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Los Guerreros Legendarios-La Leyenda De Los Sires
Capitulo 1 EL Medallon Dorado
OMAR ZAHIR RUIZ GUERRERO
Capítulo 1
Página 2 CAPITULO 1.- EL MEDALLON DORADO.
Fuertes golpes sobre la puerta me despiertan, sus azotes retumban entre
los hilos de mis oídos, mi hermano Gil, me levanta como cada día de mi
vida empuñando su mano contra la puerta del cuarto, flexiono mis pies en
posición de mi estómago sintiendo los inmensos amaneceres fríos por
todo mi cuerpo que no dejan de cesar.
--- Es hora, Falen --- , palabras que me exclama seguido desde detrás de
mi puerta, siempre tocando antes de entrar, modales que nuestra difunta
madre nos enseñó, acercándose a un lado de la cama, toca mi cabeza con
su fría mano, un escalofrío ataca cada parte de mi cuerpo erizando mi
piel, me doy media vuelta hacia él, desde niño el lado hacia la pared se
me hacía más cómodo para dormir, separo la piel de color carne que
cubre mis ojos, los abro con adormecimiento, ahí está el rostro de Gil, mi
hermano, a un lado mío, mirándome con sus ojos azul claro como los
míos, transmisiones madre.
Levanto el cuello despegándolo de la almohada, que es tan suave como
las plumas de las aves blancas, tomo con la mano el gran medallón
dorado, así lo llamo por su brillo que reluce entre los rincones más
obscuros de al alrededor, que guardo debajo de mi almohada, como un
símbolo de protección, recuerdo que me dejo una de las personas más
amadas por mi ser, mi madre, que sacrifico su vida por la mía, en uno de
los tantos días de desterró por los que me veo envuelto a pelear.
Me acomodo a un costado de la cama dejando caer mis pies enrollados
dentro de una tela blanca sobre los helados suelos, con la esperanza en
alto al simple hecho de mirar la luz del medallón, que cada despertar me
quedo mirando unos momentos antes de salir, dejándome guiar por su
color dorado que me llena de ilusión, como el resplandor puro de la
estrella blanca contada dentro de las historias, de que pase lo que tenga
que suceder traigo conmigo una compañía que no me madre.
Mi hermano Gil, aguarda a que me cambie, observándolo cerca de la
puerta, que a pesar de llevarme solo unos 8 años más de vida, su coraje
es reflejado en sus ojos azul claro semejantes a los míos, siempre
vigilando en los días cubiertos por las neblinas, con una postura de valor,
como un buen guerrero, rango que le fue dado a su debida época.
--- Listo ---, su frase que me decía, y con la cual salíamos
cuidadosamente, puesto que en mi mundo, Ensire conocido por todas las
razas, las sombras nos amenazan con la oportunidad de cobrar la vida de
los que no alaban el destino elegido por ellos, sombras que recorren
nuestros valles, en busca de nuestra roja sangre.
Los vientos secos me hacen temblar de frio, amaneceres sin luz veo cada
día al salir de mi hogar, en medio de capas grises que descienden desde
los cielos, hoy es un día diferente, he alcanzado los 10 años de vida, los
días de juego y diversión dejarían .
En línea recta en conjunto con demás humanos de mi misma clase y edad
somos formados, uno a lado del otro, permaneciendo fijos de esa manera,
erguido y con la frente en alto, reflejando la confianza que mi pueblo
necesita, enfrente el líder de mi clan < clan="" de="" los=""
guardianes="">>, Reily, tocando con la palma de su mano el pomo de su
espada, camina de lado a lado, seriamos observados, puestos a prueba
para ser elegidos por el, uno a uno, en el día de la iniciativa.
Viendo las habilidades de cada uno de los de mi especie, en el aire se
escucha mi nombre, Falen, mi turno de enfocarme sin distracción ha
llegado a la prueba de la llamada campaña de iniciación, creada por los
guerreros más dignos de mi pueblo en defensa de él, mi etapa de niñez ha
concluido para emprender mi camino hacia un honorable guerrero,
decidido di un paso adelante sin temor ni miedos.
