AMPARO DIRECTO 2918/2015 QUEJOSO: ********** EN REVISIÓN MINISTRO PONENTE: ARTURO ZALDÍVAR LELO DE LARREA SECRETARIO: JULIO CÉSAR RAMÍREZ CARREÓN ASESORA: ISABEL MONTOYA RAMOS Ciudad de México. Acuerdo de la Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, correspondiente al día. VISTO BUENO MINISTRO: V I S T O S los autos para resolver el juicio de Amparo Directo en Revisión 2918/2015; y RESULTANDO COTEJÓ: PRIMERO. Hechos1. El veintiséis de octubre de dos mil trece, aproximadamente a las dos horas con treinta minutos, ********** y ********** llegaron al domicilio ubicado en calle **********, **********. En ese momento, llegó una camioneta negra con cinco hombres a bordo; cuatro sujetos se bajaron de la camioneta y desapoderaron a ********** y ********** de sus pertenencias entre ellas un vehículo marca **********, modelo **********, color **********. Mientras esto sucedía, el conductor permaneció en la camioneta. Después de haberse perpetrado el robo, los sujetos abordaron la camioneta y se fueron y los ofendidos le comunicaron tal suceso a la policía. 1 Probados durante la secuela procesal: apelación y juicio de amparo directo **********, foja 195. AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 2918/2015 En el informe de puesta a disposición, los policías ********** y ********** indicaron que el día de los hechos, aproximadamente a las tres horas con diez minutos circulaban por la calle **********, colonia **********, delegación **********. En ese instante se percataron que dos hombres descendían de un vehículo blanco tipo ********** y corrieron; los policías los persiguieron y únicamente lograron asegurar a **********, quien se encontraba alcoholizado. Después de haberse materializado la detención, los policías recibieron un mensaje vía radio en el que se les comunicó que un ********** había sido robado, por lo que contestaron que ya tenían asegurado a un sujeto. SEGUNDO. Datos procesales relevantes. Se pueden sintetizar como principales actuaciones procedimentales las siguientes: I. El seis de marzo de dos mil catorce, la Juez Cuadragésimo Octavo Penal del Distrito Federal en la causa penal número **********, dictó su sentencia en la cual consideró penalmente responsable del delito de robo agravado2 a **********. Le impuso siete años y siete meses de prisión. II. El siete de marzo de dos mil catorce, el defensor particular del sentenciado interpuso un recurso de apelación en contra de la sentencia de primera instancia. El trece de marzo de dos mil catorce, el agente del Ministerio Público interpuso un recurso de apelación. III. El veintiocho de mayo de dos mil catorce, la Novena Sala Penal del Tribunal Superior de Justicia del Distrito Federal en el toca penal ********** emitió una resolución en la que confirmó la sentencia de primera instancia. 2 Respecto de vehículo automotriz cometido con violencia moral y en pandilla. Se entiende que hay pandilla cuando el delito se comete en común por más de tres personas que se reúnen ocasionalmente sin estar organizados con fines delictuosos. 2 AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 2918/2015 IV. El dieciocho de noviembre de dos mil catorce, ********** presentó una demanda de amparo en contra de la sentencia emitida por la Novena Sala Penal del Tribunal Superior de Justicia del Distrito Federal. V. El nueve de abril de dos mil quince el Tercer Tribunal Colegiado en Materia Penal del Primer Circuito en el juicio de amparo directo penal ********** emitió una sentencia en la que negó el amparo. Inconforme, el siete de mayo de dos mil quince el quejoso interpuso un recurso de revisión. VI. El tres de junio de dos mil quince, el Presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación emitió un acuerdo en el que desechó el amparo directo en revisión **********. Lo anterior, porque consideró que en la demanda de amparo no se planteó concepto de violación alguno sobre la inconstitucionalidad o inconvencionalidad de una norma general. Asimismo, no se decidió u omitió decidir sobre tales cuestiones, ni se estableció su interpretación directa. Por lo tanto, indicó que no se surtían los supuestos de procedencia del recurso de revisión que se establecen en los artículos 81, fracción III, inciso a) de la Ley de Amparo, artículo 10 fracción III y artículo 21, fracción III, inciso a) de la Ley Orgánica del Poder Judicial de la Federación. VII. El dieciséis de junio de dos mil quince, ********** interpuso un recurso de reclamación en contra del acuerdo del Presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación en el que desechó el amparo directo en revisión **********. VIII. El veinticinco de noviembre de dos mil quince, la Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación emitió una sentencia en la que resolvió por mayoría de cuatro votos3 declarar fundado el recurso de reclamación ********** interpuesto por **********. Lo anterior, porque consideró que el 3 El Ministro José Ramón Cossío Díaz votó en contra y se reservó su derecho a formular voto particular. 3 AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 2918/2015 tribunal colegiado en su sentencia de amparo no tomó en cuenta los criterios establecidos por esta Primera Sala respecto a la detención e identificación del quejoso. Por lo tanto, sí se cumplió con los requisitos de importancia y trascendencia que se requieren para la procedencia del amparo directo en revisión. IX. El diecinueve de febrero de dos mil dieciséis, el Presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación emitió un acuerdo en el que admitió el recurso de revisión interpuesto en contra de la resolución emitida por el Tercer Tribunal Colegiado en Materia Penal del Primer Circuito en el juicio de amparo directo penal **********. Asimismo, ordenó turnar el asunto para su estudio al Ministro Arturo Zaldívar Lelo de Larrea. X. El seis de abril de dos mil dieciséis el Presidente de la Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación emitió un acuerdo en el que se avocó al conocimiento del asunto y ordenó enviar los autos a la Ponencia del Ministro Arturo Zaldívar Lelo de Larrea. CONSIDERANDO PRIMERO. Competencia. Esta Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación es competente para conocer y resolver el presente recurso de revisión, conforme a lo dispuesto en los artículos 107, fracción IX de la Constitución; 81, fracción II de la Ley de Amparo vigente; 21 fracción III, inciso a), de la Ley Orgánica del Poder Judicial de la Federación en relación con el punto Tercero del Acuerdo General Plenario 5/2013. En efecto, el recurso fue interpuesto en contra de una sentencia pronunciada por un Tribunal Colegiado en un juicio de amparo directo y la materia es penal. 4 AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 2918/2015 SEGUNDO. Oportunidad. El recurso de revisión hecho valer por la parte quejosa fue interpuesto en tiempo y forma, de conformidad con el artículo 86 de la Ley de Amparo. En efecto, de las constancias se advierte que la sentencia de amparo le fue notificada personalmente al quejoso, el **********4, por lo cual, surtió sus efectos al día siguiente hábil, es decir **********, por lo que el plazo de diez días que señala el artículo referido corrió **********, descontándose los días primero, dos, tres, cinco, nueve y diez de mayo de dos mil quince por ser inhábiles de conformidad con los artículos 19 de la Ley de Amparo y 163 de la Ley Orgánica del Poder Judicial de la Federación. Dado que de autos se desprende que el recurso de revisión fue presentado el **********5, es evidente que se interpuso oportunamente. TERCERO. Elementos necesarios para resolver. Previo al estudio de procedencia del recurso y en atención a una adecuada metodología para resolver el asunto, se estima necesario hacer referencia a los conceptos de violación contenidos en la demanda de amparo, las consideraciones del Tribunal Colegiado para negar el amparo, así como los agravios expuestos por el recurrente. Demanda de amparo. En esencia, el quejoso planteó los siguientes conceptos de violación: a) Existen contradicciones en las declaraciones de los denunciantes de las cuales se advierte que en el momento de los hechos y por las circunstancias de tiempo y lugar no lograron identificar físicamente al quejoso. Es decir, no tuvieron la certeza de que el quejoso fue el conductor que esperó en la camioneta en la cual llegaron las personas que desapoderaron a los ofendidos de sus pertenencias. En consecuencia, no se les debió otorgar valor probatorio a esas 4 5 Cuaderno del amparo directo **********, foja 212. **********, foja 213. 