CLIMA MEDITERRÁNEO. 1 El Clima Mediterráneo como variante del Clima Templado. 2 Clima Mediterráneo. Distribución y características. 3 Vegetación del Clima Mediterráneo. 4 El Clima Mediterráneo en España. 1 El Clima Mediterráneo como variante del Clima Templado. El clima mediterráneo es una variable del clima templado, los climas templados cubren una amplia franja en hemisferios entre los paralelos 40º y 70º aproximadamente, dominada por la circulación de los vientos del Oeste y el juego de las masas de aire tropical y polar, y sujeta a continuos cambios de tiempo por la acción de los ciclones y anticiclones móviles de las latitudes medias. El movimiento y desarrollo de estos sistemas de presión están dirigidos por las grandes ondas que trazan en altura el flujo zonal del Oeste, a través de las cuales tienen lugar transferencias de energía entre las altas y bajas latitudes. Las características y la posición latitudinal de los centros de altas y bajas experimentan cambios estacionales, de modo que en verano las depresiones tienden a ser menos intensas y están desplazadas hacia el polo, mientras que en invierno los anticiclones subtropicales se mueven hacia el Ecuador y aumentan la presencia de borrascas en las latitudes más bajas. La zona templada abarca climas muy diferentes, desde los cálidos a los muy fríos, y desde los lluviosos a los secos; no obstante, frente a los climas tropicales, sin invierno, y los climas polares, carentes de verano, los climas templados tienen un rasgo común; el régimen térmico contrastado, con alternancia estacional de calor y frío. Esta diversidad climática refleja la interacción de los factores meteorológicos con los geográficos; en principio va unida a la confrontación de influencias tropicales y polares, y a las perturbaciones del frente polar, pero a esta acción se superponen la acción del relieve y de las masas oceánicas y continentales. Se caracteriza por temperaturas medias anuales de alrededor de 15º C y precipitaciones medias entre 300 y 1000 mm anuales. Una región que posee un clima templado tiene una temperatura que varía regularmente a lo largo del año, con una media por encima de 10 ºC, en los meses más cálidos, y entre -3 y 18 ºC, en los meses fríos. Poseen cuatro estaciones bien definidas: un verano relativamente caliente, un otoño con temperaturas gradualmente más bajas con el paso de los días, un invierno frío, y una primavera, con temperaturas gradualmente más altas con el paso de los días. La humedad depende de la localización y de las condiciones geográficas de una región dada. 2 Zona del dominio del Clima Mediterráneo y características. El dominio mediterráneo se localiza al oeste de los continentes, entre los paralelos 30º y 45º, estando muy bien representado en las tierras que bordean la cuenca del mas Mediterráneo, además de en estrechas bandas costeras en el estado de California, Chile central, la provincia sudafricana de El Cabo y el suroeste de Australia. El clima mediterráneo es un clima de lluvias mediocres (400-900) y de tendencia cálida, que debe sus principales características a la alternancia estacional de la subsidencia anticiclónica subtropical y la circulación general del Oeste. Durante el verano, el dominio de las altas presiones origina cielo soleado, altas temperaturas y tiempo seco; en invierno las altas subtropicales descienden de latitud y se impone la dinámica de las zonas templadas, con el paso de borrascas frontales que aportan la mayor parte de las lluvias, y descenso suave de las temperaturas, acentuado por periódicas invasiones de olas de frío, responsables en ocasiones de fuertes heladas. La sequedad del verano es uno de los rasgos más representativos de este clima, que no se repite en ninguna otra parte del mundo. julio y agosto reciben muy pocas precipitaciones, con frecuencia menos de 20 mm, y a veces no alcanzan los 10 mm, como ocurre en Santiago de Chile, Los Ángeles o Lisboa, por ejemplo. Durante el invierno, el retroceso de los anticiclones subtropicales hacia latitudes más meridionales permite el dominio de la circulación del Oeste y la llegada de las borrascas del frente polar, responsables del incremento pluviométrico de este momento: en San Diego el 70% de las lluvias se contabilizan entre diciembre y febrero. Este mecanismo se inicia a principios del otoño y permanece hasta el final de la primavera, cuando el frente polar vuelve a ser desplazado por los anticiclones subtropicales. La mayor parte de las precipitaciones se produce en las estaciones intermedias ( Primavera y otoño), siendo menos importantes durante el invierno, ya que es frecuente que un apéndice del anticiclón continental se sitúe sobre estas zonas, dando lugar a un tiempo despejado y frío. La temperatura máxima oscila entre los 20-25º y la temperatura mínima entre los 10-12º, la temperatura media oscila entre los 10º-18ºC aproximadamente y la amplitud térmica es de unos 10-15º Son zonas que no tienen un verdadero invierno salvo en variedades regionales como ocurre en Valladolid y los veranos son cálidos o muy cálidos en general. 