-- A su orden ---, le mencione con un .
– Yo puedo --, pensamiento que corría dentro de mi mente, decidido la
sujete con fuerza, -- Protegeré a los míos --, es la esperanza que mueve
mi camino.
Clave mi mirada fijamente a los ojos de mi contrincante como signo de
que no le temo, levante la espada con mis dos manos, honrando a mi
pueblo y a mi padre que me ve desde el otro extremo, su peso me
desbalancea al igual que su tamaño, el sudor que transpira de mis manos
hace que se resbale, mi sentir es más grande que eso, junte toda la
fuerza posicionándola entre las manos, logro equilibrar la espada con mi
cuerpo sujetándola con más intensidad para no perder el control.
Noto al oponente que ya está listo as.
El sudor de mi frente baja por mi rostro lentamente, la fuerza con la que
me ataca es semejante a la mía, o quizá superior, mis manos tiemblan no
por el frio, los deslices de la espada me lo provoca.
-- Un oponente difícil de vencer ---, palabras que nacen en mi interior, sin
sentir desesperación me tranquilizo, el dolor de la herida hecha en un
costado de mi brazo arde ante cada briza de viento, el filo de su espada
siento aun en mi cuerpo, sostengo la espada con fuerza me digo a mi
mismo –No me vencerá--, teniéndolo frente a frente nuestras miradas se
unían, el sonar de sus .
– Guerrero --,grita uno de los vigilantes durante las fases, así soy
nombrado a partir de este día por la iniciativa, donde somos elegidos de
acuerdo a las habilidades que demostramos, mi agilidad es la espada y lo
demostré con valor, defendiendo mi vida y sin perder el control en medio
de la situación, los largos días de entrenamiento con mi hermano Gil
donde peleábamos con baquetas de .
Esta época de iniciación se ve que las pruebas van a ser más reñidas,
luego de fallecer uno de los guardianes del clan hace tan solo unos
cuantos días, Vieco el guardián obscuro, todos van a buscar ocupar su
lugar como nuevo guardián, no sé qué le encuentran de bueno a eso,
permanecer encerrado en la vieja casa de iniciación y salir unas cuantas
veces me volvería loco lo más seguro, así como lo volvieron a él
seguramente, del cual su rostro se veía de un color pálido, sin vida, mejor
un guerrero para proteger a mi especie.
El líder de mi clan Reily, se acerca a mi caminando desde lejos con un
gesto de alegría que relucía sobre su rostro, sus ojos grises llenos de una
esencia cristalina de orgullo, coloco la palma de su mano en mi hombro
derecho.
--Estoy orgulloso de ti, hijo mío – sus Página 10 palabras eran motivo de
alegría también para mí, una que no podía revelar, por respeto a mi
oponente, del que pensaba
--quizá el sea mucho mejor que yo en la fase de arco---, incline mi cabeza
un instante hacia abajo como señal de agradecimiento, costumbre
impuesta en mi clan, lástima que fue solo un momento en el que pude
estar con mi padre que la mayoría del tiempo se pasa dentro de la antigua
casa de iniciación.
Mi corazón se llenó de un sentimiento de alegría por salir con honor en la
primer fase ante la imagen de mi padre que me observa desde un
extremo donde cumple su labor de elección, y a mi madre que sentía su
calor en cada momento de mi vida, viéndola a mi lado con su largo y liso
cabello negro en conjunto con sus bellos ojos azul claro que me heredo, y
esa agradable sonrisa que hacía sentirme que siempre estaríamos juntos,
presencias que llevo conmigo durante las fases de mi iniciativa.
