De la serie Encuentros. Acrílico sobre lienzo. 40x40 cm, 2005. MUERTES Y LESIONES ACCIDENTALES Accidental deaths Abstract Resumen Durante el 2005 se realizaron 3.159 necropsias cuya probable manera de muerte fue accidental, incrementándose en 1,3% con respecto al 2004. Es de resaltar que fue la única muerte violenta que aumentó. La tasa de mortalidad específica para muerte accidental en el año 2005 fue de 6,9 casos por cada 100.000 habitantes, manteniéndose relativamente constante los últimos tres años. El país perdió más de 68.000 años de vida por esta causa, siendo nuevamente los hombres quienes aportaron el mayor número de años. Se presentaron 263 casos mensuales en promedio, siendo el mes de octubre en el que ocurrieron más casos. La mayoría de ellos ocurren en día domingo (13%). El 81% eran hombres, manteniéndose la razón hombre mujer en 4:1. La edad promedio de los hombres fue de 37,2 años (DE=22,7)1, un año mayor que en el 2004, y la de las mujeres fue de 35,6 (DE*=31,3), incrementándose en 7 años respecto del año anterior. Las tasas más altas se presentaron, tanto en hombres como en mujeres, en adultos mayores de 70 años, siendo la de hombres 5 veces mayor a la tasa nacional. El principal mecanismo de muerte fue la caída 20,5%. Igualmente, el escenario que predominó fue la vivienda, ratificando la importancia de educar a la familia acerca de medidas de prevención. Según departamento, la mayor tasa se presentó en el Guaviare, con 15,7 casos por cada 100 mil habitantes, y según municipio del hecho en Barbosa (Antioquia), con 120 casos por cada 100 mil habitantes. En cuanto a las lesiones accidentales no fatales, se realizaron 5.729 dictámenes medicolegales, 71,4% más casos que en el año 2004. Igualmente, comparada con el mismo año, la tasa subió 5 puntos, llegando a 12 casos x 100.000 habitantes; 451 casos mensuales en promedio, perdiéndose 6.563 años de vida saludables. El número de lesiones se incrementó a medida que se acercaba el fin de semana y hacia el final de la noche. Nuevamente fueron los hombres los más lesionados, la mayoría con edades entre 25 y 29 años. Estas lesiones ocurren en la vivienda y predominaron las caídas. Por departamento, Amazonas y Boyacá presentaron las mayores tasas de lesiones accidentales, 16 y 14 casos por 100 mil habitantes, respectivamente; y por municipio del hecho La Cumbre (Valle) y Páramo (Santander) con 223 y 132 casos por 100 mil habitantes, respectivamente. 1. *DE= Desviación Estandar In the year 2005 3.159 autopsies, probably due to accidents, were carried out. This represented an increase of 1,3% with respect to 2004. The fact that this type of violent death was the only one which increased must be highlighted. The mortality rate specific for accidental death was 6,9 cases for every 100.000 populations in 2005, figure which has been stable during the last three years. This Country lost more than 68.000 years of life as a result of this cause. Again, men contributed with the largest amount of years. 263 monthly cases occurred on average, October being the month with more cases. Most of them occurred (13%) on a Sunday. 81% were men, thus maintaining the 4:1 ratio between men and women. The men’s average age was 37,2 years (SD=22,7)1, a year older than they were in 2004; women’s average age was 35,6 years (SD=31,3), a seven year increase with respect to the previous year. The highest rates both for men and women occurred in adults over 70; that of men was 5 times greater than the national rate. The main reason for death was falls with 20,5%. Likewise, the household was the predominant scenery of death confirming the importance of educating families in preventive measures. Guaviare was the department with the highest rate with 15,7 cases for every 100.000 inhabitants, and Barbosa-Antioquia was the municipality with the highest rate of 120 cases for every 100.000 inhabitants. 5,729 non fatal accidental injuries were reported, 71,4% more than in 2004. The rate increased by 5 points with respect to the same year, reaching 12 cases for every 100.000 inhabitants. There were 451 monthly cases on average, thus, 6.563 years of healthy life were lost. The number of injuries increased as the weekend and nightfall approached. Again, men were the most injured, all mainly in the 25 to 29 year old group. These injuries occur in the household and falls are the predominant case. Amazonas and Boyaca’s accidental injury rates were the highest, 16 and 14 cases, respectively, for every 100.000 inhabitants; La Cumbre-Valle and Páramo-Santander with 223 and 132 cases for every 100.000 inhabitants, were the municipalities with the highest rates. 1. SD-Standard Deviation Muerte accidental en el adulto mayor: negligencia o desatención Mery Laura Ballesteros, Luz Yalín Conde Rubiano, Francy Zulima Martínez Carrillo, Giovanny Montaño Barrantes, Sandra Patricia Montilla Escudero, Marcela Narvaez Restrepo y Carolina Rojas García. Estudiantes Métodos de Investigación en Psicología Clínica. Facultad de Psicología, Universidad Católica de Colombia. JORGE OSWALDO GONZÁLEZ ORTIZ Psicólogo Epidemiólogo, División de Referencia de Información Pericial DRIP Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses. INML y CF LUZ ADRIANA RAMÍREZ LORENZO Enfermera, División de Referencia de Información Pericial DRIP Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses. INML y CF ALBERTO LUCIANO RENGIFO OSORIO Ingeniero Civil, Coordinador Grupo de Topografía, Regional Bogotá Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses. INML y CF Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses - DRIP S 256 e la considera como una muerte involuntaria que depende de circunstancias fisiológicas, patológicas, ambientales y psicológicas que aún no están claramente establecidas, lo cual dificulta el diseño de programas de prevención. La principal causa de muerte accidental ha sido la caída, siendo los adultos mayores de 60 años el grupo de edad más vulnerable. Aproximadamente 10.000 ancianos fallecen en el mundo cada año como resultado de un accidente, incrementándose así el riesgo de morir por caída a medida que se envejece. Pero la tasa de mortalidad relacionada con ésta causa entre personas de 65 años o más es de 10 a 150 veces más elevada que la de grupos de edades más jóvenes, y de todas las muertes debidas a caídas el 66% compromete a personas de 75 años o más, alcanzando tasas de mortalidad ocho veces superior a la del grupo de 65 a 74 años de edad ( Tideiskasaar, 2004). En Colombia durante los últimos años, las cifras de muerte accidental en adultos mayores han permanecido estables, encontrándose al igual que en el resto del mundo, las caídas como la primera causa de muerte (Jiménez, Tirado, Angel y García, 2001; Páez, Cortés, Ángel, Soriano y Hernández, 2003; Bolaños, Martínez, Murillo, Padra, Marin, Cortés, González y Hernández, 2004). Son diversos los factores que inciden en estas muertes, en especial el proceso de envejecimiento ya que después de los 60 años las personas evidencian mayores pérdidas de algunas capacidades y funciones físicas y psicológicas, presentándose cambios en la visión, en el equilibrio, en la marcha, en el sistema músculo esquelético, en el sistema cardiovascular, entre otros, además de otras enfermedades asociadas a los cambios de estado de ánimo, trastornos cognitivos y problemas de percepción ( Tideiskasaar, 2004). Aún no hay la suficiente claridad sobre cuáles son específicamente los factores que están influyendo sobre la ocurrencia de éstas muertes accidentales, por lo tanto se espera que este estudio brinde información a las autoridades correspondientes y a toda la comunidad para evitar que sigan ocurriendo, reciban más y mejor atención y también contribuya a la formulación de medidas preventivas oportunas y eficaces. Para Malevini (s,f ) “...la definición de –vejez- está siempre ligada al contexto cultural y situacional en donde se produce el fenómeno” siendo “imposible establecer un –corte- cronológico que la determine en sí, observando que son varios los factores que inciden en este seccionamiento”. Igualmente De Loughlin (2002) aclara que los límites cronológicos para hablar de las distintas etapas de la vida no son los mejores criterios, pues ellos pueden no coincidir con la madurez propia de cada una, ni con los criterios psicológicos que las definen. Para ella el envejecimiento es un proceso natural, gradual, de cambios y transformaciones a nivel biológico, psicológico y social que se estructura en torno al tiempo. Cuando se habla de accidente se designa un “acontecimiento de carácter inevitable, algo que sucede irremisiblemente por sí mismo, aleatoriamente y del cual no se puede ejercer control sobre ello”. Así, el accidente es por definición lo que sucede aleatoriamente (Peniche y Ruiz, 1985). Todas las personas, sin excepción, están expuestas a sufrir en cualquier momento un accidente, daño o el efecto negativo de hechos fortuitos, imponderables e impredecibles, de índole natural (un rayo, una avalancha, un derrumbe) o causados por fallas humanas (Fonnegra, 1999). No obstante, es importante dejar de lado la idea que, toda1, la responsabilidad del accidente es del azar o del destino y considerar que puede ser el producto de acciones o acontecimientos específicos (Peniche y Ruiz, 1985). De acuerdo con Calvo (1997) la causa principal de las fracturas de cadera en el adulto mayor, son las caídas (88%). Igualmente refiere que éstas 1. El énfasis lo colocan los autores del escrito. Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses - DRIP Con el fin de utilizar en el presente trabajo una denominación acorde con una postura que rescate las capacidades de las personas durante el proceso de envejecimiento, se adoptó como concepto central el de adulto mayor, etapa que iniciará cronológicamente a partir de los 60 años de edad. No obstante se mantendrá la denominación que haga cada autor citado. 257 son un fenómeno frecuente en la vejez el cual ha comenzado a ser estudiado en la segunda mitad del siglo XX. Para Sheldon (citado por Calvo, 1997) una tercera parte de los adultos mayores sufre al menos una caída en el transcurso de un año y, las caídas son más frecuentes en las mujeres que en los hombres. Igualmente comprobó que el riesgo de caerse se incrementaba a medida que aumentaba la edad, hasta los 85 años. La incidencia de caídas se relaciona con la edad. En el transcurso de un año el 25% de personas entre los 65 y 70 años tiene una caída, pero este porcentaje llega al 35% en los mayores de 75 años. El índice de caídas aumenta desde 47%, entre las personas de 70 a 74 años, a 121% para los de 80 o más años. El riesgo de caer y de hacerlo más veces aumenta con la edad (Calvo, 1997). Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses - DRIP En un estudio de 2.000 accidentes se encontró que el índice medio de los mismos se mantenía relativamente constante en las distintas épocas de la vida, pero que las causas de los mismos eran diferentes: las personas de edad avanzada eran menos descuidadas, inexpertas y asustadizas que los más jóvenes; pero la lentitud en la percepción de una situación peligrosa y una cierta falta de habilidad serían mas bien los causantes de los accidentes en los adultos mayores (King, 1955; citado por Lehr, 1980). 258 La Organización Mundial de la Salud (OMS) señaló algunas áreas a evaluar en la etapa de la vejez: (1) actividades de la vida diaria, como movilidad física, actividades básicas de la vida diaria, y actividades instrumentales cotidianas; (2) Estado funcional en salud mental, en su funcionamiento cognitivo y síntomas de psicopatología; (3) Funcionamiento psicosocial y cultural; (4) Salud física, como percepción subjetiva del estado de salud, síntomas físicos de tipo médico, utilización de servicios de salud y niveles de actividad y medidas de incapacidad; (5) Recursos sociales, como accesibilidad a la familia, amigos, comunidad y disponibilidad de recursos; (6) Recursos económicos; y por último (7) Recursos ambientales, como disponibilidad de hogar, suficiencia de medios económicos para llevar la casa o las condiciones en las que ésta se encuentra y la situación del hogar en relación con los medios de transporte colectivos, lugares de compra y servicios públicos (Fernández-Ballesteros, 1994). Los seres humanos van teniendo cambios normales en el proceso de desarrollo, apareciendo pérdidas en algunas funciones y en enfermedades, principalmente en la vejez. Cambios sistemáticos, ordenados, siguen un patrón y son relativamente duraderos, y, por lo tanto, excluyen las oscilaciones temporales del estado de ánimo y otros cambios transitorios en apariencia, pensamiento y comportamiento (Shaffer, 2000). La Psicología del desarrollo estudia describe y explica los cambios que presentan las personas durante el ciclo vital (Rice, 1997); cambios físicos, cognoscitivos, emocionales y sociales. En este sentido, el desarrollo puede entenderse desde dos categorías: la maduración, referida a los cambios del desarrollo del cuerpo o el comportamiento, que resultan del proceso de envejecimiento más que del aprendizaje, lesiones, enfermedades o alguna otra experiencia de la vida; y el aprendizaje, cambio relativamente permanente en el comportamiento que resulta de las experiencias o las prácticas del individuo (Shaffer, 2000). Envejecer se manifiesta como un proceso dinámico, gradual, natural, e inevitable, proceso en el cual se dan cambios a nivel biológico, psicológico y social que transcurren en el tiempo y están delimitados por éste. Si bien los fenómenos del envejecimiento son dados en todos, no se envejece de igual manera, ni tampoco cada parte del organismo envejece al mismo tiempo. El envejecimiento como todo lo humano siempre lleva el sello de lo singular, de lo único, de lo individual (Viguera, s.f. a). Sin embargo, algunos cambios típicamente asociados al envejecimiento son obvios: la piel de los ancianos tiende a palidecer, se cubre de manchas y pierde elasticidad; a medida que desaparece cierta cantidad de grasa y de músculos, la piel puede arrugarse, las venas varicosas de las piernas son muy comunes, el cabello de la cabeza se vuelve blanco y más escaso, y el vello del cuerpo se torna más áspero (Papalia, Wendkos y Duskin, 2001; Hoch y Zubin, 1964). Para Brophy (1977, citado por Slaikeu, 1996), la vejez se inicia a partir de los 65 años y entre sus tareas y preocupaciones incluye compartir la sabiduría de la experiencia de la vida con otros, evaluar el pasado y alcanzar un sentido de realización, de satisfacción con la propia vida, disfrutar una cantidad razonable de comodidad física y emocional y mantener suficiente movilidad para los cambios del ambiente. Así mismo entre los posibles sucesos de crisis de ésta etapa (dependiendo de diversas variables tales como la oportunidad del suceso y los recursos financieros, personales y sociales), se pueden presentar conflictos interpersonales con los hijos, con semejantes, (por ejemplo en un nuevo vecindario), indiferencia de parte de los hijos adultos, muerte de los amigos, conciencia de la soledad, enfermedad o incapacidad y dificultad en la adaptación a la jubilación. A medida que los adultos entran en esta etapa, se enfrentan con otras dificultades tales como mantenerse físicamente sanos (Speare, Avery y Lawton, 1991 citados por Rice, 1997). Es por esto que se teme a los problemas físicos que disminuyen su movilidad, sus sentidos y su capacidad de cuidar de sí mismo. Igualmente en esta etapa se busca seguir siendo independiente tanto económica como físicamente, sin embargo se presenta preocupación por el ingreso económico, por la jubilación y Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses - DRIP En este sentido, se pueden identificar dos tipos de envejecimiento: el primario cambios normales como la piel arrugada y el pelo cano, entre otros, y; el secundario deterioro corporal producido por factores externos evitables. La vejez es un proceso multifacético de maduración y declinación, aunque en todo instante hay lugar para el crecimiento (Espinosa, 2001). 