EL PAPEL DE LA ESCRITURA EN LA CONSTRUCCIÓN DEL APRENDIZAJE SIGNIFICATIVO EN EL NIVEL EDUCATIVO UNIVERSITARIO BERENICE PANTOJA CANO UNIVERSIDAD CATÓLICA DE PEREIRA FACULTAD DE CIENCIAS HUMANAS, SOCIALES Y DE LA EDUCACIÓN PROGRAMA PSICOLOGÍA ARTÍCULO DE GRADO PEREIRA 2012 1 EL PAPEL DE LA ESCRITURA EN LA CONSTRUCCIÓN DEL APRENDIZAJE SIGNIFICATIVO EN EL NIVEL EDUCATIVO UNIVERSITARIO BERENICE PANTOJA CANO ARTÍCULO DE GRADO TUTOR ANA SOFÍA GAVIRIA CANO PSICÓLOGA UNIVERSIDAD CATÓLICA DE PEREIRA FACULTAD DE CIENCIAS HUMANAS, SOCIALES Y DE LA EDUCACIÓN PROGRAMA PSICOLOGÍA ARTÍCULO DE GRADO PEREIRA 2012 2 RESUMEN El presente documento tiene como finalidad mostrar el papel de la escritura en el aprendizaje significativo en el nivel universitario. Para ello, se expone la importancia de la escritura y el aprendizaje significativo y cómo un contenido emocional (motivación) permite trasformar sus funciones hacia procesos académicos enriquecedores. Se exponen las técnicas y los procesos psicológicos implicados en el desarrollo escritural, el valor de que la producción escrita sea novedosa y retadora para el estudiante (aprendizaje significativo) y la relación de estas categorías en el contexto académico universitario. Se concluye diciendo que la escritura como una herramienta psicológica superior debe ser usada signifitivamente por estudiantes y docentes para lograr conocimiento y/o aprendizajes. Palabras clave: Escritura, aprendizaje significativo, estudiantes universitarios, motivación. ABSTRACT This paper aims to show the role of writing in meaningful learning at the university level. To do this, we illustrate the importance of writing in the and meaningful learning and as an emotional content (motivation) allows transform their duties towards enriching academic processes. We describe the technical and psychological processes involved in the development scriptural; the value of the importance, for the student, of having a novel and challenging written production (meaningful learning) and the relationship of these categories in the context of university. It concludes that writing as a psychological tool to 3 be used significantly higher for students and teachers to achieve knowledge and / or learning. Key Words: Writing, meaningful learning, college students, motivation. 4 INTRODUCCIÓN En el proceso de aprendizaje del hombre se presentan diversos escenarios en los cuales puede interactuar y así conocer, aprender y comunicar, uno de ellos es el ámbito educativo en el que se facilita el desarrollo de habilidades y atributos de un estudiante; permite acrecentar el conocimiento gracias a un proceso formativo en diversos temas académicos dotados de información para un saber constante y dinámico. La universidad es uno de estos espacios, en la cual se forman los futuros profesionales que tendrán un amplio recorrido académico; siendo así el interés de este documento abordar el papel de la escritura en la construcción del aprendizaje significativo. Así, escritura y aprendizaje significativo se convierten en las categorías que conforman el cuerpo de trabajo del presente escrito. La categoría de Escritura se sustenta a partir de los postulados de Cassany, 1999; Valery, 2000; entre otros. Aprendizaje significativo se respalda a partir de teorías como la de Ausubel, 1974; Solé y Coll, 1990. Estas se abordan con el propósito de dar respuesta a la pregunta ¿cómo está conceptualizado el papel de la escritura en el aprendizaje significativo? Por tanto para dar solución a este interrogante, se irá desarrollando el concepto de escritura, los procesos cognitivos que se ven implicados en ella, las exigencias del proceso escritural a quien escribe y cómo se observa en el contexto universitario. En el desarrollo del aprendizaje significativo, se menciona su definición, relación con la escritura y la concepción de cómo es visto como herramienta significativa en el contexto académico superior, finalmente se retoma la escritura como instrumento psicológico superior para aprender y reconocer cómo la calidad de la misma, apoya el proceso educativo de los estudiantes universitarios. Siendo éste el recorrido del documento, es 5 preciso mencionar que dentro del proceso de conectar las categorías mencionadas y enriquecer la situación de aprendizaje, la motivación se plantea como aquel contenido que permite que la experiencia de aprender y/o adquirir conocimiento tenga un significado emocional, cualitativo, que ayude a impulsar y disponer la enseñanza/aprendizaje, la integre y transforme. 