenientes de fuera del sistema Eij = exportaciones del país i al país j = Mji Se supone que el consumo y las importaciones provenientes de fuera del sistema están determinadas por el PIB: Ci = ni Yi (4) Moi = moi Yi (5) Las exportaciones e importaciones entre países del sistema también están determinadas por el PIB: Eij = Xij Yj (6) Mij = Mij Yj (7) Al incluir las ecuaciones (2) a (5) en la identidad (1) se obtiene que: (1-di +Σ xij)Yi - Σxij Yj = Eoi + Ii j (8) j Publicación del Banco Centroamericano de Integración Económica 237 La Integración de Centroamérica: promesa y reto vigente donde: di + ni - moi Los recursos externos, F, requeridos para alcanzar determinada tasa de crecimiento están dados por la expresión: Fi = MTi + ri Di - ETi (7) donde: MT = importaciones totales = Moi +Σmij Yi j D = deuda externa total r = tasa de interés promedio sobre la deuda externa ET = exportaciones totales = Eoi + Σxji Yj j La expresión (7) se puede resolver por las importaciones totales: MTi = Fi - ri Di + Eoi + Σxij Yj (8) j Se supone que parte de los bienes de capital son importados, de manera que existe una relación directa entre inversión e importaciones totales: Ij = zi M Ti (9) Y de sustituir MTi en la ecuación (9) resulta: Ii = ziFi - zi ri Di + zi Eoi + zi ΣxijYj (9') j De esa forma, al incluir (9') en la expresión (6)se obtiene: (1 - di + Σmij)Yi - Σxij Yj = j j Eoi + zi Fi - zi ri Di + zi Eoi + zi ΣxijYj (10) j (1 - di + Σmij)Yi - Σ(1 +zi) xijYj = Eoi (1 + zi) + zi Fi - zi ri Di j (1 - di + Σmij)Yi - Σx’ijYj = Eoi(1 + zi)+ zi(Fi - ri Di) j (11) j (11') j donde: x’ij = (1 + zi) xij para un sistema de seis países, la identidad (11') se puede escribir en forma matricial, como sigue: 238 Publicación del Banco Centroamericano de Integración Económica Reducción de la deuda externa y crecimiento en Centroamérica 1-di + Σmij 0 0 0 0 0 Y1 0 0 0 Y2 ... 0 0 0 0 ... 0 0 0 0 ... 0 Y3 Y4 Y5 Y6 j 0 1-d2+Σm2j j 0 0 0 0 0 0 0 0 1-d6+Σm6j j + 0 -x’12 -x’13 -x’14 -x’21 0 -x’23 ... -x’31 -x’32 0 -x’36 -x’41 -x’42 -x’43 0 -x’45 -x’46 Y4 -x’51 -x’52 -x’53 -x’54 0 -x’56 Y5 -x’61 -x’62 -x’63 -x’64 -x’65 0 Y6 = -x’15 -x’16 Y1 -x’26 Y2 Y3 Eo1(1+z1) +z1(F1-r1D1) Eo2(1+z2)+z2(F2-r2D2) Eo3(1+z3)+z3(F3-r3D3) Eo4(1+z4)+z4(F4-r4D4) Eo5(1+z5)+z5(F5-r5D5) Eo6(1+z6)+z6(F6-r6D6) (12) Si en la expresión anterior la matriz diagonal se denota por A y la matriz de propensiones a exportar se representa por B,(12)se puede escribir así: AY + BY = (A + B)Y = W (13) Donde Y es el vector de ingresos nacionales y W es el vector de variables exógenas: Wi = Eoi (1+zi)+ zi (Fi-ri Di) De la expresión (13) se puede resolver por el vector de ingresos nacionales Y: Y(A + B)-1W = (T)-1W (14) Publicación del Banco Centroamericano de Integración Económica 239 La Integración de Centroamérica: promesa y reto vigente Donde T = A + B es la matriz de multiplicadores. Así, la variación del vector de ingreso resultante de los cambios en las variables exógenas está dada por la expresión: ∆Y = (T)-1[(1+zi)∆ Eoi + zi (∆Fi-ri ∆Di-Di∆ri)] (15) Se puede apreciar que un cambio en la tasa de interés repercutiría en el vector de ingresos; así: ∂Y/∂r(dr) = ∆Y = (Y)-1[-ziDi] ∆ri (15') a la vez que una variación del monto de la deuda afectaría de la siguiente manera: ∂Y/∂D(dD) = ∆Y = (T)-1 [-zi](∆Di) (15'’) Con datos promedio de las cuentas nacionales y de comercio correspondientes a 1991-1992 se caculó la matriz estructural para un sistema de seis países que comprende los cinco centroamericanos y uno representado por la agregación de las principales naciones desarrolladas socias comerciales de Centroamérica, que se notan por P1. 240 Publicación del Banco Centroamericano de Integración Económica Panamá y la integración económica centroamericana Revista de la CEPAL Núm. 57 Dicembre 1995 El autor agradece los valiosos comentarios de Iris Alvarez, Gilberto Chona, Oscar A. Núñez-Sandoval, Javier León, Luis Amado Sánchez y Ernesto Stein. Los puntos de vista expuestos en este trabajo son estrictamente personales. La Integración de Centroamérica: promesa y reto vigente En este artículo se examinan los beneficios que podría encontrar Panamá en una eventual integración con los países del Mercado Común Centroamericano (MCCA). Primero, se examina la estructura productiva de Panamá en términos del fenómeno conocido como el síndrome holandés; esto permite apreciar el efecto desindustrializante que los auges en el sector servicios han tenido sobre la economía. Luego se analizan las ventajas que Panamá podría obtener de una gradual integración con los países del MCCA en lo que hace a exportaciones intraindustriales, fomento de las inversiones, competencia y modernización productiva, y se postula que estos beneficios no estarían presentes, con carácter de reciprocidad, en un esquema de apertura unilateral. Se analiza también de qué manera la integración subregional podría impulsar una modernización productiva que contrarrestara los efectos adversos del síndrome holandés. Y por último, se presentan ecuaciones econométricas basadas en un modelo de gravedad y se cuantifica la mejoría apreciable que Panamá obtendría en su balance comercial con el MCCA si adhiriera plenamente a este esquema de integración. I. Introducción En octubre de 1973 los países del Istmo Centroamericano -Costa Rica, El Salvador, Guatemala, Honduras, Nicaragua y Panamá- firmaron el Protocolo al Tratado General de Integración Económica Centroamericana, con el cual se actualizó el proceso de integración de manera coherente con las nuevas orientaciones de las políticas económicas nacionales e internacionales. Este Protocolo fue suscrito para ampliar el campo de acción sectorial e institucional de la integración y reflejar la voluntad política de los gobiernos centroamericanos de fortalecerla. La firma por Panamá de dicho Protocolo se podría interpretar como un paso hacia su adhesión al programa de integración centroamericana. Desde hace varias décadas, Panamá y el Mercado Común Centroamericano (MCCA) -integrado por los otros cinco países del Istmo- han cultivado su acercamiento. Ejemplos de ello son la participación de Panamá en organismos como el Instituto Centroamericano dé Administración Pública y el Instituto de Nutrición para Centroamérica y Panamá; su adhesión al Parlamento Centroamericano en agosto de 1994; su asistencia a los foros presidenciales y ministeriales de la subregión a partir de 1990, y 242 Publicación del Banco Centroamericano de Integración Económica Panamá y la integración económica centroamericana el aumento de su comercio con los países del MCCA. Todo esto, sin embargo, no se ha materializado en su incorporación definitiva al programa centroamericano de integración.1 Con el propósito de conocer los beneficios que podría obtener Panamá de su integración con el MCCA, se analizan aquí algunas características distintivas de la economía panameña, se examinan las áreas en las cuales la integración podría tener repercusiones positivas y se cuantifica el efecto que tendría un régimen de libre comercio con el MCCA en el sector extrerno panameño. II. La economía panameña La estructura económica de Panamá muestra una alta participación del sector servicios en su producto interno bruto (aproximadamente 80% a principios de los años noventa). Esa tendencia se ha venido acentuando en los últimos años, particularmente en el transporte, el almacenamiento y las comunicaciones, en tanto que se ha contraído la participación de la agricultura y la industria (cuadro 1 y gráfico 1), La inversión también ha disminuido su participación en el PIB. La inversión pública ha bajado sostenidamente desde 1976, hasta llegar a una cuarta parte del valor de ese año en 1992. La inversión privada también descendió entre 1974 y 1991 y el repunte alcanzado en 1992 sólo la llevó a una cifra inferior a los valores acusados a principios de los años setenta. La participación en el PIB de la inversión privada en construcción, en maquinaria y equipo y en equipo de transporte tendió a disminuir desde principios de los años setenta, mostrando una recuperación en los noventa (gráficos 2,3 y 4). 1 Véase una reseña de los estudios sobre las relaciones de Panamá con el MCCA referidas a la integración económica en Thoumi (1994) Véase también Salazar-Xirinachs (1990); Lachman, Olaso y Vallarino (1991), y Lachman, Chocano, Figge y González (1992). CUADRO 1. Panamá: Estructura del PIB (Porcentajes) Sector 1970 1975 1980 1985 1990 1993 9.55 7.80 6.07 6.11 6.90 5.52 Industria manufacturera 12.53 11.50 10.49 8.96 9.30 9.29 comercio 15.84 14.34 14.77 12.57 11.69 11.87 Transporte, almacenamiento y comunicaciones 6.02 9.08 22.08 25.62 25.30 25.47 Zona Libre de Colón 2.15 2.35 4.79 3.20 5.54 8.61 12.01 13.99 13.08 14.16 14.22 14.87 Agricultura Establ. financieros, seguros y servicios a empresas Fuente: Estadística panameña. Dirección de Estadística y Censo de la Contraloría General de la República de Panamá, varios números. Publicación del Banco Centroamericano de Integración Económica 243 La Integración de Centroamérica: promesa y reto vigente Cabe mencionar que la inversión en maquinaria y equipo ha sido identificada como la que ejerce el mayor impacto sobre el crecimiento económico, genera sustanciales beneficios de externalidades (De Long y Summers, 1991) y tiene una rentabilidad social mayor que su rentabilidad privada, por lo que las políticas que la impulsan a niveles superiores a los valores de laissez-faire conducen a acelerar el crecimiento económico (De Long y Summers, 1992). Asimismo, el precio de la inversión en maquinaria y equipo ejerce un impacto negativo sobre el crecimiento, por lo que su incentivo por “medio de la política tributaria contribuye a incrementar la tasa de crecimiento económico (Jones, 1994). Otros autores han encontrado evidencia empírica de que la inversión en capital fijo, así como los gastos en investigación y desarrollo, tienen efectos tanto o más significativos que los precios relativos en la competitividad de las exportaciones (Magnier y Toujas Bernate, 1994). GRÁFICO 1. Panamá: Participación del sector transporte, almacenamiento y comunicaciones y de la industria manufacturera en el producto interno bruto GRÁFICO 2. Panamá: Participación en el producto interno bruto de la inversión privada en construcción 29 28 27 15 14 13 12 24 23 22 21 20 19 11 10 9 Porcentajes Porcentajes 26 25 18 17 16 15 14 13 12 11 10 9 8 8 7 6 5 4 3 2 1 19 70 19 72 19 74 19 76 19 78 19 80 19 82 19 84 19 86 19 88 19 90 19 92 19 71 19 73 19 75 19 77 19 79 19 81 19 83 19 85 19 87 19 89 19 91 19 93 19 70 19 72 19 74 19 76 19 78 19 80 19 82 19 84 19 86 19 88 19 90 19 92 19 71 19 73 19 75 19 77 19 79 19 81 19 83 19 85 19 87 19 89 19 91 19 93 Años Transporte, alm acenamiento y com unicaciones Industria m anufacturera Años Fuente: Estadística panameña, Dirección de Estadística y Censo de la Contraloría General de la República de Panamá, varios números. GRÁFICO 3. Panamá: Participación en el producto interno bruto de la inversión privada en maquinarla y equipo 5 6.5 4.5 6 GRÁFICO 4. Panamá: Participación en el producto interno bruto de la inversión privada en equipo de transporte 5.5 4 5 Porcentajes Porcentajes 3.5 3 4.5 4 2.5 3.5 2 3 1.5 2.5 2 1 19 70 19 72 19 74 19 76 19 78 19 80 19 82 19 84 19 86 19 88 19 90 19 92 19 71 19 73 19 75 19 77 19 79 19 81 19 83 19 85 19 87 19 89 19 91 19 93 Años 1970 1972 1974 1976 1978 1980 1982 1984 1986 1988 1990 1992 1971 1973 1975 1977 1979 1981 1983 1985 1987 1989 1991 1993 Años Fuente: Estadística panameña, Dirección de Estadística y Censo de la Contraloría General de la República de Panamá, varios números. 244 Publicación del Banco Centroamericano de Integración Económica Panamá y la integración económica centroamericana Por otra parte, la participación de las exportaciones en el PIB mostró una tendencia ascendente entre 1970 y 1980, al pasar de 38 a 44.03%, pero bajó a 35% en 1992. La participación de las importaciones también creció entre 1970 y 1980 (de 41.33 a 47.35%), aun cuando en 1992 se redujo a 36.36%. La estructura económica de Panamá puede explicarse como resultado de un proceso que en la literatura económica se denomina el síndrome holandés.2 Este se refiere al efecto desindustrializante, y en algunos casos adversos a la agricultura, que tiene en la economía interna un auge exportador. En Panamá habría que considerar el papel desempeñado por la Zona del Canal y más recientemente por la Zona Libre de Colón, las cuales han originado importantes incrementos de ingreso. En efecto, en 1988-1990 las mercancías representaron 22.7% de las exportaciones totales de bienes y servicios, mientras que el rubro transporte alcanzó al 34.8% y, dentro de éste, el peaje del Canal equivalió al 19.7%. Por su parte, a la Zona Libre de Colón correspondió el 18.1% de las exportaciones. III. El auge exportador y la economía panameña 2 Véase Gregory, 1976; Conten y Neary, 1982; Corden. 1984; Enders y Herbeg, 1983. Por su parte, Cuddington (1989) reseña la experiencia de varios países en desarrollo. Para apreciar el proceso de desindustrialización de Panamá se presenta aquí un modelo que considera la economía dividida en tres sectores: el sector en auge (A), que puede ser la actividad de la Zona del Canal o de la Zona Libre de Colón; el sector rezagado manufacturero o agrícola (R), y el sector de bienes no transables o de servicios (N). En cada uno de ellos la producción está determinada por los factores capital, recursos naturales y mano de obra. Este último se desplaza, buscando igualar los salarios en los tres sectores mencionados. Se supone que el auge en A eleva los ingresos de quienes representan los factores utilizados en tal sector, lo cual a su vez tiene dos efectos: el efecto gasto y el efecto traslado de recursos (Corden, 1984). Por el lado del efecto gasto, como consecuencia del auge en A se estimula la demanda en el sector de servicios N, con lo cual aumentan los precios, se incentiva la producción de bienes no transables y la mano de obra es atraída desde los sectores A y R; tal desplazamiento de la mano de obra merma la producción del sector R. Esto se aprecia en el gráfico 5, cuyo eje vertical indica el precio relativo del bien no transable en relación con el del bien transable, y cuyo eje horizontal muestra la producción de servicios. La curva de oferta se deriva de la función de trasformación entre N y los dos sectores de bienes transables. La curva de demanda muestra la demanda de servicios a sus distintos precios. El efecto ingreso desplaza la curva de la demanda de D0 a D1, lo cual aumenta el consumo de servicios de Q0 a Q1 y el precio de los servicios de P0 a P1. El alza en el precio de los servicios atrae mano de obra del sector rezagado y reduce la producción de R. Publicación del Banco Centroamericano de Integración Económica 245 La Integración de Centroamérica: promesa y reto vigente GRÁFICO 5. Panamá: Representación del síndrome holandés Precios de los bienes no transables en relación con los precios de los bienes transables S1 S0 P2 -P 1 P0 D1 D0 Fuente: Elaboración propia. Q 0 Q 2 Q 1 Bienes no transables El efecto traslado de recursos se debe al aumento de la demanda de mano de obra en A, por el cual ésta se desplaza desde R y N hacia A. La salida de mano de obra del sector R da pie a una reducción adicional de la producción de este sector, la que se ha denominado desindustrialización directa. A su vez, el movimiento de mano de obra desde el sector servicios hacia A genera un exceso de demanda de servicios, lo que se representa en el gráfico 5 con el movimiento de la curva de oferta de S0 a S1. Este incremento de la demanda ocasiona una nueva alza en el precio de los servicios de P1 a P2, y esto a su vez motiva una salida adicional de mano de obra del sector rezagado hacia el sector servicios. Así, la contracción del sector rezagado se acentúa. La combinación del efecto gasto con el efecto traslado de mano de obra de R a N da lugar a una desindustrialización indirecta, que se suma a la desindustrialización directa causada por el movimiento de mano de obra del sector rezagado al sector en auge. Por otra parte, la rentabilidad en los sectores A y N aumenta a raíz del incremento de la producción, mientras que decrece en R. La menor rentabilidad del sector rezagado desincentiva la inversión en él, la que es atraída hacia N. En el modelo se estima que tanto la producción agropecuaria como la industrial se reducen aun en condiciones de desempleo, si se supone que el movimiento de la fuerza de trabajo afecta la mano de obra especializada. Si se supone que el sector en auge no atrae mano de obra de los otros sectores, el efecto de traslado de recursos no ocurriría. El efecto gasto sí se manifestaría, producto del aumento de los precios de N, con lo cual se revaluaría la tasa de cambio real y se provocaría la consiguiente reducción de R. En este caso, el efecto gasto también podría materializarse mediante el incremento del consumo del sector público a raíz de una posible mayor recaudación fiscal, consecuencia del auge en A. Cabe señalar que la expectativa de continuidad del auge económico podría dar lugar a una tendencia a gastar más allá de los medios de la economía. Esto no sólo acentuaría la contracción de los sectores industrial y agrícola sino que podría crear una situación 246 Publicación del Banco Centroamericano de Integración Económica Panamá y la integración económica centroamericana crónica de baja tasa de ahorro, déficit en cuenta corriente y endeudamiento extrerno. Aunque el modelo del síndrome holandés no analiza las repercusiones sobre la demanda y la oferta de crédito, el incremento en la demanda de bienes del sector N podría elevar la demanda de crédito para financiar la producción de dicho sector. Así, el posible financiamiento al sector R se desplazaría a N y esto acentuaría la contracción del primero. En Panamá, el crédito a los sectores agrícola e industrial representa 4% del total (Loehr, 1991). Además, en vista de la tendencia contractiva, el sector rezagado podría demandar protección, ante lo cual se podría aplicar una serie de medidas para inhibir la competencia. En efecto, en Panamá ha existido un rígido sistema de cuotas, aranceles aduaneros y precios de garantía. Esto ha contribuido a que los precios de varios productos agrícolas estén hasta tres veces por encima del promedio centroamericano (Loehr, 1991). La protección arancelaria a la industria manufacturera, ponderada por la producción, ha sido en promedio de 66.8%; la protección efectiva ha sido mucho más alta, ya que los insumos industrializados han estado exentos de derechos aduaneros. De hecho, Panamá tiene aranceles aduaneros más altos y más dispersos que los países del MCCA (Loehr 1991). Según Thoumi (1994), Panamá ha sido uno de los países más proteccionistas del continente. Por otra parte, la alta protección podría explicar la concentración en la estructura manufacturera, pero a la vez esta última podría llevar a una alta concentración, ya que en varios países se observa que, a mayor concentración industrial, más intensas son las campañas que reclaman protección (Connolly y de Meló, 1994). Cabe señalar que el auge exportador de Panamá no es necesariamente negativo. Por el contrario, sus bondades se han manifestado en los altos ingresos per cápita, el nivel de desarrollo social y las tasas de crecimiento. Sin embargo, ante los avances internacionales hacia la liberalización económica, el mantenerse al margen de una importante fuente de beneficios derivados de la producción industrial podría representar para el país un alto costo de oportunidad. Cabe destacar que la actividad manufacturera se ha reconocido como generadora de cambios tecnológicos que benefician a la economía como un todo, específicamente por la reducción de costos, mejoras de calidad y adquisición de nuevas destrezas. La expansión del sector servicios, en cambio, ha sido objeto de crítica por cuanto no permite el desarrollo cultural, técnico e intelectual que sólo una industria manufacturera vigorosa y sana y la urbanización asociada a ella, pueden brindar (Kaldor, 1981). También se ha señalado que una economía acostumbrada a recibir un flujo de rentas corre el riesgo de ser incapaz de generar sus propios ingresos cuando la fuente de esas rentas desaparece (Ellman, 1981). Por otra parte, estudios recientes han mostrado que la expansión del sector servicios no genera crecimiento económico (Dutt y Lee, 1993). En particular, Harry Johnson (1976) ha manifestado su pesimismo acerca del efecto del sector financiero en la economía de Publicación del Banco Centroamericano de Integración Económica 247 La Integración de Centroamérica: promesa y reto vigente Panamá. De allí la importancia de fortalecer su sector productivo y a la vez subsanar las restricciones impuestas por el síndrome holandés. En otras palabras, sería conveniente dar una nueva orientación a la economía panameña, tanto para contribuir a que supere el proteccionismo y el estancamiento de su sector productivo, como para que aproveche los beneficios de la competencia y la productividad. Panamá no debe quedarse al margen de lo movimientos integracionistas que han surgido en la subregión. Estos, basándose en un regionalismo abierto, buscan fomentar la eficiencia a través de la competencia y la concertación subregional, y son medios efectivos para lograr una mejor inserción en la economía internacional (CEPAL, 1994; Fuentes, 1994). Por tal razón, para que el país aproveche plenamente la ventaja comparativa de su ubicación geográfica, tendrá que adoptar una serie de medidas que doten a su aparato productivo de competitividad y capacidad de innovación. Esta modernización de la economía nacional no sólo se traduciría en un incremento más rápido de la productividad, sino también en la consolidación y ampliación del papel de Panamá como centro internacional. A continuación indagaremos si la integración con el MCCA puede ser un medio efectivo para impulsar la modernización de la economía panameña. IV. ¿Significaría beneficios para Panamá su integración con el MCCA? 3 Forster y Ballance (1991) señalan: “La magnitud de la especialización y del comercio intraindustrial tiende a ser mayor entre países similares en términos de tamaño o niveles de renta. Además, a más alta renta per cápita y mayor tamaño de mercado se incrementa el grado de especialización intraindustrial para la mayor parte de las industrias”. Cáceres (1994), por su parte, analiza las corrientes de comercio intraindustrial en el caso de la integración centroamericana. 4 Al considerar un esquema de apertura comercial unilateral para Panamá cabe recordar lo que se pregunta Dornbusch (1989): “...se sugiere que Argentina pase a una posición unilateral de libre comercio. ¿Qué industria sobreviviría?, ¿y cae semejante resultado dentro del ámbito de lo políticamente aceptable? Si este no es el caso, una unión aduanera puede ser una alternativa muy importante para disminuir los costos de la protección”. La integración subregional podría complementar y hacer más sustentable la reforma estructural que sería necesaria en Panamá, y a la vez contribuir a la modernización productiva, el avance social y el desarrollo del sector exportador del país. Se ha visto que el comercio entre miembros de esquemas de integración es básicamente de carácter intraindustrial (Balassa y Bauwens, 1987; Cáceres,1994). También que esta modalidad de comercio ocurre por la similitud en los niveles de ingreso per cápita y de PIB de los países miembros (Forster y Ballance, 1991; Greenaway, Hiñe y Milner, 1994). Asimismo, según el análisis de la teoría de las uniones aduaneras, la creación de comercio en un esquema de integración será mayor cuanto más similares sean los países que lo conforman (El-Agra, 1989), y si los países que participan en el esquema mantienen ya importantes relaciones comerciales (CEPAL, 1994). El esquema de integración cuyos miembros acusan niveles de PIB similares a los panameños es el MCCA, y varios de sus países miembros tienen importantes nexos comerciales con Panamá. Por lo tanto, la vinculación de éste con el MCCA podría serle más provechosa para la generación de comercio.3 La integración con el MCCA también le aseguraría a Panamá un mercado ampliado, que no existiría si el país optara por una liberalización comercial unilateral.4 Específicamente, el MCCA ofrecería a Panamá, en condiciones de reciprocidad, un mercado de 22 millones de personas, que facilitaría sus exportaciones. Esto reviste especial importancia, dada la alta variabilidad de la relación de 248 Publicación del Banco Centroamericano de Integración Económica Panamá y la integración económica centroamericana 5 Wonnacott y Wonnacott (1981) y Dornbusch (1989) analizan el tema de la relación de precios del intercambio en un esquema de integración económica. 6 Cáceres (1993 y 1994) destaca la oportunidad de preparación para un futuro buen desempeño en esquemas de integración con países más desarrollados, postulando la complementariedad entre la integración subregional y la posterior apertura global. precios del intercambio de Panamá (Leamer, Guerra, Kaufman y Segura, 1995); para su estabilización estos autores recomiendan la exportación de manufacturas, lo cual haría posible el mercado ampliado centroamericano. La relación del intercambio también mejoraría porque Panamá podría vender sus productos a precios “protegidos” en virtud del arancel extrerno común, en tanto que los países que exportan al MCCA y a Panamá podrían verse obligados a bajar sus precios para mantenerse competitivos.5 En el MCCA, la ampliación del mercado en virtud de la integración dio lugar a aumentos en la inversión privada (Cline, 1978). De hecho, la reformulación reciente de la teoría del gran impulso (Big Push) en el marco de una competencia imperfecta (Murphy, Sheleifer y Vishny, 1989) señala que las inversiones simultáneas en diferentes sectores de un país generan mercados recíprocos, incrementando simultáneamente la demanda de productos de estos sectores, de forma tal que las empresas pueden obtener ganancias que no se lograrían sin ese conjunto de inversiones. Esta complementariedad de la demanda efectiva, que se vincula al tamaño del mercado, puede materializarse en un marco subregional mediante la integración. Así, la proximidad geográfica de Panamá a los países del MCCA le permitiría recibir el desborde de las inversiones de esos países y así sustentar un efectivo esfuerzo de formación de capital. Además, la integración con el MCCA prepararía a Panamá para la posible integración futura con mercados más desarrollados -por ejemplo, con el surgido del Tratado de Libre Comercio de Norteamérica (TLCN)- y le serviría de aprendizaje para desarrollar ventajas competitivas que, con el tiempo, le permitirían adherir con éxito a otros bloques económicos.6 Por otra parte, la ampliación del mercado se traduciría en una disminución de la concentración industrial, ya que prevalecería la concentración de empresas en el mercado a nivel centroamericano. Esto facilitaría la exportación, debido a la relación inversa entre la concentración industrial y el margen de los precios sobre los costos (Sleuwaegen y Yamawaki, 1988; Forster y Balance, 1991). De hecho, a la integración económica se le ha atribuido un efecto estimulante, ya que una mayor competencia incentiva esfuerzos adicionales de los empresarios y gerentes (Pelkmans, 1982). A la vez, la integración reduce los costos de producción e incrementa la productividad de las empresas (Venables, 1994). En el caso centroamericano, la integración ha contribuido a disminuir las presiones inflacionarias a través de la competencia (Cáceres, 1978). Además, los cálculos de los efectos dinámicos de la integración, en términos de mayor eficiencia, incremento del ahorro y economías de escala, muestran que éstos son significativos en la CEE (Péres, 1993). Lo expuesto indica que la integración es un medio eficaz para contrarrestar las tendencias al estancamiento asociadas al síndrome holandés. Lo que puede hacer la integración para mitigar los efectos nocivos de ese síndrome se puede apreciar en el gráfico 6 que, por consideraciones de brevedad, presenta sólo el funcionamiento del efecto gasto. En dicho gráfico el salario en el mercado laboral W se presenta en la ordenada y la oferta de mano de obra OsOt en el eje horizontal. El insumo de mano de obra del sector servicios es Publicación del Banco Centroamericano de Integración Económica 249 bienes transables La Integración de Centroamérica: promesa y reto vigente representado por la distancia desde Os, y el del sector manufacturero por la distancia desde Ot. El cuadrante inferior contiene la función de producción del sector manufacturero, donde la producción Y se corresponde con distintos niveles de mano de obra. La curva Ls representa la demanda de mano de obra en el sector servicios, en tanto Lm se refiere a la demanda de mano de obra en el sector industrial. GRÁFICO 6. Panamá: El efecto gasto y la Integración Lt1 Lt Ls1 Lm 1 Lm W3 W2 Ls W1 0s S1 S2 M3 M1 M2 Ot Y3 Y1 Y2 Mano de obra del sector industrial Fuente: Elaboración propia. M3 M1 M2 Ot De la suma de la demanda de mano de obra en el sector industrial y la demanda de mano de obra del sector en auge se obtiene la demanda de mano de obra total del sector exportador, Lt. Al considerar el efecto ingreso, puede apreciarse en el gráfico cómo el auge exportador da lugar a un aumento en el consumo de servicios; esto estimula la demanda de mano de obra en ese sector, lo que desplaza la curva de Ls a Ls1. El equilibrio se restablece a un salario W2. Con este salario, el empleo en servicios aumenta de S1 a S2 y el empleo en la industria disminuye de M1 a M2. Esto último da lugar a una contracción de la producción industrial de Y1 a Y2. Si el país ingresa al MCCA, se incrementará la productividad de la mano de obra en el sector industrial. Este aumento en la producción marginal del trabajo se representa en el gráfico por el desplazamiento 250 Publicación del Banco Centroamericano de Integración Económica Panamá y la integración económica centroamericana 7 Greenaway y Hine (1991) argumentan que en la CEE los costos del ajuste económico han sido atenuados por la integración comercial. Es del caso señalar que en El Salvador, la Fundación Salvadoreña para el Desarrollo Económico y Social (FUSADES, 1991) efectuó una encuesta a 323 empresas en noviembre de 1991, las cuales respondieron sobre beneficios de la integración centroamericana de la siguiente manera: más exportaciones (21.1%); Importaciones más baratas (53.9%); posibilidad de inversión en la subregión (17.0%); ninguna ventaja (15.2%); otros (10.5%). de la curva Lm hacia Lm1, lo que a su vez produce que la curva Lt se desplace hacia Ltl. El nuevo equilibrio se establece a un salario W3, que ocasiona una reducción del empleo en servicios y un incremento del mismo en la industria, de M2 a M3. En consecuencia, la producción industrial aumenta de Y2 a Y3. Se observa, entonces, que la integración ha aumentado tanto la producción como el empleo industrial en Y2, Y3 y M2 M3, respectivamente, contrarrestando así los efectos del síndrome holandés. Por otro lado, la integración ofrecería a Panamá, como beneficio adicional, un incentivo más para mantener la disciplina macroeconómica. En efecto, la liberalización económica en el marco multilateral (subregional) sería más efectiva que a nivel nacional, por la disciplina y el cumplimiento riguroso que motiva el seguimiento multilateral (Wolf, 1986; Genberg y De Simone, 1993). Asimismo, la reforma en un marco subregional generaría más credibilidad, y ésta, más la sustentabilidad, son determinantes del éxito de los programas de reforma (Rodrik, 1990 y 1991; Funke, 1993). Además, facilitaría el acceso de Panamá al acervo de experiencias de los países del MCCA en materia de reforma económica, así como su participación en un esfuerzo de transformación productiva. Este podría costarle menos gracias a lo que han vivido ya esos otros países, y al apoyo internacional que el programa centroamericano de integración ha recibido. Además, la proximidad geográfica de Panamá a los países del MCCA estimularía las exportaciones panameñas; de hecho, la distancia y el costo de transporte han sido identificados como las variables que más inhiben el comercio intralatinoamericano (Primo Braga, Safadi y Yeats, 1994). Además, la integración, por el impulso que daría a las exportaciones, sería efectiva para mitigar los efectos adversos del ajuste estructural.7 Para Panamá, la integración económica con los países del MCCA constituiría un “trueque de mercados” entre países de similares niveles de desarrollo, lo que junto con el arancel externo común le permitiría mantener su cuenta comercial a niveles manejables. Esto dista de la apertura unilateral, en donde la falta de reciprocidad en la preferencia arancelaria y la asimetría con el resto del mundo pueden conducir a un severo deterioro de la cuenta comercial. Esto es precisamente lo que ha ocurrido en la región desde 1989, cuando se dio inicio a la mayoría de las liberalizaciones comerciales (Gana, 1994). Lo que debe destacarse es que para el financiamiento del déficit comercial es posible que se necesiten tasas de interés muy elevadas que atraigan capital externo, con lo cual la economía podría experimentar una contracción o tender al estancamiento (gráfico 7). En el cuadrante 1 de dicho gráfico se muestra la relación inversa entre déficit comercial y nivel del arancel aduanero. Inicialmente, para financiar el déficit comercial se requiere la entrada de recursos externos Fo, la que se obtiene ofreciendo una tasa de interés ro, como se ve en el cuadrante 2. En el cuadrante 4 se muestra el nivel de inversión I0 que corresponde a la tasa de interés ro Esta inversión da lugar, a través del multiplicador, a un nivel de producto Yo, que aparece en el cuadrante 5. Cuando hay una rebaja arancelaria se puede notar que por el mayor déficit comercial resultante se necesitara una mayor entrada de recursos externos F1, que se obtendría a una tasa de Publicación del Banco Centroamericano de Integración Económica 251 La Integración de Centroamérica: promesa y reto vigente GRÁFICO 7. Panamá: Arancel aduanero, recursos externos y producto Interno bruto (1) (2) F F1 F1 R ec u rsos ex te rno s F F1 F F0 F0 F0 A rancel ad uan ero r0 r1 Tasa d e In terés (4) I I In ve rsió n I I0 I0 I J 1 I1 I1 I J 1 Fuente: Elaboración propia. 8 Pyndyck y Solimano (1993) analizan el impacto negativo que el riesgo y la falta de credibilidad tienen sobre la inversión. El cambio estructural que ocurre a raíz de la persistencia de choques se examina en Cáceres (1985 y 1991). interés más alta r1, e implicaría una menor tasa de formación de capital I1, y menor producto Y1. En el cuadrante 3 se observa que en estas condiciones hay una relación inversa entre entrada de recursos externos y producto interno bruto, por cuanto los recursos externos sostienen una economía en contracción y con decreciente tasa de formación de capital. Además, la mayor necesidad de recursos externos se traduciría en una creciente deuda externa, que ante niveles estancados de PIB podría implicar el deterioro de los índices de solvencia. El proceso anterior se puede describir como irreversible. Esto ocurre cuando al restituirse el déficit en la cuenta comercial a un valor original Fo, no se recupera el valor original del producto Yo, porque la incertidumbre causada por la recesión habría ocasionado un cambio de estructura en la relación entre inversión y tasa de interés: a la misma tasa de interés, la inversión sería menor que antes.8 Esto se 252 Publicación del Banco Centroamericano de Integración Económica Panamá y la integración económica centroamericana muestra en el cuadrante 4 como el desplazamiento de la curva I I a I1I1. Se puede apreciar que si el déficit comercial al valor Fo, el producto se recuperaría al valor Y2, inferior al nivel inicial Yo. V. Hacia una agenda regional de reforma estructural en el marco de la integración La integración de Panamá con el MCCA debería ser un proceso gradual que permitiera aprovechar beneficios en determinadas áreas y fomentar en el mediano plazo un marco de libre comercio. Esto significaría establecer un programa de desgravación generalizado que se aplicaría a una gama creciente de productos. Los actuales tratados comerciales entre Panamá y el MCCA no promueven la competencia; por el contrario, como lo señala Thoumi (1994), son verdaderos instrumentos proteccionistas resultantes de la colusión entre los productores de ambas partes, que comparten los mercados de acuerdo a sus regulaciones. Dicho autor también indica que esta modalidad de comercio refleja intercambios entre sucursales de empresas transnacionales sobre la base de un comercio negociado. De allí la conveniencia de avanzar gradualmente hacia el libre comercio con el MCCA y establecer, frente al resto del mundo y mientras se consolidan las reformas requeridas, una protección menor que la actual. Sin la protección mínima necesaria frente a países desarrollados, los déficit comerciales resultantes obligarían a adoptar altas tasas de interés internas para atraer capitales extranjeros que contribuyesen a financiar dicho déficit. El elevado costo del capital conduciría al estancamiento de la inversión privada y por ende a la pérdida de credibilidad de las reformas macroeconómicas, lo que acentuaría la contracción. Panamá, por su excelente dotación portuaria y por ser un importante centro financiero internacional, ofrece ventajas especiales en el sector servicios. De allí que su integración con el MCCA podría descansar en este sector. Sin embargo, el costo del transporte marítimo en Panamá es sumamente elevado, por lo que no habría mayores incentivos para que los países del MCCA usaran las instalaciones panameñas. Además, el transporte terrestre de Panamá también tiene un costo más alto que el de otros países del Istmo y posee una rígida estructura oligopólica (ROCAP, 1987). Podría estructurarse un programa conjunto de integración y desregulación del sector servicios para promover la competencia, con miras a que la integración sea factible y provechosa. En este programa sería prioritaria la implementación de políticas de competencia nacional y subregional. Para efectuar un cambio estructural en la economía panameña no puede recurrirse exclusivamente a reformas de políticas. Habría que actuar también en otros campos, especialmente la promoción de exportaciones, la difusión y adaptación tecnológicas y la formación de cuadros técnicos y gerenciales de alta calidad. En efecto, el crecimiento impresionante de los países asiáticos en desarrollo ha Publicación del Banco Centroamericano de Integración Económica 253 La Integración de Centroamérica: promesa y reto vigente radicado en la adopción de políticas que fortalecen tanto el funcionamiento del mercado como el del Estado y cuya conjunción permite un marco económico-institucional que impulsa la equidad y la competitividad internacional (Lim, 1994). La protección en esas economías no ha sido desmedida, sino que ha servido para suplir la ausencia del mercado en algunos casos, y facilitar su mejor funcionamiento en otros. Se han establecido esquemas de protección transparentes, se ha capacitado a los recursos humanos, se ha apoyado el desarrollo de nuevas tecnologías, se ha aplicado reformas fiscales y se ha proporcionado información sobre mercados. Además, la coordinación de la inversión privada mediante subsidios ha descansado en cuadros profesionales del sector público de alto nivel técnico, lo que ha hecho que las intervenciones estatales hayan tenido éxito (Rodrik, 1995). Dada la importancia de efectuar cambios estructurales convendría que Panamá impulsara, junto con los países del MCCA, una estrategia subregional para la reforma económica y social. Esta estrategia podría llevarse a cabo mediante esfuerzos conjuntos que facilitarían la cooperación intrarregional e internacional, el intercambio de experiencias, y un avance armónico en las reformas nacionales que haga verdaderamente integrables las economías nacionales y las aproxime a la integración con otras regiones. Un caso relevante es el de Chile, cuya trayectoria de importantes reformas económicas es reconocida como un avance que facilitaría su integración al TLCN (The Economist, 25 de febrero al 3 de marzo de 1995, p. 29). Esta estrategia implicaría establecer con claridad los objetivos que cada país quiere lograr con la integración, e identificar las medidas de reforma que es necesario aplicar para alcanzar un sistema productivo y social armónico con los de la subregión y con otros esquemas, como el TLCN o el Pacto Andino, por ejemplo. Implicaría también diferenciar las medidas de alcance nacional, subregional e internacional; establecer un calendario para cada acción, diferenciado por país, y señalar a los encargados de llevarlas a cabo. La estrategia podría ser formulada por el Gabinete Económico Centroamericano, el que también podría estar á cargo del seguimiento de su ejecución. En este marco, cada país identificaría el alcance nacional de la reforma, programaría las acciones correspondientes y se aseguraría que hubiese congruencia con los niveles subregional e internacional. El punto de partida podría ser la elaboración de diagnósticos sectoriales de alcance subregional, que permitieran identificar las reformas necesarias a nivel nacional para alcanzar determinados objetivos y metas de modernización económica en un marco de armonización regional e internacional. Las medidas que deriven de los diagnósticos regionales serían aplicadas a nivel nacional, conforme a lo que haya que hacer en cada país y según su respectivo calendario. En la ejecución de las acciones de reforma nacionales se haría hincapié en la eliminación de obstáculos a la integración regional e internacional. Este enfoque también podría ser útil para establecer un diálogo subregional con las fuentes internacionales de recursos y cooperación técnica, así como con países de otras regiones. Asimismo, al estructurar dicha estrategia los países centroamericanos podrían plantear a los países miembros del TLCN 254 Publicación del Banco Centroamericano de Integración Económica Panamá y la integración económica centroamericana que participaran como observadores en el proceso de transformación económica y social, a fin de ir dialogando con miras a una futura incorporación del Istmo a ese esquema de integración. El marco multilateral de reforma, con la participación de los países miembros del TLCN, otorgaría mayor credibilidad al proceso. Además, el diálogo conjunto aumentaría el poder de negociación de los primeros y podría servir para efectuar reformas de especial importancia en las economías nacionales. La estrategia multilateral abarcaría la reforma económica y en particular la social, de manera de ir generando las bases de una economía más equitativa, lo que redundaría en consolidar la modernización económica. En algunos países se pondría de relieve el desarrollo social, a fin de subsanar deficiencias históricas y promover la convergencia de los indicadores sociales en el Istmo. Es decir, se haría hincapié en la integración nacional.9 En este marco, tiene especial importancia el apoyo al desarrollo del capital humano, ya que este recurso es determinante en la exportación de manufacturas (Wood, 1994; Wood y Berge, 1994; Balassa y Bauwens, 1988). VI. Incremento que mostrarían las exportaciones e importaciones de Panamá hacia y desde el MCCA si fuese miembro de éste 9 Ranis (1993) ha descrito exhaustivamente los requisitos internos para la integración económica regional. Recordemos, por otra parte, que para hacer viable la creación del mercado básico único en 1992 la CEE adoptó ya en 1985 un conjunto de 282 medidas, (Pelkmans, 1991). 10 Markheim (1994) evalúa la confiabilidad del modelo de gravedad en la estimación de los efectos de la integración sobre el comercio. 