5 AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 2918/2015 declaraciones ya que el reconocimiento del quejoso por parte de los ofendidos fue inducido por parte de los policías captores. b) Se vulnera el principio de presunción de inocencia porque no existen pruebas que acrediten que el quejoso es una de las personas que participó en el robo del vehículo, en este sentido, existe duda sobre su responsabilidad penal en el hecho delictivo. Lo anterior, porque no son suficientes las declaraciones de los ofendidos y el reconocimiento ilegal. Además, tampoco se valoró que el quejoso no sabe conducir y que el día de los hechos se encontraba en un bar, lo cual se corroboró con las declaraciones de diversos testigos, los videos proporcionados por el bar denominado “**********” y diversas fotografías. c) Se vulneran los artículos 14 y 16 de la Constitución Federal porque no se les debió otorgar valor probatorio a las declaraciones de los policías aprehensores ya que los hechos que narran son inverosímiles, reticentes y aleccionados. d) Fue ilegal la detención porque los policías detuvieron al quejoso sin ningún soporte probatorio, es decir fue detenido porque se encontraba cerca del vehículo robado. e) Se vulneró el principio de igualdad procesal porque la declaración del quejoso no fue debidamente valorada por el ad quem; es decir no se concatenó con las demás pruebas de descargo. Por el contrario, únicamente se consideraron las declaraciones de los ofendidos. Resolución del Tribunal Colegiado. En la parte conducente, el Tribunal Colegiado expuso las consideraciones siguientes: a) Las declaraciones de los ofendidos no resultan contradictorias porque convergen en esencia y circunstancias. Además, de tales declaraciones se desprende que los ofendidos reconocieron al quejoso como la persona que conducía el vehículo del que 6 AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 2918/2015 descendieron las personas que los desapoderaron de sus pertenencias. Por lo tanto, no existió inducción por parte de los policías captores en el reconocimiento del quejoso. Asimismo, las declaraciones de los pasivos se encuentran concatenadas con lo manifestado por los policías. b) No se vulneró el principio de presunción de inocencia porque en la causa penal se contienen pruebas suficientes que comprueben plenamente la responsabilidad del quejoso en el ilícito. Entre ellas se encuentra las siguientes: la declaración de los denunciantes; la declaración de los policías captores; las actuaciones realizadas por el Ministerio Público. En este rubro, destacan: la inspección ministerial de vehículo, informe de puesta a disposición, dictámenes en materia de identificación y valuación de vehículo, fotografías, y certificados de estado psicofísico. Todos estos indicios, por su enlace jurídico, lógico y natural integraron la prueba indiciaria que posee plena eficacia demostrativa. Por ello, se concluyó que el quejoso sí tuvo el conocimiento y la voluntad para perpetrar el hecho típico. c) No se vulneró el artículo 16 constitucional porque en el acto reclamado se citaron los artículos que sirvieron de apoyo para el dictado de la resolución recurrida. Asimismo, se expresaron los razonamientos que llevaron a la autoridad responsable a concluir que los hechos se ajustan al tipo penal de robo agravado. Además, la autoridad responsable señaló correctamente los motivos que influyeron para concederles valor probatorio a los diversos elementos probatorios. Por ende, no se vulneraron sus derechos fundamentales en lo relativo a la apreciación y valoración de las pruebas que obran en la causa penal. Por otra parte, si bien los testimonios de los policías están redactados en términos similares, ello no implica que los testigos hayan sido aleccionados, ya que esto puede obedecer al estilo de la redacción del servidor que tomó las declaraciones. 7 AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 2918/2015 d) Se respetaron las formalidades esenciales del procedimiento y se advierte que el quejoso fue detenido en flagrancia. Es infundado el argumento del quejoso en el que señaló que fue detenido porque se encontraba cerca del vehículo robado. Lo anterior, porque en las declaraciones de los policías se indicó que vieron al sujeto descender del vehículo ********** sin que obre constancia con la cual se le pueda restar valor probatorio. e) La declaración del quejoso si fue valorada por la Sala responsable, asimismo, la concatenó con el resto del material probatorio. En este sentido, la autoridad responsable consideró las manifestaciones del quejoso quien ante el Ministerio Público negó su participación y manifestó que no sabe manejar vehículos. En consecuencia, no se le otorgó valor probatorio alguno porque carece de veracidad y es defensista. Por otra parte, en la videograbación y en la secuencia fotográfica se observa un bar en el que no es visible claramente el quejoso, además de que la fecha y hora no concuerdan con lo declarado por el quejoso. Asimismo, se valoraron las declaraciones de descargo a las cuales acertadamente la autoridad responsable negó valor probatorio dado que se apreciaron parciales y tratan de beneficiar al quejoso. Por lo cual, no reúnen los requisitos exigidos por el artículo 235 del Código de Procedimientos Penales para el Distrito Federal. Además, en tales testimonios se indica que el quejoso no estaba en posibilidades de cometer el ilícito porque se encontraba en un estado de ebriedad, sin embargo, del certificado de estado psicofísico se desprende que el sujeto no estaba en estado de ebriedad. f) No se comparte la determinación de la Sala responsable en el sentido de considerar al quejoso como auxiliador en el hecho delictivo. Por el contrario, se advierte que tuvo la calidad de coautor porque existió un codominio funcional del hecho, es decir, la realización fue en conjunto y de mutuo acuerdo. Sin embargo, no se 8 AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 2918/2015 hace mayor pronunciamiento porque resultaría en perjuicio del quejoso. Agravios del recurso de revisión. El recurrente expone como motivos de disenso, los siguientes: a) El Tribunal Colegiado incorrectamente otorgó valor probatorio a la declaración realizada por los ofendidos, por lo cual se violentó el principio de seguridad jurídica. Lo anterior porque sus declaraciones derivan de manifestaciones contradictorias que denotan que en el momento de los hechos los denunciantes no tuvieron la posibilidad de ver las características físicas del quejoso, por ende, no tuvieron la certeza de identificar al quejoso como la persona que conducía el vehículo en el que llegaron las personas que asaltaron a los ofendidos. Asimismo, se advierte que en sus declaraciones manifestaron que no recuerdan la media filiación de las otras personas que los agredieron. Por lo tanto, el reconocimiento de los denunciantes fue inducido, ya que vieron por primera vez al quejoso hasta el momento en que se encontraba asegurado. b) Se vulneran los artículos 14 y 16 de la Constitución Federal, es decir la resolución recurrida carece de fundamentación y motivación porque no se realizó un análisis minucioso del total de las pruebas que obran en la causa penal. Además, las declaraciones rendidas por los policías captores son inverosímiles, en el sentido de que los hechos narrados son reticentes y aleccionados. c) Se vulnera el principio de presunción de inocencia en su vertiente de duda razonable. Lo anterior porque no existen los elementos suficientes para comprobar la plena responsabilidad penal del quejoso. d) Fue ilegal la actuación de los policías captores porque detuvieron al quejoso sin ningún soporte probatorio, por el contrario, lo detuvieron sólo por el hecho de encontrarse cerca del vehículo que se 9 AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 2918/2015 encontraba cerca del domicilio del quejoso. Además, cuando los policías revisaron al quejoso no le encontraron ningún objeto de los cuales los denunciantes refirieron que les robaron. e) Se vulneró el principio de equidad procesal porque la declaración del quejoso no fue debidamente valorada por el Tribunal Colegiado, es decir no realizó el estudio de su declaración en términos del artículo 246 del Código de Procedimientos Penales para el Distrito Federal, tampoco la concatenó con los testigos de descargo y no se valoraron correctamente los videos del bar en el que el quejoso se encontraba en el momento de los hechos delictivos. CUARTO. Procedencia del recurso. De conformidad con la Ley de Amparo, el recurso de revisión en amparo directo se distingue por ser un medio de impugnación extraordinario, el cual sólo es procedente cuando se cumplen los requisitos expresamente señalados por la Constitución Federal y la Ley de Amparo, motivo por el cual deben ser analizados previamente al estudio de fondo de toda revisión en amparo directo. En ese sentido, tras un análisis de la demanda de amparo, la sentencia del tribunal colegiado y el recurso de revisión, se considera que el presente asunto satisface los requisitos de procedencia a los que hacen alusión los artículos 107, fracción IX, de la Constitución Federal y 81, fracción II, de la Ley de Amparo, así como a lo establecido en el punto primero del Acuerdo Número 9/2015 del Pleno de la Suprema Corte de Justicia de la Nación. De conformidad con estos fundamentos, el recurso de revisión en contra de las sentencias que en materia de amparo emitan los tribunales colegiados de circuito, es excepcional, por lo que procederá siempre que reúna cualquiera de los supuestos previstos en el inciso (a) y se cumpla adicionalmente con los requisitos a los que se refiere el inciso (b). Dichos incisos señalan lo siguiente: 10 AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 2918/2015 (a) En la sentencia recurrida debe subsistir alguno de los siguientes problemas de constitucionalidad: i) pronunciamiento sobre la constitucionalidad o inconstitucionalidad de una norma general ii) interpretación directa de un precepto constitucional o de los derechos humanos contenidos en tratados internacionales de los que México es parte iii) omisión del estudio de las cuestiones antes mencionadas a pesar de haber sido planteadas en la demanda de amparo. (b) El problema de constitucionalidad referido debe entrañar la fijación de un criterio de importancia y trascendencia. Este requisito se cumple siempre que la resolución del amparo directo en revisión de lugar a un pronunciamiento novedoso o de relevancia para el orden jurídico nacional. Adicionalmente, el requisito de importancia y trascendencia se cumplirá cuando i) lo decidido en la sentencia recurrida pueda implicar el desconocimiento de un criterio sostenido por la Suprema Corte de Justicia de la Nación relacionado con una cuestión propiamente constitucional ii) por haberse resuelto en contra de dicho criterio iii) o se hubiere omitido su aplicación. Ahora bien, en el presente asunto se estima que sí se surten los requisitos de procedencia del amparo directo en revisión, toda vez que de los conceptos de violación hechos valer en la demanda de amparo se advierte que el quejoso alegó que se vulneró su derecho a una defensa adecuada, previsto en el artículo 20 constitucional, porque su reconocimiento fue ilegal. Asimismo, el quejoso sostiene que se transgredió su derecho a la libertad personal previsto en el artículo 16 constitucional, porque se le detuvo solamente por estar cerca del carro robado. Es decir, no existió ninguno de los supuestos contemplados en tal precepto de la Carta Magna. 