6 LA ESCRITURA La escritura se entiende como un proceso de aprendizaje, una herramienta por medio de la cual un sujeto en su actuar cotidiano, hace uso de ella para aprender y lograr adherirse a las actividades educativas. Es un instrumento de índole psicológico que se afianza en el dominio de la práctica cultural. Según Vygotsky (1979) y Ong (1987) son un conjunto de técnicas que se hacen funcionales en el proceso de interacción, al adquirir habilidad para ejecutar una acción no siendo un dominio natural sino una construcción por medio del aprendizaje. De este modo, surge la pregunta, ¿cómo se ha conceptualizado el papel de la escritura en el aprendizaje significativo a un nivel universitario? Así, la escritura al participar en procesos de socialización, como es el espacio educativo, culturalmente aceptado para dar una formación académica en la que un estudiante adquiere habilidades, da a entender que en el ámbito académico es asumida como una competencia que exige un trabajo consciente y analítico debido a que en el lenguaje escrito “no sólo las palabras son reemplazadas por signos alfabéticos, sino también elementos no verbales como la sonoridad, los gestos, las intenciones, deben ser puestos en palabra escrita, sintácticamente organizadas para poder ser trasmitidas en toda su significación” (Valery, 2000, p.07) concibiendo dar respuesta a la interacción humana con rigor analítico y reflexivo. La escritura es mucho más se trata de un instrumento apasionante para relacionarse con la realidad. Podemos compararla con una lupa, a un binóculo o un telescopio, que permiten explorar objetos, paisajes o estrellas con más 7 detalle y precisión; nos permiten observar todo lo que deseemos y mejor, más a fondo: darnos cuenta de los detalles, aprender, imaginar, reflexionar y gozar de la belleza de la realidad (de la invención). La escritura puede ser comunicativa, creativa, pedagógica o terapéutica (Cassany, 1993. P.82-84) Siendo así, la escritura debe comprenderse como una herramienta para avanzar en procesos de aprendizaje específicos, porque permite matizar vivencias, experiencias, plasmar un cúmulo de ideas y saberes que no desaparecen en el tiempo (Valery, 2000); su evidencia queda hecha en el papel, permitiendo que el hombre por medio de su uso, avance en pro de dar significado a su vida y a las formas en que aprende, indaga, hace crítica y expresa lo que desea. Y más allá, lo que queda escrito permite que las futuras generaciones retrotraigan al presente la heredad de sus mayores. Es así como la escritura no se da de forma natural, no hace parte del desarrollo sino que se da por medio de un aprendizaje superior, se aleja de la necesidad inmediata “por el mismo hecho de tener que reemplazar las palabras por signos gráficos, dirigirse a una persona ausente y crear la situación; exige un trabajo consciente y analítico” (Vygotsky, 1977, citado en Valery, 2000, p. 40) al mismo tiempo que necesita un grado de abstracción que evidencia una estructura de pensamiento exigente; más allá de captar la funcionalidad de una situación o cosa, este proceso logra sacar conceptos, ideas y categorías de experiencias u objetos individuales y de esta forma logra ser entendida como una función superior del pensamiento. Tomada como un proceso de aprendizaje, es necesario entender cómo a través de la escritura se transforma y se elabora conocimiento, introduciendo procesos implicados en su función como instrumento o herramienta en el desarrollo del pensamiento. Al respecto, 8 Hoyes y Flower (1981), proponen un modelo que busca entender o explicar las técnicas que lleva a cabo el escritor; en él se establecen tres aspectos: la planificación, la traducción y la revisión. El proceso de planificación, se encarga de indagar diversa información, conceptos o ideas que permitirán la posterior construcción de un plan de escritura; planificar es una función psicológica que se retoma en varios momentos de la vida, como la planeación de una tarea o actividad, por tanto funda un papel conscientemente dirigido, porque ayuda a regular el pensamiento a organizar y a generar nuevo conocimiento. El segundo proceso tiene que ver con la traducción o textualización, que consiste en la producción y transformación de ideas en palabras; es el desarrollo de lo planificado, en este proceso se encuentra el soporte motriz (escribir), retoma elementos léxicos como ortografía, escribir adecuadamente las palabras, el proceso sintáctico de las reglas gramaticales y el elemento semántico que busca que se den expresiones y términos con el significado esencial partiendo del conocimiento del escritor. El proceso de revisión, como su nombre lo