Capítulo 3 – El trabajo de la muerte en las instituciones El análisis de las instituciones revela su carácter paradójico **Se trata por un parte de lugares pacificados, que funcionan bajo la égida de normas interiorizadas y donde reina el suficiente acuerdo como para encarar y conducir una obra colectiva. **A diferencia de las organizaciones cuyo objetivo es la producción de bienes y servicios y donde su desaparición no implica consecuencias notables en la dinámica social, las instituciones tienden a iniciar modalidades específicas de relación social, a formar y socializar a los individuos de acuerdo con un patrón específico y tienen la voluntad de prolongar un estado de cosas, por lo cual poseen un papel esencial en la regulación social global. **FINALIDAD PRIMORDIAL colaborar con el mantenimiento o renovación de las fuerzas vivas de la comunidad, de existencia y no de producción: se centra en las relaciones humanas, en la trama simbólica e imaginaria donde ellas se inscriben y no en las relaciones económicas. **También sellan el ingreso del hombre a un universo de valores crean normas particulares y sistemas de referencia (mitos o ideologías) que sirven como ley organizadora de la vida física, mental y social. **Toda institución tiene la vocación de encarnar el bien comúnPara hacerlo, favorece la manifestación de pulsiones con la condición de que se metaforicen y metabolicen en deseos socialmente aceptables, así como es despliegue de fantasmas y proyecciones imaginarias en tanto trabajen en un proyecto mas o menos ilusorio de la inst, ya q emergencia de simbs tiene a fn de unificar la inst y garantizar su poder sobre la cc y el icc de sus miembros. **Sin instituciones sería inconcebible la civilización así la significación última del mensaje institucional, es la presencia íntegra de Eros que vincula a los seres entre sí y permite a cada cual reconocer el otro como su prójimo. El clamor del Eros tiene posibilidades de transformar a los miembros de la institución, pero si así es el caso, no podrán darse cuenta de la silenciosa entrada del Tánatos en el proceso de instauración del vínculo. En efecto, el Eros favorece la identificación mutua, la cohesión, haciendo funcionar a la institución como una comunidad de negación. Cuando sobreviene esa situación, triunfa la indiferenciación y homogeneización. Los seres humanos se consideran completamente fraternales. Un modelo de trabajo de eficacia (el miedo aquí es a la pérdida de tiempo) es sustituido por un modelo de fusión, de cooperación y de comunicación sin fallas (miedo al tiempo vacio, sin comunión). **A partir del momento que una institución vive bajo el modelo comunal, tiende a evitar tensiones o mantenerlas lo más bajo posible. Fna como un sist q permite la preservación de estados estables (homeostasis) y con un aumento de la entropía (rechazo a la creatividad), aumento tal q el único camino que queda es el regreso al estado orgánico. Tánatos se despliega en el lugar mismo donde parecía dominar Eros. **Las instituciones no pueden impedir la emergencia de lo que estuvo en su origen y les dio existencia: la violencia fundadora. Si bien renunciaron a la violencia de todos contra todos, instauraron la violencia legal. Al enunciar prohibiciones, dllar el sentim de culpabilidad, se enuncia no como sino como LEY ESTRUCTURAL. **Sabemos que la prohibición suscita el deseo de transgresión. La ley prohíbe lo que los hombres serían capaces de hacer bajo la presión de ciertos instintos (Frazer). La violencia parece consustancial a la vida institucional, en tanto procede de la legalidad que reclama a los hombres la renuncia a sus pulsiones, siendo capaz de reavivar el conflicto entre iguales y favorecer el deseo de transgresión. Pero la violencia no es solo legal, en cuanto se instituye un gr se ponen en fnam mecanismos nvos: indvs proyectan en el ext puls y –O ints, ataques contra los vínculos, tipos de defensa primarios (clivaje ej), proliferación de