11 AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 2918/2015 Al respecto, el Tribunal Colegiado de Circuito desestimó tales argumentos y señaló que el reconocimiento del quejoso por parte de los ofendidos no fue inducido por los policías aprehensores. En efecto, los policías únicamente informaron que encontraron el vehículo con similares características al reportado como robado, y en consecuencia, una patrulla los trasladó al lugar en el que se encontraban los policías y reconocieron al quejoso como la persona que participó en el desapoderamiento del vehículo6. En cuanto al tema de detención ilegal, se advierte que en su demanda de amparo, el quejoso refirió que fue detenido por los policías sólo por el hecho de encontrarse cerca del vehículo objeto del ilícito7. El Tribunal Colegiado de Circuito desestimó tales argumentos e indicó que se respetaron las formalidades del procedimiento entre las cuales se desprende que el quejoso fue detenido en flagrancia8. También refirió que en el informe de los policías aprehensores se indicó que al circular a bordo de su unidad, observaron que dos sujetos descendieron de un vehículo tipo Bora blanco, y éstos al percatarse de su presencia, corrieron, por lo cual los persiguieron y sólo lograron asegurar al hoy quejoso. Posteriormente recibieron vía radio la solicitud de apoyo para la localización del vehículo cuya descripción correspondía a la del vehículo del cual descendió el quejoso. Por lo tanto, minutos después llegaron al lugar los denunciantes, quienes reconocieron al quejoso como la persona que participó en el ilícito9. Conforme a lo anterior, se advierte que sí se cumplen los requisitos de importancia y trascendencia porque el Tribunal Colegiado de Circuito al 6 **********, al reverso de la foja ********** **********, foja **********. 8 **********, al reverso de la foja ********** 9 **********, foja ********** (párrafo ********** de la sentencia del recurso de reclamación **********). 12 7 AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 2918/2015 resolver el amparo directo resolvió en contra de los criterios establecidos por esta Primera Sala respecto a los tema de libertad personal e identificación del imputado por las víctimas. Lo anterior, con base en la sentencia del recurso de reclamación **********10, interpuesto por el quejoso en contra del acuerdo emitido por el Presidente de esta Suprema Corte que –en un primer momento--, desechó el presente recurso de revisión. En el recurso de reclamación, esta Primera Sala consideró que el Tribunal Colegiado de Circuito no tomó en cuenta los criterios sobre la detención e identificación de las personas imputadas de un delito, lo cual implica que se trate de un tema de importancia y trascendencia. Por lo tanto, el presente recurso de revisión es procedente respecto de esos dos temas. Por último, se advierte que el recurrente alegó diversas cuestiones de legalidad, como el valor otorgado por la autoridad responsable a diversas pruebas. En este sentido, a pesar de que el recurrente indicó que se transgredió su derecho a la presunción de inocencia, se observa que ese argumento parte desde el ámbito de la legalidad, pues señaló que no existían pruebas suficientes de las que derivara su responsabilidad. Por lo tanto –solamente en este caso en concreto--, el alegato de la vulneración al derecho a la presunción de inocencia, es de legalidad, en consecuencia, el recurso no procede respecto de él. QUINTO. Estudio de fondo. Una vez suplidas las deficiencias en los agravios expresados por los recurrentes, en atención a lo dispuesto en la fracción III del artículo 79 de la Ley de Amparo, esta Primera Sala estima esencialmente fundados los argumentos expresados. En efecto, el Tribunal Colegiado de Circuito resolvió de manera contraria a los criterios 10 Resuelto en la sesión de **********, por mayoría de cuatro votos, bajo la ponencia de la ministra ponente Olga Sánchez Cordero de García Villegas. Votó en contra el Ministro José Ramón Cossío Díaz. 13 AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 2918/2015 sostenidos por esta Primera Sala en relación con la detención e identificación del recurrente. En atención a lo anterior, esta Primera Sala reiterará su doctrina sobre el derecho a la libertad personal y el derecho a la defensa adecuada. 1. Derecho a no ser detenido arbitrariamente A partir de la interpretación de los artículos 16 de la Constitución y 7 de la Convención Americana sobre Derechos Humanos, esta Primera Sala se ha pronunciado en diversas ocasiones sobre el alcance del derecho a la libertad personal al analizar los supuestos en los que resulta válido detener a alguien con motivo de la comisión de un delito. La línea jurisprudencial que ha venido construyendo esta Primera Sala en los últimos años sobre este tema comenzó con la sentencia del amparo directo 14/201111. En este importante precedente se destacó que “[e]l artículo 16 de la Constitución Federal consagra un régimen general de libertades a favor de la persona, entre las cuales está ―por supuesto― el derecho a la libertad personal”, entendida “como una categoría específica equivalente a la libertad de movimiento o libertad deambulatoria”. Dicho precepto establece de forma limitativa “en qué supuestos el Estado puede generar afectaciones válidas a este derecho y bajo qué condiciones”. Se señaló que “el artículo 7.2 de la Convención Americana sobre Derechos Humanos prohíbe las afectaciones al derecho a la libertad personal salvo por las condiciones y causas fijadas de antemano por la Constitución”, al establecer literalmente que “[n]adie puede ser privado de su libertad física, salvo por las causas y en las condiciones fijadas de antemano por las Constituciones Políticas de los Estados Partes o por las leyes dictadas conforme a ellas”. 11 Sentencia de 9 de noviembre de 2011, resuelta por unanimidad de cuatro votos de los señores Ministros Jorge Mario Pardo Rebolledo, José Ramón Cossío Díaz (Ponente), Olga Sánchez Cordero de García Villegas y Presidente Arturo Zaldívar Lelo de Larrea. Ausente el señor Ministro Guillermo I. Ortiz Mayagoitia 14 AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 2918/2015 En ese precedente se señaló que el propio artículo 16 de la Constitución, establece taxativamente los supuestos en los que está autorizada realizar una afectación a la libertad personal, los cuales se reducen a “la orden de aprehensión, las detenciones en flagrancia y caso urgente.” De esta manera, se explicó que “[p]or regla general, las detenciones deben estar precedidas por una orden de aprehensión”; mientras que las detenciones en “[l]os casos de flagrancia y urgencia son excepcionales”. En este orden de ideas, también se destacó que “es el juez ―por su posición de independencia orgánica y su función de contrapeso con respecto a los demás poderes del Estado― quien mejor puede cumplir con la encomienda de anteponer el respeto de los derechos humanos de los gobernados y dar eficacia a la Constitución Federal”. Lo que implica que está llamado a “fungir como un contrapeso, esto es, como un tercero imparcial, capaz de invalidar detenciones contrarias a los derechos recogidos por la Constitución”. De acuerdo con lo anterior, también se enfatizó que si bien la regla general es que las detenciones deben estar precedidas de una orden judicial, esta posibilidad no existe “cuando se actualizan los supuestos excepcionales previstos por el mismo artículo 16 de la Constitución”. Con base en el amparo directo en revisión 4590/201412, a continuación se explica a detalle uno de esos supuestos excepcionales que permiten realizar una detención sin la orden de un juez, que es la flagrancia. Detenciones en flagrancia 12 Votado en la sesión del 1º de julio de 2015 por mayoría de cuatro votos de la ministra Olga María del Carmen Sánchez Cordero de García Villegas y los ministros José Ramón Cossío Díaz, quien se reserva el derecho de formular voto concurrente, Alfredo Gutiérrez Ortiz Mena y Arturo Zaldívar Lelo de Larrea (ponente). En contra, el emitido por el ministro Jorge Mario Pardo Rebolledo, quien se reserva el derecho de formular voto particular. 