indica, permite que el texto alcance su forma definitiva. Éste se encarga de evaluar y revisar lo que se ha escrito, hay una corrección o diagnóstico de los posibles errores y de lo que se logró de acuerdo a las metas u objetivos que se trazó el escritor. Así mismo, abarca dos subprocesos que son edición y lectura del texto, reedición del texto y nuevas revisiones. Además de las características textuales, la escritura implica el componente actitudinal, ingrediente del modelo de Hayes (1996); sustentado al mismo tiempo por Coll (1996) y Solé (1999) en la explicación del aprendizaje significativo. De igual modo, Cassany (1999) lo describe como un modelo más amplio que logra posicionar componentes 9 socioculturales, motivacionales, emocionales y de esta forma abre el camino a un desarrollo que no sea lineal y unidireccional, sino que logre procesos más contextuales. Al mencionar que la escritura es un proceso de aprendizaje, que implica técnicas para su elaboración y que su desarrollo posee un aspecto actitudinal (motivación), permite observar que estas habilidades dependen totalmente de la interacción social, por lo cual: El nivel de desarrollo y aprendizaje que el individuo puede alcanzar con la ayuda, guía o colaboración de los adultos o de sus compañeros, siempre será mayor que el nivel que pueda alcanzar por sí sólo, el desarrollo cognitivo completo requiere de la interacción social (…) por tanto para el aprendizaje de la lengua escrita, es necesaria la participación en procesos de socialización específicos como la educación. Obviamente, no todos los miembros de una sociedad adquieren el dominio del lenguaje escrito. (Romo, 1977, p. 4; Valery, 2000, p. 40). Para que se construya el conocimiento se necesita un contexto, un entorno en el que se proponga la enseñanza y el aprendizaje como procesos para adquirir habilidades tales como la escritura, herramienta psicológica que promueve esta adquisición. Debido a que “el ciudadano miembro de una cultura escrita, que ha sido altamente alfabetizado y que lee y escribe con frecuencia, ha reorganizado sus capacidades cognitivas; (…) genera formas de pensamiento sostenido, más abstracto” (Cassany, 1999, p. 44). La escritura es un proceso superior a nivel interpsicológico (social) que permite almacenar conocimientos y crear un razonamiento lógico, no es sólo el hecho de codificar 10 signos sino de darle un tratamiento personal, de reflexión; es una actividad del pensamiento que comunica y al mismo tiempo activa capacidades como actuar, interpretar, en sí de generar nuevos conocimientos; “instrumento psicológico que se adquiere como dominio de una práctica cultural específica, una segunda naturaleza (Ong, 1987 citado en Valery, 2000). Lo que exige el proceso de escritura a quien escribe será no solo un nivel en el que se percibe el acto de escribir como un asunto gramatical; sino como un proceso gestado en la interacción porque “aprender a escribir transforma la mente del sujeto; el uso escrito tiene algunas propiedades que facilitan el desarrollo de nuevas capacidades intelectuales, tales como el análisis, el razonamiento lógico, la distinción entre datos e interpretación, la adquisición de metalenguaje” (Cassany, 1999, p. 47), todas estas habilidades son necesarias en el proceso formativo de un estudiante universitario, porque él está conectado al contexto y la interacción que tiene con sus comunidades verbales, le permitirá expandir el saber manejar su entorno y dotarlo de significado. Igualmente, existen cuatro niveles de uso escritural: ejecutivo, funcional, instrumental y epistémico (Well, 1987); el último es el más desarrollado porque escribir se convierte “en una potente herramienta de creación y aprendizaje de conocimientos nuevos. Entendiendo conocimiento nuevo como un abanico de posibilidades de transformación de datos: ampliar la conciencia sobre aspectos desconocidos de la personalidad o del entorno; (…) enriquecer o concretar ideas vagas o generales” (Cassany, 1999, p. 54). Es así como la escritura, siendo un medio de comunicación y de aprendizaje en la interacción humana, hace parte de un desarrollo gestado culturalmente necesario para dicha 11 relación y expresión de ideas más allá de lo verbal; queda claro que la escritura atiende a un grado riguroso donde la comunicar no es lo más importante; investigaciones demuestran (como lo dice Paula Carlino) el potencial epistémico de la escritura como instrumento para desarrollar, revisar y transformar el propio saber. Es más abstracta, necesita de una serie de instrumentos para lograr ser transmitida donde el análisis y la