juicio ordinario civil federal 1/2000

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AMPARO
DIRECTO
2918/2015
QUEJOSO: **********
EN
REVISIÓN
MINISTRO PONENTE: ARTURO ZALDÍVAR LELO DE LARREA
SECRETARIO: JULIO CÉSAR RAMÍREZ CARREÓN
ASESORA: ISABEL MONTOYA RAMOS
Ciudad de México. Acuerdo de la Primera Sala de la Suprema Corte
de Justicia de la Nación, correspondiente al día.
VISTO BUENO
MINISTRO:
V I S T O S los autos para resolver el juicio de Amparo Directo en
Revisión 2918/2015; y
RESULTANDO
COTEJÓ:
PRIMERO. Hechos1. El veintiséis de octubre de dos mil trece,
aproximadamente a las dos horas con treinta minutos, ********** y **********
llegaron al domicilio ubicado en calle **********, **********. En ese momento,
llegó una camioneta negra con cinco hombres a bordo; cuatro sujetos se
bajaron de la camioneta y desapoderaron a ********** y ********** de sus
pertenencias entre ellas un vehículo marca **********, modelo **********,
color **********. Mientras esto sucedía, el conductor permaneció en la
camioneta. Después de haberse perpetrado el robo, los sujetos abordaron
la camioneta y se fueron y los ofendidos le comunicaron tal suceso a la
policía.
1
Probados durante la secuela procesal: apelación y juicio de amparo directo **********,
foja 195.
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 2918/2015
En el informe de puesta a disposición, los policías ********** y
********** indicaron que el día de los hechos, aproximadamente a las tres
horas con diez minutos circulaban por la calle **********, colonia **********,
delegación **********. En ese instante se percataron que dos hombres
descendían de un vehículo blanco tipo ********** y corrieron; los policías los
persiguieron y únicamente lograron asegurar a **********, quien se
encontraba alcoholizado. Después de haberse materializado la detención,
los policías recibieron un mensaje vía radio en el que se les comunicó que
un ********** había sido robado, por lo que contestaron que ya tenían
asegurado a un sujeto.
SEGUNDO. Datos procesales relevantes. Se pueden sintetizar
como principales actuaciones procedimentales las siguientes:
I.
El seis de marzo de dos mil catorce, la Juez Cuadragésimo
Octavo Penal del Distrito Federal en la causa penal número
**********, dictó su sentencia en la cual consideró penalmente
responsable del delito de robo agravado2 a **********. Le impuso
siete años y siete meses de prisión.
II.
El siete de marzo de dos mil catorce, el defensor particular del
sentenciado interpuso un recurso de apelación en contra de la
sentencia de primera instancia. El trece de marzo de dos mil
catorce, el agente del Ministerio Público interpuso un recurso de
apelación.
III.
El veintiocho de mayo de dos mil catorce, la Novena Sala Penal
del Tribunal Superior de Justicia del Distrito Federal en el toca
penal ********** emitió una resolución en la que confirmó la
sentencia de primera instancia.
2
Respecto de vehículo automotriz cometido con violencia moral y en pandilla. Se
entiende que hay pandilla cuando el delito se comete en común por más de tres
personas que se reúnen ocasionalmente sin estar organizados con fines delictuosos.
2
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 2918/2015
IV.
El dieciocho de noviembre de dos mil catorce, **********
presentó una demanda de amparo en contra de la sentencia
emitida por la Novena Sala Penal del Tribunal Superior de
Justicia del Distrito Federal.
V.
El nueve de abril de dos mil quince el Tercer Tribunal Colegiado
en Materia Penal del Primer Circuito en el juicio de amparo
directo penal ********** emitió una sentencia en la que negó el
amparo. Inconforme, el siete de mayo de dos mil quince el
quejoso interpuso un recurso de revisión.
VI.
El tres de junio de dos mil quince, el Presidente de la Suprema
Corte de Justicia de la Nación emitió un acuerdo en el que
desechó el amparo directo en revisión **********. Lo anterior,
porque consideró que en la demanda de amparo no se planteó
concepto de violación alguno sobre la inconstitucionalidad o
inconvencionalidad de una norma general. Asimismo, no se
decidió u omitió decidir sobre tales cuestiones, ni se estableció
su interpretación directa. Por lo tanto, indicó que no se surtían
los supuestos de procedencia del recurso de revisión que se
establecen en los artículos 81, fracción III, inciso a) de la Ley de
Amparo, artículo 10 fracción III y artículo 21, fracción III, inciso
a) de la Ley Orgánica del Poder Judicial de la Federación.
VII.
El dieciséis de junio de dos mil quince, ********** interpuso un
recurso de reclamación en contra del acuerdo del Presidente de
la Suprema Corte de Justicia de la Nación en el que desechó el
amparo directo en revisión **********.
VIII. El veinticinco de noviembre de dos mil quince, la Primera Sala
de la Suprema Corte de Justicia de la Nación emitió una
sentencia en la que resolvió por mayoría de cuatro votos3
declarar
fundado
el
recurso
de
reclamación
**********
interpuesto por **********. Lo anterior, porque consideró que el
3
El Ministro José Ramón Cossío Díaz votó en contra y se reservó su derecho a
formular voto particular.
3
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 2918/2015
tribunal colegiado en su sentencia de amparo no tomó en
cuenta los criterios establecidos por esta Primera Sala respecto
a la detención e identificación del quejoso. Por lo tanto, sí se
cumplió con los requisitos de importancia y trascendencia que
se requieren para la procedencia del amparo directo en
revisión.
IX.
El diecinueve de febrero de dos mil dieciséis, el Presidente de
la Suprema Corte de Justicia de la Nación emitió un acuerdo en
el que admitió el recurso de revisión interpuesto en contra de la
resolución emitida por el Tercer Tribunal Colegiado en Materia
Penal del Primer Circuito en el juicio de amparo directo penal
**********. Asimismo, ordenó turnar el asunto para su estudio al
Ministro Arturo Zaldívar Lelo de Larrea.
X.
El seis de abril de dos mil dieciséis el Presidente de la Primera
Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación emitió un
acuerdo en el que se avocó al conocimiento del asunto y
ordenó enviar los autos a la Ponencia del Ministro Arturo
Zaldívar Lelo de Larrea.
CONSIDERANDO
PRIMERO. Competencia. Esta Primera Sala de la Suprema Corte de
Justicia de la Nación es competente para conocer y resolver el presente
recurso de revisión, conforme a lo dispuesto en los artículos 107, fracción
IX de la Constitución; 81, fracción II de la Ley de Amparo vigente; 21
fracción III, inciso a), de la Ley Orgánica del Poder Judicial de la
Federación en relación con el punto Tercero del Acuerdo General Plenario
5/2013. En efecto, el recurso fue interpuesto en contra de una sentencia
pronunciada por un Tribunal Colegiado en un juicio de amparo directo y la
materia es penal.
4
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 2918/2015
SEGUNDO. Oportunidad. El recurso de revisión hecho valer por la
parte quejosa fue interpuesto en tiempo y forma, de conformidad con el
artículo 86 de la Ley de Amparo. En efecto, de las constancias se advierte
que la sentencia de amparo le fue notificada personalmente al quejoso, el
**********4, por lo cual, surtió sus efectos al día siguiente hábil, es decir
**********, por lo que el plazo de diez días que señala el artículo referido
corrió **********, descontándose los días primero, dos, tres, cinco, nueve y
diez de mayo de dos mil quince por ser inhábiles de conformidad con los
artículos 19 de la Ley de Amparo y 163 de la Ley Orgánica del Poder
Judicial de la Federación.
Dado que de autos se desprende que el recurso de revisión fue
presentado el **********5, es evidente que se interpuso oportunamente.
TERCERO. Elementos necesarios para resolver. Previo al estudio
de procedencia del recurso y en atención a una adecuada metodología
para resolver el asunto, se estima necesario hacer referencia a los
conceptos de violación contenidos en la demanda de amparo, las
consideraciones del Tribunal Colegiado para negar el amparo, así como los
agravios expuestos por el recurrente.
Demanda de amparo. En esencia, el quejoso planteó los siguientes
conceptos de violación:
a) Existen contradicciones en las declaraciones de los denunciantes de
las cuales se advierte que en el momento de los hechos y por las
circunstancias de tiempo y lugar no lograron identificar físicamente al
quejoso. Es decir, no tuvieron la certeza de que el quejoso fue el
conductor que esperó en la camioneta en la cual llegaron las
personas que desapoderaron a los ofendidos de sus pertenencias.
En consecuencia, no se les debió otorgar valor probatorio a esas
4
5
Cuaderno del amparo directo **********, foja 212.
**********, foja 213.
5
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 2918/2015
declaraciones ya que el reconocimiento del quejoso por parte de los
ofendidos fue inducido por parte de los policías captores.
b) Se vulnera el principio de presunción de inocencia porque no existen
pruebas que acrediten que el quejoso es una de las personas que
participó en el robo del vehículo, en este sentido, existe duda sobre
su responsabilidad penal en el hecho delictivo. Lo anterior, porque
no son suficientes las declaraciones de los ofendidos y el
reconocimiento ilegal. Además, tampoco se valoró que el quejoso no
sabe conducir y que el día de los hechos se encontraba en un bar, lo
cual se corroboró con las declaraciones de diversos testigos, los
videos proporcionados por el bar denominado “**********” y diversas
fotografías.
c) Se vulneran los artículos 14 y 16 de la Constitución Federal porque
no se les debió otorgar valor probatorio a las declaraciones de los
policías aprehensores ya que los hechos que narran son
inverosímiles, reticentes y aleccionados.
d) Fue ilegal la detención porque los policías detuvieron al quejoso sin
ningún soporte probatorio, es decir fue detenido porque se
encontraba cerca del vehículo robado.
e) Se vulneró el principio de igualdad procesal porque la declaración
del quejoso no fue debidamente valorada por el ad quem; es decir no
se concatenó con las demás pruebas de descargo. Por el contrario,
únicamente se consideraron las declaraciones de los ofendidos.
