REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA UNIVERSIDAD RAFAEL URDANETA FACULTAD DE CIENCIAS POLÍTICAS, ADMINISTRATIVAS Y SOCIALES ESCUELA DE DERECHO TRABAJO ESPECIAL DE GRADO S O D A ERV ES R S O H C E DER ESTUDIO DEL ALCANCE DE LA ACCIÓN DE NULIDAD Y LA POTESTAD REVOCATORIA DE LOS ACTOS ADMINISTRATIVOS DE LA ADMINISTRACIÓN PÚBLICA VENEZOLANA COMO MEDIO DE REVISION Y MANIFESTACION DEL PRINCIPIO DE AUTOTUTELA ADMINISTRATIVA AUTORA: CARMEN MARIA MARQUEZ C.I: 18.409.210 TUTORA ACADÉMICA: PROF. INNES FARIA S O D A ERV ES R S O H C E DER ESTUDIO DEL ALCANCE DE LA ACCIÓN DE NULIDAD Y LA POTESTAD REVOCATORIA DE LOS ACTOS ADMINISTRATIVOS DE LA ADMINISTRACIÓN PÚBLICA VENEZOLANA COMO MEDIO DE REVISION Y MANIFESTACION DEL PRINCIPIO DE AUTOTUTELA ADMINISTRATIVA ii HOJA DE EVALUACION Este jurado aprueba el Trabajo Especial de Grado Titulado: “Estudio del alcance de la acción de nulidad y la potestad revocatoria de los actos administrativos de la Administración Pública venezolana como medio de revisión y manifestación del principio de autotutela administrativa”, que la Bachiller Márquez Luzardo, Carmen María, presentó para optar al título de Abogada. S O D A ERV S E R S ________________________________ O H C E DER Dra. Innes Faría Tutor _______________________ _______________________ Jurado Jurado ________________________ _____________________ Dra. Tania Méndez Econ. Alfredo León Directora de la Escuela de Derecho Decano de la Facultad de Ciencias Políticas, Administrativas, y sociales Maracaibo, Diciembre 2.009. iii S O D A ERV ES R S O H C E DER Agradecimientos. A Dios. A mis padres, A mis hermanos, A mis compañeros y futuros colegas, A las profesoras Innes Faría Milagros Quijada, y demás profesionales de la Universidad Rafael Urdaneta, que cooperan en la labor fundamental de la enseñanza. iv S O D A ERV ES R S O H C E DER Dedicatoria. A mi familia por ser mi ejemplo, A mis padres, a quienes les debo todo, A mis hermanos, Y a mis amigos, por su apoyo. v UNIVERSIDAD RAFAEL URDANETA FACULTAD DE CIENCIAS POLÍTICAS, ADMINISTRATIVAS Y SOCIALES ESCUELA DE DERECHO TRABAJO ESPECIAL DE GRADO ESTUDIO DEL ALCANCE DE LA ACCIÓN DE NULIDAD Y LA POTESTAD REVOCATORIA DE LOS ACTOS ADMINISTRATIVOS DE LA ADMINISTRACIÓN PÚBLICA VENEZOLANA COMO MEDIO DE REVISION Y MANIFESTACION DEL PRINCIPIO DE AUTOTUTELA ADMINISTRATIVA Autora: Carmen Márquez Tutora: Innes Faría Fecha: Diciembre 2.008 S O D A ERV RESUMEN ES R S O H C E La Ley de Procedimientos Administrativos consagra en su R DEOrgánica artículo 82 y 83, la potestad de la Administración Pública de revocar sus propios actos administrativos; y la acción de nulidad como medio de impugnación de los actos viciados, respectivamente. En cuanto a la revocación de oficio, ésta encuentra su fundamento en el retiro material de los efectos de un acto válido en su forma y contenido, institución la cual, para determinar su alcance, se abordó el estudio del principio de legalidad como consecuencia del Estado de Derecho y la sujeción del ejercicio de las potestades discrecionales de la Administración a éste; en el cual se concluyó como único fundamento de su ejercicio, la mutación sobrevenida de las situaciones de hecho que originaron su emisión, es decir, sólo por razones de inoportunidad. En relación a la segunda institución; la acción de nulidad, es entendida como el medio de impugnación ejercido por los particulares sobre los actos administrativos viciados, contrarios a derecho, bien sea de nulidad absoluta o relativa; para determinar su alcance era necesario precisar los límites de su ejercicio analizando de ésta forma, las situaciones de hecho y de derecho abarcadas por el vocablo podrá, sin limites de tiempo, y el respeto a los derechos adquiridos, concluyendo la primacía de los derechos adquiridos y la imprescriptibilidad de la acción en los casos de actos viciados de nulidad absoluta. Para ello, se utilizó una investigación de tipo documental, a través de la selección y recopilación de doctrina, jurisprudencia, y el ordenamiento jurídico. Descriptores: acto administrativo, revocación, nulidad. [email protected] vi INTRODUCCIÓN La Administración Pública, en el desarrollo de su actividad inherente a la satisfacción de las necesidades que el interés social impone, se encuentra revestida de una serie de principios y potestades propias de su actuación, cuyos fines se encuentran, bajo la regulación de la Constitución y la ley en su carácter social, democrático y participativo. S O D A ERV ES R S Oy acorde con los fines del Estado por parte de la H C E regula una actividad legítima DER Así, la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela de 1.999, Administración Pública, al consagrar el principio de legalidad como consecuencia de la concepción del Estado, como Estado de Derecho, adquiriendo éste principio, supremacía constitucional. Por lo tanto, la legalidad como principio fundamental de las actuaciones de la Administración Pública, abarca el sometimiento de éstas, por una parte, a las reglas de Derecho contenidas en la Constitución y las leyes; y por otra, a las reglas de derecho dictadas por la propia administración, lo cual impone, el ceñimiento de las decisiones administrativas a ese bloque jurídico. En tal sentido, todas las actuaciones de los distintos órganos de la Administración Pública, han de estar ajustadas a normas jurídicas preexistentes, ésto aplica, tanto al ejercicio de sus potestades, entre ellas, la vii revocatoria de los actos administrativos individuales o generales; como al ejercicio de la acción de nulidad sobre los mismos. De tal forma, en el Capítulo I del presente trabajo, se plantea como la Administración Pública ha sido habilitada por el ordenamiento jurídico para actuar en defensa y protección de los derechos, intereses y bienes de S O D A ERV naturaleza administrativa, sin necesidad de la asistencia de los órganos ES R S O H C E DER jurisdiccionales; lo cual es denominado como autotutela administrativa. Con base a ello, en el mismo Capítulo, se realiza un estudio de la potestad que nace para la Administración de revocar o de volver sobre sus actos y revisarlos, modificándolos o suprimiéndolos del mundo del derecho, en cualquier tiempo, bajo el marco legal del artículo 82 de la Ley Orgánica de Procedimientos Administrativos. Por otra parte, el ejercicio de la acción de nulidad, a diferencia de la revocatoria, se estudia desde la óptica a solicitud de parte sobre los actos administrativos. La cual, tiene como objeto, el retiro del mundo jurídico de un acto administrativo viciado, como consecuencia de la revisión desplegada, en esta oportunidad, por los órganos de la jurisdicción contencioso administrativa, atendiendo a la contrariedad con el ordenamiento jurídico y a la ilegitimidad del acto. viii Este medio de impugnación de los actos administrativos, se encuentra establecido en el artículo 83 de la Ley Orgánica de Procedimientos Administrativos, la cual establece que podrá ser ejercida de oficio o a solicitud de parte, en cualquier tiempo. Por tanto, es de observar respecto de éstas dos instituciones, que aunque persiguen el mismo fin, S O D A ERV lo cual es extraer del mundo jurídico la S de revisión o impugnación objeto E R S O H C E respectivamente, DER son en su esencia y caracteres, totalmente diferentes. eficacia del acto administrativo De tal manera, del estudio realizado de ambas figuras jurídicas, se plantea en el primer Capítulo los objetivos a desarrollar, los cuales se centran en determinar el alcance de ambos medios de extinción de los actos administrativos, en virtud, que el ejercicio de ambas instituciones será sin limite de tiempo, conforme las referidas disposiciones normativas de la Ley Orgánica, lo cual coloca en cierta incertidumbre, la estabilidad del acto y la vinculación de la Administración Pública con sus propias decisiones. Esto pone en discusión, como se abstrae del contenido del desarrollo de dichos objetivos en el segundo de los Capítulos, el principio de seguridad jurídica que impone la estabilidad de las decisiones administrativas y el mantenimiento de los derechos de los destinatarios del acto; y el principio de ix legalidad, del cual subyace la idea de actuaciones ajustadas al derecho e impone la nulidad de cualquier acto que viole o menoscabe el ordenamiento jurídico. Para el logro de éstos objetivos, se utilizaron técnicas de investigación basadas en documentos, como doctrina, jurisprudencia, y las leyes que S O D A ERV regulan la materia, recopilando y seleccionando la información, por medio de ES R S O H C E DER la lectura y la crítica. Asimismo, el desarrollo de éste trabajo, se encuentra estructurado en dos capítulos; en el primero de ellos, se presenta el planteamiento del problema y los objetivos a alcanzar para la aproximación a una respuesta, así como, el desarrollo de los términos, y caracteres más relevantes a manejar. En el segundo capítulo, se analizan los objetivos planteados y se llegan a conclusiones y respuestas de las soluciones mas viables, alcanzando de ésta manera, recomendaciones para la unificación de criterios. La presente investigación se encuentra dirigida a estudiantes de Derecho, Ciencias Políticas, o ya profesionales; funcionarios de la Administración Pública, y en general, a investigadores en la rama Administrativa. x CAPITULO I MARCO TEORICO CONCEPTUAL Fundamentación Descripción del Problema S O D A RV régimen, cuando el monarca al actuar en los asuntos administrativos no E S E R STribunales y éstos a su vez no tienen frente a O H necesitaba, el respaldo de los C DERE La actividad de la Administración Pública hunde sus raíces en el antiguo los órganos administrativos estrictos el mismo poder que frente a los súbditos. Se encuentra por ello, preceptos y principios de ejecutoriedad de los actos administrativos. El fundamento de éstos parece obvio: “la administración y justicia son las dos meras emancipaciones de un mismo sujeto, el monarca; son manifestaciones del mismo poder, con idéntico rango y fuerza”. Opera, no obstante, una distinción en toda Europa entre los asuntos gubernativos y contenciosos, de forma que la justicia y la administración actuaban cada una en un ámbito de cuestiones propias y con sujeción a procedimientos determinados, ésta distinción no es, expresión de una división de poderes sino por el contrario, expresión misma de una confusión de poderes ya que son las mismas autoridades y tribunales los que 14 entienden a su vez de lo gubernativo y lo contencioso, aunque guardando diferentes formas al ocuparse de una y otra clase de asuntos. Sin embargo, en el Derecho anglosajón, ese planteamiento sobre el cual la Administración burocrática de la monarquía fundó el hábito de un poder autoritario y autónomo suficiente, no necesitado de asistencia judicial, S O D A ERV exento incluso de la jurisdicción de los tribunales, fue puesto en cuestión en ES R S O H C E DER virtud de algunos dogmas del Estado Constitucional. Esos conceptos que históricamente se utilizaron para explicar el régimen especial de las relaciones entre la Administración Pública y los Tribunales no es posible emplearlos en la actualidad. Para examinar la referida postura de la administración se hará referencia al criterio planteado por Garcia de Enterría, el cual obedece a una minuciosa elaboración conceptual cuya premisa básica radica en la relación posicional que se configura entre la Administración y la Justicia utilizando el principio de la Paz Jurídica. En orden a éste principio, los ciudadanos requieren de la heterotutela de sus derechos por parte de los órganos jurisdiccionales, mientras que, la Administración Pública está facultada por el ordenamiento jurídico para protegerse por sí misma de sus derechos y situaciones jurídicas, solayando 15 de ésta manera la intervención de los tribunales, lo cual es expresión misma de lo que es denominado como autotutela administrativa. Es en referencia a esta relación, que ese sistema posicional de la Administración Pública, debe ser entendido como un sistema de autotutela Administrativa, en el cual la Administración a diferencia del particular ha sido S O D A ERV habilitada por el ordenamiento jurídico administrativo para actuar en defensa ES R S O H C E cuya conservación DER constituye la razón histórica, política, social y jurídica de y protección de los derechos, intereses y bienes de naturaleza administrativa, su existencia, en cuanto a persona jurídica de derecho público integrada a la estructura formal del Estado, eximiéndose de este modo de la necesidad común de los demás sujetos de recabar una tutela judicial. La autotutela administrativa no enuncia simplemente un sistema de facultades de la Administración Pública, sino que define un ámbito necesario de actuación, donde el poder del Juez queda excluido, no pudiendo penetrar en el ámbito de la autotutela administrativa, ni prohibir o evitar que la Administración dicte un acto ejecutorio, salvo en un momento y excepción muy singular de esa actuación y con poderes notablemente tasados. En este sentido, la autotutela administrativa, según la doctrina, ve su justificación material en razones de expeditividad y eficacia en los asuntos en la gestión 16 de los servicios y asuntos públicos que tiene confiada la Administración Pública. De igual manera, Lares (2.000:192) afirma la Autotutela Administrativa como: “la potestad de la Administración Pública de proceder por si misma, sin necesidad de acudir a los Tribunales a declarar la extinción o reforma de los S O D A ERV actos administrativos, que considere total o parcialmente viciados por ES R S O H C E como “El Principio DER de Autotutela Administrativa”. razones de mérito o legalidad”. Esto es lo que Zanobini ha denominado Refiere el citado autor, que este poder tiene, el mismo fundamento que el principio de la ejecutoriedad de los actos administrativos, en el sentido que así como la Administración Pública impone su voluntad sin mediación de los tribunales, cuando se trata de ejecución de sus actos, también dicha voluntad se basta a si misma, sin necesidad de intervención jurisdiccional, cuando por una u otra razón declara la revocación o reforma de sus propios actos. Las decisiones administrativas relativas a la supresión o modificación de actos anteriores, deben ser acatadas por todos los órganos de la Administración Pública y su obediencia se impone a los particulares, sin perjuicio del derecho que corresponde a quienes se consideren agraviados, 17 de pedir a los tribunales competentes, en nuestro caso los Tribunales de la jurisdicción Contencioso Administrativa, de solicitar la nulidad de la revocación o reforma, lo que implicaría el mantenimiento del acto anterior incólume. Al respecto, es menester señalar como inherente al referido poder o S O D A ERV potestad, y como fundamento base de la presente investigación, la relación ES R S O H C E actos administrativos. DER En este sentido es de saber que todos los actos existente entre la autotutela administrativa y la presunción de legalidad de los administrativos, salvo aquellos que de forma expresa la ley lo niegue, son ejecutorios, esto es, obligan al inmediato cumplimiento aunque otro sujeto discrepe sobre su legalidad, refiriéndonos concretamente a la situación en la cual el particular destinatario del acto acude como se hizo mención, a la jurisdicción contencioso administrativa. Esa eventual discrepancia ha de instrumentarse como una impugnación del acto, impugnación que no suspende por ello la obligación de cumplimiento ni de ejecución, esta cualidad de los actos de la Administración Pública, se aplica en principio, con la excepción notada, a todos los que la Administración dicte, bien sean en protección de una situación preexistente, bien innovativos, creadores de situaciones nuevas, incluso gravosas para el 18 destinatario privado. La administración puede por tanto, modificar unilateralmente las situaciones jurídicas sobre las que actúa. Sobre las bases de las ideas expuestas, y haciendo énfasis en las mencionadas potestades de la Administración Pública es que surgen las primeras interrogantes, respecto del fundamento Jurídico sobre el cual la S O D A ERV Administración Pública modifica unilateralmente las situaciones jurídicas ES R S O H C E DER sobre las que actúa u originadas por sus propios actos. En virtud de lo planteado, se abordan los dos ejes principales objeto de la presente investigación, y se entra en lo que constituye nuestra materia de estudio, en relación a las formas de extinción de los actos administrativos, ya sea aquella emanada de la Administración Pública en ejercicio de su potestad revisora, refiriéndonos en éste caso a la revocación de oficio, o aquella que emana del ejercicio del derecho de acción por parte de los particulares, en este caso la acción de nulidad . En este orden de ideas, se hará referencia en principio a la primera de las enunciadas, es decir, la revocación de oficio de los actos administrativos. En éste sentido es necesario tratar lo que la doctrina ha establecido al respecto, Araujo (1.998:348) plantea lo siguiente: “el fundamento de la potestad de los Órganos Administrativos para revisar sus propios actos 19 radica en la potestad de autotutela decisoria, por oposición a la potestad de autotutela ejecutiva. De aquella surge el principio de autocontrol en las facultades de revocación y de anulación”. De igual manera, Meier (1.991:62), aporta otros criterios referentes a las nociones y conceptos de la autotutela y la revisión de oficio, dentro de los S O D A ERV cuales establece: “la autotutela revisora, se conecta o articula directamente ES R S O H C E Administración DERPública está dotada con potestades para “revisar” sus actos y con el control de la legalidad de los actos administrativos. De manera que la con ello examinar su legalidad, controlando el cumplimiento de los requisitos de fondo y de forma que exige la ley para su validez, así como razones de mérito (oportunidad y conveniencia) que se tuvieron en cuenta para su expedición”. En consecuencia, la operatividad o funcionalidad de la autotutela revisora, no depende únicamente, del ejercicio de los recursos administrativos por parte de los interesados, ya pues, la Administración Pública puede, y en determinados supuestos debe, proceder a revisar de oficio sus actos, para ajustarlo al principio de legalidad administrativa, así como a los criterios de oportunidad y conveniencia. 20 De acuerdo con lo explanado, la potestad de revisión administrativa, ha sido reconocida como un atributo inherente a la Administración Pública y no como un sucedáneo de la potestad jurisdiccional. En este sentido, la jurisprudencia de la extinta Corte Suprema de Justicia ya sostenía de manera reiterada y cónsona la posibilidad de la Administración de revisar sus actos S O D A modificación o desaparición del mundo delE Derecho, RV estableciendo que ésta S E R en el interés público. S O tiene verdaderamente su fundamento H C E R E D administrativos, esto es la acción de volver sobre los mismos a fin de su Sobre las bases de las ideas expuestas, Garcia y Fernández (1.997:437), exponen acerca de las potestades administrativas que “ni son, ni pueden lógicamente ser ilimitadas, incondicionadas y absolutas, sino estrictamente tasadas en su extensión y en su contenido” En este sentido, es necesario enunciar las figuras en el ordenamiento jurídico Venezolano que pueden ser consideradas como revisión de oficio, que serán examinadas en la presente investigación. En el Capítulo I, Titulo IV de la Ley Orgánica de Procedimientos Administrativos, redactado bajo la rúbrica de revisión de oficio, es donde se encuentra la base normativa del tema en análisis que abarca los artículos 81, 82, 83 y 84. 21 El artículo 81, se encuentra referido a la posibilidad de convalidación de los actos anulables en cualquier momento subsanando los vicios que adolezca. Esto es, en los supuestos de actos administrativos que presenten vicios que acarrean la nulidad relativa, los cuales surten todos sus efectos mientras no sean revocados o anulados. Sin embargo, la subsanación del S O D A el acto se basare en un falso supuesto, situaciones RV en las E S E SR O precisamos examinarC por los momentos. H DERE acto viciado no puede ser posible en algunos casos como en aquel en el cual cuales no El artículo 82, constituye uno de los preceptos legales de mayor análisis en la presente investigación. Como se expresó, una de las más importantes manifestaciones de la autotutela administrativa es la potestad de revocatoria, la cual se pone de manifiesto en ésta norma con carácter general respecto de lo actos administrativos que no originen derechos o intereses legítimos, por lo que la posibilidad de revocar, en base a ésta formulación, tiene limitaciones. En relación a ésto, el valor de los actos definitivamente firmes, es decir, el valor de la cosa juzgada administrativa está vinculada con otro aspecto del principio de legalidad consagrado en la Ley Orgánica de Procedimientos Administrativos, la cual trata de la obligación que tiene la Administración Pública de someterse a sus propios 22 actos, es decir de la cosa juzgada administrativa y por tanto de la limitación a la revocabilidad de los actos administrativos. Por tanto, en interpretación en contrario del artículo 82, lo actos administrativos que creen derechos a favor de los particulares, son irrevocables, y esto se confirma en la propia Ley Orgánica al sancionarse S O D A ERV como viciado de Nulidad absoluta conforme establece el numeral 2 del ES R S O H C E adelante. ER D artículo 19 ejusdem, al cual nos referiremos con mayor profundidad mas El artículo 83, de igual manera es de suma importancia en el objeto de estudio de la presente investigación, por cuanto se encuentran agrupadas dos instituciones como lo son la acción de nulidad y la nulidad oficiosa. Éste precepto legal, regula lo referente a los actos viciados de nulidad absoluta, los cuales no pueden surtir ningún efecto y pueden ser revisados en cualquier momento sin ninguna limitación. De ésta disposición legal haremos mención de seguida al estudiar la segunda forma de extinción de los actos administrativos, vale decir la acción de nulidad. Por último, el artículo 84 permite a la Administración Pública en cualquier tiempo corregir los errores materiales o de cálculos en que hubiere 23 incurrido en la manifestación de los actos. Por supuesto, aquí no se trata de convalidar vicios de nulidad relativa, sino de corregir errores materiales o de cálculo que pueden realizarse en cualquier momento y que forman parte de ésa potestad de revisión de los actos administrativos que tiene la administración. S O D A ERV Como punto previo, es importante establecer que el ámbito de ES R S O H C E administrativos DERde efectos particulares, a los cuales se encuentra referida aplicación de esas normas se refiere pura y exclusivamente a los actos ésta investigación, sin abarcar los actos administrativos de efectos generales. Ahora bien, como se enunció, es necesario acotar en referencia al artículo 83 ejusdem, las dos figuras distintas en él contenidas. Por una parte, la anulación de oficio y, por otra, la acción de nulidad, por lo que el estudio implica necesariamente abordar la otra institución. Araujo (1.998: 362) haciendo referencia a la primera de ellas, establece: “la anulación oficiosa consagra la declaración de la nulidad absoluta, de oficio, es decir, sin solicitud de parte interesada. En este sentido, debe entenderse que la esencia de la nulidad absoluta radica en su trascendencia pues; la gravedad de los vicios que la determinan trascienden del puro interés de la persona a la que afecta y repercuta sobre el orden general”. 