conciencia de lo que se escribe y sus escenarios de adquisición son mediados por contextos de enseñanza y de socialización representados en contextos educativos como lo es el universitario. Siendo la universidad un entorno donde la escritura es un proceso funcional, se hace plausible entender que el estudiante al acceder a ésta cumple con los requerimientos para producir textos académicos, el conocimiento que trae de su formación educativa es un factor que lo enmarca en un nivel alto de producción escrita; sin embargo, responder a las exigencias de los estudios superiores y el ideal que se tiene del estudiante dista mucho de la realidad académica, debido a la variedad de sujetos y del rigor educativo al que está expuesto en su formación media. Blanco (2002), respecto al ámbito educativo superior, dice que el estudiante universitario por su misma formación está constantemente desarrollando ensayos, informes, exámenes, artículos, etc., mas esto no es consecuencia de saber hacerlo o tener las competencias indicadas para tal labor escritural; por tanto Cassany (1999) afirma que "Se escribe mucho pero se enseña poco a escribir... las prácticas explícitas de escritura, cuyo objetivo es incrementar las capacidades compositivas del alumnado, son escasas, breves y disciplinarias de lengua." (p. 128) es así como la producción escritural aunque es variada y constante, al mismo tiempo llega a ser insuficiente debido a que dicha actividad no logra 12 que el aprendizaje tenga una formación contextualizada al nivel, desempeño y requerimiento del universitario. Se dice que el universitario llega a su formación superior con unos saberes genéricos en el que el tema de la escritura estaría incluido, pero esto no es causa de saber utilizarla como herramienta para trasformar su conocimiento, porque es de acuerdo a su elección educativa y sus capacidades cognitivas que estará enfrentado a actividades que demanden no solo repetir o redactar ideas y textos ya desarrollados, sino poder recopilar, usar las técnicas escriturales conocer y esquematizar mediante su elaboración personal aprendizajes que le den madurez a su formación profesional. Se entiende que ésta requiere de un arduo trabajo para lograr suficiencia, además de niveles de enseñanza que realmente concreticen el hecho de aprender significativamente. De este modo, se expondrá el tema de aprendizaje significativo, conceptualizándolo y relacionándolo con el papel de la escritura. APRENDIZAJE SIGNIFICATIVO El término escritura logra ser visto con valor, porque a través de ella el estudiante puede hacer parte de un cúmulo de significados y de éstos explorar diversas formas de conocer, adquirir y desarrollar el pensamiento y por ende formar conocimiento. La escritura se ve como un proceso superior del ser humano, su función se da por medio de escenarios de interacción como lo es el educativo, siendo a partir de este espacio que se logrará entender la construcción del aprendizaje significativo, o mejor, el papel de la escritura en este último. La escritura es usada por diferentes actores de la educación en 13 cambios de curriculum, temas que tienen que ver con la enseñanza y el aprendizaje, y en ambientes académicos en los que se busca lograr una enseñanza significativa. El aprendizaje significativo, entendido desde lo dicho por Ausubel (1976), debe “ser una actividad significativa para la persona que aprende y dicha significatividad está directamente relacionada con la existencia de relaciones entre el conocimiento nuevo y el que ya posee el alumno (cualquier sujeto)”. (p. 27), porque mediante esta dinámica se logra hacer relaciones, es decir, la estudiante tiene conocimientos previos, unas herramientas cognitivas que le permiten comprender la realidad y a partir de esto crea sus ideas o concepciones frente a los diversos asuntos en los que se ven implicados la escuela, la familia y la sociedad. Ausubel (1976) señala que la educación es una acción en la cual se intercambian constantemente significados y conceptos, por medio de dos actores (estudiante-docente), ambos principales, debido a que la construcción del conocimiento, es un proceso de enseñanza que busca ser consumado, procesado y establecido; “cuando el significado del material que ofrece uno de los actores es captado en el significado que el otro pretende que ese material tenga para su receptor se da ganancia de la función significativa” (Gowin, citado por Rodríguez, 2004, p. 81). Como se evidencia, el proceso significativo requiere no solo del que comunica y del que recibe la información, sino que debe haber un propósito y