Resolución del Tribunal Colegiado. En la parte conducente, el
Tribunal Colegiado expuso las consideraciones siguientes:
a) Las declaraciones de los ofendidos no resultan contradictorias porque
convergen
en
esencia
y
circunstancias.
Además,
de
tales
declaraciones se desprende que los ofendidos reconocieron al
quejoso como la persona que conducía el vehículo del que
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AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 2918/2015
descendieron
las
personas
que
los
desapoderaron
de
sus
pertenencias. Por lo tanto, no existió inducción por parte de los
policías captores en el reconocimiento del quejoso. Asimismo, las
declaraciones de los pasivos se encuentran concatenadas con lo
manifestado por los policías.
b) No se vulneró el principio de presunción de inocencia porque en la
causa penal se contienen pruebas suficientes que comprueben
plenamente la responsabilidad del quejoso en el ilícito. Entre ellas se
encuentra las siguientes: la declaración de los denunciantes; la
declaración de los policías captores; las actuaciones realizadas por el
Ministerio Público. En este rubro, destacan: la inspección ministerial
de vehículo, informe de puesta a disposición, dictámenes en materia
de identificación y valuación de vehículo, fotografías, y certificados de
estado psicofísico.
Todos estos indicios, por su enlace jurídico, lógico y natural
integraron la prueba indiciaria que posee plena eficacia demostrativa.
Por ello, se concluyó que el quejoso sí tuvo el conocimiento y la
voluntad para perpetrar el hecho típico.
c) No se vulneró el artículo 16 constitucional porque en el acto
reclamado se citaron los artículos que sirvieron de apoyo para el
dictado de la resolución recurrida. Asimismo, se expresaron los
razonamientos que llevaron a la autoridad responsable a concluir que
los hechos se ajustan al tipo penal de robo agravado. Además, la
autoridad responsable señaló correctamente los motivos que
influyeron para concederles valor probatorio a los diversos elementos
probatorios. Por ende, no se vulneraron sus derechos fundamentales
en lo relativo a la apreciación y valoración de las pruebas que obran
en la causa penal. Por otra parte, si bien los testimonios de los
policías están redactados en términos similares, ello no implica que
los testigos hayan sido aleccionados, ya que esto puede obedecer al
estilo de la redacción del servidor que tomó las declaraciones.
7
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 2918/2015
d) Se respetaron las formalidades esenciales del procedimiento y se
advierte que el quejoso fue detenido en flagrancia. Es infundado el
argumento del quejoso en el que señaló que fue detenido porque se
encontraba cerca del vehículo robado. Lo anterior, porque en las
declaraciones de los policías se indicó que vieron al sujeto descender
del vehículo ********** sin que obre constancia con la cual se le pueda
restar valor probatorio.
e) La declaración del quejoso si fue valorada por la Sala responsable,
asimismo, la concatenó con el resto del material probatorio. En este
sentido, la autoridad responsable consideró las manifestaciones del
quejoso quien ante el Ministerio Público negó su participación y
manifestó que no sabe manejar vehículos. En consecuencia, no se le
otorgó valor probatorio alguno porque carece de veracidad y es
defensista.
Por otra parte, en la videograbación y en la secuencia fotográfica se
observa un bar en el que no es visible claramente el quejoso, además
de que la fecha y hora no concuerdan con lo declarado por el
quejoso. Asimismo, se valoraron las declaraciones de descargo a las
cuales acertadamente la autoridad responsable negó valor probatorio
dado que se apreciaron parciales y tratan de beneficiar al quejoso.
Por lo cual, no reúnen los requisitos exigidos por el artículo 235 del
Código de Procedimientos Penales para el Distrito Federal. Además,
en tales testimonios se indica que el quejoso no estaba en
posibilidades de cometer el ilícito porque se encontraba en un estado
de ebriedad, sin embargo, del certificado de estado psicofísico se
desprende que el sujeto no estaba en estado de ebriedad.
f) No se comparte la determinación de la Sala responsable en el
sentido de considerar al quejoso como auxiliador en el hecho
delictivo. Por el contrario, se advierte que tuvo la calidad de coautor
porque existió un codominio funcional del hecho, es decir, la
realización fue en conjunto y de mutuo acuerdo. Sin embargo, no se
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AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 2918/2015
hace mayor pronunciamiento porque resultaría en perjuicio del
quejoso.
Agravios del recurso de revisión. El recurrente expone como
motivos de disenso, los siguientes:
a) El Tribunal Colegiado incorrectamente otorgó valor probatorio a la
declaración realizada por los ofendidos, por lo cual se violentó el
principio de seguridad jurídica. Lo anterior porque sus declaraciones
derivan de manifestaciones contradictorias que denotan que en el
momento de los hechos los denunciantes no tuvieron la posibilidad
de ver las características físicas del quejoso, por ende, no tuvieron la
certeza de identificar al quejoso como la persona que conducía el
vehículo en el que llegaron las personas que asaltaron a los
ofendidos. Asimismo, se advierte que en sus declaraciones
manifestaron que no recuerdan la media filiación de las otras
personas que los agredieron. Por lo tanto, el reconocimiento de los
denunciantes fue inducido, ya que vieron por primera vez al quejoso
hasta el momento en que se encontraba asegurado.
b) Se vulneran los artículos 14 y 16 de la Constitución Federal, es decir
la resolución recurrida carece de fundamentación y motivación
porque no se realizó un análisis minucioso del total de las pruebas
que obran en la causa penal. Además, las declaraciones rendidas por
los policías captores son inverosímiles, en el sentido de que los
hechos narrados son reticentes y aleccionados.
c) Se vulnera el principio de presunción de inocencia en su vertiente de
duda razonable. Lo anterior porque no existen los elementos
suficientes para comprobar la plena responsabilidad penal del
quejoso.
d) Fue ilegal la actuación de los policías captores porque detuvieron al
quejoso sin ningún soporte probatorio, por el contrario, lo detuvieron
sólo por el hecho de encontrarse cerca del vehículo que se
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AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 2918/2015
encontraba cerca del domicilio del quejoso. Además, cuando los
policías revisaron al quejoso no le encontraron ningún objeto de los
cuales los denunciantes refirieron que les robaron.
e) Se vulneró el principio de equidad procesal porque la declaración del
quejoso no fue debidamente valorada por el Tribunal Colegiado, es
decir no realizó el estudio de su declaración en términos del artículo
246 del Código de Procedimientos Penales para el Distrito Federal,
tampoco la concatenó con los testigos de descargo y no se valoraron
correctamente los videos del bar en el que el quejoso se encontraba
en el momento de los hechos delictivos.
CUARTO. Procedencia del recurso. De conformidad con la Ley de
Amparo, el recurso de revisión en amparo directo se distingue por ser un
medio de impugnación extraordinario, el cual sólo es procedente cuando se
cumplen los requisitos expresamente señalados por la Constitución Federal
y la Ley de Amparo, motivo por el cual deben ser analizados previamente
al estudio de fondo de toda revisión en amparo directo.
En ese sentido, tras un análisis de la demanda de amparo, la
sentencia del tribunal colegiado y el recurso de revisión, se considera que
el presente asunto satisface los requisitos de procedencia a los que hacen
alusión los artículos 107, fracción IX, de la Constitución Federal y 81,
fracción II, de la Ley de Amparo, así como a lo establecido en el punto
primero del Acuerdo Número 9/2015 del Pleno de la Suprema Corte de
Justicia de la Nación.
De conformidad con estos fundamentos, el recurso de revisión en
contra de las sentencias que en materia de amparo emitan los tribunales
colegiados de circuito, es excepcional, por lo que procederá siempre que
reúna cualquiera de los supuestos previstos en el inciso (a) y se cumpla
adicionalmente con los requisitos a los que se refiere el inciso (b). Dichos
incisos señalan lo siguiente:
10
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 2918/2015
(a) En la sentencia recurrida debe subsistir alguno de los siguientes
problemas de constitucionalidad: i) pronunciamiento sobre la
constitucionalidad o inconstitucionalidad de una norma general ii)
interpretación directa de un precepto constitucional o de los derechos
humanos contenidos en tratados internacionales de los que México
es parte iii) omisión del estudio de las cuestiones antes mencionadas
a pesar de haber sido planteadas en la demanda de amparo.
(b) El problema de constitucionalidad referido debe entrañar la fijación de
un criterio de importancia y trascendencia. Este requisito se cumple
siempre que la resolución del amparo directo en revisión de lugar a
un pronunciamiento novedoso o de relevancia para el orden jurídico
nacional.
Adicionalmente, el requisito de importancia y trascendencia se
cumplirá cuando i) lo decidido en la sentencia recurrida pueda implicar el
desconocimiento de un criterio sostenido por la Suprema Corte de Justicia
de la Nación relacionado con una cuestión propiamente constitucional ii)
por haberse resuelto en contra de dicho criterio iii) o se hubiere omitido su
aplicación.