15 AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 2918/2015 Al analizar el concepto de flagrancia, esta Primera Sala ha recurrido a un estudio histórico del concepto. Desde el texto original del constituyente de mil novecientos diecisiete, hasta la reforma del tres de septiembre de mil novecientos noventa y tres, el artículo 16, en lo relativo, establecía: Artículo 16. Nadie puede ser molestado en su persona, familia, domicilio, papeles y posesiones, sino en virtud de mandamiento escrito de la autoridad competente, que funde y motive la causa legal del procedimiento. No podrá librarse ninguna orden de aprehensión o detención, sino por la autoridad judicial, sin que preceda denuncia, acusación o querella de un hecho determinado que la ley castigue con pena corporal, y sin que estén apoyadas aquéllas por declaración, bajo protesta, de persona digna de fe o por otros datos que hagan probable la responsabilidad del inculpado, hecha excepción de los casos de flagrante delito en que cualquiera persona puede aprehender al delincuente y a sus cómplices, poniéndolos sin demora a disposición de la autoridad inmediata. De septiembre de mil novecientos noventa y tres, hasta antes de la reforma de dieciocho de junio de dos mil ocho, el cuarto párrafo del artículo 16 disponía: […] En los casos de delito flagrante, cualquier persona puede detener al indiciado poniéndolo sin demora a disposición de la autoridad inmediata y ésta, con la misma prontitud, a la del Ministerio Público. […] De lo anterior se desprende la previsión de una especie de prerrogativa a favor del ciudadano y de la autoridad (de cualquiera, en realidad) para aprehender al autor de un delito en el caso de flagrancia. Fue la Suprema Corte de Justicia de la Nación la que, en su Quinta Época, comenzó a generar interpretaciones sobre el alcance del significado de la flagrancia. Como se verá a continuación, ellas favorecieron un sentido restrictivo y literal del concepto. Destacan los siguientes criterios: FLAGRANTE DELITO. No debe confundirse el delito con las consecuencias del mismo; delito flagrante es el que se está cometiendo actualmente, sin que el autor haya podido huir: "el que comete públicamente y cuyo perpetrador ha sido visto por muchos testigos, al tiempo mismo en que lo consumaba"; por tanto, considerar flagrante un delito porque se miren sus consecuencias, constituye un grave error jurídico, y la orden de aprehensión que se libre por las autoridades administrativas, contra el autor probable del hecho que 16 AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 2918/2015 ocasiona esas consecuencias, constituye una violación al artículo 16 constitucional (énfasis añadido)13. FLAGRANTE DELITO. Las autoridades administrativas sólo pueden librar órdenes de aprehensión, en los casos de flagrante delito, y no puede considerarse tal, si ha transcurrido ya un tiempo cualquiera, desde su comisión, y las autoridades tienen noticias de él por los informes de sus inferiores (énfasis añadido)14. FLAGRANTE DELITO, CASO EN QUE NO PUEDE CONSIDERARSE QUE EXISTE. Si el presidente municipal y el inspector de policía de determinado lugar, informan que la detención del quejoso se debió a que recibieron una llamada telefónica para detener al quejoso, quien trataba de cometer un delito y, que por eso fue detenido, es claro que aquél no fue aprehendido en flagrante delito y que la detención es violatoria de los artículos 14 y 21 constitucionales (énfasis añadido)15. LIBERTAD, PRIVACIÓN ILEGAL DE LA. Aun cuando es verdad que conforme lo dispone el artículo 117 del Código Federal de Procedimientos Penales, toda persona que, en ejercicio de sus funciones públicas tenga conocimiento de la probable existencia de un delito que deba perseguirse de oficio, está obligada a participarlo inmediatamente al Ministerio Público, trasmitiéndole todos los datos que tuviere, poniendo a su disposición, desde luego a los inculpados, si hubieron sido detenidos, también es cierto que la parte final de este precepto, presupone incuestionablemente la existencia de un caso de flagrante delito, cometido públicamente y cuyo perpetrador ha sido visto y sorprendido por testigos, al tiempo mismo en que lo consumaba, pues de lo contrario, una detención en diversas condiciones violaría los derechos consignados en el artículo 16 constitucional (énfasis añadido)16. En síntesis, de acuerdo con la connotación acogida por la Suprema Corte de Justicia de la Nación desde la Quinta Época, un delito flagrante se configura cuando (y sólo cuando) se está cometiendo actual y públicamente, esto es, cuando el autor es visto y sorprendido por muchos 13 La tesis aislada del Pleno está publicada en el Semanario Judicial de la Federación, quinta época, tomo XVII, materia penal, p. 478. Genealogía: Apéndice 1917-1985, Novena Parte, segunda tesis relacionada con la jurisprudencia 85, página 131. Su precedente es el amparo penal en revisión 163bis/25. **********. 21 de agosto de 1925. Mayoría de siete votos. Disidentes: Salvador Urbina y Jesús Guzmán Vaca. La publicación no menciona el nombre del ponente. 14 La tesis aislada del Pleno está publicada en el Semanario Judicial de la Federación, quinta época, tomo XX, materia penal, p. 175. Su precedente es el amparo administrativo en revisión 1817/26. **********. 19 de enero de 1927. Unanimidad de nueve votos. La publicación no menciona el nombre del ponente. 15 La tesis aislada de la Primera Sala está publicada en el Semanario Judicial de la Federación, quinta época, tomo LV, materia penal, p. 231. Su precedente es el amparo penal en revisión 7128/37. **********. 12 de enero de 1938. Unanimidad de cuatro votos. La publicación no menciona el nombre del ponente. 16 La tesis aislada de la Primera Sala está publicada en el Semanario Judicial de la Federación, quinta época, tomo LXXXIV, materia penal, p. 1733. Su precedente es el amparo penal directo 2041/45. **********. 10 de mayo de 1945. Unanimidad de cinco votos. La publicación no menciona el nombre del ponente. 17 AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 2918/2015 testigos mientras consuma la acción, sin que pueda huir. Como criterio negativo tenemos que, en forma ejemplificativa, de acuerdo con esa interpretación de la Corte, una detención en flagrancia no es aquélla en la que se detiene con fundamento en una simple sospecha sobre la posible comisión de un delito. Así, para la Suprema Corte de Justicia de la Nación, la connotación del término flagrancia tiene un sentido realmente restringido y acotado, en un claro favorecimiento del alcance del derecho a la libertad personal. No obstante, con el paso del tiempo, algunos órganos legislativos locales y el Congreso de la Unión adscribieron al concepto de flagrancia una connotación de mucha mayor amplitud que tuvo reflejo en los ordenamientos procesales penales. Por ello, la reforma al artículo 16 constitucional del dieciocho de junio de dos mil ocho, obedeció a la intención expresa de evitar abusos contra la libertad deambulatoria de los individuos. La falta de especificidad en la descripción constitucional había generado un contexto que durante el proceso de reforma fue calificado como laxo o permisivo y expresamente se optó por su modificación, por lo que el artículo 16, párrafo quinto, quedó de la siguiente forma: “Artículo 16. (…) Cualquier persona puede detener al indiciado en el momento en que esté cometiendo un delito o inmediatamente después de haberlo cometido, poniéndolo sin demora a disposición de la autoridad más cercana y ésta con la misma prontitud, a la del Ministerio Público. Existirá un registro inmediato de la detención.” Es claro que la actual redacción del artículo 16 de la Constitución Federal tuvo como finalidad acotar de manera expresa los casos en que se puede actualizar la figura de la flagrancia. Como se puede apreciar, los actores del proceso de reforma constitucional dieron cuenta de este contexto y determinaron limitar la posibilidad de legitimar detenciones no autorizadas judicialmente, bajo la excusa de que se trata de detenciones 18 AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 2918/2015 en flagrancia. A partir de esta reforma, la flagrancia vuelve a aludir a la inmediatez a la que se refería la Suprema Corte de Justicia de la Nación en sus primeras interpretaciones del concepto en la Quinta Época. De esta forma, su significado readquiere un sentido literal y restringido, donde lo que flagra es lo que arde o resplandece como o fuego o llama17. Por lo tanto, un delito flagrante es aquel (y sólo aquel) que brilla a todas luces. Es tan evidente e inconfundible que cualquiera es capaz de apreciarlo por los sentidos y llegar a la convicción de que se está en presencia de una conducta prohibida por la ley. Para reconocerlo no se necesita ser juez, perito en derecho o siquiera estar especialmente capacitado: la obviedad inherente a la flagrancia tiene una correspondencia directa con la irrelevancia de la calidad que ostenta el sujeto aprehensor. De las anteriores consideraciones se desprende que la reforma de dieciocho de junio de dos mil ocho, tuvo como propósito delimitar de manera expresa en el texto constitucional cuándo estamos ante una detención por flagrancia. Ahora bien, en el amparo directo 14/201118, esta Primera Sala desarrolló los lineamientos constitucionales que deben cumplir las detenciones en flagrancia. Al respecto, se destacó que de la actual redacción del quinto párrafo del artículo 16 constitucional se desprende la definición de lo que es un “delito flagrante”, al señalar con toda claridad que “[c]ualquier persona puede detener al indiciado en el momento en que esté 17 De acuerdo con el diccionario de la Real Academia de la Lengua Española, el verbo flagrar significa arder o resplandecer como fuego o llama. 18 Votado en la sesión del 9 de noviembre de 2011 por unanimidad de cuatro votos de los ministros Jorge Mario Pardo Rebolledo, José Ramón Cossío Díaz (Ponente), Olga Sánchez Cordero de García Villegas y Arturo Zaldívar Lelo de Larrea. Ausente el señor ministro Guillermo I. Ortiz Mayagoitia. 19 AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 2918/2015 cometiendo un delito o inmediatamente después de haberlo cometido, poniéndolo sin demora a disposición de la autoridad más cercana y ésta con la misma prontitud, a la del Ministerio Público” (énfasis añadido). Por lo demás, esta Primera Sala constató que esta definición constitucional tiene un sentido “realmente restringido y acotado”, que es conforme a la interpretación que esta Suprema Corte había realizado históricamente sobre este concepto. En efecto, este Alto Tribunal ya había indicado que “un delito flagrante se configura cuando (y sólo cuando) se está cometiendo actual y públicamente” y, en consecuencia, “una detención en flagrancia no es aquella en la que se detiene con fundamento en una simple sospecha sobre la posible comisión de un delito” (énfasis añadido). Así las cosas, se determinó que una detención en flagrancia sólo es válida en alguno de los siguientes supuestos: (i) cuando se observa directamente al autor del delito cometer la acción en ese preciso instante, esto es, en el iter criminis; o (ii) cuando se persigue al autor del delito que se acaba de cometer y existen elementos objetivos que hagan posible identificarlo y corroborar que en el momento inmediato anterior se encontraba cometiendo el delito. En aquella ocasión, esta Primera Sala determinó que “la policía no tiene facultades para detener ante la sola sospecha de que alguien pudiera estar cometiendo un delito o de que estuviera por cometerlo”, ni “[t]ampoco puede detener para investigar”. Por lo tanto, si la persona no es sorprendida al momento de estar cometiendo el delito o inmediatamente después de ello, no es admisible que la autoridad aprehensora detenga, sorprenda al inculpado y después intente justificar esa acción bajo el argumento de que la persona fue detenida mientras cometía el delito”. 