259 la reducción de posibilidades de empleo, las cuales permitan un ingreso para subsistir produciendo mayor estrés en esta etapa (Rice, 1997). Los cambios fisiológicos en la edad adulta tardía son bastante variables; muchas de las pérdidas asociadas comúnmente a la edad pueden ser efectos de enfermedades, y no causas (Williams, 1992 citado por Papalia y Cols., 2001). El sistema digestivo, incluido el hígado y la vesícula biliar, permanecen relativamente eficientes. El ritmo del corazón tiende a disminuir y a ser más irregular, los depósitos de grasa acumulada alrededor de este órgano pueden interferir el funcionamiento; con frecuencia, se eleva la presión arterial. No obstante, el enfoque de desarrollo del ciclo vital de Baltes revela que las ganancias compensan las pérdidas. Aunque la capacidad de un corazón saludable para bombear sangre con más rapidez durante el ejercicio tiende a disminuir con la edad, el flujo sanguíneo se reduce muy poco porque el corazón bombea más sangre con cada latido (NIH/NIA, 1993 y Rodehoffer et. al., 1984 citados por Papalia y Cols., 2001). Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses - DRIP La estatura disminuye desde la edad adulta temprana hasta la vejez, en promedio poco más de una pulgada2 en los hombres y dos pulgadas en las mujeres (Whitbourne, 1985 citado por Papalia y Cols., 2001). Los ancianos se empequeñecen a medida que los discos de la columna vertebral se atrofian, y pueden verse aún más pequeños por la posición (Bates, 1992). El adelgazamiento de los huesos puede causar “joroba de matrona” en la parte posterior del cuello especialmente en las mujeres que padecen osteoporosis. La composición química de los huesos cambia con la osteoporosis, lo cual crea gran riesgo de fracturas (USDHHS, 1999 citado por Papalia y Cols., 2001). Igualmente, las personas tienden a dormir menos y a soñar menos en los últimos años de su vida. Sin embargo, esto no significa que las personas ancianas necesiten dormir menos, pues tienen el mismo “reloj circadiano” o regulador interno de sueño comparado con el de las personas jóvenes, pero sus horas de sueño profundo son más restringidas y pueden despertar con más facilidad debido a perturbaciones físicas o exposición a la luz (Czeisler y Cols., 1999; Lamberg, 1997; Webb, 1987; Woodruff, 1985 citados por Papalia y Cols., 2001). Otro cambio importante puede afectar la salud, la reducción de la capacidad de reserva (o reserva orgánica), capacidad de respaldo que ayuda al funcionamiento de los sistemas corporales en época de estrés. Con la edad, los niveles de reserva tienden a descender; y aunque la reducción no es muy notoria en la vida diaria, en general las personas ancianas no pueden responder a las exigencias físicas de situaciones estresantes con tanta rapidez o eficiencia que antes. 2. Una pulgada equivale a 2,54 cms. ACIPCO Internacional, 2006. 260 En las personas ancianas saludables y normales, se producen pocos cambios en el cerebro y éstos no afectan mucho su funcionamiento (Kemper, 1994 citado por Papalia y Cols., 2001). Después de los 30 años, el cerebro pierde peso, en principio ligeramente, luego con más rapidez. A los 90 años, el cerebro puede haber perdido 10% de su peso. Así mismo, puede venir una disminución gradual de las respuestas, que comienza en la edad adulta intermedia. Sin embargo, no todos los cambios cerebrales son nocivos; algunos mejoran el funcionamiento cerebral puesto que entre la edad adulta intermedia y la vejez temprana aparecen dendritas adicionales, lo cual puede ayudar a compensar cualquier pérdida o reducción de neuronas y añade nuevas conexiones entre células nerviosas (NIH/NIA, 1993; Sapolsky, 1992; Selkoe, 1992 citados por Papalia y Cols., 2001). De modo similar, casi 1 de cada 3 personas con edades entre 65 y 74 años y cerca de la mitad de quienes tienen 85 años o más, experimentan pérdidas auditivas que interfieren en su vida diaria (NIA, 1995c citado por Papalia y Cols., 2001). Así, la dificultad para percibir sonidos agudos reduce la capacidad de escuchar lo que otras personas dicen, en particular cuando hay interferencia (Papalia y Cols., 2001; Wolman, 1973). La pérdida del gusto y el olfato puede ser consecuencia normal del envejecimiento, aunque también puede ser causada por una amplia variedad de enfermedades y medicamentos, o por exposición a sustancias nocivas en el entorno. Puede presentarse disminución en la cantidad de papilas gustativas, mal funcionamiento de los receptores del sabor o daño en el bulbo olfativo u otras estructuras cerebrales (Schiffman, 1997). Los ancianos realizan con más lentitud la mayoría de las actividades que ejecutan las personas jóvenes, tienen menos fortaleza y están limitados en actividades que requieren resistencia o capacidad para transportar cargas pesadas puesto que los adultos pierden casi 10% a 20% de la fortaleza a los 70 años -especialmente en los músculos de la parte in- Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses - DRIP Del mismo modo, aunque algunas personas ancianas experimentan declinación aguda en el funcionamiento sensorial y psicomotor, otras no experimentan casi ningún cambio en la vida diaria. Así, con la ayuda de gafas o lentes de contacto, muchos ancianos pueden ver bastante bien; sin embargo, la visión de muchos de ellos es 20/70 y tienen dificultad para percibir la profundidad o el color, o realizar actividades como leer, coser, ir de compras o cocinar; y la pérdida en la sensibilidad visual de los contrastes puede dificultar la lectura de letra muy pequeña o muy clara. Adicionalmente, más de la mitad de las personas mayores de 65 años desarrollan cataratas, nubes o áreas opacas en el cristalino, lo cual origina visión borrosa (USDHHS, 1993 citado por Papalia y Cols., 2001). En la degeneración macular relacionada con la edad, el centro de la retina pierde gradualmente la capacidad de distinguir con nitidez los detalles muy pequeños, lo cual es la principal causa de ceguera funcional en los ancianos (Research to Prevent Blindness, 1994 citado por Papalia y Cols., 2001). 261 ferior del cuerpo- y mucho más después; y a los 70 u 80 años algunas personas tienen sólo la mitad de la fortaleza que tenían a los 30 (Spence, 1989; Spirduso y MacRae, 1990 citados por Papalia y Cols., 2001). Igualmente, la resistencia a las caminatas disminuye más que otros aspectos de la condición física y los ancianos son particularmente susceptibles a las caídas debido a la disminución de la sensibilidad de las células receptoras que llevan información al cerebro sobre la posición del cuerpo en el espacio, información necesaria para mantener el equilibrio puesto que la disminución de los reflejos, la pérdida de fortaleza muscular, de visión y percepción de profundidad también contribuyen a la pérdida de equilibrio (Papalia y Cols., 2001; Viguera, s.f. b). Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses - DRIP La prolongación de la vida incrementa la probabilidad de trastornos físicos y mentales. Con frecuencia, las oportunidades de ser razonablemente saludables y tener buena condición física en la vejez dependen del estilo de vida, en especial del ejercicio y la dieta. De este modo, a medida que las personas envejecen tienden a experimentar más problemas de salud persistentes y potencialmente incapacitadores. La mayoría de las personas ancianas padecen de artritis, hipertensión, una cuarta parte sufre enfermedades cardíacas, cataratas, diabetes, enfermedades cardiovasculares, asma y otras enfermedades respiratorias, cáncer, sinusitis y deficiencias visuales, auditivas y ortopédicas (AARP, 1999, Kramarow y Cols., 1999 citados por Papalia y Cols., 2001). 262 El deterioro de la salud mental no es característico de la última etapa de la vida; de hecho, las enfermedades mentales son menos comunes en los ancianos que en los más jóvenes (Wykle y Musil, 1993 citados por Papalia y Cols., 2001). Sin embargo, las perturbaciones mentales y de comportamiento que presentan los ancianos pueden ser devastadoras. Una de ellas es la demencia, la cual se refiere al deterioro cognitivo y de comportamiento de origen fisiológico, suficiente para afectar la vida diaria y que generalmente se origina en la enfermedad de Alzheimer. La enfermedad de Parkinson, el segundo trastorno más común, que incluye degeneración neurológica progresiva, se caracteriza por temblores, rigidez, movimientos lentos y posición inestable (Nussbaum, 1998 citado por Papalia y Cols., 2001). Estas dos enfermedades junto con la demencia multiinfarto (DM), causada por una serie de pequeñas parálisis son la causa, por lo menos, de 8 de cada 10 casos de demencia, todos irreversibles. Todos estos cambios a nivel fisiológico influyen en la capacidad cognoscitiva, por lo cual mientras algunas habilidades pueden disminuir en los últimos años, otras permanecen estables o incluso mejoran durante la mayor parte de la vida adulta. Así, aunque los cambios en la capacidad de procesamiento pueden reflejar deterioro neurológico, varían en los individuos, lo cual sugiere que la disminución del funcionamiento no es inevitable y puede prevenirse (Papalia y Cols., 2001). El envejecimiento no necesariamente involucra deterioro cognitivo y además, existen diferencias individuales en el proceso de envejecimiento. En general, los procesos de percepción sensorial, atención y concentración son factores que interfieren en la memoria óptima y hacen que parezca que es ésta la que está fallando. No obstante, no son los únicos elementos involucrados en la memoria, pues también es preciso incluir: depresión, ansiedad, estrés, aislamiento, falta de confianza, uso de psicofármacos, alcohol y tabaquismo, entre otras condiciones (Acuña, 1997). Para Acuña (1997) los adultos mayores preservan el vocabulario, la fonología, la sintaxis, el lenguaje escrito, la organización visual y la memoria implícita; se debilitan con la edad los sentidos y la percepción (especialmente la vista y el oído) la sensibilidad táctil, la rapidez de reacción y de aprendizaje, las estrategias de organización semántica, la atención y la retención de nombres, entre otros; mientras que las tareas de ejecución, que implican procesamiento de nueva información, requieren rapidez de percepción y habilidades motrices, por lo cual pueden reflejar la disminución muscular y neurológica (Papalia y Cols., 2001). El proceso fisiológico del mantenimiento del equilibrio depende de un arco reflejo cuyo sustrato orgánico esta integrado por receptores y vías aferentes, como el sistema visual, sistema neurosensorial periférico y el sistema vestibulolaberíntico; núcleos motores y vías eferentes, como núcleos vestibulares del tronco cerebral, núcleos cerebelosos y corteza cerebral; y los efectores periféricos, como el sistema músculo esquelético. El deterioro fisiológico de todo este sistema origina una modificación en el equilibrio, demostrado por el progresivo aumento del número de oscilaciones con la edad y la marcha, cuyo patrón normal también se pierde al deteriorarse los mecanismos neurológicos que la regulan, y predisponen al anciano a caerse con frecuencia. Otra de estas alteraciones, son las modificaciones del aparato locomotor; con el pasar de los años, aparecen múltiples deficiencias biomecánicas articulares capaces de provocar caídas por sí mismas o facilitar su producción. Las regiones anatómicas en las cuales suelen darse estas alte- Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses - DRIP El proceso de envejecimiento constituye un fenómeno universal asociado con cambios fisiológicos diversos, sobre todo en los sistemas cardiovasculares y músculo esqueléticos, así como con los órganos de los sentidos. Muchos otros sistemas biológicos experimentan modificaciones relacionadas con la edad y en general, todos tienen efectos potenciales en el comportamiento. Dentro de los factores intrínsecos en los procesos fisiológicos, se encuentra que el deterioro del proceso fisiológico de envejecimiento se produce en dos mecanismos reflejos imprescindibles para la bipedestación y la marcha estable: el mantenimiento del equilibrio, que se muestra por la velocidad del arco reflejo, y la capacidad de respuesta rápida y efectiva ante su pérdida, dado por la conformación muscular y la mecánica articular que permite la ejecución de la misma (Simón, 1993). 