Ahora bien, en el presente asunto se estima que sí se surten los
requisitos de procedencia del amparo directo en revisión, toda vez que de
los conceptos de violación hechos valer en la demanda de amparo se
advierte que el quejoso alegó que se vulneró su derecho a una defensa
adecuada,
previsto
en
el
artículo
20
constitucional,
porque
su
reconocimiento fue ilegal. Asimismo, el quejoso sostiene que se
transgredió su derecho a la libertad personal previsto en el artículo 16
constitucional, porque se le detuvo solamente por estar cerca del carro
robado. Es decir, no existió ninguno de los supuestos contemplados en tal
precepto de la Carta Magna.
11
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 2918/2015
Al respecto, el Tribunal Colegiado de Circuito desestimó tales
argumentos y señaló que el reconocimiento del quejoso por parte de los
ofendidos no fue inducido por los policías aprehensores. En efecto, los
policías únicamente informaron que encontraron el vehículo con similares
características al reportado como robado, y en consecuencia, una patrulla
los trasladó al lugar en el que se encontraban los policías y reconocieron al
quejoso como la persona que participó en el desapoderamiento del
vehículo6.
En cuanto al tema de detención ilegal, se advierte que en su demanda
de amparo, el quejoso refirió que fue detenido por los policías sólo por el
hecho de encontrarse cerca del vehículo objeto del ilícito7. El Tribunal
Colegiado de Circuito desestimó tales argumentos e indicó que se
respetaron las formalidades del procedimiento entre las cuales se
desprende que el quejoso fue detenido en flagrancia8. También refirió que
en el informe de los policías aprehensores se indicó que al circular a bordo
de su unidad, observaron que dos sujetos descendieron de un vehículo tipo
Bora blanco, y éstos al percatarse de su presencia, corrieron, por lo cual
los persiguieron y sólo lograron asegurar al hoy quejoso. Posteriormente
recibieron vía radio la solicitud de apoyo para la localización del vehículo
cuya descripción correspondía a la del vehículo del cual descendió el
quejoso. Por lo tanto, minutos después llegaron al lugar los denunciantes,
quienes reconocieron al quejoso como la persona que participó en el
ilícito9.
Conforme a lo anterior, se advierte que sí se cumplen los requisitos
de importancia y trascendencia porque el Tribunal Colegiado de Circuito al
6
**********, al reverso de la foja **********
**********, foja **********.
8 **********, al reverso de la foja **********
9 **********, foja ********** (párrafo ********** de la sentencia del recurso de reclamación
**********).
12
7
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 2918/2015
resolver el amparo directo resolvió en contra de los criterios establecidos
por esta Primera Sala respecto a los tema de libertad personal e
identificación del imputado por las víctimas. Lo anterior, con base en la
sentencia del recurso de reclamación **********10, interpuesto por el quejoso
en contra del acuerdo emitido por el Presidente de esta Suprema Corte que
–en un primer momento--, desechó el presente recurso de revisión.
En el recurso de reclamación, esta Primera Sala consideró que el
Tribunal Colegiado de Circuito no tomó en cuenta los criterios sobre la
detención e identificación de las personas imputadas de un delito, lo cual
implica que se trate de un tema de importancia y trascendencia. Por lo
tanto, el presente recurso de revisión es procedente respecto de esos dos
temas.
Por último, se advierte que el recurrente alegó diversas cuestiones de
legalidad, como el valor otorgado por la autoridad responsable a diversas
pruebas. En este sentido, a pesar de que el recurrente indicó que se
transgredió su derecho a la presunción de inocencia, se observa que ese
argumento parte desde el ámbito de la legalidad, pues señaló que no
existían pruebas suficientes de las que derivara su responsabilidad. Por lo
tanto –solamente en este caso en concreto--, el alegato de la vulneración al
derecho a la presunción de inocencia, es de legalidad, en consecuencia, el
recurso no procede respecto de él.
QUINTO. Estudio de fondo. Una vez suplidas las deficiencias en
los agravios expresados por los recurrentes, en atención a lo dispuesto en
la fracción III del artículo 79 de la Ley de Amparo, esta Primera Sala estima
esencialmente fundados los argumentos expresados. En efecto, el
Tribunal Colegiado de Circuito resolvió de manera contraria a los criterios
10
Resuelto en la sesión de **********, por mayoría de cuatro votos, bajo la ponencia de
la ministra ponente Olga Sánchez Cordero de García Villegas. Votó en contra el
Ministro José Ramón Cossío Díaz.
13
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 2918/2015
sostenidos por esta Primera Sala en relación con la detención e
identificación del recurrente. En atención a lo anterior, esta Primera Sala
reiterará su doctrina sobre el derecho a la libertad personal y el derecho a
la defensa adecuada.
1. Derecho a no ser detenido arbitrariamente
A partir de la interpretación de los artículos 16 de la Constitución y 7
de la Convención Americana sobre Derechos Humanos, esta Primera Sala
se ha pronunciado en diversas ocasiones sobre el alcance del derecho a la
libertad personal al analizar los supuestos en los que resulta válido detener
a alguien con motivo de la comisión de un delito.
La línea jurisprudencial que ha venido construyendo esta Primera
Sala en los últimos años sobre este tema comenzó con la sentencia del
amparo directo 14/201111. En este importante precedente se destacó que
“[e]l artículo 16 de la Constitución Federal consagra un régimen general de
libertades a favor de la persona, entre las cuales está ―por supuesto― el
derecho a la libertad personal”, entendida “como una categoría específica
equivalente a la libertad de movimiento o libertad deambulatoria”.
Dicho precepto establece de forma limitativa “en qué supuestos el
Estado puede generar afectaciones válidas a este derecho y bajo qué
condiciones”. Se señaló que “el artículo 7.2 de la Convención Americana
sobre Derechos Humanos prohíbe las afectaciones al derecho a la libertad
personal salvo por las condiciones y causas fijadas de antemano por la
Constitución”, al establecer literalmente que “[n]adie puede ser privado de
su libertad física, salvo por las causas y en las condiciones fijadas de
antemano por las Constituciones Políticas de los Estados Partes o por las
leyes dictadas conforme a ellas”.
11
Sentencia de 9 de noviembre de 2011, resuelta por unanimidad de cuatro votos de
los señores Ministros Jorge Mario Pardo Rebolledo, José Ramón Cossío Díaz
(Ponente), Olga Sánchez Cordero de García Villegas y Presidente Arturo Zaldívar Lelo
de Larrea. Ausente el señor Ministro Guillermo I. Ortiz Mayagoitia
14
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 2918/2015
En ese precedente se señaló que el propio artículo 16 de la
Constitución, establece taxativamente los supuestos en los que está
autorizada realizar una afectación a la libertad personal, los cuales se
reducen a “la orden de aprehensión, las detenciones en flagrancia y caso
urgente.” De esta manera, se explicó que “[p]or regla general, las
detenciones deben estar precedidas por una orden de aprehensión”;
mientras que las detenciones en “[l]os casos de flagrancia y urgencia son
excepcionales”.
En este orden de ideas, también se destacó que “es el juez ―por su
posición de independencia orgánica y su función de contrapeso con
respecto a los demás poderes del Estado― quien mejor puede cumplir con
la encomienda de anteponer el respeto de los derechos humanos de los
gobernados y dar eficacia a la Constitución Federal”. Lo que implica que
está llamado a “fungir como un contrapeso, esto es, como un tercero
imparcial, capaz de invalidar detenciones contrarias a los derechos
recogidos por la Constitución”.
De acuerdo con lo anterior, también se enfatizó que si bien la regla
general es que las detenciones deben estar precedidas de una orden
judicial, esta posibilidad no existe “cuando se actualizan los supuestos
excepcionales previstos por el mismo artículo 16 de la Constitución”. Con
base en el amparo directo en revisión 4590/201412, a continuación se
explica a detalle uno de esos supuestos excepcionales que permiten
realizar una detención sin la orden de un juez, que es la flagrancia.
Detenciones en flagrancia
12
Votado en la sesión del 1º de julio de 2015 por mayoría de cuatro votos de la ministra
Olga María del Carmen Sánchez Cordero de García Villegas y los ministros José
Ramón Cossío Díaz, quien se reserva el derecho de formular voto concurrente, Alfredo
Gutiérrez Ortiz Mena y Arturo Zaldívar Lelo de Larrea (ponente). En contra, el emitido
por el ministro Jorge Mario Pardo Rebolledo, quien se reserva el derecho de formular
voto particular.
15
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 2918/2015
Al analizar el concepto de flagrancia, esta Primera Sala ha recurrido a
un estudio histórico del concepto. Desde el texto original del constituyente
de mil novecientos diecisiete, hasta la reforma del tres de septiembre de
mil novecientos noventa y tres, el artículo 16, en lo relativo, establecía:
Artículo 16. Nadie puede ser molestado en su persona, familia, domicilio,
papeles y posesiones, sino en virtud de mandamiento escrito de la autoridad
competente, que funde y motive la causa legal del procedimiento. No podrá
librarse ninguna orden de aprehensión o detención, sino por la autoridad
judicial, sin que preceda denuncia, acusación o querella de un hecho
determinado que la ley castigue con pena corporal, y sin que estén apoyadas
aquéllas por declaración, bajo protesta, de persona digna de fe o por otros
datos que hagan probable la responsabilidad del inculpado, hecha excepción
de los casos de flagrante delito en que cualquiera persona puede aprehender
al delincuente y a sus cómplices, poniéndolos sin demora a disposición de la
autoridad inmediata.
De septiembre de mil novecientos noventa y tres, hasta antes de la
reforma de dieciocho de junio de dos mil ocho, el cuarto párrafo del artículo
16 disponía:
[…] En los casos de delito flagrante, cualquier persona puede detener al
indiciado poniéndolo sin demora a disposición de la autoridad inmediata y
ésta, con la misma prontitud, a la del Ministerio Público. […]
De lo anterior se desprende la previsión de una especie de
prerrogativa a favor del ciudadano y de la autoridad (de cualquiera, en
realidad) para aprehender al autor de un delito en el caso de flagrancia.