20 AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 2918/2015 En esta línea, se aclaró que “la referencia a una actitud sospechosa, nerviosa o a cualquier motivo relacionado con la apariencia de una persona, no es una causa válida para impulsar una detención amparada bajo el concepto ‘flagrancia’” (énfasis añadido). Con esta esta nueva aproximación, esta Suprema Corte distinguió claramente el concepto de delito flagrante, el cual está definido desde la Constitución, de la evidencia que debe existir previamente a que se lleve a cabo la detención sobre la actualización de la flagrancia. Como puede apreciarse, se trata de una distinción fundamental para poder analizar la constitucionalidad de una detención en flagrancia. En este sentido, la función de los jueces no consiste exclusivamente en verificar si la persona detenida efectivamente se encontraba en flagrancia. El escrutinio judicial también debe comprender el análisis de la evidencia que se tenía antes de realizar la detención. Así, la constitucionalidad de una detención en flagrancia no depende exclusivamente de que la persona detenida efectivamente se haya encontrado en flagrancia. También debe examinarse la manera en la que se “descubre” o “conoce” la comisión de un delito flagrante. De esta manera, si no existe evidencia que justifiquen la creencia de que al momento de la detención se estaba cometiendo o se acababa de cometer un delito flagrante, debe decretarse la ilegalidad de la detención. Esta aproximación al problema impide que en retrospectiva se puedan justificar como legítimas detenciones en flagrancia aquéllas que tienen en su origen registros ilegales a personas u objetos o entradas ilegales a domicilios que una vez realizados proporcionan la evidencia de la flagrancia. Cabe señalar que estos lineamientos constitucionales sobre las 21 AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 2918/2015 detenciones en caso de delito flagrante han sido reiterados por esta esta Primera Sala en varios asuntos19. Ahora bien, la detención ilegal de una persona constituye un acto que transgrede el derecho humano a la libertad personal, lo cual tiene efectos específicos, de conformidad con los amparos directos en revisión 4590/2014 --ya citado--, 5507/201520 y la siguiente tesis de esta Primera Sala: FLAGRANCIA. LAS CONSECUENCIAS Y EFECTOS DE LA VIOLACIÓN AL DERECHO HUMANO A LA LIBERTAD PERSONAL SON LA INVALIDEZ DE LA DETENCIÓN DE LA PERSONA Y DE LOS DATOS DE PRUEBA OBTENIDOS DIRECTA E INMEDIATAMENTE EN AQUÉLLA. La limitación al derecho humano de libertad personal es de carácter excepcionalísimo y su escrutinio del más estricto rigor; por ello, cuando se aduzca flagrancia, debe acreditarse que hubo elementos objetivos y razonables para justificar válidamente la afectación a la libertad y seguridad personal. Ello es así, en principio, porque toda persona tiene no sólo la legítima expectativa sino el derecho a no ser molestada por la autoridad, salvo por causas justificadas. Por su parte, la autoridad tiene la posibilidad de hacer indagaciones bajo el marco jurídico y conforme a las atribuciones que legalmente justifiquen su proceder. Sin embargo, no puede justificarse constitucionalmente que bajo pretexto de cumplirse con cuestiones de aducida legalidad, se actúe de manera arbitraria, lo cual debe ponderarse bajo un estándar de necesidad, razonabilidad y proporcionalidad de la medida empleada. De ahí que si la detención de una persona, por aducida flagrancia, no se da bajo el respeto irrestricto del sistema constitucional y convencional, es decir, a partir del estricto cumplimiento de los requisitos y garantías establecidos de forma mínima a favor de la persona que sufrió la detención, ésta será considerada como arbitraria, al estar prohibida tanto a nivel nacional como internacional. Las 19 Al respecto véanse, entre otras, las sentencias del amparo directo 14/2011, resuelto el 9 de noviembre de 2011; el amparo directo en revisión 2470/2011, resuelto el 18 de enero de 2012; el amparo directo en revisión 997/2012, resuelto el 6 de junio de 2012; el amparo directo en revisión 991/2012, resuelto el 19 de septiembre de 2012; el amparo en revisión 495/2012, resuelto el 30 de enero de 2013; el amparo directo en revisión 2169/2013, resuelto el 4 de diciembre de 2013; el amparo directo en revisión 3463/2012, resuelto el 22 de enero de 2014; el amparo directo en revisión 1428/2012, resuelto el 21 de mayo de 2014; el amparo directo en revisión 1596/2014, resuelto el 21 de mayo de 2014; el amparo directo en revisión 3998/2012, resuelto el 12 de noviembre de 2014; y el amparo en revisión 703/2012, resuelto el 6 de noviembre de 2013. 20 Votado en la sesión del 4 de mayo de 2016 por mayoría de tres votos de los ministros Arturo Zaldívar Lelo de Larrea, Alfredo Gutiérrez Ortiz Mena y Jorge Mario Pardo Rebolledo. Votaron en contra la ministra Norma Lucía Piña Hernández y el ministro José Ramón Cossío Díaz. 22 AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 2918/2015 consecuencias y efectos de la vulneración a lo anterior son la invalidez legal de la propia detención, así como de los datos de prueba obtenidos de forma directa e inmediata con motivo de la misma; esto conforme además a los principios de debido proceso y obtención de prueba lícita 21. En el caso en concreto, esta Primera Sala considera que el argumento del recurrente sobre su detención ilegal es esencialmente fundado, porque la detención del recurrente se motivó por su actitud sospechosa, de conformidad con lo narrado por los propios policías aprehensores en su declaración ante el Ministerio Público22 y la sentencia de amparo23. Por tanto, esta Primera Sala estima que se debe revocar la sentencia recurrida a fin de que el Tercer Tribunal Colegiado en Materia Penal del Primer Circuito, emita otra en la que determine que la detención del quejoso fue ilegal, y por tanto, la declare nula, así como ilegales las pruebas que se relacionen de manera inmediata y directa con la misma, para luego resolver de conformidad con los parámetros desarrollados en la presente ejecutoria. 2. Derecho a la defensa adecuada El derecho a la defensa adecuada ya ha sido estudiado por esta Suprema Corte de Justicia de la Nación. En efecto, en el amparo directo en revisión 1520/201324, la Primera Sala retomó lo resuelto por los juicios de amparo directo 8/2008, 9/2008, 10/2008 y 33/2008, e indicó que “toda persona debe contar, durante el desarrollo del proceso al que está sujeto, con la asesoría de un profesional del derecho. Esto es, por una persona 21 Datos de localización: Tesis aislada 1a. CCI/2014 (10a.), Primera Sala, Gaceta del Semanario Judicial de la Federación, libro 6, tomo I, mayo de 2014, p. 545. 22 Causa penal 228/2013, fojas 30, 31 y 36 y 37. Cuaderno del amparo directo 545/2014, foja 114. 24 Fallado el 26 de junio de 2013 por mayoría de cuatro votos; disidente: Jorge Mario Pardo Rebolledo. Ministro Ponente: Arturo Zaldívar Lelo de Larrea. Secretaria Proyectista: Carmina Cortés Rodríguez. 23 23 AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 2918/2015 con capacidad en la materia que pudiera defender con conocimiento jurídico y suficiente, sus intereses a fin de que su garantía de seguridad jurídica en el procedimiento penal se vea respetada”. El mismo asunto indicó que la intervención del defensor desde la etapa de averiguación previa resguarda diversos derechos como la no autoincriminación o la emisión libre de sus declaraciones. Por lo anterior, el indiciado debe ser asistido por un licenciado en derecho durante la etapa de averiguación previa y el proceso penal seguido ante el juez, a fin de otorgar una real y efectiva asistencia legal25. Es importante destacar que: “En la etapa de averiguación previa, el derecho a la defensa adecuada adquiere particular importancia, pues su ejercicio efectivo confluye con el de la defensa material del indiciado una vez iniciado el proceso penal. Esto es así, pues la participación del defensor desde la etapa de la averiguación previa le permite contar con todos los elementos que le facilitan estructurar adecuadamente su defensa, a través del conocimiento de todos los elementos del caso, permitiendo que su proceso sea llevado sobre bases claras, y evitando posibles arbitrariedades por parte de la autoridad ministerial durante la investigación26. En el amparo directo en revisión 2349/201427, que versa sobre el reconocimiento del quejoso en las oficinas de la agencia antes de ser formalmente puesto a disposición del Ministerio Público –caso en el que se basan las consideraciones de la presente sentencia--, esta Primera Sala continuó con el estudio del derecho a la defensa adecuada. Determinó que el derecho a una defensa adecuada en materia penal consiste en la prerrogativa de que todo inculpado cuente con una persona perito en Derecho que le auxilie en su defensa; en particular, en todas las diligencias en las que intervenga directamente. 