263 raciones son: la columna vertebral, por un desplazamiento de gravedad; la cadera, por una rigidez articular en posición viciosa, disminución de la movilidad articular, insuficiencia de abductores, y dismetría por acortamiento en la rodilla, por una estabilidad progresiva, disminución de la movilidad articular, y claudicación espontánea; por último, en el pie, por una atrofia de las células fibroadiposas del talón, por la disminución de la movilidad de las articulaciones interóseas y por una atrofia muscular. Así las principales alteraciones que se producen en un organismo conforme envejece y pueden predisponer a las caídas son las alteraciones oculares, en donde las caídas se asocian frecuentemente a cataratas y empeoramientos funcionales de la percepción visual, agudeza, tolerancia a la luz y adaptación a la oscuridad, en donde parece ser que juega un papel más importante la pérdida de sensibilidad que la agudeza visual en la génesis de las caídas, siendo las consecuencias de no ver un objeto pequeño mucho menos traumáticas que las de no ver con claridad un escalón; las alteraciones vestibulares, en donde se produce fallos tanto en el oído interno, como en los elementos nerviosos; las alteraciones del sistema propioceptivo, que se representan en el deterioro progresivo de mecanoreceptores articulares que producen dificultades posturales. Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses - DRIP Fue en 1919 cuando se llamó la atención por primera vez, sobre los aspectos psicológicos que intervienen en la ocurrencia de accidentes. Hacia 1930, Heinrich (citado por Peniche y Ruiz, 1985), ingeniero consultor de compañías de seguros de Estados Unidos, puso en evidencia la intervención del factor humano en los accidentes. Otros autores indican al respecto varios grados de participación de dicho factor, tanto en cantidad como en calidad: Para Frois (citado por Peniche y Ruiz, 1985) el factor humano interviene en los accidentes en un 40% de los casos; Mandil (citado por Peniche y Ruiz, 1985) indica una influencia de 60%; Morali y Daninos (citados por Peniche y Ruiz, 1985) en el 85% de ellos, y Peniche y Ruiz (1985) consideran que el factor humano participa en los accidentes entre un 80% a 90% (Peniche y Ruiz, 1985). 264 Dentro de las variables psicológicas relacionadas con la accidentabilidad, se incluyen la fatiga, involucrando agotamiento y cansancio; la atención, referida a un proceso psicológico que interviene en la mayor parte de las actividades humanas cuya función es la discriminación y selección de estímulos del medio ambiente y las emociones, las cuales se refieren a reacciones neurovegetativas y en especial glandulares del organismo ante los estímulos, de tal manera que a lo largo del tiempo, por el proceso de asociación, el organismo desarrolla reacciones específicas hacia determinados estímulos (Peniche y Ruiz, 1985). Dentro de los principales estados emocionales, se consideran la depresión, la agresión, inestabilidad emocional, control emocional, ansiedad y actitudes frente a diversas situaciones. Adicionalmente, se consideran otras variables de orden psicológico que podrían tener correlación con la ocurrencia de accidentes fatales, tales como rendimiento intelectual, la edad, coordinación perceptivo – motriz, tiempo de reacción, secuencialidad, ritmo y cadencia, motivación, historia de vida y relaciones humanas. Al respecto, se ha trabajado intensamente para la prevención de accidentes con respecto al factor humano, educación, capacitación y difusión publicitaria de medidas preventivas (Peniche y Ruiz, 1985). En un estudio realizado por la Cleveland Railway Company, los principales factores humanos que intervienen en los accidentes son actitudes inadecuadas, falta de reconocimiento de accidentes potenciales, mala evaluación de la distancia y la velocidad, impulsividad, falta de atención, tiempo de reacción lento, inexperiencia y senilidad, entre otros. Además, existen estudios que indican que el 98% de los accidentes son de tipo previsible y que un 2% está fuera del control humano, como los terremotos e inundaciones (Peniche y Ruiz, 1985). Otro aspecto fundamental en el estudio de las muertes accidentales en el adulto mayor, y en especial en las caídas lo constituyen los factores extrínsecos o ambientales. Muchas de las caídas no están influidas solamente por el ambiente que rodea al anciano, sino que son el resultado de la interacción entre problemas ambientales, o actividades peligrosas y la susceptibilidad individual al riesgo a causa de la edad y la enfermedad (Lampré, 1997). En un estudio realizado en la Universidad de California (UCLA), dirigida por el doctor John T. Chang, se realizó un análisis multifactorial identificando factores de riesgo tales como el consumo de medicamentos, la visión, los peligros ambientales y la presión ortostática y se implementó un programa de ejercicios donde se incluían el balance, la resistencia, la flexibilidad y la fuerza. Los resultados encontrados indican que las caídas en el grupo intervenido disminuyeron en un 11,8%, aunque frente al programa de ejercicio no se identificó claramente cual de los tipos de ejercicio fue el efectivo (Iladiba, 2004). Los ancianos con mala función física están en riesgo, incluso en un ambiente seguro. Así en el domicilio serán frecuentes las caídas por suelos irregulares, inadecuada iluminación, ausencia de pasamanos en escaleras, muebles situados a una altura incorrecta, suelos resbaladizos, lavavos o retretes muy próximos o demasiado bajos, ausencia de barras en duchas, camas altas y estrechas, cables sueltos, objetos en el suelo, mesas cambiantes, etc. (Lampré, 1997). Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses - DRIP En cuanto a las condiciones de la vivienda, la mayoría de los adultos mayores habitan solos y en casas que con frecuencia no ofrecen las condiciones necesarias para el bienestar, constituyéndose la organización de la vivienda en un problema importante para el movimiento y el desplazamiento (por ejemplo, dificultad para subir o bajar escaleras) generando más peligros, y en algunos casos dificultando la convivencia y la valía por sí misma. 265 En la calle, se pueden encontrar aceras estrechas, con desniveles y obstáculos, pavimento defectuoso, semáforos de breve duración, bancos de los jardines y plazas de altura no idónea, charcos, etc. Por último, en los medios de transporte se evidencian escalones o escalerillas inadecuadas en autobuses, movimientos bruscos del vehículo, tiempos cortos para entrar o salir del trasporte. (Lampré, 1997). El 90% de los ancianos tienen caídas con relación a los equipamientos, como son las sillas de ruedas y camas; y más del 80% al sentarse o trasladarse (Grupo de Trabajo de caídas de la sociedad de Geriatría y Gerontología, 1997). Los accidentes fatales en adultos mayores, en especial las caídas, se han convertido en otro importante problema de salud pública por sus altas tasas de mortalidad y morbilidad, que exige atención y medidas preventivas en el campo de la salud, teniendo en cuenta que la concepción de salud no incluye exclusivamente a la salud física, sino que tiene una estrecha relación con la salud pública mental. Envejecer también es un fenómeno social; las normas sociales señalan cuales son las pautas de conducta de un anciano como el retiro laboral, los cambios en su familia nuclear por alejamiento de los hijos y posible muerte del cónyuge, la dependencia de los otros para la satisfacción de muchas necesidades, etc. (Ardila y Rosselli, 1987). Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses - DRIP Las personas adultas mayores presentan la necesidad de afiliación, una de las más importantes para el ser humano; la felicidad es en gran parte el producto de las relaciones con los demás. Si la vida de relación se deteriora, es de esperar sentimientos de soledad e incertidumbre. Todo individuo normal necesita mantener un mínimo de intercambio con su ambiente social. No hay duda que hay personas que aceptan el retiro como una liberación de las exigencias sociales. Por otra parte, hay otras que rehúsan tenazmente tal situación, dado que el retiro constituye para ellas una admisión de derrota, de dejar de ser, de cesar en sus funciones como miembro útil del cuerpo social (Espinosa, 2001). 266 Otros factores de orden sociocultural afectan al adulto mayor, tales como cambios en la relación laboral, la pérdida de status (carencia de una actividad laboral o productiva y pérdida o negativa a ejercer la función de crianza y socialización con los nietos); la pobreza afecta especialmente a los estratos urbanos bajos y medios, abandono familiar, internamiento en centros asistenciales, la soledad que afecta especialmente a los ancianos solteros, separados, viudos o emigrantes sin familia, la aflicción ante las pérdidas que se dan con frecuencia en esta etapa de la vida: el nido vacío, la muerte del cónyuge; el temor a la enfermedad y la evidencia del deterioro normal en la salud, que se une al temor a la muerte o a ser una carga económica para la familia y la desconexión con el medio comunitario, debido al encierro obligatorio por enfermedad real, a la carencia de recursos para realizar sus actividades o al proteccionismo de la familia y la sociedad (Echeverri, 1994; Phares, 1996). Por todos los argumentos presentados se propuso establecer las principales características epidemiológicas y los posibles factores relacionados con las muertes accidentales ocurridas en adultos mayores, durante el año 2004, en la ciudad y cuya necropsia médicolegal se realizó en la Regional Bogotá del Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses. Resultados En el 2004 se presentaron 51 casos de muertes accidentales ocurridas en adultos mayores, con edades entre 60 y 93 años, cuya edad promedio fue de 73 años (DE=9), siendo la más frecuente la de 64 años. El mayor número de muertes accidentales se presentó en el grupo de los hombres correspondiendo al 73% de todos los casos (37) (véase figura 1). Figura 1. Muertes accidentales según sexo Bogotá, 2004 Sigue siendo claro que las caídas fueron la causa más frecuente de muerte en los hombres (87%). Los grupos de edad más afectados (26%) tenian entre 60 a 64 años y 80 a 93 años (véase figura 2). Figura 2. Muertes accidentales según grupo de edad y sexo Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses - DRIP Bogotá, 2004 267 Del 82% de los casos de los que se obtuvo información, al momento de la muerte el 27,5% tenía como ocupación el hogar y un 15,7% eran pensionados. Las localidades de la capital donde más se presentaron muertes accidentales fueron Kennedy (11,8%), Bosa (9,8%) y Rafael Uribe (9,8%), siendo a su vez las que presentan alta densidad poblacional en la ciudad (véase figura 3). Figura 3. Muertes accidentales según localidad Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses - DRIP Bogotá, 2004 268 Las localidades de la capital donde más se presentaron muertes accidentales fueron Kennedy (11,8%), Bosa (9,8%) y Rafael Uribe (9,8%), siendo a su vez las que presentan alta densidad poblacional en la ciudad. Sólo se presentaron casos en hombres en las localidades de Bosa (5 casos), Santafé (2 casos), Barrios Unidos (2 casos), Puente Aranda (2 casos), Chapinero (2 casos) y Usaquén (1 caso), y el mayor número de casos en mujeres se presentaron en Suba y Mártires. El mes de abril ocurrieron mayor frecuencia de accidentes en (17,6%); sin embargo, no fue posible establecer si se relacionan con algún evento en especial. Le siguen los meses de marzo y agosto (9,8%). En Junio (3,9%), se presentaron menos lesiones accidentales fatales en adultos mayores, coincidiendo con la época de vacaciones escolares (véase figura 4). Figura 4. Distribución mensual de muertes accidentales Bogotá, 2004 Los días de la semana con más casos fueron los martes (24%) y sábados (20%), correspondiendo éste último con actividades de fin de semana tales como recibir visitas y salir de compras, entre otras. El rango de hora con accidentes fatales en adultos mayores (37%) fue de las 12 m a las 5 pm. Contrario a esto, la menor cantidad de lesiones fatales (8%) ocurrió en la horas de la mañana, entre las 6 am y las 11 am (véase figura 5). Figura 5. Ocurrencia de muertes accidentales según rango de hora Bogotá, 2004 Para todas las causas de muerte analizadas, los hombres fueron las principales víctimas. En las mujeres no se registraron muertes debidas a electrocución, asfixia y quemaduras. El 84,3% de adultos mayores fallecieron por caídas y el resto debido a quemaduras, electrocución, asfixia y otras causas (véase figura 6). Figura 6. Muertes accidentales según causa El 71% de los casos ocurrió en la vivienda (36), situación que se presenta tanto en hombres como en mujeres, constituyéndose en el lugar de más alto riesgo para el adulto mayor. Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses - DRIP Bogotá, 2004 269 Características topográficas de la escena Revisada la información contenida en las actas de diligencia de inspección técnica a cadáver, se estudiaron 34 casos (67%), en los cuales se pudo establecer de manera general, los siguientes factores relacionados con la muerte accidental (véase cuadro 1). Cuadro 1. Factores topográficos de la vivienda, relacionados con las muertes accidentales Bogotá, 2004 Diagnóstico topográfico de las lesiones fatales Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses - DRIP De los 34 casos analizados se encontró un 58,8% (20 casos) cuyo diagnóstico topográfico de la lesión fue Trauma cráneo encefálico (TCE) y de éstos 20% fue severo. El segundo diagnóstico topográfico fue el Politraumatismo, con el 11,7%(4 casos) que incluyen: fractura de primera vértebra cervical en 2 casos, Trauma cerrado de abdomen en 1 caso y Fractura de reja costal en otro caso. 270 Se encontraron dos casos (5,9%) con diagnóstico topográfico de “Quemadura de más del 50% de la superficie corporal”, de ellos uno por Electrocución y el otro por Quemadura con parafina al incendiarse el lugar de la vivienda; igualmente otros dos casos por Hipoxia mecánica (5,9%) debidos a atragantamiento (2,9%) y a caída de alud de tierra (2,9%). El resto (17,6%) de los diagnósticos topográficos encontrados, corresponden a otros traumas así: 3 casos de Trauma en miembros inferiores y Colapso vascular, un caso con Trauma cerrado de abdomen, un caso con Fractura de reja costal, y un caso de Tromboembolismo pulmonar secundario al trauma. En cuanto a las causas intrínsecas relacionadas con los diagnósticos topográficos se pueden destacar: • Dificultades visuales: 4 casos (11,8%), “no veían bien, usaba gafas, no las usaba en el momento del accidente” • Dificultades de equilibrio: 2 casos (5,9%) • • • • Dificultades respiratorias: 2 casos, (5,9%) adultos mayores oxigenodependientes. Dificultades en la movilidad: 6 casos (17,6%) con: “atrofia muscular, hemiplejía, antecedentes de infartos cerebrales y/o uso de soporte tipo bastón”. Disminución del tiempo de reacción: 6 casos (17,6%) relacionado con “antecedentes de alcoholismo e ingesta de bebidas alcohólicas el día del accidente”. Disminución del tiempo de reacción: 6 casos (17,6%) relacionado con el consumo de medicamentos, sobre todo antihipertensivos y antidepresivos. Dificultades relacionadas con problemas auditivos y sensoriales: 3 casos (8,8%). Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses - DRIP • 271 Muertes accidentales Colombia 2005 JORGE OSWALDO GONZÁLEZ ORTIZ Psicólogo Epidemiólogo. Especialista en Investigación Criminal División de Referencia de Información Pericial - DRIP Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses - INML y CF. Coordinador Comité Interinstitucional para el Estudio de la Conducta Suicida - CIECS Análisis Estadístico HÉCTOR WILSON HERNÁNDEZ CARDOZO Estadístico, Especialista en Sistemas de Información Geográfica División de Referencia de Información Pericial - DRIP Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses - INML y CF. E n el año 2005, el Sistema Medico Legal Colombiano registró 3.159 casos, 39 (1,3%) más que en 2004, para un promedio mensual de 263 muertes, 9 casos al día. Las cifras que se presentan, a diferencia del año anterior, corresponden tanto a la totalidad de las estadísticas recolectadas por funcionarios del Instituto (estadísticas directas) como por otros peritos forenses (estadísticas indirectas) (véase figura 7). Figura 7. Muertes accidentales Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses - DRIP Colombia, 2000-2005 272 Aunque la tasa de muerte accidental se ha mantenido constante durante los últimos tres años, sigue siendo la única muerte violenta, que a diferencia de las demás, en valores absolutos se ha incrementado (véase figura 8). Figura 8. Tasa de muerte accidental Colombia, 2000-2005 Cuadro 2. Años de vida potencialmente perdidos por edad y sexo Colombia, 2005 Se perdieron 88.201 años de vida potenciales debido a estas muertes accidentales, de las cuales cerca de dos terceras partes correspondieron a hombres. Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses - DRIP Se perdieron 88.201 años de vida potenciales debido a estas muertes accidentales, de las cuales cerca de dos terceras partes correspondieron a hombres (véase cuadro 2). 273 Aunque sólo en 2.595 casos se pudo establecer el mes, octubre reportó el mayor número de casos, y en agosto la menor frecuencia (véase figura 9). Figura 9. Muertes accidentales según mes del hecho Colombia, 2005 Como se puede apreciar en comienzo y en fin de semana se incrementan las muertes accidentales, posiblemente relacionadas con las actividades propias de esos días (véase figura 10). Figura 10. Muertes accidentales según día de la semana Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses - DRIP Colombia, 2005 274 De manera similar al 2004, la mayoría de casos (27%) ocurrieron entre el medio día y las cinco de la tarde. Este tiempo concuerda con el desplazamiento de estudiantes, realización de diligencias personales, visitas a parientes y amigos, salida a parques u otras actividades recreativas (véase figura 11). Figura 11. Muertes accidentales según hora del hecho Colombia, 2005 No se encontró asociación entre el día y la hora, es decir que el evento puede suceder cualquier día y a cualquier hora. El 81% de las personas que fallecieron por muerte accidental, eran hombres, manteniéndose la razón hombre: mujer, en 4:1, es decir, que por cada mujer que falleció, lo hicieron cuatro hombres. El 81% de las personas que fallecieron por muerte accidental, eran hombres, manteniéndose la razón hombre : mujer, en 4:1, es decir, que por cada mujer que falleció, lo hicieron cuatro hombres (véase figura 12). Figura 12. Muerte accidental según sexo La edad promedio de los hombres fue de 37,2 años (DE=22,7), un año mayor que en el 2004, y la de las mujeres de 35,6 (DE=31,3), incrementándose 7 años respecto del año anterior. Este es un evento que se presenta definitivamente en hombres, posiblemente relacionado con los roles y patrones asignados culturalmente. Definitivamente ser muy joven ó muy viejo, es un posible factor de riesgo que influye en la muerte accidental (véase figura 13). Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses - DRIP Colombia, 2005 275 Figura 13. Muerte accidental según edad y sexo Colombia, 2005 Las tasas más altas de muerte accidental, se presentaron tanto en hombres como en mujeres, adultos mayores de 70 años, siendo la de hombres 5 veces mayor que la tasa nacional. Lo anterior no sólo se corrobora con lo observado en los casos, sino que al analizar la tasa se observa alta relación entre ésta y el proceso de envejecimiento (véase figura 14). Figura 14. Tasa de muerte accidental por edad y sexo Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses - DRIP Colombia, 2005 276 De igual manera, continúa predominando la muerte accidental entre personas solteras, hecho que seguramente está relacionado con sus condiciones de vida (véase figura 15). Figura 15. Muerte accidental según estado civil Colombia, 2005 Continúa predominando la muerte accidental entre personas solteras, hecho que seguramente está relacionado con sus condiciones de vida. Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses - DRIP A pesar que en el 51% de los casos se desconoce la actividad que realizaba la persona al momento de fallecer, del resto se puede mencionar que predominaron las muertes mientras la víctima realizaba una actividad remunerada (13,7%) y en tiempo libre (13,3%), lo cual invita a reflexionar acerca de si se están cumpliendo las normas de seguridad industrial y si la comunidad está suficientemente informada y protegida de los riesgos que se generan en actividades recreativas (véase figura 16). 277 Figura 16. Muerte accidental según actividad de la persona fallecida Colombia, 2005 Las caídas continuaron siendo la primera causa de muerte accidental, tanto en hombres como en mujeres, en parte debido a la falta de barreras de protección en sitios altos (véase figura 17), le sigue la sumersión y las armas contudentes, el cuarto lugar corresponde a caída de su propia altura. Figura 17. Muertes accidental según mecanismo causal y sexo Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses - DRIP Colombia, 2005 278 Dado que la mayoría de muertes ocurrieron por caídas (20,5%), generalmente en éstas se produjeron traumas múltiples y severos (véase figura 18). Figura 18. Muerte accidental según diagnóstico topográfico Colombia, 2005 Nuevamente, muchos de estos casos sucedieron en la vivienda, siendo éste lugar, foco de múltiples riesgos (véase figura 19). Figura 19. Muerte accidental según escenario del hecho Se encontró diferencia estadísticamente significativa (IC**=1,3-1,5) entre las muertes que ocurren en zona urbana (58%) versus las que ocurrieron en zona rural (28%). En el resto de casos no se pudo obtener ésta información (véase figura 20). Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses - DRIP Colombia, 2005 ** IC= Intervalo de Confianza 279 Figura 20. Muerte accidental según zona del hecho Colombia, 2005 Los departamentos donde se presentaron las mayores tasas de muerte accidental fueron Guaviare, Boyacá, Santander, Meta, Tolima, Cundinamarca y San Andrés y Providencia, con gran riqueza fluvial o afluencia de turistas (véase cuadro 3). Cuadro 3. Tasa de necropsia por muerte accidental, según departamento Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses - DRIP Colombia, 2005 280 Las mayores tasas de muerte accidental se presentaron en los municipios de Barbosa, Antioquia, (120 casos por cada 100.000 habitantes) Tena, Cundinamarca (107 casos por cada 100.000 habitantes) y Puerto Nare, Antioquia (106 casos por cada 100.000 habitantes). En los siguientes municipios no fue posible calcular la tasa poblacional, por no disponerse de las proyecciones de población: Puerto Velero (Atlántico), Algarrobo y Zona Bananera (Magdalena), Nariño (Nariño), Coveñas y el Roble (Sucre), Guane ( Tolima) (véase cuadro 4). Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses - DRIP Cuadro 4. Tasa de necropsia por muerte accidental, según municipio del hecho Colombia, 2005 281 Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses - DRIP Cuadro 4. Tasa de necropsia por muerte accidental, según municipio del hecho Colombia, 2005 282 Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses - DRIP Cuadro 4. Tasa de necropsia por muerte accidental, según municipio del hecho Colombia, 2005 283 Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses - DRIP Cuadro 4. Tasa de necropsia por muerte accidental, según municipio del hecho Colombia, 2005 284 Lesiones accidentales Colombia 2005 JORGE OSWALDO GONZÁLEZ ORTIZ Psicólogo Epidemiólogo Especialista en Investigación Criminal División de Referencia de Información Pericial - DRIP Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses - INML y CF Coordinador Comité Interinstitucional para el Estudio de la Conducta Suicida - CIECS E Análisis Estadístico HÉCTOR WILSON HERNÁNDEZ CARDOZO Estadístico, Especialista en Sistemas de Información Geográfica División de Referencia de Información Pericial - DRIP Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses - INML y CF n Colombia se realizaron 5.729 reconocimientos medicolegales por lesiones accidentales, 94,6% realizadas por peritos del Instituto (estadísticas directas) y el resto por otros peritos forenses; se presentaron 2.386 casos más que en el 2004, para un incremento del 71,4% (véase figura 21). Figura 21. Tendencia de lesiones accidentales Igualmente, la tasa de lesiones accidentales se incrementó en 5 puntos llegando a 12 casos por cada 100.000 habitantes. En promedio, se atendieron 451 casos mensuales de lesiones accidentales no fatales, habiéndose superado este promedio en los meses de abril, mayo, julio y septiembre (véase figura 22). Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses - DRIP Colombia, 1998-2005 285 Figura 22. Lesiones accidentales según mes del hecho Colombia, 2005 En 2005 se perdieron 6.563 años de vida saludables - AVISA. En 2005 se perdieron 6.563 años de vida saludables - AVISA, 15,8% aportado por el grupo de 25 a 29 años de edad seguido de los de 21 a 24 y 30 a 34 años (figura 23). Figura 23. Años de vida saludables perdidos por lesiones accidentales Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses - DRIP Colombia, 2005 286 El número de lesiones accidentales se incrementó a medida que se acercaba el fin de semana, lo cual amerita que se estudien los factores y condiciones relacionados con este hecho (véase figura 24). Figura 24. Lesiones accidentales según día de la semana Colombia, 2005 En el 2005 se presentaron más casos hacia el final de la noche, lo que podría relacionarse con condiciones medio ambientales, de poca luz y cansancio físico y mental de las personas lesionadas (véase figura 25). Figura 25. Lesiones accidentales según hora del hecho Nuevamente son los hombres los más lesionados accidentalmente, condición que bien puede ser explicada por patrones culturales y otrosque deben ser explorados y documentados (véase figura 26). Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses - DRIP Colombia, 2005 287 Figura 26. Lesiones accidentales según sexo Colombia, 2005 Las lesiones accidentales ocurren con más frecuencia en adultos entre 25 y 29 años muy probablemente debido al tipo de actividad que realiza y a sus condiciones laborales (véanse figuras 27 y 28). Figura 27. Lesiones accidentales según edad y sexo Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses - DRIP Colombia, 2005 288 Figura 28. Tasa de lesiones accidentales según edad y sexo Colombia, 2005 De un 45,9% de casos en los que se pudo obtener información acerca de la actividad se encontró que éstas ocurren principalmente durante la realización de actividades de tiempo libre (véase figura 29). Figura 29. Lesiones accidentales según actividad de la víctima Igualmente, se requiere un análisis más detallado, tanto de los factores propios, como de las viviendas, escenarios en los ocurren con mayor frecuencia estos accidentes (véase figura 30). Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses - DRIP Colombia, 2005 289 Figura 30. Lesiones accidentales según escenario del hecho Colombia, 2005 De manera similar a las muertes accidentales, priman las lesiones por mecanismo contundente (Ejemplo: golpes con objetos romos). Se desconoce si estas lesiones accidentales, que no fueron fatales, dejaron secuelas o discapacidades (véase figura 31). Figura 31. Lesiones accidentales según mecanismo del hecho Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses - DRIP Colombia, 2005 290 El trauma de extremidades fue el diagnóstico topográfico que prevaleció, siendo ésta parte del cuerpo mas vulnerable a este tipo de lesión (véase figura 32). Figura 32. Lesiones accidentales según diagnóstico topográfico Colombia, 2005 En cuanto al estado civil, cerca de la mitad de los casos (46%) eran solteros, lo que podría relacionarse con su estilo de vida más dado a las actividades recreativas y de descanso; sin embargo, aproximadamente una cuarta parte (26%) conviven en unión libre; se desconocen los factores que pudieran estar relacionados con esta condición lo cual podría estudiarse de manera más detallada en una próxima investigación (véase figura 33). Figura 33. Lesiones accidentales según estado civil Colombia, 2005 En cuanto al estado civil, cerca de la mitad de los casos (46%) eran solteros, lo que podría relacionarse con su estilo de vida más dado a las actividades recreativas y de descanso... Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses - DRIP Por otra parte no se pudo obtener información acerca de las razones o motivos relacionados con las lesiones ocurridas. 291 La mayor tasa de lesiones accidentales se presentó en Bogotá, seguida por los departamentos de Amazonas, Boyacá y San Andrés y Providencia. A pesar que el año anterior se mencionó que se ubican en los primeros lugares, pareciera que los factores relacionados con su ocurrencia se mantienen en estos lugares (Véase cuadro 5). Cuadro 5. Tasa de lesiones accidentales por departamento Colombia, 2005 Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses - DRIP Las mayores tasas las presentaron los municipios de La Cumbre (Valle) y Páramo (Santander), situación que deberá ser posteriormente analizada (véase cuadro 6). 