3 Vegetación: Este régimen requiere de las plantas que allí se desarrollan, sofisticados mecanismos de adaptación durante la sequia estival, mientras que la suavidad del invierno hace que esta estación no constituya un inconveniente importante para el desarrollo vegetativo. Está compuesto por árboles bajos cuyas hojas son pequeñas, duras y coriáceas. Las características de este tipo de árboles son una gruesa corteza, y ramas nudosas y retorcidas, que comienzan a baja altura. Loa árboles y arbustos son perennes; sus gruesas hojas son retenidas a pesar de las duras sequias anuales. En tierras mediterráneas, el bosque mediterráneo perenne está formado por árboles como la encina (Quercus ilex); cuando las lluvias son algo más elevadas aparece el alcornocal (Quercus suber), que da paso a las formaciones de pino albar y enebro en zonas de lluvias más débiles, también podemos encontrar el pino carrasco (Pinus halepensis), pino piñonero (Pinus pinea) y el olivo común (Olea europea). Los árboles mediterráneos han sido prácticamente eliminados por la acción del hombre, degradándose sobre suelos calizos hacia una formación de árboles y arbustos que deja una parte del suelo desnudo, la garriga y sobre suelos síliceos en una formación, el maquis, de pinos y encinas aislados con un sotobosque denso, que incluyen diferentes especies, algunas de ellas muy espinosas. Las condiciones de esta zona hacen que el suelo siempre haya estado en algún momento cultivado. La otra gran región situada en el hemisferio Norte de bosque esclerófilo es el que se desarrolla en las cordilleras costeras de California. Algunas de estas son monte arbolado formado por fagáceas (Quercus agrifolia y Quercus lobata). Parte de la vegetación es el matorral esclerófilo o bosque enano, conocido como chaparral. Su composición varía con el grado de exposición y la altura. Pueden estar compuestos por la lila salvaje (Ceanothus), manzanita (Arctostsphylos), caoba de montaña (Cercocarpus), el roble venenoso (Rhus diversiloba) y un tipo de encina. Está representado en Chile central y en la región del Cabo, en Sudáfrica, por una vegetación arbustiva, cuya flora es completamente diferente de la que se halla en el hemisferio Norte. También se encuentran importantes áreas en el sudeste, sudoeste y parte central sur de Australia, compuesto por diferentes especies de eucaliptos y acacias. 4 Clima Mediterráneo en España. Se localiza en la franja litoral abierta a este mar, desde el extremo norte hasta la banda meridional, donde se inicia lo que se ha clasificado dentro del dominio de clima atlántico. La circulación zonal aparece debilitada, puesto que la advecciones deben atravesar la Península y salvar los obstáculos orográficos que se encuentran en todo el recorrido. Cuando llegan, en pocas ocasiones, lo hacen debilitadas y con importantes modificaciones en sus caracteres térmicos y en su contenido de humedad. El comportamiento de los elementos del clima acusa, los efectos de estos factores dinámicos y orográficos. En el dominio del clima mediterráneo pueden diferenciarse tres tipos, que se suceden en sentido N-S y que tienen como principal elemento de diferenciación el grado de aridez: mediterráneo suavizado, mediterráneo seco y mediterráneo árido. - Clima mediterráneo suavizado. En el extremo septentrional de la costa mediterránea las condiciones presentan una cierta originalidad respecto del resto, lo que confiere al sector comprendido entre el cabo de Creus y el valle inferior del Lobregat. Las advecciones de procedencia atlántica y mediterránea son más frecuentes que en el resto, asimismo, por su posición septentrional, este sector se encuentra más expuesto a la entrada de masas de aire continentales. Las precipitaciones presentan una distribución irregular, con un máximo otoñal y un mínimo estival, los meses de julio y enero son secos. Las temperaturas medias son semejantes a las del resto de la España mediterránea; sim embargo, existe una mayor presencia de heladas a causa de la exposición a la entrada de masas de aire ártico o polar continental. - Clima mediterráneo seco. El arco costero comprendido entre el macizo de Garraf y el cabo de La Nao se encuentra expuesto de lleno al influjo del Mediterráneo. Las advecciones atlánticas son muy esporádicas y siempre muy modificadas a lo largo de su trayectoria peninsular. En cambio, no son raras las advecciones meridionales, que provocan la entrada de aire sahariano, especialmente en verano. La consecuencia de esta situación es una disminución notable de los totales de precipitación, con un máximo otoñal reducido. Las temperaturas aumentan hacia el sur, con valores medios invernales próximos a los 10º C; son también altas en verano, a causa de la exposición frecuente a la entrada de aire tropical continental y a la elevada insolación. La consecuencia de la escasez de precipitaciones y las temperaturas elevadas es una aridez que está presente en todo el territorio, con índices elevados en general. - Clima mediterráneo árido. El tercero de los sectores del dominio mediterráneo peninsular comprende desde el cabo de La Nao hasta el oeste del golfo de Almería. Se encuentra al abrigo de las advecciones atlánticas por los relieves de las sierras Béticas y asimismo llegan con dificultad los influjos de las borrascas que se forman en el golfo de León o en el mar balear. Solo las perturbaciones que penetran por el estrecho o las que se forman ocasionadamente sobre el mar de Alborán provocan inestabilidad y situaciones de precipitación, mientras que son frecuentes las advecciones precedentes del continente africano. Las precipitaciones son escasas, con los mínimos de la España peninsular; los valores medios se sitúan alrededor de los 300 mm, superando escasamente los 200 mm en los casos extremos. Los periodos secos son muy prolongados, puesto que los días de lluvia arrojan cifras reducidas. Las temperaturas son muy altas, situándose la costa de Almería como uno de los escasos puntos de la Península donde son desconocidas las heladas. La consecuencia de la escasez e irregularidad de las precipitaciones y las temperaturas altas es una elevada aridez, con los índices mayores de la Península e incluso de Europa. La sequía es acusada, con un período seco que se prolonga a lo largo de casi todo el año. Sólo los meses invernales escapan a la clasificación de secos, mientras que los déficits hídricos son considerables en el resto del año.