24 En virtud de lo expuesto, se encuentra la justificación bajo la cual se afirma que el consentimiento del interesado no convalida el acto absolutamente nulo, ya que nadie puede convertir eficazmente algo que rebasa de su propia esfera individual y trasciende al ámbito de lo general. La nulidad absoluta resulta ser por tanto de orden público, lo cual S O D A ERV explica que puede ser declarada de oficio, ya sea por el órgano jurisdiccional, ES R S O H C E Administración DERPública. Ésta posición es compartida por nuestro máximo cabe aclarar la jurisdicción contencioso administrativa o por la propia tribunal en los términos siguientes: “esta naturaleza de orden público de los vicios de nulidad absoluta del acto administrativo, la consecuencia que de ellos deriva de impedir que el acto afectado por ellos produzca efecto alguno, y la gravedad misma de los vicios que la producen, es la que justifica sin duda que en el ámbito administrativo la norma legal haya otorgado a la administración la potestad de reconocer la nulidad absoluta de los actos dictados por ella, en cualquier momento, de oficio o a solicitud de los particulares” CSJ-SPA (467): 06-09-93, caso Eduardo Contramaestre, Magistrado Ponente: Luis H. Farías Mata. Por el contrario, cuando se aborda la segunda de las enunciadas, es decir, el supuesto de anulación de los actos viciados de nulidad absoluta a solicitud de los particulares, se trataría en éste caso de una vía paralela, la cual no es más que la acción de nulidad, en tanto procede aún si han 25 precluido los diferentes recursos administrativos, así lo ha establecido de forma reiterada la jurisprudencia nacional al señalar: “…aún cuando hubieren precluido los diferentes recursos, por otra vía, por ejemplo la solicitud de declaración de nulidad absoluta, en cualquier tiempo, los particulares pueden solicitar su anulación en vía administrativa, y de serles negada tal anulación, no contra el acto primitivo, pero sí contra la negativa de la administración de declarar la nulidad de un acto nulo absolutamente” CSJ-SPA: 06-04-94, caso Eduardo Contramaestre, Presidente Ponente: Cecilia Sosa Gómez. S O D A ERV ES R S O H C E DER Como se puede inferir de lo anteriormente planteado, la acción de nulidad persigue no dejar en manos de la sola Administración Pública el monopolio de la iniciativa revisora, lo cual supondría una arbitraria utilización de la teoría de la nulidad absoluta. En este sentido, plantea Brewer (2.007:223), respecto de la acción de nulidad lo siguiente: “la anulación del acto administrativo, es la extinción del acto en vía judicial, conforme a lo establecido en el artículo 259 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, que regula la competencia de los órganos de la Jurisdicción Contencioso Administrativa”. En relación a lo expuesto, como se ha establecido, los actos administrativos son inmediatamente eficaces, y la Administración Pública puede, incluso, materializar esa eficacia imponiendo la ejecución forzosa, sin 26 esperar que se resuelva acerca de su validez si ésta ha sido cuestionada; por lo tanto, el acto nulo produce de inmediato una modificación de la realidad, de forma que el particular afectado por la modificación no puede limitarse a desconocerlo, sino que debe reaccionar contra él a través de los recursos correspondientes, so pena de conformarse y soportar la S O D A ERV modificación operada. ES R S O H C E la nulidad puede DER ser pronunciada tanto por el juez como por la autoridad En otras palabras, haciendo enfásis en éste punto, se ha planteado que administrativa, esto es en razón de que el acto nulo viciado de ilegalidad produce sus efectos hasta que sea anulado, en virtud al principio de ejecutividad y ejecutoriedad en cual se encuentra relacionado con la presunción de legalidad que se le reconoce a los actos administrativos, considerada como una regla de seguridad jurídica. En efecto, el artículo 8 de la Ley Orgánica de Procedimientos Administrativos, hace referencia a la ejecución inmediata de los actos administrativos. En el mismo sentido, el articulo 79 ejusdem, establece la ejecución forzosa de los actos, realizada de oficio por la propia administración salvo que por expresa encomendada a la autoridad judicial. 27 disposición legal deba ser Ahora bien, de los actos viciados de nulidad absoluta o nulos de pleno derecho, se afirma que no pueden crear ni producir efecto alguno, derecho u obligación, a éste respecto cabría preguntarse, cómo puede conciliarse éste dogma con el principio de ejecutividad y ejecutoriedad de los actos administrativos y con la presunción de legalidad que se le reconoce a todos S O D A ERV los actos administrativos. ES R S O H C E facultad deE D losRórganos de la jurisdicción contencioso administrativa para Por una parte la Constitución Venezolana en su artículo 259 otorga la anular los actos administrativos contrarios a derecho y condenar al pago de daños y perjuicios originados por la Administración Pública. Por otra parte, la Ley Organica de Procedimientos Administrativos otorga la competencia a la Administración para reconocer la nulidad absoluta de los actos dictados por ella. En este sentido, si bien es cierto, la interposición de cualquier recurso no suspende la ejecución del acto, pero sí faculta a la administración e incluso en el caso de estar ante el contencioso administrativo en virtud de los poderes del juez, de acordar la suspensión de sus efectos. Dicho de otro modo, si no se recurre en el plazo el acto nulo, este producirá sus efectos propios, pero no se convertirá en un acto válido y la nulidad inicial podrá ser declarada en cualquier momento posterior. 28 En consecuencia, la caducidad de un recurso de nulidad por transcurrir el lapso de seis meses previsto en la ley para su ejercicio, no puede convertir en legal lo que es ilegal, y menos aun puede dar estabilidad a decisiones que, por ejemplo estén viciadas de nulidad absoluta o violen derechos constitucionales. S O D A ERV Para tal efecto, la Ley Orgánica de Procedimientos Administrativos en ES R S O H C E ejercicio, puesto DER que en cualquier tiempo de oficio, o a solicitud de los su artículo 83, configura una potestad de revisión ilimitada en cuanto a su particulares, puede emanar ese reconocimiento o anulación. De acuerdo con lo planteado, parte de la doctrina ha señalado con relación a los actos que ostenten este tipo de vicios, no resulta posible predicar el principio de la autovinculacion de la Administración Pública, el cual se encuentra referido como su nombre lo indica, que la administración queda obligada con sus propias decisiones una vez que las dicta puesto que es la propia ley la que lo suprime, conviene entonces reiterar que el mencionado articulo 83, consagra la potestad en los siguientes términos: “la Administración podrá en cualquier momento, de oficio o a solicitud de particulares, reconocer la nulidad absoluta de los actos dictados por ella”. 29 Tal precepto debe concordarse con el artículo 19 ejusdem, que enumera de forma taxativa las causales de nulidad absoluta de la siguiente manera: Artículo 19. Los actos de la administración serán absolutamente nulos en los siguientes casos: 1. S O D A ERV Cuando así este expresamente determinado por una norma ES R S Oprecedentemente decidido con carácter Cuando resuelvan C un H caso E DER constitucional o legal. 2. definitivo y que haya creado derechos particulares, salvo autorización expresa de la ley. 3. Cuando su contenido sea de imposible o ilegal ejecución. 4. Cuando hubieren sido dictados por autoridades manifiestamente incompetentes, o con prescindencia total y absoluta del procedimiento lealmente establecido El transcrito artículo 83, reprodujo el artículo 109 de la Ley de Procedimientos Administrativos española de 1.958, casi totalmente derogada por la Ley de las Administraciones Públicas y el Procedimiento común de 1.992, reformada en 1.999. Dada a la importancia de la referida norma, deberían abordarse las dudas sobre el verdadero sentido y alcance de la palabra podrá, teniendo la necesidad de determinar: Si se trata de una potestad discrecional que podría extenderse a la inadmisibilidad de la solicitud de los particulares, o si debe privar la literalidad 30 de la norma en el ejercicio de esta potestad revisora, en el sentido de conocer si puede la Administración Pública realmente en cualquier momento anular el acto. ¿Cuál es el alcance del ejercicio de la acción de nulidad y la potestad de revocatoria de los actos administrativos de la Administración Pública Venezolana como medio de revisión y manifestación del Principio de S O D A ERV Autotutela Administrativa? ES R S O H C E Objetivo General DER Determinar el alcance del ejercicio de la Acción de Nulidad y la Potestad de Revocatoria de los actos administrativos de la Administración Pública Venezolana como medio de revisión y manifestación del Principio de Autotutela Administrativa. Objetivos Específicos 1. Precisar los límites de la potestad de revocatoria de los actos administrativos de efectos particulares como manifestación del ejercicio de la potestad de autotutela administrativa. 2. Determinar el alcance de la Acción de Nulidad de los Actos Administrativos de efectos particulares como manifestación del ejercicio de la potestad de autotutela administrativa 31 Justificación La presente investigación, encuentra su fundamento en el ejercicio de las potestades de la Administración Pública y la necesidad de los administrados de conocer el límite de tales potestades, en una esfera donde los ciudadanos transcurren casi íntegramente dentro de una atmósfera S O D A ERV administrativa. ES R S O H C E Rprerrogativas estatales y por otra, las garantías jurídicas de ejercicioD deE las La construcción del Estado de Derecho, supone por una parte, el los particulares; esto implica, la máxima posibilidad de justiciabilidad de la administración, cuyas ideas son las bases del principio de legalidad que reviste a la Administración y cada una de sus actuaciones. En consecuencia, la aplicación del principio de legalidad conlleva tanto la vinculación de la Administración Pública a las reglas del derecho, en la cual no puede inferir sin que su acto se encuentre desprovisto de todo valor, como, el carácter jurídico que toma de éste hecho la acción administrativa, generadora de obligaciones o de poderes jurídicamente sancionados, en beneficio o en contra de los particulares y de la autoridad pública. De ésta manera, el principio de legalidad se manifiesta de forma dinámica por incluir dos términos: la norma y la actividad funcional de la 32 administración, ya pues la primera, condiciona la actividad administrativa, dando lugar a una relación dialéctica, entre la norma aplicable y la situación de hecho contemplada por la misma norma. Por tanto, el concepto Estado de Derecho exige un contenido concreto y sustancial el cual coincide con el estado constitucional, dada la necesidad S O D A ERV en primer término del reconocimiento y garantía de los derechos de los ES R S O H C E valores basados DERen el respeto a la libertad y la dignidad de la persona. administrados y del imperio de la ley, por cuanto encierra un sistema de Sin embargo, cuando se examina el principio de legalidad, subyacen dos tipos de intereses los cuales se hallan en conflicto en el desarrollo de la actividad administrativa; en primer lugar, la necesidad de salvaguardar los derechos de los administrados contra los eventuales abusos de la administración y seguidamente, la necesidad de dotar a la administración pública de un margen de libertad de actuación. Sobre la base de las ideas expuestas, se hace referencia a uno de los factores fundamentales el cual constituye uno de los objetos de mayor relevancia en el presente trabajo de investigación, haciendo referencia a la potestad de revisión de oficio por parte de la Administración Pública, la cual debe ser considerada un procedimiento excepcional y privilegiado. Asimismo, 33 de ella se podrían derivar consecuencias en donde se forma tensión entre dos principios fundamentales del ordenamiento jurídico, como el principio de juridicidad y el principio de seguridad jurídica. Esto es, entre la ilegalidad de los actos administrativos cuyo mantenimiento choca con la necesidad lógicojurídica de que se destruyan los efectos, y los limites impuestos por los S O D A ERV derechos declarados. ES R S O la justificación En los mismos términos, H C E DER del presente trabajo de investigación, radica en la necesidad social y jurídica de encontrar el equilibrio necesario entre el principio de seguridad jurídica que postula a favor del manteniendo de los derechos ya declarados y el principio de legalidad que exige depurar las infracciones del ordenamiento jurídico. Es, entonces, la tensión dialéctica entre el interés publico frente la afirmación de los derecho adquiridos. De esta manera, se entra por tanto a discutir lo referente a la teoría de los poderes de la administración, por una parte los poderes discrecionales en cuyo caso la autoridad administrativa actúa libremente, sin que su conducta sea dictada de antemano por una norma de derecho; y por otra, los poderes reglados, en los cuales frente a ciertas circunstancias de hecho la 34 administración está obligada a tomar una decisión, señalada por la ley, pudiendo decirse que de antemano, su conducta esta dictada por el derecho. Sin embargo, el caso en discusión de la materia objeto de estudio referente a la nulidad de los actos administrativos, es necesaria una relación razonable entre los medios, el fin y la consecuencia jurídica. S O D A ERV Por otra parte, frente a éstas situaciones es necesario contraponer la ES R S O H C E DER actividad de los administrados a través de la acción de nulidad frente a actuaciones administrativas viciadas de nulidad absoluta, lo cual persigue no dejar en manos de la sola Administración Pública la posibilidad revisora de los actos administrativos, es precisamente de ésta situación, que deviene el segundo fundamento base del presente trabajo de investigación, dado que la redacción del articulo 83 de la Ley Orgánica de Procedimientos Administrativos no ayuda en cierta forma a definir la intención del legislador respecto de su alcance, dada la utilización del la palabra Podrá no estableciendo limite de tiempo alguno. De tal manera que, se encuentran en juego sistemas posicionales complejos entre la actuación administrativa en el ejercicio de sus potestades propias, y los derechos de los administrados, lo cual abarca el fundamento lógico, social y jurídico de ésta investigación 35 Delimitación La presente investigación se desarrollará durante el periodo comprendido desde el mes de Enero del año 2.008, hasta el mes de Diciembre del mismo año. S O D A RseVllevara a cabo en la ciudad E El desarrollo de la presente investigación S E R S O H CZulia de la República Bolivariana de Venezuela. de Maracaibo,R Estado E E D El contenido de la presente investigación, se encuentra dentro del ámbito del Derecho Público, especialmente enmarcado en el contenido del Derecho Administrativo, el cual se encuentra formado por le conjunto de reglas jurídicas que rigen la actividad administrativa de las personas públicas, ya sean entre los entes que conforman la administración o las relaciones que surjan entre éstos y los administrados, lo cual se encuentra íntimamente relacionado con el estudio de las ciencias administrativas, que constituyen los métodos de organización y gestión de la Administración Pública y de los factores humanos y técnicos que la dirigen, todos estos elementos orientados a la revocación de los actos administrativos por parte de la administración y la acción de nulidad de los mismos ejercida por los 36 particulares, con base legal de los artículos 81, 82, 83 y 84 de la Ley Orgánica de Procedimientos Administrativos, contenidos en su Titulo IV, Capítulo I. Metodología de la Investigación S O D A V Rdescriptiva; E La presente investigación es E deS tipo de acuerdo R S O H C Perdomo (1.992:24) E DER Tipo de Investigación con “la investigación descriptiva como su nombre lo indica describe el objeto de investigación. Comprende el registro, análisis e interpretación de los procesos o fenómenos actuales, su problema es el presente. No explica relación entre variables”. La investigación descriptiva trabaja sobre realidades de hecho, en este sentido, se establecerán las características esenciales de cada uno de los factores que se deriven de la materia de estudio, es decir, de las instituciones del Derecho Administrativo, en relación con la potestad de autotutela administrativa y la acción de nulidad. Diseño de Investigación Las técnicas de investigación utilizadas en éste trabajo son de tipo documental en este sentido según Baena (1.985:72): 37 “la investigación documental es una técnica que consiste en la selección y recopilación de información por medio de la lectura y crítica de documentos y materiales bibliográficos, de bibliotecas, hemerotecas, centros de documentación e información”. Bajo la utilización de la modalidad de investigación documental, se S O D A ERV utilizará en la presente investigación, una revisión bibliográfica extensa ES R S O H C E DER donde se aborde el estudio y comparación de los distintos criterios ya establecidos por los juristas en relación al ejercicio de la autotutela administrativa, y de la acción de nulidad, además de los precedentes jurisprudenciales, la argumentación exhaustiva, la critica y el establecimiento de nuevas tendencias en aras de conseguir una respuesta al problema que se desarrolla, su origen y evolución para el aporte de nuevos conocimientos. Técnica de recolección de datos El análisis documental es una “Técnica basada en la separación e interpretación de los contenidos de un documento.” (Arias, 2.006:133). Mediante ésa técnica, se recopilará a través de la lectura y estudio de los datos, los avances doctrinales, jurisprudenciales, la aplicación de los principios generales del derecho y la practica o costumbre jurídica, entre 38 otros artículos y documentos de interés donde se debata el tema de las potestades de la administración, mas en concreto la potestad de autotutela administrativa, y la acción de nulidad ejercida por parte del particular ante un acto administrativo viciado. S O D A Antecedentes RV E S E R especial de grado, planteó un Análisis Valmore (2.007) en O su S trabajo H C E R E D de los vicios de nulidad absoluta del acto administrativo, en la oportunidad de la interposición y admisión del recurso contencioso tributario, cuyo objetivo general Comparar el Régimen Tributario Integrado y Simplificado aplicado en Argentina con relación al Proyecto de Implementación del Régimen Simplificado o Monotributo en Venezuela, atendiendo a los requisitos de validez de los actos administrativos y los extremos procesales que deben ser atendidos en la admisión de los recursos contencioso en la materia especial Tributaria. Vílchez (2.008) realizó una investigación de tipo jurídico documental, para estudiar la acción de nulidad en vía administrativa, los resultados revelan que pese a su establecimiento en la Ley Orgánica de Procedimientos Administrativos desde 1.981, la acción de nulidad en la practica ha sido poco 39 utilizada siendo la Sala Político Administrativa de la extinta Corte Suprema de Justicia y del actual Tribunal Supremo de Justicia, quienes han llamado la atención en relación a la utilidad de ésta acción en vía administrativa. Se concluye que del mejor conocimiento del acto administrativo, desde su misma definición y de los elementos que le constituyen permiten al Poder S O D A ubicación de la acción de nulidad en el capitulo RVde revisión de oficio es un E S E SR O factor importante enC la H poca utilidad de la acción in comento. Que la acción ERE D de nulidad es un derecho, una garantía, un procedimiento, que la ejercen Público asegurar la validez y la eficacia del acto administrativo. Que la quienes tienen un interés legítimo, directo y personal, por ante el órgano administrativo que dicto el acto o su superior jerárquico, imprescriptible, ejercida a través del procedimiento ordinario, cuyo fundamento es la autotutela administrativa, a cuya solicitud la administración debe responder, cuya evolución jurisprudencial, refiere al particular a utilizar la acción de nulidad en vía administrativa. Que ha permanecido inalterada en el articulo 82 de la Ley Orgánica de Procedimientos Administrativos en relación a su par española la cual ha tenido dos modificaciones desde 1.958 y cuyo avance primordial es la expresión del deber de la administración publica de pronunciarse ante la solicitud del particular afectado por un acto administrativo viciado de nulidad absoluta que utilice la acción de nulidad. 40 Bases Teóricas A los efectos de la analizar los aspectos claves de la presente investigación, se tomará como base las definiciones fundamentales que se encuentran íntimamente ligadas al tema en discusión, es decir, a la potestad S O D A En este sentido, a continuaciónEse expondrá como primeros RV S E Rdel acto administrativo, tomando como S O conceptos, un estudio de la teoría H C E R E D de revocatoria y a la acción de nulidad. punto de partida la definición contenida en la Ley Orgánica de Procedimientos Administrativos en su artículo 7, el cual enuncia: “Se entiende por acto administrativo, a los fines de esta ley, toda declaración de carácter general o particular emitida de acuerdo con las formalidades y requisitos establecidos en la ley, por los órganos de la administración pública”. Ésta definición del acto administrativo, recoge lo que la doctrina ha denominado como definición orgánica del acto administrativo, es decir la definición del acto por el órgano del cual emana, el cual implica la identificación entre el órgano administrativo y el acto administrativo, de ahí que es considerado como acto administrativo aquellos emanados de la Administración Pública como complejo orgánico. 