292 Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses - DRIP Cuadro 6. Tasa de lesiones accidentales según municipio de ocurrencia del hecho. Colombia, 2005 293 Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses - DRIP Cuadro 6. Tasa de lesiones accidentales según municipio de ocurrencia del hecho. Colombia, 2005 294 Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses - DRIP Cuadro 6. Tasa de lesiones accidentales según municipio de ocurrencia del hecho. Colombia, 2005 295 Conclusiones Aunque accidente se considera como algo que sucede por el “azar” o el “destino”, está directamente relacionado con situaciones producto de acciones o acontecimientos específicos, tal como lo definió Peniche y Ruiz (1985). Es de suma importancia identificar e intervenir, como lo propone la Psicología de la Salud, sobre los factores de riesgo internos o externos, que afectan al adulto mayor e influyen determinantemente en la ocurrencia de las muertes accidentales, lo cual permitiría minimizar la ocurrencia de las mismas, no sólo en esta población, sino en todas las expuestas a sufrir en cualquier momento un accidente, daños o el efecto negativo de hechos fortuitos e impredecibles, ya sean estos de índole natural o por fallas humanas (Fonnegra, 1999). Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses - DRIP El hombre adulto mayor, no quiere convertirse en un estorbo para sus familiares ante lo cual responde con excesiva confianza en sí mismo; en donde limita su atención y concentración, y se resiste a aceptar las normas de seguridad (Linaza, 1979). 296 En la ciudad, las muertes accidentales de adultos mayores, presentaron las siguientes características: 73% son hombres, el 50% de todos los casos se encuentran entre los 60 y 70 años de edad, pasan la mayor parte del tiempo en el lugar de residencia, fallecen en su mayoría por caídas, se accidentan más entre el medio día y las cinco de la tarde; la mayor frecuencia de casos ocurre en fines de semana, en los meses de abril, agosto y octubre y se presentan más casos en las localidades de Kennedy, Bosa y Rafael Uribe, de la ciudad de Bogotá. En este punto, vale la pena preguntarse acerca de los diferentes procesos a nivel intrínseco y extrínseco que intervienen en el adulto mayor e incrementan la probabilidad de sufrir este evento. Una aproximación válida al hecho de que sean los hombres quienes mueren con mayor frecuencia, puede ser el rol asignado desde la cultura, el cual es más instrumental, factor al que se adiciona el hecho de no aceptar las limitaciones físicas que con el tiempo se presentan por la misma pérdida de habilidades como lo enuncia Begston (1973, citado por Belsky, 2001), quien ha encontrado que existen actitudes negativas frente al envejecimiento, al rol social que desempeña, observándose de forma negativa en el concepto de sí mismo, lo cual conlleva a un problema de identidad donde se mantiene en un concepto irreal de lo que cree y puede hacer respecto a sus propias habilidades, también llamado Síndrome de Derrumbamiento Social. El hombre adulto mayor, no quiere convertirse en un estorbo para sus familiares ante lo cual responde con excesiva confianza en sí mismo; en donde limita su atención y concentración, y se resiste a aceptar las normas de seguridad (Linaza, 1979). En el caso de las mujeres posiblemente interviene el tipo de actividad que realizan, donde la mayoría de sus labores están relacionadas con oficios del hogar; pero también están las condiciones ambientales, como el diseño de la vivienda, donde en la mayoría de casos habitan solas y en casas que con frecuencia no ofrecen las condiciones nece- sarias para el bienestar del adulto mayor, por ejemplo, tener que subir o bajar escaleras. En el 33% de los casos hubo relación directa directa o indirecta con escaleras y en el 45% de éstos casos, las viviendas no tenían barandas ni pasamanos. Así mismo, las edificaciones de varios pisos no presentaban las mínimas condiciones de protección, careciendo de muros perimetrales. El concepto del empirismo aplicado al diseño, redistribución o ampliación de los espacios destinados para viviendas no se ha proyectado pensando en ser habitadas o visitada por adultos mayores. Adicionalmente, las viviendas en estado de construcción o remodelación, incrementan el riesgo de accidente porque allí se encuentran escombros, cajas, canecas, entre otros, los cuales se convierten en obstáculos para el adulto mayor. Los “trabajos caseros” relacionados con pintura de muros, uso de andamios artesanales, arreglo de tejas, trabajos en lugares altos o arreglos eléctricos, entre otros, generalmente son encargados al adulto mayor o éste lo asume, para sentirse útil, constituyéndose en otro factor que incrementa los riesgos. Es necesario tener en cuenta que el cuidado de la familia o allegados hacia el adulto mayor debe aumentar proporcionalmente en la medida en que se incremente la edad, ya que en la totalidad de los casos estudiados los adultos mayores se encontraban solos. Este riesgo se ve potencializado cuando dicha persona se encuentra con quebrantos de salud. La gran frecuencia de muertes accidentales por caídas no sólo se asocian a problemas físicos ó psicológicos, sino también sociales; el adulto mayor cada vez más está aislado de su vida normal, por lo cual lo predispone a sufrir cualquier accidente, y si no cuenta con una buena estimulación y preparación para su vida adulta va a ir perdiendo con mayor facilidad ciertas habilidades necesarias para desempeñarse competentemente en su medio. La familia y la sociedad son un factor protector para el adulto mayor, proporcionando las condiciones necesarias para vivir una vejez feliz. En las localidades en las que se presenta el mayor índice de muertes accidentales, cabría revisar si se cuentan con los recursos necesarios para lograr ofrecer un lugar más seguro. El adulto mayor cada vez más está aislado de su vida normal, por lo cual lo predispone a sufrir cualquier accidente, y si no cuenta con una buena estimulación y preparación para su vida adulta va a ir perdiendo con mayor facilidad ciertas habilidades necesarias para desempeñarse competentemente en su medio. La familia y la sociedad son un factor protector para el adulto mayor, proporcionando las condiciones necesarias para vivir una vejez feliz. Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses - DRIP No existen espacios destinados para vivienda de adultos mayores, diseñados específicamente para su desenvolvimiento cotidiano en condiciones seguras. Que permitan un desplazamiento libre de obstáculos y desniveles entre las superficies del piso. Este debe encontrarse a un mismo nivel y ausente de escalones o en su defecto dotados de rampas que permitan un óptimo desplazamiento; además, los pisos deben ser antideslizantes y permanecer sin residuos de elementos que contribuyan a generar pérdida de equilibrio; igualmente áreas dotadas de suficiente luz tanto artificial como natural. 297 Como lo menciona Tideiksaar (2004) hay obstáculos y características de diseño del entorno asociadas a las caídas como son la altura inapropiada de la cama, ya sea por ser demasiado bajas o demasiado altas para levantarse y acostarse sin riesgo, el sentarse o levantarse de sillas bajas, inestables y sin brazos o de inodoros bajos sin un asidero; caminar por zonas mal iluminadas y tropezar con objetos bajos o elementos usados para cubrir el suelo, como una baldosa suelta o desnivelada. Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses - DRIP Por otra parte, es necesario revisar el diseño y otros aspectos de las vías públicas, pues como lo plantea Lampre (1977), en la calle se pueden factores facilitadores de caídas, aceras estrechas, con desniveles y obstáculos, pavimento defectuoso, semáforos de breve duración, bancos de los jardines y plazas de altura no idónea, charcos, etc. 298 Una de las hipótesis propuestas consiste en la soledad durante amplios periodos de tiempo, por lo cual realiza actividades que se convierten, por su edad, en riesgo potencial para su salud y su vida; de la misma manera, cuando se tiene alguna limitación física o mental, o requiere cuidado especial y no se disponga de la atención requerida. Por otra parte, el consumo de alcohol aumenta los comportamientos torpes y limitados haciéndolo más vulnerable a tener lesiones accidentales; a este factor se suman los espacios donde habita el adulto mayor, ambientes que no ofrecen las condiciones necesarias para su bienestar, ambientes inadecuados que se convierten en obstáculos mortales para su desplazamiento, o para subir y bajar escaleras (como en las casas en que adornan las escaleras con materas u otros elementos). Tales obstáculos pueden ser : la existencia de suelos irregulares, inadecuada iluminación, ausencia de pasamanos en escaleras y baños, muebles situados a demasiada o baja altura, pisos resbaladizos, lavados o retretes muy próximos o demasiado bajos, ausencia de asientos y barras en duchas, camas altas y estrechas, cables sueltos y objetos en el suelo, mesas cambiantes, entre otros (Grupo de Trabajo de caídas de la sociedad de Geriatría y Gerontología, 1997). Por otra parte, es necesario revisar el diseño y otros aspectos de las vías públicas, pues como lo plantea Lampre (1977), en la calle se pueden factores facilitadores de caídas, aceras estrechas, con desniveles y obstáculos, pavimento defectuoso, semáforos de breve duración, bancos de los jardines y plazas de altura no idónea, charcos, etc. Por último, en los medios de transporte se encuentran escalones o escalerillas inadecuadas en autobuses, movimientos bruscos del vehículo, tiempos cortos para entrar o salir del transporte y la falta de educación ciudadana para dar preferencia al ingreso o salida del adulto mayor, de terminales o de transporte público, obligando a realizar conductas defensivas. ¿Los lugares, las casas, las calles están construidas para brindar beneficios a las poblaciones más vulnerables?, ¿ó las comodidades son para unos pocos? ¿será necesario construir ciudades para adultos mayores? ¿somos concientes que el envejecimiento de la población es un hecho demográfico? ¿queremos negar conciente o inconcientemente la vejez como una realidad que tarde o temprano llegará?. Según Papalia (1987) la comunidad debe hacer una planeación social que permita que las personas mayores permanezcan en una sociedad más segura y cordial. Recomendaciones Son muchas las recomendaciones que podrían surgir de la presente revisión, entre ellas la realizada por la doctora Tinetti, “las personas de mas de 70 años deberían ser entrevistadas frente al riesgo de sufrir un accidente (en especial una caída)”; en el caso de las personas sin historia de accidentes se recomienda implementar un programa de ejercicios para el refuerzo muscular y un entrenamiento en equilibrio; pero si la persona ha presentado más de dos caídas (u otro tipo de accidente) se deben evaluar los factores asociados. Esto permitirá identificar con claridad el tipo de prevención a realizar (Iladiba, 2004). Igualmente es importante recalcar sobre la promoción de hábitos saludables como alimentarse bien, realizar actividades físicas y acudir a un control médico periódico. Se requiere preparar al adulto mayor para asumir los cambios normales dados en el proceso de envejecimiento, empleando diversas estrategias informativas y educativas. Así mismo educar a ingenieros, arquitectos, diseñadores industriales y otros profesionales acerca de la necesidad del acondicionamiento de las viviendas y adecuación de las calles y lugares públicos para brindar mayor bienestar al adulto mayor. Se debe alertar a familiares y cuidadores sobre las condiciones ambientales de los hogares, lugar que como lo muestra el estudio, es donde más ocurren las muertes accidentales, recomendando tomar las precauciones necesarias para su bienestar como colocar barandas en las escaleras, despejar escalones retirando materas u otros adornos que interfieran con el paso de las personas, mantener la vivienda bien iluminada, tener pisos nivelados sin defectos que puedan ocasionar tropezones o caídas, no dejar cosas en el piso, mantener los baños limpios, evitando superficies resbalosas, tener barandas, tanto para la ducha como para el sanitario y en caso de tener tapetes que estos estén Las personas de mas de 70 años deberían ser entrevistadas frente al riesgo de sufrir un accidente (en especial una caída). Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses - DRIP El acercamiento a esta realidad es una oportunidad para orientar las acciones que permitan mejorar la calidad de vida de las personas. El trabajo que se realiza desde el campo de la salud mental, y en desde disciplinas como la Psicología y la Psiquiatría, se debe centrar, entre otras, en capacitar a los mediadores de las redes socio–sanitarias de la comunidad para desempeñar funciones de promoción de la salud mental y de prevención de la enfermedad; analizar la problemática de las personas con conductas de riesgo, elaborando estrategias encaminadas a aumentar el contacto con ellas y valorando la adecuación de la oferta real de tratamiento a dicha problemática; así mismo en incrementar el nivel de conocimientos de las personas en situación de riesgo en la comunidad sobre la enfermedad o sobre los factores de riesgo para la salud; en fomentar y promover los hábitos saludables en la población general y una mayor accesibilidad a los instrumentos preventivos y en dar a conocer diversos recursos humanos y materiales para la prevención y promoción de la salud mental del adulto mayor (Colegio Oficial de Psicología de España, 1998). 299 fijos y no sean resbalosos. Además, se deben tener más precauciones cuando el adulto tenga alguna discapacidad que le impida desplazarse con facilidad, por ejemplo la enfermedad de Parkinson o de Huntington o una lesión física que traiga consigo alteraciones psicomotrices y requiera más cuidados. Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses - DRIP Es así como resulta importante diseñar y aplicar programas para la preparación de la vejez, a partir de los cambios que se dan, aprender a conservar la fuerza y recursos, y adaptarse de la mejor forma a los cambios y pérdidas que ocurren como parte de la experiencia del envejecimiento. 300 Es así como resulta importante diseñar y aplicar programas para la preparación de la vejez, a partir de los cambios que se dan, aprender a conservar la fuerza y recursos, y adaptarse de la mejor forma a los cambios y pérdidas que ocurren como parte de la experiencia del envejecimiento. En caso de tener que dejar solos a los adultos mayores, es preferible dejarles todo lo que necesiten a su alcance, de esta manera se evita que tengan que desplazarse, sobre todo en las noches, y puedan sufrir accidentes; igualmente dejar luces prendidas en la casa si es de noche, por si necesitan ponerse de pie, dejar el teléfono (preferiblemente inalámbrico) a su alcance para facilitar la comunicación si se llega a presentar alguna emergencia. Un aspecto importante es que el adulto mayor cuente con vínculos afectivos fuertes que le permitan experimentar apoyo emocional, de lo contrario tenderá a retraerse y aislarse de las actividades, lo que hará tirante las relaciones interpersonales generando una convivencia hostil, viéndose afectadas diferentes áreas, entre ellas la afectiva, laboral y por ende económica, limitándose así sus necesidades básicas. • • • • • • • • • • • • • • • • ACIPCO Internacional. Conversión de unidades. Recuperado el 27 de abril de 2006. 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División de Referencia de Información Pericial - DRIP Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses - INML y CF “… El estatuto del otro, a quien se busca respetar, considerar o tolerar, como se dice ahora, no sería más que la nominación del Otro como una identidad diferente a la mía convirtiéndose a veces esta diferencia en un infeliz estigma … entonces, sería la excepción del otro y no su diferencia... de esta manera se forma la excepcionalidad, lo trascendente que es externo a mi. Si la exterioridad se forja en la cohabitación y la acción de los sujetos, la muerte, la destrucción y la paz, entre otros, son también figuras de la alteridad …” Emmanuel Levinas1, 1997 Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses - DRIP Según el Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses, durante 2005 se presentaron 114.323 casos de violencia interpersonal distribuidos en clasificación etiológica según variables agrupadas de tiempo, lugar, persona y circunstancia. En la segunda parte de este capítulo se describen y analizan las cifras de las lesiones personales o de violencia interpersonal, como también se conoce. Uno de los aspectos que más llama la atención de las cifras, además de indicarnos el comportamiento de un evento o fenómeno durante un período de tiempo determinado2, es observar su capacidad predictiva. Es decir, si con los datos estadísticos que contamos podemos predecir el comportamiento futuro del fenómeno analizado. Todo parece indicar que sí, siempre y cuando, además de los datos, tengamos acceso a información empírica y a un cuerpo teórico que soporte el análisis de los mismos y contemos con instrumentos robustos que permitan medir, entre otros, los factores asociados al comportamiento del evento. 1. 2. 302 El planteamiento Levinasiano, tiente un fuerte componente de análisis de la violencia por la palabra, la verdad y la alteridad; en eso se encuentran con Derridá y la violencia, en cuanto a símbolos, significados y mensajes. Por ejemplo, la tasa nacional de violencia interpersonal en Colombia pasó de 112,109 en 2001 a 114,323 en 2005, siendo la más alta en años recientes. Para ser más explícitos, el riesgo para que ocurran hechos violentos3 como el homicidio o las riñas, estará estrechamente asociado a los factores que los generan. Visto así, todos podemos ser víctimas de homicidio o agresión en un momento dado, si nos exponemos a los riesgos que pueden desencadenar el hecho violento. Es una relación directa. Entonces, si podemos predecir con cierto éxito el comportamiento futuro del homicidio4, resulta probable que sus factores de riesgo también sean predecibles en el tiempo. De lo expuesto surgen algunos interrogant es: ¿Es posible predecir y prevenir hechos violentos como la violencia interpersonal si conocemos los factores de riesgo que la producen? ¿Contamos con información suficiente y con instrumentos predictivos adecuados para evaluar el riesgo de violencia entre las personas como hecho individual y social? En el presente artículo se intenta responder a estas preguntas y tiene como finalidad ulterior examinar dos instrumentos desarrollados para la predicción y evaluación del riesgo de violencia. Estos son: la revisión meta analítica y el análisis actuarial. Finalmente, se muestran algunos de los factores de riesgo identificados a partir de la información estadística que producen los sistemas judicial y forense, almacenada en las bases de datos de las instituciones5 que tienen como misión apoyar técnica y científicamente a la justicia colombiana. El tema planteado sugiere consideraciones conceptuales preliminares sobre la violencia interpersonal y sus factores de riesgo desencadenantes, las cuales presentamos para contextualizar al lector. Por último, en este trabajo se parte de la siguiente premisa: la violencia, al igual que lo que llamamos accidentes, en la mayoría de los casos se puede prevenir. La violencia entre las personas es el resultado de factores culturales, socioambientales, genéticos, psicobiológicos y hasta geoespaciales que han sido estudiados debidamente desde diversas ciencias y disciplinas6. Se manifiesta de múltiples maneras que van desde la agresión verbal, simbólica y psicológica, hasta la física. Estas manifestaciones dejan profunda huella en quienes la padecen y los costos para la sociedad y sus instituciones aún son objeto de cuantificación por parte de investigadores y estrategas de política pública. Desde el punto de vista sociológico, la violencia interpersonal puede verse como una disfunción social originada en la deficiencia de los 3. 4. 5. 6. Que también se reconocen como fenómenos sociales, individuales o naturales. Por ejemplo el número de homicidios que ocurrirán al finalizar el año 2006 y los meses en que el fenómeno se puede disparar. Sobre esto ilustramos un ejemplo más adelante. Fiscalía General de la Nación y cuerpos técnicos de Policía Judicial, Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses, Policía Nacional entre otras. Cuando estos factores actúan negativamente sobre una persona o población se denominan factores de riesgo. Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses - DRIP Violencia interpersonal y factores de riesgo 303 mecanismos institucionales7 de regulación social de la conducta de las personas, en cuanto manera de resolver los conflictos y diferencias, pasando de simples tensiones hasta llegar a la agresión violenta. Culturalmente “la violencia es una manera de actuar, una conducta, una opción desarrollada, aprendida y ejercida en las relaciones entre los seres humanos y en las instituciones y organizaciones que ellos han ido construyendo (Franco, S. 1999, citado por De la hoz, 2004). Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses - DRIP La violencia es una realidad social. La realidad, al igual que el espacio, se construye socialmente. En este sentido es válido afirmar que el hombre nace dentro de un contexto social objetivo que lo produce y reproduce en cuanto adquiere la capacidad para conducirse dentro de éste (Berger y Luckman, 1984). Ahora bien, el poder explicativo de una teoría social depende del grado de desarrollo que alcance en la elucidación del vínculo entre la acción del individuo y el espacio social que le ha sido dado (Bourdieu, P, 1994 -1997). Para el caso que nos ocupa, hemos de determinar la acción del individuo como “acción violenta racional” y el espacio social, como el campo en que se desarrollan los factores de riesgo de la conducta violenta. 304 Por su parte, la teoría socio ambiental de modo complementario nos ayuda a comprender la configuración de la conducta humana. Propone que las relaciones entre las personas están mediadas por el ambiente que las rodea. Su entorno: este puede ser segregado política, cultural, social y económicamente En este sentido, la violencia es el producto de la segregación socio espacial, entendido el espacio como una construcción social en donde el territorio, la historia individual y social determinan vínculos psicoafectivos y diversos tipos de relaciones sociales y de producción. La segregación ha producido en muchas ciudades condiciones de habitabilidad absolutamente distintas que comparten un mismo territorio y que llevan el mismo nombre. Un ejemplo de esto podemos verlo en la localidad de Usaquén8, en Bogotá, donde el mantenimiento de grandes cordones marginales, en los cuales la calidad de vida está muy deteriorada, ha originado una presión psicológica y social, que se transforma en resentimiento y desesperanza. Las personas segregadas, se sienten violentadas en sus derechos más básicos, modificando sus patrones de relaciones interpersonales y consigo mismas, cargándolas de violencia como respuesta al sin número de agresiones que reciben de la sociedad (De la hoz, 2005). Si a lo anterior agregamos los desarrollos en la investigación a partir de los enfoques que plantean la predisposición genética de la violencia como inherente a la naturaleza humana, podemos ir configurando el resultado de la violencia interpersonal como un acumulado factorial. 7. 8. Los sistemas de justicia y educativo por ejemplo. Donde coexisten estratos 1 y 5 separados apenas por un límite fisiográfico: la carrera séptima. Quizá sea esta la explicación del elevado número de atracos y homicidios en esta localidad de la ciudad. Ver en: Estadística delictiva de la ciudad, delitos de mayor impacto social, de la Policía Metropolitana de Bogotá. Claro está que abunda la literatura que se opone a estas teorías fundamentadas en la crítica del racismo biológico. Es decir, no todo está en los genes (Lewontin, Rose y Camin, 1996). Pero, muchas de ellas parten del reconocimiento de una transformación en las funciones de agresión, defensa y competencia heredadas desde nuestros más remotos inicios como especie de la creación (De la hoz, 2004). Dicha transformación está mediada por la cultura y lo que en otras especies es agresión, en la humana se convierte en violencia. Es en este punto donde podemos plantear la discusión para posterior desarrollo sobre la evolución cultural como análoga a la evolución biológica, amparada en la teoría del Cooperón Cultural, identificada en los estudios de sociobiología de Pierre Jassón (2002), entre otros investigadores. De este breve recorrido sobre los factores que intervienen y explican el desarrollo de la violencia entre las personas surge un problema tangencial al de fondo que nos interesa plantear: ¿los factores enunciados, aislada o conjuntamente, pueden actuar de modo negativo como detonante de la violencia interpersonal?. A partir de esta pregunta intentamos una aproximación conceptual al enfoque de riesgo. ¿Pero cómo se define el riesgo? El enfoque de riesgo en salud se define como “un método que se emplea para medir la necesidad de atención por parte de grupos específicos9. Ayuda a determinar prioridades de salud y es también una herramienta para definir las necesidades de reorganización de los servicios de salud. Intenta mejorar la atención para todos, pero, prestando mayor atención a aquellos que la requieran. Es un enfoque no igualitario, discrimina a favor de quienes tienen mayor necesidad de atención” (OPS, 1.986). Pero, existen otras aproximaciones al enfoque de riesgo. Para Martínez y Mina (2005)10, un determinado riesgo puede afectar a una persona o a su grupo familiar, caso en el cual se habla de riesgo idiosincrásico. Existen otros riesgos que abarcan a grupos de hogares o a comunidades enteras e incluso a regiones o a toda una nación. Estos últimos riesgos son los conocidos como covariantes11. En nuestro caso, la violencia intrafamiliar o la delincuencia constituyen un riesgo idiosincrásico, mientras que los actos de terrorismo y la delincuencia 9. Aunque en el texto citado no se refiere en particular a grupo alguno, se colige que se refiere a grupos vulnerables y/o amenazados por algún tipo de fenómeno. 10. La cita es tomada textualmente del documento en revisión que hace parte del estudio en curso sobre factores que intervienen sobre las tasas de homicidio y suicidio en Colombia realizado por la División de Referencia de Información Pericial, DRIP y El Grupo de Desarrollo Humano para Colombia. 11. Banco Mundial, Informe sobre el Desarrollo Mundial 2000/2001, página 136. En: Martínez y Mina (2005). Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses - DRIP El riesgo se define como la relación directa entre amenaza y vulnerabilidad. Está determinado por factores ambientales, conductuales y biológicos, los cuales hemos considerado en la sección anterior y que resultan altamente compatibles con los instrumentos que más adelante presentaremos. 305 común organizada (actividades de sicarios) y las muertes que de ellos se derivan, son ejemplos de riesgos covariantes que afectan el curso de vida de poblaciones enteras. Los factores de riesgo relacionados con la violencia intrafamiliar, por ejemplo12, son un círculo vicioso que redunda en la presencia de otras formas de violencia. Según el Informe Mundial Sobre la Violencia y la Salud, la presencia de maltrato conyugal está asociado al maltrato infantil, a la pobreza, y a una baja cohesión o inversión social, que puede inducir a la delincuencia13 como lo menciona (Runyan DK, et al 1998, citado por Martínez y Mina 2005. Op.cit). Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses - DRIP Como riesgo idiosincrásico, el estudio de la violencia intrafamiliar en el contexto de las relaciones interpersonales cobra mayor interés. La violencia que se pone en marcha en este tipo de interacciones ha dado origen a múltiples lecturas, interpretaciones y valoraciones. Una revisión a estas explicaciones puede aclararnos aún más la relación entre la violencia y sus factores de riesgo. Para este propósito, Blanch, 2001 citado por Cantera, L. 2002, presenta una síntesis de los modelos teóricos de análisis de la violencia interpersonal, la cual incluimos en el cuadro siguiente. 