mentiras, etc. **En cuanto a las estructuras adoptadas para que una institución funcione, se presentan como “defensa contra ansiedad depresiva y persecutoria” o bien como defensas contra lo informe, las pulsiones, los otros, lo desconocido, la palabra libre, el pensamiento. Si admitimos que la institución, a pesar de sus estructuras, no instaura una pantalla suficiente como para impedir que sus miembros se sientan mutuamente invadidos por las proyecciones de otros y experimentan sentimientos de intrusión de su psique (entre otras cosas), hemos de admitir que el Tánatos desempeña un papel esencial en la vida de la institución. Las instituciones: Sistemas culturales, simbólicos e imaginarios Las instituciones, elementos de regulación social global e imagen de lo divino (xq se enuncia como la única q promete a quienes la habitan salvación y rendención), se presentan como conjuntos culturales, simbólicos e imaginarios. 1. Sistemas Culturales 1.1. Ofrecen una CULTURA sistema de valores y normas, sistema de pensamiento y acción que debe modelar la conducta de sus agentes ante individuos que les son confiados o expresaron demanda respecto de ellas. 1.2. Establecen cierta manera d vivir en la inst, una armazón estructural (ej. Reunión institucional) q se cristaliza en determinada cultura (ej atribución de lugares, expectativas, roles) q tienden a facilitar la edificación colectiva. 1.3. Desarrollan un proceso de formación y socialización de los diferentes actores, para que cada uno pueda definirse en relación con el ideal propuesto. LOS 3 MOMENTOS CULTS SON INDISPENSABLES PARA EL ESTABLECIM Y PERMANENCIA DE LA INST PORQUE GARANTIZAN LA IDENTIDAD A LA QUE ASPIRA TODO CONJUNTO SOCIAL. 2. Sistemas Simbólicos Una institución no puede vivir sin segregar uno o varios mitos unificadores, sin instaurar ritos de iniciación, de tránsito y de logros, sin darse héroes e inventar historias. Mitos, ritos, héroes, sagas su función es sedimentar la acción de los miembros de la institución, servirles como sistemas de legitimación, dando sentido a sus prácticas y a su vida. Entonces la institución puede presentarse como un objeto ideal a interiorizar. Las instituciones “sin historia” tienen mitos, ritos y héroes, pero no necesitan evocarlos constantemente. Cuando el mito se mantiene a la mayor distancia posible de los hombres, desempeña la función de garante de la vida psíquica y social. Cuando el mito se vuelve invasor, atrapa a los seres y les quita toda posibilidad de escapar a la ruina que los acecha. 3. Sistemas imaginarios Imaginarios en la medida en que la institución va a tratar de atrapar a los sujetos en la trampa de sus propios deseos de afirmación narcisista y de identificación, en sus fantasmas de omnipotencia o en su demanda de amor, fortaleciéndose de poder responder a sus deseos y de transformar sus fantasmas en realidad. Imaginarios también en tanto la institución les garantiza su capacidad de protegerlos de la posibilidad de vacilación de su identidad, de sus miedos de destrucción, de la angustia de fragmentación de la vida comunitaria, procurándoles las sólidas corazas del status y el rol y la identidad masiva de la institución. Al prometerles tratar de responder a su llamado (angs, deseos, fantasmas, demandas) tiende a sustituir con su ppio imaginario el de ellos. I) LAS CARACTERÍSTICAS DE LAS INSTITUCIONES TERAPEUTICAS Estas instituciones están pobladas de individuos que por su naturaleza ocupan posiciones asimétricas. Coloca de un lado los profesionales poseedores de técnicas más o menos sofisticadas, y de otro a los clientes que serían objetos de esas técnicas. Además ofrecen una modalidad de existencia particular, aquí la relación asimétrica es permanente (no como en las familias donde el niño puede llegar a ser adulto dejando la dependencia), y los individuos atendidos nunca llegarán a ser miembros activos de estas instituciones. Estos pacientes demandan cura, ayuda, asistencia, consejo, dispuestos a la sumisión, pero también con sus exigencias desmesuradas y sus posibilidades de rebelión y violencia. 