41 Sin embargo, la tendencia sostenida por parte de la doctrina hacia el criterio orgánico en la conceptualización del acto administrativo, no hace referencia al carácter funcional al cual se refirió la Sala de Casación Civil de la antigua Corte Suprema de Justicia, adoptando el criterio funcional de la Corte Primera en lo Contencioso Administrativo de la siguiente manera: S O D A ERV “(…) por que al calificarse el acto debe entenderse esencialmente a la función que en ése momento desempeñe el ente de quien emana y no al contenido del acto” ES R S O H C E El D criterio ERmaterial o funcional del acto administrativo ha tenido en Venezuela su máximo exponente en Brewer Carias, quien en 1.964 manifestaba: “(…) acto administrativo es aquella manifestación de voluntad realizada por una autoridad pública actuando en ejercicio de la función administrativa, con el objeto de producir determinados efectos” La noción de Función Administrativa es el elemento que permite diferenciar claramente el acto administrativo de los otros actos jurídicos estatales realizados, sea en función legislativa, en función jurisdiccional o en función de gobierno. De igual manera, en su obra “El Derecho Administrativo y la Ley Orgánica de Procedimientos Administrativos” Brewer (2.007:141), define el acto administrativo como: 42 “toda manifestación de voluntad de carácter sublegal, realizada, primero por los órganos del Poder ejecutivo, es decir por la Administración Publica, actuando en ejercicio de la función administrativa, de la función legislativa y de la función jurisdiccional; segundo por los órganos del Poder Legislativo, (de carácter sublegal) actuando en ejercicio de función administrativa; y tercero por los órganos del Poder Judicial actuando en ejercicio de función administrativa y función legislativa. S O D A ERV De la definición ut supra, se puede apreciar que el autor trata de ES R S O H C E R Venezolana, se cita a relación D a laE doctrina ampliar y abarcar todos aspectos del acto administrativo; por otra parte, en Lares (2.001), quien además de tomar el criterio orgánico acoge una tendencia donde precisa también el hecho de que la declaración de voluntad es en el ejercicio de una atribución otorgada, refiriéndose de igual forma a los efectos del acto, de la manera siguiente: “los Actos Administrativos, son las declaraciones de voluntad, de juicio o de conocimiento emanados de los órganos de la Administración Pública y que tengan como objeto producir efectos de derecho, generales o individuales” En este orden de ideas, se puede deducir una clasificación de los actos administrativos, la cual, siguiendo el criterio predominante de los estudiosos de la materia, será realizada tomando en consideración las siguientes categorías: (a) según su contenido; (b) según las manifestaciones de 43 voluntad; (c) según su impugnabilidad; (d) según su ejecución y (e) según los efectos. (a) Los actos administrativos según su contenido: son aquellos que atienden a la decisión comprendida en ellos, la cual puede poner fin o no al asunto administrativo, o según que creen o no derechos o establezcan S O D A V que ponen fin a un Los actos administrativos definitivos son Raquellos E S E R tiene carácter preparatorio de uno S O asunto, el acto de trámite por el contrario, H C E R E D obligaciones a cargo de los particulares. definitivo. Dichas clasificaciones, se encuentran contenidas en la Ley Orgánica de Procedimientos Administrativos en sus artículos 9, 62 y 85. Una de las consecuencias derivadas de ésta clase de actos administrativos, se encuentra en el hecho de sólo los actos definitivos son recurribles en vía administrativa. Excepcionalmente, sin embargo, se admite que pueda intentarse un recurso administrativo contra un acto de trámite cuando de acuerdo a los mismos términos del señalado articulo 85, éste acto imposibilite la continuación del procedimiento, cause indefensión o prejuzgue como definitivo. Por su parte, los actos administrativos creadores de derechos subjetivos o intereses personales y legítimos, se refiere a la distinción contenida en el artículo 19 ordinal 2° de la Ley Orgánica de Procedimientos 44 Administrativos, el cual prescribe la nulidad absoluta de los actos cuando éstos resuelvan un caso precedentemente decidido o hayan creado derechos particulares. Asimismo, el artículo 82 eiusdem, establece la potestad de revocar los actos cuando éstos no hayan creado derechos subjetivos o intereses legítimos, personales y directos a favor de los S O D A De igual manera, la ley establece la E posibilidad RV en la cual se trate de S E SR O actos que en lugar C de H crear derechos a favor de particulares, establezcan ERE D obligaciones, tal como se encuentra contemplado en el artículo 70 de la Ley. particulares. (b) Según las manifestaciones de voluntad: atendiendo a éste criterio, la Ley Orgánica de Procedimientos Administrativos en su artículo 18 prevé la exteriorización del acto de forma expresa y formal, estableciendo una serie de requisitos que deben verificarse por escrito. Por tanto, el acto administrativo que regula la Ley Orgánica es, en principio, un acto administrativo expreso. Sin embargo, la ley también admite la figura de la manifestación de voluntad tácita de la Administración Pública derivada del silencio administrativo. (c) Según su impugnabilidad: bajo ésta clasificación contemplada en la Ley Orgánica de Procedimientos Administrativos, se entra en la distinción de los actos firmes y de aquellos que no lo son por que aun pueden ser 45 impugnados; en éste sentido, el acto que no es firme, es aquel que puede ser impugnado, ya sea por vía administrativa a través de los recursos administrativos regulados en el articulo 85 y siguientes de la Ley Orgánica, o en sede contencioso-administrativa. Por el contrario, el acto firme, es el acto que ya no puede ser impugnado por las vías ordinarias de recurso, y sobre el cual solo cabe recurso de revisión. S O D A ERV ES R S O H C E R recurso de revisión de los actos administrativos, el cual procedencia DEdel En este orden de ideas, el artículo 97 de la referida Ley establece la podrá proceder contra aquellos actos que no fueron impugnados en su oportunidad, y que vencidos los lapsos de impugnación, son actos inimpugnables. (d) Según su ejecución: en materia de clasificación de los actos administrativos, atendiendo a la ejecución de los mismos, se distingue el acto material de ejecución del acto formal. El artículo 78 de la Ley Organica, hace mención de los actos materiales de ejecución que puedan menoscabar o perturbar los derechos de los particulares, los cuales no pueden realizarse sin que exista un acto administrativo que sirva de fundamento a dichos actos materiales. Puede decirse en este sentido, que el acto material de ejecución 46 previsto en el artículo 78, se identifica con el acto de ejecución que regula el artículo 8 de la Ley. (e) Según sus efectos: en orden a éste criterio de clasificación, ésta puede ser realizada desde dos ángulos u ópticas; atendiendo al contenido normativo o no de los actos y, atendiendo a los destinatarios de S O D A V normativo, es decir, generales los cuales se identifican con E el R carácter S E Rque integran el ordenamiento jurídico; y S O aquellos que comprenden normas H C E R E D los mismos. Por el primero, los actos administrativos pueden ser de efectos por otra parte, los actos de efectos particulares, los cuales tienen un contenido no normativo, cuya aplicación se refiere a un sujeto o varios sujetos de derecho. Ahora bien, en referencia a los destinatarios del acto, éstos pueden ser generales, los cuales son aquellos que interesan a una pluralidad de sujetos de derecho, sea formado por un numero indeterminado de personas o un numero determinado; o actos administrativos individuales también llamados particulares, los cuales interesan a un solo sujeto de derecho. Ésta clasificación puede deducirse de lo dispuesto en el artículo 72 de la Ley Orgánica. 47 En éste orden de ideas, la parcialmente derogada Ley Orgánica de la Corte Suprema de Justicia, permite realizar tal distinción, en el sentido que los actos administrativos de efectos generales crean normas que integran el ordenamiento jurídico, en cambio, los actos administrativos de efectos particulares, son aquellos que contienen una decisión no normativa, sea que S O D A ERV se aplique a un sujeto o a muchos sujetos de derecho. ES R S O H C E identificaDlos actos administrativos de efectos ER La Ley Orgánica de Procedimientos Administrativos, en su artículo 13, generales como “actos o disposiciones normativas de carácter general”, y los actos administrativos de efectos particulares de los que la misma norma califica como “de carácter particular”; en este sentido, el norma in comento enuncia: “Ningún acto administrativo podrá violar lo establecido en otro de superior jerarquía; ni los de carácter particular vulnerar lo establecido en una disposición administrativa de carácter general, aun cuando fueren dictados por autoridad igual o superior a la que dicto la disposición general”. Por tanto, en el contenido del precepto citado de la Ley Orgánica de Procedimientos Administrativos, se encuentran claramente identificados los actos según su contenido o efectos sean de carácter normativo o no normativo. 48 De igual manera, ésta norma prescribe además, el principio administrativo mediante el cual un acto de carácter particular no puede vulnerar lo establecido en una disposición administrativa de carácter general, acogiéndose en éste articulo el principio de inderogabilidad singular de los reglamentos o de los actos administrativos de efectos generales al cual se S O D A ERV hará mención mas adelante. ES las distintas definiciones establecido R S O H C E R acto administrativo atendiendo a su clasificación, es doctrinarias DEdel Ahora bien, habiendo necesario acotar en referencia a los actos administrativos de efectos particulares que son éstos los que constituyen el objeto de estudio en la presente investigación. Corresponde ahora para entrar en la materia de análisis, hacer mención demás de los elementos o requisitos de validez de los actos administrativos, cuya inobservancia podría dar lugar ya sea según el caso a la revocatoria o la nulidad por parte de la Administración de dicho acto viciado, o al ejercicio por parte de los particulares de la acción de nulidad. Brewer, (2.007:149) distingue los requisitos de fondo de los requisitos de forma de los Actos Administrativos. En cuanto a los requisitos de fondo, la ley en diferentes formas establece una regulación precisa de cinco elementos de fondo: (a) La 49 Competencia; (b) La Base Legal; (c) El Objeto; (d) La Causa o Motivo y (d) la finalidad del acto. (a) La Competencia: es definida por Brewer (2.007-150) como: “la aptitud de obrar de las personas que actúan en el campo del derecho público, y particularmente de los sujetos del derecho administrativo. La competencia, determina los limites entre los cuales pueden movilizarse los órganos de la Administración Pública” S O D A ERV ES R S O H C E R Justicia,D la E competencia en el campo del derecho público, a diferencia de la De acuerdo a la jurisprudencia de la antigua Corte Suprema de capacidad como nocion propia del derecho privado, es de texto expreso, por lo que sólo puede ser ejercida cuando expresamente lo establece la ley. La Ley Orgánica de Procedimientos Administrativos, en diversas normas utiliza las palabras “Administración u órgano competente” u otras similares, para determinar la comptenecia como base de la actuación de los órganos administrativos. En este sentido, en su artículo 3 al hablar de las obligaciones de los funcionarios públicos de tramitar los asuntos indica que la misma abarca aquellos “cuyo conocimiento les corresponda”. Por otra parte, el artículo 6 habla de los funcionarios “a quienes compete” la tramitación del asunto, y el artículo 12 habla de autoridad competente cuando regula los límites al poder discrecional. 50 De igual manera, el artículo 18 ejusdem, en su ordinal 7°, hace referencia a las desviaciones de la competencia, al exigir que, en caso de que el funcionario actúe por delegación, debe indicar exactamente el número y fecha del acto de delegación que confirió la competencia. La competencia como requisito de validez del acto administrativo, se S O D A ERV encuentra establecida en el artículo 19, ordinal 4, el cual establece como ES R S O H C E R dictadosD porE autoridades manifiestamente incompetentes. vicio de nulidad absoluta de los actos administrativos, cuando hubiesen sido (b) La Base Legal: es definida por la doctrina como la norma o normas del Ordenamiento Jurídico que autorizan la actuación administrativa en relación a un caso concreto especifico, los cuales constituyen los supuestos legales o fundamentos legales del acto. Además de constituir un requisito de fondo, debe condicionar la motivación como requisito de forma, en el sentido de que ésta debe expresar los fundamentos legales del acto, tal como lo exige el artículo 9 y el artículo 18 ordinal 5° de la Ley Orgánica de Procedimientos Administrativos. Este requisito, tiene su fundamento en la necesaria concordancia entre las reglas que definen la competencia, es decir, los poderes de la 51 administración con las situaciones de hecho necesarias para motivar la decisión. Se trata por tanto, de un requisito de fondo del acto administrativo. No puede dictarse ningún acto administrativo sin que tenga una base legal, es decir, sin que tenga una fundamentación en el ordenamiento jurídico. S O D A (c) La causa o motivo: El concepto de RVcausa o motivo del acto E S E R se refiere a la necesaria congruencia S O administrativo de efectos particulares, H C E R E D que debe existir entre el hecho o las circunstancias de hecho que efectivamente han acaecido en la realidad y los hechos de trascendencia colectiva formalizados en la norma atributiva de competencia, en cuanto presupuesto o supuesto de hecho de la misma. Brewer, (2007:152) plantea éste requisito de la siguiente manera. “En general todo acto administrativo para que pueda ser dictado requiere que una norma expresa autorice tal actuación y que el funcionario interprete adecuadamente esa norma, que constate la existencia de una serie de supuestos de hecho del caso concreto, y que esos supuestos de hecho concuerden con la norma y con los presupuestos de derecho. La causa o motivo esta configurada por situaciones de hecho que autorizan la actuación del funcionario y que coinciden con las previstas en los supuestos de hecho que motivan legalmente la actuación” 52 De igual manera, también se sigue la doctrina planteada por Roman Duque Corredor, el cual refiriéndose a la causa o motivo como requisito de los actos administrativos estableció lo siguiente: “De la conjunción de los artículos 9, 12 y ordinal 5 del artículo 18 de la Ley Orgánica de Procedimientos Administrativos, puede concluirse que la causa del Acto Administrativo fundamentalmente viene dada por el supuesto de hecho, los motivos que tiene en cuenta la administración y los fines legales”. S O D A ERV ES R S O H C E ER primer término, todo elemento de la causa debe D“En "exteriorizarse" en razón de la obligación de motivar sus actos definitivos de carácter particular que tiene la Administración. Incluso los motivos que es la valoración subjetiva del funcionario sobre la eficacia del acto, también deben exteriorizarse (art. 9 y ordinal Sto. del art. 18 de la LOPA). Luego no es subjetiva la causa en Venezuela, porque los motivos y el fin están descritos en la ley y deben indicarse en el acto. En segundo lugar, lo que permite la existencia de un determinado acto administrativo, es la adecuación del mismo a un supuesto de hecho previo (artículo 9 y 12, ordinal 5 del articulo 18 citados). En tercer término, el fin del acto es legal (artículo 12 citado) y no particular, y por último, la obligación de la Administración de cumplir un trámite para averiguar el asunto, o los hechos relevantes para la decisión o su verdad (artículos 53, 58 y 60 ejusdem), permiten sostener que en Venezuela, la causa es la justificación por la que se ha dictado un acto." (aut. cit. La Causa del Acto Administrativo. En Revista de Derecho Público No. 29. EneroMarzo de 1987. Editorial Jurídica Venezolana. pp. 61.68) 53 En definitiva, la causa o motivo del acto administrativo, está configurada por las situaciones de hecho que autorizan la actuación del funcionario, y que coinciden con las previstas en los supuestos de hecho que motivan legalmente la actuación. (d) El Objeto o Contenido: es definido como el efecto práctico que S O D A ERV con el acto administrativo se pretende. En cuanto al objeto, como en relación ES R S O H C E DER a todo acto jurídico, debe ser determinado o determinable, lícito y posible. En relación al objeto el artículo 19 en su ordinal 3°de la Ley Orgánica de Procedimientos Administrativos, establece el objeto al señalar como viciado de nulidad absoluta, todo acto administrativo, cuyo contenido u objeto sea de imposible o ilegal ejecución. En cuanto al contenido, la ley también prescribe otros elementos formales, el artículo 62 ejusdem exige que el acto administrativo definitivo, debe resolver todas las cuestiones que hubieren sido planteadas, tanto inicialmente como en la tramitación, por tanto, en cuanto al contenido del acto definitivo la Administración no puede eludir su decisión sobre algún asunto planteado, sino que necesariamente tienen que formar parte de su contenido. 54 (e) La Finalidad: la administración tiene la obligacion de ceñirse a los fines prescritos en la Ley, y no puede ésta perseguir resultados distintos a los perseguidos por el legislador. En efecto, la Ley Orgánica de Procedimientos Administrativos en su artículo 12, regula los límites del poder discrecional, y hace referencia al fin S O D A ERV de los actos administrativos como requisito de fondo, al prescribir que la ES R S O H C E fines de D la norma. ER decisión o acto administrativo debe tener una precisa adecuación con los Asimismo, puede decirse que la ley prescribe que debe haber una finalidad del procedimiento prevista en las normas que regulan el mismo, y por ello hace responsable al funcionario en aquellos casos que distorsione el fin del procedimiento, de esta manera, el artículo 3 establece el derecho de los particulares a reclamar al superior jerarquico de la distorcion de cualquier procedimiento, y en el artículo 100 se regula la sanción que podrá imponerse a éstos por tal motivo. En cuanto a los requisitos de forma, Brewer (2.007:157), los clasifica en tres grandes grupos: (a) las formalidades procedimentales del acto, (b) la motivación del acto y (c) los requisitos concernientes a la manifestación externa o exteriorización del acto administrativo. 55 (a) Las Formalidades procedimentales: siendo uno de los principios que regula la Ley Organica de Procedimientos administrativos el principio formalista, y tratándose de la ley que regula los procedminietos administrativos, se erige por tanto, como requisito de forma del acto, la necesidad de que la administración en su actuación, se ciña exactamente a S O D A procedimentales. En este sentido, el artículo RV1 ejusdem exige que la E S E R S O actividad de la administración se ajuste a las prescripciones de la Ley, de H C E R DE las prescripciones de la ley, y en particular a las formalidades igual manera el artículo 12, señala que aún en los casos de que se trate de un acto administrativo dictado en ejercicio de un poder discresional, deben cumplirse los trámites. Asimismo, el artículo 19 en su numeral 4°, establece la nulidad absoluta del acto en los casos que éste haya sido dictado con prescindencia total y absoluta del procedimiento legalmente establecido, con lo cual se confirma la necesidad de que los actos se adecuen al procedimiento que la ley regula. (b) La Motivación: este requisito se encuentra en la necesidad de que el acto administrativo esté motivado, en este sentido el artículo 9 de la Ley Orgánica de Procedimientos Administrativos establece la motivación como requisito, con carácter general, al prescribir que todos los actos 56 administrativos de carácter particular, es decir, de efectos particulares, deberán ser motivados excepto los de simple trámite. En este sentido, la antigua corte suprema de Justicia exigía la motivación en primer lugar, respecto de los actos administrativos discrecionales, en segundo lugar, respecto de los actos administrativos S O D A V los derechos obligaciones o q restringieran de alguna forma R E S E R S O particulares. H C E R E D sancionatorios y en tercer lugar, respecto de los actos que impusieran de los La jurisprudencia por tanto, no había establecido la necesidad de la motivación para todos los actos administrativos. La ley orgánica sin embrago, ahora ha formulado el principio con una amplitud y generalidad mayores, pues exige la motivación en todo caso y solo cuando la ley expresamente excluya la obligación de motivar, es que ésta no es necesaria. (c) La exteriorización del acto: la Ley Orgánica de Procedimientos Administrativos, regula en principio, la manifestación expresa de la voluntad de la administración, y por tanto exige como principio general, que el acto administrativo sea expreso y además debe estar revestido de la formalidad legal de constar por escrito. 57 El artículo 18 del referido texto legal, ha establecido los requisitos que debe contener el acto administrativo en su formulación expresa, dicho artículo prescribe diversas formas que son obligatorias cuando se exteriorice el acto por escrito por lo que debe contener: Nombre del Ministerio u organismo a que pertenece el órgano que emite el acto; nombre del órgano S O D A V de los hechos, de las persona u órgano a quien va dirigido; expresión Rsucinta E S E R y de los fundamentos legales S O razones que hubieren sido alegadas H C E R E D que emite el acto; lugar y fecha donde el acto es dictado; nombre de la pertinentes; la decisión respectiva, si fuere el caso; nombre del funcionario o funcionarios que los suscriben, con indicación de la titularidad con que actúen, e indicación expresa, en caso de actuar por delegación, del número y fecha del acto de delegación que confirió la competencia y el sello de la oficina. Por otra parte, es importante hacer mención a la regulación que hace la ley además de los actos administrativos expresos, a los actos administrativos tácitos, a los que no se hará mayor referencia en la presente investigación, los cuales se encuentran regulados en el artículo 4 y se encuentran referidos a la manifestación de voluntad derivada del silencio administrativo con efectos negativos, de manera que una vez transcurrido el lapso sin que 58 exista una decisión concreta, surge un acto administrativo que es un acto denegatorio de lo solicitado. Ahora bien, cuando se incumplen éstos requisitos antes mencionados de la validez de los actos administrativos, refiriéndonos a los requisitos de fondo y de forma de acuerdo a la distinción antes planteada, pueden surgir S O D A ERV de éstas anomalías en el contenido y forma del acto, consecuencias distintas ES R S O H C E relativa D delER acto, de la cual se hizo atendiendo a la entidad del vicio, ya sea la nulidad absoluta o la nulidad mención con anterioridad, y profundizaremos a continuación. La validez de los actos administrativos depende de que ellos estén integrados por los elementos internos y externos que han motivado el estudio en las páginas precedentes, al tratar los requisitos esenciales para su validez. La Corte Suprema de Justicia Nacional de la República Argentina, se ha pronunciado respecto a la teoría de las nulidades del acto administrativo apuntando lo siguiente: “Las nulidades en el derecho administrativo se consideran respecto de los distintos elementos que concurren a la formación del acto, esto es, a la competencia del funcionario que lo otorgó, al objeto 59 o finalidad del mismo y a las formas de que debe verse revestido”. “la falta de aptitud del poder ejecutivo derivada de carecer de facultades para poner en movimiento su actividad en un sentido determinado o la prohibición de realizar ciertos actos que por motivos especiales chocarían con la organización y contenido de las ramas del gobierno o con las garantías individuales; o la omisión de aquellos requisitos de carácter formal prescritos por las leyes y reglamentos, constituirían otras tantas causas esenciales de invalidez en la apreciación y examen de un acto administrativo” (C.S.N Argentina, “Fallos” p. 190) S O D A ERV ES R S O H C E EnD éste orden de ideas, la legislación y ER jurisprudencia argentina, interpretativa de la teoría de las nulidades de los actos administrativos, ha acordado lo que la doctrina ha denominado la teoría privatista o civilista adaptada al campo del derecho administrativo, teniendo como base fundada la nulidad de los actos jurídicos. Canasi, ha sido uno de los doctrinarios que se ha pronunciado apoyando ésta teoría, a la par de Gaston Jéze y Marcel Waline, haciendo referencia al acto administrativo como acto jurídico, pero de derecho público con elementos y caracteres que le son peculiares en cuanto a su alcance y contenido; por tanto, afirman los autores, que no puede hablarse de actos administrativos irregulares esencial y sustancialmente, como cosa distinta de los actos jurídicos irregulares; en virtud de ello, éstos establecen, la 60 adecuada aplicación de las disposiciones legales del código civil acerca de las nulidades de los actos jurídicos, en el derecho administrativo. Sin embargo, Olivera (1.967:165), define como inútil la pretensión de trasladar la teoría de los actos jurídicos viciados del derecho privado al campo del derecho administrativo, en virtud, que la teoría privatista no se S O D A ERV adecúa al derecho administrativo, por cuanto en las relaciones ligadas con la ES R S O H C E R distintos de los que intervienen DEfactores vida del Estado y con la satisfacción de las necesidades colectivas, operan en las relaciones de particular a particular. El criterio civilista ha hecho de los actos jurídicos viciados dos clasificaciones: en primer término, una tripartita la cual a su vez distingue entre: la inexistencia, la nulidad absoluta y la nulidad relativa; y en segundo termino una bipartita, cuya clasificación únicamente distingue entre nulidad absoluta y anulabilidad. Siguiendo el orden de las enunciadas, iniciando por la clasificación tripartita, Sayagués, citado por Canasi (1.974:336), considera como acto inexistente aquel en el cual, concurren ciertos vicios graves como el de incompetencia absoluta del órgano administrativo; en los casos de usurpación de funciones, ilicitud grosera, entre otros. Estos actos, carecen 61 de valor alguno, pueden ser desobedecidos y no es preciso impugnarlo dentro de los lapsos legales, por cuanto su inexistencia o nulidad simplemente se comprueba. En tal sentido, el acto administrativo inexistente no es ejecutorio, por no tener la presunción de legitimidad que le es propia; por tanto la acción S O D A ERV jurisdiccional es imprescriptible por el afectado en sus derechos subjetivos y ES R S O H C E DER legítimos. Olivera (1.967:165), define como acto inexistente lo siguiente: “Aquel que no reúne los elementos de hecho que supone su naturaleza u objeto, y en ausencia de los cuales es lógicamente imposible concebir su existencia. Se dice que un acto jurídico es inexistente, cuando le falta uno o varios elementos orgánicos, o quizás más exactamente específicos. En la base de éste acto, se encuentra en efecto: una manifestación de voluntad; un objeto y según el caso, un elemento formalista. Cuando uno de esos elementos falte, el acto será inexistente puesto que se encuentra desprovisto de un elemento orgánico o especifico”. A éste respecto, se ha establecido que constituye una falta de sentido denominarlo acto, cuando al mismo tiempo se niega la existencia de tal, por tanto, podría hacerse alusión a la inexistencia del acto y no al acto inexistente. 