11 En este trabajo el índice de capital humano se ha cuantificado como la tasa de matrícula en la escuela secundaria más cinco veces la tasa de matricula en el nivel terciario. Los índices de capital humano se calcularon sobre la base de datos del Banco Mundial (1993). Los datos sobre el PIB, el comercio intrarregional y las distancias entre países fueron tomados de SIECA, varios números. A fin de estimar cuál podría ser el desempeño de Panamá en el MCCA si fuese miembro de él, se aplicaron modelos econométricos de gravedad. En este tipo de modelos, el comercio entre dos países es función directa de sus respectivas “masas económicas” y de la “fricción de la distancia” entre ambos.10 Para representar las “masas económicas” se usó la cuantía de capital humano de los países exportador e importador (Hi y Hj, respectivamente) y su correspondiente producto nacional bruto (Yi e Yj). La “fricción” al comercio fue representada por la distancia en kilómetros entre ciudades capitales (Dij).11 Como primer enfoque se estimó una ecuación de corte transversal para explicar las exportaciones intracentroamericanas, excluidas las de Panamá. Con los parámetros de esa ecuación se calcularon los valores de las exportaciones de Panamá hacia los países del MCCA. Las exportaciones así calculadas reflejarían una situación en la que Panamá sería miembro del MCCA; la diferencia entre estas exportaciones estimadas y las exportaciones reales serían las exportaciones adicionales que Panamá efectuaría si se integrara plenamente al MCCA. Las ecuaciones estimadas para las exportaciones, Eij, no incluyen a Guatemala por no disponerse de información sobre los índices de capital humano en ese país (cuadro 2). Se puede apreciar que ambas ecuaciones confirman que la distancia tiende a atenuar el comercio; y además, que la elasticidad de las exportaciones en relación con el capital humano es mayor que la elasticidad respecto del PIB. Publicación del Banco Centroamericano de Integración Económica 255 La Integración de Centroamérica: promesa y reto vigente CUADRO 2. Istmo Centroamericano, excluidos Panamá y Guatemala: Modelo de gravedad Variables independientes a Variable dependiente (l)Log Eij (2)Log Eij C Hi Hj Yi -9.08 (1.45) -7.03 (1.61) 3.03 (2.90) 1.09 (1.05) 1.27 (4.25) Yj 0.28 Dij R2 DW -1.04 (1.28) -0.42 (0.94) 0.53 2.30 0.44 (0.98) 2.09 Fuente: Elaboración propia. a Se refiere a los logaritmos de las variables independientes. CUADRO 3. Panamá: Estimación de sus exportaciones si fuese miembro del MCCA (Millones de dólares) Exportaciones hacia: Costa Rica Nicaragua Honduras El Salvador Guatemala Total Monto estimado usando ecuación (1) Monto estimado usando ecuación (4) 96.54 28.22 1.08 23.10 139.00 7.35 5.52 70.30 148.94 222.17 Monto estimado usando ecuación (6) 105.6 5.5 13.4 51.9 16.8 193.2 Monto real (1992) 29.1 1.4 3.2 12.3 3.9 49.9 Fuente: Elaboración propia. A partir de la ecuación (1) se calcularon los valores de las exportaciones de Panamá hacia cuatro países centroamericanos (cuadro 3). De allí se obtuvo que si las exportaciones panameñas se efectuaran en el régimen del MCCA, ellas alcanzarían la suma de 149 millones de dólares, es decir, aproximadamente tres veces el valor real registrado en 1992. Esto se explica por el nivel relativamente alto del capital humano de Panamá y Costa Rica, su principal socio comercial y vecino más cercano. Otro enfoque para medir el posible impacto del ingreso de Panamá al MCCA consistió en estimar ecuaciones de corte transversal para las exportaciones de los países del MCCA, y de Panamá al MCCA, e introducir variables cualitativas (dummies) para medir los valores particulares del intercepto (D1) y del coeficiente de la distancia (D2) cuando se aplica el modelo a las exportaciones de este país. Las variables cualitativas resultaron significativas en todas las ecuaciones (cuadro 4). Así, las ecuaciones (3) y (5) indican que, cuando se trata de las exportaciones panameñas, sus términos constantes son menores en -1.66 y -1.38, respectivamente. Estos términos negativos podrían interpretarse como una penalización a las exportaciones panameñas por no estar en el marco del MCCA. Por su parte, las ecuaciones (4) y 6) indican que las exportaciones panameñas enfrentan una “fricción” por la distancia más acentuada que la de los países del MCCA, de -0.23 y -0.19 respectivamente. 256 Publicación del Banco Centroamericano de Integración Económica Panamá y la integración económica centroamericana 12 Las principales variables explicativas de las ecuaciones (3) y (5) son las cuantías de capital humano y los tamaños del producto interno bruto, respectivamente, y en ambos rubros Panamá presenta valores relativamente elevados, lo que explica el incremento sustancial que exhibirían las exportaciones panameñas si este país estuviese adherido al MCCA. Con estos resultados, se estimó la diferencia que la integración podría significar para las exportaciones panameñas. Para este fin se supuso, primero, que el ingreso de Panamá al MCCA eliminaría los términos negativos adicionales de las constantes de las ecuaciones (3) y (5). Así, sobre la base de la ecuación (3), se calculó que si Panamá ingresara al MCCA sus exportaciones se incrementarían en 5.26 veces, mientras que sobre la base de la ecuación (5) el incremento de las exportaciones sería de 3.97 veces [exp. (1.38) = 3.97 veces.]12 Asimismo, por medio de las ecuaciones (4) y (6) se estimó en cuánto aumentarían con ese ingreso las exportaciones de Panamá a los países del MCCA. En estos casos, se supuso que los términos que penalizan las exportaciones panameñas (-0.23 Log Dij y -0.19 Log Dij ) no existirían si Panamá fuese miembro del MCCA . En el caso de la ecuación (4), el aumento de las exportaciones panameñas sería de 4.8 veces, mientras que con la ecuación (6) el incremento seria de 3.8 veces. CUADRO 4. Modelo de gravedad, Incluyendo a Panamá, con variables cualitativas del Intercepto (D1) y de la distancia (D2) Variables independientesa Variables dependientes C Hi Hj (3) Log Eij -11.33 (1.88) 3.16 (3.36) (4) Log Eij -11.03 (1.83) 3.09 (3.29) (5) Log Eij -7.92 (1.93) 1.33 (4.44) 0.46 (1.69) -0.59 (1.45) -1.38 (2.33) (6) Log Eij -8.13 (1.98) 1.33 (4.46) 0.46 - 0.57 (1.71) (1.36) Fuente: Elaboración propia. a Yi Yj Dij D1 1.47 (1.92) -1.11 (1.67) -1.66 (2.17) 1.40 (1.81) -1.07 (1.56) R2 DW 0.61 2.32 0.60 2.29 0.62 2.15 0.62 2.16 D2 -0.23 (2.11) -0.19 (2.40) Se refiere a los logaritmos de las variables independientes. CUADRO 5. Modelo de gravedad para las importaciones, especificando a Panamá con las variables cualitativas del intercepto (D1) y de la distancia (D2) Variables Variables independientesa dependientes C Hi Hj Dij (7) Log (Mij) -7.9227 (1.60) 1.4551 (1.88) 2.3896 ( (3.78) -1.0581 (1.94) (8) Log (Mij) -7.7607 (1.57) 1.4171 (1.84) 2.3458 (3.70) -1.0204 (1.83) D1 D2 1.0713 (1.71) -0.1483 (2.81) R2 DW 0.70 2.36 0.69 2.35 Fuente: Elaboración propia. a Logaritmos de las variables independientes. Publicación del Banco Centroamericano de Integración Económica 257 La Integración de Centroamérica: promesa y reto vigente Para calcular las importaciones de Panamá desde el MCCA si el país ingresara a este esquema de integración, en forma análoga a lo que se hizo para las exportaciones, se estimaron ecuaciones para las importaciones panameñas provenientes del MCCA, utilizando las variables cualitativas D1 y D2 cuando Panamá es el país importador (cuadro 5).13 La ecuación (7) se empleó para calcular el incremento de las importaciones de Panamá si este país ingresara al MCCA, obteniéndose que el aumento sería de 198 millones de dólares. Este monto es inferior al aumento de 241.96 millones calculado para las exportaciones mediante la ecuación (3). Esto indica que con su incorporación al MCCA, Panamá cerraría su déficit comercial con ese mercado, que fue de 36 millones de dólares en 1992. Asimismo, sobre la base de la ecuación (8) se calcularon las importaciones panameñas provenientes de cuatro países del MCCA (cuadro 6). Se puede apreciar que con el ingreso a ese esquema de integración ellas alcanzarían a 191.72 millones de dólares. Este monto contrasta con el valor estimado de las exportaciones, que fue de 222.17 millones. Así, los modelos estimados indican que Panamá mejoraría su balanza comercial con el MCCA si ingresara a éste. CUADRO 6. Panamá: Estimación de sus importaciones si fuese miembro del MCCA (Millones de dólares) Importaciones desde: Monto estimado (ecuación 8) Costa Rica Nicaragua Honduras El Salvador Total 155.36 2.91 9.12 24.32 191.72 Ecuación monto real 56.7 1.0 3.0 7.9 68.6 Fuente: Elaboración propia. VIII. Consideraciones finales La economía panameña ha experimentado auges exportadores que podrían dar lugar a la contracción relativa de los sectores manufacturero e industrial. Esto también contribuiría a la contracción de la inversión y de la exportación de bienes. En ese contexto, la demanda de protección se ha vuelto muy marcada. Esta reacción, incongruente con los movimientos regionales e internacionales hacia la modernización y la competencia, confirma la necesidad de transformar la estructura de la economía panameña. La integración económica puede ser un mecanismo valioso para ayudar en las tareas de modernización productiva. En primer lugar, el 258 Publicación del Banco Centroamericano de Integración Económica Panamá y la integración económica centroamericana proceso de liberalización económica tendría mayor credibilidad, debido a que existiría un compromiso multilateral en relación con el ajuste; en segundo lugar, el costo de éste podría reducirse por el incremento de las exportaciones, y en tercer lugar, podría estimular la productividad, lo cual constituiría un medio efectivo para contrarrestar los efectos adversos del síndrome holandés. De las distintas opciones de integración que Panamá podría considerar, el programa de integración centroamericano podría ser la más provechosa, dado que la creación de comercio es mayor y el comercio intraindustrial se desarrolla más entre países con niveles similares de PIB y de PIB per cápita. La integración de Panamá con el MCCA debería verse como una acción que acercaría a este país a sus objetivos nacionales, principalmente por la adquisición de experiencia exportadora y el fortalecimiento de su capacidad de competencia, como paso previo para la integración con otros esquemas (por ejemplo, con el TLCN). La participación de Panamá en un esquema subregional de reforma estructural le permitiría beneficiarse de la experiencia de otros países y tener acceso a la cooperación técnica internacional. Este marco regional de transformación debería abarcar tanto la reforma económica como la social, a fin de consolidar la integración nacional necesaria para sustentar la integración regional. Estimaciones econométricas muestran que Panamá podría tener un desempeño exportador favorable si ingresara al MCCA, porque este país tiene un capital humano de nivel más alto que los países del MCCA, con la excepción de Costa Rica, y el capital humano es el principal factor determinante de la capacidad de exportación. Bibliografía Balassa, B. y L. Bauwens (1987): Inter-industry specialization in a multi-country and multi-industry framework, The Economic Journal, vol. 97, N° 388, Cambridge, Reino Unido, Royal Economic Society, diciembre. ____(1988): Inter-industry and intra-industry specialization in manufactured goods, Weltwirtschaftliches Archiv. Review of World Economics, Band 124, Heft 1, Tübingen, Institut für Weltwinschaft Kiel. Banco Mundial (1993): Informe sobre el desarrollo mundial 1993,Washington, D.C. Cáceres, L. R. (1978): Integración económica e inflación en Centroamérica: Un modelo espacial, El trimestre económico, vol. 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Shafik (eds.), Reviving Private Investment Developing Countries, North Holland, Amsterdam, 1992; José De Gregorio, “Economic Growth in Latin América”, Journal of Development Economics, vol. 39, Amsterdam, 1992, pp. 59-84, y Luis Serven y Andrés Solimano, Striving for Growth After Adjustment, Banco Mundial, Washington, 1993. 2 Magnus Blomstom, Robert E. Lipsey y Mario Zejan, “What Explains Developing Country Growth”, documento de trabajo NBER, núm. 4132, agosto de 1992, y J. Bradford De Long y Lawrence H. Summers, “Equipment Investment and Economic Growth”, Quarterly Journal of Economics, vol. 106, Cambridge, mayo de 1991. 3 Turben M. Andersen y Karl O. Moene (eds.), Endogenous Growth, Blackwell Publishers, Oxford, 1993; Robert J. Barro y Xavier Sala-iMartin, Economic Growth, Mc Graw Hill, Nueva York, 1995, y J.S.L. Mc Combie y A. P. Thirlwail, Economic Growth and the Balance of Payments Constraint, St. Martin Press, Nueva York, 1994. En años recientes los círculos de política económica de América Latina y el Caribe han otorgado gran atención al estudio de la formación de capital. Los análisis destacan que el lento crecimiento de esos países obedece a la contracción de las inversiones, que amenaza con neutralizar los avances logrados en la estabilización y el ajuste estructural.1 Por ello, diversos estudios analizan los factores determinantes de la inversión y los requerimientos financieros de la formación de capital para acelerar el crecimiento. 2 Asimismo, la teoría del crecimiento económico ha vuelto a ocupar un lugar prominente en las ciencias económicas contemporáneas.3 En el actual entorno de la región, en el que prima la urgencia de crecer para superar la contracción económica del decenio pasado, se precisa investigar sobre las medidas de política e instrumentos financieros que permitan fomentar la acumulación de capital. Es conveniente, además, analizar los efectos de la inversión pública y privada en el crecimiento económico, así como la relación que guardan entre sí estas variables. Esto podría arrojar elementos de juicio útiles en la formulación de políticas fiscales, así como de privatización y de reforma del Estado. Este trabajo aborda algunas consideraciones sobre esos temas en el caso de los países centroamericanos. En primer término se revisa la literatura reciente sobre los efectos de la inversión pública y privada en el crecimiento, para seguir con la estimación de un modelo de crecimiento económico que incluye ambos tipos de inversión como variables explicativas. Después se analiza la cointegración y causalidad entre estas variables y se finaliza con una serie de conclusiones. Reseña de la bibliografía 4 David Alan Aschauer, “Is Public Expenditure Productive?”, Journal of Monetary Economics, vol. 23, núm. 2, Amsterdam, marzo de 1989, pp. 177-200. La relación entre la inversión pública y la privada ha sido objeto de estudio durante decenios, pero a partir de los trabajos de Aschauer ha recibido una considerable atención. En un trabajo precursor, ese autor formuló un modelo para medir la contribución de la cuantía del capital público -sin incluir el capital en defensa- en la producción y eficiencia del sector privado.4 Con base en datos de Estados Unidos para el período 1979-1985, la estimación mostró que el capital público ejerce efectos considerables en el sector privado: un aumento de 1% de la razón de capital público al privado conduce a un aumento de 0.39% en la producción por unidad de capital del sector privado; que el capital del sector militar no tiene efectos en la productividad del sector privado, y que cuando el capital no militar del sector público se desglosa en sus dos componentes, estructuras y equipo, el primero es de importancia fundamental, mientras que el segundo no mostró significancia estadística. Así, los resultados empíricos indican que las inversiones públicas en agua, carreteras, electricidad, alcantarillado y aeropuertos tienen efectos significativos en la producción y la eficiencia del sector privado. El autor señala, además, que la falta de dinamismo de la productividad del sector privado de 264 Publicación del Banco Centroamericano de Integración Económica Inversión y crecimiento económico en Centroamérica 5 David Alan Aschauer, “Does Public Capital Crowd Out Private Capital?”, Journal of Monetary Economics, vol. 24, Amsterdam, marzo de 1989, pp. 171-188. 6 Glenn Ott y Graham M. Voss, “Public Capital and Private Sector Productivity”, The Economic Record, vol. 70, núm. 209, junio de 1994, pp. 121-132. 7 Mary Finn, “Is all Government Capital Productive?” Federal Reserve Bank of Richmond Economic Quarterly, vol. 79, núm. 4, Richmond, otoño de 1993, pp. 57-80. 8 Catherine Lynde, “Private Profit and Public Capital”, Journal of Macroeconomics, vol. 14, núm. l, Baton Rouge, invierno de 1992, pp. 125-142. 9 Kevin T. Deno, “The Effect of Public Capital on U.S. Manufacturing Activity: 1970 to 1978”, Southern Economic Journal, vol. 55, núm. 2, octubre de 1988, pp. 400-411. Estados Unidos desde 1971 coincide con la caída en la formación del capital público. En un trabajo posterior, Aschauer investigó si en Estados Unidos la inversión pública estimula o desplaza la inversión privada.5 La estimación de un modelo con datos anuales del período 1925-1985 indicó que un aumento de la primera ejerce efectos directos y negativos en la segunda. Sin embargo, ese impacto se acompaña de un aumento de la rentabilidad del acervo de capital privado. Así, el autor concluye que en términos netos la inversión pública estimula la inversión privada y que la política fiscal debe considerarse como un instrumento para estimular la oferta agregada de la economía. Ott y Voss presentan resultados similares al calcular la producción del sector privado de Australia en función de la mano de obra y los acervos de capital público y privado.6 El estudio, que corresponde al período 1966-1990, indicó que el aumento de 1 % de la razón de capital público a privado incrementó 0.38% la productividad privada. En un trabajo sobre el efecto del acervo de capital del sector transporte en el crecimiento económico de Estados Unidos, Finn estimó un modelo en el que el ingreso per cápita se expresa en función de la mano de obra, la tecnología y los servicios de transporte.7 Según la estimación, un aumento de 1% en carreteras genera un aumento de 0.16% en el ingreso per cápita, de manera que en 1950-1969 el capital en carreteras aumentó la tasa promedio anual de crecimiento de la producción del sector privado de 1.7 a 2.2 por ciento. Así, la autora calculó que en ese período la inversión en carreteras generó 22% del crecimiento económico del país. En contraste, en 1970-1989 la caída de la inversión en carreteras redujo el crecimiento anual del producto privado a 1.3 por ciento. Una variante de la metodología de función de producción fue empleada por Lynde, quien derivó una expresión para la tasa de ganancia del sector corporativo privado de Estados Unidos en función de los insumos mano de obra, capital público y capital privado.8 La estimación de la ecuación de la tasa de ganancia en el período 19581988 mostró que las elasticidades de ésta con respecto al capital público y privado eran de 1.2 y 2.3, respectivamente, y que la contribución del capital público era más determinante en los estados y localidades menores. Asimismo, el autor señala que las contracciones en la tasa de ganancia y la producción privada en 1958-1988 se podrían explicar por la contracción de la inversión pública. De interés particular es el trabajo de Deno, quien estimó una función translogarítmica para las ganancias del sector manufacturero de Estados Unidos con los argumentos del costo de mano de obra y las cuantías de capital público y privado.9 La estimación de la función con datos del período 1970-1978 de 36 áreas metropolitanas indicó que los servicios de carreteras, alcantarillado y agua ejercen efectos significativos, de tal forma que si sus acervos aumentaran 10%, los aumentos de la producción manufacturera serían de 3.13,3.00 y 0.75 por ciento, respectivamente. El autor encontró, además, que las elasticidades mostraban valores más altos en las regiones que experimentaban contracciones económicas, mientras que las elasticidades de las regiones prósperas eran relativamente bajas. Este Publicación del Banco Centroamericano de Integración Económica 265 La Integración de Centroamérica: promesa y reto vigente 10 José Da Costa Silva. Richard W. Ellson y Randolph C. Martín, “Public Capital, Regional Output and Development: Some Empirical Evidence”, Journal of Regional Science, vol. 37, núm. 3, Filadelfia, 1987, pp. 413-437. 11 Anwar Shah, “Dynamics of Public Infraestructure, Industrial Productivity and Profitability”, The Review of Economics and Statistics, vol. LXXIV, núm. 1, Cambridge, febrero de 1992, pp. 28-36. 12 Robert Looney y Peter Frederiksen, “The Regional Impact of Infraestructure Investment in México”, Regional Studies, vol. 15, núm. 4.1981, pp. 285-296. 13 John Baffes y Anwar Shah, Productivity of Public Spending, Sectoral Allocation Choices, and Economic Growth, documento de trabajo del Banco Mundial, núm. 1178, Washington, septiembre de 1993. resultado lo asoció a los distintos efectos que diversos tipos de inversión pública ejercen en el sector privado. Usando la función translogarítmica, Da Silva Costa, Ellson y Martín explicaron el valor agregado de los sectores manufacturero, agrícola y total nacional en función de los respectivos capital público y privado y mano de obra, con datos de 1972 de 48 estados de Estados Unidos.10 Los resultados indicaron que el capital público es un factor determinante del valor agregado sectorial y total de cada estado; la elasticidad del crecimiento con relación al capital público disminuye a medida que aumenta la cuantía per cápita de este capital, y el capital público tiene rendimientos decrecientes y es un complemento de la mano de obra. También se encontró que los rendimientos de escala son mayores en los estados de mayor ingreso per cápita y que la función translogarítmica era la forma funcional apropiada para representar la producción estatal. Shah ha estudiado el efecto de la inversión pública en la producción del sector manufacturero de México por medio de la estimación de una función translogarítmica aplicada a datos anuales del período 1970-1987 de 23 industrias en un nivel de tres dígitos.11 Las variables usadas como argumentos fueron mano de obra, insumos intermedios, capital privado y capital público en infraestructura. Los resultados indicaron que esta última variable tiene un efecto multiplicador positivo en la producción y una relación de sustitución con los insumos intermedios y es complementaria con la mano de obra y el capital privado. A fin de analizar los efectos de la infraestructura en el producto bruto de los estados de México, Looney y Frederiksen los desagregaron en avanzados y subdesarrollados y formularon respectivas ecuaciones para explicar el producto de cada estado.12 Las variables explicativas fueron la población, el capital en la agricultura, el número de empresas grandes (introducido como una medición del capital privado) y variables representando la infraestructura económica y social. A manera de indicadores de infraestructura económica se usaron la capacidad de generación de energía eléctrica, la densidad de carreteras y la longitud de líneas telefónicas. Los indicadores de infraestructura social empleados fueron los números de oficinas de médicos, escuelas preescolares, hospitales y escuelas primarias. Esta ecuación se estimó con datos de 1970 para ambos grupos de estados. Los resultados indicaron que en las regiones avanzadas los indicadores de infraestructura económica eran significativos, mas no los sociales. A la inversa, en los estados atrasados todas las variables de infraestructura económica fueron insignificantes, a la vez que todas las variables de infraestructura social resultaron significativas. Esto indica que la influencia de la inversión pública en el ingreso está determinada por el entorno socioeconómico y físico de la localidad donde se efectúan las inversiones. Con base en la estimación de una función translogarítmica, Baffes y Shah calcularon los efectos en el crecimiento económico que ejercen el capital privado y la mano de obra, así como el capital público en infraestructura, en desarrollo humano y en defensa.l3 Se estimaron varias ecuaciones con datos panel para el período 1965-1994, incluyendo un total de 25 países en 266 Publicación del Banco Centroamericano de Integración Económica Inversión y crecimiento económico en Centroamérica 14 Malcolm Knight, Norman Loayza y Delano Villanueva, Testing the Neoclassical Theory of Economic Growth, IMF Staff Papers, vol. 40, núm. 3, Washington, septiembre de 1993, pp. 512-541. 15 Teresa García-Milá y Therese J. McGuire, “The Contribution of Publicly Provided Inputs to States Economies”, Regional Science and Urban Economics, vol. 22, núm. 2, Amsterdam, junio de 1992, pp. 229-241. 16 Catherine Lynde y James Richmond, “The Role of Public Capital in Production”, The Review of Economics and Statistics, vol. LXXIV, núm. 1, Cambridge, febrero de 1992, pp. 37-44. las regiones de América Latina, Asia, África y la OCDE. Los resultados mostraron elasticidades positivas para todos los rubros del gasto público, excepto el gasto militar. La mayor elasticidad fue mostrada por el gasto en capital humano, con un valor promedio de 0.58, igual al doble de la elasticidad de la inversión privada. El autor encontró, además, que la elasticidad del gasto en capital humano aumenta a medida que el ingreso per cápita del país respectivo es menor. A la inversa, la elasticidad del gasto militar es más negativa a medida que el país tiene menor ingreso per cápita. Con esa base, el autor concluyó que una válida estrategia de desarrollo consiste en reorientar el gasto militar hacia la formación de recursos humanos. La influencia del capital humano y de la infraestructura pública en el crecimiento económico ha sido analizada por Knight, Loayza y Villanueva para una muestra de datos panel de 22 países desarrollados y 59 en vías de desarrollo, usando el modelo neoclásico de crecimiento de Solow y Swan.14 Cuando el modelo se estimó para la muestra completa de datos, la variable capital público resultó no significativa, pero al estimarse sólo para la muestra de países en vías de desarrollo, esta variable mostró un alto grado de significación. Asimismo, se encontró que para estos países el capital humano es la variable más eficaz para explicar el crecimiento económico. Con base en datos panel del período 1969-1983 para 48 estados de Estados Unidos, García-Milá y McGuire estimaron una función Cobb-Douglas para explicar el producto estatal bruto en función de los correspondientes capital privado en estructura y equipo; mano de obra; capital público en carreteras; población, y gasto estatal en educación primaria y secundaria.15 Los resultados indicaron que la variable que ejerce el efecto más significativo en el crecimiento es el capital privado en equipo, seguido por la mano de obra y el gasto en educación. De hecho, si los gastos en educación aumentaran 1%, la tasa de crecimiento económico crecería 0.17%. El sector de carreteras resultó muy significativo, pero su elasticidad no fue muy grande (0.045 %). Los autores estimaron otra ecuación que incluía como variable explicativa adicional el número promedio de años de escolaridad de la población del respectivo estado. Esta variable resultó ser muy significativa y con un efecto tal que si la misma aumentara 1%, la tasa de crecimiento aumentaría 0.09%. El coeficiente de la variable población resultó significativo y positivo, lo que fue interpretado como un efecto de economías de aglomeración. La función translogarítmica también la emplearon Lynde y Richmond para estimar el efecto del acervo de capital privado, del costo de mano de obra y de los acervos de capital público en escala federal y estatal, en el costo de producción del sector privado no financiero de Estados Unidos.16 La estimación de la función con base en datos del período 1958-1989 indicó que la productividad del sector privado aumenta con los incrementos del capital público y que los capitales público y privado son complementos. Un estudio similar fue llevado a cabo por Eberts con datos de capital privado, mano de obra y capital público de 38 áreas metropolitanas de Estados Unidos, para el período 1958-1978, con base en lo cual estimó una función Publicación del Banco Centroamericano de Integración Económica 267 La Integración de Centroamérica: promesa y reto vigente 17 Randall W. Eberts, Estimating the Contribution of Urban Public Infrastructure to Regional Growth, documento de trabajo núm. 8610, Federal Reserve Bank of Cleveland, Cleveland, 1986. 18 Randall W. Eberts y Michael S. Fogarty, Estimating the Relationship Between Local Public and Private Investment, documento de trabajo núm. 8703, Federal Reserve Bank of Cleveland, Cleveland, 1987. 19 William E. Cullison, “Public Investment and Economic Growth”, Federal Reserve Bank of Richmond Economic Quarterly, vol. 79, núm. 4, Richmond, otoño de 1993, pp. 13-34. 20 S. J. Erenburg y Mark E. Wohar, “Public and Private Investment: Are There Causal Linkages?”, Journal of Macroeconomics, vol. 17, núm. 1, Baton Rouge, invierno de 1995, pp. 130. translogarítmica para la producción del sector manufacturero.17 Los resultados indicaron que el capital público ejerce efectos positivos en la producción del sector manufacturero, constituye la base de la expansión de éste y, además, explica las diferencias en tasas de crecimiento del sector manufacturero en distintas áreas metropolitanas. También se encontró que el capital público y el privado eran sustitutos, como también lo eran entre sí la mano de obra y el capital privado, mientras que el capital público y la mano de obra eran complementos. Un análisis de causalidad fue empleado por Eberts y Fogarty para determinar la relación entre inversión pública y privada para una muestra de 40 áreas metropolitanas en Estados Unidos en el período 1904-1978.18 Los resultados indicaron que la hipótesis nula de que la inversión pública no influye en la privada debía ser rechazada en 21 de las 40 áreas metropolitanas, mientras que la hipótesis nula de que la inversión privada no ejerce influencia en la pública debía ser rechazada en 8 áreas. Los resultados también mostraron que la inversión privada tenía influencia sobre la pública en las áreas metropolitanas localizadas en el sur de Estados Unidos. Además, que cuanto más temprano se realizó la inversión pública con relación al tamaño de la población respectiva, la primera ejercía un efecto en la inversión privada. Asimismo, los autores encontraron que antes de la segunda guerra mundial la inversión pública causaba la privada en un mayor número de áreas metropolitanas que después de la guerra, cuando la influencia de la inversión privada adquiere mayor poder de causalidad. En un estudio realizado para la economía de Estados Unidos, Cullison identificó los distintos componentes del gasto público que causaban, en el sentido de Granger, el crecimiento del producto del sector privado.19 Las pruebas de causalidad realizadas con base en datos del período 1955-1992 indicaron que los únicos renglones que ejercían efectos de causalidad en la producción privada eran los gastos de educación y los de capacitación laboral. En particular, se encontró que los gastos públicos de defensa, energía y servicios postales desempeñaban un efecto negativo en el crecimiento económico. Asimismo, las simulaciones efectuadas con base en un modelo VAR indicaron que el estímulo más eficaz para incrementar la tasa de crecimiento de la economía era el gasto en educación, estimando que si una reducción del gasto militar de 3100 de millones de dólares en un año dado fuese destinado al gasto en educación, la tasa de crecimiento del producto aumentaría 1.5 por ciento. En un estudio reciente, Erenburg y Wohar examinaron las relaciones de causalidad de Granger entre la inversión pública y privada de Estados Unidos en el período 1954-1989.20 Los análisis se realizaron con base en tres modelos de inversión conocidos como el de flujo de caja, el del acelerador y el neoclásico. Las estimaciones demostraron que la inversión pública era significativa en causar la inversión privada sólo cuando se usó el modelo del flujo de caja. En este caso el efecto de la inversión pública en la privada era negativo en cada uno de los tres años subsiguientes a la inversión, pero en el cuarto año el impacto era positivo. Cuando se analizó el efecto de la inversión privada en la pública, la primera mostró efectos 268 Publicación del Banco Centroamericano de Integración Económica Inversión y crecimiento económico en Centroamérica significativos sólo en los modelos de flujo de caja y neoclásico. En estos casos, los coeficientes de las variables con uno y dos rezagos eran positivos, pero los de las variables con tres años de rezago eran negativos. Estos resultados indican que la relación de causalidad entre estas variables es bidireccional o recíproca. En conclusión, el examen de la bibliografía señala que la inversión pública desempeña un importante papel en la producción y productividad del sector privado y en la movilización de la inversión privada. Los distintos rubros de la inversión pública ejercen distintos efectos, siendo más importantes los relacionados con el capital humano y la infraestructura física. De lo anterior se desprende que la política fiscal incide en el fortalecimiento de la oferta agregada y de la competitividad, en virtud del efecto positivo de la inversión pública sobre el sector privado. Esto implicaría que la carga fiscal real de las empresas podría ser menor que el valor contable a raíz del incremento de la productividad. Asimismo, se podría postular que al incrementar la inversión pública se estaría fortaleciendo la recaudación fiscal, en virtud de los ingresos fiscales adicionales derivados de la mayor productividad y mayor producción del sector privado.21 El efecto estimulante de la inversión pública en el sector privado actuaría, además, en forma contraria a la hipótesis de la Equivalencia Ricardiana. La política fiscal puede ejercer, asimismo, un impacto deflacionario a raíz del aumento de la productividad y de la producción de bienes y servicios del sector privado, resultante de la inversión pública. Otra implicación es que al evaluar proyectos del sector público hay que tomar en cuenta no sólo los beneficios directos, sino también los que indirectamente resultan de sus efectos estimulantes sobre la inversión y productividad privadas. El modelo propuesto y su estimación Los estudios sobre el crecimiento económico generalmente expresan el PIB en función del acervo de capital y de la mano de obra. Debido a que en los países centroamericanos no existen datos sobre las cuantías de capital ni sobre la población económicamente activa, no se pudo usar una formulación de esa clase. Por lo tanto, se optó por plantear que el producto interno bruto, Y, sigue una trayectoria secular representada por la variable tiempo, T, y se aparta de esta tendencia secular por los efectos de las exportaciones, E, la inversión pública, Ig, y la inversión privada, Ip. El modelo propuesto entonces es: Y= f (Ip, Ig, E;T) 21 Esto negaría validez a la supuesta “Curva de Laffer”, que postula que a medida que aumenta la tasa de impuesto se alcanza un punto a partir del cual los ingresos fiscales comienzan a declinar. (1) La expresión (1) está representada por una función translogarítmica. Esta función es muy flexible y toma en cuenta las posibilidades de sustitución o complementariedad entre los insumos Ig, Ip y E. Así, la expresión (1) se puede escribir: Ln Y = a0 + a1 LnIp + a2 LnIg + a3 LnE + a4 LnIpLnIg Publicación del Banco Centroamericano de Integración Económica 269 La Integración de Centroamérica: promesa y reto vigente + a5 LnIpLnE + a6 LnIgLnE + + a8 2 (LnIg)2+ a9 2 a7 2 (LnIp)2 (LnE)2+ a10 T+ u (2) Se puede notar que la expresión (2) se vuelve idéntica a la función de producción Cobb-Douglas sí: a4 = a5 = a6 = a7 = a8 = a9 = 0 Las elasticidades del crecimiento económico se pueden calcular a partir de la expresión (2): LnY = a1 + a4 LnIg + a5 LnE + a7 LnIp LnIp (3) LnY = a2 + a4 LnIp + a6 LnE + a8 LnIg LnIg (4) LnY = a3 + a5 LnIp + a6 LnIg + a9 LnE LnE (5) Estas elasticidades miden, respectivamente, cuánto crecería el PIB si la inversión privada, la pública o las exportaciones aumentaran uno por ciento. La expresión (2) fue estimada por mínimos cuadrados ordinarios usando datos anuales para Costa Rica, Guatemala, Honduras y El Salvador, correspondientes al período 1970-1985.22 Los datos están expresados en dólares constantes a precios de 1980. Se introdujeron variables dummy para incorporar variaciones por país del término CUADRO 1. Estimación de la función translogarítmica Variables 22 Los datos proceden de varios números de la publicación Estadísticas Macroeconómicas de Centroamérica, publicada por la Secretaría Permanente del Tratado General de Integración Económica Centroamericana, Guatemala. La serie de datos para Nicaragua estaba incompleta, por lo que no se incluyó este país en el estudio. Constante LnIp LnIg LnE LnIpLnIg LnIpLnE LnIgLnE (LnIp)2 (LnIg)2 (LnE)2 DI (Guatemala) D2 (Honduras) D3 (El Salvador) T T1 (Guatemala) T2 (Honduras) T3 (El Salvador) R2 = 0.9969 270 Publicación del Banco Centroamericano de Integración Económica Coeficientes -0.9033 -0.2033 0.0313 2.3865 -0.1633 0.2284 0.0546 -0.0565 0.1269 -0.5971 0.0594 -0.5051 -0.1782 0.0210 0.0079 -0.0079 -0.0134 Estadísticos “t” 0.43 0.59 0.09 3.07 3.20 2.09 0.51 0.68 1.60 3.01 1.09 3.01 1.63 9.62 3.09 1.89 5.16 F = 955 Inversión y crecimiento económico en Centroamérica constante y de la variable tiempo.23 Los resultados se muestran en el cuadro 1, donde se puede apreciar que el coeficiente de determinación (R2) y el estadístico F son muy altos. A fin de detectar la presencia de heterocedasticidad en los residuos, se realizó una prueba ARCH con cuatro rezagos. El valor resultante del estadístico F fue de 0.0094, indicando así la ausencia de heterocedasticidad. Asimismo, se realizó una prueba de especificación para comprobar si la translogarítmica era la forma funcional apropiada. La prueba de Ramsey arrojó un estadístico F igual a 5.22, indicando que la forma Cobb-Douglas no puede ser aceptada, con lo que se valida la especificación de la función translogarítmica. Las elasticidades del crecimiento económico correspondientes a cada insumo se calcularon con base en las expresiones (2) - (4) usando valores promedios de las variables para los períodos 1970 -1978 y 1979-1985. La división del período de análisis en estos subperíodos obedece a que el primero fue de relativa bonanza a raíz de los favorables precios del café, mientras que en el segundo el estancamiento económico y la conflictividad fueron casi la norma en Centroamérica. Los resultados se muestran en el cuadro 2. CUADRO 2. Elasticidades del crecimiento económico Elasticidad con respecto a: Inversión Privada Inversión Pública Exportaciones 23 Costa Rica Guatemala Honduras Primer Período Segundo período Primer período Segundo período Primer período Segundo período 0.1379 0.0546 0.2906 0.1364 0.1046 0.1426 0.1886 0.0193 0.2067 0.1250 0.1079 0.1429 0.1087 0.0641 0.4675 0.0589 0.2109 0.2808 D1, D2 y D3 así como T1, T2 y T3 representan las variables dummy del término constante y de la tendencia secular, respectivamente. Se debe señalar que las variables Ip, Ig y E son integradas de orden 2, como se muestra en la sección IV de este trabajo. Por lo tanto, la estimación por mínimos cuadrados ordinarios arroja valores subestimados de las desviaciones estándar de los coeficientes. Así, los resultados del cuadro 1 deben interpretarse con esta salvedad. EL Salvador Primer período 0.1819 0.0708 0.2654 Segundo período 0.1757 0.1537 0.1464 Estas elasticidades indican que, por ejemplo, usando los valores de las elasticidades correspondientes al segundo período, si las exportaciones de Costa Rica aumentaran 1% su PIB crecería 0.1426%; asimismo, si la inversión pública de Honduras aumentara 1% su PIB crecería 0.2109 por ciento. Se puede notar que en todos los países las elasticidades de las exportaciones son mayores que las elasticidades de ambos tipos de inversión, excepto en El Salvador en el segundo período. Además, las elasticidades de la inversión privada son mayores que las de la inversión pública, excepto en Honduras en el segundo período. En este período las elasticidades de la inversión pública aumentan significativamente: en Costa Rica se duplica y de esa manera contrarresta la reducción de la elasticidad de las exportaciones; en Guatemala aumenta considerablemente y contrarresta las reducciones de las elasticidades de la inversión privada y de las exportaciones. Un fenómeno similar ocurre en Honduras, en donde la elasticidad de la inversión pública aumenta tres veces en el segundo período, lo que contrasta con las reducciones en las elasticidades de la inversión privada y de las exportaciones. Publicación del Banco Centroamericano de Integración Económica 271 La Integración de Centroamérica: promesa y reto vigente Se puede apreciar que los impactos de las dos clases de inversión están determinados por el ciclo económico, desempeñando la inversión pública un papel más protagónico en períodos de contracción económica. Además, se nota que los valores de las elasticidades están relacionados con los niveles de desarrollo de los países. Honduras, el país de menor ingreso per cápita, muestra el valor más alto de la elasticidad de la inversión pública, seguido de El Salvador que tiene el segundo valor más alto de elasticidad y segundo más bajo valor de ingreso per cápita, a la vez que Guatemala y Costa Rica tienen valores relativamente bajos de esta elasticidad. Un comportamiento similar se nota en el caso de la elasticidad de las exportaciones, cuyos valores más altos corresponden a Honduras, seguidos de El Salvador. A la inversa, el valor más bajo de la elasticidad de la inversión privada corresponde a Honduras. Se debe notar, sin embargo, que en ambos períodos El Salvador muestra valores de la elasticidad de la inversión privada más altos que los de los otros países. Se puede notar en el cuadro 1 que el coeficiente de la variable tiempo, que denota la tendencia secular de crecimiento, es igual a 2.10% anual. Las variables dummy de este efecto son significativos en todos los países, de manera que la tasa secular de crecimiento de cada país se encuentra sumando a 2.1% el valor del coeficiente de la correspondiente variable dummy. El cuadro 3 muestra los valores de la tendencia secular de crecimiento para cada país, así como las tasas reales promedio anual. CUADRO 3. Tasas reales anuales y tendencia secular de crecimiento económico, 1970-1985 (Porcentaje) Costa Rica Guatemala Honduras El Salvador Tasa real (1) Tendencia secular (2) 2/1 3.58 3.10 3.23 1.39 2.10 2.89 1.32 0.67 59 93 41 48 Se puede apreciar en el cuadro 3 que en Guatemala y Costa Rica las tendencias seculares de crecimiento representan un alto porcentaje de su crecimiento anual real. La menor contribución de este efecto se nota en Honduras, en donde representa 41 % del crecimiento real anual. Estos resultados no difieren de otros estudios que han encontrado que el cambio tecnológico, representado por la tendencia secular, explica una gran parte del crecimiento económico. Es de interés particular que en Costa Rica y Guatemala, los países de mayor ingreso per cápita, el efecto del cambio tecnológico sea mayor. Este resultado, y otros ya señalados, indican que existe un efecto acumulativo de crecimiento; Esto es, a medida que un país centroamericano crece y se desarrolla, estas experiencias lo propulsan hacia las subsiguientes etapas de crecimiento, es decir, el crecimiento de hoy gesta el impulso para mayor crecimiento en el futuro. A la 272 Publicación del Banco Centroamericano de Integración Económica Inversión y crecimiento económico en Centroamérica inversa, la contracción económica generaría un deterioro que posteriormente sería más difícil de superar que si el país hubiera estado creciendo. Pruebas de cointegración y causalidad 24 La fuente de datos es la misma que en la referencia 22. 