12. El paréntesis es del autor de este artículo. 13. (Ibid. 12). 306 Como se observa, son múltiples los enfoques que sobre el tema del riesgo de violencia y sus factores desencadenantes se han realizado. El número creciente de variables14 que a partir de estos modelos emergen para su análisis comienzan a sugerirnos la necesidad de instrumentos para su clasificación y medición. Pero evaluar los factores de riesgo asociados a la violencia entre las personas para predecir su comportamiento futuro y aplicar políticas preventivas para su disminución, es materia sobre la que poco hemos explorado. De igual manera, poco conocemos de los instrumentos que se utilizan en estas evaluaciones de riesgo de violencia. En la siguiente sección presentamos algunos desarrollos sobre el tema. Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses - DRIP “En lo relativo con la investigación básica, la predicción del riesgo de violencia y delincuencia, se vincula muy de cerca con estudios longitudinales sobre carreras criminales. En este contexto se han desarrollado los conceptos de factores de riesgo y de protección (en cuanto que favorecen o amortiguan la implicación de un sujeto en actividades delictivas) y los de los factores estáticos y dinámicos (en la medida que son elementos invariables o modificables). Así mismo, las carreras criminales se han descrito como una evolución de los sujetos a lo largo de períodos diferenciados en los que podrían influir múltiples factores” (Farrington y Coid, 2003, citado por Illescas y Garrido, 2006). 14. Las cuales podemos identificar como factores de riesgo potencial tanto en los elementos activadores como en las circunstancias facilitadoras del cuadro síntesis de los modelos explicativos de violencia interpersonal de Blanch, citado líneas arriba. 307 1. Avances y desarrollos en la evaluación del riesgo de violencia El progreso en la evaluación de riesgo de violencia ha sido motivado, en parte, por la política social en Canadá y los Estados Unidos que cada vez más han hecho énfasis en la seguridad de la comunidad como el objetivo fundamental de sus políticas de intervención por parte de las autoridades de justicia sobre los delincuentes. El éxito inicial de la evaluación de riesgos empíricamente sustentada fue usado para justificar la legislación que incluyó decisiones basadas en el riesgo potencial de los criminales para reincidir después de la sentencia. Por ejemplo, designaciones de delincuente peligroso en Canadá; la detención post sentencia de delincuentes sexuales de riesgo elevado en los Estados Unidos que, a su turno, han animado con mayor interés la investigación sobre la evaluación de riesgos (Hanson, 2005). Evaluar los factores de riesgo desencadenantes de la violencia, así como los costos15 que esta genera, resulta muy útil en cualquier sociedad. Desde este punto de vista, el estudio de los factores de riesgo de violencia puede ser enfocado hacia diferentes contextos. Por ejemplo: cuando los jueces toman decisiones para judicializar a un agresor; cuando las familias demandan protección para sus hijos; para diseñar estrategias en la resolución de conflictos. Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses - DRIP Según Mills (2005), el análisis del riesgo de violencia es objeto de muchos intentos de prevención planificada en el plano poblacional, como es el caso de la educación para la resolución de conflictos de manera no violenta o en la prevención de la violencia asociada al consumo de sustancias ilícitas. El interés que socialmente suscita este tema se pone de manifiesto en la creciente sentencia de leyes para prevenir todo tipo de conducta violenta, ya sea entre familiares, o que esta provoque lesiones u homicidios, delitos sexuales o agresión laboral, o que las acciones violentas sean dolosas o culposas. La aplicación concreta de la evaluación de riesgos de violencia, en el campo de la justicia, ha sido comúnmente requerida a los profesionales de disciplinas tales como sociología, criminología, derecho, antropología, psicología y psiquiatría. Los profesionales en estas áreas han realizado aportes y autocríticas en múltiples circunstancias vinculadas al sistema judicial y al conjunto de las instituciones de la sociedad, por ejemplo: en lo relacionado con la internación voluntaria y hospitalización de agresores inimputables por enfermedad mental; en las instancias judiciales donde se discuten alternativas a las penas; en la liberación condicional de los agresores que cumplen penas con privación de la libertad; o en la detección de la violencia intrafamiliar, escolar o institucional. 15. Según la OMS, 2004, en un estudio de países centroamericanos y sudamericanos el costo de los gastos relacionados con la violencia, expresados como porcentaje del PIB fue de 1.9% en Brasil, de 4.3% en Colombia y Salvador, de 1.3% en México, de 1.5 en Perú y de .3% en Venezuela. 308 El análisis de la violencia interpersonal requiere previamente del estudio de la conducta violenta en los agresores. Hasta hace unas décadas, el método clínico fue privilegiado en los estudios sobre la naturaleza de este tipo de conductas. Pero, en su capacidad de predicción y reincidencia de hechos violentos por parte de los agresores evidenció algunos problemas. El método clínico tiene como punto débil, la sobrevaloración de la experiencia del analista en cuanto a la estructuración del carácter de una persona a partir de fragmentos de información sobre la conducta agresiva de ésta, lo cual nos lleva a pensar en errores de juicio humano que aún no han sido superados (Mills 2005; Andrews y Bonta 1994: 2005). Para superar estos problemas, la investigación teórico/empírica fue modelando evaluaciones de conducta no estructuradas basadas en un enfoque amplio, integrador de la historia vital del individuo, con la pretensión de hacer confluir perspectivas fenomenológicas, existenciales y criminológicas. Son estas evaluaciones, la génesis de los instrumentos que se presentan en la siguiente sección. Instrumentos de análisis para la predicción del riesgo de violencia Según Glass 1976, citado por Sánchez 2006, el concepto de metaanálisis deriva del análisis estadístico de una amplia gama de resultados que provienen de múltiples investigaciones con el propósito de integrar hallazgos. Esencialmente, es una síntesis de la literatura científica disponible sobre un tema. De esta manera, se obtiene la información específica sobre los aspectos asociados al objeto de estudio. Entre sus principales objetivos podemos encontrar los siguientes: - Valorar la consistencia entre diferentes estudios que analizan las mismas variables. - Obtener un indicador de la relación entre variables - Identificar los posibles subgrupos que son particularmente sensibles al factor de riesgo que se estudia. - Valorar la calidad metodológica utilizada en cada una de las investigaciones para proponer esquemas metodológicos a futuro y determinar la validez de un estudio. En el campo del crimen y la violencia, los metaanálisis han contestado preguntas importantes acerca de la eficacia de tratamiento correccional, la predicción de reincidencia entre criminales y delincuentes sexuales. Siempre que estos pequeños estudios estén disponibles, los meta aná- Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses - DRIP Una de las formas que más útil resultó para el análisis de factores de riesgo de conducta violenta, es la Revisión Meta Analítica (RMA) son: resúmenes cuantitativos, conclusiones acumulativas de pequeños estudios de caso potencialmente descriptivos que proporcionan respuestas importantes a preguntas acerca de la evaluación eficaz y el tratamiento de un fenómeno. 309 lisis pueden ser el punto de partida para investigadores y estrategas de política pública que desean explorar sobre las conclusiones empíricas en ámbitos particulares. Cuando los investigadores no tienen el acceso a un meta análisis de investigación antecedente, ellos deberían procurar una revisión de este tipo antes de iniciar un nuevo estudio (Hanson, 2005). El metaanálisis ha resultado ser muy eficaz en la evaluación del riesgo de violencia por cuanto, a partir de hallazgos repetidos sistemáticamente en muchos estudios sobre conductas violentas, se puede predecir con cierta precisión que: con los mismos factores asociados y en condiciones semejantes, el hecho violento se podría repetir en un tiempo futuro determinado. No obstante, la naturaleza estática o histórica de los factores de riesgo conocidos, asociados con la mayor parte de los estudios meta analíticos, representaron una limitante en cuanto requerían conocer al menos algunos de los factores de riesgo dinámicos/cambiantes para hacer más consistentes los análisis predictivos. Estos últimos fueron identificados a partir de trabajo empírico relacionado con la literatura acumulada16 sobre la base de muestras poblacionales, cuyos resultados factoriales fueron almacenados en bases de datos. Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses - DRIP Otro instrumento de gran consistencia para la predicción del riesgo de violencia es el análisis actuarial. Es un método estadístico que permite la estimación en el tiempo de supervivencia de las personas y es muy útil para determinar la expectativa de vida de éstas cuando se tiene información empírica sobre los factores de riesgo estáticos y dinámicos que afectan los contextos conductuales, ambientales y biológicos. Se relaciona estrechamente con indicadores de mortalidad o tablas de vida. El desarrollo de instrumentos actuariales permitió medir tanto factores de riesgo histórico/estáticos como los cambiantes/dinámicos. Los factores de riesgo estáticos y cambiantes pueden ser analizados en bases de datos actualizables y su estudio propone que el nivel de cambio en los factores dinámicos o cambiantes, necesariamente representan un cambio significativo en los riesgos totales, mostrando así una función interactiva medible (Mills, 2005 y Hanson, 2005). En años recientes, se ha experimentado con este instrumento de análisis para predicciones del riesgo de violencia. Según Pueyo y Redondo (2001), los procedimientos existentes en la actualidad para la estimación del riesgo de comportamientos violentos, se pueden clasificar en dos grandes grupos que a su vez se dividen en diferentes subgrupos. Ellos son: 1. Procedimientos basados en el juicio profesional, sobre los cuales 16. En suma, la revisión de esta literatura acumulada es la base del metaanálisis. 310 ya nos hemos pronunciado líneas arriba y 2. Las decisiones de base actuarial que se fundamentan en la aplicación de escalas de riesgo17. En este sentido, dos importantes logros se obtuvieron con la experimentación del análisis actuarial en los últimos años. Los dos tienen que ver con el diseño de instrumentos que permitieron el acercamiento con mayor exactitud a la medición de los riesgos de violencia. El primero, se refiere a la Lista de Comprobación Psicopatológica de Riesgo PCL-R (Hare 1991, 2003), ésta proporcionó a los profesionales en disciplinas afines, un acercamiento estructurado a la estimación del riesgo de la violencia, a la vez que ofreció mayor consistencia a quienes tomaban decisiones para la justicia, quienes exigían cada vez instrumentos más precisos para su desempeño. El segundo, fue la Guía de Apreciación del Riesgo de Violencia, VRAG, fue desarrollada a partir de un acercamiento puramente empírico entre los mejores diseños de predicción de conductas violentas. (Webster, c. d., Douglas, k. s., Eaves, d., & Hart, s. d. 1997) Una aplicación práctica de este tipo de pruebas estadísticas predictivas se pudo realizar en Argentina y Estados Unidos. En Argentina, entre una muestra de población judicializada18, fue posible calcular el porcentaje de reincidencia delictiva para Buenos Aires. Éste se estimó en 34 % con nueva judicialización a los 10 años de seguimiento. Una buena síntesis de los instrumentos adaptados para los modelos expuestos, puede apreciarse en la HCR -20, diseñada19 en la Argentina, que toma como base la aplicación estadística del modelo actuarial. La HCR-20 se vale de factores respaldados empíricamente sobre observaciones temporales Históricas, Clínicas y de Riesgo ambiental. El cuadro siguiente ilustra los factores y variables simplificados del modelo. 17. Existen al menos 15 escalas (test) o métodos para predecir riesgos de conducta violenta. 18. No fue posible identificar la magnitud de la muestra, pero como porcentaje explica y así puede entenderse que es relativamente alto. 19. Como adaptación a las condiciones específicas de ese país. Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses - DRIP En los Estados Unidos se tuvo una estimación más precisa de la relación entre el abuso de sustancias, trastorno mental y violencia a través del estudio de una muestra representativa de la comunidad de más de 10.000 personas, y se detectó que el abuso de sustancias era el predictor más fuerte de violencia en la comunidad que ser joven, tener antecedentes de arrestos, ser hombre, la condición socioeconómica baja y el diagnóstico de un trastorno mental mayor eran también factores de riesgo de violencia. Para el abuso de sustancias se controlaron variables demográficas, hospitalizaciones previas y arrestos. 311 La HCR – 20 es, además, un instrumento genérico integrador de factores histórico conductuales y socio ambientales que busca medir el riesgo de violencia y delincuencia, consta de 20 variables que ponderan los factores de riesgo relativos a la conducta futura de los sujetos. Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses - DRIP Para concluir esta sección vale la pena destacar que, en las sociedades modernas, la estimación de los riesgos implícitos en los diferentes ámbitos de las actividades sociales, ha adquirido un interés especial. Los estudios criminológicos y socio jurídicos, no han escapado a esta necesidad requiriendo cada vez más de instrumentos consistentes que aporten a la sociedad y a sus instituciones, elementos de prueba tanto en la predicción como en la prevención del riesgo de violencia en contextos diversos. 