Fue la Suprema Corte de Justicia de la Nación la que, en su Quinta Época,
comenzó a generar interpretaciones sobre el alcance del significado de la
flagrancia. Como se verá a continuación, ellas favorecieron un sentido
restrictivo y literal del concepto. Destacan los siguientes criterios:
FLAGRANTE DELITO. No debe confundirse el delito con las consecuencias
del mismo; delito flagrante es el que se está cometiendo actualmente, sin que
el autor haya podido huir: "el que comete públicamente y cuyo perpetrador ha
sido visto por muchos testigos, al tiempo mismo en que lo consumaba"; por
tanto, considerar flagrante un delito porque se miren sus consecuencias,
constituye un grave error jurídico, y la orden de aprehensión que se libre por
las autoridades administrativas, contra el autor probable del hecho que
16
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 2918/2015
ocasiona esas consecuencias, constituye una violación al artículo 16
constitucional (énfasis añadido)13.
FLAGRANTE DELITO. Las autoridades administrativas sólo pueden librar
órdenes de aprehensión, en los casos de flagrante delito, y no puede
considerarse tal, si ha transcurrido ya un tiempo cualquiera, desde su
comisión, y las autoridades tienen noticias de él por los informes de sus
inferiores (énfasis añadido)14.
FLAGRANTE DELITO, CASO EN QUE NO PUEDE CONSIDERARSE QUE
EXISTE. Si el presidente municipal y el inspector de policía de determinado
lugar, informan que la detención del quejoso se debió a que recibieron una
llamada telefónica para detener al quejoso, quien trataba de cometer un
delito y, que por eso fue detenido, es claro que aquél no fue aprehendido en
flagrante delito y que la detención es violatoria de los artículos 14 y 21
constitucionales (énfasis añadido)15.
LIBERTAD, PRIVACIÓN ILEGAL DE LA. Aun cuando es verdad que
conforme lo dispone el artículo 117 del Código Federal de Procedimientos
Penales, toda persona que, en ejercicio de sus funciones públicas tenga
conocimiento de la probable existencia de un delito que deba perseguirse de
oficio, está obligada a participarlo inmediatamente al Ministerio Público,
trasmitiéndole todos los datos que tuviere, poniendo a su disposición, desde
luego a los inculpados, si hubieron sido detenidos, también es cierto que la
parte final de este precepto, presupone incuestionablemente la existencia de
un caso de flagrante delito, cometido públicamente y cuyo perpetrador ha
sido visto y sorprendido por testigos, al tiempo mismo en que lo consumaba,
pues de lo contrario, una detención en diversas condiciones violaría los
derechos consignados en el artículo 16 constitucional (énfasis añadido)16.
En síntesis, de acuerdo con la connotación acogida por la Suprema
Corte de Justicia de la Nación desde la Quinta Época, un delito flagrante se
configura cuando (y sólo cuando) se está cometiendo actual y
públicamente, esto es, cuando el autor es visto y sorprendido por muchos
13
La tesis aislada del Pleno está publicada en el Semanario Judicial de la Federación,
quinta época, tomo XVII, materia penal, p. 478. Genealogía: Apéndice 1917-1985,
Novena Parte, segunda tesis relacionada con la jurisprudencia 85, página 131. Su
precedente es el amparo penal en revisión 163bis/25. **********. 21 de agosto de 1925.
Mayoría de siete votos. Disidentes: Salvador Urbina y Jesús Guzmán Vaca. La
publicación no menciona el nombre del ponente.
14 La tesis aislada del Pleno está publicada en el Semanario Judicial de la Federación,
quinta época, tomo XX, materia penal, p. 175. Su precedente es el amparo
administrativo en revisión 1817/26. **********. 19 de enero de 1927. Unanimidad de
nueve votos. La publicación no menciona el nombre del ponente.
15 La tesis aislada de la Primera Sala está publicada en el Semanario Judicial de la
Federación, quinta época, tomo LV, materia penal, p. 231. Su precedente es el amparo
penal en revisión 7128/37. **********. 12 de enero de 1938. Unanimidad de cuatro votos.
La publicación no menciona el nombre del ponente.
16 La tesis aislada de la Primera Sala está publicada en el Semanario Judicial de la
Federación, quinta época, tomo LXXXIV, materia penal, p. 1733. Su precedente es el
amparo penal directo 2041/45. **********. 10 de mayo de 1945. Unanimidad de cinco
votos. La publicación no menciona el nombre del ponente.
17
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 2918/2015
testigos mientras consuma la acción, sin que pueda huir. Como criterio
negativo tenemos que, en forma ejemplificativa, de acuerdo con esa
interpretación de la Corte, una detención en flagrancia no es aquélla en la
que se detiene con fundamento en una simple sospecha sobre la posible
comisión de un delito.
Así, para la Suprema Corte de Justicia de la Nación, la connotación
del término flagrancia tiene un sentido realmente restringido y acotado, en
un claro favorecimiento del alcance del derecho a la libertad personal. No
obstante, con el paso del tiempo, algunos órganos legislativos locales y el
Congreso de la Unión adscribieron al concepto de flagrancia una
connotación de mucha mayor amplitud que tuvo reflejo en los
ordenamientos procesales penales.
Por ello, la reforma al artículo 16 constitucional del dieciocho de junio
de dos mil ocho, obedeció a la intención expresa de evitar abusos contra la
libertad deambulatoria de los individuos. La falta de especificidad en la
descripción constitucional había generado un contexto que durante el
proceso de reforma fue calificado como laxo o permisivo y expresamente
se optó por su modificación, por lo que el artículo 16, párrafo quinto, quedó
de la siguiente forma:
“Artículo 16.
(…)
Cualquier persona puede detener al indiciado en el momento en que esté
cometiendo un delito o inmediatamente después de haberlo cometido,
poniéndolo sin demora a disposición de la autoridad más cercana y ésta con
la misma prontitud, a la del Ministerio Público. Existirá un registro inmediato
de la detención.”
Es claro que la actual redacción del artículo 16 de la Constitución
Federal tuvo como finalidad acotar de manera expresa los casos en que se
puede actualizar la figura de la flagrancia. Como se puede apreciar, los
actores del proceso de reforma constitucional dieron cuenta de este
contexto y determinaron limitar la posibilidad de legitimar detenciones no
autorizadas judicialmente, bajo la excusa de que se trata de detenciones
18
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 2918/2015
en flagrancia.
A partir de esta reforma, la flagrancia vuelve a aludir a la inmediatez a
la que se refería la Suprema Corte de Justicia de la Nación en sus primeras
interpretaciones del concepto en la Quinta Época. De esta forma, su
significado readquiere un sentido literal y restringido, donde lo que flagra es
lo que arde o resplandece como o fuego o llama17.
Por lo tanto, un delito flagrante es aquel (y sólo aquel) que brilla a
todas luces. Es tan evidente e inconfundible que cualquiera es capaz de
apreciarlo por los sentidos y llegar a la convicción de que se está en
presencia de una conducta prohibida por la ley. Para reconocerlo no se
necesita ser juez, perito en derecho o siquiera estar especialmente
capacitado: la obviedad inherente a la flagrancia tiene una correspondencia
directa con la irrelevancia de la calidad que ostenta el sujeto aprehensor.
De las anteriores consideraciones se desprende que la reforma de
dieciocho de junio de dos mil ocho, tuvo como propósito delimitar de
manera expresa en el texto constitucional cuándo estamos ante una
detención por flagrancia.
Ahora bien, en el amparo directo 14/201118, esta Primera Sala
desarrolló los lineamientos constitucionales que deben cumplir las
detenciones en flagrancia. Al respecto, se destacó que de la actual
redacción del quinto párrafo del artículo 16 constitucional se desprende la
definición de lo que es un “delito flagrante”, al señalar con toda claridad que
“[c]ualquier persona puede detener al indiciado en el momento en que esté
17
De acuerdo con el diccionario de la Real Academia de la Lengua Española, el verbo
flagrar significa arder o resplandecer como fuego o llama.
18
Votado en la sesión del 9 de noviembre de 2011 por unanimidad de cuatro votos de
los ministros Jorge Mario Pardo Rebolledo, José Ramón Cossío Díaz (Ponente), Olga
Sánchez Cordero de García Villegas y Arturo Zaldívar Lelo de Larrea. Ausente el señor
ministro Guillermo I. Ortiz Mayagoitia.
19
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 2918/2015
cometiendo un delito o inmediatamente después de haberlo cometido,
poniéndolo sin demora a disposición de la autoridad más cercana y ésta
con la misma prontitud, a la del Ministerio Público” (énfasis añadido).
Por lo demás, esta Primera Sala constató que esta definición
constitucional tiene un sentido “realmente restringido y acotado”, que es
conforme a la interpretación que esta Suprema Corte había realizado
históricamente sobre este concepto. En efecto, este Alto Tribunal ya había
indicado que “un delito flagrante se configura cuando (y sólo cuando) se
está cometiendo actual y públicamente” y, en consecuencia, “una
detención en flagrancia no es aquella en la que se detiene con fundamento
en una simple sospecha sobre la posible comisión de un delito” (énfasis
añadido).
Así las cosas, se determinó que una detención en flagrancia sólo es
válida en alguno de los siguientes supuestos: (i) cuando se observa
directamente al autor del delito cometer la acción en ese preciso instante,
esto es, en el iter criminis; o (ii) cuando se persigue al autor del delito que
se acaba de cometer y existen elementos objetivos que hagan posible
identificarlo y corroborar que en el momento inmediato anterior se
encontraba cometiendo el delito.