25 Robert F. Engle y C.W.J. Granger, “Co-integration and Error Correction: Representation, Estimation and Testing”, Econometrica, vol. 55, marzo de 1987, pp. 251-276. Para analizar la relación de largo plazo entre la inversión pública y la privada se efectuaron pruebas de cointegración. La existencia de cointegración indicaría que estas variables guardan un comportamiento común en el largo plazo y que cuando se apartan, debido a disturbios temporales, vuelven a su asociación de largo plazo tras corregir dicho disturbio. Con base en series temporales de datos para el período 19501988, en primer lugar se analizó si estas variables tienen una raíz unitaria.24 Se aplicó la prueba de Dickey-Fuller Aumentada a los logaritmos de las variables, empleando rezagos de tres años en todos los países excepto Costa Rica, en cuyo caso el rezago fue de dos años. Se puede notar en el cuadro 4 que en todos los países se requiere de doble diferenciación para que las variables sean estacionarias. Esto indica que las variables ∆LnIp y ∆LnIg, que representan las tasas de crecimiento de Ip e Ig, son integradas de orden 1 y, por lo tanto, las pruebas de cointegración deben ser efectuadas sobre estas variables. Los resultados de dicha prueba se presentan en el cuadro 5. En el cuadro 5 se observa que en Costa Rica la inversión pública y privada están cointegradas a un nivel de 5%; en Guatemala se acepta la hipótesis de cointegración a un nivel de 10%. En los otros dos países no se puede aceptar la existencia de cointegración. Destaca nuevamente el comportamiento peculiar de Costa Rica y Guatemala; de hecho, la presencia de cointegración indicaría que la inversión pública y privada tienen una relación tal que el comportamiento de una hace posible predecir el comportamiento de la otra o, como lo demuestran Engle y Granger, la cointegración implica la existencia de causalidad en por lo menos una dirección.25 Cabe señalar que la prueba de cointegración se llevó a cabo sobre la primera diferencia de las variables, que representa la tasa de crecimiento de las mismas. Las pruebas de causalidad de Granger se realizaron usando las variables doble diferenciadas, las cuales son estacionarias, como se muestra en el cuadro 4. El cuadro 6 revela que en Costa Rica no se pueden aceptar ambas hipótesis nulas; es decir, existe una fuerte causalidad recíproca entre inversión privada y pública. Esto confirma la existencia de cointegración que se detectó en el cuadro 5. En Guatemala existe una relación de causalidad en la dirección de inversión pública a privada pero en una escala de confianza relativamente bajo, mientras que se puede aceptar la hipótesis de que la inversión pública no es causada por la privada. En Honduras, la hipótesis nula de que la inversión privada no es causada por la inversión pública es rechazada con alto grado de confianza; a la vez, se acepta la hipótesis de que la inversión pública no es causada por la privada. En El Salvador se rechazan ambas hipótesis, es decir, no existe ninguna relación de causalidad. De lo anterior se desprende que en Costa Rica y Honduras Publicación del Banco Centroamericano de Integración Económica 273 La Integración de Centroamérica: promesa y reto vigente y, en menor grado en Guatemala, la inversión pública tiene un papel significativo en determinar la inversión privada. CUADRO 4. Pruebas de raíz unitaria.1 Valores de las estadísticas (VARIABLES DICKEY-FULLER) Ln Ip Ln Ig ∆LnIp ∆LnIg ∆2LnIp ∆2LnIg -1.3634 -2.0445 -2.3167 -1.2322 -1.1762 -2.2497 -1.4779 -1.7279 -3.3369 -2.7697 -3.5254 -3.1724 -3.1257 -3.2578 -2.5133 -1.9150 -5.2633 -4.6371 -4.9766 -5.5404 -5.6602 -3.8080 -3.6509 -5.1656 Países Costa Rica Guatemala Honduras El Salvador 1. En todas las pruebas se usaron tres rezagos, excepto en el caso de Costa Rica, para la que se emplearon sólo dos. Los respectivos valores críticos para ese país, a un nivel de 1%, son: variables en niveles: 3.6228; primeras diferencias: 3.6289; y segunda diferencia: 3.6353. Para los otros países, a nivel de 1%, los valores críticos son: variables en niveles: 2.9472; primeras diferencias: 3.6353; segundas diferencias: 3.6422. CUADRO 5. Pruebas de cointegración1 Valores del estadístico Dickey-Fuller Costa Rica Guatemala Honduras El Salvador 4.1453 3.4139 2.5491 2.1993 1 . En el caso de Costa Rica se usaron rezagos de dos años y tres en los otros países. Los valores críticos en el caso de Costa Rica a niveles de 1, 5 y 10 por ciento, son: 4.2256, 3.5155 y 3.1671 respectivamente. Los correspondientes a valores críticos de los otros países son: 4.2359, 3.5210 y 3.1708. Conclusiones La reseña de la bibliografía evidencia el papel relevante que la inversión pública desempeña en la producción e inversión del sector privado. También muestra que el gasto público en el rubro de educación es muy eficaz en propulsar el crecimiento. En los países centroamericanos se ha encontrado que el crecimiento del producto tiene una elasticidad con relación a la inversión pública del mismo orden de magnitud que las elasticidades de la inversión privada y las exportaciones; además, las elasticidades de la inversión pública han aumentado en el período en estudio. Por otra parte, los análisis de causalidad indican que en Honduras la inversión pública causa, en el sentido de Granger, la inversión privada, mientras que en Costa Rica la causalidad es recíproca. Lo anterior indica que en los países centroamericanos la inversión pública tiene una función fundamental en la creación de oferta productiva, mediante el estímulo a la inversión privada. Una implicación sería que el esfuerzo fiscal del sector privado podría ser, de hecho, atenuado por los beneficios económicos recibidos por la formación de capital público. Otra sería que si los programas de reforma del sector público llevaran a la merma de su capacidad para invertir, esto implicaría un 274 Publicación del Banco Centroamericano de Integración Económica Inversión y crecimiento económico en Centroamérica alto costo social, particularmente en términos de la resultante pérdida de dinamismo de la inversión privada. CUADRO 6. Pruebas de causalidad de Granger Ip no es causada por Ig Costa Rica Guatemala Honduras El Salvador 4.1584 1.2864 3.9267 1.2166 Probabilidad 0.0255 0.2991 0.0190 0.3227 Ig no es causada por Ip 7.8323 1.1315 1.0365 0.8463 Probabilidad 0.0018 0.3539 0.3922 0.4807 En el entorno de la realidad de los países centroamericanos, en los que existen grandes deficiencias en capital humano e infraestructura básica (excepto en Costa Rica), una política apropiada sería la decidida movilización de recursos públicos, con criterios muy selectivos, para aumentar la inversión pública y eliminar tales deficiencias. Esto, como se ha evidenciado por las pruebas de causalidad, serviría para inducir la inversión privada. Publicación del Banco Centroamericano de Integración Económica 275 La Integración de Centroamérica: promesa y reto vigente 276 Publicación del Banco Centroamericano de Integración Económica La relación de largo plazo entre el ahorro y la inversión en la América Latina El Trimestre Económico Vol. LXIV (3) México Julio- Septiembre de 1997 La Integración de Centroamérica: promesa y reto vigente Introducción En un estudio reciente, publicado en El Trimestre Económico, Bellod Redondo (1996) presentó resultados empíricos que indican que en los países latinoamericanos no existe una relación de largo plazo entre sus tasas de ahorro y de inversión. En esta nota queremos señalar algunas debilidades del método de análisis de ese autor y presentar evidencia de que en una muestra de ocho países de la región sí existe una relación de largo plazo entre el ahorro, la inversión y otras variables. Bellod Redondo siguió la propuesta de Felsdtein y Horioka (1980) de que la correlación entre las tasas de ahorro e inversión pueden servir de indicador de la movilidad de capital. 1 Así, efectuó un análisis de cointegración entre las series de tasas de ahorro S/Y, y de tasa de inversión, I/Y, de cada uno de una muestra de 16 países de la América Latina. Primero, constató que tanto S/Y como I/Y eran integradas de orden cero, y luego estimó la ecuación: (I/Y) t = u + B(S/Y)t + E t Con base en pruebas de estacionariedad del error Et el autor infirió que no existía cointegración en la mayoría de los países. Pero hay razones para dudar de sus resultados. Se debe señalar que resultados similares se encontraron en otros estudios que han analizado la cointegración entre S/Y e I/Y. Así, Miller (1988) encontró que en los Estados Unidos estas variables están cointegradas durante el periodo de tasa de cambio fijo, pero en el periodo de tipo de cambio variable no se detectó cointegración. Gulley (1992) rexaminó los resultados de Miller y concluyó que no existía cointegración durante ninguno de los periodos analizados. Leachman (1991) no encontró evidencia de cointegración en una muestra de países de la OCDE, infiriendo que los mercados financieros internos son susceptibles a los movimientos de capital extranjero. En el caso de los países centroamericanos, Cáceres y Núñez-Sandoval (1993) concluyeron que no existe cointegración entre sus tasas de ahorro e inversión. De la misma manera, Mamingi (1993) no encontró evidencia de cointegración en la mayoría de una muestra de 30 países en desarrollo. Resultados similares encontró Bodman (1995) para una muestra de países de la OCDE. Sin embargo, cuando este autor incluyó las variables ingreso nacional y déficit fiscal en el vector de cointegración y estimó la ecuación por el método de Johansen (1988), sí obtuvo resultados que denotaban la existencia de cointegración. Este autor concluyó que la ausencia de cointegración confirmada en los estudios anteriores podría explicarse por la omisión de variables cuya presencia es necesaria para detectar una relación de largo plazo. Este es el problema presente en los resultados de Bellod Redondo como analizamos a continuación. 278 Publicación del Banco Centroamericano de Integración Económica La relación de largo plazo entre el ahorro y la inversión en la América Latina I. Otro modelo de cointegración Otro análisis parte del hecho de que en un año dado la acumulación de activos se establece por la suma de la inversión privada Ip, más la inversión pública Ig, la fuga de capital K, el aumento de reservas ∆R, el aumento de dinero interno ∆M y el aumento de dinero extranjero ∆M’. Esta acumulación de activos es financiada por la suma del ahorro nacional S, los ingresos netos de recursos externos F y el crédito a los sectores públicos y privados L. Se supone que estas variables interactúan de acuerdo con ecuaciones de comportamiento y, por tanto, que existe una forma reducida para la inversión privada, dada por: Ip = f (Ig, K, ∆R, ∆M, ∆M´, S, F, L) A fin de estimar esta ecuación se toma en cuenta que los datos respecto a fuga de capital y acumulación de monedas extranjeras no están disponibles para la mayoría de los países de la región; asimismo, los datos de crédito no son homogéneos ya que incorporan en algunos años partidas de transferencias externas al sector público, por lo que esta variable se puede representar por la masa monetaria. Los valores de la variación de reservas son muy bajos en la mayoría de los países, por lo que también se pueden omitir. Por tanto, la forma reducida se torna una ecuación de cointegración expresando la inversión privada en función de la inversión pública, el ahorro nacional, la oferta de dinero interno y la entrada neta de recursos externos: Ip = z (Ig, S, M, F) Esto permite formular una representación más completa de las interacciones de largo plazo entre estas variables y evitar inferir erróneamente que no existe una relación de largo plazo al examinar la cointegración sólo entre el ahorro y la inversión. La expresión anterior fue objeto de un análisis de cointegración por el método de máxima verosimilitud de Johansen (1988). Este método permite contrastar la existencia de varios vectores de cointegración y ofrece estimaciones de los coeficientes de los distintos vectores. Los datos de inversión privada y pública se obtuvieron de la Corporación Financiera Internacional (1994); las fuentes de los datos de ahorro nacional y dinero son la publicación Internacional Financial Statistic, del Fondo Monetario Internacional, mientras que los datos de las entradas netas de capital fueron tomadas del Banco Mundial (1995). Todos los datos son expresados en los logaritmos de la variable respectiva expresada como porcentaje del producto nacional bruto. Las estimaciones se efectuaron con datos anuales del periodo 1970-1994. Se llevaron a cabo pruebas de raíces unitarias para determinar el orden de integración de las variables y en cada caso se encontró que las variables eran integradas de orden l, ya que el estadístico Dickey-Fuller aumentado no rechazó la presencia de una raíz unitaria en los valores en niveles de las series cronológicas, pero sí la rechazó en sus primeras diferencias. El análisis se realizó Publicación del Banco Centroamericano de Integración Económica 279 La Integración de Centroamérica: promesa y reto vigente para ocho países, para los cuales los datos necesarios están disponibles. En dos de estos países, El Salvador y Guatemala, se estimaron también modelos de corrección de errores. II. Resultados de cointegración para El Salvador Las estimaciones de cointegración se realizaron con un vector autorregresivo de dos rezagos. Los estadísticos de cointegración se presentan en los cuadros 1 y 2 y los vectores de cointegración en el cuadro 3. Se puede inferir con base en las pruebas del maximal eigenvalue (cuadro 1) y del trazo de la matriz estocástica (cuadro 2) la existencia de un vector de cointegración, lo que indica que existe una relación de largo plazo entre estas variables. En el cuadro 3 se aprecia que la inversión pública ejerce un efecto positivo en la inversión privada, de tal manera que si la primera aumentara en 1%, la segunda aumentaría en 1.05%. En efecto, la influencia propulsiva de la inversión pública en la privada ha sido reconocida en varios estudios (Cardoso, 1993; Cáceres, 1995; Ramírez, 1995; Moguillansky, 1996); Los recursos externos ejercen un efecto positivo en la inversión privada, pero su elasticidad es pequeña (0.19109). Se debe notar que el ahorro nacional y la cuantía de dinero tienen una influencia negativa en la inversión privada. Esto puede ser una necesidad a fin de crear los espacios para la entrada de recursos externos. En efecto, el desplazamiento del ahorro nacional por el externo fue encontrado por varios autores (Masson et al; 1995; Schmid Habbel, Serven y Solimano, 1994). CUADRO 1. El Salvador: Prueba basada en maximal eigenvalue Eigenvalue en orden descendiente 0.85987 0.51795 0.40953 0.12018 0.000 Hipótesis Nula r = 0 r<=l r <= 2 r <= 3 r <= 4 Alternativa Estadístico Valor crítico (95%) r=1 r=2 r=3 r=4 r=5 43.2337 16.0537 11.5903 7.4129 2.8168 34.4000 28.1380 22.0020 15.6720 9.2430 CUADRO 2. El Salvador: Prueba de cointegración basada en el trazo de la matriz estocástica Hipótesis Nula r = 0 r <= 1 r <= 2 r <= 3 r <= 4 280 Publicación del Banco Centroamericano de Integración Económica Alternativa r >= 1 r >= 2 r >= 3 r >= 4 r >= 5 Estadístico 81.1074 37.8737 21.8200 10.2297 2.81682 Valor crítico (95%) 76.0690 53.1160 34.9100 19.9640 9.2430 La relación de largo plazo entre el ahorro y la inversión en la América Latina CUADRO 3. El Salvador: Vector de cointegración (Valores normalizados en paréntesis) Variables Vector de cointegración (β vector) SI p 0.40932 (-1.0000) -0.43091 (1.0528) 0.46049 (-1.1250) 3.3882 (-8.2777) -0.0782 (0.19109) -1.3183 (3.2208) SI g SS SM SF Intercepto III. Resultados de cointegración para Guatemala Las pruebas de cointegración para el caso de Guatemala indican la existencia de tres vectores de cointegración (cuadros 4 y 5). Los vectores de cointegración se presentan en el cuadro 6. El primer vector indican que la inversión pública ejerce un efecto positivo en la inversión privada, como también lo tienen el ahorro nacional y el dinero. Sin embargo, los recursos externos ejercen un efecto negativo en la inversión privada, resultado que se ha encontrado en otros estudios (Hadjimichael y Ghura, 1995). Esto indicaría que el financiamiento proporcionado a la inversión por el ahorro nacional debe contrarrestar al desfinanciamiento causado por los recursos externos. En el segundo vector todas las variables ejercen efectos negativos en la inversión privada, excepto la inversión pública. En el tercer vector la única variable que tiene un signo positivo es el ahorro nacional. CUADRO 4. Guatemala: Prueba de cointegración basada en maximal eigenvalue Eigenvalue en orden descendiente 0.83248 0.76071 0.64039 0.41309 0.061193 0.0000 Hipótesis Nula r=0 r=l r=2 r=3 r=4 Alternativa r=1 r =2 r =3 r=4 r=5 Estadístico Valor crítico (95%) 39.3066 31.4617 22.4999 11.7235 1.3892 34.4000 28.1380 22.0020 15.6720 9.2430 Publicación del Banco Centroamericano de Integración Económica 281 La Integración de Centroamérica: promesa y reto vigente CUADRO 5. Guatemala: Prueba de cointegración basada en el trazo de la matriz estocástica Hipótesis Nula Alternativa Estadístico Valor crítico (95%) r =0 r <= l r <= 2 r <= 3 r <= 4 r >= 1 r >= 2 r >= 3 r >= 4 r >= 5 106.3809 67.0744 35.6126 13.1127 1.3892 76.0690 53.1160 34.9100 19.9640 9.2430 CUADRO 6. Guatemala: Vectores de cointegración (Valores normalizados en paréntesis) Variable GIp GIg GS GM GF Intercepto Vector 1 Vector 2 Vector 3 1.45558 (-1.0000) -0.18333 (0.12596) -1.6215 (1.1141) -4.5097 (3.0984) 0.68849 (-0.47302) 0.89215 (-0.6129) -0.88888 (-1.0000) 0.88101 (0.99124) -0.48621 (-0.54704) -2.7494 (-3.0933) -0.036082 (-0.0405) 2.4706 (2.7797) 0.78557 (-1.0000) 0.27378 (-0.34850) -0.20113 (-0.25603) 2.2390 (-2.8501) 0.00359 (-0.00457) -2.0198 (2.5711) IV. Modelo de corrección de errores para El Salvador A fin de investigar la dirección de causalidad entre las variables fueron estimados modelos de corrección de errores usando los términos de error de los vectores de cointegración. La forma general del modelo estimado, usando el prefijo S para denotar el caso de El Salvador, es la siguiente: ∆SI p = C + a1 ∆SI p-1 + a2 ∆SIg-1 + a3 ∆SS -1 + + a4 ∆SM -1 + a5 ∆SF -1 + a6 SER -1 + V en la que C y V denotan respectivamente la constante y el término de error de la ecuación, y SER es el error estimado por la ecuación de cointegración. Las variables que no resultaron significativas en la estimación de la ecuación de corrección de errores fueron omitidas en estimaciones subsecuentes hasta que se obtuvo la estimación más significativa. Un resultado que debe destacarse es que en las ecuaciones para la inversión pública y privada ninguna de las vari282 Publicación del Banco Centroamericano de Integración Económica La relación de largo plazo entre el ahorro y la inversión en la América Latina ables independientes rezagadas ni el término de error rezagado fueron significativos, lo que indicó que la inversión privada y pública son variables exógenas. Los resultados para las otras variables se presentan en el cuadro 7. CUADRO 7. El Salvador: Modelo de corrección de erroresa Variables dependientes Variables independientes C ∆SI p-1 ∆S ∆SM ∆SF -0.0856 (0.86) -0.0005 (0.08) -0.0558 (2.00) -0.5481 (2.14) 5.7604 (2.78) 0.0723 (1.59) 0.4465 (2.38) 0.44 3.16 0.0570 (3.74) -0.0104 (4.23) -0.0104 (4.23) -0.0762 (7.57) 0.81 17.20 0.1523 (0.29) -5.4708 (2.21) 5.5368 (2.06) -4.5040 (3.96) ∆SI g-1 ∆SS-1 ∆SM-1 ∆SF-1 SER-1 R2 F a 2.0887 (3.23) 0.62 6.56 Los estadísticos t se muestran entre paréntesis debajo de los correspondientes coeficientes. Se destaca en el cuadro 7 que en las ecuaciones para el ahorro nacional, dinero y recursos externos el término de error rezagado (SER -1) resultó significativo, lo que indica que cada una de estas variables es influida por todas las otras variables por medio del término de error. Además, en la ecuación del ahorro nacional su valor rezagado resultó negativo y significativo, denotando la existencia de un proceso de inventario en la acumulación de ahorro. Se puede notar, además,que el dinero ejerce un efecto positivo en el ahorro, tal como fue afirmado por Edwards (1995) para una muestra de países desarrollados y en desarrollo, aunque Schmidt-Habbel, Webb y Corsetti (1992) encontraron efectos negativos del dinero en el ahorro en el caso de países en desarrollo. Por otra parte, la inversión privada muestra un efecto negativo en el dinero indicando que, contrario al postulado del Mckinnon-Shaw, el dinero y el capital físico son sustitutos. El ahorro muestra un efecto positivo en el dinero de manera que existe una causalidad recíproca entre estas variables. Se debe notar que la inversión pública ejerce un efecto positivo en los recursos externos, lo que indica que la entrada de recursos externos está determinada por los programas de inversión del sector público. Además, la inversión privada y el ahorro ejercen efectos negativos en la entrada de recursos externos. El carácter endógeno mostrado por los recursos externos podría interpretarse como evidencia de la movilidad internacional del capital, como ha Publicación del Banco Centroamericano de Integración Económica 283 La Integración de Centroamérica: promesa y reto vigente sido propuesto por Schmidt-Hebbel, Servén y Solimano (1994). Sin embargo, esta “movilidad” es resultado de la negociación por parte del sector público de préstamos de fuentes multilaterales y bilaterales para sustentar los programas de inversión pública. Este es un resultado que no puede ser determinado por la aplicación del análisis bivariado de Feldstein y Horiokia (1980) al estudio de la movilidad del capital en países en desarrollo. V. Modelo de correción de errores para Guatemala En el caso de Guatemala los modelos de corrección de errores fueron estimados usando valores rezagados de los errores del primer y segundo vectores de cointegración, denotados respectivamente por GER1 y GER2. En este caso la inversión privada fue exógena como en El Salvador. Los resultados para las otras variables están en el cuadro 8. Se puede notar en el cuadro 8 que el coeficiente de GER1 rezagado es significativo en las ecuaciones para el ahorro nacional y los recursos externos, mientras que el segundo término de error es significativo en las ecuaciones del dinero, de los recursos externos y, a un nivel de 10%, de la inversión pública. Asimismo, el ahorro nacional es influido de manera positiva por la inversión privada y negativamente por los recursos externos; éstos, a su vez, son afectados por la inversión pública y privada. Por su parte, la inversión pública recibe un efecto positivo de la entrada de recursos externos y negativo del dinero, a la vez que su valor rezagado muestra un valor positivo, CUADRO 8. Guatemala: Modelo de corrección de errores Variables independientes C ∆GI p-1 ∆GI g-1 Variables dependientes ∆GS ∆GS -0.0212 (0.76) 0.4104 (2.02) -0.0227 (0.87) 0.4539 (2.17) ∆GM -0.0085 (0.59) ∆GS g-1 ∆GF ∆GF ∆GIg 0.0208 (0.11) 4.6191 (2.23) -1.3681 (1.64) 0.0111 (0.10) 0.0080 (0.17) 0.4247 (2.18) ∆GM g-1 ∆GF-1 -0.0616 (1.99) -0.1921 (1.91) GER1-1 GER2-1 R2 F 0.31 4.27 0.43 6.82 284 Publicación del Banco Centroamericano de Integración Económica -1.7096 (2.80) 0.1418 (2.67) 0.0506 (3.14) -0.1040 (2.73) 0.45 7.39 0.26 2.03 -1.5582 (2.50) -1.5935 (2.23) 0.25 3.05 0.2205 (1.82) 0.49 3.92 La relación de largo plazo entre el ahorro y la inversión en la América Latina indicando que la inversión pública está sujeta a un efecto de “formación de hábito” VI. Causalidad entre países Dada la fuerte interdependencia económica entre El Salvador y Guatemala, se investigó si “choques” económicos que ocurren en Guatemala tienen repercusiones en El Salvador y viceversa. Así, se estimaron modelos de corrección de errores para las variables de El Salvador, incluyendo entre las variables independientes los términos de error de los vectores de cointegración de Guatemala. Los resultados fueron significativos sólo en el caso de la ecuación del ahorro nacional de El Salvador, en cuyo caso el error rezagado del segundo vector de cointegración de Guatemala resultó significativo. La ecuación es la siguiente: ∆SS = -0.1905 + 5.0808 ∆SM -1 -0.3450 ∆SS-1 + 0.6709 (GER2-1) (2.01) (2.75) (1.70) (2.61) (2.96) R2 = 0.45 F = 4.78 Este resultado indica que la tasa de ahorro en El Salvador es causada, en parte, por variables macroeconómicas de Guatemala. VII. Resultados para otros países Fueron estimadas ecuaciones de cointegración para otros países para los cuales se pudo obtener los datos requeridos. Los resultados de las pruebas de maximal eigenvalue y trazo de la matriz estocástica permitieron inferir la existencia de un vector de cointegración en cada país. Estos resultados indican la existencia de relaciones de largo plazo entre estas variables. Estos son países en los cuales, con excepción de Guatemala, Bellod Redondo (1996) infirió que no existía cointegración. CUADRO 9. Cointegración de la inversión privada con la inversión pública, el dinero, el ahorro nacional y la entrada de recursos externos, 1970-1994 Variables Ip Ig M S F Argentina -1.0000 1.7507 -0.0079 -0.4551 1.6001 Colombia -1.0000 2.861 0.0013 0.3161 0.3825 Ecuador -1.0000 2.0029 0.0570 0.1026 -0.9008 México -1.0000 0.3026 -0.0725 -0.1017 1.3715 Paraguay -1.0000 1.8063 0.2144 0.2633 -0.8502 Uruguay -1.0000 0.6123 0.0139 0.3156 -0.0016 Publicación del Banco Centroamericano de Integración Económica 285 La Integración de Centroamérica: promesa y reto vigente Se puede apreciar que en todos los países la inversión pública tiene un efecto positivo en la inversión privada. El dinero afecta de manera positiva a la inversión privada en todos los países, excepto Argentina y México. Con excepción del caso de Colombia, el ahorro nacional y el dinero muestran signos contrarios al de los recursos externos, indicando una relación de sustitución entre las variables de acumulación interna y el ahorro externo. Consideraciones finales En este trabajo se ha presentado evidencia de que en ocho países de la región existen relaciones de largo plazo entre inversión pública y privada, la oferta monetaria, el ahorro nacional y la entrada neta de recursos externos. Asimismo, en el modelo de corrección de errores estimado para El Salvador se encontró que la inversión privada y pública son exógenas y ambas causan la entrada de recursos externos. A la vez, esta variable es desplazada por el ahorro nacional. Por su parte, el dinero es aumentado por el ahorro nacional y desplazado por los recursos externos. En Guatemala se encontró que la inversión privada es exógena mientras que la inversión pública es causada por los recursos externos. Estos resultados señalan que las entradas de recursos externos obedecen a negociaciones del sector público para financiar los programas de inversión. Por tanto, del análisis de cointegración no se pueden deducir conclusiones categóricas de la movilidad de capital. Un resultado que merece mayor estudio es el efecto de causalidad de país a país que puede existir en la América Latina, como se ha encontrado para el caso de El Salvador y Guatemala. Esto indica que el estudio de la movilidad de capital y de la existencia de relación de largo plazo entre variables macroeconómicas internas tendría que efectuarse sobre una base multinacional. Diciembre de 1996 286 Publicación del Banco Centroamericano de Integración Económica La relación de largo plazo entre el ahorro y la inversión en la América Latina Referencias bibliográficas Banco Mundial, (1995), Trends in Developing Countries, Washington D. C. Bellod Redondo, José Francisco (1996), “Ahorro e inversión en el largo plazo: El caso de la América Latina”, EL TRIMESTRE ECONÓMICO, vol. LXIII, núm.251, julio-septiembre. Bodman, Philip M. (1995), “National Saving and Domestic Investment in the Long Term: Some Time Series Evidence from the OECD”, International Economic Journal, vol. 9, num. 2, verano. Cáceres, Luis René (1985a), “Ahorro, inversión, deuda externa y catástrofe”, EL TRIMESTRE ECONÓMICO, vol. LII, núm. 207, julio-septiembre. — (1985b), “Savings in a Global Context”, D. Kessler y P. Ullmo (comps.), Saving and Development, París, Económica. — , y Óscar A. Núñez-Sandoval (1993), “The Relationship between Saving and Investment in Central America”, inédito. — (1995), “Inversión y crecimiento económico en Centroamérica”, inédito. Cardoso, Eliana (1993), “Macroeconomic Environment and Capital Formation in Latin America”, Luis Servén y Andrés Solimano (comps.), Striving for Growth after Adjustment, Washington, D. 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La Integración de Centroamérica: promesa y reto vigente Comentarios La década de los años ochenta se conoce en América Latina y el Caribe como la “década perdida”, a raíz de la crisis de la deuda externa. De hecho, hasta 1998 sólo nueve países habían recuperado el ingreso per cápita registrado en 1980. Sin embargo, la evolución económica de Centroamérica, a excepción de Costa Rica, denota una secuencia de oportunidades no aprovechadas y de esfuerzos no emprendidos en campos fundamentales, que permiten pensar que, en efecto, la subregión ha pasado por una serie de décadas perdidas. Basta analizar la trayectoria del ingreso per cápita relativo de cada país durante el período de 1920-1984, usando los datos preparados por el distinguido economista británico Victor Bulmer Thomas2, para observar el deterioro relativo del mayor parte de los países de la subregión. GRÁFICO 1. Ingreso per cápita relativo 0.8 0.2 0.1 0.6 0.0 0.4 -0.1 0.2 -0.2 0.0 20 25 30 35 40 45 50 55 60 65 70 75 -0.3 20 80 25 30 35 40 Co sta Ric a 45 50 55 60 65 70 75 80 65 70 75 80 El Salv ad or 0.6 0.4 0.5 0.2 0.4 0.0 0.3 0.2 -0.2 0.1 -0.4 0.0 -0.1 20 25 30 35 40 45 50 55 60 65 70 75 -0.5 20 80 25 30 35 G uate m ala 0.0 -0.1 -0.2 -0.3 -0.4 -0.5 20 45 50 55 Ho nd uras 0.1 2 Véase, Víctor Bulmer-Thomas, La Economía Política de Centroamérica desde 1920, Tegucigalpa, Banco Centroamericano de Integración Económica. 1989. 40 25 30 290 Publicación del Banco Centroamericano de Integración Económica 35 40 45 50 55 Nicaragua 60 65 70 75 80 60 Décadas perdidas oportunidades para el presente La Gráfica 1 muestra el ingreso per cápita relativo de cada país centroamericano, definido como el logaritmo del ingreso per cápita de un país en relación con el ingreso per cápita promedio de los cinco países. Cuando este indicador es mayor que cero, se deduce que el ingreso del país es mayor que el promedio subregional, y cuando el ingreso relativo aumenta significa que el país respectivo está desarrollándose más rápidamente que el promedio. Por el contrario, una tendencia declinante de este indicador denota que el país está perdiendo terreno en relación con el promedio subregional. En la Gráfica 1 se puede observar que el ingreso per cápita de Costa Rica siempre ha superado al promedio centroamericano, y que su trayectoria es mucho menos accidentada que la de los otros países. En los años cincuenta, cuando comenzó el programa centroamericano de integración económica, el ingreso relativo de Costa Rica tuvo una trayectoria ascendente y sostenida hasta el final del período. Por su parte, Honduras tenía, en 1920, un ingreso per cápita superior al promedio de la región, pero a partir de los años treinta comenzó una tendencia a la baja que persistió en el período restante. En los años veinte y treinta, Guatemala tenía un ingreso per cápita superior al promedio subregional, pero empezó a perder terreno en los años cincuenta, sin poder recuperarlo al final del período. Nicaragua, por su parte, mostró la trayectoria más accidentada, y sobresalió una caída muy marcada en los años cuarenta. Este país recuperó su posición relativa y mantuvo su ingreso per cápita por arriba del promedio desde 1965 a 1976. Pero a partir de este último año empezó a rezagarse y experimentó una caída muy marcada a finales de esa década. En 1920, El Salvador tenía el ingreso per cápita más bajo de Centroamérica. No fue si no hasta finales de los años cuarenta que alcanzó un ingreso per cápita por encima del promedio. Sin embargo, no pudo mantener dicha posición y su ingreso relativo empezó a declinar en forma continua desde mediados de la década de los sesenta. La disparidad en el desarrollo centroamericano también se evidencia en la Gráfica 2, que muestra la dispersión anual del logaritmo del ingreso per cápita de los cinco países. Se puede observar el marcado aumento que ocurre en los años treinta y GRÁFICA 2. Dispersión anual del logaritmo del PIB per cápita 0.5 0.4 0.3 0.2 0.1 20 25 30 35 40 45 50 55 60 70 75 80 85 Publicación del Banco Centroamericano de Integración Económica 291 La Integración de Centroamérica: promesa y reto vigente 3 Los datos de dispersión en otras latitudes se obtuvieron de Sala-iMartin, Xavier, “Regional Cohesión: Evidence and Theories of Regional Growth and Convergence, Economic Growth Center”, Yale University, octubre, 1994. 4 Véase, entre otros, Mankiw, Gregory D.; Romer, David y Weil, David, “A Contribution to the Empirics of Economic Growth”, Quarterly Journal of Economics, Vol. 107, 1992, pp. 407-437. cuarenta. Además, se observa con claridad que, a partir de los años cincuenta, la dispersión aumentó en forma sostenida de tal manera que al final del período ésta era dos veces mayor que a su inicio. Al comparar la dispersión del ingreso entre los países centroamericanos con la de otras regiones, se infiere que desde 1920 a 1950 las disparidades en la subregión eran de la misma magnitud que las existentes entre los estados de Estados Unidos, pero en 1984 era tres veces mayor. Además, en ese año la dispersión en Centroamérica era dos veces mayor que la existente en las provincias de Italia y España, aunque sólo era de 40 por ciento de la disparidad existente en el “mundo”, entendido como una muestra de 108 países3. Victor Bulmer-Thomas ha ofrecido una explicación sobre la evolución del desarrollo relativo de los países centroamericanos. Este autor apunta que, ante la crisis de los años treinta, Costa Rica, El Salvador y Nicaragua llevaron a cabo políticas “activas” para enfrentar la crisis. Estos países devaluaron sus monedas, lo cual estimuló las exportaciones. Además, suspendieron el servicio de su deuda externa y el ahorro que obtuvieron lo destinaron a proyectos de infraestructura, particularmente carreteras. Honduras, en cambio, adoptó una política “pasiva” y desde entonces su declinación ha sido continua, como se observa en la Gráfica 1. La infraestructura física construida en esa época permitió a algunos países aprovechar el auge de los precios del café en los años cuarenta y principios de los cincuenta. Esto explica el aumento del ingreso relativo de El Salvador. Sin embargo, El Salvador no mantuvo esa posición y, por el contrario, entró en un período sostenido de reducción de su ingreso relativo en los años sesenta. Resulta irónico que durante el período en que se calificaba a El Salvador como el “Japón de Centroamérica”, era cuando estaba iniciando una trayectoria descendente que, en 1984, no se había podido revertir. La explicación de la creciente disparidad en la subregión a partir de los años cincuenta podría encontrarse en el hecho de que desde los cincuenta, Costa Rica ha impulsado, como su primera prioridad, el desarrollo de su capital humano, de manera que alcanzó niveles de educación y salud mucho más elevados que los del resto de la región. El Salvador, que no tenía un rezago muy pronunciado en 1960, se fue quedando atrás en materia de educación. En efecto, en el Cuadro 1 se observa que El Salvador y Guatemala tenían, en 1980, niveles de matrícula en el nivel escolar secundario del mismo orden de magnitud del que Costa Rica había alcanzado dos décadas antes; para 1995, Guatemala, El Salvador y Honduras tenían tasas de matrícula muy inferiores a las que Costa Rica tenía en 1980. Las crecientes disparidades en materia de capital humano fueron dando lugar a las disparidades en el ingreso per cápita que se evidencian en la Gráfica 1. El argumento de que las diferencias en la evolución económica de los países de la subregión se explican por el diferente apoyo otorgado al recurso humano, descansa en varios estudios recientes que han concluido que la inversión en capital humano es tan importante para impulsar el crecimiento económico como la inversión física4. En este contexto es de particular relevancia el estudio que informa que si el nivel promedio de educación de la mano de obra en El Salvador 292 Publicación del Banco Centroamericano de Integración Económica Décadas perdidas oportunidades para el presente CUADRO 1. Tasas de matrícula a nivel de secundaria (En porcentajes) 5 Véase, Banco Interamericano de Desarrollo, Latin America After a Decade of Reforms, 1997, p. 60. 6 En cuanto a la función determinante de los recursos humanos en la atracción de inversión extranjera, véase Braunerhjelom, Pontus y Svensson, Roger, “Host Country Characteristics and Agglomeration in Foreign Investment”, Applied Economics, Vol. 23, 1996. Respecto a la función de la educación en la determinación de la capacidad de exportación, véase el trabajo de Londoño, Juan Luis; Szekely, Miguel y Spillimbergo, Antonio, “Comercio, Recursos y Desigualdad en América Latina”, Banco Interamericano de Desarrollo, OCE, agosto, 1997. Estos autores concluyen que: “el magro aumento de capital y la educación por trabajador logrado por los países latinoamericanos en los ochenta y noventa representa, en realidad, al compararlo con el resto de los países del mundo, un enorme atraso relativo... El progreso futuro en materia distributiva y de intercambio comercial declive dependerá, sobre todo, de la incorporación del progreso tecnológico que permita una aceleración sustancial de la acumulación de capital físico y humano. El haber marchado tan lento en tal dirección en las últimas décadas, ha sido muy costoso para la región en términos de equidad y de intercambio con el resto del mundo. En el nuevo siglo, no sólo corresponde acelerar la acumulación de capitales, sino hacerlo más rápido que el resto del mundo”, p.25. 7 Véase, entre otros. Willianson, Jeffrey G., “Globalization, Convergence, and History”, The Journal of Economic History. Vol. 70, junio, 1996. 8 Véase, Easterlin, Richard, “Why Isn’t the Whole World Developed”, The Journal of Economic History, Vol.41,1981. Países Guatemala El Salvador Honduras Nicaragua Costa Rica 1960 1970 1980 1990 1995 7 13 8 7 21 8 22 14 18 28 18 24 30 42 46 24 26 30 43 42 25 32 32 47 50 Fuente: Banco Mundial, Informe del Desarrollo Mundial, varios números. aumentara en un grado sobre la tendencia actual, su potencial de crecimiento económico anual aumentaría 1.4 por ciento por encima del potencial actual del 4.8 por ciento, de manera que su tasa potencial alcanzaría el 6.2 por ciento5. Este efecto de incremento no es despreciable, en vista de las tendencias al estancamiento que han experimentado las economías centroamericanas, y de América Latina en general, en la presente década. Asimismo, estudios recientes han encontrado que el nivel de destrezas del capital humano también es un factor determinante en la captación de inversión extranjera y de la capacidad de exportación6. De hecho, Costa Rica, el país con mejores niveles de educación, recibe mayores montos de inversión extranjera, como se muestra en el Cuadro 2. Esto indica que sin un esfuerzo masivo en materia de capital humano, la “globalización” y la “liberalización” no tendrían mayor sentido. La educación explica también, de acuerdo con estudios recientes7, el acelerado desarrollo socioeconómico de los países de la OCED (los ahora llamados desarrollados) a partir de 1850. Se debe enfatizar que los esfuerzos de educación llevados a cabo en estos países tuvieron un carácter de urgencia, de tal manera que la educación “tomó un lugar, junto al Estado, la familia y la iglesia, como una de las instituciones más poderosas de la sociedad”8. Los párrafos anteriores señalaron que las ventajas que El Salvador tuvo a raíz de su infraestructura física y de los precios favorables del café, se fueron disipando continuamente desde los años sesenta, en forma paralela a su atraso relativo en materia de capital humano. CUADRO 2. Entradas netas de inversión extranjera directa (En millones de dólares corrientes) Países Costa Rica El Salvador Guatemala Honduras Nicaragua Panamá Total 1990 163 2 48 44 ... 132 389 1991 1992 1993 178 25 91 52 1 41 388 226 15 94 48 15 139 537 247 16 143 27 39 156 628 1994 1995 1996 298 23 65 35 40 354 815 396 38 75 50 70 179 808 397 25 77 75 85 238 897 Fuente: CEPAL, “Notas sobre la Economía y el Desarrollo”, No. 615, mayo, 1998. Publicación del Banco Centroamericano de Integración Económica 293 La Integración de Centroamérica: promesa y reto vigente 9 Psacharopoulos et. al. presentan evidencia de que la equidad en la distribución del ingreso depende del grado de educación alcanzado por la población. A la vez, Alesina y Perotti proporcionan evidencia de que si el porcentaje del ingreso nacional recibido por la clase media aumentara en una desviación estándar, la inestabilidad social disminuiría en una cuarta parte de su desviación estándar, lo cual, a la vez, incrementaría la tasa de inversión en un 1 por ciento. Véase, Pscharopoulos, George, et. al., “Poverty and Income Inequality in Latin America During the I980’s”, Review of Income and Wealth,Vol. 41, No. 3, septiembre, 1995. Alesina, Alberto y Perotti, Roberto, “The Political Economy of Growth: A Critical Survey of the Recent Literature and Some New Results, Harvard University”, 1992. 10 Se ha informado que, en América Latina, la probabilidad de que un individuo se encuentre en el grupo 20 por ciento más pobre de la población es del 56 por ciento, si el individuo no tiene educación primaria; la probabilidad se reduce al 27 por ciento si ha terminado la educación primaria, y llega hasta el 9 y 4 por ciento, respectivamente, si ha terminado los niveles secundario y terciario. 11 Véase, Azam, Jean-Paul; Berthelemy, Jean Claude y Calipel, Stephane, “Risque Politique et Croissance en Afrique”, Revue Economique, Vol. 47, No. 3, mayo, 1996. 12 Véase, Romano, Luis Ernesto, “Los Costos de la Violencia en El Salvador”, Estudios Centroamericanos (ECA), Año 52, octubre, 1997. De ahí la urgencia de dinamizar el crecimiento y mantener un desarrollo sostenido que conduzca a erradicar la pobreza. Para alcanzar este objetivo, el diseño e implementación de una estrategia, cuyo soporte principal sea el desarrollo de capital humano, es de particular importancia y urgencia dado que, además de la evidencia histórica, existe abundante evidencia de estudios cuantitativos sobre los beneficios de una estrategia de esta naturaleza: la educación conduce a aumentar la tasa de ahorro interno, a fomentar la equidad en la distribución del ingreso, a disminuir la conflictividad social y a incrementar la inversión privada9. Se ha encontrado evidencia, además, de que en América Latina la falta de educación es una de las principales causas de la pobreza10. Asimismo se debe señalar que un estudio reciente, efectuado en 23 países en vías de desarrollo, encontró que la probabilidad de la manifestación de la violencia disminuye al aumentar el gasto público en salud y educación, y que la reducción de la violencia en un 10 por ciento incrementa la tasa de crecimiento económico en un 1.6 por ciento11. Esto implica que el gasto público adicional destinado a fomentar el capital humano sería compensado por las reducciones en los costos generados por la violencia que, según cálculos recientes, en El Salvador alcanzan un 13 por ciento del Producto Interno Bruto, porcentaje superior al que se destina para la educación en cualquier país de América Latina 12. El Salvador logró importantes avances en materia de educación en los años noventa, como se puede observar en el Cuadro 1. Pero todavía es mucho lo que hay que hacer y con ahínco, a sabiendas de que se trata del futuro del país. Países como Costa Rica, que están más avanzados en educación, no descansan en sus esfuerzos por desarrollar más su capital humano. En la actualidad, este país está impulsando una reforma constitucional que establezca que el gasto público en educación sea de, por lo menos, el 6 por ciento del Producto Interno Bruto. Asimismo, ha decretado la obligatoriedad de la enseñanza preescolar y la introducción de la enseñanza de un idioma extranjero y de la informática en la escuela primaria. ¿Se puede hacer esto en El Salvador? Es clara la urgencia de emprender grandes esfuerzos de carácter inmediato para impulsar la educación y la salud, y de esa forma crear la plataforma para un desarrollo socioeconómico más compartido y humano, que sustente y garantice la cohesión, la paz y el bienestar de la sociedad salvadoreña. Luis René Cáceres 294 Publicación del Banco Centroamericano de Integración Económica Crecimiento económico y divergencia en la América Latina El Trimestre Económico Vol. LXVI (4), Núm. 264 México, Octubre-Diciembre de 1999 Luis René Cáceres y Oscar Núñez Sandoval* * Los autores son funcionarios, respectivamente, del Banco Interamericano de Desarrollo y del Banco Mundial. Los puntos de vista expuestos en este trabajo son de la exclusiva responsabilidad de los autores. Los autores agradecen a Florencio Ballestero y Tatsuji Hayakawa sus valiosos comentarios. La Integración de Centroamérica: promesa y reto vigente Introducción 1 Una revisión de esta bibliografía se encuentra en De la Fuente (1997) y en Sala-i-Martin (1994,1996). 