Preparándome para la siguiente ronda, me coloque en mi espalda el carcaj
fabricado con la piel de un crous de color Página 11 negro azulado
---Detalla la precisión de uno de tus ojos para juzgar la distancia de tu
objetivo antes de lanzar--, consejo que mi hermano me dio, cuando
acudíamos de caza hace tiempo, ocultos entre lo alto de las ramas de los
árboles, a escondidas siempre de nuestros padres, que les molesta que lo
acompañe hasta que esté listo y que lo llevo en mi memoria para este
momento, El dolor de la herida de mi brazo cedió, la sensación en la que
me encuentro lo hace retroceder, a una distancia alejada en frente de mí,
está el objetivo al que tengo que acertar, un tronco de madera con una
silueta de bestia dibujada, como único enemigo tengo las ráfagas de
viento que pasan entre mi mirada chocando con mi rostro, desviando mi
puntería a su paso, lo bueno es que traigo mi pelo corto igual al de mi
Página 12 padre de color negro, no como mi hermano que no entiendo
cómo puede tirar con su pelo negro cubriendo parte de su rostro.
Un silencio extenso siento junto a mí, levanto con mi mano izquierda mi
arco y sujeto la flecha con mi mano derecha, apuntando con la mirada
firme a mi objetivo, acercándome en mi mente como si estuviera justo a
un paso de el, los puntos principales en la cabeza y corazón de la imagen
representan el blanco, cierro mis ojos y doy un suspiro agudo desde mi
interior para calmar mi ansia.
De pronto las ráfagas desaparecen teniendo el camino libre para disparar,
su corazón era donde quiero insertar la punta de mi flecha, parte de mi
cuerpo que me han atravesado con la perdida de mi madre, abrí los ojos y
deje soltar la flecha, su trayecto eterno lo veo, justo a un lado del pecho
del blanco acerté –Bueno para ser la primera vez, está perfecto--, pensé,
tres tiros mas di, cada uno dando cerca del blanco –Creo que el arco no es
mi fuerte--, decía en mi interior.
--No estuvo mal, Falen, mejoraras con Página 13 el tiempo--, palabras
que me dijo Edel, un emisario de mi clan que sentía un aprecio particular
por mi familia que apareció de repente a un costado mío, ser que me da
mala sensación, sin desilusionarme baje mi arco.
–Me esforzare--, así fue como le respondí, ese era el objeto principal de la
iniciativa demostrar mi lugar dentro de mi clan –Guerrero, Arquero,
Cazador, Guardián--, uno por el que tenía que pelear arduamente y
esforzar cada gota de mi ser.
Descanse un poco sobre una piedra que se encontraba cerca, antes de la
tercera fase de iniciación que no se compara con las primeras dos, la fase
de la caza donde solo contra las traiciones del bosque debo afrontar por el
resto del día junto a un arquero, mire el resplandor de mi medallón
dorado, llenando mis ojos de felicidad, viajando a los momentos que pase
con mi familia, en la que mi padre Reily, sonreía más de lo normal,
cargándome entre sus brazos y alzándome al aire para tocar la estrella
blanca y nos brindara la paz, Página 14 momentos inolvidables para mí.
. --Mi pequeño Falen, tu destino traerá paz a este mundo algún día--,
frase que mi madre me repetía constantemente albergando gotas de
esperanza dentro de mi alma, extraño su calor cada día que pasa, solo
buenos recuerdos llevo conmigo.
Un estruendo se escucha a lo lejos de la villa, que rompe mis recuerdos
ante su ruido, nadie sabe lo que es, todo mi pueblo gira su mirada rumbo
a las colinas de la montaña, los guerreros de la villa en acción de defensa
se apresuran a sus puestos de combate, la fase de iniciación ha sido
prolongada, regresando los pequeños guerreros a sus hogares por
mandatos de los superiores, la curiosidad que tengo me lleva a trepar uno
de los grandes árboles que se encuentra cerca de mí, práctica que tengo
por los días de caza con mi hermano, donde acechábamos entre las ramas
verdes de su corteza.