En aquella ocasión, esta Primera Sala determinó que “la policía no
tiene facultades para detener ante la sola sospecha de que alguien pudiera
estar cometiendo un delito o de que estuviera por cometerlo”, ni “[t]ampoco
puede detener para investigar”. Por lo tanto, si la persona no es
sorprendida al momento de estar cometiendo el delito o inmediatamente
después de ello, no es admisible que la autoridad aprehensora detenga,
sorprenda al inculpado y después intente justificar esa acción bajo el
argumento de que la persona fue detenida mientras cometía el delito”.
20
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 2918/2015
En esta línea, se aclaró que “la referencia a una actitud sospechosa,
nerviosa o a cualquier motivo relacionado con la apariencia de una
persona, no es una causa válida para impulsar una detención amparada
bajo el concepto ‘flagrancia’” (énfasis añadido).
Con esta esta nueva aproximación, esta Suprema Corte distinguió
claramente el concepto de delito flagrante, el cual está definido desde la
Constitución, de la evidencia que debe existir previamente a que se lleve a
cabo la detención sobre la actualización de la flagrancia. Como puede
apreciarse, se trata de una distinción fundamental para poder analizar la
constitucionalidad de una detención en flagrancia.
En este sentido, la función de los jueces no consiste exclusivamente
en verificar si la persona detenida efectivamente se encontraba en
flagrancia. El escrutinio judicial también debe comprender el análisis de la
evidencia que se tenía antes de realizar la detención. Así, la
constitucionalidad
de
una
detención
en
flagrancia
no
depende
exclusivamente de que la persona detenida efectivamente se haya
encontrado en flagrancia. También debe examinarse la manera en la que
se “descubre” o “conoce” la comisión de un delito flagrante. De esta
manera, si no existe evidencia que justifiquen la creencia de que al
momento de la detención se estaba cometiendo o se acababa de cometer
un delito flagrante, debe decretarse la ilegalidad de la detención.
Esta aproximación al problema impide que en retrospectiva se puedan
justificar como legítimas detenciones en flagrancia aquéllas que tienen en
su origen registros ilegales a personas u objetos o entradas ilegales a
domicilios que una vez realizados proporcionan la evidencia de la
flagrancia. Cabe señalar que estos lineamientos constitucionales sobre las
21
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 2918/2015
detenciones en caso de delito flagrante han sido reiterados por esta esta
Primera Sala en varios asuntos19.
Ahora bien, la detención ilegal de una persona constituye un acto que
transgrede el derecho humano a la libertad personal, lo cual tiene efectos
específicos, de conformidad con los amparos directos en revisión
4590/2014 --ya citado--, 5507/201520 y la siguiente tesis de esta Primera
Sala:
FLAGRANCIA. LAS CONSECUENCIAS Y EFECTOS DE LA
VIOLACIÓN AL DERECHO HUMANO A LA LIBERTAD PERSONAL
SON LA INVALIDEZ DE LA DETENCIÓN DE LA PERSONA Y DE LOS
DATOS DE PRUEBA OBTENIDOS DIRECTA E INMEDIATAMENTE EN
AQUÉLLA.
La limitación al derecho humano de libertad personal es de carácter
excepcionalísimo y su escrutinio del más estricto rigor; por ello, cuando se
aduzca flagrancia, debe acreditarse que hubo elementos objetivos y
razonables para justificar válidamente la afectación a la libertad y
seguridad personal. Ello es así, en principio, porque toda persona tiene no
sólo la legítima expectativa sino el derecho a no ser molestada por la
autoridad, salvo por causas justificadas. Por su parte, la autoridad tiene la
posibilidad de hacer indagaciones bajo el marco jurídico y conforme a las
atribuciones que legalmente justifiquen su proceder. Sin embargo, no
puede justificarse constitucionalmente que bajo pretexto de cumplirse con
cuestiones de aducida legalidad, se actúe de manera arbitraria, lo cual
debe ponderarse bajo un estándar de necesidad, razonabilidad y
proporcionalidad de la medida empleada. De ahí que si la detención de
una persona, por aducida flagrancia, no se da bajo el respeto irrestricto
del sistema constitucional y convencional, es decir, a partir del estricto
cumplimiento de los requisitos y garantías establecidos de forma mínima a
favor de la persona que sufrió la detención, ésta será considerada como
arbitraria, al estar prohibida tanto a nivel nacional como internacional. Las
19
Al respecto véanse, entre otras, las sentencias del amparo directo 14/2011, resuelto
el 9 de noviembre de 2011; el amparo directo en revisión 2470/2011, resuelto el 18 de
enero de 2012; el amparo directo en revisión 997/2012, resuelto el 6 de junio de
2012; el amparo directo en revisión 991/2012, resuelto el 19 de septiembre de 2012;
el amparo en revisión 495/2012, resuelto el 30 de enero de 2013; el amparo directo
en revisión 2169/2013, resuelto el 4 de diciembre de 2013; el amparo directo en
revisión 3463/2012, resuelto el 22 de enero de 2014; el amparo directo en revisión
1428/2012, resuelto el 21 de mayo de 2014; el amparo directo en revisión 1596/2014,
resuelto el 21 de mayo de 2014; el amparo directo en revisión 3998/2012, resuelto el
12 de noviembre de 2014; y el amparo en revisión 703/2012, resuelto el 6 de
noviembre de 2013.
20 Votado en la sesión del 4 de mayo de 2016 por mayoría de tres votos de los ministros
Arturo Zaldívar Lelo de Larrea, Alfredo Gutiérrez Ortiz Mena y Jorge Mario Pardo
Rebolledo. Votaron en contra la ministra Norma Lucía Piña Hernández y el ministro
José Ramón Cossío Díaz.
22
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 2918/2015
consecuencias y efectos de la vulneración a lo anterior son la invalidez
legal de la propia detención, así como de los datos de prueba obtenidos
de forma directa e inmediata con motivo de la misma; esto conforme
además a los principios de debido proceso y obtención de prueba lícita 21.
En el caso en concreto, esta Primera Sala considera que el
argumento del recurrente sobre su detención ilegal es esencialmente
fundado, porque la detención del recurrente se motivó por su actitud
sospechosa, de conformidad con lo narrado por los propios policías
aprehensores en su declaración ante el Ministerio Público22 y la sentencia
de amparo23.
Por tanto, esta Primera Sala estima que se debe revocar la sentencia
recurrida a fin de que el Tercer Tribunal Colegiado en Materia Penal del
Primer Circuito, emita otra en la que determine que la detención del
quejoso fue ilegal, y por tanto, la declare nula, así como ilegales las
pruebas que se relacionen de manera inmediata y directa con la misma,
para luego resolver de conformidad con los parámetros desarrollados en la
presente ejecutoria.
2. Derecho a la defensa adecuada
El derecho a la defensa adecuada ya ha sido estudiado por esta
Suprema Corte de Justicia de la Nación. En efecto, en el amparo directo
en revisión 1520/201324, la Primera Sala retomó lo resuelto por los juicios
de amparo directo 8/2008, 9/2008, 10/2008 y 33/2008, e indicó que “toda
persona debe contar, durante el desarrollo del proceso al que está sujeto,
con la asesoría de un profesional del derecho. Esto es, por una persona
21
Datos de localización: Tesis aislada 1a. CCI/2014 (10a.), Primera Sala, Gaceta del
Semanario Judicial de la Federación, libro 6, tomo I, mayo de 2014, p. 545.
22
Causa penal 228/2013, fojas 30, 31 y 36 y 37.
Cuaderno del amparo directo 545/2014, foja 114.
24 Fallado el 26 de junio de 2013 por mayoría de cuatro votos; disidente: Jorge Mario
Pardo Rebolledo. Ministro Ponente: Arturo Zaldívar Lelo de Larrea. Secretaria
Proyectista: Carmina Cortés Rodríguez.
23
23
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 2918/2015
con capacidad en la materia que pudiera defender con conocimiento
jurídico y suficiente, sus intereses a fin de que su garantía de seguridad
jurídica en el procedimiento penal se vea respetada”.
El mismo asunto indicó que la intervención del defensor desde la
etapa de averiguación previa resguarda diversos derechos como la no
autoincriminación o la emisión libre de sus declaraciones. Por lo anterior, el
indiciado debe ser asistido por un licenciado en derecho durante la etapa
de averiguación previa y el proceso penal seguido ante el juez, a fin de
otorgar una real y efectiva asistencia legal25.
Es importante destacar que:
“En la etapa de averiguación previa, el derecho a la defensa adecuada
adquiere particular importancia, pues su ejercicio efectivo confluye con el
de la defensa material del indiciado una vez iniciado el proceso penal. Esto
es así, pues la participación del defensor desde la etapa de la averiguación
previa le permite contar con todos los elementos que le facilitan estructurar
adecuadamente su defensa, a través del conocimiento de todos los
elementos del caso, permitiendo que su proceso sea llevado sobre bases
claras, y evitando posibles arbitrariedades por parte de la autoridad
ministerial durante la investigación26.
En el amparo directo en revisión 2349/201427, que versa sobre el
reconocimiento del quejoso en las oficinas de la agencia antes de ser
formalmente puesto a disposición del Ministerio Público –caso en el que se
basan las consideraciones de la presente sentencia--, esta Primera Sala
continuó con el estudio del derecho a la defensa adecuada. Determinó que
el derecho a una defensa adecuada en materia penal consiste en la
prerrogativa de que todo inculpado cuente con una persona perito en
Derecho que le auxilie en su defensa; en particular, en todas las diligencias
en las que intervenga directamente.