2 Véase entre otros a Quah (1996). Una revisión de los diferentes problemas que pueden resultar de estimar la ecuación de convergencia de Barro se encuentra en Lee, Pesaran y Smith (1997, 1998) y Galli (1997). 3 El estudio de la convergencia económica ha recibido considerable atención en años recientes. Este campo de investigación descansa, en su forma más elemental, en la estimación de una ecuación de corte transversal expresando la tasa de crecimiento del ingreso per capita en función del nivel inicial del ingreso per capita. Si el coeficiente de esta última variable resulta ser negativo, se infiere que las economías experimentan convergencia absoluta. Cuando variables adicionales son introducidas en la ecuación para tomar en cuenta las diferentes características económicas de los países en la muestra, el signo negativo del coeficiente del ingreso inicial indica la existencia de convergencia condicional. En ambos casos, un coeficiente negativo implicaría que los países más pobres tienen tasas de crecimiento del ingreso per capita más altas que las de los países ricos, de manera que en el largo plazo se obtiene una convergencia del ingreso per capita. Este resultado apoyaría la hipótesis de rendimientos decrecientes del modelo neoclásico de crecimiento económico. Así, las pruebas de los modelos de convergencia son en realidad maneras de probar la validez de las teorías del crecimiento económico.1 Otro enfoque del estudio de convergencia es el cálculo de la desviación estándar del ingreso per capita de una muestra transversal de economías. Una dispersión decreciente indica que las economías están convergiendo. Se puede demostrar que la convergencia absoluta es una condición necesaria pero no suficiente para la existencia de una dispersión decreciente.2 Las investigaciones recientes han puesto de manifiesto las dificultades con las estimaciones de los modelos de convergencia absoluta y condicional. Quah (1992) señala que la convergencia absoluta depende del supuesto de que cada país tenga un sendero de crecimiento estable, lo cual no es apoyado por los datos que muestran gran inestabilidad en las tasas de crecimiento. Easterly, Kremer, Pritchett y Summers (1993) afirman que las tasas de crecimiento no son persistentes y responden principalmente a choques aleatorios, de manera que la trayectoria del ingreso per capita puede ser determinada por la “suerte” del país de que se trate, que resulta de la pauta de choques exógenos que ha experimentado en el pasado. De modo similar, en una muestra de países desarrollados y en desarrollo, Pritchett (1998) encontró que la principal característica es la falta de persistencia en las tasas de crecimiento y que este fenómeno genera sesgos de estimación originados en la omisión de variables y en la incorrecta especificación. Quah (1995) también ha demostrado que las pruebas de convergencia están sujetas a la falacia de Galtón de regresión al valor promedio. Por su parte, Evans y Karras (1996) demuestran que la estimación de ecuaciones de convergencia conduce a conclusiones inválidas, al menos que todas las economías de la muestra tengan estructuras dinámicas autoregresivas. Quah (1996) y Quah y Leung (1996) han demostrado que el célebre resultado de una tasa de convergencia cercana a 2% encontrado en los estudios empíricos de convergencia absoluta y condicional es sencillamente el resultado de la presencia de raíces unitarias en las series de datos.3 296 Publicación del Banco Centroamericano de Integración Económica Crecimiento económico y divergencia en la América Latina Dados estos resultados, varios investigadores han recurrido a otros enfoques analíticos. Así, Bernard y Durlauf (1995) usaron técnicas de cointegración; Carlino y Mills (1993) recurrieron a una metodología basada en la persistencia de los choques a las series de ingreso per cápita, e Islam (1995) efectúo estimaciones de datos de panel. Asimismo, las dificultades encontradas en la estimación de modelos de convergencia absoluta y condicional dieron lugar al concepto de convergencia estocástica, el cual está relacionado con la ausencia de una raíz unitaria en la serie temporal del ingreso per capital.4 Tal como lo plantean Evans y Karras (1993), si Y es el logaritmo del ingreso per capita de las economías í y k en tiempo t, las economías convergen si la serie Yit- Ykt es estacionaria. Si y representa el logaritmo del valor promedio del ingreso per capita de un grupo de países, la convergencia estocástica de la economía i se infiere estimando la ecuación siguiente y efectuando pruebas de estacionalidad: n ∆(Yit- yt) = α + h (Yit-1- y t-1) + Σ zi∆ (Yit-j -y t-j)+eit (1) i=1 Se acepta la existencia de convergencia si el coeficiente h es negativo y significativo. Este trabajo investiga la existencia de convergencia en 17 países latinoamericanos durante el periodo 1950-1990.5 Por las razones mencionadas anteriormente, no se emplearon los enfoques de convergencia absoluta y condicional. El trabajo presenta, primero, un análisis de la dispersión del ingreso per capita. Esto es seguido de un estudio de la evolución del ingreso relativo de los países de la región, y por la estimación de ecuaciones que permiten detectar la presencia de convergencia estocástica. El tema de la persistencia de tasas de crecimiento es analizado a continuación y el trabajo termina con una serie de conclusiones. I. Los datos 4 Respecto a las metodologías de estimación de la convergencia estocástica, véase Galli (1997) y Oxley y Greasley (1995). 5 Véase ejemplos de estudios de convergencia en la América Latina en Rincón Piedrahita (1998). El caso de Centroamérica se analiza en Cáceres y Núñez (1998). Todos los datos de ingreso per cápita fueron tomados de las “Penn World Tables” de Summers y Heston (1991). El cuadro 1 presenta los países incluidos en el estudio, sus valores del ingreso per cápita en el año inicial, así como la tasa anual promedio de crecimiento del ingreso per cápita en el periodo. Se puede apreciar que Venezuela y Uruguay, los países que tenían en 1950 los valores más altos de ingreso per capita, experimentaron las tasas de crecimiento más bajas. Sin embargo, los países centroamericanos, con la excepción de Costa Rica, cuyos valores de ingreso per cápita se encontraban entre los más bajos de la región al principio del periodo, también experimentaron bajas tasas de crecimiento. Así, estos resultados no ofrecen conclusiones respecto a la convergencia absoluta. Publicación del Banco Centroamericano de Integración Económica 297 La Integración de Centroamérica: promesa y reto vigente CUADRO 1. PIB per cápita y tasa de crecimiento anual 1950, PIB per cápita (dólares, 1985 = 100) Argentina Bolivia Brasil Chile Colombia Costa Rica Ecuador El Salvador Guatemala Honduras México Nicaragua Panamá Paraguay Perú Uruguay Venezuela 4056 1242 1317 2481 1500 1442 1246 1207 1525 968 2193 1168 1369 1282 1503 3512 4763 Tasa de crecimiento anual del PIB per cápita (porcentaje) 1950-1992 1.00 1.30 3.20 1.10 2.10 2.00 2.50 1.00 1.10 1.10 2.70 0.40 2.50 1.90 1.20 0.50 0.40 Fuente: Summers y Heston (1991). II. Dispersión del ingreso per cápita La gráfica 1 presenta la desviación estándar del logaritmo del ingreso per capita de la muestra de países. El aumento de la dispersión de 1953 a 1957 se puede relacionar con el deterioro diferenciado en los términos de intercambio que ocurrieron en ese periodo. A partir de ese año se nota una tendencia a la convergencia que continúa hasta 1978. En 1990 el valor de la dispersión era de la misma magnitud a la que prevaleció a principio de los años cincuenta, pero inferior al valor pico de 1957. El valor de 1990 es tres veces el prevaleciente ese año entre los estados de los Estados Unidos, el doble de las regiones de España e Italia y cuatro veces más grande que la dispersión entre las prefecturas de Japón.6 GRÁFICA 1. Desviación estándar anual del log PIB per cápita (1950-1990) 6 Una reseña de la dispersión del ingreso en diferentes regiones se presenta en Cáceres y Núñez (1998) y Sala-i-Martin (1994). 298 Publicación del Banco Centroamericano de Integración Económica Crecimiento económico y divergencia en la América Latina Las gráficas 2, 3, y 4 presentan las dispersiones en los ingresos per capita en las subregiones Andina, Mercosur y de Centroamérica, respectivamente. Se puede observar que la dispersión decrece en los Andes de 1957 a 1987, para comenzar a aumentar a partir de ese último año, alcanzando el valor de 0.54 en 1990, valor todavía inferior al 0.57 mostrado al inicio del periodo. La dispersión decreciente fue causada por el rápido crecimiento de Colombia en los años sesenta y setenta, de Perú, Ecuador y Bolivia en los sesenta y por que Venezuela, el país con el ingreso per capita más alto al comienzo del periodo, experimentó tasas de crecimiento muy bajas en los años setenta y ochenta. La dispersión en el MERCOSUR mostró una marcada tendencia decreciente de 1952 a 1982, reduciéndose a la mitad. Esta tendencia fue determinada por el rápido crecimiento de Brasil en los años cincuenta, sesenta y setenta, de Paraguay en los años sesenta y setenta, y por las bajas tasas de crecimiento de Argentina y Uruguay, los países con los ingresos más altos en 1950. Este resultado, así como el encontrado en la subregión Andina, es congruente con el de Ben-David (1998) en una muestra de 115 economías, que indicaban que la convergencia entre países más desarrollados radica en “alcanzar al más rico” (catching-up). GRÁFICA 2. Grupo Andino: Desviación estándar anual del log PIB per cápita (1950-1990) GRÁFICA 3. Mercosur: Desviación estándar anual del log PIB per cápita (1950-1990) Publicación del Banco Centroamericano de Integración Económica 299 La Integración de Centroamérica: promesa y reto vigente GRÁFICA 4. Centroamérica: Desviación estándar anual del log PIB per cápita (1950-1990) 0.6 0.5 0.4 0.3 0.2 1 5 9 13 17 21 25 29 23 37 41 En el caso de los países centroamericanos se nota una tendencia creciente de la dispersión, a tal grado que ésta se duplica en el periodo. Esto se explica por el hecho de que Costa Rica, el país con el ingreso inicial más alto, experimentó tasas de crecimiento muy dinámicas durante los tres primeros decenios y por el colapso de las economías de El Salvador y Nicaragua en los años ochenta. Cuatro de los países de Centroamérica, que se encuentran entre los más pobres del continente, se quedaron todavía aun más atrás con respecto a Costa Rica, aumentando de esa manera la dispersión, lo que no es congruente con otro resultado de Ben-David (1998) de que los siete países menos pobres de entre los 14 más pobres mostraron tasas negativas de crecimiento, conduciendo así a la convergencia dentro del “Club de los más pobres”. Se puede apreciar que la dispersión para toda la región (gráfica 1) refleja las del Mercosur y los Andes, pero no refleja lo que estaba pasando en Centroamérica. III. Ingresos relativos Las pautas de divergencia o convergencia del ingreso per capita durante el periodo 1950-1990 se aprecian en la gráfica 5. Esta gráfica presenta el logaritmo de la proporción del ingreso per capita del país respectivo entre el ingreso per capita promedio de toda la región. Se detectan algunos países cuyos ingresos per capita han mantenido una trayectoria sostenida. Estos son Brasil y Colombia que empiezan en 1967, Costa Rica a partir de mediados de los años cincuenta, y Panamá y Paraguay a principios de los setenta. A la inversa, hay otros países como Guatemala, El Salvador, Honduras, Nicaragua, Uruguay, Venezuela y Argentina que muestran tendencias decrecientes durante todo, o la mayor parte, del periodo. Se observa que tanto países ricos como pobres muestran tendencias decrecientes durante el periodo. 300 Publicación del Banco Centroamericano de Integración Económica Crecimiento económico y divergencia en la América Latina GRÁFICA 5. Trayectoria del ingreso per cápita relativo. (1950-1990) Estos resultados no pueden ser interpretados en apoyo de la hipótesis de convergencia. Los países que muestran aumentos en sus ingresos relativos son los que explicaban la dispersión decreciente en sus respectivos grupos subregionales, con excepción de Costa Rica, cuyo rápido crecimiento sirvió de explicación a la creciente dispersión en Centroamérica. Publicación del Banco Centroamericano de Integración Económica 301 La Integración de Centroamérica: promesa y reto vigente GRÁFICA 5. (conclusión) 302 Publicación del Banco Centroamericano de Integración Económica Crecimiento económico y divergencia en la América Latina IV. Convergencia Estocástica A fin de efectuar pruebas de la existencia de convergencia estocástica, la ecuación l fue estimada para el ingreso relativo de cada país. La prueba ADF fue efectuada para detectar la presencia de raíces unitarias, con y sin una tendencia temporal. El cuadro 2 presenta los resultados para el caso sin tendencia temporal y los rezagos se basan en el criterio de Akaíke. La hipótesis nula de una raíz unitaria no puede ser rechazada en ningún país, excepto Guatemala al nivel de 10%. Por tanto, no se puede aceptar la existencia de convergencia estocástica. CUADRO 2. Prueba de raíces unitarias. Log ingreso per cápita relativo, 1950-1990 ADF Argentina Bolivia Brasil Chile Colombia Costa Rica Ecuador El Salvador Guatemala Honduras México Nicaragua Panamá Paraguay Perú Uruguay Venezuela 0.31 -2.03 -0.46 -1.89 1.26 -2.33 -0.64 -1.84 -2.61* -1.81 -0.28 0.04 -1.33 -1.41 -1.34 -2.54 -0.10 Rezago 2 3 5 1 0 0 0 1 0 4 2 0 0 6 2 6 0 * Significativo al nivel de 10 por ciento. El cuadro 3 presenta los resultados con tendencia temporal, los cuales no difieren del caso previo. El único caso de convergencia estocástica al nivel de 1% lo presenta México, mientras que en Argentina y El Salvador se puede aceptar al nivel de 10%. Las pruebas ADF indican la presencia de raíces unitarias, lo que a la vez implica que los ingresos relativos tienen trayectorias explosivas. Se debe señalar que las pruebas de convergencia estocástica efectuadas en otros estudios dan lugar a resultados conflictivos. Neven y Gouyette (1995) encontraron que en los países de la Unión Europea en el periodo 1975-1990 los ingresos relativos eran estacionarios, lo cual interpretaron como evidencia de que las disparidades económicas no estaban aumentando. Evans y Karras (1993) no encontraron evidencia de convergencia en una muestra de 53 países, excepto cuando la muestra se confinaba a los 17 países más ricos, mientras que (Evans y Karras, 1996) sí encontraron evidencia en los 48 estados contiguos de los Estados Unidos. Sin embargo, Carlino y Mills (1993) Publicación del Banco Centroamericano de Integración Económica 303 La Integración de Centroamérica: promesa y reto vigente concluyeron que existían raíces unitarias en las series temporales del ingreso de 5 de las 8 regiones de ese país. Un análisis posterior de los ingresos de los estados de ese país por Loewy y Papell (1996), en el que se introdujeron puntos endógenos de quiebre de las series temporales, encontró convergencia en 7 regiones. En el caso de los países de la Unión Europea Galli (1997) no encontró evidencia de convergencia, resultado similar al obtenido por McGuiness y Sheehan (1998) para las regiones de la Gran Bretaña, mientras que Oxley y Greasley (1995) sí encontraron convergencia entre los ingresos de Australia y la Gran Bretaña. CUADRO 3. Prueba de raíces unitarias. Log ingreso per cápita relativo, 1950-1990, con tendencia temporal ADF Argentina Bolivia Brasil Chile Colombia Costa Rica Ecuador El Salvador Guatemala Honduras México Nicaragua Panamá Paraguay Perú Uruguay Venezuela 3.57* 1.97 3.13 1.91 0.52 2.57 1.70 3.52* 3.20 0.33 4.54** 1.66 2.22 3.02 1.61 0.05 2.93 Rezago 0 3 3 1 0 5 0 1 1 4 2 0 0 4 2 4 0 * Significativo al nivel de 5 por ciento. ** Significativo al nivel de 1 por ciento. V. Persitencia de las tasas de crecimiento La persistencia de las tasas de crecimiento se observa en el cuadro 4, que presenta los coeficientes de correlación entre las tasas de crecimiento de cada país a lo largo de cuatro decenios. Estos coeficientes son muy bajos en casi todos los decenios y países, indicando que las tasas de crecimiento no son sostenibles. Las excepciones son las altas correlaciones de Perú y El Salvador entre los años cincuenta y sesenta y entre los sesenta y setenta, así como las de Bolivia y Venezuela entre los años setenta y ochenta. Se puede notar, asimismo, correlaciones negativas que indican fenómenos de reversión de tasas de crecimiento, que fueron muy notorias entre los setenta y ochenta en Perú, Ecuador, Costa Rica y Guatemala. El cuadro 4 presenta también los coeficientes de correlación entre las tasas de crecimiento de cada país y la tasa de interés de los 304 Publicación del Banco Centroamericano de Integración Económica Crecimiento económico y divergencia en la América Latina pagarés del Tesoro de los Estados Unidos para el periodo 1951-1990. Las correlaciones más altas corresponden a los países centroamericanos y a Venezuela; de hecho, las más altas corresponden a El Salvador y Venezuela, con -0.61 y -0.54, respectivamente. Pero la mayoría de los coeficientes de correlación son bajos, por lo que no se puede inferir que las repercusiones de la economía internacional sean la causa de la falta de persistencia en las tasas de crecimiento del producto. También se computaron tasas promedio de crecimiento por decenio para cada país y se estimaron ecuaciones de corte transversal, expresando la tasa de crecimiento promedio de cada país en función de las correspondientes tasas experimentadas en el decenio precedente. Los coeficientes de determinación obtenidos fueron los siguientes: los años sesenta en función de los cincuenta: 0.05; setenta por los sesenta: 0.00; ochenta por los setenta: 0.32. El mayor coeficiente de la última ecuación puede explicarse por el hecho de que en varios países el estancamiento de los años ochenta había comenzado en la segunda mitad del decenio anterior. CUADRO 4. Coeficientes de correlación entre las tasas de crecimiento del PIB per cápita, 1950-1980, y la tasa de interés de los Estados Unidos Argentina Bolivia Brasil Chile Colombia Costa Rica Ecuador El Salvador Guatemala Honduras México Panamá Paraguay Perú Uruguay Venezuela Años cincuenta Años sesenta Años setenta Correlación tasa con sesenta con setenta con ochenta de interés, Estados Unidos 0.37 0.21 0.12 -0.47 0.13 0.31 -0.17 0.62 0.24 -0.22 0.16 0.05 -0.23 0.59 -0.06 -0.13 0.22 -0.56 -0.38 -0.20 0.35 -0.65 0.47 0.54 0.19 0.04 -0.06 -0.09 0.14 0.56 0.27 -0.32 0.04 0.42 0.22 0.29 0.12 -0.40 -0.59 -0.07 -0.51 0.29 0.39 -0.10 0.19 -0.68 0.11 0.66 -0.23 -0.08 -0.25 -0.07 -0.17 -0.53 -0.08 -0.61 -0.33 -0.24 -0.007 0.15 -0.05 -0.26 -0.08 -0.54 Conclusiones 7 Paci (1997) encontró una dispersión creciente en el ingreso per capita entre las regiones de Europa durante los años ochenta. El análisis de dispersión indica que hasta 1979 existía en la América Latina una tendencia decreciente de la dispersión del ingreso per capita, pero que a partir de ese año las economías tienden a divergir, lo cual es un fenómeno que también ha sido notado en otras regiones.7 Al examinar la trayectoria de la dispersión por subregiones, se observa que el Grupo Andino y MERCOSUR presentaron tendencias decrecientes, lo contrario de Centroamérica en donde aumentaron. Las razones para estos resultados pueden encontrarse, en los dos primeros Publicación del Banco Centroamericano de Integración Económica 305 La Integración de Centroamérica: promesa y reto vigente 8 Debe señalarse que los países de Asia, donde podrían esperarse rendimientos decrecientes debido a las altas tasas de inversión, presentan durante el periodo 1960-1988 aumentos en la dispersión (Karras, 1997). 9 Pritchett (1996) ha señalado que entre 1960 y 1990,70% de los países en desarrollo tuvieron tasas de crecimiento inferiores a la tasa promedio de los desarrollados. Evidencia del rezago, o divergencia, de los países de la América Latina en relación con las naciones de la OCDE se encuentra en Verspagen (1995). 10 Lee, Pesaran y Smith (1998) concluyeron que “while it is clearly important to adequately address dynamic issues in empirical analysis of international outputs, it appears that the convergence literature has paid undue attention to these dynamics, and may have misdirected attention from the more fundamental issue of the determination and diffusion of technological growth” (página 323). 11 Easterly, Kremer, Pritchett y Summers (1993) afirman que: “low persistence implies that there are large random shocks. This, in turn, implies, that such theories, if correct, leave much of the growth unexplained, and that a country’s income level will be determined in large part by its luck in the past” (p. 481). casos, en el hecho de que los países con el ingreso per capita más alto experimentaron menor ritmo de crecimiento, a la vez que países con ingreso medio, como México y Colombia, mantuvieron un rápido crecimiento. Por lo contrario. Costa Rica, el país con el mayor ingreso per capita inicial de Centroamérica, experimentó el crecimiento más rápido, dando lugar a una mayor dispersión. El punto que debe destacarse es que el menor crecimiento de Argentina, Uruguay y Venezuela no puede ser atribuido a “rendimientos decrecientes”, como lo afirma el enfoque neoclásico de la convergencia.8 La prueba de la convergencia estocástica indica la presencia de raíces unitarias en la mayoría de los países, lo cual implica que las disparidades económicas aumentan sin límite. Debe agregarse que los estudios de convergencia recientes, usando técnicas diferentes de las del enfoque neoclásico, han encontrado evidencias de polarización en la economía mundial (Dowrick, 1992; Ben-David, 1998; Bianchi, 1997; Quah, 1995; Canova y Marcet, 1995; Lee, Pesaran y Smith, 1997; Pritchett, 1998). Pritchett (1998) en particular ha mostrado que en el periodo 1960-1990 los países de la OCDE crecieron a una tasa promedio anual de 2.86%, casi dos veces la tasa de 1.51% de los países en desarrollo, y que la proporción del ingreso promedio de ambos grupos aumentó de 5 a 1, a 7 a l. 9 En virtud de la evidencia del aumento de la disparidad del ingreso en la economía mundial, algunos autores han deplorado la atención excesiva al estudio de la convergencia en el contexto del enfoque neoclásico y la poca atención otorgada al papel de la tecnología en el crecimiento.10 La inestabilidad en la tasa de crecimiento pone en relieve la necesidad de buscar un enfoque más amplio del análisis y aplicación de la política del crecimiento económico, con una atención especial a insumos distintos del capital físico y a los efectos de la trayectoria histórica de la economía (algunos autores se refieren a estos últimos efectos como la “suerte”).11 En efecto, estudios recientes han puesto en relieve que en la América Latina el crecimiento económico es principalmente resultado de la ampliación del capital humano, y que el capital físico tiene un papel de menor importancia. Así, aumentar la escolaridad de la región redundaría en generar fuertes impulsos adicionales de crecimiento que contribuirían a fortalecer la persistencia del crecimiento económico.12 Se debe señalar que Rodrik (1997) muestra que la caída del crecimiento económico en la región a partir de 1980 se explica por la debilidad de las instituciones para atenuar las repercusiones de los choques externos, y encuentra que la tendencia hacia el estancamiento depende de manera proporcional entre la magnitud del choque externo 12 Baffes y Shah(1998) estimaron funciones de producción translogarítmicas que señalan que el crecimiento del producto obedece principalmente al capital humano: Elasticidad del producto en relación con Mano de obra Bolivia Colombia México Venezuela Capital privado 0.17 0.08 0.18 0.18 306 Publicación del Banco Centroamericano de Integración Económica 0.26 0.27 0.19 0.24 Infraestructura 0.15 0.16 0.14 0.13 Capital humano 0.46 0.71 0.66 0.52 Crecimiento económico y divergencia en la América Latina 13 Birdsall, Ross y Sabot (1995) presentan evidencia de que aumentos en las tasas de inscripción en la primaria y secundaria, así como la reducción de la desigualdad, son factores determinantes del crecimiento económico de una muestra de países en desarrollo. Para el caso de los países centroamericanos, Cáceres(1999) cuantifica el efecto estimulante en el crecimiento generado por un cambio hacia una mayor equidad en la distribución del ingreso. y la capacidad institucional para manejar los conflictos. En este esquema, un papel fundamental corresponde a la desigualdad en la distribución del ingreso, dado que a mayor desigualdad correspondería menor capacidad institucional y por ende menor fortaleza para atenuar los choques exógenos adversos al crecimiento. De allí que la sostenibilidad del crecimiento económico se basa en el mejoramiento de la equidad en la distribución del ingreso. En efecto, Alesina y Perotti (1996) encontraron evidencia de que la desigualdad fomenta la inestabilidad social, la cual a su vez tiene efectos negativos en la inversión y el crecimiento.13 Asimismo, Alesina (1997) encontró evidencia, en una muestra amplia de países en desarrollo, de que los países con bajo crecimiento fueron los más inestables políticamente y con los mayores niveles de desigualdad. Además, existen pruebas de que la mayor escolaridad contribuye a la movilización del ahorro interno (Morriset y Revoledo, 1995), lo cual en consecuencia reduciría la demanda de recursos externos y la propensión a las crisis financieras. De esta manera, los esfuerzos en materia de formación de capital humano pueden impartir sostenibilidad al crecimiento económico. Además, el aumento de capital humano, acompañado de mejoras en el desarrollo institucional, fortalecería la capacidad de manejar los conflictos y el cambio, lo cual contribuirá también a la sostenibilidad del crecimiento del producto, estableciendo así un “círculo virtuoso”. Rodrik (1997) argumenta que el fracaso del modelo de desarrollo de la América Latina a fines de los años setenta se originó en la incapacidad de las instituciones para manejar los conflictos distributivos. Así, el objetivo que debería prevalecer es el de apoyo masivo a la formación de capital humano, el fomento del desarrollo institucional y de una mayor igualdad. Estas deberían ser las características sobresalientes de la economía regional efectiva en la generación de una prosperidad compartida al inicio del nuevo milenio. 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Publicación del Banco Centroamericano de Integración Económica 309 La Integración de Centroamérica: promesa y reto vigente 310 Publicación del Banco Centroamericano de Integración Económica Ahorro de precaución en Centroamérica Publicado en Comercio Exterior Vol. 50, Núm. 1 Enero de 2000 Los puntos de vista son responsabilidad exclusiva del autor, quien agradece a Oscar-Armando Núñez Sandoval sus valiosos comentarios y a Marietta Maurer su eficiente apoyo secretarial. La Integración de Centroamérica: promesa y reto vigente Introducción 1 Véanse las reseñas de estudios sobre el ahorro y la inversión por Angus Deaton, Understanding Consumption, Claredon Press, Oxford, 1992; Luis Serven y Andrés Solimano, Striving for Growth after Adjustment, Banco Mundial, Washington, 1993, y Klaus Schmidt Hebbel y Luis Serven, Saving Across the World: Puzzles and Policies, Banco Mundial, Washington, 1997. 2 En un estudio de la CEPAL sobre los requerimientos de ahorro nacional para acelerar el crecimiento en la región se señala que: “alcanzar los niveles de inversión requeridos para lograr un crecimiento rápido y sostenido plantea la necesidad de que el ahorro nacional se eleve drásticamente en el conjunto de la región a más de 25% del producto. Tales niveles no podrían alcanzarse por el propio proceso de crecimiento; implican un desplazamiento de la función de ahorro de la economía que -a cada nivel de ingreso- agregue tres puntos del producto, lo que sólo es posible si se cambian sustancialmente los patrones de comportamiento de consumo y ahorro privados y se eleva asimismo el ahorro promedio del sector público.” CEPAL, Fortalecer el desarrollo. Interacciones entre macro y microeconomía, Santiago, Chile, 1996. El estudio de la movilización del ahorro en los países en desarrollo ha recibido considerable atención en los últimos años al reconocerse su importante papel en el proceso de desarrollo. En estudios recientes se han analizado temas como la sostenibilidad de la cuenta corriente, la movilidad del ahorro en el marco de la globalización, el efecto de la distribución del ingreso en el ahorro, así como la influencia de la liberalización financiera y de las variables demográficas.1 En el caso de las economías de América Latina se ha señalado que la aceleración de sus índices de crecimiento depende del incremento de sus tasas de ahorro.2 Empero, los trabajos sobre el ahorro en países específicos de la región son escasos; de hecho, la mayoría se basa en datos de corte transversal, lo que podría constituir una limitante en vista de la marcada heterogeneidad de las economías. Los estudios de casos permitirían identificar limitaciones específicas a la movilización del ahorro, lo cual podría ser útil en la elaboración de políticas de desarrollo. Este trabajo formula y calcula funciones de ahorro para cuatro naciones centroamericanas. Se presenta una reseña de la literatura reciente sobre el ahorro, en particular la relacionada con los países latinoamericanos, y se formulan dos modelos: uno, basado en la hipótesis del ingreso permanente (HIP), según la cual los individuos ahorran para encarar caídas de sus ingresos, y otro que se basa en la existencia de un acervo de precaución de ahorro, constituido para enfrentar los tiempos adversos. Estos modelos se estiman mediante métodos de cointegración y de corrección de errores. Reseña de la literatura 3 Howard White, “The Macroeconomic Impact of Development Aid: A Critical Survey”, Journal of Development Studies. vol. 28, núm. 2. Frank Cass, Londres, enero de 1992, pp. 163-240. 4 Luis Landau. “Consumption Functions for Latin América”, en Hollis Chenery (comp.), Studies in Development Planning, Harvard University Press, Cambridge, 1971.pp. 299-321, y Hollis Chenery y Peter Eckstein, “Development Alternatives for Latin América”, Journal of Political Economy, vol. 81, núm. l, University of Chicago Press, Chicago, julio de 1970. pp.779-786. 5 Luis René Cáceres, “Domestic Savings and Investment in Central América”, Saving and Development, Milán. agosto de 1985. pp. 265-295, y “Ahorro doméstico, deuda y financiamiento externo en los países centroamericanos”, documento inédito, 1997. Ahorro y recursos externos Desde las primeras investigaciones sobre el ahorro en economías en desarrollo, la ayuda externa ha ocupado un lugar controvertido debido a su efecto negativo en el ahorro. En una reseña sobre crecimiento y ayuda externa, White cita numerosos artículos sobre el desplazamiento que el ahorro externo ejerce sobre el nacional; empero, el veredicto no es unánime, pues se presentan varios problemas de estimación, relacionados principalmente con el sesgo de simultaneidad.3 En ciertos estudios de países latinoamericanos se presenta evidencia de que los recursos externos desplazan al ahorro interno. Este resultado fue obtenido por Landau y por Chenery y Eckstein.4 Cáceres obtuvo resultados similares para las naciones centroamericanas.5 En el caso de Colombia, Ocampo detectó que el financiamiento externo tiende a desplazar los esfuerzos fiscales, mientras que los resultados de Morandé indican que en Chile los recursos externos se destinan en igual proporción a incrementar el 312 Publicación del Banco Centroamericano de Integración Económica Ahorro de precaución en Centroamérica 6 José Antonio Ocampo, “Una nota sobre la relación entre el financiamiento externo, ahorro e inversión”, Ensayos sobre Política Económica, vol. 13, Banco de la República, Bogotá, julio de 1988, pp. 87-97, y Felipe Morandé. “Saving in Chile: What Went Right”, documento de trabajo, Banco Interamericano de Desarrollo, Washington, enero de 1996. 7 Sebastián Edwards, “Why Are Latin America’s Saving Rales so Low”, Documento de trabajo, Banco Mundial, Washington, 1994. 8 CEPAL. op. cit. 9 Michael Gavin, Ricardo Hausmann y Ernesto Talvi, “Saving, Growth and Macroeconomic Vulnerability”, en Nancy Birdsall y Frederick Jaspersen (comps.), Puthways to Growth: Comparing East Asia Latin América. Banco Interamericano de Desarrollo, Washington, 1997. 10 Antonio Giovanini, “The Interest Rate Elasticity of Savings in Developing Countries”, World Development, vol. 11, Pergamon Press, Londres, julio de 1983, y “Saving and the Real Interest Rate in LDC’s”, Journal of Development Economics, vol. 18, núm. 2, North-Holland, Amsterdam, agosto de 1985. 11 Rudiger Dornbush y Alejandro Reynoso, “Financial Factors in Economic Development”, American Economic Review, vol. 79, núm. 2, American Economic Association, Nashville, mayo de 1989, pp. 204-209; Ronald McKinnon, The Order of Economic Liberalization: Financial Control in the Transition to a Market Economy, Johns Hopkins University Press, Baltimore, 1991; Klaus SchmidtHebbel, S.B. Webb y G. Corsetti, “Household Saving in Developing Countries: First Cross Country Evidence”, The World Bank Economic Review, vol. 6, Banco Mundial, Washington, 1992; Guinur Muradoglu y Fatma Taskin, “Differences in Household Savings Behavior: Evidence From Industrial and Developing Countries”, The Developing Economies, vol. 34, núm. 2, Institute of Developing Economies, Tokio, junio de 1996, pp. 138- 153. 12 Francisco Alejandro Villagómez, “Aggregate Consumption, Interest Rates, and Inflation in LDCs: An Error Correction Model”, Journal of Development Studies, vol. 31, núm. 1, Frank Cass and Co., Londres, octubre de 1994, pp. 158178. consumo privado y la inversión interna.6 En un trabajo para una muestra de 36 países, con datos del período 1970-1992, Edwards encontró que la entrada de un dólar de recursos externos reduce el ahorro interno en 52 centavos.7 Asimismo, la CEPAL ha señalado que en la región un aumento del ahorro externo de 1% sobre su tendencia reduce el ahorro nacional 0.53%.8 En Gavin et al.. también se presenta un efecto negativo del ahorro externo sobre el interno.9 Ahorro y reforma financiera Los estudios pioneros de Giovanini no revelan efectos significativos de la tasa de interes real en el ahorro,10 resultado que han corroborado otros autores.11 En un estudio sobre 14 países en desarrollo, incluidos seis de América Latina, se encontró que en economías de baja inflación ocurría un efecto positivo de la tasa de interés en el ahorro, mientras que en los de alta inflación no se detectó ningún efecto.12 En un estudio sobre Ecuador, con datos del período 1970-1991, Ayala encontró que el efecto de la tasa de interés era prácticamente nulo.13 Ogaki, Ostry y Reinhart demuestran que la sensibilidad del ahorro a la tasa de interés depende del nivel de ingreso per cápita del país, de forma tal que “altas tasas de ahorro pueden no ocurrir aun a altas tasas de interés si el país en cuestión se encuentra en el lado bajo del espectro de ingreso [...] los efectos estimulantes de la tasa de interés sobre el ingreso tenderían a ser muy bajos en el caso de los países pobres”.14 Muradoglu y Taskin no encontraron ningún efecto de la tasa de inflación en el ahorro.15 al igual que Cáceres para los países centroamericanos y Gavin et al., para una muestra de economías latinoamericanas.16 Por su parte, Masson et al., así como Muradoglu y Taskin, encontraron que los balances reales como porcentaje del PIB no ejercen un efecto positivo en el ahorro. 17 Esto difiere de lo que arrojan los estudios de Edwards para los países latinoamericanos y de Doyal-Gulati y Thimann para estos últimos y los asiáticos.18 En estudios recientes se han puesto de relieve las restricciones sobre el ahorro originadas en “auges de consumo” (consumption booms) en varios países de la región como resultado de los esfuerzos estabilizadores. Otras explicaciones de los 13 Este autor concluyó: “Los valores empíricos para la elasticidad respecto a la tasa de interés calculados (0.0013 para el corto plazo y 0.0025 para el plazo largo), reflejan una respuesta positiva pero muy lenta de los ahorros frente a los cambios en la tasa de interés. Lo que parecería ser el caso que el efecto de sustitución y el efecto de la riqueza generados por un cambio en la tasa de interés se cancelan entre sí y el efecto neto sobre los ahorros es casi nulo”. Roberto Ayala F., “Cálculo de elasticidad del ahorro respecto a la tasa de interés: Ecuador 1970-1991”, Cuestiones Económicas, núm. 26, Banco Central del Ecuador, Quito, septiembre de 1995, pp. 81 -95. 14 Masao Ogaki, Jonathan D. Ostry y Carmen M. Reinhart, “Saving Behavior in Low and Middle Countries: A Comparison”, Documento de Trabajo, núm. 95-3, Fondo Monetario Internacional, Washington, enero de 1995. 15 G. .Muradoglu y F. Taskin, op. cit. 16 Luis René Cáceres, “Domestic Savings...”, op. cit., y Michael Gavin et al., op. cit. 17 Paúl Masson, Tamin Bayoumi y Hossein Samiei. “International Evidence on the Determinants of Private Savings”, Documento de Trabajo, núm. 95-51, Fondo Monetario Internacional, Washington, mayo de 1995, y Guinur Muradoglu y Fatma Taskin, op. cit. 18 Sebastián Edwards, op. cit., y Anveradha Doyal-Gulati y Christian Thimann, “Saving in Southeast Asia and Latin America Compared: Searching for Policy Lessons”, Documento de Trabajo, núm. 97-110, Fondo Monetario Internacional, Washington, septiembre de 1997. Publicación del Banco Centroamericano de Integración Económica 313 La Integración de Centroamérica: promesa y reto vigente “auges de consumo” descansan en la reducción de tarifas arancelarias y la falta de credibilidad de las políticas del sector público.19 En el entorno latinoamericano, Gavin et al. han señalado la rápida expansión del crédito al sector privado que acompaña la liberalización financiera como otra explicación de los “auges” y de las crisis bancarias.20 También hay evidencia de que la inversión tiene un importante papel en la movilización del ahorro. En un análisis de la interdependencia del ahorro y la inversión en América Latina, Agosin concluyó que “La experiencia de años recientes sugiere que la inversión ha constreñido al ahorro y no de forma inversa.”21 Para los casos de Guatemala y El Salvador, Cáceres 22 encontró que la inversión causa al ahorro en el sentido de Granger. Así mismo en un estudio de México, Shekely señala que los individuos ahorran con el propósito de invertir.23 Ahorro y desigualdad 19 C. Reinhart, op. cit., y Nader Nazmi, “Exchange Rate Based Stabilization in Latin América”, World Development, vol. 25, núm. 4, North-Holland, Amsterdam, abril de 1997, pp. 519-535. 20 Michael Gavin et al., op. cit. 21 Manuel Agosin,” Savings and Investment in Latin América”, UNCTAD Review, Naciones Unidas, Nueva York, 1995. 22 Luis René Cáceres, “La relación de largo plazo entre el ahorro y la inversión en la América Latina”, El Trimestre Económico, vol. LXIV, núm. 255, Fondo de Cultura Económica, México, julio-septiembre de 1997, pp. 305-317. 23 Miguel Székely, “El ahorro de los hogares en México”, documento de trabajo, Banco Interamericano de Desarrollo, Washington, abril de 1996. 24 Alberto Alesina y Roberto Perotti, “The Political Economy of Growth. A Critical Survey of the Recent Literature”, documento de trabajo, Harvard University, Cambridge, 1992. 25 Nancy Birdsall, Thomas C. Pinckney y Richard H. Sabot, “Why Low Inequality Spurs Growth: Savings and Investment by the Poor”, Documento de Trabajo, núm. 327, Banco Interamericano de Desarrollo, Washington, 1996. 26 Alberto Alesina y Roberto Perotti, op. cit; y Roberto Perotti, “Income Distribution and Investment”, European Economic Review, vol. 38, núm. 3, North Holland, Amsterdam, abril de 1994, pp. 827- 835. 27 Jacques Morisset y César Revoledo, “Savings and Education”, Documento de Trabajo, núm. 1504, Banco Mundial, Washington. 28 Paúl Masson et al., op. cit., y Guinur Muradogly y Fatma Taskin, op. cit. 29 Sebastián Edwards, op. cit., y CEPAL, op. cit. La distribución del ingreso tiene implicaciones sobre el ahorro y la inversión. Con base en una muestra de 65 países y datos del período 1960-1985, Alesina y Perotti evidencian que entre mayor es la porción del ingreso destinado al tercer quintil (la clase media), mayor es la tasa de ahorro interno.24 Asimismo, Birdsall, Pickney y Sabot sostienen que en los países con más igualdad los pobres se benefician más de sus inversiones en capital humano y, por tanto , invierten y ahorran más que en los países con menos desigualdad.25 Asimismo, hay una amplia literatura sobre el efecto de la desigualdad en la inversión.26 Así, la desigualdad puede restringir el ahorro indirectamente en la medida en que limita la inversión. Cabe señalar que Morisset y Revoledo revelan que la educación ejerce un efecto positivo en el ahorro, lo cual puede relacionarse con el hecho de que la educación es una de las variables determinantes de la distribución del ingreso.27 Así, más educación conduciría a menos desigualdad y, por tanto, a más inversión y ahorro. Ahorro y la estructura demográfica Varios estudios señalan que la mayor participación de los jóvenes y personas adultas dentro de la población constituye una limitación al ahorro.28 Este efecto ha sido detectado por Edwards para los países de la región.29 Ahorro y equivalencia ricardiana Varios estudios han investigado la relevancia de la equivalencia ricardiana para el caso de los países en desarrollo. Ésta presupone que cambios en el ahorro del sector público pueden inducir cambios en el ahorro privado en una dirección contraria, lo cual nulificaría el estímulo derivado del déficit fiscal. En otras palabras, ante una disminución del ahorro público los individuos pueden anticipar aumentos de los impuestos y en respuesta reducen su consumo en un monto igual, de forma que no se ajusta el ahorro total. La evidencia de países en desarrollo no ofrece apoyo a una compensación total: Corbo y Schmidt-Hebbel destacan que el ahorro privado neutraliza 314 Publicación del Banco Centroamericano de Integración Económica Ahorro de precaución en Centroamérica 30 Vittorio Corbo y Klaus Schmidt-Hebbel, “Public Policies and Saving in Developing Countries”, Journal of Development Economics, vol. 36, North Holland, Amsterdam, julio de 1991, pp. 89-115. 31 Michael Hadjimichael y Dhaneshwar Ghura, “Public Policies and Private Savings and Investment in Sub-Saharan Africa: An Empirical Investigación”, Documento de Trabajo, núm. 9519, Fondo Monetario Internacional, Washington, febrero de 1995, y Nadeem U. Haque y Peter Montiel, “Consumption in Developing Countries: Tests for Liquidity Constraints and Finite Horizons”, Review of Economic and Statistics, vol. 71, núm. 3, NorthHolland, Amsterdam, agosto de 1989, pp. 408-415. 32 Sebastián Edwards, op. cit. 33 Luis René Cáceres, “Reducción de la deuda y crecimiento en Centroamérica”, Comercio Exterior, vol. 45, núm. 9, México, septiembre de 1994, pp. 665-673. 34 Michael Hadjimichael y Dhaneshwar Ghura. op. cit. 35 Marcelo Selowsky y Hermann G. Vander Tak, “The Debt Problem and Growth”, World Development, vol. 14, núm. 9, North Holland, Amsterdam, septiembre. de 1988, pp. 1107-1124; Homi J. Kharras y Jim Levinshon, “LDC Saving Rates and Debt Crisis¨, World Development, vol. 16, núm. 7, North Holland, Amsterdam, julio de 1988, pp. 779-786, y Luis René Cáceres, “Ahorro, inversión, deuda externa y catástrofe”, El Trimestre Económico, vol. 25, núm. 207, Fondo de Cultura Económica, México, septiembre de 1985, pp. 683-704. 36 Graciela Kaminsky y Alfredo Pereira, “The Debt Crisis: Lessons of the l980s for the 1990s”, Journal of Development Economics, vol. 50, North Holland, Amsterdam, junio de 1996. 