Escalando por medio de las ramas del árbol, siempre me quedo
asombrado mi cuerpo y mi ropa cambian de estado a un Página 15 color
café pálido como el tronco del árbol por el carcaj que me envuelve en su
camuflaje, como el crous del que era parte muy útil en estas situaciones
de alerta, de lo contrario ya me hubiera un guerrero bajado y regañado
por estar espiando en vez de permanecer a salvo, la onda gris que rodea
las afueras de mi villa me impide la visibilidad.
El sonido de los estruendos se acerca cada vez más a las puertas de mi
villa, un simulacro como veces pasadas, llegue a pensar, pero los rostros
de la gente de mi clan afligidos ante la situación, un grupo de siluetas se
reflejan bajando de los valles de la montaña.
Gil mi hermano entre la multitud grita mi nombre –Falen, Falen--, por mi
estado no podía apreciarme a simple vista.
--Por aquí Gil, arriba del viejo árbol de cerezo —podría no haberle dicho y
quedarme observando la situación pero se angustiaría por mí.
Gil se acercó pidiéndome bajara del árbol --Falen, tienes que refugiarte,
ahí Página 16 impuros cerca--, mi corazón que pensé valiente se nublo en
el instante que pronuncio impuros, esas criaturas de color verde que me
habían arrebatado a mi madre están de regreso, solo de pensar en ello
me paraliza llenando mi mente de amargos recuerdos, de mis ojos azules
comienzan a salir pequeñas gotas cristalinas de tristeza, viendo a mi
hermano mover sus labios lentamente, mis oídos no captan sus palabras,
los signos de mi cuerpo se han paralizado por el miedo.
No podía sentir el calor de la mano mi hermano Gil que me estira
inconscientemente hacia la casa del centro de la villa, donde todas las
mujeres adultas y los niños como yo, de tan solo 10 años eran refugiados.
--Falen, aquí estarás a salvo--, fueron sus palabras antes de retirarse, ni
tan siquiera me dio tiempo de decirle que tuviera cuidado por el shock del
estado de ánimo en el que me encuentro, mi garganta se seca por dentro
impidiéndome hablar.
A mi alrededor solo distingo rostros Página 17 afligidos, la puerta se cierra
alejándose mi hermano de mi vista, con mi mano derecha sujeto con
fuerza el medallón dorado que traigo dentro de mi bolsillo, lo saco y lo
coloco contra mi pecho como las noches en los que las pesadillas me
invaden de temor, esperando a que las criaturas se alejen de mi villa,
levanto mi mirada llena de telas de agua que cubren mis ojos hacia un
costado donde observo una pequeña ventana sucia entre tanta
incertidumbre, hacia la que camino para poder presenciar lo que ocurría,
el lamento de las personas a mi alrededor me pone más nervioso de lo
normal.
Con mi rostro junto la ventana, a lo lejos aprecio a mi padre saliendo de la
antigua casa de la iniciativa, desde el otro lado de la ventana toco el
reflejo de su rostro con mi mano, percibiendo su calor, en este preciso
momento quiero salir corriendo hacia donde esta, algo dentro de mi me
detiene a hacerlo, solo pedía con fe a la estrella blanca sin dejar de
apretar mi medallón dorado sobre mi corazón que todo Página 18 se
detuviera, mi padre lo noto en una postura sin miedo y tranquilo como si
todo estuviera bien, a pesar del escándalo de mi clan.
A su lado su compañero más cercano –Dan--, que monta su gran caballo
de color hueso, que tenía tiempo de no verlo por tener la misión de
adiestrar a los guardianes y a mi sorpresa también sale de la casa de
iniciación un joven de tan solo tres años mayor que yo, recuerdo que su
nombre es Danius, un miembro de mi clan elegido como uno de los dos
guardianes, del cual nunca tuve contacto cercano con el por permanecer a
la iniciativa de tres años más adelante, portando una larga túnica blanca
conformada como el suave pelaje de un zorro silvestre que lo distingue en
su clase de guardián, la que arrastraba por los suelos y su rostro oculto
debajo de la tela que porta, rostro que he olvidado por completo.