25
ADR 1520/2013, pp. 42 y 49.
ADR 1520/2013, p. 54.
27 Votado el 4 de marzo de 2015 por unanimidad de votos de la ministra Olga Sánchez
Cordero y los ministros Arturo Zaldívar Lelo de Larrea, José Ramón Cossío Díaz, Jorge
Mario Pardo Rebolledo, quien se reservó un voto concurrente y Alfredo Gutiérrez Ortiz
Mena (ponente).
24
26
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 2918/2015
Por ende, la prerrogativa de defensa adecuada no es un mero
requisito formal, sino que representa un derecho instrumental cuya
finalidad es asegurar que el poder punitivo del Estado se desplegué a
través de una investigación y proceso justo. Para ello, la intención del
Poder Reformador de la Constitución al reconocer este derecho consistió
en establecer la defensa adecuada como un derecho subjetivo de todo
inculpado que implica que se le dé la oportunidad para aportar pruebas,
promover medios de impugnación en contra de los actos de autoridad que
afecten los intereses legítimos de la defensa, la oportunidad de argumentar
sistemáticamente el derecho que estime aplicable al caso concreto y utilice
todos los beneficios que la legislación procesal establece para su defensa.
Todo ello, desde la etapa de la averiguación previa hasta la
finalización del proceso penal; en particular, en todas aquellas diligencias o
actuaciones en las que directa y físicamente participe o deba participar la
persona involucrada en la investigación o en el proceso.
En otras palabras, el derecho de que una persona se encuentre en
aptitud de contar con un defensor desde la etapa de averiguación previa,
busca asegurar que pueda tener garantizados en su integridad sus
derechos fundamentales, como lo son no declarar, no auto-incriminarse,
no ser incomunicado, no sufrir tortura alguna, no ser detenido
arbitrariamente y a ser informado de las causas de su detención.
El defensor posee la presunción de su pericia en Derecho, por lo
cual, es la figura idónea para asegurar que no se sean violados los
derechos humanos del imputado, ejerciendo las acciones legales y
constitucionales que estime pertinentes, para garantizar su respeto ante
violaciones o eventuales violaciones a sus derechos.
25
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 2918/2015
Además, durante el proceso penal ante la instancia jurisdiccional, el
defensor será quien vele para que el proceso se siga con estricto apego en
los principios del debido proceso, como lo son los de igualdad y
contradicción, y que éste no se vea viciado, asegurando a la postre el
dictado de una sentencia que cumpla con los requisitos, valores y
principios legales y constitucionales que permean en el debido proceso
penal.
A pesar de que el derecho a una defensa adecuada se actualiza
desde el momento en el que el individuo a quien se imputa la probable
comisión de un delito es puesto ante el Ministerio Público, ello implica que
desde ese acto del procedimiento es que se encuentra en aptitud de exigir
la presencia de su defensor y, a partir de ahí, se encuentra en posibilidad
de nombrarlo en cualquier momento.
Al atenderse los fines que imperan en el derecho humano a una
defensa adecuada, contenido en el artículo 20, apartado A, fracción IX, de
la Constitución Federal, previo a la reforma constitucional de ese precepto
publicada en el Diario Oficial de la Federación de dieciocho de junio de dos
mil ocho, y de otros normas convencionales, se desprende que se trata de
un derecho con el cual cuenta el inculpado desde el momento en que es
puesto a disposición de la autoridad investigadora del delito. Lo anterior,
no significa que de manera absoluta el Ministerio Público deba realizar
cualquier acto con la presencia del inculpado o del defendido. Sin
embargo, sí se debe garantizar la posibilidad de defensa al permitir que se
den todas las condiciones necesarias para que el inculpado sea
debidamente asistido, tanto formal como materialmente, en aras de que no
se encuentre en una condición de indefensión o vulnerable ante las
circunstancias propias del procedimiento de averiguación previa o el
proceso penal.
26
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 2918/2015
Así, de la interpretación teleológica del precepto constitucional debe
llevar a su funcionalidad tanto en la actuación investigadora como en el
más absoluto respeto a los derechos fundamentales de la persona a la que
se le inculpa la comisión de un delito.
En ese orden de ideas, la funcionalidad del derecho a una defensa
adecuada, lleva a esta Suprema Corte a sostener que ésta encuentra su
efectividad en aquellos actos procedimentales, diligencias y etapas
procesales en las cuales es eminentemente necesaria la presencia del
inculpado, su participación activa y directa, la presencia y asesoría efectiva
de su defensor, así como en aquellas que de no estar presente se
cuestionara o viera gravemente en duda la certeza jurídica y el debido
proceso (énfasis añadido).
Esto, de conformidad con las siguientes tesis de esta Primera Sala
cuyo rubro y contenido son los siguientes:
DEFENSA ADECUADA EN LA AVERIGUACIÓN PREVIA. SU EJERCICIO
NO ESTÁ SUBORDINADO A QUE EL MINISTERIO PÚBLICO TENGA
QUE DESAHOGAR TODAS LAS DILIGENCIAS QUE PRACTIQUE CON
LA PRESENCIA DEL INCULPADO O SU DEFENSOR (INTERPRETACIÓN
DE LAS FRACCIONES IX Y X DEL ARTÍCULO 20 DE LA CONSTITUCIÓN
FEDERAL). Del análisis sistemático y teleológico del contenido de la
exposición de motivos que dio origen a las reformas al artículo 20 de la
Constitución Federal, publicadas en el Diario Oficial de la Federación de tres
de septiembre de mil novecientos noventa y tres, así como de los
dictámenes de las comisiones del Congreso de la Unión y de sus debates,
se advierte que con la finalidad de regir las necesidades sociales y
económicas imperantes en nuestro país y erradicar viejas prácticas
vejatorias e infamantes a que se encontraba sujeta una persona en la
investigación de los delitos, el Poder Constituyente sentó las bases para que
en la fase jurisdiccional el presunto responsable de un delito contara con una
defensa adecuada consistente en dar oportunidad a todo inculpado de
aportar pruebas, promover los medios de impugnación frente a los actos de
autoridad que afecten los intereses legítimos de la defensa, exponer la
argumentación sistemática del derecho aplicable al caso concreto y utilizar
todos los beneficios que la legislación procesal establece para la defensa,
pero además hizo extensiva las garantías del procesado en esa fase a la
etapa de la averiguación previa, con la salvedad de que debe ser en lo que
se adapta a la naturaleza administrativa de la misma, lo que significa que
según lo permita la naturaleza de las actuaciones o diligencias que deban
desahogarse en la averiguación previa, podrán observarse cabalmente las
garantías que el inculpado tiene en la fase jurisdiccional. Ahora bien, si se
27
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 2918/2015
toma en consideración, de acuerdo a lo anterior, que dentro de la
averiguación previa la garantía de defensa adecuada deberá observarse en
todas aquellas diligencias o actuaciones en las que directa y físicamente
participe o deba participar la persona involucrada en la investigación,
siempre y cuando así lo permita la naturaleza de las citadas diligencias, es
inconcuso que el debido cumplimiento de tal garantía no está subordinado a
que el Ministerio Público forzosamente y de manera ineludible tenga que
desahogar todas las diligencias que practique en la mencionada etapa
investigatoria con la presencia del inculpado o su defensor y menos aún que
si no lo hace así sus actuaciones carecerán de valor probatorio. Lo anterior,
porque de estimar lo contrario se llegaría al extremo de transgredir el artículo
16 de la Constitución Federal, en el que se considera al Ministerio Público en
la averiguación previa como una autoridad con imperio a quien
exclusivamente le corresponde resolver si ejerce o no la acción penal en la
investigación que practique, así como consignar los hechos ante el juzgado
competente de su adscripción, en el perentorio término de 48 horas, si
encuentra que se reúnen los elementos del cuerpo del delito y la probable
responsabilidad del inculpado28.
DEFENSA ADECUADA. ALCANCE DE DICHA GARANTÍA EN LA
AVERIGUACIÓN PREVIA (INTERPRETACIÓN DE LA FRACCIÓN II, EN
RELACIÓN CON LAS DIVERSAS IX Y X DEL ARTÍCULO 20, APARTADO
A, DE LA CONSTITUCIÓN FEDERAL). Esta Primera Sala de la Suprema
Corte de Justicia de la Nación ha interpretado, en relación a los alcances de
la garantía de defensa adecuada en la averiguación previa a que se refieren
las fracciones IX y X del artículo 20 apartado A de la Constitución Federal,
que aquélla se actualiza desde el momento en que el detenido es puesto a
disposición del Ministerio Público. Lo anterior implica que ninguna de las
garantías del detenido durante el proceso penal puede ser concebida como
un mero requisito formal, y para que pueda hacerse efectiva y permitir su
instrumentación requiere de la participación efectiva en el procedimiento por
parte del imputado desde que es puesto a disposición del representante
social. Por tanto, en lo que se refiere a la fracción II del dispositivo citado,
que establece que la confesión rendida ante el Ministerio Público o Juez sin
la asistencia de su defensor carecerá de todo valor probatorio, esta Primera
Sala considera que la asistencia no sólo debe estar relacionada con la
presencia física del defensor ante o en la actuación de la autoridad
ministerial, sino que la misma debe interpretarse en el sentido de que la
persona que es puesta a disposición de la autoridad ministerial cuente con la
ayuda efectiva del asesor legal. En este sentido, el detenido en flagrancia,
en caso de que así lo decida, podrá entrevistarse con quien vaya a fungir
como su defensor inmediatamente que lo solicite y antes de rendir su
declaración ministerial. En consecuencia, la primera declaración rendida
ante el Ministerio Público, estará viciada y será ilegal cuando no se haya
permitido la entrevista previa y en privado con el defensor29.