312 Muchos de los aportes sobre la predicción del riesgo de violencia interpersonal en los últimos años, provienen de los modelos de análisis actuarial y metaanalíticos. De esta manera, se busca suministrar una probabilidad más precisa o estimación probabilística que, por lo menos, contemple rangos de reincidencia violenta en poblaciones específicas. Ofrece además, una gran posibilidad de obtener información sobre el nivel de riesgo alto, medio o bajo, por ejemplo, o dicho de otra manera, de lograr una primera clasificación en función de estudios previos empíricos apoyados en trabajo de campo sobre poblaciones similares. La revisión de los aportes de modelos como éste, para analizar la violencia interpersonal en Colombia, debería dejar en claro que la ciencia se aproxima al conocimiento desde múltiples enfoques y estrategias con sus definiciones operativas y condicionamientos. 2. La información forense y judicial en el análisis de factores de riesgo La información que proporciona los sistemas forense y judicial permite identificar factores de riesgo estáticos y dinámicos asociados a hechos violentos como el homicidio o las riñas entre otros. De hecho, predecir el comportamiento del homicidio durante un período de tiempo a partir de series históricas es totalmente posible. Algo muy parecido a este ejercicio nos propone el análisis actuarial, sólo que agregando a las series temporales variables de: persona, circunstancia y lugar, que en esencia identifican y contienen los factores de riesgo. Adicionalmente, los protocolos de necropsia, así como los dictámenes médico legales que produce el Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses, los autos procesales que administra el sistema judicial, la información empírica que produce la Policía Nacional sobre delitos de mayor impacto, además de la que producen otras instituciones adscritas o conexas a la justicia y la seguridad, es toda ésta información actuarial almacenada en las bases de datos de las respectivas instituciones y a la cual podemos acceder para tomar de ellas todo su potencial predictivo. Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses - DRIP En la siguiente figura se presenta, a modo de ejemplo, la predicción del comportamiento del homicidio para el año 2006 con los datos obtenidos por la Policía Nacional Metropolitana de Bogotá MEBOG de años anteriores y de lo que va de corrido de este año. En el mismo sentido, la conducta violenta de los agresores en relación con los factores que la determinan; el incremento de las venganzas, las ri313 ñas y el ajuste de cuentas; transitar por lugares mal iluminados a una hora específica o reunirse en la calle, en bares o cantinas en días específicos y, en un mes determinado20, el consumo de alcohol y drogas irrestrictamente, ser joven hombre21 y tener ingresos en sectores segregados socio espacialmente, son todos estos factores de riesgo medibles estadística y empíricamente; algunos de ellos registrados históricamente en nuestras bases de datos a partir de la práctica forense y judicial. La realización de estudios sobre conductas criminales y antecedentes de personas identificadas por la comunidad como peligrosas, o que han sido sentenciadas por delitos contra la vida o integridad de las personas, puede ser una forma de orientar estrategias para disminuir los factores de riesgo. Claro que para eso se necesita utilizar toda la capacidad analítica que nos proporciona la información cuantitativa y cualitativa de las instituciones que la producen. Por las razones expuestas, considero que una revisión a las bases de datos, acompañada de trabajo empírico con etnografía de campo, por ejemplo, puede orientar nuevas hipótesis de trabajo que permitan predecir y prevenir el comportamiento de los factores de riesgo de violencia, utilizando instrumentos como el metaanálisis o el actuarial. Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses - DRIP Con las fuentes de información que disponen las bases de datos de instituciones de la Justicia como el Instituto Nacional de Medicina Legal, la Fiscalía General de la Nación, la Policía Nacional, El DAS o el INPEC, se podría intentar un acercamiento a los problemas de violencia y a la prevención de sus factores de riesgo desde instrumentos actuariales y metaanalíticos. La pregunta que emerge necesariamente entonces es: ¿se está utilizando todo el potencial que de información disponemos para llegar al fondo de las causas de la violencia y superarlas? ¡Ese es el desafío que nos ocupa en los próximos años! 20. Los meses de vacaciones para los estudiantes, por ejemplo. 21. En menor grado ser mujer 314 Referencias bibliográficas • • • • • • • • • • • • • • • • • ANDREWS, D. A., & BONTA, J. L. 1994. The psychology of criminal conduct. Cincinnati, OH: Anderson. BERGER, P. y LUCKMAN, T. 1984. La sociedad como realidad subjetiva. En: La construcción social de la realidad; Amorrortu; Bs. As., Argentina. BOURDIEU, PIERRE, 1994-1997. Razones Prácticas: sobre la teoría de la acción. Anagrama, Barcelona, Es. CANTERA LEONOR, 2002. Maltrato infantil y violencia familiar. Departamentos de psicología de salud y social. Universidad de Autónoma de Barcelona. En: Blanch, J.M. 2001. Violencia social e interpersonal. 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Vancouver, Canada: Simon Fraser University y British Columbia Forensic Psychiatric Services Commission. Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses - DRIP • 315 Darío Fernando Ramírez Segura Darío Fernando Ramírez explora conceptos con gusto a disertación y pone en evidencia su ímpetu de artista mediante el uso de los instrumentos cardinales de la pintura. La definición espacial, contrapuesta al poder de la línea pero con una función clara, el soporte del dibujo, la pincelada y el color, o su ausencia intencional, están al servicio de una indagación sobre las tenciones de una colectividad. La tirantez de lo urbano es expresada, no obstante, a través de un lenguaje propio: el artífice se plantea la necesidad de transmitir una rigidez palpable en el ambiente sin artimañas diferentes de las que posee gracias a su oficio. El espectador se enfrenta entonces a un mensaje explícito y sin ambigüedades; a una atmósfera que a pesar de su carácter simbólico es suya y que al mismo tiempo siente lejana por el efecto de un hábil extrañamiento gráfico. Pero además, en la obra de Ramírez, se descubre una alegoría: a través de una formulación que se enlaza con el constructivismo, los cables que no llevan a ninguna parte, cuya severidad pareciera no tener origen ni destino, son el sinónimo de unos humores que transitan sobre las asperezas de una sociedad dominada por la grisalla, lo cual acarrea la esterilidad. El espectador circula por evocaciones e impresiones que se relacionan con lo contemporáneo. Si uno de los fines del arte es el de producir la reflexión, en la obra que presentamos dicha deliberación es inevitable: las tramas, la luz, los negros, la definición y las sombras plantean un dialogo cuyo contenido trasciende la simple emoción de una mirada. El debate entre la abstracción y la fuerza de la figura es el protagonista de una obra que se involucra, desde un ángulo poco usual, con lo cotidiano. FERNANDO TOLEDO ESTUDIOS EXPOSICIONES COLECTIVAS 2004 Magíster en Educación, Universidad Pedagógica Nacional de Colombia. Bogotá. 2006 Proyecto Multiplicación. Galería Santa fe. Planetario Distrital. Bogotá 40 salón nacional de artistas. Galería Santa fe. Planetario Distrital. Bogotá. Arte en canvas. Galería Alonso Garcés. Bogotá XI Salón regional de artistas. Regional centro. Salón de eventos. Cájica. Artistas Axe Click 2006. 2003 Especialista en pedagogía del desarrollo del aprendizaje autónomo. Unad. Bogota. 1998 Especialista en educación en Artes y Folklore. Universidad El Bosque. Bogotá. 1994 Maestro en Bellas Artes, Especialización en Pintura. Universidad Nacional de Colombia. Bogotá. ESTUDIOS CURSOS Y SEMINARIOS 1999 Curso de investigación para curaduría. Biblioteca Luis Ángel Arango. Ministerio de Cultura. 1996 Formas y Cuerpos en Pintura. Biblioteca Luis Ángel Arango. Bogotá. Seminario de Arte Contemporáneo. Biblioteca Luis Ángel Arango. 1995 Curso de Actualización Docente en Artes Plásticas. Ministerio de Educación Nacional, Universidad Nacional de Colombia. 1993 Seminario Arte y Universidad. Facultad de Artes. Universidad Nacional de Colombia. Curso de Extensión:“Las Pasiones escondidas de lo Bello” Director: Peré Salabert Soler. Universidad Nacional de Colombia. EXPOSICIONES INDIVIDUALES 2005 Sellos de agua. Galería Casas Riegner. Bogotá. 2004 Territorios extendidos. Centro Cultural Universidad de Salamanca. Bogotá. 1999 Bajo el rostro de la Gorgona. Fundación Gilberto Alzate Avendaño. Bogotá. 1997 Ficciones Urbanas. Fundación Gilberto Alzate Avendaño. Bogotá. 1996 Boutique Verde. Centro Colombo Americano. Bogotá. 2005 XI Salón regional de artistas. Región Boyacá. Art suit 104.Intervenciones en el espacio. Hotel arte. DACR. Museo de Arte Universidad Nacional. Bogotá. 2004 Cuestión de corazón. Galería el Museo. Bogotá. XII Concurso nacional de pintura BBVA. Biblioteca Luis Ángel Arango. Bogotá. 39 Salón Nacional de Artistas. Museo de Arte Moderno de Bogotá. Revista a*terisco nº 6. Galería Santa Fe, Planetario Distrital. Instituto Distrital de cultura y turismo, Bogotá. Diseño & Arte. Proyecta Diseño. Bogotá. 2003 X salón regional de artistas. Centro Cultural del Oriente. Bucaramanga, Santander. Primer Salón de Arte visual de Kennedy. Arte al paso. Bogotá. XI Concurso Nacional de Pintura. Banco Ganadero. Bogotá, Colombia. 2002 La poética del espacio. Galería sala de Espera. Bogotá, Colombia. Incitaciones creativas de la figura humana. Instituto de Cultura Brasil- Colombia. Bogotá. Espera Divina. Galería Sala de Espera. Bogotá. Colombia. La dimensión del dibujo. Galería Sala de Espera. Bogotá. Colombia. Portátil. Museo Universidad Nacional de Colombia. Bogotá. Colombia. Conexión. 1° Encuentro Andino de Jóvenes Pintores. Casa de la Cultura Ecuatoriana. Quito. Ecuador. La Nouvelle peinture Colombienne .Paris. Muestra itinerante. Sala de pasos perdidos de la UNESCO, Paris, Francia; Salones de la galería ETAJ ¾ del Teatro Nacional de Bucarest, Rumania; Museo de Arte de Constanza, Rumania; Centro Cultural de la Alcaldía de Atenas, Grecia; Museo de Arte de Szombathély, Hungría. 2001 Encuentro de jóvenes artistas Iberoamericanos. Caracas,Venezuela. Convenio Andrés Bello-Programa Nexo. IV Bienal de Venecia, Barrio Venecia, Bogotá. 5ª Edición proyecto revista A*terisco. Bogotá. La nueva pintura colombiana. Ministerio de Relaciones Exteriores, Cancillería de la República. Bogotá. Salón Nacional De Artistas Antioqueños. Universidad de Antioquia. Medellín. 2000 Bienal de Gráfica. Museo Universidad de Antioquia. Medellín. V Bienal Cerventina de Artes. Galería Carrión Vivar. Bogotá. Imagen regional 3. Banco de la República. Santa fe de Bogotá. Tránsito. Museo de Arte. Universidad Nacional de Colombia. Bogotá. 1999 Primero premios Salones Nacionales 1940 – 1998. Museo de Arte moderno de Bogotá. Salón Germán Ferrer Barrera. Fundación Gilberto Alzate Avendaño. Bogotá VII concurso nacional de pintura. Banco ganadero. Bogotá. Barrio Bienal. Exposición colectiva en espacios no convencionales. Instituto Distrital de Cultura y Turismo. Bogotá. Frente en Blanco. Corferías. Ministerio de Cultura y Viceministerio de la Juventud. Bogotá. Egresados recientes 3. Museo de Arte Universidad de Antioquia. Medellín. 1998 Emergencia. Museo de Arte, Universidad Nacional de Colombia. Bogotá. Egresados Recientes 3. Museo de Arte, Universidad Nacional de Colombia. Bogotá. Extensiones – XXXVII Salón Nacional de Artistas. Corferías. Bogotá. 1997 Premio La Joven Estampa 1997. Casa de las Américas. La Habana, Cuba. IV Bienal Internacional de grabado de Györ, Hungría. Salón de Agosto. Fundación Gilberto Alzate Avendaño. Bogotá. III Salón de Artes Plásticas. Instituto de Cultura de Pereira. Salón del Juguete. Fundación Gilberto Alzate Avendaño. Bogotá. 1996 De Afectos y Desafíos. Museo de Artes. Universidad Nacional de Colombia. Bogotá. Segunda muestra Latinoamericana Mini Print. Rosario, Centro Cultural Parque España. Museo de Bellas Artes Rosa Galisteo de Rodríguez. Santa Fe. Argentina. 1995 Arte para Bogotá. Galería Santa Fe, Planetario Distrital. Bogotá. Arte y Función. Museo de Arte Moderno de Bucaramanga. Primera Bienal de Venecia. Barrio Venecia. Bogotá. 1994 VII Salón Internacional Nominados al Premio Alzate Avendaño. Bogotá. XXXV Salón Nacional de Artistas. Corferías, Colcultura. Bogotá. Mejores trabajos de Grado. Biblioteca Germán Arciniegas. Universidad Nacional. Manizales. Mejores trabajos de Grado. Auditorio León de Greiff, Universidad Nacional de Colombia. Bogotá. 1993 VI Salón Regional de Artistas. Corferías, Colcultura. Bogotá. XX Salón Francisco Antonio Cano. Museo de Arte, Universidad Nacional de Colombia. Bogotá. Procesos de Creación, Auditorio León de Greiff. Universidad Nacional. Primer Concurso Nacional de Pintura. Banco Ganadero. Bogotá. 1992 VI Encuentro Internacional de Arte “Nuestra América. Universidad Autónoma de México. México DF. Entre Cruces. Universidad Nacional de Colombia. Bogotá. Primer salón formato Tarjeta Postal. Universidad de Antioquia. Medellín. XIX Salón Francisco Antonio Cano. Museo de Arte, Universidad Nacional de Colombia. 1991 Primer Salón Panamericano de Arte. Centro Cultural Andrómeda. Sena Bogotá. XVI Salón Francisco Antonio Cano. Museo de Arte, Universidad Nacional de Colombia, Bogotá. DISTINCIONES 2006 PREMIO.“Becas y Premios Artes Plásticas y Visuales 2006- proyecto multiplicación”.Instituto Distrital de Cultura y turismo. 2003 MENCION. X Salón Regional de Artistas. Zona centro-oriente. Centro Cultural del Oriente. Bucaramanga, Santander. PRIMER PREMIO. Primer Salón de arte Visual Kennedy. Arte al Paso. Bogota. 2001 Invitado encuentro de artistas latinoamericanos. Programa nexo. Convenio Andrés Bello, Caracas –Venezuela. 2000 SEGUNDO PREMIO. Bienal Cerventina Liceo Cervantes. Bogotá. 1999 PRIMER PREMIO. Salón Germán Ferrer Barrera. Fundación Gilberto Alzate Avendaño. PREMIO. Bajo el rostro de la Gorgona. Fundación Gilberto Alzate Avendaño. Bogotá. 1998 Preseleccionado al premio Jhonny Walker en las artes. 1998 – 1999. Bogotá. 1997 MENCIÓN, Salón de Agosto. Fundación Gilberto Alzate Avendaño. Bogotá. 1994 MENCION. Programa Excelencia Académica estudiantil. Área Investigación sobre Producción Simbólica y cultural. Universidad Nacional de Colombia. Bogotá. 1991 MENCION ESPECIAL. Primer Salón Panamericano de Arte. Sena. Bogotá.