Mi corazón siente que algo ocurre en mi villa, con mis ojos cristalinos
continuo apreciando la situación desde la sucia ventana, mi padre se
flexiona a la altura de Página 19 Danius, colocando sus dos manos en los
hombros del joven de blanco, me da la impresión que mi padre se está
despidiendo de él, me hubiera gustado haberle tomado la palabra a mi
hermano Gil cuando quiso enseñarme a interpretar el movimiento de los
labios, desde lo alto Dan extiende su mano sujetando la palma del joven
guardián levantándolo del suelo sobre el caballo, montando el mismo
caballo de color hueso, se alejan rápidamente de mi villa, la incertidumbre
me invade respecto a lo que he presencio.
Con la palma de mi mano sobre la ventana, mi padre voltea a donde me
encuentro –Me está observando a mí--, me pregunto, por unos momentos
bajo la mirada, mi padre viene acercándose a donde me refugio, mientras
otros guerreros pasan a su lado hacia un sentido opuesto, con su mirada
triste caminando a la puerta del refugio, algo malo pasa, lo presiento, las
grandes puertas de la casa se abren haciéndome girar mi mirada hacia
ella.
--Falen--, mi padre menciona mi Página 20 nombre en medio de una
multitud de llanto, conmocionado y recuperándome del shock que los
impuros crean sobre mí, camino despacio hacia el sin romper las lagunas
que cubren mis ojos, el espíritu de mi madre me acompaña dentro del
medallón dorado que poseo.
–Padre--, fueron las primeras palabras que me vienen a la mente, mis
ojos y los ojos café claro de mi padre caen en un abismo de tristeza entre
nuestras miradas que se cruzan, conmocionado me abraza como en los
viejos tiempos.
--Mi pequeño Falen--, ya lo había olvidado su cariño, desde la muerte de
mi madre hace mas de 2 años que reprimió sus sentimientos en un
escudo de acero, mí oído junto a su corazón lo escucho latir a un ritmo
acelerado, el tiempo a mi alrededor se detiene por grandes momentos,
vertiendo parte de mis lágrimas en su cuerpo.
Levanto mi mirada hacia su rostro, lanzándome una de esas sonrisas que
ya no me ha brindado desde el ocaso en el que cayó su corazón
–Acompáñame, mi Página 21 pequeño Falen--, aunque estoy alegre por lo
que veo y escucho, en mi ser la angustia me consume, en si sería el
último día que estemos juntos, me toma de mi mano, llevándome con él,
al otro lado el deslice de las espadas y los gritos de batalla comienzan a
sonar con fulgor, los impuros vienen a acabar con mi hogar, la sola idea
de tenerlos en frente de mí, me aterra.
Noto a mi padre serio y distante de los sucesos que se presencian, como
si existiera algo más importante que tuviera que realizar, --No tengas
miedo, mi pequeño Falen, yo estoy contigo--, en mi cabeza sello el paso
de los ruidos de la batalla, mi padre me defendería de su atraco y con mi
carcaj podría ocultarme a la vista de sus grandes ojos rojos que me
persiguen en las noches.
Caminando junto a mi padre en medio de la incertidumbre de ser
desterrado de mi vida, mi padre
A simple vista parece como los demás hogares, mi hermano Gil también
se encuentra dentro de la casa, mi padre lo había llevado como a mí, su
rostro tiene señales de horror que provocan que su cuerpo tiemble de
miedo, admiro el cuarto con determinación, dos estatuas colocadas, cada
una en un extremo de la habitación, la estatua de un rey blanco en el
extremo derecho con sus manos extendidas hacia el frente irradiaba una
sensación cálida de luz.