25 ADR 1520/2013, pp. 42 y 49. ADR 1520/2013, p. 54. 27 Votado el 4 de marzo de 2015 por unanimidad de votos de la ministra Olga Sánchez Cordero y los ministros Arturo Zaldívar Lelo de Larrea, José Ramón Cossío Díaz, Jorge Mario Pardo Rebolledo, quien se reservó un voto concurrente y Alfredo Gutiérrez Ortiz Mena (ponente). 24 26 AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 2918/2015 Por ende, la prerrogativa de defensa adecuada no es un mero requisito formal, sino que representa un derecho instrumental cuya finalidad es asegurar que el poder punitivo del Estado se desplegué a través de una investigación y proceso justo. Para ello, la intención del Poder Reformador de la Constitución al reconocer este derecho consistió en establecer la defensa adecuada como un derecho subjetivo de todo inculpado que implica que se le dé la oportunidad para aportar pruebas, promover medios de impugnación en contra de los actos de autoridad que afecten los intereses legítimos de la defensa, la oportunidad de argumentar sistemáticamente el derecho que estime aplicable al caso concreto y utilice todos los beneficios que la legislación procesal establece para su defensa. Todo ello, desde la etapa de la averiguación previa hasta la finalización del proceso penal; en particular, en todas aquellas diligencias o actuaciones en las que directa y físicamente participe o deba participar la persona involucrada en la investigación o en el proceso. En otras palabras, el derecho de que una persona se encuentre en aptitud de contar con un defensor desde la etapa de averiguación previa, busca asegurar que pueda tener garantizados en su integridad sus derechos fundamentales, como lo son no declarar, no auto-incriminarse, no ser incomunicado, no sufrir tortura alguna, no ser detenido arbitrariamente y a ser informado de las causas de su detención. El defensor posee la presunción de su pericia en Derecho, por lo cual, es la figura idónea para asegurar que no se sean violados los derechos humanos del imputado, ejerciendo las acciones legales y constitucionales que estime pertinentes, para garantizar su respeto ante violaciones o eventuales violaciones a sus derechos. 25 AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 2918/2015 Además, durante el proceso penal ante la instancia jurisdiccional, el defensor será quien vele para que el proceso se siga con estricto apego en los principios del debido proceso, como lo son los de igualdad y contradicción, y que éste no se vea viciado, asegurando a la postre el dictado de una sentencia que cumpla con los requisitos, valores y principios legales y constitucionales que permean en el debido proceso penal. A pesar de que el derecho a una defensa adecuada se actualiza desde el momento en el que el individuo a quien se imputa la probable comisión de un delito es puesto ante el Ministerio Público, ello implica que desde ese acto del procedimiento es que se encuentra en aptitud de exigir la presencia de su defensor y, a partir de ahí, se encuentra en posibilidad de nombrarlo en cualquier momento. Al atenderse los fines que imperan en el derecho humano a una defensa adecuada, contenido en el artículo 20, apartado A, fracción IX, de la Constitución Federal, previo a la reforma constitucional de ese precepto publicada en el Diario Oficial de la Federación de dieciocho de junio de dos mil ocho, y de otros normas convencionales, se desprende que se trata de un derecho con el cual cuenta el inculpado desde el momento en que es puesto a disposición de la autoridad investigadora del delito. Lo anterior, no significa que de manera absoluta el Ministerio Público deba realizar cualquier acto con la presencia del inculpado o del defendido. Sin embargo, sí se debe garantizar la posibilidad de defensa al permitir que se den todas las condiciones necesarias para que el inculpado sea debidamente asistido, tanto formal como materialmente, en aras de que no se encuentre en una condición de indefensión o vulnerable ante las circunstancias propias del procedimiento de averiguación previa o el proceso penal. 26 AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 2918/2015 Así, de la interpretación teleológica del precepto constitucional debe llevar a su funcionalidad tanto en la actuación investigadora como en el más absoluto respeto a los derechos fundamentales de la persona a la que se le inculpa la comisión de un delito. En ese orden de ideas, la funcionalidad del derecho a una defensa adecuada, lleva a esta Suprema Corte a sostener que ésta encuentra su efectividad en aquellos actos procedimentales, diligencias y etapas procesales en las cuales es eminentemente necesaria la presencia del inculpado, su participación activa y directa, la presencia y asesoría efectiva de su defensor, así como en aquellas que de no estar presente se cuestionara o viera gravemente en duda la certeza jurídica y el debido proceso (énfasis añadido). Esto, de conformidad con las siguientes tesis de esta Primera Sala cuyo rubro y contenido son los siguientes: DEFENSA ADECUADA EN LA AVERIGUACIÓN PREVIA. SU EJERCICIO NO ESTÁ SUBORDINADO A QUE EL MINISTERIO PÚBLICO TENGA QUE DESAHOGAR TODAS LAS DILIGENCIAS QUE PRACTIQUE CON LA PRESENCIA DEL INCULPADO O SU DEFENSOR (INTERPRETACIÓN DE LAS FRACCIONES IX Y X DEL ARTÍCULO 20 DE LA CONSTITUCIÓN FEDERAL). Del análisis sistemático y teleológico del contenido de la exposición de motivos que dio origen a las reformas al artículo 20 de la Constitución Federal, publicadas en el Diario Oficial de la Federación de tres de septiembre de mil novecientos noventa y tres, así como de los dictámenes de las comisiones del Congreso de la Unión y de sus debates, se advierte que con la finalidad de regir las necesidades sociales y económicas imperantes en nuestro país y erradicar viejas prácticas vejatorias e infamantes a que se encontraba sujeta una persona en la investigación de los delitos, el Poder Constituyente sentó las bases para que en la fase jurisdiccional el presunto responsable de un delito contara con una defensa adecuada consistente en dar oportunidad a todo inculpado de aportar pruebas, promover los medios de impugnación frente a los actos de autoridad que afecten los intereses legítimos de la defensa, exponer la argumentación sistemática del derecho aplicable al caso concreto y utilizar todos los beneficios que la legislación procesal establece para la defensa, pero además hizo extensiva las garantías del procesado en esa fase a la etapa de la averiguación previa, con la salvedad de que debe ser en lo que se adapta a la naturaleza administrativa de la misma, lo que significa que según lo permita la naturaleza de las actuaciones o diligencias que deban desahogarse en la averiguación previa, podrán observarse cabalmente las garantías que el inculpado tiene en la fase jurisdiccional. Ahora bien, si se 27 AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 2918/2015 toma en consideración, de acuerdo a lo anterior, que dentro de la averiguación previa la garantía de defensa adecuada deberá observarse en todas aquellas diligencias o actuaciones en las que directa y físicamente participe o deba participar la persona involucrada en la investigación, siempre y cuando así lo permita la naturaleza de las citadas diligencias, es inconcuso que el debido cumplimiento de tal garantía no está subordinado a que el Ministerio Público forzosamente y de manera ineludible tenga que desahogar todas las diligencias que practique en la mencionada etapa investigatoria con la presencia del inculpado o su defensor y menos aún que si no lo hace así sus actuaciones carecerán de valor probatorio. Lo anterior, porque de estimar lo contrario se llegaría al extremo de transgredir el artículo 16 de la Constitución Federal, en el que se considera al Ministerio Público en la averiguación previa como una autoridad con imperio a quien exclusivamente le corresponde resolver si ejerce o no la acción penal en la investigación que practique, así como consignar los hechos ante el juzgado competente de su adscripción, en el perentorio término de 48 horas, si encuentra que se reúnen los elementos del cuerpo del delito y la probable responsabilidad del inculpado28. DEFENSA ADECUADA. ALCANCE DE DICHA GARANTÍA EN LA AVERIGUACIÓN PREVIA (INTERPRETACIÓN DE LA FRACCIÓN II, EN RELACIÓN CON LAS DIVERSAS IX Y X DEL ARTÍCULO 20, APARTADO A, DE LA CONSTITUCIÓN FEDERAL). Esta Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación ha interpretado, en relación a los alcances de la garantía de defensa adecuada en la averiguación previa a que se refieren las fracciones IX y X del artículo 20 apartado A de la Constitución Federal, que aquélla se actualiza desde el momento en que el detenido es puesto a disposición del Ministerio Público. Lo anterior implica que ninguna de las garantías del detenido durante el proceso penal puede ser concebida como un mero requisito formal, y para que pueda hacerse efectiva y permitir su instrumentación requiere de la participación efectiva en el procedimiento por parte del imputado desde que es puesto a disposición del representante social. Por tanto, en lo que se refiere a la fracción II del dispositivo citado, que establece que la confesión rendida ante el Ministerio Público o Juez sin la asistencia de su defensor carecerá de todo valor probatorio, esta Primera Sala considera que la asistencia no sólo debe estar relacionada con la presencia física del defensor ante o en la actuación de la autoridad ministerial, sino que la misma debe interpretarse en el sentido de que la persona que es puesta a disposición de la autoridad ministerial cuente con la ayuda efectiva del asesor legal. En este sentido, el detenido en flagrancia, en caso de que así lo decida, podrá entrevistarse con quien vaya a fungir como su defensor inmediatamente que lo solicite y antes de rendir su declaración ministerial. En consecuencia, la primera declaración rendida ante el Ministerio Público, estará viciada y será ilegal cuando no se haya permitido la entrevista previa y en privado con el defensor29. DEFENSA ADECUADA. FORMA EN QUE EL JUEZ DE LA CAUSA GARANTIZA SU VIGENCIA. La garantía individual de defensa adecuada contenida en el artículo 20, apartado A, fracción V, de la Constitución Política 28 Tesis de jurisprudencia 1a./J. 31/2004, emitida por esta Primera Sala, publicada en el Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, XIX, Novena Época, mayo de 2004, página 325. 