37 H. Chenery y P. Eckstein, op. cit.; Joong-KongLee, “Exports and the Propensity to Save”, Economic Journal, vol. 81, Royal Economic Society, Londres, junio de 1982, pp. 341 -351; Thomas E. Weisskopf, “The Impact of Foreign Capital Inflow on Domestic Savings in Underdeveloped Countries”, Journal of International Economics, vol. 2, North Holland, Amsterdam, 1972, pp. 25-38, y Gustav F. Papanek, “Aid, Foreign Private Investment, Savings and Growth in Less Developed Countries”, Journal of Political Economy, vol. 81, núm. 1, University of Chicago Press, Chicago, enero de 1973, pp. 120-130. aproximadamente 50% de los cambios en el ahorro público.30 En forma similar, Hadjmichael y Ghura sólo señalan un efecto parcial en los países africanos, mientras que Haque y Montiel también hablan de un efecto parcial en una muestra de 16 países en desarrollo.31 En el caso de América Latina, Edwards encontró un efecto neutralizador de aproximadamente 50 por ciento.32 Ahorro y deuda externa Varios estudios evidencian que la razón de deuda externa a PIB ejerce un efecto negativo en el ahorro interno. Cáceres señala que si la razón deuda-PIB en la región aumentara 10 puntos porcentuales la tasa de ahorro disminuiría 2.56 puntos.33 Asimismo, en el caso de los países africanos, Hadjmichael y Ghura aseveran que el ahorro sufre un efecto negativo por la razón deuda-exportaciones.34 Cabe señalar que el ahorro se ha identificado como la variable clave para resolver la crisis de la deuda externa,35 mientras que Kaminsky y Pereira explican esta crisis en varios países latinoamericanos como resultado de la insuficiente movilización del ahorro interno debido a la desigualdad en la distribución del ingreso.36 Ahorro y exportaciones Hay una vasta literatura acerca de los efectos positivos de las exportaciones en el ahorro que data de los primeros estudios sobre este tema en los países en desarrollo.37 Es muy interesante el trabajo de Laumas, quien encontró que la propensión marginal a ahorrar ingresos de exportación es mayor que la de una variable definida como el PIB menos las exportaciones.38 En forma similar, en un estudio que estimó funciones de ahorro para los países centroamericanos, Cáceres y Quintanilla encontraron que, contrario a las exportaciones tradicionales, ni la variable PIB menos exportaciones ni las exportaciones destinadas a Centroamérica eran significativas.39 38 Prem Laumas, “Exports and the Propensity to Save in LDCs”, Economic Development and Cultural Change, vol. 30, University of Chicago Press, Chicago, 1982, pp. 831-841. 39 Luis René Cáceres y Salvador Quintanilla, “Sector externo y ahorro doméstico: el papel de las exportaciones intrarregionales en Centroamérica”, Cuadernos de Economía y Finanzas, núm. 11, Banco Centroamericano de Integración Económica, Tegucigalpa, abril de 1990. Publicación del Banco Centroamericano de Integración Económica 315 La Integración de Centroamérica: promesa y reto vigente Los modelos Acervo de ahorro de precaución El primer modelo se basa en el trabajo de Culbertson y Barlow sobre el efecto del desequilibrio en los balances reales en los gastos de consumo.40 Se propone que la demanda por liquidez está dada por la expresión: Mt = Xt A + et = Mt* + et (1) En donde Mt es la demanda actual por balances reales, Xt es un vector de variables explicatorias, A es un vector de coeficientes, et es el término de error y Mt* es la demanda esperada por saldos reales. El residuo et se puede expresar así: et = Mt - M*t, de manera que representa la desviación de la liquidez actual de su valor esperado de largo plazo. Si et es positivo, los agentes están acumulando liquidez adicional como un stock de precaución para confrontar tiempos difíciles. Estos balances reales en desequilibrio inciden en el ahorro interno, St, por medio de un modelo de corrección de errores que expresa el ahorro real en función de variables explicatorias, Zt y et : ∆St =Ao + At S t - 1 A2 Z t - 1 + A3 ∆ Zt + A4 et - 1 (2) Si en la estimación de la ecuación 2 el coeficiente de et es positivo, indica que la acumulación de liquidez de desequilibrio, et conduce a aumentar el ahorro interno, lo cual se interpretaría como evidencia de un nexo entre los sectores financiero y real de la economía. 40 Keith Culbertson y David Barlow, “Disequilibrium, Buffer Stocks and Consumers Expenditure on nonDurables”, Review of Economics and Statistics, vol. LXXIII, núm. 4, North Holland, Amsterdam, noviembre de 1991, pp. 643-653. 41 John Campbell, “Does Saving Anticipate Declining Income. An Alternative Test of the Permanent Income Hypothesis”, Econometrica, vol. 55, núm. 6, North Holland, Amsterdam, Noviembre de 1987, pp. 1249-1273, y Robert E. Hall, “Stochastic Implications of the Life Cycle-Permanent Hypothesis: Theory and Evidence”, Journal of Political Economy, vol. 86, University of Chicago Press, Chicago, 1978, pp. 971-987. 42 Marjorie Flavin, “The Adjustment of Consumption to Changing Expectations about Future Income”, Journal of Political Economy, vol. 89, núm. 5, University of Chicago Press, Chicago, 1981, pp. 974-1009. Hipótesis del ingreso permanente (HIP) Este modelo se basa en el trabajo de Campbell sobre la validez e implicaciones de la HIP. Campbell parte del resultado de Hall de que en un régimen de expectativas racionales, la HIP implica que el consumo sigue un sendero aleatorio.41 Este resultado, a la vez, implica que los agentes alteran su consumo sólo en respuesta a noticias sobre su ingreso futuro. Como lo expresa Campbell: “Si el modelo de la HIP tiene validez, el consumo es proporcional al ingreso permanente y, así, tiende a estar arriba del ingreso corriente cuando éste es relativamente bajo y se espera que suba, y debajo del ingreso corriente cuando se espera que éste va a bajar. En otras palabras, la reducción del ahorro anticipa el aumento del ingreso y la acumulación de ahorro anticipa la caída del ingreso. La gente ahorra para estar preparada para un ‘día de lluvia’.” Suponiendo que un consumidor de vida infinita trata de maximizar su utilidad sujeto a la restricción de un presupuesto intertemporal, con expectativas racionales la función de consumo, C, del consumidor representativo está dada por la expresión:42 316 Publicación del Banco Centroamericano de Integración Económica Ahorro de precaución en Centroamérica ∞ Ct = i [ ( )Σ( ) ] 1 l+r 1 l+r Wt + EtY t+i (3) i=0 en donde: r = tasa de interés real. W = riqueza acumulada. Y = ingreso real del sector laboral. E = operador de expectativas condicional en la información del consumidor en el tiempo t. Campbell reformula la expresión anterior en términos del ahorro S:43 ∞ Σ( S=- i ) 1 l+r Et ∆Y t + i (4) i=1 43 J. Campbell, op. cit. John Campbel y Angus Deaton, “Why Is Consumption so Smooth”, Review of Economic Studies, vol. 56, núm. 187, julio de 1989, pp. 357-373. 45 En los trabajos empíricos, la sustitución de monedas se detecta mediante la introducción de una variable que representa el costo del dinero en los mercados internacionales de capital. Véase, entre otros, Paúl Mizen y Eric J. Pentecost (comps.), The acroeconomics of International Currencies, Edward Elgar, Cheltenham, 1996. 44 en donde el ahorro se define como Y - C y es igual al valor presente de las variaciones futuras del ingreso. Se puede apreciar en la expresión 4 que la expectativa de una reducción en Y conduce al consumidor a aumentar el ahorro, a fin de estar en posición de enfrentar el “día lluvioso”. Esta es la implicación débil de la HIP, la cual implica que en un VAR que expresa ∆Y en función de S y otras variables, el ahorro causa al ingreso en el sentido de Granger. Implica, además, que los coeficientes de los rezagos de S deben ser negativos para que capturen el efecto del “día lluvioso”. La implicación fuerte de la HIP se puede evaluar probando la hipótesis de que el valor de la expresión St-∆ Yt - (1 + r) S t-1 no puede pronosticarse con base en valores pasados de S t-1 y ∆Y t-1. Se debe añadir que Campbell y Deaton han mostrado que la ecuación 4 puede expresarse en términos de la tasa de ahorro, s, y del logaritmo del cambio en el ingreso:44 ∞ S=w i Et ∆ log Yt + i + constante (5) Σ i+1 en donde w = l + µ l+r y m es la tasa de crecimiento del ingreso. Resultados empíricos La primera investigación se refiere a la estimación de funciones de demanda de dinero, definidas como la relación de cointegración entre balances reales, representados por el dinero en su definición amplia de M2 (M); el ingreso real, representado por el PIB (Y), la tasa de inflación, representada por el aumento anual del índice de precios al consumidor (INF), y la tasa de bonos de la tesorería de Estados Unidos (IR). Se introduce esta última variable a fin de capturar los efectos de sustitución de monedas.45 Mediante el método de máxima Publicación del Banco Centroamericano de Integración Económica 317 La Integración de Centroamérica: promesa y reto vigente verosimilitud de Johansen se estimaron las funciones de cointegración.46 El término de error de la ecuación de cointegración se interpreta como la “reserva de liquidez”. Con esa base, el modelo de corrección de errores se estima como se indica en la ecuación 2. Se calcularon dos ecuaciones adicionales, expresando el aumento en el ingreso como una función del ahorro rezagado y de otras variables a partir de la formulación de Campbell de la HIP. La versión débil de esta hipótesis se sustenta en un coeficiente negativo y significativo del ahorro rezagado. El análisis se efectuó para Costa Rica, Guatemala, Honduras y Panamá. No se examinaron El Salvador y Nicaragua debido a los conflictos sociopolíticos de los años ochenta. Los datos se obtuvieron de las Estadísticas Financieras Internacionales del FMI y se expresaron en millones de las respectivas monedas nacionales a precios de 1990 y cubren el período 1965-1993. Se realizaron pruebas de raíces unitarias usando el estadístico ADF para determinar el orden de integración de las variables. En cada caso se encontró que todas las variables estaban integradas de orden uno, ya que la prueba no rechazó la presencia de una raíz unitaria en las variables expresadas en niveles, pero la rechazó cuando estas se expresaron en primeras diferencias. El análisis de cointegración se efectuó usando un VAR de dos rezagos, excepto en el caso de Panamá, en que se usaron cuatro. Los resultados se presentan a continuación. Costa Rica 46 Soren Johansen, “Statistical Analysis of Cointegration Vectors”, Journal of Economic Dynamics and Control, vol. 12, North Holland, Amsterdam, 1988, pp. 231-254. La hipótesis nula de ausencia de cointegración es rechazada por las estadísticas del trazo, de forma que se puede inferir la existencia de dos vectores de cointegración (véase el cuadro 1). Ahí se observa que la elasticidad ingreso de la demanda de dinero es relativamente alta, 1.7692 y 1.6402 en el primero y segundo vectores, respectivamente. La tasa de inflación ejerce un efecto negativo en la demanda de dinero en ambos vectores. El coeficiente de la tasa de interés es positivo en el primer vector y negativo en el segundo. Las pruebas de exclusión de variables, suponiendo la existencia de dos vectores de cointegración, indican que cada variable debe estar presente en los vectores, excepto la tasa de inflación, que no es significativa. A continuación se estimó un modelo de corrección de errores para expresar el cambio anual en el logaritmo del ahorro, ∆logS, en función de los logaritmos del ahorro y del ingreso, ambos rezagados, y del término de error rezagado E 1 (-1). En el cuadro 2 se ve que el efecto de la “reserva de liquidez” es significativo y positivo e indica que la acumulación de liquidez en una unidad conduce a un aumento del ahorro en 0.54 unidades. En la ecuación para el aumento del ingreso, el ahorro rezagado resultó insignificante y con signo positivo, y el término de error resultó positivo y significativo. En la ecuación para el cambio en el logaritmo del ingreso, el coeficiente de la tasa de ahorro fue insignificante. Estos resultados no constituyen soporte para la versión débil de la HIP. 318 Publicación del Banco Centroamericano de Integración Económica Ahorro de precaución en Centroamérica CUADRO 1. Costa Rica: Demanda de dinero. Prueba del trazo de cointegración 0.7764 Nula r=0 r≤1 r≤2 r≤3 Eigenvalues en orden descendente 0.06088 0.4103 0.0706 Alternativa r≥1 r≥2 r≥3 r≥4 Hipótesis Estadístico 78.98 40.04 15.64 1.91 0.0000 95% valor crítico 53.12 34.91 19.96 9.24 Vectores de Cointegración normalizados Variable Log (M2) Log (Y) INF IR Constante Primer Vector β -1.000 1.7692 -0.0006 0.0866 -11.4357 Segundo Vector β -1.0000 1.6402 -0.0127 -0.0585 -7.8204 Restricción de exclusión de una variable, LR (2) 20.34 21.62 1.62 24.06 23.25 (0.000) (0.000) (0.445) (0.000) (0.000) Guatemala La razón de exportaciones a PIB (denotada por XY) se introdujo en la demanda de dinero. El cuadro 3 presenta tres vectores de cointegración, pero sólo incluye dos. La elasticidad del ingreso tiene un valor de 1.4356 en el primer vector, pero en el segundo tiene el valor implausible de 0.6847. En el primero las tasas de interés y de inflación tienen coeficientes con signos negativos y la variable XY tiene uno positivo. En el segundo vector estas variables tienen signos contrarios a los del primero. Las pruebas de exclusión indican que todas las variables deben estar presentes en los vectores de cointegración. La ecuación de corrección de errores más parsimoniosa se muestra en el cuadro 4. En la ecuación para el cambio del logaritmo del ahorro, el aumento en el logaritmo de la cuenta corriente, rezagada (∆logCC [-1 ]), introducido para representar el ahorro externo, tiene el signo negativo esperado, mientras que la variable XY tiene signo positivo, también esperado. El término de error del primer vector de cointegración no fue significativo, pero el del segundo vector sí lo es, lo que confirma el efecto positivo del desequilibrio de balances reales en el ahorro. En la ecuación para el cambio del ingreso el coeficiente del ahorro rezagado mostró un signo negativo y significativo. Además, la tasa de ahorro rezagada resultó ser negativa en la ecuación del cambio en el logaritmo del ingreso. Estos resultados apoyan la versión débil de la HIP. Publicación del Banco Centroamericano de Integración Económica 319 La Integración de Centroamérica: promesa y reto vigente CUADRO 2. Costa Rica: Modelos de corrección de errores Variables Independientes ∆log S Constante -4.0616 (1.55) (2.48) -0.5784 0.8155 (2.14) 0.5411 (2.03) Log S (-1) Log Y (-1) E l (-1) 1 Variables Dependientes S (-1) ∆Y (-1) ∆Y ∆log Y 7670.1 (0.99) 0.0442 (1.00) 74305.9 (3.22) 0.0488 (0.37) 0.4184 (2.42) 0.2120 (3.08) s (-1) -0.1126 (0.39) -0.1329 (0.31) 0.4217 (2.51) 0.42 2.14 s (-2) ∆ Log Y(-1) R2 D.W. F 1. 0.27 1.59 2.54 0.47 2.08 6.27 5.09 Los estadísticos t se muestran debajo de los correspondientes coeficientes. CUADR0 3. Guatemala: Demanda de dinero. Prueba del trazo de cointegración Eigen values en orden descendente 0.8173 0.7322 0.5978 0.2559 0.1602 0.0000 Hipótesis Nula r=0 r≤1 r≤2 r≤3 r≤4 Alternativa r≥1 r≥2 r≥3 r≥4 r≥5 Estadístico 114.37 70.16 35.90 12.22 4.54 95% valor crítico 76.07 53.12 34.91 19.46 4.24 Vectores de Cointegración normalizados Variable Primer Vector β Segundo Vector β Log (M2) Log (Y) INF IR XY Constante -1.0000 1.4356 -0.0133 -0.0264 2.9882 -5.9270 -1.0000 0.6847 0.0361 0.1236 -0.7139 0.5178 320 Publicación del Banco Centroamericano de Integración Económica Restricción de exclusión de una variable, LR (2) 16.22 12.81 8.61 10.90 15.33 8.84 (0.000) (0.000) (0.013) (0.004) (0.000) (0.012) Ahorro de precaución en Centroamérica CUADR0 4. Guatemala: Modelos de corrección de errores Variables Independientes Constante XY (-1) ∆ Log CC (-1) E2 (-1) Variables Dependientes ∆Y ∆ log S -0.3367 (1.39) 1.8628 (1.47) -0.0932 (3.18) 0.1527 (1.52) 1270.6 (2.67) 0.0305 (1.47) ∆ Y (-1) 0.3934 (1.83) 0.3677 (1.72) -0.3691 (1.88) ∆ Y (-2) S (-1) s (-1) s (-2) ∆ Log Y (-1) R2 D.W. F ∆ log Y 0.37 1.84 4.18 0.26 2.10 2.56 -1.2289 (2.29) 0.9563 (2.12) 0.9356 (9.03) 0.29 2.12 3.12 Honduras La estadística del trazo indica la existencia de un vector de cointegración. La elasticidad ingreso de la demanda de dinero es relativamente alta (1.4684). Los signos de los coeficientes de las tasas de interés y de inflación resultaron negativos, como se esperaba. Las pruebas de exclusión indican que ninguna variable puede ser excluida del vector de cointegración (véase el cuadro 5). CUADRO 5. Honduras: Demanda de dinero. Prueba del trazo de cointegración Eigenvalues en orden descendente 0.6172 Nulo r=0 r≤1 r≤2 r≤3 0.4736 0.2782 Alternativa r≥1 r≥2 r≥3 r≥4 0.2322 Hipótesis Estadístico 57.00 32.04 15.34 6.87 0.0000 95% valor crítico 53.12 34.91 19.96 9.27 Publicación del Banco Centroamericano de Integración Económica 321 La Integración de Centroamérica: promesa y reto vigente Vectores de cointegración normalizados Variable Log (M2) Log (Y) INF IR Constante Primer Vector β Restricción de exclusión de una variable, LR (1) -1.0000 1.4684 -0.0130 -0.0378 -9.7664 8.17(0.000) 7.81(0.005) 4.77(0.029) 7.68(0.006) 7.32(0.007) El cuadro 6 muestra que la variable de reserva de liquidez tiene un efecto positivo en el ahorro: aproximadamente 50 centavos de cada lempira acumulado como reserva de liquidez se destina a este fin. Como se esperaba, el aumento en la entrada de recursos externos, ∆logCC, tiene un efecto negativo en el ahorro. En ambas ecuaciones para los cambios del ingreso, tanto el ahorro como la tasa de ahorro rezagados ejercen efectos negativos en el cambio del ingreso, lo cual se puede interpretar como evidencia de la movilización del ahorro para enfrentar días difíciles. CUADRO 6. Honduras: Modelos de corrección de errores Variables Independientes Constante Log Y(-1) ∆ Log Y ∆ log CC E1 (-1) ∆log S -3.2740 (2.37) 0.3476 (2.11) 5.8091 (7.34) -0.0006 (2.02) 0.4961 (1.53) S (-1) ∆Y(-1) Variables Dependientes ∆Y 751.4227 (3.22) 0.0685 (2.18) 946.3464 (2.99) -0.6702 (2.92) 0.8288 (3.85) 0.0543 (1.60) s (-1) ∆ log Y (-1) R2 D.W. F 0.73 2.11 13.77 ∆log Y 0.44 2.22 5.61 -0.5196 (1.82) 0.6764 (2.87) 0.29 1.97 2.83 Panamá La estadística del trazo indica la existencia de dos vectores de cointegración. El cuadro 7 muestra que en ambos las tasas de inflación y de interés muestran signos negativos. La elasticidad del 322 Publicación del Banco Centroamericano de Integración Económica Ahorro de precaución en Centroamérica ingreso de la demanda de dinero es plausible en ambos vectores. También se puede observar que ninguna variable debe omitirse de los vectores de cointegración. En la ecuación de ahorro el término de error del primer vector resultó positivo y significante lo que indica la importancia de la reserva de liquidez (véase el cuadro 8). En las ecuaciones para el cambio en el ingreso, tanto el ahorro como la tasa de ahorro, ambos rezagados, muestran coeficientes negativos, lo cual apoya la versión débil de la HIP. CUADRO 7. Panamá: Demanda de dinero. Prueba del trazo de cointegración Eigen values en orden descendente 0.8253 0.6242 0.3648 0.2469 0.0000 Hipótesis Nulo r=0 r=0 r≤1 r≤2 r≤3 Alternativa r≥1 r≥1 r≥2 r≥3 r≥4 Estadístico 57.00 83.07 41.20 17.70 6.81 95% valor crítico 53.12 53.12 34.91 19.96 9.24 Vectores de Cointegración normalizados Variable Log (M2) Log (Y) INF IR Constante Primer Vector β -1.0000 1.6533 -0.0080 -0.0177 -6.2528 Segundo Vector β -1.0000 1.9343 -0.0236 -0.0253 -8.6782 Restricción de exclusión de una variable, LR (2) 21.26 20.18 11.60 8.97 18.83 (0.000) (0.000) (0.000) (0.000) (0.000) Evaluación de la versión fuerte de la HIP Esta evaluación se efectuó expresando S - ∆Y - (l + r) S (-1) en función de S y ∆Y rezagados y suponiendo una tasa de interés real de 3% en todos los países. La HIP se corrobora si todos los coeficientes resultan ser iguales a cero. El cuadro 9 muestra que los estadísticos F y el del multiplicador de Lagrange empleados en pruebas de omisión de todas las variables,excepto el término constante, indican que los coeficientes son iguales a cero sólo en Honduras y Panamá. Conclusiones Los resultados de cointegración indican que en todos los países estudiados existen funciones de demanda de dinero con parámetros plausibles. En particular, la presencia de sustitución de monedas en todos los países requiere un estudio posterior. Las funciones de demanda de dinero permitieron computar un acervo de liquidez de desequilibrio que se introdujo en ecuaciones de corrección de errores, en las que el ahorro era la variable dependiente. En estas ecuaciones, Publicación del Banco Centroamericano de Integración Económica 323 La Integración de Centroamérica: promesa y reto vigente CUADRO 8. Panamá: Modelos de corrección de errores Variables Independientes ∆ log S Constante Variables Dependientes ∆Y 1.6428 (1.06) -0.5837 (2.48) -0.9730 (4.45) 1.3264 (2.79) Log Y(-1) Log S(-1) E1 (-1) ∆Y S (-1) 601.1691 (2.98) 0.1749 (2.88) 1499.2 (2.83) 0.1974 (0.99) -0.6418 (2.56) 0.3024 (2.60) s (-1) ∆ Log Y (-1) R2 D.W. F log Y 0.55 1.83 7.71 0.43 1.71 4.70 -0.7305 (2.44) 0.1523 (0.78) 0.39 1.66 3.97 CUADRO 9. Prueba de la versión fuerte de la HIP Variable Dependiente = S - ∆ Y - ( 1 + r ) S (-1) Variables Independientes Constante S (-1) Costa Rica Guatemala 760.3377 (0.09) -0.1968 (1.43) -312.8909 (1.11) 0.4327 (1.55) -0.4206 (1.71) -0.5982 (3.08) S (-2) ∆Y(-1) R2 D.W. F -0.4492 (2.21) 0.3520 (1.72) 0.31 1.86 3.26 Estadístico del Multiplicador de Lagrange Estadístico F 7.9791 3.247 ∆Y(-2) Honduras 0.36 1.84 4.33 -1.8051 (0.08) 0.1854 (1.14) 0.15 2.08 1.25 -186.8154 (1.27) -0.1569 (1.27) 0.2578 (0.48) 0.2365 (1.08) -0.1274 (0.72) 0.09 1.72 0.52 9.75 4.33 3.79 1.25 2.34 0.51 324 Publicación del Banco Centroamericano de Integración Económica -168.5716 (0.93) -0.0039 (0.02) Panamá Ahorro de precaución en Centroamérica la variable de liquidez de desequilibrio resultó con coeficientes positivos en todos los países, aunque con diferentes niveles de significancía. Esto manifiesta los nexos entre los sectores real y financiero. También indica que el sector financiero tiene influencia en el ahorro mediante un proceso de desequilibrio de liquidez y no de la tasa de interés real. ni por el proceso de “profundización financiera”, mecanismos que no están sustentados por la evidencia empírica. Además, en cuanto influencia al ahorro, el proceso de desequilibrio de liquidez tiene implicaciones en el fortalecimiento de la solvencia externa de la economía, ya que contribuye a reducir el déficit en la cuenta corriente. Estos resultados, junto con las conclusiones de los estudios empíricos reseñados, indican que el sistema financiero opera de manera discorde con las teorías en boga, lo que obliga a formular con mucha precaución las reformas financieras. Las pruebas de la versión débil de la HIP señalan que los individuos ahorran con el fin de contar con recursos para enfrentar las vicisitudes de tiempos difíciles. Este resultado se obtiene en todos los países, excepto Costa Rica, usando dos representaciones de la HIP. La variable “acervo de desequilibrio” se introdujo en estas ecuaciones y en todos los casos, excepto Guatemala, y resultó significante. Esto indica que esta variable contiene información que está ausente en el mecanismo del “ahorro para el día difícil”. Se analizó la versión fuerte de la HIP y pudo apoyarse sólo en los casos de Honduras y Panamá. Los resultados también señalan la necesidad de estudiar a fondo las motivaciones del consumidor en los países latinoamericanos, así como su interacción con los mercados financieros nacionales e internacionales, para conocer con precisión el funcionamiento de los mercados financieros y poder sustentar la formulación de la reforma financiera. Publicación del Banco Centroamericano de Integración Económica 325 La Integración de Centroamérica: promesa y reto vigente 326 Publicación del Banco Centroamericano de Integración Económica Educación La llave del futuro TENDENCIAS No. 80, Febrero 2000 La Integración de Centroamérica: promesa y reto vigente Introducción Un nuevo siglo comienza y necesariamente surge la pregunta: ¿Qué será de nuestro país en el siglo XXI? ¿Será un país viable? ¿En qué puede afincar su prosperidad, o por lo menos su sobrevivencia? Estas interrogantes son legítimas porque los legados de este siglo no dan muchas bases para ser optimistas, basta tomar en cuenta la violencia desenfrenada, la mitad de la población en situación de pobreza y el medio ambiente deteriorado. Además, el desempeño económico de las últimas décadas no muestra dinamismo: en el periodo 1950-1995, la economía salvadoreña creció, en términos per cápita, en un promedio de 1 por ciento anual. El mantenimiento de ese ritmo de crecimiento implica que tomaría 58 años para alcanzar el nivel de desarrollo que hoy tiene Costa Rica. Y como nación y como ciudadanos es imperativo tener aspiraciones de alcanzar a éste y a otros países de mayor desarrollo. La falta de grandes empeños nos puede haber conducido a la crítica situación actual. La cuestión es si la sociedad salvadoreña tiene que esperar cerca de 60 años para contar con un nivel de ingreso como el que hoy tiene Costa Rica. Definitivamente, los pobres no pueden esperar. Además, para todos los salvadoreños debe haber mejores opciones que la vida cotidiana en la inseguridad, y mejores oportunidades laborales que el subempleo, o volverse un hermano lejano. La pregunta es: ¿Qué se puede hacer? Para encontrar respuesta hay que indagar, en primer lugar, cuáles son las características de los pobres. De acuerdo a varios estudios, los pobres se caracterizan por no tener, o tener muy poca educación. El cuadro siguiente muestra los resultados de una investigación reciente que encontró que en los países de América Latina existe una relación inversa entre el porcentaje de la población en situación de pobreza y el nivel de educación. Así se puede ver que en Honduras la probabilidad de ser pobre era, a principios de los años noventa, de 43 por ciento para alguien que no había terminado ningún grado de educación primaria, disminuyendo esta probabilidad respectivamente a 15 y 4 por ciento para aquellas personas que habían cursado los niveles primario y secundario. Por lo tanto, un cambio fundamental que se debería efectuar en El Salvador, con relación al pasado, es el incremento sustancial de los niveles de educación. No se trata de una mejoría marginal, sino de dar un salto significativo. Esto implica llevar a cabo grandes esfuerzos para que en la próxima década la población aumente su nivel de educación promedio de los 4.5 años actuales a 10 años, o que la tasa de matrícula en el nivel secundario llegue a 50 por ciento a partir del 35 por ciento actual. Estas son metas muy ambiciosas y difíciles de alcanzar, pero se trata del bienestar y la sobrevivencia de la sociedad salvadoreña, por lo que no debería haber vacilaciones en diseñar y emprender las acciones requeridas. Mayores niveles de educación no sólo tendrían repercusiones sobre la pobreza, sino también sobre la competitividad. En efecto, está bien ilustrada la experiencia de los países asiáticos que se industrializaron y diversificaron su sector externo con base en lo que se ha llamado la “capacidad social”, que radica en alcanzar altos 328 Publicación del Banco Centroamericano de Integración Económica Educación, la clave del futuro Probabilidad de pertenecer al grupo más pobre de la población (El que recibe el 20% más bajo del ingreso nacional) Argentina Bolivia Brasil Colombia Costa Rica Guatemala Honduras Panamá Uruguay Venezuela Ninguna Primaria Secundaria Universitaria 69 42 54 67 55 36 43 83 65 50 36 27 19 32 25 14 15 45 31 25 13 14 5 9 8 5 4 12 10 10 6 6 2 4 4 2 1 4 4 5 Fuente: Psachaeropoulos, Morley, Fiszbein, Lee y Wood (1994). niveles de educación y salud de la población (Rodrik,1994). Además, existe evidencia de que un sector exportador pujante es precedido de un aumento sustancial de la educación (Maddison,1994), y que la inversión extranjera es determinada por los niveles de educación del país en cuestión (Braunerhjelon y Svensson, 1996). Para el caso de América Latina, se puede apreciar en el cuadro de abajo que existe una relación estrecha entre exportaciones per cápita y tasa de matrícula en la escuela secundaria. También se cuenta con evidencia de que la educación es uno de los determinantes de la reducción de la violencia, y que esta reducción conduce a aumentar la inversión privada (Alesina y Perotti, 1992), lo que sustenta el crecimiento de las exportaciones. También existe evidencia de que en América Latina la pobreza se origina, en gran parte, en la marcada concentración del ingreso, y que la inequidad en la distribución del ingreso disminuye con aumentos en los niveles de educación (Birdsall y Londoño, 1997). Así, los mejores niveles educativos de la población salvadoreña conducirían no sólo a la reducción de la pobreza sino, además, a una disminución en la concentración del ingreso, lo que, a la vez, redundaría en disminuir adicionalmente la pobreza y aumentar la tasa de crecimiento económico estableciéndose así un proceso auto sostenido de desarrollo económico y social. La pregunta que surge es: ¿Cómo se financiarán los programas de educación que son requeridos? Aquí habría que señalar que el esfuerzo fiscal en El Salvador es sumamente bajo: alrededor de 12.5 por ciento del producto. Esto indica que se justifica aumentar la tributación y erradicar la evasión de la misma. Ante las posibles objeciones al aumento de la carga tributaria, hay que tomar en cuenta que en el país la violencia tiene un costo estimado en 13 por ciento del producto (Romano, 1997), lo que legítimamente se puede interpretar como un impuesto. La disyuntiva se ha vuelto, entonces, pagar “impuestos de violencia”, en medio de una creciente conflictividad, con el consecuente amurallamiento de la sociedad y estancamiento económico, o aumentar la recaudación del fisco para financiar el desarrollo social cuyo fin sería el crecimiento económico, Publicación del Banco Centroamericano de Integración Económica 329 La Integración de Centroamérica: promesa y reto vigente Tasas de matrícula en la escuela secundaria y exportaciones per cápita. (1995) Argentina Bolivia Brasil Chile Colombia Costa Rica República Dominicana Ecuador El Salvador Guatemala Honduras México Nicaragua Perú Uruguay Venezuela Matrícula educación secundaria Exportaciones per cápita ($ US) 81 34 36 73 72 52 47 50 34 23 37 59 50 67 89 41 902 176 387 1346 438 1218 483 498 571 314 319 1192 215 346 1331 1181 Fuente: Banco Mundial, Informe del Desarrollo Mundial, varios números. la competitividad, el fortalecimiento del sector externo y la conciliación permanente de la sociedad salvadoreña. Hay que señalar que el esfuerzo fiscal adicional que se emprendiera para estos fines podría ser de carácter temporal, en vista de la evidencia de que en los países de América Latina al aumentar sustancialmente los niveles de educación, los resultantes aumentos en el empleo y en el crecimiento económico conducen a aumentar la recaudación fiscal, dado el incremento de personas que entran al mercado laboral formal, de manera que estos programas, después de un tiempo, se vuelven auto financiables (Londoño, 1996). En efecto, un estudio reciente (BID,1997) ha demostrado que si la mano de obra de El Salvador aumentara en un grado su nivel de educación promedio, el potencial de crecimiento anual de la economía salvadoreña aumentaría en 1.4 por ciento por encima al potencial actual de 4.8 por ciento, para alcanzar un potencial de 6.2 por ciento, tasa con la que se podría tener impacto sobre la pobreza y el desempleo. El momento actual en el país exige emprender decisivos esfuerzos de desarrollo con el fin de afincar el bienestar de la sociedad salvadoreña sobre bases firmes. Es tiempo de llevar a cabo grandes esfuerzos de desarrollo social, al margen de las ideologías, para gestar un futuro donde las oportunidades, las destrezas y la dignidad estén al alcance de todos los salvadoreños. 330 Publicación del Banco Centroamericano de Integración Económica Educación, la clave del futuro Referencias bibliográficas Alesina, Alberto y Roberto Perotti, The Political economy of growth: A critical survey of the recent literature and some new result, Harvard University. 1992. Banco Interamericano de Desarrollo, Latin America after a decade of reforms, 1997, página 60. Birdsall, Nancy y Juan Luis Londoño, “Asset inequality matters: An assessment of the world banks approach to poverty reduction”, American economic review, Vol. 87, No. 2, mayo 1997. Braunerhjelon, Pontus y Roger Svensson, “Host Country characteristics and anglomeration in foreign investment”, Applied economics, Vol. 23, 1996. Maddison, Angus, “Explaining the economic performance of nations, 19201989” en Convergence of productivity, William J. Baumol, Richard Nelson y Edward N. wolff editores. Oxford University Press, 1994. Londoño, Juan Luis, Pobreza, desigualdad y formación del capital humano en América Latina, 1950-2025, Banco Mundial, 1996. Psacharopoulos, George, Samuel Morley, Ariel Fiszbein, Haeduck Lee y William C. Wood, “Poverty and income inequality in Latin America”, Review of income and wealth, series 41, No. 3, septiembre 1995. Rodrik, Dani, King Kong meets Godzilla: The World Bank and the east asian miracle, Overseas Development Council, 1994. Publicación del Banco Centroamericano de Integración Económica 331 La Integración de Centroamérica: promesa y reto vigente 332 Publicación del Banco Centroamericano de Integración Económica Distribución del ingreso e integración económica El Trimestre Económico Vol. LXVII (2), Núm. 266 México, Abril - Junio de 2000 Los puntos de vista expuestos en este trabajo son responsabilidad exclusiva del autor. El autor agradece los valiosos comentarios de Aimee Verdisco, Florencio Ballestero, Óscar Núñez Sandoval, José Seligman-Silva, Gabriel Siri y Robert Vos. La Integración de Centroamérica: promesa y reto vigente Introducción 1 Véase, entre otros, Luis RiveraBátiz, “Economic Integration and Endogenous Growth”, Quarterly Journal of Economics, vol. 106, mayo, 1993; Kym Anderson y Richard Blackhurst, Regional Integration and the Global Trading System, Nueva York, Saint Martin Press, Jaime De Melo y Arvind Panagariya, New Dimensions in Regional Integration, Cambridge, Cambridge University Press. 2 Respecto al tema del comercio internacional y la distribución del ingreso véase, entre otros, William Cline, Trade and Income Distribution, Washington, Institute for International Economics. 3 Simon Kuznets, “Economic Growth and Income Inequality”, American Economic Review, vol. 45, núm. 1. marzo, 1955. 4 W. Galenson y H. Leibenstein, “Investment Criteria. Productivity and Economic Development”. Quarterly Journal of Economics, vol. 69, agosto 1955: Nicholas Kaldor, “Alternative Theories of Distribution”, Review of Economic Studies, vol. 23, 1955. El estudio de la integración económica ha recibido considerable atención en años recientes en virtud del papel singular que ocupa en algunas regiones, particularmente en Europa en donde el ímpetu hacia el establecimiento de un mercado único ha sido evidente desde principios del decenio de los noventa. También en años recientes han surgido nuevos enfoques al estudio de la integración que destacan, entre otros temas, la competencia imperfecta, el comercio intraindustrial y el capital humano.1 Sin embargo, poca atención se ha otorgado al estudio de la influencia de la distribución del ingreso en la integración. Esta variable puede tener importantes repercusiones, en cuanto afecta la estructura de la demanda en los países miembros, incidiendo así en el volumen y composición de las importaciones intrarregionales. A la inversa, la integración podría tener repercusiones en la distribución del ingreso ya que incide en la estructura de las exportaciones y de la competencia que pasa del plano nacional al subregional. Este trabajo analiza los efectos macroeconómicos intrarregionales provenientes de cambios en la distribución del ingreso en países que forman un esquema de integración. Se argumenta que, entre otros efectos, la desigualdad afecta de manera adversa la propensión a invertir del sector privado, lo que tiene repercusiones en la demanda agregada en el área de integración. O sea que por medio de su efecto en la inversión y el producto, la desigualdad incide de manera negativa en los volúmenes de comercio intra y extrarregional. El trabajo no considera, sin embargo, los efectos de la integración en la distribución del ingreso.2 La sección I presenta una reseña de la bibliografía de las teorías de distribución. Esto es seguido de la formulación de un modelo de interdependencia que explícitamente incorpora variables distributivas. El modelo es estimado para el caso de los países centroamericanos, con base en lo cual se efectúan ejercicios de simulación sobre la respuesta del producto a cambios en la distribución del ingreso. El trabajo concluye con una serie de consideraciones finales. I. Desigualdad, inversión y crecimiento Los puntos de vista respecto a la desigualdad, la inversión y el crecimiento han cambiado en años recientes. Por mucho tiempo la posición dominante fue la de Kuznets, quien argumentó que a medida que el ingreso per cápita aumenta se incrementa la desigualdad, para disminuir posteriormente según aumenta el ingreso per cápita.3 Este proceso da lugar a una curva de U invertida, llamada la curva de Kuznets. Galenson y Leibenstein y Kaldor mantienen que la desigualdad fomenta el crecimiento económico, en cuanto la clase capitalista supuestamente tiene una mayor propensión a ahorrar.4 Estos puntos de vista no han sido sustentados por estudios empíricos subsecuentes. En particular, Ahluwalia no encontró evidencia de que una mayor desigualdad esté asociada con tasas de crecimiento más 334 Publicación del Banco Centroamericano de Integración Económica Distribución del ingreso e integración económica 5 M. Ahluwalia, “Inequality, Poverty and Development”, Journal of Development Economics, vol. 3, 1976. 6 Rati Ram, “Economic Development and income Inequalities: Further Evidence on the U-Curve Hypothesis”, World Development, vol. 16, noviembre, 1988. 7 Francois Bourguignon y Christian Morrison. “Income Distribution, Development and Foreign Trade: A Cross Sectorial Analysis”. European Economic Review; vol. 34, núm 6, septiembre, 1990. 8 J. Anana y S. Kambur, “Inequality and Development: A Reconsideration”, H. P. Nissen (comp.), Towarsds Income Distribution Policies, Tilburg, EADI Books, 1984. 9 Irma Adelman y Nobuhico Fuwa, “Income Inequality and Development: The 1970’s and 1980’s Compared”, Economie Appliquée, vol. XLVI, núm. 1, 1994. 10 Michael Sarel, “How Macroeconomic Factor Affect Income Distribution: The CrossCountry Evidence”, Documento de Trabajo núm. WP-97-152, Washington, Fondo Monetario Internacional, noviembre, 1997. 11 Antonio Spillimbergo, Juan Luis Londoño y Miguel Székely, “Income Distribution, Factor Endowments, and Trade Openness”, Documento de Trabajo núm. 356, Washington, Banco Interamericano de Desarrollo, octubre, 1997. 12 Sanjeev Gupta, Hamid Davoodi y Rosa Alonso-Terme, “Does Corruption Affect Income Inequality and Poverty”, Documento de Trabajo núm. 9876, Fondo Monetario Internacional, mayo, 1998. 13 Alberto Alesina y Roberto Perotti, “The Political Economy of Growth: A Critical Survey of the Recent Literature and some News Results”, Cambridge, Harvard University 1992, inédito. 14 Roberto Chang ,“Income Inequality and Economic Growth: Evidence and Recent theories”, Economic Review, Federal Reserve Bank of Atlanta, vol. 79, núm. 4, Julio-Agosto,1994. altas.5 Asimismo, Ram encontró que las estimaciones de curvas de Kuznet eran insignificantes cuando se eliminaban los países desarrollados de la muestra.6 Resultados similares fueron obtenidos por Bourguignon y Morrison para una muestra de 35 países en desarrollo, que indicaron que la desigualdad tiene una correlación positiva con las exportaciones agrícolas y mineras y con altas tarifas arancelarias, y correlaciones negativas tanto con la tasa de inscripción en la escuela secundaria como con la participación de las pequeñas y medianas explotaciones agrícolas en el PIB del mismo sector.7 Además, Anand y Kanbur derivaron una expresión que da lugar a la curva de Kuznets, cuya estimación para un grupo de 60 países desarrollado y en desarrollo, usando diferentes indicadores de desigualdad, destacó que estadísticamente no se podía aceptar la existencia de una curva de Kuznets.8 A la vez, Adelman y Fuwa afirmaron que durante el decenio de los ochenta la porción del ingreso recibido por el estrato más pobre disminuyó con rapidez en la medida que el ingreso per cápita aumentaba, y permanecía bajo sin notarse que aumentara su participación aun en los ingresos per capita elevados.9 Estos autores concluyeron que no existía una curva de Kuznets para los estratos pobres. Estudios recientes han encontrado evidencia del papel que variables macroeconómicas desempeñan en la desigualdad. Así, Sarel encontró evidencia para una muestra de 55 países desarrollados y en desarrollo de que el coeficiente de Gini disminuye con las tasas de crecimiento económico y de inversión, así como con mejorías en los términos de intercambio.10 Asimismo, Spillimbergo, Londoño y Székely estimaron ecuaciones panel para una muestra transversal de 34 países en el periodo 1965-1990 y encontraron que la desigualdad es más alta en países que son intensivos en el factor tierra, dado que este factor tiende a disminuir la porción del ingreso correspondiente al quintil más pobre.11 Encontraron también que los países en los que el capital físico es abundante tienden a tener mayor desigualdad en virtud de que este factor aumenta la porción del ingreso del quintil más rico y disminuye la de los otros cuatro quintiles. Al contrario, encontraron que los países intensivos en capital humano tienen menor desigualdad, ya que este factor contribuye a aumentar las porciones del ingreso del tercer y cuarto quintiles, o sea de la clase media. La corrupción también ha sido identificada como una variable que incide en la desigualdad por Gupta, Davoodi y Alonso-Terme, de modo tal que, en una muestra de 38 países, si el índice de corrupción aumenta en una desviación estándar (2.52 puntos en una escala de 0 a 10) el coeficiente de Gini aumenta en 5.4 puntos. Este aumento de la desigualdad es de la misma magnitud como el que resultaría de la disminución de 2.3 años cursados en la escuela secundaria por la población.12 De particular importancia son los estudios recientes que muestran el efecto benéfico que la igualdad tiene en el crecimiento. Alesina y Perotti presentaron evidencia econométrica de una muestra de 65 países en desarrollo, que indica que cuanto mayor es la porción del ingreso recibido por la clase media mayor es la tasa de ahorro y de crecimiento.13 Además, Chang estudió el crecimiento económico de 48 países en desarrollo en el período 1960-1992 y encontró una relación directa entre tasa de crecimiento e igualdad.14 Publicación del Banco Centroamericano de Integración Económica 335 La Integración de Centroamérica: promesa y reto vigente Resultados similares obtuvieron Clarke, Alesina y Rodrik,y Person y Tabellini.15 Se debe hacer referencia también al estudio de Birdsall, Ross y Sabot que encuentra evidencia de que las tasas de inscripción en escuela primaria y secundaria, así como la proporción entre el ingreso recibido por el 20% más rico al recibido por el 40% más pobre (con un signo negativo), son determinantes significativos del crecimiento del PIB per cápita.16 II. La distribución del ingreso en la América Latina 15 George R.G.Clarke,”More Evidence on Income Distribution and Growth”, Journal of Development Economics, vol. 47, núm. 2, Agosto, 1995: Alberto Alesina y Dani Rodrik, “Distributive Polities and Economic Growth”, Quarterly Journal of Economics, vol. CIX, núm. 2, mayo, 1994: Torsten Persson y Guido Tabellini, “Is Inequality Harmful to Growth? Theory and Evidence”, American Economic Review, vol. 84, 1994. 16 Nancy Birdsall, Thomas C. Pinckney y Richard H. Sabot” Inequality and Growth Reconsidered: Lessons from East Asia”, World Bank Economic Review, vol. 9, núm. , septiembre de 1995. 17 Comisión Económica para América Latina y el Caribe, Panorama social de América Latina, Nueva York, Naciones Unidas, 1994. 18 Samuel Morley, Poverty and Inequality in Latin America, Baltimore, Johnes Hopkins University Press, 1995. 