El extremo izquierdo es cubierto por sombras a merced de una estatua
negra que en sus manos extendidas pose una espada de la que se
desprende una aura obscura, que me provocaba una sensación hostil de
temor con el solo hecho de tenerla frente a mí, petrificando mi alma,
ahora comprendo la reacción del rostro de mi hermano, se encuentra de la
misma forma como alterado por la aura que sobresale de Página 23 la
estatua, cubriéndola mi padre con una túnica negra de la misma tela
como la que vestía Danius, aun así se siente la presencia maligna que la
rodeaba.
Quizá me este volviendo paranoico, o mi hermano también las escuche,
voces leves que provienen dentro de la esencia de la espada, por el temor
que me desprende retrocedo unos pasos tocando con mi espalda la puerta
de la casa de iniciación, los signos de la batalla se escuchan más cerca del
lugar, el olor que se desprende del fuego en que arden las casas es
extenso, penetrando por debajo de la puerto en forma de humo quemado
que sofoca mi sentido del olfato, mi hogar es abatido por los impuros.
Pero mi cuerpo está más paralizado por la esencia de esa espada negra
que mi padre ha cubierto con la túnica negra, el material por el que es
forjada es semejante al granito negro de Antanio, de las profundas
cavernas del oriente, acercándose a mí, mi padre se arrodilla, colocando
entre la palma de mi mano un Página 24 antiguo pergamino de color
amarillo envuelto en polvo.
–Escóndelo y protégelo Falen que te guiara--, no entiendo nada de lo que
está sucediendo.
--Gil te lo vas a llevar lejos junto con la espada--, son las ordenes que mi
padre le daba a mi hermano, que huyéramos de nuestro hogar, sin mirar
atrás siguiéramos adelante, abrazando a mi hermano de la misma forma
que lo hizo conmigo.
El corto tiempo del ataque que sufre mi pueblo nos es insuficiente para
escapar, mi padre se vio forzado a tomar mi mano arrojándome con
fuerza detrás de él, del otro lado el mal olor de la pestilencia que se
desprende de los cuerpos de las criaturas, derribaba la puerta con sus
grandes garras que atraviesan su corteza partiendo la puerta de madera
en dos, aun siento el temor ante esos enormes ojos rojos que recordaba
con crueldad y sus afilados colmillos con los que ansían la sangre de los
desertores a su causa.
Tome con mayor fuerza mi medallón Página 25 dorado, mi padre
interpuesto entre el camino del impuro
Mi padre detenía la amenaza de la criatura, usando todo el rencor que
guarda de tiempo atrás, volteando ligeramente su cabeza, nos daba la
señal de que escapáramos, mi hermano Gil me miro a los ojos, tocándome
mi rostro con una de sus manos despejo las nubes de agua de mis ojos
–No te apartes de mi--, acepte sus palabras, tenemos que correr lo mas
que podamos, es la voluntad de nuestro padre.
Al igual que a mi persona, la espada sobre las manos de la estatua negra,
le daba una sensación de temor, con su mano Página 26 derecha trato de
levantar la espada cubierta con la túnica negra, un humo negro se
desprendió al simple contacto con la piel de mi hermano, que hacia gritar
a Gil de dolor, seguido de un estremecido aullido de penas ajenas,
soltando la espada sobre los suelos, sus manos temblaban, marcas de
quemaduras le fueron creadas sobre ellas.
–Vamos Gil--, le gritaba, la mirada de mi hermano, cambio como si algo lo
hubiera invadido, sujete su mano, implorando que escapáramos, recibí
solo un movimiento por parte de su cabeza, sus ojos no tenían rumbo, con
su mano izquierda me sujeto la mía, parándonos solo unos instantes
miramos la imagen de nuestro padre, de nueva ocasión tendríamos que
dejar una parte de nuestro ser, retirándonos por un túnel que mi padre le
confió a mi hermano por el que caminamos a obscuras hasta el final de él.