DEFENSA ADECUADA. FORMA EN QUE EL JUEZ DE LA CAUSA
GARANTIZA SU VIGENCIA. La garantía individual de defensa adecuada
contenida en el artículo 20, apartado A, fracción V, de la Constitución Política
28
Tesis de jurisprudencia 1a./J. 31/2004, emitida por esta Primera Sala, publicada en el
Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, XIX, Novena Época, mayo de 2004,
página 325.
29 Tesis 1ª./J. 23/2006, emitida por la Primera Sala, publicada en el Semanario Judicial
de la Federación y su Gaceta, Novena Época, tomo XXII, mayo de 2006, página 132.
28
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 2918/2015
de los Estados Unidos Mexicanos (en su texto anterior a la reforma
publicada en el Diario Oficial de la Federación el 18 de junio de 2008)
entraña una prohibición para el Estado consistente en no entorpecer el
ejercicio del derecho de defensa del gobernado y un deber de actuar, en el
sentido de informarle el nombre de su acusador, los datos que obren en la
causa, brindarle la oportunidad de nombrar un defensor, no impedirle que se
entreviste de manera previa y en privado con él y, en general, no impedir u
obstaculizar el ejercicio de las cargas procesales que le corresponden dentro
del proceso penal para desvirtuar la acusación del Ministerio Público. Así,
para proteger la citada garantía es necesario que la labor de quien funja
como defensor sea eficaz, pues aquélla no puede concebirse como un mero
requisito formal, sino que debe permitir una instrumentación real para tener
oportunidades de descargo que, básicamente, permitan al imputado una
efectiva participación en el proceso. Ahora bien, el juez de la causa garantiza
la posibilidad de defensa al permitir que se den todas las condiciones
necesarias para que el inculpado sea debidamente asistido, tanto formal
como materialmente, de manera que si en los hechos no puede calificar su
adecuada defensa -en razón de la forma en que se conduce el defensor
respectivo-, ello no significa que el juez de la causa viole la garantía en
cuestión, pues el control de la correcta o incorrecta actitud procesal del
defensor, del debido ejercicio de las cargas procesales, así como de su
pericia jurídica, sólo podrían ser materia de responsabilidad profesional, en
términos de las leyes administrativas o penales, y según se trate de un
defensor de oficio o particular. Esto es, el juez respeta la garantía de
defensa adecuada: (i) al no obstruir en su materialización (como ocurre
cuando niega el derecho a una entrevista previa y en privado o interfiere y
obstaculiza la participación efectiva del asesor) y (ii) al tener que asegurarse,
con todos los medios legales a su alcance, que se satisfacen las condiciones
que posibilitan la defensa adecuada, sin que ello signifique que esté en
condiciones de revisar la forma en que los defensores efectivamente logran
su cometido, pues ello excedería las facultades que tiene a su cargo para
vigilar que en el proceso se garantice una defensa adecuada30.
DEFENSA ADECUADA EN MATERIA PENAL. ALCANCES Y MOMENTO A
PARTIR DEL CUAL SE ACTUALIZA ESTE DERECHO FUNDAMENTAL. El
derecho a una defensa adecuada, contenido en el artículo 20, apartado A,
fracción IX, de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos (en su
texto anterior a la reforma publicada en el Diario Oficial de la Federación el 18
de junio de 2008), consiste en que el inculpado tendrá derecho a una defensa,
por medio de su abogado y a que éste comparezca en todos los actos del
proceso, quien tendrá la obligación de hacerlo cuantas veces se le requiera, lo
que se actualiza desde que aquél es puesto a disposición del Ministerio
Público; esto es, desde la etapa ministerial deberá contar con la asistencia
efectiva del profesional, entendiéndose como tal, la presencia física y la ayuda
efectiva del asesor legal, quien deberá velar porque el proceso se siga con
apego a los principios del debido proceso, y éste no sea viciado, asegurando a
la postre el dictado de una sentencia que cumpla con los requisitos, valores y
principios legales y constitucionales que permean en el debido proceso penal;
lo que deberá observarse en todas aquellas diligencias o actuaciones y etapas
procesales en las cuales es eminentemente necesaria la presencia del
inculpado, en las que activa, directa y físicamente participe o deba participar,
así como en aquellas en las que de no estar presente, se cuestionarían o
30
Tesis 1ª./J. 12/2012, emitida por la Primera Sala, publicada en el Semanario Judicial
de la Federación y su Gaceta, Novena Época, Libro X, julio de 2012, página 433.
29
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pondrían gravemente en duda la certeza jurídica y el debido proceso. Esto es
así, porque la defensa adecuada representa un derecho instrumental cuya
finalidad es asegurar que el poder punitivo del Estado se desplegará a través
de un proceso justo, lo que además busca asegurar que pueda tener
garantizados en su integridad sus derechos fundamentales, como lo es no
declarar, no autoincriminarse, no ser incomunicado, no sufrir tortura alguna, ni
ser detenido arbitrariamente, así como ser informado de las causas de su
detención, entre otras31.
Cabe mencionar que los criterios transcritos de esta Suprema Corte
son acordes con los que ha sostenido la Corte Interamericana de Derechos
Humanos sobre el derecho a la defensa, en su jurisprudencia evolutiva y
progresiva, al interpretar el sentido del artículo 8.2 de la Convención
Americana sobre Derechos
Humanos.
Al
respecto,
las
personas
procesadas penalmente tienen derecho a una defensa oportuna,32
técnica,33 eficaz34 y material35.
31
Tesis: 1a. CCXXVI/2013, emitida por la Primera Sala, publicada en el Semanario
Judicial de la Federación y su Gaceta, Libro XXII, Julio de 2013, tomo 1, páginas 554.
32 Corte Interamericana de Derechos Humanos, Caso Barreto Leiva vs Venezuela,
sentencia de 17 de noviembre de 2009 (Fondo, Reparaciones y Costas), párrafos: “29.
Ahora bien, el derecho a la defensa debe necesariamente poder ejercerse desde que
se señala a una persona como posible autor o partícipe de un hecho punible y sólo
culmina cuando finaliza el proceso, incluyendo, en su caso, la etapa de ejecución de la
pena. Sostener lo opuesto implicaría supeditar las garantías convencionales que
protegen el derecho a la defensa, entre ellas el artículo 8.2.b, a que el investigado
encuentre en determinada fase procesal, dejando abierta la posibilidad de que con
anterioridad se afecte un ámbito de sus derechos a través de actos de autoridad que
desconoce o a los que no puede controlar u oponerse con eficacia, lo cual es
evidentemente contrario a la Convención. En efecto, impedir que la persona ejerza su
derecho de defensa desde que se inicia la investigación en su contra y la autoridad
dispone o ejecuta actos que implican afectación de derechos es potenciar los poderes
investigativos del Estado en desmedro de derechos fundamentales de la persona
investigada. El derecho a la defensa obliga al Estado a tratar al individuo en todo
momento como un verdadero sujeto del proceso, en el más amplio sentido de este
concepto, y no simplemente como objeto del mismo.
30. Por todo ello, el artículo 8.2.b convencional rige incluso antes de que se formule
una acusación en sentido estricto. Para que el mencionado artículo satisfaga los fines
que le son inherentes, es necesario que la notificación ocurra previamente a que el
inculpado rinda su primera declaración24 ante cualquier autoridad pública.
31. Evidentemente, el contenido de la notificación variará de acuerdo al avance de las
investigaciones, llegando a su punto máximo, expuesto en el párrafo 28 supra, cuando
se produce la presentación formal y definitiva de cargos. Antes de ello y como mínimo
el investigado deberá conocer con el mayor detalle posible los hechos que se le
atribuyen”.
33 Ibídem, párrafos: “61. La acusación puede ser enfrentada y refutada por el inculpado
a través de sus propios actos, entre ellos la declaración que rinda sobre los hechos que
se le atribuyen, y por medio de la defensa técnica, ejercida por un profesional del
30
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Ahora, la identificación de un inculpado por parte de una supuesta
víctima sin la presencia del respectivo defensor es una violación directa a
los artículos 20, apartado A, fracción IX, de la Constitución Federal y 8 de
la Convención Americana sobre Derechos Humanos.
El reconocimiento de una persona es un acto por virtud del cual se
intenta conocer la identidad de un individuo mediante la intervención de
otro u otra, quien al verla afirma o niega conocerla o haberla visto en
determinadas circunstancias. Se trata entonces de un medio de prueba
Derecho, quien asesora al investigado sobre sus deberes y derechos y ejecuta, inter
alia, un control crítico y de legalidad en la producción de pruebas.
62. Si el derecho a la defensa surge desde el momento en que se ordena investigar a
una persona (supra párr. 29), el investigado debe tener acceso a la defensa técnica
desde ese mismo momento, sobre todo en la diligencia en la que se recibe su
declaración. Impedir a éste contar con la asistencia de su abogado defensor es limitar
severamente el derecho a la defensa, lo que ocasiona desequilibrio procesal y deja al
individuo sin tutela frente al ejercicio del poder punitivo.
63. El derecho a la defensa técnica no puede ser satisfecho por quien a la postre
realizará la acusación, esto es, el Ministerio Público. La acusación afirma la pretensión
penal; la defensa la responde y rechaza. No es razonable depositar funciones
naturalmente antagónicas en una sola persona”.