un proceso que estén conectados al material, la habilidad, la novedad y la disposición, conjunto de factores que deben estar dispuestos a desarrollar o alcanzar relevancia en el aprendizaje. Ausubel promueve el aprendizaje significativo como: 14 El proceso según el cual se relaciona un nuevo conocimiento o información con la estructura cognitiva del que aprende de forma no arbitraria y sustantiva o no literal. Esa interacción con la estructura cognitiva no se produce considerándola como un todo, sino con aspectos relevantes presentes en la misma, que reciben el nombre de subsumidores o ideas de anclaje. La presencia de ideas, conceptos o proposiciones inclusivas, claras y disponibles en la mente del aprendiz, es lo que dota de significado a ese nuevo contenido en interacción con él mismo (Ausubel, 1976 y 2002; Moreira, 1997, 2000). A partir de la definición y en consonancia con el sentido que tiene el aprendizaje significativo, este está presente en el momento en que un estudiante se enfrenta a una actividad retadora, a un trabajo que requiere mayor valor en la medida en que el conocimiento ya existente en su estructura cognitiva lo relaciona o lo hace dependiente del contenido o información nueva, procesándolo logra un estado real, individual e intrínseco (Solé, 1999). Esto se contrasta con formas de aprendizaje como lo es el memorístico o por repetición, que siendo parte de la cognición no hacen posible una relación de lo que se sabe y la actividad a desarrollar para que haya nuevos conceptos y proposiciones, el conocimiento se daría mediante un estilo de enseñanza tradicional en el que se limitaría el potencial cognoscitivo. De acuerdo a esto, el aprendizaje significativo es logrado si cumple características como que el material ofrecido para una actividad específica sea realmente importante, significativo y desafiante para el sujeto; al mismo tiempo que el desarrollo de dicha 15 actividad le importe, suscite en él agrado o interrogantes a partir de los conocimientos previos que tenga. Tener en cuenta el significado particular, el estado de realidad con el que reviste las vivencias el estudiante, permite desarrollar el potencial con que cuenta para aprender; siendo necesario que la intención de conocer sobre algún tema le proporcione expectativa, debido a que “la construcción de significados no sólo implica la capacidad del estudiante para relacionar sustantivamente la nueva información con sus conocimientos previos, sino que hace falta su motivación para lograrlo”. (Coll, citado en Covarrubias, 2007, p. 13). Por tanto, el aprendizaje significativo al tener algo del contenido motivacional (Coll 1990), abre consideraciones desde lo particular, a partir de la subjetividad del hombre, porque al igual que la escritura, logra su adquisición por medio del aprendizaje mediante una funcionalidad educativa. Es así como pueden relacionarse estas categorías, las dos sustentadas a través de la práctica institucional (escuela, colegio, etc.) y con una experiencia emocional como la motivación, en consecuencia permite enlazar un proceso de conocimiento enriquecido. Esta apreciación es expuesta porque dependiendo de los intereses que haya en un sujeto al momento de aprender, hace plausible que el tema se aborde, claro está que no es que a partir de la motivación se logra afianzar el aprendizaje significativo, sino porque es coadyuvante para lograr mejores resultados (Solé, 1990). En el aprendizaje las variables motivacionales son viables, pero no son exclusivamente parte fundamental de un proceso cognitivo; esto es debido al toque cualitativo que representa este concepto; da pautas acerca de como impulsar, acelerar o apresurar el 16 proceso de enseñanza; colabora en la disposición y facilita la adquisición de significados. “Así pues, los factores motivacionales y actitudinales afectan el aprendizaje y la retención significativa de maneras cualitativamente diferentes de los efectos comparables que provienen de las variables cognoscitivas pertinentes” (Ausubel, 1983, p. 354). Dada la cuestión que un aprendizaje significativo favorece la relación o se sustenta en la aplicabilidad de la práctica escritural; permite decir que para que se dé una construcción escrita importante donde el nivel de aprendizaje sea significativo, es necesario que el estudiante tenga claridad sobre la realización del documento respecto a forma; más es preciso que la tarea sea desafiante, novedosa, al mismo tiempo que esté contextualizada según las necesidades del mismo (Pozo, citado en Castelló, 2002). Lo sustentado sobre la relación del aprendizaje