1. Encuentro con lo arbitrario *Se trata de personas que como lo subraya P. Aulagnier, han encontrado en sus vidas lo arbitrario y no una ley estructurante. *Han experimentado un exceso (ejemplo de exceso de golpes o contacto erótico), que los hacen vivir en una situación de carencia afectiva insoportable. De modo que no tuvieron la posibilidad de confrontarse ni con límites y prohibiciones aceptables, por consiguiente estructurantes, ni con un amor positivo q favoreciera la autonomía de su personalidad. *No han estado en condiciones de vivir una represión necesaria para la constitución de un sujeto viviente. Si esa represión hubiera tenido lugar, hubiera sido creadora de cultura y de lenguaje y hubiera abierto las puertas a la sublimación. 2. El exceso de las prohibiciones *Pacientes que padecieron una educación rígida, de tipo puritano, donde lo que estaba en juego no era solo no transgredir la prohibición, sino considerar con horror lo designado por ella. Cuando sucede asistimos a un desarrollo tal del sentimiento de culpa, derivado de la angustia ante la retirada de amor, de la angustia ante el superyó que a través de la renuncia casi completa de la satisfacción de las pulsiones, lleva a niveles de tensión intolerables. *Son incapaces de seguir el principio de placer, no saben amar, incapaces de deseo y de la búsqueda de un objeto que les procure placer. *Son individuos socialmente instituidos viven en el espacio social y se han arriesgado a ignorar su espacio psíquico, o lo han nutrido de prohibiciones e intimaciones de valores sociales y paternales, han muerto para sí mismos. Son incapaces de creación. *Cuando no experimentan fallas en su caparazón se conforman con vivir como muertos-vivos, y con hacer pagar a su entorno su estado de renunciamiento pulsional erótico. Ejercen su voluntad de control, doblegando a los otros bajo el peso de sus exigencias, vuelcan en esos su pulsión agresiva. Si se instala la fallase sienten perseguidos, no entienden q les pasa, pueden inclinarse a la locura o ser presas de la idea de suicidio. 3. El déficit de prohibiciones *La civilización moderna favorece la eclosión de individuos abandonados a sí mismos, a quienes los padres no pudieron servir de referencia porque, viviendo ellos mismos en estado de perturbación son incapaces de enunciar prohibiciones estructurantes. *Están despojados de superyó y de ideal del yo. *Tiene como grupo de apoyo a sus pares y los ideales mediáticos propuestos masivamente. Se entrega a los ídolos, a los impulsos primitivos y vive bajo la égida de lo arcaico. *Viven en lo transitorio, en el encuentro instantáneo y a quienes les falta la capacidad de confrontarse con la alteridad debido a que la suya nunca fue conocida. El otro solo puede ser percibido como objeto de satisfacción de sus necesidades inmediatas. *Si los individuos que padecieron el exceso de las prohibiciones están movidos por un sentimiento de culpa insoportable, estos son incapaces de sentir culpa o remordimiento. *Sufren violentamente por no haber encontrado puntos de sostén y anclaje. Seres de la fragmentación, de intensidades, contactos instantáneos, el mañana no existe, nadie es responsable de nada, ese es su credo. 4. El laberinto de las prohibiciones *Si en algunos aspectos nuestra civilización expresa una ausencia de prohibiciones estructurantes, en otros multiplica las prohibiciones y las obligaciones cargadas de arbitrariedad Los individuos se ven atrapados en una serie de normas no jerarquizadas que les impiden tener puntos de apoyo donde apuntalar sus vidas. Cuanto más pierde el individuo sus puntos de referencia, más fragmentada resulta su identidad. Así se vuelve comprensible el ascenso de la neurosis vinculado con la imposibilidad de referencia a normas de conducta universales. *Las únicas soluciones abiertas al sujeto (además de la