34 Corte Interamericana de Derechos Humanos, Caso Hilaire, Constantine, Benjamin y
otros vs Trinidad y Tobago, sentencia de 21 de junio de 2002 (Fondo, Reparaciones y
Costas), párrafos:
“152. En razón de lo anteriormente expuesto, la Corte presenta el siguiente análisis:
[…] b. Igualmente, este Tribunal estima que existen pruebas suficientes para concluir
que, en la práctica, no se encuentra a la disposición de los inculpados de homicidio
intencional, la asistencia legal adecuada para que presenten acciones constitucionales
de manera efectiva. Si bien de manera formal, se halla consagrado en el ordenamiento
jurídico del Estado, el derecho a intentar una acción constitucional, en el caso de
George Constantine, Wilson Prince, Mervyn Edmund, Martin Reid, Gangadeen
Tahaloo, Noel Seepersad, Natasha De Leon, Phillip Chotalal, Wilberforce Bernard, Amir
Mowlah y Mervyn Parris se impidió el empleo de este recurso en cuanto el Estado no
proporcionó a los inculpados asistencia jurídica a fin de que pudieran ejercitarlo
efectivamente, y de esta forma constituyó un recurso ilusorio para aquéllos. Con ello
resultaron violados los artículos 8 y 25 de la Convención en relación con el artículo 1.1
de ésta”.
35 Corte Interamericana de Derechos Humanos, Caso Chaparro Álvarez y Lapo Íñiguez
vs Ecuador, sentencia de 21 de noviembre de 2007 (Excepciones Preliminares, Fondo,
Reparaciones y Costas), párrafos: “158. Pese a la normativa constitucional citada, el
señor Chaparro no contó con la presencia de un abogado defensor al momento de ser
interrogado por parte de la Policía el 18 de noviembre de 1997. Además, la Corte
encuentra que al impedirse al abogado del señor Chaparro intervenir en su declaración
preprocesal y al exigirse que sea el propio señor Chaparro quien fundamente su
recurso de amparo de libertad, cuando su deseo era que su abogado lo hiciera, la
presencia de los defensores fue tan solo formal. Por ello, el Estado violó el derecho
consagrado en el artículo 8.2.d) de la Convención, en relación con el artículo 1.1 de la
misma, en perjuicio del señor Chaparro”.
31
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cuyo resultado puede ser un dato positivo o negativo, según se logre o no
la identificación o reconocimiento, que constituirá la aportación de un
elemento de convicción.
En ese caso, la diligencia de reconocimiento implica que el inculpado
participa físicamente, al encontrarse en un lugar en donde puede ser visto;
por lo que para esta Suprema Corte es una diligencia en la que
necesariamente tiene que estar presente el defensor del inculpado, pues
este participa de manera activa y directa. La presencia del defensor es
estrictamente necesaria precisamente para asegurar la plena certeza de
que se presentaron los testigos o denunciantes, que lo reconocieron y que
no fueron inducidos para tal efecto, además de cumplirse con las
formalidades mínimas para garantizar los principios de debido proceso
legal y obtención de la prueba lícita (énfasis añadido).
Uno de los principios del derecho sancionador es que a quien se le
imputa un delito se encuentre en aptitud de defenderse, para lo cual debe
contar con todos los elementos técnicos y profesionales como lo es la
asistencia de su defensor. Así, el debido proceso implica que todas las
actuaciones públicas y privadas deben seguir las fuentes establecidas en el
derecho con la plenitud de las formas propias de cada juicio, ello, de
manera acorde con un Estado democrático y de derecho y para que se
preserve el valor de la seguridad jurídica y adquieren efectividad los
postulados de la justicia y la igualdad ante la ley.
De tal forma, el alcance y efecto como probanza que implica el
reconocimiento de quien se encuentra implicado en un delito hace
necesaria la asistencia por parte de su defensor a efecto de asegurar que
materialmente y formalmente se cumplieron los requisitos legales para tal
diligencia. De otro modo, el inculpado se encontraría en pleno estado de
indefensión ante un elemento de prueba del cual no tiene la posibilidad de
32
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 2918/2015
conocer la calidad de los testigos o denunciantes que lo reconocieron,
además, si en todo caso fueron inducidos a su señalamiento.
A este mismo tipo de consideraciones ha llegado esta Primera Sala al
pronunciarse sobre asuntos en los que la identificación del quejoso se ha
dado a través de la Cámara de Gesell, la cual consiste en una
identificación del inculpado en un lugar aislado y circunstancias operativas
determinadas, de acuerdo a la tesis de rubro y texto que se transcribe:
RECONOCIMIENTO DEL INCULPADO A TRAVÉS DE LA
CÁMARA DE GESELL. EN DICHA DILIGENCIA ES
NECESARIA LA ASISTENCIA DEL DEFENSOR. La diligencia
de reconocimiento que se lleva a través de la cámara de Gesell,
es un acto formal en virtud del cual se identifica a una persona
mediante la intervención de otra, quien al verla afirma o niega
conocerla o haberla visto en determinadas circunstancias. En
dicho acto el inculpado participa físicamente de forma activa y
directa, de ahí que resulte necesaria la presencia del defensor,
para asegurar que material y formalmente se cumplan los
requisitos legales en el desarrollo de tal diligencia; de lo contrario
se dejaría en estado de indefensión a la persona que se acusa y,
por ende, se violarían sus derechos fundamentales, al no existir la
plena certeza jurídica de que efectivamente se presentaron los
testigos o denunciantes, que lo reconocieron y que no fueron
inducidos al efecto36.
En el caso concreto, de las constancias de la averiguación previa no
se advierte que se trate de un caso específico de Cámara de Gesell. No
obstante, comparte las mismas características al radicar en
un
reconocimiento sin defensor.
Ahora bien, en el amparo directo en revisión 1520/2013 y en el
amparo directo en revisión 2349/2014, se determinó que las pruebas
que derivan de diligencias en las que no estaba presente el defensor del
indiciado son contrarias a los derechos humanos del imputado, por lo cual
36
Tesis 1a. CCXXVII/2013 (10a.), emitida por la Primera Sala, publicada en el
Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Décima Época, Libro XXII, julio de
2013, tomo 1, página 568.
33
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 2918/2015
deben ser excluidas como medio de prueba. En el mismo sentido, el
amparo directo en revisión 3535/201237, indicó que “la violación al derecho
humano de defensa adecuada no puede concurrir con circunstancias que
la convaliden, de manera que transformen la realidad jurídicamente
observable como si no hubiera acontecido. En realidad, la violación al
derecho humano no debe supeditarse a actos posteriores que puedan
interpretarse como el consentimiento o superación de la actuación
contraria a derecho y que dejó en estado de indefensión al imputado. Así,
es cuestionable cualquier afirmación […] que convalide la transgresión al
derecho de defensa adecuada.”
Esta Primera Sala considera que el alegato del recurrente sobre su
indebida identificación, es esencialmente fundado. En efecto, de las
constancias se advierte que el recurrente fue detenido en la calle **********
en la colonia **********. Acto seguido, los denunciantes acudieron a ese
lugar y lo reconocieron como la persona que manejaba la camioneta.
Posteriormente, los policías trasladaron al recurrente a la agencia del
Ministerio Público y tomaron la declaración de los denunciantes, quienes
nuevamente reconocieron al quejoso sin que él hubiera nombrado
defensor. Así, el reconocimiento del recurrente ocurrió sin presencia de su
defensor, puesto que él nombró a su abogado horas después para rendir
su declaración ministerial38.
37
Fallado el 28 de agosto de 2013 por mayoría de 4 votos; disidente: Ministro Jorge
Mario Pardo Rebolledo. Ministro ponente: Arturo Zaldívar Lelo de Larrea. Secretaria
Proyectista: Carmina Cortés Rodríguez. De este precedente y otros más derivó la tesis
de jurisprudencia de rubro “DEFENSA ADECUADA EN MATERIA PENAL. LA ILICITUD
DE LA DECLARACIÓN RENDIDA POR EL IMPUTADO SIN LA ASISTENCIA
TÉCNICO-JURÍDICA DE UN DEFENSOR PROFESIONAL EN DERECHO, NO ADMITE
CONVALIDACIÓN”. Datos de localización: Tesis de jurisprudencia 1a./J.27/2015
(10ª), Décima Época, Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación,
Semanario Judicial de la Federación, publicada el 8 de mayo de 2015 a las 09:30
(registro 2009006).
38 De las constancias se advierte que la detención ocurrió a las ********** del día
**********, y que los denunciantes, **********, declararon a las ********** y ********** de la
mañana de ese día, respectivamente. Por su parte, el recurrente nombró a su defensor
el día ********** a las ********** y fue declarado ministerialmente a las ********** de ese
mismo día. Véase causa penal, tomo I, fojas **********; ********** y **********.
34
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Lo anterior es contrario a los parámetros desarrollados con
anterioridad en relación con el derecho a la defensa adecuada. Es por ello
que procede revocar la sentencia recurrida para que el Tercer Tribunal
Colegiado en Materia Penal del Primer Circuito, emita otra resolución en la
que excluya las pruebas que derivan de las diligencias de reconocimiento
en las que no estaba presente el defensor del indiciado, por ser contrarias
a su derecho humano a la defensa adecuada.
En consecuencia, esta Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia
de la Nación,
RESUELVE:
PRIMERO. En la materia de la revisión, se revoca la sentencia recurrida.
SEGUNDO. Devuélvanse los autos relativos al Tercer Tribunal Colegiado
en Materia Penal del Primer Circuito para los efectos precisados en esta
ejecutoria.
Notifíquese; con testimonio de esta resolución, devuélvanse los autos al
Tribunal Colegiado de origen y, en su oportunidad archívese el expediente
como asunto concluido.
35
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