significativo, escritura y motivación es importante (Castelló, 1996; Solé, 1990) primero porque una situación educativa se debe contextualizar a una situación real, cotidiana para el estudiante, que le genere experiencias mediante el uso de sus capacidades cognitivas logrando múltiples saberes a un nivel académico, familiar o social. Segundo, siendo significativa la tarea, activa el sentido de aprender, el estudiante hará la actividad parte de él, la personalizará; es así como el escribir será funcional (conociendo el propósito de la tarea y su objetivo) tendrá impacto su práctica, desarrollando conocimiento o aprendizaje en la elaboración de distintos textos académicos o recogida de conceptos “que ayudan a generar sentimientos de competencia, autoestima, que atribuyen sentido a una tarea de aprendizaje” (Solé, 1990, p. 44). Consecuentemente, la escritura como instrumento para aprender significativamente en el contexto universitario, debe entenderse como un proceso y producto psicológico, el cual 17 haga las veces de dispositivo de enseñanza riguroso. Es evidente con la información expuesta, que al estudiante universitario se le debe enseñar con miras a aprender y pensar, a que se activen funciones cognitivas superiores que registren un trabajo de abstracción por ejemplo, y no que éste vea la enseñanza de la escritura como un proceso mecánico o memorístico, que sea poco creativo (Cassany, 1999). LA ESCRITURA COMO INSTRUMENTO PARA APRENDER Puede que la utilidad de la escritura en el aprendizaje se observe a partir de premisas sobre el nivel educativo que logra este proceso, es decir poder realizar procesos escriturales comporta adquirir estados de comprensión y de conocimiento de diferentes temas respecto a la práctica académica. Resumiendo información de algunas investigaciones realizadas a estudiantes de educación superior, se engloba una concepción la cual apunta a que “…el aprendizaje conlleva la utilización de procesos cognitivos necesarios para “aprehender” o extraer activamente el contenido de los materiales de aprendizaje e integrar las distintas partes de éste de forma significativa para construir una estructura personal” (Covarrubias, 2007, p. 59). Por tanto, entendida la escritura como uno de estos procesos cognitivos superiores y tejiendo su utilidad con el hecho de que su práctica sea significativa, hace posible que mediante esta relación y la interacción que se gesta a partir de su desarrollo, las funciones cognitivas del proceso de escritura o producción escrita tengan relevancia (Cassany, 1999; Vygostky 1934). La escritura llega a convertirse en un pilar fundamental dentro de procesos 18 de aprendizaje, Carlino (2004), comenta que siendo llevado a un contexto universitario, este tipo de actividad cognitiva tendrá una complejidad mayor porque estará expuesta a teorías que corresponde a un nivel científico-disciplinar, razón que evidencia un ejercicio encaminado a saberes de futuros profesionales para su proceso laboral. Describiendo estos puntos sobre la utilidad de la escritura, es preciso mencionar logros que se obtienen mediante su uso, como lo menciona Cassany (1999), a pesar que es la oralidad lo que inicia la relación comunicativa, en la medida que un sujeto se desarrolla mediante la obtención de habilidades escriturales, comienza a adquirir competencia en la que no solo la palabra es fuente de comunicación, es la escritura la que aparece para comunicar y permitir relaciones (escribir como proceso contante, formado en el ámbito educativo). La escritura es desarrollada y enseñada durante gran parte de la vida de un estudiante; en un inicio se aprende su forma y estilo, es decir su parte gramatical (signos gráficos), pero luego estas letras pueden convertirse en conocimiento y aprendizaje por medio de la presencia de funciones psicológicas que logran activar el desarrollo cognoscitivo del sujeto, dotarlo de herramientas para relacionar, comprender, y/o abstraer significativamente. El lograr que la escritura se utilice de manera rigurosa, por ejemplo en el contexto universitario, hace referencia al mejoramiento académico que los estudiantes de educación superior obtendrían por medio de su desarrollo; por tanto a continuación se describen algunas investigaciones y/o programas de intervención que se han realizado respecto a este tema al igual que al del aprendizaje significativo en los estudiantes de nivel superior. La investigación realizada por Caso y García (2006) expone la importancia de la motivación en el rendimiento académico y cómo ésta varía de un contexto a otro. 19 Analizado estudios representativos