neurosis) son: replegarse a sí mismos (personalidad narcisista – incapaces de reconocer a los otros) o la elección de norma temporaria valorizada, que sirve de ideal y rige su vida, que culmina en la creación de “personalidades oscilantes”. *Estos dos tipos de personalidades nunca piden ayuda, porque son incapaces de interrogarse. *Cualquiera sea el sufrimiento que opera en la psique de estos diversos pacientes, se presentan como individuos desadaptados, fragmentados, atravesados por la pulsión de muerte de los otros que interiorizaron y que vuelven contra ellos mismos y contra su entorno, empujados por el odio a sí y de los otros, o al menos, por una interrogación dolorosa que pone en cuestión la posibilidad de estar vivos. Su psique está en peligro de muerte arrastrando a la muerte física propia y de los otros. III. EL EQUIPO TERAPEUTICO Los individuos que están mal consigo mismos, encuentran operadores sociales que los tomaran a su cargo dentro de una institución. Quienes trabajan en lo “psíquico” lo hacen por razones variadas, pero entre ellas se remiten a constantes que es interesante revelar: Son seres marginalesNo se interesan por la producción, ni por la decisión ni en el poder, en nada que sea constitutivo de la existencia de esta sociedad. Ser marginal significa conducirse de manera no congruente con el sistema social y tomarse a pecho lo que al sistema no le preocupa: la verdad y la autonomía del sujeto. Esta posición comporta como posibilidad la negación o el olvido de las exigencias sociales y la realidad histórica, donde el terapeuta y el paciente están comprometidos. *en la medida en q el pcte es un marginal el treapeuta corre el riesgo de quedar fascinado por este, identificarse con él y sus normas o establecer una connivencia tal q contribuirá a crear una sit en q el análisis se hara imposible. Personas preocupadas por sus problemas psíquicos Estos operadores están preocupados por sus problemas psíquicos mal o insuficientemente resueltos. Es corriente constatar que el terapeuta sigue su propio trabajo de exploración de su psique en la relación que entabla con los pacientes. *El problema esencial del terapeuta es el de su mito personal Este concierne al origen y la pregunta que se plantea el terapeuta es central a partir de la cual se constituye todo sujeto humano ¿De dónde vienen los niños? En la mayor parte de la gente esta pregunta está olvidada o recubierta. En los terapeutas se mantiene presente de manera punzante. El terapeuta nunca está seguro de haber sido deseado, de haber nacido realmente, de estar en condiciones de favorecer el nacimiento de otro. Necesita de los otros pero también su odio y sus preguntas para saber que existe. El peligro que hace correr a su cliente, al no poder tratar sus conflictos, es plantearse como referencia provocando un conflicto afectivo en el paciente que tienda a volverlo enfermo, loco y sin deseos. Seres en proceso de cambio El terapeuta percibe al individuo como ser en proceso de cambio que vive de sus conflictos, de sus contradicciones y del intento de tratarlos. *Desea favorecer en el otro el proceso de descubrimiento de la verdad que lo constituye e instituye. El problema es entonces no dejarse seducir por la idea de la buena forma a la que debiera acceder su cliente para que éste realice sus posibilidades. *Todo terapeuta más o menos poner en marcha, sobre el escenario de la relación con otro, proyectos cc o fantasmas icc referidos al modelo del formador, el que da la buena forma (el médico obsesionado con la cura, el militante que transforma el mundo, etc). Pero estos modelos no son inocentes, por ejemplo del deseo de cura (motor exclusivo de la acción) puede provocar una reacción terapéutica negativa y encerrar aún más al paciente en sus dificultades. Todo terapeuta se encuentra en una situación de poder y puede ceder a la tendencia de abusar de él, aún cuando conscientemente sepa que debe resistir a ella. IV. EL FUNCIONAMIENTO