62 La inexistencia del acto, según el autor al que se hace referencia, es aplicada a aquellas producciones de voluntad, cuyo vicio es de tal manera notorio, que nadie podría engañarse. Para Vitta (1.951:307), la irregularidad del acto es tan flagrante en éstos casos, que no puede exigirse respeto alguno del mismo, afirma S O D A ERV además en éstos supuestos, que existe una apariencia, pero no la realidad ES R S O H C E algunos D autores ERllaman acto administrativo de nulidad radical insanable. de un acto administrativo. En tal sentido, hay un acto inexistente, el cual En cuando a la nulidad absoluta planteada conforme al criterio de clasificación expuesto, se plantea a diferencia del acto inexistente, que el acto nulo reúne las condiciones esenciales para la existencia de un acto jurídico, pero se encuentra carente de efectos. Baudry, citado por Olivera (1.967:167), reseña en éste sentido lo siguiente: “La nulidad de un acto se reconoce en que uno de sus elementos orgánicos se ha realizado imperfectamente, o también en que el fin del acto está directa o expresamente condenado por la ley, sea implícitamente prohibido por ella o por que esté condenado por el orden social” 63 En éste orden de ideas, la doctrina clásica, da una importancia capital a la distinción de la nulidad absoluta a la que se hace referencia en las líneas anteriores y la nulidad relativa, en cuanto establecen que es relativa toda nulidad que no corresponda rigurosamente a la noción de nulidad absoluta. De ésta manera, en forma similar o análoga, se precisan los actos S O D A ERV administrativos viciados de nulidad relativa o actos irregulares, el cual es un ES R S O H C E DER acto existente, capaz de producir efectos. De la clasificación antes expuesta, en el derecho comparado puede notarse el uso de los mismos criterios. Francia, había adoptado la siguiente distinción de las nulidades: actos inexistentes; actos nulos absolutamente y actos afectados de nulidad relativa. Como puede inferirse del criterio francés, resulta similar y, hasta podría decirse idéntico, a la división tripartita planteada por la doctrina civilista. Por el contrario, en Italia, predomina la clasificación más utilizada en la actualidad constituida por: casos de nulidad y casos de anulabilidad; la cual se identifica con el criterio bipartita antes expuesto. Garrido Falla sugiere en torno a éste tema, que la teoría de las nulidades en derecho administrativo ha de estar presidida por un cierto 64 dogmatismo ampliamente corregido por la apreciación de los intereses en juego. El autor planteó un nuevo punto de vista contrario a la teoría del examen de los intereses. Dicha teoría tiene como exponente al autor francés Jéze, para quien, en todo problema de anulación de un acto administrativo, son tres intereses S O D A ERV los que entran en juego: ES R S O (a) Un interés de carácter general, H C E R DE el cual aparenta exigir la nulidad del acto. Estableciendo la adecuación del acto a la ley como un interés general, en virtud del cual, en contemplación de éste interés, se dictó la ley cuyas exigencias han sido violadas. (b) Un interés del patrimonio individual o colectivo, afectado por el acto; cuyo principio se basa en que sobre un patrimonio administrativo o particular, no debe pesar una carga mientras no hayan sido respetadas las reglas a las cuales debe someterse el acto, pues tales reglas fueron dictadas, cabalmente, en protección de ése patrimonio. (c) Un interés de terceros. Quienes apoyan ésta doctrina del examen de los intereses, precisan respecto de la nulidad del acto administrativo, que ésta va más allá de la lógica jurídica y tiene un punto de vista más amplio. 65 Es precisamente ésta situación la criticada por Garrido, en cuanto puntualmente es sobre el acto irregular del cual han podido nacer situaciones jurídicas en donde estén interesados terceros, afirmando además, en virtud de éste interés, deviene el interés social mismo. En éste sentido, las nulidades administrativas sufren una serie de S O D A ERV posibilidades, las cuales por estar en juego el poder público, en sus diversas ES R S O H C E relaciones ER Dprivadas. manifestaciones, exceden los límites que se suelen presentar en las En virtud de ello, resulta difícil formar en el derecho administrativo una teoría sobre la invalidez de los actos jurídicos, en cuyos supuestos se adapte la aplicación de normas de derecho privado, dado las enormes variantes que se observan; bajo éste fundamento, dicha teoría ha perdido fuerza en la adopción de criterios en la doctrina. Sobre las bases de los criterios y razones expuestas, se tomará por tanto el criterio tradicional de la teoría de las nulidades de los actos administrativos, la cual tiene un valor práctico, por cuanto ha sido obra de la jurisprudencia en su evolución histórica y, además, ha pasado al derecho positivo de varios países extranjeros, integrando con posterioridad, el 66 ordenamiento jurídico nacional el cual conforma el marco legal de la presente investigación. De ésta manera, aplicando de forma comparativa la doctrina extranjera y nacional, previamente será estudiada la clasificación planteada por Rivero (1.984:274), la cual establece diversas modalidades y supuestos de nulidad S O D A ERV de los actos administrativos en torno a: la Incompetencia; el vicio de forma; ES R S O H C E continuación. DER la desviación de poder, y la violación de la ley; los cuales serán analizados a Los agentes públicos no tienen poder sino con fundamento y dentro de los límites de los textos que fijan sus atribuciones, más allá, ellos dejan de participar en el ejercicio de la vida pública; la incompetencia por tanto, se produce cuando el órgano que dicta el acto administrativo, no respeta los poderes que le han sido conferidos, y produce el acto sin estar legalmente autorizado para ello. La incompetencia como vicio del acto administrativo, podría comportar grados. En primer lugar, se encuentra la situación en la que el autor del acto no tenia la cualidad de agente público, la cual es categorizada como la forma más grave de incompetencia, bajo la reserva de la aplicación del funcionario de hecho, los cuales son considerados como tal, tanto al individuo que 67 nombrado ilegalmente en una función pública, ha podido considerarse como regularmente investido, hasta la anulación de su nombramiento. Este supuesto se extiende además, a los casos en los cuales el particular en crisis grave, sustituye espontáneamente a las autoridades administrativas faltantes. S O D A ERV El segundo supuesto, se encuentra cuando el agente ha actuado fuera ES R S O H C E manifiestamente DER insusceptible de vincularse de las atribuciones de toda autoridad pública, donde el acto es con un poder legal de la Administración Pública. Como tercer caso, se toma la usurpación de competencia del legislador o del Poder Judicial. Sin embargo, las situaciones en las cuales se haya usurpado la competencia de otra autoridad administrativa, es considerada por el citado autor, la forma más común de incompetencia, la cual puede suscitarse bien sea, entre autoridades de naturaleza diferente o de la misma naturaleza, o por ultimo, entre autoridades jerarquizadas. Finalmente, el error sobre la competencia puede resultar cuando el agente ha permanecido apartado de los límites de sus atribuciones, rehusándose a tomar una decisión para la que no se creía competente cuando si lo era realmente. 68 En este orden de ideas, siguiendo el criterio planteado por Rivero, otra modalidad de los vicios del acto administrativo, son aquellos que afectan el seguimiento del procedimiento y las formas legalmente establecidas en la emisión del acto. El vicio de forma, resulta del desconocimiento de las reglas fijadas para cada acto, de dicho procedimiento a seguir y las formas las S O D A ERV cuales debe estar revestido. ES R S O H C E R de los particulares, por cuanto a través de éste, se les bases deD los Ederechos La utilidad de las reglas del procedimiento se encuentra sobre las permite ser oídos, el respeto de ciertos plazos, la publicidad del procedimiento, entre otros. Permite además a la Administración Pública, decidir con conocimiento de la causa. No obstante, Rivero (1.984:277), plantea una distinción jerárquica entre las reglas del procedimiento, bajo la justificación de no someter a la Administración Pública, a un formalismo paralizante, sancionando con anulación, el desconocimiento de cualquiera de las reglas del procedimiento. De ésta manera, para decidir cuales violaciones de formas provocarían la anulación, se toman en cuenta los factores siguientes: Bajo un criterio de importancia absoluta de las formas, se hace distinción entre formalidades sustanciales, cuya omisión o cumplimiento 69 irregular conlleva en principio la anulación; y las formalidades accesorias, las cuales permanecen sin influencia sobre la validez del acto. En cuanto al objetivo de la formalidad, como se hizo mención con anterioridad, algunas son establecidas para dar garantías a los administrados, los cuales si bien pueden prevalerse de su omisión, no S O D A ERV podrían invocar el desconocimiento de formalidades instituidas en interés de ES R S O H C E DER la Administración Pública. Por otra parte, tomando en consideración el efecto eventual de la formalidad, esto va a depender si es susceptible o no de cambiar el sentido de la decisión. En el supuesto que no afecte el contenido de fondo del acto, la omisión será constitutiva de un vicio de forma. En cuanto a las circunstancias de hecho que han acompañado o seguido la elaboración del acto, puede suscitarse una situación de urgencia, caso excepcional o incluso, por irrespeto de las formas por parte del administrado, impidiendo así el cumplimiento cabal del procedimiento administrativo legalmente establecido. 70 Por ultimo, es importante acotar en cuanto al vicio de forma, que éste puede ser subsanado en ciertos casos, por el cumplimiento ulterior de la formalidad omitida. Ahora bien, siguiendo el orden de los enunciados, se procede al estudio del tercer caso de nulidad de los actos administrativos, el cual se S O D A ERV encuentra referido a la desviación de poder. Éste vicio, es definido ES R S O H C E desconocimiento DER por parte de la Administración Pública de las normas, por comúnmente por la doctrina como aquel que tacha al acto, en virtud del cuanto el acto administrativo ha perseguido un fin diferente del que el derecho le asignaba, desviando así, el poder que le fue confiado, de su fin legal. Entre los casos más comunes de desviación de poder, se encuentra la búsqueda por el autor del acto, de un fin extraño al interés general, como satisfacción de una enemistad personal, pasión política o ideológica, defensa de intereses privados, entre otros. Otro supuesto frecuente, se halla cuando el objetivo o el fin perseguido, aun siendo de interés general, no constituye el objetivo preciso que la ley le asigna al acto. 71 Finalmente, se encuentra la desviación de procedimiento, el cual es una variedad de ésta forma de desviación de poder, y se refleja en los supuestos en los cuales la Administración Pública, disponiendo de un procedimiento legal para cierto fin especifico, pretende alcanzarlo mediante la aplicación de otro procedimiento destinado a un objeto distinto, pero que S O D A ERV juzga más práctico según el caso. ES R S O H C E violaciónD deElaR ley; el cual se encuentra caracterizado por ser el vicio mas Por último, se enuncia el vicio del acto administrativo referido a la amplio, por cuanto sanciona la violación de todas las reglas; es decir, competencia, forma y fin que se imponen al autor del acto. En la práctica, se aplican a su contenido mismo, y a los motivos de hecho y de derecho en los que se basa el acto administrativo. Entre las modalidades en el vicio de violación de la ley, es posible distinguir entre una violación directa, caso en el cual la Administración Pública ha actuado como si la regla no existiera; también, una violación por falta de interpretación, donde la Administración, habiendo tomado en cuenta la norma, le ha dado una interpretación distinta o que el Juez estima errónea; y por último, cuando el texto escogido como fundamentación de la 72 decisión no se adaptaba a ésta, en cuyo caso la doctrina y la jurisprudencia emplea la noción de ausencia de base legal. Puede inferirse del análisis anterior en torno a la invalidez de los actos administrativos, que los supuestos de violación por el acto de alguna de las fuentes constituyentes el principio de legalidad administrativa, lo hace ilegal; S O D A ERV según cada caso, por inconstitucionalidad, usurpación de funciones, ES R S O H C E contrariedad Derecho. DEaR incompetencia, abuso o exceso de poder, vicio de forma o en general, por En éste orden de ideas, siendo cual fuere el vicio invocado por el demandante, la regla de derecho violada en la emisión o pronunciamiento del acto administrativo, puede pertenecer a cualquiera de las categorías que constituyen el bloque de la legalidad, como conjunto de reglas jurídicas aplicables al acto, cuya violación por la administración es sancionada. Éstas pueden ser: (a) Violación de la Constitución, de las leyes Orgánicas, de las leyes ordinarias y de las ordenanzas; (b) Violación de tratados internacionales regularmente promulgados, con excepción de todo problema de interpretación; (c) Violación de los reglamentos, según su jerarquía; (d) Violación de las disposiciones de naturaleza reglamentaria contenidas en 73 actos, los cuales no han sido dictados en la forma normal del reglamento y, (e) Violación de los Principios generales del Derecho. Ahora bien, expuestos los criterios de la doctrina extranjera en relación a la teoría de las nulidades de los actos administrativos y los supuestos de invalidez de los mismos, se procede al análisis comparativo con las S O D A ERV tendencias adoptadas en Venezuela, acogidas por la jurisprudencia y en la ES R S O H C E DER ley de procedimientos administrativos. En este sentido, Brewer, (2.007:168), distingue las nulidades en tres causas: 1- Contrariedad a Derecho; 2- Vicios de los requisitos de fondo, y 3vicio de los requisitos de forma. 1- Contrariedad a Derecho. Los actos administrativos son inválidos y pueden ser anulados, por violación al ordenamiento jurídico que rige la actuación administrativa, es decir, por violación de alguna de las fuentes que rige el derecho administrativo. La contrariedad a derecho conforme a la terminología del artículo 259 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, es así la primera de las causas de invalidez de los actos. 74 De ésta manera, pueden distinguirse así dos grandes vicios de los actos administrativos derivados de ésta contrariedad a derecho: 1.1- vicio de inconstitucionalidad; 1.2- vicio de ilegalidad. 1.1 Los vicios de Inconstitucionalidad S O D A cuando un acto vulnere directamente una E norma, RVprincipio, derecho o una S E R S O garantía establecida en la Constitución. En estos casos el acto es H C E R DE susceptible de ser anulado. El vicio de inconstitucionalidad de los actos administrativos se produce Ahora bien, ésta vulneración de la Constitución puede producirse bajo dos modalidades: cuando se viola una norma sustantiva del texto fundamental, como la garantía de la libertad pública; o cuando se viola una norma atributiva de competencia a los órganos estatales, en cuyo caso se está en presencia de un acto viciado de incompetencia de orden constitucional. En éste último supuesto, se trataría de un vicio de fondo, como se estudio previamente conforme la doctrina extranjera y se hará referencia específica conforme el criterio nacional más adelante. En efecto, cualquier acto administrativo que viole directamente la Constitución es un acto viciado de inconstitucionalidad, y si se trata de 75 violación de una garantía constitucional, el artículo 25 del texto fundamental establece: “Todo acto dictado en ejercicio del Poder Público que viole o menoscabe los derechos garantizados por esta Constitución y la ley es nulo, y los funcionarios públicos y funcionarias públicas que lo ordenen o ejecuten incurren en responsabilidad penal, civil y administrativa, según los casos, sin que les sirvan de excusa órdenes superiores”. S O D A ERV ES R S O H C E R acto en cuanto viole una garantía constitucional; éste con nulidad, DEcualquier En éste caso, es propiamente el texto constitucional el que sanciona precepto se encuentra en concordancia con el artículo 19, ordina 1° de la Ley Orgánica de Procedimientos Administrativos, el cual establece entre las causales de nulidad absoluta de los actos administrativos, cuando así se encuentre expresamente determinado por una norma constitucional o legal. 1.2 Los vicios de ilegalidad. La Ley Orgánica de Procedimientos Administrativos, como se ha señalado con anterioridad, consolida el principio de la legalidad, al prever diversos casos de invalidez de los actos administrativos, distintos a los derivados de la violación de los requisitos de forma o de fondo. Estos vicios de ilegalidad, entre otros, podrían ser: 76 1.2.1- La violación de la reserva legal La Ley Orgánica de Procedimientos Administrativos reafirma, la reserva legal que se deriva del artículo 317 de la Carta Magna, en el sentido que no puede cobrarse ningún impuesto u otra contribución, que no esté establecido por ley, ni concederse exenciones, ni exoneraciones de los mismos, sino en S O D A ERV los casos por ella previstos. ES R S O el artículo 10 de la ley Orgánica, dispone En ésta mismaC orientación, H E DER que ningún acto administrativo puede crear sanciones ni modificar las que hubieren sido establecidas por leyes, ni crear impuestos u otras contribuciones de derecho publico, salvo dentro de los límites determinados por la ley. 1.2.2- La violación de la jerarquía de los actos El artículo 14 de la Ley Orgánica de Procedimientos Administrativos, define la jerarquía de los actos administrativos, la cual está condicionada por la jerarquía de los órganos de quienes emanen. Consecuencia de ello, se deriva de lo dispuesto en el artículo 13 ejusdem, el cual establece que ningún acto administrativo puede vulnerar lo establecido en otro de superior jerarquía, de lo contrario, el acto es inválido y susceptible de ser anulado. 77 1.2.3- La violación de los actos administrativos de efectos generales. Los actos normativos de la administración, conforme lo mencionado en las páginas precedentes respecto a la clasificación de los actos, son esencialmente derogables o modificables por otros actos administrativos de efectos generales, de acuerdo al principio establecido en el artículo 7 del S O D A ERV Código Civil. Por tanto, esos actos no pueden ser modificados o vulnerados ES R S O H C E DER en forma singular, por actos administrativos de efectos particulares. Bajo éste principio, se deriva lo establecido en el artículo 13 de la Ley Orgánica, en cuanto dispone que ningún acto administrativo de efectos particulares, puede vulnerar lo establecido en una disposición administrativa de efectos generales, aun cuando fueren dictados por una autoridad igual o superior jerárquicamente; observación a la que se hizo referencia con anterioridad, al estudiar los efectos del acto administrativo. 1.2.4- la retroactividad de los actos administrativos Conforme al principio general contenido en el artículo 24 del texto fundamental y el artículo 3 del Código Civil, los actos administrativos cumplen sus efectos hacia el futuro, y en principio no pueden tener efectos retroactivos. 78 Éste principio, indirectamente, se encuentra prescrito en el artículo 10 de la Ley Orgánica de Procedimientos Administrativos, al prever aquellos casos en que la Administración Pública cambie de criterios para dictar sus actos administrativos, la nueva interpretación adoptada no podrá ser aplicada a situaciones anteriores, salvo que fuere mas favorable a los S O D A ERV administrados. De lo contrario, el acto seria inválido e ilegal, y susceptible de ES R S O H C E 1.2.5la R violación de la cosa juzgada administrativa. DE ser anulado. Los actos administrativos que originen derechos subjetivos o intereses legítimos, personales y directos para el particular, son irrevocables una vez que han adquirido firmeza. Éste es un principio general establecido en la Ley Orgánica de Procedimientos Administrativos. Ello se deduce de la interpretación a contrario del Artículo 82 de la Ley, con lo cual se otorga valor de cosa decidida a los actos administrativos que originen derechos e intereses. En este sentido, si un acto administrativo resuelve un caso precedentemente decidido, con carácter definitivo y que haya creado derechos a los particulares, salvo autorización expresa de la ley, se considera violatorio de la cosa juzgada administrativa. 79 Este supuesto de nulidad se encuentra establecido en el artículo 19 ordinal 2° de la Ley Orgánica, y acotado en las observaciones de la clasificación del acto en torno a su impugnabilidad. 1.2.6- Violación de los límites a la discrecionalidad. S O D A Procedimientos Administrativos, el ejercicio del poder discrecional por las RV E S E Res ilimitado ni puede conducir a S O autoridades administrativas, no H C E R E D De acuerdo a lo establecido en el artículo 12 de la Ley Orgánica de arbitrariedad. Por lo contrario, deben mantener conforme prescribe la norma in comento, la debida proporcionalidad y adecuación entre su contenido y los supuestos de hecho que conforman sus motivos; asimismo, deberán ir acorde a los fines perseguidos por la norma. Por tanto, todo exceso o violación a los principios de proporcionalidad, racionalidad, justicia, equidad e igualdad, vicia el acto administrativo de ilegalidad y lo hace susceptible de ser anulado. 