19 En contraste, un artículo reciente en la revista Business Week, 7 de septiembre de 1998, argumenta que existe una “razón humana” para que el Banco Federal de Reserva de los Estados Unidos no aumente las tasas de interés, en cuanto a que las bajas tasas contribuyen a incrementar la demanda por empleo de los estratos más pobres de la población, mejorando en consecuencia la distribución del ingreso. 20 Oscar Altimir, “Cambios en la desigualdad y la pobreza en la América Latina”, EL TRIMESTRE ECONÓMICO, vol. LXI, núm. 241, enero-marzo, 1994. La distribución de ingreso en la América Latina se deterioro durante los años ochenta, agravando así una situación históricamente caracterizada por la desigualdad. De acuerdo con la CEPAL, sólo en Colombia y Uruguay la distribución del ingreso no empeoró en ese decenio.17 A estos dos países Morley agrega Costa Rica y Paraguay usando datos diferentes.18 Este autor muestra que la desigualdad es contra cíclica, aumentando en la contracción económica y disminuyendo en la fase de recuperación, y explica este comportamiento con la hipótesis de que en los años ochenta los salarios y el empleo de los más pobres experimentaron presiones hacia la baja. De hecho, Morley señala que en las 17 recesiones que ocurrieron en la región en el decenio de los ochenta la desigualdad aumentó en todos los casos en que los salarios reales disminuyeron o se mantuvieron constantes. Por lo contrario, en todos los casos, excepto uno, en que los salarios reales aumentaron, ya sea en período de recesión o de crecimiento, la desigualdad disminuyó o se mantuvo constante. Morley también señala que la desigualdad aumentó como resultado del incremento en las tasas de intereses que ocurrieron en muchos países con el propósito de atraer capital extranjero.19 Se debe señalar que Altimir estudió la evolución de la desigualdad en nueve países de la América Latina en los decenios de los cincuenta, sesenta y setenta y su relación con el crecimiento económico, y encontró que no se detecta una relación clara, porque el crecimiento había dado lugar a aumentos en la desigualdad con la misma frecuencia que los casos cuando no condujo a tal efecto.20 Asimismo, Londoño y Székely en su estudio sobre la evolución de la desigualdad en la América Latina y el Caribe encontraron que en los años setenta la porción del ingreso destinado a los estratos bajos y medios aumentó a expensas de la del estrato 20% más rico.21 En el decenio siguiente ocurrió un proceso opuesto, ya que la porción del 90% más pobre disminuyó mientras que la del 10% más rico aumentó considerablemente. En los años noventa los deciles más pobres y más ricos disminuyeron su participación porcentual en el ingreso, a la vez que la participación de la clase media aumentó. Estos autores concluyen que los altos índices de desigualdad que prevalecen en la región se originan en las grandes porciones de ingreso de los estratos más ricos. Esto da lugar a una desigualdad excesiva que se manifiesta en 1995 en un coeficiente de Gini 25% más alto de lo que se esperaría con base en el ingreso per cápita de la región. Esta excesiva desigualdad da lugar a que 50% de la pobreza de la región tenga 336 Publicación del Banco Centroamericano de Integración Económica Distribución del ingreso e integración económica 21 Juan Luis Londoño y Miguel Székely, “Persistent Poverty and Excess Inequality: Latin America During 1970-1995”, Documento de Trabajo, Washington, Banco Interamericano de Desarrollo, 1997. 22 Roberto Perotti. “Income Distribution and Investment”, European Economic Review, vol. 38, núm. 3-4, abril, 1994. 23 Alberto Alesina y Roberto Perotti, “Income Distribution, Political Instability, and Investment”, European Economic Review, vol. 40, núm. 6, junio, 1996. 24 Nancy Birdsall, Thomas C. Pinckney y Richard Sabot, “Why Low Inequality Spurs Growth : Savings and Investment by the Poor”, Documento de Trabajo, Banco Interamericano de Desarrollo, 1996. 25 Alberto Alesina y Roberto Perotti, “Income Distribution...”, op. cit. 26 Kevin M. Murphy, Andrei Schleifer y Robert Vishny, “Income Distribution, Market Size, and Industrialization”, Journal of Political Economy, vol. 103, núm. 3, agosto, 1989. 27 Véase, entre otros, Andrew Abel y Janice Eberly, “The Effects of Irreversibility and Uncertainty on Capital Accumulation”. NBER, Documento de Trabajo núm. 5363, 1995, y “Optimal Investment with Costly Reversibility”, Review of Economic Studies, vol. 63, octubre, 1996. 28 Catherine Patillo “Investment, Uncertainty, and irreversibility in Ghana”, Documento Fondo Monetario Internacional, 1997. también un carácter excesivo, es decir, si la desigualdad en la región tuviese correspondencia con su PIB per capita, la pobreza sería 50% menor que lo experimentado en 1995. En este trabajo se investiga la existencia de una relación entre desigualdad e inversión en la América Latina. Este es un tema que se ha analizado en varios estudios recientes. Perotti encontró en una muestra de 64 países que la inversión aumenta de manera proporcional con la fracción del ingreso recibido por los dos quintiles más pobres.22 Asimismo, Alesina y Perotti encontraron evidencia de que cuanto mayor es el porcentaje del ingreso recibido por la clase media mayor es la tasa de inversión, por lo que infieren que una clase media amplia y con poder de compra genera las condiciones para la estabilidad social.23 La pregunta que surge forzosamente es cómo se explican estas relaciones entre desigualdad e inversión. La explicación se podría encontrar, en parte, en los resultados de Birdsall, Pinkney y Sabot que indican que en los países con menor desigualdad los pobres se benefician más de sus inversiones en educación y por tanto invierten más que en los países con mayor desigualdad.24 Se puede hacer referencia, además, a los resultados econométricos de Alesina y Perotti que encontraron que la desigualdad fomenta la inestabilidad social, que a su vez desestimula la inversión.25 Otra explicación podría descansar en los argumentos de Murphy, Shleifer y Vishny en torno de la evidencia histórica de que la industrialización está precedida por un auge en la demanda de manufacturas, generada por una bonanza del sector exportador o del sector agrícola.26 Estos autores muestran que esta bonanza no es suficiente por sí sola para sustentar la industrialización, ya que su estímulo depende de su irradiación hacia un gran número de consumidores que demanden manufacturas. En realidad, cuando prevalece una alta concentración del ingreso el auge redundaría en un aumento de bienes suntuarios importados, sin ningún efecto propulsivo en la industrialización. También muestran que una redistribución del ingreso del estrato más rico a los estratos medios y pobres conduciría, respectivamente, a aumentar las demandas de manufacturas y de alimentos, lo que a su vez incrementaría las ganancias de la clase más rica. Otra explicación puede formularse con base en las teorías recientes de la inversión que postulan que, dado el carácter irreversible de esta variable, el inversionista potencial no efectúa su inversión sino hasta que la expectativa del producto marginal del capital invertido supera un umbral que es determinado, entre otras variables, por el costo del capital y la magnitud y la incertidumbre de la demanda por sus productos.27 La evidencia empírica de una muestra de empresas industriales de Ghana confirma la validez de estas teorías, encontrando que la decisión de invertir está condicionada por un umbral, o valla de decisión, que disminuye en función proporcional con la tasa esperada de crecimiento de la demanda y aumenta de manera proporcional con la variabilidad de ésta.28 El cuadro 1 y la gráfica 1 presentan coeficientes de Gini, índices de inestabilidad sociopolítica y tasas de inversión privada para una muestra de 15 países de la región. Se observa que en la región existe Publicación del Banco Centroamericano de Integración Económica 337 La Integración de Centroamérica: promesa y reto vigente una relación inversa entre acumulación de capital y desigualdad, de manera que países con mayor desigualdad tienen menor tasa de inversión privada. Esta relación podría estar influida por la inestabilidad sociopolítica. De hecho, usando los índices de inestabilidad sociopolítica computados por Perotti, se aprecia en el cuadro 1 que los países con poca inestabilidad como Chile (0.05), Costa Rica (-1.19), México (-0.43) y Panamá (0.29) muestran tasas de inversión más altas que las de países con altos índices de inestabilidad, como Argentina (3.10), El Salvador (0.80), Honduras (0.49), Perú (0.74) y República Dominicana (1.20), no obstante sus mayores coeficientes de Gini.29 Una excepción es Ecuador, que muestra altas tasas de desigualdad, inestabilidad e inversión. CUADRO 1 País Argentina Brasil Chile Colombia Costa Rica Ecuador El Salvador Guatemala Honduras México Panamá Paraguay Perú República Dominicana Venezuela Coeficiente De Ginia 0.48 0.63 0.57 0.53 0.46 0.53 0.45 0.59 0.59 0.52 0.57 0.40 0.44 0.50 0.44 Indice de inestabilidad Sociopolíticab 3.10 -0.01 0.05 -0.46 -1.19 1.91 0.80 0.49 -0.43 0.29 0.74 1.20 0.31 Tasa de inversión Privada 1992-1994c (Porcentaje) 18.3 15.1 19.6 10.2 21.2 19.7 17.9 15.6 10.9 20.4 19.4 22.1 17.5 13.3 18.8 a Los coeficientes de Gini fueron tomados del Banco Interamericano de Desarrollo, Basic Socio Economic Data, octubre, 1996, y corresponden a valores de 1989 o 1990, excepto para Ecuador cuyo valor corresponde a 1994. Los coeficientes de Argentina, Colombia, El Salvador, Paraguay y Perú corresponden al sector urbano, los de los otros países son valores nacionales. b Los índices de inestabilidad socioeconómica fueron tomados de Roberto Perotti, nota 28 de pie de página. Este índice es obtenido combinando las siguientes variables: asesinatos políticos (AS), número de muertes violentas por millón de habitantes (MU), golpes de Estado con éxito (GE), golpes de Estado sin éxito, (GSE) y una variable que denota el grado de avance de la democracia en el país (DE). El índice está dado por la expresión: ISP = 1.60 (AS) + 2.33(MU) + 7.29(GE) + 6.86 (GSE)+5.23 (DE). c International Finance Corporation, Trends in Private Investment in Developing Countries, 1996, Washington. 29 Roberto Perotti, “Growth, Income Distribution and Democracy: What the Data Say?”, Journal of Economic Growth, vol. 1, núm. 2, junio, 1996. 30 No obstante que muestra una baja inestabilidad, en las estimaciones econométricas Colombia fue incluida en el grupo de los países con mayor inestabilidad. Tomando en cuenta estos indicadores se podría dividir los datos en dos grupos: uno formado por Brasil, Chile, Costa Rica, Ecuador, Guatemala, México, Panamá y Paraguay, en el que prevalecen países con poca inestabilidad sociopolítica y cuyas tasas de inversión no disminuyen rápidamente a medida que aumenta la desigualdad, y otro formado por el resto de la muestra, de países con alta inestabilidad y cuya pendiente es más pronunciada.30 Sin embargo, esta clasificación, aunque tentativa, debe tomarse con mucha cautela ya que los índices de inestabilidad fueron calculados por Perotti con base en valores 338 Publicación del Banco Centroamericano de Integración Económica Distribución del ingreso e integración económica promedios del periodo 1960-1985, mientras que los coeficientes de Gini corresponden a las situaciones de principios del decenio de los noventa o fines del anterior. A fin de cuantificar la relación entre inversión privada y desigualdad se estimó por mínimos cuadrados ordinarios una serie de ecuaciones que expresan la tasa de inversión (INV) en función del coeficiente de Gini. Además, se incorporaron las variables cualitativas W1 y W2 que denotan cambios en la ordenada en el origen y en la pendiente de la ecuación, respectivamente. GRÁFICA 1. Desigualdad e inversión privada en la América Latina 23 22 Pa raguay C osta R ic a 21 M é xico 20 19 Venezuela 18 El Salv ador 17 Pe rú Ec uador C hile Pa nam á A rgentina 16 G uate m ala 15 B ra sil 14 13 R epública D om inic ana 12 11 10 H onduras C olom bia C oeficie nte de Gini Estas variables cualitativas tienen el valor de cero cuando el país pertenece al grupo de “baja inestabilidad”, y de uno cuando el país es de “alta inestabilidad”. Los resultados se muestran en el cuadro 2. Los resultados para el caso de la expresión que introduce ambas variables cualitativas indican que existen dos ecuaciones de regresión: Una con pendiente de -29.26 para el primer grupo de países y la otra con pendiente de -58.85 para el segundo grupo. En este último caso si el coeficiente de Gini aumentara en 0.05 puntos la tasa de inversión disminuiría en cerca de 3 puntos porcentuales. Estos resultados indican que de la misma manera en que la inversión es limitada por la insuficiencia de ahorro interno o externo, según el clásico modelo de las tres brechas, también puede ser restringida por una brecha de desigualdad. La superación de esta restricción puede ser un requisito para lograr los beneficios buscados en la superación de las brechas de ahorro. Es decir, en una situación en que prevalece alta desigualdad y, por ende, baja tasa de inversión, los esfuerzos para acelerar el crecimiento mediante la movilización del ahorro interno o externo son fútiles a menos que la desigualdad Publicación del Banco Centroamericano de Integración Económica 339 La Integración de Centroamérica: promesa y reto vigente disminuya. Así, las medidas conducentes a superar la restricción impuesta por la desigualdad serían efectivas para aumentar la inversión. En este contexto, la mayor igualdad daría lugar a que la inversión privada adicional utilizara el ahorro externo para fines de inversión. En caso contrario, cuando prevalece una alta desigualdad, las entradas de ahorro externo no encontrarían inversión que financiar y por tanto desplazarían al ahorro interno. CUADRO 2. Tasa de inversión privada en función del coeficiente de Gini Variables independientesa Variable W2 R2 -24.64 (1.88) 0.21 3.54 38.1494 (10.41) -35.51 (5.19) -11.31 (6.24) 0.81 26.41 INV 39.8564 (4.15) -38.82 (5.05) -5.56 (5.52) 0.78 21.05 INV 34.7558 (7.75) -29.26 (3.51) 9.35 (1.26) 0.83 18.98 Dependiente Constante Gini INV 29.9852 (4.42) INV Wl -29.59 (2.02) F FUENTE: Cálculos del autor. a Los estadísticos t se muestran debajo de los coeficientes correspondientes. CUADRO 3. Matriz de Metzler Guatemala El Salvador Honduras Nicaragua Costa Rica Guatemala El Salvador Honduras Nicaragua Costa Rica 0.24700 -0.01240 -0.00100 -0.00140 -0.00600 -0.02860 0.24580 -0.00240 -0.00320 -0.00680 -0.01950 -0.00760 0.45760 -0.00410 -0.00590 -0.04280 -0.01350 -0.00220 0.41680 -0.04240 -0.01430 -0.00820 -0.00018 -0.00260 0.61620 FUENTE: Cálculos del autor. CUADRO 4. Matriz de multiplicadores Guatemala El Salvador Honduras Nicaragua Costa Rica Guatemala El Salvador Honduras Nicaragua Costa Rica 4.07872 0.20838 0.01010 0.01567 0.04319 0.48506 4.09712 0.02273 0.03364 0.05247 0.18719 0.07914 2.18626 0.02290 0.02520 0.44601 0.16063 0.01344 2.40317 0.17160 0.10305 0.06006 0.00123 0.01096 1.62528 FUENTE: Cálculos del autor. 340 Publicación del Banco Centroamericano de Integración Económica Distribución del ingreso e integración económica III. Efecto multiplicador de cambios en la distribución del ingreso Con objeto de apreciar las repercusiones de la desigualdad en la integración económica, en el apéndice se presenta un modelo de interdependencia económica para los cinco países centroamericanos, que permite cuantificar el efecto multiplicador en todos los países generado por cambios en el coeficiente de Gini en un país dado. Con base en la expresión (9) del apéndice y usando datos de las cuentas nacionales y del comercio internacional de los países centroamericanos para el periodo 1992-1994 se calculó la matriz de Metzler (cuadro 3).31 Su opuesto es la matriz de multiplicadores (cuadro 4). La matriz de multiplicadores indica que si, por ejemplo, el consumo público en El Salvador aumentara en un dólar, el PIB de este país aumentaría en 4.09 dólares y en Guatemala y Costa Rica aumentaría en 0.48 y 0.05 dólares respectivamente. El aumento en el ingreso de los países centroamericanos en respuesta a un cambio en la distribución del ingreso puede ser calculado por medio de la expresión (21) del apéndice. Supóngase que el coeficiente de Gini de El Salvador disminuye de 0.45 a 0.44. En este caso la matriz ∂G dG = ∂D 31 L. A. Melzler, “A Multiple Region Theory of Income and Trade”, Econométrica, mayo, 1950. Los datos de las cuentas nacionales fueron tomados del Fondo Monetario Internacional, Estadísticas financieras internacionales, Los datos de comercio intrarregional se obtuvieron de la publicación del FMI, Direction of Trade. 0 0 0 0.5886 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 (-0.01) En el cuadro 5 se muestra el desplazamiento del vector de ingresos,que se calculó usando la expresión (21) del apéndice. Asimismo, los desplazamientos en el vector de ingresos resultantes de una reducción de 0.01 en el coeficiente de Gini de Honduras se muestran en el cuadro 6. Las matrices de dimensión 5x5 presentadas en los cuadros 5 y 6 pueden ser interpretadas como matrices de multiplicadores que, cuando ocurre un cambio en la distribución del ingreso, vinculan los gastos exógenos con los cambios en el vector de ingresos. Es decir, estas matrices contienen los efectos multiplicadores adicionales del gasto exógeno que resultan de una reducción en el coeficiente de Gini. Por tanto, representan una fuente adicional de crecimiento económico, en adición al gasto público y a las exportaciones extrarregionales. Se observa que los multiplicadores son más grandes en el país en donde ocurre el cambio en la desigualdad y en los países vecinos. Se aprecia, además, que dado que todos los multiplicadores son positivos todos los países se benefician de la menor desigualdad en cualquier país. Es decir, cada nación recibe estímulos económicos adicionales de todos los otros países a raíz de una disminución de la desigualdad en un país. Publicación del Banco Centroamericano de Integración Económica 341 La Integración de Centroamérica: promesa y reto vigente Al efectuar las multiplicaciones matriciales indicadas en el cuadro 5 se obtienen los cambios (en millones de dólares) en el vector de productos internos brutos resultantes de una disminución de 0.01 en el coeficiente de Gini de El Salvador: ∂ ∂GES YG YES YH YN YCR dGES = 27.74 234.1 1.30 0.6 1.92 3.01 Esta expresión indica que la reducción de la desigualdad en El Salvador conduciría a un aumento de 234.16 millones de dólares en su PIB, mientras que los PIB de Guatemala y Honduras aumentarían en 27.74 y 1.30 millones, respectivamente. De manera similar, con base en las operaciones indicadas en el cuadro 6, el aumento en el producto generado por una disminución de 0.01 en el coeficiente de Gini de Honduras es dado por la expresión siguiente: ∂ ∂GH YG YES YH YN YCR dGH = 6.59 2.79 77.01 0.81 0.88 CUADRO 5. Cambios en los PIB de los países centroamericanos resultado de la disminución de la desigualdad en el Salvador ∂ ∂GES YG YES YH YN YCR 0.5799E-03 0.4949E-02 dGES = 0.2742E-04 0.4059E-04 0.6330E-04 0.1140E-01 0.9736E-01 0.5394E-03 0.7984E-03 0.1245E-02 0.2203E-03 0.1880E-02 0.1041E-04 0.1542E-04 0.2405E-04 0.4471E-03 0.3816E-02 0.2114E-04 0.3129E-04 0.4880E-04 0.1670E-03 0.1425E-02 0.7899E-05 0.1169E-04 0.1823E-04 W Fuente: Cálculos del autor CUADRO 6. Cambios en el PIB resultado de una disminución en la desigualdad en Honduras ∂ ∂GH YG YES YH YN YCR 0.1054E-04 0.4636E-05 dGH = 0.1280E-03 0.1341E-05 0.1476E-05 0.2369E-04 0.1041E-04 0.2878E-03 0.3015E-05 0.3317E-05 Fuente: Cálculos del autor 342 Publicación del Banco Centroamericano de Integración Económica 0.2282E-02 0.1003E-02 0.2772E-01 0.2903E-03 0.3195E-03 0.1403E-04 0.6169E-05 0.1704E-03 0.1785E-05 0.1964E-05 0.1284E-05 0.5645E-06 0.1559E-04 0.1633E-06 0.1797E-06 W Distribución del ingreso e integración económica En este caso la menor desigualdad en Honduras resulta en un aumento de 77.01 millones de dólares en su PIB y en aumentos de 2.79 y 6.59 millones en El Salvador y Guatemala, respectivamente. Estos aumentos del PIB son significantes. Por ejemplo, en el caso de El Salvador es equivalente a un aumento de 57.13 (234.16/4.09) millones de dólares en el gasto exógeno. En el caso de Honduras equivale a un aumento de 35.21 (77.01/2.18) millones. Se puede apreciar entonces que la disminución de la desigualdad representa verdaderos “choques” que aceleran el crecimiento. A la vez, aumentos en la desigualdad constituyen frenos al crecimiento, que podrían hacer inefectivos los esfuerzos por incrementar el crecimiento mediante la expansión de variables exógenas, como las exportaciones, o por la ejecución de reformas sectoriales. IV. Distribución del ingreso e interdependencia La matriz de multiplicadores permite calcular los efectos de “desparrame” que el gasto exógeno en un país ejerce sobre los otros. Si el gasto público en el país i aumenta en una unidad, el efecto relativo de desparrame está dado por la expresión: dYi dYj /Σ dPi dPi J≠I Cuanto más baja es esta proporción mayor es el efecto de desparrame en los otros países. El cuadro 7 presenta los indicadores de desparrame en el supuesto de que el coeficiente de Gini disminuye en 0.05 en Guatemala, El Salvador y Honduras. Se observa que el índice de desparrame no disminuye en los países en donde ocurre el cambio en la desigualdad; Sí disminuye en los otros países, de manera que el efecto del gasto exógeno se propaga con mayor intensidad cuando disminuye la desigualdad. Nótese que los cambios son mayores en Guatemala y El Salvador, los países relativamente más grandes en términos económicos, mientras que los cambios en la desigualdad en Honduras apenas se hacen sentir en los coeficientes de desparrame. CUADRO 7. Efectos de desparrame Coeficiente de Gini disminuye en 0.05 en: País Guatemala El Salvador Honduras Nicaragua Costa Rica Actual 14.70 6.89 6.95 3.03 9.27 Guatemala El Salvador Honduras En los tres países 14.71 6.14 6.34 2.78 8.48 13.18 6.89 6.66 2.93 8.76 14.63 6.87 6.95 3.03 9.26 13.92 6.12 6.23 2.73 8.26 Fuente: Cálculos del autor. Publicación del Banco Centroamericano de Integración Económica 343 La Integración de Centroamérica: promesa y reto vigente Otro indicador útil para medir la conectividad de un sistema económico multinacional es la proporción de interdependencia, definida como: dYi dPi dYi Σ j ≠ i dPj Este índice expresa el aumento del PIB de un país en respuesta a un aumento de su gasto exógeno, relativo a los efectos que este país recibe de los otros, cuando éstos experimentan aumentos simultáneos de gastos exógenos. Un bajo índice indica que el país tiene fuertes vínculos con el resto del sistema. Estos índices se muestran en el cuadro 8 en función de los coeficientes de Gini para los casos de Guatemala, El Salvador y Honduras. Obsérvese que el índice no cambia en el país en donde ocurre el cambio en la desigualdad, pero sí disminuye en los otros países. Esto indica que la interdependencia entre países aumenta a raíz de la menor desigualdad. CUADRO 8. Indice de interdependencia Aumento en el PIB de un país generada por su propio gasto exógeno relativo al aumento inducido por el gasto exógeno en los otros países El coeficiente de Gini disminuye en 0.05 en: País Actual Guatemala Guatemala El Salvador Honduras Nicaragua Costa Rica 3.34 8.06 46.43 28.91 5.51 3.33 7.52 44.25 27.97 5.40 El Salvador 3.14 8.06 42.78 27.12 5.39 Honduras 3.30 7.97 46.18 28.37 5.52 En los tres países 3.20 7.43 42.74 26.67 5.30 Fuente: Cálculos del autor. Consideraciones finales Este trabajo ha presentado evidencia de que en la América Latina existe una relación inversa entre la tasa de inversión privada y la desigualdad. Esta relación ha permitido introducir el coeficiente de Gini como una variable explícita en un modelo de interdependencia económica y, así, Cuantificar las repercusiones entre países de un cambio en la desigualdad en un país dado. Asimismo, se ha demostrado que la igualdad conduce a mayor interdependencia entre los miembros de un esquema de integración económica, lo cual le confiere un papel importante en la profundización v sostenibilidad de la integración. Los resultados de este trabajo indican qué la equidad es una variable efectiva para mantener el dinamismo en la integración y, así, superar las experiencias adversas de distintos esquemas en las cuales, después de un periodo inicial de dinamismo del comercio intrazonal, 344 Publicación del Banco Centroamericano de Integración Económica Distribución del ingreso e integración económica se entra en una etapa de estancamiento y crisis. A fin de analizar este punto, la gráfica 2 presenta en el primer cuadrante la trayectoria de una economía que está limitada por una brecha de ahorro. La tasa de crecimiento del producto g está dada por g = k (s + f) ≤ (i max) k, en la que s es la tasa de ahorro nacional, k es la relación productocapital, f es la tasa de ahorro externo e i (max) es la tasa máxima de inversión que se puede alcanzar dada la distribución del ingreso prevaleciente. La tasa de crecimiento aumenta en función de la entrada de ahorro externo hasta alcanzar la tasa máxima g1. Como resultado, el comercio intrazonal, que es determinado por el crecimiento del producto, se estanca en el punto T1, como se muestra en el segundo cuadrante. En este caso, una entrada de ahorro externo mayor que f1 no conduciría a una mayor tasa de crecimiento, en virtud de la restricción impuesta a la inversión privada por la distribución del ingreso. En este caso f estaría desplazando al ahorro nacional ya que no existe inversión adicional que dé cabida o utilice el ahorro externo. Superar esta situación de estancamiento se logra disminuyendo la desigualdad, lo que conduciría a aumentar las tasas de inversión y de crecimiento. Esta última tendría un rango adicional de crecimiento hasta g2. Nótese en la gráfica 2 que la redistribución ha afectado la pendiente de la curva crecimiento-comercio intrarregional, que se desplaza de C1 a C2 por el supuesto de que la redistribución ha aumentado el poder de compra de los estratos que estaban al margen del mercado, o tenían limitaciones de consumo, y a C3 por el aumento de la oferta exportable a raíz del aumento de la inversión. GRÁFICA 2. Desigualdad, crecimiento económico y comercio intrazonal C1 C2 C3 g2 g1 f1 Tasa d e ah orro exte rn o T1 T2 T3 T4 C o mercio intrazo nal Así, el aumento del comercio intrazonal total, T1 T4, puede ser interpretado como resultado del aumento T1 T2 debido al incremento de la demanda agregada a raíz del aumento de la inversión, otro componente T2 T3 , que es consecuencia de la mayor capacidad adquisitiva resultante de la redistribución del ingreso, y un componente T3 T4, originado en el ensanchamiento de la oferta generado por el aumento de la inversión. Publicación del Banco Centroamericano de Integración Económica 345 La Integración de Centroamérica: promesa y reto vigente El análisis anterior señala que en ausencia de una política distributiva la integración económica puede verse sujeta a las vicisitudes y tendencias al estancamiento que la han caracterizado en el pasado. Dado que en la región un importante determinante de la distribución del ingreso es la educación,32 los esfuerzos integracionistas deberían buscar avances considerables en los índices de capital humano en todos los países de la América Latina v el Caribe, procurando alcanzar la convergencia del desarrollo social en la región.33 El costo neto de superar las deficiencias de educación puede ser nulo, según cálculos de Londoño, a raíz de los ingresos fiscales adicionales generados por las actividades económicas desarrolladas por la participación en el mercado de nuevos segmentos de población con escolaridad.34 En la equidad existe, entonces, un efectivo impulso al desarrollo al cual se puede recurrir sin sacrificar las sociedades de la región en los vaivenes de la economía globalizada y sin sumir la evolución económica regional en la penumbra de crisis continuas. Así, el dilema no consiste en elegir entre equidad y eficiencia, como la bibliografía tradicional ha mantenido, sino que las políticas escogidas fomenten la equidad o el estancamiento y la crisis. Abril de 1999 Apéndice A fin de cuantificar el efecto de cambios en la desigualdad en la integración económica se presenta a continuación un modelo de interdependencia basado en el modelo de Metzler. El modelo es estrictamente lineal, se basa en el efecto propulsivo de la demanda agregada y se supone que no existen limitaciones de oferta. El producto interno bruto, Y, de cada economía es definido así: Yi = Ci + Pi + I i + Eoi - Moi + Σi (Eij - Mij) (1) en que Ci es el consumo privado, Pi es el consumo e inversión públicos (exógeno), Ii es la inversión privada, Eoi son las 32 George Pscharopoulos et al, “Poverty and Income Inequality in Latin America During the 1980s”, Review of income and Wealth, vol. 41, núm. 3, 1995. 33 En el contexto de los beneficios de la integración continental. Fishlow ha apuntado: “Es de esperar, entonces, que haya alguna ganancia en esta área como resultado de un intercambio más libre de bienes y servicios. Pero puede obtenerse un beneficio mucho mayor si se avanza seriamente en la dirección de una educación universal. La desigualdad en el acceso a la educación y la variabilidad de su calidad son los principales determinantes de buena parte de las peores distribuciones del ingreso que se encuentran en la región. Irónicamente, esto sugiere que la preocupación por la integración hemisférica, la cual ha llevado a una proliferación de reuniones de grupos de trabajo para discutir normas comerciales de todo tipo, quizá sea un enfoque erróneo para una América Latina recientemente democratizada. En cambio, un compromiso profundo con una mejora importante de la educación y con un aumento simultáneo de las tasas de ahorro puede producir un mejor resultado que la convergencia hacia un área de libre comercio.” Véase, Albert Fishlow, “Convergencia en los niveles de desarrollo”, Las Américas: Integración económica en perspectiva, Bogotá, Banco Interamericano de Desarrollo-Departamento Nacional de Planeación, 1996 (p. 383). 34 Londoño argumenta: “Sólo un acelerado aumento de la formación de capital humano puede sacar rápidamente a la región de la pobreza. De hecho, lo que la región necesita podría llamarse un shock de capital humano. Educación básica universal para todos los jóvenes durante los próximos 20 años, para que el promedio de instrucción de la fuerza de trabajo llegue a nueve años por persona. Acelerar en forma tan rápida la educación resultara costoso. Los costos directos ascenderán a un gasto adicional de 0.5 a 1 punto del PNB de un país durante los próximos 25 años, según la velocidad del proceso. Los jóvenes y sus familias también tendrán que sufragar un costo porque tardarán más en incorporarse al mercado laboral, mientras siguen sus estudios. Sin embargo, la recompensa es grande y llega pronto. Si el ingreso adicional generado por esta mayor educación se gravara conforme a las tasas actuales, la inversión suplementaria requerida pronto se pagaría a sí misma. Y transcurridos unos 20 años, la demanda de educación aumentaría con mayor lentitud que la economía a causa de la transición demográfica. “ Véase, Juan Luis Londoño, Pobreza, desigualdad y formación de capital humano en América Latina, 1950-2025, Washington, Banco Mundial, 1996, p. 2. 346 Publicación del Banco Centroamericano de Integración Económica Distribución del ingreso e integración económica exportaciones destinadas a países fuera del sistema de integración (exógeno), Moi son las importaciones originadas fuera del sistema de integración y Eij es la exportación del país i hacia el país j = Mij. Se supone que la inversión y el consumo privados, así como las importaciones, dependen del PIB: Ci = ni Yi Moi = moi Yi Ii = giYi (2) (3) (4) Las exportaciones e importaciones entre países del sistema también dependen del PIB del país importador: Eij = xij Yj (5) Sustituyendo las ecuaciones (2)-(6) en la identidad (10), ésta se puede escribir así: Mij = mij Yj (6) Sustituyendo las ecuaciones (2)-(6) en la identidad (1), ésta se puede escribir así: (1 - di + Σmij)Yi - Σxij Yj = Eoi + Pi j (7) j en la que: di = ni + gi - moi Para un sistema de cinco economías, la identidad (7) se puede expresar en forma matricial así: AY + BY +(A+B)Y + W (8) (9) en la que A es una matriz diagonal con elementos igual a: Aii = l-di + Σmij (10) j y B es una matriz con ceros en la diagonal y con elementos fuera de la diagonal igual a Bij = - xij, Y es el vector de ingresos, (A + B) es la matriz Metzler, y W es un vector de variables exógenas: Wi = Eoi + Pi. El vector del PIB se puede obtener a partir de la expresión (9): Y = (A+B) - 1W = (T) - 1W (11) en la que T-1 = (A + B)-1 es la matriz de multiplicadores. La distribución del ingreso se introduce por la relación entre la tasa de inversión privada y el coeficiente de Gini: gi = to - ti (Gi) (12) Publicación del Banco Centroamericano de Integración Económica 347 La Integración de Centroamérica: promesa y reto vigente Los elementos de la diagonal de la matriz A se pueden escribir ahora así: Aii = l - ni + moi + Σmij - to + ti (Gi) (13) j Entonces la matriz A se puede escribir así: A=C+D (14) en la que C y D son matrices diagonales con elementos iguales a: Cii = l - ni + moi + Σmij - to j Dii = ti (Gi) (15) (16) Y la ecuación (9) ahora se puede escribir así: (C + D + B)Y =W (17) El efecto de un cambio en la desigualdad en el país i se encuentra diferenciando la expresión (17) con respecto a Gi: ∂W =0 ∆Y = ∂Y dGi + ∂ (C + D + B) Y dGi = ∂Gi ∂Gi ∂Gi (18) Así: ∂C ∂D ∂Y ∂B dG dGi + dGi = 0 (19) dGi + i Y + (C + D + B) ∂Gi ∂Gi ∂Gi ∂Gi Dado que ∂C = ∂B =0 ∂Gi ∂Gi la expresión (19) se puede escribir así: ∂D dG Y + (C + D + B) ∂Y dG = 0 i i ∂Gi ∂Gi (20) y resolviendo: ∂Y dGi= (C+D+B)-1 ∂Gi ∂D ∂D dGi Y = (T)-1 dG (T)-1W (21) ∂Gi ∂Gi i Esta última ecuación expresa el cambio en el vector del producto en respuesta a cambios en la desigualdad en el país i. Diferenciando la ecuación (21) con respecto al tiempo se obtiene la aceleración del crecimiento del producto: ∆2Y = ∂2 ∂W Y -∂D dG = (T)-1 dGi (T)-1 ∂t ∂ t ∂Gi i ∂Gi 348 Publicación del Banco Centroamericano de Integración Económica (22) Integración monetaria en las regiones centroamericana y andina Comercio Exterior Vol. 50, Núm. 7, julio, 2000 El autor agradece los valiosos comentarios de Josefina Monteagudo, Florencio Ballestero y Oscar Núñez Sandoval <[email protected]>. La Integración de Centroamérica: promesa y reto vigente Introducción En años recientes las áreas monetarias óptimas han recibido considerable atención en las ciencias económicas a raíz del ímpetu de la integración económica en diversas latitudes, en particular en la Unión Europea, donde el ahondamiento de ese proceso fue acompañado de la adopción de una moneda común en 1999.1 La mayoría de los estudios empíricos al respecto se refiere al caso europeo, en especial a los costos y beneficios de la unión monetaria.2 También hay varios trabajos sobre el federalismo fiscal en Estados Unidos y sus lecciones para Europa.3 Sin embargo, muy pocos estudios se han publicado sobre la teoría de las áreas monetarias óptimas en países en desarrollo, excepto por la relativa gran atención prestada a la unión monetaria en países africanos.4 No hay estudios empíricos sobre el Mercado Común Centroamericano y el Pacto Andino, modelos de integración emprendidos en 1960 y 1970, respectivamente, y en los que se han hecho grandes esfuerzos para fortalecer la integración en años recientes 5. La excepción es la serie de estudios coordinados por José Roberto López respecto a la justificación y los pasos requeridos para alcanzar la integración monetaria en Centroamérica.6 Este trabajo plantea consideraciones sobre la conveniencia de llevar a cabo una integración monetaria en los países centroamericanos y andinos. En seguida se reseñan los beneficios y los costos del proceso. Luego se analizan los criterios que se han determinado para el éxito de la integración, dos de los cuales se aplican a los casos de los países centroamericanos y andinos. En la sección siguiente se examina la interdependencia monetaria en estas zonas por medio de métodos de cointegración y de corrección de errores y, por último, se presentan las conclusiones y recomendaciones correspondientes. 1 Sobre reseñas de la teoría de las áreas monetarias óptimas, véanse George S. Tavlas, “The New Theory of Optimum Currency Areas”, The World Economy, vol. 16, núm. 6, 1993, pp. 663-685, y “The Theory of Monetary Integration”, Open Economies Review, vol. 5, núm. 2, 1994, pp. 211-230; Paul De Grauwe, The Economics of Monetary Integration, Oxford University Press, Nueva York, 1993. 2 Véanse Barry Eichengreen, “Is Europe an Optimum Currency Area?”, en Silvio Borner y Herbert Grubel (eds.), The European Community after 1992, MacMillan Press, Londres, 1992, y “European Monetary Unification”, Journal of Economic Literature, vol. XXXI, núm. 3, septiembre de 1993, pp. 1321-1357; Paul De Grauwe y Wim Vanhanverbeke, “Is Europe an Optimum Currency Area?: Evidence from Regional Data”, Centre for Economic Policy Research, núm. 555, mayo de 1991; Tamin Bayoumi y Barry Eichengreen, “Shocking Aspects of European Monetary Integration”, en Francisco Torres y Francesco Giavazzi (eds.), Adjustment and Growth in the European Monetary Union, Cambridge University Press, Cambridge, 1993, y “Is There a Conflict Between EC Enlargement and European Monetary Unification?”, National Bureau of Economic Research, Working Paper núm. 3950, enero de 1992; Theodore Pelagidis, “Optimum Currency Area Approach and the Third Stage of EMU: A Review of Recent Evidence”, Revista Internazionale di Scienze Economiche e Commerciale, vol. 43, núm. 4, pp. 759-789; Jacques Melitz, “Assessing the Costs of European Monetary Union”, Atlantic Economic Journal, vol. 24, núm. 4,1996, pp. 269-280; Daniel Cohen, “The Costs and Benefits of a European Currency”, en Marcello De Cecco y Alberto Giovannini (eds.), A European Central Bank, Cambridge University Press, Cambridge, 1989, pp. 195-215; Bas van Aarle y Florence Huart, “Monetary and Fiscal Unification in the EU: A Stylized Analysis”, Journal of Economics and Business, vol. 51, núm. 1, enero-febrero de 1999, pp. 49-66; Jacques Melitz y Axel A. Weber, “The Costs-Benefits of a Common Monetary Policy in France and Germany and Possible Lessons for Monetary Union”, Centre for Economic Policy Research, documento núm. 1374, abril de 1996; Ansgar Belke y Daniel Gros, “Estimating the Costs and Benefits of EMU: The Impact of External Shock on Labour Markets”, Weltwirtschsftlichs Archiv, vol. 135, núm. 1,1999. El caso particular de la integración monetaria entre Suecia y Finlandia se analiza en Lars Jonung y Fredrik Sjoholm, “Should Finland and Sweden Form a Monetary Union?”, The World Economy, vol. 22, núm. 5, julio de 1999, pp. 683-700. 3 Véase Xavier Sala-I-Martin y Jeffrey Sachs, “Fiscal Federalism and Optimun Currency Areas: Evidence from the United States”, en Matthew Canzoneri y Paul Masson (eds.), Establishing a Central Bank: Issues in Europe and Lessons from the U. S., Cambridge University Press, Cambridge, 1992. 4 Véase, entre otros, Tamin Bayoumi y Jonathan D. Ostry, “Macroeconomic Shocks and Trade Flows Within Sub-Saharan Africa: Implications for Optimun Currency Arrangements”, Fondo Monetario Internacional, Documento de Trabajo núm. 95-142, diciembre de 1995; Shantayana Devarajan y Jaime de Mello, “Evaluating Participation in African Monetary Unions: A Statistical Analysis of the CFA Zones”, World Development, vol. 15, núm. 4, abril de 1987, pp. 483-496; Julius Horvath y Richard Grabowsky, Prospects of African Integration in Light of the Theory of Optimun Currency Areas”, Journal of Economic Integration. vol. 12, núm. 12, 1997, pp. l-25; Celestin Monga, “A Currency Reform Index for Western and Central Africa., The World Economy, vol. 20, núm. 1, enero de 1997, pp. 103-125. 5 Cabe señalar que la integración monetaria de los países del MERCOSUR ha sido objeto de estudios recientes. Véase Fabio Giambiagi, “Uma proposta de unificacão monetaria dos países do Mercosul”, Revista de Economía Política, vol. 17, núm. 4, octubre-noviembre de 1997, pp. 5-29; Barry Eichengreen, “Does Mercosur Need a Single Currency”, Documento de Trabajo de NBER, núm. 6821, diciembre de 1998. El caso de la integración monetaria en los países de América del Norte se analiza en Tamin Bayoumi y Barry Eichengreen, “Monetary and Exchange Rate Arrangements for NAFTA”, Journal of Developments Economics, vol. 43, 1994, pp. 125-165. 6 Véase José Roberto López, “La transición hacia la unión monetaria de Centroamérica”, Secretaría del Consejo Monetario Centroamericano, San José, Costa Rica, mayo de 1994. 350 Publicación del Banco Centroamericano de Integración Económica Integración monetaria en las regiones centroamericana y andina Beneficios y costos de la integración monetaria 7 La evidencia de un efecto desfavorable de la variabilidad de la tasa de cambio real sobre las exportaciones de un grupo de países se presenta en Ricardo Caballero y Vittorio Corbo, “ The Effects of Real Exchange Rate Uncertainty on Exports: Empirical Evidence”, The World Bank Review, vol. 3, núm. 2, marzo de 1989. Asimismo, hay pruebas de que si se excluye el comercio entre los países europeos la variabilidad de la tasa de cambio explica 4.2 puntos porcentuales de la caída del comercio mundial desde 1973, según se sostiene en Paúl DeGrauwe, “Exchange Rate Variability and the Slowdown in the Growth of International Trade”, International Monetary Fund Staff Papers, vol. 35, núm. 1, marzo de 1988, pp. 63-84. 8 Véase Daniel Gros y Niels Thygesen, European Monetary Integration, Longman Publishers, Londres, 1998, p. 290. El concepto de integración monetaria se usa indistintamente con el de área o zona monetaria. Tal integración se presenta cuando un grupo de países fija irrevocablemente sus tasas de cambio, liberaliza entre sí las transacciones en las cuentas corriente y de capital y establece una política monetaria conjunta. Una etapa más avanzada, consistente en la adopción de una moneda común, da lugar a la unión monetaria. Se trata de medidas que entrañan costos y beneficios, y el predominio de los segundos otorga el carácter de óptimo al área monetaria. Los beneficios se pueden derivar de los aspectos siguientes. En primer lugar, la desaparición del riesgo cambiario elimina el costo de cobertura de éste para las empresas y contribuye de esa manera al crecimiento del comercio intrarregional. También se favorece el clima de inversión, ya que la baja de los costos de dicha cobertura aumenta las ganancias empresariales. Además, el fin de la incertidumbre asociada con las tasas de cambio flexibles contribuiría a aumentar el comercio.7 La adopción de una moneda común generaría beneficios adicionales, como las economías de escala derivadas de la ampliación del mercado cambiario y los provenientes de la eliminación del uso de reservas tanto para afrontar los movimientos especulativos de capitales intrarregionales cuanto para financiar el comercio intrarregional. Otros beneficios dimanarían del hecho de que en algunos países podría aumentar la credibilidad de las políticas económicas al cederse la independencia monetaria, lo cual conduciría a reducir las presiones inflacionarias. Una moneda común abarataría los costos de transacción correspondientes a la compra y venta de moneda extranjera. En la Unión Europea dichos ahorros ascendieron a 0.95% del producto nacional bruto de los países miembros.8 En Centroamérica se ha estimado que si una persona viaja de la ciudad de Guatemala a otras capitales centroamericanas, al llegar a Panamá tendría, por razones cambiarías, apenas 88 centavos de cada dólar que tuviera al principio. Asimismo, se calcula que el costo de un viaje de ida y vuelta por las capitales europeas desde Londres, por el cambio de las monedas nacionales, sería de 50% de la tenencia original de libras esterlinas. Los costos de la integración monetaria se relacionan con la pérdida de la tasa de cambio como mecanismo para hacer frente a fluctuaciones bruscas de oferta o demanda. Tales costos serían mayores si las fluctuaciones tuvieran un carácter asimétrico en el área de integración. Otro costo consistiría en la pérdida de independencia monetaria, el cual podría ser severo para un país cuyas preferencias de política monetaria fueran incongruentes con las de la región en conjunto. Habría que considerar el costo relacionado con las restricciones en las políticas fiscales nacionales, en particular las restricciones en los déficit fiscales, ya que éstas quedarían sujetas a una política fiscal de carácter regional. Publicación del Banco Centroamericano de Integración Económica 351 La Integración de Centroamérica: promesa y reto vigente Criterios para el éxito de la integración monetaria 9 Robert Mundell, “A Theory of Optimum Currency Areas”, American Economic Review, vol. 51, 196 l, pp. 567-576. 