INSTITUCIONAL Los fantasmas y los proyectos de los terapeutas se inscriben en un funcionamiento institucional que concurre al despliegue del trabajo de la muerte. Tenemos que tratar de entender el por qué “la muerte repercute en esta voz extraña” de la institución. La institución es un lugar donde se rozan distintos tipos de asistentes, que ocupan jerarquías y roles teóricamente estabilizados y entre los cuales se anudan relaciones de poder. La ideología igualitaria Las instituciones viven bajo la égida de una ideología igualitaria. Cada uno de los operadores sociales tienen en su terreno una función terapéutica. La cooperación de los iguales se plantea como una necesidad, pero esta a su vez resulta desmentida. Cada especialista puede sucumbir al deseo de pensar que los progresos del atendido se deben a la técnica específica que emplea. Las instituciones tienden a resolver esto creando sesiones de trabajo en común sobre los casos-problemas, y sesiones de regulación de equipo cuya finalidad es la resolución de los conflictos que podrían sobrevenir. Estas reuniones dirigidas a “hablar problemas” se convierten en rituales vacíos. Raras vez abordan los verdaderos problemas, ya que si lo hicieran, podrían poner en peligro la seguridad e identidad de cada cual. El fantasma delos primeros fundadores En estos conjuntos merodea un fantasma: el de los primeros fundadores y la envoltura mítica que forjaron, permitiendo la fundación de la institución. Un fantasma desempeña un cuádruple papel: - Expresar que en el tiempo del origen existía un equipo cohesionado, sin problemas internos que lo movía un proyecto coherente: de ahí el ascenso de un sentimiento de culpabilidad en los nuevos que no llegan a mostrarse dignos de esos antepasados. - Mantener el poder de los fundadores, cuando están siempre presentes en la institución, son considerados polos ideales y puntos de referencia identificatorios. - No poner en discusión el proyecto inicial que, si fuera analizado, mostraría las fallas e inconsecuencias que presentan desde su génesis y que son causa de las dificultades actuales. -Favorecer historias que por una parte atestiguan la presencia subterránea de una escena primitiva insoportable, por otra parte la perturbación de una serie de diferentes crímenes silenciados que sirvieron para dar una andadura trágica al conjunto de la vida institucional. Todos esos elementos (CULPABILIZACION, PODER, DIFICULTAD DE CAMBIO, FALLA INCONFESADA) hacen de la institución una gran máquina que experimenta grandes dificultades para abandonar el lugar de origen y preocuparse de los problemas cotidianos que tiene que resolver. La autonomización de la vida fantasmática Lo que es el producto histórico de las ideas, los sentimientos, los actos planeados por los miembros de la institución, no es reconocido como tal y termina viviendo una vida fantasmática autónoma. Así es como la institución se convierte en un verdadero artefacto que guía la conducta de sus miembros, sin darse cuenta que son ellos los actores reales y de que la institución no es más que lo que ellos hacen. *Dos soluciones se les ofrecen: u obedecen a las intimidaciones vividas como externas (aun cuando a veces las han interiorizado); o eluden las normas y se comportan fuera de lo previsto, pero sin decirlo por miedo a ser evaluado: entonces se instala el secreto siempre amenazado por el descubrimiento. Cuando hablen de lo que hacen, no dirán la verdad e insistirán en los valores de la institución para no ser sospechosos de desviación. Efectos de la clausura del sistema La institución, en tanto estructura cerrada, segrega todos los elementos inherentes a los sistemas cerrados: la repetición de conductas, el ascenso de la burocracia y la tendencia radical al aumento de la entropía, y por consiguiente a la desorganización y a la muerte. La tendencia a la reducción de tensiones es una característica central de este tipo de institución, en la medida en que la evocación