1.2.7- La violación de las normas de ejecución Los actos administrativos, de acuerdo a lo exigido en el artículo 8 de la Ley Orgánica, debe ser ejecutados por la Administración Pública en el termino establecido, y a falta de termino, deben ser ejecutados 80 inmediatamente. Por lo tanto, la Administración no es libre de establecer modalidades de ejecución o eficacia de los actos administrativos. En consecuencia, el sometimiento de los efectos de un acto a condición o término, no establecido legalmente, lo vicia de ilegalidad. El marco legal referente a la aplicación y respeto de las normas de S O D A ERV ejecución, fue abordado en el estudio de la clasificación de los actos ES R S O H C E ejecución ER establecidos en el artículo 78 y 80 de la Ley Orgánica, Dforzosa administrativos, por cuanto se hizo mención a las formalidades y medios de cuyo incumplimiento acarrea la anulación del acto. 2- Violación de los requisitos de fondo Como fue señalado en su oportunidad, los actos administrativos para su validez, deben estar sometidos al cumplimiento de ciertos requisitos de fondo y de forma. En cuanto a los requisitos de fondo, fueron previamente estudiados a éste nivel, la competencia; la base legal; el objeto; la causa y el fin. Por tanto la violación de las exigencias de estos requisitos, da origen a una serie de vicios de fondo del acto administrativo, los cuales serán estudiados en las siguientes categorías: 2.1- la incompetencia, 2.2- ausencia de base legal; 2.3- vicio en el objeto; 2.4- vicio en la causa; y 2.5- vicio en el fin. 81 2.1- La incompetencia Entre las formas de ilegalidad de los actos administrativos a los que se hizo referencia en la doctrina planteada por Rivero, fue estudiada la incomptencia del autor del acto. En este sentido, por parte de la doctrina nacional, Brewer, (2.007:169), la define como: S O D A V “el vicio que afecta a los actos administrativos R E S E cuando han sido dictados S R por funcionarios, o O personas C queH no estén autorizados legalmente para ERE sea en virtud de que carecían de toda Ddictarlos, competencia, o de que se extralimitaron en el ejercicio de la competencia que tenían para otra actuación”. El vicio de incompetencia que afecta los actos administrativos puede dar origen a un vicio de inconstitucionalidad o ilegalidad, todo conforme al rango de la norma atributiva de competencia. Asimismo, debe distinguirse entre la incompetencia, la usurpación de autoridad y usurpación de funciones, de la extralimitación de funciones. 2.1.1- La incompetencia Constitucional Este tipo de vicio de orden constitucional puede producirse en dos casos: cuando una persona carece en forma absoluta de competencia y usurpa la autoridad y ejerce sus competencias sin legitimidad alguna; o 82 cuando un funcionario determinado usurpa las funciones atribuidas a otro órgano distinto del Estado. En éstos casos, los actos administrativos dictados están viciados de nulidad por encontrarse incurso en la causal establecida en el artículo 19 numeral 4° de la Ley Orgánica de Procedimientos Administrativos. 2.1.1.1- La usurpación de autoridad S O D A ERV ES R S OConstitución de El artículo 138Cde la H E DER la República Bolivariana de Venezuela establece: “toda autoridad usurpada es ineficaz y sus actos son nulos” En estos casos, es el propio texto constitucional, a través de la disposición citada ut supra, mediante el cual se sanciona de nulidad absoluta e ineficacia radical y total, los actos administrativos dictados en usurpación de autoridad. En este sentido, un acto se encuentra incurso en ésta causal de nulidad, cuando una persona sin ningún tipo de investidura pública, asume una función y actúa como funcionario. Sin embargo, cuando se habla de usurpación de autoridad, debe señalarse que en éste supuesto de vicio de nulidad absoluta de los actos administrativos, se dan ciertas situaciones de hecho las cuales dan origen a 83 lo que se ha denominado Funcionario de hecho a lo cual se hizo mención con anterioridad. En efecto, se ha reconocido en a doctrina administrativa, en ciertas circunstancias excepcionales, situaciones en la cual, personas sin título ni investidura, pueden ejercer algunas actividades públicas con fines de interés S O D A ERV general, en estados de emergencia, y tomar decisiones que, inclusive, pueda ES R S O H C E de un fin ER el que persigue, puede reconocerse una obligación del Dplausible causar algún perjuicio. De esta manera, la doctrina ha acordado, por tratarse Estado. Por tanto, para la verificación de la teoría del funcionario de hecho, es necesario que se de la asunción de autoridad por una persona no investida legalmente, con fines de interés general y plausibles, en circunstancias excepcionales. 2.1.1.2- La usurpación de funciones. Las diversas funciones del Estado, se establecen en la Constitución y en las Leyes, y ellas distribuyen esas funciones a los diversos órganos del Poder Público. Por tanto, todo el ejercicio de una función por otro órgano al cual no se le ha asignado, configura una usurpación de funciones. 84 De ésta manera, el artículo 137 de la Carta Magna, establece la legalidad y tipicidad en las atribuciones y competencias de los órganos que forman el Poder Publico, el cual dispone lo siguiente: “Esta Constitución y la Ley definen las atribuciones de los órganos que ejercen el Poder Público, a las cuales deben sujetarse las actividades que realicen” S O D A ERV Asimismo, la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia, se ES en aspecto, R S O H C E constitucional, acordando el siguiente criterio: DER ha pronunciado sobre este interpretación “La potestad que ejerzan los integrantes del Poder Público solo podrán ser ejercidas con base a una norma de rango legal preexistente que rija sus funciones, de allí que la consagración de éste principio de legalidad, implica la sujeción que debe tener al obrar con respecto a un ordenamiento jurídico preexistente, hasta en sede administrativa, donde sus procedimientos (disciplinarios o sancionatorios) se encuentran sujetos al marco de la legalidad. De tal forma, que la actividad administrativa que se desempeñe deba realizarse dentro de los límites que la misma posea, para con ello poder precisar si la decisión adoptada por la Administración Pública estuvo o no ajustada a Derecho, siendo las consecuencias de éste control intensas, toda vez que conllevan al examen de las competencias del ente u órgano, si se han observado los derechos y garantías del afectado y como se ha llevado la ejecución del acto disciplinario o sancionatorio que se ha dictado según sea el caso” 85 del texto Por tanto, la usurpación de funciones se produce cuando un órgano de una de las ramas de Poder Público ejerce funciones de otro órgano de las ramas del Poder Público, debe interpretarse en sentido general, tanto respecto de la división del Poder en las ramas: Nacional, Estatal y Municipal; como de la división de cada uno de los Poderes: Legislativo, Ejecutivo, S O D A es un vicio de orden constitucional, por tratarse RdeVcompetencias del mismo E S E S R manifiesta que de igual manera, se O rango, y como tal, esC una incompetencia H DERE Judicial, Ciudadano y Electoral. En estos casos, la usurpación de funciones enmarca dentro de los supuestos del artículo 19, precisamente el Ordinal 4° de la Ley Orgánica de Procedimientos Administrativos. Sin embargo, para que exista un vicio de usurpación de funciones en un acto administrativo, como vicio de inconstitucionalidad, debe producirse una violación directa del texto fundamental; debe surgir, un antagonismo directo entre en acto administrativo y la norma constitucional. En éste orden, es importante acotar el carácter sublegal de la actuación administrativa, en virtud de ello, cualquier vicio de usurpación de funciones, y en particular éste, conlleva a una violación de una ley. 86 2.1.2- La incompetencia legal. Por otra parte, además de la incompetencia constitucional, también vicia los actos administrativos, el hecho en el cual sean dictados por funcionarios incompetentes, sea por que no tenían competencia alguna en la materia o en el territorio según se trate, o aun teniéndola, se extralimiten en S O D A ERV su ejercicio. ES R S O Por tanto, pueden distinguirse, dos subtipos de incompetencias: en H C E R DE primer lugar se toman aquellos casos en los cuales el funcionario ejerce competencias que no le corresponden, por estar asignada a otro órgano del poder ejecutivo, en cuyo supuesto habría un incompetencia directa. Situación similar a la referida en la usurpación de funciones. Y, en segundo lugar, los casos en los cuales el funcionario, ejerciendo su competencia legalmente establecida, se extralimita en la misma, excediendo lo prescrito por la ley. La competencia, se insiste, es de texto expreso, por la cual constituye el límite de acción del funcionario, por tanto, no se encuentra facultado realizar ninguna actuación que no le esté expresamente atribuido por ley. En 87 éstos casos, el vicio de ilegalidad puede darse cuando la incompetencia afecta la materia, el territorio, al grado de jerarquía o al tiempo. Sin embargo, la incompetencia legal no produce las mismas consecuencias. Los efectos del vicio del acto dependen, de lo manifiesto de la incompetencia, de que sea evidente, en cuyo caso produciría la nulidad S O D A ERV absoluta. ES R S Osi se trata de una incompetencia manifiesta o Ahora bien, determinar H C E DER relativa, y por tanto, cuando el acto administrativo se afecta de nulidad absoluta o anulabilidad, es una cuestión de hecho y de interpretación del elemento de competencia que rige el acto. 2.2- La ausencia de Base Legal. Todo acto administrativo, como fue analizado en los requisitos o elementos de validez de los actos, debe contar en su contenido, con los presupuestos o fundamentos de derecho; ésta exigencia, se encuentra contenida en el artículo 18 Ordinal 5° y articulo 9 de la Ley de Procedimientos Administrativos. El vicio en la base legal puede ocurrir por errónea interpretación del fundamento legal, por mala aplicación de la norma o simplemente, en el 88 supuesto en el cual el acto viole o vulnere las normas atributivas de competencia. A pesar de tratarse de la expresión formal de un requisito de fondo como es la fundamentación legal del acto, los vicios en la base legal son de nulidad relativa, por cuanto, ha quedado claro, que los casos de nulidad S O D A ERV absoluta de los actos administrativos se encuentran taxativamente ES R S O H C E R sancionaD elE incumplimiento de éste requisito. enunciados en el artículo 19, el cual, en ninguno de sus cinco numerales, 2.3- Los Vicios en el Objeto Como ya fue estudiado en las paginas precedentes, el objeto y su licitud, la posibilidad y determinación, constituye el tercer requisito de fondo de los actos administrativos, y el contenido práctico que se desea obtener con el mismo, es decir lo perseguido por el acto. El objeto, como en todo acto jurídico, debe ser lícito, posible, determinado y determinable, por tanto, la imposibilidad del objeto, su ilicitud e indeterminación, son vicios de nulidad absoluta en el acto administrativo conforme el artículo 19 Ordinal 3°, de la Ley Orgánica de Procedimientos Administrativos. 89 No obstante, la ley orgánica sanciona con nulidad absoluta dos casos: el objeto ilícito y el objeto imposible, no haciendo referencia a la indeterminación del objeto, el cual también constituye un vicio del acto administrativo. Por tanto, en orden a la interpretación restrictiva del artículo 19 S O D A ERV ejusdem, el vicio de indeterminación del objeto es de nulidad relativa, por lo ES R S O H C E los artículos DE20Ry 81 de la Ley Orgánica de procedimientos administrativos. que es un vicio subsanable, y el acto viciado, convalidable, todo conforme a 2.4- El vicio en la Causa. La causa como requisito de los actos administrativos, se encuentra configurada por los elementos de hecho que motivaron el acto. En este sentido, cuando un acto Administrativo es dictado, el funcionario se encuentra en el deber de comprobar los hechos que le sirven de fundamento, constatar su existencia y apreciarlos. Por tanto, todos los vicios que afecten la constatación, apreciación y calificación de los presupuestos de hecho, dan origen a vicios en la causa que la jurisprudencia venezolana denomina “abuso o exceso de poder” 90 En este orden de ideas, si la Administración Pública, aprecia, comprueba mal o parte de falsos supuestos, y dicta los actos, éstos se encuentran viciados en la causa. Ocurre ésta situación igualmente, cuando los hechos no son probados o siendo probados, lo hace inadecuadamente. Éste elemento del acto administrativo, se encuentra íntimamente ligado S O D A ERV con lo establecido en el artículo 12 de la Ley Orgánica de Procedimientos ES R S O H C E supuestos ERlo motivan, en consecuencia, por mas discrecional que sea el Dque Administrativos, en cuanto al principio de proporcionalidad entre el acto y los poder de la Administración Pública, los presupuestos de hecho tienen que ser comprobados, y es precisamente en éste requisito, donde se encuentran los mas importantes límites al poder discrecional. Los vicios en la causa, producen en el acto la nulidad relativa, conforme se indica en el artículo 20 de la Ley Orgánica de Procedimientos Administrativos, ya que el artículo 19 no enuncia entre sus causales de nulidad absoluta, los vicios en la causa. 2.5- El vicio en el Fin. Como ya se ha establecido, el acto administrativo debe cumplir siempre, los fines establecidos en la Ley; por tanto, cuando el funcionario 91 dicta el acto, debe adecuarse a la finalidad de la norma, no pudiendo en todo caso, hacer uso de su poder para alcanzar fines distintos a los previstos por ésta. Bajo ésta ideas, cuando el funcionario usa su poder para otros fines distintos a los establecidos, el acto administrativo, se encuentra viciado en la S O D A ERV finalidad; lo cual es denominado por el artículo 259 de la Constitución, como ES R S O H C E DER vicio de desviación de poder. En efecto, éste artículo del texto fundamental, atribuye competencia a los tribunales Contencioso - Administrativo, para declarar la nulidad de los actos administrativos por contrariedad a derecho, e incluso, por desviación de poder, con lo cual le da una consagración de orden constitucional al vicio en la finalidad. En estos casos, no se trata de una incompetencia, objeto ilícito o una errada apreciación de los hechos, sino, por el contrario, de un funcionario con competencia, ante una situación de hecho adecuada y debidamente calificada, el cual dicta un acto formalmente perfecto, pero persiguiendo un fin distinto por la norma. Por ello, éste vicio no puede presumirse y debe ser alegado y probado. 92 Por último, en cuanto al vicio en el fin, es la tendencia de gran parte de la doctrina de calificarlo dentro de aquellos que producen nulidad relativa o anulabilidad, conforme a lo establecido en el artículo 20 de la Ley Orgánica de Procedimientos Administrativos. 3- Vicio de los Requisitos de Forma S O D A Los actos administrativos para su E validez, RV además de tener que S E Runa serie de requisitos de fondo, deben S O ajustarse a la legalidad y cumplir H C E R E D también cumplir una serie de requisitos de forma, los cuales abarcan el cumplimiento de trámites procedimentales para la formación de la voluntad administrativa, la exteriorización formal de los motivos y, el cumplimiento de los requisitos formales de dicha exteriorización, tal como se examinó a detalle con anterioridad. Los vicios en las formas, producen en los actos administrativos su invalidez, pudiendo ser susceptibles de ser anulados, los cuales se clasifican de la siguiente manera: 3.1- El vicio en el procedimiento Constitutivo Se ha señalado, para la validez de los actos administrativos, el deber de sujeción al procedimiento legalmente establecido, a los trámites, etapas y 93 lapsos prescritos en la ley. Por tanto, la violación de las formas procedimentales puede acarrear la invalidez de los actos. Sin embargo ésta violación puede ser de dos clases: 3.1.1- violación de trámites y formalidades y, 3.1.2- violación de los derechos de los particulares en el procedimiento. S O D A 3.1.1- Violación de los trámites y formalidades RV E S E R S O H C en cuanto a los vicios en el procedimiento, es E R Como punto previo, E D necesario hacer referencia que éstos siempre serán vicios los cuales podrían producir la anulabilidad o nulidad relativa de los actos administrativos, conforme a lo establecido en el artículo 20 de la Ley Orgánica de Procedimientos Administrativos, siendo el único caso en el cual un vicio de forma podría llegar a producir la nulidad absoluta del acto, el ordinal 4° del artículo 19 ejusdem, por tanto sanciona de nulidad absoluta, el acto dictado con prescindencia total y absoluta del procedimiento legalmente establecido. En consecuencia, los vicios del procedimiento derivados de irregularidades en su tramitación, no dan origen a la nulidad absoluta de los actos dictados, si no de anulabilidad los cuales podrían ser alegados por el interesado. 94 Los vicios en el procedimiento y en las tramitaciones, pueden ser de variada naturaleza, y manifestarse en diversos supuestos como en la llamada Administración Consultiva, casos en los cuales la ley establece como requisito previo de la decisión de un órgano administrativo, la necesidad de obtener una información u opinión previa de otros órganos. En S O D A ERV estos casos, la consulta es obligatoria y su incumplimiento puede dar origen ES R S O H C E También podría haber vicios en el procedimiento en la formación de la DER a un vicio de procedimiento. voluntad, generalmente de los órganos colegiados, donde la ley somete a una serie de formas precisas a dichos órganos, cuya violación acarrea vicios en el procedimiento. 3.1.2- La violación de los derechos de los particulares en el procedimiento. La ley orgánica de Procedimientos Administrativos, consagra una serie de derechos de los interesados, derivados del artículo 49 del Texto Constitucional, lo cual llevó al legislador a consagrar en la ley, normas precisas para asegurar a los interesados el derecho a ser oído, en los artículos 49 y 68; el derecho a hacerse parte en un procedimiento, en el artículo 23; el derecho a ser notificado, en los artículos 48 y 73; el derecho a 95 tener acceso al expediente administrativo, en el artículo 59; el derecho a presentar pruebas, en los artículos 48 y 58 y, el derecho a ser informado de los medios disponibles para su defensa, en los artículos 73 y 77. Pues bien, la violación de la Administración, en cualquier procedimiento administrativo de los derechos de los particulares, provocaría la invalidez del S O D A ERV acto, y lo hace susceptible de anulación, en cuyo caso, de igual manera, ES R S O H C E DER constituyen vicios de nulidad relativa. 3.2- El vicio en la motivación La obligación por parte de la Administración Pública de motivar sus actos mediante la expresión de los hechos y fundamentos legales, así como las razones que hubieren sido alegadas por el interesado, constituye uno de los requisitos de validez al cual se hizo referencia en torno a la Base Legal como contenido de los actos administrativos. Este requisito, se ha establecido con carácter general, para todos los actos administrativos, salvo para los actos de simple trámite o aquellos de los cuales la ley, expresamente excluya la motivación, tal como lo consagran los artículos 9 y 18 ordinal 5°, de la Ley Orgánica de Procedimientos Administrativos. En este sentido, el acto de trámite es un acto preparatorio 96 de la decisión final, y se diferencia del acto definitivo, en que éste ultimo pone fin a un asunto y concluye el procedimiento ante la administración. En consecuencia, en ausencia de norma legal que excluya la motivación, todo acto definitivo debe ser motivado, mediante la expresión de los presupuestos de hecho y de derecho que sirvieron de fundamento; en S O D A ERV cuyo caso, la usencia de tal exigencia o su deficiencia, vicia de nulidad ES R S O H C E impugnado. DER relativa los actos administrativos y por tanto, lo hace susceptible de ser 3.3- Los vicios en la exteriorización del acto Por ultimo, la Ley Orgánica de Procedimientos Administrativos en su artículo 18, enumera de manera precisa los requisitos a los cuales debe atender el acto administrativo en cuanto a las formas, de los que se realizó análisis detallado en el estudio de los requisitos y la exteriorización del acto. En éste sentido, la irregularidad en el cumplimiento de las exigencias a las cuales se hace referencia para la eficacia plena de los actos administrativos, da lugar a un vicio de nulidad relativa conforme lo establece el artículo 20 de la Ley Orgánica. 