10 Ronald McKinnon, “Optimun Currency Areas”, American Economic Review, vol. 53,1963,pp. 717-725. 11 Peter Kenen, “The Theory of Optimum Currency Areas: An Ecclectic View”, en Robert Mundell y Alexander Swoboda (eds.), Monetary Problems in the International Economy, University of Chicago Press, Chicago, 1969. 12 Robert Mundell, op. cit. 13 Daniel Gros y Niels Thygesen, op. cit., p. 307. 14 Paul Krugman, “Lessons of Massachusetts for EMU” en F. Giavazzi y F. Torres (eds.), The Transition to Economic and Monetary Union in Europe, Cambridge University Press, Cambridge, 1993, pp. 241-261; Barry Eichengreen, “Should the Maastricht Treaty Be Saved?”, Princeton Studies in International Finance, núm. 74, Princeton University, diciembre de 1992. 15 Jeffrey A. Frenkel y Andrew K. Rose, “ The Endogeneity of the Optimun Currency Area Criteria”, The Economic Journal, vol. 108 núm. 449, julio de 1998, pp. 10091025. Una evidencia de que en Europa la integración ha aumentado la correlación económica entre países y disminuido las correlaciones de las regiones dentro de los países puede verse en Antonio Fatás, “EMU: Countries or Regions. Lessons from the EMS Experience”, European Economic Review, vol. 41, núm. 3-4, abril de 1997. Véase también Jeffrey A. Frankel, “No Single Currency Regime Is Right for All Countries or at All Times”, NBER, Documento de Trabajo de NBER, núm. 7338, septiembre de 1999. Hay una vasta literatura sobre los criterios para que un modelo de integración monetaria tenga éxito. Hace unos 40 años Mundell indicó que los países entre los cuales existe un alto grado de movilidad de factores son buenos candidatos para establecer un acuerdo de integración monetaria, dado que en los esfuerzos por alcanzar el ajuste de las cuentas externas dicha movilidad puede sustituir la flexibilidad de la tasa de cambio.9 Por su parte, Mckinnon concluyó que los beneficios resultantes de los menores costos de transacción aumentarían directamente a la par que el comercio y, por lo tanto, los países con un amplio intercambio recíproco también son buenos aspirantes a la integración monetaria. Este autor ha demostrado, además, que las tasas de cambio fijas son útiles en economías abiertas, donde el contenido importado de la inversión es alto y las devaluaciones conducen al aumento de precios y, en consecuencia, las ventajas comparativas buscadas por la devaluación no se alcanzarían. Así, entre más abiertas son las economías, mejores candidatas resultan para emprender esfuerzos de integración monetaria.10 Kenen propuso el criterio del grado de diversificación de la economía con el argumento de que las economías con mayor diversifícación sectorial estarían en mejor posición de afrontar disturbios de oferta o demanda que tienden a requerir ajustes en la tasa de cambio.11 De modo similar, Mundell consideró que los países con estructuras productivas similares serían afectados en forma simétrica por variaciones de los términos de intercambio y, por consiguiente, obtendrían mayores beneficios de una integración monetaria que los países con estructuras productivas diferentes.12 Gros y Thygesen proponen medir los beneficios de la integración monetaria en forma directamente proporcional al comercio intrarregional, lo que captaría sobre todo los ahorros en los costos de transacción. Asimismo, plantean que los costos aumentan con la apertura de la economía, ya que entre más abierta es la economía mayores son su vulnerabilidad y la importancia de mantener una tasa de cambio real propia que garantice el equilibrio interno y externo. Al considerar que los costos tambien aumentan con el grado de sujeción de la economía a disturbios externos, postulan que aquéllos son una función del grado apertura de la economía y un indicador de la magnitud de los choques externos. Los autores aplicaron este enfoque al caso de la unión monetaria europea y hallaron que en todos los paises miembros los beneficios superan los costos.13 Otros autores postulan que la correlación de la actividad económica entre países es de carácter endógeno y se debe a la itensidad de los flujos comerciales recíprocos. Dos hipótesis se han formulado. Una señala que con la integración monetaria aumentarían tanto el comercio como la especialización de cada país y, por lo tanto, disminuiría el sincronismo de su actividad económica.14 En cambio Frankel y Rose sostienen que la mayor intensidad del comercio, fruto de la integración, volvería más sincrónicas las economías y, así, la integración monetaria daría lugar a mayores beneficios.15 Estos autores estimaron un modelo que expresa la correlación económica 352 Publicación del Banco Centroamericano de Integración Económica Integración monetaria en las regiones centroamericana y andina bilateral en función de la intensidad del comercio bilateral para 21 países desarrollados en el período 1959-1993, dividido en cuatro subperíodos. Los resultados indicaron que a mayor comercio corresponde mayor correlación económica, lo cual indica que las condiciones para justificar la integración monetaria pueden existir ex post, aun cuando no existan ex ante. Con la excepción de la propuesta metodológica de Gros y Thygesen, los criterios referidos no permiten la toma unívoca de decisiones, ya que las recomendaciones pueden diferir entre sí. Por ejemplo, la integración monetaria puede ser atractiva a países de economías abiertas, pero si su movilidad de factores es reducida o su comercio intrarregional es bajo, las tasas de cambio flexible podrían ser más apropiadas. CUADRO 1. Apertura Económica en Centro América y los Andes, 1995 (Porcentajes) Importaciones Intrarregionales Exportaciones Intrarregionales País Guatemala El Salvador Honduras Costa Rica Colombia Ecuador Perú Venezuela Importaciones/ PIB 25.79 37.68 45.84 42.13 20.19 26.76 16.49 20.27 Exportaciones/ PIB 17.19 21.36 40.06 40.86 16.66 28.75 11.56 25.55 Respecto a Importaciones Totales 11.3 17.6 16.6 9.5 12.67 16.78 14.47 9.61 Respecto al PIB 2.91 6.63 7.61 4.00 2.56 4.49 2.39 1.95 Respecto a Exportaciones Totales 30.7 44.0 6.0 15.6 20.48 8.24 5.90 10.09 Respecto al PIB 5.28 9.40 2.40 6.37 3.41 2.37 0.07 2.56 Fuente: para los países andinos los porcentajes se han calculado con datos de la publicación del Fondo Monetario Internacional, Direction of Trade. En el caso de Centroamérica, los datos provienen de la CEPAL. Criterio de la apertura a la economía internacional El primer criterio objeto de análisis es el grado en que las economías están abiertas al comercio internacional. En el cuadro 1 se presentan indicadores de que los países centroamericanos son más abiertos que los andinos en términos de la participación de sus exportaciones e importaciones en el producto, lo cual podría explicarse por su pequeñez geográfica. Durante 1995 en los primeros esa ponderación fue en promedio de 29.87 y 37.86 por ciento, respectivamente, y en los segundos, con economías relativamente abiertas, de 20.63 y 20.93 por ciento. El peso relativo de las importaciones intrarregionales en las totales es similar en ambas subregiones, de alrededor de 14%. Sin embargo, la participación de las exportaciones intrarregionales en las totales es más alta en los países del istmo. Con relación al producto, el comercio intrarrregional representa un porcentaje más alto en Centroamérica, pero dentro de cada subregión se notan grandes diferencias entre países. Publicación del Banco Centroamericano de Integración Económica 353 La Integración de Centroamérica: promesa y reto vigente Dado este alto grado de apertura a la economía internacional, no se podría esperar que las devaluaciones tengan efectos duraderos sobre la tasa de cambio real, lo cual sería un argumento a favor de la integración monetaria. Pero esto tiene que confrontarse con el hecho de que la participación del comercio intrarrregional en el producto es baja en algunos países, particularmente en los Andes.16 Crecimiento, inflación y correlaciones de la velocidad del dinero 16 No existe un valor mínimo del grado de apertura al comercio, ni de otro criterio, para justificar la creación de un área monetaria óptima. 17 Existen estudios sobre otras regiones; para Africa, véase Tamin Bayoumi y Jonathan D. Ostry, “Macroeconomic Shocks and Trade Flows Within Sub-Saharan Africa: Implications for Optimun Currency Areas”, Documento de Trabajo núm. 95-142, Fondo Monetario Internacional, Washington, diciembre de 1995. Para los disturbios en las economías de Israel, Jordania y Palestina, véase Arie Arnon y Avia Apivak, “Monetary Integration Between the Israeli, Jordanian and Palestinian Economies”, Weltwirtschaft Uches Archiv, vol. 132, núm. 2, 1996, pp. 259-277. 18 Tamin Bayouni y Barry Eichengreen, op. cit. 19 Joseph Whitt, “European Monetary Unión: Evidence from Structural VARs”, Documento de Trabajo núm. 95/1, Banco Federal de Atlanta, marzo de 1995. 20 Georgios Karras, “Is Europe an Optimun Currency Area?: Evidence on the Magnitude and Asymmetry of Common and Country Specific Shocks in 20 European Countries”, Journal of Economic Integration, vol. 11, núm. 3, 1996, pp. 366-384. 21 Nick Chamie et al., “Optimun Currency Areas and Shock Asymmetry: A Comparison of Europe and the United States”, Banco de Canadá, Departamento Internacional, enero de 1994. 22 Selahattin Diboglu y Julius Horvath, “Optimun Currency Areas and European Monetary Unification”, Contemporary Economic Policy, vol. 15, núm. 1,1997, pp. 37-49. 23 Los datos de la velocidad del dinero son números índices de una base 100 = 1990. Nicaragua no se incluyó en el análisis debido a la ausencia de datos en parte del período de estudio. Los estudios recientes sobre los criterios para determinar la conveniencia de la integración monetaria se han enfocado principalmente en la naturaleza del ciclo económico que afecta a miembros actuales o potenciales de un modelo de integración. Se argumenta que en los países con ciclos asimétricos sería pertinente mantener la potestad de conducir sus propias políticas monetarias y cambiarias. Por tanto, a fin de analizar la conveniencia de la integración monetaria, es crucial determinar la naturaleza de los ciclos económicos. Este análisis se ha realizado en forma extensa para el caso de los países europeos.17 De Grauwe concluyó que los choques en los países europeos no tienden a ser asimétricos, lo cual indicaría buenas perspectivas para su integración monetaria. En forma similar, Bayoumi y Eichengreen encontraron que existe un grupo importante de países (Alemania, Francia, Bélgica, los Países Bajos y Dinamarca) con disturbios de oferta y demanda muy correlacionados, por lo que se podría justificar un esfuerzo de integración en dos vertientes.18 Resultados diferentes obtuvo Whitt con base en datos mensuales de producción industrial y de precios al mayoreo, al hallar que predominan las correlaciones asimétricas entre Alemania y el resto de países.19 De la misma forma, Karras encontró que los disturbios específicos de cada país son asimétricos, lo que indicaría que la unión monetaria no traería mayores beneficios.20 Otros autores identificaron componentes de disturbios estructurales comunes y específicos a cada país, encontrando que sólo en los casos de Alemania y Suiza los choques específicos están correlacionados con los componentes comunes de disturbios de oferta y demanda, lo que implicaría posibles costos de ajuste significativos derivados de la participación en la unión monetaria europea 21. Además, un análisis de Diboglu y Horvath para los países europeos encontró que los disturbios son específicos de cada país.22 De acuerdo con esos estudios, se puede concluir que la integración monetaria de Europa no contó con posiciones unánimes en cuanto a sus beneficios. A continuación se analiza la conveniencia de la integración monetaria en las subregiones andina y centroamericana por medio del criterio de la asimetría de los disturbios económicos. El cuadro 2 presenta datos sobre el crecimiento económico, tasas de inflación y la velocidad del dinero en ambas zonas, tomados de las estadísticas financieras mundiales del Fondo Monetario Internacional del período 1972-1995.23 Se puede apreciar que los valores promedios y las desviaciones estándar son similares en las dos subregiones. Los países andinos presentan valores promedios y desviaciones estándar de las 354 Publicación del Banco Centroamericano de Integración Económica Integración monetaria en las regiones centroamericana y andina tasas de inflación más altos, mientras que los centroamericanos muestran los promedios más elevados y las desviaciones estándar más bajas de la velocidad del dinero. El cuadro 3 presenta las correlaciones de las tasas de crecimiento del producto real. La tasa anual de los bonos de la Tesorería de Estados Unidos también se incluye a fin de detectar sincronismos con la economía internacional. Las correlaciones de crecimiento son positivas en ambas subregiones y tienden a ser mayores en Centroamérica. Las correlaciones más bajas corresponden a El Salvador, lo que se atribuye a las convulsiones sociales que este país experimentó en los años ochenta. La turbulencia social también explicaría las bajas correlaciones de Perú con los otros países. Las correlaciones más altas en cada caso las muestran Costa Rica y Colombia. En ambas subregiones las correlaciones de crecimiento son, respectivamente, más altas y más bajas que las determinadas en estudios recientes para países africanos y europeos, y del mismo orden de magnitud que las calculadas para los países miembros de la Unión Monetaria Escandinava que existió en el periodo 1873-192024. Todos los países muestran correlaciones negativas con la tasa de interés. CUADRO 2. Crecimiento económico, inflación y velocidad del dinero en los países centroaméricanos y andinos, 1972-1995 Guatemala El Salvador Honduras Costa Rica Colombia Ecuador Perú Venezuela Crecimiento Promedio Desviación estándar 3.4292 3.1042 3.5125 4.0917 4.4125 5.8667 2.3667 2.6875 2.9555 4.1724 3.6412 3.6460 1.8744 5.1435 6.4019 4.5072 24 Michael Bergman y Stefan Gerlach, “The Rise and Fall of the Scandinavian Currency Union, 1873-1920”, European Economic Review, vol. 73,1993, pp. 507-517. Promedio 13.6875 12.9250 10.5875 21.3792 23.5667 28.8292 546.4833 23.1458 Inflación Desviación estándar 10.4473 7.2624 7.5055 15.4110 4.6057 18.5289 1 629.6 21.1209 Velocidad del dinero Promedio Desviación estándar 86.8750 96.3417 118.0617 118.0875 85.4292 73.7417 44.6083 82.4250 6.8751 1.043 1.328 2.171 7.4025 11.0899 19.4515 16.7968 Las correlaciones entre tasas de inflación se presentan en el cuadro 4. En Centroamérica, Costa Rica muestra correlaciones negativas con los otros países, mientras que los valores elevados se dan entre Guatemala, El Salvador y Honduras. En los Andes los valores tienden a ser más altos que en Centroamérica y los mayores corresponden a Venezuela, particularmente con Ecuador, también exportador de petróleo. Las tasas de inflación muestran bajas correlaciones con la tasa de interés. Se puede apreciar en el cuadro 5 que las correlaciones entre las velocidades del dinero son más elevadas que las existentes entre las tasas de crecimiento y de inflación. Estas correlaciones tienden a ser más altas en los países andinos que en los centroamericanos. En éstos las mayores correlaciones corresponden a Costa Rica y Guatemala, los países con más ingreso per cápita, mientras que Honduras, el país de menor ingreso, muestra las correlaciones más bajas. Se puede apreciar que tanto las correlaciones de Costa Rica cuanto las de Guatemala disminuyen con la distancia a los otros países Publicación del Banco Centroamericano de Integración Económica 355 La Integración de Centroamérica: promesa y reto vigente CUADRO 3. Correlaciones de crecimiento económico en los países centroaméricanos y andinos, 1972-1995 Guatemala El Salvador Honduras Costa Rica Tasa de interés Colombia Ecuador Perú Venezuela Tasa de interés Guatemala 1.0000 0.3261 0.5994 0.6734 - 0.4803 El Salvador Honduras Costa Rica 1.0000 0.1871 0.3999 - 0.7528 1.0000 0.5223 - 0.2750 1.0000 -0.5807 Colombia Ecuador Perú Venezuela 1.0000 0.4760 0.3919 0.1762 -0.4013 1.0000 0.1199 0.3872 -0.1608 1.0000 0.2345 -0.1133 1.0000 - 0.4095 Tasa de interés 1.0000 1.0000 CUADR0 4. Correlaciones de las tasas de inflación en los países centroaméricanos y andinos, 1972-1995 Guatemala 1.0000 0.5276 0.3443 -0.0655 -0.1722 El Salvador Honduras Costa Rica Tasa de interés Guatemala El Salvador Honduras Costa Rica Tasa de interés 1.0000 -0.1089 -0.0751 -0.1119 1.0000 -0.0344 -0.2546 1.0000 0.4451 1.0000 Colombia 1.0000 0.3299 0.3120 0.2962 0.1275 Ecuador Perú Venezuela Tasa de interés Colombia Ecuador Perú Venezuela Tasa de interés 1.0000 0.4774 0.6432 0.1845 1.0000 0.4303 0.0641 1.0000 -0.2072 1.0000 25 Tamin Bayoumi y Jonathan Ostry, op.cit. Centroamericanos. En los Andes, Venezuela, el país de mayor ingreso per cápita, muestra las correlaciones más bajas. En esta subregión se puede notar un corredor de altas correlaciones, formado por Colombia, Ecuador y Perú, con valores promedio de alrededor de 0.8. Las correlaciones con la tasa de interes son negativas en los Andes y positivas en Centroamérica, aunque bajas en ambas subregiones. Las correlaciones presentadas en los cuadros no distinguen las que resultan de los disturbios economícos primarios y las respuestas correspondientes. A fin de estimar dichos disturbios se aplica el método simplificado presentado por Bayoumi y Ostry, en el que se calcula una ecuación para la tasa de crecimiento anual del producto en función de sus valores con uno y dos años de rezago, y cuyos residuos se interpretan como los disturbios primarios.25 Un procedimiento similar se aplica para calcular los referentes a las tasas de inflación y de la velocidad del dinero (Véase los cuadros 6,7 y 8). Los valores más altos de los disturbios primarios del crecimiento y de la inflación se registran en Centroamérica, mientras que los Andes muestran los valores más altos de los disturbios primarios de la velocidad del dinero. El tamaño de los disturbios puede representarse 356 Publicación del Banco Centroamericano de Integración Económica Integración monetaria en las regiones centroamericana y andina CUADR0 5. Correlaciones de la velocidad del dinero en los países centroaméricanos y andinos, 1972-1995 Guatemala El Salvador Honduras Costa Rica Tasa de Interés Colombia Ecuador Perú Venezuela Tasa de Interés Guatemala 1.0000 0.5184 0.3340 0.2882 0.0817 El Salvador Honduras Costa Rica 1.0000 0.2879 0.4577 0.1439 1.0000 0.5280 0.3291 Colombia 1.0000 0.8337 0.7996 0.1671 -0.2910 Ecuador Perú Venezuela 1.0000 0.7569 0.4041 -0.3742 1.0000 0.1626 -0.0178 1.0000 -0.2652 Tasa de interés 1.0000 0.3291 1.000 Tasa de interés 1.0000 por sus desviaciones estándar y se puede apreciar que, en el caso de las tasas de crecimiento, las desviaciones estándar son más altas en los países Centroamericanos, a la vez que estos países presentan valores más bajos de las desviaciones estándar de las tasas de inflación y de la velocidad del dinero. Altas correlaciones de crecimiento económicos se aprecian entre Guatemala, Honduras y Costa Rica, así como entre Colombia y Perú y entre Venezuela y Ecuador. Asimismo, las correlaciones de las tasas de inflación de Guatemala con El Salvador y con Honduras son relativamente altas. Las correlaciones entre la velocidad del dinero son apreciables entre Guatemala y Honduras. En los Andes correlaciones significativas se notan entre Venezuela con Ecuador y Perú. Estos resultados indican que la integración monetaria sería beneficiosa en estos países, sobre todo en los casos de grupos de países vecinos que muestran correlaciones más altas. CUADRO 6. Correlaciones de los disturbios primarios del crecimiento económico en los países centroaméricanos y andinos, 1972-1995 Guatemala El Salvador Honduras Costa Rica Desviaciones estándar de los disturbios Guatemala El Salvador Honduras Costa Rica 1.0000 0.0378 0.6366 0.6239 Colombia Ecuador Perú Venezuela Colombia 1.0000 0.2570 0.3203 -0.1207 1.0000 0.0479 - 0.0003 Ecuador 1.0000 0.0398 0.3909 1.0000 0.3623 Perú 1.0000 0.1638 1.0000 9.7926 6.9787 6.0313 13.4229 Venezuela 1.0000 1.6328 4.7262 5.6633 4.2824 Publicación del Banco Centroamericano de Integración Económica 357 La Integración de Centroamérica: promesa y reto vigente CUADRO 7. Correlaciones de los disturbios primarios en las tasas de inflación en los países centroaméricanos y andinos, 1972-1995 Guatemala El Salvador Honduras Costa Rica Desviaciones estándar de los disturbios Guatemala El Salvador Honduras Costa Rica 1.0000 0.5350 0.4354 -0.0379 Colombia Ecuador Perú Venezuela Colombia 1.0000 0.2246 0.1295 - 0.0287 1.0000 1.0000 -0.0575 0.0544 - 0.0299 Ecuador 1.0000 Perú 1.0000 -0.0318 0.2917 2.0622 3.4988 3.4220 3.2538 Venezuela 1.0000 0.1233 4.1793 12.0945 1478.1 14.8521 1.0000 CUADR0 8. Correlaciones de los disturbios primarios en las velocidades del dinero en los países centroaméricanos y andinos, 1972-1995 Guatemala El Salvador Honduras Costa Rica Colombia Ecuador Perú Venezuela Guatemala El Salvador 1.0000 -0.0603 0.4171 -0.1733 1.0000 -0.3254 -0.0659 1.0000 -0.0892 1.0000 Ecuador Perú Venezuela Colombia 1.0000 -0.0821 -0.1051 -0.1695 1.0000 0.2115 0.3398 Honduras Costa Rica 1.0000 0.4393 Desviaciones estándar de los disturbios 5.9030 4.9687 6.2269 7.4582 4.5866 5.4977 14.8521 10.4090 1.0000 CUADRO 9. Centroamérica: Velocidad del dinero. Pruebas de cointegración basadas en el máximo Eigenvalue Eigenvalues en orden descendente 0.8630 Nula r= 0 r < =1 r <=2 r < =3 r < =4 0.6657 Alternativa r=1 r=2 r=3 r=4 r=5 0.5503 Hipótesis Estadístico 40.29 22.18 16.18 4.96 2.23 0.02175 0.1042 95% valor crítico 33.4610 27.0670 20.9670 14.0690 3.7620 Análisis de cointegración Para analizar en mayor detalle el sincronismo en la actividad económica de estos países, las series cronológicas de la velocidad del dinero se sometieron a pruebas para detectar la existencia de 358 Publicación del Banco Centroamericano de Integración Económica Integración monetaria en las regiones centroamericana y andina 26 Bruce Brittain, “International Currency Substitution and the Apparent Instability of the Velocity in Some Western European Economies and in the United States”, Journal of Money, Credit and Banking, vol. 13, núm. 2,1981,pp. 135-155. 27 Soren Johansen, “Statistical Analysis of Cointegration vectors”, Journal of Economic Dynamics and Control, vol. 18,1988, pp. 231 - 254; Soren Johansen y Katarina Juselius, “Maximum Likelihood Estimation and Inference on Cointegration with Applications to the Demand for Money”, Oxford Bulletin of Economics and Statistics, vol. 52, núm. 2, mayo de 1990, pp. 169210. cointegración y de causalidad de Granger. La variable velocidad del dinero se seleccionó para este análisis en vista de que arrojó las correlaciones más altas en los análisis anteriores y, además, porque existe evidencia de que refleja la presencia del fenómeno de sustitución de monedas,26 en cuyo caso la existencia de cointegración indicaría que en estos países circulan varias monedas, lo cual podría interpretarse como una prueba de que cierta forma de integración monetaria se lleva a cabo. Se efectuaron pruebas de raíces unitarias por medio del estadístico Dickey Fuller aumentado, a fin de determinar orden de integración de cada variable. En todos los casos se encontró que las variables son integradas de orden uno, pues la prueba no rechazó la hipótesis de la presencia de una raíz unitaria para cada serie en niveles, lo que no fue el caso cuando las series se expresaron en primeras diferencias. A continuación se presentan los análisis de cointegración con base en la metodología de Johansen y Juselius.27 CUADRO 10. Centroamérica: Velocidad del dinero. Prueba de cointegración basada en el trazo de la matriz estocástica Nula r=0 r<=1 r<=2 r<=3 r<=4 Alternativa r>=1 r>=2 r>=3 r>=4 r>=5 Estadístico 85.86 45.56 23.37 7.19 2.23 95% valor crítico 68.5240 47.2100 29.6800 15.4100 3.7620 Resultados de cointegración para Centroamérica 28 Se ha sugerido ajustar el valor del estadístico de la prueba de cointegración por un factor 0.9(B/N) + 0.1, en donde B es el número de observaciones N menos el número de variables en el lado derecho de la ecuación de cointegración. Véase Y. Cheung y K. S. Lai, “Finite Samples Sizes of Johansen’s Likelihood Ratio Tests for Cointegration”, Oxford Bulletin of Economics and Statistics, vol.55, 1993, pp. 313-328. Los análisis de cointegración se hicieron usando un VAR de dos rezagos. Los estadísticos para detectar la existencia de cointegración se muestran en los cuadros 9 y 10. Estos estadísticos se multiplicaron por un factor de corrección ante el reducido tamaño de la muestra.28 La hipótesis nula de no cointegración entre los cuatro países es rechazada por los estadísticos del máximo eigenvalue y del trazo, ya que el primero permite inferir la existencia de un vector de cointegración, mientras que a un nivel de 10% el segundo indica la existencia de dos vectores. Estos vectores, normalizados en función del valor correspondiente a Guatemala, se muestran en el cuadro 11. En este último se puede apreciar que en ambos vectores de cointegración la velocidad del dinero de El Salvador ejerce un fuerte efecto sobre la velocidad del dinero de Guatemala, mientras que en el segundo vector Honduras también ejerce un fuerte efecto. Esto indica que las repercusiones por la velocidad del dinero disminuyen con la distancia entre países. El efecto de Costa Rica es negativo en ambos vectores. La tasa de interés muestra efectos diferentes sobre la velocidad del dinero, negativos sobre Guatemala, Honduras y Costa Rica en el primer vector y sobre Guatemala y Costa Rica en el segundo. En El Salvador, en ambos vectores, cuando aumenta la tasa Publicación del Banco Centroamericano de Integración Económica 359 La Integración de Centroamérica: promesa y reto vigente de interés lo hace la velocidad del dinero, de manera que el dinero se vuelve escaso, como si se escapara. Lo contrario ocurre en Costa Rica y Guatemala. Se debe notar que en el segundo vector el efecto de la tasa de interés sobre Guatemala es mucho más negativo que en el primero; además, los efectos de El Salvador y Honduras sobre Guatemala aumentan, de manera que se confirma la existencia de un triángulo de velocidad en la zona norte de la subregión. Las pruebas de exclusión de variables presentadas en el cuadro 12 indican que cada variable debe estar presente en los vectores de cointegración y, por lo tanto, comparte una asociación de largo plazo con las otras. Se puede observar que el nivel de significación estadística de la prueba LR tiende a disminuir desde Guatemala, que muestra el más alto, hacia Costa Rica, con un nivel de 0.067. Se trata de una evidencia adicional de que los vínculos entre la velocidad del dinero disminuyen con la distancia. Las pruebas de exclusión conjunta de variables indican que las velocidades del dinero de El Salvador, Honduras, Costa Rica no pueden explicar por sí mismas la velocidad del dinero de Guatemala. Asimismo, la tasa de interés por sí sola no puede explicar la velocidad del dinero de Guatemala, a menos que se introduzca en el vector conjuntamente con la velocidad de Costa Rica. CUADRO 11. Centroamérica: Velocidad del Dinero. Vectores de Cointegración Normalizados Variable Guatemala El Salvador Honduras Costa Rica Tasa de Interés Primer Vector β Segundo Vector β -1.0000 0.4257 -0.1138 -0.0058 -0.1788 -1.0000 1.2471 0.9496 -0.5320 -4.8097 Resultados de cointegración para los Andes Los resultados de las pruebas de cointegración del valor máximo del eigenvalue y del trazo, presentados en los cuadros 13 y 14, indican la existencia de dos y cuatro vectores respectivamente. Los vectores de cointegración se muestran en el cuadro 15. El primer vector muestra otra vez el corredor constituido por Colombia, Ecuador y Perú, ya que los dos últimos países ejercen un efecto fuerte sobre Colombia, mientras que el de Venezuela es bajo. En el segundo vector Ecuador ejerce un fuerte efecto positivo sobre Colombia, mientras que el de la tasa de interés también es positivo. En el tercer y cuarto vectores predominan los fuertes efectos de Ecuador, Perú y Venezuela sobre Colombia. Se puede notar que en los cuatro casos los efectos de Ecuador sobre Colombia son intensos. El cuadro 16 presenta las pruebas de exclusión de variables. Se puede notar que cada variable debe entrar en el primero y segundo vectores. Las pruebas de exclusión conjunta indican que ni la velocidad del dinero de Ecuador, ni las de Perú y Venezuela, ni la tasa de interés, pueden por sí solas explicar la velocidad del dinero de Colombia. 360 Publicación del Banco Centroamericano de Integración Económica Integración monetaria en las regiones centroamericana y andina Modelos de corrección de errores para Centroamérica A fin de efectuar pruebas de causalidad de Granger, se calcularon modelos de corrección de errores utilizando los términos de error correspondientes al primero y segundo vector (E1 y E2, respectivamente). Las variable que resultaron insignificantes en la estimación de las ecuaciones de corrección de errores se omitieron en cálculos subsecuentes hasta que se encontró la estimación parsimoniosa con mejores propiedades estadísticas. Los resultados se muestran en el cuadro 17. Se puede apreciar que en la ecuación para la velocidad del dinero de Guatemala el primer término de errores significante, lo que indica que en esta variable influyen o la causan todas las otras variables por medio del término de corrección de errores. Ademas, la velocidad del dinero de Honduras es causada por la tasa de interés y por la velocidad del dinero de Guatemala. La velocidad del dinero de El Salvador es exógena, ya que ninguna variable resultó significativa. En el caso de Costa Rica el segundo término de error rezagado, así como la velocidad del dinero de El Salvador, resultaron significativas. En la ecuación para la tasa de interés, la única variable que resultó ser estadísticamente significativa fue el segundo término de error rezagado. Esto se podría interpretar como una evidencia de que este término representa la influencia de la economía internacional. Se debe notar, sin embargo, que en todas las ecuaciones, excepto la de Guatemala y de la tasa de interés, los estadísticos F son por demás bajos, por lo que los resultados deben interpretarse con cautela. CUADRO 12. Centroamérica: Velocidad del Dinero: pruebas de Exclusión de Variables Modelo : B1 VG + B2 VES + B3 VH + B4 VCR + B5 RUS Restricciones de exclusión simples Hipótesis nula Estadísticos LR(2) suponiendo dos vectores de Cointegración B1=0 B2=0 B3=0 B4=0 B5=0 22.4447 11.9580 7.3108 5.4078 5.8972 (0.000) (0.003) (0.026) (0.067) (0.052) Restricciones de exclusión conjuntas Hipótesis nula B2=B3=0 B2=B4=0 B2=B5=0 B3=B4=0 B3=B5=0 B4=B5=0 Estadísticos LR(2) suponiendo un vector de Cointegración 6.9093 4.4032 4.5300 5.0197 5.8939 0.34693 (0.009) (0.036) (0.033) (0.025) (0.015) (0.556) Publicación del Banco Centroamericano de Integración Económica 361 La Integración de Centroamérica: promesa y reto vigente Modelo de corrección de errores para los Andes Las ecuaciones de corrección de errores para los países andinos se calcularon usando el primero y segundo términos de error rezagados. Las ecuaciones más parsimoniosas se asientan en el cuadro 18. El término de error del primer vector de cointegración resultó significativo en todas las ecuaciones que expresan las velocidades del dinero, lo que indica que esta variable es endógena en cada país y es causada por las velocidades del dinero de los otros países y por la tasa de interés. Además, el término de error del segundo vector de cointegración fue significativo para Colombia y Venezuela. La tasa de interés afecta en forma directa las velocidades del dinero de Colombia y Perú. También se nota una causalidad recíproca entre Perú y Venezuela, así como una directa de Perú sobre Ecuador y de Colombia a Venezuela. Estos resultados indican que en los países Andinos existe una red de Interdependencia de las velocidades del dinero. CUADRO13. Velocidad del Dinero en los Países Andinos: Pruebas de Cointegración Basadas en los Eigenvalues Máximos Valores de los Eigenvalues en orden descendente 0.9091 0.7428 0.5961 0.4585 0.1634 Hipótesis Nula r=0 r<=1 r<=2 r<=3 r<=4 Alternativa r=1 r=2 r=3 r=4 r=5 Estadístico 48.54 27.70 18.10 12.42 3.62 valor crítico 95% 33.46 27.06 20.97 14.06 3.76 Implicaciones de la existencia de cointegración y sustitución de monedas 29. Bruce Brittain, op. cit. La explicación de la existencia de cointegración entre las velocidades del dinero puede radicar en la presencia del fenómeno de sustitución de monedas. Como ya se indicó, Brittain encontró que las velocidades del dinero de un grupo de países desarrollados eran interdependientes, interpretando los resultados así: “la demanda de dinero de una moneda nacional en particular puede reflejar una demanda por dinero a ser mantenida en una cartera diversificada de monedas, de manera que se puede esperar que las proporciones de la distintas monedas en la cartera, y por lo tanto las medidas convencionales de velocidad, dependan del riesgo y las tasas de retorno esperadas de las monedas específicas en la cartera.”29 La sustitución de monedas es un proceso muy conocido en América Latina, en el que individuos y empresas acumulan monedas 362 Publicación del Banco Centroamericano de Integración Económica Integración monetaria en las regiones centroamericana y andina 30 Véase Miguel Savastano, “The Pattern of Currency Substitution in Latin America: An Overview”, Revista de Análisis Económico, vol. 7, núm.1,1992, pp. 29-72; C. L. Liliana Rojas, “Currency Substitution in Argentina, México and Uruguay”, IMF Staff Papers, vol. 32, 1985, pp. 629-667; M. Melvin “The Dollarization of Latin América as a Market Enforced Monetary Reform”, Economic Development and Cultural Change, vol. 36, 1998, pp. 543-558; Pablo Guidotti y Carlos Rodríguez, “Dollarization in Latin America”, IMF Staff Papers, vol. 31, núm 3,1992, pp. 518-544; Emil Marie Classen y Justino de la Cruz, “Dollarization and its Impact on the Economy; Argentina, Bolivia and Uruguay”, Documento de Trabajo, núm. 168, Banco Interamericano de Desarrollo, 1994. 31 P. Arrau et al., “The Demand for Money in Developing Countries: Theory and Empirical Implementation”, Documento de Trabajo núm. 585, Banco Mundial, Washington, 1991. 32 Luis René Cáceres, “Costos y beneficios de la integración centroamericana”, Revista de la CEPAL, vol. 54,1994, pp. 111 127; Enrique García Dubón, “Notas sobre el costo oportunidad de la sustitución de monedas en Centroamérica”, Boletín Económico, Banco Central de Reserva de El Salvador, núm. 74, pp. 5-15. 33 Luis René Cáceres, “Black Market Exchange Rate Interdependence in Central America”, Savings and Development, núm. 4, 1997, pp. 415-428; Luis René Cáceres y Oscar Núñez Sandoval, “La relación de largo plazo entre las tasas de cambio en los mercados negros de Guatemala y El Salvador”, El Trimestre Económico, vol. 59, núm. 3,julioseptiembre de 1992, pp. 571-586. 34 Una discusión del enfoque de integración monetaria basado en la circulación de una moneda paralela se encuentra en Paul De Grauwe, The Economics of Monetary Integration, Oxford University Press, Nueva York, 1993. Véase también Roland Vaubel, “Currency Competition and European Monetary Integration”, Economic Journal, vol. 100, septiembre de 1990, y Philipp Hartmann, Currency Competition and Foreign Exchange Markets, Cambridge University Press, Cambridge, 1998. distintas a la moneda nacional, en respuesta a la incertidumbre política, a la inflación o al riesgo de devaluación.30 Un estudio sobre la demanda de dinero en los países en desarrollo encontró que en los países con altas tasas de inflación (México y Argentina entre ellos) las perturbaciones en la demanda de dinero que no se explican por las variables independientes podrían serlo por la innovación financiera, lo que se atribuyó a la dolarización31. Es decir, los aumentos de demanda de dinero en un país se atenderían mediante los incrementos de la tenencia de monedas extranjeras. En el caso de los países objetos de este estudio, la compra de otras monedas de la subregión puede ser un paso intermedio para la compra de dólares. Por ejemplo, alguien puede viajar de Colombia a Ecuador y cambiar sus pesos por sucres, con los cuales compraría dólares en el mercado ecuatoriano para venderlos a su regreso a Colombia. Estos flujos dependerían de la existencia de arbitraje en cada subregión. La evidencia de Centroamérica indica que el arbitraje de monedas nacionales a través de las fronteras centroamericanas puede ser muy rentable y a raíz de él existe un flujo significativo de dólares entre varios países32. Otra consecuencia es que las tasas de cambio se vuelven interdependientes.33 CUADRO 14. Velocidad del Dinero en los Países Andinos: Pruebas de Cointegración Basadas en el Trazo de la Matriz Estocástica Nula r=0 r<=1 r<=2 r<=3 r<=4 Alternativa r>=1 r>=2 r>=3 r>=4 r>=5 Hipótesis Estadístico 110.17 61.62 34.13 16.03 3.61 valor crítico de 95% 68.52 47.21 29.68 15.41 3.76 CUADRO 15. Velocidad del Dinero: Vectores de Cointegración Normalizados Primer Vector Colombia Ecuador Perú Venezuela Tasa deInterés -1.0 -0.3889 0.5248 -0.0628 -1.5139 Segundo Vector -1.0 0.6517 -0.0135 0.0501 0.1853 Tercer Vector Cuarto Vector -1.0 0.6527 0.2366 -0.2376 -0.0193 -1.0 -0.5537 0.9459 0.4790 2.5961 Cabe apuntar que en el ámbito europeo la creación de una moneda paralela de alcance regional fue propuesta como alternativa a la unificación monetaria. La idea consistía en que la moneda paralela sería más atractiva que las monedas locales y, por lo tanto, las desplazaría de circulación. Esta propuesta no prosperó. De hecho, el ecu no ocupó una posición importante como medio de pago ni como signo monetario en los mercados internacionales de capitales.34 El punto importante es que en América Latina existe una poderosa Publicación del Banco Centroamericano de Integración Económica 363 La Integración de Centroamérica: promesa y reto vigente moneda paralela, el dólar, que compite con las respectivas monedas nacionales como medio de pago y de ahorro; ello tiene importantes implicaciones para los costos y los beneficios de la integración monetaria. CUADRO 16 Países andinos: Pruebas de exclución de variables Modelo: B1 VG + B2 VE + B3 VP + B4 VV + B5 R Restricciones de exclusión simple Hipótesis nula Estadístico LR (1) usando un vector de cointegración Estadístico LR (2) usando dos vectores de cointegración B1 = 0 B2 = 0 B3 = 0 B4 = 0 B5 = 0 13.0165 (0.000) 6.9841 (0.008) 24.9410 (0.000) 5.5838 (0.000) 24.6031 (0.000) 21.9577 (0.000) 15.6272 (0.000) 33.3806 (0.000) 6.7656 (0.034) 35.7216(0.000) Restricciones conjuntas de exclusión Estadístico LR (2) suponiendo un vector de cointegrarción Hipótesis nula B2 = B3 = 0 B2 = B4 = 0 B2 = B5 = 0 B3 = B4 = 0 B3 = B5 = 0 B4 = B5 = 0 30.6412 18.6463 31.9307 26.1466 25.1224 25.9937 (0.000) (0.000) (0.000) (0.000) (0.000) (0.000) CUADRO 17. Velocidad del dinero en los países centroaméricanos: Modelos de corrección de errores1 Variables independientes Constante El (-l) DVG 78.1704 (5.68) -1.3008 (5.67) Variables dependientes DVS DVH 13.5021 25.3482 (1.32) (1.28) -0.2467 -0.4397 (1.48) (1.33) E2 (-l) DVG (-l) DVS (-l) 0.3566 (2.36) -0.6091 (2.42) 0.4501 (2.03) -0.3596 (0.99) DVH (-l) DVCR (l) DR -5.7868 (4.97) -0.1187 (5.14) -0.7726 (1.99) -0.3403 (1.34) DR (-l) R2 D.W. F DVCR 50.4975 (1.85) -0.5593 (1.55) 0.4209 (1.99) 0.68 1.86 13.59 -0.9558 (1.57) 0.19 1.77 2.30 1.4627 (1.91) 0.36 1.33 2.49 0.30 1.86 1.94 1. Los estadísticos “t” se muestran debajo de los correspondientes coeficientes. La letra D denota la primera diferencia de la variable. 364 Publicación del Banco Centroamericano de Integración Económica 0.2672 (1.88) 0.61 2.19 15.50 Integración monetaria en las regiones centroamericana y andina 35 Pablo Guidotti y Carlos Rodríguez, op. cit. 36 Guillermo Calvo y Carlos Végh, “Currency Substitution in Developing Countries: An Introduction”, Documento de Trabajo, núm. 9440. Fondo Monetario Internacional, Washington, 1992. De acuerdo con el análisis tradicional, los costos de la integración monetaria disminuyen a la par que aumenta el grado de apertura de la economía medida como la participación del comercio intrarregional en el producto dado que la tasa de cambio se vuelve menos eficaz como instrumento de política a medida en que aumenta la apertura. Además, se supone que mayores beneficios corresponden a mayor apertura, pues al aumentar los volúmenes de intercambio se incrementan los ahorros en costos de transacción. Como se muestra en la gráfica 1, la intersección de las curvas de costos y beneficios de un país en particular en el punto 0 determina el punto de apertura mínima requerida para obtener ganancias netas de la integración monetaria. Sin embargo, este análisis tradicional no toma en cuenta el caso de una economía en medio de un proceso de dolarización. En este caso, la curva de costos AA se desplaza hacia la izquierda, a A1 A1, ya que la eficacia de la tasa de cambio como un instrumento de política se debilita por la dolarización. Si la tenencia de dólares es por razones precautorias, sin afectar el volumen de transacciones que se realizan en moneda interna, entonces la curva de beneficios BB no tendría cambios. En este caso, el punto de equilibrio disminuye a 01, indicando que la unión monetaria dejaría beneficios netos a un menor volumen de comercio intrarregional. Sin embargo, si los dólares se utilizan como medio de pago del comercio intrarregional, la curva de beneficios se desplaza a B1B1, aumentando así a 02 el grado mínimo de apertura requerido para justificar la integración monetaria. En otras palabras, si el sistema de pagos intrarregional descansa en el dólar aumenta el punto de mínimo comercio intrarregional. Un caso diferente ocurre cuando la integración monetaria genera más credibilidad a los países miembros de un modelo de integración, por ejemplo, como resultado del compromiso en torno de la adopción de un sistema multinacional de fijación y seguimiento de objetivos y metas fiscales y monetarias. En este caso la política macroeconómica subregional podría ser un mecanismo eficaz para revertir el proceso de dolarización. En efecto, el aumento de la credibilidad de las políticas nacionales conduciría a superar el fenómeno de histéresis o inercia que se ha presentado en los procesos de dolarización de varios países latinoamericanos35. Además, la reversión del proceso de sustitución monetaria contribuiría a disminuir la vulnerabilidad de los sistemas bancarios y al logro de tasas de inflación más bajas y menos volátiles.36 Estos serían beneficios adicionales de la integración, ya que las autoridades económicas nacionales progresivamente recuperarían control y eficacia en sus políticas monetarias a medida en que las economías se desdolarizan. En consecuencia, la curva de beneficios se desplazaría a B2 y B2 y el punto de apertura de equilibrio disminuiría a 03 . Ello indica que cuando existe un proceso de sustitución de monedas, la credibilidad engendrada por la unión monetaria puede generar importantes beneficios, aun cuando los países socios no tengan grandes volúmenes de comercio intrarregional. El análisis anterior es propio de un modelo de unión monetaria en que los países crean una moneda común de carácter subregional, lo que les permite tener su propia política monetaria y sus bancos Publicación del Banco Centroamericano de Integración Económica 365 La Integración de Centroamérica: promesa y reto vigente GRÁFICA 1 Beneficios y costos de la integración monetaria en condiciones de sustitución de monedas B2 A 37 Un análisis de las condiciones para la dolarización se encuentra en Felipe Larraín B. y Andrés Velasco, “Exchange Rate Policy for Emerging Markets: One Size Does Not Fit All”, agosto de 1999. Entre las condiciones se encuentra la existencia de un sólido sistema bancario. Al respecto, viene al caso una cita de un trabajo reciente de Feldstein (p. 108): “Los países de la zona del euro todavía tienen acceso a un prestamista de último recurso. Si bancos comerciales de Italia o Portugal se encuentran en problemas, sus bancos centrales proveerán todos los euros que los depositantes quieran y así se evitaría una corrida de bancos generalizada. De la misma manera, aun cuando bancos comerciales mexicanos mantengan préstamos de dudosa recuperación de 20% del producto, el sistema bancario mexicano permanece intacto porque el público sabe que el Banco de México puede generar suficientes pesos para reemplazar los depósitos en cualquier banco que cierre. Pero si esos depósitos fuesen dólares, el banco central de México no podría aportar todos los dólares que los depositantes quisieran. El resultado sería una corrida de bancos generalizada y, eventualmente, una crisis cambiaría si el público trasladase sus fondos fuera de México, hacia bancos más seguros en el extranjero. La única manera para México de adoptar el dólar como su moneda sería que bancos de Estados Unidos tomaran control de los servicios financieros mexicanos e implícitamente se cediera control de la política monetaria a la Reserva Federal. Véase Martín Feldstein, “A Self-Help Guide for Emerging Markets” Foreign Affairs, vol. 78, núm. 2, marzo-abril de 1999, pp. 93109. Otros puntos de vista no favorables a la dolarización se encuentran en Paul Krugman, “Monomoney Mania”, Slate, abril 15 de 1999, y Felipe Larraín, “Going Green”, World Link, mayo-junio de 1999. 