y el tratamiento de los problemas podrían implicar niveles de tensión intolerables. El reducir las tensiones a cero se traduce en el agotamiento de las instituciones, en la imposibilidad de articular lo real con lo ideal, en la dispersión de esfuerzos, etc. *Org viviente puede enfrentar los desafíos ints y exts, acoger el sentido q circula en ella y dar sentido a lo que hace. Org mortífera al hacer las conductas conflictivas y no significativas culmina en el silencio del deseo en el odio del deseo y en la instauración de un proc de descomposición. La utilización de los pacientes por quienes los asisten La relación que el colectivo de asistentes entabla con sus pacientes está naturalmente moldeada por la relación que entablan con su institución. Se les ofrece dos estrategias: a- No hablar del objeto de su trabajo o hacerlo hablar a su manera, sin correr riesgos 1.1 Utilizar directamente a los pacientes para regular los propios problemas de grupo Los que asisten pueden obligar a los asistidos. Sustituyen con sus palabras las de los enfermos para plantearse como voceros de su demanda, sin que ella pueda expresarse con tu cortejo de angustias y de violencias en un lugar público donde la palabra fuera esperada y escuchada. Las dificultades para hablar de los enfermos está vinculada no solo a su defensa contra toda herida narcisista sino también a la presencia del fantasma de la muerte física y psíquica. Todo el mundo esta expuesto a la muerte, por ende quienes tmb. Pueden ser agredidos física y psicológicamente por sus pacientes, de cuya locura tienen miedo. La violencia tmb puede producirse en el caso inverso, cuando hay rels de cza entre miembros del equipo asistencial y pctes, los cuidadores pueden estar fascinados por la enf de estos y al querer ayudarlos ser manipulados y ver amenazado su equilibro. 1.2 Los que cuidan pueden utilizar a los pacientes para arreglar sus problemas Las relaciones de poder instituidas que existe en el equipo pueden modificarse o modularse gracias al poder que ejercen de modo real o ficticio algunos miembros, sobre los enfermos. Tratarán de modificar el comportamiento de los de los asistidos de manera diferente y contradictoria. Los enfermos al vivir una situación contradictoria, colocados en una situación que los enloquece y con la que nada pueden hacer, corren el riesgo de verse atrapados en un proceso de fragmentación y no de construcción, porque no están sometidos a una ley organizadora, experimentando en su psique y en su cuerpo la violencia de la fragmentación institucional, encarnada en la rivalidad y la afirmación narcisista de sus miembros. La institución sometida al proceso de contagio de la locuraUn grupo no puede existir como tal si no se ponen en marcha fenómenos de identificación con una o varias personas centrales que encarnan un ideal, de proyección de las pulsiones amorosas (y agresivas) sobre el líder, de la derivación de la agresividad hacia chivos emisarios. La institución se coloca entonces bajo la amenaza constante de la aparición de un fanatismo de grupo. Una institución, atraída a ese camino temible (la focalización de su vida afectiva de la comunidad en indv o indvs mas extravagantes, delirantes, peligrosos dado q son los indvs q se pstan como mitos encarnados), puede estabilizarse en un funcionamiento neurótico o psicótico que se convierte en la cultura a la que cada cual pertenece, y en ideal común. La locura colectiva tendrá posibilidades de mantenerse o ser llevada a su culminación. Generada por una persona central perteneciente a la categoría de los asistidos o los asistentes, alcanzara a los diversos miembros de la institución en lo más íntimo de ellos, aumentando la cohesión mortífera y fragmentadora del conjunto. Sin embargo si se realiza un trabajo de análisis las inst pueden ingresar en un trabajo de elaboración y escapar de esa posesión totalizadora. V. EL ROSTRO AMABLE DE LA MUERTE 1. La pulsión de la vida al servicio de la