97 Ahora bien, entrando en otras consideraciones y habiendo estudiado los vicios de los actos administrativos, y las consecuencias de la ilegalidad de los mismos, ha quedado claro, que no todos los vicios producen las mismas consecuencias jurídicas, las cuales varían bien sea, entre lo denominado por la jurisprudencia y parte de la doctrina actos inexistentes, S O D A Orgánica de Procedimientos Administrativos, conVsu regulación, puso fin a R E S E SR O las discusiones que C en H años anteriores, había tenido lugar el análisis de los ERE D supuestos de las irregularidades de los actos administrativos. de nulidad absoluta o, según el caso, nulidad relativa. Asimismo, la Ley En tal sentido, ante estas circunstancias de actos administrativos viciados, el interesado debe que adoptar una posición activa de impugnador, dada la cualidad de ejecutoriedad de las decisiones del Poder Público, derivada del Principio de Legalidad que reviste las actuaciones administrativas. Sobre este principio, subyace la idea fundamental de la sujeción de todos los actos del poder público a normas preexistentes, como una garantía de seguridad de los ciudadanos frente a las posibles o eventuales arbitrariedades de las autoridades. De ésta manera, la Ley Orgánica de Procedimientos Administrativos contempla la presunción de legalidad de los actos administrativos, al 98 establecer implícitamente sus consecuencias; reflejada entre otros, en el artículo 8, al ordenar la ejecución inmediata de los actos administrativos a falta de término; en el artículo 79 cuando autoriza la ejecución forzosa sin requerir del auxilio de los tribunales ni su legitimación por éstos; y en el artículo 87 cuando establece el carácter no suspensivo del recurso, es decir, S O D A ERV el cuestionamiento de la legalidad no impide la ejecución del acto. ES R S O H C E siguienteD manera: ER En este sentido, Araujo, (1.996:43) se refiere a éste principio de la “si la expresión legalidad viene a designar la cualidad de aquello que es conforme a la ley, entendiendo ésta en su sentido amplio, con el principio de legalidad se quiere decir tanto que como la actividad administrativa está subordinada al bloque jurídico, comprendiendo la condición de que debe actuar, con arreglo al derecho, incluido aquel que ella misma elabora, esto no es mas, que una consecuencia de la superioridad de la Ley frente a la administración” De igual manera, Meier, (2.003:261) ilustra éste principio señalando: “En una sociedad en la que el poder carezca de límites jurídicos, que pueda actuar al arbitrio de los gobernantes, no existe estado de derecho. La finalidad del principio de legalidad es otorgar seguridad jurídica, certeza a la libertad y demás derechos humanos asociados al libre desenvolvimiento de la personalidad humana; que cada quien sepa a que atenerse respecto de los poderes y facultades de actuación del Estado, hasta 99 donde puede llegar el poder público. Este principio establece la frontera que separa al Estado de la Sociedad Civil” Este bloque de la legalidad, sin embargo es iuris tantum y por tanto se admite prueba e contrario, esto es, a través de los recursos o medios de impugnación de los actos administrativos. S O D A ERV En éste orden de ideas, el artículo 82 de la Ley Orgánica de ES R S O H C E R sus actos en cualquier tiempo, bien sea por el mismo Pública D de E revocar Procedimientos Administrativos establece la potestad de la Administración órgano que lo dictó o por el respectivo superior jerárquico; y, el artículo 83 ejusdem, permite a la administración en cualquier tiempo de oficio o a solicitud de los particulares reconocer la nulidad absoluta de sus actos sin que obste el transcurso del tiempo o las situaciones jurídicas resultantes. Puede observarse, dentro de la ley venezolana la revocación de los actos por razones de mérito, y en la disposición seguida, la nulidad declarada por la Administración Pública, de esta manera tanto de oficio, como a instancia de parte, pueden ser denunciados los vicios de nulidad absoluta de los actos administrativos, y es aquí cuando nos referimos a lo que constituye la base fundamental de nuestra materia de estudio. Atendiendo a la primera de las enunciadas, la potestad de revocatoria deriva 100 de lo denominado Autotutela Administrativa, con la cual la Administración cuenta con potestades para revisar y examinar la legalidad de sus actos, controlando el cumplimiento de los requisitos de fondo y de forma que exige la ley para su validez, así como las razones de mérito que se tuvieron en cuenta para su expedición. S O D A ERV La revocación, como medio de extinción del acto administrativo, se ES R S O H C E Procedimientos DERAdministrativos, y ha sido una institución de profundo y encuentra contemplada en el artículo 82 de la Ley Orgánica de extenso estudio doctrinal; en este sentido Marienhoff, (1.966:570) citando el criterio de la Corte Suprema de Justicia Argentina afirma: “La extinción de un acto administrativo por razones de oportunidad o conveniencia, es decir para satisfacer requerimientos del interés público, se efectúa mediante la revocación por razones de oportunidad, mérito o conveniencia, lo cual por principio constituye una actividad propia de la Administración Pública”. “Por otra parte, la extinción de un acto por razones de ilegitimidad pueden efectuarla, según los casos, la administración publica de oficio, o el órgano jurisdiccional judicial por solicitud del interesado. Cuando la extinción corresponda a la Administración Pública, ésta extingue el acto recurrido por razones de ilegitimidad, mientras que, cuando le incumba al órgano jurisdiccional judicial éste la efectuara por el ejercicio de la acción de nulidad” 101 Por lo que, nuevamente se observan ambas instituciones distinguidas claramente, estableciéndose después de lo expresado, la revocación como la extinción de un acto administrativo dispuesto por la propia administración Pública, para satisfacer actuales exigencias del interés público o para satisfacer el imperio de la legitimidad. S O D A ERV En este orden de ideas, por vía paralela, se definirá la segunda ES R S O H C E Ley Orgánica DERde Procedimientos Administrativos, la cual se inicia con la institución nombrada; La acción de nulidad contenida en el artículo 83 de la solicitud del particular, que origine el procedimiento que conlleve a la eliminación de un acto administrativo viciado de nulidad absoluta basadas en la causales taxativas del artículo 19 ya enunciadas, las cuales acarrean la nulidad de pleno derecho. Peña, (1.997:152) define la acción de nulidad como: “una potestad de revisión ilimitada en cuanto a su ejercicio puesto que en cualquier tiempo, a solicitud de los particulares puede emanar esa anulación” De igual manera, Hernández, (1997:58) establece: “La acción de nulidad se constituye en una verdadera acción pues contiene una pretensión de impugnación por razones de legalidad de un acto administrativo preexistente” 102 Siguiendo el criterio del Dr. Gabino Fraga, el cual sistematizó de manera muy concreta ambas instituciones, se establece que a pesar que tanto la revocación como la anulación producen el efecto de eliminar un acto administrativo del mundo jurídico, existe entre ambas una característica sustancial que las distingue; en efecto, mientras que la anulación está S O D A tiene vicio de ilegitimidad, la revocación procede RVrespecto de actos validos, E S E R S O es decir de actos C que en su formación dejaron satisfechas todas las H DERE destinada a retirar un acto inválido, es decir, un acto que desde su origen exigencias legales. Por otra parte, mientras que el motivo de la revocación surge en un momento cronológicamente posterior al acto original y se refiere a razones de oportunidad, es decir a la coincidencia del acto en momentos sucesivos con el interés público, la anulación se deriva del vicio original del acto primitivo. Por último, se hará referencia al criterio establecido por el Tribunal Supremo de Justicia, en Sala Político Administrativa, el cual ha establecido de forma cónsona y reiterada la competencia de los Tribunales Contencioso Administrativo para declarar la nulidad de los actos administrativos de la siguiente manera: 103 “procede este Sala Político-Administrativa a analizar las competencias atribuidas a la jurisdicción contencioso-administrativa por la Carta Magna de 1999, y en tal sentido, se observa que conforme a lo estipulado en el artículo 259 de la Constitución vigente, la jurisdicción contencioso-administrativa le corresponde al Tribunal Supremo de Justicia y a los demás tribunales que determine la ley; siendo competentes los órganos de dicha jurisdicción para anular los actos administrativos generales o particulares contrarios a derecho, incluso por desviación de poder. De acuerdo con lo anterior, el control legal y constitucional de la totalidad de los actos de rango sublegal (entendiendo por tales actos, normativos o no, los dictados en ejecución directa de una ley y en función administrativa), son del conocimiento de la jurisdicción contenciosoadministrativa. (...) De manera que, la nueva Constitución atribuye a esta Sala PolíticoAdministrativa el conocimiento de las acciones de nulidad que se interpongan contra los actos administrativos generales o individuales dictados por el Ejecutivo Nacional, con independencia de que los vicios denunciados sean por razones de inconstitucionalidad o de ilegalidad, siempre que dichos actos no sean dictados en ejecución directa e inmediata de la Constitución”. S O D A ERV ES R S O H C E DER La acción de nulidad, es así un derecho subjetivo de obtener una respuesta o decisión sobre la nulidad absoluta, basadas en las causales ya expuestas, que se inicia a solicitud del particular afectado por el acto administrativo en vía administrativa, lo cual abre así una puerta al Contencioso – Administrativo en virtud del referido artículo. 104 CAPITULO II DETERMINAR EL ALCANCE DEL EJERCICIO DE LA ACCION DE NULIDAD Y LA POTESTAD DE REVOCATORIA DE LOS ACTOS ADMINISTRATIVOS DE LA ADMINISTRACIÓN PÚBLICA VENEZOLANA COMO MEDIO DE REVISION Y MANIFESTACION DEL PRINCIPIO DE AUTOTUTELA ADMINISTRATIVA. S O D A ERV Precisar los límites de la potestad de revocatoria de los actos ES R S O H C E DER administrativos de efectos particulares como manifestación del ejercicio de la potestad de autotutela administrativa. De acuerdo a los planteamientos efectuados, ha quedado claro que la potestad de revocatoria, constituye un procedimiento a través del cual, la Administración Pública procede por si misma, sin necesidad de auxilio de los tribunales, a establecer la ineficacia de los actos administrativos. Por tanto, identificándose la revocatoria como el retiro material del acto administrativo por la Administración Pública, se justifica la causa de dicha revocatoria en razones de inoportunidad causada en el mérito; en este sentido, surge una mutación sobrevenida de uno de los presupuestos que se tuvieron en cuenta para la emisión del acto, o bien, la modificación de las exigencias del interés público que debe satisfacer la Administración. 106 En efecto, la revocación procede respecto de actos válidos, en virtud de la relación que rige a toda Administración Pública moderna, con la necesaria adecuación a la necesidad y circunstancias del interés público. La noción de revocación, como puede inferirse de lo planteado, excluye el concepto clásico romano de que toda anulación debe provenir de una S O D A ERV acción o querella, actio nullitatis; se comprueba que el acto puede ser ES R S O H C E R procesal de revocación, excluye toda idea de acción. manera,D la E expresión revocado por la Administración Pública sin necesidad de la acción. De esta Esta potestad de la Administración Pública, se encuentra tipificada en la Ley Orgánica de Procedimientos Administrativos, en el Titulo IV, Capítulo I, bajo la rúbrica de revisión de oficio, en su artículo 82, el cual establece: “Los actos administrativos que no originen derechos subjetivos o intereses legítimos, personales y directos para un particular, podrán ser revocados en cualquier momento, en todo o en parte, por la misma autoridad que los dictó, o por el respectivo superior jerárquico”. Ahora bien, por ser éste el precepto legal rector de la potestad de revisión de oficio de la Administración Pública, se procederá a la apreciación de cada uno de los elementos en él contenidos para el estudio de sus límites, lo cual constituye el objetivo en estudio. 107 Como se analizó con profundidad en el Capítulo anterior, se insiste y establece como punto de inicio el principio de legalidad, el cual constituye la más acabada garantía establecida en el Estado de Derecho en beneficio de los administrados, contra las posibles arbitrariedades del Poder Público, por lo que el ordenamiento jurídico debe establecer el marco legal de su S O D A ERV actividad. ES R S O H C E tiene establecido DER precisos límites o márgenes en No obstante, no toda actividad a cargo de la Administración Pública, dicho ordenamiento, a los cuales deba ceñirse; por tanto, en muchos casos es la ley la que le otorga a la Administración, amplios poderes de apreciación, oportunidad y conveniencia para la toma de decisiones, y es precisamente ello, lo que ha dado origen a la distinción en materia administrativa entre las potestades regladas y el poder discrecional. En este orden de ideas, iniciando por el primer elemento, el uso de la palabra podrá en el artículo 82, en la oración “podrán ser revocados en cualquier momento”, indica que se está en presencia de un poder discrecional de la Administración Pública. De tal manera, el vocablo poder, denota la facultad o medio de hacer una cosa; y facultad el derecho, mas no obligación, de poder hacerla. 108 Se entiende por tanto, que la norma faculta a la Administración Pública para obrar según su prudente arbitrio, consultando lo más equitativo o racional, en obsequio de la justicia, y de la imparcialidad; así lo estableció la antigua Corte Federal en sentencia de 17 de Julio de 1.953. Entendida de esta forma, la actividad discrecional de la Administración S O D A ERV Pública es indispensable para el desempeño de sus funciones y lograr sus ES R S O H C E múltiples, ER y complejas relaciones jurídicas que se producen en la Dcambiantes fines de un modo cabal, dado que la ley, no puede prever y reglamentar sociedad. La discrecionalidad, la plantea Ballbé bajo las siguientes formas: “la discrecionalidad no se funda en la ausencia de preceptos jurídicos que limitan la actividad de la Administración, si no en la atribución, por el derecho, de una libertad de apreciación” Por ello, puede deducirse que el primer límite del poder discrecional se encuentra en la ley que lo autoriza, dentro del cual deben conciliarse dos extremos siempre presentes; por una parte, la salvaguarda del poder administrativo por el reconocimiento del poder discrecional, y por la otra, la salvaguarda de los derechos de los administrados por la limitación de ése poder. 109 Es muy importante acotar, al hacer referencia a la revocatoria como poder discrecional y en particular a sus límites, distinguir, primero: entre aquellas áreas del actuar administrativo, que no se configuran realmente como ejercicio del poder discrecional y que corresponde al ámbito de lo llamado por la doctrina conceptos jurídicos indeterminados; segundo: entre S O D A V discrecionalidad; y el control de los actos administrativos que no constituyen R E S E SR O tercero: los límitesC que efectivamente constituyen la reducción de la H DERE los límites derivados de la vigencia del principio de legalidad el cual permite discrecionalidad o de la libertad de apreciación de los hechos. En relación al primero de los enunciados, la diferencia entre discrecionalidad, y la técnica de conceptos jurídicos indeterminados, puede ser fijada, en que la primera de ellas, es decir en la discrecionalidad auténtica, la Administración Pública es libre de elegir entre varias posibilidades, y cualquier solución que adopte dentro de ella, es en principio irreprochable. Por el contrario, en cuando a los conceptos jurídicos indeterminados, la elección no es libre, por cuanto se trata de la aplicación de la ley en un caso concreto, el cual admite sólo una solución justa. 110 En sentido similar, lo estableció la antigua Corte Suprema de Justicia, en sentencia de 27 de Abril de 1.989, la cual señala: “… mientras que las potestades discrecionales dejan al funcionario la posibilidad de escoger según su criterio entre varias soluciones justas, no sucede lo mismo cuando se trata de la aplicación de un concepto jurídico indeterminado. Se caracterizan, estos últimos, por ser conceptos que resulta difícil delimitar con precisión en su enunciado, pero cuya aplicación no admite sino una sola solución justa y correcta, que no es otra que aquella que se configura con el espíritu, propósito y corazón de la norma” S O D A ERV ES R S O H C E DER En esta forma, la distinción ha conducido a una reducción del ámbito de la libertad de apreciación y a una ampliación de los poderes del control judicial. La consecuencia, por tanto, es que la discrecionalidad sólo existe cuando la ley deja a la Administración la elección entre varias decisiones, de manera que la voluntad del legislador, cualquiera de ellas, es jurídicamente admisible y tiene el mismo valor; en cambio, existe un concepto jurídico indeterminado y por tanto, no hay discrecionalidad, cuando solo una sola decisión es la jurídicamente admisible. La segunda distinción enunciada, es realizada en torno a los aspectos regulados de los actos administrativos donde no se aplica la discrecionalidad, la antigua Corte Federal de Venezuela lo estableció hace 111 décadas, en la decisión de 17 de Julio de 1.953, en la cual dispuso lo siguiente: “si bien la Administración obra discrecionalmente cuando no esta sometida al cumplimiento de normas especiales en cuanto a la oportunidad de obrar, ello no quiere decir que pueda obrar al arbitrio, eludiendo toda regla de derecho, pues la autoridad administrativa debe observar siempre los preceptos legales sobre formalidades del acto” S O D A ERV ES R S O H C E administrativos DERen el ejercicio del poder discrecional, hay requisitos de fondo De tal forma, cuando se habla de formalidades de los actos de los actos, que la Administración Pública está obligada a observar, en relación al elemento causa o a la determinación de los presupuestos de hecho del acto administrativo, a su finalidad y la motivación o base legal. En cuanto a la determinación de los presupuestos de hecho del acto administrativo, como límite al ejercicio del poder discrecional, implica la necesaria comprobación de dichas circunstancias por la Administración Pública. En este sentido, como se analizó de forma detallada en los requisitos de validez, todo acto administrativo debe tener una causa o motivo, identificado, precisamente, en los supuestos de hecho que sean ciertos, y además, deben tener una adecuación con lo decidido, así, el acto no estará basado simplemente en una apreciación arbitraria de los hechos. 112 En cuanto a la finalidad, la subordinación de los actos administrativos a la equidad y a la verdad, significa que la Administración Pública no puede en modo alguno salirse de los fines que se persiguen con la norma legal, aun en el supuesto de encontrarse en ejercicio de una potestad discrecional. En relación a éste elemento, tal como se acotó anteriormente, la no S O D A ERV adecuación a los fines previstos en la norma, da origen al vicio de desviación ES R S O H C E DER de poder, regulado en el artículo 259 del Texto Constitucional. Otro de los límites del poder discrecional, en relación a los elementos del acto administrativo, es la motivación. Todo acto administrativo, cuando están de por medio los intereses colectivos y derechos difusos, y salvo los casos previstos en la ley, deber ser motivado, máxime, si es revocatorio de uno proferido por el inferior jerárquico; en este orden de ideas, la forma del acto tocante a la fundamentación con los razonamientos en los cuales se apoya, se considera sustancial por cuanto la ausencia de los mismos, abre un amplio campo al arbitrio del funcionario. En tal sentido, la motivación del acto dictado por la administración en ejercicio de un poder discrecional, debe tener la motivación, no sólo como justificación de la acción administrativa, sino además, como medio de 113 permitir el control jurisdiccional sobre la exactitud de los motivos y su correspondencia con los textos legales en que se funda. Ahora bien, el estudio de los limites de la potestad de revisión de oficio o revocatoria de los actos administrativos como parte de atribuciones discrecionales de la Administración Pública, implica además realizar una S O D A ERV tercera distinción, enunciada con anterioridad, referida exclusivamente a los ES R S O H C E potestadD atribuida ER por el legislador a la Administración Pública de apreciar limites propiamente dichos del poder discrecional. En este sentido, ésta libremente las circunstancias de hecho, y adoptar una decisión entre varias alternativas, tiene siempre un límite absoluto: el acto adoptado en ejercicio de tal poder, no puede ser arbitrario. Así las cosas, el problema radica por tanto, en el establecimiento de la frontera entre discrecionalidad y arbitrariedad; de manera que el juez Contencioso-Administrativo, pueda controlar el ejercicio directo del poder discrecional cuando resulte arbitrario. En esta materia, han sido los principio generales del derecho, los cuales en éstas circunstancias, han encontrado respuesta a la problemática, teniendo como aliado al legislador en la codificación administrativo. 114 del procedimiento Entre esos principios generales del derecho se encuentran: (a) El principio de racionalidad, el cual implica que la decisión adoptada en ejercicio de un poder discrecional no puede ser ilógica o irracional. (b) El principio de la justicia o de la equidad: significa que la decisión S O D A ERV producto del ejercicio de potestades discrecionales no puede ser inicua, ES R S O H C E R de la igualdad: persigue que la decisión que resulte del (c) D El E principio inequitativa o injusta. ejercicio de poderes discrecionales no sea parcializada o discriminatoria. (d) El principio de proporcionalidad: conlleva al respeto de toda decisión en ejercicio de un poder discrecional, a una adecuación entre los presupuestos de hecho y la decisión tomada. (e) El principio de buena fe: de manera que toda actuación del funcionario que con intención falsee la verdad, también será ilegal. En el derecho comparado, la jurisprudencia uruguaya y argentina, englobaron estos límites de la discrecionalidad, en la exigencia de la racionalidad de la actuación administrativa, de tal manera, un acto 115 administrativo, aun dictado en virtud de potestades discrecionales, podría ser revisado judicialmente, si éste es irracional o arbitrario. Ahora bien, esta exigencia de racionalidad y sanción de arbitrariedad, como límite del ejercicio de las potestades discrecionales, ha encontrado en América Latina, en muchos casos, consagración legislativa, positivizándose S O D A ERV de ésta manera, los principios generales del derecho. ES R S En tal sentido,C la H LeyO General de la Administración Pública de Costa E R DE Rica, establece diversas normas al ejercicio del poder discrecional y el control judicial del mismo; entre sus normas, podría hacerse referencia al artículo 15 ordinal 1°: “…está sometido en todo caso a los límites que le impone el ordenamiento expresa o implícitamente, para lograr que su ejercicio, sea eficiente y razonable”. Asimismo, la Ley venezolana de Procedimientos Administrativos de 1.982, recoge también, el principio de los límites al ejercicio del poder discrecional, en la norma que con anterioridad se ha comentado del artículo 12, el cual prescribe: “Aun cuando una disposición legal o reglamentaria deje alguna medida o providencia a juicio de la autoridad competente, dicha medida o providencia 116 deberá mantener la debida proporcionalidad y adecuación con el supuesto de hecho y con los fines de la norma, y cumplir los trámites, requisitos y formalidades necesarios para su validez y eficacia”. De ésta manera, se consagró expresamente, la existencia de elementos reglados del acto discrecional que siempre deben respetarse, y se erigió como límite fundamental al ejercicio del poder discrecional, la S O D A ERV obligación del funcionario de mantener la debida proporcionalidad. ES R S O La proporcionalidad como límite a la discrecionalidad, también se H C E R DE establece en la Ley de Procedimiento Administrativo de Argentina, en su artículo 7, al prescribir dentro de los requisitos esenciales del acto administrativo, las necesidades de que las medidas del mismo, deban ser adecuadas a la finalidad que resulta de las normas que otorgan las facultades al órgano administrativo. En este orden de ideas, la antigua Corte Suprema de Justicia de Venezuela, preciso al respecto: “los actos administrativos estarán viciados de abuso de poder, cuando no existe proporción o adecuación entre los motivos o supuestos de hecho que sirvieron de base al funcionario u órgano autor del acto recurrido para dictar su decisión, y los contemplados en la norma jurídica, en el sentido de que se trata de un vicio que consiste en la actuación excesiva o arbitraria del funcionario” 117 Por último, íntimamente ligada a la proporcionalidad, se encuentra la racionalidad como límite al ejercicio de los poderes discrecionales, el cual se encuentra entre los principios contenidos en la Ley de Procedimientos Administrativos del Perú, en su artículo IV del Titulo preliminar, señalando al efecto lo siguiente: S O D A ERV “Las decisiones de la autoridad administrativa, cuando crean obligaciones, califiquen infracciones, impongan sanciones, o establezcan restricciones a los administrados, deben adaptarse dentro de los limites de la facultad atribuida y manteniendo la debida proporción entre los medios a emplear y los fines públicos que deba tutelar, a fin de que respondan a lo estrictamente necesario para la satisfacción de su cometido” ES R S O H C E DER De tal forma, uno de los límites del ejercicio de la libertad de apreciación que implica el poder discrecional, conlleva el ejercicio racional, lo cual no es sino una consecuencia de éste principio, que impone una actuación lógica y congruente. Es menester hacer mención, a las situaciones en las cuales no se lleva un cumplimiento cabal de la ley, y de las limitaciones contenidas en ella a las que se ha hecho referencia; bajo éstos supuestos, constituye un control de la oportunidad y la apreciación de la conveniencia de forma discrecional en la revocación de los actos administrativos, los medios puestos a disposición de 118 los administrados como son los recursos administrativos y medios de impugnación, entre los cuales se encuentra la acción de nulidad, a la cual se hará referencia en el siguiente objetivo a analizar. Bajo éstas ideas, cabe por tanto afirmar, que si bien es de la naturaleza de todo acto realizado en poder de una facultad discrecional, el que no S O D A ERV pueda ser revisado o revocado en cuanto al mérito o fondo por el Poder ES R S O H C E Rla legalidad administrativa, y la posibilidad de anulación por cumplimiento DEde jurisdiccional, esto no significa que no se encuentre sometido al parte de éstos, instituciones las cuales deben tenerse presente y diferenciadas, de la misma manera en como se planteó en las primeras líneas de ésta investigación. Respecto a la articulación del ejercicio de la autotutela administrativa y la tutela jurisdiccional: la primera actúa inicialmente, y la segunda revisa la legalidad de lo cumplido por la primera en una intervención posterior. Ahora bien, entrando a la siguiente consideración, como se aprecia en el artículo 82 objeto de análisis, otro de los elementos que de manera taxativa constituye un límite a la potestad de revocación de los actos administrativos, se encuentra en los derechos subjetivos, intereses legítimos, personales y directos originados y reconocidos por ellos; ésta problemática, 119 se encuentra íntimamente vinculada al problema de la cosa decida administrativa; como se planeta a continuación. La situación jurídica subjetiva, es aquella, la cual deriva de la relación jurídica que se establece entre un sujeto de derecho y la Administración Pública, con ocasión de un acto administrativo, por ser dicho sujeto de S O D A ERV derecho el destinatario del acto, o por encontrarse frente una determinada ES R S O H C E el D ordenamiento jurídico proteja particularmente ER situación de hecho ante una conducta de la Administración, lo cual ocasiona que su interés en la legalidad de la actividad administrativa. De tal forma, los titulares de derechos subjetivos administrativos, es de quienes deriva la capacidad procesal de vínculos establecidos previa y especialmente con la Administración Pública, en lo cual resulta el interés de mantener el acto de cuyos derechos emanan. Ésta noción, se encuentra en una relación continente-contenido al interés legítimo mencionado en la ley, el cual se encuentra referido a la persona concreta con la facultad de reclamar la decisión administrativa. En este sentido, la legitimación puede estimarse como la consideración especial de la ley a las personas que se hallan en una determinada relación con el objeto de la revocación, el cual no es más que el acto administrativo. 