38 Chang y Velasco muestran que la caja de conversión, en un plano nacional, disminuye la posibilidad de crisis de balanza de pagos, al costo de aumentar la probabilidad de crisis financieras, de manera que el costo de la baja inflación es la inestabilidad endémica. Véase Roberto Chang y Andrés Velasco, “Financial Fragility and the Exchange Rate Regime”, Center for Applied Economics, Nueva York, febrero de 1998. Similares resultados se esperarían de una caja de conversión de alcance subregional, que conduciría al estancamiento del comercio ante la inestabilidad financiera. Beneficios y costos B A1 B1 B2 A B3 A1 B B1 03 01 B3 02 0 04 Comercio intrarregional centrales o un banco central subregional en su caso. En este escenario, dichas instituciones pueden desempeñar un papel importante ante disturbios en el sector bancario. En cambio, la credibilidad puede ser elusiva en un modelo en que se adoptara la moneda de otro país, el dólar por ejemplo, como moneda subregional. Ante la ausencia de un ente con capacidad institucional para afrontar disturbios en el sector real, así como para establecer medidas y financiar el posible salvamento del sistema bancario, la credibilidad disminuiría. En esta situación, la adopción del dólar como moneda común, se percibiría como indicio de fragilidad financiera, y de futuras crisis bancarias, dada la ausencia de capacidad institucional y financiera para estructurar medidas de fortalecimiento; Ello daría lugar a fugas de capital, iliquidez y alza en las tasas de interés, lo que mantendría la economía en el estancamiento.37 Esta situación no es propicia para el crecimiento del comercio intrarregional, lo cual se aprecia en la gráfica 1 con el desplazamiento de la curva de beneficios a B3 B3 , indicando que el volumen de comercio intrarregional requerido para justificar la integración aumenta considerablemente y que sería difícil alcanzar por las razones señaladas. Así, la dolarización o la creación de una caja de conversión de alcance subregional conduciría a un retroceso de la integración.38 Las consecuencias de la adopción de la moneda de otro país como moneda común subregional también se puede ejemplificar usando el diagrama empleado por Frenkel y Rose para ilustrar el carácter endógeno de la correlación del ciclo económico entre países miembros de un modelo de integración como función de la intensidad del respectivo comercio intrarregional recíproco. En la gráfica 2 la línea WW denota la línea de división entre los países para los cuales la integración es una buena opción, situados arriba de dicha línea, y otros, debajo de la línea, para los cuales la integración podría no ser provechosa, lo cual dependería del volumen de comercio 366 Publicación del Banco Centroamericano de Integración Económica Integración monetaria en las regiones centroamericana y andina CUADRO 18. Velocidades del dinero en los países andinos: Modelo de corrección de errores1 Variables dependientes Constante EE1 (-1) EE2 (-1) DVC(-1) DR (-1) DVC DVE 88.3803 (10.22) -0.4316 (5.64) -1.0396 (8.28) 0.5352 (5.38) 0.9471 (3.92) 36.4587 (2.43) -0.3403 (2.42) Variables dependientes DVP 118.5165 (3.54) -1.1091 (3.54) DR 71.3894 (1.63) -1.2745 (3.25) 1.5716 (2.96) 0.5241 (0.07) -0.0629 (0.99) 0.1533 (1.70) 1.7374 (1.71) DVC (- 2) 0.2659 (1.30) 0.9593 (2.05) DVE (- 2) -0.4277 (2.84) 0.4914 (5.85) DVP (- 2) DVV (- 2) R2 DW F DVV 0.85 2.18 20.00 0.76 1.90 20.06 -0.6442 (2.67) -0.2835 (1.86) 0.46 2.14 5.40 0.50 2.48 4.55 0.23 1.60 1.93 1. Los estadísticos “t” se muestran debajo de los correspondientes coeficientes. 39 Véase Robert P. Flood y Nancy P. Marion, “Policy Implications of ‘Second Generation’ Crisis Models”, IMF Staff Papers, vol. 44, núm. 3, septiembre de 1997, pp. 383-390. intrarregional y de la correlación de sus ciclos económicos. Supóngase que un país tiene una intensidad de comercio y correlación iguales a I1 y Cl, respectivamente. En un modelo basado en la adopción de una moneda común subregional, en cuyo caso la unión monetaria sería de beneficio para el país. Si, por el contrario, la unión se basara en una moneda de otro país, la resultante fragilidad financiera se puede representar desplazando la curva hacia la derecha, a W1 W1, en virtud del mayor volumen de comercio (I2) que sería requerido para generar ahorros de costo de transacción y así compensar la tendencia al estancamiento económico generado por la fragilidad financiera. En consecuencia, el país se encontraría en la región en que no se justifica la unión monetaria. Las consecuencias de la unión monetaria en términos de mayor credibilidad son de particular importancia ante eventuales ataques especulativos y crisis de monedas.39 De hecho, se ha argumentado que el fortalecimiento de los compromisos multinacionales, por ejemplo mediante la fijación de metas compartidas para la convergencia hacia una moneda común, al aumentar los costos para un país miembro de una devaluación unilateral por el repudio de los otros miembros, puede crear la percepción de una devaluación muy remota de forma tal que los agentes privados desistirían de lanzar un ataque especulativo. Publicación del Banco Centroamericano de Integración Económica 367 La Integración de Centroamérica: promesa y reto vigente Consideraciones finales De acuerdo con los criterios tradicionales sobre los costos y beneficios de la formación de áreas económicas óptimas, no hay argumentos contra la integración monetaria en Centroamérica o los Andes. Primero, las correlaciones entre las tasas de crecimiento económico, de inflación y de velocidad del dinero son suficientemente altas para disipar preocupaciones. Además, el grado de apertura al comercio es bastante alto y puede esperarse que las devaluaciones nominales no conduzcan a cambios en las tasas de cambio reales. Las pruebas de cointegración también indican que las velocidades del dinero mantienen asociaciones de largo plazo en ambas zonas, vinculadas en América Central y los Andes por dos y cuatro vectores, respectivamente. El patrón visible en estas vinculaciones es que los países vecinos tienen nexos más fuertes. De hecho, existen corredores de interdependencia entre Colombia, Ecuador y Perú, así como entre Guatemala, El Salvador y Honduras. Estos corredores se pueden explicar por la disminución del comercio intrarregional con la distancia, de acuerdo con el funcionamiento del modelo de gravedad, lo que da lugar a que el comercio sea más voluminoso entre países vecinos. Estos nexos de interdependencia constituyen argumentos en favor de la integración monetaria. El modelo de corrección de errores indica que la velocidad del dinero de Guatemala es causada por las velocidades del dinero de los otros países y por la tasa de interés. Si se aceptan los resultados de los otros países con cierta precaución dados sus bajos estadísticos F, se debe notar que el primer término de error rezagado no es significante y que la velocidad del dinero de El Salvador con un rezago ejerce efectos directos sobre Guatemala y Costa Rica, mientras que la velocidad del dinero de Honduras es causada por la de Guatemala. La tasa de interés se explicó por el segundo término de error rezagado, lo que indica que esta variable puede interpretarse como una variable representativa (proxy) de la economía internacional. El hecho de que este término no sea significativo en las ecuaciones de corrección de errores, con la excepción de Costa Rica, indicaría que lo que vincula a las variables velocidad del dinero es una fuerza subregional específica, no la economía internacional. En los Andes el primer término de error rezagado fue muy signicativo en todos los países, mientras que el segundo término de error lo fue sólo en Colombia y Venezuela. Existen efectos directos recíprocos entre Venezuela y Perú, así como efectos directos en una sola vía de Venezuela y Perú a Ecuador, y de Colombia a Venezuela. Como se esperaría, la tasa de interés resulta ser exógena, ya que ninguna variable fue significativa en sus ecuaciones de corrección de errores. Además, el hecho de que el primer término de error sea significativo en todos los países indica que ninguno ejerce una fuerza dominante. La existencia de más vectores de cointegración en los Andes que en Centroamérica podría explicarse porque en el período de estudio los países andinos experimentaron tasas de inflación más altas, lo que pudo acentuar el proceso de sustitución de monedas. 368 Publicación del Banco Centroamericano de Integración Económica Integración monetaria en las regiones centroamericana y andina GRÁFICA 2. Simetría del ciclo económico, comercio intrarregional y moneda común. W1 Comercio intrarregional W I2 W1 I1 W C1 Correlación del ciclo económico 40 Marcel Cassard et al., “Core ERM Money Demand and Effects on Inflation”, The Manchester School, vol. 65, núm. 1, 1997, pp. 1-24. Las relaciones de causalidad entre las velocidades del dinero de los países es una fuente de inestabilidad en las demandas de dinero de cada país. Estas funciones son interdependientes, lo que indica que el crecimiento de la masa monetaria de un país individual no podría por sí sola explicar y pronosticar las tasas de crecimiento económico. Es decir, los resultados de este estudio indican que, al efectuarse sobre una base nacional, los ejercicios de programación monetaria podían ser inexactos y que la política monetaria se fortalecería si se realizara en un marco subregional de estimación de la demanda del dinero, lo que arrojaría funciones de demanda de dinero más estables que las calculadas sobre una base nacional, como se ha encontrado en el caso de la Unión Europea.40 La complejidad del desarrollo de los modelos institucionales necesarios para impulsar la unificación monetaria no puede ignorarse. Para Centroamérica, se ha abogado por un proceso de tres etapas. En la primera, se atenderían la formulación y la aprobación de los acuerdos políticos para la convergencia macroeconómica y el seguimiento de indicadores económicos cuantitativos; la formulación y la aprobación del sistema institucional multilateral, la aprobación del sistema de flotación coordinada y la fijación de metas de las tasas de cambio en determinadas bandas. La segunda fase comprendería la consolidación del sistema centroamericano de bancos centrales, con el otorgamiento de un carácter autónomo a su secretaría. En una tercera etapa, las tasas de cambio tomarían valores fijos irrevocables respecto a las monedas centroamericanas y al dólar; se formularía y ejecutaría una política monetaria común, y se llevarían a cabo los estudios para adoptar una moneda común. La integración monetaria no debe considerarse como un hecho o proceso independiente, sino que debe acompañarse de otras medidas complementarias importantes. Éstas incluirían las acciones para facilitar el movimiento intrarregional de mano de obra, Publicación del Banco Centroamericano de Integración Económica 369 La Integración de Centroamérica: promesa y reto vigente el cual es un valioso instrumento ante disturbios asimétricos. Otras medidas serían el establecimiento de un sistema de federalismo fiscal, con compensaciones automáticas ante persistentes déficit comerciales en la balanza intrarregional. Particular atención debe otorgarse a las medidas de alcance regional para disminuir la inequidad en la distribución del ingreso en los países, así como para fomentar una equitativa distribución de los beneficios de la integración entre los países miembros. De hecho, la evidencia muestra que en América Latina la desigualdad desestimula el ahorro y propicia la fragilidad macroeconómica en las naciones de la región, dificultando su recuperación ante disturbios externos.41 En otras palabras, la desigualdad vuelve persistentes los disturbios externos de forma tal que éstos adquieren su propia inercia y recurrencia. Los resultados presentados en este trabajo indican que en Centroamérica y los Andes existen aspectos que transcienden los temas tradicionales de los costos y beneficios de la integración. Por lo tanto, éstos deben analizarse en un marco en que la integración se considere un instrumento para promover el desarrollo económico y permita internalizar efectos entre países que pueden pasar inadvertidos. De hecho, los disturbios asimétricos en la demanda de dinero resultantes de la sustitución de monedas y de movimientos especulativos de capital se plantearon como una razón por la cual los países europeos deberían adoptar una moneda común. De forma especial deberían considerarse los beneficios derivados del aumento de credibilidad en vista de los ataques especulativos en la región. 41 Graciela L. Kaminsky y Alfredo Pereira, “The Debt Crisis: Lessons of the 1980s for the l990s”, Journal of Development Economics, vol. 50, 1996, pp. 1-24. 370 Publicación del Banco Centroamericano de Integración Económica Crisis cambiarias y su contagio: evidencias de El Salvador y Guatemala La Integración de Centroamérica: promesa y reto vigente Introducción Este trabajo presenta un modelo en el cual la dinámica del tipo de cambio del mercado negro es determinada por la actividad especulativa en los mercados monetarios de países vecinos. Específicamente, el contagio es el resultado de acciones de individuos que viajan de un país a otro para comprar dólares con la expectativa de tener ganancias cuando una devaluación toma lugar en uno de los países. El cruce de las fronteras para obtener dólares indica que el país A puede ser objeto de un ataque especulativo resultante de una demanda por dólares en el país B, aún cuando las variables fundamentales de A acusen una situación muy sólida. Y en forma contraria, las variables fundamentales de A pueden estar en situación precaria, pero si recibe dólares del país B, el colapso de la moneda de A puede ser pospuesto o evitado. En este trabajo se presenta, primero, una reseña de la literatura sobre las crisis cambiarias. A continuación se formula un modelo de carácter binacional para el tipo de cambio en el mercado negro, que es estimado por medio de un modelo probit usando datos mensuales de Guatemala y El Salvador para el período 1985-1993, cuando ambos países experimentaron mercados negros de divisas. El trabajo concluye con una serie de recomendaciones y sugerencias para estudios posteriores. 2. Reseña de la Literatura. 1 Reseñas de la literatura de crisis cambiarias se encuentran en Agenor, Bhandari y Flood (1992), Blackburn y Sola(1993) y Marion (1998). La literatura de crisis cambiarias se origina en el trabajo seminal de Krugman (1979) que muestra que en un país con un tipo de cambio fijo, el crecimiento del crédito por arriba del crecimiento de la demanda de dinero da lugar a una pérdida de reservas internacionales y a un ataque especulativo sobre la paridad cambiaria1. Cuando se da el ataque especulativo el país pierde reservas y se ve forzado a flotar su moneda. La explicación del ataque descansa en la falta de confianza del sector privado en la fortaleza de la moneda y el supuesto de que su paridad será modificada, lo que lo obliga a comprar las reservas remanentes para evitar pérdidas. El modelo indica que el ataque especulativo siempre ocurre antes de que el país exhauste sus reservas; también indica que entre mayor sea la cuantía inicial de reservas, o menor sea la tasa de crecimiento de la expansión crediticia, más tiempo tomará para que ocurra el derrumbe de la moneda. Este modelo básico ha sido modificado para incorporar el cómputo del tiempo que toma para el colapso de la paridad cambiaria (Connolly y Taylor, 1984), así como diversos supuestos relacionados con el régimen cambiario post-colapso: Dornbusch (1987) supone la adopción de un “crawling peg”, Blanco y Garber (1987) suponen que el banco central devalúa la moneda, mientras que Obstfeld (1984) considera un período temporal de flotación seguido de la adopción de un tipo fijo. El tema de la incertidumbre con relación al crecimiento del crédito doméstico fue introducido por Flood y Garber (1984), 372 Publicación del Banco Centroamericano de Integración Económica Crisis cambiarias y su contagio: evidencias de El Salvador y Guatemala Grilli (1986) y Obstfeld (1996), mientras que Claessens (1988) ha demostrado que la incertidumbre sobre la política crediticia del banco central juega un papel importante en la rapidez con que se pierden reservas. Los efectos de los controles de capital sobre las crisis de balanza de pagos han sido analizados por Bachetta (1990) y Wyplosz (1986). Un cambio importante al modelo fue introducido por Drazen y Helpman (1988), en el sentido de que las autoridades monetarias domésticas modifican las políticas económicas insostenibles a fin de evitar la crisis. En los modelos señalados anteriormente, los ataques especulativos ocurren porque las políticas inconsistentes empujan la economía hacia una crisis. En contraste, los llamados modelos de segunda generación muestran que aún cuando las variables fundamentales tienen un comportamiento adecuado, los cambios en las políticas del sector público pueden halar la economía hacia la crisis. Mientras que en el primer grupo de modelos la reducción de reservas internacionales conduce a un colapso del tipo de cambio fijo, en los modelos más recientes las crisis surgen por la preocupación de las autoridades económicas sobre el comportamiento de otras variables económicas. Esto se da porque el objetivo del gobierno de mantener un tipo de cambio fijo puede entrar en conflicto con otros objetivos, por ejemplo el de evitar el crecimiento del desempleo. En este caso, el gobierno puede decidir devaluar con el fin de evitar el desempleo que resultaría de las dificultades para importar materias primas a raíz de la pérdida de reservas. Esto podría suceder aún cuando las políticas gubernamentales sean sólidas. Ejemplos de estos modelos se encuentran en Ozkan y Sutherland (1995). Un modelo alternativo describe el caso cuando el gobierno devalúa la moneda en respuesta a cambios en las expectativas. Por ejemplo, en el modelo de Obstfeld (1994) la expectativa del colapso del tipo de cambio fijo conduce a aumentos en el desempleo, de forma tal que para el gobierno la fijación del tipo de cambio se vuelve muy costosa y toma la decisión de devaluar. En forma similar, para Obstfeld ( 1996) el temor a altas tasas de interés, y en consecuencia a crisis bancarias, conduce al gobierno a devaluar. Se debe mencionar que Otker y Pazarbasioglu (1997) analizaron las presiones sobre los tipos de cambio de los países miembros del Mecanismo de Tipo de Cambio Europeo y encontraron que sólo en pocos países las presiones resultaban de un deterioro de las variables económicas fundamentales, lo que indicó que las políticas macroeconómicas consistentes son condición necesaria pero no suficientes para mantener invariable el tipo de cambio. Con relación a la aplicación de los modelos de crisis, entre los primeros trabajos sobresalen el estudio de Blanco y Garber(1986) sobre las devaluaciones recurrentes del peso mexicano durante el período 1973-1982, y el de Cumby y van Winjbergen (1989) sobre el ataque al peso argentino a principios de los años ochenta. En ambos estudios, se encontró que el crecimiento del crédito doméstico era el principal determinante de los ataques. Otro enfoque que ha recibido mucha atención es el de Frankel y Rose (1996), que definen una crisis cambiaría como la depreciación anual de por lo menos 25 por ciento. La estimación de este modelo basada en una muestra de 100 países Publicación del Banco Centroamericano de Integración Económica 373 La Integración de Centroamérica: promesa y reto vigente con datos del período 1971-1992, arrojó el resultado de que la probabilidad de una crisis aumenta cuando la tasa de interés foránea y la tasa de crecimiento del crédito doméstico son altas, la cuenta corriente como porcentaje del producto es alta, y la deuda externa concesional, así como la razón de la entrada de inversión extranjera al stock de la deuda externa, son bajas. En forma similar, Sachs, Tornell y Velasco (1996) definen una crisis como el promedio ponderado de las disminuciones porcentuales en reservas internacionales y el porcentaje de depreciación del tipo de cambio. Al estimar el modelo con datos de 23 países para el período noviembre 1994- abril 1995, los autores concluyeron que las crisis fueron más pronunciadas en países que tenían sistemas bancarios débiles, el tipo de cambio estaba sobrevaluado y la razón de reservas a M2 era baja. Kaminsky, Lizondo y Reinhart (1998) han presentado un modelo de detección temprana de crisis en el que una crisis toma lugar cuando el promedio ponderado de la depreción mensual del tipo de cambio y de la reducción mensual en reservas internacionales, excede su valor promedio en más de tres desviaciones estándares. De un total de quince indicadores que fueron incluidos en el análisis, siete fueron significantes: crecimiento del crédito doméstico como porcentaje del producto, crecimiento de los términos de intercambio, tasa de interés real, tasa de crecimiento de las exportaciones, crecimiento de la oferta monetaria como porcentaje de las reservas, cambio en las reservas y desviaciones del tipo de cambio de su tendencia. La literatura de crisis cambiarias ha conducido al tópico del contagio que ocurre cuando los efectos de una crisis en un país dado se desbordan a otros países. Varios enfoques han sido formulado para analizar este fenómeno: Calvo y Reinhart (1996) asocian el contagio con los co-movimientos en las tasas de retomo de acciones y bonos en distintos mercados emergentes, mientras que Valdés (1996) lo identifica en los co-movimientos excesivos en las clasificaciones de riesgo y los valores de acciones de distintos países. El efecto transnacional de las crisis cambiarias también ha analizado por Eichengreen, Rose y Wyplozs (1995), quienes encontraron que las crisis que habían tomado lugar en 20 países industrializados mostraban correlaciones positivas; además, estas correlaciones estaban influenciadas por la intensidad de los nexos de comercio entre los países respectivos. La influencia del comercio en la transmisión de crisis también ha sido detectada por Gerlach y Smets (1995) y Glick y Rose (1998). También debe hacerse referencia al estudio de Alba et. al. (1998) sobre el fenómeno de contagio en los países del este asiático durante la crisis de 1997-1998, el que encontró que, contrario a períodos previos, ocurrieron grandes covariaciones de los precios de las acciones en las bolsas de valores y en los “spreads” en los mercados secundarios; sin embargo, solamente en el período octubre-noviembre 1997 las covariaciones fueron tan excesivas como para denotar la existencia de contagio. En un trabajo previo, Sachs, Tornell y Velasco (1996) habían concluido que las bajas reservas, los auges del crédito y la apreciación real de la moneda estaban presentes en los países que fueron suceptibles al contagio del “Efecto Tequila”. Se debe mencionar, también, el trabajo de Baig y Goldfajn (1998) sobre la 374 Publicación del Banco Centroamericano de Integración Económica Crisis cambiarias y su contagio: evidencias de El Salvador y Guatemala crisis asiática, en el que estimaron ecuaciones usando datos diarios del período 07-02-97 a 05-08-98, expresando el tipo de cambio nominal, los precios de acciones en la bolsa y las tasas de interés, en función de las variables fundamentales de los países, y de variables cualitativas que representaban “buenas” y “malas” noticias. Las correlaciones entre los residuos de las ecuaciones de diferentes países fueron computadas, y estas correlaciones resultaron bastante altas en el caso de las primeras dos variables, lo que se interpretó como una evidencia de efectos de contagio. Estos autores también estimaron ecuaciones expresando las variables señaladas arriba como función de variables cualitativas, tanto nacionales como externas, que reflejaban “buenas” y “malas” noticias. Los resultados indicaron que los mercados monetarios de Tailandia, Malaysia, Filipinas y Corea del Sur eran afectados por las “malas” noticias originadas en Indonesia, mientras que tanto las “malas” como las “buenas” noticias provenientes de Japón eran significativas para Corea. Sin embargo, los resultados de las ecuaciones estimadas usando las variables precios de acciones en la bolsa, tasa de interés y “spreads” de la deuda soberana, resultaron mucho más débiles. También debe hacerse referencia al trabajo de Choueiri (1999) en el cual el contagio es la consecuencia del comportamiento de “hedging” por parte de inversionistas que buscan diversificar sus riesgos manteniendo activos de varios países. Si una crisis toma lugar en un país y si los inversionistas presuponen que su tipo de cambio tiene covarianzas positivas con los tipos de cambio de otros países, entonces el primer país experimentaría una crisis. El contagio se materializa en aumentos en las tasas de interés. Otro tipo de crisis puede resultar de la incertidumbre de los inversionistas con respecto a la covarianza de los tipos de cambio de los países en cuestión, en cuyo caso las variables fundamentales no juegan ningún papel. De particular interés es el trabajo de Fratzcher (1999) sobre la difusión de la crisis mexicana de 1994 y de Tailandia de 1997 a los países latinoamericanos y asiáticos respectivamente. Este autor estimó un índice de crisis cambiaria en función de variables fundamentales como de aquellas que denotaban su integración financiera y comercial, y de su grado de competitividad. Los resultados indicaron que la propagación de las crisis mexicana y tailandesa obedecieron a diferentes variables. Las de carácter fundamental (déficit en cuenta corriente, tipo de cambio sobrevaluado, insuficientes reservas internacionales) explicaron la difusión de la crisis mexicana a otros países latinoamericanos, mientras que sólo las reservas internacionales fueron efectivas en la propagación de la crisis tailandesa. La integración comercial fue significativa en el caso de América Latina, pero en Asia un papel más importante fue desempeñado por la integración financiera. 3. El Modelo. Como resultado de los controles en la venta de moneda extranjera, en Guatemala y El Salvador existieron mercados negros de dólares desde principios de la década de los ochenta hasta 1990 cuando se Publicación del Banco Centroamericano de Integración Económica 375 La Integración de Centroamérica: promesa y reto vigente unificaron los tipos oficial y del mercado negro en ambos países, aunque se mantuvieron algunos remanentes de los mercados negros hasta 1993.2 Los dólares ocuparon un lugar prominente en los bienes comerciados entre estos países, ya que individuos viajaban de un país a otro para obtener esta moneda y aliviar una escasez temporal, o para aprovechar oportunidades de arbitraje3. De esta forma, la oferta y demanda de dólares eran interdependientes y sostenían un mercado negro integrado de dólares. La literatura sobre la determinación del tipo de cambio en el mercado negro es muy extensa y los casos de Guatemala y El Salvador han recibido considerable atención (Cáceres y Núñez Sandoval, 1991, 1992a, 1992b, 1994; Cáceres 1997; Saca 1997). Estos países tienen vínculos muy fuertes: una red de interconexión eléctrica ha operado desde 1986 y cuatro carreteras cruzan sus fronteras. Los vínculos comerciales también son significativos: en 1998 las exportaciones de Guatemala a El Salvador representaron 46 por ciento de sus exportaciones intracentroamericanas y 11.4 por ciento de sus exportaciones totales. El modelo empieza con una ecuación que describe la oferta de mercado negro de dólares en El Salvador: Os = a + bEs-cEg (1) En donde: Es = tipo de cambio en el mercado negro en El Salvador (colones / dólar) Eg = tipo de cambio en el mercado negro de Guatemala (quetzales / dólar) La ecuación (1) indica que los individuos que tienen dólares en El Salvador pueden decidir venderlos en El Salvador o en Guatemala, dependiendo de los precios que reciban en cada mercado. Si los dólares son escasos en Guatemala su precio aumentaría, lo que motivaría la llegada de vendedores de dólares de El Salvador, reduciéndose así la oferta en este país. La oferta de dólares está dada por: Ds = z + xMs + yPs (2) En donde: 2 Sobre los eventos monetarios y cambiarios en El Salvador en los 1980’s, véase Saca (1997). 3 Evidencia de arbitraje en el comercio de dólares entre Guatemala y El Salvador se presenta en Cáceres (1994). Ds = demanda por dólares en el mercado negro de El Salvador Ms = Oferta monetaria de El Salvador Ps = tasa de inflación de El Salvador Esta ecuación indica que la demanda por dólares en el mercado negro se deriva, en parte, de la demanda de dinero doméstico, ya que los individuos desean mantener su liquidez en determinadas proporciones de moneda doméstica y extranjera por consideraciones 376 Publicación del Banco Centroamericano de Integración Económica Crisis cambiarias y su contagio: evidencias de El Salvador y Guatemala de cartera. Además, a medida de que el índice de precios aumenta, los individuos demandan más dólares a fin de mantenerlos como protección de su liquidez real. Suponiendo equilibrio en el mercado: Os = Ds, por lo tanto se puede resolver por Es: Es = (l/b)(z-a+cEg+xMs+yPs) (3) En una forma similar se encuentra una expresión para Eg: Eg = (l/b)(z’ - a’+ c’Es + x’Mg + y’Pg) (4) Substituyendo la ecuación (4) en la (3) se encuentra una forma reducida para Es: Es = (l/b’)( z - a + (c/b’)( z’- a’ + c’Es + x’Mg + y’Pg) + xMs + yPs) (5) Y una expresión en forma reducida para Es es la siguiente: Es = Ao + AlMg + A2Pg + A3Ms + A4Ps (6) La ecuación (6) indica que las variables monetarias y la inflación de Guatemala ejercen impactos directos en el tipo de cambio de El Salvador, lo que indica que fenómenos de contagio ocurren entre estos países, originados en sus tasas de inflación o en la oferta monetaria. 4. Resultados Empíricos A fin de estimar el modelo, una crisis se representa como una variable discreta que toma el valor de uno cuando el tipo de cambio aumenta en al menos cuatro por ciento mensual, lo que implica una devaluación anual de aproximadamente sesenta por ciento, y de cero cuando el tipo de cambio expresa una variación menor de cuatro por ciento en el mes en cuestión. Se debe señalar que una devaluación mensual de cuatro por ciento es equivalente a una desviación estándar por sobre el valor promedio del tipo de cambio. El modelo se estimó por medio de un modelo probit de la forma siguiente: Prob (Y= l) = P(X,B) y Prob (Y= 0) = 1-P(X, B) en donde Y es la variable que denota la existencia de una crisis, X representa el conjunto de variables explanatorias, en este caso las tasas de inflación y las ofertas monetarias de los dos países, B denota el vector de parámetros que reflejan el impacto de X sobre la probabilidad de crisis y P significa la función de la curva normal cumulativa. El modelo fue estimado por métodos de máxima verosimilitud para el caso del tipo de cambio de El Salvador, usando datos mensuales de octubre 1982 a diciembre 1993. Publicación del Banco Centroamericano de Integración Económica 377 La Integración de Centroamérica: promesa y reto vigente En un primer conjunto de resultados, que no se muestra en este trabajo, el uso de las tasas de inflación de Guatemala y El Salvador como variables independientes resultó en ecuaciones probit significativas. Además, la oferta monetaria de El Salvador, en su forma de M1 y M2, fueron significativas cuando se introdujeron en las ecuaciones por sí solas. Cuando se estimaron ecuaciones usando como variables independientes sólo las variables monetarias de Guatemala, los resultados mostraron valores del estadístico LR más altos que los correspondientes a las ecuaciones estimadas sólo con M2 y M1 de El Salvador. El Cuadro 1 muestra los resultados cuando todas las variables entran en la estimación de la ecuación probit. La ecuación (1) indica que las variables M1 y tasa de inflación de Guatemala tienen estadísticos z más altos que los de las las variables correspondientes de El Salvador. CUADRO 1. Variable dependiente: Probabilidad de una crisis cambiaria en El Salvador Ecuación Número (1) (2) (3) Constante -5.05 (0.86) 3.59 (1.35) -11.86 (1.83) Log (SMl-l) 4.24 (1.55) Log (GMl-l) -4.13 (1.86) 7.33 (2.61) Log (SM2-l) -0.66 (0.66) Log (GM2-l) -0.04 (0.03) INFS-1 0.29 (1.60) 0.36 (1.88) INFG-1 0.20 (2.22) 0.18 (2.00) INFG-2 0.31 (2.54) Log (GMl-3) -6.68 (2.91) INFS 0.58 (2.37) McFadden R-cuadr. 0.19 Log Likelihood -34.29 Estadístico LR 16.77 (0.002) 0.16 -35.50 14.33 (0.006) Los estadísticos z se muestran debajo de los coeficientes correspondientes. 378 Publicación del Banco Centroamericano de Integración Económica 0.37 -25.28 30.04 (4.79E-6) Crisis cambiarias y su contagio: evidencias de El Salvador y Guatemala Se puede ver en las ecuaciones (1) y (2) que la tasa de inflación de Guatemala muestra estadísticos z mayores que el correspondiente a la inflación de El Salvador. La ecuación (3) es una expresión parsimoniosa que muestra un estadístico LR bastante alto, usando respectivamente tres y dos rezagos de la oferta monetaria M1 y de la tasa de inflación de Guatemala. Se debe notar que las variables de El Salvador dan mejores resultados con un rezago de un mes en M1 y ningún rezago en la tasa de inflación. Esto indica que toma dos o tres meses para que los efectos de Guatemala se sientan en El Salvador, mientras que los efectos de las variables domésticas de El Salvador se perciben rápidamente en su mercado. Se estimaron otras ecuaciones probit que incluyeron la variable cualitativa (Crisis (G) que denota la existencia de una crisis cambiaria en Guatemala y que toma el valor de uno cuando el tipo de cambio del mercado negro de Guatemala experimenta una devaluación mayor que cuatro por ciento mensual, y cero de otra manera. Las otras variables que se incluyeron en la estimación fueron la tasa de inflación y la oferta monetaria de El Salvador. El período de estimación se redujo a octubre de 1985-diciembre de 1993, en vista de que los datos del mercado negro de Guatemala se inician en esa primera fecha. La ecuación (1) en el Cuadro 2 indica que una crisis en Guatemala con un rezago de un mes es una variable significativa para anticipar la erupción de una crisis cambiaria en El Salvador. Cuando se incluyen en la estimación las variables de El Salvador (ecuaciones 2 y 3), la variable cualitativa Crisis (G), con un rezago de un mes, mostró valores del estadístico z más altos que los de las variables de El Salvador. Este resultado indica que las crisis de El Salvador se originaban en el contagio proveniente de las crisis cambiarias de Guatemala. La ecuación (4), que incluye, además, la tasa de inflación rezagada de Guatemala y su variable M1, mostró los valores más altos del estadístico R cuadrado de McFadden. Esta ecuación también presenta evidencia de que las crisis en El Salvador se originaban en Guatemala. En forma similar se estimaron ecuaciones para predecir crisis cambiarias en Guatemala en función de sus propias variables y las de El Salvador, pero ninguna variable resultó significativa. Mejores resultados fueron obtenidos cuando se estimó una ecuación para las crisis de Guatemala en función de su tasa de inflación y oferta monetaria, y de la variable Crisis (ES) que denota que una crisis ha tomado lugar en El Salvador. Los resultados se muestran en el Cuadro 3 e indican que una crisis en El Salvador con un rezago de un mes es por sí sola significativa en la determinación de una crisis en Guatemala (ecuación 1). Sin embargo, cuando se incluyen variables adicionales, la variable Crisis (ES) muestra estadísticos z que no son importantes estadísticamente al nivel de 5 por ciento. Asimismo, las variables M1 y M2 de Guatemala no son significativas y la única variable que lo ES es su tasa de inflación. Esto indica que una crisis que ocurre en Guatemala ejerce influencia sobre el surgimiento de una crisis en El Salvador, pero lo contrario no sucede. Publicación del Banco Centroamericano de Integración Económica 379 La Integración de Centroamérica: promesa y reto vigente CUADRO 2. Variable Dependiente: Probabilidad de una crisis en El Salvador Ecuación Número: (1) (2) (3) (4) Constante -1.70 (7.36) 7.81 (1.24) 6.08 (0.94) -13.14 (1.46) Crisis (G)-1 1.45 (3.14) 1.23 (2.45) 1.22 (2.47) 1.09 (2.20) INFS 0.39 (1.46) 0.40 (1.61) 0.46 (1.61) Log (SM2-l) -1.20 (1.68) -1.07 (1.33) 7.66 (2.16) Log (SMl-l) INFG-2 0.27 (1.81) Log (GMl-3) -6.86 (2.45) McFadden R-cuadr. 0.17 0.31 0.28 0.46 Log Likelihood -23.14 -19.20 -20.00 -19.25 Estadístico LR 9.64 (0.001) 17.52 (0.0005) 15.91 (0.001) 32.15 ( 5.54E-06) Los altos valores de los estadísticos z mostrados por los coeficientes de la tasa de inflación de El Salvador, y especialmente por los de Guatemala, indican que estas variables ejercen efectos muy importantes en la determinación de crisis cambiarias. El papel de la tasa de inflación en la crisis cambiaria se investigó en mayor detalle por medio de pruebas de causalidad de Granger que se muestran en el Cuadro 4. Se puede apreciar que no existe relación de causalidad entre el tipo de cambio de Guatemala y su tasa de inflación. Sin embargo, la hipótesis nula de que la tasa de inflación de este país no causa el tipo de cambio de El Salvador se rechaza a un nivel de confianza de 0.018. Esto contrasta con el resultado de que no existe causalidad entre el tipo de cambio de El Salvador y su tasa de inflación. Las pruebas de causalidad de Granger entre las ofertas monetarias de ambos países mostraron que existe causalidad recíproca entre las variables M1, pero no la hay en el caso de las M2. Esto indica que al nivel de M1, la forma más liquida de dinero y más apropiada para la economía informal, especialmente en la compra de dólares, existe una clara integración monetaria entre los dos países. De hecho, evidencia de cointegración entre las velocidades del dinero de los países centroamericanos ha sido reportada por Cáceres (2000). Este alto grado de integración monetaria indicaría la conveniencia de que estos países consideraran la adopción de una moneda común, como ha sido propuesto para el caso de los países del Mercosur por Eichengreen (1999). 380 Publicación del Banco Centroamericano de Integración Económica Crisis cambiarias y su contagio: evidencias de El Salvador y Guatemala CUADRO 3. Variable Dependiente: Probabilidad de una Crisis en Guatemala. Ecuación Número: Constante Crisis (ES)-l (1) (2) (3) (4) (5) (6) -1.43 (7.41) 1.00 (2.11) -2.15 (6.19) 0.68 (1.29) 0.34 (3.15) 3.53 (1.07) 0.80 (1.66) 2.34 (0.66) 0.84 (1.71) 0.32 (2.92) 1.47 (0.39) 0.56 (1.05) 1.04 (0.26) 0.55 (0.99) 0.34 (3.08) INFG-1 Log (GM2-l) -0.61 (1.44) -0.44 (0.95) Log (GM1-l) -0.49 (1.06) McFadden cuadr. 0.06 Log Likelihood -30.49 Estadístico LR 4.25 (0.039) 0.22 -25.17 14.87 (0.0005) 0.10 -29.18 6.86 (0.03) -0.42 (0.80) 0.08 0.24 0.24 -29.90 -24.67 -24.84 5.41(0.06)15.87 (0.001) 15.84(0.001) CUADRO 4. Relaciones de Causalidad Entre Variables de El Salvador y Guatemala. Hipótesis Nula: Estadístico F Probabilidad INFG no causa DGEX DGEX no causa INFG 1.54725 2.20679 0.2074 0.0924 INFG no causa DESEX DESEX no causa INFG 3.5129 0.1065 0.0182 0.4308 INFES no causa DGEX DGEX no causa INFES 0.0499 0.2237 0.9852 0.8796 DGM1 no causa DESM1 DESM1 no causa DGM1 2.4293 2.4876 0.0513 0.0468 DGM2 no causa DESM2 DESM2 no causa DGM2 1.2728 0.4408 0.2843 0.7789 DGEX y DESEX denotan cambios proporcionales mensuales de los tipos de cambio de Guatemala and El Salvador. Los términos DGM y DESM denotan cambios mensuales en M1 y M2. 5. Conclusiones Este trabajo ha presentado evidencia de que una crisis cambiaria en Guatemala ejerce efectos directos sobre el surgimiento de una crisis en El Salvador. En forma diferente a la literatura de crisis cambiarias, este fenómeno es el resultado de la compra de dólares entre agentes de uno y otro país en el marco de un mercado negro de divisas. La estimación del modelo permitió identificar las variables que provocan las crisis, y cuantificar su transmisión de país a país. Publicación del Banco Centroamericano de Integración Económica 381 La Integración de Centroamérica: promesa y reto vigente El hecho de que el contagio se propaga de Guatemala a El Salvador indica que éste no es el resultado de un choque común recibido por los países, ni que tampoco refleja la similitud entre ambos países, sino que puede ser interpretado en el sentido de que cuando hay una demanda excesiva de dólares en Guatemala, resultante de expansión monetaria excesiva o de presiones inflacionarias, agentes económicos viajan a El Salvador para comprar dólares, o agentes de El Salvador viajan a Guatemala para venderlos. Esto explica los efectos de la tasa de inflación de Guatemala y de su expansión monetaria tienen sobre el surgimiento de una crisis en El Salvador. En cualquier caso, la demanda excesiva originada en Guatemala da lugar a aumentos del precio de dólares en El Salvador y de esa forma traslada la crisis de un país a otro. Cuando El Salvador experimenta una demanda excesiva de dólares, la oferta provista por Guatemala no es muy significativa, ya que El Salvador recibe una gran cantidad de dólares en concepto de remesas familiares, que son suficientes para atender sus necesidades de dólares y las de sus vecinos. Se debe señalar, sin embargo, que los mercados cambiarios han sido liberalizados en Centroamérica, de manera que los efectos entre países pueden ya no ser tan fuertes como en el período estudiado. También es menester señalar las limitaciones de este trabajo, particularmente en términos de las variables que no fueron analizadas, tales como la fuga de capital y los cambios en las reservas internacionales. Tampoco se han considerado las implicaciones de este modelo a la luz de la dolarización que ha sido emprendida en El Salvador. Aún con sus limitaciones, los resultados obtenidos conducen a la conclusión de que, en vista de la causalidad recíproca entre las variables monetarias de ambos países, y dada la transmisión de volatilidad de un país a otro, existe la necesidad de coordinar las políticas económicas y de establecer mecanismos regionales para su seguimiento que contribuyan a la prevención de crisis y a promover el desarrollo económico y social. Referencias Agenor, Pierre-Richard, J. Bhandari y R. Flood (1992), “Speculative Attacks and Mode is of Balance of Payments Crisis”, IMF Staff Papers. 39, pp. 357-394. Alba, Pedro, Amar Bhattacharya, Stijn Claessens, Swati Ghosh y Leonardo Hernández (1998), “Volatility and Contagion in a Financially Integrated World”, Documento de Trabajo núm. 2008, Banco Mundial, noviembre. Bachetta, Philippe (1990), “Temporary Capital Controls in a Balance of Payments Crisis”. Journal of Money and International Finance, 9, pp. 246-257. 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