29 Tesis 1ª./J. 23/2006, emitida por la Primera Sala, publicada en el Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Novena Época, tomo XXII, mayo de 2006, página 132. 28 AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 2918/2015 de los Estados Unidos Mexicanos (en su texto anterior a la reforma publicada en el Diario Oficial de la Federación el 18 de junio de 2008) entraña una prohibición para el Estado consistente en no entorpecer el ejercicio del derecho de defensa del gobernado y un deber de actuar, en el sentido de informarle el nombre de su acusador, los datos que obren en la causa, brindarle la oportunidad de nombrar un defensor, no impedirle que se entreviste de manera previa y en privado con él y, en general, no impedir u obstaculizar el ejercicio de las cargas procesales que le corresponden dentro del proceso penal para desvirtuar la acusación del Ministerio Público. Así, para proteger la citada garantía es necesario que la labor de quien funja como defensor sea eficaz, pues aquélla no puede concebirse como un mero requisito formal, sino que debe permitir una instrumentación real para tener oportunidades de descargo que, básicamente, permitan al imputado una efectiva participación en el proceso. Ahora bien, el juez de la causa garantiza la posibilidad de defensa al permitir que se den todas las condiciones necesarias para que el inculpado sea debidamente asistido, tanto formal como materialmente, de manera que si en los hechos no puede calificar su adecuada defensa -en razón de la forma en que se conduce el defensor respectivo-, ello no significa que el juez de la causa viole la garantía en cuestión, pues el control de la correcta o incorrecta actitud procesal del defensor, del debido ejercicio de las cargas procesales, así como de su pericia jurídica, sólo podrían ser materia de responsabilidad profesional, en términos de las leyes administrativas o penales, y según se trate de un defensor de oficio o particular. Esto es, el juez respeta la garantía de defensa adecuada: (i) al no obstruir en su materialización (como ocurre cuando niega el derecho a una entrevista previa y en privado o interfiere y obstaculiza la participación efectiva del asesor) y (ii) al tener que asegurarse, con todos los medios legales a su alcance, que se satisfacen las condiciones que posibilitan la defensa adecuada, sin que ello signifique que esté en condiciones de revisar la forma en que los defensores efectivamente logran su cometido, pues ello excedería las facultades que tiene a su cargo para vigilar que en el proceso se garantice una defensa adecuada30. DEFENSA ADECUADA EN MATERIA PENAL. ALCANCES Y MOMENTO A PARTIR DEL CUAL SE ACTUALIZA ESTE DERECHO FUNDAMENTAL. El derecho a una defensa adecuada, contenido en el artículo 20, apartado A, fracción IX, de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos (en su texto anterior a la reforma publicada en el Diario Oficial de la Federación el 18 de junio de 2008), consiste en que el inculpado tendrá derecho a una defensa, por medio de su abogado y a que éste comparezca en todos los actos del proceso, quien tendrá la obligación de hacerlo cuantas veces se le requiera, lo que se actualiza desde que aquél es puesto a disposición del Ministerio Público; esto es, desde la etapa ministerial deberá contar con la asistencia efectiva del profesional, entendiéndose como tal, la presencia física y la ayuda efectiva del asesor legal, quien deberá velar porque el proceso se siga con apego a los principios del debido proceso, y éste no sea viciado, asegurando a la postre el dictado de una sentencia que cumpla con los requisitos, valores y principios legales y constitucionales que permean en el debido proceso penal; lo que deberá observarse en todas aquellas diligencias o actuaciones y etapas procesales en las cuales es eminentemente necesaria la presencia del inculpado, en las que activa, directa y físicamente participe o deba participar, así como en aquellas en las que de no estar presente, se cuestionarían o 30 Tesis 1ª./J. 12/2012, emitida por la Primera Sala, publicada en el Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Novena Época, Libro X, julio de 2012, página 433. 29 AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 2918/2015 pondrían gravemente en duda la certeza jurídica y el debido proceso. Esto es así, porque la defensa adecuada representa un derecho instrumental cuya finalidad es asegurar que el poder punitivo del Estado se desplegará a través de un proceso justo, lo que además busca asegurar que pueda tener garantizados en su integridad sus derechos fundamentales, como lo es no declarar, no autoincriminarse, no ser incomunicado, no sufrir tortura alguna, ni ser detenido arbitrariamente, así como ser informado de las causas de su detención, entre otras31. Cabe mencionar que los criterios transcritos de esta Suprema Corte son acordes con los que ha sostenido la Corte Interamericana de Derechos Humanos sobre el derecho a la defensa, en su jurisprudencia evolutiva y progresiva, al interpretar el sentido del artículo 8.2 de la Convención Americana sobre Derechos Humanos. Al respecto, las personas procesadas penalmente tienen derecho a una defensa oportuna,32 técnica,33 eficaz34 y material35. 31 Tesis: 1a. CCXXVI/2013, emitida por la Primera Sala, publicada en el Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Libro XXII, Julio de 2013, tomo 1, páginas 554. 32 Corte Interamericana de Derechos Humanos, Caso Barreto Leiva vs Venezuela, sentencia de 17 de noviembre de 2009 (Fondo, Reparaciones y Costas), párrafos: “29. Ahora bien, el derecho a la defensa debe necesariamente poder ejercerse desde que se señala a una persona como posible autor o partícipe de un hecho punible y sólo culmina cuando finaliza el proceso, incluyendo, en su caso, la etapa de ejecución de la pena. Sostener lo opuesto implicaría supeditar las garantías convencionales que protegen el derecho a la defensa, entre ellas el artículo 8.2.b, a que el investigado encuentre en determinada fase procesal, dejando abierta la posibilidad de que con anterioridad se afecte un ámbito de sus derechos a través de actos de autoridad que desconoce o a los que no puede controlar u oponerse con eficacia, lo cual es evidentemente contrario a la Convención. En efecto, impedir que la persona ejerza su derecho de defensa desde que se inicia la investigación en su contra y la autoridad dispone o ejecuta actos que implican afectación de derechos es potenciar los poderes investigativos del Estado en desmedro de derechos fundamentales de la persona investigada. El derecho a la defensa obliga al Estado a tratar al individuo en todo momento como un verdadero sujeto del proceso, en el más amplio sentido de este concepto, y no simplemente como objeto del mismo. 30. Por todo ello, el artículo 8.2.b convencional rige incluso antes de que se formule una acusación en sentido estricto. Para que el mencionado artículo satisfaga los fines que le son inherentes, es necesario que la notificación ocurra previamente a que el inculpado rinda su primera declaración24 ante cualquier autoridad pública. 31. Evidentemente, el contenido de la notificación variará de acuerdo al avance de las investigaciones, llegando a su punto máximo, expuesto en el párrafo 28 supra, cuando se produce la presentación formal y definitiva de cargos. Antes de ello y como mínimo el investigado deberá conocer con el mayor detalle posible los hechos que se le atribuyen”. 33 Ibídem, párrafos: “61. La acusación puede ser enfrentada y refutada por el inculpado a través de sus propios actos, entre ellos la declaración que rinda sobre los hechos que se le atribuyen, y por medio de la defensa técnica, ejercida por un profesional del 30 AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 2918/2015 Ahora, la identificación de un inculpado por parte de una supuesta víctima sin la presencia del respectivo defensor es una violación directa a los artículos 20, apartado A, fracción IX, de la Constitución Federal y 8 de la Convención Americana sobre Derechos Humanos. El reconocimiento de una persona es un acto por virtud del cual se intenta conocer la identidad de un individuo mediante la intervención de otro u otra, quien al verla afirma o niega conocerla o haberla visto en determinadas circunstancias. Se trata entonces de un medio de prueba Derecho, quien asesora al investigado sobre sus deberes y derechos y ejecuta, inter alia, un control crítico y de legalidad en la producción de pruebas. 62. Si el derecho a la defensa surge desde el momento en que se ordena investigar a una persona (supra párr. 29), el investigado debe tener acceso a la defensa técnica desde ese mismo momento, sobre todo en la diligencia en la que se recibe su declaración. Impedir a éste contar con la asistencia de su abogado defensor es limitar severamente el derecho a la defensa, lo que ocasiona desequilibrio procesal y deja al individuo sin tutela frente al ejercicio del poder punitivo. 63. El derecho a la defensa técnica no puede ser satisfecho por quien a la postre realizará la acusación, esto es, el Ministerio Público. La acusación afirma la pretensión penal; la defensa la responde y rechaza. No es razonable depositar funciones naturalmente antagónicas en una sola persona”. 