muerte La pulsión de vida en su actividad de vinculación y de creación de unidades cada vez más grandes, puede traer, al favorecer las identificaciones mutuas, la construcción de una cohesión defensiva, de procesos fusionales, de comportamientos homogéneos, esto es, contribuir al acrecentamiento de la entropía. En las instituciones, la pulsión de vida se dirige a favorecer la instauración de vínculos amorosos de tipo homosexual o unisexual, inhibidos en cuanto a su fin. Esto da fuerza a la inst pero impide reconocer la diferencia de los sexos, indicio mas radical de la alteridad. La institución no vive de amor, sino solamente de amor canalizado y sublimado en actividades prescriptas por la institución, y que sirven para fijarla y reproducirla. La pulsión de vida, actuaría sin saberlo al serv. De la pulsión de muerte. 2.El trabajo de la pulsión de muerte en el origen de procesos vivientes 2.1. Al nivel individual a. La aceptación de la muerte presente en nosotros hace de cada uno de nosotros un individuo empujado a ser inventivo y a dejar su huella en el mundo. Si fueramos inmortales o si no aceptaramos q somos mortales todo daría igual. No habría ninguna razón para realizar una acción y no otra, dado q el tiempo inmóvil seria suceptible siempre de tomarlo en cuenta. Es por la familiaridad con la muerte, por la meditación sobre la muerte y la finitud, q el ser viviente puede acceder al orden de lo viviente. b. Vivir implica siempre una lucha por el reconocimiento. Quien lucha por esto dice violencia, donde se encuentra pste la posibilidad de nuestra muerte y la de los otros. En esa lucha tmb esta comprometido el otro. Si cada cual puede perderlo todo la victoria se hace por eso mas gratificante. c. Sin el trabajo de la muerte el hombre tendría escasas posibilidades de cuestionarse, de deshacer sus vínculos, de provocar rupturas dentro de si mismo. Todo trabajo sobre si es un trabajo dolores donde el hombre toma ccia de lo q se pierde sin estar seguro de ganar y sin poder comprender lo q va a ganar. 2.2. A nivel colectivo La triple posibilidad enunciada (aceptación de la muerte, lucha por el reconocimiento, cuestionarse) puede manifestarse en las inst. claro que ellas van a tender a negar la muerte, es su nza, a enmarcar la lucha por el reconocimieno en estructuras de poder, a minimizar cuestionamientos fundamentales, sin embargo no pueden trabar por completo su acción sin condenarse a decaer. Por nivel colectivo refiere la presencia de otro proceso respecto de los ya mencionados y especifico de la inst: EL PROC DE DISGREGACION Q LA AFECTA DESDE SU ORIGEN. El trabajo de la muerte en la medida q desvincula lo q esta fuertemente vinculado, q quiebra las identidades defensivas y sacude las estructuras establecidas, que obliga a ver problemas allí donde solo se percibían conductas adaptadas, condena a la inst a identificar sus probs, a intentar tratarlos, a exigir conductas nvas a sus miembros y enfrentarse a lo imprevisto en ellos y otros. LA MUERTE SE PSTA BAJO EL ROSTRO DE LA DESESTRUCTURACION-REESTRUCTURACION. Cada vez q la inst experimento una crisis, cada vez que supo q podía morir y se preparo para esa eventualidd, en realidad se dio los medios para continuar viviendo. Naturalmente muchas insts no pudieron superar ese estadio de dislocación y sucumbieron. El TRABAJO DE LA MUERTE se confunde con el trabajo de lo negativo, pero lo negativo tiene dos rostros: - El de la destrucción, signo del odio por la forma viviente - El de la destrucción de la unidad-identiddad, signo de amor por la variedad. Las insts y en especial las asistenciales, obsesionadas por la muerte psíquica, corren el peligro de no ver en Tanatos mas q su faz demoniaca real y a darle todo el campo a investir. Sin embargo, si aceptan no espantarse ante la muerte y mantenerse en ella tienen la posibilidad de hacer surgir la vida (ej hacer la dificultades un emblema de su renacimiento o encontrar nuevos caminos donde comprometerse).