120 Establecidas éstas ideas, el acto administrativo, luego que deviene en firme, su eficacia jurídica puede ser extinguida en cualquier momento, como se ha dicho, si de él no se derivan derechos subjetivos o intereses legítimos, personales y directos; pero si el acto ha originado aquellos derechos o intereses, no pueden ser extinguidos salvo dos supuestos: que exista una S O D A ordinal 2°, de la Ley Orgánica de Procedimientos RVAdministrativos; o, que el E S E Rabsoluta, tal como lo enuncia el artículo S O acto se encuentre viciado de nulidad H C E R E D autorización expresa de la ley, conforme lo establecido en el articulo 19 83 ejusdem; en cuyo caso, no se estaría en presencia de una revocación sino, de una declaratoria de nulidad de oficio. Sin embargo, respecto a ésto último, es de considerar, que el acto administrativo, aun siendo nulo, produce una modificación en la realidad, de forma que el particular afectado por la transformación no puede limitarse a desconocerlo, si no por tanto, debe reaccionar contra él a través de los recursos correspondientes. Sobre éstas bases, la problemática se encuentra entre el hecho de una Administración Pública inmersa en un presente cambiante, lo cual postula, en principio, a favor de la libre revocabilidad de los actos, con el fin de ajustarlos a ésas mutables circunstancias; y, el tema referido a los derechos 121 adquiridos y los intereses legítimos, los cuales exigen permanencia y estabilidad. Como respuesta a ello, se sugiere un estudio del principio de irretroactividad derivado de la cosa decidida administrativa, como límite a la revocabilidad de los actos administrativos, en virtud que el derecho debe S O D A ERV adquirir permanente certidumbre para ese caso individual, por cuanto se ES R S O H C E el principio de R seguridad jurídica, el cual se inclina a favor del mantenimiento DE postula un conflicto y una necesidad de asegurar un debido equilibrio entre de los derechos declarados; y el principio de legalidad y actividad administrativa, que exige depurar las infracciones del ordenamiento jurídico, y la satisfacción de interés público. Consecuencia del referido principio de irretroactividad de los actos administrativos, es de carácter general la afirmación en la cual, los derechos o situaciones subjetivas adquiridas o nacidas de dichos actos individuales, no pueden ser eliminadas posteriormente, en relación a la intangibilidad de los mismos; por tanto, solo podrán ser revocados cuando éstos actos no originen tales situaciones subjetivas, tal como se estableció en la excepción tasada del artículo 19 de la Ley Orgánica, y como lo plantea el mismo artículo 82. 122 Éste principio, se considera que tiene completa aplicabilidad a partir del momento en el cual, el acto administrativo quede firme, es decir, a partir del momento en que su legalidad no pueda ser cuestionada por la caducidad de los lapsos prescritos para el ejercicio de los recursos, o el agotamiento de los mismos; y es precisamente ésta la fundamentación por lo que la doctrina S O D A tiempo, dado que su ilegalidad e impugnación, RV puede ser alegada E S E SR cualquier tiempo. CHO DERE establece que el acto viciado de nulidad absoluta es revocable en cualquier en Sin embargo, es de nuestra opinión, siguiendo el criterio planteado por Araujo Juárez, que en los casos de vicios de nulidad absoluta de los actos administrativos, la figura por medio de la cual el acto queda excluido de la esfera jurídica y desprovisto de eficacia, es la anulación de oficio, la cual es una figura distinta a la revocación contenida en el artículo 83 de la Ley Orgánica de Procedimientos Administrativos, no siendo por tanto, la causa de ilegalidad motivo de la revocación. En este orden de ideas, ha sido criterio reiterado de los Tribunales venezolanos, tanto a nivel de la Corte Primera en lo Contencioso Administrativo, como de la Sala Político Administrativa del Tribunal Supremo de Justicia, en cuanto a la cosa juzgada administrativa y sus principios, que 123 son éstos los cuales impiden que un acto administrativo, vuelva a resolver de manera diferente, un caso precedentemente decidido, por otro acto administrativo definitivo, que ha adquirido firmeza, constitutivo de derechos personales o declarativo de intereses legítimos y directos a favor de los particulares; pero, si el nuevo acto administrativo decide revocar aquel, éste S O D A causal establecida en el artículo 19 ordinal R2°Vde la Ley Orgánica E S E R S O Procedimientos Administrativos. H C E R E D acto revocatorio se encontraría viciado de nulidad absoluta conforme la de Por tanto, como se acordó previamente, para que el acto administrativo revocatorio, anulatorio o modificatorio, sea absolutamente nulo, es necesario que el acto precedente del cual se pretenden derivarse los derechos sea válido y no se encuentre viciado de nulidad absoluta. Sin embargo, consideramos acertado el criterio planteado en decisión de fecha 27 de Octubre de 1.993, por la Sala Político Administrativa del Máximo Tribunal de la República, en cuanto a la pérdida de la eficacia de la cosa juzgada administrativa, cuando desaparecen o modifican las condiciones de hecho o de derecho que son necesarias para el mantenimiento del acto. 124 Dicha situación, podría abstraerse a los supuestos de revocación del acto administrativo por inconveniencia, en virtud de convertirse inoportuno a los intereses públicos, por lo que en éstos casos, a nuestro criterio, la revocatoria procede plenamente, ya que de lo contrario, en el caso de no ser revocado el acto, los efectos del mismo y su eficacia, se perdería por el S O D A ERV decaimiento. ES R S O H C E derivadas producto de ésta investigación, podríamos aproximarnos en ER Ddel Una vez establecidas ciertas observaciones a nuestro criterio, cuanto a los límites del ejercicio de la potestad de revocatoria y, en términos generales, de los poderes discrecionales, la importancia de la apreciación de los hechos y del derecho, que en repetidas consideraciones, como se pudo observar, es de difícil apreciación. Por tanto, es la ley, la que de manera frecuente hace de una situación de hecho la condición necesaria de una actuación por parte de la Administración Pública. De tal manera, podemos afirmar que en el contenido del artIculo 82, no existe situación de hecho por la cual se origine la causal de revocación del acto, y no llevando, si quiera al destinatario de la norma, a la aproximación de un concepto jurídico indeterminado, si no, de lo contario, a una potestad discrecional, cuyos limites han sido impuestos, como fue 125 estudiado, por los principios que de la misma se derivan y los principios generales del derecho. S O D A ERV ES R S O H C E DER 126 Determinar el alcance de la Acción de Nulidad de los Actos Administrativos de efectos particulares como manifestación del ejercicio de la potestad de autotutela administrativa Precisado el alcance con el cual se entiende la potestad de revocación y sus principios, parece oportuno indagar, en posición contraria, el ejercicio S O D A los administrados. En tal sentido, para elEdesarrollo RV de éste objetivo, es S E SR O necesario establecerC algunas consideraciones. H DERE de la Acción de Nulidad contra los actos administrativos viciados por parte de La acción de nulidad es concebida doctrinalmente en su calificación, bajo la noción de recurso, no haciendo referencia propiamente en el uso de ésta terminología, a aquel en el sentido procesal de impugnación de una decisión judicial anterior, ni menos aún, lo que había concebido la antigua doctrina como casación; sino, en un sentido más general, aquel cuyo ejercicio va dirigido a la impugnación un acto jurídico anterior, al cual se le ha ejercitado una tutela previa, y que postula su anulación. Por tanto, en lo sucesivo, el uso alternativo de ambas terminologías en las siguientes líneas, no implica distinción alguna en el objeto o contenido de 127 ellas, aludiendo como ya se ha establecido en el objeto de ésta investigación, a la acción de nulidad en sede jurisdiccional. De ésta manera, la acción de nulidad, se encuentra concebida en su aplicación más común, como una acción impugnatoria, dirigida a atacar la validez del acto administrativo, por parte de quienes detenten un interés S O D A ERV legítimo o sean titulares de un derecho subjetivo. ES R S O se habla del Sin embargo, C cuando H E DER contencioso de los actos administrativos, si bien siempre se encuentra la presencia de una pretensión de nulidad, el proceso no se agota en dicha anulación, y las acciones y recursos pueden contener otras pretensiones procesales de condena, a las cuales se hará referencia más adelante. En este sentido, los procesos contenciosos de los actos administrativos, se definen, en sus características esenciales, por ser un proceso objetivo, en el cual, el objeto principal del mismo, es un acto administrativo viciado, no siguiendo de esta manera, el esquema tradicional del proceso ordinario, con el establecimiento de una litis entre demandante y demandado; sino, impugnantes del acto recurrido y, defensores del mismo, pudiendo hacerse 128 partes en el proceso, como ya se acotó, quienes ostenten un interés personal, legítimo y directo o sean titulares de derechos subjetivos. En tal sentido, se ha acordado, en nociones anteriores, que se entiende por titulares de tales derechos, aquellos de quienes derivan la capacidad procesal de vínculos establecidos previa y ER S E R S V ADOS especialmente por la Administración Pública con el particular; por tanto, resulta justo que el O H C E DER administrado solicite la nulidad del acto ilegal lesivo de su derecho. De ésta manera, lo ha establecido la antigua Corte Suprema de Justicia, en sentencia de 14 de Abril de 1.988: “Los ordenamientos jurídicos que como el nuestro, admiten el recurso contencioso de anulación de actos administrativos, exigen, como requisito procesal, que el demandante ostente un interés, que en todo caso, ha de ser personal, directo y legítimo” Asimismo, en decisión de fecha 18 de Febrero de 1.971, la Sala Político – Administrativa, establecía en cuanto al interés legítimo lo siguiente: “En el contencioso de anulación de los actos administrativos de efectos particulares sólo pueden actuar los sujetos que tuvieran un interés legitimo en su anulación. Entendiendo éste, como la garantía, utilidad o provecho que puede proporcionar alguna cosa, de modo que el del demandante y del reo, consisten en el beneficio que deba reportarles la decisión del pleito, ya sea haciéndoles adquirir o evitándoles perder” 129 Sin embargo, ésta noción de interés legítimo y directo, no se refiere sólo a situaciones jurídicas de personas individualizadas, sino también, de entidades representativas de intereses colectivos, a través entes establecidos y reconocidos; distinta de los intereses difusos, los cuales corresponden a una pluralidad indeterminada o indeterminable de sujetos, y S O D A ERV que el ordenamiento ha protegido jurídicamente, en razón de su carácter ES R S O H C E DER social y comunitario Puede observarse, por tanto, que a pesar que el contencioso de los actos administrativos sea un proceso objetivo al acto, el recurso para intentarlo es un proceso subjetivo, interpretación hecha en función de lo establecido por el Tribunal Supremo de Justicia, en cuanto: “se protege la integridad de la norma sólo en función de las situaciones jurídicas subjetivas igualmente alteradas”. En tal sentido, el ordenamiento jurídico Venezolano, admite hoy con normalidad y uso habitual, la posibilidad que además del efecto anulatorio del acto administrativo impugnado, se establezca la condenatoria del pago de sumas de dinero, o el establecimiento de las situaciones jurídicas lesionadas, quedando por tanto, superada la idea de que el interés personal, legítimo y 130 directo era sólo una situación jurídica de índole procesal para impugnar los actos, correspondiendo la pretensión de condena, solo en el reconocimiento de los derechos subjetivos. Esto es lo llamado en Francia, como recurso de plena jurisdicción, pues la sentencia del Juez no se limita a la declaratoria de Nulidad del acto, sino a la imposición además de una condena al autor del S O D A ERV mismo. ES R S Oestablecido las Ahora bien, habiendo H C E DER consideraciones en torno al proceso en el sentido formal, se procede por tanto, al análisis de la acción de nulidad, a la luz de las disposiciones legales y constitucionales establecidas. En la ley Orgánica de Procedimientos Administrativos, la nulidad de los actos administrativos, se encuentra consagrada en el artículo 83: “La administración podrá en cualquier momento, de oficio o a solicitud de particulares, reconocer la nulidad absoluta de los actos dictados por ella”. De igual manera, el artículo 21, de la Ley Orgánica del Tribunal Supremo de Justicia, es una de las disposiciones normativas a enunciar, reguladora del recurso de nulidad de actos de efectos particulares, la cual en su parágrafo noveno y décimo establece: 131 “…Toda persona natural o jurídica, que sea afectada en sus derechos o intereses por una ley, reglamento, ordenanza u otro acto administrativo de efectos generales emanado de alguno de los órganos del Poder Público Nacional, Estadal o Municipal, o que tengan interés personal, legítimo y directo en impugnar un acto administrativo de efectos particulares, puede demandar la nulidad del mismo ante el Tribunal Supremo de Justicia, por razones de inconstitucionalidad o de ilegalidad. El Fiscal General de la República y demás funcionarios a quienes las leyes les atribuyen tal facultad, podrán también solicitar la nulidad del acto, cuando éste afecte un interés general. S O D A ERV ES R S O H C E DEnElaRdemanda se indicará con toda precisión el acto impugnado, las disposiciones constitucionales o legales cuya violación se denuncie y las razones de hecho y de derecho en que se funde la acción. Si la nulidad se concreta a determinados artículos, a ellos se hará mención expresa en la solicitud, indicándose respecto de cada uno la motivación pertinente, o si se refiere a un acto administrativo, se indicarán los aspectos formales del mismo; a la misma se acompañará un ejemplar o copia del acto impugnado, el instrumento que acredite el carácter con que actúe, si no lo hace en nombre propio, y cualesquiera otros documentos que considere necesarios para hacer valer sus derechos”. Ésta disposición, tiene su fundamento constitucional en el artículo 259 de la Carta Magna, cuando se atribuye competencia a los órganos de lo contencioso, para anular los actos administrativos contrarios a derecho, y la 132 condena al pago de sumas de dinero o el resarcimiento de la situación jurídica lesionada, así el artículo 259 establece: “La jurisdicción contencioso administrativa corresponde al Tribunal Supremo de Justicia y a los demás tribunales que determine la ley. Los órganos de la jurisdicción contencioso administrativa son competentes para anular los actos administrativos generales o individuales contrarios a derecho, incluso por desviación de poder; condenar al pago de sumas de dinero y a la reparación de daños y perjuicios originados en responsabilidad de la Administración; conocer de reclamos por la prestación de servicios públicos; y disponer lo necesario para el restablecimiento de las situaciones jurídicas subjetivas lesionadas por la actividad administrativa”. S O D A ERV ES R S O H C E DER La consagración de éste precepto constitucional, asegura la sumisión de los reglamentos y demás actos administrativos al derecho, lo cual se concatena con el principio de legalidad administrativa que deriva del Estado de Derecho y la tradición Constitucional iniciada en 1.925, que se consolida en 1.961 y posteriormente en la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela en 1.999, la cual crea una jurisdicción especial en materia contencioso-administrativa, y es ésta, la importancia del artículo 259 constitucional cuyo efecto inmediato radica en los siguientes aspectos: 133 Como primer aspecto, se toma la universalidad de control respecto de los actos administrativos, en el sentido de que todos los actos, pueden ser sometidos a control jurisdiccional, declarando competente a la jurisdicción contencioso-administrativa para declarar su nulidad bajo la causal amplísima, de contrariedad a derecho, la cual abarca razones de inconstitucionalidad e S O D A efectos estudiados en la Teoría de las E Nulidades. RV En éste sentido, la S E Rcomo en su oportunidad lo establecía la S O constitución no admite excepciones, H C E R E D exposición de motivos de la constitución de 1.961, respecto de la norma ilegalidad, encuadradas en la ausencia de los requisitos de validez, y sus equivalente, siendo ésta el artículo 206: “contrarios a derecho es una enunciación general que evita una enumeración peligrosa al dejar por fuera de control, algunos actos administrativos” En este sentido, la universalidad de control, ha permitido como se ha señalado, someter al control de legalidad y constitucionalidad, todos los actos administrativos dictados por las administraciones públicas, en función normativa y jurisdiccional, así como los dictados, por otros órganos del Estado distintos a la Administración Pública y por entes de derecho privado o de derecho público no estatales, y por particulares dictados en función normativa o administrativa. 