de diferentes culturas sobre motivación y rendimiento, se hace notar la falta de este tipo de estudios en un área tan importante a nivel curricular como es la escritura, exponiéndose las técnicas y estrategias que los investigadores sugieren para la instrucción de la misma. Estos concluyen que la motivación y las emociones son elementos que median la composición escrita. Castelló (2003), en su investigación consigna que en los últimos veinte años la investigación sobre escritura ha pasado de centrarse casi exclusivamente en el análisis cognitivo del proceso de composición a preguntarse por la posibilidad y la necesidad de enseñanza de este proceso (Camps y Castelló, 1996). Esto es importante debido a que la información que se ha desarrollado plantea cómo se ha contextualizado la escritura en el aprendizaje significativo, no cómo se escribe, sino el posible conocimiento y la relevancia de éste en un contexto universitario; por tanto la investigación destaca de forma pertinente la necesidad de fomentar a lo largo de todo el proceso de enseñanza-aprendizaje niveles de conciencia cada vez más elevados sobre el propio proceso de composición. Villalobos (2007), emplea algunos principios relevantes y útiles de la Teoría Sociocultural en la organización de un curso de escritura, y en el diseño de actividades de enseñanza y aprendizaje con el fin de mejorar y desarrollar la escritura de los estudiantes. Dentro de sus conclusiones, afirma que esta teoría también muestra una forma de entender el proceso de aprendizaje y la manera como se puede ayudar a los estudiantes no sólo a escribir, sino también a desarrollar la competencia escrita; tema que hace referencia a la elaboración de la categoría de escritura y al mismo tiempo habla del proceso de enseñanza en estudiantes universitarios. 20 En este marco de investigaciones, se evidencia que la función psicológica que desempeña la escritura da para explorar temas como los modelos de enseñanza, la cognición y la importancia del contexto, todos como factores que colaboran en la enseñanza y aprendizaje; más es necesario que su papel sea conceptualizado en un proceso significativo, siendo esto relevante para permitir trasversalizar el contexto universitario ya que es gracias a hábitos sanos de composición escrita, en el que los estudiantes estén centrados y motivados, que sientan necesidad de conocer, lo que dará valor a que el conocimiento tenga un carácter funcional y productivo. Es de resaltar que como medio de aprendizaje, la escritura logra procesos psicológicos superiores como la abstracción, y no necesita quedarse en procesos básicos como memorizar, porque a partir de su construcción escrita puede apropiarse de lo que allí explica, como dice Cassany (1999) se devuelve, retrocede, se adelanta, si no ha comprendido una idea, la retoma, logra afianzar sus intereses, al mismo tiempo que logra establecer las técnicas como planificar sus ideas, revisarlas y organizar su redacción. Esto hace entrever que su aprendizaje será de calidad, logrando así volverlo significativo, sus aportes serán objetivos a nivel teórico, más cualitativamente habrá motivación ya que ésta será la fuerza impulsora, la característica que imprime sentido al propósito de comunicar más allá de la oralidad partiendo de que la actividad a desarrollar es innovadora y más aun retadora para el estudiante (Ausubel, 1976). Es de reafirmar que la escritura vista como un proceso apasionante, no es sólo saber la función que tienen las palabras y organizarlas en un texto; es comprender su significado, interpretar de forma acertada la intención que se logra en la interacción con el contexto. Su significado parte de la relación de lo que se conoce, de las búsquedas o referentes en los 21 que se sustenta la idea, viendo así que conceptualizar la escritura asume una función trasversal en la que se implica la motivación y el aprendizaje significativo en todo momento. Poder alejar al estudiante del sentido que la escritura es solo un asunto gramatical, logrará apreciar por si mismo las funciones y lo importante de entender, conocer y manejar los procesos necesarios para su producción. En este sentido, señala Cassany (1993), que esto es posible si hay acercamiento al mundo personal del universitario, si se implica o involucran sus intereses, gustos, todo el cúmulo de emociones que lo motiven al desarrollo escritural. CONCLUSIONES De lo expuesto hasta aquí, se debe comprender que todo acto que corresponda a un entorno educativo es nombrado como una práctica social, se da mediante la interacción, es intersubjetiva ya que un aprendiz construye conocimiento y saberes por medio de relaciones o interacción continua en diferentes escenarios educativos. La escritura es un medio o herramienta que permite construir un saber colaborativo y funcional al sujeto (estudiante); aprendiendo de esta forma que los niveles de abstracción del proceso cognitivo serán eficaces si el objetivo del aprendizaje es ser significativo no solo en relación estudiante-material de trabajo-docente, sino que facilite y promueva en la persona reflejar su esencia, su rigor actitudinal, que permita colaborar a necesidades particulares para que de esta manera el aprendizaje sea autónomo y enriquecedor. 