A nuestro paso un paisaje rojo de sangre derramada por donde pisamos,
guerreros protegiendo con el honor en alto, criaturas devastando a mi
especie, el último Página 27 aliento del clan de los guardianes caía a los
suelos ante la crueldad de los impuros
--Moriré, aquí--, es lo que mi corazón siente, no obstante seguimos
adelante, porque camino vamos me digo a mi mismo, formándose la
interrogante de que la salida de la villa era del lado opuesto, debo
preguntar a mi hermano Gil, pero su rostro refleja cansancio después de
tocar la espada negra que deja caer al suelo, mejor permanezco callado
para no provocarle molestias ante la eminente situación de dolor por la
que pasamos, dejándome guiar por él.
En frente de mí una pared solida de las que protegen mi villa, como los
arboles más altos del bosque, enredada por un montón de ramas verdes
con espinas azules, por la que no podre trepar, si es la Página 28 idea de
mi hermano que lo haga, mirándolo a él desesperadamente, mover las
ramas con sus dos manos, encajándose espinas en su piel, buscando algo
que desconozco, solo su despacio grito de dolor –Ahhhh---, no tengo
cabeza para pensar, mi mirada hacia atrás y de frente a mi hermano sin
parar.
--Gil, ya vienen, salgamos de aquí--, unos momentos pensé en ocultarme
y dejarlo ahí, como abandonar a mi familia es lo que me contradecía.
--Por fin la encontré Falen, ven, acércate--, el rostro de esperanza de salir
de la villa con vida lo iluminaba.
--Por aquí saldremos--, fue cuando comprendí, una grieta entre la pared
por la que ambos cabíamos, sumí el estómago y me deslice por en medio
del hueco.
--Cuidado con la cabeza---, las piedras raspan parte de mi rostro y
brazos, es poco el dolor que siento en comparación con las pérdidas de las
personas que forman parte de mi vida.
Corriendo dentro del bosque gris nos Página 29 alejamos más de nuestro
hogar, Gil, mi hermano, lo noto decaído, su rostro con una tez de color
amarillo pálido es cubierto, su mano derecha palpita, las quemaduras de
su mano se secan dejando unas manchas negras que se impregnadas en
su piel, ya estamos alejados del valle de Ardan, soltando su mano nos
detenemos cerca de un árbol en perfecto estado de color verde, en el que
lo recargo a descansar un rato, su respiración la siento afligida, en mi ser
presiento que algo malo le ocurre a mi hermano, su mirada se desvanece
lentamente ante mis ojos cristalinos.
Con mi mirada busco a mi alrededor una parte que tuviera aunque fuera
un charco de agua para darle de beber un poco, solo arboles nos rodean,
cada vez veo peor a mi hermano, su cuerpo comienza a contraerse.
--Perderé a mi hermano--, es un miedo que me invade, me siento un
inútil por no poder ayudarlo, solo sujetar su mano puedo hacer, despacio
deja de contraerse y de sonar su respiración, su cuerpo lo siento Página
30 frio.
La mirada de mi hermano penetra mi alma con sus grandes ojos azul
claro, su luz se apaga poco a poco, sujetando mi mano derecha, habla en
susurros que no logro comprender a la perfección, la interferencia por la
falta de aire altera sus palabras.
–En esta era de Sombras tu luz brillara--, son las palabras que logro
descifrar, sus labios se secan partiéndolos por el ardo frio, los parpados de
sus ojos se pierden sin rumbo, su respiración se detiene ,mi hermano Gil
ha fallecido ante mi pesar, cerré su piel cubriendo sus ojos con la palma
de mi mano, lo veo tan quieto, me acurruco a la derecha de su cuerpo,
atravesando mi mano sobre su estómago lo abrase con fuerza en medio
de las gotas de tristeza que vertía en su cuerpo, quedándome dormido en
la espera de un largo momento de lamento.