134 El segundo aspecto a hacer mención, se encuentra relacionado con la diversidad de recursos y acciones puestos a disposición de los particulares, derivados del derecho a la tutela judicial efectiva consagrado en el artículo 26 Constitucional, y 18 de la Ley Orgánica del Tribunal Supremo de Justicia, S O D A V bien sea con o sin de efectos particulares, o también de efectos generales, R E S E Rsino además, comprende el recurso por S O pretensión de amparo constitucional, H C E R E D abstención o negativa de los funcionarios públicos; el recurso de lo cual no sólo comprende el recurso de nulidad de los actos administrativos interpretación; el conjunto de demandas contra los entes públicos, y las acciones para resolver conflictos entre autoridades administrativas del Estado. Ahora bien, este derecho a la tutela judicial efectiva, impone la necesidad de activar un sistema de medidas cautelares, capaces de evitar la frustración del sistema judicial, así también lo ha establecido el Tribunal Constitucional Español, mediante sentencia de 17 de Diciembre de 1.992: “La potestad jurisdiccional de suspensión de los efectos del acto administrativo, como todas las medidas cautelares, responde así a la necesidad de asegurar en su caso, la efectividad del pronunciamiento futuro del órgano jurisdiccional, esto es, de evitar que un posible fallo favorable a la 135 pretensión deducida, quede desprovisto de eficacia, por la conservación o consolidación irreversible de situaciones contrarias al derecho o interés reconocido por el órgano jurisdiccional” La utilización de las medidas cautelares es una necesaria contramedida con que los jueces deben balancear el privilegio de la S O D A ERV autotutela administrativa. ES R S O Aunado a ello, C podría estudiarse en principio, que contra la suspensión H E R DE de los efectos y demás medidas cautelares que sean adoptadas para evitar un daño de difícil o imposible reparación, se encuentra el principio de ejecutividad de los actos administrativos, en virtud de lo establecido en el artículo 87 de la Ley Orgánica de Procedimientos Administrativos, el cual establece: “La interposición de cualquier recurso no suspenderá la ejecución del acto impugnado, salvo previsión legal en contrario. El órgano ante el cual se recurra podrá, de oficio o a petición de parte, acordar la suspensión de los efectos del acto recurrido en el caso de que su ejecución pudiera causar grave perjuicio al interesado, o si la impugnación se fundamentare en la nulidad absoluta del acto. En estos casos, el órgano respectivo deberá exigir la constitución previa de la caución que consideren suficiente. El 136 funcionario será responsable por la insuficiencia de la caución aceptada”. Sin embargo, en éste sentido, se ha pronunciado de igual manera el Tribunal Constitucional Español de la Siguiente forma: “ciertamente el privilegio de la autotutela atribuido a la Administración Pública no es contrario a la Constitución, sino que engarza con el principio de eficacia, y en términos generales y abstractos, la ejecutividad de sus actos tampoco seria incompatible con el articulo 24.1 de la constitución, pero, de este mismo derecho fundamental deriva la potestad jurisdiccional de adoptar medidas cautelares. La efectividad que se predica, de la tutela judicial de cualquieras derechos o intereses legítimos, reclama la posibilidad de acordar las adecuadas medidas cautelares que aseguren la eficacia real del pronunciamiento futuro que acoja el proceso” S O D A ERV ES R S O H C E DER Lo anterior ha supuesto la erradicación del carácter ejecutorio de los actos administrativos como dogma que se opone a las medidas cautelares en el contencioso administrativo. Ha supuesto, también, la consolidación de una nueva perspectiva de la jurisdicción contencioso-administrativa cuyo centro de gravedad se sitúa no ya en el principio de legalidad sino en la protección de los derechos subjetivos, lo cual ha tenido plena consolidación tanto doctrinal como jurisprudencial en Venezuela, con la consagración 137 además, de los poderes del Juez contencioso-administrativo, a los cuales no se hará mayor referencia. Del artículo 259 de la Carta Magna, se deriva un tercer aspecto a analizar, en relación a la consagración Constitucional de la responsabilidad S O D A ERV tanto del Estado como de los funcionarios Públicos. ES R S En este sentido, el O Texto Fundamental, H C E R DE establece el principio de responsabilidad de los funcionarios públicos pero, en particular, respecto de los actos que dicten, ordenen o ejecuten; cuando éstos violen o menoscaben los derechos garantizados constitucionalmente, no sirviendo como excepción ordenes superiores, tal como dispone el artículo 25: “Todo acto dictado en ejercicio del Poder Público que viole o menoscabe los derechos garantizados por esta Constitución y la ley es nulo, y los funcionarios públicos y funcionarias públicas que lo ordenen o ejecuten incurren en responsabilidad penal, civil y administrativa, según los casos, sin que les sirvan de excusa órdenes superiores”. Debe indicarse, que la Constitución fue reiterativa en éste sentido, estableciendo diversas normas de responsabilidad de los funcionarios en 138 ejercicio del Poder Público, a lo largo del texto, como en los artículos 46.4; 199; 200; 216; 222; 232; 241; 242; 244; 281,4 y 5; 285, 4 y 315. Como se analizó de manera detallada en el capitulo I, éstos actos administrativos atentatorios a la constitución y la Ley, originadores de la S O D A entidad de la falla, de nulidad absoluta o relativa. RV E S E R S O H C E R E D responsabilidad de la Administración Pública, son actos viciados, según la No obstante, como consecuencia del efecto ejecutorio previo que el acto administrativo lleva consigo, el cual se apoya en la presunción de legalidad, el recurso contencioso administrativo de nulidad, deberá ser interpuesto por el particular disconforme con la decisión, dado que, la autotutela supone la carga de accionar, lo cual deberán ejercer en lapsos de tiempo establecidos, para evitar que la decisión gane firmeza. En relación a ello, el recurso contencioso-administrativo de nulidad, se encuentra sujeto a lapsos de caducidad, en el cual, una vez interpuesto, el Tribunal Supremo de Justicia en Sala Político Administrativa, y los demás tribunales de la República en la materia, no se limitan a una simple comparación entre el acto administrativo con la regla o la norma legal violada, sino además, éstos tienen un amplio poder de investigación, en 139 virtud del señalamiento realizado por el recurrente de la decisión administrativa recurrida y las razones legales en las cuales se apoya. En tal sentido, como ya se ha estudiado, el particular en su posición impugnadora, sólo podrá alegar vicios de los actos por inconstitucionalidad o ilegalidad, los cuales, originan efectos distintos en virtud de la entidad del S O D A ERV vicio, bien sea de nulidad relativa (anulabilidad) o, nulidad absoluta (de pleno ES R S O H C E serán enunciados DER de manera precisa: derecho), y como fue objeto de estudio detallado en el capitulo anterior, En cuanto a los vicios de nulidad relativa, son aquellos que no producen la nulidad absoluta conforme lo establecido en el artículo 20 de la Ley Orgánica de Procedimientos Administrativos, cuyos efectos se establecen los siguientes: (a) El acto anulable, mientras no sea declarado anulado, produce todos sus efectos jurídicos y, por tanto, es susceptible de crear derechos a favor de los particulares. (b) Los actos anulables pueden ser impugnados por cualquier vía sólo dentro de un determinado lapso de caducidad, fuera del cual no se podrá impugnar, si no se podrá invocar su vicio por vía de excepción. 140 (c) Si se trata de la impugnación del acto en vía administrativa, a través de los recursos establecidos en ley, la autoridad superior, podrá modificar el acto impugnado dentro de los términos correspondientes, subsanando el vicio que lo hacía anulable; de igual manera, podrá la misma autoridad que dictó el acto, corregir los vicios que adolecía. En todo caso, el S O D A ERV acto podrá ser revocado por la administración, siempre que no haya creado ES R S O H C E EnD cuanto ERa los vicios de nulidad absoluta, debemos acotar siempre en derechos particulares. relación a éstos, que son originados por el incumplimiento de los requisitos de validez de los actos administrativos enunciados en el artículo 19 de la Ley Orgánica de Procedimientos Administrativos, y conllevan a los siguientes efectos, para ello se toma la tesis de la teoría de las nulidades de García, (1.992:618), la cual señala: Se dice que un acto o negocio es nulo, con nulidad absoluta o de pleno derecho, cuando su ineficacia es intrínseca, y por ello carece ab initio de efectos jurídicos, sin necesidad de una previa impugnación. Este supuesto máximo de invalidez o ineficacia, comporta una serie de consecuencias características: 141 (a) Ineficacia inmediata, lo cual supone que el acto es ineficaz por si mismo, y, en todo caso, podrá pedírsele al juez, la declaración de nulidad en el supuesto de ser necesario destruir la apariencia creada (presunción de legalidad), para vencer la eventual resistencia de un tercero. (b) La nulidad absoluta no puede sanarse por confirmación, S O D A ERV puesto que no está en el comercio de hombres, ni en la esfera de autonomía ES R S O H C E R también agrega en cuanto a los efectos: Carias DE(1.964-90), de voluntad. (c) El acto nulo no puede jamás ser convalidado, ni siquiera por el Tribunal Supremo de Justicia. (d) Los funcionarios y empleados públicos que ordenen o ejecuten un acto administrativo nulo, incurren en responsabilidad civil, penal y administrativa, según los casos, sin que les sirva de excusa órdenes superiores manifiestamente contrarias a la constitución y las leyes. Para profundizar en el análisis de éstos efectos es necesario tomar en cuenta las siguientes figuras que delimitan ambas consecuencias. Por una parte, es de observar en cuanto a los actos administrativos anulables, pueden ser subsanados sus vicios mediante las figuras de la 142 corrección y la convalidación, cuestión que no sucede con los actos administrativos nulos de pleno derecho, en interpretación de lo dispuesto en la Ley Orgánica de Procedimientos Administrativos en su artículo 81, el cual señala expresamente lo siguiente: “La administración podrá convalidar en cualquier momento los actos anulables, subsanando los vicios de que adolezcan”. S O D A ERV ES R S O H C E R potestadD de de la Administración Pública, la cual solo existe Eautotutela Esta potestad de convalidación, se enmarca dentro de la misma respeto de los actos anulables. Sin embargo, hablar de potestad convalidatoria para todos los casos en los que no haya nulidad absoluta no parece adecuado, ya que al establecer causales precisas de nulidad absoluta y dejando un amplio margen a la nulidad relativa conforme el artículo 20, dejan de lado vicios, que si ciertamente producen la anulabilidad, no podrían ser convalidados; como por ejemplo el vicio del falso supuesto. Además de la figura de la convalidación, se encuentra en la ley, respecto de los actos administrativos de nulidad relativa, la potestad de corrección, propia también, de la potestad de autotutela administrativa y de revisión de los actos. En estos casos, se trata de la corrección de errores 143 materiales o de cálculo contenidos en el acto administrativo, tal como lo dispone el artículo 84 de la Ley orgánica: “La administración podrá en cualquier tiempo corregir errores materiales o de cálculo en que hubiere incurrido en la configuración de los actos administrativos”. S O D A Estas instituciones, comportan unaEdiferencia RV marcada entre los S E R S O efectos del acto según los vicios que adolezcan; de tal manera, queda claro, H C E R DE en cuanto a los actos nulo de pleno derecho, que éstos no pueden ser objeto de convalidación ni rectificación o corrección. En tal sentido, son actos cuyo ejercicio de los medios de impugnación, bien sea en sede administrativa o jurisdiccional han tenido gran debate en torno a los limites de tiempo y la prescriptibilidad de la acción, así es posible observar opiniones doctrinarias contrapuestas entre los distintos autores. En referencia a ello, una parte de la doctrina ha establecido una diferencia de la caducidad de interposición de los recursos y medios de impugnación tomando como factores si se trata de un acto de efectos en generales o particulares. De tal forma, establecen que respecto de los actos administrativos de efectos generales, los recursos contenciosos son imprescriptibles, y por tanto, su inconstitucionalidad o ilegalidad puede ser 144 alegada en cualquier tiempo. Por el contrario, si se trata de actos administrativos de efectos individuales, acotan que tienen lapso de caducidad y por tanto es prescriptible, y en consecuencia, no podrán impugnarse transcurrido el lapso. Respecto de ésta diferenciación, alega la doctrina que halla su razón S O D A ERV de ser en el interés de los administrados en dichos actos: en los de carácter ES R S O H C E por ser D el interés ER individual, el administrado deberá detentar el interés de general, el interés es colectivo; en cambio en los actos de carácter particular, interponer los recursos y cuestionar la legalidad del acto, dentro de los lapsos correspondientes. También acuerda éste sector de la doctrina, que en los casos de recursos administrativos, la situación es distinta, alegando en este orden lo siguiente, a quien teniendo como exponente a Brewer, (2.007:90) establece: “Como los actos administrativos nulos, son incapaces de producir derechos a favor de los particulares, puede declarar la Administración Pública su nulidad en cualquier momento, sea de oficio o a solicitud del particular” Ahora bien, es de nuestra concepción, no calificar acertada tal distinción, en virtud de los fundamentos a los cuales se han llegado a lo 145 largo de ésta investigación, y en interpretación de lo establecido en nuestro ordenamiento jurídico. En primer término, la distinción realizada al tratarse de un recurso contencioso o de uno en sede administrativa, de un acto administrativo de efectos particulares viciado de nulidad, es de notar con base a las razones S O D A ERV planteadas, que se fundamenta en la ineficacia del acto, por lo que, en ES R S O H C E como unD proceso ER objetivo, cuyo carácter subjetivo radica en la reparación del nuestra opinión, habiendo concebido el proceso contencioso de los actos daño o, restablecimiento de la situación jurídica lesionada por el acto, resulta difícil comprender sobre éstas razones, que reconociendo tal ineficacia si permita a la administración reconocer en cualquier tiempo a solicitud de parte, y no en sede contenciosa, cuando el vicio del acto, así, acarrea iguales consecuencias. De tal manera, el citado artículo 259 de la Constitución, reconoce la facultad a los órganos de la jurisdicción contencioso-administrativa para anular los actos contrarios a derecho, y condenar a la reparación de daños y perjuicios. Aunado a ello, el Ordenamiento Jurídico Venezolano, permite, tanto al Poder Público, como a los obligados por los actos administrativos, impedir la 146 ejecución de actos viciados de nulidad absoluta, u obtener el resarcimiento de los daños y perjuicios causados o la situación jurídica lesionada. Por otra parte, la Ley Orgánica de Procedimientos Administrativos, otorga competencia a la Administración Pública, para declarar la nulidad absoluta de los actos dictados por ella, en su artículo 83; y el artículo 87 por S O D A ERV su parte establece el principio de no suspensión de los efectos del acto ES R S O H C E R esté viciado de nulidad cuando D el E acto impugnado, pero faculta a la Administración para acordar dicha suspensión absoluta, asimismo, el juez contencioso-administrativo, tiene poderes cautelares, en los cuales puede acordar la suspensión de los efectos del acto recurrido y cualquier otra medida para evitar un daño de difícil o imposible reparación. En tal sentido, en virtud de la presunción de legalidad y el principio de ejecutividad y ejecutoriedad de los actos administrativos, aquellos que sean ilegítimos al tener apariencia de actos administrativos, son eficaces y ésa eficacia virtual, podrá hacerla valer de oficio la propia Administración Pública. Por cuanto si el acto se encuentra afectado de nulidad relativa, la persona afectada por el acto deberá solicitar la declaratoria de nulidad ante el juez, según los casos, dentro de los lapsos legalmente establecidos, si la reacción no se produce, el acto es convalidado y el vicio queda subsanado. 147 Por el contrario, si el acto se encuentra viciado de nulidad absoluta, los interesados tienen, a nuestro juicio, acción permanente para impugnarlo, e impedir su saneamiento por prescripción, lo que quiere aludir, a que el paso del tiempo no subsanará sus vicios ni le reconocerá firmeza. De ésta forma, la tendencia de calificarla como imprescriptible, es a S O D A ERV nuestra consideración, una consecuencia obligada del sistema previsto en la ES R S O H C E R validos D porEprescripción, convalidación o, ley Orgánica, en virtud que los actos nulos, no podrán transformarse en en general, otro medio de subsanación de sus vicios, por tanto, como afirma el Dr. García de Enterría “el tiempo no convertirá en legal, un acto ilegal” De éstas conductas, nace la percepción, bajo el entendido en cuanto a cualquiera que sea el vicio, la regla general de comportamiento, que prevalece en el derecho administrativo, es la necesaria impugnación el acto para destruir la apariencia que ha creado, y evitar los efectos que por imperativo del principio de ejecutoriedad de los actos administrativos, puede la administración hacer valer. 148 CONCLUSIONES Durante el estudio y desarrollo de los objetivos planteados en ésta investigación, se alcanzaron conclusiones respecto de ambos planteamientos, es decir, de la potestad de revocatoria de los actos S O D A ejercicio de acción de nulidad contra los mismos. RV E S E SR La revocación C de H losO actos administrativos, como manifestación de la DERE administrativos por parte de la Administración Pública Venezolana y, del autotutela de la Administración Pública, a nuestro criterio, encuentra su fundamento en razones de inoportunidad causada en el mérito, y no también, como opina parte de la doctrina, en razones de ilegalidad por ser el acto contrario a derecho, dado que en éste ultimo caso, se parte del criterio más bien de una anulación de oficio. Esto es en virtud, que el acto objeto de revocación es válido y perfecto en todas sus formas, por cuanto se sustrae de efectos jurídicos, por la mutación sobrevenida de los presupuestos que se tuvieron en cuenta para la emisión del acto, o la modificación del interés público que debe satisfacer la Administración; y no, por el incumplimiento de sus requisitos de fondo o de forma de un acto que desde su nacimiento, se encontraba viciado. 149 Asimismo, se establece, que ésta opera en el ejercicio de una potestad discrecional del Estado, y como tal, pudo notarse entre sus principales límites, la proporcionalidad y racionalidad como principios rectores en el ejercicio de las potestades de la Administración, lo cual impone una actuación lógica y congruente. S O D A puede ignorar tampoco en la emisión de sus actos, RVlos requisitos esenciales, E S E SR O como el elemento C causa; la apreciación de los presupuestos de hecho H ERE D (apreciación de la oportunidad); su finalidad, motivación o base legal, por De tal manera, la Administración Pública en su poder discrecional, no cuanto éstos marcan una importante línea entre la arbitrariedad y la discrecionalidad de la administración, construyendo así, limites de gran importancia en su ejercicio. Otro elemento de vital importancia, el cual fue objeto de estudio exhaustivo, y constitutivo no sólo de límite al ejercicio de las potestades del Estado, sino determinante en su alcance en un Estado de Derecho, es el principio de legalidad, en cuanto cualquier acto administrativo deberá ser emitido con apego a la constitución, leyes, reglamentos, y en general, a todo lo cual comprende el ordenamiento jurídico del Estado. En consecuencia, la Constitución de 1.999, estableció un régimen sancionatorio a la arbitrariedad al prescribir la responsabilidad de la 150 administración y sus funcionarios, cuando éstos ejecuten actos contrarios a la Constitución y a las leyes, lo cual conlleva, al resarcimiento de la situación jurídica lesionada, y de los derechos menoscabados. En este orden de ideas, y por último, el límite sancionado de manera expresa en la Ley Orgánica de Procedimientos Administrativos, se encuentra S O D A V acto de revocación. indemnización al particular, y la nulidad absoluta Rdel E S E SR O Ahora bien, enC cuanto a la acción de nulidad ejercida por parte de los H DERE referido a los derechos declarados, cuya violación acarrea derecho de particulares contra actos administrativos anulables o nulos, la determinación de su alcance se encuentra circunscrita al estudio de los límites de tiempo y del vocablo podrá en el contenido del artículo 83 de la Ley Orgánica. En tal sentido, se concluyó, en cuanto a la acción de nulidad respecto de los actos anulables, es decir, viciados de nulidad relativa, que el ejercicio de éste medio de impugnación, se encuentra sometido a lapsos de caducidad, en cuyo caso, el transcurso del mismo, hace al acto plenamente eficaz, firme y su vicio subsanado. Por el contrario, si la entidad del vicio del acto conlleva la nulidad absoluta del mismo, la impugnación, y la resistencia a su ejecución puede ejercerse en cualquier tiempo, en virtud que el acto no será subsanado por 151 convalidación, rectificación o prescripción, por tanto, consideramos el ejercicio de dicha acción de carácter imprescriptible. Fundamento de ello, lo encontramos en la consideración de los procesos contencioso – administrativos de nulidad como procesos objetivos, por cuanto se centran en la determinación de la validez y eficacia de los S O D A ERV actos administrativos impugnados, atendiendo al vicio alegado y sus ES R S Osubjetivo de este medio de impugnación, se Sin embargo, C el H lado E DER consecuencias. encuentra en la condena a la Administración Pública, para el resarcimiento de la situación subjetiva lesionada, y la adopción de cualquier medida considerada necesaria para evitar un daño de imposible o difícil reparación por la ejecución del acto. Por ultimo, la actividad impugnadora frente a actos administrativos de efectos particulares viciados, debe ser ejercida por quienes detenten un interés personal, legítimo y directo; y no, un simple interés. 152 RECOMENDACIONES La propuesta aportada, encuentra su fuente en la reforma de 1.999, de la Ley de Procedimientos Contenciosos Española en su artículo 102.1, la cual puso fin a una larga polémica cuando sustituyó la palabra podrá, utilizada en su primera redacción, por un categórico declararán, lo cual S O D A ERV elimina cualquier posible duda sobre su alcance y contenido de la nulidad ES R S Opor los legisladores españoles, es en nuestra Este cambio realizado H C E DER absoluta de los actos. opinión muy acertado, por cuanto constituye un deber conforme lo establecido en la Constitución de la República y la Ley Orgánica de Procedimientos Administrativos, declarar la nulidad, o revocar, los actos contrarios a derecho, bien sea por violar disposiciones constitucionales o legales. De igual forma, los actos administrativos no necesitan de una norma expresa que asegure su estabilidad, pero sí de situaciones de hecho y de derecho expresas, que regulen cuándo podrá aplicarse la excepción de revocar de oficio, de manera que la decisión que emane, se ajuste en cada caso a los principios fundamentales de justicia, y concilie los derechos de los particulares con las necesidades del Estado, evitando así, una actuación en ejercicio arbitrario del poder y en consecuencia, ilegítima. 153 REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS FUENTES IMPRESAS LIBROS Araujo Juárez, (1.996) “Principios Generales del Derecho Procesal Administrativo”, cuarta reimpresión. Araujo Juárez, (1.998), “Tratado de Derecho Administrativo Formal”, tercera edición. S O D A ERV ES R S O H C E DER Brewer C., Allan, (1.964), “Las Instituciones Fundamentales del Derecho Administrativo y las Jurisprudencia Venezolana”, primera edición, volumen IV. Brewer C., Allan, (1.976), “Jurisprudencia de la Corte Suprema y estudios de Derecho Administrativo”, primera edición, volumen I. Brewer C., Allan, (1.976) “Jurisprudencia de la Corte Suprema y estudios de Derecho Administrativo”, primera edición, volumen II. Brewer C., Allan, (2.007), “Estudios de Derecho Administrativo”, primera edición. Brewer C., Allan, (2.007) “El Derecho Administrativo y la Ley Orgánica de Procedimientos Administrativos”, decimo sexta edición. Canasi, José (1.974) “Derecho Administrativo”, segunda edición, volumen II. Comadrina, Julio (1.981) administrativo”, segunda edición. “La anulación Fiorini, Bartolomé (1.969) “Teoría Jurídica primera edición. de oficio del Acto del acto administrativo”, Fermín, Iraida (1.991) “Temario de Derecho Administrativo”, primera edición, tomo I. 154 Fernández, Antonio (1.992) “Temas de Derecho Administrativo Especial”, quinta edición. Fernández, Antonio (1.994) Administrativo”, tercera edición. “Manual de Derecho Contencioso Fraga, Gabino (1.977) “Derecho Administrativo”, segunda edición. García, Eduardo (2.004), “Curso de Derecho Administrativo I”, edición 2.004. S O D A ERV García, Eduardo (2.004), “Curso de Derecho Administrativo II”, edición 2.004. ES R S O “Procedimientos Administrativos”, segunda Hernández, Victor (1.997) H C E edición. DER Izquierdo, Antonio (1.998) “La Jurisdicción Contencioso Administrativa en Venezuela”, segunda edición. Lares, Eloy (1.970) “Manual de Derecho Administrativo”, primera edición. Leal, Salvador (1.997), “Teoría del Acto Administrativo”, segunda edición. Marienhoff, Miguel (1.966) “Tratado de Derecho Administrativo”, novena edición, tomo II. Meier, Henrique (1.991), “Teoría de las Nulidades en el Derecho Administrativo”, cuarta edición. Olivera, Jorge (1.967), “Manual de Derecho Administrativo”, segunda edición. Parra, Galsuinda (2.005) “Manual de Derecho Administrativo General”, primera edición. Peña, José (2.001) “Manual de Derecho Administrativo”, tercera edición. 155 Rivero, Jean (1.984) “Derecho Administrativo”, novena edición. ARTÍCULOS EN REVISTAS ESPECIALIZADAS Revista de Derecho Público, No. 25, Enero-Marzo, 1.986 Revista de Derecho Público, No. 32, Octubre-Diciembre, 1.987 Revista de Derecho Público, No. 38, Abril-Junio, 1.989 Revista de Derecho Público, No. 40, Octubre-Diciembre, 1.989 S O D A ERV Revista de Derecho Público, No. 41, Enero-Marzo, 1.990. ES R S O H C E Revistas de Estudios de la Administración Local Autonómica, No. 258, DER Revista de Derecho Público, No. 49, Enero-Marzo, 1.992 Abril-Junio 1.993 (España). Revistas de Estudios de la Administración Local Autonómica, No. 292, Mayo-Diciembre 2.003 (España). Revistas de Estudios de la Administración Local Autonómica, No. 279, Enero-Abril 1.999 (España). RECURSOS ELECTRÓNICOS www.badellgrau.com www.google.com www.pasceri.com www.tsj.gov.ve 156