22 Aprender a ver la escritura como una herramienta que potencializa el conocimiento, dará razones de peso en la formación de un estudiante universitario, no solo por su grado de escolaridad sino porque es una situación que acarrea futuras consecuencias como la calidad profesional que se verá reflejada en las propuestas, proyectos o informes que emprenda o desarrolle y en la que se muestra su aptitud académica. Aprender a escribir y significar su papel será un logro educativo ya que, todo sujeto luego de utilizar la oralidad como medio primario de comunicación necesitará proponer nuevas formas de plasmar el aprendizaje y las ideas a un nivel cognitivo superior (Cassany, 1999). Por último, hay que reconocer que existen retos para estudiantes y docentes en la utilización de la escritura como medio para aprender, tales como lograr que su enseñanza sea trasversal y continua; que haya una participación activa por medio de estudiantes y docentes que conduzcan a vivir y sentir el proceso de escritura con sus posibles gratificaciones y dificultades, que se tome conciencia del asunto y que se busque siempre la rigurosidad en cada método que utilicen. La universidad es un entorno en el que la construcción de conocimiento va más allá de reproducir lo dicho por los autores (Carlino, 2004), por tal motivo es prioridad que el papel de la escritura esté en miras de ser un aprendizaje significativo, en el que se utilicen técnicas y se presenten procesos metacognitivos como herramientas para aprender. La adquisición de aprendizajes cobra relevancia porque es por medio de la interacción de aportes claros y lógicos como aprovechar clases de lectura y escritura, grupos de discusión, realizar procesos formativos en el que la motivación por conocer y aprender sea un acto particular y autónomo, que permitirá facilitar el desarrollo de productos escritos en los cuales se reflejen técnicas de planeación, textualización y revisión, que permita 23 acrecentar contextos académicos en los que se forjen aprendizajes teóricos-disciplinares, además de un saber traducido a contextos reales logrando que sea significativo el ser y hacer del estudiante o futuro profesional (Solé, 1999) Que el papel de la escritura sea significativo implicará por un lado que se desarrollen procesos cognitivos respecto al saber hacer (habilidades, procedimientos), al igual que el opinar o sentir (valores, sentimientos, normas), más todo esto será enriquecedor si el proceso se trasforma hacia una acción más personal (motivación); que haya una relación estimulante con la escritura, aprovechándola como herramienta epistemológica (Cassany, 1993) en la creación y trasformación del conocimiento, siendo los universitarios y docentes participes de esta situación y artífices del estilo o estrategia cognitiva con las que logran plasmar sus ideas, comunicarse y hacer propia su labor de aprender y enseñar significativamente. Finalmente, el contenido motivacional es una apreciación que logra tejer aquel interés de relacionar las categorías mencionadas (escritura, aprendizaje significativo) debido a que un sujeto en el proceso de aprender y afianzar los conocimientos le brinda a esta experiencia un sentido cualitativo, una ayuda para lograr mejores resultados (Solé, 1990), facilitando la adquisición y transformación del aprendizaje; este factor actitudinal es un valor agregado para el estudiante y el docente respecto al hecho de ver la escritura como una herramienta significativa porque permite entender la forma en que cada actor del proceso de enseñanza y aprendizaje consigue su saber, lo retiene y transforma, inyectándolo de una carga emocional que cualifica su cognición. 24 REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS Ausubel. D. (1983). Psicología Educativa. Un punto de vista Cognoscitivo. Factores motivacionales del Aprendizaje (p.p. 348- 368). México: Trillas. Ausubel. D. (2002). 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