Los ruidos del bosque me despiertan de mi sueño, con la pena que cargo
en mi alma, despego con dolor mis pestañas que están atadas con gotas
de hielo , tengo Página 31 miedo de abrir mis ojos y ver a mi hermano en
su sueño eterno, ahí está a un lado mío, recostado en un silencio
profundo, envuelto en una tez negra en toda la piel de su cuerpo, como si
un hechizo lo hubiera quemado, deseo tocarlo una vez más antes de
continuar mi camino, la incertidumbre me invade, mi mano a un lado de
su rostro, --Es mi hermano--, del árbol verde se desprenden hojas que
descienden a los fríos suelos, secas como si estuviera muriendo el árbol
también, justo al momento de tocar la mejilla de mi hermano con la punta
de uno de mis dedos, su cuerpo comienza a evaporarse en el aire en
forma de cenizas negras, esparciéndose en el entorno del bosque.
Con mi alma rota en pedazos, me siento vacío, solo en un mundo tan
grande donde he perdido a cada uno de mis seres queridos, inclino mis
rodillas para tomar la espada que llevaba consigo mi hermano, un
recuerdo de Gil con el que me protegeré de los seres que quieran
reclamar mi vida, en ella la silueta que distinguía a mi clan espadas
alrededor de su empuñadura>>, una espada que usare para honrar a mi
especie y vengar algún día a mi familia, es en lo único que pienso, mis
padres y mi hermano, en recuerdos los tendría para siempre, alzando mi
mirada rumbo a los peligros de los bosques que me aguardan.
Página 33 CAPITULO 2 – LA NOCHE FRIA.
En las noche fría que no cesan en las tierras de Ensire una gran capa gris
se centra sobre la cima de la montaña blanca al oeste, los vientos se
acumulan en el corazón de su centro, una perturbación a los espíritus
durmientes que la habitan enfurecen sus alma ante la opresión de los
impuros, ráfagas de estruendos en los cielos retumban con una fuerza
impresionante, su fulgor desciende en ráfagas de luz que chocan contra
los árboles, uno tras otro dejan caer su furia.
Pequeñas lagrimas cristalinas descienden de sus cielos, copo tras copo
comienzan a cubrir los suelos del mundo en un mar de tristeza de color
blanco, viéndolo caer desde lo más alto, el reflejo de miles de caídos
yacían en el entorno, una pequeña luz nace en las leyendas de la estrella
blanca.
Página 34 CAPITULO 3 - LA ESPADA NEGRA.
Un aura me arrastra a su ilusión que avanza a una gran velocidad
nublando su paso, mi entorno se obscurece en una gran nube negra
dentro de su rojo siniestro, me domina alterando mi sentido de
percepción, el seco silencio es aterrador.
Esclavo de las sombras, cuatro muros encierran mi alma en un abismo sin
luz, un hechizo poderoso dentro de la espada, la imagen de un espectro
negro llora en las zonas obscuras, un destino funde mi alma en su interior,
la luz interna de mi corazón suprime los recuerdos de venganza para no
caer en la tentación de las sombras que alimentan el odio.
El hijo prófugo a Ardan regresa, la imagen del traidor a la opresión del
valle muestra su rostro, el símbolo de los impuros lo marca, una era de
sombras se levanta de las profundas entrañas de las tierras.
Página 35 CAPITULO 4 – SOMBRAS DE LA NOCHE.
El reflejo de mi espíritu dentro de una esfera de cristal, grupos de almas
en una apariencia de sombra vuela alrededor, susurran en dolor,
reclamando mi ser, la sangre del lobo sacrificado arde en una intensa
llamarada obscura, solo la espada negra y mi ser, su palpitar me aturde,
mis ojos tornados en su profundo gris claro a un mundo diferente de
sombras, Dentro de los manuscritos en un reino distante de Minius una
respuesta a la lengua antigua del viejo pergamino.
La sed de la espada esta desatada, su voluntad de poseer una vida más
no la puedo contener, delgados hilos mueven mi cuerpo, como un títere a
su poder.
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