34 Corte Interamericana de Derechos Humanos, Caso Hilaire, Constantine, Benjamin y otros vs Trinidad y Tobago, sentencia de 21 de junio de 2002 (Fondo, Reparaciones y Costas), párrafos: “152. En razón de lo anteriormente expuesto, la Corte presenta el siguiente análisis: […] b. Igualmente, este Tribunal estima que existen pruebas suficientes para concluir que, en la práctica, no se encuentra a la disposición de los inculpados de homicidio intencional, la asistencia legal adecuada para que presenten acciones constitucionales de manera efectiva. Si bien de manera formal, se halla consagrado en el ordenamiento jurídico del Estado, el derecho a intentar una acción constitucional, en el caso de George Constantine, Wilson Prince, Mervyn Edmund, Martin Reid, Gangadeen Tahaloo, Noel Seepersad, Natasha De Leon, Phillip Chotalal, Wilberforce Bernard, Amir Mowlah y Mervyn Parris se impidió el empleo de este recurso en cuanto el Estado no proporcionó a los inculpados asistencia jurídica a fin de que pudieran ejercitarlo efectivamente, y de esta forma constituyó un recurso ilusorio para aquéllos. Con ello resultaron violados los artículos 8 y 25 de la Convención en relación con el artículo 1.1 de ésta”. 35 Corte Interamericana de Derechos Humanos, Caso Chaparro Álvarez y Lapo Íñiguez vs Ecuador, sentencia de 21 de noviembre de 2007 (Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas), párrafos: “158. Pese a la normativa constitucional citada, el señor Chaparro no contó con la presencia de un abogado defensor al momento de ser interrogado por parte de la Policía el 18 de noviembre de 1997. Además, la Corte encuentra que al impedirse al abogado del señor Chaparro intervenir en su declaración preprocesal y al exigirse que sea el propio señor Chaparro quien fundamente su recurso de amparo de libertad, cuando su deseo era que su abogado lo hiciera, la presencia de los defensores fue tan solo formal. Por ello, el Estado violó el derecho consagrado en el artículo 8.2.d) de la Convención, en relación con el artículo 1.1 de la misma, en perjuicio del señor Chaparro”. 31 AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 2918/2015 cuyo resultado puede ser un dato positivo o negativo, según se logre o no la identificación o reconocimiento, que constituirá la aportación de un elemento de convicción. En ese caso, la diligencia de reconocimiento implica que el inculpado participa físicamente, al encontrarse en un lugar en donde puede ser visto; por lo que para esta Suprema Corte es una diligencia en la que necesariamente tiene que estar presente el defensor del inculpado, pues este participa de manera activa y directa. La presencia del defensor es estrictamente necesaria precisamente para asegurar la plena certeza de que se presentaron los testigos o denunciantes, que lo reconocieron y que no fueron inducidos para tal efecto, además de cumplirse con las formalidades mínimas para garantizar los principios de debido proceso legal y obtención de la prueba lícita (énfasis añadido). Uno de los principios del derecho sancionador es que a quien se le imputa un delito se encuentre en aptitud de defenderse, para lo cual debe contar con todos los elementos técnicos y profesionales como lo es la asistencia de su defensor. Así, el debido proceso implica que todas las actuaciones públicas y privadas deben seguir las fuentes establecidas en el derecho con la plenitud de las formas propias de cada juicio, ello, de manera acorde con un Estado democrático y de derecho y para que se preserve el valor de la seguridad jurídica y adquieren efectividad los postulados de la justicia y la igualdad ante la ley. De tal forma, el alcance y efecto como probanza que implica el reconocimiento de quien se encuentra implicado en un delito hace necesaria la asistencia por parte de su defensor a efecto de asegurar que materialmente y formalmente se cumplieron los requisitos legales para tal diligencia. De otro modo, el inculpado se encontraría en pleno estado de indefensión ante un elemento de prueba del cual no tiene la posibilidad de 32 AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 2918/2015 conocer la calidad de los testigos o denunciantes que lo reconocieron, además, si en todo caso fueron inducidos a su señalamiento. A este mismo tipo de consideraciones ha llegado esta Primera Sala al pronunciarse sobre asuntos en los que la identificación del quejoso se ha dado a través de la Cámara de Gesell, la cual consiste en una identificación del inculpado en un lugar aislado y circunstancias operativas determinadas, de acuerdo a la tesis de rubro y texto que se transcribe: RECONOCIMIENTO DEL INCULPADO A TRAVÉS DE LA CÁMARA DE GESELL. EN DICHA DILIGENCIA ES NECESARIA LA ASISTENCIA DEL DEFENSOR. La diligencia de reconocimiento que se lleva a través de la cámara de Gesell, es un acto formal en virtud del cual se identifica a una persona mediante la intervención de otra, quien al verla afirma o niega conocerla o haberla visto en determinadas circunstancias. En dicho acto el inculpado participa físicamente de forma activa y directa, de ahí que resulte necesaria la presencia del defensor, para asegurar que material y formalmente se cumplan los requisitos legales en el desarrollo de tal diligencia; de lo contrario se dejaría en estado de indefensión a la persona que se acusa y, por ende, se violarían sus derechos fundamentales, al no existir la plena certeza jurídica de que efectivamente se presentaron los testigos o denunciantes, que lo reconocieron y que no fueron inducidos al efecto36. En el caso concreto, de las constancias de la averiguación previa no se advierte que se trate de un caso específico de Cámara de Gesell. No obstante, comparte las mismas características al radicar en un reconocimiento sin defensor. Ahora bien, en el amparo directo en revisión 1520/2013 y en el amparo directo en revisión 2349/2014, se determinó que las pruebas que derivan de diligencias en las que no estaba presente el defensor del indiciado son contrarias a los derechos humanos del imputado, por lo cual 36 Tesis 1a. CCXXVII/2013 (10a.), emitida por la Primera Sala, publicada en el Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Décima Época, Libro XXII, julio de 2013, tomo 1, página 568. 33 AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 2918/2015 deben ser excluidas como medio de prueba. En el mismo sentido, el amparo directo en revisión 3535/201237, indicó que “la violación al derecho humano de defensa adecuada no puede concurrir con circunstancias que la convaliden, de manera que transformen la realidad jurídicamente observable como si no hubiera acontecido. En realidad, la violación al derecho humano no debe supeditarse a actos posteriores que puedan interpretarse como el consentimiento o superación de la actuación contraria a derecho y que dejó en estado de indefensión al imputado. Así, es cuestionable cualquier afirmación […] que convalide la transgresión al derecho de defensa adecuada.” Esta Primera Sala considera que el alegato del recurrente sobre su indebida identificación, es esencialmente fundado. En efecto, de las constancias se advierte que el recurrente fue detenido en la calle ********** en la colonia **********. Acto seguido, los denunciantes acudieron a ese lugar y lo reconocieron como la persona que manejaba la camioneta. Posteriormente, los policías trasladaron al recurrente a la agencia del Ministerio Público y tomaron la declaración de los denunciantes, quienes nuevamente reconocieron al quejoso sin que él hubiera nombrado defensor. Así, el reconocimiento del recurrente ocurrió sin presencia de su defensor, puesto que él nombró a su abogado horas después para rendir su declaración ministerial38. 37 Fallado el 28 de agosto de 2013 por mayoría de 4 votos; disidente: Ministro Jorge Mario Pardo Rebolledo. Ministro ponente: Arturo Zaldívar Lelo de Larrea. Secretaria Proyectista: Carmina Cortés Rodríguez. De este precedente y otros más derivó la tesis de jurisprudencia de rubro “DEFENSA ADECUADA EN MATERIA PENAL. LA ILICITUD DE LA DECLARACIÓN RENDIDA POR EL IMPUTADO SIN LA ASISTENCIA TÉCNICO-JURÍDICA DE UN DEFENSOR PROFESIONAL EN DERECHO, NO ADMITE CONVALIDACIÓN”. Datos de localización: Tesis de jurisprudencia 1a./J.27/2015 (10ª), Décima Época, Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, Semanario Judicial de la Federación, publicada el 8 de mayo de 2015 a las 09:30 (registro 2009006). 38 De las constancias se advierte que la detención ocurrió a las ********** del día **********, y que los denunciantes, **********, declararon a las ********** y ********** de la mañana de ese día, respectivamente. Por su parte, el recurrente nombró a su defensor el día ********** a las ********** y fue declarado ministerialmente a las ********** de ese mismo día. Véase causa penal, tomo I, fojas **********; ********** y **********. 34 AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 2918/2015 Lo anterior es contrario a los parámetros desarrollados con anterioridad en relación con el derecho a la defensa adecuada. Es por ello que procede revocar la sentencia recurrida para que el Tercer Tribunal Colegiado en Materia Penal del Primer Circuito, emita otra resolución en la que excluya las pruebas que derivan de las diligencias de reconocimiento en las que no estaba presente el defensor del indiciado, por ser contrarias a su derecho humano a la defensa adecuada. En consecuencia, esta Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, RESUELVE: PRIMERO. En la materia de la revisión, se revoca la sentencia recurrida. SEGUNDO. Devuélvanse los autos relativos al Tercer Tribunal Colegiado en Materia Penal del Primer Circuito para los efectos precisados en esta ejecutoria. Notifíquese; con testimonio de esta resolución, devuélvanse los autos al Tribunal Colegiado de origen y, en su oportunidad archívese el expediente como asunto concluido. 35